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“LA ENAJENACIÓN DE LOS VÍNCULOSEN EL SERVICIO DE WHATSAPP”

Resumen

Por varios autores* El objetivo del presente trabajo es poder indagar sobre las

prácticas de los sujetos en relación el uso del whatsapp, y si esto genera

enajenación en los vínculos.

Se hará un recorrido conceptual de los conceptos más relevantes, que tiene relación

con nuestra investigación. y se analizarán los resultados en base al marco teórico

utilizado.

Palabras claves: Comunicación - Enajenación - WhatsApp - Vínculos

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ObjetivoEl objetivo del presente trabajo es poder investigar la incidencia del uso del

WhatsApp en el área de comunicación, poder indagar si hay presencia de una

enajenación de los vínculos.

Se utilizó una encuesta online y se consultó a 417 personas en una población de

entre 25 y 35 años, pensando que esta franja etárea es la más cercana a nuestras

realidades (dado que nuestro grupo se halla dentro de dicho rango etario) y que

probablemente se vean atravesados por el consumo masivo de esta aplicación (al

igual que en nuestro caso).

Para llevar a cabo esta investigación, se partió de ciertos interrogantes básicos.

● ¿Cómo afecta en las relaciones el uso del whatsapp?

● ¿Hay una distorsión en la comunicación?

● ¿Genera el uso de whatsapp una enajenación en la vinculos?

● ¿Utilizar el WhatsApp implica estar más comunicados?

Para ahondar en los interrogantes que guían el presente escrito, se utilizó el marco

teórico de diferentes autores, entre ellos, el concepto “modernidad líquida” de

Bauman. “El efecto de desinhibición en línea” de Suler, las ideas sobre

representaciones sociales de Gabriel Guralnik, “Los no lugares” de Marc Augé y los

tipos de vínculos que se crean desde lo digital, idea de Carlos Neri. Asimismo se

consultó sobre investigaciones previas relacionadas al tema: “el fenómeno de

WhatsApp en el contexto de la comunicación personal, una aproximación a través

de los jóvenes universitario” y “efectos” que genera el uso de dispositivos móviles,

que poseen alguna modalidad de chat, que poseen alguna modalidad de chat, en la

comunicación interpersonal de pareja en jóvenes estudiantes de la universidad

autónoma de occidente”.

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Marco teóricoSe abordará sobre algunos de las principales conceptos centrales que

guardan relación con el uso de la tecnología, a fin de comparar los resultados

obtenidos a la luz del marco teórico pertinente. Así también se desarrollarán los

conceptos que se encuentran relacionados con el tema: comunicación, enajenación

y WhatsApp.

Comunicación: el concepto obtenido por Palacios, (como se citó en Delgado &

Nariño, 2014) es el uso deliberado de signos simbólicos , físicos y mentales con el

propósito de transmitir información o valores lógicos de expresión de la mente de

quienes lo perciben y con la intención de influir en ellos.

El concepto enajenación es la transferencia de un patrimonio a otro, es la

obligación de dar, transmitir a alguien el dominio de algo. Aunque este concepto

pueda estar relacionado con la locura, llamado enajenación mental, que significa

que el sujeto se encuentra alienado y no puede actuar por su cuenta, si no que se

encuentra dominado por mandatos de la sociedad u otros sujetos.

Por último, el concepto de WhatsApp, la palabra en castellano remite a “¿qué hay?”,“¿qué pasa?”, “¿cómo te va?”. Por otra parte es una aplicación de mensajería

instantánea que envía y recibe mensajes mediante internet complementando con

otros servicios. Elegimos dicha aplicación porque con harta frecuencia es una de las

más utilizadas a nivel comunicación. Su nivel de utilidad es mucho más alto que el

resto de las aplicaciones que sirven para comunicarse.

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Investigaciones previas

Según una investigación de la Universidad de comunicación de Santiago de Cali,

efecto que genera el uso de dispositivos móviles, elaborado por Nariño y Delgado

(2014 ) establece que el uso de los celulares da cuenta que las nuevas tecnologías

en estos dispositivos han cambiado los códigos de la comunicación, generando

nuevas formas de costumbre y comportamientos en los sujetos. Estos dispositivos

parecen modificar la percepción del espacio y el tiempo de los mismos, ya que

permite comunicarse sin estar presente físicamente. Esta forma de comunicarnos,

permite que el sujeto quede fragmentado, siendo un mensaje de voz, unas letras

sueltas en la pantalla, un emoticón o una imagen, pero siempre ser solo un

fragmento. La comunicación que se da a través de estos móviles han contribuido a

un incremento en la comunicación, pero con mensajes más breves y con una gran

cantidad de éstos de poca duración, estableciendo así un sentido subjetivo de

fragmentación.

A su vez sitúa otra desventaja para el psicólogo Amador (como se citó en Rubio-

Moreno y Espinosa, 2015), (...) el mensaje de texto aporta tres veces menos

información, que una comunicación “cara a cara”, no se pueden ver las expresiones

faciales, escuchar el tono de voz, o ver el lenguaje corporal, generando así

complicaciones en la comunicación. Esta investigación establece que ya no se

puede ignorar a nadie por medio del mensaje, el WhatsApp junto a otros medios han

cambiado nuestra forma de comunicarnos, por lo que existe ahora una presión a la

hora de leer y no responder inmediatamente el mensaje.

Otra Investigación de la Universidad de Antonio Nebrija, sobre “el fenómeno

WhatsApp en el contexto de la comunicación personal” de Romero- Espinosa(2015)

Establece que el WhatsApp es uno de los canales más utilizado por los jóvenes, por

su capacidad, facilidad del uso y gratuidad porque provee más comodidad cuando

no hay tiempo y permite sortear los problema de timidez en aquellos sujetos que

tienen dificultad para expresar sus emociones, pero advierten que tiene desventajas,

y se refiere a que hay una pérdida de la comunicación “cara a cara”, destacando a

esta como la única y auténtica forma de comunicación. Esta investigación establece

que el WhatsApp resultaría en los jóvenes como una forma más fácil de relacionarse

porque lo real únicamente está presente como simulacro, conversan expresando

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como si estuvieran presentes, les es más fácil a los sujetos expresar sus

sentimientos porque se encuentran preservados por la pantalla, faltando la

gestualidad y la calidez que se encuentran en la comunicación “cara a cara”.

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Introducción

Las nuevas tecnologías producen la sensación de que uno está con alguien,

aunque ese alguien no se encuentre presente de manera física, es decir, en carne y

hueso. Según Sherry Turkle, “estar solos pareciera ser un síntoma que debemos

resolver, el cual solucionamos conectándonos a las redes sociales” (Turkle, 2012).

El WhatsApp, podría ser considerada una “red social íntima”, en la cual uno elige a

quien compartir algo (foto, vídeo, audio, documento, etc). Esta autora menciona que

la época actual se define por el: “comparto, luego existo”. Pasamos del período

donde uno tenía un pensamiento para compartir y lo hacía llamando por teléfono,

una forma aproximada a la conversación “cara a cara”, donde no hay posibilidad de

editar las palabras empleadas, al período del uso de WhatsApp, donde sí podemos

hacerlo. Podemos elegir si llegamos a grabar un mensaje de voz simplemente

borrarlo, también podemos compartir imágenes o vídeos. El problema es cuando el

uso del WhatsApp se infiltra en las conversaciones “cara a cara”, dinamitando las

mismas. Para tener una conversación en esta modalidad con alguien necesitamos

dos cosas: un otro presente (en “carne y hueso”) y la atención mutua. Esta última es

condición sine qua non para poder llevar a cabo una conversación “cara a cara”.

Sin ella, se pierde el fluir de la misma, generando en nuestros interlocutores la

sensación no equivocada de que no estamos prestando atención a lo que nos dicen.

Bauman y la modernidad líquida: el uso del whatsapp en la actualidad

Los resultados de la encuesta realizada manifiestan la presencia ineludible del

WhatsApp en los modos de relacionarse de las personas actualmente. Casi la

totalidad (90.6%) de los encuestados acepta usar la aplicación en la vida cotidiana,

por lo cual se desprenden múltiples e interesantes observaciones como

consecuencia del uso masivo del WhatsApp. Es notable cómo se advierten las

evidentes contradicciones en las respuestas, que son objeto de no querer admitir la

real incidencia de esta flamante aplicación en los modos de vinculación, tal vez

porque eso significaría aceptar un cierto sometimiento ante el objeto, o tal vez

porque sencillamente no pueden reflexionar sobre las vicisitudes que se suscitan

con el WhatsApp. Sea como fuere, las contradicciones son muy concretas.

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Zigmunt Bauman, en el prólogo de su libro “La Modernidad Líquida” (1999),

enuncia brevemente cómo la fluidez, cualidad inherente a los líquidos, es la

característica primordial que define a las sociedades postmodernas actuales.

Concretamente, señala que los líquidos se definen por no conservar su forma, es

decir, cambiar, adaptarse continuamente, evitando la conservación, la estabilidad;

así, los líquidos no son posibles de fijarse ni al tiempo ni tampoco al espacio, ya que

tienen una variabilidad constante, incesante, una flexibilidad notable. Dicha fluidez,

propia de los líquidos y propiedad intrínseca de la postmodernidad, el autor la

contrapone con la solidez, que simbolizaría una propiedad anterior de las

sociedades. En este sentido lo propio de los sólidos sería lo contrario de la fluidez

de los líquidos, esto es, fijeza, estabilidad, constancia estructural, poca variabilidad y

por sobre todo, preeminencia del espacio por sobre el tiempo; para los sólidos el

tiempo puede ser cancelado, pueden ignorarlo, porque la relevancia para ellos

reside en el espacio. Es menester destacar que lo inmanente de los fluidos y su

liquidez es el tiempo; dominan el tiempo, plasman toda su integridad e importancia

en el tiempo, al cual colonizan y dominan con elocuencia.

En este sentido, esa lucha antigua entre espacio y tiempo ha tenido como

vencedor a éste último, que ha colonizado el espacio. El tiempo se ha constituido

como un instrumento de dominación del espacio, permitiendo innumerables cambios

en los modos de relación entre los hombres, pero también en los métodos de

explotación. Así, el celular, es un ejemplo perfecto que cumple esta condición:

victoria de tiempo por sobre el espacio. Es innegable que una de las principales

ventajas de los celulares es permitir una comunicación con un otro que puede

encontrarse a miles de kilómetros, además pudiendo establecer la llamada en

cualquier momento. Sin embargo, Bauman (1999) señala que así como esta

velocidad de movimiento permite ventajas para sus usuarios, esta extraterritorialidad

nueva también permite modos de dominación más perpetuos y constantes,

permitiendo que el poder se ejerza casi con absolutismo, en cualquier momento y

lugar. La dependencia del celular, su simple existencia, determina también la

posibilidad de continuar con el ejercicio de un poder perpetuo que cada vez tiene

menos fronteras.

Así, en relación a los resultados arrojados por la encuesta, como se dijo

previamente, se puede evidenciar la presencia masiva del uso del whatsapp por casi

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todos los sujetos de la muestra, un 90.6%. Esto es realmente significativo si se lo

contrapone con lo nuclear del texto de Bauman (1999). El autor afirma:

La modernidad significa muchas cosas, y su advenimiento y su avance

pueden evaluarse empleando diferentes parámetros. Sin embargo, un rasgo

de la vida moderna y de sus puestas en escena sobresale particularmente,

como “diferencia que hace toda la diferencia”, como atributo central del que

deriva todas las demás características. Ese atributo es el cambio en la

relación entre espacio y tiempo. (p.7).

Entonces, si contemplamos que la victoria del tiempo por sobre el espacio es la

particularidad más importante de la postmodernidad, es imposible desligar al

WhatsApp, de su función contribuyente a establecer dicha victoria. No hay que

olvidar que se trata de una aplicación gratuita, que permite enviar fotos, vídeos,

audios, archivos y texto, entre otras cosas, a cualquier persona en cualquier lugar

del mundo. Lo instantáneo, superando cualquier obstáculo o barrera espacial, lo

inmediato superando las distancias, evitando cualquier espera. Se trata entonces,

de sociedades cuya característica primordial es la fluidez entendida como la victoria

del tiempo por el espacio, y tenemos una muestra, perteneciente a sociedades de

este tipo, donde casi la totalidad de los sujetos seleccionados utilizan una aplicación

cuyo mayor atributo es poder eliminar cualquier distancia territorial estableciendo la

victoria absoluta de lo instantáneo. La extraterritorialidad de la que habla Bauman es

fomentada y permitida entre otras cosas por este tipo de elementos.

De igual modo, en las respuestas de los encuestados si bien hay cierta

variabilidad, hay que contemplar en primer lugar que casi todos los que

respondieron utilizan la aplicación, el 90.6%. Ese debe ser el punto de partida de

cualquier análisis posterior, porque si su uso no fuera masivo, cambiarían las

interpretaciones. Pero no es este caso. Aunque muchos indiquen por ejemplo que

las personas que no usan WhatsApp no están incomunicadas o menos

comunicadas, o que se sintieron bien cuando no tuvieron, el uso masivo de la

aplicación representa la indiscutible hegemonía que tiene casi para el conjunto de la

sociedad. Las contradicciones posiblemente sean el efecto, como se dijo antes, de

no querer admitir la dependencia que se ha constituido, producto de que se ofrece

el premio instantáneo, de la comunicación directa, en forma gratuita y con múltiples

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formatos de soporte (imagen, vídeo, audio, texto, etc). Porque además la velocidad

de movimiento y sus consecuencias de la que habla Bauman como propias de la

actualidad, son fácilmente discernibles en las respuestas brindadas por los

encuestados cuando se les consulta si les molesta que no les contesten por

WhatsApp cuando esperan una respuesta; la mayoría acepta que les molesta no

recibir respuesta, un 70.5%. Es evidente la contradicción, dicen haberse “liberado”

cuando no tuvieron uso del WhatsApp, pero lo utilizan en casi todos los escenarios

de la vida; al respecto uno de los entrevistados refiere: “Una semana. Siempre es

liberador independizarse. De todas maneras lo suplante con el mail que es más

impersonal y atemporal.” Entonces, mientras se intenta velar en las respuestas

abiertas la incidencia casi inconmensurable del WhatsApp en la cotidianidad, se

advierte como también resulta molesto por ejemplo que el otro utilice el WhatsApp

cuando se conversa con alguien. Así, en tiempos de lo efímero, de lo súbito, de lo

alígero, el WhatsApp es una pieza en absoluta concordancia con los modos de

vinculación, que perpetúa la supremacía del tiempo por sobre el espacio, sin

importar si los sujetos sean conscientes de esta realidad; en otras palabras, ellos no

lo saben pero lo hacen, como afirma metafóricamente Marx.

Suler, el efecto de desinhibición en línea

Este autor plantea que estos nuevos espacios dados por las nuevas tecnologías

fomenta que los sujetos digan o hagan cosas que normalmente no dirían o harían,

generando un fenómeno llamado el efecto de la “desinhibición en línea”. Sepodría pensar que el WhatsApp estaría produciendo este tipo de efecto en los

sujetos. A su vez, Suler (2004) plantea que esta desinhibición puede darse en dos

sentidos opuestos en estos espacios, haciendo que los sujetos puedan compartir y

comunicar aspectos personales de ellos expresando deseos, emociones y miedos,

entre otros aspectos. Pero también hay otros aspectos que no son tan saludables,

como la deformación del lenguaje, los aspectos agresivos, críticas, odio, etc.

Si tomamos el servicio que ofrece WhatsApp, podemos ejemplificar que los sujetos

utilizan este medio como un canal más de comunicación, quizás actualmente el más

utilizado por la mayoría de las personas, porque brinda un servicio en el cual da la

impresión que al ser inmediato y estar en línea, el mensaje que se emite llega como

si el receptor estuviera allí presente como en una conversación “cara a cara”.

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Entonces el sujeto puede expresar sus pensamientos, emociones, como si

estuviera interactuando realmente, pero debemos advertir que los mismos

entrevistados dan cuenta de los posibles efectos, que no son saludables en la

comunicación como la deformación del lenguaje, las malas interpretaciones que

van generando posibles conflictos en la comunicación. Es lo que algunos de los

encuestados hace referencia: ”Creo que tiene un aspecto positivo y negativo el uso

del WhatsApp, por ejemplo muchas personas se animan a manifestar sus

pensamientos y/o sentimientos, dado que no están cara a cara con la otra persona,

sin embargo como aspecto negativo provoca mal interpretaciones y se pierde la

humanidad en la comunicación entre las personas”. Otro encuestado refiere que: “El

WhatsApp generó un avance en la telecomunicaciones, pero como aspecto

negativo la gente deja de verse y va deformando el lenguaje”.

Siguiendo con las ideas de este autor, el mismo plantea que la gente puede a través

de este medio “ocultar sus aspectos”, desde cómo se ve, si está haciendo alguna

expresión en lo gestual, o si esto le aburre y otros signos que pueden ser

visiblemente ocultos, por lo tanto, esta comunicación ofrece una oportunidad para

mantenerse fuera del contacto visual con los otros. Si bien la comunicación por este

servicio ha contribuido a que uno pueda intercambiar información y saber sobre la

vida de los otros, no siempre significa que eso implique estar más cerca, ya que

las personas aún siguen sin registrarse. Estas consecuencias en el uso del

WhatsApp se pueden detectar en algunos de los comentarios de la encuesta

obtenida: ”El servicio de WhatsApp ha contribuido a la comunicación porque es una

comunicación en tiempo real, desde cualquier lugar. de todas formas, ha generado

un ruido en la comunicación cara a cara debido a que las personas suelen estar

más pendiente del teléfono que de la persona que le está hablando”. Otro

encuestado refiere que: “En realidad las personas creen que se comunican por

WhatsApp, pero la mayoría de las personas lo hacen de forma errónea, porque hay

situaciones en la vida, que se requieren de una interacción cara a cara”.

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Metodología

La metodología utilizada consistió en una encuesta, que se difundió en las redes

sociales (FACEBOOK, WHATSAPP, TWITTER) con el fin de recabar información,

acerca de una pregunta inicial que guió nuestro trabajo. La misma se confeccionó

a través de la plataforma de Google formulario.

La encuesta está conformada por 19 preguntas de las cuales, algunas eran

cerradas y otras abiertas. Se obtuvo la respuesta de 417 personas, sin discriminar el

sexo, de los encuestados.

El rango etario de los sujetos que participaban era entre 25-35 años

ResultadosA Continuación se detallan los resultados obtenidos por la encuesta realizada.

¿Usas el WhatsApp?● Mucho (90.6%)● Poco (84.1%)

● Casi nunca (1%)

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¿Cuántas veces te peleaste por consecuencias relacionadas al uso delWhatsApp?

● Casi nunca (36.5%)

● Poco (39.6%)● Mucho (18.9%)

● Nunca (5%)

¿Consideras que genera malos entendidos?

● Si (73,6%)● No (24%)

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¿Todos tus contactos tienen WhatsApp?

● Si (51.4%)● No (48.6%)

De las personas con las que te escribís por WhatsApp ¿te ves con frecuencia?

● Con la mayoría (63,5%)● Con algunos (29%)

● Con la totalidad (6.8%)

● Con ninguno (0.7%)

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¿Conocés a todos los contactos que tenés en WhatsApp?

● Si (84.1%)● No (15.9%)

¿Te molestas cuando algunos de tus amigos no te contesta por WhatsApp?

● Si (54.7%)● No (45.3%)

En caso de verificar si la persona se encuentra en línea ¿le volvés a escribir?

● Si (29.5%)● No (70.5%)

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¿Cuando tenés algún problema con una persona, lo manifiestas a través deWhatsApp? ¿O utilizás otro medio?

● Otro medio (55%)● WhatsApp (36.1%)

● Todo (5.8%)

● Facebook (1.7%)

● Twitter (1.5%)

¿Cuando conversas con alguien te molesta que la conversación se interrumpaporque está contestando mensajes?

● Si (66.7%)● No (33.3%)

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¿En qué situación de la vida cotidiana utilizás más esta aplicación?

● Todas las opciones (41.6%)● Transporte público (41.6%)● Hogar (27.8%)

● Ámbito laboral (4.4%)

● Estudio (1.9%)

● Ninguno (0.7%)

¿Mientras estás en una conversación con alguien y te cuenta algo importanteverificas el WhatsApp?

● Si (13.3%)

● No (86.7%)

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¿Alguna vez le llamaste la atención a alguien o te llamaron la atención a vospor usar el WhatsApp?

● Si (73.6%)● No (26 4%)

¿Es importante lo que hablas en WhatsApp como para no prestar atención alos demás?

● Depende del mensaje (81.4%)● No (16.9%)

● Si (1.7%)

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¿Alguna vez enviaste un mensaje de voz para justificar algo que habías escritoy no te entendieron?

● Si (64.4%)● No (35.6%)

DiscusiónEste trabajo comenzó con unas líneas de preguntas que guiaron nuestra hipótesis

principal de acuerdo a la información obtenida por las encuestas.

Se puede afirmar que la mayoría de los sujetos utilizan esta aplicación, en distintos

momentos de su quehacer cotidiano.

De acuerdo a los resultados obtenidos, respecto a nuestra hipótesis principal sobre

si el WhatsApp genera enajenación en los vínculos, se puede constatar de los

resultados obtenidos que efectivamente encontramos evidencia a favor de afirmar

nuestra hipótesis. Si bien es una herramienta que contribuye a la comunicación,

genera aspectos negativos en la misma, desde malos entendidos, hasta peleas,

desatención por parte de los sujetos, enajenación en los vínculos, desinhibiciones.

Los encuestados mencionaron, respecto a esta enajenación en los sujetos por el

uso del WhatsApp, que los mismos se comunican de forma distorsionada,

dependientes más de los celulares que de la comunicación con los otros cara a

cara. Por otra parte, registramos contradicciones que fueron relevantes, en relación

a cuando se les consultó si el WhatsApp genera malos entendidos, el 73% de los

sujetos respondieron que sí, pero cuando se le preguntó por las veces que se

pelearon por este medio el 36,5% respondió casi nunca y otros, poco, el 39,6%.

Estos datos nos invitan a reflexionar que algo de la contradicción está en juego,

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quizás se deba a que el individuo no quiera quedar expuesto a que hay una mayor

dependencia de estos dispositivos que provocó una modificación en la forma de

vincularnos.

Efectos y consecuencias del estar “comunicados”

“El advenimiento de los teléfonos celulares puede funcionar como el definitivo“golpe fatal” a la dependencia del espacio: ni siquiera es necesario acceder auna boca telefónica para poder dar una orden y controlar sus efectos. Ya noimporta dónde pueda estar el que emite la orden –la distinción entre “cerca” y“lejos”, o entre lo civilizado y lo salvaje, ha sido prácticamente cancelada”(Bauman, 1999)

En concatenación con la frase de Bauman, Paul Valéry se plantea una

pregunta: “¿La mente humana puede dominar lo que la mente humana hacreado?”, como respuesta a esta pregunta, ubicamos una serie de contradicciones

extraídos de los resultados, a grandes rasgos, de las entrevistas:

● Podría pensarse que las personas son dependientes del uso de

WhatsApp y al mismo tiempo se sienten “liberados” cuando se hallan sin

celular por unos días.

● Aseguran usar el WhatsApp estando físicamente con otras personas

pero les molesta que los demás hagan lo mismo. El 73.6% de los

encuestados.

● Consideran que genera malos entendidos, pero lo siguen usando. El

73.6% de los encuestados afirma esto.

● Verifican si la persona está en línea, pero no le vuelven a escribir.

Podría pensarse que esto se debe a una suerte de engreimiento en juego por

parte del “controlador” de las últimas conexiones, quien al hablarle a la otra

persona dejaría en evidencia esa necesidad del otro que posiblemente

intente esconder.

● Refieren que cuando están en una conversación importante con

alguien no verifican el whatsapp pero al mismo tiempo responden que alguna

vez les llamaron la atención por usar dicha aplicación durante una

conversación. Ante ello, consideramos que podríamos haber preguntado

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cuáles son aquellos temas que consideran importantes, dado que ello es muy

subjetivo y personal.

Las mencionadas contradicciones dan cuenta de cómo una aplicación creada por

una mente humana, Jan Koum, muy posiblemente no podría ser dominada ni por

una ni por millones de mentes humanas.

En el apartado “Representaciones sociales del futuro inminente” del texto

“Tecnología y representaciones sociales en el siglo XX” (2011), su autor, Gabriel

Guralnik, refiere: “En el siglo XX, los avances tecnocientíficos se trasladan, casi

siempre, velozmente a la sociedad, y son vividos por el sujeto en formas que

remiten a sus consecuencias pero también a las representaciones sociales de las

posibles consecuencias. Unas son indisolubles de las otras: las consecuencias, que

ya ocurrieron, permiten la representación de las posibles consecuencias, que

todavía no ocurrieron. En esto juega un rol fundamental la velocidad de

comunicación”. Sin duda que la velocidad de comunicación juega un rol fundamental,

sobre todo en lo que al WhatsApp se refiere. Sin embargo, podemos contradecir

esta cita recordando una de las contradicciones ya mencionadas: que los sujetos,

pese a ser conscientes de que sus comunicaciones por medio de ésta aplicación

generan malos entendidos y discusiones, siguen utilizándola. En este sentido

parecen ser inmunes a las consecuencias vividas con anterioridad ya que vuelven a

repetir esas experiencias. Pero consideramos que esto no se debe exactamente a

un “mal uso” de la aplicación, por así decir, sino que tiene relación con el hecho de

que el WhatsApp, hoy en día, es el medio más rápido, fácil y accesible que todos

tenemos para comunicarnos con los otros y pese a las posibles conflictivas que su

uso puede ocasionar, ello no significa necesariamente que se deje de usarlo o que

se renuncie a mantener por medio de él conversaciones con distintas personas, ya

que, además, no posee otra forma de comunicación que compita con él tan

directamente, si bien, por supuesto, existen otros medios. Creemos que podríamos

haber preguntado en el cuestionario sobre cuáles son las estrategias que se

emplean a fin de evitar malos entendidos en caso de, alguna vez, haberlos tenido.

Pero por otro lado, muchos de los entrevistados ante la pregunta: “¿Consideras que

el servicio de WhatsApp ha generado una contribución a la comunicación entre

personas? ¿Por qué?” respondieron que sí por la velocidad de comunicación, por un

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contacto rápido, sin embargo, muchos coincidieron en el hecho de que genera

desencuentro entre personas físicas. Ante dicha pregunta, algunos refirieron:

“Por un lado sí porque te permite un contacto rápido y económico y por otro

lado no porque reduce los contactos, charlas, encuentros entre personas físicas, es

decir reduce los encuentros”.

“Generó contribución a la comunicación mediante celular, pero está llevando

a que cada vez más personas dejen de hablar cara a cara”.

“Por un lado sí y por otro no, Sí en cuanto a que generó un avance en las

telecomunicaciones; No en cuanto a que la gente deja de verse y se va deformando

el lenguaje”.

“No, todo lo contrario. La comunicación se perdió, estás en una reunión o

similar y a veces están 10 min mirando solo el teléfono”.

En este sentido, podría pensarse el Whatsapp como un “(…) espacio

extraterrestre a los fines de una comunicación tan extraña que a menudo no pone

en contacto al individuo más que con otra imagen de sí mismo” (Marc Augé, 1992, p.

50), esto en el sentido en que la mayor parte de los resultados de la muestra

obtenida coinciden en el hecho mencionado, que sin duda la aplicación en cuestión

tuvo una importante contribución a la velocidad de comunicación pero al mismo

tiempo generó y sigue generando un contacto menos real entre las personas,

entendiendo por “menos real” que ya no hay una relación persona a persona, cara a

cara; sino que el vínculo se convirtió en algo más “irreal”, es decir, más informal,

menos condicionada por la mirada del otro, por decirlo de alguna manera. Las

personas sostienen ese pensamiento, son conscientes de las consecuencias que el

uso de WhatsApp puede generar tanto en ellas como en los demás, saben cuáles

son los efectos que producen si, por ejemplo, utilizan el celular mientras mantienen

una conversación “cara a cara” con otra persona; por tal motivo se genera una

representación social masiva y a su vez compartida respecto de este servicio de

mensajería instantánea que hace que, en el uso de él, todos estemos en igualdad

de condiciones, con iguales pensamientos y encaminemos fines semejantes. Por

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ello, y siguiendo esa lógica, que se trata de una comunicación “con otra imagen de

sí mismo”, o una comunicación de diversos narcisismos, en términos de Carlos Neri.

Él mismo refiere: “El ciberespacio tiende a crear pertenencias fuertes y relaciones

que con la velocidad de lo digital fluyen a un tiempo mayor que las relaciones cara a

cara. Esta condición parece extenderse y crear un nuevo tipo de vínculos donde

desde las pantallas, por texto, voz o cámaras, diversos narcisismos se comunican”.

(C. Neri, 2001, p.2). Pero podríamos pensar que este nuevo tipo de vínculo más que

“crear lazos” segrega los reales y genera una enajenación de los vínculos, sobre

todo cuando un teléfono, en tanto es ya una extensión de la propia persona, forma

parte de la relación con un otro.

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Conclusiones

Para concluir, al menos con la investigación que hemos llevado a cabo en

esta oportunidad, creemos que WhatsApp es un instrumento que no podría

entenderse por fuera del contexto de la postmodernidad que moldea las relaciones y

existencias de las personas y que implica un atravesamiento no sólo a nivel

interpersonal sino también intrapersonal que se sintetiza claramente con la polémica

y contundente definición de Sherry Turkey cuando dice “comparto, luego existo”.

Conclusiones que necesariamente se piensan como aproximaciones a conceptuar

una problematización que involucra la comunicación con los otros pero también un

universo simbólico que se delimita con coordenadas difusas y que plantean un

verdadero desafío de investigación.

En base a los resultados obtenidos sobre las incidencia del uso del

WhatsApp, y el recorrido por el marco teórico y las investigaciones previas,

podemos inferir que el uso del WhatsApp ha generado un cambio en el modo en

que los sujetos se comunican y se vinculan, jugando un papel importante en la vida

de los mismos. Ha contribuido a que los individuos puedan estar más cerca de los

otros, acortando las distancias y generando una sensación de cercanía, por el estar

en el tiempo real, porque es gratuito y porque es uno de los canales de

comunicaciones que permite la inmediatez.

Como hemos desarrollado, esta aplicación es un testimonio fiel de la victoria

del tiempo por sobre el espacio en nuestra época y esto tiene implicancias a la hora

de pensar los límites para acceder al otro, a la inmediatez que se siente y vive

como un imperativo a lo que estamos obligados a responder pero que,

paradójicamente, aunque los tiempos se acorten escalofriantemente continúan

moviéndose exprimiendo una supuesta capacidad de eficacia y productividad. El

lema imperante “más por menos” que se aplica en tantos ámbitos y que se entiende,

por ejemplo, en nuestro campo de investigación se puede representar en que cada

vez hay más chats abiertos, conversaciones entre más personas, grupos, más

información, más datos, fotos, archivos, audios, etc,. Parecería que los sujetos

frente a esta nueva modalidad de comunicación, encuentran que este canal es más

cómodo para vincularse y que a pesar de que no reemplaza una comunicación cara

a cara, parecería que su éxito justamente sea por no estar presente. Todo a la vez,

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sin esperar llegar a ningún lado porque está al alcance de la mano y en cualquier

lugar (trabajo, transporte, estudios, etc). Es por esto que es necesario advertir y

empezar a tener conciencia sobre los posibles “usos problemáticos” por algunos

usuarios que en vez de facilitar el lazo social, generan una utilización inadecuada

llevando al detrimento de construir lazos sociales menos duraderos y profundos. No

obstante, esta aplicación como otras redes sociales justamente conectan personas

de lugares remotos del planeta en tiempo real y eso es un verdadero avance en

materia de comunicación.

Entendemos que los resultados de la investigación presentan algunas

contradicciones- encuestados que manifiestan no tener discusiones por WhatsApp

pero sin embargo afirman que produce malos entendidos y se enojan si no se les

responden el mensaje; siente liberación cuando esta aplicación está “fuera de uso”

pero sin embargo la utilizan en casi todos los ámbitos de la vida (trabajo, transporte,

casa, estudios)-que las mismas se piensan a luz de que los sujetos parecieran creer

controlar el uso de la aplicación, pero sin embargo pareciera que en ocasiones

prima más la inmediatez por obtener respuestas que la percepción del uso que se

tiene de la aplicación. Quizás en este punto se entienda que la enajenación implica

que en la vida de los sujetos se sientan “empujados” a utilizar nuevas formas de

comunicación, en tanto el alcance de nuevas tecnologías implica un fenómeno de

masas en los últimos años y que a la luz de los resultados ofrece poca resistencia

por parte de los usuarios. No obstante, lo que sí queda claro es que las

innovaciones tecnologías suponen una forma de percibir el tiempo, el contacto

corporal con el otro y en definitiva que estos dispositivos, entonces, contribuyen a la

configuración de nuestra vida anímica también. Entendemos que es de suma

importancia continuar con la línea de investigación para indagar sobre los impactos

que generan o podrían generar las nuevas tecnologías comunicacionales.

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* Estudiantes de Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA):

- Daniela Acevedo

- Mariana K.

- Priscila L.

- Federico S.

- Javier A.