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Cuadernos LIRICO Revista de la red interuniversitaria de estudios sobre las literaturas rioplatenses contemporáneas en Francia 21 | 2020 Glosolalias transplatinas: fantasmas, utopías y ficciones lingüísticas La lengua marciana La langue martienne The Martian Language Théodore Flournoy Translator: Mariano García Electronic version URL: http://journals.openedition.org/lirico/9873 DOI: 10.4000/lirico.9873 ISSN: 2262-8339 Publisher Réseau interuniversitaire d'étude des littératures contemporaines du Río de la Plata Electronic reference Théodore Flournoy, «La lengua marciana», Cuadernos LIRICO [En línea], 21 | 2020, Publicado el 12 julio 2020, consultado el 29 enero 2021. URL: http://journals.openedition.org/lirico/9873 ; DOI: https:// doi.org/10.4000/lirico.9873 This text was automatically generated on 29 January 2021. Cuadernos LIRICO está distribuido bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial- SinDerivar 4.0 Internacional.

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Cuadernos LIRICORevista de la red interuniversitaria de estudios sobre lasliteraturas rioplatenses contemporáneas en Francia 21 | 2020Glosolalias transplatinas: fantasmas, utopías yficciones lingüísticas

La lengua marcianaLa langue martienneThe Martian Language

Théodore FlournoyTranslator: Mariano García

Electronic versionURL: http://journals.openedition.org/lirico/9873DOI: 10.4000/lirico.9873ISSN: 2262-8339

PublisherRéseau interuniversitaire d'étude des littératures contemporaines du Río de la Plata

Electronic referenceThéodore Flournoy, «La lengua marciana», Cuadernos LIRICO [En línea], 21 | 2020, Publicado el 12 julio2020, consultado el 29 enero 2021. URL: http://journals.openedition.org/lirico/9873 ; DOI: https://doi.org/10.4000/lirico.9873

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La lengua marcianaLa langue martienne

The Martian Language

Théodore Flournoy

Translation : Mariano García

EDITOR'S NOTE

En el mes de diciembre de 1894, el profesor de psicología de la Universidad de GinebraThéodore Flournoy fue invitado por su colega Auguste Lemaître a asistir a una sesión deespiritismo de Hélène Smith (en la vida real Catherine-Élise Müller), una médium quese consagraba a esta actividad espectral sin fines de lucro, de quien le habían llegadonoticias sobre sus dotes extraordinarias, aparentemente sobrenaturales. Nacida enGinebra, en una familia respetable y “sin antecedentes mórbidos”, Mlle Smith se ganabala vida como empleada de comercio en un establecimiento en el que había llegado aocupar un puesto importante. Pocos años antes, Hélène Smith había descubierto suscapacidades mediúmnicas, asistida por el espíritu tutelar de Victor Hugo y luego de untal Léopold. La sesión con Flournoy confirmó estas facultades. Hélène Smith adivinóalgunos acontecimientos de la vida familiar del profesor, que habían ocurrido antes desu nacimiento, de los cuales nada podía saber. A partir de este encuentro, Théodore Flournoy comenzó a frecuentar, con mayorasiduidad, las sesiones que organizaba Hélène Smith en diferentes lugares, enparticular en la casa de profesor Cuendet, vicepresidente de la Sociedad de EstudiosPsíquicos de Ginebra. Durante estas sesiones, se observaron cambios considerables, queprobablemente no eran del todo ajenos a su presencia. A las alucinaciones visuales,auditivas y motrices, sin pérdida de la conciencia, sucedieron estados de sonambulismoprofundo y total, con amnesia al despertar. Los fenómenos mediúmnicos se volvieronmás exuberantes. Las visiones, voces, revelaciones y apariciones, antes aisladas,deshilachadas, empezaron a urdir, sesión tras sesión, algunas peripecias y las peripeciastramaron lo que Flournoy no vaciló en llamar una novela. En realidad, no una, sino tres.

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Entre 1895 y 1898, Hélène Smith produjo una trilogía sonambúlica, compuesta por unanovela marciana, una novela hindú y una novela real. La novela hindú y la novela real estaban vinculadas a las existencias anteriores de lamédium. En el siglo XV, Hélène Smith fue la hija de un jeque árabe convertida luego,

bajo el nombre de Simandini, en la esposa preferida de Sivrouka, príncipe hindú de laregión de Kanata, situada en el sudoeste de la India, reencarnado quinientos años mástarde en Théodore Flournoy. En el siglo XVIII, Hélène Smith apareció bajo los rasgos de

la ilustre y desgraciada Marie-Antoinette. Léopold, su espíritu tutelar, era lareencarnación de Giuseppe Balsamo, célebre ocultista, más conocido como conde deCagliostro, enamorado perdido de Marie-Antoinette. En las postrimerías del siglo XIX, la

princesa hindú y reina de Francia se reencarnaron en una empleada de comercio yastronauta astral, que se desplaza hasta el planeta Marte. La novela marciana describe la flora, la fauna y las costumbres de sus habitantes del planeta vecino. Hélène entablóuna relación particular con Esenale, que la inició en los rudimentos de la lengua yescritura marciana. De hecho, Esenale era la reencarnación de Alexis Mirbel, undiscípulo del profesor Auguste Lemaître fallecido a los diecisiete años. Mme Mirbel, sumadre, era una asidua de estas sesiones mediúmnicas. Los fenómenos de sonambulismo de Hélène Smith estaban estrechamente asociados adiversas manifestaciones glosolálicas Por glosolalia, la psiquiatría decimonónicaentiende, ya no un carisma del Espíritu que despertaba tantas sospechas en San Pablo,sino la producción de neologismos en un estado de conciencia modificado o elconocimiento de una lengua que el sujeto ignora por completo. Estos fenómenoslingüísticos excepcionales, que los ocultistas consideran como huellas de una vidapasada y prueba irrefutable de la reencarnación, son consideradas por la ciencia comola irrupción de una memoria que se extiende más allá de la conciencia, de unapersonalidad segunda que sabe mucho más de lo que la personalidad principal creesaber. Théodore Flournoy, junto a Frederic Myers, estima que las facultades son dobles.El Yo tiene una sombra, que lo acompaña a lo largo de su existencia, llamada Yosubliminal, que se da a conocer en los sueños, el sonambulismo, la embriaguez, lasciencias y las letras, los fenómenos hipnóticos y mediúmnicos,Dos tipos de fenómenos glosolálicos se manifiestan en Hélène Smith. El primero, en elciclo marciano, es la invención de algunas lenguas atribuidas a los habitantes delplaneta rojo, en la que se destaca la invención alfabética y semántica (sin afinidadesetimológicas relevantes con el francés ni con otras lenguas extranjeras conocidas porlos presentes) pero donde la sintaxis y la fonética sigue muy de cerca los parámetros dela lengua francesa, tal como lo desarrolla minuciosamente Flournoy en su análisis de lalengua marciana. El segundo, en el ciclo hindú, es el supuesto conocimiento de algunaspalabras de sánscrito, lengua que Hélène Smith nunca había estudiado. ¿Es posibleconocer lo que se ignora? ¿Tiene algún sentido esta lengua sin sentido? Para respondera estas preguntas, Flournoy, que desconocía el sánscrito, invitó a las sesiones a ungrupo de especialistas de la India, entre ellos, Auguste Glardon (antiguo misionero ymiembro de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas), Edmond Montet (profesor deárabe), M. Oltramare (profesor de historia de las religiones) y Ferdinand de Saussure(titular de la cátedra de sánscrito y lenguas indoeuropeas de la Universidad deGinebra). Este último comenta minuciosamente, no sin entusiasmo, el sanscritoide deHélène-Simandini.De estas travesías transespaciales, transhistóricas y transplanetarias da cuenta Des Indes

à la planète Mars: étude d’un cas de somnambulisme avec glossolalie, que Flournoy publicó en

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Paris y Ginebra en 1900. La monografía fue traducida al inglés, al italiano y a otraslenguas, pero hasta el momento nunca al castellano. De este trabajo de más de milpáginas, seleccionamos algunos fragmentos del capítulo VI, dedicado a la lenguamarciana y otros fragmentos del capítulo VIII, dedicado a la lengua hindú, dondeFlournoy transcribe parte de la correspondencia con Ferdinand de Saussure. La traducción de estos fragmentos planteó varias dificultades. Al transcribir lasvocalizaciones marcianas o sanscritoides de Mlle Smith, Théodore Flournoy sigue lasreglas ortográficas del francés. Nosotros, a la vez, tradujimos al español estastranscripciones. ¿Cómo traducir un texto que ya es de por sí una traducción? Lacorrespondencia entre los fonemas y sus respectivas grafías no es la misma en francés yen español. En francés existe una mayor divergencia entre la lengua oral y la lenguaescrita. La u, por ejemplo, transcribe en español el fonema /u/. Este mismo fonema estranscripto en francés por ou. La u corresponde en francés el fonema [y], que no existeen español. El mismo problema se plantea con algunos signos ortográficos. Mientrasque en español el acento agudo indica el lugar de la sílaba tónica, en francés, losacentos agudos, graves y circunflejos indican, entre otras cualidades, diferenciasfonéticas entre la /a/ de patte [pata] y la /ɑ/ de pâte [pasta] ; la /e/ de blé [trigo] y la /ɛ/ de mère [madre]; la /ɔ/ de domicile y la /o/ de dôme [cúpula]. Estos mismos fonemas,a su vez, pueden transcribirse con otros grafemas. Père [padre] se pronuncia /pɛʀ/como pair [par] y Hôtel se pronuncia /ɔtɛl/ como autel [altar]. Muchas de las reflexiones de Flournoy, como las de M. de Saussure, son indisociables dela fonética, ortografía y gramática francesa. Adaptar las transcripciones glosolálicas alas reglas ortográficas del español hubiera implicado borrar estas marcas y aplastar losdiferentes estratos lingüísticos del texto. Por eso mismo, al traducir los fragmentos delengua marciana y sanscritoide, preferimos conservar la transcripción francesa deFlournoy y propusimos entre corchetes, cuando lo consideramos necesario, elequivalente castellano.

I

1 De los diversos fenómenos automáticos, el “hablar en lenguas” es de aquellos que en

toda época más han excitado la curiosidad, pero sobre el cual se poseen menosdocumentos precisos, como consecuencia de la dificultad para recoger con exactitud,en el momento en el que brotan, las mareas de palabras confusas o ininteligibles. Elfonógrafo grabador, que ya ha sido utilizado en algunos casos excepcionales tales comoel de Le Baron, algún día prestará sin duda inestimable ayuda a este tipo de estudio,pero todavía deja mucho que desear en la actualidad desde el punto de vista de suutilización práctica con sujetos fuera de su condición normal, que no son manejables avoluntad y que no se preocupan en esperar, para proferir sus palabras insólitas, a que elinstrumento sea instalado y esté preparado.

2 Hay muchos tipos de glosolalia. El habla extática, simplemente incoherente y

entrecortada de las exclamaciones emocionales, que se produce quizá en ciertos mediosreligiosos sobreestimulados, es algo distinto a la creación de neologismos que seencuentra en el sueño, el sonambulismo, la alienación mental o incluso en los niños. Delmismo modo, esta fabricación de palabras arbitrarias suscita otros problemas ademásdel empleo ocasional de idiomas extranjeros ignorados por el sujeto (al menos enapariencia), pero verdaderamente existentes. En cada uno de estos casos es necesario

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además examinar, y en qué medida, si el individuo atribuye un sentido determinado alos sonidos que emite, si comprende (o al menos tiene la impresión de comprender) suspropias palabras, o bien si no se trata de un desencadenamiento mecánico y sinsignificación del aparato fonador, o incluso si esta jerigonza ininteligible para lapersonalidad común expresa las ideas de alguna personalidad secundaria. Todas estasformas varían por otra parte en cuanto a matices y grados, sin hablar de casos mixtos,tal vez los más frecuentes, en los que ellas se mezclan y se combinan. Es así comovemos, en el mismo individuo y a veces en el curso del mismo acceso, una serie deneologismos, comprendidos o incomprendidos, dar lugar a una simple verborreaincoherente en lengua vulgar, o viceversa, etc.

3 Una buena descripción y una clasificación razonada de todas estas categorías y

variedades de glosolalia sería del mayor interés. De todos modos, no puedo pensar aquíen un estudio semejante, teniendo suficiente que hacer ya para apañármelas con elmarciano de Mlle Smith. Este lenguaje sonámbulo no entra, ya lo hemos entrevisto, nien el habla extática e incoherente del entusiasmo religioso, ni en el uso de una lenguaextranjera, pero de existencia real; representa más bien el neologismo llevado a su másalta expresión y practicado de manera sistemática, con una significación muy precisa,por una subpersonalidad ignorada por el Yo normal. Es un caso típico de “glosopoiesis”,de fabricación completa y de todos los componentes de una lengua nueva por unaactividad subconsciente. Muchas veces he lamentado que aquellos que han sido testigosde fenómenos análogos, como Kerner con La Vidente de Prevorst, no hayan recogido ypublicado lo más íntegramente posible todos los productos de ese singularfuncionamiento de las facultades verbales. Sin duda, cada caso tomado aisladamenteparece una simple anomalía, una pura curiosidad arbitraria sin proyección; pero ¿quiénsabe si de la comparación de un gran número de esas chucherías psicológicas, bastanteraras en suma, no acabaría por surgir algún destello inesperado? Los hechosexcepcionales son a menudo los más instructivos, ¡y de cuántos rescates preciosos laembriología no es deudora de la teratología!

4 Para no caer en los mismos errores de negligencia, sin saber por lo demás dónde

detenerme si quisiera escoger, he tomado la decisión de referir aquí por completo todoslos textos marcianos que hemos podido recoger. Los acompañaré con un párrafo queencierre las pocas observaciones que esta lengua inédita me haya sugerido; pero lejosde presumir de haber agotado la materia, deseo vivamente que se encuentren lectoresmás competentes para corregir y completar mis observaciones, pues debo confesar quesoy lingüista y filólogo casi tanto como el asno que tocaba la flauta. Conviene, paracomenzar, que ofrezcamos algunos detalles más sobre los diversos modos psicológicosde manifestación de esta lengua inédita. […]

II

5 No siempre es fácil representar una lengua y su pronunciación por medio de los

caracteres tipográficos de otra. Felizmente, el marciano, pese a su apariencia extraña ya los cincuenta millones de leguas que nos separan en todo sentido del planeta rojo, esen el fondo un vecino tan próximo al francés que esta empresa no ofrece dificultadesalgunas en su caso.

6 Para los textos, doce en total, que poseemos por escrito, ya sea que Mlle Smith los haya

copiado a continuación de una alucinación verbo-visual, ya sea que su mano los haya

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esbozado inmediatamente en un acceso de automatismo grafomotor, la transcripciónfrancesa se impone por sí misma, al tener cada letra marciana su equivalente exacto ennuestro alfabeto. Yo me he limitado a poner acentos en las vocales (estas no los tienenen la escritura marciana) conforme a la pronunciación de Esenale en el momento de latraducción. No hay pues más que leer en voz alta los textos siguientes articulándoloscomo si fuera francés para tener una aproximación a las palabras marcianas surgidas dela boca de Mlle Smith; digo aproximación porque, no hace falta decir, hay en el habla deEsenale como en la de todo el mundo, formas particulares de apoyarse en ciertas sílabasy de deslizarse sobre otras, una ligera escansión de palabras en breves y en largas; ensuma, delicados matices de acentuación que no se pueden representar adecuadamentey cuyos auditores ni siquiera intentaron dejar por sentado en las sesiones.

7 En los textos auditivos o vocales que no han sido obtenidos por escrito, he adoptado la

ortografía más probable a partir de la pronunciación de Esenale, pero (con la excepciónde palabras conocidas por otra parte gracias a los textos escritos) no puedo garantizar,naturalmente, la exactitud absoluta. La manera en la que Hélène escribe en lápiz lasfrases marcianas que acuden a sus oídos no nos resulta de gran ayuda en este sentido,puesto que, así como lo dije anteriormente, ella se encuentra en el contexto de esasalucinaciones verbo-auditivas en la situación de una persona que oye palabrasdesconocidas, y las ortografía mal que bien, de una manera bastante arbitraria y a

menudo incorrecta. Ella escribe, por ejemplo, hézi darri né ciké taisse lo que, según la

pronunciación de Esenale y otros textos gráficos, debe ser corregido como ezi darié

siké tès, o inclusive misse messe as si lé en lugar de mis mes assilé. No se puede,pues, confiar en la ortografía de Hélène, pero naturalmente la he seguido dondequieraque no había razón alguna para apartarse de ella.

8 Al decir que los textos siguientes deben ser pronunciados a la francesa, conviene

agregar dos observaciones. Primero, que la consonante final, por otra parte muy rara

en marciano, siempre se pronuncia; la palabra ten se pronuncia como en el francés

gluten, essat como fat [vanidoso], amès como aloès, mis y mes como lis [lirio] y mess

[cantina de oficiales], etc. En segundo lugar, para los diversos valores de la e, headoptado la siguiente regla: la e abierta es indicada en todo momento por un acentograve è; la e semiabierta, que solo se presenta al comienzo o en el interior de laspalabras, es marcada por el acento agudo é, la e cerrada, por el acento agudo al final delas palabras (o antes de una e muda final), y por un circunflejo al comienzo o en elinterior; la e muda o semi-muda queda sin acento. Se pronunciará así, por ejemplo, las e

de las palabras marcianas mété, bénézée, como las de las palabras francesas été

[verano], répétée [repetida]; êvé como rêvé [soñado], tès como Lutèce [Lutecia], etc.

9 Encontraremos en itálicas, por debajo de los textos marcianos, su transcripción palabra

por palabra en francés transmitida por Esenale de la manera referida más arriba (p.158-159). He indicado también para cada texto el tipo de automatismo –auditivo, visual,vocal o gráfico– así como la fecha de su aparición y, entre paréntesis, aquella de lasesión a menudo muy alejada en la que ha sido traducida; por último, he añadido lasexplicaciones que me han parecido necesarias.

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10 Automatismo vocal. 2 de febrero de 1896.

11 Automatismo auditivo. Hacia el 20 de septiembre de 1896 (trad. 2 de noviembre).

Escuchado por Hélène al mismo tiempo que tenía la visión de la casa de la figura 1

Figura 1- La casa de Astané. Cielo verdoso; terreno, montañas y paredes rojizas. Las dos plantas contronco sinuoso tienen hojas púrpuras; las otras tienen las hojas inferiores alargadas color verde y laspequeñas hojas superiores púrpura. Marco de las ventanas, puertas y adornos en forma de trompasmarrón rojizo. Cristales (?) blancos y cortinas o persianas de un bello azul turquesa. Barreras (rejas)del techo, amarillas con los bordes azules.

12 Automatismo vocal. 8 de noviembre de 1896 (trad. misma sesión). Palabras de Alexis

(Esenale) dirigidas a su madre, Mme Mirbel, en una escena de reencarnación.

13 Automatismo vocal. 29 de noviembre de 1896 (trad. misma sesión). Pronunciado por

Esenale, dirigido a Mme Mirbel en una escena de encarnación análoga a la precedente.En el momento de la traducción, Esenale repitió muy claramente las últimas palabras

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de la manera siguiente: né ci est près [está cerca], ten ti vi près de toi [cerca de ti]. Es unerror evidente, pues surge de numerosos textos ulteriores, que está cerca de ti

corresponde a né ten ti vi; queda la palabra ci que sería natural traducir por là [allí], ici

[aquí] o tout [todo], si estas palabras no se encontrasen traducidas de manera distintaen otros textos. (Se puede sospechar también una confusión entre el adverbio là y elartículo la traducido como ci en el texto 2).

14 Automatismo auditivo. 4 de diciembre de 1986 (trad. 13 de diciembre). Fragmento de un

largo discurso de Astané a Hélène durante una aparición, hacia las 9 de la noche, en elmomento de acostarse. Esta frase que Astané pronunció dos veces es la única que ellapudo recordar con bastante exactitud para anotarla de inmediato después de la visión.Hélène tiene la sensación de haber comprendido todo el discurso de Astané mientras élhablaba, y piensa que habría podido traducirlo sobre la marcha al francés, no palabrapor palabra, sino en su sentido general. Esperaba escribirlo al día siguiente, pero demañana al despertar no pudo recuperar ni las palabras de Astané ni su significado, asícomo tampoco el sentido de esta frase escrita la víspera por la noche. Vuelta aescuchar, como segunda parte del texto siguiente, en la velada del 13 de diciembre.

15 Automatismo auditivo. 13 de diciembre de 1896 (trad. misma sesión). Voz lejana de

Astané acompañada de la penosa sensación de piel arrancada, alrededor de los ojos, enla espalda, en las muñecas y las manos. En la traducción, la palabra Espénié quedaliteral, como un nombre propio; el índice izquierdo (Léopold) señala el cielo y dice quese lo podría traducir como terre, planète, demeure [tierra, planeta, vivienda].

16 Automatismo auditivo. 15 de diciembre de 1896 (trad. 17 de enero de 1897). Palabras de

Astané a Hélène en una visión matinal. El fragmento siguiente de la carta en la que ellame enviaba ese texto merece ser citado como ejemplo de casos bastante frecuentes en

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los que Mlle Smith, sin conocer la traducción exacta de palabras extranjeras, adivinasin embargo la significación total y las comprende por su equivalente emocional: “Estamañana, a las cinco cuarenta y cinco de la madrugada, entreví a Astané al pie de micama. Le envío las palabras que escuché pronunciadas por él… El sentido general deesta lengua estaba en ese momento muy presente en mi mente, y yo se lo transmitocomo lo he comprendido, es decir de la manera más clara posible, habiéndolo anotado acontinuación: «Cómo lamento que no hayas nacido en nuestro mundo; serías muchomás feliz allí, pues todo es más bonito entre nosotros, todo es mejor, tanto la gentecomo las cosas, y yo sería tan feliz de tenerte de nuevo cerca de mí». Esto es más omenos lo que me pareció comprender; quizá un día podamos cerciorarnos”. Paracomparar con el texto 5, al que la noche le hizo olvidar el sentido.

17 Automatismo auditivo y vocal. 31 de enero de 1897 (trad. misma sesión). Hélène en

semisonambulismo ve a Astané que le dice que repita sus palabras; ella le responde:“Pero hable al menos… estoy dispuesta a repetir… aunque no comprendo muy bien…”,luego ella pronuncia lentamente y con mucha precisión el texto previo, por grupos depalabras, separados por descansos [marcados aquí por los guiones]. Observamos queestos grupos, con excepción del sexto, corresponden a los hemistiquios de la traducciónfrancesa, obtenida en la misma sesión. Después del sexto grupo, Hélène se quedacallada por un tiempo y dice: “No puedo comprender”, luego pronuncia las cuatroúltimas palabras que son la réplica de Astané a su objeción.

18 Automatismo auditivo. 24 de febrero de 1897 (trad. 14 de marzo). Adormecida en su

sillón tras la comida del mediodía, Hélène oye esta frase al tiempo que tiene la visión deuna casa excavada en una montaña marciana atravesada por una especie de pozo, y querepresenta el observatorio de Astané.

19 Automatismo auditivo. 14 de marzo de 1897 (trad. en la misma sesión). Ver el texto

siguiente.

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20 Automatismo vocal. 14 de marzo de 1897 (trad. misma sesión). Desde el comienzo de

esta sesión, Hélène se queja de sentir frío en las manos, luego de una gran necesidad dellorar, y de zumbidos en los oídos que van creciendo y en los que termina por escucharque Astané le dirige las palabras marcianas del texto 10. Inmediatamente después,entra en pleno sonambulismo; la respiración, muy superficial y entrecortada, se acelerahasta tres por segundo, acompañada de movimientos sincrónicos del índice izquierdo;luego se detiene de golpe en espiración, pronto seguida por una profunda inspiración;el pecho se reanima entonces, el rostro asume una expresión de sufrimiento, y el índiceizquierdo anuncia que es Esenale (Alexis Mirbel) quien se encarna. Tras una serie deespasmos y de hipos, Hélène se levanta, va a colocarse detrás de Mme Mirbel, le agarrael cuello con las manos, inclina su cabeza sobre la de ella, le acaricia con ternura lamejilla y le dirige las palabras del texto 11 (salvo las dos últimas palabras). Luegolevanta la cabeza y de nuevo con su respiración entrecortada (acelerándose hasta 40inspiraciones en 16 segundos) se dirige hacia M. Lemaître (de quien Alexis Mirbel eraalumno en el momento de su muerte). Apoya las manos sobre los hombros de él, luegole toma afectuosamente la mano derecha, y con una emoción y sollozos contenidos ledirige las dos palabras i men. A continuación ejecuta la pantomima de tender la mano aLéopold y dejarse conducir por él a un sofá en el que se obtiene por el procedimientoacostumbrado, aunque no sin dificultad, la traducción de los textos 10, 11 y 9.

Automatismo auditivo. 23 de mayo de 1897 (trad. misma sesión). Poco después delcomienzo de la sesión, Hélène todavía despierta tiene la visión de Astané, que le dirigeestas palabras que ella repite con voz lenta y débil. Ofrezco el texto tal como ha sidoescuchado y transcripto de manera uniforme por diversos asistentes, tanto en elmomento mismo como durante su traducción subsiguiente. De todos modos exigiríadiversas correcciones para estar en concordancia con los textos escritos ulteriores: kénipuné ani, et ne crains pas [y no temas], debería ser modificado como kié nipuné ani, ne

crains pas [no temas] (ver texto 17); sé o cé solo figura aquí por et [y], que por todoslados en otros sitios se dice ni; viche es un error por iche (a menos que se trate una veufónica de la que no hay otro ejemplo), y tis por tiche.

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21 Automatismo vocal. Misma sesión que la del texto precedente, tras la cual Hélène entra

en pleno sonambulismo, se pone a llorar, comienza a jadear, apoya la mano sobre sucorazón, y pronuncia esta frase mezclando en ella dos palabras, Adèl y yestad, que noson marcianas, sino que se relacionan con el ciclo oriental; además no reaparecen en eltexto tal como ha sido repetido en el momento de la traducción. Esta intrusión detérminos extraños al sueño marciano se explica por la inminencia de una escena hindúa punto de irrumpir, que ha ocupado la segunda mitad de la sesión y en la que Adèl, elcriado árabe, juega un papel importante. La mezcla de las dos novelas se acentuóconsiderablemente más tarde, en un largo discurso, desprovisto de r y muy rico ensibilantes, de tal volubilidad que ha sido imposible recuperar una sola palabra. En elmomento de la traducción, al final de la sesión, esta perorata (o, al menos, un parloteoanálogo) ha sido repetida de golpe y con la misma rapidez que impide toda notación;después de la traducción francesa que ha seguido, igualmente de un tirón, se trataba derecuerdos de la vida de Simandini que Hélène evoca para Astané y donde se tratamucho del mentado Adèl (ver más adelante el ciclo oriental).

22 Automatismo auditivo. 18 de junio de 1897 (trad. 20 de junio). Durante una visita que

hago a Mlle Smith, ella tiene la visión de dos personajes marcianos que se pasean aorillas de un lago, y ella repite este fragmento de conversación que escucha entre ellos.Según otro texto (20), Arva es el nombre marciano del Sol.

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23 Automatismo auditivo. 27 junio de 1897 (trad. misma sesión). Con Mme Mirbel

presente, Hélène percibe a Esenale de pie cerca de su madre y le dirige estas palabras.Los adioses del fin no son de ese momento, sino que han sido pronunciados por Esenaleinmediatamente después y como complemento de la traducción; es el único caso (fueradel texto 36) en el que no se ha limitado estrictamente a los textos ya recogidos y se hapermitido la adición de una nueva frase, que por otra parte no encierra ningunapalabra inédita; itatinée chérie [ querida] es evidentemente un lapsus que debe sercorregido ya sea como tatinée chérie [querida], ya sea como i tatinée ô chérie, [ ohquerida]. El verdadero equivalente francés de triménêni probablemente sea entretenions

[conversábamos]. La palabra éstotiné por ma dernière [ mi última] es sospechosa, aldecirse êzé ma [mi] por todas partes en otros sitios.

24 Automatismo visual. 22 de agosto de 1897. Este texto, que no fue necesario traducir,

constituye la primera aparición de la escritura marciana. Ver fig. 2

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Figura 2– Texto N°16, sesión del 22 de agosto de 1897. Primer texto marciano escrito por Mlle Smith(después de una alucinación visual). Colección de M. Lemaître. Traducción: astane esenale pouzemene simand ini mira.

25 Automatismo gráfico. 12 de septiembre de 1897 (trad. misma sesión). Ver fig. 3.

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Figura 3- Texto marciano N°17, sesión del 12 de septiembre 19897. Escrito por Mlle Smith,encarnando a Astané (luego Léopold para las palabras en francés del final). La s que sobra, al final dela primera línea, provocó de inmediato un garabato para tacharlo.

26 Automatismo auditivo, luego gráfico. 10 de octubre de 1897 (trad. misma sesión).

Hélène tiene la visión de un paisaje marciano, donde Esenale flota desencarnadoalrededor de plantas y pronuncia estas palabras, que ella repite. (Se comprende en elcontexto de la traducción que este texto estaba destinado a Mme Mirbel, que seencontraba entonces en el campo, pero a quien la persona muy claramente indicadapor la descripción final debía, en efecto, ir a visitar y podría llevarle el mensaje). Acercoentonces a Hélène un lápiz con la esperanza de obtener este mismo texto por escrito.Después de varias vacilaciones y melindres relativos a la aclaración, que denotan unestado de sonambulismo creciente, ella se decide a tomar el lápiz entre el índice y elmedio, habla a Esenale al que continúa viendo y a quien hace sentar a su lado, luego sepone a escribir, completamente ausente y fascinada por el papel. El índice izquierdo(Léopold) nos indica que es el propio Esenale quien escribe a través del brazo de Hélène.Por dos veces ella se interrumpe para decir a Esenale: “¡Oh! ¡No se vaya todavía!...¡quédese aquí un poco más!” Parece nerviosa y agitada, se detiene con frecuencia en suescritura para acribillar su papel con golpecitos de lápiz o tachaduras y garabatos (verfig. 4); en el zé de la última línea, ella olvida la é (lo que no ha impedido a Esenalepronunciar correctamente la palabra en el momento de la traducción). Una vezterminado el texto, ella se despierta a medias, me reconoce y conversa conmigodurante unos instantes, luego se desliza en otro sonambulismo.

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Figura 4- Texto N°18 (10 de octubre de 1897) escrito a lápiz por Mlle Smith, encarnando a Esenale.

27 Automatismo gráfico, luego auditivo. 24 de octubre de 1897 (nunca hubo traducción de

este texto, del cual dos palabras quedan sin conocer). Hélène ve primero la mesailuminada por una luz verde en la que se le aparecen unos dibujos que copia: de ahíproviene este texto, salvo por las dos últimas letras de la primera palabra, cuyo lugarqueda en blanco. Inmediatamente después ella escucha hablar marciano y repite: setrata del mismo texto, donde la primera palabra es pronunciada completa. Luego tienela visión de Astané, de Esenale, y de una niñita de quien capta el nombre Niké; perotodo ello da lugar de inmediato a otros sonambulismos no marcianos.

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28 Automatismo auditivo, luego gráfico. 28 de noviembre de 1897 (trad. misma sesión).

29 Fragmentos de conversación escuchados durante la visión de una fiesta marciana. Siké

(hombre joven) y Matêmi (muchacha joven) forman una primera pareja que pasa y sealeja en dirección a un espeso arbusto de flores rojas (tamèche), en tanto que unasegunda pareja intercambia las últimas palabras del texto mientras se disponen aunirse a la precedente. Después de esta visión que ha contemplado de pie y descriptocon mucha animación, Hélène se sienta y se pone a escribir las mismas frasesmarcianas; nos enteramos por Léopold que es Astané quien se sirve de su mano(sosteniendo el lápiz entre el pulgar y el índice, es decir a la manera de Léopold, y no ala manera de Hélène como él lo hiciera para el texto 17). Mlle Smith parece primerocompletamente absorta e insensible durante esta operación; no obstante, laconversación de algunos asistentes parece perturbarla un poco, y Léopold termina pordar tres violentos golpes con el puño izquierdo sobre la mesa para ordenar que se hagasilencio, después de lo cual la escritura se ejecuta más rápidamente (en una media de 12caracteres por minuto). Acabada la escritura, Léopold indica a Hélène que tome asientoen el sofá para la escena de traducción.

30 Automatismo auditivo. 15 de enero de 1898 (trad. 13 de febrero). Fragmento de

conversación entre dos personajes marcianos entrevistos en una visión despierta.

31 Automatismo auditivo. Hacia el 25 de enero de 1898 (trad. 13 de febrero). Visión a las 6

de la mañana de una muchacha marciana (¿Matêmi?) atravesando un túnel excavado enuna montaña y que llega a casa de Astané, a quien dirige estas palabras, seguidas demuchas otras que Hélène no ha captado con suficiente nitidez como para apuntarlas.

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32 Automatismo auditivo. 20 de febrero de 1898 (trad. misma sesión). Visión marciana

muy complicada. Por empezar, tres casitas rodantes, como los pabellones o cenadoreschinos, desplazándose sobre bolas pequeñas. En una de ellas hay dos personajesdesconocidos. Uno saca la mano por una ventanilla oval, lo que provoca de parte de sucompañero la observación de la primera frase (A) del texto. En ese momento, en efecto,los pabellones rodantes (miza) asumen un movimiento de balanceo que hace un ruidode tic tac, luego se deslizan como un tren sobre rieles. Bordean una alta montaña rosa yllegan a una especie de magnífica garganta o embudo, de pendientes cubiertas deplantas extraordinarias, donde se encuentran casas blancas sobre rejillas semejantes apilotes. Ambos hombres salen entonces de su miza charlando, pero Hélène solo captaunos pocos fragmentos (B) de la conversación. A su encuentro llega un joven entre 16 a18 años, la cabeza cubierta con una especie de gorro de noche y sin cabello del ladoizquierdo. Saludos marcianos: se frotan mutuamente la cabeza con sus manos, etc.Hélène se lamenta por escuchar muy confusamente lo que dicen y no puede reproducirsino cabos de frases (C). Hélène tiene náuseas y Léopold me dicta con el índice izquierdoDuérmala, lo que conduce de inmediato a la escena habitual de repetición palabra porpalabra y de traducción del texto.

33 Automatismo auditivo. 11 de marzo de 1897 (trad. 21 de agosto). “Ayer por la mañana,

apenas levantada”, me escribía Hélène al enviarme este texto, “tuve una visión deMarte, la misma poco más o menos que aquella entrevista (en la sesión del 20 defebrero). He vuelto a ver los pabellones rodantes, las casas sobre enrejados, diversospersonajes, entre otros un joven que solo tenía cabello de un lado de la cabeza, inclusohacía examinar esto a los señores que estaban cerca de él. He podido anotar algunaspalabras: tenía dificultades para captarlas correctamente, era muy confuso y las últimaspalabras han sido captadas al vuelo aquí y allá dentro de lo que me llegaba con relativaclaridad…”

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34 Automatismo auditivo. 21 de agosto de 1898 (trad. misma sesión). Visión despierta de

una ribera entre dos montañas rosadas, con un puente que desciende hacia el agua ydesaparece para dejar pasar cinco o seis barcos, luego reaparece y se restablece.Mientras Hélène describe todo esto con admiración, oye una voz que le dice las palabrasmarcianas que siguen.

35 Automatismo visual. 21 de agosto de 1898 (trad. misma sesión). Continuación de la

escena precedente: Hélène percibe, “en el aire” iluminado y rojo de su visión marciana,caracteres desconocidos para ella, que copia como un dibujo (fig. 5). Mostrándole lapalabra zé (que por todas partes en otros sitios quiere decir le) le pregunto si no se haequivocado; ella verifica, comparando cuidadosamente sus rasgos con el modeloimaginario que observa frente a ella y un poco más arriba, y afirma que es en efectoexacto.

Figura 5- Texto N°26 (21 de agosto de 1898) que irrumpió como alucinación visual, copiado a lápiz porMlle Smith.

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36 Automatismo auditivo. Hacia el 4 de septiembre de 1898 (trad. 16 de octubre). Hélène

ha escuchado y anotado esta frase al mismo tiempo que tenía la visión de dos jóvenesmarcianos que se paseaban en medio de una especie de parterre y observaban llegar unbarco. No hemos podido saber lo que designa el chodé.

37 Automatismo visual 3 de octubre de 1898 (trad. 16 de octubre). A las ocho cuarenta y

cinco de la noche, Mlle Smith, que deseaba obtener una comunicación de Léopold paraella y su madre, se sienta en su sillón y se recoge. De inmediato oye la voz de Léopolddiciéndole que no puede manifestarse esa tarde, pero que algo mucho más interesante eimportante se prepara. La habitación de pronto le parece oscurecerse completamente,salvo el rincón de la mesa en el que ella se encuentra, que se ilumina vivamente con unaluz dorada. Una muchacha marciana, con vestido amarillo y larga trenza, vieneentonces a sentarse al lado de ella y se pone a dibujar, sin tinta ni lápiz sino con unapunta en el extremo del índice, líneas negras sobre un cilindro blanco, primerocolocado sobre la mesa, luego sobre sus rodillas, y que se muestra a medida que ellaescribe. Hélène está lo bastante cerca para ver esos caracteres e ir copiándolos a lápizsobre una hoja de papel (ver fig. 6). A continuación la visión se desvanece, y vereaparecer la habitación y a su madre. Hélène ignora la significación de estos caracteres“que se asemejan a cifras, a los números 2 y 7”, y dice que el original sobre el cilindroera más pequeño y más definido que su copia. Hélène sostenía el lápiz según sucostumbre entre el índice y el medio, y tiene la impresión de haber estado todo eltiempo perfectamente despierta, aunque fascinada por la presencia de esta joven. Sin

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embargo su madre, presente en la escena de escritura automática, piensa “que la hacíanescribir, porque tenía un aspecto raro, daba golpecitos con el lápiz, seguía la línea consu índice izquierdo, etc.”

Figura 6- Texto N°28 (3 de octubre de 1898), escrito por Mlle Smith, copia de un texto de Matêmi,percibido en una alucinación visual. (Los ligeros temblores de algunos trazos no figuran en el originaly provienen del hecho de que el texto, escrito con un lápiz demasiado pálido, fue reescrito con tintapara su reproducción).

38 Automatismo auditivo, 14 de octubre de 1898 (trad. 16 de octubre). Visión matinal de

un señor y una dama desconocidos. Ella tenía el brazo, manchado de rojo, aplicadosobre un instrumento de tres tubos colocado sobre una tableta fijada a la pared. Estaspalabras son del señor; la dama no dijo nada.

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39 Automatismo auditivo. 22 de octubre de 1898 (trad. 18 de diciembre). “Seis y media de

la mañana; visión de una playa, terreno de color rojizo: capa de agua inmensa, de unhermoso verde ligeramente azulado. Dos mujeres están allí, caminando cerca una deotra. Es todo lo que he podido captar de su conversación”.

Figura 7- Texto N°31 (27 de octubre de 1898), escrito por Mlle Smith, reencarnando a Ramié.

40 Automatismo auditivo. 2 de noviembre de 1898 (trad. 18 de diciembre). Hélène tiene la

visión matinal de un marciano (Ramié) que le rodea la cintura con su brazo y con la otramano le muestra, diciéndole estas palabras, un cuadro extraño (tapié) que encierraseres extraordinarios que hablan la lengua desconocida del texto que sigue. En elmomento en que esta visión se borra, Hélène escribe sin advertirlo el texto 34.

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41 Automatismo auditivo para el texto no marciano, que Hélène ha oído pronunciar el 2 de

noviembre por los seres extraños del cuadro de la visión precedente. Automatismovocal para la traducción marciana de ese texto, que ha sido traducida por Astané(encarnado en Hélène, hablando por su boca la lengua desconocida, seguido para cadapalabra por su equivalente marciano) en la sesión del 18 de diciembre de 1898. Apenasdespués, Astané ha cedido el lugar a Esenale quien, a su vez, ha repetido la frasemarciana traduciéndola palabra por palabra en francés según el procedimientohabitual.

42 Automatismo gráfico. 2 de noviembre de 1898 (trad. 18 de diciembre). Hélène solo

advirtió posteriormente que su mano, que sentía “fuertemente sujeta”, había escritoeste texto durante el fin de la visión precedente. Fig. 8

Figura 8- Texto N°34 (2 de noviembre de 1898), escrito por Mlle Smith, mientras reencarnaba a Ramié.

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43 Automatismo auditivo. 5 de diciembre de 1898 (trad. 18 de diciembre). Trabajando

junto a la lámpara a las siete de la mañana, Hélène tuvo nuevamente la visión delmarciano (Ramié) que la tomó de la cintura haciendo con la otra mano el gesto demostrarle algo (posiblemente el cuadro de la visión precedente, pero Hélène no lo vioaparecer), y diciéndole la primera frase (A). La segunda frase (B) es la réplica de estemismo marciano a una pregunta mental de Hélène pidiéndole que traduzca el lenguajeextraño del otro día. (Tiene que haber comprendido entonces el sentido de la primerafrase para responder mediante una pregunta mental apropiada).

44 Automatismo auditivo. 8 de marzo de 1899 (trad. 4 de junio). Hélène ha escuchado la

frase (A) durante la visión de la que sigue la descripción. Como los asistentes nocomprenden de inmediato que las tres últimas palabras son también nombres propios,Esenale agrega a la traducción la frase (B) con su significación francesa. “No he podidodormir anoche. A las once y media todo se iluminó súbitamente a mi alrededor y esteresplandor vivo me permitió distinguir los objetos que me rodeaban. Me levanto estamañana con el recuerdo muy exacto de lo que vi entonces. Un cuadro se formó bajo estaluz, y ya no tuve ante mis ojos sino el interior de una casa marciana: una sala inmensacuadrada, a cuyo alrededor colgaban rayas o, mejor dicho, pequeñas mesas suspendidasy fijadas a la pared. Estas mesas con reborde contenían cada una un bebé, pero sinpañales de ninguna clase: todos los movimientos de estos pequeños eran libres y unsencillo pañito cubría sus cuerpos. Habríase dicho que descansaban sobre un musgoamarillento; no he logrado darme cuenta con qué estaban recubiertas esas mesas.Hombres con animales extraños circulaban por aquella sala; estos animales tenían lacabeza grande, chata, casi sin pelo, y enormes ojos muy dulces parecidos a los de lasfocas; sus cuerpos ligeramente peludos se asemejaban un poco a los de las corzas denuestras regiones, salvo por sus colas largas y achatadas; poseían fuertes ubres a lasque los hombres presentes adaptaban un instrumento cuadrado que tenía un tubo queera presentado a cada niño, y se entendía perfectamente que eran amamantados con laleche de esas criaturas. Oí gritos, una gran batahola, y con mucha dificultad pude

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distinguir algunas palabras (de ese texto); como aquello me llegó con tan poca nitidez,renuncié a escribir el resto. Esta visión duró alrededor de un cuarto de hora; luego tododesapareció gradualmente y sería cerca de la medianoche cuando por fin me dormíprofundamente”.

45 Automatismo gráfico. 24 de marzo de 1899 (trad. 4 de junio). “Seis y media de la

mañana. Visión de Astané; estoy de pie poniéndome las pantuflas. Él me habla pero nopuedo comprenderlo. Tomo esta hoja de papel y un lápiz. No vuelve a hablarme, pero seapodera de mi mano derecha que sostiene el lápiz. Escribo bajo esta presión; no hecomprendido nada, para mí esto es hebreo. Mi mano se detiene, levanto la cabeza paraver a Astané, pero ha desaparecido”. Fig. 9.

Figura 9- Texto N°37 (24 de marzo de 1899), escrito por Mlle Smith mientras reencarnaba a Astané.Por un problema fotográfico, falta un punto sobre la primera letra.

46 Automatismo visual. 30 de marzo de 1899 (trad. 4 de junio). Sentada a su mesa de

tocador a las nueve y media de la noche, antes de acostarse, Hélène se encuentra depronto envuelta por una niebla rosada que le tapa una parte de los muebles, luego sedisipa dejándole ver en el fondo de su habitación “una sala extraña iluminada porglobos rosados fijos en la pared”. Más cerca de ella aparecen una mesa suspendida en elaire y un hombre con vestimenta marciana, sentado sobre una pica, que escribe conuna especie de clavo fijado al índice derecho. “Me inclino hacia el hombre, quieroapoyar mi mano izquierda sobre esta mesa imaginaria, pero mi mano cae en el vacío ytengo infinitas dificultades para volver a ponerla en su lugar: está como agarrotada yconserva durante unos instantes muy poca fuerza.” Felizmente se le ocurre tomar unlápiz y el papel a mano en su cajón y copiar “los caracteres que acaba de trazar elhombre marciano que ya he visto muchas veces (Ramié); y con gran esfuerzo –pues

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eran mucho más pequeños que los míos– consigo reproducir (el texto marciano de lafig. 10). Todo eso ha durado aproximadamente un cuarto de hora, me metí en la cama yaquella noche no volví a ver nada, ni tampoco al día siguiente.”

Figura 10- Texto N°38 (30 de marzo de 1899), escrito por Mlle Smith, copiando un texto de Ramié, quese le apareció como alucinación visual.

47 Automatismo gráfico. Primero de abril de 1899 (trad. 4 de junio). “Nuevamente al

meterme en la cama, a las diez horas cinco minutos. Nueva visión del personaje vistoanteayer (Ramié); creo que va a hablar, pero ningún sonido surge de su boca. Tomorápido lápiz y papel, me siento con el brazo derecho tomado por él y me pongo a trazarla escritura extraña que adjunto (fig. 11). Es muy afectuoso; en su aspecto, en su mirada,todo respira tanta bondad y al mismo tiempo extrañeza. Se va dejándome bajo unverdadero hechizo, mucho más corto”.

Figura 11- Texto N°39 (1 abril de 1898), escrito por Mlle Smith, reencarnando a Ramié

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48 Ramié, lenta, profundamente estudia, y su deseo inmenso está a punto de cumplirse.

Astané mi maestro está allí para ayudarme y gozarse. ¡Sé tres veces feliz!

49 Automatismo auditivo. 4 de junio de 1899 (trad. misma velada). Semisonambulismo en

el que Hélène, sin tener visión, oye una voz de timbre velado dirigirle palabras entre lasque con dificultad consigue captar las frases precedentes.

50 41. A estos textos propiamente dichos, que forman frases, conviene para completar que

se agreguen algunas palabras aisladas, recogidas en diversas ocasiones y cuyo sentidoresulta suficientemente certero, ya sea por el contexto francés en el que estánenmarcados, o bien por la descripción hecha por Hélène de los objetos que designan.Estas son: chèke, papier [papel]; chinit, bague [anillo]; asnète, espèce de paravant [especiede biombo]; Anini Nikaïné, nombre propio de una muchacha, probablemente lahermana marciana de Esenale, que flota a su lado, invisible para ella, y la cuida duranteuna enfermedad a la manera de los espíritus protectores: Béniel, nombre propio denuestra Tierra vista desde Marte (la cual se llama, por otra parte, Durée [Duración], enlos textos 7 y 9).

III

51 Es necesario de entrada hacer justicia al marciano (continúo llamándolo así por

comodidad), que constituye toda una lengua, y no una simple jerigonza y chapurreo deruidos vocales producidos al azar del momento sin fijeza alguna. En efecto, no se lespuede negar las siguientes características: 1º Es un conjunto de sonidos netamentearticulados, agrupados de manera que formen palabras. 2º Estas palabras, en elmomento en que son pronunciadas, expresan ideas definidas. 3º Finalmente la relaciónde palabras con las ideas es constante; dicho de otro modo, la significación de términosmarcianos es permanente y se mantiene (al margen de muy ligeras inconsistenciassobre las que volveré más adelante) de un punto al otro de los textos recogidos en elcurso de estos tres años1.

52 Agrego que hablado de manera fluida y con cierta rapidez, tal como Hélène lo hace a

veces en su sonambulismo (texto 4, 11, 15, etc. etc.), aparece un carácter acústicopropio, debido al predominio de ciertos sonidos y a una entonación especial difícil dedescribir. Así como se distinguen de oído lenguas extranjeras que no se comprenden ytodo dialecto posee un acento particular que lo hace reconocible, se nota desde lasprimeras sílabas si Hélène habla hindú o marciano según la complexión musical, elritmo, las consonantes y vocales predilectas, propias a cada uno de estos idiomas. Enese sentido el marciano ostenta el sello de una lengua natural; quiero decir que no es elresultado de un cálculo puramente intelectual, sino que influencias de orden estético,factores emocionales, han contribuido a su creación y dirigido instintivamente la

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selección de sus asonancias y terminaciones favoritas. El marciano por cierto no ha sidofabricado a sangre fría y con calma durante el estado normal, habitual, francés por asídecir, de Mlle Smith, sino que lleva en sus tonalidades características la impronta deuna disposición afectiva particular, de un humor u orientación psíquica determinada,de un estado de alma especial que podemos llamar en una palabra el estado marciano deHélène. La subpersonalidad que se complace en estos juegos lingüísticos parece ser lamisma, en el fondo, que aquella que se complace en las imágenes visuales exóticas ycoloridas del planeta de rocas rosadas, y que da vida a los personajes de la novelamarciana.

53 Un simple vistazo al conjunto de textos precedentes muestra que el marciano,

comparado con el francés, se caracteriza por la sobreabundancia de é o ê y de i, y por laescasez de diptongos y nasales. Una estadística más precisa de sonidos vocálicos queimpresionan el oído al leer en voz alta los textos marcianos por un lado, y su traducciónfrancesa por otro, me ha dado el porcentaje del cuadro siguiente.2

54 Cuadro 1

55 Estadística de sonidos vocálicos

Marciano

(%)

Francés

(%)

a 16,3 13,7

e muda (como la de casemate) 3,6 20,8

e cerrada o semicerrada (como todas las de hébété, rêvé) 36,9 14,3

e abierta (como en aloès) 2,1 4,6

i 34,3 13,4

o 2,3 5,7

u 2,3 3,1

Diptongos y nasales (ou, oi, eu, an, in, on, un) 2,1 24,5

56 Pero sabemos que las vocales se distinguen desde el punto de vista acústico por sonidos

fijos característicos, y que estos se reparten así a alturas diferentes en la escala musical:i y é son los más elevados, a y o ocupan la región media, u y ou en la parte inferior.

57 Cuadro 2

58 Agrupación según el tono

Marciano

(%)

Francés

(%)

Vocales altas (i y e no mudas) 73,3 32,3

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Vocales medias (a y o) 18,6 19,4

Vocales bajas o sordas (u, diptongos y nasales, e muda) 8,0 48,4

59 Al reunir pues estas últimas nasales siempre sordas, así como las e mudas, el cuadro I

puede unirse a los tres grupos del cuadro II desde el punto de vista del tono y lasonoridad. Constatamos entonces que el marciano es de una tonalidad general muchomás elevada que el francés, pues en tanto que ambas lenguas tienen más o menos lamisma proporción de vocales medias, los sonidos bajos, sordos o mudos que forman casila mitad de vocales francesas no figuran sino en una proporción de apenas 1/12 enmarciano, donde los sonidos altos por el contrario representan, en resumidas cuentas,los tres cuartos de vocales en lugar de solo un tercio en francés.

60 Por otra parte, las investigaciones sobre la audición coloreada han demostrado que

existe una conexión psicológica estrecha, basada en analogías emocionales y unaequivalencia de reacciones orgánicas, entre los sonidos elevados y los colores claros ovivos, los sonidos bajos o sordos y los colores sombríos. Ahora bien, esta mismacorrelación se puede encontrar, en la vida sonámbula de Mlle Smith, entre las visionesdeslumbrantes, luminosas, coloridas, que caracterizan su ciclo marciano, y la lengua devocales elevadas y sonoras que brotan en ese mismo ciclo. Es válido concluir al respectoque es la misma atmósfera emocional la que baña y envuelve estas produccionespsicológicas variadas, la misma personalidad la que crea estos automatismos visuales yfónicos. Por otra parte comprendemos que la imaginación no podría crear estasficciones de la nada, viéndose obligada a tomar prestados sus materiales de laexperiencia individual, a riesgo de clasificarlas o transformarlas conforme a lastendencias emotivas que la inspiran. Por esta razón los cuadros marcianos solo son unreflejo del mundo terrestre, pero en lo que tiene de más cálido y más brillante, elOriente; asimismo, la lengua marciana no es más que francés, pero metamorfoseado yllevado a un diapasón superior.

61 Admito pues que el marciano es una lengua, y una lengua natural en el sentido de que

está creada automáticamente, sin la participación consciente de Mlle Smith, en elestado emocional o por el yo secundario que es la fuente de todo el resto de este ciclo.Solo me queda ahora señalar algunos rasgos que parecen indicar que el inventor detoda esta lingüística subliminal nunca conoció otro idioma que el francés, que es muchomás sensible a la expresión verbal que a las relaciones lógicas de las ideas, y que poseeen un grado eminente esa característica infantil y pueril que ya he observado en elautor de la novela marciana. Conviene por ello examinar rápidamente esta lenguainédita desde el punto de vista de su fonemática y de su escritura, de sus formasgramaticales, de su sintaxis y de su vocabulario.

1- Fonética y escritura marcianas

62 El marciano se compone de sonidos articulados de los cuales todos, tanto consonantes

como vocales, existen en francés. Mientras que en este planeta las lenguasgeográficamente vecinas a la nuestra (por no hablar de las más alejadas) difieren porciertos sonidos especiales –ch alemana, th inglesa, etc.– la lengua del planeta Marte nose permite semejantes originalidades fonéticas. Por el contrario, parece más pobre queel francés. No he encontrado hasta aquí la sibilante j o ge (como en juger), ni el doble

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sonido x. (Solo hablo de los textos propiamente dichos reunidos aquí, pues en losdiscursos verbales e imposibles de recoger en ciertas sesiones, había por cierto j, peroincluso en ellos no he notado ningún sonido simple extraño al francés, y el selloacústico particular de esta jerga solo provenía de una mayor abundancia decombinaciones poco frecuentes en nuestra lengua, tales como el fonema tch que no seencuentra más que en los textos 1 y 3.) La fonética marciana, en una palabra, solo esuna reproducción incompleta de la fonética francesa.

63 El alfabeto marciano, comparado con el nuestro, sugiere una observación análoga. La

forma gráfica de los caracteres es seguramente nueva, y nadie adivinaría nuestrasletras en estos dibujos de aspecto exótico. No obstante cada signo marcianocorresponde (con la excepción del signo de plural) a un signo francés, mientras que loinverso no es cierto, de manera que aquí también estamos en presencia de unaimitación empobrecida de nuestro sistema de escritura.

64 Los doce textos escritos sobre los que he establecido mis comparaciones comprenden

cerca de 300 palabras (de las cuales 160 son diferentes) y 1200 signos. Encontramos untotal de 21 letras diferentes que tienen todas su equivalente exacto en el alfabetofrancés, que incluso posee otros 5 que faltan en marciano: j y x cuyos sonidos mismosno han sido notados, y q, w, y que son redundancias de k, v e i. Esta reducción delmaterial gráfico se manifiesta en otros dos detalles. Primero, no hay ni acentos nipuntuación, excepto por un signo en particular, similar a nuestro circunflejo, empleadoa veces a modo de punto al final de las frases. En segundo lugar, cada letra solo tieneuna forma, sin que mayúsculas y minúsculas parezcan existir en marciano, no menosque los caracteres en cursiva y tipográficos. De las cifras, no sabemos nada.

65 Hay sin embargo tres pequeñas singularidades que debemos señalar. 1º A falta de

mayúsculas, las iniciales de los nombres propios se distinguen bastante a menudo porun punto ubicado encima de la letra ordinaria. 2º En el caso de letras dobles, la segundaes reemplazada por un punto situado a la derecha de la primera. 3º Finalmente, existe,para señalar el plural de sustantivos y algunos adjetivos, un signo gráfico especial, queno responde a nada en la pronunciación, y que asume la forma de una pequeñaondulación vertical que hace pensar en una amplificación de nuestra s, marca ordinariadel plural en francés. Estas particularidades, además de la forma exterior de las letras,constituyen toda la medida de invención desplegada en la escritura marciana.Agreguemos que esta escritura, que no es ordinariamente inclinada, va de izquierda aderecha como la nuestra. Todas las letras tienen más o menos la misma altura, salvo la ique es mucho más pequeña, y quedan aisladas unas de otras; su reunión en palabras yfrases ofrece al ojo el aspecto de inscripciones jeroglíficas orientales3 .

66 Al no habérsenos revelado nunca como tal el alfabeto marciano, ignoramos el orden en

el que las letras deberían sucederse. Parece sin embargo que hubiesen sido inventadassiguiendo nuestro alfabeto, al menos en gran medida, si juzgamos según las analogíasde forma de los caracteres marcianos que corresponden a ciertas series de letrasfrancesas; compárese a y b; g y h; s y t; y sobre todo la sucesión k l m n. Por otra parte,constatamos extrañas relaciones entre letras muy distantes en el alfabeto francés,cuando comparamos u y g, z y h, f y v, así como c e i que parecen haber sidoentrecruzadas al pasar del francés al marciano. En total, si intentamos ordenar estoscuriosos caracteres siguiendo su semejanza de forma, encontramos que se reparten encinco grupos muy distintos. El primero solo incluye c y r, constituido exclusivamentepor trazos rectilíneos. El segundo, que comprende e y d, serviría de transición a los dos

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siguientes caracterizados por la presencia de un gran bucle o panza abierta o bien aizquierda (abfnpv) o bien a derecha (ighklmzu). Un último grupo abrazaría os y t dondeya no hay ni trazos rectilíneos, ni gruesa panza dominante, sino solo curvas diversas.Queda por señalar ciertos pares de letras que no son sino la imagen invertida oespecular de otras: m y n, l y p, y de manera menos perfecta f y k. A estos casos desimetría vertical se suman aquellos de simetría horizontal, pero inexacta en losdetalles, que observamos en los grupos l y m, n y p (como entre nosotros en las letras d

y q, b y p).

67 Es en el valor fonético de las letras, es decir en la correspondencia de sonidos

articulados y signos gráficos, que podemos penetrar mejor en la naturalezaesencialmente francesa del marciano. La única diferencia notable para relevar aquíentre las dos lenguas es que es mucho mayor la simplicidad de la ortografía marciana,resultado de que no se encuentren en ella letras inútiles: todas se pronuncian, aun lasconsonantes finales tales como s, n, z, etc., que son muy a menudo mudas en francés.Esto quiere decir que la escritura marciana se ha amoldado a la lengua hablada, y queno es más que la notación de sonidos articulados de esta por medios más económicos.No obstante está lejos de realizar el tipo de escritura verdaderamente fonética, es decirdonde cada signo correspondería a cierta articulación elemental, constante einvariable, y viceversa. Por el contrario hormiguean en ella los equívocos, lasexcepciones, las irregularidades, que hacen que una sola y única letra revistapronunciaciones muy diferentes según el caso, y que recíprocamente un mismo sonidose escriba de distintas maneras, sin que podamos percibir ninguna explicación racionalpara todas estas ambigüedades… ¡como no sea que encontremos precisamente lasmismas en francés! En otros términos, encontramos en este pretendido idiomaextraterrestre una colección de singularidades y de caprichos que no nos sorprendenen primera instancia, tanto nuestra lengua nos ha acostumbrado a ello, pero cuyareunión, cuando reflexionamos al respecto, desafía la obra del azar y constituye unadescripción sobre la que es imposible equivocarse. El marciano no es más que francésdisfrazado. Solo señalaré las más curiosas entre estas coincidencias sorprendentes,tanto más sorprendentes cuanto que el campo en que las recogí es muy estrecho,puesto que se limita a los doce textos a la vez escritos y pronunciados, los cuales soloincluyen 160 palabras distintas.

68 Las vocales simples del alfabeto marciano corresponden exactamente a las cinco

vocales francesas a e i o u y tienen los mismos matices de pronunciación. La másinteresante en este sentido es la e que tiene no menos de cuatro o cinco valoresdiferentes, todos como en nuestra lengua: las tres e de esenale, por ejemplo, sepronuncian sucesivamente como las de médecine [medicina], las de êvé como en rêvé

[soñado]; la terminación de amès como en kermès , etc. Los diptongos y nasales sepronuncian y escriben en marciano idénticamente como en francés, a juzgar al menospor las únicas muestras ou, an, on, que figuran en los textos escritos.

69 La c marciana juega un triple papel que cumple igualmente (junto con otros) en francés.

Es gutural y equivale a la k en carimi, crisé, donde se pronuncia como en car [ya que], cri

[grito]. Toma el sonido sibilante de la s dura ante e (aun no se ha encontrado ante i) enla palabra cé que se pronuncia como en agacé [enojado] Finalmente, unida a la h, formala sibilante ch sobre la que volveré.

70 La s tiene los mismos caprichos que la nuestra. Es generalmente fuerte, pero, entre dos

vocales, se vuelve suave como la z, a menos que no se duplique, en cuyo caso

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permanece fuerte. Por ejemplo, en las palabras somé, astané, mis, se pronuncia comoen francés en somme, astre, fils [suma, astro, hijo]; mientras que en ésenale y misaïmésilba como la z de êzé, épizi, exactamente como en francés la s y la z se equivalen envisage [rostro] y gazeux [gaseoso]; pero vuelve a ser fuerte gracias a su duplicación enessaté y dassinié como en essai [ensayo] y assigner [asignar].

71 Si inversamente partimos de sonidos articulados para examinar su representación en la

escritura marciana, caemos en singularidades que existen, todas ellas, en francés. Lagutural fuerte que tiene mayores medios de expresión entre nosotros, posee incluso dosen marciano, la c y la k; el marciano deja de lado solo la q reemplazándola por la k (ver,por ejemplo, las palabras ka, ké, que significan qui, que. Así también, la sibilante fuerte,ordinariamente figurada por la s simple (salvo entre dos vocales) puede traducirse porc delante de una e, y la sibilante suave, representada en la regla por z, lo es a veces poruna s simple entre dos vocales.

72 Además, sonidos que fonéticamente son tan simples como muchos otros, y podrían

reivindicar una letra especial como lo hacen en diversas lenguas terrestres, seencuentra que tienen en marciano precisamente el mismo símbolo complejo que enfrancés. El sonido vocal ou, por ejemplo, que en alemán se da en una sola letra, haseguido la costumbre francesa: se escribe y se pronuncia en pouzé, bounié, etc., comoen poule [gallina]. Lo mismo para las nasales an, on, las únicas que figuran en los textosescritos, donde son ortografiadas en sandiné, pondé, etc. como en santé [salud] y pondre

[poner un huevo]. Finalmente, la sibilante fuerte, que el francés es el único idioma ennuestro globo, creo, en representar mediante la unión de la c y la h – puesto que seescribe sh en inglés, sch en alemán, c en italiano etc., y que muchas lenguas orientales ladesignan mucho más lógicamente por un signo especial simple como el sonido mismo–se encuentra igualmente representada en marciano por ch que se pronuncia en ché,métiche, etc., como en chez [en lo de] y fetiche.

73 Un pequeño detalle en la ortografía de la terminación bastante frecuente che revela de

manera significativa la influencia de viejos hábitos, y muestra que los sedicentesmarcianos que escriben a través de la mano de Hélène están en el fondo másacostumbrados a manejar el francés que su propia lengua. Al recorrer los diversostextos gráficos, observamos que el sonido ch en la última sílaba de una palabra esrepresentado tanto con una e final (iche, mache) como sin e final (métich, antéch), sibien en todos estos casos, la pronunciación es exactamente la misma y semejante aaquella de las terminaciones francesas de riche, tache, mèche [rico, mancha, mecha]. ¿Dedónde viene esta diferencia de ortografía que nada explica en la pronunciación, tantomás extraña por cuanto en francés la final ch no seguida de una e tiene un sonido tandistinto y se vuelve gutural (varech, almanach [macroalga, almanaque])? Pienso que hayque interpretarlo como un simple lapsus calami debido a una semejanza de formaprobablemente fortuita entre la letra marciana h y la letra francesa e. La ortografíaverdadera y completa sería siempre che (métiche, antéche) pero resulta que la hmarciana termina por un bucle cerrado semejante a una e francesa, lo cual llevafácilmente a una confusión: por poco que la personalidad marciana de Hélène sedistraiga al escribir la final ch, su mano confundida por este bucle tiene la sensación dehaber trazado una e final y olvida agregar la e marciana que aún falta. Es lo contrario delos casos donde el sueño subyacente perturba la personalidad normal y deslizacaracteres marcianos en la correspondencia francesa de Hélène. Lo que confirma estaexplicación es un caso donde el mismo error se produjo con la letra z igualmente

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terminada en un bucle en forma de k. En el artículo marciano zé, que se encuentramuchas veces en los textos escritos, la e final no es ya susceptible de ser omitida, por ladoble razón de que en una palabra de dos letras es más difícil olvidar una que enpalabras más largas, y sobre todo porque la é, al no ser muda sino cerrada, llama más laatención en la palabra interior. No obstante, encontramos al final del texto 18 unejemplo de esta ausencia de e terminal, de manera que el artículo zé, que por otra parteha sido pronunciado a continuación íntegramente, se encuentra ahí reducido a la letraz. Esenale evidentemente se ha dejado engañar por el bucle tramposo que acababa detrazar con la mano de Hélène, como lo había ya hecho dos líneas más arriba en lapalabra métich, mientras que en otras cuatro ocasiones, en el curso del mismo texto,escapó a este error.

2- Formas gramaticales

74 El conjunto de textos que poseemos no permite aún deducir una gramática marciana.

Algunos indicios permiten sin embargo pronosticar que las reglas de esta gramática, sialguna vez llega a ver el día, no serán más que un calco o parodia de las del francés.

75 Veamos por ejemplo la lista de pronombres personales, artículos, adjetivos posesivos,

etc., aparecidos hasta aquí:

76 Hay textos donde el femenino deriva del masculino, como en francés, por adjunción de

una e muda, y el plural por el pequeño signo no pronunciado que tiene todo el aspectode una reminiscencia de nuestra s. Así diviné heureux [contento] da divinée heureuse

[contenta] ; ié tout [todo] da iée toute [toda] e iéeξ toutes [todas] (textos 7, 24, 28, etc.).Asimismo, la terminación ir característica del futuro recuerda el ra francés (uzir dira

[dirá], dézanir répondra [responderá], trinir parlera [hablará], etc.) cuya vocal,medianamente alta, ha sido remplazada por la más aguda de todas, conforme a latonalidad elevada del marciano. Basta, en todo caso, con estos ejemplos –así como de

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formas tales que la serie cé amès je viens [vengo]; amès viens [ven], né amé il est venu [havenido]; dé améir tu viendras [vendrás]– para mostrar que el marciano es una lenguaflexiva, e incluso una lengua analítica, singularmente análoga al francés.

77 Hay entre estas dos lenguas otro orden de puntos de contacto, de un interés más

especial porque muestra el papel preponderante que las imágenes verbales han jugadoa menudo en la confección del marciano en desmedro de la naturaleza lógica,intrínseca, de las ideas. Quiero decir que en todo momento el marciano traduce lapalabra francesa dejándose guiar por analogías auditivas, sin interés por el sentidoverdadero, de manera que nos sorprende encontrar en el idioma del planeta Marte lasmismas particularidades de homonimia que entre nosotros. Es así como dos vocablosidénticos en pronunciación, pero tan heterogéneos en significación, como lapreposición à [a] y a [ha] del verbo avoir [haber] se dan en marciano por la mismapalabra é.

78 Asimismo la partícula le [el/lo] es siempre traducida por zé, en su doble papel de

artículo y de pronombre (ver por ejemplo en el mismo texto 20: le petit oiseau tu le

verras [el pequeño pájaro, tú lo verás]. De forma parecida que, de múltiples empleos, sedice uniformemente ké. Nuestra palabra si, se convierte en ii tanto en la acepción de oui

[sí] como en la de tellement [tanto]. La preposición de, que marca tantas relacioneslógicas diferentes, es invariablemente traducida como ti, y el pronombre personal tepor di, poco importa que exprese un dativo o un acusativo. Inútil multiplicar estosejemplos (el lector encontrará con facilidad otros si le divierte) que muestran que esaspartículas, conjunciones, pronombres, preposiciones, etc., que, en nuestro idioma tananalítico constituyen las articulaciones esenciales del lenguaje y reemplazan los casosde la declinación, etc., son siempre traducidas únicamente bajo su apariencia verbal, sinningún cuidado de su función lógica. El marciano sigue servilmente al francés y notiene ningún sentimiento propio de aquello que M. Bréal ha llamado la supervivenciade las flexiones. Está claro que jamás nadie que haya estudiado un poco otras lenguas,tales como el alemán o el inglés, osaría traducir los dos nous [nosotros/nos] de la mismamanera en la frase nous nous comprenions [nosotros nos comprendemos], como lo hace elmarciano nini nini triménêni. En resumen, es harto evidente que la gente de allá arribano piensa más que en francés, y modela su lengua a base de una palabra interior,auditiva o motriz, exclusivamente francesa.

79 Podríamos hacer otras comparaciones curiosas. En francés la conjunción et [y] no

difiere sino débilmente, desde el punto de vista de las imágenes fónicas, del verbo est

[es]; en marciano también hay la mayor analogía entre ni y né que traducen esas dospalabras. Entre el participio pasado nié del verbo être [ser] y la conjunción ni, solo hayuna é de diferencia, exactamente como en sus equivalentes franceses été [sido] y et. Eloído tiende a acercar la palabra va (il va) [él va] al verbo venir antes que al verbo aller

[ir]; esto es sin duda porque se dice en marciano ami (texto 23) que parece pertenecer ala serie amòs viens [ven], amé venu [venido], etc. Hay que reconocer que todas esascoincidencias serían del todo extraordinarias si fueran puramente fortuitas.

3- Construcción y sintaxis

80 El orden de palabras es absolutamente el mismo en marciano que en francés. Esta

identidad de construcción de frases llega hasta los detalles más ínfimos, tales como ladivisión o la amputación de la negación ne pas4 (v. p. ej. textos 15 y 17), o aun la

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introducción de una letra inútil en marciano para corresponder a una t eufónicafrancesa (v. texto 15, kévi bérimir m hed, quand reviendra-t-il ? [¿cuándo volverá?].

81 Si admitiéramos la hipótesis de que la sucesión de palabras, tal como nos es dada en

estos textos, no es el orden natural de la lengua marciana, sino un arreglo artificialcomo el de las traducciones yuxtalineales al uso de los colegiales, la posibilidad mismade esta correspondencia absoluta palabra por palabra no dejaría de ser un hecho menosextraordinario y sin equivalente en las lenguas de aquí abajo, pues no hay una, que yosepa, donde cada término de la frase francesa se encuentre siempre traducido por un

término, ni más ni menos, de la frase extranjera. Esta hipótesis es por otra parteinadmisible, pues los textos marcianos de los que Esenale da la traducción literal no hansido arreglados previamente por él con ese fin; son las palabras mismas que Mlle Smithha oído y anotado en sus visiones, a menudo semanas y meses antes de que Esenale lasrepitiera para traducirlas, y que constituían la conversación tal cual, captada en elmomento, de personajes marcianos. Hay que concluir que estos, en su elocución, siguenpaso a paso y palabra por palabra el orden de nuestra lengua, lo que más o menosquiere decir que hablan un francés del que simplemente habrían cambiado los sonidos.

82 4- Vocabulario

83 Desde el punto de vista etimológico no he podido distinguir ninguna regla de

derivación, siquiera parcial, que permita sospechar que las palabras marcianas sondescendientes de palabras francesas siguiendo una ley determinada. Además del primertexto, donde es difícil negar que la gente de Marte nos haya robado nuestros términosde cortesía distorsionándolos, no vemos semejanza concreta entre las palabrasmarcianas y sus equivalentes franceses; como mucho algunos rasgos dudosos depréstamo, como mervé superbe [maravilloso] que podría ser una abreviatura de merveille

(maravilla, texto 25), y véche una imitación de voir [ver].

84 Todavía menos el léxico marciano revela la influencia de lenguas extranjeras (al menos

según mi conocimiento). Apenas de tanto en tanto encontramos un término quedespierte un acercamiento; por ejemplo modé mère [madre] y gudé bon [bueno] hacenpensar en palabras alemanas o inglesas; animina existence [existencia] se parece a anima;diversas formas de los verbos être [ser] y vivre [vivir], êvé, évaï, essat, recuerdan al latínesse o al hebreo évé y el pasaje del relato bíblico de la creación en el que Eva es llamadala madre de los seres vivientes. Un lingüista a la vez sabio y gracioso conseguiría sinduda alargar la lista de estas etimologías a la moda del siglo XVIII. ¿Pero para qué? Enesta rareza de puntos de contacto entre los idiomas de aquí abajo y el glosario marcianopodríamos encontrar un argumento a favor del origen extraterrestre de este último si,por otra parte, no pareciera revelar la influencia de nuestra lengua en el hecho de queuna notable proporción de sus palabras reproducen de manera sospechosa el númerode sílabas o de letras de sus equivalentes franceses, e imitan a veces hasta ladistribución de consonantes y vocales. Veamos por ejemplo, además de los términos decortesía ya mencionados, las palabras tarviné langage [lenguaje], haudan maison [casa], dodé ceci [esto], valini visage [rostro], etc., y la mayoría de las partículas, tales como cé je[yo], ké que [que], ti de [de], dé tu [tú], etc. Abstracción hecha de esto, debemos conveniren que no hay ningún trazo de parentesco, filiación o semejanza alguna, entre elvocabulario marciano y el nuestro, lo cual establece un singular contraste con laidentidad profunda que hemos constatado entre las dos lenguas en los párrafosprecedentes.

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85 Esta aparente contradicción lleva en sí misma su explicación, y nos da la clave del

marciano. Este idioma fantasioso es evidentemente la obra cándida y un poco pueril deuna imaginación infantil obstinada en crear una lengua nueva, y que, sin dejar de dar asus elucubraciones apariencias barrocas e inéditas, las ha vaciado sin dudarlo en losmoldes acostumbrados de la única lengua real de la que tenía conocimiento. Elmarciano de Mlle Smith, en otros términos, es el producto de un cerebro o de unapersonalidad que ciertamente tiene gusto y aptitudes para los ejercicios lingüísticos,pero que nunca ha conocido otra cosa que el francés, se preocupa poco de la relaciónlógica de las ideas, y no se esfuerza en innovar en materia fonética, de gramática ni desintaxis, sin sospechar siquiera, probablemente, la existencia de todas estas cosashermosas ni la posibilidad de tales refinamientos. Solo existe el diccionario que elcándido inventor del marciano ha asumido como tarea volver lo más extraordinarioposible, conforme a la noción vulgar y de los niños, que no ven en un idioma extranjeromás que el conjunto de palabras incomprensibles, ignorando que lo que caracteriza unalengua, y la diferencia verdadera entre una y otra, es su estructura interna y enabsoluto su vocabulario.

86 El procedimiento de creación del marciano parece consistir simplemente en tomar

frases francesas tal cual, y en reemplazar cada palabra por otra cualquiera fabricada alazar. Pero este trabajo de fabricación artificial es en realidad más difícil y cansador delo que se imagina antes de haberlo ensayado. Involuntariamente, uno queda atrapadoen las encrucijadas del ritmo y del número, uno se dejar arrastrar a la traducción detérminos cortos por cortos y de largos por largos, a veces incluso se conservan sinnotarlo ciertas vocales o consonantes de la palabra primitiva, y en resumidas cuentas seencuentra haber falseado o distorsionado lo viejo antes que haber inventado lo nuevo.Por eso es sobre todo en los textos del comienzo donde reconocemos bajo el marcianola estructura de las palabras francesas. El autor mismo sin duda se ha visto sorprendido,y desde entonces se ha esforzado en complicar su léxico, en hacer sus palabras cada vezmás irreconocibles. Esta búsqueda de originalidad –que por otra parte nunca llegó másallá de la parte puramente material del lenguaje, sin tener la idea que pudiera haberotras diferencias entre las lenguas– representa un esfuerzo de imaginación que hay quetener en cuenta. Como por otra parte se toma el cuidado de conservar sus neologismosa medida que los inventa, y de hacer un diccionario al que permanece fiel acontinuación, del mismo modo hay que rendir homenaje al trabajo de memorizaciónque esto implica. No es que a veces no se deslicen errores y olvidos. La fijeza de suvocabulario no ha sido perfecta desde el principio. Pero finalmente, tras las primerasvacilaciones, e independientemente de algunas confusiones ulteriores, dio prueba deuna consistencia terminológica loable, y sin duda que con el tiempo y algunasincitaciones sugestivas, habría llegado a elaborar una lengua muy completa; inclusoquizá varias, como lo permite augurar el texto 33 sobre el que volveremos en el capítulosiguiente.

87 He hablado de las inconsistencias que se encuentran en el vocabulario marciano, sobre

todo en los primeros momentos. Muchas no son tal vez sino aparentes y se explicanporque, o bien Hélène o bien los auditores, a veces distinguían mal los sonidos que oían.No obstante, dando el beneficio al marciano en todos los casos dudosos, quedan algunosdonde muy ciertamente no hubo ninguna mala captación, y que revelan modificacionesen las palabras o sus sentidos precisos. Por ejemplo, en el texto 4, tout [todo] se dice is(ninguna vacilación posible sobre esta pronunciación ice), en tanto que a partir del

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texto 7, quince días después, se dirá definitivamente ié y al femenino iée (texto 24).Igualmente la palabra kiné petit [pequeño] (3) se ha traspuesto más tarde en Niké (20) yamiché mains [manos] (12) se convirtió en éméche main [mano] (23) a menos que sequiera ver en esta variación una flexión original para distinguir el plural del singular. Elartículo la, que se decía ci en el texto 2 (tal como Hélène lo oyó y escribió a lápiz yEsenale lo pronunció claramente en el momento de la traducción), más tarde seconvirtió en zi (27, 31). El adverbio là [allá] como consecuencia de la confusión verbal dela que di otros ejemplos, sufrió la misma suerte (comp. 4 y 40) y, además, figura como zéen el texto visual 26, lo que constituye una verdadera falta por parte de Astané, pues zéquiere decir siempre le [él/lo]. La negación ne, claramente articulada ké en los primerostextos, ha sido pronunciada y escrita kié a partir del texto 17, quizá para distinguirla deké que. En otros casos la falta de fijeza puede explicarse por el olvido momentáneo delverdadero equivalente francés y la sustitución de un sinónimo. Por ejemplo, la palabrainstant [instante] que se dice tensée (8 y 17) sirve también una vez (11) para traducirmûné, cuyo verdadero sentido es moment [momento] (34). Igualmente la palabratriménêni (15) probablemente habría debido ser traducida por entretenions

[conversábamos] antes que por comprenions [comprendíamos], pues, según lacontinuación del mismo pasaje (15) y otros textos diversos (8, 37) es el verbo seïmiré elverdadero equivalente marciano de comprendre [comprender]. Del mismo modo aunazini, traducido por alors [entonces], como patrinèz, parece más bien significar puis

[luego] o ensuite [a continuación] (17). Los ejemplos de inconsistencia total, es decir delempleo de dos palabras de fabricación absolutamente diferente para expresar la mismaidea, son raros. Encontraremos uno al comparar las dos ocasiones, con siete meses dedistancia, donde Esenale dice a su madre que il la reconnaît [la reconoce] (3) y il l’a

reconnnue [la ha reconocido] (15), siendo estas dos formas del mismo verbo expresadaspor dos palabras tan distintas como cévouitche e ilinée.

88 Otra clase de variación sale a la luz en la manera de traducir los monosílabos franceses

je, de, etc., cuando su e se elide y se reemplaza por un apóstrofe ante la palabrasiguiente. En los primeros tiempos, el marciano parece siempre tomar la palabrafrancesa completa, como unidad: tive d’un [de un], ilassuné m’approche [me acerca], zalisé l’élément [el elemento], mianiné t’enveloppe [te envuelve], méï t’ai [te he], etc. (passim para los quince primeros textos). Los últimos textos al contrario (desde el 29)hacen siempre la distinción entre dos palabras, y Esenale las separa en francés como enmarciano: ti mis de un [de un], lé godané me aider [ayudarme] zé bodri le os [el hueso], dianizié te envoie [te envía], etc. Hay pues una especie de progreso en la facultad deanálisis del filólogo marciano. Este progreso ha podido ser espontáneo, pero estoytentado de asociarlo en buena parte al menos a una discusión que tuve con Léopoldsobre el marciano, la confusión del artículo y del pronombre zé le [el/lo], etc. (vercapítulo siguiente); discusión que cayó precisamente en el intervalo entre esas dosseries de textos, y que debe haber llamado la atención subliminal de Hélène sobre elvalor propio de las partículas que la elisión hizo entrar, desde el punto de vista verbal,en la palabra siguiente. Este progreso analítico no suprime por otra parte ciertasinconsistencias, pues si podemos comprender zalizé l’élément, como la contracción delartículo zé y del sustantivo alisé (comp. textos 14 y 28), no nos explicamos la formaciónde ilassuné, méï, etc., pues me se dice cé y te di, ni el desacuerdo entre tive y ti mis.

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89 Sin duda podríamos alargar esta lista de contradicciones y variaciones. Pero, al fin y al

cabo, estas pequeñas imperfecciones se reducen a poca cosa, comparadas con lapermanencia general muy notable del vocabulario marciano.

5-Estilo

90 Quedaría por examinar el estilo. Si el estilo es el hombre, es decir no el entendimiento

impersonal y abstracto, sino el carácter concreto, el temperamento individual, elhumor y la vibración emocional, debemos esperar encontrar en el giro de los textosmarcianos el mismo sello especial que distingue las visiones, los sonidos de la lengua, laescritura, los personajes, en suma toda la novela, a saber la curiosa mezcla de exotismooriental y de puerilidad infantil de la que parece estar hecha la subpersonalidad de MlleSmith que opera en este ciclo. Es difícil pronunciarse en estas materias de impresiónestética vaga más bien que de observación precisa; pero, por mucho que yo lo juzgue,me parece que hay en efecto en la fraseología de los textos recogidos algo indefinibleque no responde mal al carácter general de todo este sueño.

91 Como evidentemente estas palabras están pensadas de entrada en francés, luego

travestidas en marciano por una sustitución de sonidos cuya elección, tal como lohemos visto a propósito de la tonalidad elevada de esta lengua, sufre y refleja ladisposición emotiva general, es naturalmente bajo su faz francesa que debemosconsiderarlos para juzgar su verdadero estilo. Por desgracia, no sabemos hasta quépunto la traducción ofrecida por Esenale es idéntica al original primitivo; ciertosdetalles parecen indicar que a veces hay divergencias. Sea como sea, se sienteclaramente que la forma literaria de la mayor parte de estos textos (considerados enfrancés) es más vecina de la poesía que de la prosa. Aunque algunos no estén en versospropiamente dichos, el gran número de hemistiquios que encontramos, la frecuencia deinversiones, la elección de términos, la abundancia de exclamaciones y de frasesentrecortadas, revelan en ellos una gran intensidad de emoción sentimental y poética.5 Encontramos el mismo carácter, con un fuerte matiz de originalidad exótica y dearcaísmo, en las fórmulas de saludo y de despedida (“sé feliz en este día”; “sobre ti tresadioses”, etc.) así como en muchas expresiones y giros de frases que recuerdan más alhabla nebulosa y metafórica del Oriente que a la seca precisión de nuestro lenguajecorriente (“él conserva un poco de tu ser”; “ese elemento misterioso, inmenso”, etc.)

92 Si ahora recordamos que en todas partes, en la historia literaria, la poesía precede a la

prosa, la imaginación viene antes que la razón y el género lírico antes que el didáctico,llegamos a una conclusión que concuerda con la de los párrafos precedentes. Es que,por sus giros y su estilo, la lengua marciana (o las frases francesas que le sirven deosatura) parece aportarnos el eco de una edad remota, el reflejo de un estado de almaprimitivo, del que hoy en día Mlle Smith se encuentra muy alejada en sus disposicionesmentales ordinarias y normales.

93 Habría muchos puntos de detalle por señalar en el estilo de los textos marcianos, que

varían notablemente siguiendo el personaje en juego, lo cual sucede por orden. Esenalehabla a su madre de otra manera que Astané a Simandini, y el lenguaje del enamoradoSiké es, como debe ser, mucho más florido (“sol de mis pensamientos”, etc.) que el delsabio astrónomo Ramié, si bien este último no tenga nada de la sequedad científica deaquí abajo y sea probablemente un émulo del señor Flammarion antes que delmalogrado Le Verrier. Pero estas observaciones me llevarían demasiado lejos. Me limito

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a una sola: el empleo de la palabra métiche –incuestionablemente derivada de nuestroMonsieur (v. texto 1) – en el sentido de hombre (textos 2, 7, 21, 33; en el texto 18 habríasido más acorde con la situación, sobre todo de parte de Esenale, el traducirlo comomonsieur). Me inclino a ver en esta confusión de dos sentidos muy distintos, no unaprueba de la supresión de toda desigualdad social en Marte, sino un recuerdo de latierna edad en que los niños todavía se refieren a todas las personas que ven en la calleo en los libros ilustrados como “señores, señoras”. Esto sería un pequeño indicio másdel origen infantil de la literatura marciana.

IV

94 El análisis precedente de la lengua marciana acaba de aportar su prueba a las

consideraciones que el contenido de la novela ya nos ha sugerido sobre su autor.Imaginar que desordenando los sonidos de las palabras francesas se crearáverdaderamente una nueva lengua capaz de soportar el examen, y querer hacerla pasarpor la del planeta Marte, sería el colmo de la presunción ingenua o de la imbecilidad sino se tratara simplemente de un rasgo de ingenuo candor muy digno de esta edad“feliz” (¡qué eufemismo tan frecuente!) donde las fuerzas vivas de la naturalezahumana se revelan a su manera contra las estúpidas crueldades de nuestros métodosescolares, y donde el pobre escolar saca el partido que puede de las largas horas declase librándose, entre otros juegos, a la creación de alfabetos secretos para cartearsecon sus compañeros de calabozo.

95 Todo el ciclo marciano nos pone en presencia de una personalidad infantil, exuberante

de imaginación, que comparte respecto a la luz, el color, y el exotismo oriental, lastendencias estéticas de la personalidad normal actual de Mlle Smith, pero contrastancon ella –fuera de su carácter pueril– por dos puntos a señalar. 1º Ella siente un placermuy especial con los jugueteos lingüísticos y la fabricación de idiomas inéditos (hemosvisto en el texto 33 una lengua ultramarciana mostrarse junto al marciano), mientrasque Hélène no tiene ni gusto ni facilidad para el estudio de las lenguas, que detestacordialmente y en las que nunca ha tenido éxito. 2º No obstante esta aversión, Hélèneposee cierto conocimiento ya sea real, ya potencial, del alemán –del que sus padres lehicieron tomar lecciones durante tres años– mientras que el autor del marcianoevidentemente no sabe más que francés. Es difícil, en efecto, creer que si este autorhubiese tenido aunque sea una noción de la lengua germánica, tan distinta de lanuestra por la construcción de la frase, la pronunciación, la existencia de tres géneros,etc., algunas reminiscencias no se habrían deslizado al menos en sus elucubraciones, yque con la preocupación de fabricar un idioma lo más alejado posible del francés sehaya abstenido de todo préstamo a las nociones de gramática extranjera en su poder.Infiero de esto que la subpersonalidad marciana que da prueba de una actividadlingüística tan fecunda, pero por completo sujeta a las formas estructurales de la lenguamaterna, representa un estado antiguo, y como una detención de desarrollo, anterior ala época en que Hélène comenzó el estudio del alemán.

96 Si pensamos, por otra parte, en la gran facilidad que el padre de Mlle Smith parece

haber poseído para las lenguas, debemos preguntarnos si no asistimos, en el marciano,al despertar y despliegue momentáneo de una facultad hereditaria, dormida bajo lapersonalidad normal de Hélène, que no la ha aprovechado de manera efectiva. Es unhecho de observación vulgar que los talentos y aptitudes saltan a veces una generación

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y parecen pasar directamente de los abuelos a los nietos olvidando el eslabónintermedio, que parece no haber heredado más que un vacío en lugar de la habilidadfamiliar. Sin embargo es necesario que este eslabón desfavorable posea tambiénaquellos dones –puesto que los transmite– bajo la forma de gérmenes adormecidos, devirtualidades no desarrolladas, de capital muerto en apariencia. Poco importa aquí elsustrato anatomo-fisiológico que representan en el organismo estas disposicioneslatentes, que esperan para eclosionar el terreno más propicio de algún descendientemejor o diversamente constituido; basta que de una u otra forma esas facultadesinvisibles estén presentes en el individuo, para comprender que estas puedanocasionalmente arrojar fugitivos destellos gracias a circunstancias excepcionales, talescomo los estados hipnoides. ¿Quién sabe si Mlle Smith, cediendo un día a un himeneoque haya obtenido finalmente el beneplácito de Léopold, no haría reverdecer con másintensidad las aptitudes políglotas de su padre, para felicidad de la ciencia, en unbrillante linaje de filólogos y de lingüistas de genio? Eso nos llevaría a pensar entoncesque el marciano de sus sonambulismos no era sino la manifestación anormal yrudimentaria de facultades de las que ella se encontraba como depositaria sinenterarse.

97 Entretanto, y sin siquiera invocar un talento especial latente en Hélène, podemos

atribuir el marciano a una supervivencia, o a un despertar bajo el latigazo de lashipnosis mediúmnicas, de esta función general, común a todos los humanos, que estáen la raíz del lenguaje y se manifiesta con tanta más espontaneidad y vigor cuantoremonta más alto hacia el nacimiento de los pueblos y los individuos. La ontogénesis,dicen los biólogos, reproduce concentrada y grosso modo la filogénesis; cada ser pasa poretapas análogas a las de la raza misma; y sabemos que los primeros tiempos de laevolución ontogenética, el período embrionario, la infancia, la primera juventud, sonmás favorables que las épocas ulteriores y la edad adulta para las reaparicionesefímeras de formas o tendencias ancestrales que no dejarían ya ninguna huella en el serque hubiera culminado su desarrollo orgánico.6 El “poeta muerto joven”, en cada unode nosotros, es solo el ejemplo más banal de estos regresos atávicos de tendencias yemociones que han acompañado los comienzos de la humanidad, que son privativos delos pueblos infantes, y que constituyen un brote de energía variable, en cada individuo,en la primavera de su vida, para fijarse o desaparecer tarde o temprano en la mayoría, amenos de tomar un nuevo impulso y adaptarse a condiciones superiores entre losverdaderos artistas. Todos los niños son poetas, y esto en la acepción original, la másextendida, del término: ellos crean, imaginan, construyen, y la lengua no es la menor desus obras. Por mucho que ella se amolde a las formas que el medio social le impone, sunacimiento y su desarrollo atestiguan una actividad “glosopoiética” poderosa que solopide ejercerse en el niño, luego se va debilitando con la edad.

98 Concluyo que el hecho mismo de la reaparición y desarrollo de esta actividad en los

estados marcianos de Hélène es un nuevo indicio de la naturaleza infantil, primitiva,retrógrada en cierto modo y desde hace mucho tiempo superada por su personalidadordinaria, de capas subliminales que la autohipnosis mediúmnica pone en ebullición enella y la hace subir a la superficie. Hay así una perfecta concordancia entre el carácterpueril de la novela marciana, las apariencias poéticas y arcaicas de su estilo, y lafabricación a la vez audaz e ingenua de su lengua inédita.

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NOTES

1. Si me objetaran que al marciano le falta el carácter esencial de una lengua –a saber, la

consagración práctica, el hecho de servir de medio de comunicación entre seres vivos– no

respondería como Mlle Smith, que después de todo no sabemos nada, sino que diría simplemente

que este aspecto social de la cuestión no nos interesa aquí. Incluso si el volapuk y el esperanto no

sirven todavía para nada, no dejan por ello de ser lenguas, y el marciano tiene sobre estas

construcciones artificiales la superioridad psicológica de ser una lengua natural,

espontáneamente creada sin la participación consciente, pensada y deseada, de una personalidad

normal.

2. No hace falta aclarar que, pese a las cifras seguidas de decimales, resultado natural de toda

estadística, este cuadro solo aspira a un valor aproximativo, considerando el grado de

arbitrariedad que afecta en ciertos casos la apreciación de los sonidos vocálicos (en particular

cuando se trata de las e). Creo, no obstante, que el resultado general está todavía por debajo de la

realidad en lo que concierne a la tonalidad elevada del marciano en relación con el francés, por el

hecho de que los nombres propios marcianos, muy ricos en e y en i, figuran tal cual en la

traducción francesa y han acrecentado indebidamente la proporción de estas vocales altas. Esta

estadística ha sido hecha antes de la llegada de los más recientes textos marcianos (36 a 39), que

por otra parte solo podrían modificarla de manera poco notable, y absolutamente insignificante

en cuanto al resultado general del cuadro II.

3. Nótense ciertas analogías con la escritura sánscrita. Compárense p. ej. la p y l marcianas con el

8 o ciertas t y d sánscritas.

4. [NT : En francés, la negación verbal es doble. El adverbio ne suele estar acompañado por otra

partícula negativa auxiliar como pas, guère o point.]

5. La misma nota reaparece en marciano en el uso frecuente de la aliteración, de la asonancia, de

la rima: misaïné, finaïmé, tanto de palabras terminadas en iné, etc.

6. Como ejemplo de la aplicación de este punto de vista biológico a la psicología, ver el muy

interesante y sugestivo estudio de M. G. Stanley Hall sobre los miedos, fobias y obsesiones

diversas, tan comunes en la infancia, que él explica fácilmente en su mayoría como

reproducciones momentáneas de estados mentales raciales, por así decir, de reminiscencias

atávicas de condiciones de existencia que datan de las primeras edades de la humanidad y aun de

la animalidad. A Study of Fears, American Journal of Psychology, t. VIII (enero de 1897), p. 147.

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