la dictadura de trujillo (1930-1961), por augusto senciÓn villalona

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La dictadura de Trujillo (1930-1961) Augusto Sención Villalona Archivo General de la Nación Volumen CLXXXIII

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Una historia ilustrada de la tiranía trujillista.

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1 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

La dictadura de Trujillo(1930-1961)

Augusto Sención Villalona

Archivo General de la NaciónVolumen CLXXXIII

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 2

La dictadura de Trujillo(1930-1961)

Autor: © Augusto Sención Villalona

De esta edición: © Archivo General de la Nación (Vol. CLXXXIII)

Ilustración: José Mercader Alfredo Burgos

Diseño gráfico: Angel Portillo

Asociación Equipo Maíz, El Salvador

Corrección de estilo: Joaquín Guillermo Sención

Gladys María Sención

Primera edición: 2012

ISBN978-9945-074-73-4

Impresión: Editora Búho, S. R. L.

Archivo General de la NaciónDepartamento de Investigación y Divulgación

Área de PublicacionesCalle Modesto Díaz, Núm. 2, Zona Universitaria,

Santo Domingo, República DominicanaTel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110

www.agn.gov.do

Impreso en República Dominicana / Printed in Dominican Republic

3 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Presentación __________________________________________________________ 5

Agradecimientos ______________________________________________________ 6

Capítulo I: Rafael Trujillo: niñez, juventud y ascenso al poder ____________ 7 1.1 Niñez y juventud de Trujillo _____________________________________ 9 1.2 Ocupación militar de EE.UU. e ingreso a la Guardia _______________ 10 1.3 Ascensos militares ____________________________________________ 14 1.4 Ascenso a la Presidencia de la República en 1930 ________________ 16

Capítulo II: Período 1930-38: afianzamiento del poder y primeros monopolios de Trujillo _______________________________________________________ 33 2.1 El primer gobierno de Trujillo: 1930-34 ___________________________ 34 2.2 El segundo gobierno de Trujillo: 1934-38 _________________________ 52 2.3 Jacinto Peynado: primer presidente títere ________________________ 67

Capítulo III: Período 1939-1946: desarrollo capitalista y rebeldías internas _____________________________________________ 69 3.1 Viaje de Trujillo al exterior ______________________________________ 70 3.2 Inicio de la Segunda Guerra Mundial ____________________________ 71 3.3 Muerte de Peynado y ascenso de Troncoso de la Concha _________ 72 3.4 El cuarto gobierno ____________________________________________ 76

Capítulo IV: Período 1947-1957: luchas políticas y expansión económica _________________________________________ 97 4.1 Inicia el quinto gobierno _______________________________________ 98 4.2 La expedición de Cayo Confites ________________________________ 99 4.3 Más propaganda y represión de la dictadura _____________________ 101 4.4 La fracasada expedición de Luperón ____________________________ 102 4.5 Nueva expansión capitalista ____________________________________ 104 4.6 El sexto gobierno y el tercer presidente títere: 1952-57 ____________ 113

Capítulo V: Período 1958-61: crisis y caída de la dictadura _______________ 125 5.1 Séptimo gobierno: siguen los títeres ___________________________ 126 5.2 Crisis económica ____________________________________________ 127 5.3 Caída de las dictaduras de Venezuela y Cuba y reactivación de la lucha contra Trujillo _____________________________________ 131 5.4 Expedición del 14 de junio de 1959 ____________________________ 135 5.5 Más lucha contra la dictadura y creación del Movimiento 14 de Junio ______________________________________ 137 5.6 Gobierno aumenta la represión ________________________________ 141 5.7 Continúa la lucha contra la dictadura ___________________________ 145 5.8 Llegada del Movimiento Popular Dominicana (MPD) _____________ 148 5.9 Estados Unidos le retira el apoyo a la dictadura _________________ 150 5.10 La Iglesia se distancia del régimen _____________________________ 151 5.11 Trujillo intenta asesinar al presidente de Venezuela _______________ 154

Tabla de Contenido

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 4

5.12 Asesinato de las hermanas Mirabal ___________________________ 157 5.13 Asesinato de Trujillo _________________________________________ 159 5.14 Después del asesinato de Trujillo _____________________________ 161 Referencias Bibliográficas _________________________________________ 166 Publicaciones del Archivo General de la Nación _________________________ 168

5 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Presentación

La dictadura de Rafael L. Trujillo, formalmente iniciada el 16 de agosto de 1930, se instauró desde el 23 de febrero de ese año, cuando sectores leales al alto militar y bajo las directrices trazadas por éste, derrocaron al presidente Horacio Vásquez.

El gobierno de Trujillo, impuesto por la fuerza, se prolongó en un largo período que culminó el 30 de mayo de 1961, cuando un grupo de conjurados puso fin a la vida de quien se hizo llamar Generalísimo, Doctor, Primer Maestro, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva.

Durante aquel terrible gobierno, interminables acontecimientos y coyunturas fueron caracterizando la dictadura e imponiéndola al costo de un elevado número de asesinados, prisioneros políticos y expatriados, a la vez que, tanto en territorio dominicano como en el exilio, un nutrido grupo de dominicanos impulsaban movimientos y acontecimientos que tenían como propósitos provocar el final de aquel extendido momento de dolor y oprobio.

Fueron importantísimos en la consolidación de Trujillo, como gobernante, el exterminio de la oposición interna, la destrucción de los partidos políticos de oposición y la formación de un partido único de corte fascista. También el control y monopolización del aparato productivo, la matanza de inmigrantes haitianos en 1937, el simulacro de apertura democrática en los años cuarenta y el establecimiento de gobiernos títeres.

Como resistencia a las acciones dictatoriales de Trujillo fueron significativos los intentos expedicionarios del Mariel, Cayo Confites, Luperón y del 14 de Junio de 1959. También las acciones del movimiento estudiantil, los intentos para dar muerte a Trujillo en 1933, 1934 y 1935, la organización y luchas del movimiento obrero y las conspiraciones que se sucedieron a finales de los años cincuenta.

Todos estos acontecimientos son recogidos por Augusto Sención Villalona en su nuevo libro La dictadura de Trujillo (1930-1961), en el que, con destreza poco común y con lenguaje apropiado para una juventud deseosa de conocer y estudiar la historia dominicana, se apoya en la producción artística de los caricaturistas José Mercader, de República Dominicana, y Alfredo Burgos, de El Salvador, para facilitar, de manera visual, el conocimiento de los temas abarcados. La diagramación del libro fue realizada por la Asociación Equipo Maíz, de El Salvador.

El Archivo General de la Nación siente satisfacción de poder entregar a la juventud dominicana este nuevo libro; un esfuerzo que surgió del consenso logrado con el autor en el marco de la celebración del 50 aniversario del ajusticiamiento de Rafael L. Trujillo.

Alejandro Paulino Ramos

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 6

AgradecimientosEsta publicación ha sido posible gracias al apoyo de la Dirección

General de Aduanas.

7 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Rafael Trujillo: niñez, juventud y ascenso al

poder

Capítulo I

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 8

Rafael Leónidas Trujillo Molina gobernó la República Dominicana entre agosto de 1930 y mayo de 1961. Durante su dictadura, que se caracterizó por el poder absoluto de él y sus familiares sobre el país, hubo un importante proceso de industrialización y se crearon las bases del sistema fi nanciero, pero a costa de la explotación extrema de la fuerza de trabajo por parte de sus grandes empresas y de la más terrible represión, humillación y sometimiento del pueblo.

Trujillo tomó el poder mediante el fraude y el asesinato y lo mantuvo de la misma manera y apoyado por los militares, muchos intelectuales, el Partido Dominicano (dirigido por él), la cúpula de la Iglesia Católica, la prensa y el gobierno de Estados Unidos, que solo le quitó el respaldo cuando vio que su dictadura comenzaba a derrumbarse a fi nales de los años cincuenta.

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9 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

1.1 Niñez y juventud de TrujilloRafael Trujillo nació el 24 de octubre de 1891, en la ciudad de San Cristóbal. Era el tercer hijo de once que tuvieron José Trujillo Valdez y Altagracia Julia Molina. De los once hijos, siete eran hombres y cuatro mujeres.

La familia Trujillo-Molina, residente en el área rural de la Provincia de San Cristóbal, era de un nivel social medio. Don José era un mediano comerciante y doña Altagracia se dedicaba a las labores hogareñas.

En sus primeros años, Trujillo estudió en una escuela y en un colegio de San Cristóbal. Durante su juventud compartió algunas fechorías con sus hermanos, sobre todo con José Arismendi, conocido como Petán, quien robaba gallinas y ganado y constantemente tenía problemas con la justicia.

En el año 1907, cuando tenía 16 años, obtuvo una plaza de telegrafi sta. En ese empleo, que desempeñó en San Cristóbal, Baní y Santo Domingo, se mantuvo hasta el año 1910.

En 1913 casó con Aminta Ledesma, de origen campesino y nacida en San Cristóbal. En 1916 se integró a una pandilla de jóvenes conocida como “La 44”, que se dedicaba principalmente a asaltar bodegas. A fi nales de 1916, cuando tenía 25 años, comenzó a laborar en la industria azucarera, primero en la Provincia de San Pedro de Macorís y luego en la ciudad de Andrés, Boca Chica, donde fue guardacampestre, una especie de policía privada encargada de mantener el orden en el central azucarero. Estuvo en ese cargo hasta 1918.

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1.2 Ocupación militar de EE.UU. e ingreso a la GuardiaEn mayo de 1916, el gobierno de Estados Unidos invadió a la República Dominicana, que para entonces se encontraba casi en estado de guerra civil, producto del enfrentamiento entre las tropas dirigidas por el caudillo militar Desiderio Arias y las tropas del gobierno presidido por Juan Isidro Jimenes. Tras la intervención, Desiderio Arias se trasladó a Santiago y no pudo seguir combatiendo.

Estados Unidos “justifi có” su invasión alegando que el Estado dominicano había violado la convención de 1907, que le otorgaba al gobierno norteamericano el control de las aduanas dominicanas.

El presidente Jimenes renunció y el Congreso lo sustituyó por Francisco Henríquez y Carvajal, quien se opuso a las exigencias del gobierno de Estados Unidos, el cual decidió cortar los ingresos de las aduanas. El 29 de noviembre de 1916, el contraalmirante Harry Shepard Knapp leyó a bordo del vapor de guerra Olimpia una proclama donde se ponía a la República Dominicana bajo la soberanía del gobierno norteamericano. Knapp quedó como gobernador militar del país, que fue ocupado por tropas de Estados Unidos.

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La invasión de Estados Unidos se debió realmente al interés de los grupos de poder de ese país de modernizar la economía dominicana e invertir en los negocios de exportación, principalmente en la industria azucarera, que con la Primera Guerra Mundial (1914-18) se hizo muy rentable, pues los precios de ese producto se elevaron mucho debido a la escasez de azúcar de remolacha en los países europeos.

En 1914 una tonelada de azúcar valía 48 dólares en el mercado internacional y para 1916, año de la invasión de Estados Unidos a República Dominicana, la misma tonelada valía el doble, 98 dólares. En esos mismos años el precio del cacao pasó de 187 dólares a 283 dólares y el del tabaco aumentó de 106 a 180 dólares.

Entre 1914 y 1920 las exportaciones dominicanas de azúcar, cacao y tabaco crecieron mucho. Las ventas de café crecieron bastante hasta 1919, pero bajaron en 1920.

Cuadro No.1Exportaciones e importaciones (en miles de dólares)

11 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Años Azúcar Cacao Tabaco en hoja

Café

1914 4,943 3,896 394 345

1920 45,305 6,168 4,240 265

Fuente. Roberto Cassá: “Historia Social y Económica de la República Dominicana”, Tomo II. Año 1997.

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Entre 1914 y 1920, las exportaciones totales del país pasaron de poco más de 10 millones a casi 59 millones. Eran los años de la llamada “Danza de los Millones”.

Para controlar el comercio y las principales industrias, los empresarios norteamericanos necesitaban que en la República Dominicana hubiera estabilidad política, algo que no le garantizaban los gobiernos caudillistas de entonces, que eran frecuentemente derrocados por jefes militares que controlaban zonas específi cas del país. Con la ocupación se crearon las condiciones para estabilizar el país: ejército fuerte, desarme de la población y construcción de carreteras.

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13 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Las tropas de ocupación apresaron, torturaron y asesinaron a muchas personas de las zonas rurales del este del país, donde surgieron movimientos armados llamados “gavilleros” que operaron hasta los inicios de 1922. Los “gavilleros” estaban integrados mayormente por campesinos y trabajadores de zonas donde prevalecía la producción azucarera. Uno de sus principales dirigentes fue Vicente Evangelista. Otro combatiente fue Gregorio Urbano Gilbert, quien años después se trasladó a Nicaragua, donde fue lugarteniente del revolucionario nicaragüense Augusto C. Sandino, cuando las tropas norteamericanas invadieron a ese país en 1927.

El 9 de diciembre de 1918, Trujillo le envió una carta a C. F. Williams, coronel y comandante de la Guardia Nacional organizada por el gobierno de ocupación, donde le pedía un puesto de ofi cial en ese cuerpo armado. Un tío suyo, Teódulo Pina Chevalier, quien era jefe del Servicio de Inteligencia de la Guardia Nacional, infl uyó para que el Coronel Williams aceptara la solicitud de Trujillo, quien el 11 de enero de 1919 fue nombrado segundo teniente de la Guardia Nacional, al servicio de una Compañía con asiento en la provincia de El Seibo.

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Trujillo ascendió rápidamente en su carrera militar. El 31 de julio de 1920, cuando se encontraba de servicio en El Seibo, el mayor Thomas E. Watson lo catalogó en un informe como “uno de los mejores en servicio”. En diciembre de 1921 fue designado comandante de la guarnición de San Pedro de Macorís.

En enero de 1922, el mayor César Lora, comandante del Departamento Norte en Santiago, pidió que Trujillo fuera trasladado a su jurisdicción. En septiembre del mismo año, la Guardia Nacional fue convertida en Policía Nacional Dominicana y al mes siguiente Trujillo fue ascendido de segundo teniente a capitán de la Policía.

Entre mayo y agosto de 1923 Trujillo realizó estudios de administración, topografía, ingeniería de campaña, derecho y maniobras de compañías y batallones, en la Escuela de Ofi ciales del Departamento Norte. Luego fue nombrado inspector del Primer Distrito Militar.

A fi nales de febrero de 1924 fue muerto el mayor Lora y el 6 de marzo Trujillo fue nombrado en el cargo de Lora y ascendido al grado de mayor.

1.3 Ascensos militares

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En 1924, Francisco J. Peynado, un empresario y político dominicano, y el Secretario de Estado norteamericano, Charles Evans Hughes, fi rmaron un acuerdo mediante el cual las tropas de ocupación saldrían del país luego de que se realizaran elecciones en marzo de dicho año. Previo a las elecciones se instaló un gobierno provisional presidido por Juan Bautista Vicini Burgos. Y en las elecciones fue elegido Presidente de la República el general Horacio Vásquez, dirigente del Partido Nacional.

Tras la salida de las tropas de Estados Unidos, la Policía Nacional, institución donde Trujillo ocupaba el tercer puesto de mando, había quedado como la única fuerza pública de la nación. La policía estaba comandada por el coronel Buenaventura Cabral, pero el 6 de diciembre de 1924 Vásquez nombró a Trujillo teniente coronel y jefe del Estado Mayor.

En 1927 la Policía Nacional fue transformada en Brigada Nacional y en mayo de 1928 fue convertida en Ejército Nacional, bajo la conducción de Trujillo, a quien el presidente Vásquez otorgó el rango de general de brigada y el cargo de comandante en jefe.

En solo diez años, Trujillo pasó de segundo teniente a general de brigada y jefe del ejército, debido a sus artimañas, a su tenacidad, disciplina, dureza, capacidad de trabajo y don de mando y a la confi anza que se granjeó con las tropas norteamericanas. Los ascensos militares le permitieron acumular poder y dinero.

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1.4.1 Condiciones que se dieron para que Trujillo tomara el poder

Trujillo derrocó con las armas al presidente Vásquez y luego llegó a la Presidencia de la República mediante un fraude electoral precedido de una fuerte represión. En el ascenso de Trujillo al poder del Estado se combinaron varios factores. Veamos:

1.4 Ascenso a la Presidencia de la República en 1930

a) El fortalecimiento del Estado y el desarme de la población

Entre los años 1916 y 1924, el gobierno militar de ocupación creó las bases políticas, sociales y económicas que acabaron con los caudillos militares, al construir carreteras, fortalecer el aparato administrativo y militar del Estado y desarrollar la industria azucarera, bajo control del capital norteamericano.

Durante los años de dominio norteamericano se crearon carreteras que unieron a Santo Domingo con Santiago, con San Pedro de Macorís y con Azua, y carreteras que unieron a Santiago con Puerto Plata y con Monte Cristi. Las tropas de ocupación sustituyeron a las fuerzas regulares del ejército dominicano en las tareas de defensa y de orden público y desarmaron a la mayor parte de la población (se confi scaron 9,337 fusiles, 25,760 revólveres y otras armas).

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También crearon la Guardia Nacional Dominicana y una escuela de entrenamiento de ofi ciales.

Las carreteras integraron a muchas zonas del país y permitieron abaratar el comercio interno y externo y elevar la producción nacional. También le permitieron a los cuerpos armados movilizar tropas e imponer el orden en el territorio nacional. En lo adelante, si algún caudillo se levantaba en armas, el Ejército lo liquidaba en pocos días. Además, el desarme de la población dejó a los viejos caudillos sin capacidad de formar grupos armados.

Como jefe del Ejército, Trujillo asignaba los puestos y rangos militares y quienes los obtenían le eran fi eles. Desde su alta posición militar y tomando en cuenta la debilidad de las instituciones del país, Trujillo estaba preparado para llegar a la presidencia, por cualquier vía y a cualquier precio.

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b) La debilidad de la burguesía nacional

El Estado que quedó tras la desocupación norteamericana, aunque modernizado y fortalecido, no podía ser controlado por una burguesía criolla, porque ésta no tenía sufi ciente poder económico, estaba desorganizada y era incapaz de imponer un gobierno estable. Cuando hablamos de burguesía nos referimos a la clase social dueña de grandes empresas y que emplea a mucha gente que trabaja para ella y le genera elevadas ganancias.

Las demás clases que había en el país, como los pequeños burgueses o pequeños empresarios, los proletarios, que son los asalariados de las empresas privadas, y el campesinado, que era mayoría, eran políticamente más débiles que la burguesía.

Como herencia de la ocupación, el Ejército era la institución más fuerte del Estado. Y como Trujillo dirigía el Ejército y había concentrando riquezas en sus manos, se le adelantó a la burguesía y pasó a dominar el Estado, para provecho suyo, de sus familiares, de algunos colaboradores y de Estados Unidos, que lo apoyó.

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c) Las pugnas entre los partidos y los políticos

Trujillo también se vio favorecido por las pugnas entre los partidos y los políticos de la época, que era un refl ejo de la debilidad de la burguesía para imponer el orden y hacer que el Estado funcionara sin sobresaltos.

El general Horacio Vásquez era un viejo caudillo que en 1899 dirigió la conspiración que terminó con el asesinato del dictador Ulises Heureaux, conocido como Lilís. Vásquez dirigía el grupo político conocido popularmente como los coludos (en alusión a los gallos con cola) y durante años su principal opositor había sido Juan Isidro Jimenes, caudillo que lideraba el grupo llamado los bolos (en alusión a los gallos sin cola).

En agosto de 1923, el grupo dirigido por Vásquez se alió al Partido Progresista, que dirigía Federico Velázquez, para participar en las elecciones del año siguiente. Vásquez fue elegido candidato a la presidencia y Velázquez a la vicepresidencia. El grupo de Vásquez adoptó el nombre de Partido Nacional y al unirse con el partido de Federico Velázquez se formó la Alianza Nacional Progresista.

Los opositores a Vásquez se aglutinaron alrededor de Francisco J. Peynado, quien creó una organización llamada “Coalición Patriótica de Ciudadanos” y en la que se juntaron antiguos seguidores de Juan Isidro Jimenes y del propio Horacio Vásquez y el general Desiderio Arias.

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Las elecciones se realizaron el 15 de marzo de 1924 y la Alianza Nacional Progresista obtuvo una contundente victoria, pues duplicó en votos a su rival y obtuvo 10 de las 12 senadurías y 24 de las 31 diputaciones.

En mayo se instalaron las cámaras de senadores y de diputados, que en poco tiempo reformaron la Constitución para reducir a cuatro años el período presidencial y prohibir la repostulación de quien fuera presidente.

El 12 de julio de 1924 el general Horacio Vásquez asumió la Presidencia de la República y para fi nales de agosto salieron del país las últimas tropas de ocupación.

A principios de 1927 el Congreso aprobó un crédito de 500,000 dólares para cubrir un faltante de dinero en el Ejército, que estaba dirigido por Trujillo. Esa cantidad de dinero era muy grande para la economía de la época y una parte de ella sirvió para fortalecer las fi nanzas de Trujillo, quien también acumulaba dinero explotando a los criminales presos que ponía a trabajar gratis en sus fi ncas. Mientras Trujillo acumulaba poder militar y dinero, los políticos de la época, incluyendo al presidente Vásquez, se debatían en pugnas que los debilitaban.

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El doctor José Dolores Alfonseca, quien estaba al frente de la Secretaría de Hacienda y Comercio, era al mismo tiempo presidente de la Junta Superior del Partido Nacional. Alfonseca era un fuerte candidato a sustituir al viejo caudillo, pero sus aspiraciones chocaban con las de Federico Velázquez, quien pretendía que la Alianza Nacional Progresista lo postulara a la presidencia en las elecciones previstas para 1928.

Por otra parte, Vásquez quería extender su mandato hasta 1930, pues según él y sus seguidores, cuando lo eligieron presidente regía la Constitución de 1908, que establecía un período presidencial de seis años. El Vicepresidente, Federico Velázuez, se opuso a las pretensiones de Vásquez, pues él aspiraba a sustituirlo en 1928. Dolores Alfonseca tampoco quería que Vásquez extendiera su mandato, pero aceptó su decisión porque creía que él podría ser candidato en 1930, cuando terminara el gobierno de Vásquez.

Para buscarle una salida al problema legal, se eligió una Asamblea Constituyente que quedó dominada por seguidores de Vásquez y que modifi có algunos aspectos de la Constitución, favoreciendo la ampliación a seis años del período del presidente, el vicepresidente, los senadores y los diputados. Federico Velázquez no estuvo de acuerdo con la ampliación del período y no presentó juramento cuando entró en vigencia la nueva Constitución, en junio de 1927. En 1928 Velázquez terminó su mandato y fue sustituido por Dolores Alfonseca.

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Tras la salida de Velázquez y la ruptura de la Alianza Nacional Progresista, se formaron dos grupos en el Partido Nacional: uno dirigido por Dolores Alfonseca y otro por Martín de Moya, quien era Secretario de Estado de Hacienda y Comercio y pariente de la esposa del presidente Vásquez.

Después que amplió su mandato hasta 1930, el presidente Vásquez anunció, en octubre de 1929, su intención de postularse para un segundo período en las elecciones de 1930, lo que generó malestar en amplios sectores de la población, sobre todo en las capas medias urbanas y en la juventud nacionalista, que lo rechazaba por haber llegado al gobierno al aceptar el plan Huges-Peynado impuesto por los norteamericanos. Mucha gente también estaba descontenta por la fuerte corrupción en el Estado.

Mientras el gobierno se debilitaba por la ruptura de la Alianza Nacional Progresista, por las luchas entre los seguidores de Vásquez y por el interés de éste de repostularse, la fi gura de Trujillo cobraba fuerza en la vida nacional. Pero Trujillo simulaba que no le interesaba ascender políticamente, y simulaba tan bien que hasta el presidente Vásquez le creía y le otorgaba ascensos militares.

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d) La crisis económica

En el año 1929 se inició con una crisis en los países más industrializados, como Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón y otros, donde quebraron muchas empresas que produjeron una cantidad de mercancías superior a las que el mercado demandaba. Millones de personas fueron despedidas de las empresas quebradas.

La crisis mundial se trasladó a la República Dominicana, que se sostenía en buena medida de la venta de productos en el exterior. Al haber menos demanda de esos productos en los países industrializados, los precios bajaron y provocaron una caída de las exportaciones, de 18.5 millones de dólares en 1930 a 9.5 millones en 1933. En el cuadro 2 se aprecia la fuerte caída, hasta el año 1933, de los precios del azúcar, café, cacao y tabaco, principales productos de exportación del país.

Años Azúcar Café Cacao Tabaco

1927 56 427 282 127

1928 50 470 220 90

1929 38 443 181 83

1930 28 305 130 79

1931 24 240 70 51

1932 16 200 58 50

1933 16 155 65 61

1934 20 176 78 44

Cuadro No. 2Precios promedios de los productos

de exportación (En toneladas métricas y dólares)

Fuente. Roberto Cassá: “Historia Social y Económica de la República Dominicana”, Tomo II. Año 1997.

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Como resultado de la caída de las exportaciones e importaciones se produjo una crisis interna que se expresó en los siguientes indicadores:

Toda la economía fue afectada y mucha gente cayó en la pobreza. La crisis golpeó con más dureza a la población campesina, a la gente que perdió su empleo en las ciudades y a los dueños de los pequeños negocios arruinados.

• La industria azucarera, que era la más importante del país, redujo las siembras, despidió a muchos trabajadores y recortó los salarios a la mitad.

• Entre 1928 y 1931, el gobierno, que recaudaba la mayor parte de su dinero a través del impuesto de aduana, redujo sus ingresos a la mitad, despidió a miles de personas y detuvo obras que estaban en construcción.

• El consumo interno disminuyó debido al enorme desempleo, al recorte de los salarios y al desplome de la inversión del gobierno y de los empresarios. Muchas empresas comerciales cerraron.

• Al caer la demanda bajaron los precios de los bienes que vendía la población campesina, la cual redujo drásticamente sus escasos ingresos.

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1.4.2 ¿Cómo Trujillo tomó el poder?

a) El derrocamiento del presidente Vásquez

A fi nales de octubre de 1929, en medio de una crisis política y económica, Vásquez viajó a Estados Unidos para operarse de un riñón y tuvo que permanecer en ese país poco más de dos meses. Alfonseca asumió la presidencia interina y Virgilio Martínez Reyna, infl uyente político en el Cibao, le aconsejó que destituyera a Trujillo, quien se había convertido en un peligro para el gobierno, ya que controlaba el ejército y desde ahí estaba robando dinero y acumulando riquezas y poder político.

Alfonseca, siguiendo los consejos de Reyna, invitó a Trujillo a su ofi cina pero éste no llegó. Luego lo convocó mediante una orden y Trujillo llegó acompañado de 14 ofi ciales, para darle una demostración de fuerza. La reunión entre ambos fue tan tensa, que la Legación de Estados Unidos, que era como se les llamaba entonces a las embajadas, intervino para evitar que se dieran otros encontronazos entre ellos.

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Sin embargo, los intentos de Trujillo por tomar el poder no se detendrían. Él estaba montando una conspiración con Rafael Estrella Ureña, un político y abogado de Santiago que durante un tiempo fue seguidor de Vásquez, en cuyo gobierno ocupó varios cargos importantes. Estrella Ureña se había convertido en un fuerte crítico de Vásquez y se alió con Trujillo para derrocar al presidente.

El plan para tomar el poder consistía en que un grupo de ofi ciales y civiles dirigidos por Estrella Ureña se tomaría la Fortaleza San Luis, de la ciudad de Santiago, y desde ahí avanzaría hacia la capital para derrocar al gobierno. La toma de la fortaleza se haría para aparentar el inicio de una revolución, pues en realidad Trujillo les ordenaría a las tropas del recinto militar no hacer resistencia y dejar que los sublevados lo tomaran, avanzaran hacia la capital y derrocaran a Vásquez.

Derrocado el presidente vendría la segunda parte del plan de Trujillo, que consistía en que se formara un gobierno provisional que organizara elecciones en las que él fuera candidato a la presidencia. Trujillo sabía que el gobierno de Estados Unidos no le cerraría el paso en medio de un caos como el que se iba a presentar, pues solo él y su poderío militar podían imponer el orden y garantizar los intereses de los norteamericanos.

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El 5 de enero de 1930 regresó Vásquez al país en estado convaleciente y el 23 de febrero del mismo año se inició el plan de Trujillo para derrocarlo. Ese día un grupo de hombres armados ocupó pacífi camente la fortaleza San Luis e hizo disparos al aire para simular una revuelta armada. El jefe político de los alzados era Rafael Estrella Ureña y el jefe militar era su tío, el general José Estrella. Pero por encima de ambos había un jefe político y militar, el general Rafael Trujillo, quien tenía el poder real del Estado desde que asumió el mando del Ejército en el año 1928.

La misma noche del 23 de febrero, Estrella Ureña y el general José Estrella salieron con un grupo de hombres para Santo Domingo. En la mañana del 24, el presidente Vásquez, asustado por lo que ocurría, buscó refugio en la Embajada de Estados Unidos, con su esposa y con el vicepresidente Alfonseca. El embajador norteamericano, Charles Curtis, se comunicó con Trujillo y éste le aseguró que era fi el al presidente. Entonces Vásquez volvió a la Mansión Presidencial, pero ante la insistencia de algunos de sus amigos de que Trujillo lo había traicionado y quería derrocarlo, se dirigió a la fortaleza Ozama donde Trujillo lo recibió con honores.

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En la fortaleza, Vásquez le preguntó a Trujillo si él era su presidente o su prisionero. Trujillo le contestó que él era su presidente y le pidió que le ordenara. Entonces Vásquez le ordenó enviar 200 hombres al mando de un coronel de apellido Alfonseca a hacerles frente a los alzados, que se acercaban a Santo Domingo por la carretera de Santiago. Se ejecutó la orden y Vásquez se retiró. Pero luego Trujillo envió a cuatro ofi ciales encabezados por el coronel Simón Díaz, segundo jefe del Ejército, para que alcanzaran a Alfonseca, lo relevaran en el mando y dejaran avanzar a los insurrectos.

Al enterarse Vásquez de lo que ocurría buscó apoyo en la embajada norteamericana, pero ya el golpe estaba consumado. Trujillo mantuvo al Ejército inmóvil y permaneció en la fortaleza Ozama para que el grupo de sublevados entrara a la capital. A la mañana del 26 de febrero, o sea, tres días después del levantamiento de Santiago, las fuerzas dirigidas por Estrella Ureña y por el general José Estrella entraron a Santo Domingo haciendo simbólicos disparos al aire. Trujillo había traicionado a Vásquez.

El mismo día 26, Vásquez y Estrella Ureña iniciaron negociaciones en la embajada de Estados Unidos y acordaron que el propio Vásquez y Dolores Alfonseca renunciarían a sus cargos y que Estrella Ureña sería nombrado Ministro del Interior y Policía, cargo desde el cual asumiría la Presidencia dejada por Vásquez, pues la Constitución establecía que si el presidente y el vicepresidente abandonaban sus funciones, el Ministro del Interior pasaba a ser presidente.

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Vásquez y Estrella Ureña también acordaron crear un gabinete de gobierno con personas de todos los partidos y que ni Trujillo ni Alfonseca serían candidatos en las elecciones presidenciales que se celebrarían el 16 de mayo de ese mismo año.

El 28 de febrero Estrella Ureña fue nombrado Ministro del Interior y el primero de marzo Vásquez y Alfonseca renunciaron a sus cargos. Al día siguiente, 2 de marzo, Estrella Ureña asumió la Presidencia de la República. En el nuevo gobierno ocuparon puestos clave personas vinculadas a Trujillo, como Jacinto B. Peynado, Ministro de Interior, y Rafael Vidal Torres, quien fue nombrado Ministro de la Presidencia. Vidal, quien años antes había sido procesado por asesinato, fue uno de los principales cerebros, junto con Roberto Despradel, en el plan de Trujillo para derrocar a Vásquez.

En el mismo mes de marzo, Trujillo se entrevistó con el coronel Cutts, con asiento en Haití, quien había sido jefe suyo cuando comandó el cuerpo de infantería de la marina de Estados Unidos en los años de la ocupación militar en el país. Cutts lo apoyó en su interés por ser candidato en las elecciones. El Departamento de Estado norteamericano no rechazó una posible candidatura de Trujillo, pues sabía que ante la debilidad de las fuerzas políticas tradicionales, ante el caos político y la crisis económica, Trujillo tenía las condiciones para llegar a la Presidencia.

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b) El terror y las elecciones fraudulentas de 1930

Para disputar las elecciones del 16 de mayo, una alianza de organizaciones políticas llamada La Confederación de Partidos postuló a Trujillo para la Presidencia y a Estrella Ureña para la Vicepresidencia. Esos partidos eran el Republicano, dirigido por Estrella Ureña, el Liberal, dirigido por Desiderio Arias, el Nacionalista, el Obrero Independiente, el Partido de Unión Nacional y la Coalición Patriótica de Ciudadanos. El anterior acuerdo entre Vásquez y Estrella Ureña, sobre la no postulación de Trujillo, había quedado en el olvido. El poder del jefe militar era muy grande para oponérsele.

Por su parte, los partidos Nacional y Progresista volvieron a unirse y eligieron a Federico Velázquez candidato a la

Presidencia y a Ángel Morales a la Vicepresidencia.

El 21 de abril Estrella Ureña tomó una licencia para dedicarse a la campaña electoral y fue sustituido en la presidencia por Jacinto B. Peynado.

Trujillo desató una fuerte represión contra sus opositores. El capitán Miguel Ángel Paulino, quien actuaba a sus órdenes, dirigía una banda de criminales conocida como “La 42”, que ejercía constantes actos de violencia en las calles. A principios de

abril fueron ametrallados en la carretera de Santiago, cerca de Moca, los principales

dirigentes de los partidos Nacional y Progresista, entre ellos Alfonseca y Martín de

Moya, cuando regresaban de una gira de campaña electoral. No hubo muertos pero el mensaje de

Trujillo era muy claro.

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Grupos paramilitares atacaron varios mítines de la Alianza y agredieron ofi cinas de la Junta Central Electoral (JCE) en distintos lugares del país. Era tal el clima de represión e inseguridad, que el 2 de mayo renunció el presidente de la JCE y siete días después renunciaron los demás miembros de ese órgano electoral. El presidente Peynado eligió una nueva Junta integrada por personas leales a Trujillo.

El 14 de mayo, es decir, dos días antes de las elecciones, la Alianza Nacional Progresista retiró sus candidaturas y denunció que se había organizado un fraude, pero las elecciones se llevaron a cabo el 16 de mayo.

Según el reporte de la JCE, la candidatura de Trujillo y Estrella Ureña ganó con un 99% de los votos. Sin embargo, el número de votos reportado por la JCE superó el total de la población inscrita. El fraude no podía ser mayor. Lo cierto es que por lo menos el 75% de la población inscrita no votó.

Los partidos de la Alianza presentaron una demanda ante la Corte Suprema de Justicia para que se declararan nulas las elecciones, pero hombres armados penetraron a las ofi cinas de la Corte y se llevaron la documentación en que se basaba la denuncia hecha por la Alianza. Esa acción se realizó en presencia de los jueces y de todo el que estaba en las ofi cinas. La situación era demasiado clara: Trujillo sería presidente por las buenas o por las malas, costara lo que costara.

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Después de las falsas elecciones, el terror contra la oposición aumentó. Los locales de los partidos opositores fueron asaltados y el grupo “La 42” siguió aterrorizando a la población. Uno de los crímenes más sonados de esos días fue el de Virgilio Martínez Reyna y su esposa en estado de embarazo, quienes fueron asesinados el primero de junio de 1930 por una banda dirigida por el general José Estrella.

En el mes de julio huyeron hacia Puerto Rico, Horacio Vásquez, Federico Velázquez, Dolores Alfonseca, Ángel Morales, Martín de Moya y otros opositores a Trujillo.

Para el mes de agosto los partidos de la Alianza estaban casi disueltos. Muchos de sus integrantes estaban presos o eran perseguidos. Otros se habían pasado al bando de Trujillo, quien fue juramentado como Presidente de la República el 16 de agosto de 1930.

Se puede decir que el ascenso de Trujillo al poder se inició antes del derrocamiento de Vásquez, cuando ya controlaba el Ejército Nacional, pero se consumó cuando llegó a la Presidencia de la República, para lo cual hizo uso de la fuerza y del fraude y contó con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, que lo reconoció como gobernante electo.

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Período 1930-38: afianzamiento del poder y primeros monopolios

de Trujillo

Capítulo II

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2.1 El primer gobierno de Trujillo: 1930-34

Al comenzar a gobernar, Trujillo se propuso de inmediato liquidar a los partidos aliados y enfrentar la crisis económica que afectaba al país. Esos partidos no eran de su confi anza y él procuraba afi anzar su régimen con personas leales a su proyecto de dominación.

2.1.1 Control de todos los poderes del Estado

Trujillo colocó en puestos claves a gente de su confi anza: a Rafael Vidal lo nombró Secretario de la Presidencia, a su tío Teódulo Pina Chevalier lo nombró Secretario de Estado de Trabajo y Comunicaciones y a Simón Díaz lo ascendió a general de brigada y lo nombró Jefe del Ejército. También puso en su gabinete a Roberto Despradel y a antiguos seguidores de Juan Isidro Jimenes (quien había muerto en 1919) que participaron en la conspiración contra Vásquez.

En el nuevo Congreso solo había representantes de La Confederación de Partidos. Como presidente y vicepresidente del Senado fueron elegidos Mario Fermín Cabral y el general Augusto Chotín, antiguos horacistas que se aliaron a Trujillo.

En enero de 1931, Trujillo controló el Poder Judicial, cuando el Senado renovó a toda la judicatura, por considerar que ésta había sido elegida en 1924 por cuatro años. Fueron cambiados los jueces de la Suprema Corte de Justicia, de las cortes de Apelación y de los tribunales de Tierras, de Primera Instancia y de Instrucción. En mayo, el general Ramón Vásquez Rivera fue ascendido a la jefatura del Ejército, en sustitución del general Simón Díaz.

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En agosto de 1931 Trujillo creó el Partido Dominicano, el cual fue legalizado el 11 de marzo de 1932. Ese partido estaba totalmente dirigido por él.

En febrero de 1932 fue elegido diputado don José Trujillo Valdez, padre del presidente. La elección la hicieron los diputados. Ese mismo mes cayó en desgracia Rafael Vidal, quien fue sustituido de la Secretaría de la Presidencia por Jacinto Peynado. En abril, el hermano mayor de Trujillo, Virgilio, fue nombrado Secretario de lo Interior, Guerra y Marina. Y en mayo de 1933 se creó por ley el rango de Generalísimo, que fue ostentado por Trujillo hasta su muerte.

El afi anzamiento del régimen era tan claro que muchos políticos y profesionales que habían sido antitrujillistas, como Virgilio Álvarez Pina (don Cucho), Alfredo Ricard, Andrés Pastoriza, Víctor Garrido, Porfi rio Herrera, entre otros, se pasaron rápidamente a su lado y ocuparon cargos importantes en su gobierno.

En poco tiempo Trujillo dominó todos los poderes del Estado mientras los partidos que le habían apoyado comenzaban a desarticularse. El Estado dominicano se había transformado en una dictadura militar-burocrática dirigida por un tirano.

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2.1.2 Dos acciones militares derrotadas

El general Cipriano Bencosme, seguidor de Horacio Vásquez, se alzó en armas y fue fusilado en los campos de Puerta Plata a mediados de noviembre de 1930. El tirano ordenó que el cadáver de Bencosme fuera exhibido en la acera de una calle de Moca, para que el pueblo le temiera a su régimen. Y como muestra de su crueldad, visitó a su viuda y le dio el pésame. La viuda lo aceptó porque temía por la suerte de sus hijos.

Con las muertes de Bencosme y Desiderio Arias, el presidente puso fi n a la era de los caudillos que se alzaban en armas en determinadas zonas del país, donde controlaban territorios, población y hasta los sistemas de recaudación de impuestos. El Estado pasó a dominar todo el territorio nacional.

Desiderio Arias, que había sido elegido senador, también se alzó en armas y fue liquidado en junio de 1931, a manos del ofi cial Ludovino Fernández, quien le cortó la cabeza y se la llevó a Trujillo como trofeo. Trujillo premió a Ludovino con un ascenso militar y le dio el pésame a la viuda de Arias.

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2.1.3 Política económica de emergencia

La crisis económica se había agravado por el paso del ciclón San Zenón, el 3 de septiembre de 1930, cuando el nuevo presidente tenía 18 días en su cargo. Millares de personas murieron y hubo muchos daños materiales y en la producción. Para enfrentar la crisis, el gobierno tomó medidas para reducir sus gastos:

Las medidas crearon malestar en la población pero fueron aceptadas debido a la violencia ejercida por el gobierno. No hubo resistencia de la gente despedida en el Estado, ni de los pequeños empresarios, ni de la población campesina, obligada a producir cacao y tabaco, que no eran rentables debido a la baja de los precios.

• Frenó el pago de la deuda interna, detuvo obras, despidió a más de la mitad de los empleados públicos, recortó sueldos y no pagó los sueldos atrasados.

• Aprobó una ley que suspendía el pago de la deuda externa (salvo los intereses). El gobierno norteamericano aceptó la medida para que Trujillo se afi anzara.

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Como había escasez de dólares debido a que disminuyeron las exportaciones y a que algunos empresarios sacaron dinero del país, el gobierno elevó los impuestos a las importaciones y logró que éstas disminuyeran en un 50% en los 1930-1932.

El gobierno también le dio algunos estímulos a la producción destinada al mercado nacional, a través de las siguientes medidas:

• Establecimiento de precios más altos para la producción local.

• Distribución de semillas, otorgamiento de premios a los mejores productores, rifas de animales, etc.

• Reparto de tierras a familias campesinas en áreas apartadas y baldías.

Con esas medidas se garantizó una mínima producción de alimentos (maíz, arroz, habichuelas, quesos, mantequillas, embutidos y otros) y Trujillo logró más apoyo en el campo.

Al crecer la producción y disminuir las importaciones, el gobierno detuvo la crisis y mejoró los ingresos que obtenía de los impuestos a la producción. Entre 1930 y 1933 los ingresos del gobierno aumentaron 50%.

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Para el año 1933 estaba terminando la crisis mundial y en 1935, cuando la economía dominicana comenzó a mejorar, el gobierno reinició la construcción de las obras que había parado. Construyó algunas líneas de carreteras, puentes, acueductos, canales de riego, sistemas eléctricos y edifi cios públicos, y reconstruyó los puertos de Santo Domingo, San Pedro de Macorís y Puerto Plata. Con esas inversiones se redujo el desempleo y se modernizó la infraestructura que necesitaban los empresarios para expandir sus negocios.

2.1.4 Represión y control ideológico

Desde el inicio de la dictadura el país fue sometido a un régimen de mano dura. Trujillo lo pacifi có a pura represión, encarcelando, torturando, asesinando a los opositores y humillando a la población. Trujillo y su grupo suprimieron la libertad política y dominaron casi todas las facetas de la vida nacional. El principal órgano de poder era el Ejército, pero Trujillo también contaba con otros instrumentos de represión y control de la población. Veamos algunos de ellos:

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a) La policía secreta, los espías y los asesinos

Una policía secreta y muchos civiles espías vigilaban las actividades de cualquier persona que pudiera ser opositora al gobierno. Cuando se trataba de matar a alguien por sorpresa, actuaba el carrito de la muerte, tripulado por matones que asesinaban a las personas en plena calle, al salir de un cine, en un poblado, etc. El carrito generalmente aparecía de noche y sembraba el terror por donde se movía.

Otro mecanismo utilizado para asesinar era el llamado Paseo, que consistía en obligar a una persona a montarse en un automóvil manejado por matones, quienes la llevaban a una especie de excursión en las afueras de la ciudad, la fusilaban y arrojaban su cadáver en un barranco.

Esos mecanismos de represión atemorizaban a la población de cualquier lugar del país. Y como el poder judicial respondía a Trujillo, la gente sabía que las capturas, torturas y asesinatos se quedarían impunes.

En el país se estableció un sistema integral de represión, donde se mezclaban el miedo de la gente, la violencia física y la complicidad del sistema judicial. Se asesinaba por igual a jóvenes, a militares, a políticos y a cualquier otra persona sospechosa de conspirar contra el régimen.

Si en algún caso la dictadura se veía en aprieto porque al matón se le iba la mano y liquidaba a alguien de elevada posición social, Trujillo les ordenaba a otros asesinos que le quitaran la vida al matón, para asegurarse de que no hablara.

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b) El Partido Dominicano

El control de la población no solo se ejercía con la represión física, sino a través del Partido Dominicano, cuyo símbolo era una palma. Trujillo nombró autoridades del partido en todas las provincias y comunidades, aprobaba los gastos y tenía la autoridad para interpretar los Estatutos y resolver cualquier problema de la organización.

Quien no tenía el carné de miembro del partido no podía encontrar empleo ni viajar al exterior y quien tuviera trabajo en el Estado tenía que darle al partido el 10% de su sueldo. En general, era difícil que alguien se abriera paso en los negocios, en las profesiones e incluso en las artes, si no pertenecía al partido de Trujillo.

En sus primeros años el partido procuró el apoyo de la población realizando labores de sanidad y bienestar público, repartiendo medicamentos y comida a los pobres y fi nanciando la construcción de iglesias, programas agrícolas y obras públicas. Sin embargo, nada de eso era gratuito.

Trujillo sacaba tajadas hasta de las migajas que les daba a los pobres. Por ejemplo, obligaba a las lecherías a que le vendieran la leche a su empresa a 3 centavos el litro, luego su empresa se la vendía al partido a 5 centavos y fi nalmente el partido, que compraba la leche con el dinero que le daban los empleados públicos, se la regalaba a los pobres. Con esas maniobras Trujillo aumentaba sus riquezas y quedaba como un hombre bondadoso.

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c) Los intelectuales

Los intelectuales son personas que estudian y refl exionan sobre lo que sucede en la sociedad y comunican sus ideas a través de libros, artículos, discursos, entrevistas y otros medios. Infl uyen en la gente que lee sus escritos o que los escucha.

Desde antes de su primer gobierno, Trujillo empezó a recibir alabanzas de un grupo de intelectuales vinculados a su aparato de poder. Políticos, abogados, escritores, economistas y otros profesionales no perdían tiempo para enaltecerlo. Lo adulaban ante el público y en la prensa cada vez que éste se lo pedía o que ellos consideraran que debían hacerlo.

En cualquier actividad pública, como, por ejemplo, la inauguración de una obra o la celebración de una fecha histórica importante, los letrados hablaban maravillas del “Jefe”, mote con el que se acostumbraba a llamar al tirano, lo presentaban casi como el dios salvador del pueblo dominicano y le escribían sus discursos.

Entre los intelectuales que comenzaron a alabar a Trujillo cabe mencionar a Jacinto Peynado, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, Virgilio Álvarez Pina, Joaquín Balaguer, Mario Fermín Cabral y Arturo Logroño. Todos ocuparon cargos importantes durante la Era de Trujillo.

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d) La Iglesia Católica

Cuando Trujillo ascendió al poder, el arzobispo Nouel era la mayor autoridad de la Iglesia Católica. Nouel se llevaba bien con él, pero debido a su avanzada edad fue sustituido por el Vaticano, que nombró para ese cargo al padre Rafael Castellanos, hombre de sólidos principios y no sometido al dictador.

Trujillo no vio con agrado la designación del padre Castellanos al frente de la Iglesia y aprovechó la primera ocasión que se le presentó para enfrentarlo. Así, durante la celebración de una misa el padre incluyó una bendición para todas las autoridades del gobierno, pero no hizo una mención especial de Trujillo. Ante esa omisión, el tirano le quitó el apoyo económico (subsidio) a la Iglesia, le pidió al Vaticano que sustituyera a Castellanos y nombró a Nouel arzobispo vitalicio y consejero del gobierno en asuntos de culto, con una pensión mensual.

En 1936, durante el segundo mandato de Trujillo, el Vaticano nombró arzobispo a Ricardo Pitini, quien se convirtió en un fi el colaborador del dictador. Desde entonces la iglesia se puso a sus órdenes. Era común ver a Pitini con Trujillo en eventos públicos, ofi ciando misas o tomándose fotos con él. Durante su gestión en el arzobispado, las misas por la salud de Trujillo se extendieron a casi todas las iglesias y llegaron a más de 400 por año, o sea, más de una por día.

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El respaldo de la Iglesia a Trujillo constituyó un arma para someter al pueblo a la dictadura, principalmente a la población más católica y de menor nivel educativo, que era la mayoría. Como instrumento de control ideológico, la Iglesia era más importante que la prensa, que para esos años casi se limitaba a la radio, ya que la mayoría de la gente no leía periódicos y la televisión llegó al país en el año 1952.

Si el pueblo veía a los sacerdotes haciendo misas por la salud del Jefe, tenía necesariamente que sentir alguna atracción por éste. Las personas con niveles culturales más bajos, que eran la mayoría de la población, podían llegar a creer incluso que Trujillo estaba protegido por fuerzas superiores contra las que no se podía luchar. Las alabanzas de los sacerdotes y el fracaso de las conspiraciones que se sucedieron seguramente reforzaron esa idea.

Trujillo no solo contaba con el apoyo de la cúpula católica del país, sino del propio Papa. En una ocasión, el Nuncio, o sea, el Embajador del Vaticano nombrado por el Papa, dijo que Trujillo había creado una gran obra de civilización. Lo que no dijo el religioso fue cuántos asesinatos y torturas había costado dicha obra.

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e) La prensa

La adulación de la prensa al dictador comenzó a cobrar auge desde su primer mandato. Los medios de comunicación se convirtieron en un instrumento de información y propaganda del régimen.

Para 1930 el principal periódico del país era el Listín Diario, medio de comunicación que había apoyado a Horacio Vásquez y que era opuesto a Trujillo. Para en enero de 1933 el medio se pasó a favor de la dictadura y en abril de ese mismo año, su subdirector, Arturo Pellerano hijo, ingresó al Partido Dominicano.

Un ejemplo del servilismo de la prensa se puede ver en el siguiente párrafo de un editorial del periódico La Opinión, publicado en 1934, donde se califi ca a Trujillo de emperador: “Tenemos una capacidad para la cultura y la civilización mayor que cualquier otro pueblo de la tierra. Siempre que miramos al horizonte y vemos con nuestra imaginación el triste cuadro que presentan otros países, una exclamación asciende a nuestras gargantas: ¡Dios guarde a nuestro emperador!”.

Aunque para aquellos años la mayoría de la población era analfabeta, el pequeño grupo que leía periódicos era el que generaba opinión en la sociedad, pues se componía de políticos, profesionales, estudiantes y empresarios, muchos de los cuales divulgaban ideas a favor de la dictadura. Las personas opuestas al régimen no tenían medios para expresarse. Además, si se expresaban eran encarceladas, torturadas o fusiladas.

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f) Los títulos y condecoraciones

A Trujillo y a su familia también se les endiosaba dándoles títulos, medallas y otras condecoraciones y poniéndoles sus nombres a monumentos, puentes, parques y otras obras públicas. Esa práctica de la dictadura fue aumentando a través de los años. Al pueblo se le hacía creer que Trujillo y sus familiares le habían hecho tanto bien al país que se merecían todos los homenajes posibles.

Durante su primer mandato, el dictador fue nombrado generalísimo y en abril de 1934 su hijo Ramfi s, con apenas cinco años de edad, recibió el grado de coronel del Ejército, “en mérito a los servicios”. En 1935 se inauguraron los puentes “San Rafael”, “Presidente Trujillo”, “Trujillo Valdez” y “Ramfi s”.

Esos y muchos otros homenajes buscaban engañar a la gente sobre las supuestas bondades de los Trujillo, pero también tenían que ver con los complejos del tirano y de su grupo familiar, que no podían vivir tranquilos si no recibían elogios permanentes de sus alabarderos.

Trujillo era hábil en el fraude y la traición y no le importaban la miseria del pueblo ni el sufrimiento de las personas torturadas en las cárceles. Tampoco le afectaba el sufrimiento de los familiares y amigos de las personas fusiladas por sus matones. A todas esas malas cualidades se le sumaba una necesidad incontrolable de acumular y exhibir riquezas. Era tal el lujo con que vivía que llegó a coleccionar diez mil corbatas, dos mil trajes y uniformes y quinientos pares de zapatos.

Con tantas condecoraciones y con sus riquezas mostradas al pueblo, Trujillo tranquilizaba su mente enferma y se mostraba ante la población como un ser divino, es decir, impresionaba a la gente para lograr propósitos políticos.

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Durante el primer mandato del dictador, a pesar de la fuerte represión ejercida por su régimen, hubo varias conspiraciones de civiles y de ofi ciales del Ejército que pretendían derrocar al gobierno.

Una de las conspiraciones estuvo encabezada por el coronel Leoncio Blanco, comandante en jefe del Departamento Militar del Sur, quien fue capturado en 1934 y pasó un año en la cárcel, en una celda individual donde lo torturaron y lo asesinaron. El gobierno también asesinó a más de cien personas involucradas en el plan del coronel Blanco, Al general Ramón Vásquez Rivera también se le involucró en ese hecho. Rivera fue liberado en 1938 y dos años después asesinado en la Fortaleza Ozama, donde lo habían encarcelado de nuevo.

Otra conspiración, en el año 1934, fue la de un grupo de jóvenes, profesionales y estudiantes que se rebelaron en Santiago. El gobierno capturó a la mayoría de ellos y los sometió a fuertes torturas en las cárceles, donde varios de ellos murieron. Otros cumplieron sus condenas pero fallecieron poco tiempo después de ser liberados, debido a las enfermedades que contrajeron cuando estuvieron presos. Y otros lograron sobrevivir, como fue el caso de Juan Isidro Jimenes Grullón y Ángel Miolán, quienes luego jugaron un importante papel como luchadores antitrujillistas en el exilio.

2.1.5 Algunas conspiraciones contra Trujillo

Para atemorizar a la población, el régimen no solo recurría al asesinato de supuestos o reales opositores, sino que movilizaba al Ejército por diferentes lugares del país para que mostrara su armamento y su poderío.

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Antes de llegar a la Presidencia de la República, Trujillo acumuló una buena cantidad de dinero que se robó del Ejército. Era dueño de varias fi ncas y de algunas casas que tenía alquiladas. Sin embargo, no era un hombre metido en el mundo de los negocios, un burgués en el sentido estricto de la palabra, pues un burgués es un gran empresario (industrial, banquero, comerciante, etc.), que emplea a mucha gente y gana mucho dinero.

Con los grandes robos que hizo en el Ejército y con las empresas que iba a montar en lo adelante, Trujillo se convertiría en poco tiempo en el mayor burgués del país.

En los días del ciclón San Zenón (año 1930), Trujillo recibió un poder del Congreso para controlar las donaciones de los gobiernos y obligó a los tres bancos que funcionaban en el país a que le dieran los balances en ahorros de sus clientes, para ponerles una contribución forzosa para enfrentar la emergencia nacional. Entonces se quedó con buena parte de ese dinero, que los ahorrantes entregaban para la población afectada por el ciclón.

En sus primeros años como presidente utilizó parte de su dinero para comprar tierras y ganado. Pero las compras no las hacía según la ley, sino aplicando la violencia. Cuando compraba una fi nca pagaba el precio que él quería y el vendedor tenía que aceptarlo porque si se quejaba podía ser asesinado por el Ejército o por un criminal pagado por la dictadura. En el negocio de compra de tierras y ganado a bajos precios también participó su hermano Arismendi, conocido como Petán.

2.1.6 Comienzan los grandes negocios de Trujillo

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Para conseguir más dinero, en el año 1931 Trujillo les puso impuestos a las exportaciones de cacao y café, que eran el segundo y tercer producto en importancia del país, después del azúcar. El dinero de los impuestos iba al Estado pero Trujillo lo manejaba a su antojo.

En la medida en que sus recursos económicos crecían, se dedicó a crear monopolios, o sea, empresas que controlaban toda o la mayor parte de la producción de un bien o de un servicio y que, al no tener competencia, decidían los precios en el mercado. Durante su primer gobierno creó los siguientes monopolios:

• De la producción y venta de leche. Ordenó cerrar 29 puestos que no vendían leche procedente de sus granjas y dijo que lo hacía porque no reunían los requisitos de higiene y calidad de salud pública.

• De la producción y comercialización de carne en Santo Domingo. En ese negocio también participaban algunos altos ofi ciales del Ejército.

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• De la producción y venta de sal. Les compró a unos campesinos el depósito de sal de Neyba y ordenó al Congreso que prohibiera la explotación de sal marítima, supuestamente para proteger los litorales. Su empresa, “Salinera Nacional C. por A.”, se quedó con los derechos exclusivos de extracción y venta de sal. Toda la población tenía que consumir la sal de su empresa, cuyo precio se multiplicó por cuatro en pocos años.

• De la venta de productos de ferretería. Adquirió la “Ferretería Read” y dispuso que todas las compras del Estado se hicieran en esa empresa comercial.

• De los seguros. En mayo de 1932 se aprobó una ley sobre Accidentes de Trabajo y cinco meses después se organizó la “Compañía de Seguros San Rafael”, de su propiedad. La ley obligaba al Estado y a los empresarios a asegurar a sus empleados y empleadas contra accidentes de trabajo.

• De la venta de sueldos. Como los sueldos eran bajos y no alcanzaban para fi nalizar el mes, la mayoría de los empleados pedían dinero prestado a los usureros y les pagaban con sus sueldos. Trujillo monopolizó ese negocio a través del llamado banquito de María Martínez, que les adelantaba el sueldo a los empleados públicos y les quitaba el 3% por concepto de interés. Para sacar a los usureros del negocio, se aprobó una ley que penalizaba la usura. María Martínez también controlaba la lavandería del Ejército, que era muy lucrativa

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Al fi nalizar el primer mandato de Trujillo, su dictadura estaba políticamente afi anzada, sin oposición interna organizada y con la población sometida por el terror y por diversos mecanismos de control ideológico. Muchos de los antiguos adversarios del gobierno habían sido fusilados, otros se encontraban en el exilio y otros se habían hecho trujillistas y ocupaban puestos en el Estado.

La burguesía dominicana, que en un principio se identifi caba con Horacio Vásquez, apoyó a la dictadura, pues consideró que solo con ese régimen se podía imponer el orden y asegurar el buen funcionamiento de sus negocios.

La situación económica seguía algo precaria, pero el gobierno había mejorado sus ingresos y realizado algunas obras importantes, como la construcción de puentes y la reparación de carreteras.

En 1934, el Partido Dominicano proclamó a Trujillo candidato a la Presidencia para las elecciones de mayo de ese año, acompañado de Jacinto Peynado a la Vicepresidencia. El 16 de mayo se realizaron las elecciones con la participación de un solo partido, el de Trujillo, que ganó sin oposición.

2.1.7 Dictadura afi anzada

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2.2 El segundo gobierno de Trujillo: 1934-382.2.1 Comienza a superarse la crisis económica

En el año 1934 la crisis mundial estaba fi nalizando y las exportaciones dominicanas crecieron y superaron a las importaciones. Ese año terminaron las quiebras de negocios comerciales y el gobierno elevó sus ingresos y tuvo superávit, o sea, recaudó más dinero del que gastó.

En el año 1935 se inició un plan de inversión pública que comprendió alrededor de 90 obras. El gobierno inauguró siete puentes, mejoró el ferrocarril y construyó carreteras, canales de riego, edifi cios y el puerto de la capital, obra concluida en 1936.

El aumento de la inversión pública y el alza de los precios internos contribuyeron a ampliar el consumo y la producción agrícola e industrial. Entre 1934 y 1936 aumentó la producción de café y de muchos bienes agrícolas destinados al mercado interno. La población consumió más alimentos nacionales.

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2.2.2 Aumenta la represión del régimen

A fi nales del año 1934, el gobierno descubrió un plan para asesinar a Trujillo donde estaban involucrados un cónsul de Italia en el país, llamado Amadeo Barleta, el señor Oscar Michelena, miembro de una familia adinerada de la capital, y otras personas con cierto prestigio social. Al cónsul Barleta lo apresaron y lo expulsaron del país y a Michelena lo encerraron durante varios meses en la cárcel de la Fortaleza Ozama, de Santo Domingo. Los demás también fueron encarcelados.

A Michelena lo reprimieron fuertemente en la cárcel, lo torturaron con latigazos, lo dejaron sin comer durante varios días, le dejaron la misma ropa durante 43 días y le impidieron bañarse durante 80 días. Michelena enfermó de malaria. Si eso le sucedía a una persona de familia rica, peor era lo que padecían las personas que caían presas y pertenecían a familias pobres o de capas sociales medias.

Los demás presos fueron torturados en la cárcel de Nigua, cerca de la ciudad de San Cristóbal, donde se les azotó, colgados del techo y atados por las manos, hasta dejarlos sin conocimiento. Algunos fueron asesinados a palos. En esa cárcel se golpeaba a los presos con garrotes y con el famoso “cantaclaro”, un látigo hecho de alambres, y se les aplicaba en los testículos un aparato llamado “tortor”, hecho con dos trozos de madera atados con una cuerda.

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A muchos presos se les fusilaba o se les dejaba morir de hambre y enfermedades. Las órdenes de fusilamiento provenían del General Federico Fiallo, Jefe del Estado Mayor desde fi nales de 1934, del coronel Joaquín Cocco y de otros militares asesinos. Miles de personas pasaron por esa cárcel sin habérseles hecho juicios y murieron sin que sus familiares pudieran reclamar justicia.

Algunos prisioneros enloquecían debido al terror psicológico, a las torturas y a otras humillaciones a que eran sometidos. Los torturadores eran verdaderas bestias, capaces de aplicar cualquier método represivo. A media noche se escuchanban los gritos y las voces de los recluidos pidiendo compasión, voces que se apagaban cuando sonaba la fusilería y caían asesinados.

Los encarcelados trabajaban en chapeo y en construcción de caminos. La comida que les daban era mala y escasa y las celdas se llenaban de chinches, mosquitos, cucarachas y ratones, que ocasionaban enfermedades como el paludismo, sin que los presos recibieran tratamiento médico.

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Los servicios de seguridad, que funcionaban con una red de espías en todo el país, los denominados calieses, intervenían los mensajes telefónicos y telegráfi cos y revisaban las correspondencias de las personas.

La represión no solo se practicaba en las cárceles. Toda persona que mostrara su oposición a Trujillo podía ser separada de su trabajo, degradada, apresada o desaparecida. Bastaba con que un calié la denunciara para que fuera capturada sin ningún procedimiento judicial, encarcelada, torturada o asesinada. El caso del maestro Rafael Yépez es una muestra de ello. Yépez fue desaparecido por haberles dicho a sus alumnos que no solo la madre de Trujillo merecía elogios.

La persecución y el control de la población eran tan fuertes, que muchas personas opositoras a Trujillo terminaron sometidas a su régimen o se vieron obligadas a actuar en la clandestinidad. Algunas se fueron del país para salvar sus vidas.

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Pero ni en el exterior la gente estaba completamente a salvo. En 1935 fue asesinado en Nueva York, Sergio Bencosme, hijo del general Cipriano Bencosme, a quien Trujillo había matado en un campo de Puerto Plata a fi nales de 1930. El asesino de Sergio Bencosme fue Luis Fuentes Rubirosa, primo de Porfi rio Rubirosa, espía y yerno de Trujillo (esposo de su hija Flor de Oro). Trujillo nombró a Rubirosa ofi cial del Ejército y le dio protección. En el atentado contra Bencosme salvó su vida Ángel Morales, porque no se encontraba en el apartamento que compartía con su amigo cuando llegó el asesino.

El tirano no solo ordenaba matar en las cárceles. En algunos casos apresaba a los opositores, los torturaba, los sentenciaba a largos años de presidio, los liberaba al cabo de unos años y los nombraba en su gobierno, para después fusilarlos en cualquier lugar del país. Uno de esos casos fue el del capitán Aníbal Vallejo, acusado de intentar matar a Trujillo. Vallejo fue condenado a 20 años de cárcel pero solo cumplió dos, pues el déspota lo liberó, lo nombró Inspector de Carreteras y luego lo fusiló en la frontera con Haití. La prensa al servicio del régimen culpó del hecho a los haitianos.

Tales eran los métodos empleados por Trujillo y su camarilla cívico-militar. Y se aplicaban por igual a opositores y a antiguos colaboradores que caían en desgracia por atentar contra él o por ser sospechosos de querer atentar.

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2.2.3 Más alabanzas y endiosamiento a Trujillo

En abril del año 1934 todas las facultades de la Universidad de Santo Domingo declararon a Trujillo Doctor Honoris Causa, un título honorífi co que les conceden esos centros académicos a las personas destacadas en ciertos ámbitos profesionales. Ese no era el caso de Trujillo, pero su necesidad de que lo adularan lo llevaba a usar su poder político y militar para someter hasta a los centros académicos. Nada escapaba a su dominio.

A partir del título dado por la universidad, al dictador comenzó a nombrársele Generalísimo Doctor. También se le decía Padre de la Patria Nueva y Perínclito, palabra que signifi ca grande, heroico e insigne. Una ley ordenó que se celebrara el 11 de enero de cada año como el día del Benefactor.

En el año 1935 se amplió el puerto de Santo Domingo, en la desembocadura del río Ozama, y se le puso el nombre de Trujillo.

Numerosas leyes autorizaban ponerle su nombre o el de algunos de sus familiares a parques, calles, pueblos y escuelas. Hasta en los sellos del correo aparecían su nombre, o el de su padre, su madre o su hijo Ramfi s.

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En enero del año 1936 se le cambio el nombre a la capital, Santo Domingo, por el de Ciudad Trujillo. El encargado de proponer ese cambio fue el senador Mario Fermín Cabral. En enero de 1937 se inauguró un obelisco junto al mar Caribe, en conmemoración del primer aniversario de Ciudad Trujillo. En junio de 1938, el Congreso declaró a Trujillo como “El primero y más grande de los Jefes de Estado que ha tenido la República desde su fundación a la fecha”.

Las escuelas y la universidad se convirtieron en centros de adiestramiento psicológico de la dictadura. Los niños y las niñas entonaban himnos y cantos de alabanza al llamado Benefactor de la Patria. El texto de Enseñanza Cívica nombraba a Trujillo como Generalísimo, Doctor y Constructor de la Nacionalidad Dominicana. Al alumnado se le decía que Trujillo había implantado la paz y el progreso donde antes había desorden y pobreza. En los textos de las primeras lecciones de los niños y las niñas se incluían frases como éstas: “Ama a Trujillo porque te da Paz”; “Trujillo no duerme pensando en el bienestar de su pueblo”.

A los estudiantes de la universidad también se les obligaba a entrar a la Guardia Universitaria, creada en 1937 supuestamente para velar por la vida de Trujillo, a quien tenían que jurar fi delidad.

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En esa atmósfera de control y humillación se desenvolvía la enseñanza pública y privada del país. Se corrompía a los docentes y se les mentía a los alumnos y alumnas, para adiestrarlos en la defensa de la dictadura.

De lo que se trataba era de fortalecer la dominación del régimen, no solo en lo político, militar y económico, sino en lo cultural, en el terreno de las ideas.

2.2.4 Mayor control del aparato militar

Trujillo tenía una gran capacidad para descubrir a quienes podrían llegar a ser sus enemigos. Desde que sospechaba que un partidario suyo o que alguien que se mostraba indiferente podía convertirse en su enemigo, actuaba rápidamente contra él. Por eso cambiaba constantemente a sus ofi ciales.

El dictador no se confi aba de ningún ofi cial, mucho menos de los que tenían altos rangos. Lo mismo hacía con el Congreso, donde obligaba a senadores y diputados a renunciar cuando él se lo pidiera. Incluso les exigía fi rmar su renuncia antes de tomar posesión, para hacerla efectiva cuando le pareciera conveniente.

El mayor celo lo ponía en el Ejército, donde cambiaba con frecuencia a los mandos para evitar que formaran grupos de poder que se le fueran de control. Metía presos a generales y coroneles, para luego liberarlos y someterlos más a su gobierno. Sospechaba hasta de algunos de sus hermanos, que al igual que él eran dados al robo y al crimen.

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Su hermano Petán, que desde joven se destacó como ladrón, había hecho de la ciudad de Bonao el centro de sus actividades, donde tenía tierras, ganado y otros negocios. Cuando obtuvo el rango de mayor del Ejército se atrajo algunas guarniciones militares de esa ciudad y se rodeó de adulones a los que les dio armas. Trujillo reaccionó fusilando a algunos del grupo de Petán y cambiando a los comandantes y a las tropas de las guarniciones. No mató a Petán porque su madre le rogó que no lo hiciera.

En octubre de 1936, Trujillo ascendió a su hermano Aníbal a la jefatura del Estado Mayor del Ejército. Al mes siguiente destituyó a Aníbal y lo hizo diputado muñeco y nombró a su hermano Héctor Bienvenido general y Jefe del Estado Mayor del Ejército. Aníbal conspiró contra él y salvó la vida porque Héctor lo protegió en Puerto Plata. Pero Trujillo fusiló a 18 individuos vinculados a Anibal.

A partir de esos hechos, Héctor se convirtió en el hombre de confi anza de Trujillo en el Ejército, hasta el año 1952, cuando fue elegido Presidente de la República, pero no para gobernar, sino para hacer de títere.

Para hacer más efectiva la labor policial, en febrero de 1937 se creó una Policía Nacional que unifi có a las policías municipales y que no dependía del Ejército.

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2.2.5 La matanza de la población haitiana

En marzo de 1936, los gobiernos de República Dominicana y Haití llegaron a un acuerdo sobre las fronteras de ambos países. Para sacarle benefi cio político a dicho acuerdo, la cancillería dominicana gestionó ante el Comité de Premio Nobel del Parlamento de Noruega que le concedieran dicho premio a Trujillo y al presidente de Haití, Lescot Vincent. Ese reconocimiento se supone que se le debe otorgar a quienes han hecho algo muy importante por la paz en el mundo. En Noruega nadie le hizo caso al pedido del gobierno dominicano.

Un año y siete meses después, en octubre de 1937, Trujillo dio la orden de asesinar a miles de haitianos y haitianas que vivían en las provicias dominicanas fronterizas con Haití. El “Gran Pacifi sta” de pronto se convirtió en un brutal asesino de miles de personas del hermano país.

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Casi todos los haitianos y haitianas fueron asesinados y asesinadas con machetes, puñales y bayonetas. A muchos se les obligó a cavar sus propias fosas antes de asesinarles. A los niños y niñas de pecho se les agarraba por los pies y se les arrojaba contra los árboles. A otros menores se les daban machetazos en la cabeza.

La masacre le permitió a Trujillo robarse las propiedades de los haitianos en algunas provicias del suroeste de República Dominicana, donde incluso llegó a circular la moneda del vecino país. Para el tirano, que ya controlaba una parte importante de la economía dominicana, era inaceptable la presencia de colonias haitianas con negocios y moneda propia. Pero el genocidio también se debió a sus ideas racistas, ideas que también difundían los intelectuales que le rodeaban, principalmente Manuel Arturo Peña Batlle.

El gobierno dominicano quiso restarle importancia al hecho y acusó a los exiliados antitrujillistas de querer calumniar al gobierno. El Listín Diario publicó una nota el 9 de noviembre, o sea, un mes después de los sucesos, donde decía que “Los incidentes de la frontera no (…) revisten una importancia y gravedad susceptible de quebrantar las buenas relaciones entre las dos repúblicas vecinas”. Según esa nota, seguramente ordenada por Trujillo, en la frontera con Haití no hubo una matanza, sino algunos incidentes, y las miles de personas asesinadas no tenían importancia. Para entonces el subdirector del Listín Diario, Arturo Pellerano hijo, era presidente de la Cámara de Diputados, o sea, un servil completo del tirano.

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En el mes de noviembre el Congreso declaró traidores a la patria a quienes se atrevieron a decir la verdad de lo ocurrido en la frontera con Haití. Entre los “traidores” estaban Ángel Morales, Juan Isidro Jimenes Grullón, Ramón de Lara, Luis F. Mejía y otros luchadores antitrujillistas.

La matanza de haitianos le generó al gobierno una fuerte presión internacional, pero los diplomáticos de la dictadura y el Nuncio de su Santidad (embajador del Vaticano en República Dominicana) realizaron una efectiva labor de apoyo al régimen.

Para tratar de lavar sus manos, Trujillo fi rmó un convenio con el gobierno de Haití, mediante el cual se comprometió a pagarle 750,000 dólares y a castigar a los culpables de la matanza. En el convenio, Trujillo expresaba su pesar por lo ocurrido “entre nacionales de ambos países”, no por lo que él hizo. Además, solo pagó una parte del dinero.

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2.2.6 Más monopolios de Trujillo

Durante su segundo mandato, Trujillo compró y creó otras empresas monopólicas y amplió su dominio sobre la economía nacional. Veamos:

• Compró la “Compañía Anónima Tabacalera” que era la única empresa productora de cigarros.

• Controló la producción y venta de grasas comestibles, al crear la “Sociedad Industrial Dominicana”, que producía aceite de maní.

• Controló todas las exportaciones de arroz a través de la “Exportadora Dominicana”.

• Monopolizó la producción de fósforos, madera y muebles.

• Controló la “Lotería Nacional”, empresa que le arrendó y luego le quitó a un empresario español. Para garantizar las ventas de la Loteria, se obligó a los empleados del Estado a comprar billetes todas las semanas.

• Creó una empresa que era la única que le proveía calzados al Ejército,

• Adquirió más tierras donde siguió desarrollando la actividad ganadera, negocio en el que también estaban metidos algunos de sus hermanos.

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2.2.7 El poder absoluto

Al fi nalizar su segundo mandato, el poder político, económico y militar de Trujillo era casi total. El tirano se había convertido en el burgués más grande del país, sometiendo a todas las clases sociales, incluida la débil burguesía, que en adelante se desarrollaría con la expansión económica que tendría lugar en los siguientes años, pero sometida a la camarilla militar y burocrática trujillista.

En el Estado, Trujillo no solo nombraba a los ministros, como le corresponde a cualquier Presidente, sino que escogía a los candidatos a senadores, diputados y magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Su control sobre el pueblo era casi absoluto. En los colmados y pulperías e incluso en las casas de muchas personas, había retratos suyos. Aunque mucha gente los ponía porque se identifi caba con él, la mayoría lo hacía por temor a que se le considerara enemiga.

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Una parte de la población, que no era la mayoría, apoyaba al gobierno porque había recibido benefi cios. Era el tipo de gente que ponía en las placas de sus automóviles una inscripción que decía “Viva Trujillo” o “Trujillo Siempre”. En los hogares las placas decían “En esta casa Trujillo es el Jefe”.

También es cierto que con sus obras (carreteras, escuelas y algunos hospitales), Trujillo generó la sensación de que el país avanzaba hacia la modernidad. Esas obras no benefi ciaban a la mayoría de la población, que estaba sumida en la pobreza, pero mostraban un cambio en el país, que se urbanizaba y se industrializaba. Además, el fi n del caudillismo y la solidez política del gobierno generaron un clima de estabilidad no conocido antes.

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2.3 Jacinto Peynado: primer presidente títereEl escándalo creado por la matanza de la población haitiana obligó al dictador a no postularse a la presidencia para las elecciones del año 1938. Su partido postuló para el período 1938-42 a dos candidatos designados por él: Jacinto Peynado para la Presidencia y Manuel de Jesús Troncoso de la Concha para la Vicepresidencia. Ambos ganaron las elecciones con el 100% de los votos emitidos, pues no había partidos de oposición.

En la toma de posesión de Peynado, mientras éste daba su discurso Trujillo se levantó y dejó la sala. El auditorio de puso de pie y la banda de música comenzó a tocar acordes militares. Peynado siguió leyendo su discurso pero nadie lo escuchó.

Peynado no fue más que un ejecutor de las decisiones de Trujillo. Ni siquiera tuvo un despacho importante dónde trabajar. Trujillo instaló ofi cinas cerca de la ofi cinita de Peynado y siguió al frente del gobierno. Lo único novedoso que hizo el títere fue nombrar a familiares suyos en algunos cargos importantes y colocar en su casa un luminoso letrero con la frase “Dios y Trujillo”. En lo adelante la expresión “Dios y Trujillo” sería utilizada por intelectuales como Mario Fermín Cabral, Joaquín Balaguer y otros que competían en la adulación del “jefe”.

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Período 1939-1946: desarrollo capitalista y

rebeldías internas

Capítulo III

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3.1 Viaje de Trujillo al exteriorCon un presidente títere bajos sus órdenes, el Ejército bajo su control, sus opositores liquidados, la economía fortalecida y la población controlada, Trujillo se dio el lujo de emprender un viaje al exterior que duró cuatro meses. El 30 de junio de 1939 llegó a Estados Unidos, donde se reunió con funcionarios de la cancillería, con militares, congresistas y empresarios. Luego se trasladó a Francia y de ahí viajó a España y a Portugal. Después volvió a Estados Unidos y el 29 de octubre regresó a República Dominicana.

El gobernante controlaba tan bien el poder, que no solo salía por buen tiempo del país, sino que se daba el lujo de pasar la mitad de la semana en su fi nca ganadera “Estancia Fundación”, ubicada en San Cristóbal, donde disfrutaba de su ganado, establos y animales de raza y donde tenía un “gabinete” que lo mantenía al tanto de lo que pasaba en el país.

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3.2 Inicio de la Segunda Guerra MundialEl día primero septiembre de 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial, que se extendió hasta agosto de 1945. En esa guerra tomaron parte países de Europa y Asia, Estados Unidos y otras naciones. En 1939 subieron los precios de los productos dominicanos de exportación, pero en 1940-41 bajaron porque la guerra afectó el comercio internacional. El azúcar, que en los años 1936-39 valía 24 dólares en el mercado internacional, cayó a 20 dólares en 1941. En esos mismos años, el precio del tabaco bajó de 89 a 39 dólares.

Para enfrentar la situación el gobierno distribuyó alimentos, neumáticos de automóviles, repuestos de máquinas y otros bienes necesarios para la actividad económica. Pero la miseria aumentó, sobre todo en la población asalariada y campesina, afectada por la escasez y el encarecimiento de los productos.

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3.3 Muerte de Peynado y ascenso de Troncoso de la Concha

El 7 de marzo del año 1940 murió Jacinto Peynado y asumió la presidencia formal Troncoso de la Concha, otro títere de Trujillo. El gabinete de gobierno se mantuvo igual y los Trujillo siguieron mandando y recibiendo condecoraciones. En marzo el “Jefe” recibió del gobierno de China la “Orden del Brillante Jade” y en mayo se aprobaron el “Premio Julia Molina de Maternidad” y el “Premio Escolar Ramfi s”.

En el mes de mayo el tirano fue operado de un ántrax en el cuello por el doctor Darío Contreras, cirujano que había estudiado en Francia. Su médico personal, Francisco Benzo, cirujano también capacitado en Francia y que ocupaba la Secretaría de Salud Pública, se había opuesto a dicha operación y eso le costó la cárcel y su cargo, acusado de haber cometido graves irregularidades durante su gestión. Nadie, ni siquiera el cuidador de su salud durante años, estaba a salvo de Trujillo.

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El 2 de septiembre de 1940 Trujillo viajó a Estados Unidos, donde fi rmó con el Secretario de Estado, Cordell Hull, un acuerdo que le devolvía al gobierno dominicano el control de las aduanas. El tratado, llamado “Trujillo-Hull”, se fi rmó el 24 de septiembre y fue ratifi cado por el senado de Estados Unidos en marzo de 1941. La decisión del gobierno norteamericano fue un espaldarazo al déspota, que en lo adelante manejaría el dinero que recaudaban las aduanas.

En Estados Unidos, Trujillo se reunió con el presidente Franklin Delano Roosevelt y con el jefe del Estado Mayor del Ejército George Marshall, quien se expresó con estos términos: “Es un placer dar la bienvenida al generalísimo Trujillo en Washington y expreso los sentimientos de todos los ofi ciales presentes cuando digo que esperamos que nos visitéis frecuentemente”. Esas reuniones demostraban el apoyo del gobierno de Estados Unidos al tirano dominicano.

Tras su importante logro en Estados Unidos, Trujillo recibió nuevos homenajes. El Congreso le otorgó el título de “Restaurador de la Independencia Financiera” y declaró “Joya Nacional” la pluma con que él fi rmó el acuerdo.

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Cuando Trujillo se encontraba en Estados Unidos se rumoró que el general José Estrella quería sustituirlo. Al regresar, el general Estrella fue encarcelado. Lo que en realidad pretendía Trujillo era aparentar ante la población no tener responsabilidad en las diabluras que desde hacía tiempo cometía el militar, a quien restituyó en su gobierno en agosto de 1941.

Otro que perdió la confi anza de Trujillo y conoció la cárcel por unos meses fue Mario Fermín Cabral. Ese sube y baja era muy frecuente en los intelectuales, cuyo papel de servidores de un régimen criminal era vergonzoso.

Entre octubre y noviembre de 1940 también fueron sustituidos 18 diputados. Y mientras reprimía y humillaba a sus posibles o reales opositores, Trujillo seguía con la fi esta de homenajes. La Universidad de Santo Domingo, donde nunca dio ni una charla, lo nombró catedrático de economía política. Varios de sus familiares fueron condecorados con la “Orden de Trujillo”. La combinación de represión y adulación era casi perfecta. El tirano sabía cómo mantenerse en el poder.

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A principios de 1942 se aprobó una reforma constitucional que, entre otras cosas, les otorgaba a las mujeres los mismos derechos políticos que disfrutaban los hombres (aunque pocas de ellas desempeñaron funciones políticas), ampliaba el período presidencial a cinco años y eliminaba el cargo de Vicepresidente de la República. En caso de ausencia del presidente, lo sustituiría el Secretario de Guerra y Marina.

En noviembre del mismo año, se creó el Partido Trujillista, que era un brazo del Partido Dominicano. Trujillo fue nombrado “Jefe Único del Partido Trujillista”.

En enero de 1942, el periódico Listín Diario desapareció por falta de recursos. Para completar el dominio de la prensa, entonces, Trujillo creó en febrero del mismo año el diario “La Nación”, obligó a los empleados públicos a suscribirse él y presionó a los anunciantes para que utilizaran las columnas de dicho periódico. Para ampliar el dominio de la prensa, Petán inauguró en Bonao una estación de radio llamada “La Voz del Yuna”, que luego trasladó a Santo Domingo con el nombre de “La Voz Dominicana”. Esa radio constituyó un instrumento de propaganda de la dictadura.

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3.4 El cuarto gobiernoEn febrero de 1942, Trujillo fue proclamado candidato a la presidencia para el período 1942-47. En las elecciones del 16 de mayo, donde participó como único candidato, obtuvo el 100% de los votos.

3.4.1 Aumento de las exportaciones

Desde fi nales de 1941, el gobierno de Estados Unidos se había involucrado en la Guerra Mundial y comenzó a producir más armas y a demandar más alimentos y materias primas, lo que favoreció las exportaciones dominicanas. Entre 1941 y 1947, el gobierno norteamericano eliminó las cuotas de importación de azúcar que les ponía a los países y redujo el impuesto, pues necesitaba comprar mucho azúcar para alimentar al Ejército. Aunque casi todo el azúcar dominicano se vendía en Inglaterra, la mayor apertura del mercado norteamericano hizo que aumentaran las exportaciones a ese país.

Cuadro No.3Precios promedios de los principales productos

de exportación (En toneladas métricas y dólares)

Años Azúcar Cacao Tabaco en hoja

Café

1941 20 122 117 39

1945 67 265 164 347

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982

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Entre 1941 y 1945 las exportaciones totales del país pasaron de 17 millones a 48 millones de dólares y los ingresos del gobierno se triplicaron. Trujillo se apropió de una parte de los nuevos ingresos y utilizó otra parte para hacer más carreteras y canales de riego, además de aumentar la producción agrícola.

La mayor entrada de dólares permitió que aumentara la importación de maquinarias y se ampliara la capacidad productiva de las unidades artesanales y de otras industrias.

En 1941, el Estado compró el National City Bank, banco norteamericano que manejaba los fondos de las aduanas y que años después se transformó en Banco de Reservas.

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3.4.2 Más monopolios de Trujillo

Para fi nales de la segunda Guerra Mundial (1945), Trujillo había aumentado su poder económico, pues creó nuevas empresas, la mayoría de carácter monopólico. Algunos de esos monopolios eran:

• La producción y exportación de arroz a través de la “Exportadora Dominicana C x A”.

• La producción y venta de embutidos, a través de la empresa “Ganadera Industrial Dominicana”.

• La producción y venta de calzado, a través de la “Fábrica Dominicana de Calzados”.

• La producción de carbón vegetal en la capital.

• La producción de cal para las empresas constructoras.

• La importación y distribución de gasolina.

• El servicio de carga y descarga en los muelles.

• El servicio de transporte de camiones.

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Trujillo también invirtió en la creación de la “Fábrica de Sacos y Cordelerías” y del Banco Agrícola e Industrial y fundó dos empresas de leche. En el 1945 creó el Banco Agrícola e Industrial, que le prestaba dinero a sus propios negocios.

Otro que aumentaba sus negocios era Petán, cuyas inversiones se concentraban en el sector agropecuario, sobre todo en la producción de plátano, yuca, batata, papa, berenjena, aguacate, habichuelas, guandules, lechuga, rábano, tomate, repollo, cebolla, naranja, limón, guineo, mango y muchos otros productos.

3.4.3 Desarrollo del capitalismo

El capitalismo se desarrolla cuando se modernizan y se expanden las empresas de la burguesía, cuando la mano de obra es más califi cada y cuando aumenta el número de proletarios. En otras palabras, desarrollo capitalista signifi ca más negocios privados, industrias, bancos, comercios y otros, y más gente trabajando en dichos negocios a cambio de un salario y creándoles riquezas a sus dueños.

La República Dominicana de 1930, cuando Trujillo acaparó el poder del Estado, no tenía mucho desarrollo capitalista. Había pocas industrias y comercios grandes, casi no había bancos, la agricultura estaba poco tecnifi cada y la mayoría de la mano de obra no era califi cada ni asalariada.

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Para mediados de los años cuarenta el capitalismo se había desarrollado, pues surgieron importantes industrias, la mayoría de ellas controladas por los Trujillo, en el agro aumentaron la producción y la mano de obra asalariada, el comercio se expandió, también bajo control de los Trujillos, y comenzaba a abrirse paso la banca. Para que las empresas pudieran obtener materias primas y distribuir sus productos y servicios en todo el país, el Estado había creado carreteras, puentes y otras obras de infraestructura que favorecían el comercio.

El desarrollo capitalista dominicano se dio en medio de una profunda pobreza de la mayoría de la población. Además, la mayor parte de la economía continuaba en el atraso, sobre todo la pequeña producción campesina, la pequeña industria y el pequeño comercio.

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a) Desarrollo capitalista en el sector agropecuario

En los años 30 comenzó a desarrollarse el cultivo de arroz, cuya producción pasó de 11,000 mil toneladas métricas en 1930 y a 59,297 en 1945. Esa producción cubría la demanda nacional y dejaba un excedente para exportar. Ese cereal era un cultivo básicamente capitalista, que se labraba con medios mecánicos y utilizaba abonos, canales de riego y otros medios de producción.

Los Trujillo crearon fi ncas agrícolas y ganaderas más o menos modernas y en el campo se expandió el uso de arados, aunque la mayoría de campesinos seguía utilizando el palo y la mocha. El comercio de productos agrícolas se agilizó a partir de la construcción de obras de infraestructura.

En el agro aumentó la producción de maní y de cacao, materias primas demandadas por las empresas de aceite y de chocolate de Trujillo. También aumentó la producción para la exportación, sobre todo de azúcar de caña, donde se generó más empleo asalariado.

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En la ganadería se extendió el latifundio, o sea, la gran propiedad terrateniente, donde las relaciones capitalistas se ampliaron con la construcción de establos, aunque en general permanecían atrasadas, sobre todo en la producción de leche, salvo en las fi ncas de Trujillo. Pero Trujillo no se propuso liquidar las pequeñas propiedades de campesinos, pues éstas aseguraban una alimentación mínima de la población rural y la producción de materias primas para sus industrias.

Sin embargo, a pesar de esos y otros avances técnicos en la agricultura, la mayoría de los cultivos, incluyendo rubros importantes como el café, el cacao y el tabaco, se sustentaban en relaciones precapitalistas, sistema en el cual no había trabajo asalariado y los agricultores cultivaban en pequeñas parcelas o minifundios poco tecnifi cados, para el autoconsumo y para venderles a bajo precio a los comerciantes, que se lucraban vendiendo a un precio alto en las ciudades.

Otras relaciones de producción que coexistían en el campo eran las llamadas feudales, bajo dos formas: aparcería, cuando el productor le pagaba con una parte de su cosecha al terrateniente dueño de la fi nca, y colonato, cuando el productor vivía en una fi nca ajena, donde trabajaba a cambio de comida y de un pedazo de tierra.

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Para mediados de los años 40, la mayoría del campesinado dominicano era pobre y lucraba con su trabajo a los usureros y a los comerciantes, entre los cuales estaban Trujillo y sus hermanos. Tan precaria era la vida rural que miles de niños y niñas tenían que trabajar para ayudar a sostener a sus familias. De un total de 750,000 personas que trabajaban en el campo, 250,000 eran menores.

De esas 750,000 personas, alrededor de 650,000 integraban familias propietarias de pequeñas parcelas y 100,000 no tenían tierras y trabajaban como asalariadas de terratenientes capitalistas.

b) Desarrollo capitalista en la industria azucarera

Desde hacía muchos años la industria azucarera era la más importante empresa capitalista del país. Los ingenios utilizaban modernas maquinarias y mucha mano de obra asalariada, sobre todo procedente de Haití e Islas Vírgenes. En 1936 había 12 ingenios con 18,322 empleados y para 1945 había 14 ingenios con 25,821 empleados. La mayoría de los ingenios eran de empresarios de Estados Unidos, pero también había de empresarios canadienses, puertorriqueños y dominicanos, como los de la familia Vicini. Para entonces Trujillo no tenía inversiones en esa industria.

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En las plantas de los ingenios azucareros laboraban proletarios industriales y en los sembrados de caña de los ingenios trabajan proletarios y

semiproletarios. Estos últimos eran, al mismo tiempo, campesinos (cuando cultivaban sus propias tierras) y asalariados de los dueños de los ingenios.

Aunque el azúcar se vendía principalmente en el exterior, la industria azucarera era como un motor que movía toda la economía dominicana. Cuando subían los precios en el mercado internacional la economía se fortalecía y cuando los precios bajaban mucho toda la economía entraba en crisis.

Esa conexión entre los ingenios y el resto de la economía del país se debía a lo siguiente:

• Cuando los precios del azúcar crecían, los ingenios tenían más ganancias y aumentaban la inversión y eso favorecía al comercio importador, porque las maquinarias y equipos que se utilizaban en los ingenios se traían del exterior.

• Los ingenios creaban más empleo, y aunque la mayoría de las personas que trabajaban en ellos provenían de Haití y de Islas Vírgenes y regresaban a sus países al terminar las zafras, dichas personas consumían bienes y servicios mientras estaban en el país y eso favorecía a las empresas nacionales que los producían. Incluso se favorecían las empresas importadoras, porque muchos bienes no se producían en el país y había que traerlos del exterior.

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• Para el año 1945 el azúcar generaba casi el 60% de las divisas (monedas extranjeras) que provenían de todas las exportaciones del país. Aunque una parte de esos dólares se los llevaban al exterior las empresas azucareras, la parte que quedaba en el país permitía comprar en el exterior las máquinas, herramientas, equipos y materias primas que requerían las otras industrias y el sector agropecuario, así como bienes industriales y agrícolas que el país no producía, como los carros, los combustibles y determinados alimentos.

• Como una parte del azúcar se vendía en el país, muchas industrias estaban conectadas al sector azucarero, pues usaban azúcar en sus procesos productivos.

• Los ingresos del gobierno dependían en buena medida del azúcar, porque ese producto era el que permitía que las importaciones crecieran y le proporcionaran más ingresos al fi sco a través de los impuestos a dichas importaciones. Al tener más dinero, el gobierno invertía en carreteras, puentes y otras obras que favorecían a las empresas porque facilitaban el transporte de alimentos y materias primas en el territorio nacional.

• Al invertir más, el gobierno les compraba a las empresas mercancías para sus ofi cinas. Y como generaba más empleo, las empresas producían y vendía más

• Al aumentar sus ingresos, el gobierno podía pagar su deuda externa y conseguir nuevos préstamos para ampliar sus inversiones en obras y construcciones.

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Todo lo anteriormente señalado indica que la industria azucarera movía a la economía nacional, en un sentido positivo o negativo para los burgueses y para el Estado, según fuera la situación de dicha industria.

c) Desarrollo capitalista en la industria no azucarera

Para el año 1945 ya se notaba un crecimiento importante de las inversiones en el sector industrial, pero fue a partir de ese año, al fi nalizar la Guerra Mundial, cuando se aceleró la expansión de la industria.

Hasta el año 1941 no se habían comprado en el exterior muchas maquinarias, herramientas ni equipos para crear industrias, debido a que no había sufi cientes dólares para pagarlas. Y como en el país no se creaban esos medios de producción, no había muchos establecimientos industriales. Pero en los años 1942-45, cuando crecieron los precios internacionales del azúcar, café, cacao y tabaco, entraron muchos dólares y se pudo importar medios de producción para montar industrias.

En esos años se crearon bastantes industrias, en su mayoría de pequeño tamaño, pues el mercado nacional no era lo sufi cientemente grande como para comprar muchos bienes industriales. En 1936 había en el país 1,066 establecimientos industriales con 1,979 obreros y empleados. Para 1945 había 2,596 establecimientos con 16,182 asalariados. La mayoría de las empresas eran pequeñas, con un promedio había 6 obreros y empleados por empresa.

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En 1945 se crearon 535 nuevas industrias, de las cuales las más importantes fueron las de envases, y bebidas gaseosas, dos descascaradoras de arroz y tres fábricas de jabón. Para ese año las empresas más grandes estaban en la capital y solo 22 tenían invertido más de 50,000 pesos, o sea, se clasifi caban entre medianas y grandes.

La mayoría de las industrias eran productoras de alimentos, bebidas y tabacos que vendían en el mercado interno. Los alimentos eran sobre todo chocolate, embutidos, harina de maíz, pan, pastas, maní y derivados de la leche. La principal industria de bebida era de ron. Algunas industrias también producían materias primas, como pieles y suelas, y también había algunos aserraderos.

El dinero invertido en todas esas industrias (salvo los ingenios azucareros) era de empresarios nacionales, encabezados por Trujillo y sus familiares.

En el año 1936, de todo el dinero invertido en las industrias del país, el 17% estaba en las empresas no azucareras y el 83% en los ingenios azucareros. Para el 1945, las empresas industriales no azucareras concentraban el 23% de las inversiones y los ingenios el 77%. Las industrias no azucareras pasaron de emplear el 10% de la mano de obra industrial en 1936 a emplear el 39% en 1945.

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Los ingenios seguían siendo la base de la industria y de la economía nacional, pero ya se notaba una importante aparición de nuevas industrias, aunque la mayoría fueran pequeñas.

d) Otros negocios capitalistas

En los años 1930-45 también se crearon ferreterías y otras empresas capitalistas vinculadas al comercio, los seguros, el transporte y otros servicios. Las más importantes eran monopolios de Trujillo.

e) Capitalismo y monopolios de Trujillo

El desarrollo capitalista se daba en medio de una economía cada vez más monopolizada por Trujillo sus familiares y su círculo de colaboradores. Los monopolios expandieron el capitalismo y al mismo tiempo lo trabaron, porque le impedían al resto de burgueses expandir sus inversiones.

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3.4.4 Rebeldía interna y organización de los exiliados

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial se crearon algunas organizaciones obreras en el Este del país, que era donde había más población trabajadora, la mayoría de ellas en los ingenios azucareros. Al principio el gobierno las toleró porque eran de ayuda mutua y no tenían un sello de clase muy claro, pero tan pronto aparecieron grupos independientes y que defendían a la población laboral, el gobierno creó organizaciones dirigidas por gobernadores y se inventó la fi gura de procuradores obreros a quienes se les pagaba un sueldo.

En el auge de los grupos obreros del Este jugaron un papel importante algunos revolucionarios españoles que salieron de su país para salvarse del dictador Francisco Franco, parecido a Trujillo, quien había tomado el poder en España en 1939, tras el fi n de una guerra que duró tres años.

En 1942 se produjo una huelga en el ingenio “Central Romana”, que era la empresa más importante del país. Los trabajadores y las trabajadoras demandaban aumento de salarios y mejorías en las condiciones laborales. Luego se dieron luchas importantes en otros ingenios y empresas industriales y a fi nales de 1945 hubo una huelga general en los ingenios azucareros, que se repitió con más fuerza en enero de 1946. Como resultado de la huelga hubo un aumento general de salarios de alrededor de 100%.

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En 1943 se creó en Cuba el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), dirigido por un grupo de exiliados luchaban por derrocar la dictadura de Trujillo y establecer un gobierno con libertades democráticas. Ese mismo año se fundó en el país el Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD), dirigido por revolucionarios socialistas que no solo se proponían derrocar a Trujillo y su camarilla, sino acabar con el capitalismo dominicano y crear una sociedad basada en la propiedad colectiva o social de los medios de producción, que es a lo que se le llama socialismo. En 1946 el PDRD cambió su nombre por el de Partido Socialista Popular (PSP).

Aprovechando la relativa debilidad de la dictadura, en 1944 un grupo de estudiantes, hijos de pequeños burgueses y de sectores medios, creó en la clandestinidad la Juventud Revolucionaria, que en 1946 pasó a llamarse Juventud Democrática. Ese agrupamiento tenía vínculos con el PDRD y luego con el PSP.

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Al fi nalizar la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1945, la dictadura de Trujillo estaba débil, pues habían sido derrotados los gobiernos dictatoriales de Alemania, Italia y Japón, muy parecidos al del país. El dictador alemán, Adolfo Hitler, se suicidó tras haber sido derrotado por los rusos en la guerra. El dictador italiano, Benito Mussolini, fue colgado por las fuerzas revolucionarias de su país tras el fi n de la guerra. Y Japón fue derrotado cuando Estados Unidos lanzó sobre su territorio dos bombas atómicas en agosto de 1945.

En el mundo comenzó a soplar un aire desfavorable para las dictaduras. En octubre de 1945 cayó el gobierno militar de Venezuela y asumió la presidencia de es país Rómulo Betancourt, amigo de los exiliados dominicanos, sobre todo de Juan Bosch, que era uno de los principales líderes del exilio. A fi nales del mismo mes se desplomó en Brasil la dictadura de Getulio Vargas. Por esos mismos años cayeron otros dictadores de Latinoamérica.

Ante un contexto internacional desfavorable, Trujillo toleró un poco las actividades de algunos grupos de oposición interna y quiso dar una imagen de apertura de su régimen, para lo cual les pidió a algunos serviles que formaran partidos que aparentaran ser de oposición al suyo, al tiempo que intentó establecer relaciones diplomáticas con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), donde gobernaban los comunistas que habían tomado el poder en 1917, y creó la Secretaría de Trabajo y Economía.

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Un poco antes, Trujillo había aprobado una ley sobre contratos de trabajo y reorganizado la Confederación Dominicana del Trabajo, donde puso de presidente a Francisco Prats Ramírez, un incondicional suyo, para hacer creer que su dictadura se preocupaba por los asuntos obreros.

A principios de julio de 1945 aparecieron pancartas en la ciudad de Santiago con escritos como estos: “Cuelguen a Trujillo de los pies”; “Ahora que Mussolini y Hitler han caído le tocó el turno a Trujillo”. La Policía Nacional capturó a varios jóvenes acusados de colocar esas pancartas.

En la madrugada del 11 julio, un grupo de estudiantes introdujo en muchas casas de la capital una hoja volante donde se leía que el reinado de Trujillo había llegado a su fi n. En el escrito, los estudiantes reclamaban el cese de la matanza de personas haitianas y dominicanas en la frontera, la liberación de los presos políticos y que se les permitiera regresar al país a las personas exiliadas. En la mañana del mismo día, la Policía Nacional capturó a más de veinte estudiantes y los encerró en las celdas de la Fortaleza Ozama, donde fueron torturados.

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Algunos estudiantes fueron asesinados, otros se escondieron y otros se asilaron en las embajadas de Colombia y Venezuela y salieron del país. Entre los que se fueron al exterior estaban Pericles Franco hijo, Ramón Grullón y los hermanos Juan y Félix Ducoudray, que luego fueron dirigentes del PSP en el exilio.

Al mes siguiente muchos estudiantes distribuyeron volantes donde exigían elecciones libres. Alrededor de 100 jóvenes fueron capturados y muchos otros se asilaron en embajadas latinoamericanas desde donde salieron al exterior.

Por primera vez, desde que había tomado el control absoluto del Estado, Trujillo se veía acosado por un movimiento interno que lo desafi ó en las calles. Se trataba de una acción verdaderamente heroica de la juventud, dada la brutalidad de la dictadura y el control que ésta ejercía sobre casi todos los aspectos de la vida nacional.

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3.4.5 Trujillo reprime a los revolucionarios comunistas

En enero 1946 estalló una huelga general en los ingenios azucareros de La Romana y San Pedro de Macorís, que les permitió a los trabajadores y las trabajadoras obtener un aumento de salarios de 100%. Luego hubo otro intento de huelga reprimido con tal dureza, que dos de sus principales dirigentes fueron asesinados: Julio Aníbal García Dickson (Blanquito) y Héctor Quezada (Negrita). Otros dirigentes, como Muricio Báez, tuvieron que irse al exilio.

Trujillo sabía que pronto se iniciaría una confrontación entre el gobierno de Estados Unidos y el de la URSS, en lo que luego se llamó “Guerra Fría”, pues Estados Unidos encabezaba la lucha contra el comunismo y la URSS defendía las ideas comunistas. Entonces ideó el siguiente plan: aparentar que les permitiría a sus opositores, incluyendo a los comunistas o socialistas del PSP, legalizarse y actuar abiertamente en política, para así mostrarse ante el mundo como un demócrata, no como un dictador, y luego, cuando los pocos comunistas salieran a la luz pública, atacarlos y quedar bien con el gobierno de Estados Unidos.

El plan arrancó en marzo de 1946, cuando el periódico “La Opinión”, que recientemente Trujillo les había comprado a unos empresarios, publicó una nota de la Secretaría de Interior y Policía, donde a los comunistas se les pedía que se legalizaran. Como el llamado no surtió efecto, en el mes de agosto liberó al dirigente del PSP, Freddy Valdés, y a otros comunistas que estaban presos, quienes luego sacaron un manifi esto donde demandaban el retorno de los exiliados y se planteaban luchar en el marco legal que daba la Constitución.

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95 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

En septiembre los dirigentes del PSP realizaron un congreso obrero donde participaron, entre otros, Freddy Valdés, Mauricio Báez y Ramón Grullón. También participaron obreros vinculados al régimen, quienes eran minoría pero tenían mayor control del congreso. Luego regresaron de Cuba los hermanos Ducoudray y Francisco Henríquez, ambos del PSP.

El 14 de octubre Trujillo publicó en otro de sus periódicos, “La Nación”, una carta donde le pedía al a la Secretaría de Interior que tomara las medidas necesarias para que los comunistas legalizaran su partido. En esa carta, Trujillo decía:

“El comunismo, cuya existencia en la República Dominicana es ya un hecho real de positivas proyecciones, tiene su indudable origen en las organizaciones de la Unión Soviética (…) Su existencia entre nosotros es, asimismo, un mentís rotundo y elocuente a los calumniadores que infortunadamente acusan a la República Dominicana de no estar conducida por un régimen democrático”.

El 26 de octubre, el PSP y la Juventud Democrática realizaron un mitin pacífi co en el Parque Colón, frente a la Catedral. La actividad había sido autorizada por la policía, pero agentes al servicio de Trujillo la reprimieron. Freddy Valdés y otros revolucionarios fueron encarcelados y torturados. Otros salieron al exterior.

Las promesas de Trujillo eran falsas. Sus métodos favoritos, el engaño y la represión, pronto salieron a la luz. Y todo eso lo hizo con el apoyo de Estados Unidos, que aunque hablaba de promover la democracia en el mundo, respaldaba la dictadura de Trujillo y otras dictaduras de Latinoamérica.

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capitalista y reb

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La dictadura de Trujillo (1930-1961) 96

97 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Período 1947-1957: luchas políticas y

expansión económica

Capítulo IV

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 98

El 16 de agosto de 1947 Trujillo tomó posesión para un nuevo período de gobierno que se extendería hasta el año 1952. Había ganado las elecciones de mayo de ese mismo año, en las cuales compitieron tres partidos: el suyo, que obtuvo el 93% de los votos, y otros dos que obtuvieron el 7% restante. Estos últimos eran el Laborista, dirigido por Francisco Prats, y el Nacional Democrático, presidido por Rafael Espaillat, ambos al servicio de Trujillo.

De nuevo Trujillo hacía elecciones fraudulentas para seguir gobernando el país y hacer creer que el pueblo dominicano lo respaldaba y votaba por él.

4.1 Inicia el quinto gobierno

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En 1945, los exiliados dominicanos realizaron un congreso en Cuba y crearon el Frente Unido de la Liberación Dominicana, con Ángel Morales como presidente, Ramón de Lara y Juan Isidro Jimenes Grullón, como secretarios, Leovigildo Cuello delegado con plenos poderes y Juan Bosch delegado ante los países americanos. Ese grupo de dirección comenzó a realizar gestiones ante los gobiernos del Caribe para obtener ayuda para una acción militar contra Trujillo.

Los exiliados consideraron que había llegado el momento de derrocar a Trujillo a través de la lucha armada, pues tras el fi n de la Segunda Guerra Mundial, éste se había debilitado internamente y se encontraba rodeado de gobiernos opuestos a su dictadura: Rómulo Betancourt en Venezuela, Ramón Grau San Martín en Cuba, Juan José Arévalo en Guatemala y Elli Lescot en Haití.

4.2 La expedición de Cayo Confites

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En 1947, dominicanos, cubanos y revolucionarios de otras nacionalidades crearon un ejército de 1,300 personas para iniciar una expedición armada contra Trujillo. Recibieron entrenamiento militar en Cuba, se organizaron en cuatro batallones y se fueron hacia Cayo Confi tes, ubicado en el océano atlántico, al oeste de Cuba.

Cuando el gobierno de Estados Unidos supo de los planes de invasión contra Trujillo, presionó al presidente de Cuba para que la detuviera. Entonces los expedicionarios fueron obligados por el ejército cubano a desembarcar en el puerto de Antillas, donde fueron apresados y conducidos al recinto militar de la Habana.

Juan Bosch se declaró en huelga de hambre y logró que los expedicionarios fueran liberados. Como el gobierno cubano no le quiso devolver las armas, el presidente de Guatemala reclamó la propiedad de las mismas. Así terminó ese primer intento del exilio por derrocar a Trujillo.

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En abril de 1948 salió a la luz un nuevo periódico, “El Caribe”, en parte propiedad de Trujillo. Con ese nuevo periódico el régimen fortaleció su propaganda.

Trujillo continuó haciendo estatuas suyas y recibiendo títulos, medallas y diplomas. Sus funcionarios en el exterior eran muy hábiles para conseguirle condecoraciones de los gobiernos. Para 1947, Trujillo había recibido 32 reconocimientos internacionales, entre medallas, títulos, órdenes y diplomas.

Pero no solo Trujillo recibía honores. En julio de 1951, su hermano Héctor Trujillo y otros tres altos jefes del ejército fueron condecorados con la Legión de Mérito de los Estados Unidos. Al parecer, el gobierno norteamericano consideraba como gran mérito torturar y asesinar personas, pues esa era una de las principales labores del ejército de la dictadura.

Mientras el tirano recibía condecoraciones, el pueblo dominicano seguía sufriendo el terror de su régimen. Constantemente había apresamientos y asesinatos. En 1950 murió desangrado en la cárcel Freddy Valdez, preso desde 1947. A Valdez lo colgaron de las muñecas hasta que éstas se partieron. Ese mismo año Mauricio Báez fue secuestrado y asesinado en Cuba por agentes de Trujillo.

En 1952 fue construida la cárcel de La Victoria, con capacidad para 800 reclusos y donde se torturó a miles de personas que los servicios de inteligencia consideraban opositoras a Trujillo.

4.3 Más propaganda y represión de la dictadura

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Después que el gobierno cubano le devolvió al de Guatemala las armas de los expedicionarios de Cayo Confi tes, un grupo de ellos planifi có otra invasión para derrocar a Trujillo, pero esta vez desde Guatemala.

Con el apoyo de los gobiernos de Guatemala y Costa Rica, donde José Figueres había dirigido una revolución liberal en 1948, los expedicionarios, dirigidos por Juancito Rodríguez, armaron un ejército con seis aviones y buena cantidad de armas.

El 19 de junio de 1949 los expedicionarios salieron de Guatemala pero debido al mal tiempo cuatro de los aviones aterrizaron en la isla de Cozumel, en el caribe mexicano, y otro, que iba como escolta, regresó a Guatemala. Solo un avión aterrizó en las costas de Luperón, municipio de la Provincia de Puerto Plata, ubicada al norte del país. En ese avión iban 15 combatientes y a los pocos días 10 fueron asesinados y 5 apresados.

4.4 La fracasada expedición de Luperón

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Los apresados fueron los dominicanos Horacio Julio Ornes Coiscou, Tulio Arvelo Delgado, José Rolando Martínez Bonilla y Miguel Feliú Arzeno, y el nicaragüense José Félix Córdova Boniche. Trujillo no los asesinó porque necesitaba algunos prisioneros vivos para montar un proceso público. Nueve meses después los liberó y todos se fueron del país.

El fracaso de la acción de Luperón fortaleció a la dictadura, que para entonces tenía menos presión externa porque se habían debilitado las fuerzas progresistas en América Latina.

En algunos países con gobiernos contrarios a Trujillo se dieron cambios que lo favorecían. Desde 1946 ya no gobernaba Elli Lescot en Haití y desde fi nales de 1948 los militares tenían el poder en Venezuela.

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Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los países de Europa estaban muy destruidos porque la guerra se desarrolló fundamentalmente en ese continente. También estaban muy dañados muchos países de Asia, sobre todo Japón, al que Estados Unidos le arrojó dos bombas atómicas en agosto de 1945. Contraria era la situación de Estados Unidos, que al entrar a la guerra en la fase fi nal y no sufrir combates ni bombardeos en su territorio, salió fortalecido del confl icto, como la indiscutible primera potencia mundial.

Pasada la guerra, el gobierno de Estados Unidos aprobó un plan de ayuda a Europa por miles de millones de dólares. El Plan Marshall, llamado así porque su promotor fue el Secretario de Estado norteamericano, George Marshall, permitió que los países europeos recibieran dinero para rehacer su infraestructura, importar alimentos, materias primas y maquinarias de Estados Unidos y reforzar sus ejércitos.

4.5 Nueva expansión capitalista

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La millonaria inyección de recursos levantó a Europa, a tal punto que en los años 1948-52 su producción industrial creció 35% y su producción agrícola sobrepasó los niveles de antes de la guerra . A las grandes empresas de Estados Unidos les vino muy bien el despegue de Europa, porque les permitió vender más productos e invertir más dinero en ese continente.

La expansión de la postguerra benefi ció los negocios de exportación de República Dominicana, la mayoría pertenecientes a Trujillo, y otros, como los ingenios azucareros, propiedad de compañías norteamericanas y de la familia Vicini.

4.5.1 Crecimiento del comercio con el exterior

Como los productos dominicanos tuvieron más demanda en el exterior, sus precios aumentaron. El cuadro cuatro No.4 muestra el fuerte aumento de precio registrado en los principales productos de exportación (salvo el tabaco).

Cuadro No.4Precios promedios de los principales productos

de exportación (En tonelada métricas y dólares)

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Años Azúcar Café Cacao Tabaco

1945 67 265 164 347

1952 96 1,006 654 326

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982

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El cuadro No.5 muestra el aumento de las exportaciones totales a partir del año 1945. En algunos años las exportaciones bajaron un poco pero siempre se mantuvieron muy por encima del año 1945.

Cuadro No.5Comercio con el exterior

(En millones dólares)

Años Azúcar Café Cacao Tabaco

1945 67 265 164 347

1952 96 1,006 654 326

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982

Como las exportaciones generaban más monedas extranjeras, las empresas grandes y medianas importaron más materias primas y máquinas. Eso benefi ció a los negocios comerciales de Trujillo y de otros burgueses que fortalecieron sus relaciones con el gobierno.

Como eran más los dólares que entraban por exportación que los que salían para pagar las importaciones, el sobrante le sirvió a Trujillo para crear más empresas, pues él manejaba casi a su antojo los dólares que entraban al país.

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4.5.2 Más inversiones del Estado

El Estado obtuvo más ingresos a través de los impuestos de importación y exportación. Además, Trujillo que para entonces no era dueño de ingenios azucareros, le aumentó el impuesto al azúcar y a la melaza, de 25.6% en 1946 a 29.3% en 1948.

Entre 1945 y 1952, los gastos del Estado pasaron de 30 millones de pesos a 128 millones. Aunque la mayor parte del dinero se destinaba al aparato militar y burocrático, es decir, se utilizaba para sostener al régimen, el Estado también invirtió más en planes de urbanización, en infraestructura, sistemas de riego, salud, educación y otras áreas económicas y sociales.

Esas inversiones, si bien favorecían a un determinado núcleo de la población, que obtenía empleo y se incorporaba a la vida económica, ayudaban sobre todo a los grandes empresarios y sobre todo al mayor de ellos, que era Trujillo, pues al ampliarse el mercado interno Trujillo creó más empresas y aumentó las ganancias de las que ya tenía.

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4.5.3 Desarrollo del sistema bancario

En el año 1947 se crearon el Banco Central de la República Dominicana y la moneda denominada peso oro dominicano, que sustituyó al dólar norteamericano como moneda de circulación nacional. El gobierno aprobó que un peso fuera igual a un dólar. Cuando el peso se puso a circular, se retiraron de la calle 38.8 millones de dólares. De ese monto, el Banco Central recibió 13.8 millones para guardarlos como reservas y los otros 25 millones terminaron en las arcas de Trujillo.

El Banco Central era el encargado de emitir pesos y de controlar los dólares que entraban al país y también operaba como banco comercial, pues tenía facultad para otorgar préstamos.

Para entonces ya existían el Banco Agrícola y el Banco de Reservas, que les prestaban a las empresas de Trujillo y de los principales burgueses del país. Dos bancos canadienses siguieron funcionando, el Royal Bank y el Nova Scotia, pero sin tener mayor incidencia en la economía nacional.

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Con los excedentes obtenídos del aumento de las exportaciones y de los ingresos del Estado, Trujillo pagó en 1947 toda la deuda externa del país, que era de alreddor de 9 millones de dólares. Esa operación le dio mayor autonomía respecto al gobierno norteamericano, con el que se tenía la deuda.

Con los recursos de los nuevos bancos, Trujillo amplió sus inversiones en la industria y el comercio y diversifi có sus mecanismos para ganar más dinero. Por ejemplo, cuando una de sus empresas quebraba se la vendía al Banco Agrícola a un precio elevado. Y si dicha empresa volvía a ser rentable, se la compraba al mismo banco a un precio bajo. Otra cosa que hacía Trujillo era endeudar al gobierno con los bancos y utilizar el dinero para fi nes propios.

4.5.4 Crecimiento del sector industrial

Para el año 1952 Trujillo comenzó a incursionar en el negocio de la industria azucarera, pues ya había construido dos importantes ingenios, el Catarey y el Central Río Haina. Pero su entrada defi nitiva a dicha industria se dio más adelante, cuando compró la mayoría de los ingenios de capital extranjero.

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La inversión en el sector azucarero creció mucho entre los años 1945 y 1952, de 61 millones de pesos a 102 millones. En el sector industrial no azucarero también comenzó un auge, cuando Trujillo creó empresas utilizando dinero del Estado, de los bancos y de las exportaciones.

Como en el país no se producían maquinarias, ni muchas materias primas que requerían las industrias, Trujillo las compró baratas en el exterior al quitarles los impuestos de importación. Al mismo tiempo les aumentó dichos impuestos a los bienes de consumo del exterior que podían competir con los de sus industrias.

Para garantizar que sus industrias vendieran la producción, obligó a los empleados públicos a comprar leche y a la población a comprar zapatos y a pintar las fachadas de sus casas con la pintura de su empresa, que era la única del país.

Entre los años 1947 y 1952 se crearon alrededor de 1,460 industrias, casi todas productoras de bienes de consumo, en su mayoría alimentos. Las más importantes fueron las de cigarros, chocolates, pastas alimenticias, cervezas, cemento, calzados, distribución de petróleo, abonos químicos, sombreros, envases, jabón, mármol, mosaicos y alimentos para ganado.

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La mayoría de las industrias eran pequeñas, y más que industrias eran talleres artesanales que producían alimentos o preparaban bienes agrícolas y apenas ayudaban a sus dueños y empleados a sobrevivir. Quien creó empresas grandes fue Trujillo, como la de cervezas, que se fundió con otra que había, la de chocolate, la de tabaco, entre otras. Los demás burgueses nacionales crearon empresas de madera, licorerías y otros negocios menores.

Pocas industrias, como la de cemento, creaban materias primas para otras industrias. Eso quiere decir que la mayoría de las industrias no se vendían entre sí. Las materias primas que utilizaban provenían del campo y del exterior.

Prácticamente no había industrias que produjeran máquinas, herramientas, equipos, por lo que había que comprarlas en el exterior. Solo la empresa “Armería de San Cristobal” producía bienes metálicos, repuestos y algunos medios de producción simples, pero no eran máquinas. Por eso, el desarrollo industrial disparó las importaciones de medios de producción, o sea, era dependiente del exterior.

Cuadro No.6Importaciones de algunas mercancías

(En millones de dólares)

111 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Años Maquinarias, hierro y materiales de construcción

Carros y vehículos con repuestos

Materias primas

1945 3.6 1.2 6.3

1952 31.2 10.5 11.6

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982

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4.5.5 Crecimiento de la pequeña burguesía

La expansión económica generó más empleo y permitió el crecimiento de la pequeña burguesía, es decir, de las personas dueñas de pequeñas empresas y que contrataban poca mano de obra. Esa clase era numerosa desde que el capitalismo surgió en la República Dominicana.

Muchos de los negocios de la pequeña burguesía producían alimentos, ropa y otros bienes artesanales. Igualmente había muchos pequeños comercios, talleres y negocios de servicios diversos.

4.5.6 Crecimiento del proletariado industrial

En la industria azucarera el proletariado pasó de 25,821 personas en 1945 a 47,271 en 1952. En el resto del sector industrial el proletariado no aumentó, pero las ganancias eran crecientes. Solo entre 1947 y 1952, la ganancia del total de industrias no azucareras pasó de 14.8 millones de pesos a 31.2 millones. Por cada 100 pesos invertidos en materias primas, salario, etc., las industrias se ganaban 40.

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4.6 El sexto gobierno y el tercer presidente títere: 1952-57Trujillo no se postuló a la presidencia en las elecciones de mayo del año 1952 y llevó como candidato a su hermano Héctor Bienvenido Trujillo, quien ganó con el 100% de los votos emitidos, pues solo el Partido Dominicano participó en las falsas elecciones. Héctor se convirtió en el tercer presidente títere del Tirano.

En el mes de agosto, Trujillo fue nombrado Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, cargo que no existía y que lo colocaba a la cabeza de los tres Estados Mayores: Ejército, Aviación y Marina. Para entonces su hijo Ramfi s era general.

4.6.1 El Concordato con la Santa Sede

En junio de 1954, Trujillo fi rmó con el Papa Pío XII un Concordato, que es un acuerdo entre la Santa Sede y un Estado para regular las relaciones entre ellos. El Papa le otorgó a Trujillo la “Gran Cruz de la Orden Piana”. El acuerdo le permitía a Trujillo legitimar su gobierno, a cambio de muchos privilegios que le otorgó a la Iglesia. Veamos algunos compromisos que asumió el gobierno con la Iglesia:

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• Darle los templos y edifi cios con fi nes eclesiásticos que el Estado hubiera construido desde 1930 y los que siguiera construyendo.

• Darle una subvención (pago) mensual a las Diócesis.

• Garantizarle el establecimiento de escuelas y subvencionarlas.

• Garantizar la enseñanza de la religión y la moral católicas en las escuelas públicas.

Trujillo eliminó el carácter laico (no religioso) de la educación, heredado de las luchas revolucionarias del pasado y de las enseñanzas del notable educador puertorriqueño, Eugenio María de Hostos. Tras la fi rma del Concordato, la educación religiosa pasó a ser obligatoria.

4.6.2 Se fortalece el sistema político

Para los años 1952-57, todos los rasgos del sistema político dictatorial se habían profundizado. Trujillo, sin ser presidente formal, controlaba el Órgano Ejecutivo, el Congreso y las instituciones judiciales. Nada en el Estado se movía sin su consentimiento. La oposición interna estaba más controlada y las bases económicas del régimen se habían consolidado.

Sin embargo, no pasaría mucho tiempo para que ese sistema político comenzara a mellarse, como veremos más adelante. La solidez política del tirano era real, pero su fi nal se acercaba.

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En los años 1952-57, la dictadura amplió el terror y la vigilancia sobre la población. Los organismos que ejercían esa labor eran la Policía Nacional, el Ejército, el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), creado en 1957, el Partido Dominicano y su red de espías y las organizaciones paramilitares. El espionaje se hacía en el país y en el extranjero. Todos los cuerpos que realizaban esa labor eran coordinados y dirigidos desde la ofi cina de Trujillo.

El SIM era una poderosa organización que aterrorizaba a la población mediante crímenes y torturas y tenía en su nómina a miles de agentes secretos diseminados en todo el país, entre los que había desde limpiabotas y altos funcionarios hasta militares. El SIM vigilaba a la población y delataba y torturaba a los opositores a Trujillo. Tenía varios centros de torturas y para 1957 era dirigido por el General Arturo Espaillat, alias Navajita.

Nadie en el país se encontraba a salvo de la cárcel o de ser asesinado. Hasta los más cercanos colaboradores de Trujillo vivían en la incertidumbre, caían en desgracia, eran humillados y a veces retornaban al aparato de poder, pero mucho más sometidos al “Jefe”. Uno de los diarios de Trujillo tenía una sección llamada Foro Público, donde aparecían amenazas anónimas contra militares, empleados públicos, empresarios, intelectuales y en general contra cualquier personas que Trujillo quisiera dañar. La persona que aparecía denunciada podía perder el empleo, ir a la cárcel o recibir cualquier humillación pública.

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Trujillo también tenía agentes y espías en otros países. Una de sus operaciones en el exterior más sonada fue el secuestro, en el año 1956, del abogado vasco Jesús de Galíndez, quien residía en la ciudad de Nueva York. Galíndez había trabajado durante algunos años para el gobierno de Trujillo y en 1946 se fue a vivir a Estados Unidos, donde trabajó como profesor universitario y escribió una obra titulada “La Era de Trujillo”, en la que narraba algunos horrores de la dictadura dominicana. Antes de publicar su obra, los agentes de Trujillo lo secuestraron y lo llevaron a República Dominicana, donde lo fusilaron y se le dio por desaparecido.

Las cárceles estaban llenas de presos políticos. Las más famosas eran La Victoria, La 40 y El Nueve, esta última ubicada en el kilómetro nueve de la Carretera Mella, en las afueras de la capital. Al frente de ellas estaban ofi ciales al servicio de Trujillo y de su hijo Ramfi s.

Pero los medios de comunicación repetían diariamente que gracias a Trujillo había paz, orden, bienestar material y progreso. Hasta la música y la poesía popular se utilizaron con ese fi n.

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117 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Después de fi rmado el Concordato, las organizaciones religiosas pasaron a controlar sindicatos y cooperativas campesinas y reforzaron el movimiento juvenil denominado Acción Católica. De manera particular, la Compañía de Jesús se mantuvo muy activa y puso mucho énfasis en el culto que la población le debía rendir a la autoridad del Estado y a su “Jefe”, o sea, a Trujillo.

Los sindicatos estaban sometidos al gobierno. La Confederación Dominicana del Trabajo, que era la principal organización laboral, no representaba los intereses de los trabajadores y trabajadoras, sino del “Jefe”, que la creó para que se creyera que su gobierno era democrático porque permitía la organización sindical. Era Trujillo quien ponía y quitaba a los dirigentes.

4.6.3 La economía en los años 1952-1957

a) Aumento de las exportaciones

Las exportaciones crecieron debido a los buenos precios del azúcar, el café, el cacao y el tabaco, que representaban el 90% del total exportado. El mayor crecimiento se dio en 1957, cuando llegaron a 161.5 millones de dólares y superaron en 44 millones a las importaciones, que también crecían. Trujillo contó con una mayor cantidad de recursos para ampliar sus inversiones.

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b) Incursión de Trujillo en la industria azucarera

Con el auge de la postguerra y el alza de los precios del azúcar, Trujillo se dio cuenta de que invertir en la industria azucarera era un buen negocio y entre 1952 y 1956 compró nueve ingenios de capital extranjero. Solo los dueños del Central Romana se negaron a venderle. A la familia Vicini, dueña de tres ingenios, Trujillo no la afectó para no abrirse un confl icto con la burguesía tradicional

Con los ingenios que compró más los que ya tenía (“Catarey, Central Río Haina” y “La Esperanza”), el tirano controló 12 de los 16 ingenios que había en el país, en los que se generaba el 65% de la producción de azúcar.

Entre 1952 y 1957, la inversión total en la industria azucarera creció 45% y las ventas casi se duplicaron. En el año 1957, la industria azucarera obtuvo una ganancia de 41.5 millones de pesos, la mayor de toda su historia y el doble de toda la obtenida en los cinco años anteriores.

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c) Crecimiento del sector industrial no azucarero

Cuando las exportaciones crecían mucho, como ocurrió de 1952 a 1957, no solo entraban más divisas al país, sino que aumentaba la cantidad de pesos en circulación, pues las divisas iban al Banco Central y éste le daba su equivalente en pesos a las empresas exportadoras, la mayoría propiedad de Trujillo.

Al haber más pesos circulando, se ampliaba el marcado interno y Trujillo y otros empresarios creaban más negocios para aumentar sus ganancias. Entre 1952 y 1957, la cantidad de dinero circulante aumentó 32%. Y entre 1953 y 1957 se crearon 1,583 industrias que emplearon a 6,840 obreros, lo que da un promedio de 4 obreros por industrias. La mayoría eran industrias pequeñas.

De las empresas grandes, las más importantes eran los aserraderos, las descascaradoras de café y arroz, las fábricas de conservas vegetales, de grava, pintura, furfural, asbesto cemento, baterías, ropa, embutidos, café, jabones y fertilizantes. También se crearon heladerías, panaderías, colchonerías, imprentas. Otra empresa importante fue los Astilleros de Haina

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Se puede decir que entre 1953 y 1957 continuó el proceso de industrialización iniciado desde el fi n de la Segunda Guerra Mundial, aunque la mayoría de las industrias eran pequeñas empresas artesanales productoras de bienes de consumo. Trujillo era el principal dueño de las nuevas industrias grandes. Entre 1952 y 1957, la ganancia total en el sector industrial no azucarero aumentó casi sostenidamente. En 1957 la ganancia superó la de los ingenios azucareros.

La industrialización seguía siendo de empresas productoras de alimentos, no de materias primas y mucho menos de máquinas, y dependía de los dólares que generaban cuatro productos, sobre todo el azúcar, que permitían importar maquinarias y materias primas.

d) Relaciones capitalistas en el agro

En los años 1952-57 continuó la expansión de las relaciones capitalistas en el agro, pero limitadas en gran medida a la caña, el arroz, el maíz y la ganadería. El resto de la producción continuaba con técnicas muy atrasadas.

Casi todo el sistema de riego se utilizaba para el cultivo de arroz. Aumentó el uso de maquinarias agrícolas, como los tractores, las rastras y las trilladoras, pero éstas se concentraban en las grandes y medianas propiedades. El 87% de las explotaciones agrícolas no usaba tracción animal ni tenía ganado vacuno y el 90% no tenía maquinarias ni implementos agrícolas, como las hachas, cortadoras, carretillas y otras. El machete todavía era el principal instrumento de trabajo.

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Los latifundistas, que no representaban ni al 1% de los propietarios de fi ncas, tenían cerca del 40% de las tierras. Muchos campesinos y campesinas arruinadas emigraron a las ciudades, donde conformaron cinturones de miseria o lograron alguna ocupación en pequeños negocios.

La mayoría de pequeños agricultores no recibía fi nanciamiento para producir. En 1956, solo el 40% del crédito del Banco Agrícola e Industrial se destinó al sector agrícola, per apenas el 15% de dicho crédito fue captado por los campesinos pobres. El resto lo recibieron los latifundistas.

En la ganadería disminuyó el número de cabezas de ganado pero ello se compensó, en alguna medida, con el aumento del peso del ganado y la erradicación de enfermedades.

Un mayor número de vacas se utilizó para la producción de lácteos y se desarrollaron nuevos renglones pecuarios, como por ejemplo la avicultura, vinculada a los mercados de las ciudades.

La agricultura seguía dependiendo de cuatro productos básicos: el azúcar, el café, el cacao y el tabaco, que se vendían fundamentalmente en el mercado internacional.

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4.6.4 La riqueza de una minoría y la pobreza de la mayoría

La expansión económica y el progreso material del país no se debían a que Trujillo deseaba mejorar las condiciones de vida de la población. Ningún burgués amplía sus negocios para ayudar al pueblo, sino para ganar más dinero. Y en ese proceso de ganancia y reinversión, la base material de la sociedad se amplía, pero en benefi cio de un grupito de multimillonarios y de los sectores medios que logran algún puesto importante en el Estado o en una empresa privada.

Por eso, en medio del auge económico de la dictadura, la mayor parte de la población dominicana pasaba hambre y no recibía los servicios necesarios para llevar una vida digna. El hambre, la falta de alimentos, la escasez de agua potable, el défi cit de vivienda y otras carencias afectaban a la mayoría de la población.

El progreso material de la Era de Trujillo, se dio, además, a costa de la más terrible humillación y sometimiento del pueblo, en medio de un clima de terror, represión y servilismo. Bajo condiciones democráticas que hubieran permitido una economía sin monopolios y el desarrollo de las capacidades creativas del pueblo, el progreso económico hubiera sido más grande y hubiera benefi ciado a la mayoría de la población.

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Para el año 1957, cuando la población era de 3 millones de habitantes (600,000 familias), el 14% de las familias se quedaba con el 75.5% de los ingresos anuales y el 86% de familias captaba el 24.5%. Eso signifi ca que el desarrollo capitalista durante los años de la dictadura benefi ció al 14% de las familias, a costa de la pobreza y la explotación del resto de familias.

4.6.5 La Feria de la Paz

Para celebrar los 25 años de gobierno, Trujillo realizó en 1955 la llamada Feria de La Paz y Confraternidad del Mundo Libre, en donde se coronó a su hija menor como Angelita I. Para la Feria se construyeron muchos edifi cios permanentes y se exhibieron ganado y productos agrícolas dominicanos. En sus alrededores abundaban los bustos de Trujillo. El Estado invirtió 30 millones de pesos, casi el 33% de su presupuesto. Se gastó en todo tipo de lujos. Sólo el vestido de Angelita costó 80 mil pesos, que en esa época eran iguales a 80,000 dólares.

Ese derroche le sirvió a Trujillo para satisfacer su ego, para darle prestigio a su gobierno ante la población y para impresionar a la comunidad internacional, pero impactó negativamente en la economía, pues el gobierno tuvo problemas fi nancieros y dos años después tuvo que frenar sus gastos, justo en el momento en que se iniciaba una crisis internacional que impactó a toda la economía dominicana.

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Período 1958-61: crisis y caída de la dictadura

Capítulo V

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 126

En mayo del año 1957 se realizaron elecciones en las que solo participó el Partido Dominicano. El hermano de Trujillo, Héctor Bienvenido, fue elegido de nuevo presidente y Joaquín Balaguer vicepresidente, cargo que había sido introducido de nuevo en la Constitución.

Balaguer era un funcionario de confi anza de Trujillo, que incluso le redactaba muchos de sus discursos y era uno de sus principales oradores y alabarderos. En los años 1949 y 1955 ue Secretario de Educación y en 1955-57 fue Canciller.

Tras las elecciones, nada cambió en el país. Trujillo siguió mandando a través de su hermano. Sin embargo, un año después se inició una crisis económica que se juntó con varios hechos que generaron una crisis general de la dictadura.

5.1 Séptimo gobierno: siguen los títeres

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En 1957 se inició una crisis en la economía capitalista mundial que duró varios años. La crisis internacional afectó la economía dominicana a partir del año 1958, porque disminuyeron los precios de los principales productos de exportación del país, como se ve en el cuadro No.7.

5.2 Crisis económica

Cuadro No.7Precios promedio de los principales productos de

exportación (En centavos de dólares por kilo)

Años Azúcar Café Cacao Tabaco

1957 11.5 115.6 56.3 43.6

1958 8.3 92.7 85.3 41.6

1959 7.2 80.0 69.5 41.1

1960 8.0 77.2 53.3 44.3

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982.

En el caso del azúcar, que generaba el 60% de los dólares provenientes de las exportaciones, el precio cayó en los años 1958 y 1959. En 1960 se recuperó un poco, pero sin alcanzar el nivel de 1957. El precio del café también se desplomó y en menor medida bajaron los del cacao y el tabaco.

Las exportaciones totales se desplomaron en los años 1958-59; además, el saldo comercial, que es la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, aunque fue positivo, se redujo de 44 millones en 1957 a menos de un millón en 1958.

Cuadro No.8Comercio con el exterior (En millones de dólares)

127 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Años Exportaciones Importaciones Saldo comercial

1957 161.5 117.5 56.3

1958 134.7 134,4 85.3

1959 131.8 126,5 69.5

1960 164.6 90.3 53.3

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982.

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La crisis afectó las importaciones porque los empresarios redujeron sus compras de materias primas y maquinarias del exterior. En 1960, el país exportó más porque se vendió todo el azúcar acumulado. Sin embargo, había una escasez de dólares porque Trujillo aumentó la importación de armas y comenzó a sacar dinero hacia el exterior, donde lo tenía más seguro. Otros empresarios también sacaron dinero.

La ganancia de los ingenios bajó de 41.5 millones de dólares en 1957, a 4.4 en 1958 y a 2 en 1959 y alrededor de dos mil personas dejaron de laborar en ellos. En 1960, la ganancia de los ingenios subió a 40 millones, porque aumentaron sus ventas en un 57%, mantuvieron la misma cantidad de empleados y obreros y les pagaron menos. En 1957 laboraban en los ingenios 64,873 personas que recibían sueldos y jornales promedios de 365 pesos anuales. En 1960 trabajaba la misma cantidad pero recibían 323 pesos, 11% menos que el año anterior.

En las industrias no azucareras las ganancias crecieron en medio de la adversidad, porque les suvieron los precios a sus productos y mantuvieron sus ventas en el mercado nacional, ya que se trajeron menos productos del exterior.

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La crisis también afectó al sector agropecuario, que tenía difi cultades para importar medios de producción debido a la escasez de dólares. En 1960 había menos vacas, toros, bueyes, cerdos, cabras, aves, asnos, burros y mulas, que en 1950. Además, no se podía importar mucha carne, leche y otros productos, por los problemas con los dólares que ya mencionamos. Entre 1956 y 1960, la importación de alimentos se redujo 32%.

Al haber una producción insufi ciente y menos importaciones, los precios de los bienes pecuarios crecieron y afectaron los ingresos de la mayoría de la población.

Cuadro No.9Riqueza pecuaria (Número de cabezas)

Años Vacuno Porcino Caprino Ovino Asnal

1950 885,337 1,157,562 596,406 48,934 128,203

1960 839,037 712,117 219,128 33,523 101,154

Fuente. Roberto Cassá: “Capitalismo y Dictadura”. Año 1982.

La caída de las importaciones afectó a algunos burgueses vinculados a esa actividad y a la gente que podía consumir mercancías extranjeras. Trujillo siguió importando maquinarias para sus monopolios, pero como éstos no podían vender más en el mercado nacional, que seguía estancado porque no se redistribuía el ingreso, no recuperaron las nuevas inversiones.

Debido a la crisis bajaron los ingresos del gobierno, que se vio obligado a reducir la inversión en obras públicas, de 39.3 millones en 1958 a 29.3 en 1959. El gobienro también redujo la inversión en salud y educación y aumentó el presupuesto de las Fuerzas Armadas, de 44 millones en 1958 a 54 en 1959, a costa de más impuestos a la población.

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Trujillo reforzó el aparato militar para mantener su dominio político y psicológico sobre el pueblo, pero al hacer eso agravó la crisis, que solo podía detenerse redistribuyendo el ingreso para que los sectores de menos recursos consumieran más.

La baja en la inversión social y en construcciones, combinada con un mayor gasto militar, impactó negativamente en el nivel de vida de la población, porque la educación y la salud son servicios esenciales y la construcción generaba mucho empleo.

Para 1960, el comercio exterior mejoró pero la economía no salió del atolladero, porque el mercado interno había disminuido debido a la caída de la inversión pública en los años anteriores, a la fuga de capitales que hacían Trujillo y algunos burgueses tradicionales y a la baja de los ingresos reales de la población. Lo único que creció fue la fortuna de Trujillo, que andaba por los 800 millones de dólares y era de las más grandes del mundo.

Los 800 millones de dólares eran 4.8 veces mayor que el valor de las exportaciones totales del país, que en 1960 fue de 165 millones. Para tener una idea de lo que signifi caban esas cifras, podemos hacer una comparación con los datos de hoy. En el 2011, el valor total de las exportaciones dominicanas fue de 8,536 millones de dólares. Si multiplicamos esa cantidad por 4.8, nos daría 40,973 millones, que sería más o menos la riqueza de Trujillo hoy y que equivale al 72% de toda la producción del país del año 2011.

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5.3 Caída de las dictaduras de Venezuela y Cuba y reactivación de la lucha contra TrujilloEn 1958 fue derrocado en Venezuela el dictador Marcos Pérez Jiménez y tomó el poder Rómulo Betancourt, enemigo de Trujillo y amigo de los exiliados dominicanos. Marcos Pérez Jiménez buscó refugio en la República Dominicana.El primero de enero de 1959 cayó el dictador cubano Fulgencio Batista, cuyo gobierno había librado una guerra de dos años contra la guerrilla dirigida por Fidel Castro. Batista también huyó para República Dominicana.

A Trujillo le preocupó la caída de dos dictadores amigos y el surgimiento de dos gobiernos contrarios al suyo. Además, esos hechos se dieron en el marco de una crisis que afectaba profundamente a la economía dominicana y generaba descontento en amplios sectores de la población.

Como muestra de su temor ante el nuevo escenario del Caribe, Trujillo inició una

campaña propagandística contra los gobiernos de Cuba y Venezuela. Sin

embargo, su campaña solo sirvió para que la gente se interesara por saber lo que sucedía

en esos países, donde los militares habían sido derrotados por fuerzas democráticas y revolucionarias, algo que también podía

ocurrir en República Dominicana.

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Los sucesos de Venezuela impactaron inmediatamente en el país, donde la Juventud Democrática, que permanecía en la clandestinidad, se reactivó y estableció contactos con círculos antitrujillistas de las ciudades de La Romana, Puerto Plata y San Francisco de Macorís. Entre todos crearon el Movimiento Democrático, que se propuso crear una organización política a escala nacional y asesinar a Trujillo mediante un plan que incluía a ofi ciales de las Fuerzas Armadas. Algunos dirigentes del Movimiento eran Cocuyo Mieses, José Aníbal Sánchez, Víctor Villegas, Abelardo Vicioso, Manuel González G. y Hugo Toyos.

Los servicios de inteligencia descubrieron lo que planeaba el Movimiento Democrático y en octubre de 1958 apresaron y asesinaron a Cocuyo Mieses y a otros de sus integrantes. Otros detenidos fueron liberados a principios de 1959 y muchos de ellos continuaron luchando en la clandestinidad. La dictadura daba muestras de resquebrajamiento.

Desde 1958 operaba en la capital otro grupo clandestino integrado principalmente por estudiantes de la Facultad de Derecho de la universidad. Sus principales fi guras eran Antonio Avelino, Luis Gómez, Tirso Mejía Ricard y Octavio Amiama. Uno de sus planes era matar a Trujillo. Luego hicieron contactos con los exiliados que preparaban una expedición armada a mediados de 1959, pero tras la captura y asesinato de uno de sus integrantes, Ramón Agustín Jerez, tuvieron que replegarse.

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La resistencia interna la dirigían sectores de las capas medias urbanas, en su mayoría jóvenes y profesionales, en medio de muchas difi cultades, pues los servicios de inteligencia eran tan extensos que cualquier vecino o familiar de un opositor podía ser informante de la policía o del Partido Dominicano. Incluso, para infundir temor en la población, el régimen a veces hacía público lo que le decían sus informantes.

Otra difi cultad de la lucha interna fue la pasividad de la población campesina, que era mayoría en el país. El campesinado tenía poca noción de política y pensaba que quien se opusiera a Trujillo sería necesariamente asesinado. La población trabajadora de las ciudades tampoco se vinculaba a la lucha, salvo cuando las huelgas azucareras, pues era poco organizada y tenía escasa formación clasista.

Sin embargo, a pesar de esas limitaciones, los sectores medios buscaban formas organizativas de lucha. Fue así como a principios de 1959, luego del triunfo de la guerrilla cubana, Minerva Mirabal y su esposo Manuel Tavárez Justo (Manolo) plantearon crear una organización nacional que derrocara a Trujillo mediante un levantamiento armado y con un fuerte respaldo de masas. Ambos habían estudiado derecho en la universidad y pertenecieron a la Juventud Democrática.

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El 6 de enero de ese año, Manolo, Minerva, Leandro Guzmán y otros amigos se juntaron para almorzar en la casa de Guido D´Alexandro, sobrino de Manolo. Durante el encuentro Minerva expresó: “Si en Cuba y Venezuela han podido tumbar las dictaduras, ¿Por qué los dominicanos no nos podemos organizar y luchar contra Trujillo y tumbarlo?” Estimulado por esas fi rmes palabras, el grupo hizo un recuento de los antitrujillistas conocidos y decidió contactarlos. Manolo organizó a sus amigos de la ciudad de Monte Cristi, donde nació, y creó células (organismos) del nuevo movimiento.

Manolo y Leandro pensaban desarrollar una lucha guerrillera parecida a la que dirigió Fidel Castro en Cuba, pero las zonas adecuadas para ello estaban militarizadas. Como para enton-ces se sabía en algunos círculos que los exiliados preparaban otra expedición armada, ellos y otros del grupo planearon internarse en los puntos donde se daría el desembarco de los exiliados e in-corporarse a la lucha armada con ellos. Eso mismo pretendía hacer el grupo de la capital.

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5.4 Expedición del 14 de junio de 1959En marzo de 1959, cinco organizaciones del exilio dominicano realizaron un con-greso de unifi cación y crearon el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD). Los grupos que se unieron fueron:

• Unión Patriótica Dominicana y Frente Independiente Democrático Dominicano, con sede en Venezuela

• Frente Unido Dominicano, con sede en Puerto Rico• Frente Unido Democrático, con sede en Nueva York• Partido Socialista Popular

El MLD designó a Enrique Jiménez Moya como Comandante en Jefe del Ejército de Liberación Dominicana. Jiménez Moya había luchado en Venezuela contra la dictadura de Pérez Jiménez y cuando éste cayó, en 1958, viajó a Cuba y se integró a la guerrilla, donde obtuvo el grado de capitán. Al triunfar la Revolución Cubana, logró el apoyo de Fidel Castro y de Rómulo Betancourt para organizar una expedición armada contra Trujillo.

Los guerrilleros fueron organizados por José Horacio Rodríguez, Reynaldo Santiago y Poncio Pou Saleta. La expedición se inició el domingo 14 de junio, cuando aterrizó en una pequeña pista de Constanza un avión proveniente de Cuba con 56 combatientes, comandados por Jiménez Moya. El segundo al mando era el cubano Delio Gómez Ochoa, héroe de la guerra de guerrillas en su país.

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Seis días después, el 20 de junio, desembarcaron en Estero Hondo y Maimón, provincia de Puerto Plata, dos lanchas con otros combatientes. Este desembarco llegó después porque el conductor de una de las embarcaciones retrasó adrede su llegada y la otra embarcación se mantuvo esperando a la primera. El conductor que retrasó la nave fue devuelto a Cuba, donde fue fusilado por traidor.

Como los desembarcos guerrilleros ocurrieron en fechas diferentes, las Fuerzas Armadas pudieron realizar un poderoso ataque aéreo y desplazarse con agilidad. En pocos días los militares asesinaron y apresaron a muchos guerrilleros y controlaron la situación. La acción armada de los exiliados terminó en un fracaso militar. No hubo tiempo para que grupos internos se vincularan a la guerrilla.

La mayoría de los expedicionarios fueron apresados, torturados y asesinados en las cárceles. Solo sobrevivieron los dominicanos Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas y Francisco Medardo Germán, y los cubanos Delio Ochoa y Pablito Mirabal. Entre los expedicionarios había nacionales de Cuba, Venezuela, Puerto Rico, España, Guatemala, Nicaragua y Estados Unidos.

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Una buena parte de la juventud de capas medias se identifi có con los héroes del 14 de Junio y decidió actuar contra la dictadura. En casi todo el país se organizaron grupos que realizaron diversas acciones, desde la distribución de volantes hasta la detonación de bombas y el sabotaje a tendidos eléctricas. Muchos de los que se incorporaron a la resistencia habían militado en la Juventud Democrática.

A fi nales de julio, Manolo Tavárez le planteó a su amigo Carlos Aurelio Grisanty la idea de crear una organización nacional que desarrollara una lucha guerrillera. Grisanty le dijo que estaba de acuerdo y que él ya había comenzado a organizar un grupo revolucionario en Santiago. Manolo y Grisanty sentaron las bases de lo que luego sería el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, nombre adoptado en honor a los mártires de la expedición iniciada ese día.

Otro dirigente importante, Leandro Guzmán, amplió los contactos que tenía en San Francisco de Macorís, donde funcionaba un grupo. El movimiento se expandió hacia Salcedo, donde se había creado una organización llamada Acción Clero Cultural (ACC), integrada por seminaristas, sacerdotes y personas cercanas a la Iglesia. La ACC conformó núcleos en Santo Domingo, La Romana, Moca, Tenares, Navarrete y otras localidades de la región del Cibao, al norte del país.

5.5 Más lucha contra la dictadura y creación del Movimiento 14 de Junio

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Un Comité Provisional coordinaba las acciones del Movimiento y lo integraban Manolo, Minerva Mirabal, Grisanty, Niño Álvarez y los hermanos Jorge y Miguel Lama, ambos pertenecientes a la burguesía de Santiago.

El movimiento se extendió por el sur y el este del país, a partir de la labor realizada por los núcleos que existían antes del 14 de junio y por el trabajo efectuado por dirigentes como Rafael Faxas Canto, uno de los que tenía mayor desarrollo político. Se organizaron grupos en San Juan, Barahona, Baní, San Pedro de Macorís y La Romana. También se hizo contactos con el exterior, principalmente con exiliados en Nueva York y Puerto Rico, para conseguir ayuda militar.

Al margen del movimiento liderado por Manolo, surgieron otros grupos en diversos sitios. Algunos planifi caron atentados contra el tirano y otros ponían bombas en ciertos lugares e incendiaban locales del gobierno. El régimen apresó a quienes planifi caban esas acciones, como Tony Barreiro, torturado en la cárcel, Fidelio Despradel, quien luego se convertiría en un destacado dirigente del Movimiento 14 de Junio, y Asdrúbal Domínguez, quien años después se destacó como líder estudiantil y dirigente del PSP.

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Otro grupo importante surgido a fi nales de 1959 fue el de Los Panfl eteros, que operaban en la ciudad de Santiago bajo la conducción de Wenceslao Guillén. Eran adolescentes de hogares humildes que hacían volantes y los repartían. Uno de los volantes decía “Vivan Fidel Castro y la revolución cubana. Abajo la tiranía trujillista. Pueblo de Santiago, con perdón de la palabra, Trujillo es un mierda”. Los Panfl eteros extendieron su organización a Mao, provincia Valverde, y a Santo Domingo. Luego se integraron al movimiento dirigido por Manolo.

Todas las organizaciones coincidían en la necesidad de derrocar a Trujillo, pero sus concepciones políticas eran diferentes, aunque la mayoría de la resistencia tenía una orientación revolucionaria.Había gente de izquierda, gente con posiciones democráticas pero no radicales y personas de origen burgués. La diversidad de ideas permitía incorporar a muchos sectores a la lucha.

El 10 de enero de 1960 trece dirigentes de la resistencia se reunieron en la fi nca de Charlie Bogaert en Guayacanes, en la provincia Valverde, donde crearon el Movimiento 14 de Junio y acordaron pasar de la lucha conspirativa a la lucha por la toma del poder. Los participantes en la reunión fueron Manolo Tavárez, Minerva Mirabal, Dulce Tejada, Rafael Faxas Canto, Leandro Guzmán, Luis Gómez, Carlos Aurelio Grisanty, Luis Álvarez Pereyra, Ramón Antonio Rodríguez, Germán Silverio Messón, Julio Escoto, Efraín Dotel y Carlos A. Bogaert.

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Minerva Mirabal expuso sobre las perspectivas políticas, organizativas y militares del Movimiento y se refi rió a las tareas de la generación que el grupo representaba y a la obligación de sacrifi carse para dar un ejemplo a las nuevas generaciones. En la reunión se eligió a Manolo Tavárez como presidente del Movimiento, a Rafael Faxas como secretario general y a Leandro Guzmán como tesorero.

El grupo hizo un balance de las acciones realizadas y de los miembros con que se contaba, discutió los planes para la insurrección, precisó los lugares habilitados para recibir armas del exterior y acordó que todas las personas del movimiento debían cotizar 25 centavos a la semana. También adoptó el programa del Movimiento de Liberación Dominicana que organizó la expedición de 1959, donde los puntos centrales eran la reforma agraria, la nacionalización de los bienes de los Trujillo y de sus colaboradores, la industrialización de la economía, la protección a los sectores populares y la soberanía nacional.

En adelante había que dar pasos para las acciones insurreccionales. El llamado al levantamiento se haría desde Monte Cristi y si éste no ocurría se partiría hacia las montañas para crear el primer foco guerrillero.

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5.6 Gobierno aumenta la represión A principios de diciembre del año 1959 Manolo y algunos de sus compañeros ordenaron detener los reclutamientos para que el levantamiento armado no corriera el riesgo de ser delatado. Sin embargo, la decisión no fue acatada debidamente, tal vez porque no llegó a todos lo núcleos organizados en el territorio nacional. Una persona recién incorporada al movimiento, Andrés Norman, denunció el plan ante el SIM, que para entonces era dirigido por Johnny Abbes García, uno de los mayores asesinos al servicio de la dictadura.

Para fi nales de diciembre el SIM conocía los planes del movimiento y seguía los pasos de varios de sus dirigentes. El 11 de enero de 1960, o sea, un día después de la reunión de Guayacanes, el SIM apresó a Federico Cabrera y a Marcos Pérez Collado, ambos de la línea noroeste. Al día siguiente encarceló a Manolo.

Del 11 al 21 de enero el SIM apresó a tres mil personas, la mayoría jóvenes de capas medias y dirigentes y simpatizantes del Movimiento 14 de Junio, que tenía más de 5,000 personas organizadas. Las personas detenidas fueron sometidas a fuertes torturas y hacinadas en las cárceles. En La Cuarenta, con capacidad para 12 presos, había 400.

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Rafael Valera Benítez, uno de los presos de aquellos días, narra en su libro “Complot Develado”, las torturas que padecían las personas capturadas. Dice Benítez que “en todo el patio de la prisión y en sus diversas dependencias se torturaba del más diverso modo en medio de un frenesí bestial en el que aparecían, entremezclados, esbirros y hombres desnudos y esposados dando alaridos y revolcándose como gallinas decapitadas. (…) Cuando alguien perdía el conocimiento, como consecuencia de las pelas aplicadas en un cuadrilátero denominado El Coliseo por dos o tres esbirros a la vez, sobre el cuerpo despellejado (…) era derramada una lata de agua de sal o se sentaba en La Silla para reanimarlo con descargas eléctricas”.

A los dirigentes más activos del 14 de Junio se les sometió a torturas prolongadas y reiteradas. Por ejemplo, Manolo y Leandro, después de sufrir numerosos latigazos fueron sumergidos en agua de sal. A Valera Benítez le arrancaron las uñas. A Luis Gómez, a Fafa Taveras y a muchos otros los torturaron en la silla eléctrica, que estaba forrada de cobre y conectada al sistema eléctrico. Otros torturados fueron Orlando Haza, Miguel Tejada Florentino, Ramón Antonio Rodríguez, Ramón Ureña Quiroz, Tomasina Cabral, José Israel Cuello, así como una gran cantidad de jóvenes de capas medias y de origen popular.

El hacinamiento obligaba a los presos a turnarse para dormir. Y como estaban desnudos eran atacados por los mosquitos. A menudo las llagas se les infectaban. El mal olor era tan grande que los guardianes abrían las celdas con pañuelos en las narices. A algunos presos se les cayó parte de la piel y a otros les salieron gusanos.

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Los altos funcionarios del gobierno, los jefes militares y los hijos de Trujillo, Ramfi s y Radhames, llegaban a los centros de tortura para impartir órdenes.

El 20 de enero se conoce con el nombre de “miércoles rojo”, por la sangre que corrió cuando se aplicó un castigo generalizado. Ese día hubo torturas y ejecuciones. A los prisioneros y prisioneras se les concentró en el patio donde recibieron golpizas durísimas. El general Tunti Sánchez participó directamente en las torturas, apertrechado con un garrote de bambú. La noche del 28 continuó la represión.

Algunos prisioneros enloquecieron a causa de los daños físicos y sicológicos que recibieron. Otros fueron asesinados en las cárceles por órdenes de Johnny Abbes y de Trujillo. Se estima que en La Cuarenta y El Nueve fueron ejecutados entre 50 y 80 prisioneros.

Al fi nalizar el mes de enero, a la mayoría de los prisioneros se les trasladó a La Victoria, donde continuaron hacinados, desnudos y con las heridas sin curar. Allí hacían trabajos forzosos y comían harina y sopa con trozos de testículos de toros, ojos de animales y vísceras que quedaban enteras. Muchos pasaron días sin comer.

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El SIM también apresó a Minerva, a su hermana María Teresa y al compañero de ésta, Leandro Guzmán, y a Pedro González, quien estaba casado con Patria Mirabal. El 18 de mayo, Minerva y María Teresa fueron juzgadas por atentar contra la seguridad del Estado y condenadas a tres años de prisión. Casi tres meses después fueron liberadas por orden de Trujillo, dada la presión interna e internacional que estaba recibiendo, sobre todo por el atentado que había cometido contra el presidente de Venezuela y que provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas de los países de América con la República Dominicana.

Poco a poco, cuando se establecieron los contactos con los familiares de los torturados, la iglesia y la comunidad internacional presionaron a Trujillo para que detuviera la represión. La mayoría de los prisioneros fueron encerrados en celdas normales donde se les dio ropa, pudieron conversar en el patio y recibir visitas.

Del grupo de apresados del 14 de Junio, el 55% tenía menos de 30 años y el 34% residía en la capital. Muchos catorcistas (como eran conocidos los miembros del Movimiento 14 de Junio) también vivían en Santiago y San Francisco de Macorís.

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La represión contra los miembros del 14 de junio produjo un sentimiento de indignación generalizada en la población, aumentando signifi cativamente los niveles de descontento ya existentes. El pueblo comenzó a perder el miedo a que lo había sometido Trujillo. Reaparecieron grupos clandestinos y el SIM comenzó a perder el control de la situación.

Para dar una apariencia de legalidad judicial, el gobierno realizó juicios y los juzgados se llenaban de gente que ofrecía aliento a las personas procesadas, algunas de las cuales, como Tomasina Cabral, denunciaron a la dictadura y su falso sistema legal, lo que aumentó el sentimiento nacional de rechazo al régimen.

A fi nales de febrero, 17 miembros del 14 de Junio se asilaron en la embajada de Brasil para desacreditar a la dictadura ante los gobiernos del mundo. Entre ellos estaban Mario Read Vittini, Marcos Rodríguez y Juan Miguel Román. Los que se quedaron en el país, como Juan B. Mejía, Leo Nanita y otros, se agruparon en pequeños núcleos que mantenían la idea de derrocar a Trujillo mediante un levantamiento armado. Otros grupos realizaban actividades de propaganda clandestina y ayudaban a los recién liberados a asilarse en embajadas.

5.7 Continúa la lucha contra la dictadura

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En la ciudad de La Vega siguió operando un colectivo que había sido creado a fi nales de 1959 por estudiantes de secundaria, cuya labor principal consistía en incendiar postes del tendido eléctrico, distribuir volantes y colocar letreros. En ese grupo se destacaron Gisela Valencia, Teresita Espaillat, Minerva Recio y Margarita Delgado.

Sectores de la iglesia también mantuvieron sus actividades de resistencia. Los sermones de los sacerdotes Marcial Silva y Vicente Rubio se convirtieron en mítines contra la dictadura.

El colectivo más fuerte que se mantuvo durante todo el año 1960, fue el llamado Frente Cívico Revolucionario, organizado principalmente por Tirso Mejía Ricart y cuya actividad primordial consistía en preparar un atentado con armas que esperaban recibir desde Venezuela, pero que no pudieron conseguir.

Quienes salieron al exterior establecieron contactos con los viejos exiliados. En Venezuela se reunieron con Ángel Miolán, del PRD, y con Horacio Julio Ornes, de Vanguardia Revolucionaria Dominicana. Los viejos y los nuevos exiliados trazaron planes para nuevas expediciones armadas contra Trujillo.

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En Venezuela recibieron entrenamiento militar quince exiliados, entre ellos Luis Gómez, Juan Miguel Román, Baby Mejía, José Frank Tapia y los hermanos Marcos y Polo Rodríguez. Sin embargo, los planes expedicionarios no pudieron llevarse a cabo por las contradicciones políticas surgidas en los grupos y por asuntos de liderazgo.

Los exiliados establecieron relaciones con el gobierno de Estados Unidos, que para entonces había decidido acabar con Trujillo para evitar que la situación del país se radicalizara en un sentido revolucionario. Miembros de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), tenían contactos con exiliados y mostraban un supuesto interés de apoyarles en su lucha.

En realidad, lo que pretendía la CIA era controlar los pasos de los revolucionarios en el exilio, ya que ellos planifi caban matar a Trujillo, para lo cual tenían contactos en el país con el general Juan Tomás Díaz y con el empresario Antonio de la Maza, cuyo hermano, el piloto Octavio de la Maza, fue fusilado por Trujillo en 1957, porque se negó a declararse culpable del asesinato del piloto Gerald Lester Murphy, agente de Trujillo que secuestró en Nueva York a Jesús de Galíndez.

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El MPD fue creado en Cuba en febrero de 1956 por disidentes del PSP. Entre sus principales dirigentes estaban Máximo López Molina, Pablo Martínez, Andrés Ramos Peguero, José Moscoso, Ramón Emilio Mejía (Pichirilo), Julio César Martínez y Alfonso Espina.

Varios dirigentes del MPD se habían vinculado al Movimiento 26 de Julio, dirigido por Fidel Castro en la lucha contra Batista. Pichirilo fue el conductor del yate Granma en el que llegaron a Cuba los guerrilleros dirigidos por Fidel. Ramos Peguero alcanzó el grado de capitán en la guerrilla cubana y López Molina participó en la estructura clandestina del Movimiento 26 de Julio.

Desde su surgimiento, el MPD se había planteado la idea de trasladarse al país para luchar contra Trujillo. El 4 de junio, cuando las cárceles dominicanas todavía estaban llenas de revolucionarios y revolucionarias antitrujillistas,

llegaron Máximo López Molina y Andrés Ramos Peguero para organizar el partido. Trujillo los dejó entrar para dar una apariencia de democracia y luego decir que existía un peligro comunista que había que liquidar. El día en que llegaron los dos políticos izquierdistas, el dictador liberó a 126 miembros del 14 de Junio.

5.8 Llegada del Movimiento Popular Dominicano (MPD)

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El MPD abrió un local en la avenida José Trujillo Valdez (hoy avenida Duarte), desde cuyo balcón los dirigentes se dirigían al pueblo a través de altoparlantes. En sus discursos condenaban la dictadura. El partido concentró sus actividades organizativas en las barriadas de Villa Francisca y San Carlos y luego se extendió a Santiago. Al principio el SIM vigilaba las acciones del MPD, pero cuando vio que el grupo comenzó a crecer y sus dirigentes hacían actos públicos donde llamaban a romper el miedo y gritaban “¡Abajo Trujillo!”, los atacó a través de bandas paramilitares conocidas como Los Paleros.

El 30 de agosto, agentes del gobierno asaltaron el local del MPD y desataron una redada contra sus militantes. Apresaron a unos 150, muchos de los cuales fueron torturados y fusilados en las cárceles. Los asesinados eran principalmente de origen humilde, cuyas familias temían ir a las cárceles a reclamarlos. Los que sobrevivieron fueron mantenidos en La Victoria.

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Cuando se inició la crisis de la dictadura, en 1958, el gobierno de Estados Unidos no le retiró el apoyo. Incluso, en junio de 1959 le otorgó más de un millón de dólares para adiestramiento militar. Sin embargo, en algunos círculos de poder norteamericano ganaba terreno la idea de salir de Trujillo para impedir que en República Dominicana se diera una revolución como la cubana.

A principios de 1960, el gobierno norteamericano comenzó distanciarse de Trujillo, pues como necesitaba el apoyo de los gobiernos de América Latina para aislar a la Revolución Cubana, no le convenía aparecer apoyando la dictadura dominicana. Estados Unidos le mandó emisarios a Trujillo para que dejara el poder, pero éste se resistió y dijo que solo muerto salía de su país. Trujillo hasta le puso límites a la inversión norteamericana, a tal punto que para 1960 solo quedaban cuatro empresas importantes de ese país: el ingenio azucarero Central Romana, la Grenada Fruit Company, la Alcoa y la Compañía Dominicana de Teléfonos, esta última a punto de ser nacionalizada. Las contradicciones con Trujillo se ampliaron cuando el gobierno norteamericano le recortó la cuota de azúcar en cumplimiento de las sanciones de la OEA, tras el atentado de Trujillo contra el presidente de Venezuela, en junio de 1960.

En enero de 1961, John F. Kennedy tomó posesión como presidente de los Estados Unidos y el 15 de abril envió al diplomático Robert D. Murphy para que convenciera a Trujillo de que abandonara el poder. Murphy fue el cuarto y último emisario del gobierno estadounidense portador de esa misión, pero el dictador rechazó esta última sugerencia. A partir de ahí, la CIA aceleró el plan que venía fraguando para liquidarlo.

5.9 Estados Unidos le retira el apoyo a la dictadura

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La Iglesia Católica apoyó a la dictadura desde que ésta se instauró en 1930 hasta la mayor parte del año 1959. El 3 de junio de 1959, el diario El Caribe publicó algunas declaraciones de importantes representantes de la Iglesia y en una de las noticias informaba lo siguiente “Octavio A. Beras dice Trujillo y el Presidente son los mejores colaboradores de la iglesia”. En otra noticia, del 30 de julio, se lee: “Polanco Brito dice que el comunismo en América Latina está implantado por hombres que han renegado de nuestra fe y no saben qué inventar contra Trujillo”. En otras palabras, el obispo Beras agradecía el dinero que Trujillo y su hermano Héctor le daban a la iglesia y el sacerdote Polanco Brito la emprendía contra quienes gobernaban en Cuba y contra los expedicionarios del 14 de junio.

El respaldo que ambos le daban a la dictadura era muy claro. Sin embargo, el Vaticano, que tenía el pulso de lo que pasaba en el país, pronto impondría un cambio de conducta en la Iglesia.

Para la segunda mitad de 1959, la crisis integral de la dictadura indicaba que ésta no podía prolongarse mucho. La economía andaba mal, el descontento y la resistencia social eran crecientes, el contexto internacional le era desfavorable, el malestar de sectores de la burguesía (sobre todo la comercial) se dejaba sentir y el gobierno de Estados Unidos daba señales de que quería deshacerse de Trujillo.

El Vaticano tenía muy claro el panorama y entendió que había llegado el momento de distanciarse de Trujillo. Esa era la mejor forma de salvar el prestigio de la Iglesia en los sectores de oposición que no eran comunistas y que estaban sometidos por la dictadura, incluyendo a mucha gente religiosa que se había enrolado en el Movimiento 14 de Junio.

5.10 La Iglesia se distancia del régimen

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En el mes de octubre de 1959, el Vaticano nombró como Nuncio en República Dominicana al Arzobispo Lino Zanini. Tres meses después, el 31 de enero de 1960, cuando ya era clara la ruptura del gobierno de Estados Unidos con Trujillo, se leyó en todas las iglesias una Carta Pastoral donde los obispos criticaban el irrespeto a los derechos humanos y se solidarizaban con los familiares de los presos políticos. Una parte de la Carta decía: “no podemos permanecer insensibles ante la honda pena que afl ige a buen número de hogares dominicanos. Por ello, expresamos nuestra paternal simpatía, nuestro profundo pesar y nuestro común sentimiento de dolor”.

Esa declaración constituyó el primer enfrentamiento de la Iglesia con Trujillo. Los obispos siguieron clamando por su salud y la de su hermano presidente, pero

en lo adelante también clamaban por “todos aquellos que están sufriendo en las cárceles del país y sus afl igidas familias”.

El 6 de marzo de 1960, los obispos sacaron una segunda Carta Pastoral que se leyó en las iglesias y donde se le pedía al gobierno liberar antes de las pascuas de ese año a todas las personas apresadas por razones políticas.

Poco después de la segunda Carta Pastoral, Trujillo le quitó a la Iglesia la ayuda fi nanciera del Estado y comenzó a atacarla a través de Radio Caribe, organizando actos anticlericales e incluso poniendo bombas en templos para luego decir que se trataba de actos terroristas.

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La Iglesia, que había apoyado a la dictadura durante 29 años, comprendió que debía apartarse de ella para no hundirse. Por eso comenzó a criticar la falta de libertades, como si esas libertades hubieran existido en los 29 años anteriores. Además, como sabía que el régimen se acercaba a su fi n, quería un enlace con la oposición para infl uir a favor del sistema en la transición que se avecinaba. Pero más allá de los intereses de la Iglesia, sus críticas al gobierno contribuyeron a debilitarlo, en medio de una crisis generalizada.

Trujillo combinó el ataque a la Iglesia con medidas que aparentaban una búsqueda de entendimiento con esa institución y con la oposición en general. Liberó a la mayoría de presos del 14 de Junio. Solo dejó a 30 en la cárcel, entre ellos los esposos de las hermanas Mirabal: Manolo Tavárez, Leandro Guzmán y Pedro González.

En enero de 1961 los obispos le mandaron una carta a Trujillo donde aparentemente se arrepentían de lo que habían hecho. La carta decía que “Ciertamente, antes de emitir nuestra Carta Pastoral el año pasado pudimos haber tomado otras medidas. Ninguno de nosotros pudo haber sospechado la errónea interpretación (…) que habría de dársele a nuestras palabras”.

Pero el arrepentimiento de los obispos no era real. Para entonces los días de la dictadura estaban contados y ellos lo sabían. Con la crítica a Trujillo, los obispos ya habían logrado sus propósitos, en concordancia con los planes del gobierno de Estados Unidos de salir del tirano.

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Trujillo quería derrocar al presidente de Venezuela Rómulo Betancourt, porque apoyaba a los exiliados dominicanos y era un constante crítico de la dictadura dominicana. En junio de 1959, el gobierno dominicano rompió relaciones diplomáticas con el de Venezuela por el apoyo que éste les había dado a los expedicionarios del 14 de junio.

Cuando Betancourt supo de la pastoral de la Iglesia contra Trujillo, promovió en la Organización de Estados Americanos (OEA) una discusión sobre el tema dominicano, en especial sobre las violaciones a los derechos humanos. El Consejo de la OEA trasladó el caso al Comité de Paz, organismo que aprobó investigar la situación y que cuatro meses después, el 7 de junio de 1960, informó que en la República Dominicana había “fl agrantes violaciones a los derechos humanos”.

El 20 de junio del mismo año, el gobierno dominicano protestó ante la OEA por el informe del Comité de Paz, pero antes de hacer esa protesta Trujillo había planifi cado asesinar al presidente Betancourt. Los días 17 y 18 de junio, el jefe del SIM, Johnny Abbes, y otros funcionarios del aparato represivo se habían reunido con mercenarios venezolanos para planifi car un atentado contra éste. Los mercenarios le dijeron a Trujillo que si se mataba a Betancourt se desplomaría el gobierno venezolano.

5.11 Trujillo intenta asesinar al presidente de Venezuela

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Aproximadamente a las 9.30 de la mañana del 24 de junio, cuando Betancourt se dirigía hacia el Paseo Los Ilustres para celebrar el aniversario de la Batalla de Carabobo, una bomba que estaba en un auto estacionado estalló casi al lado del vehículo presidencial y lo arrojó al otro lado de la calle. Betancourt no murió pero sufrió fuertes quemaduras. Su auto se quemó y perdieron la vida el jefe de la Casa Militar y un hombre que se encontraba en la acera.

Las investigaciones del gobierno venezolano demostraron que Trujillo estaba detrás del atentado y el 4 de julio el gobierno venezolano presentó ante la OEA una acusación contra el gobierno dominicano.

Trujillo, asustado por lo que se le venía encima, quiso simular que su régimen se liberalizaba y sacó de la Presidencia a su hermano Héctor Bienvenido, quien renunció a su cargo el 4 de agosto y le entregó el mando formal al vicepresidente Joaquín Balaguer. Nada cambió. Trujillo seguía siendo el Jefe y Balaguer era su último títere.

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El 8 de agosto, un Comité designado por la OEA para conocer la acusación de Venezuela concluyó en que Trujillo fi nanció a los que intentaron matar al presidente de ese país. Las naciones que conformaban la OEA rompieron relaciones diplomáticas con la República Dominicana e interrumpieron parcialmente sus relaciones económicas.

En enero de 1961, a petición del gobierno venezolano, La OEA le aumentó las sanciones económicas a la República Dominicana. Sin embargo, tales sanciones no impactaron mucho en la economía dominicana, porque Trujillo compraba lo que necesitaba en los mercados europeos y se abasteció de petróleo venezolano a través de las refi nerías de Curazao. El mayor daño económico se produjo tras el recorte de la cuota de azúcar que se vendía en Estados Unidos, con lo cual se dejó de recibir 22 millones de dólares.

El aislamiento de la dictadura estimuló la resistencia interna y generó más descontento de los sectores urbanos, sobre todo en la pequeña burguesía, las capas medias y el proletariado. La propia burguesía tradicional comenzó a temer ante la confrontación de Trujillo en El Caribe y las posibles acciones del imperialismo norteamericano. Ante la incertidumbre, la burguesía detuvo sus proyectos de inversión y vio que sus posibilidades de expansión estaban cerradas.

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Minerva y su hermana María Teresa se convirtieron en símbolos de la lucha contra la dictadura por su importante participación en el Movimiento 14 de Junio y sus permanentes actividades políticas. Ambas estuvieron presas varias veces. La otra hermana, Patria, no tenía el mismo nivel de actividad política pero le ofreció al Movimiento su casa para guardar armas de fabricación casera.

Desde que fue liberada con otras mujeres, Minerva tomó la conducción de las protestas y alentó a quienes no habían sufrido las cárceles y a otros antitrujillistas a mantener los preparativos para un alzamiento guerrillero.

El general Pupo Román le notifi có al SIM, dirigido entonces por el mayor Cándido Torres Tejeda, la orden de asesinar a las tres hermanas. El capitán Alicinio Peña Rivera designó al cabo de la policía Ciriaco de La Rosa, y a los agentes Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez Terrero y Ramón Emilio Rojas Lora, para que ejecutaran el plan.

5.12 Asesinato de las hermanas Mirabal

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El 25 de noviembre del año 1960, cuando las Mirabal regresaban de una visita a sus compañeros en la cárcel (Fortaleza) de Puerto Plata, fueron detenidas en la carretera de Puerto Plata junto a Rufi no de la Cruz, un amigo de la familia que conducía el vehículo. Los agentes del SIM asesinaron a las Mirabal y a Rufi no, introdujeron sus cuerpos en el Jeep en que viajaban y arrojaron el vehículo por una pendiente de la carretera para simular un accidente.

El asesinato de las hermanas Mirabal debilitó políticamente a Trujillo. La indignación popular aumentó y era indicio de que se acercaba el fi n de la dictadura.

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5.13 Asesinato de TrujilloPara el mes de mayo de 1961, el país se encontraba en medio de una situación revolucionaria, caracterizada por la existencia de una crisis política, económica y social. Incluso, se podría decir que se trataba de una crisis de agotamiento histórico de un régimen tiránico que había controlado todos los aspectos de la vida nacional.

La crisis política se expresaba en la ruptura del bloque de poder, es decir, en las contradicciones de Trujillo con sectores de la burguesía tradicional, la Iglesia y el gobierno de Estados Unidos, en su aislamiento internacional y en sus difi cultades para mantener su dominio por medio del terror y del control ideológico del pueblo.

La problemática económica se expresaba en la caída de las inversiones privadas y en los problemas fi nancieros del gobierno. Y la crisis social venía dada por el auge de la lucha popular y el creciente rechazo del pueblo a la dictadura.

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Para que la situación revolucionaria desembocara en una revolución, o sea, en la toma del poder por otras clases, faltaba una fuerza política capaz de derrocar la dictadura. A principios del 59, José Cordero Michel, héroe de la expedición de 1959, dijo en una conferencia dictada en Puerto Rico, titulada “Análisis de la Era de Trujillo”, que “las fuerzas subjetivas de la revolución son aún muy débiles en comparación con las fuerzas de la contrarrevolución”.

Las fuerzas subjetivas eran las organizaciones sociales y políticas que debían conducir al pueblo a la revolución, o sea, la vanguardia que dirige el proceso de cambio. Para 1959-60 no había vanguardia, pero si Trujillo prolongaba su mandato ésta podía surgir, como surgió en Cuba bajo la forma de un ejército guerrillero con apoyo de masas que liquidó la dictadura de Batista. Por eso el gobierno norteamericano decidió salir a tiempo de Trujillo, antes de que una fuerza política interna lo derrocara e iniciara un cambio revolucionario.

Cuando era evidente que el régimen se tambaleaba y que Trujillo no entregaría pacífi camente el poder, gente de su propio entorno montó una conspiración con el apoyo de Estados Unidos. La noche del 30 de mayo del año 1961, Trujillo fue emboscado y asesinado en la avenida George Washington por un Grupo de Acción creado por los conspiradores.

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Cuando mataron a Trujillo, su hijo Ramfi s era el jefe de las Fuerzas Armadas y se encontraba en Francia, de donde regresó para asumir el poder. Junto a Ramfi s y al presidente Balaguer estaba el grupo de burgueses y pequeños burgueses enriquecidos durante la Era. El aparato militar del régimen desató una fuerte represión, asesinó a varios de los involucrados en el hecho y a otros los apresó. Del Grupo de Acción solo se salvó Antonio Imbert Barrera.

La burguesía tradicional comprendió que muerto Trujillo no era posible la continuidad del régimen y para tomar el poder creó la Unión Cívica Nacional, donde también participaron pequeños burgueses. El principal líder de ese grupo era Viriato Fiallo.

Como el asesinato del tirano desató una importante lucha popular contra sus herederos en el poder y el país seguía aislado internacionalmente, el régimen se vio obligado a permitir el retorno de los exiliados y a liberar a los hombres y mujeres del 14 de Junio que permanecían en la cárcel.

5.14 Después del asesinato de Trujillo

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Una delegación del PRD encabezada por Ángel Miolán llegó al país el 5 de julio de 1961 y comenzó a crear estructuras organizativas. Tres meses después llegó Juan Bosch y se puso al frente de ese partido. A su vez, Manolo y el resto de catorcistas que salieron de las cárceles dirigieron la lucha contra los remanentes de la tiranía y reorganizaron su grupo político, que se convirtió en Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

El 14 de Junio y la Unión Cívica centraron sus esfuerzos en desalojar a los trujillistas del poder. En cambio, el PRD buscó el apoyo del pueblo demandando reivindicaciones sociales.

El gobierno de Estados Unidos presionó a Ramfi s para que liberalizara el régimen y se pudieran levantar las sanciones de la OEA. Sectores del gobierno no aceptaban la propuesta norteamericana y pretendían resolver por la fuerza la situación y mantener el sistema de dominación heredado de Trujillo. Tal esfuerzo, sin embargo, ya no era sostenible, debido al empuje popular y la presión externa.

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Un levantamiento de jóvenes, en el mes de octubre y una huelga general en noviembre provocaron la huida de los Trujillo, de cuyos bienes se apropió el Estado. Pero antes de irse, Ramfi s asesinó en la Hacienda María a seis presos que habían participado en el asesinato de Trujillo: Huáscar Tejeda, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza, Tunti Cáceres, Salvador Estrella Sadhalá y Modesto Díaz.

Cuando se fueron los Trujillo, se formó un gobierno provisional llamado Consejo de Estado, dirigido por Balaguer y con presencia de burgueses antitrujillistas. Luego Balaguer dio un golpe de Estado que duró muy poco, pues un contragolpe de la burguesía lo sacó del poder y del país. Tras la salida de Balaguer se formó un nuevo Consejo de Estado que organizó elecciones en diciembre de 1962, en las que fue electo presidente el profesor Juan Bosch, candidato del PRD.

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Bosch tomó posesión el 27 de febrero de 1963 e inició un gobierno de reformas democráticas y respeto a los derechos humanos, pero el 25 de septiembre, cuando solo tenía siete meses gobernando, fue derrocado por un golpe militar dirigido por los Estados Unidos, por sectores de la Iglesia Católica (con sus “marchas de reafi rmación cristiana”) y por la burguesía dominicana, que impuso un gobierno conocido con el nombre de Triunvirato, porque lo integraban tres de sus representantes: Emilio de los Santos (presidente), Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavares Espaillat. Bosch fue sacado del país y se exilió en Puerto Rico.

A fi nales de noviembre de 1963, Manolo y un grupo de 14 de Junio iniciaron una lucha guerrillera contra el régimen ilegal y represivo, pero fueron derrotados en menos de un mes. Manolo y la mayoría de sus compañeros fueron asesinados.

En abril de 1965, un contragolpe militar para reponer a Bosch desató una guerra civil. En un grupo estaban el pueblo, los partidos de izquierda (14 de Junio, MPD y PSP), el PRD y algunos militares que querían el retorno de Bosch, entre ellos los coroneles Francisco Caamaño Deñó, Rafael Fernández Domínguez, Lora Fernández otros. En el otro grupo se encontraban los militares que respondían a la burguesía y a Estados Unidos.

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Las fuerzas revolucionarias y democráticas controlaban una parte de la capital y crearon un gobierno dirigido por Caamaño, pero a los cuatro días de iniciada la guerra el gobierno norteamericano invadió el país, formó un gobierno denominado De Reconstrucción Nacional, opuesto al que dirigía Caamaño y puso al frente del mismo a Imbert Barrera, sobrevivientes del asesinato de Trujillo.

La guerra duró cuatro meses y terminó con un acuerdo de paz impuesto por los invasores. Se formó un gobierno provisional que organizó elecciones en mayo

de 1966, en las cuales se enfrentaron Bosch y Balaguer, quienes habían regresado al país al fi nalizar la guerra. Balaguer ganó con fraude y gobernó hasta 1978, debido a las manipulaciones electorales de los años 1970 y 1974.

Durante sus 12 años de gobierno, Balaguer le garantizó la impunidad a muchos trujillistas responsables de grandes crímenes, algunos de los cuales incluso tuvieron puestos importantes en su gobierno, que se caracterizó por la represión, el robo y el fraude.

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ítulo V: P

eríod

o 1958-61: crisis y caíd

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ictadura

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 166

Libros

1. Avelino, Andrés. Las ideas políticas en Santo Domingo. Editorial Arte y Cine C por A. 1966

2. Bosch, Juan. Composición Social Dominicana. Vigésima edición. Editora Alfa y Omega. 1999

3. Bosch, Juan, Cassá, Roberto, Espaillat, José y Taveras, Fafa. Abril, Análisis y testimonios. Editora Alfa y Omega. 1980

4. Cassá, Roberto. Los Orígenes del Movimiento 14 de Junio. Editora Universitaria. 1999

5. Cassá, Roberto. Capitalismo y Dictadura. Editora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. 1982

6. Cassá, Roberto. Historia Social y Económica de la República Dominicana. Editora Alfa y Omega. 1997

7. Cordero Michel José R. Análisis de la era de Trujillo. Ediciones Librería la Trinitaria. 1999

8. Crassweller, Robert D. Trujillo, la trágica aventura del poder personal. Editorial Bruguera. 1968

9. De Galíndez, Jesús. La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana. Editora Cosmos C. por A. 1975

10. Guerrero, Miguel. ¡Cómo se mata un tirano! 1991

11. Grullón, Ramón. La Democracia Dominicana. Ediciones Tribuna Dominicana. México. 1958

12. Hicks Albert C. Sangre en las calles. Editora Corripio. 1996

13. Infante, Fernando. La era de Trujillo. Cronología histórica 1930- 1961. Tomo II. Editora Collado. 2007

14. Jimenes Grullón, Juan Isidro. Una Gestapo en América. Editora Manatí. 2003

Referencias Bibliográficas

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17. Mejía, Félix A. Viacrucis de un pueblo. Sociedad dominicana de bibliófilos, inc. 1995

18. Mejía, Luis F. De Lilís a Trujillo. Editora Manatí. 1993.

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Páginas web

1. Diario Libre. http://www.diariolibre.com.do/noticias_det.php?id=2351012. Banco Central de la República Dominicana (BC). http://www.bancentral.gov.do/

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Publicaciones del Archivo General de la Nación

Vol. I Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1944.

Vol. II Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. I, C. T., 1944.

Vol. III Samaná, pasado y porvenir. E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1945.

Vol. IV Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, C. T., 1945.

Vol. V Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, Santiago, 1947.

Vol. VI San Cristóbal de antaño. E. Rodríguez Demorizi, Vol. II, Santiago, 1946.

Vol. VII Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir). R. Lugo Lovatón, C. T., 1951.

Vol. VIII Relaciones. Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y notas por R. Lugo Lovatón, C. T., 1951.

Vol. IX Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850. Vol. II. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1947.

Vol. X Índice general del «Boletín» del 1938 al 1944, C. T., 1949.

Vol. XI Historia de los aventureros, fi libusteros y bucaneros de América. Escrita en holandés por Alexander O. Exquemelin, traducida de una famosa edición francesa de La Sirene-París, 1920, por C. A. Rodríguez; introducción y bosquejo biográfi co del traductor. R. Lugo Lovatón, C. T., 1953.

Vol. XII Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón, C. T., 1956.

Vol. XIII Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1957.

Vol. XIV Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, García Roume, Hedouville, Louverture, Rigaud y otros. 1795-1802. Edición de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1959.

Vol. XV Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1959.

Vol. XVI Escritos dispersos (Tomo I: 1896-1908). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XVII Escritos dispersos (Tomo II: 1909-1916). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XVIII Escritos dispersos (Tomo III: 1917-1922). José Ramón López. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XIX Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición de E. Cordero Michel, Santo Domingo, D. N., 2005.

Vol. XX Lilí, el sanguinario machetero dominicano. Juan Vicente Flores, Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXI Escritos selectos. Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.

169 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Vol. XXII Obras escogidas 1. Artículos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXIII Obras escogidas 2. Ensayos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXIV Obras escogidas 3. Epistolario. Alejandro Angulo Guridi. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXV La colonización de la frontera dominicana 1680-1796. Manuel Vicente Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXVI Fabio Fiallo en La Bandera Libre. Compilación de Rafael Darío Herrera, Santo Domingo, D. N., 2006.

Vol. XXVII Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (1680-1795). El Cibao y la bahía de Samaná.Manuel Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXVIII Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño. Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXIX Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXX Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521), experiencia fundacional del Nuevo Mundo. Miguel D. Mena, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXI Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. I: 1492-1501. Fray Vicente Rubio, O. P., edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo I: Hechos sobresalientes en la provincia). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo II: Reorganización de la provincia post Restauración). Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. Compilación de Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894). Tomo I. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894). Tomo II. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIX Una carta a Maritain. Andrés Avelino, traducción al castellano e introducción del P. Jesús Hernández, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XL Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo Nacional de la República de Cuba. Marisol Mesa, Elvira Corbelle Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño, Jorge Macle Cruz, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo. Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos. Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007.

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Vol. XLIII La educación científi ca de la mujer. Eugenio María de Hostos, Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546). Compilación de Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección. Compilación de Rafael Darío Herrera, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVI Años imborrables. Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVII Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población. Alejandro Paulino Ramos, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVIII Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo I.Compilación de José Luis Saez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo II,Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel. Tomo III.Compilación de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LI Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilinarias. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LII Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIII Prosas polémicas 3. Ensayos. Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIV Autoridad para educar. La historia de la escuela católica dominicana. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LV Relatos de Rodrigo de Bastidas. Antonio Sánchez Hernández, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LVI Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LVII Textos reunidos 2. Ensayos. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LVIII Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LIX Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LX La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961). Tomo I. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXI La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961). Tomo II. José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXII Legislación archivística dominicana, 1847-2007. Archivo General de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXIII Libro de bautismos de esclavos (1636-1670). Transcripción de José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXIV Los gavilleros (1904-1916). María Filomena González Canalda, Santo Domingo, D. N., 2008.

171 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Vol. LXV El sur dominicano (1680-1795). Cambios sociales y transformaciones económicas. Manuel Vicente Hernández González, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXVI Cuadros históricos dominicanos. César A. Herrera, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXVII Escritos 1. Cosas, cartas y... otras cosas. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXVIII Escritos 2. Ensayos. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXIX Memorias, informes y noticias dominicanas. H. Thomasset. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXX Manual de procedimientos para el tratamiento documental. Olga Pedierro, et. al., Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXXI Escritos desde aquí y desde allá. Juan Vicente Flores. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXXII De la calle a los estrados por justicia y libertad. Ramón Antonio Veras (Negro), Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. LXXIII Escritos y apuntes históricos. Vetilio Alfau Durán, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXIV Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Salvador E. Morales Pérez, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXV Escritos. 1. Cartas insurgentes y otras misivas. Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVI Escritos. 2. Artículos y ensayos. Mariano A. Cestero. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVII Más que un eco de la opinión. 1. Ensayos, y memorias ministeriales. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVIII Más que un eco de la opinión. 2. Escritos, 1879-1885. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXIX Más que un eco de la opinión. 3. Escritos, 1886-1889. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXX Más que un eco de la opinión. 4. Escritos, 1890-1897. Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXI Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano. Angel Moreta, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXIII Perlas de la pluma de los Garrido. Emigdio Osvaldo Garrido, Víctor Garrido y Edna Garrido de Boggs. Edición de Edgar Valenzuela, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXIV Gestión de riesgos para la prevención y mitigación de desastres en el patrimonio documental. Sofía Borrego, Maritza Dorta, Ana Pérez, Maritza Mirabal, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXV Obras, tomo I. Guido Despradel Batista. Compilación de Alfredo Rafael Hernández, Santo Domingo, D. N., 2009.

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Vol. LXXXVII Historia de la Concepción de La Vega. Guido Despradel Batista, Santo Domingo, D. N., 2009.

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Vol. LXXXIX Una pluma en el exilio. Los artículos publicados por Constancio Bernaldo de Quirós en República Dominicana. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. XC Ideas y doctrinas políticas contemporáneas. Juan Isidro Jimenes Grullón, Santo Domingo, D. N., 2009.

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Vol. XCVI Los Panfl eteros de Santiago: torturas y desaparición. Ramón Antonio, (Negro) Veras, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. XCVII Escritos reunidos. 1. Ensayos, 1887-1907. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. XCVIII Escritos reunidos. 2. Ensayos, 1908-1932. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. XCIX Escritos reunidos. 3. Artículos, 1888-1931. Rafael Justino Castillo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. C Escritos históricos. Américo Lugo, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. CI Vindicaciones y apologías. Bernardo Correa y Cidrón. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. CII Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas. María Ugarte, Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. CIII Escritos diversos. Emiliano Tejera, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CIV Tierra adentro. José María Pichardo, segunda edición, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CV Cuatro aspectos sobre la literatura de Juan Bosch. Diógenes Valdez, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CVI Javier Malagón Barceló, el Derecho Indiano y su exilio en la República Dominicana. Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CVII Cristóbal Colón y la construcción de un mundo nuevo. Estudios, 1983-2008. Consuelo Varela, edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CVIII República Dominicana. Identidad y herencias etnoculturales indígenas. J. Jesús María Serna Moreno, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CIX Escritos pedagógicos. Malaquías Gil Arantegui. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CX Cuentos y escritos de Vicenç Riera Llorca en La Nación. Compilación de Natalia González, Santo Domingo, D. N., 2010.

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Vol. CXI Jesús de Galíndez. Escritos desde Santo Domingo y artículos contra el régimen de Trujillo en el exterior.Compilación de Constancio Cassá Bernaldo de Quirós, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXII Ensayos y apuntes pedagógicos. Gregorio B. Palacín Iglesias. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

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Vol. CXV Antología. José Gabriel García. Edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas, Santo Domingo, D. N., 2010.

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Vol. CXVII Historia e ideología. Mujeres dominicanas, 1880-1950. Carmen Durán. Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXVIII Historia dominicana: desde los aborígenes hasta la Guerra de Abril. Augusto Sención (Coord.), Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXIX Historia pendiente: Moca 2 de mayo de 1861. Juan José Ayuso, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXX Raíces de una hermandad. Rafael Báez Pérez e Ysabel A. Paulino, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXI Miches: historia y tradición. Ceferino Moní Reyes, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXII Problemas y tópicos técnicos y científi cos. Tomo I. Octavio A. Acevedo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXIII Problemas y tópicos técnicos y científi cos. Tomo II. Octavio A. Acevedo. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXIV Apuntes de un normalista. Eugenio María de Hostos. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXV Recuerdos de la Revolución Moyista (Memoria, apuntes y documentos). Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXVI Años imborrables (2da ed.). Rafael Alburquerque Zayas-Bazán, edición conjunta de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y el Archivo General de la Nación, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXVII El Paladión: de la Ocupación Militar Norteamericana a la dictadura de Trujillo. Tomo I. Compilación de Alejandro Paulino Ramos, edición conjunta del Archivo General de la Nación y la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXVIII El Paladión: de la Ocupación Militar Norteamericana a la dictadura de Trujillo. Tomo II. Compilación de Alejandro Paulino Ramos, edición conjunta del Archivo General de la Nación y la Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXIX Memorias del Segundo Encuentro Nacional de Archivos. Santo Domingo, D. N., 2010.

Vol. CXXX Relaciones cubano-dominicanas, su escenario hemisférico (1944-1948). Jorge Renato Ibarra Guitart, Santo Domingo, D. N., 2010.

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Vol. CXXXI Obras selectas. Tomo I, Antonio Zaglul, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXXXII Obras selectas. Tomo II. Antonio Zaglul, edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Banco de Reservas. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXXXIII África y el Caribe: Destinos cruzados. Siglos XV-XIX, Zakari Dramani-Issifou, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXXXIV Modernidad e ilustración en Santo Domingo. Rafael Morla, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXXXV La guerra silenciosa: Las luchas sociales en la ruralía dominicana. Pedro L. San Miguel, Santo Domingo, D. N., 2011.

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Vol. CXXXVII La caña da para todo. Un estudio histórico-cuantitativo del desarrollo azucarero dominicano. (1500-1930). Arturo Martínez Moya, Santo Domingo, D. N., 2011.

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Vol. CXL Max Henríquez Ureña. Las rutas de una vida intelectual. Odalís G. Pérez, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLI Yo también acuso. Carmita Landestoy, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLIII Más escritos dispersos. Tomo I. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLIV Más escritos dispersos. Tomo II. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLV Más escritos dispersos. Tomo III. José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLVI Manuel de Jesús de Peña y Reinoso: Dos patrias y un ideal. Jorge Berenguer Cala, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLVII Rebelión de los capitanes: Viva el rey y muera el mal gobierno. Roberto Cassá, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLVIII De esclavos a campesinos. Vida rural en Santo Domingo colonial. Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CXLIX Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1547-1575). Genaro Rodríguez Morel, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CL Ramón –Van Elder– Espinal. Una vida intelectual comprometida. Compilación de Alfredo Rafael Hernández Figueroa, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CLI El alzamiento de Neiba: Los acontecimientos y los documentos (febrero de 1863). José Abreu Cardet y Elia Sintes Gómez, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CLII Meditaciones de cultura. Laberintos de la dominicanidad. Carlos Andújar Persinal, Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. CLIII El Ecuador en la Historia (2da ed.). Jorge Núñez Sánchez, Santo Domingo, D. N., 2012.

175 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

Vol. CLIV Revoluciones y confl ictos internacionales en el Caribe (1789-1854). José Luciano Franco, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLV El Salvador: historia mínima. Varios autores, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLVI Didáctica de la geografía para profesores de Sociales. Amparo Chantada, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLVII La telaraña cubana de Trujillo. Tomo I. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLVIII Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. II: 1501-1509. Fray Vicente Rubio, O. P., edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLIX Tesoros ocultos del periódico El Cable. Compilación de Edgar Valenzuela, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLX Cuestiones políticas y sociales. Dr. Santiago Ponce de León, edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXI La telaraña cubana de Trujillo. Tomo II. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXII El incidente del trasatlántico Cuba. Una historia del exilio republicano español en la sociedad dominicana, 1938-1944. Juan B. Alfonseca Giner de los Ríos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXIII Historia de la caricatura dominicana. Tomo I. José Mercader, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXIV Valle Nuevo: El Parque Juan B. Pérez Rancier y su altiplano. Constancio Cassá, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXV Economía, agricultura y producción. José Ramón Abad. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXVI Antología. Eugenio Deschamps. Edición de Roberto Cassá, Betty Almonte y Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXVII Diccionario geográfi co-histórico dominicano. Temístocles A. Ravelo.Revisión, anotación y ensayo introductorio Marcos A. Morales, edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXVIII Drama de Trujillo. Cronología comentada. Alonso Rodríguez Demorizi. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXIX La dictadura de Trujillo: documentos (1930-1939). Tomo I, volumen 2. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXX Drama de Trujillo. Nueva Canosa. Alonso Rodríguez Demorizi. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 20126

Vol. CLXXI El Tratado de Ryswick y otros temas. Julio Andrés Montolío. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXXII La dictadura de Trujillo: documentos (1930-1939). Tomo I, volumen 2. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXXIII La dictadura de Trujillo: documentos (1950-1961). Tomo III, volumen 5. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXXIV La dictadura de Trujillo: documentos (1950-1961). Tomo III, volumen 6. Eliades Acosta Matos, Santo Domingo, D. N., 2012.

La dictadura de Trujillo (1930-1961) 176

Vol. CLXXV Cinco ensayos sobre el Caribe hispano en el siglo XIX: República Dominicana, Cuba y Puerto Rico 1861-1898.Luis Álvarez-López, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXXVI Correspondencia consular inglesa sobre la Anexión de Santo Domingo a España. Roberto Marte, Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. CLXXVII ¿Por qué lucha el pueblo dominicano? Imperialismo y dictadura en América Latina. Dato Pagán Perdomo, Santo Domingo, D. N., 2012.

COLECCIÓN JUVENIL

Vol. I Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. II Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. III Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. IV Dictadores dominicanos del siglo XIX. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. V Padres de la Patria. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. VI Pensadores criollos. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. VII Héroes restauradores. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. VIII Dominicanos de pensamiento liberal: Espaillat, Bonó, Deschamps (siglo XIX). Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2010.

COLECCIÓN CUADERNOS POPULARES

Vol. 1 La Ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte. Juan Isidro Jimenes Grullón. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. 2 Mujeres de la Independencia. Vetilio Alfau Durán. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. 3 Voces de bohío. Vocabulario de la cultura taína. Rafael García Bidó.Santo Domingo, D. N., 2010.

177 La dictadura de Trujillo (1930-1961)

COLECCIÓN REFERENCIAS

Vol. 1 Archivo General de la Nación. Guía breve. Ana Féliz Lafontaine y Raymundo González. Santo Domingo, D. N., 2011.

Vol. 2 Guía de los fondos del Archivo General de la Nación. Departamentos de Descripción y Referencias. Santo Domingo, D. N., 2012.

Vol. 3 Directorio básico de archivos dominicanos. Departamento de Sistema Nacional de Archivos. Santo Do-mingo, D. N., 2012.

Esta edición consta de 1,000 ejemplares. Impreso en República Dominicana.

Noviembre de 2012.