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LA ECONOMIA NACIONAL A LO LARGO DE LA EXISTENCIA DEL BANCO CENTRAL 1.- Los cambios cuantitativos más importantes. 2.- El sector petrolero y el desarrollo industrial venezolano. 1. Los cambios cuantitativos más importantes Los primeros treinta y cinco años del presente siglo se caracterizaron para la nación venezolana: en lo económi- co, por una situación de estancamiento; en lo demográfi- co, por una población con poco crecimiento; en 10 social, por la virtual ausencia de una clase media; y, en lo político, por un régimen dictatorial. Ciertamente, con el cambio político que se inicia en 1936 es cuando la nación empezó a incorporarse al progreso y se establecieron las bases para la transformación económica que ocurriría posteriormen- te. La creación del Banco Central de Venezuela tiene lugar en esta nueva etapa del país. Durante estos últimos cincuenta años, la economía venezolana registrado cambios cuantitativos y cualitati- vos de importancia concretados en la adopción de deter- minadas políticas y en la transformación y surgimiento de nuevas instituciones. Por otra parte, los acontecimientos que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial pusie- ron en evidencia las .limitaciones de nuestro aparato pro- ductivo interno y consolidó al sector petrolero como el factor dinamizador por excelencia de nuestra economía, con lo cual se produjo un proceso de expansión económí- 67

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LA ECONOMIA NACIONAL A LO LARGO DELA EXISTENCIA DEL BANCO CENTRAL

1.- Los cambios cuantitativos más importantes. 2.- El sector petrolero yel desarrollo industrial venezolano.

1. Los cambios cuantitativos más importantes

Los primeros treinta y cinco años del presente siglo secaracterizaron para la nación venezolana: en lo económi­co, por una situación de estancamiento; en lo demográfi­co, por una población con poco crecimiento; en 10 social,por la virtual ausencia de una clase media; y, en lo político,por un régimen dictatorial. Ciertamente, con el cambiopolítico que se inicia en 1936 es cuando la nación empezóa incorporarse al progreso y se establecieron las bases parala transformación económica que ocurriría posteriormen­te. La creación del Banco Central de Venezuela tiene lugaren esta nueva etapa del país.

Durante estos últimos cincuenta años, la economíavenezolana ~a registrado cambios cuantitativos y cualitati­vos de importancia concretados en la adopción de deter­minadas políticas y en la transformación y surgimiento denuevas instituciones. Por otra parte, los acontecimientosque ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial pusie­ron en evidencia las .limitaciones de nuestro aparato pro­ductivo interno y consolidó al sector petrolero como elfactor dinamizador por excelencia de nuestra economía,con lo cual se produjo un proceso de expansión económí-

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ca que indujo a profundos cambios institucionales, socia­les y políticos, dentro de un marco de agudos contrastes.

1.1. Indicadores demográficos y sociales

En el año 1936 se realizó un censo, el cual si bien con­tenía una amplia información sobre aspectos demográfi­cos y sociales no estaba exento de deficiencias. En este or­den de ideas, un estudio del Banco Central sobre el ingresonacional, expresó:

[ ... ] si hacemos una comparación de la población activa en elcenso de 1936 con la población activa del censo de 1941, se ha­ce evidente que aquél no fue completo [ ... ] (Ingreso Nacionalen Venezuela. Banco Central de Venezuela, 1941, pg. 56).

De acuerdo a 10antes indicado, tomaremos como basede comparación la información contenida en el censo de1941, la cual registra que para ese año la población del paísalcanzaba la cifra de 3.851.000 habitantes, en comparacióna la: de 1989, estimada en 19.245.521 habitantes, 10 cualrepresenta una tasa de crecimiento interanual de 4,0%. Es­te elevado crecimiento demográfico se ha debido a la coin­cidencia de una alta tasa de natalidad, una constante dismi­nución de la tasa de mortalidad y saldos positivos en losmovimientos migratorios. De particular importancia fue lafuerte corriente migratoria ocurrida durante los años de laguerra y postguerra, fundamentalmente la proveniente depaíses de Europa Occidental.

Por su parte, como resultado del alto crecimiento de­mográfico, la estructura de la población venezolana porgrupo de edades se ha concentrado fuertemente entre ni­ños y jóvenes. Para 1941 el 51,3% de la población teníamenos de 20 años y para 1989 este porcentaje se estima en48,8%. De esta circunstancia se derivan aspectos positivosy también algunos negativos, especialmente en lo que se

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refiere a la satisfacción de un conjunto de necesidades sa­nitarias, educacionales y de empleo, entre otras.

En relación a su distribución geográfica, la poblaciónha mostrado una fuerte tendencia a concentrarse en las zo­nas urbanas, lo cual ha producido problemas económicos ysociales de importancia. De acuerdo a lo antes señalado,mientras para 1941 el 31% de la población habitaba en elmedio urbano, para 1989 este porcentaje era de 83%.

Paralelamente a la situación anterior, también hanocurrido cambios en la distribución de la población activapor sectores económicos y áreas de actividad. Ha disminui­do el porcentaje de la población ocupada en el sector pri­mario de la economía, de 53% en 1941 al 13% para 1989.Ha aumentado el porcentaje ocupado en el sector tercia­rio, de 18% en 1941 a 54% en 1989; mientras que esta pro­porción se ha mantenido relativamente estable en el casodel sector secundario, en alrededor de 20%, registrándosepara 1989 el 26%.

Por su parte, como resultado de los mayores ingresosde estos años, se observa una constante mejoría en las con­diciones educacionales y sanitarias del país, de forma talque el índice de analfabetismo descendió de 57% para1941 a 9% para 1989, mientras que la tasa de mortalidad seredujo de 16,4 por mil a 4,4 por mil habitantes.

1.2. Ingreso nacional y producción

A mediado de los años cuarenta el Departamento de Esta­dística e Investigaciones Económicas del Banco Central deVenezuela emprendió un estudio del producto e ingreso na­cionales que contó con la ayuda del Departamento de Comer­cio de los Estados Unidos. Para tal propósito se encomendó

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como técnico encargado del proyecto al señor Gerald Alter,quien llegó a Venezuela en 1946. De esta forma, el BancoCentral estableció dentro del Departamento de Investigacio­nes Económicas una sección del Ingreso Nacional, inicial­mente dirigida por el mencionado Dr. Alter. Se procedió aadoptar las medidas necesarias para elaborar una base firmeque fundamentara sólidamente los cálculos futuros a realizar­se sobre el ingreso y productos nacionales y se formó un comi­té con el fin de realizar, bajo la Dirección General de Estadísti­ca, un sistema común de clasificación industrial para el uso detodas la dependencias; en este comité participaron por el Ban­co Central Ernesto Peltzer y Bernardo Ferrán.

Como fruto del esfuerzo realizado, el Banco Centralinició la publicación de las Cuentas Nacionales, disponié­dose de información sistemática de estas variables a partirdel año 1950. De acuerdo a estas estimaciones, para 1936el Ingreso Nacional era de Bs. 1.500 millones y para 1950ese mismo Ingreso fue Bs. 8.607 millones y se estima supe­ró los Bs. 141.000 millones en 1989. No obstante las dis­torsiones que se originan como efecto de los cambios rea­lizados en la metodología de cálculo de las cuentasnacionales, las cifras anteriores determinan una tasa pro­medio de crecimiento interanual de 7,2%.

Por su parte, la producción realizada dentro del terri­torio nacional, a precios del año 1968, ha crecido duranteel período 1950-1989 a una tasa promedio anual de 4,1 % alpasar de Bs. 14.054 millones en 1950 a un monto estimadode Bs. 70.700 millones en 1989.

En cuanto a la distribución sectorial de este producto,se observa la enorme influencia de las actividades extracti­vas en la formación del Producto Territorial, 10 cual cons­tituye una de las características fundamentales de nuestra

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economía. A lo largo del período considerado, el Productogenerado por el sector petrolero, en términos reales, ha es­tado por encima de 20%.

Desde el punto de vista de los cambios ocurridos enlas participaciones de los sectores productivos en la forma­ción de la producción real, se observa una tendencia al des­censo en el caso del sector petrolero, aumento gradual enlas actividades manufactureras y de servicios, mantenién­dose prácticamente sin variaciones las del sector agrícola.A título ilustrativo y no obstante las distorsiones que se de­rivan de los cambios ocurridos en los años base, para 1950(año base 1957 = 100) el sector petrolero representabacerca de 30% del PTB de ese año, las actividades agrícolas8%, la industria manufacturera 10%, construcción 6% yotras actividades 46%; para 1989 (año base 1984 = 100)estas participaciones eran 22%, 6%, 14%, 4% Y 54%,respectivamente.

El descenso que se observa en el caso del sector petro­lero, se encuentra directamente vinculado a los cambiosocurridos durante esos años en la legislación sobre estamateria, en el marco de las relaciones del Estado con lascompañías concesionarias y en el mercado internacionalde hidrocarburos, todo lo cual se ha traducido en mejoresprecios y menores volúmenes de extracción.

Por su parte, la mayor participación que registra laproducción del sector industrial se encuentra determinadapor el mayor desarrollo que ha venido mostrando la indus­tria manufacturera venezolana. En este sentido, la nacien­te industria nacional si bien se vio favorecida por la eleva­da capacidad para importar de que dispuso el país, lo cualle permitió obtener el abastecimiento necesario de insu­mos y de bienes de capital, igualmente, se vio adversamen­te afectada por la competencia de manufacturas extranje-

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ras. Esta última circunstancia constituyó el argumentofundamental que motivó la adopción de una serie de medi­das proteccionistas que se acentuaron durante los añoscincuenta y sesenta cuando se puso en práctica la políticade sustitución de importaciones.

1.3. Consumo y formación de capital

Como resultado de los mayores recursos petroleros, laeconomía mostró un vigoroso crecimiento el cual se viointerrumpido en la década de los años 80. A lo largo del pe­ríodo 1950-1979 los gastos de consumo crecieron a una ta­sa anual superior a la de la población, aumentando consi­guientemente el consumo por habitante. Esta situacióncontrasta con la evolución que muestra esta variable du­rante la década de los ochenta, en la que el consumo realpor habitante se ha contraído.

Por otra parte, la abundancia de recursos procedentesdel sector petrolero permitió que paralelamente al aumen­to que registró el consumo privado, se mantuviera una ele­vada tasa de inversión. Efectivamente, durante la décadade los cincuenta la tasa de inversión se mantuvo por enci­ma de 25% y aun cuando descendió durante la década delos sesenta, en los años setenta registró un notable aumen­to, particularmente a mediados de ese decenio, cuando laabundancia de recursos financieros producto de los au­mentos de precios petroleros permitió una enorme expan­sión de la inversión interna, tanto pública como privada.

1.4. Cuentas externas

Es indudable que la evolución de las principales varia­bles económicas ha estado vinculada a la dinámica del sec­tor petrolero el cual ha sido el principal sustento de loscambios ocurridos en la economía venezolana, en razón de

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su elevada productividad fiscal y generación de divisas. Eneste sentido, en Venezuela subsiste aún hoy en día la carac­terística de la gran mayoría de los países de la América La­tina en los cuales las exportaciones dependen en granmedida de un solo renglón cuyas ventas externas se en­cuentran a su vez concentradas en un limitado mercadode compradores.

Ciertamente, resulta típico de la economía venezolanasu carácter monoexportador centrado en el sector petrole­ro. Este ha dotado al país de elevados ingresos de divisas locual le ha permitido el financiamiento de sus transaccionesinternacionales, el mantenimiento de un elevado volumende importaciones de bienes y servicios, así como la salidade capitales, cumplir con la cancelación de sus compromi­sos externos y acumular un monto importante de reservasinternacionales. Esta situación hizo posible mantener unrégimen de completa convertibilidad de nuestra moneda,con excepción de algunos años en la década de los cuaren­ta y los comprendidos entre los períodos 1960-1964 y1983-1988, cuando se impusieron restricciones cambiaríascon el propósito de proteger nuestras cuentas externas.

En general, durante estos cincuenta años nuestrabalanza de pagos ha presentado rasgos que le soncaracterísticos:

- Una cuenta de mercancías que con muy pocos añosde excepción (1977, 1978 Y1988) ha sido positiva; este sal­do activo de la cuenta de mercancías ha estado fundamen­tado en los ingresos por exportaciones petroleras, los cua­les han permitido financiar un volumen creciente deimportaciones.

- Una cuenta de servicios siempre pasiva y cuyo saldoadverso normalmente ha sido cubierto con los excedentes

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de la cuenta de mercancía. La situación referida cambió apartir de 1982 ante los elevados montos que ha tenido quecancelar el país al exterior por concepto de intereses dedeuda externa.

- A 10 largo de estos últimos cincuenta años, la cuen­ta de capitales ha presentado resultados de distintos sig­nos, dependiendo de la dirección en la cual se han orienta­do los movimientos de capitales especulativos, de lainversión extranjera, de los ingresos por concepto de prés­tamos externos al sector público y privado; y, pagos poramortización de la deuda externa.

Desde 1982, año en el cual hizo crisis el problema dela deuda externa mexicana, ha sido muy limitada la conce­sión de nuevos préstamos por la banca internacional,mientras que las erogaciones por concepto del servicio dela deuda externa se han incrementado sustancialmente, locual ha coincidido con que los ingresos por exportacionespetroleras se han visto reducidos. Durante el período1984-1988 el servicio de la deuda externa alcanzó la-cifrade U.S.$ 25.800 millones, monto que representó cerca del50% de nuestros ingresos por exportaciones petroleras.

Para 1940, las exportaciones del país alcanzaban la ci­fra de U.S.$ 278 millones, de éstas 94% correspondían aexportaciones petroleras, las importaciones se situaban enU.S.$ 98 millones y las reservas internacionales del BancoCentral de Venezuela en U.S.$ 31 millones. Para 1989, lasexportaciones alcanzan la cifra de U.S.S 12.049 millones,las importaciones U.S.$ 7.500 millones y las reservas inter­nacionales del BCV en U.S.$ 7.411 millones.

1.5. Finanzas públicas

La circunstancia de que el Estado venezolano sea elprincipal beneficiario de los ingresos provenientes del sec-

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tor petrolero, de acuerdo al principio heredado de la anti­gua legislación española, según el cual la propiedad de lasminas y de la riqueza del subsuelo corresponden al Estado,ha traído como resultado que la gestión fiscal en Venezue­la tenga primordial importancia, no sólo por el cuantiosovolumen del gasto público, sino también porque a travésdel mismo el Estado ejerce una importante función distri­buidora de los recursos obtenidos del sector petrolero alresto de la economía, propiciando con ello el robusteci­miento de determinados sectores y áreas de la actividadeconómica.

Desde que se inició la explotación petrolera en el paíslos ingresos corrientes fiscales han crecido de forma inin­terrumpida, debido tanto a la cuantía de los ingresos deri­vados de la producción petrolera, como a la creciente par­ticipación del Fisco en los beneficios de la industria; locual, por otra parte, ha permitido mantener una presióntributaria interna relativamente baja. De esta situación sehan d.erivado aspectos positivos para el país, ya que ello hahecho posible lograr elevadas tasas de crecimiento con po­co sacrificio por parte de la población. Sin embargo, estacircunstancia también ha determinado una estructura eco­nómica altamente vulnerable y dependiente de elementosexógenos a nuestra economía.

La evolución de los ingresos ordinarios fiscales reflejalas circunstancias antes aludidas, ya que su expansión haestado vinculada principalmente a los beneficios proce­dentes de la actividad petrolera y a la creciente participa­ción del fisco en estos ingresos. En efecto, en 1940 los in­gresos corrientes del Gobierno Central alcanzaron la cifrade Bs. 329 millones y mantuvieron un crecimiento sosteni­do durante los treinta años siguientes, situándose para1970 en Bs. 10.252 millones. A mitad de la década de los

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setenta los ingresos ordínarlns fiscales registraron un au­mento sin precedentes, alcanzando para 1974 la cifra deBs.42.800 millones, para 1981 aumentaron a Bs.94.865millones y para 1989 se situaron en Bs. 293.878 millones.De esta cifra 74% correspondió a ingresos procedentes delsector petrolero.

Por otra parte, durante el período comprendido entre1940 y 1955 los ingresos extraordinarios del fisco se man­tuvieron a niveles muy moderados, observándose a partirde 1956 un aumento sostenido originado, por una parte,en el otorgamiento de nuevas concesiones petroleras enlos años 1956 y 1957 y, por la otra, por la concurrencia sis­temática y creciente al crédito público, fundamentalmenteexterno.

En efecto, después de los problemas confrontados porVenezuela con su deuda externa a principios de este siglo,que provocaron el bloqueo impuesto en 1902 por Inglate­rra, Alemania e Italia, el gobierno del general]uan VicenteGómez canceló la deuda externa venezolana y el país novolvió a recurrir por muchos años al endeudamiento ex­terno ni interno. La política de endeudamiento internorealmente se reinicia a partir de 1952, mientras que la deendeudamiento externo se hace a partir de 1957 yen for­ma definitiva a partir de 1960, ante la baja que mostrarondurante ese año los ingresos procedentes del sector petro­lero, lo cual incidió adversamente en las recaudaciones fis­cales y en las reservas internacionales; esta últimas se vie­ron asimismo afectadas por las salidas de capital que seprodujeron durante esos años ante las expectativas negati­vas que surgieron en relación a las tasas de cambio y a lanueva situación política del país. No obstante lo antes in­dicado, durante los años de la dictadura se hizo un uso en­cubierto de la fuentes externas de financiamiento, median-

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te negociaciones en el mercado internacional de títulosemitidos internamente.

La primera parte de la década de los sesenta presentóniveles de endeudamiento público relativamente modera­dos, acusando incluso disminuciones durante los años1962, 1963 Y1964. Sin embargo, durante la segunda partede ese decenio y en especial a partir de 1967 se observa unincremento sustancial en los niveles de endeudamiento.Ciertamente, mientras que en el período 1960-1968 ladeuda pública venezolana representó en promedio 6% delPTB, esa participación aumentó a 10% en 1969 y para1970 era de 12%. Paralelamente a este mayor endeuda­miento público se observó un crecimiento sostenido enlos compromisos de los entes descentralizados y ya para fi­nes de 1969 la deuda indirecta participaba del 61 % del to­tal. Igualmente se manifestó un aumento en la importan­cia del endeudamiento externo, fundamentalmente elrealizado por los entes descentralizados.

Con el decenio de los setenta se inicia un período deaceleración en la contratación de la deuda pública, espe­cialmente externa. A partir de 1973, los ingresos y gastosfiscales se incrementan violentamente. La abundancia derecursos financieros impulsó al sector público a acometergrandes proyectos de inversión de prolongados períodosde gestación y elevado componente importado bajo elconvencimiento de que los precios reales de petróleo con­tinuarían aumentando sostenidamente. Sin embargo, conposterioridad a 1974 los ingresos petroleros no mostraronesta tendencia, con excepción temporal del período 1980­1981 por el conflicto armado en el Medio Oriente.

A partir del año 1976 se inicia una nueva etapa de en­deudamiento, en la medida que los gastos de las empresaspúblicas excedían sus ingresos la diferencia era cubierta

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con empréstitos y dadas las limitaciones del mercado inter­no, este endeudamiento se realizó principalmente en el ex­terior. A su vez, la legislación entonces vigente en materiade crédito público facilitaba el endeudamiento de cortoplazo de los entes descentralizados, para 10 cual se recurríafundamentalmente al mercado externo ante la agresivapolítica de colocación de la banca internacional, la cualconfiaba plenamente en la capacidad de pago de los paísespetroleros, como el nuestro, y facilitaba este tipo de en­deudamiento sin el aval y a veces sin el conocimiento delGobierno Central. Esta situación explica el explosivo cre­cimiento de la deuda externa de corto plazo durante la se­gunda parte de la década de los setenta y principios de losochenta. El mismo hecho de que estos endeudamientos decorto plazo no estuvieran registrados como deuda públicadificultaba la supervisión y control del endeudamiento delos entes estatales, oscureciendo la interpretación de las ci­fras y mostrando subestimaciones de importancia.

Frente al panorama anterior, en el año 1981 se refor­mó la Ley Orgánica de Crédito Público con el propósito delimitar el endeudamiento a corto plazo de los entes des­centralizados y se promulgó la Ley de Refinanciamientopara la Reconversión y Consolidación de la Deuda de Cor­to Plazo. Se estimaba que para ese año la deuda externa decorto plazo alcanzaba una cifra similar a la deuda externacontratada según la Ley Orgánica de Crédito Público.

Para dar una idea de la situación que imperaba en rela­ción al endeudamiento externo, según los estudios inicia­les realizados con motivo de la renegociación de la deudapública externa, se estima que para fines de 1982 la mismaalcanzaba la cifra de U.S.$ 26.690 millones, que 40%(U.S.$ 10.825 millones) era de corto plazo y que 49%(U.S.$ 13.005 millones) vencía durante 1983. En relación alos entes acreedores, cerca de 94% de esta deuda externa

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se concentraba en la banca comercial, mientras que los or­ganismos multilaterales de financiamiento participaban enun porcentaje minoritario, resultado del hecho de que lasagencias financieras multilaterales como el Banco Mundialhabían suspendido los créditos a los países exportadoresde petróleo y por las ventajosas condiciones que ofrecía labanca internacional a estas mismas naciones. En referenciaa los entes deudores se estimaba que la deuda externa di­recta, o con garantía del gobierno central, representaba el43% restante, mientras que la deuda sin garantía, contrata­da por los entes públicos no financieros representaba 34%y los institutos financieros estatales (BIV, BANAP, BAN­DAGRO) mantenían el 23% restante. Posteriormente,nuevos cálculos determinaron que para el cierre del año1983 el saldo total de la deuda pública externa alcanzaba lacifra de U.S.$ 27.500 millones.

Subsiguientemente, el Presidente, Jaime Lusinchi,anunció al país el refinanciamiento de U.S.$ 20.750 millo­nes de la deuda pública externa venezolana en términos ta­les que durante el quinquenio 1984-1988 el país se vioobligado a cancelar por concepto de servicio de la deudaexterna, una cifra cercana a los U.S.$ 26.000 millones, locual representó cerca de 50% de las exportaciones petrole­ras de ese quinquenio.

En forma simultánea con el aumento operado en losingresos fiscales se ha incrementado el gasto público y haaumentado el área de acción del Estado. La,expansión delsector público en todos los ámbitos de la vida económicadel país ha sido uno de los aspectos distintivos de las finan­zas públicas venezolanas durante este medio siglo. Dentrode este contexto, ha sido de particular importancia la ex­pansión del dominio empresarial del Estado, la cual ha res­pondido a diferentes razones, concretada en la presenciaestatal en áreas tan diversas como la hotelera, bancaria,

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eléctrica, comercio, agrícola y pecuaria, la petrolera yminera.

Con los recursos financieros generados por la explota­ción de la riqueza del subsuelo, el Estado venezolano iniciósus actividades empresariales. En este sentido, un antece­dente remoto 10 constituyó la creación del Arsenal Navalde Puerto Cabello en 1905, actual Compañía Diques y As­tilleros Nacionales. A esta primera experiencia se sumaronposteriormente el establecimiento del Banco Agrícola yPecuario y el Banco Obrero durante el año 1928. Este pro­ceso de crecimiento del ámbito estatal continuó durantelos años siguientes.

En la década de los cincuenta se intensificó con lasobras de la siderúrgica, la electrificación del Caroní y la pe­troquímica. No obstante, fue en la década de los setentacuando se observó la mayor expansión del sector públicoempresarial, ya que como resultado de los más altosingresos fiscales procedentes del sector petrolero se aco­metió un agresivo plan de inversiones con la formulacióndel V Plan de la Nación. Este plan contempló la ejecuciónde obras tales como el Plan IV de SIDOR, la ampliación delas instalaciones de generación eléctrica en el río Caroní, laPlanta Centro y el Desarrollo Uribante-Caparo de CADA­FE, las ampliaciones de ALCASA y VENALUM y la crea­ción de numerosas empresas industriales y fondos de fi­nanciamiento. Asimismo, se creó el Fondo de Inversionesde Venezuela, con la triple finalidad de: segregar del circu­lante interno parte de los nuevos recursos; financiar elcomponente importado de los proyectos correspondientesa los sectores básicos de la producción; y, cubrir un amplioprograma de cooperación financiera internacional. Enigual sentido, en 1974 se nacionalizó la explotación de mi­neral de hierro y en 1975 se adoptó la decisión de que el

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Estado asumiera el control de la industria y comercio delos hidrocarburos.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar el fra­caso del sector privado en el manejo de ciertas empresascomo otra de las causas que ha influido en la expansión deldominio estatal empresarial, situación que se ha registradoparticularmente en el ámbito bancario.

1.6. Sistema financiero y circulación monetaria

Aun cuando el tema referente al sistema financiero se­rá objeto de posteriores comentarios, no podemos dejarde mencionar los grandes cambios registrados como con­secuencia del desarrollo económico ocurrido durante es­tos años. De un sistema financiero limitado a un pequeñonúmero de bancos comerciales, algunos de ellos autoriza­dos para emitir billetes, se pasó a un sistema integral conun Banco Central como gran ente rector; la Superinten­dencia de Bancos, como institución de supervisión y con­trol; el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Ban­caria, como institución de amparo a los ahorristas y deapoyo al sistema bancario; una banca comercial caracteri­zada por un considerable número de institutos, cada unode ellos con una gran cantidad de oficinas; una banca hipo­tecaria inexistente hasta 1958; así como un apreciable nú­mero de otras empresas financieras tales como las socieda­des financieras, las sociedades de capitalización, lascompañías de seguro, las empresas arrendadoras, las insti­tuciones de crédito gubernamental y las entidades de aho­rro y préstamo.

La expansión financiera antes señalada ha sido parti­cularmente intensa en el caso de los bancos comerciales,los cuales han aumentado sus depósitos de Bs, 217 millo­nes en 1940 a Bs. 358.478 millones para 1989 y sus coloca-

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ciones e inversiones superan para 1989 la cifra deBs. 280.800 millones.

A su vez, el país cuenta con una banca hipotecaria, es­pecializada en el financiamiento de la industria de la cons­trucción y actividades conexas. Para fines de 1989 las cap­taciones de la banca hipotecaria se aproximaban a losBs.59.000 millones y su cartera de préstamos a losBs.43.400 millones.

Por su parte, el Sistema Nacional de Ahorro y Présta­mo, orientado a la captación de ahorros para el financia­miento de la vivienda, cuenta en la actualidad con un mon­to de ahorros captados que supera los Bs. 32.700 millonesde bolívares.

En igual forma las sociedades financieras, cuyo saldode captaciones para 1989 alcanzó una cifra superior a losBs. 66.200 millones.

La política gubernamental de contribuir a la diversifi­cación de la producción, se ha venido implementando enel campo crediticio mediante organizaciones especializa­das que suplen financiamiento a largo, mediano y cortoplazo, para fines industriales, agrícolas u otros propósitos.En este sentido podemos mencionar, entre otros: el BancoIndustrial de Venezuela, fundado en 1937; la CorporaciónVenezolana de Fomento, creada en el año 1946 y hoy díaen proceso de liquidación; el Instituto de Crédito Agrícolay Pecuario; el Banco de Desarrollo Agropecuario, creadoen 1967; la Corporación de Desarrollo a la Pequeña y Me­diana Industria; el Fondo de Financiamiento de las Expor­taciones; el Fondo de Desarrollo Urbano; y, los fondos deCrédito Agropecuario y el de Crédito Industrial, todos es­tablecidos en la década de los años 70.

En cuanto a la liquidez monetaria se refiere, cierta­mente, el mayor crecimiento económico del país y el au-

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mento de la población han determinado una mayor necesi­dad de medios de pago. De esta forma la liquidez en poderdel público ha aumentado de Bs. 271 millones en 1941 aBs. 446.667 millones en 1989. Además del aumento abso­luto registrado en la liquidez han ocurrido cambios en sucomposición, se ha intensificado el uso del cheque comomedio de pago y asimismo, se ha hecho de uso corriente lautilización de instrumentos financieros y nuevas modalida­des de captación y asistencia crediticia, algunas de las cua­les eran inexistentes a principios de los cuarenta, entre loscuales están los certificados de ahorro, los fondos de acti­vos líquidos y de participación, las mesas de dinero y lastarjetas de crédito, sin dejar de mencionar la importanciaque tuvo la cédula hipotecaria durante las décadas de lossesenta y setenta.

Por otra parte, con el objeto de facilitar la cancelaciónde los saldos interbancarios, el 15 de abril de 1941 se esta­bleció en Caracas la primera Cámara de Compensación y lecorrespondió al Banco Central su operatividad. Posterior­mente, en 1945 inició sus operaciones la de ~aracaibo, ini­cialmente con sede en la sucursal del Banco de Venezuelaen esa ciudad y hoy día en la sucursal del Banco Central deVenezuela en esa localidad. Para la fecha operan 21 cáma­ras de compensación distribuidas en el territorio nacional.

Es de hacer notar que en contraste con la rápida ex­pansión mostrada por el sistema financiero institucional,el desarrollo del mercado de capitales ha sido sustancial­mente menor, no obstante los esfuerzos realizados para sufortalecimiento. En 1947 se creó la Bolsa de Comercio deCaracas y en 1958 la Bolsa de Comercio del Estado Miran­da, la cual posteriormente se fusionó con la primera; y, enel año 1973 se promulgó la Ley del Mercado de Capitales lacual contempló la creación de la Comisión Nacional deValores.

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1.7. Precios

Antes del año 1936 no existían índices numéricos de. los precios en Venezuela y fue en ese año cuando el Dr.

Ramón Tello, entonces Director de Economía y Finanzasdel Ministerio de Hacienda, elaboró un primer intento deíndice de precios al por mayor. Posteriormente, la Direc­ción de Estadísticas del Ministerio de Fomento bajo la con­ducción del profesor José Antonio Vandellós realizó unprimer intento de índice de precios venezolanos al por ma­yor con base en el año 1913, el cual incluía el promedioaritmético simple de 45 artículos. Establecido el BancoCentral de Venezuela, inició la elaboración y publicaciónde un índice de precios al por mayor, con base en el año1938, a objeto de tomar en consideración los cambios ocu­rridos en la estructura económica venezolana y, particular­mente, la influencia del sector petrolero. Este índice pon­derado incluía 65 artículos, de acuerdo a los precios decontado vigentes en Caracas. Años después el Banco Cen­tral elaboró un nuevo índice de precios al por mayor quesustituyó al antiguo .con base en el año 1968.

Por su parte y en relación al índice del costo de la vida,fue en el año 1951 cuando el Banco Central inició los pri­meros cálculos tentativos sobre esta materia.

El análisis de los índices mencionados señala que sibien durante el período de postguerra la mayoría de lospaíses en desarrollo y, particularmente los de América La­tina, acusaron alzas significativas en sus niveles de infla­ción, en el mismo lapso Venezuela experimentó un com­portamiento similar al de las economías altamanenteindustrializadas caracterizado por una gran estabilidad e!llos precios. La causa fundamental de este fenómeno puedeatribuirse a la alta disponibilidad de recursos externos conlos que contó la nación, lo cual conjuntamente con la so­brevaluación del bolívar permitió que el país pudiera abas-

tecerse de artículos más baratos procedentes del exteriorcomplementando así la insuficiencia de la producción in­terna. Por otra parte, desde el punto de vista monetario, elsignificativo volumen de importaciones actuaba como unelemento moderador del crecimiento del circulante, yaque las emisiones del Banco Central volvían rápidamente alas taquillas del Instituto a través de las compras de divisaspor parte del público. Un proceso de estabilización del cir­culante muy distinto a aquél dirigido hacia la remesade capitales.

Posteriormente, durante el decenio de los años sesen­ta con motivo del acentuado proceso de sustitución de im­portaciones de bienes de consumo y de la devaluación queexperimentó el bolívar durante el lapso de 1960-1964, seprodujeron alzas de precios en los artículos de consumo yen rubros tales como maquinarias, equipos y materias pri­mas procedentes del exterior, lo que incidió moderada­mente sobre los precios internos.

No obstante 10antes dicho, fue a partir de la década delos setenta, particularmente a mediados de la misma, cuan­do se observó un aumento de importancia en los preciosinternos, el cual estuvo determinado por una serie de fac­tores de carácter externo así como en otros de tipo inter­no. En cuanto a los primeros, podría mencionarse el efectode la inflación importada por las mayores presiones infla­cionarias que registraron durante esos años los países in­dustrializados y por nuestra alta dependencia del exteriortanto en el caso de materias primas como de productosmanufacturados y bienes de consumo. Al factor antes se­ñalado habría que añadir la revaluación que experimenta­ron las monedas de una serie de países europeos y el]apónmientras que, por el contrario, la moneda norteamericanamostró indicios de debilidad frente a 10cual el bolívar vir­tualmente no registró alteraciones.

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A estas razones de genuino carácter externo habríaque añadir una, que si bien es de competencia nuestra, fueadoptada en razón de compromisos externos, el cambio enla estructura del arancel de aduana que de específico pasóe ad-ualorem, lo que significó que los bienes que se importa­ban tenían que liquidarse en base al precio de adquisiciónexterno más los costos de transporte y de seguro, y no enrelación a su peso como era la modalidad anteriormen­te predominante.

Como resultado del conjunto de elementos anterioresel índice de precios al por mayor de bienes importadosacusó una tasa promedio de crecimiento de 4,5% duranteel lapso 1960-1970, mientras que para el período 1970­1973 su aumento fue de 7,7%, con la particularidad de queeh el año 1974 el incremento fue de 16%.

En relación a las causas de origen interno se encuentrael marcado desbalance que se produjo entre la oferta y de­manda internas ante la rigidez de la primera, lo cual moti­vó que la producción de una serie de renglones básicospermaneciera relativamente estancada frente a un pronun­ciado incremento en la demanda interna. Por su parte,también estuvieron presentes elementos de tipo moneta­rio que favorecieron la expansión de la demanda domésti­ca. En efecto, durante esos años la liquidez monetaria cre­ció a una tasa muy superior a la del producto territorialbruto, lo cual en parte fue el reflejo de los cuantiosos re­cursos de que dispuso el Estado por el alza de los preciosdel petróleo que ocurrió durante esa etapa, además de queen el mismo campo financiero ciertos factores, entre ellosla reforma de la Ley General de Bancos en 1974 elevó lapotencialidad de endeudamiento de la banca respecto a sucapital pagado y reservas, contribuyendo a la expansióndel crédito bancario y consecuentemente en el acrecenta­miento de la liquidez.

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Para fines de la década de los setenta el mercado pe­trolero dio muestras de una marcada debilidad, situaciónque se ha mantenido a 10 largo del decenio de los ochentasalvo algunos años de excepción, tales como 1979 y 1980.La inestabilidad y general tendencia al deterioro del mer­cado petrolero, conjuntamente con situaciones relaciona­das con la deuda externa, su forma de contratación y pago,hicieron necesaria la adopción de medidas cambiarias quehan encarecido sustancialmente las importaciones y ha de­terminado en buenaparte la inflación característica duran­te la década de los ochenta. No obstante 10 antes dicho, losprecios internos se han visto también afectados por laadopción de algunas medidas, tales como las implementa­das durante los años 1979-1980, cuando se aplicaron polí­ticas de liberación de precios y aumentos compulsivos enlos sueldos y salarios. Igualmente, la reciente implementa­ción del programa de gobierno del Presidente Carlos An­drés Pérez, en concordancia con el Fondo Monetario In­ternacional, ha aumentado los precios de los bienes yservicios ofrecidos por las empresas públicas y ha tendidoa una liberación de precios internos y tiene como objetivoelevar a niveles internacionales los precios de aquellos pro­ductos comercializables en el mercado foráneo.

2. El sector petrolero y el desarrollo industrial venezolano

En la sección anterior hemos mostrado los cambioscuantitativos más relevantes que ha mostrado la economíavenezolana durante estos cincuenta años. Para esa épocaVenezuela era un país agrícola y pastoril, con una econo­mía de tipo primitivo basada en el café, el cacao y la gana­dería, a pesar de que la producción petrolera comenzaba aadquirir importancia. Con el objeto de ubicar la economíavenezolana en las distintas etapas de desarrollo según losmodelos teóricos concebidos para este fin, Alfredo Macha­do Gómez -en un ensayo publicado en 1966 por el Banco

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Central de Venezuela, con motivo de celebrar los veinti­cinco años del Instituto- utilizó el esquema de análisis deRostow, según el cual se divide la historia del crecimientoeconómico en etapas y se cataloga el grado de evolucióneconómica y social de los países en: la sociedad tradicional,el período de transición y el despegue. De acuerdo al análi­sis realizado por Alfredo Machado en su oportunidad, lasociedad tradicional en Venezuela correspondía al lapsocomprendido entre el final de la dominación española y lamuerte de Gómez; el período de transición lo ubicó entreel final de la dictadura gomecista y el año 1940, cuando secrean instituciones como el Banco Central, concluyendoque la Venezuela de esos momentos se encontraba en laetapa del despegue, a partir de la cual puede una economíaalcanzar un crecimiento autosostenido e impulsado porsus propios medios.

El Dr. Ernesto Peltzer complementó el esquema ante­rior con el análisis del modelo de Karl Buecher, represen­tante de la escuela histórica alemana, el cual distingue en­tre la economía casera autosuficiente tradicional; laeconomía territorial, con un núcleo urbano como centrode comercialización; y, la economía nacional y la suprana­cional o mundial. De acuerdo a este esquema -expuso elDr. Peltzer- en el caso de Venezuela no se pasa de unaeconomía territorial a una nacional, sino que la economíamundial mediante la explotación petrolera se inserta ennuestro medio antes de que las distintas regiones económi­cas se hubieran integrado en una economía nacional. Deesta forma el país se incorpora a la economía mundial através de la exportación petrolera sin que previamente sehubiera producido una integración nacional propiamen­te dicha.

2.1. El sector petrolero

La historia de Venezuela durante el presente siglo haestado íntimamente ligada a la explotación de los recursos

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del subsuelo. La actividad extractiva, particularmente lapetrolera, ha sido causa fundamental de las transformacio­nes experimentadas en el país, en razón de su elevada pro­ductividad fiscal, en la generación de divisas y en los saldosactivos de la balanza de pagos, así como por su contribu­ción directa a la inversión interna y por el efecto multipli­cador que de ella se ha derivado. El volumen de la produc­ción de petróleo, los precios de ese combustible, losincrementos en la participación fiscal de su explotación yla forma como se han canalizado estos recursos, marcanetapas en el crecimiento de las magnitudes reales y mone­tarias del país.

Para 1940 la producción se situaba ya en un promediode 500.000 barriles diarios, el precio promedio por barrilera de un dólar y la nación percibía alrededor de veintecentavos de dólar por barril.

Durante estos últimos cincuenta años, múltiples fac­tores tanto de orden interno como externos han influidoen la evoluci6n de la actividad petrolera. Entre los prime­ros se encuentran los cambios ocurridos en la legislaciónpetrolera y en la normativa que regula las relaciones delEstado con las empresas petroleras. En efecto, la década delos años cuarenta se inicia con un cambio de importanciaen el tratamiento fiscal de la industria petrolera venezola­na, al promulgarse en 1942 la Ley de Impuesto sobre laRenta yen 1943 la reforma a la Ley de Hidrocarburos. Am­bas iniciativas fueron acometidas durante el gobierno delPresidente Isaías Medina Angarita en un marco internacio­nal favorable, como fue la intensificación de la demandapetrolera provocada por la Segunda Guerra Mundial e, in­ternamente, apoyada por la firme voluntad del gobierno yde la oposición de obtener una mayor participación del Es­tado en la explotación de sus hidrocarburos. Con la pro­mulgación de la Ley de Impuesto sobre la Renta se creó el

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instrumento esencial que años más tarde daría sus frutos abase de sucesivas enmiendas a su concepción y tarifas.

La promulgación de esta nueva Ley de Hidrocarburospor el Presidente Medina Angarita ocasionó un interesantedebate público, comprensible si se piensa en la trascenden­cia que este instrumento jurídico tuvo para la economíanacional. El 13 de marzo entró en vigencia esta ley, la cualfue calificada por el entonces Ministro de Fomento, Euge­nio Mendoza, como creadora de "nuestra independenciaeconómica" y por la oposición como "ley-convenio". Enprincipio, hubo reconocimiento a ciertas ventajas, tantode orden económico como jurídico, que se derivaban parala nación de la nueva ley. Entre éstas se citaron la conver­sión y unificación del régimen legal aplicable a todas lasconcesiones petroleras; la elevación de la regalía desde unoctavo a una sexta parte del volumen del petróleo extraí­do o su equivalente en valor; el reconocimiento del trans­porte por oleoductos como un servicio público; la acepta­ción del principio de que el Estado ha de ejercer unapermanente vigilancia y control de las operaciones de losconcesionarios; la eliminación de la cláusula de exonera­ción al pago de los derechos de aduana contenida en loscontratos; y se logró que los concesionarios se obligaran arefinar localmente una décima parte del petróleo extraído.Frente a este conjunto numeroso de ventajas, una minoríaunificada del Congreso Nacional, encabezada por el enton­ces diputado Juan Pablo Pérez Alfonzo, salvó su voto alaprobarse la reforma a esta ley por considerar que las ven­tajas que con ella obtenían las empresas petroleras supera­ban a las que se derivaban para la Nación. Como argumen­tos en contra de la Ley se aducía, entre otros, que seotorgaba a los concesionarios al momento de la conver­sión un saneamiento total a los vicios que pudieran tenersus concesiones, renunciando así a cualquier reciamo que

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el Estado pudiera tener contra los concesionarios y, porotra parte, tampoco se lograba lo que se consideraba unamejor distribución de los ingresos obtenidos por las em­presas productoras respecto a las percibidas por el Estado.Igualmente, en base a la nueva Ley se otorgaron numero­sas concesiones y se extendió la vigencia de las existenteshasta por cuarenta años adicionales.

En octubre de 1945, con el advenimiento de un nuevorégimen político en el país se iniciaron acciones encamina­das a acrecentar la paticipación fiscal en la producción pe­trolera. La. primera de ellas fue el cobro de un impuestoextraordinario a quienes en ese año hubieran obtenido en­riquecimientos netos superiores a Bs.800.000. Según elDr. Carlos D'Ascoli, Ministro de Hacienda de la época, eseimpuesto fue pagado en un 82% por la industria petrolera.Posteriormente, en 1947, se estableció un impuesto adi­cional que aseguraba al fisco una participación mínimaigual a las utilidades obtenidas por las empresas. De estaforma se cobró por vez primera el llamado impuesto del50-50, mitad-mitad o fifty-fifty, basado en la filosofía deque el Estado y las empresas petroleras deberían compartirbeneficios por igual. Esta modalidad impositiva, incorpo­rada definitivamente al Impuesto sobre la Renta en refor­ma parcial hecha en septiembre de 1948, tuvo el mérito deser una iniciativa ingeniosa y novedosa para la época, apli­cada y mejorada posteriormente en el escala internacionaly nacional.

En 1958 se modificó nuevamente la Ley de Impuestosobre la Renta y se aumentó la participación del Estado enla renta petrolera hasta situarla en 60%. Posteriormente, yante la pesunción de que la integración internacional de laindustria petrolera favorecía la manipulación de sus pre­cios en perjuicio de las recaudaciones fiscales, el Gobierno

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Nacional formuló algunos reparos a las declaraciones im­positivas de las petroleras. El éxito de esta gestión condujoa que en 1966 el Ejecutivo Nacional fijara unilateralmentelos precios de referencia que sirven de base a fines decálculo del Impuesto sobre la Renta. Esta última reformaha sido la base para la fijación de nuevos precios y de loscuantiosos ingresos recaudados del sector petrolero en losúltimos años.

Por otra parte, desde el año 1960 el Gobierno Nacio­nal ratificó una política ya delineada en 1945 -inte­rrumpida a fines de la década de los cincuenta por el régi­men de la época- de no otorgar nuevas concesiones y secomenzaron a estudiar las modalidades sustitutivas de estemecanismo. En 1967, a través de una reforma de la Ley deHidrocarburos se consagró que el Estado podría realizarexplotaciones de este tipo de combustible en forma direc­ta, o a través de la Corporación Venezolana del Petróleo omediante contratos de servicios suscritos en esta última,modalidad sustitutiva del antiguo régimen de concesiones.Las bases mínimas de estos contratos fueron aprobadospor el Congreso Nacional en 1970. Surgió para la épocauna seria preocupación sobre los mecanismos que habríande adoptarse para continuar el desarrollo de la industriapetrolera una vez expiradas las concesiones en explota­ción. Esta materia fue intensamente debatida en los círcu­los económicos y políticos; y comenzó a esbozarse la posi­bilidad de una nacionalización.

En el año de 1972 se promulgó la Ley de Bienes Afee­tos a la Reversión en las Concesiones de Hidrocarburos,con el objeto de asegurar que al restituir las concesionesde hidrocarburos a la nación, éstas se encontrasen en satis­factorio estado de funcionamiento para garantizar la conti­nuidad de su explotación en condiciones eficientes. Dicha

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Ley reglamentó y precisó la forma cómo habrían de rever­tir las distintas concesiones a la Nación. Asimismo, con mi­ras a obtener la máxima garantía al respecto, se estipulóque los concesionarios de hidrocarburos deberían consti­tuir un fondo a depositar en el Banco Central hasta alcan­zar el I 0% del costo aceptado por la Administración de Im­puesto sobre la Renta para los fines de depreciación de losactivos sujetos a reversión. Se estableció, igualmente, quelos recursos así depositados sólo podrían ser utilizados pa­ra inversiones financieras hechas mediante acuerdo con elEjecutivo Nacional en las actividades económicas que éstedeterminare, en títulos de la deuda pública o en valores ca­paces de contribuir al desarrollo económico del país.

En agosto de 1975 el Presidente Carlos Andrés Pérezpromulgó la Ley Orgánica que Reserva al Estado el Co­mercio y la Industria de Hidrocarburos, por medio de lacual todas las fases de la industria petrolera quedaban acargo de la Nación y se eliminó el régimen de concesiones.Previamente, el Gobierno Nacional había designado unacomisi6n representativa de todos los sectores políticos yecon6micos a fin de elaborar las bases de este proceso denacionalizaci6n, fundamentalmente con la idea de lograrun consenso que sirviera de apoyo a tan trascendental de­cisión. Una vez promulgada la Ley se hizo una oferta for­mal de indemnización a las empresas petroleras que opera­ban en el país por un monto superior a los cuatro milmillones de bolívares, parte en efectivo y parte en bonosde la deuda pública. Comenz6 un proceso de negociacio­nes sobre las modalidades de indemnización, traspaso alEstado de los distintos activos pertenecientes a las empre­sas concesionarias, así como de los inventarios de petró­leo, el cual culminó satisfactoriamente. Asimismo, secrearon varias empresas operadoras que continuarían rea­lizando la explotación del petróleo, bajo la coordinaci6n

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de una casa matriz denominada Petróleos de VenezuelaS.A. De este modo concluyó un período de explotaciónpetrolera en el país por parte de empresas extranjeras quetuvo una duración de alrededor de sesenta años y se inicióuna nueva etapa en nuestra historia económica.

Al igual de los factores internos que hemos menciona­do y que han sido determinantes de la evolución de la in­dustria petrolera venezolana durante este medio siglo, enel campo internacional han ocurrido también una serie deacontecimientos que han influído en forma importantísi­ma en el desarrollo de este sector.

Ciertamente, la creciente necesidad de petróleo parafines bélicos ocasionada por la Segunda Guerra Mundialimpulsó la producción y exportación del crudo venezola­no. Este proceso de expansión de la industria petroleracontinuó durante los años de inmediata postguerra conmotivo del esfuerzo realizado por la naciones afectadaspor la guerra en reconstruir sus economías. De esta formadurante toda esta etapa, podría decirse que hasta 1955, lademanda de petróleo excedía la oferta de este producto enel mercado internacional y con ello sus precios manteníanuna tendencia alcista, situación que por otra parte se agu­dizaba ante el control que mantenía un grupo reducido deempresas sobre el mercado internacional.

Para 1955 empieza a observarse un crecimiento en lademanda mundial de hidrocarburos, inferior a la oferta yse inicia un proceso de debilitamiento en el mercado pe­trolero, situación que se ve interrumpida en 1956 cuandosurge la crisis del canal de Suez. Solucionada esta crisis,continúa el debilitamiento del mercado por la incorpora­ción de nuevas áreas petroleras especialmente en Africa yMedio Oriente; la incorporación de la Unión Soviética al

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mercado de vendedores; la búsqueda de productos energé­ticos sustitutivos; y la aparición de nuevas técnicas de refi­nación y comercialización. El conjunto de factores antesmencionado contribuyó a que la producción superara poruna amplio margen la oferta de hidrocarburos.

Como respuesta a la situación descrita y en la búsque­da de una solución a la tendencia contractiva que reflejabael mercado, en 1960 se creó la Organización de Países Ex­portadores de Petróleo (OPEP), la cual ha constituido lamás exitosa organización creada hasta ahora para la defen­sa de los precios de una materia prima y que respondió, engran parte, a una iniciativa de nuestro país y cuyo voceroprincipal fue el Dr. Juan Pablo Pérez Alfonzo, Ministro deFomento en el gobierno de la Junta Revolucionaria y en elde Gallegos, Ministro de Minas e Hidrocarburos en el go­bierno del Presidente Betancourt y artífice de la OPEP. Larevista Tbe Economist calificó a esta organización como "elmás exitoso cártel conocido en la historia económica so­bre distribución de un solo producto". La idea general im­plícita en esta organización fue la de evitar el deterioroque venían experimentando los precios del crudo y pro­ductos refinados, en razón de que para esa época la capaci­dad de producción de petróleo se encontraba por encimade la demanda mundial y, además, porque debido a razo­nes de conservación interesaba moderar la producción deeste importante recurso agotable, utilizado en forma irra­cional como resultado de sus bajos precios.

En opinión de un calificado banquero europeo que vi­sitó a Venezuela en la segunda mitad de la década delos setenta:

... la crisis energética tuvo la virtud de crear conciencia, paralos países industrializados, de que dependían más de lo quecreían del abastecimiento foráneo de algunas materias primasbásicas, entre ellas el petróleo.

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La situación antes descrita se tradujo en un aumentosin precedente en los ingresos y consecuentemente en losgastos del fisco nacional, 10cual provocó llamadas de aler­ta de ilustres venezolanos entre los cuales se contaba el Dr.Juan Pablo Pérez Alfonzo. Una de las mayores preocupa­ciones de este último, era la de que esos mayores ingresospodrían causar grandes daños por 10 elevado de sus pro­porciones; señalaba el despilfarro que afectaba a la nacióny la peligrosa tendencia que se había seguido en estesentido.

2.2. El desarrollo industrial venezolano

Puede afirmarse que el proceso de industrializaciónvenezolano se inicia con el final de la dictadura del generalJuan Vicente Gómez, al impulso de la libertad política y dela libre discusión de los problemas fundamentales delpaís.

Por otra parte, las circunstancias que se derivaron dela crisis económica de los años treinta, cuando los princi­pales países industrializados adoptaron medidas marcada­mente proteccionistas, determinaron que la mayoría de lospaíses latinoamericanos aplicaran políticas de crecimiento"hacia adentro", tomando como base de sustentación sumercado interno. Sin embargo, tal como ha sido señaladopor diversos autores, no podría hablarse en esta etapa ini­cial de un proceso de industrialización explícito e inten­cional. En el caso venezolano, los elevados recursos en di­visas disponibles para el país desde que se inicia la llamadaera petrolera, hicieron menos perentorio la exigencia deuna agresiva política de sustitución de importaciones. A suvez, esta circunstancia explica en gran medida nuestro re­traso en este proceso, cuando para la época ya varias nacio­nes de América Latina habían avanzado considerablemen-

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te en el campo de la sustitución de importaciones; tal eranlos casos de México, Argentina y Brasil, y, en menor gradode Chile, Colombia y Perú.

No obstante lo antes dicho, para el año 1936 el Dr. Ar­turo Uslar Pietri había mencionado una frase que recoge elsentir de muchos venezolanos de la época, la de "sembrarel petróleo". De esta forma, en 1938, en su discurso conocasión de instalar la Escuela Libre de Ciencias Económi­cas y Sociales en la Universidad Central de Venezuela, elDr. Uslar Pietri afirmó:

La riqueza del Estado y nuestra economía toda depende hoy,en proporción formidable, del petróleo. El petróleo no es niuna cosecha ni una renta, sino el consumo continuo de un capi­tal depositado por la naturaleza en el subsuelo. Todo capitalque se consume y no se reproduce tiene un término. Ese térmi­no de la riqueza petrolera, de la que estamos viviendo, es la mástrágica interrogación que surge en el panorama de nuestro fu­turo económico y social.

La gran labor es la de aprovechar la riqueza transitoria y decre­ciente de las minas para transformarla en vqueza producti­va ...

Los primeros diez años que siguen a la muerte de Gó­mez corresponden a los gobiernos presididos por los gene­rales López Contreras y Medina Angarita. Le toca al pri­mero la ardua labor de organizar la nueva estructuraadministrativa y de orientación en el área económica, seiniciaron los primeros censos: industrial, agrícola y pecua­rio, fue creado el Instituto Nacional de Estadística y en1937 se fundó el Banco Industrial de Venezuela. Por suparte, el presidente Medina Angarita asume el poder en1941, en plena efervescencia de la Segunda Guerra Mun­dial. Este acontecimiento histórico tuvo profundas reper­cusiones en la economía venezolana. Por una parte,aumentó la demanda de combustible y con ello se acrecen-

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taron los ingresos externos y la capacidad financiera de lanación; por otra parte, se creo la conciencia de que era ne­cesario crear fuentes de abastecimento interno, especial­mente de manufacturas, con lo cual se hizo evidente la ne­cesidad de impulsar al sector industrial.

El pensamiento de la época en relación a la situaciónantes señalada se evidencia en la afirmación que hiciera eneste sentido el Dr. José Antonio Mayobre:

... la guerra europea ha venido a poner de bulto, aún para losmás ciegos, el carácter evidentemente deformado y peligrosode la economía venezolana. Ha venido a demostrar cómo es deinestable la situación en un país que depende en su mayor par­te de una industria extractiva extranjera y que ha dejado pere­cer sus fuentes propias de producción ... Estamos frente a undilema: producir o perecer ... (1941)

A los numerosos tropiezos propios del inicio de un es­fuerzo de esta naturaleza, comunes a la mayoría de los paí­ses en desarrollo, como son la escasez de capital, tecnolo­gía y mano de obra especializada, se sumaron otrasdificultades específicas, como lo fue el Tratado de Reci­procidad Comercial con los Estados Unidos suscrito en elaño de 1939, posteriormente denunciado formalmentepor Venezuela en 1972 durante la Administración del Pre­sidente Rafael Caldera.

En igual sentido, durante años fue tema de grandescontroversias los posibles efectos adversos de la industria­lización del país, en especial durante el lapso que prevale­ció el tipo de cambio de Bs. 3,35 por dólar. Se argumenta­ba que el extraordinario aflujo de divisas procedentes delsector petrolero al ser monetizados distorsionaba los cos­tos y precios de la producción nacional y dificultaba la in­dustrialización, lo cual aunado a la sobrevaluación de lamoneda, resultado de esta misma situación, hacía difícil las

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posibilidades de éxito de aquellas industrias orientadas pa­ra el mercado externo y la producción para el abas­tecimiento interno. Este argumento fue sostenido por dis­tinguidos venezolanos como el Dr. Alberto Adriani,Ministro de Agricultura del general López Contreras quienafirmaba:

Es mi opinión que el alto cambio de nuestra moneda es la causaque más ha contribuido últimamente a empeorar la situaciónde nuestra agricultura y de nuestra industria... (AlbertoAdriani. Fragmento de carta al Sr. Rodolfo A. Auvert, 1935).

Señalamientos en el mismo sentido lo hicieron perso­nas como el ya mencionado José Antonio Mayobre. Sinembargo, otros estudiosos en la materia económica comofuera el caso del Dr. Ernesto Peltzer, sostenía que el aflujode divisas petroleras no había afectado negativamente laindustria manufacturera nacional, sino que, en su primerafase, había reemplazado las divisas no petroleras en el co­mercio exterior de nuestra economía, tradicionalmenteexportadora y que, por el contrario, creó las condiciones

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favorables al aumento del consumo y de la producción delas industrias manufactureras. Asimismo, sostenía el Dr.Peltzer que una política formulada con el objeto de redu­cir los efectos de la explotación petrolera sobre la estruc­tura de nuestra producción interna debería tratar delimitar dicha actividad en sí y no realizar tan solo manipu­laciones del tipo de cambio y -concluyó- que la devalua­ción provocaría un proceso inflacionario, al final del cualse establecería aproximadamente la misma relación entreel poder adquisitivo interno y externo existente antes de ladevaluación.

Ciertamente, durante el gobierno del general MedinaAngarita se hicieron meritorios esfuerzos para estimular laindustria doméstica. En 1943 se creó la Junta de Fomento

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a la Producción, con la función de distribuir recursos pú­blicos para proyectos industriales y agrícolas; en 1946 seCreó la Corporación Venezolana de Fomento, con el pro­pósito de promover la industrialización y el Estado aplicóuna serie de restricciones a la libre importación con el ob­jeto de proteger la industria existente, entonces muy pre­sionada por el Tratado Comercial con los Estados Unidos,al que ya hemos hecho referencia.

El conjunto de circunstancias históricas y económicasantes descrito; la toma de conciencia de que el país debíaacrecentar su base industrial; las decisiones políticas a lasque hemos aludido; la expansión del mercado interno aconsecuencia de los mayores recursos financieros con quecontaba la población por efecto de los mayores ingresospetroleros, el crecimiento más acelerado de la población yel estímulo de fa migración europea al país, conformaronlas bases del impulso hacia la industrialización que se hizosentir en el país para fines de la década de los cuarenta.

Este impulso industrial continuó durante la dictaduradel general Marcos Pérez Jiménez y el país empezó a cen­trar su atención en la región de Guayaría. En este sentidose recuerda un trabajo realizado en 1952 por Milo Perkins,quien fuera asesor del presidente Roosevelt, bajo el títuloPrincipios de AccJón, en el cual se describen las potencialida­des de Guayána y las posibilidades de desarrollo de la re­gión. Muchas de las recomendaciones contenidas en estedocumento fueron posteriormente implementadas por elgobierno del general Pérez Jiménez. Entres estas iniciati­vas se recuerda la creación del Instituto Nacional de Petro­química y el Instituto Nacional del Hierro y del Acero. Porotra parte, se profundizaron las medidas de protección in­dustrial y se crearon diversos organismos estatales de pro­moción regional. Entre 1950 y 1956 se crearon los bancosregionales de toro, Los Andres, Guayana y del Zulia.

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En el año 1958 se reinicia el proceso democrático, elcual trajo consigo un esquema de industrialización que re­fleja los lineamientos de esta nueva orientación política.Su propósito era el de diversificar la economía para hacerlamenos dependiente de los recursos petroleros; la maximi­zación del empleo; una más equitativa distribución del in­greso; la modernización de la estructura económica; y, unamejor distribución del desarrollo a nivel regional. De estaforma, la Memoria del Ministerio de Fomento correspon­diente a 1958-1959, la cual contiene la Declaración de Po­lítica Industrial aprobada en julio de 1959, expresa:

El desarrollo económico del país en forma dinámica y balan­ceada exige una vigorosa política de industrialización, cónsonacon sus recursos humanos, naturales y financieros. A través dela industrialización se logra estimular la producción agrícola yminera por la mayor utilización de materias primas nacionales;ampliar las oportunidades de empleo bien remunerado y conello aumentar el ingreso nacional y mejorar su distribución; fi­nalmente, alcanzar niveles de bienestar más elevados para todala población, máxima aspiración de un gobierno democrático.

En materia de fomento industrial, en 1959 J. A. Mayo­bre entonces Ministro de Hacienda señalaba:

... El país es proteccionista. El país protege sus industrias, ne­cesita protegerlas ... Las generaciones presentes pueden y de­ben pagar, si es necesario, precios más altos para garantizar alpaís una actividad industrial que proporcione ocupación e in­gresos suficientes cuando el petróleo disminuya o desaparez-ca ...

El regreso del sistema democrático coincide con unacoyuntura recesiva en el mercado petrolero y con situacio­nes de tensión política en naciones cercanas, como fuera elcaso de Cuba con el advenimiento de Fidel Castro al poderen 1959, instaurando un régimen socialista. Estas circuns­tancias produjeron un clima de desconfianza y una severa

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contracción económica. Frente a esta situación se abando­nó temporalmetne la libre convertibilidad; igualmente sesuspendieron las garantías constitucionales para favorecerla aceleración del proceso industrial mediante una definidapolítica de sustitución de importaciones.

Entre los años de 1960 y 1964 se llevó a cabo un pro­ceso de devaluación y unificación cambiaría, el cual dismi­nuyó las apreciables diferencias de precios que, por razo­nes cambiarías existían entre los productores nacionales ylos importados. Por otra parte, a partir de 1959 se intensi­ficó apreciablemente la ~olítica de protección arancelariay se realizó una campaña encaminada a realzar lo que seproducía en el país, labor que fue llevada a cabo por Pro­Venezuela, organización recién creada entonces.

Dentro de este mismo orden de ideas, en 1958 se creóCORDIPLAN y en 1960 la Corporación Venezolana deGuayana (CVG); durante los años siguientes se fundaronuna serie de organismos de estímulo regional tales comoCORPOANDES (1964); CORPOZULIA (1969); CORPO­RIENTE (1970) Y CORPOOCCIDENTE (1971).

Durante la década de los sesenta se reconoció que elproceso de industrialización estaba entrando en una etapamás compleja que la cumplida en los años cincuenta. Enefecto, se empezó a evidenciar una situación en la cual laproducción nacional en bienes de consumo prácticamenteabastecía al mercado interno, en contraste con lo que ocu­rría en el caso de bienes intermedios y de capital. Igual­mente, se puso de manifiesto la dependencia operacionalde la industria establecida de insumos importados, lo cual'imprimía una gran rigidez al proceso industrial.

De acuerdo a lo antes dicho, la atención se centró enracionalizar el proceso industrial para lo cual se esgrimió latesis de la integración vertical; se insistió en la política de

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sustitución de importaciones dirigida fundamentalmentehacia los sectores de bienes intermedios y de capital; y sepromocionó el desarrollo de una industria pesada, tecno­lógicamente más compleja, la cual eventualmente tendríaque competir en el exterior, por lo que se impulsaron lasindustrias básicas del Estado, como fue el caso de la side­rúrgica y petroquímica.

Igualmente, en esta época la tesis de la integracióneconómica latinoamericana adquiere gran popularidad co­mo medida de contrarrestar las limitaciones impuestas porla dimensión de los mercados nacionales al proceso de in­dustrialización. Fue motivo de grandes controversias la de­cisión de que Venezuela se incorporara a la ALALC al ad­herirse al Tratado de Montevideo. Los empresarios temíanque el país se adscribiera a un convenio que pudiera afec­tar negativamente a la industria nacional; se considerabaque en muchos ramos la industria doméstica no podríacompetir con la de los otros países de la ALALC y se men­cionaba como ejemplo el caso de la textil; por otra parte,se consideraba exagerado el tratamiento preferencial quese le daba a ciertas naciones de menor desarrollo relativo.En esta materia el Banco Central de Venezuela realizó unaintensa labor de divulgación y de análisis en áreas tales co­mo: la cambiaría, monetaria y mecanismos de pagosintrazonales,

Con la década de los setenta los ingresos externos delpaís aumentaron considerablemente como consecuenciade los incrementos de los precios petroleros. La economíaexperimentó un auge que duró hasta fines de 1977 paraluego declinar y entrar en una etapa de estancamiento queperdura hasta hoy día. En el año 1974 se triplican los pre­cios petroleros y ante esta situación de expansión financie­ra el gobierno inició un extenso plan de inversiones el cualestuvo muy vinculado con el desarrollo de una industria

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pesada básica bajo control gubernamental, concebida enfunción de una serie de recursos naturales de su propiedad,como es el caso del mineral de hierro, el gas natural y laenergía hidroeléctrica.

El V Plan de la Nación, asociado al programa de desa­rrollo denominado La Gran Venezuela, contemplaba: la am­pliación de la industria siderúrgica en un proyecto conte­nido en el denominado Plan 4 de SIDOR; el desarrolloeléctrico, mediante el aprovechamiento hidroeléctrico delrío Caroní; y, el desarrollo de la industria del aluminio, através de las empresas ALCASA y VENALUM.

Los proyectos antes indicados se caracterizan por suslargos períodos de maduración y por su elevado compo­nente importado. Para su financiamiento contaron inicial­mente con aportes presupuestarios y créditos del FIV y defuentes externas; posteriormente, estas últimas se convir­tieron en la fuente fundamental de recursos de estas em­presas. Ciertamente, como 10 señalara la revista BusinessWeek en su edición del 29 octubre de 1984, los principalesbancos internacionales estaban dispuestos a financiar cual­quier proyecto que"oliera a petróleo". Durante una épocaprivó el criterio gubernamental de la conveniencia de unmayor endeudamiento externo en previsión de un futuroproceso inflacionario mundial, 10 cual se reafirmaba por lasituación entonces reinante en el mercado internacionalde tasas de interés reales negativas. Según esta concepciónde política económica, el mercado petrolero continuaríaen expansión y los mayores recursos que se percibirían enel futuro se destinarían en su momento a amortizar estadeuda pública; desafortunadamente, estas apreciacionesde largo plazo no se cumplieron.

La percepción que privaba a mediado de los años se­tenta sobre el proceso industrial venezolano, se resume enla siguiente declaración del Dr. José Antonio Mayobre:

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La evolución del desarrollo industrial ha seguido el patrón quecaracteriza en la época actual a los países medianos y en vías dedesarrollo. Se ha comenzado con bienes de consumo, no dura­bles y durables, para abastecer el mercado interno y se ha idopasando luego a los productos intermedios y bienes de capitalen la medida en que el propio mercado interno para estos pro­ductos se amplia, en que los recursos naturales del país ofrecenventajas competitivas para posibles exportaciones ... Vene­zuela se encuentra actualmente en el umbral de esta segundaetapa, con realizaciones y proyectos ambiciosos en materia desiderúrgica y del aluminio ... (Mayobre: Desde 1936 hasta nues­tros días. 1976).

Como resultado de esta política industrial, todos lossectores productivos elevaron inicialmente su ritmo decrecimiento, pero la demanda interna lo hizo a una tasaaún mayor. Pronto se empezaron a evidenciar cuellos debotella y factores de estrangulamiento, particularmente enel caso de la industria manufacturera. La rigidez de la pro­ducción para acompañar el aumento que mostró la deman­da de manufacturas produjo un fuerte aumento de impor­taciones y una caída en las exportaciones, ya que granparte de la producción doméstica era consumida interna­mente. De acuerdo a lo anterior, se fue generando un cre­ciente déficit comercial que pudo ser cubierto mientrasque la situación del mercado petrolero así lo permitió. Lamanifestación de este desequilibrio externo fue un factordeterminante en el cambio de la política económica de losaños siguientes.

En efecto, en respuesta a la situación antes descrita, en1979 se liberaron los precios de una serie de manufacturasque habían estado sujetas a controles y complementaria­mente se rebajaron las tasas arancelarias. El efecto inme­diato de esta medida fue la activación de una espiralprecios-salarios; con ello se encarecieron las manufacturasnacionales y el sector industrial perdió competitividad

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frente a la producción externa, no obstante 10 cual el tipode cambio permaneció inalterado durante los diez añossiguientes.

En definitiva, podríamos concluir que como en casitodos los países de América Latina, el desarrollo industrialvenezolano durante este medio siglo respondió al modelosustitutivo de importaciones de bienes de consumo. Igual­mente, puede afirmarse que nuestro proceso de industria­lización ha respondido a las siguientes característicasfundamentales:

- Una actividad industrial cuya expansión ha reposa­do en la demanda interna y en la sustitución de importa­ciones. Sólo al sector de las industrias básicas y al petrole­ro se les ha asignado un carácter exportador, para 10 cualse ha argumentado en base de las aparentes ventajas com­parativas del país en estas áreas.

- Una estructura productiva que se ha distorsionado,puesto que en respuesta a las características del consumo,influenciado por la desigual distribución del ingreso, haavanzado con gran diversificación en las manufacturas deconsumo con alto componente importado mientras queha crecido insuficientemente en manufacturas intermediasy aun menos en la de bienes de capital.

- Amplio amparo gubernamental, en algunos casosmaterializado no sólo en una elevada protección a base dederechos de importación y contingentamíento, sino tam­bién por la exoneración de derechos sobre materias pri­mas y bienes de capital. El financiamiento de las organiza­ciones crediticias gubernamentales ha estado tambiénpresente en la mayoría de los proyectos industriales que sehan acometido.

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- Elevados precios al consumidor, en razón de los al­tos costos derivados de las reducidas escalas de producciónen nuestro medio y de la existencia de un mercado cauti­vo, donde la competencia interna y externa ha sidopoca.

Con todas estas deficiencias, comunes a procesos simi­lares llevados a cabo en casi todas las naciones y que cons­tituyen 10que normalmente suele llamarse "el precio de laindustrialización", el país ha venido avanzando significati­vamente en el campo de la industria manufacturera. Alefecto, se han alcanzado algunas metas, tales como:

a) Se ha logrado absorber y capacitar mano de obra na­cional en cantidades apreciables y se han creado fuen­tes permanentes de empleo, contribuyendo así a la so­lución de uno de los problemas sociales más gravesque ha confrontado el país;

b) la calidad de la producción ha venido mejorando. Enmuchos casos los precios y la calidad de los productosnacionales son prácticamente similares a los proce­dentes de naciones con larga tradición industrial;

e) se ha sustituido un volumen apreciable de importacio­nes, al punto que en ocasiones se ha declarado que enVenezuela se ha concluido el proceso de sustituciónde importaciones de bienes de consumo y hemos ini­ciado el de sustitución de bienes intermedios y de ca­pital. Por otra parte, actualmente se ha delineado unanueva estrategia de desarrollo industrial orientadafundamentalmente hacia el mercado externo, cuyasconsecuencias en el abastecimiento y estructura deprecios internos se manifestarán en el futuro.

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