la ideología de la "neutralidad ideológica" en las ciencias sociales
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7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
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7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
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Primer Coloquio Nacional
de filosofa
Morelia Mich. Mxico
4-9 de agosto de 1975
t :.
J L. Balcrcel M. Bunge A Cueva S Durn P. J
Esquivel C C. Gould R Guerra A Hjar C Mo-
rales M. H. Otero J l Palencia C Pereda C. Pe-
reyra G Petrovic S Ramrez R. S Ramrez C.
A
Snchez Vzquez y
A
Schaff.
La filosofa y las
ciencias sociales
@
EDITORIAL GRIJALBO S A
MXICO D. F. 1976
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
3/19
LA FILOSOFlA y
LAS
CIENCIAS SOCIALES
1976,
ASOCIACIN FILOSFICA DE MXICO
D. R.
1976, EDITORIAL GRIJALBO, S. A .
Av. Granjas 82, Mxico 16 D.
F.
PRIMERA EDICIN
ReservadoJ todos los derechos. Este libro no
pue e
ser
reproducido. en todo o en p.arte. en
forma alguna sin permiso.
IMPRESO EN MEXICO
PRINTED
IN
MEXICO
ndice
Prlogo .
7
Jos Luis ,Balcrce ,
FUNDAMENTACION
CIENTlFI-
CA
DE
LA
ESTETICA .
9
Valeriana Bozal,
EL
PAPEL DE
LA
FILOSOFIA MAR-
XISTA Y LAS CIENCIAS SOCIALES
EN ESPA:t\rA 25
Mario Bunge,
LA
POSIBLE UTILIDAD DEL FILOSO-
FO EN
LA
CIENCIA SOCIAL 43
Agustn Cueva, SOBRE
EL
CONCEPTO DE "ENAJE-
NACION 71
Silvia Durn Payn,
LINGSTICA y FILOSOFA... 95
Javier Esquive , ESTRUCTURA
FUNCION
DE LA
IDEOLOGIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
111
Carol
C.
Gould,
LA
ONTOLOGIA
DE MARX
LA
METODOLOGA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 127
Ricardo Guerra Tejada, AUTODESTRUCCION CO-
MUNIDAD CONCRETA . . . . . . . . . . . . . . . . . .
..
155
Alberto Hjar, POSIBILIDAD DE LA ESTTICA
COMO
CIENCIA.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
161
Cesreo Morales Garca,
LA
SOCIOLOGtA
y LA
FOR-
MA DE
SU CIENTIFICIDAD.. . . . . . . . . . . . . . . . .
173
Mario H. Otero, TRES MODALIDADES DE INMA
NENTISMO 187
5
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4/19
Jos
Ignacio Palencia Gmez, EL PROCESO DE LA RE-
LIGION
COMO
HECHO
HISTORICO . . . . . . . . . . . 205
Carlos Pereda,
SOBRE
EL CONCEPTO DE
PRUEBA
221
Carlos Pereyra Boldrini, SOBRE LA
RELACION
EN -
TRE FILOSOFIA CIENCIAS SOCIALES. . . . . . 241
Gajo Petrovic, NECESIDAD
DE
UN CONCEPTO FI-
LOSOFICO
DE
REVOLUCION 257
Santiago
Ramrez
Ruiz y Santiago
Ramrez
Castaeda,
HISTORIA
PS ICOANLIS IS
275
Adolfo Snchez Vzquez, LA IDEOLOGIA DE LA
NEUTRALIDAD IDEOLOGICA
EN
LAS CIEN-
CIAS
SOCIALES
287
Adam
Schaff, LA TEORIA
DE
LA
ENAJENACION
DE MARX VERSUS LA
INGENIERIA
SOCIAL
315
6
Prlogo
El presente volumen est constituido
por una
seleccin
de las ponencias presentadas en la Seccin 1I:
a
filosof
l s cienci s soci les del Primer Coloquio Nacional de Fi
losofa. celebrado en
Morelia, Michoacn,
del 4 al 9 de
agosto de 1975.
El
ColUljuio fue
organizado
a iniciativa
de la
Asociacin
Filosofa de Mxico, bajo los auspicios del
Gobierno
del
Estado de
Michoacn,
la Universidad Michoacana de San
Nicols de Hidalgo, la
Universidad
Nacional
Autnoma
de
Mxico,
la
Asociacin
Nacional
de Universidades e
Institu-
tos de Enseanza Superior la Secretara de Educacin P-
blica. En su Comit Organizador estuvieron representados,
adems
de
la
Asociacin Filosfica de Mxico,
la
Facultad
de Filosofa y Letras de la UNAM y el Instituto de In-
vestigaciones Filosficas de la UNAM, todas las universidades
del pas que cuentan con
departamento
o escuela d : filoso-
fa, a saber: Universidad
Autnoma de Chihuahua,
Univer-
sidad
de
Guadalajara, Universidad
de
Guanajuato,
Universi-
dad Autnoma de Guerrero, Universidad Iberoamericana,
Universidad Autnoma del Estado de Mxico, Universidad
lVlichoacana de San Nicols de
Hidalgo,
Universidad Aut-
noma de Nuevo Len, Universidad Autnoma
de Puebla
y
Universidad Veracruzana.
En
el Coloquio tomaron parte, como invitados, adems
de los filsofos
mexicanos
o
residentes
en Mxico) varios
filsofos de otros pases, as corno un
grupo
de investiga-
dores nacionales en el campo de las ciencias exactas, natu-
rales sociales.
Los
trabajos que
forman el
presente
volumen
fueron se-
7
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leccionados por la Comisin nombrada, con dicho fin, por
el
Comit Organizador e integrada por el doctor Eli de
Gortari, doctor Adolfo Snchez Vzquez, maestro Jos Luis
Balcrcel y licenciado Gabriel Vargas. Esta comisin cont
asimismo, para cumplir su tarea, con las recomendaciones
del doctor Fernando Salmern, licenciado Jaime Labastida
y licenciado Carlos Carlos Pereyra, miembros de
la
Comisin
de Estudio de la Seccin
II
del Coloquio.
La publicacin del presente volumen, as como de los
otros dos correspondientes a la Seccin 1 La
filolSOfa y la
ciencia)
y la Seccin III
La filosofa actual en Amrica Lati-
na),
permitir dar a conocer a un amplio pblico lector los
frutos del Primer Coloquio Nacional de Filosofa y de este
modo, contribuir a fortalecer el impulso recibido por los
estudios filosficos en nuestros medios con la celebracin de
dicho Coloquio.
Por otro lado, el tono antiespeculativo que domina en
la mayora de los trabajos seleccionados y
la
preocupacin
visible en casi todos ellos por vincular
la
tilosofa y las
ciencias, en unos casos o l filosoHa y la realidad poltica
social, en otros, justifica sobradamente la incorporacin de
los volmenes citados a nuestra Coleccin.
TEOR Y PRAXIS
8
Jos Luis Ba1crcel
Fundamentacin cientfica
de la esttica
La esttica, que tuvo en la filosofa su fuente de origen
a la que comnmente se le sigue considerando disciplina
filosfica o rama de la filosofa, ha recibido de sta un cau-
dal de ideas puramente especulativas que la llevaron a
desembocar, muchas veces, en tendencias retricas o en posi-
ciones francamente irracionales, cuando no en aseveraciones
dogmticas sostenidas como principios de fe. De ah que la
esttica frecuentemente se manifieste tan vulnerable a las ms
variadas recusaciones tericas.
Sin embargo, independientemente
de
los resultados que
alcanzaron, no pueden desconocerse las tentativas, de diversa
procedencia, emprendidas en diferentes momentos, tendientes
a rescatar la esttica sobre la base de racionalizar sus plantea-
mientos. Las rigurosas formulaciones de Aristteles en cuanto
a los principios
de la tragedia, las de Kant respecto a la
es
tructura del juicio, las de Hegel en lo que se refiere al sis-
tema de las categoras y en tiempos ms recientes, las inves-
tigaciones
de
los formalistas rusos de los estructuralistas che-
coslovacos. Todas ellas, enfoques tendientes
a romper la lnea
especulativa preponderante en la esttica.
Actualmente, la esttica que procura desligarse de las con-
jeturas especulativas para organizar su aparato conceptual de-
9
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Adolfo Snchez Vzquez
La ideologa de la neutralidad
ideolgica en las ciencias
sociales
Mediante el reexamen de las relaciones entre objetividad
e ideologa en l conocimiento social nos proponemos salir al
paso de una doctrina (la de la neutralidad ideolgica ) que
no obstante los golpes recibidos an se obstina en mantentrse en
pie.' Pretendemos asimismo demostrar que esa neutral idad
no se apoya en slidas razones, sino en justificaciones ideol-
gicas
Dadas las limitaciones de espacio, nuestras ideas se pre-
sentan en forma de tesis que, al mismo tiempo que condensan
nuestro pensamiento, permiten fijar con ms precisin el blanco
de la disputa.
Texto
de la
ponencia presentada al
Primer
Coloquio Nacional
e
Filosofa. Se
agregan
las notas al calce que, por razones de espacio,
11
fueron
incorporadas
a ella en esa ocasin.
La
tendencia
a
sustraer
el conocimiento histrico y social a
toda
y,
por tan to, a situarlo en el marco
de
la nell tralidad ideo-
(aunque no se empleara esta expresin) tiene claros
antece-
ya a finales del siglo XIX en los neokan tianos de
la
Escuela
de
(Windelband
y
Rickert)
y de
modo
explcito, corno
ciencia
.. re de valores en Max Weber, sobre todo en sus dos ensayos:
objetividad del
conocimiento
en
las ciencias y
la
poltica
socia-
(1904) y El sentido de la
libertad
de valoracin en las cien-
sociales
y
econmicas (1917). Versin espaola
de
ambos textos
287
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Tesis 1. No existe
ninguna
bdrrera iwctlvible entre
lc/J ciell-
eiaJ mltl/rales y Ocia e. ; la eJpecificiddd de las ciellciaJ
O
cidles 11
puede eludir
la. "
exigellcias
de la cientificidad.
El fin propio de toda ciencia es conocer y a l subordina
cualquier otra consideracin. Pero, a la vez, como forma espe-
cfica de la actividad humana, inserta en determinado contexto
social, aun siendo
un
verdadero fin en s, sirve a una finalidad
externa que le impone ese contexto: contribuir principalmente
al desarrollo de las fuerzas productivas en el caso de las ciencias
naturales; contribuir al mantenimiento (reproduccill) de las
relaciones de produccin vigentes o a su transformacin o cks-
truccin, cuando se trata de las ciencias sociales. Fin propio
y
finalidad externa de las ciencias se relacionan Y condiciomn
mutuamente. El fin propio
se
persigue por
una
finalidad ex-
terior
y
sta
se
asegura cumpliendo
el
fin propio.
Es
un hecho comnmente reconocido que las ciencias 50-
cdes, por lo que toca al cumplimiento de su fin propio,
se
encuentran hasta ahora en una situacin de precariedad e in-
ferioridad con respecto a las ciencias naturales. Diramos
ljuc
Sobre
la teora de las ciencias sociales, Pcnr:csul
a
l
Barcelona,
1971.
Ya
el
marxismo
clsico,
desde
La ideologa alemana,
haba soS-
tenido
la imposibilidad de una supuesta neutralidad de las ideas. Lenin
fue categrico a este
respecto:
. . .
En
una sociedad erigida sobr la
lucha de
clases no
puede haber una
ciencia social irnparciab> J Tres
fuente.,.
y
tres
partes integrantes
del
marxismo .
Y
agreflaba:
Espe
rar
una imparcial
en
una sociedad de esclavitud
asaJClriada,
sera
la
misma pueril que esperar de los fabricantes in)
parcialidad en cuanto a la conveniencia de aumentar los salarios c1c los
obreros, en detrimento de las
ganancias del
capital . Mucha
agua
ha
corrido desde
entonces
(1913) por el
puente.
En la actualidad, de'
nuncian tarnbin la doctrina de la
lIasepsia
ideolgica ,
rcvestidJ
hn)
con un nuevo ropaje: el del fin de las ideologas ,
buen
nmero
de
investigadores sociales,
inspirados por
las tesis
dsicas
del ma
rxls
'
mo.
Vanse,
a
ttulo
de
ejemplo,
los siguientes ensayos incluidos e
la excelente
recopilacin
de 1
Hurawitz,
La nueva sociologa, en
tomos, Amorrortu, Buenos Aires, 1969: Alvin W. Gouldner,
El
mino auro ;
el
mi to de
una
sociologa libre de
valores ; Abrahar
n
Ci.encia social
y
valnrcs.;
un
estudio
de
sus interrelaciones Sidncy
1
Whillhelm,
Irresponsabilidad
cientfica
y
responsabilidad moral
,
, su grado de cientificidad es mucho ms bajo, pero
por
otr
parte en cuanto que aspiran a ser ciencias no pueden perma-
necer en ese estado de precariedad
y,
menos an, eludir los
requisitos indispensables de la cientificidad.
Ahora bien,
la
superacin de ese estado no es asunto mera-
mente terico. El atraso cientfico, en este campo, como en de
las ciencias naturales en el pasado, responde primordialmente
a causas sociales: las fuerzas opuestas a una transformacin ra-
'dical de la sociedad son las mismas que se oponen a que
el
conocimiento contribuya a esa transformacin. El objeto mismo
.
de las ciencias sociales hace
de
ellas
an
ms
que
en el caso de
)Ias ciencias naturales- un verdadero campo de batalla en
el
t
:
q
ue se enfrentan las ideologas opuestas
de
la conservacin y
la transformacin del orden social.
Sin embargo, aunque los intereses de clase y las ideologas
. ntren en conflicto ms abiertamente en las ciencias sociales
.,que en las naturales, en virtud de la diferencia de su objeto, y
la finalidad exterior a
que
est sujeto su fin propio
--el
de
toda
ciencia-,
ello
no
permite establecer
una
barrera insalvable
'entre ellas en cuanto ciencias. Tal barrera se establece cuando
:se renuncia, por ejemplo, a las caractersticas del mtodo cien-
probado ya en las ciencias naturales, y se echa mano, en
fombre
de la especificidad de su objeto (la realidad histrico-
a mtouos que excluyen sus caractersticas,' o tambin
Ptando en nombre de esa especificidad se proclama
la
imposi-
ue
un conocimiento que no
se
disuelva en ideologa.
3
tahora bien,
la
especificidad de las ciencias sociales
la
que
r
ce
de ellas
un
campo
de
batalla ideolgico- lejos de excluir
f 2 Ya los
neokantianos
de la Escuela
de
Baden haban tendido
t puente insalvable entre las ciencias naturales (con su mtodo ge.
'ralizador) y las ciencias de la cultura (con
su
mtodo
individuali-
or).
Rikert,
a la vez que las separa radicalmente, mantiene a las
'fleias de la cultura (ciencias sociales)
en
el limbo de la neutralidad
lo
ra t
iva,
pues aunque se constate comu un hecho
la
referencia
a
,Jores
del
objeto descrito,
se trata a juicio suyo
de
una descripcin
1 \lbjeto
individual, exenta de
toda valoracin.
, 3 El representante tpico de
esta
posicin
en
la sociologa
hur-
esa
es
Karl Mannheim (1893-1947),
con
SllS
dos
obras
fundamen.
llles: Sociologia
del conocimiento (1927) e I deoluga y utopa (1954).
289
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presupone la cientificidad. De otro modo, no podran ni
si-
quiera llamarse ciencias.
Tesis
2. Las cienciaJ sociales
como
toda ciencia eJ cm /[-
terizan por su objetividad.
No nos referimos a la objetividad del cientfico entendiendo
por ella una voluntad de sustraerse a su subjetividad
consi-
derada sobre todo en un sentido emprico, individual.
Esta
objetividad o ms bien actitud objetiva,
imparcial-
se re-
vela como imposible y puede favorecer o no
lo
que entende-
mos propiamente por verdadera objetividad, pero no es la
objetividad misma, que para nosotros slo
se
da fuera del
sujeto, ya sea en
el
mtodo que aplica o en los resultauos
(teoras) de su actividad.
La objetividad del mtodo es, sin duda, requisito indispen-
sable en toda actividad cientfica. No hay ciencia sin mtodo
objetivo
y,
por tanto, queda descalificada como tal la que pres'
cinda de l tanto en el proceso de investigacin como
en
l
de exposicin o verificacin.
Es lo
que sucede, por ejemplo,
con el mtodo de la comprensin simptica o empata
ya
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objetividad, no
es
la objetividad misma. se da en
una
relacin peculiar del objeto terico (verdad, teora, ley)
Con
el objeto real. Una verdad, una teora, una leyes objetiva
si
representa, reproduce o reconstruye algo real por la va
del
pensamiento conceptual.
No se
trata de una representacin di-
recta, reconstruccin literal o reproduccin pictrica, lo que
sera imposible en virtud de
la
distincin entre uno y otro
objeto y en virtud, asimismo, de que el objeto terico
es
un
producto o resultado de la actividad terica. Para que pueda
hablarse de representacin o reproduccin en el pensamiento
no es necesario hacer del conocimiento objetivo un simple
cal-
co o fotografa del objeto y, menos an, establecer una iden-
tidad de propiedades entre el objeto terico y el objeto
real
(ciertamente,
el
enunciado sobre la sal no es salado).
Lo
obje-
tivo est en el objeto terico en cuanto que reproduce como
objeto pensado o en
el
pensamiento)
lo
real. Pero
si la
verdad de un enunciado
se
da en cuanto que representa o
reproduce adecuadamente en
el
pensamiento
lo
real, decir obje-
tivo
es
decir verdadero y en la expresin verdad objetiva
el
calificativo sale sobrando pues no puede haber otra verdad
(como la pretendida verdad subjetiva ).
Encontrar, pues, la objetividad en cierta relacin del objeto
terico con
el
objeto real, y por tanto considerar una teora
como independiente del sujeto por lo que toca, como hemos
visto, a
su
valor de verdad, no quiere decir que el sujeto
(en-
Siguiendo
a
Marx en
su Introduccin de 1857 a los GrundriSJe,
mantenemos
la distincin
entre objetu
terico
lo concreto pensado)
y el objeto
real
(lo
concreto
real),
pero sin
dar
un
carcter
ahsol
uto
a
esta distincin.
Al mismo
tiempo, tenemos presente COlI10 ha 5C de
esta distincin
la
eoncepcin
el proceso
de conocimicn
to
como
proceso,
a la vez, de produccin
del ohjeto
terico y de reproduccin en el
pensamiento
de este
ohjeto real
como
claramente
lo
afirma MarX
en
el
texto
citado).
Por todo
ello, el
concepto
de produccin
no
tiene
por qu tener consecuencias idealistas
como
las
tiene en
Althuss
er
).
ni
el
de reproduccin
tiene
que
ser
interpretado como calco
o reflejO
pictrico mmo
lo
interpreta un marxismo simplista que
se
hace acre;
edor a los
reproches
de Marx [Tesis
1
sobre
Feuerbach
1 a todo f
materialismo
anterior).
Acerca de
todo
esto,
vase mi ensayo:
l teu
ricismo de Althusser
en
Cuadernos polticos,
Nm. 3, Mxico,
D.
f.
1975.)
292
tendido, sobre todo, no como simple sujeto ps:quico, sino como
ser social) est ausente por completo de esa relacin, particu-
larmente en el conocimiento social que es el que ahora nos
interesa. Nos referimos al sujeto que soporta o encarna todo
un mundo de valores, aspiraciones, ideales, intereses, etctera,
,dominantes en un contexto social y que rebasan el marco es-
trictamente emprico, psquico, individual. Ahora bien, es que
la
relacin en que consiste la objetividad (objeto terico-objeto
real) se da al margen de
ese
mundo de valores, ideales, as-
}piraciones, etctera, y sin que este mundo
se
haga presente,
filtre en cierta forma, en esa relacin entre teora y reali-
i\dad en que, en definitiva, consiste la ciencia?
i entonces se una c.omo hay
propIamente un conOCImIento (el de las CIenCIas SOCIales) que
pueda descartar la presencia de esos valores, ideales, aspira
ciones o intereses? y si no puede descartarla -sobre todo en
i
SU
contenido
mismo--
puede hablarse en rigor de ciencia?
i la ciencia no
es
una relacin a solas con 10 real, sino
mediada o mediatizada por un tercero que denominaremos
-ideologa, de qu tipo
es
esa relacin: cientfica, ideolgica,
eudocientfica, o cientfico-ideolgica?
La pregunta nos arroja en la cuestin medular de las
elaciones entre lo cientfico y lo ideolgico, lo que nos lleva
l
;
mediatamente a definir lo que entendemos por ideologa.
s lo que hacemos en la siguiente
tesis_
esis
3.
a ideologa
es:
a)
un
conjunto
de
ideas acerca
el mundo y la sociedad que: b) responde a intereses, aspi-
:ciones
o ideales de
Und
clase socid en un contexto soeid
ado
y que:
e)
gua y justifica
un
rampar/amiento
prc-
de los hombre.r acorde eOI esos intereses, aspiracione.r o
ea/es.
Esta definicin amplia de la ideologa toma en considera-
'n tres aspectos fundamentales de ella: su contenido terico
),
su
gnesis o raz social
h))
y su uso o funcin prctica
e).
'or su
contenido, la ideologa es un conjunto de enunciados
293
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
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que apuntan a
la
realidad
y
a problemas reales,
y
entraian
explcita o implcitamente una valoracin de ese referente
real.
Este contenido no
es
necesaria o totalmente falso; puede
ser
verdadero o contener elementos de verdad. Pero, incluso
en
este ltimo caso, no se reduce a sus elementos puramente teri.
ca-cognoscitivos. Comprende juicios de valor, recomendaciones,
exhortaciones, expresiones de deseo, etctera. La concepcin
de la ideologa como total
y
necesariamente falsa (como
for-
ma de 'conciencia falsa ) es una generalizacin ilegtima de
una forma particular, concret, de ideologa. Nuestra defini
cin, en segundo lugar, pone en relacin este contenido terico
con los intereses, aspiraciones e ideales de una clase
social
condicionada histricamente por
el
lugar que esa clase
ocupa
con respecto al poder
y
al sistema de relaciones de produc
cin. En tercer lugar, se destaca la funcin prctica de la ideo-
loga corno gua de la accin de los hombres en
una
sociedad
dada.
La
ideologa aspira a guiar su comportamiento
y, al
mismo tiempo, ms que explicarlo
--que
es el fin propio
de
la ciencia-
trata de justificarlo. Cabe decir que
el
fin propio
7 Los partidarios de esta generalizacin suelen remitirse a
1I1arx
y Engels, quienes ciertamente han empleado el trmino ideologa
con
este
contenido tanto
en una
obra de
juventud
La
ideologa
ale
mana) como en trabajos posteriores (particularmente Engels Fll
su
Ludwig
Feuerbach y el fin de la filosofa clsica alemana
y
en
su caro
ta a Mehring, de 14 de julio de 1893). Pero es evidente que. en
todos estos casos, no se puede ignorar la
forma concreta y
esp ' lica
de ideologa (la ideologa burguesa)
que
ellos tienen a la vista.
En
otro
texto (en el Prlogo a la Contribucin de la Crtica de la , (U
noma
poltica)
encontramos un concepto amplio de
ideologa, en l
que sta aparece determinada ante todo por posiciones de clase. Ur. con
cepto as
permite
admitir, junto a una forma especifica,
de
clase, la ide
e
-
loga burguesa, otras formas especficas, tambin de clase,
em
la
de Hideologa proletaria o socialista , claramente formulada por
Lenin, que
para
l, como
para
arx
y
Engels, no
poda
ser concie?
da
falsa . Si se generaliza a toda ideologa el concepto
de
concien
Oa
falsa no se alcanza a
ver
cmo la ideologa revolucionaria,
prolet,na.
podra cumplir su funcin
prctica
(inseparable de
una
conciencia
darlera de
lo
real)
y qu sentido tendra entonces la lucha ideolgIca
y la formacin ideolgica de la clase
obrera
como elementos necesa-
rios
jun to
a la
lucha econ6mica
y
poltica-
en
el proceso histricO
de su emancipacin.
294
la ideologa
es,
precisamente,
el
ejercer esta funcin prc-
ica de gua y justificacin de la accin. Mientras que la cien-
: a
aspira a la verdad (representacin o reproduccin adecuada
e lo real) y, de este modo, puede contribuir a la accin; la
eologa tiende a cumplir ante todo su funcin prctica
e)
.decuando para ello, si es necesario, esa reproduccin de lo
' 1
su contenido
a)
a ciertos intereses, aspiraciones o ideales
}, aunque esto se traduzca en la mayor parte de las ideolo-
,fas
de cIase en un conflicto entre ideologa y verdad.
Nuestra definicin de la ideologa comprende, pues, tres
pectos: terico o gnoseolgico a), gentico o social b) y
uncional o prctico e).
8
Definidas la objetividad y la ideologa, podemos exami-
.ar
10ra
el
modo de relacionarse entre s ambos trminos en
s
ciencias sociales. Pero para escbrecer
el
papel
de
la
ideo-
'ga en las ciencias sociales y cmo se hace presente en stas,
nemas que subrayar, con respecto a esas ciencias,
el
papel
eludible e irreductible de la objetividad en ellas. Es lo 'lue
)acemos en la tesis que exponemos a continuacin:
. .,4esis 4. Lm cir/llcia.t JcialeJ en cuanto
cienc/J
11 pueden
ynlltlciar a la objetl idctd.
L Si se renuncia a la objetividad, se renuncia al conocimicn-
r
ocial COmo ciencia y ste queda reducido a simple ideolo-
8
El sucilogo
polaco
J
\Vialr
ha
elaborado
una
tipologa
de
'finiciones
de
la ideologa,
de
acuerdo On la cual las divide en ge-
tieas, estructurales
y
fU1Jcionales
Cf. Czy zmierch
ery ideologii,
de
la era
de
las ideologas? 1 Varsovia,
1966).
A nues-
modo de ver, COl110 tratamos de poner de relieve
en
nuestra de-
iCin, en toda ideologa se dan en unidad indisoluble los tres as-
:ctos que se subrayan,
por
separado,
en
cada una
de
las definiciones
\Viatr. Una definicin como la nuestra es aplicable
tanto
a una
'fIna especfica (b\lrguesa) Como a
otra
(proletaria);
puede
admitir
mismo, las formas ms diversas: corno conciencia falsa , como
.deologa en la que se mezclan y se oponen elementos
de
verdad y
lIsedad,
y
asimismo, sin ver en ambos trminos una con tradiccin
Ili atribuirles tampoco un valor absoluto, COmo ideologa verdadera o,
tomo
dice
Lenin, con una expresin que ha escandalizado a los
de.
fensores de la generalizacin ilegtima antes apuntada, como ideolu.
8Ia cientfica (en
Materialismo
y empiriocriticismo).
295
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
11/19
gla. Tal es la posicin clsica de Mannheim." Para ello, hacc
suya la tesis de Marx
de
la determinacin social del conoci-
miento; pero, acto seguido, la interpreta en el sentido de que
todo conocimiento por estar determinado socialmente, por ser
clasista, es relativo, y por tanto, falso; es ideologa en
el
sentido de "conciencia falsa", o representacin
deformada de
la realidad, incompatible
por
consiguiente con la objetividad.
La
interpretacin
de
la relacin entre
un
conjunto de
ideas
y
l
inters
de
clase, sealada
por Marx
corno caracterstica de
la
ideologa (aspecto b de nuestra definicin), en el sentido
que
le da Mannheim (relacin = relatividad y sta = false-
dad), es una interpretacin unilateral y ahistrica del pensa-
miento
de Marx.
Que el
conocimiento responda a intereses
sociales, de clase, e incluso los exprese, no implica necesaria-
mente
que
sea falso. El propio Marx
ha
subrayado en su crti-
ca dp
la
ideologa econmica burguesa (la economa poltica
clsica) los elementos
de
verdad que
desarrollados
por
l con-
tribuyeron a elaborar
la
teora econmica del capitalismo. Ob-
viamente, Marx
la
tena
por
verdadera a
la
vez que reconoca
su carcter ideolgico. La aplicacin
de
la interpretacin de
Mannheim
de las tesis de
Marx
al propio
Marx,
implicara
la
necesaria falsedad de toda su teora social. Ciertamente de
esto se trata:
de
enterrarlo con su propia pala. Por
otro
lado,
la incompatibilidad
entre
relatividad del conocimiento y
ver-
dad objetiva es insostenible si se tiene presente
que
todo co
nocimiento es
aproximado
y relativo en
l
sentido
de
que ouO'
ca podemos considerarlo acabado y absoluto. El conocimiento
siendo aproximado, relativo es verdadero (=objetivo). Toda
la
historia de
la
ciencia
lo
confirma.
o
9
el Karl Mannheim, Ideologa
y utopa.
Introduccin a la so-
ciologa
del
conocimiento, Aguilar, 2a. ed.,
Madrid,
1966.
10 Lenin
ha
puesto de manifiesto
esta
dialctica de lo relativo
y lo absolu to
en el
proceso de conocimien
o
en es tree
ha
re lacin con
su
objetividad.
(
La
relatividad de todos nuestros conocimien(')S,
no en el sentido de la
negacin
de la verdad objetiva, sino en el
sentido de la condicionalidad hist rica de los lmites de la apruxi n
a
'
cin ele nuestros conociInientos a egta verdad" falerialiJmn
y
empr
riocriticismo, en Obras
completas
T.
14, ed. es.,
Ed.
Cartago, BuenOS
Aires, 1960, p. 136.)
296
, Finalmffit" ,[ pmp'o M'nnh,im
p,, ',nd,
'""P''''' "
nocimiento objetivo al sostener
que un
social --cuyo
I pensamiento por exce?
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
12/19
cia
definitiva de este planteamiento y solucin es la separa-
cin radical entre hecho y valor, entre ciencia e ideologa, o
entre ciencia y poltica. Esta separacin inspira posteriormen-
te al neopositivismo
y,
en nuestros das, a los filsofos am-
lticos pretendidamente neutrales as como a los tericos de
la "desideologizacin". Dicha separacin fue postulada bal e
varias dcadas, en nombre del marxismo, por los tericos
de
la socialdemocracia alemana
11
y,
recientemente, por Althusscr
y sus disc pulos/
2
Esta lnea de pensamiento que escinde objetividad Y
V,-
lar conduce a
la
negacin del carcter especfico de la objeti-
vidad en
las
ciencias sociales. De acuerdo con ella,
los
objetos
sociales no son simples cosas sino relaciones sociales entre
lilS
hombres aunque
se
presenten como cosas. Pero los helhos
sociales no se suceden con la rgida determinacin de los
aCOll-
tecimientos naturales, sino que
son
hechos en cuya produCCin
pueden intervenir decisivamente los hombres en la medida
que toman conciencia de ellos y se organizan y actan para FO-
ducirlos. Por otro lado, no son slo hechos sujetos a una
derminacin social sino valiosos. Es precisamente esta (Oll-
11 En
su
Concepcin
materialista de la historia
(la. ed. alemana.
tI.
1.2, 1927-1929), Kautsky sostiene inequvocamente esta separacin
l firm r que el materialismo histrico es
una teora
puramente CIen-
tfica que, como tal, no est ligada en modo alguno al proletariado".
12
En sus dos
obras
fundamentales,
pour
Marx (1965) y Lire le
Capital
(1965)
Althusser
emprende
una
vasta
Y
delicada
operdcin
te6rica tendiente a "desideologizar" l marxismo
para
rescatarlo c m
ciencia. En esta empresa,
el
humanismo socialista, tras de ser asimi
lado
al
humanismo
especulativo que
el propio Marx combati, es 3r
r
,,'
jada del campo de
la
teora (de
ah
su famosO
"antihumanismo
(Cn
co") y
conservado o aceptado slo como simple ideologa. Esta
separacin radical
de ciencia
e ideologa, o de
ciencia
y poltica.
el propio seno
del marxismo,
conduce a separar la
ciencia
hislri
c
y social en cuanto tal (el
materialismo
histrico) del
punto l
,ist
a
de clase, del proletariado y de la prctica revolucionaria. En ello ra'
dica
la
"desviacin teari,ta"
que
el
propio Althusser
habra de rCCO-
nacer Y que, ms
tarde,
sobre todo en sus ltimos escritos Rej n
51
a
Lewis, 1973
y
Elements d Autocritique, 1974)
se
esfuerza en superar. /\
.modo
de
ver, sin
lograrlo,
es
decir,
sin
superar
su
:eoriciS11:;
ongmano,
como
tratamos
de demostrar
en nuestro ensayo citado'
t
teoricismo de A/thusser.
298
uncin de hecho y valor, caracterstica del comportamiento
humano,
la que impide tratar cientficamente los hechos como
cosas aunque en ciertas relaciones de produccin se presenten
cosificados. El enfoque positivista de los hechos sociales, par-
tiendo de la escisin entre objetividad y valor, pierde de vista
el carcter especfico de la objetividad en
las
ciencias sociales
y
con ello deja de verlos como realmente son. Por otra parte
la "neutralidad valorativa", al presuponer una visin de la
sociedad en la que las relaciones humanas, sociales, se redu-
cen
a cosas, no
es
menos axiolgica que aquella que por ver,
ante todo, su carcter social, humano, no pretende excluir
un enfoque valorativo.
Tesis 6. Los
1Jalores
que tenemos presentes
l
rechazar la
doctrina de la nelltralidad t'alorativa son los que forman
parte de las ideologas reales, de
clase
Los valores constituyen un elemento fundamental en toda
ideologa: matizan sus elementos cognoscitivos y enmarcan los
fines con
los
que
se
pretende guiar el comportamiento prctico
de los hombres.
3
El destino de las relaciones entre ciencia e
ideologa se juega con respecto a ellos, como lo entendi muy
bien Weber, y no puede escamotearse refirindose a los valores
intrnsecos de la ciencia. Al afirmarse que l cientfio en cuan-
to tal hace juicios de valor ya que debe optar constantemente
una hiptesis y
otra,"
no se puede caracterizar -con ba-
en
ello--
a las ciencias sociales como ideolgicas, pero tam-
13 Sobre los valores, vase el cap.
VI de
nuestra
Etica,
Ed.
Gri-
la.
ed., 1969 (IZa. ed., 1975), Mxico, D. F.
, .
Tesis
sostenida
por R. Rudner en su trabajo; "The
Scientist
qua
Scientist Makes Value Judgements",
Philosophy of Science, 20,
1953. Texto citado por Javier Muguerza, quien
aguda
y certeramente
_limita
su verdadero alcance; la valoracin as entendido no tendra
Por
qu ser valoracin
en
otro
sentido
(moral)
"ni en las ciencias
- urales
ni en las ciencias sociales" ef. Javier Muguerza,
"Etica y
Iencias sociales" en; Filosofa
y
ciencia en el pensamiento espaol
Ed. Tecnos,
Madrid,
1973,
pp.
280-281),
con
lo
que
vez ms,
Rudner
dejara a salvo la "neutralidad valorativa" o
'ideoI6gica",
299
Al
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
13/19
poco se puede esquivar esa caracterizacin. Ciertamente, el valor
as considerado preside la investigacin cientfica,
y
podra sos-
tenerse incluso
que
toda teora elaborada ha requerido toda una
serie de valoraciones. Lo que Bunge llama requisitos de la
teora cientfica o sntomas de la verdad son en definitiva
valores cientficos_
Toda
c(,'lea, en efecto, cuando alcanza l
sistematicidad, simplicidad semntica, consistencia externa, capa-
cidad explicativa, etctera, se instala en el reino del valor (cien-
tfico) . 5 Ciertamente, esos requisitos existen como valores, pe-
ro no son ellos los
que
tiene
en
cuenta
Weber
cuando postula
una ciencia libre de valores ni los que tenemos presente nos-
otros cuando rechazamos la neutralidad ideolgica en las cien-
cias sociales. Son ellos los valores como elemento fundamental
de una ideologa en cuanto que colorean sus ingredientes te-
ricos
y
nutren los fines e ideales que guan la accin.
Se
trata
de los valores sociales (polticos, morales, jurdicos, etctera),
que forman parte de una ideologa prctica, real, de acuerdo
con la definicin dada anteriormente (Tesis
3).
Ahora bien,
cmo se relaciona, se hace presente o
se
trasparenta esta ideo-
loga real, de clase, en las ciencias sociales? Las tesis siguientes
pretenden dar una respuesta a esta cuestin.
Tesis 7. La ideologa es punto de partida, en el sentido de
'fue toda ciencia social se hace siempre desde
y
con
cierta
ideologa.
En primer lugar, las ciencias sociales surgen
en
un marcO
ideolgico dado, determinado a su vez por las relaciones de
produccin dominantes_ Este marco se hace visible en los
su-
puestos filosficos de una teora social o econmica ( acerca
15
Mario
Bunge, Teoria
y
realidad, Ariel, Barcelona, 1972,
pp.
145 Y
ss.
Bunge
se limita
aqu[ a
exponer
estos requisitos que, a nu
es
'
tro
modo
de ver,
pueden
conside rarse como valores cientficos in trn-
secos. Sin embargo, en
un
trabajo
anterior
(Etica
y
ciencia, Siglo x,
Buenos Aires,
1960),
sostiene la tesis
de que
la ciencia
no
puede
ser
ticamente neutral;
es decir, no
puede
sustraerse
al
reino del valor,
en
tendido en este caso corno valor moral y no simplemente como valor
cientlfico intrnseco (Etica
y
ciencia, ed.
cit.,
pp. 29-35.)
300
del mundo, del hombre, de las relaciones del hombre con la
naturaleza, de la necesidad y la libertad, del individuo y la so-
I
i ',d, e , ) .
A,i,
1
ejemplo,
,
onomio
politi , d;,i.
ca descansa en el SUpuesto filosfico de una naturaleza hu-
mana inmutable y egosta.
'6
La concepcin de Parsons de la
i sociedad como sistema que autorregula, sin escisiones ni ten-
siones, su propia unidad, parte de una. ideologa burguesa del
orden, de la conservacin, del equilibrio. Slo una ideologa
revolucionaria proletaria que impulsa a
la
transformacin ra-
dical del orden social, puede inspirar una teora --como la
de
Marx-
que pone
en
el centro la lucha de cIases y la
plusvala.
En segundo lugar, la propia tarea que
se
fijan las ciencias
sociales no puede ser separada de una opcin ideolgica. Lo
que el cientfico social espera de su ciencia variar conside-
rablemente si opta
por
dejar el mundo corno est, o
por
su
transformacin. En un caso puede fijarse una imposible ta-
rea neutral; en
el
segundo, vincular la ciencia a la prctica
social.
En tercer lugar, la ideologa de que se parte se mani-
fiesta igualmente en los problemas que suscita y selecciona
j as como en la preeminencia que adquieren en una teora.
Slo partiendo de sus correspondientes posiciones ideolgicas
se puede explicar el surgimiento y la preeminencia de pro-
blemas
--corno
los de la explotacin, la lucha de cIases y la
revolucin_ en la teora social
de
Marx.
Finalmente,
el
mtodo
que
adopta el investigador no est
exento de supuestos ideolgicos. Los mtodos positivistas, na-
turalistas u objetivistas --como hemos visto implican una
visin ideolgica de la relacin del hombre ante los objetos
sociales. Algo semejante puede decirse tambin del indivi-
dualismo metodolgico (Popper-Watkins) en cuanto que
pre-
10
Sobre este supuesto
filosfi o de
la economa poltica clsica
(la antropologa del horno oeco71omicus), vase nuestro estudio previo
en:
C.
Marx,
Cuadernos de
Pars (Notas
de lectura
de
1844),
Ed.
Era,
Mxico,
1974, pp. 26.27.
lOl
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
14/19
supone poSIClOnes metafsicas y ticas propias de la ideologa
del individualismo
burgus.
Tesis 8. La ideologa impone tambin su marca en
el COI/
tenido mismo de
lar
ciencias sociales.
El
significado de los conceptos
en
las teoras sociales
no
es
unvoco. Vara en funcin de las ideologas a las que
es
tn vinculadas. As sucede con los conceptos de Estado, clase
social, reforma, revolucin, etctera. Pero no slo vara el
tenido de un concepto sino el lugar que ocupa en el sistema
en
que se integra.
Lo
que
en
una teora ocupa
un
lugar s
cundario o no existe pura
y
sencillamente, desempea el
lugar central en otra (as sucede, por ejemplo, con los
con
ceptos de relaciones de produccin , lucha de clases o
plusvala ).
La
ausencia de ciertos conceptos en el conteni-
do mismo de una teora son igualmente reveladoras de posi
ciones ideolgicas. As, por ejemplo,
se
ha sealado en
la
teora social de Parson la ausencia del concepto de imperia-
lismo o la falta de un anlisis sistemtico de la explotacin
o la superficialidad con que se maneja
el
concepto de pro-
piedad .18 Los ejemplos podran multiplicarse asomndonos a
cualquiera de las teoras demogrficas, organicistas o temo-
crticas acerca de los graves problemas de la poca actual. Se
ra difcil no ver aqu el sntoma ideolgic.o de la ausencia
de conceptos-clave.
Por otro lado, tanto estas ausencias como la preeminencia
de ciertos conceptos, entraan explcita o implcitamente jui
cios de valor acerca
de
la realidad social que se preter.de
17 Cf. A este respecto: Poppe r, K.,
La miseria del historicism
o
Taurus, Madrid, 1961,
y
Watkins, J
N.:
Historical Explanaton in
the Social Sciences , en
Theories
01
History
Gardiner, P. ed., The
Free Press, Nueva York, 1959. Para
una
critica del individualismo
me
todolgico, vase: Pedro Schwartz: El individualismo metodolgico y
los historiadores , en:
Ensayo s de filosojEa de
la
cienca.
En torno a
la obra de Sir Karl L Popper, Ed. Tecnos, Madrid, 1970.
1S
Alvin Gouldner,
La
crisis de la sociologa occidental
Amor
rorltl
Editores, Buenos Aires, 1973, p. 53.
302
explicar. Cabe decir incluso que el eje mismo en torno al
cual se estructura la teora queda marcado por la ideologa
(mientras la ideologa burguesa, conservadora, de Parsons pre-
side su sociologa del orden, del equilibrio y la estabilidad,
la ideologa revolucionaria proletaria de Marx recorre, como
un hilo de engarce, toda su teora econmica
y
social, as
como sus investigaciones concretas).
0
Si todo esto
es
as,
el
contenido de
la
teora en las ciencias sociales queda afectado
ideolgicamente no slo en su significado sino en su estruc-
turacin misma.
Tesis 9. La ideologa determina
el
modo
de
adquirirse trans-
mitirse utilizarse las teoras en
las
ciencias socialeJ.
En la medida en que la investigacin (particularmente los
anlisis concretos) se hace dentro del sistema de institucio-
>
nes correspondiente y en la medida en que estos apartas ideo-
lgicos oficiales responden a las necesidades
y
tareas de la cla-
se dominante, la investigacin social se halla determinada por
la ideologa de esta clase. Lo mismo cabe decir de la ense-
1
anza de estas ciencias. Los planes de estudio, el predominio
de una u 'otra concepcin en las ciencias sociales e incluso la
separacin dentro de la Universidad, o en una misma escuela
lO Sobre el contenido ideolgico burgus de esta sociologa par-
soniana de orden
y
del equilibrio, vase:
A.
Gouldner,
op. cit.
pp.
138-142
y
233236.
20
Toda la obra de Marx y especialmente sus dos descubrimientos
capitales, segn Engels: la concepcin materialista
de
la historia
y
la teora de la plusvala, no pueden en tenderse si no se ven ante todo
Como descubrimientos buscados
por
un revolucionario y no simplemen-
r, te por un cientfico en su gabinete de estudio. Por ello, escribe Marx
i
refirindn,e a El Capital en
su
postfacio a la segunda edicin ale-
mana: No poda apetecer mejor recompensa para mi trabajo que la
rpida
comprensin que
El
Capital ha encontrado en amplios secto.
res de la dase obrera alemana . El
Capital
trad. de W. Roces, Fondo
de Cultura Econmica, T. r 3a. ed. esp., Mxico, 1964, p. XVIl).
Por qu habra de ver la mejor recompensa ah y no en la comu-
l nidad cientfica, 3 no le hubiera inspirado ante todo la re-
i> , \Tolucionaria
proletaria?
Esto es tan vidente
que parece
innecesano sc-
Jalarlo;
sin
embargo,
a
la
vista e ciertas
recadas
cientifistas
del
1:
marxismo, no est dems recordarlo.
303
-
7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.
15/19
o facultad entre teora de la historia, economa, sociologa
y
teora poltica
se
traduce en una fragmentacin de la visin
del todo social que impide tener un conocimiento de sus con
traniciones e instancias fundamentales, as como de los factores
determinantes y agentes decisivos del cambio social. Esto Con
duce, en los anlisis concretos, a enmascarar las verdaderas
causas o races sociales de los problemas. Las mltiples in
vestigaciones actuales acerca de la delincuencia juvenil, la
dro
gadiccin, la violencia callejera, criminalidad, etctera, tienen
por base una divisin del trabajo cientfico social en esferas
autnomas que impide captar las causas y races que slo
pue
den encontrarse en un anlisis concreto, total. En cuanto
al
uso de las ciencias sociales, cada vez mayor a partir de
la
se
gunda guerra mundial, se halla directamente determinado por
exigencias ideolgicas. Baste sealar el empico de los cient-
ficos sociales no ya en las universidades e institutos de
in
vestigacin sino al servicio directo del aparato poltico y mi
litar del Estado, de lo que es un ejemplo elocuente la utili-
zacin en gran escala de
los
cientficos sociales en la guerra
de Vietnam_
2 t La situacin
de
las ciencias sociales en las instituciones corres-
pondientes vara notablemente
en los pases capitalistas desarrollados
y
en
los pases
dependientes, de
Amrica
Latina. Mientras en
los
pri
meros se registra
una
tendencia a su crecimiento
dentro
de los linea-
mientos ideo16gicos
del
sistema, es decir, justificando las relaciones de
dominacin
y
explotaci6n
y
mellando
su filo crtico,
en
los pases de
pendientes,
en Amrica
Latina,
su desarrollo
es raqutico
o tolerado
en
cuanto que las ciencias sociales pueden ser manipuladas y manteo
nidas al
margen
de los problemas vitales de
la
realidad nacional
y
social.
Ahora bien, cuando
esto
no
es posible, las ciencias desaparecen
lisa y
llanamente
o
se
las coloca
en una
situacin
precaria
dentre>
de
la docencia universitaria y de la investigaci6n. Sin embargo, en los
ltimos aos se han producido
en
Amrica Latina importantes
inves
tigaciones
que promueven
el conocimiento y la
crtica
de la realidad
social y
de
los mecanismos
de
explotacin.
Igualmente cobra cada veZ
mayor fuerza la tendencia a
una
enseanza y utilizaci6n social de estaS
ciencias acorde con los intereses y las necesidades de las ms amplias
capas
populares. Pero todo esto se
produce
a
despecho del
sistema y
en la mayora de los casos, con Su franca oposicin.
22
La
utilizaci6n
puramente
ideol6gica
de
los
dentficos
sociales
por las clases dominantes no es,
en modo alguno,
un hecho nueVo.
304
Tesis 10. Ninguna teora social
es
absolutamente autnoma
respecto a l ideologa y por ello no
h y
ni puede haber
ciencia social ideolgicamente neutral
Esta tesis es una conclusin de las anteriores.
No
se trata
de una norma (de lo que deben ser
las
ciencias sociales, sino
de
10
que efectivamente
son).
Puesto que la ideologa influ-
ye en la seleccin de sus problemas fundamentales, en la
fi-
jacin de sus conceptos centrales, en el modo de concebir
su
Desde
que Napolen se
rodea de
sus egipt6logos en la
antigua tierra
de
los faraones para
no
hablar
ya
de
los
conquistadores
que en
Am-
rica se
hacen acompaar
de sus alquimistas
ideolgicos
en cuestiones
de
naturaleza
humana ,
salvadn del hombre y
sanciunamiento
de
las relaciones
de
dominaci6n, a los cientficos sociales se les
ha pedido
que aporten
medios racionales de justificacin de los actos
de
explo-
tacin
y
dominio.
Toda una
ciencia
social la antropologa- surgi
en
el siglo XIX como una ciencia colonial, respondiendo a las exigen.
cias
de
la
colonizacin europea
de otros
continentes;
no es casual que,
en
sus orgenes, fuese
ante
todo inglesa. Sin
embargo,
el uso ideol6gico
institucionalizado
de
las ciencias sociales
vinculado no
slo con
el apa-
rato econ6mico y poltico sino incluso con el
militar
s es un hecho
recien te; surge sobre todo despus de la segunda guerra
mundial,
con
la
potencia imperialista que desata
la guerra
fra y
las
guerras
ms
o menos calientes; surge
exactamente en
los Estados
Unidos
y con-
cretamente en relacin con la
guerra
de agresin en
Vietnam
y la
lucha contra
las guerrillas en el sudeste asitico. As vemus las in.
vestigaciones sociales
encuadradas
en los planes
de
la Divisi6n
Jasan,
directamente dependiente del
Pentgono.
Desde 1958,
esta
Divisi6n
que cuenta entre Sus miembros
con no menos
de
cinco
Premios Nobel
en
fsica,
acta
como un verdadero Estado
Mayor
de la
comunidad
cientfica,
cerca del
Pentgono, pugnando
por
incorporar
a los esfuer-
Z s
blicos del
imperialismo
yanqui no s610
a fsicos
eminentes
sino
tambin a investigadores sociales de diversas ramas (socilogos, dem6-
grafos, antroplogos, psic610gos,
etctera).
El arco de su actividad
comprende
desde las investigaciones
para construir detectores
electr6-
nicos de
las tropas enemigas
(vietnamitas) hasta
la
preparacin
de
,proyectos socio16gicos para la mejor
aplicacin
de la tctica an tigue.
rrillera
en
Tailandia. (Sobre
las actividades
de la
Divisi6n Jasan, en
las que debieran meditar os cientficos que todava hoy se
resisten a aceptar las vinculaciones
de
la ciencia con
la
ideologa do-
minante,
particularmente
en las ciencias sociales, vanse dos imp?r-
tan es
artculos que
nosotros
hemos
tenido en cuenta: Daniel
clLa institucin cientfica
garante
del orden ; Julien Brunn, TrabajO
cientfico
y estrategia militar ,
ambos
puulicados
en Les
Temps Mo-
dernes, nm.
320,
Pars, 1973.)
305
-
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propio objeto e incluso en el contenido interno de sus teo-
ras de que no pueden descartarse ciertos juicios de valor, las
ciencias sociales no pueden ser separadas
de
la ideologa. Esta
presencia de las ideologas impide su autonoma absoluta, pero
el
peso de ella vara de acuerdo con e aspecto que se con-
sidere: gnesis, contenido o funcin. Mayor en su gnesis y
formacin que
en
su contenido donde las exigencias de la
cientificidad
impone
limitaciones
que
la ideologa
no
puede
saltar; mayor an en su uso o funcin, en el que se pone de
manifiesto claramente su subordinacin, como forma de acti-
vidad
humana,
a necesidades ,ociales.
Tesis 11. Si bien 1 0 existe al margen de la ideologa que
la determina, .fubyace, o
.fe
manifiesta
en
ella, la ciencia .focial
es
utnom en cierto grado' e irreductib le a esa ideologa.
No
obstante el papel antes sealado (Tesis 8) de la ideo-
loga en e contenido interno de la teora social (en la cs-
tructuracin, significacin y preeminencia, irrelevancia o ausen-
cia de ciertos conceptos), los requisitos de sistematicidad Y
ordenacin lgica impuestos por la cientificidad, establecen un
marco estructural que no puede supeditarse a exigencias ideo-
lgicas. Esos requisitos imponen a la ciencia social cierta
autonoma y le impiden disolverse en ideologa a menoS
que se niegue a s misma como ciencia. Por otra parte, menO
toda ciencia, es un cuerpo de verdades y, en cuanto tal,
es
decir, como conocimiento
verdadero
y objetivo,
es
autnoma
respecto de la ideologa. Esto significa que e valor de ver-
dad de una tema no depende de la ideologa
que
ha per-
mitido descubrirla, que se hace presente o se transforma en
su contenido interno o que impone cierto uso o funcin prc-
tica de ella. Ciertamente, la ideologa burguesa en determI-
nadas fases histricas ha contribuido a la constitucin de la
ciencia moderna, y en el campo de las ciencias sociales ha pero
mitido a la economa clsica inglesa, por ejemplo, e des
CU
'
brimiento
de
una
serie
de
verdades
(como
la teora del va'
lar). Ahora bien, la validez de esos elementos verdaderos nO
306
depende
de dicha ideologa burguesa. De igual manera,
el
valor
de
verdad de la teora
de
la plusvala, de Marx,
no
de.
pende
de la ideologa revolucionaria, proletaria,
que
ha hecho
posible su descubrimiento y su funcin prctica como instru-
mento terico para dar a
la
clase obrera conciencia
de
su ex-
plotacin. Depende, como la verdad de toda teora,
de
su ob-
jetividad; es decir, de su capacidad de reproducir adecuada-
mente una
realidad social. La ideologa
por
s sola, es decir,
sin la actividad y los requisitos propios de la ciencia no es la
verdad
ni tampoco la
garanta de
que
pueda ser
alcanzada.
Es indudable que la ideologa condiciona la aceptacin o
el
rechazo
de una
teora social o econmica, como lo atestigua
fehacientemente la citada teora de l plusvala de Marx. Pe-
ro su validez cognoscitiva es independiente de la ideologa
implcita en esa aceptacin o en ese rechazo. En este sentido
; carece
de
base
hablar de
ciencia
burguesa
o ciencia "pro-
; letaria",
aunque lo
hayan hecho as en
el
pasado, tervi/iersan-
j,do el marxismo, los tericos del
Prolet-Ktll ,
o cierta interpre-
,tacin jdanoviana
(staliniana)
del materialismo histrico. y
: esto que es muy comprensible cuando se trata de ciencias for-
',males y naturales, es igualmente vlido en las ciencias so-
:ciales. En cuanto a su valor de verdad, no hay diferencia al-
guna entre
una teora fsica y una teora social. Y cuando
ise
habla ---como hace arx de economa poltica blltgtleJct
el calificativo apunta ms bien a la ideologa que la inspira
1
subyace en ella, sin
que por
ello se haga
depender
su va-
to
r
de verdad o su falsedad de dicha ideologa. Naturalmente,
no le impide
a Marx subrayar
que
los lmites cognosci-
'tjvos con que tropieza dicha economa no son simplemente
gnoseolgicos, sino lmites impuestos por
la
ideologa
(lmites que le impiden,
por
ejemplo, desarrollar
la
teora del valor hasta sus ltimas consecuencias y desembocar
en la teora de la plusvala). Hay, pues, una autonoma re-
lativa de la ciencia social respecto de la ideologa o irreduc-
ijbilidad
de
lo cientfico a lo ideolgico,
que
lejos
de
excluir
Presupone
la
relacin antes sealada entre ciencia e ideologa.
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Tesis 12. La
doctrina de la l/neutralidad ideolgicd' o
va
_
torativa en las ciencias sociales, cualesquiera que sean laJ
intenciones de quienes la defienden,
es
una forma
de
la ideo-
logia burguesa J como tal, tiende a ;ustificar la irresponsa-
bilidad moral, politica y social del cientifico.
A diferencia de la teora cientfica de la ideologa que
sostiene el materialismo histrico, la doctrina de la neutra-
lidad ideolgica no proporciona un conocimiento acerca
de
la gnesis, estructura funcin de la ideologa. Es ideologa
en
el
sentido de conciencia falsa acerca de un fenmeno
social, y con su pretensin de separar la ciencia social (como
valor en s) del resto de
los
valores (morales polticos
fun-
damentalmente) de aislarla de la prctica, de la poltica efec-
tiva principalmente, cumple la funcin social de acotar en las
instituciones de enseanza de investigacin un terreno veda
do a la crtica de las relaciones sociales burguesas dominantes.
Por otro lado, con su escisin de objetividad
y
valor, sanciona
a
su vez
la escisin entre el cientfico social el ciudadano,
en virtud de la cual la actividad del primero queda sustrada
a todo juicio de valor (moral, poltico o social) en tanto que
slo como ciudadano puede ser sujeto objeto de semejante
valoracin. La doctrina de la neutralidad ideolgica o
de la
ciencia libre de valores permite as al cientfico
qua
cien
tfico no asumir la responsabilidad por las consecuencias mo-
rales, polticas o sociales de su enseanza o su investigacin.
De este modo, dicha doctrina viene a soldar en una Y la
misma persona su irresponsabilidad como cientfico su res-
ponsabilidad como ciudadano. (Ejemplo elocuente: el
doble
comportamiento de los cientficos norteamericaons que, por U
lado, contribuan con su actividad cientfica a la guerra en-
minal contra
el
pueblo de Vietnam, en tanto que por otro
firmaban declaraciones de protesta contra dicha
23
Esta ausencia de principios de los miembros del
grupa
Jaso
est presente tanto
en
el
plano de
sus actividades como
en
el de sus
anlisis.
Toman
parte en los esfuerzos de la guerra, pero al
mismO
tiempo firman peticiones exigiendo el cese de esos esfuerzos ..
.
Se
trata
de
un
mtodo de comportamiento y
de
anlisis
sos
Ahora bien,
si
cada quien
es
responsable de sus actos
en
la
sociedad en cuanto que afectan a otros.
no
hay ninguna ra-
zn para que el cientfico social
se
presente,
al
amparo de una
neutralidad ideolgica o valorativa , como
el
ser humano
excepcional privilegiado que, al ejercer su actividad propia,
no tiene por qu responder de sus consecuencias. puesto
que, en definitiva, tal neutralidad
no
existe, la doctrina que
ampara
la
irresponsabilidad del cientfico social no
es
sino
una forma de la ideologa burguesa destinada a servir al
sis
tema que se beneficia
con
semejante neutralidad
Tesis 13.
La doctrina del
ufin de
las ideologas es igual-
mente una forma de la ideologa burgl/esa en las condicio'nes
del actual capitaJismo monopolista destWfollado o
de
la lla-
mada
r
sociedad industrial .
La doctrina del fin de la ideologa , que aflora sobre
todo en los Estados Unidos al iniciarse la dcada del 60, se
presenta por sus principales exponentes (Bell, Lipset y otros)
como una exigencia de la sociedad industrial ; la organiza-
cin direccin racional de semejante sociedad requiere se
gn elIos- un enfoque cientfico-tcnico de los problemas so
ciales consecuentemente la liberacin de toda
do . .
el mtodo del
vatue-Iree,
libre de juicios de
valor
(Julien Brun,
artculo
citado).
24 Fue en
1955, en pleno hervor
de
la
guerra fra y
durante
una
conferencia, en Miln, del llamado Congreso por la Libertad de
la
Cultura
--de tan
infausta memoria
para
los intelectuales
aman-
tes de la
libertad
que,
duran
te algunos aos, mordieron el anzuelo
que turbiamente
se
les
tenda-, cuando
se habl
por primera
vez del
fin de
las ideologas . Entre los que apadrinaron
tan
turbio naci-
miento estaban Raymond Aran,
quien
aos ms tarde
habra
de re-
clamar la paternidad de la frase
fin
de la
era
ideolgica (en un
articulo suyo en
Preuves,
nm. 169, Pars,
1965),
as como los soci-
logos
y
filsofos norteamericanos Daniel Bell, Seimour M. Lipset,
Arthur
Schlesinger y
E.
Shils. Las tesis del
fin
de las ideologas
e desarrollaron, constituyendo
un
verdadero cuerpo doctrinal, pocos
aos despus, en 1960, en dos libros: Daniel Bell,
The nd
01
On the Exhaustation 01 Politieal Ideas in the Pifties,
Glencoe, IlhnOls,
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De este modo,
la
ciencia social, as liberada, se convierte en
"ingeniera" o "tecnologa social", capaz de resolver los gran-
des problemas
de
la sociedad sin el influjo perturbador de
la
ideologa. La vieja aspiracin weberiana de
una
"ciencia
libre de valores" se vuelve as la aspiracin de una "cien-
cia libre de ideologas". Las ciencias sociales, al liberarse de la
ideologa, alcanzan su pleno estatuto cientfico y
--como
las
ciencias
naturales-
permiten desarrollar una tecnologa ba-
sada en ellas: Al mismo tiempo, es justamente el avance de
la ciencia y
la
tcnica,
lo
que lleva a descartar el papel de la
ideologa en esta sociedad "desarrollada"; la ideologa se ad-
mite slo fuera de ella, como propia de pases atrasados que,
carentes de una ciencia y una tcnica avanzadas, tienen que
valerse de ideologas en. sus proyectos de transformacin so-
cial. Ahora bien, siguen sosteniendo los tericos del fin de
las ideologas" que, en la "sociedad industrial", dado su alto ni
vel cientfico Y tcnico, no se necesita ya
la
ideologa, sino
pura y simplemente una "tecnologa social", capaz de poner
en
prctica ambiciosos programas de reforma
socia1.
25
y S. M. Lipset ,
Political
Man, The
Social Bases of Politics, Garden
City, Nueva York. Desde entonces esta doctrina se
ha
desarrollado hasta
convertirse en una tendencia influyente dentro de la sociologa bur-
guesa actual, particularmente en Estados Unidos, junto con otras co-
rrientes tericas afines, como las de la "sociedad industrial nica" o
de la
nueva
sociedad industrial" (R.
Aran
y J.
Galbraith), la de las
"fases del cre cimiento econmico" (W. Rostow)
Y
la de la "conver
gencia de los dos sisternas mundiales " (capit alismo y socialismo).
Textos con posiciones opuestas
en
torno a la
doctrina
del
fin
de
las ideologas" se encuentra en la recopilacin: C. I Waxman
(ed.),
The
End
of Ideology Debate,
Nueva
York, 1968. Las tesis de esta
doctrina
son sometidas a
un
anlisis crtico
en
el libro ya citado del
socilogo polaco J
Wiatr,
i Declinacin de la era de las ideologas',
Varsovia,
1966
(desgraciadamente no traducido al espaol) y en el oel
socilogo sovitico L. Moskvichov,
Teora de la desideologizacin :
ilusiones y realidad (versin
en
espaol,
Ed.
Progreso, Mosc,
1974)
Una crtica de esta
doctrina en
relacin con el cuntexto poltico nor-
teamericano,
se encuentra
asimismo
en
el ensayo: Stephen W. Rous
seaS
y James Farganis, La poltica
norteamericana
y el fin de las ideO-
logas" (en I Horowitz: La nueva socio logIa, t. Il, Amorro
rtu
, BuenOS
Aires,
1969).
25
La
"ingeniera socia " fue propuesta
por Karl
Popper (en
sus
obras The poverty of
Historicism, 1961;
The Open
Society
and ts
3 Q
Ahora bien, basta considerar los objetivos de estos progra-
mas sociales, su carcter reformista burgus, la eliminacin
de
toda solucin que afecte a los fundamentos
y
estructuras de la
sociedad capitalista, as como la marginacin de
toda
inter-
vencin activa de las clases oprimidas
y
explotadas en la con-
l cepcin y decisin de esos proyectos de transformacin, para
f comprender su carcter burgus, as como la naturaleza ideo-
,
lgica de la doctrina del fin de las ideologas" o de la "des-
ideologizacin" con que se pretende justificar la poltica re-
formista de aplicacin de las ciencias sociales como "tecnolo-
ga" o "ingeniera social".
El entierro de la ideologa a manos de la ciencia y la tc-
nica que se pretende con esta nueva doctrina no es sino una
nueva forma de la ideologa burguesa, estrechamente empa-
rentada por su funcin con la de la "neutralidad ideolgica".
Lo que se trata de enterrar es, en definitiva, toda ideologa
Enemies, 1962, Y Conjeetures
and
Refutations, 1963, de
todas las cua-
les
hay
edicin
en
espaol) como
una
alternativa reformista a la po-
ltica revolucionaria,
propugnada
por el marxismo. Tras de condenar
como utpicos los intentos (marxistas) de reconstruir radicalmente la
sociedad como un todo (o, como l dice la realizacin de bienes abs-
tractos , Conjectures and Refutations, p. 361), propugna "establecer
la felicidad" no por "medios polticos" sino desplegando "nuestros
esfuerzos privados" ibidem, p. 361) para poner en prctica medidas
parciales y directas (como
por
ejemplo,
crear
hospitales) encaminadas
a combatir "males concretos".
Ingenuidad
de filsofo social o com-
plicidad con el sistema y repudio ideolgico de los intentos revolucio-
narios --que
por
otro lado no son incompatibles con la lucha por ver
daderas
reformas sociales- de transformar la sociedad "como un to-
do ? De la doctrina del "fin de las ideologas" a la
de
la "ingeniera
social" no hay ms que un paso, ya que la aplicacin de criterios
cientficos y tcnicos, a expensas de
los
ideolgicos, a cuestiones so-
ciales
se
presenta como
la
consecuencia obligada,
una
vez
que se ha
. sentado la falsa premisa del "fin de las ideologas" en la
era
de la
sociedad industrial y de la revolucin cientfico-tcnica. En realidad,
con la teora de la "ingeniera social" y con las medidas
adoptadas
en
nombre de ella lo que
se
hace
es
propugnar y aplicar el ms craso
reformismo, que a diferencia del de la socialdemocracia, es clara e
\ inequvocamente burgus. (Sobre las relaciones entre esta ideologa del
fin e las ideologas
y
u correspodiente ingeniera sociaF'
y
el
Establishment
norteamericano, vase el artculo antes citado de
S.
W.
R.ousseau y
].
Farganis, en:
r
Horowitz, La
nueva sociologa,
t. II,
ed. cit., pp.
39-62.)
311
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revolucionaria y con ello el pape que le corresponde como
gua
de
la accin
de
las fuerzas revolucionarias en la trans-
formacin de la sociedad en
una
poca en
que
e capitalismo
padece su peor crisis. Por ello, los programas
de
reforma
so-
cial
mediante
la
"tecnologa
social"
basada en
las ciencias
so-
ciales, se presentan como alternativa a
la
prctica revolucio-
naria de
las masas, basada en el conocimiento cientfico de
la realidad social, y guiada
por
una ideologa cuya muerte se
proclama bajo e
manto
del "fin
de
las ideologas". Con esta
doctrina se trata, en definitiva,
de
contribuir a
mantener las
relaciones
de
produccin y e poder
en
las condiciones
de
un
capitalismo monopolista, cuyo
monopolio
econmico se preten-
de convertir en ideolgico, al proclamarse el fin de todas
las ideologas, excepto, claro est, la que subyace en la
doc-
trina
burguesa misma del "fin de las ideologas".
Tesis
14
Y ltima. a doctrina de la "neutralidad ideol-
gica" ya sea en la forma clsica
de
la n ciencia libre
de
nt-
lores" o de la ms reciente de "ciencia libre de ideo o8
ar
"
es una manifestacin de la ideologa burguesa ante la Clftrl
el cientfico racial no puede .rer indiferente.
Puesto que, como hemos visto, la
neutralidad
ideolgica
es
imposible ya
que
la ideologa influye o se hace presente, eo
un
sentido u otro, en el surgimiento
de una
teora, en la bs'
queda de la verdad, en el contenido interno de la teora mis'
ma
y
en
el uso o funcin prctica
de
la ciencia social, optar
por la "neutralidad" o la "liberacin" de la ideologa es op'
tar por
cierta relacin (conservadora, del
sta/u
quo con
el
mundo social. Se trata
de
una opcin
de
valor no
por
la cieo'
cia
en
cuanto tal, sino
por
la funcin que
la
ciencia social
puede
cumplir
con respecto a
lapdctica
social, y
por
tanto
con relacin a la prctica misma. Se trata, pues, de una op-
cin
no puramente
cientfica, sino ideolgica.
Despus
de
SU
insercin cada vez mayor en los aparatos ideolgicos del Es'
312
d 1 1 1
:.
ta o, e IOC uso en os aparatos mI tares y
i
\
,j:
i
puede
haber ya s i es
que
aLguna vez la
sociaL inocente."6
de informaci6n, no
hubo--
una ciencia
26
Por supuesto,
al
destacar aqu
la
insercin
cada
vez
mayor de
la ciencia sucial institucionalizada en el aparato politiCe y
militar
del
; Estado, sobre todo en los Estados Unidos, nn se desCO l()(,t 'Il los es-
fuerzos, incluso en ese pas)
de
un
buen
nnlero de culti\'adores so-
ciales
que no
slo tratan de
escapar
de- esa insercin sino
que
luchan,
n
mayor
o
menor
grado, contra ella. En este
misll
10
sentido) (obra un
:'felieve especial el clnpeo
de un
sector
importante
de 10." trabajadores
latinoamericanos de
la
ciencia social que (desde la docencia y la in.
Vestigacin)
procuran
vincular su labor con las prcticas sociales trans-
,formadoras inspirados l JOf una ideologa revolucionaria de la liberaciII
ttlacio
n
al
y
social. Todo esto no hace sino confirmar, una ve' Ins, b
lVacuidad de Ins intentos de confinar la ciencia sorjaI
en
el
reino
de
tn Supuesta "neutralidad ideolgica", l)ue, en definitiva" corno
hemos
de Jemostrar, slo encubre el
elnpeu
de "idc()Iogizar" a la
rencia en un sentido burgus.