la culpa ¿cómo tratar con ella?

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La culpa 1 de 15 La Culpa Romanos 2:14-15 Por: Juan Carlos Hoy Romero Pastor Iglesia Cristiana San Mateo Romanos 2:14-15 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, Al mirar estos versículos nos damos cuenta que Dios dotó al hombre de una conciencia. La cual cumple la función de reargüir al hombre, cuando este hace algo incorrecto, llevándole a su vez un estado emocional o espiritual de acusación, y lo mismo ocurre cuando hace lo bueno, le lleva a un estado de satisfacción, paz y tranquilidad emocional y espiritual. La conciencia en sí, significa el tener un conocimiento con uno mismo. La conciencia es la que da testimonio de nuestra propia conducta, es tener aquella facultad gravada dentro de nosotros mismos, mediante la cual llegamos a saber la voluntad de Dios, como aquello que está dispuesto para gobernar nuestras vidas, de ahí que cuando se trastoca, se viola o quebranta lo que es bueno, se produce un sentimiento de culpa delante de Dios y con uno mismo. Podemos decir que, la conciencia también es aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo. Es por ello que la conciencia nos impulsa a hacer lo bueno y a evitar lo malo, pero lamentablemente nuestra naturaleza, es una naturaleza inclinada al mal, y por consecuencia aunque nuestra conciencia nos grite que no hagamos lo malo... Muchas veces le desobedecemos, y eso a su vez produce dentro de la persona un sentimiento de culpabilidad, por haber violado la ley que la persona tiene escrita en su corazón por Dios mismo.

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El ser humano de una o de otra manera suele fallar en cualquier área ya sea a Dios o a su prójimo, sintiendo con ello no solo culpa, sino incluso condenación, es este pequeño escrito, se nos dice cómo vencer ese sentimiento de culpa o condenación sin recurrir a la puerta falsa de la victimización, adicciones o suicidio.

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La culpa 1 de 15

La Culpa Romanos 2:14-15

Por: Juan Carlos Hoy Romero

Pastor Iglesia Cristiana San Mateo

Romanos 2:14-15 Porque cuando los gentiles que no tienen ley,

hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan

ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley

escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y

acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

Al mirar estos versículos nos damos cuenta que Dios dotó al

hombre de una conciencia.

La cual cumple la función de reargüir al hombre, cuando este hace

algo incorrecto, llevándole a su vez un estado emocional o

espiritual de acusación, y lo mismo ocurre cuando hace lo bueno,

le lleva a un estado de satisfacción, paz y tranquilidad emocional

y espiritual.

La conciencia en sí, significa el tener un conocimiento con uno

mismo.

La conciencia es la que da testimonio de nuestra propia conducta,

es tener aquella facultad gravada dentro de nosotros mismos,

mediante la cual llegamos a saber la voluntad de Dios, como

aquello que está dispuesto para gobernar nuestras vidas, de ahí

que cuando se trastoca, se viola o quebranta lo que es bueno, se

produce un sentimiento de culpa delante de Dios y con uno mismo.

Podemos decir que, la conciencia también es aquel proceso de

pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o

malo.

Es por ello que la conciencia nos impulsa a hacer lo bueno y a

evitar lo malo, pero lamentablemente nuestra naturaleza, es una

naturaleza inclinada al mal, y por consecuencia aunque nuestra

conciencia nos grite que no hagamos lo malo... Muchas veces le

desobedecemos, y eso a su vez

produce dentro de la persona un

sentimiento de culpabilidad, por

haber violado la ley que la

persona tiene escrita en su

corazón por Dios mismo.

La culpa 2 de 15

Es muy importante que nosotros revisemos lo referente a la

culpa... Ya que una persona cuando se siente culpable de algo,

puede producir dentro de

ella misma un sentimiento

de vergüenza, de suciedad,

que con el transcurso del

tiempo le llevan a una etapa

de depresión, desánimo, de

angustia, de sequedad, en

su vida emocional y

espiritual, que pude traer consecuencias incluso fatales...

Revisemos en este día ¿qué es la culpa? Y como salir de ella...

La culpa puede definirse como un sentimiento de pecado, de

maldad, de conducta incorrecta o ineptitud. El reconocimiento de

la culpa se presenta en la edad en que la persona distingue el bien

y el mal. Debemos saber que existen 2 tipos de culpa.

Hablemos del primer tipo de culpa:

Esta es la culpa real, puesto que todo ser humano tiene inclinación

inherente hacia el pecado, quebranta la ley de Dios y es culpable

de pecado, la sensación de vileza y maldad como resultado de

transgredir la ley de Dios se conoce como culpa real.

Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un

hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los

hombres, por cuanto todos pecaron.

La culpa real, es un sentimiento inducido por el Espíritu Santo

cuando se ha quebrantado la ley de Dios, y al violar la ley de Dios

viene ese sentimiento de aprensión y pecaminosidad o suciedad,

incluso, producido muchas veces antes de que se cometa el acto

deshonesto.

Luego entonces, que se comienza a dar forma al acto malicioso ya

hay desasosiego e intranquilidad, porque se sabe que lo que se

quiere hacer no es correcto y ese sentimiento desaparece al no

ejecutarlo y al ya no pensar en aquel deseo incorrecto.

Ahora bien, cuando la persona llega a violar las leyes divinas

pecando, el sentimiento de culpa se convierte en un gran peso, una

grande carga sobre la persona, y la persona al no conocer la

palabra de Dios, busca o buscará escapes falsos para sentirse

libre de culpa, pero aunque haga sus mayores esfuerzos con sus

limitados recursos humanos para librarse de ella, estos no le

La culpa 3 de 15

alcanzarán para lograrlo, e incluso podría buscar ayuda Psicológica,

pero ni aun esto le será de gran utilidad, ya que

la Psicología desvía el sentido de culpabilidad,

con terapias ya sea buscando culpables o de

negación o aceptación, pero en ninguna

manera la hará desaparecer, porque la

culpa es un asunto entre el individuo y Dios,

y no entre persona y persona. Y el único que

tiene poder para quitar ese sentimiento de

culpabilidad es Dios.

De manera que al no saber manejar o quitar ese sentimiento de

culpa por sus propios medios, lleva a la persona a diferentes

etapas emocionales, ya que ese sentimiento conduce a

irremisiblemente al auto-desprecio y auto castigo. Hay personas

incluyendo cristianos que buscan a Dios, para tratar de quitar ese

sentimiento de culpabilidad de estas formas y se dirigen a él con

estos términos:

¡Quebrántame Dios mío porque soy un pecador miserable!

¡Humíllame! Porque te fallé ¡doblégame! Para que aprenda en esta

área ¡póstrame! para que no vuelva a pecar contra ti ¡abáteme! Y

no me deje levantar si he de volver a pecar. O algunos van más

allá gritando a Dios ¡Quítame la vida! ¡Castígame en lo que más me

duele!

Esta persona que ha pecado y con el sentimiento de culpa no

manejado correctamente, entra irremisiblemente al auto-desprecio

y auto-castigo y eso es muy peligroso para la vida espiritual y

emocional, ya que cuando se actúa de esa manera es que se dio

paso a la auto-condena, y la auto-condena generalmente le lleva

al auto-castigo, y el individuo se puede castigar negándose

alimentos, ropa, u otros elementos materiales.

Algunas tribus primitivas se

infligen o se ocasionan dañó

físico, como esfuerzo por

expiar los sentimientos de

culpa producidos por el

pecado, o a veces también

actúan o se proyectan en

crítica indebida.

Esta persona critica constantemente a los demás; y les atribuye

las faltas y defectos que a él o a ella le son propios, o también

tiene una expectativa de censura, esta persona cree que quienes

La culpa 4 de 15

le rodean lo van a censurar y a condenar, y cree que el mundo lo

tiene por indigno.

La persona que sufre estos síntomas, llega a ser una persona que

sufre estados de constantes depresiones. Porque a pesar de lo

que ha hecho auto-condenarse, auto-castigarse, no le ha hecho

libre y mucho menos tendrá paz.

Esta persona suele tener fuertes sentimientos de culpa, ya que se

cree pecador e indigno y cree merecer castigo por sus faltas,

pecados, o incapacidad y suele angustiarse continuamente por

algún acto cometido incluso muchos años atrás.

Al no lograr con sus esfuerzos eliminar los sentimientos de culpa y

preocupación, le hace sentir indigno y pecador y cuando lee le

Palabra de Dios, la interpreta mal, fijando solo su atención en los

versículos de juicio y condenación, esa persona necesita saber

urgentemente como librarse de la culpa.

El incrédulo por lo regular para librarse de la culpa que muchas

veces le produce depresión, acude a la ayuda profesional.

Pero debemos de gravarnos esto en nuestro corazón: los genuinos

sentimientos de culpa, no pueden racionalizarse y disiparse por los

esfuerzos del mejor orientador, consejero o terapeuta, no con

castigos corporales buscando la expiación, ya que esos

sentimientos de culpa han sido implantados por Dios, no con el fin

de destruir al ser humano metiéndolo en angustias y depresiones;

sino con el fin de que el hombre rectifique o modifique su camino

y no se pierda. Así como estos sentimientos fueron implantados

por Dios, solo él puede eliminarlos.

¿Quién puede ayudar a aquellas personas que luchan con la

culpabilidad?

¿El psicólogo? ¿El yoga? ¿La religión?

¿El hinduismo, la meditación

trascendental, las terapias?

¿Quién podrá ayudar? Ningún esfuerzo

humano, ni terapia, ni castigo.

Jeremías 2:22 Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre

ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo

Jehová el Señor.

(BL95) Aunque te laves, te limpies y te restriegues, ante mí no

desaparecerá la mancha de tus faltas, palabra de Yavé.

La culpa 5 de 15

(DHH) Por más que te laves con lejía y uses todo el jabón que

quieras, ante mí sigue presente la mancha de tu pecado. Yo, el

Señor, lo afirmo.

(N-C) Pues aunque te laves con nitro, por mucha lejía que

emplees, permanecerá marcada tu iniquidad ante mí, oráculo del

Señor, Yahvé.

(LBLA) Aunque te laves con soda (carbonato sódico) y uses mucho

jabón, la mancha de tu iniquidad está aún delante de mí declara el

Señor DIOS.

(TKIM-DE) Aunque uses cepillo y te laves con lejía y multipliques

el jabón, la mancha de tus iniquidades aún está ahí ante mí," dice

YAHWEH ELOHIM.

Cómo me gusta la descripción que da Joseph Cuk para ejemplificar

lo que solo Dios puede hacer con la culpa:

(192-501)

Cuando se realizó la exposición colombiana de 1893... Se reunió

en chicago el parlamento de las religiones.

El doctor Jal (Hale) fue el defensor de los unitarios, Vio Kanada

fue el que representó al hinduismo y Joseph Cuk, fue el que

representó al cristianismo.

Después de que los demás representantes elogiaron las glorias de

las varias religiones que profesaban, le tocó su turno a Joseph

Cuk.

Dramáticamente él se acercó al frente de la plataforma y anunció

en voz fuerte:

“Les presentó a la dama “Macbeth” La dama Macbeth fue el

personaje principal del drama “Macbeth”, una tragedia teatral

escrita por Shakespeare, en la trama la dama Macbeth, hizo que

su marido matara al rey Duncan, mientras este era huésped en el

castillo de Macbeth.

Ella era una mujer durísima de corazón, aparentemente ella tenía

tranquilidad a pesar de ser la asesina intelectual del crimen del

rey Duncan, pero, por fin la conciencia le hizo reconocer lo

horrible del crimen que había cometido, a pesar de sostenerlo con

un descaro y ufanándose de ello cuando estaba despierta, las

horas cuando dormía le eran un tormento.

La congoja la enloquecía, la culpa le perseguía

por todos lados... Por fin llamaron al médico

de ella y estando él presente la dama se

paseaba en su alcoba hablando dormida, la

aturdida conciencia de esta mujer daba

expresión al delito, aún cuando la dama quiso

guardarlo en secreto, en su desesperación ella gritaba:

La culpa 6 de 15

¡Fuera de aquí, condenada mancha! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera te digo!

¡Aún está el hedor! ¡La sangre! ¡Lo horrible del crimen! ¡Ni todos

los perfumes de Arabia podrán purificar esta mano! ¡Ay de mí!

Gritaba ella.

Esa era la dama de quien habló el hermano Cuk, delante de aquel

inmenso grupo de gente en Chicago... Después de presentarla así,

se dirigió al doctor Jal el unitario y le preguntó: ¿hay algo señor

en su religión que pueda purificar y dar descanso a la conciencia

de esa mujer? El doctor permaneció callado... ¡no lo tenía!

Le hizo al Indostaní la misma pregunta, y el también se quedó sin

contestar; y luego alzando los brazos hacia la concurrencia dijo

apasionadamente:

¡Yo si tengo algo para curar a esa mujer, ese algo es la sangre de

Jesucristo! ¡Que es la que limpia de toda maldad y todo pecado! ¡Y

trae paz a la alma pecadora!

Para quitar la culpa, la mancha del pecado, no basta de una

ceremonia religiosa, ni el hacer penitencia, ni ninguna

determinación, ni ninguna obra, ni infligirse castigo: la culpa sólo

la pueda acabar el amoroso perdón del hijo de Dios, Jesucristo en

quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados

según las riquezas de su gracia. Como dice Efesios 1:7

Muchos sentimientos de culpa pueden conducir al arrepentimiento

y las personas terminan entregándose a Cristo. Dios perdona el

pecado, y entonces la depresión, la angustia, y el sentimiento de

culpa desaparecen. Ahora bien, el aceptar a Jesucristo y

arrepentirse no significa que estemos divorciados de la antigua

naturaleza, la cual cada día lucha contra la nueva, no obstante el

creyente tiene fuera de duda, el inmediato acceso a Dios,

mediante Jesucristo, el cual perdona al hijo que falla cuando este

busca su perdón.

Efesios 3:12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza

por medio de la fe en él;

Así que la culpa real, es un sentimiento inducido por el Espíritu

Santo cuando se ha quebrantado la ley de Dios, y los genuinos

sentimientos de culpa no pueden racionalizarse o disiparse por los

esfuerzos del mejor terapeuta, consejero u orientador o por el

castigo, ya que han sido implantados por Dios, y solo él puede

eliminarlos por medio de Jesucristo, el perdón otorgado por Dios

quita de nosotros ese sentimiento de culpabilidad cuando hemos

violado sus leyes.

La culpa 7 de 15

Salmo 103:12-14 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo

alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13 Como el padre se

compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.

14 Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos

polvo.

Obviamente el perdón de Dios, se produce cuando hay un

arrepentimiento sincero en nosotros, y nos apartamos de ese

pecado.

Proverbios 28:13 El que encubre su pecado no prosperará, más el

que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

David había pecado, mintió, adulteró con Betsabé, mujer de Urías

Heteo, la cual quedó embarazada y para ocultar su pecado, trató

de que el marido de Betsabé durmiera con ella, pero al no dormir

con ella, fraguó o planeó el

asesinato de Urías Heteo, quien

finalmente muere al ejecutarse lo

planeado contra él, pero David no

confesó su pecado a Dios, y al no

hacerlo le perseguía la culpabilidad,

él se estaba consumiendo por la

carga de la culpa y le estaba

ocurriendo lo mismo que a la dama

de Macbeth.

Salmo 32:4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

Se volvió mi verdor en sequedades de verano. [Selah]

Pero, cuando arrepentido confiesa su pecado, Salmo 32:5 Mi

pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis

transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

[Selah] ¿Qué sucede? Dios perdona su maldad; y David se siente

ligero, libre, ya no tiene sobre su conciencia el terrible peso de la

culpa. Vuelve a sentirse vivo, sin condenación y regresa el gozo a

su alma y vuelve a cantar al Dios de su salvación: Salmo 32:10-11

Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová,

le rodea la misericordia. 11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;

Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Es necesario terminar con el pecado, para que no se sea

perseguido por la culpabilidad.

Dice: Hechos 3:19 Así que arrepentíos y convertíos para que sean

borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del

señor tiempos de refrigerio.

Un arrepentimiento sincero y el perdón de Dios, acaban con la

culpabilidad, con la condenación. Ahora miremos un poco del

La culpa 8 de 15

segundo tipo de culpa, la culpa ficticia, la cual es producida por

un ambiente excesivamente censurador.

Suele suceder que este tipo de culpa, produce sentimientos que

atormentan a la persona, pero no son de naturaleza espiritual,

sino que provienen de causas emocionales, tal vez producidas por

ciertas situaciones de ambiente, estos sentimientos pueden

desarrollarse comúnmente desde la niñez, y pueden llamarse

sentimientos de culpa ficticia, falsa o que no tiene razón de ser.

Esta culpa es producida por ejemplo: al poner metas o

expectativas demasiado altas a los hijos, y los hijos al no

alcanzarlas se sienten culpables y muchas veces inútiles, situación

que con el paso del tiempo, al no haber palabras de aliento de los

padres a los hijos, también llevan a los hijos a estados de

depresión o inseguridad.

Ese sentimiento de culpabilidad

emocional, es producido también

cuando se le señalan constantemente

los defectos, deficiencias o falta de

capacidad que algunos niños tienen,

estas faltas constantemente se

tratan de corregir con palabras

ofensivas que en vez de ayudar al

niño, le hacen sentir más culpable, a veces se les suele llamar:

inútiles, cochinos, inservibles, burros, buenos para nada, cerebro

de mosquito, o que son feos, horribles.

No remarque los defectos físicos y muchos menos cuando un niño

usa lentes o se le comienzan a caer los dientes.

No le diga: ¡hay hijo que feo te ves chimuelo! No le haga burla,

ya que cuando usted le dice eso al niño, hace sentir al niño

culpable de algo que él no tiene la culpa, ya que la dentición es un

proceso por el cual pasamos todos.

Ese sentimiento de culpa, con el cual crecimos muchos de nosotros

y estamos haciendo crecer a los hijos, no son reales, sino ficticios

ya que son culpas que ponen los hombres sobre las personas, al no

lograr las exigencias que ellos o nosotros demandamos de las

personas.

Este estado de culpa no lo produce Dios sino el hombre, pero

pueden dañar enormemente las emociones y la espiritualidad tanto

del niño como del adulto.

La culpa 9 de 15

A veces se crece en un hogar estrictamente exagerado, en donde

se colocan normas muy altas, y al no lograrlas se culpa a la

persona por su incapacidad, y ella crece con un sentimiento de

culpabilidad, que también le lleva a la auto-condenación o al auto-

castigo y cada que haga algo mal, ya no necesita que alguien le

diga que es un inservible o bueno para nada, ya que él mismo se

auto-nombra así, por ejemplo:

(11-503)

Dos personas están conversando, mientras toman un café, una de

ellas, al extender su mano para alcanzar el azúcar, vuelca su taza

de café y una reacción típica de la culpa es ¡oh, que tonto e inútil

soy! ¡Debería de tener más cuidado! ¡Lo he trastornado todo!

¡Lo siento mucho! Y así continúa la

persona regañándose así misma por

el accidente. Esto que sucedió es

lamentable, pero fue un accidente,

y se puede decir ¡perdone, lo

siento! ¡Use mi servilleta mientras

yo limpio la mesa! Y quizás más

tarde se ofrece a pagar si se

rompió o se estropeó algo.

La culpa que Dios permite en nosotros porque le fallamos, por lo

general está, nos ayudará si es que nos arrepentimos y buscamos

su perdón.

La culpa que coloca el hombre... Nos destruirá.

Cuando se haya cometido alguna falta, con la cual se llega a

producir ese sentimiento de culpabilidad, se tiene la solución; en

el arrepentimiento y la confesión del pecado Dios, el cual es

amplio en perdonar Isaías 55:7 Deje el impío su camino, y el

hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual

tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio

en perdonar.

(BAD) Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus

pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es

generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia.

(DHH) Que el malvado deje su camino, que el perverso deje sus

ideas; vuélvanse al Señor, y él tendrá compasión de ustedes;

vuélvanse a nuestro Dios, que es generoso para perdonar.

Lamentablemente hay personas que aunque el Señor les perdona, y

ellos o ellas están en paz con Dios, no falta el dedo acusador,

señalando constantemente o echando en cara la falta que cometió

la persona, y esa culpa que Dios ha quitado, la persona se encarga

La culpa 10 de 15

de volverla a poner sobre la persona que fue perdonada,

Haciéndoles con ello sentirse como lo peor, lo más ruin, lo más

miserable. Pero esa culpa que Dios

perdonó y se vuelve a echar sobre la

persona por cualquier ser humano,

llámese cónyuge, padre, madre, hijo,

vecino, pariente, no es una obra divina,

sino una obra satánica.

La persona que echa en cara lo que

Dios ya perdonó, tal vez sin saberlo, está siendo un instrumento

utilizado por el diablo.

Zacarías 3:1-3 Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual

estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano

derecha para acusarle. 2 Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te

reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te

reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 3 Y

Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del

ángel.

El sumo sacerdote había fallado. Y él sabía cómo expiar su culpa,

por medio de los sacrificios que estaban ordenados por Dios, pero

a pesar de que seguramente lo había hecho, ¿quién estaba a su

mano derecha para acusarle? Satanás...

Y mire que, para muchos de nosotros quien está a nuestra mano

derecha es la esposa, el esposo, los hijos, los padres, los tíos, los

parientes, los vecinos e incluso los amigos.

Si el esposo, la esposa, los hijos, el hermano en Cristo han

fallado a alguien, o incluso a nosotros, no tenemos porque estarles

acusando constantemente, ni de vez en cuando ¡ni nunca, lo que

Dios ya les ha o nos ha perdonado!

No seamos instrumento de satanás, para recordar culpas o

pecados de nuestros semejantes.

No olvidemos que el arrepentimiento y la

confesión del pecado, colocan el alma del

que cometió la falta, bajo la bendición de

Dios, por lo tanto no seamos un

instrumento de maldición.

Y, aunque miremos que la persona no se

arrepiente, no nos corresponde culpar o

condenar.

No somos nadie, para echar en cara las culpas reales que la

persona a lo mejor siente o ya no siente, y nos somos nadie, para

La culpa 11 de 15

poner cargas o exigencias fuera de lo normal sobre el prójimo,

que sabemos le van a producir culpabilidad.

Un ejemplo de producir culpa ficticia en el prójimo:

Como tú no has trabajado extras, es por eso que casi estamos

muertos de hambre, y no tenemos negocios, empresas, autos

casas como los vecinos. Porque eres un inútil.

Mi hijo nació igual de feo que tú, y todo por casarme contigo. Tú

hubieras de ser igual de inteligente que el marido de Pánfila, mira

nada más como ha prosperado, pero tú eres un pobre bicho, bueno

para nada.

Si tú fueras como fulanita, pero por tu falta de cultura, en lugar

de ser una bendición eres una maldición.

Por tu culpa nunca hemos hecho nada, eres un cobarde o una

cobarde, un miedoso o una miedosa, y sino hubieras hecho esto o

aquello ahorita estuviéramos “re bien”.

¿Verdad que esto nada más se da en las novelas de Shakespeare?

¿Verdad que usted nunca culpa a su esposo o esposa de nada?

¿Verdad que todas las ofensas han sido perdonadas y usted nunca

echa el pasado en cara?

Se cuenta esto que pasó en Chiapas, no sé si sea verídico pero

nos puede ayudar:

Había un hombre de campo, que tenía un burrito llamado chapito,

este burrito le había servido a aquel hombre por muchos años,

pero al pobre burrito le atacó el reumatismo.

Así que para evitarle el dolor decidió matarlo, lo llevó lejos a la

montaña y lo amarró de un árbol, levantó el rifle y apuntándole a

la cabeza no se atrevió a disparar, ya que el pobre burrito lo

miraba con ojos de súplica, diciéndole; ¡pues que mal he hecho,

siempre te he servido, anda pues, no me mates! ¿Oh, acaso tú no

te enfermas?

Bajó su rifle y jalando a su burrito lo llevó al pueblo, y allí en el

pueblo le dijo a un vecino, te doy $500 pesos por matar a chapito

ya que yo no tengo el valor de hacerlo.

Este al oír que daría $500 pesos dijo: con gusto lo haré... Así

que se llevó a chapito otra vez a la montaña, lo amarró, levantó el

rifle y al apuntarle, chapito le mira y le dice ¡y tú quien eres, a ti

ni te conozco, además no te he hecho nada para que me mates!...

Y aunque esta persona quería los $500 pesos (pues era casi lo de

un mes de salario) ¿cómo le hago? De repente dice ¡ah sí! Ya se lo

voy a hacer ¡Haré un hoyo para enterrarlo vivo!

La culpa 12 de 15

Así que comenzó a cavar hasta que estuvo listo el hoyo, y de un

empujón, echó al pobre chapito en lo que sería su sepultura, y

poniéndose de espaldas para no ver la muerte lenta y agonizante

de chapito, echaba la tierra con la pala

por encima de su hombro.

Creyendo que después de una hora de

haber estado echando paladas y

paladas de tierra, chapito debía de

estar completamente sepultado, se

volteó para mirar, pero para su

sorpresa ¡chapito estaba sobre la

tierra! Chapito al sentir cada palada de

tierra sobre su cuerpo se sacudía y se iba subiendo sobre la

misma tierra...

¿Cuál es la aplicación de la historia de chapito para nuestra vida?

Que cada que le echen o nos echen tierra, que cada que quieran

poner culpas sobre nosotros, hay que darse una sacudida, y no

dejar que se nos peguen.

Somos seres imperfectos, somos de barro, siervos inútiles, los

cuales de una o de otra manera como dicen los antiguos: hemos

metido la pata.

Haber, levante un dedo si ha metido alguna vez la pata, 2 dedos

si la ha metido 2 veces, 3... ¡Huy! Yo utilizaría hasta los dedos

de los pies... Pero así de imperfectos, Dios nos ama, y él dice

que completará la obra que comenzó en nosotros...

El último punto que vemos el día de hoy, es cuando una persona ha

fallado y aunque se arrepiente y sabe que Dios le ha perdonado,

el no se perdona así mismo y sigue llevando esa culpa que ya no

existe porque Dios ya la quitó y la echó al fondo del mar.

Miqueas 7:18-19 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y

olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para

siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19 El volverá

a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades,

y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Si Dios ya echó a lo profundo del mar nuestros pecados, por que

insistir en seguirlos llevando, cuando estos ya han sido perdonados.

Cuando a los ojos de Dios ya no existen.

La culpa 13 de 15

Aunque el esposo, la esposa o quien quiera que sea, eche en cara

el fracaso, la falta, el pecado que se haya cometido, no tiene

porque sentirse ya culpable, se tiene que aprender a perdonarse a

sí mismo, porque si así no lo hace, siempre le seguirá ese espíritu

de culpabilidad, de condenación, que al final de cuentas terminará

destruyéndole.

En la ciudad de Oregón, un líder cristiano cayó en un pecado

moral, ofendiendo con esto a la iglesia, a la esposa, a los hijos, al

enterarse de esto el movimiento al cual pertenecía decidió quitarle.

En un momento perdió todo, menos su familia que había decidido

perdonarle, ese hombre que había caído fue buscado por un pastor

amigo suyo queriéndole restaurar. Lo invitó a su iglesia y ahí se

congregó, dando muestras de un arrepentimiento genuino, su amigo

pastor al pasar el tiempo le permitió volver a compartir la palabra,

a ministrar y lo hacía muy bien humillado y contrito.

El movimiento que le quitó, al enterarse del fruto de

arrepentimiento que daba este siervo, lo volvió a llamar, pero lo

mandó a otra iglesia.

El amigo que ayudó a su restauración al enterarse de esto le

preguntó ¿cuándo iba a estar en el pastorado? A lo que este

siervo contestó ¡nunca jamás lo voy a hacer ya que he avergonzado

a Jesús a la iglesia y a mi familia!

El amigo cayó de rodillas pidiéndole a Dios por la restauración de

su amigo.

Y así puesto de rodillas; Dios, le dio una visión, en la cual le

mostraba una biblioteca muy

grande, enorme, con muchos

volúmenes y cada volumen tenía el

nombre de una persona diferente,

y miró como si una lámpara de

mano, anduviera buscando un

nombre, hasta que se enfocó o se

detuvo en el nombre de la persona

que había caído.

En la visión, Dios le permitió abrir el libro y leerlo, en lo cual

estaba escrita la historia de aquel hombre, él la comenzó a leer

desde su conversión y el quiso saber como Dios había registrado la

historia de su caída, cuando llegó a esa hoja, a ese episodio, halló

que esas páginas estaban en blanco, y al pie de la página estaban

escritas estas palabras:

La culpa 14 de 15

La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, llorando le

volvió a llamar a su amigo y le dijo la visión y el hombre hoy está

sirviendo, ese hombre salvó su ministerio.

La Palabra del Señor nos dice en: Romanos 8:33-34 ¿Quién

acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el

que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el

que también intercede por nosotros.

Así que si se ha fallado, y se siente culpable, Dios nos da la

medicina: arrepentirse, se pide perdón a la persona que se

ofendió y, a Dios, ya que él es fiel y justo para perdonar nuestro

pecado y limpiarnos de toda maldad. Después de ello se deben dar

muestras, o frutos de un verdadero arrepentimiento, no volviendo

a cometer el mismo pecado.

Esposa, esposo, ya no acuse; hermano, hermana en Cristo ya no

acuse, ya no culpe, ya no señale, porque mire lo que Dios hace

con sus hijos que han fallado y les están acusando.

Zacarías 3:1-5 Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual

estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano

derecha para acusarle. 2 Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te

reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te

reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 3 Y

Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del

ángel. 4 Y habló el

ángel, y mandó a los

que estaban delante de

él, diciendo: Quitadle

esas vestiduras viles. Y

a él le dijo: Mira que

he quitado de ti tu

pecado, y te he hecho

vestir de ropas de gala.

5 Después dijo: Pongan

mitra limpia sobre su

cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le

vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.

Yo no sé en qué áreas hayamos fallado, en la mentira, en

infidelidad, en algún vicio, en alguna perversión, yo no sé qué

mancha tenga nuestra conciencia, pero si se que Dios el día de

hoy la quiere desaparecer.

La culpa 15 de 15

Si usted ha sentido culpa, es momento de arrepentirse de esa

falta, cuando tenga oportunidad pida perdón a quién ha ofendido,

pida perdón a Dios.

Incline su rostro y agradezca a Dios que la sangre de Jesucristo,

nos perdona ese pecado y nos quita esa culpa, y a su vez es

tiempo de perdonar a los que nos han estado culpando.

Y, hay que recordar que, no hay almohada tan blanda como una

conciencia limpia.

Ninguna imagen e ilustración, que utilicé para esta breve enseñanza es de mi autoría, ruego su comprensión a los dueños de las mismas, a quienes corresponde todo el crédito de ellas. Atte. Juan Carlos Hoy Romero [email protected]

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