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1 LA IMPLEMENTACIÓN DEL CUADRO DE MANDO INTEGRAL EN ORGANIZACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS PORTUGUESAS: FACTORES RELACIONADOS CON LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y GESTIÓN Patrícia Rodrigues Quesado Professora da Escola Superior de Gestão Instituto Politécnico do Cávado e do Ave Beatriz Aibar Guzmán Profesora Titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Universidad de Santiago de Compostela Lúcia Lima Rodrigues Professora Associada da Escola de Economia e Gestão Universidade do Minho Área temática : D) Contabilidad y Control de Gestión Palabras-Clave : Cuadro de Mando Integral; Contabilidad y Control de Gestión; Portugal. 53d

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LA IMPLEMENTACIÓN DEL CUADRO DE MANDO INTEGRAL EN

ORGANIZACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS PORTUGUESAS: FACTORES

RELACIONADOS CON LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y GESTIÓN

Patrícia Rodrigues Quesado

Professora da Escola Superior de Gestão Instituto Politécnico do Cávado e do Ave

Beatriz Aibar Guzmán

Profesora Titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Universidad de Santiago de Compostela

Lúcia Lima Rodrigues

Professora Associada da Escola de Economia e Gestão Universidade do Minho

Área temática: D) Contabilidad y Control de Gestión

Palabras-Clave: Cuadro de Mando Integral; Contabilidad y Control de Gestión; Portugal.

53d

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LA IMPLEMENTACIÓN DEL CUADRO DE MANDO INTEGRAL EN

ORGANIZACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS PORTUGUESAS: FACTORES

RELACIONADOS CON LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y GESTIÓN

Resumen

La presente comunicación tiene como objetivo identificar y analizar un conjunto de variables

que pueden potencialmente influir en la adopción del Cuadro de Mando Integral (CMI) en las

organizaciones públicas y privadas portuguesas. Definimos un conjunto de hipótesis de

investigación relativas a variables relacionadas con los sistemas de información y gestión, y

para comprobar empíricamente las hipótesis formuladas hemos recurrido a los datos

obtenidos mediante la aplicación de un cuestionario postal a 591 organizaciones públicas

(ayuntamientos, hospitales, empresas municipales y empresas intermunicipales) y 549

organizaciones privadas (grandes empresas y pequeñas y medianas empresas)

portuguesas, con una tasa de respuesta total del 31,3%.

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1. INTRODUCCIÓN

En los últimos años se han registrado alteraciones del orden económico. El mercado,

dominado por la demanda, la internacionalización y globalización, la innovación, las crisis y

los cambios ha supuesto un nuevo marco de actuación para las organizaciones, exigiendo

nuevas formas y estructuras de gestión y nuevos modos y procesos de toma de decisiones

que potencien el aprendizaje permanente y el ajuste continuo de la organización a su

entorno. Así, en las últimas décadas se han desarrollado nuevos modelos y herramientas de

control de gestión que combinan medidas financieras y no financieras con el objetivo de

mejorar la vinculación entre la estrategia y la medición del desempeño entre las que destaca

el Cuadro de Mando Integral (CMI).

La presente comunicación tiene como objetivo identificar y analizar un conjunto de variables

que pueden potencialmente influir en la adopción del CMI en las organizaciones públicas y

privadas portuguesas. De acuerdo con este objetivo, hemos estructurado el trabajo de la

siguiente forma: inicialmente se exponen brevemente algunos aspectos teóricos relativos a

las características del CMI. Con esta base, se presenta el estudio empírico realizado y las

principales conclusiones obtenidas.

2. EL CUADRO DE MANDO INTEGRAL

A principios de la década de los noventa Kaplan y Norton (1992, 1993) desarrollaron el CMI,

en respuesta a las críticas de que, en el nuevo entorno empresarial, los sistemas clásicos de

información y control de gestión eran demasiado simples y carecían de un enfoque

estratégico. Así, el CMI se ha planteado como una herramienta de gestión capaz de mejorar

el sistema de información de la empresa y responder a los cambios registrados en el

entorno, proporcionando a los gestores información relevante y necesaria para evaluar el

desarrollo de la estrategia y tomar decisiones. El modelo original desarrollado por Kaplan y

Norton (1996), identificaba cuatro áreas cruciales para cualquier tipo de organización: (1)

aprendizaje y crecimiento; (2) procesos internos; (3) clientes y (4) resultados financieros.

Estas perspectivas establecerán los parámetros necesarios para la gestión de la empresa y

deberán permitir el equilibrio entre:

(a) objetivos a corto, medio y largo plazo;

(b) medidas externas (centradas en los accionistas y clientes) e internas (centradas

en los procesos críticos de innovación, aprendizaje y crecimiento);

(c) resultados deseados e inductores de rendimiento (vectores del desempeño);

(d) medidas objetivas y subjetivas; y

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(e) medidas financieras y no financieras.

Además, estas perspectivas deberán estar interrelacionadas a fin de reflejar la cadena de

relaciones causa-efecto, por lo que su ordenación (de la cúpula hacia la base) estará

influenciada por la misión y la estrategia de la organización.

3. ESTUDIO EMPÍRICO

3.1. OBJETIVOS

El objetivo principal de este trabajo ha sido identificar y analizar un conjunto de variables que

pueden potencialmente influir en la adopción del CMI en las organizaciones públicas y

privadas portuguesas. En concreto, nos propusimos identificar y analizar variables

relacionadas con los sistemas de información y gestión: las Tecnologías de Información (TI);

las medidas financieras y no financieras; los sistemas de incentivos y recompensas y las

prácticas presupuestarias.

3.2. METODOLOGÍA

Como medio básico para la recolección de los datos hemos optado por la realización de una

encuesta postal a través del envío de un cuestionario a una muestra de organizaciones

privadas y públicas que operan en Portugal.

La población objeto de estudio estuvo formada por grandes empresas y pequeñas y

medianas empresas (PYMES), ayuntamientos, empresas municipales (EM), empresas

intermunicipales (EIM) y hospitales públicos pertenecientes al Sistema Nacional de Salud

(SNS), integrando un total de 1140 organizaciones: las 388 mayores empresas portuguesas,

161 PYMES excelencia-industria, 308 ayuntamientos, 222 EM/EIM y 61 instituciones

hospitalarias (39 hospitales clasificados como Entidades Públicas Empresariales (EPE) y 22

hospitales clasificados como Sector Público Administrativo (SPA)).

En el caso de las grandes empresas hemos utilizado la base de datos de las 500 mayores y

mejores empresas portuguesas clasificadas en función de su volumen de ventas publicado

en la edición especial de la “Revista Exame” referida al año 2007. En lo que respecta a las

PYMES, decidimos seleccionar únicamente las pertenecientes al sector industrial que fueron

clasificadas como excelentes en 2000 y 2001 (los dos últimos años en que se realizó dicha

clasificación). En lo que concierne a las organizaciones públicas, decidimos seleccionar

todos los ayuntamientos, EM/EIM y hospitales públicos portugueses.

Los cuestionarios fueron testados durante el mes de marzo de 2009 por elementos

pertenecientes a la población a investigar así como por académicos conocedores del tema

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en estudio y con amplia experiencia en el diseño y realización de investigaciones a través de

encuestas.

La fase de recogida de la información tuvo lugar entre abril de 2009 y marzo de 2010 y los

datos recogidos se han tratado estadísticamente con recurso al programa SPSS (Statistical

Package for the Social Sciences – versión 17). De los 1.140 cuestionarios enviados

obtuvimos 357 respuestas, lo que corresponde al 31,3% del total de la población. Estos

cuestionarios se distribuyen de la siguiente manera entre las distintas organizaciones

encuestadas: 107 grandes empresas (tasa de respuesta del 27,6%), 48 PYMES (tasa de

respuesta del 29,8%), 100 ayuntamientos (tasa de respuesta del 32,5%), 87 EM/EIM (tasa

de respuesta del 39,2%) y 15 hospitales (tasa de respuesta del 24,6%1). En general, estas

tasas de respuesta pueden considerarse satisfactorias en comparación con otros estudios

similares. La mayor tasa de respuesta corresponde a las EM/EIM, seguida de los

ayuntamientos, las PYMES, las grandes empresas y, por último, los hospitales.

3.3. HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN

En este apartado planteamos las hipótesis de investigación empírica, identificando posibles

factores determinantes de la implementación del CMI en las organizaciones, ya sean

públicas o privadas. Dichos factores están relacionados, como comentado con anterioridad,

con los sistemas de información y gestión.

a) Tecnologías de información (TI)

Los avances en las TI han impulsado la innovación y el cambio en los procedimientos

utilizados en la recogida, medición, análisis y comunicación de información en las

organizaciones. Estos cambios han motivado a su vez cambios en los sistemas de

Contabilidad de Gestión (Atkinson et al., 1997; Burns y Vaivio, 2001). Así, la estructura

contable puede estar relacionada con el tipo de TI utilizada por la organización, donde TI

más complejas favorecen la introducción de técnicas avanzadas de Contabilidad de Gestión.

Por otro lado, la falta de sistemas de TI ha sido señalada frecuentemente en la literatura

como un obstáculo para la implementación de sistemas de medición y gestión del

desempeño sofisticados, como el CMI (Khandwalla, 1972; Luthans, 1973; Innes y Mitchell,

1990; Simons, 1990; Covaleski et al., 1996; Langfield-Smith, 1997; Atkinson et al., 1997;

Krumwiede, 1998; Otley, 1999; Aparisi y Ripoll, 2000; Burns y Vaivio, 2001; Gumbus y

Lyons, 2002; Chenhall, 2003; Cavalluzzo e Ittner, 2004; Santos, 2006; Garengo y Bititci,

2007; Lucianetti, 2008; Pimentel y Major, 2009). En este sentido, Krumwiede (1998) sugiere

que las organizaciones con mejores TI pueden ser capaces de poner en marcha nuevos 1 28,2% hospitales EPE y 18,2% hospitales SPA.

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sistemas de medición con más facilidad que aquéllas con sistemas de información menos

sofisticados, dando lugar a una relación positiva entre las capacidades del actual sistema de

información y el éxito de la implantación del CMI.

La importancia de las TI en la implementación del CMI puede ser aceptada fácilmente si se

piensa que el CMI es una herramienta que exige una constante actualización de datos para

garantizar el seguimiento de las acciones realizadas y la evaluación de si, efectivamente, se

está avanzando hacia el logro de los objetivos, permitiendo la transferencia y comunicación

de los datos en tiempo real. Leauby y Wentzel (2002) señalan que las TI facilitan la

automatización de la implementación y desarrollo del CMI así como la recogida y divulgación

de datos.

Existen muchos softwares informáticos, desarrollados por la propia organización o por

empresas especializadas, que facilitan el proceso de desarrollo e implantación del CMI. El

estudio de Lawson et al. (2004) reveló que el 70% de las organizaciones que han adoptado

el CMI utilizaron algún tipo de software en su implantación2 para reducir el esfuerzo de

recogida y actualización de datos. Además, dichos autores comprobaron que la utilización

de software en la implementación del CMI es mayor en las grandes empresas y en aquéllas

con más años en la implementación del scorecard. Estos argumentos nos llevaron a

proponer las siguientes hipótesis:

H1: Las organizaciones portuguesas más intensivas en TI son más propensas a utilizar el

CMI.

H2: La utilización de sistemas de TI específicos para apoyar la implementación y desarrollo

del CMI está positivamente asociada al tamaño organizacional.

b) Medidas financieras versus medidas no financieras

En los últimos años, ha aumentado la preocupación por la inclusión equilibrada de medidas

financieras y no financieras en los sistemas de medición y gestión del desempeño (Kaplan y

Norton, 1992; Lingle y Schiemann, 1996; Perera et al., 1997; Chenhall, 1997; Ittner et al.,

1997; Ittner y Larcker, 1998a, 1998b; Chenhall y Langfield-Smith, 1998; Arellano, 1999; Lipe

y Salterio, 2000; Banker et al., 2000; Hoque et al., 2001; Malina y Selto, 2001; Malmi, 2001;

Lipe y Salterio, 2002; Luft y Shields, 2003; Lawson et al., 2003a; Ittner et al., 2003a, 2003b;

Nielsen y Sorensen, 2004; Banker et al., 2004; Hoque, 2004, 2005; Lau y Sholihin, 2005;

Widener, 2006; Lucianetti, 2008; Luft, 2009). En este sentido, Banker et al. (2000, 2004)

2 El 31% utilizó un software adquirido en el mercado, el 43% utilizó un software desarrollado internamente y el 27% utilizó ambos tipos de software.

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concluyeron que las empresas que utilizan el CMI hacen una mayor utilización de medidas

no financieras.

El principio básico del CMI es que el desempeño de la organización debe ser evaluado

sobre la base de medidas financieras y no financieras y que debe haber un equilibrio entre

las mismas (Kaplan y Norton, 1992). A este respecto, Kaplan y Norton (2001) sugirieron

cinco medidas para la perspectiva financiera (el 22%), cinco medidas para la perspectiva de

clientes (el 22%), entre ocho y diez medidas para la perspectiva de procesos internos (el

34%) y cinco medidas para la perspectiva de aprendizaje y crecimiento (el 22%). Esta

ponderación sugiere que las medidas no financieras son tan o más importantes que las

medidas financieras en la evaluación del desempeño. Así, desde que Kaplan y Norton

(1996) afirmaron que los drivers de la estrategia de una empresa no son las medidas

financieras, los usuarios del CMI ponen más énfasis en la información no financiera

conscientes de su dimensión estratégica. En este sentido, teóricamente, la utilización del

CMI debería incrementar la utilización de medidas no financieras en la organización en

comparación con aquéllas que no lo utilizan. Por consiguiente, esperamos que exista una

relación positiva entre la importancia atribuida a la información no financiera en las

empresas y el grado de utilización del CMI.

H3: Las organizaciones portuguesas que utilizan el CMI atribuyen más importancia a las

medidas no financieras que aquéllas que no lo utilizan.

Por otra parte, Porporato (2007) señala que los decisores no atribuyen el mismo peso a

todas las medidas en el CMI. Varios estudios han demostrado la prevalencia de las medidas

financieras sobre las medidas no financieras (Chenhall y Langfield-Smith, 1998; Ittner y

Larcker, 1998a; Otley, 1999; Ittner et al., 2003a; Chan, 2004; Gosselin, 2005; Anand et al.,

2005; Russo y Martins, 2005; Porporato, 2007; Quesado y Rodrigues, 2009). En este

sentido, Cardinaels y Veen-Dirks (2006) observaron que las perspectivas del CMI que

incluyen medidas más orientadas al exterior (perspectivas financiera y de clientes) tienen

una mayor ponderación que aquéllas más orientadas hacia el interior (perspectivas de

procesos internos y de aprendizaje y crecimiento). En consecuencia, consideramos que

sería interesante comprobar si las medidas financieras y las perspectivas del CMI más

orientadas hacia los resultados son las predominantes, por lo cual planteamos la siguiente

hipótesis:

H4: Las organizaciones portuguesas que utilizan el CMI no atribuyen la misma

importancia/ponderación a cada perspectiva del CMI.

c) Sistema de incentivos y recompensas

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La importancia de los sistemas de incentivos y recompensas (monetarias y no monetarias)

para el éxito en la implementación de sistemas de evaluación y gestión estratégica del

desempeño ha sido destacada por varios autores (Kaplan, 1983; Govindarajan y Gupta,

1985; Dumond, 1994; Huselid, 1995; Banker et al., 1996; Roest, 1997; Ittner y Larcker,

1998b; Otley, 1999; Chan y Ho, 2000; McAdam, 2000; Kaplan y Norton, 2000a, 2000b;

Banker et al., 2000; Malmi, 2001; Malina y Selto, 2001; Fernández, 2001; Baraldi, 2001;

Kaplan y Norton, 2001; Ho y Chan, 2002; Lawson et al., 2003a, 2003b; Ittner et al., 2003a;

Speckbacher et al., 2003; Nieto, 2003; Banker et al., 2004; Chan, 2004; Roberts et al., 2004;

Papalexandris et al., 2004, 2005; Tuomela, 2005; Muñiz y Monfort, 2005; Dhingra, 2006;

DeBusk y Crabtree, 2006; Fernandes et al., 2006; Gumbus y Lussier, 2006; Porporato, 2007;

Bedford et al., 2008; Dutta y Lawson, 2009).

A este respecto, Kaplan y Norton (2000b) consideran que para que tenga lugar el cambio en

la cultura organizativa necesario para una implementación exitosa del CMI éste debe

vincularse a un sistema de incentivos y recompensas claramente entendido por los

empleados. En opinión de Muñiz y Monfort (2005), la vinculación del CMI a un sistema de

incentivos refuerza aún más el potencial de éste. Así, por ejemplo, DeBusk y Crabtree

(2006) y Bedford et al. (2008) concluyeron que el CMI ofrece mayores beneficios cuando

está vinculado al sistema de incentivos y recompensas. Teniendo en cuenta estos

argumentos, proponemos la siguiente hipótesis de investigación:

H5: Las organizaciones portuguesas que adoptaron el CMI vinculan sus medidas al sistema

de incentivos y recompensas.

Por otro lado, autores como Dumond (1994), Banker et al. (2000, 2004), Lawson et al.

(2003a, 2003b) y Dhingra (2006) comprobaron que la vinculación de los scorecards al

sistema de incentivos y recompensas aumenta significativamente la satisfacción y

motivación de los empleados. Sin embargo, Ittner et al. (2003a), Papalexandris et al. (2004)

y Tuomela (2005) presentaron evidencia contraria, señalando que ello puede causar tensión

entre los miembros de la organización, reduciendo el poder del CMI para ser utilizado como

un vehículo interactivo de aprendizaje. En este sentido, Roest (1997), Kaplan y Norton

(2000a), Martínez y Heredia (2003), Lawson et al. (2003b) y Papalexandris et al. (2005)

plantean que la vinculación del CMI al sistema de incentivos y recompensas no debe ser

inmediata, sino que previamente el CMI debe ser utilizado durante algún tiempo para

evaluar la validez de las medidas y de las relaciones causa-efecto de todo el sistema.

A este respecto, en opinión de Epstein y Manzoni (1998), muchas empresas asocian los

sistemas de incentivos y recompensas al CMI cuando comprueban que los indicadores

incluidos en el mismo son suficientes y adecuados para la evaluación del desempeño

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organizacional e individual. En efecto, muchas organizaciones integran el sistema de

compensaciones al CMI en una fase posterior, prefiriendo obtener más experiencia con el

CMI antes de crear un vínculo entre la evaluación del desempeño y el sistema de

recompensa. Fernández (2001: 41) resume estas ideas en los siguientes términos: “si los

objetivos del CMI son aquello que se considera importante para el cumplimiento de la

estrategia, parece lógico que la compensación, o al menos parte de la compensación de las

personas, esté ligada al cumplimiento de las metas fijadas para sus respectivos indicadores.

El problema reside en cuándo ligar los indicadores del CMI a la compensación. Si se hace

demasiado pronto, puede hacer que el sistema no esté lo suficientemente probado y

entendido. Demasiado tarde, puede enviar un mensaje incoherente a la organización en

tanto en cuanto no se evalúa por aquello que es importante”. Apoyándonos en estas ideas

proponemos la siguiente hipótesis:

H6: La vinculación del sistema de incentivos y recompensas al CMI no es inmediata.

d) Prácticas presupuestarias

Según Wongkaew (2007), una fuerte tradición y énfasis en el control presupuestario puede

dificultar su vinculación al CMI. En particular, dicho autor se refiere a las dificultades para

centrar la atención del personal en los indicadores del CMI. A este respecto, Chia y Hoon

(2000), Ahn (2001), Baraldi (2001), Trullenque (2002), Gumbus et al. (2002, 2003), Lyons et

al. (2003), Kaplan y Norton (2004), Lourenço (2004), Baraldi y Monolo (2004), Moro (2005),

Wongkaew (2007) y Kasperskaya (2008) señalan la necesidad de conciliar el CMI con el

proceso presupuestario, utilizando datos del presupuesto en la elaboración de los mapas

estratégicos. Así, por un lado, el CMI, como un sistema de gestión estratégica integral,

complementaría el sistema presupuestario tradicional y, por otro, el presupuesto operativo

posibilitará el cálculo y asignación de los recursos necesarios para llevar a cabo las

iniciativas que se han planteado como estratégicas (Moro, 2005). Sin embargo, los

resultados del estudio de Malmi (2001) indicaron que la mayor parte de las empresas

analizadas desarrollaban el CMI independientemente del proceso presupuestario. Así, en lo

que respecta al proceso presupuestario y su relación con el CMI planteamos la siguiente

hipótesis:

H7: El proceso presupuestario y el CMI coexisten en las organizaciones portuguesas.

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3.4. RESULTADOS

3.4.1. Utilización del CMI

Con el propósito de conocer en qué medida está o no generalizada la utilización del CMI en

las organizaciones públicas y privadas portuguesas, hemos preguntado a los encuestados

sobre el grado de utilización del mismo3. A este respecto, a nivel general, la aplicación del

CMI es más reducida en las organizaciones pertenecientes al sector público que en las del

sector privado. No obstante, este resultado se debe exclusivamente a las grandes

empresas. En efecto, como se observa en los cuadros 1 y 2, el mayor porcentaje de

organizaciones que afirmaron que utilizaban el CMI pertenecían al grupo de grandes

empresas (38,6%). Los resultados obtenidos revelan que el nivel de implementación del CMI

en las PYMES, ayuntamientos, EM/EIM y hospitales portugueses es bastante reducido.

Por otro lado, la mitad de las grandes empresas y casi la mitad de los hospitales señalaron

que no utilizaban ni pretendían utilizar el CMI, porcentaje que se eleva a más del 70% para

los restantes grupos de organizaciones encuestadas. Sin embargo, cuando comparamos

nuestros resultados con los obtenidos en otros estudios previos realizados en Portugal

(Sousa, 2001; Silva, 2003; Russo y Martins, 2005; Santos, 2006; Quesado y Rodrigues,

2009) constatamos que ha habido un incremento en la utilización del CMI en los últimos

años. Además, un importante número de organizaciones ha indicado que pretende

implementar el CMI en el futuro e, incluso, algunas organizaciones han señalado que ya

estaban dando los primeros pasos en el proceso de su implementación. Así, en la mejor de

las hipótesis, considerando que el proceso de implementación llegue a terminarse y que las

expectativas de implementación futura se concreten, la tasa de implementación se situaría

alrededor del 47,7% en las grandes empresas, del 22,2% en las PYMES, del 25,4% en los

ayuntamientos, del 28,3% en las EM/EIM y del 53,8% en los hospitales.

En este sentido, creemos que la utilización del CMI en las organizaciones portuguesas va

aumentar en el futuro, teniendo en cuenta las exigencias de mayor responsabilidad y el

reconocimiento de la necesidad de aumentar el número de medidas no financieras en los

sistemas de medición del desempeño.

Cuadro 1: Utilización del CMI en las organizaciones privadas

Utilización Grandes % PYMES % No utilizan ni pretenden utilizar 44 50 20 74,1 Utilizan actualmente 34 38,6 1 3,7 Ya han utilizado el CMI pero lo han abandonado 2 2,3 1 3,7 Esperan implementarlo en el futuro 8 9,1 5 18,5

Total 88 100 27 100

3 Dos PYMES, una EM/EIM y tres ayuntamientos no respondieron esta cuestión.

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Cuadro 2: Utilización del CMI en las organizaciones públicas

Utilización Ayuntamientos

% EM/EIM % Hospitales

%

No utilizan ni pretenden utilizar 47 74,6 33 71,7 6 46,2 Utilizan actualmente 3 4,8 2 4,3 1 7,7 Esperan implementarlo en el futuro

13 20,6 11 23,9 6 46,2

Total 63 100 46 100 13 100

3.4.2. Análisis bivariada

En este apartado pretendemos comprobar las hipótesis definidas de acuerdo con los

criterios y procedimientos estadísticos apropiados y presentar una discusión de los

resultados obtenidos. Importa señalar que debido al reducido número de organizaciones,

principalmente públicas, que utilizan el CMI y también porque algunas de las organizaciones

que señalaron que esperaban implementar el CMI en el futuro indicaron que ya estaban

dando los primeros pasos en el proceso de implementación de la herramienta, decidimos

agrupar los datos de las organizaciones que utilizan el CMI o esperan implementarlo en el

futuro.

H1: Las organizaciones portuguesas más intensivas en TI son más propensas a

utilizar el CMI.

Con el fin de averiguar si las organizaciones más intensivas en TI son más propensas a

utilizar el CMI hemos recurrido a la prueba t, al observarse que las variables son

intercalares4. La prueba presentó un estadístico no significativo (p-value= 0,087),

rechazándose la hipótesis definida. Sin embargo, si realizamos un análisis meramente

descriptivo de la muestra, observamos que aquellas organizaciones que utilizan el CMI

presentan un grado de intensidad tecnológica superior al de aquéllas que no lo utilizan.

Además, si el nivel de significación definido fuese del 10%, la hipótesis planteada se

comprobaría.

Cuadro 3: Grado de intensidad tecnológica vs implementación del CMI

Intensidad tecnológica Utilización N Media Desviación típica Test

t Sig.

Utiliza o pretende utilizar

84 3,70 0,690

No utiliza 152 3,53 0,745

1,71

7

0,087

H2: La utilización de sistemas de TI específicos para apoyar la implementación y desarrollo del CMI está positivamente asociada al tamaño organizacional.

4 Verificamos violación de los supuestos de aplicabilidad de la prueba de independencia de Chi-cuadrado.

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En lo que respecta a la relación existente entre la utilización de sistemas de TI específicos

para apoyar la implementación y desarrollo del CMI y el tamaño organizacional, al aplicar la

prueba no paramétrica de Mann-Whitney obtuvimos un estadístico no significativo en todas

las organizaciones, tanto privadas como públicas. Es decir, no tenemos evidencia empírica

de que cuanto mayor es el tamaño organizacional mayor será la utilización de sistemas de

TI específicos por parte de las organizaciones. Sin embargo, nuevamente, si realizamos un

análisis meramente descriptivo de la muestra constatamos que las organizaciones privadas5

y las EM/EIM6 de mayor dimensión son las que más utilizan dichos sistemas. Además, en el

caso de las organizaciones privadas, si el nivel de significación definido fuese del 10%, la

hipótesis planteada se comprobaría. No obstante, en la revisión de estudios empíricos fue

posible verificar que organizaciones de distintos tamaños y naturaleza han utilizado

diferentes sistemas de TI, desde los más simples hasta los más sofisticados, tanto

desarrollados por la propia organización como por organizaciones externas especializadas.

Cuadro 4: Prueba no paramétrica de Mann-Whitney para la utilización de sistemas de TI

Grandes y PYMES Ayuntamientos

EM/EIM Hospitales

Mann-Whitney U

148,000

14,000

10,000 0,000 Wilcoxon W 35,000 35,000 25,000 1,000 Z -1,813 -0,183 -0,522 -1,342 Nível. Sig. (bilateral)

0,070 0,855 0,602 0,180

H3: Las organizaciones portuguesas que utilizan el CMI atribuyen más importancia a las medidas no financieras que aquéllas que no lo utilizan.

Para comprobar la hipótesis relativa a la utilización de medidas no financieras y la

implementación del CMI por parte de las organizaciones, utilizamos la prueba t para

muestras independientes. Los resultados de dicha prueba indican que las organizaciones

que utilizan o pretenden utilizar el CMI atribuyen más importancia a las medidas no

financieras que aquéllas que no lo utilizan (p-value= 0,001), comprobándose la hipótesis

definida. Este resultado coincide con el obtenido en los estudios de Banker et al. (2000,

2004) y Anand et al. (2005) y es coherente con las ideas teóricas planteadas por Kaplan y

Norton (1996) en el sentido de que los drivers de la estrategia de una organización son

precisamente las medidas no financieras.

Cuadro 5: Utilización de medidas no financieras vs implementación del CMI

Medidas no financieras Utilización N Media Desviación típica Test Sig.

5 Media de 25,10 para las que utilizan el CMI contra 18,23 para las que no lo utilizan. 6 Media de 6 para las que utilizan el CMI contra 5 para las que no lo utilizan.

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13

t Utiliza o pretende utilizar

84 4,36 0,652

No utiliza 152 3,99 0,846

3,48

1

0,001

Paralelamente, completando nuestro análisis, fue posible verificar que las organizaciones

que utilizan o pretenden utilizar el CMI son también aquéllas que en mayor medida utilizan

indicadores, tanto orientados a los procesos como a los resultados (p-value= 0,000 y p-

value= 0,002, respectivamente).

Cuadro 6: Utilización de indicadores vs implementación del CMI

Estadísticas Indicadores Utilización N Media Desviació

n típica Test

t Sig.

Utiliza o pretende utilizar

83 3,65 1,041 Orientados a medir los procesos

No utiliza 151 3,13 1,028

3,719

0,00

0

Utiliza o pretende utilizar

83 4,04 0,930 Orientados a medir los resultados

No utiliza 151 3,63 1,024

3,089

0,00

2

H4: Las organizaciones portuguesas que utilizan el CMI no atribuyen la misma

importancia/ponderación a cada perspectiva del CMI.

En lo que concierne a la relación planteada entre la importancia/ponderación atribuida a las

distintas perspectivas del CMI y la utilización del mismo, utilizamos la prueba t para

muestras emparejadas, ya que debíamos comparar dos variables (las que presentan mayor

y menor importancia). A este respecto, confirmamos que existen diferencias entre todas las

perspectivas con excepción de entre la perspectiva de clientes y la perspectiva financiera (p-

value= 0,301). Es decir, las organizaciones que han atribuido mucha importancia a la

perspectiva de clientes también han atribuido mucha importancia a la perspectiva financiera.

En este sentido, aunque Kaplan y Norton (1992) defiendan el equilibrio entre las distintas

perspectivas, entendemos que es natural que en algunas organizaciones unas perspectivas

sean consideradas más importantes que otras dependiendo del tamaño y tipo de

organización (privada o pública, con o sin fines de lucro) y de la estrategia adoptada.

Además, como señalan Lipe y Salterio (2000), no es sorprendente que en algunas

organizaciones las medidas financieras reciban un mayor peso en comparación a las

restantes medidas, una vez que son más comunes y están relativamente estandarizadas en

las diferentes unidades organizacionales (son más genéricas).

Cuadro 7: Importancia atribuida a las perspectivas vs utilización del CMI

Descriptivas Prueba t Perspectivas N Media y (2) (3) (4)

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Desviación típica

t p-valu

e

t p-valu

e

t p-valu

e (1) Clientes 69 4,54 y

0,584 1,043 0,301 3,200 0,002 0,416

1 0,000

(2) Financiera 70 4,46 y 0,582

--- --- 2,005 0,049 2,801 0,007

(3) Procesos 67 4,34 y 0,617

--- --- --- --- 2,014 0,049

(4) Aprendizaje y crecimiento

60 4,22 y 0,739

--- --- --- --- --- ---

H5: Las organizaciones portuguesas que adoptaron el CMI vinculan sus medidas al

sistema de incentivos y recompensas.

En lo que concierne a la vinculación de las medidas del CMI al sistema de incentivos y

recompensas por parte de las organizaciones que adoptaron el CMI, la prueba de

independencia de Chi-cuadrado presentó un estadístico significativo (p-value= 0,001). Es

decir, comprobamos la hipótesis planteada de que las organizaciones que adoptaron el CMI

vinculan las medidas del mismo al sistema de incentivos y recompensas. Además, los

resultados de la aplicación de la prueba V de Cramer (p-value= 0,226) indican una

correlación entre las variables. Este resultado confirma lo planteado por distintos autores

respecto a la importancia y necesidad de vincular el sistema de incentivos y recompensas al

CMI (Kaplan y Norton, 2000b; Malina y Selto, 2001; Baraldi, 2001; Muñiz y Monfort, 2005;

DeBusk y Crabtree, 2006; Bedford et al., 2008).

Cuadro 8: Sistemas de incentivos vs implementación del CMI

Sistemas de incentivos Utilización Sí No

Casos 47 37 Utiliza o pretende utilizar % sistemas 48,5 26,4

Casos 50 103 No utiliza % sistemas 51,5 73,6

(p-value= 0,0017; ?2= 11,205; V de Cramer= 0,226)

H6: La vinculación del sistema de incentivos y recompensas al CMI no es inmediata.

Para comprobar si la vinculación del sistema de incentivos y recompensas al CMI fue o no

inmediata al desarrollo e implantación de dicha herramienta fue necesario realizar la prueba

de ajuste de Chi-cuadrado, la cual no nos permitió obtener evidencia empírica que confirme

estadísticamente la existencia de dicha relación (p-value= 0,194). Es decir, en las

organizaciones que utilizan o pretenden utilizar el CMI no existen diferencias entre la

7 Con corrección de continuidad.

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vinculación inmediata del mismo a un sistema de incentivos y el que dicha vinculación no se

realizase inmediatamente.

A nuestro juicio, este resultado se deriva del hecho de que muchas de las organizaciones de

la muestra estaban dando los primeros pasos en cuanto a la implementación del CMI. No

obstante, entendemos que es importante que antes de la vinculación del sistema de

incentivos y recompensas al CMI las organizaciones se aseguren de que las medidas e

indicadores incluidos en el mismo son suficientes y adecuados (fiables, precisos y objetivos)

para la evaluación del desempeño. Entendemos que las organizaciones deben ser

cautelosas en esta materia, prestando especial atención a los indicadores incluidos en el

scorecard y a los datos e informaciones suministradas por dichos indicadores.

Cuadro 9: Prueba de ajuste de Chi-cuadrado para la vinculación del sistema de incentivos y recompensas

Vinculación inmediata Chi-cuadrado

1,690 GL 1 Nível. Sig. (bilateral) 0,194

H7: El proceso presupuestario y el CMI coexisten en las organizaciones portuguesas.

Contrariamente a la evidencia empírica obtenida por Malmi (2001) y Sousa (2001), y en

línea con el planteado por autores como Chia y Hoon (2000), Ahn (2001), Baraldi (2001),

Trullenque (2002), Gumbus et al. (2002, 2003), Lyons et al. (2003), Kaplan y Norton (2004),

Lourenço (2004), Baraldi y Monolo (2004), Moro (2005), Wongkaew (2007) y Kasperskaya

(2008), la prueba de independencia de Chi-cuadrado que hemos realizado sobre nuestra

muestra nos permitió concluir que el proceso presupuestario y el CMI coexisten en las

organizaciones públicas y privadas portuguesas y que son las organizaciones que utilizan o

pretenden utilizar el CMI aquéllas que en mayor medida poseen un proceso formalizado de

realización, aprobación y seguimiento del presupuesto (p-value= 0,021), aunque la relación

entre las variables no sea muy fuerte (V de Cramer= 0,164). Así, el CMI no ha sido

desarrollado independientemente del proceso presupuestario.

Cuadro 10: Proceso presupuestario vs implementación del CMI Proceso presupuestario Utilización

Sí No Casos 78 5 Utiliza o pretende

utilizar % presupuesto

38,4 15,6

No utiliza Casos 125 27

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% presupuesto

61,6 84,4

(p-value= 0,0218; ?2= 5,331; V de Cramer= 0,164)

4. CONSIDERACIONES FINALES

La evidencia empírica obtenida en los trabajos desarrollados por Kaplan y Norton ha

demostrado que el CMI se desmarca de los sistemas tradicionales de evaluación y control

de los resultados, considerándose el alineamiento entre los indicadores de gestión y la

estrategia de la organización como una de las claves del éxito en su implementación.

El CMI ha sido aplicado con éxito en todo tipo de organizaciones (grandes y pequeñas,

industriales y de servicios, públicas y privadas, en crecimiento y maduras, con y sin fines de

lucro), de allí su aceptación no solo en el ámbito académico, sino también por parte de las

organizaciones. Aún reconociendo que la tasa de respuesta ha sido menor que lo deseado,

creemos que es posible extraer algunas conclusiones importantes del estudio realizado.

En primer lugar, en línea con los estudios de Sousa (2001), Silva (2003), Russo y Martins

(2005), Santos (2006) y Quesado y Rodrigues (2009), los resultados indican una baja

utilización del CMI en Portugal (solo el 41,7% de las organizaciones privadas y el 29,5% de

las públicas utilizan o esperan utilizar el CMI). No obstante, debemos señalar que nuestro

estudio presenta tasas de conocimiento y utilización del CMI superiores a las registradas en

otros estudios previos realizados en Portugal, lo que indica que la popularidad de dicha

herramienta de gestión ha aumentado en los últimos años.

En segundo lugar, a nivel de la comprobación de las hipótesis de investigación, obtuvimos

evidencia empírica que confirma la asociación entre la implementación del CMI y la

importancia atribuida a medidas no financieras; la vinculación a un sistema de incentivos y

recompensas; y la existencia de un proceso presupuestario. Por otro lado, no hemos

obtenido evidencia empírica respecto a la posible relación entre la implementación del CMI y

la utilización de TI intensivas.

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8 Con corrección de continuidad.

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