LA SEGURIDADEN EL AULA-TALLER

Las personas recordamos con más fre-cuencia y facilidad las experiencias gratasque las desagradables. Lo dicen los libros yen la mayoría de los casos es cierto. Se ponede manifiesto sobre todo si observamos quemuchos recuerdos, de los que conservamosel aspecto optimista después de pasados losaños, en realidad fueron reveses que estánen nuestra mente revestidos de una aureolade gratitud que oculta el aspecto negativoque tuvieron.

UNA VIEJA ANECDOTA

En las clases prácticas de «MaquinariaAgrícola» de primer año de la carrera de peri-tos agrícolas —esto hace más de veinte años—había numerosas mesas metálicas llenas depiezas y elementos mecánicos que los alum-nos debíamos saber identificar, explicar entodas sus partes y describir en funcionamien-to. En el mes de junio aumentaban la acti-vidad y los nervios. Nos pasábamos las pie-zas unos alumnos a otros lanzándolas confuerza para que se deslizasen por la chapaque constituía el tablero de la mesa, paraevitar los desplazamientos personales. Enuna ocasión vi impulsar de este modo el con-junto de hierros que formaban el «pajarito»de una atadora. O fue empujado con másfuerza de la precisa o la superficie de aquellaparte ofrecía menos resistencia al roce, el ca-so es que se salió de la mesa y cayó confuerza sobre los dedos del pie de un alumno,calzado con ligera zapatilla. Por supuesto nohubo mala intención. Alguien preguntó: «¿Seha roto?» Otro respondió, para risa de todos:«Ha tenido suerte. El pajarito ha caído de pie».Fue un accidente con rotura de huesos,

escayola y todo. De aquella anécdota se con-serva lo grato, la ocurrencia de comentarque había caído de pie.

ALGO MAS RECIENTE

Recordé este «caso» de estudiante conmotivo de haber presenciado una situaciónsemejante en una Escuela de Capacitación.En un cursillo de maquinaria un agricultorlanzó con energía el viejo carburador haciaotro participante que hizo un movimiento es-quivo al verlo venir, pero no llegó a caer dela mesa porque todo el borde de la superficiemetálica está limitado con un reborde en án-gulo, sujeto con tornillos, que impidió quesaliera despedido. Es un curioso detalle quesignifica seguridad.

Los procesos de aprendizaje, sobre todo anivel de enseñanza profesional, incluyen tra-bajar con máquinas, herramientas y materia-les diversos que se aproximan al máximo ala futura realidad laboral en que se adiestraa los alumnos. Deben preverse, por tanto,las condiciones físicas de seguridad para eli-minar el peligro, o reducir al mínimo el ries-go y proteger a las personas, si la peligrosi-dad no puede eliminarse por completo.

Son muchas las normas que pueden cali-ficarse como útiles para lograr seguridad enlas aulas de prácticas. Son muy variados lospequeños detalles que se deben tener encuenta y a pesar de ello cuestan poco dineroy escaso esfuerzo. Aquí aludimos a algunosaspectos con ánimo de recordar lo que porsabido a veces no se tiene perfectamente apunto.

El hecho de que las personas que han demanejar los elementos o ponerse en situacio-nes que revisten cierta peligrosidad sean

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alumnos, en lugar de obreros asalariados,significa que las normas de seguridad han deser tenidas en cuenta con el mismo rigory que además se incluyan como tales en losprogramas educativos.

EL SITIO DE LAS COSAS

Es conveniente preparar y disponer de sitiopara que los objetos estén a disposición deuso, de manera cómoda y sin que se amon-tonen. Tener espacio suficiente para quepuedan estar ordenadas. Simplemente bus-car una llave entre un montón de herramien-tas puede ocasionar una herida en la piel dela mano.

Cuesta poco esfuerzo por ejemplo, evitarel almacenamiento de materiales, equipos yrepuestos en lugares altos, que al caer pue-dan perjudicar a quien pillen debajo.

Otro caso más concreto y de extraordinariaimportancia es el que se refiere al almacena-miento de material inflamable a granel (gaso-lina, disolvente de pinturas, etc.), que debenser situados en un área fuera del edificio es-colar principal.

«Un sitio para cada cosa y cada cosa en susitio». Así decía un «slogan» que vi en un

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taller de imprenta allá por los años cuarenta.Me impresionó porque algún operario habíamodificado su texto al estilo de las «pinta-das» que ahora se ven por las paredes de losedificios públicos. Había tachado la palabra«cada» situada en segundo lugar y encimaponía «ninguna». Y es que, pese a la inten-ción de los carteles, cuando no se han crea-do hábitos de orden, aunque haya un sitiopara cada cosa acaba por no estar ningunacosa en su sitio.

En cualquier caso, algo que siempre debeestar en su sitio es un botiquín. Y es buenotener botiquines de primeros auxilios dentrode la propia aula-taller.

LAS INSTALACIONES

La mayoría de los aspectos relacionadoscon la seguridad en las aulas de prácticasdeben ser previstos en su instalación inicial.No obstante, tanto las novedades en proce-dimientos, herramientas o máquinas, así co-mo la creciente disponibilidad de recursos,obligan a la permanente renovación y mejora

para aumentar las posibilidades de seguridaden el trabajo del aprendizaje práctico.

Cuesta poco dinero preocuparse de que elmaterial eléctrico se instale con tomas de tie-rra para los motores, con fusibles adecuadosy cajas de distribución cómodas. Y es relati-vamente sencillo conseguir que todos losconmutadores de control de los equipos y dela toma de corriente sean fácilmente asequiblesa los operadores.

Los engranajes y, en general, todos losdispositivos para la transmisión de fuerza,han de protegerse con los resguardos perma-nentes más convenientes.

Todas las máquinas estacionadas que pre-senten algún peligro, cuando están en fun-cionamiento, tales como cizallas, prensas,molinos, cortaforrajes, etc., deberán poseercarcasas que proporcionen una buena pro-tección.

Los motores deberán equiparse con dis-positivos protectores de sobrecarga, tipo cor-tacircuito, que estén integrados en el circuitode interrupción del motor.

La medida, capacidad y fuerza del cual-quier máquina se determina de acuerdo conla edad, altura, fuerza y mentalidad de losalumnos que han de operar con ella. El puntode referencia del nivel de operación para eluso de una máquina o banco de trabajo,será el promedio de las alturas del codo delas personas que van a usarla o trabajar enel banco.

Desde el punto de vista de transmisión defuerza y eficacia, se prefieren, en general,las correas trapezoidales a las de tipo plano.

Todos los soportes de las máquinas seránfirmes y rígidos para proporcionar una basesólida, libre de balanceos y giros que afecta-rían a la máquina y a la seguridad del opera-rio. Con preferencia, los motores estarán in-corporados dentro de la máquina, pero confácil acceso para el mantenimiento de lamisma.

Las máquinas que producen viruta o polvoirán provistas de un sistema de control pararecoger los desperdicios.

Las máquinas que se elijan funcionaráncon el mínimo del ruido posible. Una máqui-na escolar nunca debe de sobrepasar los 70decibelios.

Es necesario disponer de alargaderas cons-tituidas por cordones eléctricos flexibles, degoma, perfectamente aislados, para usarloscon el equipo portátil.

Todos los equipos de pulverizar deben lle-var sus correspondientes protectores de víasrespiratorias o anteojos de seguridad, así co-mo los controles correspondientes para de-tectar el nivel de presión u otros factoresque supongan riesgo.

Las máquinas irán provistas de amortigua-dores.

LA SEÑALIZACIONEs menester habituar a los alumnos con

las señales de seguridad en el trabajo igualque se hace actualmente con las señales detráfico en la escuela primaria. Porque existe