la colocación de los pronombres átonos con el futuro y el
TRANSCRIPT
La colocación de los pronombres
átonos con el futuro y el condicional
en el castellano medieval Con un enfoque en los siglos XIII y XV
Eline Bettens Studentennummer: 01200020
Promotor: Prof. Dr. Miriam Bouzouita
Masterproef voorgelegd tot het behalen van de graad Master in de taal –en letterkunde: Spaans –
Engels
Academiejaar: 2017 - 2018
ii
iii
Agradecimientos
Las lenguas y la historia son dos de mis pasiones. Por lo tanto, la elección de un tema
perteneciente a la lingüística histórica fue una opción lógica para mí. La evolución de las
lenguas me fascina y, por lo tanto, decidí estudiar un aspecto de la lengua castellana antigua.
Sin embargo, por mi naturaleza perfeccionista experimenté algunos momentos difíciles y me
costó mucho tiempo por terminar esta tesina. Estoy muy orgullosa de finalmente terminar mi
tesina completamente.
Me gustaría expresar mis agradecimientos a algunas personas que me han ayudado y
apoyado en este proceso duro. En primer lugar, querría agradecer a la Profesora Bouzouita
por su paciencia y por sus consejos y ayuda. Además, querría agradecerla por la oportunidad
de llevar a cabo una tesina en la lingüística histórica española y por ofrecerme un tema
interesante. Aunque el proceso de escribir esta investigación no siempre fue fácil, he
aprendido mucho. En segundo lugar, querría dar las gracias por el apoyo a mis padres, mi
familia, mi novio y Stefanie De Sloovere de la Universidad de Gante.
Muchas gracias a todos.
iv
Tabla de contenidos
I. Introducción .......................................................................................................................... 1
II. Estado de la cuestión ........................................................................................................... 5
1. Conceptos: definiciones ...................................................................................................... 5
1.1 Los futuros y condicionales sintéticos y analíticos ....................................................... 5
1.2 La gramaticalización ..................................................................................................... 6
2. El sistema pronominal castellano ...................................................................................... 9
2.1 La colocación pronominal en castellano medieval .................................................... 10
2.1.1 La colocación pronominal en oraciones subordinadas ....................................... 10
2.1.2 La colocación pronominal con respecto al verbo finito en oraciones principales10
2.2 El cambio de enclisis a proclisis: hacia el sistema pronominal moderno .................. 20
2.2.1 Datación – el siglo XV como período de transición ............................................ 20
2.2.2 La colocación pronominal en el siglo XVI – el español renacentista ................. 22
2.2.3 La gramaticalización del pronombre átono ........................................................ 23
3. Los futuros y condicionales sintéticos y analíticos en castellano medieval .................... 26
3.1 Origen y evolución del tiempo futuro: del futuro sintético latino cantabo hacia el
futuro español cantaré ..................................................................................................... 26
3.1.1 El futuro sintético latino y su sustitución por la forma perifrástica cantare habeo
...................................................................................................................................... 26
3.1.2 De cantare habeo hacia cantaré: la gramaticalización del futuro ....................... 27
3.2 Explicaciones para la variación sincrónica entre los futuros sintéticos y los futuros
analíticos en español medieval ......................................................................................... 30
3.2.1 El futuro analítico vinculado al sistema pronominal medieval .......................... 30
3.2.2 El futuro analítico como forma marcada ............................................................ 35
3.3 Los futuros y condicionales sintéticos con posposición pronominal ......................... 40
3.3.1 La frecuencia de los FCS con posposición pronominal: un fenómeno marginal 41
3.3.2 Motivos por la aparición de FCS con posposición pronominal ......................... 43
v
III. Estudio empírico .............................................................................................................. 53
1. Corpus y metodología ...................................................................................................... 53
1.1 Las Biblias E6 – E8 – E4 – BNM .............................................................................. 53
1.1.1 Los códices escurialenses I.i.6 y I.i.8 – La Biblia Prealfonsí ............................. 53
1.1.2 El códice escurialense I.i.4 y Biblioteca Nacional de Madrid ............................ 54
1.2 Metodología ............................................................................................................... 55
2. Resultados del estudio empírico ...................................................................................... 58
2.1 La distribución pronominal de los futuros y condicionales ........................................ 58
2.2 La distribución pronominal según entorno sintáctico en E6 y E8 ............................. 63
2.2.1 Los entornos de anteposición absoluta ................................................................ 66
2.2.2 Los entornos de posposición absoluta ................................................................ 66
2.2.3 Los entornos de variación ................................................................................... 68
2.3 La distribución pronominal según entorno sintáctico en E4 y BNM ....................... 75
2.4 Los FCS con posposición pronominal en E6 y E8 .................................................... 79
IV. Conclusiones principales ................................................................................................. 81
V. Bibliografía ........................................................................................................................ 83
Cantidad total de palabras: 30 261
vi
Lista de abreviaturas
BNM Biblioteca Nacional de Madrid
Cid Poema de Mio Cid
E4 Códice escurialense I.i.4
E6 Códice escurialense I.i.6
E8 Códice escurialense I.i.8
Eco Eclesiástico
Faz La Fazienda de Ultra Mar
FCA Futuros o condicionales analíticos
FCS Futuros o condicionales sintéticos
GE General Estoria
Is Isaías
Je Jeremías
Luc. Libro del conde Lucanor
Mc Marcos
OD Objeto directo
OI Objeto indirecto
PA Pronombre átono
SN Sintagma nominal
1
I. Introducción
Como es bien sabido, el castellano medieval se caracteriza por la variación sincrónica
entre el futuro/condicional sintético con un pronombre átono antepuesto, como lo faré, y el
futuro/condicional analítico, como fazer lo he, con pronombre átono intercalado entre los dos
constituyentes del futuro, que es un tema que siempre ha sido de gran interés en la lingüística
histórica (Staaff 1907; Rossi 1975; Company 1985, 2006; Eberenz 1991; Castillo Lluch 1996,
2002; Bouzouita 2011a, 2012; entre otros). En general, se han postulado dos líneas de
argumentación en cuanto a esta variación sincrónica. La primera relaciona la variación de los
futuros al sistema pronominal medieval (Castillo Lluch 1996; Bouzouita 2011a, 2012),
mientras que la segunda propone que la forma analítica es una forma marcada y especializada
para marcar topicalidad y énfasis discursivo (Company 2006). No obstante, existen también
futuros y condicionales sintéticos con pronombres átonos pospuestos, como faré lo, que
aparecen en lugar de un futuro analítico, aunque se trata de un fenómeno relativamente
marginal en la Edad Media. Como consecuencia de su estatus marginal, no ha recibido mucha
atención en la literatura, aunque existen algunos estudios excepcionales que han examinado
este fenómeno más en detalle (Rossi 1975; Matute y Pato 2010; Bouzouita 2013, 2016).
Como afirmará nuestro estudio empírico, la alternancia entre los futuros sintéticos con
anteposición y los futuros analíticos efectivamente está vinculada a las restricciones del
sistema pronominal medieval. Es decir, como veremos más adelante, el sistema pronominal
del castellano medieval se caracteriza por admitir varias posiciones clíticas con respecto al
verbo, a saber, la anteposición y la posposición (que incluye también los futuros analíticos
con pronombre intercalado), con la posposición pronominal como posición canónica. La
posición depende del entorno sintáctico que precede al verbo y generalmente se han
clasificado tres grupos de entornos: (a) entornos que admiten exclusivamente la anteposición
pronominal, (b) entornos que siempre desencadenan la posposición pronominal y, (c) entornos
que admiten variación en cuanto a la posición pronominal (Granberg 1988; Castillo Lluch
1996; Nieuwenhuijsen 1999, 2006; Bouzouita 2008a). Nuestros resultados confirmarán los
paralelismos distribucionales observados por Bouzouita (2011a, 2012) entre la variación de
los futuros y el sistema pronominal medieval. En concreto, se emplea el futuro sintético con
anteposición en contextos sintácticos que admiten la anteposición pronominal con otros
tiempos verbales, mientras que se emplea la construcción analítica (y también la sintética con
posposición) en contextos que admiten la posposición con otros tiempos verbales. Además,
los entornos que producen variación en la colocación pronominal también admiten tanto las
2
formas sintéticas como las analíticas.
Sin embargo, a partir del siglo XV el sistema pronominal medieval empieza a
manifestar cambios, o sea, empieza a gramaticalizarse gradualmente con la anteposición
sistemática del pronombre átono a expensas de la posposición (Nieuwenhuijsen 1996;
Eberenz 2000). La posposición pronominal, que era la posición canónica en el castellano
medieval, gradualmente empieza a disminuirse, mientras que se nota un aumento de la
anteposición. Nieuwenhuijsen (1999) observa que este aumento de la anteposición empieza a
manifestarse a partir del siglo XV específicamente en los entornos de variación. Por lo tanto,
sería interesante investigar si se nota también un descenso de los FCA en este siglo.
La presente investigación presenta un estudio comparativo y diacrónico que se centra
en la distribución pronominal con respecto al verbo futuro y condicional en los siglos XIII y
XV. Con este estudio queremos, por una parte, examinar la distribución de los futuros y
condicionales para poder verificar los paralelismos distribucionales con el sistema pronominal
medieval. Por otra parte, queremos examinar si ya se manifiestan cambios diacrónicos en el
siglo XV, que constituye un período clave en la evolución del sistema pronominal castellano.
De interés particular para este estudio comparativo son los entornos sintácticos de variación
en la colocación pronominal dado que la gramaticalización del pronombre átono, o sea, la
anteposición pronominal, empieza a manifestarse a partir del siglo XV en estos entornos
(Nieuwenhuijsen 1996). Por lo tanto, nos parece interesante analizar y comparar las
posiciones clíticas de los pronombres con los futuros/condicionales en un texto del siglo XIII
y del XV para examinar si hay un aumento de los futuros con anteposición. Además,
queremos contribuir con nuestro estudio a la investigación de los futuros sintéticos con
posposición.
En concreto, examinaremos cuatro Biblias. En primer lugar, analizaremos los códices
escurialenses I.i.6 y I.i.8 (en adelante E6 y E8). El códice E6 es una biblia romanceada
prealfonsí. El original fue compuesto hacia 1250 y el manuscrito contenido en el códice
estaba copiado en fecha próxima a la composición del original. El códice E8 es, tal como E6,
una traducción de la Vulgata y el original fue compuesto hacia la misma fecha que E6. Se ha
conservado el manuscrito en una copia compuesta hacia 1400. Se ha postulado que E6 y E8
son partes complementarias de una misma Biblia, a saber, la Biblia prealfonsí. Varios indicios
apuntan hacia su unidad, uno de estos es el empleo de futuros y condicionales sintéticos con
pronombres pospuestos, una construcción marginal en la Edad Media. Como veremos, estos
dos romanceamientos efectivamente se caracterizan por el empleo de esta construcción. En
segundo lugar, examinaremos la distribución de los futuros y condicionales en el códice I.i.4
3
(en adelante E4) y en la Biblia de la Biblioteca Nacional de Madrid (BNM), dos biblias de la
primera parte del siglo XV.
Este estudio se organiza como sigue. La parte teórica se divide en tres secciones. En
primer lugar, proporcionaremos una definición de las diferentes formas de futuro /
condicional y, además, proporcionaremos una definición del concepto de gramaticalización.
En segundo lugar, analizaremos el sistema pronominal medieval y sus cambios diacrónicos
que empiezan a manifestarse a partir del siglo XV. En tercer lugar, analizaremos los futuros y
condicionales medievales: trataremos de presentar el origen y la evolución del tiempo futuro;
investigaremos las dos líneas de argumentación sobre la variación sincrónica entre los futuros
sintéticos y analíticos en castellano medieval; y examinaremos un fenómeno poco estudiado
en la literatura: el empleo de futuros sintéticos con posposición pronominal en vez de la forma
analítica. En la parte empírica presentaremos, en primer lugar, nuestro corpus y la
metodología utilizada. En segundo lugar, discutiremos los datos de nuestro estudio
comparativo, cuantitativo y cualitativo sobre la distribución pronominal de los futuros y
condicionales en los siglos XIII y XV. Finalmente, en el último apartado presentaremos las
conclusiones finales de nuestro estudio.
4
5
II. Estado de la cuestión
1. Conceptos: definiciones
Dado que nuestro trabajo trata de la gramaticalización de los futuros y condicionales
en el español medieval, es necesario definir los conceptos y nociones utilizados. Primero,
proporcionaremos una definición de las diferentes formas del futuro/condicional. En segundo
lugar, explicaremos el concepto de la gramaticalización, presentando brevemente sus
características principales.
1.1 Los futuros y condicionales sintéticos y analíticos
Una característica notable del castellano medieval es la variación sincrónica entre los
futuros y condicionales sintéticos (en adelante FCS) y los futuros y condicionales analíticos
(en adelante FCA), que es un tema que ha sido abordado en varios estudios (Staaff 1907;
Rossi 1975; Company 1985, 2006; Castillo Lluch 1996, 2002; Bouzouita 2011a, 2012; entre
otros). Explicamos la diferencia entre estas formas mediante versículos del libro bíblico de
Eclesiástico del códice E6.
(1) E el so coraçon reterna tus palauras. e del mal non te perdonara. (Eco 13:15)
(2) E depues leuantar sa e tornara a cadauno so gualardon en su cabeça e tornara los en las
mas fondoneras partes de la tierra. (Eco 17:19)
(3) Si lo pudieren tornar seran contra el. a penas le rendran medio sueldo e contar lo an como
de fallado. (Eco 29:7)
El tiempo futuro del castellano medieval consiste en dos componentes, o sea, una raíz
verbal seguida por un auxiliar, que es el presente indicativo del verbo aver. Los futuros y
condicionales sintéticos se caracterizan por la fusión de estos dos componentes, como se
puede observar en los ejemplos (1) y (2). En cuanto a la posición del pronombre átono, los
FCS muestran variación. Por un lado, los pronombres átonos pueden anteponerse al FCS,
como en el ejemplo (1) te perdonara. Utilizamos el término proclisis para referir a este
fenómeno. Por otro lado, los pronombres átonos pueden también aparecer en posposición con
respecto al FCS, como se puede notar en tornara los en el ejemplo (2). En este caso hablamos
de enclisis. En contextos de FCS, la anteposición pronominal es la posición más frecuente. No
obstante, la posposición pronominal está también atestiguada con FCS, pero se trata de un
fenómeno poco frecuente en la Edad Media (infra).
6
Contrariamente a los FCS, los FCA carecen de la fusión entre la raíz verbal y el
auxiliar ya que los pronombres átonos se intercalan entre los dos constituyentes. Referimos a
este fenómeno con el término mesoclisis. Como se puede observar en (3), el pronombre átono
lo se intercala entre el infinitivo contar y el auxiliar an. El pronombre átono es obligatorio en
las construcciones analíticas, mientras que su presencia no es obligatoria con las sintéticas.
Como veremos más adelante, la mayoría de los estudios consideran el FCA como un futuro
no completamente gramaticalizado ya que sus dos constituyentes todavía no se han fusionado.
1.2 La gramaticalización
1.2.1 Definición
Se utiliza el término gramaticalización para referir a una de las fuentes de creación de
formas gramaticales. Según Garachana (1999: 156), se entiende bajo procesos de
gramaticalización "procesos evolutivos a través de los cuales se originan y desarrollan las
partículas gramaticales". Se trata de elementos léxicos o estructuras más complejas que
pierden su significado conceptual y que adquieren un significado gramatical o de elementos
gramaticales que asumen una función más gramatical (Heine et al. 1991: 2). Garachana (1999:
156) refiere a la recursividad como característica destacada de la gramaticalización: una vez
gramaticalizado un elemento léxico, la palabra resultante puede desarrollar nuevas funciones
gramaticales. Es decir, a partir de las formas gramaticales que han resultado de los procesos
de gramaticalización, pueden surgir nuevas partículas. A continuación, presentaremos los
rasgos semánticos, sintácticos y fonológicos principales de este proceso.
1.2.2 Rasgos semánticos: el blanqueo semántico
En el nivel semántico la gramaticalización se caracteriza por el blanqueo semántico,
también llamado bleaching o desemantización. Esto implica que las palabras gramaticalizadas
pierden su significado léxico, o sea, dejan de describir entidades concretas y pasan a expresar
sentidos gramaticales, procidementales, o sea, más abstractos (Garachana 1999: 160). Por
ejemplo, en la frase voy a comer, el verbo ir ha perdido su sentido léxico de "movimiento
físico" y ha adquirido el sentido gramatical de futuro. Sin embargo, algunos autores han
argumentado que no se puede hablar de una pérdida de significado sino de un cambio de
dominio cognitivo. Según Sweetser (1988: 392), desaparecen sentidos semánticos pero
también se incorporan nuevos sentidos.
7
1.2.3 Rasgos sintácticos: el reanálisis
En el nivel sintáctico la gramaticalización implica cambios sintácticos llamados
reanálisis o descategorización. Esto significa que una palabra de una categoría gramatical
mayor (léxica, abierta) se integra en una categoría gramatical menor (gramatical, cerrada)
(Cuenca & Hilferty 1999: 158)1. Para la evolución hacia categorías gramaticales menores, que
es un proceso gradual, Hopper y Traugott (1993: 7) proponen la siguiente gradación: elemento
léxico > palabra gramatical > clítico > morfema flexivo.
Otra característica consiste en la pérdida de capacidades sintácticas, o sea, el
empobrecimiento sintáctico. Según Garachana (1999: 165-168), las piezas gramaticalizadas
eliminan la flexión, tienen un orden fijo de sus constituyentes y ven restringidas sus
posibilidades de complementación. Además, menciona que es imposible intercalar piezas
léxicas entre los constituyentes y que es posible la fusión de los constituyentes en un único
constituyente, un proceso que se llama univerbación, lo que pasó con la evolución de cantare
habeo > cantaré (infra).
Cabe destacar que los cambios sintácticos son un proceso gradual y no puntual. Esta
gradualidad puede dar lugar a formas híbridas porque hay pasos intermedios en el proceso de
gramaticalización. Esto puede explicar la coexistencia de los FCS y los FCA en español
medieval, los sintéticos siendo los futuros completamente gramaticalizados y los analíticos
representando un paso intermedio, un futuro todavía no completamente gramaticalizado por la
intercalación de pronombres átonos (Garachana 1999: 166-168).
1.2.4 Rasgos fonológicos
Los elementos gramaticalizados sufren con cierta frecuencia cambios fonológicos. El
rasgo fonológico más destacado consiste en los cambios acentuales. Esto es, la partícula
gramaticalizada pierde su propio acento y pasa a depender del acento de la palabra adyacente,
convirtiéndose así en un clítico, un proceso llamado clitización (Garachana 1999: 168).
Otro cambio fonológico consiste en que las partículas gramaticalizadas pueden perder
algunos fonemas mediante procesos de síncopa, apócope o aféresis.2 Por tanto, una
característica llamativa de los procesos de gramaticalización es la reducción del cuerpo
1 Las categorías mayores son los nombres, verbos, adjetivos y adverbios, mientras que las categorías menores
son las partículas gramaticales, las preposiciones, los auxiliares, etc. 2 Síncopa: Un proceso fonológico en el que se suprimen fonemas en el interior de una palabra.
Apócope: Un proceso fonológico en el que se suprimen fonemas al fin de una palabra.
Aféresis: Un proceso fonológico en el que se suprimen fonemas al principio de una palabra.
(González 2006: 162)
8
fonético. Esta reducción no siempre se produce, pero cuando se produce puede llevar a la
fusión de la pieza gramaticalizada con otras palabras de su entorno sintáctico (Garachana
1999: 168). Como veremos, es el caso con la formación del futuro romance, que se formó a
partir de la perífrasis latina infinitivo + habere. Las formas de habere (por ejemplo cantare
habeo) sufrieron una reducción fonológica y se fusionaron con el infinitivo, convirtiéndose en
una desinencia verbal: cantare habeo > cantaré (Fleischman 1982).
9
2. El sistema pronominal castellano
En el español de hoy, la posición general del pronombre átono con respecto al verbo es
la anteposición. En el español de la Edad Media, la situación era bastante diferente: el
pronombre átono podía anteponerse o posponerse al verbo finito y sufrió ciertas restricciones
en la colocación, es decir, la posición del pronombre átono dependía del elemento precedido
al verbo. Por ejemplo, al contrario del español contemporáneo, los pronombres átonos no
podían ocurrir en posición inicial absoluta en la oración, un fenómeno conocido como la Ley
de Tobler-Mussafia o la ley de enclisis (infra). Generalmente, se han distinguido tres grupos
de entornos sintácticos que preceden al verbo y al pronombre átono y que determinan la
posición pronominal: (a) contextos sintácticos que solo admiten la anteposición pronominal,
(b) contextos sintácticos que solo seleccionan la posposición pronominal, y (c) contextos
sintácticos que se caracterizan por la variación entre ambas posiciones (Granberg 1988;
Castillo Lluch 1996; Nieuwenhuijsen 1999, 2006; Bouzouita 2008a; entre otros). Es más, la
posición pronominal predominante en el español antiguo era la posposición.
Sin embargo, a partir del siglo XV el sistema pronominal castellano empieza a
manifestar cambios, o sea, la anteposición pronominal empieza a manifestarse
sistemáticamente. A continuación, analizaremos el orden pronominal del castellano antiguo y
examinaremos los cambios que sufrió este sistema a partir del siglo XV, que constituye un
período clave en la evolución del sistema pronominal castellano.
10
2.1 La colocación pronominal en castellano medieval
2.1.1 La colocación pronominal en oraciones subordinadas
En el español medieval la posición pronominal predominante en oraciones
subordinadas ya es la anteposición, mientras que en oraciones principales es la posposición
(Nieuwenhuijsen 1999; Bouzouita 2008b). En concreto, Nieuwenhuijsen (1999) nota en la
Fazienda de Ultramar (siglo XIII) un 18 % (38/212) de casos con anteposición pronominal en
oraciones principales, mientras que en oraciones subordinadas registra ya un 96 % (64/67).
Asimismo, los datos de Bouzouita (2008a, 2008b) confirman la predominancia de enclisis en
oraciones principales y la preferencia para la proclisis en oraciones subordinadas3.
(4) no quiero que me sirbas en balde (Faz.: 48 apud Bouzouita 2008b)
Por la falta de variación en oraciones subordinadas, nos centramos en la colocación
pronominal en oraciones independientes con verbos finitos. Como acabamos de mencionar, en
el español medieval las oraciones principales pueden agruparse en tres categorías según el
entorno sintáctico precedente al pronombre átono. En lo que sigue, discutiremos y
ejemplificaremos todos estos contextos.
2.1.2 La colocación pronominal con respecto al verbo finito en oraciones principales
a) Contextos de anteposición absoluta
Primero, existen algunos contextos sintácticos que admiten exclusivamente la
anteposición pronominal a lo largo de la historia del castellano, a saber, cuando el pronombre
átono aparece detrás de un pronombre interrogativo, una negación, un SN no correferencial
(no refiere a la misma entidad que el PA), un complemento preposicional o un complemento
predicativo, como ilustran los ejemplos siguientes (Granberg 1988: 131-135; Nieuwenhuijsen
1999, 2006: 1361-1371; Bouzouita 2008b)4.
(i) Pronombre interrogativo
(5) Quien te fyzo rey? (Faz.: 107 apud Bouzouita 2008b)
(ii) Negación
(6) Non los destroyré (Faz.: 77 apud Bouzouita 2008b)
3 En su corpus, Bouzouita (2008a, 2008b) registra solo un 26 % (647/2464) de anteposición pronominal en
oraciones principales. 4 Siempre se subraya el entorno sintáctico en los ejemplos.
11
(iii) SN no correferencial
(7) Tal gualardon me dyo el Criador (Faz.: 102 apud Bouzouita 2008b)
(iv) Complemento preposicional
(8) e de todas vuestras ydolas vos mondaré (Faz.: 171 apud Bouzouita 2008b)
(v) Complemento predicativo
(9) Huecas las faras (Faz.: 82 apud Bouzouita 2008b)
Otra característica llamativa del castellano antiguo es la posibilidad de separar el
pronombre antepuesto de su verbo mediante la intercalación de otro(s) elemento(s) del
discurso, un fenómeno llamado la interpolación. Este fenómeno solo era posible con la
anteposición pronominal y fue corriente hasta mediados del siglo XV (Staaff 1907: 624-625;
Eberenz 2000: 166). A modo de ilustración, el ejemplo (10) muestra la intercalación de una
negación entre el pronombre y el verbo5.
(10) todas las bocas que la non besaron (LFU 111 apud Castillo Lluch 1996: 302)
b) Contextos de posposición absoluta
Segundo, el castellano antiguo se caracteriza también por entornos sintácticos que solo
seleccionan la posposición pronominal. En concreto, la posposición pronominal con respecto
al verbo es la única opción cuando el verbo aparece en posición inicial absoluta o en una
construcción paratáctica, o cuando el verbo aparece detrás de la coordinación contrastiva
mas/pero o detrás de un vocativo (Granberg 1988: 152-155; Castillo Lluch 1996;
Nieuwenhuijsen 1999; Bouzouita & Kempson 2006; Bouzouita 2008a, 2008b; entre otros).
(i) Verbo en posición inicial absoluta
(11) Enbiol Juda un cabrito (Faz.: 52 apud Bouzouita 2008b)
(ii) Verbo paratáctico
(12) Alli en Gaza(r) fo Sampson luengos tiempos; contalo Libre Judicum (Faz.: 207 apud
Bouzouita 2008b)
(iii) Coordinación contrastiva pero/mas
(13) mas dales a comer e a bever (Faz.: 126 apud Bouzouita y Chatzikyriakidis 2009: 190)
5 Referimos al estudio de Castillo Lluch (1996: 290-330) para una descripción y análisis de la interpolación.
12
(iv) Vocativo
(14) O mio Sennor, priegot que [...] (Faz.: 121 apud Bouzouita 2008b)
Cuando el verbo aparece en posición inicial, el PA siempre se pospone al verbo. Se
refiere a la Ley de Tobler-Mussafia o la ley de enclisis para explicar la imposibilidad de
anteposición en este entorno: según esta ley, los pronombres átonos medievales no pueden
colocarse en posición inicial en la oración por su carácter enclítico, o sea, necesitan un
elemento en que se puedan apoyar. Por consiguiente, cuando el verbo aparece en posición
inicial, el pronombre debe posponerse al verbo para que pueda apoyarse enclíticamente a este
(Granberg 1988: 227).
La posposición pronominal sigue siendo obligatoria en el siglo XV en contextos de
posición inicial, tanto en el discurso escrito como en los reflejos de la lengua hablada
(Eberenz 2000: 137). Granberg (1988: 246-251) registra el primer caso de anteposición al
verbo en este contexto en el Corbacho (1438) y registra otros casos en el siglo XV, de lo que
deduce que a partir de este siglo tuvo lugar un cambio de enclisis a proclisis. Asimismo,
Eberenz (2000: 137) menciona que se pueden encontrar algunos casos de anteposición en el
siglo XV, aunque constituyen una minoría exigua. Es más, los primeros casos de anteposición
a principio de la frase siempre aparecen en pasajes de estilo directo (los diálogos del
Corbacho, por ejemplo), mientras que en las obras literarias se evitaba su empleo, lo que
permite suponer que la anteposición en este entorno se originó en la lengua coloquial
(Granberg 1988: 248-250; Castillo Lluch 1996: 85; Eberenz 2000: 137). En el siglo XVI, la
posición pronominal predominante en entornos de parataxis, verbo inicial, pero/mas o un
vocativo todavía es la posposición (Keniston 1937: 95, 97).
c) Contextos que admiten la variación sincrónica
Por último, existen entornos sintácticos que admiten la variación sincrónica entre la
anteposición y la posposición pronominal en el siglo XIII. Esto es el caso cuando el verbo
aparece detrás de un sujeto, detrás de un SN correferencial (refiere a la misma entidad que el
PA, llamado también reduplicación), detrás de un adverbio / complemento circunstancial,
detrás de la conjunción coordinante et o detrás de una construcción subordinada / absoluta (el
PA está en una oración principal)6.
6 Referimos a los estudios de Gessner (1893), Ramsden (1963), Granberg (1988), Castillo Lluch (1996),
Nieuwenhuijsen (1999, 2006), Bouzouita y Kempson (2006), Bouzouita (2008a, 2008b) y Bouzouita y
13
(i) Sujeto preverbal
El primer contexto sintáctico que admite variación en cuanto a la colocación
pronominal en oraciones principales es el sujeto preverbal (Granberg 1988: 195-227;
Nieuwenhuijsen 1999; Bouzouita 2008a, 2008b). Como se puede notar en los ejemplos (15)-
(18), tanto los sujetos pronominales como los nominales pueden seleccionar ambas posiciones
pronominales.
(15) e ella dixogelo (Faz.: 47 apud Bouzouita 2008b)
(16) Yo vos enbiaré (Faz.: 67 apud Bouzouita 2008b)
(17) santo domingo fizolo (Luc.: XIV apud Bouzouita 2008b)
(18) Sant Mate lo testimonia (Faz.: 97 apud Bouzouita 2008b)
Varios autores han intentado explicar esta variación usando criterios fonológicos
(Staaff 1907: 626; Ramsden 1963: 80-83). Concretamente, proponen que cuando hay una
pausa fonológica, una cesura, entre el sujeto y el verbo, el pronombre átono aparece en
posición posverbal. Por el carácter enclítico de los pronombres átonos esta pausa fonológica
impediría su anteposición al verbo puesto que no hay un elemento en que se pueda apoyar7.
No obstante, Bouzouita (2008b) menciona que esta explicación fonológica no logra explicar
la aparición de pronombres antepuestos en casos en que un relativo o una aposición sigue al
sujeto.
Granberg (1988: 198-200), en cambio, argumenta que una explicación para esta
variación puede encontrarse en la sintaxis del gallego moderno, lengua en que la posición
pronominal varía también en contextos de sujetos preverbales. Consideramos el contraste
entre los dos ejemplos gallegos siguientes:
(19) Eu fixeno onte. (apud Granberg 1988: 199)
(20) ¿Quén o fixo? Eu o fixen. (apud Granberg 1988: 199)
Según Alvarez Blanco et al. (1986: 184), cuando el sujeto es enfático el PA precede al verbo,
como ilustra el ejemplo (20), mientras que sigue al verbo cuando el sujeto no es enfático,
como en el ejemplo (19). En (19) la información principal es la acción del verbo, mientras que
Chatzikyriakidis (2009), entre otros, para un estudio exhaustivo sobre la colocación pronominal en castellano
medieval y para más ejemplos de los diferentes entornos sintácticos. 7 Cf. la ley de Tobler-Mussafia o la ley de enclisis.
14
en (20) es el sujeto. Es decir, en (20) el hablante centra la atención en el hecho de que él, y no
otra persona, realizó una tarea no especificada. Granberg (1988: 195-227) nota el mismo
comportamiento pronominal con sujetos preverbales en el castellano medieval y lo ilustra
mediante los ejemplos siguientes del siglo XIII:
(21) E yo donna Maria que uendi la sobre dicha eredad la otorgo [...] (DL: 226 apud Granberg
1988: 205)
(22) & loque demas uale la heredat yo don Aluaro lo lexo por mi alma ala orden de Calatraua.
(DL: 279 apud Granberg 1988: 205)
(23) el arçipreste fiçolo assi (DL: 64 apud Granberg 1988: 209)
(24a) & Gonzaluo Garciez prendió nos la egua (apud Granberg 1988: 207)
(24b) & Roi Pascual crebantónos la casa. (apud Granberg 1988: 207)
(24c) E Munio Roiz apoderónos enla heredad ... e defendió lo alos fradres. (apud Granberg
1988: 207)
Los ejemplos (21) y (22), originarios de documentos legales, contienen un juramiento. Como
se puede notar, en estos juramientos los sujetos se enfatizan, causando la anteposición del
pronombre. Los ejemplos (23) y (24), al contrario, proceden de un documento legal que narra
una serie de eventos. En estas narraciones, el sujeto no se enfatiza y, por lo tanto, el
pronombre se pospone al verbo (Granberg 1988: 200-210). Por consiguiente, el autor
concluye que, en castellano medieval, la posición pronominal detrás de sujetos preverbales
está determinada por la presencia o ausencia de énfasis en el sujeto: los PA aparecen
normalmente en posición posverbal, pero cuando el sujeto está enfatizado aparecen en
posición preverbal (Granberg 1988: 195-227; Bouzouita 2008a: 88-99). A pesar de que este
análisis resulta subjetivo, un hecho que reconoce también Granberg (1988), Bouzouita y
Chatzikyriakidis (2009: 191) lo consideran correcto ya que otras lenguas iberorromances,
como el gallego y el asturiano moderno, se caracterizan por un comportamiento similar o
idéntico al español antiguo (Alvarez Blanco et al. 1986: 184; Academia de la Llingua
Asturiana 2001: 366-67; González i Planas 2007).
En los entornos sintácticos bajo discusión se puede notar un cambio de enclisis a
proclisis que empieza en el siglo XIV (Bouzouita y Kempson 2006). Ramsden (1963: 170)
registra en textos de los siglos XIV y XV un incremento de la anteposición y Eberenz (2000:
143-147) nota también un decrimiento de la posposición en el siglo XV. Nieuwenhuijsen
15
(1999, Tabla 5.1), por su parte, observa también un aumento de la anteposición pronominal en
contextos de sujetos preverbales a partir del siglo XIV y en su corpus registra que todos los
casos con sujetos preverbales contienen pronombres antepuestos a finales del siglo XV8. En el
siglo XVI, la posición pronominal corriente detrás de un sujeto es la anteposición, aunque la
posposición todavía es posible (Keniston 1937: 92-93).
(ii) SN correferencial (objeto directo o indirecto duplicado)
En cuanto a los contextos en los que un SN correferencial precede al grupo verbo y
pronombre átono, la posición pronominal predominante es la posposición en los siglos XIII-
XIV, como demuestra el ejemplo (25). Sin embargo, se han notado algunas excepciones con
anteposición, a saber, cuando el SN dislocado contiene los cuantificadores todos o am(b)os,
como ilustran respectivamente los ejemplos (26) y (27) (Ramsden 1963: 85-86; Granberg
1988: 146-152; Bouzouita 2008a, 2008b).
(25) al rey mataronle en so lecho sos syervos (Faz.: 159 apud Bouzouita 2008b)
(26) Levo cativo el rey de Babilonia al rey Joachin e a sue madre, a sus mugieres e a sos
vasallos e todos los mayores de toda su tierra; todos los cativo (Faz.: 160 apud Bouzouita
2008b)
(27) con el so manto a amas las cubrió (Cid2: 2807 apud Ramsden 1963: 86)
Tal como la hipótesis de Granberg (1988) sobre la correspondencia entre la
anteposición y sujetos enfáticos, se ha propuesto que también en estos contextos el
constituyente dislocado resulta enfático cuando se combina con un pronombre antepuesto
(Bouzouita 2008a: 108; Martins 2003 apud Bouzouita 2008b). Según Bouzouita (2008b), en
el ejemplo (26) el cuantificador todos es claramente enfático. Además, Bouzouita y
Chatzikyriakidis (2009: 191) señalan que la sintaxis del gallego moderno apoya – otra vez –
esta afirmación: según Xove Ferreiro (1986: 527-528 apud Bouzouita y Chatzikyriakidis
2009) tanto la posición preverbal como posverbal es posible detrás de cuantificadores
dislocados a la izquierda, dependiendo de si están enfocados o no. Es más, menciona que ya
que ciertos cuantificadores aparecen mayoritariamente con una posición pronominal
específico, algunos autores afirman que todos solo se combina con la anteposición
8 Nieuwenhuijsen (1999, Tabla 5.1) registra en la Fazienda y en la Primera Crónica General de España, dos
textos del siglo XIII, respectivamente un 62% (10/16) y un 11% (2/19) de anteposición detrás de sujetos
preverbales. En Sumas de Historia Troyana (mediados del siglo XIV) y en Generaciones y Semblanzas (s. XV)
encuentra respectivamente un 85% (11/13) y un 80% (12/15). En Claros Varones de Castilla (1486) y en
Guerras Civiles de Granada (1595) observa que todos los pronombres son antepuestos con respecto al verbo.
16
pronominal. No obstante, la posposición también resulta posible, aunque es raro.
Aparte de las construcciones correferenciales con todos/ambos, los primeros casos en
los que un SN correferencial occure con pronombres antepuestos se documentan en el siglo
XV (Granberg 1988: 150-151; Bouzouita y Kempson 2006). Consideramos los siguientes
ejemplos provenientes de textos informales del siglo XV:
(28) A este rey Carlos le tomó a çeçilla el rey don Pedro III de Aragon (Diego de Almela,
Cartas: 34 apud Granberg 1988: 151)
(29) e a los Abades los pesó (Leonor: 22 apud Granberg 1988: 151)
A fines de este siglo, casos de anteposición aparecen en textos literarios (Granberg 1988: 151)
y en el siglo XVI los PA generalmente preceden al verbo en este contexto (Keniston 1937:
93).
(iii) Adverbio / complemento circunstancial
Cuando un adverbio o un complemento circunstancial precede al verbo, se nota que la
posición pronominal con respecto al verbo fluctúa, es decir, algunos parecen provocar
exlusivamente anteposición o posposición, mientras que otros admiten ambas posiciones
(Granberg 1988: 155-194; Castillo Lluch 1996: 232-247; Bouzouita 2008b). Las
explicaciones para aclarar el comportamiento pronominal fluctuante en relación con los
distintos adverbios son varios. Primero, varios autores argumentan que la posposición
pronominal tras un verbo precedido por un adverbio se justifica por la existencia de una pausa
entre el adverbio y el verbo, imposibilitando la anteposición del pronombre (Meyer-Lübke
1890-1906; Staaff 1907: 626; Menéndez Pidal 1908: 404 apud Castillo Lluch 1996: 243). Por
esta pausa, se considera el verbo como cabeza de frase y por consiguiente el pronombre se
pospone (cf. ley de enclisis).
Ramsden (1963: 69), en cambio, propone otra explicación de índole semántica. Según
este autor, el grado de fuerza semántica entre el adverbio y el verbo determina la posición
pronominal. Por ejemplo, en la frase assí lo pararán (Cid 33) el adverbio assí es
indispensable para el sentido general de la oración y por lo tanto el pronombre se antepone al
verbo. En la frase dessi envio los al puerto de la mar (Fernán González, 133b), en cambio, el
adverbio en sí no es imprescindible, es decir, "no aportaría un sentido esencial a la
proposición" (Castillo Lluch 1996: 243). Asimismo, Elvira (1987: 67-71 apud Castillo Lluch
1996: 243) propone una explicación similar. El autor divide los adverbios en tres grupos: el
17
primer grupo de adverbios modifica directamente al verbo y provoca la anteposición. El
segundo grupo consiste en adverbios "que no califican directamente al verbo ni forman con él
una unión semántica estable y parecen desempeñar una función ilativa o cojuntiva" y estos
causan la posposición, mientras que el tercer grupo de adverbios tiene un efecto imprevisible
en la posición pronominal.
Como han notado Granberg (1988: 155-194) y Castillo Lluch (1996: 232-247), la
posición del pronombre parece variar en función de cada adverbio. Algunos parecen conducir
exclusivamente a la anteposición o posposición, mientras que otros muestran variación en
cuanto al orden pronominal. Por ejemplo, siempre provoca la anteposición, mientras que pues
normalmente provoca la posposición y agora admite variación.
Al analizar los adverbios y la posición del PA, Granberg (1988: 155-194) llega a las
conclusiones siguientes: 1) con adverbios de modo, instrumento, compañía, cantidad y lugar
el pronombre generalmente se antepone al verbo, aunque algunos adverbios locativos y
modales admiten las dos posiciones (por ejemplo: assi, otrosi, aun); 2) en cuanto a los
adverbios de tiempo, existen adverbios que solo parecen admitir anteposición (ante, siempre,
ya, todavía, etc.), otros que solo admiten posposición (pues, después, desi), y otros que
admiten ambas posiciones (agora, luego, entonces, etc.); 3) los adverbios causales se dividen
en dos grupos: uno que selecciona la anteposición y otro la posposición; 4) en los casos
discutidos arriba en los que un determinado adverbio admite las dos posiciones, puede
detectarse una diferencia semántica en el adverbio: por ejemplo, cuando assi denota manera
se produce la anteposición, mientras que provoca la posposición cuando se interpreta como
consecutivo. Asimismo, cuando entonces significa 'en aquel momento' se da anteposición,
mientras que cuando significa 'después' se da posposición (Granberg 1988: 165-178). El autor
sugiere que el gallego y portugués moderno apoyan esta teoría: en estas lenguas la posición
del pronombre fluctúa en algunos entornos adverbiales "dependiendo del matiz semántico
particular del adverbio" (Álvarez et al. 1986: 192-193 apud Castillo Lluch 1996: 244). Los
datos de Castillo Lluch (1996) confirman una correlación entre la posición pronominal y la
función adverbial: los adverbios de modo, lugar y cantidad provocan generalmente la
anteposición, mientras que los adverbios de tiempo y los causales muestran variación,
dependiendo de los adverbios en cuestión. De estos, algunos solo causan anteposición
(siempre, nunca), mientras que otros solo posposición (despues, desi, desto, al cabo).
Nieuwenhuijsen (1999, Tabla 5.1) registra desde el siglo XV siempre anteposición
pronominal en entornos adverbiales. Mientras que en el siglo XIV encuentra un 60 % (6/10)
de anteposición, documenta en dos textos del siglo XV un 100 %. Según Keniston (1937: 94),
18
la anteposición es el orden normal en el siglo XVI, aunque todavía se documentan casos de
posposición.
(iv) conjunción coordinante e(t)
Cuando la conjunción e(t) coordina una segunda oración principal encabezada por un
verbo, el pronombre generalmente se pospone al verbo, como si fuera en posición inicial,
como ilustra el ejemplo (30) (Granberg 1988: 230; Castillo Lluch 1996: 101; Bouzouita
2008b). No obstante, como demuestra el ejemplo (31), se documentan también casos de
anteposición en castellano antiguo.
(30) Sonno Joseph un suenno e contolo a sos ermanos (Faz.: 50 apud Bouzouita 2008b)
(31) Yot acreceré e te muchiguaré (Faz.: 58 apud Bouzouita 2008b)
La anteposición se explica por "una estrecha vinculación sintáctica y semántica de las dos
oraciones enlazadas por la conjunción, reforzada por el hecho de compartir éstas algún
constituyente" (Eberenz 2000: 149). Dicho de otro modo, cuando et enlaza dos oraciones y la
primera contiene un elemento que provoca la proclisis, se produce también la anteposición en
la segunda oración, introducida por et (Ramsden 1963: 99; Granberg 1988: 230-240; Castillo
Lluch 1996: 132; Bouzouita 2008b). Por ejemplo, en el ejempo (31) el sujeto enfático yo, que
provoca la anteposición, la provoca también en la segunda oración coordinada9. El elemento
que provoca la anteposición no solo puede ser un sujeto enfático, sino también un adverbio,
un interrogativo o la forma todos10.
Eberenz (2000: 149) señala que la posposición sigue predominando en el siglo XV,
aunque se documentan también algunos casos de anteposición. No obstante, nota que la
anteposición "ya alcanza frecuencias notables en textos de notoria impronta oral, como el
Corbacho (23 %), La Celestina (16 %) y las actas inquisitoriales". Nieuwenhuijsen (1999,
Tabla 5.1) nota, por su parte, un aumento de la anteposición a partir de fines del siglo XV
mientras que en textos anteriores casi no encuentra la anteposición. Sin embargo, Keniston
(1937: 95) señala que la posposición sigue siendo el orden normal en el siglo XVI.
9 Bouzouita (2008b): "Preverbal placement is possible if a preceding conjunct contains a proclisis-inducing
element in what appears to be a parallelism or alignment effect. Proclisis in the first conjunct is not however a
prerequisite for the occurrence of preverbal clitics in subsequent conjuncts. What is necessary is the occurrence
of a proclisis-inducing element in a preceding conjunct." 10 Sin embargo, el paralelismo entre las oraciones coordinadas no es obligatorio (Granberg 1988: 239; Bouzouita
2008b).
19
(v) construcción subordinada / absoluta
Cuando una construcción absoluta o subordinada precede a una oración principal
encabezada por un grupo de verbo y pronombre, el pronombre átono suele posponerse al
verbo, como demuestran los ejemplos (32)-(33) (Granberg 1988: 136-138; Castillo Lluch
1996: 94-95; Bouzouita 2008b).
(32) andando el muy sin reçelo, violo el Raposo (Luc.: XII apud Bouzouita 2008b)
(33) quant le vyo, dixol (Faz.: 165 apud Bouzouita 2008b)
No obstante, se han documentado algunas excepciones con anteposición en textos del siglo
XIII, a saber, los casos que incluyen el elemento subordinante antes que, como se puede
observar en el ejemplo siguiente (Granberg 1988: 138-139; Bouzouita 2008b).
(34) antes que saliestes del vientre te santigué (Faz. 165 apud Bouzouita 2008b)
Leavitt (1954: 81 apud Granberg 1988: 139) sugiere que la anteposición puede explicarse
como consecuencia de la fuerza adverbial de antes, adverbio que causa la anteposición según
Granberg (1988: 139, 2.1). Sin embargo, Bouzouita (2008b) documenta también ejemplos de
posposición con antes que.
Aparte de los casos con antes que, se documentan las primeras excepciones
ocasionales de anteposición en textos castellanos de principios del siglo XV, como se puede
notar en los ejemplos (35) y (36). Asimismo, Eberenz (2000: 139) señala un aumento de la
anteposición a partir del primer cuarto del siglo XV. Aunque la mayoría de los escritores
evitan el empleo de pronombres átonos preverbales en este contexto, a partir de la década
1450 incluso los escritores más literarios parecen emplear la anteposición, indicando que las
formas modernas se estaban extendiendo (Granberg 1988: 144).
(35) quando auian de pasar algund yermo de alli les auian de faser leuar vianda e çeuada e
agua asu costa dellos avn queles pesaua. (Tam: 138, año 1406-12 apud Granberg 1988: 144)
(36) Enpero, la Pobresa emaginó en sy: "Esta villana está gruesa como toro. Sy la yo dexo
porfiar guardándome de sus maneras, la faré fuertemente sudar (Corbacho: 265, año 1438
apud Granberg 1988: 144)
Asimismo, Nieuwenhuijsen (1999: Tabla 5.1) nota un aumento considerable de la
anteposición en los entornos en cuestión en un texto de fines del siglo XV: en su corpus,
encuentra un 13 % (2/15) en un texto de principios del siglo XV, mientras que en un texto de
20
fines de dicho siglo registra un 71% (15/21). En el siglo XVI, tanto la anteposición como la
posposición son posibles en este contexto (Keniston 1937: 94-95) y en el siglo XVII
desaparece el empleo medieval (Lesman 1980: 9.31 apud Granberg 1988: 145)11.
En conclusión, en las categorías de variación la posposición parece ser la posición
predominante en el siglo XIII mientras que la anteposición sufre ciertas restricciones. Sin
embargo, a partir del siglo XV se notan cambios en estos entornos, a saber, un aumento de la
anteposición, de lo que se puede deducir que el orden pronominal moderno empieza a
imponerse en estos contextos ya en este siglo.
2.2 El cambio de enclisis a proclisis: hacia el sistema pronominal moderno
2.2.1 Datación – el siglo XV como período de transición
Como acabamos de ver, el siglo XV constituye un período clave en la evolución del
sistema pronominal castellano puesto que la anteposición empieza a manifestarse
sistemáticamente a partir de este siglo (Granberg 1988; Nieuwenhuijsen 1999, 2006; Eberenz
2000). Nieuwenhuijsen (1999, 2006), por ejemplo, nota que el período de principios del siglo
XIII a mediados del siglo XIV forma un período estable con respecto a la distribución
pronominal, con la enclisis como posición predominante, mientras que observa que esta
situación ha cambiado a fines del siglo XV. Concretamente, la autora registra un 18 %
(38/212) y un 21 % (24/113) de anteposición en oraciones principales para los siglos XIII y
XIV respectivamente, mientras que documenta un 65 % (63/97) de esta posición en oraciones
principales para el siglo XV. Sin embargo, hay que mencionar que, como señala también la
autora, la anteposición pronominal solo va creciendo en las categorías de variación, mientras
que en las categorías de posposición absoluta la enclisis sigue siendo la única opción en el
siglo XV.
En cuanto a la fecha a partir de la cual podemos hablar de un nuevo sistema
pronominal no se ha llegado a un consenso en la literatura. Tal como Nieuwenhuijsen (1999),
Granberg (1988) postula el siglo XV como fecha del cambio, basándose en los primeros casos
indiscutibles de anteposición en posición inicial absoluta – documenta seis ocurrencias entre
1438 y 1487. Puesto que todavía no se documenta la anteposición en este contexto en textos
literarios, el autor concluye que el nuevo sistema pronominal se practicó en la lengua hablada
11 Granberg (1988: 145 nota al pie) señala que tanto Francisco Delicado (La lozana andaluza, 1528) como
Cabeza de Vaca (Naufragios, 1542) eran propensos a utilizar el orden pronominal moderno.
21
desde el siglo XV pero se evitaba la proclisis en la literatura por la normativa gramatical
presente en la conciencia de cada escritor (Granberg 1988: 247). Además, las primeras
documentaciones de anteposición inicial aparecen en un discurso de estilo directo, en un
registro coloquial. En conclusión, Granberg (1988) sitúa el cambio hacia la proclisis en la
primera mitad del siglo XV.
Otros autores, por el contrario, datan el cambio más tarde. Gessner (1893: 35-38)
señala que empiezan a manifestarse pronombres antepuestos en posición inicial absoluta a
partir de la segunda mitad del siglo XVI y en el siglo XVII, aunque la posposición sigue
siendo el orden normal en este entorno. En el siglo XVIII la anteposición es regular. En
cuanto a la posición pronominal en otros contextos, en el interior de la oración (cuando otros
elementos preceden al verbo), el autor nota que la anteposición se impone en el siglo XVI,
aunque convive con la posposición que está en derrumbamiento. Según él, la posposición
perdura hasta finales del XIX y principios del XX, utilizada como recurso estético.
Sintetizando, Gessner (1893) sitúa el cambio hacia el nuevo sistema en el siglo XVI para
contextos en el interior de la oración, mientras que lo sitúa para los contextos iniciales en el
siglo XVIII. Asimismo, Ramsden (1963: 72) está de acuerdo con Gessner (1893) y concluye
que el cambio de enclisis a proclisis no se produjo en castellano hasta el siglo XVI. Rini
(1990), por su parte, opina que la gramaticalización del pronombre átono no era completa
hasta principios del siglo XVII.
En opinión de Castillo Lluch (1996: 362-368), hay que tener en cuenta que la fecha del
cambio en posición inicial de la oración no es la misma que en el interior, un hecho que
compartimos también. Por un lado, en cuanto a la posición inicial de la oración, la autora
menciona que la posposición todavía es el orden absoluto en el siglo XV, aunque aparecen
algunos ejemplos aislados. Durante los siglos XVI y XVII se sigue respetando la enclisis y
solo a partir del siglo XVIII – en el que se documentan ampliamente pronombres pre- y
posverbales en textos literarios – se impone el sistema moderno y cuando el PA se pospone al
verbo lo hace por razones eufónicas. Por otro lado, el cambio de enclisis a proclisis en
posición interior de la oración se manifiesta más temprano. Autores como Gessner (1893: 37-
38), Ramsden (1963: 72) y Rini (1990: 366) postulan que a partir del siglo XVI y durante el
XVII el pronombre se antepone mayoritariamente en interior de oración. Segundo, Castillo
Lluch (1996: 363) señala que el cambio del orden pronominal no se produce de manera
aislada, sino que debe situarse dentro de un conjunto de evoluciones paralelas implicadas en
la gramaticalización del PA, como la desaparición de la interpolación o de los futuros
analíticos, cuyas dataciones nos pueden ayudar para fijar la fecha del cambio. En primer
22
lugar, Rini (1990: 363-367 apud Castillo Lluch 1996: 368) propone que la interpolación se va
extinguiendo en el siglo XVI y ya no se registra a partir de principios del XVII. En cuanto a la
desaparición de los FCA, Keniston (1937: 438-440) y Company (1985-86: 59) la sitúan en el
último cuarto del siglo XVI, mientras que Gessner (1893: 42) todavía documenta ejemplos de
la primera mitad del XVII y argumenta que solo a partir de ese momento esta construcción ha
desaparecido. Por todo lo anterior, Castillo Lluch (1996: 368) concluye que el cambio de
enclisis a proclisis "se manifestó como tendencia fuerte en el siglo XVI y culminó a principios
del XVII, y esto independientemente de que en posición inicial se continuara practicando la
posposición, puesto que en dicho contexto esta obedecía seguramente a principios puramente
eufónicos en aquella época".
Sin embargo, aunque Castillo Lluch (1996) coincide con otros autores en que el
cambio del orden pronominal en interior de la oración se produce a partir del siglo XVI,
algunos autores (Nieuwenhuijsen 1999; Eberenz 2000; Bouzouita 2008b; entre otros)
observan un aumento de la anteposición en las categorías de variación ya a partir del siglo
XV. Puesto que los datos aportados por Nieuwenhuijsen (1999; 2006) muestran claramente
que el territorio de los pronombres antepuestos se va extendiendo, estamos de acuerdo que el
siglo XV constituye un período clave en la transición hacia el sistema pronominal moderno.
2.2.2 La colocación pronominal en el siglo XVI – El español renacentista
En resumidas cuentas, a partir del siglo XV se pueden observar cambios diacrónicos
en el sistema pronominal castellano (Nieuwenhuijsen 1999; Eberenz 2000, Bouzouita 2008b).
Los entornos sintácticos de posposición absoluta en el español medieval admiten en el siglo
XVI también pronombres antepuestos, como ilustra la Tabla 1. Por ejemplo, la Ley de Tobler-
Mussafia empieza a erosionarse puesto que en el siglo XVI ya se pueden encontrar casos de
pronombres antepuestos en posición inicial absoluta, aunque estos casos son raros y la
posposición sigue siendo el orden preferido (Keniston 1937). Granberg (1988) ya observa
casos en el siglo XV, aunque solo parecen manifestarse en un registro coloquial.
23
Entorno sintáctico Castellano medieval
Proclisis Enclisis
Castellano renacentista
Proclisis Enclisis
Pronombre interrogativo X - X -
Negación X - X -
Objeto no-correferencial X - X -
Complemento preposicional X - X -
Complemento predicativo X - X -
Verbo en P1 - X X X
V paratáctico - X X X
Pero / mas - X X X
Vocativo - X X X
Sujeto X X X X
Adverbio X X X X
Objeto correferencial X X X X
Coordinación et/y X X X X
Construcción subordinada / absoluta X X X X
Tabla 1: posición pronominal en oraciones principales (Bouzouita y Chatzikyriakidis 2009: 192)
Además, también los entornos de variación sufren cambios diacrónicos a partir del
siglo XV, o sea, se observa un aumento de pronombres antepuestos, aunque la posposición
sigue siendo una opción (Keniston 1937: 93; Nieuwenhuijsen 1999; Bouzouita 2008b). Como
acabamos de ver, la anteposición pronominal en las categorías de variación sufre ciertas
restricciones en el español medieval, mientras que en el español renacentista estas
restricciones ya no parecen aplicarse. Por ejemplo, la anteposición con un objeto
correferencial solo era posible cuando aparecía el cuantificador todos o ambos, mientras que a
partir del siglo XV esta restricción ya no se aplica. Asimismo, los otros contextos de variación
han perdido las restricciones de anteposición (véase Bouzouita 2008a: cap. 7). En conclusión,
el territorio de la anteposición se ha extendido en el español renacentista ya que, por una
parte, los entornos sintácticos que antes solo admitían la posposición han adquirido la
posibilidad de aparecer con pronombres antepuestos y, por otra parte, las restricciones de
anteposición en los entornos de variación se han perdido (Bouzouita y Chatzikyriakidis 2009:
193).
2.2.3 La gramaticalización del pronombre átono
Los cambios diacrónicos que ha sufrido el pronombre átono son un ejemplo de un
proceso de gramaticalización. Como hemos visto, la gramaticalización es un proceso por el
cual elementos léxicos adquieren una función gramatical o un elemento ya gramatical asume
una función más gramatical (Heine et al. 1991: 2; Garachana 1999: 156). El caso que nos
ocupa aquí es el segundo: el pronombre átono medieval ya era un elemento gramatical, pero
se caracterizaba por una independencia sintáctica que ha perdido en el español actual en
convertirse en un morfema ligado al verbo (Castillo Lluch 1996: 368-369). Lehmann (1985:
24
306-309 apud Castillo Lluch 1996: 369-370) establece una escala de la gramaticalización del
pronombre átono con varios parámetros: peso, cohesión y variabilidad, que se analizan en un
plano sintagmático y paradigmático. Castillo Lluch (1996: 370-372) sintetiza todos los
parámetros y procesos de gramaticalización propuestos por Lehmann (1985) en las tablas
recogidas abajo.
Plano paradigmático
Parámetro Gramaticalización
débil
→ proceso Gramaticalización
fuerte
Peso Integridad Paquete de rasgos
semánticos;
posiblemente
polisilábico
Desgaste Pocos rasgos
semánticos; oligoto
monosegmental
Cohesión Paradigmaticidad El elemento participa
de forma laxa en un
campo semántico
paradigmatización Integración fuerte en un
paradigma
Variabilidad Variabilidad
paradigmática
Elección libre de
elementos
dependiendo de las
intenciones
comunicativas
Carácter
obligatorio
Elección sistemática
constereñida, uso
fuertemente obligatorio
Tabla 2: Aspectos, parámetros y procesos de la gramaticalización según Lehmann (1985) (Castillo Lluch 1996:
370)
Plano sintagmático
Parámetro Gramaticalización
débil
→ proceso Gramaticalización fuerte
Peso Ámbito El elemento se
relaciona con
constituyentes de
cualquier complejidad
Condensación
(disminución
del ámbito)
El elemento modifica una
palabra o raíz
Cohesión Ligamiento El elemento se
yuxtapone a otro
conservando su
independencia
Coalescencia
(incremento
de ligamiento)
El elemento es un afijo o
incluso un rasgo
fonológico de la base
Variabilidad Variabilidad
sintagmática
El elemento puede
cambiar de posición
relativa libremente
Fijación El elemento ocupa un
lugar fijo
Tabla 3: Aspectos, parámetros y procesos de la gramaticalización según Lehmann (1985) (Castillo Lluch 1996:
370)
Sintetizamos el proceso de gramaticalización del pronombre átono castellano como lo
proponen Lehmann (1985) y Castillo Lluch (1996: 370-372). En primer lugar, el pronombre
átono ha sufrido una pérdida de peso en la evolución desde el latín. Por una parte, en el plano
paradigmático se produce un proceso de desgaste fónico, ya que los elementos tónicos y a
menudo polisilábicos del latín se transformaron en una serie de elementos átonos y
monosilábicos en español. Por otro lado, en el eje sintagmático se produce una disminución de
ámbito, "ya que en la lengua moderna la función del pronombre es exclusivamente
morfemática y este ha perdido toda posibilidad de relación con otro constituyente oracional
25
que no sea el verbo" (Castillo Lluch 1996: 371).
Segundo, en cuanto a la cohesión, en el eje paradigmático se puede situar la
paradigmatización de los futuros y condicionales analíticos medievales en los que siempre se
intercalaba un pronombre átono. Estas construcciones desaparecen y quedan las formas
sintéticas "que se integran mejor dentro del paradigma de los tiempos simples del español"
(Castillo Lluch 1996: 371). En el plano sintagmático, se produce un incremento de ligamiento
de los pronombres al verbo, lo que se puede ver en la desaparición de la interpolación, que era
un reflejo de la independencia antigua del pronombre con respecto al verbo, mientras que en
la actualidad se puede considerar el pronombre como un morfema verbal.
Tercero, con respecto a la variabilidad, en el plano paradigmático se sitúa el carácter
obligatorio de la duplicación pronominal, que era opcional en el español medieval y en el
plano sintagmático se sitúa la fijación del orden pronominal preverbal con respecto al verbo,
es decir, en el español medieval había la opción entre anteposición y posposición, mientras
que la anteposición gradualmente se extendía, desapareciendo así la posposición pronominal
(Castillo Lluch 1996: 372).
26
3. Los futuros y condicionales sintéticos y analíticos en castellano medieval
3.1 Origen y evolución del tiempo futuro: del futuro sintético latino cantabo
hacia el futuro español cantaré
Una de las innovaciones fundamentales de las lenguas romances con respecto al latín
consiste en la sustitución del futuro sintético latino en –bo (amabo, monebo) y en –am (legam,
audiam) por un giro perifrástico con infinitivo + formas del presente del verbo habere (como
cantare habeo) para la expresión del tiempo futuro, que se gramaticalizó en una sola palabra:
cantaré, je chanterai, cantarei, etc. Otra innovación consiste en la creación de un nuevo
tiempo, el condicional, para expresar una acción futura en relación con un pasado. Para la
formación del condicional se empleaba el giro perifrástico infinitivo + el imperfecto de
habere (como cantare habebam), que se gramaticalizó por ejemplo en la forma cantaría en
español12.
3.1.1 El futuro sintético latino y su sustitución por la forma perifrástica cantare habeo
En el latín clásico se expresaba el futuro imperfecto del indicativo mediante formas
sintéticas. Se trata de los futuros sintéticos en –bo (amabo, monebo) de la primera y segunda
conjugación y en –am (legam, audiam) de la tercera y cuarta conjugación. No obstante, el
futuro sintético latino era inestable por varias razones13. Por falta de estabilidad en este
paradigma verbal del latín clásico, se recurría en el latín vulgar a una serie de perífrasis
verbales que expresaban la idea de una acción futura con varios matices modales, tales como
obligación, necesidad, voluntad o intención de hacer algo (Fleischman 1982: 50-52; Company
2006: 354-355)14. Una de estas formas perifrásticas fue la construcción infinitivo + el
presente del verbo habere, - como cantare habeo, amare habeo – que fue la base para la
formación de los futuros de indicativo en español y en gran parte de las lenguas románicas. A
través de un proceso de gramaticalización esta construcción analítica gradualmente asumió la
función de expresar la futuridad temporal en gran parte de la Romania, sustituyendo al futuro
sintético latino, y se fusionó en una sola palabra, como cantaré. Las lenguas que derivan sus
12 Bassols Vol. I 1956: 346; Company & Cuetara 2014: 262 13 Las razones para la desaparición del futuro sintético latino son varias y pertenecen a varios niveles de la
lengua. Fleischman (1982: 41-50) y Company (2006: 352-354) mencionan que se trata de un cambio multicausal
y afirman la interacción de motivaciones fonológicas, morfológicas y semánticas. Por falta de espacio, referimos
a sus estudios para una discusión sobre las posibles causas que provocaron la inestabilidad y, consecuentemente,
la desaparición del futuro latino. 14 Estos giros perifrásticos consisten en la combinación de un auxiliar modal y un infinitivo. Por ejemplo, volo
cantare, que se gramaticalizó en el futuro rumano voi cînta; debeo cantare, que se gramaticalizó en sardo en
deppo cantare (cantaré), etc. (Fleischman 1982: 50-52; Penny 2002; Graham 2015).
27
futuros de la síntesis de la perífrasis infinitivo + presente de habere son el francés, provenzal,
español, catalán, portugués, rético y dialectos del centro de Italia (Company 2006: 357).
Hay que añadir que en el latín tardío el auxiliar habere podía preceder al infinitivo –
habeo cantare – o posponerse al infinitivo – cantare habeo (Fleischman 1982: 113). Según
Klausenberger (2000) y Bauer (2006 ápud Graham 2015: 12) el orden habere + infinitivo dio
paso al orden infinitivo + habere durante las últimas etapas del latín (o, posiblemente, durante
las primeras etapas del protorromance). Fue este último orden que fue la base para la
formación de los futuros sintéticos romances.
3.1.2 De cantare habeo hacia cantaré: la gramaticalización del futuro
Hay que notar que la sustitución del futuro sintético latino por la perífrasis infinitivo +
habere no fue inmediata sino ocurrió gradualmente. La gramaticalización de cantare habeo
como marcador de futuridad fue un proceso lento y complejo. Según Fleischman (1982: 50),
las dos formas, cantabo y cantare habeo, han coexistido durante un período sustancial de
tiempo, aunque no de manera intercambiable. Por tanto, concluye que ambas formas no tenían
significados idénticos: se empleaba cantabo para significar la futuridad temporal, mientras
que cantare habeo expresaba una acción futura con matices modales tales como la obligación
o la necesidad, aunque esta última gradualmente asumió la función gramatical de futuridad
temporal de las formas sintéticas, indicando un proceso de desemantización15.
Las primeras documentaciones seguras de la perífrasis infinitivo + habere con valor de
futuridad modal se pueden encontrar en el latín clásico. En la obra de Cicerón (siglo I a.C.) se
documenta por la primera vez con relativa frecuencia esta perífrasis para expresar la
obligatoriedad o necesidad dirigidas al futuro, habere conservando su significado modal y
obligativo: cantare habeo = 'tengo que cantar'16. En opinión de la mayoría de investigadores,
el primer autor que emplea esta perífrasis con la simple acepción de futuridad temporal es
Tertuliano (siglo III d.C.), en cuya obra cantare habeo equivale al significado cantaré17.
La evolución de cantare habeo hacia cantaré consiste en un complejo proceso de
síntesis18. La primera manifestación del nuevo futuro sintetizado y con la simple acepción de
futuridad temporal se documenta en la Crónica de Fredegario, una crónica francesa del año
15 Referimos a Fleischman (1982) y Coleman (1971) para más información sobre la evolución de habere. 16 Bassols (1956: I.309), Company (2006: 355-356). 17 Bassols (1956: I.345-346), Company (1985: 51), entre otros. 18 Referimos a los estudios de Fleischman (1982: 67-76) y Valesio (1968: I, 127-61) para información más
extensa sobre los procesos de síntesis del futuro romance.
28
61319. En los Juramentos de Estrasburgo (842), ya abundan los futuros romances
completamente gramaticalizados. Fruyt (2011: 808-809) afirma que en el norte de Francia en
este período la perífrasis era completamente gramaticalizada, esto es, con significado
temporal, aglutinación completa y la reducción del verbo auxiliar habeo a un morfema
flexional. Testimonios del nuevo futuro sintético en las otras lenguas románicas son más
tardíos. Para el español medieval se pueden encontrar las primeras documentaciones en las
Glosas Emilianenses (siglo XI)20.
El proceso de síntesis consiste en dos aspectos importantes: el desarrollo fonológico y
el desarrollo morfosintáctico. Como ya hemos mencionado en la sección 1.2, un rasgo
fonológico de los procesos de gramaticalización consiste en la reducción del cuerpo fonético
de las palabras gramaticalizadas, que puede llevar a la fusión de la forma gramaticalizada con
otras palabras, lo que sucedió en la formación del futuro romance. Según Company (1985: 52)
y Bassols (1956: 345), la perífrasis infinitivo + habere gana cada vez más terreno en el latín
vulgar de la Alta Edad Media, hasta que el infinitivo y el auxiliar se fusionaron en una forma
fija. Esta aglutinación resultó en los futuros y condicionales romances de hoy. Garachana
(1999: 169) propone el esquema siguiente para representar la reducción fonológica de habere
y su fusión con el infinitivo, así convirtiendo el auxiliar habere en una desinencia verbal:
[ [kantáre] HÁBEO ] > [kántare ÁβEO] > [kantarÁβJO] > [kanta-a-r-É]
Company y Cuétara (2014: 269-70) describen el proceso morfofonémico de síntesis como una
serie de asimilaciones, la pérdida de segmentos vocálicos, resilabificación y redefinición de
los límites morfológicos originarios. Estos cambios fónicos provocaron una alta cohesión
entre los componentes de la perífrasis y, por tanto, llevaron a la síntesis o la aglutinación de
los dos constituyentes21.
Desde un punto de vista morfosintáctico, el proceso de síntesis conllevó que el
infinitivo y el verbo habere perdieran su estatus de palabra independiente, es decir, el
infinitivo, por un lado, se convierte en raíz léxica, y el auxiliar habere, por otro lado, se
convierte en un morfema flexivo, una desinencia verbal (Company y Cuétara 2014: 269). Por
lo tanto, dos verbos plenos se convierten en un solo verbo compuesto por una raíz y un
morfema flexivo, un cambio que aparece esquematizado abajo:
19 Se trata de la forma darás. Fruyt (2011: 805); Company (1985-86: 52; 2006: 356). 20 Company y Cuétara (2014: 266). 21 Véase Company y Cuétara (2014: 270) para información detallada sobre este proceso morfofonémico de
síntesis.
29
FV → V
Infinitivo + auxiliar → raíz + flexión
Cantare habeo → cantaré
No obstante, hay que notar que la aparición de futuros sintéticos en las lenguas
romances occidentales no significa la eliminación de la forma analítica. Es decir, en lenguas
de la Romania occidental – castellano, portugués, catalán, occitano y también en ciertos
dialectos de Sicilia – el futuro sintético convivió con una forma analítica del futuro a lo largo
de la Edad Media, como (lo) cantaré vs. cantar lo he. En estos casos, los dos constituyentes
del futuro o del condicional están separados por uno o más clíticos, impidiendo así la
aglutinación completa, y el verbo haber todavía no es un morfema verbal, sino un auxiliar
(Tibor Berta 2008: 19). En la lengua francesa, al contrario, nunca se han atestiguado formas
analíticas del futuro22.
En la actualidad, la única lengua románica que ha conservado estas formas analíticas
es el portugués peninsular, si bien su empleo se limita a la lengua literaria y a registros muy
cuidados23. Para el español, Keniston (1937) argumenta que el empleo de las formas analíticas
disminuye en el siglo XVI y que han desaparecido a fines de este siglo. Girón (1997: 24), en
cambio, opina que desaparecen desde mediados del siglo XVI en la lengua hablada y a
mediados del siglo XVII en la lengua literaria. Según Castillo Lluch (1996: 387), la
desaparición del FCA está relacionada con los cambios en el sistema pronominal castellano, o
sea, la anteposición sistemática de los pronombres, mientras que Girón (2007: 572) no está de
acuerdo: "la pérdida de la enclisis no puede ser la causa de la pérdida del FCA: éste se pierde
mucho antes que aquélla".
La convivencia de los FCA y los FCS con anteposición ha sido tema de varios
estudios (Staaff 1907; Company 1985-86; Castillo Lluch 1996; Bouzouita 2011a, 2012).
Como veremos en el apartado que sigue, se han postulado básicamente dos explicaciones para
esta variación sincrónica. A continuación, expondremos estas explicaciones y luego
examinaremos un fenómeno que todavía no ha recibido mucha atención por parte de la
lingüística: la microvariación entre los FCA con mesoclisis y los FCS con posposición
pronominal.
22 Fleischman (1982: 70) 23 Vázquez Cuesta (1987)
30
3.2 Explicaciones para la variación sincrónica entre los futuros sintéticos y
los futuros analíticos en español medieval
En general, se han formulado dos líneas de argumentación para la variación sincrónica
entre los futuros y condicionales sintéticos y los analíticos en el español medieval. En primer
lugar, la explicación tradicional considera el FCA como una construcción no completamente
gramaticalizada, o sea, se trata de una variante descompuesta del futuro sintético, escindida en
dos partes por un clítico debido a las restricciones distribucionales del pronombre átono
medieval (Staaff 1907; Castillo Lluch 1996; Bouzouita 2011a, 2012; entre otros). Segundo, la
otra interpretación, propuesta por Company (1985-86; 2006), consiste en la idea de que los
FCA son construcciones marcadas especializadas para el proceso de topicalización y énfasis
discursivo, mientras que las formas sintéticas son las formas no marcadas. Esta segunda línea
de argumentación niega el papel del sistema pronominal medieval. En lo que sigue,
presentaremos estas dos interpretaciones.
3.2.1 El futuro analítico vinculado al sistema pronominal medieval
La interpretación tradicional considera el FCA como una forma descompuesta del
FCS, o sea, como un futuro no completamente gramaticalizado. Esta descomposición se debe
a las restricciones en la colocación del pronombre átono medieval (véase el apartado 2). Esta
interpretación está compartida por la mayoría de los autores, como Gessner (1893), Staaff
(1907), Rossi (1975), Eberenz (1991), Castillo Lluch (1996, 2002) y Bouzouita (2011a,
2012), entre otros. En la mayoría de los estudios, se menciona la ley de Tobler-Mussafia o la
ley de enclisis para explicar el uso de las formas analíticas. Según esta ley, los pronombres
átonos medievales no pueden colocarse en posición inicial en la oración dado que necesitan
un elemento en que se puedan apoyar. Por consiguiente, el FCS acompañado de un
pronombre átono se divide en sus dos componentes en contextos en que el pronombre átono
necesita apoyarse enclíticamente al infinitivo. Por ejemplo, como hemos visto, el pronombre
no puede anteponerse al verbo cuando este aparece en posición inicial de la frase y por lo
tanto resulta agramatical *lo faré en posición inicial ya que el PA no tiene un elemento para
apoyarse enclíticamente. Por eso, el futuro se descompone en sus dos constituyentes para que
el PA pueda apoyarse enclíticamente en el infinitivo, resultando así en la forma analítica fazer
lo he. Hay que añadir que también es posible la aparición de un FCS con posposición en vez
de un FCA, como faré lo, aunque ocurre con una frecuencia menor (infra). En resumen, la
interpretación tradicional opina que existe una correlación entre el uso de los FCA y los FCS,
31
por un lado, y la distribución de los clíticos en español medieval, por otro lado.
El primer autor en mencionar la relación causal entre el uso de los FCA y las
restricciones distribucionales del PA medieval fue Gessner (1893). Este autor nota que el
FCA aparece en los siguientes contextos: en posición inicial de la oración principal, en una
segunda frase coordinada por e(t), y en contextos sintácticos que permiten la posposición del
clítico con otros tiempos verbales (Gessner 1893: 41). Por su observación de que los FCA
aparecen en los mismos contextos sintácticos que permiten la posposición pronominal con
otros tiempos verbales, opina que la variación sincrónica de los futuros está relacionada con
las restricciones en la distribución pronominal en castellano medieval. Sin embargo, no
examina esta correlación más en detalle.
Staaff (1907: 628) comparte también la teoría de que el FCA es un futuro no
completamente gramaticalizado. En su estudio sobre los pronombres átonos en el poema
medieval El Cid formula las dos reglas siguientes para explicar la variación entre los FCA y
los FCS con proclisis:
(i) Si le futur (ou le conditionnel) commence la phrase, ce temps est regardé comme composé
et le pronom se place entre les deux membres s'appuyant par enclise à l'infinitif.
(ii) Si le futur (ou le conditionnel) est précédé d'un autre mot, le temps est regardé comme
simple et le pronom se place avant le verbe s'appuyant par enclise au mot qui precede.
La primera regla formulada por Staaff dicta que los FC en posición inicial de la frase son
siempre analíticos. Sin embargo, el autor observa cuatro excepciones a esta regla, o sea, casos
de FCS con posposición pronominal en posición inicial de la frase en vez de un FCA.
Asimismo, Bouzouita (2011a: 119; 2016) atestigua casos de FCS con posposición en posición
inicial absoluta en la Fazienda y en E6. Todo lo anterior nos lleva a afirmar que la primera
regla de Staaff (1907) no es una regla universal.
Además, Staaff (1907: 628 nota a pie 2) indica seis otros contextos sintácticos en los
que sólo ocurren FCA: la construcción analítica aparece cuando está precedida por una
oración subordinada, un gerundio absoluto, un vocativo, la conjunción coordinativa e(t), la
conjunción mas/pero, o un complemento nominal correferencial. Sin embargo, en estos
contextos se pueden encontrar también FCS con pronombres antepuestos (infra) (Bouzouita
2011a: 97-98). Por lo tanto, las reglas de Staaff no logran explicar satisfactoriamente la
alternancia entre los FCA y los FCS.
32
La segunda regla de Staaff (1907: 628) tampoco logra explicar la variación sincrónica
entre ambas formas. El autor declara que el futuro es sintético con anteposición pronominal
cuando otros elementos preceden al futuro porque el pronombre puede apoyarse
enclíticamente en estos elementos. Sin embargo, admite que se documentan muchos
contraejemplos, o sea la aparición de FCA en estos contextos. El autor intenta justificar las
excepciones a través de criterios rítmico-fonológicos. Según él, la aparición de un FCA detrás
de otros elementos se debe a la presencia de una cesura, una pausa fonológica detrás del
elemento precedente. Por el carácter enclítico de los pronombres átonos la pausa fonológica
impide su anteposición al verbo ya que no hay un elemento en que se puedan apoyar (Staaff:
1907: 629). Sin embargo, los criterios rítmico-fonológicos no logran explicar el uso de los
FCA porque se pueden encontrar ejemplos de FCS con anteposición detrás de una cesura o de
FCA sin cesura (Bouzouita 2012: 696-697).
En su estudio sobre los futuros en el romanceamiento bíblico E6, Rossi (1975)
proporciona una distribución sintáctica más detallada de los FCA y FCS. Primero, observa
que algunos contextos sintácticos sólo admiten FCS con anteposición. Concretamente, cuando
el futuro está precedido por una negación, un pronombre relativo, un adverbio o una
conjunción subordinante, sólo es posible la anteposición. En segundo lugar, otros entornos
sintácticos admiten FCA o FCS con posposición pero excluyen el uso de FCS con
anteposición: cuando el futuro aparece en posición inicial absoluta, al comienzo de una
oración principal cuando ésta sigue a la secundaria, o después de la conjunción coordinativa
e(t). Por consiguiente, la autora concluye que los FCA y los FCS con posposición tienen una
"posición sintáctica opuesta" a los FCS con anteposición (Rossi 1975: 394). Además, observa
contextos que permiten tanto FCA como FCS con anteposición, esto es, detrás de un objeto,
detrás de un complemento, o detrás del sujeto. Tal como Staaff (1907), la autora intenta
explicar esta alternancia usando criterios rítmico-fonológicos. Según ella, el FCS con
anteposición aparece cuando es el último elemento de un grupo fónico, mientras que el FCA
aparece cuando es el elemento inicial de un grupo fónico (Rossi 1975: 394-397)24. Sin
embargo, esta explicación no logra justificar todos los casos en su corpus. En conclusión, los
criterios fonológicos resultan insuficientes para explicar el uso de los FCA.
A pesar de describir los contextos sintácticos de los futuros, Staaff (1907) y Rossi
(1975) dejan implícita la correlación entre la variación sincrónica de los futuros y la
distribución del pronombre átono medieval. En cambio, esta correlación está mencionada
24 Navarro (1982: 29) define el grupo fónico como "la porción de discurso comprendida entre dos pausas o
cesuras sucesivas de la articulación".
33
explícitamente y analizada por Castillo Lluch (1996, 2002) y Bouzouita (2011a, 2012). En su
tesis doctoral, Castillo Lluch (1996) hace una descripción exhaustiva de la colocación de los
pronombres átonos en castellano medieval. La autora llega a la conclusión de que el empleo
de los FCA está vinculado a las restricciones distribucionales del pronombre átono. Nota una
distribución complementaria entre las dos formas de futuro: por un lado, los FCS con
anteposición aparecen en contextos de anteposición pronominal con otros tiempos verbales y,
por otro lado, los FCA se manifiestan en contextos de posposición pronominal con otros
tiempos verbales (Castillo Lluch 1996: 386-87; 2002: 544-45). Hay que añadir que
ocasionalmente aparecen FCS con pronombres pospuestos en contextos de posposición
pronominal. Sin embargo, Castillo Lluch (2002: 544) los considera como fenómenos
marginales y por lo tanto no los toma en consideración.
A través de un análisis de la distribución de los futuros en la Fazienda de Ultra Mar
(siglo XIII), Bouzouita (2011a; 2012) argumenta que la alternancia entre los FCA y los FCS
está vinculada directamente a las reglas de la colocación del pronombre átono medieval y
analiza esta correlación en detalle. En primer lugar, investiga los entornos sintácticos en los
que los pronombres átonos medievales concurren con otros tiempos verbales (ni el futuro ni el
condicional) en el siglo XIII. Como hemos visto en la sección 2 y como se puede ver en la
Tabla 4, existen tres tipos de contextos sintácticos: (1) contextos que siempre exigen la
anteposición pronominal con respecto al verbo, (2) contextos que siempre provocan la
posposición pronominal, y (3) contextos que admiten variación. Luego, la autora analiza la
distribución de los FCS y FCA en estos entornos sintácticos, presentada en la Tabla 5.
Entorno sintáctico Otros tiempos verbales en cláusulas independientes
Proclisis Enclisis
Pronombre interrogativo X -
Negación X -
SN no correferencial X -
Complemento preposicional X -
Complemento predicativo X -
Verbo en P1 - X
Verbo paratáctico - X
Vocativo - X
Pero/mas - X
Sujeto X X
Adverbio X X
Coordinación e(t)/y X X
SN correferencial X X
Construcción absoluta/subordinada X X
Tabla 4: posición del pronombre átono medieval en cláusulas independientes con otros tiempos verbales (no
futuro y no condicional) (Bouzouita 2011a: 110)
34
Entorno sintáctico FS con proclisis FA con mesoclisis FS con enclisis
Pronombre interrogativo X - -
Negación X - -
SN no correferencial X - -
Complemento
preposicional
X - -
Complemento predicativo X - -
Verbo en P1 - X X
Verbo paratáctico - X X
Vocativo - X -
Pero/mas - X -
Sujeto X X -
Adverbio X X X
Coordinación e(t)/y X X X
SN correferencial X X X
Construcción
absoluta/subordinada
X X -
Tabla 5: posición del pronombre átono en cláusulas independientes con futuro o condicional (Bouzouita 2011a:
110)
Comparando las dos tablas, Bouzouita (2011a: 109-120; 2012: 702-704) observa
paralelismos distribucionales entre la variación de los futuros y la variación de la posición
pronominal con otros tiempos verbales. En primer lugar, los contextos sintácticos que sólo
admiten la anteposición pronominal con otros tiempos verbales coinciden con los contextos
en los cuales sólo aparecen FCS con anteposición. En segundo lugar, los entornos que exigen
la posposición pronominal con otros tiempos verbales coinciden con los contextos que
admiten FCA y que excluyen FCS con anteposición pronominal. Además, dado que estos
contextos sólo admiten la enclisis también son posibles los FCS con posposición. Por último,
los entornos sintácticos que muestran variación en cuanto a la posición pronominal con otros
tiempos verbales también muestran variación de los futuros: admiten tanto FCS con
anteposición como FCA o FCS con posposición. Estos paralelismos distribucionales
confirman que la variación sincrónica entre las diferentes formas de futuro está relacionada
con el sistema pronominal medieval.
En resumen, la teoría tradicional sostiene la idea de que el FCA es una variante formal
del FCS. En otros términos, se trata de un futuro no completamente gramaticalizado,
descompuesto por un pronombre átono debido a las restricciones distribucionales del sistema
pronominal medieval. Autores como Staaff (1907) y Rossi (1975) han tratado de elucidar la
variación sincrónica entre ambas formas usando criterios rítmico-fonológicos. Sin embargo,
ya que dichos criterios no pueden aclarar la totalidad de los casos, esta explicación fonológica
no logra explicar la variación satisfactoriamente. En cambio, estamos de acuerdo con la teoría
de que la variación sincrónica de los futuros está vinculada íntimamente a la colocación del
PA medieval, hipótesis propuesta por Castillo Lluch (1996; 2002) y Bouzouita (2011a; 2012).
35
Dado que los paralelismos distribucionales entre el sistema pronominal medieval y la
distribución de los FCS y los FCA son innegables y dado que esta hipótesis parece elucidar
todos los casos, coincidimos con dicha hipótesis. A continuación, expondremos una línea de
argumentación alternativa sobre la alternancia de los diferentes tipos de futuros.
3.2.2 El futuro analítico como forma marcada
Una hipótesis alternativa está planteada en los estudios de Company (1985-86, 2006),
Company y Medina Urrea (1999) y Girón Alconchel (2007). Según estos autores, los FCA y
los FCS no son equivalentes en casi ningún nivel de la lengua. En otras palabras, no
consideran el FCA como una variante formal del FCS sino como una construcción marcada
especializada para topicalización y énfasis discursivo, mientras que los FCS, por el contrario,
son formas no marcadas25. De lo anterior se desprende que Company (1985-86, 2006) y
Medina Urrea (1999) no atribuyen la variación sincrónica de los futuros a las restricciones
distribucionales del PA medieval. Según Company (2006: 366), las restricciones en la
posición pronominal, o sea, la ley de enclisis, causaron la formación de los FCA ya que estas
restricciones obligan al futuro de descomponerse en sus dos componentes para que el
pronombre átono pueda apoyarse enclíticamente en el infinitivo. Aunque la autora afirma que
esta ley explica la creación de los FCA, argumenta que no explica su productividad en el
español medieval. Propone que una vez gramaticalizada la construcción analítica, los
hablantes la reinterpretaron y la asignaron un valor gramatical propio que consiste en marcar
topicalidad o énfasis discursivo ya que el clítico intercalado sitúa en el centro del núcleo de la
frase verbal "la referencia a un participante o a un fragmento informativo de interés o
relevancia para hablante u oyente, o importante en general para el discurso comunicado"
(Company 2006: 366, 385; Company y Medina Urrea 1999: 75-76). En otros términos, se
considera el clítico interpuesto en la construcción analítica como una anáfora peculiar que
refiere en el centro de la predicación a una entidad discursiva importante. Visto que la autora
argumenta que los FCA y los FCS no son equivalentes, propone un análisis de sus diferencias
en varios niveles de la lengua: la morfofonémica, la morfología, la sintaxis y la semántica
(Company 2006).
Primero, en el nivel de la morfofonémica observa una primera diferencia importante
entre ambas formas. El FCS se caracteriza por un proceso de síntesis, lo que significa que el
infinitivo y el verbo habere han perdido su autonomía. El infinitivo se convierte en raíz léxica
25 Se entiende bajo el término topicalización "un proceso por el cual se selecciona un constituyente como tópico
de la predicación y se sitúa al inicio de su oración" (Company 1985-86: 82).
36
del tiempo futuro y haber deja de ser un verbo independiente y se convierte en un morfema
flexivo, una desinencia verbal (supra). Los FCA, en cambio, no manifiestan este proceso de
síntesis: sus dos constituyentes no pierden su autonomía gramatical sino mantienen su estatus
de palabra (Company 2006: 371-73). Segundo, morfológicamente tampoco se pueden
equiparar ambas formas. Nota que las construcciones sintéticas tienen el estatus de palabra, ya
que sus componentes son morfemas ligados, mientras que las analíticas tienen el estatus de
frase fija, ya que sus constituyentes son morfemas libres (Company 2006: 378-82). Tercero,
Company (2006: 405) compara los valores semánticos de ambos tipos de futuro. Observa que
no existen diferencias esenciales de significado verbal: ambas formas pueden expresar valores
temporales y modales. No obstante, argumenta que el valor predominante del FCA es la
modalidad, mientras que para los FCS es la temporalidad. Por último, la autora observa
también diferencias entre los FCA y los FCS en la sintaxis. Considera cinco factores que
demuestran la sintaxis restringida de las formas analíticas, confirmando su carácter marcado:
a) concurrencia con negación, b) clíticos y sus referentes: persona, caso y anclaje referencial,
c) los sujetos de los futuros, d) orden de constituyentes en la oración con futuro, e)
distribución oracional de los futuros (Company 2006: 382-404). En lo que sigue, trataremos
de sintetizar estos cinco factores.
En primer lugar, la autora nota que los FCA muestran incompatibilidad con la
negación. Por consiguiente, formas como *non fazerlo he no existen. Las construcciones
sintéticas con anteposición, en cambio, son las únicas que pueden combinarse con una
negación. Según Company (2006: 385-87), esta incompatibilidad se explica por el hecho de
que las oraciones negativas tienen un estatus marcado y, por lo tanto, el FCA, que también es
una estructura marcada, no concurre con la negación para evitar estructuras doblemente
marcadas.
El segundo factor consiste en los clíticos. Con respecto a la persona del clítico, la
autora observa que los clíticos que aparecen con los FCA refieren mayoritariamente a los
interlocutores, o sea, a las entidades en posición más alta en la escala de topicalidad. Los
clíticos de los FCS, en cambio, muestran más flexibilidad en su referencia: se reparten entre la
primera y la segunda persona, por una parte, y la tercera, por otra parte. La autora argumenta
que la especialización de los FCA en referencias a la primera y segunda persona ponen en
evidencia su carácter marcado (Company 2006: 387-90). En cuanto al caso del clítico, percibe
que los FCS muestran flexibilidad para la selección del caso, mientras que los FCA parecen
preferir el caso dativo o reflexivo. La autora argumenta que los FCA, que son formas
especializadas para indicar información topical prominente, prefieren el dativo porque es el
37
caso ideal para referir a entidades conocidas prominentes y topicales. En cuanto a la distancia
entre el clítico y el referente, nota que los FCS no parecen tener preferencia para una distancia
referencial determinada. Los FCA, por el contrario, muestran un anclaje del clítico de
distancia mínima. Esta sintaxis restringida de los FCA muestra otra vez, según la autora, su
estatus marcado.
Tercero, opina que la diferencia en los sujetos de ambos tipos de futuro también
revelan el carácter marcado del FCA. Concretamente, nota que los FCA manifiestan en la
mayoría de los casos un sujeto oracional o ausente, mientras que los FCS se caracterizan por
una flexibilidad en la presencia o no del sujeto. Otra prueba de la no equivalencia de ambos
futuros consiste en la diferencia en el orden de las constituyentes en la oración con futuro. Por
una parte, la estructura de las oraciones con un FCA es bastante menos compleja que la de
oraciones con un FCS. Por otra parte, ambas formas manifiestan un distinto orden de
constituyentes: las oraciones con FCS parecen preferir el verbo en posición intermedia
mientras que las con FCA parecen preferir el verbo en posición inicial. Además, los
constituyentes que preceden al FCA siempre son topicalizados. Por lo tanto, los FCA parecen
tener una distribución restringida. Por último, en cuanto a la distribución oracional, la autora
nota que en la mayoría de los casos los FCA se concentran en oraciones principales o
independientes, o en ciertos tipos de subordinadas26. En cambio, los FCS son más flexibles.
En conclusión, la autora opina que los cinco factores analizados afirman la flexibilidad de los
FCS y la sintaxis restringida de los FCA, confirmando así el carácter marcado de los FCA y el
carácter no marcado de los FCS.
Sobre la base de cuanto antecede, Company (2006) concluye que ambos tipos del
futuro exhiben un comportamiento muy desigual y, por consiguiente, opina que no son
equivalentes. Además, la sintaxis restringida de los FCA evidencia, según ella, que son
estructuras marcadas, especializadas para marcar topicalidad, mientras que los FCS son las
formas no marcadas debido a su flexibilidad. Para completar lo anterior, Company (2006:
410) añade que las numerosas restricciones sintácticas de los FCA han causado su
desaparición, ya que los FCS pueden cubrir las mismas funciones que el FCA. Sin embargo,
Castillo Lluch (1996: 387) no coincide con esta hipótesis: según ella, se debe la desaparición
de los FCA al proceso de gramaticalización del sistema pronominal medieval, o sea, los
pronombres átonos empiezan a manifestar una posición preverbal.
En nuestra opinión, parece más verosímil la hipótesis tradicional que vincula la
26 Según Company (2006: 402), estos tipos de subordinadas son condicionales, adverbiales temporales, finales y
concesivas.
38
alternancia entre los FCA y los FCS al sistema pronominal medieval. En primer lugar, como
ya hemos mencionado, los paralelismos distribucionales entre la colocación pronominal y la
distribución de los futuros son innegables y demasiado fuertes para negar esta correlación.
Segundo, algunos autores (Castillo Lluch 1996; Bouzouita 2012; entre otros) tampoco
coinciden con Company (2006) y elaboran algunos argumentos que contradicen la teoría
alternativa de esta última autora. Bouzouita (2012: 698-704), por ejemplo, analiza cuatro
variables propuestas por Company (2006) que, según esta última, son evidencia del carácter
marcado de los FCA, y argumenta que estas variables no ponen en evidencia el carácter
marcado de la construcción analítica.
La primera variable es la concurrencia con la negación. Como acabamos de ver,
Company (2006) argumenta que la incompatabilidad de los FCA con la negación confirma
que los FCA son estructuras marcadas para el énfasis discursivo ya que la negación cancelaría
este énfasis. No obstante, Bouzouita (2012) opina que la no concurrencia del FCA con la
negación se debe a las restricciones distribucionales del pronombre átono medieval (véase el
apartado 2). La segunda variable está vinculada al pronombre átono. Primero, los resultados
de Bouzouita (2012: 699) contradicen la postura de Company (2006: 387) de que los
pronombres átonos con FCA refieren mayoritariamente a los interlocutores mientras que con
los FCS son más flexibles. Los datos de Bouzouita (2012) muestran que tanto los pronombres
de los FCS como los de los FCA parecen manifestar una preferencia para la referencia a la
tercera persona y, por consiguiente, la persona del pronombre átono no prueba el estatus
marcado de los FCA. Segundo, el caso del pronombre tampoco resalta el carácter marcado de
los FCA. Company (2006) argumenta que los FCA parecen preferir los pronombres átonos
dativos o reflexivos, mientras que Bouzouita (2012: 700) observa que los pronombres de los
FCA y los FCS no parecen preferir ni el caso dativo o reflexivo, ni el caso acusativo. En
tercer lugar, Company (2006) argumenta que las diferencias en el anclaje referencial del
pronombre átono indican también la especialización del FCA: afirma que los pronombres de
los FCA manifiestan una preferencia por el referente en la misma oración, mientras que los
pronombres de los FCS no prefieren una distancia referencial específica. Sin embargo, los
datos de Bouzouita (2012: 701) indican que tanto los pronombres de los FCS como los de los
FCA parecen preferir el referente en oraciones anteriores, pues no se nota una diferencia entre
ambos futuros. Para la tercera variable, que consiste en los sujetos de los futuros, Company
(2006) observa que los FCA se caracterizan mayoritariamente por un sujeto oracional o
ausente, mientras que los FCS exhiben flexibilidad en cuanto a la selección del sujeto. Los
resultados de Bouzouita (2012: 702) exhiben más o menos la misma tendencia. No obstante,
39
ya que los FCS también muestran la preferencia por la ausencia del sujeto léxico y ya que hay
otros factores que determinan la ausencia o presencia del sujeto, la autora no interpreta la
ausencia del sujeto léxico como prueba del estatus marcado de los FCA. Finalmente, la cuarta
variable, o sea, el orden de constituyentes en la oración con futuro, también afirma el carácter
marcado de los FCA, según Company (2006). Es decir, la autora nota que los FCS prefieren la
posición intermedia en la oración mientras que los FCA exhiben una preferencia para la
posición inicial y sólo admiten constituyentes antepuestos que estén topicalizados. Bouzouita
(2012: 702-704), en cambio, argumenta que esta distribución restringida de los FCA es una
consecuencia de las restricciones distribucionales del pronombre pronominal y no de su
carácter marcado.
Puesto que las argumentaciones que acabamos de ver contradicen el carácter marcado
de los FCA, no coincidimos con la hipótesis alternativa de Company (1985-86, 2006). La
existencia de paralelismos distribucionales entre los futuros y la colocación pronominal
observada por Castillo Lluch (1996) y Bouzouita (2011a, 2012) resulta innegable y, por
consiguiente, estamos de acuerdo con la hipótesis tradicional. Es más, como veremos,
nuestros resultados coinciden con los de Bouzouita (2011a). No obstante, aunque el sistema
pronominal medieval logra explicar la variación sincrónica entre los FCA y los FCS con
anteposición, niega la existencia de los FCS con posposición y su microvariación con los
FCA. A continuación, nos centraremos en el fenómeno del FCS con posposición y
expondremos varias hipótesis que intentan elucidar su empleo.
40
3.3 Los futuros y condicionales sintéticos con posposición pronominal
Un fenómeno del castellano medieval relativamente poco estudiado en la literatura es
la aparición de futuros y condicionales sintéticos con posposición pronominal en vez de un
futuro o condicional analítico. En los ejemplos (37a) – (37c) se recoge un versículo del libro
bíblico Eclesiástico de romanceamientos bíblicos diferentes. Como se puede observar, el
ejemplo (37a), que proviene del códice E6, exhibe un FCS con posposición pronominal,
tornara los, mientras que los ejemplos (37b) y (37c), de la General Estoria IV (GE4) y del
códice escurialense E4, contienen un FCA, tornar los a.
(37) Eclesiástico 17:19
(a) [E6] e depues leuantar sa e tornara a cadauno so gualardon en su cabeça. e tornara los en
las mas fondoneras partes de la tierra
(b) [GE4] & despues resuscitara & se leuantara dar les galardon a cadauno sobre su cabeça
dellos & tornar los a en las mas baxas partes de la tierra
(c) [E4] E despues se leuantara & dara a cada vno su gualardon ensu cabeça & torrnarlosha
enlas mas baxas partes de la tierra
Hay que notar que esta variación entre el FCA y el FCS con posposición se manifiesta en el
mismo contexto sintáctico, o sea, detrás de la coordinación e/& como se puede observar en los
ejemplos. Tampoco se debe a un cambio diacrónico, ya que los ejemplos de E6 y GE4 datan
del siglo XIII (Bouzouita 2016: 272). Del manuscrito contenido en el códice E4
desconocemos la fecha de composición del original, pero la copia data de los años 1400-1430
(Pueyo Mena 2008).
La mayoría de los estudios sobre los futuros y condicionales en el castellano medieval
se enfoca en el uso y el comportamiento sintáctico de los FCA (supra) – y su variación con las
formas sintéticas con anteposición – y solo menciona brevemente el fenómeno de los FCS con
posposición sin intentar elucidar los motivos por los cuales el pronombre aparece en
posposición. La escasez de estudios se explica por el estatus relativamente marginal de esta
construcción en la Edad Media. Sin embargo, existen algunos estudios notables que han
analizado este fenómeno más en detalle (Rossi 1975; Eberenz 1991; Bouzouita 2013; Octavio
de Toledo 2015; Bouzouita 2016).
41
3.3.1 La frecuencia de los futuros/condicionales con posposición pronominal: un
fenómeno marginal
Aunque las formas sintéticas con pronombres pospuestos ya aparecen en los primeros
textos castellanos, son una forma minoritaria. Por ejemplo, Rossi (1975: 393-398) encuentra 3
casos de FCS con posposición frente a 50 formas analíticas en el libro Proverbios de E6.
Asimismo, Bouzouita (2011a: 119) recoge 10 casos frente a 268 ejemplos de FCA en la
Fazienda, los FCS con posposición solo representando un 2,4 % (10/422) del total de su
corpus. En el análisis de las primeras 10.000 palabras de Isaías y Jeremías (E6), Bouzouita
(2013: 358-59) registra un 13,6 % (24/176) de esta construcción y, por consiguiente, concluye
que la posposición pronominal no es infrecuente, aunque tampoco parece ser la distribución
predominante. Los datos de su estudio de 2016, que examina estos libros en su totalidad,
confirman este panorama. Se trata de un fenómeno relativamente marginal en la Edad Media,
sobre todo en el siglo XIII, considerando que su uso se limita a ciertos géneros textuales y a
determinados contextos sintácticos (Bouzouita 2013: 354, Castillo Lluch 2002: 544).
Como nota Bouzouita (2013: 354-359), el fenómeno solo parece manifestarse en
ciertos géneros textuales, como en los romanceamientos bíblicos (por ejemplo la Fazienda de
Ultramar o E6)27. La autora lo confirma mediante un análisis comparativo de las formas FC
entre el romanceamiento bíblico E6 y el Conde Lucanor28, un texto medieval no bíblico.
Observa que el empleo de pronombres pospuestos con FCS no es infrecuente en E6, aunque
tampoco constituye la posición dominante. En el Conde Lucanor, al contrario, no se atestigua
ningún ejemplo. Todo eso lleva a la conclusión de que la aparición de FCS con posposición
pronominal es una peculiaridad típica de los romanceamientos bíblicos.
Además, el uso de los FCS con pronombres pospuestos se restringe a contextos
sintácticos específicos, a saber, los que admiten la mesoclisis o la posposición con otros
tiempos verbales (Bouzouita 2011a, 2013; Castillo Lluch 2002). Enumeramos los contextos
que admiten su uso: (a) cuando el verbo aparece en posición inicial absoluta, (b) en casos de
parataxis, (c) detrás de vocativos, (d) detrás de conjunciones contrastivas como pero/mas, (e)
detrás de sujetos preverbales, (f) detrás de adverbios preverbales, (g) detrás de la conjunción
coordinante e(t)/y, (h) detrás de constituyentes dislocados correferenciales, y (i) detrás de
subordinadas y construcciones absolutas.
27 En el Mio Cid también se documentan otros ejemplos medievales, como dexarevos (Cid 1310) y direvos (Cid
1453, 3309) (Castillo Lluch 2002: 544). 28 Este texto fue compuesto en el siglo XIV y copiado entre 1450-1500 (Bouzouita 2013: 359).
42
En resumen, en el siglo XIII el empleo de los FCS con posposición es un fenómeno
marginal que se limita a ciertos entornos sintácticos y a ciertos géneros textuales. El
romanceamiento bíblico E6 forma una excepción para el siglo XIII ya que es una fuente rica
de la posposición pero, aunque la posposición no es infrecuente, no constituye la forma
predominante. Sin embargo, a partir del siglo XV la posposición pronominal con FCS parece
manifestarse más frecuentemente a causa de la gramaticalización de estos tiempos verbales y
los cambios en la colocación de los pronombres átonos (Gómez Seibane 2012 ápud Bouzouita
2016: 273).
Eberenz (1991) nota un aumento de la posposición en contextos de FC en el siglo XV
cuando analiza la distribución de la microvariación entre los FCA y los FCS con posposición
en tres obras literarias con rasgos coloquiales de los siglos XV y XVI: El Corbacho (1438),
La Celestina (1499) y La lozana andaluza (1528). Según él, la aparición de FCS con
pronombres pospuestos se remonta a los primeros siglos de la lengua castellana aunque su
empleo se limitaba al habla informal y apareció escasamente en la lengua escrita hasta 1450
(Eberenz 1991: 507). Además, sugiere que la aparición de este fenómeno se debe a la
gramaticalización, esto es, la unificación de los dos constituyentes del futuro/condicional en
una época en que la posposición pronominal todavía estaba intacta, sustituyendo así a los
FCA29. Por lo tanto, propone que se empleaban sucesivamente al inicio de la oración (1) los
FCA, tornarse ha, (2) los FCS con posposición, tornaráse, y (3) los FCS con anteposición, se
tornará. Analizando el Corbacho, Eberenz (1991: 503-504) observa que los FCA se emplean
ampliamente – registra un 94 % (30/32) – mientras que sólo detecta dos casos de FCS con
posposición (un 6 % o 2/32; los cálculos son nuestros). Además, nota que los lexemas
verbales que aparecen en contextos de posposición son los verbos decir y hacer. En La
Celestina registra ya más ejemplos de FCS con posposición, en concreto encuentra ocho casos
(14%) frente a 48 casos de FCA (86%). En cuanto a los lexemas verbales, recurren los dos
lexemas verbales decir y hacer en contextos de posposición, y aparece otro nuevo, tener.
Comparando estos resultados con los anteriores, concluye que a fines del siglo XV las
proporciones se iban modificando. Finalmente, los resultados de La lozana andaluza (1524)
indican que en pocas décadas la distribución de los FCS con posposición se había extendido
notablemente. Recoge 20 casos de FCA (67%) frente a 10 casos de FCS con posposición
(33%) y, además, nota que los lexemas verbales ya no se limitan únicamente a decir o hacer,
29 Como propone Eberenz (1991: 501), dos procesos condujeron a la desaparición de los FCA: por un lado, la
gramaticalización de los tiempos futuro y condicional y, por otro lado, los cambios en el sistema pronominal,
esto es, la anteposición sistemática del pronombre.
43
sino que se observa una mayor variedad (Eberenz 1991: 505-506). No obstante, cabe señalar
que en el mismo período la posposición del pronombre se va debilitando a expensas de la
anteposición. En otras palabras, los casos en que puede aparecer competencia entre los FCA y
los FCS con posposición son cada vez menos numerosos ya que la anteposición está a punto
de imponerse en todos los entornos (Eberenz 1991: 506). Sin embargo, el autor menciona que
estos cambios en la distribución pronominal se sitúan en la lengua hablada, mientras que la
posposición pronominal con FCS se siguió practicando en la lengua escrita por algún tiempo.
Octavio de Toledo (2015), por su parte, al discutir la desaparición de los FCA, nota
también una progresión constante de los FCS con posposición a expensas de los FCA, con los
que pugnan por los mismos entornos. El autor confirma que la correlación del aumento de la
posposición con el descenso de los FCA es obvia (véase el gráfico 14 y la tabla 9 en Octavio
de Toledo 2015) y sitúa sus puntos de inflexión en los años 30 y 90 del siglo XVI, tal como
ha notado Eberenz (1991) para la Lozana andaluza (1528).
3.3.2 Motivos por la aparición de futuros y condicionales con posposición pronominal
Aunque el fenómeno de la posposición pronominal con FCS no ha sido investigado
extensamente en la literatura, existen algunos estudios que intentan elucidar la causa de la
aparición de este fenómeno en el romanceamiento bíblico E6. En lo que sigue, presentaremos
varias hipótesis que parten de diferentes enfoques. Es decir, se investiga si la distribución
sintáctica, la forma morfológica del verbo o la influencia de la sintaxis latina subyacente
pueden ejercer una influencia sobre el uso de la posposición con FCS. Finalmente, se
exploran otros factores que puedan explicar la alternancia entre los FCA y los FCS con
posposición.
a) Montgomery (1962)
En opinión de Montgomery (1962: 131-132), la variación entre el empleo del FCS con
posposición y del FCA en E6 es aleatoria, es decir, no hay normas fijas para la elección entre
ambas formas, aunque pueden señalarse ciertas tendencias que parecen influir en la
colocación pronominal. La primera tendencia que propone es que el pronombre suele
posponerse en la oración sencilla, mientras que en oraciones más complejas es frecuente la
mesoclisis. Segundo, señala que algunos FCA expresan un matiz obligativo o una intención.
Sin embargo, añade que se puede observar este matiz también en FCS con posposición
pronominal. En tercer lugar, sugiere que los FCA tienden a ser más enfáticos que los FCS con
posposición. Finalmente, la cuarta tendencia que propone es que se evitan las series de varias
44
sílabas átonas, sobre todo al final del grupo tónico. Además, el autor postula el factor de la
variatio (infra), un recurso estilístico que consiste en cambiar la posición del pronombre átono
para evitar un efecto monótono.
b) La distribución sintáctica
En su estudio sobre las formas del futuro en el libro Proverbios de E6, Rossi (1975)
analiza los entornos sintácticos en que aparecen los FC. En su corpus, se registran tres casos
de FCS con posposición: uno se manifiesta después de una oración secundaria y dos detrás de
la conjunción coordinante e. Como ya hemos mencionado, estos contextos no solo admiten
FCS con posposición sino también FCA y, por consiguiente, la autora llega a la conclusión
que el contexto sintáctico en sí no logra explicar el uso de la posposición. Sin embargo, no
hay duda que su empleo se restringe a entornos sintácticos en que FCA pueden aparecer, y
más generalmente, la posposición pronominal con otros tiempos verbales, como confirma
Bouzouita (2011a; 2016).
Puesto que la distribución sintáctica no permite explicar la alternancia entre los FCS
con posposición y los FCA, Rossi (1975: 399-400) explora otra hipótesis desde un ángulo
semántico. Concretamente, investiga si la variación podría explicarse por diferencias
semánticas en el aspecto verbal. La autora observa que los tres ejemplos de posposición de su
corpus tienen un aspecto perfectivo, a saber abrir, mostrar y camiar, mientras que los FCA
parecen reforzar el aspecto imperfectivo. No obstante, concede que también hay FCA con
verbos perfectivos o FCS con un verbo de aspecto imperfectivo, lo cual invalida su hipótesis
semántica. Además, Rossi (1975) registra un matiz de obligatoriedad en los casos con un
FCA, debido a la posición enfática del infinitivo. Sin embargo, varios contraargumentos nos
llevan a cuestionar la validez de esta hipótesis. Primero, la autora reconoce que carece de
suficientes ejemplos para validar su hipótesis. En segundo lugar, Montgomery (1962: 132)
nota también el matiz obligativo en FCS con posposición. Finalmente, la connotación de
obligatoriedad se puede considerar como un rasgo general de todo tipo de futuro, y no de una
forma en particular. En resumidas cuentas, Rossi (1975) analiza diferentes conjeturas, tanto
sintácticas como semánticas, aunque ninguna logra dar una explicación para la aparición de
los FCS con posposición pronominal.
45
c) La forma morfológica del verbo
Matute y Pato (2010) abordan el fenómeno bajo discusión desde otro ángulo. Postulan
que la forma morfológica del verbo podría determinar la alternancia entre los FCS con
pronombres pospuestos y los FCA. En concreto, sugieren que hay una relación inversa entre
la síncopa y el uso de las construcciones analíticas, una correlación también propuesta por
Moreno Bernal (2004). Según él, "la pérdida temprana de la vocal final de la raíz del
infinitivo está en relación inversa con el uso de las formas analíticas" (Moreno Bernal 2004:
129). En las formas que presentan alternancia en la posición del pronombre, Matute y Pato
(2010: 62) observan que las formas sincopadas de los verbos con radicales variables (por
ejemplo, dirásles frente a dezir l'as) seleccionan el pronombre pospuesto con más frecuencia
que la mesoclisis30. Al contrario, con infinitivos que se han mantenido invariables los autores
observan una distribución equilibrada, o sea, la mesoclisis se iguala a la enclisis. Sin embargo,
hay que añadir que esta hipótesis morfológica sólo se aplica a los verbos con radical variable,
un hecho que reconocen los autores. Por consiguiente, se preguntan si la posposición
pronominal con verbos de radical invariable se debe a una alternancia libre o a un recurso
estilístico, como la variatio – dos hipótesis ya sugeridas por Montgomery (1962: 132) – o si
se debe a la influencia del texto subyacente, como veremos adelante.
Los resultados de Bouzouita (2016) confirman la correlación entre la síncopa y la
posposición pronominal. Es más, la autora señala que las tendencias observadas en su corpus
son aún más pronunciadas. Por un lado, todos los casos sincopados manifiestan la posposición
pronominal en contextos FC (el 100 % (54/54) vs. 73 % (37/51) en Matute y Pato 2010). Por
otro lado, los casos no sincopados son más propensos a exhibir la mesoclisis, puesto que el
64,8 % (221/341) se manifiesta con FCA (frente al 50,3% (77/153) en Matute y Pato 2010).
A pesar de que los datos de Bouzouita (2016) corroboran estadísticamente la tendencia
observada por Moreno Bernal (2004) y Matute y Pato (2010), esta autora no considera la
explicación morfológica como la causa de la variación entre los FCS con pronombre
pospuesto y los FCA. Para reforzar su punto de vista, provee algunos contraargumentos y
observaciones. Primero, el factor morfológico sólo se aplica a ciertos modelos de la
conjugación, a saber, a los verbos de la 2ª y 3ª conjugación ya que los verbos de la 1ª
conjugación son invariables31. Por lo tanto, el porcentaje para las formas sincopadas solo se
refiere a la 2ª y 3ª conjugación, mientras que la cifra para las formas sin síncopa abarca los
30 Un 73 % (37/51) de las formas sincopadas seleccionan la posposición (Matute y Pato 2010: 62). 31 Véase Moreno Bernal (2004) para un estudio sobre la síncopa.
46
tres modelos de conjugación. Por eso, la autora decide que es más preciso presentar la
distribución morfológica de los FC por modelo de conjugación y observa una gran diferencia
entre estos modelos (Bouzouita 2016: 272-286, Tabla 9). Es decir, para la 1ª conjugación, que
sólo manifiesta formas verbales invariables, se nota una distribución pronominal bastante
equilibrada entre la mesoclisis y la enclisis. Puesto que este modelo de conjugación no
manifiesta la síncopa, la forma morfológica del verbo no puede explicar los casos con
posposición para este modelo y, por lo tanto, el factor morfológico deja de lado la mayoría de
los casos. En cambio, sus resultados indican que todos los casos sincopados de los verbos de
la 2ª y 3ª conjugación exhiben la posposición pronominal. Por consiguiente, concluye que
existe ciertamente una relación inversa entre la síncopa y el empleo de las formas analíticas
para los verbos de estos dos modelos de conjugación32.
Sin embargo, la correlación fuerte entre la forma morfológica del verbo y la
distribución pronominal para la 2ª y 3ª conjugación no significa necesariamente que la
posposición pronominal con FC se debe a la síncopa. Según Bouzouita (2016: 287), "inferir
de una correlación entre dos variables una relación causal es una falacia lógica, puesto que la
correlación no implica causalidad". Además, hace algunas observaciones que parecen
invalidar la hipótesis morfológica de Matute y Pato (2010). En primer lugar, como ya hemos
mencionado, los verbos de la primera conjugación también manifiestan la posposición
pronominal en contextos FC, aunque son formas invariables que nunca exhiben la síncopa.
Segundo, para la 2ª y 3ª conjugación se pueden encontrar también formas no sincopadas con
posposición pronominal, aunque ciertamente inclinan a la mesoclisis. De todos los casos de
FCS con pronombres pospuestos, el 69 % (120/174) exhibe formas no sincopadas, por lo cual
la autora llega a la conclusión de que la hipótesis morfológica no logra aclarar la gran mayoría
de FCS con posposición de su corpus.
Todo lo anterior nos lleva a afirmar que la síncopa no logra aclarar satisfactoriamente
la variación entre los FCA y los FCS con posposición, aunque los resultados de Matute y Pato
(2010) y Bouzouita (2016) confirman ciertamente la existencia de una correlación entre la
síncopa y la posposición pronominal para los verbos de la 2ª y la 3ª conjugación.
32 Según los cálculos de Bouzouita (2016: 286), la V de Cramér es 1 para la 2ª conjugación, lo que significa que
la correlación es completa. Para la 3ª conjugación, la V de Cramér equivale a 0,876, indicando una asociación
significativamente alta.
47
d) El modelo latino
Bouzouita (2013) propone que la aparición de los FCS con posposición en E6 podría
ser un calco sintáctico del latín bíblico (o posiblemente del hebreo subyacente al latín) ya que
E6 es una traducción de la Vulgata33. Dicho de otro modo, se transponen construcciones – en
este caso la posposición pronominal en contextos FC – de la lengua base, en este caso del
latín, a la lengua a la que se traduce, el castellano medieval (Bouzouita 2013: 355). La autora
lo ilustra mediante un versículo recogido de la Vulgata y de E6. Como se puede ver en (38), el
futuro sintético con posposición en el ejemplo castellano, prendrá la, coincide con el orden
posverbal latino capiet eam.
(38) Jeremías 38:3
a. [Vulgata] tradenda tradetur civitas in manu exercitus regis Babylonis et capiet eam
b. [E6] Esta ciudat dada será a la hueste del rey de babilonna e prendrá la
En otros términos, la colocación pronominal con FC en E6 podría presentar efectos del
priming sintáctico por la exposición a la sintaxis pronominal del texto subyacente, la Vulgata.
El priming sintáctico, concepto de la psicolingüística, refiere a la tendencia de los hablantes a
reutilizar estructuras sintácticas que han experimentado previamente (Sevilla et al. 2008). En
nuestro caso, "la exposición a la sintaxis pronominal de la Vulgata influye en la producción
lingüística posterior, o sea, en el orden de pronombres de la traducción castellana" (Bouzouita
2016: 288). Como ya han señalado varios autores (Enrique-Arias 2008; Rubio 2009; entre
otros), el castellano medieval de los romanceamientos bíblicos se caracteriza por la
conservación de rasgos lingüísticos de la(s) lengua(s) subyacente(s), como el latín (lengua
subyacente al castellano) o el hebreo (lengua subyacente al latín). Hay que añadir que el
empleo de FCS con posposición es mucho más frecuente en la Vulgata latina que en otros
textos latinos que no sean traducciones de la Biblia (Wanner 1987 ápud Bouzouita 2013:
360). Por consiguiente, Wanner (1987: 218-22) considera el uso abundante de la posposición
pronominal en contextos FC en la Vulgata como un calco sintáctico del hebreo bíblico, lengua
subyacente a la Vulgata, en la cual los pronombres se posponen al verbo34.
33 Como ya hemos visto, los casos de FCS con posposición encontrados en textos del siglo XIII proceden casi
todos de romanceamientos bíblicos, que son traducciones del latín o, en el caso de la Fazienda de Ultra Mar, del
hebreo. Por tanto, no parece inverosímil que la aparición de FCS con pronombres pospuestos se debe a la
influencia del texto subyacente (Bouzouita 2013). 34 No obstante, hay investigadores que opinan que la posposición pronominal en el latín bíblico no se debe al
hebreo sino a una influencia del griego (Giacalone 1990: 183 ápud Bouzouita 2013: 360). Además, Bouzouita
(2013:360 nota al pie) matiza la afirmación de Wanner (1987) porque en el hebreo bíblico el empleo de
48
Con el fin de verificar su hipótesis del modelo latino, Bouzouita (2013: 358) analiza,
en primer lugar, la distribución pronominal con FC para las primeras 10.000 palabras de los
libros Isaías y Jeremías de E6 y registra un 13,6 % (24/176) de FCS con posposición. Luego,
la autora compara la distribución pronominal de E6 con el empleo de pronombres pospuestos
en la Vulgata. Los resultados contrastivos demuestran que el 70,8 % (17/24) de los FCS
castellanos con posposición tienen el mismo orden en el latín bíblico. Por lo tanto, la autora
afirma que, a primera vista, existe una fuerte correlación entre el empleo de la posposición
pronominal en E6 y el orden pronominal de la Vulgata.
Sin embargo, señala que su corpus es demasiado pequeño debido a la escasez de
ejemplos con posposición y, por consiguiente, decide examinar los libros enteros de Is y Je
con todos los casos posverbales. Los resultados de este análisis indican que el 76,3 %
(129/169) de los FCS castellanos con posposición coinciden con el orden posverbal latino y,
como consecuencia, la autora concluye que estos resultados confirman otra vez su hipótesis.
No obstante, Bouzouita (2016: 279) añade una observación importante: en su estudio
preliminar de 2013 falta la comparación con las otras posiciones pronominales de E6 y sus
correspondencias latinas, un hecho que toma en cuenta en su investigación de 2016, como
veremos adelante. Además, es importante subrayar que no se trata de un calco automático ya
que el traductor no siempre imita la sintaxis del modelo latino. La autora nota la aparición de
pronombres pospuestos con FCS en E6 sin equivalente en la Vulgata, por lo cual afirma que
otros factores parecen influir en el fenómeno bajo discusión, como la analogía y la variatio
(infra).
En su estudio de 2016, la autora confirma la existencia de una correlación con la
distribución pronominal del texto subyacente, aunque se trata de una asociación débil.
Distingue dos versiones de la teoría del priming sintáctico. La primera versión, por un lado,
trata de la colocación en general. Concretamente, la autora propone que el uso del pronombre
antepuesto o pospuesto en la Vulgata induciría el uso de la misma colocación en E6, mientras
que ejemplos sin pronombre o con anteposición en la Vulgata, dependiendo del contexto
sintáctico castellano, inducirían la mesoclisis en el códice escurialense35. Por otro lado, la
segunda versión de la hipótesis del priming sintáctico es más restringida: la autora excluye la
anteposición de los datos por la restricción sintáctica del pronombre pospuesto a entornos de
mesoclisis. Concretamente, la autora propone que la exposición a la posposición en el texto
pronombres enclíticos se limita a los objetos directos mientras que los objetos indirectos se expresan empleando
una preposición (Waltke y O'Connor 1990). 35 La mesoclisis es la posición canónica en otros textos del siglo XIII (Bouzouita 2016: 289).
49
subyacente induciría la misma colocación en E6, mientras que ejemplos sin pronombre o con
anteposición en la Vulgata inducirían el uso de mesoclisis en E6 (Bouzouita 2016: 288-90).
En cuanto a la primera versión de la hipótesis del priming sintáctico, la autora incluye
los datos para la anteposición castellana para comparar la colocación pronominal castellana y
la latina (véase la tabla 10 en Bouzouita 2016: 290). Ya que esta versión recoge información
sobre todas las construcciones subyacentes, la autora puede calcular la fuerza de la asociación
entre ambas variables: el coeficiente V de Cramér equivale a 0,151, lo cual indica que ambas
variables, o sea, la colocación pronominal castellana y la colocación pronominal del texto
subyacente, están relacionadas débilmente. Por lo tanto, decide centrarse en la segunda
versión, o sea, excluye los casos con anteposición y se centra en la alternancia entre la
posposición y la mesoclisis y sus equivalencias latinas. Cuando se emplea un pronombre
pospuesto en la Vulgata, la variación entre la mesoclisis y FCS con posposición en E6 parece
a primera vista equilibrada, aunque se puede notar una ligera preferencia por la posposición:
52,3% (134/256) vs. 47,7% (122/256) (Bouzouita 2016: 292, Tabla 11). Por otro lado, en los
casos sin posposición en la Vulgata, hay una clara preferencia por la mesoclisis en el códice
escurialense: cuando la Vulgata no manifiesta un pronombre o la anteposición, el empleo del
FCA en E6 aumenta hasta el 70,9% (90/127) y el 75% (9/12). Además, la V de Cramér, que
equivale a 0,227, confirma una correlación más fuerte entre ambas variables en comparación
con la primera versión, aunque la asociación todavía es relativamente débil.
En resumen, Bouzouita (2016: 293) concluye que solo la hipótesis restringida del
priming sintáctico parece ser válida. Sus análisis cuantitativos confirman que existe una
correlación entre la sintaxis latina y la colocación pronominal castellana para la alternancia
entre la mesoclisis y la posposición en E6, pero no para la colocación pronominal en general.
Sin embargo, reconoce que la asociación sigue siendo relativamente débil y, además, admite
que otros factores pueden influir en el empleo de la posposición pronominal en E6.
e) Otros posibles factores
Como ha sugerido Bouzouita (2013: 361-62; 2016: 293-95), aunque la hipótesis del
modelo latino parece ser válida, la fuerza de la asociación entre la colocación pronominal
latina y la castellana es relativamente débil. La autora observa casos de posposición
pronominal con FCS en E6 sin equivalente en la Vulgata. Por consiguiente, propone que los
FCS con posposición no son siempre un calco sintáctico del latín, sino que existen otros
factores que parecen entrecruzarse con la variable de la sintaxis subyacente.
50
El primer factor que puede contribuir a la aparición de FCS con posposición es la
variatio, sugerido por Montgomery (1962), Matute y Pato (2010) y Bouzouita (2013). Bajo
este fenómeno entendemos "la alternancia de variantes lingüísticas en proximidad" (Enrique-
Arias 2010: 77). En otras palabras, la variatio sirve para evitar repetición y un efecto
monótono. Enrique-Arias (2010: 77) y Morreale (1978) notan que la aplicación de variatio
está presente en E6. A modo de ilustración, aportamos un ejemplo para mostrar que la
aparición de FCS con posposición en E6 se puede deber a la variatio con el fin de evitar
repetición en el texto.
(39) [E6] E secar sa el agua del mar [...] e secaran se los rios de los oteros. El carrizo e el
iunco secar san (Is 19: 5-6 apud Bouzouita 2013: 361).
El ejemplo (39) contiene tres formas de futuro del verbo secarse: primero se manifiesta la
forma analítica secar sa, seguida de la forma sintética con posposición secaran se, y luego
aparece otra vez la forma analítica. Ya que el FCA ya aparece dos veces, parece que se
emplea el FCS con posposición pronominal para evitar repetición.
El segundo factor que puede influir en la alternancia entre los FCS con posposición y
los FCA es, según Bouzouita (2013: 361), la analogía. El fenómeno bajo discusión también es
un tipo de priming sintáctico, aunque dentro de la misma lengua. A modo de ilustración,
consideramos los ejemplos (40) y (41).
(40) [Vulgata] et diripient eos et tollent et ducent in Babylonem (Je 20:5 ápud Bouzouita
2013: 361)
(41) [E6] e astragaran los e levaran los a babilonna (Je 20:5 ápud Bouzouita 2013: 361)
El ejemplo (40), proveniente de la Vulgata, manifiesta el esquema futuro sintético +
pronombre, que se transpone en E6 en astragaran los, como ilustra el ejemplo (41). Esta
construcción sintética con posposición parece causar, debido al proceso de analogía, la
manifestación de otra forma sintética con posposición, levaran los, que no tiene equivalente
posverbal en latín.
Como propone Bouzouita (2016: 294), otras variables que parecen afectar la
alternancia entre los FCA y los FCS con posposición son la función del pronombre castellano
y el verbo en la traducción. La autora observa que los pronombres de los verbos pronominales
suelen aparecer mayoritariamente en construcciones analíticas. Según ella, la tendencia de
estos pronombres a aparecer con mesoclisis se confirma si se analiza la distribución sintáctica
de los lexemas verbales. Observa que varios verbos pronominales favorecen claramente la
51
mesoclisis, como alegrarse (10/11), convertirse (7/7), secarse (6/7), mientras que otros
lexemas verbales parecen favorecer la posposición, como decir (18/21), poner (7/8),
quemar(se) (8/11) y tornar (13/16). Por lo anterior, la autora se pregunta si ciertos verbos han
rutinizado la selección de una colocación pronominal específica, por ejemplo, el verbo decir
que principalmente manifiesta la posposición. Quisiera añadir que en el Poema de mío Cid,
Menéndez Pidal (1908) señala que tres de los cuatro casos de FCS con pronombres
pospuestos contienen el verbo decir. Eberenz (1991: 503) añade que ejemplos de FCS con
posposición del verbo decir aparecen también en otros textos medievales, como en el Libro de
buen amor (direlas y direvos)36. Asimismo, este último autor nota que en La Celestina dos
lexemas verbales recurren a aparecer con posposición pronominal, a saber, decir y hacer, y
solo en textos posteriores el uso se parece extender a otros lexemas verbales. Sin embargo,
observa que decir no se emplea exclusivamente como forma sintética con posposición
(Eberenz 1991: 504-505).
Por último, Bouzouita (2016) propone una hipótesis aún no explorada en la literatura:
el uso de las formas sintéticas con posposición en E6 como manifestación diatópica. En otras
palabras, la autora sugiere que el empleo y la difusión de la posposición con FCS en E6 y,
más generalmente, la difusión de la gramaticalización de los FC en la Península Ibérica,
"podría ser debido al contacto con las variantes románicas vecinas, que exhiben la misma
alternancia entre posposición pronominal y mesoclisis" (Bouzouita 2016: 273; 294-95). Como
ya hemos visto, variantes románicas vecinas como el occitano, catalán, aragonés, portugués,
etc. también se caracterizan por la convivencia de FCA con mesoclisis y FCS a lo largo de la
Edad Media. Variantes vecinas como el occitano, catalán y aragonés no solo exhiben la
mesoclisis, sino también manifiestan la posposición pronominal en contextos con FCS, tal
como es el caso en el español antiguo (Jensen 1994; Fischer 2002 ápud Bouzouita 2016:
295)37. Los documentos franceses, por el contrario, no exhiben FCA con mesoclisis, solo
exhiben FCS, o sea, no presentan la alternancia entre las formas analíticas y las formas
sintéticas con posposición. El portugués europeo contemporáneo, en cambio, todavía emplea
FCA con mesoclisis, mientras que, como indica González i Planas (2007 ápud Bouzouita
2016: 295), el gallego y el asturiano solo emplean FCS con pronombres pospuestos en estos
contextos. No obstante, hay que añadir que el empleo de la mesoclisis en portugués se limita a
36 Eberenz (1991: 503) explica la ocurrencia frecuente de decir en una forma de futuro sintético con posposición
por "la más sólida fusión del futuro diré", lo cual nos lleva a cuestionar si esta ocurrencia frecuente se debe al
verbo mismo, o sea, decir se ha rutinizado en seleccionar la posposición, o si se debe al hecho de la síncopa,
puesto que ya vimos que los verbos sincopados tienden a manifestar la posposición pronominal. 37 Véase Bouzouita (2016: 295) para ejemplos de FCS con posposición en catalán, occitano y aragonés.
52
la lengua literaria y a registros muy cuidados. Según Fleischman (1982: 70), todo esto se
interpreta como prueba de que el francés fue el primero en sustituir el futuro analítico, y el
español y el portugués los últimos, esta última lengua todavía manteniendo el uso de la
mesoclisis.
Asimismo, Fernández- Ordóñez (2011: 80-81) afirma que el italiano y el francés eran
los primeros en manifestar el orden pronominal moderno, seguidos del catalán y del español,
indicando un movimiento del este al oeste. El francés antiguo carecía de futuros analíticos,
mientras que las otras lenguas románicas occidentales sí manifestaban la alternancia entre los
FCA y los FCS y perdieron más tarde las formas analíticas. Según la autora, la colocación
pronominal contemporánea en las lenguas de la Península Ibérica revela huellas del proceso
de difusión. Es decir, el gallego, el asturiano y el portugués, "las lenguas más alejadas del
punto irradiador del orden moderno", mantienen, a grandes rasgos, la colocación medieval
(Fernández-Ordóñez 2011: 81). Concretamente, la autora menciona que el asturiano, que ya
no exhibe la mesoclisis, conserva en muchos aspectos un sistema pronominal similar al del
español medieval, mientras que el portugués europeo todavía emplea los FCA38. Por todo
esto, Bouzouita (2016: 295) opina que tal vez los pronombres pospuestos con FCS en el
español medieval, y más generalmente la gramaticalización de los FC, puedan haberse
originado por el contacto de lenguas. Es decir, los FCS con posposición se difundieron, a
grandes trazos, del este al oeste de la Península Ibérica. Aunque esta hipótesis nos parece
prometedora, se necesita más investigación para llegar a una conclusión contundente.
38 Para el asturiano, véase GrLlA (2001: 363-69) y para el portugués véase Vázquez Cuesta y Mendes da Luz
(1987: 165-69).
53
III. Estudio empírico
1. Corpus y metodología
1.1 Las Biblias E6 – E8 – E4 – BNM
1.1.1 Los códices escurialenses I.i.6 y I.i.8 – La Biblia Prealfonsí
El códice escurialense I.i.6 (E6) es un romanceamiento bíblico prealfonsí, o sea, es una
traducción castellana de la Vulgata latina, compuesta antes del scriptorium alfonsí39. El
original fue compuesto hacia 1250 y el manuscrito contenido en el códice E6 estaba copiado
en fecha próxima a la composición del original. En cuanto a la fecha del manuscrito de E6,
existen diferentes opiniones. Morreale (1969), por una parte, opina que es de mediados del
siglo XIII, mientras que Montgomery y Baldwin (1974 ápud Pueyo Mena 2008: 213) lo datan
hacia 1260. Como veremos, forma una Biblia casi completa junto con E8.
El códice escurialense I.i.8 (E8) es, tal como E6, una traducción en castellano de la
Vulgata y el original fue compuesto hacia la misma fecha que E6. Se ha conservado el
manuscrito en una copia compuesta hacia 1400. Morreale (1961-62) sitúa el códice a finales
del siglo XIV, mientras que otros lo sitúan en el siglo XV (Pueyo Mena 2008: 213-14). Según
Morreale (1961-62), E8 es una copia aragonesa de un romanceamiento que se sitúa un
decenio después de E640. Por el contrario, Littlefield (1977-78: 227-29) argumenta que E8
refleja una influencia riojana. Además, este último autor observa que E8 presenta varias
características lingüísticas del siglo XIII.
Varios investigadores (Bouzouita 2011b; Enrique-Arias 2010; entre otros) han
postulado que E6 y E8 forman una unidad, o sea, son partes complementarias de una misma
Biblia, a saber, la Biblia prealfonsí, que es la más antigua biblia castellana traducida de la
Vulgata latina y remontaría a mediados del siglo XIII. Se conserva en los códices de E6 y E8,
lo que significa que los dos romanceamientos permiten reconstruir esta Biblia. Presentaremos
brevemente algunos indicios que apuntan hacia la hipótesis de unidad. Primero, en cuanto al
contenido, E6 y E8 son complementarios. Los dos son biblias incompletas: E6 contiene el
Antiguo Testamento a partir de Proverbios, y el Nuevo Testamento completo mientras que E8
incluye el Antiguo Testamento a partir de Leviticus 7 hasta Sal 70:6. Como observa Enrique-
Arias (2010: 68), el primer libro de E6 recoge exactamente el punto en que concluye el último
39 Significa que fue compuesto antes del período de la producción literaria durante el reinado de Alfonso X el
Sabio. 40 Véase Morreale (1961-62) para una descripción detallada de los aragonismos en E8.
54
libro de E841. Segundo, Littlefield (1977-78: 225-228) registra numerosos rasgos lingüísticos
procedentes del siglo XIII en E8. Afirma que aunque la paleografía indica que E8 pertenece a
principios del siglo XV, su lenguaje es más antiguo y, por consiguiente, opina que el original
de E8 fue compuesto en el mismo siglo que E6. Tercero, Enrique-Arias (2010: 68) nota varias
coincidencias entre los dos romanceamientos en el estilo de traducción, lo que confirma que
forman parte de una misma Biblia. Según él, algunas características lingüísticas comunes de
E6 y E8 son (a) la falta de traducir numquid en interrogaciones retóricas (Enrique-Arias 2010:
81), (b) la idéntica distribución de diferentes estructuras posesivas (Enrique-Arias 2008a), (c)
el empleo esporádico de io como equivalente de gelo (Matute y Pato 2010: 51), (d) el empleo
del signo de interrogación en ambos manuscritos, (e) coincidencias en expresiones empleadas
para traducir ecce (Enrique-Arias y Camargo 2010), y (f) el uso de FCS con posposición en
vez de FCA. Como ya hemos mencionado, el empleo de FCS con posposición es un
fenómeno marginal en el siglo XIII que parece limitarse a romanceamientos bíblicos (como
E6 o la Fazienda). El hecho de que tanto E6 como E8 se caracterizan por un uso abundante de
este fenómeno apunta hacia la unidad de ambos manuscritos (Bouzouita 2011b).
1.1.2 El códice escurialense I.i.4 y Biblioteca Nacional de Madrid
El manuscrito I.i.4 del Monasterio de El Escorial (E4) es un códice de principios del
siglo XV. Desconocemos la fecha de composición del original, pero la copia contenida en E4
puede situarse entre los años 1400-1430 (Enrique-Arias y Pueyo Mena 2008). Hauptmann
(1953 ápud Pueyo Mena 2008: 215) lo sitúa en 1430-40. Este romanceamiento bíblico es una
traducción del hebreo, pero algunos libros son traducciones del latín (Sabiduría, Eclesiástico,
Salmos, Tobías, Judit y Macabeos 1-2).
Asimismo, el manuscrito 10.288 de la Biblioteca Nacional de Madrid (BNM) es un
códice de principios del siglo XV. La copia que se conserva data de la primera mitad del siglo
XV y la fecha de composición del original sería cercana a la copia. El manuscrito contiene
libros bíblicos traducidos del hebreo, pero los libros sapienciales Sabiduría y Eclesiástico son
de traducción latina.
Cuando se analizan las relaciones textuales entre los códices medievales, se puede
notar que en algunos textos BNM coincide con los de E4. En concreto, en los libros
sapienciales (a excepción de Salmos), y en Crónicas I-II y Daniel el texto de BNM coincide
41 Sin embargo, hay que mencionar que los dos manuscritos no forman una biblia totalmente completa ya que
faltan dos libros, a saber, Génesis y Éxodo. Bouzouita (2013: 357 nota a pie 13) no considera este hecho como
un argumento en contra de la hipótesis de unidad, ya que el hecho de que E6 continúa en el punto en que E8
concluye es un argumento convincente a favor de esta hipótesis.
55
con el de E4. Al analizar dos capítulos completos de los dos códices, Enrique-Arias y Pueyo
Mena (2017: 44-45) observan que las dos versiones son prácticamente idénticas, mientras que
muestran diferencias textuales sustanciales con traducciones de otros códices. Puesto que se
trata de pasajes bíblicos diferentes y no de una copia del mismo fragmento, los autores
concluyen que las similitudes (tanto léxicas como gramaticales) en la traducción de E4 y de
BNM "solo pueden explicarse por la labor de un mismo traductor en ambas versiones"
(Enrique-Arias y Pueyo Mena 2017: 45).
1.2 Metodología
En el ánalisis empírico que sigue, examinaremos la distribución pronominal con
futuros y condicionales en romanceamientos bíblicos de los siglos XIII y XV. Más
específicamente, queremos comparar la distribución del siglo XIII con la del siglo XV para
examinar si en el siglo XV ya se manifiestan cambios en la posición pronominal con la forma
futura o condicional. Como hemos visto, Castillo Lluch (1996: 387) argumenta que la
desaparición de los FCA se debe a la gramaticalización del sistema pronominal medieval.
Además, hemos visto que el siglo XV forma un período clave en la evolución del sistema
pronominal castellano, es decir, varios autores (Nieuwenhuijsen 1999, 2006; Eberenz 2000;
Bouzouita 2008a) han notado que en este siglo los entornos sintácticos de variación
pronominal empiezan a manifestar cambios diacrónicos, o sea, se nota un aumento de la
anteposición pronominal. Por lo tanto, queremos centrarnos en estos contextos de variación
para examinar si ya se registran cambios diacrónicos, o sea, un aumento de los FCS con
anteposición. Por un lado, efectuaremos un análisis cuantitativo para verificar si ya hay un
aumento de la anteposición en el siglo XV. Por otro lado, efectuaremos un análisis cualitativo
de los entornos de variación, dado que las restricciones de anteposición en estos entornos
empiezan a desaparecer en el siglo XV.
En cuanto al corpus de estudio, escogimos, en primer lugar, los libros sapienciales de
Eclesiástico y Job de las Biblias romanceadas E6 y E8 respectivamente42. En segundo lugar,
escogimos también estos libros para E4 y BNM43. Varios motivos justifican la elección de
este corpus. Primero, necesitamos comparar textos del siglo XV con un siglo anterior para
poder analizar si hay diferencias entre ambos siglos. Por lo tanto, escogimos E6, que es del
sigo XIII, y E8, E4 y BNM, que son del siglo XV. Quisiera añadir que el códice E8 es un caso
particular ya que el original fue compuesto en el siglo XIII pero la copia que conservamos
42 Analizamos los primeros 30 capítulos de Eclesiástico. 43 En cuanto a nuestro corpus, todos los datos proceden de Biblia Medieval, un corpus paralelo de textos bíblicos.
56
data del siglo XV. Segundo, escogimos biblias romanceadas porque son una fuente rica de
FCS con posposición, mientras que otros textos del siglo XIII carecen de estas formas. Como
mencionamos, a partir del siglo XV parece que hay un aumento de los FCS con posposición.
Por lo tanto, nos parece interesante examinar si ya hay un aumento en E4 y BNM. En tercer
lugar, necesitamos comparar los mismos libros para verificar si hay cambios y diferencias
entre los dos siglos. Por lo tanto, decidimos escoger los mismos libros, o sea, Eclesiástico y
Job, para los dos siglos. Además, escogimos estos dos libros porque pertenecen al mismo
género textual, los dos son libros sapienciales. Es importante escoger el mismo género ya que
el género textual podría influir en la variación lingüística. Kabatek (2008: 8-9) ya ha señalado
la importancia de géneros textuales en la investigación lingüística. Según él, la lingüística
histórica debe tener en cuenta que las tradiciones discursivas o géneros pueden influir en la
variación lingüística y, por lo tanto, considera una lingüística histórica que no tenga en cuenta
la diversidad de géneros discursivos como reductora y parcial. Igualmente, Enrique-Arias
(2008a: 1-5, 2008b) opina que hay que considerar factores como el género texual, la
modalidad discursiva y el registro para evitar un análisis parcial. Cabe recordar que la Biblia
engloba una diversidad de géneros, como textos proféticos, narrativos, líricos, legislativos y
sapienciales. En cuanto a los géneros textuales en E6, Rossi (1975) demuestra que la
frecuencia de la posposición pronominal con FCS es más elevada en los libros proféticos que
en los libros sapienciales. Asimismo, Bouzouita (2011b) observa que la distribución de los
FCS con pronombres pospuestos en E6 y E8 varía según el género textual. Puesto que la
variación lingüística puede depender del género textual, elegimos dos libros del mismo
género.
Como acabamos de mencionar, efectuaremos un análisis cuantitativo y cualitativo. En
cuanto al análisis cuantitativo, analizaremos primero la distribución de los FC en general
encontrada en los textos. No tomamos en consideración los futuros y condicionales sin
pronombre átono, ya que estos siempre son sintéticos y por tanto no se puede compararlos con
los analíticos. Luego, examinaremos la distribución pronominal de los FC por entorno
sintáctico con el fin de verificar si los entornos de variación ya manifiestan cambios en los
textos del siglo XV. Para este análisis, decidimos separar las oraciones principales de las
subordinadas. Nos centramos en las oraciones principales ya que estas manifiestan la
variación más grande en cuanto a la colocación pronominal, mientras que las subordinadas, en
cambio, ya manifiestan casi siempre la proclisis en el siglo XIII. En cuanto al análisis
cualitativo, investigaremos los entornos sintácticos de variación más en detalle para verificar
si las restricciones de anteposición del siglo XIII han desaparecido en los textos del XV. Por
57
ejemplo, hemos visto que cuando una subordinada precede al grupo verbo y pronombre, el
pronombre suele posponerse al verbo y solo se antepone en el siglo XIII cuando la
subordinada incluye antes que, mientras que en el siglo XV se puede encontrar la
anteposición también con otras subordinadas precedidas.
58
2. Resultados del estudio empírico
2.1 La distribución pronominal de los futuros y condicionales
En la Tabla 6 se recogen los porcentajes relativos a la colocación pronominal con los
futuros y condicionales en Eclesiástico de E6 y Job de E8. En concreto, los FCS con
anteposición pronominal constituyen un 38,4 % (63/164) del corpus de E6 mientras que en E8
se trata de un 48,3 % (83/172). En cuanto a los FCA, se registra en E6 un 52,4 % (86/164) y
en E8 un 45,9 % (79/172). Por último, se registra un 9,2 % (15/164) de FCS con posposición
pronominal en E6 y un 5,8 % (10/172) en E8.
Biblia + Libro Proclisis Mesoclisis Enclisis
E6 – Eclesiástico 38,4 %
(63/164)
52,4 %
(86/164)
9,2 %
(15/164)
E8 – Job 48,3 %
(83/172)
45,9 %
(79/172)
5,8 %
(10/172)
Tabla 6: La colocación pronominal con futuros / condicionales en E6 (Eco) y E8 (Job) (X² = 3,8484, p > 0,05;
Fisher Exact Test p = 0,151)
Cuando comparamos estos dos textos, se puede notar un aumento de los FCS con
proclisis en E8 frente a E6. Puesto que el manuscrito contenido en E8 es una copia del siglo
XV, este aumento podría deberse a la influencia de este siglo. Nieuwenhuijsen (1999, 2006),
por ejemplo, observa que en los siglos XIII-XIV la posición pronominal predominante es la
mesoclisis/enclisis en oraciones principales, mientras que registra un aumento de la
anteposición a partir del siglo XV.
En cuanto al aumento de los FCS con anteposición en Job de E8, hay que añadir
algunas observaciones. Primero, cabe mencionar que este aumento en E8 no se debe a una
manifestación más grande de oraciones subordinadas, que casi siempre seleccionan
pronombres antepuestos, ya que solo encontramos 5 casos de FC en subordinadas en E6 y 4
casos en E8 (Tabla 11 infra). En segundo lugar, al comparar algunos libros de varios géneros
textuales de E6 y E8, Bouzouita (2011b) nota una distribución bastante igual entre ambos
romanceamientos y no nota un aumento de la anteposición en los textos de E8, como se puede
ver en la Tabla 7.
59
Género Futuros
Lírico FS con proclisis FA FS con mesoclisis
E6: Cantar de los
Cantares (2500
palabras)
40%
(6/15)
46.7%
(7/15)
13.3%
(2/15)
E8: Salmos (17.000
palabras)
33.1%
(59/178)
54.5%
(97/178)
12.4%
(22/178)
Sapiencial
E6: Proverbios (14.500
palabras)
45.4%
(44/97)
51.5%
(50/97)
3.1%
(3/97)
E8: Job (14.500
palabras)
47%
(87/185)
44.9%
(83/185)
8.1%
(15/185)
Narrativo
E6: Macabeos I
(20.000 palabras)
40.9%
(9/22)
40.9%
(9/22)
18.2%
(4/22)
E8: Samuel I (20.000
palabras)
35.2%
(32/91)
49.4%
(45/91)
15.4%
(14/91)
Tabla 7: Comparación entre E6 y E8 por género (Bouzouita 2011b)
Tercero, se nota el aumento de la anteposición pronominal en el siglo XV específicamente en
las categorías de variación (Nieuwenhuijsen 1999: cap. 5). Por consiguiente, sería interesante
investigar y comparar estos entornos en E6 y E8 para verificar si hay un aumento y para
examinar si las restricciones en la anteposición del siglo XIII se han perdido en E8, lo que
haremos en la sección siguiente.
En la Tabla 8 se recogen los porcentajes relativos a la colocación pronominal con los
futuros y condicionales en Eclesiástico y Job de E4 y BNM. En primer lugar, con respecto al
libro de Eclesiástico se nota una distribución idéntica en E4 y BNM: un 55,5 % (96/173) de
FCS con anteposición, un 44,5 % (77/173) de mesoclisis y no se registra ningún caso de
posposición en contextos FC. Segundo, como se puede observar, en cuanto al libro de Job se
nota también una distibución (casi) idéntica en ambos códices.
Biblia + Libro Proclisis Mesoclisis Enclisis
Eclesiástico
E4 55,5 % (96/173) 44,5 % (77/173) - (0/173)
BNM 55,5 % (96/173) 44,5 % (77/173) - (0/173)
Job
E4 70 % (112/160) 29,4 % (47/160) 0,6 % (1/160)
BNM 69,5 % (109/157) 29,9 % (47/157) 0,6 % (1/157)
Tabla 8: La colocación pronominal con futuros / condicionales en E4 y BNM (Eco y Job)
60
Se puede hacer dos observaciones importantes. Primero, los porcentajes indican que la
anteposición pronominal es la posición dominante en ambos libros. Sobre todo en el libro de
Job la anteposición ha sufrido un aumento considerable: se registra un 70 % (112/160) de
FCS con proclisis, un 29,4 % (47/160) de FCA y un 0,6 % (1/160) de FCS con posposición44.
Puesto que E4 y BNM pertenecen al siglo XV, este aumento de FCS con proclisis se debe
probablemente a la influencia de este siglo. Varios autores (Nieuwenhuijsen 1999; Bouzouita
2008b) han señalado que a partir de este siglo la anteposición empieza a aumentarse y la
mesoclisis/posposición empieza a perder su estatus de posición predominante. De nuevo,
podemos preguntarnos si este aumento se debe a una abundancia de oraciones subordinadas.
Por lo tanto, decidimos separar las subordinadas de las oraciones principales, los resultados se
recogen en la Tabla 945. Como se puede notar, el aumento de la anteposición no se debe a las
subordinadas.
Biblia + Libro Proclisis Mesoclisis Enclisis
Eclesiástico (E4/BNM)
Subordinadas 100 % (6/6) 0 % (0/6) - (0/6)
Principales
Total
53,9 % (90/167)
55,5 % (96/173)
46,1 % (77/167)
44,5 % (77/173)
- (0/167)
- (0/173)
Job (E4/BNM)
Subordinadas 100 % (15/15) - (0/15) - (0/15)
Principales
Total
66,9 % (97/145)
70 % (112/160)
32,4 % (47/145)
29,4 % (47/160)
0,9 % (1/145)
0,6 % (1/160)
Tabla 9: La colocación pronominal con futuros/condicionales en Eclesiástico y Job de E4 y BNM en oraciones
subordinadas y principales
Segundo, E4 y BNM muestran la misma distribución pronominal en contextos de FC,
tanto en Eclesiástico como en Job, lo cual apunta hacia la coincidencia textual entre ambos
códices. Es más, al analizar estos dos libros sapienciales en ambos códices, hemos notado que
las versiones son prácticamente idénticas. Por una parte, las versiones de Eclesiástico en E4 y
BNM tienen la misma fuente, o sea, la Vulgata latina. Como se puede notar en los versículos
siguientes, E4 y BNM coinciden claramente en el estilo de traducción, mientras que los estilos
de las otras traducciones (E6 y la General Estoria) son claramente diferentes.
44 Es notable que Job de E4/BNM presenta un porcentaje bastante más alto de FCS con anteposición en
comparación con Eclesiástico de las mismas biblias. Nos podemos preguntar si esto se debe a la procedencia de
ambos libros, puesto que Eclesiástico tiene como fuente la Vulgata latina, mientras que Job procede del hebreo. 45 Por la distribución idéntica entre E4 y BNM, decidimos agruparlos.
61
E4 - Eclesiástico BNM - Eclesiástico E6 - Eclesiástico GE – Eclesiástico
[23:24] Al omne
forrnjcador todo pan es
dulçe & non se
enfadara traspassando
fasta la fyn.
[23:24] Al omne
fornjcador todo pan es
dulçe & non se
enfadara traspasando
fasta la fin
[23:24] Al ombre
pecador todo pan les
dulce. e non cansara
errando fasta la fin.
[23:24] All omne
fornaguero todo pan le
es dulce. non canssara
passando fasta en la
fin.
[27:7] Asy commo la
labrança del arbol
muestra su fruto. asy
demuestra el coraçon la
palabra enel
penssamjento del
omne.
[27:7] Asi commo la
labrança del arbol
muestra su fructo. asy
demuestra el coraçon la
palabra enel
pensamjento del omne.
[27:7] Assi como el
madero que duela el
ombre labrador
muestra pora que es.
assi la palaura pensada
muestra el coraçon del
ombre.
[27:7] Assi como la
lauor del campo.
muestra el so fructo en
los aruoles assi la
palabra que uiene del
cuedado. descubre el
coraçon dell omne.
[30:2] El que ensseña
asu fijo sera alabado
por el & entre los de su
casa conel se gozara.
[30:2] El que enseña
asu fijo. sera alabado
por el & entre los de su
casa con el se gozaran.
[30:2] El que ensenna a
so fijo loado sera enel.
e gloriar sa enel entre
los de su casa.
[30:2] Qui a so fijo
ensenna; alabado sera
enel. & gloriado enel;
en medio de los sos de
su casa.
Por otra parte, la versión de Job de E4 tiene como fuente el hebreo, tal como la versión de
BNM. Como se puede observar en los versículos siguientes de Job, E4 y BNM coinciden otra
vez, mientras que difieren claramente de las versiones de E8 y de la Biblia de Arragel46.
Aunque la Biblia de Arragel contiene también una traducción del hebreo, difiere claramente
en estilo. Hay que añadir que no solo estos versículos aislados coinciden, sino que los libros
enteros de Eclesiástico y Job son prácticamente idénticos. Por consiguiente, podemos
coincidir con Enrique-Arias y Pueyo Mena (2017: 44-45), quienes argumentan que las
similitudes entre estos códices se explican por ser la labor de un mismo traductor.
E4 - Job BNM - Job E8 - Job Arragel – Job
[8:13] Asy son las vias
de todos los que
olujdan adios & la
esperança delos
lisongeros se perdera.
[8:13] Asy son las vias
de todos los que
olujdan adios & la
esperança delos
lisongeros se perdera.
[8:13] Assi las carreras
de todos los que
oluidan adios & la
esperança del
ypocritan.
[8:13] bien asy son las
vias de quantos oluidan
al señor & la esperança
del ypocrita se pierde.
[10:14] Sy pecare
guardarmehas & de mi
pecado non me
absolueras.
[10:14] Si pecare
guardar me has & de
mj pecado no me
absolueras.
[10:14] Si peque
escuentra ti & luego
ala hora me perdonest
porque no suffres que
yo sea limpio de mi
peccado
[10:14] Sy peque
guardas me & dela mi
iniquitad non me
mundificas
[20:16] cabeça de
vajaliscos mamara
matarloha lengua de
biuora.
[20:16] Cabesça de
bagiliscos mamara
matar lo ha lengua de
biuora
[20:16] sugara la
cabeça delos sierpes &
matara la lengoa dela
biuora.
[20:16] & la cabeça
dela fiel dela biuora le
fazen mamar & matalo
lengua de biuora:
46 La Biblia de Arragel, que contiene una traducción del hebreo del Antiguo Testamento, data del siglo XV.
Según Enrique-Arias y Pueyo Mena el manuscrito original está fechado entre 1422 y 1430.
62
En la Tabla 10 comparamos, por un lado, Eclesiástico de E6 con E4/BNM y, por otro
lado, Job de E8 con E4/BNM47. Primero, cuando se compara el libro de Eclesiástico, notamos
que E4 y BNM se caracterizan por un aumento de los FCS con anteposición en comparación
con E6: en E6 estas formas constituyen un 38,4 % (63/164) del corpus mientras que en
E4/BNM un 55,5 % (96/173). Por lo tanto, parece que el siglo XV se caracteriza por un
aumento de FCS con pronombres antepuestos.
Biblia + Libro Proclisis Mesoclisis Enclisis
Eclesiástico
E6 38,4 % (63/164) 52,4 % (86/164) 9,2 % (15/164)
E4 / BNM 55,5 % (96/173) 44,5 % (77/173) 0 % (0/173)
Job
E8 48,3 % (83/172) 45,9 % (79/172) 5,8 % (10/172)
E4 / BNM 70 % (112/160) 29,4 % (47/160) 0,6 % (1/160)
Tabla 10: La colocación pronominal con futuros / condicionales en Eclesiástico de E6 y E4 / BNM (X² =
22,121, p < 0,01; Fisher Exact Test p = 0,00000229) y en Job de E8 y E4 / BNM (X² = 19,395; p < 0,01; Fisher
Exact Test p = 0,00003270)
En segundo lugar, en cuanto al libro de Job, notamos también una gran diferencia entre E8 y
E4/BNM. En concreto, los FCS con anteposición pronominal constituyen un 48,3 % (83/172)
del corpus de E8, mientras que en E4/BNM constituyen un 70 % (112/160). Puesto que ambas
biblias proceden del siglo XV, es notable que muestran una diferencia tan grande. Podría ser
que la diferencia se debe al hecho de que E8 exhibe características del español del siglo XIII
(Littlefield 1977-78). No obstante, podemos preguntarnos también si la procedencia de estos
romanceamientos tiene alguna influencia, ya que Job de E8 procede de la Vulgata latina,
mientras que este libro de E4 y BNM procede del hebreo.
Otro hecho llamativo es que tanto E6 como E8 se caracterizan por el empleo de FCS
con posposición pronominal (infra). Eclesiástico (E6) manifiesta un 9,2 % (15/164) de FCS
con pronombres pospuestos mientras que en Job (E8) encontramos un 5,8 % (10/172). En los
libros de Eclesiástico de E4 y BNM, por el contrario, no atestiguamos ningún caso de esta
construcción, y en Job de E4 y BNM solo encontramos un único caso, como se puede
observar en el ejemplo (42). Además, encontramos un caso dudoso, ilustrado en el ejemplo
47 Puesto que la distribución pronominal es idéntica en E4 y BNM, hemos decidido presentar los porcentajes de
solo un códice.
63
(43). Sin embargo, en este ejemplo los parece ser un artículo y no un pronombre átono48. El
mismo versículo recogido de E8 confirma que se trata de un artículo (los sedientes).
(42) [E4/BNM] sy tortura ay en tu mano alexarasla & non fizieras morar en tus tiendas
jnjustiçia (Job 11:14)
(43) [E4/BNM] aquel que sus meses de fanbriento come con arma lo toma & asorueranlos
delos sedorientos su virtud (Job 5:5)
(44) [E8] Cuya mies combra el fambriento & al mismo preara el amargo & los sedientes
beuran las sus Riquezas (Job 5:5)
Por consiguiente, se puede concluir que E6 y E8 manifiestan un comportamiento parecido, lo
que puede apuntar hacia la unidad de los dos códices.
2.2 La distribución pronominal según entorno sintáctico en E6 y E8
Pasamos al análisis de la distribución de los FC con pronombre átono por entorno
sintáctico en Eclesiástico (E6) y Job (E8), que se recoge en la Tabla 11. Hemos separado las
oraciones principales de las subordinadas ya que las subordinadas suelen manifestar casi
exclusivamente la anteposición en castellano medieval. Por lo tanto, solo investigamos los FC
en oraciones independientes puesto que solo estas exhiben gran variación en la colocación
pronominal. Además, hemos incluido los casos con la conjunción ca en la categoría de las
subordinadas. Según Granberg (1988: 77-100), Castillo Lluch (1996: 174-183) y Bouzouita
(2008a: 171-174), la conjunción causal ca ("porque") tiene un estatus sintáctico ambiguo. Es
decir, ca puede funcionar como subordinante o como coordinante. Por lo tanto, se puede
clasificar oraciones introducidas por la conjunción ca, por un lado, como subordinadas, y, por
otro lado, como principales, dependiendo del significado de esta conjunción. Como hemos
visto, las oraciones subordinadas suelen provocar la anteposición. Por lo tanto, cuando ca se
considera como conjunción subordinante causal provoca la anteposición pronominal, mientras
que las oraciones con ca que presentan la mesoclisis o la posposición se consideran como
oraciones principales puesto que ca es en este caso una conjunción coordinante. Ya que solo
encontramos casos con ca con pronombres antepuestos, los hemos clasificado bajo las
subordinadas. Como se puede observar en la Tabla 11, todos los casos de FC en oraciones
48 Si sería un caso de loísmo, los podría ser un pronombre. Sin embargo, no hemos encontrado el loísmo y por lo
tanto consideramos los como un artículo.
64
subordinadas ya manifiestan en E6 la anteposición, así como en E8, como ilustran los
ejemplos siguientes:
(45) [E6] Sera ospedado e dara a comer e a beuer a los que nol auran grado. e odra amargura.
(Eco: 29:32)
(46) [E8] Se que me daras amuert. O es establecida la casa de todo viuient (Job 30:23)
En cuanto a las oraciones principales, hemos dividido la Tabla 11 en tres categorías de
entornos sintácticos: los que exclusivamente admiten la anteposición, los que exclusivamente
seleccionan la posposición, y los que admiten variación (véase II.2.1). Por un lado, se puede
notar que nuestros datos confirman los paralelismos distribucionales notados por Bouzouita
(2011a) entre las restricciones del sistema pronominal y la variación de los diferentes formas
de FC en el español medieval. Además, nuestros resultados coinciden con Bouzouita (2013,
2016) al afirmar que el empleo de los FCS con posposición se limita a los entornos sintácticos
que también admiten los FCA y la posposición pronominal con otros tiempos verbales. Por
otro lado, de interés particular para este estudio son los entornos de variación puesto que los
primeros cambios en el sistema pronominal medieval empiezan a manifestarse en estos
entornos a partir del siglo XV y, por consiguiente, nos parece interesante examinar si Job de
E8 ya manifiesta cambios en estos entornos específicos.
65
E6 - Eclesiástico E8 - Job
Entorno sintáctico FCS con
proclisis
FCA con
mesoclisis
FCS con enclisis FCS con
proclisis
FCA con
mesoclisis
FCS con enclisis
Oración subordinada 100 % (5/5) - - 100 % (4/4) - -
Ora
ción
pri
nci
pal
Pronombre interrogativo 100 % (9/9) - - 100 % (18/18) - -
Negación 100 % (26/26) - - 100 % (37/37) - -
Complemento
preposicional
100 % (2/2) - - 100 % (1/1) - -
Verbo en P1 / Parataxis - 75 % (6/8) 25 % (2/8) - 91,7 % (22/24) 8,3 % (2/24)
Conjunción pero / mas - - - - 100 % (1/1) -
Sujeto 55 % (11/20) 40 % (8/20) 5 % (1/20) 66,7 % (10/15) 33,3 % (5/15) -
Complemento
circunstancial
45,5 % (10/22) 54,5% (12/22) - 59,1 % (13/22) 40,9 % (9/22) -
Coordinación e(t) / & - 80 % (40/50) 20 % (10/50) - 84,1 % (37/44) 15,9 % (7/44)
SN correferencial - - - - 50 % (1/2) 50 % (1/2)
Construcción abs. / subord. - 90,9 % (20/22) 9,1 % (2/22) - 100 % (4/4) 0 % (0/4)
Total 36, 5 % (58/159) 54,1 % (86/159) 9,4 % (15/159) 47 % (79/168) 47 % (79/168) 6 % (10/168)
Total 38,4 % (63/164) 52,4 % (86/164) 9,2 % (15/164) 48,3 % (83/172) 45,9 % (79/172) 5,8 % (10/172)
Tabla 11: La distribución de los futuros y condicionales por entorno sintáctico en E6 (Eco) y E8 (Job)
66
2.2.1 Los entornos de anteposición absoluta
En cuanto a los contextos sintácticos que sólo admiten la anteposición pronominal con
respecto al verbo en oraciones independientes a lo largo de la historia del español, notamos
que tanto Eclesiástico como Job solo exhiben FCS con anteposición. Como se puede ver en la
Tabla 11, cuando un pronombre interrogativo, una negación o un complemento preposicional
preceden al FC, todos los casos encontrados en Eclesiástico y en Job exhiben la anteposición.
Ilustramos cada contexto con un ejemplo del corpus. No hemos encontrado ejemplos de un
complemento predicativo o de un SN no correferencial en los dos textos, pero como los datos
de Bouzouita (2011a; 2016) afirman, también solo admiten los FCS con pronombres
antepuestos.
1. Pronombre interrogativo
(47) [E6] e non digas cuemo lo pud fazer o quien me quexara por mios fechos? (Eco 5:3)
(48) [E8] quien me daria ayudador, porque el poderoso aya el mi deseo, et escriua libro aquel
que Jurga (Job 31:35)
2. Negación
(49) [E6] El don del ombre sandio non te sera prouechoso. ca los oios del a siete doblos tienen
mientes. (Eco 20:14)
(50) [E8] el oio del adulterador goarda la tiniebra diziendo Non me vera ninguno (Job 24:15)
3. Complemento preposicional
(51) [E6] El que faze mui mal conseio sobrel se tornara. e no sabra dond le uiene (Eco 27:30)
(52) [E8] de las seis tribulaciones te librara & enla setena non te tocara mal (Job 5:19)
2.2.2 Los entornos de posposición absoluta
Con respecto a los entornos de posposición absoluta, casi solo documentamos
ejemplos de FC en posición inicial absoluta o en oraciones paratácticas49. Como se puede
observar en la Tabla 11, tanto Eclesiástico como Job no presentan ningún caso de FC con
pronombres antepuestos en estos contextos. En Eclesiástico un 75 % (6/8) de los casos
presenta un FCA con mesoclisis, mientras que un 25 % (2/8) presenta un FCS con
posposición. En Job se registra un 91,7 % (22/24) de FCA y un 8,3 % (2/24) de FCS con
49 Puesto que en ambos contextos el verbo ocurre en posición inicial, clasificamos ambos contextos juntos.
67
pronombres pospuestos. A modo de ilustración, los ejemplos (53) y (54) proveen casos de
FCA en E6 y E8 cuando el verbo aparece en posición inicial, mientras que los ejemplos (55) y
(56) muestran casos de FCS con posposición en este mismo contexto. Además, hemos
registrado un caso de un entorno sintáctico que contiene la conjunción pero en Job, que
presenta un FCA con mesoclisis, ejemplificado en (57).
1. Verbo en posición inicial absoluta / Verbo paratáctico
(53) [E6] Vestir tas del cuemo de uestidura de gloria e pornas lo sobre ti por corona de
alegramiento (Eco 6:32)
(54) [E8] Mostrar vos he por la mano de dios lo quel ha & non vos ascondre (Job 27: 11)
(55) [E6] Amaran lo en uision e en connocimiento de sus grandezes (Eco 1:15)
(56) [E8] taiaran le los amigos. Partir lan los mercaderos (Job 40:30)
2. Conjunción pero / mas
(57) [E8] pero tenir mas en suziedades & aborrescer man mis paynos (Job 9:31)
Varios autores (Granberg 1988; Castillo Lluch 1996; Bouzouita 2008b) han señalado
que estos entornos exclusivamente seleccionan la posposición en el castellano de la Edad
Media. Puesto que solo encontramos FCA o FCS con posposición, nuestros resultados
confirman los paralelismos distribucionales encontrados por Bouzouita (2011a) entre el
sistema pronominal y el empleo de los FCA. Sin embargo, algunos investigadores (Granberg
1988; Eberenz 2000) opinan que ya en el siglo XV se empiezan a manifestar cambios en estos
entornos. Granberg (1988), por ejemplo, registra los primeros casos de PA antepuestos en
posición inicial absoluta en el siglo XV. Asimismo, Eberenz (2000: 137-138) observa que en
este siglo la posposición pronominal al verbo sigue siendo la regla normal en este entorno,
pero nota que la anteposición también es posible, aunque constituye una minoría exigua. Por
el contrario, Keniston (1937: 90) opina que la posposición se conserva hasta el siglo XVI y
Nieuwenhuijsen (1999, Tabla 5.1) tampoco registra casos de anteposición en el siglo XV.
Como muestran nuestros resultados, no hemos registrado ningún caso de anteposición con FC
en este entorno en Job de E8 del siglo XV.
68
2.2.3 Los entornos de variación
Finalmente, de interés particular para nuestro estudio son los entornos de variación.
Primero, nuestros resultados confirman otra vez los paralelismos distribucionales entre el
sistema pronominal y las formas de futuro, es decir, los entornos que admiten variación en la
colocación pronominal con otros tiempos verbales pueden seleccionar tanto FCS con
anteposición como FCA. Segundo, en estos entornos la anteposición sufre ciertas restricciones
en el castellano antiguo y la posposición (o la mesoclisis en contextos de FC) es la posición
predominante. No obstante, a partir del siglo XV se observa un aumento de pronombres
antepuestos, aunque la posposición sigue siendo también una opción, y en el español
renacentista las restricciones de la anteposición ya no parecen aplicarse (Nieuwenhuijsen
1999: cap. 5; Bouzouita 2008b). Ya que la variación entre los FCA y los FCS está vinculada
al sistema pronominal, examinaremos si E8 (siglo XV) presenta un aumento de los FCS con
anteposición y si se han perdido las restricciones en la anteposición.
a) Sujeto
Cuando un sujeto precede al verbo, el PA puede anteponerse o posponerse al verbo en
el castellano medieval. En Eclesiástico encontramos 20 casos de FC con sujeto preverbal.
Como indican nuestros resultados, este entorno admite tanto la anteposición como la
mesoclisis/posposición. Un 55 % (11/20) manifiesta FCS con anteposición, un 40 % (8/20)
FCA con mesoclisis, y un 5 % (1/20) FCS con posposición. Como hemos visto, Granberg
(1988: 195-227) argumenta que la variación en la posición pronominal en estos contextos
depende de la presencia o ausencia de énfasis en el sujeto: los PA aparecen normalmente en
posición posverbal, pero cuando el sujeto se enfatiza aparecen en posición preverbal. Aunque
se trata de un análisis subjetivo, analizamos los sujetos que acompañan los FC en
Eclesiástico. Como se puede ver en (58) – (60), los FCS con anteposición aparecen con un
sujeto enfático: el cuantificador todo claramente es énfatico.
(58) [E6] Toda carne sayuntara a su semeiant. e tod ombre sacompannara a su semeiant.
(Eco 13:20)
(59) [E6] He que el cielo e los cielos de los cielos. el abismo e toda tierra e las cosas que son
en ellos todo se moura ant el. (Eco 16:18)
(60) [E6] sierras e collados. e los fundamientos de la tierra. e quando catare dios estas cosas.
todas se quebrantaran de miedo (Eco 16:19)
69
A veces este análisis resulta difícil y subjetivo ya que se trata de textos escritos y no orales.
En (61), por ejemplo, el sujeto no parece necesariamente enfático, pero cuando buscamos el
mismo versículo en otras Biblias, se puede notar que el sujeto claramente está enfatizado,
como se puede ver en (62).
(61) [E6] Pensamiento ayas. en los mandamientos de dios. e en los sos mandamientos sey mas
afincado. e el te dara coraçon e seer ta dada copdicia de saber (Eco 6:37)
(62) Medita en los preceptos del Señor, aplícate sin cesar a sus mandamientos. El mismo
afirmará tu corazón, y se te dará la sabiduría que deseas. (Biblia de Jerusalén, Eco 6:37)
Los sujetos con un FCA parecen carecer de énfasis, como ilustran los ejemplos (63) y (64).
Sin embargo, hemos notado también la aparición de un FCA con un sujeto enfático, como se
puede notar en el ejemplo (65). El empleo de la mesoclisis en este caso podría deberse a la
presencia de una pausa detrás del sujeto, indicada por la puntuación en este versículo.
(63) [E6] La sandez del ombre escucha ala puerta. e el sabio agrauiar sa delo fazer. (Eco
21:27)
(64) [E6] ca de dios es acabado saber. loor de saber durara e abondara en la boca del fiel. e el
sennor dargelo a. Non digas por dios no es e no fagas las cosas que el quier mal. (Eco 15:10)
(65) [E6] E todo aquel que lo oyere: guardar sa del (Eco 22:32)
Según Nieuwenhuijsen (1999) y Bouzouita y Kempson (2006), se puede notar un
cambio de enclisis a proclisis en los entornos de sujetos preverbales que empieza en el siglo
XIV. Asimismo, Ramsden (1963: 170) y Eberenz (2000: 143-147) notan en el siglo XV un
incremento de la anteposición. Cuando comparamos los resultados de Job (E8) con los de
Eclesiástico (E6), notamos un aumento de los FCS con proclisis con sujeto preverbal: un
66,7% (10/15) exhibe FCS con proclisis, mientras que un 33,3 % exhibe un FCA. Además, al
analizar los sujetos que aparecen con un FCS con anteposición, notamos que la mayoría de
estos está enfática, como se puede ver en los ejemplos (66) – (68). Sin embargo, los ejemplos
(69) y (70) muestran la aparición de un sujeto no enfático con un FS con pronombre
antepuesto.
(66) [E8] si Retouiere las agoas todas las cosas se sacaran si las derrama trastornaran la tierra
(Job 12:15)
70
(67) [E8] si ayuntare plata assi como tierra & assi como lodo apareiara paynos. apareiar lo ha
él mas el Justo los vestira & la plata el bueno la partira (Job 27: 16-17)
(68) [E8] daynar ta tu boca & non yo & tus labros te Recudran (Job 15:6)
(69) [E8] la lunbre se escurezcra en su casa & la lanpada que sera sobrel sera matada (Job
18:6)
(70) [E8] Enel estragamiento & enla fanbre (& non te) ridras & non tembras la bestia fiera
dela tierra. sera mas tu paramiento con las piedras dela tierra & las bestias fieras te seran
pazibles (Job 5:22-23)
b) Adverbio / Complemento circunstancial
La posición pronominal con respecto al verbo es fluctuante en entornos adverbiales en
el castellano antiguo. Asimismo, con respecto a los FC, notamos que tanto los FCS con
anteposición como los FCA son posibles en estos entornos, confirmando otra vez un
paralelismo distribucional. En Eclesiástico de E6, un 45,5 % (10/22) de los FC exhibe la
anteposición, mientras que un 54,5 (12/22) manifiesta FCA con mesoclisis. Granberg (1988:
155-194) y Castillo Lluch (1996: 232-247) argumentan que la posición pronominal parece
variar en función de cada adverbio, o sea, algunos parecen conducir exclusivamente a la
anteposición o posposición, mientras que otros muestran variación en cuanto al orden
pronominal. Estos autores llegan a las conclusiones siguientes: los adverbios de modo, lugar,
cantidad, compañía e instrumento provocan generalmente la anteposición, aunque se
documentan también algunos casos de locativos y modales con posposición pronominal. Los
adverbios de tiempo y los causales, por su parte, muestran variación, dependiendo del
adverbio en cuestión. De estos, algunos parecen causar exclusivamente la anteposición
(siempre, nunca, ya), mientras que otros solo la posposición (despues, desi, desto, al cabo) y
otros admiten ambas posiciones (agora, luego, entonces).
Los casos de FC en entornos adverbiales encontrados en Eclesiástico parecen coincidir
con las observaciones de Granberg (1988) y Castillo Lluch (1996). En primer lugar, los
adverbios de modo aparecen con FCS con anteposición, como se puede observar en los
ejemplos (71) – (73). Sin embargo, encontramos un ejemplo con un FCA con mesoclisis,
como se puede notar en (74). También registramos un ejemplo de un adverbio de cantidad,
que manifiesta un FS con anteposición, como ilustra el ejemplo (75).
71
(71) [E6] al temient a dios bien le ira e en los dias de so acabamiento sera benito (Eco 1:19)
(72) [E6] El loco agra mientre sossannara. e el dado del ombre non castigado faze los oios
podrecer. (Eco 18:18)
(73) [E6] e la mercet del ombre assi la guardara como la niniella del oio. e des hy leuantar sa
e dara a cadauno so gualardon. (Eco 29:17)
(74) [E6] los que a dios temedes esperat enel e con deleyte uenir uos a piadat (Eco 2:9)
(75) [E6] Si lo pudieren tornar seran contra el. a penas le rendran medio sueldo. e contar lo
an como de fallado. (Eco 29:7)
En segundo lugar, en cuanto a los complementos circunstanciales de tiempo, observamos
tanto la anteposición como la mesoclisis, ilustrado respectivamente en los ejemplos (76) y
(77). Además, registramos casos de FCA con los adverbios después y desi y en cabo
(ejemplos 78 – 81), que suelen provocar la posposición (o la mesoclisis) según Castillo Lluch
(1996). Por todo esto, se puede observar que los diferentes tipos de futuro/condicional
coinciden con la distribución pronominal de otros tiempos verbales.
(76) [E6] de la mannana fasta la noch se camiara el tiempo. e todas estas cosas ueen los oios
de dios. (Eco 18:26)
(77) [E6] e seer ta cimentado en iusticia e enel dia dela tribulacion seer ta remenbrado e seran
tos pecados desatados assi como yelo con serenidat (Eco 3:17)
(78) [E6] e depues leuantar sa e tornara a cadauno so gualardon en su cabeça. e tornara los
en las mas fondoneras partes de la tierra. (Eco 17:19)
(79) [E6] e cofonder ta con sus comeres. fasta quet gaste dos uezes o tres. e ala postremeria
fara de ti escarnio. des hy desamparar ta. e moura aquend allend su cabeça esquantra ti: (Eco
13:8)
(80) [E6] e la mercet del ombre assi la guardara como la niniella del oio. e des hy leuantar sa
e dara a cadauno so gualardon. (Eco 29:17)
(81) [E6] ca quito so coraçon daquel quel fizo. Soberbia es conpeçamiento de todo pecado. e
qui la touiere sera lleno de cosas malitas. e en cabo quebrantar la en la fin.: (Eco 10:15)
72
En cuanto al siglo XV, Nieuwenhuijsen (1999, Tabla 5.1) registra desde este siglo
siempre la anteposición pronominal en entornos adverbiales, mientras que en su corpus del
siglo XIV solo se documenta un 60 % (6/10). Aunque los resultados de Job de E8 indican un
aumento de FCS con anteposición en comparación con E6 (59,1 % vs. 45,5 %), su
distribución parece más a la del siglo XIV. Además, hemos notado que la anteposición es
considerablemente más alta en E4/BNM (infra). Cuando analizamos otra vez la función del
adverbio, notamos, en primer lugar, que los adverbios modales y locativos suelen aparecer
con FCS con anteposición, como se puede ver en los ejemplos (82) y (83).
(82) [E8] assil prendra con sus oios, como con anzuelo con estacas foradara sus narizes (Job
40:24)
(83) [E8] de cada part lespantaran tremores & enuoluer lan los pies (Job 18:11)
Segundo, en cuanto a los adverbios temporales, observamos todavía vacilación entre los FCS
con anteposición y los FCA, como ilustran los ejemplos (84) – (88). Notamos que gran parte
de los complementos circunstanciales temporales todavía aparecen con FCA, como en (84)-
(86). Además, pues admite siempre la posposición en la Edad Media según Castillo Lluch
(1996) y hemos documentado un caso de este adverbio con un FCA. En cuanto a los casos de
anteposición, encontramos los adverbios temporales luego y entonces. Según Granberg
(1988), los adverbios luego y entonces pueden seleccionar tanto la anteposición como la
posposición, pero se detecta una diferencia semántica en estos adverbios. Según él, cuando
entonces significa 'en aquel momento', se da anteposición, como se puede notar en (87).
Cuando luego significa 'inmediatamente', también se da anteposición, como ilustra el ejemplo
(88).
(84) [E8] pues librar te ha dela bocca, angosta largamientre & no auiendo Cimiento so ti la
folgura de tu mesa sera plena de grossura (Job 36:16)
(85) [E8] enel su dia espantar san los postremeros alos primeros enuayra espanto (Job 18:20)
(86) [E8] cobrir lo ha mengoa assi como agoa de noche apremar la tempestat (Job 27:20)
(87) [E8] dios alço la dolor del padre pora los fijos & quoando tornare estonz lo sabra (Job
21:19)
(88) [E8] & fueres linpio & drecho luego te escuchara & tornar ta la morança del tu drecho
(Job 8:6)
73
c) SN correferencial
Cuando un SN correferencial precede al verbo el pronombre suele posponerse en el
siglo XIII. No obstante, se han documentado algunas excepciones con anteposición, a saber,
cuando el SN dislocado contiene los cuantificadores todos o am(b)os. En Eclesiástico no
hemos encontrado ningún caso de FC en este contexto, aunque E6 ciertamente manifiesta esta
distribución. A modo de ilustración, el ejemplo (89) muestra un FCA y (90) muestra un FCS
con proclisis que sigue una construcción correferencial con todo.
(89) [E6] los agenos que guardaren míos sábados e escogieren lo que yo quis e touieren mío
paramiento dar les é logar en mi casa e en míos muros (Is 56:5 apud Bouzouita 2016: 282)
(90) [E6] e todo lo quebrantará (Mc 5:4 apud Bouzouita 2016: 282)
En el siglo XV se documentan los primeros casos en los que un SN correferencial
(aparte de las construcciones correferenciales con todos/ambos) ocurre con pronombres
antepuestos (Granberg 1988: 150). En Job solo encontramos dos casos, uno presentando un
FCA y otro un FCS con posposición, como ilustran los ejemplos siguientes. No encontramos
casos de FCS con anteposición pronominal en este entorno. Por la escasez de datos, lo
consideramos necesario investigar este entorno con un corpus más grande para verificar si E8
muestra cambios diacrónicos.
(91) [E8] las riquezas que trago canbiar la ha & sacar las ha dios de su vientre (Job 20:15)
(92) [E8] ni se quitara de tiniebras. Los sus ramos secara los la llama & sera tirado el espiritu
dela su boca (Job 15:30)
d) Coordinación e(t)
En el castellano del siglo XIII, el PA suele posponerse al verbo cuando la conjunción
e(t) precede al verbo. No obstante, se han documentado también algunos casos de
anteposición, a saber, cuando la primera oración contiene un elemento que provoca la
anteposición. En nuestro corpus de E6, un 80 % (40/50) de los FC en este entorno manifiesta
la mesoclisis, mientras que un 20 % (10/50) exhibe un FCS con pronombre pospuesto, como
ilustran los ejemplos (93) y (94). En cuanto a la anteposición, no hemos registrado ningún
caso. Sin embargo, la anteposición ciertamente es una posición posible en E6, aunque
constituye una minoría. Es decir, Bouzouita (2016: 282, Tabla 7) registra en su corpus un 1,9
% (5/265) de FCS con anteposición, como ilustra el ejemplo (95).
74
(93) [E6] Confessar tas uiuiendo. uiuo e sano te confiessa. e loaras a dios. e gloriar tas en las
sus mercedes. (Eco 17:27)
(94) [E6] El amigo nueuo dar ta a beuer el uino nueuo en uez de anneio. e beuras lo con
sabor. e beuras lo con mansedumbre. (Eco 9:15)
(95) [E6] ¿Fasta quándo llorará la tierra e se secará la yerba de toda la tierra? (Je 12:4 apud
Bouzouita 2016: 282)
Según Eberenz (2000: 149), la posposición pronominal sigue siendo la posición
predominante en el sigo XV, aunque se registran también algunos casos de anteposición.
Nieuwenhuijsen (1999, Tabla 5.1) observa un aumento de la anteposición a partir de fines del
siglo XV, mientras que en textos anteriores casi no se documenta la anteposición. En E8 no
encontramos ningún ejemplo de FCS con anteposición en este entorno, mientras que
registramos un 84,1 % (37/44) de mesoclisis y un 15,9 % (7/44) de FCS con posposición
pronominal, como ejemplifican los ejemplos siguientes. Por consiguiente, parece que a
principios del siglo XV la posposición (o la mesoclisis) sigue siendo la colocación general.
(96) [E8] descubriran los cielos la su maldat & levantar sa la tierra escuentra el (Job 20:27)
(97) [E8] fabla ala tierra & recudir tan, & contaran te lo los pecces del mar (Job 12:8)
e) Construcción absoluta / subordinada
Cuando una construcción absoluta o subordinada precede al verbo, la posición
pronominal normal en el siglo XIII es la posposición. No obstante, se han registrado
excepciones con anteposición cuando la subordinada contiene el elemento subordinante antes
que (Granberg 1988: 138-139; Bouzouita 2008b). En Eclesiástico (E6) encontramos 22 casos
de FC precedidos por una construcción absoluta o subordinada. Ninguno de estos casos
presenta la anteposición, mientras que un 90,9 % (20/22) exhibe un FCA y un 9,1 % (2/22) un
FCS con pronombre pospuesto, como ilustran los ejemplos (98) y (99) respectivamente.
(98) [E6] Quando el sesudo oyere la palaura de seso loar la a e aprendra la. Si la oyer el
pecador despreciar la e echar la tras cuestas (Eco 21:18)
(99) [E6] No enuerguences a to amigo bueno. e nom ascondre del. e sime viniere mal por el:
soffrire lo. (Eco 22:31)
75
Se documentan las primeras excepciones ocasionales de anteposición en estos
entornos (aparte de los casos con antes que) a principios del siglo XV (Granberg 1988: 144).
Sin embargo, solo encontramos 4 casos de FC en este entorno en Job (E8) y todos manifiestan
la mesoclisis, como se puede notar en el ejemplo (100).
(100) [E8] luego que se mouiere trobar vos ha & el su espanto cadra sobre vos. (Job 13:11)
Puesto que Granberg (1988) y Nieuwenhuijsen (1999) notan la manifestación de la
anteposición a principios del siglo XV, nos parecería interesante investigar este entorno
sintáctico con un corpus más extenso de E8.
2.3 La distribución pronominal según entorno sintáctico en E4 y BNM
Por falta de espacio, no podemos examinar en detalle la distribución pronominal de los
FC por entorno sintáctico en E4 y BNM. No obstante, querríamos discutir brevemente
algunos resultados de esta distribución, que se recogen en la Tabla 12 (infra). Se puede notar
que los entornos de anteposición absoluta solo manifiestan FCS con proclisis mientras que los
de posposición absoluta todavía solo exhiben FCA. Con respecto a los entornos de variación,
se pueden hacer algunas observaciones importantes.
Primero, con un sujeto preverbal se manifiesta un 61,5 % (16/26) de FCS con proclisis
y un 38,5 % (10/26) de mesoclisis en Eclesiástico. Como hemos visto, en el castellano
medieval se produce la anteposición cuando el sujeto es enfático, mientras que los sujetos sin
énfasis provocan la posposición/mesoclisis. Al analizar los casos de anteposición encontradas
en E4/BNM, parece que en el siglo XV estas restricciones se están perdiendo puesto que en
los ejemplos siguientes se puede notar un sujeto no enfático combinado con un FS con
pronombre antepuesto.
(101) [E4] Que asy commo los maderos dela montaña asy el fuego se ençendera & segunt la
virtud del omne asy sera su saña & segunt su fazienda asy ensalçara su saña. (Eco 28:12)
(102) [E4] segunt es el iuez del pueblo asy son sus ofiçiales. & qual es el regidor dela çibdad
tales son los que enella moran. El rey nesçio perdera su pueblo & las çibdades se hermaran
por el seso delos sabios (Eco 10:3)
Además, es notable que en Job todos los casos de FC con sujeto preverbal presenten la
anteposición pronominal. Los ejemplos (103) y (104) muestran el empleo de la anteposición
con sujetos no enfáticos, que son parte de una narración, mientras que (105) contiene
76
claramente un sujeto enfático. La aparición de FCS con anteposición con sujetos no enfáticos
parece indicar que las restricciones en la anteposición del español antiguo se están perdiendo
en el siglo XV.
(103) [E4] avn la luz delos ynjquos se apagara & non alunbrara la çentella desu fuego. la luz
escuresçera en su tienda & su candela sele apagara (Job 18:5-6)
(104) [E4] mas la sierra cayente cahe & la peña se mouera de su lugar. (Job 14:18)
(105) [E4] E despues que el mi cuero es majado asy de mi carne vere a dios. que yo mismo lo
vere & mis ojos lo vieron & non estraño fenes çieron mis entrañas en mi cuerpo (Job 19: 26-
27)
Segundo, cuando un complemento adverbial precede al FC, Nieuwenhuijsen (2006:
1396-1398) registra desde el siglo XV siempre anteposición pronominal en entornos
adverbiales. En Eclesiástico y Job de E4/BNM encontramos respectivamente un 91,2 %
(31/34) y un 90,5 % (19/21) de FCS con anteposición, que son porcentajes considerablemente
más altos que en E6-E8. Por lo tanto, parece que efectivamente a principios del siglo XV la
anteposición está a punto de imponerse por completo en los entornos adverbiales y los FCA
están desapareciendo en estos entornos. Además, parece que el comportamiento de E4/BNM
coincide más con el siglo XV que el de E8. A modo de ilustración, se puede notar en el
ejemplo (106) un FS con anteposición detrás del adverbio después, que antes solía seleccionar
exclusivamente la posposición.
(106) [E4] E despues se leuantara & dara a cada vno su gualardon ensu cabeça & torrnarlosha
enlas mas baxas partes de la tierra (Eco 17:19)
Tercero, en Eclesiástico encontramos dos casos de futuros con pronombre antepuesto
que siguen un SN correferencial y estos casos no contienen las formas todos o ambos. Por
tanto, parece que tiene razón Granberg (1988: 151) al afirmar que la anteposición empieza a
imponerse en este entorno a partir del siglo XV.
(107) [E4] la palabra sabia lo que oyere el sabidor la loara & asy la llegara & oyola el
luxurioso (Eco 21:18)
Luego, cuando el FC va precedido de la coordinación e(t), notamos que la posición
pronominal predominante sigue siendo la mesoclisis a principios del siglo XV: en
Eclesiástico todos los casos presentan la mesoclisis mientras que Job manifiesta un 88,5 %
(23/26) de FCA y un 11,5 % (3/26) de FCS con anteposición. Como se puede notar en los
77
ejemplos (108) y (109), la anteposición podría ser debida a la influencia de los sujetos en la
oración anterior, que provocan la misma posición.
(108) [E4] yrsehan las aguas dela mar & el rrio se enxugara & se secara (Job 8:10)
(109) [E4] ciertamente ellos te amostraran & te diran & de su coraçon sacaran palabras (Job
14:11)
Por último, en cuanto a las construcciones absolutas / subordinadas, encontramos en
Eclesiástico un 4,5 % (1/22) de FCS con anteposición y en Job un 50 % (2/4), como ilustran
los ejemplos siguientes. Como ha indicado Granberg (1988), los primeros casos de
anteposición en estos contextos (con excepción de los casos con antes que) se encuentran a
principios del siglo XV. Puesto que hemos encontrado FCS con anteposición en este entorno,
parece que la distribución de los FC también está cambiando en el siglo XV.
(110) [E4] njn dexes por egual de falbar conel non creas asus muchas palabras ca por mucha
fabla te tentara & sonrryendose te preguntara de tus secretos (Eco 13:14)
(111) [E4] Sy tu desfaras mi juyzio me falsificaras por que tu te justifiques (Job 40:8)
78
E4/BNM - Eclesiástico E4/BNM - Job
Entorno sintáctico FCS con
proclisis
FCA con
mesoclisis
FCS con enclisis FCS con
proclisis
FCA con
mesoclisis
FCS con enclisis
Oración subordinada 100 % (6/6) 0 % (0/6) 0 % (0/6) 100 % (15/15) 0 % (0/15) 0 % (0/15)
Ora
ción
pri
nci
pal
Pronombre interrogativo 100 % (8/8) 0 % (0/8) 0 % (0/8) 100 % (17/17) 0 % (0/17) 0 % (0/17)
Negación 100 % (23/23) 0 % (0/23) 0 % (0/23) 100 % (26/26) 0 % (0/26) 0 % (0/26)
SN no correferencial 100 % (2/2) 0 % (0/2) 0 % (0/2) 100 % (3/3) 0 % (0/3) 0 % (0/3)
Complemento
preposicional
100 % (7/7) 0 % (0/7) 0 % (0/7) 100 % (2/2) 0 % (0/2) 0 % (0/2)
Complemento predicativo - - - - - -
Verbo en P1 / Parataxis 0 % (0/2) 100 % (2/2) 0 % (0/2) 0 % (0/21) 100 % (21/21) 0 % (0/21)
Vocativo - - - - - -
Conjunción pero / mas - - - - - -
Conjunción causal ca 0 % (0/3) 100 % (3/3) 0 % (0/3) - - -
Sujeto 61,5 % (16/26) 38,5 % (10/26) 0 % (0/26) 100 % (25/25) 0 % (0/25) 0 % (0/25)
Complemento
circunstancial
91,2 % (31/34) 8,8 % (3/34) 0 % (0/34) 90,5 % (19/21) 9,5 % (2/21) 0 % (0/21)
Coordinación e(t) / & 0 % (0/38) 100 % (38/38) 0 % (0/38) 11,5 % (3/26) 88,5 % (23/26) 0 % (0/26)
SN correferencial 100 % (2/2) 0 % (0/2) 0 % (0/2) - - -
Construcción abs. / subord. 4,5 % (1/22) 95,5 % (21/22) 0 % (0/22) 50 % (2/4) 25 % (1/4) 25 % (1/4)
Total 53,9 % (90/167) 46,1 % (77/167) 0 % (0/167) 66,9 % (97/145) 32,4 % (47/145) 0,9 % (1/145)
Total 55,5 % (96/173) 44,5 % (77/173) 0 % (0/173) 70 % (112/160) 29,4 % (47/160) 0,6 % (1/160)
Tabla 12: La distribución de los futuros y condicionales por entorno sintáctico en Eco y Job de E4/BNM
79
2.4 Los FCS con posposición pronominal en E6 y E8
La aparición de FCS con pronombres pospuestos es un fenómeno relativamente
marginal en el español medieval, sobre todo en el siglo XIII, mientras que se puede notar un
aumento de esta construcción a partir del siglo XV (Eberenz 1991; Octavio de Toledo 2015;
Bouzouita 2016). Como muestran nuestros resultados, E4 y BNM, del primer cuarto del siglo
XV, no exhiben FCS con pronombres pospuestos (con la excepción de 1 caso), mientras que
tanto E6 (siglo XIII) como E8 (siglo XV) sí manifiestan este fenómeno, aunque no es la
posición pronominal predominante, lo cual nos indica que E6 y E8 muestran un
comportamiento parecido. El empleo de la posposición con FCS tanto en E6 como en E8
parece indicar que efectivamente forman una unidad, a saber, la Biblia prealfonsí.
Ahora nos lleva la pregunta por qué este fenómeno peculiar aparece en ambos
romanceamientos. Como hemos visto en el apartado II, se han postulado varias hipótesis que
intentan aclarar su aparición en E6, aunque queda claro que se necesita más investigación. Por
falta de espacio, la dejamos para un futuro trabajo. No obstante, queremos mencionar que
nuestros datos confirman la afirmación de Bouzouita (2013, 2016) de que los FCS con
posposición aparecen en los mismos entornos sintácticos que los FCA, o sea, en contextos que
admiten la posposición en general con otros tiempos verbales. Concretamente, encontramos
casos cuando el verbo aparece en posición inicial absoluta, detrás de la conjunción
coordinante et, detrás de un SN correferencial, y detrás de una construcción subordinada.
80
81
IV. Conclusiones principales
El análisis cuantitativo y cualitativo de la distribución pronominal con el verbo futuro
y condicional en los siglos XIII y XV nos lleva a concluir lo siguiente. Primero, este estudio
ha contribuido a la discusión sobre la variación sincrónica entre los FCS y los FCA. Nuestros
resultados demuestran que existen efectivamente paralelismos distribucionales entre las
restricciones del sistema pronominal medieval y la variación sincrónica de las formas de
futuro y condicional, tal como ha observado Bouzouita (2011a, 2012). Es decir, los entornos
sintácticos que solo admiten la anteposición pronominal con otros tiempos verbales también
solo seleccionan FCS con anteposición, mientras que los entornos que exclusivamente
admiten la posposición con otros tiempos verbales también solo seleccionan FCA o FCS con
posposición. Con respecto a los entornos que exhiben variación en cuanto a la colocación del
PA con otros tiempos verbales, nuestro corpus manifiesta también variación en las diferentes
formas del futuro/condicional. Es más, nuestros resultados parecen indicar que la evolución
del sistema pronominal castellano a partir del siglo XV tiene también un efecto en la
evolución de los FC. Como hemos visto, la distribución de los FC en E4 y BNM se
caracteriza por los cambios diacrónicos observados en el siglo XV, como un aumento de la
anteposición y la pérdida de las restricciones de anteposición en los entornos sintácticos de
variación. Por consiguiente, opinamos que tiene razón Bouzouita (2011a, 2012) al afirmar que
la variación de los FC está vinculada al sistema pronominal castellano.
Segundo, dado que el empleo de los FCA se vincula al sistema pronominal medieval y
dado que este sistema empieza a cambiarse en el siglo XV, hemos examinado si E8, E4 y
BNM ya manifiestan cambios diacrónicos, o sea, un descenso de los FCA y un aumento de
los FCS con anteposición. Al comparar E6 (Eco) y E8 (Job), hemos notado a primera vista un
aumento de los FCS con anteposición en E8. Sin embargo, en su análisis de varios libros de
E6 y E8, Bouzouita (2011b) no registra un aumento de estas formas en E8. Además, al
analizar la colocación pronominal de los FC por entorno sintáctico, con un enfoque en los
entornos de variación, el libro de Job muestra un aumento de los FCS con proclisis en los
entornos de sujetos preverbales y complementos circunstanciales, pero no manifiesta los
cambios diacrónicos del siglo XV observados por Granberg (1988) en los otros entornos. No
obstante, nuestro corpus resulta demasiado pequeño para poder concluir si E8 manifiesta las
características del siglo XV. La distribución de los FC en los libros Eclesiástico y Job de E4 y
BNM, en cambio, sí muestran los cambios observados en el sistema pronominal del siglo XV.
Por una parte, se nota un aumento de los FCS con anteposición y un descenso de los FCA,
82
sobre todo en Job este aumento es considerablemente alto. Por otra parte, en los entornos de
variación se registra claramente un aumento de los FCS con proclisis y, además, las
restricciones de la anteposición se están perdiendo. En conclusión, se puede observar en E4 y
BNM un cambio de mesoclisis a proclisis.
Por último, nuestros resultados han indicado que tanto E6 como E8 se caracterizan por
el empleo de FCS con pronombres pospuestos, mientras que no se ha documentado esta
construcción en E4 y BNM (con la excepción de un único caso en Job). Aunque el empleo de
esta construcción es un fenómeno marginal en el español de la Edad Media, varios autores
(Rossi 1975; Bouzouita 2013; entre otros) han observado que E6 constituye una fuente rica de
esta construcción. Nuestros datos indican que también E8 muestra este fenómeno con una
distribución parecida. Además, Bouzouita (2011b) ha documentado esta construcción también
en otros libros de E8, con una distribución equivalente a la de E6. Por consiguiente, parece
que E6 y E8 se caracterizan por un comportamiento sintáctico parecido. Este empleo de
pronombres pospuestos con FCS en los dos códices puede ser un indicio de que los dos
forman efectivamente una unidad. Incluso, queremos añadir que los resultados de nuestro
corpus confirman que los FCS con posposición están restringidas sintácticamente, puesto que
solo aparecen en los entornos en que podemos encontrar FCA o posposición con otros
tiempos verbales.
Para completar lo anterior, referimos a sujetos posibles para futuros trabajos. Por un
lado, sería interesante examinar la distribución pronominal con FC con un corpus más grande
del siglo XV para examinar los cambios diacrónicos en este siglo. También sería interesante
examinar un corpus más grande de E8 con el fin de verificar si se caracteriza por el
comportamiento lingüístico del siglo XV o no. Por otro lado, el fenómeno de los FCS con
posposición pronominal y su variación con los FCA merece más atención por parte de la
lingüística. Sería interesante investigar varios factores más detalladamente, sobre todo la
última hipótesis del contacto de lenguas, propuesta por Bouzouita (2016).
83
V. Bibliografía
1. Corpus
Enrique-Arias, Andrés (dir.), Biblia Medieval. En línea en http://www.bibliamedieval.es
2. Obras consultadas
Alvarez Blanco, M.R., Reguiera, X.L., y Monteagudo, H. (1986): Gramática galega. Vigo:
Galaxia.
Bassols De Climent, Mariano. (1956): Sintaxis latina Vol. 1. Madrid: CSIC.
Bauer, Brigitte L.M. (2006): "Synthetic vs. analytic in Romance: the importance of varieties",
en: Randall Gess y Deborah Arteaga (eds.), Historical Romance Linguistics.
Retrospective and Perspectives, Amsterdam/Philadelphia: Benjamins, 287-304.
Bouzouita, Miriam (2008a): The Diachronic Development of Spanish Clitic Placement. PhD
Dissertation, King's College London.
- (2008b): "At the Syntax-Pragmatics Interface: Clitics in the History of Spanish", en: Cooper,
Robin y Ruth Kempson (ed.): Language in Flux: Dialogue Coordination, Language
Variation, Change and Evolution, London: College Publications, 221-263.
- (2011a): "Future Constructions in Medieval Spanish: Mesoclisis Uncovered", en: Kempson
Ruth, Gregoromichelaki, Eleni & Christine Howes (eds.): The Dynamics of Lexical
Interfaces, Stanford: CSLI, 89-130.
- (2011b): Linguistic evidence for the existence of the pre-Alphonsine Bible. Presentación
dado en 46th International Congress on Medieval Studies. Kalamazoo: Michigan.
- (2012): "Los futuros en la Fazienda de Ultra Mar", en: Montero Cartelle, Emilio (ed.):
Actas del VIII Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Santiago
de Compostela: Meubooks, vol. 2, 1631-1642.
- (2013): "La influencia latinizante en el uso del futuro en la traducción bíblica del códice
Escorial I.i.6", en: Casanova Herrero, Emili & Calvo Rigual, Cesáreo (eds.): Actes del
26é Congrés de Lingüística i Filologia Romàniques (València, 6-11 de setembre de
2010), Berlin: W. de Gruyter, 353-364.
84
- (2016): "La posposición pronominal con futuros y condicionales en el códice escurialense
I.i.6: un examen de varias hipótesis morfosintácticas", en Kabatek, Johannes (ed.):
Lingüística de corpus y lingüística histórica iberorrománica, Berlin: W. de Gruyter,
270-298.
Bouzouita, M., y Kempson, R. (2006): "Clitic Placement in Old and Modern Spanish: A
Dynamic Account", en: Thomsen Nedergard, O. (ed.): Competing Models of Linguistic
Change, Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins, 253-268.
Bouzouita, M., y Chatzikyriakidis, S. (2009): Clitics as Calcified Processing Strategies.
Proceedings of the 14th international conference on Lexical Functional Grammar,
Cambridge, July 2009, CSLI publications.
Castillo Lluch, M. (1996): La posición del pronombre átono en la prosa hispánica medieval.
Tesis de doctorado, Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
- (2002): "Distribución de las formas analíticas y sintéticas de futuro y condicional en
español medieval", en: María Teresa Echenique Elizondo y Juan Sánchez Méndez
(eds.): Actas del V Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española,
Madrid: Gredos, 541-550.
Coleman, Robert (1971): "The origin and development of Latinin habeo+infinitive", The
Classical Quarterly 21:1, 215-232.
Company Company, C. & Cuétara Priede, J. (2014): Manual de gramática histórica. México:
Universidad Nacional Autónoma de México.
Company Company, Concepción (1985-1986): "Los futuros en el español medieval sus
orígenes y su evolución", Nueva Revista de Filología Hispánica 34.1, 48-107.
- (2006): "Tiempos de formación romance II: Los futuros y condicionales", en: Concepción
Company Company (ed.): Sintaxis histórica del español, México: Fondo de Cultura
Económica y UNAM, Vol. 1, 349-422.
Company Company, Concepción, & Medina Urrea, Alfonso (1999): "Sintaxis motivada
pragmáticamente: futuros analíticos y futuros sintéticos en el español medieval",
Revista de filología española 79. 1-2, 65-100.
85
Coseriu, Eugenio (1957/1957): "Sobre el futuro romance", en E. Coseriu, Estudios de
lingüística románica, Madrid: Gredos, 15-39.
Cuenca, M.J., & Hilferty, J. (1999): Introducción a la lingüística cognitiva. Barcelona:
Editorial Ariel.
Eberenz, Rolf (1991): "Futuro analítico y futuro sintético en tres obras con rasgos coloquiales:
el "Corbacho", "La Celestina" y "La lozana andaluza", en: Karl-Hermann Körner y
Günther Zimmermann (eds.): Homenaje a Hans Flasche. Festschrift zum 80.
Geburtstag am 25. November 1991, Stuttgart: Franz Steiner, 499-508.
Eberenz, Rolf (2000): El español en el otoño de la Edad Media, Madrid: Gredos.
Elvira, J. (1987): "Enclisis pronominal y posición del verbo en español antiguo", Epos 3: 63-
79.
Enrique-Arias, Andrés (2008a): "Las traducciones de eius e illius en las biblias romanceadas.
Nuevas perspectivas para el estudio de la expresión de la posesión en español
medieval", en: Döhla, Hans-Jörg, Montero Muñoz, Raquel, Báez de Aguilar González,
Francisco (eds.): Lenguas en diálogo: el iberorromance y su diversidad lingüística y
literaria. Ensayos en homenaje a Georg Bossong, Frankfurt/Madrid:
Vervuert/Iberoamericana, 125-141.
- (2008b): "Apuntes para una caracterización de la morfosintaxis de los textos bíblicos
medievales en castellano", en: Kabatek, Johannes (ed.): Sintaxis histórica del español
y cambio lingüístico: Nuevas perspectivas desde las Tradiciones Discursivas.
Frankfurt/Madrid: Vervuert/Iberoamericana, 109-125.
- (2010): "La traducción del códice Escorial I.I.6 en el contexto de los romanceamientos
bíblicos medievales", en: Andrés Enrique-Arias (ed.): La Biblia Escorial I.I.6.
Transcripción y estudios, Logroño: Centro Internacional de Investigación de la
Lengua Española (Cilengua), 67-87.
Enrique-Arias, Andrés, & Camargo, Laura (2010): "Ahé: un Operador Pragmático en español
medieval". Comunicación leída en el Coloquio Internacional Marcadores del discurso
en las lenguas románicas: un enfoque contrastivo. Universidad Complutense de
Madrid, 5-7 de mayo de 2010.
86
Enrique-Arias, A., y Pueyo Mena, J. (2008): Biblia Medieval. En línea en
<http://www.bibliamedieval.es>
Enrique-Arias, A., y Pueyo Mena, J. (2017): "La Biblia completa del Marqués de Santillana",
Revista de Filología Española XCVII: 35-68.
Fernández-Ordóñez, Inés (2011): La lengua de Castilla y la formación del español, Madrid,
Real Academia Española.
Fischer, Susann (2002): The Catalan Clitic System. A Diachronic Perspective on its Syntax
and Phonology, Berlin / New York, M. de Gruyter.
Fleischman, S. (1982): The future in thought and language: diachronic evidence from
Romance. Cambridge: Cambridge University Press.
Fruyt, M. (2011): "Grammaticalization in Latin", en: Philip Baldi y Pierluigi Cuzzolin (eds.):
New Perspectives on Historical Latin Syntax 4: Complex sentences,
grammaticalization, typology. Berlin: Mouton de Gruyter.
Garachana Camarero, M. (1999): "Los procesos de gramaticalización", Moenia 5, 155-172.
García de la Fuente, Olegario (1983): "Orden de palabras en hebreo, griego, latín y
romanceamiento castellano medieval de Joel", Emerita 5, 1, 41-62.
García de la Fuente, Olegario (1987): "Notas sobre romanceamientos bíblicos castellanos
medievales y la Vulgata latina", Estudios Clásicos 29 (91), 97-110.
García Hernández, B. (1980): "El desarrollo de la expresión analítica en el latín vulgar.
Planteamiento general", Revista de la Sociedad Española de Lingüística 10:2, 1- 54.
Gessner, Emil (1893): "Das spanische Personal-pronomen", Zeitschrift für romanische
Philologie 17, 1-54.
Giacalone Ramat, Anna (1990): "Discourse functions and syntactic change", en: Henning,
Andersen & Koerner, E.F.K. (edd.): Historical Linguistics 1987,
Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins, 175-190.
Girón Alconchel, José Luis (1994-97): "La morfología de los futuros. De Nebrija a la
Academia (1771)", en Studia hispanica in honorem Germán de Granda, Valladolid:
Universidad de Valladolid, Anuario de Lingüística Hispánica 12-13, pp. 15-28.
87
Girón Alconchel, José Luis (2007): "De nuevo sobre la gramaticalización del futuro
analítico", en Inmaculada Delgado Cobos y Alicia Puigvert Occal (edd.): Ex
admiratione et amicitia. Homenaje a Ramón Santiago, Madrid: Ediciones del Orto,
vol. I, 563-576.
Gómez Seibane, Sara (2012): "Notas sobre el futuro y condicional de indicativo en el País
Vasco tardomedieval", en: Gómez Seibane, Sara y Sinner, Carsten (edd.): Estudios
sobre tiempo y espacio en el español norteño, San Millán de la Cogolla, Cilengua, 91-
120.
González Hernández, Ireneo (2006): Compendio de gramática castellana. España: Ediciones
Idea.
González i Planas, Francesc (2007): "Sintaxis de los clíticos pronominales en asturleonés",
Revista Philologica Romanica 7: 15-35.
Graham, Lamar Ashley (2015): The history of the future: morphophonology, syntax, and
grammaticalization. Tesis de doctorado, University of Georgia.
Granberg, Robert (1988): Object Pronoun Position in Medieval and Early Modern Spanish.
Tesis de doctorado, University of California Los Angeles.
GrLlA: Gramática de la llingua asturiana. Véase Academia de la Llingua Asturiana (2001).
Hauptmann, O. (ed.) (1953): Escorial Bible I.j.4, vol. I, The Pentateuch. Philadelphia,
University of Pennsylvania Press for Grinnell College Press.
Heine, Bernd, Claudi, Ulrike & Hünnemeyer, Friederike (1991): Grammaticalization: A
Conceptual Framework. Chicago: The University of Chicago Press.
Hopper, Paul J., & Traugott, Elizabeth Closs (1993): Grammaticalization. Cambridge:
Cambridge University Press.
Jensen, Frede (1994): Syntaxe de l'ancien occitan, Tubinga, Max Niemeyer.
Kabatek, J. (2008): Sintaxis histórica del español y cambio lingüístico: nuevas perspectivas
desde las tradiciones discursivas, Madrid: Iberoamericana.
Keniston, Hayward (1937): The syntax of Castilian prose. The sixteenth century. Chicago:
The University of Chicago Press.
88
Klausenburger, Jürgen (2000): Grammaticalization: studies in Latin and Romance
morphosyntax. Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins.
Lapesa, R. (1942): Historia de la lengua española. Madrid: Gredos.
Leavitt, W. (1954): The position of the object pronouns in Old Spanish. Tesis Doctoral.
Universidad de Yale.
Lehmann, Christian (1985): "Grammaticalization: Synchronic Variation and Diachronic
Change", Lingua e Stile a.XX, n. 3.
Leumann, Manu, & Hofmann J.B. (1928): Lateinische Grammatic, 2: Syntax und Stilistik.
Munich: Beck.
Littlefield, Mark G. (1974): A Critical Edition of the Spanish Translation of the Books of
Joshua, Judges, and Ruth according to Escorial manuscript I.j.8. (Tesis doctoral).
Facultad de Filosofía y Letras. Buenos Aires.
Littlefield, Mark G. (1977-1978): "The Riojan Provenience of Escorial Biblical Manuscript
I.I.8", Romance Philology 31.3, 225-234.
Littlefield, Mark G. (1983): Biblia romanceada I.I.8. Madison: Hispanic Seminary of
Medieval Studies.
Martins, Ana Maria (2003): "From Unity to Diversity in Romance Syntax: A diachronic
perspective of clitic placement in Portuguese and Spanish", en: Braunmüller Kurt y
Gisella Ferraresi (ed.): Aspects of Multilingualism in European Language History,
Amsterdam / Philadelphia: John Benjamins, 201-233.
Matute Cristina, & Pato Enrique (2010): "Morfología y sintaxis en el códice Escorial I.I.6.",
en: Andrés Enrique-Arias (ed.): La Biblia Escorial I.I.6. Transcripción y estudios,
Logroño: Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (Cilengua), 45-
67.
Medina López, J. (1999): Historia de la lengua española I. El español medieval. Madrid:
Arco Libros.
Meillet, Antoine (1912): "L'évolution des formes grammaticales", en Meillet, Linguistique
historique et linguistique générale, París: Champion, 130-148.
89
Menéndez Pidal, Ramón (1926): Orígenes del español. Estado lingüístico de la Península
Ibérica hasta el siglo XI. Revista de Filología Española, Madrid, Anejo I.
Meyer-Lübke, Wilhelm (1890-1906): Grammaire des langues romanes. Vol. III. Paris.
Montgomery, Thomas (1962): El evangelio de San Mateo según el manuscrito escurialense
I.I.6. Texto, gramática y vocabulario. Madrid: Anejos del Boletín de la Real Academia
Española.
Moreno Bernal, J. (2004): "La morfología de los futuros románicos. Las formas con
metátesis", Revista de Filología Románica 21, 121-169.
Morreale, Margherita (1961-1962): "Arcaísmos y aragonismos en el Salterio del Ms. Bíblico
escurialense I-j-8", Archivo de Filología Aragonesa 12-13, 7-23.
Morreale, Margherita (1969): "Vernacular escriptures in Spain", en: G.W.H. Lampe (ed.): The
History of the Bible. Vol. 2. Cambridge: University Press, 465-491.
Morreale, Margherita (1971): "Latín y castellano en un romanceamiento bíblico del s. XIII:
lectura de Ecli 25:24-28", Cuadernos del sur 11, 19-24.
Morreale, Margherita (1978): "Trascendencia de la variatio para el estudio de la grafía,
fonética, morfología y sintaxis de un texto medieval, ejemplificada en el Ms. Esc. I-I-
6", Annali della Facolta di Lettere e Filosofia 2, 249-261.
Navarro Tomas (1982): Manual de pronunciación española. Madrid: CSIC.
Nieuwenhuijsen, Dorien (1999): Cambios en la colocación de los pronombres átonos en la
historia del español. PhD Dissertation, University of Groningen,
http:elies.rediris.es/elies5/
Nieuwenhuijsen, Dorien (2006): "Cambios en la colocación de los pronombres átonos", en:
Concepción Company Company (ed.): Sintaxis histórica del español, México: Fondo
de Cultura Económica y UNAM, Vol. 2, 1337-1404.
Octavio de Toledo y Huerta, Álvaro S. (2015): Futuros que se miran en el ombligo:
mesoclisis y anteposición de formas no personales en la historia del español, en
90
Castillo Lluch, Mónica/López Izquierdo, Marta (eds.), El orden de palabras en la
historia del español y otras lenguas iberorromances, Madrid, Visor, 141-233.
Penny, Ralph (2002): A History of the Spanish Language. Cambridge: Cambridge University
Press.
Pinkster, H. (1987): "The strategy and chronology of the development of future and perfect
tense auxiliaries in Latin", en Martin Harris y Paolo Ramat (eds.): Historical
Development of Auxiliaries, Berlin: De Gruyter, 193-223.
Pueyo Mena, F. Javier (2008): "Biblias romanceadas y en ladino", en: Sefardíes: Literatura y
lengua de una nación dispersa (coords. Iacob M. Hassán, Ricardo Izquierdo Benito,
(editor literario Elena Romero), Cuenca: Universidad de Castilla-La Mancha, 193-263.
Quirós, M. (1988): "La elaboración de etimologías romances a partir del latín", Filología y
Lingüística XIV(2), 77-85.
Ramsden, Herbert (1963): Weak-pronoun position in the early romance languages.
Manchester: Manchester University Press.
Rini, J. (1990): "Dating the Grammaticalization of the Spanish Clitic Pronoun", Zeitschrift für
romanische Philologie 56.3-4: 350-370.
Rivero, M.L. (1991): "Clitic and NP Climbing in Old Spanish", en: H. Campos y F. Martínez-
Gil (edd.), Current Studies in Spanish Linguistics, Washington D.C.: Georgetown
University Press, 241-282
Rossi, Teresa M. (1975): "Formas de futuro en un Romanceamiento bíblico del siglo XIII",
Zeitschrift fur Romanische Philologie 91, 386-402.
Rubio, Gonzalo (2009): "Semitic influence in the history of Latin syntax", en: Philip Baldy y
Pierluigi Cuzzolin (eds.): New perspectives on historical Latin syntax 1: Syntax of the
sentence, Berlin: Mouton de Gruyter, 195-239.
Sánchez-Prieto Borja, Pedro, & Torrens Álvarez María Jesús (2010): "Escorial I.I.6: la
escritura", en: Andrés Enrique-Arias (ed.): La Biblia Escorial I.I.6. Transcripción y
estudios, Logroño: Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española
(Cilengua) , 33-44.
91
Sevilla, Y., Jaichenco, V., Wilson, M., Raiter, A. (2008): "Priming sintáctico en la producción
de oraciones en español. Acerca de la representación sintáctica de los verbos", Revista
de Lingüística Teórica y Aplicada 46(2), 11-27.
Staaff, Erik (1907): "Contributions à la syntaxe du pronom personnel dans le Poéme du Cid",
Romanische Forschungen 23, 621-635.
Sweetser, E. (1988): "Grammaticalization and semantic bleaching", Berkeley Linguistics
Society 14, 389-405.
Tibor, B. (2008): "Procesos de gramaticalización en las lenguas romances de la Península
Ibérica", Cartaphilus 4, 9-21.
Traugott, E., & König, E. (1988): "Pragmatic strengthening and semantic change: The
conventionalizing of conversational implicature", en Hüllen, W. & Schulze, R. (eds.),
Understanding the lexicon. Meaning, sense and world knowledge in lexical semantics,
Tubinga, Max Niemeyer Verlag, 110-124.
Valesio, P. (1968): "The Romance synthetic future pattern and its first attestations", Lingua
20:1, 113-161.
Vázquez Cuesta, Pilar & María Albertina Mendes da Luz (1987): Gramática portuguesa.
Madrid: Gredos, 2 vols.
Waltke, Bruce K. & O'Connor, Michael Patrick (1990): An introduction to biblical Hebrew
syntax. Winona Lake, IN: Eisenbrauns.
Wanner, Dieter (1987): The development of Romance clitic pronouns: from Latin to Old
Romance. Berlin/Nueva York/Amsterdam: Mouton de Gruyter.
Xove Ferreiro, X. (1986): "Sobre a posición do pronome persoal átono en galego: eu o sei e
eu seino", en: Actes du XXVIIIe Congrès International de Linguistique et Philologie
Romanes, Tübingen: Max Niemeyer 2.18: 515-529.
92