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LA ESTÉTICA SEGÚN KANT Alberto Navarro Peña

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Kant y la estética, Alberto Navarro Peña.

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Page 1: Kant y la estética, Alberto Navarro Peña

LA ESTÉTICA SEGÚN KANT

Alberto Navarro Peña

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Para Kant la estética es la predisposición al sentimiento, entendido como vehículo por medio del cual se aprecia la belleza. El fundamento de nuestro juicio de que una cosa es bella o fea es el modo en el cual nuestra facultad de sentimiento queda afectada por la representación del objeto. La raíz de la estética es la percepción; porque al fin y al cabo las cosas son para nosotros como las percibimos, tanto si coincide nuestra percepción con la realidad, como si no. Las cosas no pueden ser conocidas si no es por medio de la sensibilidad y el entendimiento humano; el espíritu impone sus categorías para el conocimiento.

El juicio estético, según Kant, está dictado por el placer que se espera conseguir del objeto como tal, al margen de cualquier otra consideración pues el objeto tiene su objetivo en sí mismo. Esto coloca al juicio estético en una posición independiente, el objeto no tiene como base un concepto, sino que éste se relaciona directamente con el sentimiento en el sujeto. Pero además también lo hace desinteresadamente, la satisfacción estética no tiene interés, a diferencia de otros juicios, sólo se complace con la contemplación.

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Un juicio estético es puro solo si la persona que lo emite no tiene concepto alguno de finalidad, si dicho juicio se realizara sobre cualquier criterio ya no sería enteramente estético. Así se puede afirmar que “la estética es una finalidad sin fin”.De todo lo expuesto anteriormente surgen para Kant dos tipos de belleza: la belleza adherente, que obedece a algún interés, conceptual y lógica y la belleza pura o libre que no obedece a ningún interés, aconceptual y ontológica.

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Vista de la Exposición de 1937 con la Torre Eiffel de fondo, y a cada lado de la exposición los pabellones de la Alemania nazi (izquierda) y de la Unión Soviética (derecha).

¡¡¡ Josif te repito que mi

águila es mejor !!!

Que no, Adolf, que mis

esculturas son más bellas.

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Estamos ante una fractura que marca el límite del arte entre lo conceptual y lo aconceptual, (aquí reside el mérito de Kant) se produce una división entre lo lógico y el gusto, es decir, entre algo útil y algo bello, si bien ambos, en ocasiones, pueden aparecer en un mismo objeto. Por ejemplo, "los girasoles" de V. Gogh es una pintura bella, pero la catedral de Florencia es bella y útil (cumple una función) a la vez.Lo bello, el arte no es ni bueno, ni útil, ni malvado, ni es un oficio ni un artificio, etc. Sin embargo tiene una finalidad y es espíritu y libre juego. La finalidad estética se refiere a la conciencia misma, a toda ella, sin escisiones, ni determinismos, por ello es una finalidad sin fin.

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En su obra “Crítica del juicio” (1790), propone que los objetos pueden ser juzgados bellos cuando satisfacen un deseo desinteresado que no implica intereses o necesidades personales, ya que el interés y el gusto representan caminos diferentes. De Kant en adelante ya no tiene sentido hablar del objeto en sí, sino solo del objeto en relación al sujeto que lo toma intuitivamente y lo conoce a través del intelecto. No es nuestra intuición sensible la que regula sobre la naturaleza de los objetos, sino los objetos mismos se adecuan de alguna manera a la estructura de nuestra facultad intuitiva. Sin sensibilidad ningún objeto sería dado o apreciado, y sin intelecto ningún objeto pensado.

El arte debería dar la misma satisfacción desinteresada que la belleza natural. Resulta paradójico que el arte pueda cumplir un destino que la naturaleza no puede: puede ofrecer belleza y fealdad a través de un mismo objeto. Una hermosa pintura o escultura de un rostro feo puede incluso llegar a ser bella, de esta manera los limites del objeto artístico se vuelven borrosos.

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Marsias despellejado por Apolo, escultura helenística, s. III a.C.

¿Qué valoramos la belleza o la capacidad del artista para reflejar el sufrimiento en el rostro de Marsias?

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El desinterés caracteriza la actitud estética en el mismo sentido en el que el juego es la actividad puramente desinteresada, la complacencia sin finalidad útil o moral. Por eso lo estético es independiente y no puede estar al servicio de fines ajenos a él. Lo bello no es reconocido como un valor absoluto, sino que tiene sólo relación con el sujeto. La prioridad del juicio estético requiere, a pesar de su referencia al sujeto, el desprendimiento en éste de cuanto sea ajeno al desinterés y a la finalidad sin fin.

Sobre el juicio del gusto, Kant nos advierte de que éste no es un juicio de conocimiento (ni teórico ni práctico) y, en consecuencia, no se funda en ningún concepto ni se hace con vista a los mismos. Al fundar este principio Kant se convierte en el primero en defender la autonomía de lo estético respecto a fines prácticos y/o valoraciones morales, no decimos que un objeto es estéticamente significativo porque nos hace conocer aspectos de la realidad o porque se ajuste a nuestras valoraciones éticas. Cabe recordar que en la estética tradicional se asumía con frecuencia que las obras de arte eran tan útiles como bellas, los cuadros podían conmemorar eventos históricos o estimular la moral.

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La lección de música o una señora en el virginal con un caballero , c. 1662-1665; J. Vermeer.

La libertad guiando al pueblo, 1830, Eugène Delacroix.

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Con estas observaciones enlazamos con la complejidad del arte contemporáneo a partir del último tercio del siglo XIX en adelante, donde la autonomía de lo estético se hace mucho más patente (por ejemplo, los ready-made de Duchamp).Con el enfoque, hasta cierto punto no figurativo del mundo plástico (Picasso, Matisse, Kandinsky, etc), cobró relevancia el principio del "arte por el arte", derivado de las tesis de Kant según las cuales el arte tenía su propia razón de ser. Pero esta autonomía será más efectiva si se sustenta en la intersubjetividad, es decir, en el sentido común, es cada uno quien juzga pero ateniéndose de alguna forma a que los demás también puedan juzgar así. Cuando Kant establece, de esta forma, qué es lo estético está poniendo en cuestión una importante gama de planteamientos sobre el gusto y la belleza. Primeramente discute a los empiristas quienes defendían que el fundamento del gusto era la experiencia o que el gusto tenia principios uniformes en la naturaleza humana, por otro lado discute a los racionalistas a los que advierte que en el juicio del gusto no están en juego elementos cognitivos o conceptuales.

Si para Kant todo pasa por el sujeto, el Idealismo alemán (Fichte, Schelling y Hegel) llevara esta idea a su culmen.

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Cezanne

Picasso

Leger

Mondrian

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La Fuente (1917), Marcel Duchamp.  Rueda de bicicleta. 1913. Ready-made de M. Duchamp.

Duchamp con su arte “anti-retiniano” (huye de la abstracción) deja al arte exclusivamente bajo el dominio de la mente.

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Schelling argumentara que la belleza no debería de tener los límites impuestos por Kant, señala la noción del Todo como Absoluto, para así resolver los problemas derivados de las distinciones kantianas. Así lo bello no es únicamente lo que place a nivel universal, no se debe solo a lo subjetivo, sino también a cualquier objeto.

Al fundir la belleza absoluta con el todo, sin establecer limites, todo pasa a ser bello desde la totalidad, lo feo simplemente sería menos bello que otros objetos. Schelling utiliza y transforma las ideas de Kant.

Mientras la estética moderna sigue el modelo kantiano y deviene en un arte en el que se prefigura la ausencia de conflicto, en el que el dolor y el conflicto están por lo menos suspendidos en la obra de arte, en la práctica artística contemporánea se subraya el rechazo al orden, e incluso la repulsa a un sistema bipolar (lo feo Vs lo bello, lo útil Vs lo accesorio) complicando -y regocijándose en ello- la percepción del mundo, e incluso proponiendo la ausencia total de sentido.

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Aunque de forma más distorsionada Kant sigue estando presente en todo el arte actual, y ello es porqué con muy pocos elementos consiguió explicar fenómenos muy diversos.

Si la belleza es algo objetivo, por ejemplo basada en la perfección, ¿La perfecta reproducción de unos seres sufriendo, El Laocoonte es bella?, si la belleza es algo subjetivo, es decir que la valoramos a partir de factores culturales o históricos, ¿por qué apreciamos como bellas una estatuilla griega de terracota y la contemplación de la aurora boreal? No compartimos la misma cultura todos los humanos, pero ya no podemos afirmar con tanta seguridad que tampoco compartimos la misma psicología.

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