la evolución del hombre
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La evolución del hombre
Para reconstruir el pasado de los hombres que todavía no habían inventado la
escritura sólo es posible apoyarse en técnicas especiales de investigación. Estas
técnicas permiten extraer información de los restos materiales dejados por esos
hombres, como por ejemplo sus huesos, los instrumentos que fabricaron con
piedras, o los restos de alimentos.
La arqueología es la disciplina que estudia esos restos materiales. Pero el
arqueólogo no se limita a recoger objetos hermosos como si fuera un
coleccionista. Su trabajo consiste en reconstruir la vida de los grupos humanos
que dejaron restos materiales: debe deducir su antigüedad, reconstruir las formas
de subsistencia, sus costumbres y ritos, su organización social.
Luego de realizar investigaciones bibliográficas y sobre el terreno, el arqueólogo
llega al sitio donde supone que hallará restos materiales de culturas
desaparecidas. Siglos, milenios de vida humana descansan bajo algunos metros
de tierra. "Toda la historia no escrita de la humanidad se encierra en las hojas
superpuestas del libro de la tierra, y la técnica de la excavación tiene como primer
objetivo asegurar su lectura correcta", dijo un arqueólogo contemporáneo. Por
esto, la tarea del arqueólogo consiste en ir abriendo ese libro, hoja por hoja,
cuidando de no dejar que desaparezca una sola palabra, porque se corre el riesgo
de hacer quizás incomprensible el texto. Para lograrlo, se deben registrar con la
mayor precisión posible las características de cada hallazgo (medirlo, dibujarlo,
fotografiarlo); y establecer con exactitud el orden de sucesión de las distintas
capas de tierra que contienen los restos.
Para los paleontoogos el punto de inicio de la historia de la humanidad empezó
con la aparición de los primates, hace unos 65 millones de años. Los primeros de
ellos eran unos pequeños seres que empezaron a vivir en los árboles en lugar de
permanecer en el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Entre las especies
que pertenecen a los primates están, además del ser humano, los simios, monos y
musarañas. Durante su desarrollo evolutivo, estos primates se hicieron de ciertos
rasgos especiales: buena visión, manos con las que se pueden sujetar firmemente
objetos y un cerebro relativamente grande.
Por pertenecer a la misma familia, las diferentes especies de primates, en especial
monos y simios, guardan similitud con el ser humano. Según algunos estudiosos,
el último ancestro común entre el ser humano y el chimpancé, nuestro primo más
cercano, existió hace 6 ó 7 millones de años. Después de esta separación
apareció el primer homínido, el llamado Australopithecus, que posteriormente dio
lugar al Homo habilis, el primer espécimen del género Homo, al que pertenecemos
los seres humanos modernos.
Los cambios en la biología de los primates que desembocaron en los primeros
homínidos se dieron en África: en el Este y en el Sur. El cañón de Olduvai, en
Tanzania, el noreste de África, es uno de los lugares donde se han encontrado los
fósiles más antiguos que aportan datos sobre la historia evolutiva del ser humano.
Etapas de la evolución del hombre
Sahelanthropus tchadensis
ahelanthropus tchadensis es una
especie de homínido fósil hallada en el
desierto del Djourab por un equipo
franco-tchadiense. El único
espécimen, apodado Toumaï, se ha
datado en 6 a 7 millones de años de
antigüedad. Se dio a conocer
públicamente en Yamena capital del
Chad.
Su descubrimiento se realizó el 19 de
julio de 2001 por el equipo dirigido por Alain Beauvilain en la región de Toros
Menalla de la actual república de Chad, cerca del lugar donde en 1995 halló el
Australopithecus bahrelghazali.
Se cree que vivió en zonas pantanosas. Su cráneo es simiesco, aunque de rostro
breve y dientes pequeños, en particular los colmillos, lo cual le acerca a los
humanos.
Se han encontrado un cráneo, dos fragmentos de mandíbula inferior y tres dientes
aislados. No presenta cresta craneal, su volumen cerebral es de 350 cm3. Tiene
rostro alto y poco prognato, caninos relativamente pequeños, y ausencia de
espacio entre los dientes. Podría ser el antecesor del Ardipithecus ramidus.
Michel Brunet, el descubridor de Toumai, opina que pertenece a la rama de los
homínidos, muy cerca del antepasado común con el chimpancé, pero en la línea
hacia los humanos: "de los caracteres derivados que se encuentran en la
dentadura de Toumai, se deduce que forma parte de la rama humana". Pero otros,
como Yves Coppens (del equipo descubridor de Lucy) o Brigitte Senut (que
impulsó el descubrimiento de Orrorin tugenensis), piensan que Toumai se sitúa en
la rama que lleva al chimpancé.
Orrorin tugenensis
El antropólogo británico Martin Pickford y la
paleoantropóloga francesa Brigitte Senut, del Museo de
Historia Natural de París, hallaron en octubre de 2000 en
las colinas de Tugen -centro de Kenia- fragmentos de
esqueletos de unos cinco simios, cuya antigüedad fue
calculada en 6 millones de años, el Orrorin tugenensis.
Un simio de 1,40 metros de altura que vivió hace seis
millones de años en lo que ahora es Kenia ya tenía un
fémur y una dentadura similares a los de los humanos. El
fémur indica que tenía una marcha bípeda muy parecida a la nuestra. La
dentadura, que tenía una dieta omnívora, rica en frutas y en proteínas obtenidas
probablemente de hormigas y otros insectos.
Estos rasgos, sin embargo, se apartan de los de los australopitecos que vivieron
hace entre 4 y 2 millones de años y que tenían dientes grandes en relación con el
tamaño del cuerpo y una marcha bípeda bamboleante.
Ardipithecus kadabba
La diversidad taxonómica de los primeros ancestros humanos se acentúa aún más
tras el descubrimiento en Etiopía de seis dientes fosilizados de gran antigüedad.
En un estudio publicado en "Science", tres destacados conocedores de las
primeras fases de la evolución humana aseguran que esa dentición corresponde a
una nueva especie de homínidos llamada Ardipithecus kadabba, que vivió hace
5,8 millones de años y fue uno de los más antiguos ancestros humanos.
Hasta ahora, el Ardipithecus kadabba había sido catalogado como una subespecie
del Ardipithecus ramidus, homínido de hace 4,4 millones de años cuyos restos
fueron hallados en 1994 en el valle etíope del río Awash por Tim White, Gen Suwa
y Yohannes Haile-Sellassie, de las universidades de California (EE.UU.), Tokio
(Japón) y Museo de Historia Natural de Cleveland (EE.UU.), respectivamente.
Sin embargo, a la luz de estos seis dientes posteriormente encontrados de
Ardipithecus kadabba, este trío de científicos sostiene ahora que es una especie
diferenciada y más primitiva, con seguridad un eslabón en la transición de los
chimpancés al Ardipithecus ramidus, las posteriores especies de Australopithecus
y las primeras especies de nuestro género Homo.
White, Suwa y Haile-Sellassie hallaron los seis dientes en noviembre de 2002 en
la región de Awash. En esas piezas dentales se aprecian rasgos muy primitivos
que probablemente existieron en el último ancestro común de los primates y los
humanos. La característica más acusada es la disposición de sus grandes y
afilados dientes caninos sobre los premolares inferiores, un rasgo que se detecta
en la dentición de los primates, pero no en homínidos.
Por ese motivo, estos tres científicos precisan que los rasgos morfológicos de los
dientes de las especies de homínidos más antiguas podrían ser un mejor criterio
de clasificación que otros atributos más
complejos y difíciles de analizar por falta
de fósiles adecuados, como el
bipedalismo. En este sentido, precisan
que las especies A. kadabba, A. ramidus
y otras de este mismo periodo podrían
pertenecer a un único género. A juicio
del antropólogo David R. Begun, de la
Universidad de Toronto (Canadá), esa
posibilidad es sugerente pero difícilmente contrastable porque entre los fósiles
preservados de esas especies africanas hay pocas piezas comunes.
Ardipithecus ramidus
De momento son pocos los datos ofrecidos por su descubridor, Tim White, aunque
se sabe que son escasos y fragmentarios. Los hallazgos se produjeron en el curso
medio del río Awash, en la región de Aramis, Etiopía.
Ardipithecus ramidus (los vocablos ardi y ramid proceden de la lengua del lugar y
significan, respectivamente, "suelo" y "raíz", mientras que pithecus significa
"mono" en griego). Con una antigüedad estimada en torno a 4,4 millones de años.
Parece ser que habitaba los bosques,
porque sus restos se han encontrado con
otros fósiles de mamíferos de vida ligada al
medio forestal. Además, los dientes del
Ardipithecus ramidus presentan un esmalte
fino que nos dice que se alimentan de
frutos, hojas, tallos tiernos, brotes y otros
productos vegetales blandos, productos
que ofrece la selva. No se sabe con certeza
si estos primitivos homínidos eran ya
bípedos o no.
Se ha levantado gran expectación ya que
los restos encontrados tienen, en palabras del propio White, "una locomoción
curiosa que no es bípeda ni cuadrúpeda". Esta afirmación justifica la expectación
suscitada ya que podría aclarar el debatidísimo tema del origen del bipedismo.
Australopithecus anamensis
El primer fósil correspondiente a esta especie fue encontrado en
1965 por Bryan Patersson en la localidad de Kanapoi (Kenia). El aspecto más
significante de A. anamensis, con una anatomía similar pero más primitiva que
A. afarensis y con una antigüedad de 3.8 a 4.2 crones, consiste en que esta
especie constituiría un buen precursor de Lucy.
El nombre de la especie proviene de la palabra Turkana anan que
significa lago y fue elegida en razón de la proximidad de Kanapoi al lago
Turkana o Rodolfo y como una referencia al paleolago Lonyumun que existió
en esa región.
La especie exhibe una combinación inusual de rasgos simianos y
humanos, no vista en otros homínidos. En A. afarensis tanto la anatomía
craneal como postcraneal son simianas, en tanto que en A anamensis el
esqueleto postcraneal (tibia) presenta rasgos humanos avanzados, mientras
que el esqueleto craneal se asemeja al de los monos del Mioceno.
El peso de los miembros de esta especie oscilaba entre 45 y 60
Kg., lo que indica que los dos géneros eran extremadamente dimórficos. Sin
bien se desconoce la exacta medida del cráneo, el tamaño era similar al de los
monos, al igual que la articulación de la mandíbula y el meato auditivo externo.
A. anamensis tenía caninos más reducidos que A. ramidus y estos no
exhiben las facetas afiladas típicas de los caninos de los monos. Todos los
dientes, por primera vez en la evolución de los homínidos, tienen un esmalte
grueso y los molares son más grandes que A. ramidus.
A. anamensis es más primitivo que A.
afarensis en razón de
que los premolares frontales son asimétricos y la
forma de! mentón distinto. Sin
embargo, la morfología general de la
mandíbula de A. anamensis es todavía
similar a la del chimpancé. A partir de las
características anatómicas de los
huesos de los brazos (largos brazos y las
falanges curvadas) y de las piernas
se deduce que A. anamensis era, al mismo tiempo, bípedo y un poderoso
trepador. Su hábitat, en comparación al de los homínidos que lo preceden, era
un lugar más ideal para la evolución del bipedalismo, con regiones menos
arboladas y sabanas.
Esta nueva especie permite especular acerca del patrón evolutivo
de los Australopithecus. No existe en la actualidad ninguna evidencia
satisfactoria que apoye la hipótesis de una estasis prolongada de A. afarensis
que comience antes de los 3.6 crones, ni tampoco de la presencia de más de
una especie de homínido cerca de los 4 crones. Ardipithecus ramidus puede
ser ancestral a A. anamensis y este a su vez de A. afarensis. La dentición
primitiva y el esmalte delgado de Ardipithecus ramidus cambió hacia una
dentina más gruesa en A. anamensis y recién más tarde, en A. afarensis,
tiene lugar el cambio de la articulación témporo-mandibular, de la geometría
maxilar y mandibular y de las coronas dentales molares que se vuelven mas
altas. Estos últimos cambios se acentuaron posteriormente aún más en los
Paranthropus.
La similitud de la anatomía postcraneal de A. anamensis, A.
afarensis y A. africanus, sugiere que el patrón de adaptación locomotora, que
apareció a los 4.2 crones, o antes, permaneció esencialmente sin cambios
durante 2 crones.
KP 29281 (ET): Descubierto por Peter Nzube en 1994. Se trata de una
mandíbula inferior, de 4.1 crones, a la que le falta la rama ascendente, pero
que conserva todos los dientes. Se asemeja, por su tamaño y su ancho, a la de
los monos del Mioceno. Los dientes están mas alineados y paralelos que en A.
Australopithecus bahrelghazali
Australopithecus bahrelghazali es una nueva designación, que tiene poco apoyo
en la actualidad entre la mayoría de los investigadores. Esto se debe al pequeño
tamaño de la muestra, su reciente designación, y la afinidad de la muestra de
material Afarensis.
Sin embargo, es un fósil muy valioso
ya que constituye la primera evidencia
de homínidos al oeste del valle del
Rift, difiere en varios aspectos
importantes del Afarensis y por tanto,
puede ser una nueva especie, o por lo
menos una subespecie en relación
con el grueso de las muestras Afarensis encontradas al este del valle del Rift.
El material fósil designado como Australophitecus Bahrelghazali fue descubierto
en 1993 por Michel Brunet en Chad, 2500 kilómetros al oeste del Rift Valley. Es la
muestra más occidental de Australopithecus que se ha encontrado. El material
fósil consiste en un fragmento de mandíbula, un segundo incisivo inferior, ambos
caninos inferiores, y cuatro premolares, todavía colocados en el alvéolo dental. La
muestra recibió el nombre científico de KT-12/H1; "Abel" es el nombre informal,
Brunet le puso este nombre en honor de su colega Abel Brillanceau que había
fallecido poco antes del descubrimiento. El material fósil ha sido fechado por la
fauna asociada a entre 3,0 y 3,5 ma.
La mandíbula del Australophitecus Bahrelghazali se distingue de otros homínidos
porque presenta, entre otros rasgos:
La Mandíbula tiene forma parabólica
La dentición anterior es grande, con coronas altas y raíces largas
El tercer premolar (P3) presenta dos cúspides y tres raíces, el cuarto
premolar (P4) está molarizado
Los terceros premolares superiores (P3) presentan tres raíces y corona
asimétrica
Esmalte grueso en sus dientes
Australopithecus afarensis
Australopithecus afarensis es
un homínido extinto de la subtribu Hominina que
vivió entre los 3,9 y 3 millones de años antes del
presente. Era de contextura delgada y grácil, y se
cree que habitó sólo en África del este
(Etiopía, Tanzania y Kenia). La mayoría de la
comunidad científica acepta que puede ser uno de
los ancestros del género Homo.
Fue descubierto el 24 de noviembre
de 1974 por Donald Johanson, Yves Coppens y Tim
White enHadar, Etiopía. El espécimen encontrado
en aquel momento fue mundialmente conocido
comoLucy.1
Este descubrimiento destacó sobre los demás por muchas cualidades,
especialmente por ser elAustralopithecus mejor conservado descubierto hasta
aquella fecha. Así fue posible comprobar que la capacidad para caminar erguido,
como los humanos actuales, fue muy anterior al crecimiento del cerebro. El
estudio de su dentadura aclaró aspectos fundamentales sobre la evolución de los
homínidos y descubrió la evolución simultánea de géneros, de manera que la
líneaParanthropus, se apartó de otras y en particular de la que evolucionó
hacia Homo.
Los restos de Lucy fueron encontrados en el lugar donde habitaba la tribu Afar, de
ahí el nombreafarensis, y junto con otros doce individuos de la misma especie,
incluido cráneos, conforman lo que se llama "la primera familia".
Australopithecus africanus
El primer descubrimiento de los australopitecos se produjo en África del Sur, y lo
constituía un cráneo infantil procedente de Taung, cuyo estudio realizó R. Dart en
1924.
La mayoría de los yacimientos proceden de África del Sur, principalmente
Sterkfontein y Makapansgat, encontrándose restos de probables africanus en el
Omo (formación Shungura) y Koobi Fora. Por lo general, en África del Sur los
restos se encuentran en yacimientos en cueva, o procedentes de cuevas
posteriormente desmanteladas por la erosión, de manera que aparecen en
brechas concreccionadas que presentan una gran dificultad de extracción.
En este sentido, la antigüedad y características de los hallazgos hacen más difícil
su datación que en África oriental. Así en
el caso de Taung la tendencia más
reciente es asociar el depósito a la
actividad de carnívoros y no a los
homínidos. Durante largo tiempo el
problema de la asociación a útiles líticos y
fauna introdujo la polémica sobre la
capacidad cazadora y utilización de
instrumentos por el Australopiteco,
surgiendo la teoría osteodontoquerática de R. Dart.
En la actualidad no se les niega la capacidad de utilizar instrumentos, dada la
protocultura detectada en los chimpancés, pero sí su capacidad cazadora. La
cronología es difícil de determinar, situándose como probable los 2 millones de
años, según se ha detectado en Sterkfontein y Makapansgat. Sterkfontein era una
cueva en la que se acumularon los depósitos a través de fisuras. Estos depósitos
fueron después cimentados con los derrumbes del techo y paredes de la misma,
formando una brecha que la erosión posterior dejó en superficie. Makapansgat se
debe a una acumulación de fauna producida por una ocupación de hienas, sin que
aparezcan instrumentos líticos y se le ha atribuido una edad, quizá demasiado
antigua, de 3 millones de años.
Las características de A. africanus, también denominados A. gracilis por oposición
al A. robustus, se basan en una capacidad craneana de 430 a 520 centímetros
cúbicos, con una media de 440 centímetros cúbicos, un 10 por 100 más que en el
A. afarensis. En general la cara es más corta y presenta menor prognatismo, unido
a un menor tamaño de las piezas dentarias. Los caninos son cortos y no se ha
detectado dimorfismo sexual en el tamaño de los mismos. Asimismo desaparece
el diastema, o es muy raro. En resumen, se ofrece una reducción de los caninos e
incisivos, y hay un mayor énfasis de la masticación en el resto de la dentición.
Australopithecus garhi
Los restos fósiles del Garhi fueron descubiertos entre 1996 y 1998. Un equipo de
40 científicos, dirigidos por Tim White, de la Universidad de Berkeley, en California,
y el etíope Berhane Asfaw los descubrieron en la región del Medio Awash, en
Etiopía.
Aunque es una zona hoy desértica, hace dos millones de años y medio poseía
más vegetación, un lago y numerosos animales, entre los que se encontraban los
homínidos. Los restos fósiles dejados por estos seres vivos son los encontrados
por este equipo.
Para los investigadores, entre las particularidades más interesantes de estos
fósiles de homínido se encuentran la unión de caracteres simiescos, como son los
brazos cortos, con otros más cercanos a los de los humanos, como son los
miembros inferiores largos; además, los rasgos de sus dentaduras se acercan
más a los del hombre que a los del mono; y, por último, aquellos lejanos
homínidos parecen ser también los primeros seres vivos que utilizaron
instrumentos de piedra para romper los huesos, descarnar y trocear los animales
que cazaban y de los que se alimentaban.
Los paleontólogos llegaron a la conclusión de que se podía hablar del
descubrimiento de una especie desconocida, y la bautizaron con el nombre de
Australopithecus Garhi. "Garhi" es una palabra etiópe que significa "sorpresa", con
ella quisieron tanto aludir a la sorpresa que el descubrimiento les causó, como a
que este se produjo en Etiopía.
Junto a los restos del homínido Australopithecus garhi se han encontrado
igualmente fósiles de animales en los que aparecen huellas de haber sido
descarnados con instrumentos de piedra y sus huesos fracturados con el mismo
sistema, para absorber una sustancia de
tanto valor nutritivo y tan apreciada como el
tuétano. De cualquier modo no se puede
asegurar que fueron los Australopithecus
Garhi quienes mataron a los animales,
aunque parece lo más probable, dado que los
restos fósiles de unos y otros se encuentran en
la misma zona.
Paranthropus aethiopicus
El Australopithecus Aethiopicus habitó África entre los 2.6 y 2.3 millones de años
atrás. El tamaño de su cerebro era muy pequeño, algunas partes de su esqueleto
semejan a los del Australopithecus Afarensis. Los Aethiopicus probablemente son
los antecesores de los A. Boisei.
La primera especie robusta conocida, Australopithecus aethiopicus, vivió en África
oriental hace unos 2,7 millones de años. En 1985 el paleoantropólogo
estadounidense Alan Walker descubrió a orillas del lago Turkana, Kenia, el fósil de
un cráneo datado en 2,5 millones de años de antigüedad que ayudó a definir esta
especie. A este fósil se le denominó el “cráneo negro” por el color que presentaba
tras absorber los minerales del suelo. El cráneo presentaba una elevada cresta
sagital hacia la parte posterior del cráneo y una
parte inferior del rostro que sobresalía con
respecto a la frente.
El A. aethiopicus compartía algunas
características primitivas con el A. afarensis es
decir, rasgos que se habían originado en el
primitivo australopitecino de África oriental, lo que
pudiera indicar que el A. aethiopicus había
evolucionado a partir del A. afarensis.
Paranthropus boisei
El primer fósil de Paranthropus Boisei fue hallado en 1959 por Mary y Louis
Leakey, en el barranco de Olduvai, Tanzania. Consiste en un cráneo casi
completo conocido comoDear Boy por tratarse de un individuo juvenil. La
antigüedad de este fósil, conocido como OH 5 ronda los 1,8 millones de años.
En la actualidad es una especie bien conocida cuyos restos más antiguos son
una mandíbula y algunas piezas dentales de cerca de 2,3 m.a. de antigüedad
hallados en los yacimientos del río Omo. De estos mismos yacimientos
proceden también los restos más modernos conocidos de esta especie (dos
dientes), de en torno a 1 m.a. Por tanto, por lo que sabemos, la especie habría
poblado el Este de África entre hace 2,3 m.a. hasta hace 1 m.a.
La colección de fósiles más completa procede del Lago Turkana y han sido
descubiertos por el hijo de Mary y Louis Leakey, Richard, a partir de los años
setenta. Entre ellos destaca el cráneo
conocido como ER 406
Nótese en la imagen de la derecha la
pronunciada cresta sagital que servía
de anclaje a los músculos temporales y
el arco cigomático para los maseteros.
Unos músculos necesarios para
conseguir movimientos circulares de la
mandíbula, destinados a moler un
alimento muy duro.
Paranthropus robustus
El Paranthropus Robustus fue encontrado en cuevas de breccia en Kromdraai y
Swartkrans, en Sudáfrica. Data de hace 1,9 millones de años hasta 1,5 millones de
años. P. Robustus se distingue por un masivo aparato masticatorio, con
premolares y molares grandemente expandidos.
Los dientes frontales, sin embargo, son mucho más chicos comparados con los de
A. africanus, así que la cara es mucho más corta. La arquitectura de la cara está
construida fuertemente para soportar las tensiones generadas por la dentición. El
tamaño del cerebro es mayor que el de A. africanus, pero es difícil estimar su
proporción con respecto al cuerpo, por la falta de fósiles postcraneanos. El
cerebro, sin embargo, era lo suficientemente pequeño como para que los
músculos masticatorios lo rodearan, formando una "cresta sagital".
La aparición de esta especie está asociada a un resecamiento del clima en África
del sur. Sabemos que P. robustus vivía en praderas abiertas, al contrario de A.
africanus, que vivía en ambientes más selváticos. Teniendo en cuenta esto,
podemos comprender que la dentición de P. robustus estaba bien adaptada para
masticar lo que su ambiente le ofrecía -
rizomas, tubérculos, y cosas así-.
El único tipo de herramienta posiblemente
asociado con esta especie son fragmentos
de hueso y cuernos encontrados en
Swartkrans. Estos fragmentos están
desgastados de la misma forma en que se
desgastarían si hubieran sido usados para
excavar. Hay que añadir que no hay otra evidencia firme acerca del uso de
herramientas en Paranthopus.
Kenyanthropus platyops
Kenyanthropus platyops es el nombre propuesto para una especie de homínido de
la que se encontró un cráneo fósil en 1999. El hallazgo fue hecho por un equipo
dirigido por Meave Leakey y su hija Louise, en Kenia, en una región semidesértica
cercana al lago Turkana. El fósil data de unos 3,5 millones de años. Tiene
características muy interesantes, ya que posee rasgos faciales planos y delicados,
y dientes relativamente pequeños.
Los científicos han propuesto definir
el género Kenyanthropus, pues el cráneo
encontrado muestra una mezcla equilibrada de
rasgos de Australopithecus y Homo, se parece
al "hombre 1470" otro fósil hallado hace unos
años en esa región, clasificado como Homo
rudolfensis, y con una datación mucho menor, de unos 1,8 millones de años. No
obstante, dado que el espécimen tipo (KNM-WT-4000) está terriblemente
distorsionado hay autores que no lo consideran ni un género ni una especie válida
y que podría tratarse simplemente de un espécimen de Australopithecus
afarensis o incluso de alguna especie de Homo, tal como Homo rudolfensis.
Homo habilis
El primer Homo que se ha encontrado es el Homo habilis. Se observa como dato
importante un enorme incremento en su tamaño cerebral, que se ha
calculado entre 650 cm3 hasta 800 cm3, en un cráneo aplastado llamado 1470,
encontrado en Koobi Fora. Los
restos se han hallado en Kenia, en
la localidad de Koobi Fora y en
Tanzania, en la conocida
Garganta de Olduvai.
El incremento del cerebro
mencionado anteriomente, fue
calculado
alrededor de 44%. Este incremento es significativo porque el
tamaño del cuerpo no tuvo grandes cambios lo que representa un
desarrollo enorme para el cerebro en relación al cuerpo. Tomando
huellas craneanas se pudo observar que la expansión del cerebro
no fue uniforme. Se desarrolló el lóbulo frontal del área de
Broca y se redondeó notablemente el lóbulo parietal inferior, como comenta
Eccles. Estos abultamientos, corresponde al área del lenguaje de Wernicke. Otro
desarrollo importante corresponde al lóbulo parietal superior. Este incremento del
área del habla podría indicar su uso.
Analizando algunos de los huesos de las extremidades recuperados se puede
reconocer que se trata de una especie con un aspecto mucho más humano. La
cabeza del fémur es mucho más grande y de forma más corta y redondeada.
También la pelvis tiene un aspecto mucho más moderno. Su altura era similar al
Australopithecus africanus, de unos 1,3 m., así como su peso, calculado en 40 kg.
aproximadamente. En el cráneo se presentan las diferencias más notables. Su
rostro es menos prominente. Su aparato dental era mucho más
refinado. Los molares aún son grandes y con una gruesa capa de esmalte pero
son más estrechos que los del africanus. Los incisivos son más grandes y con una
forma característica, llamados espadiformes, con la función de cortar. Los cambios
observados en este aparato dental se pueden deber a un cambio en su
alimentación. No obstante se ha analizado el microdesgaste y se pudo comprobar
que su dieta sería fundamentalmente frugívora pero muy diversificada.
Su nombre significa "hombre habilidoso" y hacereferencia al hallazgo de
instrumentos líticos confeccionadospor éste. Se han realizado estudios detallados
de los restos óseos de sus manos para verificar si realmente sería posible que
este homo los hubiera realizado. Napier concluyó que era capáz de prensión de
agarre para realizar manipulaciones
necesarias en la fabricación de utensilios de piedra. No hay dudas que su andar
era erguido, así lo atestiguan los rasgos de su pelvis, columna, miembros y
foramen magnun. Podemos
concluir que tanto los huesos de las manos como de las piernas estaban más
próximo a los seres humanos modernos que a los antropomorfos.
El Homo habilis se originó posiblemente a partir de la radiación sufrida por el
Australopithecus africanus hace unos 2,5 millones de años, persistiendo hasta
hace 1,6 millones.
Homo rudolfensis
Homo Rudolfensis es una especie
problemática, hasta el punto de que muchos
expertos niegan su existencia. Tendría como
características principales un cerebro de unos
750 centímetros cúbicos (mayor que en H.
Habilis), una cara y unas mandíbulas mayores
que en Habilis, con mayor prognatismo y una
cavidad craneal más redondeada.
Los restos de H. Rudolfensis hallados hasta el momento dan un arco cronológico
menor que en H. Habilis. Así Rudolfensis habría vivido hace entre 1,9 y1,6
millones de años. Además Rudolfensis sólo ha sido hallado en las orillas del lago
Turkana, antes lago Rodolfo, en Kenia.
La división de esta especie en dos, habilis y rudolfensis no ha convencido a
muchos paleoantropólogos. Sin embargo, H. rudolfensis tiene características que
permiten distinguirlo; por ejemplo, una mayor capacidad craneal.
Homo ergaster
Sustituyeron a los Habilis y es la especie más humana del género Homo que
aparecen. Humana en el sentido de su gran cerebro, estatura y proporciones
corporales, parecidas a las de los humanos posteriores. Su capacidad craneal se
sitúa entre 800 y 950 cc.
Así mismo, su modelo de desarrollo era más
lento que el de sus antepasados y esto implica
un entorno social más protector (la
alimentación y la complejidad social son imprescindibles para la expansión y
reestructuración cerebral).
Además trajeron consigo una nueva forma de tallar la piedra, el Achellense o
Modo 2, que consiste en núcleos o grandes lascas tallados por las dos caras
denominados bifaces, como las hachas de mano, los hendedores y los picos. Se
trata de una técnica que perduraría durante muchísimo tiempo ya que son de
múltiple uso.
Fue el Homo Ergaster el homínido que salió de África por primera vez y comenzó
a adaptarse a otros tipos de vida diferentes como los de Asia y Europa. Las
primeras huellas fuera de África datan de hace 1 millón de años, y los más
conocidos son los del Homo Erectus de Java. A partir de aquí ya nos acercamos
claramente a nuestra especie.
Gracias al descubrimiento, en 1984, por un equipo comandado por Richard Leakey
de un esqueleto completo en un 60% de un adolescente ergaster de hace 1,6
millones de años en el lago Turkana, conocemos varias características de su
especie.
Este individuo murió cuando tenía alrededor de nueve años, lo que corresponde en
términos humanos a once o doce años. Al morir, sus restos se hundieron
rapidamente en un pantano, quedando así a salvo de animales carroñeros.
Sus proporciones eran muy parecidas a las de los habitantes modernos del lago
Turkana. Era delgado y con extremidades largas. Esto es una adaptación al clima
tropical de la zona.
Era bastante alto: al momento de morir medía cerca de 1,60 mt., lo que estaba
muy por debajo del metro ochenta que hubiera alcanzado si hubiera completado su
desarrollo.
Homo georgicus
Es un especie de homínido establecida en 2002 a
partir de los fósiles encontrados un año antes
en Dmanisi, en el Cáucaso, República de Georgia.
Se considera intermedia entre el Homo habilis y
el Homo erectus y relacionada con el Homo
ergaster. Losfósiles se han datado en 1,8 millones
de años. El tamaño del cerebro se ha calculado
entre 600 y 680 c.c. La estatura se ha estimado
en 1,5 m.
Fue encontrado primero gran parte de un
esqueleto (Vekua et al., 2002; Gabunia et al.,
2002). Posteriormente ha habido otros tres hallazgos, incluido un cráneo completo
(pero sin dientes, sólo con el canino izquierdo) y además, se han encontrado
asociados con los huesos, artefactos de piedra y de percusión, que le permitían a
esta especie cazar, matar animales y procesarlos. La condición de cazador y no
de carroñero ni de simple recolector y consumidor de alimentos blandos vegetales,
del Homo georgicus, ha sido establecida. El homínido de Dmanisi consumía carne,
y este producto, pudo haber sido la clave de la supervivencia de esta especie y de
otros homínidos habitantes de altas latitudes, sobre todo en invierno.
(Lordkipanidze, D.).
Al parecer los cinco individuos del Dmanisi formaban una familia que se vio
envuelta en una erupción volcánica la que los obligó a penetrar en el abrigo, y
luego murieron por asfixia debido a las cenizas volcánicas. Esa es la explicación
que se desprende del estudio de los estratos, y la razón de por qué en este caso
excepcional se encontró un número elevado de fósiles juntos que eran de edades
tan variadas.
Homo erectus
El descubrimiento de útiles o herramientas fosilizadas y esqueletos de grandes
mamíferos cerca de los fósiles de Homo erectus (hombre erguido) sugiere que
estos ancestros humanos llevaron una existencia más compleja que las especies
anteriores. A pesar de que su estructura anatómica se parece a la de los seres
humanos actuales, los antropólogos han encontrado que el cerebro humano sufrió
muchos cambios durante la evolución de una especie a otra.
Los Homo erectus son los primeros viajeros intercontinentales. Desde África se
dispersan a través de Asia Menor y el Próximo Oriente, llegando por un lado hasta
España y por el otro hasta cerca de Pekín, en el norte de China, y hasta la isla de
Java, en Indonesia. Los fósiles más antiguos de Atapuerca, cerca de Burgos, que
tienen 800.000 años, son descendientes de ellos.
Los Homo erectus más antiguos de Europa se han
encontrado en Georgia, donde vivían hace 1,6
millones de años. (La localidad de Dmanisi, donde
se han encontrado estos fósiles, está cerca del
límite generalmente reconocido entre Europa y
Asia.)
Además de fabricar hachas de mano de piedra, el Homo erectus también dejó los
primeros restos de viviendas construidas, de objetos de madera tallada, la primera
lanza de madera y el recipiente más primitivo, un cuenco de madera. Pero su
mayor avance cultural fue que aprendió a manejar el fuego. Se han encontrado los
primeros indicios de su utilización en China, hace 300 mil años y se atribuyen al
"hombre de Pekín", una versión del Homo erectus.
El ejemplar más antiguo tiene 1 millón de años y el más joven tan solo de 100.000
y corresponden a Java (Asia). En China se han encontrado de una antigüedad de
entre 800.000 a 230.000 años. Se parece mucho al Homo Ergaster, pero tiene
mayor capacidad craneal (750-1.300 cc). Los ejemplares de Java y China difieren
en algunos aspectos, considerándose como dos subespecies, el Homo erectus
erectus, para los primeros, y el Homo erectus pekinensis, para los segundos.
Los antropólogos piensan que el Homo erectus vivió hace 1,8 y 0,2 millones de
años. Pero el fósil más antiguo se encontró en África, en Oulduvai, por lo que se
piensa que esta especie se originó en este continente y después emigró.
Homo cepranensis
El Hombre de Ceprano es un ejemplar fósil del cráneo de un homínido,
descubierto por Italo Bidittu en 1994, en la localidad de Ceprano, provincia
de Frosinone, Italia. Tras la reconstrucción
de los fragmentos encontrados, realizada
por el geólogo Aldo Segre y
la paleontóloga Eugenia Segre Naldini, se
calcula que la capacidad craneana de este
espécimen podría ser hasta de 1200cc, lo
que significa un cerebro claramente mayor
que el del Homo ergaster y el Homo
erectus. Se ha estimado que este fósil data
de hace por lo menos 800 mil años. Las diferencias encontradas con las especies
conocidas de Homo han llevado a la definición formal de este homínido como
especie diferente: Homo cepranensis. El paleoantropólogo Antonio Ascenzi lo
considera como Homo erectus, en tanto que también deberían considerarse sus
relaciones con el Homo antecesor y Homo heidelbergensis.
Homo antecessor
800.000 años atrás en el tiempo, una especie común a los neandertales y a los
homo sapiens vivía en la Sierra de Atapuerca (Burgos). Homo antecessorsalió a la
luz en 1997.
Sus descubridores, J.M. Bermúdez de Castro, J.L. Arsuaga, E. Carbonell, A.
Rosas, I. Martínez y M. Mosquera, le definieron como el pionero, el que antecede
a los demás.
La mayoría de los restos humanos de TD6 (Gran Dolina) se encuentran en un
estado de conservación excelente, pero corresponden en general a fragmentos de
tamaño variable. Esta fragmentación, así como otros caracteres de los restos
(marcas de corte, golpes producidos por instrumentos líticos, tipos de fractura,
etc), que también se observan en los restos fósiles de los ungulados, representan
evidencias muy claras de un acto de canibalismo.
Prácticamente el 50% de los fósiles humanos presentan cortes o fracturas
producidos por instrumentos líticos, y se encuentran indistintamente en los huesos
craneales y en los del esqueleto postcraneal, lo que indica un consumo total de los
cadáveres. Además, todos los individuos presentan algún estigma de canibalismo.
Las connotaciones en el árbol de los homínidos provocadas por este hallazgo han
sido muy importantes y, sin duda, ha sido uno de los grandes descubrimientos en
el campo de la paleontología. Esta especie demostró que en Europa ya vivían
seres humanos hace más de 800.000 años, mucho antes de lo que se pensaba.
Su morfología revolucionó la idea que se tenía hasta ese momento de la evolución
de nuestra especie. Su capacidad craneal era elevada (más de 1.000 cc) y poseía
una cara muy moderna, es decir, esta especie sufrió una reestructuración total del
neurocráneo, la mandíbula, los dientes y la cara, es totalmente diferente a todo lo
anterior.
Desgraciadamente, no se han encontrado aún fósiles en África de la misma
antigüedad que podrían hacer seguir la pista de esta especie, y los de Asia
contemporánea a ella se refieren únicamente al Homo Erectus. Se podría decir
que es el eslabón que une al Homo ergaster y enlaza con formas más cercanas a
nosotros.
Si aceptamos que el origen de nuestra especie debe buscarse en África hace
entre 100.000 y 200.000 años, debemos aceptar un origen africano para la
especie H. antecessor, muy
probablemente a partir de
poblaciones pertenecientes a la
especie H. ergaster. También
debemos aceptar una continuidad
evolutiva de H. antecessor en
África, que culminaría con la
aparición de las poblaciones
humanas modernas.
Homo heidelbergensis
Entre Homo antecessor, una especie poco conocida basada en fósiles de las
colinas de Atapuerca, en España, y los linajes Sapiens y Neanderthalensis existió
una especie con fósiles en Europa desde hace medio millón de años, y en África
un poco más tempranamente, que presenta carácteres intermedios entre H.
Erectus / Ergaster y H. Sapiens.
Los fósiles en cuestión son una mezcla de especímenes que datan entre 500.000
y 250.000 años. El más antiguo es una mandíbula inferior encontrada en Mauer,
cerca de Heidelberg. Posteriormente, en una cueva llamada Arago, en Francia, se
encontraron los restos, mayormente fragmentarios, de una docena de individuos.
El más completo es la cara y parte de la caja craneana de un individuo, que tiene
gran parecida a un cráneo encontrado en Petralona, Grecia.
Juntos, estos fósiles revelan un homínido con un cráneo más "inflado" que el de
ningún erectus, aunque todavía posee arcos supraciliares. La parte trasera del
cráneo es más redondeada que en erectus, y las mejillas son infladas, como en
los neandertales, aunque la cara es más plana.
Los utensilios asociados con estos fósiles son generalmente muy rudos,
consistiendo básicamente en simples "piedras de cortar" y algunas herramientas
de lascas como puntas y raspadores, siendo ellos los iniciadores de esta técnica.
Se han encontrado fósiles de esta especie en África en los sitios de Bodo, al
noreste de Etiopía, con un ejemplar más robusto pero similar que data de hace
600.000 años, y en Kabwe, en Zambia. Los huesos postcraneales concuerdan con
los de Arago, e indican que ésta era una forma robusta, pero moderna. También
en el sitio chino de Dali se ha encontrado un cráneo que concuerda con este
grupo. Otros sitios son los de Steiheim,
Alemania; Swascombe, Inglaterra; Lago Ndutu,
Tanzania, y en la Sima de los Huesos, en
España se encontraron fósiles con
características neandertalianas.
Hay que notar que en Terra Amata, Francia, se
encontraron restos de refugios construidos
durante la época de H. heidelbergensis. Estos
refugios tenían una forma ovalada, con
veinticinco pies de largo y veinte de ancho. Dentro del refugio se encontraron
restos de ceniza.
Homo neanderthaliensis
Ahora sabemos que Homo Neanderthalensis no es, como se creía, un antepasado
directo nuestro, sino que eran una rama paralela en el árbol evolutivo. Una rama
que guarda muchos secretos. Por ejemplo, no sabemos por qué se extinguieron,
no sabemos si poseían un lenguaje.
Poco faltó para que a los neandertales se los conociera como calpenses, en honor
de un cráneo de tipo neandertal hallado en 1848
en la cantera Forbes en Gibraltar: Calpe es el
nombre clásico de Gibraltar. Sin embargo, el
hallazgo del cráneo gibraltareño precedió en 8
años al de la cueva Feldhofer en el valle del río
Neander (Alemania) que dio nombre al popular
tipo humano fósil (Neandertal, significa valle del
Neander). El nombre científico Homo
neanderthalensis fue creado por William King
(1863). Los neandertales son los humanos extinguidos que mejor conocemos, sin
ningún género de dudas.
Los neandertales eran más bajos que nosotros, pero tenían una musculatura
extremadamente fuerte. Sus esqueletos eran masivos, y tienen prominentes
marcas musculares. Su anatomía en general está hecha para el territorio no muy
agradable en el que vivían. Incluso los niños eran más musculosos que los niños
actuales. La característica facial que más llama la atención es su nariz, que es
grande y bulbosa. Esta adaptación les servía para calentar y humidificar el aire
que inhalaban, y para perder calor con el que exhalaban, protegiéndose así de
sufrir de sobrecalentamiento.
Los neandertales no parecen haber dependido de símbolos, al menos en la forma
en que nosotros (y los primeros sapiens). De hecho, aparte de las tumbas, es
difícil encontrar conductas simbólicas. Conchas de invertebrados y moluscos
fosilizados se han encontrado en sitios de neandertales, que muestran algún tipo
de sentido estético o curiosidad.
Debemos desterrar completamente la idea acerca del primitivismo de los
neandertales. Ellos eran una especie tan evolucionada y adaptada a su medio, el
que era hostil, que no puede dejar de sorprendernos el hecho de que hayan podido
sobrevivir en él. Probablemente no tenían las mismas habilidades cognitivas que
nosotros, ni se representaban al mundo de la misma manera, pero sin duda
pudieron arreglárselas perfectamente, al menos hasta que llegamos nosotros, y
causamos probablemente su extinción.
Homo floresiensis
Homo floresiensis es una especie de humano enano
descubierto en la cueva de Liang Bua, en la isla indonesia de
Flores. Medía cerca de 1 metro de altura y totalmente
bípedo, con un cerebro muy pequeño de 417cc. El cráneo
tiene dientes como humanos, con la frente en retroceso y sin
barbilla. Se han descubierto fósiles de 38.000 a 18.000 años
atrás, a pesar de la evidencia arqueológica sugiere que vivía en
Liang Bua por lo menos entre 95.000 y 13.000 años atrás.
Utilizaban herramientas de piedra y fuego, y cazaban
elefantes enanos (sobre todo los de menores), los dragones de
Komodo, y las ratas gigantes encontradas en Flores. Sus
descubridores creen que floresiensis es una forma enana de Homo erectus
puesto que no es raro que las formas enanas de los grandes mamíferos a
evolucionar en las islas.
La más completa floresiensis fósiles, LB1, consta de un cráneo casi completo y un
esqueleto parcial que consiste en huesos de la pierna, partes de la pelvis, las
manos y pies, y algunos otros fragmentos. LB1 era un adulto de unos 30 años,
probablemente una mujer a juzgar por la pelvis. Los hombres podrían haber sido
mayores, aunque los fósiles encontrados hasta ahora indican que solo había
personas sobre el mismo tamaño que LB1. Debido a la condición de humedad y
edad, los huesos de LB1 no se habian fosilizado (es decir, no se había convertido
en piedra), y al parecer tenían la consistencia de puré de papas.
Homo rhodesiensis
El descubrimiento del homo rhodesiensis, conocido también como hombre de
Rodesia, se basa en un cráneo completo (calavera de Kabwe o Broken Hill) de un
individuo de gran cerebro encontrado en Broken Hill ahora Kabwen, en Rodesia
del Norte (ahora Zambia). La validez de esta nueva clasificación diferente a la de
los homínidos no es bien aceptada y muchas personas de la comunidad científica
creen que debe ser asignada a la clasificación de
Homo erectus, Homo neanderthalensis u Homo
sapiens. La edad del cráneo hallado es muy
incierta, pero se cree que pertenece al
Pleistoceno Tardío y que tiene entre 120,000 y
300,000 años de edadThe validity of as a
distinct type of is not well accepted and it has
been variously suggested that the skull on which
it is based should be assigned to
Tenía una capacidad cerebral considerable de
entre 1000 y 1400cc. Poseía una altura de 170 a 180 cm. También se piensa que
homo rhodesiensis sería el equivalente africano al homo heidelbergensis.
Asimismo se piensa que puede ser tanto precursor como descendiente del homo
sapiens puesto que todos los ejemplares descienden de Africa. Hay científicos que
sostienen la idea de que debe ser clasificado en forma aparte, puesto que tiene
características distintas a las de aquellos con los que es comparado.
Homo sapiens
Homo sapiens idaltu
Homo sapiens idaltu es una extinta subespecie del Homo sapiens que vivió hace
más de 160.000 años durante el Pleistoceno en África. Sus fósiles fueron
descubiertos en Etiopía en 1997 por Tim White, pero fueron dados a la luz en la
comunidad científica en el 2003.
Podemos suponer que nuestra especie, Homo sapiens, se originó en algún lugar
de África hace alrededor de 150.000 años. Especies más arcaicas parecen haber
continuado durante un tiempo. La especie se expandió relativamente lento,
llegando a Australia hace 40.000 años. En Europa, la especie parece haber
entrado más lentamente, entre 40.000 y 35.000 años, por España y por el este.
Las herramientas de nuestra especie se asocian en cuatro periodos. El primero de
ellos es el Auriñaciense, que apareció hace 40.000 años y persistió hasta hace
28.000, está marcado por una explosión de creatividad. Aparecen el arte, la
decoración de objetos, la decoración personal, la música (en forma de
instrumentos).
Este periodo es seguido por el Gravetiano, entre los
28.000 y los 22.000 o 18.000 años. Es aquí cuando
aparecen las agujas de coser, aparte de cuchillos
más pequeños y afilados.
Seguidamente aparece el Solutreano, entre los
22.000 y los 18.000 años. Este periodo se
caracteriza por los cuchillos "hoja de laurel",
llamados así por su forma. Algunos de estos cuchillos son tan delgados y
delicados que no es posible imaginar que hayan tenido un uso práctico.
Finalmente, llegamos al Magdaleniano, el que se extiende de los 18.000 a 10.000
años atrás. Con este periodo termina el paleolítico superior. Encontramos un
trabajo sofisticado del hueso y las astas, junto con abundantes "microlitos",
pequeñas herramientas de piedra que eran seguramente puestas en mangos.
Encontramos también enterramientos, siendo mucho más complejos que los de
los neandertales.
Universidad Nacional Autónoma de México
Escuela Nacional Preparatoria #9
Pedro de Alba
Evolución humana
Biología IV
Profesora Esperanza Jiménez Barrón
Bernardo Ramírez Martínez
Grupo: 507
Ciclo escolar 2009-2010
Era Periodo Época
Duración en
Millones de años
Condiciones
geológicas
Plantas y Microorganismo
sAnimales
CENOZOICA (edad de los mamíferos)
Cuaternario
Holoceno 0.01Fin de la última Edad del Hielo;
Clima mas cálido
Disminución de las plantas leñosas; esplendor de las
herbáceas
Edad del Homo sapiens
Pleistoceno
2.0 Cuatro Edades de Hielo;
glaciares en el hemisferio norte;
elevación de
Extinción de muchas especies
Extinción de muchos
mamíferos de gran tamaño
cordilleras
Terciario Plioceno 5
Levantamiento y formación de
montañas; volcanes; clima
más frío
Desarrollo de praderas; reducción de los
bosques; Angiospermas
Grandes carnívoros;
muchos mamíferos herbívoros;
primeros primates
conocidos del tipo humano
Mioceno 25Clima más frío y seco; formación
de montañas
Continúa la diversificación de las
angiospermas
Evolución de muchas
formas de mamíferos
Oligoceno 38
levantamiento de los alpes y el
Himalaya; casi todas las tierras
desciendes, actividad
volcánica en las Rocallosas
Generalización de los bosques;
angiospermas; aparición de las
monocotiledónias
Evolución de los simios;
había representantes de todas las
familias de mamíferos
Eoceno 55 Clima más cálidoGimnospermas y
angiospermas dominantes
Comienzo de la edad de los
mamíferos; aves
modernas
Paleoceno 65
Clima templado a frío;
desaparición de mares
continentales
Evolución de los primates
MESOZOICA (edad de los reptiles)
Cretácico 144
Separación de los continentes; formación de las Rocallosas; otros
continentes y pantanos
Origen de las angiospermas;
declinación de las gimnospermas
Los dinosaurios llegan a su
máximo esplendor, luego se
extinguen; extinción de
las aves dentadas;
primeras aves modernas; mamíferos primitivos
Jurásico 213
Clima templado; continentes
bajos; mares internos;
formación de montañas; continúa la
deriva continental
Han proliferado las gimnospermas
Dinosaurios grandes,
especializados; primeras
aves dentadas;
marsupiales insectívoros
Triásico 248
Formación de muchas
montañas; desiertos
extensos; da comienzo a la
deriva continental
Dominan las gimnoespermas
Primeros dinosaurios; mamíferos ovíparos
PALEOZOICA (edad de la vida primitiva)
Pérmico 286
Fusión del súper continente Pangea,
glaciares, formación de los
Apalaches; elevación de los
continentes
Diversificación de las coníferas; evolución de
las cicadas
Aparición de insectos
modernos; extinción de
muchos invertebrados
del paleozoico;
reptiles semejantes a los mamíferos
Carbonífero
360
Tierras bajas; grandes pantanos
carboníferos; clima cálido y
húmedo; después más
Frío
Bosques de helechos, licopodios, esquisetos y
gimnoespermas
Primeros reptiles;
dispersión de los anfibios primitivos; muchas
formas de insectos;
abundantes tiburones primitivos
Devónico 408Glaciares; mares
internos
Plantas terrestres, bien establecidas; primeros
bosques; aparecen gimnospermas; surgen
briofitas
Edad de los peces;
aparecen los anfibios; ya hay insectos
sin alas; muchos trilobites
Silúrico 438
Los continentes en su mayor
parte son llanos; inundaciones
Aparecen plantas vasvulares; las algas
dominan el medio acuático
Evolución de los peces; artrópodos terrestres
Ordovícico 505El mar cubre los
continentes; clima cálido
Dominio de las algas marinas; aparecen las
primeras plantas terrestres
Dominio de invertebrados; aparecen los
peces
Cámbrico 570
Clima templado; tierras bajas;
depósitos más antiguos con abundantes
fósiles
Las algas dominan el medio acuático
Edad de los invertebrados marinos; están representados casi todos los
phylia modernos
PROTEROZOICA(Precámbrico)
1500
Enfriamiento del planeta;
formación de la corteza terrestre;
formación de montañas
Algas primitivas y hongos; protozoarios
marinos
Al final, invertebrados
marinos