la sacramentalidad de la liturgia

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CAP. II. LA SACRAMENTALIDAD DE LA LITURGIA El hombre es un ser sacramental y expresa sus relaciones con Dios en un conjunto de signos y símbolos. Toda la creación es en cierto modo, sacramento de Dios, por que nos lo revela. La acción litúrgica es siempre un dialogo, un dialogo de salvación en el que entra en juego la decisiva mediación de la palabra y el lenguaje humano. También es acción humana, sujeta por tanto a las leyes de la comunicación humana. Dios se comunica con la asamblea concreta, reunida en su nombre de una manera misteriosa en su contenido pero real y asequible en su lenguaje, en el lenguaje propio de la cultura a la que quiere hablar. Aunque aparece un doble peligro que la iglesia debe evitar: valorar la comunicación divina, descuidando la pedagogía antropológica. Y descuidando la dimensión del misterio, es necesario un justo medio. Se pretende a partir del significado general de signo y símbolo, penetrar en el simbolismo cristiano, reflexionando en el hombre como ser sacramental , hasta plantear algunos caminos que orienten a una mejor percepción del lenguaje divino, y un ropaje simbólico digno del hombre contemporáneo, en dialogo salvífico con su señor. Signos y símbolos: signo es una realidad sensible que manifiesta en si misma una carencia, y por eso remite a otra realidad no presente. El símbolo es una realidad sensible que remite a un significado preciso, pero convencional, más determinado, pero mas limitado. En el campo religioso el símbolo se refiere tanto a las formas concretas en que se expresa determinada religión, como al modo de conocer o representar la propia experiencia religiosa. El símbolo tiene la apertura necesaria hacia lo invisible, lo incomprensible, lo infinito.

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Page 1: La Sacramentalidad de La Liturgia

CAP. II. LA SACRAMENTALIDAD DE LA LITURGIA

El hombre es un ser sacramental y expresa sus relaciones con Dios en un conjunto de signos y símbolos. Toda la creación es en cierto modo, sacramento de Dios, por que nos lo revela.

La acción litúrgica es siempre un dialogo, un dialogo de salvación en el que entra en juego la decisiva mediación de la palabra y el lenguaje humano. También es acción humana, sujeta por tanto a las leyes de la comunicación humana. Dios se comunica con la asamblea concreta, reunida en su nombre de una manera misteriosa en su contenido pero real y asequible en su lenguaje, en el lenguaje propio de la cultura a la que quiere hablar. Aunque aparece un doble peligro que la iglesia debe evitar: valorar la comunicación divina, descuidando la pedagogía antropológica. Y descuidando la dimensión del misterio, es necesario un justo medio.

Se pretende a partir del significado general de signo y símbolo, penetrar en el simbolismo cristiano, reflexionando en el hombre como ser sacramental , hasta plantear algunos caminos que orienten a una mejor percepción del lenguaje divino, y un ropaje simbólico digno del hombre contemporáneo, en dialogo salvífico con su señor.

Signos y símbolos: signo es una realidad sensible que manifiesta en si misma una carencia, y por eso remite a otra realidad no presente. El símbolo es una realidad sensible que remite a un significado preciso, pero convencional, más determinado, pero mas limitado. En el campo religioso el símbolo se refiere tanto a las formas concretas en que se expresa determinada religión, como al modo de conocer o representar la propia experiencia religiosa. El símbolo tiene la apertura necesaria hacia lo invisible, lo incomprensible, lo infinito.

Hacia una teología del signo: el modo habitual de Dios comunicarse es de un modo visible y sensible. Indudablemente el lenguaje perfecto de Dios Padre es ese dialogo con el hombre mediante símbolos, lo que se realizo por medio de su Hijo Único hecho hombre que vivió nuestra vida en nuestro mundo; sus palabras y gestos de amor. Es mediante los signos y símbolos como se realiza la realidad sacramental en el culto litúrgico de la iglesia. Y es a partir de las relaciones entre las tres divinas personas de la Santísima trinidad, podemos entender así la sacramentalidad del símbolo de la liturgia.

Los hombre hechos a imagen y semejanza de Dios, cuando nos sentimos felices necesitamos comunicar ese gozo, pues bien, Dios no necesita de muchas palabras para expresar y comunicar su gozo, el dice eternamente una palabra, La Palabra, que es el Hijo; el gozo eterno del padre es verse reflejado en el Hijo como en el mas prefecto espejo; y el mas perfecto gozo del hijo es reflejar perfectamente al padre, ye ese gozo genera eternamente una corriente de amor: el Espíritu santo.

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Signos litúrgicos: en toda trasmisión hay un emisor y un receptor, mediante la señal o el signo se establece una comunicación entre ellos, lo cual el signo litúrgico comporta cuatro funciones: 1) advierte la presencia de lo sagrado, 2) comunica el mensaje, 3) establece la íntima comunión entre Dios y el hombre, 4) hace responder al hombre. Deficiencias: 1) a veces no advierte de lo sagrado, 2) falla la unión o comunión con la acción salvadora de Dios por la falta de disposición del hombre, 3) a veces se trasmite de un modo que no invita la acción. Estas funciones íntimamente relacionadas con los principales momentos de la celebración litúrgica: 1) rito de entrada, 2) la liturgia de la palabra,3) liturgia sacramental, 4) ritos finales.

El rito como acción simbólica: esta constituida por el gesto y l palabra que lo interpreta, dentro de una estructura institucionalizada de carácter tradicional que favorece la participación común y su repetición. Uno de los objetivos de la reforma litúrgica era devolver a los ritos y símbolos la simplicidad y claridad, de manera que fuera fácil para todos participar activamente en ellos y vivir de ellos. Ya que muchos fieles participaban en las celebraciones sin gran atención a lo que sucedía en el altar. Era preciso dejar hablar a los ritos por si mismos aunque es una ilusión, por mas simples que sea esconden innumerables secretos que no se pueden percibir de un vistazo rápido. Por tres razones:

a) Rito y cultura: todo rito va inscrito en una cultura determinada, que lo afecta necesariamente, quien ignore esa cultura simplemente no tendrá acceso al sentido del símbolo.

b) Ritos enraizados: hay que agregar un adecuado conocimiento bíblico y litúrgico, ya que los ritos cristianos encuentran en ellos su significación ultima.

c) Ritos abiertos a Dios: esos ritos y símbolos poseen el don de introducción al mundo infinito de Dios. Están, por tanto, siempre abiertos, de modo que podemos llegar cada vez más lejos en su comprensión. Nos ponemos en comunión con Dios, son como un puente entre lo humano y o divino.

Desafíos de la sacramentalidad:

a) el lenguaje simbólico.b) Símbolos que simbolicen c) La dimensión temporald) La dimensión corporale) La dimensión afectivaf) La dimensión estética

Conclusión: vivir la celebración litúrgica a través de las realidades simbólicas será participar en la fiesta de Dios con los hombres. Los símbolos litúrgicos no son de esas realidades de las que se puede agotar su riqueza cuando se reflexiona sobre ellas, se trata de realidades abiertas, capaces de introducir a un mundo infinito: el de Dios. Misterioso e insondable.