la arquitectura moderna: el racionalismo de la …
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LA ARQUITECTURA MODERNA: EL RACIONALISMO DE LA BAUHAUS
CONTEXTO. Si a finales del siglo XIX la Revolución Industrial influyó en la arquitectura, el siglo XX, con sus
explosiones demográficas, conoce el auge de las metrópolis en las que habitan millones de seres humanos. Una de
las preocupaciones constantes de algunos arquitectos fue la necesidad de una nueva planificación urbana, adecuada
a las necesidades de la vida moderna, teniendo sus ideas una enorme repercusión en el urbanismo contemporáneo.
En los años 20 del siglo pasado se fundó en Alemania una escuela de arquitectura y de diseño llamada BAUHAUS. Los
arquitectos más importantes de la Bauhaus, como Walter Gropius o Ludwig Mies Van der Rohe, desarrollan las
siguientes características constructivas:
-Uso de materiales altamente industrializados, especialmente hormigón armado (reforzado con cables de acero),
que permite la producción en serie, con el consiguiente abaratamiento. En ocasiones se alterna, para romper la
monotonía, con vidrio, acero o ladrillo.
-El muro no es portante. El edificio está formado por una armadura a base de vigas; los muros son simples fachadas-
cortina en las que se puede abrir grandes vanos.
-Las cubiertas son, en general, planas.
-Los elementos decorativos desaparecen. De este modo, las casas son más baratas. Ello hizo posible que las clases
bajas o medias accedieran a viviendas dignas a un precio más razonable.
Obra: Pabellón alemán para la Exposición Internacional de Barcelona Autor: Mies van der Rohe
Estilo: Arquitectura racionalista Cronología: 1929
Esta arquitectura dejó boquiabiertos a
todos. Dos planos paralelos unidos por unas
esbeltas columnas de acero.
La construcción se resolvió con acero, cristal y
cuatro tipos de mármoles: travertino romano,
mármol verde de los Alpes, mármol verde
antiguo de Tinos y ónice doré del Atlas
africano. Un escaso mobiliario formado por
sillas, una cortina roja y una alfombra negra,
que combinados con el color amarillento del
mármol ónice de la pared, imitaban los colores
de la bandera alemana.
Este edificio constituye uno de los hitos en la historia de la arquitectura moderna y está considerado por muchos
autores como una de las cuatro piezas canónicas de la arquitectura del movimiento moderno junto con el edificio de
la Bauhaus de Gropius, la Villa Saboya de Le
Corbusier y la Casa de la Cascada de Wright.
El edificio explora los por aquel entonces
novedosos conceptos de planta libre y
continuidad espacial. Está considerado un
ejemplo arquetípico de simplicidad y rigor
constructivos, constituyendo una de las
materializaciones más famosas de la
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conocida máxima de Mies: "menos es más".
Mies también diseñó el mobiliario del pabellón. La pieza más representativa,
convertida luego en icono del diseño, es la llamada "silla Barcelona",
construida con cuero y perfiles tubulares de acero inoxidable.
Su racionalismo se convirtió en modelo para el resto de los profesionales del
siglo XX. Su influencia se podría resumir en una frase que él mismo dictó, y
se ha convertido en el paradigma ideológico de la arquitectura del
movimiento moderno: "weniger ist mehr: menos es más". Su obra se
destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de
elementos ornamentales, pero su poética radica en la sutil maestría de las
proporciones y en la elegancia exquisita de los materiales (en ocasiones
empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado, bronce o maderas
nobles), rematados siempre con gran precisión en los detalles.
Para Mies el hierro y el hormigón, por lo que tienen de sólido e instrumental, deben ir al interior, como un
fuerte esqueleto, mientras que el vidrio era como un brillante velo que podía extenderse sobre el esqueleto para
formar la piel.
Mies dirigió la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, uno de los focos principales para la evolución del
movimiento moderno, entre 1930 y 1933, fecha en que fue clausurada por el partido nazi. En 1937 emigró a Estados
Unidos, donde ejerció el cargo de director de la Escuela de Arquitectura del Illinois Institute of Technology. Desde la
ciudad de Chicago se convirtió en el maestro de varias generaciones de arquitectos estadounidenses, además de
construir numerosos edificios Su huella ha sido especialmente profunda en Estados Unidos y la mayoría de los
rascacielos construidos por todo el mundo siguen parcial o totalmente sus planteamientos compositivos.
En 1945 diseñó para una doctora su casa de fin de semana.
Es la Casa Farnsworth. En ella, el material es acero y
vidrio. Está elevada debido a su proximidad a un río, para
prevenir desastres si había una crecida. No hay tabiques, al
ser una casa individual. Los muebles fueron diseñados por
él.
Hace pocos años, se subastó en la casa Sotheby’s y la puja
llegó varios millones de dólares. Irónicamente, una
arquitectura que nació para democratizar la vivienda
acabó convertida en capricho para las elites económicas…
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Obra: Seagram Building
Estilo: Arquitectura racionalista
Autor: Mies van der Rohe
Cronología: 1954-58
El Seagram Building, ubicado en el centro de Manhattan (Nueva York), es una moderna torre de oficinas
proyectada por el arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe, en colaboración con Philip Johnson. Es la sede
central de la corporación Seagram, fundada por un contrabandista enriquecido por la venta de alcohol durante la
Ley Seca.
Símbolo del mundo industrial contemporáneo, ilustra el lema del arquitecto menos es más. El edificio cuenta con 39
pisos en 157 metros de altura, y fue construido entre los años 1954 y 1958.
Fue muy influyente en la arquitectura americana. Uno de esos
principios es hacer una arquitectura auténtica, en la que la estructura
interior articule la estética externa del edificio. La idea original del
arquitecto era que se viese la trama de acero estructural de la que
cuelgan los muros-cortina de vidrio, pero la normativa edificatoria
americana obligaba a recubrir todos los elementos estructurales de
acero con algún material ignífugo, como el hormigón, para evitar que
en caso de incendio se derritan y cedan. El hormigón ocultaría la
estructura del edificio, cosa que Mies quería evitar a toda costa, así que
usó perfiles doble T de bronce a modo de columnas no estructurales
para recordar la estructura interna. Estas son visibles desde fuera del
edificio.
Uno de sus detalles más originales es que, en lugar de ocupar todo el
solar disponible, Mies van der Rohe decidió liberar un espacio próximo
al edificio que destinó a plaza. Preguntado el arquitecto por la razón de
dicha plaza, respondió que retranqueaba el rascacielos “para
poder verlo. Si vas a Nueva York, realmente tienes que mirar
a las marquesinas para saber dónde estás. Ni siquiera puedes ver el
edificio, sólo lo ves desde lejos"
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Esa plaza permite a la construcción respirar en medio de un conjunto urbano en el que la densidad edificatoria
deja apabullado al espectador.
Era evidente que un edificio de tal altura habría de tener una enorme superficie de persianas, cuyos usuarios
tenderían a subirlas o bajarlas como mejor les pareciese. Para evitar esta muestra de desorganización, las diseñó de
manera que sólo tuviesen tres posiciones posibles. Con ello pretendía mantener la homogeneidad visual de la
construcción. Además, la mezcla de los perfiles exteriores con el tono tintado de los cristales del rascacielos, cuya
función básica es reducir la temperatura interior, contribuye a hacer más sobria aún, si cabe, la imagen exterior del
edificio: un prisma de cristal oscuro en medio de una de las principales avenidas de Nueva York.