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LA EDUCACIÓN DEL VALOR “RECONOCIMIENTO DEL OTRO” CON NIÑOS Y
NIÑAS DE DOS A CUATRO AÑOS
LUZ TERESA MONTAÑO HERRERA
TUTOR
PROFESOR
LUIS ANTONIO LOZANO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA DE PROYECTOS EDUCATIVOS
INSTITUCIONALES
BOGOTA
2015
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LA EDUCACIÓN DEL VALOR “RECONOCIMIENTO DEL OTRO” CON NIÑOS Y
NIÑAS DE DOS A CUATRO AÑOS
LUZ TERESA MONTAÑO HERRERA
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN GERENCIA DE PROYECTOS EDUCATIVOS
INSTITUCIONALES
BOGOTÁ
2015
3
RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN
RAE
TIPO DE DOCUMENTO:
MONOGRAFÍA
NIVEL DE CIRCULACIÓN :
RESTRINGIDA
ACCESO AL DOCUMENTO:
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
TÍTULO DEL DOCUMENTO:
EL VALOR DEL “RECONOCIMIENTO DEL OTRO” CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS A
CUATRO AÑOS
AUTORA:
MONTAÑO HERRERA, Luz Teresa
PALABRAS CLAVES: valores, educación en valores, modelo de educación en valores,
reconocimiento del otro, Pedagogía Afectiva, personalidad, infancia, estrategias de
Educación en Valores, Aprendizaje Cooperativo.
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO: Ésta investigación muestra la pertinencia de abordar el
valor “reconocimiento del otro” con niños y niñas de dos a cuatro años, desde la
educación en valores. Se presenta el reconocimiento del otro como un sistema de valores
que contribuye al desarrollo de la personalidad, en ese sentido, se toma el modelo de la
personalidad, por su enfoque integrador en la comprensión del niño y niña como
biopsicosocial. Al final de esta investigación, se diseñan estrategias para la educación
del valor “reconocimiento del otro” con el fin de mostrar cómo se puede explicitar e
intencionar éste valor dentro del trabajo con los niños.
FUENTES:
ALLPORT. Gordon (1970) “Psicología de la personalidad” Barcelona. Editorial Herder
4
ALLPORT. Gordon (1970) “La personalidad su configuración y desarrollo” Barcelona.
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No. 4. Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Bogotá
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Fondo Editorial. Bogotá.
BATISTA, Nuris. (2001) Documento Tesis Doctoral. “Una concepción de Educación en
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BOTERO, Carlos (2005) La formación de valores en la historia de la educación
colombiana. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Número 36/2 Junio
10 del 2005.
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Superior CEPES. Corporación Universitaria de Ibagué. Fondo Editorial. Ibagué Colombia
Constitución Política de Colombia 1991 Artículos 41 y 67
LINEAMIENTOS Curriculares para el área de Ética y Valores Humanos. Orientaciones
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Ley General de Educación Artículos 142, 87, 17, 40, 39, 92, 94.
SALDARRIAGA, Oscar (2003) “Del oficio del maestro prácticas y teorías de la pedagogía
moderna en Colombia” Cooperativa Editorial Magisterio. Bogotá
De ZUBIRIA, Miguel (2004) “Enfoques pedagógicos contemporáneos” Fundación
Internacional de pedagogía Alberto Merani. Bogotá.
CONTENIDO:
La presente monografía quiere dar a conocer la importancia que tiene intencionar los
Valores, en el trabajo con los niños de dos a cuatro años. Por tanto se toma la
Educación en Valores ya que ésta intenciona, explicita y particulariza los valores en la
educación y se propone el reconocimiento del otro como sistema de valores que
contribuye en el desarrollo de la personalidad del niño y la niña.
Para el desarrollo de esta investigación se desarrollan dos capítulos a saber:
El primer capítulo, tiene carácter teórico – conceptual, acerca de la educación en
valores y el reconocimiento del otro como sistema de valores para el desarrollo de la
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personalidad del niño. Así mismo, se define el modelo de educación en valores sobre
el cual se trabaja y proyecta un análisis que da pie para proponer estrategias
educativas.
En el segundo capítulo, se diseñan estrategias pedagógicas para el desarrollo del
valor “reconocimiento del otro” desde la Pedagogía Afectiva y el Aprendizaje
Cooperativo. Para esto, se da la definición del valor “reconocimiento del otro”, se
identifica el sistema que lo compone, se explican las etapas para la educación de este
valor según las edades de los niños, y se presentan las estrategias, con sus objetivos
y las actividades para el desarrollo de éstas.
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN :
El diseño de investigación se concibió a partir del paradigma epistemológico de la
complejidad, la dialéctica o integración y “unidad” del conocimiento, como respuesta a los
enfoques disciplinares. (Morin, E, 1999) y que por tanto reconoce al conocimiento como
objetivo y subjetivo, como resultado, proceso y actividad, en su relación con la sociedad,
en su pertinencia en relación con los contextos específicos y su carácter global, en la
comprensión del ser humano como biopsicosocial.
El tipo de investigación que se realizó se clasifica según:
Según su propósito es básica o fundamental,
Según los medios para obtener la información es documental
Desde el nivel de conocimientos que se desarrollan es descriptivo-explicativa,
Dependiendo del campo de conocimiento es científica
Se considera que desde el punto de vista más general el método utilizado es el inductivo-
deductivo,
Es así como esta investigación, toma de la práctica la mirada de la realidad como
fuente primaria, que condiciona el interés del problema (lo inductivo), y de la
pedagogía y otras ciencias referidas a la educación, lo deductivo del método; por lo
tanto, interrelaciona la teoría y la práctica pedagógica.
La investigación se realizó en las siguientes etapas de trabajo:
En un primer momento, se hace un análisis documental y bibliográfico de los
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diarios de campo de la docente, de las prácticas realizadas en los años 2005 –
2007, y se decide trabajar sobre el valor “reconocimiento del otro”. Se analizan
documentos relacionados con educación en valores publicados por la OEI, se
buscan proyectos de grado que más se relacionen con valores y se participa en
una conferencia sobre “Convivencia y Conflictos en Instituciones Escolares de
Bogotá”.1
En un segundo momento, se realiza un abordaje teórico más profundo para
conceptualizar los términos más importantes en la investigación como: valores,
educación en valores y desarrollo de la personalidad en la infancia y en particular
de los niños y niñas de dos a cuatro años.
En un tercer momento, se hace un análisis de lo encontrado en los documentos, se
da la confrontación de teorías desde diferentes ciencias; psicología, neurociencia,
pedagogía, entre diferentes autores y profesionales de la Escuela Maternal (a
partir de una exposición realizada en dicha institución) de ahí que en esta etapa,
se sustenta la educación en el valor “ reconocimiento del otro” en niños y niñas
de dos a cuatro años, y determinar el modelo de educación en valores a seguir,
denominado “del desarrollo de la personalidad” ésta, entendida de manera integral
como biopsicosocial.
En un cuarto momento, se diseñan estrategias de educación del valor
“reconocimiento del otro”, para ello se toma como enfoque pedagógico la
Pedagogía Afectiva y el Aprendizaje Cooperativo.
CONCLUSIONES:
1) Aun existe una lucha constante por sacar los valores del currículo oculto y
explicitarlos, intencionarlos y particularizarlos dentro de la educación, ya que se
han convertido en una necesidad, por la importancia que tienen en la formación
social del colombiano, pues desde la educación en valores y más exactamente en
la del “valor reconocimiento del otro” intencionado desde la educación inicial, se
contribuirá a la formación de sujetos con mejores formas de relación que
contribuyan, de manera positiva a la problemática socio política a la que se
enfrenta el país.
1 Conferencia realizada por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), a la cual tuvimos el
gusto de asistir. La conferencia fue dada en Bogotá los días 6 y 7 de Noviembre del 2007.
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2) La negación de que el niño ha sido objeto durante muchos años es una realidad
que no puede ser ignorada, lo que marcó la historia de los niños y niñas por
muchos años, tanto que hasta ahora se está tomando consciencia sobre el lugar y
los derechos de la niñez. No obstante, los educadores no pueden quedarse
encasillados, recordando esos hechos históricos lamentables, si en un tiempo la
niñez no fue reconocida por la sociedad, es tiempo de propiciar el bienestar de la
infancia, que desde el aula el maestro reconozca a los niños y propicie que entre
ellos se dé un reconocimiento, que les permita reconocerse a ellos mismos y
aceptar al otro en su diferencia y su igualdad, para contribuir a la construcción de
una mejor sociedad.
3) Uno de los valores más importantes para trabajar con niños y niñas de dos a
cuatro años, es el valor “reconocimiento del otro”, pues en la medida que el niño
acepte al otro a pesar de sus diferencias con amor y cuidado, le será posible
entablar relaciones armoniosas en el presente y en el futuro. Es decir se trata de
formar un ser humano con comportamientos que promuevan la justicia, el amor y
respeto hacia los otros. Educar en el valor “reconocimiento del otro” con niños y
niñas de dos a cuatro años, es necesario y posible, en tanto son seres humanos
que necesitan del otro para vivir, construir su yo y dar sentido a su existencia.
4) Si bien es cierto que los valores hacen parte del ser humano y que se reflejan en
sus acciones, por tanto están en cualquier interacción que éste tenga con otros
semejantes o con cualquier cosa creada, también es cierto que para que los niños
y las niñas los puedan vivir e interiorizar, y manifestarlos en sus conductas, es
necesario que los valores se intencionen y se trabajen en las áreas del
conocimiento a desarrollar con los niños. Para esto, es necesario que existan
estrategias de Educación en valores que le den al docente la posibilidad de
concretar éstos en su quehacer educativo.
FECHA DE ELABORACIÓN
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Tabla de contenido
EL VALOR DEL RECONOCIMIENTO DEL OTRO CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS
A CUATRO AÑOS .................................................................................................. 9
Presentación ........................................................................................................ 9
Justificación ....................................................................................................... 11
Pregunta problema ......................................................................................... 19
Objeto de estudio ............................................................................................... 19
Objetivo General ................................................................................................ 19
Objetivos Específicos .................................................................................... 19
METODOLOGÍA .................................................................................................... 21
MARCO TEÓRICO ................................................................................................ 25
Marco histórico (Antecedentes) ......................................................................... 25
Marco referencial ............................................................................................... 31
Marco conceptual ............................................................................................... 34
Marco legal ........................................................................................................ 36
Marco contextual ................................................................................................ 39
CAPITULO I .......................................................................................................... 50
“FUNDAMENTACIÓN DE LA EDUCACIÓN DEL VALOR “RECONOCIMIENTO
DEL OTRO” CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS A CUATRO AÑOS. ........................ 50
CAPÍTULO II ......................................................................................................... 68
DISEÑO DE ESTRATEGIAS DE EDUCACIÓN DEL VALOR “RECONOCIMIENTO
DEL OTRO” CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS A CUATRO AÑOS. ........................ 68
ASPECTOS FINALES. ......................................................................................... 83
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 85
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EL VALOR DEL RECONOCIMIENTO DEL OTRO CON NIÑOS Y NIÑAS DE
DOS A CUATRO AÑOS
Presentación
Con el propósito de presentar la monografía, lo que a continuación se señala es
una breve introducción de algunos aspectos que la autora considera necesario
dar a conocer, y que se desarrollan en el capítulo II. Posteriormente se exponen la
justificación, el objetivo y el problema
La forma en que se relacionan los niños y niñas entre ellos, estando inmersos en
el contexto educativo, es algo que no puede ser ajeno a los maestros que están
con ellos. Los niños y niñas actualmente ingresan a los jardines infantiles a
edades muy tempranas, y es allí donde van formando su carácter, autoestima,
autoconocimiento, forma de relacionarse con los demás, es decir “su
personalidad”.
En la relación que establecen los niños y niñas con los otros (familia, compañeros,
maestros y comunidad), surgen una serie de situaciones que deben afrontar, sin
embargo, de la manera en que los niños asumen esas situaciones, marcará el
desarrollo de su personalidad. En esas condiciones, el acompañamiento que el
maestro haga, para que los niños enfrenten del mejor modo este proceso, resulta
trascendental para su vida en la escuela.
Esta monografía, muestra la necesidad pedagógica y la pertinencia social que
tiene la educación en valores desde los primeros años de vida, para ello aborda la
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educación del valor “reconocimiento del otro” en niños y niñas de dos a cuatro
años, para apoyar el desarrollo de las relaciones que éstos establecen en el
ámbito escolar, para contribuir a la construcción del desarrollo de la personalidad.
Para ello, se toma como fundamento pedagógico la “Pedagogía Afectiva” para
promover la competencia afectiva. Dadas las edades en que nos encontramos
trabajando.
Al reflexionar y analizar sobre el valor “reconocimiento del otro” se rescata el
carácter social del desarrollo de las personas, y por tanto el requerimiento de la
convivencia con los otros. Lo anterior exige un mínimo de valores compartidos
que permitan tejer relaciones de reconocimiento entre iguales desde lo individual
y sus diferencias, contribuyendo así al desarrollo individual y colectivo.
Para esto, la educación en valores resulta fundamental, pues es ella la encargada
de “redimensionar lo socialmente significativo” (Batista N. 2002;). Es decir, rescata
los valores dentro de la educación y los explicita e intenciona desde el currículo,
desde las mismas asignaturas y las relaciones que se establecen dentro de la
escuela, y por tanto la cultura y la sociedad. La educación en valores, busca la
integralidad del ser humano y aportar al desarrollo de todas sus dimensiones,
posibilidades y capacidades ya que uno de los principios que la mueve, es sacar
los valores del anonimato en que se encuentran en las instituciones educativas,
para que tanto estudiantes como docentes sean conscientes de la importancia de
estos.
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Vale la pena aclarar que los valores según lo menciona Adela Cortina: “Forman
parte de la persona y de su realidad siendo una base fundamental en la vida del
ser humano, trascendental e inseparable de la persona” (Cortina, A, 2005; 16).
Esto es lo que permite que sean trabajados en las instituciones educativas, aún
sin tener una intencionalidad clara; pero el explicitar e intencionar los valores,
permite que sean vistos de otra manera, que sean tenidos más en cuenta y que
sean trabajados pedagógicamente con unas estrategias pensadas para hacer
explícitos los valores en el currículo escolar e implementarlos con los niños y
niñas desde sus primeras edades, ya que ellos están en pleno desarrollo de su
personalidad y de su identidad en un medio social y cultural. De lo anterior se
desprende que también la educación en valores debe intencionarse y explicitarse
en la infancia, lo que condujo a realizar una investigación de carácter pedagógico
que se expone en ésta monografía.
Justificación
En este aspecto metodológico se parte de dejar clara la idea o situación
problemática de la realidad de la educación infantil, a partir de las experiencias
tenidas en la práctica pedagógica, realizada por la autora en diferentes
instituciones educativas. A partir de ahí se justifica el interés, la necesidad de
realizar la investigación y se presenta el objetivo y el problema desde la pedagogía
y la educación infantil.
A continuación se describen algunas experiencias pedagógicas vividas que
constituyen el contenido de reflexión y análisis teórico que se realiza en la
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investigación, con el propósito de eliminar su carácter empírico, y dar un
fundamento pedagógico a través de la Educación en Valores, desde el enfoque
Socio-cultural, la Pedagogía Afectiva y el Aprendizaje Cooperativo.
Dentro de las prácticas realizadas, se evidenció claramente situaciones en las que
la agresividad, entró a ser parte del contexto cotidiano de los niños y las niñas,
siendo ésta la que en muchas ocasiones medió sus procesos de socialización y
aprendizajes, afectándose entre ellos de manera física, emocional y psicológica.
Un claro ejemplo fue una situación que se vivió en la institución Casa vecinal
Jacqueline Kennedy en el año 2005; institución de carácter público, que atendía
niños y niñas de estratos uno y dos, quienes presentaban situaciones de maltrato,
abandono, padres en proceso de separación, entre otros. En dicha institución,
Mauricio, un niño de cuatro años, y los niños de kínder B continuamente se
estaban peleando, ya que, Mauricio amenazaba a las niñas diciéndoles que les iba
a matar a la mamá, esto generaba pelea y discusión entre ellos ocasionando llanto
en las niñas porque creían que en realidad iba a ocurrir lo que él decía,
fomentando de esta manera el mal ambiente, situaciones agresivas y discordia,
impidiendo que pudieran jugar juntos, dibujar, colorear, pintar, escucharse, entre
otras actividades.
Ante esta situación se decidió desarrollar un proyecto de aula que ayudara a
eliminar los conflictos y niveles de agresividad, no sólo en Mauricio sino en todos
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los niños y niñas de este curso, sin dejar de potenciar los conocimientos que
tenían que trabajarse según lo exigido por la institución.
EL proyecto que se implementó, fue sobre “EL RECONOCIMIENTO DEL OTRO”.
Para su diseño y ejecución se tomó como referente la teoría socio cultural de Lev
Vigotsky, en la que se asume el aprendizaje como un proceso social, en donde
cobra importancia el contexto y la relación con los semejantes. Señala que “el
educando se apropia del conocimiento en la interacción permanente con los otros
seres humanos en el ámbito escolar, con su maestro y sus compañeros […] el
sujeto aprende de otros y con otros” (Rodrigo, M 1999; 33) Del mismo modo
rescata la importancia del otro niño, es decir del compañero, para avanzar en los
conocimientos. Introduce el concepto de zona de desarrollo próximo (ZDP),
definida como “la distancia entre el nivel real del desarrollo (del niño) determinado
por su capacidad de resolver un problema en forma independiente y el nivel de
desarrollo potencial determinado por la resolución de un nuevo problema bajo la
guía de un adulto (el maestro) o con la ayuda de otro compañero más capaz”
(Rodrigo, M 1999; 34). Es decir que un niño que haya adquirido un conocimiento o
habilidad, puede ayudarle a otro que aún no lo ha logrado para que alcance dicho
conocimiento o habilidad. Esto permite evidenciar que definitivamente es
necesario que los niños se relacionen, interactúen, trabajen juntos y de esta forma
propiciar un mejor aprendizaje.
En el proyecto se buscó favorecer el “reconocimiento entre ellos”, un
reconocimiento que fuera más allá de saber que el espacio lo estaban
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compartiendo con otro niño y otra niña, este reconocimiento del otro como
semejante pero distinto a la vez, como persona que siente, piensa, se duele y
tiene distintas capacidades, las cuales les permitieron hacer muchas cosas juntos.
Un reconocimiento, que promovió en el niño y en la niña un conocimiento de si
mismo, respeto, amor y reconocimiento del otro. De esta forma, fue más fácil
entablar relaciones sociales amistosas y respetuosas, posibilitando la realización
de un aprendizaje y juego en grupo.
De ahí que el proyecto en mención, consistió en propiciar momentos de
sensibilización y encuentro entre los niños y niñas. Para comenzar, se realizaron
actividades de forma individual facilitando así, que ellos pudieran contemplar sus
propias elaboraciones, con ello se incentivó la autoestima, ya que la mayoría de
los niños y niñas decían que no sabían o no podían dibujar algo, aunque el dibujo
fuera lo que ellos quisieran y no un dibujo de algo en especial; generalmente se
comparaban con los niños o niñas que sí dibujaban, y al ver la capacidad de ellos
se negaban a dibujar. Por lo tanto la estrategia utilizada consistió, en que cada
uno se centrara en hacer su propio trabajo y las maestra pasaba por sus mesas
elogiándolos, felicitándolos por sus elaboraciones, preguntándoles qué habían
dibujado, marcándoles sus producciones y motivándolos con diversas palabras y
actitudes, buscando que lo que hicieran cobrara sentido y de esta forma fortalecer
y potenciar las diferentes habilidades de los niños y niñas.
A través de esta experiencia se evidenció que los niños y niñas ya no sólo hacían
rayas, sino que se esforzaban cada vez más por demostrar gráficamente la idea
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que tenían y los que antes no dibujaban, ya comenzaban a rayar y a hacer
algunos gráficos sencillos, convencidos de que lo que estaban haciendo estaba
bien.
Cuando se consideró, que ya tenían motivación, interés y satisfacción por lo que
hacían, se decidió fomentar el encuentro entre ellos, motivándolos a que
mostraran las diferentes tareas que realizaban a los compañeros, con el fin de que
los niños y niñas ya no centraran su atención sólo en su actividad, sino que
pudieran comenzar a observar los trabajos de sus amigos y así comparar y
reconocer a sus compañeros.
Para lograr este avance en las relaciones de los niños a través del trabajo
individual y el trabajo grupal, se realizó una actividad para propiciar un cambio
significativo en las relaciones entre ellos; es decir, que pasaran de su aislamiento
y conflicto permanente, a la amistad, a compartir, al trabajo en grupo y al diálogo.
Dicha actividad se inició con la organización de los niños y niñas por parejas para
que se observaran y compararan sus semejanzas y diferencias físicas. Como
resultado final se llegó con ellos a la conclusión de que aunque eran distintos en
muchos aspectos, no obstante les dolía por igual si se lastimaban. Esto tenía el
objetivo pedagógico de bajar los niveles de agresividad entre ellos ya que se
iniciaban actividades en las que se relacionarían y se identificarían como iguales.
A partir de esta experiencia se llegó a algunos acuerdos para poder jugar y
realizar otras actividades en las que estuvieran juntos, pues no se desconoce que
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es usual que los niños y niñas se agredan, y que esto en algunas ocasiones
hace parte del crecimiento de ellos, esas son formas de relacionarse, conocerse
y de conocer al otro, sin embargo, no se puede permitir que el niño siga creciendo
así, es necesaria la acción de la sociedad, padres y maestros para ayudarles a
avanzar a etapas de desarrollo superiores, y por tanto a mejores formas de
relacionarse.
Lo que más se rescata de este proyecto es que durante estas intervenciones,
surgían inconvenientes, entre los niños y niñas y en ese momento la maestra
aprovechaba para hablar con ellos, y ayudarlos a través de preguntas a reflexionar
sobre las actitudes que asumían. Como resultado se pudo evidenciar que entre
ellos mejoraron sus relaciones interpersonales, pues ya no se lastimaban
físicamente (tanto), verbalmente se expresaban mejor y llegaron no solo a
respetarse sino a colaborarse en sus necesidades.
Las formas de madurez en las relaciones que posibilitan avanzar a nuevas
etapas de desarrollo biológico y psíquico entre los niños y niñas tienen diferentes
formas de manifestación, no sólo mediante la agresión física. Otro ejemplo se
pudo constatar en el Colegio femenino Marillac, en el año 2007 allí por el contrario
las niñas vienen de familias con mejores condiciones económicas, de estratos tres
y cuatro, cuyos padres y madres proveen a sus hijos todo lo que consideran es
necesario para que “vivan bien”. Sin embargo, en estas poblaciones lo que se
evidenció fueron problemas de racismo, ya que las niñas (en su mayoría), en
medio de las charlas expresaban antipatía por las personas de color.
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Situaciones como estas y muchas otras parecidas se presentaron en los distintos
sitios de práctica con niños y niñas pequeños, menores de siete años, estas
realidades son semejantes a las que se viven en los colegios con niños y niñas de
primaria y bachillerato, con la diferencia de que se hacen más fuertes y peligrosos
los problemas que se presentan en esos centros educativos (casi a diario) ya que
los niños son más grandes, tienen más fuerza y más motivos para amar o para
odiar. Como se puede observar en las descripciones hasta ahora realizadas,
aunque los niños eran pequeños, Mauricio y sus compañeros tenían cuatro años y
las niñas del colegio Marillac tenían seis, ya venían con unas construcciones en su
personalidad que les permitía relacionarse con sus compañeros y con las
personas que los rodeaban de manera positiva o negativa; todo esto permite
pensar, ¿será necesario esperar a que los niños cumplan seis o siete años para
comenzar a trabajar sobre estas situaciones con ellos? ¿Tendremos que esperar
un desarrollo biológico para educar en valores? ¿Si hubo situaciones que
incidieron sobre el niño o la niña para que actuaran de forma agresiva, excluyente,
etc. no se podría incidir sobre ellos con otro tipo de situaciones que les permitiera
llegar a los cuatro, cinco o seis años con mejores relaciones?
Estas preguntas y muchas otras, llevaron a la autora de esta monografía a
estudiar al respecto, y encontraron que muchos de los comportamientos de los
niños y de las niñas son resultado de sus relaciones sociales, y que la Educación
en Valores resulta adecuada para trabajar con ellos ya que ésta, busca
“redimensionar lo socialmente significativo de la realidad y, del proceso educativo
18
en la formación del estudiante, que contribuye al desarrollo de la personalidad”
(Batista, N. 2002).
Las anteriores reflexiones y análisis que se hacen en torno al valor
“reconocimiento del otro” y a su incidencia en el desarrollo de los niños y niñas se
convierte en una preocupación pedagógica de la que hoy la autora de esta
monografía, decide que dichas ideas deben continuarse desarrollando en los
diferentes centros de educación. En estas nuevas experiencias pedagógicas, se
resalta la realizada en el jardín infantil Maidilu Pre School en el año 2012-2013 y
2014, llevada a cabo con niños y niñas de dos a cuatro años, la que en varias
oportunidades fue tema de debate entre profesores del jardín, en donde se
evidenció la necesidad de dar una fundamentación desde la pedagogía y la
educación infantil. Es entonces que la autora de esta monografía decide retomar
las experiencias expuestas sobre la educación del valor “RECONOCIMIENTO
DEL OTRO”, para realizar su trabajo de grado.
La investigación que se expone en esta monografía se enmarca en la Educación
Infantil con niños y niñas de dos a cuatro años. Por sus conocimientos es una
investigación interdisciplinaria, pues se apoya en otros sistemas teóricos tales
como la axiología, psicología, sociología, neurociencia, entre otros; lo que permite
el análisis de conceptos tales como valores, educación en valores, personalidad,
aprendizaje cooperativo, entre otros.
19
Lo anterior parte de la concepción de considerar que el niño y la niña son seres
humanos integrales de naturaleza biopsicosocial, por lo que debe tenerse en
cuenta la edad, para delimitar su nivel de desarrollo físico y psíquico, y establecer
desde allí las necesidades de su desarrollo sociocultural a través de las
relaciones humanas. La importancia y viabilidad de trabajar el valor
“Reconocimiento del otro” en estas edades, se expone ampliamente en el capítulo
dos de ésta monografía.
Pregunta problema:
¿Cómo educar en el valor reconocimiento del otro a niños y niñas de 2 a 4 a partir
de la pedagogía afectiva y el aprendizaje cooperativo?
Objeto de estudio:
La educación del valor “reconocimiento del otro” con niños y niñas de dos a cuatro
años.
Objetivo General
educar a los niños y niñas de dos a cuatro años en el valor del reconocimiento
del otro a partir de la pedagogía afectiva y el aprendizaje cooperativo
Objetivos Específicos:
Fundamentar pedagógicamente la necesidad de la educación del valor
“reconocimiento del otro” para el desarrollo de la personalidad en niños y niñas
de dos a cuatro años.
20
Diseñar estrategias de educación del valor “reconocimiento del otro” desde la
pedagogía infantil para niños y niñas de dos a cuatro años, que permitan
procesos adecuados para el desarrollo de su personalidad, a través del
aprendizaje cooperativo.
21
METODOLOGÍA
El diseño de investigación se concibió a partir del paradigma epistemológico de la
complejidad, la dialéctica o integración y “unidad” del conocimiento, como
respuesta a los enfoques disciplinares. (Morin, E, 2001) y que por tanto reconoce
al conocimiento como objetivo y subjetivo, como resultado, proceso y actividad, en
su relación con la sociedad, en su pertinencia en relación con los contextos
específicos y su carácter global, en la comprensión del ser humano como
biopsicosocial, es decir, en la “unidad” de lo biológico, físico, psíquico, cultural,
social e histórico, buscando eliminar la desintegración de las disciplinas que lo
estudian, en la relación del todo y la parte de la realidad, y en la necesidad de
formar integralmente al ser humano, que significa enseñar a comprender, a
comunicarse y formarse en una ética de la vida o bioética, donde no sólo se
destaque la ética del individuo, sino de la sociedad y de la especie.
Pese a lo complejo de encasillar la acción investigativa en tipos de investigación y
métodos. La investigación se puede clasificar entre los siguientes tipos según los
siguientes criterios:
Según su propósito es básica o fundamental, en este sentido es no aplicada,
pues se dirige para estudiar relaciones entre fenómenos para comprenderlos
desde la teoría.
Según los medios para obtener la información es documental aunque parte de
una experiencia pedagógica y estudia bibliografía necesaria para el análisis.
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Desde el nivel de conocimientos que se desarrollan es descriptivo-explicativa,
(Cerda; H. 2005; 71-75), pues retomando lo señalado por Hugo Cerda “la
descripción y la explicación se hallan estrechamente ligadas y se transforman
dialécticamente una en otra” (Cerda, H; 2005: 72). Esta combina la descripción
histórica y práctica del objeto de estudio, y a partir de allí lo caracteriza. Desde
los planteamientos de Murice Eyssautier de la Mora, el nivel de la
investigación de este trabajo es descriptivo o monográfico, ya que se relaciona
con el análisis teórico. (Eyssautier, 2002: 110)
Dependiendo del campo de conocimiento es científica pues trabaja con los
sistemas teóricos de la psicología, pedagogía, sociología, entre otras.
Se considera que desde el punto de vista más general el método utilizado es el
inductivo-deductivo, como lo señala Ruy Pérez Tamayo la investigación se
inicia con la observación de los hechos, sistematizados en documentos de
práctica y con ella se reconstruye el conocimiento, por la inducción a partir de
los enunciados observacionales, y de este esfuerzo, conjuntamente con la
teoría, van surgiendo los análisis y principios más generales que explican los
hechos registrados, y conducen a la totalidad y la explicación (Pérez Tamayo,
1990:256-257).
Es así como esta investigación, toma de la práctica la mirada de la realidad
como fuente primaria, que condiciona el interés del problema (lo inductivo), y
de la pedagogía y otras ciencias referidas a la educación, lo deductivo del
método; por lo tanto, interrelaciona la teoría y la práctica pedagógica, es decir,
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“la práctica es un campo del conocimiento encontrado”2. Se parte de ella para
hacer una reflexión teórica y desde la misma, se realiza una propuesta práctica
a través de un diseño pedagógico.
La investigación se realizó en las siguientes etapas de trabajo:
En un primer momento, se hace un análisis documental y bibliográfico de
los diarios de campo de la docente, de las prácticas pedagógicas realizadas
en los años 2005 – 2014, y se decide trabajar sobre el valor
“reconocimiento del otro”. Se analizan documentos relacionados con
educación en valores publicados por la OEI, se buscan proyectos de grado
que más se relacionen con valores y se participa en una conferencia
sobre “Convivencia y Conflictos en Instituciones Escolares de Bogotá”.3
En un segundo momento, se realiza un abordaje teórico más profundo para
conceptualizar los términos más importantes en la investigación como:
valores, educación en valores y desarrollo de la personalidad en la infancia
y en particular de los niños y niñas de dos a cuatro años.
En un tercer momento, se hace un análisis de lo encontrado en los
documentos, se da la confrontación de teorías desde diferentes ciencias;
psicología, neurociencia, pedagogía, entre diferentes autores y
profesionales de la Escuela Maternal (a partir de una exposición realizada
en dicha institución) de ahí que en esta etapa, se sustenta la educación
2 Tomado del documento Criterios Generales sobre la presentación de trabajos de grado del Programa
de educación Infantil, de la UPN. 3 Conferencia realizada por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), a la cual tuvimos el
gusto de asistir. La conferencia fue dada en Bogotá los días 6 y 7 de Noviembre del 2007.
24
en el valor “ reconocimiento del otro” en niños y niñas de dos a cuatro
años, y determinar el modelo de educación en valores a seguir,
denominado “del desarrollo de la personalidad” ésta, entendida de manera
integral como biopsicosocial.
En un cuarto momento, se diseñan estrategias de educación del valor
“reconocimiento del otro”, para ello se toma como enfoque pedagógico la
Pedagogía Afectiva y el Aprendizaje Cooperativo.
25
MARCO TEÓRICO
Marco histórico (Antecedentes)
Desde tiempos ancestrales Colombia es un país rico en culturas y contextos
sociales diferentes, por ello es rica en valores, los que se inician en la familia,
continúan en la escuela, hasta llegar a los valores ciudadanos, patriotas y cívicos
que determinan e identifican la cultura colombiana y nuestros comportamientos
en la sociedad moderna y contemporánea.
En éste capítulo se realiza un breve recorrido histórico por la educación y
pedagogía colombiana y por tanto de los valores como contenido educativo desde
la época de la colonia, que inicia con el descubrimiento de América en 1492, hasta
llegar a las pedagogías contemporáneas; todo esto teniendo en cuenta los
valores y lo que representaron en los diferentes momentos históricos y culturales
de Colombia. La intención de este capítulo, es contextualizar al lector sobre la
historia de los valores y su incidencia en la educación, mostrar cómo perdieron
importancia dentro de la educación hasta quedar completamente invisibilizados;
con esto claro, se resalta la importancia que tiene intencionar y explicitar los
valores dentro del currículo escolar.
Con la llegada de los españoles en 1492 a territorio americano, llega también todo
un acervo de influencia cultural y social, transformando de manera radical y
significativa los principios de sociedad y cultura que hasta entonces se manejaban
en América.
26
Por este tiempo la religión católica traída por los españoles era la que prevalecía,
por ende los jesuitas, franciscanos y dominicos eran los encargados de impartir las
“verdaderas” costumbres y la educación en valores, a la nueva sociedad
descubierta y conquistada; “estos valores estuvieron guiados hacia la obediencia,
sumisión, austeridad y respeto a la autoridad (Botero. C. 2005; 1)
Más adelante en 1820, época de los gritos de independencia en América, hasta la
llegada de los gobiernos republicanos en 1840, (época republicana) “se instauró
un modelo de educación napoleónica” (Botero. C. 2005; 1)y los valores de
obediencia y sumisión instaurados en la época de la conquista se relegan,
transformándose en rebeldía a la corona española, dando paso a otro tipo de
valores mas ideales como: Libertad, igualdad y justicia, heredados de la
revolución francesa y la época de la ilustración.
Ya para la llegada de la modernidad época que comprendió desde 1840 donde
aparece la regeneración, hasta el establecimiento del modelo de la educación
neoliberal en 1920, el objetivo básico de la educación era la formación de buenos
ciudadanos quienes tenían derechos y deberes con el estado. “ Los valores
infundidos eran la moral, buenas costumbres, obediencia al estado, respeto a la
autoridad, civismo, patriotismo, libertad, igualdad y justicia; privilegiado por una
fuerte influencia de la religión católica, a la cual se le ha denominado modelo de
pedagogía católica".(Botero. C. 2005; 3) “Sin embargo Con el surgimiento de la
hacienda cafetera y las pequeñas empresas artesanales emergentes que dieron
lugar a la acumulación de capital a finales del siglo XIX aparecen nuevos valores,
27
tales como: el deseo por el enriquecimiento y la ambición por el dinero, los cuales
dieron lugar a prácticas como el contrabando. Aunque estos valores no se
enseñaban académicamente se inculcaron extracurricularmente en los senos
familiares de los terratenientes, comerciantes y los dueños de las industrias
nacientes” ". (Botero. C. 2005; 3)
Es importante destacar que en cuanto a las relaciones entre la Iglesia y el Estado,
que se heredaron de la colonia supusieron durante todo el siglo XIX y al menos
hasta mediados del XX, un tutelaje de la Iglesia sobre los más diversos órdenes
sociales no sólo en lo político, sino también en la moral, y por tanto en el ámbito de
los ideales, las normas sociales y las costumbres en Colombia.
“Con la llegada de la reforma a la modernidad en 1930 llega la renovación de los
métodos pedagógicos con la introducción de la Escuela Activa de Decroly, María
Montessori y John Dewey; la secularización de saberes modernos como la
biología, la medicina y la psicología experimental, la sociología, la administración y
la planificación económica”. (Saldarriaga, O. 2003: 21) Es de destacar que en lo
social aparecieron clases sociales con cierto nivel de movilidad y se dio un fuerte
crecimiento del sector urbano, formando importantes sectores de trabajadores
asalariados, reduciéndose drásticamente la población campesina. Estos cambios
económicos y sociales estuvieron también acompañados en lo cultural, de una
importante ampliación de la cobertura de la educación formal, y de grandes
avances en los medios de comunicación de masas.
28
En lo educativo, “Algunos dirigentes liberales entre ellos Don Agustín Nieto
Caballero fundan en Bogotá, el Gimnasio Moderno, en el año de 1914, el cual
estableció en sus aulas, los principios de la "Pedagogía Activa", razón por la cual,
este período de "Reforma a la modernidad" se ha designado con el nombre de "La
Escuela Nueva". De alguna manera se trataría de reeditar la pedagogía
Roussoniana y Pestalozziana en nuestro medio” (Botero. C. 2005; 4). El Gimnasio
Moderno se convirtió en el lugar donde se traería el cambio a la pedagogía
colombiana, la intención era romper con el pasado con lo tradicional y con lo
clásico, sin embargo “en relación con el tema de alma y teología, Caballero para
evitar problemas con el clero diocesano continúo con la enseñanza de la religión
católica, y desde el punto de vista ético y moral se conservaron los criterios que se
habían impartido durante el siglo XIX, o sea que la religión católica continuó
reproduciendo un modelo evangelizador. Y es así como, el Gimnasio Moderno
terminó introduciendo pautas nuevas más desde el punto de vista de la enseñanza
de las ciencias, la técnica y las artes” (Botero. C. 2005; 4).
Los cambios en lo ético, en lo moral no se dieron, “La formación de valores se
enmarcó dentro de un ámbito de continuidad del "modelo de pedagogía católica"
(Botero. C. 2005; 6), la cual fomentaba la moral, y las buenas costumbres de otra
época histórica, y adicional y contradictoriamente se establecen los cimientos de
una sociedad capitalista que aboga por el individualismo, la libertad individual, la
búsqueda del lucro económico, el respeto a la autoridad, la superación personal a
través de la formación de conocimientos, se conservan valores como: civismo,
patriotismo, libertad, igualdad y justicia pero con otros contenidos en su
29
significación social. “No obstante con la consolidación de los gobiernos
democráticos y ante la necesidad de hacer pactos y alianzas para conservar el
poder se acentúan anti valores como la corrupción” (Botero. C. 2005; 7) con
relación a esto se puede decir que no solo la corrupción, fue un antivalor que
surgió, pues también la violencia empieza ocupar parte importante en las
relaciones que se gestaban al interior de la nación
El fin de la confrontación política de los años 1940 a 1950, representó no solo un
distanciamiento de la Iglesia frente a lo político, sino que éste aunado a factores
propios de la complejidad social de los mismos procesos modernizadores, dio
lugar a una pérdida de lealtades religiosas y del poder de la iglesia sobre la
sociedad, enmarcando la enseñanza dentro de un ambiente más secular, es así
como a finales de la década del cincuenta se introduce el modelo de tecnología
educativa, aunque ésta comienza a recomendarse a los gobiernos del llamado
tercer mundo, desde finales de la década del cincuenta en América Latina y
particularmente en Colombia, su auge corresponde a los años 60 y 70.
“Por estos años se introdujo en Colombia la televisión educativa con programas
conductuales como Plaza Sésamo y se organizan nuevos sistemas escolares e
instituciones educativas de instrucción programada y controlada para una
capacitación técnica media, como el SENA y los INEM, con currículos diseñados
por tecnólogos para ser aplicados por cualquier docente; serían los denominados
currículos a prueba de maestros". (Botero. C. 2005; 9)
30
Los estudiantes comienzan a ser enseñados de una manera más instruccional,
preparándolos de esta forma para el futuro profesional. La educación empieza a
ser pensada como si se tratase de un proceso productivo, que de resultados en el
futuro y resulte efectivo para obtener precisamente la eficacia, el rendimiento y la
rentabilidad. “El afán de privilegiar la instrucción sobre la educación favoreció la
expansión de la crisis de valores y terminó por aniquilar cualquier intento de formar
en ética y valores en la educación” (Botero. C. 2005; 11). La presencia de la
tecnología educativa hace que la educación potencie lo técnico y se abandonen
los valores éticos que se venían trabajando porque predomina el individualismo,
los valores dejan de ser humanistas y se vuelven más instructivos, sin embargo
surgen otros valores como: habilidades, técnicas, creatividad, en fin, todo lo que
compete al saber hacer. Tanto en la educación primaria, secundaria y superior
Colombiana el capitalismo con sus ideales y doctrinas permearon la sociedad, las
instituciones sociales. Las asignaturas que plantaban de algún modo el estudio de
los valores quedaron en último lugar y se incluían dentro de los currículos
solamente como un requisito, en lugar de avanzar a niveles de desarrollo, lo que
hace es dirigir los valores hacia el desarrollo de las capacidades productivas
“En síntesis, al finalizar el siglo XX imperó un afán de privilegiar lo instructivo sobre
lo educativo dando paso a unos estudiantes con amplios conocimientos técnicos y
escasa educación ética” (Botero. C. 2005; 11) Los valores se hicieron implícitos,
ocultos y cada maestro los intencionaba de acuerdo a su conveniencia y
dependiendo por supuesto de la institución donde prestaba sus servicios como
docente.
31
Marco referencial
Para el desarrollo de este marco, se considera pertinente abordar las teorías más
relevantes dentro de la investigación. Éste es considerado la base teórica que
sustenta esta monografía.
Desde la Psicología, se toma a Gordon Allport quien se destaca por sus estudios
en el desarrollo de la personalidad, afirma que “solo con los rudimentos de lo que
“es más alto excelente en el hombre” cuenta este al nacer. El ser social y moral
enteramente conformado, la personalidad adulta desarrollada, ha de esperar que
se cumpla el proceso del crecimiento” (Allport G.1974; 117)
Sin duda alguna la personalidad no es algo que esté en el hombre completamente
formado al nacer, sino que se va desarrollando a medida que el hombre crece.
Partimos de Gordon Allport y su teoría del desarrollo de la personalidad,
entendiendo que ésta hace parte de los valores, ya que “la personalidad es el
sistema organizado, el todo en funcionamiento o la unidad de hábitos,
disposiciones y sentimientos que caracterizan a un miembro de un grupo como
diferente de cualquier otro miembro del mismo grupo”. (Allport, G; 1974; 63),
atribuyendo al hombre un valor supremo que lo hace valioso ante otras especies
de la naturaleza. Este valor que el posee, es lo que hace posible cualquier tipo de
interacción social viable, ya sea con la sociedad, familia, animales y naturaleza.;
siendo central y vital la relación con los otros, “la personalidad de un individuo se
define por las respuestas que provoca en los otros. En favor de esta concepción
se argumenta a veces que nuestras personalidades sólo son conocidas a través
32
de los juicios de los demás” (Allport, G, 1974, 58) por tal razón se considera
esencial el desarrollo de la personalidad en la infancia para el reconocimiento del
otro, ya que el otro es quien reconoce la personalidad de otro igual a él; mas si se
habla desde la infancia.
Desde la psicopedagogía, se toma el enfoque sociocultural de Lev Vigotsky,
quien señala que lo biológico es importante en el desarrollo del niño, pero también
lo es lo social. Vigotsky, otorga gran relevancia a las relaciones que se pueden
dar entre los niños para su aprendizaje “para él lo que las personas pueden hacer
con ayuda de otros puede ser, en cierto sentido, mas indicativo de su desarrollo
mental que lo que pueden hacer por si solos” (colectivo de autores de la
Universidad de la Habana, 1996) Para Vigotsky el aprendizaje es un proceso
social “la interacción y la dimensión social son, en el pensamiento de Vigotsky y
los activadores fundamentales de toda educación. El sujeto aprende de los otros y
con los otros” (Rodrigo, M 1999; 33)
De esta forma señala dos niveles evolutivos que el niño debe alcanzar, el de sus
posibilidades reales y el de sus posibilidades para aprender con ayuda de los
demás, “la diferencia entre estos dos niveles se les denomina zona de desarrollo
próximo” (colectivo de autores, 1996)
Esta relación que Vigotsky promueve entre lo biológico, lo social y lo psicológico,
inciden en el desarrollo de la personalidad “A partir de las interacciones que se
producen en el micromedio institucional y de la clase, de los tipos de actividad que
33
en ellos se desarrollan, es que se pude explicar el proceso de formación de la
personalidad del educando” (colectivo de autores de la Universidad de la Habana,
1996)
Para el enfoque pedagógico se retoma la Pedagogía Afectiva expuesta por
Miguel de Zubiria, en ella señala que “la efectividad define un tema crucial de la
naturaleza humana. Las psicoterapeutas Leslie Greenberg y Sandra Paivio
recalcan cómo para muchos psicoterapeutas expertos, así como para muchos
psicólogos teóricos, se hace cada vez más evidente que el sistema afectivo
constituye un elemento crítico, tanto para la comprensión como para el cambio de
la experiencia y de la conducta humana. Al retomar el espíritu de Jean Piaget,
asumen que las emociones establecen las metas, mientras que las cogniciones y
el aprendizaje proporcionan los medios para conseguirla o no. Los psicoterapeutas
concluyen que en un análisis último nosotros somos nuestros sentimientos y el
modo como nos entendemos con ellos. Sentir es el proceso de ser” (De Zubiria M.;
2004, 307)
Los planteamientos principales que trabaja la pedagogía afectiva, son la amor a sí
mismo, el amor a otros y el amor al mundo; esta va enfocada a la formación de
sujetos integrales es decir que no desconoce la importancia de lo cognitivo, pero
que su mayor incidencia esta en el trabajo afectivo. Pues esta afirma que lo
afectivo es lo que lleva a la creación de las metas y lo cognitivo lo que las hace
realidad.
34
Por esta razón el enfoque pedagógico que se le da a esta investigación es de
carácter afectivo (la Pedagogía Afectiva) ya que se puede decir que desde la
educación de los sentimientos se fomenta el desarrollo de seres integrales
capacitados para comprender y reflexionar positivamente ante los
comportamientos del otro y las características de su medio personal y social.
Marco conceptual
A continuación se expone en el marco conceptual, los conceptos más importantes
dentro de las teorías.
Valor “son un tema de actualidad, forman parte de la persona y de su realidad
siendo una base fundamental en la vida del ser humano, trascendental e
inseparable de la persona” (Cortina, A, 2005; 16)
“Los valores se identifican con la creación material y espiritual, son cualidades
internas o externas al sujeto, y por tanto, cualidades de los componentes de la
estructura de la personalidad; se manifiestan a través de la actividad humana, en
guías o principios de conducta; y se estructuran por las circunstancias cambiantes
de la realidad” (Arana, M, 1999)
“El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede contemplarse desde
variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores son
objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son
subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los
35
valores son circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física
en que surgen” (Guervilla, 1994, 32).
Educación en valores “La Educación en Valores es un proceso humanizador y
pluridimensional que significa redimensionar lo socialmente significativo de la
realidad y, del proceso educativo en la formación del estudiante, que contribuye al
desarrollo de la personalidad”. (Batista, N. 2002)
Valor “reconocimiento del otro”
Es así que se define el valor “reconocimiento del otro” como la actitud que cualifica
rasgos de la personalidad, que propicia un comportamiento de autoestima y de
aceptación del otro en su diferencia con amor, amistad y cuidado, para establecer
relaciones que permitan compartir y cooperar con los demás por el bien común
Aprendizaje Cooperativo (AC), estudiado por el profesor Juan de Dios Arias
Silva, quien señala que el “aprendizaje cooperativo, es una poderosa herramienta
metodológica que le va a permitir potenciar situaciones potenciadoras del
aprendizaje” (Arias, J. 2005; 12)
Presenta el ambiente de Aprendizaje Cooperativo, como “aquél en el que los
estudiantes trabajan en grupos pequeños de manera conjunta, asegurando que
todos lleguen a dominar el material asignado. En este ambiente los estudiantes
observan que su meta de aprendizaje es alcanzable si y sólo si los otros
estudiantes de su grupo lo alcanzan” (Arias, J. 2005; 13)
36
Estrategias de educación en valores:
“El sistema de conocimientos teóricos, prácticos y actitudinales que se despliegan
en el proceso de formación del profesional a través de un conjunto de acciones
docentes interdisciplinarias, intencionalmente definidas, para lograr el desarrollo
de la personalidad del estudiante”. (Arana, M; 2004)
Marco legal
Surge en Colombia la necesidad de hacer que los valores, los derechos
humanos, democracia, participación ciudadana, entre formen parte importante
en la educación, y es así como La Constitución Política de 1991 ubica a los
colombianos frente a un nuevo paradigma, que toca todos los espacios de la
vida social, y entre ellos de manera muy especial, el ámbito educativo. La
Constitución sugiere la construcción de un nuevo país fundado en los
principios de la democracia participativa, en el respeto y valoración a las
diferencias de todo orden y en los valores de la justicia, la libertad, la igualdad
y la solidaridad.
La constitución de 1991 establece que: “En todas las instituciones de
educación, oficiales y privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución
y la instrucción cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el
aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana”.
(Constitución política de Colombia. 1991; art 41)
37
En el capítulo uno, sobre los derechos fundamentales Artículo 67, se hace un
especial énfasis en la práctica de los valores, tanto dentro de la familia, como en la
escuela, con el fin de formar al colombiano en el respeto a los derechos humanos,
la paz y la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el
mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.
(Constitución política de Colombia. Art. 67año 1991)
Ante la relevancia de los preceptos dados en la constitución, políticos y
educadores se pusieron a la tarea de reglamentar las disposiciones legales,
que facultarían a las entidades educativas a desarrollar esos preceptos
constitucionales. De ese trabajo colectivo nace en 1994 la ley 115, en la que se
plasma los fines y objetivos de la educación nacional, se crean los espacios y
mecanismos para hacer viable la construcción de la democracia, y así
revitalizar los valores éticos, políticos, estéticos, cognitivos entre otros.
Es así, como la Ley General de Educación establece parámetros fundamentales
para el desarrollo de las personas. Plantea el desarrollo de la personalidad como
parte de la educación integral, una educación orientada hacia la formación de un
individuo, cabal en todas sus dimensiones y contribuir así a fortalecer procesos
de socialización y el libre desarrollo del sujeto; teniendo en cuenta también la
formación en todas sus áreas, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual,
social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.
La Ley General de Educación hace énfasis en la enseñanza de los derechos y los
valores democráticos, así como el respeto por los derechos humanos y políticos,
38
la creación de una conciencia de la soberanía nacional, e insta a todas las
instituciones educativas a realizar prácticas democráticas, para el aprendizaje de
los valores de la participación y organización ciudadana.
Es interesante evidenciar como la Ley General de Educación promueve el
reconocimiento del otro, poner pie de página para aclarar teniendo en cuenta
que éste se da a partir de reconocer las diferencias del otro y de respetar su
identidad, su contexto tanto social como cultural y a aprender a vivir con el otro en
sana convivencia.
La Ley General de Educación trabaja el reconocimiento del otro desde la
sexualidad sana y el conocimiento de sí mismo y de la autoestima, la construcción
de la identidad sexual dentro del respeto por la equidad de los sexos, la
afectividad, el respeto mutuo y prepararse para una vida familiar armónica y
responsable.
Es de esta forma como la Ley General de Educación establece como obligatorio,
la formación de la ética y la moral en todos los planteles educativos, a través del
currículo, de los contenidos académicos pertinentes, del ambiente, del
comportamiento honesto de directivos, educadores y personal administrativo, de la
aplicación recta y justa de las normas de la institución, y demás mecanismos que
contemple el Proyecto Educativo Institucional. Es de esta manera como instaura
otros espacios y otras acciones para el desarrollo del currículo en ética y valores
humanos, en todos los establecimientos educativos del Estado y privados, como
39
son: El Gobierno Escolar, El Manual de Convivencia, El Personero de los
Estudiantes, El Servicio Social Estudiantil, El Servicio de Orientación Estudiantil.
Estos espacios y muchos otros, han sido incluidos en las instituciones educativas
con el fin de formar mejores ciudadanos, con valores, capaces de tomar
decisiones, defenderlas, pero también capaces de ver otros puntos de vista,
respetar, tolerar y convivir con otros. A través de ellos se busca respetar los
derechos humanos y educar en sus valores.
Marco contextual
Los valores han sido trabajados en la educación desde la época de la colonia, y
se han venido transformando por los cambios políticos, sociales y culturales que
se han dado en la sociedad, a tal punto que llegaron a quedar relegados al
currículo oculto, volviéndose implícitos en la enseñanza, esta transformación de
valores produjo una crisis que creó consciencia en políticos y educadores para
retomar los valores dentro de la educación. Paradójicamente, lo contrario ocurría
con el niño dentro de la educación, pues por muchos años éste fue visto como un
adulto en miniatura, al que no se le reconocía que tenía derechos, es más no se
consideraba que mereciera un trato diferente al que tenía el adulto, el niño era
totalmente invisibilizado dentro de la sociedad y por tanto en la educación “es en
el siglo XX cuando empieza a fraguarse la idea de que los niños y niñas también
tienen derechos” (Zuluaga V, 2002; 145).
40
Por muchos años esta realidad marcó a la infancia “se trata de un largo y lento
proceso que empieza con la declaración de Ginebra en 1929”. (Zuluaga V, 2002;
145). No obstante muchas personas todavía conservaban el imaginario de que los
niños y las niñas, no debían ser considerados como seres humanos y menos
como sujetos con derechos que merecieran un trato especial
Es así como en “1989 las Naciones Unidas aprueban la primera Convención
Internacional sobre sus derechos. Con ella se acepta la idea de que los niños y
las niñas tienen derechos como todos los seres humanos” (Zuluaga V, 2002; 147).
Esta concepción de niño como sujeto que tiene derechos, lleva a las naciones
a establecer pautas que respeten estos derechos, dándole un lugar especial al
niño, es así como en Colombia en el año 1991 el ministerio de educación
nacional instituye los lineamientos curriculares para preescolar o educación
inicial, estos buscan una educación integral en la formación de los niños y las
niñas en edad preescolar, teniendo en cuenta la educación integral.
Los lineamientos curriculares establecen distintos parámetros que se deben
tener en cuenta para que el currículo tome sentido y significado en los niños y
las niñas, estos complementan la enseñanza de las asignaturas con el trabajo
emocional y afectivo en los niños, es así como los principios de aprender a vivir
juntos, aprender a conocer y aprender a ser deben ser explícitos en la escuela,
y cada maestro debe tenerlos presentes a la hora de impartir las asignaturas
correspondientes.
41
A continuación se expone de manera concreta cuatro principios que rigen y
articulan la educación preescolar en Colombia:
Aprender a ser. Más que nunca, la función esencial de la educación es
propiciar en todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de
sentimientos y de imaginación que se necesitan para que sus talentos
alcancen la plenitud y de esta manera puedan ser artífices, en la medida de lo
posible, de su destino. “El desarrollo tiene por objeto, el despliegue completo
del hombre con toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de
sus compromisos, individuo, miembro de una familia y de una colectividad,
ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños”. (MEN, 1998)
Este desarrollo del ser humano que va del nacimiento al fin de la vida, es un
proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo, a través de
las relaciones con los demás; de la individualización en la socialización.
Aprender a conocer.
Este tipo de aprendizaje puede considerarse a la vez medio y finalidad de la
vida humana. En cuanto medio, consiste para cada persona en aprender a
comprender el mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con
dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los
demás. Como fin, su justificación es el placer de comprender, de conocer, de
descubrir. Aprender para conocer supone aprender a aprender, para poder
42
aprovechar la posibilidad que ofrece la educación a lo largo de la vida. (MEN,
1998)
Aprender a hacer.
Aprender a conocer y aprender a hacer son en gran medida, indisociables.
Tienen que ver con el desarrollo de competencias para que los seres humanos
sean capaces de hacer frente a diversas situaciones y problemas, y a trabajar
en equipo. Supone, para los niños y las niñas, la participación en la planeación,
realización y elaboración de una tarea común; la creación de una dinámica que
favorezca la cooperación, la tolerancia y el respeto y, además, la potenciación
de aprendizajes verdaderamente significativos en situaciones que tienen valor
especial para el que aprende a través de la acción, intercambio de información
con los demás, toma de decisiones y puesta en práctica de lo aprendido. Lo
anterior se ratifica en Colombia para la educación infantil. (MEN, 1998)
Aprender a vivir juntos: Aprender a vivir juntos es aprender a vivir con los
demás, fomentando el descubrimiento gradual del otro, la percepción de las
formas de interdependencia y participación, a través de proyectos comunes
que ayudan prepararse para tratar y solucionar conflictos. (MEN, 1998)
Como se puede evidenciar dentro de los principios de los lineamientos curriculares
hasta aquí expuestos, estos apuntan hacia una construcción de sujeto integral,
capaz no solo de desarrollarse cognitiva sino también social y afectivamente, esta
percepción de ser humano integral hace que las autoras de esta monografía, se
convenzan cada vez más sobre la necesidad, pertinencia e importancia que tiene
43
explicitar e intencionar dentro de la educación, el valor “reconocimiento del otro”,
ya que éste incide en el desarrollo de todas las dimensiones del niño, aportando
de manera significativa a la formación de su personalidad.
Estudios y programas internacionales de Educación en Valores que se
adelantan en la educación en Colombia.
El llamado que han sentido las naciones tanto en la necesidad de educar en
valores como en dar un lugar especial a la infancia, ha permitido que se adelanten
estudios que promuevan los valores en la sociedad y en las diferentes culturas
“Por fortuna la tendencia que se avecina en los comienzos del siglo XXI y como
una recomendación de la UNESCO, los foros y congresos internacionales sobre
educación, consiste en recuperar la senda de formación axiológica y así nuestra
sociedad esté conformada por individuos integrales formados sólidamente en
conocimientos y educados en ética moral y valores para que cumplan a cabalidad
con su encargo social” (Botero. C. 2005; 21)
Es así como desde 1995 empieza a surgir un proyecto internacional por Brahma
Kumaris, para conmemorar el cincuentenario de las Naciones Unidas, llamado
"Compartir nuestros valores para un mundo mejor" basado en 12 valores
universales, desde ahí se comienzan a hacer una serie de estudios dando origen a
muchos programas de “valores para vivir”, de allí surge el que actualmente se
promueve por la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones
Unidas (UNESCO), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),
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Brahma Kumaris World Spiritual University (BKWSU), este programa es “Valores
para Vivir: Un Programa Educativo” (VPVPE) es un programa educativo basado
en los valores. Ofrece una gran variedad de actividades para experimentar con los
valores así como metodologías prácticas para profesores y facilitadores. Su
objetivo es promover en los niños y jóvenes la exploración y el desarrollo de los
valores partiendo de doce valores universales claves: Cooperación, Libertad,
Felicidad, Honestidad, Humildad, Amor, Paz, Respeto, Responsabilidad, Sencillez,
Tolerancia y Unidad. El programa VPVPE contiene también unidades especiales
para usar con padres, voluntarios, refugiados y niños afectados por la guerra.
Este programa ya funciona en más de 1500 lugares de 62 países entre los que
se encuentra Colombia. Los resultados piloto obtenidos en las escuelas indican
que los estudiantes son receptivos a las actividades con valores y se interesan
en el debate y aplicación de valores. Los profesores informan no solo de un
descenso del comportamiento agresivo, sino que también dan cuenta de que
los estudiantes están más motivados y exhiben un incremento de sus
habilidades sociales y personales más positivas y cooperativas.
Por otro lado La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) consciente de la
importancia de educar en valores, adelantó en la ciudad de Bogotá una
investigación sobre “Convivencia y Conflictos en Instituciones Escolares de
Bogotá” el objetivo principal fue el de “conocer y contrastar opiniones de docentes
y alumnos acerca del clima de convivencia que existe en los centros escolares del
Distrito, así como la incidencia, impacto y consecuencias de los conflictos que se
45
producen en ellos”. (OEI, Noticias, 2007). Los resultados de esta investigación se
tomaron para hacer un análisis comparativo, con otros centros educativos de
Iberoamérica. Para dicho efecto, se escogieron cincuenta centros de educación
básica secundaria y media técnica
A continuación se mostrará un pequeño avance de los resultados obtenidos por la
OEI, que se publicaron en su página web: http://www.oei.es/
La convivencia escolar, se trazó como uno de los temas centrales del informe de
la OEI, por su prioridad no solo en el desarrollo de los adolescentes y jóvenes,
sino porque también debería serlo en la educación escolar. El clima de
convivencia precisamente refleja el funcionamiento de las instituciones educativas,
de las relaciones sociales y la violencia del entorno en el que adelantan su trabajo
los docentes.
Algunas de las principales consideraciones del informe que merecen especial
atención por parte de la comunidad educativa, padres de familia y estudiantes en
general, tendientes a mejorar el clima de convivencia escolar y fortalecer los
procesos individuales de formación son:
En primer lugar, especial atención a los aprendizajes relacionados con la
educación emocional y moral y que depende en gran medida de la educación
familiar. El estudio hace hincapié en este punto, toda vez que la educación
46
secundaria en Colombia y en Latinoamérica, sigue centrada en las
competencias intelectuales.
En segundo lugar, ayudar en el desarrollo de un juicio moral autónomo, es
decir, a que los jóvenes se sientan a gusto consigo mismos, a que
aprendan y consideren que el bienestar de los demás es tan importante
como el propio. El informe advierte sin embargo, que no es tarea fácil y los
docentes no están muy preparados para adelantar esta labor o están
desprovistos de recursos para hacerlo bien, pero este enfoque educativo es
primordial en la formación de la juventud.
Finalmente, la investigación advierte que el contexto social y familiar es
fundamental para comprender e interpretar lo que sucede en la escuela. Los
conflictos, entendidos en este estudio como “confrontaciones” y que se
presentan en los centros educativos, corresponden al ámbito de las relaciones
Inter-personales, ante los cuales es preciso poner en marcha medidas
específicas para su manejo, como para su solución. (OEI, 2007)
Otro resultado que arrojó esta investigación es que en los centros educativos
de Bogotá una de las formas de agresión más usadas es el rechazo con un
15,5 por ciento, mientras que en las instituciones educativas de ciudades como
Buenos Aires, Santiago, México, San Juan de Puerto Rico y Brasilia el
promedio de rechazo es 11,2 por ciento. Un aspecto importante que se
destaca es que, en los colegios de Bogotá es donde más roban y donde los
alumnos generan más desorden en clase producto del mal manejo en
47
ocasiones de los profesores pues emplean métodos que ridiculizan a los
estudiantes para mantener la disciplina en las aulas. (OEI, Noticias 2007)
Estas realidades observadas por la OEI durante su investigación, también se han
podido ver reflejadas dentro de las instituciones en las que se ha realizado la
práctica pedagógica, y a través del estudio de la Educación en Valores se ha
entendido que esto va más allá de malas relaciones entre los niños y niñas, pues
lo que está de por medio es la formación de éste como ser social, el desarrollo de
su personalidad y es necesario trabajar sobre ello en la escuela, a través de los
currículos y las asignaturas de manera transversal intencionado y explicitando la
educación en valores, siendo esto responsabilidad de todos los docentes y de la
creación de ambientes pedagógicos institucionales ya que los niños y las niñas
permanecen mucho tiempo allí y es otro lugar de socialización, de encuentro, que
hace parte trascendental en la formación del niño y niña.
En el marco de estas situaciones educativas, y bajo el convencimiento de que
educar es ayudar a aprender conocimientos y comportamientos sociales para
convivir y transformar hacia el desarrollo humano sostenible, ha sido preocupación
sistemática durante las prácticas educativas realizada por la autora , que ha visto
que el desconocimiento que el niño y la niña tienen acerca de su compañero lo
lleva muchas veces a no relacionarse bien con el otro, a violar sus derechos, a
negarle favores, a maltratarlos físicamente, entre otras acciones. Por tanto se
considera que un valor que es necesario rescatar en la vida del niño y de la niña
es el valor “reconocimiento del otro” para que el niño pueda ver al otro como un
48
igual y como una persona valiosa con la que puede jugar, estudiar, compartir,
entre muchas actividades.
En el cierre del Seminario Internacional “Educación en Valores y Convivencia
Escolar”, organizado por la (OEI), el ministro de Educación de la Nación de
Argentina, Juan Carlos Tedesco, señaló lo siguiente: “tenemos que formar una
ciudadanía que consciente, voluntariamente, decida respetar al otro, no
expulsarlo. Y en este sentido, debemos volver a construir la escuela como lugar
para la inclusión social” (OEI, 2007)
Esta inclusión social a la que el ministro Tedesco hace referencia, tiene que ver
con ese “reconocimiento del otro” propuesto dentro de esta monografía, pues el
objetivo que se busca es que el niño respete al otro, que lo acepte en lugar de
rechazarlo; para lograrlo se considera que este reconocimiento del otro debe ser
potenciado a través del aprendizaje cooperativo ya que esta acción lleva al niño y
a la niña a formar de manera integral su personalidad pues se promueven
procesos de descentración, conocimiento de sí mismo y del otro, autoestima,
autonomía, responsabilidad, ya que el aprendizaje cooperativo, demanda que los
estudiantes realicen grupos pequeños, en los cuales los integrantes trabajen
juntos hasta que todos hayan entendido la actividad que se está realizando,
siendo los mismos niños los que se ayudan, y se explican.
49
Ahora bien, la autora de esta monografía considera que las situaciones
conflictivas reflejadas por los niños de educación básica y media, es decir en los
jóvenes, no son producto de un momento o circunstancia difícil, sin duda alguna,
ellos solo reflejan lo que han construido durante su infancia, por tanto, se
considera que esta educación en el reconocimiento del otro, no se debe esperar
para abordarla cuando llegan a la primaria o en el bachillerato, se tiene que
comenzar a educar en el valor “reconocimiento del otro” a los niños y niñas desde
su infancia. Por tanto, los jardines infantiles que atienden a esta población, deben
pensar la infancia desde este aspecto y promover una educación en valores que
les permita desarrollar estrategias desde las diferentes edades y etapas de
madurez, que contribuyan a la preparación hacia el reconocimiento del otro y para
el reconocimiento del otro, desde el propio reconocimiento individual reconocer a
los otros niños, como sujetos valiosos con los que se puede construir una relación
armoniosa a pesar de las diferencias que existan entre ellos.
50
CAPITULO I “FUNDAMENTACIÓN DE LA EDUCACIÓN DEL VALOR “RECONOCIMIENTO
DEL OTRO” CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS A CUATRO AÑOS.
Ante la importancia que tienen los valores dentro la educación expuestos en el
marco teoríco, este capítulo se dedica a la fundamentación teórica de la
importancia que tiene educar a los niños y niñas de dos a cuatro años en el
valor “reconocimiento del otro”. Para esto se realiza un estudio teórico acerca
de los valores, Educación en Valores, el Valor “reconocimiento del otro” y se
hace una mirada del desarrollo biológico, psicológico, social y de la
personalidad de los niños y niñas a estas edades, para demostrar la
pertinencia del desarrollo de este valor con los niños y niñas de dos a cuatro
años.
La importancia que los valores tienen en la formación del hombre como
persona, han sido objeto de estudio desde tiempos antiguos hasta la
actualidad, los fundamentos más importantes de los grandes pensadores
clásicos se condensan en una concepción humanística de la educación del
hombre. Según Graciela Calle en la concepción Aristotélica, “el fin último de la
educación es la felicidad. Mas, para alcanzarla, es necesario aprender a vivir
bien, a actuar conforme a la naturaleza humana, al modo de ser propio del
hombre. (Calle, G. 2007; 346).
Aristóteles define valor como una virtud. Por tanto educar en valores consiste
en educar moralmente, puesto que se enseña al sujeto a comportarse como
51
persona dentro de un contexto social, a establecer relaciones entre los
miembros que componen éste y su naturaleza, de esta manera se empieza a
convencer de la importancia de lo que lo rodea como, las personas, la
naturaleza y las cosas de lo que está compuesto el mundo en el que habita, de
lo que vale y de lo que no y a su vez le atribuye valor. “El hombre se halla
inmerso en un mundo de valores, creado por él mismo, desde el momento que
comenzó a descubrir el sentido del ser y de la vida o a valorar.” (Calle, María.
G. 2007,)
En la actualidad existen muchos estudios relacionados con los valores y
muchos conceptos sobre lo que se puede entender por “valor”. El dilema entre
el objetivismo y el subjetivismo como corrientes axiológicas señalan dos
posturas muy interesantes desde las cuales se pueden asumir los valores, (el
debate aquí es “si el hombre crea el valor o lo descubre” (Guervilla, 1994; 31).
No obstante hay quienes consideran que no es necesario encasillarse en una
de estas posturas sino que ambas pueden estar incidiendo en el desarrollo del
ser humano, lo cual es compartido por la autora de esta monografía.
Teniendo en cuenta que el ser humano es biopsicosocial, y que el niño debe
desarrollarse de manera integral, se considera que no es bueno fragmentarlo e
intentar establecer esta propuesta en una sola dimensión de su desarrollo,
sino al contrario potenciar todas sus dimensiones, lo cual sustenta esta
investigación.
52
Para Guervilla “El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede
contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición
metafísica, los valores son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión
psicológica, los valores son subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y
desde el aspecto sociológico, los valores son circunstanciales: valen según el
momento histórico y la situación física en que surgen” (Guervilla, 1994, 32).
Por su parte, la doctora Martha Arana considera que “los valores se identifican
con la creación material y espiritual, son cualidades internas o externas al
sujeto, y por tanto, cualidades de los componentes de la estructura de la
personalidad; se manifiestan a través de la actividad humana, en guías o
principios de conducta; y se estructuran por las circunstancias cambiantes de
la realidad” (Arana, M, 1999).
Al hablar de los valores, no se debe pensar solo en los éticos “La educación en
Valores no debe limitarse a lo ético, sino tener presente que en el proceso hay
que desarrollar otros valores que son importantes como los valores estéticos,
los políticos, los intelectuales, los que en su conjunto contribuyen al desarrollo
de la personalidad. Por lo que la educación en valores es pluridimensional”
(Arana M, otros, 2002; 9)
Tampoco se debe pensar en la Educación en Valores como la forma de
remediar un conflicto, pues lo que se pretende incidir es en la formación de la
personalidad del niño, de su integralidad a través de vivencias dentro del
53
campo educativo, sin dejar de lado los conocimientos, pues la Educación en
Valores potencia los tres procesos de la educación que son: instructivo,
capacitivo y educativo (Álvarez, C. 1999; 56) que se relacionan con
conocimientos, habilidades y valores, y que inciden respectivamente en el
saber, saber hacer y ser.
Ahora bien, la educación en valores busca intencionar los valores dentro de la
educación, sin embargo por su carácter integral se ha manejado desde el
currículo oculto en las instituciones educativas, afirmando algunas personas
que los valores se pueden expresar a través de todos nuestros actos. No
obstante, lo único que se ha logrado es que los valores se difuminen
quedando en ocasiones en el aire sin lograr los objetivos deseados, por tanto
algo que se debe considerar importante en la educación en valores es que ésta
se haga evidente dentro del currículo de manera transversal.
De ahí se expresan tres razones para desarrollar una pedagogía de la
educación en valores: intencionar, explicitar y particularizar. Demostrando así
que el maestro es el que debe encaminar la enseñanza, rescatando lo
socialmente significativo de la realidad. Los valores tienen que salir del
currículo oculto, responder a los requerimientos de la sociedad, tener en
cuenta las particularidades de las personas que se están formando y los
problemas que atañen a la educación en valores. Entonces “La educación en
valores es un proceso sistémico, pluridimensional, intencional e integrado que
54
garantiza la formación y el desarrollo de la personalidad consciente; se
concreta a través de lo curricular, extracurricular” (Arana M. 2006.)
Dentro de la educación en valores, se proponen varios modelos, estos se
identifican como: proceso de socialización o de adaptación y asimilación a las
normas sociales existentes; proceso de clarificación personal, encaminado al
esclarecimiento y desarrollo de los valores con que se identifica el sujeto,
según sus preferencias y cultura; proceso de desarrollo de las capacidades de
juicio, que permite valoraciones y razonamientos acordes al deber ser; modelo
de proceso de formación del carácter o del conjunto de hábitos virtuosos
asociados a una cultura propia del contexto y el de desarrollo de la
personalidad. (Puig, J., 1998)
El modelo al que se hace referencia en esta monografía es el de la
construcción de la personalidad moral. Por consiguiente, la construcción de la
personalidad requiere de:
Un proceso de adaptación del individuo hacia la sociedad y hacia sí mismo.
La adquisición por parte del sujeto de elementos culturales, que tienen una
significación positiva y que constituyen horizontes normativos (Puig. , R; 1998:
190 ) que han sido deseados por la humanidad en todos los tiempos: justicia,
solidaridad e igualdad.
Determinadas capacidades de juicio, comprensión y autorregulación que
permitan la autonomía del sujeto ante determinadas situaciones y conflictos.
55
En este modelo se entiende a los valores como un producto cultural, busca
alcanzar una preparación para la vida y para la realización personal en un
contexto determinado, con la condición clara de que se trata de formar no para
la aceptación, sino para la transformación en busca del redimensionamiento
humano.
Este modelo integra los aspectos positivos de los otros modelos de educación
moral mencionados anteriormente, estos son analizados desde el enfoque
histórico-cultural, lo que permite enriquecer el mismo desde esta perspectiva,
y poder tenerlo en cuenta en la concepción metodológica que se propone,
donde además se busca el desarrollo de la personalidad no solo moral, sino
en todas aquellas dimensiones que contribuyen al desarrollo de la
personalidad del niño, por lo que a partir de este momento se hablará de
desarrollo de la personalidad por ser ese el fin de la educación.
En esta investigación el concepto de personalidad es entendido como una
formación humana especial “producida”, creada por las relaciones sociales en
las cuales el individuo entra a través de la actividad en el sistema de rasgos
sociales significativos (Leontiev, A.; 1981)
El proceso real de formación de la personalidad debe partir de las
posibilidades que ofrece la sociedad, para que la persona ocupe un lugar
adecuado dentro de la actividad social y pueda constituirse en sujeto social,
que influya por supuesto en la transformación de estas posibilidades. El
56
postulado de que “La personalidad es un proceso continuo, consistente en
una serie de estadios en constante sucesión, cuyas particularidades
cualitativas dependen de condiciones y circunstancias concretas”; (Leontiev
1983:173) sirve de base para convertir el trabajo educativo en un elemento de
formación personal, a través de la elección de tareas y aceptación de
compromisos por parte del niño, que los convierta en un investigador activo
que explota y cambia el medio.
Uno de los aportes fundamentales del enfoque histórico cultural es la
concepción dialéctica de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo, donde el
aprendizaje está en función de la comunicación y del desarrollo. El "área de
desarrollo potencial o zona de desarrollo próximo", es precisamente el eje de la
relación dialéctica.
Es precisamente esta concepción dialéctica del aprendizaje y del desarrollo la
que engendra la diferencia respecto a la teoría genética de Piaget y, a la
concepción por etapas del desarrollo. "Los estadios no dependen directamente
de la edad, sino del contenido concreto que el niño aprende a dominar"
(Rubinstein, 1967: 193). Por ello, este modelo resalta el valor del contenido, del
maestro, la motivación y de los ambientes pedagógicos e institucionales, que
estos producen como aspectos de singular importancia en la educación en
valores.
57
Ahora bien, teniendo presente las experiencias mencionadas en la justificación
de esta investigación, se encuentra que un valor importante para trabajar con
los niños y niñas e incidir de manera positiva en el desarrollo de su
personalidad y en su relación con otros es el valor “reconocimiento del otro”,
puesto que los niños a través de la interacción social van formando su
personalidad, el valor “reconocimiento del otro” contribuye al desarrollo
personal desde la relación social, y la convivencia con los otros.
Se expone la idea de reconocimiento del otro, teniendo presente que en sus
primeros años de vida el niño está formando su identidad, su personalidad y
que lo que no se potencie en los primeros años, será más difícil abordarlo
después. Ema León en su estudio sobre la otredad señala que “la identidad del
yo viene de afuera, la presencia real de ese otro es previa a cualquier
concreción que el yo haga de él” (León. E; 2005, 70) dejando ver así que el
compañero representa una gran importancia en esa formación y afirmación del
yo.
El niño es el reflejo de los otros seres humanos, lo que éste es, depende de
su condicionamiento biológico y también de lo que viene de afuera, a través
de las relaciones con los otros, que le trasmiten vivencias, comportamientos,
lenguajes, conocimientos es decir culturas. Él va tomando una referencia de
los otros para formar su yo, como quien se mira en un espejo y ve su reflejo en
el, desde su propia identidad, la cual a su vez se desarrolla. Precisamente ese
reflejo que él ve es lo que ha visto en otros que lo construyen y le dan esa
58
concreción, ya que el sujeto no existiría si no hubiera otro que lo nombre. Por
esto es trascendental el otro; que me nombra, me constituye y me da la
existencia en un medio social (Freire. P. 1970)
Ya que no hay un yo sin otro, y no hay otro sin un yo, como no puede haber un
aquí sin un allá ni un allá sin un acá. Como lo señala Paulo Freire en la
pedagogía del oprimido, al estar en contra de la educación como práctica de
la dominación, que aísla, niega, desliga al hombre del mundo, dice que el
mundo no podría existir si no hubiera un hombre con conciencia de esa
existencia y de esa misma forma no existiría el hombre si no hubiera otro que
tuviera conciencia de su existencia, “En verdad, no existe un yo que se
constituye sin un no-yo. A su vez, el no-yo constituyente del yo se constituye
en la constitución del yo constituido. De esta forma, el mundo constituyente de
la conciencia se transforma en mundo de la conciencia, un objetivo suyo
percibido, el cual le da intención” (Freire, P.1970; 89) Esto nos permite pensar
que los niños también necesitan de ese otro que lo nombre, que lo constituya y
que le dé sentido a su existencia.
En el niño, a pesar de su corta edad ya se puede hablar de un reconocimiento
de otro, puesto que existen estudios que afirman que antes del nacimiento en
su proceso de formación intrauterina percibe la voz de la madre y puede
reconocerla al nacer, “La voz de la madre ya está inscrita en la psiquis del
bebé cuando nace. Esta inscripción comienza hasta el final del cuarto mes de
gestación, cuando la capacidad auditiva del feto se organiza de tal manera que
59
las informaciones sonoras ya son accesibles a su aparato auditivo”. (Cabrejo,
E. 2003; 12) Es por esta razón que el bebé identifica a su madre de otras, y
distingue su voz en seguida de su nacimiento; porque la escucho desde el
vientre y cuando nace, el niño la trae ya registrada, esto posibilita que venga al
mundo con unas estructuras cerebrales que le ayudarán a reconocer e
identificar la voz de su madre de muchas otras, está reconociendo a esa otra
persona, en ese caso su mamá. “Este reconocimiento recíproco y permanente
de la ínter subjetividad funda el lenguaje, cada uno está presente
simbólicamente en el discurso del otro y sabemos que el bebé tiene necesidad
de que se le reconozca su actividad psíquica cuando está en compañía de
adultos.” (Cabrejo, E 2003; 14). En la medida que el sujeto interactúa en el
mundo social con los otros, se irá construyendo desde el reflejo del otro porque
se identifica con este y a su vez lo está reconociendo y va aprendiendo de
esos otros que le ayudarán a formar su yo.
No obstante con lo que se ha señalado hasta el momento, sería pertinente
preguntarse, ¿es posible hablar de un reconocimiento del otro con niños de
dos a cuatro años, quienes se supone están en una etapa de egocentrismo?
Para resolver esta inquietud, la autora analizó las siguientes teorías:
Según los estudios realizados por Jean Piaget, los niños de 2 años están en un
periodo sensoriomotor y pre operacional, el cual se caracteriza por la
aparición del lenguaje. A través del juego simbólico el niño puede hacer una
representación de su mundo, puede traer a su memoria situaciones vividas
60
anteriormente. El lenguaje se convierte en un elemento clave dentro de este
proceso, puesto que es un intermediario que dinamiza y facilita en el niño las
relaciones con otros, y manifiesta su pensamiento y el origen de sus
acciones, además le brinda la posibilidad de comunicarse con los demás, y de
esta forma poder avanzar en el proceso de socialización. El lenguaje no es la
única actividad simbólica pero es la más importante, y es la lógica con la que
él entiende y se da a entender, se acerca a los otros y a su medio social.
En cuanto al desarrollo de su personalidad, está aprendiendo de sí y de sus
destrezas; aunque este proceso varía dependiendo de la cultura. Tiene apego
por sus padres, además es el momento apropiado para aprender límites de la
autodeterminación “la cantidad de conducta agresiva y de conducta
dependiente tolerada varia conforme al sexo del niño, a su cultura” (Mussen,
1971; 295). Esto quiere decir que el desarrollo del niño puede ser más lento, o
más rápido dependiendo de la cultura, y las posibilidades que el medio y el
adulto le brinden.
Gordon Allport, al explicar la personalidad de los niños de esta edad menciona
lo siguiente: “Cuando el niño puede hablar y pensar en términos de juguetes,
de zapatos, de personas, etc., dispone de medios para relacionar las cosas
con el yo. Toma un objeto, lo deja y lo vuelve a tomar; estos actos, junto con la
repetición del nombre del niño, hacen crecer en él la inferencia de que el yo es
el factor continuo en estas intermitentes relaciones” (Gordon, A. 1970; 147). Es
decir, que el niño identifica los juguetes, y que no se moverían si él no lo
61
intenciona, además puede identificar que hay cosas que él puede hacer en el
medio que lo rodea.
Gordon Allport también indica que en esta edad es importante destacar la
ayuda lingüística de escuchar su nombre muchas veces, esto le permite verse
a sí mismo como punto de referencia y distinto de las demás cosas y
personas.
Por tanto, hablar del reconocimiento del otro en niños de dos, años es posible
en la medida que se va dando el proceso del desarrollo del lenguaje, que le va
a permitir al niño expresar con pequeñas palabras una gama de sentimientos,
emociones y relaciones con los otros, que le ofrecerá un sinnúmero de
posibilidades de acercamiento y reconocimiento con otros. Es así, como se
propone un “reconocimiento del otro” como una etapa de percepción de
existencia de otros, e inicio del respeto o del establecimiento de relaciones, a
partir de juguetes que le permitan al niño a través de sus acciones manifestar
sus sentimientos. Además en este reconocimiento, es importante que el
maestro intencione en el niño un cuidado de sí mismo y de los juguetes. Es
necesario destacar que en todas éstas acciones de los niños ya está presente
el otro como sociedad, a través de su cultura material y espiritual, que éste
capta y desarrolla como parte de sí.
Según Aurelio Carrillo, el niño de tres años se caracteriza por ser egocéntrico,
esta etapa va de los tres a los seis años, “el niño vive en egocentrismo lógico,
62
el centro del universo es él, todo gira a su alrededor, no distingue con facilidad
lo real de lo ideal, todo le parece que es así, real. Su pensamiento, por eso es
sincrético, está abierto a todo” (Carrillo, A; 1998; 57). Lo anterior, no niega que
en esta etapa de desarrollo de su personalidad los niños estén en permanente
relación con el medio ambiente, y que la acción familiar y escolar pueden y
deben incidir en la capacidad de distinguir la realidad, a través de ir
reconociendo al otro y afirmando su yo.
Según Piaget, los avances del niño de tres años en cuanto al desarrollo
físico, motor, cognoscitivo y del lenguaje, son determinantes, fundamentales
para la facilidad y la rapidez de la socialización. El yo social se desarrolla con
otras personas, lo manifiesta a través de sentimientos y es portador de
empatía y simpatía. (Carvajal M y otros, 1995; 146)
El lenguaje sigue siendo un elemento fundamental durante esta edad, “el
lenguaje como la facultad humana gracias a la cual los seres humanos
elaboran su representación del mundo natural y social. Construyen los nexos
en la interacción social y recrean sus experiencias mediante la configuración
de nuevos mundos a partir de la significación. De manera que el lenguaje se
constituye en un proceso totalizante de naturaleza social.” (Rodríguez, Luna,
2002; 24). Es decir, el desarrollo del lenguaje solo se produce en la interacción
con los demás, y éste se aprende en dicha relación y a través del otro.
63
En cuanto a esta edad, también Piaget señala que “El pensamiento y el
lenguaje pre conceptuales son notablemente egocéntricos. El niño es incapaz
de ponerse en el lugar de esta persona o de ver que su punto de vista no es
sino uno de los muchos puntos de vista posibles.” (Mussen P; y otros 1979,
346), además se dice que en un niño de tres años “son inútiles los esfuerzos
encaminados a demostrarle, por medio de razonamientos, que su conducta es
absurda e inadecuada” (Carvajal M y otros, 1995; 146). La autora coincide con
lo anterior, no obstante, piensa que los niños a esas edades tienen las
condiciones biológicas y psíquicas para iniciar procesos de representaciones
simbólicas e ideales de su mundo más cercano, lo que implica la acción de la
familia y la escuela.
En realidad hay muchas otras teorías y descripciones acerca del desarrollo del
niño que podrían contradecir esta propuesta del reconocimiento del otro, pero
dentro de esta investigación, es claro que lo biológico en el niño, evoluciona o
se retrasa en la medida que lo social incide en el desarrollo de éste. Muestra
de ello es que como se observa en la práctica pedagógica, no todos los niños
cuando llegan a los cuatro años son iguales, cada uno es distinto y proyecta
con sus actos lo que ha aprendido de su medio, de lo que los adultos le han
rodeado. En esa medida, se piensa que la educación no debe permitir que lo
biológico determine lo social en todo momento, se reconoce que es importante
pero no debe limitar la labor docente. Sobre este aspecto, “Vigotsky considera
el aprendizaje como uno de los mecanismos fundamentales del desarrollo. En
su opinión, la mejor enseñanza es la que se adelanta al desarrollo. En el
64
modelo de aprendizaje que aporta, el contexto ocupa un lugar central. La
interacción social se convierte en el motor del desarrollo”
(http://www.psicopedagogia.com/definicion/teoria%20del%20aprendizaje%20d
e%20vigotsky)
También desde las ciencias modernas se ha estudiado el desarrollo del
cerebro de los niños, la neurociencia señala que la mente del ser humano esta
capacitada para aprender permanentemente y a diferentes ritmos, a medida
que el sujeto va teniendo nuevas experiencias se van formando circuitos que
indican que llega nueva información al cerebro, lo que permite tener otro tipo
de relaciones con su medio social, que irá enriqueciendo sus interacciones. A
medida que el ser humano va evolucionando la gama de conexiones
cerebrales, dada por nuevos conocimientos se va ampliando generando otras
aptitudes y actitudes y formas de ver el mundo.
En las primeras dos décadas de vida del ser humano el cerebro está en
plasticidad, esto permite que se abra a la experiencia que va enriqueciendo
las posibilidades humanas. A medida que se relaciona con su medio social,
dichas posibilidades se ponen al servicio de lo cognitivo desde lo social. Por
otra parte es interesante traer a colación una afirmación de Teicher quien
señala que: “el estrés en el niño hace que el proceso del desarrollo del cerebro
sea más lento y pausado” (Fraser J, 2005). Lo anterior permite afirmar que si
se ocasionan retrocesos en el cerebro a través de las experiencias negativas
del niño, también se pueden generar avances en el desarrollo del cerebro de
65
este con experiencias positivas, y por tanto la acción de la familia y la escuela,
resultan relevantes para potenciar dichos procesos.
Hoy en día las diferentes ciencias han hecho aportes al desarrollo del cerebro,
entre las cuales hay campos que están muy ligados con la infancia como son:
la biología, neonatología y la educación infantil. Ello indica que actualmente
hay avances desde la neurociencia que están aportando al desarrollo infantil,
entre estos aportes se halla las experiencias a edades tempranas, las que
influyen en el desarrollo de las vías del cerebro que afectan la actuación en la
vida adulta. Lo que indica que comportamientos adultos han sido influenciados
por manifestaciones del cerebro a edades tempranas.
Por tanto, la autora no desconoce que el niño atraviesa por un periodo
egocéntrico, y que tiene características particulares a esa edad que han sido
estudiadas por diferentes ciencias. Sin embargo, considera pertinente brindar
estímulos educativos que les permita a los niños avanzar de una etapa a otra.
Los niños tienen grandes capacidades que podrían potenciarse a través de sus
maestros, muestra de ello son los niños que a corta edad tocan instrumentos
musicales o han desarrollado otros talentos a tempranas edades.
Teniendo en cuenta que los niños permanecen la mayor parte del tiempo en
los jardines infantiles, se considera que los maestros son los directamente
responsables en desarrollar habilidades en los niños, y si esto se puede hacer
desde lo cognitivo y afectivo, también se pueden desarrollar comportamientos
66
desde lo social; esto es lo que se pretende con la educación del valor
“reconocimiento del otro”.
Por tanto, se define el valor “reconocimiento del otro” como la actitud que
cualifica rasgos de la personalidad, que propicia un comportamiento de
aceptación del otro en su diferencia con amor y cuidado, para establecer
relaciones que permitan compartir y cooperar con los demás por el bien
común.
Dicha definición describe el sistema de valores que integra el “reconocimiento
del otro” en la Educación Infantil con niños y niñas de dos a cuatro años. Los
valores no son independientes unos de otros pues cada persona los jerarquiza
y relaciona de acuerdo a sus opiniones, creencias y conocimientos, ello hace
que el maestro seleccione y defina su intencionalidad en relación con el
Proyecto educativo Institucional. Los valores que constituyen el sistema del
“reconocimiento del otro” son: autoestima, amor, cuidado, amistad,
cooperación y compartir.
Autoestima
Amor
Cuidado
Cooperación
Compartir RECONOCIMIENTO
DEL OTRO
Amistad
67
Este valor se propicia a través de las actividades escolares que los niños
realizan juntos, y que el maestro debe intencionar en sus acciones
pedagógicas, las que deben llevar al niño a interactuar con su compañero.
En síntesis lo que se pretende es educar en valores a través del valor
“reconocimiento del otro”, intencionándolo en las interacciones de los niños,
pues a través de ese valor y por tanto comportamiento, el niño va
construyendo su personalidad y construye a los otros.
68
CAPÍTULO II
DISEÑO DE ESTRATEGIAS DE EDUCACIÓN DEL VALOR
“RECONOCIMIENTO DEL OTRO” CON NIÑOS Y NIÑAS DE DOS A CUATRO
AÑOS.
Con la claridad que se tiene acerca de intencionar y explicitar los valores en la
educación, y que estos deben ser transversales en el currículo; la autora de
esta monografía se ha dado a la tarea de diseñar unas estrategias
pedagógicas, para la educación del valor “reconocimiento del otro”, con el fin
de que lo hasta aquí expuesto, no se quede únicamente en lo teórico (como
sucede en ocasiones con los valores) sino que los maestros que acceden a
esta monografía, tengan una orientación para la concreción de este valor en
su quehacer docente. Para esto, se da la definición del valor “reconocimiento
del otro”, se identifica el sistema que lo compone, se explican las etapas para
la educación de este valor según las edades de los niños, y se presentan las
estrategias, con sus objetivos y las actividades para el desarrollo de éstas.
Fundamentos Pedagógicos del diseño de estrategias de educación del
valor “reconocimiento del otro”, con niños y niñas de dos a cuatro años.
Definición de Estrategia de educación en valores
Las estrategias, pedagógicas son importantes dentro de la educación ya que
allí se concreta la acción pedagógica del docente, dentro de las estrategias se
encuentran los diferentes métodos, formas, y sistema de evaluación; utilizados
69
por los maestros para propiciar un ambiente en donde los niños puedan
acercarse al conocimiento y de esta forma se dé un aprendizaje significativo.
Dado que la Educación en Valores busca explicitar e intencionar éstos en la
educación, se considera pertinente brindar herramientas a los maestros que
les permitan trabajar los valores en sus actividades académicas, por tanto las
estrategias de educación en valores resultan ser de gran ayuda a la hora de
realizar actividades con los niños y las niñas. Las estrategias de Educación en
Valores, se definen como: “El sistema de conocimientos teóricos, prácticos y
actitudinales que se despliegan en el proceso de formación del profesional a
través de un conjunto de acciones docentes interdisciplinarias,
intencionalmente definidas, para lograr el desarrollo de la personalidad del
estudiante”. (Arana, M; 2004)
Aunque el concepto expuesto, hace referencia a profesionales, no obstante, la
autora de esta monografía considera que puede ser válido también para el
diseño de estrategias en la infancia, ya que lo importante de estas es que las
estrategias sean intencionalmente definidas por el maestro, para lograr el
desarrollo de la personalidad del estudiante.
Pedagogía Afectiva
Para trabajar estrategias de educación en valores que promuevan el valor del
“reconocimiento del otro”, se considera pertinente asumir como concepción
pedagógica la Pedagogía Afectiva expuesta por Miguel De Zubiria, quien
70
señala que sin la educación de los sentimientos, “cada estudiante sería
incapaz de discernir lo interesante, lo que le afecta, al carecer del órgano que
orienta su vida, y quedaría en condición miserable de autómata laboral” (De
Zubiría M. 2004; 303).
El objetivo principal de la Pedagogía Afectiva es educar a individuos felices, la
educación debe contribuir a la formación integral de seres humanos y no solo
a ciudadanos ambiciosos preparados para competir en el mundo laboral, como
lo Afirma Miguel De Zubiría “la educación no puede limitarse ni al razonamiento
ni a la acción, ya que otra parte importante del hombre es la afectividad” (De
Zubiría M. 2004; 305),
La intención de la Pedagogía del Afecto es apartar al individuo del aprendizaje
sistemático de las asignaturas, para esta pedagogía, definitivamente es
importante un manejo positivo del área cognitiva, pero esto no se puede lograr
de una manera rigurosa si los individuos no están plenamente en capacidad de
manejar su parte afectiva y emocional de una manera satisfactoria;
aprendiendo a conocer sus sentimientos y sus emociones los sujetos
aprenderán a manejar sus impulsos, y tendrán una reflexión más crítica de
las acciones de manera apacible y amena. Al decir de Miguel De Zubiría
sobre José Antonio Marina, en su libro “El laberinto sentimental” en la página
27: “El estudio de los sentimientos es un buen modo de comenzar, porque nos
va a permitir entrar en la sala de maquinas de la subjetividad, en nuestro
reducto mas intimo” (De Zubiría Miguel, 2004; 309)
71
Por otra parte, la Pedagogía del Afecto implica que los sujetos desarrollen una
confianza en sí mismos, se quieran y se acepten, si esto no se logra será muy
difícil entonces que se dé un desarrollo de la personalidad creíble, es decir un
individuo que crea en sí mismo, que no tema decir lo que piensa y lo que
siente y por consiguiente una persona madura que valore y respete las
personalidades y las opiniones divergentes, que se pueden dar en los
diferentes contextos que permean al sujeto.
Educar en las diferentes áreas del conocimiento es importante, todos los seres
humanos deben estar preparados para asumir la vida y ser competentes para
desempeñar las actividades y los trabajos que esta conlleva. Pero sin
individuos felices, será más difícil que se tengan resultados deseados en los
diferentes aspectos profesionales, por llamarlos de alguna forma.
Los sentimientos y el saber deben complementarse para generar una formula
positiva y capacitar a las personas para enfrentar la vida en todas sus
dimensiones. Sin una educación enfocada hacia el amor, el respeto y la
tolerancia para consigo mismo y para con otros, es decir una educación en
valores, difícilmente se encontrarán individuos satisfechos de los logros
obtenidos a lo largo de la vida, al contrario lo que se generará serán vidas sin
nada que ofrecer, en pocas palabras seres con autoestimas muy bajas e
incapaces de establecer relaciones armoniosas y pacíficas con las personas
que los rodean, por esto es importante que la educación de los sentimientos, y
72
la enseñanza de las áreas curriculares se complementen, y a partir de esto se
generen personas seguras y preparadas para enfrentar el mundo laboral y por
supuesto el personal.
De hecho, existe una dialéctica y complementariedad entre el conocimiento y
el valor, que consiste en que todo conocimiento aún el más abstracto y teórico,
tiene un condicionamiento social, histórico y contextual, que manifiesta una
expresión humana, y por tanto posee valores de la época y de su desarrollo.
Por otro lado, el valor es un conocimiento en el campo de la ética, política,
estética, y la propia ciencia; por ello los valores deben ser comprendidos para
ser interiorizados e incorporados a los comportamientos personales y sociales.
El asunto en el campo pedagógico y educativo está en combinar lo cognitivo y
lo afectivo en el aprendizaje. Lo anterior, en las edades de dos a cuatro años,
tiene la particularidad de que lo afectivo determina sobre el desarrollo de lo
cognitivo, la razón y la conciencia.
La Pedagogía del Afecto fundamenta sus principios en “el amor a sí mismo, el
amor a los otros y el amor al mundo” (De Zubiría Miguel, 2004; 309) las cuales
se complementan con el valor “reconocimiento del otro”, la Educación en
Valores y el Aprendizaje Cooperativo, “la principal ganancia para los alumnos
son los conocimientos y habilidades que adquieren. Pero además existen
otras: el interés intrínseco por lo que se enseña, el dominio de las asignaturas,
las buenas calificaciones, la aprobación del año lectivo, el certificado de
estudios, la condición de par, la interacción social no solo en los pasillos, sino
73
la que acontece en el aprendizaje cooperativo y en la colaboración entre pares”
(De Zubiria Miguel, 2004; 306) ya que el ser humano durante el desarrollo de
su personalidad experimenta todos los principios que esta pedagogía plantea.
El amor a sí mismo, el amor a los otros y el amor al mundo.
Lo expuesto hasta ahora, permite afirmar que desde que el niño es pequeño
debe primar la Pedagogía Afectiva sobre la Pedagogía Cognitiva, ya que “por
su preemencia evolutiva nuestro primer trato con la realidad es afectivo. El
neonato tiene una percepción evaluativa. Le interesan unas cosas y prescinde
de las demás. Lo que entendemos por conocimiento es demasiado fría y lejano
para una criatura tan cordial y apegada. Vive en el mundo de necesidades,
afectos y distracciones” (De Zubiría M. 2004; 307). Es así como la autora de
esta monografía, considera que la Pedagogía Afectiva resulta ser apropiada, a
la hora de implementar las estrategias de educación del valor “reconocimiento
del otro” con niños y niñas de dos a cuatro años, ya que es una pedagogía
que centra su interés en el aspecto emocional y afectivo de los sujetos, les
enseña a conocerse, a valorarse y a gobernarse, estas son las bases del amor
a sí mismo, promoviendo entonces el amor a si mismo a los otros y al mundo,
contribuyendo de esta forma a un pleno desarrollo de su personalidad,
permitiendo que se den relaciones armoniosas entre los pares que intervienen
dentro de su contexto social y cultural.
74
Aprendizaje Cooperativo
Para desarrollar las estrategias de educación del valor “reconocimiento del
otro”, se retoma la teoría del Aprendizaje Cooperativo (AC), estudiado por el
profesor Juan de Dios Arias Silva, quien señala que el “Aprendizaje
Cooperativo, es una poderosa herramienta metodológica que le va a permitir
potenciar situaciones potenciadoras del aprendizaje” (Arias, J. 2005; 12).
El ser humano es un ser social por naturaleza “ya en el siglo I, Quintiliano
afirmaba que los estudiantes obtenían grandes beneficios enseñándose unos a
otros” (Arias, J. 2005; 16) además “En 1930, en Estados Unidos, John Dewey
impulsó el aprendizaje cooperativo y lo incluyó en su famoso método de
proyecto en la instrucción” (Arias, J. 2005; 16)
Ahora bien, el aprendizaje se produce todos los días de la vida y no siempre de
una forma intencional y consiente. “El aprendizaje ocurre cuando la experiencia
causa un cambio relativamente permanente en el conocimiento o conducta del
individuo” (Arias, J. 2005; 12)
Los maestros buscan crear ambientes físicos y socialmente óptimos para
desarrollar sus actividades, sin embargo no siempre se logra, en especial
porque la planeación de enseñanza no visualiza el aprendizaje como un
proceso influenciado fuertemente por las interrelaciones positivas entre los
sujetos involucrados en el. Toda actividad que los maestros organizan en clase
está dirigida a alcanzar algunas metas, la forma en que el maestro organiza las
75
actividades para que el niño alcance esas metas propuestas, determinan un
tipo de interrelaciones específicas entre estudiantes y maestros, y éstas
definen un ambiente de aprendizaje, los cuales pueden ser:
Ambiente de aprendizaje competitivo: determina quién es el mejor. Las metas
de aprendizaje son comunes para todos, pero solo unos pocos podrán
alcanzarlas “el éxito propio nace del fracaso de los otros” (Arias, J. 2005; 13)
Ambiente de aprendizaje individualista: El estudiante trabaja individualmente
en metas propias de aprendizaje, “alcanzar una meta no implica interacción
con el otro” (Arias, J. 2005; 13)
Ambiente de aprendizaje cooperativo: trabajar en grupos pequeños de manera
conjunta, solo se puede alcanzar una meta cuando todos los del grupo están
listos. “los estudiantes observan que su meta es alcanzable si y sólo si los
otros estudiantes de su grupo la alcanzan” (Arias, J. 2005; 15)
Sin importar la edad de los niños, el maestro siempre estará promoviendo
alguno de estos aprendizajes, y vale la pena recordar que el Aprendizaje
Competitivo y el individualista harán que los niños que se vayan quedando
atrasados, se releguen aún más. “en el aula ideal, todos los estudiantes deben
aprender cómo se trabaja cooperativamente con los demás, cómo se compite
por gusto y por divertirse y cómo se trabaja de forma autónoma por sí mismo”
(Arias, J. 2005; 15)
76
Es por esto que dentro del Aprendizaje Cooperativo, no se pueden desechar
las otras dos formas de aprendizaje, “si la cooperación es la única forma en
que los estudiantes aprenden en la escuela, entonces nunca podrán aprender
a competir apropiadamente ni tampoco tendrán la oportunidad de aprender de
un modo autónomo. Por tanto, el trabajo competitivo y el individualista deben
complementar el AC cuando sea apropiado” (Arias, J. 2005; 15).
Cooperar es trabajar juntos para alcanzar metas comunes. Organizar a los
niños en grupos para que resuelvan un ejercicio no es exactamente un AC.
Existen muchas situaciones que pueden hacer fracasar un grupo. El maestro
debe estructurar la cooperación dentro de éste.
Ahora bien, pretender que los niños y niñas realicen un Aprendizaje
Cooperativo no es algo que se logra de un momento a otro, ya que es un
proceso que se va construyendo poco a poco durante las actividades. Esperar
que niños y niñas de dos a cuatro años realicen un AC (en todo el sentido de
la teoría) durante sus actividades, podría ser muy ambicioso y en realidad
imposible por las mismas condiciones de su edad, sin embargo, es pertinente
mencionar que también es una edad muy apropiada para comenzar a trabajar
elementos que le ayudarán a elaborar ese AC como parte de su propia vida.
Por tanto, para trabajar este tipo de aprendizaje con los niños y niñas de dos a
cuatro años se sugiere que se tenga en cuenta:
77
En primer lugar, permitirles un Aprendizaje Individual en el que cada uno sea
responsable de hacer sus actividades, a su manera y a su ritmo, en el cual
aprenda a valorar y reconocer sus propios trabajos, allí se incide en la
construcción de la autoestima, autonomía, auto reconocimiento entre otros.
Esto podría ir muy bien, con los niños y niñas de dos años.
En segundo lugar, propiciar una competencia sana, es decir sin hacer sentir
mal al niño que pierde, una competencia “por diversión” ya que en el futuro el
niño tendrá que verse enfrentado en la sociedad a competir (por un empleo,
para entrar a una universidad, entre otros) y es un elemento que no se debe
dejar de lado en la formación del niño.
En tercer lugar, permitir el trabajo en grupos pequeños pero explicando con
anterioridad lo que se espera que se logre en los grupos, es decir llegar a
acuerdos con los niños sobre los roles que asumirán al interior del grupo, y lo
importante que es el aporte que cada uno puede hacer (esto, con niños de tres
y cuatro años). A través de juegos, cuentos, videos, entre otros, es importante
que se le explique al niño que entre todos pueden ayudar haciendo distintas
cosas para llegar a un mismo fin.
El objetivo principal del Aprendizaje Cooperativo, es que los niños en los
grupos, sean conscientes que para terminar una actividad todos los integrantes
del grupo deben entender lo que se estaba estudiando, y que para ello, los que
han alcanzado la comprensión deben ingeniárselas para explicarles a los
78
demás y así todos puedan comprender. Eso es algo que los niños a los tres
años no alcanzan a hacer, pero el aprender a trabajar juntos con algunos de
los elementos del Aprendizaje Cooperativo les ayudará a ver que es importante
la ayuda que se puedan brindar para alcanzar metas comunes. Es decir que el
niño puede interiorizar la importancia que tiene él dentro de un grupo de
trabajo, y que sus acciones atrasan o adelantan los procesos.
La cercanía y sobre todo las relaciones que se establecen entre los niños al
trabajar un Aprendizaje Cooperativo, son muy importantes no solo para el
aprendizaje cognitivo sino para el desarrollo de la personalidad de éste, el cual
es uno de los objetos de estudio dentro de esta monografía. Es por eso que se
considera pertinente abordar el Aprendizaje Cooperativo para el desarrollo de
las estrategias, ya que a través de éste, será fácil propiciar el reconocimiento
entre ellos y ellas, pues con una buena orientación podrán reconocer sus
habilidades, destrezas, capacidades y diferencias, como elementos claves
para la obtención de logros.
B. Pasos para el diseño de estrategias de educación del valor “reconocimiento
del otro”, con niños y niñas de dos a cuatro años.
Definir el contenido y significado del valor a desarrollar.
Es importante definir los Valores, ya que por su uso cotidiano, dependiendo del
contexto y la realidad de los sujetos, existen diferentes miradas y por ende
diferentes interpretaciones del significado del valor a educar. Por tanto, para
79
evitar confusiones y que el lector comprenda a que se están refiriendo la
autora de esta monografía al hablar del Valor “reconocimiento del otro”, se
considera necesario conceptualizarlo.
Es así que se define el valor “reconocimiento del otro” como la actitud que
cualifica rasgos de la personalidad, que propicia un comportamiento de
autoestima y de aceptación del otro en su diferencia con amor, amistad y
cuidado, para establecer relaciones que permitan compartir y cooperar con los
demás por el bien común
Conformar el sistema de valores correspondiente.
Teniendo en cuenta que los valores no son individuales si no que se mueven
en sistemas, es decir que un valor hace parte del otro, se considera importante
definir el sistema de valores que conforman el Valor “reconocimiento del otro”
estos son: autoestima, amor, amistad, cuidado, cooperación y compartir.
Definir los propósitos de la educación en el valor.
El propósito de educar en el valor “reconocimiento del otro” es que el niño y la
niña, desarrollen su personalidad, que le ayudará a fortalecer su autoestima,
aceptar al otro en su diferencia y semejanza, y a establecer mejores relaciones
con quienes los rodean, en el contexto social.
Identificar los contenidos curriculares.
80
El valor, es parte integrante del contenido, éste debe ser transversal en el
currículo de cada institución, asignatura y actividad docente. No obstante, para
que este valor “reconocimiento del otro” sea posible, se proponen educarlo en
dos etapas, según las edades de los niños y de las niñas:
La primera etapa, se da con los niños y niñas de dos años. Aquí se busca un
Reconocimiento del Otro desde los objetos, ya que en esta edad está presente
el juego simbólico, y el contacto con los objetos o juguetes le permite ver que
él es independiente de éstos (Gordon, A 1970; 147). Este reconocimiento del
otro desde el objeto, le permitirá por tanto darse cuenta de su existencia a
parte del objeto y que sus acciones ayudan o perjudican al otro. Además, es
importante recordar que allí se promueve un conocimiento de sí mismo,
cuidado de sí mismo, de sus pertenencias y por tanto del otro que lo rodea.
La segunda etapa, se da con los niños de tres a cuatro años. En ésta se
busca un reconocimiento del otro como igual pero distinto a la vez.
Como igual en tanto ser humano, con las mismas partes del cuerpo, que se
duele si lo lastiman, le gusta que lo cuiden, que lo consientan, sentirse acogido
y no excluido o rechazado por los compañeros, entre otras.
Como distinto, en tanto tienen formas propias de pensar, expresarse, pintar,
dibujar, hablar, entre otras. Estas los hacen distintos pero no mejor que el otro.
El propósito dentro de esta etapa, ya no es trabajar a partir de los objetos, sino
que se busca la interacción entre los niños y las niñas, y evidenciar que a
81
partir de las semejanzas y las diferencias antes mencionadas, pueden construir
cosas entre ellos, y así avanzar a un reconocimiento del otro como persona
valiosa con la que se puede pintar, dibujar, es decir, realizar diversas
actividades con la ayuda del otro, dicho proceso se va evidenciando hacia los
cuatro años del niño.
Definir las estrategias de educación en valores:
Para la educación del valor “reconocimiento del otro” se diseñaron (a partir de
las experiencias tenidas en la práctica pedagógica, y de la profundización
teórica que se manifiesta en esta monografía), tres estrategias acorde al
desarrollo de las edades de los niños y niñas; estas estrategias que se han
denominado:
Hacia el reconocimiento de sí mismo (2 años),
Estar juntos (3 años)
Hacia la cooperación (4 años)
Caracterizar las estrategias de educación del valor “reconocimiento del
otro” con niños y niñas de dos a cuatro años.
Para la caracterización de las estrategias se tienen presentes los siguientes
aspectos: nominación de la estrategia, edades de los niños hacia las que están
diseñadas, objetivo de la estrategia, actividades que se desprenden de la
estrategia y el desarrollo de cada actividad.
82
Teniendo presente que la propuesta dentro de esta monografía es explicitar e
intencionar los valores, (en este caso el valor “reconocimiento del otro”) dentro
del currículo, a continuación se presentan algunas actividades que se podrían
trabajar con los niños y las niñas de dos a cuatro años, claro está, haciendo
los ajustes pertinentes de acuerdo a las condiciones de la población con la
que se esté trabajando, y las características de los maestros.
De esta forma, la primera estrategia “HACIA EL CONOCIMIENTO DE SI
MISMO” contiene actividades para desarrollar contenidos de ciencia, que
propicien un conocimiento del entorno natural en el que se desenvuelven los
niños y las niñas.
Las actividades propuestas dentro de la segunda estrategia “ESTAR JUNTOS”
para niños de tres años, contribuyen sobre todo al desarrollo de la motricidad
tanto gruesa como fina de ellos.
Las actividades que se desarrollan dentro de la tercera estrategia “HACIA LA
COOPERACIÓN” van dirigidas a potenciar los procesos concernientes al
lenguaje y artes.
No obstante, de acuerdo a la creatividad del docente, se podrían aprovechar
estas actividades no solo para trabajar en los contenidos mencionados
anteriormente, sino que también el maestro las puede ajustar e integrar a las
otras áreas del conocimiento, que contribuyan al desarrollo integral del niño.
83
ASPECTOS FINALES.
CONCLUSIONES.
Aún existe una lucha constante por sacar los valores del currículo oculto y
explicitarlos, intencionarlos y particularizarlos dentro de la educación, ya que
se han convertido en una necesidad, por la importancia que tienen en la
formación social del colombiano, pues desde la educación en valores y más
exactamente en la del “valor reconocimiento del otro” intencionado desde la
educación inicial, se contribuirá a la formación de sujetos con mejores formas
de relación que contribuyan, de manera positiva a la problemática socio política
a la que se enfrenta el país.
La negación de que el niño ha sido objeto durante muchos años es una
realidad que no puede ser ignorada, lo que marcó la historia de los niños y
niñas por muchos años, tanto que hasta ahora se está tomando consciencia
sobre el lugar y los derechos de la niñez. No obstante, los educadores no
pueden quedarse encasillados, recordando esos hechos históricos
lamentables, si en un tiempo la niñez no fue reconocida por la sociedad, es
tiempo de propiciar el bienestar de la infancia, que desde el aula el maestro
reconozca a los niños y propicie que entre ellos se dé un reconocimiento, que
les permita reconocerse a ellos mismos y aceptar al otro en su diferencia y su
igualdad, para contribuir a la construcción de una mejor sociedad.
84
Uno de los valores más importantes para trabajar con niños y niñas de dos a
cuatro años, es el valor “reconocimiento del otro”, pues en la medida que el
niño acepte al otro a pesar de sus diferencias con amor y cuidado, le será
posible entablar relaciones armoniosas en el presente y en el futuro. Es decir
se trata de formar un ser humano con comportamientos que promuevan la
justicia, el amor y respeto hacia los otros. Educar en el valor “reconocimiento
del otro” con niños y niñas de dos a cuatro años, es necesario y posible, en
tanto son seres humanos que necesitan del otro para vivir, construir su yo y dar
sentido a su existencia.
Si bien es cierto que los valores hacen parte del ser humano y que se reflejan
en sus acciones, por tanto están en cualquier interacción que éste tenga con
otros semejantes o con cualquier cosa creada, también es cierto que para que
los niños y las niñas los puedan vivir e interiorizar, y manifestarlos en sus
conductas, es necesario que los valores se intencionen y se trabajen en las
áreas del conocimiento a desarrollar con los niños. Para esto, es necesario
que existan estrategias de Educación en valores que le den al docente la
posibilidad de concretar éstos en su quehacer educativo.
85
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