la langue française
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Historia de la lengua francesaTRANSCRIPT
LA LANGUE FRANÇAISE
Francia, como el resto de países de Europa, es un país bilingüe: de una
parte está la masa popular que habla un latín vernacular, vulgar y por otra
parte está el latín de los hombres de iglesia, de los sabios y de las
instituciones de enseñanza. Es el idioma común que permite a los pueblos
comunicarse entre sí por encima de los dialectos.
Esta coexistencia se prolonga hasta el siglo XVII; la extensión del uso del
francés, un francés que pudiera ser comprendido por todos, es
proporcional a la evolución sufrida por la administración y la justicia
reales. El desarrollo de la lengua francesa y la generalización de su
empleo, son factores determinantes en la evolución del país, en la
construcción de la nación francesa.
El Edicto de Villers-Cotterêts, firmado por Francisco I en 1539, dota de una
base jurídica al proceso de implantación del francés. De esta manera la
vida pública del país se liga al empleo del francés, eliminando cualquier
ambigüedad o incertidumbre así como, cualquier error de interpretación a
propósito del empleo de la lengua francesa.
Diez años más tarde en 1549, se proclama por el grupo de la Pléiade, la
Déffense et illustration de la langue française, dotando de preeminencia al
francés como lengua de la literatura, respondiendo así a una exigencia
jurídica, política y literaria. Esta misma exigencia conduce años más tarde
a la creación de la Academia Francesa, en 1635, por Richelieu. Para dotar a
la unidad política del reino una lengua y un estilo que la distingan,
poniendo los cimientos para su posterior asentamiento y evolución: « la
principale fonction de l’Académie sera de travailler avec tout le soin et
toute la diligence possibles à donner des règles certaines à notre langue et
à la rendre pure, éloquente et capable de traiter les arts et les sciences ».
La Academia se encargó de hacer un diccionario, una gramática, una
retórica y una poética. La Academia estaba formada por una selección de
hombres de ingenio, inteligencia y mente abierta, que podían ejercer una
buena influencia sobre la lengua y la literatura francesas.
El frontispicio del diccionario elaborado por la Academia ilustra
perfectamente la alianza entre el poder real-político y el cultural, ya que la
obra está dedicada al rey. Este diccionario excluía las palabras técnicas, es
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decir aquellas que hacían referencia a dominios como los de las artes y las
ciencias. Era un francés ideal y no real el buscado por la Academia.
Fue un diccionario que decepcionó incluso al rey y no tuvo demasiado
impacto entre la sociedad. Con la Gramática ocurrió un poco lo mismo, ya
que fue ridiculizada por eminentes lingüistas de la época.
Su tarea fue la de eliminar de la lengua francesa palabras mal sonantes,
mal empleadas, eliminar cualquier influencia dialectal o regional, el argot,
las palabras técnicas; en definitiva, privilegiar el uso del francés parisino.
Después de la primera edición del Diccionario de la Academia, esfuerzo
normativo sin precedentes, la ortografía se transforma considerablemente,
teniendo en cuenta las múltiples aportaciones de otras lenguas así como el
peso del uso cotidiano que se hace de la lengua, el origen etimológico de
las palabras, el uso en las instituciones de enseñanza, de los impresores y
editores, etc., que son a menudo contradictorios.
Esta concepción llevada a cabo por Richelieu, fue tan perfecta que ha
perdurado a través de los siglos, sin modificaciones importantes, evitando
con ello cualquier intervención del poder político a la hora establecer sus
preferencias en cuanto a la lengua se refiere; dejó en manos de una
asamblea independiente el cuidado, registro y reglamentación de la lengua.
El encumbramiento de la monarquía francesa y el establecimiento de
Francia como primera potencia propician un refinamiento de la cultura lo
cual lleva al perfeccionamiento de la lengua francesa, perfeccionada por
los gramáticos de la Academia. No debemos olvidar que en este momento
la emigración de la población protestante conduce a que el francés
traspase las fronteras durante los siglos XVII y XVIII, con la revocación del
Edicto de Nantes por Luis XIV, los hugonotes emigran al norte de Europa
(Inglaterra, Estados Unidos, América y África). Éxodo masivo de gentes de
letras, comerciantes, hombres de negocios que se encargarán de difundir la
lengua francesa. El francés es la lengua de la aristocracia y de las personas
cultivadas en el norte de Europa, Alemania, Polonia, Rusia….Así mismo, es
la lengua de la diplomacia: todos los grandes tratados se redactan en
francés, cuando unos años antes estaban redactados en latín. El imperio de
la lengua francesa sobrepasa largamente el político y el económico.
Richelieu privilegió también el uso del francés en el exterior: tanto en
Europa como en el imperio colonial francés. Mazarino continuó esta
política durante el reinado de Luis XIV. Es en esta época cuando Francia
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alcanza su hegemonía como gran potencia, dentro y fuera de sus fronteras
adquiriendo nuevos territorios. Sin embargo, hay otra gran potencia naval
que podría hacerle sombra, Inglaterra.
La población, sobrecargada de impuestos y hambrienta tenía la posibilidad
de emigrar como colonos a las tierras de ultramar: Antillas, Canadá o la
Luisiana. Mientras tanto, Colbert ejerció una verdadera política de
imperialismo lingüístico, imponiendo el francés en todos los actos públicos
y administrativos. Las lenguas regionales perdieron todo su prestigio y el
francés se habla en todo el país.
Durante el reinado de Luis XIV, el francés es la lengua de la corte, de la
aristocracia y de la burguesía, además de la lengua de la literatura y la
enseñanza.
Dentro de la lengua literaria, más que el deseo individual prima el colectivo
a la hora de fijar la lengua francesa; empresa iniciada por Malherbe y
continuada por la aristocracia y burguesía, teniendo como centro a los
gramáticos. Los grandes escritores de la época se encargaron de
difundirla: Bossuet, La Fontaine, Racine, Corneille, Molière, Pascal…
El preciosismo también fue innovador en materia lingüística, nombrando
las realidades cotidianas de otra forma menos ofensiva: les seins les
coussinets d'amour, le miroir le conseiller des grâces, le chapeau
l'affronteur des temps; être en couches devenait sentir les contrecoups de
l'amour permis. Les précieuses ont aussi créé des mots nouveaux dont
certains ont disparu débrutaliser, importamment, soupireur, etc. Mais
d'autres ont survécu: s'encanailler, féliciter, s'enthousiasmer, bravoure,
anonyme, incontestable, pommade, etc. Autrement dit, l'apport des
précieuses ne doit pas être considéré comme négligeable pour l'histoire de
la langue française.
De esta época es Claude Fabre de Vaugelas y sus Remarques sur la langue
française, publicado en 1659: Fue el más conocido de todos los gramáticos,
estableciendo el buen uso del francés. Preocupados por depurar la lengua,
sus discípulos prohibieron los italianismos, arcaísmos, provincialismos, los
términos técnicos y científicos o eruditos; es decir, todas las palabras que
emplea el pueblo, ya que son ellos los que corrompen la lengua.
NUEVA FRANCIA Y ANTILLAS
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Al mismo tiempo el francés se hablaba correctamente en la Acadia y las
orillas del río Saint-Laurent; la variedad hablada por los franceses de
Canadá se caracterizaba por una pronunciación popular influenciada por
los orígenes del francés regional de sus habitantes. Se hablaba un francés
popular, sin embargo entre los amerindios la implantación del francés fue
un fracaso, con el Tratado de Utrecht en 1713, Francia pierde Acadia,
Terranova y Bahía de Hudson.
En las Antillas, la situación es un poco diferente entre blancos y negros, los
colonos franceses hablaban una lengua similar a la de los canadienses y
acadios, un francés popular. Cuando comienza la colonización, los negros
hablan un cierto francés pero a medida que avanza la colonización será el
criollo (con base léxica francesa) el que se implante reemplazando el
francés, sobre todo a comienzos del XVIII, con el desarrollo de las
sociedades de plantación.
REVOLUCIÓN
El francés que viene con la Revolución no es otro que el francés que
hablaban las clases privilegiadas y que fue adquirido por la aristocracia
europea. Todas las cortes de Europa hablaban el francés. Desde Turquía a
Portugal pasando por Rusia, Serbia, Montenegro, Noruega, Polonia y por
supuesto, Inglaterra. El francés era la lengua diplomática en Europa,
empleada en los tratados internacionales. Federico II de Prusia, el
personaje más prestigioso del momento, hablaba y escribía en francés,
imitado por todas las cortes. Como él, Gustavo III de Suecia o Catalina II de
Rusia. Lo mismo ocurre en Bélgica, sobre todo en la Wallonie, cuando en
1750, se abandona el neerlandés en beneficio del francés.
La labor de los ilustrados fue decisiva en esta expansión del francés por
toda Europa: Diderot, Voltaire, Rousseau, Montesquieu…
Sin embargo, también sucedió que el retorno de todos aquellos que habían
viajado fuera, trajo consigo la propagación de palabras sobre todo inglesas.
El inglés ya había comenzado a competir con el francés como lengua
vehicular. La pérdida de la Nouvelle France a favor de Inglaterra permitió
la preponderancia de este país en detrimento de Francia. Gran Bretaña
aparece como fuerza económica y comercial hundiendo la hegemonía
francesa.
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Aunque el francés sigue empleándose en Canadá y Luisiana pero irá
cediendo terreno al inglés.
LA POLÍTICA LINGÜÍSTICA DE HOY
Teniendo en cuenta que el inglés ha irrumpido en la vida cotidiana,
representando una amenaza para el francés que recibía un gran número de
aportaciones anglo-americanas, se ha llevado a cabo por parte de las
autoridades un dispositivo de regulación de la lengua para evitar esta
invasión lingüística.
A partir de 1972, se constituyen comisiones ministeriales de terminología,
que van a crear términos nuevos para evitar el empleo de extranjerismos.
En 1975, la ley Bas-Lauriol, establece la obligatoriedad del francés en
diferentes campos como la publicidad o el comercio y en el mundo del
trabajo.
Durante los años 90 se lleva a cabo la tarea de establecer una legislación
más coherente y completa con relación al uso del francés, y se añade un
artículo más a la Constitución que dice: que la lengua de la República es el
francés.
En 1994, la ley Tubón, amplía las disposiciones de la ley Bas-Lauriol.
Reforzando así la implicación de diferentes organismos en la defensa de la
lengua francesa.
En cada región del mundo donde se habla el francés se ha desarrollado una
conciencia de la lengua como instrumento de identificación nacional,
Bélgica, Suiza, Quebec, Acadia, el Magreb. Senegal, las Antillas, etc. No
quieren hablar necesariamente como los franceses, cada país y cada región
pretende cultivar sus propias normas locales, es decir mantener una
variedad del francés que conserva restos de su origen.
El francés de Bélgica constituye una variante regional del francés, con sus
propios términos y un acento particular, lo mismo ocurre con el francés de
Suiza, de Quebec o de Acadia. Sirva como ejemplo: le petit-déjeuner, le
déjeuner, le dîner, mientras que en Québec, Belgique y Suisse, se emplean
respectivamente déjeuner, dîner et souper. Recordemos que en Belgique y
en Suisse se dice septante (70) y nonante (90)
En las Antillas, se habla el criollo como lengua materna aunque el francés
es la lengua oficial en algunas islas. En África, después de la
descolonización, se adoptó el francés como lengua oficial aunque también
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se han creado regionalismos, llamados africanismos, para designar
realidades regionales propias. Sin embargo, los africanos de origen, no
emplean el francés como segunda lengua.
El francés contemporáneo es el resultado de una evolución divergente, por
una parte la ortografía, la sintaxis y la morfología no han cambiado
demasiado durante siglos; pero por otra parte, la fonética y el léxico han
sufrido profundas transformaciones; mientras que las diferencias
fonológicas se reducen, el vocabulario cada vez se vuelve más complejo.
En los países cuya lengua materna es el francés, no es empleado en
exclusividad; todas las capas de la sociedad se expresan en la misma
lengua y con el mínimo de soltura manteniendo las diferencias locales. Este
fenómeno se acentúa al mismo tiempo que fuera de Francia se van
desarrollando diferentes variantes del francés. En estos momentos el
francés se enfrenta al desafío de mantener su estatus como segunda lengua
en el plano internacional haciendo frente a la competencia del inglés.
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