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POR: MSc. JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO DROGAS, TOXICOMANÍA Y TRATAMIENTO

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POR: MSc. JOSÉ GUILLERMO

MÁRTIR HIDALGO

DROGAS, TOXICOMANÍA Y

TRATAMIENTO

El crack o piedra, es la forma más potente de la

cocaína. Éste resulta de mezclar cocaína con una

solución de bicarbonato de sodio o amoníaco.

El humo que proviene de la

piedra, al ponerle fuego a la

pipa en que se encuentra,

se inhala e ingresa sin

contratiempo al torrente

sanguíneo.

Sin demora sigue

directamente al cerebro,

creando un estado de

placer y euforia casi de

inmediato. Éste momento

dura, a lo sumo, diez

minutos.

Después, tendrá la necesidad

desesperante de una nueva

dosis.

La cantidad de gente involucrada en el negocio de la droga

va en aumento. Debido a una mayor participación de las

pandillas, al pago en especie de los narcos mayoristas a las

mulas y la expansión del mercado hacía otros centros de

comercialización.

El narcomenudeo cuenta

con un administrador, dos

operadores (uno que

realiza las entregas de

productos y otro que

recoge el dinero),

cocineros y comerciantes.

La marihuana y la cocaína

son transportadas desde

las comunidades, en

pequeñas cantidades,

hacía diversos centros de

distribución.

El Salvador desempeña un papel marginal en el

corredor de la droga. Lo importante en El Salvador

no es la droga que sube, sino, el dinero que baja y

se queda para ser lavado en una economía

dolarizada.

La distribución local de las

drogas, estaba en manos

de organizaciones de

micro traficantes locales.

Las clicas comenzaron

cobrando un impuesto a

los distribuidores y, a

medida que fueron

ganando presencia y

control territorial,

empezaron a vender la

droga en las calles.

Por cada cien kilos de cocaína que pasan por El Salvador,

dos se quedan en el país para ser distribuidas en el

mercado local. De un kilo de cocaína se pueden obtener

cincuenta y cinco mil piedras de crack. Cada piedra es

vendida a un dólar. Con un kilo se ganan cincuenta y

cinco mil dólares.

Las pandillas ejercen presión

en el mercado local de la

droga. Desde abajo,

apropiándose de la venta al

detalle. Desde arriba, por su

intermediación con las

organizaciones de

traficantes.

A pesar de ello, los pandilleros

no dejan de ocupar un papel

de “segundones” en la

economía criminal de las

drogas.

El religioso colombiano Antonio Carlos Hualde y equipo, son los

autores del libro “La droga juvenil: para padres-educadores-hijos”.

En el primero de sus capítulos “La droga: un problema

eminentemente juvenil” notifica, que la droga hizo su aparición en el

mercado de los Estados Unidos en la década de los sesenta. Y en

los setenta, se expandió a América Latina y el resto del mundo.

Indica que la edad de

comienzo en escuelas y

colegios es a los doce años,

regularmente los jóvenes

con problemas íntimos,

psicológicos y emocionales

son los que se inician en el

vicio.

Hualde piensa, que detrás

existe un egoísmo

manifestado en una filosofía

del placer. Dicha corriente

de hedonismo facilitara el

libertinaje, el alcoholismo, la

droga y otros vicios.

Gochaiñe Euskaldún en el artículo “La complicidad

del mundo de la droga juvenil” precisa, que para

crear la adicción hace falta una complicidad del

sujeto con la substancia tóxica.

Describe cuatro tipos de sujetos proclives a

la adicción: personas mal estructuradas

psíquicamente desde la infancia, aquellos

que han sufrido traumatismos graves

anteriores a la adolescencia, adolescentes

o jóvenes con un conflicto actual con su

entorno familiar, escolar o sentimental y

aquellos exentos de graves alteraciones

psíquicas.

Explica la estructura del tráfico de drogas:

un distribuidor de la zona y un traficante

de pequeña escala, traficantes

internacionales, empresas y altos

ejecutivos, países productores y países

hegemónicos con intereses

geoestratégicos. Euskaldún juzga que hay

complicidad, connivencia o tolerancia con

la droga. Ya que solo el diez por ciento de

las drogas que circulan por el mundo son

decomisadas.

En el apartado “El significado del fenómeno de la

droga juvenil”, Euskaldún define que la droga es

una substancia física que introducida en el

organismo, produce alteraciones en la bioquímica

e influencia en el psiquismo.

Observa que el origen de

muchas drogadicciones se

encuentra en el déficit en

la elaboración del deseo.

Razona que cuando

sistemáticamente la

satisfacción es inmediata,

el deseo no se educa, la

satisfacción no se

saborea, ni aquieta el

espíritu humano.

Por lo que pronto surge un

deseo más intensamente

excitante por un objeto.

Hualde en el título “Para una comprensión del

problema de las drogas es imprescindible

familiarizarse con el lenguaje de los toxicómanos”

detalla, que la característica más peligrosa de la

droga es su carácter somáticamente habituador.

Señala que a causa de la tolerancia

fisiológica del organismo, es capaz

de producir toxicomanía. Es decir

que el organismo necesitara cada

vez una mayor dosis de la droga,

para evitar la abstinencia o

alcanzar los mismos efectos.

Hualde expresa que un tóxico es una

substancia simple o compuesta,

natural o sintética que envenena o

intoxica. Los estupefacientes son

substancias simples o

compuestas, naturales o sintéticas

que producen la sensación de

adormecimiento. Un psicótropo es

un tóxico o un estupefaciente.

Vicio o toxicomanía es un estado

de intoxicación periódica o

crónica, incitada por una droga

natural o sintética, provocando un

perjuicio individual y social.

Hualde cita las principales

características de los toxicómanos:

• Presentan un deseo

invencible, por lo que hacen

todo para conseguir el

estupefaciente.

• El organismo se adapta a la

droga y exige que se aumente

la dosis (Tolerancia).

• Siente un impulso que le exige

una administración continua

(Dependencia psíquica).

• Aparecen trastornos físicos

cuando se interrumpe la droga

(Dependencia física).

• Aparece el Síndrome de

Abstinencia, síntomas físicos

y psíquicos cuando se retira la

droga.

• Y crea habito, uso repetido y

continuo de la droga.

Jorge Medeiros da Silva en la sección “Estas son las drogas

que deshumanizan a la juventud” dice, que la marihuana,

cannabis sativa, tiene un componente alucinógeno llamado

Tetrahidrocannabinol (THC), que crea dependencia

psicológica y los asiduos a ella llevan una vida

marginalizada, bohemia y acaban desorientados.

La cocaína, erythxilom coca, resulta de

mezclar hojas de coca con éter, acetona y

otros ingredientes. Se presenta en forma

cristalina y puede ser aspirada, ingerida o

inyectada. Su efecto inmediato es la

euforia y causa dependencia física.

Las anfetaminas son estimulantes del

cerebro y de los centros respiratorios,

pueden ser suministradas vía oral, por

inhalaciones e inyecciones. Las dosis

excesivas pueden provocar un choque

anfetamínico (bloqueo emocional,

perturbaciones vasomotoras, amplitud

respiratoria e hipertensión).

El ácido barbitúrico es la síntesis de la

ureia y el ácido malónico. Por sus virtudes

hipnóticas, es usado por personas

angustiadas. Provocan dependencia y

puede inducir psicosis barbitúricas.

De las espigas del centeno se

extrae el tártaro de dietilamida

de ácido lisérgico, LSD-25, es la

droga más potente de las que se

conocen. Es una substancia

alucinógena y puede ser ingerida,

inyectada o colocada sobre la

piel en estado liquido.

La mezcalina es un alucinógeno

que proviene del peyote, que es

un cactus de origen mexicano,

produce dependencia

psicológica.

Psilocibina resulta del vegetal

mexicano llamado psilocibe, es

un alucinógeno.

De la amapola, papoula papaver

somniferum linneum, se derivan

el opio, la morfina, la heroína y la

codeína. De la destilación de la

morfina surge la heroína, la cual

es la droga más perniciosa para

la salud. Ya que las crisis de

abstinencia son violentísimas. La

heroína puede inyectarse,

inhalarse y fumarse.

Los tranquilizantes más

abusados son el mandrix y

mequalón, derivados de la

metaqualona y los

ansiolíticos librium y

valium. Los tranquilizantes

producen dependencia

física.

El bazuco, residuos de la

cocaína procesada y el

crack, resultado de hervir

cocaína en solución de

bicarbonato, son las drogas

más perniciosas para la

salud física, mental y

moral. Gozan de gran

simpatía en la población

drogadicta.

En “Prevención, tratamiento y represión de la droga”, Medeiros da

Silva señala que la difusión de la droga obedece a la curiosidad, a

la ociosidad, a la búsqueda de nuevas sensaciones, al rechazo a los

valores vigentes, al misticismo de grupos, a dolencias mentales, al

abuso de tratamientos clínicos, al submundo de la marginación, a

las guerras y crisis socio-económicas y a una educación escolar

mal entendida.

Medeiros da Silva afirma, que

ningún tratamiento es válido si

no cuenta con la adhesión de la

voluntad del paciente.

El tratamiento se inicia con la

desintoxicación, para lo cual es

necesario internar al paciente.

La siguiente etapa se hace de

manera ambulatoria, la

psicoterapia se usa para tratar la

dependencia psíquica.

Siendo la mejor, las comunidades

de viciados y ex viciados

dirigidas por ellos mismo, en un

régimen abierto o semi abierto.

Santiago Rossi en su enunciado “La droga desde la

óptica educativa” informa, que el toxicómano es un

enfermo.

La lucha contra la

toxicomanía no es

un problema de

policía, sino, un

problema sanitario,

sobre todo, un

problema educativo.

El empeño primario

de la sociedad debe

ser la prevención y

la educación

antidroga.

Mario Pennacchietti en el

titulo “¿Por qué se drogan

los jóvenes?” señala, que

hay una inclinación del

hombre hacía substancias

psicotrópicas como defensa

fisiológica hacía el dolor,

como necesidad de liberarse

de ideas opresivas de

mediocridad y como

necesidad de evadirse y

transcenderse a sí mismo.

Especifica que la misma

naturaleza conduce a

pequeñas o grandes

intoxicaciones.

Pues hay causas bioquímicas

en las depresiones de humor,

en la desconfianza en la vida

y el pesimismo a la luz.

En el capítulo “¿Es posible recuperarse de

la droga?”, Hualde aclara que es una tarea

difícil recuperar a un drogadicto.

Reseña que las curaciones

definitivas son bastante

exiguas.

No es suficiente con dejar

de usar la droga, hay que

dar con el porqué necesita

de substancias químicas y

reencontrarse consigo

mismo.

La clave del éxito depende

del convencimiento del

drogadicto y de su familia,

de que si es posible la

curación.

Los Narcóticos Anónimos (NA) es una

confraternidad internacional, multilingüe y

multicultural fundada en California a fines

de los cuarenta

• Su propósito es, mediante

el Programa de los Doce

Pasos, mantenerse limpios

(abstinencia completa) por

veinticuatro horas y llevar

el mensaje al adicto que

sufre.

• Su misión es, brindar un

ambiente en que los

adictos puedan ayudarse

mutuamente a dejar de

consumir drogas y

encontrar una nueva forma

de vida.

La característica principal de Narcóticos

Anónimos (NA) es su carácter no profesional,

donde un adicto ayuda a otro.

La recuperación es

mediante el mensaje o

testimonio del adicto.

El medio para llevar el

mensaje son las

reuniones.

Los miembros predican

un monologo en un

lapso reducido de

tiempo sobre sus

experiencia en la

adicción, en la

recuperación y en la

vida limpia.

También los Hogares CREA evidencian un

tratamiento contra la adicción al alcohol y a las

drogas, estos se orientan a personas de ambos

sexos tanto adolescentes como adultos.

Hogares CREA se establecieron en Puerto

Rico en mil novecientos sesenta y

ocho.

El programa de tratamiento consta de

veinte meses de internamiento y cuatro

años de seguimiento.

La primera fase dura dos meses y

comprende un proceso de

desintoxicación y deshabituación a la

dependencia de las drogas.

La segunda fase dura ocho meses, en la

que la inmadurez emocional es tratada

por catorce modalidades terapéuticas.

La tercera fase dura diez meses y por la

madurez emocional alcanzada, los

internos se convierten en terapeutas

empíricos y administran el hogar.

La cuarta fase es la fase de seguimiento

y dura cuatro años, caracterizándose

por un tratamiento ambulatorio al final

del cual los ex internos son declarados

libres de drogas sin dependencia de

tratamiento.