la salud en otoño

20
Salud en otoño por Sonia Lorente Parroquia de San Félix Barcelona 17 noviembre 2014

Upload: montse-de-paz

Post on 14-Jul-2015

88 views

Category:

Healthcare


3 download

TRANSCRIPT

Salud en

otoño

por

Sonia Lorente

Parroquia de San Félix

Barcelona

17 noviembre 2014

1

ESTAMOS CONECTADOS A LA NATURALEZA

Estamos en otoño. Hoy hablaremos de qué significa esta estación y

de cómo asumimos la energía de esta época del año en el cuerpo.

¿Por qué es necesario hablar de las estaciones? ¿Tanto nos afecta el

clima? Vamos a entender cómo esto influye a nuestros órganos y

qué alimentos nos favorecen. Vamos a entender la relación del ser

humano con todo su entorno, en este caso con el otoño.

Estamos pisando la piel de la Tierra. Y la Tierra es un ser vivo.

Gracias a lo que produce nos alimentamos y podemos vivir. Pero en

esta piel terrestre hay muchas energías distintas que vienen de la

tierra, los océanos, los ríos, la diversidad de árboles, plantas y

animales…

Entre la tierra y el cielo está el elemento aire, necesario para

mantener la vida de forma instantánea.

Y ¿qué hay encima de nuestras cabezas? Vemos el cielo, las

constelaciones, el sol y la luna. ¿Qué son el sol, la luna y las

constelaciones? ¿Qué es el cielo y qué es la tierra? ¿Qué significan

las estaciones?

El sol es una energía caliente que ilumina y da energía. En verano

cae directamente perpendicular a una zona del planeta,

produciendo una energía expansiva. El elemento que predomina en

verano es el fuego.

La luna sigue un ciclo que afecta a la piel de la tierra y a ot ras

partes de esta. La luna mueve las mareas, hace fecundar a los peces,

a las mujeres les favorece el parto. En agricultura, luna hace crecer

las plantas de noche. Si ahora, que es otoño, paseáis por la

montaña en noche de luna llena, podéis caminar por un sendero

donde no hay nada y al día siguiente encontraréis un montón de

setas. El brillo y el magnetismo de la luna causan una multiplicación

energética.

A nosotros, ¿nos afecta? ¿Nos afectan también las constelaciones?

2

La medicina tradicional china explica que en el cielo hay doce

constelaciones, como doce meses del año, que corresponden a los

doce órganos que tenemos. Y el sol y la luna son dos astros, como

las dos zonas energéticas que recorren nuestro cuerpo: el vaso

gobernador, que recorre la espalda, y el vaso concepción, que es

la parte anterior, donde se alojan los órganos. La parte externa ―la

espalda― según la medicina china es yang, expansiva, como el sol,

y la parte interna ―el abdomen― es de energía yin, como la luna.

Estamos entre el cielo y la tierra, recibiendo de ambos una energía

que nos nutre.

ÓRGANOS Y VÍSCERAS

En medicina china cada órgano tiene su pareja, que es una víscera:

el órgano es el elemento compacto, por ejemplo el riñón. La

víscera es su pareja hueca, en el caso del riñón sería la vejiga. La

diferencia es que lo compacto realiza una función intrínseca en el

cuerpo y lo hueco es de vaciado: todo lo que pasa por ahí se va.

Tenemos doce órganos, doce constelaciones, doce meses. Cada dos

meses hay dos órganos con sus respectivas parejas ―vísceras―

que predominan y piden cuidados especiales.

Con el cambio de clima, la humedad y el acortamiento de las horas

solares viene una época especial. El equinoccio, que significa

igualdad entre día y noche, trae una época de temperatura muy

agradable, casi veraniega. Desde el 21 de septiembre hasta 15 días

después viene ese tiempo en el que no sabemos muy bien qué

ropa ponernos. Hemos de estar muy atentos. Según la medicina

china hay cuatro estaciones y cinco elementos naturales. A cada

estación corresponde un elemento, pero el quinto predomina en

estas épocas de transición, la primavera y el otoño. Es el elemento

tierra. Aparece desde que acaba el verano hasta que se manifiesta

el pleno otoño. Esta energía se repetirá igual al inicio de la

primavera.

El elemento tierra mueve una energía muy distinta en el cuerpo: la

energía que corresponde al estómago y al bazo.

3

EL ESTÓMAGO Y EL BAZO

El estómago es nuestro segundo cerebro. El cerebro crea, siempre

está en movimiento, pensando e imaginando. Que la medicina

china nos diga que nuestro segundo cerebro es el estómago

significa que en esta época entramos en un periodo de reflexión,

juicio de uno mismo, trazarse metas, ponerse en marcha… Venimos

de la agitación del verano ―porque en este país, en verano, no

descansamos mucho―. Comemos más, bebemos más, nos

bañamos mucho en agua fría, dormimos menos… Y en otoño nos

recogemos con una gran intoxicación.

Hoy en día tenemos la costumbre de celebrar las cosas

comiendo o bebiendo mucho, porque parece que si no lo

hacemos así no celebramos nada. Cuando en realidad

deberíamos celebrar besando, abrazando y escuchando.

No hace falta celebrar comiendo tanto, bebiendo tanto,

dando tanta predominancia al gusto.

Como el verano es expansivo y largo, y venimos de celebrar que

hemos trabajado todo el año, llegamos a otoño cargados con un

montón de tóxicos que aparecen ahora, en este periodo de quince

días después del equinoccio.

El estómago debería estar sereno y apaciguado pero nos

encontramos con un estómago decaído, hinchado y lleno de

preocupación, porque queremos hacer muchas cosas, no sabemos

estar sin ocupación. Y como el estómago acumula un exceso de

reflexión, empezamos el otoño como si tuviéramos que emprender

un maratón. Esto afecta mucho a su pareja, el bazo.

El bazo, junto con el páncreas, interviene en la digestión: su función

es dividir, separar, cortar el alimento. El bazo es un órgano

esponjoso que apoya al sistema linfático, el sistema de defensa.

Todo aquello que comemos y que el cuerpo no tiene suficientes

enzimas para procesar, el bazo se ocupa de procesarlo.

4

Cuando ingerimos alimento, las enzimas son las sustancias

encargadas de dividirlo en partes más simples que se puedan

asimilar. Si nos faltan enzimas digestivas, todo el bolo que no se

digiere se acumula y se acaba convirtiendo en sustancias tóxicas.

Hay unas enzimas que sólo se encuentran en la saliva, y que

utilizamos cuando masticamos bien y ensalivamos la comida. Estas

enzimas se ponen en conexión con el estómago, que segrega otras

enzimas y puede así cortar y dividir las sustancias del alimento. Pero

como al estómago le falte saliva porque hemos tomado mucho

café, alcohol, alimentos muy azucarados, con mucha harina,

nuestras enzimas digestivas no podrán trabajar bien. Dejarán

residuos mucosos donde el páncreas y el bazo tendrán que

intervenir. La linfa del bazo disuelve lo que el estómago no puede

disolver y, cuanto más alimentos deba procesar, más le costará

trabajar.

Un bazo agotado no tiene energía suficiente para generar buena

sangre. Y la sangre limpia es necesaria para producir médula

espinal. ¡Por eso es tan importante cuidar el bazo!

5

El páncreas produce insulina ―que digiere los azúcares― y otras

enzimas, como la lipasa y la tripasa, que cortan las grasas. Si

comemos alimentos muy grasos y azucarados, también se agota.

Las grasas son necesarias. Buena parte del cerebro y el

sistema nervioso está formado por grasas y las

necesitamos para las conexiones neurológicas. Hoy en

día se quitan todas las grasas de la alimentación, se

toman productos para bajar el colesterol y lo que ocurre

es que nos falta grasa cerebral y envejecemos con una

memoria muy deficiente. Hay grasas muy saludables,

por ejemplo la del aguacate.

¿Cómo cuidar estos órganos?

CUIDAR EL ESTÓMAGO

El primer paso para cuidar el estómago, cuando comemos, es

masticar, siempre, siempre, SIEMPRE.

Hay que ensalivar; si no lo hacemos, no tendremos un estómago

activo, no segregaremos suficientes enzimas digestivas y nuestro

bazo y nuestro páncreas van a tener problemas.

Produciremos más moco de lo normal en la nariz y en los

pulmones. El moco no viene de factores externos, ni del frío ni de

bacterias, sino de una mala alimentación. Si comemos demasiadas

harinas, grasas, azúcares, todo esto que el cuerpo no puede digerir

va dejando una pasta viscosa que se acumula en el vientre. Cuando

una bacteria entra en el cuerpo y se asienta en esa pasta encuentra

un colchón maravilloso. En seguida producirá moco en el pulmón.

Pero si llevamos una alimentación limpia, masticamos bien los

alimentos y no generamos residuos, la bacteria, igual que viene se

va. El cuerpo tiene todos sus recursos para defenderse. No por

tomar muchas vacunas, o por mucho tomar equinácea o jalea real

estaremos mejor. Estas cosas están bien, pero forman parte de una

cultura del “tomar”, y necesitamos una “cultura del comer”.

6

Hemos de aprender que el cuerpo solo genera sangre y vida a

través de la alimentación. Y una sangre rica en células es la mejor

defensa del cuerpo.

Lo primero es comer con pausa y con masticación: es la mejor

defensa para el cuerpo. Los países donde la gente tiene las

defensas altas son lugares donde la gente come despacio y toma

una alimentación natural.

El elemento tierra nos está diciendo: no hay que abusar de los

dulces, azúcares refinados, bollería, incluso los pasteles caseros;

no tomar lácteos, pues también se degradan en azúcares; no tomar

harinas blancas, todo debería ser integral. Y vigilemos todas las

bebidas que tomamos. Las bebidas tienen mucho poder en el

cuerpo, pues entran en la sangre sin digestión ―de ahí que cuando

bebamos alcohol en seguida notamos los efectos―. La cantidad de

azúcares que llevan casi todas las bebidas tiene un poder tremendo

en nuestra zona media del cuerpo: genera mucho residuo y provoca

mocos. A los cafés con leche, que tantísima gente toma, hay que

intentar no echarles nunca azúcar. Y si llevan leche, que sea leche

vegetal. El cafelito con leche es algo muy popular en nuestro país,

pero hay mil infusiones y bebidas alternativas.

El elemento tierra pide que el cuerpo no se precipite en pensar en

demasiadas cosas. Hemos de poner orden, pausa, respiración. Si

empezamos una actividad en septiembre, hay que ir poniéndose

metas poco a poco, no muchas de golpe, porque debilitamos la

mente y el órgano correspondiente, que es el estómago.

Esto sucede al inicio del otoño. Pero cuando estamos en pleno

otoño hay otros órganos que se manifiestan como débiles.

Los órganos de esta época son el pulmón y el intestino grueso,

llamado el gran depurador.

7

PULMONES E INTESTINO GRUESO

El pulmón no es hueco, como se podría pensar. Cuando tosemos o

expulsamos aire, hemos de vencer la fuerza de la gravedad,

haciendo un gran esfuerzo. Realmente es un órgano compacto.

¿Qué mueve el pulmón y qué mueve el intestino grueso? ¿Por qué

los dos se enamoran? Porque los dos son grandes maestros en

sacar tóxicos. El intestino saca un tóxico denso que se puede tocar,

pero el pulmón, cuando enferma, también. Antaño, cuando la gente

padecía tuberculosis, tenía edemas y sacaba moco y partículas del

pulmón; sacaban el propio órgano por la boca.

Gracias a la inspiración del pulmón los capilares sanguíneos se

enriquecen en oxígeno. Y, ¿qué hace el intestino grueso? Cuando

llega la materia fecal, los capilares sanguíneos que lo rodean

absorben el agua y los líquidos limpios ―deberían estar limpios―.

Si no inspiro bien, ¿cómo van a estar mis capilares sanguíneos, mis

glóbulos rojos, mi sistema linfático? Todo irá muy lento y cuando

las heces lleguen al intestino no podrán absorber una materia

oxigenada.

CUIDAR LOS PULMONES

El pulmón es como un árbol al revés, con la raíz arriba y la copa

abajo. En los alvéolos, que serían como las hojas, es donde se hace

el intercambio de oxígeno: se toman toxinas de la sangre y se

expulsan; y se absorbe el oxígeno de la respiración. Por eso es

importante limpiar bien las fosas nasales para que al inspirar pueda

entrar mucho aire hasta la zona de los bronquios. Por ansiedad y

por nerviosismo nuestra respiración es corta y superficial, llena de

tóxicos ambientales. Tenemos alergias alimentarias, nuestras fosas

nasales se inflaman y captamos menos aire y menos olores. Los

pulmones carecen de energía pletórica y abierta.

Siempre hay que vigilar la punta de la nariz. Si la tocamos y está

fría nos está comunicando qué ocurre en la parte interior; un

8

pulmón frío delata que no está oxigenando bien. En invierno ya

sabemos que el ambiente está frío. Pero si en otoño ya notamos la

nariz fría nos está avisando de que tenemos una oxigenación

interna muy lenta y nos falta calor interior, nos falta una circulación

energética más alta. Hemos de trabajar a conciencia la inspiración y

la espiración, por la nariz, intentando que el aire entre más

profundamente a nuestro cuerpo. Hay que hacer, al menos una vez

al día, varias respiraciones conscientes, inspirando y espirando con

fuerza, para que la nariz se abra y el sistema respiratorio se active.

PULMÓN Y EMOCIONES

¿Qué emociones afectan a los pulmones? En medicina china el

pulmón se considera el órgano gris. Y a ese color corresponde la

tristeza. Una persona que no respira bien suele estar más cerrada y

tiene tendencia a recogerse y a ser pesimista. La propia postura,

encorvada, y la falta de oxigenación pueden impedir a la persona

ver con claridad la solución a los problemas. En esta época muchas

personas dicen que se deprimen. Lo que ocurre es que el pulmón

es más sensible, y si está débil es más normal que se manifieste ese

sentimiento de tristeza que lo acompaña.

Practicar una respiración consciente ayuda a que la tristeza no nos

invada en este tiempo. La tristeza va ligada a otro sentimiento más

negativo, que es la pena.

¿Creéis que se puede vivir con alegría y con pena a la vez? Una

persona observadora de sí misma verá que la tristeza puede

guardarse adentro, pero la pena siempre se manifiesta hacia los

demás. Puede convertirse en una compasión que la persona no

sabe frenar. En vez de actuar en positivo se queda con el problema,

lo hace más grande y queda un sentimiento profundo que se

recoge en el cuerpo. Vigilad, en estos meses, de no ver programas

lacrimógenos que están tan de moda. Si añadimos esta pena a la

tristeza nos levantaremos cada día con la energía del pulmón por

tierra.

Hay que cuidarse para mantener el equilibrio.

9

EL INTESTINO GRUESO

¿Qué ocurre si no sacamos las basuras de casa un día? ¿Y si las

dejamos acumulándose un día, y otro, y otro más? ¿Cómo estará

nuestra cocina? Lo mismo sucede con el intestino.

El centro de nuestro cuerpo es el ombligo: el sentir se aloja aquí. Si

no vacío este sentir, si no hago de vientre, si acumulo gases y

malestar, mi energía será muy pequeña. En vez de levantarme por la

mañana con ganas de abrirme al mundo estaré cerrado y pesado.

Porque lo que se acumula en el cuerpo ocupa un lugar, pero

además fermenta. Y la fermentación en el cuerpo asciende, siempre.

Si asciende, ataca a la cabeza. Los líquidos contaminados irán del

intestino a la sangre y llenarán el cuerpo de toxicidad. Como

consecuencia, sentiré pereza y angustia. Los líquidos internos se

volverán ácidos y me olerá el aliento. El líquido intercelular, que

alimenta las células, estará espeso, sucio y ácido y me sentiré

cansado. Si el pulmón genera una gran expansión de energía que

oxigena la sangre, el intestino, importantísimo también para la

sangre, pide defecar. Hay que evacuar cada día. Y ¿qué está

pasando en nuestra sociedad? Que evacuamos solo la parte media

del intestino. Imaginad una M. Esta M, si está tonificada, se arruga y

se abre, por movimiento reflejo, para ir vaciándose. Pero si no se

produce el movimiento natural, quedará en los recodos una masa

acumulada que se pudrirá.

Cada vez que masticamos, por acto reflejo, se activa todo el

intestino, hasta el ano. Es como un automasaje natural, con los

dientes y la lengua, que promueve la defecación. Como nadie

mastica bien no hay movimiento peristáltico. El bolo alimenticio

entra en el cuerpo, sin enzimas y mal procesado, y se produce

estreñimiento y fermentación.

Un bebé que está mamando, al poco de empezar a succionar ya

está defecando. Porque cuando el pezón entra en la boca la succión

produce una onda en su cuerpo.

Masticando bien estamos preparando al cuerpo para evacuar.

10

MANTENER LA VIDA

La vida se mantiene con el aire y el alimento. Por eso es vital

entender cómo hay que comer. Si no digerimos bien los nutrientes

no produciremos buena sangre, y la sangre tiene que llegar a todos

los órganos para alimentarlos. Si no enriquecemos nuestra gasolina

no tendremos energía y vamos a envejecer mal. Ahora se ve natural

que a una persona mayor le falte un riñón, un pecho o un útero.

¿Creéis que esto es normal?

Como nos estamos alimentando con productos de mala calidad y

sin masticar bien nos estamos quitando el hambre, pero no nos

estamos alimentando. Y los órganos, malnutridos, se acaban

inflamando por intoxicación y falta de energía.

La sangre es la gasolina; las piezas del coche son los

órganos y la batería es la energía, el impulso vital. Si

tengo alimento pero no lo mastico bien no genero

energía. Ya puedo darle al contacto, que el coche se

queda quieto. A largo plazo, perdemos la vida.

Recordemos. Masticando provocamos movimiento peristáltico.

Pero además hay una parte media, donde están el páncreas, el

bazo, el hígado y la vesícula que se ocupan de procesar los

nutrientes.

QUÉ COMER Y CÓMO HACERLO

Los alimentos, cuanto más naturales y más colorido tengan, más

ricos son. Hoy día, con la prisa, que es inhumana y que nos hace

vivir a la carrera, comemos mal. No acogemos bien la energía que

ha de llegar a la célula.

Si tenemos consciencia de que lo que comemos tiene que llegar a

la célula, el cuerpo me pide que lo acoja con cariño. Tengo que

masticar bien, debo respirar bien y necesito tiempo para comer.

Desde que lo tomo hasta que lo digiero tengo que cuidar mi

11

alimento. ¿Estoy digiriendo bien para que mi cuerpo tenga

vitalidad?

Hemos de recuperar el ir a comprar a los mercados, elegir

alimentos con colores vivos. Los alimentos envasados, que llevan

días en la nevera, tienen una carga energética muy baja.

Si el intestino tiene que mover las heces y expulsarlas, cuanto más

fibra tenga el bolo, mejor será la evacuación. Pero, ¿por qué mucha

gente toma fibra y no va al lavabo? Interviene el alimento que

escogemos, pero también nuestra forma de comer, nuestra

masticación y nuestro sentimiento y nerviosismo. Puedo elegir la

mejor acelga del mundo, pero si me la como sin masticar, bebo tres

litros de agua y me voy corriendo, mi intestino no trabajará bien.

QUÉ EVITAR

Hay que recuperar la alimentación natural: comprar alimentos de la

tierra, cuanto más coloridos mejor. De los alimentos blancos, que

en la naturaleza no son así, pero que el hombre ha refinado, hay

que comer muy poco. Por ejemplo: las harinas blancas, que están

en todos los sitios ―espesantes, bollería― quitan el hambre, pero

carecen de fibras naturales. En los pliegues del intestino forman una

capa negra y dura que impide el movimiento peristáltico. Esta capa

no deja que la sangre entre ni se reabsorba bien el agua. Mucha

gente bebe agua y dice que está hidratada, pero sus pieles están

hipotónicas, secas y arrugadas. Eso es porque el intestino está

cubierto de esa corteza de residuos que le impide absorber agua y

nutrientes. ¿De dónde proviene esa capa negra? De bebidas muy

azucaradas, de harinas muy blancas, de leche muy pasteurizada.

Y miles de personas toman yogures, porque dicen que tiene mucha

flora, pero, ¿qué es la flora? Estamos tomando alimentos que ya no

son lo que deberían. Si leéis la etiqueta de un yogur veréis que en

los ingredientes pone: “leche en polvo”. Luego ya no es leche.

Pasteurizada: quiere decir que la someten a temperaturas tan altas

que cuando la tomas ya no posee ningún sistema bacteriológico

que beneficie al cuerpo. Está demostrado que los yogures pueden

12

hacer algo de flora, pero no suficiente para atravesar la capa del

intestino, igual que la leche y las harinas. Vigilemos, porque

estamos comiendo yogures en demasía. Como se asocian al calcio,

a las vitaminas y se nos vende esto, creemos que lo hacemos bien.

Pero luego tenemos un intestino grueso irritado, con unas curvas

retorcidas, porque el intestino es elástico y se deforma. Hay

órganos en el cuerpo que no se pueden modificar en cuanto a su

estructura. El intestino, si le salen pólipos y divertículos se hincha,

porque se puede hacer enorme.

La alimentación rica en flora natural, como la fibra natural, el cuajo

natural de leche viva ―cabra y oveja, sobre todo―, ayuda

muchísimo, pero estamos lejos de eso. Por eso, vigilad de no abusar

de estos alimentos húmedos y fríos, tan populares, porque os harán

un intestino mucho más perezoso.

QUÉ NOS SIENTA BIEN

En cambio, todos los vegetales verdes nos van muy bien. Todas las

legumbres son maravillosas, porque tienen mucha proteína y una

farinácea natural con memoria de la tierra. Si cogéis una lenteja y la

ponéis en agua, en seguida germinará. Ese alimento, bien

masticado, multiplica la energía en nuestro cuerpo.

Hemos de acostumbrarnos a tomar alimentos que por sí mismos

multiplican la energía. Todos los cereales integrales: quinoa,

espelta, avena, mijo…, deberían recuperarse en forma de pan, de

papilla, de espesantes e incorporarse a nuestra alimentación. Todos

los cereales que tienen raíz que genera otra planta tienen mucha

proteína. La proteína es un elemento de construcción. Todo

alimento que plantado construye algo vivo también nos construye a

nosotros. Estas proteínas de alto valor biológico no se toman en

consideración porque la industria ha preferido que tomemos

proteína animal. Pero la proteína animal está muy manipulada, está

intoxicada con medicamentos y tiene residuos. No lo tenemos muy

claro porque se nos ha dicho que si no comemos carne o pescado

nos faltará algo. Se puede vivir sin comer carne ni pescado. Pero

13

también podemos tomar carne y pescado seleccionando bien,

masticando, acompañándolo de fibras.

Un bistec entra en el cuerpo y no deja residuo en el intestino

grueso, pero en cambio deja una sustancia muy alta en ácido úrico.

Entonces las articulaciones sufren. Una lenteja entra en el intestino

con su piel y su fibra y te da proteína y al mismo tiempo activa el

movimiento intestinal.

ALIMENTOS DE OTOÑO

Vigilad qué seleccionáis para comer en otoño. Que tenga mucha

fibra natural, que sean alimentos muy oxigenados, que tengan

mucha clorofila ―alimentos verdes― y también alimentos del

color de las hojas del suelo ―naranja, amarillo, rojo, marrón―.

Estos alimentos son sanísimos y regeneradores.

Como alimento naranja tenemos la calabaza: espectacular para la

salud. Se puede hacer entera al horno, cortada, cruda en ensalada,

asada al horno, en puré… La calabaza tiene mala fama, “que te den

calabazas”, dice la expresión. Se le da poco valor porque se

reproduce fácilmente, pero es un alimento fantástico. Hay que

consumirla con la cáscara, que tiene una gran cantidad de fibra

para sacar los gusanos, las cándidas, lombrices y parásitos que

tenemos adentro. Cuando cocinemos la calabaza, dejémosla con su

piel, que cocida queda más blanda y nos obliga a masticar y

ensalivar. Hace un barrido del intestino grueso, que es lo que en

esta época hemos de cuidar.

Tenemos la granada, que es estupenda porque saca putrefacción

del cuerpo. Se puede tomar sola, en ensalada o estrujada, como

una naranja, bebiendo el zumo. Dos granadas exprimidas

acompañadas de una mandarina, si queréis, son un buen alimento.

Especialmente para los hombres: limpia el conducto de la próstata.

Son siete centímetros de conducto que debe estar limpísimo. Los

alimentos refinados provocan residuos que lo bloquean e hinchan

la próstata; la granada, que viene en una época que pide

depuración, ayuda a limpiarlo.

14

Las setas son grandes depuradores. Además son muy proteicas,

equivalen a la carne, al pescado y a las legumbres. Contienen

proteína de alto valor biológico natural y arrastran todos los

residuos del intestino. Fijaos que cuando coméis setas, la orina que

sale luego huele muy similar a la seta.

Podéis hacer purés de setas, rehogadas con cebolla y trituradas. De

noche son muy indicados, aunque os hagan levantaros para ir a

orinar una o dos veces, porque vuestro intestino grueso absorberá

un agua muy limpia que ayudará a depurarlo. También se pueden

hacer en tortilla, con arroz integral. Perderéis volumen y tendréis un

abdomen mucho más limpio. Las setas son capaces de atravesar

hasta el asfalto y crecer en los lugares más inhóspitos. ¿Cómo una

plantita tan tierna puede atravesar el cemento? Poseen una enorme

fuerza y absorben toda la putrefacción y la humedad,

transformándola en alimento útil.

Nos ayudan a eliminar los residuos de sustancias medicamentosas.

Un medicamento es algo extraño al cuerpo y se queda acumulado,

circulando entre los órganos. A veces incluso se clava en las partes

más profundas, como los huesos. Si tomamos setas el cuerpo

buscará esos residuos medicamentosos, los llevará al intestino

grueso y a la vejiga y los evacuará. Por eso se recomiendan las setas

a personas que están tomando quimioterapia, para que puedan

vaciar aquello que el cuerpo no sabe cómo eliminar.

Personas muy enfermas que habéis recibido vacunas o habéis

tomado medicamentos durante mucho tiempo: intentad comer este

tipo de alimentos. Sacaréis capas de restos que no deben estar ahí.

Una fruta blanca propia de esta época es la pera, que limpia mucho

y da alegría al pulmón. Se puede tomar a media tarde, como

merienda. En este tiempo es mejor no tomar fruta por la mañana,

porque es lo que más frío da, y no estamos en una época idónea

para enfriarnos. Aunque la fruta es estupenda, en otoño e invierno

nos quita vitalidad. Nos debilitará los riñones y nos producirá más

congestión y moco.

15

El nabo es otro alimento de otoño, muy curativo para el pulmón. Es

una comida de color blanco, y según la medicina china los

alimentos naturalmente blancos son buenos para el pulmón ―el

moco, cuando no está infectado, es blanco―.

El nabo en esta época está fresco y tiene más alimento. ¿Por qué es

bueno para el pulmón? Porque tiene un punto de picante y, según

la medicina china, la tristeza del pulmón se oxigena y se libera con

el picante.

Utilizad mucho el nabo para curar y fortalecer el pulmón. Se pela, se

ralla y se le pueden añadir rábanos, un poco de remolacha y

zanahoria, jengibre y espolvoreado con sésamo y aceite de oliva.

Esto es un primer plato excelente, que hay que masticar bien,

ensalivar y tragar. Cuando se expulsa por abajo depura.

También se puede tomar como postre. Cocido lo podéis meter en

todos los sofritos, guisos y potajes. Otoño es la estación del chup,

chup, hay que tomar muchos potajes preparados con cariño.

Recomiendo que sobre todo en otoño, para que el pulmón y el

intestino tengan energía, toméis purés cada noche, de setas o de

cualquier verdura con nabo, puerro, ajo, que lleva azufre, y un poco

de cereal como copos de avena u otro, siempre integral. Bien

triturado y sin patata.

COCINA CONSCIENTE Y CON AMOR

La cocina es vuestro centro de salud. Cocinar bien nos permite

recuperar el equilibrio sin tomar medicación. Necesitamos una

cocina con amor, con consciencia. ¡El ser humano tiene tantos

recursos naturales para estar bien!

Antiguamente ya se hacían depuraciones cada estación. Las

abuelas nos daban aceite de ricino y, si nos constipábamos, nos

dejaban sin comer. Con infusiones y masajes calientes en la barriga

el catarro se iba. Hoy día si pillamos un constipado nos tomamos

un ibuprofeno o un sobre de no sé qué y nos vamos a trabajar, sin

tener conciencia de lo que hemos comido, cómo nos sentimos y

16

cómo está nuestro calor interno… Estamos tomando algo químico

que nos dicen que va bien, pero ¿y el acompañamiento de nuestra

energía? ¿Y la observación de uno mismo?

MODELOS DE DESAYUNOS ENERGÉTICOS

Por la mañana, tomad alimentos calientes. Los que tenéis

problemas respiratorios o intestinales tomad sopa para que el calor

llegue al pulmón. No sopas de leche, sino de vegetales, con un

poco de mijo, arroz integral, algas, miso… La sopa de miso es

estupenda. Sorbida despacito da calor al pulmón, al bazo, al

estómago y al intestino. Cuando el calor llega abajo, vuelve a subir

hacia arriba y así tendréis energía para todo el día. Ahora, si vamos

al bar y tomamos unas tostadas, leche y café, el calor se quedará

concentrado en el vientre. No pasará de aquí y tendremos una tripa

fría. No entraremos en calor, iremos cansados y nuestro

metabolismo irá lento.

Ya sé que esto es romper los esquemas. Pero necesitamos

recuperar la vitalidad del cuerpo si no queremos envejecer faltos de

vitalidad. Nuestra columna tiene que llegar a la edad mayor erguida

y derecha, no es normal que tengamos setenta años y andemos

encorvados, esto es lo que nos han hecho creer. El ser humano

tiene el potencial de llegar a mayor con toda su perfección.

Podemos envejecer de otra manera.

Empezar por la mañana con algo calentito es una buena manera de

iniciar el día. Si no queréis tomar sopa, tenéis alternativas. Si os

sobra comida de la noche, podéis hacer un puré. Tomadlo por la

mañana con un poco de jengibre. Y a media mañana tomad, si

queréis, una infusión con una manzana. Veréis la enorme diferencia

en vuestro cuerpo. Si queréis tener vitalidad este otoño e invierno,

haced esto. Haréis de vientre, la sangre estará más oxigenada y el

pulmón va a respirar sin constiparse.

Otro desayuno otoñal: podéis coger una pera y una manzana, que

son frutas neutras de la estación, las peláis, las troceáis en un bol,

echáis canela ―que mantiene el calor en el cuerpo― y un poquito

17

de cereales integrales ―avena, muesli― y luego un poco de leche

vegetal ―arroz, avena, soja―. Le podéis echar pasas de corinto,

orejones, frutos secos, y lo vais tomando poquito a poco. Con esto

tenéis un potpurrí energético y cargado de nutrientes ―proteínas,

oligoelementos, fibra―. A media mañana, podéis tomar algo

caliente, como una infusión.

La canela es una especia que calienta, quita la tristeza y os sentará

muy bien.

¿No os gustan los cereales ni los frutos secos? Tenemos otro

recurso. Un desayuno rico en omegas, grasas naturales que activan

la memoria y dan energía cálida al cuerpo. Son los aceites del atún,

la sardina, la caballa, de conserva de calidad. Elegid un pan no

harinado, el pan dextrinado, que no obstruye el tubo digestivo y da

fibra. Con ese pan podemos tomar diferentes pescados, incluso un

poco de tomate y lechuga.

Otro día: tomar clara batida con un poquito de ajo y perejil.

Estamos tomando omega 3, 6 y 9 que ayudan a tener flexibilidad en

las articulaciones, que con el frío se resienten. Y tendremos una

grasa que activa nuestra memoria y nuestro cerebro.

Empezad el día así: con sopa de miso, puré, cereales o tostadas de

pan dextrinado con omegas. Así preparáis al cuerpo para tener

energía y calor de cara al invierno.

En invierno la energía de la parte posterior del cuerpo ―riñones―

disminuye mucho. Si este foco no está caliente, en invierno nos

quedaremos paralizados de frío y encogidos. Vamos a evitar que

esto pase.

Las semillas naturales ―sésamo, pipas de girasol, semillas de

calabaza, almendras, avellanas, nueces― es bueno echarlas a las

comidas porque aumentan la absorción de nutrientes. Una

excepción, porque es muy graso y suele venderse frito, sería el

cacahuete. El pistacho, llamado la “sonrisa feliz”, tiene mucha

clorofila y es estupendo, pero mejor sin sal.

18

El apio también es un alimento de temporada. Va bien tomar caldo

de apio por la mañana, porque regenera los fluidos y aporta sodio y

potasio, imprescindibles para que las células trabajen bien.

Los boniatos también son muy buenos, pero habría que comerse la

piel, bien lavada, porque es muy fibrosa y sana. La castaña también

es muy buena, purga el intestino. Se puede comer no solo asada,

sino cocida o rehogada, en guisos o acompañando sopas.

EL INTESTINO Y LAS EMOCIONES

Hemos dicho que el sentimiento del pulmón es la tristeza. Si nos

enganchamos a la pena nuestra respiración es más corta y esto es

lo que hemos de evitar.

¿Qué sentimiento genera el intestino grueso? También se relaciona

con la tristeza, pero como su energía viene del tracto estomacal

―el “tercer cerebro”― tiene que ver con el exceso de reflexión.

Cualquier problema que nos pesa, al que no vemos salida, no

solamente pesa en la mente sino también en la tripa, y nos va

quitando la energía. Ante los problemas reincidentes, aquellas

cosas que no podéis cambiar, es importante que trabajéis la

aceptación, sobre todo en este mes. Se trata de aceptar aquello

que no podemos transformar.

No podemos resistir mucho tiempo sosteniendo un peso con las

manos en alto. Si lo mantenemos arriba, en la cabeza, al final caerá.

Pero si lo sujetamos contra el vientre podremos aguantar más

tiempo. No dejéis que los grandes problemas permanezcan mucho

tiempo en la cabeza. Si la mente se os va a cuestiones que os

desgastan, respirad hondo y sentid el problema como una carga

entre los hombros. Si tomo el peso en alto y me caigo me sentiré

muy frustrado. Pero si lo pongo en la parte media del cuerpo, entre

el pulmón, el intestino y el ombligo, que es el centro, puedo hacer

lo que quiera, que no me caeré. Puedo observarlo si quiero, puedo

liberarme. Para sostener las cosas en el centro del cuerpo se

necesita la mente serena y el corazón abierto. Y un intestino vacío,

sin residuo, sin rencor. Las cacas que se quedan dentro producen

19

apego y rencor, un sentimiento de “tenía que haber sido así y no ha

sido...” Aparte de no defecar, nos sentimos muy mal.

Observaos en esta estación del año. Si hay algún problema que os

venga grande en la vida respirad, dad gracias por lo que sois y

sostenedlo en la zona media.

Si os sorprendéis dándole vueltas al problema, sed conscientes de

que estáis pensando, deteneos, respirad y dejadlo estar. De esta

forma el intestino y el pulmón no se van a cerrar.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

―¿Es importante consumir verduras y frutas ecológicas?

―Claro. Los pesticidas son como la quimioterapia de las plantas.

Pero también es cierto que para muchas personas comprar en

tiendas ecológicas es muy caro y no se lo pueden permitir. No

sintamos malestar ni culpa, cada cual que haga lo que pueda y

compre lo más natural posible, lavándolo y cocinándolo con mimo.

―Dicen que la fruta hay que comerla entre comidas.

―La fruta lleva mucho azúcar y mezclada con otros alimentos

genera ácidos y fermentación. También es un elemento frío, por lo

que en esta época conviene no abusar de ella. Hay que buscar fruta

del tiempo. Pero en esta época, la pera es una fruta neutra que se

puede tomar, en el desayuno o entre horas, igual que la manzana.