DR. ARTURO H. LOIS F.

LA INEXISTENCIA DE DIOS

LO QUE DICEN LAS CIENCIAS LG QUE DICE LA FILOSOFIA POSITIVA

LO QUE DICEN LOS HECHOS

2.* E D I C I O N

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I N D I C E Pág.

Advertencias 5

Mi admiración por el Dr. Lois 9

Prólogo 15

Primera prueba: El orden admirable del Universo, el orden de las cosas o prueba de las causas finales 19

Segunda prueba: La finalidad 24

Tercera prueba: Del consentimiento universal 26

Cuarta prueba: De la contingencia del mundo 29

Quinta prueba:

De la creación del mundo 35

La creación del mundo según la Biblia 43

Sexta prueba: La del primer motor en el mundo 49

Séptima prueba: La formación misma de la idea de Dios que se consi" dera obvia en la mente humana sería prueba de la existencia de Dios 55

Octava prueba:

La prueba de la revelación - La Biblia 59

Los críticos de la Biblia 6 '

Otros críticos de la Biblia ' 5

A guisa de epílogo

A D V E R T E N C I A S

El gran sabio y maestro Huxley en su opúsculo "Un ateo", advierte que nuestras concepciones erróneas de la naturaleza, de un poder tan alto, han variado mucho y seguirán variando con las teorías y descubrimientos de nuestros químicos o físi. eos modernos.

Se ha dado el sentido de un mago sobrehumano, definida-mente masculino, que se inmiscuye continuamente en asuntos personales que los seres verdaderamente pensantes no pueden aceptar. Explica Huxley que la mayoría de los argumentos en favor de una interpretación TEISTA del Universo son defec-tuosos o carentes del sentido que quiere dárseles. Estima, ade-más que las experiencias de los devotos religiosos y místicos que la operación de la Oración, las analogías de las inteligen-cias y organizaciones humanas, la gran masa de experiencias "psíquicas" mas la devoción subjetiva a un ideal y la Fe reli-giosa, todas estas cosas pueden explicarse en términos "natu-rales" que no requieren un ser supremo así como ciertas mis-teriosas irregularidades en mecánica fueron explicadas por el descubrimiento de la electricidad.

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Advierte Huxley que otro sabio, H. Rush que cree en divi-nidad creadora, - lo hace porque observa que hay hechos que no pueden explicarse en términos de la NATURALEZA como el caso de la evidencia objetiva de propósitos que encuéntranse en la evolución y existencia del hombre. Tiene Rush y los su-yos que creer en el Dios antropomórfico, el mago sobrehumano masculino que está en los cielos guiando la evolución del hom-bre, el mago creador con la doctriña creacionista que no es procedente aceptar aunque sea lógica al parecer.

Huxley, que en la idea de mutaciones, considerándose un plan uniforme y existiendo este plan debe también haber exis-tido o existe un PLANIFICADOR, es decir un concepto antropo-mórfico.

Las creencias, expresa, a f in de cuenta no son de lógica, no es cuestión de lógica y siempre venimos a lo desconocido al "Mas allá" del cual todo es posible suponer y esta frontera de lo desconocido nadie puede conocerla.

Advertencia de gran peso se ha hecho en el mundo alre-dedor del incidente de Unamuno y El Vaticano con motivo de los libros "Del Sentimiento Trágico de la Vida", "La Agonía del Cris-tianismo", publicaciones tan difundidas en los pueblos y que el Papa los ha condenado con las siguientes acusaciones específi. cas:

a) La posibilidad de demostrar racionalmente la Existen-cia de Dios, b) Por negar la fe en nombre de la razón, c) Ne-gar el llamado orden trascendente, la espiritualidad e inmor-talidad del alma, la trinidad, divinidad de J. C., el pecado ori-ginal, el infierno y culto de los santos.

Para Unamuno, la institución de la Iglesia es un mito y un error fue proclamar el dogma de la infabilidad papal agra-vando esto a la agonía del Cristianismo. (Se han agotado las obras de Unamuno).

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Alberto Bayet, Presidente de la "Liga de la Enseñanza Edu-cación de la Cultura Popular internacional de niños y adultos" y de la "ACCION LAICA", de París, recientemente fallecido, ha expresado:

Para la Iglesia Romana, lo más criminal y terrible es ser Ateo, expresión condenatoria y dura para zaherir las institu-ciones laicas, de educación y leyes civiles. La primera Roma,, toleró en realidad el ateísmo incorporando todos los dioses,* in-cluso el cristianismo, pero éste, rebelde, buscó la denominación de ateo para el que no entrara en sus filas.

En realidad, según el léxico, es ateo el que se desprende de toda noción divina o principio de creación antropomórfica pu-diendo, como dijo Diocleciano, ser un ciudadano virtuoso cual-quiera que sea la idea que tenga o no de la potencia divina. Po-siblemente ningún ateo científico y serio, hace gala de serlo y son sin duda los que más respetan las ideas ajenas.

A.L.A.S.

MI ADMIRACION POR EL DR. LOIS F.

No pretendo en absoluto hacer un juicio crítico ni escribir un preámbulo acerca de la magnífica Conferen-cia sobre la Inexistencia de Dios, dada por el Dr. Lois y que se publica en este folleto después de estar agotada una primera edición.

Juzgar un estudio tan completo como éste, exige al que quisiera hacerlo estar en materia de ciencia a la mis-ma altura de su distinguido autor.

Respecto al prólogo, si es verdad que es una manera de presentar un libro a la consideración de los lectores, ésta práctiba es aceptable cuando el autor es un escritor novel, pero es innecesaria y hasta supérflua cuando, co-mo en el cáso presente, él escritor es un pensador, un fi-lósofo y un maestro.

La Conferencia que hoy se da a la publicidad por se-gunda vez, fue dictada por el Dr. Lois, hace treinta y ocho años y en aquella época mereció grajides elogios de los que tuvieron la suerte de oiría y amargas críticas y en-

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cortadas protestas de los que hasta hoy siguen creyendo en las enseñanzas bíblicas sin darse el menor trabajo de meditarlas.

Entre los hombres de ciencia que hoy se destacan en el ambiente intelectual del país, es difícil encontrar uno de la talla del Dr. Lois, médico, filósofo, investigador, po-lemista, maestro, político y filántropo, dedicado durante sesenta y dos años a formar en Chile una nueva concien-cia ciudadana con la misma nobleza con que lo hicieran en el pasado, Letelier, Barros Arana, Lastarria, Juan Se-rapio Lois, Manuel Antonio Matta y un centenar más que ya se han olvidado.

En la intensa y agitada vida de Don Arturo H. Lois, es necesario destacar un hecho admirable que por sí sólo bastaría para erigirle un monumento: la inquebrantable fidelidad a sus principios doctrinarios.

A través de los últimos cincuenta años, ¡cuántos de sus contemporáneos, predicando doctrinas reivindicado-nistas o dándose a conocer como mantenedores de los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, claudica-ron de ellos cuando favorecidos por un capricho del des-tino o simplemente por obra de la casualidad escalaron las alturas del Poder o fueron ungidos como represen-tantes del pueblo en él Congreso.

En los albores del siglo en que vivimos, cuando el Dr. Lois recibió su título de Médico Cirujano y se radicó en Taltal a ejercer su profesión, se dio a conocer desde un prin cipio, como un filósofo de arraigadas convicciones que defendía a brazo partido al Creador de la Filosofía Positivista, Augusto Comte; y desde aquellos lejanos tiem-pos, en que predominaba una sociedad tan reaccionaria como la actual, no se ha apartado un instante de su lí-nea de combate y en ninguna circunstancia ha olvidado

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los ideales que infundiera en su mente su esclarecido an-tecesor, el Dr. Juan Serapio Lois.

Inconmovible como una roca, en medio del océano, a la cual azotan olas de un mar embravecido, no se le ha visto desfallecer en la pelea, y, sin atender a los certeros ataques del adversario que han llegado hasta él como flechas envenenadas, él ardor de la lucha, en vez de aba-tirle, le ha dado más energías jy más entusiasmo para et combate, combate contra la ignorancia, el oscurantismo, él error y la maldad.

Esto explica que en 1921, al ingresar por primera vez a la Cámara de Diputados, su primera campaña la libró en favor de la modificación del juramento de congresál, memorable episodio de su vida que la justiciera y brillan-te pluma del escritor don Virgilio Figueroa describe en la siguiente forma:

"La fórmula de este juramento era -jurar por Dios y los Santos Evangelios.

"El Dr. Lois expresó en su sesión de estreno: "Se re-fiere esto al Dios de la religión católica y a los Evange-lios de San Marcos, San Mateo, etc•

—Gehová y Cristo no son los únicos dioses creados por la imaginación del hombre para explicar el origen de la naturaleza, Zeus o Júpiter, Osiris, Allah ¿no se han disputado y disputan la legitimidad de la creación? Las deidades de la India, que pasan de millones, las que col-maban las alturas del Olimpo, las de la Persia, China, Egipto, ¿no merecen igual consideración y respeto para invocarlos en nuestros juramentos? Llegan aquí o pue-den llegar, católicos, protestante, budistas, mahometanos, racionalistas, dentistas, librepensadores, masones, ateos, etc. y a todos se les impone un juramento que en el trein-ta por ciento o más, significa renunciar a los dictados de

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su conciencia, faltar a los deberes religiosos que ha con-traído con su secta, iglesias, dogmas o doctrinas". Termi-nó pidiendo la abolición del juramento para reemplazar-lo por una fórmula laica.

"Aquéllas declaraciones arrancaron explosiones de indignación y de aplausos, pero de ese discurso resultó la modificación de la fórmula del juramento".

No es extraño que después de este brillante triunfo en él Congreso, en un período de absoluto predominio de las fuerzas conservadoras, haya dictado tres años más tarde, en una institución de industriales y trabajadores una:- Conferencia sobre la Inexistencia de Dios y que sin dar un momento de tregua a sus enemigos, ni un segun-do de reposo a él mismo, haya combatido desde su sillón de parlamentario la determinación del Gobierno de traer congregaciones religiosas extranjeras para los servicios hospitalarios de la Casa de Orates.

Tampoco es extraño que desde la alta tribuna del Congreso haya criticado severamente la intromisión del clero en la política, las pastorales de los obispos de ca-rácter subversivo y la separación de la Iglesia del Esta-do; cuestiones que planteó con todo el fervor de un após-tol y con un absoluto dominio de ellas.

Si las asambleas políticas que por primera vez die-ron al Dr. Lois su investidura parlamentaria le hubieren renovado su mandato después de los diez y ocho años que las defendió en el Congreso, un giro muy diverso habrían tenido Tos proyectos de origen Conservador como el man-tenimiento de las clases de Religión en los Liceos y las subvenciones cuantiosas que se destinan a los colegios particulares, en su mayoría dirigidos y mantenidos por congregaciones religiosas. Asimismo, otro hubiere sido el resultado del proyecto de divorcio que pende de la consi-deración del Congreso desde hace muchos años y que se-

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guirá hasta que llegue al Parlamento un Diputado co-mo el Dr. Lois.

Si la conciencia de los hombres libres de este país estuviere adormecida como la de los políticos que militan en partidos de avanzada; si la juventud que vibró ante los discursos del Dr. Lois que se inspiró en las sabias ense-ñanzas de un Letelier o un Mac Iver, permaneciese ale-targada o desorientada ante el avance de nuevas tenden-cias de orden político; ojalá que a aquellos y a éstos, les sir-va de estímulo la hermosa y espléndida Conferencia que se publica en este folleto, la cuál constituye él ejemplo más elocuente que un maestro y pensador puede legar a sus conciudadanos.

La Inexistencia de Dios es un estudio para los hom-bres que investigan la Verdad; pero es al mismo tiempo una enseñanza para la juventud y un testimonio de Per-severancia, Generosidad y Constancia de un Maestro que en un medio totalmente hostil no ha abandonado nunca sus principios de libre pensador y que en él apacible atar-decer dé su vida lucha con el mismo valor y con la mis-ma energía de sus primeros años.

¡Honor para él Dr. Lois, la figura más excelsa de los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad!

Mayo 31 de 1962.

Julio Chacón del C.

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PROLOGO

"LA INEXISTENCIA DE DIOS", se titula este opúscu-lo• Es la segunda edición, pues la primera se dio a publi-cidad en 1924 cuando era Diputado al Congreso Nacio-nal él autor, don Arturo H. Lois Fraga, en representación de los Departamentos de Taltal y Tocopilla en Antoja-gasta.

En Agosto de 1924, en la llamada entonces I. W. W. "Industriales y Trabajadores del Mundo", se produjo una serie de incidentes con motivo de la Conferencia que dio allí don Arturo Lois a su llegada del Norte en el espacio-so local de la Institución. Fue un verdadero foro con mi-les de asistentes.

Interrumpió al Orador, el prestigioso sacerdote don A. S. S. y tomó parte en la discusión para rebatir aseve-raciones del Sr. Lois F. tratando a su vez de dar ar.gumen-

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tos 'probatorios de la existencia de la Divinidad creadora del Universo y de todas las cosas.

Fue no muy tranquila la situación en que se colocó el impugnador teniendo que salir en su auxilio el confe-renciante, llamando a la calma a la concurrencia y a es-cuchar al sacerdote'.

"Hay. que escuchar, tomar nota de las afirmaciones APRIORI del señor sacerdote para rebatirle próximamen-te". Así lo dijo allí el Sr. Lois. Hizo anotaciones de los ar-gumentos principales, luego repasó la tesis de don "Rafael Fernández Concha en la parte de su libro "Del Hombre". Don Rafael fue teólogo de nota. Se impuso Lois de las pu-blicaciones del P. Restat sobre Dios y se lanzó a una nueva réplica.

Quiso cumplir los deseos de la I-W.W. que hizo pe-tición expresa de que rebatiera y aclarara al señor saT

cerdote y así preparó y dio otra conferencia tratando de hacerla sencilla, al alcance de todos los asistentes ya que él tema "La existencia o inexistencia de una divinidad creadora", ofrece terreno para infinitas controversias e inacabables obras.

Se comprende: eligieron para la conferencia al Sr. Lois por ser Presidente entonces de la "Liga de Libres Pen-sadores", estar vinculado a las Ligas de Argentina, Méxi-co, Uruguay, París, etc., y por sus recientes actitudes en la Cámara de Diputados a la que perteneció 18 años y donde impuso la reforma del Juramento al ingresar.

He aquí la Tésis de la segunda Edición que se da & luz él año 1962.

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Amigos trabajadores de Chile, industriales del mundo:

Los Libros Sagrados de las diferentes religiones dan infinitas pruebas de la existencia de sus divinidades.

Se pueden resumir en las siguientes: 1. El Orden Admirable del Universo. 2. Prueba de la Finalidad. 3. Prueba del Consentimiento Universal de los hom-

bres. 4. Prueba de la Contingencia del Mundo o de los he-

chos contingentes. 5. Prueba de la Creación del Universo. Diversas con-

cepciones. 6. El concepto del movimiento y del primer motor. 7. La idea de "DIOS" como obvia y espontánea.

Origen de la Vida. Libros Sagrados. La BIBLIA.

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PRIMERA PRUEBA

El orden admirable del Universo, el orden de las cosas o prueba de las causas finales.

Amigos Trabajadores: En esta prueba, sostienen los teólogos que "exis-

te un orden admirable en el Universo, en la Tierra, en el mundo y en la naturaleza, que tiene que obedecer a un plan concebido y llevado a-efecto por un Ser superinte-ligente". Actuaría un ordenador, capaz de llevarlo a cabo.

Es un hecho, se insiste, "la existencia de la ordena-ción, como lo prueban las Ciencias Astronómicas, Físicas, Biológicas, etc., luego hay un ordenador inteligente al cual llamamos DIOS".

Contra la prueba del orden admirable que establece-ría la existencia de un ordenador inteligente "Dios", iia-bría incontables argumentos, debiendo limitarnos a ' l o s más resonantes.

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Desde luego, si en el Universo resplandece para muchos un orden admirable, para otros tantos, existen también grandes desórdenes. ¿Sería entonces el Supre-mo Hacedor responsable y autor del orden y del des-orden?

Este ordenador tendría además carácter personal, subsistente, y estaría apartado del mismo universo que está ordenando. El concepto Dios, en este caso, es repre-sentación del hombre mismo, ponderándose sus virtudes de majestad, poder, magnificencia.

Los que argumentan con la suprema ordenación, se refieren sin duda a la Astronomía, Ciencias Físicas, Bio-logía, Medicina, Sociología, etc. Citan así, la regularidad de los movimientos de los astros, la de las estaciones, del día y la noche, es decir, todo lo qüe a primera vista satis-face la creencia del orden y del ordenador, pero omiten mencionar lo que es adverso.

El gran deísta, escritor Guillermo Paley, reconocía la inexactitud de tal afirmación confesando "que ninguna regularidad ni orden se veía en el curso de los ríos, de los montes, de las islas; en la ribera de los ríos y de los ma-res" .

La regularidad en las estaciones es una cosa tan re-lativa que existe apenas para los climas templados, ha-biendo regiones que poco ven la luz del Sol y se mantie-nen en noches eternas.

•fr El hombre no viene al mundo sin sacrificar in-finitos seres de los que habría creado el ordenador su-premo y este no los habría creado para sacrificarlos.

Los astrónomos citan serias perturbaciones en los as-tros, choques entre ellos y hay la posibilidad a través del

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tiempo, de la destrucción de nuestro diminuto planeta. Estos fenómenos, ¿los aceptaríamos como manifestacio-nes del sugestivo orden o todo lo contrario?

Las catástrofes, erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones, sequías, epidemias, enfermedades ¿consti-tuirían parte del orden universal?

Y es esta creencia del orden tan admirable y del or-denador tan sagaz, la que los saderdotes utilizan en su falsa Sociología para el dominio de los pueblos. Las ense-ñanzas sociales de la Iglesia, a través de las Encíclicas "Rerum Novarum y Quadragésimo Anno" p. ej. en el fon-do, las hacen y recomiendan para no modificar el orden y las instituciones creadas, según ellos por Dios, que so-meten a los hombres a un orden de sumisión, reconcilia-ción con la pobreza y la miseria hasta que le plazca a Dios llamarlos a su reino. . .

Más orden que los sacerdotes, obispos, papas, y dioses han puesto y ponen al mundo, los Ingenieros que acor-tan y regularizan la marcha de los ríos ,p. ej., corrigiendo con grandes canalizaciones su curso y .marcha; los Mé-dicos e Investigadores, con descubrimientos como las sul-fanilamidas, penicilina, estreptomicina, aureomicina, etc. que han terminado con muchas enfermedades; los Ciru-janos; los Astrónomos y Geólogos con sus anuncios previ-sores en la Agricultura y de los sismos... Y podrán mu-cho más ahora, que el hombre investigador ha llegado en Física, a ser dueño de la materia atómica, pudiendo cons-truir y destruir los átomos, iniciando una era de estupen-do progreso para el hombre.

Se sabe positivamente usar la energía atómica en nu-merosas obras de beneficio para el hombre.

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Más también, los sabios y hombres de empuje apli-cando técnicas y descubrimientos pueden reconstruir ver-daderamente muchas cosas en el planeta: terrenos desier-tos convertirlos e,n viñedos, cambiar ruta de grandes ríos, realizar grandes planes de regadío, plantaciones exten-sas, movilización de árboles y plantas, cambios de climas con arborizaciones y forestaciones, lluvias artificiales obrando sobre las nubes.

El hombre, con la civilización puede realizar un ver-dadero orden en la naturaleza. Un mundo artificial de perfeccionamiento y utilidad, significa en la humanidad la diversidad de trigos, cebada, manzanas, patatas; la va-riada multiplicación de animales como caballos, ovejas, vacas, perros que en el pasado, comparativamente, eran dé poca importancia para el hombre y que éste ha sa-bido transformar y verdaderamente crear. Con la técni-ca en selecciones, cruzas, combinaciones diversas, cultiva-dores y criadores, han realizado en meses lo que se reali-zaba en siglos lenta e incompletamenté en la naturaleza.

Pero no faltan, sin embargo, instituciones y sectas re-ligiosas dedicadas a frenar toda acción y labor útil a la humanidad como las que hemos señalado.

Al interrogante de si está en orden o no el universo, la Revista "Colliers" de 30 de abril de 1949, refiriéndose al nuevo telescopio de enorme potencia de Monte Palo-mar de California, expresa que con él ha de responderse si en realidad el Universo está estallando o vuela en des-integración. Se fotografía con este telescopio trozos de cielo no mayor de una cabeza de alfiler visto a la distan-cia de un brazo, tal es su potencia y alcance.

Por otra parte, podría decirse que el mundo está ya

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en manos de los físicos y sabios que con sus conocimien-tos y experiencias pueden destruir sino todo, lo que inte-rese al hombre destruir. Las asociaciones humanas con sus convenios humanísticos internacionales sabrán apro-vechar los conocimientos de la energía atómica y su li-beración para el bien de la humanidad, pero dejamos constancia que fácilmente se podría también destruir el orden admirable de la naturaleza en breves instantes.

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SEGUNDA PRUEBA

La Finalidad

La vida, afirman los teólogos, tiene un objetivo, un fin.

Tiene una finalidad, se dice, y la finalidad de la vida, sin duda alguna, presupone una intervención divina y Dios es el imaginable como finalista.

Para los filósofos hay mucho que crticar a esta prue-ba que en realidad sería una pura ilusión.

¿Qué fin va a tener un círculo de esta eterna rota-ción eh el mundo?

¿Qué finalidad va a tener este mundo y sus elemen-tos si todo se mueve en verdaderos círculos sin fin?

Los átomos, los electrones, los astros, la energ ía . . . todo en la Tierra circula, da vueltas, retorna y cambia indefinidamente. El ritmo, la circulación es eterna en to-das partes y se verifica continuamente sin detenerse; no cabe precisar duraciones ni buscar un fin.

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Como el círculo vuelve sobre sí, nada que vaya en círculo tiene fin o finalidad; todo sería cambiante, ines-table, efímero o caduco. "Círculo cuyo centro está en to-das partes y la circunferencia en ninguno", dice Pascal,

Para lo muerto no existe finalidad, tampoco para lo vivo que es transitorio, más transitorio que lo muerto que puede considerarse como de eterna transformación y duración. "El Universo tiene estructura esferoidal^ el es-pacio es curvo, la luz no eS recta", afirma Einstem.

Por otra parte, es una ilusión asignar al universo fe-nómenos aislados que serían los que podrían tener fina-lidad en el mundo, pues existiendo una interdependencia general de todos los fenómenos la aplicación de la expre-sión finalidad, que a la vez es vaga, e imprecisa, no tie-ne significación real alguna.

El teólogo y metafísico no podrían explicarnos. ¿Qué entienden por finalidad en la vida?

Aristóteles, el sorprendente filósofo de la antigüe-dad, nos habló de entelequia, refiriéndose a lo que tiene sus telos, su fin, su objeto en sí mismo, pero aplicado al Universo y a la vida es irreal y confuso no teniendo valor alguno como prueba de la existencia de lo sobrenatural y de un fin o un finalista.

Los desiertos, las montañas, los mares, los ríos, las llanuras no están inmóviles pues hay un continuo flujo, nacimiento, crecimiento, transformación, renovación, vi-da, muerte, y hay filósofos idealistas que expresan hasta en sus creencias que la realidad es un cambio, un cambio vivo, eterno, un flujo continuo en movimiento, un élan vital como lo llamara Bergson.

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TERCERA PRUEBA

Del consentimiento universal

En esta prueba, las autoridades religiosas dan por sentado que la unanimidad de los pueblos aceptan la exis-tencia de Dios, consienten en ella. Los que se exceptúan a esta regla estarían obligados a desconfiar de sí mismo y ajustarse al sentir del género humano. ,

El silogismo lo establecen así : "Es un hecho que el conjunto de la Humanidad uná-

nimemente admite o proclama la existencia de Dios". Con semejante unanimidad supone la verdad de su

objeto. Conclusión: Luego Dios existe. Para el argumento anterior, simpatizan con todos

los pueblos, aún con los salvajes, considerando para su prueba todos los actos de idolatría y fanatismo, que tan-to han condenado en los paganos.

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La afirmación de los teólogos de que todos los habi-tantes del orbe hayan creído, de que todos los pueblos, en una forma u otra, admitan ese concepto y tengan ese consentimiento no es por otra parte efectiva y carece de base histórica y científica.

Durante siglos han existido pueblos antiguos y de cierta cultura que han estado muy distantes de tener una creencia en un ser supremo ordenador y causa de todas las cosas: Dios.

Según Kreglincer y otros sabios dedicados al estudio de la historia, paleontología y sociología, la mentalidad primitiva en creencias era colectiva, materialista, realista. Es decir, por ejemplo, las creencias de su grupo, materia-lizaban las cualidades de los objetos, de los seres y perso-nas y los presentaban como realidades. Al vender por ejemplo un perro cazador, vendían la cualidad de ser ca-zador materializando esa cualidad útil para la caza.

La religión de los primitivos seres de cultura, no era sino una aplicación de estos principios anotados. Después han venido cultos a animales, a antepasados, a las fuerzas de la naturaleza, divinazadas, al Totemismo.

Al lado de las nociones de espíritus, han venido las de dioses representadas bajo las formas más diversas se-gún las edades y los países, para junto con la idea de so-berano o monarca aparecer el Dios monoteísta espiritua-lizado, con atributos de belleza, poder, afecciones e infi-nito.

No hay ni ha habido jamás unanimidad para la idea de dios creador, autor y ordenador del mundo. Y si exis-tiera el consenso o consentimiento general en el Univer-so, este no sería espontáneo, pues los sacerdotes de todas

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las religiones procuran este consentimiento en creer, usan-do o abusando de la educación, propaganda, prédica y lu-chas. Por otra parte en el mundo ha habido creencias unánimes, como la de considerar la Tierra plana, el cielo una bóveda de cristal y otras más que con el estudio, ex-perimentación y conocimientos científicos, han caído en el mayor de los ridículos. Hay sin embargo libros como los sagrados y hombres que han sostenido y quieren sos-tener tales falsedades; se les estimó y se les estima aún de gran sabiduría.

Pero ya en varios países, cambiando la educación y régimen de gobierno, el espíritu científico se apodera de los hombres, los que luchan por derribar todas las deida-des, divinidades, los prejuicios y creencias que carecen de todo fundamento para así defender la marcha progresista de la Humanidad.

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CUARTA PRUEBA

De la contingencia del mundo

Es la prueba que voy ahora a analizar: Se parte de la base de que en un tiempo no hubo

nada, y con el pensamiento, buena voluntad y empeño, se llega a concebir, un vacío, sin objetos, sin materia, sin seres y sin dios —LA NADA—. La nada como causa de algo, matemáticamente es absurdo, expresan los filósofos. Para no caer en ese absurdo hay que admitir algo eterno puesto que existe algo actual. Viéndose la necesidad de algo eterno de un ser eterno p. ej. del cual deben depen-der los seres del mundo; ese ser necesario sería Dios.

¿Por qué esa necesidad? El religioso sigue argumentando: Existo YO, existe el mundo, siempre ha existido algo, ha debido existir algo; este algo es eterno. ¿Por qué si aho-ra existe algo ha debido existir siempre algo? O sea ¿por qué la existencia de un ser actual supone la de un ser eterno?

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Concluyen en que no pudiéndose negar la existencia del mundo y del hombre, no se puede negar —por consi-guiente— la de un ser eterno "Dios creador".

Así, el creyente con gran ímpetu interroga al libre pensador o al ateo> ¿Y quién hizo al mundo, quién pues lo ha hecho?

Los pueblos primitivos, hablaban de los espíritus creadores; los Fenicios señalaban a los dioses cabires, es decir, "los fabricantes". Y cada Religión inventó su fábula para esta construcción del mundo, comparándola con una construcción u obra humana.

Una caja, una mesa, un escritorio, un cofre, lo hacen un carpintero, un edificio lo hace un arquitecto, una obra de mano, un obrero.

Si estas obras sencillas las hace un obrero, un construc-tor. . . las obras de la naturaleza, como astros, montañas, ríos, mares, debe también hacerlas un obrero o Arquitec-to, pero claro, un obrero o arquitecto de mayor capacidad talento y recursos, que el que hace obras de carpintería o arquitectura, como las anotadas. Asi establecían el so-fisma.

Es necesario, pues, suponer uno o varios seres más inteligentes y capaces que los hombres, que hayan hecho tan maravillosas y estupendas obras. Y al ser necesario suponerlo, se le crea en la imaginación y se le da como real. De ahí viene la creencia en uno o más dioses autores y fabricantes del mundo, como los hay aquí, y son de una casa, un baúl, un huerto, etc.

¡Curiosas comparaciones son estas hipótesis antropo-mórficas, de explicarse los hechos y cosas de la naturale-za con el ingenuo y simplista argumento de atribuirlo a

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un ser sobrenatural, a un misterioso ser que actuaría co-mo taumaturgo. (Así lo ha demostrado la Biblia).

En verdad es este un fundamento negativo porque parte del desconocimiento completo de la formación del Universo, de los seres y las cosas a las que ningún hom-bre ha podido asistir antes. Parten del interrogante que inicia el teólogo y que él mismo deja en la penumbra-

Más lógico es suponer, (ya hay antecedentes para ello) que la materia, los astros, el universo, han sido materia-les eternos; se transforman constantemente, evolucionan, cambian, etc., etc. a través del tiempo.

Al aparecer los seres unicelulares, las especies vege-tales, animales, y el hombre entre éstos, al adaptarse al medio ambiente, transformarse con las producciones y desarrollo de lo existente, se ha bastado sin necesidad de suponer como autores a seres antropomórficos como seres mágicos o dioses, o Dios eterno.

Por otra parte, crear de la nada el mundo y los pri-meros seres contingentes que viven, o de la vida, que se reproducen y mueren, envuelve un concepto quimérico; es claro, fácil es concebirlo como pueden concebirse infini-tas cosas con apariencias de reales y hasta lógicas, pero que no resisten análisis y estudio científico.

En forma poética, dice el sacerdote que el Solfee ha hecho para alumbrar el día, la luna con sus rayos platea-dos para la noche y para solaz de los románticos; que los ríos, pasan por los palacios llenando sus necesidades .y con-veniencias; que el camello con su joroba está destinado a llevar la carga; el caballo, la vaca, el buey . . . a servir al hombre.

Bien. Pero se comprende que más podían alumbrar

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la tierra dos o más soles y varias lunas en vez de una, que los ríos podían ser más regulares y mejor dispuestos, con más abundancia de agua en regiones secas, y que so,n las leyes de adaptación las que nos hacen aceptar la natura-leza como la encontramos, pudiendo nosotros procurarnos por nuestro trabajo e inteligencia, modificaciones y un mayor bienestar.

La ¡necesidad de un ser eterno que gobierne los de-más seres del universo puede uno imaginárselo como útil y natural, pensando en lo que sucede o hemos hecho en la tierra; pero lógicamente no puede darse como prueba de la existencia de Dios esa necesidad y el que existan el Universo y sus infinitos seres como creados.

Y se nos pregunta siempre: ¿quién ha hecho el mun-do?

El filósofo Leibniz (1646-1716) es el que más ha ar-gumentado sobre la prueba de los hechos contingentes.

C. E. M. Joad, en su guía de la Filosofía (1944) Edito-rial "Losada". Buenos Aires, pág. 94, declara que no lo-gra ser satisfactoria esta prueba y pregunta ¿Por qué podría afirmarse que las serie de cosas contingentes tie-nen que acabar? O más bien ¿Por qué tienen que empe-zar? ¿Por qué efectivamente ha de haber causa primera? Leibniz expresa que habiendo esta causa primera para originar la serie de las cosas contingentes, esta causa o bien estaría dentro de la serie o bien fuera de ella. Si es-tá fuera no puede relacionarse con la «serie en la forma implicada por su postulado función causal.

Leibniz postuló también la idea de que todos los he-chos son necesarios, empleando el principio que llama "el principio de la razón suficiente", para demostrar que

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el Universo todo, debe ser exactamente como es; lo que se considera un sofisma.

Todo lo que existe, llegó a sostener, es un centro de experiencia y actividad espiritual que llamó mónade y cada mónade, según él, es un pensamiento de la mente de Dios, quien consideraría todos los aspectos del Uni-verso de todas las maneras posibles, y el resultado de cada visión del universo logrado desde diferente posi-ción, es una sustancia.

Para Joad y los filósofos positivistas, Leibniz, no apa-rece consecuente, ni lógico con sus principios, ya que mantenía que los actos de estas ménades que son "almas racionales", es decir, los actos de los seres humanos, no son necesarios sino libres.

Hay, dice Leibniz, en el- Universo hechos contin-gentes, invocando,el principio de Razón suficiente, y hay que postular una causa primera, o sea, Dios, que impida que la serie de los hechos contingentes continúen hasta el infinito.

Pero puede preguntarse si todo lo que existe en el mundo está predestinado, si debe ser lo mejor posible y si todo lo que sucede debe suceder de la mejor manera posible; si Dios existe y causa el mundo al pensar en él ¿Cómo se acepta que puedan haber hechos contingen-tes? Es pues absurda y contradictoria esta prueba de la contingencia. Los hechos contingentes los definen co-mo los que no se desprenden de ningún hecho prece-dente, son simplemente lo que son y se podrían imaginar perfectamente que fueran distintos.

En cuanto a la Tesis de los EMPIRISTAS MODER-NOS, esta es contraria a la idea fie que el Universo ten-

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ga en última instancia carácter espiritual o el que Dios exista

Si el hombre quiere conocer cómo es el Universo, el único procedimiento es ir a mirarlo, es decir, adoptar el sistema científico y no el sistema de creencias sobre-naturales, por sencillo y simple que sea.

Los racionalistas y materialistas modernos niegan, con razones sobradas, la existencia del elemento sobre-natural en el mundo y lo hacen en forma terminante.

Sostienen muchos racionalistas antiguos que el mun-do que no es revelado por nuestra experiencia sensorial y que presenta un aspecto que desmiente la realidad a la que tiende el razonamiento filosófico, es en cierto sen-tido ilusorio.

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QUINTA PRUEBA

De la creación del mundo

Esta es otra prueba muy usada y larga de rebatir. Las teorías científicas del origen del mundo actual,

establecen la existencia de la materia cósmica difusa como primera fuente eterna y luego la nebulosa plane-taria, que sería lo primero aparecido, si así puede con-siderarse.

La teoría de "Laplace" pretende explicar por las leyes termo-dinámicas el origen del Sol y sistema pla-netario y de esta teoría nos vamos a preocupar breve-mente.

Después de esta nos ocuparemos de las concepciones de los últimos años de 1955 y 1956. Tiempos de "Einstein".

Pero es conveniente, antes, abrir un paréntesis de bastante interés. La TRADICION, nada puede decirnos de Dios, del dios antropomorfo que no ha nacido nun-

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ca, que no tiene principio, ni fin, sale o no de la nada y a nadie debe la vida".

"No conoce tampoco antepasados, ni tiene herma-nos, ni hermanas, ni seres semejantes a EL. Está desliga-do de toda relación con el pasado y no hay tradición anterior a él, ni puede haberla No ha podido experi-mentar gratitud, ni amor por nadie. "No ha tenido voz ni ha podido hablar con nadie".

"Sería un ser único, aislado, solo, pero muy solo y con pena al haber nacido así, aislado, y haber hecho na-cer este mundo incomprensible, tan lleno de miserias para muchos!" (Méslier).

Refiriéndonos en pocas palabras al hombre de cien-cias, Laplace "el mundo derivaría de la nebulosa pla-netaria de condensación central compuesta de moléculas gaseosas en movimiento continuo de rotación y trasla-ción por la natural energía atómica que poseen"

Los movimientos van, variando con la condensación de las moléculas y éstas al condensarse, pierden la am-plitud y velocidad de sus movimientos de traslación y rotación. Aparece por transformación, en cambio, 61 ca-lor, conforme las leyes termodinámicas o atómicas, dis-minuye la velocidad, y aparece el calor como ti*ansfor-macíón.

La condensación se produce por enfriamiento, por atracción al centro de gravedad y por compresión; todos fenómenos físicos al alcance d& los matemáticos; no de cualquiera.

Al producirse e intensificarse la condensación, se for-ma un cuerpo denso, casi sólido y ocurre, lo que a una bola de billar, por ejemplo, que pierde el movimiento

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molecular, pero puede rotar y trasladarse, como al cho-que con el taco del billar.

El Sol se habría formado de la nebulosa de inmen-sa órbita con moléculas tenues de baja temperatura, péro con energía potencial transformable. Se habría constituido un esferoide en estado gaseoso, condensán-dose y originándose el calor enorme por la contracción de las moléculas gaseosas.

SOL: nebulosa con movimiento de rotación y con límite exterior donde no podía ya haber difusión.

Los planetas se habrían generado al intensificarse la condensación central de la nebulosa; al producirse a la vez calor con irradiación al espacio y enfriamiento. Así se acelera el movimiento y se desprenden de la región ecua-torial de la nebulosa, zonas que se reemplazan por ma-terias vecinas y paralelas. . .

Las zonas desprendidas salen en forma de anillos que giran y pueden condensarse resultando los planetas.

Si no se rompe el anillo por mayor enfriamiento o condensación ocurre lo que con "Saturno", persiste esta forma, caso muy raro.

Los satélites se han formado de desprendimientos del ecuador del planeta antes de su solidificación, anillos de desprendimiento.

En cuanto a los cometas, ellos son nebulosas errantes. El sol es el origen de los planetas ya que éstos se han

desprendido de "su sustancia. El orden de progenitura es: Neptuno, Urano, Satur-

no, Júpiter, el anillo de pequeños planetas que giran en-tre Júpiter y Marte, la Tierra, Venus, Pliitón descubier-to en 1930.

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La tierra tendría 20 millones de años. ¡Billones afir-man otros!

En cuanto a las estrellas, se colocan éstas en tres grupos: Blancas, como Sirio, las más jóvenes y ardientes; amarillas, como el Sol, término medio entre Sirio y estre-llas en enfriamiento. Las rojas son las menos cálidas, tal es el alfa de Hércules.

Se anota el hecho de que la vida o especie humana no podría existir con un gran enfriamiento y solidifica-ción del sol por enfriamiento.

Aparte de la hipótesis nebular de Pedro Simón de La-place (1749-1827), Thomás Chamberlin y Forest Moulton formularon otra teoría "Hipótesis planetaria", la que fue modificada por Harold Jeffreys:

"El origen del sistema solar se debería al choque de " una gran' estrella que al ser atraída por otra, habría " explotado. Una masa de la materia se transformó en el " sol y las otras siguieron rotando alrededor de sus ejes " y moviéndose por órbitas hasta formar planetas".

Respecto a la aparición del hombre, según los dog-mas del Génesis Mosaico, habría sido creado, sin pasar por evolución alguna con respecto a los demás seres, el año 4004 antes de la era cristiana. Pero la Paleontología, la Arqueología y la Geología Histórica han cambiado la cro-nología del árbol genealógico del Hombre, tanto que al tiempo asignado por la Biblia hay que multiplicarlo cen-tenares y millares de veces.

Dice Augusto Knudsen, que los sabios han establecido cinco grandes periodos geológicos a saber: el Azoico sin señales de vida orgánica que duró 800 millones de años;

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el Paleozoico; el Mezozoico; el Cenozoico y el Cuaternario o Deistoceno y en cuya etapa final vivimos.

Para llegar hasta el período del Homo Sapiens se ha necesitado más de un billón de años siendo el período Cua-ternario de 600.000 años, período invadido por los hielos en 4 ocasiones, "edades glaciales".

NUEVAS CONCEPCIONES DEL UNIVERSO

Mientras el Dogma, dice que Dios ordena haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a Estaciones, días y años, (Génesis 1-14), el sabio, que no dá por realidad cualquier aserto, manifiesta siempre el propósito de sacarle a la na-turaleza sus secretos indagando las profundidades del mar, el Universo estrellado, las capas superiores de la at-mósfera, desiertos, selvas, tierras heladas, etc.

El hombre en su egocentrismo acostumbrado, creyó que la Tierra era estática, un cuerpo firmemente ancla-do en el Universo y rodeado de luces para su felicidad.

Los primeros astrónomos, en la antigüedad calcula-ron los movimientos de los cuerpos celestes mediante el tiempo y el espacio. Los egipcios inventaron el telescopio 3.000 años A. de J.C., registraron los eclipses desde el siglo XII A. C., los cometas, etc. Aristarco sugirió que la Tie-rra giraba alrededor del Sol y vio las enormes diferen-cias de tamaño entre los astros. Ptolomeo, con su Alma-gesto, mantuvo equivocado al mundo situando la Tierra en el centro del Universo entero. Así lo sostenía la Biblia. El sabio polaco Copérnico en 1512 dá a conocer cosas nue-vas como la órbita de la Tierra con sus demás planetas

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que giran alrededor del Sol y un siglo después Kepler descubre órbitas elípticas y Newton las leyes físicas.

Perfecionándose el telescopio vienen al suelo un sin-número de teorías y afirmaciones fundadas en aparien-cias.

La simple vista cuenta 5 mil y más estrellas; un pe-queño mal telescopio observa más de 2 millones y el "Su-per Telescopio del Monte Palomar", capta la luz de miles de millones de estrellas. ¿Qué sucederá al descubrir un telescopio de mayor potencia?

Ahora se ven flotar en un mar vacío a millones de millones de kilómetros, unas de otras, "galaxias" y estre-llas de toda variedad. Tomando como medida el AÑO-LUZ, que es la distancia que recorre la luz en un año terrestre, la estrella más/cercana a la Tierra, después del sol, es la Alfa de la Constelación del Centauro que dista una dis-tancia de 4,4 años luz. El Sol, más cercano a la Tierra es-tá a 8 minutos de luz. Otras hay como la Gigante Roja de la constelación de Orion a 300 años-luz.

El Universo limitado de la Biblia se ha hecho ilimi-tado y sólo ahora se calculan las eriormes distancias de los astros y su complejidad.

Nuestro sistema solar no es más que una unidad in-finitamente pequeña situada en el borde exterior de la Galaxia de estrellas que componen la Vía Láctea. Esta, que antiguamente se creía como la totalidad del Univer-so no es sino otra diminuta unidad comparada con el en-jambre de galaxias o grupos de estrellas y nebulosas liga-das entre sí por la gravitación y girando en el espacio. Se ha alcanzado los confines de lo perceptible hasta una distancia de 2.000 millones de año-luz: un 19 seguido de

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21 ceros - 19.000.000.000.000.000.000.000 Kilómetros te-rrestres!

Los astrónomos actuales, con grandes telescopios, calculan un billón de galaxias de diversos tipos con sus masas de materia, que van por el espacio formando nu-bes de gas y de polvo como materia interestelar.

La importancia de las nubes cósmicas reside en que representan la materia prima del Universo, y según las teorías actuales hace 5 millones de años que nuestra Ga-laxia era una formidable masa de hidrógeno que giraba invisible. De su rotación nacieron turbulencias y verda-deras mareas que con la fuerza gravitatoria empezó a unir partículas y a formar cuerpos cada vez mayores; a la vez de su crecimiento y rotación aumento de su tem-peratura interna. En el candente centro de cada masa co-menzaron a reaccionar los núcleos atómicos. El hidróge-no al tramutarse en Helio (como en la Bomba de Hidró-geno) encendió las primeras estrellas estimándose que así se formaron las de la Vía Láctea y demás galaxias.

Tal es según las experiencias y estudios astronómi-cos el proceso de creación o formación estelar.

El advenimiento de la Física nuclear y conocimiento de los procesos termonucleares ha avanzado mucho en ia explicación de numerosas anomalías que aparecían con-trariando las leyes antes descubiertas, pero por el contra-rio han servido pará explicar diversos tipos de estrellas que representan fases de su evolución. Hay miríadas de estrellas que integran las galaxias y otras como nuestro Sol que giran solas en el espacio.

Otra novedad en los conocimientos telescópicos es la expansión del Universo alrededor nuestro. Se habla de la

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fuga galáctica o alejamiento de la tierra, de las galaxias. Esto no quiere decir que nuestro planeta esté, como se creía antes, en el centro del Cosmo o lo esté el Sistema So-lar o la Vía Láctea.

Se trata de la Hipótesis del Universo en expansión siendo la concepción del CoSmo inseparable del tiempo y del espacio y ocurriendo que toda galaxia, para descubrir su verdadera situación y no la aparente, debe conside-rarse además " de las 3 dimensiones del espacio, otra más que es la del tiempo. Un ejemplo: En el caso de la estre-lla Alfa del Centauro no se puede decir que la vemos aho-ra, porque su luz tarda poco más de 4 años en llegarnos y solo vemos el fantasma de una estrella que brillaba en 1951. Si está brillando en 1955 es cosa que no sabremos hasta 1959.

Mas complicado es el caso de las galaxias en fuga tanto por su distancia como por su velocidad.

En cuanto a la llamada creación del mundo, Gamov sostiene al tenor de los descubrimientos, que la creación no ha tenido principio sino que es un fenómeno continuo, eterno.

En 1905 Albert Einstein publicó su teoría de la Re-latividad Espacial que rechazaba la hipótesis del Eter y también formulaba una serie de ecuaciones matemáticas de acuerdo con las cuales la distancia y el tiempo varían según sea la velocidad en que está el observador.

Este principio de la Relatividad espacial y la ley de Hubble-Humason sugieren que el radio del Universo es de más o menos cinco mil millones de años luz y entonces empezaría la expansión alejándose las galaxias a veloci-dades parecidas a las de la luz.

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Dió, también Einstein, un nuevo concepto de la gra-vitación en que los astros tienen una atracción a su al-rededor como la de un imán un verdadero campo magné-tico. La ciencia moderna sostiene que masa y energía son la misma cosa, y espacio y tiempo se confunden en las profundidades del Cosmo.

LA CREACION DEL MUNDO SEGUN LA BIBLIA

La Biblia no separa la Cosmogonía de la Geología, es decir la formación del Universo, de los fenómenos particu-lares terrestres de nuestro planeta y de los seres que lo habitan.

La Biblia refiere de dos formas distintas y opuestas la creación: (vale la pena tener a la vista la Biblia).

Según su narración, el mundo habría sido creado en seis días, descansando al 79 día, y según otra versión del mismo libro, habría sido creado en un solo día.

La creación en seis días con el descanso del autor o Señor, se encuentra en el primer capítulo del Génesis y en los 3 primeros versículos del 29 capítulo y dice:

El 1? día Dios creó la LUZ. El 29 día Dios creó el firmamento. El 39 día Dios hizo surgir los continentes del fondo

de los mares y reunió las aguas en los lechos que hoy ocupan. El mismo día hizo una obra: mandó a la Tie-rra que produjera el reino vegetal, y la Tierra produjo el reino vegetal.

El 49 día Dios creó el Sol, la Luna y las Estrellas. El 59 días, los peces y aves.

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El 69 día los animales terrestres y el mismo día fue la creación del hombre y los creó macho y hembra.

El 79 día, descanso. Véase: Génesis 1-27. Elohim (Dios) creó el hombre

a su imagen, le creó a imagen de Elohim; les creó ma-cho y hembra.

Creó pues la pareja hombre y mujer o el tipo hu-mano con sus dos sexos y por separado en cada indivi-duo.

En el Cap. V-I, de la Biblia se acentúa la idea. Dice: He aquí la posteridad de Adán. El día que Dios creó al hombre lo hizo a su semejanza. 29 Le creó macho y hém-bra; y les bendijo y les dio el nombre de hombre el día que fueron creados. 39—Habiendo vivido Adán 130 años, engendró un hijo a su imagen y semejanza y le llamó Seth.

En el capítulo 19 de la Biblia, se habla de la creación del hombre en forma indefinida, del hombre especie; no conoce la creación de un hombre individuo. Se ignora el nombre de Adán y la existencia de la mujer individuo Eva. En el Cap. V se refiere a la creación de un hombre indi-viduo que llama Adán, admite su existencia. Nada dice de Eva pero da a Adán su primer hijo Seth, y en el versículo 4, otros hijos e hijas. Este capítulo es el comienzo de un mito. En consecuencia el Capítulo 19 no es un resumen científico.

Por los análisis que puede hacerse en el Cap. 19 y en los 3 primeaos versículos del Cap. II, el nombre de Eter-no se expresa en hebreo por "Elohim" en tanto que en los otros versículos del Cap. II, el nombre de Dios se expre-sa por "Jehová" I.H.W.H.

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Hay pues dos relaciones en antítesis. En la primera, por ejemplo, la tierra está sumergida

en el océano, las aguas se retiran y en la humedad del suelo nacen los vegetales antes que el hombre. Génesis I. 9.

En la segunda relación, la del Capítulo segundo, la Tierra está seca y sólo bañada por vapor que se eleva de su superficie y los vegetales aparecen después del hom-bre. Génesis II. 4. (Léase versículo).

En la primera relación, los hombres y mujeres son creados simultáneamente en número indefinido sin que se diga de qué materia fueron formados. Son creados por un acto intelectual de Dios (acto de voluntad). Génesis I. 26 .

En la segunda relación, la del Cap. II, un hombre único, el primero, es creado ante todo, debiéndose su crea-ción también a un acto material, porque Dios modeló al hombre del limo de la tierra, sopló la nariz, infundiéndole la vida.

En la primera, los hombres son creados en último lu-gar, después de los animales,, por ser los más perfectos. Génesis 1. 28. Dios les bendijo (a los hombres y mujeres) y les d i jo . . . " .

En la segunda, Cap. II, los animales son creados des-pués de Adán y para que no fuese el único Ser vivo so-bre la tierra. (Génesis 11-18).

En la primera, las mujeres son creadas al mismo tiem-po que los hombres. Génesis I. 27.

En la segunda, una mujer única es creada después del primero y único hombre; aquélla es creada de una costilla de Adán. Génesis II. 21. (Léase la Biblia).

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Para la Biblia, la creación del mundo ha comenzado y concluido en 6 días, en otra relación en 4 días, y en otra en uno solo, según el relato que se adopte.

Para la Ciencia, el Universo no tiene creación y es de millares de millones de años, continúa y continuará con o sin interrupción, millones de millones de siglos, sin prin-cipio ni término. Habrá transformaciones, cambios, evo-luciones.

Los conglomerados de partes contradictorias de ver-siones mal soldadas o embrolladas que contiene la Biblia, se explican por que han sido compuestas exclusiva-mente por hombres y no por Dios o dioses, y sus fuentes de origen son los caldeos, los asirios, babilónicos y miles de fuentes de misticismo antiguo.

Todo esto -se prueba conociendo, por ejemplo, las ins-cripciones del palacio real de Nínive, las doctrinas y re-ligiones caldeas, asirías y todas las más antiguas.

Los errores astronómicos, geológicos, etc., que contie-ne la Biblia son los del siglo V.

Por fin, en la diferencia de relatos que hemos hecho, aparece Dios, en. uno, como, jardinero, Génesis II. 8, plan-tando un huerto; como modelador en otro, pues modela al primer hombre y a los animales con arcilla, Génesis II. 7; como cirujano; como anestesista. Génesis II. 21; como sastre puesto que hace vestidos, III 21. Además, bus-ca Dios el fresco, se pasea, habla o canta como un hom-bre corriente. (Génesis III. 8).

La otra relación, o sea la Jehovista, es más moderna, más metafísica, crea el Universo sólo por el "verbo".

Siguiendo en el análisis de la Biblia, se observa que el Cielo es un palacio de cristal. En su parte inferior se

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extiende un inmenso depósito donde están almacenadas las aguas, las nieves y los hielos, más arriba está el salón empedrado de zafiros que contiene un trono adornado también de zafiros destinado al Eterno. Génesis I, 6 - Job.

XXX. VII - 18.— Exequiel 1-22. Deuteronomio X-14.— Exo-do XXIV - 9, etc.

Para la Biblia, la LUZ o DIA es una cosa existente y la NOCHE talnbién. El día fue creado 3 días antes que el SOL. El sol es una gran l á m p a r a . . . " .

Las Astronomía bíblica por todos conceptos es falsa y absurda.

La Meteorología, refiriéndose a niebla, rocío, lloviz-na, lluvia, no hace sino repetir los mayores errores de la época, de lo que se deduce que la Biblia no es obra ni inspiración divina.

El Diluvio Universal que tiene el génesis en los ca-pítulos VII y VIII no resiste el más leve examen y hay también relatos diversos y contradictorios, de lo más ab-surdo, reunidos en el mismo libro. Génesis VII 2. Géne-sis VII 4.— Génesis VIII 2.— Génesis VII 12. 23.

Este diluvio universal, físicamente hablando y como se relata, es absurdo.

"La montaña más alta del globo tiene como 9.000 metros y para que el agua la cubra en 40 días hubiera sido preciso como 221 mts. cúbicos de lluvia cada día. Cu-biertos los continentes de agua a altura* de 9 kilómetros, el nivel de los mares habría ascendido 3 kmts. por sel-la superficie de los mares 3 veces superior a los Conti-nentes".

¿Qué sol habría sido capaz de evaporar en 40 días, en el Ecuador, una capa de agua de 3 kmts.?

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¿Y el Arca de NOE? Mayor absurdo aún: Dice la Biblia: El Arca tenía 162 mts. de largo, 27

de ancho, y 17 de altura y tenía que encerrar lo siguien-te:

Habitantes y provisiones: 1? Familia de Noé 8 personas

Mamíferos 300 3° Pájaros 14.000 49 Reptiles y batracios 260

Total • 14.568 En frutas y granos 6.000 kilos. En heno" 117.000 manojos Se ha omitido la cantidad de alimentos que debía

contener el Arca para que comieran las parejas: mamí-feros, 50 especies, pájaros 7.000 y reptiles y batracios 130.

En los cables extranjeros de "El Mercurio" de San-tiago, se anuncia en Septiembre de 1949 que se cree ha-ber encontrado restos del Arca de Nbé.

Se ha buscado toda la cantidad de individuos o ani-males y sus provisiones tenía que ser imposible alojar en una casa o arca de 162 mts. de largo, 27 de ancho y 17 de alto.

Se trata, pues, de un MITO que no es, por otra par-te, original. Son mitos o leyendas de zonas expuestas a lluvias torrenciales, grandes inundaciones; hundimien-tos submarinos u otros cataclismos.

El mito del Diluvio fue llevado de Caldea y tiene re-lación con el desbordamiento del Tigris y el Eufrates en Mesopotamia.

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Hay al respecto, relatos Elohimista y Jehovista com-pletamente diversos, y el relato caldeo, del Diluvio, que se ha encontrado en inscripciones y ladrillos de Nínive y que tienen siglos de siglos de antigüedad, son muy seme-jantes al bíblico, imitación de estos relatos.

El mito bíblico ha sido llevado a Palestina por las tri-bus hebreas que emigraron de Ur, Caldea, conducidos por Terán o Tharé, padre de Abraham.

¡Para qué ocuparse de la Zoología, Botánica bíblica y sus grandes errores y para qué de la Fisiología, Física, Química, etc.!

Los errores, todos son humanos y no divinos y en ta l caso todos estos errores- no prueban otra cosa que la RE-VELACION Y LOS LIBROS SAGRADOS SON LA PRUE-BA MAS NULA DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

Servirían más bien para probar su INEXISTENCIA.

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SEXTA PRUEBA

La del primer motor en el mundo

El argumento consiste: "en, que todo lo que se mue-ve es necesariamente movido por un motor y este otro por algún otro que lo impulsa, y siendo imposible re-montarse al infinito para buscar la serie de motores unos subordinados a los otros o dependientes unos de otros, tiene —dicen los teólogos— que caerse en cuenta en que debe existir un primer motor inmóvil, es decir que no sea movido por otro, ni por ninguna especie de movimiento, y este motor primero sería Dios, "Dios primer motor".

Para demostrar esto, los teólogos usan argumentos y ejemplos como el del agua caliente, el del reloj, el mo-vimiento animal. Se hacen elucubraciones respecto de me-cánica y dinamismo, enredándose en tal forma que las pruebas salen en oposición a sus propios argumentos.

Respecto del agua dice el teólogo: éste líquido no se

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calienta por sí solo sino por un agente que posee ya ca-lor o le dan esta energía, el fuego, por ejemplo; de lo con-trario, permanece fría indefinidamente.

Es, pues, un agente extrínseco el que le da calor. Dios semejaría a este agente de movimiento o cam-

bio de temperatura, porque el agua no puede por si mis-ma calentarse, pues de la nada no puede salir este calor o movimiento porque de la nada, dicen, nada se hace.

Se calienta mediante "otro" agente, y este otro ¿quién es? El agente extrínseco físico químico o mecánico, Dios, obra pues como agente físico.

El argumento del reloj, es más explícito: La rueda A, es movida por la B, y esta por la C, D, etc. Ningún movimiento ocurre en este mecanismo sino con la cuerda o primer motor que pone en movimiento. La cuerda se-ría como el primer motor que moviendo no es movido por otro y que dando no recibe. "Dios cuerda de reloj". Dios le dio o es cuerda del reloj, mundo.

Con Santo Tomás, llegan al gastado y célebre argu-mento de que sin agente principal nada se mueve y es-tos agentes no son ya físicos, ni químicos, ni naturales, tienen que ser, según ellos, obra de una voluntad, de una acción parecida a la humana, pero muy superior, es decir, obra de divinidad. Se trata del Dios antropomorfo, el dios con atributos humanos elevados al infinito, argumento que jamás ha convencido a los grandes investigadores de la ciencia y de la mecánica universal.

Respecto a la mecánica y al dinamismo, reconocen algunos metafísicos que la materia no es del todo pasi-va e inerte sino que, por el contrario, encierra un elemen-to activo, dinámico, de gran energía y que por ciertas lé-

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yes naturales y en ciertas condiciones producen fenóme-nos de atracción y movimiento, pero no abandonan el primer motor que ha de ser, según ellos, el origen de las fuerzas de atracción.

Hay necesidad de la fuerza extraña para romper el equilibrio de las moléculas o de las masas inertes y esa fuerza extraña que la conciben independiente de la ma-teria y de los cuerpos, es Dios.

A juicio de los matemáticos, por el contrario, el mo-vimiento en tales casos se explica perfectamente acudien-do a su energía misma, verdadera cualidad de la materia y no a energías misteriosas y divinas tan rebuscadas y tan sin base científica.

Por otra parte de los argumentos expuestos "y otros muchos por el estilo, por el movimiento no se puede pro-bar la existencia de lo que no se mueve, la del motor in-movible y no hay concordancia entre el ser infinito en quietud que se trata de probar, impulsador del movimien-to y el falso concepto de un primer motor. Necesita es-te motor ser enérgico, comunicativo, moverse también para actuar sobre otros objetos o seres.

A la pregunta ¿de dónde viene la energía material? Nosotros podremos devolverle la pregunta: ¿De dónde vie-ne el pjimer motor inmovible?

La Lógica y la Ciencia, dicen claramente, que si todo en el Universo se mueve, no hay razón para supo-ner que quede algo que no se mueva o sea movido, y más absurdo es suponer que el algo inmóvil esté fuera del ra-dio del Universo. Sería un modismo semejante al bíblico, de las tinieblas, que llevarían en sí la luz para suminis-

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trarla, o que pudiera alguien separar la luz de las tinie-blas.

En cuanto a la "nada" no ha existido y al pensar se-riamente en su significado, no es posible suponerla exis-tente. Ningún ser u objeto puede aniquilarse. Podrá trans-formarse, evolucionar, cambiar, pero nunca reducirse a la nada y dejar de ocupar sitio, espacio o lugar. ¿Dónde está la nada capaz de tragarlo todo?

¿Dónde está, pues, la necesidad y el fundamento del primer motor, del primer agente de movimiento univer-sal?

Aristóteles, el gran filósofo del pasado, es uno de los exponentes más destacados de la doctrina de la llamada "causalidad teológica" (teleología se ocupa de las causas finales del Universo: materia, forma, causa eficiente y causa final). También de la doctrina "del Dios inmóvil", la causa eficiente que con su presencia en el Universo po-ne en marcha su movimiento. Dios no habría creado el mundo —según Aristóteles— pero sería causa del movi-miento. Lo haría fuera de él y lo inicia con su presencia, como agente. Tiene una "actividad de inmovilidad", dijo Aristóteles.

"La relación entre Dios y el mundo, no es la de un Creador que lo hace, ni (|e un pastor que lo cuida, es más bien de un imán que lo atrae y lo mueve". (Aristóteles).

La filosofía de Aristóteles implica, pues, que hay en el Universo un elemento estable, inmutable, y, por con-siguiente, eterno y que es a la vez fin y origen del cam-bio.

La explicación aristotélica ha sido desechada porque al aceptarla debe renunciarse a la doctrina de potencia

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y acto y a la doctrina de las causas con las cuales (las 4) está inextricablemente enlazado. Y en caso contrario aparecería un verdadero dualismo: elemento inmutable del mundo y material cambiante sobre el que influye o que determinaría. Este dualismo, por otra parte, no lo acojen los filósofos, ni aún los teólogos. (Actividad de in-movilidad. C. E. M. Joad).

Algunos autores, con un a fán incontrolado por en-contrar de inmediato una solución a las múltiples in-cógnitas que el universo nos presenta —urgencia que no existe para el verdadero espíritu científico— sos-t ienen que el mundo fenomenológico responde a un sistema matemático que revela la existencia de una in-teligencia suprema y af i rman que los hombres de cien-cia han comprobado que ese conjunto de energía (el cosmos) no apareció al acaso ni se comporta sin sentido.

Vano intento para explicar lo que la ciencia es incapaz de resolver por el momento.

Este apresuramiento para atribuir lo desconocido a un dios antropomorfo, a un supremo hacedor con atributos humanos, sólo sirve para poner de manifies-to la necesidad de algunos individuos de tranquilizar su conciencia creyente y quedar en paz con su dios. La fe es personal, la ciencia es impersonal.

De ningún modo esta actttud se puede calificar como científica. Las afirmaciones de la ciencia deben estar fundamentadas en la experimentación y no so-bre conjeturas o intuiciones.

Este a fán mórbido por decir la última palabra ahora indica también la menguada confianza que en el fu tu ro de la ciencia sustentan estos falsos hombres de ciencia.

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SEPTIMA PRUEBA

La formación misma de la idea de Dios que se considera obvia en la mente humana, sería prueba de la

existencia de Dios

El conocimiento del cerebro y sistema nervioso, su funcionamiento y organización, dicen lo contrario.

Ramón y Cajal, expresa con razón: "Si las sugestiones de los profesores, de los padres,

de los educadores, obedecen a prejuicios, ideas falsas to-cante a la religión y a la ciencia, conducta, se establece-rán en el cerebro del niño conexiones exclusivas y anor-males entre determinados grupos de células (neurones) y el resultado psicológico será la credulidad excesiva, la ru-tina en el pensar, el desprecio a la ciencia y otros vicios tan graves como difíciles de desarraigar".

Los estudios y experiencias de este gran sabio, neu-rólogo, histólogo, explican así, en pocas frases, lo que

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ocurre en la mente y cómo las creencias vulgares, los pre-juicios, las creencias imaginarias y entre ellas tantas di-vinidades e ídolos ya hoy en el suelo, han sido ideas con-sideradas obvias del cerebro de otros tiempos y de mu-chos cerebros humanos de esa época.

Para mantener en la mente la primitiva idea de dio-ses o de Dios y sus crencias anexas, están pues millares de profesores, el sacerdocio, los padres, los pastores, las tradiciones, lecturas, etc. Si en las inteligencias se eva-porasen los dogmas y creencias místicas y vulgares por el estudio razonado, experimental y científico, por labor contrasugestiva, ¿Qué puede quedar en pié de la organi-zación de la Iglesia o iglesias, de los Concilios, del Papa, sus cardenales, de sus obispos, de sus canónicos, sus frai-les, de sus procesiones, de sus congresos eucarísticos, de sus templos, de sus ceremonias, de sus bulas, diezmos y primicias, de las capillas y conventos, de los rosarios, no-venas, misas, de las imágenes y altares, de los cánticos y candelabros, de los anatemas y excomuniones, de las pe-nas eternas, del pecado original, de la gracia, de las vi-siones y milagros, del bautismo, comuniones de los niños, confesiones, extremaunciones... todo destinado a hacer obvia la idea de Dios en los cerebros.

¿Con qué reemplazar este cúmulo de cosas viejas e inútiles? Sin duda que la civilización y el progreso recha-za todo esto y busca la Escuela, la enseñanza, la ciencia, la moral laica, las instituciones fraternales, la poesía, el arte, la técnica, cultura, industrias, etc., y mil cosas en que actúa la mente humana despejando el campo a la verdad.

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La ciencia avanza audaz e implacable, demoledora de fantasías, sueños y creencias.

EL ORIGEN DE LA VIDA

Cinco siglos antes de J. C. Anaximandro y Tales de Mileto, como Zoroastro de Persia y Lao-Tszé buscaban el origen de la vida en el agua. Anasímenes de Mileto y Dió-genes de Apolonio buscaban la sustancia creadora en el aire, eran "pneumicos". Pitágoras de Samos defendía la idea del génesis mediante el fuego.

Demócrito "vio el mundo como un torbellino de cor-púsculos invisibles moviéndose en intersticios también in-visibles". En sus obras dio el nombre de "átomos" a es-tos corpúsculos o planetas invisibles; escribió textualmen-te: "El movimiento de los átomos en el vacío ha existido desde la eternidad; la gravedad es la única fuerza motriz que rige el Universo. La caída vertical en el espacio infi-nito de los torbellinos atómicos de materia cósmica, es el origen de los mundos".

Esta teoría constituyó la base filosófica de la Escue-la llamada "metódica"."Se aplicó su teoría a la Génesis del Hombre llevando su concepción a la Fisiología Hu-mana propiamente dicho.

Al levantársele un monumento a Demócrito en el si-tio que corresponde, ha dicho recientemente la prensa: "Demócrito estableció pues le célebre teoría de la consti-tución del "átomo" de la materia; dio la noción del áto-mo tan en voga en este siglo, y lo hizo por sus propios es-tudios, ajenos a especulaciones de otros filósofos y libre de las influencias pitagóricas".

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Pero con el Microscopio electrotónico de amplia visión, actualmente se ha llegado a descubrir diminutos y rudi-mentarios eslabones considerados como intermediarios en-tre la sustancia mineral y vegetal, los virus. La vida se iniciaría como procesos bioquímicos con sustancias como dichos virus que tienen ciertas propiedades y característi-cas de vida.

La vida se iniciaría como procesos evolutivos mar-chando hacia las sustancias protoplasmáticas que se arran-can del fondo de los océanos; luego plantas uni y pluri-celulares, yerbas, arbustos, árboles, con su paso o cami-no biológico hacia los animales de toda variedad, especies muchas desaparecidas por sus caracteres de indefensión, avertebrados, vertebrados, mamíferos, primates, etc., has-ta seguir en evolución lentísima —de milenios— al hom-bre. ¡Cadena de seres en desarrollo y evolución!

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OCTAVA PRUEBA

La prueba de la revelación.—LA BIBLIA

La Biblia es considerada por los críticos teólogos el libro de la sabiduría porque contiene las teorías físicas y naturales donde se resuelve el problema del Universo, las leyes donde estarían todos los conocimientos de los sabios, los conocimientos humanos.

Se afirma ser la base de la "Revelación",' la prueba N9 1 de la existencia de Dios, siendo impostor y enemigo de Dios quien no acepte como verdad su contenido. ¡Obli-gación de creer!

El Concilio de Trento de 1543, fue el que declaró a los libros del Antiguo y Nuevo Testamento como obra de Dios mismo y estableció anatema para quien no admita como sagrados y canónicos todos estos libros tales como están escritos en la "Vulgata Latina".

* * *

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Dios se ha presentado a los más antiguos hombres del mundo; ha hablado con ellos y por medio de éstos a los demás; ha inspirado a muchos hombres y profetas.

Ha hablado en el paraíso al padre del linaje humano, Adán; después, a los judíos por medio de Moisés, y a los profetas y también a Jesucristo, hijo de Dios. Así se afir-ma.

El Antiguo y Nuevo Testamento de la Biblia estable-cerían claramente la existencia de la divinidad cristia-na, no pudiendo negarla nadie como la obra de Dios mis-mo.

Las revelaciones y la Biblia son los antecedentes, las pruebas de que Dios existe.

¡Así argumentan cristianos y católicos y así lo afir-man teólogos y sacerdotes!

* * *

En todas las religiones han existido personas que han jurado ser enviados de Dios o de una divinidad, que dicen haber bajado del cielo para revelar y salvar el nom-bre de Dios. "El ha hablado por sus bocas, han sido ins-pirados, poseídos, engendrados y guiados por Dios. Han oído e,n las montañas y bosques la voz del Señor. Han con-versado con él".

Algunos teólogos expresan que eso es mucho afir-mar y que solo puede decirse que en el fondo de toda re-ligión se encuentra la voz de Dios.

Pero, ¿Dios al existir y ser como se le presenta ten-drá interés en hablar con los hombres? ¿Podrán ser ca-paces estos hombres de oírle, escucharle e interpretar su voz si es que la escuchan?

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Estas afirmaciones, si Dios existiera, podría desmen-tirlas diciendo: "que no ha enviado a nadie a la Tierra, que son leyendas creadas por los hombres, que en esto nada hay de cierto o de histórico".

Pero Dios no puede, sin duda, desmentirlas, o por que no existe o por que son contradictorias las afirma-ciones de tanto religioso o alucinado, o que se especula con tales creencias.

Es absurdo que su "revelación" el Señor la hubiera hecho así, pues con el infinito talento, habría elegido un medio más seguro y convincente, mejores personas y ele-mentos. No habría permitido divisiones, ni desacuerdo en-tre los hombres, ni habría por fin enviado a Jesucristo, mortal como todos los hombres, y que a juzgar por la Historia, habría fracasado.

¡Y Dios no puede hacer eso, ni fracasar ni directa, ni indirectamente! ¡Y qué decir de los teólogos!

Si Dios existiera —sería de desearlo siempre— ¡por los primeros que sentiría profundo desprecio sería por ellos, por casi todos los sacerdotes y teólogos! Ridiculizan a Dios a cada instante, como puede verse en todos los documentos escritos: Ya presentándolo en fisonomías di-ferentes; ora como dios de las batallas, feroz, cruel, bár-baro; Dios sediento de sangre que gusta de holocaustos de vidas humanas y de bestias; Dios indolente a las ca-tástrofes, estragos, y malaventuras que envía y contem-pla desde lo alto, tal vez desde la estratosfera; Dios caní-b a l . . . pero también "dios", padre tierno, amante, cari-ñoso, que se encanta de la inocencia e ignorancia, de la debilidad de los pueblos y sus hijos. Hay más: Dios uti-litario, que pide compensaciones, con sacrificios; repara-

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ciones semejantes a la ofensa; Dios sin generosidad, bon-dad ni talento.

El Concilio, la autoridad eclesiástica ha catalogado los siguientes libros o partes de la Biblia.

Un resumen: 1?—El Antiguo Testamento.— Los cinco libros atri-

buidos a Moisés que son: El Génesis, Exodo, El Levítico, Los Números y el Deuteronomio. El de Josué, Los Jueces, Ruth; los 4 libros de los Reyes y los 2, de Paralipómenes. Sigue: El primer libro de Esdros y el segundo que se llama de Nehemías. Tobías, Judith, Esther y Job. Las parábolas (proverbios de Salomón). "El Cantar de los Cantares"; La Sabiduría y El Eclesiastes. Los 4 grandes profetas: Isaías y Jeremías, con Baruch, Exequiel y Daniel. Los 12 pro-fetas menores y los 2 libros de los Macabeos.

29—El Nuevo Testamento.— Comprende los conoci-dos 4 Evangelios, según San Mateo, San Marcos, San Lu-cas y San Juan. "Hechos de los apóstoles", escritos por San Lucas. 14 epístolas de San Pablo, dos epístolas de San Pe-dro, tres de San Juan, una del apóstol Santiago y otra del apóstol San Judas. Y el Apocalipsis del apóstol San Juan.

Las leyes, las teorías, la moral divina están —para la Iglesia— contenidas en estos libros sagrados.

Para darle forma y consistencia a la Biblia, su con-fección ha pasado como todos los libros de la antigüedad, especialmente los sagrados, por diversas etapas. Sólo en el año 1445 después de J. C. tomó forma definitiva.

En la tradición y primeros ensayos de historias sa-grados, tuvieron participación los llamados profetas, aman-

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tes de la vida pastoral, pero muy enemigos de la civili-zación y de la riqueza.

El gobierno teocrático o sacerdotal era su principal aspiración debiendo imperar sin tregua el culto a Jeho-vá con todas sus reglas y leyes.

Nada de tregua con los herejes y con los extranjeros: guerra sin cuartel; proscribirlos, castigarlos, matarlos sin misericordia, pues no eran Jehovistas. ¡Era esto lo más justo y santo!

Los profetas formaban ya su mentalidad en la ju-ventud, pues establecían al objeto Escuelas para novi-cios, y el pueblo ignorante, místico, fatalista, era domi-nado por ellos con facilidad.

Para los profetas, la civilización y la tolerancia eran las dos cosas más odiosas y por eso para los Jehovistas que escribieron la historia de Israel, Omri y su dinastía con Achab y Jezabel, eran indignos, triunfando la políti-ca de los profetas y venciendo a los hombres progresis-tas y tolerantes.

Comp en todos los pueblos, las leyendas patriarcales que se refieren a diferencias y luchas intestinas entre los pueblos, tribus o grupo de tribus; entre partidos políti-cos y religiosos, las leyendas heroicas con cánticos, rela-tos de hazañas, etc., corrían "de boca en boca" hasta ini-ciarse la colección de estas leyendas.

Aparecen así ensayos para dar una historia de sus orígenes al pueblo de Efraín o Israel (año 825 A. C.), his-toria hecha por profetas con su espíritu, como se ha di-cho, de antipatía para la riqueza y civilización, gusto por la vida pastoral, fanatismo, intolerancia y odio implaca-ble al extranjero.

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El autor se sirve de las leyendas patriarcales y heroi-cas confecionando el documento jehovista utilizado para la Biblia y que contiene: 1<? La Creación del Mundo en un día que es la que relata el Génesis en el capítulo II desde el versículo 4?.— 2? La descendencia de Adán y Eva, Caín y Abel.— 3«? La leyenda de Moisés salvado de las aguas.— 4<? La de José vendido por sus hermanos.— 5<? El libro de la Alianza, que se encuentra en el Exodo, del XX al XXIII - 19. Siempre en estos capítulos y en estos documentos aparece el nombre de "Jehová" como el dios eterno "Hiwh".

Pero en Jerusalén, aparece un Sacerdote del templo que prescindiendo de las leyendas heroicas y patriarcales hace una "historia de Judá" con los documentos y archi-vos del templo.

Este es un documento en que el Eterno aparece con la designación de "Elohim". Se llama documento elohi-mista. Tal trabajo figura también en la Biblia y en mu-chas partes en contradicción con los documentos jeho-vistas.

Las partes bíblicas que tienen materias de la histo-ria sagrada del documento elohimista son:

19—Génesis V.— La descendencia de Adán que co-mienza con Seth. En este documento no se conocía a Eva, ni a Caín, ni a Abel. Para éste, Adán no tenía más que un hijo con nombre propio, a saber Seth; los demás son anónimos (Génesis V - 4).

29—La genealogía de los 3 hijos de Noé (Génesis X) particularmente la de Sem, autor de la raza semítica, Génesis XI, 10 al 32.

Según el documento jehovista todos los pueblos tu-

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vieron una sola y misma lengua en el origen. La distin-ción de lengua se verificó solamente en la torre de Babel.

Los elohimistas hablan de 3 pueblos que descienden de 3 hijos de Noé. (Génesis X - 5 - 20 - 31).

Para Renán, del cual nos vamos a ocupar después, la relación jehovista es poética, libre e imaginativa. La elohimista, más seria, más breve, más positiva y alejada de sueños mitológicos.

* * *

Aparece un Código que fue denominado "Deutero-nomio", en que escribieron, el profeta Jeremías y el sa-cerdote Helkian. Empieza en el Cap. V actual, siguien-do en el Cap. 27-31 y 32 con adiciones tomadas de ma-nantiales diversos.

Luego vienen las combinaciones que se hacen al pa-sar los documentos de manos de los sacerdotes, a las de los legistas, escribas o "doctores de la ley", lo que tuvo gran importancia, pues estos se constituyeron en los guar-dianes de la ley por su piedad y reputación científica.

Fueron los doctores de la ley "los que habrían con-cebido la idea de fusionar en un solo libro todos los có-digos e historias".

Fusionáronse pues los documentos jehovistas y elo-himistas y el combinador se limitó a cortar trozos que puso unos en pos de otros, usando de candor y hasta de torpeza en la confección de los capítulos.

Esto ha servido a los críticos para descubrir todo el problema del arte de arreglar la Biblia, como un solo li-bro revelándose contradicciones y absurdos de toda na-turaleza.

Otros críticos de gran envergadura del siglo 19, en

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sus profundos análisis, comparaciones y estudios de toda naturaleza, llegaron a conclusiones como estas:

"Que Moisés no ha escrito nada, no ha compuesto nada, absolutamente nada".

Acuerdo unánime hubo entre sabios, historiadores, políglotas", que Moisés vivió en el siglo XVI, es decir 7 siglos después".

Que las primeras ediciones del documento jehovista y del documento elohimista, son del año 825, es decir 8 siglos después de Moisés. Se ha descubierto en 21? lugar la amalgama hecha en la Biblia pudiendo hacerse su aná-lisis elemental y precisar las partes de que se componen, la cronología de las diversas redacciones, los nombres de los redactores o del país, condiciones de existencia, au-tores que han quedado anónimos.

Por fin, se precisan los períodos en que han sido he-chas las amalgamas de los diversos y contradictorios do-cumentos, en un solo libro.

En el año 300, A- J. C. aparecen los "Mazoretas" o conservadores de la tradición, doctores judíos que conta-ban las frases, palabras y letras de cada libro de la Bi-blia.

En el año 276 A. J. C. apareció la versión de los 70, al advenimiento de los Ptolomeos en Egipto. Setenta y dos judíos instruidos tradujeron al griego la Biblia hebrea y San Gerónimo dio la versión y edición definitiva latina llamada "Vulgata" que recibió la sanción de la Iglesia Romana.

El cardenal Hügues hizo un Diccionario de concor-dancias para poner en orden alfabético las palabras de las sagradas escrituras y compararlas.

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El rabino Mardocheo Nathan hizo las subdivisiones en versículos, como está hoy.

Omito dar detalles de las colecciones que aceptan los católicos, las de los judíos y protestantes.

También omito el referirme a los libros llamados "apócrifos" que no son canónicos, catalogados por el papa Gelasio el año 494, al alcance y propaganda entre la gen-te inculta. Se le cuenta lo absurdo y repugnante, La Igle-sia suele servirse de ellos.

Santiago Prampolini en su Historia Universal de la, Literatura, de 1943, expresa que se le presenta el delica-do problema de prescindir del carácter sagrado que la Bi-blia posee para muchísimos de sus lectores.

LOS CRITICOS DE LA BIBLIA

Los críticos de más referencia en el mundo son: 1.—Ernesto Renán, que ha hecho de Jesús un "hom-

bre divino". 2.—Proudhon, "un hombre prodigioso". 3.—Paul de Regle, "el más divino de los revoluciona-

rios". 4.—Jules Soury, "un hombre de genio". 5.—Binet - Sanglé, "un paranoico religioso, deliran-

te crónico". 6.—Federico Nietzsche, "un ser desgraciado místico

y delirante incomprendido". 7.—José Ingenieros, que dice: "Más de 4 siglos está

infectada la Filosofía de la herencia escolástica". 8.—Sigmund Freud, "Jesús fue un agitador político-

religioso".

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9.—Adeodato García Valenzuela, quien se pregunta si Jesús es una entidad histórica o una figura legendaria, espiritualista o mitológica.

10.—Ernesto Silva Román, quien estima a Cristo como un hombre y conjuga sutiles sugerencias históricas con un gran poder de recreación humana.

Ernesto Renán, es el crítico más citado al referirse a la historia de Jesús y los Evangelios.

Se ha juzgado a este crítico como un hombre supe-rior, de superior inteligencia, historiador preciso y clari-vidente. Un estilista que nada ignoraba de la delicadeza y de la lengua francesa. Pero se le juzga a la vez parcial por su educación base, profundamente religiosa.

Renán fue educado para sacerdote pasando por la es-cuela "San Sulpicio". Guardó sin duda la fatal impresión.

En sus escritos exalta los evangelios y a Jesús, alaba sin restricción todos sus actos y pensamientos y llega a excusar de los evangelios toda contradicción, engaño y falsedad.

Edmond Stapfer, Profesor de la Facultad de Teología Protestante de París, es otro estudioso de la Biblia, pero se muestra sin capacidad científica para sostener sus afir-maciones ya que expresa "que no es preciso estudiar la vida moral y religiosa como se estudia la Historia Natu-ral". El alma, dice, puede tener intuiciones de verdad que la observación objetiva no bastará para satisfacer al sa-bio".

Se estima que la famosa intuición del teólogo no es otra cosa que la imaginación actuando sobre la idea re-ligiosa.

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Hay dos maneras para los teólogos de estudiar a los hombres: La una destinada a lo vulgar y corriente y la otra reservada a los místicos. Si es así, dice Sanglé, to-dos los teómanos de nuestros asilos tendrán derecho a censurar los trabajos de los alienistas acudiendo a las Fa-cultades de teología.

El sicólogo, debe como todo naturalista, observar sin distingos, comparar, generalizar, inducir. Nunca em-plear el sofisma de "petición de principio".

Alberto Reville, teólogo y crítico, protestante, profe-sor del Colegio de France, frente a la Parábola, "El ecó-nomo infiel", donde Jesús aconseja practicar en ciertas circunstancias el fraude y el robo, protesta de admitir se-mejante desviación del sentido moral en el fundador de la religión cristiana y hace al evangelista responsable de esta parábola, tan contraria, dice el pastor, a la delicade-za de Jesús.

El médico y Profesor de la Escuela de Sicología de París Dr. Binet - Sanglé. Notable especialista en enferme-dades mentales y nerviosas, antropólogo reconocido, to-ma el terreno netamente científico en su crítica a los "Evangelios" al referirse al fundador del cristianismo.

Su obra "La Folie de Jesús", es considerada un aca-bado estudio de los Evangelios y también el estudio clíni-co mental más serio que puede haberse emprendido en la persona del místico más sorprendente de la historia de la humanidad, Jesucristo.

Su obra ha sufrido la crítica más sangrienta de par-te de los teólogós, pero también las mayores considera-ciones de respeto y admiración de parte de los hombres de ciencia, especialmente de parte de los médicos alienis-

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tas, siquiatras y de afecciones nerviosas, que son los más aptos para comprender estos estudios trascendentales.

Analiza toda la documentación religiosa habida y por haber: Biblia, evangelios, canónicos y apócrifos; archivos, críticas y juicios de toda naturaleza.

Usando de sus métodos clínicos, de su versión y co-nocimientos médicos, antropológicos, biológicos, sicoló-gicos, etc., analiza los evangelios, al cristianismo en sí; quien era su fundador; su herencia, su vida íntima en la primera edad, en la niñez; cuál fue su política en la ju-ventud.

Estudia y analiza el valor histórico de los documen-tos sagrados, la vida de Jesús, su padre y madre; vida ín-tima familiar, su afición constante a la lectura y apren-dizaje de memoria de los versículos de la Biblia (afición corriente y parecida a la de don Quijote con los libros de caballería).

Como médico, toma en consideración para el diag-nóstico, la constitución orgánica, fisiológica, mentalidad, flaqueza; enfermedades del pulmón, del sistema nervioso y cerebral, alucinaciones, delirios, procesos de sudores de sangre, (hematidrosis), angustia, hábitos, etc. Estudia, también a Jesús, a través de sus ideas religiosas poco ori-ginales, y también frente a su declaración por sí y ante sí "de considerarse hijo de Dios", cosa ésta no del todo rara.

El estudio de los evangelios es minucioso, dando so-bre cada uno de ellos juicios atinados, justos e imparciales.

Termina Sanglé declarando que el diagnóstico que co-rresponde a Jesús es el de un paranoico religioso y que el

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jefe de la nueva secta fue una victima del error judicial al crucificársele.

Este error se debió a que, aun con esta enfermedad mental, conservaba su memoria y sus facultades silogís-ticas; también al disimulo de su delirio, a ignorancia de los magistrados judíos y romanos en patología mental.

Es muy interesante la crítica al cristianismo del co-nocido y discutido filósofo Federico Nietzsche, autor de "Zaratustra".

Para Nietzsche, la Biblia parte mal desde el famoso "pecado original". Son los "evangelios" los que han hecho guerra sin cuartel al tipo superior del hombre, a los ins-tintos fundamentales de él, creando del desarrollo de és-tos, al "malvado".

Se han puesto de parte de todo lo que es débil, bajo, incompleto. Han hecho un ideal de la oposición a los "ins-tintos de conservación de la vida fuerte"; han echado a perder hasta "la razón de las naturalezas más fuertes por su inteligencia enseñando en sus prédicas "que los valores superiores de la intelectualidad no son más que "pecados, extravíos y tentaciones".

La piedad predicada por los evangelios y el cristia-nismo actuaría en la vida de una manera "depresiva", co-mo "negación de la vida", como una filosofía de la for-ma nihilista. Impide la ley de "la Evolución" que es la de selección. Contraría los instintos que convergen "a con-servar y aumentar el valor de la vida".

Se considera por este filósofo que la piedad es el ins-trumento principal de decadencia; persuade "de la nada", en su lugar se coloca "el más allá" o bien "Dios", o bien la

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"verdadera vida" o el "nirvana", la salvación, la beati-tud". ¡Enemiga de la vida!

El Budismo, siendo una religión de carácter nihilis-ta también, es más realista que el cristianismo, es la úni-ca considerada "positivista". No habla de lucha contra el pecado, sino que da paso a la realidad, lucha contra el sufrimiento, y sabe plantear fría y objetivamente los pro-blemas. Es esta religión hipersensible e hiperespiritual. La vida al aire libre, la higiene, les satisface; excluye la oración, el ascetismo, la lucha contra los herejes y toda violencia.

Ama la ciencia y la experimentación. Alrededor del cristiano, ni la moral, ni la religión es-

tán en contacto con la realidad; sólo causas imaginarias: "Dios", "el alma", "yo", "espíritu", "libre albedrío"; so-lamente efectos irreales: "el pecado", "la salvación", "la gracia", "la expiación", "el perdón de los pecados", etc., conceptos imaginarios metafísicos, se ponen en juego. También una relación imaginaria entre los seres (Dios, los espíritus, el alma, una imaginaria ciencia natural an-tropocéntrica); falta absoluta del concepto de las causas naturales; una sicología falsa, solamente equivocacio-nes, interpretaciones de los sentimientos generales agra-dables y desagradables ayudadas del lenguaje figurado de las idiosincrasias religiosas inmorales. "El arrepentimien-to", "la voz de la conciencia", "la tentación del diablo", "la presencia de Dios". Una teología también de pura ima-ginación: "el reino de Dios", "el juicio final", mundo de puras ficciones con profundo desprecio por lo real".

Los llamados filósofos han secundado todo: la men-tira "del orden moral", "de la voluntad de Dios" que cas-

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tiga o recompensa según el grado de obediencia. Y una especie de hombres parásitos que no prosperan más que a costa de todas las formaciones sanas de la vida, el "sa-cerdote" que abusa del nombre de Dios y pretende repre-sentarlo a cadá paso. El llama "reino de Dios" a un estado de cosas en que es el sacerdote, el solo, quien establece los valores. Denomina voluntad de Dios a los medios que él emplea para alcanzar o mantener semejante estado de cosas.

Las cuestiones de la vida son preparadas y ordenadas de tal modo que el sacerdote se haga indispensable. En los acontecimientos naturales de la vida, en el nacimiento, el matrimonio, la educación, la enfermedad, la muerte, aparece el parásito para desnaturalizarlas, para "santi-ficarlas" según el lenguaje.

El sacerdote es el que rescata el pecado; Dios per-dona al que se somete al sacerdote y las desgracias de los pueblos vienen del alejamiento de las "sagradas escritu-ras".

Debe uno, dice Nietzsche, ponerse guantes cuando lea el Nuevo Testamento; nada se encuentra que sea libre, bueno, franco y leal.

(Jacques Maritain, uno de los fundadores de la Fi-losofía escolástica del Social Cristianismo, cita mucho a Nietzsche, considerando de valor sus opiniones).

Sigmund Freud, el creador genial del Sicoanálisis, en su libro "Moisés y la Religión Monoteísta" (Edit. Losa-da, S. A., 1945), analiza Las revelaciones del cristianismo,

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dejando establecido, por ejemplo, que Moisés era egipcio, que a él se aplicó el mito de los héroes, que la fábula lo transforma en judío; que el faraón Amenotep (1375 A.J.C.) fué el verdadero creador de la religión estrictamente mo-noteísta y que la religión de Moisés no es otra que la de ese faraón. Que vencido este faraón hubo un período de latencia volviendo el politeísmo con sus dioses y creen-cias hasta que Moisés restablece el monoteísmo como una nueva religión. Toma en veneración al dios de Jehová de los medianitas. Moisés es asesinado, con el consiguiente desastre religioso.

Viene después el nacimiento del pueblo de Israel y la invasión del Canaán (se hace revelaciones de dos fuentes distintas, la de Jehová y la de Elohím, refundidas en el siglo V).

Las ideas de Moisés y el Faraón se infiltran en el pue-blo. que se siente el pueblo elegido, apareciendo entonce! el agitador religioso -político JESUS, que con Pablo y otros, estructuran una nueva religión: la cristiana.

Las ideas esparcidas en los pueblos, de "Conciencia de la culpa", "pecado original" la "muerte como expia-ción", "el mito de la muerte del Padre" y otras fantasías o creaciones, se incorporan a esta religión. ¡Jesús sería el héroe que se rebela contra el padre; la religión del padre era la judía! La religión del hijo Cristo pasa a ocupar la del padre con todas sus reformas e incorporación de ideas de otro origen.

Parte del pueblo judío admitió las nuevas ideas, la otra sigue llamándose pueblo judío.

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OTROS CRITICOS de: LA BIBLIA

Aparte de los ocho críticos de la Biblia y de Jesús que hemos dado a conocer. Willas Durant, en su obra "César y Cristo" (1948), nos da otros críticos:

Hermán Reimrus (1768), que considera a Jesús como la figura final y dominante de la escatología (doctrina de ultratumba).

Herder (1796). que señala diferencias irreconciliables entre el Evangelio de San Juan y los de Marcos. Lucas y Mateo.

Heinrich Paulus (1828), que niega los milagros y ex-presa que no son sino interpretaciones de causas y fuer-zas naturales.

David Straus (1835), en su "Vida de Jesús", estima como mitos todos los elementos sobrenaturales de los Evan-gelios.

Ferdinando Crhistian Baus, que rechaza las epísto-las de San Pablo como falta de autenticidad, aceptando sí las dirigidas a los Gálatas, corintios y romanos.

La escuela holandesa de Pierson, Naber y Matthas que llegan a negar laboriosamente la realidad histórica de Jesús.

Y en Alemania, Arthur Drew, que ataca a Jesús.

En Inglaterra, W. B. Smith y J. M. Róbert con otros historiadores afirman qüe el Cristianismo fue la causa principal de la ruina de Roma, pues, según éstos, los que

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siguieron la nueva religión habrían destruido la vieja fe natural que daba bríos al alma humana y estabilidad al Estado de Roma.

El Cristianismo declaró guerra sin cuartel a la cul-turas clásica, a la Ciencia, la Filosofía y al Arte.

Bruno Bauer (1840) emitió el juicio de que Jesús era un mito y la personificación de un culto desarrollado en el siglo II. Resultaría de una fusión de la teología judía, griega y romana.

Pero existe otro crítico original que no menciona la obra de "César y Cristo" a que nos referimos. Este es J. R. Wickers Robert, de Londres (1901)

Wickers tradujo del idioma sánscrito al inglés, autén-ticos e interesantes manuscritos del tiempo del rey Val-dobska, que gobernó desde el año 32 hasta el 56 de la era cristiana. Estos documentos estaban autorizados por el sabio indo "Mogan", de gran prestigio. Don Juan Sera-pio Lois —mi padre— los tradujo del inglés al castellano y los publicó en la Revista "Espíritu Libre", de Santiago (1907), Biblioteca Nacional. Por esta traducción y publi-cación fue acusado como profesor del Liceo de Copiapó, discutiéndose en el Parlamento la personalidad del señor J. S. Lois.

Los manuscritos, en el fondo, cristalizan la personali-dad de Jesucristo como un maleante de esa época, de as-tucia y a la vez de bondad para los de su clase.

Según los comentarios de Mogan, Jesús siempre ata-có a la gente bien, a los ricos, a los fariseos, a los doctores de la ley y demás hombres eminentes de Israel. Odió a los Jueces, siendo su doctrina de amor sólo para los elemen-

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tos de su compañía, para sus asociados, para mantener la organización de su banda.

Jesús no habría, en verdad, fundado religión algu-na, ni habría establecido cultos, ni sacerdocio, ni habría creído en otra religión que la hebrea.

Mogan o los documentos autorizados llamaron "ban-da" la de Jesús y la gente que le acompañaba.

Anota que Jesús se fugaba o huía al desierto (¿para orar o ayunar?), estaba unido a gente baja y ruin (ver-dadera banda de forajidos), viajaba de una población a otra donde podía merodear, se alejaba de ciudades, se per-día de ellas; le acompañaban a sus asaltos o reuniones doce caporales, todos los cuales arriesgaban la vida. De ciertas poblaciones se les expulsa. Jesús se defendía y de-fendía a sus compañeros, a su vez amenazaba con incen-dios, maldiciones y otras amenazas y era de expresiones agresivas.

Despreciaba el trabajo, y su vida la habría terminado en el bullado proceso y su crucifixión entre ladrones y ma-leantes.

¿Y la SABIDURIA de los libros sagrados? ¿Cuál?

Fácil es afirmar esto, pero son en realidad la mayor parte los grandes errores que circulaban en la época los que están estampados en el LIBRO, sin aceptarse del todo rectificaciones de los técnicos y de los sabios de la ciencia.

EN RESUMEN: hay errores como los de ASTRONOMIA: Tierra plana, cielo de cristal o cúpula de metal pulido

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rodeados de bordes de la Tierra. Estrellas tachonadas y fijas en el cielo. ¡Error de los errores!

Errores en Meteorología. Como ejemplos. Lluvias, tem-pestades, truenos, relámpagos, etc., no eran para los li-bros sagrados fenómenos físicos y naturales, sino actos voluntariosos y de capricho divino.

Errores en Patología. Otro ejemplo. Para Jesús, sobre todo, las enfermedades eran castigos divinos por los pe-cados. Su terapéutica consistía en tocaciones en la parte enferma, untar con saliva u ordenar con oraciones la hui-da de los "demonios". Uso del hisopo con agua bendita-..

¡Qué hablar de las demás ciencias y experimentacio-nes! Todo progreso era resistido por contrariar lo afir-mado por los Libros Sagrados.

Aquí debo dar término a mi disertación y lo hago dando mis agradecimientos a los miembros de la I .W.W. y a los amigos que me han escuchado esta tarde.

Dr. Arturo H. Lois Fraga

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A GUISA DE EPILOGO

Esta interesante conferencia, hace años dictada y que ahora se reedita vara satisfacer el anhelo de muchos y una general necesidad, es parte de la obra de un hombre de ciencia, el Doctor Arturo Lois F., a quien muy bien pudiera llamarse apóstol del laicismo, porque siguiendo las huellas de su señor padre, también médico eminente, el Dr. Serapio Lois, ha profesado siempre una ilimitada devoción a los principios laicos.

No es el ilustre conferenciante de aquellos que de pa-sada y modo esporádico, sin profundizar, atacan un error o combaten una teoría tan peligrosa como es el dogma-tismo católico; tan convincente pensador que es, al pro-pio tiempo, un hombre de acción, consciente de la gra-vedad del problema, propugna razonadamente él laicis-mo, porque detrás de un dogmatismo, avasalladora afren-ta a la libertad del pensamiento y de la inteligencia, hay un propósito de universal dominación, una peligrosísima tendencia teocrática, cada día más acusada, aunque se enmascare con él antifaz de la democracia cristiana y

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Tina mal fingida aceptación de libertades odiosas para él clericalismo.

El Doctor Arturo H. Lois, que lucha a cara descu-bierta, sin desmayo, con creciente tenacidad, conoce, co-mo pocos, las armas y los argumentos del enemigo, su duplicidad, su hipocresía y los muchos puntos débiles de su anticuada armadura.

Sabe bien que contra el Ubre examen tiene muy poco que hacer el dogma, falso, ilógico e inadmisible.

Caballero "sans peur et sans reproche" este Bayardo del laicismo es adversario temible e incontrastable del clericalismo porque une, a su talento razonador, una ética de gran pureza y una conducta de insuperable hones-tidad.

Leer o escuchar al Dr. Lois es bañar el alma de amor a la libertad y saturarla de esperanzas.

¡Salud, querido Maestro y hermano!

ANTONIO DE LEZAMA

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