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Las 50 grandes masacresde la historia
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Las 50 grandes masacresde la historiaJess Hernndez

Jess Hernndez, 2009
Primera edicin: octubre de 2009
de esta edicin: Libros del Atril, S.L.Marqus de lArgentera, 17. Pral. 1.08003 Barcelonawww.tempuseditorial.com
Impreso por Brosmac, S. L.Carretera Villaviciosa - Mstoles, km 1Villaviciosa de Odn (Madrid)
ISBN: 978-84-92567-18-8Depsito legal: M. 29.008-2009
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ndice
Introduccin. La masacre en la historia. . . . . . . . . . . . . . . 13Jeric, 1500 a.C. Las trompetas de Yavh . . . . . . . . . . . . . 17Beln, 4 a.C. La Matanza de los Inocentes. . . . . . . . . . . . . 23Teutoburgo, 9 d.C. Las legiones romanas, aniquiladas . . . 29Tesalnica, 390. Sangre en el circo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35Jerusaln, 1099. La furia de los cruzados. . . . . . . . . . . . . . 41Constantinopla, 1204. La orgullosa Bizancio, sometida . . 47Bziers, 1209. Golpe mortal a los ctaros . . . . . . . . . . . . . 55Palermo, 1282. Las Vsperas Sicilianas. . . . . . . . . . . . . . . . 61Brasov, 1459. Vlad Dracul, la encarnacin del Mal. . . . . . 67Pars, 1572. La Matanza de San Bartolom. . . . . . . . . . . . 75Drogheda, 1649. Cromwell aplasta la resistencia
irlandesa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81Boston, 1770. El camino de la Independencia . . . . . . . . . . 89Ro Wabash, 1791. La mayor derrota del Ejrcito
norteamericano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95Quos, 1822. La Isla de la Muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105Fort Parker, 1836. Masacre familiar en Texas . . . . . . . . . . 111Balaclava, 1854. La carga de la Brigada Ligera . . . . . . . . . 117Lawrence, 1863. El da ms siniestro de la Guerra
de Secesin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123Sand Creek, 1864. Muerte al amanecer. . . . . . . . . . . . . . . 129Fort Kearney, 1866. La Colina de la Masacre.. . . . . . . . 137Ro Washita, 1868. Custer, encumbrado en un pedestal
de sangre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145Ro Maras, 1870. La masacre olvidada . . . . . . . . . . . . . . . 151Little Big Horn, 1876. La ltima derrota de Custer . . . . . 157
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Wounded Knee, 1890. El epitafio de los indiosnorteamericanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
San Petersburgo, 1905. El Domingo Rojo . . . . . . . . . . . 171Chicago, 1929. La Matanza de San Valentn . . . . . . . . . . . 177Hebrn, 1929. El Shabbat ms trgico. . . . . . . . . . . . . . . . 185Bromberg, 1939. La primera matanza de la Segunda
Guerra Mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191Jedwabne, 1941. Vecinos contra vecinos. . . . . . . . . . . . . . . 197Ldice, 1942. La gran venganza de Hitler. . . . . . . . . . . . . . 203Gardelegen, 1945. Los estertores de la barbarie nazi . . . . 213Jerusaln, 1946. El atentado del Hotel Rey David. . . . . . . 219Deir Yassin, 1948. La aldea de la que slo queda
el recuerdo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227Sharpeville, 1960. El principio del fin del apartheid. . . . . 233Hu, 1968. Horror en la Ciudad Imperial . . . . . . . . . . . . . 239My Lai, 1968. Masacre en una aldea vietnamita. . . . . . . . 245Ciudad de Mxico, 1968. La Matanza de la plaza
de las Tres Culturas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253Derry, 1972. El Domingo Sangriento. . . . . . . . . . . . . . . 263Lod, 1972. El atentado ms extrao de la historia. . . . . . . 269Mnich, 1972. Los Juegos Olmpicos se tien de sangre . 275Soweto, 1976. Balas blancas contra estudiantes negros . . 285Bolonia, 1980. Muerte en la estacin. . . . . . . . . . . . . . . . . 293Sabra y Chatila, 1982. Matanza de palestinos
en el Lbano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299Lockerbie, 1988. Atentado contra el Vuelo 103. . . . . . . . . 307Beijing, 1989. La primavera china, ahogada en sangre . . 315Srebrenica, 1995. Limpieza tnica en el corazn
de Europa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323Oklahoma City, 1995. El enemigo estaba en casa. . . . . . . 333Sidi Rais, 1997. Vctimas del terror integrista. . . . . . . . . . 339Besln, 2004. Trgico secuestro de escolares . . . . . . . . . . . 343Haditha, 2005. Infamia en el infierno de Irak. . . . . . . . . . 349Islamabad, 2007. Asalto a la Mezquita Roja . . . . . . . . . . . 355Eplogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
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Para Imma

El hombre es un lobo para el hombre.
Thomas Hobbes (1588-1679)

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IntroduccinLa masacre en la historia
Es difcil dilucidar cul es el motivo por el que un lector de-cide acercarse a estas pginas. Probablemente, ante un ttulocomo ste, se haya activado esa malsana curiosidad, tan exten-dida como inconfesable, por conocer los detalles de las grandestragedias. Si se es el aliciente que el lector espera encontrar,avanzo en el mismo umbral de mi obra que seguramente estelibro le decepcionar.
En las pginas que siguen no he intentado ofrecer una na-rracin vvida de esos terribles acontecimientos que han salpi-cado tan frecuentemente la historia del Hombre. Aunque estclaro que esas dramticas escenas de miembros cercenados,charcos de sangre, filos de espadas refulgentes e inocentes vc-timas implorando piedad a sus enfurecidos asesinos constitu-yen una eficaz herramienta para acelerar el pulso a los lectoresen las novelas histricas, el propsito de este libro es muy di-ferente.
A travs de los cincuenta hechos histricos que aqu se re-latan, el lector podr obtener un panorama de lo que ha signi-ficado la masacre a lo largo de la historia. Sin embargo, estaobra no pretende ser un estudio exhaustivo de este fenmeno,sino una simple aproximacin de carcter divulgativo. Pero yaesa simple aproximacin nos permite extraer algunas intere-santes conclusiones que no dejarn a nadie indiferente.
De todos modos, en primer lugar es necesario concretar elconcepto de masacre. Aunque ese trmino es sinnimo de ma-tanza y sta puede ser definida como mortandad de personasen un hecho de armas, las que centran nuestro inters en este

volumen son las referidas a un asesinato masivo de personasinocentes, en un corto espacio de tiempo, fruto de una accinbrutal y contundente, ya sea sta espontnea o premeditada.
En estas pginas se recogen hechos de este tipo que se hanproducido durante el devenir histrico. No obstante, hay ex-cepciones tanto en uno como en otro sentido. He incluido epi-sodios que no deberan integrar un estudio de estas caracters-ticas, ya sea porque su veracidad histrica es ms que discutidacomo la Matanza de los Inocentes promulgada por el reyHerodes o por su valor ms ancdtico que histrico comola Matanza de San Valentn, ordenada por el mafioso Al Capo-ne, pero que considero que su ausencia desvirtuara el con-junto del trabajo debido a su arraigo en el imaginario popular.Tambin he dedicado los correspondientes captulos a hechosque no se corresponderan exactamente con el concepto de ma-sacre aqu objeto de estudio, pues son hechos de armas en elque el asesinato masivo se comete sobre combatientes, peroigualmente he considerado que su ausencia podra adulterar elconjunto.
Por otro lado, he obviado algunos episodios que, por su na-turaleza, s mereceran figurar en este trabajo, como los aten-tados terroristas de Nueva York (2001), Madrid (2004) o Lon-dres (2005). Considerando que son hechos bien conocidos porlos lectores por el enorme eco que tuvieron en los medios decomunicacin y que cualquier referencia en estas pginas serareiterativa, he preferido dedicar ese espacio a otros atentadosterroristas menos conocidos, pero con los que comparten mu-chos puntos en comn.
En este captulo de advertencias es necesario tambin refe-rir la dificultad que entraa la eleccin de unos hechos por en-cima de otros. Este dilema es todava ms comprometido cuan-do los crmenes a escoger corresponden a un determinadoconflicto, como el de Irlanda del Norte o el rabe-israel; lasimple eleccin de unos hechos sobre otros puede presuponerun posicionamiento del autor. En estos casos, he intentado ni-camente ofrecer una seleccin basada en criterios de posibleinters para el lector.
Las cincuenta masacres aqu reunidas son, por tanto, unconjunto heterogneo pero representativo de este triste y abo-
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minable fenmeno, que nos puede servir para conocerlo y en-tenderlo. El asesinato de personas inocentes, en muchas oca-siones mujeres, nios o ancianos, es un hecho que repugna engrado mximo a cualquier persona y es probable que ste sea el motivo por el que los historiadores no se hayan acercado a lpara estudiarlo con la frialdad del entomlogo.
Desde la lejana, uno puede pensar que esa accin mons-truosa se ha visto siempre castig

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