la historia me absolvera - revistadelauniversidad.unam.mx · miserables, cuanto impúdicas...
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UNiVERSIDAD J)}( 'MExicb
Por Fidel CASTRO
Fidel Castro y SI,lS seguidores, libres <lespués de dos años de prisión
LA HISTORIA ME En aquella primera sesión se me llamóa declarar y fui sometido a interrogatoriodurante dos horas, contestando las preguntas del señor Fiscal y los veinte abogados de la defensa. Puede probar concifras exactas y datos irrebatibles las cantidades de dinero invertido, la forma enque se habían obtenido y las armas quelogramos reunir. No tenía nada que ocultar, porque en realidad todo había sidologrado con sacrificios sin precedentes ennuestras contiendas republicanas. Habléde los propósitos que nos inspiraban enla lucha y del comportamiento humanoy generoso que en todo momento mantuvimos con nuestros adversarios. Si pudecumplir mi cometido demostrando la noparticipación, ni directa ni indirecta, detodos los acusados falsamente comprometidos en la causa, se 10 debo a la totaladhesión y respaldo de mis heroicos compañeros, pues dije que ellos no se avergonzarían ni se arrepentirían de su condición de revolucionarios y de patriotaspor el hecho de tener que sufrir las conseruencias. No Se me permitió nunca hablar con ellos en la prisión y, sin embargo,pensábamos hacer exactamente lo mismo.Es que, cuando los hombres llevan en lamente un mismo ideal, nada puede incomunicar1os: ni las paredes de una cárcel,ni la tierra de los cementerios, porqueun mismo recuerdo, una misma alma, unamisma idea, una misma conciencia y dignidad los alienta a todos.
Desde aquel momento comenzó a desmoronarse como castillo de naipes el edificio de mentiras infames que había levantado el gobierno en torno a los hechos,resultando de ello que el señor Fiscalcomprendió cuán absurdo era manteneren prisión a todas las personas a quienesse acusaba de autores intelectuales, solicitando de inmediato para ellas la libertadprovisional.
Terminadas mis declaraciones en aquella primera sesión, yo había solictiado permiso del tribunal para abandonar el bancode los acusados y ocupar un puesto entrelos abogados defensores, 10 que, en efecto,me fue concedido. Comenzaba para mientonces la misión que consideraba másimportante en este juicio: destruir totalmente las cobardes cuanto alevosas ymiserables, cuanto impúdicas calumniasque se lanzaron contra nuestros combatientes, y poner en evidencia irrebatiblelos crímenes espantosos y repugnantesque se habían cometido con los prisioneros, mostrando ante la faz de la nacióny del mundo la infinita desgracia de estepueblo, que está sufriendo la opresiónmás cruel e inhumana de toda su historia.
ABSOLVERA
cido para que se me despojase tambiénde este derecho consagrado en Cuba poruna larga tradición. El tribunal no pudoacceder a tales pretensiones porque eray es dejar a un acusado en el colmo dela indefensión. Ese acusado, que estáejerciendo ahora ese derecho, por ningunarazón del mundo callará 10 que debe decir. Y estimo que hay que explicar, primero que nada, a qué se debió la ferozincomunicación a que fui sometido; cuáles el pro,pósito al reducirme al silencio;por qué se fraguaron planes" que el tribtlnal conoce, para asesinarme; qué hechos gravísimos se le quieren ocultar alpueblo; cuál es secreto de todas las cosas, extrañas que han ocurrido en esteproceso. Es 10 que me propongo hacercon entera claridad.
Vosotros habéis calificado este Jt1lCIOpúblicamente como el más trascendentalde la historia republicana y si así 10 habéiscreído s'¡nceraménte, no debísteis permitirque os 10 mancharan con un fardo deburlas a vuestra autoridad. La primerasesión del juicio fue el 21 de septiembre.Entre un centenar de ametralladoras yballonetas que invadían escandalosamentela sala de justicia, más de cien personasse sentaron en el banquillo de los acusados. Una gran mayoría era ajena a loshechos y guardaba prisión prevent!va hacía muchos días, después de sufnr todaclase de vejámenes y maltratos en loscalabozos de los cuerpos represivos; peroel resto de los acusados, que era el menornúmero, estaba gallardamente firme, dispuestos a confirmar con orgullo ~u participación en la batalla por..la l~bertad,dar un ejemplo de abnegaclOn sm precedentes y librar de las garras de lacárcel a aquel grupo de personas quecon toda mala fe habían sido incluídasen ei' pr~ceso. Los que habían combatidouna vez volvían a enfrentarse. Otra vezla causa justa del lado nuestro iba a librarse contra la infamia el combate terrible de la verdad. i Y ciertamente queno esperaba el régimen la catástrofe moral que se avecinaba!
... ¿ Cómo mantener todas sus falsasacusaciones? ¿ Cómo impedir que se supiera 10 que en realidad había ocurrido.cuando tal número de jóvenes estabandispuestos a correr todos. los riesg.os;cárcel, ·tortura y muerte, SI era preClSO,por denunciarlo ante el tribunal?
El 16 de octubre de .1953, en su a1dodefensa ante el Tribunal de .urg~ncia
de Santiago de Cuba, que lo Juzgo porsu ataque al cuartel}.1ancada, FidelCastro defendió los móviles y objetiv~s
de la revolución. Porque se tmta, smduda, de un importante documento histórico, reproducimos una parte del alegato del jefe de la revolución.'
SEÑORES MAGISTRADOS:
N unca un abogado ha tenido queejercer su oficio en tan difíciles cond,iciones nunca contra un acusado se hablacometido tal cúmulo de abrumadoras irreg-ularidades. Uno y otro, son en este casola misma persona. Como abogado, ,n? hapodido ni tan siquiera ver el sumano y:como acusado hace hoy 76 días que estaencerrado en 'una celda solitaria, total yabsolutamente incomunicado, por encimade todas las prescripciones humanas ylegales.
Quien está hablando aborrece con. tod~su alma la vanidad pueril y no estan ni
su ánimo ni su temperamento para vosesde tribuno ni sensacionalismos de n.mgu:na índole. Si he tenido que asumir mipropia defensa ante este tribun~l ?e debea dos motivos. Uno: porque practtcamente se me privó de ella por .comple~o;otro: porque sólo quien haya Sido hendotan hondo, y haya visto ta~ de~él:mparadala patria y envile~i,da la Ju~ttcla puedehablar en una ocaSlOn como esta con palabras que sean sangre del corazón y entrañas de la verdad.
No faltaron compañeros generoso.s quequisieran defenderme, y el ColegiO deAbogados de La Habana designó paraque me representara en esta causa a uncompetente y valeroso letrado; el ~octor
Jorge Pagliery, decat:t0 del .ColegIO deesta ciudad. No 10 dejaron, sm embargo,desempeñar su misión: las pue;tas de laprisión. estaban cerradas ~ara el cuantasveces mtentaba verme: solo al cabo demes y medio, debido ~ que i?terv~no laAudiencia, se le concedieron diez mmutC!spara entrevistarse conm.i~o en pres~ncla
de un sargento del ServICIO de Inteltgencia Militar. Se supone que un abogadodebe conversar privadamente con su defendido, y este derecho se respeta encualquier lugar del mundo, salvo que setrate de un prisionero de guerra cu~anoen manos de un impecable despo!lsmoque no reconozca reglas Jegales. 111 humanas. Ni el dador Pagltery ni yo e~
tuvimos dispuestos a tolerar esta suciafiscalización de nuestras armas para eljuicio oral. ¿Q~erían. ac~so saber de antemano con' que mediOS Iban a s~r reducidas a polvo las fabulosas menttras quehabían elaborado en torno a los hechC!sdel cuartel Mancada y sacarse a relUCirlas terribles verdades que deseaban ocul!:<ir a toda ',costa ? Fue entonce~.cuan~o. ~edecidió que,haciend()-uso ~eml co.nd!c1(:~nde abogado, asumiese yo mismo mi propiadefensa. . ,
Esta decisión. oída y tr~s!Uiti~a' pare!sargento del SIM, proyoco müstt~dostemores; parece ;¡ue .a!~un duendeclllo burlón se complacla dlnendoles ~ue por culpa mía 'los pla~.es ibari a sal1r _muy mal:y vosotros sabels de sobra, Senares Ma~
gistrados, cuánt:rs presiones se han ejer-
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La segunda sesión fue el martes 22 deseptiembre. Acababan de prestar declaración apenas diez personas y ya habíalogrado poner en claro los asesinatos cometidos en la zona de Manzanillo, estableciendo específicamente, y haciéndolaconstar en acta, la responsabilidad directadel capitán jefe de aquel puesto militar.Faltaban por declarar todavía trescientaspersonas. ¿ Qué sería cuando, con unacantidad abrumadora de datos y pruebasreunidos, procediera a interrogar, delantedel tribunal, a los propios militares responsables de aquellos hechos? ¿ Podía permitir el gobierno que yo realizara talcosa en presencia del público numerosoque asistía a las sesiones, los reporterosde prensa, letrados de toda la isla y loslíderes de los partidos de oposición aquienes estúpidamente habían sentado enel banco de los acusados para que ahorapudieran escuchar bien de cerca todocuanto allí se ventilara? ¡ Primero dinamitaban la Audiencia, con todos sus magistrados, que permitirlo!
Idearon sustraerme del juicio y procedieron a ello mame militari. El viernes 25de septiembre por la noche, víspera dela tercera sesión, se presentaron en micelda dos médicos del penal; estaban visiblemente apenados: -"Vinimos a hacerte un reconocimiento" - me dijeíOll."¿ Y, quién se preocupa tanto por misalud ?", les pregunté. Realmente, desdeque los vi había comprendido el propósito. Ellos no pudieron ser más caballerosy me explicaron la verdad: esa mismatarde había estado en la prisión el coronel Chaviano y les dijo que yo "le estabahaciendo en el juicio un daño terrible algobierno", que tenían que firmar un certificado, donde se hiciera constar que estaba enfermo y no podía, por tanto, seguirasistiendo a las sesiones. Me expresaronademás los médicos que ellos, por su parte,estaban dispuestos a renunciar a sus cargos y exponerse a las persecuciones, queponían el asunto en mis manos para queyo decidiera. Para mi era duro pedirle aaquello hombres que se inmolaran s;nconsideraciones, pero tampoco podía consentir, por ningún concepto, que se llevaran a cabo tales propósitos. Para dejarlo a sus propias conciencias, me limitéa contestarles: "Ustedes sabrán cuál essu deber; yo sé bien cuál es el mío."
Ellos, después que se retiraron, firmaron el certificado; se que 10 hicieron porque creían de buena fe que era el únicomodo de salvarrne la vida, que veían ensumo peligro. No me comprometí a guardar silenci<J.. sobre este diálogo; sólo estoycomprometido con la verdad, y si decirlaen este caso pudiera lesionar el interésmaterial de esos buenos profesionalesdejo limpio de toda duda su honor, qu~vale nmcho más. Aquella misma noche,re,da~té una carta para este tribunal, de~n.unClando el plan que se tramaba, soliCItando la vista de dos médicos forensespara ,que certificaran mi perfecto estadod~ s~lud y expresándoles que, para salvarny vlda, tenía que permitir semejante artImana, preferia perderla mil veces. Paradar a entender que estaba resuelto a luchar. solo contra tanta bajeza, añadí a miescnto aquel pensamiento del maestro:"Un principioiusto desde el fondo deuna' cueva puede más que un p.iército."Esa fue la carta que, como sabe el tribunal, presentó la doctora Melba Hemández en la sesión tercera del juicio oral
el 26 de septiembre. Pude hacerla llegara ella, a pesar de la implacable vigilanciaque sobre mi pesaba. Con motivo de dicha carta, por supuesto, se tomaron inmediatas represalias: incomunicaron a ladoctora Hernández, y a mí, como ya loestaba me confinaron el más apartadolugar de la cárcel. A partir de entonces,todos los acusados eran registrados minunciosamente, de pies a cabeza, antes desalir para el juicio.
Vinieron los médicos forenses el día27 y certificaron que, en efecto, estabaperfectamente bien de salud. Sin embargo, pese a las reiteradas órdenes deltribunal, no se me volvió a traer a ninguna sesión del juicio. Agréguese a estoque todos los días eran distribuídos, porpersonas desconocidas, cientos de panfletos apócrifos donde se hablaba de rescatarme de la prisión, coartada estúpidapara eliminarse físicamente con pretextosde evasión..' Fracasados estos propósitospor la denuncia oportuna de amigos alertas y descubierta la falsedad del certificado médico, no les quedó otro recurso,para impedir mi asistencia al juicio, queel desacato abierto y descarado ...
Caso insólito el que se estaba produciendo, Señores Magistrados: un régimenque tenía miedo de presentar a un acusado ante los tribunales: un régimen deterror y de sangre, que se espantaba antela convicción moral de un hombre indefenso, desarmado, 'incomunicado y calumniado. Así, después de haberme privado de todo, me privaban por últimodel juicio donde era el principal acusado.Téngase en menta que esto se hacía estando en plena vigencia la suspensión degarantías y funcionando con todo vigorla Ley de Orden Público y la censura deradio y prensa. i Qué crímenes tan horrendos habrá cometido este régimen quetanto temía la voz de un acusado!
Debo hacer hincapié en la actitud insolente e irrespetuosa que con respecto avosotros han mantenido en todo momentolos jefes militares. Cuantas veces este tribunal ordenó que cesase la inhumana incomunicación que pesaba sobre mí, cuantas veces ordenó que se respetasen misderechos más elementales, cuantas vecesdemandó que se me presentara a juicio,jamás fue obedecido; una por una, se desataron todas sus órdenes. Peor todavía:en la misma presencia del tribunal, en laprimera y segunda sesión, se me puso allado una guardia pretoriana para que meimpidieran en absoluto hablar con nadie,ni aun en los momentos de receso, dandoa entender que, no ya en la prisión, sino,hasta en la misma Audiencia y en vuestrapresencia, no hacían el menor caso devuestras disposiCiones. Pensaba planteareste 1?~oblema en la sesión siguiente comacuestlOn de elemental honor para el tribunal, pero ... Yil no volví más. Y si acambio de tanta ihespetuosidad nos traenaquí para que vosotros nos envieis a la~á~cel, en nombre de una legalidad queuO!camente ellos y exclusivamente .ellosestán. violando desde el 10 de marzo, harto tnste es el papel que os quieren imponer. No se ,ha cumplido ciertamenteen este caso ni una sola vez la máximalatina: cedant arma tO.Qa;e. Ruego tengáismuy en cuenta esta circunstancia.
Mas, todas las medidas resultaron completamente inútiles porque mis bravoscompañeros, con civismo sin precedentes,cumplieron cabalmente su deber.
UNrVERSIDAD D'E MEXrCO
"Si, vinilllos a combatir por la libertadde Cuba y no nos arrepentimos de haberlo hecho", decían uno por uno cuandoeran llamados a declarar; e inmediatamente, con impresionante hombría, dirigiéndose al tribunal, denunciaban los crímenes horribles que se habían cometidoen los cuerpos de nuestros hermanos.Aunque ausente, pude seguir el procesodesde mi celda en todos sus detalles, g-racias a la población penal de la prisiónde Boniato que, pese. a todas las amenazasde severos castigos, se valieron de ingeniosos medios para poner en mis manosrecortes de periódicos e informaciones detoda c1ase. Vengaron así los abusos einmoralidades del director Taboada y delteniente supervisor Rozabal, que los hacen trabajar de sol a sol, construyendopalacetes privados, y encima los matan dehalilbre malversando los fondos de sub-sistenCia. '
A medida que se desarrolló el juicio,los papeles se invirtieron: los que ibana acusar salieron acusados, y los acusados se convirtieron en acusadores. No sejuzgó allí a los revolucionarios, se juzgópara siempre a un señor que se llamaBatista. .. ¡¡VIonstr'Um horrendwm! ...No importa que los valientes y dignosjóvenes hayan sido condenados, si mañana el pueblo condenará al Dictador ya sus crueles esbirros. A Isla de Pinosse les envió, en cuyas circulares mora todavía el espectro de Castell y no se haapagado aún el grito de tantos y tantosasesinados; allí han ido a purgar, enamargo cautiverio, su amor a la libertad,secuestrados de la sociedad, arrancados desus hogares y desterrados de la patria.¿ N o creeis, como dije, que en tales circunstanc'Ías es ingrato y difícil a esteabogado cumplir su misión?
Como resultado de tantas maquinaciones turbias e ilegales, por voluntad de losque mandan y debilidad de los que juzg-an, heme aquí eri este cuartico del Hosoital Civil, adonde se me ha traído paraser juzgado en sigilo, de modo que nose me oiga, que mi voz se apague y nadiese entere de las cosas que voy a decir.; Para qué Se quiere ese imponente Palacio de Justicia, donde los Señores Magistrados se encontrarán, sin duda, muchomás cómodos? No es conveniente, os loadvierto que se imparta justicia desde 'elcuarto de un hospital rodeado de centinelas con bayoneta calada, porque pudierapensar la ciudadanía que nuestra justjciaestá enferma ... y está presa ...
Os recuerdo que vuestras leyes de procedimiento establecen que el juicio será"oral y público"; sin embarg-o, se ha impedido por completo al. pueblo la entradaen esta sesión. Sólo han dejado., pasardos letrados y seis periodistas, en cuyosperiódicos la censura no permitirá puplicar una palabra. Veo que tengo por únicopúblico, en la sala y en los pasillos, cercade cien soldados yoficiales.¡ Gracias' porla seria y aniable atención que me· estánprestando! j Ojalá tuviera delante'de mítodo el ejército! Yo sé que algún ,día ar·derá en deseos de lavar, -la mancha 'terrible de vergüenza y de san~re Que hanlanzado sobre el uniforme militar las ;Ul.1
biciones de un grupito desalmado. Entonces i ay de los que cabalgan hoy cómodamente sobre sus nobles guerreros ...
UNIVERSIDAD DE MEXtcó
DiSCl/1'SO del 21 de enero
Discurso al/.f(' ('1 Cllf!J Notario
Fidel Castro. "Ulla paz sill dictadllra"
DEDISCURSOS
"Sufro impaciente pensando en el momento que necesariamente debe transcurrir hasta la oportunidad en que ellos, lostrabajadores principalmente, que han sidotan generosos, que han tenido una conducta tan patriótica, que voluntariamentenos han ayudado y nos están ayudandoa pací ficar el país, a consolidar la revolución, a salvar la zafra, puedan recibirlos frutos de los sacrificios que estánhaciendo." .
"Las leyes de la revolución son principalmente principios morales. Los propósitos por los cuales se está luchando,esos propósitos son los que guían y trazan el derrotero de la revolución. La revolución no es una COS3 loca, la revolución es algo que tiene una ruta trazada,una serie de principios a los cuales seajusta, y además una serie de principiosfundamentales que cs necesario clejar biensentados, para que la revolución se pueda des~rrolIar pacíficamente y ordenadaIllente..
que la revolución cubana levante cabezapara que no pueda levantar cabeza ningúnpueblo de América."
Discurso de tOll/a de posesión rOll/oPrimer Ministro
"La razón por la que nosotros tenemosque salirte al paso a la campaña de calumnias es porque, aunque el gobiernode los Estados Unidos no nos ha atacado,ni ha tenido una actitud hostil hacia nosotros ... nosotros conocemos la mecánicamediante la cual determinados interesesinfluyen en las decisiones del gobiernode los Estados nidos, preparando primero a la opinión pública, volviéndolahostil a la revolución cubana, y luegodemandando la actuación del gobierno.Si permitimos que esa campaña prospere,no podemos tener la menor segurid3drespecto a la política futura del gobiernode los Estados lJnidos. lo cual podría serde funestas consecuencias para nuestropaís y para el prestigio de los EstadosUnidos. Por esto yo afirmo que esos intereses son tan enemigos de Cuba comode los Estados Unidos.
Discurso del 21 de enero
DiSCl/rso del 21 de enero
" ... estoy muy consciente de que esta reyolución no la detiene nada ni nadie."
"Los que creyeron que nosotros éramos unos simples guerrilleros, los quecreyeron que no sabíamos más que tirartiros, los que creyeron que después denuestras victorias militares nos iban aaplastar en el campo de la opinión pública,se han encontrado con que la revolucióncubana sabe también pelear y ganar batallas en ese campo."
CITAS DE LOSFIDEL CASTRO'
"Queremos aquí la paz como es: beneficiosa al pueblo. Una paz sin dictadura,sin crímenes, sin censura, una paz sinrepresiones. "
"Fue la revolución cubana una reyolución ejemplar. No se produjo aquí ung-olpe de Estado. Si nosotros hubiésemossido un grupo de oficiales del ej.~rcito,
que sin la participación del pueblo hubiésemos quitado un presidente para poner otro, e inmediatamente nos hubiésemos plegado a los intereses creados, sino hubiese sido una revolución ésta, notendríamos enemigos, no nos habrían atacado, no nos habrían calumniado."
D'ÍsCllrso del 21 de enero
"El verdadero orden es el que se bas3en la libertad, en el respeto, y en la justicia, pero sin fuerza."
DisCl/rso de Santiago de Cuba, 2 de {'1te1·0
Discurso del 21 de enero
D-iscurso prontmciado a Sl/ llegada a LaHabana, el 8 de enero
Discurso del 2 de enero
L A REVOLUCIÓN no se podrá hacerdad de que la revolución la haen un día, pero tengan la seguri
cemos. Tengan la seguridad que por primera vez de verdad la república seráenteramente libre y el pueblo tendrá loque merece. El poder no ha sido frutode la política, ha sido fruto del sacrificiode cientos y de miles de nuestros compañeros. No es nuestro compromiso sinocon el pueblo y la nación cubana; llegaal poder un hombre sin compromisos connadie sino con el pueblo exclusivamente."
"La re\'olución cubana se puede sintetizar como una aspi ración de justicia social dentro de la más plena libertad y elmás absoluto respeto a los derechos humanos. "
"Nuestra revolución hay que defenderla como se defiende no alg-o de Cuba,sino algo de América, y a los hombreshonrados de todo el Continente, a losperiodista~ honrados de todo el Continente, a los pueblos que son nuestrosamigos, tenemos que pedirles que defiendan nuestra revolución, que no dejen quenos la calumnien, porque quieren destruirla en daño de América. No quieren
si es que el pueblo no los ha desmontadomucho antes!
Por último, debo decir que no se dejópasar a mi celda en la prisión ningúntratado de Derecho Penal: sólo puedodisponer de este minúsculo código queme acaba de prestar un letrado, el Ya
liente defensor de mis compañeros: doctor Baudilio Castellanos. De igual modose prohibió que llegaran a mis manos loslibros de Martí; parece que la censurade la prisión los consideró demasiado sub\·ersivos. ¿ O será porque yo dije queMartí era el autor intelectual del 26 deJulio? ...
Se impidió, además, que trajese a estejuicio ninguna obra de consulta sobrecualquier otra materia. i No importa enabsoluto! Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamientolas nobles ideas de todos los hombres quehan defendido la libertad de los pueblos.
Sólo una cosa vaya pedirle al tribunal,espero que me la C'Onceda, en compensación de tanto exceso v desafuero como hatenido que sufrir e~te acusado sin amparo alguno de las leyes: que se respetea mi derecho a expresarme con enteralibertad. Sin ello no podrán llenarse nilas meras apariencias de justicia y el último eslabón sería, más que ningún otro;de ignominia y cobardía.
Confieso que algo me ha decepcionado.Pensé que el señor Fiscal vendría conuna acusación terrible, dispuesto a justificar hasta la saciedad la pretensión ylos motivos por los cuales en nombre delDerecho y de la Justicia, y ¿ de qué Derecho y de qué Justicia? se me debe condenar a 26 años de prisión. Pero no: seha limitado exclusivamente a leer el artículo 148 del Código de Defensa Social,por el cual, más circunstancias agravantes, solicita para mí la respetable cantidadde 26 años de prisión. Dos minutos meparece muy poco tiempo para pedir y justi ficar que un hombre se pase a la sombr:!más de un cuarto de siglo. ¿Está porventura el señor Fiscal disgustado con~ Tribunal? Porque, según observo, sulaC'Onismo en este caso se da de naricescon aquella solemnidad con que los señores magistrados declararon, un tanto orgul1oso~ que este era un proceso de sumaimportancia, y yo he visto a los señoresfiscales hablar diez veces más en un simple caso de drogas heroicas para solicitarque un ciudadano sea condenado a seismeses de prisión. El señor Fiscal no hapronunciado una sola palabra para respaldar su petición. Soy justo ... , Cüm.prendo que es difícil, para un Fiscal quejuró ser fiel a la Constitución de la república venir aquí en nombre de un gobierno inconstitucional, factual, estatutario, de ninguna legalidad y menos moralidad, a pedir que un joven cubano,abogado como él, quizás. " tan decentecomo él, sea enviado por 26 años a lacárcel. Pero el señor Fiscal es un hombrede talento y yo he visto personas conmenos talento que él escribir largos mamotretos en defensa de esta situación.¿Cómo, pues, creer que carezca de razoIles para defenderlo, aunque sea duran~e
quince minutos, por mucha repugnallClaque esto le inspire a cualquier personauecente? Es indudable que en el fondode esto hay una gran conj ura.
-La Tarde, La Habana, 10 de febrerode 1959.