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  • 8/12/2019 Knapp 01 Konslo

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    Knapp 01 : GEFUHL KONSLO.

    Escrito por Alfredo Juillet Frascara.89.369 palabras

    Noviembre 2006 a Enero 2007

    Cuento de Ciencia Ficcin escrito por Alfredo Juillet Frascara . 145 pginas 89.467 palabras.

    Personajes: Gefuhl Konslo (18);Dama Rixia, Almirante Timlen, mensajero Rokor. Amigo: Rufo

    Labarbe (22); Felipe Guaje (18), : Areza Vita (19), :Duapa Viar (18),

    :Dirigia Dipio (48). Prugel Konslo; Secretaria de Prugel : Erminia (38); Profesor Worsof (58) ;

    Lugar : Ciudad de Monlau, Planeta Janarvia , Estrella Gamma de la ConstelacionPiscis .

    Fecha Gregoriana : 3.478Fecha estelar = (32)55332.4983

    Capitulos de la obra:

    1 .- Gefuhl Konslo2.- Gefuhl en Lorinata

    3.- La ciudad de Oredloro4.- El capitn Silvan de la "Rocio"5.- Oxiborion

    6.- Jurgen Reitze

    7.- Oredloro

    8.- Partida desde Oxiborion con el tesoro rescatado de las aguas y llevado a Oredloro.9.- Salida desde Oredloro con el tesoro hacia el campamento Worsof con diez voluntarios10.- Llegada al Campamento Worsof

    11.- Del campamento Worsof a Oredloro en motocicleta12.- Llegada a Oredloro en motocicleta

    13.- De Oredloro a Oxiborion en busca de tesoros14.- En Oxiborion

    15.- Rumbo al pais de los Enanos16.- Campamento Worsof

    CAPITULO 1GEFUHL KONSLO

    Gefuhl Konslo asista a clases en la Academia de su ciudad, Monlau, en el planeta Janarvia. Esteplaneta es el tercero de Gama de Piscis; colonizado en el 3.230 E.C.por Viodel Nastirnio, que yaen el ao 3.478 E.C. posea seis ciudades importantes , cada una con Astro puerto y con poblacionesbordeando los seis millones de habitantes.

    Su gobierno era una monarqua, siendo el Rey Nastirnio IV su gobernante principal, y una Corte sereparta los cargos pblicos entre s, siendo muchos de ellos familiares directos de Nastirnio IV.

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    Tu padre vende combustible en el Cosmdromo. Dicen que cobra demasiado.- Dijo uncondiscpulo a Gefuhl Konslo.

    Pues, debe haberlo dicho quien le hizo trampa. A mi padre le odian los que quieren llevarse elcombustible sin pagarlo.- Repuso Gefuhl, de inmediato. Quien as le hablaba no tena padre en elCosmdromo, ni to mercader espacial; pero s grandes intereses en la atencin que le pudiera darAreza Vita, la cual se hallaba cerca. La tal Areza Vita era alta y hermosa, una diosa vikinga segndecan sus admiradores...

    Y algo haba de Diosa en ella, pues Gefuhl se senta transportado a un lugar atemporal nada msque al aproximarse a la bella joven.

    Mir a sta, y la vio sonrerle, con lo cual gan confianza; entendi que la bella joven crea en suexplicacin y que rechazaba la grave y fea acusacin de Felipe Guaje, joven de acaudalada familiade comerciantes, pero de malos instintos.

    Ya en el Neumtico (vehculo con forma de cpsula que se desliza entre estaciones impulsado poraire comprimido), vio cerca suyo a la joven, quien estaba rodeada de su crculo de amigos desiempre.

    Hola, Areza ! Irs a la piscina, hoy ?- Le pregunt, sintiendo mariposas en su estmago.Es verano, Gefuhl. Tengo que ir.- Se ri la joven, y su crculo de amigas se ri con ella.Enrojeci Gefuhl, y dijo Te v terminar temprano el exmen hoy. Parece que te fue muy bien.-A m me fue bien, creo. Sin embargo, no s cmo te fue a t. No te estuve mirando.- RepusoAreza, sonriendo, y Allega, una joven rolliza , dijo : Yo le vi salir de esa sala - de entre los ltimos!- Y todos volvieron a rer ; esas risas creaban un estado de excitacin y tensin en Gefuhl, que setradujo en ponerse ms nervioso...

    La bella Areza ya no le puso ms atencin, dedicndose a comentar de Algebra con sus allegados...

    Pronto sali del Neumtico, entre sus seguidoras, y sin volverse a mirar a Gefuhl. Este la vioalejarse; se cerr la puerta de Acercristal, y el vehculo reanud su silencioso viaje.

    Enamorado el joven, no?- Dijo una voz a sus espaldas. Volte Gefuhl, y vi a Duapa, una

    compaera de la Academia, mirndole burlonamente.No es as! Slo quise ser amable.- Repuso Gefuhl.No me lo pareci ! Pero, si t lo dices...- Se ri Duapa ; ella era delgada y de cabellos negros, con

    un rostro redondo.Maana sabremos los resultados ; creo que lo hice bien.- Acot Gefuhl.Ah, tu siempre tienes buenas calificaciones ! Sin embargo, a mi me cuesta tanto... si tuviera algnbuen compaero, podra mejorar mis notas!- Dijo Duapa, mirndole provocativamente... Elvehculo se detuvo en la siguiente Estacin , y Gefuhl se baj, sin responder.

    En su casa, solo su madre estaba presente, ya que l trabajo absorba totalmente a su padre, quiendeba atender a las necesidades de numerosas naves espaciales, sedientas de combustible.

    Tu padre llam hoy en la tarde. Dijo que haban llegado tres naves espaciales desde la Tierra, por

    lo que no vendr a cenar.Me maravill de que an tenga tiempo de avisarte por videotelfono._ Acot Gefuhl, mientrassuba la escalera hacia su pieza, en donde dejo sus tiles y entrando en el cuarto de bao, se dabauna ducha seca.

    Al salir de all, su madre le dijo Como te est yendo en tus estudios, hijo?

    Bien, madre. Hoy di un importante exmen, que creo me abrir las puertas para mi graduacinfinal.- Respondi Gefuhl.

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    Me alegr, pero no quiero saber despus que te ha ido mal. No es porque necesitemos que trabajes,porque tu padre tiene buenas ganancias; es porque tu padre tiene cifradas muchas esperanzas en ti,hijo.- Dijo la Sra. Diriga, sentndose a la mesa. Teclearon el men, y pronto salieron las bandejascon los alimentos requeridos.

    Tu padre dice que pronto nos mudaremos de casa. A un barrio de mejor calidad.- Dijo la Sra.Diriga Diripio.

    Ah, si ? Qu bueno ! Padre ha tenido siempre el mismo sueo: vivir en el barrio nuevo.- Serecord Gefuhl, probando el pur de papas.

    261Su madre le aconsej seguir aplicndose a sus estudios; Gefuhl la escuch con gusto, pues saba que

    ella lo haca nada ms que por su bienestar futuro.En las semanas siguientes, Gefuhl recibe sus calificaciones y junto con la mayora de alumnos de sucurso, es notificado de que podr recibirse del ttulo de Astrogador General Quinto Grado, en lasceremonias que se llevaran a cabo dentro de diecisiete das.

    Esto lo celebrar nuestra clase anticipadamente! No puedes rehusarte! - Le dijo Rufo Lafarbe,compaero leal que haba tenido en los pasados seis aos all.

    Creo que tienes razn.- Coment Gefuhl, mirando al grupo - all estaba la bella Areza Vita,rodeada por admiradores.

    Ah, sigues enamorado de la bella Areza ! No te culpo- la mayora nos hemos enamorado de ella!Pero aprende de mi: cuando ella me rechaz, qu hice? Seguir desendola ?- Pregunt RufoLafarbe.

    Eso hiciste?- Pregunt, ingenuamente, Gefuhl.

    Claro que no! - Afirm Rufo, y en eso se le acerca la delgada Duapa, quien le abraz y bes,como si all no hubieran otras personas... Gefuhl se alej, mirando a Areza, quien miraba ahora, a suvez, a la pareja que haca alarde de su enamoramiento (o lo que fuera) con abrazos y besos ms bienardientes...

    Alumno Gefuhl! Tan triste, y ahora que sabe que va a recibirse con honores! Qu le pasa?- Lepregunt el profesor Worsof, saliendo de un aula, con un pesado mamotreto bajo el brazo.

    Profesor Worsof! No se haba retirado Ud.?- Pregunt Gefuhl, mirndole asombrado; el profesorWorsof haba tenido una discusin terrible con el Director de la Academia, haca una semana; todoshaban odo que se haba retirado para siempre.

    Ah, es que vine a buscar algunas cosas! No que me hayan invitado, por supuesto... y espero nohallarme con el Director Moure, a quien por supuesto, detesto...Pero, bien ! Si no tienes cosa mejorque hacer, aydame a llevar este libro! Y podr volver a buscar otras cosas que necesito.- Dijo elProfesor Worsof, pasndole el mamotreto, que bien podra pesar siete kilos!

    Claro, profesor.- Dijo Gefuhl, aunque se daba buena cuenta de que el profesor no tena inters ensabe si le iba a ayudar de buen grado o no: era ms bien una orden, una exigencia... Worsof seintrodujo nuevamente en esa sala, y Gefuhl le sigui; era la sala de Instrumentos, y haban muchosde ellos repartidos por todos lados, con la mayora dentro de sus estantes ; Worsof rompi uncristal, con mucho ruido de vidrios rotos, y sac un Vadimetro, con sus diferentes Perodios en unacaja; Gefuhl se preocup, diciendo : Profesor ! Creo que no tiene Ud. Permiso para entrar ac!

    Ha, ha! Bien dicho; no lo tengo! Es que no me lo daran, por supuesto; necesito estos instrumentospara mi creacin ltima! A ver, llvame los Perodios... el Vadiometro pesa su buen poco.- Expresel profesor Worsof, tomando el aparato en cuestin, que meda ms de metro y medio, pero tena ensu base una esfera que pesaba sus buenos 20 kilos!

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    Salieron de all, y les vieron algunos alumnos acarreando aquello; entre estos, Felipe Guaje, quiendijo Eh, Gefuhl! Desde cundo eres ayudante del profesor Worsof?

    Desde ahora, pequeo entrometido!- Dijo Worsof, pasando por entre medio de ese grupo, que lesqued mirando con desconfianza. Gefuhl dijo: Estoy comprometido con Ud. Ahora, profesor!Creern que soy su cmplice!

    Ah, qu te preocupas del ahora! A ver, por ac est mi vehculo. - Dijo este, saliendo por unsendero al aparcadero de minifliers, y abriendo la puerta de uno de los mas herrumbrosos, dejo elVadiometro en el asiento trasero; luego, acomodaron los Perodios en el otro asiento delantero, ysobre ellos, el libro.

    Bien, Gefuhl! Pasa a verme; estoy en el Laboratorio 39! Ac esta una tarjeta; la pasas por portera,y me vas a ver, cuando quieras! Adis!- Dijo el profesor Worsof, dndole la tarjeta, subindose alminiflier, y saliendo de all a escape.

    Parado en la grava del estacionamiento, Gefuhl le quedo viendo como se perda entre las nubes;algo ilegal, por supuesto; los miniflier deban volar a lo ms, a diez metros sobre los objetos, peroquien le iba a poner reglamentos al dscolo profesor Worsof?

    Volvi al saln del que haban sacado los instrumentos, y hall la puerta cerrada con llave; mejor!No le convena se supiera del prstamo que se haba hecho el profesor Worsof! Ya en el patio, lellam Rufo Labarbe, quien dijo: Adonde te habas metido? Ya viene la ltima charla del Dirctor,en el Auditorio! Vamos!

    Y al llegar all, vieron al Director acercndose al podio, y tomando aire, comenzar su discurso dedespedida; se sentaron en una banca, y escucharon.

    Alumnos de la Academia de Humaciales ! Veo con orgullo indebido, como Uds. Han podidocaptar las enseanzas de este plantel, y ahora recogen los frutos que les ayudaran a seguir por lavida en buena forma, en buen sentido, en buena calidad de vida! Sern astronautas, ingenieros deconstruccin de espacionaves, y vern otras estrellas con sus propios ojos! Los que seguirn ennuestro planeta, podrn construirle las naves a sus compaeros y amigos, para que viajen aconquistar horizontes en las arenas del cosmos! El da 239 de este ao, en esta misma sala,

    entregaremos los diplomas a los que se hallan recibidos este ao! Y muchos sentirn nostalgia,porque ya no tendrn que volver a esta Academia, a conversar y departir sanamente con suscompaeros! Pero confrtense, pensando en que el recuerdo de estos das de formacin, aos deformacin, les acompaarn adonde vayan, por muchos aos ms.

    Y ahora, recuerden que en los 39 das que faltan para la graduacin, debern aclarar sus deudas conla institucin, o de lo contrario no sern entregados los diplomas! Quien no pague, deber quedarsesin el ttulo! As es que, al que le falte dinero, trabaje en estos das, para ponerse al da! Los dems,los que tienen la fortuna de tener padres adinerados, ya saben que el ttulo lo tienen prcticamenteen el bolsillo!

    Algunos silbaron en desaprobacin, pero el Director hizo caso omiso de estas declaraciones derechazo a sus dichos, y sigui diciendo: Habrn cursos de perfeccionamientos en las diversas

    areas cada ao, en la poca de vacaciones del alumnado en curso ! Estos cursos son interesantes,necesarios, para quienes como Uds., tienen por lema el estudar y vencer! Cada ao, podrn ponerseal da con los adelantos cientficos que ayudan siempre a facilitar las cosas!

    Y baj del podio, entre aplausos y silbidos; Gefuhl se dirigi a la salida, pensando en cmo habraquienes no tendran el dinero; felizmente, su padre llevaba los pagos al da.

    Tomo el neumtico, y se fue al Cosmdromo, en donde vio a su padre, en la oficina, atareado conlos documentos del da.

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    Hola, padre. Ya me avisaron del da de mi graduacin; ser el 239.- Aviso nada ms entrar. Vio ala secretaria, la Srta. Erminia, y la saludo con una vena.

    Ah, eres t! Pensaba en ir a almorzar hoy da, pero es imposible! Hay mucho que hacer ac! Acse hace el dinero, t lo sabes. - Dijo Prugel Konslo,

    Si quieres, le voy a buscar un sndwich.- Se ofreci Konslo.

    No, la Srta. Erminia ya me trajo un almuerzo, de la cafetera! Bien, qu deseas? Estoy ocupadoahora.- Dijo Prugel.

    Nada ! Se me ocurri venir a avisarte de la fecha; no poda esperar a la noche.- Expreso Konslo,sintindose herido.

    Ah, ya! Gracias. - Dijo Prugel, levantando la mirada unos segundos, para mirar a su hijo; le viojoven y ganoso, como haba sido l en su poca de juventud; ah, la juventud que se va tan rpido!

    Me voy, nos vemos! Adis, Srta. Erminia!- Dijo Konslo, saliendo a escape.

    Chao.- Dijo Prugel, ensimismado en sus negocios... La Srta. Erminia, de 38 aos, sonritristemente; la vida de los negocios no dejaba mucho tiempo para la vida familiar, si es que sequera triunfar en ella. En su propio caso, casada pero sin hijos, vea a su marido llegar cada da ms

    tarde, con olor a licor...

    Konslo se fue a un centro de recreaciones, y se ensimismo en la visin de antiguas pelculas, quecontaban la historia del planeta, desde la llegada de los colonos de la Tierra, hasta pocos aos antes;eran miles de horas de videos, con diferentes personajes, y con visiones de lo que haba sido elplaneta en ese entonces y ahora.

    Janarvia posea ocho continentes, pequeos pero ocupando equidistantemente todos los rincones delplaneta; grandes lagos provean de agua y medios de comunicacin a los diferentes continentes;bien que haban sido ocupados solo tres de ellos en forma masiva, y los dems, sitos en el ecuador yen los polos, haban sido dejados como hbitats naturales, santuarios de la naturaleza, con algunospoblados tursticos solo en sus mrgenes con el mar.

    Janarvia posea en todos sus continentes grandes zonas de vegetacin abundantsima; animalesdesconocidos an deambulaban baj las copas de los bosques, y en muchsimos lugares el pie delhombre no haba an hollado sus senderos. Y es que la comunicacin con los dems planetascolonizados por la Tierra no hacan necesario colonizar mas territorios ni fundar mas ciudades; concada navo que aterrizaba en Janarvia , llegaban noticias de mas y mas planetas descubiertos en elCosmos como terraformado; lo que antiguamente haba sido escaso, el hbitat para el hombre, ahorasobraba en tal cantidad, que no eran necesarias ms de dos ciudades por planeta, para sacar lo msvalioso de cada uno de ellos, y compartirlo con la gran sociedad interplanetaria que se habaformado centelleantemente rpida.

    De all, horas despus, regreso a su casa, por las calles iluminadas con faroles; mas de 20 cuadras,que camino gustoso, para resarcirse de las horas sentado ante la pantalla de holotv. Los Fliersvolaban por el aire, llevando a sus choferes y pasajeros a diez y veinte metros de altura; ms arriba,

    pasaban los fliermiones, con cargas para las grandes tiendas y lugares de venta de comestibles; eranfilas que parecan ser de abejas, volando a igual velocidad.

    En su casa, la madre Dirigia se preparaba para acostarse; dijo: Tienes sandwiches en elmicroondas, si quieres.-

    Gracias.- Dijo Gefuhl, calentndose dos; se los comi con un vaso de jugo de fruta, y se fue a lacama, ya que de su padre no haba seales an; lo sinti llegar como a la 01.00 horas del amanecerdel da siguiente; con pasos cuidadosos, su padre recorri las piezas, verificando que todo estuvieraen orden; al llegar a su dormitorio, le vio acostado, y sigui de largo...

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    Diez das despus, le visito su amigo Rufo Labarbe, y salieron a caminar, para conversar tranquilos;se sentaron en un banco de la plaza cercana, y Labarbe dijo: Si, amigo! Felipe Guaje jura que tevio salir con el profesor Worsof, y varios instrumentos de la sala de experimentaciones especiales!Estas en un problema, amigo!

    Como tanto ?- Quiso saber Gefuhl.

    Claro ! Llamaron a la polica; quieren hacer una investigacin a fondo, a fin de hallar esosinstrumentos perdidos! No han venido ya a tu casa?- Pregunt Rufo Labarbe, mirndoleintensamente.

    No ha venido nadie! Pero, como puede ser? No vi a nadie conocido, cuando le ayude a llevar esascosas a su personal Flier! Bien por el profesor Worsof!- Se sonri Gefuhl.

    Bien por el profesor ladrn? Tienes que estar loco! Ese tipo nunca estuvo muy cuerdo! Claro quepara ensenar fsica quntica, robtica, branas y cuerdas, no tiene para que serlo!- Se rio Labarbe.

    Tengo la direccin del profesor en algn lado! Me dio una de sus tarjetas.- Aviso Gefuhl,revisando su billetera, pero all no estaba la tarjeta.

    Ah, entonces anda a verle, y le pides devuelva lo que sac sin permiso! Ya sabes, lo que se saca

    sin permiso de la Academia, es llamado robo! Porque si nadie sabe que lo tienes, nadie lo pedir, yas se pueden perder muchas cosas de all!- Explic Labarbe.

    Entiendo perfectamente lo que es sinvergencera de lo que es robo! El profesor Worsof es tanapegado a sus propios dictamines, que seguramente piensa en devolver lo sacado de all cuando lquiera! - Coment Gefuhl.

    O quizs no lo vaya a devolver hasta diez aos ms! Tienes que ir a verle! Al menos, que sepresente en la Academia, y le explique al Director que tiene esos aparatos, que t no tienes nada quever, y que los devolver en un plazo breve! - Avis Labarbe, quien haba pensado en ello ya portres das, que ese era el lapso desde que se haba informado de la delacin de Felipe Guaje.

    Esa tarde, Gefuhl fue a ver al profesor Worsof, a la direccin que le indica la tarjeta que este leentrego en esa oportunidad. En la portera del edificio, pas la tarjeta por el lector automtico, y se

    encendi una pantalla, indicndole como usar el ascensor y ubicar el pasillo en el cual eldepartamento del profesor Worsof estaba ubicado.

    El lugar era metlico y con gruesos muros de concreto. Mientras suba en el ascensor, otroshabitantes del edificio entraban y salan del mismo, hacia sus pasillos de distribucin. Todos lucancallados y no vio mujeres ni nios en los pasillos o en el ascensor.

    Al entrar en el departamento del profesor, un artefacto dio una nota grave, avisando de su entrada;la puerta se cerr tras l.

    La sala de recepcin era pequea, con una alfombra en el piso, un antiguo reloj de pie frente a el, ytres puertas en sus costados. Un I.A. se present ante l. Tena una pequea pistola de rayos inicosapuntndole desde una protuberancia en el pecho. Sus ojos rojos le miraron luminosamente y su vozdijo: Visitante A32 del profesor Worsof; nombre Gefuhl, estudiante. La grabacin de retina ha sidoefectuada. Puede seguirme ahora.

    Gefuhl estaba impresionado, tanto por la extraa voz metlica como por el hecho de que se tratabade un modelo KB308 en funciones. Eran de los ms antiguos llegados a Janarvia! En efecto, eranlos usados por los primeros colonos en una lejana poca!

    Le sigui, cruzando esa puerta. Un pasillo llevaba a una nica salida, y el A.I KB 308 abri laesclusa a distancia, seguramente usando un dispositivo snico, y la potente luz del otro ladocontrasto enormemente con la dbil ampolleta del pasadizo.

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    Parpadeando, Gefuhl se detuvo en la plataforma de entrada, que se elevaba doce metros desde elsuelo del lugar.

    Nunca haba visto un Desfasador elemental en funciones, razn por la cual su mandbula inferiorcolgaba laciamente- esto duro trece segundos solamente, porque el KB 308 se volvi hacia l,diciendo Baje los escalones y siga hasta el pabelln rojo; all hallara al profesor Worsof!- Y sedevolvi al pasillo.

    Bajo Gefuhl la escalinata, y camino por la tierra. Sobre l, un cielo azulado y nubes blancasbrillaban al sol; el aire ola a bosques, que se vean a doscientos metros ms all. La tienda roja eracircular, y medios unos sesenta metros de dimetro; con doce metros de altura.

    Dentro, seis modelos KB se alinearon ante l, y mas all vio al profesor Worsof, quien levanto lacabeza desde un artefacto que armaba en un largo mesn de madera.

    Gefuhl! Buen muchacho! Hasta que te decidiste venir a verme!- Dijo, y se aproximo rpidamentehacia l, dndole un palmazo en su hombro; ese saludo era solo entre colegas, y Gefuhl se sintialagado por la familiaridad que expresaba su ex profesor de la Academia...

    Profesor! Ha logrado Ud. Una maravilla, ya que este lugar... Exclamo Gefuhl, pero fueinterrumpido por Worsof, quien dijo As parece, no? Amplios poderes que me dieron las Cuerdas! Tanto trabajo, y ya vemos resultados, no ?- Dijo el profesor Worsof.

    Indudable ! Su invento dejara obsoletos cohetes y navos Warp! - Vaticino Gefuhl.

    Cierto, cierto! Pero, no hablemos de eso ahora! Mira, te mostrare algo que he estado construyendoen estas soledades!- Y le llevo a aquello que estaba reposando sobre la mesa.

    Parece un misil!- Dijo Gefuhl.Un misil! Parece ser eso, no? Pero es algo ms! Este artefacto producir un campo poderoso, que

    llevara al futuro o al pasado a quien se le acerque!Pero, profesor, se dice que el Futuro no existe; que se va haciendo en lo que llamamos presente. Yque el pasado est congelado; un bloque de plstico, en que nadie puede ir a meterse, y menos sacardel orden en que quedo formado - Arguyo Gefuhl.

    Tonteras! El tiempo son tomos de energa! Quedo, si hablamos del pasado, de igual maneracomo queda la estela de un barco al viajar por sobre la superficie del mar. Hacia delante, biensabemos que el barco an no pasa por el sector que queda ante su proa, pero el agua est ah,disponible para ser atravesada. Una especie de Limbo; un mundo de

    267limo primordial... no mucho que hacer all, la verdad. Pero de que se puede ir, se puede.- Afirmo el

    profesor Worsof.Sabe, profesor? Le vena a ver por una cuestin delicada; el robo del Vadiometro y los Perodios!Hay un alumno que dice habernos visto; se llama Felipe Guaje.- Dijo Gefuhl.

    El profesor Worsof mir detenidamente a Gefuhl, diciendo: Cuanto pesas?

    Unos sesenta kilos, por qu lo pregunta , profesor ?

    Y no te pesan las pelotas? Qu crees que har la polica, si ese mequetrefe, como se llame, diceque fuimos nosotros? Lo que hay que hacer es negar; la polica slo puede culparte si aceptas laculpa; eso s, a veces torturan como en los mejores tiempos de la Inquisicin! - Se sonri elprofesor; Gefuhl comprendi que el profesor no pensaba en devolver el aparato, y dijo: O sea, Ud.No tena permiso para sacar esas cosas, y ahora no va a devolverlas?

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    El profesor Worsof se pas la mano por la frente, diciendo: Ah, que tengo que sufrir escuchandoleseras ! Dime: devolveras tu algo si est inserto en el corazn de tu proyecto estrella?Creo que lo dejara para despus.- Acert a decir Gefuhl.

    Exacto! Eso har; si me compran el invento, por supuesto! No voy a entregarlo para destripar miaparato! Bien, no tienes otras preguntas? - Dijo, en forma impaciente, el profesor Worsof.

    Eh... no s, la verdad quiero quitarme ese peso de encima.- Coment Gefuhl, que en eso del robono haba ganado nada.

    Entiendo; cuando te gradas?- Pregunt Worsof.El da 239; pero no s si me voy a graduar, con la polica detrs de mis talones!- Se preocup

    Gefuhl.Ah, eso lo podemos arreglar con mi invento! Imagnate! Saltas de hoy, o puede ser maana, sitermino luego algunas conexiones.. .y saltas al da en que debes graduarte! - Dijo el profesor,sonriendo.

    Y perderme los das de entre medio?- Se asusto Gefuhl.A no ser de que quieras no graduarte, y pasar esos das en chirona !- Se rio el profesor Worsof, a

    quien le divertan los sustos de ese ex alumno.

    Claro que no! Y cuando tendr listo su artefacto, profesor?- Se interes Gefuhl, a quien la idea detener el diploma en el bolsillo le importaba bastante; con el documento oficializado, no podranquitarle su ttulo, mientras que si tena un lio previo con la polica, a buen seguro de que el Directorde la Academia no querra darle el diploma en su fecha, porque desprestigiara a la Institucin, yquizs demorara la entrega por muchos aos despus...

    Ya te dije! Hoy o maana! - Replico el profesor Worsof, continuando con su labor; Gefuhl le viotrabajar, ayudado en ocasiones por sus I.A. , y tras un rato, pens en irse, diciendo : Profesor, voycaminando; maana vuelvo.

    Worsof dejo lo que estaba haciendo, para decir: Oh, no deberas irte! Imagnate que te atrapan enla calle o en tu casa! Ya sabes cmo es la polica! Mejor te quedas ac; viajas, recibes tu diploma, yah si quieres sales; en todo caso, no debes decir adonde me hall.- Asevero el profesor Worsof.

    Pero, seria encubrimiento!- Se preocup Gefuhl.Claro que s! O quieres que pierda mi invencin? Imagnate! Esta mquina puede hacertemillonario!- Le dijo Worsof, tomndole de la manga del traje.

    Como me va a hacer millonario? Acaso me va a regalar parte de sus ganancias? Y quien se lo va acomprar?- Dijo Gefuhl, pensando en que si el gobierno saba que estaba vendiendo el modo deque todo orden y concierto mundales podran irse a las pailas, si el invento se venda a personasinescrupulosas?

    Claro que no te dar nada de la venta! Pero puedes hacer negocios, viajando al futuro, y volviendo!Ya sabes, los nmeros de Lotera, caballos, y esas cosas ! Creo que me ayudaras bastante; yotambin necesito dinero, o crees que soy un millonario excntrico?- Pregunt Worsof, soltndole

    la manga.Comprendi Gefuhl que el profesor tena razn, y dijo Me quedo; dgame, profesor, ese bosque...es seguro?

    Tan seguro como el planeta Tierra!- Se rio Worsof, quien sabia cuan seguro era la Tierra, a lahora de la llegada de un planetoide a su orbita...

    Creo que ir a dar una mirada!- Afirm Gefuhl, caminando hacia el bosque; la verdad, quera ir alcuarto de bao, pero para no subir a la casa del profesor, prefera ir baj los rboles...

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    Bien, bien! - Dijo Worsof, tranquilizado de ver que el ex alumno ya no quera volver a la Tierra;es que si le sorprendan, de seguro le atemorizaran y terminara por hablar hasta por los codos; cosaque a l, personalmente, no le convena en absoluto! El Vadiometro y los Perodios costaban unaenormidad, adems de que eran raros; se usaban en contados experimentos acadmicos, y por cortosperiodos; el, sin embargo, los necesitaba como el corazn a un cuerpo vivo!

    Gefuhl camino hasta el bosque, y busc algunos matorrales para cumplir con madre Natura; luego,busco un riachuelo; haba quedado algo sucio. El bosque era bastante espeso, y daba rodeos a losrboles, para sortear algunos que crecan muy cerca unos de otros, formando muros de verdura; alfin, escucho el rumor de aguas, y pronto estuvo ante un canal caudaloso, con aguas verdosascorriendo veloces; muchos insectos volaban por all, entre algunas mariposas negras de mas de 20centmetros de largo.

    Se lav las manos y tambin parte del cuerpo, y luego trato de devolverse al campamento deWorsof, pero le dio la noche sin conseguirlo; busco un rbol frondoso, para pasar la noche allarriba; quizs con el sol de la maana podra ubicarse y dar con Worsof nuevamente. Este, por suparte, al no verle por parte alguna, pregunt a sus ayudantes.

    Se dirigi al bosque y no ha salido de all desde las 17...23 minutos- Dijo KB 308 45.

    Malo, malo! A ver, anda a buscarle! Y si yo no estoy a tu regreso, me esperas: volver! - Pidi alKB 308 45, quien parti de inmedato, encendiendo sus ojos para ver de noche... Estudantes!-Se lamento el profesor Worsof, mirando hacia el bosque...

    CAPITULO 2

    GEFUHL EN LORINATA.

    Gefuhl se desesper de su dieciochoavo perodo de somnolencia, y mir su reloj pulser. Eran las7.40 de la maana, una maana que ac, sin embargo, no tena luz.

    Bajo del rbol solo cuando algo de claridad defini

    50/272 (*0)los troncos de los rboles cercanos; algo le haba cado mal, y por ello se adentro entre la maleza,para hacer sus necesidades corporales.

    Agachado estaba, cuando vio aparecer ante l una cabeza de ojos redondos, y cubierta de escamasverdes. Retrocedi, subindose los pantalones, cuando el animal irgui su cabeza, elevando undescomunal cuello que pareca llegar al Cielo; dio el animal un horrsono rugido, que hizo helar lasangre en las venas de Gefuhl, el cual a trompicones se hizo a un lado, pues el extrao animalcomenz a galopar hacia delante su corpachn apareci descomunal por sobre la maleza, llenndolotodo con su volumen. Gefuhl corri desadorado, y los bramidos de aquel ser gigante brotabanininterrumpidamente, para su mayor pnico.

    Felizmente, el Dimetrodon (*1) no le alcanz a pasar por encima, pero Gefuhl se haba manchadosus pantalones, para deleite de insectos presentes, los cuales volaron en su direccin de all enadelante.

    Ya baj la luz del astro, comenz a buscar el camino de regreso, pero cul no sera su sorpresa, alhallarse ante un profundo acantilado, que le cerr el pas abruptamente.

    Estaba estudando el modo de cruzar esa anfractuosidad, pero de pronto aparecieron, trotando y a lolejos, una jaura de animales, que daban muestras

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    de tener hambre, ya que apenas le vieron, comenzaron a descender por el talud contrario.

    Asustndose de lo que le estaba sucediendo, Gefuhl regreso al bosque, y echo a correr, esperandohacerlo en la direccin correcta , mirando a todos lados, a fin de hallar algn signo familiar;tratando de llegar al campamento del profesor Worsof.

    Pasaba por un sector raleado de matorrales, cuando vio reflejos metlicos a su izquierda; se detuvo

    para ver mejor, y not que eran personas con corazas relucientes a la luz del astro, que all llegaba atravs de un claro entre los rboles.

    Camino hacia all, y pronto dos jinetes se le acercaron al trote de sus cabalgaduras; stas eranhorripilantes simios en cuatro patas, que hacan visajes espeluznantes; sin embargo, lo curioso noterminaba all, pues sus jinetes eran peces.

    Aterrado con el descubrimiento, trato de huir, pero fue interceptado por los jinetes, que ahora leinmovilizaron , clavndole levemente sus lanzas.

    Gefuhl mir aquellos rostros baj la visera de sus yelmos; ojos inmviles pero relucientes leobservaban con la frialdad que solo un pez puede aparentar.

    Otros seres, iguales a estos e igualmente montados, se aproximaron al notar la escena. Gefuhl trato

    de comunicarse con ellos , pero aparentemente eran sordos. Solo sus cabalgaduras emitan gruidosy sonidos guturales, que le llenaban de aprensin, debido a que esos simios posean fuertesdentaduras.

    Poco despus, se sinti un rugido en el bosque, que llego a remecer la tierra; transidos de terror, losjinetes le picanearon para que se moviera, y le mantuvieron corriendo a punta de lanza; por algunosminutos, Gefuhl corri por entre los rboles, siguiendo al grupo, mientras sus dos captores iban trasde l. El sudor banaba su cuerpo; vio como los jinetes que les precedan se perdan en el boscaje , yaquello hizo enfurecer a los jinetes guardanes, que comenzaron a clavar ms profundamente suspicas en su espalda; un segundo y tercer bramido de aquel monstruo que les segua remecieron elsuelo, y pronto, extenuado, Gefuhl cay al suelo; los peces captores le dejaron por muerto, yhuyeron a todo lo que podan correr sus simiescas cabalgaduras.

    Cansadsimo y asustado, Gefuhl rept hasta hallarse entre las races sobresalientes de un rbol, ytapado con ramas, observ con terror como aquella criatura que tanto pavor diera a los hombres -peces, apareca por entre medio de los rboles, avanzando con sus cuatro patas verdes y enormes.Su lomo tena una cresta formada por espinas forradas en cuero y escamas; su cabeza era alargada yfuerte, con un hocico puntiagudo y plagado de dientes; sus patas iban armadas de garras que semovan como queriendo atrapar a su presa. Gefuhl ni se atreva a respirar; el animal dio dos pasos, yse quedo all, oteando los alrededores, inmvil como una estatua. Sus colores verdosos yamarillentos reciban la cambiante luz del astro ; si no hubiese infundido tal pavor en la mente deGefuhl, este habra admirado tan poderosa criatura, pero no; tenia la conciencia de que, cualquiermovimiento o ruido inesperado , de su parte, hara moverse esa enormes escultura viviente con unnico afn : manducrselo.

    Ms de meda hora estuvo all el DIMETRODON; de pronto, camino con sin igual agilidad,

    perdindose entre los rboles, en la misma direccin en que habanse ido los Hombres - Peces.Temblando de pavor, Gefuhl camino hacia la derecha del camino seguido por esa bestia, a fin dealejarse paulatinamente de ese peligro. A cosa de un kilometro, el boscaje se terminaba; undescenso del terreno comenzaba, llenando de piedras y cascotes una gran extensin. A lo lejos, sedivisaba nuevamente la lnea de los bosques, verdeantes y empalidecidos por la distancia.

    Busc, con la vista, signos de movimiento; en el aire, algunos pjaros volaban hacia aquella verdelejana; los rboles del lmite en que se hallaba, mecan sus ramas con la brisa.

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    Gefuhl quera dejar el bosque atrs; pululaban all especies muy peligrosas; daba por perdida lasenda hacia el campamento del Profesor Worsof - al menos, por el momento; su nimo no soportabams terrores....

    Comenz a bajar por all, agachndose instintivamente; el calor era mayor en ese desiertopedregoso.

    Haba bajado hacia la llanura unos trescientos metros, cuando vio salir de los lindes del bosque, atoda la cuadrilla de hombres - peces, montados en aquellos horripilantes simios enjalbegados.

    Le haban visto, y agitaban en el aire sus lanzas; an le ardan las punzadas que le haban endilgado,y no le hara gracia pasar nuevamente por la misma experiencia, as es que dando un grito, comenza huir.

    Sinti el ya familiar bramido, y girando la cabeza, vio salir, desde la linde del bosque, a aquellaenorme criatura, que ahora abra sus temibles fauces, persiguiendo a la comitiva...

    Los simios daban enormes saltos, tratando de desembarazarse de sus respectivos jinetes, algunos delos cuales cayeron a tierra. Para sorpresa de Gefuhl, y deleitoso gusto del DIMETRODON, loshombres - peces, una vez en el suelo, eran incapaces de caminar, aunque podan arrastrarselentamente. El Dimetrodon fue comindose a los cados, pero sin dejar de perseguir a los jinetes;stos le lanzaron sus inefectivas lanzas, pero fueron finalmente engullidos, junto con suscabalgaduras, en pocos minutos.

    Gefuhl nuevamente se haba ocultado, baj dos rocas que se tocaban; haba arrojado cuanta tierrahaba podido sobre su cabeza y cuerpo, y ahora yaca, boca abajo, atento a los ruidos del sector.

    El Dimetrodon, saciada (por el momento) su recurrente hambre, se alej hacia el bosque; y antes deentrar en l, lanzo al aire otro de sus espeluznantes bramidos.

    Sabedor ahora de las costumbres y paciencia de aquel animal, Gefuhl ni se movi del lugar en queyaca, para no alertar al gigante acechador; esper, por largas e interminables horas, a que el astrobajara hacia el encendido horizonte, y fue slo cuando la oscuridad de la noche lleg, que se atrevia salir de su somero escondrijo.

    Tena hambre y mucha sed; guindose por el desnivel del terreno, camin hacia el otro lado de esesector de piedras; aunque la noche no tena luna, las estrellas brillaban muy cerca, arrojando unasuave luminosidad, suficiente para ir avanzando.

    Cuando la claridad de la Aurora comenz a deshacer las tinieblas, Gefuhl se vio rodeado dematorrales y troncos de rboles; sin perder tiempo, trep a uno de ellos y acomodndose en lo alto,como pudo, se qued dormido.

    Bajo el rbol, un Velociraptor cav un agujero, poniendo laboriosamente meda docena de huevos;a las dos horas, los tap someramente con hojas , y se retir a cazar ; hacia das que no coma comodeba, ya que con el peso de esos huevos en su dilatado vientre, no haba podido ser losuficientemente gil.

    Gefuhl despert justo a las 07.00 horas; de su reciente pasado vena esa costumbre, ya que antes sehaba despertado a tal hora, para comenzar el da. Pero ac, an estaba oscuro. Mastic algunashojas; no eran comestibles, por supuesto, pero Gefuhl necesitaba masticar algo, y tragrselo, allabajo su estmago grua de hambre.

    Apenas aclar lo suficiente para ver al mnimo, Gefuhl baj del rbol y meti el pie en el nido delos huevos. Al escuchar el ruido de cscaras rotas, se agach, para ver qu se haba estropeado estavez.

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    Huevos !- Dijo, asombrado, cogiendo los restos de uno de ellos; hall cuatro intactos, y pens enfrerlos . Slo pudo llevarse dos huevos. Busc un lugar abierto (No quera provocar un catastrficoincendio) y al hallarlo, ya el astro alumbraba radiantemente. Junt algunas ramas secas y hojas, yencendi un fuego ; a los huevos los puso cerca de las llamas, hasta que , pasado un rato, stos setrizaron, dejando salir algo de jugoso interior.

    Gefuhl comenz a cantar, sintiendo que esos huevos duros eran un almuerzo completo...

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    Por mientras, la Velociraptor hembra llegaba a su nidal, satisfecha ya de su hambre de tres das sincomer; haba capturado un Sauronithoide.

    Cuando vio el destrozo efectuado, y las cscaras rotas, comprendi que un depredador h abasellevado los huevos restantes. Husme por el sector, grabndose en la memoria el olor del ovoraptor;y siguiendo la huella, se apresur en ir tras de l. Correr a 35 km. Por hora era la nada para estahembra enfurecida; pero deba mantener el olfato listo para ir captando el olor del malhechor, y porende, deba ir algo ms lento .

    Gefuhl haba terminado de comer los dos huevos de Velociraptor, y apagado las brasas ,empujando

    tierra sobre ellas, y sigui camino por entre las arboledas; pronto, sin embargo, sinti una enormeansiedad, mirando a todos lados. La sensacin de peligro, de desastre inminente, era muy fuerte.Corri hacia delante, saltando por entre troncos cados, chapoteando en pozas de agua , hasta llegara un canal bastante caudaloso; mir hacia atrs, viendo la oscuridad baj las ramas de los rbolescomo un peligro fsico , y se lanz de cabeza a las aguas. Mientras se dejaba llevar por la corriente,trag algo de agua , y nadando con mayor energa, se dijo que el lanzarse a las ondas, y nadar comosi algo le persegua, no era lo ms lgico que hacer; se esmer en dirigirse hacia la ribera opuesta, ylleg as a un campo de caaverales, en donde haba mucho barro.

    Salir de all le cost bastante trabajo, perdi sus zapatos y parte del pantaln; menos mal, que msadelante hall un arroyo cristalino, en donde se di un chapuzn y lav su ropa, que puso a secarsobre algunos matorrales. Se sent baj el astro, e hizo inventario de sus pertenencias a ese

    momento : un pantaln a meda pierna, ropa interior, un encendedor, un pocket Computer arruinadopor el agua, un cortaplumas laser, y tres tarjetas irrompibles e intiles , ya que no haban Bancos aun milln de km. a la redonda...

    La sensacin de peligro habase desvanecido: Gefuhl no se arrepinti de su acto imprevisto; ya otrasveces , en su existencia, haba obedecido a esa alarma biolgica , y le haba dado buenos resultados.

    Vi pasar grandes reptiles voladores, y cogiendo su ropa an hmeda, se adentr en el bosque, quelo cubra de ataques areos. Este bosque luca ms callado y ms hmedo que el otro sectorvisitado. Vi algunas serpientes nadando en los charcos, y guindose por el astro, trat de avanzaren lnea recta - hacia el Este. Silbidos ominosos le estaban avisando de que no estaba solo, y paraprotegerse, recogi del suelo una vara y la deshoj, para tener algo con qu defenderse, llegado elcaso.

    A meda tarde, el terreno por el cual avanzaba era cada vez ms acuoso; el agua le llegaba a lasrodillas y trataba de caminar por sobre los troncos cados, pero stos no siempre estabandisponibles.

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    Para su malestar, los mosquitos chupaban de su sangre, y las sanguijuelas eran difciles de sacar, silograban reptar hasta su espalda; esto le demoraba de tanto en tanto.

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    Antes del anochecer, sin embargo, logr salir de esa cinaga, al hallar que el terreno se haca mselevado yendo al norte - se escondi en un pedregal y pas esa noche tiritando de frio. Al aclarar elda, se puso la ropa ya seca, pero hmeda, y saliendo desde su escondite, sigui yendo hacia el norte; a meda maana, la mole de altas montanas se present, azulada por la distancia y la atmosfera,ante sus enrojecidos ojos . Apart el pasto y se sent, pues meda fcil un metro de altura; y semasaje los pies, que llevaba descalzos desde que perdiera su calzado al salir del arroyo. El viento

    soplaba por sobre el pastizal, con un murmullo adormecedor; pero Gefuhl ya tena hambre, y enesos lugares, fuera del pasto y las piedras, no haba otra cosa.

    Prosigui su marcha, hasta llegar, casi de noche ya, a las estribaciones montaosas; cay a unagujero de poca profundidad, y sin preocuparse de ms, se qued dormido.

    En medio de la noche, ruidos le despertaron; se acerc al borde del agujero y escuch voceshumanas; su corazn le dio un vuelco en el pecho, pues se imagin que el profesor Worsof le venaa rescatar.

    No obstante ese pensamiento optimista, tom precauciones al salir del agujero, reptando luego, envez de caminar. En la oscuridad, not figuras que se afanaban encendiendo fuego; corri hacia ally tropez con alguien, que le tom de la cintura; tiro para zafarse y cayeron ambos en una grieta delsuelo , mientras las llamas alcanzaban los dos metros de alto.

    Por el tacto, Gefuhl coligi que tenia a una mujer all, y buscando su cabeza, le dijo: Eres delgrupo de Worsof, verdad ? Soy Gefuhl!

    Not que la mujer se envaraba, pero ni una palabra brot de ella.

    Gritos de furia y golpes se escucharon desde arriba, y por ello Gefuhl cogi una de las manos de lamujer, y tir de ella, caminando a lo largo de esa hondonada. Gefuhl ya no estaba seguro de quefuera Worsof el organizador del grupo - por una parte, de las voces odas con claridad, ni una solapalabra le era conocida.

    Llev a la mujer lejos de all, y hallando una cueva en el suelo, se adentr por ella, tirandofuertemente ya que sta se resista al avance ; por ltimo, le propin un golpe en la cabeza - y desdeall en adelante, ya no hubo ms resistencias.

    En la oscuridad de la cueva, los sonidos del exterior casi no eran percibidos. Gefuhl palpo a lamujer, para tener mejor idea de cmo vesta y quien era, aparte de ser mujer; y not que teniaajorcas metlicas en los tobillos y vesta una tnica gruesa; debajo, otra prenda ms delgada. Suscabellos eran lagos y sus manos y pies eran pequeos. La dejo all, aproximndose a la entrada. Viogente que revisaba el sector, usando teas; an no llegaban a las cercanas de la cueva.

    Regreso por la mujer, y tiro de ella hacia afuera, mostrndole lo que pasaba; tambin vio su rostro,que era alargado y fino. Exclamaciones en voz baja de ella le dieron a entender que estaba asustada.Comprendiendo que estaban en peligro, la gui fuera del agujero, y comenzaron a alejarse del lugar,a pesar de la oscuridad; ella tropezaba a menudo y as l la tom de la cintura, para poder avanzarms rpido.

    Pronto estaban trepando por la montaa; Gefuhl vea lo suficiente como para ir rodendola; al finaclar, y un panorama de cerros se mostr ante su vista

    Tambin pudieron verse mutuamente; ella iba descalza y tenia huellas de golpes en piernas ybrazos; el vestido era verdoso ,pero muy sucio. Por su parte, ella vio a un hombre de cabelloshirsutos, larga barba y tapado con una especie de calzn mugriento, y sin calzado.

    Gefuhl hizo un dibujo en el suelo, resemblando montaas, y le hizo un gesto de interrogacin. Ellamovi la cabeza negativamente, indicando que desconoca el lugar.

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    En ese momento, se sinti un bufido, y un jinete apareci ante ellos, viniendo desde un recodo entrelas rocas ;

    14estaba armado de una espada y vesta un traje de cuero.La mujer dio un grito, y corri hacia l; el hombre baj de su corcel, que era uno de aquellos

    detestables simios, y apunto con la espada a Gefuhl.La mujer le indic que le haba salvado, pero el jinete no abandon su mirada hostil; tras muchorogar, la mujer consigui que se la llevara, pero sin herir a Gefuhl, quien vi cmo ambos suban alsimio y se alejaban por donde el jinete haba llegado.

    Solo, sinti pasar el viento por entre las piedras; sonri, pensando en que le haba salvado la mujer aotro hombre ....

    Comenz a llover copiosamente, y busc refugio en un lugar pedregoso, viendo como la lluvia caacomo un manto de plata; los rayos cruzaban ahora los aires, desde negros nubarrones. Su estmagohizo un ruido, pero Gefuhl lo ignor, debido a que no tena cosa que llevarse a la boca.

    A media tarde, escamp, y baj de la montaa hacia el llano; matorrales crecan en los faldeos deesa cordillera, y mastic sus races; vi lagartos, pero no se atrevi a matarles , para procurarse su

    carne; haba ledo, alguna vez en su pasado, que eran dainos para el organismo .De pronto, vi jinetes persiguiendo a un corcel; se ocult, y vi pasar al mismo hombre que sellevara a la mujer rescatada ; avanzaba herido y ensangrentado, y sin armas. El grupo enpersecucin pas despus, con los simios bufando bajo ellos; avanzaban muy gilmente, a pesar desu carga y corpulencia .

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    Se perdieron a lo lejos; Gefuhl prosigui su camino, buscando pasar desapercibido entre losmatorrales; en un bosque, escuch voces y se aproxim a su origen.

    Dos guerreros , vestidos de cuero y armados de lanzas, cuidaban a un grupo de personas,maniatadas a varios postes. Dos cabalgaduras descansaban ms all.

    Gefuhl lanz piedras a los corceles - simios, que huyeron hacia el bosque; los guardas reaccionaroncon ira, gritndoles para que se devolvieran, pero stos no obedecieron, razn por la cual debieronseguir tras ellos.

    Como un gamo, Gefuhl se acerc al grupo; eran dieciocho personas, algunas de ellas vestidas conmucho ornato. Entre ellas, haba cuatro personas heridas, que parecan dormir. Reconoci a la mujerque rescatara en la noche; tena un feo golpe en el rostro.

    Cort las ligaduras de aquellos seres, quienes le agradecan con palabras que no entenda. Tom elrostro de la mujer que rescatara en sus manos, y del grupo un hombre se destac, dicindole algo eindicando a la yaciente; Gefuhl le respondi en su idioma, dejando claro que no se podan entendera travs del lenguaje.

    Varios hombres urgieron al resto a huir, antes de que regresaran sus captores; Gefuhl tom a lamujer desvanecida y la carg sobre su hombro derecho.

    Como l siguiera a los montes, los dems le siguieron, creyendo que tena algn refugio ; pero amedia tarde ya se haban dado cuentas de que Gefuhl no tena idea de para adnde iba, y menos deque tena un refugio !

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    El anochecer les hall entre pedregales, y como Gefuhl no quera ser sorprendido por nadie otravez, busco y hall una oquedad, a la cual hizo pasar al resto.

    La mujer despert poco antes de oscurecerse el da del todo, y le reconoci de inmedato ; Gefuhl letoc el rostro, adonde la haban golpeado, y ella, con gestos, le indic que haban sido descubiertospor toda la pandilla de enemigos, y que su defensor haba sido derrotado, y ella vuelta a sercapturada.

    Como la noche fue helada, en esas alturas, la mujer se abraz a Gefuhl, quien se sinti muy a gustocon su compaa, pero no olvidaba el hecho de que ella haba preferido al jinete y no a l, quienhaba sido su verdadero salvador.

    En el grupo haban seis mujeres y doce hombres; todos eran de medana edad, y algunosobviamente eran personas de calidad; Gefuhl se imaginaba que haban sido raptados por losenemigos desde alguna ciudad, para cobrar rescate.

    Antes del amanecer, la mujer se le insinu sexualmente, razn por la cual tuvieron su relacin fsicaen forma entusiasta ; ella gema entre sus brazos y cuando quedaron agotados, ella le bes por largorato.

    Al amanecer, Gefuhl era otro hombre: dinmico, atrevido, energtico . El sexo le haba hecho bien,

    y la mujer rescatada le sonrea alegremente; ella saba que el efecto de sus caricias produca eserepunte en los hombres que las reciban.

    Bajaron de las montaas y orillando la cinaga , pudieron comer de algunas frutas pequeas quecrecan en ciertos matorrales .

    17

    Las mujeres del grupo avanzaban penosamente, debido a que tenan llagas en sus pies descalzos.Gefuhl cargaba a su mujer rescatada por largos trechos, mientras ella le cantaba dulcemente en suodo; la hematoma de su rostro estaba hinchada y Gefuhl se imaginaba que el canalla que lagolpeara haba usado demasiada fuerza en alguien casi indefenso.

    Al atardecer, hallaron un riachuelo, en donde se asearon, y tambin capturaron algunos peces, quepudieron ser asados en una fogata que encendi Gefuhl. Los hombres se armaron de garrotes, yaque un sector arbolado colindaba con el riachuelo; dejaron la fogata encendida durante esa noche.

    Gefuhl obtuvo nuevamente los favores de su rescatada, la cual le abrazaba dulcemente .

    Al amanecer, siguieron el curso del riachuelo, que se adentraba en el bosque. Este pronto les di laprimera sorpresa, pues un grupo de rboles luca cargado de grandes frutos comestibles, que lesdieron vigor para seguir la marcha. Ahora lideraba la marcha un par de hombres, que le habanasegurado a Gefuhl, con ademanes, de que estaban ciertos de conocer el camino.

    Ms adelante, hallaron un sendero, que desemboc en un acantilado rocoso; sobre el acantilado sevean los antiguos muros de una ciudad. Los hombres del grupo rean felices , llamando al lugarOREDLORO.

    La mujer tambin estaba contenta, y pronto un destacamento de guerreros baj por el acantilado, atravs de escalones excavados en la pared de piedra.

    18CAPITULO 3

    LA CIUDAD DE OREDLORO

    Los guerreros conversaron largamente con los rescatados, y trataron de comunicarse con Gefuhl, sinconseguirlo.

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    Les invitaron a subir por los escalones, y as fu cmo Gefuhl ayud a la mujer rescatada a hacerlo ;al llegar a la cima, varios del grupo se alejaron, y slo tres hombres, con Gefuhl y la mujer , fueronlos que aceptaron la hospitalidad que se les ofreci, que consista en un alojamiento en un sector delas barracas de los guerreros.

    Esa noche, la mujer fue llevada a algn otro lugar, por damas que llegaron a verles.

    El hecho de no aprender el idioma, hizo de Gefuhl un paria - durante el da vagabundeaba por laciudad, y por la noche se arrebujaba en un jergn, reciba una escudilla con caldo, y poda dormir enuna habitacin pequea, a compartir con los rescatados, de los que an pernoctaban tres.

    Con stos trataba de aprender el idioma, pero cuando crea saber los diferentes significados, usandoel idioma, nadie le comprenda.

    As, pasaron diez das, y en ellos los tres hombres hallaron trabajo y se fueron. Slo qued Gefuhl.

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    Cansado del bullicio a que lo sometan los guerreros de las piezas adyacentes, un da qued afuera,durmiendo en una escalinata techada del pueblo. Ese da deambul por las tiendas, y lugares de

    comida, hasta la noche; cuando quiso pasar al sector de las barracas, los guerreros se lo prohibieron.Volvi al portal, y envuelto en una manta descartada, pas la noche a la intemperie ; slo algunoscarruajes deambulaban por la noche, siendo la costumbre que todos guardaban las horas dedescanso con mucho respeto.

    Al fin, hall trabajo en el taller de un herrero; ste compona herraduras, estribos, espadas, puntasde lanza, flechas. Con el correr de las semanas, Gefuhl se hizo ms diestro y el herrero le permitidormir en un rincn de la herrera, por las noches. Fue all, tambin, que aprendi el complicadoidioma de la nacin, y de a poco se fue interiorizando de la historia de aquellas gentes.

    Somos los nicos de nuestra raza en el planeta!- Le repeta Tiper, el herrero ; ms informacin nose sacaba de su obtuso cerebro, pero Gefuhl , en sus contactos con la gente y clientes de la Herrera,ya saba que la ciudad amurallada tena varios miles de aos de antigedad, y que haba sido

    construida para resguardarse de las enormes bestias que habitaban la selva.Un mes y medio despus de estar ayudando a Tiper el herrero, ya tena su jubn de cuero, ropainterior y botas; fue entonces que unos guardas entraron en la Herrera, preguntando por unextranjero, llegado hacia un tiempo, en compaa de unos secuestrados por una pandilla demaleantes.

    Es l!- Dijo Tiper el herrero, indicando a Gefuhl con un dedo.

    Los cuatro guardas se lo quedaron mirando, y uno de ellos dijo A m me parece un cochinoherrero ms!

    Cuidado con tu boca, esbirro! Ests en mi herrera! - Amenaz Tiper, blandiendo su maza.

    Por qu me buscan? No he cometido fechora alguna!- Se defendi Gefuhl.

    Este hombre - nos lo llevamos!- Dijo el jefe de los guardas, y cogiendo a Gefuhl de las muecas,le sacaron de all. Muchos ociosos en la calle les siguieron, esgrimiendo cada cual su particularteora de las causas por la que se lo llevaban.

    En la torre de los guerreros fue dejado dentro de una celda. Ms tarde, deambularon por all muchosguerreros ; algunos de stos ya le haban visto antes, de cuando su llegada a la ciudad, y decan : Ha, ha ha ! Si es el mismo ! Slo que ahora lleva pantalones y zapatos ! Se los habr robado a algnhonesto trabajador ?

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    El hombre se desconcert por unos instantes, pero luego dijo Les avisar de ese inconveniente;pero creo que puedes dormir en este recinto, si hallas adnde.

    Con un rincn y un manto, me es suficiente.- Dijo Gefuhl.Mejor as.- Se desentendi el hombre, que pronto regreso al palacio de sus amos, a informar que

    el forastero ya tena trabajo y alojamiento nuevos...Gefuhl se hall al frente de diez hombres y mujeres, los cuales esperaban su orden para comenzar aamasar el pan; ste les dijo: No s nada sobre hacer pan, pero me han dejado de vuestro jefe !

    Todos murmuraron contra l, y el ms viejo dijo Entonces, te quieren mal! Ac los encargados delpan no duran ! Dos o tres das, y el patrn les vende a galeras! Nunca est conforme con nuestropan.

    Buenas noticias, porque no deseo pasar mi vida en un horno! As es que, hagan la masa, pongan lalevadura, lleven sus manos a amasar, y la masa madre har el resto ! Yo estar en vuestras manos!Si sigo con vosotros, les aseguro que no dar una orden de ms, y s dejare que tengan el ocio; perosi me llevan, otro llegar que les har trabajar el doble! Me han entendido?- Dijo Gefuhl,esperando con esto ganarse sus voluntades; y los panaderos comenzaron a trabajar sin abrir ms laboca.

    Por su parte, trat de entender el misterio del buen pan, y ayud en donde crey necesario; cuandolas primeras horneadas salieron de la panadera, acompaando las canastas el propio Gefuhl; aslleg ante la mesa de los patrones, con el gordo Auporedio , amo de la casa, comiendo un asado devenado (vernculo) en compaa de varios invitados, entre ellos el Alcalde de la ciudad deOredloro.

    Miraron con desdn a los portadores, y Gefuhl espero a que probaran el pan; el dueo Auporedioasinti, al tragar un trozo, y as pudo retirarse a la cocina, para dar la buena nueva. Reuni a lospanaderos, y dijo : El patrn acaba de comer el primer pan, y movi la cabeza afirmativamente.Eso quiere decir que tengo un da ms entre vosotros; as es que sigan as, y tendrn libertad comoantes no tuvieron; ahora que ya no hay nada que hornear hasta la noche, pueden todos salir de lacasa, o irse a dormir a sus dormitorios, como quieran; pero no olviden de hallarse todos listos parael trabajo de esta noche.

    Todos sonrieron, aunque el jefe de ellos, el viejo Magiono, puso mala cara y se fue sin dar lasgracias; Gefuhl , por su parte, sali de la casa, a mirar un poco la ciudad, y al ir pasando cerca de ungrupo de jinetes, alguien movi su simio, para interceptarle, y dijo Gefuhl!

    Levant la mirada y reconoci a la mujer rescatada de manos de los facinerosos, en el bosque.Ah, cmo estis ?- Dijo Gefuhl, estornudando con la proximidad no muy olorosa del simio corcel.Pero, qu te han hecho ? Hablas ya el idioma?- Inquiri ella, sorprendida.Lo aprend al calor de una fragua; no s cmo no me he muerto de hambre. - Dijo Gefuhl,admirando el rostro de la joven, quien haba bajado su capucha, para que l viera su cara.

    Te llevar conmigo ! Abandonars esos ropajes mendicantes que tienes !- Afirm ella, y llam auno de los otros jinetes, que miraban la escena con atencin. Gefuhl subi a grupas del horripilante

    ser, y esper a que ella diera rdenes a esos jinetes, que aparentemente eran sus subalternos.Galoparon luego por varias avenidas empedradas, y luego entraron a una mansin, en dondedesmontaron ; sirvientes se llevaron los corceles y Gefuhl sigui a la mujer hasta un patiointerior; all haba una fuente de agua.

    Te baars.- Afirm ella, cogiendo un balde y pasndoselo, pronto estuvo solo, y pudo comenzara asearse cerca de la fuente, pero tres doncellas aparecieron a la carrera, y le ayudaron con jabn ypaos, para que quedara mejor lavado. Tambin le trajeron un traje nuevo, y calzado ms liviano..

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    Ahora s que hueles bien!- Dijo la mujer, cuando se present ante l, llevado por una de lassirvientas. Gefuhl le tomo la mano derecha, diciendo Te lo agradezco, aunque an

    24no s tu nombre.Rixia.- Susurr ella, en su odo.Rixia. Un nombre para recordar.- Dijo Gefuhl. En eso, dos hombres aparecieron viniendo desde

    el corredor central de la casa.Quin es este hombre ?- Espet uno de ellos, alto y con espada al cinto.Mi salvador, de la selva. Lo halle en la calle, y le he trado.- Afirm ella.El hombre, de unos cuarenta y cinco aos de edad, se acerc a Gefuhl, diciendo : Soy Galberto,hermano de Rixia. Aunque estoy agradecido de que la hayas salvado, eso no te dar derecho a nadaespecial en esta casa. Recurdalo; estar alerta.

    No hay necesidad de que estis alerta; la rescat porque era lo que deba hacerse, segn el honor.-Dijo Gefuhl, molesto por el tono amenazante del hermano de la bella joven.

    Djame darle alojamiento en nuestra casa; ha llegado a esta ciudad como peregrino, y no tiene nibienes ni hogar en ella.- Pidi la bella Rixia.

    Razn de ms para darle dinero y que viva en otro lugar.- Afirm Galberto.Veo que no te ha simpatizado; pues te aviso, se quedar por unos das.- Dijo Rixia, perdiendo susonrisa.

    Que sean dos das.- Pidi el hermano, y se retir junto al ayudante que tena cerca.

    Gefuhl dijo a Rixia: Veo que ests teniendo problemas por mi culpa; eres muy generosa, pero noeres la nica duea, segn veo, de esta mansin; as es que te digo, yo ya tengo un trabajo, aunquedinero no me han ofrecido.

    Volveras all, sabiendo que yo te necesito conmigo?- Pregunt Rixia, acercndosele. Le tom sucara y le beso suavemente.

    Veo que no has olvidado nuestras caricias, en el bosque.- Dijo Gefuhl, abrazndola; ella le di

    muchos besos y dijo Creo que he cambiado tu decisin de irte?Lo has hecho ! Pero, qu papel har yo ac, dos das en tu casa ? Perder l trabajo, que es depanadero; el patrn en esa casa espera el mejor producto; y que dirn cuando no me hallen en ellugar ?- Se problema Gefuhl.

    25Y quieres ser un panadero ?- Se ri ella.Antes fui un herrero; me gustaba estar al lado del fuego, y forjar armas para los guerreros, y aradospara los labriegos; no s porque motivo, me tomaron preso, y luego de algunos das en un calabozo,me llevaron a una cocina, a ser el jefe de los panaderos ! Todo esto es muy extra, pero siendo youn extra en la ciudad de Oredloro , me imagin que no tengo ninguna chance de ser respetado.-Coment Gefuhl.

    Ah, esta ciudad es as ! Sin dinero, no eres nadie.- Movi la cabeza ella, tristemente.

    Y me ayudaras a ser alguien ?- Pregunt Gefuhl, besndola; ella suspiro, y dijo Conmigotendrs aventuras ! No sabes de quien soy la hija ?

    Se tan poco de ti , a pesar de haber intimado contigo !- Afirmo Gefuhl, apretndola contra sucuerpo.

    Mi padre es el Lord Almirante ! Tenemos una flota, y con ella nuestros bravos guerreros viajanmuy lejos, a tierras en que crecen animales extraos y plantas medicinales ! Pronto llegarn a la

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    ciudad , trayendo las maravillas de tierras lejanas.- Afirm Rixia, sintiendo el calor de ese cuerpotan cerca suyo.

    Y que habr, entonces, para m ?-Un lugar en su Armada ! Le pedir que te lleve, y podrs volver con mucha ganancia, y yo vivir

    contigo !- Asegur Rixia.El cambio ofrecido no era del total agrado de Gefuhl, pero , sin embargo, no dijo nada ; los labiosde la joven alborotaban su corazn, y en sus brazos olvidaba su destino.

    En los das siguientes, Gefuhl aprendi algo ms de Rixia y de la historia de su familia: por variasgeneraciones, haban sido de la Armada, y haban conservado el mando en la Flota . En susbodegas, numerosos tesoros se guardaban, y el rey Knapp recurra a ese dinero, cuando sus arcas serepletaban, razn por la cual tena a su familia en gran consideracin.

    Varias veces, la bella Rixia le llevaba a lo alto de la torre, en la muralla que miraba al Este - era elcamino por el cual vendra su padre, Timlen , con la caravana desde el mar, que distaba quinientoskilmetros de Oredloro.

    Sers rico ! Y adems, me tendrs amndote toda tu vida.- Le dijo Rixia.

    26

    Eso es suficiente para cualquier hombre ; espero que la buena suerte acte a travs de ti, para tubien y el mo; porque aunque t me auguras poder y riquezas en el futuro, yo slo veo castillos en elaire.- Coment Gefuhl.

    Reniegas tanto de lo que te ofrezco, que estoy tentada de dejarte ir ! Y ya vers que sin m, otravez podrs caer preso, con slo que alguien sospeche de ti, y haga acusacin a la Justicia !- HablRixia, despechada.

    Esa tarde, Gefuhl camin por el viejo sendero entre las edificaciones comunes, y entr al taller delherrero Tiper ; ste estaba sentado sobre un tronco , bebiendo una cerveza .

    Qu se le ofrece, gentilhombre ?- Dijo desde su arbreo sitial.

    Soy Gefuhl, tu antiguo ayudante ! He vuelto por mi trabajo .- Avis Gefuhl, ponindose ante l.

    Has vuelto de chirona ! Ya lo deca yo ! Un hombre honrado no puede ser encarcelado ! Tu jergnte espera.- Ri Tiper, y llenando otra jarra, le ofreci cerveza a Gefuhl, quien la acept.

    Y, cuntame de lo que te sucedi.- Pidi Tiper, dando un sorbo a su bebida.

    Estuve preso en una celda hmeda y fra por dos das ! Luego, aparecieron hombres de alcurnia,que me llevaron a trabajar de panadero, pero luego hall a la mujer que rescatara en el bosque,Rixia, hija del almirante Timlen , y quedndome en su casa, perdi el trabajo de panadero.- AvisGefuhl.

    La hija de Timlen ! Pero qu extrao ! Y te ofreci algo, te pidio algo ?- Se interes el herreroTimlen.

    Gefuhl di un sorbo a la cerveza, y dijo Se ofreci27a s misma como mi mujer, y cree que en la Armada que dirige su padre, yo tendr un lugar, que me

    llevar a ser muy rico, y su hombre.- Afirm Gefuhl.Tiper se ri, diciendo :Lejos estars de aqu, si lo haces ! Y eras bueno con la fragua y el martillo !

    Hasta pens que habas nacido para ser un herrero.

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    Baj la cabeza Gefuhl, diciendo : Lo siento mucho, pero mi eleccion fue hecha bajo los besosardientes de esa mujer; Rixia se ha entregado varias veces a mi, mientras estuvimos en el bosque, yan ahora, en su casa.

    Buf el herrero Tiper, diciendo: El hombre propone, y el destino dispone.

    Sin embargo, te pido me des trabajo ac de nuevo ! Rixia es un dogal muy suave, pero yo no tengo

    nada que hacer en su casa; adems, su hermano me amenaz si sigo all.- Dijo Gefuhl.Ah, entonces hay amenazas ! Bien, puedes quedarte cuanto quieras ! Pero estars poco tiempo ac;pues si ella viene, saldrs por ese porton cuando se vaya.- Afirm el herrero Tiper.

    Gefuhl labor cuatro das en tranquilidad de mente; por sus manos pasaron alabardas, espadas yazadones; con el fuego de la fragua encendida, trataba de combatir el fuego de su pasin por la bellaRixia. Al quinto da en la Herreria, un rumor de voces le hizo salir a mirar para la calle.

    Vienen los guerreros de la flota !- Gritaban algunos; y el herrero puso una mano sobre su hombro,diciendo Tu suegro ha llegado !

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    Gefuhl volvi a la fragua, y sigui trabajando como si nada; en su mente, una ola de pensamientosse agitaba; haba elegido ser herrero, y ahora las ofertas de Rixia dejaban de existir.

    Por la puerta principal comenz a pasar la larga columna que volva del mar; carretas llenas dedespojos eran arrastradas por algunas bestias; otras eran tiradas por los mismos miembros de laArmada, a falta de simios corceles.

    Esa noche, el Rey Knapp di un banquete en honor de su Almirante, Timlen; ste haba tradomuchas riquezas a su rey; muchas curiosidades y vveres para muchos das.

    Esa noche se escucharon risas y compases de msica en el palacio real, una sombra encapuchadapidi hablar con el Almirante, diciendo que el futuro social de su hija dependa de que se lerecibiera.

    El Almirante, algo bebido, escucho el informe que le traa tan extemporneo visitante, y como hallciertos visos de veracidad en el relato, orden a uno de sus oficiales que se ocupara del asunto, ypag al informante con tres monedas de oro.

    Diez guerreros dejaron el banquete , y al trote, pronto entraban a la herreria de Tiper, y sacaban a unadormilado Gefuhl de ese taller, en la cual ahora estaba alojando.

    No he hecho nada malo !- Reclamaba Gefuhl, pensando en si todo lo que le estaba sucediendo nosera un terrfico caso de Deja- Vu.

    Esta vez no le alojaron en un calabozo, sino que le llevaron al palacio del rey Knapp y en uncorredor le hicieron esperar , por mientras llamaban al Almirante Timlen.

    Algunos visitantes al palacio pasaban por alli rindose y miraban luego con extraeza el cuadro de

    un tipo que le tenian de rodillas en el suelo, y amenazado con espadas desenvainadas.A la meda hora , el Almirante sali de la sala del banquete, y se apresur, por el pasillo, a fin deacabar pronto con ese desagradable asunto.

    Al enfrentar a Gefuhl, le estuvo mirando por unos instantes , a fin de aquilatar a quin su hija lehaba dado su amistad . El tipo era alto y fornido, pero haba algo extrao en l ; quizs su tono decutis, el cabello, los ojos, todo pareca corresponder a otra raza, y esto le dej en suspenso. Su hijano haba tenido mal ojo al fijarse en ese hombre; sala de lo comn.

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    Quien eres t, qu haces, y cmo te llamas ?- Pregunt el Almirante, con su tono de voz cortantey agudo.

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    Soy Gefuhl, herrero, y he sido llevado y trado contra mi voluntad. Pido que se me deje ir, porque

    nada he hecho que est contra los Reglamentos.- Pidi Gefuhl .Me han dicho que ests viendo a mi hija, Rixia. Es algo que no me gusta; tengo magnficos planespara ella, que no voy a discutir contigo, porque no tienes nada que ver con ellos. Te voy a dejarlibre, pero no creas que no puedo encarcelarte por docenas de aos , si me haces enfadar.Promteme que no vers ms a mi hija , y podrs salir de aqu esta misma noche.- Dijo elAlmirante Timlen.

    Lo prometo - no tengo actualmente nada que ver con su hija.- Dijo Gefuhl, molesto - la profecade la joven se le estaba cumpliendo ; aqu estaba , en medio de la noche, en el palacio real,prometiendo cualquier cosa, con tal de tener una vida privada !

    Bien . Confo en t. Pero si me fallas... ya lo sabes.- Dijo el Almirante, retirndose a largaszancadas.

    Los guerreros le dejaron fuera del palacio, y entraron de nuevo al palacio, dejndole libre de iradonde quisiera.

    La noche estaba estrellada y Gefuhl se sent en el suelo , para arreglarse las sandalias, que se habapuesto de cualquier modo.Alguien se sent a su lado, y al levantar la vista, vi a Rixia, vestidaelegantemente.

    Hola, Gefuhl. Qu te dijo mi padre ?- Pregunt ella, tranquilamente.

    Acaba de traerme a la fuerza, por sus hombres; no quiere que te vea ms - y me amenaz concarcel por doce aos, si no cumplo.- Dijo Gefuhl.

    Rixia sonri, y tomndole una de sus manos, pregunt: Y t, te perderias una de mis nochescontigo, por temor a esos doce largos aos de encierro?

    El contacto con su mano, y la proximidad de la mujer, drenaba todo pensamiento coherente desde elcerebro de Gefuhl, razn por la cual la tom del rostro y la bes. Rixia tenia un aliento perfumado,y el beba de su aliento, como si en ello le fuera la propia vida...

    No te invito a pasar al banquete, pues mi padre est all dentro; pero qu tal si me invitas a tu lugarde trabajo? Siempre he querido ver por qu me cambiaste.- Recrimin Rixia.

    Es feo, y tendrs que irte temprano. El Herrero llega al amanecer.- Avis Gefuhl.

    Entiendo. Vamos ya ?- Pregunt Rixia, ponindose de pie.

    Gefuhl la tom de una mano, y la llev por esas desoladas calles hasta llegar a la herrera - no que legustara lo que estaba pasando, pero ahora segua lo que parecale su verdadero sino.

    Le mostr la fragua , las armas y32los arados preparados, y termin mostrndole el nfimo jergn en que pasaba sus noches. Rixia seacost alli con l, y se abrazaron , entre fierros y olor a xido . Fue suya, y antes del amanecer, selevant , diciendo : Ya me has tenido por ltima vez - a no ser de que quieras volver sobre tuspasos, y hacer lo que te ofrec.

    Creo que no me entendiste cuando te dije lo que tu padre me pidi.- Respondi Gefuhl.

    Padre har lo que yo diga- cremelo. Decide luego - pronto estar aqu tu jefe.- Urgi Rixia.

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    Gefuhl miraba ahora todo lo que le rodeaba con otros ojos - el Universo entero pareca estar girandoalrededor de los pies de esa mujer ; los fierros del taller no eran nada, comparado con el brillar desus ojos.

    Har lo que t quieras - comprendo mi error; eres la mujer de mi vida.- Se sincer Gefuhl,pensando en que todo lo que le haba sucedido, antes de ahora, era una larga cadena de eventos, quedesembocaban en Rixia. Ella le bes fuertemente, y dijo No te arrepentiras ! Y ahora, anda adejarme cerca de mi hogar!

    Salieron de all alegremente ; en el camino aclar el cielo, y un nuevo da comenz en la ciudad deOredloro; cerca ya del hogar de Rixia, sta se despidi de el , diciendo : Vuelve a la Herrera, yespera por mi mensajero.

    Adis, amor._ Dijo Gefuhl, y la vi alejarse gilmente; sus pies parecian flotar por sobre las duraspiedras de la calle.

    Ya en la Herrera, Gefuhl trabajo muy nervioso todo el da ; por alguna razn, el herrero no sepresent a trabajar.

    33

    Esa noche durmi vestido - se imaginaba que Rixia le mandara algun mensaje ,pero no sucedinada en toda la noche, y al da siguiente tampoco el herrero apareci por el taller; an asi, Gefuhlreciba todos los encargos, y no se daba reposo reparando los objetos que le traan parareparar.Entre la clientela apareci un hombre gordo, vestido de blanco y negro; Gefuhl le dijo Buen da ! Qu desea reparar ?

    Nada, hijo! Traigo la palabra de Dios, el Ser Creador del Universo!

    Ah, s ? Est all afuera ?- Pregunt Gefuhl, saliendo a la calle. No haba nadie. El hombre lesigui a la calle, diciendo No crees en Dios, hijo?

    Creo en lo que veo. Ud. No ?-

    Creo en el amor y en muchas otras cosas que no pueden ser medidas o descritas cientficamente.

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    El amor es una emocin, las emociones tienen una causa, la emocin es una respuesta paranuestros juicios de valores, amamos a quienes personifican o comparten nuestros valores en sunaturaleza y carcter.- Replic Gefuhl.

    Ah ! Veo que no crees en Dios !- Dijo el hombre, cruzndose de brazos.

    Tu idea de un ser sobrenatural, invisible e imposible es tu locura. Y ahora, anda a deambular conotra direccin.- Pidi Gefuhl, dndole un empelln. El hombre trastabill y se fue reclamando porel mal trato...

    Ms tarde, Gefuhl vio llegar a dos jinetes. Uno de ellos baj del corcel y entr al taller, diciendo:Vengo de parte de la dama Rixia, para que sigis a mi compaero en mi corcel: yo volver a pie deadonde vine.

    Mont Gefuhl en el corcel, y cuando salieron de la ciudad, el jinete dijo: Mi nombre es Roton.Iremos al muelle en Oxiborion. Alli os inscribiris como marinero; debis antes cambiar deapariencia.

    Tendr que afeitar mi barba?

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    La barba, y quizs afeitaros el cabello; pues el Almirante os conoce; no os olvidar.- ComentRoton.

    Esa noche, a ciento veinte kilmetros de la ciudad de Oredloro, durmieron en una cabaa , de lasmuchas que existan entre ciudad y mar; deshabitadas generalmente, servan de albergue a loscaminantes.

    Roton, de 24 aos de edad, dijo :En nuestra civilizacion no hay una tradicin de confiar en un sersupremo inmaterial que lo gobierna todo. Hay algo as en vuestro pas ?

    No vengo de este mundo; y tampoco hay tradicin religiosa en mi planeta. Pero, hace muy poco,un individuo trato de proselitizarme ,cuando trabajaba

    36en la herrera. A veces he pensado en ello, de adnde venimos , qu somos, esas cosas.- Dijo Roton.Ah! En esto de las religiones hay mucho de locura. Hay gente que cree en Dios y cada cual creeque Dios es a su gusto. Esos tales piden a los que no comulgan con ellos, que los analicen y lesdigan por qu no creen en esos Dioses. Y la labor de una persona racional no es andar analizandolas irracionalidades de los dems.- Dijo Gefuhl.

    Y qu piensa de las mujeres?- Pregunt Roton.Uno no puede actuar como debiera con una mujer, porque en el comienzo de la relacin seaseguran de ponernos cadenas sociales y de todo tipo, que aguanten los tirones que uno pueda darpara zafarse de ellas. Y es que uno desea tener la verdadera existencia que uno cree que merece.-Dijo Gefuhl.A la mujer se le d el poder, y toma el control de la persona que confia en ellas. Ah,depende de esa mujer si el pobre hombre vivir agradado o en la peor pesadilla . Es igual cosa conlas religiones; si le dais el control de vuestra vida a una secta religiosa con un lder carismtico ybueno para sacarle el dinero a sus feligreses, estaris perdido.- Coment Gefuhl.

    Sabis bastante del tema.- Alab Roton, movindose en su jergn.

    El ateista no tiene que probar nada porque no est haciendo una declaracin aseverativa como lohacen los testas. En forma similar, si decs que hay simios rosados ser cuestin vuestra el defender

    tales dichos, y no cuestin del ateista de que no hay simios rosados.- Afirm Gefuhl.Hay quienes dicen que de algo mutable como la materia , nada puede ser creado.- Dijo Roton.

    A esos tales hay que preguntarles cmo saben de que de algo mutable nada puede ser creado. Lasclulas son mutables, pero crean organismos. El agua es mutable pero crea grandes olas; El fuego esmutable pero crea carbn. Dejad de pensar de que de algo mutable nada puede ser creado.- DijoGefuhl, y se dispuso a dormir.

    El lugar era oscuro y los ruidos de la selva cercana traan a sus odos crujidos a cada instante, y lossimios , amarrados a un poste para que no escaparan, se ocultaban en la sombra, temerosos de lospredadores del bosque.

    Al da siguiente, baj una lluvia persistente, ensillaron y partieron al alba. Los simios no haban

    comido, y se quejaban intermitentemente. Roton dijo : Llevamos algo de comida para los corcelesen los morrales; creo que deberemos alimentarlos ahora.

    Seguro.- Confirm Gefuhl, deteniendo su39corcel - simio. El lugar era pedregoso, y los linderos del bosque haban retrocedido quinientos

    metros a cada lado del sendero.El alimento eran frutas, muchas de ellas ya secas; los simios coman y miraban a su alrededor conaprension. Gefuhl no paraba de maravillarse de esas criaturas : grandes y fuertes, pero a la vez ,

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    Y Gefuhl vio como el oficial se retiraba a otro navio; al atardecer, le indicaron que poda dormir enuna cabina, baj cubierta; el lugar era pequeo, y una hamaca colgaba de dos vigas; pronto estabadormido , sin tener que mantener fogatas ni pensar en dinosaurios hambrientos...

    A cada hora daban la seal con una campanilla; como por arte de magia, despert cuando sonaba laquinta campanada; salto de la hamaca, y corrio hacia la cabina del comandante Tenterio; estedorma, sentado a su escritorio ; dijo Aspirante Gefuhl reportndose, Seor !

    Con eso, Tenterio despert , pero de mal humor; le dio como tarea lavar la cubierta con un balde yun trapo; a las ocho de la maana, le hizo nadar alrededor del barco por siete veces; algunosmiraban divertidos como Gefuhl se esmeraba en ir a buena velocidad; al subir, el comandante dijo Bien, Aspirante Gefuhl ! Suba al palo de mesana, y quedese alli hasta que le avise !-

    Y subio Gefuhl rapidamente, quedando listo para bajar ; pero el comandante le olvido hasta lanoche, y entonces mando a un marinero para que le avisara de que deba bajar; acalambrado, Gefuhlse present ante el comandante en su cabina.

    Aspirante Gefuhl a la orden, Seor !- Dijo, con voz enronquecida por un da al sol.

    Bien, Aspirante ! Le promuevo a grumete ! Y ahora, vayase a dormir !- Rio el comandanteTenterio, indicandole la puerta.

    Gefuhl durmio con tercianas toda la noche, y al amanecer, se present nuevamente ante Tenterio,pero a las ocho de la maana; Ahora el comandante le miraba con mejores ojos, y le dijo : Servirsen el barco del capitn Silvaco. Te dare una nota para el.- Y la tenia lista, asi es que se la pas, ycuando se retiraba Gefuhl de alli, dijo Y buena suerte, marino !

    Ya en el barco de Silvaco, que era viejo y cojo, pero se ayudaba con un par de muletas, Gefuhl hallque esa nave era vieja y pequea; solo veinte marineros eran suficientes para maniobrar ; latripulacin era en su mayoria, de mayor edad. El capitn Silvaco dijo Ah, veo que llega sangrenueva ! Bien ; te llamas Gefuhl, y estars a cargo de la limpieza de cubierta; a empezar, entonces !Me pules los metales que halles, amarras algun cordaje si lo ves suelto, y me dejas el pisoreluciente; el viejo Rocio an puede dar mucho que hablar !

    Gefuhl recibi una buena cabina, amplia y con dos ojos de buey con que mirar hacia el mar; en esemomento se sinti afortunado por primera vez; tenia un trabajo, y quizs hasta un buen destino!

    Dos meses estuvieron alli amurados; trabajo en la limpieza de fondos, y luego vio como volvia elAlmirante, quien se dirigio a su navio madre, para luego reunirles a todos, y hablar. Gefuhl, a pesarde tener ahora una pelambre impresionante, se puso en la ltima fila. Desde alli escucho las ordenesdel Almirante Timlen, diciendo que irian nuevamente a los lugares visitados en el ltimo viaje, yaque los productos traidos desde alla haban sido del agrado del rey Knapp.

    Esta vez sabemos adonde irmos, asi es que lo harmos mas rpido, y de seguro, con mayoresprovechos; en dos das mas partirmos; levaremos anclas, y a todos los nuevos marineros, les deseobuena suerte, y a trabajar duro!

    Ese mismo da, habituallados los navios, se hicieron a la mar; el capitn Silvaco seguia a la nave

    capitana , guiandose por las senales con banderolas que se hacian entre los navios. Horas despus,tiraban las anclas en una bahia rodeada de montanas, frente a una playa de blancas arenas, y haciaellas fueron tres lanchas desde la nave capitana, mientras las dems esperaban a las ordenes delAlmirante Timlen.

    El grupo de desembarco se disemino por la playa, y luego una parte de ellos se fue tierra adentro,mientra Gefuhl y los dems se preocuparon de arriar las velas, cuando llego ordenes del Almirantede ejecutar esa maniobra. Gefuhl escucho a un marinero decir :No me gusta nada esto de arriar

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    velas ! Que espera hallar en esta rada ? Recuerdo que ac solo conseguimos reunir unas pocassemillas !

    Quizs quiera hacer acopio de ellas ! Quien sabe ?- Pregunt otro marinero, tirando de lascuerdas.

    Antes del anochecer, apareci el grupo que fuera a tierra, y subiendose a las lanchas, volvieron al

    barco insignia . Las tripulacines de los diferentes navios se prepararon para pasar la noche yGefuhl obtuvo un puesto en la segunda guarda (de 2 a 6 horas). Como se le indico su turno a las21.30 horas, Gefuhl se fue a dormir un rato; y otros de su turno hicieron lo mismo. Gefuhl despertcuando se sintieron alaridos escalofriantes en el pasillo; baj de su hamaca, y se asomo , Junt aotros, por el pasillo.

    Nos atacan ! Cojan armas y suban !- Grito Rexerbio, uno de los Armeros; le siguieron hasta unestante con

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    armas, que el mantenia con llave, y Gefuhl cogio un garrote herrado, mientras los gritosaumentaban; vio a tres seres pequenos (de un metro de alto) ,bipedos, de anchas caras, cabello

    hirsuto, y desnudos; que lanzaban pequenas flechas usando unos ridiculos arcos; dio de golpes aestos dos, sin ser alcanzado; con estup9or, vio que a los que fueron alcanzados, que eran tres, la pielse les ponia verdosa en el lugar de penetracin de la clecha, y que con aullidos trataban de librarsede esas pequenas flechas, an a riesgo de cortar sus carnes.

    Subieron en tropel, los que pudieron, con sus armas; un resplandor rojizo, a lo lejos, disipaba enalgo la oscuridad; multitud de pequenas canoas se hallaban entre los navios de la flota del reyKnapp , y sus ocupantes trepaban como hormigas a bordo de los veleros . Gefuhl blandio su maza, ycomenz a golpear pigmeos; estos lanzaban horribles gritos agudos, y no parecian temer al garrote,a las espadas ni a las lanzas que el grupo de marineros esgrimia con fuerza en su contra.

    La lucha era desigual, por el poco tamao de los seres, pero se estaba equilibrando rapidamente ,pues los alcanzados por los dardos arrojaban sus armas al suelo y aullaban de dolor.

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    Gefuhl persiguio a u par de enanos por sobre la baranda, y les dio un golpe de mazo, lanzandoles almar; fue en ese momento que tres pequenas flechas le dieron en una pierna; para su sorpresa, eldolor era comparable a ser cercenado con un hacha ! Perdio el equilibrio y cayo al agua; alli trato desacarse esas flechas , que salieron facilmente ; aparentemente, su labor era inyectar el veneno y noestaban disenadas para afianzarse en el lugar.

    Al contacto de la piel con el agua del mar, el dolor perdio su lancinante cualidad, y una corriente deagua le llevaba paralelamente a la playa, pero no hizo esfuerzos por llegar a ella, debido a que esospigmeos parecian estar controlandolo todo . Sus cuerpos brillaban oleosos a la luz de los incendios... La corriente seguia llevandole paralelo a la costa y se mantuvo en ella hasta que creyo que estaba

    fuera de la vista de esos enanos. Sali del agua, entonces, y not que sus heridas lucan verdosas,pero sin el dolor anterior.

    No quiso regresar al lugar de la refriega, hasta el da siguiente, y lo que vio le lleno deconsternacion: los veleros ya no estaban a la vista,pero si muchos restos de madera quemada, trozosde velamen y cordaje se balanceaba con las olas. No se veian cadaveres ni de hombres ni de enanosen la playa. Decidio esperar al regreso de las naves, pues no concebia que hubieran sido todoshundidos ; quizs haban ganado la batalla en tierra, y perseguido a los enanos en su huida por lasaguas ?

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    El bosque seguia de la linea de playa; se adentro en el bosque, pero sin perder de vista el mar frentea la playa, volteando la cabeza para ver si volvian. Busc ,tambien, algo para comer, hallando fruta,en forma de pequenos higos . Comio baj los rboles, amparado por las grandes ramadas ,pletoricas de hojas. Desde alli no se veia ya la playa , pero se dijo que podra dormir un rato alli, ytapandose con ramas, para no ser descubierto, se durmio.

    Tres horas despus, escucho canonazos provenientes del lado del mar. Corri hacia alla y vio cuatrobarcos, desde los cuales se hacian esas senales. Vio dos botes aproximandose ya a la playa, y a dossobrevivientes nadando hacia ellos; evidentemente que el no haba sido el unico en escapar con vidade la refriega contra los gnomos.

    Se lanzo al mar, y nado hacia uno de esos botes; pronto subia a bordo, y con muestras de alegria,sus companeros de barco le ofrecieron comida y agua.

    Gracias ! Crei que se haban ido para siempre!- Exclamo Gefuhl.

    No ! El Almirante Timlen perdio su nave capitana, pero no su respeto por sus hombres.- Dijo unmarinero.

    Le subieron al Rocio:, del capitn Silvaco, quien le dijo Bienvenido a la Rocio, Gefuhl ! Debuena te

    49has librado !Gracias, capitn Silvaco ! Me siento muy contento de estar de vuelta!Ms tarde, pudo conversar con el resto de los tripulantes, los cuales ahora le trataban de igual aigual, olvidada ya su calidad de aspirante ,o recin llegado.

    Cinco de los nuestros murieron; Gorbin, Maderion, Sulo, Aster, Margorin. Todos sufrimos heridas,pero al huir hacia el mar, hallams alivio en el agua.- Dijo Freror, uno de los timoneles.

    Lo mismo me pas a mi, solo que en vez de nadar hacia las naves, derive hacia el sur del lugar dela refriega.

    Mate a mas de veinte enanos ! Los malditos nos perseguian en sus esquifes, arrojandonos saetas !Dimos vuelta varias de sus embarcaciones , verdad, muchachos?- Pregunt al grupo en que estabaconversando.

    Y ahogamos a muchos ! Vestidos con trajes de cuero y rosetas de bronce, se iban al fondo del marcomo peonzas !- Dijo Gutrier, el contramaestre.

    Y, es que estas tierras deben estar infestadas de enanos ! _Coment Feulenco, uno de losmarineros. Su rostro cadaverido brillaba amarillento baj el astro principal.

    50El Almirante Timlen permanecio con sus naves toda la tarde alli, disparando un canon cada hora;

    pero en la costa no aparecia nadie mas.

    Los infortunados que murieron combatiendo, fueron capturados por los gnomos.Que son antropofagos. Ya veias vos, Almirante, como algunos devoraban a los caidos ?Algunos no estaban muertos, y ya se cebaban en sus cuerpos.Se merecen una batida en regla ! Perdimos ocho naves; el incendio se las llevo al fondo.-Ellos tambien perdieron sus navios !Sus naves parecen estar hechos con materiales menos nobles; apenas un incendio comenzaba, y ya

    se iban yendo a pique.No puedo volver a Oredloro con mi flota semi destruida y con mis manos vacias. Volveremos ahacer acopio de semillas ac; llenaremos las bodegas y en Saguess, como he llamado al fiordo de

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    las Cuatro Rocas, capturaremos Styracosaurus Estiracosauros ; sus cuerpos enormes serviran decomida en la mesa del rey Knapp.

    Se miraron consternados, algunos de los alli presentes, y Lambrofin, capitn de la Colenida, dijo: La carne, an estando salada, no durara fresca los 32 das de la travesia, Almirante.

    Eso lo se; los capturaremos vivos; a bordo, les alimentaremos por 32 das ; y los desembarcaremos

    en los muelles; llevandolos a Oredloro , en donde su presencia hara olvidar, o al menos paliar, lanoticia de nuestro recinte desastre. Mi nave capitana perdida, quinientos marineros muertos, nuevenaves en el fondo del mar - no es algo baladi, creedme ! Senores : mi honor esta en juego !

    Todos callaron, tratando de imaginarse a aquellas bestias atadas en las cubiertas de lasembarcaciones ...

    Ac ya cumplimos nuestra labor de espera; ahora quiero un grupo de recolectores; traedmesemillas de Asmar *girasol nativo); en gran cantidad , solventara este oneroso viaje , y pronto , parair en busca de la carne.- Ordeno el Almirante Timlen.

    Eran las 16. Horas; con dos horas de luz por delante, la mitad de los embarcados permanecio alertaen los navios, y la otra mitad baj en los botes con gran apresuramiento ; todos iban armados deespadas y lanzas.

    Los navios , que eran ahora ocho , se alinearon ante la playa, con sus canones listos; no iban a sersorprendidos, nuevamente.

    Chapter 4OSITAN EL REY DE LOS GNOMOS.

    En Noito, una de las ciudades de la raza de los gnomos del planeta , Ositan, el Rey, se reunia conlos comandantes que haban luchado contra los humanos de Oredloro, en el da anterior.

    Les hicimos dano. Sus naves ardan como yerba seca. Su carne fue nuestro alimento.- Mencionoel rey Ositan, desde su sillon (decorado con huesos humanos). Estaba ante su mesa de roble negro, yalrededor de ella se sentaban los 33 comandantes de su reino subterraneo.

    Aun siguen ah, Majestad.Ahora estan mejor prepar