la explicación ii. el problema del conocimiento* social

39
BARRY BARNES 1. Las concepciones del conocimiento Una dificultad inmediata con la que se enfrenta una discusión de este tipo consiste en la existencia de tantas concepciones dife- rentes sobre la naturaleza del conocimiento. Algunas pueden ser dejadas de lado, para fines sociológicos, si se toma el cono- cimiento como una creencia aceptada, y representaciones com- partidas de acceso público. El sociólogo se ocupa de la compren- sión naturalista de lo que la gente toma como conocimiento, y no con el juicio evaluativo de lo que merece ser tomado como tal: su orientación normalmente es distinta de la del filósofo o del epistemólogo. Pero esto todavía deja un número intimidante de concepciones alternativas del conocimiento, y de cómo se rela- ciona con el pensamiento y con la actividad, por un lado, y con el mundo externo, por el otro. Si bien una consideración detalla- da de todas estas posibilidades queda fuera del presente traba- jo, alguna concepción, por vaga e informal que sea, es esencial si hemos de proceder. Tal vez el mejor camino intermedio con- siste en examinar brevemente dos explicaciones generales del conocimiento que han tenido alguna significación epistemológi- ca, y abogar por una concepción funcional que se desarrolle a partir de alguna de ellas. Ello implicará dejar de lado numerosos puntos e ignorar casi por completo la importante cuestión de cómo aprende la gente. Esperamos, sin embargo, que resulte aceptable a manera de presentación, más que como una justificación, de la posición que se propone, y como un marco para una discusión ulterior, más detallada. Una concepción común del conocimiento lo representa como el producto de la contemplación. Según esta explicación los indi- viduos desinteresados alcanzan mejor el conocimiento al percibir pasivamente algún aspecto de la realidad y generar descrip- ciones verbales que le corresponden. Tales descripciones, cuan- do son válidas, se comparan con la realidad, de la misma mane- ra como un cuadro se compara aparentemente con algún aspec- to de la realidad que está diseñado para representar. Las des- cripciones inválidas, por otro lado, distorsionan la realidad y no muestran una correspondencia cuando se las compara con ella; a menudo son producto de intereses sociales para los cuales una representación mala de la realidad significa alguna ventaja, o de restricciones sociales sobre la investigación de la realidad que vuelven imposible una percepción exacta de ella. Esta explicación contemplativa, como se la puede llamar, reúne un número de nociones. Describe el conocimiento como el pro- ducto de individuos aislados. Y supone que los individuos tienen una participación mínima entre la realidad y su representación: la aprehenden pasivamente, y, por así decirlo, la dejan hablar por sí misma; su percepción de ella es independiente de sus in- tereses, sus expectativas o su experiencia previa. De ahí que el conocimiento que producen sea esencialmente sólo una función de la realidad misma. Cualquier individuo que sea capaz de compararlo con la realidad puede verificarlo, dado que su pro- piedad de correspondencia con la realidad es enteramente inde- pendiente de la situación dentro de la cual fue producido. Estas diversas nociones tienden a estar asociadas porque todas están indicadas por un modelo simple, memorable y concreto: se pien- sa en el aprendizaje y la generación del conocimiento en térmi- nos de una aprehensión visual, y en el conocimiento verbal, por analogía, en términos de una representación pictórica. Cierta- mente, es probable que sea nuestro sentido intuitivo de corres- pondencia entre un cuadro y la apariencia de algo real lo que sustenta gran parte de la credibilidad de la explicación contem- plativa, al menos a un nivel cotidiano. Ciertamente, nuestras nociones epistemológicas cotidianas pa- recen estar profundamente permeadas por esta concepción, así como por la analogía entre el aprendizaje y la aprehensión vi- sual pasiva. Hablamos de comprender como "ver" o "ver clara- UNTREF VIRTUAL | 1 La Explicación Social del Conocimiento Compilación e Introducción de León Olivé Traducciones de Adriana Sandoval * "The Problem of Knowledge" apareció originalmente como el cap. 1 de Interest and the Growth of Knowledge, Routledge and Kegan Paul, Londres, 1977. Impreso en español con el permiso de la editorial. II. El Problema Del Conocimiento*

Upload: others

Post on 04-Jul-2022

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

BARRY BARNES

1. Las concepciones del conocimiento

Una dificultad inmediata con la que se enfrenta una discusión deeste tipo consiste en la existencia de tantas concepciones dife-rentes sobre la naturaleza del conocimiento. Algunas puedenser dejadas de lado, para fines sociológicos, si se toma el cono-cimiento como una creencia aceptada, y representaciones com-partidas de acceso público. El sociólogo se ocupa de la compren-sión naturalista de lo que la gente toma como conocimiento, y nocon el juicio evaluativo de lo que merece ser tomado como tal:su orientación normalmente es distinta de la del filósofo o delepistemólogo. Pero esto todavía deja un número intimidante deconcepciones alternativas del conocimiento, y de cómo se rela-ciona con el pensamiento y con la actividad, por un lado, y conel mundo externo, por el otro. Si bien una consideración detalla-da de todas estas posibilidades queda fuera del presente traba-jo, alguna concepción, por vaga e informal que sea, es esencialsi hemos de proceder. Tal vez el mejor camino intermedio con-siste en examinar brevemente dos explicaciones generales delconocimiento que han tenido alguna significación epistemológi-ca, y abogar por una concepción funcional que se desarrolle apartir de alguna de ellas. Ello implicará dejar de lado numerosospuntos e ignorar casi por completo la importante cuestión decómo aprende la gente.

Esperamos, sin embargo, que resulte aceptable a manera depresentación, más que como una justificación, de la posiciónque se propone, y como un marco para una discusión ulterior,más detallada.

Una concepción común del conocimiento lo representa como elproducto de la contemplación. Según esta explicación los indi-viduos desinteresados alcanzan mejor el conocimiento al percibirpasivamente algún aspecto de la realidad y generar descrip-ciones verbales que le corresponden. Tales descripciones, cuan-do son válidas, se comparan con la realidad, de la misma mane-

ra como un cuadro se compara aparentemente con algún aspec-to de la realidad que está diseñado para representar. Las des-cripciones inválidas, por otro lado, distorsionan la realidad y nomuestran una correspondencia cuando se las compara con ella;a menudo son producto de intereses sociales para los cualesuna representación mala de la realidad significa alguna ventaja,o de restricciones sociales sobre la investigación de la realidadque vuelven imposible una percepción exacta de ella.

Esta explicación contemplativa, como se la puede llamar, reúneun número de nociones. Describe el conocimiento como el pro-ducto de individuos aislados.Y supone que los individuos tienenuna participación mínima entre la realidad y su representación:la aprehenden pasivamente, y, por así decirlo, la dejan hablarpor sí misma; su percepción de ella es independiente de sus in-tereses, sus expectativas o su experiencia previa. De ahí que elconocimiento que producen sea esencialmente sólo una funciónde la realidad misma. Cualquier individuo que sea capaz decompararlo con la realidad puede verificarlo, dado que su pro-piedad de correspondencia con la realidad es enteramente inde-pendiente de la situación dentro de la cual fue producido. Estasdiversas nociones tienden a estar asociadas porque todas estánindicadas por un modelo simple, memorable y concreto: se pien-sa en el aprendizaje y la generación del conocimiento en térmi-nos de una aprehensión visual, y en el conocimiento verbal, poranalogía, en términos de una representación pictórica. Cierta-mente, es probable que sea nuestro sentido intuitivo de corres-pondencia entre un cuadro y la apariencia de algo real lo quesustenta gran parte de la credibilidad de la explicación contem-plativa, al menos a un nivel cotidiano.

Ciertamente, nuestras nociones epistemológicas cotidianas pa-recen estar profundamente permeadas por esta concepción, asícomo por la analogía entre el aprendizaje y la aprehensión vi-sual pasiva. Hablamos de comprender como "ver" o "ver clara-

UNTREF VIRTUAL | 1

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

* "The Problem of Knowledge" apareció originalmente como el cap. 1 deInterest and the Growth of Knowledge, Routledge and Kegan Paul, Londres,1977. Impreso en español con el permiso de la editorial.

II. El Problema Del Conocimiento*

Page 2: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

mente",nos contentamos con decir que las descripciones váli-das nos dan un "cuadro verdadero". De manera similar, somoscapaces de caracterizar el conocimiento inadecuado como "co-loreado", "distorsionado", "ciego a los hechos pertinentes", etc.La metáfora visual general es un recurso mediante el cual pro-ducimos explicaciones de la generación y el carácter de la ver-dad y el error. Y en muchas maneras, estas explicaciones nosson útiles. Sin embargo, en sociología, la explicación contempla-tiva siempre ha coexistido en fuerte contraste con una alternati-va, y en el momento actual, es ésta hacia la cual se dirige la ten-dencia general del pensamiento. De manera creciente, se trataal conocimiento como algo esencialmente social, como parte dela cultura que se transmite de generación en generación, y co-mo algo que se desarrolla y modifica activamente en respuestaa contingencias prácticas.

Una concepción tal se encuentra en una oposición polar a lamayoría de los elementos de la explicación contemplativa. Elconocimiento no lo producen individuos que perciben pasivamen-te, sino grupos sociales interactuantes embarcados en activida-des particulares. Y es evaluado comunalmente y no por juiciosindividuales aislados. Su generación no se puede entender en tér-minos de psicología, sino que debe explicarse en referencia alcontexto social y cultural en donde surge. Su mantenimiento no essólo una cuestión de cómo se relaciona con la realidad, sino tam-bién de cómo se relaciona con las metas e intereses que poseeuna sociedad en virtud de su desarrollo histórico. Se puede ofre-cer un modelo concreto adecuado que integre estos diversostemas al considerar el conocimiento de una sociedad como aná-logo a sus técnicas o a sus formas convencionales de expresiónartística, dado que ambos se entienden rápidamente como trans-mitidos culturalmente, y como capaces de modificación y desa-rrollo para satisfacer requerimientos particulares.

La relación entre estas concepciones mutuamente opuestassiempre ha sido tensa dentro del contexto de la sociología, y di-cha tensión siempre ha sido aparente, pero los autores indivi-duales rara vez se sitúan a sí mismos de una manera consisten-te y sin ambigüedades de un lado o del otro. Así, la obra Ideo-logy and Utopia (1936) de Karl Mannheim, abre con una claraindicación de su compromiso con la segunda concepción activa:

Estrictamente hablando, es incorrecto decir que el individuo ais-lado piensa. Sería más correcto insistir en que participa en eldesarrollo del pensamiento de lo que otros hombres pensaronantes que él. Se encuentra en una situación heredada con patro-nes de pensamiento que son adecuados para esta situación eintenta elaborar aún más los modos heredados de respuesta, osustituirlos por otros con el fin de manejar más adecuadamentelos nuevos retos que han surgido a partir de los cambios y girosen su situación. (Capítulo 1.1.)

Pero, pese a que estos puntos se reafirman varias veces a lolargo de la obra, gran parte de su argumentación y de su discu-sión concreta, de hecho, queda bajo el modelo contemplativo. Laciencia natural y las matemáticas, nos dice Mannheim, son for-mas del conocimiento que no portan marca alguna del contextode su producción y que pueden ser evaluadas adecuadamentepor completo en términos de su correspondencia con la reali-dad. Más aún, precisamente porque son el producto de una con-templación desinteresada, son preferible a otros tipos de cono-cimiento, a la sociología, la historia o el pensamiento político.

En su tratamiento de estos otros tipos de conocimiento, Mann-heim sigue siendo inconsistente. Algunas veces insiste en queeste conocimiento no puede evaluarse de ninguna manera entérminos contemplativos, independientemente de un contexto.Luego desarrolla un argumento que implica lo opuesto. Afirmaque dicho conocimiento, el conocimiento de la realidad social,siempre está relacionado en la práctica con posiciones e intere-ses sociales y, por ende, es dependiente de un contexto. Estohace que el conocimiento sea inadecuado, o al menos, de unavalidez restringida. Sin embargo, bajo condiciones ideales perorealizables, se puede producir un conocimiento independientede un contexto que corresponda a la realidad social. Una clasede intelectuales desinteresados, capaces de adoptar un enfoqueadecuadamente contemplativo, podría producirlo.

Es cierto que parte de esta inconsistencia es producto de unacombinación de los ensayos de Mannheim escritos en momen-tos distintos. Los capítulos 1 y 5 son los que más se inclinan aun tratamiento activo, contextual y social del conocimiento, yfueron los escritos al último. Pero, asimismo, estos son los capí-

UNTREF VIRTUAL | 2

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 3: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

tulos menos concretos del libro. E incluso dentro de dichos capí-tulos, la explicación contemplativa y las metáforas que se aso-cian con ella son componentes importantes sin los cuales losresultados del pensamiento de Mannheim estarían desprovistosde toda plausibilidad y coherencia. Queda claro que, pese a símismo, Mannheim produjo una obra basada en gran medida enla explicación contemplativa. Si bien la rechazó explícitamente,aparentemente no podría evitar pensar en esos términos. Inclu-so los puntos más originales e iluminados en Ideology and Uto-pia están conceptualizados en términos de la contemplación yde las metáforas visuales que se asocian con ella).1

Así, la obra de Mannheim revela cuán difícil puede ser apartarsede la posición contemplativa. La metáfora pictórica asociada alconocimiento es tan incisiva, intuitivamente atractiva y, cierta-mente, valiosa como un recurso explicativo, que puede resultardifícil en la práctica estructurar el pensamiento propio indepen-dientemente de ella. Mannheim conocía, y propuso, numerososbuenos argumentos en contra de la explicación contemplativa, yen favor de la alternativa por la cual abogaba explícitamente,pero ello no bastó para reorientar su enfoque práctico. Por tanto,dado que una forma de la concepción activa y social del cono-cimiento se propondrá aquí corno una orientación funcional,parece apropiado presentarla de una manera tal que esté dise-ñada para contrarrestar el atractivo de las metáforas pictóricasque se incorporan en la explicación contemplativa. Una pre-sentación tal no aspira a ser de manera alguna una justificación;meramente ofrece un modelo a consideración, que será de utili-dad en la discusión subsecuente. Pero, en cualquier caso, nohay espacio en el cual desarrollar una discusión detallada de losproblemas que están involucrados.

Se podría pensar que el mejor procedimiento para apartarse dela explicación contemplativa consistiría en romper la equivalen-cia de representaciones pictóricas y verbales y subrayar las di-ferencias entre la aprehensión visual-pasiva y la comprensión,de manera general. Si las aseveraciones verbales no puedencorresponder con la realidad como las imágenes, entonces que-da indicada la necesidad de una metáfora alternativa que carac-terice la naturaleza del conocimiento verbal. De hecho, la estra-

tegia opuesta es más expedita. Debemos subrayar la equivalen-cia de todas las representaciones, pictóricas o verbales, y acep-tar la observación como una clase típica de aprendizaje. Es eltratamiento de la visualización y caracterización como procesospasivos el que estropea las concepciones contemplativas dentrode la sociología del conocimiento, y vuelve sus metáforas visualesy pictóricas insatisfactorias. Nuestra estrategia deberá consistir enrevelar la representación pictórica esencialmente como un proce-so activo y mediado socialmente, y en este sentido, típico de larepresentación y de la generación del conocimiento en general.

Esto es algo que ya se ha hecho dentro de los campos académi-cos que se ocupan directamente del estudio de las representa-ciones pictóricas y su creación. Los trabajos dentro de campos

UNTREF VIRTUAL | 3

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

1 Éstas son las metáforas que Mannheim usa para hacer algunas de las crí-ticas más radicales a las concepciones existentes del conocimiento. En lugarde atacar Ias epistemologías predominantemente individualistas y contem-plativas de su época en términos de su concepción alternativa explícita,notamos que recurre a un uso más refinado del mismo punto de vista con-templativo. Tomemos, por ejemplo, su tratamiento de los puntos de vista di-versos de una sociedad, mutuamente incompatible en apariencia, que seasocian característicamente con sus diferentes clases sociales o subcul-turas. La manera usual de dar cuenta de éstas en términos contemplativosconsistía en sostener que dado que sólo había una realidad con la quepodían corresponder las explicaciones verbales, sólo una de dichas explica-ciones, cuando más, sería correcta. Las incorrectas explicaciones restantesserian probablemente ideologías generadas en respuesta a intereses so-ciales. Mannheim aplica Ias concepciones contemplativas de una maneramás refinada, usando una metáfora pictórica con buenos resultados. Se nospide que veamos un objeto físico y consideremos lo que vemos. Será unavisión parcial de objeto, una perspectiva particular que depende de nuestraposición particular con respecto al objeto. Si encontráramos otros obser-vadores que operaran desde diferentes puntos de vista y que tuvieran con-cepciones o perspectivas totalmente diferentes, no asumiríamos que dichasperspectivas eran erróneas simplemente porque diferían de la nuestra. ¿Porqué, entonces, no debernos considerar concepciones diferentes de la so-ciedad como productos de diferentes puntos de vista y reconocer que todosellos podrían tener valor, o, como diría Mannheim, validez limitada? Y, ¿porqué no debemos reconocer que podemos aprender de todas las perspecti-vas diferentes de la misma manera como podemos aprender más y más deun objeto físico si lo observamos desde distintos puntos de vista (cfr. Mann-heim (1936), capítulo 5, sección 4)?

Page 4: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

tan diversos como la psicología de la percepción y la historia delarte podrían usarse para proponer los argumentos que requeri-mos. Tomemos el segundo campo, donde la estrecha relación,si no es que la completa equivalencia, entre la representaciónpictórica y verbal se toma más o menos por hecha, y Ias refe-rencias al "lenguaje" o el "vocabulario" de un artista o ilustradorson lugares comunes. Una obra de particular relevancia es la deIvins (1953), en relación a la historia de los grabados y las impre-siones. Aquí, se ve el lenguaje como un modelo sobre cuya basese entenderán los cuadros. Ivins dedica su extremadamente con-creto y bien ilustrado libro a mostrar cómo ha cambiado la "sinta-xis" de las "afirmaciones pictóricas" desde el renacimiento almomento presente.Y deja claro que Ias "afirmaciones pictóricas"que considera simplemente no pueden ser tratadas como refle-xiones pasivas de las apariencias reales más bien sucede queofrecen escenas y objetos en términos de convenciones.

El importante estudio de Gombrich Art and Illusion (1959) pro-pone puntos semejantes. Revela las dificultades que surgen alhablar del grado en que una representación puede correspondera la realidad o a la apariencia directa de la realidad.Y deja claroque, al menos para concepciones intuitivamente directas de co-rrespondencia, las representaciones no sólo no correspondencon las apariencias, sino que no lo pueden hacer (ni siquiera enel caso de fotografías). Las representaciones pueden, cuandose Ias considera en condiciones particulares, dentro de contex-tos particulares, lograr una ilusión óptica, pero tales decepcionesson producidas por lo general por convenciones de representa-ción que abarcan distorsiones obvias de lo que el pintor o el ilus-trador ve. La capacidad para producir representaciones "realis-tas" tiende a depender del estudio de las pinturas existentes queutilizan las convenciones apropiadas, más que de una actitudobservadora de lo que se retrata.

En Gombrich, en Ivins y en trabajos semejantes, encontramosuna explicación de la construcción de representaciones pictóricasque sirve admirablemente como un modelo funcional informalpara la construcción del conocimiento. Las representaciones pic-tóricas se construyen activamente a partir de las convencionesdisponibles en tanto que recursos de alguna cultura o subcul-

tura. La realización exitosa de las pinturas, por ejemplo, depen-de de la familiaridad con las pinturas e ilustraciones existentes ylas convenciones implícitas en ellas.Tales convenciones son sig-nificativas de la misma manera en que las palabras lo son, yestán manipuladas activamente y organizadas a la luz de metaso intereses particulares.

Si extendemos esta explicación, cuando una representaciónproporciona un conocimiento o información sobre, digamos, unobjeto, lo hace mediante una clasificación al convertirlo en unainstancia de uno o más tipos de una entidad reconocida por unacultura, a partir de cuyos recursos se nutre. De este modo, larepresentación hace posible que el conocimiento existente seaplique a su referente, y convierte al referente en una fuente deinformación significativa, una contrastación potencial sobre elconocimiento existente. El conocimiento y el objeto están conec-tados a través de la representación. (Podemos, es cierto, carac-terizar el conocimiento directamente a medida que actuamos,pero esto es debido a que nuestra percepción organiza y pre-clasifica lo que percibimos; leemos el mundo, más que comoleemos una escritura, como un conjunto de símbolos).2

Todas las representaciones son, de hecho, entonces, como afir-ma Ivins, tipos de afirmación. Deben distinguirse de los objetosque representan y de las apariencias de dichos objetos. Cual-quier representación es una de entre numerosas posibilidadesque los recursos de la cultura ofrecen.Y los recursos de una cul-tura son en sí mismos tratados razonablemente como una selec-ción particular de un número infinito de posibilidades. En amboscasos, tenemos derecho a buscar una explicación de por qué seencuentra uno con ciertas posibilidades más que con otras.

UNTREF VIRTUAL | 4

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

2 Una discusión paralela de la percepción debería, idealmente, acompañaresta discusión de la representación. Ciertamente aprendemos a observar elmundo en términos de símbolos significativos -como ensambles de compo-nentes culturalmente significativos. La materia prima que reúnen nuestrossentidos se procesa y esquematiza activamente antes de que se vuelva sen-sación percibida. La percepción es selectiva: vemos en términos de los inte-reses que nos afectan directamente, o indirectamente a través de su efectoen nuestra socialización.

Page 5: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Bien puede ser que individuos particulares noten frecuentemen-te semejanzas entre aspectos de su medio ambiente al azar, deuna manera no dirigida, y construyan creencias particulares yrepresentaciones de una manera que no pueda explicarse sis-temáticamente. Pero el conocimiento público evoluciona típica-mente de una manera mucho más coherente, y las personasque contribuyen con representaciones para éste funcionan den-tro de lo que acumulativamente resulta una forma mucho másordenada. Típicamente, se preocupa, directa e indirectamente,de la actuación de alguna actividad institucionalizada, diseñadapara llevar a cabo metas o fines particulares. Esto significa queel conocimiento que producen está diseñado desde su iniciopara facilitar ciertos tipos de predicción, o una función dentro delpapel de ciertos tipos de competencia.Y su evaluación está pre-estructurada en cierto grado por los requerimientos del diseño;para anticipar el término de Habermas, que se discute en lasiguiente sección, está preestructurado por un "interés" técnico,localizado "en la predicción y el control". Las representacionesno se evalúan con un énfasis particular en su presentación deapariencias, sino de manera instrumental, en conjunción concualesquiera de las actividades con las cuales operan. De ahíque el crecimiento del conocimiento no deba pensarse como elresultado de un aprendizaje azaroso en relación a la realidad,sino como la correlación del desarrollo histórico de los procedi-mientos, las competencias y técnicas relevantes en grados di-versos para los fines y objetivos de culturas o subculturas. Des-de luego, muchas de dichas competencias y representacionesasociadas encuentran una aplicación instrumental tan ampliaque, una vez que han sido introducidas en prácticamente cual-quier cultura, casi con seguridad tienen garantizada una situa-ción perdurable dentro de ella.

Las representaciones son presentaciones de sus referentes ma-nufacturadas activamente, producidas a partir de recursos cultu-rales disponibles. Las formas particulares de construcción quese adoptan reflejan las funciones predictivas u otras funcionescognoscitivas técnicas que se requiere que la representacióndesempeñe cuando se llevan a cabo los procedimientos, se eje-cutan las competencias o se aplican las técnicas. El por qué serequieren inicialmente tales funciones de la representación es

inteligible de una manera general, directa o indirectamente, entérminos de los objetivos de algún grupo social.

Esta concepción sumamente informal debería bastar como basepara la siguiente discusión, si bien para numerosos propósitossería totalmente inadecuada en el estado en que se encuentra.Se requeriría de una calificación considerable, por ejemplo, siactividades como la investigación científica fuera el foco centralde la discusión, con su orientación básica hacia la extensión crea-tiva del conocimiento. A menudo se hace notar que las teorías yrepresentaciones empleadas para el trabajo científico creativofrecuentemente no son aquellas que han probado ser las másadecuadas en un piano instrumental. A menudo los científicosimputan una adecuación instrumental a un conjunto de repre-sentaciones (digamos, las de la mecánica clásica o la óptica geo-métrica), pero consideran a otras, las que utilizan en su trabajo,como poseedoras de una adecuación ontológica mayor. Esto setoma con frecuencia como un indicador de que el conocimientodebe ser, y es, evaluado como una presentación directa de la rea-lidad y no simplemente como una ayuda para la actividad. Desa-fortunadamente las ontologías de ayer tienen una tendencia de-primente a convertirse en las representaciones instrumentalmenteadecuadas del mañana, y, sobre esa base, y otros fundamentos enlos que no se puede profundizar aquí, los lineamientos generalesde esta explicación pueden ser defendidos de una manera ade-cuada. No obstante, la distinción de los actores entre teorías apli-cables instrumentalmente y aquéllas apropiadas como guías parala investigación, es de gran relevancia e interés, y merecería unadiscusión ulterior en otros contextos.3

UNTREF VIRTUAL | 5

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

3 Toda representación puede servir para dos tipos de uso. Se la puedeaplicar de una manera rutinaria, en conjunción con los procedimientos en loscuales encaja, para cualesquiera de los fines para los cuales el procedimien-to es apropiado dentro de una rutina.Y se puede tomar como un recurso cul-tural en la generación de nuevo conocimiento, de la misma manera comoella misma fue hecha a partir de recursos culturales anteriores (para una dis-cusión de este punto cfr. Kuhn, Postdata, 1970). Normalmente, el primero esel uso institucionalizado y el segundo una variante ocasional. Pero en laciencia lo opuesto puede suceder a veces, y esto es lo que da cuenta de losproblemas particulares a los que se ha aludido aquí.

Page 6: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Sin embargo, concentrémonos en nuestra concepción informaltal y como se encuentra, e intentemos hacerla un poco más con-creta mediante referencias a algunos ejemplos. Para continuarminando el atractivo de una concepción contemplativa del cono-cimiento, se utilizarán representaciones pictóricas. Y para quelas representaciones sean aceptadas generalmente como uncuerpo de conocimiento, las ilustraciones elegidas serán de untipo tal que resulten de utilidad dentro del contexto de la ciencianatural. Se considerarán en orden, desde aquellas que se re-concilian fácilmente con la explicación anterior, hasta aquellasque aparentemente no pueden hacerlo. Esperamos que la se-cuencia actúe como un "puente" hacia los casos más proble-máticos, e indique el panorama general total de la explicación.

Imaginemos que se pide a algunos estudiantes en un laborato-rio de física dibujar un aparato que se encuentra frente a ellos,y que el resultado sea la figura 1.1; dicho resultado no es empíri-camente irracional. Presumiblemente, no hay ningún problemaen argüir que la figura es una afirmación pictórica construida apartir de los recursos culturales existentes; resulta de los signossignificativos como conceptos en teorías físicas de la electrici-dad, y es una reminiscencia obvia de una afirmación verbal. Talvez la preocupación inmediata más común de los estudiantesque construyen diagramas como la figura 1.1 sea la de confor-marse a las expectativas, pero básicamente tales representa-ciones se sostienen en nuestra cultura como adjuntos a lascompetencias. En este caso, apenas tiene sentido preguntarsesi el referente de la figura 1.1 es verdaderamente lo que la figu-ra indica que es: el referente podría ser una pila y una caja deresistencia unidas, una extensión de metal, una fibra nerviosa,una construcción, o de hecho cualquier cosa.

Lo adecuado de la figura no puede evaluarse aisladamente,mediante el examen de su referente. Lo único que se puedeevaluar es el uso de la figura, cómo se usa activamente.

El problema real con la figura 1.1 probablemente reside en es-tablecer que se trata de una representación típica. En particu-lar, no hay ningún vestigio de semejanza entre su apariencia yaquello que representa.

Pasemos entonces a la figura 1.2. Los mapas frecuentementemuestran una semejanza intuitiva con la apariencia de la realidadmisma, por ejemplo, cuando se la ve desde el aire; algunas vecesestán diseñados deliberadamente para asemejarse a Ias aparien-cias. Pero parecen compatibles con la explicación anterior.

Se construyen enteramente con base en convenciones. Su for-ma particular depende de cuáles procedimientos están diseña-dos para facilitar. Su valor se evalúa funcionalmente y no en re- UNTREF VIRTUAL | 6

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 7: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

ferencia a su apariencia. Ciertamente, los mapas proporcionanuno de los contextos más claros y accesibles dentro de los cua-les podemos examinar la conexión entre la estructura de repre-sentaciones y su función. (Si alguna vez la física necesita sersuplementada como un paradigma del conocimiento, habría mu-cho que decir a favor de volverse hacia la cartografía.)

La figura 1.3 está tomada de un libro de anatomía, y describealgunos de los músculos del brazo. Está diseñada para facilitarel reconocimiento y nombramiento dentro del contexto de unaactividad esotérica. Portanto, no se trata de la presentación deun brazo particular. Pese a que aparentemente es realista, setrata intencionalmente de un esquema. No se puede tomar co-mo un intento de imitar pasivamente la realidad. Ciertamente, suefecto es el de modificar la percepción de manera que los estu-diantes puedan percibir los brazos en términos de su esquemade representación. Como ayuda para ver y nombrar, se subrayasu carácter esquemático a expensas de sus posibilidades entanto que una presentación de las apariencias. No existe un bra-zo particular al cual se relacione en tanto que representación; se

trata de una tipificación construida a partir de los símbolos dis-ponibles. (El que de hecho esté construida a partir de símbolossólo puede escapar a nuestra atención si olvidamos que los sím-bolos participan en la percepción así como en la representación.)

Como todas las representaciones científicas, la figura 1.3 sepuede aplicar con confianza sólo para ayudar a tipos particu-lares de procedimientos. En este caso, los procedimientos, juntocon los intereses instrumentales directamente asociados, estánencarnados en el papel del anatomista y su público estudiantil.Aquellos que dan un uso práctico a tales representaciones estángeneralmente bien conscientes de que su aplicabilidad y confia-bilidad están restringidas; esta conciencia se genera automáti-camente cuando se aprende a usar las representaciones. Otrosintereses instrumentales y otras actividades, localizadas en otrospapeles científicos, engendran otros tipos de representación. Peroesta limitación sobre el alcance de las representaciones anatómi-cas no se torna normalmente como base para un escepticismoen relación a su validez; se las acepta y se les concede una cre-dibilidad coextensivamente con la aceptación de las competen-cias y técnicas de los anatomistas.

Cuando las representaciones son fotografías y no figuras dia-gramáticas, se aplica la misma interpretación.

Tales fotografías siguen siendo construcciones para ser usadasen la práctica. Se admite que el fotógrafo no puede simplementereunir símbolos convencionales cuando toma una fotografía deun objeto real. Pero puede trabajar su material de manera que elproducto terminado se pueda ver en términos de, o como, unconjunto tal.4 El examen de las fotografías que se usan algunas

UNTREF VIRTUAL | 7

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

4 Ivins (1953) apunta que cuando se usó por primera vez la cámara habíamucho interés en la "distorsión fotográfica". Este interés declinó a medida quese permitió a la cámara definir nuestra idea de una representación exacta.

Las fotografías no aparecen a menudo en los libros de texto científicos.Desempeñan un papel significativo en algunos trabajos astronómicos ygeológicos, y ocasionalmente en el campo de la biología. Sin embargo, dadoel bajo costo en su producción, lo que Ivins llama su "repetibilidad exacta" yla eliminación de gran parte de la idiosincrasia personal del proceso de ilus-

Page 8: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

veces en la enseñanza de la anatomía humana ilustra de unamanera convincente este punto. Dicha manufacturación, de he-cho, implica el uso de cuerpos humanos particulares, pero suadecuación representacional se evalúa, de nuevo, en el uso, yno comparándola con los cuerpos particulares a partir de loscuales se manufacturó.

El argumento es, entonces, que todas las representaciones, pic-tóricas o verbales, realistas o abstractas, son conjuntos construi-dos activamente a partir de convenciones o recursos culturalessignificativos, que se comprenderán y evaluarán en términos desu papel en la actividad.5 Esencialmente, esto quiere decir queIas representaciones se ven como análogas a las técnicas, con-venciones artísticas u otras formas típicas de cultura, más queconsiderarlas en términos de la concepción contemplativa. Amenudo los sociólogos han encontrado apropiado adoptar estetratamiento al ocuparse del conocimiento cotidiano. Pero, comoMannheim, han sentido en ocasiones que existe un tipo espe-cial de conocimiento en las ciencias naturales y las matemáti-cas, inteligible solamente en términos contemplativos. El cono-cimiento científico, sin embargo, siempre se evalúa en conjuncióncon los procedimientos técnicos institucionalizados de sus espe-cialidades y es completamente un caso típico del conocimiento engeneral: de muchas maneras la ciencia es una constelación dehabilidades artesanales.6 En cuanto al conocimiento matemático,tenemos desarrollado aquí un conjunto de procedimientos y rep-resentaciones generalmente utilizables respecto a los cuales nose puede decir que haya una realidad correspondiente.7 Precisa-mente su extraordinaria versatilidad para alcanzar un vasto rangode objetivos, es la que resulta en su amplio uso y sostiene sucredibilidad en tanto que conocimiento.

Sin embargo, al rechazar así una concepción contemplativa delconocimiento y al adoptar una visión que subraya su dimensiónsocial, es importante no perder de vista la conexión que de he-cho existe entre el conocimiento y el mundo real. Esto se subra-ya adecuadamente en la explicación contemplativa, si bien entérminos de una noción poco clara de la verdad como corre-spondencia. El conocimiento no está relacionado con la activi-dad más que con la realidad; está relacionado con actividades

que consisten precisamente en el intento de los hombres pormanipular, predecir y controlar el mundo real en el cual existen.

UNTREF VIRTUAL | 8

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

tración, tal vez sorprenda a primera vista que no se las emplee más. Pro-bablemente ello se daba a que otras técnicas ilustrativas ofrecen muchasmás posibilidades de intervención en el proceso de manufacturación. Lasteorías y abstracciones esotéricas de la ciencia requieren de maneras eso-téricas de ver y de una ilustración altamente esquemática. El diagrama tieneun papel predominante en los textos de física y química, y desempeña unpapel fundamental en otras áreas.

5 Es interesante hacer notar cómo la gente traduce de una manera intuitivasu conciencia de las convenciones de una representación pictórica en unaafirmación de cuán realista es. Así Daniel Gasman (1971) reproduce al-gunos dibujos de organismos marinos del científico-filósofo Ernst Haeckcl ycomenta: "no se les presenta de una manera muy objetiva y la informaciónque se supone ofrecen difícilmente es neutral.

Su fachada ornamental y patrón hipertrofiado, así como el aspecto fantásti-co y extraño de la flora y fauna poco familiares los transforma en la direcciónde representaciones inquietantes, incluso de pesadilla, que parecen estarrelacionadas con el tipo de mística naturalista que se puede observar en elArt Nouveau de fines del siglo diecinueve y los artistas simbolistas comoObvist y Redon". (pp. 734). Es claro que Gasman no pudo haber cotejado losdibujos con los organismos mismos -la "realidad" en cuestión. Su opinión sederiva de las convenciones de los dibujos que reproduce en su libro. Suslíneas sinuosas, alto contraste, luz dirigida, planos enfatizados de simetría ymovimiento implicado ascendente están lejos de nuestras convencionesaceptadas hoy en día de la representación científica, y se han usado típica-mente para ofrecer, dentro del arte de las culturas occidentales, profundidade intensidad emocional. Queda, no obstante, una pregunta inquietante enrelación a por qué Haeckel eligió emplear estas convenciones en un trabajo"científico"; Gasman tenía razón en encontrar los dibujos interesantes.

6 Para una visión de la ciencia como un oficio de habilidad cfr. Polanyi(1958). Ravetz (1971). Para una discusión de la relación detallada de los dia-gramas y las competencias o "técnicas de inferencia" en la ciencia, cfr.Toulmin (1953).

7 Cfr. Bloor (1973, 1976). Es interesante que algunas personas, impresiona-das por el poder del conocimiento matemático pero confundidas en cuantoa su origen, hayan afirmado que existe un mundo de objetos matemáticosaccesible al pensamiento. El conocimiento queda, así, provisto de una rea-lidad a la cual puede corresponder.

Page 9: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

De ahí que se considere que el conocimiento es útil precisa-mente porque el mundo es como es; y en esa medida es unafunción de lo que es real, y no el puro producto del pensamien-to y la imaginación. El conocimiento surge a partir de nuestrosencuentros con la realidad y está continuamente sujeto a unacorrección retroalimentadora a partir de dichos encuentros, amedida que ocurren fracasos en la manipulación de la prediccióny el control. Buscamos eliminar tales fracasos, pero hasta ahorala realidad ha preservado su capacidad para sorprendernos yacabar con nuestras expectaciones. Ciertamente, nuestra posibi-lidad de ser sorprendidos de esta forma, de ser confundidos ennuestras expectaciones, constituye un argumento importante encontra de una teoría puramente idealista del conocimiento.8

2. El Conocimiento y los Intereses

Numerosas observaciones importantes de cómo nuestro cono-cimiento en realidad está mediado por intereses y actividadesse encuentran en la obra de Marx. Algunos escritores europeoslas han agrupado dentro de lo que se podría llamar de una ma-nera general el ala idealista del marxismo, y las han incorpora-do en teorías generales del conocimiento que ofrecen un fuertecontraste con las concepciones predominantes dentro de nues-tra propia cultura académica. Estas concepciones, una separa-ción estricta entre hecho y valor, un énfasis sobre los objetos deconocimiento casi al grado de excluir el papel del sujeto cognos-cente, una visión de dicho sujeto en cuanto un individuo contem-plativo aislado, sin dimensiones sociales o situación histórica, yun concepto atomístico de validación que coloca trozos aisladosde conocimiento en comparación con fragmentos individualesde la realidad, todo esto queda condenado bajo una etiquetaaglutinadora algo confusa de "positivismo". Deben ser dejadasde lado, se pretende, y sustituidas por una explicación que ten-ga los pies en la tierra y que se ocupe del conocimiento como elproducto real de los hombres en la medida en la que viven y tra-bajan dentro de una sociedad.

Es claro que el trabajo que desarrolla temas importantes comoéstos es de gran relevancia y debe examinarse. Paradójicamen-

te, sin embargo, una de sus características más típicas es sufalta de contacto con las instancias reales del conocimiento den-tro de su contexto social. Esa involucración íntima con las espe-cificidades de las situaciones históricas concretas, tan laudabledentro de la obra de Marx y, uno hubiera pensado, una necesi-dad implícita en términos de sus propias teorías, está por lo ge-neral ausente de los escritos de los marxistas idealistas, donde,con pocas excepciones, uno encuentra solamente especulacio-nes a gran escala. No hay duda de que la obra que se discutiráaquí ha sufrido como consecuencia de ello. Las teorías de Lu-kács y Habermas presentan deficiencias que una atención aejemplos concretos hubiera detectado y ayudado a eliminar.

Lukács expuso sus puntos de vista en su famoso libro polémicoHistoria y conciencia de clase (1923). Aquí, rechazó indignadolas posiciones contemplativas y afirmó que la conciencia y, portanto, el conocimiento, de todo tipo, dentro de cualquier contexto,estaba necesariamente relacionado con los intereses humanos;siempre era el producto de la actividad de grupos particulares dehombres que lo generaban racionalmente en el curso de la pro-moción de sus intereses.9 De hecho, para Lukács, la racionali-

UNTREF VIRTUAL | 9

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

8 Los autores que se discuten en la siguiente sección, o bien aceptan ex-plícitamente este muy importante punto, o bien es compatible con su traba-jo. Habermas ha discutido con perspicacia la posición de Marx frente a estacuestión, mostrando cómo retuvo una creencia en la primacía de la "natura-leza externa" incluso cuando sostenía que el hombre haría su mundo en elproceso del trabajo (1972, sección 1.2).

9 Vale la pena tener en mente dos puntos generales en relación con la expli-cación de Lukács. Primero, siempre que es posible, Lukács habla de la con-ciencia y sus determinantes, más que de conocimiento.Prefiere pensar en términos de procesos mentales activos más que en tér-minos de la naturaleza del conocimiento; en este sentido está en el poloopuesto al de Habermas.Y ciertamente la cuestión de la relación de los pro-cesos mentales y el conocimiento sobre el cual supuestamente se basa esun tema de gran complejidad y fascinación. Pero no sería correcto conside-rar que Lukács, como algunos etnometodólogos modernos, imaginaba elconocimiento como un término que meramente reifica la conciencia y con-duce a malos entendidos como quiera que se le utilice. Es totalmente co-rrecto hablar de la explicación de Lukács del carácter del conocimiento.

Page 10: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

dad del hombre era manifiesta no sólo en su pensar, sino en supensamiento y actividad consideradas como un fenómeno, esdecir, en su práctica. A diferencia de Mannheim, cuya obra ins-piró directamente, Lukács consistentemente subrayó la necesi-dad de considerar la práctica, más que el pensamiento solo, alconsiderar el conocimiento y la conciencia dentro de una inves-tigación sociológica. En este punto estaba completamente justi-ficado. Lo que está abierto a discusión es si incluso la obra deLukács toma suficientemente en cuenta el carácter de fabrica-ción humana del conocimiento.

Lukács creía que bajo condiciones ideales la realidad es com-pletamente accesible a la evaluación racional de los hombres; latotalidad de lo que es real puede ser comprendida potencial-mente. Los hombres generan conocimiento en el curso de lapráctica para preservar sus intereses particulares. Si la prácticafuera irrestricta, la totalidad de estos intereses se limitaría a losintereses universales, totalmente generales de la humanidadcomo un todo, y generaría la comprensión más completa posi-ble de la realidad. Pero en las sociedades existentes, la prácticanunca es irrestricta. La de las clases oprimidas está restringidapor la coerción y el control ideológico. Y la de las clases domi-nantes está finalmente restringida por sus propios intereses so-ciales restringidos, que limitan el panorama posible de su racio-nalidad. El percatarse de algunos aspectos de la realidad esirrelevante, o en algunos casos definitivamente incómodo, y enconsecuencia, no se le desarrolla; así, nunca alcanzan más queuna comprensión parcial de la realidad. Más aún, existe un sen-tido en el que esta comprensión parcial resulta un malentendidototal. Sólo podemos comprender debidamente un aspecto de larealidad si la consideramos dentro de un contexto, en relacióncon todo lo demás; de ahí que para comprender cualquier cosatotal y correctamente, debamos comprender todo. Se sigue quelos intereses restringidos particulares de una clase establecenlímites sobe la totalidad de su pensamiento, y determinan lógi-camente la mayoría de lo que puede esperar producir en el ca-mino del conocimiento. A toda clase le corresponde una con-ciencia ideal de clase.10

Sin dirigirnos de ninguna manera a la problemática cuestión delo que era la posición de Lukács en este sentido, vale la penanotar que su explicación es rápidamente inteligible si supone-mos que el conocimiento que los hombres generan en el cursode su práctica es, en algún sentido, una copia, reflexión o cuadrode un aspecto de la realidad. Esta suposición justifica la nociónde una comprensión total y final de la realidad cono un todo. Nospermite concebir la `conciencia parcial' en términos de actoresque tienen acceso sólo a partes de un cuadro completo de algo.Y sugiere que las piezas faltantes de dicho cuadro serán aspec-tos del todo irrelevantes o incómodos para tina clase particular,y por tanto, no se reflejarán en su conciencia. Si no hacemosesta suposición, entonces será difícil ver cómo integrar y justi-ficar los diversos temas del argumento de Lukács, o cómo inter-pretar varios otros puntos dentro de su obra.11 Tal vez las metá-foras pictóricas, en alguna medida, contribuyeron a estructurarincluso el pensamiento de Lukács.

UNTREF VIRTUAL | 10

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

En segundo lugar, Lukács se preocupaba fundamentalmente por la com-prensión de los hombres de la realidad social, y rara vez consideró el cono-cimiento natural. No obstante, incluyó la ciencia natural dentro del ámbito desus puntos de vista, y pretendió haber puesto en evidencia las inadecua-ciones de su método.Lukács era, sin embargo, inmensamente ignorante de la práctica científica y,en contra de sus propios preceptos, igualó la ciencia natural con las abstrac-ciones de la filosofía positivista; de ahí los absurdos de sus vituperacionesen contra de la ciencia.

10 La explicación de Lukács era de carácter escatológico. Con el tiempo elproletariado podría alcanzar una comprensión total de la realidad. Este ele-mento dentro del pensamiento de Lukács, con sus inadecuaciones obvias ybien documentadas, queda fuera del ámbito de la discusión de este trabajo,si bien es indudable que su deseo de demostrar y justificar el papel históri-co del proletariado influyó sobre su trabajo en muchos niveles.

11 Considérese, por ejemplo, otro tema importante en Historia y concienciade clase (1923) de Lukács, a saber. que dado que nuestro conocimiento esde una realidad cambiante, influida por el hombre, debe asimismo, cambiarperpetuamente. Es claro que hay algunas bases para esta afirmación: sicambiáramos las reglas del ajedrez, nuestro conocimiento de cómo jugarlo

Page 11: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

En cualquier caso, entre sus numerosas deficiencias, la posiciónde Lukács pasa por encima, o ignora el hecho de que el pensarde los hombres siempre es una extensión de un pensamientoanterior, que la producción de nuevo conocimiento incluye el usodel conocimiento existente y los recursos culturales existentes,y que la conciencia es, en esta medida, siempre el producto dela historia.

Supone, en vez, una interacción sin problemas entre los hom-bres y la realidad, con una tercera variable, el interés, que efec-tivamente no hace más que dar cuenta de la restringida esferade acción de dicha interacción. Una vez que uno se percata deque, como Lukács hubiera dicho, el nuevo conocimiento se ge-nera dialécticamente a partir del viejo, entonces toda la estructurade su explicación se cae en pedazos. El conocimiento se debeentender naturalistamente en términos de sus antecedentes cul-turales y de sus causas actuales, y no teleológicamente en térmi-nos de un estado futuro hacia el cual se dirige o no. Ya no sepuede suponer un estado ideal "completo" del conocimiento, unacomprensión completa de la realidad; ya no está claro cuál seríael significado de una concepción tal. Y, consecuentemente, elinterés ya no puede determinar la conciencia restringiéndola a lainvolucración con alguna sección del todo de la realidad.

Como Mannheim, Lukács hizo afirmaciones programáticas pro-metedoras en relación al carácter general de la conciencia, y noconsiguió desarrollarlas dentro de un marco de trabajo satisfacto-rio para la sociología del conocimiento. Su falla está, sin embar-go, enraizada de una manera diferente a la de Mannheim. Lukácsparece haber carecido de una curiosidad real en relación al cono-cimiento y la conciencia, y haber escrito en gran medida para legi-timar proyectados cursos de acción. Desdeñó considerar instanciasconcretas, y, así, fue incapaz de aprender; su pensar se mantuvoapartado de la interacción dialéctica con la realidad experimentada.

El trabajo de Jürgen Habermas adolece de muchas de las debi-lidades del de Lukács, y por razones semejantes. No obstante,su Knowledge and Human Interests (1972) es un texto significa-tivo, el cual, si bien sólo es completamente inteligible en térmi-nos de una tradición intelectual totalmente ajena a aquélla sobre

la cual este libro debe descansar, todavía puede ser explotadocomo una fuente de ideas singulares.12 Comencemos por deli-near su concepción del conocimiento científico moderno, quetoma como la forma predominante actual del conocimiento técni-co, instrumentalmente orientado y típico de dicho conocimiento.

Habermas ve el conocimiento científico como el producto de co-munidades de hombres en interacción que operan y perciben larealidad, no de una manera ociosa y contemplativa, sino en térmi-nos de intereses instrumentales particulares, manipuladores ypredictivos. Tales intereses se constituyen en el proceso de la ge-neración y evaluación del conocimiento. Lo que los científicosquieren decir cuando hablan de la validez de su conocimiento estápredeterminado por dichos intereses. Lo que los científicos tomancomo hechos o datos está determinado por la preorganizaciónpragmática de la experiencia implicada por sistemas existentes de

UNTREF VIRTUAL | 11

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

cambiaría asimismo, si una economía de laissez-faire se transformara lenta-mente en un capitalismo monopólico, muchas de las reglas y teorías eco-nómicas asociadas se modificarían sin duda; si se exterminaran los últimospandas gigantes, sin duda nuestro catálogo de la fauna existente se tendríaque ajustar consecuentemente. ¿Pero qué es lo que justifica dar a esta re-lación una significación general? Después de todo, a lo largo de más de dosmilenios las técnicas centrales y categorías descriptivas de la geometría eu-clidiana y la mecánica de Arquímedes han resultado aplicables y aceptablesen diversas sociedades. ¿No es cierto que la gente persigue incluir dentro desu conocimiento principios que les parecen invariables en un sentido dentrode un rango amplio de contextos, aplicables a sistemas incluso durante elcambio? ¿No es cierto que gran parte del conocimiento es precisamenteconocimiento de lo que está involucrado dentro del cambio? Una realidadcambiante sólo implica el carácter pasajero del conocimiento, generalmentesobre el supuesto de que el conocimiento copia o refleja la realidad a un nivelsuperficial.Y sin embargo, Lukács llevó a cabo la implicación y obtuvo resul-tados a partir de ella. Irónicamente, éste fue uno de los componentes delataque de Lukács a la ciencia, a la que concebía como un cuerpo reificadode conocimiento que intentaba hacer pasar los hechos contingentes de larealidad presente como manifestaciones de leyes eternas. La práctica de laciencia natural es de hecho completamente dialéctica.

12 Las discusiones de Habermas de las epistemologías de Marx y Pierceson especialmente estimulantes.

Page 12: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

actividad instrumental.13 El conocimiento científico tiene una fun-ción sólo dentro del contexto de sistemas de actividad instrumental.

Dado que áreas particulares del conocimiento científico estánentrelazadas con los sistemas de acción instrumental, se rela-cionan entre sí de la misma manera que nuestras actividadesinstrumentales se relacionan entre sí; constituyen un cuerpo ge-neral de conocimiento disponible en la ejecución de una accióninstrumental, encaminada hacia una meta, una interpretacióngeneral de la realidad con una visión hacia todas las formas posi-bles de control y predicción técnicos. Según Habermas, el cono-cimiento científico, y el conocimiento técnico en general, están orien-tados, con una necesidad trascendental, por un interés constituti-vo del conocimiento (ICC) en la predicción y el control; esteinterés es la base natural para el conocimiento científico. Y lejosde que esto se refleje de una manera adversa sobre el valor de laciencia, para Habermas, es la fuente de su justificación: la cienciamoderna se evaluará en tanto que es la forma más desarrolladade conocimiento orientado instrumentalmente.

Esencialmente, la tendencia a ocuparse del interés como unainfluencia adversa sobre el conocimiento, y de representar a laciencia como el producto de la contemplación desinteresada, sedesprende de una desconfianza justificada de los efectos deintereses estrechos particulares individuales y sociales que ge-neran racionalizaciones e ideologías. Todas las disciplinas cien-tíficas se protegen con razón en contra de tales intereses. Peroesto ha llevado a una comprensión incorrecta de la relación ge-neral entre el conocimiento y el interés:

Debido a que la ciencia debe asegurar la objetividad de sus afir-maciones en contra de la presión y la seducción de interesesparticulares, se engalla en relación con los intereses fundamen-tales a los cuales debe, no sólo su ímpetu, sino las condicionesmismas de una posible objetividad (p.311).

Independientemente de que este diagnóstico sea o no correcto,la afirmación de Habermas en relación a la conexión necesariaentre el conocimiento científico y los intereses técnicos, así co-mo su consiguiente explicación instrumentalista de la ciencia,

probablemente son justificadas en términos generales14 Es cier-to que implican dificultades y oscuridades, y que su discusión delos ICC "trascendentales" es particularmente tentativa e insatis-factoria.15 Pero la mayoría de estos problemas son más perti-nentes a la gran filosofía especulativa que a las preocupacionesnaturalistas vulgares de este volumen, donde simplemente po-demos tomar la idea de que el conocimiento científico y técnicose genera y evalúa a partir de un interés activo en la prediccióny el control.

UNTREF VIRTUAL | 12

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

13 Habermas no interrumpe el flujo de su texto con ejemplos.Y, ciertamente,para ilustrar su punto de una manera convincente, en la medida de lo posi-ble, se requeriría de una larga tarea dentro del contexto de la mayoría de loscampos científicos. Existen, sin embargo, algunos campos, como la carto-grafía, que son lo suficientemente accesibles a los "ajenos" y proporcionanun apoyo inmediato e intuitivamente satisfactorio para la explicación de Ha-bermas. Si uno puede considerar un atlas como el producto de diversosintereses instrumentales más que de una contemplación no dirigida, y vercómo se sostiene comunalmente como un depositario de conocimiento, unotendrá un excelente modelo concreto de cómo la explicación de Habermaspuede tratar el conocimiento de una manera general.

14 Si los intereses de este libro hubieran sido primordialmente epistemológi-cos hubiera sido necesario entonces subrayar las diferencias entre la epis-temología de Habermas y Ias epistemologías instrumentalistas tradicionales(cfr. Habermas, 1973). El propio interés de Habermas es fundamentalmenteepistemológico; como en el caso de Lukács, su meta principal es refutar el"positivismo" y construir una forma alternativa de "auto-comprensión" paralas ciencias. Desafortunadamente al hacerlo, preserva gran parte del "posi-tivismo" al que critica.

15 Habermas tiene claro que los ICC surgieron en el curso de la historia na-tural del hombre, durante el proceso evolutivo autoconstitutivo que es almismo tiempo nuestro pasado, y nuestra condición presente.Pero no progresa demasiado al caracterizar este surgimiento. No se puedenconsiderar totalmente los ICC como productos de una evolución cultural,pues las reglas definidas culturalmente, los problemas y los estándares apa-recen como tales sólo dentro de los marcos de referencia definidos por losmismos ICC. Por otro lado, Habermas está sumamente ansioso de que nose consideren los ICC totalmente pensando en la "razón como un órgano deadaptación" o el conocimiento como un instrumento de adaptación a un me-dio ambiente cambiante. Termina afirmando que los ICC se derivan tanto dela naturaleza (¿las capacidades cognoscitivas evolucionadas biológicamen-te?) como de la ruptura cultural con la naturaleza (cfr. Habermas, (1972), pp.312, 196-197).

Page 13: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Desafortunadamente, los temas restantes en la discusión de Ha-bermas del conocimiento merecen atención primordialmente debi-do a las malas concepciones, plausibles pero desastrosas, que in-cluyen. La ciencia, se nos dice, es lo mejor que podemos lograr enel camino del conocimiento instrumental; pero los hombres tienenotros intereses además de los instrumentales, y el conocimiento sepuede constituir asimismo en relación a dichos intereses. Más aún,tal conocimiento puede existir bajo formas institucionalizadas, consus propios estándares aceptados de validez, totalmente a la parcon las formas institucionalizadas del conocimiento científico. Ha-bermas no llama nuestra atención sobre cosas tales como memo-rias personales con sus significados emocionales o estéticos. Asícomo tampoco nos recuerda que nuestro conocimiento se puedemodular, a un nivel público, mediante el deseo de la autoconso-lación o la meta de engañar a otros; como hemos visto, acepta quese debe impedir que in-tereses particulares de este tipo influyansobre los procesos de la generación del conocimiento. Sugiere quese deben aceptar otras concepciones ideales del conocimiento tanimportantes como el ideal científico instrumental, pero relacionadascon otros ICC.

Habermas nos ofrece dos ideales más que se relacionan a dosICC más (pp. 308-311): el conocimiento histórico-hermenéuticose relaciona a un ICC práctico en una comunicación significati-va y el logro del consenso;16 el conocimiento que incluye laautorreflexión (como en la filosofía y las ciencias "críticas") sur-ge a partir de un ICC emancipatorio en la autonomía y la res-ponsabilidad.17 La consideración del primer ideal bastará parailustrar los problemas que crea por consiguiente. Habermas sos-tiene que la evaluación, por ejemplo, del conocimiento históricose estructura mediante intereses diferentes a los que operan enel caso de la ciencia, y que el conocimiento mismo es intrínse-camente diferente en carácter al conocimiento científico. Noconsigue sustanciar su primera afirmación debido a una consi-deración inadecuada de la naturaleza del conocimiento históri-co (o conocimiento "hermenéutico" en general); se equivoca ensu segunda afirmación debido a su escasa familiaridad con elconocimiento científico. Tiene razón en sostener que los hom-bres tienen diversos intereses y que su conciencia no está ente-ramente dominada por las metas instrumentales de predicción y

control. Pero su ecuación específica de diferentes tipos de inte-rés con diferentes tipos de conocimiento no resiste una consi-deración detallada.

Según Habermas, en tanto que la ciencia es evaluada por elgrado en que facilita operaciones instrumentales con los objetos,el conocimiento histórico se evalúa por el éxito en "la preservacióny expansión de la intersubjetividad de una posible comprensiónmutua orientada hacia la acción" (p. 310). Es el tipo de conoci-miento en términos del cual las personas alcanzan una identidady autointegración, y en términos del cual interaccionan con otrospara alcanzar un "consenso irrestricto". Desafortunadamente, nocontamos con una ejemplificación concreta satisfactoria de estaafirmación abstracta, ni con otra indicación relevante de cómoprecisamente los intereses en la interacción y el consenso estruc-turan la evaluación del conocimiento histórico. Asimismo, tampocoes fácil imaginar lo que Habermas tenía en mente.

Es inconcebible que la historia deba ser tratada como un mito ofábula puramente expeditos, construida únicamente con vistas alo que un público desea escuchar, o lo que serviría mejor a lacausa de la solidaridad social. Las concepciones de lo que enrealidad pasó y cuáles factores eran relevantes para las accio-nes de los hombres son obviamente de gran importancia en lahistoria, junto con los métodos eruditos de inferir tales cosas apartir de fuentes y registros. Ciertamente, al evaluar Ias explica-ciones históricas, ¿quién argüiría que tales preocupaciones nodeban adquirir prioridad sobre cualquier otra consideración? Esverdad que Habermas no ofrece indicación alguna de una con-sideración tan limitada para los estándares históricos eruditos, yen ningún lado sugiere que deban de quedar fuera por meraconveniencia.

UNTREF VIRTUAL | 13

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

16 Para Habermas, lo "práctico" implica un contraste con lo "técnico": lo to-ma en un sentido alemán que implica 'moral' o 'ético', usualmente en refe-rencia al contexto político.

17 El ideal de Habermas del conocimiento autorreflexivo ya no se conside-rará más aquí. Una crítica detallada seguiría la misma línea, y sería isomór-fica con la discusión del ideal hermenéutico que sigue en el texto principal.

Page 14: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Y sin embargo, si el marco de la evaluación del conocimientohistórico se define primordialmente mediante estas considera-ciones, más que por consideraciones oportunistas, es muy difí-cil ver por qué dicho marco deba estar fundamentalmente rela-cionado a un ICC en diálogo y consenso. Parecería más bienanálogo al marco evaluativo de la ciencia. Sin duda, existenmaneras de contrarrestar esta objeción. Se podría decir, porejemplo, que debemos considerar la evaluación de los concep-tos en la ciencia y la historia, no de afirmaciones, o de preten-siones de conocimiento de hecho: en tanto que la evaluaciónprevia de los conceptos científicos está informada instrumental-mente, la evaluación previa de conceptos históricos y sus signifi-cados está informada por su potencial en el mantenimiento deldiálogo y el logro de consenso.18 Ésta es una posibilidad quemerece ser explotada pero, nuevamente, es imposible discernirlo que podría incluir a partir de la consideración de la obra deHabermas. No queda claro cómo evaluamos racionalmente losconceptos y los significados de una manera que refleje un inte-rés primario en el diálogo y el consenso. Se trata de una nociónno menos problemática que la de la evaluación de las preten-siones de saber en términos de ese mismo interés. Habermassimplemente no justifica satisfactoriamente ni ilustra su punto devista en este sentido.

Es preciso reconocer que el carácter del conocimiento histórico,y cómo se compara con el conocimiento de la ciencia, es unacuestión extraordinariamente difícil. Pero, para fines de una dis-cusión clara, movámonos hacia el polo opuesto al de Haber-mas, y sostengamos que el conocimiento histórico es instru-mental en la misma manera en la que lo es el conocimientocientífico. En la medida en la que los historiadores prefieren laevidencia de sus fuentes a los requerimientos de su comunidado público, ciertamente operan en términos de un interés en lapredicción y el control más que en el consenso. Se consideransus descubrimientos adecuadamente como predicciones dedescubrimientos arqueológicos o paleológicos subsecuentes;las reconstrucciones que hacen del pasado pueden constituirexperimentos virtuales sobre la base de los cuales se aprendea predecir, o incluso influir, el curso del cambio social.

Los historiadores, podríamos sugerir, evalúan típica y adecua-damente su conocimiento (y sus conceptos) dentro de un marcopreestructurado por intereses en la predicción y el control, auncuando a menudo lo hagan con vistas a usarlo para que sirva auna variedad de intereses ulteriores. Entonces puede ser de uti-lidad a los individuos para que se orienten dentro de sus comu-nidades, o puede facilitar predicciones del comportamiento so-cial o incluso individual. Según este punto de vista, la historiadifiere de la ciencia, no en virtud de los intereses generales quese constituyen dentro del proceso de su producción y evalua-ción, sino en virtud de los intereses a los que sirve típicamente,y del contenido a partir del cual surge. Así, hay fuertes basespara tratar al conocimiento histórico como fundamentalmenteinstrumental en carácter; no es tal vez totalmente análogo al cono-cimiento de la física o de la ingeniería mecánica, pero es total-mente comparable con, digamos, la paleontología, u otras cieciasdonde los intereses manipulativos inmediatos no sean relevantes,pero donde Ias operaciones cognoscitivas generales caracterís-ticas involucradas en la predicción y el control son no obstantemanifiestas.

En este mismo sentido, se podría argüir que todo conocimiento,"científico", "hermenéutico" o de otra índole, se produce y evalúafundamentalmente en términos de un interés en la predicción yel control.

Avanzamos en nuestros intereses en la comunicación y la com-prensión mutua sobre la base de cualquier cuerpo de conoci-miento compartido, que convertimos en la base de la interacciónal utilizar competencias comunicativas. El consenso dentro deuna comunidad no se alcanza mediante la aplicación de un tipoparticular de conocimiento público, sino por el ejercicio de lashabilidades comunicativas y proclividades teniendo como marcolo que los miembros de la comunidad poseen en general dentrodel camino del conocimiento. Tales habilidades y proclividades

UNTREF VIRTUAL | 14

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

18 Una formulación o reformulación de este tipo parece estar implicada enHabermas (1973).

Page 15: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

son, actualmente, el objeto de estudio de algunos "etnometodól-ogos" y "sociólogos cognoscitivos". Mediante su uso logramos unconsenso diario sobre la base de lo que se toma como el sentidocomún de nuestra cultura; los historiadores alcanzan un consen-so sobre la base de sus descubrimientos esotéricos; y los cientí-ficos alcanzan un consenso en sus interacciones esotéricas so-bre la base de sus teorías y modelos. Según este punto de vista,el conocimiento tiene el carácter de un recurso, explotado dentrode una comunidad para el logro de cualesquier intersees que losactores fijen.Y precisamente debido a ello, el conocimiento siem-pre está ligado fundamentalmente, en su generación y evaluacióninicial, a un interés en la predicción y el control. La ciencia natu-ral, la historia, la sociología son (o son potencialmente) cuerposde conocimiento que sirven como recursos para facilitar la predic-ción y el control dentro de diferentes contextos. No difieren en surelación esencial a los ICC. Todos surgen a partir de un interésinstrumental activo; todos pueden servir a diversos intereses par-ticulares; todos pueden convertirse en la base de interacción y deconsenso irrestricto.

Con todo esto, sin embargo, Habermas no estaría de acuerdo;lo caracterizaría como cientismo rampante, una extensión ilegíti-ma y peligrosa de una concepción instrumental del conocimien-to, un análisis mal concebido de la interacción basado sobreconocimiento moralmente indiferente y evaluación irracional yarbitraria. Desafortunadamente, no se nos ofrecen argumentospara justificar este desacuerdo, ni una explicación alternativapositiva. Habermas no muestra cómo el conocimiento puede de-sarrollarse legítimamente dentro de un contexto de evaluaciónque no esté conformado fundamentalmente por intereses pre-dictivos e instrumentales. Básicamente, simplemente no le gus-ta la idea de que la historia y las ciencias humanas sean cuer-pos de conocimiento orientados instrumentalmente, o que, enlas interacciones entre las personas, los intentos para predeciry modificar las acciones de los otros ocurran literalmente segun-do a segundo. Habermas no puede aceptar la aplicación delconocimiento instrumental en relación con la gente como nor-mal y adecuado dentro de la interacción; para él es equivalentea tratar a la gente como objetos; se trata de una forma de reifi-cación. La diferencia entre la gente y los objetos debería de ser

evidente en las formas de conocimiento que se aplican a ellos;Habermas no considera que pueda residir en lugar de ello en losprocedimientos y formas diferentes de actividad que empleamosal orientarnos hacia la gente. Una orientación debidamente cons-ciente en un sentido moral hacia otra persona es manifiesta, paraHabermas, no solamente en las actitudes o el comportamiento,sino en el carácter intrínseco del conocimiento que abarcan. Laverdad del conocimiento debe ser evaluada explícitamente en tér-minos de la relación hacia "la intención de una buena vida". Elconocimiento es más que un recurso para la conciencia; es unfuerte determinante de la conciencia. Pero esto se afirma y nose demuestra.

La insistencia de Habermas en relacionar la ciencia y la historiacon diferentes intereses generales se basa sólo sobre un factorsustantivo: su firme convicción de que la ciencia y la historia sonintrínsecamente diferentes como cuerpos de conocimiento. Elconocimiento histórico y el conocimiento "hermenéutico" en ge-neral, surgen a partir de tratar el pensamiento y la actividad co-mo significativos, como inteligibles sólo en términos de algún su-puesto sistema de significado general coherente. De ahí que los"hechos" de los que se ocupa sean en cierto sentido los produc-tos de sus propias hipótesis, y no sean contrastables totalmentede modo independiente, de la misma manera en que los hechossobre los objetos reales lo serían: no se puede disponer de losactos de legislación, los derechos de herencia, los ritos religio-sos y otros hechos semejantes, como existencias independien-tes que puedan servir para verificar las explicaciones históricasde los sistemas legales o las religiones, dado que su naturalezapercibida, e incluso el que sean percibidos, es una consecuen-cia de las explicaciones mismas. Se sigue que Ias especulacio-nes teóricas de las ciencias "hermenéuticas" son susceptiblesde evaluación sólo en la medida en la que producen una inter-pretación general consistente, coherente y posible de la activi-dad como significativa e intencional. Más aún, dado que la his-toria busca hacer inteligible el pasado en tanto que producto sig-nificativo del pensamiento y la actividad de los hombres, debereflejar toda la inconsistencia, la fluidez de significado y ajuste alcontexto característicos de dichos pensamientos y actividad.Los hombres se comunican en un lenguaje ordinario que per- UNTREF VIRTUAL | 15

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 16: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

mite la renegociación perpetua del significado, y su ajuste alcontexto en el curso del diálogo. De ahí que el lenguaje de laciencia "hermenéutica" deba también ser impreciso y su signifi-cado dependiente del contexto.

Si aceptamos esta descripción de la historia y del conocimiento"hermenéutico" (como, en sus puntos esenciales, lo deberíamosde hacer), queda claro que cualquier consenso que alcance nopuede explicarse en términos de una apreciación racional deuna realidad independiente. Esto plantea la fascinante y difícilpregunta de cómo se logra un consenso tal, si alguna vez llegaa ser realmente "irrestricto", y algo más que una consecuenciade la aplicación del poder. Para Habermas, el consenso en lasciencias hermenéuticas se alcanza como el consenso en elmundo diario: la gente entra en un diálogo con vistas al logro delconsenso y evalúa el conocimiento que produce con vistas a surelevancia en relación a ese logro. Así, parte del carácter delconocimiento hermenéutico consiste en que sea capaz de sos-tener una comunidad moral:

(En la investigación hermenéutica) la comprensión del significa-do se dirige desde su estructura misma hacia el logro de unposible consenso entre los actores dentro del marco de unaautocomprensión que se deriva de la tradición (p. 310).

Habermas toma la ciencia natural, y el conocimiento instrumen-tal en general, como diametralmente opuestos en sus caracte-rísticas a todo lo anteriormente expuesto. Se sostiene que susreferentes son totalmente independientes de sus teorías y capa-ces de proporcionar pruebas separadas, externas, de su validezinstrumental: se piensa que sus conceptos y formulaciones al-canzan definiciones exactas y significados estables totalmenteindependientes de un contexto; se sostiene que su status como"instrumentalidad pura" excluye su operación como base delconsenso comunal, y se concibe en lugar de ello como implan-tada dentro de la práctica de una comunidad científica que sesostiene mediante la interacción del lenguaje ordinario queabarca el conocimiento hermenéutico (cfr. pp. 138-139).

Queda claro que Habermas basa estos puntos de vista sobre suestudio de las filosofías `positivistas' de la ciencia, y que no está

nada familiarizado con sus prácticas concretas. Así, si bien pro-porciona una concepción alternativa interesante de la ciencia ala del "positivismo" que tanto detesta, el pensamiento de Haber-mas, como el de Lukács, permanece profundamente influido ymal dirigido por ese mismo "positivismo". La apertura a una verifi-cación totalmente independiente, a un independencia del contex-to, a una validez demostrable objetivamente más que asignadacomunalmente, con características que los ortodoxos entre losfilósofos de la ciencia "positivistas" le han imputado al conoci-miento científico en un ansia de maximizar su credibilidad. Dadoque todas estas imputaciones son incorrectas, resulta irónicoque Habermas las acepte, por así decirlo, directamente de laboca de sus enemigos. Más irónico resulta que la filosofía "posi-tivista" ortodoxa y la historia de la ciencia se hayan percatado,entretanto, de las inadecuaciones de sus formulaciones anteri-ores y hayan sido capaces de mostrar la semejanza esencialentre el conocimiento científico y el "hermenéutico".

No hay necesidad de ilustrar aquí el carácter contextual, inhe-rentemente fluido e impreciso del discurso científico, la carenciade una distinción clara entre hecho y teoría dentro de él, y el gra-do al que su status está sostenido comunalmente. Mary Hesse(1972) ha documentado muy bien estos puntos en una exce-lente nota sobre la obra de Habermas, firmemente sustanciadospor un extenso estudio histórico y un argumento con basesconcretas.19 El que sean justificados no es de manera algunaincongruente con el carácter instrumental del conocimiento cien-tífico. Los hombres hacen todo conocimiento a partir de losrecursos culturales existentes; el viejo conocimiento es parte dela materia prima que se incluye en la manufacturación del nuevo;de ahí que cualesquiera que sean los intereses que guíen lageneración del conocimiento, en el proceso siempre estarán in-volucrados un consenso socialmente sostenido y una modifica-ción de los significados existentes. Habermas, como Lukács,

UNTREF VIRTUAL | 16

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

19 Entre el trabajo que ilustra el carácter consensual de la ciencia, el de T.S.Kuhn (1970) es el más digno de mención. Para el carácter de índice delconocimiento científico y su dependencia de un contexto, cfr., Barnes y Law(1976). En Barnes (1974) se encuentra una discusión general del caráctersocial del conocimiento científico natural con referencias posteriores a estu-dios concretos.

Page 17: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

ignora esta conexión esencial entre el conocimiento científico ysus antecedentes culturales, y ello constituye la inadecuaciónformal crucial en su explicación, la mala interpretación central ala cual todo lo demás se puede relacionar. Por esto, Habermasno se da cuenta de que al describir el conocimiento "hermenéu-tico", está meramente apuntando ciertas características univer-sales de todo conocimiento.20

Volvamos a nuestra hipótesis anterior, que todo conocimiento esfundamentalmente instrumental. Es claro que nada que haya di-cho Habermas cuenta en contra de los méritos de este punto devista. No muestra que el conocimiento se evalúa sin una preocu-pación primordial por los estándares predictivos o instrumentales.

No establece una distinción efectiva entre el conocimiento instru-mental y otros tipos. No ofrece críticas específicas de, por ejemplo,una explicación instrumental del conocimiento histórico. Intentademostrar algunos de estos puntos cuando describe el conoci-miento "hermenéutico" y la manera en que está socialmente sos-tenido. Pero lo que realmente se tiene que recordar aquí es quetodo conocimiento está sostenido socialmente, es un conjunto deconvenciones sobre las que se está de acuerdo, así como que sucarácter es instrumental. En lo que sigue, se supondrá que elconocimiento en general es fundamentalmente instrumental, en elsentido de que se genera y evalúa de un modo preorganizado porun interés en la predicción y el control, y que es normativo, en elsentido de que está sostenido por un consenso comunal que esdecidido, y no por una necesidad racional.21

Esto no implica que en una interpretación tal no haya proble-mas. Por el contrario, los problemas son numerosos y demasia-do complejos para ocuparse de ellos aquí, donde simplementedebemos tomar lo que parece la posición más plausible y conti-nuar adelante. Tal vez el problema más difícil sea cómo ocuparsedel conocimiento orientado evaluativamente, sobre una visión ins-trumental. El discurso cotidiano es, comúnmente, tanto evaluati-vo como descriptivo explícitamente. Los medios informativosnos cuentan de asesinatos, ataques terroristas, malas aplicacio-nes de la justicia, etc. Si se ha de sostener la explicación ante-rior, debemos imaginar que el conocimiento que adquirimos a

partir de tal discurso es, en alguna medida, el producto de unadecodificación. Términos como `asesinato' tienen un lugar den-tro de las redes de conceptos organizados teóricamente parapredecir e inferir lo que es físicamente el caso. Pero también pro-porcionan información en relación con las orientaciones evalua-tivas. Se puede decir que el discurso diario que usa tales térmi-nos ofrece dos tipos de información, de la misma forma comouna señal eléctrica puede transmitir a un receptor televisivo tan-to sonido como imagen. En ambos casos, se logra la sobreposi-ción de los tipos de información con apenas alguna interferenciaentre ambos. Podríamos sugerir que el discurso diario carga deesta manera típicamente dos mensajes dentro de una señal, pe-ro la cuestión de si cualquier distorsión cruzada es típicamentedespreciable es otro asunto.22

UNTREF VIRTUAL | 17

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

20 Afirmar esto no significa proponer una explicación alternativa a la querelaciona los puntos de vista de Habermas con los intereses sociales expe-ditos. Se ha sugerido frecuentemente, con una base de posibilidades, queHabermas es un intelectual humanista que responde al reto del desempleoen la medida en que se extiende el alcance de la técnica de la ciencia natu-ral. Al percatarse de que atacarla validez de la ciencia natural misma signifi-ca una estrategia poco realista dentro del mundo moderno, busca limitar sualcance y afirmar su dependencia, en última instancia, al área del saber queél mismo representa. Por ende, ataca la filosofía cientificista y lo que consi-dera la extensión de la ciencia dentro del área de los asuntos humanos.Dado que la posición de Habermas se ha criticado fuertemente aquí, tal vezvalga la pena hacer notar que comparto su desconfianza del crecimiento deciertos métodos cuantitativos en las ciencias sociales: análisis de sistemas,econometría, cibernética, etc. Gran parte de este material (si bien es ciertoque no todo) es peor que inútil. Pero no representa la extensión de las técni-cas científicas naturales. Sus técnicas, como sus intereses, surgen de unafuente diferente. Usualmente, sin embargo, están legitimadas mediante unareferencia a alguna forma extrema de filosofía positivista de la ciencia y, co-mo en otros casos, Habermas no logra establecer la distinción esencialentre filosofía de la ciencia y ciencia natural.

21 Se sigue de esta posición que una referencia a la "evaluación desintere-sada" del conocimiento es, en la mayoría de los contextos, una formulaciónbastante inofensiva que se puede tomar como prácticamente equivalente auna "evaluación en términos de un interés auténtico en la predicción y elcontrol".

22 En algunas esferas, particularmente en la ciencia natural, se realiza unintento de reforzar la transmisión de sólo un mensaje, supuestamente pan

Page 18: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Un tratamiento de este tipo del componente moral en el conoci-miento es altamente disputable. Se pueden ofrecer numerosasobjeciones serias; es difícil reconciliar varias explicaciones fi-losóficas de la esencia del discurso moral con él. Pero es difícilencontrar explicaciones alternativas orientadas empíricamente,y lo mismo sucede con alternativas, concebidas concretamente,a la perspectiva instrumental general que se ofrece aquí. Pro-bablemente Habermas condenaría toda esta explicación por suinsistente separación entre lo descriptivo y lo evaluativo. Pero lagente siempre establece algún tipo de separación entre lo real ylo ideal, aquello con lo que se enfrentan y aquello que quisieranque pasara. De ahí que la sugerencia de que se puede, y quede hecho se decodifica el discurso para obtener tanto informa-ción sobre las realidades como información sobre los ideales,sea tan plausible en términos concretos y empíricos, como elresto de la posición general instrumental. Dicha posición merececonsiderarse como una explicación tan prometedora del carác-ter del conocimiento como cualquier otra que poseamos. Cier-tamente no se debe dejar de lado sobre la base de principiosabstractos que requieren ellos mismos de una justificación.

3. La Cultura y la Historia

Los hombres producen activamente todo conocimiento con inte-reses técnicos particulares en contextos particulares; nunca sepuede generalizar su significación y rango al grado en que no setomen en cuenta dichos contextos e intereses. Mannheim afirmóesto en abstracto, pero nunca lo incorporó con éxito a su obraconcreta. Lukács y Habermas también lo subrayaron, pero sola-mente como una base para una especulación a gran escala;ambos pasaron por alto el carácter del conocimiento científicoen tanto que producto de un desarrollo histórico. Ivins y Gom-brich son los únicos autores citados hasta ahora cuya compren-sión del cambio cultural ofrece una base suficiente para unaconcepción general del conocimiento.

Solamente ellos apreciaron la manera en que las representacio-nes siempre se construyen a partir de recursos culturales pre-existentes, y por tanto, siempre deben explicarse como desarro-

llos dentro de una tradición cultural en proceso.23 Solamenteellos ofrecieron ejemplos detallados de cómo se han desarrolladode hecho y cambiado las formas culturales a lo largo del tiempo.24

Es tentador sugerir que una investigación concreta y específicaes esencial para una comprensión general adecuada del carác-ter del conocimiento y de la manera en la que crece y cambia.La familiaridad con las instancias específicas parecería una con-dición necesaria, aunque ciertamente no suficiente, de una com-prensión tal. Pero existe probablemente una razón más por lacual Gombrich, al escribir un comentario detallado sobre repre-sentaciones pictóricas particulares, produjo una obra de unacomprensión teórica general mayor que las especulaciones cos-mológicas de Habermas. El ensayo de Gombrich no necesitabaconsiderar el problema de la validez; en general, no se pensabaen las pinturas y otras representaciones que consideró como

UNTREF VIRTUAL | 18

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

minimizar los efectos de la distorsión cruzada. No existe una razón a prioripor la cual un intento de esa naturaleza no tenga éxito y produzca un flujode información totalmente no evaluativo. Si esto ocurriera dentro de unaciencia natural, se podría decir legítimamente que es no evaluativa en uncierto sentido restringido. Desde luego, su discurso y conocimiento seguiríanestando sostenidos socialmente y seguirían siendo normativos en ese sen-tido. La metáfora eléctrica es útil de nueva cuenta, al distinguir estos dossentidos en los que se puede decir que la ciencia es normativa.Hablar del componente normativo es en un sentido, como hablar de la infor-mación visual dentro de una señal televisiva -información que se podríaeliminar del todo para dejar solamente el sonido. Hablar del componentenormativo en el segundo sentido es hablar de las convenciones dentro delcódigo que se usa para proporcionar cualquier información mediante la se-ñal televisiva: siempre existen dichas convenciones, pero en cierta medidason cuestión de elección y consenso.

23 Gran parte de la misma visión de la generación del conocimiento se apre-cia en Bhaskar (1975). Donde yo subrayo las características instrumentalesde la explicación al hablar de los recursos naturales, Bhaskar, quien es unrealista utiliza una terminología aristotélica y habla de causas materiales uobjetos transitivos del conocimiento. Pero los términos son sustancialmenteequivalentes.

24 Para una discusión de la representación pictórica en la ciencia que seocupa tanto de los recursos naturales como de los intereses instrumentales,cfr. Rudwick (1976).

Page 19: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

conocimiento. Habermas, por otro lado, escribía como un epis-temólogo: la validez era su problema central; su intención explí-cita era pronunciarse sobre el mérito y rango de formas posiblesde conocimiento.

Si el conocimiento genuino está únicamente determinado por larelación existente de hecho entre el conocedor y lo conocido, el(los) sujeto(s) y el (los) objeto(s) del conocimiento, se puede unoacercar a tales problemas con confianza. Sólo un cuerpo de co-nocimiento genuino puede surgir de la percepción racional de larealidad (como dirían los "positivistas"), o de la investigación ra-cional de la realidad en términos predeterminados por intereses.Un cuerpo tal puede ser usado como un criterio para detectar ycriticar el error y la ideología, y como un punto final para un hipo-tético movimiento progresivo en el desarrollo del conocimiento.La actividad epistemológica característica de juzgar las pretensio-nes de conocimiento de los demás queda así automáticamentejustificada. Lo más que los hombres pueden esperar lograr en elcamino del conocimiento es concebible como un cuerpo final,acabado. Pero si el conocimiento también debe ser el producto derecursos culturales dados, si los hombres racionales deben gene-rar el conocimiento sobre la base de lo que ya se pensó y creyó,entonces la evaluación del conocimiento se vuelve problemática.

Si el viejo conocimiento es de hecho una causa material en lageneración del nuevo conocimiento, entonces la racionalidaddel hombre sola no basta ya para garantizarle acceso a un solocuerpo permanente de conocimiento auténtico; lo que pueda lo-grar dependerá de los recursos cognoscitivos que le sean dispo-nibles y de las maneras en las que sea capaz de explotar dichosrecursos. Comenzar a comprender lo anterior implica abando-nar teorías simplistas del aprendizaje y emprender un estudiodetallado de la generación del conocimiento. Descubrir lo ante-rior implica examinar la generación del conocimiento dentro desu contexto social como parte de la historia de una sociedad par-ticular y su cultura; los hombres racionales en diferentes culturaspueden representar la realidad de maneras diferentes, inclusocontradictorias. De ahí que la evaluación de las pretensiones deconocimiento esté permeada de dificultades; en particular, el co-nocimiento existente sobre la base del cual se genera el nuevo

conocimiento, el componente culturalmente dado, no puede serverificado de una manera independiente; sus orígenes y justifi-caciones en el pasado son en gran medida inaccesibles, niexiste un punto arquimídico que escape al dominio de la cultura,a partir del cual hacer una evaluación. Para muchos, esto su-giere el terrible espectro del relativismo; porque se percatan co-rrectamente de que los estándares formulados para juzgar elconocimiento deben ellos mismos ser fabricados a partir de re-cursos existentes y ser históricamente contingentes, si la expli-cación anterior es correcta. Poco sorprende que los escritosepistemológicos rara vez ataquen directamente estos temas.25

El problema del relativismo no debe ser la preocupación directade un estudio sociológico y, dentro del presente contexto, no sepueden considerar adecuadamente los puntos involucrados. De-be bastarnos simplemente adoptar el ideal instrumental del co-nocimiento al que hemos llegado, y continuar adelante.

Sin embargo, hay una buena cantidad de interés sociológico enel problema del relativismo, y su discusión sugiere algunos pun-tos de interés naturalista, de modo que una digresión muy brevesobre el punto tiene lugar.

UNTREF VIRTUAL | 19

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

25 De esta manera. Habermas, cuya percepción depende de la tradición dela literatura epistemológica, arguye que sólo existe una ciencia natural posi-ble; o se trata, como opinarla Marcuse, de un proyecto histórico que podríaser diferente. Al argumentar como lo hace, Habermas no se percata de lascausas materiales del conocimiento científico, y habla vagamente de la cien-cia como "pura instrumentalidad".La epistemología temprana de Popper (1934) es, en contraste, compromete-doramente directa en estas cuestiones. En sus términos, los hombres racio-nales ciertamente pueden asirse a diversos cuerpos de conocimiento; exis-ten pocas restricciones en cuanto a la naturaleza de lo que se puede creerracionalmente. La epistemología de Popper no identifica el mejor conoci-miento, sino los hombres más racionales. Más aún, identifica los hombresmás racionales en términos convencionales, no absolutos; Popper tiene cla-ro que sus estándares epistemológicos sólo tienen el status de convencio-nes. De ahí que Popper no nos ofrezca una base naturalista sobre la cualdiferenciar y evaluar las pretensiones de conocimiento. Su posición es tanrelativista en sus implicaciones como lo que sigue aquí. Lo único sobre-saliente es cuán raramente esto se ha hecho notar (cfr. Barnes, 1976).

Page 20: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Para aquellos que desean evitar el relativismo, el problema de laexplicación anterior es que no ofrece una base naturalista para laevaluación objetiva de afirmaciones competitivas en materia deconocimiento, ni para la posición que sostiene que el conocimientoes progresivo. Consideremos entonces si es posible retener lospuntos esenciales pero eliminar las implicaciones relativistas. Seexaminarán dos intentos; se verá que ambos son insatisfactorios,pero es interesante ver por qué.26 El primer intento implica postu-lar que los procesos racionales mediante los cuales los hombresaprenden bastan para producir una convergencia del conocimien-to de distintas culturas. Pese a que los hombres tienen que usarel conocimiento y los conceptos existentes para hacer el mundointeligible y, por tanto, para aprender sobre él, al aprender modifi-can su conocimiento en la dirección de una forma ideal final. Cier-tamente, tienen que partir de algo, pero el punto de partida noafecta el lugar al cual llegarán en algún momento. Un escultortiene que empezar con un bloque dado de mármol cuando inten-ta hacer una figura, y la forma inicial del bloque puede continuarinfluyendo su trabajo a medida que avanza, pero le concedemosel crédito de la habilidad para realizar la figura, independiente-mente del bloque que elija.

Los filósofos de la ciencia dentro de la tradición inductivista quehan investigado a fondo esta interesante posibilidad darían labienvenida a su confirmación. Hasta el momento, su trabajo noha producido bases para suponer una tendencia hacia una con-vergencia tal, y la indicación general es que no se puede espe-rar que surjan tales bases. Debemos tomar como una respues-ta provisional, revisable, a esta cuestión empírica, el que los pro-cesos cognoscitivos involucrados de una manera rutinaria en elaprendizaje no bastan para deshacerse del efecto del punto departida dado, culturalmente variable, a partir del cual avanzan(cfr. Hesse, 1974).

Una segunda posibilidad sería concentrarse sobre los recursosculturales a partir de los cuales se produce este nuevo conoci-miento, y cuestionar si estos recursos dados son meramentesignificativos por Ias convenciones y si se mantienen por el con-senso. El nuevo conocimiento, se está de acuerdo, se produceactivamente a partir del conocimiento existente, sin considerar

necesariamente las apariencias, o el flujo aleatorio de los fenó-menos a medida que son experimentados de una manera gene-ral. Pero esto sucede debido a que los hombres buscan capturarlos agentes subyacentes que operan constantemente y generanlas apariencias, los mecanismos reales que siguen operando enel mundo. Para llevar esto a cabo, imaginan, o crean a partir delconocimiento existente, teorías sobre el mundo: mecanismos yagentes putativos, que se sostiene que existen y explican porqué las cosas son como son. Y, entonces, los hombres intervie-nen activamente en el curso de los eventos para contrastar susteorías. Dado que se piensa que existen numerosos mecanismosy fuerzas, impiden la operación de algunos y calculan el efectode otros, de modo que el efecto del mecanismo que desean con-trastar se vuelva aparente. Dado que esto es lo que los hombreshacen, y encuentran proficuo, ciertamente el mundo debe estarconstituido de mecanismos y agentes continuos tal y como losimaginan los hombres. Y dado que ese conocimiento existenteque postula agentes particulares tiene un éxito predictible, segu-ramente dichos agentes guardan alguna semejanza con aque-llos que realmente existen.

Cuando los científicos intentan extender su comprensión delcuerpo humano explotan las explicaciones existentes de la orga-nización muscular y del esqueleto, las teorías de la función orgá-

UNTREF VIRTUAL | 20

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

26 Otra posibilidad, que no se discute aquí, consiste en afirmar la naturalezaprogresiva del conocimiento y la posibilidad de evaluar diferencialmentediferentes pretensiones de conocimiento sobre una base puramente instru-mental. El mejor conocimiento es aquel que permite a sus poseedores hacerlo más posible, alcanzar sus metas de la manera más exitosa posible. Desa-fortunadamente, no parece haber una manera fácil de aplicar este criterio,dado que diferentes culturas poseen diferentes competencias y persiguendiferentes fines. Parecería necesario establecer evaluaciones previas sobrediferentes metas y actividades antes de llevar a cabo una evaluación instru-mental (de la misma manera que más adelante en el texto encontraremosque las evaluaciones previas de los universales reales son esenciales, antesde llevar a cabo una evaluación realista de las pretensiones de conocimien-to). El que los hombres dentro de todas las culturas mediante una familiari-zación, admitieran la superior eficacia instrumental de la ciencia occidental,sigue siendo una posibilidad empírica. Pero esto no afecta la tesis de quediferentes pretensiones de conocimiento deban permanecer simétricamentecolocadas para fines de explicación sociológica.

Page 21: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

nica, etc. Cuando investigan los componentes químicos y susestructuras utilizan el conocimiento que se da por hecho sobrelas configuraciones electrónicas y orbitales estables. Cuando losmiembros analizan su propia sociedad utilizan nociones dadascomo el "poder" de los sindicatos o las agrupaciones políticas olos "intereses" de las clases o los grupos ocupacionales. En to-dos estos casos se puede desarrollar y extender el conocimientoa partir de una base dada por hecho. Pero la base no es arbitrariani meramente convencional; para haber ganado la aceptacióncomo conocimiento existente, debe haberse acercado a una des-cripción de mecanismos reales existentes y poderes subyacentesa las apariencias y, presumiblemente, debe ser capaz, por tanto,de describirlos con mayor aproximación si logra una articulaciónmayor en el curso de una investigación activa. Esto nos ofreceun tipo de teoría de la verdad de correspondencia modificada: elconocimiento no está constituido de hechos que correspondena las apariencias; se trata siempre de un conjunto dado de teo-rías que se evalúan en la medida en la que corresponden a lospoderes y mecanismos que operan constantemente en el mun-do y así constituyen básicamente la realidad. Nuestros concep-tos son, por tanto, universales reales putativos que pueden sermodificados y desarrollados con el tiempo hasta que ciertamen-te sean universales reales. No son solamente un conjunto designos y convenciones.

Habría mucho que decir en relación a esta posición. Es correctodecir que la estructura misma del conocimiento que producen loshombres supone que la realidad está constituida en términos deagentes y mecanismos duraderos; es así como el conocimientoadquiere su coherencia esencial y por qué el componente verbales de una manera viable un sistema finito de símbolos. Es tam-bién correcto insistir en que el conocimiento existente, la causamaterial del nuevo conocimiento, siempre incluirá los resultadosya existentes del saber, y en esta medida será algo más que arbi-trario. Pero ninguno de estos puntos basta para discriminar y eva-luar diferentes cuerpos de conocimiento que estén en conflicto.

Es claro que cualquier grupo de hombres que cree en algúnconjunto de universales reales puede tomarlos como la mejordescripción disponible de la realidad y usarla para evaluar dife-

rentes creencias. Podemos, y de hecho lo hacemos, evaluar deesta forma, pero lo mismo se hace en otras culturas, y lo mismohicieron nuestros ancestros culturales. Si hemos de considerarnuestras evaluaciones como especiales, debemos ser capacesde mostrar que los mecanismos y agentes explicativos realesque preferimos son inherentemente superiores a, o están mejorfundados que, los de cualquier otro; que realmente son los máscercanos al verdadero estado de las cosas. La carencia evidentede una manera de llevar esto a cabo es lo que priva a nuestrascreencias sobre el carácter básico de la realidad de cualquiervalor como estándares independientes y justificados para eva-luar en general las pretensiones de conocimiento.27

Los hombres en las distintas culturas y sociedades han entendidola realidad en una amplia variedad de formas, invocando diversosagentes y poderes causales que supuestamente operan en el uni-verso. En las sociedades simples, tribales, agentes cuasi huma-nos -espíritus o fuerzas personificadas- han sido invocados a me-nudo para explicar los eventos naturales y las fortunas humanas.Pero pese a una investigación asidua de los antropólogos socia-les, carecemos de una evidencia firme para afirmar que talescreencias son inherentemente inestables, así como tampoco que-da claro que los hombres que se abocan racionalmente a prede-cir y controlar la realidad dentro de tales culturas antropomórficasdeban con el tiempo trascender su perspectiva heredada y reco-nocer que su esquema de las cosas es erróneo.28

Se puede pensar, no obstante, que el record antropológico noconstituye una evidencia lo suficientemente poderosa dentro deeste contexto. Las creencias tribales, se arguye en ocasiones,no deben relacionarse con intentos de predecir y controlar larealidad en lo absoluto, sino que deben relacionarse con otrosintereses (Douglas, 1966). De ahí que sea apropiado reforzareste argumento haciendo referencia a la cultura de las ciencias

UNTREF VIRTUAL | 21

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

27 Bhaskar, cuya obra de 1975 fue el modelo para el argumento anterior,reconoce esta conclusión al aceptar que no hay manera de evadir el rela-tivismo epistemológico.

28 Cfr. Polanyi (1958), Wilson (1971), Horton y Finnegan (1973), Barnes(1974).

Page 22: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

naturales, cuyos intereses instrumentales fundamentales nopueden ser dudados.

Es bien sabido que a medida que se ha desarrollado el cono-cimiento científico se han postulado numerosos mecanismos yteorías que luego se han dejado de lado. Esta es la razón por lacual, de hecho, tantos filósofos de la ciencia han luchado paramantener una distinción hecho-teoría y para basar su retóricajustificativa sobre la acumulación de hechos. Pero también hahabido una gran cantidad de fe informal depositada sobre la ca-lidad progresiva de esta secuencia de teorías y mecanismos.Estudios históricos recientes, sin embargo, en particular los deT.S. Kuhn (1970), han socavado de una manera efectiva dichafe; demuestran que las transiciones teóricas fundamentalesdentro de la ciencia no son simples respuestas racionales alconocimiento incrementado de la realidad, predecibles en térmi-nos de estándares de inferencia y evaluación independientes deun contexto. Tales transiciones tienen mucho sentido como res-puestas a problemas prácticos percibidos, o como correlacionesde una reorganización técnica y de procedimiento dentro decomunidades científicas particulares. Son lo suficientemente in-teligibles cuando se refieren a situaciones reales en donde sur-gen nuevos descubrimientos o nuevas instrumentaciones. Enesta medida, ciertamente no se trata de manifestaciones de unairracionalidad científica, o de reorientaciones emocionales mis-teriosas. Pero no poseen el tipo de características generalesque requeriría el realismo progresivo bajo consideración: no sepuede decir que quede menos realidad para ser explicada des-pués de una transición tal, o que cualquier parte del mundo seha explicado finalmente, o incluso, que los científicos se perci-ban a sí mismos necesariamente como con menos problemas.Tampoco nos encontramos en una posición para afirmar que loscientíficos no pudieron hacer algo diferente de lo que hicieron.

Simplemente no encontramos, al estudiar las instancias reales,que se pueda establecer una defensa para un cambio teóricoparticular en términos independientes de un contexto. Nuncaqueda claro, sin ambigüedades, que Ias teorías existentes no sehubieran podido mantener de una manera razonable, o que otrasteorías distintas se hubieran podido producir con tantos méritospara ser recomendadas.

El realismo progresivo es una de las explicaciones ideales delconocimiento científico que lo concibe como dirigiéndose haciaalgo, en este caso, hacia una descripción de los mecanismosreales existentes dentro del mundo. Existen ahora varias líneasindependientes de trabajo que implican que tales teorías estánmal encaminadas, y que toda generación de conocimiento y cre-cimiento cultural debe considerarse como incesantemente diná-mica y susceptible de alteración, tal y como la actividad humanamisma, con cualquier cambio o avance como el resultado de unacuerdo y no de una necesidad. Incluso la larga tradición poppe-riana muestra una sensibilidad adecuada hacia estos puntos yproporciona numerosos ejemplos del carácter dialéctico de laciencia y de la manera en que se nutre de un número de proble-mas autogenerados, siempre en expansión, produciendo mástrabajo para sí con cada logro (en lugar de menos, al dar por ter-minada una "parte de la realidad"). El brillante estudio de ImreLakatos sobre la historia del Teorema de Euler (1963) es unailustración sobresaliente de cuánto se debe aprender de estatradición. Pero dos enfoques generales recientes sobre el cam-bio semántico, que no pueden discutirse aquí, presentan de unamanera más clara los méritos de tal posición. Una es la visión deinteracción de la metáfora, y la explicación general completa delsignificado y el cambio de significado que implica. La otra es eltratamiento etnometodológico de las propiedades de índice y re-flexivas de las manifestaciones verbales.

Pese a que tradiciones académicas aparentemente indepen-dientes están involucradas, existen paralelos interesantes entreambas que derivan de su confianza común en la obra tardía deLudwig Wittgenstein.29

El resultado de todo esto es que nuestros modelos y mecanis-mos científicos actuales probablemente serán considerados enalgún futuro como parte de lo que es una cadena de incesante

UNTREF VIRTUAL | 22

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

29 La literatura relevante sobre etnometodología es demasiado conocidapara citarla aquí, pero se pueden encontrar referencias al punto de vista dela interacción, que es menos familiar a los sociólogos, en Barnes (1974). He-sse aplica el punto de vista de la interacción a la ciencia (1974) y Barnes yLaw (1976) ofrecen una indicación de la aplicabilidad de la noción de índicesa Ias expresiones científicas.

Page 23: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

desarrollo de tales mecanismos, construidos, y con el tiempoabandonados (o desprovistos de su posición ontológica), a me-dida que avanza la actividad de la generación del conocimiento.Queda claro, entonces, que nuestras teorías actuales deben co-locarse simétricamente con teorías científicas anteriores y, paraese caso, con cualquier otro conocimiento orientado instrumen-talmente, en todos los aspectos sociológicos relevantes. Losdiversos universales reales postulados en diferentes tiempos yen diferentes culturas y contextos deben ser considerados igual-mente como invenciones de la mente, sostenidas en la medidaen la que son instrumentalmente valiosas en las situaciones enlas que se encuentran. No hay manera de avanzar en su clasifi-cación o evaluación de una forma que simplemente no supongala prioridad de uno u otro.

El conocimiento no se puede entender como algo más que el pro-ducto de los hombres que operan en términos de un interés en lapredicción y el control conformado y particularizado por las espe-cificidades de sus situaciones. No es la posesión única de unacultura particular o tipo de cultura. Siempre que los hombres em-plean sus recursos culturales para tareas auténticas de explica-ción e investigación, indicadas por sus intereses, lo que producenmerece el nombre de conocimiento.30 Merece un estudio socioló-gico (y en general un estudio naturalista o científico) como unejemplo típico de conocimiento. No hay una concepción definidade manera más estricta que pudiera discriminar, por ejemplo,entre el conocimiento "científico" y otros tipos, y justificar diferen-tes formas de investigación sociológica en los dos casos.

Podemos estudiar el proceso de la generación del conocimien-to y completar nuestra comprensión general de cómo se desen-vuelve, al observar cualquier cultura en donde ocurre un cambiobajo el ímpetu de un interés en la predicción y el control.31

¿Qué pasa entonces con el problema del relativismo? Lo prime-ro que se debe decir es que, independientemente de las conclu-siones a las que lleguemos sobre este tema, éstas no deberáncontar en contra de la discusión anterior. Si uno está interesadoen explorar y extender las posibilidades del pensamiento y la in-vestigación naturalista, uno no da marcha atrás porque sus con-

secuencias resulten desagradables. Si no podemos encontraruna base naturalista para evaluar diferencialmente el conoci-miento de diferentes culturas, entonces pongamos un punto finala eso. Si, como consecuencia, los epistemólogos y los ontólogosse enfrentan a problemas, simplemente se les debe aceptar. Loque importa es que reconozcamos la equivalencia sociológicade diferentes pretensiones de conocimiento. Sin duda, nosotrosmismos continuaremos evaluando las creencias diferencialmen-te, pero se debe reconocer que tales evaluaciones no son rele-vantes para la tarea de la explicación sociológica; como princi-pio metodológico, no debemos permitir que nuestra evaluaciónde las creencias determine qué forma de explicación sociológi-ca debemos usar para explicarlas.

Se piensa algunas veces que tales argumentos deben ser re-chazados simplemente porque representan una concesión al re-lativismo. A menudo se oponen al relativismo en sociología, co-mo una cuestión de pasión y compromiso, incluso aquellos quereconocen la falta de algún buen argumento para probar su te-sis. Se cree que, de otra manera, se daría licencia para cualquiertipo de pensamiento sin sentido y se desplegaría una falta deinterés en lo que el mundo realmente es.

Si bien no hay necesidad de hacer concesiones a una posicióntan insatisfactoria, se debe subrayar que los méritos del relativis-mo en tanto que posición filosófica no están aquí bajo discusión.A nadie se le ordena evaluar de igual manera todo el conoci-miento, o escoger cuál usará, lanzando una moneda o un dado.El prejuicio del argumento es más bien totalmente naturalista; loque estamos usando y defendiendo es un naturalismo. La equi-

UNTREF VIRTUAL | 23

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

30 Creo que lo que sucede asimismo es que el conocimiento en todaspartes se basa en el mismo rango de propensiones cognoscitivas compar-tidas. Si de hecho existe una unidad psíquica tal entre los hombres, estorefuerza la idea de tratar simétricamente como conocimiento todas lascreencias institucionalizadas.

31 No se pueden considerar aquí los procesos cognoscitivos generalesinvolucrados en la generación de conocimiento. Hesse llevó a cabo un inten-to estimulante de formularlos y ejemplificar su operación (1974).

Page 24: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

valencia naturalista del conocimiento de diferentes culturas esmeramente un descubrimiento, algo que sucede. Ciertamente,implica el status convencional del naturalismo mismo, pero estono representa un desastre. No implica abandonar el naturalismoen favor de una búsqueda frenética por la necesidad en otrolado. Uno puede elegir continuar con las actividades relevantes.

Más aún, el naturalismo implica la más seria preocupación conlo que es real, y una concepción particular, concretamente rele-vante de ello es la que se ha defendido aquí. Todo lo que tieneuna significación naturalista indicaría que ciertamente existe unmundo, una realidad, `allá afuera', la fuente de nuestras percep-ciones, si no es que su determinante total, la causa de quenuestras expectativas se cumplan o no, de que nuestros esfuer-zos tengan éxito o se frustren. Pero no se debe identificar a estarealidad con cualquier explicación lingüística de ella o, no es ne-cesario decirlo, con cualquier forma de percibirla, o con una re-presentación pictórica de ella. La realidad es la fuente de lascausas primitivas, las cuales, habiendo sido preprocesadas pornuestro aparato perceptual, producen cambios en nuestro cono-cimiento y las representaciones verbales que tenemos de ella.Todas las culturas se relacionan simétricamente con esta reali-dad. Los hombres en todas las culturas son capaces de dar res-puestas razonables a los insumos causales que reciben de larealidad -esto es, son capaces de aprender.32 El que la estruc-tura de nuestro conocimiento verbal, por ende, no converja nece-sariamente sobre una sola forma isomórfica con lo real, no nosdebe sorprender. Por qué debemos esperar que ésta sea unapropiedad de nuestras capacidades lingüísticas y cognoscitivas?

UNTREF VIRTUAL | 24

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

32 De manera análoga, las creencias morales y evaluativas son sin dudamodificables por los insumos causales primitivos con una base real. Lasevaluaciones y los puntos de vista éticos no son más inmunes al cambiojunto con la experiencia cambiante, que los puntos de vista descriptivos.Tampoco son más variados y diversos. Curiosamente, el relativismo morales hoy mucho más fácil de aceptar que el relativismo descriptivo (Lukes,1974). Pero los argumentos a favor y en contra son idénticos en amboscasos. Por un lado, las creencias alternativas son racionalmente posibles yse encuentran de hecho en ambos casos. Por otro, en ningún caso la creen-cia es tan arbitraria ni sin influencia por parte de causas primitivas reales demodo que podamos elegir la creencia que queramos. Podemos elegir lasacciones; extrañamente, no podemos hacer lo mismo con las creencias. Nopodemos decidir simplemente que las balas son inofensivas, ni que matarniños es el deber de todo hombre. Lo podríamos decir, pero nuestras ac-ciones nos delatarían en ambos casos. (No es necesario decir que ambasafirmaciones son creíbles y que han sido creídas, en otros contextos, peroindependientemente de la manera en que se desarrolle el argumento, per-siste la simetría esencial entre ambos casos.)

Page 25: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

DAVID BLOOR

¿Puede la sociología del conocimiento investigar y explicar elcontenido y la naturaleza mismos del conocimiento científico?Muchos sociólogos creen que no. Afirman que el conocimiento encuanto tal, distinto de las circunstancias que rodean su produc-ción, está más allá de su comprensión. Voluntariamente limitan elárea de sus propias investigaciones.Yo argüiré que esto significauna traición a la posición de su disciplina. Todo conocimiento, yasea en las ciencias empíricas e incluso en las matemáticas, debetratarse, de principio a fin, como material de investigación. Las li-mitaciones que existen para el sociólogo consisten en pasar ma-terial a las ciencias auxiliares como la psicología, o en dependerde las investigaciones de especialistas de otras disciplinas. Noexisten limitaciones que residan en el carácter absoluto o trascen-dente del conocimiento científico mismo, o en la naturaleza espe-cial de la racionalidad, la validez, la verdad o la objetividad.

Se puede esperar que la tendencia natural de una disciplina co-mo la sociología del conocimiento se expanda y generalice: quese desplace de los estudios de las cosmologías primitivas a lasde nuestra propia cultura.

Éste es precisamente el paso que los sociólogos han estado re-nuentes a dar. Nuevamente, la sociología del conocimiento pudohaber ejercido mayor presión en el área que actualmente ocupanlos filósofos, a quienes se les ha permitido ocuparse de la tareade definir la naturaleza del conocimiento. De hecho, los sociólo-gos han estado sumamente ansiosos por limitar su preocupaciónpor la ciencia a su marco institucional y a factores externos quese relacionan con su tasa de crecimiento o dirección. Esto no lle-ga a tocar la naturaleza del conocimiento que se crea así (cfr. BenDavid (1971), DeGré (1967), Merton (1964) y Stark (1958)).

¿Cuál es la causa de esta duda y este pesimismo? ¿Se trataacaso de las enormes dificultades intelectuales y prácticas queestarán involucradas en un programa tal? Ciertamente, éstas nodeben subestimarse. Se puede vislumbrar el tamaño de su ex-tensión a partir del esfuerzo invertido para alcanzar metas máslimitadas. Pero éstas no son las razones que se ofrecen de he-cho. ¿Se encuentra el sociólogo en una posición de desventajaen cuanto a la disposición de teorías y métodos con los cualesmanejar el conocimiento científico? Ciertamente ése no es elcaso. Su propia disciplina le proporciona estudios ejemplares delconocimiento de otras culturas que podrían usarse como mode-los y fuentes de inspiración. El estudio clásico de Durkheim Lasformas elementales de la vida religiosa muestra cómo un soció-logo puede penetrar las profundidades mismas de una forma deconocimiento. Más aún, Durkheim ofreció un número de suge-rencias sobre cómo se podrían relacionar sus descubrimientoscon el estudio del conocimiento científico. Las sugerencias fue-ron hechas a oídos sordos.

La causa de la vacilación en colocar a la ciencia dentro del ám-bito de un escrutinio sociológico exhaustivo es una falta de valory voluntad. Se la considera una empresa condenada al fracaso.Desde luego, la falta de valor tiene unas raíces más profundasde lo que sugiere esta caracterización puramente psicológica,las cuales serán investigadas más adelante. Cualquiera que seala razón de la enfermedad, sus síntomas adoptan la forma de unaargumentación filosófica a priori. Por estos medios, los sociólo-gos expresan su convicción de que la ciencia es un caso espe-cial y de que las contradicciones y absurdos se les vendrían en-cima si ignoraran este hecho. Naturalmente, los filósofos estánsumamente dispuestos a alentar este acto de autoabnegación(por ejemplo Lakatos (1971), Popper (1966)).

UNTREF VIRTUAL | 25

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

* "The Strong Programme in the Sociology of Knowledge" apareció original-mente como el cap. 1 de Knowledge and Social Imagery, Routledge andKegan Paul, Londres, 1976. Esta editorial cedió los derechos para la presen-te versión castellana.

III. El Programa Fuerte en la Sociologia del Conocimiento*

Page 26: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

El propósito de este libro será combatir estos argumentos e in-hibiciones. Por esta razón, las discusiones que siguen, algunasveces, aunque no siempre, tendrán que ser metodológicas másque sustantivas. Pero espero que su efecto sea positivo. La metaes colocar armas en manos de aquéllos embarcados en un traba-jo constructivo para ayudarlos a atacar a sus críticos y escépticos.

Primero me referiré a lo que llamo un programa fuerte dentro dela sociología del conocimiento. Ello proporcionará el marco den-tro del cual se considerarán luego las objeciones en detalle. Da-do que los argumentos a priori están siempre envueltos en su-posiciones y actitudes subyacentes, será necesario traerlas a lasuperficie para ser examinadas asimismo. Este será el segundotema importante y es aquí donde empezarán a surgir hipótesissociológicas sustanciales en relación con nuestra concepciónde la ciencia. El tercer gran tema se referirá a lo que tal vez esel más difícil de todos los obstáculos a la sociología del conoci-miento, a saber, las matemáticas y la lógica. Quedará claro quelos problemas de principio involucrados no son, de hecho, inde-bidamente técnicos. Se indicará cómo se pueden estudiar estostemas de una manera sociológica.

El Programa Fuerte

El sociólogo se ocupa del conocimiento, incluyendo el conoci-miento científico, puramente como un fenómeno natural. Su defi-nición del conocimiento diferirá de la del hombre común o de ladel filósofo. En lugar de definirlo como una creencia verdadera,el conocimiento para el sociólogo es lo que los hombres tomancomo conocimiento. Consiste en aquellas creencias a las quelos hombres se aferran confiadamente y mediante las cuales vi-ven. En particular, el sociólogo se ocupará de las creencias quese dan por hecho o están institucionalizadas, o que grupos dehombres han dotado de autoridad. Desde luego, se debe distinguiral conocimiento de la mera creencia. Esto se puede hacer reser-vando la palabra 'conocimiento' para lo que se endosa colectiva-mente, dejando lo individual e idiosincrático como mera creencia.

Las ideas de los hombres en relación al funcionamiento delmundo han variado en gran medida. Esto es cierto en la ciencia

tanto como en otras áreas de la cultura. Tales variaciones con-stituyen el punto de partida de la sociología del conocimiento yrepresentan su problema principal. ¿Cuáles son las causas deesta variación, y cómo y por qué cambia? La sociología del co-nocimiento se enfoca sobre la distribución de la creencia y losdiversos factores que influyen sobre ella. Por ejemplo: ¿cómo setransmite el conocimiento; qué tan estable es; qué procesos en-tran en su creación y mantenimiento; cómo se organiza y cate-goriza en diferentes disciplinas o esferas?

Desde el punto de vista del sociólogo estos temas piden unainvestigación y explicación, y trataré de caracterizar el conoci-miento de una manera tal que esté de acuerdo con esta pers-pectiva. Sus ideas, por tanto, estarán en el mismo idioma causalque las de cualquier otro científico. Su preocupación consistiráen localizar las regularidades y principios generales o procesosque parecen funcionar dentro del campo de estos datos. Su me-ta será la construcción de teorías que expliquen dichas regulari-dades. Si estas teorías satisfacen los requerimientos de una ge-neralidad máxima tendrán que aplicarse tanto a las creencias ver-daderas como a las falsas y, en la medida de lo posible, el mismotipo de explicación se tendrá que aplicar en ambos casos. La metade la fisiología es explicar el organismo sano y el enfermo; la metade la mecánica es comprender las máquinas que funcionan y lasque no funcionan; los puentes que se sostienen así como los quese caen. De manera similar, el sociólogo busca teorías que expli-quen las creencias que existen de hecho, independientemente decómo las evalúe el investigador.

Algunos problemas típicos en esta área que ya han proporciona-do algunos descubrimientos interesantes pueden servir parailustrar este enfoque. Primero, se han hecho estudios de las co-nexiones entre la estructura social general de grupos y la formageneral de las cosmologías a Ias que se han suscrito. Los antro-pólogos han encontrado ciertas correlaciones sociales y lasposibles causas por las cuales los hombres tienen concepcionesdel mundo antropomórficas y mágicas distintas de una imperso-nal y naturalista (Douglas (1966 y 1970)). Segundo, se han he-cho estudios que han trazado las conexiones entre los desarro-llos económicos, técnicos e industriales y el contenido de lasteorías científicas. Por ejemplo, se ha estudiado con mucho

UNTREF VIRTUAL | 26

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 27: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

detalle el impacto de los desarrollos prácticos en la tecnologíahidráulica y de vapor sobre el contenido de las teorías termodi-námicas. El nexo causal no está a discusión (Kuhn (1959), Card-well (1971)). Tercero, existen amplias pruebas de que caracte-rísticas culturales que usualmente se consideran no científicasinfluyen en gran medida tanto sobre la creación como sobre laevaluación de teorías y descubrimientos científicos. Así, se hamostrado que las preocupaciones eugénicas subyacen en, y ex-plican, la creación de Francis Galton del concepto del coeficien-te de correlación dentro de la estadística. De nuevo, el punto devista político, social e ideológico general del genetista Batesonse ha usado para explicar su papel escéptico en la controversiaen relación a la teoría genética de la herencia (Coleman (1970),Cowan (1972)). Cuarto, la importancia que tienen los procesosde entrenamiento y socialización en el comportamiento de laciencia se documenta de una manera creciente. Los patronesde continuidad y discontinuidad, de aceptación y rechazo pare-cen ser explicables por recurso a estos procesos. Un ejemplointeresante de la manera en que un marco en relación a losrequerimientos de una disciplina científica influye sobre la eva-luación de un trabajo son las críticas de Lord Kelvin a la teoríade la evolución. Kelvin calculó la edad del sol considerándolocomo un cuerpo incandescente en proceso de enfriamiento.

Descubrió que se consumiría antes de que la evolución alcan-zara su estado observable actual. El mundo no es lo suficiente-mente viejo para permitir que la evolución termine su curso, demodo que la teoría de la evolución debe estar equivocada. Elsupuesto de la uniformidad geológica, con su promesa de am-plias fajas temporales, había sido violentamente retirado de lospies del biólogo. Los argumentos de Kelvin causaron conster-nación. Su autoridad era enorme y en la década de 1860 no eraposible refutarlos; se seguían, con un rigor convincente, de pre-misas físicas convincentes. Para la última década del siglo, losgeólogos se habían armado de valor para decirle a Kelvin quehabía cometido un error. Este valor recién adquirido no se debíaa ningún nuevo descubrimiento dramático; de hecho, no habíahabido ningún cambio real en la evidencia disponible. Lo queocurrió en el ínterin fue una consolidación general en la geolo-

gía en tanto que una disciplina con una cantidad creciente deobservaciones detalladas del record de los fósiles. Este creci-miento fue el que causó una variación en las evaluaciones de laprobabilidad y la posibilidad: Kelvin simplemente debe haberdejado algún factor vital pero desconocido fuera de considera-ción. Sólo mediante la comprensión de las fuentes nucleares deenergía solar se podía refutar su argumento. Los geólogos y losbiólogos no tenían un conocimiento previo de esto, simplementeno se habían esperado a una respuesta (Rudwick (1972), Burch-field (1975)). Este ejemplo sirve asimismo para hacer otra afir-mación en relación con los procesos sociales internos de laciencia, de modo que no se trata de confinar las considera-ciones sociológicas al funcionamiento de influencias externas.

Finalmente, se debe mencionar un estudio fascinante y contro-vertido de los físicos de la Alemania de Weimar. Forman (1971)usa sus comunicados académicos para mostrar que adoptan laLebenphilosophie dominante y anticientífica que los rodeaba.Arguye que "el movimiento para prescindir de la causalidad enla física, que surgió tan abruptamente y floreció tan lujosamenteen la Alemania posterior a 1918, era primariamente un esfuerzode los físicos alemanes por adaptar el contenido de su ciencia alos valores de su medio ambiente intelectual" (p. 7). El arrojo einterés de esta afirmación se deriva del lugar central de unaacausalidad en la moderna teoría cuántica.

Los enfoques que se han delineado sugieren que la sociologíadel conocimiento científico se debe adherir a los cuatro siguien-tes principios. De este modo encarnará los mismos valores quese dan por hecho en otras disciplinas científicas. Éstos son:

1. Debe ser causal, es decir, ocuparse de las condiciones quedan lugar a la creencia o los estados de conocimiento. Natural-mente, habrá otros tipos de causas aparte de las sociales quecontribuirán a dar lugar a una creencia.

2. Sería imparcial con respecto a la verdad y la falsedad, la ra-cionalidad y la irracionalidad, el éxito o el fracaso. Ambos ladosde estas dicotomías requerirán de explicaciones.

UNTREF VIRTUAL | 27

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 28: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

3. Sería simétrica en su estilo de explicación. Los mismos tiposde causa explicarían, digamos, creencias falsas y verdaderas.

4. Sería reflexiva. En principio sus patrones de explicación ten-drían que ser aplicables a la sociología misma. Como los reque-rimientos de la simetría, ésta es una respuesta a la necesidadde buscar explicaciones generales. Se trata de un requerimientoobvio de principio porque, de otro modo, la sociología sería unarefutación viva de sus propias teorías.

Estos cuatro principios, de causalidad, imparcialidad, simetría yreflexividad, definen lo que se llamará el programa fuerte en lasociología del conocimiento. De ningún modo son nuevos, perorepresentan una amalgama de los rasgos más optimistas ycuentistas que se encuentran en Durkheim (1938), Mannheim(1936) y Znaniecki (1968).

En la parte que sigue trataré de sostener la viabilidad de estosprincipios en contra de la crítica y los malentendidos. Lo que es-tá en juego es si se puede aspirar a un programa fuerte de unamanera plausible y consistente. Volvamos nuestra atención, portanto, a las principales objeciones a la sociología del conoci-miento para delinear la significación plena de los principios y paraver cómo se sostiene el programa fuerte en contra de la crítica.

La Autonomía del Conocimiento

Un conjunto importante de objeciones a la sociología del cono-cimiento se deriva de la convicción de que algunas creencias norequieren explicación, o no necesitan de una explicación causal.Este sentimiento es particularmente fuerte cuando las creenciasen cuestión se toman como verdaderas, racionales, científicas uobjetivas.

Cuando los hombres se comportan racional o lógicamente, re-sulta tentador afirmar que sus acciones se rigen por los requeri-mientos de la racionalidad o la lógica. Podría parecer que laexplicación de por qué un hombre llega a la conclusión a la quellega, a partir de un conjunto de premisas, reside en los princi-

pios mismos de la inferencia lógica. Parecería que la lógica con-stituye un conjunto de conexiones entre premisas y conclusio-nes y que las mentes humanas pueden trazar estas conexiones.Mientras sean razonables, parecería que las conexiones mis-mas ofrecen la mejor explicación de las creencias del ser querazona. A la manera de una locomotora sobre rieles, los rielesmismos dictan adónde irá. Es como si los hombres pudierantrascender el ir y venir sin dirección de la causalidad física y pon-erle un arnés, o subordinarla a estos principios y dejar que estosdeterminen sus pensamientos. Si esto es así, entonces no es elsociólogo o el psicólogo, sino el lógico quien proporcionará laparte más importante de la explicación de la creencia.

Desde luego, cuando los hombres cometen errores en sus razo-namientos, entonces la lógica misma no constituye una explica-ción. Un lapso o una desviación se pueden deber a la interferen-cia de toda una variedad de factores. Tal vez el razonamientosea demasiado difícil para la inteligencia limitada del que razo-na, tal vez es poco atento, o está demasiado involucrado emo-cionalmente en el tema a discusión. Así como cuando un tren sedescarrila, seguramente se podrá encontrar alguna causa parael accidente. Pero no tenemos ni necesitamos comisiones deinvestigación para averiguar por qué no ocurren los accidentes.

Argumentos como éste se han vuelto un lugar común en la filo-sofía analítica contemporánea. Así, en The Concept of Mind (1949),Ryle dice: "Que se permita que el psicólogo nos diga por quénos engañamos; pero nosotros nos podemos decir a nosotrosmismos y a él por qué no nos estamos engañando" (p. 308).Este enfoque se puede resumir en la afirmación de que nada ha-ce que la gente haga cosas que son correctas, pero que algohace, o causa, que se encaminen mal (cfr. Hamlyn (1969), Pe-ters (1958)).

La estructura general de estas explicaciones resalta claramente.Todas dividen al comportamiento o a la creencia en dos tipos:correcto e incorrecto, verdadero o falso, racional o irracional. Acontinuación aducen causas para explicar el lado negativo de ladivisión. Las causas explican el error, la limitación y la desvia-ción. El lado positivo de la división evaluativa es bastante dife- UNTREF VIRTUAL | 28

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 29: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

rente. Aquí, la lógica, la racionalidad y la verdad figuran como supropia explicación. Aquí no se necesita aducir causas.

Aplicados al campo de la actividad intelectual, estos puntos devista tienen el efecto de constituir un cuerpo de conocimiento enun reino autónomo. El comportamiento se explicará recurriendoa los procedimientos, resultados, métodos y máximas de la acti-vidad misma. Esto hace que la actividad intelectual convencio-nal y exitosa aparezca como autoexplicativa y autoimpulsada.Ella se convierte en su propia explicación. No se requiere habi-lidad alguna en sociología o psicología: solamente habilidad enla actividad intelectual misma.

Una versión actualmente de moda de esta posición se encuen-tra en la teoría de Lakatos (1971) en relación a cómo la historiade la ciencia debería de escribirse. Esta teoría estaba explícita-mente diseñada para que tuviera implicaciones, asimismo, parala sociología de la ciencia. El primer prerrequisito, dice Lakatos,es elegir una filosofía o metodología de la ciencia. Éstas son ex-plicaciones de lo que la ciencia debería de ser, y cuáles son lospasos racionales dentro de ella. La filosofía de la ciencia elegi-da se convierte en el marco de trabajo del cual depende todotrabajo subsiguiente de explicación. Con esta filosofía como guíadebería ser posible plantear la ciencia como un proceso queejemplifica sus principios y se desarrolla de acuerdo a sus en-señanzas. En la medida en la que esto se puede hacer, semuestra que la ciencia es racional a la luz de dicha filosofía. Latarea que consiste en mostrar que la ciencia encarna ciertosprincipios metodológicos, Lakatos la llama 'reconstrucción racio-nal' o 'historia interna'. Por ejemplo, una metodología inductivistatal vez subrayaría el surgimiento de teorías a partir de una acu-mulación de observaciones. Por tanto, se enfocaría sobre even-tos como el uso de Kepler de las observaciones de Tycho Braheal formular las leyes del movimiento planetario.

Nunca será posible, sin embargo, capturar toda la diversidad dela práctica científica efectiva por estos medios. Lakatos, por tan-to, insiste en que la historia interna necesita estar suplementadasiempre por una "historia externa". Ésta se ocupa del residuo irra-cional. Se trata de una cuestión que el historiador filosófico le

pasará al "historiador externo" o al sociólogo. Así, a partir de unpunto de vista inductivista, el papel de las creencias místicas deKepler en relación a la majestad del sol requerirían de una expli-cación no racional o externa.

Los puntos que se deben hacer notar en relación a este enfoqueson, primero, que la historia interna es autosuficiente y autónoma.Exhibir el carácter racional de un desarrollo científico es una expli-cación suficiente en sí misma de por qué los eventos tuvieron lu-gar. En segundo lugar, no sólo Ias reconstrucciones racionalesson autónomas; también tienen una prioridad importante sobre lahistoria externa o la sociología. Ésta meramente cierra la distan-cia entre la racionalidad y la actualidad. Esta tarea queda definidahasta que la historia externa haya cumplido la suya. Así:

la historia interna es primaria, la historia externa sólo secunda-ria, dado que los problemas más importantes de la historiaexterna se definen por la historia interna. La historia externa obien proporciona una explicación no racional de la velocidad, lo-calización, selectividad, etc., de los eventos históricos tal y comose les interpreta en términos de la historia interna, o bien, citan-do la historia difiere de su reconstrucción racional, ofrece unaexplicación empírica de por qué difiere. Pero el aspecto racionaldel crecimiento científico queda plenamente explicado por la ló-gica personal del descubrimiento científico (1971, p. 9).

Lakatos responde luego la pregunta de cómo decidir cual filoso-fía debe dictar los problemas de la historia externa o sociología.Desafortunadamente para el externalista, la respuesta represen-ta una humillación más. No sólo su función es derivativa; se obser-va ahora que la mejor filosofía de la ciencia, según Lakatos, es laque minimiza su papel. El progreso en la filosofía de la ciencia sedeberá medir por la cantidad de historia efectiva que se puedeexhibir como racional. En la medida en que la metodología direc-triz sea mejor, una mayor parte de la ciencia efectiva se salvaráde la indignidad de la explicación empírica. Al sociólogo lequeda una migaja de aliento a partir del hecho de que Lakatosse complace en conceder que siempre habrá algunos eventosirracionales en la ciencia que ninguna filosofía será capaz de, oestará dispuesta a, rescatar. Menciona, como ejemplos, episo- UNTREF VIRTUAL | 29

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 30: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

dios molestos de la intervención estalinista en la ciencia, talcomo el asunto Lysenko en la biología.

Sin embargo, estos refinamientos son menos importantes que laestructura general de la posición. No importa cómo se elijan losprincipios centrales de racionalidad, o cómo puedan cambiar. Elpunto central es que, una vez elegidos, los aspectos racionalesde la ciencia se sostienen como autoimpulsados y autoexplica-tivos. Las explicaciones empíricas o sociológicas se confinan alo irracional.

¿Qué puede querer decir que nada hace que la gente haga ocrea cosas que son racionales o correctas? ¿Por qué, en esecaso, ocurre dicho comportamiento? Qué promueve el funcio-namiento interno y correcto de una actividad intelectual si labúsqueda de las causas se considera apropiada sólo en el casode la irracionalidad o el error? La teoría que subyace tácitamen-te en estas ideas es una visión teleológica, o encaminada ametas, del conocimiento y la racionalidad.

Supongamos que la verdad, la racionalidad y la validez son lameta natural del hombre y la dirección de ciertas tendenciasnaturales con las cuales está dotado. El hombre es un animal ra-cional y naturalmente razona justamente y se aferra a la verdadcuando se le cruza en el camino. Las creencias que son clara-mente verdaderas no requieren de un comentario especial. Paraellas, su verdad es toda la explicación para decir por qué se creeen ellas. Por otro lado, este progreso autoimpulsado hacia laverdad puede estar obstaculizado o desviado, y en ese caso sedeben localizar causas naturales. Éstas darán cuenta de la igno-rancia, el error, el razonamiento confuso y cualquier impedimen-to al progreso científico.

Una teoría tal tiene mucho sentido dentro de lo que se ha escritoen esta área aun si parece improbable a primera vista poderimputarla a los pensadores contemporáneos. Parece inclusohaberse introducido en el pensamiento de Karl Mannheim. Pesea su determinación de establecer cánones causales y simétricosde explicación, le falló el valor cuando llegó a temas aparente-mente autónomos como Ias matemáticas y la ciencia natural.

Este fracaso queda expresado en pasajes como el siguiente, deIdeología y utopía:

Se puede considerar la determinación existencial del pensa-miento como un hecho demostrado en aquellas áreas del pen-samiento en donde podemos mostrar... que el proceso de cono-cer no se desarrolla de hecho históricamente de acuerdo a leyesinmanentes, que no se sigue sólo de la "naturaleza de las co-sas" o de las "posibilidades lógicas puras", y que no está impul-sado por una "dialéctica interna". Por el contrario, el surgimientoy la cristalización del pensamiento efectivo está influido en mu-chos puntos decisivos por factores extrateóricos del tipo másdiverso (1936, p. 239).

Aquí, las causas sociales se igualan con factores "extrateóri-cos". ¿Pero dónde deja esto al comportamiento conducido deacuerdo con la lógica interna de una teoría o regido por factoresteóricos? Es claro que está en peligro de quedar excluido de laexplicación sociológica dado que funciona como la línea básicapara localizar aquellas cosas que sí requieren de una explica-ción. Es como si Mannheim llegara a compartir los sentimientosexpresados en las citas de Ryle y Lakatos, y se dijera a sí mis-mo: "Cuando los hombres hacen lo que es lógico y proceden co-rrectamente, no se necesita decir nada más." Pero considerarciertos tipos de comportamiento como no problemáticos es ver-los como naturales. En este caso, lo que es natural es procedercorrectamente, es decir, vía, o hacia la verdad. De modo que aquítambién probablemente opera el modelo teleológico.

¿Cómo se relaciona este modelo del conocimiento con los prin-cipios del programa fuerte? Ciertamente, este modelo viola losprincipios en un número de formas graves. Prescinde de una orien-tación causal profunda.

Sólo se pueden localizar las causas del error. Así, la sociologíadel conocimiento se limita a la sociología del error. Además violalos requerimientos de simetría e imparcialidad. Se apela a unaevaluación previa de la verdad o la racionalidad de una creenciaantes de decidir si puede contar como autoexplicativa o si re-quiere de una teoría causal. No hay duda que si el modelo tele-ológico es verdadero, entonces el programa fuerte es falso.

UNTREF VIRTUAL | 30

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 31: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

Los modelos causales y teleológicos, entonces, representan al-ternativas programáticas que se excluyen entre sí. Ciertamente,se trata de posiciones metafísicas opuestas. Podría parecer quees necesario decidir desde el comienzo cuál es la verdadera.¿No depende acaso la sociología del conocimiento de que laposición teleológica sea falsa? ¿No se tiene entonces que deci-dir esto antes de que el programa fuerte se atreva a proceder?La respuesta es "no". Es más razonable ver las cosas del ladoopuesto. Es poco probable que puedan aducirse a priori basesdecisivas e independientes para probar la verdad o falsedad detales alternativas metafísicas. En el caso en el que se propon-gan objeciones y argumentos en contra de una de las dos teo-rías se verá que dependen de y que presuponen la otra, demodo que se cae en un círculo vicioso.

Todo lo que se puede hacer es verificar la consistencia internade las diferentes teorías y ver luego qué sucede cuando la in-vestigación y la teorización prácticas se basan en ellas. Si esposible decidir, sólo se podrá hacer después de que se hayanadoptado y usado, y no antes. Así, la sociología del conocimien-to no está obligada a eliminar una posición rival. Sólo tiene quesepararse de ella, rechazarla, y asegurarse de que su propioterreno está en un orden lógico.

Estas objeciones al programa fuerte no se basan, entonces, enla naturaleza intrínseca del conocimiento, sino solamente en elconocimiento considerado desde la posición del modelo teleo-lógico. Si se rechaza dicho modelo, con él se van todas sus dis-tinciones asociadas, así como las evaluaciones y las simetríasque lleva consigo. Sólo si el modelo tiene una pretensión únicaa la atención nos atarían sus patrones correspondientes deexplicación. Su mera existencia, así como el hecho de que algu-nos pensadores vean como natural el usarlo, no le otorgan lafuerza de una prueba.

En sus propios términos, el modelo teleológico es, sin duda, per-fectamente consistente y tal vez no haya razones lógicas por lascuales alguien deba preferir el enfoque causal a la posicióndirigida hacia los fines.

Existen, sin embargo, consideraciones metodológicas quepueden influir sobre una elección que se incline en favor del pro-grama fuerte.

Si se permite que la explicación gravite sobre evaluaciones pre-vias, entonces los procesos causales que se cree que operan enel mundo vendrán a reflejar el patrón de dichas evaluaciones.Los procesos causales sobrepasarán el patrón del error perci-bido, liberando la forma de la verdad y la racionalidad. La natu-raleza adoptará entonces una significación moral, apoyando yencarnando la verdad y lo correcto. Aquellos que apoyan sustendencias para ofrecer explicaciones asimétricas tendrán asítodas las oportunidades de representar como natural lo que danpor hecho. Se trata de una receta ideal para apartar la vista denuestra propia sociedad, valores y creencias y atender sólo a lasdesviaciones.

Se requiere de cuidado para no enfatizar demasiado este punto,porque el programa fuerte hace exactamente lo mismo en cier-tos sentidos. Se basa asimismo en valores, por ejemplo: el de-seo de una generalidad de un tipo especifico y de una concep-ción del mundo natural como moralmente vacía y natural.

Insiste asimismo en otorgar a la naturaleza un cierto papel conrespecto a la moralidad, aun cuando sea de un tipo negativo.Esto quiere decir que también representa como natural lo queda por hecho.

Lo que se puede decir, sin embargo, es que el programa fuerteposee un cierto tipo de neutralidad moral, a saber, el mismo tipoque hemos aprendido a asociar con todas las otras ciencias.También se impone a sí mismo la necesidad del mismo tipo degeneralidad que tienen las demás ciencias. Sería una traición aestos valores, al enfoque de la ciencia empírica, elegir adoptarla posición teleológica. Para algunos, éstas serían precisamentelas razones por las cuales se inclinarían a rechazar la causali-dad y a adoptar concepciones teleológicas asimétricas. Peroestos puntos aclaran las ramificaciones de la elección y exponenaquellos valores que habrán de informar el enfoque sobre el

UNTREF VIRTUAL | 31

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 32: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

conocimiento. A partir de este tipo de confrontación, entonces,la sociología del conocimiento puede proceder, si así lo desea,sin obstáculos.

El Argumento a Partir del Empirismo

La premisa que subyace en el modelo teleológico es que toda lacausalidad está asociada con el error o la limitación. Esto repre-senta una forma extrema de asimetría y por tanto representa laalternativa más radical al programa fuerte con su insistencia enestilos simétricos de explicación. Puede suceder, sin embargo,que se critique el programa fuerte desde un punto de vista me-nos extremo. En lugar de que se asocie toda la causalidad conel error, ¿no es más plausible decir que algunas causas danlugar a una creencia errónea en tanto que otras dan lugar a unacreencia verdadera? Si además se observa que ciertos tipos decausa están correlacionados simétricamente con la creenciafalsa y verdadera, respectivamente, entonces he aquí una basemás para rechazar la posición simétrica del programa fuerte.

Consideremos la siguiente teoría: las influencias sociales distor-sionan nuestras creencias en tanto que el uso irrestricto denuestras facultades de percepción y nuestro aparato sensomo-tor produce creencias verdaderas. Puede considerarse que es-tas alabanzas a la experiencia como una fuente del conocimien-to alientan al individuo a confiar en sus propios recursos físicosy psicológicos para llegar a conocer el mundo.

Se trata de una afirmación de fe en el poder de las capacidadesanimales del hombre para el conocimiento.

Si se les da libre curso a éstas, su operación natural, pero cau-sal, proporcionará un conocimiento verificado y probado en unainteracción práctica con el mundo. Si se aparta uno de este ca-mino, y confía en sus semejantes, entonces será uno presa dehistorias supersticiosas, mitos y especulaciones. En el mejor delos casos, estas historias serán creencias de segunda clasemás que conocimiento de primera mano. En el peor de los ca-sos, los motivos detrás de ellas serán corruptos, el producto dementirosos y tiranos.

No es difícil reconocer este cuadro. Se trata de una versión dela advertencia de Bacon para evitar los ídolos de la Tribu, el Mer-cado y el Teatro. Gran parte del empirismo estándar representauna afirmación refinada y rarificada de este enfoque sobre elconocimiento. Pese a que la moda actual entre los filósofos em-piristas es evitar la versión psicológica de su teoría, la visiónbásica no es demasiado diferente de la que bosquejamos arri-ba. Por tanto, me referiré a la teoría enunciada arriba, sin ma-yores matices, como empirismo.

Si el empirismo es correcto, entonces, una vez más, la sociolo-gía del conocimiento es la sociología del error, la creencia o laopinión, pero no del conocimiento en cuanto tal. Esta conclusiónno es tan extrema como la que se deriva a partir del modelo tele-ológico del conocimiento. Se resume en una división del trabajoentre el psicólogo y el sociólogo donde el primero se ocuparíadel conocimiento real, y el segundo del error. La empresa totalsería, no obstante, naturalista y causal. No se trata entonces, co-mo sucedía en el modelo teleológico, de enfrentarse a una elec-ción entre una perspectiva científica y una posición que encarnevalores asaz diferentes. Aquí, la batalla se debe lidiar completa-mente dentro del terreno de la ciencia. ¿Esta concepción empi-rista del conocimiento ha establecido correctamente los límitesentre la verdad y el error?

Existen dos limitaciones en el empirismo que sugieren que no loha hecho.

Primero, sería equivocado suponer que los funcionamientos nat-urales de los recursos animales del hombre siempre producenconocimiento. Producen una mezcla de conocimiento y error conigual naturalidad, y mediante la operación de una causa del mis-mo tipo. Por ejemplo, un nivel medio de ansiedad a menudo in-crementará el aprendizaje y el desempeño adecuado de unatarea comparado con un nivel muy bajo, pero el desempeño ba-jará de nuevo si el nivel de ansiedad sube demasiado. En tantoque un fenómeno de laboratorio, el punto es bastante general.Un cierto nivel de hambre facilitará la retención de informaciónde un animal en relación a su medio ambiente, así como sucedeen el aprendizaje de una rata en un laberinto de laboratorio paraobtener comida. Un nivel demasiado alto de hambre muy bien

UNTREF VIRTUAL | 32

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 33: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

puede producir un aprendizaje urgente y exitoso de dónde seencuentra la comida, pero reducirá la habilidad natural paraencontrar claves que sean irrelevantes para la central preocu-pación presente. Estos ejemplos sugieren que diferentes condi-ciones causales ciertamente se pueden asociar con diferentespatrones de creencias verdaderas y falsas. Sin embargo, nomuestran que diferentes tipos de causas se correlacionen deuna manera simple con creencias falsas o verdaderas. En parti-cular, muestran que es incorrecto poner todas las causas psi-cológicas de un lado de esta ecuación, como si naturalmentecondujeran a la verdad.

Sin duda esta limitación puede corregirse. Tal vez lo que mues-tran los contraejemplos es que los mecanismos psicológicos deaprendizaje tienen una disposición óptima de funcionamiento yque producen equivocaciones cuando se salen de foco. Se pue-de insistir que cuando están dentro de foco tienen un potencialpara producir un conocimiento que no tiene ninguna otra fuente.Se puede aceptar esta revisión de la doctrina porque existe unaobjeción mucho más importante que se debe considerar.

El punto crucial en relación al empirismo es su carácter individ-ualista. Aquellos aspectos del conocimiento que cada hombreposee y que se debe dar a sí mismo pueden explicarse adecua-damente mediante este tipo de modelo. ¿Pero qué tanto del co-nocimiento del hombre, y qué tanto de su ciencia se construyepor el individuo confiando simplemente en la interacción entre elmundo y sus capacidades animales?

Probablemente muy poco. La pregunta importante es la siguien-te: ¿qué análisis se debe hacer con lo restante? Es plausibledecir que el enfoque psicológico deja de lado el componentesocial del conocimiento.

De hecho, ¿no sucede que la experiencia individual tiene lugardentro del marco de suposiciones, estándares, propósitos y sig-nificados compartidos? La sociedad proporciona a la mente delindividuo estas cosas y la provee asimismo de las condicionesmediante las cuales pueden sostenerse y reforzarse. Si la com-prensión del individuo de ellas falsea, existen agentes listos

para recordárselo: si su visión del mundo empieza a desviarse,existen mecanismos que estimularán a la realineación. Las ne-cesidades de comunicación ayudan a sostener patrones colec-tivos de pensamiento en la psique individual. Así como existe laexperiencia sensorial individual del mundo natural, hay, enton-ces, algo que apunta más allá de dicha experiencia, que le daun marco de referencia y una significación más amplia. Com-pleta el sentido del individuo de lo que es la Realidad general,aquello de lo cual su experiencia es experiencia.

El conocimiento de una sociedad designa, no tanto la experien-cia sensorial de sus miembros individuales, o la suma de lo quese puede llamar su conocimiento animal. Se trata, más bien, desu visión o visiones colectivas de la Realidad. Así, el conoci-miento de nuestra cultura, tal y como la representa nuestra cien-cia, no es un conocimiento de una realidad que cualquier indivi-duo pueda experimentar o aprender por sí mismo. Esto es lo quenuestras teorías mejor probadas y nuestros pensamientos másinformados nos dicen, pese a lo que digan las apariencias. Setrata de una historia tejida a partir de las sugerencias y vislum-bres que creemos nos ofrecen nuestros experimentos. El cono-cimiento, entonces, se iguala mejor con la Cultura que con laExperiencia.

Si se acepta esta designación de la palabra 'conocimiento', en-tonces la distinción entre la verdad y el error no es la misma quela distinción entre la experiencia individual (óptima) y la influen-cia social. Se vuelve, más bien, una distinción dentro de la amal-gama de experiencias y creencias socialmente mediadas queconstituyen el contenido de una cultura. Se trata de una discri-minación entre mezclas rivales de experiencia y creencia. Losmismos dos ingredientes tienen lugar en creencias verdaderas yfalsas, y así, el camino queda abierto para estilos simétricos deexplicación que invoquen los mismos tipos de causa.

Una manera de explicar este punto, que puede ayudar a sureconocimiento y aceptación, es decir que lo que contamos co-mo conocimiento científico es, en gran medida, 'teórico'. En granmedida se trata de una visión teórica del mundo, la que, en cual-quier momento dado, puede decirse que conocen los científicos. UNTREF VIRTUAL | 33

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 34: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

En gran medida los científicos deben acudir a sus teorías cuan-do se les pregunta qué nos pueden decir acerca del mundo.Pero las teorías y el conocimiento teórico no son cosas que seden en nuestra experiencia. Son lo que dan significado a laexperiencia al ofrecer una historia sobre lo que subyace, conec-ta y da cuenta de ello. Esto no quiere decir que la teoría noresponda a la experiencia. Si responde, pero no se da a la parcon la experiencia que ella explica, así como tampoco se apoyaúnicamente en ella. Se requiere de otro agente aparte del mun-do físico que guíe y apoye este componente del conocimiento.El componente teórico del conocimiento es un componente so-cial, y es una parte necesaria de la verdad, no un signo de unmero error.

Hasta este momento se han discutido dos fuentes importantesque se oponen a la sociología del conocimiento, y ambas hansido rechazadas. El modelo teleológico ciertamente era unaalternativa radical al programa fuerte, pero no existe la menorobligación de aceptarlo. La teoría empirista es implausible entanto que una descripción de lo que los hombres consideran dehecho como su conocimiento. Provee algunos de sus ladrillos,pero calla en relación a los diseños de los edificios que los hom-bres construyen con ellos. El siguiente paso será relacionar estasdos posiciones con lo que tal vez es la mas típica de las objecio-nes a la sociología del conocimiento. Ésta consiste en afirmar quese trata de una forma de relativismo que se autorrefuta.

El Argumento de la Aulorrefulación

Si las creencias de alguien son totalmente causadas y hay enellas necesariamente un componente proporcionado por la so-ciedad, entonces les ha parecido a numerosos críticos que es-tas creencias están condenadas a ser falsas. Cualquier concien-zuda teoría sociológica de las creencias parece haber caído asíen una trampa. Porque, ¿no tiene que admitir el sociólogo quesus propios pensamientos están determinados y, en parte, inclu-so socialmente determinados? No debe, por tanto, admitir quesus propios supuestos son falsos en proporción a la fuerza dedicha determinación? El resultado parece ser que ninguna teo-

ría sociológica puede ser general en su alcance, o bien se sumer-girá reflexivamente en el error. La sociología del conocimiento es,así, falsa, o debe hacer excepciones con las investigaciones cien-tíficas u objetivas, y por tanto debe confinarse a la sociología delerror. No puede haber una sociología del conocimiento autocon-sistente, causal y general, especialmente cuando se trata del co-nocimiento científico.

Se puede ver de inmediato que este argumento depende de unade las dos concepciones del conocimiento discutidas anterior-mente, a saber, el modelo teleológico o una forma de empirismoindividualista. La conclusión se sigue si, y sólo si, primero seaceptan dichas teorías. Esto sucede porque el argumento tienecomo premisa la idea central de que la causación implica error,desviación o limitación. Esta premisa puede darse en la formaextrema de que cualquier causación implica error, o en su formamás débil, que sólo la causación social implica un error. Una yotra son cruciales para el argumento.

Estas premisas han sido responsables de una plétora de ata-ques débiles y mal argumentados a la sociología del conoci-miento. La mayoría de los ataques han fallado en hacer explíci-tas las premisas sobre las que descansan. Si lo hubieran hecho,sus debilidades hubieran quedado expuestas más fácilmente.Su fuerza aparente se ha derivado del hecho de que su basereal estaba oculta o simplemente no se conocía. He aquí unejemplo de una de las mejores formas de este argumento queaclaran la posición de la cual se derivan.

Grünwald, un crítico temprano de Mannheim, es explícito en suafirmación de la suposición de que la determinación social tien-de a llevar a un pensador al error. En la introducción a los Ensa-yos sobre la sociología del conocimiento de Mannheim (1952)se cita a Grünwald en los siguientes términos: "es imposiblehacer una afirmación significativa en relación con la determi-nación social de las ideas sin tener un punto arquimídico más alláde cualquier determinación social..." (p. 29). Grünwald extrae laconclusión de que cualquier teoría, como la de Mannheim, quesugiere que todo pensamiento está sujeto a una determinaciónsocial, debe refutarse a sí misma. Así: "No se necesita un argu- UNTREF VIRTUAL | 34

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 35: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

mento largo para mostrar más allá de cualquier duda que estaversión del sociologismo, asimismo, es una forma de escepticis-mo y, por tanto, se refuta a sí misma. Porque la tesis de que todopensamiento está determinado existencialmente y no puedepretender ser cierto, pretende ser cierta" (p. 29).

Ésta sería una objeción convincente en contra de cualquierteoría que afirmara de hecho que la determinación existencialimplica tina falsedad. Pero esta premisa debe ser atacada comolo que es: una suposición gratuita y una demanda no realista. Siel conocimiento depende de un punto de vista fuera de la so-ciedad, y si la verdad depende de salirse del nexo causal de lasrelaciones sociales, entonces podemos darlos por perdidos.

Este argumento adopta una variedad de formas diferentes. Unaversión típica consiste en observar que la investigación en lacausa de la creencia se ofrece al mundo como correcta y obje-tiva. Por tanto, dice el argumento, el sociólogo supone que elconocimiento objetivo es posible, de modo que no todas lascreencias pueden estar determinadas socialmente. En las pa-labras del historiador Lovejoy (1940): "Incluso ellos, entonces,presuponen limitaciones o excepciones posibles a sus genera-lizaciones en el acto mismo de defenderlas" (p. 18). Se dice quelas limitaciones que los "relativistas sociológicos" necesaria-mente presuponen están diseñadas para dar lugar a criterios deverdad factual e inferencia válida. De modo que también estaobjeción depende de la premisa de que la verdad factual y lainferencia válida serían violadas por las creencias que están de-terminadas, o que al menos están determinadas socialmente.

Debido a que estos argumentos han sido tan dados por hecho,su formulación se ha abreviado y vuelto de rutina. Ahora se pre-sentan en versiones condensadas tales como la siguiente, queda Bottomore (1956): "Porque si todas Ias proposiciones estándeterminadas existencialmente y ninguna proposición es abso-lutamente verdadera, entonces esta misma proposición, si esverdadera, no es absolutamente verdadera, sino que está deter-minada existencialmente" (p..52).

La premisa de que la causación implica un error, sobre la cualdescansan estos argumentos, ha sido expuesta y rechazada.Los argumentos, por tanto, pueden ser abandonados junto conella. El que una creencia sea juzgada como verdadera o falsa notiene nada que ver con si tiene o no una causa.

El Argumento Del Conocimiento Futuro

El determinismo social y el determinismo histórico son ideas es-trechamente relacionadas. Aquellos que creen que existen leyesque rigen los procesos sociales y las sociedades se preguntaránsi también existen leyes que rigen la sucesión y el desarrollohistórico. Creer que las ideas están determinadas por el mediosocial no es sino una forma de creer que son, en algún sentido,relativas a la posición histórica del actor.

Por ende, no sorprende que la sociología del conocimiento hayasido criticada por aquellos que creen que la idea misma de lasleyes históricas se basa en el error y la confusión. Un crítico deesa tendencia es Karl Popper (1960). El propósito de esta sec-ción será refutar dichas críticas en la medida en la que puedenaplicarse a la sociología del conocimiento.

La razón por la cual se sostiene que la búsqueda de leyes estáequivocada es que, si se las encontrara, implicarían la posibili-dad de predicción. Una sociología que proporcionara leyes po-dría permitir la predicción, de creencias futuras. En principiopodría parecer posible saber cómo sería la física del futuro en lamisma medida en la que es posible predecir estados futuros deun sistema mecánico. Si se conocen las leyes de los mecanis-mos junto con un conocimiento de su posición inicial, y las ma-sas y fuerzas de sus partes, entonces todas las posicionesfuturas podrían predecirse.

La objeción de Popper a esta ambición es parcialmente informaly parcialmente formal. Observa, informalmente, que el compor-tamiento humano y la sociedad simplemente no proporcionan elmismo espectáculo de ciclos repetitivos de eventos como lohacen algunas porciones limitadas del mundo natural. UNTREF VIRTUAL | 35

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 36: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

De modo que las predicciones a largo plazo difícilmente sonrealistas. Hasta aquí, se puede aceptar.

El centro del argumento, sin embargo, es un punto lógico enrelación con la naturaleza del conocimiento. Es imposible, dicePopper, predecir el conocimiento futuro. La razón es que cual-quier predicción de ese tipo se limitaría al descubrimiento deese conocimiento. La manera en que los hombres se comportandepende de lo que saben, de modo que el comportamiento enel futuro dependerá de este conocimiento impredecible y esto,asimismo, será impredecible. Este argumento parece dependerde una propiedad particular del conocimiento y resultar en unabrecha entre las ciencias naturales y las ciencias sociales en lamedida en la que se atreven a considerar al hombre como unser cognoscente. Sugiere que las aspiraciones del programafuerte con su búsqueda de causas y leyes está mal encamina-da y que se requiere de algo más modestamente empírico. Talvez la sociología se debería restringir nuevamente a no más queuna crónica de errores o un catálogo de circunstancias externasque ayudan u obstaculizan la ciencia.

De hecho el punto que Popper propone es correcto, si bien tri-vial y, si se le entiende bien, sirve meramente para enfatizar lassimilitudes más que Ias diferencias entre las ciencias sociales ylas naturales. Considérese el siguiente argumento que va exac-tamente en la misma línea que el de Popper, pero que, de sercorrecto, probaría que el mundo físico es impredecible. Estopondrá nuestras facultades críticas en acción. El argumento esel siguiente: es imposible hacer predicciones en la física que uti-licen o se refieran a procesos físicos de los cuales no tenemosningún conocimiento. Pero el curso del mundo físico dependeráen parte de la operación de estos factores desconocidos. Portanto, el mundo físico es impredecible.

Naturalmente, surgirá la objeción de que todo lo que esto pruebaes que nuestras predicciones a menudo serán incorrectas, y noque la naturaleza es impredecible. Nuestras predicciones estaránfalsificadas en la medida en la que no tomen en cuenta hechosrelevantes que no sabíamos que estuvieran involucrados.

Exactamente la misma objeción se puede hacer al argumentoen contra de las leyes históricas. Realmente, Popper ofrece unargumento inductivo basado en nuestro record de ignorancia yfracasos. Todo lo que apunta es que nuestras predicciones his-tóricas y sociológicas usualmente serán falsas. CorrectamentePopper localiza la razón de ello. Consiste en que las accionesfuturas de los hombres a menudo serán contingentes de los ob-jetos que conocerán, pero que no conocemos ahora, y las cua-les, por tanto, no tomamos en cuenta al hacer la predicción. Laconclusión correcta que se debe extraer de las ciencias socia-les es que difícilmente tendremos mucho éxito haciendo predic-ciones en relación al comportamiento y las creencias de otros amenos que sepamos siquiera tanto como ellos sobre su situa-ción. No hay nada en el argumento que deba desalentar al so-ciólogo del conocimiento de desarrollar teorías conjeturales conbase en estudios de casos empíricos e históricos y probarlas através de otros estudios. El conocimiento limitado y el ampliocampo para el error aseguran que dichas predicciones serán ensu mayoría falsas. Por otro lado, el hecho de que la vida socialdependa de la regularidad y el orden da base para esperar quealgún tipo de progreso será posible. Vale la pena recordar que elpropio Popper considera la ciencia como una revisión incesantede conjeturas rechazadas. Dado que su posición no intentaba, yno lo ha logrado, intimidar a los científicos naturales, no hayrazón por la cual deba aparecer bajo esta luz cuando se aplicaa las ciencias sociales -pese al hecho de que Popper eligió pre-sentarla de esta manera.

Pero la objeción debe ser respondida aún: ¿no es cierto que elmundo social nos presenta meras tendencias y no la auténticaregularidad legal del mundo natural? Las tendencias, desde lue-go, son médanos meramente contingentes y superficiales másque necesidades confiables dentro de los fenómenos. La res-puesta es que la distinción es espuria. Tomemos los planetasorbitales, que son usualmente los símbolos de la ley más que dela tendencia. El sistema solar es una mera tendencia física.Persiste porque nada lo perturba. Hubo un tiempo en el que noexistía y es fácil imaginar cómo se le puede perturbar: un grancuerpo gravitatorio podría pasar cerca de él, o el sol podría

UNTREF VIRTUAL | 36

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 37: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

explotar. Las leyes básicas de la naturaleza no requieren que losplanetas se muevan en elipses. Sucede que giran alrededor delsol debido a sus condiciones de origen y formación. Podrían se-guir obedeciendo la misma ley de atracción y sus trayectoriasser muy diferentes. No: la superficie empírica del mundo naturalestá dominada por tendencias. Estas tendencias se desvanecenen virtud de un tejido subyacente de leyes, condiciones y con-tingencias. Nuestra comprensión científica trata de entresacaraquellas leyes que, como solemos decir, están 'detrás' de los es-tados observables de las cosas. La falla del contraste entre losmundos natural y social del que depende la objeción reside enque no compara manzanas con manzanas. Compara las leyesque subyacen en las tendencias físicas con la superficie pura-mente empírica de las tendencias sociales.

Es interesante que la palabra 'planeta' originalmente significaba"vagabundo". Los planetas atrajeron la atención precisamenteporque no se conformaban a las tendencias generales visiblesen el cielo nocturno.

El estudio histórico de la astronomía de Kuhn, "The CopernicanRevolution" (1957), registra la dificultad que existe para encon-trar regularidades bajo las tendencias. El que existan o no leyessociales subyacentes es un problema para una investigaciónempírica, no para un debate filosófico. ¿Quién sabe cuáles fenó-menos sociales errantes, sin objetivos, se convertirán en símbo-los de una regularidad legal? Las leyes que surgen pueden noregir tendencias históricas masivas, porque muy probablementeéstas son complejas mezclas como el resto de la naturaleza.Los aspectos legaliformes del mundo social que se ocuparán delos factores y procesos que se combinan para producir efectosobservables empíricamente. El brillante estudio antropológicode Mary Douglas "Natural Symbols" (1973) muestra el aspectoque dichas leyes podrían tener.

Los datos están incompletos, sus teorías se siguen desarrollan-do, como todas las obras científicas es provisional, pero sepueden vislumbrar algunos patrones.

Con el objeto de bajar la discusión sobre las leyes y prediccio-nes a la tierra, podría ser útil concluir con un ejemplo. Mostraráel tipo de ley que el sociólogo de la ciencia busca en realidad.Ayudará asimismo a aclarar la terminología abstracta de 'ley' y'teoría' que ha tenido poca aplicación práctica en la conducta, yasea de la sociología o de la historia de la ciencia.

La búsqueda de leyes y teorías en la sociología de la ciencia esabsolutamente idéntica en su procedimiento al de cualquier otraciencia. Esto quiere decir que se encontrarán los siguientes pa-sos. La investigación empírica localizará los eventos típicos yrecurrentes. Una investigación tal puede en sí misma haber sidoestimulada por una teoría anterior, la violación de una expecta-tiva tácita o de necesidades prácticas.

Entonces se debe inventar una teoría para explicar la regulari-dad empírica. Ésta formulará un principio general o invocará unmodelo que dé cuenta de los hechos. Al hacerlo, proporcionaráun lenguaje con el cual se pueda hablar y afinar la percepciónde los hechos mismos. El ámbito de la regularidad se puede vermás claramente una vez que se ha intentado una explicación desu primera formulación vaga. La teoría o el modelo puede, porejemplo, explicar no sólo por qué ocurre la regularidad empírica,sino también por qué, algunas veces, no ocurre. Puede actuarcomo una guía de las condiciones de las que depende la regu-laridad y, por ende, las causas de la desviación y variación. Lateoría, por tanto, puede estimular investigaciones empíricas másrefinadas que a su vez probablemente requerirán de trabajoteórico ulterior: el rechazo de la teoría anterior o su modificacióny elaboración.

Todos estos pasos se pueden observar en el siguiente caso. Amenudo se ha notado que las disputas de prioridad en relacióncon descubrimientos son una característica común de la ciencia.Hubo una famosa disputa de si fue Newton o Leibniz el que in-ventó el cálculo; hubo amargura en la disputa en relación al des-cubrimiento de la conservación de la energía; Cavendish, Watt yLavoisier estuvieron involucrados en la discusión sobre la com-

UNTREF VIRTUAL | 37

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 38: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

posición química del agua; biólogos como Pasteur, médicos co-mo Lister, matemáticos cono Gauss, físicos como Faraday yDavy se han imbricado en disputas de prioridad. Una genera-lización aproximadamente verdadera se puede formular de lasiguiente manera: los descubrimientos estimulan las disputas enrelación a la prioridad.

Es posible hacer de lado esta observación empírica y declarar-la irrelevante para la verdadera naturaleza de la ciencia. La cien-cia en cuanto tal, se puede decir, se desarrolla de acuerdo a lalógica interna de la investigación científica y estas disputas sonmeros lapsos, meras intrusiones psicológicas en los procedi-mientos racionales. Sin embargo, un enfoque mucho más natu-ralista simplemente tomaría los hechos como son e inventaríauna teoría para explicarlos. Una teoría que se ha propuestoexplicar las disputas de prioridades considera que la cienciaopera mediante un sistema de intercambio. Las "contribuciones"se intercambian por el "reconocimiento" y el status -de ahí todasesas leyes epónimas como la Ley de Boyle y la Ley de Ohm. Da-do que el reconocimiento es importante y escaso, habrá peleaspara obtenerlo, de ahí las disputas de prioridades (Merton (1957),Storer (1966)). Surge entonces la pregunta de por qué no es ob-vio quién ha hecho una contribución particular: ¿por qué es po-sible que la cuestión se convierta en un tema de discusión?Parte de la respuesta reside en la dependencia de la ciencia delconocimiento publicado y compartido, de modo que, a menudo,varios científicos se encuentran en la posición de dar pasos se-mejantes. La carrera será cerrada entre aquellos que casi seigualan. Pero, en segundo lugar, y de manera más importante,está el hecho de que los descubrimientos implican algo más quedescubrimientos empíricos. Implican cuestiones de interpreta-ción y reinterpretación teórica. El significado cambiante de losresultados empíricos ofrece ricas oportunidades para malenten-didos y malas descripciones.

El descubrimiento del oxígeno ilustrará estas complejidades(Toulmin (1957)). A Priestley se le ha dado frecuentemente elcrédito del descubrimiento del oxígeno, pero él no veía la cues-tión de esa manera. Para él el nuevo gas que había aislado eraaire deflogisticizado. Se trataba de una sustancia íntimamente

conectada con los procesos de combustión concebidos en tér-minos de la teoría del flogisto. Fue necesario que esa teoríafuera rechazada y sustituida por la explicación de Lavoisier de lacombustión para que los científicos se vieran ellos mismos tra-bajando con un gas llamado oxígeno. Los componentes teóricosde la ciencia son los que dan a los hombres los términos en losque ven sus propias acciones y las de los demás.

De ahí que las descripciones de las acciones que están involu-cradas en la imputación de un descubrimiento sean precisa-mente las que se vuelven problemáticas cuando tienen lugardescubrimientos importantes.

Ahora debería ser posible ofrecer una explicación de por qué al-gunos descubrimientos tienen una tendencia menor a crear dispu-tas de prioridad que otros. Se puede refinar la generalizaciónempírica original. Este refinamiento, sin embargo, no será una li-mitación simple o arbitraria dentro del marco de la generalización.

Más bien, adoptará la forma de una discriminación entre dife-rentes tipos de descubrimientos estimulada por las reflexionesanteriores sobre la teoría del intercambio. Esto permite una afir-mación mejorada de la ley empírica: en momentos de cambiosteóricos los descubrimientos promueven disputas de prioridad;no así aquellos que ocurren en épocas de estabilidad teórica.

Naturalmente, el asunto no se queda aquí. Primero, se debe ve-rificar la versión refinada de la ley para ver si es plausible empíri-camente. Esto, desde luego, significa verificar una predicción enrelación a las creencias y comportamiento de los científicos. Ensegundo lugar, es necesario desarrollar otra teoría para darlesentido a la nueva ley. No hay necesidad de entrar en más deta-lles, si bien se puede hacer notar que ya se ha formulado unateoría que se ocupe de esta tarea. La ofrece T.S. Kuhn en suartículo "The Historical Structure of Scientific Discovery" (1962a)y en su libro The Structure of Scientific Revolutions (1962b). Enun capítulo posterior se ampliará esta visión de la ciencia.

Por el momento no importa si el modelo de intercambio, o laexplicación de Kuhn de la ciencia, son correctas. Lo que está en UNTREF VIRTUAL | 38

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval

Page 39: La Explicación II. El Problema Del Conocimiento* Social

juego es la manera general en la que se relacionan, interaccionany se desarrollan los descubrimientos empíricos y los modelos teó-ricos. Lo que importa es que, en este caso, funcionan de la mismamanera en que lo hacen dentro de cualquier otra ciencia.

UNTREF VIRTUAL | 39

La ExplicaciónSocial delConocimiento

Compilación eIntroducción de León Olivé

Traducciones deAdriana Sandoval