la gestación de un territorio o de cómo se teje la convivencia

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1 XII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC) Pensamiento crítico latinoamericano y los desafíos de la contemporaneidad Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP, Lima, 6,7 y 8 de agosto 2014 GT 15: Comunicación y Ciudad La gestación de un territorio o de cómo se teje la convivencia Eduardo Álvarez Pedrosian Universidad de la República y SNI-ANII, Uruguay [email protected] Resumen: En este ensayo, se pretende poner en consideración una serie de problemati- zaciones a partir de una investigación de corte etnográfico en dos emplazamientos mon- tevideanos donde está en marcha un plan de intervención socio-habitacional, orientado a sectores en situación crítica en relación al hábitat. Nos centramos en uno de estos casos para conocer y pensar desde el ejercicio de la etnografía, cómo es que se crean nuevos territorios en estas situaciones intensas, por su emergencia y radicalidad en la modifica- ción material y poblacional. Nuestro tema central es un tipo de territorio en concreto dentro de este panorama, el que se corresponde con lo público. A partir de ello propo- nemos una reflexión sobre la noción de espacio público, su abordaje y conceptualiza- ción, intentando disolver la esencialización que se ha generado a su alrededor, buscando lo que está en juego más allá de dicotomías subsidiarias de esta simplificación, como puede ser la dialéctica de lo público y lo privado, de la sociedad y el individuo. Anali- zando la comunicación desde las dinámicas de producción de subjetividad, resulta por demás significativo plantearse la generación de nuevos territorios de lo público donde el habitar y la espacialidad sean las claves de análisis, y gracias a ello podamos considerar, más que tipos de propiedad, el espacio-tiempo de lo que constituye o no un hogar, en sus diferentes escalas y dimensiones.

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comunicación y ciudad; antropología; teoría del habitar; etnografía urbana.

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XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 1 XII Congreso de la Asociacin Latinoamericanade Investigadores de la Comunicacin (ALAIC) Pensamiento crtico latinoamericano y los desafos de la contemporaneidad Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicacin de la PUCP,Lima, 6,7 y 8 de agosto 2014 GT 15: Comunicacin y Ciudad La gestacin de un territorioo de cmo se teje la convivencia Eduardo lvarez Pedrosian Universidad de la Repblica y SNI-ANII, Uruguay [email protected] Resumen: En este ensayo, se pretende poner en consideracin una serie de problemati-zaciones a partir de una investigacin de corte etnogrfico en dos emplazamientos mon-tevideanos donde est en marcha un plan de intervencin socio-habitacional, orientado a sectores en situacin crtica en relacin al hbitat. Nos centramos en uno de estos casos para conocer y pensar desde el ejercicio de la etnografa, cmo es que se crean nuevos territorios en estas situaciones intensas, por su emergencia y radicalidad en la modifica-cin material y poblacional. Nuestro tema central es un tipo de territorio en concreto dentro de este panorama, el que se corresponde con lo pblico. A partir de ello propo-nemos una reflexin sobre la nocin de espacio pblico, su abordaje y conceptualiza-cin, intentando disolver la esencializacin que se ha generado a su alrededor, buscando lo que est en juego ms all de dicotomas subsidiarias de esta simplificacin, como puede ser la dialctica de lo pblico y lo privado, de la sociedad y el individuo. Anali-zando la comunicacin desde las dinmicas de produccin de subjetividad, resulta por dems significativo plantearse la generacin de nuevos territorios de lo pblico donde el habitar y la espacialidad sean las claves de anlisis, y gracias a ello podamos considerar, ms que tipos de propiedad, el espacio-tiempo de lo que constituye o no un hogar, en sus diferentes escalas y dimensiones. XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 2 1 Habitar un territorio en construcci n Este artculo se inscribe en una investigacin de carcter etnogrfico y de mayor envergadura sobre el diseo y construccin de nuevos habitares1, en el contexto de la implementacin de un plan socio-habitacional a partir de la asuncin por ley de la exis-tencia de una situacin de emergencia en sectores de gran vulnerabilidad social en el Uruguay contemporneo (Poder Legislativo de la ROU, 2011). La cuestin central que en esta ocasin pretendemos abordar, podra enunciarse as: de qu forma se lleva a cabo el proceso de creacin de nuevos habitares? En esta situacin en la que nos sumer-gimos, se est llevando a cabo la transformacin de la materialidad, segn diseos que estnsiendogeneradoscomopartedelproceso,segndinmicaspolticasyepiste-molgicas donde se ponen en juego diferentes saberes y campos en conexin. Y en el fondo, implica que aquello mismo que consideramos como habitar, se pone en discu-sin, abrindose como problemtica ms que cerrndose como supuesto incuestionable, marco terico como an se sigue denominando. La teora previa al ejercicio de investigacin, es necesariamente puesta en duda, al mismo tiempo que sirve de lanzadera o pista de despegue para la exploracin. Pero ni siquiera ella es algo acabado, concluido, y el hecho de que al establecer un comienzo de investigacin lo anterior aparezca como algo cerrado es un gran error. Tomamos, por tanto, un conjunto de herramientas conceptuales para usarlas, y ellas mismas estn, en diferentes sentidos e intensidades, ms o menos cristalizadas. Los problemas en torno a los procesos de subjetivacin, en tanto el estudio de las formas de ser a partir de haceres y prcticas singulares y singularizantes, puede enfocarse en las espacio-temporalidades y las maneras de estar-en-el-mundo, de habitarlo. Las formas de habitar, como los pro-cesos de subjetivacin en general, van ms all e incluyen a los procesos de diferencia-cin entre un adentro y un afuera, al estilo de espacio pblico y privado, construcciones como individuo, sujeto y sociedad (lvarez Pedrosian, 2011). En este caso nos interesa traer cuestiones quehacen a aqulespacio pblico, nuevamente bajo una profunda discusin que atae a cuestiones por dems relevantes en la contemporaneidad. Deja-mos como problemtica abierta su conceptualizacin. Lo primero que haremos es des- 1 Esta investigacin se lleva a cabo desde 2013 en el contexto del Pos-Doctorado en Antropologa, dentro del Colectivo Artes, Saberes y Antropologa, bajo la coordinacin de la Dra. Fernanda Aras Peixoto, Departamento de Antropologa, Facultad de Filosofa, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de So Paulo (FFLCH-USP), Brasil. XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 3 componer la asociacin, para desustancializar el espacio y lo pblico al mismo tiempo, procurando no disolver la relacin, sino ms bien explorar su naturaleza lo ms posible, inclusive teniendo en cuenta su inexistencia. Volveremos a ello en cada momento del anlisis y en la sntesis final. Lo que ahora parece imponerse, es la necesidad de delimi-tar la dimensin de estudio, aunque implica hacerlo rizomticamente. Un tipo de orden de intensidades, un territorio, es lo que aparece como reali-dad abordada. Sus fronteras son tanto materiales como inmateriales, y en relaciones no unvocas. Lo que pasa dentro de un hogar, es tan social como todo lo dems. Pero hay umbrales, niveles, dimensiones diferenciadas, donde los factores presentes cambian de escala y de naturaleza al mismo tiempo, llegando a ser considerados de una forma que no es la misma siempre. Con todos estos recaudos, podemos plantearnos ese territorio a ser analizado, que hace a los espacio-tiempos que ningn habitante considera como ex-clusivamente propios, y de los que algunos se interesan ms que otros, aunque su im-pacto en todos es incuestionable. Esto es particularmente relevante en estos casos, como los de un Plan en marcha, sobre la aceptacin de la existencia de una crisis socio-habitacional en las poblaciones en las que pretende actuar. Es comprensible el por qu, pues ms all de la crtica sobre laideadeunanaturalezadelopblico,seencuentralocolectivo,lainterytrans-subjetividad, desde donde se comprende que cualquier configuracin subjetiva es resul-tado de estas dinmicas transversales y ms o menos holsticas. Un territorio es una con-figuracin espacio-temporal que adquiere el carcter de hbitat para cierto tipo de enti-dades que lo pueblan. Esto se da a partir de la constitucin de ordenamientos gracias a lneasdesegmentaridad(comoladualidadpblico-privadojustamente),micro-devenires de desterritorializacin relativa, donde son posibles las transformaciones de-ntro de lo existente, y las lneas de fuga, ya de desterritorializacin absoluta (Deleuze y Guattari, 1997: 319). Las relaciones entre estas tipos de lneas, fuerzas o dinmicas de construccin y deconstruccin (del caos, terrestres y csmicas respectivamente), son por dems mlti-ples. Otra forma de concebirlas es como las del umbral del caos al territorio, la organi-zacin del mismo en infra-agenciamientos, y la salida hacia otros territorios, los inter-agenciamientos. Pero la pregunta es: puede suceder que se generen territorios sin una de ellas?, se tratara de un territorio o de otro tipo de entidad espacio-temporal, y por tanto, generadora de cierto tipo de procesos de subjetivacin de otra ndole? Mucho de lo que acontece en nuestro entorno en gestacin, tiene que ver con esta composicin y XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 4 diseo de lo territorial. Experimentado a veces, desde ciertos sentidos, segn algunas subjetividades, como una zona que est conformndose incluso como un nuevo barrio contodaslasconnotacionesqueestaconfiguracinenparticularposee(Gravano, 2003) y que aqu no podemos exponer, pero en permanente asedio por fuerzas contra-rias a su conformacin. Hay territorio desde el momento en que hay expresividad de ritmo (Deleuze y Guattari, 1997: 321). La comunicacin, entendida como expresividad, en la senda del planteo de Spinoza ms que en la representacin cartesiana (Sfez, 1995), aparece como condicin primordial en tal sentido. Medios y ritmos son tomados como materiales de expresin (Guattari, 1996). Como sucede con el color de los peces y pjaros, los colo-res de las viviendas pasan de ser meros resultados de funciones directas a expresar, co-mo una marca, una firma, no de un sujeto sino de una morada. Siguiendo el anlisis de Deleuze y Guattari, las cualidades expresivas son anteriores a la propiedad o pose-sin, ellas generan la apropiacin y no a la inversa, pues constituyen un haber ms pro-fundo que elser (Deleuzey Guattari, 1997: 322). Luego, lafirma devieneestilo, cuando ya supera las funciones o impulsos inmediatos. Toda una micropoltica se lleva a cabo en esta dimensin de intensidades y fuerzas ms o menos en tensin, en distan-cia crtica, no medida sino rtmica, del fluir de los elementos: habitantes, objetos, etc. Cuando esto no es posible, no hay juego de diferencias en conexin, y el territorio pue-de reducirse al propio cuerpo individual, o como hemos constatado en diversos contex-tos de investigacin, la diferencia entre lo urbano y lo arquitectnico, entre las escalas de la ciudad y la vivienda se difuminan, siendo la habitacin dentro de una vivienda todo lo que puede ser habitado de forma plena. Ciertamente, es preciso que se d una suerte de descodificacin en relacin a losotrosterritoriosparaquedeallaparezcaunoconsuspropiassingularidades,la gnesis de un nuevo espacio-tiempo cclicamente enlazado a unatierra determinada. Un territorio es algo tanto cerrado como abierto, es un problema de consistencia, de heterclitos, coexistencia y sucesin, en los tres niveles, escalas o dimensiones (Deleuze y Guattari, 1997: 334). XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 5 2 De al l ado, de abajo y de ms all Quizs podamos comprender las distintas formas de habitar que se encuentran convocadas una vez se genera, gracias a la implementacin del Plan, una nueva realidad con habitantes procedentes de otros territorios, a partir de tres tipos especficos de fami-lias correspondientes a distintas fases de la historia de la zona. Si bien pueden existir otras trayectorias, consideramos que son muy significativas para elaborar una tipologa fuerte que ponga en contraste la heterognesis existente, la cual no necesariamente de-nota una fragmentacin social, cultural y espacial, y por tanto un espacio de lo pblico inexistente o tan solo enunciado como un deber ser inalcanzable, aunque es innegable la condicin general de un interiorismo posmoderno para el cual el exterior es sinnimo de peligro (Mndez Rubio, 2009: 81). Esta situacin, que efectivamente se termina dan-do en nuestra zona de estudio, depende de otros factores adems de estos que nos in-forman sobre las procedencias y emergencias de los habitares involucrados en las confi-guraciones antropolgicas de los residentes hasta el momento. Pero, sin duda, es una forma de comenzar a esbozar la cartografa de estos fenmenos difcil de evadir, ya que constituye una de las fuentes principales de elementos a tener en cuenta. Un primer grupo de habitantes, aparece identificado por ellos mismos y por el restocomoloscorrespondientesaotroPlananterior,elderegularizacindeasenta-mientos (PIAI), que se puso en obra hace en algo as como diez aos. Antes de eso, la caada lo era todo. De all viene su control, la definicin de la senda doble a ambos la-dos de la canalizacin de la misma, los primeros trazos del ordenamiento territorial en XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 6 general. Las viviendas que pertenecen a tal fase conforman una serie continua, ubicadas hacia el lado de la avenida (que ms bien es un afluente de una ruta nacional), en la en-trada de la zona en tal sentido, una sobre la acera norte, mientras los primeros servicios educativos,sanitariosycomunitariosengeneralfueronconstruidosenfrente.Estos equipamientos pasaron a ser para todos, y no es de extraar que estos se consideren los primeros habitantes del barrio. Una de las vecinas nos narra el proceso de conforma-cin de la zona a partir de su historia de vida, as como describe y evala la forma de habitar de su familia y de los vecinos prximos. Proviene de barrios consolidados de la zona oeste de Montevideo, de gran tradicin obrera y de sectores populares. Sus padres fueron trasladndose hasta llegar a la zona inmediatamente vecina, un pequeo comple-jo de cabaas de tipo cooperativo. Desde all, viviendo con su compaero en una pequea casilla al fondo del pre-dio de sus padres, era partcipe junto a futuros habitantes y vecinos, tcnicos y autorida-des municipales y estatales, de la generacin del nuevo entorno modificando la caada existente. Durante el duro temporal de 2004, pudo apreciar cmo volaban las techos y otros elementos, guardando una sensacin de que ese nuevo paradero, contiguo, el de su futura vivienda, era an un pramo. Trayendo los patrones de vida urbana, en especial el referido al de casas independientes yuxtapuestas ms o menos en una retcula de calles, aspira hasta la actualidad a encontrar una va para que el nuevo territorio se aproxime a tal configuracin. Fuerte es la distincin entre el espacio que considera propio, portn adentro, y el resto, que no es definido como pblico, por no haber alcanzado las cuali-dades necesarias para ello. El agua de la caada la amenaza cuando hay fuertes lluvias, el sonido de msica y la cercana de grandes perros la invaden por uno de los costados, pero no cesa en los intentos por organizar a los vecinos. Una explosin de color expresa, fuertemente, esta condicin de viviendasyhabitares, que segnnosfuenarrado, co-menz en esa casa, pasando el gesto a ser rpidamente imitado. XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 7 Un segundo grupo est constituido por algunos de los primeros beneficiarios del Plan Juntos, no de forma exclusiva pero s en mayor medida. Esta zona es para nosotros por dems importante, porque fue en ella, y quizs en otra ms, donde comenz a ope-rar. Varios de los habitantes que pertenecen a este grupo (identificado como grupo 1 en la jerga local y en la administrativa), llegan al ser realojados de un asentamiento irre-gular, ubicado en los escombros de unas instalaciones industriales a un par de kilme-tros de all, en la desembocadura del arroyo Pantanoso en la baha de Montevideo, al ingresar al Cerro. Una de estas vecinas, nos narra que el Plan en su totalidad comienza a andar a partir de la trgica muerte de uno de sus hijos, aplastado por parte de las ruinas industriales en las que vivan y en las cuales sus habitantes y otros que llegaban hasta all,ibanextrayendomaterialesentrelosescombros, factiblesdeservendidoscomo chatarra y residuos reciclables. La vida en aqul asentamiento (an en pie, en sus derivaciones ms distantes del acceso a la trama urbana), era completamente diferente a la que vienen construyendo en la nueva zona, nuestro territorio en obra. Una suerte de adopcin del estilo antes seala-do pareci marcar la llegada e incorporacin al lugar. Las viviendas, con otra tipologa, se plegaron a la explosin de colores intensos pasteles, dialogando en un mismo estilo con las anteriores. Es en este sentido que, como hemos planteado anteriormente, se es-boza un territorio, o mejor dicho, una territorializacin. Cuando aplicamosla tcnica XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 8 grfica dela cartografa con esta vecina, para que nos representara amboslugares,a escala de vivienda y a la media de la zona, opt por ir ms all, dibujando lo que consi-deraba idneo para expresar lo que nosotros solicitbamos.En tal sentido, una suerte de planta de un laberinto monocromtico de lneas y algunasfiguraspocodefinidascorrespondanasuexperienciadelasentamiento,que inclua el cono del portal de la industria de origen an en pie, y donde se sealaba el sitio aproximado donde su hijo haba fallecido. Por el contrario, no una planta sino la fachada era la imagen de la nueva vivienda, con sus ritmos de aberturas, celosamente defendido frente a posiblesmodificaciones enla marcha del Plan segn nos narr,y compartido con otro par de viviendas contiguas, una de la familia de una de sus hijas, y la otra de la familia de una vecina y amiga de dicho asentamiento, con la que empren-dieron la aventura del Plan. Frente a la insistencia de parte del etngrafo acerca de la escala media de la zona, apareci la planta, y esta era de una regularidad (lneas parale-lasy cruces perpendiculares) por dems contrastantes alindefinidoy catico asenta-miento de procedencia. Un tercer tipo de habitares lo identificamos a partir de la experiencia de una fa-miliaqueintegraeldenominadogrupo2delosbeneficiariosdelPlanJuntosall. Existe un tercero, que comparte caractersticas muy similares con este, y se distingue del anterior, pero de todas formas an no hemos llegado a ahondar en l. De todos mo-XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 9 dos, en los trminos de este anlisis, lo relevante es que existen otros habitantes que comparten las caractersticas de procedencia principalmente con los del primer grupo, pues han habitado en asentamientos irregulares hasta el momento, en zonas de la perife-ria urbana similares, aunque no necesariamente sobre restos industriales. Pues bien, el caso de esta familia es el de aquellas que provienen de un medio ms que nada rural, en la misma gran zona del departamento montevideano, inclusive ms all de los lmites sub-urbanos instituidos en la normativa urbanstica vigente. No es momento aqu de profundizar en las caractersticas de la ciudad, el depar-tamento y el rea Metropolitana de Montevideo, tan solo anotaremos la importancia de habernos encontrado con otro universo en relacin a lo se caracteriza como la mancha urbana. De todas formas, la vivienda de procedencia de esta familia se encontraba poco retirada de un camino, el cual presenta una nueva escala para el contexto local, en una mezcla de lo rural y lo urbano como estilos de vida y configuracin espacio-temporal especficamente. A lo largo del camino y ya fuera de las tramas existentes, se disponen puntualmente servicios y viviendas, en su mayora pequeas casas de campo, de ms de un siglo, en este caso para el capataz o quien cuidara de las hectreas de tierra. Dentro de una suerte de desproporcin, fuera de foco o escala experiencial, sintieron la necesi-dad de limitar su territorio familiar dentro de las dos hectreas de campo. Una traza le-ve, en el pasto verde, rodea la vivienda, y es la huella de la solucin encontrada en su momento.Lasuperficiecorrespondientefueobjetodedilogosconlospropietarios, para intentar comprarla, algo que no fue posible frente a dificultades econmicas y la aparicin de interesados por todo el predio. No era de extraar que la vivienda se encontrara en una situacin muy delicada, habitada por una familia que era ms que nuclear, extendindose a otras generaciones y otros lazos y relaciones sociales. Varias fueron las intervenciones que tuvieron que lle-var a cabo, como trasplantar con sus manos una puerta, integrando el bao al resto del interior de la casa (y el mismo temporal del 2004 antes mencionado, es especialmente recordado en tal sentido). Su entrada en el Plan Juntos es vivida con una alegra enorme, participando activamente de las tareas de construccin, organizacin colectiva y otras tareas relativas al componte social de inclusin del Plan, y su vivienda est en construc-cin dentro del conjunto de las que estn en marcha para esta segunda ola organizada de nuevos habitantes. Pues bien, uno de los aspectos ms significativos para la pareja era la cuestin de lo que implicara volver a vivir con vecinos al lado, y sin los horizontes re-lativamente vastos tal como estaban acostumbrados. De todas formas, la zona est sien-XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 10 dotransformadaporemprendimientosindustrialesdemedianaescala,comosucede hacia otro de los bordes de la mancha urbana en otra direccin, con lo cual aquellos horizontes ya no son los mismos. 3 Espacios y pblicos Plantebamos al comienzo de la primera seccin de este artculo, que la cuestin medular era la de acceder a un conocimiento de la forma en que se crean nuevos habita-res y pensar sobre ello. En un segundo paso, para poder realizar esto, decidimos focali-zarnos en la territorialidad presente, y ms an en concreto, en aquella suerte de territo-rio de lo pblico (lvarez Pedrosian, Del Castillo, Lamoglie, et. al., 2014) que pode-mos delinear. Diferente, creemos, hubiera sido partir de la idea de la existencia de un espacio pblico como algo dado. Las dos sendas que corren paralelas a ambos lados de la caada canalizada por algo as como doscientos metros, perpendicularmente a la avenida que es ms un camino hacia una ruta, disponen, con sus esquinas, del espacio que es considerado propiedad de la comuna, y contiene objetos que son de entidades XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 11 estatales, como los postes del cableado elctrico. Este espacio, por dems habitado (ni-os jugando en algunas horas, recicladores de basura con sus carros, y ahora obreros y tcnicos del Plan), es el que se plantea, desde diferentes perspectivas, como aqul terri-torio de lo pblico antes referido. Para eso necesitamos, decamos, descomponer la articulacin invisible entre es-pacios y pblicos, lo que en seguida nos habilita la proliferacin en ambos trminos, existiendo espacios y pblicos mltiples. Es una forma de darlo vuelta como una me-dia, en el sentido de invertir completamente la pregunta. Esto es necesario, para noso-tros, si queremos conocer entonces las vicisitudes que se experimentan en la misma ge-neracin de ambientes para la vida (Ingold, 2012), de comunicacin en el sentido de procesos de transversalizacin que dinamizanmediosy ritmos enla composicin de territorios. Ladinmicadeterritorializacinnecesitadelostreselementos,nivelesco-presentes, o tipos de procesos de composicin que Deleuze y Guattari (1997) caracteri-zaban como de segmentaridad, micro-devenires y fuga. Cada elemento de los tres de-pende de los otros dos, por supuesto, pero no dejar de ser diferentes. Parece que estamos ante una situacin donde el territorio no ha terminado de cuajar, de alcanzar una consis-tencia relativa como para poder plantear que existe, por lo menos en los trminos en que cada uno de los tres tipos de habitares descritos en la seccin anterior lo consideran. Plantearemos una serie de cuestiones especficas, que son indicios de lo que puede estar sucediendo. Un primer fenmeno es la explosin de color, que se localiza claramente en la seccin donde se ubicanlasviviendas delaintervencin del PIAI,lasms antiguas, actualmente llegando a una dcada de construidas. Al poco tiempo de la habilitacin del barrio Amanecer, como bautizaron los involucrados al pequeo emprendimiento co-lonizador, se prendi una chispa y muchos terminaron pintando las superficies exterio-res de las viviendas. Colores que van del verde al bord, incluyendo blancos, emergie-ron rpidamente. Un primer componente territorial, la emisin en trminos comunica-cionales, hacia un entorno indefinido, sinfronteras entre dentro yfuera, pero ya con cierta abstraccin que permite divisar un estilo, el segundo de los tipos de dinmicas de la creacin de territorios.Este gesto lleg rpidamente a las viviendas del primer grupo del Plan Juntos ubicadas ms cercanas, las de los habitantes beneficiarios que llevan all ms tiempo, y junto a otros factores sociales y polticos hacen de su pequeo segmento continuo en la XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 12 otra acera una extensin, en cierta manera, de aqul barrio originario. Otras viviendas posteriores, que ya se han construido, fueron pintadas con colores cercanos, aunque no del mismo tono, adems de que la tipologa (de una sola planta y no de dos, como las anteriores) hace la diferencia. Lo que an se encuentra en obra, una gran parte del lugar, est en etapa de levantado de paredes, terminaciones de aberturas y dems. La estampa de ese paisaje de colores se concentra en una seccin vecina a la conexin de la faja de sendas y caada canalizada con la avenida, que se comporta ms como una carretera secundaria, a pocos cientos de metros de una encrucijada de rutas nacionales. Una segunda dinmica es la del manejo de las aberturas y cerramientos de las viviendas y predios de carcter privado ya habitados, con este espacio abierto en cons-truccin. Habamos planteado, siguiendo a Deleuze y Guattari (1997) en la sntesis de perspectivas con las que conceptualizan al territorio, que existe una micropoltica en lo que sera una dimensin de intensidades y fuerzas ms o menos en tensin, una distan-cia crtica (Deleuze y Guattari, 1997: 325). Una forma de hallar una salida a la esencia-lizacin en la forma de pensar sobre los fenmenos antropolgicos, a veces, puede venir por el lado de la articulacin entre lo etolgico (ecolgico) y lo semitico. Esto mismo lo estudi con bastante detalle Hall en su proxmica (1994), en una articulacin inter-disciplinaria conocida como la Escuela de Palo Alto, en conexin con los trabajos de Bateson (1991), Goffman (2004) y otros, en torno a un concepcin mltiple y expresiva XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 13 de comunicacin (Winkin, 1994). Y est presente ya en la anterior Escuela de Chica-go, en los contextos disciplinares de la antropologa, la sociologa y la psicologa social (Wirth, 2005; Valladares, 2005), as como en el pragmatismo filosfico de comienzos del siglo XX. Lascuestionesrelativasalestudiodelacomunicacinenelllamadoespacio pblico, en aquellos espacios donde existen espacialidades regladas a travs de forma-ciones modlicas sobre un magma de lo imaginario donde se va fraguando la subjetivi-dad, encuentra en ellos alternativas interesantes. En este caso, la dimensin terrestre del territorio, enlos trminos deDeleuzeyGuattari (1997) que venimossiguiendo, est presente en mltiples aspectos. Uno de los ms relevantes tiene que ver con la plyade de tamices y filtros (Doberti y Giordano, 2006), de formas de resolver los lmites entre lo que termina siendo el mbito dentro del cual el habitante se considera dueo de su destino cotidiano, lo privado, y el que est ms all, constituyendo lo que hay que atra-vesar cada vez para entrar y salir, y tambin es merecedor de atencin y preocupacin por eso mismo, pero est liberado a fuerzas mucho ms vastas, lo pblico: Lo privado es lo que no se muestra al exterior, lo que se esconde, lo opaco, lo que no deja de ser la variable cultural de la necesidad de ocultarse que la etologa registra en el reino ani-mal. (Delgado, 2007: 30-31). Quizs a esto convengallamarlo intimidadms que privacidad, y se puede hacer en diferentes escalas cualitativamente variables: solo, en pareja, en grupo, segn masas o multitudes. Ciertamente, siguiendo nuestro estudio et-nogrfico, todo comienza desde un punto de vista lgico y composicional, en el trazado de ambas sendas paralelas al canalizado, en tanto cada lnea de frente de fachadas y sue-lo de balastro, aspira a ser una calle, el entre-dos que mediara: entre a grande praa annima e o lar domstico. (Agier, 2011: 188). La aparicin de los diferentes tipos de enrejados desde la concentracin de vi-viendas construidas en el marco del PIAI, el barrio Amanecer, da cuenta de una tipo de solucin, as como los considerables muros de bloques y los portones en el pequeo grupo de habitantes del primer contingente del Plan Juntos. Y las razones, desde sus puntos de vista, tienen que ver con los de fuera, de otros territorios, aquellos que dispa-ran con armas de fuego y viven del delito. Relatos sobre copamientos efectuados por pequeos grupos armados, con la presencia de nios pequeos, en pocas festivas, en una de esas nuevas y tan amadas viviendas, sobresalta el corazn de cualquiera. Como hemos visto, los habitares son diferentes, proceden de trayectos histricos singulares, y ahoraseencuentrantodoscompartiendoterritorio, o teniendoquecrearunterritorio XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 14 comn, en el sentido de propio de todos (Martn-Barbero, 2010: 46). Y aquello en lo que hay encuentro es en la heterogeneidad, en la diferenciacin. Las acciones en el Plan socio-habitacional y del anterior de regularizacin de asentamientos, llevan apare-jado una intensa modificacin de la vida de todos los habitantes, envueltos en procesos que buscan la participacin y gestin democrtica de la experiencia compartida entre habitantes y tcnicos. Pasar de sbditos a ciudadanos (Carrera, 2009), para los lati-noamericanos, no es tarea fcil, y esto puede correr para diferentes contextos culturales y sociales, subjetividades que se conciben tan ajenas unas de otras por cuestiones de clase y etnia principalmente. Como planteamos en el primer aspecto a considerar, es esta dinmica de los mi-cro-devenires, de la consistencia en lo cotidiano de lo vincular, lo que aparece como problemtico. Pero no es menos cierto que todo esto se encuentra en pleno proceso de transformacin radical, es decir, actuando en la materialidad, con obras que an estn en marcha, y que necesariamente se tiene que desplegar un juego de tamices y filtros, un estriaje del espacio (Deleuze y Guattari, 1997: 481-509), composicin que lo singulari-ce. Es inevitable que estos componentes liminares e intersticiales sean asociados de al-guna forma a actos considerados como violentos desde alguna perspectiva o posicin en el entramado social, incluso para los mismos que los plantean: [] lo pblico consiste en mantener siempre los espacios vacos en los cuales el sujeto pueda estarlo recreando []. (Sanmiguel, 2005: 23). En una jornada de embellecimiento que tuvo lugar hace unos aos, se mont lo que existe en este territorio de lo pblico sin ser las columnas de la empresa de electricidad pblica, el armado que entuba la caadita central, y poco ms. Se haban plantado algunas flores y quizs algn otro elemento verde, pero desapareci al poco tiempo. Mientras que la estructura de madera pintada, que constituye una suerte de es-cultura en homenaje a Alfredo Mones Quintela, nombre de la avenida que vendra a ser la estructura lineal de sendas paralelas de balastro y el canalizado en medio, no slo sigue en pie, sino que es uno de los elementos ms significativos. Y quizs, lo es ms en relacin a los otros territorios, al afuera, a lo que ms bien es una va de circulacin, un flujo urbano y suburbano que permite ir y venir. Parece ser un prtico, al estilo del que existe en una de las zonas de residencia de la poblacin de mayores ingresos de todo el Uruguay, pero revolucionario, tradicionalmente contra-hegemnico.La obra artesanal homenajea en parte a travs de la mimesis y gracias a la aso-ciacin de la lucha de los sectores ms desfavorecidos con el movimiento de caeros de XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 15 Bella Unin, emblemtico en la historia de la izquierda uruguaya, a travs de esa suerte de alegres caas de azcar con el nombre del ingeniero agrnomo que logr introducir su cultivo en el pas. No todos los habitantes se encuentran en el mismo espectro polti-co, y tienen otras interpretaciones de lo que son sus propios vecinos, en algunos casos, a pesar de todo. Pero la escultura colectiva, casera, hecha entre varios tipos de participan-tes (habitantes, profesionales de la municipalidad, del plan habitacional, etc.) persiste, y cobra nuevas funciones como elemento de un hbitat urbano en gestacin.En una de las jornadas de trabajo de campo, nos encontramos con un cartel, co-mo puede verse en la fotografa siguiente. La prctica de colgar pancartas de este tipo ha venido conformndose como algo habitual en todo Montevideo, y quizs tambin se da en algunas otras ciudades del Uruguay. Es un tipo de apropiacin de lo pblico muy interesante. Hay una exposicin hacia los otros, donde se informa de algn suceso (por lo general el paso de la niez a la adultez de alguna adolescente, o la obtencin de algn ttulo universitario tambin por parte de alguna joven), el cual es a la vez de principal relevancia para la homenajeada y su entorno de vnculos ms cercanos. Esta interven-cin espacial poda observarse de frente, desde fuera del territorio, haciendo uso de la estructura de madera que es soporte de un acto creativo colectivo, en algo ms que una simple superposicin de estratos de significacin. XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 16 4 Conclusi ones Sigue siendo muy difcil trabajar sobre la comunicacin en el espacio pblico, por el grado y tipo de esencializaciones puestas all en juego. Una de las ms relevantes, nos parece, es la que asocia espacio pblico con sociedad, pues se trata de algo muy peligroso. Sabemos que existe una historia que da cuenta de lo contrario, gracias a estu-dios emblemticos sobre la ciudad moderna (Benjamin, 2005), anlisis que ponen de manifiesto desde la transicin hacia el siglo XX europeo la ambigedad de lo citadino como lo cercano ms ajeno (Simmel, 2005), una forma de vida con gran carga de extra-amiento.Laheterogeneidadymultiplicidadseadueanypotencianalasciudades cosmopolitas un siglo despus (Lie, 2009), y es un asunto que adopta diferentes confi-guraciones,apartirdetodaslasformasdediferenciacinydiversificacinposible (Low, Taplin, Scheld, 2005). Es mucha carga para una categora tener que dar cuenta de lo que pasa con aque-llas grandes dimensiones como lo social, que constituye un gran supuesto dado por sentado en disciplinas y campos de saberes de las ciencias humanas y sociales. Adems, la cuestin es otra: aquellas ideas que aparecen como potentes nociones intocadas (al estilo del primer Kuhn en la teora de los paradigmas), son problemticas, en el sentido crtico de asuntos en discusin, en exploracin, para nada cerrados. Lo cierto es que las transformaciones promovidas por lo que en general ha sido asociado al individualismo, generado y exportado desde las sociedades urbanas occiden-tales del ltimo siglo, la precarizacin existencial y el vaciamiento o deflacin ontolgi-ca de las culturas y formas de vida que las habitan, encuentra en los territorios conside-rados como de lo pblico, el emergente por excelencia. El peligro es mayor cuando po-demos reconocer que entre las concepciones que efectivamente operan sobre prcticas de eliminacin de estos espacios y las buenas intenciones de pensarlos como una sus-tancialosocialcomocuerpollenoderganos:organizadoyestructuradocomoun todo (Deleuzey Guattari, 1997: 155-171) no haymucha diferencia. Ciertamente un plano de inmanencia de un tipo de subjetividad ha sido creado, desde la polis griega a la ciudad moderna y sus diversas mutaciones contemporneas, el cual est siendo alterado y por tanto, modifica lo que somos nosotros mismos en tanto habitantes. Como la individualizacin/masificacin no cubre ninguna totalidad, es entendi-ble que existan espacialidades emergentes entre las ruinas y despojos de aquellos mbi-XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 17 tos de encuentro, as como otras que siguen sus propias derivas a pesar y de diferentes formas transformadas al pasar por lo masivo, y luego de la pulverizacin del espacio pblico bajo polticas neoliberales (Wollrad, 1999: 17). El problema es la intervencin al estilo del parque temtico (Sorkin, 2004), de maquetacin y control a travs de un diseo miniaturizado y que pretende ser omnipresente. Nuestro caso parece mostrar lo diametralmente opuesto, algo bastante caracters-tico de la ciudad latinoamericana. Aqu nos encontramos con el mismo problema, para pensar y actuar en consecuencia y generar esos mbitos o entornos para que se produz-can y potencien los encuentros. Los sujetos en cuestin, producen y son producidos por una instancia espacio-temporal donde se configura el otro generalizado, habilitando el juego de lo cotidiano en ese espacio llamado pblico (G. H. Mead en Delgado, 1999: 14). No es una esencia, se trata de algo muy contingente e intempestivo, acontecimien-tos productivos que desencadenan o no ciertos tipos de procesos, si se dan, y de cierta manera. Interesante es retomar la nocin de lo urbano formulada por Hiernaux (2006): el cruce de lo fortuito, lo aleatorio y lo fugaz, como esta disposicin existencial. Si no se trata de individuos que se relacionan externamente a s mismos en una dimensin de puras lneas y cruces, una intersubjetividad estandarizada, qu ms hay? La misma produccin de subjetividad, que incluye la singularizacin en sujetos particu-lares, irrepetibles, que la crean y recrean, es decir, el plano de inmanencia. Habitar en alemn, en una de las acepciones gticas que nos trae Heidegger (1994) en su exgesis, est ligado alestar satisfecho (en paz), para nada considerado como algo pasivoy desprovisto de conflicto, pero s preservado de dao y amenaza [] cuidado. Un su-jeto pasa a ser quien mora en ese all y de esa manera, cmo se experiencia ese perma-necer (Heidegger, 1994: 130). Un hogar es eso, y sin dudas ms all del criterio estn-dar de compartir un domicilio (Netting, Wilk y Arnould, 1984: xxvi-xvviii). Es tanto unacuestinquehacealaviviendacomoalentornocercano,a todalaciudadola aglomeracin urbana, a una regin, al planeta y ms tambin. XII Congreso Asociacin Latinoamericana de Investigadores de la Comunicacin (ALAIC), PUCP, Lima 2014 La gestacin de un territorio o de cmo se teje la convivenciaEduardo lvarez Pedrosian 18 Bibli ografa AGIER, Michel. Antropologia da cidade. Lugares, situaes, movimentos. So Paulo: Terceiro Nome, 2011. LVAREZ PEDROSIAN, Eduardo. El afuera en el adentro. Esttica, nomadismo y multiplicidades. Montevideo: Liccom-Udelar, 2011. LVAREZ PEDROSIAN, Eduardo. DEL CASTILLO, Alina. LAMOGLIE, Graciela. Et. Al. Laboratorio observatorio del hbitat urbano. Abordaje crtico desde el proyec-to de arquitectura de la nocin de hbitat en la produccin de ciudad contempornea. En: Actas electrnicas del Seminario Desafos territoriales contemporneos, Montevi-deo: Instituto de Teora y Urbanismo, Farq-Udelar, 2014. BATESON, Gregory. Pasos hacia una ecologa de la mente. 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