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Lesiones perimortem: Siete lesiones inciso-cortantes en el cráneo (Figuras 1,
2b, 2e). Una lesión en el maxilar derecho con daño en premolares y molares, y
en el cuerpo mandibular izquierdo con daño en el incisivo central, incisivo
lateral y canino (Figuras 1, 2a, 2c, 2d ). La penetración observada en cada lesión
(Tabla 1) es parcial en las marcas: 3, 5, 6, y completa hasta penetrar en la
bóveda craneal en las marcas: 1, 2, y 4, penetrando en la cavidad oral en 7. Este
daño produce la fragmentación del hueso con un desplazamiento de la pared
rugosa de la incisión en el lugar de impacto en la marca 2, produciendo una
descamación unilateral (Figura 2b). Todas las marcas de corte que se observan
en el cráneo tienen una sección transversal en forma de V, donde la pared
anterior se muestra lisa y recta, y la posterior rugosa y descamada (Figura 2e).
La disposición de las lesiones señalan a una agresión dirigida de manera oblicua
y desde una posición superior, probablemente realizadas con el brazo derecho.
En la Figura 2a se observan los dientes superiores derechos y inferiores
izquierdos, seccionados con un corte oblicuo y limpio. En las Figuras 2b y 2c se
puede ver como la fuerza del impacto seccionó la corona y la raíz dental de
todos los dientes afectados, quedando expuesta la cavidad pulpar. El plano
formado por esta lesión facial es de un ángulo de 45º desde el plano de
Frankfort y coincide con las secciones de las lesiones craneales.
Tipo de arma utilizada: Todas las lesiones perimortem observadas son
consistentes con las marcas producidas por un objeto afilado pero pesado,
similar a las espadas utilizadas durante los enfrentamientos militares en la Edad
Media. El trauma de fuerza aguda o cortante realizado por una espada tiende a
ser lineal, con una sección en U o en V que se caracteriza por un borde limpio y
bien definido, con una superficie plana y lisa, y otro borde menos recto, a veces
curvado, que deja una pared rugosa y descamada en la superficie [8]. Las
espadas pesadas con bordes afilados que se usan de manera cortante
producen lesiones por aplastamiento además de la penetración, y se pueden
causar más lesiones si se remueve el arma incrustada con un movimiento de
torsión, como hemos podido observar en las descamaciones de la lesión 2.
En el frontal derecho, el trauma antemortem fue provocado por objeto
contundente, que se evidencia por un área deprimida, con deformación
plástica y biselado [9]. Si bien se pueden considerar diferentes causas, como
ser golpeado con un objeto duro no identificado o un accidente, el impacto de
un arma redondeada parece ser la causa más probable de la lesión. Un golpe
con un arma en la cabeza era una táctica efectiva y de uso frecuente, ya que
permitía deshacerse rápidamente del oponente [13].
En este contexto, considerando tanto el trauma como la violencia asociada, el
individuo PRII-5-11-Nc-a tenía múltiples lesiones en la cabeza y cada una de
ellas podría haber sido letal, lo que podría tomarse como un ejemplo
arqueológico de “over-killing“, como son también los casos registrados de
batallas conocidas [10,14-16]. En [16] también se encontraron fracturas de la
raíz de la corona de los dientes anteriores con las porciones de la raíz restantes
todavía presentes dentro de sus cavidades. Aunque, en este caso, la lesión
traumática del aparato de masticación fue grave, no fue letal, como lo
demuestran los claros signos del proceso de curación dentro del hueso maxilar
en el caso del individuo de Byczyna (Polonia) que además comparte cronología
[17].
Espada del Museo de León: Como parte del ajuar del siglo XVII de un individuo
de la misma zona de enterramiento (PRII-6-2-Nc-a) se recuperó dentro de la
necrópolis una espada ropera española (Figura 4).
La espada ropera era el arma blanca, larga, flexible y ligera que portaban todos
los soldados de los Tercios españoles, muy utilizada en los inicios de le Edad
Moderna. Símbolo de clase, estaba destinada para batirse en duelo, a
diferencia de la espada medieval de hoja rígida y pesada de doble filo
destinada a cortar o perforar corazas [18].
Con referencia a los datos históricos sobre el armamento español [18], se
puede inferir que las lesiones traumáticas observadas en individuo PRII-5-11-
Nc-a fueron infligidas con un tipo de espada más cercana a la Edad Media.
IntroducciónLa violencia en las ciudades en el norte de España durante los inicios de la
época Moderna es poco conocida en parte debido a la escasez de registros
osteoarqueológicos. Teniendo en cuenta la ubicación y el tipo de traumas
presentadas, el esqueleto PRII-5-11-Nc-a, exhumado de la necrópolis de la
iglesia de San Salvador de Palat de Rey (s. XVI-XVII), ciudad de León (España),
proporciona la oportunidad de reconstruir la dinámica del enfrentamiento
interpersonal en esta región en aquel momento.
Material y MétodosSe analizará el esqueleto PRII-5-11-Nc-a, exhumado de la necrópolis de la
iglesia de San Salvador de Palat de Rey, ciudad de León (España).
Necrópolis: situada en el interior de la iglesia de San Salvador de Palat de Rey
(s. XI-XIX), la más antigua de la ciudad y que perteneció a la Orden Militar de
San Juan de Jerusalén, del Hospital o de Malta desde 1215 hasta 1845,
vinculada al Camino de Santiago [1,2].
Datación relativa del enterramiento: siglos XVI-XVII.
Orientación: Aunque se ha perdido su orientación original, el conjunto de
inhumaciones (>350 individuos) de la necrópolis presenta orientación E-O.
Huesos presentes: cráneo: bóveda craneal y zona maxilar; cuerpo mandibular;
humero izquierdo; húmero derecho diáfisis y epífisis distal; radios: diáfisis
parcial y epífisis proximales; hueso piramidal de la mano izquierda; fémur, tibia
y peroné.
Estimación del sexo: Según la morfología del cráneo [3,4].
Estimación de edad: Según la transparencia radicular [5].
Estimación de la estatura: Basada en la longitud fisiológica del fémur izq. [6].
Marcadores músculo-esqueléticos: Siguiendo el método de Coimbra [7].
Criterios diagnósticos de las lesiones violentas: Lesiones analizadas
macroscópicamente y con un aumento bajo (3x); mediciones con calibre
(precisión de 0,01 cm), de acuerdo con las criterios indicados por Lewis [8] para
lesiones cortantes y Galloway et al. [9] para lesiones por objeto contundente.
Las anotaciones (Tabla 1) incluyeron la ubicación (Figura1) y forma de la lesión,
las medidas (longitud, anchura y profundidad máximas) desde el borde óseo no
dañado, la presencia de descamación (unilateral y bilateral), agrietamiento,
rotura y aspecto. Se clasificaron según la forma del impacto, golpe con un
objeto cortante, punzante o contundente.
Distinción de traumas antemortem, perimortem y postmortem: Se
considerarán lesiones perimortem aquellas que carecen de respuesta de
cicatrización, ausencia de diferencias en el color entre las superficies de
fractura y el tejido óseo próximo, y la presencia de características de fractura
ósea fresca, incluida la suavidad de los bordes de la fractura, las líneas de
fractura concéntrica y de radiación, los ángulos de fractura obtusos o agudos
[9,10].
Resultados y DiscusiónPerfil biológico: Hombre de >30 años, estatura de 163 6,90 cm.
Patología oral: Periodontitis aguda (Kerr=3), caries oclusales en el esmalte de
los molares (Hillson=3) y desgaste dental medio (Smith=5).
Cambios entesiales: En visión ventral, el húmero izquierdo presenta una
cavidad compatible con un cambio entesial debido a una acción repetida del
músculo subscapular. Los húmeros presentan formación ósea en el origen del
extensor radial corto del carpo. El fémur izquierdo presenta cambio entesial en
la inserción del músculo glúteo menor, y ambos fémures en la inserción del
músculo psoasilíaco.
Lesiones antemortem: Lesión por objeto contundente en la zona derecha del
frontal (Tabla 1) con curación (bordes suaves sin signos de actividad).
Osteoma sésil plano en la zona media del hueso frontal (5x5 mm) (Figura 3d).
Esta neoplasia ósea benigna tiene una etiología confusa y la asociación con un
traumatismo no está clara [11].
Periostitis activa en el aspecto medial posterior de la tibia izquierda (Figura 3).
En la radiografía se observa la porción de hueso dañando e inflamado, con
formación de hueso que compensa la pérdida de masa ósea en la porción
infectada. La periostitis tibial unilateral es más probable que se presente
debido a una infección localizada secundaria a traumatismo profundo u otras
afecciones de los tejidos blandos, como úlceras o trastornos venosos [12].
Laura González-Garrido1,2, M. Teresa Ferreira2,3, Sofia N. Wasterlain2,3
1Área de Antropología Física, Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental, Universidad de León, España, [email protected]
2CIAS - Research Centre for Anthropology and Health, Department of Life Sciences, University of Coimbra, Portugal, [email protected]
3Laboratory of Forensic Anthropology, Centre for Functional Ecology, Department of Life Sciences, University of Coimbra, Portugal, [email protected]
MarcaHuesos
afectadosForma
Longitud
(mm)
Anchura
(mm)
Profundidad
(mm)
Características
de la lesión
1Frontal
(centro/derecho)Lineal 41,2 1,3
3,04
(penetrante)Inciso-cortante
2Ambos parietales
(corta sutura sagital)Lineal
37,8
(incompleta)1,7
4,27
(penetrante)
Inciso-cortante +
descamación
unilateral
3 Parietal izquierdo Lineal 39,7 1,84 1,33 Inciso-cortante
4 Parietal izquierdo Lineal 46,18 1,353,54
(penetrante)Inciso-cortante
5Parietal izquierdo
(sobre sutura sagital)Lineal
23,9
(incompleto)
1,2
(incompleto)
3,5
(incompleto)Inciso-cortante
6Parietales
(corta sutura sagital)Lineal
7,63
(incompleto)
1
(incompleto)
1,8
(incompleto)Inciso-cortante
7Maxilar superior
derecho y cuerpo
mandibular izquierdo
Lineal
Mx: 34,3
Md: 22,2
Total: 56,5
Mx: 11,6
Md: 7,6- Inciso-cortante
8 Frontal derecho Circular 21,5 x 24,9 0,6
Contuso
Remodelado
antemortem
¿LA CARA DE LAS CRUZADAS? Múltiples lesiones craneofaciales perimortem en un adulto masculino de la necrópolis de San Salvador de Palat de
Rey (s. XVI-XVII) León, España
ConclusionesLos múltiples traumas perimortem en el individuo PRII-5-11-Nc-a y el mecanismo probable de su producción, sugieren que fue víctima de
violencia interpersonal, probablemente un asalto o un combate cara a cara con un oponente diestro que estaba usando un arma de filo
cortante, posiblemente una espada. El conjunto de lesiones craneales puede indicar que la cabeza era un importante objetivo,
demostrando la intención de incapacitar a la víctima rápidamente. El número de lesiones observadas aún puede estar sub-representado
debido al hecho de que las heridas que afectan a los tejidos blandos no se pueden observar en el esqueleto [19]. Además, este individuo
posee una combinación de traumas antemortem, curados y activos, y traumas perimortem, que sugieren que este individuo sufrió
múltiples incidentes traumáticos, posiblemente debido a su carrera militar o a la violencia que imperaba en las ciudades de los inicios de la
Edad Moderna. Todas las lesiones fueron producidas por un objeto afilado pero pesado, similar a las espadas utilizadas durante los
enfrentamientos militares en la Edad Media. El perfil biológico y las lesiones sufridas podrían sugerir que el individuo era militar y que
falleció durante una disputa interpersonal. Este estudio puede contribuir a entender la violencia en las ciudades en el norte de España
durante los inicios de la época Moderna.
Figura 4. Espada ropera de taza semicalada, necrópolis de la iglesia de San Salvador de Palat de Rey,León (siglo XVII). Foto cedida por el Museo de León
En encabezado: fragmento del cuadro de Antonio de Pereda, San Guillermo de Aquitania Agradecimientos: Museo de León
11 2
34
7
8
7
41
2
56
8 6
24
5
3
187
Figura 1. Distribución de las lesiones en la zona craneofacial (Modificado de [3]). Cada colorcorresponde a una marca descrita y caracterizada en la Tabla 1
Figura 2. Distribución de las lesiones craneofaciales. (a) Zona maxilofacial, (b) Maxilar superior (c)mandíbula, se recuperó solamente la zona del mentón (d) Hueso frontal, podemos observar ladescamación unilateral de la marca 2 (flecha verde). Osteoma sésil plano (flecha azul), (e) Huesosfrontal, y parietales. Detalle de la sección de la marca de corte 4
2a
2e2c
2b
2d
0,5 cm
Figura 3. Periostitis en la zona media posterior de la tibiaizquierda. En la radiografía se observa la porción de huesodañando (delimitada en blanco), con formación de hueso(flecha roja)
10 cm
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