UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS DE LIMA

LA UNIVERSIDAD ANTE

LA OPINION PUBLICA

L I M A 1963 P E R U

UNIVERSIDAD N A C I O N A L MAYOR

DE SAN MARCOS DE L IMA

LA UN IVERSIDAD ANTE

LA OPIN ION P U B L I C A

L I M A 1963 P E R U

E l Consejo Universitario de la U¬niversidad Nacional Mayor de San Marcos ha acordado formular la si­guiente declaración pública:

P R I M E R O — L a Universidad Na­cional Mayor de San Marcos es la U¬niversidad Primada de América y la única Universidad Mayor del Perú. Desde 1551, su obra y su prestigio se confunden con los de la Nación Perua­na. Su contribución al progreso espiri­tual y material del Perú es, en todos los niveles, evidente. Es la Universi­dad Peruana que cuenta con mayor número de docentes y alumnos, así co­mo de Facultades, auténticamente ta­les. De hecho, hay en San Marcos diez Facultades con más de cincuenta Es­cuelas. Departamentos e Institutos; su alumnado llega hoy a 14.000 estricta­mente universitarios, sin agregar alum­nos pre-universitarios ni de Cursos Especiales; bajo la dirección de 1,200 docentes distribuidos en las categorías de Principales, Asociados, Auxiliares, Jefes de Práctica y Ayudantes. E l cuer­po de empleados y de obreros suma

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850 plazas. San Marcos ha construido y sigue construyendo, penosamente con sus propios medios (para lo cual ha debido empeñar determinadas ren­tas), su Ciudad Universitaria, que hoy alberga a cerca de 4,000 estudiantes. Aunque gasta por alumno un prome­dio de siete mil quinientos soles, cada estudiante sólo paga 200 soles al año, sin contar a los becarios. La suma de que se dispone per capita no basta para desarrollar la enseñanza a que se as­pira, ni mucho menos para adquirir el equipo conveniente ni llevar a cabo las investigaciones indispensables. Bas­ta advertir que el costo medio en las disciplinas científicas, donde se requie­re el uso de laboratorios, pasa de 24,000 soles per capita, siempre a cambio de 200 que abona el estudiante. Además de su título de Universidad Mayor, la de San Marcos tiene el carácter de Na­cional, y el Estatuto en vigencia la menciona como "Universidad del Es­tado", desde luego sin perjuicio de su autonomía tradicional, ratificada por la misma Ley. Por tales caracteres y por su estrecho vínculo con el rumbo esencial del país, San Marcos debe es­tar abierta a toda vocación reconocida. Sin embargo, el criterio selectivo, im­puesto por las limitaciones físicas de sus instalaciones, ha sido tan riguroso que, en los exámenes de admisión de

1962, sólo han sido aprobados 1,300 so­bre 6,400 postulantes, es decir un 20%. En San Marcos se cumplen, ade­más las disposiciones legales de la Re­pública: el personal a su servicio reci­be las bonificaciones establecidas y es­tá sujeto a una escala de haberes con­gruente con lo dispuesto para todos los servidores del Estado. Tocante al pro­fesorado, San Marcos observa, hasta donde sus posibilidades se lo permiten, el tope mínimo establecido por la Ley 10394. San Marcos cubre el servicio de sus listas pasivas y encara los gastos de construcciones, reparaciones y equi­pamiento con el exiguo presupuesto de que dispone. Se podría aumentar orgánicamente éste si pudiera realizar de inmediato la rehabilitación de los valiosos, pero ruinosos e improducti­vos inmuebles de su propiedad; para ello requiere subsidios extraordina­rios, o préstamos a largo plazo y corto interés; igual ocurre en lo referente a la Ciudad Universitaria. San Marcos se esfuerza por aplicar todas las deposi­ciones de Ley Universitaria 13417, pe­se a las mencionadas dificultades f i ­nancieras. De acuerdo con ello, se ha aumentado considerablemente el nú­mero de profesores a tiempo comple­to y a medio tiempo. San Marcos tie­ne en acción su propia Imprenta, su propia Librería, sus propios Servicios

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Médicos y de Asistencia Social,-su pro­pio sistema de movilidad, sus once B i ­bliotecas, más las de cátedras, y ha ini­ciado Ja organización de refectorios es­tudiantiles. Para tan vasta tarea sólo cuenta con un presupuesto total de 111 millones: sólo un plan moderado de construcciones y equipamiento, re­quiere no menos de, anualmente, 40 millones ad hoc por diez años.

SEGUNDO.— A despecho de las circunstancias antedichas, y de las ex­traordinarias perturbaciones políticas y electorales de 1962, San Marcos ha cumplido su año lectivo sin ningún contratiempo a punto de que, por a¬cuerdo del 19 del presente se ha auto­rizado a las Facultades a cerrar sus clases a partir del próximo día 30. Pa­ra este resultado no se ha sacrificado ningún derecho o prerrogativa de pro­fesores o alumnos, ni apelado a medi­das de intolerable lenidad o de inde­seable coerción. De conformidad con la secular política de San Marcos, y no obstante naturales discrepancias de diverso orden en su seno, la colabo­ración entre Autoridades, Docentes, y Discentes se ha mantenido en un p)au-sible nivel de comprensión y respeto mutuos, como corresponde a una colec­tividad autónoma de estudios superio­res. No ha sido preciso pensar en me­

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elidas punitivas ni hacer ninguna con­cesión excesiva. Según las normas de San Marcos, que se maneja dentro de la Ley, de modernas ideas pedagógicas y de los más amplios derechos huma­nos, en San Marcos cualquier idea pue­de ser discutida. Existe libertad de cá­tedra e investigación, lo cual no impli­ca que los organismos oficiales de la Universidad puedan realizar activida­des de propaganda que, por su unilate-ralidad, representarían una contradic­ción con el principio de libertad de conciencia y de cátedra. Por eso, la re­catada autodisciplina de San Marcos se basa en la libertad y la cooperación voluntaria. Para lograrla no ha menes­ter implantar sanciones, que, desde, o¬tro punto de vista, si fuesen inevitables, deberían siempre ser graduales y prece­didas de procesos abiertos en los que se ejercitase a plenitud el derecho de ca­da cual. Dentro de este orden de ideas, San Marcos no ha llegado nunca a a¬plicar, o a mantener, penas drásticas que representarían, en cierto modo, una falla de los medios persuasivos im­plícitos en todo sistema pedagógico; San Marcos ha preferido utilizar mé­todos y formas de convencimiento, me­diante un amplio cotejo de opiniones y realidades, de lo cual es fruto la pre­sente halagadora situación de normali­dad, coordinación y trabajo, patentes

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en la institución primada de la cultu­ra peruana, la cual celebraría con sin­gular complacencia la aplicación de sistema similar en otras instituciones de análogo nivel, como garantía de paz y progreso. Este ambiente de mutua comprensión ha permitido no sólo cul­minar sin dificultad el año lectivo, si­no también fomentar actividades ex­tra-claustrales, como las de Teatro, el Coro, el Ballet, las Conferencias, las Mesas Redondas, las Publicaciones, las Excursiones y los Deportes. Reflejo de ello son el extraordinario suceso de nuestro Teatro en Chile; la obtención del Primer Premio de Tiro por nues­tro equipo estudiantil; la conmovedora acogida a nuestro Coro y nuestro Tea­tro en las barriadas de Lima, que v i ­sitan gratuitamente; la llegada de no­tables conferenciantes y especialistas extranjeros; la iniciación de nuevas ac­tividades de extensión cultural.

T E R C E R O . — Prueba objetiva de la creciente recuperación de San Mar­cos es el crédito de que disfruta en el exterior. Altas instituciones nos pres­tan su generosa y eficaz ayuda en pro­porción jamás lograda, y la cual sólo se otorga después de prolijas compro­baciones sobre la idoneidad moral e in­telectual de la institución, y la con­veniencia de la ayuda. Así, el Banco

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Interainericano de Desarrollo ha acor­dado un préstamo de 1*500,006 dólares, con el aval del Estado, pagaderos en 15 años, para equipar los Departamen­tos de Ciencias, y para formar, en un plan nacional, profesores e investiga­dores en Matemáticas, Física, Quími­ca, Biología, Geología y otras ciencias afines; el Fondo Especial de las Nacio­nes Unidas, por intermedio de la FAO, ha concedido otra ayuda de 937,000 dólares, para investigar en enfer­medades tropicales y de altura en el ganado, por medio de la Facultad de Medicina Veterinaria; los servicios de estos préstamos los hará San Marcos de su propio presupuesto. Diversas re­particiones estaduales nos prestan también su importante y generosa coo­peración para fines de investigación y de enseñanza. Además las Fundacio­nes Rockefeller, Kellog y otras han ini­ciado continuado o reanudado su apo­yo/ a San Marcos. Algunas entidades privadas nacionales también nos han otorgado subsidios para equipar la Ciudad Universitaria, nuestras bibliote­cas, nuestros laboratorios, para inter­cambiar profesores, etc. Sólo debido a este aporte privado, singularmente el del Comité Cervecero Peruano, pudi­mos en junio de éste año, poner en marcha la Ciudad Universitaria, do­tándola del mobiliario, los servicios de

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agua, pavimentación y luz, los medios de transporte, etc. de que carecía. San Marcos confía en que tan magnífica colaboración, por la que expresa su más profundo agradecimiento, se verá acrecentada en el futuro y así podrá contar el Perú con los elementos ne­cesarios para que las nuevas genera­ciones puedan servir eficazmente los sagrados intereses de la Patria. •

CUARTO.— San Marcos presta al Estado y a la colectividad en general una nunca subrayada y constante co­laboración en la forma de asesora-miento técnico y orientación profesio­nal. Son numerosos los Comités, Con­sejos y Comisiones de diversa índole, en los que participan especialistas es­cogidos de nuestras filas profesorales; servicios que, cuando representan efec­tivamente la voluntad y la responsa­bilidad de San Mareos, son acordados expresamente por los Consejos de Fa­cultad y ratificados por el Consejo U¬niversitario, requisito indispensable para que la Universidad esté represen­tada en dichos organismos especializa­dos. Esta cooperación silenciosa y per­manente, extendida a diversas institu­ciones mediante convenios especiales, es una de las formas como San Marcos contribuye a solucionar las preocupa­ciones de la colectividad. De hecho, no

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existe repartición pública ni organis­mo privado, incluso aquellos que pu­dieran tener algunos antagonismos con San Marcos, que no cuente en sus puestos decisivos, con egresados de San Marcos.

QUINTO.— Las tareas inherentes a estos y otros deberes para con la Pa­tria, significan y significarán impor­tantes inversiones. Como reflejo del crecimiento del país, año por año, nues­tras necesidades son mayores, como es mayor la población estudiantil que de­bemos atender, y son más modernos, numerosos y costosos los equipos para proporcionar el adiestramiento a que el educando tiene derecho y de que °l país es acreedor. De paso, conviene re­sultar que la población estudiantil de San Marcos no es sólo para Lima, sino en una moderada proporción; la mayor parte proviene de las diferentes regio­nes del Perú; por tanto San Marcos es una Universidad auténticamente nacio­nal. Ahora bien, no existe inversión más retributiva que la que se hace en la educación, no solamente en el nivel elemental sino también en el superior y en la investigación. Sin esa inversión será ilusorio pensar en un desarrollo efectivo y duradero. Los países más adelantados del mundo son los que más invierten —no gastan: invierten—

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en educación, sin incurrir en el error de ejercer discriminaciones de niveles no ya diversos, sino excluyentes, y en­tendiendo, como debe ser, la educa­ción como un proceso indivisible e in­tegral. Para realizar este programa, que forma parte del plan nacional de desarrollo económico, social y cultu­ral, se requieren la ayuda creciente y proporcionada del Estado así como de instituciones e individuos nacionales y extranjeros. L a Universidad Nacional Mayor de San Marcos confía, después de esta sumarísima exposición, en que los Poderes Públicos y las instituciones e individuos públicos y privados del Perú y del extranjero, responderán al urgente llamado que ella formula y que consta el Proyecto de Presupues­to formulado con oportunidad ante las entidades competentes. De tal modo, San Marcos podrá responder, en nom­bre de la cultura del Perú y en el del compo que le corresponde, al reto que el futuro lanza a nuestra Patria, en Jos múltiples aspectos de la actividad crea­dora, para lo cual San Marcos manten­drá como mantiene un diálogo abierto con la colectividad a la que sirve, siem­pre guardando el más absoluto respe­to a la personalidad, a los derechos e-scnciales del hombre y Ja sociedad consciente de que es deber de lodos trabajar cada vez más y mejor por el

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engrandecimiento cualitativo y cuan­titativo del Perú.

Por lo expuesto, el Consejo Uni­versitario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por unanimidad declara:

Primero: Que el régimen de orga­nización universitaria establecido por la Ley 13417, ha probado su eficacia y que salvo los artículos observados por la Universidad Mayor oportunamente ante las autoridades competentes, di­cho régimen, que ha contribuido al ac­tual desarrollo de la Institución, debie­ra ser tenido como norma general para la marcha de la educación superior de la República por responder a las ne­cesidades de la misma;

Segundo: Que las rentas de que debe disfrutar las Universidades de­ben guardar armonía con el carácter, alcance y magnitud de las mismas, te­niendo prioridad aquellas que, dentro de tales condiciones, estén reconocidas como Nacionales y al servicio del Es­tado;

Tercero: Que con el objeto de lle­gar a una más adecuada, eficaz y equi­tativa aplicación del Presupuesto Ge­neral de la República, en lo tocante a la Educación Superior, es indispen­sable que las entidades competentes conozcan con anticipación el Proyecto respectivo, a f in de que puedan con-

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tribuir a su mejor ordenamiento con su experiencia y consejo;

Cuarto: Que es altamente reco­mendable que las relaciones entre Do­centes y Discentes de los institutos de enseñanza superior se desenvuelvan de conformidad con las normas pedagó­gicas de tolerancia al par que discipli­na y dentro de una atmósfera de com­prensión, mutua asistencia y cordiali­dad propios del nivel universitario;

Quinto: Siendo evidente la existen­cia de un clima de malestar en los me­dios universitarios, como consecuen­cia de incidentes ocurridos en la Es­cuela Normal Superior de " L a Cantu-tata", la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, bien sea directamente o bien por intermedio del Consejo In­ter-Universitario, cuya intervención solicitaría, ofrece sus buenos oficios, si hubiere lugar a ellos, a f in de obtener una solución pronta, práctica y armó­nica y que, dentro de los principios ge­nerales de la Ley, permita mantener derechos básicos a la educación, tanto en lo concerniente a los profesores co­mo a los estudiantes.

Lima, Noviembre 26 de 1962.

(Pdo.): Luis Alberto Sánchez, Rector; Mauricio San Martin. Vice-Rector: José León Barnndiarán, ex Rector; Luis A. Bramont A¬rlas. Decano de la Facultad de Derecho: Car­los M. Yorl, Decano de la Facultad de Medi-

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ciria; Jorge PucclnelH, Decano de la F a c u l ­tad de Letras; Rafael Dávila Cuevas, Decano de l a Facultad de Ciencias; Emi l io Romero, Decano de la Facultad de Ciencias Económi­cas y Comerciales; J u a n de Dios Guevara, De­cano de la Facultad de Farmacia y BloqulRil-ca; Angel E . Ocampo Eguren, Decano de la Facil i tad de Odontología; Manuel Arguelles, Decano de la Facultad de Educación; Agus­t ín Iza Arata, Decano de la Facultad de Qu í ­mica; Manuel Moro Sommo, Decano de la F a ­cultad de Medicina Veterinaria; Darío Herre­ra Paulsen, Delegado Catedrá t ico de la F a ­cultad de Derecho; Alberto Tauro, Delegado Catedrát ico de la Facultad de Letras; Ale­jandro Tapia, Delegado Catedrá t ico de la F a ­cultad de Ciencias; Vlctorlo Vallo, Delegado Catedrát ico de la Facultad de Ciencias Eco­nómicas y Comerciales; S imón Pérez Alva, Delegado Catedrát ico de la Facul tad de Fa r ­macia y Bioquímica; Eduardo Machado Neves, Delegado Catedrát ico de la Facul tad de O¬dontología; Roberto Koch, Delegado Catedrá­tico de la Facultad de Educación; César Díaz Tassara, Delegado Catedrá t ico de la Facu l ­tad de Química; J u a n Alberto Campos, Presi­dente de la Federación Universitaria de San Marcos; Humberto Ponce Albertl , Delegado alumno de la Facultad de Derecho; Mario Chiappe, Delegado alumno de la Facultad ríe Medicina; Alberto Qulmper, Delegado alum­no de la Facultad de Letras; Carlos Bustn-mante, Delegado alumno de la Facultad de Ciencias; Augusto Palco, Delegado alumno de la Facultad de Farmacia; Wi l l i am Méndez, Delegado alumno de la Facultad de Odonto­logía; Miguel Navarro Cueva, Delegado alum­no de la Facultad de Educac ión ; Ramón Cas­tro, Delegado alumno de la Facultad de Quí ­mica; Hugo Barrantes, Delegado alumno de la Facultad de Medicina Veterinaria.

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Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de Ban Marcos