la era del ‘homo tecnologicus’ i

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Escritura PÚBLICA 7 el escaparate DAVID NAVARRO I NTERNET ES la punta de lanza de esta gran revolución econó- mica, tecnológica y social, que ha hecho posible la globalización de los mercados, la deslocalización de las empresas, la cultura digital y la difuminación de las fronteras. Casi todos los países afrontan el reto de desarrollar la Sociedad de la Infor- mación, como se comprobó en la Cumbre Mundial convocada por la ONU (Ginebra, 2003, y Túnez, 2005). El cambio es irreversible. El desafío consiste en producir y distribuir conocimiento, contando con infraestructuras, equipamien- tos técnicos y científicos, recursos humanos e inversión. El sistema educativo fue diseñado para socie- dades agrarias e industriales, y aho- ra es necesario reorientarlo. Las tecnologías de la información y la comunicación son una de las palan- cas que mueven el mundo. Es el tiempo de tomarse en serio la pro- funda transformación que se está produciendo y seguir el ejemplo de los países nórdicos, los más desa- rrollados del mundo en este ámbito. La revolución digital abre nue- vas perspectivas en la vida cotidia- na, en particular en cuanto al acce- so a la formación y el conocimiento. Pero todas estas oportunidades van acompañadas de nuevas preocupa- ciones: conflictos entre el acceso li- bre y leyes de derechos de autor, cuestiones relacionadas con la pro- tección de los datos personales y legislación sobre comercio elec- trónico. Además, la Sociedad de la Información puede contribuir al au- mento de la brecha digital que sepa- ra el mundo desarrollado de los que no tienen acceso a los beneficios de las nuevas tecnologías. En vista de estas posibilidades y amenazas la Unión Europea (UE) ha situado a la Sociedad de la In- formación en el centro de su estra- tegia para el siglo XXI, lanzando acciones de apoyo y fomento, como el Plan de acción e-Europe, y ha adoptado medidas que tienden a determinar y limitar los riesgos vinculados a la expansión de las nuevas tecnologías como un plan destinado a promover la utiliza- ción segura de Internet y a luchar contra los mensajes de contenidos ilícitos y perjudiciales. La UE adoptó en 2000 la Agenda de Lis- boa, cuyo objetivo consiste en ser líderes en el desarrollo de la Socie- dad de la Información y el conoci- miento para 2010. Los planes e-Eu- ropa 2003 y e-Europa 2005, así co- mo el nuevo plan i2010, priorizan la creación de una Europa electró- nica, es decir, una sociedad euro- pea en Red cuya economía tenga como principal fuente de riqueza el conocimiento y la información, más que los recursos naturales o los bienes industriales. El esperado despertar. En rela- ción con el grado de inserción de España en la Sociedad de la Infor- mación, se constata un acusado re- traso, tanto si se utilizan como cri- terios de valoración el peso en el mercado del sector o el gasto en TIC sobre el total de PIB como si se emplean indicadores que midan la difusión y el uso de las tecnologías, Escritura PÚBLICA 6 LA ERA DEL ‘HOMO TECNOLOGICUS’ Los países nórdicos son los más avanzados en el desarrollo de sus sociedades de la información. La revolución digital abre nuevas perspectivas en la vida cotidiana. L AS tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han desarrollado un potencial extraordinario en las últimas décadas, configurando un nuevo tipo de sociedad en la era posindustrial. La Historia calificará esta época como una nueva era, gracias a los cambios que se están produciendo en todos los ámbitos y a los que ahora puede acceder cualquier persona con independencia del lugar geográfico donde se encuentre. Internet es la punta de lanza de la revolución que ha hecho posible la globalización de los mercados, la cultura digital y la difuminación de las fronteras

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EscrituraPÚBLICA7

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DAVID NAVARRO

INTERNET ES la punta de lanzade esta gran revolución econó-mica, tecnológica y social, que

ha hecho posible la globalización delos mercados, la deslocalización delas empresas, la cultura digital y ladifuminación de las fronteras. Casitodos los países afrontan el reto dedesarrollar la Sociedad de la Infor-mación, como se comprobó en laCumbre Mundial convocada por laONU (Ginebra, 2003, y Túnez, 2005).El cambio es irreversible.

El desafío consiste en producir ydistribuir conocimiento, contandocon infraestructuras, equipamien-tos técnicos y científicos, recursoshumanos e inversión. El sistemaeducativo fue diseñado para socie-dades agrarias e industriales, y aho-ra es necesario reorientarlo. Lastecnologías de la información y lacomunicación son una de las palan-cas que mueven el mundo. Es eltiempo de tomarse en serio la pro-funda transformación que se estáproduciendo y seguir el ejemplo delos países nórdicos, los más desa-rrollados del mundo en este ámbito.

La revolución digital abre nue-vas perspectivas en la vida cotidia-na, en particular en cuanto al acce-so a la formación y el conocimiento.Pero todas estas oportunidades vanacompañadas de nuevas preocupa-ciones: conflictos entre el acceso li-bre y leyes de derechos de autor,cuestiones relacionadas con la pro-tección de los datos personalesy legislación sobre comercio elec-trónico. Además, la Sociedad de laInformación puede contribuir al au-mento de la brecha digital que sepa-ra el mundo desarrollado de los queno tienen acceso a los beneficios delas nuevas tecnologías.

En vista de estas posibilidadesy amenazas la Unión Europea (UE)ha situado a la Sociedad de la In-formación en el centro de su estra-tegia para el siglo XXI, lanzandoacciones de apoyo y fomento, comoel Plan de acción e-Europe, y haadoptado medidas que tienden adeterminar y limitar los riesgosvinculados a la expansión de lasnuevas tecnologías como un plandestinado a promover la utiliza-ción segura de Internet y a lucharcontra los mensajes de contenidosilícitos y perjudiciales. La UEadoptó en 2000 la Agenda de Lis-boa, cuyo objetivo consiste en serlíderes en el desarrollo de la Socie-dad de la Información y el conoci-miento para 2010. Los planes e-Eu-

ropa 2003 y e-Europa 2005, así co-mo el nuevo plan i2010, priorizanla creación de una Europa electró-nica, es decir, una sociedad euro-pea en Red cuya economía tengacomo principal fuente de riquezael conocimiento y la información,más que los recursos naturales olos bienes industriales.

EEll eessppeerraaddoo ddeessppeerrttaarr.. En rela-ción con el grado de inserción deEspaña en la Sociedad de la Infor-mación, se constata un acusado re-traso, tanto si se utilizan como cri-terios de valoración el peso en elmercado del sector o el gasto enTIC sobre el total de PIB como si seemplean indicadores que midan ladifusión y el uso de las tecnologías,

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LA ERA DEL ‘HOMO TECNOLOGICUS’

Los países nórdicos son losmás avanzados en el desarrollode sus sociedades de lainformación.

La revolucióndigital abrenuevasperspectivas enla vidacotidiana.

LAS tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han desarrolladoun potencial extraordinario en las últimas décadas, configurando un

nuevo tipo de sociedad en la era posindustrial. La Historia calificará estaépoca como una nueva era, gracias a los cambios que se están produciendoen todos los ámbitos y a los que ahora puede acceder cualquier persona conindependencia del lugar geográfico donde se encuentre.

Internet es la punta de lanza de la revolución que ha hechoposible la globalización de los mercados, la cultura digital

y la difuminación de las fronteras

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existiendo, por otra parte, una cla-ra relación entre ambos.

El nivel de retraso de Españaen la adopción de las nuevas tec-nologías se debe tanto a un pro-blema de oferta de infraestructu-ras y de servicios y contenidos deutilidad como a un problema dedemanda. Así, es necesario, poruna parte, estimular el desarrollode infraestructuras sobre las quese configure una oferta de servi-cios y contenidos atractiva paralos usuarios y, por otra, empren-der acciones orientadas al fomen-to de la demanda de los ciudada-nos y las empresas, mejorando atal fin la percepción de éstos sobrelos beneficios asociados a la utili-zación de las TIC y a la inclusiónen la Sociedad de la Información.

En segundo lugar, es necesario

La Unión Europea sitúa a la Sociedad de la Información en el centro de suestrategia para el siglo XXI, con medidas de apoyo y fomento como el Plan

de acción e-Europe

El impulsopúblico de lastecnologías estásiendo menor queel privado.

El ránkingmundialSEGÚN el índice que elabora el

World Economic Forum con elobjeto de delimitar el grado de desa-rrollo de la Sociedad de Informaciónde cada Estado y su preparación paraincorporarse a esta revolución, el país líder es Estados Unidos. No es ca-sualidad que el adalid de la producti-vidad ocupe los primeros puestos deeste ranking, sobre todo porque elorigen de Internet se encuentra en laI+D militar auspiciada por el Pentá-gono. Los siguientes en la lista sonSingapur, Dinamarca, Islandia, Fin-landia, Canadá y Taiwán. Españaocupa el lugar 31 en esta compara-ción mundial y es superado por lapráctica totalidad de los estadosmiembros de la UE, con la excepciónde Italia y Grecia.

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tecnologías de la información co-mo una reinvención de las políti-cas públicas asociadas.

Las políticas monetarias y fis-cales y las medidas estabilizado-ras utilizadas tradicionalmenteen el ámbito nacional para rela-jar los ciclos económicos ya no re-sultan efectivas en esta década,esencialmente debido a que laglobalización de la economía re-duce la libertad de movimientos alos gobiernos nacionales, así co-mo al elevado déficit público queimpide realizar políticas inter-vencionistas, y por una crecienteaceptación de que los desequili-brios económicos en los paísesdesarrollados no son cíclicos sinoestructurales.

Mientras algunos estados tra-tan de reinventar el papel del Go-

bierno, se ha iniciado la forma-ción de las redes estratégicas me-tropolitanas. Por tanto, la transi-ción hacia la Sociedad de laInformación debe ser conducidapor los Gobiernos en estrecha co-ordinación con la empresa priva-da y la sociedad civil. Deberáadoptarse un enfoque integralque suponga un diálogo abierto yparticipativo con todos los ciuda-danos, para incorporar a todos losactores involucrados en el proce-so de estructuración de una vi-sión común respecto del desarro-llo de estas sociedades en cadaregión.

IIddeennttiiddaadd ddiiggiittaall yy tteerrcceerroo ffiiaa--bbllee.. La autenticidad de la identi-dad digital sólo se puede garanti-zar mediante un tercero fiable, que

suele ser una autoridad certifica-dora independiente que posea laconfianza de los usuarios. Es esteorganismo cualificado el que faci-lita las claves pública y privada deun usuario, además de emitir uncertificado de identidad digital cu-ya autenticidad queda garantizadapor su firma. Este tipo de certifica-do contiene la identidad real delusuario, su clave pública, ademásde la firma de la autoridad certifi-cadora que garantiza su autentici-dad. La identidad digital permitela firma digital, la comprobaciónde la integridad de un documentoy el envío seguro de textos cifra-dos.

Por otro lado, aunque la asigna-ción de identidades digitales a to-dos los usuarios de Internet es téc-nicamente factible, su desplieguerequiere una enorme infraestruc-tura, basada en normas conocidascomo PKI (Public Key Infrastruc-ture), donde se registren todas lasidentidades digitales garantizadaspor los organismos competentes enel tema. La creación de esta infra-estructura es uno de los grandesretos para garantizar un marco deseguridad.

LLaa UUEE yy llaa ffiirrmmaa eelleeccttrróónniiccaa.. Nose puede decir que este escenariosurja de imprevisto para los profe-sionales: ya a finales de los 70 seoía hablar de la “oficina sin pape-les” como paso natural de la evolu-ción tecnológica. La búsqueda debases en que fundar la confianzaen los sistemas de información tie-ne su reflejo en el tratamiento,más o menos explícito, de los dife-rentes estadios de seguridad: au-tenticación, confidencialidad, in-tegridad, y disponibilidad.

Lo que añade una novedadesencial a aquellos planteamientosde hace dos décadas es la generali-zación del uso del binomio infor-mática-telecomunicaciones (uni-versalidad en cuanto a clases deusos y globalización en términosgeográficos) y la explosión, toda-vía incipiente, de la mercancía in-

iniciar actuaciones tendentes afortalecer el sector industrial tec-nológico, corrigiendo la actual si-tuación de retraso de España res-pecto de los países de referenciacon relación a indicadores de cien-cia, I+D, tecnología e innovación,y posibilitando así el desarrollo deun sector TIC realmente competi-tivo en el ámbito internacional.En tercer lugar, se deben adoptarun conjunto de medidas o refor-mas normativas, y de decisiones,tanto para eliminar barreras exis-tentes a la expansión y uso de las

TIC, como para garantizar los de-rechos de los ciudadanos en lanueva Sociedad de la Informacióny del Conocimiento.

SSeeccttoorr ppúúbblliiccoo yy sseeccttoorr pprriivvaa--ddoo.. Según se desprende del LibroBlanco de la Comisión Europea“Crecimiento, Competitividad yEmpleo”, la conciencia públicahacia las tecnologías ha sido has-ta ahora demasiado limitada. Laatención pública es intermitentey el sector privado está a la espe-ra de una nueva señal. En este

sentido se orientan iniciativas co-mo las Ciudades Digitales de Eu-ropa, que quiere involucrar a lasredes existentes con la iniciativaprivada. Muchas administracio-nes, al igual que las empresas, es-tán embarcándose en ambiciososprocesos internos de reingenieríade sus tecnologías para mejorarsu eficiencia y la prestación desus servicios a los ciudadanos pormedios electrónicos. La gestióneficiente de ciudades va a reque-rir tanto estrategias encaminadasa maximizar el potencial de las

La Unión quiere crear una sociedad europea en Red cuya economía tengacomo principal fuente de riqueza el conocimiento, más que los recursos

naturales o los bienes industriales

Claves del éxitoPARA lograr el éxito es preciso

actuar en tres áreas. En primerlugar hay que desarrollar una cultu-ra empresarial para crear un am-biente en el que florezcan nuevasideas, nuevos impulsos, nuevos pro-ductos y nuevos servicios. Además,es necesario fomentar la reorganiza-ción y la capacidad de adaptaciónpara explotar todo el potencial de lanueva tecnología en aras de unamejora de la eficacia, del impulso denuevos productos y servicios y de laliberación de la creatividad y de lacapacidad innovadora de los traba-jadores. La tercera clave es la capa-citación y los niveles de conocimien-to técnico, fomentando el acceso detodos los ciudadanos a la tecnolo-gía, de manera que se potencien almáximo las posibilidades de empleode la Sociedad de la Información.Actualmente existen en Europa cien-tos de miles de puestos vacantes eninformática a causa de una insufi-ciente cualificación; y el problemase está agravando.

La transición hacia la Sociedadde la Información debería serconducida por los gobiernos.

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tangible información, gracias alcódigo digital único para la crea-ción, almacenamiento, transportey utilización de los datos, imáge-nes y sonidos.

Con la Directiva sobre firmaelectrónica, la Comisión Europeaquiere conseguir un marco co-munitario que proteja los legíti-mos intereses particulares y co-lectivos, al mismo tiempo quepromueva el crecimiento de la so-ciedad global, en cuyo seno buscadesesperadamente Europa un lu-gar como catalizador, una vez

que parece incierta la posibilidadde imponer tecnología propia enel mercado.

EEll ppaappeell ddee llooss nnoottaarriiooss.. Con elcomienzo del nuevo siglo, hechoscomo la crisis de Enron y el lentodespegue del comercio electróni-co alentaron las expectativas y lacapacidad de innovación de losnotarios, conscientes de las ga-rantías que para un ciudadanoeuropeo representa la condiciónpública de la función que desem-peñan por delegación del Estado.

Los notarios españoles están in-mersos en el impulso del marcojurídico de la firma electrónica, elreconocimiento de la escriturapública como documento ejecuti-vo europeo y la creación de un re-gistro europeo de testamentos, en-tre otras iniciativas.

En la UE el colectivo de nota-rios que ejercen al modo conti-nental supera las 35.000 personas.Frente al notario anglosajón, queno garantiza, no es jurista, ni tie-ne obligación de actuar ni respon-de del contenido de un documen-

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La asignación de identidades digitales a todos los usuarios de Internet estécnicamente posible.

El retraso de España en la adopción de las nuevas tecnologías se debe tanto a un problema de oferta de infraestructuras como

de demanda

to, el caso español es diferente.Aquí se trata de profesionales quetienen delegada una función pú-blica. Un notario responde sobresi un documento se ajusta a la le-galidad, y de no ser así, no lo au-toriza. A veces, hace falta ser me-jor notario para no autorizar undocumento que para autorizarlo,lo que no ocurre en los países an-glosajones.

Como prueba de esta actitud, elConsejo de Notariados de la UniónEuropea (CNUE) ha sido la enti-dad precursora para la creacióndel marco jurídico de la firma elec-trónica, que pretende convertir enrealidad la escritura digital co-mún para toda Europa.

Esta propuesta analiza las ga-rantías de seguridad pertinentes,desde la designación del Ministe-

rio de Justicia de la autoridad dela firma electrónica notarial, has-ta aspectos como la conservaciónde las escrituras, el secreto de da-tos o el cese de actividad de la enti-dad privada certificadora.

De esta forma, el trabajo condocumentos afronta otra revolu-ción, similar a la que Gutenbergy su imprenta generó en el sigloXVI. Como ejemplos palpables,con la firma electrónica el nota-rio puede acceder a la OficinaVirtual del Catastro y, sin costepara el usuario, obtener los certi-ficados que precise, sin necesi-dad de que el cliente tenga queacudir a ventanilla alguna, con elconsiguiente ahorro de tiempo.Además, en breve, el notariotambién podrá acceder electróni-camente a los registros para com-probar en tiempo real si existencargas de cualquier tipo sobrelas prioridades objeto de compra-venta, lo que agilizará el procesoe incrementará la seguridad jurí-dica del mismo. n

El Consejo deNotariados de

la Unión Europea(CNUE) ha sido la entidad precursoradel marco jurídico de la firma electrónica,que pretende convertiren realidad la escrituradigital común paratoda Europa

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¿ E X I S T E U N A S O C I E D A D D E L A I N F O R M A C I Ó N E U R O P E A ?B&N

BLANCO Y NEGRO

CUENTA la leyenda que Galileo Galileimurmuró “eppur si muove” –que setraduce como “y sin embargo, se

mueve”– tras abjurar de la visiónheliocéntrica del mundo ante el tribunal dela Santa Inquisición. La Sociedad de laInformación europea todavía no haalcanzado su pleno desarrollo pero,

parafraseando al sabio pisano, desde luegose mueve, y cada vez más. El sector de las tecnologías de la información

(TIC) arroja en Europa cifras de crecimiento porencima de la media, disfrutando además de lacondición de ser el que más acciones de innovación einvestigación genera en el ámbito de la Unión Europea.El 25 por 100 del denominado esfuerzo en I+D europeoestá dirigido exclusivamente a las nuevas tecnologías.Por tanto, puede afirmarse que hoy en día la Sociedadde la Información europea existe y es una realidad.

Ciertamente, su peso en el total de la economíaeuropea no es comparable al de los Estados Unidos. EnNorteamérica, el sector de las TIC supone alrededor deun 7 por 100 del PIB del país, mientras que en Europala proporción, como mucho, alcanza el 6 por 100. Porotra parte, la competencia que plantean los paísesemergentes, caso de China e India, también en elterreno de desarrollo y uso de las herramientas delconocimiento, comienza a tomar visos de seriedad.

La situación no es óptima, pero se puede afirmar

que estamos situados en un entorno económico ysocial propicio para hacernos con el liderazgo de unaSociedad de la Información sostenible e inclusiva.Porque la Sociedad de la Información debe tener esascaracterísticas, según la Estrategia de Lisboa del año2000. Actualizada por medio de la iniciativa i-2010, lapolítica de la Unión Europea considera elconocimiento y la innovación como pilares esencialespara la construcción de una Sociedad de laInformación que abarque y beneficie a todos losciudadanos (inclusiva) y proporcione los recursosnecesarios para obtener una ostensible mejora de laproductividad, compatible con el aumento de losniveles de calidad de vida (sostenible).

Muchas de las propuestas contenidas en la citadainiciativa i-2010 se han puesto ya en marcha y pueden

evaluarse atendiendo a resultados concretos. Véase elsiguiente dato, muy significativo y prometedor de caraal futuro por redundar en algo tan esencial como es laeducación: los ordenadores en la escuela, según hainformado recientemente la Comisión Europea,existen en casi el 99 por 100 de los casos. El 67 por 100de esas escuelas disponen además de acceso a la bandaancha (en España en concreto la cifra es algo máselevada: un 81 por 100).

Gracias a esta estrategia común han sido posiblesnumerosas actuaciones como la proyección de unnuevo marco regulador para las comunicacioneselectrónicas que, conforme a la experienciaacumulada, ahonde en los niveles de competencia,precio y servicios logrados, en beneficio de todos losconsumidores y evolución eficiente de este mercado.Se prevé que, a principios de 2007, las nuevasDirectivas sobre comunicaciones electrónicas seanuna realidad. Por las mismas fechas se piensa queestará dispuesta la primera reglamentación sobreitinerancia internacional de telefonía móvil(roaming) en el ámbito europeo, cuyo fin es abaratarlos precios y ofrecer una mayor transparenciainformativa a los usuarios. Añádase a estasimportantes medidas las referidas a la nuevaregulación del espectro radioeléctrico; la creación deldominio .eu; la propuesta de creación del denominado“MIT europeo” o la nueva configuración del sectoraudiovisual a través de su piedra normativa angular–la Directiva de Televisión sin Fronteras– y eldesarrollo e implantación de la denominada CartaEuropea del Cine on line, ya experimentada duranteel pasado Festival de Cannes y a través de la cual sepretende crear una vía digital para la difusión delcine europeo.

Aún así, la construcción de la Sociedad de laInformación europea requiere alcanzar cotas máselevadas de desarrollo. Es preciso que la sociedad civily el sector empresarial se empeñen en aprovechar las

ventajas que proporcionan lasTIC para implementarproyectos innovadores. Estanecesidad no ha sido ignoradapor la Comisión Europea,verdadero motor de laSociedad del Conocimiento,en sus más recientes análisissobre la evolución de lasestrategias y programaspuestos en práctica. En suPrimer Informe Anual deSeguimiento de la Estrategia

Europea de la Sociedad de la Información, la Comisiónno se da por satisfecha con los resultados obtenidos einvita a los Estados miembros y al resto de agentesimplicados a profundizar con mayor vigor en lasacciones destinadas a construir, como proclama lainiciativa i2010, una verdadera Sociedad de laInformación europea para el crecimiento y el empleo.Un ejemplo esperanzador, en nuestro país, es elproyecto Málaga Valley, liderado por suAyuntamiento con la participación de un importantegrupo de empresas, que han apostado por convertir laciudad en un nodo crucial de la red global de laSociedad de la Información.

Javier Cremades es abogado. Presidente de Cremades & Calvo-Sotelo y del Observatorio del Notariado para la Sociedad de la Información.

JAVIER CREMADES

‘Eppur… simuove’

El 25 por 100 del esfuerzo en I+D

europeo está dirigido

exclusivamente a las nuevas

tecnologías

NUESTRA visión del significadoreal de la Sociedad de laInformación y del conocimiento

es la de un mundo totalmente conecta-do, un mundo en el que vamos más alláde nuestras relaciones habituales en elentorno físico. El grado de implantación

de la Sociedad de la Información se puededeterminar por la capacidad de sus miem-

bros, es decir, ciudadanos, empresas y AdministraciónPública, para obtener y compartir información deforma instantánea sin ningún tipo de limitacionesfronterizas.

Sin duda, la revolución digital abre nuevas perspec-tivas en la vida cotidiana, en particular, en cuanto alacceso a la formación y al conocimiento, la organiza-ción del trabajo, la salud pública y el ocio. Internet esla punta de lanza de ese gran cambio económico, tecno-lógico y social.

Pero todas estas oportunidades van acompañadas denuevas preocupaciones: conflictos entre el acceso librey los derechos de autor, aspectos relacionados con laprotección de los datos personales o la legislación sobrecomercio electrónico. Otro factor importante a tener encuenta es que la Sociedad de la Información puede con-tribuir al aumento de la brecha digital que separa, den-tro del ámbito de la Unión Europea, no sólo a los paísesmás avanzados sino también a los segmentos de pobla-ción más desfavorecidos de esos países, que no tienen

acceso a las ventajas de las nuevas tecnologías.En vista de estas oportunidades y amenazas, el desa-

rrollo de una Sociedad de la Información en Europa es lapiedra angular del Objetivo de Lisboa de la EU de con-vertirse en la economía más dinámica y competitiva delmundo para el año 2010. Estos planes priorizan la crea-ción de una Europa electrónica, es decir, una sociedadeuropea en red cuya economía tenga como principalfuente de riqueza el conocimiento y la información.Aunque para cosechar estos beneficios será precisodesarrollar nuevas tecnologías, lo será igualmente resol-ver los problemas de tipo organizativo, elaborar un aba-nico diversificado de políticas y garantizar que los nue-vos enfoques se apliquen realmente sobre el terreno.

Algunos de estos retos exigen una perspectiva euro-pea para garantizar que los países y las regiones pon-

gan en común, cuando resulte necesario, sus recursostecnológicos y humanos, aprendan de las mejores prác-ticas de los demás y armonicen actividades tan varia-das como el respeto de la intimidad de los pacientes yla recogida de datos. Pero otros muchos retos exigenuna perspectiva local que tenga en cuenta las peculiari-dades de cada país, y un modelo de desarrollo y calen-dario de puesta en marcha de la Sociedad de laInformación adaptado a sus capacidades y estadio dedesarrollo tecnológico.

Sería un error plantearnos la convergencia de unaSociedad de la Información Europea sin sopesar o sincomparar valores con otros países europeos. Pero debe-mos de tener en cuenta que nosotros no somosFinlandia y es evidente que nuestro comportamientosocial y nuestra manera de trabajar y de relacionarnosson diferentes.

Si pusiéramos como objetivo alcanzar el númerode ordenadores por hogar que pueden tener otras eco-nomías, nos estaríamos equivocando, porque fijaría-mos como meta algo que no es más que un indicadorde comportamientos, y en Finlandia es imprescindi-ble tener un ordenador en casa porque el tipo de vidade esa sociedad y de su mundo empresarial así loexige.

Mientras que en España tenemos la suerte de contarcon un entorno climatológico y con una manera derelacionarnos socio-culturalmente que nos permiteconstruir nuestras relaciones de negocio y personalesde una manera diferente. En este sentido, aún enten-diendo que hay determinadas características de la con-vergencia que son comunes, España tiene la obligaciónde encontrar un modelo diferente. No somos Alemania,no somos Finlandia, no somos Suecia.

Existe “know-how” en España. Aprovechémoslo.Construyamos sobre esto la Sociedad de laInformación. Ese es el plan de convergencia.Identifiquemos qué estamos haciendo bien y constru-yamos sobre ello. No intentemos crear un modelo

nuevo basado en lo que estánhaciendo los finlandeses o enlo que están haciendo los sue-cos.

Para ello, es necesaria yfundamental una gestión ade-cuada del cambio; el cómoconseguir esa sensibilizaciónliga con el liderazgo real deun proyecto de este estilo ydebe partir desde los máximosresponsables del Gobiernocentral, de los gobiernos auto-

nómicos, de las administraciones locales y, en elámbito empresarial, desde los presidentes y conseje-ros delegados de las empresas.

No se trata de converger con nosotros mismos,pero sí de ocupar nuestro papel. Si no somos capacesde encontrar un modelo diferencial para nuestrasociedad, para nuestros jóvenes, para nuestros ancia-nos, para nuestras empresas, fracasaremos, porquenunca vamos a alcanzar la velocidad que tienen hoyotros países de nuestro entorno. Y el problema noserá la exclusión de la Sociedad de la Información dealgunos estratos sociales, el problema será la exclu-sión de la Sociedad de la Información de Españacomo país y, por ende, de Europa.

Luis Álvarez Satorre es presidente de BT España.

LUIS ÁLVAREZ SATORRE

El caminoeuropeo

Si en España pusiéramos comoobjetivo alcanzar el número de

ordenadores por hogar quepueden tener otras economías, nos

estaríamos equivocando