la economÍa como ciencia

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LA ECONOMÍA COMO CIENCIA Quienes se plantean esta cuestión se ven obligados previamente a interrogarse sobre qué se entiende por economía y qué se entiende por ciencia. La solución de ambos interrogantes ha suscitado opiniones encontradas. En el campo concreto de la economía se mantienen en cuestión aspectos tan elementales como el objeto o el método, por no citar un sinfín de cuestiones, lo que ha impedido hasta el momento alcanzar una opinión unánime sobre su carácter científico. La discrepancia no tendría mayor importancia si no fuera porque de las distintas concepciones sobre la ciencia y la economía han surgido diversas percepciones y diagnósticos sobre la ciencia económica. En síntesis, el modo de concebir el objeto y el método de la economía se ha polarizado entre la corriente denominada, por un lado, de tradición marxista, y por otro, la de tradición capitalista, dentro de la cual a su vez se yuxtaponen o se suceden distintas escuelas de pensamiento. Este marco de discusión se suscita, en todo caso, en el ámbito propio de los economistas y entre economistas. No sucede lo mismo con la polémica entre lo que es o no es ciencia, que se presenta desde un comienzo como problema marcadamente filosófico, del que no han rehuido polemizar intelectuales como Kant, para quien el problema está en determinar la demarcación entre ciencia y metafísica, que sólo es posible establecer a través de criterios lógicos, puesto que para él al conocimiento científico se llega a través de un ejercicio de lógica. Abundando en esta interpretación la profesora J. Robinson niega el pretendido carácter científico de la Economía ya que, argumenta, como ciencia social que, carece de criterios generalmente aceptados sobre las hipótesis, lo que le confiere, en su opinión, un sentido más tecnológico que científico. Admite la posibilidad de que con el tiempo pueda adquirir carácter científico, si bien, dice, por

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LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

Quienes se plantean esta cuestión se ven obligados previamente a interrogarse sobre qué se entiende por economía y qué se entiende por ciencia.

La solución de ambos interrogantes ha suscitado opiniones encontradas. En el campo concreto de la economía se mantienen en cuestión aspectos tan elementales como el objeto o el método, por no citar un sinfín de cuestiones, lo que ha impedido hasta el momento alcanzar una opinión unánime sobre su carácter científico.

La discrepancia no tendría mayor importancia si no fuera porque de las distintas concepciones sobre la ciencia y la economía han surgido diversas percepciones y diagnósticos sobre la ciencia económica.

En síntesis, el modo de concebir el objeto y el método de la economía se ha polarizado entre la corriente denominada, por un lado, de tradición marxista, y por otro, la de tradición capitalista, dentro de la cual a su vez se yuxtaponen o se suceden distintas escuelas de pensamiento. Este marco de discusión se suscita, en todo caso, en el ámbito propio de los economistas y entre economistas.

No sucede lo mismo con la polémica entre lo que es o no es ciencia, que se presenta desde un comienzo como problema marcadamente filosófico, del que no han rehuido polemizar intelectuales como Kant, para quien el problema está en determinar la demarcación entre ciencia y metafísica, que sólo es posible establecer a través de criterios lógicos, puesto que para él al conocimiento científico se llega a través de un ejercicio de lógica.

Abundando en esta interpretación la profesora J. Robinson niega el pretendido carácter científico de la Economía ya que, argumenta, como ciencia social que, carece de criterios generalmente aceptados sobre las hipótesis, lo que le confiere, en su opinión, un sentido más tecnológico que científico. Admite la posibilidad de que con el tiempo pueda adquirir carácter científico, si bien, dice, por ahora lo que hay en ella no es más que una caja de herramientas.

Para otros autores como Schumpeter, que mantienen una concepción más amplia – más sociológica si se quiere- sobre la ciencia, la Economía lo es. En su interpretación “es ciencia cualquier campo de conocimiento que haya desarrollado técnicas especiales para el hallazgo de hechos y para la interpretación o la inferencia (análisis)”¹. Bajo este criterio la cuestión se hace meridiana, pues resulta evidente que la economía se vale de técnicas que no son de uso común para el público, siendo, por otra parte, muchos los economistas que las cultivan.

Una forma generalmente aceptada de determinar el carácter científico de una teoría es a través de la refutación de las hipótesis. En el caso de la economía el problema estriba en la falta de unos criterios mayoritariamente asumidos sobre la forma de realizar esta refutación. Como señala Mark Blaug “la gran dificultad para verificar las teorías económicas, -antiguas o modernas, no es tanto la

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imposibilidad de la realización de experimentos controlados para refutar así las teorías en forma definitiva, sino más bien el hecho de que, por carece de condiciones de laboratorio adecuadas, los economistas (y por supuesto todos los científicos sociales) no pueden ponerse de acuerdo sobre los criterios empíricos precisos que deben emplearse para refutar una hipótesis”²

En última instancia, la dificultad para calificar de científica una determinada teoría económica es que rara vez ésta conduce a conclusiones inequívocas de política económica, más bien al contrario, los economistas encuentran en ella respaldo a recomendaciones de política económica diametralmente opuestas.

Incapaces de llegar a un acuerdo, e indagando en la vertiente científica de la economía, la cuestión se ha intentado resolver profundizando en el propio contenido de la misma. Surge así la polémica sobre ciencia positiva y normativa, con la consiguiente implicación sobre juicios de valor o la presencia de ideología en la economía.

El tema de los juicios de valor no es exclusivo de la economía ni de las ciencias sociales. Pero no se debe minimizar el papel que juegan en este disciplina.

En las ciencias naturales, por ejemplo, el objeto de estudio, la materia, no tiene juicios de valor y el científico carece en muchas ocasiones de un sentido finalista porque no tiene un interés especial en conducir la investigación hacia un objetivo socialmente determinado.

El pensamiento económico tradicional ha mantenido la preocupación por lograr una ciencia económica desprovista de juicios de valor y principios ideológicos.

Bajo el pensamiento económico clásico, ortodoxo y neoclásicos se mantuvo, con mayor o menor unanimidad, el principio de diferenciación entre proposiciones positivas y normativas³. Desde el punto de vista conceptual esta distinción parece clara. En palabras de M. Friedman: “ la primera se ocupa de cómo se resuelve el problema económico mientras que la teoría normativa de cómo se debe resolver”⁴. La dificultad surge en el campo de la Política Económica, dado que la Economía es una disciplina en la que, a diferencia con otras como la física, el objeto de estudio son las interrelaciones entre los seres humanos – entre los que se incluye obviamente el propio investigador- cualquier valoración sobre una determinada acción parte de las consecuencias previstas en los principios positivistas bajo los que se analiza aquélla, las cuales podrán suscitar, dependiendo de la persona de que se trate, su aceptación o rechazo.

Schumpeter propone separar la Economía Científica (que para él si es ciencia) de la Economía Política (que no lo es). Esta pretensión es muy criticada por los economistas heterodoxos, que mantienen que la ideología está en la misma raíz del análisis económico. Por lo general, los defensores de la conexión entre economía e ideología añaden el calificativo de política al término economía. Así hablan de Economía Política y no de Ciencia Económica; término que usan quienes ven a la economía libre de condicionamientos ideológicos. Robbins es

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particularmente explícito en este sentido cuando separa los medios de los fines en el ámbito científico, con el objeto de lograr una neutralidad científica⁵.

Entre los críticos a la concepción admitida tradicionalmente de una economía libre de juicios de valor, se argumenta que la ideología está en la base misma del trabajo analítico ya que la selección de los datos se hace según la particular visión que cada cual tiene de las cosas, y esa visión es fruto de la ideología, cuya presencia –se admite- puede afectar a la validez de los resultados.

Schumpeter considera que tan ciertas como estas ideas es la existencia de unas reglas de procedimiento analítico, desarrolladas a través del tiempo y al margen de la ideología, que tienden a contrarrestar ese “error” ideológico del que partimos. Con esta alegación intenta combatir las críticas a la validez objetiva de los métodos y resultados del análisis económico⁶.

Muy distinta opinión mantiene la señora Robinson que considera que la economía ha sido siempre en parte un vehículo de la ideología dominante en cada momento y en parte un método de investigación científica, siendo tarea del economista lograr la separación entre ambos⁷. Separación que, evidentemente, presenta no pocas dificultades, ya que todo sistema económico se apoya en la existencia de un conjunto de reglas, fruto de una concepción ideológica determinada que el individuo asume y que el economista se encuentra arrastrado a justificar.

M. Blaug no cuestiona la presencia permanente de la propaganda y la ideología, si bien, en similitud con Schumpeter, proclama frente a ellas las reglas del procedimiento científico incorporado a lo largo del tiempo a la Ciencia Económica, que actúan corrigiendo los “sesgos” del pasado.

Es innegable que, al igual que la generalidad de las ciencias sociales, la economía no se encuentra libre de juicios de valor⁸. Es más, ni tan siquiera cabe alegar una actitud moralmente neutral frente a un problema económico, puesto que la misma indiferencia comporta en si una determinada postura moral. Esta circunstancia no cierra la posibilidad de teorías económicas intrínsecamente objetivas, si bien tal cualidad habrá de probarla mediante el sometimiento a la crítica y la comprobación de que sus predicciones no se compatibilizan con todos los resultados posibles.

Al subrayar Oskar Lange la importancia del cambio sobrevenido en el pensamiento económico tras la muerte de Ricardo escribe: “...la burguesía dejó de interesarse por el ulterior desarrollo de la economía política. A medida que la economía política, ahora utilizada por el movimiento obrero, fue resultando inconveniente y hasta peligrosa para la burguesía, se desarrolló la tendencia a liquidarla en cuanto ciencia que estudia las relaciones económicas entre los hombres, y a sustituirla por una apología, esto es, por la justificación del modo de producción capitalista”⁹.

Prescindiendo del carácter (genético) agresivo y teologal con que se expresan ciertos herederos de Marx, es claro que la economía (o economía política) es usada a menudo con justificación de actuaciones poco neutrales.

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Entre los economistas se ha legado en cierta medida a sumir que la teoría económica puede estar en gran parte libre de juicios de valor, situación que no se puede dar en la política económica, lo que de hecho supondría su principal caracterización por entender que lleva implícitos juicios morales. Esta distinción lleva unida una gran contradicción: la de admitir que las verdades objetivas que el economista puede descubrir en su tarea investigadora se convertirán en juicios morales al utilizarlas para asesorar a los políticos.

Tal contradicción puede que no exista, y que de hecho todos (o casi todos) los enunciados económicos, tanto de política como de teoría económica, sean de una u otra forma prescriptivos (normativos) y no descriptivos (positivos). No obstante, si bien es evidente que las prescripciones políticas pueden encubrir juicios morales, es igualmente lícito pensar que ello no ha de producirse inevitablemente.

La discusión sobre hasta qué punto es posible el conocimiento objetivo, libre de subjetividad o apreciaciones ideológicas, ha dificultado la aplicación práctica del saber económico, haciendo de las recomendaciones de política económica un motivo permanente de discrepancia entre los economistas.

Estas discusiones tienen por regla general un trasfondo más político que económico¹ º . Mientras esto ocurra hemos de ser forzosamente pesimistas sobre un próximo desenlace de la polémica y no será descabellado concluir que en tanto haya ideologías económicas opuestas existirán necesariamente discrepancias sobre el resultado práctico de las aplicaciones de los principios económicos.

Vocabulario de economía política

 

  Dr. D. José Piernas Hurtado

Exposición de la nomenclatura y de los principales conceptos de esa ciencia.

 

E

Economía. — Esta palabra derivada del griego, quiere decir etimológicamente régimen ó administración de la casa, y tiene en nuestro idioma diversas acepciones: sirve para indicar el buen orden y parsimonia en los gastos; expresa también la relación armónica de las funciones ó elementos que constituyen alguna cosa, y así se dice: economía animal, humana, social, etc., y si se emplea, sobre todo en el plural, como sinónima ó equivalente de ahorro. Ni aquel origen ni estas acepciones justifican el que se haya adoptado

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la voz Economía como nombre de la ciencia que estudiamos, porque no da idea del asunto que ésta se propone, y no guarda, por lo tanto, relación alguna con su objeto.

El valor de esa denominación es puramente histórico, y se funda en el hecho de haber llamado Jenofonte Economía ó Económicos á un libro en que se ocupaba principalmente de la gestión de los asuntos domésticos.

La mayor parte de los economistas, reconociendo los graves males que produce á la ciencia, y la confusión que introduce en ella ese titulo arbitrario que, en vez de mostrar, oculta su contenido, han intentado remediarlos, unos buscando nombres nuevos, y tratando otros de corregir y enmendar la impropiedad del antiguo, por medio de calificativos que ampIiasen la significación original del sustantivo Economía; pero estos esfuerzos han resultado inútiles y aún contraproducentes: las denominaciones propuestas, en número de más de veinte, responden todas á la manera particular de concebir la ciencia que tenían sus autores, y así han pretendido que se llame Crematística--ciencia de la riqueza—Cataláctica, —ciencia del cambio,— Ponología — ciencia del trabajo, etc., sin conseguir una fórmula exacta ó que por lo menos fuese aceptada: por su parte, los que preferían una adición han hecho nombres compuestos menos afortunados todavía y han apellidado á la ciencia: Economía pública, nacional, política, etc., aumentando las dificultades y complicando en vez de simplificar la nomenclatura. Ya se ha desistido, sin embargo, de nuevas invenciones y se ha comprendido que es vana tarea la de buscar nombre adecuado para un objeto cuya naturaleza no es aún bien conocida: cuando se logre determinar de un modo concluyente el asunto propio de la ciencia económica, y sea por todos visto del mismo modo, fácil será acordar un título que le convenga, si es que aún entonces, no se cree preferible respetar la tradición; entre tanto, lo mejor es atenerse á ella y aceptar, con las salvedades necesarias y fijando su sentido, el nombre que empló Jenofonte y ha consagrado la historia.

Estas consideraciones serian bastantes para desechar la denominación de Economía política, que es admitida generalmente por los escritores franceses y españoles, si no tuviéramos otras más fundamentales que hacer en contra de ella: designando así á la ciencia, se alimenta el error de aquellos que la atribuyen un carácter esencialmente público ó social, y se comete, además, la impropiedad de calificar al todo por lo que conviene una sola de las partes. Político quiere decir lo que se refiere al Estado y si bien es cierto que la ciencia estudia la vida económica de los Gobiernos, no se ocupa de ella primera y exclusivamente, sino mirándola como una de tantas manifestaciones ó esferas de la actividad en ese orden: por eso, si hay una Economía que es y debe llamarse política -la que comunmente se dice ciencia de la Hacienda pública—habrá que distinguir de igual manera otra que será individual, familiar, etc., por razón de la persona ó sujeto que considera, y será también preciso reconocer que, sobre todas estas manifestaciones ó aspectos especiales, hay algo común que expresa su unidad, está lo económico en sí mismo, en sus leyes generales, que es lo fundamental y más interesante del asunto.

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De suerte que Economía es la denominación propia de la ciencia total, y aceptándola como genérica estamos en aptitud de modificarla luego para calificar todas las variedades que ofrece lo económico, ya por virtud de las entidades ó esferas á que puede referirse, en cuyo sentido diremos que la Economía es individual, doméstica, nacional, política, etc,; ya atendiendo á la consecución de fines especiales, que nos darán una Economía agrícola, industrial, mercantil, etcétera.

Mucho más importante que la cuestión del nombre de la ciencia es la de determinar su concepto, porque siendo ésta la primera y fundamental de nuestro estudio, su solución influye necesariamente y de un modo decisivo en todas las investigaciones posteriores.

Las divergencias, sin embargo, entre los maestros y cultivadores de la Economía son en este punto mayores que en otro alguno, pues aún aquellos que forman escuela, por hallarse de acuerdo en principios secundarios, discuten y no se avienen para definir la ciencia. Creemos que es de escasa utilidad, y además impropio de nuestro objeto, un examen minucioso de las muchas fórmulas que han pretendido fijar el concepto de la Economía, y nos limitaremos por eso á repetir aquí lo que en otra parte hemos dicho acerca del mismo asunto (1).

«Lo único en que convienen los conceptos históricos y reinantes, profesados acerca de la Economía, es en la afirmación que implícitamente hacen todos ellos, de que lo económico expresa una relación, y relación humana, porque luego al definirla cada escritor se ha fijado exclusiva ó preferentemente, ya en el sujeto, ya en el objeto, en el modo ó en el fin de esa relación, sin que ninguno de ellos, en nuestra humilde opinión, haya logrado comprender todos los elementos que contiene.

Atendiendo al sujeto, se ha dicho que la Economía es la ciencia de la actividad ó del trabajo; por consideración al objeto se ha definido como ciencia de la utilidad ó la riqueza: en razón, sin duda, del modo ó forma de aquella relación, se dice que son objeto de la Economía el cambio ó la propiedad; y por último, cuando se mira el fin inmediato, se afirma que estudia la manera de satisfacer el interés personal ó la prosperidad de los pueblos, y cuando se atiende al fin mediato, se da como asunto propio de la ciencia la investigación de los medios que sirven para el progreso y cumplimiento del destino humano.

Que la Economía se ocupa de la actividad y del trabajo, es cosa fuera de duda; mas también parece claro que los considera bajo un solo y determinado aspecto, porque hay muchas clases de actividad y trabajo—-el de quien estudia ó reza, por ejemplo—que nunca tenemos por económicos.

La idea de utilidad excede también á la de Economía, porque, siendo aquella la cualidad que tiene el medio de servir para el fin, se da donde quiera que existe un medio, y por consiguiente, lo mismo fuera que dentro del mundo económico; y en cuanto á la riqueza, si entendemos por ella una suma de bienes, estamos en caso igual al anterior, porque hay otros bienes que los económicos, y si la tomamos en el sentido de conjunto de valores, entonces,

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además de que se señala como objeto de la ciencia un mero resultado, sin examinar para, ni por qué se obtiene, se comete el error de suponer que la acumulación es la que hace entrar á determinadas cosas bajo la acción de la Economía.

De igual manera el cambio es fórmula general de las relaciones humanas en todas las esferas, y aún tomándole en acepción más restringida, el cambio como hecho, no es el primero ni el fundamental del orden económico; antes es producir que cambiar, y si se dice que se trabaja y produce para el cambio, además de no ser esto absolutamente cierto, nosotros añadiremos que se cambia para el consumo, por donde éste vendría á ser lo culminante para la Economía. Por otra parte, el cambio, como principio, coloca desde luego á la ciencia en el terreno social, y prescinde de la consideración general de lo económico y de su esfera individual. Más expresiva la propiedad, no creemos, sin embargo, que pueda satisfacer enteramente, presentada como objeto de la Economía, porque reduce su asunto á las cosas de la Naturaleza, eliminando los actos ó servicios humanos, que indudablemente se hallan también comprendidos en la relación económica.

Atribuir como fin á la Economía el perfeccionamiento ó la realización del destino humano, no es decir nada para precisar su objeto, porque no puede ser otro que ese el que todas las ciencias se proponen. Y finalmente, poniendo á cargo de la Economía la satisfacción del interés, ya personal, ya nacional, se deja la misma vaguedad en el concepto, porque el interés es móvil general de la actividad; todo bien interesa, y así hablamos diariamente de intereses religiosos, políticos, etc.; esto aparte del peligro que conocidamente existe en reconocer el interés propio corno único motivo de las acciones, siquiera sea en cierto círculo, cuando, al mismo tiempo, se deja al arbitrio y capricho del sujeto la fijación de su interés.» (V. Interés personal .)

Partiendo de las anteriores consideraciones y de la idea, común á todos los conceptos de la ciencia, que afirma lo económico como una relación humana, podemos observar, analizándola, que esta relación presenta los siguientes caracteres:

1.º Que es el sujeto nuestra actividad.

2.º Que con su objeto las cosas y los actos de los otros hombres, útiles para nuestro fin.

  3.º Que la cualidad, por tanto, del objeto en la relación económica, es la utilidad.

4.º Que la utilidad, el medio, sólo son económicos en cuanto dependen de la actividad humana.

5.º   Que el fin de la relación es nuestro bien.

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6.º Que el bien, bajo este aspecto, ó sea el fin económico consiste en la adquisición y empleo de los medios materiales, que sirven para satisfacer nuestras necesidades.

Y armonizando ahora todos estos datos diremos que la Economía es ciencia del orden de relaciones que la actividad establece con la Naturaleza y con nuestros semejantes, para conseguir los medios materiales que reclaman las necesidades de la vida humana.

Esta definición reconoce explícitamente el valor económico de los actos ó servicios, y considera dentro también del objeto de la ciencia las necesidades del espíritu, en tanto que los medios materiales se aplican á satisfacerlas. —En la adquisición de un libro, por ejemplo, ú en la retribución dada á un maestro, vemos como los medios económicos sirven para fines del espíritu.

En cuanto la reducción de lo económico á los medios materiales, lejos de ser una novedad en la ciencia, es precisamente la doctrina de sus fundadores. No hablemos del sistema mercantil, ni de la escuela fisiocrática, cuyas concepciones son por todos conocidas; pero Adam Smith atribuye á la Economía, como objeto, el de procurar al pueblo una buena renta ó una subsistencia abundante; Sismondi el bienestar físico del hombre, y el mismo Say y todos los que la definen como ciencia de la riqueza, se refieren sin duda á la suma de los bienes materiales. Si después se ha querido extender la esfera económica á la obra entera de la actividad y ha encontrado partidarios la doctrina de Dunoyer, que habla de productos y riquezas inmateriales, es porque no se precisa bien el carácter económico de los servicios y de las llamadas profesiones ó industrias, que obran sobre el hombre mismo.

Es verdad que todo acto—por interno y subjetivo que sea— tiene un aspecto económico y ejerce alguna influencia en el orden de los bienes materiales; pero esto, que es consecuencia de la solidaridad humana y de la unidad de nuestro fin, no quiere decir que toda aplicación del trabajo haya de dar directa ó inmediatamente productos económicos.

El sacerdote no es, como pretende Dunoyer, un industrial que produce ceremonias religiosas, ni el maestro un fabricante de conocimientos, ni el médico un productor de hombres sanos: la religiosidad, la sabiduría y la salud, no indican una acumulación de productos económicos inmateriales; expresan conceptos muy diferentes del de riqueza; y que no es lo mismo ser sabio ó ser virtuoso que ser rico, nos lo dicen bien claro el lenguaje común y la experiencia. El hombre instruido y de costumbres morales se halla indudablemente en mejores condiciones para el ejercicio de la actividad económica que el ignorante ó vicioso, y en este sentido depende el progreso económico de la moralidad y la cultura; pero deduciendo de aquí que la educación es una riqueza inmaterial, cometemos el mismo error que si consideráramos los que se llaman bienes de fortuna como conocimientos y virtudes en forma material, y al hombre acaudalado como bueno y erudito, porque dispone de medios que puede aplicar al desarrollo y mejoramiento de su espíritu.

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Las relaciones que median entre la esfera económica y las demás de la vida, no impiden su distinción, y la actividad que obra en ellas, con ser una y siempre la misma, ofrece aspectos diversos por razón del fin particular á que directamente se aplica. El orden que estudia la Economía se enlaza con el religioso, el moral, el científico y el jurídico, porque aquél da á éstos ciertos medios comunes, que son precisamente los medios materiales, los que ellos por si mismos no pueden adquirir. Sin decir que sea industrial el trabajo del sacerdote, del profesor ó el magistrado, podemos reconocer que tiene carácter económico en tanto que sus servicios se retribuyen en forma material; pero ese cambio de cosas económicas por actos que corresponden á órdenes diferentes, no constituye una operación productiva, sino más bien de consumo ó aplicación de la riqueza á la satisfacción de necesidades determinadas, al cumplimiento de los fines que tienen á su cargo aquellas profesiones.

Esa confusión de esferas ha dado lugar á que la ciencia económica se haya visto, unas veces acusada con fundamento de invasora, y otras veces negada ó invadida; pero reduciendo su acción al orden de los bienes materiales, la Economía se libra de toda vaguedad en su concepto, fija su posición al lado de las otras ciencias, y asegura su dignidad é independencia, porque nadie podrá negarla con justo título un dominio que no cede á ningún otro en extensión é importancia.

Desde este punto de vista, es, en efecto, muy sencillo de resolver para la Economía el interesantísimo asunto de sus relaciones con las demás ciencias, como veremos comparándola con la Moral, el Derecho y la Política, que son las ramas del conocimiento con que, por razón de la proximidad, tiene mayor conexión.

La Moral es ciencia del bien como motivo de la actividad, y siendo éste el único móvil legítimo, todos los actos entrarán en ella, y serán buenos moralmente cuando se dirigen al bien y malos cuando se apartan de él y le contradicen.

El Derecho se refiere á la condicionalidad de la vida, es ciencia del bien de cada uno relacionado con el de los demás, y considera la actividad en tanto que dependen de ella las condiciones del fin humano. El hombre ha de obrar siempre atendiendo al bien de los otros séres, con ánimo de prestarles esas condiciones y todos los actos tendrán por consiguiente, carácter y valor jurídico.—Por eso se dice que la Moral y el Derecho abrazan la vida entera que estudian formas totales de la actividad humana.

La Economía comprendo solamente aquellos actos con que el hombre procura adquirir los medios materiales que necesita. Lo económico no es, por tanto, una cualidad común á todas las manifestaciones de la actividad, sino el contenido particular de algunas de ellas.

El fin moral se cumple en la intención del sujeto, el jurídico por medio de prestaciones, y el fin económico por la adquisición de ciertos medios.

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La unidad está en que las tres ciencias se ocupan de la actividad, de una relación suya.

La distinción consiste en que esa relación es diferente: la Moral atiende al bien absoluto en la voluntad; el Derecho al bien, en cuanto depende de condiciones que han de ser puestas por la actividad humana; la Economía al bien, que se consigue con la obtención de medios determinados.

La armonía nace de esta consideración común del bien como término y objeto de la actividad.

Las consecuencias que se derivan de esa manera de concebir la relación del orden económico con el moral y jurídico, no pueden ser más trascendentales. En vista de ello, ya no cabe considerar lo económico como un principio aislado y suelto, regido únicamente por la utilidad y el interés, en oposición, ó disidencia al menos, con esos otros fines de la vida, sino que aparece enlazado armónicamente, subordinado y referido á ellos, sin dejar por eso de tener acción y esfera propios. El acto económico es primeramente moral y jurídico, porque ha de ir encaminado al bien y á la justicia; los preceptos de la Moral y el Derecho no tienen en el orden de los bienes materiales sentido ni eficacia distintos de los que reciben con aplicación á otros fines, y las ideas de lo bueno, lo justo y lo económico no son, en último término, más que aspectos diversos del bien único, que halla el hombre en el cumplimiento de su destino.

La Economía, separándose de la Moral y el Derecho, se ha visto luego en el caso de pedirlas que moderen los extravíos del interés personal; pero no logrará evitar los choques y conflictos con esas ciencias, hasta que no vuelva á vivir dentro de la órbita que ellas tratan á todo lo que es humano.

La Política, ciencia del Estado que examina su naturaleza, su fin, y la organización de los medios necesarios para cumplirle, tiene comunidad de asunto con la Economía: 1.º, porque ésta considera también al Estado como sujeto de vida económica, y dando lugar á una esfera particular y á fenómenos especiales respecto de la adquisición y empleo de los bienes materiales; y 2.º, porque á su vez la Política ha de tomar en cuenta los principios económicos para determinar las relaciones, que el Estado, debe mantener con este orden.

Emisión.—Llámase así al acto de poner en circulación un documento de crédito. Esta facultad, que no depende de la ley positiva, sino de la confianza que se obtiene en el mercado, debe ser libre, y respetada. Por eso cuando se otorga á establecimientos ó empresas determinadas el monopolio de emitir algún título de crédito, como el billete de Banco, se comete una injusticia, se desconoce la naturaleza del crédito mismo y se daña gravemente á la circulación de la riqueza.

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Empresa.—Forma de la producción, que consiste en el establecimiento de la industria por cuenta y riesgo de un individuo ó colectividad, que dispone de los medios necesarios para ello; y en otro caso, los acumula asociando el capital y el trabajo ajeno, á los cuales abona una retribución independiente del resultado que ofrezcan las operaciones productivas.

La empresa tiene la ventaja de que da grande unidad á la industria, excitando vivamente el interés de los que la dirigen; pero en cambio el concurso del trabajo es en ella pasivo y poco eficaz, porque no le afectan los resultados del negocio.

Las funciones del empresario son do organización y dirección de los elementos productivos, y constituyen no más que una aplicación particular del trabajo; su retribución, por tanto, que depende del éxito de la industria, se rige por los mismos principios de todas las retribuciones eventuales, y no exige una denominación especial, como han pretendido algunos economistas, llamándola provecho, é introduciendo en la nomenclatura de la ciencia un nuevo término que, además de no ser necesario, recibía una significación poco adecuada. (V. Interés y Salario).

Empréstitos.-Es el nombre que particularmente se da á los préstamos recibidos por los Gobiernos.

Las principales clasificaciones que se hacen de los empréstitos son: por la época del reembolso, en temporales y perpetuos; por la cantidad que el Gobierno percibe de aquella que representan los títulos que entrega, en empréstitos á capital real y á capital nominal, y por la manera de contratarlos, según que se emplea la emisión, la suscripción ó la adjudicación.

En los empréstitos temporales el Gobierno se obliga á devolver el capital en un plazo fijo, ó á pagar una renta á los acreedores por espacio de cierto tiempo.— Esta última forma, que era antes la más usada, dió lugar a las llamadas anualidades, rentas vitalicias, rentas viajeras y tontinas. En los perpetuos, el Gobierno se compromete únicamente á satisfacer el interés convenido; pero esto no quiere decir que no haya de devolver nunca el empréstito, sino que se reserva la elección del momento en que le sea posible ó favorable hacerlo.

Se dice empréstito á capital real, aquel en que el Estado recibe integra la suma que se expresa en los títulos, sea cuando éstos se emiten á la par; y á capital nominal, el en que confiesa recibir una cantidad mayor de la que percibe realmente. La invención del capital nominal es un artificio que no tuvo más objeto que ocultar al país el verdadero estado de su crédito, y fingir que á su nombre se recibía el dinero barato, aunque costase muy caro. Para ello, se ha adoptado siempre un tipo muy bajo de interés, menor del 5 por 100 generalmente, en épocas en que era mucho más alto el precio del capital, y como los capitalistas no podían prestar á ese tipo, daban por el solo 50 unidades en vez de 100. Resultado, que el 5 viene á ser interés de 50, que el verdadero precio es 10 por 100, y que habiendo de entregarse 100 en títulos

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por cada 50 efectivos, la operación sale á 10 por 100 de interés y 50 por 100 de capital, puesto que se reconoce doble del recibido. Conocido ya ese juego, los empréstitos han continuado, sin embargo, haciéndose de manera tan ruinosa para conservar un mismo interés á toda la Deuda. Esta unidad tiene sin duda grandes ventajas; pero no puede justificar el absurdo del capital nominal, porque, con ese sistema, perjudica á las naciones la subida de su crédito, que convierte en efectivas y obliga á satisfacer sumas puramente nominales en su origen.

Los empréstitos se contratan por emisión, llevando al mercado los títulos de la Deuda y colocándolos al precio que éste fija; por suscripción, señalando el Gobierno la cantidad que necesita y los tipos á que recibirá el dinero que los particulares le entreguen; y por adjudicación, que puedo ser directa, y entonces el Gobierno arregla las condiciones del préstamo con una casa de banca ó Compañía, y en subasta, cuando el empréstito se cede al que hace mejores proposiciones.

Estado.— En su acepción política, esta palabra significa la institución encargada de realizar el derecho en la sociedad civil.

El Estado se relaciona con el orden económico, primero, de igual suerte que con todos los otros aspectos de la vida, y luego más especialmente, porque tiene necesidades que han de ser satisfechas por medios materiales.

Como órgano y cumplidor del derecho, el Estado ha de prestar esa condición á la actividad económica, garantizando el libre ejercicio del trabajo y del cambio, la adquisición y el disfrute de la propiedad: él no ha de contribuir directamente á la producción de la riqueza; pero su acción no es tan sólo negativa en el sentido de que haya de limitarse á no crear obstáculos y á separar los que nazcan de ataques á la justicia. El Estado no puede ser indiferente para con ninguno de los fines humanos; tiene que hallarse en comunicación con todos ellos; y para mantener el derecho económico necesita hacer afirmaciones, penetrar de algún modo en esa esfera, sin menoscabo de los esfuerzos individuales, que son los llamados á constituirla con el auxilio de la asociación voluntaria y respetando en todo caso su independencia. No le toca la dirección de la industria, ni la reglamentación del comercio; pero está dentro de su fin cuando limita, por ejemplo, el trabajo de las mujeres y de los niños á lo que es propio de su condición; cuando prohíbe la amortización de la propiedad, castiga el juego, etc.; y esas atribuciones, que es preciso reconocerle, las ejerce á nombre y en cumplimiento de principios económicos. Por otra parte, el Estado, que debe conseguir por medio de las relaciones jurídicas la armonía y el equilibrio entre las demás instituciones sociales, es hoy al mismo tiempo la más adelantada de todas ellas, la que mejor y más extensamente realiza la unidad, la que más se aproxima al concepto de la Sociedad, y estas condiciones históricas determinan también en él funciones como de protección y ayuda, cierta misión de estímulo y complemento para con los otros organismos menos desarrollados y las fuerzas individuales en todo aquello que muestre la necesidad de la acción colectiva que representa.

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Sea cualquiera la misión que se atribuya al Estado, ello es que necesitará medios con que cumplirla, y estos medios, en tanto que consisten en bienes materiales, entran en el asunto de la Economía.

El Estado no puede satisfacer por sí mismo las necesidades económicas que siente, porque su actividad, encaminada á otros fines, no es á propósito para el ejercicio de la industria, y carece del móvil del interés personal. Los Gobiernos han de recibir, pues, sus medios de existencia del trabajo de los particulares, y la producción para ellos consiste en tomar de la riqueza privada una cuota, que se denomina impuesto.

La aplicación de los bienes materiales á las necesidades del Estado no se diferencia esencialmente de la que realizan los individuos. Todo consumo de riqueza, sea cualquiera el sujeto que le verifique, es una destrucción de valor, y su legitimidad depende de la satisfacción á que se dirija.

Sin embargo, los economistas partidarios de la doctrina que admite una riqueza inmaterial, suelen considerar al Estado como un industrial de la misma clase, bajo el aspecto económico, que un agricultor ó un fabricante, porque produce seguridad y justicia, y declaran que todos los consumos que él verifica tienen el carácter de productivos. El Estado, dicen, contribuye á la formación de la riqueza con las garantías que presta á la propiedad y al trabajo. Pero igual auxilio da á todos los demás órdenes de la vida, y sin confundir lo que es condición de la actividad económica con la actividad misma, no podemos calificar al Estado de industrial, porque mantiene el derecho, como tampoco afirmamos que sea creador de la moralidad ó de la ciencia, aunque también sirve a sus fines.(V. Gastos públicos , Individualismo, Impuesto y Socialismo).

Exportación.—Comercio que lleva al extranjero los productos de un país.

La exportación, representa lo que cada pueblo da en el cambio internacional y es correlativa de la importación, con que las naciones se reintegran ó reciben productos equivalentes. Las antiguas preocupaciones del sistema mercantil hacen creer todavía, que interesa á cada país que la exportación exceda á las importaciones, cuando, lo que habría de convenirle es precisamente lo contrario, esto es, que tuviese menos valor lo que da, que aquello que recibe, y lo que en realidad sucede, es que en ese, como en todo cambio ha de haber necesariamente una compensación ó equivalencia que no excluye el mutuo beneficio. (V. Balanza de comercio, Libre cambio y Proteccionismo.)

Exposiciones industriales. — Son cursos abiertos para dar á conocer los resultados que obtiene el trabajo y premiar á los productores más hábiles. Las exposiciones son especiales, locales y universales, según que se limitan á los productos de alguna industria determinada, á cierto país ó región, ó comprenden á todas las industrias y los pueblos todos.

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Aunque con la facilidad que hoy alcanzan las comunicaciones de todo género, han perdido mucho de su interés esos certámenes industriales, todavía las exposiciones, universales sobre todo, tienen grandísima importancia porque someten á la observación y al estudio un número inmenso de hechos, que sirven de comprobación y de dato para las investigaciones científicas, reflejan la vida económica de la humanidad entera, y son el primer paso dado para unificar y relacionar directamente todos los esfuerzos, que se dedican á los bienes materiales.

Historia del pensamiento económicoLa Historia del pensamiento económico es la rama de la Economía que estudia la historia de los esfuerzos intelectuales por entender y explicar los fenómenos económicos.

La historia de la economía podría dividirse así:

Pensamiento antiguo y medieval

[editar] Antigüedad

Encontramos numerosas ideas económicas en los pensadores griegos: Jenofonte, Protágoras, Aristóteles, Platón y Homero. Se puede encontrar numerosas ideas en la obra de La República, de Platón. como se organizaba la economía en la ciudad ideal. Se puede utilizar la obra como un buen acercamiento a los pensadores de esa época. Aristóteles hizo distinciones, en Oeconomicus(cabe aclarar que este libro no está escrito en su totalidad por Aristóteles), entre el comercio lícito para el intercambio de mercaderías y el incorrecto que solo buscaba la obtención de ganancias y otros temas, que sirvieron, como base, para establecer la ciencia económica. Para Aristóteles, Economía es: la ciencia que se ocupa de la manera en que se administran unos recursos o el empleo de los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos..

Luego, en la Edad Media, identificamos el pensamiento económico en los escolásticos en Europa.

[editar] Edad mediaArtículo principal: Pensamiento económico medieval

El pensamiento económico medieval surgido en la cristiandad latina de Europa Occidental que desarrolló el feudalismo y la filosofía escolástica, se centró en cuestiones éticas como la pobreza y la caridad, el precio justo, la relación conceptual entre el beneficio, el interés y la usura; y en determinadas especulaciones acerca de la teoría del valor, que en algunos casos podrían asimilarse a las posteriores teorías que lo identifican con el trabajo, y en otras con el precio de mercado.

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El cristianismo introdujo el concepto de la inequitud en la riqueza y poder en manos de unos pocos mientras la gran mayoría permanecía en la pobreza. Los pensadores cristianos de la Edad Media, entre ellos Santo Tomas de Aquino, debatieron el problema del precio y de la ganancia, desde el punto de vista de si era correcto o pecaminoso obtener ganancias a partir del intercambio de mercadería.

Su pervivencia temporal más allá de la crisis bajomedieval, se extendió durante el Antiguo Régimen, en que fueron apareciendo nuevas escuelas de pensamiento económico, como el mercantilismo, que no obstante, en algunos casos, mantuvieron cierta continuidad con el pensamiento medieval.

Contemporáneamente, en otros contextos geográficos, sociales, económicos y culturales, como fue el Islam medieval, se desarrollaron otras formas de pensamiento económico, con notables autores (Ibn Jaldún).

[editar] Ibn Jaldún

Ibn Jaldún también fue un economista pródigo, el cual consideró aspectos como el Trabajo y Valor, la demanda, el costo, los precios y su independencia, la riqueza como producto social y no individual, , que el dinero no es riqueza, las clases de ocupaciones, las fases del desarrollo económico, las relaciones de dependencia entre campo y ciudad, las artes y los oficios, la importancia del Estado dentro de la economía y las consecuencias de la falta de este, el lujo, necesidades naturales y las normales. También aspectos de Finanzas publicas, como las tarifas de los impuestos, la distribución de éstos, los gastos sociales de los servicios estatales, un gobierno como comprador de bienes y servicios y los efectos de los de los gastos del estado sobre el ingreso y las entradas de impuestos. Algunos de estos aspectos tomaron años hasta que fueron redescubiertos, por Adam Smith y Karl Marx. Ibn Jaldun consideró que la economía era un determinante para los pueblos. Todo esto yace escrito en su Magnus Opus , el Muqaddima, escrito el siglo XIV

La economía y su relación con otras ciencias

La ciencia económica “es la ciencia que estudia el comportamiento humano como una

relación entre fines y medios escasos que poseen unos usos alternativos”

Los principios económicos vienen determinados o influenciados y, a su vez, determinan

e influencian muchas ramas del conocimiento de las ciencias físicas y sociales. Las

principales son:

Tecnología Relaciona al hombre con su medio físico,

tanto el mundo natural como las modificaciones llevadas a cabo por los científicos.

Page 16: LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

La explotación de los inventos en los dos últimos siglos ha transformado las relaciones

económicas, y así, por ejemplo, la revolución de los transportes “ha aniquilado las

distancias”; al reducir los costes, ha hecho posible el cambio de la producción de

pequeñas unidades a la producción en gran escala, que resulta mucho más económica

debido a que se puede explotar las economías de escala.

La característica clave de una decisión económica reside en que implica una elección

sobre la base de la comparación del coste y del beneficio.

Derecho.

La actividad económica funciona dentro de las condiciones impuestas por el hombre, la

más importante de estas condiciones es la ley que gobierna la propiedad.

En un país democrático la mayor parte de la propiedad es privada; un sistema de

mercados competitivos y la iniciativa privada es la base de su estructura. La ley que

gobierna la formación y conducta de las empresas es la segunda; la de contratos es la

tercera.

La organización industrial ha mantenido sus mercados en una situación más competitiva

de lo que hubiera sido en su ausencia. Además hoy en día en los mercados existe un

cambio de actitud con respecto a la economía pues esta ha dado lugar a una nueva

legislación anti-monopolio.

Psicología

La forma en que los hombres reaccionan a las condiciones cambiantes, las dificultades y

las oportunidades, afectaran sus decisiones económicas.

Los hombres a menudo actúan impulsivamente, quizá contra sus propios intereses, o

con un espíritu público quizá igualmente opuesto a sus propios intereses personales, los

hombres actúan para satisfacer ciertos objetivos con preferencia a otros, es decir, que

poseen una “escala de preferencias” que gobierna sus elecciones.

Lógica

La economía sigue los métodos lógicos de razonamiento que se emplean en todas las

ciencias “empíricas”, es decir, aquellos basados en la experimentación.

La proposición particular describe la causa de la ocurrencia, y la predicción específica o

deducción describe el efecto. Todas las ciencias empíricas son así sistemas de hipótesis

de lo que es posible obtener una visión del mundo mediante la deducción pura.

Page 17: LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

La economía intenta establecer proposiciones que sean universalmente aplicables y que

sean capaces de explicar la realidad y susceptibles de verificación.

Las leyes de la economía proporcionan una guía para la política indicando la dirección

que pueden tomar las consecuencias no esperadas de las acciones.

Matemática, Estadísticas

La economía se interesa por las cantidades, o mejor, por sus cambios en el margen.

El leguaje y las técnicas de la matemática avanzada son de gran utilidad para el

razonamiento deductivo, aunque su empleo en economía pueda obligar a algún

economista a sacrificar la claridad en aras de la elegancia, e ir demasiado lejos al hacer

suposiciones que, aunque ciertas sobre el papel, son irrelevantes a fines prácticos.

La estadística es utilizada cada vez en mayor grado por el economista; representa para él

un sustituto de los experimentos controlados que no puede llevar a cabo debido a la

imposibilidad de aislar los fenómenos sociales. Estas categorías no sólo afectan al

empleo y la demanda, sino también se influencian entre sí.

Política, Sociología, Ética

La política es la ciencia que estudia las relaciones entre los ciudadanos y el estado. La

sociología es la ciencia que estudia los grupos de la sociedad humana. La ética es la

ciencia de la naturaleza moral de carácter y comportamiento humano.

La economía es una ciencia behaviorista (del comportamiento), y no una ciencia

normativa. La esencia de la economía reside en la explicación del fenómeno del valor.

Esto corresponde a la sociología, la política, o la ética. Políticamente o moralmente

puede ser deseable que todos los hombres estén plenamente ocupados.

Estos son juicios de valor que se ocupa únicamente por las causas y repercusiones del

sobre-empleo o el sub empleo.

Economia – Derecho

La actividad económica funciona dentro

de las condiciones impuestas por el hombre, la más importante de estas condiciones es

Page 18: LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

la ley que gobierna la propiedad. En un país democrático la mayor parte de la propiedad

es privada; un sistema de mercados competitivos y la iniciativa privada es la base de su

estructura. La ley que gobierna la formación y conducta de las empresas es la segunda;

la de contratos es la tercera. La organización industrial ha mantenido sus mercados en

una situación más competitiva de lo que hubiera sido en su ausencia. Además hoy en día

en los mercados existe un cambio de actitud con respecto a la economía pues esta ha

dado lugar a una nueva legislación anti-monopolio.

Economia – Psicologia

La forma en que los hombres reaccionan a las condiciones cambiantes, las dificultades y

las oportunidades, afectaran sus decisiones económicas. Los hombres a menudo actúan

impulsivamente, quizá contra sus propios intereses, o con un espíritu público quizá

igualmente opuesto a sus propios intereses personales, los hombres actúan para

satisfacer ciertos objetivos con preferencia a otros, es decir, que poseen una “escala de

preferencias” que gobierna sus elecciones. El análisis económico hace uso de modelos

en los que se supone que los hombres compran en el mercado más barato y venden en él

más caro. Suponer que los hombres son altruistas irracionales está todavía mas lejos de

la verdad que suponer que son egoístas racionales.

Economia – Matematicas, Estadisticas

La economía se interesa por las cantidades, o mejor, por sus cambios en el margen. El

leguaje y las técnicas de la matemática avanzada son de gran utilidad para el

razonamiento deductivo, aunque su empleo en economía pueda obligar a algún

economista a sacrificar la claridad en aras de la elegancia, e ir demasiado lejos al hacer

suposiciones que, aunque ciertas sobre el papel, son irrelevantes a fines prácticos.

Economia – Politica, Sociología y Etica

La política es la ciencia que estudia las relaciones entre los ciudadanos y el estado. La

sociología es la ciencia que estudia los grupos de la sociedad humana. La ética es la

ciencia de la naturaleza moral de carácter y comportamiento humano.

La economía es una ciencia behaviorista (del comportamiento), y no una ciencia

normativa. La esencia de la economía reside en la explicación del fenómeno del valor.

Esto corresponde a la sociología, la política, o la ética. Políticamente o moralmente

puede ser deseable que todos los hombres estén plenamente ocupados.

Estos son juicios de valor que se ocupa únicamente por las causas y repercusiones del

sobre-empleo o el sub.-empleo.

Page 19: LA ECONOMÍA COMO CIENCIA

Economia – Historia

La economía como estudio de la humanidad en el aspecto de la vida comercial tiene su

contrapartida en la historia económica que describe el desarrollo de la agricultura, de la

industria, los transportes, la banca, etc. Este enfoque de los estudios explica, por

ejemplo, los inventos de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, no como un

desarrollo técnico sino sobre sus efectos sobre la oferta y demanda de los factores de

producción que entraron en su fabricación y la oferta y demanda de bienes y servicios a

que dieron lugar.

Economia – Tecnologia

Relaciona al hombre con su medio físico, tanto el mundo natural como las

modificaciones llevadas a cabo por los científicos.

La explotación de los inventos en los dos últimos siglos ha transformado las relaciones

económicas, y así, por ejemplo, la revolución de los transportes “ha aniquilado las

distancias”; al reducir los costes, ha hecho posible el cambio de la producción de

pequeñas unidades a la producción en gran escala, que resulta mucho más económica

debido a que se puede explotar las economías de escala.

La característica clave de una decisión económica reside en que implica una elección

sobre la base de la comparación del coste y del beneficio.

Aunque los criterios económicos normalmente predominan sobre los criterios técnicos,

corrientemente toman un lugar secundario frente a otros criterios.

Objeto de la Economía El objeto de la Economía lo constituyen los bienes y servicios que conjugan las modalidades de ser escasos y útiles para satisfacer necesidades. La tarea de transmutar la naturaleza humana no debe confundirse con la de manejarla" señaló acertadamente Keynes, el economista que quizá con mayor lucidez aprehendió el carácter real, profundo, de su disciplina, en su Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero. Ahí, el autor fue inequívoco en cuanto a la asunción de la economía como doctrina de la conducción, la guía, la orientación y dosificación, el gobierno, el control de los hilos —y en ningún caso discurso de ilustración, iluminación o mejoramiento de las almas. La reflexión keynesiana, dedicada a tratar "del sistema económico en conjunto y de lograr la ocupación óptima de todos los recursos del sistema", fue caracterizada precisamente por su creador, como un "arte práctico

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de gobernar". La economía es, pues, desde siempre pero con especial agudeza después de Keynes y hasta nuestros días, un discurso y una práctica de la gobernabilidad: del manejo de los hombres y sus conductas; del encuadramiento, tasación y predicción de sus acciones, del disciplinar. No es obvio, sin embargo, por qué y cómo las teorías económicas constituyen, o aún pueden constituir, un dispositivo de control, ya que, en su base —en su "fundamento", se hubiera dicho en otro tiempo— pareciera estar vedada esa posibilidad, toda vez que los sujetos de lo económico, los actores de la teoría, deleznables como pudieran ser a veces desde una perspectiva moral, son racionales: cumplen en todo momento con la "Ley de la Demanda" (consumen hasta que su utilidad marginal iguala a sus costos marginales), calculan y persiguen, siempre, lo que les conviene. ¿Por qué sería necesario —ya que son tales los sujetos que la economía autopostula para sí, para llevarse a efecto ella misma— conducir a esas entidades, gobernarlas, guiarlas a algún sitio y constituir una teoría para eso? ¿Cómo se construye y justifica la teoría de la gobernabilidad que la economía es? ¿A qué se dirige, cómo opera? El mercado, núcleo central de las teorías económicas, puede ser visto como un entramado de comportamientos. En cierto sentido, ha observado Robert Heilbroner, lo mercantil no es otra cosa que la manera en que los individuos actúan. En la forma de un diálogo imaginario expone el autor en El Capitalismo del Siglo XXI:

Metodología de Análisis El análisis económico estudia el uso eficiente de recursos limitados para satisfacer las necesidades de los individuos, la empresa o la sociedad. Los gerentes y profesionales de negocio usan información económica para tomar decisiones y distribuir los recursos de la empresa de una manera que maximice los beneficios a sus inversionistas. El análisis económico ayuda la gerencia a entender su posición competitiva y el entorno en el que opera. Les permite identificar las variables claves que pueden afectar el negocio y utilizar dicha información para planificar el crecimiento futuro de la empresa. Los gobiernos también utilizan el análisis económico para la formulación de política publica y el manejo del crecimiento económico. Es sumamente importante que los gerentes entiendan las implicaciones de la política gubernamental para su organización en particular y la economía en general

Economia Del Ecuador - Presentation Transcript

1. VISION GENERAL SECTORES DE LA ECONOMIA EL ESTADO EN LA ECONOMIA ECONOMIA DEL ECUADOR

2. INTRODUCCION El Ecuador es un país que sufre las consecuencias del subdesarrollo. bd ll Su economía es poco diversa y relativamente pequeña. Tiene una alta concentración del ingreso en pocas manos. Es un país diverso y variado.

3. TAMAÑO El indicador utilizado para medir el tamaño de la economía de un país es el PIB (Producto Interno Bruto). El PIB es un agregado monetario que permite prever la producción neta anual de un país. La herramienta con la que se calcula el PIB es el llamado sistemas de cuentas nacionales que en Ecuador es manejado nacionales, por el Banco Central del Ecuador. El PIB solo permite calcular el ingreso monetario

4. ESTRUCTURA S C El PIB no solamente ofrece una idea de las dimensiones de una economía cualquiera. Por estructura nos referimos al peso relativo que tiene cada sector de la economía. La t t t ld l l L estructura actual del PIB es el resultado d l cambios i d id por l lt d de los bi inducidos la producción petrolera en la economía nacional. En los últimos años se nota una recuperación de la importancia económica de la agricultura. Otra manera de ver la estructura económica del Ecuador es considerar lo que se puede llamar el “sector primario” de la economía.

5. La economía tiene como objetivo brindar mejoras y mas amplios medios para poder cubrir sus necesidades básicas o elementales. elementales Una manera de percibir si la economía de un país cumple con ese objetivo es observar las estadísticas sobre el empleo empleo. Uno de los elementos más

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drásticos y contradictorios del subdesarrollo es el trabajo infantil. La mayor parte de la población infantil trabajadora se encuentra en el campo, en las áreas rurales. El trabajo infantil es un resultado de las formas de organización del trabajo productivo en sociedades campesinas. Si estos niños no estudian, es más probable que l d t iñ t di á b bl las desventajas t j con las que nacieron se prolonguen muchos años más.

6. Sector Externo La ecuatoriana ha sido una economía tradicionalmente abierta al exterior. La apertura al mercado mundial incluye todas las economías, pero a diferentes ritmos. La evolución de las exportaciones y las importaciones ecuatorianas nos permiten calcular la balanza comercial del Ecuador Ecuador. Si exportaciones > importaciones = superávit Comercial. Si exportaciones < importaciones = déficit Comercial. A partir del 2005 se produce un aumento del valor de las exportaciones gracias a ella el país vuelve a tener un superávit en su balanza comercial.

7. EL SECTOR PRIMARIO INDUSTRIAS COMERCIO Y SERVICIOS EL SECTOR FINANCIERO 8. Agricultura y ganadería El sector agropecuario es relevante para la economía nacional. Hubo un proceso

de enorme importancia conocido como la Reforma Agraria. En todas las regiones se caracterizaron por la expansión de la frontera agropecuaria y de intensificación productiva. En la sierra en la actualidad la expansión de la frontera agropecuaria solo es posible en las zonas de vertiente de la cordillera. Se cambio en la estructura de la tenencia de la tierra. La nueva legislación abrió el paso a un activo mercado de tierras que transformo la estructura de la propiedad rural.

9. LAS PESQUERIAS Las exportaciones del pescado fresco y de productos elaborados del mar superaron los 300000000 de dólares en los últimos anos del 90. Las pesquerías industriales más grandes son las que capturaron dif t ti d diferentes tipos de sardina , macarena y las que se ocupan d l pesca di l de la del atún. Desde el punto de vista del volumen de capturas la flota sardinera a mostrado evolución. Estas pesquerías están más reguladas a nivel internacional. internacional Gracias a estas medidas las pesquerías industriales de atún se han mantenido. Paralelamente existen pesquerías artesanales que son mucho menos relevantes.

10. Minería y petróleo La trascendencia económica de la minería en el país es bastante reducida, el único producto de exportación es el oro. Parte de este aparente abandono se debe a sus altísimos impactos ambientales y a los conflictos de tenencia de la tierra. En contraposición la exportación del petróleo al momento es el producto de mayor trascendencia. Pequeña industria y artesanías Se cree que la mayoría de las empresas existentes son pequeñas y que no tiene registro en la Superintendencia de Compañías. Estas pequeñas empresas g p q p generan la mayor p y parte del empleo urbano, p , aunque reciben una parte muy pequeña de la riqueza nacional.

11. Turismo Se considera que el turismo es el cuarto reglón de ingreso de divisas en el Ecuador. El turismo internacional ha crecido notablemente en los últimos tiempos.p Sin duda el atractivo turístico internacional del país son las islas Galápagos. Electricidad En 1997 el sector residencial consumía el 41.5% (1.871.200 hogares) de la producción eléctrica nacional, mientras el sector industrial el 26% (22.000 clientes comerciales y 25 700 industriales) 25.700 industriales). De esta manera el Ecuador se ubica entre los países de menor consumo por habitante en América Latina. Esto se debe al bajo nivel de industrialización del j país. Comercio Toda actividad productiva desemboca en el comercio. A lo largo de los años las actividades comerciales vienen aportando al Producto Interno Bruto.

12. Instituciones Financieras I tit i Fi i Una de las características sobresalientes de la economía contemporánea es la importancia económica creciente del sector financiero. fi i Originalmente el sector financiero se encargaba de la intermediación en la circulación del dinero. Sin embargo en el mundo contemporáneo la diversificación de las operaciones financieras ha alcanzado una gran complejidad.

13. Ingresos y Gastos del Estado Ingresos Las ventas del petróleo y sus combustibles derivados El endeudamiento publico Los impuestos internos El petróleo es un recurso no renovable y la alta dependencia estatal respecto a su venta vuelve muy vulnerable al Estado ecuatoriano. Gastos El gasto en deuda externa ha sido el principal rubro durante toda la década, situándose entre un tercio y casi la mitad de todo el gasto publico nacional. Mientras tanto el gasto social (educación salud y sector agropecuario) ha (educación, tendido a decrecer.

14. La economía de Ecuador es la octava más grande de América Latina. L ti Se distingue p ser uno de los p g por países más intervencionistas y donde la generación de riqueza es una de las más complicadas. Existen diferencias importantes del ingreso donde el 20% de la población más rica posee el 54.3% de la riqueza y el 91% de las tierras productivas. Por otro lado, el 20% de la población más pobre apenas tiene acceso al 4.2% de la riqueza y tiene en propiedad sólo el 0.1% de la tierra tierra. Existe cierta estabilidad económica pero con bases débiles y de forma forzosa. f f

15. Ecuador está ubicado geográficamente en la línea ecuatorial lo cual le permite tener un clima estable con las consecuencias positivas para el sector agrícola t í l Posee petróleo en cantidades que si bien no lo ubican como un país con g p grandes reservas, , tiene suficientes para su desarrollo. Tiene importantes reservas ecológicas y turísticas en cuyo aprovechamiento puede estar el sustento para el progreso.

16. El Ecuador realizó negociaciones para la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, con una fuerte oposición de los movimientos sociales ecuatorianos. Se ha logrado la extensión de las Preferencias Arancelarias Andinas (ATPDEA) hasta febrero del 2008. Pertenecer a Comunidad Andina de Naciones Asociado de Mercosur Organización Mundial del Comercio (OMC) Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Banco Mundial Fondo Monetario Internacional (FMI) Corporación Andina de Fomento (CAF), y otros organismos multilaterales.

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17. En el 2007 se creó la Unión de Naciones Sudamericanas 2007, (UNASUR), con sede en Quito, y cuyo primer Secretario General es el ex Presidente ecuatoriano Rodrigo Borja g j Cevallos. También se ha estado negociando la creación del Banco del Sur, con seis otras naciones sudamericanas.

18. HISTORIA La explotación del petróleo, elevó la producción por encima de los 85 millones de barriles al año y sus reservas se calculan en unos 280 millones de barriles. El petróleo representa el 40% de las exportaciones y contribuye a mantener una balanza comercial positiva. El PIB se ha duplicado entre 1999 y el 2006, alcanzando los 4.466 dólares h d li d t l 2006 l d l 4 466 dól proyectados para 2006 (en paridad de poder de compra; en términos nominales, se aproxima a los 3.000 dólares per cápita). Ecuador es un importante exportador de bananas, de flores, y el octavo productor mundial de cacao. Es significativa también su producción de camarón, caña de azúcar, arroz, algodón, maíz y café. Su riqueza maderera comprende grandes extensiones de eucalipto , manglar manglar, pinos, cedros, nogales, romerillo y madera balsa, en la cuenca hidrográfica del Guayas.

19. INDUSTRIA DEL SOFTWARE El Ecuador es un gran exportador de software en Latinoamérica. g p Mientras que en el 2005 el número de empresas que fabricaban software en el país era de 222, para el 2008 se calcula que habrá más de 250 y el número sigue aumentando aumentando. Esta industria empleaba en el 2007 aproximadamente unas 8.500 personas. Mientras en el 2005 la industria facturó 62 millones de dólares, en el 2007 fue más del doble y se ubicó en 130 millones de dólares. Cobiscorp es una empresa con 55 años en el mercado, exporta su producto estrella, Cobis, a 15 países de América Latina. Cobis es un sistema de automatización de bancos. Gestor vende a 8 países un software que tiene características únicas en la rama de administración de fideicomisos y fondos de inversión. Agrosoft, en cambio, vende a República Dominicana, Costa Rica y otros países de América Central, un software para administrar bananeras.

Objetivo De La Economia

Objetivo De La EconomiaObjetivo de Estudio de la Economía El objetivo de la Economía es estudiar la correcta distribución de los recursos escasos para satisfacer las necesidades del ser humano. En otras palabras, analiza la relación entre los recursos, que son de caracter limitado y las necesidades, que son de carácter ilimitado. Economía para los Filósofos La economía, para Aristóteles, es la ciencia que se ocupa de la manera en que se administran unos recursos o el empleo de los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos. Su objeto de estudio es la actividad humana y, por tanto, es una ciencia social. Las ciencias sociales se diferencian de las ciencias puras o naturales en que sus afirmaciones no pueden refutarse o convalidarse mediante un experimento en laboratorio y, por tanto, usan una diferente modalidad del método científico. De acá su complejidad y alto nivel de imprecisión, valiéndose de las aproximaciones o por lo menos definiendo la tendencia en el comportamiento de las variables económicas, es arriesgado aventurarse a predecir con una precisión cercana al 100%, el sujeto de estudio "el sujeto económico" es altamente dinámico y an de lo que "debe ser", son propias de la economía normativa y, como tales, no pueden probarse. La economía se mueve constantemente entre ambos polos. La ciencia económica está siempre justificada por el deseo humano de satisfacer sus propios fines. Este aspecto de la definición propuesta por Robbins es discutible y probablemente es el

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que menos se ha desarrollado en toda la historia del análisis económico salvo, acaso, por la Escuela Austríaca y especialmente para la producción de otros bienes y servicios. Este concepto de coste, más allá del puro concepto monetario, es propio de los economistas y se conoce como coste de oportunidad. Para asignar los recursos debe existir un criterio que permita comenzar a realizar las pruebas sociales y económicas.