karen flores y gabriela guadalupe valles -...
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1. Título de la ponencia:
LAS HERRAMIENTAS TECNOLÓGICO-SOCIALES COMO CONTRAPESO
DEL ESTADO VIGILANTE
2. Autor/es:
M.D. Karen Flores Maciel y M.D. Gabriela Guadalupe Valles Santillán
3. Universidad o Institución de pertenencia:
Universidad Juárez del Estado de Durango (México)
4. Dirección completa:
Fanny Anitua, s/n, Zona Centro, C.P. 34000, Durango, Dgo., México.
5. Teléfonos:
Oficina: 521 618 811 4315
Celular: M.D. Karen Flores Maciel: 521 618 1087223
M.D. Gabriela Guadalupe Valles Santillán: 521 618 188 7396
Direcciones de correo electrónico:
-M.D. Karen Flores Maciel: [email protected]
-M.D. Gabriela Guadalupe Valles Santillán: [email protected]
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LAS HERRAMIENTAS TECNOLÓGICO-SOCIALES COMO CONTRAPE SO DEL
ESTADO VIGILANTE
Los derechos de la libertad de la información en México
TECHNOLOGICAL - SOCIAL TOOLS AS A COUNTERWEIGHT OF THE
SURVEILLANCE STATE
The rights of freedom of the information in México
Resumen: Este trabajo tiene como propósito analizar las implicaciones que
genera la figura del Estado vigilante en el actual contexto social (físico y digital),
circunscribiendo la temática a las tecnologías de la información y la comunicación,
principalmente el internet; las que han sido utilizadas, en algunos casos, por el
poder público en perjuicio de los derechos fundamentales, derivado del cúmulo de
datos que se maneja en el ciberespacio. México no es la excepción. En ese
sentido, se expondrá el modelo Mexicoleaks, como alternativa tecnológica
promotora de los derechos de libertad de información de los usuarios de internet.
Palabras clave: Derechos fundamentales, Estado vigilante, internet,
Mexicoleaks, redes sociales, tecnologías de la información y la comunicación,
Wikileaks.
Abstract: This work aims to analyze the implications that generates the figure
of the surveillance state in the current social context (physical and digital),
restricting the topic to the information and communications technology, particularly
the Internet; which they have been used in some cases, by the government to the
detriment of fundamental rights, derived from the wealth of data that is handled in
cyberspace. Mexico is not the exception. In that sense, we are going to expose
Mexicoleaks as a technological alternative promoter of freedom of information
rights of Internet users.
Key words: Fundamental rights, Surveillance state, internet, Mexicoleaks,
Social networks, information and communications technology, Wikileaks.
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“Si usted piensa que la tecnología puede resolver sus problemas de seguridad,
entonces usted no entiende los problemas de seguridad y tampoco entiende la tecnología”.
-SCHNEIER
1. El Estado, el internet y la sociedad de la infor mación
Desde la aparición del Estado contemporáneo, el binomio entre lo político y
lo jurídico ha tenido una constante tensión a lo largo de la historia, básicamente
para limitar el poder público a través del Derecho. El Estado moderno que tiene
sus orígenes en aquellas aportaciones de la época ilustrada, se funda en la idea
de la soberanía popular que desde entonces dio origen a los Estados
democráticos. En ese orden de ideas, teóricamente el poder público tiene su
soporte en las personas, y por lo tanto, su razón de ser tiene que ver con el
bienestar de sus ciudadanos.
Como es sabido, en todo Estado democrático la construcción de la voluntad
pública se desarrolla a través de la participación de las personas ya sea mediante
sus representantes, como en las democracias representativas, o bien, de manera
directa en aquellos pocos sitios donde se desarrollan mecanismos de democracia
pura. En ese contexto, el vínculo jurídico-político que existe entre los
representados y sus instituciones se desarrolla a través de lo que conocemos
como ciudadanía; de tal suerte, la comunicación entre ciudadanos y el Estado
resulta un tema fundamental para la supervivencia de una sociedad democrática.
En la génesis del Estado contemporáneo, el primer modelo que hizo su
aparición fue el Estado liberal, como una solución y una consecuencia necesaria
frente a los viejos reinos absolutistas de la Edad Media. Así, frente a regímenes
medievales totalitarios en donde la ausencia de libertad e igualdad eran los rasgos
comunes en las sociedades, el entonces nuevo Estado liberal, supuso un
parteaguas, pues se fundó bajo la premisa de garantizar la libertad y la autonomía
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de las personas sobre todo en un sentido negativo, es decir, la libertad entendida
como no interferencia del Estado en el libre desarrollo de los individuos.
En esa lógica, las funciones iniciales del Estado moderno tendían a brindar
seguridad pública; es decir, a tener el monopolio de la producción del Derecho,
pues desde ese entonces éste sería el Derecho del Estado; todo ello, en el
contexto de no intervenir en la vida cotidiana de sus representados, cobrando
sentido aquella máxima de liberalismo decimonónico laissez faire, laissez passer
(dejar hacer, dejar pasar).
Dicha función inicial del Estado liberal fue explicable y era necesaria como
respuesta a regímenes anteriores con una ausencia total de libertad; sin embargo,
la propia justificación teórica del Estado moderno, básicamente la tesis del
contrato social o soberanía popular, establecerían la necesidad de ampliar las
funciones del Estado a fin de darle cause a esas ideas ilustradas. Esto se
traduciría en el desarrollo de los Estados democráticos, a través de la protección y
promoción de los derechos políticos y de participación ciudadana.
Así pues, con el tiempo, todo aquello que tuviera que ver con el sentir
generalizado de las personas, sus aspiraciones, tendencias y opiniones serían
temas trascendentales para cualquier Estado democrático o no; pues finalmente,
el manejo de esta información -es lo que la historia ha demostrado- permite la
supervivencia de cualquier régimen político.
Durante el siglo XX podemos afirmar que se vivieron varios retrocesos en la
construcción del Estado contemporáneo y los derechos fundamentales; de manera
concreta, al menos en Occidente, sobre todo a partir de la Segunda Guerra
Mundial, se reprodujeron varios regímenes dictatoriales, olvidando aquella
tradición ilustrada que dio origen al Estado moderno.
En estos regímenes dictatoriales, caracterizados por la ausencia de
libertades, uno de los rasgos distintivos fue el uso de la información en un contexto
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de nulo respeto a la intimidad y a la vida privada, aspectos que hoy consideramos
indispensables en cualquier sociedad democrática. Son muchos los casos que la
historia registró sobre el manejo faccioso de la información de estos gobiernos y
son numerosos también los casos registrados de espionaje y de uso ilegítimo de la
información. En esa época los regímenes políticos se dieron cuenta de una
máxima que hoy parece ser una constante en el mundo globalizado: la información
es poder.
Con la caída de los gobiernos dictatoriales durante las décadas de los
setentas y ochentas en Occidente, los Estados democráticos han tratado de
fortalecer la práctica de los derechos fundamentales en un contexto de libre
participación política. Como sabemos, el fenómeno de la globalización es una
realidad que se ha intensificado de manera abrupta en los últimos treinta años,
gracias -en gran medida- a la gigantesca revolución tecnológica que la sociedad
vive hoy en día.
Actualmente, la tecnología ha dejado de ser sólo una herramienta para
convertirse en un eje de organización social. Siendo internet una tecnología de la
información y la comunicación (TIC), el cual no es un simple descubrimiento, sino
que se convierte en un novedoso instrumento para la transformación y desarrollo
de un país en el terreno de lo económico, lo político y social; así como en el
ámbito institucional de la democracia y para el ejercicio de los derechos
fundamentales:
Internet es el tejido de nuestras vidas. Si la tecnología de información es el equivalente
histórico de lo que supuso la electricidad en la era industrial, en nuestra era podríamos
comparar a Internet con la red eléctrica y en el motor eléctrico, dada su capacidad para
distribuir el poder de la información por todos los ámbitos de la actividad humana. Es más, al
igual que las nuevas tecnologías de generación y distribución de energía permitieron que la
fábrica y la gran empresa se establecieran como las bases organizativas de la sociedad
industrial, internet, constituye actualmente la base tecnológica de la forma organizativa que
caracteriza a la era de la información (Castells, 2003: 15).
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Así pues, vemos cómo la tecnología que en un inicio nos ayudó a modificar
nuestra forma de trabajo y producción, hoy se transforma para estar presente en
nuestra vida diaria, interactuando directamente con nosotros, creando una red
social a través del uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
las cuales traen consigo un nuevo orden social, llamado ciberespacio, del cual una
comunidad cada vez más amplia forma parte; por lo que el gobierno, sus
instituciones, los partidos políticos, las empresas, y la propia población, no pueden
desvincularse de esto.
Vivimos en la llamada era digital, la cual está modificando la comunicación
política e interacción entre gobiernos y personas, se vive en un mundo donde
nada es secreto: todo se comunica y todo es discutible. El individuo, de la mano
con las tecnologías de la información y comunicación, llega a ser un medio de
comunicación por sí mismo.
Internet, como una herramienta tecnológica, trae consigo un cambio
trascendental en la forma en que la población interactúa entre sí, el gobierno y sus
entes políticos. En la mayoría de los países desarrollados y sub-desarrollados el
internet ha sido un tema trascendental para las políticas públicas de los gobiernos,
impulsando con ello temas de educación, salud, cultura, trabajo, participación
ciudadana, entre otros.
Cierto es que los gobiernos venden a su gobernados la idea del uso de
nuevas tecnologías y del acceso a internet como una herramienta revolucionaria
que traerá consigo cambios sustanciales en la economía, en el ámbito político y
social, en aras de un Estado democrático y la prevalencia de sus derechos
fundamentales.
Aunado a esta era digital, hablamos de una sociedad de la información, la
cual permite que toda persona con acceso a internet como herramienta principal
dentro de este nuevo modelo organizacional, pueda crear, tener fácil acceso,
utilizar y distribuir información y conocimiento, en busca del ejercicio pleno de la
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personalidad y del mejoramiento en la calidad de vida de los pueblos, abatiendo el
estancamiento social.
Si bien es cierto, el número de usuarios de internet ha crecido de forma
exponencial en los últimos años, lo cual podría llevar a pensar que todo el mundo
disfrutaría de los beneficios que acompañan a la aparición de esta tecnología
(Carbonell, 2010), la realidad es otra, pues existe una marcada división entre los
que acceden a internet y los que no pueden hacerlo, lo que se denomina brecha
digital.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico define el
término brecha digital como la distancia existente entre áreas individuales,
residenciales, de negocios y geográficas en los diferentes niveles socio-
económicos en relación a sus oportunidades para acceder a las nuevas
tecnologías de la información y comunicación así como al uso de internet, lo que
acaba reflejando diferencias tanto entre países como dentro de los mismos (Del
Álamo en Carbonell, 2010).
Es por ello, que la sociedad de la información tiene como principal obstáculo
para su total desarrollo la brecha digital; sin embargo, el número de usuarios con
acceso a internet para finales de dos mil catorce, según la Unión Internacional de
Telecomunicaciones de las Naciones Unidas (ITU, 2015) es de tres mil millones de
usuarios (lo que representa el cuarenta por ciento de la población mundial), con
una penetración de banda ancha móvil que se acerca al treinta y dos por ciento.
Para los directivos de la ITU estas cifras confirman que las TIC’s son los
principales impulsores de la sociedad de la información.
Si bien es cierto, un amplio sector de la población mundial se encuentra fuera
de esta estadística, también lo es que la tendencia actual, respaldada por
organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO en sus siglas en inglés), la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), la ITU y por los propios gobiernos,
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pretende que esta red de redes se expanda a toda la colectividad, ya que ha
dejado de ser un recurso de investigación y académico, para convertirse en un
recurso mundial disponible para el público.
Lo anterior nos hace reflexionar en el sentido de percibir a las TIC’s como
parte de la vida cotidiana, la cual se va incorporando a pasos agigantados a
nuestro entorno, en ocasiones sin darnos cuenta de ello; por lo que, como
usuarios, debemos tener claro la manera en que estas nuevas tecnologías
afectarán o beneficiarán, según sea el caso, nuestras actividades diarias,
relaciones personales, de gobierno o con empresas.
2. El Estado vigilante: uso legítimo e ilegítimo de la tecnología
Internet es una herramienta poderosa en la cual las personas, como parte de
una sociedad democrática, deberían poner en práctica una supervisión completa
sobre sus representantes políticos y los servidores públicos, a quienes
corresponde rendir cuentas a la población que ha puesto su representatividad y
confianza en sus manos, en tanto que su actuar dentro de la función pública
debería tener una obligación de transparencia.
Es innegable que las TIC´s -y el internet como herramienta principal de
éstas- han traído beneficios en las relaciones entre particulares y el Estado,
gracias a la cercanía que aquéllas pueden tener con éste y a los múltiples
servicios que se prestan ahora mediante dichas herramientas tecnológicas, pero
en este andar, también ha de reconocerse que se ha intensificado el uso ilegítimo
de la información por parte del Estado, el que ha excedido en muchos casos los
límites jurídicos establecidos por él mismo, permitiendo que el poder político
infrinja la ley.
Hoy en día somos testigos de cómo mediante el uso de las nuevas
tecnologías, son los gobiernos quienes imponen a los ciudadanos una vigilancia
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que no desean ni consideran conveniente. En vez de que se utilice la tecnología
para controlar el poder político, el poder político a través de ésta es quien controla
a la sociedad (Assange, 2013).
Ya Miguel Fenech (1941), hacia mediados del siglo XX, escribía: “El
liberalismo no establece leyes que afecten al fuero interno porque no le parece
justo intervenir en la esfera íntima del hombre; el Estado totalitario no las
establece porque carece de medios técnicos de vigilar su cumplimiento. Si se
inventase un aparato que permitiera leer los pensamientos y descifrar las
intenciones, el Estado totalitario desarrollaría en el acto una vivísima legislación
interna” (p. 162). Dicho modelo de Estado totalitario, hubiera tenido que haber sido
dotado de herramientas tecnológicas, las cuales hasta la última década del siglo
pasado no se habían desarrollado.
Sin embargo, el contexto social de nuestros días, permite ver cómo internet y
las redes sociales, confirman los presagios de los que Orwell hablaba, referentes a
que el gobierno mediante el uso de tecnología, algún día podría vigilar a los
ciudadanos, sancionando sus pensamientos y actividades.
Hemos pasado de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control. En la
primera, los individuos eran vigilados dentro de una institución (familia, cárcel,
escuela, ejército, fábricas); mientras que en la segunda, la vigilancia es ubicua,
ocupa todos los aspectos de nuestra vida pública y privada. Foucault (en Nieto
Martín y otros, 2013) habla de un modelo panóptico de vigilancia, en donde el
individuo sabe que es vigilado (p. 429).
En la sociedad de control en la que se desarrolla la figura de Estado
vigilante, se puede llegar a considerar que gracias a esta vigilancia presente en
todas partes, llega un momento en que la población olvida que es vigilado, o en su
defecto, no le importa que esto suceda, pues la vigilancia va implícita en diversas
tareas cotidianas como: el navegar por internet, utilizar un smartphone (teléfono
inteligente), entrar a un establecimiento con videovigilancia, pagar algún servicio
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con una tarjeta de crédito, pasar el control de seguridad de un aeropuerto, entre
otros.
El Estado ha legitimado el tránsito de un modelo de sociedad a otro; lo
anterior, por considerar –entre otras razones- que estamos ante nuevas amenazas
criminales que utilizan herramientas tecnológicas para la ejecución de los delitos.
No obstante, derechos como la intimidad, el secreto de las comunicaciones, la
protección de datos y la libertad de expresión se ven vulnerados en repetidas
ocasiones, con la justificación -por parte del Estado- de buscar el orden y la paz
social.
No se cuestiona el hecho de que el Estado utilice -con fines legítimos- los
nuevos modelos de vigilancia que la tecnología ofrece; lo que no es aceptable es
que dichas herramientas de control no respeten el equilibrio entre la seguridad y la
libertad en que descansa el Estado de Derecho (p. 430).
Tampoco es secreto que la mayor parte de la información esté en manos de
empresas privadas; empresas telefónicas; las entidades bancarias; los servidores
de internet (por ejemplo, los de Google y Facebook); las compañías de televisión
por cable; aseguradoras, entre otras. Todos éstos tienen a su disposición más
datos referentes a los ciudadanos que los mismos órganos de gobierno,
información que puede ser utilizada por el sistema de vigilancia pública de un
Estado.
Facebook y el resto de redes sociales son hoy un instrumento de vigilancia
del Estado vigilante, ya que en ellas se encuentran presentes lazos de amistad o
parentesco, afinidad cultural o ideológica, intereses o actividades, así como
información personal de los usuarios de estas redes, constituyéndose las mismas
como enormes bases de datos.
Probablemente, el gran ejemplo paradigmático del Estado vigilante moderno
lo sea Estados Unidos de América, pues es sabida su política de espionaje y
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vigilancia masiva, tanto a otros Estados como a personas en general. Ante esa
práctica del vecino país del norte, organismos internacionales como Amnistía
Internacional, la que en marzo de dos mil quince, lanzó una campaña mundial
denominada #DejenDeSeguirme, con el fin de denunciar la vigilancia masiva que
este país y sus aliados ejerce sobre datos de personas a través de internet y del
teléfono.
Salil Shetty (2015), Secretario General de Amnistía Internacional, ha
señalado que:
La tecnología actual da a los gobiernos un poder sin precedentes para observar lo que
hacemos en Internet. Necesitamos un mecanismo independiente que vigile a los vigilantes
para que no haya abusos de poder. Pero hoy son pocas las leyes, si es que las hay, que
protegen realmente nuestro derecho humano a la intimidad frente a la vigilancia masiva
indiscriminada. De hecho, hay más países estudiando leyes que confieran mayores poderes
de vigilancia a expensas de los derechos de las personas.
Amnistía Internacional recordó que Edward Snowden, consultor tecnológico
de nacionalidad norteamericana y antiguo empleado de la Agencia Central de
Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA, en sus siglas en
inglés), reveló en junio de dos mil trece que la Agencia Nacional de
Seguridad (NSA, en sus siglas en inglés) de dicho país, estaba autorizada para
vigilar el uso del teléfono y de internet en ciento noventa y tres países del mundo;
y se conoció que este organismo recogía cinco mil millones de registros de
ubicación de teléfonos móviles al día, y cuarenta y dos mil millones de registros de
internet al mes.
Tras las revelaciones de Snowden, se conoció que Estados Unidos de
América había vigilado incluso las llamadas telefónicas de la presidenta de
Brasil, Dilma Rousseff, y de la canciller alemana, Angela Merkel, al tiempo que la
NSA había intervenido sesenta millones de llamadas telefónicas españolas.
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Amnistía Internacional señaló que Estados Unidos de América comparte su
programa de vigilancia masiva con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino
Unido, países con los que forma la Alianza de los Cinco Ojos.
Hacia dos mil trece, archivos filtrados de la NSA revelaron que las empresas
de tecnología habían colaborado con las autoridades estadounidenses para
facilitar la vigilancia del uso de sus aplicaciones, como el correo electrónico y las
plataformas digitales de medios sociales. Es por ello, que Amnistía Internacional a
través de su campaña #DejenDeSeguirme pretende pedir a los gobiernos, que
sometan la vigilancia masiva a supervisión y transparencia, así como acciones en
el ciberespacio para que los países de la Alianza de los Cinco Ojos pongan fin a
todos los programas y prácticas de vigilancia masiva indiscriminada existentes y
garanticen que todas las medidas de vigilancia de comunicaciones no sean
violatorias de derechos fundamentales.
3. Los derechos de la información en México: marco jurídico y contexto
tecnológico
Los derechos de libre expresión, acceso a la información y de protección de
datos personales (en este trabajo los catalogamos, en conjunto, como los
derechos de la información) se encuentran reconocidos por la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos a la luz de lo dispuesto por los artículos 1°, 6°,
7° y 18 de dicho ordenamiento supremo (sumado a la regulación de carácter
secundaria en el orden federal y local en estas materias); en armonía con lo
previsto en los artículos 13 y 14 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José), por hacer mención sólo de uno de los
instrumentos jurídicos de orden internacional que reconoce este tipo de derechos.
En consonancia con el bloque jurídico interamericano en materia de
derechos humanos, México cuenta con una Ley General de Transparencia y
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Acceso a la Información Pública, recientemente publicada en el Diario Oficial de la
Federación el pasado cuatro de mayo de dos mil quince; además, el sistema
jurídico mexicano contempla la Ley Federal de Protección de Datos Personales en
Posesión de los Particulares, una Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental; y, en el marco referente a los medios de
comunicación masiva a través de los cuales se pueden hacer efectivos los
derechos de libertad de la información, se tiene la Ley Federal de
Telecomunicaciones y Radiodifusión, y la Ley del Sistema Público de
Radiodifusión del Estado Mexicano.
Ahora bien, el actual fenómeno de globalización tecnológica de la
comunicación y de la información encabezado por el internet y las herramientas
colectivas que de éste derivan (plataformas digitales para subir y bajar información
relevante al espacio virtual, así como las redes sociales -por mencionar algunas-)
han rebasado los límites de regulación jurídica nacional, lo cual se traduce en la
existencia de numerosos huecos legales y supuestos fácticos que permiten que
dichas herramientas se conviertan en armas de doble filo para los usuarios y los
destinatarios de la información (personas, ciudadanos, servidores públicos,
instituciones públicas, instituciones privadas, etcétera), lo que provoca
consecuentemente que los derechos de libertad sean vulnerados de manera
constante.
Ejemplos de lo anterior, los podemos encontrar en las consideraciones de
Julian Assange (2013) en su obra denominada “Criptopunks: La libertad y el futuro
de Internet”:
Abstraído del viejo mundo de átomos en bruto, el nuevo universo de internet anhelaba
independizarse, pero los Estados y sus secuaces pasaron a dominar nuestro nuevo mundo
[…] El Estado […] pronto aprendería a apuntalar su dominio del estado físico para conseguir
el dominio de nuestro espacio platónico […] ocupando las líneas de fibra óptica y los
alrededores de estaciones satelitales en tierra pasando a interceptar en masa el flujo de
información de nuestro nuevo mundo –su esencia misma- incluso cuando toda relación
humana, económica, y política se sumaba a él. El Estado como sanguijuela en las venas y
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arterias de nuestras nuevas sociedades devoraría toda relación expresada o comunicada,
cada sitio Web visitado, cada mensaje enviado y cada idea googleada, para luego
almacenar este conocimiento […] en amplios depósitos ultrasecretos, para siempre. Luego
pasaría a socavar una y otra vez este tesoro, el producto intelectual colectivo y privado de la
humanidad, con algoritmos de búsqueda y detección de patrones cada vez más sofisticados,
abultando el tesoro y maximizando el desequilibrio de poder entre los que interceptan y los
interceptados. Y luego, el Estado plasmaría lo aprendido en el mundo físico […] y hacer
favores a su vasta red de industrias, infiltrados y cómplices (pp.16-17).
Como se expuso con anterioridad en este trabajo, la figura del Estado
vigilante en primer momento resulta indispensable para mantener el orden social y
el acato al derecho, lo cual se funda en el reconocimiento y auto convicción, por
parte de la propia colectividad, de la necesidad de que exista un sistema jurídico-
político que sustente un gobierno efectivo en un determinado territorio. Sin
embargo, el alcance de las facultades reguladoras y vigilantes de la autoridad
puede ir más allá de lo razonable.
El respeto a los derechos fundamentales de las personas supone una serie
de abstenciones por parte de las autoridades que conforman el poder púbico en
un país determinado (Ferrajoli, 2010: 24); en ese sentido, al abordarse el análisis
de la libertad de expresión y de acceso a la información, así como la protección de
los datos personales, a través de las nuevas tecnologías, se tiene ya muy
presente el hecho de que “ […] los gobiernos están utilizando la red para dar lugar
al mayor aparato de espionaje y vigilancia de los ciudadanos que ha existido
nunca […]” (Dans, 2013), lo que pone de manifiesto sus extralimitaciones.
4. Mexicoleaks: alternativa tecnológica independiente impulsora d e derechos
fundamentales
A raíz de la reforma constitucional del pasado mes de junio de dos mil once,
se ha generado en México un nuevo paradigma de supremacía constitucional que
acoge los principios pro-homine y de interpretación conforme tomando en
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consideración las bases prescritas en los tratados internacionales en materia de
derechos humanos, al reconocer que en todo momento se debe interpretar y
aplicar el bagaje jurídico mexicano a los casos concretos procurando las
condiciones más favorables para las personas.
Sin embargo, los altos niveles de impunidad1 y corrupción en nuestro país
han debilitado al interior de éste el Estado de Derecho2 característico de los
regímenes constitucionales que se jactan de ser democráticos y garantes de los
derechos fundamentales.
Sin duda alguna, los factores negativos antes mencionados influyen de
manera directa en la falta de independencia y certeza informativa de los medios
tradicionales de comunicación masiva que operan en México (empresas que
dirigen: televisión abierta y restringida, periódicos, radiofusoras, etcétera), lo cual
repercute en el ejercicio de los derechos fundamentales de libertad de expresión
(y por ende, de prensa), de acceso a la información, y de protección de datos
personales.
Ante este panorama escabroso, a principios del mes de marzo de dos mil
quince se difundió en los medios nacionales de comunicación, la noticia referente
a la creación de una novedosa plataforma digital encriptada denominada
Mexicoleaks, la que es generada y patrocinada por organismos internacionales
gubernamentales y no gubernamentales que buscan la protección más amplia de
los derechos humanos a nivel mundial. La plataforma en mención permitirá a
cualquier persona u organización social subir al espacio cibernético de manera 1 De acuerdo al Índice Global de Impunidad 2015 (IGI) elaborado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la Universidad de las Américas Puebla, México se encuentra en el segundo lugar de impunidad a nivel mundial con un índice de 75.7 puntos, debajo de Filipinas (país que ocupa el primer lugar en la lista) con un índice de 80 puntos. Información disponible en la siguiente ruta electrónica: http://www.udlap.mx/cesij/resultadosigi2015.aspx 2 Luigi Ferrajoli (2010), principal exponente de la corriente iusfilosófica conocida como Constitucionalismo Garantista, se refiere al Estado de Derecho como el conjunto mínimo de limitaciones a los poderes públicos, impuesto de manera general y abstracta, con la finalidad de proteger los derechos de libertad de las personas (p. 16). Lo que en pocas palabras y de manera más fácil se puede explicar con la siguiente frase: la sujeción del derecho al derecho.
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totalmente confidencial, información de interés público en México a fin de que ésta
sea conocida mundialmente, con la finalidad de transparentar la función estatal y
la intervención de los particulares en los asuntos de índole general.
La razón por la cual México comienza a formar parte de este tipo de
proyectos dirigidos por instancias internacionales (con independencia de los
esfuerzos jurídicos nacionales, por ejemplo, el reconocimiento e incorporación de
nuevos principios constitucionales y legales, como el de máxima publicidad) tiene
que ver con una percepción de necesidad de auxilio y soporte técnico en el ámbito
cibernético de la información; esa necesidad es ahora captada por organismos
internacionales que se dan a la tarea de crear y poner a la disposición la
herramienta Mexicoleaks.
Las instancias patrocinadoras de Mexicoleaks son: el gobierno holandés, la
Comisión Europea, Globaleaks, Free Press Unlimited, y múltiples donaciones de
instituciones y sujetos privados. La finalidad del proyecto consiste en que la misma
sociedad mexicana sea capaz de participar activamente en el ejercicio de sus
derechos fundamentales compartiendo información clave para el desarrollo
nacional y demás tópicos de investigación al respecto, de forma responsable y con
la seguridad plena de que no se le perseguirá bajo ninguna represalia, en virtud
del anonimato que garantiza la tecnología avanzada que utiliza dicha herramienta
tecnológica-social.
La primordial pretensión de Mexicoleaks es que en México se comience a
dar pauta, de forma paulatina y a través de un entorno digital y virtual, a una
colectividad realmente conocedora de los tópicos más trascendentales del interés
público, en donde los operadores periodísticos y demás agentes trascendentales
en la materialización de los derechos fundamentales de la libertad de expresión y
acceso a la información, desempeñen sus actividades de investigación y
publicación de resultados de manera segura y confiable, sin poner en riesgo su
futuro profesional y su integridad personal (Shala, 2015).
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La información que se pretende subir, verificar, analizar a fondo y, por último,
dar a conocer por medio de la plataforma digital Mexicoleaks, se encuentra
totalmente relacionada con aquélla que tiene que ver con el uso adecuado de los
recursos públicos del país por parte de los servidores públicos, el correcto
desempeño de la función pública, la participación de agentes políticos clave como
lo son los partidos políticos, la transparencia en las relaciones del sector público
con el sector privado, así como los temas relativos a la persecución de la
delincuencia organizada y la corrupción de funcionarios del Estado, violaciones a
derechos fundamentales, entre otros.
El actual Plan Anual de la organización internacional Free Press Unlimited
(2015) establece:
El acceso digital se avecina. También se está haciendo extensivo a las áreas más pobres
de África y Asia. La población de estos países también quieren tener voz en las redes
digitales […] Free Press Unlimited quiere reinventar el enfoque de la radio comunitaria y
añadir tecnología digital innovadora. Esto se puede lograr poniendo más énfasis en nuestras
intervenciones en la prestación de una voz de (auto- expresión), co-creación
(empoderamiento) y la cooperación (compromiso) con las personas. La forma en que la
población puede influir en sus gobiernos y líderes con mayor eficacia y hacerlos
responsables. Países donde se necesita desesperadamente este tipo de modernización son
Bangladesh, Burundi, Colombia, República Democrática del Congo, Ghana, Indonesia,
México y Zambia […] Free Press Unlimited comenzará esta modernización en 2015 (p. 7).3
El documento en mención hace una relación de los proyectos digitales a
desarrollar en México, y expone los objetivos de éstos, los resultados que se
esperan, así como los colaboradores nacionales comprometidos:
3 Se transcribe a continuación la cita textual en el idioma original (inglés): Digital access is coming. It is also reaching the poorest areas of Africa and Asia. The people in those countries would like to respond to and have a voice in the media […] Free Press Unlimited wants to refresh the grassroots approach of community radio and add innovative digital technology. This can be achieved by placing more emphasis in our interventions on providing a voice to (self-expression), co-creation (empowerment) and cooperation with (engagement) the people. That way they can influence their governments and leaders more effectively and hold them accountable. Countries where this kind of modernization is desperately needed are Bangladesh, Burundi, Colombia, DR Congo, Ghana, Indonesia, Mexico and Zambia […] Free Press Unlimited will start this modernization in 2015.
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Un primer proyecto lo constituye un programa de noticias para niños a través
del Canal 11 y Canal 22 (televisoras públicas de carácter cultural con difusión en
el territorio mexicano, y con cobertura internacional a través de internet y televisión
por cable). El segundo proyecto para el año dos mil quince es precisamente la
consolidación de resultados de la plataforma digital Mexicoleaks, mediante el
impuso y desarrollo de los llamados whistleblowers (personas que filtran
información), figuras importantes en el mundo de las nuevas tecnologías de la
comunicación y la información, supuestamente perseguidos por los gobiernos
actuales, por dar a conocer información clasificada como secreta, ya que pone en
riesgo la sustentabilidad y legitimidad de los poderes públicos (p. 25).
Partiendo de la información proporcionada en el sitio web de Mexicoleaks, el
sitio web oficial de la organización Free Press Unlimited a través de su Plan Anual
2015, así como derivado de las declaraciones de su Coordinadora, la holandesa
Albana Shala en el programa de noticias de la empresa MVS transmitido por radio,
televisión y el canal de internet en YouTube el pasado diez de marzo de dos mil
quince (en aquel entonces encabezado por la periodista mexicana Carmen
Aristegui), el proyecto digital Mexicoleaks pretende constituirse como una
herramienta cibernética que satisfaga dos intereses fundamentales: la protección
de la información pública y la seguridad de los informantes.
Con ello se busca que la sociedad mexicana se re-apropie de las funciones
del Estado, que se ejerza de hecho y de derecho la soberanía nacional en tanto
que constitucionalmente reside y se origina en el pueblo mexicano; que este último
lleve a cabo una legítima vigilancia de la función pública en acato a los principios
constitucionales a través de la efectiva divulgación de la información concerniente
al interés público; se garanticen los mecanismos de acceso y uso de la tecnología
disponible en dicha plataforma digital de manera anónima, protegiéndose los datos
personales de los usuarios informantes en todo momento; y sobre todo, que se
fortalezca la democracia mexicana:
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Mexicoleaks es una herramienta que permite filtrar información de interés público a medios
de comunicación y organizaciones civiles, siempre a través de tecnologías seguras.
Al enviar información que sirva para demostrar abusos y corrupción, estás ayudando a
construir un país más transparente y justo (Mexicoleaks, 2015).
Las organizaciones periodísticas mexicanas que fungen como colaboradoras
de tan importante proyecto auspiciado por instancias extranjeras son:
• ANIMAL POLÍTICO (sitio nacional de noticias independiente).
• Emeequis (revista quincenal de circulación nacional).
• Más de 131(medio de comunicación nacional independiente).
• Periodista a Pie (medio de comunicación nacional independiente).
• Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación
(PODER).
• Revista PROCESO.
• La Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D).
El diagrama de flujo para la utilización de la plataforma Mexicoleaks,
contempla una opción para el usuario consistente en elegir con cuál de los
colaboradores que se mencionan con anterioridad se quiere compartir la
información que se pretende subir al espacio virtual. Además, se cuenta con un
mecanismo de alta seguridad y total anonimato de los informantes; esto quiere
decir, que ningún sujeto, ni siquiera los colaboradores nacionales o los organismos
internacionales de soporte técnico o financiero a la plataforma, tendrán manera de
rastrear el remitente de la información 4 . En esto consiste la encriptación de
4 El diagrama de flujo para utilizar Mexicoleaks (2015) contempla: 1. Descargar Navegador TOR (éste rebota las conexiones en todo el mundo y oculta el origen del usuario). 2. Entrar a la plataforma y elegir la opción referente al envío de documentos. 3. Seleccionar el colaborador para compartir la información. 4. Cargar los archivos, 5. Obtener número secreto para entrar a la plataforma y establecer el contacto anónimo.
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Mexicoleaks, convirtiéndola en una herramienta cibernética-social muy por encima
de los beneficios que brindan otras alternativas tecnológicas de actualidad para
compartir información, como lo son las redes sociales comunes y corrientes
(Facebook y Twitter, por ejemplo) y otras plataformas virtuales sin encriptamiento.
A continuación se presentará un breve análisis de Wikileaks (organización
fundada en el año dos mil seis por el polémico whistleblower o criptopunk5 Julian
Assange), en tanto que éste constituye un modelo previo de filtración informativa
que ha metido en aprietos a gobiernos poderosos en todo el mundo, entre éstos,
al de los Estados Unidos de América.
5. El proyecto Wikileaks y el derecho a informar y a estar informado
Como se aludió con antelación, Wikileaks es una organización creada en el
año dos mil seis por Julian Paul Assange, “uno de los más destacados exponentes
de la filosofía criptopunk. Su trabajo en Wikileaks le ha dado vigencia política al
tradicional lema criptopunk <privacidad para los pobres, transparencia para los
poderosos>. Su trabajo más visible pasa por un enérgico ejercicio de la libertad de
expresión para forzar la transparencia y la responsabilidad a instituciones
poderosas” (Assange, 2013: 19).
Sin ahondar para nada en la actual investigación criminal a la que se
encuentra sometido Julian Assange, iniciada por el gobierno de los Estados
Unidos de América, supuestamente como represalia derivada de la publicación
realizada por Wikileaks en el año dos mil diez acerca del “sistemático abuso del
secreto oficial por parte de los militares y el Gobierno estadounidense” (p. 23),
5 “Los criptopunks abogan por el uso de la criptografía y otros métodos similares como medios para lograr el cambio social y político. El movimiento, fundado a comienzos de la década de los noventa, fue especialmente activo durante las “guerras criptográficas” de la década de los noventa y en la “primavera de internet” de 2011. El término cypherpunk, criptopunk en castellano, proviene de la unión de las palabras cypher (clave, cifra, código criptográfico) y punk, se incorporó al Oxford English Dictionary en el año 2006” (Assange, 2013: 7).
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este apartado tiene como único propósito analizar de forma breve el telos de,
precisamente, Wikileaks.
El proyecto Wikileaks se apoya, al igual que el Mexicoleaks, de una
plataforma digital encriptada que permite a los usuarios cibernéticos de todo el
mundo subir información trascendental y de interés general (de la misma manera
que en Mexicoleaks, accesando a través del Navegador TOR) en el ámbito
político, económico o histórico. La información, posteriormente es verificada y
analizada para ser publicada de manera anónima, sin ánimo de lucro alguno.
De ello, se colige que la finalidad última de esta organización es la promoción
de los derechos de libertad de los individuos: el derecho a informar y a estar
informados. Así, se limita la facultad de vigilancia del Estado frente a la libre
expresión; ya que, aún y cuando dicha atribución estatal se encuentre
debidamente reglamentada y sustentada en un régimen constitucional y
democrático, la autoridad pública en todo momento es susceptible de
extralimitarse en perjuicio de los gobernados, y en general, de las personas. Ello
encuentra sustento al considerar que no existe Estado de Derecho perfecto, sino
que éste más bien es perfectible (Ferrajoli, 2010).
Por otro lado, en el ámbito supranacional, la vigilancia llevada a cabo por los
países más poderosos en los países tercermundistas suele encontrar un punto de
apoyo en los nuevos mecanismos que brinda la infraestructura del internet,
mismos que eliminan las fronteras territoriales y las enormes distancias entre
usuarios de todas las nacionalidades: las redes sociales.
Finalmente, en el prefacio que dedica Julian Assange (2013) a América
Latina en su obra “Criptopunks: La libertad y el futuro de Internet”, encontramos lo
siguiente:
La lucha de Wikileaks es una gesta compleja. En mi trabajo como periodista he luchado
contra guerras y para que los grupos poderosos rindieran cuentas ante el pueblo.
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Mediante esta labor, he llegado a comprender la dinámica del orden internacional y la lógica
del imperio. He visto países pequeños ser amedrentados y dominados por países más
grandes o plagados de empresas extranjeras que los hacen tomar decisiones en detrimento
propio. He visto el amordazamiento del deseo popular, elecciones compradas y vendidas
[…]
En los últimos años se ha visto el debilitamiento de las viejas hegemonías. Las poblaciones
[…] se han levantado ante tiranías para conseguir la libertad y la autodeterminación […]
América Latina ha comenzado a transitar un período muy esperado de soberanía e
independencia tras siglos de dominio imperial […]
La duradera lucha latinoamericana por la autodeterminación es importante porque marca el
camino para que el resto del mundo avance hacia la libertad y la dignidad. Pero la
independencia de América Latina está aúnen pañales […]
Este es el motivo por el cual el mensaje criptopunk es de especial importancia para el
público de América Latina. El mundo debe ser consciente del riesgo que la vigilancia
significa para América Latina y para el antiguo Tercer mundo. La vigilancia estatal no solo es
un problema para la democracia o para la gobernabilidad, sino que es un problema
geopolítico. El control de toda una población por parte de poderes internacionales
naturalmente amenaza la soberanía […] corporaciones estadounidenses como Facebook
disponen de una penetración casi toda en la población de un país entero […] Este es el
nuevo juego: controlar la comunicación de miles de millones de personas y organizaciones
[…]
La criptografía no solo puede proteger las libertades de los individuos, sino la soberanía y la
independencia de países enteros, la solidaridad entre grupos con una causa común, y el
proyecto de una emancipación global. Puede ser usada no solo para luchar contra la tiranía
del Estado sobre el individuo, sino contra la tiraría del imperio sobre la colonia (pp. 9-13).
Como se puede ver, el internet ofrece múltiples herramientas sociales que
pueden resultar armas de doble filo para los usuarios (informantes e informados)
de la red virtual global: por un lado, ofrecen una valiosa oportunidad para
manifestar las ideas y dar a conocer información (de interés público y también de
índole privada) con una proyección espacial sin límites; sin embargo, el otro lado
de la moneda consiste en el otorgamiento voluntario del usuario al Estado (o bien,
pluralidad de Estados o poderes públicos internacionales) de sus datos
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personales, historial de vida privada, información que contiene inclinaciones e
ideologías políticas, datos que revelan la capacidad económica y financiera,
etcétera.
Toda esta gama de información fortalece el llamado surveillance state (lo que
identificaríamos como Estado vigilante, en idioma español), el cual se refiere a “un
Estado que desarrolla una vigilancia [control, espionaje] masiva de sus habitantes
arriesgando su privacidad y los derechos humanos” (p. 10). La criptografía, como
alternativa tecnológica generada por los criptopunks (auspiciados técnica y
económicamente por organizaciones internacionales pro derechos humanos sin
fines de lucro, como es el apoyo que se brinda tanto a Wikileaks como a
Mexicoleaks) en el uso de las herramientas tecnológicas-sociales, puede ser una
solución eficaz para garantizar el derecho a informar y a estar informados.
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Conclusiones
Primera. La función del Estado vigilante se encuentra legitimada en las
democracias modernas; sin embargo, éste puede exceder sus límites de control
social, al llevar a cabo una vigilancia ubicua e imperceptible mediante el uso de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en menoscabo de los
derechos fundamentales de libertad de expresión, acceso a la información y
protección de datos personales de los usuarios de internet.
Segunda. Las redes sociales -como Facebook y Twitter, por ejemplo- y otras
herramientas tecnológicas-sociales, han permitido que las relaciones humanas
trasciendan a un plano virtual, facilitando la comunicación e interacción entre los
usuarios; sin embargo, también resultan ser, en algunos casos, utilizadas por
agentes de poder en favor de sus propios intereses.
Tercera. Ante este panorama y la situación actual que se vive en México
respecto a temas de inseguridad, falta de transparencia y la corrupción de los
funcionarios de gobierno, lo que trae como consecuencia la censura periodística y
la opresión de la opinión popular, por la intromisión de la autoridad sin justificación
alguna, surge Mexicoleaks como una plataforma digital encriptada para subir,
verificar e investigar información de interés público, y finalmente difundirla sin
consecuencias o represalias, debido a que se garantiza el anonimato de los
informantes. Ello permite, sin lugar a dudas, un pleno ejercicio de los derechos de
la información en México.
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25
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