la posada del silencio nº 38, curso vi
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VÍDEO DE HOY:
Pueblo de Dios: Los inviernos al sol Menorca tiene una población de 90.000 habitantes que, en verano, con los turistas, prácticamente se
triplica hasta llegar a los 270.000. Cuando acaba la temporada alta, la mayoría de los hoteles echan el
cierre y el paro puede alcanzar tasas que superan el 30 por ciento. Atrás quedan los buenos tiempos en
los que la industria del calzado, la bisutería y la construcción generaban empleo. Su clima suave, la
tranquilidad de sus gentes y las pequeñas calas que la circundan son un reclamo para el turismo familiar.
Sin duda la principal fuente de ingresos en la isla.
Aulas de sangre en Pakistán
Los talibanes están dispuestos a imponer su ley y sacar de clase a las
niñas. ¿Qué hay más allá de la historia de Malala?
Así luchan otras chicas por su derecho a la educación en un país
disfuncional y caótico.
FOTOGALERÍA Escuelas bajo presión talibán
Ángeles Espinosa 16 DIC 2013 - 00:00 CET30
Devastación en la escuela Primary Government School Kadi. Los talibanes atacaron el centro en agosto
de 2012. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ
Los talibanes la hirieron cuando atacaron su escuela, pero su nombre no es Malala. Tampoco estudia en
las comarcas del noroeste de Pakistán donde aquellos extremistas intentan imponer su ley y apartar a
las niñas de la educación. Attiya Ali, de 11 años, acude a la Nation Secondary School de Ittehad Town, la
barriada de Karachi donde vive con su familia. Tiene mucho mérito que siga haciéndolo, porque el
tiroteo que mató al director de su colegio el pasado marzo le ha dejado con las piernas paralizadas. Ir a
clase se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo en ese país disfuncional y caótico.
“Quiero ser maestra”, ha declarado Attiya a la prensa local. “Para entonces, tal vez incluso pueda
andar”. De momento, después de pasar tres meses hospitalizada y otros dos en una camilla, se mueve
en silla de ruedas. A falta de recursos para un tratamiento de fisioterapia que le ayude a recobrar la
movilidad de las piernas, se ejercita en su casa con unas férulas ortopédicas y apoyándose en la pared
bajo la atenta mirada de sus padres y su hermano mayor, de 16 años. Ni él ni los otros cinco más
pequeños van ya al colegio, porque buena parte de las 15.000 rupias (unos 100 euros) mensuales que
gana el padre, Arshad Ali, se van ahora en medicinas para Attiya.
“No es que no quiera educarlos”, asegura el hombre.
La Nation Secondary School cobra 350 rupias mensuales a cada alumno. Incluso, esa modesta cantidad
constituye un obstáculo para muchas familias. La movilización de la sociedad civil logró que en 2010 se
introdujera un nuevo artículo en la Constitución que establece “la educación gratuita y obligatoria para
todos los niños de entre los 5 y los 16 años”. Aún no se ha desarrollado la legislación que permita
hacerlo realidad. Además, hay cientos de escuelas públicas fantasma que existen sobre el papel, pero
que nunca se han llegado a construir porque los funcionarios o los políticos locales se han quedado el
dinero.
Como los hermanos Ali, al menos 9,2 millones de niños paquistaníes de entre 5 y 12 años están sin
escolarizar, según el último informe de Unicef en el que se alerta de que Pakistán no va a ser capaz de
cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. Esos datos lo convierten en el segundo país
del mundo con más niños fuera de las aulas, después de Nigeria. De acuerdo con activistas locales por la
educación, la cifra se eleva a unos 23-25 millones si se toma como edad de referencia los 16 años.
Aproximadamente, el 60% son niñas. En Pakistán, un chico tiene un 15% más de probabilidad de
empezar la primaria que una chica. De hecho, entre los 5 y los 9 años, un 39% de las crías no están ni
siquiera matriculadas, frente a un 30% de los chavales.
“Las malas políticas educativas y la pobreza siguen siendo los obstáculos a la educación”.
Mahenaz Mahmud. Pedagoga defensora de la educación infantil
Attiya, sin embargo, no falta a clase. Siempre fue buena estudiante, y junto a su cama hay varios
premios por sus resultados académicos. Pero si necesitaba alguna motivación más, la obtuvo el día en el
que Malala Yousafzai visitó su escuela. Algunos vecinos creen que por eso los talibanes mataron a su
director. Una de las balas que dispararon alcanzó a la pequeña cuando trataba de recuperar un zapato
que perdió mientras las maestras intentaban que ella y sus compañeras se pusieran a salvo.
El incidente ha dejado huellas. Aunque la escuela reinició el curso a los pocos días, los alumnos tienen
miedo. Corren al menor ruido. Muchos padres han decidido que el riesgo no vale la pena, sobre todo en
el caso de las niñas. Su matrícula se ha reducido tanto que el nuevo director ha decidido suprimir el
segundo turno. Solo hay clases por las mañanas.
Es el objetivo de los violentos. Crear el terror. Lograr que, ante el peligro, los padres opten por dejar a
los niños en casa. Los extremistas lo plantean en términos de la lucha contra el Estado, pero eligen los
objetivos más fáciles y desprotegidos. Sin formación, la gente resulta más fácil de manipular. De ahí, el
desafío que supone Malala y el intento de asesinarla en octubre del año pasado, cuando salía de clase.
La muchacha, que a sus 16 años acaba de recibir el Premio Sájarov de la Unión Europea y ha estado
nominada para el Nobel de la Paz este año, alcanzó notoriedad cuando el Ejército echó a los talibanes
del valle del Swat en 2009. Entonces se reveló que era la autora de un diario en el que contaba cómo era
la vida bajo el control de los extremistas, publicado en la web de la BBC en urdu. Bajo el seudónimo de
Gul Makai y desde los 11 años, Malala había relatado con gran candor cómo iban aumentando las
restricciones hasta que finalmente cerraron todas las escuelas de niñas.
“Los talibanes han emitido una fetua que prohíbe ir a la escuela a todas las niñas”, escribió en una de las
entradas. “[Hoy] solo asistieron a clase 11 de las 27 alumnas. (…) Mis tres amigas se han ido a Peshawar,
Lahore y Rawalpindi con sus familias después del edicto”. La angustia que viven las pequeñas se cuela
cuando relata que una compañera le ha preguntado: “Por el amor de Dios, dime la verdad, ¿van a atacar
nuestra escuela los talibanes?”.
No era un miedo irracional. Un informe publicado por el Ejército en aquellas fechas aseguraba que los
talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco.
Cuando los militares pusieron fin a la tiranía de los talibanes en Swat, Malala utilizó su repentina fama
para promover el derecho a la educación, con especial énfasis en las chicas. Su activismo, dando
conferencias en escuelas de todo el país, fue reconocido por el Gobierno, pero no cayó bien entre los
extremistas. A pesar de desmentir que se opongan a la escolarización de las niñas, han seguido atacando
centros educativos, tal como prueban las imágenes de Diego Ibarra Sánchez que ilustran este reportaje.
Desde el atentado contra Malala, en el que también resultaron heridas sus compañeras Shazia Ramzan y
Kaniat Riaz Ahmed, decenas de colegios en Swat, Nowshera, Charsadda, Swabi, Peshawar y las regiones
tribales fronterizas con Afganistán han sufrido ataques de los extremistas. Sorprende la impunidad y la
frecuencia con las que actúan. Sorprende aún más que a pesar de las agresiones, los niños vuelvan a
clases que carecen de electricidad, de cristales en las ventanas, de aseos y, a veces, hasta de aulas, como
es el caso en esa Government Middle School atacada el pasado marzo, donde las lecciones se imparten
a la intemperie.
Pero la violencia talibán es solo uno de los muchos males que afectan al sistema educativo de Pakistán y,
por extensión, al Estado. De hecho, cuando se le pregunta a Mahenaz Mahmud, una veterana pedagoga
que ha dedicado su vida a promover la educación infantil, ni siquiera lo menciona. En su opinión, los
principales obstáculos son “la ausencia de voluntad política y años de mala gobernanza a nivel nacional,
provincial y local; las malas políticas educativas, y la pobreza, condiciones económicas y degeneración
social”.
Esos mismos problemas están en la raíz de que las escuelas privadas de Pakistán hayan prohibido el libro
de memorias de la joven activista, Yo soy Malala (Alianza Editorial, 2013). Los responsables arguyen que
no es bastante respetuosa con el islam porque cuando menciona el nombre del profeta Mahoma no
añade a renglón seguido la expresión “que la paz sea con él”, como es habitual entre los musulmanes
piadosos.
“En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”.
Pilar Aguilar. Responsable de educación de Unicef en Islamabad
“Malala fue un modelo para los niños, pero este libro le ha hecho controvertida. A través de él se ha
convertido en un instrumento en manos de las potencias occidentales”, declaró Kashif Mirza, el
presidente de la Federación de Escuelas Privadas de Pakistán. Desde fuera, da la impresión de que
simplemente han cedido a las presiones de los intransigentes para evitar riesgos.
En contra de lo que podría deducirse de las noticias, el mayor número de niños sin escolarizar no se da
en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y en las zonas tribales, entre cuya población pastún se halla la
espina dorsal del apoyo a los talibanes. Baluchistán, con un 34%, y Sind, con un 32%, presentan una
situación mucho más grave que aquellas, con un 26%, o que la más desarrollada, Punjab, donde solo un
16% de los menores de 10 años está fuera de las aulas. Más grave aún, según los datos recopilados por
Unicef, en Sind, un 40% de los matriculados no acuden a clase.
Una de las razones que los expertos apuntan es la mala calidad de la enseñanza pública. A menudo, los
niños acaban la educación básica sin ser capaces de escribir su nombre correctamente. Bela Jamil, una
activista social con una larga trayectoria en el terreno educativo, contó a EL PAÍS en mayo pasado que
“hay 32.000 escuelas en el país con solo uno o dos maestros cuya formación deja mucho que desear”.
Sabe de lo que habla porque trabajó durante varios años como directora general del Ministerio de
Educación.
Además, muchos padres no ven el sentido de escolarizar a sus hijos, debido a la falta de posibilidades de
continuar su formación. Al acabar primaria, después de cinco o seis años de asistir a clase, siguen siendo
obreros sin cualificar con parecidas perspectivas laborales que si no hubieran acudido al colegio. Así que
un 42,6% de los 190 millones de paquistaníes siguen siendo analfabetos, en especial en las zonas rurales
y más entre las mujeres.
“En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”, reconocía
Pilar Aguilar, la responsable de educación de Unicef en Islamabad, durante una reciente entrevista.
Según sus datos, aunque ha aumentado el número de escolarizados, siguen siendo muchos los que
abandonan durante los primeros cursos. De nuevo, casi la mitad de las niñas que empiezan la primaria
dejan las clases antes de acabar el ciclo.
Clase a oscuras, debido a los frecuentes cortes de luz, en la Government Middle School for Girls, de la
provincia de Khyber Pakhtunkhwa. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ
Mujer y pobreza son los dos principales indicadores de la exclusión educativa. En los hogares más
desfavorecidos de Pakistán, apenas un 45% de las niñas están matriculadas en los primeros ciclos de
primaria (frente al 80% entre la quinta parte más rica del país) y solo un 18% cursan el tercer ciclo (el
56%, entre las más acomodadas). Para los chicos, las cifras son el 56% y el 22,5%, respectivamente. Una
sociedad extremadamente conservadora, las costumbres tribales de parte de la población o su
interpretación rigorista de la religión se mencionan a menudo como origen de ese sexismo que, a todas
luces, lastra el desarrollo del país.
“Pakistán es un país enorme, con actitudes religiosas y sociales muy diversas”, matiza Mahmud en un e-
mail. “En la actualidad, las regiones del noroeste están en las noticias debido a los talibanes y al
terrorismo. Pero la religión no es realmente la causa; lo que impide la educación de las niñas en algunas
zonas de Khyber Pakhtunkhwa es la política de los talibanes”, defiende esta educadora. Además,
admite, “hay muchas otras razones económicas y logísticas por las que las chicas no van a la escuela en
otras zonas urbanas y rurales de nuestro país. Pero en los pueblos grandes y en las ciudades, las niñas sí
van al colegio”.
Un elemento que parece común a todo Pakistán es la diferente actitud que se adopta ante la educación
de mujeres y hombres. El sistema patriarcal imperante en las cuatro provincias y las regiones tribales
administradas federalmente hace que la sociedad no vea a las mujeres como fuente de sustento para la
familia, y, en consecuencia, carecen de estatus y valor social. De ahí que de forma tradicional se haya
dado una mejor formación a los hijos que a las hijas. Además, la segregación sexual en público restringe
la movilidad de las mujeres.
“En Baluchistán y Sind existe la costumbre de los matrimonios tempranos, lo que significa que las niñas
abandonan antes la escuela, pero hay también cuestiones de honor”, ha explicado a este diario Sadaf
Zulfiqar, una especialista en género de Unicef.
Entre ellas, Zulfiqar cita que muchas escuelas carezcan de retretes o muros a su alrededor para
mantener el purdah, como entre los musulmanes del sureste asiático se denomina al confinamiento de
las mujeres al espacio privado fuera de la vista de hombres que no sean de su familia. También, la
carencia de maestras, ya que muchos padres no aceptan que sean hombres quienes den clase a sus
hijas.
El asunto remite a la falta de emancipación de la mujer. Debido a las restricciones sociales y a la
inseguridad, pocas están dispuestas a desplazarse varios kilómetros hasta una escuela rural. Además, el
salario es muy bajo. Así que resulta muy difícil romper el círculo vicioso, de la educación de las niñas y
de la calidad de la educación para todos. Hasta ahora, Pakistán apenas invertía en educación un 2% de
su producto interior bruto (PIB), la cifra más baja de entre todos los países del sureste asiático y muy por
debajo de la media global (7%). El nuevo Gobierno de Nawaf Sharif, que tomó posesión el pasado junio,
ha anunciado que durante los próximos cinco años va a duplicar esa cifra. “Es una medida muy
importante que debería derivar en más acceso, mejor calidad y una reducción de las desigualdades en la
educación de las niñas, si se usa de forma adecuada”, asegura Zulfiqar en un e-mail.
La inmensidad de la tarea hace que otros expertos se muestren escépticos. Apuntan la necesidad de que
se combata la corrupción y se promueva la meritocracia, para que las familias valoren más la
importancia de educar a sus hijos. Pero sin cambios sustanciales en la consideración social de las
mujeres parece difícil que pueda conseguirse un sistema más igualitario que cierre la puerta a los
radicales violentos. “No hay fórmula mágica. Sociedades, tradiciones y actitudes no pueden cambiarse o
desarrollarse en un invernadero. Tenemos que arreglar nuestro país, solucionar sus problemas… y eso
lleva tiempo”, admite Mahmud.
Mientras tanto, la madre de Attiya, solo desea “volver a ver caminar” a su hija. La voluntad de esta,
como la de Malala, es el mayor triunfo sobre los retrógrados que niegan la educación a la mitad de la
infancia.
La apatía contribuye a la esclavitud
infantil: Satyarthi
16/12/2014
Oslo, Noruega. La apatía es el mayor obstáculo para eliminar el trabajo forzado infantil y el mundo
necesita la educación para reducir la intolerancia, dijo el premio Nobel de la Paz 2014, Kailash Satyarthi.
En Oslo, donde recibió el premio, Satyarthi dijo a Reuters que el problema no era la religión, sino las personas que buscaban ganancias económicas y políticas.
“La educación brinda tolerancia a las sociedades, lo que da paz, hermandad global y respeto mutuo por el otro”, dijo Satyarthi, de 60 años y originario de India.
“Debería existir una educación orientada a los valores con más valores humanos”, afirmó Satyarthi, quien ganó el premio este año junto a la
adolescente paquistaní Malala Yousafzai por su lucha contra la opresión de niños y por el derecho a la educación.
Naciones Unidas estima que alrededor de unos 150 millones de niños trabajan rutinariamente en labores con o sin pagas y los menores en el África subsahariana son los que corren mayor peligro. En la región, hasta un cuarto de los niños entre 5 y 14 años son obligados a trabajar.
“La mayor dificultad ha sido la apatía”, dijo Satyarthi. “La gente es cada vez más materialista y más consumista”, Existe una falta de compasión en el mundo por los más pobres y vulnerables de la sociedad.
Malala, quien recibió un disparo en la cabeza por parte de un combatiente talibán en el 2012 por reclamar el derecho a la educación de las niñas, ha dominado la cobertura del Nobel en los medios, pero Satyarthi dijo que no le importaba. Ambos compartirán el Premio de la Paz que recompensa su combate en favor de los niños.
“Nunca intenté estar en el centro de la atención, porque trabajo con niños que son en su mayoría invisibles”, dijo. “Mi causa también ha permanecido invisible durante años”, agregó.
Satyarthi, que dejó su carrera como ingeniero eléctrico en 1980 para convertirse en activista contra el trabajo infantil, ha encabezado varias formas de protestas pacíficas. Su organización no gubernamental Bachpan Bachao Andolan (BBA) ha liberado a más de 80.000 trabajadores infantiles en India en más de 30 años.
Kailash Satyarthi ha combatido en favor de los niños durante 30 años y estima que en la India aún existen unos 60 millones de trabajadores infantiles. Fuente: Reuters y AFP
QUÉ MUEVE A... ANNA FERRER
“Quería que mis hijos conocieran la
pobreza de primera mano”
La que fue durante cuatro décadas pareja y cómplice de Vicente Ferrer
continúa cultivando su sueño en común: que no haya más pobres Mariangela Paone Madrid 16 DIC 2014 - 18:03 CET1
Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer. / Ángel López Soto
Se dice que todos los padres quieren para sus hijos lo mejor. Anna Ferrer tuvo claro desde el principio lo
que esto significaba. "Todos mis hijos nacieron en Anantapur y siempre pensé que su mejor educación
era allí. Quería que conocieran de primera mano la pobreza. Todos sus amigos eran de comunidades
pobres. Creo que ha sido la mejor decisión que he tomado", cuenta la mujer que, durante cuatro
décadas, compartió junto a Vicente Ferrer el sueño de erradicar la pobreza en un país donde los últimos
de los últimos se cuentan a millones.
La serenidad con la que pronuncia la frase —y que tiñe toda y cada una de las anécdotas que relatará en
la charla, mantenida en una reciente visita a Madrid— es la de quien tiene la seguridad de haber elegido
el camino justo, el sendero de una vida dedicada a los demás. El mismo que quiso enseñarles a sus hijos
para seguir cultivando las semillas que su padre empezó a sembrar en los años sesenta en la India más
indigente. Aquella utopía que se hizo realidad a lo largo de los años y de la que ella se enamoró cuanto
apenas tenía 20, cuando, joven aprendiz de periodismo en la revista Current, en Bombay, acompañó a
un colega sénior para entrevistar al hombre que el Gobierno de la región india de Maharastra
consideraba como una amenaza por estar del lado de los campesinos. A partir de ahí la historia es
conocida: dos años más tarde de aquel primer encuentro, tras dejar el periodismo y sumarse al grupo de
voluntarios del proyecto del entonces jesuita Ferrer, Anna Perry, la joven nacida en la ciudad británica
de Essex en 1947, se convirtió en la señora Ferrer.
"No me pensé ni un minuto en el hecho de que dejaba Bombay para ir a Anatapur, que era un
semidesierto". Lo dice y se ríe, con la frescura de una veinteañera, 45 años después de haber dado aquel
paso. "Tardamos dos meses en tomar la decisión. Yo le dije que me iba a Bombay para pensar. Y cuando
llegué allí, nada más entrar en mi casa Vicente llamó por teléfono. 'Anna tienes que volver y tenemos
que casarnos'. Y cuando volví, me dijo: ‘Solo una condición...’. Y yo me imaginaba algo muy bonito. Él era
muy filósofo... Y la condición era: ‘Tienes que estar conmigo toda la vida’. Estaba un poco decepcionada.
[Se ríe]. Le dije sí, sí. Creo que temía que, teniendo 27 años menos que él, algún día me fuera. Pero yo
estaba tan segura de querer formar parte de su vida y de su trabajo… Nunca, nunca pensé: ¿cómo voy a
vivir en Anantapur? Ni que allí no había ni un médico, un hospital. Nunca pensé cómo voy a tener un
bebé aquí, cómo voy a dar a luz…”.
Poco a poco llegaron los médicos, y también un hospital, y luego dos… y hasta cinco. Y escuelas, miles de
escuelas, en las que incluir a niños ciegos y sordos y darles un futuro. Y decenas de miles de viviendas
para que los que la sociedad consideraba intocables tuvieran un hogar digno. Las actividades de la
Fundación Vicente Ferrer alcanzan hoy 3.093 pueblos y benefician a casi tres millones de personas.
A menudo se ha dicho, contando su historia, que Vicente era el visionario y Anna ponía el sentido
práctico. Lo uno sin lo otro no hubiera logrado los mismos resultados. ¿Nunca se enfadaban? "Sí,
siempre estábamos un poco así… Él era la persona que quería correr y yo la quería hacer las cosas muy
bien. Pero, poco a poco, aprendimos… Yo pensaba que tenía que tener una escuela bien organizada
antes de abrir otra; pero Vicente no me daba esta oportunidad. Él ya tenía los fondos para otras 10. Y yo
descubrí que podía llevar las 10. Y a lo largo de los años él comprendió un poco mejor la complejidad de
la administración".
Una administración que cada vez es un poco más complicada, a medida que se amplían los proyectos
existentes y se incluyen nuevos. "Queda mucho por hacer. Se dice que la India es un país emergente.
Pero hay 400 millones de personas que viven sumidas en la pobreza. La fundación trabaja siempre en
dos líneas. Mejorar los proyectos que ya tiene y emprender nuevos. Estamos ahora en una nueva zona
con poblaciones tribales que han vivido miles de años en el bosque. Desde hace 10 años el Gobierno les
anima a salir del bosque. Están atrapados entre la tradición y la vida moderna. Están exactamente como
era Anantapur hace 30 años. No están escolarizados, no tienen acceso a sanidad, y la esperanza de vida
es 45 años. Luego están los programas VIH/sida. Antes no había ni antiretrovirales… y ahora hay que
animar a todos los pacientes a tomar los medicamentos todos los días. Hay mucha discriminación y
muchos huérfanos. Tenemos dos orfanatos con 100 niños y 800 niños con VIH/sida en Anantapur.
Tenemos que cuidar de estos niños y asegurar que estudien y tengan un futuro. Y está el proyecto
contra la violencia de género. Tenemos una de las pocas casas para mujeres maltratadas en India; y
luego…". Mientras enumera las muchas tareas pendientes, el cansancio acumulado en sus días de gira
por España desaparece y sus ojos claros se encienden. A sus 67 años tienen aún mucha labor por hacer
en su país. Porque India es, definitivamente, su país. "Yo soy 98% india, el 2% británica", dice. Y, de
nuevo, se ríe. Envuelta en su sari sólo la delata la extrema claridad de su piel.
"Cuando llegué allí me sentí en casa. Lo mismo decía Vicente". Llegó con 16 años. "Era una chica como
cualquier otra. Era una persona con mucha compasión. Era tímida y buena estudiante, y nunca había
pensado en viajar. Y entonces, mientras estaba cursando el bachillerato, mi hermano, con su mujer y un
bebé de un año, decidió hacer una aventura, una vuelta al mundo con un todoterreno. Y muy
espontáneamente dije que sí, que me gustaría ir con ellos”. Cruzaron Francia, Italia, la antigua
Yugoslavia, Grecia, Turquía, Irak, Afganistán… "Salimos en abril y llegamos a India en julio. Y luego nos
faltó dinero. Y mi hermano decidió parar allí para trabajar. Luego se estableció en Guyarat y me
preguntó qué iba a hacer. No sabía si tenía que volver a Inglaterra. Y él me dijo: ‘No, Anna. Tú puedes
seguir con tus estudios en Bombay. Y otra vez, muy espontanea –¡es que tenía 16 años!- dije que sí".
El resto ya es historia. Pero si tiene que explicar por qué finalmente se quedó en Anantapur, la respuesta
es tan sencilla que asombra: "Era y soy una persona muy feliz. Y quería tener la oportunidad de hacer
felices a los demás".
Francisco, la salvación es un corazón
humilde que se confía de Dios
2014-12-16 Radio Vaticana
Dios salva un corazón arrepentido, mientras quien no se confía en Él atrae a sí mismo la condena.
Lo ha subrayado el Papa Francisco en su homilía matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta.
La humildad salva al hombre ante los ojos de Dios, la soberbia lo hace perderse. La llave está en el
corazón. Aquel del humilde es abierto, sabe arrepentirse, aceptar una corrección y se confía en Dios.
Aquel soberbio es exactamente el opuesto: arrogante, cerrado, no conoce la vergüenza, es impermeable
a la voz de Dios. El pasaje del profeta Sofonías y aquel del Evangelio sugieren al Papa Francisco una
reflexión paralela. Ambos textos, observa, hablan de un juicio del cual dependen salvación y condena.
La situación descrita por el profeta Sofonías es aquella de una ciudad rebelde, en la cual no obstante,
hay un grupo que se arrepiente de los propios pecados: esto, subraya el Papa, es el “pueblo de Dios”
que tiene en sí las “tres características” de “humildad, pobreza, confianza en el Señor”. Pero en la ciudad
están también aquellos que, dice Francisco, “no han aceptado la corrección, no han confiado en el
Señor”. A ellos les tocará la condena:
“Estos no pueden recibir la salvación. Ellos están cerrados a la salvación. ‘Dejaré en medio de ti un
pueblo humilde y pobre; confiará en el nombre del Señor’ para toda la vida. Y esto hasta hoy, ¿no?
Cuando vemos al santo pueblo de Dios que es humilde, que tiene sus riquezas en la fe en el Señor, en la
confianza en el Señor – el pueblo humilde, pobre, que confía en el Señor: y estos son los salvados y éste
es el camino de la Iglesia ¿no? Debe ir por este camino, no por otro camino que no escucha la voz, que
no acepta la corrección y no confía en el Señor”.
La escena del Evangelio es aquella del contraste entre los dos hijos invitados por el padre a trabajas en
la viña. El primero, rechaza, pero luego se arrepiente y va; el segundo dice sí al padre, pero en realidad
lo engaña. Jesús cuenta esta historia a los jefes del pueblo, afirmando con claridad que son ellos que no
han querido escuchar la voz de Dios a través de Juan y que por esto, en el Reino de los cielos serán
superados por publicanos y prostitutas, que en cambio han creído en Juan. Y el escándalo suscitado por
esta última afirmación, observa el Papa, es idéntico a aquel de tantos cristianos que se sienten “puros”
sólo porque van a misa y hacen la comunión. Pero Dios, dice Francisco, tiene necesidad de otra cosa:
“Si tu corazón no es un corazón arrepentido, si no escuchas al Señor, no aceptas las correcciones y no
confías en Él, tienes un corazón no arrepentido. Estos hipócritas que se escandalizaban de esto que dice
Jesús sobre los publicanos y las prostitutas, pero luego, a escondidas, iban a buscarlos o para desahogar
sus pasiones o para hacer negocios – pero todo a escondidas – eran puros. Y a estos el Señor no los
quiere".
Este juicio “nos da esperanza” asegura el Papa Francisco. Con tal de que se tenga el coraje de abrir el
corazón a Dios sin reservas, donándole también la “lista” de los propios pecados. Y para explicarlo, el
Papa recuerda la historia de aquel santo que pensaba de haberle dado todo al Señor, con extrema
generosidad:
“Escuchaba al Señor, hacía todo según su voluntad, daba al Señor y el Señor: ‘Pero tú todavía no me has
dado una cosa’. Y el pobre era tan bueno y dice: ‘Pero Señor, ¿qué cosa no te he dado?’ Te he dado mi
vida, trabajo para los pobres, trabajo para la catequesis, trabajo aquí, trabajo allá…’ ‘Pero tú no me has
dado algo todavía’. ¿Qué, Señor?’ ‘Tus pecados’. Cuando nosotros seamos capaces de decir al Señor:
‘Señor, estos son mis pecados – no son de aquel, de aquel…son los míos. Tómalos Tú y así yo estaré
salvado - cuando nosotros seremos capaces de hacer esto, nosotros seremos aquel hermoso pueblo,
‘pueblo humilde y pobre’, que confía en el nombre del Señor. El Señor nos conceda esta gracia”.
(MCM-RV)
¡Con Jesús, la alegría está en casa!, el
Papa Francisco en el Ángelus
2014-12-16 Radio Vaticana
(RV).- (actualizado con texto completo) “Jesús es nuestra alegría y estamos llamados a
testimoniarla”, son palabras del Papa en el tercer domingo de Adviento, llamado también
gaudete de la alegría, antes de rezar la oración mariana. Cientos de fieles, sobre todo niños, llenaron la
plaza de San Pedro como suele suceder todos los domingos, pero hoy se respiraba un ambiente
especial: casi todos llevaban en sus manos la figurita del Niño Dios que pondrán en su pesebre la noche
del 24, para que Francisco los bendijera.
Recibido con una gran ovación cuando se asomó a la ventana del Palacio Apostólico, antes de rezar el
Ángelus, Francisco reflexionó sobre la felicidad a la que aspiramos cada uno de nosotros, y sobre la
alegría de los cristianos de ser llamados a testimoniar, porque “Jesús mismo es nuestra alegría”. Y
recordó que todos los bautizados estamos llamados a ayudar a los demás a descubrirla, o a
redescubrirla, si hubiera sido olvidada. Se trata de una “misión bellísima”, enfatizó. “Jesús no es un
personaje del pasado, es la palabra de Dios que hoy continúa a iluminar el camino del hombre, y sus
gestos -los sacramentos- son la manifestación de la ternura, de la consolidación y del amor del Padre
sobre cada ser humano”.
Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa saludó detalladamente a los distintos grupos de peregrinos
y les pidió a todos que cuando oren delante del pesebre, se acuerden de él “igual que yo me acuerdo de
ustedes”, aseguró. Hablando sobre la importancia que tiene la oración en el día a día, Francisco explicó
que se les iba a entregar un libro de oraciones, para los diferentes momentos de la jornada y de las
situaciones de la vida.
"¡Con Jesús, la alegría está en casa!", repitió el Papa e hizo repetir a todos los presentes en diferentes
momentos.
(MZ-RV)
Texto completo de las palabras del Papa a la hora del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, queridos niños, queridos jóvenes ¡buenos días!
Desde hace ya dos semanas el Tiempo de Adviento nos ha invitado a la vigilancia espiritual para
preparar el camino del Señor, Señor que viene. En este tercer domingo la liturgia nos propone otra
actitud interior con la cual vivir esta espera del Señor, es decir, la alegría. La alegría de Jesús, como dice
aquel cartel allí, en la plaza: “Con Jesús la alegría está en casa”. He aquí, nos propone la alegría de Jesús.
El corazón del hombre desea la alegría. Todos deseamos la alegría, cada familia, cada pueblo aspira a la
felicidad. ¿Pero cuál es la alegría que el cristiano está llamado a vivir, está llamado a testimoniar? Es
aquella que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde cuando Jesús entró en
la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad recibió el germen del Reino de Dios, como un
terreno que recibe la semilla, promesa de la futura cosecha. ¡No es más necesario buscar en otro lugar!
Jesús vino a traer la alegría a todos y para siempre. No se trata de una alegría solamente esperada o
postergada al Paraíso: aquí en la tierra estamos tristes pero en el Paraíso seremos dichosos. ¡No, no!
¡No es ésta! Sino una alegría ya real y experimentable ahora, porque Jesús mismo es nuestra alegría, y
nuestra casa con Jesús es alegre, como decía aquel cartel vuestro: “Con Jesús la alegría está en casa”. Y
sin Jesús ¿hay alegría? ¡No!¡Bravo! Él está vivo y es el Resucitado y obra en nosotros y entre nosotros,
especialmente con la Palabra y los Sacramentos.
Todos nosotros bautizados, hijos de la Iglesia, estamos llamados a acoger siempre nuevamente la
presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar a los otros a descubrirla, o a redescubrirla en el caso
de que la hubieran olvidado. Se trata de una misión bellísima, similar a aquella de Juan Bautista: orientar
la gente a Cristo - ¡no a nosotros mismos! – porque es Él la meta hacia la cual tiende el corazón del
hombre cuando busca la alegría y la felicidad.
De nuevo San Pablo, en la liturgia de hoy, indica las condiciones para ser “misioneros de la alegría”: orar
con perseverancia, dar siempre gracias a Dios, secundar su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal (cfr 1
Ts 5, 17-22). Si esto será nuestro estilo de vida, entonces la Buena Noticia podrá entrar en tantas casas y
ayudar a las personas y a las familias a descubrir que en Jesús está la salvación. En Él es posible
encontrar la paz interior y la fuerza para afrontar cada día las diversas situaciones de la vida, también
aquellas más pesadas y difíciles. Nunca se ha escuchado de un santo triste o de una santa con cara de
funeral. ¡Jamás se ha escuchado! Sería un contrasentido. El cristianos es una persona que tienen el
corazón rebosante de paz porque sabe poner su alegría en el señor también cuando atraviesa los
momentos difíciles de la vida. Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener la fuerza de
afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Y ésta es la paz que Dios dona a sus hijos.
Con la mirada dirigida a la Navidad ya cercana, la Iglesia nos invita a testimoniar que Jesús no es un
personaje del pasado; Él es la Palabra de Dios que hoy continúa iluminando el camino del hombre; sus
gestos – los Sacramentos – son la manifestación de la ternura, de la consolación y del amor del Padre
hacia todo ser humano. La Virgen María, “Causa de nuestra alegría”, nos haga siempre dichosos en el
Señor, que viene a liberarnos de tantas esclavitudes interiores y exteriores.
Palabras del Papa después de la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, me he olvidado de cómo era aquella frase: “Con Jesús…”, a ver
veamos, “Con Jesús la alegría está en casa”. Todos juntos: “Con Jesús la alegría está en casa”.
Los saludo a todos ustedes, familias, grupos parroquiales y asociaciones, que han venido desde Roma,
Italia y de tantas partes del mundo. En particular, saludo a los peregrinos de Civitella Casanova, Catania,
Gela, Altamura y a los jóvenes de Frosinone.
Al saludar a los fieles polacos, me uno espiritualmente a sus connacionales, a toda Polonia, que hoy
encienden la “vela de Navidad” y reafirman el compromiso de solidaridad, especialmente en este “Año
de la Caritas” que se celebra en Polonia.
Y ahora saludo con afecto a los chicos venidos para la bendición de los “Niñitos”, organizada por el
Centro di Oratori Romani. Pero enhorabuena, ¡eh! Ustedes lo han hecho muy bien, han estado muy
alegres aquí en la plaza, ¡enhorabuena! Y ahora llevan el pesebre bendecido. Queridos niños, les
agradezco por su presencia y les deseo ¡Feliz Navidad! Cuando recen en casa, delante de su pesebre,
acuérdense también de mí, de rezar por mí, como yo me acuerdo de ustedes. La oración es el respiro del
alma: es importante encontrar momentos en la jornada para abrir el corazón a Dios, también con las
simples y breves oraciones del pueblo cristiano. Para esto, hoy he pensado en hacerles un regalo a todos
ustedes que están aquí, en la plaza, una sorpresa, un regalo. Les daré un pequeño librito de bolsillo que
reúne algunas oraciones, para los varios momentos de la jornada y para las diversas situaciones de la
vida. Es esto. Algunos voluntarios los distribuirán. Tomen uno cada uno y llévenlo siempre con ustedes,
como ayuda para vivir toda la jornada con Dios. Y para que no nos olvidemos de aquel mensaje tan
bonito, que ustedes han hecho con el cartel ¿cómo era? “Con Jesús, la alegría está en casa”. Otra vez:
“con Jesús, la alegría está en casa”, ¡Bravo!
A todos ustedes un cordial deseo de un feliz domingo y de buen almuerzo. No se olviden, por favor de
rezar por mí. ¡Hasta pronto! ¡Y tanta alegría!
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual)
Presentación del Informe Final de la
Visita Apostólica a los Institutos de Vida
Consagrada de las Religiosas en Estados
Unidos
Ciudad del Vaticano, 16 diciembre 2014(VIS).-Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación del Informe Final de la Visita Apostólica a los Institutos de Vida Consagrada de las Religiosas en Estados Unidos.
Han intervenido en el acto el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica; el arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.M., Secretario de la misma congregación; Sor Mary Clare Millea, A.S.C.J., Directora de la Visita Apostolica en Estados Unidos; Sor Sharon Holland, I.H.M., Presidente de la “Leadership Conference of Women Religious” (LCWR); Sor Agnes Mary Donovan, S.V., Coordinadora del “Council of Major Superiors of Women Religious” (CMSWR) y el Padr Thomas Rosica, C.S.B., Asistente del comité de la visita.
El cardenal Braz de Aviz, explicó que la Visita inició debido a la toma de conciencia de que la vida religiosa apostólica en los Estados Unidos estaba experimentando retos difíciles y que a pesar de que sabían que una iniciativa de esa envergadura no estaría exenta de límites, deseaban conocer más profundamente la aportación de las mujeres religiosas a la Iglesia y la sociedad, así como las dificultades que ponían en peligro la calidad de su vida religiosa y, en algunos casos, la existencia misma de los institutos.
''Nuestro informe final sobre la Visita está dirigido -agregó- a las religiosas de los Estados Unidos, así como a los pastores y fieles de la Iglesia. Además de la publicación de este informe general, nuestro Dicasterio enviará informes individuales a los institutos que recibieron una
visita en su sede y a aquellos institutos cuyos informes individuales mostraron áreas de interés. También enviaremos cartas de agradecimiento a los institutos que participaron en las dos primeras fases de la Visita. Somos conscientes de que la Visita Apostólica fue vista con aprensión por algunas religiosas, así como de la decisión, por parte de algunos institutos, de no colaborar plenamente en el proceso. Si bien para nosotros fue motivo de amargura, aprovechamos ahora la oportunidad para expresar nuestra voluntad de entablar un diálogo respetuoso y fructífero con los institutos que no cooperaron plenamente con la Visita''.
El purpurado reveló a continuación que el Papa Francisco ha pedido a su dicasterio, en estrecha colaboración con la Congregación para los Obispos, que actualice el documento curial Mutuae Relationes relativo a la colaboración entre obispos y religiosos, ''de acuerdo con la voluntad de la Iglesia de promover la comunión eclesial que todos deseamos''. Y concluyó manifestando su alegría por las muchas y recientes declaraciones de Francisco sobre la contribución indispensable y singular de las mujeres a la sociedad y a la Iglesia. ''Os aseguro -dijo- que esta Congregación se compromete a colaborar para que la determinación de Francisco de que "el genio femenino" encuentre expresión en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales. Vamos a seguir trabajando para que las religiosas competentes participen activamente en el diálogo eclesial con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia''.
A continuación el arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.M., precisó que los dicasterios de la Santa Sede autorizan regularmente visitas apostólicas, que implican el envío de uno o varios visitadores para evaluar una entidad eclesiástica con el fin de ayudar al grupo en cuestión a mejorar la forma en que se lleva a cabo su misión en la vida de la Iglesia .''Sin embargo de alguna manera, esta visita apostólica no tenía precedentes -matizó- Se trataba de 341 institutos de religiosas que se dedican al ministerio apostólico y que tienen un generalato, una casa provincial o un programa de formación inicial en los Estados Unidos. Tanto los institutos diocesanos como los de derecho pontificio, a los que pertenecen aproximadamente 50.000 religiosas en los Estados Unidos, formaron parte de la Visita. Cada provincia de institutos que tuviera más provincias en Estados Unidos se consideró como una unidad independiente, por lo cual la Visita tocó 405 entidades. Nuestro Dicasterio nombró a una religiosa estadounidense, Madre Mary Clare Millea, ASCJ, como Visitadora Apostólica, otorgándole las facultades para proyectar y llevar a cabo la Visita. Ella, por su parte, eligió un grupo de colaboradores religiosos y americanos que la ayudó durante todo el proceso''.
La Visita se llevó a cabo entre 2009 y 2012 y se dividió en cuatro fases. En la primera fase, 266 superioras generales (78% del total ) entablaron un diálogo personal con el Visitador o Visitadora. Posteriormente, se pidió a todas las superiores mayores que completasen un cuestionario con datos concretos e informaciones sobre la calidad de la vida espiritual, comunitaria y apostólica del Instituto. Las visitas in situ se realizaron sobre una muestra representativa de 90 institutos religiosos, cerca de la mitad de los institutos religiosos femeninos de vida activa en Estados Unidos. En la fase final, la Visitadora presentó al dicasterio un informe general sobre las principales cuestiones y tendencias en la vida religiosa de las mujeres en los Estados Unidos. Sin la presunción de aplicar esas tendencias a cada instituto, las mismas han sido lo suficientemente significativas para justificar su mención en el informe.
''El documento que hoy presentamos -señaló el arzobispo- es la respuesta de la Congregación al Informe General de la Visitadora. Tras una breve introducción, se describe la razón de ser y se ofrece una visión general del proceso de la Visita. A continuación, se tratan brevemente las principales cuestiones evaluadas en el curso de la misma: datos concretos, carisma e identidad, vocación y formación religiosa, la oración centrada en Cristo, la vida comunitaria y el apostolado, el gobierno y la gestión financiera, la colaboración en la misión evangelizadora de la Iglesia y la comunión eclesial. Sobre cada uno de estos temas se da un punto de referencia en la forma de una breve exposición de la enseñanza actual de la Iglesia sobre el tema examinado. Sigue un resumen de la evaluación global de la Visitadora sobre la realidad. La tercera parte de cada sección contiene las recomendaciones de la Congregación para los institutos religiosos con respecto al tema en cuestión''.
Mons. Rodríguez Carballo añadió que cualquier resumen oral de la Visita Apostólica empobrecería su contenido y facilitó, en cambio, las web donde se puede leer el informe completo (www.vatican.va, www.uisg.org, www.vidimusdominum.org, www.lcwr.org, www.cmswr.org, www.usccb.org) indicando que el texto se enviará también a todos los Institutos religiosos objeto de la visita.
Por su parte, la Visitadora, Sor Mary Clare Millea ASCJ, dijo que la Visita había proporcionado muchas oportunidades ''para la reflexión, el diálogo y la comunión entre las religiosas en los Estados Unidos, así como con los pastores de la Iglesia y los fieles laicos. Las superiores de las congregaciones, incluyendo las que inicialmente habían expresado resistencia a esta iniciativa, estuvieron de acuerdo en que el proceso ha dado resultados positivos sorprendentes, tales como: la confrontación honesta con el poder transformador de la Palabra de Dios, las conversaciones espirituales profundas con nuestras hermanas acerca de la vida, el testimonio y el mensaje de nuestras fundadoras y fundadores, la profundización en los documentos de la Iglesia sobre la vida consagrada, el incremento de la solidaridad entre las religiosas y el renovado deseo de ir más allá de las actitudes que nos impiden estar en comunión unos con otros, una maravillosa gratitud expresada a las religiosas por obispos, clérigos y laicos, que se ha traducido en nueva fuente de energía y recursos entre nosotros y ha despertado un renovado interés en la promoción de las vocaciones a la vida religiosa''.
Mons. José Rodríguez Carballo anima a
los religiosos del mundo a “mirar el
futuro con esperanza”
2014-12-16 Radio Vaticana
(RV).- El Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de
Vida apostólica, monseñor José Rodríguez Carballo invita a los religiosos del mundo a “mirar el futuro
con esperanza” en ocasión del reporte final de la visita apostólica a las religiosas de EEUU (LCWR).
Este documento aborda el carisma y la identidad de los institutos religiosos, la promoción de las
vocaciones, la formación religiosa y la llamada a la centralidad de Jesús en la vida religiosa. Además
profundiza en la vida comunitaria, la oración de los religiosos con la Iglesia, el servicio de la autoridad, la
comunión eclesial y la colaboración en la evangelización en la misión de la Iglesia.
Monseñor Rodríguez explica la relevancia de que este hecho ocurra al inicio del año de la Vida
Consagrada: “Efectivamente coincide el reporte final con el año de la vida consagrada. De todos modos
creo que la coincidencia es accidental, es decir, se hace ahora porque se terminó ahora”.
“Esta visita fue muy amplia, muchos institutos han sido involucrados en esta visita y entonces llevó
mucho tiempo la visita, pero también llevó mucho tiempo la lectura y el análisis de las respuestas.
Entonces se terminó ahora, una feliz coincidencia, sin duda, con el año de la vida consagrada”.
“Nosotros queremos lanzar un mensaje de esperanza. La vida consagrada no está muerta en EEUU y
tampoco en otras partes, ciertamente se nota una disminución de vocaciones -este es un tema muy
complejo que llevaría mucho tiempo analizarlo- pero esto no indica que esté muerta, al contrario, hay
muchos signos de vida, hay muchos signos que nos hablan de que Dios sigue llamando y que hombres y
mujeres siguen dando una respuesta generosa en la vida consagrada”.
“Por eso, yo diría que el mensaje que queremos dar con este informe final de la visita a las hermanas de
EEUU coincide con el tercer objetivo del Año de la Vida Consagrada: Mirar al futuro con esperanza,
reconociendo con gratitud el pasado… el gran trabajo que han realizado y siguen realizando las
hermanas en EEUU y en otros puntos geográficos, sobre todo en el campo de la educación y de la
sanidad, naturalmente este futuro con esperanza pasa con vivir el futuro con pasión”.
Por su parte, el director de la Oficina de Prensa y de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi agradeció
la labor que realizan las religiosas en EEUU y en todo el mundo. “Un evento excepcional para nosotros
de atención a la vida consagrada y permítanme por favor destacar a conclusión de esta visita
apostólica… Nuestra admiración, nuestra estima, nuestra gratitud para las religiosas de los EEUU. Por lo
que han hecho, por lo que hacen y por lo que continuarán haciendo y también a todas las religiosas del
mundo. Muchas gracias”.
Para Radio Vaticano, MTC.
El clamor silencioso de los migrantes en
Estados Unidos llega al Papa
El cineasta guatemalteco Luis Argueta entregó a Francisco dos
documentales que registraron con crudo realismo, las paradojas del
fallido sistema de inmigración estadounidense Andrés Beltramo Álvarez
Ciudad del Vaticano “Los migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”. Esa frase es la herencia más
valiosa para Pedro Arturo López Vega, un niño nacido en Estados Unidos. Su madre guatemalteca se la
repetía constantemente, hasta que fue detenida y deportada tras la redada antiinmigración más
controvertida en la historia reciente de su país. Su historia y el clamor silencioso de otros tantos
hispanos llegó hasta el Papa Francisco, gracias al cineasta Luis Argueta.
También guatemalteco de origen, Argueta saludó al pontífice el pasado 10 de diciembre en la Plaza de
San Pedro. En esa ocasión le entregó copias de sus documentales “AbUSAdos” y “Abrazos”. Ambos
registran, con crudo realismo, las paradojas del fallido sistema de inmigración estadounidense.
“Cuando me preparaba para venir a Roma me preguntaba, ¿qué le digo al Papa? ¿Qué le digo? La
respuesta me la dio un niño, Pedrito. Él me respondió: Dile lo que me dijo siempre mi madre, que los
migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”, contó el director en entrevista con el Vatican Insider.
Pedro es uno de los protagonistas de “AbUSAdos”, que documentó las consecuencias de la redada de
Postville, una pequeña localidad del estado de Iowa. El 12 de mayo de 2008 más de 900 agentes del
Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a bordo de carros blindados y helicópteros arrestaron a 389
personas, la mayoría de Guatemala y de México. Los acusaron de numerosos cargos criminales, entre
ellos el robo de identidad. Apenas tres semanas después los deportaron. Gastaron en la operación 5.2
millones de dólares.
En Nueva York, donde vive y trabaja, Argueta leyó la noticia. No podía creer semejante movimiento
policial para detener a simples trabajadores, aunque ilegales. Entonces decidió trasladarse a Postville y
permanecer allí unos cuatro días. Su idea original era filmar cinco o seis entrevistas, para subirlas a
internet como parte de su colección “Las voces del silencio”. Pero aquel viaje cambió su vida.
“Yo que soy un hombre que ha tenido poca fe en mi vida, me doy cuenta que los migrantes me
regalaron la fe, me abrieron el corazón a la posibilidad de creer. Mi vida cambió a partir de esa primera
visita y ahora me dedico a contar las historias de los migrantes”, confesó. Lo que iba a ser apenas un
viaje, se convirtió en 27.
Con su cámara registró el miedo, la desconfianza, la prepotencia, el abuso, la incomprensión y la
injusticia que existen en torno a un fenómeno del cual no se habla en Estados Unidos. “Todos sabían
que en Postville había trabajadores indocumentados, pero nadie hablaba de eso, era mejor así”, dijo
uno de los numerosos entrevistados para el documental.
“¡Esto hay que contarlo!”, pensó Argueta. Por eso, una ver terminada “AbUSAdos”, emprendió una gira
por universidades, escuelas, centros comunitarios y sociales de todo el país. Promovió debates y
reflexiones colectivas. En un poblado de Minnesota, Worthington, conoció a Lisa Kremer, activista
católica fundadora de la organización “Familias juntas”.
Gracias a la experiencia de aquella mujer nació “Abrazos”, el segundo documental. En él quedaron
registradas las emociones de varios niños nacidos en Estados Unidos que por primera vez viajaron a
conocer a sus familiares directos en Guatemala. Sus padres, con problemas legales, jamás los habían
podido llevar.
Para el cineasta guatemalteco, sus documentales buscan no sólo denunciar sino también sensibilizar,
inspirados –de alguna manera- en la “cultura del encuentro” propuesta por el Papa Francisco.
Por eso ya está trabajando en una tercera película, que también deje constancia de los estadounidenses
que acompañan a los migrantes. Se llamará “La vuelta en U” e incluirá relatos de migrantes que han
podido acceder a la visa “U”, reservada para los indocumentados víctimas de delitos y que deciden
colaborar con la justicia.
“Quiero tocar el corazón de las personas para que cambien sus formas de pensar. La única forma de
lograr eso es estando frente a frente con los migrantes, conociéndolos como seres humanos y
reconociéndonos a nosotros mismos en ellos, perdiéndoles el miedo. Eso pasa con los estadounidenses
y también con los guatemaltecos, que ignoramos su contribución, tenemos unas ideas erróneas sobre
ellos. Hay que educar a unos y a otros”, apuntó.
Y agregó: “La Iglesia puede ser determinante para alcanzar la reforma migratoria en Estados Unidos. No
sólo la católica, también los luteranos o incluso los bautistas han puesto este tema en su agenda
pastoral. Hoy la clave son los hijos de los migrantes, ellos son estadounidenses, son el presente y el
futuro del país. A muchos les debe interesar hablar sobre la necesidad de no fragmentar a las familias,
sobre este clamor”.
Hannah Arendt
Más allá de la filosofía
Escritos sobre cultura, arte y literatura
Edición de Ángela Lorena Fuster, Fina Birulés
Traducción de Ernesto Rubio
Bajo el título de Más allá de la filosofía se ofrece una serie de textos de Hannah Arendt, en su mayoría
inéditos en lengua castellana, que dan a conocer el importante papel que en sus reflexiones desempeñan la
crisis de la cultura, la poesía, el arte y la narración literaria. Al recoger trabajos y artículos redactados casi
a lo largo de una vida, esta colección permite descubrir la articulación del estilo de su autora, la
genealogía de algunos de sus conceptos más relevantes y de ciertos temas que atraviesan toda su obra.
Los materiales aquí reunidos tienen un carácter heterogéneo debido a que fueron escritos con distintos
propósitos, en tiempos muy diversos, publicados en dos continentes y en dos lenguas distintas por una
mujer que no se cansó de insistir en que lo importante, lo verdaderamente esencial, es reflexionar a partir
de la experiencia. Entre estos materiales encontramos ejercicios de pensamiento, notas para conferencias,
partes de sus libros, discursos de recepción de premios, obituarios y, en fin, reseñas tanto de escritos de
amigos como de obras por las que no siente afinidad alguna. A través de esta variedad de géneros,
despunta una nueva perspectiva sobre el pensamiento de Hannah Arendt con la que también emergen las
siluetas de autores como Rainer Maria Rilke, Bertolt Brecht, Hermann Broch, W. H. Auden o Nathalie
Sarraute, que ella supo trazar de manera singular.
Dentro de los estudios publicados por Editorial Trotta dedicados al pensamiento filosófico femenino cabe
destacar la edición del libro de Ana Bundgaard Más allá de la filosofía. Sobre el pensamiento filosófico-
místico de María Zambrano (2000).
Simone Weil
Echar raíces
Presentación de Juan-Ramón Capella
«Echar raíces quizá sea la necesidad más importante e ignorada del alma humana. Es una de las más
difíciles de definir. Un ser humano tiene una raíz en virtud de su participación real, activa y natural en la
existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos
del futuro. [...] El ser humano tiene necesidad de echar múltiples raíces, de recibir la totalidad de su vida
moral, intelectual y espiritual de los medios de que forma parte naturalmente».
Simone Weil
«L’Enracinement es, con las Leyes y la Política platónicas, y alguno de los mejores frutos de la literatura
utópica, una de las obras políticas más difíciles de soportar para el sentido común» (Manuel Sacristán
Luzón).
«Este libro pertenece a esa categoría de los prolegómenos de la política que los políticos raramente
leen, y que muchos de ellos difícilmente podrían comprender ni sabrían cómo aplicar» (T. S. Elliot).
«No estamos realmente ante un idealismo ético, sino ante un minimum realista para una sociedad en la
que el hombre cuente» (José Jiménez Lozano).
Mi solución al hambre
El Mundo | Alberto Vázquez-Figueroa
Desde mediados del siglo pasado sequías cada vez más frecuentes, prolongadas e inclementes han
venido afectado al Sahel, un territorio de más de cinco mil kilómetros de largo por quinientos de ancho,
que se extiende desde el Océano Índico al Atlántico, incluyendo a países tan pobres como Somalia,
Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania. Millones de personas mueren cada año, especialmente
niños, y como el hambre y la sed llevan a la desesperación se ha generado un imparable flujo de
emigrantes hacia un continente europeo que no sabe cómo contener tan desbordante avalancha pese a
invertir fortunas en vigilancia costera o vallas de alambre espinoso.
Ver los cadáveres de cuantos mueren intentando atravesar el desierto, los cuerpo flotantes de cuantos
no consiguen alcanzar las costas de la tierra soñada o la carne lacerada por cuchillas de acero de cuantos
pretenden saltar esas vallas desgarra muchos corazones, y debido a ello personas caritativas, naciones
comprometidas y organizaciones humanitarias intentan paliar ese hambre a base de enviar a Somalia,
Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania toneladas de arroz, harina, maíz, judías o lentejas.
TOÑO BENAVIDES
Pero como el ser humano ha evolucionado a lo largo de milenios y no es ni una cabra ni una gallina,
expulsa los granos tal como los ingirió. Para convertirlos en digeribles necesita agua y fuego, y por lo
tanto lo que en realidad se está haciendo es multiplicar el problema, a imagen y semejanza de aquellos
médicos que practicaban sangrías a los enfermos de anemia. Ello viene a significar que cada día que
pasa se añade miseria a la miseria.
Solemos ver en la televisión a una pobre mujer cocinando con cuatro tristes ramas -e incluso utilizando
excrementos de animales puesto que los árboles y arbustos también han ido desapareciendo por culpa
de la sequía- pero no advertimos que parte del agua se evapora mientras intenta que el arroz se ablande
hasta volverse comestible.
Para nosotros un casi invisible vapor que se pierde carece de importancia, pero para una mujer
subsahariana es vida que escapa hacia la nada; la vida de sus hijos que no podrán beber al día siguiente.
Y se puede sobrevivir dos semanas sin comer, pero tan solo tres días sin beber.
Para volver digerible una taza de arroz se necesitan dos tazas de agua y como consecuencia suele ocurrir
que tales alimentos a menudo se desperdician debido a que una pobre mujer que ha recibido un par de
kilos de arroz o maíz se ve obligada a caminar durante horas bajo un sol abrasador consumiendo más
energías de las que va a obtener a cambio de su carga y sabiendo que carece de agua o combustible.
No resulta extraño que al fin opte por desprenderse de su carga y que unos alimentos que ha costado
mucho producir, empaquetar y transportar a miles de kilómetros de distancia acaben siendo pasto de
cabras, pájaros o lagartijas porque no hemos sido capaces de comprender que, pese a la buena voluntad
de donantes y cooperantes, dichos alimentos no son los adecuados.
Otro de nuestros grandes errores estriba en enviar al Sahel leche en polvo visto que los bebés no
pueden digerirla si no se mezcla con un agua que suele estar contaminada, por lo que la mayoría de los
menores de un año no mueren de hambre sino de disentería.
La máxima autoridad en la materia, Josué de Castro, afirmaba en su injustamente olvidado libro,
Geografía del Hambre, que el hambre aguda provoca apatía, indiferencia y falta de ambición. Tal
comportamiento está considerado como desidia o una especie de melancolía racial, pero su principal
causa es un hambre crónica, ya que la deficiencia en ciertas vitaminas comienza por embotar el apetito
y cuando el individuo no sufre hambre física ha perdido su mayor estímulo: la necesidad de comer.
Los hombres cazadores y más tarde los hombres agricultores vivieron durante milenios respetando a la
naturaleza pero en menos de doscientos años los hombres industriales arruinaron la labor de sus
antecesores. Y para colmo han irrumpido en escena los hombres cibernéticos incapaces de ver más allá
de lo que no se encuentre en una pantalla, ya que como algún descerebrado ha llegado a asegurar: «Lo
que no esté en internet, no existe», sin caer en la cuenta que las máquinas tienen memoria y dan
respuestas pero carecen de sentimientos y por lo tanto ni sueñan, ni imaginan. Ninguna pantalla se
conmueve a la hora de mostrar a personas que sufren ya que por su interior no corre sangre, sólo
plasma.
A la vista de ello, los esfuerzos se han centrado en la búsqueda de fórmulas que reduzcan de forma
notable las tres variables que conforman la raíz del problema del hambre en el Sahel: alimentos, agua y
combustibles. Y en esa búsqueda no se ha recurrido al manido argumento: «No le regales un pez a un
hambriento; enséñale a pescar». De poco sirve enseñarle a pescar a un subsahariano puesto que en el
Sahel no hay peces ya que por no haber, ni tan siquiera hay mar. Y además resulta muy difícil aprender
con el estomago vacío. Lo primero que se debe hacer para conseguir que la mente de un niño se
desarrolle es proporcionarle las vitaminas que necesita su cerebro.
Mucho antes del descubrimiento de América, incas, mapuches y patagones, es decir, los primitivos
pobladores de la costa del Océano Pacífico, ya habían advertido que los granos de maíz previamente
tostados y después molidos duraban más, consumían menos agua, eran extremadamente resistentes al
ataque de gorgojos o cualquier otro tipo de plagas y resultaban mucho más alimenticios que si primero
se molían y luego se tostaban.
También descubrieron que la harina resultante consumía menos agua al ser amasada, por lo que
convirtieron el ñaco en la base de su dieta, costumbre que aún se mantiene en algunos países del Cono
Sur. Es rico en calorías, contiene al menos siete vitaminas y resulta más nutritivo que la carne.
Paralelamente, a miles de kilómetros de distancia y sin haber mantenido aún ningún contacto con ellos,
en la costa Atlántica de África los bereberes y los guanches prehispánicos también habían comprendido
las ventajas de tostar cualquier tipo de grano -trigo, cebada, centeno e incluso judías o lentejas- antes
de molerlo, dando lugar a lo que acabó llamándose gofio, y que continuó siendo parte importante de su
dieta, máxime desde que se incorporó el maíz procedente de América. Durante mi infancia, y como
canario, no concebía la vida sin gofio, pero resulta evidente que proporcionárselo en polvo a los
habitantes del Sahel no resolvería sus problemas puesto que continuarían necesitando agua.
No obstante tales problemas se reducen de forma harto considerable si previamente se ha mezclado
con agua y con otros ingredientes hasta convertirlo en una pasta compacta de textura semejante a la
masa de pan y que se envía envasada al vacío.
Si se ha mezclado con leche, queso o frutos secos se puede comer directamente y resulta muy útil a la
hora de socorrer con eficacia y rapidez a víctimas de inundaciones, guerras o terremotos. Sin embargo,
si se ha mezclado con jugo de carne o de pescado, necesita combustible que permita convertir esa masa
en algo verdaderamente útil.
El Sahel carece de combustibles, pero la radiación directa anual supera los 2.000 kwh/m2 y la
temperatura sobre superficies oscuras pueden alcanzar los 150º, por lo que una plancha metálica negra
expuesta al sol absorbe tanto calor que en poco tiempo vuelve comestibles la mayor parte de los
alimentos. Camellos, cabras, burros y lagartos lamen las rocas antes del amanecer puesto que la enorme
diferencia de temperatura entre el día y la noche -en ocasiones de más de 30º- las han cubierto de un
rocío que les ayuda a calmar la sed.
Resulta lógico aceptar que uniendo todos esos elementos -granos tostados antes de ser molidos, metal
negro y agua de rocío- se consigue reducir de forma sustancial el hambre en los países del Sahel.
Se debe proporcionar a las familias bandejas de metal negro y brillante, con un reborde de no más de
dos dedos de ancho.
Y ese reborde debe contar con un único agujero.
Por el día como plancha de cocina que aprovecha la energía solar y dándole la vuelta como horno.
Por las noches actuará como recogedor de rocío.
Colocando la bandeja con una diferencia de inclinación de unos quince centímetros, con su único
agujero en la parte inferior y bajo él un recipiente, se consigue que a partir de la medianoche la escarcha
comience a depositarse sobre el metal que se está enfriando, las gotas de agua resbalen y acaben en el
recipiente evitando de ese modo que se evaporen con la llegada del calor.
Si en el interior de la bandeja se colocan ramas con abundantes hojas, la superficie capaz de captar las
gotas de escarcha y acabar en el recipiente aumenta de forma considerable. Es un sistema parecido al
que utilizaban los aborígenes herreños para recoger el agua del árbol Garoé.
Un efecto semejante se obtendría extendiendo sobre la bandeja un estropajo metálico.
La cantidad de agua obtenida dependerá de varios factores pero sea la que sea es agua no contaminada
con la que preparar biberones de leche en polvo sin miedo a que los niños mueran.
Esa leche se templará sobre esa misma bandeja ya expuesta de nuevo al sol.
Alberto Vázquez-Figueroa es escritor. Acaba de publicar su última novela, Hambre (Ediciones B).
La era de los impostores
El País | Mario Vargas LLosa
En estos días, el personaje más mediático en España es el “pequeño Nicolás”, un joven veinteañero que,
desde que era un adolescente, se las arregló, embaucando a medio mundo, para hacerse pasar por
amigo de la realeza, de grandes empresarios, autoridades y políticos de alto vuelo y del servicio de
inteligencia, todos quienes le habrían encargado delicadas e importantes misiones. Lo extraordinario del
caso es que buen número de estos personajes se tragaran sus patrañas, lo recibieran, lo escucharan y (al
parecer) hasta lo gratificaran por sus servicios. En la era del espectáculo en que vivimos, el histrión es el
rey de la fiesta.
Javier Cercas acaba de publicar un libro, El impostor, consagrado a Enric Marco, el más notable
embaucador de nuestro tiempo y, acaso, de todos los tiempos. Su historia dio la vuelta al mundo hace
nueve años cuando un pertinaz historiador, Benito Bermejo, reveló que Marco, presidente de la
asociación que agrupaba a los sobrevivientes españoles de los campos de exterminio nazis, que había
publicado libros, artículos, ofrecido cientos de conferencias en colegios, universidades y había hecho
llorar a los congresistas refiriendo en el Parlamento español los horrores indecibles que padecieron él y
sus compañeros en aquellos mataderos humanos, era un fabulador de polendas que nunca estuvo en
alguno de esos campos nazis y se había inventado de pies a cabeza esa heroica biografía de resistente
republicano, exiliado y prisionero de la peste parda hitleriana. Enric Marco, ya muy conocido por sus
campañas a favor de mantener viva la memoria histórica del Holocausto, se hizo todavía mucho más
famoso, dentro y fuera de España, como autor de la más formidable patraña del siglo.
El libro de Cercas es varios libros a la vez, pero, ante todo, una pesquisa rigurosa y maniática para
desentrañar lo que es verdad y lo que es mentira en la vida pública y privada de Enric Marco. Descubre
muchas cosas: que las imposturas de Marco arrancan en su misma juventud, atribuyéndose un pasado
de luchador republicano y de resistente anarquista en los primeros años de la dictadura franquista, y
que ellas jalonan toda su existencia. Pero, también, que estas mentiras en cadena están casi siempre
enhebradas con verdades, experiencias vividas a las que él coloreó, exageró, matizó y disminuyó para
hacer más persuasivas las ficciones con que fue adobando constantemente su escurridiza biografía. No
descubre todo porque la manera como ficción y realidad se confunden en la vida de Enric Marco es
inextricable.
¿Por qué dedicar tantos esfuerzos a esta tarea? ¿Sólo por la fascinación que provoca en él la audacia
embustera del personaje, esa novela viviente que es Enric Marco? Sin duda, pero, también, porque
probablemente nunca nadie antes de él ha encarnado las relaciones entre ficción y realidad de una
manera tan absoluta y excelsa. Todos los seres humanos soñamos con ser otros, con escapar a las
estrechas fronteras dentro de las que discurre nuestra vida; por eso y para eso existen las ficciones —las
novelas, las películas, los dramas, las óperas, las series televisivas, etcétera—, para satisfacer
vicariamente el hambre de irrealidad que nos habita y nos hace soñar con vidas mejores o peores que la
que estamos obligados a vivir. Enric Marco consiguió, gracias a su audacia, su talento transformista y su
falta de escrúpulos, ser, como en el poema de Rimbaud, uno mismo y otro (“Je est un autre”). Además
de una incisiva investigación periodística, el libro de Cercas es un sutil ensayo sobre la naturaleza de la
ficción y el modo como puede infiltrarse en la vida y trastornarla.
Y es, asimismo, un buceo personal y dramático sobre las responsabilidades morales de un escritor que,
como él, intenta, a través de lo que escribe, entender las razones profundas del personaje cuya historia
reconstruye. ¿Comprender a Enric Marco no es en cierto modo justificarlo, rehabilitarlo, dar
verosimilitud y consistencia a las razones que él esgrime con tanto empeño contra quienes lo condenan,
diciendo que sí, cometió un gran delito, pero lo hizo por una razón valedera y superior, para dar más
fuerza y publicidad a las atrocidades del Holocausto, para despertar en las nuevas generaciones un
sentimiento de espanto contra los crímenes del nazismo, reivindicar y desagraviar a sus víctimas, esos
millones de seres humanos sacrificados en los campos de exterminio, 9.000 de los cuales fueron
españoles?
Cercas no quiere que este impostor desmesurado le resulte simpático y, para que nadie se equivoque al
respecto, lo abruma de epítetos condenatorios a cada paso. También se los lanza a la cara al propio
Marco, quien, aunque usted no lo crea, se prestó a concederle muchas horas de entrevista para
facilitarle su trabajo inquisitorial, y, a cada momento, le recuerda que no escribirá este libro para
defenderlo ni atenuar su culpa, sino para desentrañar la pura y terrible verdad, es decir, para hundirlo
del todo en la ignominia moral. Lo más notable es que quien gana la partida que se disputa en este libro
incandescente no es el rectilíneo Cercas sino el delictuoso Marco.
El excelente novelista que es Javier Cercas olvidó, fascinado como estaba con el tema y materia de su
libro, que las buenas novelas convierten a los malos siempre en buenos, porque aquellos terminan
siempre por despertar en el lector (y, aunque no lo quiera, en el propio narrador) un atractivo
irresistible que vence y destruye sus reservas o principios éticos o políticos y los transforma en empatía.
El libro que él ha escrito es, aunque él no quisiera que lo sea, una (magnífica) novela sobre un personaje
fuera de lo común, un ser ontológicamente novelesco que tiñe la vida de ficción, un fantaseador
taumatúrgico que irrealiza la realidad con su audacia ilimitada. El héroe del libro no es quien lo relata
sino el genial embaucador, el espantoso e inverosímil Enric Marco. Él, sólo él. Comparado con la
peripecia prodigiosa que le permitió dejar de ser la minucia humana que era y convertirse en un gigante,
qué pequeñito y olvidable parece el aguafiestas de su historia, el decente y honesto historiador Benito
Bermejo que, sin siquiera beneficiarse con ello y hasta recibiendo por su altruista tarea buen número de
ataques, lo desenmascaró, guiado sólo por su amor a la verdad y su repugnancia por las mentiras
históricas.
Vivimos una época en que los embaucadores nos rodean por todas partes y la inmensa mayoría de ellos
—banqueros, autoridades, dirigentes políticos y sindicales, jueces, académicos— miente y delinque para
enriquecerse, sórdido designio vital, sin que sus historias trasciendan las previsibles trapacerías del
ratero vulgar. Por lo menos, Enric Marco lo hacía con horizontes más amplios y, sí, por qué no, menos
egoístas. La verdad es que nunca se lucró con sus mentiras y las sostuvo y defendió con una energía
admirable, trabajando como un verdadero galeote y, es cierto, haciendo tomar conciencia a muchos
jóvenes, y a buen número de hombres y mujeres maduros, de lo que significaron los campos de la
muerte del nazismo y de la obligación cívica de reivindicar a sus víctimas. ¿Que Marco era, que es, un
narciso codicioso de publicidad, un ávido mediópata, obsesionado por salir siempre en la foto? Sin la
menor duda. Pero su enfermedad es una enfermedad de nuestro tiempo, la de una cultura en la que la
verdad es menos importante que la apariencia, en la que representar es la mejor (acaso la única)
manera de ser y de vivir.
La ficción ha pasado a sustituir a la realidad en el mundo que vivimos y, por eso, los mediocres
personajes del mundo real no nos interesan ni entretienen. Los fabuladores, sí. No es de extrañar que en
una época así, el “pequeño Nicolás” y el gigantesco Enric Marco hayan sido capaces de perpetrar sus
fechorías, perdón, quiero decir sus proezas. La culpa no es de los novelistas, ellos sólo cuentan las
historias que les gustaría vivir a sus lectores.
Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2014.
© Mario Vargas Llosa, 2014.
La condición sombría: filosofía y terror Carlos Javier González Serrano
16 diciembre, 2014
“Es tentar al hombre dejarle elegir”, aseguraba Sade
La colección “Hispanica Legenda” de Plaza y Valdés Editores nos tiene acostumbrados a títulos tan
dispares, inquietantes y atractivos como Soñando monstruos (Vicente Serrano), El ajedrez y la filosofía
(Francisco J. Fernández) o Infierno horizontal (Ana Carrasco Conde). En esta ocasión nos sorprenden con
un volumen que, en palabras del autor (el filósofo y profesor Antonio Castilla Cerezo, traductor del
injustamente desconocido Carlo Michelstaedter), tiene por objetivo “pensar el terror”: La condición
sombría.
A pesar de que la filosofía ha intentado en los últimos decenios acercarse a la parte más tenebrosa del
alma humana, escrutando asuntos como el horror, la perversión o el miedo, lo cierto es que tanto en el
ámbito académico como en el campo ensayístico o divulgativo, se ha vedado la entrada al terror como un
tema de escasa relevancia teórica. Sin embargo, como apunta Castilla Cerezo, su importancia reside en
que “el terror destruye en un instante lo que ha sido construido lenta, trabajosamente. No se detiene ante
nada. El terror es esencialmente traidor”, aunque también excepcional.
Desde los más tempranos albores del pensamiento (oriental y occidental), la humanidad se ha asombrado
ante la posibilidad del mal, de cometer actos que, de una forma u otra, atentan contra lo que cabe esperar
de nosotros. Ya explicaba Goethe en su Fausto, en boca de las sirenas, que los hombres inspiran una
suerte de pena y estupefacción por cuanto podrían llegar a ser, conformándose con parecer sombras de su
potencialidad.
La felicidad va a parar a la plebe y a los de natural despreciable: por el contrario, subyugar desastres y
terrores humanos es propio del grande hombre. Ser siempre dichoso y pasar la vida sin dentelladas en el
espíritu es, de cierto, desconocer el otro lado de la naturaleza. Eres un gran hombre: pero ¿cómo lo sé, si
la muerte no te da ocasión de demostrar tu valor? (Séneca, Sobre la providencia, 4).
Como escribía Thomas Ligotti en La fábrica de pesadillas (obra de la que Castilla Cerezo se ocupa
prolijamente, junto a Poe, Sade, Plotino, Leibniz, Schopenhauer, Kant, Shakespeare, Nietzsche, Mary
Shelley y un largo etcétera), “el tema más viejo, quizá el único, es el del saber prohibido. Y ningún saber
prohibido consoló nunca a su dueño”. El conocimiento del mal esconde uno de estos tabúes
epistemológicos, pues “la mera posibilidad de tal conocimiento introduce una monstruosa y perversa
tentación que troca los tranquilos placeres de la existencia mundana por las luces brillantes de la
alienación, la perdición y, en algunos casos extraños, la condenación eterna”, sentencia Ligotti.
Se preguntaba Plotino: “¿con cuál de las facultades que hay en nosotros podemos conocer la naturaleza
del mal?”
El lector encontrará en este volumen un magnífico ensayo sobre las formas que el terror adopta, ha
adoptado y puede adoptar en su camino hacia la conquista definitiva no sólo del ánimo humano, sino de
cualquier realidad existente. Su amenaza siempre planea, acechante y muy real, como una sombra que
hay que combatir permanente y violentamente. En su Frankestein, Mary Shelley escribía que
¿Por qué presume el hombre de una sensibilidad mayor a la de las bestias, cuando esto sólo consigue
convertirlos en seres más necesitados? Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo,
seríamos casi libres.
Como se cuestionaba Plotino en sus Enéadas, “¿cómo puede uno imaginarse el mal como forma, si es por
ausencia de todo bien por lo que se vislumbra el mal? Si se responde, porque la ciencia de los contrarios
es la misma y porque el mal es contrario al bien, la ciencia del bien será la misma que la del mal,
entonces, a los que se dispongan a conocer el mal, les será preciso penetrar en el conocimiento”.
Con un estilo ameno y accesible para cualquier público interesado en las constantes asechanzas del terror
y su relación con la filosofía, acompañado del rigor propio de una obra de mayúscula altura intelectual,
Antonio Castilla Cerezo ha logrado confeccionar un ensayo –a caballo entre el pensamiento, la historia y
la literatura– en el que se dan cita personajes tan dispares como Blanchot, Goethe, Heidegger, Foucault,
Platón, Derrida, Freud o Hobbes. El objetivo: apoderarse, en la medida en que sea posible, de las
alargadas garras del terror, de “un temor que nada puede suprimir” (como reza uno de los capítulos del
libro).
La condición sombría. Terror y filosofía es un libro para disfrutar, para adentrarse en los más enrevesados
y oscuros pasillos del mal, para cobrar consciencia de que quizá el bien y la bondad no sean más que otra
cara (más amable, más disimulada) del terror.
La voz descalza de Santa Teresa y San
Juan de la Cruz
MJ / 2 días ago
El cantautor leonés Amancio Prada (1949) prepara un recital que espera estrenar “pronto”, en 2015, con
versos de los místicos por excelencia, como son santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
El recital, que lleva por título “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan de la Cruz”, está integrado
por ocho nuevas canciones que ha compuesto de la monja reformadora, que se unen al “Vivo sin vivir en
mí” que creó hace tres décadas para formar una novena, según ha indicado antes de recibir la medalla de
la Academia de Juglares de Fontiveros (Ávila), localidad donde nació Juan de Yepes en 1542.
Coincidiendo con los 423 años que hoy se han cumplido del fallecimiento del místico carmelita, Amancio
Prada ha sido nombrado, además, miembro de la Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la
Diputación de Ávila, en un acto en el que ha recibido su medalla de juglar de manos de la escritora
Asunción Escribano, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), juglar saliente.
En este marco, Amancio Prada ha recordado, en declaraciones a los medios, que lleva desde la década de
1970 en “compañía” de san Juan de la Cruz, desde que, viviendo en una buhardilla de París (Francia),
comenzó a leer el “Cántico Espiritual” del santo “con los ojos y con los oídos”.
“Fue un flechazo a primera vista o a primer oído”, porque creyó que “lo más conveniente” era cantar las
palabras de San Juan de la Cruz, al que ha definido como “el más alto poeta en lengua hispánica”, algo
que queda patente en el hecho de ser el místico patrón de los poetas.
No obstante, ha señalado que “San Juan nunca dijo la palabra poesía o verso en sus obras”, pues “hablaba
de canciones y coplas que solía pensar y cantar cuando iba descalzo entre el sol y la fuente”.
Aunque lo ha considerado uno de los poetas fundamentales en la literatura, no ha dudado Amancio Prada
en afirmar que “la poesía es semilla antes que fruto”, de modo que “tiene todo el tiempo del mundo para
ser descubierta y saboreada”.
Prada, que se ha incorporado hoy a la veintena de miembros que forman parte de la Academia de Juglares
de Fontiveros, entre quienes se encuentran Clara Janés, Luis Alberto de Cuenca y Luis López Anglada, ha
adelantado que “en una especie de rapto o trance” ha compuesto ocho nuevas canciones de Santa Teresa.
La “novena” dedicada a la santa, en alternancia con otras tantas canciones de san Juan de la Cruz,
integran el recital “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan”, que el cantautor ha admitido que está
“deseando estrenarlo”, ya sea “en Fontiveros o en Ávila”, aunque “sería un buen marco” la
conmemoración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-2015).
Fuente: EFE
Este video recoge un momento del concierto que dio Amancio Prada el 24 de mayo de 2013 en el claustro
del convento de Santa Clara de Carmona, con motivo de la presentación del número 28 de la revista de
creación Palimpsesto.
Amancio Prada y San Juan de la Cruz
San José de Ávila. La primera fundación
MJ /
El teatro de Alba de Tormes fue el escenario elegido para la
presentación del número 59 de “Salamanca. Revista de Estudios. La huella de Teresa de Jesús”. El
acto tuvo lugar el pasado viernes, día 12 de diciembre, a las 19h.
Se trata de un volumen dedicado de manera monográfica –pero desde múltiples perspectivas– a Teresa de
Jesús, con motivo de la celebración del V centenario de su nacimiento. Está editado por la Diputación de
Salamanca.
Agradecemos la deferencia de permitirnos reproducir aquí uno de los trabajos publicados en la revista. Se
trata de un estudio sobre cómo se desarrolló la fundación de San José de Ávila, la primera de todas, y que
supondría el nacimiento del carmelo descalzo.
El artículo ha sido realizado por Sonsoles Sánchez-Reyes, doctora en Filología inglesa y licenciada en
Derecho. Trabaja como profesora en la Escuela Universitaria de Educación y Turismo de Salamanca
(Campus de Ávila) y es Teniente de Alcalde de Cultura, Deporte y Educación en el Ayuntamiento de
Ávila. Sonsoles Sánchez-Reyes fue también coordinadora, en 2012, de la conmemoración del 450
aniversario del convento de San José en Ávila.
San José de Ávila. La primera fundación
Sonsoles Sánchez-Reyes
«Salamanca. Revista de Estudios.
La huella de Teresa de Jesús», nº. 59, 2014, pp. 45-64
Resulta imposible resistirse al encanto del convento de San José de Ávila. 452 años después de su
fundación, la vida late a borbotones en el mundo que celan sus muros, un microcosmos pulcro de
organización perfecta, pleno de actividad y de proyectos, dotado de una naturaleza tan fértil como la
alegría que transmiten sus moradoras. Y en estos casi cinco siglos de permanencia ininterrumpida del
convento en Ávila, miles de transeúntes han pasado miles de veces por delante de sus tapias y paredes de
aspecto sobrio, mudos testigos de cómo el tiempo iba variando en las gentes su atuendo, su discurso o sus
costumbres, mientras las piedras se mantenían fieles en su inmutabilidad al sueño de la Santa, sabiéndose
tan llenas de pasado como de futuro. Y aquellos viandantes que se aventurasen a llegarse hasta el torno o
el locutorio del convento, se verían sorprendidos por el profundo contraste entre el tono gris y severo de
las tapias, y la luz cálida que se filtra entre las rendijas del edificio, delatando un interior de aire puro que
apenas se deja entrever, como una promesa de vedado acceso. Es entonces cuando vienen a la mente las
clarividentes palabras de Santa Teresa para definir el lugar: “Esta casa es un cielo, si le puede haber en la
tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy
buena vida”[1]. Y se comprende que es la puerta al cielo que la Santa quiso dejar abierta en Ávila.
Uno de los hechos diferenciales más determinantes de la singularidad de Teresa de Jesús es su cualidad de
fundadora, a pesar de que ella misma minimizase su papel ante su sobrina Teresita: “No sé para qué me
llaman fundadora, pues que Dios y no yo es el que á fundado estas casas”[2]. Reconoce sentir que es el
Señor quien la ha elegido como mero instrumento para erigir su casa: “muchas veces me espanta cuando
lo considero y veo cuán particularmente quería Su Majestad ayudarme para que se efectuase este
rinconcito de Dios -que yo creo lo es- y morada en que Su Majestad se delita, como una vez estando en
oración me dijo que era esta casa paraíso de su deleite” (Vida 35, 12). El surgimiento del convento
abulense proporciona la clave para el amanecer de su reforma. Es en el momento de materializarse la
fundación de San José de Ávila, cuando Teresa de Ahumada cambia su nombre por el de Teresa de Jesús
(Efrén y Steggink 1996: 235), siendo ese episodio de su biografía el punto de inflexión que la convertirá
en un personaje de talla universal e intemporal. En San José tienen lugar acontecimientos de gran
trascendencia para la nueva Orden creada por Santa Teresa: allí se descalza la fundadora el 13 de julio de
1563, sustituyendo los zapatos por alpargatas de cáñamo, el calzado de las reformadas (Efrén y Steggink
1996: 237); allí escribe la mayor parte de sus libros e idea las Constituciones.
Únicamente es la perspectiva histórica la que permite llamar a San José de Ávila la “primera fundación”,
pues encabeza cronológicamente la lista de las 17 fundaciones de monjas (además de las 15 de frailes)
que Santa Teresa realizó con posterioridad: Medina del Campo (1567), Malagón y Valladolid (1568),
Toledo y Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas y Sevilla
(1575), Caravaca (1576), Villanueva de la Jara y Palencia (1580), Soria (1581), Granada y Burgos (1582)
(de Pablo 2012: 93-94). Sin embargo, en ningún momento la gesta reformadora de Teresa de Jesús se
inicia con un plan de expansión predeterminado, más allá de la fundación del convento de Ávila, que ya
de por sí resultó harto compleja y trabajosa. Fue una visita a España del Padre General de la Orden del
Carmelo, Juan Bautista Rubeo, consignado por el capítulo para implantar la reforma conciliar, la que le
lleva a recalar en Ávila, entusiasmándose con la forma de vida de las religiosas del nuevo convento, y
llegando a un perfecto entendimiento con la Santa, le encomienda que extienda la reforma: “deseava
fundase tantas (casas) como tengo cabellos en la cabeza” (Fundaciones 27, 20). El 27 de abril de 1567, el
P. Rubeo firma en Avila una patente para que Teresa de Jesús fundase nuevos conventos como el de San
José en cualquier lugar del reino de Castilla (Efrén y Steggink 1996: 327), siguiendo después de cerca los
progresos de la Orden: “cada casa que se fundava, me escrivía recibir grandísimo contento (…) el mayor
alivio que yo tenía en los travajos era ver el contento que le dava, por parecerme que en dársele servía a
nuestro Señor” (Fundaciones 27, 19).
El primer monasterio, así, se convierte en el modelo sobre el que configurar una larga lista de fundaciones
posteriores, muchas de ellas también bajo la titularidad de San José. La Santa Madre comprenderá a esta
luz las crípticas palabras que le había dirigido Cristo, tras la fundación de Ávila: “Espera un poco, hija, y
verás grandes cosas” (Fundaciones 1,8). Cuando, años antes, Teresa de Ávila escribía al dominico Fr.
Luis Beltrán, luego Santo, para consultarle sobre la conveniencia de la fundación de San José, éste
respondía con un argumento tan certero que ya parecía presagiar fundaciones ulteriores: “digo en nombre
del mismo Señor que os animéis para tan grande empresa, que Él os ayudará y favorecerá. Y de su parte
os certifico que no pasarán cincuenta años que vuestra Religión no sea una de las más ilustres que haya en
la Iglesia de Dios”[3]. La reforma teresiana se constituyó en provincia autónoma en 1581 y en
congregación de observancia en 1587, configurándose como nueva orden religiosa dentro de la familia
carmelitana el 20 de diciembre de 1593 (Ramos 1990: 41). El reconocimiento definitivo coincidió
temporalmente de un modo casi perfecto con la previsión de Fray Luis Beltrán: en 1614, 52 años después
de escribirse esta carta, Santa Teresa era beatificada.
En los albores de la década de 1560, Teresa de Ahumada llevaba 27 años en la Encarnación, donde se
observaba la Regla del Carmen con la mitigación que Eugenio IV había dado a la Orden. El convento, a
mediados del siglo XVI, contaba con casi 200 monjas[4] y sufría graves problemas en su gestión y
mantenimiento, lo que en la práctica le apartaba del ideal evangélico, pues las monjas salían temporadas
muy largas buscando el sustento en casa de parientes, se recibían muchas visitas, y las diferencias de
extracción social se reflejaban en distinto nivel de comodidad en la clausura. La propia Teresa lo explica
así (Vida 32,9): “Pensava qué podría hacer por Dios y pensé que lo primero era siguir el llamamiento que
Su Majestad me había hecho a relisión, guardando mi Regla con la mayor perfeción que pudiese. Y
aunque en la casa adonde estava havía muchas siervas de Dios y era harto servido en ella, a causa de tener
gran necesidad salían las monjas muchas veces a partes adonde con toda honestidad y relisión podíamos
estar; y también no estaba fundada en su primer rigor la Regla, sino guardávase conforme a lo que en toda
la Orden, que es con bula de relajación, y también otros inconvenientes, que me parecía a mí tenía mucho
regalo por ser la casa grande y deleitosa”. Su deseo era “apartarme más de todo y llevar mi profesión y
llamamiento con más perfección y encerramiento” (Vida 36, 5).
La joven María de Ocampo, hija de unos primos de Teresa de Ávila, recordaba cómo una tarde de
septiembre de 1560, en la celda de la santa Madre en la Encarnación, un grupo de mujeres trataron “cómo
se reformaría la Regla que se guardaba en aquel Monesterio, que era de Nuestra Señora del Carmen de las
Mitigadas, y se hiciesen unos monesterios a manera de ermitañas como lo primitivo que se guardaba al
principio de esta Regla que fundaron nuestros Padres antiguos”[5]. En este momento de la conversación
llegó la gran amiga de la Santa, Guiomar de Ulloa, una viuda joven muy conocida en la buena sociedad
de Ávila, la cual se entusiasmó con el proyecto y prometió su ayuda.
No obstante, la situación financiera de Guiomar de Ulloa era muy precaria, como relata Teresa de Ávila a
su hermano Lorenzo: “por ahora está sin dineros, y cuanto toca a hacer y comprar la casa hágolo yo, que
con el favor de Dios hanme dado dos dotes antes que sea y téngola comprada, aunque secretamente”[6].
Los dos años siguientes al nacimiento de la idea requieren ir venciendo poco a poco las muchas
dificultades: indecisión del confesor jesuita de la Santa, el P. Baltasar Álvarez, que la sostiene a ratos y
otras veces le manda no vuelva a tratar del asunto, hasta que el nuevo Rector de la Compañía, V. P.
Gaspar de Salazar, aprueba la empresa; indecisión aun mayor del Provincial del Carmen, Fr. Ángel de
Salazar, que al principio se muestra propicio a la fundación y en vista del rechazo por parte de las monjas
de la Encarnación, no quiere después recibirla bajo su obediencia; y dificultades económicas añadidas,
que hacen exclamar a Teresa: “Señor mío, ¿cómo me mandáis cosas imposibles, que aunque fuera mujer
si tuviera libertad, mas atada por tantas partes, sin dineros ni de a donde los tener, ni para Breve, ni para
nada, qué puedo hacer, Señor?” (Vida 33, 12)[7].
El día de la Asunción de 1561, en el monasterio de Santo Tomás, donde solía ir a confesarse, Santa
Teresa tiene una visión de San José y la Virgen, que la animan a proseguir con su empresa. Es la imagen
que representa el retablo del altar mayor del convento de la Santa en Ávila: “(la Virgen) Díjome que la
dava mucho contento en servir al glorioso san Josef, que creyese que lo que pretendía de el monesterio se
haría y en él se serviría mucho el Señor y ellos dos; que no temiese havría quiebra en esto jamás, aunque
la obediencia que daba no fuese a mi gusto, porque ellos nos guardarían, y que ya su Hijo nos havía
prometido andar con nosotras, que para señal que sería esto verdad me dava aquella joya. Parecíame
haverme echado a el cuello un collar de oro muy hermoso, asida una cruz a él” (Vida 33, 14).
Teresa, plena de fe, hizo llamar a sus hermanos de Alba de Tormes (Juana de Ahumada y Juan de
Ovalle), para que se desplazasen hasta Ávila y comprasen una casa, perteneciente al clérigo Valvellido,
en su propio nombre, a fin de ocultar que era en realidad para fundar el monasterio de San José, evitando
así murmuraciones y polémica (Sobrino 1997: 64). La casa estaba en el barrio de San Roque, muy cerca
de la de Doña Guiomar (Efrén 1982: 83), en la zona Este de la ciudad, lo que facilitaba la supervisión de
las obras por parte de sus promotoras. Otro hermano de la Santa, Lorenzo de Cepeda, contribuye
decisivamente con dinero a la fundación de San José. Ha hecho fortuna en América y envía a su hija
Teresita, de 9 años, a residir en el convento, donde profesará en 1582 y pasará su vida. A su muerte
(1580), lega su hacienda al convento y solicita ser sepultado allí (Sobrino 1997: 63).
El P. Provincial ordena a Teresa ir a Toledo a residir una temporada en casa de la joven señora Doña
Luisa de la Cerda, que reclama su presencia para ayudarle a sobrellevar la reciente muerte de su marido.
La fundadora parte de Ávila en un buen momento, pues las murmuraciones están haciendo mella en la
ciudad, a pesar del secreto con el que se llevan a cabo las gestiones para erigir el convento (Vida 34, 1).
El mismo día de su vuelta a Ávila, tras seis meses de estancia en Toledo, Santa Teresa encuentra el Breve
fundacional que le ha sido remitido desde Roma autorizando el convento, en pergamino y lengua latina.
La Santa abulense dudaba sobre la conveniencia de fundar con renta o sin ella, decantándose finalmente
por esta opción, que era la indicada por el Santo Fray Pedro de Alcántara: “como ya yo sabía era Regla y
vía ser más perfeción, no podía persuadirme a tener renta. Y ya que algunas veces me tenían convencida,
en tornando a la oración y mirando a Cristo en la cruz tan pobre y desnudo, no podía poner a paciencia ser
rica” (Vida 35, 3). Teresa estaba influenciada por su experiencia en la Encarnación, donde las dificultades
materiales para el mantenimiento de la comunidad les distraían de la contemplación, por lo que había
planeado inicialmente que la fundación de San José contase con una mínima garantía material para poder
centrarse en la oración (Efrén y Steggink 1982: 412): “Al principio que se comenzó este monesterio a
fundar (por las causas que ya en el libro que dije tengo escritas, con algunas grandezas de Dios, en que
dio a entender se havía mucho de servir en esta casa) no era mi intención huviese tanta aspereza en lo
esterior, ni que fuese sin renta, antes quisiera huviera posibilidad para que no faltara nada; en fin, como
flaca y ruin, aunque más intentos buenos llevava en esto que mi regalo” (Camino de perfección 1, 1). Así
recuerda el episodio Isabel de Santo Domingo: “Theresa de Jesús fundó el dicho convento de Sant Joseph
estableciendo que en él se guardase la regla primitiba que Alverto patriarca de Jherusalem dio a los
religiosos del Monte Carmelo; y como en ella se manda que no aya renta en común ni en particular sino
que se biva de limosna, la dicha santa madre determinó que en el dicho convento de Sant Joseph no
oviese renta (…) y acomodada la casa lo mejor que se pudo aunque con grandísima estrechura, entregó el
ábito a quatro doncellas pobres y onrradas”[8]. En casa de Doña Luisa de la Cerda, en Toledo, la Santa
Madre conoce a la beata María de Jesús Yepes, fundadora de la Imagen en Alcalá (Vida 35, 1 – 2), quien
suscita la primera inquietud en Teresa: “hasta que yo la hablé, no havía venido a mi noticia que nuestra
Regla -antes que se relajase- mandava no se tuviese propio, ni yo estava en fundarle sin renta”. El
ejemplo de Santa Clara también ayuda a Teresa a determinarse hacia la pobreza, en contra de la opinión
mayoritaria de clérigos y regidores: “El día de Santa Clara, yendo a comulgar, se me apareció con mucha
hermosura; díjome que me esforzase y fuese adelante en lo comenzado, que ella me ayudaría. Yo la tomé
gran devoción, y ha salido tan verdad que un monesterio de monjas de su Orden, que está cerca de éste,
nos ayuda a sustentar; y lo que ha sido más, que poco a poco trajo este deseo mío a tanta perfeción que en
la pobreza que la bienaventurada santa tenía en su casa, se tiene en ésta y vivimos de limosna” (Vida 33,
13). Se trata del Convento de Santa María de Jesús, popularmente conocido como las Gordillas, que en la
actualidad ha cambiado su emplazamiento a las afueras de la ciudad.
Las Constituciones primitivas ordenaban: “Hase de vivir de limosna siempre sin nenguna renta” (2, 1).
Sin embargo, tras la fundación de Malagón (1568), se modifica la ordenación en las Constituciones de
Alcalá, abriendo la fundadora la puerta a tener renta en el caso de que el convento se ubique en un pueblo
donde no se pueda sustentar con sólo limosnas. Aunque la preferencia de la Santa queda patente: “para
hacer muchos monesterios de pobreza sin renta, nunca me falta corazón y confianza, con certidumbre que
no les ha Dios de faltar; y para hacerlos de renta y con poca, todo me falta; por mejor tengo que no se
funden” (Fundaciones 20, 13). San José de Ávila vivió sin renta los 19 primeros años; a partir de ese
momento, la pobreza fue tan acuciante que la fundadora se vio en la necesidad de admitir el legado de
bienes que dejaba al convento Francisco de Salcedo, para después de su muerte[9].
Limitar el número de monjas de la comunidad hará más factible su mantenimiento, y ayudará al
recogimiento: “personas santas y letradas les parece estoy obligada a no ser covarde sino poner lo que
pudiere en esta obra, que es hacer un monasterio adonde ha de haver solas quince –sin poder crecer el
número- con grandísimo encerramiento, ansí de nunca salir como de no ver si no han velo delante del
rostro, fundadas en oración y en mortificación”[10]. Años después de ser fundado San José, Teresa de
Ávila sentía “desconsuelo” sólo de pensar en tener que volver alguna vez a la Encarnación, por “no poder
yo allá guardar el rigor de la regla primera y ser más de ciento y cincuenta el número; y todavía adonde
hay pocas hay más conformidad y quietud” (Fundaciones 2, 1). La fundadora dispuso al principio que no
fuesen más de trece monjas. Tras sucesivas modificaciones de las Constituciones en este aspecto, el
número actual de monjas no puede exceder de 21.
El convento de San José fue el primer monasterio de la cristiandad que se erigió bajo la advocación de
este Santo (Vida 36, 6: “otra iglesia más en este lugar, de mi padre glorioso San Josef, que no la havía”),
al que Teresa de Jesús tenía una devoción especial: “tomé por abogado y señor a el glorioso San Josef y
encomendéme mucho a él. (…) No me acuerdo hasta ahora haverle suplicado cosa que la haya dejado de
hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado
santo, de los peligros que me ha librado, ansí de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el
Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo espiriencia que socorre en todas”
(Vida 6, 6). Desde el primer momento, San José se convierte en el gran valedor de la fundación; ayuda y
alienta a la Santa al hallarse en encrucijadas. Teresa relata cómo vio al Señor, “haciéndome grandes
promesas de que no se dejaría de hacer el monesterio, y que se serviría mucho en él, y que se llamase San
Josef, y que a la una puerta nos guardaría él y nuestra Señora la otra y que Cristo andaría con nosotras”
(Vida 32, 11). Para escenificar esta promesa, en la primera fundación Teresa procuró dos imágenes de
talla pequeñas, una de nuestra Señora con el Niño, toda dorada (que puso sobre la puerta del convento) y
otra de San José, adornado con un vestido y sombrero (sobre la puerta de la iglesia). Con ocasión del
engrandecimiento del monasterio, en 1634 ambas imágenes fueron llevadas al convento madrileño de San
Hermenegildo (actualmente se encuentran en el convento de Carmelitas Descalzas de Santa Ana y San
José, en Madrid), siendo sustituidas por otras en San José de Ávila (Silverio 1935: 138). Fray Pedro de
Alcántara, en una de sus visitas al convento, llegó a afirmar: “Verdaderamente ésta es propia casa de San
Josef, porque se me representa el pequeño hospicio de Belén”[11].
Ante la falta de apoyo de la Orden para la nueva fundación, Fr. Pedro de Alcántara escribe al obispo de
Ávila, Alvaro de Mendoza, para pedirle que acepte el nuevo convento bajo su autoridad: “una persona
muy espiritual, con verdadero celo, ha algunos días pretende hacer en este lugar un monasterio
religiosísimo y de entera perfección de monjas de la primera Regla y Orden de nuestra Señora de Monte
Carmelo (…) pido a V.S. lo ampare y reciba, porque entiendo es aumento del culto divino y bien de esta
ciudad”. (Silverio 1935: 125). Aunque el obispo manifestó inicialmente su negativa “por parecerle que no
convenía fundar monasterio de monjas pobre adonde había tantos que lo eran en lugar tan pobre como
Avila” (Efrén y Steggink 1996: 214), una entrevista personal con Teresa de Jesús le lleva a aceptar y le
convierte para siempre en un ferviente partidario de la reforma. Teresa es consciente de la deuda de
gratitud que tiene contraída con él, como artífice de la fundación: “en el primer monesterio nos favoreció
mucho y en todo lo que toca a la Orden” (Fundaciones 10, 6); “cuando estuvo en Avila le favoreció
mucho y dava siempre pan y botica y otras muchas limosnas. Cuando quiso salir de Avila para ser obispo
de Palencia, él mesmo procuró diésemos la obediencia a la Orden”[12]. Teresa, muy pragmática, teme
que el nuevo obispo de Ávila no sea tan proclive al convento como Mendoza y que esto pueda derivarse
en un “relajamiento de aquella casa” (Fundaciones, epílogo), por lo que en 1577 promueve el cambio de
obediencia, no siéndole fácil convencer al obispo y a las propias monjas. El P. Jerónimo Gracián, un gran
amigo de Teresa de Ávila, que en ese momento era Provincial de la Orden, relata el traspaso de poderes:
“las monjas Carmelitas Descalzas al principio estuvieron sujetas al Obispo, hasta que la santa madre
Teresa con consejo y favor del mismo Obispo alcanzó del Papa un Breve para que diesen la obediencia a
sus frailes Descalzos. Y yo fui el primero a quien la dieron en el mismo convento de Avila, y me
enternecí viendo la mucha ternura y lágrimas con que las monjas se despedían del Obispo yendo de una
en una a besarle la mano, que estaba sentado a una parte del capítulo, y a besármela a mí, que estaba
sentado de la otra, para darme la obediencia”[13]. Sin embargo, para aceptar mudar la obediencia, Alvaro
de Mendoza requirió esta condición: “que doquiera que muriese la Santa, que quedase la Orden obligada
a traerla a aquella casa, y este papel firmó el padre Gracián en nombre de toda la Orden”[14]. Con esa
certeza, Mendoza adquirió el patronato de la capilla mayor del convento e hizo generosas donaciones con
este fin, procurando por todos los medios que el sepulcro de la fundadora estuviese enfrente del suyo
(Fernández del Hoyo 2006: 25). Los avatares históricos impidieron que su ilusión se hiciera realidad, y
hoy día el sepulcro orante de Álvaro de Mendoza ha quedado en San José para siempre, en el presbiterio
junto a la epístola, sin la compañía del de la Santa.
El Breve de Roma autorizando la fundación se expide el 7 de febrero de 1562. Es firmado por Rainucio,
cardenal penitenciario, a quien Pío IV había dado orden, y se dirige a Guiomar de Ulloa y su madre,
Aldonza de Guzmán, en cuyo nombre se había solicitado, “aunque ellas gastaron poco, que no lo tenían”,
apostilla Santa Teresa: “Fue menester ser en su nombre, por que no se entendiese lo hacía la madre Teresa
de Jesús en el monesterio adonde estava”[15]. El rescripto otorga poder “para fundar y edificar un
monasterio de monjas de la regla y orden de Santa María del Monte Carmelo y debajo de la obediencia y
corrección del obispo de Ávila que por tiempo fuere, en algún lugar o sitio dentro o fuera de los muros de
la ciudad de Ávila” (Efrén y Steggink 1996: 210), confiriendo a la priora “licencia y libre facultad de
hacer estatutos y ordenaciones lícitas”. El 5 de diciembre de 1562, se recibe el Breve de pobreza de Pío
IV, dirigido a la abadesa y monjas de San José, que da carta de naturaleza a la imposibilidad de poseer
bien alguno por parte de las carmelitas descalzas. “Siempre tengan delante la pobreza que profesan”,
indica la fundadora en las Constituciones (5, 2).
Lunes, 24 de agosto de 1562, festividad de San Bartolomé. Teresa de Jesús contaba 47 años. La
campanilla de San José comienza a sonar apenas había amanecido. Es una campanilla que pesa apenas
tres libras y ha sido comprada de lance, más barata por haber salido de la fundición con un agujero, pero
que continúa dando servicio hoy (Auclair 2005: 159-160). Cuatro novicias acompañan a la Santa en su
empresa, las cuales se conocerán en lo sucesivo como “las primitivas”: Úrsula de los Santos, de 43 años,
avalada por el maestro Daza; María de San José, de 37 años, hermana de Julián de Ávila; Antonia del
Espíritu Santo, de 27 años, recomendada por Fray Pedro de Alcántara; y María de la Cruz, de quien no
consta su edad, y que había servido en casa de Doña Guiomar de Ulloa (Sobrino 2009: 21 – 26). La dote
no condicionaba el ingreso de futuras monjas, ni se exigían estatutos de limpieza de sangre (la misma
fundadora era descendiente de cristianos nuevos); sólo se exige la vocación: “se remediaron cuatro
huérfanas pobres -porque no se tomavan con dote“ (Vida 36, 6). La Santa elogia la virtud de las primeras
monjas, que parecen escogidas por Cristo: “porque yo no supiera desearlas tales para este propósito de
tanta estrechura y pobreza y oración. Y llévanlo con una alegría y contento que cada una se halla indigna
de haver merecido venir a tal lugar” (Vida 35, 12).
Aquel día, el maestro Gaspar Daza oficiaba la primera misa y ponía el Santísimo Sacramento, aunque la
primera iglesia distaba mucho de asemejarse a la actual, obra del arquitecto real Francisco de Mora, muy
devoto de la Santa, realizada en 1608. En el solar de la iglesia primitiva está hoy en día la capilla de San
Pablo, donde reposa Francisco de Salcedo. Todo estaba concebido bajo un estricto ideal de pobreza y de
vuelta a los orígenes de la Orden: “son nuestras armas la santa pobreza y lo que al principio de la
fundación de nuestra Orden tanto se estimaba y guardaba en nuestros santos Padres” (Camino de
perfección 2, 7). Isabel Bautista, quien llegó a San José como monja en 1567, ha dejado constancia de que
“avía en él tanta pobreza que esperavan un real de una libra de lana que hilavan las religiosas que se iva a
vender; e con esto y con algunas limosnas que les traían se sustentavan”[16], “y que pasaban tanta
neçesidad y pobreça siendo religiosas desta casa que, demás de la estrechura del aposento (…) y tan
subjetas a los ayres y nieves de esta çibdad, que con el braço se podía alcanzar el techo que por partes
estava roto, y ponían unos lienços para reparos de las ynclemençias del çielo. Se juntava con esto el
pasarse algunos días (…) con solo una ensalada de cogombros y un poco de queso (…). Y esto con tanta
alegría y contentamiento y paz de todas”[17]. Julián de Ávila, su primer capellán, incidía años después en
la pobreza del convento como su auténtica seña de identidad (2013: 176): “en la Iglesia de Dios no hay
monjas más pobres, pues su Orden no les deja poseer ni tener arca, ni auquilla, ni alacena, ni cosa alguna
en que guardar cosa de comer ni de vestir; ni aun se las permite traer una aguja, ni dedal, sino que, cuando
lo han menester, lo han de pedir a la que tuviese el cargo de lo dar; y en esta tan estricta pobreza viven
contentísimas, sin dar fatiga a los pueblos donde viven y sin pedir milagros; bastarán los que se hicieron
al principio, plantando una Orden tan áspera y dificultosa de guardar, y en tan poco tiempo estar tan
extendida”. Durante su visita a nuestro país, coincidiendo con el cuatro centenario de la muerte de la
Santa, el 1 de noviembre de 1982 el Papa Juan Pablo II realizó un encuentro con las monjas
contemplativas de España, al término del cual pidió expresamente conocer por dentro la primera
fundación teresiana, y alentó a la comunidad para que continuase con esa pobreza.
Pocas horas después de aquella primera misa, Santa Teresa siente dudas de si ha hecho lo correcto al
embarcarse en la fundación. Su relato proporciona una imagen sincera, humana y moderna de ella: “si iva
contra obediencia en haverlo procurado sin que me lo mandase el provincial (…) si havían de tener
contento las que aquí estavan en tanta estrechura, (…) cómo me quería encerrar en casa tan estrecha y con
tantas enfermedades, que cómo havía de poder sufrir tanta penitencia y dejava casa tan grande y deleitosa,
y adonde tan contenta siempre havía estado y tantas amigas, que quizá las de acá no serían a mi gusto”
(Vida 36, 7 – 8). Mientras tanto, en el convento de la Encarnación comienza a levantarse una oleada de
indignación, al ver que sin licencia suya una de sus monjas había llegado a fundar un nuevo convento, lo
que además podía redundar en una pérdida de estima pública de la Encarnación, adquiriendo fama de
relajado. La Priora, Doña María Cimbrón, parienta de la Santa, ordena a ésta regresar inmediatamente a
La Encarnación, a lo que Teresa obedece, acompañada de Julián de Ávila, mientras las cuatro primitivas
quedan solas en la primera fundación. Una de ellas, María de San José, narra a Isabel Bautista el episodio
de violencia popular que se vive poco después en el convento[18]: “era tan grande el alvoroto de la
çiudad como si del nuevo monasterio les amenazara algún grave daño. Que vinieron algunas personas de
la dicha çiudad a yntentar el derrivalle las puertas, e que para su defensa havían puesto de adentro las
quatro monjas algunos maderos en las puertas”. Ya en la Encarnación, Santa Teresa daba explicaciones,
manteniendo la serenidad, a la Priora, a la Comunidad (algunas de cuyas monjas pedían que se la
encerrase en la cárcel del monasterio: Silverio 1935, 159) y al P. Provincial, el cual quedó satisfecho y
prometió dar a Teresa licencia de volver a San José en pocos días, cuando se sosegase la ciudad. Pero no
se vislumbraba que esto ocurriese a corto plazo, y en la realidad se tradujo en varios meses: “Era tanto el
alboroto de el pueblo, que no se hablava en otra cosa, y todos condenarme y ir a el provincial y a mi
monesterio. Yo ninguna pena tenía de cuanto decían de mí más que si no lo dijeran, sino temor si se havía
de deshacer (…) y estando bien fatigada me dijo el Señor: “¿No sabes que soy poderoso?; ¿de qué
temes?”, y me asiguró que no se desharía. Con esto quedé muy consolada” (Vida 36, 16).
Julián de Ávila (2013, 196 – 197) recoge los momentos críticos que las cuatro novicias debieron afrontar
solas: “el Corregidor (Garci Suárez Carvajal) fue determinado a sacarlas del monasterio, y las dijo que si
no querían salir, las quebrantarían las puertas (…) no temiendo las amenazas del Corregidor,
respondieron que ellas no habían de salir si no era por mano de quien allí las había metido, que si querían
quebrar las puertas, las quebrasen”. Para un lector actual, puede parecer un tanto desproporcionado que la
fundación de un convento tan humilde suscitase tal revuelo social, pero el P. Silverio proporciona la
clave: “es verosímil que ni una sola (familia) se contase sin alguna hija, hermana o parienta en los
conventos de la capital” (1935: 174), conventos cada vez más empobrecidos, cuya supervivencia se veía
amenazada ante el surgimiento de un rival en la captación de las limosnas. El acta del Concejo de Ávila
de 25 de agosto de 1562 así lo expone: “ciertas mugeres diziendo que son monjas del carmen, an tomado
una casa que es censual á esta cibdad, y an puesto altares y dicho mysas en ella, y por aber como ay
muchos monesterios de frayles y monjas, e pobres, que padescen necesidad” (Molinero 1915: 156).
Teresa de Jesús sintetiza así el episodio: “Desde a dos o tres días, juntáronse algunos de los regidores y
corregidor y de el cabildo, y todos juntos dijeron que en ninguna manera se havía de consentir, que venía
conocido daño a la república, y que havían de quitar el Santísimo Sacramento, y que en ninguna manera
sufrirían pasase adelante. Hicieron juntar todas las Ordenes para que digan su parecer, de cada una dos
letrados. Unos callavan, otros condenavan. En fin, concluyeron que luego se deshiciese. Sólo un
presentado de la Orden de Santo Domingo (P. Domingo Báñez, un joven letrado, profesor del Colegio de
Santo Tomás), aunque era contrario -no de el monesterio, sino de que fuese pobre-, dijo que no era cosa
que ansí se havía de deshacer, que se mirase bien, que tiempo havía para ello, que éste era caso de el
obispo, o cosas de este arte, que hizo mucho provecho; porque, según la furia, fue dicha no lo poner luego
por obra” (Vida 36, 15). El acta del Concejo de Ávila de 30 de agosto de 1562 recoge cómo, por
consiguiente, se decidió consultar al obispo (Molinero 1915: 160 – 161): “todos juntos vinieron a
resolverse y se resumieron en que se hable a Su Señoría del Señor Obispo para que siéndole dicho las
muchas cabsas que ay para que no permita que el dicho monesterio aya hefecto, sea servido de lo
remediar (…) los grandes ynconvenientes que ay y pueden suceder, de aver en esta cibdad el dicho
monesterio y teniendo fin y respecto a que demás de las cabsas susodichas por ser como es y a de ser el
dicho monesterio mendicante por no tener ni poder tener -propios algunos de que se puedan sustentar los
monesterios pobres de hórdenes muy confirmadas en santidad, religión, abtoridad y gran exemplo de la
dicha ciudad, serán muy agraviados por la necesidad que padescerán por cabsa que con las demandas que
para el dicho monesterio se haçen, se les quitarán a ellos las que hasta agora se les hazen, porque con
todas ellas padescen y tienen gran proveza”.
El maestro Daza representó al obispo en la Junta Grande del 31 de agosto, logrando que la fundación
siguiera adelante, aunque el pleito se elevó al Consejo Real. El 12 de septiembre de 1562 el Concejo
nombra a Alonso de Robledo, Procurador del Común, como representante en la causa, pagándole un
ducado diario (Molinero 1915: 162 – 163). Por parte del convento -que no contaba con fondos para
contratar un letrado, ni habría hallado a ninguno dispuesto a defenderles enfrentándose a la ciudad-,
acudió a la corte el sacerdote Gonzalo de Aranda, prolongándose el proceso casi seis meses hasta
consumirse por apatía, lo que podría haberse acortado si la fundadora hubiese transigido en hacer el
convento con renta, como le plantearon para concluir el litigio, a través del “Caballero Santo”, Francisco
de Salcedo. Pero la Santa no cede; ha tenido una visión de Fray Pedro de Alcántara, recientemente
fallecido, en la que la conmina a no tomar renta para la fundación, y lo que es más: “me dijo el Señor que
en ninguna manera dejase de hacerle pobre, que ésta era la voluntad de su Padre y suya, que El me
ayudaría. (…) me dijo que en la renta estava la confusión, y otras cosas en loor de la pobreza y
asigurándome que a quien le servía no le faltava lo necesario para vivir” (Vida 35, 6).
Aplacados los ánimos en la ciudad, Fray Pedro Ibáñez solicita al obispo que se permita a Santa Teresa ir
al nuevo convento y enseñar a las cuatro novicias. El obispo consigue licencia del provincial para ello, y
que Teresa lleve consigo a cuatro religiosas de la Encarnación: Ana Dávila, Ana Gómez, María Ordóñez
e Isabel de la Peña, exclusivamente para instruir a las novicias, quedando sujetas al provincial del Carmen
(Efrén y Steggink 1996: 230 – 231). Existe una antigua tradición en Ávila que narra cómo Santa Teresa,
volviendo de manera definitiva a San José desde la Encarnación, se detuvo en la basílica de San Vicente,
donde se descalzó ante la Virgen de la Soterraña, como muestra del paso definitivo que daba en dirección
a su reforma[19]. Poco después de su vuelta a San José, Santa Teresa relata: “vi a nuestra Señora con
grandísima gloria con manto blanco, y debajo de él parecía ampararnos a todas. Entendí cuán alto grado
de gloria daría el Señor a las de esta casa” (Vida 36, 24). La licencia del P. Provincial sólo tiene validez
por un año, y un día antes de expirar el plazo, el Nuncio del Papa Pío IV exime a la Santa de su residencia
en La Encarnación y la faculta para seguir viviendo en la fundación de ahí en adelante, en atención al
“singular afecto que tenéis al convento de San José” [20]. A las cuatro primitivas y las cuatro monjas que
habían venido de la Encarnación vinieron a sumarse otras cuatro novicias: María de Ocampo, María
Bautista, María de San Jerónimo, inmediata sucesora de la fundadora en el Priorato de San José de Ávila,
e Isabel de Santo Domingo. A finales de 1564, Guiomar de Ulloa hizo en San José un intento de ser
monja descalza, sólo por unos meses, pues su salud y su edad la llevaron a desistir (Sobrino 1997: 151).
Los documentos y dinero de la Comunidad se guardan desde los comienzos de la fundación en la llamada
“arca de tres llaves”, pues la Priora tiene una llave y las dos clavarias más antiguas, cada una la suya. En
San José se mantiene la misma arca de tres llaves del tiempo de la fundadora, aunque encerrada
actualmente en otra segunda arca.
En los primeros años, hubo aún un segundo pleito que afectó al convento abulense. El 22 de agosto de
1562, dos días antes incluso de realizarse la fundación, Lázaro Dávila, “cantero veedor de las fuentes”
(Molinero 1915: 155- 156), formula una denuncia ante el Concejo, alegando que la casa que acoge al
monasterio dejará sin luz del sol a las fuentes, lo que conllevará que en invierno se hielen, con el
consiguiente daño a la ciudad. El 13 de noviembre de 1563 se formula una nueva denuncia, debido a que
algunas ermitas del convento se han construído sobre los arcos de las fuentes de la ciudad. Se conserva
una carta autógrafa de Teresa de Jesús del 5 de diciembre de ese año, firmada por “las pobres hermanas
de San Josef”, y dirigida a los “Señores del Concejo”, en la que justifican su actuación en los siguientes
términos: “nos informamos no hacía ningún daño al edificio del agua en las ermititas que aquí se han
hecho, y la necesidad era muy grande (…) pues allí particularmente pedimos a nuestro Señor la
conservación de esta ciudad en su servicio”. El 1 de febrero de 1564, el Procurador General del Común da
cuenta al Concejo de las conversaciones mantenidas con las monjas de San José, las cuales “no
derribarían el edificio, ni tenían orden de poderlo hacer en otra parte, porque son muy pobres (…) que
atento su pobreza, si los dichos señores Justicia é Regidores fuesen servidos de ayudarles con alguna
limosna, que les diese la dicha cibdad para mudar el dicho edificio á otra parte, le mudarían” (Fita 1915:
272 – 273). El acta del Concejo de 18 de marzo de 1564 establece que “atento que las dichas monjas son
pobres, e que de la una e otra parte del dicho edificio de las fuentes se les toma del suelo que ellas tienen
suyo própio, que se tase el dicho edificio e lo mismo el dicho suelo que se les toma e queste se les pague e
gratifique, para que con lo que se les diese puedan començar la pared que para cerrarse an de hazer”. La
tasación se fija en veinte mil maravedíes (Molinero 1915: 180-181). La Madre, mientras tanto, amplió el
convento por otro lado, comprando casas limítrofes pertenecientes a Francisco Ximénez. Las ermitas
destruidas fueron sustituidas por otras en el nuevo predio de la llamada “cerca del palomar”, adquirido a
Juan de San Cristóbal en cien ducados, que forman actualmente un cuerpo de cuatro piezas: Nuestra
Señora de Nazaret de la Anunciación, San Agustín, Santa Catalina y Cristo a la Columna (Efrén y
Steggink 1996: 242 – 243). Cada ermita tiene asignada una ermitaña que cuida de su buen estado y puede
permanecer en ella durante el día, como dicen las Constituciones (1, 14): “esté cada una de por sí en las
celdas o ermitas que la Priora las señalare”.La última propiedad adosada al convento fue comprada al
canónigo Pedro Vázquez. La fachada, que corresponde a la antigua portería, está señalada con una cruz de
madera y dos escudos de la Orden, sobre una puerta en arco (Sobrino 1997: 152).
Fray Pedro de Alcántara, en los últimos días de su vida (octubre de 1563) escribe a Santa Teresa, para
animarla a afrontar el proceso legal, pues “se holgava fuese la fundación con contradición tan grande, que
era señal se havía el Señor servir muy mucho en este monasterio” (Vida 36, 20). Poco a poco, a pesar de
los comienzos difíciles, el convento se integró en la sociedad abulense: “Comenzado a hacer el oficio, era
mucha la devoción que el pueblo comenzó a tener con esta casa. Tomáronse más monjas, y comenzó el
Señor a mover a los que más nos havían perseguido, para que mucho nos favoreciesen y hiciesen limosna,
y ansí aprobavan lo que tanto havían reprovado; y poco a poco se dejaron del pleito y decían que ya
entendían ser obra de Dios, pues con tanta contradición Su Majestad havía querido fuese adelante. Y no
hay al presente nadie que le parezca fuera acertado dejarse de hacer, y ansí tienen tanta cuenta con
proveernos de limosna, que sin haber demanda ni pedir a nadie los despierta el Señor para que nos la
envíen, y pasamos sin que nos falte lo necesario” (Vida 36, 25 – 26).
A pesar de la dureza en términos materiales de la vida allí, el relato de las Fundaciones (1, 1) comienza
con añoranza del período transcurrido en el convento de Ávila, que se intuye como experiencia única:
“Cinco años después de la fundación de San José de Avila estuve en él, que, a lo que ahora entiendo, me
parece serán los más descansados de mi vida, cuyo sosiego y quietud echa harto menos muchas veces mi
alma”. Santa Teresa describía así la casa a su hermano Lorenzo: “aunque es pobre y chica, mas lindas
vistas y campo tiene”[21]. La fundadora había tenido que vencer una lucha interior inicial ante la falta de
adecuación de las humildes instalaciones de las que disponía para alojar un convento, por lo que Cristo la
reprende: “Hacíaseme la casa muy chica, porque lo era tanto que no parece llevava camino ser monesterio
y quería comprar otra (ni havía con qué, ni havía manera de comprarse, ni sabía qué me hacer) que estava
junto a ella, también harto pequeña, para hacer la iglesia; y acabando un día de comulgar, díjome el
Señor: “Ya te he dicho que entres como pudieres” (…) ¡cuántas veces dormí yo al sereno por no tener
adonde me meter!” Yo quedé muy espantada y vi que tenía razón, y voy a la casita y tracéla y hallé,
aunque bien pequeño, monesterio cabal, y no curé de comprar más sitio, sino procuré se labrase en ella de
manera que se pueda vivir, todo tosco” (Vida 33, 12). A partir de ese momento, ésta será una seña de
identidad de la Orden: “Muy mal parece, hijas mías, de la hacienda de los pobrecitos se hagan grandes
casas. No lo permita Dios, sino pobre en todo y chica. Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo
casa, sino en el portal de Belén adonde nació, y la cruz adonde murió. (…) trece pobrecitas, cualquier
rincón les basta. Si porque es menester por el mucho encerramiento tuvieren campo (y) aun ayuda a la
oración y devoción) con algunas ermitas para apartarse a orar, enhorabuena; mas edificios y casa grande
ni curioso nada” (Camino de perfección 2, 9). En las Constituciones (9, 15) se convierte en un precepto:
“La casa jamás se labre, si no fuere la iglesia, ni haya cosa curiosa, sino tosca la madera. Y sea la casa
pequeña y las piezas bajas: cosa que cumpla a la necesidad y no superflua. Fuerte lo más que pudieren; y
la cerca alta; y campo para hacer ermitas, para que se puedan apartar a oración, conforme a lo que hacían
nuestros Padres Santos”. En las Constituciones del Capítulo de Alcalá (2, 1), insiste Santa Teresa:
“nuestras casas no se labren con edificios suntuosos, sino humildes, y las celdas no serán mayores de doce
pasos en cuadro”. Por tanto, las labores de labra, o sillería, se reservan sólo para las iglesias de los
conventos, por convenir a su dignidad espiritual y al concepto de decoro de finales del siglo XVI (Blasco
2004: 145).
La dote de la postulante María de Ocampo permite proveer al convento de San José de ermitas, pues dice
la Santa: “el estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas, sino ermitañas, y así se desasen de
todo lo criado”[22]. Ya que a la primera casa del monasterio se le irán agregando pequeñas casas
colindantes, adquiridas años después, el proceso de crecimiento del convento queda reflejado en la
distribución imprevisible del conjunto, con desniveles y accesos angostos, de arquitectura popular hecha
bajo el signo de la pobreza (Martín González 1979: 350). Las primitivas celdas se concibieron tan
reducidas, que el propio Fray Pedro de Alcántara, un modelo de austeridad, recomendó a Teresa de Jesús
ampliarlas, pues las monjas precisarían de más espacio para vivir (Blasco 2004: 150). Las celdas cuentan
con camas sin armar (un jergón) como único mueble, y las madres se sientan a escribir en el suelo, junto a
la ventana (Martín González 1979: 351). Julián de Ávila ha dejado su testimonio (2013: 206) de que las
monjas “están todas obligadas a ejercitarse en los oficios más bajos de casa, y tener por gran dicha que se
los dejen hacer, y principalmente las prioras, imitando a Jesucristo, que no vino a ser servido, sino a
servir”. Es tradición de la Comunidad que la reja actual del locutorio de San José de Ávila es la misma
que puso Santa Teresa. Es muy pequeña, mide 69 x 68 cm. Tiene dos rejas, de hierro y muy espesas, y
entre ambas hay una distancia de 43 cm.
El P. Gracián afirmaba cómo Santa Teresa, en 1581, “me importunaba la descargase del cuidado que tenía
de los monesterios y la dejase algún tiempo entregarse a Dios en Ávila”[23]. Ana de San Bartolomé
recordaba que la madre Teresa de Jesús “no se hacía, en no teniendo que hacer, a estar fuera del dicho
monasterio de San José de Ávila; y así, daba mucha prisa hasta que volvía a él como a su casa y
monasterio, y siempre andaba en todas partes de paso”[24]. La beata había tenido un sueño de niña, que la
vincularía para siempre al convento: “una Virgen muy hermosa que me mostró el monasterio de las
Carmelitas Descalzas de Ávila con todas las celdas y monjas y las demás cosas que en él había, y me dijo
que ella quería que fuese allí monja. Y luego vi a Nuestro Señor Jesucristo que me dijo lo mismo”, por lo
que al despertar quedó “determinada a ser monja en aquel monasterio”, a lo que su familia se opuso
frontalmente: “me persuadían con muchas razones, diciéndome que, ya que quería ser monja, por qué no
escogía un monasterio honrado y bueno de orden conocida, y no aquel de Carmelitas Descalzas que había
poco había fundado una loca, Teresa de Jesús, y había habido grandes revueltas sobre aquella fundación”,
sin lograr alterar la resolución de Ana: “Mas siempre me tenía Dios firme en mi vocación de monja
Carmelita Descalza”. Finalmente, sus hermanos ceden y la llevan a San José, que coincide con la visión
de su sueño: “todas las monjas que me hablaron, las cuales reconocí ser los mismos rostros que había
visto en el sueño que dije, y aún reconocí hasta un jarro en el que me dieron a beber”[25].
En este primer monasterio, Santa Teresa tiene depositada toda su fe y puestas sus más altas esperanzas:
“Tiempo verná que en esta iglesia se hagan muchos milagros; llamarla han la iglesia santa”[26]. No en
vano, Cristo le había anunciado que San José “sería una estrella que diese de sí gran resplandor” (Vida 32,
11), y por ello no escatima esfuerzos: “daré yo por muy bien empleados los grandes travajos que he
pasado por hacer este rincón, adonde también pretendí se guardase esta Regla de nuestra Señora”
(Camino de perfección 3, 5). En la redacción definitiva del Libro de la Vida, la Santa abulense se dirige a
su confesor, García de Toledo, en unos términos que dejan patente su profundo arraigo al convento (36,
29): “Creo se enfadará vuestra merced de la larga relación que he dado de este monesterio, y va muy corta
para los muchos travajos y maravillas que el Señor en esto ha obrado, que hay de ello muchos testigos
que lo podrán jurar; y ansí pido yo a vuestra merced por amor de Dios, que si le pareciere romper lo
demás que aquí va escrito, lo que toca a este monesterio vuestra merced lo guarde y, muerta yo, lo dé a
las hermanas que aquí estuvieren, que animará mucho para servir a Dios las que vinieren y a procurar no
caiga lo comenzado, sino que vaya siempre adelante, cuando vean lo mucho que puso Su Majestad en
hacerla por medio de cosa tan ruin y baja como yo”. De hecho, los confesores dominicos de Teresa de
Jesús la habían instado a modificar la redacción de la Vida, terminada en los primeros meses de 1562,
para incluir la historia de la fundación de San José[27].
Baldomero Jiménez Duque (1981: 34) enfatiza la relevancia de San José de Ávila dentro del legado
teresiano: “San José es el más alto lugar teresiano de Ávila, un alto lugar de espíritu (…) Es la obra de
Teresa de Jesús. Su ideal monástico y espiritual encarnado (…). Es sencillamente su casa. Es la casa-
madre, la sagrada fuente del Carmelo teresiano para todo el mundo. Uno de los hitos de la espiritualidad
del cristianismo universal.”
En Camino de perfección (2, 8), la Santa abulense cita a Santa Clara: “como decía Santa Clara, grandes
muros son los de la pobreza. De éstos, decía ella, y de humildad quería cercar sus monasterios”. Los
muros de San José de Ávila, que observan silentes a los viandantes desde hace cinco siglos, están sin
duda hechos de pobreza y humildad, pero también de oración, de alegría y de esperanza. Se han
contagiado de las miles de vidas de mujeres anónimas que los han habitado, para que nunca se apague la
llama que un día una monja encendió, con una grande y determinada determinación. Y así, es posible
parafrasear a Fray Luis de León: “yo no conocí a la madre Teresa de Jesús mientras estuvo en la tierra,
mas ahora que vive en el cielo la conozco y la veo en dos imágenes vivas que nos dejó de sí, que son sus
hijas y sus libros”[28]. Ambos, alumbrados en San José de Ávila.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ana de San Bartolomé. Obras completas. Burgos: Monte Carmelo, 1999.
Auclair, Marcelle. La vida de Santa Teresa de Jesús. Madrid: Palabra, 2005.
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Encarnación”. Anales de Historia del Arte 14, 2004, pp. 143-156.
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Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink. Santa Teresa y su tiempo (I. Doña Teresa de Ahumada).
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Escultura 10, 2006, pp. 22-29.
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Seminario de Estudios de Arte y Arqueología 45, 1979, pp. 349-376.
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Sobrino Chomón, Tomás. Procesos para la beatificación de la madre Teresa de Jesús: edición crítica.
Avila: Institución Gran Duque de Alba, 2008.
Sobrino Chomón, Tomás. San José de Ávila: Desde la muerte de Santa Teresa hasta finales del siglo
XIX. Avila: Institución Gran Duque de Alba, 2009.
Teresa de Jesús. Obras completas. Madrid: Biblioteca de autores cristianos, 1972.
Notas
[1] Camino de Perfección (Códice de Valladolid), 13, 7.
[2] 22 de enero de 1576, Declaración de Teresita de Jesús, monja en S. José, en los procesos para la
beatificación de la madre Teresa de Jesús.
[3] Recogido por Sobrino (1997: 59).
[4] La Santa así lo dice a una aspirante religiosa, en una carta de finales de mayo de 1581: “Antes que
fuesen comenzados estos monesterios estuve veinte y cinco años en uno donde havía ciento y ochenta
monjas”.
[5] Recogido por Silverio (1935: 14).
[6] Carta del 23 de diciembre de 1561.
[7] “Historia de San José”, escrita por la Hna. Carmen Teresa de Jesús. Cap. I, p. 1. Es un valioso y
prolijo material mecanografiado que guarda la comunidad de San José, sin haberse publicado nunca.
[8] Declaración en el proceso para la beatificación de Teresa de Jesús, 26 de agosto de 1610.
[9] “Historia de San José”, escrita por la Hna. Carmen Teresa de Jesús. Cap. III, p. 34.
[10] Carta a Lorenzo de cepeda, 23 de diciembre de 1561.
[11] Recogido por Efrén y Steggink (1996: 214).
[12] “Memorial de San José de Ávila”, 2. Obras completas, p. 1135. Enviado por Santa Teresa al
Capítulo de Alcalá.
[13] “Diálogos sobre su espíritu”, con Ana de San Bartolomé
[14] Ana de San Bartolomé, “Noticias sobre los comienzos del Carmelo teresiano”, 17.
[15] “Memorial de San José de Ávila”, 1-2. Obras completas, p. 1135.
[16] Declaración en el proceso para la beatificación de Teresa de Jesús, 30 de agosto de 1610.
[17] Declaración en el proceso para la beatificación de Teresa de Jesús, 26 de septiembre de 1595.
[18] Declaración en el proceso para la beatificación de Teresa de Jesús, 30 de agosto de 1610.
[19] Vide nota al pie añadida por Manuel Diego en su edición de la obra de Julián de Ávila (pp. 203-204).
[20] “Historia de San José”, escrita por la Hna. Carmen Teresa de Jesús. Cap. II, p. 15.
[21] Carta del 23 de diciembre de 1561.
[22] Camino de perfección 13, 6 (Códice de Valladolid).
[23] “Historia de San José”, escrita por la Hna. Carmen Teresa de Jesús. Cap. VI, p. 90.
[24] “Declaración sobre la traslación del cuerpo de Teresa de Jesús”, 1587.
[25] “Diálogos sobre su espíritu” (redacción del P. Gracián)
[26] Cuentas de conciencia 19. Ávila, julio 1571. “San José de Ávila, iglesia santa”.
[27] Efrén de la Madre de Dios y Otger Steggink, “Introducción al Libro de la Vida”, en su edición de las
Obras completas (1972).
[28] Carta-prólogo a la edición príncipe de las Obras de Santa Teresa. Madrid, 15 de septiembre de 1587.
Horóscopos
Editado por
Dolores Aleixandre
Conversación de dos chicas en el autobús: “-¿Sigues saliendo con Paco? - No, lo hemos dejado
porque él era Sagitario y yo Escorpio y somos incompatibles. Ahora salgo con un Piscis y nos va
mucho mejor…” No se lo tomen a broma que el tema de las estrellas es muy serio. Y si no que se lo
pregunten a Abraham, invitado por Dios a salir de noche a mirar las estrellas: “Mira al cielo; cuenta las
estrellas si puedes. Así será tu descendencia “(Gen 15,5).
También el Corán recoge algo parecido: “Cuando se hizo de noche y vio la primera estrella, Abraham
dijo: “-¡Este es mi Señor!”, pero cuando amaneció y desapareció la estrella, dijo: “No puedo amar lo que
desaparece…” (Corán 6,76). Y según un midrás (pequeños comentarios de sabios judíos…), fue él quien
en otra ocasión se dirigió así a Dios: “-He visto en las estrellas que no tendré hijos”, y el Señor le
contestó un poco impaciente: “-¡Sal de tu horóscopo y sitúate por encima de los cielos y del sol...!”
Resumiendo: que los semitas le echaban mucha fe a lo de las constelaciones y a veces iban mezcladas
con las profecías, como cuando el profeta Balaam , entrando en éxtasis, repetía: “Lo veo, pero no es
ahora; lo contemplo, pero no será pronto. Avanza la constelación de Jacob y sube el cetro de Israel…”
(Num 24,13)
Los oráculos sobre el Mesías tenían rasgos de grandiosidad estelar: duraría en compañía del sol y como
la luna de edad en edad; sería rey, legislador y juez, se le someterían los pueblos, dominaría los confines
de la tierra… Qué horóscopo tan favorable para un niño, cuántos presagios de buena ventura, qué
buena fecha para conmemorar su nacimiento la fiesta del Natalis Solis Invictus. Y encima nacido bajo el
signo de Capricornio que propicia estabilidad y una vida segura y tranquila.
Hasta lo de nacer en un pesebre, mirándolo bien, podía darle de mayor un status de self made man
tipo: “fijaos dónde nací y hasta dónde he llegado gracias a mi esfuerzo”. Y si lo de los pastores no fue en
principio lo mejor para su imagen, en seguida llegaron los magos de Oriente siguiendo a la estrella
andarina y eso sí que fue un evento en condiciones: púrpura, señorío, camellos, armiño y lingotes de
oro. Hasta lo del negro le favorecería si quisiera presentarse a primarias: “Por fin, aquí está un líder de
carácter integrador y libre de prejuicios racistas”.
Lástima que él se pusiera tan pronto a estropear una carta astral tan prometedora y se distanciara con
tanto descaro de los pronósticos mesiánicos. Ya en el desierto se sacudió sin contemplaciones al que le
rondaba en plan quiromante: “Vas para triunfador, podría leerlo en las rayas de tus manos: usa tus
poderes, estás a un paso del éxito, no imaginas lo lejos que puedes llegar con esta tarjetita mágica que
yo puedo darte…”
Desaprovechó las ocasiones de situarse en lugares estratégicos, se comportaba con una ignorancia
supina de las leyes de la PNL (Programación Neuro Lingüística, lo saben hasta los niños de primaria), sin
tener en cuenta la influencia de pensamientos y palabras sobre el comportamiento. Cómo no iba a
acabar como acabó diciendo cosas tan auto-destructivas como éstas: iba a ser entregado y a padecer
mucho, había venido a servir y no a ser servido, iban a rechazarlo y a reprobarlo…
Se le daban fatal los cálculos y las previsiones, decía que su Padre le había echado la buenaventura y
que eso le bastaba. Y no es que le saliera en el tarot la carta de la muerte sino que, como el niño de la
profecía de Isaías, metía la mano tan tranquilo en el agujero del áspid. Y el áspid le mordió, claro. Si no
se hubiera señalado tanto, si hubiera sido más moderado, si hubiera medido más sus palabras, si no
hubiera frecuentado ciertas compañías, si no hubiera provocado a los poderosos, si…
En la noche de su nacimiento había muchas estrellas en el cielo de Belén pero él, como obediente hijo
de Abraham llamado a salir de su horóscopo, eligió un camino alternativo: no el de subir por encima del
sol, sino el de hundirse en lo más hondo de nuestra tierra, como un granito de mostaza.
Y ahora nosotros podemos vivir a su sombra.
Dolores Aleixandre
ALANDAR Diciembre 2014
Luz de la Paz de Belén
Los Medios de Comunicación, algunas veces, tienen ideas luminosas. Y no hace falta que
cuenten con un poderoso equipo de asesores, ni un potente equipo de Mercadotecnia. Basta
con que los responsables y los periodistas tengan cabeza y corazón y se dediquen a mirar a su
alrededor con la intención de ver.
Y así, una pequeña televisión local austríaca tenía derecho a darse cuenta en 1999 de que la
paz mundial estaba amenazada y eso les afectaba a ellos... pero no basta con analizar las
cosas, que en la Europa democrática e ilustrada –o posilustrada- estamos ‘jartos’ de analizar,
estudiar y saber y lo que hace más falta es compromiso moral para hacer cambiar las cosas. ¿Y
quién puede traer la paz? ¿Y cuál es la actitud de alma necesaria para trabajar por la paz? Pues
no tener deseo de venganza, ni de ajustar cuentas con el pasado ni con enemigo alguno y
tener el corazón dispuesto a admirar la novedad. Tener corazón de niño. La infancia espiritual
es, a la vez, un don de Dios y un esfuerzo de inteligencia y de empatía para darnos cuenta de
que no somos el ombligo del mundo, que nos necesitamos todo a todos y que, como todos
somos criaturas, necesitamos de un Criador –Creador- que nos eche una mano.
Pues, señor, como en los cuentos antiguos, los periodistas austriacos de esa pequeña empresa
de televisión local pensaron que una buena señal de paz podría ser que, cada año, un niño –o
niña, tanto monta…- se acercase con los ojos y el corazón bien abiertos a la cueva de la basílica
de la Natividad donde, según tradición multisecular, nació Jesús de Belén, más conocido como
Jesús de Nazaret por aquello de la emigración forzosa de sus padres a Egipto y luego a Galilea,
inspirados por Dios en sueños.
Un sueño es lo que hemos celebrado ayer por la tarde en la catedral de La Almudena de
Madrid, donde un pequeño grupo de jóvenes de Scouts de Madrid (Movimiento Scout
Católico), conductores esforzados, nos trajeron desde Viena la Luz tomada de la lámpara que
encendió días antes un niño scout austriaco este año. En una ceremonia ecuménica, la Luz de
la Paz de Belén, se entregó el sábado a primera hora de la tarde en la catedral de Viena a
delegaciones de scouts de todos los países de Europa y algunos de otros continentes. Mi amigo
el arzobispo Osoro presidió la celebración –uno tiene derecho a presumir de amigos- en la que
participamos más de tres mil jóvenes y algunas docenas de ‘carrozas’
Y el próximo domingo, 21 de diciembre, por la tarde, en la Capilla de la Casa de la Iglesia, en
Calatrava, esa Luz de la Paz de Belén llegará a cada grupo scout y a cada parroquia,
movimiento, comunidad, Cofradía o Hermandad que quiera recibirla, con el compromiso de
contagiarla a los mayores que no puedan salir de casa, a los enfermos, a los encarcelados –el
año pasado dos jóvenes monitoras scouts la llevaron a la prisión de Topas-, a los hospitales, a
las residencias, Colegios y entidades públicas que no la rechacen sino que la aprecien, a toda
persona de buena voluntad que quiera construir la paz.
¿Qué futuro tienen las religiones
monoteístas?
Nos encontramos con un nuevo contexto emergente: el del pluralismo
sociocultural que afecta también a las creencias
En Occidente ha sido el monoteísmo el credo religioso prácticamente
único hasta nuestros días, aunque hubiera distintas corrientes desde las
cuales se abordaba la afirmación de un Dios único (judaísmo,
cristianismo e islam), todas emparentadas y con múltiples
interdependencias. Hoy nos encontramos con un nuevo contexto
emergente, el del pluralismo sociocultural que afecta también a las
creencias. El proceso de globalización está posibilitando el
descubrimiento de tradiciones religiosas que se presentan como
alternativas válidas a la creencia monoteísta que ha determinado la
escena europea, y a su religión hegemónica: el cristianismo. Por Juan
Antonio Estrada.
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Imagen: Pakhnyushchyy. Fuente: PhotoXpress.
No cabe duda de que, con la globalización, estamos pasando de creencias universales y únicas al
pluralismo y la fragmentación de tradiciones particulares heterogéneas. El mismo concepto de religión
resulta hoy difícil de precisar, ya que no hay un contenido universal que se pueda aplicar por igual a
todas las tradiciones que se presentan como religiosas [1].
Tenemos que contentarnos con una aproximación a la religión, definiéndola con Wittgenstein por el
parecido de familia, a partir de la religión monoteísta que hemos conocido en Occidente. Es inevitable
que a la hora de hablar de la religión partamos de las formas que nos son más conocidas y familiares, y
desde ellas nos refiramos a otras más lejanas y diferentes, aunque hay que evitar la tendencia de
asimilarlas e interpretarlas desde nuestros propios cánones.
La filosofía actual se plantea el universalismo desde los derechos humanos, que pretenden ser
transculturales , pero que tienen una inevitable particularidad en su contenido, mayoritariamente
establecido por la tradición occidental. ¿Cómo es posible defender principios éticos universales que, sin
embargo, han surgido en una cultura particular? ¿Cómo llegar a un consenso intercultural mínimo:
¿abstrayendo de las culturas particulares o asumiendo una de ellas como eje directivo para la
universalización? Y, en el último caso, ¿cómo evitar la caída en el socio o etnocentrismo europeo, en la
línea de Hegel que hacía de Occidente la vanguardia de la humanidad y el portador del espíritu
absoluto?
Esta problemática se da también hoy en las creencias religiosas. En el plano de las religiones el problema
se plantea desde la tensión entre una tradición que tiene un contenido sustancial particular (el
monoteísmo judío, cristiano o musulmán) y su pretensión de universalidad y absolutez: la de ser la
religión válida para toda la humanidad. Esta tensión de particularidad y pretensión universal, se agudiza
por la pluralidad fáctica de religiones, cuya mera existencia plantea interrogantes a una religión única y
universal.
Por eso, hoy es necesaria una filosofía y teología de las religiones que tome en cuenta la pluralidad
existente y explique el estatuto epistemológico desde el que se hacen las distintas propuestas. Vamos a
abordar las distintas respuestas que se han dado y evaluar los intentos de reconciliar la exigencia de
validez universal con la condición fáctica de cada tradición particular. Veremos cómo detrás de las
distintas teologías de las religiones hay soluciones y propuestas filosóficas.
El trasfondo hegeliano e ilustrado
La primera propuesta es la tradicional. La afirmación de que una religión es la verdadera y que las otras
son falsas creencias. Es la concepción que subyace al conocido postulado “extra ecclesiam nulla salus”,
que en un primer momento se dirigía contra los herejes y cismáticos cristianos, para amonestarlos a
volver al seno de la Iglesia. Luego se convirtió en un principio teológico en relación con las otras
religiones [2].
Fue el planteamiento inspirador del cristianismo en relación con las religiones precolombinas y con las
grandes tradiciones religiosas asiáticas. A partir del postulado de que el error no tiene derecho a existir,
se combatían las creencias rivales y se les negaba valor epistemológico y significación salvífica.
Del exclusivismo al inclusivismo
El cristianismo no sólo postulaba la verdad absoluta de su propio credo, sino además el monopolio de
salvación. Tenía la exclusividad en el acceso a Dios, lo cual se legitimaba con teologías que afirmaban
que las otras religiones eran inventos de Satanás para confundir a la humanidad, o de forma más
moderada y moderna, que el cristianismo era la única religión de salvación, mientras que las otras
religiones eran creaciones humanas. Incluso se afirmó que el cristianismo no era una religión, es decir,
obra humana, sino fe, inspirada por el mismo Dios.
De ahí, la moderna contraposición entre fe y religión que subyace, por ejemplo, al planteamiento de la
teología dialécticai [3]. Son distintas formas de establecer la diferencia cualitativa entre el cristianismo y
las otras religiones, a las que se niega capacidad para establecer la comunicación entre Dios y el
hombre.
En este contexto hay una posición particular que se erige en la única verdadera, por ello, la única
universal posible. Y esto se ha dado tanto en la relación del cristianismo con las otras religiones, como
dentro de él entre cada Iglesia o confesión respecto de las demás. La asimetría entre verdad única y
errores, totales o parciales, hacía inviable no sólo el dialogo entre las religiones, sino también el
ecumenismo que ponía el acento en lo común subsistente en medio de las diferencias. Desde esta
perspectiva, que ha durado hasta la primera mitad del siglo XX, sólo se podía hablar de un retorno de los
cismáticos y herejes a la única Iglesia verdadera, no de un reconocimiento muto entre Iglesias, ya que el
error no tiene razón de existir.
Respecto a las otras religiones ha generado una política misionera proselitista, que se integraba dentro
de la dinámica expansionista colonial que ha marcado la modernidad. La justificación hegeliana de la
expansión colonial de Occidente, con el objetivo de llevar la cultura y la civilización a los pueblos
subdesarrollados, servía de marco para legitimar la misión religiosa y la destrucción de las religiones y
tradiciones locales. No siquiera había un esfuerzo por inculturar al cristianismo en otras culturas y
tradiciones, ya que se consideraba a éstas inferiores y poco civilizadas. Sino que se implantaba el
modelo eclesial y religioso de las metrópolis, se rechazaba cualquier intento de fusión entre horizontes
religiosos distintos (como ocurrió en el conflicto de los ritos malabares de la China y la India) e incluso se
excluía a los indígenas del acceso a los puestos de poder en las religiones, los ministerios eclesiales, por
considerarlos poco capaces para ello.
Esta teología de las religiones es de clara raíz hegeliana, ya que parte del presupuesto incuestionable de
la superioridad de la religión y cultura occidental respecto del resto del mundo. La religión del Dios
encarnado, que es la forma por excelencia de la religión absoluta, no podía ponerse al mismo nivel que
las otras religiones, afirmadas, a lo más, como intentos del hombre por comunicarse por Dios, más que
revelación o inspiración de éste último. La mayor diferencia entre el planteamiento hegeliano y el
exclusivismo cristiano está en que Hegel puede asumir que las religiones “inferiores” se integren y
subsistan en la superior (Aufhebung), desde la síntesis dialéctica, mientras que el planteamiento
teológico se movía más en el marco de la disyuntiva dualista (verdad y error) que resaltaba los
contrastes y las tensiones, sin que hubiera una universalidad dialéctica en la religión absoluta. Esto es lo
que ha cambiado en el siglo XX.
Del exclusivismo a la aceptación limitada de la pluralidad
En la segunda mitad del siglo XX se ha llegado a un nuevo modelo. El proceso de descolonización, a
partir de la segunda guerra mundial, así como la toma de conciencia del sustrato etnocentrista
occidental ha favorecido la autocrítica y la apertura a lo diferente. Hay también conciencia de que los
conflictos sociopolíticos y las guerras tienen un componente religioso que exige una reflexión sobre la
religión como fenómeno sociocultural, se crea o no que sea revelación divina. A esto se añade la mayor
movilidad e interdependencia planetaria, que hoy se refuerza a partir del proceso de globalización. Todo
esto ha generado un replanteamiento teológico y filosófico del exclusivismo de la etapa anterior.
El giro intersubjetivo y lingüístico de la filosofía, así como la revalorización de las tradiciones y del
mundo de la vida, que es la gran aportación fenomenológica y hermenéutica, han ido acompañadas por
el descubrimiento del otro y la revalorización de las diferencias como elementos constitutivos de la
propia identidad personal y colectiva. El ecumenismo intra-cristiano y el diálogo con las religiones se han
convertido en elementos determinantes de nuestro tiempo.
El paso fundamental implica pasar del exclusivismo religioso (una creencia es la que tiene el monopolio
del acceso a Dios) al inclusivismo: hay distintas religiones a través de las cuales Dios se ha manifestado a
toda la humanidad. En este sentido todas son válidas, en cuanto que en ellas se posibilita la relación
entre Dios y el hombre. Sin embargo, su grado de validez es diferente, siendo el cristianismo el que tiene
la plenitud de la revelación y de la salvación, la religión superior que engloba y asimila, llevando a su
perfección, las verdades parciales de las otras [4].
De esta forma se pasa del monopolio exclusivista al inclusivismo que acepta la validez de todos y
proclama la superioridad universal de una en particular. Ya no es necesario contraponer una religión
concreta a las otras como una disyuntiva de verdad y error, pero se mantiene la superioridad de un
camino religioso sobre los otros, sea porque todas las creencias se orientan hacia el cristianismo como
camino constitutivo por excelencia de la relación con Dios o porque es la mejor mediación por más
madura y plena.
De la misma manera que los cristianos hablan de la religión judía como un camino de preparación que
culmina en la revelación de Jesús, así también se podría hablar de grandes antiguos testamentos de la
humanidad, que serían las religiones mundiales, por medio de las cuales es Dios mismo el que ha
preparado a todos los pueblos hasta que llegue la plenitud del cristianismo [5] .
De esta forma se responde a la pluralidad fáctica de creencias, se asume que Dios no ha dejado a los
hombres sin un camino para relacionarse con él, aunque no conocieran el cristianismo, y se conserva el
carácter prioritario del monoteísmo cristiano sobre cualquier otra creencia. Lógicamente, el
presupuesto está hecho desde la perspectiva cristiana (la de que es la verdadera) y se concede a las
otras el ser legítimas y parcialmente válidas, en cuanto en ellas hay contenidos revelados por Dios, que
no llegarían a alcanzar el grado de la propia tradición religiosa de pertenencia.
Hay aquí una concepción asimétrica y jerárquica de las religiones, que hace posible la convivencia
pacífica entre todas, pero que hace del particularismo religioso occidental la creencia universal, no por
ser la única sino por ser la mejor. El simbolismo del calendario cristiano, que divide la historia en antes y
después de Cristo, permite ver las religiones como antiguos testamentos de la humanidad.
De la misma forma que el pueblo judío fue preparado por Dios para recibir la plena revelación en el
mesías prometido, lo cual acaeció con Jesús, así también se pueden asumir tradiciones religiosas
mundiales, sobre todo si son anteriores cronológicamente al cristianismo, como caminos preparatorios
hasta que llegue la culminación de la religión plena. De esta forma se puede hablar de revelaciones
fragmentarias y otra absoluta, para los cristianos la suya, mientras que el Islam plantea lo mismo
respecto de judíos y cristianos.
En el fondo, se mantiene la tendencia occidental que hace de lo particular europeo, lo universal,
erigiéndose en vanguardia y plenitud de la humanidad, en la línea del espíritu absoluto de Hegel. Se
incluyen a todas las religiones en el plan de Dios y el cristianismo sería el mejor, aunque no el único. Por
eso, sería la religión del futuro, la que está llamada a integrarlas a todas, aunque, a su vez, pueda ser
enriquecida y perfeccionada con elementos que las demás puedan aportarle [6].
Por ejemplo, se puede asumir que la no violencia de Ghandi ha ayudado a los cristianos a redescubrir y
valorar la dimensión de la paz que defendió Jesús, incluyendo el amor al enemigo y el rechazo de la ley
del talión. Lo cual no obsta sin embargo, para subrayar el carácter fragmentario y parcial de esa
contribución a una síntesis superior que sería la cristiana.
Es evidente que este planteamiento es cuestionado por las otras religiones, que encuentran en ella una
derivación más del sociocentrismo occidental que erige su propia cultura en avanzada y culmen de la
humanidad, relegando las otras a subdesarrolladas. El final sería de nuevo el de pasar del subdesarrollo
al desarrollo pleno, es decir, abandonar formas más primitivas de religión en favor de la más madura y
plena, aunque ya no se mantenga la pretensión de que las otras religiones son un error global. No hay
aquí espacio para captar el carácter heterogéneo de las religiones, mucho menos la posibilidad de que
sean inconmensurables, y la imposibilidad de relegar a todas a una particular, que sería la que
hegelianamente comprendería y asumiría a todas [7].
Lessing y la ilustración
Este nuevo enfoque tiene otras raíces filosóficas y teológicas. El monopolio exclusivista hacía muy difícil
la convivencia pacífica entre distintos credos religiosos. Lessing intentó mitigarlo con su famosa teoría
de los anillos dados por un padre a cada uno de sus hijos, simbolizando las tres religiones del libro.
Todos pensaban tener la alianza auténtica y ser falsa la de los otros dos hermanos.
A su vez, cada uno de los monoteísmos bíblicos creía haber recibido de Dios el don preciado de la
revelación verdadera, pero en el tiempo histórico ninguno podía imponerse a los otros con exclusividad,
sino que deberían convivir pacíficamente, creyendo cada uno ser el único verdadero, pero reservando la
verdad al veredicto de Dios al final de la historia. Se difería por tanto el problema de la verdad religiosa,
remitida a la escatología, y se buscaba la paz entre las religiones en el “interim” histórico desde una
tolerancia y respeto mutuo, a lo cual se añadía el afán de manifestar la fuerza de la propia creencia y su
capacidad de generar buenas obras [8].
Este espíritu pragmático de tolerancia, respeto mutuo y llamada al testimonio colectivo responde muy
bien a la mentalidad ilustrada. Como veremos es una de las dimensiones fundamentales que hay que
mantener a la hora de proponer alternativas a los monoteísmos occidentales. Esta actitud fue también
la que siguió el deísmo de la ilustración, distinguiendo entre una religión natural universal y las creencias
positivas particulares de cada credo religioso.
Tras la crisis de la teología natural, sobre todo a partir de Hume y Kant, surgió el concepto ilustrado de
“religión”, autónomo respecto de la positividad del cristianismo, y comenzó a desarrollarse una teología
filosófica conocida como filosofía de la religión, desde una perspectiva racional y reflexiva. La idea de
una religión natural y universal, contrapuesta a las positivas, tiene raíces muy antiguas, ya que remonta
a tradiciones como las de Raimundo Lulio, Nicolás de Cusa y el pietismo alemán, pero se sistematiza en
el siglo XIX bajo el influjo de Kant y su religión dentro de los límites de la razón [9].
Lessing y el deísmo están vinculados en un esfuerzo común. Se intentaba hacer compatible la creencia
universal en un único Dios y la pluralidad de tradiciones religiosas, a las que se relativizaba y
subordinaba a una religión natural más emparentada con el dios de los filósofos que con el de las
religiones. El gran arquitecto u ordenador del mundo ha dejado sus huellas en la creación, lo cual hace
posible un acceso natural a Dios desde las experiencias humanas, más allá de los canales de las
religiones históricas concretas.
Modernamente, hay un eco de este planteamiento en la conocida teología de los cristianos anónimos.
Se parte de que hay un existencial sobrenatural en todos los hombres. Es decir, se rechaza la distinción
dualista neta entre lo natural y lo sobrenatural, para afirmar que todos los hombres se encuentran bajo
la acción de Dios, aunque no siempre lo reconozcan [10]. En este sentido habría una dimensión religiosa
en toda persona humana, sea o no creyente de una creencia particular. Se reivindicaría el Dios creador
con el que todos tienen contacto, más allá de la revelación expresa particular de cada tradición religiosa.
Cristianos anónimos
Por otra parte, el cristianismo ofrecería los criterios últimos de la auténtica revelación divina, ya que
sería el camino explícito de la revelación. Todos aquellos que se comportan de una manera afín al
postulado cristiano de amor al prójimo, lucha por la justicia, solidaridad universal, etc., serían “cristianos
anónimos”. Aunque no lo sepan ya habrían reconocido a Dios, que inspiraría esos comportamientos,
aunque nunca hubieran oído hablar del cristianismo. Es decir, desde una perspectiva teológica, no se
parte de una neutralidad epistemológica para hablar de Dios, sino que se asumen tópicos
fundamentales de las creencias cristianas para hablar del Dios creador que se comunica a todos los
hombres.
Esta propuesta remonta a la teología medieval, que hablaba de la naturaleza como la segunda Biblia y a
la misma teología natural como acceso racional a Dios. En cuanto que el Dios cristiano es único y
universal, se pone el acento en lo natural y en lo racional. Lo cristiano confesional sería una
explicitación, potenciación y clarificación de lo que ya se da en el ámbito de la razón. Esta es la línea de
Anselmo de Canterbury, que se propone mostrar la racionalidad de los misterios cristianos en su obra
fundamental de teodicea, “Cur Deus homo”. Esta continuidad, pero también diferenciación, entre
religión explícita y creencia natural y racional en Dios sería también integrable en la comprensión de
Hegel.
La “religión natural” de la Ilustración se suple aquí por un cristianismo difuso y cósmico que se puede
legitimar recurriendo a postulados internos de la propia tradición teológica. La propia tradición cristiana
abriría el horizonte y favorecería el reconocimiento parcial de otras religiones: el logos divino se ha
manifestado en Jesús, pero hay semillas del Verbo dispersas en toda la humanidad, como afirma el
filósofo cristiano Justino en el siglo II. O se puede recurrir a la concepción trinitaria y afirmar que el Dios
espíritu se da a todos los hombres, siendo la cristología la vía explícita desde la que se puede reconocer
cómo actúa el Espíritu divino fuera del cristianismo. Por eso, se podrían aceptar elementos de salvación
en otras religiones, sin que necesariamente se asumiera a éstas como mediaciones globales salvíficas o
dar el paso a una valoración positiva, pero siempre parcial, de esas creencias [11].
La protesta de los miembros de otras religiones, o simplemente de los no creyentes que rechazarían ese
parentesco inconsciente o anónimo con el cristianismo, se resolvería diciendo que esta es la
hermenéutica cristiana, privilegiada y capaz de ver lo que otros no alcanzan por su superioridad como
religión revelada que tiene la plenitud de la verdad. Desde el momento en que se tienen las claves
auténticas de la existencia humana, manifestadas por Jesús, sería posible captar lo que otros viven y
tienen, aunque ellos no lo reconozcan. Lógicamente, desde esta perspectiva, también otras religiones
podrían hablar recíprocamente de los cristianos como “miembros anónimos”.
Incluso sería posible denominarlos ateos anónimos por parte de los no creyentes, resaltando los
elementos comunes a unos y otros. Se impondría una interpretación, religiosa o no, contra la voluntad
expresa de aquellos que reciben esta denominación, y se mantendría la unicidad de la religión,
combinándola con la aceptación de otras formas de vida. Es una solución que facilita el ecumenismo y la
paz religiosa, pero que difícilmente puede satisfacer a los que no participan de las claves hermenéuticas
cristianas que se han erigido en criterios dirimentes.
Del pluralismo a un núcleo común
Ha habido autores que han asumido otro punto de partida, el teocentrismo. Han aceptado la validez y
veracidad de todas las grandes tradiciones religiosas, que serían simétricas y equiparables. No habría un
único camino para llegar a la divinidad, quizás tan plural como las religiones, sino diversas vías, que
corresponden a la pluralidad de pueblos y de tradiciones. De lo fáctico, se pasa a una valoración
inicialmente positiva de la pluralidad con lo cual se eliminan los peligros de una religión cerrada en sí
misma, que se presenta como la única válida degradando a la otra.
La ventaja de esta segunda opción es que responde mejor a la pluralidad reinante y que exige una
apertura a lo diferente. Posibilita también, el diálogo entre las religiones en lugar de alentar a los
fundamentalismos y sectarismos propios de la universalidad exclusiva. Habría unidad y pluralidad de las
religiones, cada una de ellas fragmentaria, reflejando el contraste entre la finitud humana y la infinitud
divina.
Legitimidad e igualdad de las religiones
Se parte de una limitación y contingencia históricamente insuperables, asumiendo una postura inicial de
neutralidad epistemológica. Lógicamente esta postura se desmarca del camino de la particularidad
concreta que hemos encontrado en las posturas analizadas hasta ahora. El presupuesto es que todas
son válidas e iguales, lo cual es un a priori indemostrado que, a su vez, remite a la idea de que todas las
religiones son homologables. El punto de partida no es sólo la pluralidad histórica como un hecho, sino
la evaluación epistemológica que propone legitimidad e igualdad entre todas.
No se puede fundamentar este presupuesto, ni desde un punto de vista teológico (ya que casi ninguna
religión acepta ser igual a las demás desde sus propios presupuestos internos), ni filosófico, ya que no
hay un lugar neutral y exento desde el que se puedan comparar y homologar tradiciones diferentes en
su contenido, origen, y espacio temporalidad. Es una opción previa en la que, por un lado, se pretende
una neutralidad valorativa y por otra, inevitablemente, se utilizan criterios de la propia cultura y
tradición religiosa (mayoritariamente la cristiana) para hablar de las otras.
Desde la óptica cristiana también se ha asumido esa teología plural de las religiones. Habría que
distinguir entre el teocentrismo y la mediación del judío Jesús. Se relativizaría el horizonte histórico y
concreto cristiano, basado en una historia particular que perdería valor normativo y prescriptivo, en
favor de los demás caminos de otras personalidades. Este modelo tiene distintas concreciones dentro
del cristianismo: se puede asumir el carácter particular y relativo de Jesús, en cuanto mediación
histórica finita, distinguiéndolo del Cristo resucitado que sería símbolo universal de la comunicación
divina.
Es decir, se asume la historia jesuana como experiencia que lleva a Dios, pero se rechaza la
interpretación dogmática posterior que establece el significado absoluto y universal de su historia. El
cristocentrismo de la teología de las religiones quedaría desplazado por un teocentrismo que relativiza
al primero.
De esta forma se mantiene el teocentrismo y se presupone que todas las religiones llevan a Dios, con lo
que se cuestiona el valor absoluto de la mediación de Jesús. Jesús revelaría a la divinidad pero no
agotaría su comunicación, con lo cual hace posible otros mediadores que no tienen por qué
subordinarse a él [12].
De esta forma es posible hablar de sincretismo religioso y de complementariedad, de diálogo y de
enriquecimiento mutuo. Se aceptaría un Dios universal que, inspiraría a personalidades de diferentes
contextos socioculturales y de distintas épocas históricas. Se salva así la realidad universal divina y la
pluralidad contingente de las religiones históricas, aunque se paga el precio de negar las pretensiones
de absolutez y de universalidad de una creencia religiosa.
Sin embargo, si todo vale es que nada vale. La aceptación incondicionada de todas las religiones, no sólo
como respetables en sí mismas, en cuanto que son caminos humanos para afirmar el sentido de la vida y
buscar a Dios, sino con el mismo valor a priori en cuanto a verdad y validez, redunda en un descrédito
de todas. Del relativismo se pasa fácilmente al escepticismo: no es que todas valgan, sino que ninguna
es verdadera, exista Dios o no, ya que la igualdad entre ellas es la mejor prueba de que el problema
religioso es insoluble, porque Dios no existe o porque no es accesible.
Las diferencias, contradicciones y luchas entre ellas sería la mejor prueba de que ahí no hay verdad
alguna, sino mera pasionalidad afectiva. Entonces tendría razón el ateísmo, o por lo menos el
agnosticismo, con lo que sería imposible identificarse con credo alguno (a no ser por motivos afectivos,
tradicionales o de meras preferencias subjetivas). El teocentrismo pluralista facilitaría por tanto la
indiferencia religiosa.
Desde un punto de vista filosófico este paradigma remite al sentimiento de dependencia de
Schleiermacher. Pero, sobre todo, recuerda a la izquierda wittgensteiniana que asume la pluralidad de
juegos lingüísticos y la validez de todas las creencias, a condición de negar su valor cognitivo y su
pretensión de realidad. Las religiones serían meras metáforas simbólicas que expresan sentimientos e
intuiciones, pero sin ninguna dimensión referencial, aunque tengan un significado comprensible, que
viene dado por el uso que hacemos del lenguaje. El creer para comprender, defendido por la tradición
escolástica, se complementaría con la neutralización cognitiva de la religión, reducida a mera confesión
de fe que expresa la intencionalidad de sus adherentes.
La dimensión estética de la religión suple su pretensión de verdad. Aunque se le reconociera una
dimensión ética, ésta deriva de la intencionalidad del creyente, no de la relación con Dios. Por eso, se
pueden asumir todas las religiones, ya que se ha negado el valor proposicional y asertivo de cada credo.
Se elimina el contenido semántico de las religiones y se vincula la religión a la poesía o al arte, en cuanto
formas simbólicas que intentan expresar lo inexpresable (el misterio religioso, o lo místico, según la
expresión de Wittgenstein). Las religiones dejarían de ser interlocutores válidos en cuanto que no
tendrían pretensiones de verdad, por eso se las podría aceptar a todas por igual [13].
Pluralismo fenomenológico y unidad noumenal
La equiparación a priori entre pluralidad e igualdad genera no verdad. Por eso, algunos han buscado
legitimar la pluralidad desde otra óptica. Para ello han recurrido a la distinción kantiana entre noumeno
y fenómeno, el en-sí de la realidad (al que no llegamos) y el para-nosotros (síntesis fenomenológica),
combinándola con el recurso de la teología negativa que relativiza todas las representaciones de Dios.
De esta manera podría ser posible hablar de un noumeno divino al que todos buscan, siendo las
religiones fenomenologías distintas desde las que nos acercamos a la divinidad. Las manifestaciones de
lo divino son recibidas y comprendidas desde categorías y conceptos inevitablemente impregnados por
las diversas culturas. Por eso, ninguna religión podría defender la verdad última de su conceptualización,
aunque todas se refieran a Dios.
La realidad divina no puede ser encerrada en ninguna experiencia religiosa, ni tampoco verificada en
una tradición concreta, lo cual permite distinguir entre la representación religiosa, muchas veces
cargada de simbolismo y mitología, y la realidad última a la que tiende [14]. Se asume, por tanto, que
todas las religiones son caminos válidos para llegar a Dios, pero que todas sus representaciones
específicas son limitadas, parciales y fragmentarias, porque no llegan a la realidad noumenal divina.
Habría un único Dios, al que tienden todas las religiones y una pluralidad de representaciones de él. La
variedad de experiencias religiosas puede ser evaluada según su capacidad para centrarse en Dios, que
es la realidad última, y superar el propio yo colectivo o personal. Lo importante no es la fenomenología
religiosa sino su tendencia trascendente. Lo fenomenológico hay que evaluarlo de forma pragmática y
en relación con los valores absolutos que derivan del Dios de las religiones. Este sería el criterio
dirimente para juzgar las religiones, ético y espiritual al mismo tiempo, según J. Hick. Según Hick, la
praxis salvífica sería el común denominador de todas las religiones y, por tanto, una auténtica respuesta
a la realidad divina.
Por su parte, Knitter propugna una especie de teología de la liberación de las religiones, ya que todas
pretenden una praxis salvífica liberadora del hombre. Habría así una corresponsabilidad ecuménica en la
línea de una ética mundial, favorecida por las religiones, que sería la dimensión fenoménica más
evaluable [15]. Se conjuga la pluralidad de caminos, la pretensión soteriológica de todas las religiones, y
la importancia de la praxis ética, que sería la otra cara de la búsqueda de la trascendencia divina.
Lo que no fundamentan estas concepciones es por qué ese criterio, evidentemente congruente con las
religiones proféticas, debería ser el principal. No otro cualquiera que no se centrara en la ética sino en
otro aspecto de la experiencia religiosa, por ejemplo la mística como culmen de la unión entre la
divinidad y la humanidad, o el concepto de salvación que es mucho más polisémico y más central que la
praxis ética, o el vaciamiento del yo propio de las tradiciones budistas [16]. A la hora de elegir criterios
pragmáticos, evaluadores de las creencias es inevitable apoyarse en el contenido sustancial de una
tradición concreta, con lo cual, indirectamente, ya estamos privilegiando una creencia determinada.
La unidad por el consenso
Otra línea complementaria sería la vía del consenso. El dialogo religioso sería posible a partir de un
acuerdo convergente, no tanto en torno a la concepción de la divinidad cuanto en relación con la praxis
ética y salvífica. Resurgiría así en el plano teológico la teoría filosófica de la verdad por consenso, como
opción alternativa a la verdad por correspondencia, ya que se niega por principio la correlación entre
representación y realidad divina. Sería una vertiente teológica del pragmatismo consensual, que sólo
sería posible si todas las religiones se refieren a la misma realidad trascendente (lo cual habría que
admitir a priori) y si hay puntos comunes en las que todas coinciden (presuponiendo que son
homologables y comparables). A partir de ahí se podría llegar a un acuerdo ecuménico acerca de los
criterios evaluadores de cada creencia religiosa. Se podría establecer un consenso mínimo para todas, y
acuerdos parciales de máximos para algunas, emparentadas entre sí.
Si realmente el amor y la compasión, que opera el descentramiento de sí en respuesta a la divinidad,
fuera un eje vertebral de todas las religiones, aunque cada una la comprendiera a su manera, entonces
sería posible hablar de un consenso común en todas las religiones y de un criterio de discernimiento
enraízado en praxis religiosa. El problema, sin embargo, es que no todos aceptan un denominador
común como criterio universal y mucho menos coinciden en uno concreto como principio
evaluador [17].
Siempre hay un círculo hermenéutico entre la aceptación de las creencias religiosas, como respuestas
auténticas a la realidad divina y la utilización de sus enseñanzas morales, supuestamente concordantes
con las doctrinas de las que derivan, como criterios que las legitimarían. Los contenidos prácticos de
cada religión están vinculados a sus concepciones doctrinales y las diferencias teóricas repercuten en la
praxis. Por eso, lo que en una religión es una praxis coherente y legitima, en otra puede ser rechazable y
criticable. Es lo que ocurre de hecho cuando se comparan las religiones hoy existentes entre sí, incluidas
las monoteístas.
Evidentemente, el problema permanece porque la dificultad está en la diversidad de interpretaciones o
vías para llegar a Dios. ¿Cuál es la mejor y con qué criterios establecemos la validez o invalidez?
Asumiendo como punto de partida la validez de la pluralidad de creencias existentes resulta difícil
establecer criterios que permitan jerarquizar sin discriminar a priori en favor de alguna.
Es verdad que todas las creencias se presentan como verdaderas y que, al menos algunas de ellas,
tienen pretensión de ser las únicas que tienen la verdad. Pero, ¿desde dónde podemos establecer la
superioridad de una sobre las otras sin caer en una petitio principii, es decir, sin partir de los criterios de
la religión que consideramos como válida para desde ellos evaluar las otras?
Si consideramos que el cristianismo es la religión verdadera podemos seleccionar algunas creencias
básicas de su tradición (por ejemplo, la regla de oro del amor al enemigo o la afirmación de un Dios
misericordioso que hace de las víctimas de la injusticia humana los destinatarios preferentes de su
mensaje) para desde ahí evaluar otras religiones y establecer su validez. Pero este planteamiento está
viciado en su origen, en cuanto que el presupuesto (que el cristianismo debe ofrecer criterios para
evaluar la diversidad de creencias religiosas) es inaceptable para el que no profese esa religión.
¿Expresiones culturales de una misma vivencia?
Pero, sobre todo, ¿cómo podemos afirmar que las distintas representaciones de Dios en la diversidad de
religiones se refieren a un mismo y único Dios? Más bien, tendríamos la impresión de una
contraposición de dioses, que degeneraría en politeísmo, contra el planteamiento de las religiones
monoteístas. Sería una postura afín con el pensamiento postmoderno y su revalorización de las
diferencias, contrapuestas a las creencias fuertes y universalistas de la Ilustración. Mucho más si
aceptamos que se trata de experiencias realmente diferentes y no expresiones culturales plurales de
una misma vivencia.
Además, el planteamiento kantiano, referido al conocimiento empírico intramundano, se utilizaría para
referirse a Dios, cuya realidad se vería desde la misma perspectiva que las realidades empíricas, con lo
cual caeríamos en la ontoteología criticada por Heidegger. Así podríamos hablar de una realidad objetiva
nouménica divina y de síntesis fenoménicas parciales, propias de cada religión.
El precio a pagar es la trascendencia divina, tan resaltada por la teología negativa, la cual enfatiza la
diferencia ontológica y gnoseológica al tratar de Dios y de las realidades mundanas. No hay un lenguaje
común para hablar de los entes intramundanos y de Dios, que no redunde en objetivación y
aprehensión conceptual del segundo. Es inevitable que, de esta forma, se vulnere el carácter mistérico e
inefable divino que enfatiza la teología negativa [18].
Por otra parte, si se acepta el carácter fenoménico de todas las religiones, y con ello su no verdad, y se
parte de que el carácter noumenal de la divinidad impide llegar a ella, ¿cómo se puede valorar el grado
mayor o menor de adecuación o de verdad de cada religión? La realidad divina siempre sería
desconocida, en última instancia, lo cual favorecería el agnosticismo. La pluralidad fenomenológica no
podría resolverse en relación con el mismo Dios, ya que su realidad noumenal se escapa. No se sostiene
tampoco la unicidad y consistencia de cada religión, ya que no se muestra por qué habría que
mantenerse el marco referencial de una creencia religiosa, sin abandonarlo, y abrirse a un diálogo con
las otras sin desbordar, sin embargo, el marco de comprensión de que se parte [19].
Si además de subrayar el carácter heterogéneo de las religiones, se acentúa el carácter de
inconmensurabilidad de unas respecto de otras, siguiendo algunas de las interpretaciones básicas de la
teoría wittgenstiniana de los juegos lingüísticos [20], el problema es irresoluble. No hay un
denominador común que pueda abarcar a todas las diferencias. Se trataría de alternativas excluyentes,
porque no son compatibles.
Esta perspectiva, se podría confirmar aludiendo a la dificultad de dar una definición universal de
religión, que fuera válida para todas. Se reforzaría además desde algunas tradiciones religiosas, como el
budismo, en el que es muy difícil encontrar una referente similar al de Dios, de las religiones
occidentales, e incluso se cuestiona si se trata de una verdadera creencia religiosa o no es más bien una
concepción filosofía. No hay que olvidar, sin embargo, que el mismo cristianismo fue inicialmente
calificado como una filosofía, rechazando que perteneciera el género de religión, por las otras creencias
del imperio romano. Esto muestra la dificultad de compaginar tradiciones plurales y diferentes, y mucho
menos de afirmar que se dirigen a una divinidad común.
Tensiones entre lo comunitario y lo universal
Cada religión presupone una experiencia humana de Dios, que no es una entidad externa y
ultramundana, sino el fundamento trascendente de la inmanencia histórica. Es la intuición que
encontramos repetidamente en una tradición filosófica y teológica que tiene en san Agustín, Nicolás de
Cusa y Hegel representantes importantes. No hay que buscar a Dios fuera del hombre, sino profundizar
en lo humano para buscarlo como referente último, arquetipo, fuente de inspiración y motivación, etc.
Por eso, cada religión muestra el camino experiencial que ha seguido una colectividad y hay una
correlación entre la concepción del hombre y la de Dios, en la línea a la que apunta el Kant del “Opus
postumum” y el mismo Feuerbach. El secreto de la religión es la antropología, no porque Dios no exista,
sino porque la búsqueda y representación de Dios parte de las experiencias humanas. La afirmación de
que en Dios nos movemos y somos apela a esa realidad última, que Agustín presenta como más íntima
al hombre que su propia subjetividad personal, y que lleva a Hegel a afirmar que no podemos
relacionarnos con Dios si no tenemos ya experiencia inmanente del Absoluto [21].
Las religiones ofrecen la experiencia religiosa de un fundador y de sus seguidores, con todas sus
dependencias históricas y socioculturales, como punto de partida para hablar de Dios. Por eso, es
inviable un sincretismo universalista abstracto. Si eliminamos las mediaciones históricas y sus
contenidos sustanciales nos quedamos sin experiencias referenciales para hablar de Dios. La tensión
entre particularidad histórica y pretensión de universalidad no puede resolverse a base de disolver el
contenido sustancial de las tradiciones.
Por eso, el giro pragmático y trascendental de la filosofía propugnado por Apel y Habermas es inviable
para abordar la pretensión de verdad de las religiones, ya que éstas ofrecen una forma de vida
sustancial de la que no se puede abstraer para hablar de Dios. Como observó Hegel no es posible
separar la idea del bien de la justicia, en contra del planteamiento kantiano, ni diferenciar entre lo
esencial y accesorio de una experiencia religiosa, abstrayendo de su historia concreta. La jerarquización
sólo es posible establecerla desde dentro de cada religión concreta, repitiendo así el círculo
hermenéutico y la fusión de horizontes que propone Gadamer, aunque se tenga en cuenta la
perspectiva reflexivo-crítica que representa Habermas [22].
La experiencia religiosa en una cultura concreta
No hay una perspectiva imparcial que evalúe (el “ojo de Dios”, del que habla la tradición analítica), ni es
posible distinguir lo accesorio de lo esencial de cada religión desde una conciencia pura como pretende
Husserl. La tensión entre las pretensiones universalistas de la religión, que afirma un único Dios, y la
diversidad de creencias religiosas, tiene como trasfondo la actual discusión sociocultural y ética entre la
tradición ilustrada, que defiende un planteamiento universalista, por ejemplo, desde el giro pragmático
y procedimentalista que propugnan Apel y Habermas [23], y los comunitaristas, como Charles Taylor,
que defienden los contenidos sustanciales de cada tradición particular como núcleo de la identidad
personal y colectiva [24].
El procedimentalismo formalista ofrece conocimiento y verdad consensual aceptable por todos,
mientras que las religiones ofrecen caminos de salvación y las monoteístas, al menos, tienen como
referentes a las víctimas del pasado a las que promete verdad y justicia, y de las que no se puede
abstraer [25] .
Esas religiones parten del mundo de la vida y remiten a él, viendo la verdad como algo que está por
hacer en la historia, con un interés práctico y soteriológico, en contra de una pretendida verdad neutral
e imparcial, asumible por todos. Por eso, no hay un punto de vista universal ni absoluto que pueda
dirimir en la pluralidad de religiones. No hay tampoco ninguna experiencia religiosa concreta que pueda
ofrecer constatación empírica de que realmente se ha llegado a Dios. Dios no es alcanzable de forma
directa e inmediata en una experiencia humana que se podría imponer a todos. Ninguna experiencia,
por apodíctica y segura que aparezca al creyente, se escapa de la contingencia y finitud de lo humano.
Siempre sería interpretación subjetiva y autorreferencial, que puede servir de testimonio e interpelación
a otros, pero nunca sería prueba irrefutable.
Los condicionamientos de la historia son insuperables y la experiencia del Dios trascendente y absoluto,
caso de que exista, se da siempre humanamente, a través de la mediación subjetiva personal y colectiva,
sin que haya un en sí divino al margen de la creencia que asiente y acepta su presencia. Tiene razón Kant
al afirmar la finitud humana, la importancia de la idea de Dios y la necesidad práctica de postularlo, pero
eso no equivale a demostrar objetivamente que Dios existe.
Es lo que también subraya Hegel desde una razón que no puede abandonar el mundo de lo sensible
para llegar a lo infinito, aunque luego derive en una hermenéutica en la que el hombre es un momento
de la autoconciencia divina. Toda experiencia histórica es ambivalente, da que pensar pero exige ser
evaluada e interpretada. Esto ocurre a todas las religiones.
Junto a la interpretación creyente siempre es posible la increyente, tanto atea como agnóstica. El
mundo habla de Dios al creyente, le plantea la pregunta por su ser y constitución, y remite desde su
contingencia a una realidad fundante y original. Por eso las pruebas tradicionales de la existencia de
Dios sólo son conclusivas para el creyente, pero no se imponen al que rechaza la existencia de esa
realidad fontanal y fundante de sentido, a la que los monoteísmos llaman Dios. Y cada religión que
afirma una comunicación directa e inmediata de la divinidad remite a una vivencia concreta que exige el
asentimiento o el rechazo pero que no se impone por sí misma.
Por eso, las religiones hablan de Dios como misterio y remiten a epifanías e hierofanías históricas y
contingentes, que sólo pueden ser signos e indicios para el que se encuentra confrontado con ellas
desde fuera. Todas las imágenes de Dios son construcciones humanas, aunque sean inspiradas por la
divinidad. El conflicto de interpretaciones es inevitable, aunque eso no significa que todas tengan el
mismo valor, plausibilidad y capacidad de persuasión.
El camino a Dios, por tanto, no es la abstracción de lo sustancial comunitario, para obtener una visión de
Dios aceptable a todas las religiones y reducida a un mínimo formal y trascendental. Esa síntesis
abstracta, aparte de ser fácticamente irrealizable, dadas las diferencias fundamentales que hay entre las
religiones y la imposibilidad de una definición que las abarque a todas, sería además inútil.
Por su extrema idealidad y grado de abstracción no serviría para decidir los problemas internos de cada
religión. Sólo se puede deliberar sobre ellos dentro de la propia tradición concreta. Por eso el camino de
la neutralidad, del consenso o de la abstracción no es válido. La universalidad sólo es posible desde cada
tradición sustancial particular. Sólo desde dentro de la experiencia religiosa es posible diferenciar.
Estamos abocados a una hermenéutica que parte de una tradición concreta y que no puede hacerse al
margen de ella.
Hay que partir, por tanto, de cada creencia religiosa y desde ella interpretar a las otras. Es inevitable que
esa hermenéutica del otro esté condicionada por la propia experiencia. Si Dios existe y se comunica, lo
hace respetando los condicionamientos socioculturales. Cualquier manifestación de la divinidad la
percibe un cristiano desde los símbolos y conceptos de su cultura religiosa, mientras que un musulmán,
y mucho más un hindú, la interpretaría desde sus propios esquemas de comprensión.
Por eso, no hay posibilidad de desarraigarse de la propia religión al analizar y comprender las otras. La
verdad que podamos encontrar en otra visión diferente tiene siempre un contenido autorreferencial,
desde el que establecemos jerarquías, divergencias y puntos comunes. Por tanto, la teología de las
religiones tiene que partir siempre de las confesiones concretas, no de una abstracción de todas ellas.
Foto: Costarico. PhotoXpress.
La universalidad de las religiones
¿Cómo llegar entonces a hacer posibles las pretensiones de universalidad? ¿Cómo pasar de una religión
particular a una universal, que quiere ser válida para todos los hombres? Desde una tradición particular,
la única universalidad posible es la de la apertura multicultural, que llega a una creencia abierta y no
dogmática, es decir, cerrada en sí misma. Se puede reconocer en las otras religiones caminos de
búsqueda de Dios desde el ser humano, que se pregunta y busca. Esta antropología podría establecerse
como base común para todas las religiones. Los monoteísmos podrían integrar en esos datos
antropológicos su propia concepción teológica del Dios creador, su teología natural y su percepción de
lo sobrenatural como inscrito en la misma naturaleza e historia.
En este sentido se puede hablar de un reconocimiento no sólo fáctico de las otras religiones, en cuanto
que están ahí, sino también moral. Hay que respetar el derecho de los seres humanos, como individuos
y colectividades, a buscar la verdad y se puede asumir, sin menoscabo de la propia tradición, que todas
las religiones son caminos hacia Dios. Desde los monoteísmos se puede también admitir que hay un
encuentro plural con la divinidad, en cuanto han sido modos históricos de alcanzarla, aunque a la hora
de establecer la verdad de esas experiencias colectivas sea inevitable el enjuiciamiento desde la
referencia a la propia tradición. Las posibles concordancias las establece cada creyente, al captar la
sintonía de otras creencias con la propia. A partir de ahí sería posible establecer círculos de parentesco y
de diálogo de las grandes religiones entre sí, mucho más cuando ha habido interacción y mutua
influencia entre ellas.
Pero hay que ir más allá, ya que el potencial universal de una tradición concreta tiene que mostrarse
históricamente. Si una religión afirma ser el camino mejor y más válido para encontrarse con Dios,
aunque haya múltiples vías de acceso, tiene que mostrarlo por su capacidad para inculturarse en
contextos y momentos históricos diferentes. Tiene que ver su propia identidad como algo abierto y
dinámico, en constante evolución e interacción, lo cual le permite modificar su propio credo a partir de
otras contribuciones que le vienen de fuera.
Si una religión dice que es la que Dios ha elegido para toda la humanidad, y que por ello es verdadera y
universal, tiene que mostrarlo en la teoría y en la práctica. Cuanto más capacidad tenga para absorber e
integrar elementos extraños, sin por ello perder su propia identidad, como unidad multicultural, más
testimonia su potencial universal. La identidad se muestra también en la capacidad para evolucionar y
permanecer ella misma, a pesar de los cambios.
La apertura, la capacidad de diálogo, la autocrítica, la capacidad de crecer y de enriquecerse son las que
hacen de ella particularidad abierta, que es la forma de universalidad de cada contingencia histórica. De
ahí, la importancia del testimonio que es lo que arrastra y convence. La identidad religiosa no es algo
estático, sino que es procesual y dinámica.
Al universalizarse una religión se hace más capaz de asumir formas plurales, adecuadas a los distintos
grupos y zonas en las que pervive. La unidad de una tradición religiosa no viene dada por la uniformidad,
sino por la comunión en la pluralidad, que lleva consigo diferencias e incluso conflictos, que sólo pueden
resolverse desde una afirmación abierta de la propia identidad, contra la tentación de un esencialismo
atemporal, a histórico y estático.
La evolución y la capacidad para conservar una identidad en el cambio es un signo de apertura, de
crecimiento y de universalidad. Además, la historia nos recuerda el potencial conflictivo y la violencia
desencadenada en nombre de las religiones. Esto obliga a cada religión a recordar su historia, a
mantener abierta la demanda de justicia de las víctimas y a vigilar su presente y futuro para que no
resurjan de nuevo los fanatismos e integrismos del pasado.
En ellos fácticamente se negaba la universidad de la religión y del Dios a quien invocaban, ya que la
apelación a Dios se pagaba con la aniquilación, a veces física, de los increyentes y disidentes del propio
credo, supuestamente universalista. La praxis particular, intolerancia con los no creyentes, se
contraponía a las pretensiones teóricas de testimoniar su universalidad. La pretensión universal de una
religión debe validarse en su capacidad para hacerse cargo de la libertad de los herejes e increyentes, a
los que tiene que convencer con su testimonio, o queda desmentida en la facticidad histórica.
Cada religión que se abre a lo universal se enriquece, asimila e integra aportaciones de otras creencias,
en la misma medida en que se ofrece a éstas como alternativa y como invitación. En esta línea iba la
propuesta de Lessing de una convivencia pacífica entre los monoteísmos bíblicos y, al mismo tiempo,
una llamada al testimonio. La fecundidad histórica de una tradición se muestra por su capacidad de
iluminar y potenciar ámbitos socioculturales distintos de aquel en el que se ha originado.
Esto es lo que hace que haya religiones mundiales y que otras no superen el carácter de lo local o
nacional, con lo que su pretensión de verdad para todos los hombres es puesta en entredicho por su
misma realidad histórica y sociocultural. Por eso, el ecumenismo, el diálogo, la capacidad de interacción
y la contribución al enriquecimiento de otras religiones son marcas de creencias abiertas y con vocación
planetaria. En el fondo es una de las dimensiones y significados del concepto de catolicidad que
pretende el cristianismo.
Ante la pluralidad de creencias no hay ninguna certeza de que la propia es la válida. Lo cual implica
aceptar la contingencia, en la forma de asumir dudas, preguntas y cuestionamientos internos y externos.
Se trata de una convicción de verdad que puede subsistir incluso con problemas no resueltos y aporías.
La duda aquí no sería un signo de falta de fe, sino al contrario, una muestra del carácter genuino, abierto
y no dogmático, de ésta. No es posible conocer todas las otras tradiciones religiosas y mucho menos
evaluar su potencial de verdad. Basta con la convicción de la validez del propio camino, que se va
confirmando en la praxis experiencial de la vida y que se va afianzando como interpretación fecunda de
la vida que genera valor y sentido.
Es coyuntural el haber nacido y crecido en un determinado contexto sociocultural y religioso, no lo es
crecer en universalidad y apertura respecto a otras religiones, sin perder la convicción de estar en un
camino verdadero que lleva a Dios e ilumina la vida. También hay que asumir la posible conversión a
otra religión distinta, que en un momento determinado aparece como más fiable, es decir, más
posibilitadora de experiencias religiosas plausibles y creíbles. La validez y plausibilidad del cristianismo
no estriba en que pueda remitirse a un evento objetivo que todos deberían asumir y aceptar, como sería
el postulado de la resurrección, sino en una comprensión, que se basa en la vida y muerte de Jesús, y
que se ofrece como horizonte de sentido que puede motivar y clarificar a todos los hombres.
De este modo, cada religión es una hipótesis global que explica el mundo, inspira, motiva, y canaliza las
búsquedas humanas [25]. Si la propia comunidad de pertenencia resulta convincente, motivadora y
cada vez más verdadera, en cuanto que se va afianzando a partir de la praxis vital, no hay motivo para
abandonarla mientras que no se conozca otra alternativa más válida, y aunque haya certeza de sus
contradicciones, limitaciones y aporías. Las particularidades abiertas son las formas de realizar la
universalidad en la contingencia histórica, pero cada una conserva siempre su condición de creencia
finita, contingente y limitada. Si la pregunta por Dios es última y universal, las respuestas son siempre
penúltimas y fragmentarias. Por eso, se emprende un camino y se remite la confirmación al final de la
historia, en la línea a la que apuntan las escatologías de los monoteísmos.
Conclusión: el reto de los derechos humanos
No se espera que haya un progreso religioso en la línea de la dialéctica hegeliana, ni que la evolución
lleve por sí misma a lo superior, sino que se reflexiona sobre la propia creencia de forma crítica, reflexiva
e histórica, aceptando las aporías, contradicciones, limitaciones y páginas negras de la religión a la que
se pertenece.
Por eso, las dudas y las preguntas sin respuesta, o al menos con soluciones parciales, que dejan
insatisfecho, no son el signo de una inmadurez religiosa, sino que pueden testimoniar su vitalidad,
apertura y capacidad de crecimiento. A partir de ahí, es posible el diálogo, el ecumenismo, la valoración
e incluso el aprendizaje de otras religiones. Si, por el contrario, fuera cerrada en sí misma, incapaz de
asimilar nada, de evolucionar y de aprender, se podría impugnar la pretensión de verdad universal que
tenga, ya que sería desmentida por los hechos.
Este es el reto de los monoteísmos, y en concreto del cristianismo, como religión con pretensión
universal y absoluta [27]. Tiene que interpelar a las otras religiones desde su propio camino histórico y
vivencial, ofrecer su interpretación del hombre y del mundo y mostrar, en la práctica, su fecundidad y
convergencia con los derechos humanos y la dignidad personal. Al mismo tiempo tiene que beber en las
fuentes experienciales de su historia a la hora de evaluar los fenómenos religiosos, dentro y fuera de él.
Esto le exige apego a la tradición, en la línea de Gadamer y de los comunitarismos, y crítica reflexiva y
selectiva de ella, como afirma Habermas, desde su tendencia a la universalidad. Nunca puede superar el
círculo hermenéutico de evaluar y autojuzgarse desde sus propios criterios específicos, ya que la
dialéctica de pretensiones de universalidad y concreción particular es insuperable. Esa tensión debe ser
fecunda obligando a la evolución y apertura, así como a rechazar las tentaciones fundamentalistas e
integristas que amenazan a todas las religiones.
Notas:
1. Hay más de cincuenta definiciones distintas de lo que es religión y no se ha encontrado ninguna
satisfactoria que pueda ser aplicada universalmente y abarque todas las religiones existentes. Las
definiciones sustancialistas tropiezan con la dificultad de precisar lo que es sagrado, divino o religioso y
las funcionales dependen de los criterios pragmáticos y utilitaristas que se seleccionen. Cfr. J.M. Castro
Cabero, “Sobre las definiciones de religión”: Ciencia tomista 123 (1996), 575-84; H. von Stietencron,
“Der Begriff der Religion in der Religionswissenschaft”, en W. Kerber (ed.), Der Begriff der Religion.
Munich, 1993, 111-58.
2. F. Sullivan ¿Hay salvación fuera de la Iglesia?. Bilbao, 1999; H. Rikhof, “The Necessity of Church. An
Exploration”: Archivio di Filosofia 44 (1986), 481-500. Sullivan analiza el sentido de este eslogan a lo
largo del cristianismo. Lo que durante los primeros siglos fue considerado como una advertencia para
herejes y cismáticos, se convirtió luego en un pronunciamiento dogmático referido a judíos,
musulmanes y de otras religiones.
3. K. Barth, Kirchliche Dogmatik I/2. Zurich, 41948, 324-56.
4. P. Schineller, “Christ and the Church: a Spectrum of Views”: TS 37 (1976) 545-66;.
5. Se trataría de religiones legítimas, que en un contexto histórico-cultural determinado permiten
acceder a Dios y estarían en su plan de salvación. K. Rahner, “Das Christentum und die nicht christlichen
Religionen”: Schriften zur Theologie V. Einsiedeln, 1962, 136-58; “Jesus Christus in den nicht christlichen
Religionen”: Schriftez zur Theologie XII. Einsiedeln, 1975, 370-83; Curso fundamental sobre la fe.
Barcelona, 1979, 364-74.
6. Esta es la postura que propugna H. Kessler, “Pluralistische Religionstheologie und Christologie. Thesen
und Fragen”; en R. Schwager (ed.), Christus allein?. Friburgo, 1996, 158-73.
7. El análisis histórico tampoco favorecería esa valoración del cristianismo como religión absoluta. Las
verdades contingentes de la historia se opondrían a la pretensión de absolutez del cristianismo. Cfr.,E.
Troeltsch, Oeuvres; Histoire des religions et destin de la théologie. Ginebra, 1996, 65-68.
8. G. E. Lessing, Natán el sabio. Madrid, 1985, III,7, 420-560.
9. Remito al estudio de K. Feiereis, “Die Religion -ein Hauptthema der deutschen Aufklärung”, en G.
Wieland (ed.), Religion als Gegenstand der Philosophie. Paderborn, 1997, 71-102. También, A. Torres
Queiruga, La constitución moderna de la razón religiosa. Estella, 1992, 149-222.
10. K. Rahner, “Anonymes Christentum und Missionauftrag der Kirche”: Schriften zur Theologie IX.
Einsiedeln, 1970, 498-518; “Der Auftrag des Schriftstellers und das christliche Dasein”: Schriften zur
Tehologie VII. Einsiedeln, 1966, 386-94; “Atheismus und implizites Christentum”:Schriften zur Tehologie
VIII. Einsiedeln, 1967,187-211.
11. W. Hollenweger, “L’Éxperience de l’Ésprit dans l’Église et hors de l’Église”, en L’Éxperience de Dieu et
le Saint Esprit. París, 1985, 193-210; H. de Lubac, Paradoxe et mystère de l’Église. París, 1967, 120-63; Y.
Congar, Essais oecuméniques. París, 1984, 271-96; G.Thils, L’Aprés Vatican II un nouvel Age de l’Eglise?.
Lovaina, 1985, 48-65.
12. R. Bernhardt, Horizontüberschreitung. Gütersloh, 1991, 9-30; R. Panikkar, “The Jordan, the Tiber and
the Ganges: Three Kairological Moments of Christic Self Consciousnes”, en J.Hick (ed.), The Myth of
Christian Uniquesness. Nueva York, 1987, 89-116; The Cosmotheandric Experience. Nueva York 1993; “A
Christofany for our Times”. TD 39 (1992), 3-22. Panikkar defiende la heterogeneidad no conmensurable
de las distintas religiones, lo cual excluye jerarquizar o gradualizar entre ellas
13. D.M. Hick, Language, persons and Belief. Nueva York, 1967; D. Z. Philips, “Fe religiosa y juegos de
lenguaje”, en B. Mitchell (ed.), Creencia y racionalidad. Barcelona, 1992, 189-218; Th. McPherson,
“Religion as the inexpressible”, en A. Flew-A. MacIntyre (eds.), New Essays in philosophical Theology.
Londres, 1995,131-43.
14. John Hick, Problems of Religious Pluralism. Londres, 1985, 28-45; An Interpretation of Religion.
Londres, 1989, 233-98; “Jesus and the World Religions”, en J. Hick (Ed.), The myth of God Incarnate.
Filadelfia, 1977, 167-85; P. Schmidt-Leukel, “Der Inmanenzgedanke in der Theologie der Religionen”:
MthZ 41 (1990) 43-71; “Religiöse Vielfalt als theologisches Problem”, en R. Schwager (ed.), Christus
allein? Der Streit um die pluralistische Religionstheologie. Friburgo, 1996, 11-49.
15. J. Hick, The Rainbow of Faiths. Londres, 1995, 76-79; P.F. Knitter, No other Name?. Nueva York
1985; “La teología de las religiones en el pensamiento católico”. Concilium 22 (1986), 123-34;
“Interreligious Dialogue and the Unity of Humanity”: Dharma 17 (1992), 282-87; One Earth, many
Religions. Nueva York, 1995; Jesus and the other Names. Nueva York 1996; “Religion und Befreiung.
Soteriozentrismus als Antwort an die Kritiker”, en R. Bernhardt (ed.), Horizontüberschreitung. Gütersloh,
1991, 203-19; R. Ficker, “In Zentrum nicht und nicht allein. Von der Notwendigkeit einer pluralistischen
Religionstheologie”, en Horizontüberschreitung, 220-37.
16. W. Pfüller, “Zur Behebung einiger Schwierigkeiten der pluralistischen Religionstheologie”: MthZ 49
(1998), 335-55; P. Schmidt-Leukel, “Was will die pluralistische Religionstheologie?”: MthZ 49 (1998),
307-34.
17. Una excelente crítica a la teología pluralista de las religiones, y más en concreto a las posturas de
Knitter y Hick es la que ofrecen G.L. Müller, “Eerkentnistheoretische Grundprobleme einer Theologie der
Religionen”: Forum Katholische Theologie 15 (1999) 161-79; G. Gäde, Viele religionen-ein Wort Gottes.
Gütersloh, 1998.
18. Así lo han subrayado algunos autores. Cfr., G. Gäde, Viele Religionen-ein Wort Gottes. Einspruch
gegen John Hicks pluralistische Religionstheologie. Gütersloh, 1998; “Gott und das Ding an sich. Zur
theologische Eerkenntnislehre John Hicks”: ThPh 73 (1998), 46-69; E. Arens, “Perspektiven und
Problematik pluralistischer Christologie”: MthZ 46 (19995), 329-43.
19. A. Kreiner, “Die Erfahrung religiöser Vielfalt. Zur gegenwärtigen Diskussion einer Theologie der
Religionen”, en A. Kreiner (ed.), Religiöse Erfahrung und theologische Reflexion. Paderborn, 1986, 323-
36; W. Pannenberg, “Religious Pluralism and conflicting Truth claims”, en G.D’ Costa (ed.), Christian
Uniqueness Reconsidered. Nueva York, 1996, 96-106; C.E. Braaten, “The problem of the Absoluteness of
Christianity”. Interpretation 40 (1986), 341-53.
20. L. Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen. Francfort, 1969, 18; 108;203;208.
P. Winch, Ciencia social y filosofía. Buenos Aires, 1972.
21. Remito a la excelente visión sintética que ofrece M. Cabada Castro, El Dios que da que pensar.
Madrid, 1999.
22. El conflicto entre Gadamer y Habermas ha sido recogido en el volumen colectivo Hermeneutik und
Ideologiekritik. Francfort, 1975.
23. J. Habermas, Identidades nacionales y postnacionales. Madrid, 1989; La necesidad de revisión de la
izquierda. Madrid 1991; Escritos sobre moralidad y eticidad. Barcelona, 1991.
24. Ch. Taylor, Fuentes del yo. Barcelona, 1996; Argumentos filosóficos. Barcelona, 1997, 293-334; La
ética de la autenticidad. Barcelona 1994,11-34; 77-88. La diferencia de perspectivas entre Habermas y
Taylor se refleja en el volumen colectivo, Ch. Taylor (ed.), El multiculturalismo. México, 1993.
25. Remito a las excelentes sugerencias que ofrece J.B. Metz, Por una cultura de la memoria. Barcelona,
1999, 112-26.
26. Esta es la línea que he seguido en Dios en las tradiciones filosóficas II. Madrid, 1986, 248-80.
27. Remito a mi estudio El monoteísmo ante el reto de las religiones. Santander, 1997.
Artículo elaborado por Juan A. Estrada, Catedrático de Filosofía en la Universidad de Granada y
colaborador de Tendencias21 de las Religiones.
ENTRAR EN LA EXPERIENCIA
Adviento 2014
MAGDALENA BENNÁSAR OLIVER, [email protected]
MALLORCA.
ECLESALIA, 15/12/14.- Entrar en la experiencia es mucho más importante y enriquecedor que quedarnos
en el saber.
Tenemos tanta necesidad de saber y entender nuestra experiencia religiosa y nuestra teología que
podemos confundir el saboreo intelectual con la vivencia más profunda.
Que disfrute de entender, un poco más los textos que hablan de la Navidad no significa que tenga una
experiencia de Navidad, en este caso, sino que he dado el primer paso hacia un llegar a vivenciarlo por
dentro y en la medida que pueda, vivirlo- ponerlo en práctica.
Podríamos decir que lo dicho es el primer paso del método Lectio Divina o Lectura orante de la Palabra,
leer el texto y escudriñarlo: estudiarlo, buscar en un diccionario o comentario bíblico su contexto, su
significado y una vez “entendido y comprendido” releerlo ya con esas claves de interpretación y dejarlo
posar por dentro: meditarlo.
Estaba yo en ello esta madrugada, cuando una palabra ha sobresalido, tal vez porque me venía dando
vueltas por dentro hacía tiempo. Es una palabra-realidad que permea toda la Escritura y sobre todo el
NT y muy especialmente los textos, históricos o no, este no es lugar de ese tipo de discusión, que Lucas
nos coloca como inicio de todo, los textos alrededor del nacimiento de Jesús.
La palabra es “movimiento-desinstalación”. Es decir, el movimiento que realizas cuando no quisieras,
pero se te invita bien por dentro bien desde una realidad de necesidad de alguien o social. No se refiere
al ajetreo que me monto porque hay que preparar comidas y regalos…sino al paso que se nos invita a
dar por dentro si estamos atentas a los textos.
Dice A. Oliver “Aquel que no camina no engendra nada, y aquel que camina siempre está preñado.”
Como decía históricos o no, los textos alrededor del nacimiento están configurados desde la respuesta a
diferentes llamadas que conllevan movimiento: la visita de María a Isabel, el empadronamiento en el
lugar de origen, la visita de personajes lejanos, la huida a Egipto. Un parto en medio de la noche o
tiempo oscuro que lo es para muchas de nosotras que esperamos y necesitamos luz como mujeres del
siglo XXI en una iglesia que nos trata en general como en tiempos del patriarcado más radical.
(Una última experiencia jocosa, hace unas semanas una de nosotras dio una charla sobre Jesús en una
parroquia y el párroco la presentó brevísimamente pasando ella a desarrollar el tema que además fue
muy bien recibido. En el periódico local sale la noticia con la foto del párroco y ni mención de la
ponente…)
¿De qué caminar, de qué movimiento estamos hablando? Es el movimiento de ir soltando una vieja o
cómoda idea-experiencia de un dios que ya no es Dios, sino “mi ídolo”, el que tengo agarrado y que creo
que me da seguridad.
Resulta que todos los años vuelve el Adviento para recordarnos que hay que soltar, estar en vela porque
viene el Mesías… ¿acaso no vino el año pasado? ¡A saber! Lo cierto es que este año intenta volver a
nuestra vida y a nuestro mundo. Y los mismos textos hoy nos hablan de nuevo de alguna idea que tengo
que soltar y dejar que se desarrolle por la fuerza del Espíritu que engendra vida en nosotras.
Tenemos que ir entendiendo porque de lo contrario no lo vivimos como es en realidad. Tal vez incluso lo
forzamos para que sea como creemos que tendría que ser…y de repente descubrimos que el Niño ya
nos espera jugando al escondite y nos reta a jugar con él, a imaginar con él, entre risas y sueños el
mundo que sólo los niños son capaces de crear. Por eso Dios se hace niño, porque ya le vale de gente
seria y vieja por dentro que no pilla que la Navidad la entienden los de abajo, los que se echan al suelo a
jugar con el Niño. Los que no tienen miedo al barro del camino y a los mocos del crío Dios, de la vecina
pobre que no puede llegar a fin de mes o del emigrante para quien la Navidad se convierte en un funeral
porque no puede ni soñar estar con los suyos.
¿Dónde está el Espíritu? En el concierto de etiqueta que “por culpa” de la Navidad hay que celebrar…
bueno, también los músicos tienen que comer, o en la nueva manera de entender todo lo que Jesús trae
y que se nos dice que es el Reino: un mundo al revés: los pobres arriba, los ricos y poderosos suspenden.
Una religión tan al revés que el Judaísmo no la digiere y sale de sus casillas: Jesús derroca los cimientos
de sus creencias. Esto es Navidad, todos los años: Jesús derroca los cimientos de donde yo me he
encaramado y me creo alguien ahí, y viene él y me guiña sus ojitos tiernos e irónicos y me dice ¡que no!
Movimiento desde lo que yo pienso, opino hacia una escucha atenta, una mirada lúcida tipo María de
Nazaret en la noche oscura de una religiosidad que la sigue coronando y enjoyando en lugar de imitarla
y gestar el Mesías, como ella, no el que esperaba el pueblo sino el que vino y el que viene ¿por dónde?
¿Por dónde crees que quiere hacerse un hueco el mocoso de Jesús en tu seria y organizada vida? ¿A qué
reunión de todas crees que acudirá?, ¿llegará para la cena de Nochebuena o se quedará en la plaza
jugando con los niños y repartiendo mendrugos entre todos, que es lo que al final más le gustaba, entre
todos, los desahuciados y los desempleados y los deprimidos por situaciones injustísimas?…
¿Qué le hemos hecho al cristianismo que nuestras generaciones de 30s y 40s nos sueltan, en el mejor de
los casos, los niños en la catequesis, y huyen a tomar un café con amigas, mientras las abuelillas en
muchos casos, como dice un sobrino, hacen lo que pueden con niños que no pillan demasiado el
cuento? Tal vez el “café con amigas” es más jugoso y tal vez por eso Jesús se hace mendrugo y se dedica
a comer con todos y todas, eso sí, sin mucho protocolo.
Movimiento de ideas, de posibles proyectos diferentes que pueden tomar cuerpo si les prestamos el
nuestro. Modos de acercarnos a los más jóvenes “de otro modo” como lo haría Jesús. Por cierto ¿cómo
lo haría Jesús? Si lo descubres me lo cuentas, y será Navidad. Porque no sólo se trata de repartir pan,
también Palabra hecha pan con tus manos. Ese movimiento de pasar de la silla a la comunicación de esa
experiencia hace que en ti y en mí se geste vida: La Vida. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la
difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Gitanos
Probablemente, y tenemos que lamentarlo, decir “gitano” no tiene, en general, para una sociedad de
mayoría paya, el mejor de los significados y sentidos. Muchos siglos, demasiados, con pocos avances y sí
con algunos retrocesos.
Pero, sin embargo, detrás de esta palabra controvertida hay un pueblo con muchísima historia, y la
historia supone riqueza; hay muchas personas con extraordinarios valores; hay mucha vida y cultura con
una riqueza incuestionables; hay una realidad social construida con mucho esfuerzo, a la vez que con
evidentes dificultades; existe un pueblo distinto, diferente, con problemas de convivencia y de diálogo
con el pueblo payo junto al que ha ido haciendo historia compartida muchos siglos, aunque haya sido
casi siempre en desventaja.
EL momento actual, quiero mirarlo con preocupación desde Salamanca. No quisiera hacerlo,
evidentemente, de esta manera, pero la realidad, desde mi humilde mirada, parece que es terca y
preocupante.
La historia de muchos siglos pesa y determina en las relaciones entre los pueblos y las gentes, en este
caso y en otros, pero cuando parecía que en la última parte del siglo pasado, años 80 y 90, avanzábamos
en el respeto compartido a los diferentes y lo distinto; sin embargo, nos presentamos en estos años que
transcurren del presente siglo, y nos encontramos que este colectivo minoritario, en la sociedad
salmantina en particular, no quisiera generalizar, se desenvuelve, como también sucede con otros
colectivos sociales , en una realidad difícil y con un futuro nada esperanzador.
Como en el resto de la sociedad, las reconversiones sufridas en clave económica a lo largo de los últimos
40 años, ha causado verdaderos estragos en la vida cultural y social de los colectivos más débiles y
diferentes, y que se han encontrado en mayor indefensión.
El pensamiento único que nos domina ha hecho caso omiso de los diferentes; de los pueblos, colectivos
y personas distintas; y, antes al contrario, como en este caso, en una parte de su pueblo, ha sido
utilizado para sostener el negocio destructivo del narcotráfico en su eslabón más bajo y
desestructurador.
A la vez que esto sucede, sus actividades tradicionales y propias, van siendo absorbidas por otros
intereses económicos en los cuales se va a desenvolver el cambio de actividad como modo de vivir.
La reconversión campesina ha hecho desaparecer una actividad tan propia del mundo gitano como la
compra venta de animales. La reconversión en la actividad de las antigüedades hace que sea mínima la
importancia de esta actividad importante en otros momentos. Que el reciclado del cartón, de la chatarra
y de otros productos y deshechos, se haya convertido en un boyante negocio, eso ha supuesto que se
tome como una actividad principal para grandes empresas. La reconversión del sector textil hace que
con el pasar del tiempo los mercadillos sean un espacio difícil para sobrevivir.
Ante estos hechos y los cambios que han supuesto, nada coyunturales, sino estructurales; con las
nuevas maneras de vivir y de ser que se nos exige, creo que el mundo gitano en salamanca, como está
pasando a otros colectivos por estos y otros motivos, en la capital y provincia, ha quedado “fuera de
juego”.
Un buen puñado de familias han sido fácil presa para ser utilizados masivamente en actividades como el
narcotráfico, como eslabón último de la cadena; y son ya demasiadas las generaciones implicadas que a
la vez que son víctimas, también son culpables de colaborar a que barrios como Buenos Aires y otros se
conviertan en espacios inhabitables y de ruptura y conflicto permanente.
Sus hijos e hijas han perdido toda referencia social y cultural normalizada; sus mujeres son principales
víctimas de consumo salvaje y sin sentido al margen de su propia etnia y cultura; sus hombres y mujeres
son criminalizados desde jueces, abogados y cárceles. Lo más propio y diferente de su cultura va
desapareciendo y el diálogo con el resto de la sociedad se hace cada vez más difícil por no decir
imposible.
El narcotráfico es la dificultad añadida para este momento del mundo gitano hasta convertirse en un
grave problema social. No existen ámbitos de posible diálogo y entendimiento. No existe espacio para
tener en cuenta lo diferente. No hay condiciones que lo permitan. Es momento de preocupación y poner
en juego voluntades.
Una espera revolucionaria y constructiva
Editado por
José Manuel Bernal
Estamos culminando el adviento. Pero la espera no termina; continúa. Porque la esperanza del
adviento no termina con la fiesta de navidad. No debemos entender el adviento como una gran
novena que nos prepara para la fiesta del nacimiento de Jesús en Belén. El adviento tiene una
proyección mucho más ambiciosa, de mayor calado. Por ese motivo el primer domingo de adviento, que
es como el pórtico de este hermoso periodo de tiempo, se abre con la imponente visión de la última
venida del Señor, al final de los tiempos. Hacia ahí apunta la esperanza del adviento, hacia la última
venida. Porque la última venida, la “parusía”, la entendemos como la culminación, la consolidación
plena y definitiva de la venida de Jesús en Belén.
Paro la última venida del Señor, al final de los tiempos, no la entendemos en términos de gran
catástrofe; como si se tratara de una especie de gran cataclismo cósmico, terrible y tremebundo,
ambientado milagrosamente por la presencia de una multitud de ángeles tocando trompetas. Todo esto
no es sino el revestimiento cultural de la simbólica apocalíptica hebrea. Para nosotros, a la luz de los
comentarios de Pablo, la última venida representa la culminación del proceso de regeneración pascual,
iniciado en el Resucitado, el primer hombre nuevo, regenerado y glorioso, el primogénito entre muchos
hermanos, primicia de la nueva creación; la última venida ha de coincidir con la instauración del
hombre nuevo, de una nueva creación; cuando los hombres se reconozcan como hermanos en la paz y
en la justicia. Será la realización plena y total de la utopía del Reino.
Pero los bienes escatológicos, los recogidos y prometidos en la utopía del Reino, hay que ir
construyéndolos ya. Tenemos que adelantar la venida dl Señor. Tenemos que denunciar todo lo
que se opone al proyecto de regeneración pascual de Jesús: la soberbia, el egoísmo, el odio, la violencia.
Y tenemos que ir construyendo los grandes valores del Reino: la solidaridad, la justicia, la paz, el amor
fraterno. Tenemos que ir construyendo la gran comunidad de los reunidos y reconciliados, de los
invitados a la mesa del banquete mesiánico.
Nuestra espera no termina en Navidad. La esperanza es el alma de nuestra vida comprometida y
luchadora. Toda nuestra vida debe ser un adviento; siempre a la espera del Señor que viene; siempre
allanando caminos; siempre construyendo el Reino.
Un anuncio sorprendente
Editado por
José Antonio Pagola
Lucas narra el anuncio del nacimiento de Jesús en estrecho paralelismo con el del Bautista. El
contraste entre ambas escenas es tan sorprendente que nos permite entrever con luces nuevas el
Misterio del Dios encarnado en Jesús. El anuncio del nacimiento del Bautista sucede en «Jerusalén», la
grandiosa capital de Israel, centro político y religioso del pueblo judío.
El nacimiento de Jesús se anuncia en un pueblo desconocido de las montañas de Galilea. Una aldea sin
relieve alguno, llamada «Nazaret», de donde nadie espera que pueda salir nada bueno. Años más tarde,
estos pueblos humildes acogerán el mensaje de Jesús anunciando la bondad de Dios. Jerusalén por el
contrario lo rechazará. Casi siempre, son los pequeños e insignificantes los que mejor entienden y
acogen al Dios encarnado en Jesús.
El anuncio del nacimiento del Bautista tiene lugar en el espacio sagrado del «templo». El de Jesús en una
casa pobre de una «aldea». Jesús se hará presente allí donde las gentes viven, trabajan, gozan y
sufren. Vive entre ellos aliviando el sufrimiento y ofreciendo el perdón del Padre. Dios se ha hecho
carne, no para permanecer en los templos, sino para «poner su morada entre los hombres» y compartir
nuestra vida.
El anuncio del nacimiento del Bautista lo escucha un «varón» venerable, el sacerdote Zacarías, durante
una solemne celebración ritual. El de Jesús se le hace a María, una «joven» de unos doce años. No se
indica dónde está ni qué está haciendo. ¿A quién puede interesar el trabajo de una mujer? Sin embargo,
Jesús, el Hijo de Dios encarnado, mirará a las mujeres de manera diferente, defenderá su dignidad y
las acogerá entre sus discípulos.
Por último, del Bautista se anuncia que nacerá de Zacarías e Isabel, una pareja estéril, bendecida por
Dios. De Jesús se dice algo absolutamente nuevo. El Mesías nacerá de María, una joven virgen. El
Espíritu de Dios estará en el origen de su aparición en el mundo. Por eso, «será llamado Hijo de Dios». El
Salvador del mundo no nace como fruto del amor de unos esposos que se quieren mutuamente. Nace
como fruto del Amor de Dios a toda la humanidad. Jesús no es un regalo que nos hacen María y José. Es
un regalo que nos hace Dios.
José Antonio Pagola
4 Domingo de Adviento - B
(Lucas 1,26-38)
14 de diciembre 2014
ASAMBLEA DIOCESANA
¿Qué es? ¿Qué Pretende? ¿A quién va
dirigida?
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo.
La Iglesia ‘en salida’ es una Iglesia con las puertas abiertas.
Si la Iglesia entera sume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones (Evangelii
Gaudium del Papa Francisco)
1. ¿Qué es la Asamblea Diocesana?
- Un tiempo en la vida de la Iglesia en Salamanca orientado a renovar nuestro seguimiento a Jesús,
nuestra misión apostólica y nuestras estructuras.
- Un tiempo para estudiar, entre todos, nuevas y mejores formas de ayudar y servir a los hombres y
mujeres de Salamanca, y para aprender todos juntos a dar razón de nuestra fe, de nuestra esperanza y de
nuestra alegría.
- Un tiempo para pensar cómo dar nuevas respuestas a los nuevos desafíos de la vida actual, tratando de
aportar soluciones más humanas y evangélicas.
2. ¿Qué pretende la Asamblea Diocesana?
El objetivo de la Asamblea Diocesana es la renovación de la Iglesia en Salamanca:
- Renovación espiritual: ganar en cercanía y amistad personal con Jesús a través de la oración y los
sacramentos.
- Renovación pastoral: buscar juntos nuevas formas para la comunicación de la Fe, basadas en el
compromiso personal, la amabilidad y la caridad.
- Renovación de personas, comunidades y estructuras: buscar una estructura eclesial más misionera, más
hacia fuera y más cercana a los problemas reales de la sociedad actual.
3. ¿Cúando se va a desarrollar la Asamblea?
El tiempo de Asamblea Diocesana discurre desde septiembre de 2014 hasta junio de 2016.
Tendrá tres etapas:
1. Preparación: octubre 2014-enero 2015.
Tiempo de explicar, animar, incluir a todos, llamar…Terminará con una gran celebración diocesana.
2. Reflexión: febrero 2015-marzo 2016.
Tiempo de estudiar y análizar la realidad de nuestra diócesis y nuestra sociedad; tiempo de creación de
grupos de trabajo, tiempo de propuestas, de encuentros. Ante nuevos retos, nuevas respuestas: ¿Cómo
renovar espiritual, pastoral y estructuralmente nuestra Diócesis?. Será un tiempo de buscar juntos y
elaborar entre todos las propuestas para los tres apartados de renovación ya señalados.
3. Asamblea final: abril-junio 2016.
Tiempo de elaborar las conclusiones y propuestas finales para la renovación espiritual, pastoral y
estructural, para que sean entregadas al Sr. Obispo y éste las promulgue si lo cree oportuno y se apliquen
en nuestra Diócesis en los próximos años.
4.- ¿Quién puede participar en la Asamblea Diocesana?
Todos, porque el desafío de la renovación es competencia de todos:
1. Todos: La Iglesia que vive, anuncia, celebra y sirve la caridad en sus comunidades e instituciones
eclesiales, en la ciudad y en el mundo rural..., sus laicos, sacerdotes y religiosos; sus movimientos,
cofradías, comunidades…
2.- Todos: las personas bautizadas que quizás se sienten más alejadas, que incluso no tienen una
pertenencia cordial a la iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Incluso también a aquellos que
no conocen a Jesucristo pero buscan a Dios, movidos por la nostalgia de su rostro,…
3. Todos: los miembros de una sociedad que peregrina en una ciudad culta, en un mundo rural sencillo y
trabajador…una sociedad salmantina articulada en unos moldes culturales, sociales, políticos y
económicos concretos, que pasa por una encrucijada importante y tiene heridas de pobreza, exclusión en
algunos de sus miembros, pero siempre con la esperanza sembrada en el corazón de sus hombres y
mujeres que llevan caminando siglos.
5.- ¿Cómo puedo participar en la Asamblea Diocesana?
En cada fase de la Asamblea nos irán indicando la forma de dar cauce a la participación de cada uno,
porque el papel de todos es muy importante.
Ahora, en la primera fase de preparación:
• Puedes leer la información sobre la Asamblea que está a tu disposición en las iglesias y despachos
parroquiales.
• Puedes participar en la presentación más detallada que se hará de la Asamblea en tu parroquia,
movimiento, cofradía, comunidad,… el día y lugar que se indique
• Puedes seguir la información de la Asamblea en (citar la web, facebook, twitter,…) y en la revista
Comunidad
• Puedes comentar con tus amigos y conocidos lo que vayas conociendo e informándote acerca de la
Asamblea
• Puedes tener muy presente este tiempo de Asamblea en tu oración
• Puedes hacer todo lo que se te ocurra que pueda ayudar a este importante tiempo de Asamblea que ahora
se inicia
Todos estamos invitados porque el desafío de la renovación nos convoca……
Únete, es el momento,
es tu momento
La Diocésis de Salamanca se prepara
para vivir el Adviento con diversas
actividades
SalamancaRTV al Día
Retiros, oraciones, conferencias, actividades solidarias y conciertos a lo largo de las próximas semanas
La Diócesis se prepara para vivir el Adviento
Durante estas semanas de preparación para la Navidad, la Diócesis de Salamanca se prepara con
alegría a vivir el Adviento con diversas actividades: retiros, celebraciones, oraciones, conferencias,
actividades solidarias, conciertos...
Desde la parroquia San Juan Bautista, José Mª Miñambres sugiere construir cada uno un "itinerario
personal de vigilancia concretando las señales para este camino", que pueden ser: celebrar el
sacramento del perdón, leer y meditar durante diez minutos cada día la Palabra de Dios, compartir un
2% de nuestro sueldo con los pobres y rezar todos los días por la Asamblea diocesana.
En el documento adjunto se puede consultar toda la agenda de actividades para estas semanas.
Actividades_Adviento-1.compressed.pdf [393,21 Kb]
PARROQUIA DE LA PURÍSIMA.
Diciembre de 2014. Celebraciones de la Penitencia de Adviento
18 de Diciembre. Misa en la Catedral Vieja con
motivo de la Festividad “Virden de la Esperanza"
La Asociación Damas Virgen de la Vega con motivo de la festividad “Virgen de la Esperanza” invita a
todos a participar en la misa que tendrá lugar en la Catedral Vieja, el jueves 18 de diciembre a las 19:00 h,
como preludio de la la preparación de la navidad.
XIV Campaña Solidaria de la Cofradía Santa
Vera Cruz de Salamanca
La Cofradía Santa Vera Cruz de Salamanca organiza su XIV Campaña Solidaria de recogida de ropa,
alimentos no perecederos y juguetes a favor de la Parroquia de Puente Ladrillo y Comunidad de Siervas
de San José del barrio de Buenos Aires.
La recogida tendrá lugar en la sede de la Cofradía: calle Sorias, 2 en horario:
Lunes 8 a las 12:00 (antes de la Misa de la Inmaculada Concepción), Viernes 12 de 20:30 a 22:00,
Viernes 19 de 20:30 a 22:00, Lunes 22 de 20:00 a 22:00 (durante el II Concierto Solidario), Jueves 25 a
las 12:00 (antes de la Misa de Navidad) y Martes 6 a las 12:00 (antes de la Misa de Reyes), o a través del
teléfono 686955993.
Calendario de Adviento Misionero
-17 de Diciembre: Eucaristía de Navidad, a las 18.00 h. en la sede de Misiones.
- 20 de Diciembre: Retiro Adviento-Navidad ‘Nace la alegría’. Se celebrará en la Casa de Espiritualidad
Virgen Vega, en el Alto del Rollo, de 10.00 a 17.00 horas.
Elecciones: Un nuevo Consejo Diocesano
de Pastoral
Cuando se descubre la Iglesia como misterio de comunión, hay que buscar caminos para acogerla,
compartirla y ofrecerla. En la Iglesia local, la Diócesis, en la parroquia donde la Iglesia local toma cuerpo
de modo tan significativo, hay un altar y, sobre él, el pan y la copa, el cuerpo inmolado que se incorpora
al cuerpo eclesial. La Iglesia es cuerpo de la eucaristía. Toda ella está llena de dones y carismas. Por tanto
toda ella, aunque de manera distinta, es responsable de la misión.
Los dones que suscita el Espíritu Santo son muchos, pero en torno a cada altar, podemos descubrir los tres
grandes carismas: el sacerdocio, el laicado y la vida consagrada. Si todos estos hermanos son
responsables de la misión, bajo la dirección y cuidado de los pastores, se explica que en cada diócesis y
también en cada parroquia haya un “Consejo Pastoral”.
Además del “Consejo Presbiteral” (PO 7) y del “Consejo de Laicos” (AA 26), el concilio hace la
sugerencia de que los tres grandes carismas se entretejan en torno a la mesa de la Iglesia local. “En cada
diócesis un Consejo de Pastoral, presidido por el Obispo diocesano, formado por los sacerdotes,
religiosos y laicos especialmente elegidos. La misión de este consejo será estudiar y pensar lo que se
refiere a las actividades pastorales y proponer, en relación con ellas, conclusiones prácticas” (CD 27).
Son ya muchos años de camino del Consejo Pastoral en nuestra Diócesis, con frutos innegables; en estos
últimos cuatro años ha trabajado con dedicación y generosidad todos sus miembros. Suyo es el
documento del Segundo Borrador del Plan diocesano de Pastoral y la aceptación de la próxima Asamblea
Pastoral, a propuesta del Obispo. Toca la renovación del mismo, mediante las elecciones convocadas.
Muchas gracias a todos los que han participado del mismo y bienvenidos los nuevos miembros elegidos.
Comienzan, pues, las elecciones para el nuevo Consejo (2014-2018). Lo constituirán laicos, de
movimientos, acción católica, de consejos parroquiales y arciprestales, profesores de religión, padres y
madres de alumnos, familias, el camino neocatecumenal, universitarios, cofrades…; y religiosos e
institutos seculares y de otras formas de vida consagrada; y sacerdotes.
Atentos todos a las convocatorias que los distintos sectores realizarán. El plazo para estas elecciones será
hasta el 30 de noviembre 2014.
Comienza el curso Fe y Arte del
Arciprestazgo de Peñaranda
El pasado 19 de octubre comenzó un año más el curso "Fe y Arte" del Arciprestazgo de Peñaranda. La
siguiente visita tendrá lugar el 23 de Noviembre a "El Castillo de Santa María" en Macotera.
Más información: www.unidadpastoraldecantalapiedra.com
Nuevo calendario de misas para las
parroquias de la capital
Ajustado a los cambios organizativos que se han llevado a cabo en los arciprestazgos y parroquias
Misa en la Catedral de Salamanca
La Diócesis de Salamanca ha elaborado el nuevo calendario de misas 2014/15 en las parroquias de la
ciudad que será el que regirá a partir de ahora. Un calendario que ha sido necesario ajustar a los
cambios organizativos que se han llevado a cabo recientemente en los arciprestazgos y las parroquias.
En el archivo adjunto pueden encontrar el nuevo calendario de misas y horarios para este nuevo curso.
HORARIO DE MISAS 2014-2015.docx [125,29 Kb]
AGENDA DIOCESANA
9 de Diciembre. El martes día 9 de diciembre se va a celebrar un encuentro en torno al trabajo digno, un acto organizado por HOAC Salamanca. El encuentro tendrá lugar a las 20.00 h. en los locales de Cáritas de la C/ Rector Lucena (frente Hacienda).
9 de diciembre FORMACIÓN PERMANENTE DE LAICOS: tendrá lugar una nueva sesión de la formación permanente de laicos, en esta ocasión abordarán los apartados 25-33 de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, sobre La Pastoral en Conversión. El acto tendrá lugar a las 20.00 horas en la Casa de la Iglesia.
12 de Diciembre. CENA SOLIDARIA: La delegación salmantina de Acción Verapaz organiza la CENA SOLIDARIA, este año con la mirada puesta en el poblado de Luque (Paraguay), donde la oenegé dominica tiene previsto financiar un proyecto de provisión de alimentos para un comedor escolar frecuentado diariamente por unos 50 niños.
ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA: : En la capilla de Adoración Eucarística Perpetua, abierta desde el pasado 27 de abril en la iglesia del Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus), es posible acercarse al sacramento de la Penitencia cada día de 6:30 a 8:00 horas; los lunes de 22:00 a 00:00, los miércoles de 10:30 a 12:00 y los viernes de 20:00 a 22:00 h.
CONFESIONES EN LA PARROQUIA DE EL CARMEN: (Pza. de los Bandos). Martes de 10:00 a 13:00 h y de 17:30 a 20:30 h. y Viernes de 10:00 a 13:00 h y de 17:30 a 20:30 h.
GRUPO JOVEN DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA: se reúne en oración todos miércoles, a las 19:30 horas en la capilla de la Universidad Pontificia.
Concierto de órgano en la Parroquia de
Ntra. Sra. de Lourdes
El próximo miércoles, día 17, tendrá lugar a las 19:30 h. en la Parroquia de Ntra. Sra. de Lourdes un
concierto de alumnos de la cátedra de órgano. Antonio, Alicia, María, Mónica e Ignacio interpretarán
unas obras de Bach y Mendelssohn. El órgano que sufría problemas a causa de la humedad, ha sido
restaurado por Federico Acitores constructor del mismo y gracias a la generosidad de amigos de la
Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes.
El grupo de Fe y Arte se reunirá en
Villaflores para contemplar dos
imágenes restaruadas recientemente
Como cada mes, el grupo de Fe y Arte se reúne, este domingo 21 de Diciembre en Villaflores para
contemplar las dos imágenes restauradas recientemente. Una de ellas es la Virgen románica de Villaflores
y la otra es una Virgen manierista del Campo de Peñaranda. Ambas imágenes adentrarán al Misterio de la
Navidad. Será a las 17:00 h en la Iglesia Parroquial de Villaflores.
La parroquia de San Cristóbal de la
Cuesta celebra el fin de trimestre con
una convivencia de Navidad
La Parroquia de San Cristóbal de la Cuesta celebra el próximo domingo 21 de diciembre su fin de
trimestre con una convivencia de Navidad que comenzará a las 13:15 con una misa de niños de
prenavidad, seguidamente a las 14:00 h tendrá lugar una comida de convivencia de todos los grupos de
catequesis en el teatro parroquial. Esta convivencia concluirá a las 17:00 h con un festival de navidad que
se llevará a cabo en la Iglesia parroquial.
Charla coloquio "el Papa Francisco y la
Piedad Popular" celebrada en la sede
social de la Hermandad Dominicana
El lunes, día 15 de diciembre de 2014, tuvo lugar en la sede social de la Hermandad Dominicana la charla
coloquio EL PAPA FRANCISCO Y LA PIEDAD POPULAR, por el sacerdote Don José Luis Sánchez
Moyano.
Esta charla coloquio forma parte del programa de actividades de la Asamblea Diocesana, dentro de su
primera etapa, en la que se ha programado un acto mensual relacionado con las cofradías salmantinas y
sus actividades evangelizadoras.
El acto fue presidido por Don Jose Luis Sánchez Moyano, Párroco de la iglesia de San Pedro en el
barrio de Tejares y Capellán de la Cofradías de la Virgen de la Salud y de San Pedro Apóstol,
establecidas en el mismo templo; Don Florentino Gutiérrez Sánchez, Vicario General de la Diócesis de
Salamanca Sánchez; y Don Manuel Toral Franco, Hermano Mayor de la Hermandad Dominicana del
Stmo. Cristo de la Buena Muerte, Nuestro Padre Jesús de la Pasión, Nuestra Señora de los Dolores y
Nuestra Señora de la Esperanza.
Don José Luis, a los largo de una hora, expuso una visión general del actual panorama mundial de la
Iglesia Católica, especialmente desde que fue proclamado el 13 de marzo de 2013 Papa Jorge Mario
Bergoglio, eligiendo para su pontificado el nombre de Papa Francisco I. Este Papa nacido en Buenos
Aires, procede de Sudamérica, unos de los mayores focos de la Religión Católica, tiene una amplia
experiencia en el trato humano, fundamentalmente con personas rodeadas de pobreza, en una zona del
planeta con un nivel de subdesarrollo notable, además de contar con una notable preparación intelectual.
Desde su proclamación como Sumo Pontífice, ha seguido un programa innovador y reformador,
caracterizado por la cercanía, consiguiendo en este corto espacio de tiempo una novedad que no ha
pasado desapercibida, apreciada por todos, incluso por los que señalaban a la Iglesia como una institución
intolerante y retrógrada.
Su forma de hacer llegar el Evangelio, difiere en varios puntos, respecto a la línea tradicional, destacando
su exhortación en al Parlamento Europeo en el mes de noviembre, ente otros muchos actos, recogidos
ampliamente por los medios de comunicación mundiales, lo que le confiere un carisma especial.
Destacó que, dentro de esa forma directa, abierta y clara de hacer llegar el Evangelio, la Piedad Popular es
una de las principales formas de hacerlo. Las cofradías, sus miembros, la acción de difusión que ejercen
hacia todas las esferas de la sociedad, están demostrando ser una forma de vertebración eficaz de hacer
llegar al ser humano una nueva visión de su vida personal y relación con sus emejantes.
Posteriormente a la exposición, se celebró un coloquio, participando varios asistentes, en la que intervino
principalmente Don Manuel Toral, aportando su visión de la experiencia adquirida en el tiempo que lleva
al frente de la Hermandad Dominicana.
Al final del acto, Don Florentino Gutiérrez, expuso unas convincentes razones de conducta señalando
que la clave del éxito en el trabajo se basa en el cambio personal, este razonamiento más psicológico que
religioso, fue llevado a la practica por Santa Teresa de Jesús, reformando su Castillo Interior, es decir
modificando su personalidad mediante una disciplina interior, basada en el respeto hacía sí misma y los
demás. Con ello consiguió una demostrada eficacia en su vida y a la vez contagiando a las personas que la
rodeaban. Exhortó a los cofrades a seguir esa línea de conducta, mediante la preparación y meditación.
Premio Internacional de Investigación
Alejandro IV
El plazo de entrega de los trabajos será hasta el 30 de abril de 2015
Publicado: 16/12/14 1:45
El rector de la UPSA, D. Ángel Galindo, ha presentado el Premio Internacional de Investigación Alejandro
IV. Un galardón cuyo objeto es “promover y difundir los trabajos de investigación en Ciencia, Cultura y
Religión, en cualquiera de sus especialidades, especialmente en su relación con algunas de las tres
misiones de la institución académica y prioritariamente desde la óptima del diálogo fe-razón”, según ha
explicado el rector.
El Premio consta de dos modalidades. La primera dirigida al PDI de la comunidad universitaria tanto de
la Sede en Salamanca como del Campus de Madrid. Podrán ser profesores de cualquier categoría
académica. La segunda está destinada a alumnos y antiguos alumnos de la UPSA. El plazo de entrega de
los trabajos será hasta el 30 de abril de 2015.
Por otra parte, el rector ha dado a conocer otras actividades que la Universidad está organizando con
motivo del 75 aniversario de la Restauración, así como el VIII Centenario de su fundación. Proyectos
como la exposición de los cuadros de los rectores de la UPSA que aún no tienen su lienzo como el Dr. D.
Gregorio Alastruey Sánchez (1948-1952), Dr. D. José Artero Pérez (1940- 1944) y Dr. D. Lorenzo Miguélez
Domínguez (1944-1948), así como la restauración de otros que ya están expuestos. Además, se ha
puesto en marcha ya la recuperación de los vítores (parada desde 1990) que se muestran en la Escalera
Noble de la UPSA. Unos vítores que dejan constancia de los obispos que han sido alumnos o profesores
de la Universidad Pontificia de Salamanca, como Mons. Carlos Osoro, Mons. Julián López o Mons. Adolfo
González Montes, entre otros.
Ya en el ámbito académico, el rector ha explicado que se celebrarán unas jornadas vinculadas a las
facultades eclesiásticas en las que participará el prefecto para la Congregación de la Educación Católica,
el cardenal Zenon Grocholewski, además de un Congreso Internacional sobre Educación, en el mes de
abril.
En el acto de presentación también estuvieron el presidente de la Comisión Gestora y vicerrector de
Economía, D. Vidal Alonso, y la directora de Comunicación y miembro de la Comisión, Dña. Noa Carballa.
CADA MARTES, NUEVO TEMA
Eduardo Gutierrez reflexiona sobre los
villancicos en la Tertulia Rona Dalba
SalamancaRTV al Día
Posteriormente, también en este establecimiento hotelero los participantes han disfrutado de
la tradicional cena de Navidad
Un martes más, el Hotel Rona Dalba (plaza de San Juan Bautista, 12) ha celebrado la
tradicional tertulia, en esta ocasión centrada en la música con el título ‘Reflexiones y
villancicos’, bajo la dirección de Eduardo Gutiérrez.
Tras ella, los asistentes han dado un paseo por la ciudad y, posteriormente, también en este
establecimiento hotelero, han disfrutado de la tradicional cena de Navidad.
La Tertulia Rona Dalba, moderada por Luis Gutiérrez Barrio, está abierta a la participación de
cualquier persona y se reúne todos los martes, si bien, cada semana tratan un tema distinto.
Más información en: http://mitertulia.com
A LAS 20.30 HORAS
'El Ateneo canta la Navidad' este jueves
con el coro Eufonía
SalamancaRTV al Día
Dirigido por José Luis Martín Garvín, interpretará villancicos de ahora y de siempre
La Navidad llega al Ateneo, este jueves
Como todos los años por estas fechas, 'El Ateneo canta la Navidad' y abre sus puertas de par en par,
para que cuantas personas lo deseen puedan participar cantando o contando su Navidad, la de ahora o
la de su infancia. El coro Eufonía, dirigido por José Luis Martín Garvín, interpretará villancicos de ahora y
de siempre.
Será este jueves, día 18 a las 20.30 horas en el Ateneo e Salamanca (Calleja del Ateneo s/n)
PARROQUIA
La Hermandad del Cristo del Amor y de
la Paz recoge una tonelada de alimentos
para El Zurguén
SalamancaRTV al Día
La iniciativa ‘Un kilo por amor’ está destinada a las familias más necesitadas del barrio
Recogida de alimentos
La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz ha recaudado este fin de semana cerca de una tonelada de
alimentos (954) a través de su iniciativa ‘Un kilo por amor en Navidad’ que se desarrolló este pasado
sábado y domingo en el supermercado Carrefour Market del centro comercial Vialia.
Esta tonelada de alimentos no perecederos se destinará a la parroquia de El Zurguén desde donde se
distribuyen cada semana a 20 familias (unas 56 personas) más necesitadas de dicho barrio y del Arrabal.
La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz agradece la solidaridad de los salmantinos por su
participación en ‘Un kilo por amor’ y a Carrefour Market que les permite realizar esta iniciativa.
REFERIDO A LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL
José Antonio Bonilla ingresa en el CES
con un discurso sobre los conventos
salmantinos
SalamancaRTV al Día
El acto ha contado con la presencia de Jesús Málaga y Francisco Morales
José Antonio Bonilla en la lectura de su discurso de ingreso. /FOTOS: Cris de la Cuesta
El Aula Cultural Caja Duero ha acogido este martes el discurso de entrada en el Centro de Estudios
Salmantinos de José Antonio Bonilla Hernández, que ha disertado sobre los conventos salmantinos en
la desamortización de Mendizábal.
En el acto han intervenido además Jesús Málaga y Francisco Morales.
Centro de Estudios Salmantinos
Los objetivos del CES son promover el estudio de la historia y la tradición salmantina en todos sus
aspectos y estimular a todo organismo que tenga estos temas como campo de su actividad, procurar la
convivencia y relación entre las personas en ello interesadas, publicar los resultados de investigaciones
sobre el asunto y buscar los medios de realizar estas publicaciones.
A LAS 20 HORAS CON INVITACIÓN
El Liceo acoge este miércoles la
presentación del coro 'Ciudad de
Salamanca'
SalamancaRTV al Día
Ofrecerán su primer concierto desde que el Ayuntamiento asumiera su gestión el pasado mes de
septiembre
El Ayuntamiento asume la gestión del coro
Este miércoles se presenta oficialmente el Coro 'Ciudad de Salamanca' con un concierto programado
por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes dentro del Ciclo de Navidad Polifónica. El
concierto está previsto a las ocho de la tarde, en el Teatro Liceo, y la entrada es con invitación.
Este Coro nació el pasado mes de septiembre en el seno de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y
Saberes, recogiendo el testigo de los Coros de la Fundación Caja Duero. Actualmente cuenta con 90
alumnos y al frente del mismo están los profesores Antonio Santos García, Naila Zakour Sabour, Camino
Berciano Ramos y Rubén González Martín.
Se establece como una escuela de formación vocal y musical adaptada a los distintos grupos de edad. Para
ello desarrolla su actividad a través de cuatro agrupaciones. El Coro Infantil trabaja con niños de 6-8
años, el Coro de Niños con edades comprendidas entre 9-14 años, el Coro Juvenil abarca de los14-18
años y la Coral Polifónica para adultos.
En las edades tempranas el trabajo se basa en el desarrollo vocal y auditivo a través del Método Kodaly.
Con los adultos el trabajo está basado en la técnica vocal y corporal. Y con todos ellos se presta una
especial atención a la protección y cuidado de la voz.
En el concierto previsto para mañana, a las ocho de la tarde, intervendrán todas las agrupaciones. El Coro
Infantil, bajo la dirección de Camino Berciano, interpretará “En el portal de Belén”, “Brújula, la Bruja” y
“Zumba, Zúmbale al panadero”. Por su parte, el Coro de Niños, dirigido por Naila Zakour, cantará
“Venid”, “Una pandereta suena”, “Corre, corre al portalico” o “Somewhere in my memory”. Para
finalizar el concierto actuará la Coral Polifónica dirigidos por Antonio Santos. Interpretarán “Veni, veni”,
“Ay luna que reluces”, “Ay triste que vengo”, “Lovely evening”, “Ay del Chiquirritín” o “Las Barbas de
San José”.
Concierto de Navidad CONCIERTO DE NAVIDAD
CORO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
BERNARDO GARCÍA-BERNALT (DIRECTOR)
Jueves 18 de diciembre, 20.30 horas
Auditorio Fonseca
Entrada libre hasta completar el aforo
CORO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
El Coro de la Universidad de Salamanca, uno de los coros universitarios más antiguos de España, fue
fundado en 1950 por el maestro Jesús García-Bernalt, quien lo dirigió hasta 1990. A lo largo de su
dilatada vida ha desarrollado una amplia actividad concertística, que le ha llevado a la práctica totalidad
de España y Portugal, así como a buena parte de Europa, recibiendo numerosas distinciones y premios.
Asimismo ha grabado programas para radios y televisiones españolas, portuguesas, francesas, mexicanas,
alemanas, japonesas, etc. Por otro lado, tiene una fuerte presencia en el ámbito salmantino, participando
además en todos los actos solemnes de la Universidad, lo que lo ha convertido en un elemento
fundamental del ceremonial de esta institución.
El repertorio del Coro Universitario es uno de sus elementos característicos. Si bien ha abordado polifonía
desde el renacimiento hasta nuestros días, su trabajo fundamental se centra en la música de los últimos
cien años, montando constantemente nuevos programas, explorando repertorios poco conocidos y
dedicando especial atención a la música española e hispanoamericana. Entre los centenares de
programas ofrecidos pueden mencionarse las Vísperas de S. Rachmaninov, los Catulli Carmina y los
Carmina Burana de Orff, el Requiem de M. Duruflè, el oratorio Crucifixion de Sir John Stainer, la
colección Swinging Christmas de T. Gabriel, el Bestiari de Manuel Oltra, o los conciertos dedicados a la
música infantil española o a la generación de compositores españoles del “Motu proprio”. Asimismo, ha
hecho una importante labor de difusión de la música salmantina, interpretando numerosas obras de
compositores como Gerardo Gombau, Dámaso Ledesma o Bernardo García-Bernalt Huertos entre otros.
Ha colaborado con grupos como la Orquesta de RTVE, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de
Würzburg, la Banda sinfónica y el Ensemble del Conservatorio Profesional de Música de Salamanca, la
Joven Banda sinfónica de Castilla y León, o el Karl Foster Chör de Berlín, siendo dirigido por músicos
como Odón Alonso, Ralf Klotz, Luis Miguel Jiménez Resino, Óscar Colomina, Rudolf Dangel o Johann
Mösenbichler.
Entre sus trabajos de los últimos diez años están el salmo sinfónico El Rey David de Arthur Honegger
(2004), el Requiem de John Rutter (2005), la Misa en Re Mayor de Dvorak (Biberach, Alemania 2006), la
suite L’homme armée de Karl Jenkins, estrenada en Salamanca en mayo de 2007, los ciclos Five mystical
songs de Vaughan Williams (Catedral de Valladolid 2008) e Indianas de Carlos Guastavino
(Salamanca 2008), la Missa Katharina y Cantica Sancto Benedicto de J. de Haan (abril de 2011), Música
para un Códice salmantino de J. Rodrigo (CAEM, noviembre 2012), el estreno absoluto del Te Deum de
J.M. García Laborda (catedral de Salamanca, abril de 2013) o la recuperación del Miserere de J. C.
Borreguero (CAEM, abril de 2014). El pasado mes de julio el coro se presentó en la sala Otto Braun de
Berlín donde ofreció un concierto organizado por la embajada española y el Ibero-Amerikanisches
Institut, centrado en la poesía y música hispanoamericana del último medio siglo.
Desde 1990 el director titular del coro es Bernardo García-Bernalt quien, asimismo, dirige la Academia
de Música Antigua y el Coro de Cámara de la Universidad de Salamanca.
Programa
En las tradiciones litúrgicas
Corde natus ex parentis (2010) J. Jennings-J. Domínguez (1965-)
Puer natus in Bethlehem (2005) J. Domínguez
Virgo dei genitrix (1950) J. A. Donostia (1886-1956)
Quem terra pontus L. Irruarrízaga (1891-1928)
Quem vidistis, pastores? L. Irruarrízaga (1891-1928)
Ave Maria O. Ravanello (1871-1938)
Nyne otpuscaesi A. Archangel’skij (1846-1924)
Deo gloria! (2010) S. Kupferschmid
A Christmas Benediction (2009) D. Eddleman
Una ronda de Navidad
See the Newborn Baby (2012) S. Kupferschmid
Infant holy (1961) D. Willcocks (1919-)
Away in a manger (1981) J. Rutter (1945-)
Ring Christmas bells M. Leontovich (1877-1921)
El noi de la mare E. Cervera (1891-1972)
Oi Bethleem (1931) J. A. Donostia
Silêncio (1944/1997) J. Angerri/F. Neves
Silent night (2013) F. Gruber/D. Meader
Nativity carol (1967) J. Rutter
Jingle Bells (2013) J. Ambrosio
Teclados: Daniel Nieto
Director: Bernardo García-Bernalt
LA MIRADA).- TRAMO DE FERROCARRIL CERRADO DE LA VÍA DE LA PLATA ENTRE BÉJAR Y
PUERTO DE BÉJAR
A donde nada dura
Aún en la umbría oyes el eco del traqueteo de los vagones. Lo sientes al pisar las
traviesas de madera sobre los raíles. Recuerdas aquél ómnibus o el único expreso que
atravesaba la noche. Todo se fue hacia el tiempo del desamparo, a ese viaje a lo
efímero, a donde, quieras o no, nada dura, salvo la belleza del paisaje.
(Jclp)
Desde Béjar llegan a SALAMANCArtv AL DÍA, vía Raúl Hernández –delegado de
BÉJAR AL DÍA- estas imágenes del fotógrafo Enrique Micaelo, gran conocedor de la
comarca. En ellas se refleja un tramo de ferrocarril ya cerrado desde hace tiempo de la 'Vía de
la Plata', entre Béjar y Puerto de Béjar, en otra época con importante tránsito hasta que fue
languideciendo lentamente.
Agenda Cultural
EXPOSICIONES
"Miguel González Díez "Mikha-Ez" Espacio Joven / Entrada libre / l-v 9-14 h. y l-j 17-20 h. El artista asturiano, ganador de un accésit en los
premios de Jóvenes Pintores de la Fundación GACETA, exhibe sus esculturas bajo el nombre "La
persistencia de la geometría".
"Atmósfera impresa" Centro de Estudios Brasileños / Entrada libre / L-V 9-14 h.
La exposición, con obras de Julia Salgueiro, presenta los grabados de la artista brasileña "buscando
privilegiar la mirada del espectador y su experiencia estética y guiando su contacto con el espacio y con
las obras expuestas.
"Musitabilidad" Colegio de Farmacéuticos / l-V 8:00-15:00 y 17:00-20:00 h.
Proyecto de colaboración de la Galería Adora Calvo con el Colegio Oficial de Farmacéuticos a través de
la obra "Musitabilidad", del artista David Escanilla. La muestra refleja el análisis teórico desde la práctica
de la pintura sobre la problemática de los diferentes soportes y medios pictóricos.
"Hostelería de Salamanca y provincia" Museo del Comercio / m-S 10:00-14:00 y 17:00-20:00 H h. / D 11:00-15.00 H.
La muestra reune 56 fotografías de locales y personas vinculadas a la hostelería salmantina. Hasta el 11
de diciembre.
"Fotografías de la India" Centro de Estudios Brasileños / l-v 9:00-14:00 H.
Organizada por O.N.G. Amigos de Calcuta, la exposición reúne una serie de fotografía realizadas en
distintos viajes a India emprendidos por los participantes de los proyectos educativos y sanitarios en
Kobardanga y Sunderbans. Hasta el 19 de diciembre.
"El libro de bo. Quimeras e imposibles" Galería Benito Esteban /m-s 18:00 a 21:00 horas
Los artistas salmantinos José María Benéitez y Aldredo Omaña reflexionan sobre la realidad, la ficción, el
arte y la literatura en su muestra. Hasta el 27 de diciembre.
Bárbara Álvarez Ateneo de Salamanca / L-D 10:00-22:00 horas
Bajo el título "Gestos y naturaleza", la licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca
Bárbara Álvarez muestra su característico estilo expresivo a través del juego del gesto y la textura en una
serie de paisajes castellanos. También se incluyen tres grabados a punta seca realizados con un trazo
energético que expresa frescura y dinamismo. Hasta el 30 de diciembre.
La filmoteca en su entorno Filmoteca CyL / l-s (salvo x) 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30 h. / d-f 10:00 a 14:00 h.
Historia de la plaza de San Julián a través de 37 fotografías tomadas desde los años 20 hasta 1986. En la
muestra se podrán ver imágenes de fotográfos como Venancio Gombau, Cándido Ansede, José Suárez,
Ángel Esteban, Felipe Torres y Foto Candy. Permanecerá abierta hasta fin de año.
"100 años ayudando" Iglesia Virgen de la Vega / x-v-s de 17:00 a 19:00 horas.
Exposición de los cien años de la Fundación Rodríguez Fabrés. La muestra exhibe recuerdos y patrimonio
de la fundación. Hasta fin de año.
La Filmoteca en su entorno Filmoteca CyL / l-s (salvo x) 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30 h. / d-f 10:00 a 14:00 h.
Es una muestra que da a conocer cómo era la Filmoteca y la plaza de San Julián a través de una selección
de 37 fotografías tomadas desde los años 20 hasta los 90. Hasta finales de año.
Eduardo Rodríguez Galería Adolfo Bagajo/L-S 10:00 A 13:45 Y 17:00-20:30 HORAS
Exposición de obras elaboradas con el método collage del artista salmantino Eduardo Rodríguez.
Laida Lertxundi DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.
La artista muestra a través de cuatro películas un viaje sensorial respetando el formado celuloide de esta
artista afincada en Los Ángeles. La selección de obras presentadas alude a esos horizontes y espacios que
parecen no tener fin. Hasta el 11 de enero de 2015.
Montesol en Salamanca Galería Annia / L-S de 10.30 a 14:00 y de 16.30 a 21:00 horas
Francisco Javier Ballester Guillén expone piezas sobre tauromaquia. Hasta enero.
Vídeos domésticos de artistas DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.
Exposición de vídeos de diferentes artistas que responden a la sensación vital de sus protagonistas.
Participan Marisa González, Cecilia Barriga, Kaoru Katayama, Menchina Ayuso o Rosa Hernández.
Hasta el 11 de enero de 2015.
Universos paralelos Fonseca / M-s 12:00-14:00 Y 18:00-21:00 h./d-f 10:00-14:00
La muestra reúne la obra de seis fotógrafos españoles y otros seis fotógrafos puertorriqueños en un claro
intento por estrechar lazos culturales entre las universidades de Salamanca y Puerto Rico. Abierta hasta el
25 de enero de 2015.
Enrique Marty DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.
Exposición retrospectiva de la desafiante obra creativa del artista salmantino Enrique Marty. Hasta el 2 de
febrero de 2015.
"Vespa vs Lambretta" Museo de Automoción / M-d 10:00-14:00 Y 17:00-20:00 h. / lunes carrado
La exposición reúne 39 piezas de los diferentes modelos de Vespa y Lambretta desde 1950 hasta la
actualidad en un interesante recorrido por la historia del scooter en España. Hasta el 1 de febrero de 2015.
Los artistas de Worpswede Museo de Salamanca / m-s 10:00-14:00 y 16:00-20:00 h. D 10:00-14:00 h.
Exposición de dibujos y grabados del grupo de artistas de Worpswede, entre los que destaca la pintora
Paula Modersohn-Becker. Abierta hasta el 2 de febrero.
"Dibujo contemporáneo en la Colección DKV" DA2 / M-V 12:00-14:00 Y 17:00-20:00 h. / s-d-f 12:00-15:00 y 17:00-21:00
La muestra aborda diferentes definiciones y funciones que el dibujo ha asumido a lo largo de su historia.
Hasta el día 8 de febrero.