la parábola de epulón y lázaro
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LA PARÁBOLA DE EPULÓN Y LÁZARO
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En aquellos días dijo Jesús esta
parábola:
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Era un hombre rico que vestía
de púrpura y lino, y celebraba
todos los días espléndidas
fiestas.
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Y uno pobre, llamado
Lázaro, que, echado junto a su
portal, cubierto de llagas, deseaba
llenarse de lo que caía de la mesa del
rico....
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pero hasta los perros venían y
le lamían las llagas
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Sucedió, pues, que murió el
pobre y fue llevado por los
ángeles al seno de Abraham.
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Murió también el rico y fue sepultado.
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Estando en el infierno, en medio delos tormentos, el rico levantó los ojosy vio a lo lejos a Abraham y a Lázarocon él en su regazo.
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Entonces gritó: «PadreAbraham, ten piedad de mí, ymanda a Lázaro que moje en aguala punta de su dedo y merefresque la lengua, porque meatormentan estas llamas.»
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Abraham le respondió:«Hijo, recuerda que túrecibiste tus bienes durantela vida,
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mientras que Lázarorecibió males”. Ahora élencuentra aquí consuelo ytú, en cambio, tormentos.
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Además, entre ustedes ynosotros hay un abismotremendo, de tal maneraque los que quieran cruzardesde aquí hasta ustedesno pueden hacerlo, ytampoco lo pueden hacerdel lado de ustedes alnuestro.»
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Epulón replicó: «Entonces teruego, padre Abraham, queenvíes a Lázaro a la casa de mipadre, pues tengo cincohermanos.:
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Que vaya a darles su testimoniopara que no vengan también ellosa parar a este lugar detormento.» Abraham le contestó:«Tienen a Moisés y a losprofetas: que los escuchen.» Elrico insistió: «No lo harán, padreAbraham; pero si alguno de entrelos muertos fuera donde ellos, searrepentirían.»
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Abraham le replicó: «Si no escuchana Moisés y a los profetas, aunqueresucite uno de entre losmuertos, no se convencerán.»