la mujer que siempre queria comprar

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LA MUJER QUE SIEMPRE QUERÍA COMPRAR Elena y Álvaro Mariluz era una mujer que estaba obsesionada porque siempre quería tener ropa. Todas las mañanas, después de desayunar, se vestía y cogía su bolso con su dinero, dejaba a su marido en casa, y tempranito se iba de compras, aunque tuviese algo importante, lo dejaba. Se recorría todas las tiendas.

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Historia disparatada.

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LAMUJERQUESIEMPREQUERÍACOMPRARElenayÁlvaro

Mariluz era una mujer que estaba obsesionada porque siempre quería tener ropa. Todas las mañanas, después de desayunar, se vestía y cogía su bolso con su dinero, dejaba a su marido en casa, y tempranito se iba de compras, aunque tuviese algo importante, lo dejaba. Se recorría todas las tiendas.

Ya podía ser cara la ropa que ella iba a seguir comprando. La gente que la conocía no se explicaba como podía comprar tanto porque estaba en paro. Decían: Esta mujer está loca, no entiendo como tiene marido, me sorprende esta mujer. Un día, de vuelta a casa, vio que en el monedero no tenía ni un duro y le preguntó al marido: “Cari, ve al banco a sacar dinero” y le contestó el marido: “no tenemos ningún dinero en el banco, te lo has gastado todo, solo queda el mío. Bueno Mariluz, me voy a comprar fruta al Mercadona, en un rato vengo”. El domingo por la mañana Mariluz se fue a comprar con el dinero de su marido; al rato, cuando llevaba 10 bolsas en el carrito, se le acabó el dinero y gracias a su cabeza, pensó: tengo que robar dinero ya que no tengo mas perras.

Entró en un banco ya de noche y con su cuerpo atractivo de 52 años distrajo al policía y así entró en la cámara donde se guardaba el dinero y lo cogió, de nuevo se encontró con el policía y haciéndose la sexy hizo lo mismo que antes y le dio resultado. Llegó a casa, y para que su marido no se diese cuenta de que tenía todo ese dinero, lo guardó en el trastero donde tenían sus bicicletas y como su marido bebía mucho vino y lo tenían arriba en casa, pues nunca bajaba. Y así Mariluz se salió con la suya y siguió con sus compras toda la vida, pero ella como era tonta, no se dio cuenta de que se gastaba mucho dinero en cosas que no eran como decían en los anuncios y en los escaparates.