las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 1/31 p JO H N S L CKIN C · r · · · n anthro- . 956) « Statisrical class• ¡canon ' . Frceman, L. C. y Mecnam, A. P. . 1 gy » American Anthropologtst pology: an application to ethnomtlSICO o . 58: 464-472. . 1 . N 1: Mozart K421 ». The Score, Ke ller, l J. (1958) .. Funcuonal ana ys•s o . Fcb ruary, p. 57 d ti e barber » . journal of he Royal An Lévi-Strauss, C. ( 1963) «The bear a • d cast. E Leach y C. Lévi-Strauss. thropologica ll n stit ut; 9311: 1.- . } ~so ·el barbero. Barcelona: Ana Lévi-Straus s, antropologo y tloso,o. grama, 1970.1 . f socia l allthropo logy. London: Nadcl, S. F (1951) The foundattonds o r s de an tr op o l ogía socia l MexJ- h d Wcst Tr ad cast.: un amen o en an · · Co . FCE 1974.] . . Lonclon· Faber a nd Faber. · · p cess m muste. · · Rcti R. (1961) The themattc ro . k . der Musik . München: Dre• ' H (1926-1929) Das Metsterwer m Schenke r , · . Masken Vcrlag, 3 vols. . · s London: Barrie and Rockliff. lk A( l 962) A study i n mustca ana yst . Wa cr, · 202 Capítulo 8 MODELIZACIÓN Y MODELOS EN LAS MÚSICAS DE TRADJCJÓN ORAL( ) Simha Arom Y se di~a lo que se diga, en la vida cicnrifica l o s p r o b l e m a no se formulan 1 por sí preci samente esta capac idJd de n : co noccr el p ro blema lo que ) mdica el v erdadero espíritu cie111ífico . 1.. 1 nu ha formulado la p rcgun- 11, nn pu ede haber conocimienw C1cnrífico. Nad . 1 no; vi e ne dado. ' 1 do es r:í consrruido (Bache l a rJ , 1982: 14). DVERTENCI DEL UTOR El presente a rtícu lo no pretend e o fr ecer un ex a men co mp l eto de la cuestión, sino l o una nt es is en re l ac ión con l a noción d e modelo y con los procesos de modelización en las investigaciones sobre las sicas de tr a di c ión oral. Apoyado a l mismo tiempo en trabajos de especia li stas que tratan t•sra s nociones en otras áreas de las ciencias humanas (poesía popu- 1.\r lmgüística y sica) y también sobre mi propia experiencia de in Vl' '>tigador, el texto que sigue tiene como propós ito aclarar esos con tl ' pt os , dar a conocer sus posibilidades en etnomusicología, ilustrar .dgunas de sus ap licaciones en las músicas tradicionales de África cen - 11 \1 y , fina lm ente, mostrar e l interés de las perspectivas que ofrecen ( ) I (Hnado de S. Aro m ( J 99 1 ) Modélisation e l n1od d. u s le. mu s iquc s de '' dition mal c ». t\11alys e Musicale, 67:62-78. Tr. tdu cc i 6 n de J nnn1c i\ya1s. 203

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 1/31

p

JOH N SL  CKINC

·r· ·

·n anthro-

. 956)

«Statisrical class• ¡canon ' .

Frceman, L. C. y Mecnam, A. P. . 1 gy »

American Anthropologtst

pology: an application to ethnomtlSICO o .

58: 464-472. . 1 . N 1: Mozart K421 ».

The

Score,

Ke ller, l J. (1958)

..

Funcuonal

ana

ys•s o.

Fcbruary, p.

57

d

ti

e barber». journal of he Royal An

Lévi-Strauss,

C. (

1963)

«The

bear a•  d

cast.

E

Leach

y

C.

Lévi-Strauss.

thropologicall nstitut;

9311:

1.- . } ~ s o ·el barbero. Barcelona: Ana

Lévi-Strauss, antropologo

y

tloso,o.

grama, 1970.1 .

f social allthropology.

London:

Nadcl, S. F (1951)

The foundattonds

o r

s de antropo logía socia l

MexJ-

h

d

Wcst

Trad cast.: un

amen

o

en an · ·

Co

. FCE 1974.] . . Lonclon· Faber and Faber.

· ·

p cess m

muste. · ·

Rcti R. (1961)

The themattc ro

.

k

.

der Musik .

München: Dre•

' H (1926-1929) Das Metsterwer m

Schenke r, · .

Masken Vcrlag, 3 vols. . ·s London: Barrie and Rockliff.

lk

A

(

l 962)

A study in mustca ana yst

.

Wa cr, ·

202

Capítulo 8

MODELIZACIÓN Y MODELOS

EN

LAS

MÚSICAS DE TRADJCJÓN ORAL( )

Simha Arom

Y

se

d i ~ a

lo que se diga,

en

la vida cicnrifica los

p r o b l e m a

no

se formulan

1 por sí precisamente esta capac idJd de n:conoccr el pro blema lo que

)

mdica el verdadero espíritu cie111ífico . 1..1 nu ha formulado la prcgun-

1

1, nn

puede haber conocimienw C1cnrífico. Nad.1 no;

vi

ene

dado.

'1

do

es

r:í consrruido (Bachela

rJ

, 1982: 14).

DVERTENCI

DEL UTOR

El presente a rtícu lo

no pretend

e ofrecer un

exa

men

co

mp l

eto

de la

cuestión,

sino

só lo

una sí

ntesis en re l

ac

ión con la noción de modelo

y con los procesos de modelización en las investigaciones

sobre

l

as

mús

icas de tr

adici

ón oral.

Apoyado

al

mismo

tiempo en

trabajos

de especia li

stas

que

tratan

t•sra

s nociones en otras áreas de las ciencias

humanas

(poesía

popu-

1.\r lmgüística y música) y también

sobre

mi propia experiencia de in

Vl' '>tigador, el texto que

sigue tiene

como propósito aclarar esos con

tl

'

pt

os ,

dar

a

conoce

r sus posibilidades en

etnomusicología, ilustrar

.dgunas

de

sus

ap

licaciones en l

as

músicas tradicionales

de

África cen -

11 \1

y,

finalmente,

mostrar

el interés de las perspectivas

que

ofrecen

( ) I(Hnado de

S.

Arom (

J

99 1) Modélisation

e l n 1 o d

d.

u

s

le.

mu

siqucs

de

'' dition malc

».

t\11alyse Musicale, 67:62-78

.

Tr

.tdu

cc

i6n de J

nnn1c

i\ya1s.

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SIMHA AROM

para la comprensión de cualquier sistema musical tradicional, inde

pendientemente de su origen geocultural.

Se trata de un

área

de

investigación teórica que

ha

sido temati-

zada desde hace apen

as

tres decenios (Rouget,

196 1 .

Se hace, pues,

necesario

co

nsta tar que esta tematización

no

ha dado

co

mo resulta

do, en nues

tra

disciplina, un desa rro

ll

o real, que se vería reflejado

en una intensa reflexión o

en

ap li

cac

iones

co

ncretas. Ante

esta

si

tuación no es conveniente considerar lo

que

sigue co mo una teoría

«sólidamente»

co

nstruida o sea, provista de una organ

iz

ación je

rárquica

co

n niveles claramente establecido s - sino más bien como

un intentO de clarificación. Su intención es servir de trampolín, esti

mula

ndo

la refl

ex

ión desde un a posición metodo l

óg

ica

que

en un

futuro pudiera ser generalizada , a unque en el estado

actua

l

evoque

más bien

un

mosa ico con elementos que encajan y otros que aún no

co

nsiguen hacerlo ' .

L NO C I ÓN DE SISTEM A

Ya que las n

oc

iones de modelización y de modelo

no

se pueden

co

n

ceb ir

fu

era del

co

ncepto teórico de

sistema

se hace preciso, en pri

mer luga

r,

definirlo. Para hace rlo tomaré la ca racter ización

que

de

él formula

Edgar

Morin:

Un organismo no esd constituido pnr

i n o

por las acciones que se

cstnhlcccn e

ntr

e lns cél11las. Así,

el

coniunw de

c s 1 a ~

intcra..:doncs consritu

y

la o r g : ~ 1 . a d ó del m r ~ . l.a organit.adc'l n es

el

c

on

..:cpro q ue

da

cohe

rencia co nstru ctiva , regla, regub c1c11,

e

.truclllra,ctc., a las interaccio n

es

. En

definitiva, co n el co nce

pw

de siste

ma

nos e

nfr

enta mos a un concepto de

- (que e ~ a la

u n i J : ~ d

com piCJll

y

d car:íctcr

fen

oméni

CO

del

to-

res ca

du, así como l cumplciid.1J de las rcl.1c1o

ll<. 't

ent re el rodo y las partes),

- interacción (que expresa

el c<lll

JUnm Jc rcl:lCIOilcS, acciones y retro

acciones que se efectúan o rcicn en un sistema),

- o rganización (que

expresa

el car:ícrcr co nst itutivo de

estas

interac

ciones - lo que forma, m,lllticnc, protege, regula,

ngc,

regenera- y

que of rece a

la iJe<l de i s t c

~ ~ ~ cn lumn

•l

vertebral\.

E s o ~ rrcs términos son i n d i

l u h l c

se reenvían el uno a l

otro;

la auscn

cia Je uno mutila gravemente

el

t.mu:cpw: el

e m a

sin conccpw

de

org.1

1.

Mis amigos Pierre Alcxandrc, t n c c ~

o a r e c

Jcan M<

>l

ino

y

St:rgc

1 .1

h:

111t

han :1ccpwdo , ca

da

cual desde su

p l i u

apo rm r,

dur

ante la elaboración ti•

tcxw, sugerencias y observaciones que nu : han eno rmemente útiles.

D c ~ < l t

.

HJII'

q

11i

cru agradecérselo ~ i v a

204

MO DEliZAC IÓN

y

MODELOS EN LAS .

U SICAS

Dt

I RADIUÓN O RAL

' u • a o como la

0

, · •

i  'c.uín queda tan nl t. l d

ma. Se t rata de un macroconcc l tu • rg.lnii:ICion Sin concepto desiste-

nrganllaciún no

se reduce

sólo'·

·11;··1

Vemos, pues, que

el

probl

ema

de la

e l concepto

de

org .miJ.ación

1

a ~ U I I . 1 S estructurales. De entrada

co ncepto que a su vez forma' ~ ~ ~ t ~ ~ ~ ~ o y

a

fortum snclolt'>gico, es un m a c r o ~

org::ull7.ac ion ( J990: 245-246). e e m:tcrocunccpto '>istema-imemcc ioncs-

LA MODELIZ CIÓN

El

pr o

cedimient o de inv estigac ión de . . ,

prese

ntar

aqu í responde a 1 . .

y qu

e

vamos

a

Moigne: a Slg

ut

ente defmición de Je

an

-Louis Le

Modelización: acción

de

cl. llo . .

• d 1 rac um Yde

constr

· • ·

e .t

o ~ i c i ó n

de ~ í m b < >

1, . II

CCIO n mtcncl

onada,

a rra-

g,blc un fenómeno percib.d s, <e modelos suscepti bles de hacer im

·

1

1 1 ' o como complejo

y

J .

IT

e ,_

l e

acror.proyectando una interven

CIÓn

d 1

e

.unp' ICM

el r a ~ . o n : l m i e m o

rawn.lmlcnro destinado . . 1 e IICrad.l en el '>CIIO del fenóme .

1

pnnc

lpa

mcmc

a an t

icp

1 no,

proyt.-cros t e acciones posibles ( 1990: si., '

ar

cnn'>l'Cucncias de esos

Lo que só lo es posible si se

re

l'l mi smo autor: speta una condición

exp

resada por

Los p r ~ l y e r o s del s istema de moclcl i

··

yen. Dicho de ocra forma la lal

J . a ~ l

no h 

c n c o r a r u o ~ : se

c o n ~ r

reso/ver

un problema <Jue s ' ~ ~ r mas

nnpormntc

del modcli1ador no es

1< •

1

e presenta

ya

exJ>rcs ·¡

¡l

1 f

>

Clli1CIX

I como comp lc

¡

o

y

1

 

d' · ' o te orm

:1

chrn (alln<JUC

ll

com

p

l

t:·

l

o) S 1 1 r . .

>cmas que é l cnrcnderá CL . . . · · u > o r e ~ ¡CJr tlar el

<>

los

pro

• " 1 , le

es

pcrnncmc

res<

1

.•

. • • -

1 so ver el

prob

lema consistenle e , . . . l VCI. ,se n ene qué

aprender

a

n cxpl csar

el prnb

lc llln ( 1990: 66) .

y es que, como

pr

ecisa Le M . .

ll' l,tción a diversas finalidad . .

1

otr e

:da

pertmencia se define

en

1110 podremos evaluar

razo

b ~ l

as

a l t d a d e ~

no

se

identi fican, ¿co

na emente la pertinencia?» .

1A IDEA DE MO DELO EN

L A ~

TR D ICIONES OR LES

1 11 m u c h ~ c

ultur

as de

tr

adic ión ora l ,

1 li

d,

1111pltcita s u

ex

i

stenc

ia d

donde

la t

eona

es, en lo esen-

lt

n ho de q ue en el uso de qlue a

no obstan re

verificada por el

, ' un e emento perte .

l l l i l err

or pasa

des

apercibido

1 . necten te a. un sistema

llltlll'[a uno de ellos enseg .d a os. u.su

anos:

cualqutcr fa lta que

m a

es

perc1 1da y ·d

1 1,

pues, en rel

ac

ión con u corregl a. Si hay error

1

n esquema teórico d · ·

1

tt

( ' . l t

a cas

o,

co

ns

titu

ye un modelo D

1 . •

e o r

gan

lzac t

ón

q ue,. e a mtsma fo rma

que

mues-

205

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA AROM

tra elocue

nt

emente

Roman

Jakobson c

uand

o habla de la poesía

popular:

Fn Scrbia los rapsodas campesinos memorit.an, rec1tan y, en buena medida,

¡mprov1san miles, a veces decenas

de

miles, de versos

de

o e ~ í a épica,

y

la

métri

ca

vive en conciencia.

A

pesar de ~ ~ r i n c a p ~ c e s de

ha

cer

abs

tracción

de

s u ~

r

eg

l

as, reconocen

y

repud1an I:Js vwl.1cioncs

de

c ~ t a ~

r e g l a ~ ,

aunque

~ c : J nim

ias.[

.. El

metro

- u , en térm

ino'> m : í ~

explícitOS, el

mode

lo de verw-- rige la es t ructura

de

C<lda v e r ~ o par ticular, mejor dicho, de ca·

da ejemplo de verso

particu

la r.

Modelo

y ejemplo son

concepto

s ..:o rrclari·

vos.

Flmodcl

o tic verso dete rmina elcmcnros v < H i • de los e je

mp

lares

de v e r ~ o y fija los límites de las v : ~ r i : ~ c i u n c ~ ( 1

3: 229).

Esta ilustración,

extraída

de un mo

do

de ex presión hablada, no

proviene de una

voluntad de

aplicar al es

tudio

de las músicas de tra

dición oral Jos principios del análisis lingüístico; y eso porque, como

señala muy

acertadament

e Jean Molino,

lengu.1je y mú.,ica son dos ejemplos de una forma ~ i m b o y es en

;u

ca

li

dad de formas 'imbóhcas que poseen un 1.1erro numero

de

propiedades co

mune

s. Análisis de la

sica

y

an:ílisis dellcngu.l)C son, los

dos, >c

m

io

lo·

r.ía;, lo que ¡usufica los mí1lriplcs contactos \ .. \corre l.1s dos i ~ 1 p l i n a s , contacto<

b a ~ a d o s

¡

..1 n la

exi

stenci:J de

una pr o

blemática

wmún y en

la fecundidad

de

una

comparación

(197.S:

53).

En efecto, al igual que el lenguaje la música es un modo de expre

sión sonora. Como el lenguaje, se expresa en una dimensión tempo

ral. Co

mo

él, se deja

segmentar

en unidades discretas. Igual que. la

lengua de

una

comunidad, su música const ituye

«un sistema que só-

lo

co

noce su {

  r

O

{ iO

orden»

(Saussu r

e,

J916: 43). Toda música tra

dicional deriva de forma clara de una s istem ática. Como una len

gua, está dotada de gramática

y,

en

co

nsecuencia, sa

ncionada por

reglas

qu

e se suste

nt

an en una teoría, aunque ésta sea -verbalizada

en mayor o menor grad o -

muy

a menudo implícita.

Do

s ca racte-

rísticas

important

es las di

st

inguen:

- mientras que la

palabra

transmite un co

nt

enido semántico la

música, desprovista de éste, constiwye un sistema formal;

- la

palabra

, con el fin de hace rse inteligible, debe ser unidi·

mensiorral en e l e¡e temporal

(se hace difícil seguir el discurso de dos

locutores hablando al mismo tiempo ), mientras que la música --con

excepción de la monodia- es multidimensional (d iversas líneas me

lódicas o rítmicas se despliegan simultáneamente ).

E.n una cultura concreta los hec

ho

s musicales, al igual

qu

e los \in

güísticos, no

son

identificados en

virtud de

su realidad acústi

ca

, sino

en ra

n del rol

qu

e juegan en el funcionamie

nt

o de un sis

tema.

Es

Je esta propiedad , precisamente, de

dond

e derivan su pertinenci.l.

206

MODELI

ZACIÓN y MO DE

LOS EN LAS MU

SICAS

E TRADICIÓN ORAL

Q u

eda

claro

que

las unidades mus· . 1

dascretas, es decir, diferenciales. aca es son formalmente unidades

Por lo que se refiere a las mú . d d ' . ,

principio de improvisación

oc

Slcas 1e

tra

. JClOn oral

en la

s que el

Bülil

oi

u i?sistía ya en

19

49

e n u ~ a h ~ ~ ~ : ~ a amp ortante, s t a n t i n

gran ca

ntidad

de variacionP e que, en tales SIStemas, la

t , . .s muy a menudo rec b

oas1ca muy simple: u re

un

a es

tr u

c

tur

a

i\un a f.,Jra de un texru irrefuta ble rcncm . .

mos vnrinnrcs y que en el es . . d

1

°

que ndmmr que ,t)lo recoge·

un nrquctipo ide

::d

del

que

llpmtu r o ~ cantallles vive, de forma larcnrc

.,.,.... • 1 e os nos () recen enea . r· '

S1 lucra posible d'b · .

1

• · rnac1oncs

e

uncrns.

• 1 u¡ar sunu ta ueamcnt c tod ·1 .

rcsllna enc

onrrar

propiedad . . . 1 d os sus e emcntos, nos mte·

' 1 , c s e ~ c n ~ l es CC\tcan

n:J so o uno.

ü.

presumible

que no

le

d . 1 , '1

tucupo lJUC nunca sc-

·¡f ct· d 1 •

1

os os PI ares de co

1

.. •

· e 1 os

por

a

11 nprov

is'c. • · . 1sn ucc1on ten

1

·¡

10n, m1cn tras t

¡u

c la

11

• ••

11re donde no afecte

3

1  . ' nprov1sac1on tcndní

'  •. a c t c n ~ t i C : J S qm:

h .

L1 comparación enrrc van :lllrcs 1 , • accn reco nocible el modelo.

partes de la melodía rcsi5ren.res. o d ·

.

~ r a e : ; d c ~ t c de forma autom:ínca l : ~ s

tcrp

rc t

Jdoncs

i f e r t e ~

de

un ·

ucn

cs.

1 1 1 1

1 1 1

ncmpo, el

cotejo de m-

injerencia indivtdual de un 1111S1110

canto

har,l ap;lrccer la amplitud de la

1

su¡eto ,, orro de una e . . 1

te

un

estado

~ e o

0

de

Ull

' .

atcgona wmana ,1

otra

d

a

c 1 r c u n ~ t a n c

.

1

o tn

1 • •

e

un genero

m u ~ i 1a orro ( 1949: 1 19

-320

). • ,

y

en u

limo termino

1 ..1

La labor del investigador tiene com f

dades esenciales es decu: 

d

o m encontrar esas propie-

1

' ,

un mo e o Pero las · ·

1

r modelo se

so

mete

durante

una in . . ,vanacJOnes a as

qu

e

l'a r s

im ul

tá neamente a todo 1

terpr

etac•

on no

se pueden apli-

. .

ss useementos Esto

·r 1 .

prov•sac•ón tiene Lmites Si f . . tgm tea que a •m

Infinito a

partir de

l m o d ~ l duera b l e hacer variaciones has

ta

el

1 · 0 e una pteza la reali · ·

o encarna

se

volvería irreconocible· el

d

1 zact?n mustcal que

preserva la

id

entidad de una pieza:. mo e o es precisamente lo que

l'ara

ma m

enersc en la

memor

ia

la

, . . .

mas inflcxlbb·

pero par::

se '

mu

sdlca

pop

ul

ar ti

ene que utili7.ar

esquc·

• d ' ·

r

un

:1rr

c

«

e t o d o s

d

·1

. . 1

c1on

e esos

esquemas

forzos .

1

• e

><:

permmr a adapta·

' , ·

am

e

nt

e s1mp es a 111 · fi 'd

1

d

lu

cnros individuales· es 1 • •

·

13

m lnl

ac

e te

mp

e

ra

-

. a vanac10n que la es ·

1

.

Por o tra parte 1 , • , • ' ' ·cntur:J e 1mma.

1

1

• a ' anac10n nos pe rmite compr d •

t l

OS

a música popular

cxtnc

s .

d

f en cr a travcs de qu é me·

J

'd ' US gran

CS

e CCIOS de J' 1 ·

re ucl os: su intcns:J explotac ió 1 1h 1 met lOS re anvamcme

u· 1 n o, ... ah ando con pro · d d ·

ca, es o que produce su riqueza (1 1 . 3' pie a

'Sl\

tcmá-

>r;H on1,

,o).

LA «CAJA DE H ERRAMIENTAS•

¡.¡ ~ : o n c e p t o

de m odelo, tal y como o

1 . . .

'¡,¡(

en procedimientos

ae . .

y . ;> concJbo, se mspara en lo ese

n-

llt .l moderna, m e n : ~ : s f t o a g a c q ue h

an

fundado la lingüís-

no

og1a.

207

Page 4: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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=

SIMHA

AROM

f d d r de la lingüística estructu

Fue Ferdinand de

S a u s s u r ~

un e ~ a de una ciencia

de

l lengua-

ral, qu ien dictaminó que la p f n m ~ r a

_lento

sincrónico hic et nunc,

1

d de su unc10namt ' .

je debe ser e estu

sistema

Desde esta perspectiva es unpor-

remarcando la nocton de .d d . con las que se construye la cade

t

ante

saber cuáles

son

unt ~ d e ~

de

l

digo

que

construyen los

na a d a cuáles s o ~ l as u:¡ 

c:r::te

r •<discreto» de estas u n i d ~ d e s :

mensa¡es. Saussure mststc en . , d e unas a otras son di erencta les.

l

. ··' · opomen os ' 1 

las unidades tngU1sttcas, . ando están presentes, pue-

Están presentes o no el mensa¡e

y, cu

· d ferentes

de

n ser seme¡antes o ' ' d . d 1

\

ngüística estructural, pa recen

Cinco conceptos, e x ~ r ~ os

: r :

e

l

aná lisis y la m

ode li

zación de

necesarios y a la

:ez

u f t c e n t ~ s P te nsmitidos por vía oral. Son los

, de ststemas mustca es ra . ,

gran numero . . . .

ertinente

o

fenómeno, segmentacwn,

conceptos de

u m _ d ~ d

dtstmttuda P

conmutaciólr

y

clase de equiva

clase paradigmattea o para tgma,

lencia.

. .

,

 

conmutación, son en realidad

Dos

de

los cmco,

s e g m e n t a c : ~ a t ~ s

ue permiten derivar los otros

operaciones de t r t ~ r u ~ n ~ o de lo . t e ~ o

fonemas

las

clases para-

tres· las unidades dtstmtwas pertmend

.

1 .'

. .

d.

las

clases e

e q t t ~ v a e n e ~ a .

digmáttcas o para

~ r a s

y ,

1

los términos

que

conciernen a la

Es

importante sena

ar so de segmentación cf. infra) pre

foncmática ¿y a los p r o c ~ ~   tre lingüística y mús ica . Todos los

sen an v ~ r d a d e r o p_ara e s m ~

e ~ b a ·

que en lingüística tienen

demás ter mmos que ftguran - ~ a s . J a de oposición- operan

por

objeto

desvela_r

un_a

c w n : ~ ~ ~ l;ontrario

o sea, proceden de

en el aná lisis mustco log tco

en

s e ~ t . ,

. . . d · ·t·t d de equwalencta.

1

n pn nc1p10 e srm r r

u

, . de sonidos de

una

len

gua

es a

El fonerna, dentro del s t s ~ e : . a osiciones de significado. Ca-

uni

dad

más pequeña

capaz

~ ~ n

tcar

~ ~ m e r o

fi

nito de

fonemas que

da

lengua p r e s e en suco tgo, un t tu ir los significa ntes de los

se

comb

i

nan

sucesivamente

~ a . r a cons

1

to contribuyen

a identifi-

. S f

·

es opos

1

trva en

cuan

. ,

mensa¡es. u unciOn h bl d un signo por

oposicwn

ato·

car, en un pu nto de la cadena , a a ido

figurar en

el mismo

sitio.

dos los otros signos que habnal n po fo

 ntcos últimos susceptibles

d

. . . s

son

los e ementos d'

Los rasgos 1

St

muvo d

oc

i

ados

de significado 1

de oponer dentro de una lengua, os enu

. . idadcs d t ~ t i m i v a ~ m í n i m a ~ o fonemas (de núlllr

2. •

La

foncmatlca csrw.ha

la

s un

d v o ~

o rasgos pertinentes que oponen t ll

rnlimtrado en cad:t lengua), los

r a ~ ~ o s

,

..

.

. 1 ~

reglas que controlan la disp<N

trc ello> a los di ferentes

f o n c d n ~

1 e»

b ~ > i ~

et al., 1973: 37 1-372).

dun de los

f o n e m a ~

en

la

ca ena

la

a(

:l

208

MO DELI ZACIÓ N Y MOD ELOS EN LAS MUSICAS DE TRADIC IÓN ORAl

ferente cuyo significante es idéntico (como en francés pain [pan] y

bain

fbaño ]).

En música

el

equivalente de

la

unidad fonemática lingiiística es

tá constituido por

un

señal melódica mínima; se define por su con

traste pertinente de altura en relación a otras señales del

mismo

ti

po, que

en

su conju

nto

constituyen

un

sistema escalar,

una

escala

musical.

La

segmentación

es un procedimiento que consiste en segmentar

un enu n

ciado

- una

cade

na

ordenada

de elementos pertenecientes a

un conjunto-

en dividirlo en unidades discretas que representarán

cada una, un morfema, o sea, la más peq ueña unidad forma l

dotada

de significación. Cada morfema será segmentado en unidades cons

tituyentes, l

os

fonemas.

Queda

claro que

la

operación de segmenta

ción es indisociable

de

la de iden

ti f

icación

de

las unidades discretas.

El

segmento es el resultado de la operación

que

consiste en

cor

tar

una cadena hablada en unidades discretas, considerando los ele

mentos idénticos q ue figuran en entornos diferentes e, inversamen

te , los elementos diferentes que figuran en entornos idénticos.

Parece claro que cualquier discurso musical puede ser segmenta

do sobre

la

base de esos mismos criterios.

Denominamos

clase paradigmática

o

distribuciona l

a la agrupa

ción en una misma clase de aq uellos elementos que, en un marco con

creto, pueden ser sustituidos los unos

por

los otros, es decir, que po

seen las mismas propiedades distribucionales.

Un paradigma está

const

ituido por el conjunto de unidades que

tienen entre ellas una relación virtual de sustituibi

li

dad : pertenecen

a un mismo paradigma todas las unidades susceptibles de sustituirse

unas por otras en un mismo co ntexto. Los términos de un paradig

ma deben -po r definici

ó n - co

mportar un elemento

que

les sea co

mt m

y

uno

o diversos elementos variantes,

y

presentar al mismo tiem

po rasgos parecidos y rasgos diferentes.

En

el

análisis musical se aplica la noción de

clase paradigmática

al conjtmto de términos que

pu

eden figurar en un sitio concreto de

1111a secuencia musical.

La conmutación es la prueba que debe servir para demostrar si la

sustitución de un elemento

por

otro con lleva alguna diferencia en el

plano del contenido: gracias a esta operación el lingüista verifica

la

1dcnridad paradigmática de

dos formas

lingüísticas,

demo

s

tr

a

da

por

ll

capacidad

de

entrar

en

l

as

mismas construcciones.

Cuando dos hechos musicales son considerados equivalentes

tksde un punto de vista c ul tura l, eso significa que son sustituibles: en

1

onsecuencia los términos

de

un

m

ismo

pa radigma

se

pu

eden

con-

209

¡

Page 5: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA AROM

d r or conmutación la operación que con

mutar. T e n e t : n o ~ que ~ t e ~ e pertenecientes a un mismo paradigma

siste en sustituir los tern:_mosl P

. . .

virtud del cual esa opera

unos por otros,

y

tambten e prtnclpiO

en

ción puede

rea

lizarse.

.

na

clase de equivalencia o es-

Dos o m

ás u n ~ d

a ~ e s t ~ J ¡

~ n d o

se ven afectadas por

una

tán en

cq

uivalencta dlstrzbucw d t rm

ina

do.

La eq

uiva len-

. ·b ·, d

rro

de un

marco

e e

misma dts

tn

ucton en . d lementos que

pu

eden encon-

1

· , eXIste entre os e .

cia es la re acton qu.e , . tornos e llos mismos, eq utva-

trarse en en to

rno

s tde

nncos

o

en

en '

le

nt

es. d d · . ta

ses

en referenc ia a una relaóón

. , .

e trata e

e,

mzr e d

.

En

musrca s

. , .

e escoger un punto e vzsta

dada de

equivalencia . Esa

t ~ e r ~ c w n e e x ~ ; m i

reconocer previamente,

particu lar, definido ~ o r ¡n r r t e ~ z o

~ o ? w r o s

considerados por los

en el corpus exanu.na

o,

os

edc

.

que respondan a un juicio cul-

.

0

equwalentes,

es

ecrr,

usuarros c o ~ l

. ar

ios en rma misma clase.

tural

de

eq

utvalenc ta, y agmp os

que

los términos

que

. adigma cons

tatam

.

St observ

amos

un par

. ' ·d s y disímiles·

todo

s oe-

  1 1 .

o oe

mp

o parect o '

figuran en e son, a llU

Sm

, ' un rasgo variante. Es, pues, es-

neo por lo menos un rasgo ? m ~ y , ·no de

otro La

posición

· d   stmgutr un termt ·

te

último

el

que

p e r m t ~ e t l "nrerior de

un paradigma

cons-

qu e este rasgo i f e r

~ ~ : ~

~ e ~ ú la defini

ció

n anterior, está

tituye un «punto. de sus tltudcto t"tución constituye igualmente una

claro

que

cualquter punto e sus 1

clase de .d ·izadas por el lingüis

ta

norteameri-

Estas nocwnes han st. o e o ~ la ca

ra

cte

stica f

undame

n-

h L

P

.k qu ten es

uma

que

<

cano Ke

nn

et . 1

e,

.

1

es ni su forma ni su estruc-

ta l d e un co nsti tuye

nt

e r ~ ~ a u no de oc up ar en l seno de una

rura in terna , s ino _a p o s l c t ~ n qu e ~ u · ~ n

qu

e e n general corre spon·

C

Str

ucci?

 

de

mv

e.

l

u p ; n o r h ~ o ; ¡ ~ ~

co

nside

ra

fundamental para

de

a

una

cJerta frmcwn. o ~ : . , a con

struccio

nes (patterns),

l

. .. ' . la

dtVlStOn en «

la estructura mgutsnca . l stas de los elementos que puc ·

b)

puntos

de estas

co

nstrucctones y

e 1

» (1949 cit. en

den

ser sus

tituido

s,

un

os por

otros,

en esos

punto

s '

R oul

et, 5 ~ - 5 5 .

r Pike

no

utiliza

ex

plícitam

ente 11

La

tn p

artlcton P? A esa r

de

ello, está claro qut·

no

ció

n de «clase _de equtva en

un

mismo punto

tk

adopta su contcmdo: los e f ~ ~ ~ , na clase de equivalencia; re<.:t

. . , f . an por de mtcton, u d ,

su

st

ttucton orm ' ct

e

ntes a

una

clase e equt

d

¡

eleme

nto

s pertene

P

ro

ca

menre, ro o s os . "dos los

uno

s por los

otros.

. d l 'breme

nt

e sus

tttut

.

va\encta pue en ser t . d l homme e\ filósofo GJlles-Gas

En

Pe

ns

ée

form

e

ll

e et

sc

ten

ces

e

1

concepto de «equivalencin»:

ton Granger comenta

de

esta manera e

210

MOOUIZACIÓN Y MODELOS EN LAS MÚ SICAS Dt IRADIC I

ÓN ORAL

«La relación de equivalencia define, dentro de un conjunto, una sub

clase de objet

os

indiferenciados, correspondiente a

la

noción intuitiva

de cua

lit

at ivamente

idénti

cos »

.

Conforme al principio de pertinencia, aquí se hace conveniente

reemplazar los términos de

<<C

ua

li

tativamente idén ticos» por los de

<<culturalmente idénticos». Y el autor sigue: <<Esta relación es natu

ra lmente susceptible de

ser

determinada p

or

propiedades

puramente

formales» (Granger,

1967

: 11 ).

Se trata exactamente del caso de la música, ya que,

co

mo hemos

visto, las unidades só lo pueden ser definidas a través de una compa

ración for mal.

EL

MO D ELO EN ETNOMUSICOLOGfA

Dentro de la perspectiva qu e

acaba

mos de de finir, el modelo es el

enuncia

do mínimo, la refe rencia ú lti

ma

de

cada

en t id

ad

musica l

- sea ésta

es

tri

c

tam

en

te rítmi

ca, mel

ódico-rítm

i

ca

o pol if

ón

i

c a

y está en el origen de rodas l

as

realizaciones c

ulturalmente

acepta

das. Constituye la realización mínima -documentada o virtual-,

la más si

mplificada,

de una en t idad musical y, en

razón

de ello,

contiene

en

estado implíc

it

o,

co

mo e

ntre

líneas, todas sus virtua

lidades.

Po r modelo tenemos que entender una representación sonora a

la vez global y simplificada de

Hna

entidadmusical; el modelo remarca (

su singu lar

idad

por el hecho

de

que condensa, en una de

¡Jura

ción, el

ron¡unlo

de

sus rasgos pertinentes y solamente e

ll

os.

El modelo equivale a la rea lización más simple de un f

rag

me

nt

o,

mientras pueda ser identificada como tal por los det

entares

de la

tra

dición a la

qu

e pertenece.

En bs

músicas de

t

radición oral

la modeli zac ión

pued

e

obte

nerse ya sea por la emergencia del modelo

--es

deci

r, por

su

co

ncre

l tón- , ya sea por su deducción . El primero de estos procedimientos

t naturalmente el más simple y, de lejos, el más fiable. En efecto, en

l.1s pob laciones

dond

e exis te la noc ión de modelo los músicos muy a

111cnudo

pueden llega r a

concretar

la .implificación

sono

ra

que

sirve

dt• referencia a una pieza o a uno de sus niveles de aprendizaje. En es

lt caso disponemos de modelos inmanentes, concretos.

Estos mod elos constituyen frecuentemente la base misma de la

11.tnsmisión del conocimiento musical: así, los niños se famili

ar

izan

1

on el

reperto

rio

tradicion

al a l adquirir de forma

direct

a esas for-

  \

S simplificadas.

211

n

Page 6: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 6/31

SI

MIIA AROM

d . . anterior es inaplica ble, la

En

l

os

lugares do

nde

el pr

oce um

en

to

. de de

du

cciones fo

r-

. . , , 1

de

apoyar en

una

sen e

modeltzac tOn

0

s: pue

1

1

b . ón de un modelo teó

ri

co .

ma les q ue c

ulmm

aran en a e a or

ac

t

- E l

1..

M

ÚS

IC¡\ S c

r

.

NT

ROA FRICANAS

ES

TRU

C

TUR

A I

·ORM

AL D E

. . n las modalidad

es

de funcionamiento

Todos los e¡empl os que tlus

t;

. t s de modelización expuesto s en

de los modelos y de los prdoce nn•_enb de c ampo realiza

do

durante

onresultado e untTa a¡o ·

.

es:e tex to

s . 1 R

úb lica Cent roafrican

a.

La ststemattca

mas de dos decenltos .a s edpe este territo rio ha sido objeto

de

una

b

d

eccn as

mu

stca

f

·¡· · d

a o

_e

. m 1985) . P ara el lecto r no a

m•

ta n za o

pubhcactOn anten or Aro

.,

necesario recordar sucintamente

con las músicas de es

ta

reg

JOn

pa rece . . , f , al

. . stienen su or

ga

ntzac ton o

rn

.

l

os prin

ctptos qu e

so

d

1

, de las mú sicas

tradi

ciona les

Un

a esc ucha atent

a_

e a el p

rim

er momento cie

rt

as

de

Áf

r i

ca ce

nt ral permtte c ap ta r

es

, · sencial

es

a sa ber: ·

caracten sttcas e . d mú sica medida,

qu

e un-

- n

os

enco

nt r

a mos en p resencta e un a . .

d . , tri cram ente propo rciOn ales, .

liza valo res

de

e , dica recurre a escalas pentatónicas de u-

- la

t O l n

me o 1 nda mayor con stituye e l interva-

po

anh

e

mttomco

en . as

que

a segu

lo más pe

qu

eño r ~ t n e d n t . s r

epe

titiva

s, en

las

qu

e

un

mate-

- el predomtmo e secuencta ue estas se-

. 1 ccido reapare

ce

a intervalos

mue

s

tr

a q

n a par b d periodicidad

r gur

osa; .

cucncias o e ecen a

una

. s no es c

ompl

etamente idéntt-

-

el conte

nid

o de es

ta

s . rgen d e variabi-

c

o;

el siste

ma

repetitivo

admtte, pues, un

cte

rto

ma

lidad;

,

b en un

núm

e

ro par

y sie

mp r

e

i?ual de

- l

os

pen od

os

se. en

va

lo res o perac to

nales

pul sac

iones q ue

so

n b e ~ a pero a veces tambi én

, · ( , n pnnctpto tnan ·

mtmmos

segun u .. d 1 s dos)· s

on

las unidades mé tri

cas

pero -

por

un a de o das o tr as forzosam ente

múltip

l

os

nentes mas

br

eves , s ten o to

suyos (Arom, 1988)._ . , co nsn·ruyen el principio esencial del fun-

R p tición y v

  n

cwn b

 , r <:1

.

e

e t de todas las

sicas ce ntroafri

ca

nas, como tam te

c

10

na mten o ah ·

, · del África subs

anan

a . .

1

uchas

otra

s . 1 . d   dad se revela como un matena

En este tipo de mustca a pen o

ICI .

rm adu ra Cada

·

5

·cal como su mtsma a ·

de base de la c

on

strucc.JOn

t ,

, ·dad

qu

e a su vez puede

d . .

obhgatonam

e

nt

e

una

ut

<

perío o c

on

st ttuy e , 1-d  

os

y/o rítmicos.

subdividirse en d

os

o mas seg

mento

s me o tc

21 2

MOD  l i ZACIÓ N Y MO DE

LOS

EN

LA

S

MU

SIC AS DE TR ADI CIÓ N OR

AL

Cuando una mús ica voca l está acom pañada por un o o d iversos

i

nst

rume

nt

os, la pa

rt

e ins

trumen

ta l se a rticula

tam

bién

so

b

re un

pe

r

ío

do

que

contiene una fórmul a repe

ti t

iva de u

na

dur

ac

ión que siem

pre está en una relación de

pr

o porción sim ple con la du ración d e la

estrofa cantada .

Todas las piezas musica les se presentan co mo un ost inato con va

riaciones

y, en el

caso

de l

as

si

cas

po lifóni

cas

y polirrítmi

cas,

co

mo

la superposic ión de un co njunto de tales

os t

ina

ti

  cuyas

dim

en

siones pueden va riar a condición de p resentar en tre ellos p roporciones

simpl es.

Finalmente, la improvisación, ese «motor» de las va

ri

ac iones me

di

cas o rítmicas, oc upa

un

luga r

import

a nte

en todas

las

sicas

de la regi

ón. No

obstante, no ex iste

impr

o

vi

sac ión libre q ue no ten

ga como referencia una pieza musi

ca

l concreta e identifi

ca

ble (Arom,

1987).

En d ef initi

va,

los márgenes de vari ación dependen di rec ta men

te

de

las p

os

ibilidades de conmut

ac

ió n qu e o frece la

est ru

ctu ra de

la

pieza:

da

do

qu

e d

os

elem e

nt

os só

lo pu

e

cl

cn c

onmut

a r

se

si

per

te

necen al mismo eje de equiv  lencia al mismo par

  d

igma  de e llo

se der iva q ue los elemen tos pertenecientes a una

de

estas clases no

pueden inte rcambi a rse

co

n los pertenecientes a

ot

ra cl

ase

. No se tra

ta

de

permut

ac

ión sino

de

co nmutac

n; en consec uenci

a,

el c on

junto de l

os

element

os

in tercam biables constituye u na clase de equ i-

llalencia.

La clas ificac ión de Pike en términos de construcciones 

punt

os de

t•sas

constru

cc

iones y lista s de los elementos que pueden ser sustitui

dos unos por otros en esos puntos c

ubre

mu y exact

amente

la real i

d.td de las mú sicas cent roa frica nas : si considera m

os

la est rucwra de

~ \ d a pieza como una construcción  ca da uno de los paradigmas que

lt

gu ran en

e

tt

a

será

un

o de l

os

ptmt

os de esa construcción

y e l in

Vl 

nta

ri o de l

os

términ

os

qu e pu eden a par

ecer

en

ca

da

paradi

gma

1 orrespo nde,

pu

es, a las listas de los elementos que pueden ser susti

lllulos unos por otros en esos puntos.

MODELOS Y VA RI  IO:-\ES

l or una pa rte, está claro qu e nadie

pued

e llega r a memoriza r to

da

s

l.

1

-.

va riantes que permite cada una de las parres constitu t ivas de ca

d.

t una de las piezas q ue for man el co njun to del pa trimonio musical

th una comun idad . Por otra pa

rt

e, desde e l momento en

qu

e

ha

b l t-

1 1 1 1

de va ria ción emerge

la cuest

ión d e sa ber cuá l es su mar

co,

cuá-

213

Page 7: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA

AROM

les

son

sus límites inferior y superior.

Tratándose de una

música po

pular transmitida solamente por tradición

oral,

se hace necesario, co

mo

hemos

visto, que,

dejando

de lado el conjunto

de

variantes pos i

bles

de cada enunciado,

esté

presente

en

el

ánimo de

l

usuario una

representación de es te

enunciado

que sea

extremadamente

simplifi

cada,

depurada, que

constituya

su

esencia. Esta forma

depurada,

nima, actúa

como una

armadura

en relación

con

el conjunto

de

las

variaciones posibles: es ella la

que

las genera.

En

efecto, la en

contra

mos entre líneas a través del conj u

nto

de variaciones

que

derivan de

ella. Adem

ás

y este punto es impo rt an te- en todas las lenguas de

la región esta simplificación tiene su correspondencia en un concep

to, y generalmente se hace explícita

bajo una

denominación metafó

rica.

Es

precisamente

este modelo

lo

que

sirve

de

referencia a cual

quier

cantante o

instrumentista para

poder

realizar

un

fragmento o

la parte

que

le corresponda. Si, pues, la riqueza de las variaciones efec

tuadas

por un músico

concreto

se

elabora en

función

de su

creati

vidad y de su memoria personal, la

o a

s, según

el

caso- fórmula

mínima de

cada

pieza está

grabada

en la

memo

ria colectiva de la co

munidad, permitiendo

su

tra nsmisión

y

de esta forma, su perenni

da

d

(Arom, 1990).

Así, lejos

de

tratarse

de

una proyección del mismo investigador,

el modelo,

en tanto que noción,

tiene

una

existencia

verdadera

en las

tradiciones musicales centroafricanas,

corroborada por

un

térmi

no

específico de la lengua vernácula.

Dicho

término no forma parte de

un metalenguaje que sería propio de la música, sino que procede siem·

pre de una metáfora, muy a menudo extraída del entorno semántico

del

parentesco. La noción parece estar can integrada en la prácti

ca que no

surge de forma

espontánea

en

el

discur

so

nativo

sobre

la

música .

FL

DESCUBRIMIENTO DL

l.A   OCIÓ DE MODELO

Fue en l

os años

setenta

cuando pude ll

egar a formu l

ar

este

tipo

M

noción. Entonces

yo trabajaba

con

los banda-linda

so

bre la sistr

mática musical del

repertorio

de

un

a formación de dieciocho t rom

pas,

del

que trataremos más adelante. Yo intentaba comprender

qué tipo

de referencia se vinculaba el siste

ma

de variaciones

que

da uno

de los instrumentos

de

la

orquesta

desarrolla durante una in

terpretación

de

su

parte

en

el

seno de

una

pieza.

No

e

ncont

rabfl

respuesta satisfactoria a mis interrogantes sobre este tema cua

ndo

J

214

MO DE

liZA CI Ó

N

y MODEL

O S EN

LA

S

MU S

IC

AS

D( TR

AD

I

CI

Ó N O

RAL

pronto me s

urgió

la idea a

raíz

de

un

. , ,

«maestro de

trompas

».

Yo

le re : .cuestJOn a J ? r m u

l a d a

al

jóvenes a la inre

rpretacio

n

dep

l .

gunte SI

durante la

Il11

CJac i

ón de

los

.

mstrumento

no s

¡ -

b

un

pnmer

momento, cómo

realizar

, , e . es

ensena

a, en

en contraste con las fó l f o ~ m u l a s

nnmcas

más simples

mentados. Así se desvelórmu as_ que e¡ecutan los mú

sicos e x p e

para

cada

pieza del

r e p e r t ~ u ~

eXIste,

p ~ ~ a

cada parte constitutiva

y

plificada

con propósitos e : ~ < > - : - ¡ una o n ~ u ~ a ~ x t r e m a d a m e n t e

siro

mínima en el sentido de q neJa mi ente d l d a ~ n c o s . Esta fórmula es

1

.

ue

no

se e puede

qu

t d b .

cswnar

la

estructura

del

f • ar

na

a,

a¡o pena de

J

. . . ragmento

o sea s 'd 'd d .

p JficacJón recibe un nombre ak6 ; . e n t ~ a . Esta slm

esposo, c1

macho».

' ne,

que

Significa ilterahnente «el

. A continuación se

demostró

u 1 , .

mJtaba sólo a la música de t q e uso de este termmo no se

li

-

, .

rompas smo que

se

trat

b d , .

no genenco que servía a los b d r d a a e un term•

llltima

o

a realización má

r

/

para

designar

la

referencia

titutivas de c

ua

lquier entid ;lmp e :ada una de las partes cons-

da,

cua lquier fórmula r'¡t . m ustca

d:

asJ, cualquier melodía

canta-

,

nuca

e¡ecuta a por · d

\IOn, o

cua

lquier

parte

de xilóf b

t r u m e n t o s

e percu-

 

kóne que le es propio No ~ n o es rn utana en cada pieza de un

decir, un principio

f u n d ~ m e n ~ ~

~ e e ~ t m o _ s

f r ~ ~ l t e

a

un modelo e s

tcntan

todas

las realizaciones

de cada

u a n t z ~ c \ o n

sobre el que

_ e

dc una pieza

concreta-

sino ue na_ e as partes consntunvas

mente concep tualizado po

1

qd , ademas, este

mode

lo está

clara-

A . d r os etentores

de

la tradición

partir e ahí, y a través de los añ

1 . •

L

;H en muchas

otras

etnias la . os, me

1a

Sido

pOSible

verifi-

. presencia

s

ubyacente d , .

110 que S l r v ~ para designar el modelo. - e un termt-

EI arra•go del significado

atribu

id C , .

dt•

modelo se encuentra cor b d o en entroafnca a la noción

\ .tnaciones generad as por

e rlos

ora o pdor el hecho de qu e todas l

as

. on cons1

eradas

0

¡ ·

b

·'

m•sma

comunidad

com

'd , . p r os mJem

ros de

. o

1

ent1cas es dec· 1

• •flltvalentes.

' •r como

cu turalmente

EL JU ICIO DE IDE T IDi\ CULTURAL

.

thl'mos q ·

e

una

pieza

de mú

sica

tr

d   .

1 .

l i t \

veces de forma

exacta

.

al

JCJona nunca se mterpreta

mente

¡gua

Cuando

ped ·

h 11 que repita

un

enunciad . Irnos a un mú

u tl\tico puede percibirse coo que a c ~ b b

de

interpretar, el resultado

· mo sens1 emente diferent ¡ · -

'

l t l l su

pnmera

ejecución . Así

suced

. e en re

acwn

titos:

e, por e¡emplo,

con estos

dos

215

Page 8: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA AROM

1

> >

.,.

>

>

J

> >

.

J J J J

y

rnnn n

f l

FI

GURA

l .

El diál

ogo qu

e e

ntonc

es se produce entre el investigador y el in

térprete es del tenor siguiente: «¡Pero esto no es lo mismo que antes »,

exclama el investigador. El músico, en ca mbio, afirma que las dos in

terpr

etaciones «son iguales; la misma».

Si

pos

tu

lamos que la

pr

áctica

de los músicos nativos procede de

un

saber ancestral, que proviene

de un sistema coherente, tendremos

qu

e ad mitir

qu

e su afirmación

tambi én tiene que ser coherente. Entonces se

no

s presenta la cuestión

de saber bajo qué ángulo, bajo qué aspecto se manifiesta la

pertinen-

cia

que, en es te esta

dio de

la investigación,

n nos escapa. En o

tros

términos, ¿cuáles son los criterios

qu

e la fundamentan? Se trata de una

primera forma de aj uste cognitivo ent re el mú sico y el investigador.

Este último se en

cuen

t

ra

en

un

a situaci

ón aná

loga a la del lingüista

que intenta desvelar el sistema fonol

óg

ico de una lengua

que

ignora.

Pu

es el procedimiento

qu

e sust

enta una

investigació n fonemática no

se limita a la

co

nstrucción de una

co

mbinatoria abstracta de u n i d a d c ~

y de secuencias, sino qu e ante todo es una forma de aná li

sis

cognitt·

vo

ya que las unidades y las secuencias, al igual que los valores dt•

ide

nt

id

ad

o de diferencia

qu

e se les a tribuye

n, so

n

de

svelados en

ce>

·

mún

por

el investi

ga

dor

y

el

informant

e, y precisa me

nt

e es su diálo

go lo que certifica

qu

e estos tres componentes del sistema son produ

ciclos y reconocidos como tales por los miembr os de una comunidad.

Si consideramos el modelo co mo la co ncreción mínima de

enunciado musical, ¿cuál es, pues, su grad o de realizac ión máxim.l?

En

otros

términos, ¿hasta qué

punto

el principio de variación---<> sc.1 

la proliferación de variantes- puede se r to lerado si n

qu

e se llegue .-

una transformación

Se

trata, expresado así, de un problema den

co

nocimie

nt

o, de identificación, de identidad.

Mis

tentativas

de

elucidación de modelos sie

mpr

e se desarroll.1 

con la colaboración activa de los músicos loca les. De esta forma, dt·ll

pués de haberles pedido

que

simplifiquen

y

depuren más y má:; un

fo

rma rítmica o una melodía, siempre se llega a un punto en el ql

los int

érpre

tes de

claran:

«

Ah

ora ya no se puede quitar nada rn· '

La cuestión que se nos presenta en ese mom

en

to

-s ie

mprt• su

pr

e

nd

e

nte

- es la siguie

nt

e:

¿por qu

é

esta

afirma

ción se

precisa mente en este pun to, y no a ntes ni después?

Se

hace

2J6

MODE LIZACI

ÓN

y MOD ELOS EN

L

S .

USIC AS

DE

TRADICIÓN OR  L

pensar que la su presión d e cua l . 1

d ~ í a en cuestión la posibilidad d ~ u ~ ~ r e.

~ e n t o sup

lementa rio pon-

<lia con siderada· só lo qu t

ta

nd s c ~ d la formula o la melo-

1

'

o un som

0

m ' ,

l e crear una confusión. La finalidad del as cor renamos el riesgo

mante ner la identidad de l ob' b . modelo es la de preservar y

l.o mismo pasa en el otro e t¡eto a¡o su orma sonora más si mple.

1

x remo· tamb1én 11' h 1  ·

ac

o a l

as

realizaciones a

¡

f

a

1

ay

un

1m1t

e asig-,

as

tra ns o rmacion d

modelo y

que por

la mis

ma

, d es

que

pue e sufrir el

1

. razon no ebe

se b d ,

ns reg•ones de que estamos h bl

'd

. r so. repasa o. Asl, en

In ituado dentro de un ca m ao discu rso

mu

sica l es

perfectamente circunscr itas tspe710n cuyas fronte ra s es tán

:1oncs admitidas

-incluida

la

11

su o t o t a l i d a d de las realiza-

. 1

d matena •zacton del d

1

Rlt era as como «una so la > d . ' mo e o - son

co

n-

>,

es ec

1r

todas e

ll

·

luralmente equivale

nt

es . ' as son cons1dera

da

s cu l-

Vo lvamos al ejempl o anteriorment .

llllltO con otros varios r'•tmo

'd

e exa mm

ado

y observémoslo

s recog•

os

en 1 · .

' .1const:ttar que más al la  d .

d'

'd a rmsma co mumdad

pa-

, e

SU

IVefSI ad ' '

\ldcraJo

s

como

equi vale

nte

s.

e

acu

snca,

t

odos

serán con-

1

1 1 1

1

1 1

>

>

>

>

>

> > >

>

JJ

J

J J

1

..

J rnnr  

FlCU

R

2.

Se trata de una figura rítmica u .

que puede ser formulada ya sea q e

prov

iene de los pig

meo

s a k

a,

1' '

'dos láminas de metal entrechpor un t a ~ n b ? r membrana ya sea

ltd.ld de los aka

co

nsidera e t d o ~ a d a s SI el

JU

ICIOcu ltural de iden-

1

s

as

1versas

prod

·. 1

ot ras-co

mo

1

.

ucc1ones

y

aun mu-

" a misma» se hace ne .

' t•l crite

ri

o

pert

inente qu e

1

' . cesano, pues, elu

cidar

cuá l

1

o sost1ene Para ·

¡

' tlltro de un mismo paradt'g 1 1  consegu•r o mostraré

1

ma

a tota 1dad d f

t.ldo y que son ¡'uzgadas 'd ' . e tg

ur

as que he rcco-

1

. . , t entt cas por parte d 1 d

' 1'

.HhCIOn La rayas verticales indi

ca

n e .os ete

ntores

de

11111110

del golpe si se prefi las pu lsactones

o

el mo-

' e r e - Y se ad¡   d. ,

ttl l uno de los valores m'•nl  (f. u tea un

numero

de orden a

mos

•gura 3)

1k todas est

as

versiones ode d . . .

el período dentro del p ed uc•r v a r ~ a s

co

nstantes:

1 'd ltll  valores mínimos quedse

esar

ro

ll

a la ftgura rítm ica ocu-

'

agrupa

os en cuatro ¡ ·

su orga ni zación rítmi

cas

b pu ternarias;

1 dt

•rnntidades o duraciones t e ~ ~ a n l ~ asi

rnétr

i

ernau

as

y man as: 3 + 2 + 2 + 3 + 2·

217

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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ji*

SIMHA

AR

O M

J

.• l l

1

1

1

1 71 1 1 1 1 1 7

. .

. .

J

JJ

J J IJ

mhnmh

iJ

j

j

fJ

J'hhrJ

.

J

.

J

J nj

; J nj

J

rnniTih

j ri i iJ i

.

J.

j

1

r

ri

J hhiJ h

J

. . .

J J .tJ J

J.

J ¡J J r

Jh

mhhi

j

.

J

>

J.

. . .

J

J

J.

J

>

> •

>

J

t J

J

J. J

J J

j

j

j i

j Jhhi

Jh

r J

S J. I

JJ

hhmh

.

J.

. . .

J J J.

h

218

MODE LIZAC IÓ N Y MO DE LOS EN L

AS

MÚS

IC

AS D[ lRAD ICIÓ N ORAL

- esta or

gan

ización se verifica

grac

ias a la

disposición inmut -

Me de los acentos

que recaen en las posiciones 1, 4, 6, 8

y 11

del pe

llodo.

Ahora

sí qu

e

podemos ad

ivin

ar por qu

é los aka

co

nsideran

co

mo

l'quivalentes rodas es

ta

s realiz

ac

ion

es

diferentes. En efec

to,

la perri

llcncia del juicio de ide

ntidad

se s uste

nt

a,

en este caso, en el

mod

o

de agrupación de las dur aciones, fáci lmente identificable

por

una m

ar

l \: el acento. Mien

tr

as la pos ición de los ace

nto

s se

mantenga

esta

hlc, la

ar

tic

ul

ación

de

los val

ores que

los separan

es

irrele

vant

e

Al final del

paradigma

se

pu

ede

observar un

rea lizac ión en la

lJ IIC todos los

so

nidos expresados coinciden exactamente con l

as po

acen

tuadas

. Desprovis

ta

de otras articulacione

s,

esta r

ea

l

i-

/.ICÍÓn es la mat

er

ialización m

ás

simple de la figura , es la

que

sustenta

l.t pertinencia,

y

nada puede serie eliminado. Ésta es , pues, la forma

\ltnple

que

genera

toda

s l

as otras

rea

li

zaciones, la que

ocup

a ellu

¡;.tr de modelo:

2 3 4 5 6 7 8 9

10 12

J. J

J .

J

FIGURA 4.

Co

n este ejemplo concreto nos

encontramos

frente a una situ

a

t l l l l l

singular; en efecto, si

de una fi

gur a rítmica

lo conse

rvamo

s los

•1111Jos que ll

evan

acento,

eso equivale a anular la oposición entre

tlllldos

ace

ntuados

y

sonido

s no acentu a

do

s,

pue

s en este caso tod os

n t n la misma dinám ica. Y es precisamente lo que aquí sucede.

1-• ·•

Situació

n,

qu e

pu

ede

parecer paradójica,

es res

ultado

del es

r

lt.lmiento

irr

egul

ar

de l

os

eleme

ntos

-clave de la figura

rítmica

tllll

',l'liminando cualquier variació

n,

bastan para ga rantiza r su perti-

m n.

1

mteresante

seña

lar

que

esta singular figura rítmica no perte-

1• •

·

propiamente a los pigmeos aka.

No

sólo la encontramos en otras

11111•

hn s

pob

laci

ones

de

Centroáfrica,

s

ino que

es m

anif

ies t

amente

{

,,,,,fricana:

en efecto, su difusión está docume

ntad

a en el s

ur

del

Sá-

 

1,

en todo el oes te

y

ce

ntro

del contine

nte

,

y

también en

Mada-

11111.

219

 

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA

AR O M

LO > COMPORTAMIEN   OS DI·

MODFLO

En las músicas centroafricanas el comportamiento de los modelos, su

manera de ser, varía según la categoría musical vernácula

en

cuyo

seno operan

.

Entiendo por

este

término

un

repertorio

a saber,

un

conjunto coherente de piezas que poseen proJ>iedades musicales co

numes

conj u

nto

cuya f

unc

ión está íntim

ame

n

te

asociada a

una

cir

cu nstancia social y/o religiosa propia

de

la

co

m

un

id

ad

étnica que lo

dete

nt

a.

En

un

cont

exto

tal el modelo

pu

ede presen

tarse ba

jo uno de

lo

s

tres aspectos sig

ui

e

nt

es:

pu

ede ser m  ni fiesto o materia

li

zado puede

ser esporádico o

au

n

im

plícito o «sobrentendido».

Cuando se rea liza ta l cual, sin la

meno

r

var

iación y en vi rtud só

lo de l pr incipio de repetición, el modelo es nrarlifiesto o materializa-

do. En ese

caso

se

co

m

porta

como un ostinato estricto.

El modelo esporádico se diferencia del preceden te en que

lo

se

materializa de for ma discontinua. Puede alternativamente

estar

ma

nifiesto o desaparecer

to t

l o parcialmente-

durante

la interprc

ración

de

un fragmento.

Finalmente, el modelo

imp

lícito o «

sobre

nten

dido

» es

el

que

no

se revela en ningún momento

de

la interpretación.

Se

mantiene

so

brenten

dido

o tác i

to

en el sentido

exacto

del término.

Conviene destacar qu e en muchos casos, dentro de

un

co nt

exto

circunstancial concreto, la materialización de un enunciado music.tl

no

variará durante la interpretación del fragmento. El inté rprete

Ch

coge una

de

las posibilidades d

el co

nj

un tO

de

va

riaciones q ue tient· 11

su disposición, y no la alt

era

en ningún momen

to

. En otra ocasiún

puede q ue se leccione otra reali zac ión, que no abandonará desde

pr

i

nc

i

pio

hasta

el

fina l

de

l fragm

ento.

En las músicas

de

Áfr ica

centra

l la

mode

lización se puede aph

car a

cuatro

tipos

de

producciones

mus

icales: a la rítmica pura

(1.

11

mo hemos visto hasta aq uí) y

también

a las

estructuras me

l

ódu

o

rítmicas

po

lirrítmicas y polifónicas de las que voy a tratar a p rt

r

de aquí. En esta región,

donde

sólo existe música medida, cualq

 

monodia

procede,

en

consecuencia,

de una organización

meló

d11.U

rítmica.

Contrariamente

a la figura rítmica

examinada anterior

mrn

te,

donde

el modelo sólo se podía

man

i

fe

star

de

forma discont1111

 

el ejemplo q ue sigue a continuación

il

ustra un caso en e l que In re

lizació n de una

melodía

no es

otra cosa

que la

reiteración

i

n1111

rrumpida de

l model

o; en otras

pal

abras, ope

ra

co

mo un ostinello

tricto. Se t rata otra vez

de

una melodía perteneci

ente

al

pa

trinu

m

us

ical

de

los pigmeos

aka.

Su ejecució n presenta la rarí

si

mn p11

220

M ODE

LI ZAC

IÓ N

y

M O

DEL

O S EN LAS MUSICAS Df I RADIC I ÓN ORAL

u l a ~ i d a d de combinar en

una

simbiosis música vocal e in

gracJas a la

~ l t e r n a n c i a muy

rápida,

y

realizada por una r u m e n t a l

~ ~ ~ : n

odteaso?•dos

~ a n t f l a d d o s y silbados

que

gravitan

a l r e d e d ~ : ~ ~ ~

·pivote

msu a a

en un

d

círculo encima i ~ d i c a n el

sonido

i ~ ~ : d ~ . e papayo (las notas con un

J

,,.

1

~ [ ~ J .

1 1

r  _ r

FIGURA 5.

7 ; J

·

o

e

r

d . melodía se desarrolla

en

un ciclo de doce pulsaciones de

sub-

IV

ISIOn ternana.

Tanto

por lo que se refiere a 1 . .

:tlturas (paralelismo del perfil melódico) C 0 1 1 1 ~ a

~ a ~ I Z a ~

las

(distribución idéntica de los va lores) permiteaLinaa ed . _urac Ones

.

'g ·

1 '

•v•s•on en trese

mentas

•gua es,

cada

uno

de

cuatro

pulsaciones: es lo ue

mue

-

1

ra ~ t a r a

mente

su

representación paradigmática

As' q . s

l

t rahza_mo_ el parámetro de las a lturas para sólo ~ b s e r ~ : r e f ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

ura

ntmlca,

constatamos que é t , 1

s s_mp l

es

del

~ n o d e l o de

la

g s u : a e : í : ~ i ~ a u ~ ~ e d ~ e ~ ~ : e : ~ ~ z ~ ~ i n o a n d e s

,

\ntenormen

te (6gur 4) o

E d a ' pero en un contexto compl

etamente

dife-

nte. ste m o elo, tomado de otro si

tio

e 1 • ,

l

onstrucción misma de la melo d 'a· , , o 1Sdtltluyc

aq uJ

, pues, la

otro .. (figu

ra

6) . ' as l,

<<u

n mo e o puede esconder

1 ~

~ Ú r -

t = J · ~

i ? l : t r

=

·r-

t±tlr

FJC.

U

RA

6.

221

o

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMH AR O M

En el cuadro de una organización polirrítmica el margen de rea

lización de

qu

e di

spone cada

in

st rumento

difiere según las respecri

vas

part

es

que

la pieza

pr

ecisa . Así, en

un

ritual de

lo

s

banda-linda

qu

e requiere un

conjunto

de tres

tambores

el grado

mayor

de

varia

ción recae en el instrumento más grave. El núme

ro de

realizaciones

de l primer tambor, el más agudo, es basta

nt

e más reducido, mien

tras

que

el

instrumento

de regi

stro centra

l se limita est ric

tamente

a la

materialización del modelo.

En

este

repertor

io pa r

ticu

lar la pu lsación se su

bdiv

ide

en cinco

va l

ores

operacionales mí ni mos:

pa

ra la parte de l primer tambor,

una ar ticulación de 2

+

3, para la del tercero, de 3 + 2, mie

nt

ras que

el seg

und

o alt

erna

las

dos

posibili

dad

es

comb

i

na

n

do 3 + 2 2 + 3.

Al

contrario,

si el ciclo

de

l

os

tambores uno y

dos

c

or r

es

ponde

a

dos

pulsaciones, el del tercero

lo

ocupa

una.

Se

encue

ntra,

pues, en

una

relación d e

2:1 con

los otros dos . Señalemos, finalme

nte, que

sólo

la

parte del tercer tambor se ve marcada por ace

nt o

s; la din ámica de los

otros dos no varía.

A

continuación

puede ver

se

el

model

o de

esta

polifo

nía

,

seg

ui-

do por el

paradi

gma de realizaciones de l

os

t

ambores prim

ero y ter-

cero

1

:

FtGUR,\ 7a.- Mmlclo pnlirrírmicu.

3. Teniendo en cue

ma la re

lación temporal

cnt re el

tercer ramhor

y

los orros doN,

In

fig11ra que

le

corresponde se prcscnr:t rcpcl da dos veces

en

el modelo polirrítnm

1

11

loh.d.

222

M

ODE

l i ZACIÓ N

y

MODEL

OS

EN LAS

MU

SICAS

DE TR

A

DIC

I Ó N O

RA

L

f

ti

L=:J:Ii€

-

 

~ u

1

 

-   -

1

Li

_C

1

~

-t-: u1

 =====

FtcURA?b .- Pa ra

di

gma 1.

Con el pr.opó.sito de ilustrar l

as po

sibilidades de re lación

entre

modelo y realtzacJOnes en una música poli ónica tom , .

1

\loun

· b' ' 1 , arecom

oeJem-

a p teza

tam

t

en procedente de

los

banda

-ltnd p . d

. . t · ' a. rovt

ene

e un

u .ono p ~ r d a

or

questa de

trompas donde

cada

instrumento

em

it

e

1111 untco

som.

o, a

una

a ltura diferente del resto de trom

as

ue ar

llupan

?terpretación:

se

trata

del principio del h ~ q u ~ t u / La

lt

,tma . extremadamente compleja es resultado de 1 •.

: I O ~

y

de

las di fere

nt

es partes. Esta

músic:

: ~ • p r c ~ a a Ste

mpr

e en un te

mpo

rápid o, necesita cin

co

partes

o ~ s t i -

11 tvas ¡ue

co

rresp

on d

en a un sistema pentatónico- mientras

ti

de las partes

co rr

espo

nd

e a duplicaciones en d i f e r s ~ ~ ~

t . t v . ~ . A

lgu

na

s o rques

tas cuentan hasta

co n una veintena de

in

srru

IIH' t

ll O

S

ver

Arom,

1

985)

. ' -

223

 

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SI

MH

ROM

> >

QblJJ-

 

> >

iff a a

>

>

l

1

rnt

  ·

FIG

UR

7c .

l nradigma del ramhor 3.

En este repertorio cada parte dispone del mismo grado de libcr

tnd que

las

otra s (figuras 8a a 8f).

224

MODE   Z CIÓN

y

MODE LOS EN LA S

MU

SIC S

Of

~ A l

~ ¿ ¡

  ~

~   G f l 7

 

J

~

FIGuR 8a Parrc 1.

1 J

~ = = = : w

;;¡g

n

=

...___..

P ] ] -=Jr-Fj 1

1

__

- -

 -J

J

11

___

1 1

FKamA

8b.- Parl c 2.

225

p

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA AROM

1 1 1 1 1 1 1

~ ~

~ ~ w _;ytFJ ' :

1

~ ~ t

 

'

' ' r n f f l '

1

~

~

7

tn :¡ . ,

~

1 1

, ~ 7 - 7 } r-J :¡

-1

'

1

l

~ ~ ~ - 1 1 1 t '

1 l

, t

J j

t_j1

1 1

H < LRA

8c . -

P rtC 3

1 1 1 1 1 1 1

~

~ - - < ¡

11]1 7

t

t 11- rTI

7

t

~ f f i 1 J l 7 } 1 7

1

~ ¡ : l n

t ....__

~ l ir 71 n 7

1

~

=t

] =1 J='J1 7

¡----

~ =n. 1]1J-?}7

7

1 1 1 1 1 1

r1C.

UI\A

ld.-

l

arle

4 .

226

MODELIZAC

IÓN Y

MODElOS

EN LAS MUSICAS

DE

TRAD I

CIÓN

ORAL

1

_ 71

111 -

1

f iGU RA 8c.-l\1rtc 5.

J. m

7 7 7

~

~

J

-

~ ::l J

7

, ,

1 __

~  

_:J ~ ] 1 ] 1

1

?

-

 =rf=r

..

' , T

1 1 1 1 1 1

FI(;URA

f

.

-M

odclu polifónico.

227

S

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SIMH

ROM

En

ciertos repertorios

que

implican la presencia

de

instrumentos

melódicos como la sanza o los xilófonos la idea

misma de

modelo

puede provenir de una concepción plural,

que

revela un

afán p e _ d ~ -

gógico:

una

pieza musical no está caracterizada

po

.r un modelo um

co,

sino

que

se basa en

un

a

serie de m o d e ~ o s suceswos

-:-tres o cua

t r o

presentados según un orden progresiVo, en e l senn??

de

a

cada uno

de e

ll

os le corres

pond

e un nivel de interpretacJOn

mus1

cal

de dificultad creciente (Dehoux,

19

86).

Los modelos progresivos revelan aspectos de uH singu lar interés:

permiten constatar, co

mo

si se tratara de trans

paren

cias

. u e s -

tas, el arraigo de los rasgos

e s t r

de la pteza

y,

a l 1 1 S m ? nem

po, ponen de manifiesto la cohercncta de su estructura mas a lla de las

moda lidades de sus realizaciones concretas.

LA VALIDAC IÓi . IHI

\110Drl

O

Desconocedor

a priori

del sistema que investiga

y

del cód i

go

qu

e lo

sustenta el

etnomus

icó logo tendrá

que

el

aborar

un método capaz de

condu ci; le desde la descripción del mensaje

ha

cia el descubrimiento

del código.

Un

proceso como és te, forzosamente analítico, p ~ ~ p o

ne recorrer el conjun to de los diferenrJs niveles de c a r a c t ~ n z a c 1 ~ n

>

de descripción a

partir de

los cua les se organiza la matena

Co

n el fin de que el aná

li

sis sea vá

lido,

el i n ~ e d o r debe .ut¡

IJ

zar

pro

cedimi entos explícitos, es decir, re

produ

c

1b

les, que p e r ~ t t a n

nerar nuevamente ele

mento

s pe

rt

eneci.cntes al rpus desc

nt

o. Solo

al final de un proceso de esta índole el analista ob tiene la prue

ba

dl·

que

ha conseguido

caracter

izarlo. . . . .

El obj

et

i

vo

del

an a

li

sta

es

consegu

1r

carac

ren

zar una

gracias a la descripc ión de sus rasgos distimiv_os

y,

en

s . e ~ n c t . l ,

determinar

lo

que

la singulariza . Una vez realtzado el ana hs1s, nect·

sita validar

sus

resultados .

Esta validación exige

que

sea de velado

el

modelo del

o b ~ e t o

con

siderado, o sea, la

simp

lificación hasta la que se puede reducii

su

M ili

rancia, pero que a l

mismo t i e m p ~

c o n t i e n e ~ conj un to de sus r a s ~ o l

pertinentes. Este modelo, por mas esquemanco

que pueda

ser, ~ d f

dejar aparecer la singular idad del objeto. Si responde a esta ex1gt·n

ci

a,

queda ya a utomáticamente validado. . .

Pero entonces se hace necesa ri o, a partir del modelo

as

1va

hdadu

que

sea posible

rep

roducir nuevamente obje to

s;

en o tras p a l ~ h

el

aborar

nuevas realizaciones que sean equivalentes al objeto 1

11ll

 

228

MODELIZ CIÓN Y

MODELOS

EN l S MÚ SICAS

F

TRADICIÓN OR l

desde un

punto de

vista

interno

a la cultura

tratada.

En efecto

co-

mo JUStamente seña la Jean-Louis Le Moigne:

1 1 modelo del ienómeno no Milo el mapJ de un tcrriwno. Llega a ser un

componente

acm•o del sisrcmn de modclizaciún, un fenómeno autónomo en

cuyo

o, por

simulación cognitiva,

podrán

n c i U : t l i z a r ~ c fnrm:ts potencia l

es

de acción ( 1990: 4 1 .

.t-ie m

ost

rado en trabajos anteriores

(A

rom, 1985) cómo esta ope

r ; ~ c t O n pu

ede.

ser efectuada por los mismos detentores del pa trimo

nio que

real1zan la reconstrucción sonora de las entidades musica

ll

S

a

partir

de las simplificaciones deducidas previamente.

Cuando

los resul tados se revelan positivos, entonces

tenemos

la

prueba

de

que el

aná

lisis

ha

sido conducido de forma adecuada

de pr

inc

ipio

,,

111.

Después haber

pasado

del

objeto

a su modelo, debemos pro

l cdcr en se

ntido

conrrar io:

debemos reconstruir

el objeto a

partir

Id

mod

elo

con

el fin de verificar

que

este último ha

sido deducido

l m rectamente . En efecto, como hace notar

jean-Ciaude

Gardin,

el

modelo dchc

de

se r exprcs:tdo en

un lcng

ua¡c tal que se pueda, a partir de

los Yde la gramática que lo constiiU)·cn ¡ ¡  c c o n ~ t si no reha

cer, e l ohjero singularizado por el modelo; o, aun, rcsiruarlo o loca li7.arlo

cmrc r o d o ~

lo

s orros ob icros o c i d o ~ (idea lmcmc) de l dom1nio de re

e n c ~ < l ( 1

97

4: 106).

De este

modo,

el modelo

se

e

ncu

entra situado en la

co

nverge

n

  · de l?s procesos a n á l i s i s y de validación. Punto fina l del proce

~ ~ ~

.uw

il

tJco, es tambten el punto de

pa

rtida del proceso por el

que

el

IU.d isis podrá

ser

va

lidado:

1a rc-prod u.cción de un graniro de sínteSIS 1:111 bueno

COIIIO el gra

nito na u·

ral

es

decir,

dorado

de las

m i s m a ~

propiedades-

1 1

única prueba irre

lutJhlc que el modelo mmeralóg1cn

era

acerrado; IJ re-producción de un

pncma ~ o · , pero del que los ementlidn., aftm1.1n t

lli

Ces verdadero es la

lÍlllca prucha irreh1rable de la bondJd del modelo (Gardin, 197

4:

27).

Fn nuestra disciplina específica la modelización presenta una ven-

1 tJt suplementaria: cuando ya

todas

las piezas de un repertorio co-

111

lt nte

e s

decir, de

un

a

categoría-

han podido ser modelizadas·

tt.tndo, además,

ha

n

podido

ser deducidos los principios que

111111 .1n

la generación

de

las realizaciones de cada pieza a partir de su

llllldt· lo,

ento

nces la descripción detallada de cada una de las piezas

1 1u1na . p e r f l u a . En efecto, el conoc imiento de los principios de or-

1

1111/:t

cton

com

un

es

a t

odas

las piezas de una ca tcgor

ía

basta

por

229

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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SIMHA AROM

mismo

para

llenar la distancia

qu

e

se

para, en

cada

una de ellas, el

mod

elo

de

sus realizaciones posibles.

N I VELES Y ASPECTOS DE LA

MODEI

IZACIÓN

La

ac t

ividad de

modelizar

no

se limi ta necesari

amenr

e a la r

eco

nsti

tución de

objetos concreto

s,

como

sería

un

fragm_nto o

un reperto-

ri

o parti

cu

lar. El

mismo

proce

dimi

e

nt

o puede destm arse a

explorar

o

reco

ns

truir

ci

ertas

propiedades de los compone

nt

es abstractos, de-

ducid

os

a través del

trabajo

de aná lisis y

co

rrelación. .

De

esta

manera una

vez

ya

verificados en

un

área

cu ltur

al

Cie

r

to

s modos de organiz

ac

ión e

nt r

e a lturas o entre

du r

aciones;

podemos

dedicarnos a describir las propie

da

des generales de los parametros de

altura y

duración

según

se

nos han

manifestado

_ n

di

cha . .

En es

te

nivel del

es tudio

el m

ode

lo ya

no

nene

co

mo

fm

a

bdad

la

validación

só lo a través de la recons

trucción

de

un

obje

to,

s ino

qu

e, en un

pl

ano má

s abstracto, opera con

f i n e

de interpretación

0

de comparación

.

Desde

este

mo m

en

to,

la

fmahdad

?e

l

proc

eso ya

no

es

de

sc

ribir

clases

de objetos,

sino

clases

de

prop1edades, de re-

laciones o, a

un

, de procedimientos.

De

esta man

era

la

m ~ d e l i z a c i ó n

' puede tomar en

co

ns

ideración componentes

co mo los 1 s t e m ~ ~ d_ 

int

erva

lo

s,

la organiz

ac

ión (simé

trica

o no) de los penod l

cos

0

las

forma

s de

afinación

de

lo

s ins

trum

e

nto

s: a med1da

que

au_

mentamos

el g

rado

de

abstracción

, la noción

de model

o

cesa

de apll

carse al t

odo y pasa

a

apli

ca r

se

só lo a uno de los

c o m p o 1 1 : e

parámetros ; cuanto más general es el modelo, me

nos

dtscnmznatt-

vo es.

CONCLUS IÓN

He

intentado mostrar cómo sa

tisfacer, en l

os planos teórico y prác

tico las exigencias metodológicas que impone la descripción de mú

s i c a ~ tradicionales. Éstas forman parte de

conjunt

os qu e podemos c.1

Jificar de siste

ma

s en el doble

sentido

de que no se trata de colecciont·s

inconexas y de

que estamos

en

pre

sencia de

un

s

ab

er

ya

que sus

detencores

so

n ca paces de aceptar o de

rechazar

las hipotesas

de trab

ajo qu

e l

es

proponemos.

Que este

saber

sólo rara

ment

e sea explícito no

_coloca

a la et

no

musi

co

logía

fr

ente a

una

situ ación esencia lme

nt

e d1ferente que

deben de

afrontar otras

disc

iplinas

u : : ~

se

trata

de de

sc

nbl

230

M OOE LIZA

CI Ó

N Y MODElO S EN lAS

MUSICAS

Dr

TRADIC

IÓN ORA l

h,

1h

illdad a

tr

avés de sus producciones. En estas circ

un

stancias

no

po

demos

más que

suscribir la

afirmación

de j ca n-Lo uis Le Mo igne:

l .u\ saberes metodológicos de re¡cdorcs y u w ~ de los músicos

ar l(UI_ecros 1 1 on_ eori1ahlc

s,

gcneralit.lhlcs )' cn >Cñables. Los pro

cc,os

cognmvos

qu

e los c¡ercen son mrd1¡;ihl

e\

por

n o ~

de com

putaci<in de

mho los,

y

estos m o d e l o

so

n los de

\,

thcres ctcntíficos produ

cidos por el su;eto aclivo qur vive la expl riencia.

. Nu_es

rr

o _ r o c e d i m i consiste, pues, en «estudia r cómo opera

In llltehgenc a,

qu

e medros

y

m

ane

r

as

e

mpl ea

pa ra

co

ns

truir un mo

dt lo rela tiva

ment

e es

tabl

e

y

r

eg

ular a pa

rtir

de la

ex

periencia de

qu

e

dis

pone

»

(L

e

Mo i

gne,

1990: J58- 159).

o l o g í a . i

gua

l

que

en o tras disciplina

s,

es ésta la mis

ma frnal dacl

que

persigue el investigador cua ndo trata de corroborar

1 1 co

herencia

que

él

postula

en

un

a

ac

tivid

ad

reco ns

truida sob

re la

ll 1 s_c_ de los

recopilados,

a través de los juicios

cog

nitivos

1

1111t1dos

por

los m1embros de una comunidad.

En este sentido, la experiencia confirma la hipótesis según la cual

l l l l iHO

más nu m

er

osos son lo

s

punto

s de

intersección

e

ntre es

t

as

dos

o p c r m_s s ~ l i d o es e l terreno

bajo

los pies del invest iga

dor,

y

mas debd sera el n esgo de

proyectar

sus propias referencias cul

lllralcs sobre

un saber

gra bado en el patrimonio inme

morial

de los

Otros.

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231

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co

n consciencia. Barcelona: Anr

o ~ o s 7 h.

. '/3

96 L)

«Un c

hr

omatisme

afncam

». L

omme,

1 . •

~ ~ ~ f : r t , ~ · \ 1 9 7 4 ) Linguistique et m p o r t

m e t ~ t

f n ~ l l l a i l l L analyse tagme-

.

P k N hatel· Delachaux er

N1

estle. .

S

n l l q u e / ~ e ; ; 7 1 ) e l ~ 9 1 6 ] . ·

Cours de linguistique é t ~ é r a l e

P a ~ s : ~ ; ~ ~ t l

a u s ~ ~ ~ ~ d .. asr.:

Curso de lingiiística general.

Buenos Aire

s:

Losa a, .

232

Capítu lo 9

UN

UNIVERSO

DE

UNIVERSALES(*)

eonard

B. Meyer

1

1 1 conrcx

co

para

este e

nsayo so

br

e universa les es,

paradójicamente,

l.t preocupación actual y omnipresente por la variabilidad de los con-

ll'Xtos c

ultural

es. Mi premisa es

simple:

no se

puede

comprender y

rxplicar la variabilidad

de

las cu ltur

as hum

anas

mientra

s no

se

ten

fl·  una

ap

reciación de l

as

constantes implicadas en su

f o r m a c i ó ~ 1

En

lo

que sigue he tratado de ser específico y concreto sobre la relevan-

l1;t

el

e los universales para la

teorí

a, la hi

stor

ia y la reflexión cr ítica

~ o b r e

la

sica .

Dado

que todos somos

producto

de un tiempo y un espacio espe

l1,t lcs y limitados, nuestros comportamientos y creencias están inva-

1t

.tblcmente influidos

por

las circunstancias cultura les y personales en

l.1, c.:uales

no

s

enco

ntra

mo

s. Pero, no hace falta decirlo, d e este «rela

tivi

smo

de

procedenci

a••

no

se sigue

que

la significación y vaüdez de las

1 1 l ~ r < 1 > de arte, de las teorías, e tc., esten co nfinadas al tiempo y lugar

ah

su génesis. Si así fu era, el arte del pasado {por ejemplo las piezas te

tl1 .t

lcs de Sófocles) y las acciones de los

protagonistas de

la historia

( ) lilmadn de L. B •1c)'er ( J99t ) «A Unavcr;c

of

Universals•. • )numal o

Alrwr ·111

11¡.:y,

16 ( J

:

.J-25. Traducción de Ramón

l c l 1 1 1 ~ k i .

l .

t>

h .1¡:rJdccamicnro a Haro ld S. por comcmario; y s u ¡ . ; c r c n c i a ~ pa·

o

IIII

'Jor.lr es

te

ensayo.

M

adeuda con Janct M.

Lcvy

es cxcc

pca

onnlancn1c gra

nd

e y

1 "huu.l.aporque e

ll

a

no

sólo hi7.o críti

ca>

o

que t.1111hiéu

fn:nó

mi ten·

1 111 111 ,1 l-1 es peculación aurocompl acicnte y tangencial. Es11' cn> .I) Cl fue prescnrado

1 11 VI / pnaucra como b dec imoquinta Confcrencb anual M.an in llcrns1ciu en

el

De·

,.

111

o1

1Wnao

de

M 1 í ~ i c a

de

In

U

niver

s

id

ad

de Nueva York.

233

Page 17: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 17/31

UONARD B MtvtR

(César cruzando el Rub icón) serían incomprensibles. Y lo mlismo es

cierto con respecto a los conceptos, sea en lns ciencias o en

a ~ s

huma

nidades. La teoría darwiniana de la evo

lu

ci

ón

está indudablem1ente en

de udada con el cont

ex

to i

ndus

t ria l-capita

li

sta del siglo XIX. Sin em

ba rgo, la va lidez de L teoría no depende de su p rocedencia, si

ino

de la

validac ión emp írica de las implicac iones derivadas de la reorría. Esta

observa

ci

ón llama la a tención s

obr

e cuestiones de m

etodo

logíia.

MET

O1 0 LOC \

Co

mpr

endemos e l

mund

o a t

ra

vés de una co lección a menud:lo d cita

de s

up

os iciones sobre la na

tu r

aleza de las cosas, desde los as; teroides

hasta las cebras. Pues to qu e nuestr o co noc imi e

nt

o de este: mundo

(s u pasado, presente y futuro) es siemp re pa rcial, las teo rías c:ambian,

y de esta variabilidad algun

os

han in

fe

rido que la ve rdad n

eo

es má >

q ue

un

a

co

nstrucción social

con

tingente

1

• No

obsta

nte. sii bien es

pla usible argum

entar

q ue las teorías y las hipótesis sobre la1s c uales

está n fundadas no pueden ser confirm adas in

equ

ívocame

mt

e, e lla'>

pu

eden ser, y

lo han

sido  decis

iv

ame

nt

e

f

l

s

d

ns '.

En otr

as

palab

ras,

cua

nd

o sometemos a prueba una

hip

ó•tesis nos

e

nt

era mos si dados el conoc imiento e xiste

nt

e y los métodoss experi

,

mentales, es efectivamente vi ab le o puede mos trarse que es <erronea.

Y

c

om

o algunas

hip

ótesis s

on

restringidame

nt

e válidas o

son1

del

to

do desca rtadas, mient ras ot ras

so

brev

iv

en al ca lor de la pruel:ba, la va ·

lidez de las qu e sobreviven probablemente a umenta

•.

La tmetodolo

2. Lm d.uos - los

h e c h o ~

el • qué" del munJo- plll'tkn ser,

por

su

pwcsro, V

N I

ficaJOS

LOmp

J

ef

J

illCntC.

Y

()

UIZ:ÍS

M:a

b J ~

Wllfirm

Jr

J a ~

predi

CC

IOn

eS

dezrivadn\

.lt

una reona particul ar. Pero las n l i : O n c ~ o r q u é ~ del mund()-- rpucdcn ~ t r

verificad.l\ p r o v m c n t c

EMo

a ~ í p<>rq nc m ra tco n a podr ía explicar r más rd.a

. : : 1 0 n c ~ .

o bs i ~ m a \ re lacione de m.mcra

l l i < Í ~

clq;ante,

11

porque dato\

d e c s c 1 t u

po-.ren ormcntc podrían poner en

JuJa b

teoría. Jo hn

D.

Stcrman. por c¡ccmplo, ' "

tiene que •Toda teoría no t.JutolúgK;l ( c ~ t o e'>, wJ.1 teon.l

lJUC

\C refiera al1mundu) r

111 dcterm111Jda

y

por lo ramo lllvcnficablc .. • ( 1994: 329).

3. El

h1ólo¡:;o Jo hn

C. F c c l c ~ , por

c¡t•mplo, tuvo

•u

na

•lu m111aciún

repeent in.1

1

ll

a mada Go lgi-célul a de la 111h1b ic•6n ccrchra

1 -

y

algunm

año.s •

t.H•I

\C demostró 4ue era falsa• ( 1

91 5:

1

44 .

l a ra d:1r un c¡cmplo de la h1sro rma d e In 1111

s1c

a: vanus investigadores ha n s o ~ n · i d l l

que

11\ relacione' ronales a gra n tesca l,l ,.,

la h.1sc de kl cohcn:nc1a en las p e r a ~ de

Moza

n. P

ero. como Jo

hn Platoff

YY

or

m '

h

mll'>t

rado, la evidencia

de

las o

br

as de Mo1art y .:ont cmpo d ncos ind ilica qu••

c ' u c s es, :1l menos, cuest ion able (ver Plaroff, 1997: 139·74).

4. l.as hipótesis no ex isten en espléndido a

is

l:l111

ic

nto sino en relnció n ccon un •

d ro t

cúm:o, aun

que sea

inf

o

rmalm

e

nt

e concc

hido

.

Fl

valor, si no la

va

li

d:l

ez,

dt

·

234

UN UNIVERSO DE UNIVER SAl ES

que he describiendo p uede cons idera rse una especie de em

J l l r l ~ Es

to

.es,

co

mo sucede e n la selección na

tu r

al, eli

lll ll

la

h1 po

tes1s msos tembles, permi tiendo resistir n o

tr

as.

.

Es

te punto de vi sta tiene implicaciones impo rta

nt

es pa ra

el

fl

o-

lt'll

en.

re ? e la i.nterp retación. En esta época de p ro liferac ión

dl·

la

- l tb ros,

periódi

cos

e

int

c

rn

et- resulta v

irtu

al

il

ll'n

t.e

1111pO

s

1bl

e

t a r

al tanto de todo lo que se publi

ca

en nues

tro

prop1 0 ca

mp

o de En las ar tes un resu ltado de es

to

ha

una m t e ~ p r t a c i o n e basada s en las respuestas perso

ll.li cs de un c n t ~ c o mdtvtdual, las cuales permiten a es te crítico no ha

'

t'

l  

e so de la

'tera

tura

existe

nt

e s

ob r

e la obra que se

int

erpreta.

El nnt ropo l.ogo Cltfford Gee rtz seña la lo que con sidera el

pr o

hk·ma central en la prese

nt

e boga de la interpr etac ión:

1 1 pecado do minanre de las aproximaciOnes i n t r r p w cualqu

ie

r cosa

-lltcra rura, sueñ

os,

sín

wmns,

cu ltu r  con\iMe en

¡ ..

( la articula-

lll>l1 c e ~ r y así esca par a

modos

si\tcm,incos de ¡uicio ( ..

¡

i ~ i o n c

de la mmed1arez de

su propio

dctn

ll

c, (una interprcrac1ém) presenta

como

:Jutov,lhd:mre,

o, peor

,

como

valid

ada

por

la

~ • h i

i d a d

,upucstamcnre

de

~ : J r r o a d a

de

la persona q ue la prcsent.l .. ( 1973 : 24).

Pa ra dec irl o m e n t a

un

q ue es temos co mpl etamente de

ll

ll

t.:rdo

c.o

n u.na Interp retac ión, a menos qu e la evidencia y el ar

1 1 1 1 1 1 1 1 1 p h

~ ? s

en formulación puedan se r comprehendi

dm, mterpretac1on esta bajo sospecha. Como en el caso d e fas hi

pol csls, la

~ e s t i

es: ¿en

ba

se a

qu

é razon es pu ede fa lsarse

una

lllll'l'pretaC IOn?

El empirismo es indispensabl e precisamente po rqu e contiene en

t r o s

el mundo que nos fuerzan a e legir entre in

-;.

h r c t a c 1 o ~ e Lo que es eructa( es sab

er

si t

odas

y cada una de Jas

l l l l ~ · r p

e r a c

de

un

fenómeno

- d i

gamos, una o

br

a de a

rt

e

son

n i b l ' . Si esto fuera así, entonces las interp retacio

llc

' >t.:nan analogas a aqu ella

si

tuación soc ia l criticada por el duq ue

hl

l i t '

rcpo\a en gran parrc sob re relación o cn

c.1¡c-

con una red de mr as

1

·1J'IIh''"· lk cuJics

por

lo a lgunas h

:1n

sido probadas.

, \ u n t ~ u c llene que er •mparcia l, tal dem

o, tr

aci6n no ncce\lt;l

,e

r

c r h ~ t ; u n c n r c

1 1 1 1 l ruu:1 l

es

lo que Srua rr

1

a m psh irc

ll

ama d c ~ a

a d o

" )

HOCC\O

1  ' n

• m ~ n r a

(ver 1993: 46 . ·

1 Una c¡cm p

lar

co lección

de

s a y o ~ a t i V O ~ csd art•c¡•dort''> de

la

cual

1

¡

.,\

pode mm.apn:ndcr es T be Pon

/¡ f>

c plex de Frr J enck

C.

c w ~ (

19f.3).

A pesar

l• 1

: a ~ de la ;-es pecia. mente la div 'rtida rl'dad.

1

de punros de

11

t•l l\ rn•cncntlcos :- hay una o m• s•on llarnan v:1: ¡no sido ind uidn ninguna de las

1

IIHI.

r

pr

crac•oncs de

\Yimnie-

th

e oofJ

en

n u i n

d

t•

t

L·o

na

dt

In

111

úsi<:

a

·

235

Page 18: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 18/31

LEONARD B MEYER

de Plaza-Toro en Los gondoleros de W. S. Gilbert: «¡C uando

cada

quien es alguien, entonces na d ie es nadie ».

UNIVER<iALES •

Para

exp

li

car

po

r

qu

é L

os

seres

hu

manos

piensa n,

responden

y eligen

dentro de un determinado contexto cu ltural e histórico es necesario dis

tinguir aquel las facetas del com portam iento humano q ue son a pren

d idas y vari

ab

les de las que so n i

nnatas

y universa les

7

• Pero es un error

- a unque comú  co n

ce

pt ua l zar el problema co mo una búsqueda

de u ni versales «musi

ca

l

es>>. o

hay ninguno. Só lo existen los uni ver

sa les acústicos del m

undo

fís i

co

y los universa les bio-psi

co

lóg icos deT

mundo h

umano.

Los estímulos acústicos afectan a la percepción, la

cognición, y por ende la práctica de la música so lame nte a través de

la acc ión restrictiva de los p s i c ó g i c o s

Mi

discusión de los universa les bio -psíquicos se divide en

cinco

tópicos: las restricciones

neuro

-cognitivas, los

parámet

ros s intácticos

y estadísticos, la clasificaci

ón,

las

estructuras

jerá rquicas y la redun

dancia.

Restricciones neuro cognitivas

Los tipos de relaciones que pueden ser percibi das y

proc

esa das po r la

mente huma na están limitados po r universa les neuro-cogn itivos . Y

estas restri ccio nes

da

n cuen

ta de

var ios rasgos

de l

mú sica, ta nto la

no-occiden

ta

l

como

la occi

dent

al. Pa ra menci

ona

r un

caso

obvio, la

distancia

nim a en la frecuencia ent re dos a lturas de una escala de

pende de la discr imin

ac

i

ón

a ud itiva humana. Como resultado , l

os

i

n-

6. Los s a l c ~ son rclacwncs Inmutab l

e\

y

r c s r n . : u v a

en los mundos físico,

lnolúgu.:o y cuh

ur

a l. Pero se puede ca lific.lr o rc., nr 'acción. La grJvcdad. es u ~ i

vcr .al,

pero

ranrn los p:iJaros

como

los av iones vucb n. J>ur e ~ r o . ral

rcMs

tcnc 1a

volucra restr icciones especiales y

e s : por qcmp

l

o.

a l

.

y r m l ~ . : u l o s ; a las y

mo

rorcs.

7. Dc\dc este puntO de visra, parece sorprcndcnrc q ue m u ~ u . : o g o s que

cM,

ín

~ p c c

y

explíci

tamente

p r e o c u p : ~ d o s

por

la Vilrlab.litl.ld

cultura

l, no

se hayJn

a d o m;h p

or

lo

que es én 1 1 con duela hum

.rna. QUiz.ís pr

coc

u

p;

l

ción por la pcculmridad de las culmras lo; h 1 llevado .1 desatender los universales, in

clu'o los

de

la biopsi

co

l

og

ía

human

a.

H. Utili

zo

el término «bio-psi

co

l

óg

i

co

p

or q

ue la

co

mprcnsión

y la

respuesta a

l,r

i c a incl uyen restricciones qu e no suele n p c n s a r ~ c como psicolc

¡¡.

ic.1s, por e jemplo,

• ~ i o

ra les c

omo

la tensión

u ~ . : u

236

UN UNIVERSO

DE

UNIVERSALES

rervalos

menor

es

que

un semitono casi siempre sirven

co

mo inflexión

de los ton os t r u c t u r a l e s

Más importante aú n es que la cantidad de información que la

n t e hum ana pu : de procesar está limitada por las capacidades cog

l l l t l v ~ _ s humanas

.

En

general, la sobreca rga cogn itiva,

que

puede

ser

functon

ya

de la

cantidad

ya de la velocidad del input del estímulo

~ r e a

c

onfusión

y a

nsiedad.

En

nuest

ra época

de

recurso

s

e c t r ó

~ ; o s esta

po

sibi lidad resu

lt

a ser muy rea l. [ncrementar vastamcn te l

c·rmtidad de que la men te debe procesa r

p

or ejem

plo t

oca

ndo srmu lta n

camen

te gra baciones de varias s in fonías dife

rentes- es busca r la vacuidad

de

l rui

do

blanco. Limitada es ta mbién

la velocidad

del

procesam

ien

to

de la

información y

la

respuesta

muscul

ar

(ver Pl

at t

, c it. Meyer, J

967: 272).

Má s específicamente, el número de elementos en toda relac ión

lOmprehensible es tá limitado

por

las

ca

pac idades cognitivas de la

m c n ~ e huma.na

qu

e el psicólogo George Miller llamó «El mág i

\.0 numero ste t

e,

mas o menos dos»

(1956:

81-97)-.

El

repe

rt

o

rio

de

tonos la música de la

ma

yo r

parte

de las cu lturas está limitado por

~ · ~ t e unrversal. Así ta mbién

lo

es tá el número de elementos que for

tll:ln patrones en los var ios niveles de una jera

rquí

a

musical--el nú

mero de motivos en las frases,

de

frases en los temas de tem

as

en las

.

.,n:crones, e tc.

~ i t a c i de l número es importan te. Igual que, por ejemplo,

c ~ s crecen en tamaño no po rque sus componentes (postes y

vrgas, ladrrllos y clavos) se

agra

n

de

n, sino porque crece el nú mero de

lt>rnponcntes;

Y

así ? r

ga

nism os vivientes crecen no

po

rque

) • x p ~ n d a n la d rmensro n de unt

dades

ta les como las célul as, sino

por

l j l l l rncrc

mentan

su núme

ro,

así también las piezas de música crecen

110

cxpa ndicndo la dimensión de los elementos básicos sino incre

ttll'nt

ando

su número.

Por

ejemp

l

o,

mienrras l

os

movimie

ntos

si

nf

ó

t r < ~ s

de

Bruckner son mucho

más largos que los

de Mozart

,

sus

llllltrvos, frases, te

mas,

etc ., son más o menos de la misma longitud.

' bs fo rma s pueden expandirse por la adición de secciones extensas

ul tnO es el

c ~ s o

de los seg und os desarrollos en las codas (ver;

•llros, Hop krns,

1988: 393-410;

Mo rga n,

L993: 357-76).

J.

D1¡:o

· • c a ~ i » porque es posible 1denrescalas

1111croron

:1lcs en las c u.l il'\, por cjcm-

11111

, \l ' 'u ponga que

doc

e o dieciséis tonos sean csu·ucturnlcs. Pero, por lu

que

y sé,

rllll f\1111.1c"cala de esm clase hn llcgndo ¡am:ís a

const

itu ir r c s t n c d o u c ~ cu

lr

ura lcs wm

d n ~ ;

y, n n o ~ que

In

audició n y

la

cngn ició u : 1 ~ > si¡.:nificnt iva

l l l l

 l l lt•,

dud

oso que

r-n

les escalas

ll

eguen a

se

rlo

jam

s.

237

Page 19: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 19/31

lEONARD

B

MtvER

Es obvio que

el aumento del tamaño está lim

itado

tanto

por

la

cultura

como

por la naturaleza. En el siglo '<IX la valoración de lo su

blime, de la magnitud

como

símbolo de poder, y el gusto

de

público

por

lo

que

yo

llamo

«clí

max e s t a d í s ~ c o s »

(véase

más

a . b a ¡ , o ) .

e v ~ -

ron

a a

um

enta r la lon

gi tud

y la

amp

litud

de

las

obras

stnfomcas .

Pero la manera en que se dieron tales aumentos estuvo gobernada por

los universa les cognit ivos.

La longi

tud

de

un

el

emento

o

patrón

a

cua

lquier nivel jerárqui

co

también pa rece

ser

función de la frecuencia

de

su u

so

en un

mo

vimiento. De manera

aná

loga a

la

ley de

Zipf

en el lenguaje, parece

qLlC cuanto más frecuente sea la aparic ión de un p a t r tanto más

breve t"enderá a ser

La relación del

tamaño co

n la

cant

1dad parece

ser un universal en

otros

d

omin

ios diferentes a la

co

n

cept u

alizac

ión

hum

ana:

por

ejemplo,

en

el

dominio

de los

organ

ismos cuanto

más

el

evado

es s u número, tanto menor es su tamaño (hay más moscas

que

seres

humanos, más

seres

humanos que

elefantes).

La relación de

tamaño y

frecuencia

co

n la forma es un á rea de la

teoría musical y de la historia

que

merecería un análisis más escru

puloso

y sofisticado

que

el recibido

hasta

el presente

11.

Parámetros sintácticos

y

estadísticos

Debido a l

as

capacidades innatas

de

la mente

hum

ana, alg

uno

s pa

rámetros del so

nido

pu eden scgm

cntarse

en estímulos perceptual

me

nt

c discre

to

s y

proporcionalmente

relaciona

do

s

qu

e, de ese

modo,

pueden servir de base

pa r

a la catego

ri

zación

au d

itiv

a.

En la

mayor

parte

de las músicas del

mundo ta

l es el

caso

de la a l

tu r

a (frecuen-

10

.

.Sc(.\Uil

el

t;lnl.tñu fu e

; ~ u m c n r a n d o ,

l.th

.Hc

dr

u m d a d

volvió

prcocu

paciún c o n ~ C C I I f C

para ¡ ; o m p m i c o r c ~ y 1cún

<:os. n f h l l l l o ~

por 1 . 1 ~ crccnc1as

de

l ro

n H l l l i J C I el

concepto

)' la p r a ~ l

t ; a

< tunpthltlv,l fueron

m h ~ a n d

de una cu

herenc ia h a ~ a d . 1 en la dJfcrenclaciOII (co mhut.ld.t con pr m:ccJu nu: n to :. furmalc

c o n v c m : ; u n a l t ~ ) ,1 una coht

rcn

cia

t ~ a d

en

mt•dlc>s

.lp.Héntt•mente lll<

S

naturale\.

1.1lc' como la 1 m i l i r u d motívíca

y el desarrollo

mc

lc>dico ~ m d u a l

(por C(Cmplo la

l t•f

fix

l tk o : ~

y

el eitmoll{

de Wa(.\ncr). .

11. 1 • longtrud csni ramh1én rd .JCJOn.1d.1, SC(.\1111

ato

con la prcscncm de funcm

nahd.1d. I';Hccc

p o ~ i h l c

(aunque

no n c c c . H I O qut lm p;ll o n c ~ gobernado>

funcu>

na lmcmc

pucd

,

111

:.cr má s htr¡;os

que lo no

c 1 0 n a c s ~ .

12.

l

.a

rclacié

Jl

cmre

tamaño y

t•strm:

wrJ

ha rcc1h1dt>unJ c o n r : ~ b l atencH>n

1

·n b s : ~ s .

~ c g ú n

el bió logo ,\11J

dl ,

1cl Barbcr.1  p < ~ r

c 1 ~ 1 p

" El

r : ~ m a

ñ o , ~ ~ ~

y

por

s1

i ~ m o

afccra a

cas

i

wdos

los

a ~ p c t o ~

tk la h10l

og 1J

.de

L ~ n orga

m

.s

m.o .

111

rcaltdad, l

os

efectos de la

dime

nsió n

l u r a

wn n

eos

en llltulcl

ones b10

logll•l•

q11 c el

ca mpo ha oh temdo 1111 nom bre para s1 sc

liug

(pucst::l en

escala)-»

(

1

911¡,

1

Y;

ver L

am

hién Wcstc,

13rown

y Enq ui st, 1997: 1

22·26;

t J S ,

1

997:

327)

,

238

UN

UN IVERSO

Df

UNIVERSAl

ES

~ . : w

Y la

duración, que son

la base para la melodía el

ritmo

el me

tro

(e

n la m ú ~ i : ~ occidentalj la

armonía.

Dado q'ue las p r ~ b a b i l i

J

.l

des Ylas p ~ s r b 1 h d a d e s (en buena medida

apre

ndidas)

que

gobier

nan la.s suces1ones en estos parámetros pueden

se

r la base de una

\llltaxrs, los he

llamado «S

intácticos

 

11

Para que s_

rjan

rel.aciones

sintáct

i

cas

los elemen

to

s comprend i

dos

un

p a r a ~ e t r o

tJenen

que

relacionarse

mutuamente

de forma

l u n c ~ o n a l , po

r e¡

emp

lo, sensible/tónica o alzar/dar. La diferenciación

lunc.ronal es un universa l ope rativo en todos Jos dom inios del ser:

expli

ca

~ o r

qué

la

coherencia de un

pe

z es

tr

e

ll

a es mayor que la de

un a rrec

1f

e

de

coral;

por qué

un

movimiento

en f

orma

de so

na t

a es

lá, por norma,

tejido

m

ás est

rechamente

que

un movimie-nto

en

forma de tema con variaciones; y por qué en la música de casi to

~ a s

las c

ulturas

los

repertorios

de

tonos

y

duracione

s

so

n

no

-uni

torrnes.

P a r ~ tomar el ejemplo más claro, en

todo

sistema tonal sintácti

w ha.y .mtervalos mayores y menores. La probabi lidad de

que

esta

pr<><:lrvrdad

a seg

mentar

el

continuurn de

la frecuencia en

inte

rvalos

de d• er.ente

ram?ño

sea un universal se encuentra

apoyada por

el des

cubnm lento

r e c r e n ~ de una an t

i

gua

flauta de hueso (de

aproxi

ma

d a m e 43.000 anos de an ti

gü e

dad)

en

la cual los espacios en tre

lo

.s aguJeros ~ a t e ~ t e ~ ~ n t e desiguales, sugirie

nd

o la posibilidad

~ ~ u n a

organ1zac1on d1atomca de Jos

tonos

(ver revista Science 1997·

hnk,

1998). ' '

, De. man

e.ra

m e j a n t e , existencia de grupos rítmicos depende

de la r f e r e n ~ de durac10nes, acentos, o de ambos. Así que, cuan-

1 < ~

mas sean estímul os,

tanto

mayo r es

la

posibilidad

el srg

lll

e

nt

e sea d

1f

erente. Es en gran parte debido a esta res

tnccron

por

lo .que, como observó Alfred Lorenz, la música de Wag

ncr se

c ~ ; a c

por

la

forma

bar

(esto es

a+ a +

b,

ó

+ + 2)

1•.

,tambren .e

ll

enguaje está afectado

por

la neces

idad de dif

erencia

llon, por

e¡emplo, en Tyger (a), Tyger (a),

buming

bright (b).

Dicho

11.

bao ll

ama la atcnc•ón

so hre

el

hecho

de

que

hay

1 \ p c c t o ~

de condun.J hu

mana tale\

l i J J O

lcngua¡c

y

la

<JUC so

n l l l l i

V e r ~ ; ~ en

.:1domonio

;k

1 : h J < > p ~ ~ c o l o ~ m pero variables, aunque

a d n ~

por nmma\, l ll d donunio de

.1

t u a l u a e ~ o n l t u r ~ l l .

l.a n

aturaleza

de

d 1 v e r ~ o ~

dom1n1os de rcs

1r

icc

1

nnes - de le

  < · ~ . J H > r m Y I ~ a t c ¡ : l a > - : - s e

d;scme

en

mi

Styleaurl Musrr

(Mcyt•r, 1

9119:

l l

-23).

1

4.

'

::

' uhoctudacJ de 11s

formas

bar en la música de Wa¡:nc·r

e . n i f l c a r i v a

1 1 : 1

~ 1 1 1 < . : • ln.

~ r a c J ó n . c t u r a

de In apc•IUra armón ica (lipi ficada en

w c n t c ~

c.l dcnc l.tS lotas). En

orras palabra

s, de un ci

erre

.

1

r

111

{}

11

¡

0

da

ro,

(onna

s

bar

pro

veen

la

a rticulación

que

crea

c ~ l r

239

Page 20: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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LEONARD B MEV lR

a la inversa, la uniformidad (una sucesión de tonos enteros o dura-

cio nes iguales) imposibilita

la

funcionalidad

y,

por tanto,

la

estruc

turación

jerárquica

15

Si n

embargo,

Las restricciones cognitivas

innatas no segmentan

otros

parámetros

de sonido en relaciones discretas y proporciona-

les. Por ejemplo, no hay rela<Zión en el dominio de la dinámica que

corresponda, digamos, a una tercera m

enor

o a un ritmo

con punti-

llo. Y lo mismo es verdad con respecto al t

empo,

la sono

ridad

y el

timbre.

La

dinámica puede

se .'

.más fuerte o más suave, los tempi más

rápidos o más lentos, las sonoridadcs más tenues o densas, etc. Pero

no pueden ser segmentados en relaciones perccptualmente discretas

16

Dado que

estos

parámetros

son percibidos y

co

n

ce

ptualizados

en

tér

minos

de ca ntidad

más qu

e de relaciones de clase o especie (tales co

mo •

tercera mayor» o «a

nt

ecedente-consecue

nt

e»), los he

llamado

«estadís

ti

cos>> .

Las tensiones implicativas

de

los procesos si

ntác

ticos y las ten

siones

co

rporales de los p rocesos estadísticos

i.e. ,

patrones

de dura-

ción insistente, rapidez inusual, dinámica inten

a,

registros extremos,

etc.) parecen es tar inversamente relacionadas. Cu

anto

más vigorosas

son las unas, tan

to

menos comp

ul

sivas son las o tras. Ésta pa rece ser

la

razón por

la cua l

un adagio

lastimero parece

s emotivo que un

presto persistente, y por

qu

é

la

tensión

motora

excesiva parece exci

tadamente activa pero

no muy

«emocional ». Dicho

cr

udamente, una

actividad motórica marcada tiende a disminuir la tensión cognitiva·

mente ge nerada (la gente va al gimnasio para desahogarse de las frus·

traciones de su trabajo). De la misma man era, la música altament('

motriz -

por

ejemplo la

obertura Guillermo Te// de

Rossin

i re

pri·

me una experiencia abiertamente emocional

17

1 .

La

de

la

JifercncJaciún rn

In

modc

li

1.1<:16n

de relaciones

11111

\Í J

I  \(en v a r i o ~ niveles ier:. írquko') J • ~ c u t c en l

·motwu

t l Mecmiug

iu

Mm11

( 1956 y 1974: 1163 - 1 178).

16.

ll

ay disnngu1dos c ó n c o ~ que iencn que lo\

tem¡n

pueden ser compren

d i d u ~ en 1erminos de propor.:icín (ver,

Ep

\ CIIl, 199.

5),

y otros que han tramdo de cun•

rruir una teoría de la

s u c c ~

de sonoriJ<Jdc'>. >• hicn yo cs10y fra nc,¡mcnrc poco "

guro \ob re

.1

pcn.:epc•ón de r e l a c i o n e ~ de

lempo, ~ o y

más que escéptico en lo 11111

.uaiic a IJ

c x i ~ r c n c i a

de restricciones <UC

1\0b

icrucn 1.1

succ\I<Ín

de los timbres. Cnmu

C\ el caso de parámetros t a d

..

uco\, lem¡n y nmhrcs se comprenden ~ \ 1 1 1

ti vnmenrc corno cou tiuua;

y si

bien las d l f e r e n . : i : ~ ~ tímhric.ls crean un scnrido de ,1111

cula

.:

•ún,

par

ece que no hay una d i ~ p o

s i c i { l l l

.:ognm

va

inhercnre que relacione <hh

timbres entre sí de manera consislcntc.

17. relaciones derivan de h1 hipó1csis de que In d

esv ia

ción J c

la

rcgularid.ul

es una lucnrc de experiencia afcc

Li

va. Y a ~ í porque

o.:u

,•nw m;Ís enérgica ,., 1•

rcgul:•ridad de la acción m

OLriz,

r:

111t

o

I I O ~

pm lmh lc

In

desviación;

y,

a la invl'l\d

240

UN UN IVER SO DE UN IVER SALES

La

distinción entre parámetros sintácticos y estadísticos puede acla

rar las relaciones en el dominio de

la

teoría. Por ejemplo, la di

so

nancia

tona l, que es cuestión

de

función sintáctica, necesita

ser

distinguida de

una discordancia acústica, que es cuestión de

cantidad

estadística .

Así, el intervalo de séptima menor en un acorde de séptima dominan

re

implica una resolución debido a nuestra comprensión de

la

sintaxis

tonal. Pero

la

s implicaciones de una séptima me

nor

en un acorde

de

dos cuartas perfectas son enigmáticas p

or

que éstas no están obligadas

por un a sintaxis

común.

Contrariamente a la disonancia,

qu

e es fun

cional, la discordancia es estad ís tica una cuestión de ca

nt

idades que

u l r a de factores tales

como

la

prox

imidad de

tono

s

que

sue

nan

si

multáneamente y sus parciales, los nive les de ataque y de dinámica las

propie

dad

es acústicas de los instrumentos, ere.

  .

Así Schónberg t;rúa

razon cua ndo hab l

aba

de la «emancipación de la disonancia», mien

tras que la discordancia resta como

un

universal no liberado.

La co nsciencia

de

la acción de es

to

s universales

cognit

ivos es

vi

1.\l para una

co mpr

ensión de la historia de

la

múst

ca

occidental en los

\lglos >..IX y XX . La

atenuación

de la tonalidad, y por lo tanto de

la

unción sin t

ác

tica,

co

ndujo

a una dependencia

ma yor de

relaciones

tk• i m i l i t ~ t d

~ o m o base

para

la forma y la coherencia. Sin e

mbargo,

( ( )1110 la

stmtlttud no puede engendrar diferenciación Funcional la for-

 

111.1

paso a depender

cada

vez más

de la

estructuración de parámetros

t•stndísticos.

En

t

érm

inos más generales, las relaciones de similitud ge

unan

co

herencia de clase (por ejemplo, una reLmi ón de gansos una

lO

iección de ciud a

dano

s, etc.) en vez de c

oh

erencia creada po;

una

diferenciación funciona [

18

:lasi

fi

cación

Nuestra proclividad a entender el

mundo en

términos de clases en

l.t música: clases de tonos,

in t

ervalos, formas, géneros, voces, instru-

ll.lllltl menos f . l t l c : ~ es una acción mouín.:a , 1anro m:h prohJble <S una

dcwiac.:u

ín

111·•

\1

eycr, 1956: caps. 6 y 7

).

1 11 c ~ • s puede ser prob ada empíncamc111c csiUJJ.tndo las gr.lhJt:l<lllC' del

1111\

IIIUJlllc rprcre ¡ c c u obms con /em{Jt hien d1ferenrcs y mid1enclo los ¡¡r.1

uo

de

Ir 1 t.tcum de la d u m c 1 ~ n _ r l ~ de la altura con

resptXLO

a l a ~ di fcrenci:IS de tempo 1 h

l l l l r \ 1 ~

l l mpt

lenws, dm

::

muca ~ u a v c

y

acc1Ún mol rit no

t•né

r

  liCa

dan por resultado

1111

III.Jrt.:ad,l dCSVI:lCiÚn.

1H  l l l J C i l f la di f

crcnC IJ<:

HÍn fun

t.:

•onal lo que d i M i 1 1 ~ 1 1 c l.1 vuelta de la

nlll' l,llÍÓn. Dicho en fo rma demasiado simple: dado que la reC<lp it

ul

.t.:Jc• • de un mo

llllll '

lll

o en fmma sonaw está separado de la exposi

cicí

n por la funcion

al de

lt ~ o ~ u de desarrollo, la v

uel

ta al prime r rema se cmicndc mas como 1

 

1 . rcrorno»

rJ

II

t'tllt

lO

una • rciteraóón».

241

Page 21: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 21/31

LEONARD 9

MEYER

mentas

conjuntos

musicales,

e tc .

es

una

consecuencia

de

la

capa

cidad

finita

de

la

mente humana

y

a nect:sidad resultanre de eco

nomía psíquica. A L inversa, si cada o n ~ d o o relación sonora fueran

percibidos

como únicos, la cantidad de

información

a

procesar

y a

almacenar

en la memoria sería aplastante. Y como formarse

una

idea,

lo

cua

l

depende

de

una

generalización según clases, sería imposible,

también

lo se

a

una

elección

in t

eli

gente

Y.

Los

conceptos de

clase son

también

importantes porque el

feed-

back en

tre

el concepto y Ja ele

cción

ha influido significativamente

en

la hist

oria humana.

En la historia

de

la música, una vez

un

a rela

ci

ón rep

lica

da

ha s

id

o

conceptua li

zada

como una clase ambas

la

teoría y la

práctica

cambian

para siemp

re. Por

ejemp

lo, una vez que

un con junto de

relaciones

fue conceptual

izado

como

«forma

sona

ta

••,

la

elección del compositor dejó de consistir en

la

tácita com

prensión

de

una práctica para crear en términos

de •<tonalidades»,

«temas

», «secciones

de desarrollo

», etc.L.

El proceso

de

clasificación se refuerza por

medio

de lo que los _psi-

lo

gos llaman percepción categorial, la cual es evidentemente un uni

versal

integrado

en el sistema nervioso,

aunque

las categorías

parti

cu

lares efectivamente diferenciadasson

en

su

mayor

parte

aprendidas

.

Por

emp

l

o una

vez que las relaciones tonales de la música occidenta l

han

sido aprendidas como

categorías de la percepción,

si

el tercer

gra

do

de

la escala

mayor

se baja

gradualmente

lo

que

nosotros percibi

mos es

una

tercera mayor cada vez más desafinada, hasta

que

en cier

to

punto

ocurre

un cambio y

ento

nces percibimos

una

tercera menor.

Si no fuera por la percepción categorial, la blue note hubi

era

perdi

do ha

ce rato su co

l

or

La necesidad universal de clases

co

nc

ep t

uales es evidente en el he

cho

de

que nos apegamos

a tales clases h

asta

que somos ob

li

gados a

abandonarlas.

Procedemos

así

porque

las clases son la base para las

«teorías» relacionales

en

cuyos términos concebimos

elegimos

yac-

19. Aunque concepruahzar relactone' en u : r m m u ~

Jc

es indtspcnsable, hay

un p c h f ~ r O en ello: el peligro Jc la rellíc:,tculn --de tr.u.tr una

d a ~ c , t r a í d a

a partir

de un número de caso>, como si ci J m i ~ n M lucra cllt·nímwno real.

20. Fl btologo Emsr Mayr

ha

observado tJUl' no hay

eed/Ja

ck en la n.truralcza: «

la

v:m.tciún t s complcrnmeme mdepcndicntc del vcrtladcm pruct'SO de sclccci<Ín• ( 1988: 98).

s t o lbm:1 la atención sobre una difcn.

ncJ

,t d c c i ~ 1 v a entre cvoluciím biológica e

hi,roria humana: csro es,

los

conccpros,

a ~ ¡ · ~

y

c o n , t ~ u C . l d o ~

por

lo

s

ci

entíficos, cien

11fn:os

s

oc1:1lcs r

humanistas son

e s p o n a b l c ~

de muchos de los

C<tmbios las «Va

r i a c i u ..- que constituyen

la

historia humana.

2 1. Litcralmcnrc, «nora rrz.ul .. Se refiere a b tiCIIOminadJ rerc.:cra neutra l» de 1

1

~ c : t dd hlucs ) orros géneros en la lllLISica afronmc ric:ma.JN. del T l

242

UN

UN

IVER

SO DE

UNIVERS l [  

lll<lmos

en

el mundo. A

pesar

del relativismo epistemológico

actua

l

llll'nte de

m o ~ a , cuando cambiamos conceptos

de clase es

porque

hay

tl'.llmente

alft fuera un mundo fenoménico u n mundo que no

hici

lllos.nosotros-. Y

cuando

las

teorías

vigentes y s us

categorías con

w t ~ 1 1 t a n r e s

no

se acomodan a datos recientemente

descubiertos

las

ll'Vtsarnos

o

quizás, las abandonamos. '

1strttctllras jerá rquicas

~ l n . o la clasificación, la estructuración jerárquica es una

manera

eco

nomtca de

almacetiar

inform

ac

ión

en

el cerebro. Y

así como

las res

l l t c c i ~ > n c s

cog

n

itivas e n ~ r a n dos grandes

clases

de parámetros así

1 . 1 m b t c ~ 1 ~ n g e n d r a n

dos tipos co

mparables de

jerarquías:

sintácticas

y L'<;tad tst•cas.

Las

j ~ r a r q u í a s ~ i n r á c t i c a s son

discontinuas

en el

sentido de que

\U '>

relac10nes funcionales

cambian de

un nivel a

orro.

La forma

en

que se combinan los

átomos

para

formar

moléculas en la

naturaleza

11o es la ~ i s m a ~ u e la

forma

en que las moléculas se combinan para

formar celulas v1vas, y

esto mismo

vale

para

las relaciones

de

las cé

lul.ts con los

órganos u .

Y

es debido

a la

discontinuidad

jerárquica

por

q ~ e las frases y no los

parágrafos

secciones o

arg

ument

os

han

wnsmu tdo el centro de

ate

nción del aná lisis lin

güíst

i

co.

En la músi

t · tonal las ?robabilidades de las progresiones de aco rdes

en primer

pl.1no

son

diferentes

de

l

as probabilidades

en la su

cesión

de á

rea

s

10nalcs;

.Y

el

modo en

que l

as notas

se

comb

in an para

formar

moti

vos es d tfcrente al modo

en que

los

motivos

forman frases. En

con

, , · c u ~ n c

pare

ce improbable que diferentes nive les de

una

jerarquía

l r 1 1 1 C 1 o n a sea

en la naturaleza sea

en

la

cu

ltura, estén

gobernados por

1111

solo

tipo

de

proceso

o

de

estructura.

~ o r

contraste

las jerarquías estadísticas

son

continuas en el

t'nt1do de

que

l

as

restricciones

que

gobiernan

l

os

patrones

s;

man-

ltt IICII

c o n ~ t a n t ~ s

un nive

l a

otro.

En la

naturaleza

l

os patrones

ii.H :

tales

e ¡ c m p ~ I f 1 c a n ~ n a continuidad jerárquica;

por

ejemplo

el

portero

de Sctence Ttmes Malcome Browne, escribe que «la línea

dt una costa [ .. ]

muestra

la mjsma apariencia genera l vista de lejos

IJIIl

 de

mu_r

cerca»

( 1 9 9 1 ~

11

. En música la «Transfiguración »

de

Jsol

d.l

es un qcmplo de

una ¡erarquía

estadística

en cuanto que

las

más

< , ; m

.f,tcob escribe: •

r e g l a ~

del juego uificrcn

.1

catln nivel. Nuevos

f U I I I l l f l l o 11ene11 que ser elaborados en cad¡¡ nivel

••

(19 2: 2J).

l

l. i\nrcs de hnber leído nad;t sobre fractales,

yo

llamaba

C l > l a ~ ~ u r v a ~

••cstadí

sri

·

1

~ • .

Y

u n o ~ < t m c n

el

.tn;í

li

sis de

la

,

11

1ucs1ras

f r : t ~ t a

es

t . ~ c m

~ : ~ l m c n l c

C M o ~ d í s r i c o

243

Page 22: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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lEONARD 8

M(Y[R

pequeñas curvas en forma de arco esrán formadas de la misma ma

nera

que

los

arcos

más amp

li

os que constituyen la

curva dinámica

en

su

conjunro

L•

La preoc

up

ación relativamente reciente

de

los teóricos musica

les por

el

análisis detallado de la estructura jerárquica ha llevado a

un incongruente acop lamiento u n acoplamiento de ideología del

siglo

XIX

con

ciencia del siglo

X X .

Lo

que parece

haber

suce

dido

es

lo siguiente: la estima

romántica

por los misterios

de

lo «

profundo

»

n

pa

l

abras

de

Wordsworth,

los

<<

pensamientos

que

a

menudo

ya

cen más hondo que las lágrima

s » co

ndu

jo

a valorar lo que se en

cuentra bajo la superficie de las cosas. Terg iversando esta c reencia,

teóricos en

más

de un campo han

sido persuadidos

a creer

que

el «ni

ve

l más

profundo

de la

estructura»

po r ejem plo el Ursatz schen

keriano o los

arquet

ipos jungu iano s es

profundo

» y por lo

tanto

más significativo que el diseño patente de la superficie fenoménica.

Pero hay una

<<

profunda » diferencia entre valorar una teoría

por su elegancia y

poder

explicativo, y valorar la experiencia del

fe

nómeno

que es explicado.

Llamar «p

rofunda» a

una

obra de

arte

es

caracterizar

la experiencia de dicha

obra,

no

comprender

los princi

pios generales sobre los que está construida. Los <<pensamientos que

a menudo yacen más hondo que las lágrimas» resultan de

la

expe

ri

encia persona l

ante

la << m

ás

minúscula flor que se abre»

Ls 

Lo que

es

profundo

no es la es

tru

ctura profunda de la

fl

or

(o

de

una

pieza de

música), sino la experiencia de una obra par t icular

su

poder para

co nmovernos.

Claramente, s ~

u n c l i d o

la profundidad de una teoría ex

p

li

ca tiva con la profundidad de la experiencia estética. Las teorías,

que

son

const

rucciones

proposic

i

onales

sobre fenómenos, se valo

ra n

por

su generalidad, clarid

ad

y ve rificabilidad (ver Meyer, 1974:

163-2 l7). Cua n

to

más general es una teoría, tanto más profunda pa

rece ser (ver Weinberg,

1995:

40

ss.). Pero l

as

obras

de

arte no

son

24. 1\ importante reconocer que

IIJl<l ~ i g n i f i L n i v a m c m c diferentes de relac1ones

pueden rcprcsemar.-.c

por

med1o de d i g r m ~ ~ ~ 1 m l l . ~ r c ~ . 111es e l

c ~ o de

árboles

ge

nerados hioliigicamente

versus

.írboles c o m p r t • n t l l d o ~ cogni tivamcntc (como la músi

ca y

el lenguaje). Por cjempln, d1agram;l\

arbóreos

uulit_an p;tra e p r e s e n t a r ) : ¡ ~

relaciones genéticas entre diferenrcs ripo'

de l . l n r a ~ y 1 l e ~

(de especie a género a

orden a reino).

Y aunque

el proceso

de m c r ~ c n < .

biol6g1c;l pueda funcional, l a ~

r e l a c i o n e ~

<:nrre

emergent

es

(po r ejemp lo rcpnlcs y p : í j a r o no lo son, por lo

m . ~

n o ~

no de

la manera e n

que

l

os

(emergiendo de );¡, relaciones funcionales de

al

wr a

)

co

mbinan

de

modo funci

ona

l para fonn.1r

m c l o d í

las melodías

se

juntan

p,1n1 formar secciones, etc.

25. Las ciras son del fina l de

O

rle:

lntimati()IIS

o

lmm

or tality rom

Recoller·

tum s ()( l:arl) Cbildhnod

de

Wordsworth

.

244

UN UNIVERSO DE

UNIV(RSA

l LS

proposiciones sobre fenómenos: son fenómenos, fenómenos que se

va

loran por las experiencias específicas que

proporcionan.

Y por

que es difícil describir y explicar compl etamente tales experiencias,

creemos que son profundas y a menudo «inefables» .

Como la clasificación y la estructuración jerárquica,

el

papel universal

de la redundancia en la comuni

c<1ción

humana es una consecuencia

de nuestra capacidad cognitiva finita. La redundancia no sólo limita

In cantidad de in

fo

rmación. que

la

mente tiene que p rocesa r, sino que

lambién disminuye los efectos de la interferencia externa y

de

las faltas

de atención. Por ejemplo,

dado que

el inglés es redundante en un cin

l.llCnta por ciento, si no oúnos una o dos palabras en una frase la redwl

dancia nos permite llenar lo que no hemos oído

1

• • De manera seme

pme, en la música la

ex

istencia de la

redundanc

ia

d e

restricciones

cc,Lilísticas

co

herentes-

facilita la percepción y la

compren

ióo .

La .rcdundancia..es el

complemento de

la información. Debido a

la limitación

de

nuestra

capacidad

cognitiva,

cuanto mayor

es la

can

ndatl de información en un parámetro de

la

música, tanto más alta

11

cne que

ser

la

redundancia

en los

orros,

si

queremos que

l

as

rela

liones

sean inteligibles

1

x. Desde este punto de vista, el uso

exte

nsi

vo

dl' un motivo en la sección de desarrollo

no

sirve en pr incipio (como

.1 veces se sugiere) para actua lizar

•<e

l potencial completo» del moti

vo. Más bien, la redundancia motívica permite al oyente prestar ate n

dón al

aumento de

información

armónica

que

acompaña

las

modu-

1,1ciones características de las secciones

de desarro

llo. Aná l

ogament

e,

lllanto

mayor es la velocidad de la sucesión

de

estímu los, tanto ma

yor tiene que ser la proporción de redundancia si pretendemos que

el

mensaje sea inteligible. En consecuencia, como en El vuelo del mos-

, ardón

de

Rimski-Korsakov, el nivel de redundacia

(por cada mo

mento)

de

un presto tiene

que ser superior

al de un

adagio

.

26 . útc,c, embargo, que siendo impos ible recoger .:ompleramcntc

en

pala

lu ' l.t umc1dad de la cxpencncia más mundana, la

me(abtlulacl m

es garantu1

ele

pm-

 11111/u/ad.

.

7

. 1  1 lll'l C\Idad

de

redundancia en un ambicme

r u 1 d o ~ o d.

1

ClH :

nr.t en parte del

• lt ,lcll'r de tmu.:ha t n ú ~ i de ascensor y de

u p c r m c r

lll

Como

1 1

dbcunrinuidad jerá rquica, la rcl:u :iótt rec íproca e n1 rl· infonnacion y

11

dnnd.HKia podría ~ < : r un un iversa l

que

restringe a . : 1 o en los do·

11111110\ ni.Í dispares. Por ejemplo, parece que en alg11 nas

  ( : i c ~

un a umento

¡(,

l.llll:llio

de

11  

6rg:1no o

r<1sgo

se re laci

ona

n v c r ~ a m c n co n cl

rn 111:

111o d.:

ot

ro

(VI' t  

l{ou,h, 1997: l ll4

).

245

Page 23: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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LEONARD

8 M ( Y[R

La ma nera en

que lo

s oyentes co mpetentes comp renden y expe

riment

an la p

ropor

ción de

in for

mac ión y re

dund

a ncia está, sin em

bar

go,

significativa me

nt

e asociada al esti lo. Por ejempl o, en música

ma rcadamente teleológica y s intác tica como la de Beethoven, la re

dunda ncia patente (

como ocurr

e en los compases 16-25 del primer

mo

vimiento de la

Sexta Si

n

onía

crea una

fu

e

rt

e exp

ec

tativa de

ca

m

bio; mie

nt r

as

que

la

sica po

pu

la r

co nt

e

mp

o rán

ea

de la

new age 

qu e es altamen te redundante per o débilmente o rientada a una meta,

produce tensión y expectación mínimas. La gene ración de es tos di

ferentes t ipos de expe riencia es

tamb

ién cuesti

ón de

creenc ias y ac ti

tudes c ult ura les, esto es, a lgunos oye

nt

es han apre

nd

ido que la

sica de

Be

cthoven hay que escucha rla

con

devo ta atención, mie

ntras

que los a

fi

cionados de la música

new age

pi ensa n qu e la a tención p ue

de se r superficial y

ha

s

ta

esporádica.

La

relac ión e

nt r

e info

rm

ación y redu ndancia es ev idente a la hora

de po ner rex tos e n mú sica . En general, c uanto mayor sea la impor

tancia y la cantidad de información d e un texco, tanto mayor será el

nivel de redundancia de la música. Es to puede explica r, por ejempl

o,

po

r

qu

é el

co

ncilio de T re

nt

o

di

s

pu

so q ue la

si

ca

de la misa fuera

tal «qu e todos pu edan entender las pa lab ras co n cla rid ad » (cit. en

Reese, 1954 : 44 9}. Especialmente los tex tos co n un mensa je narra ti

vo tienden a asociarse c

on una mú

s i

ca

altam ente redundante de ma

nera que

el

argumento pue

da

seguirse fácilmente. La

sica de las can

ciones de jerga de

Gi

lbert y Sulliva n - por ejemp lo la narra ción de

Cumtdo

yo

e

ra un mu

chacho

de Sir j oseph Portcr del primer acto de

Pin

afor

  son altamente redundantes; no por i

ncompete

ncia com

positiva, s

in

o porque la i

nforma

ción impo

rt

ante es ver ba l,

no

m usica

l.

D e este modo, cuestiono la idea de Ca rolyn Abbate de qu e la

sica de

La

km

é

tra baja «e

n contra de la

hi

sto

ri

a que

na

r

ra, dado que

l

os

dos versos

mu

si

ca

les, por p erm anecer s imi la res, po r repetirse) de

a lguna manera niega n la secuencia pr

og

resiva de eve

nt

os ca

mbi

antes

que Lakmé re fi ere en s us pa l

ab

ras » (1

99 1:

6)

. Es

te p

un t

o de vista ,

s intomático de una posición cultural romántica, supone que la fun

ción na tu ra l de la mústca es correr pareja co n el tex to y «re flej ar» su

sentido na rra tiv

o.

Pero c ua ndo un mensa je verba l es sumamente im

po rtante, la m úsica t ie

nd

e a ser b

asta

nte red und a nte y el re

fl

ejo

dd

texto se limita a co lorea r la pa la bra .

29. Se

p

ue

de sostene r, sin em

ba

rgo,

que

1

1

Off\:l

ni7.:1CIÍHI M i . . : n de

In

mÚs

l\

.1

no es apro piada porque es in

co mp

:lli blc con m m ~ rcs1riccione, i < . : f s o co n la :

ll ra lc,.,,

pa

ni

cular del

te

m

a.

246

UN UNIVERSO

DE

UNIVERSAllS

Por

el

contra

ri

o, cuando la música es de i

mpo

rtancia fu

ndamen

tal, la inform ación ve rba l tiende a ser r

ed

unda nte. Ell

en

R

osa

nd ob

snva que e n las arias

da capo

de H

ae

nde l la redundancia del tex to

•nos libera para concentrarnos en la m úsica [ .. [[L[a vuelta

da capo

l'S

la más redun

da

nte de todas : sin responsa bilidad semán tica, ofre

t:e

una invitac ió n

di rec

ta

pa r

a

co

n

cent r

a rse

ex

clu s iva mente en los

em

be

ll

ecimie

nt

os

qu

e e l

ca

nt

a

nt

e a signa a l ma terial o

ri

ginal» (1

99 6

:

20

La neces id

ad

cognitiva de novedad (in for mac ión ) y co nsta ncia

1

l c

dund ancia ) es un univers

al qu

e

ayud

a a ex plicar la

pr

eocupación

de composi

to r

es, teóricos y e ste tas

por

la

natur

a leza de la va rie

dad

y de la unidad . Pero la

intensidad

de esta preocupación y las formas

l'l1

que se manifiesta en la c

om pos

ición y en la recepción d e la

si

t:<l

son cuestiones c ulturales

11

I VO I UC I

ÓN,

FLECCI

ÓN,

CULTU RA E II I)TOR IA DF LA .\IIÚSICA

Evolución

y

elección

Fsta par te de mi ensa yo a tañe a aqu ellos univ

ersa

les que res

ultaron

de la evoluc ión, pero que en sí mism

os

no so n innat

os

. La evo lució n

h:1 influid o casi con seguridad en

el

compo rta miento humano a t

ra

vés

de la acción d irecta de las restr icc

ion

es biológicas. Pe

ro

lo que con

mayo r seguridad ha configurado la espec ie hum ana y dado

ori

gen a

lns cul

tura

s hu ma nas no ha sido la existenci a, sino la ausencia de res-

1

i

cciones biológicas inna tas

ad

ecu

ad

as

1

l .

Las c ulturas h u

man

as son indispensa bles

pr

ecisamente porque la

l

VO

iuci6 n dio c

om

o resuJtado

un

a

nim

a l s in

co

nt ro les inna

to

s ade

l llados. El biólogo

Jac

ob res

um

e este aspecto de la evo lución:

l·n

o r g a n i s m o ~

inferiores,

el

p o r t a u ~ n t o e ~ t a cstnc[3menrc

de

ter

minado por

el

progra ma

genético.

En lo >

mctMom

: n m p l c j o ~ d programa

30 . Y tal redundancia también nos permite prcs t.u a tención a la presenc1n com

pui\IV,I del virruo\lsrno

(como

se

mani

í

it: >ta

en los van

os retornos

orname

nt

a e ~ .

Es-

  ' oh,nv;u;¡(Ín

.ug1crc que

el

VIrtuosismo

en

si consrit

li) C

una es pcciC

de

informa

< ~ n n

oomo'> •

n f o r m a d o s no só lo por las re laciones m u s i ~ . : . t c > ,

\I

n

u

por nucs1 ra

l p ~ t · < . : w

del

ncsgo que c,· idencia la ha bihdau de

un

gran mtérprcte.

11.

Un,l h1swria

musical-cultu

ra l de las ..:onccpcioncs de un1dad

y varicuad y su

llll<'r,Jeciún

co

n lo pr:íctica com p

os

it iva desde

el

Rcn;tcimiC llO el >lglo xx ser

ía

ll

ll l

  tud i

c>

fasd nantc.

12.

de haber

escrito es te pa saje,

descubrí

que

Cl

iffo

rd Ccc

rt

z hah

ía

hecho

.1

ohsc

rvnci(ln

mu

y

seme

ja

nt

e

t:

n

La

l

e

m

ta

ci

n

de

lm

llt

llrfls

(

1971:

4

5-46).

247

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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L

EONARD

B MEY l R

~ c n é t i c o es

menos

limir.uuc, m 1 ~ • .tbtcrr

o•

1 1bta .1pcrtura del ptogra

ma genético .1umenta

con

la evolucJCÍn y culmtna en la

c ~ p c c t < ~ humana

( 1982: 42).

El crecimi ento de la capacidad cognitiva fue concomitantecon un

diseño del cuerpo (postura vertical, pulgar oponible, etc.) que facili

tó las tecnologías. El resultado fue la producción

de

objetos útiles

-de s

de

la

cu

na

al

ataú 

y un

aumento co

ncomi

tante

del

número

de categorías conceptuales.

Esto

tuvo co nsec ue ncias decisivas, por

qu e las

categorías

conceptuales genera n o pciones d e co nducta, y

una profusió n de posibilidades hace que la elección res ulte al mismo

t iemp o inevita ble

y

onerosa. En palabras del fi l

ósofo

Peter Singer:

«N

uest ra habilidad para ser participantes en un proceso de toma de

decisiones, de reflexionar y elegi

r,

es tanto un hecho propio de la

na

turaleza humana como un efecto del sistema límbico sobre nuestras

emociones» (

198

1:

42).

La necesidad de elección es un universal q ue reposa en

el

ce

ntro

mismo de la condici

ón hu mana.

Constituye la base de los juicios éti

cos y estéttcos. En la ética,

co

mo en el derecho, los individuos son cul

pab

les

sólo

si se puede

mostrar qu

e

la

conducta

cuestion

ada

fue re

su ltado de una elección . Así, por ejempl

o,

encontrar una base genética

pa ra la ho mosexua lidad no es

so

lamente cuest ión de interés científi

co;

tiene vastas consecuenc ias sociales, porque lo

que

es genético, y

por tanto

no elegido, no

puede

considerarse censurabl

e.

En estética las falsif icaciones de arre se relega n a l subsuelo por

que

la

s relacion es reproducida s no

fu

eron creada s - no fueron ele-

gi d

a s -

por el falsificador (ver Meyer, 1967: cap. 4 ).

C

uatr

o condiciones

in t

e

rr

el

acionadas

son indi

spe

nsa bles par;1

una elección eficaz

y

propicia: 1 la presenc ia de rest ricc io nes q ue

limitan la elección, 2)

la

habilidad pa ra prever las consecuencias de

elecciones a lternativas, 3)

el

poder de realizar elecciones propias,

y

4)

las rec

ipro

cidades de la

empa

tía.

estricciones cultu

rales

Sin restricciones adecuadas para limitar el núm ero y ordenar las prtn

ridades entre posibilidades a

lt

ernativas, los seres humanos serían prl

sa de la ind ecisión -

ind

ec is ión

que

no só lo es pé

rdida

de tiempo

si no también fu ente do l

orosa

de ansiedad psicol(>gica - . Al nace r

las rest ricciones innatas y co mplement

ar

las, las culturas proveen lm

contro

les comportamenrales adquirid

os

sin los cua les los seres hu

mano

s no p ueden f

un

cionar; en realidad, no pueden sobrevivir. l 11

neces

idad

de restricciones cultu rales es

por

tantO universal.

248

UN

UNIVERSO

DE UNIVC RSA LC S

Un so lo ejemplo ilustra claramente este punto. El aband

ono

de la

práctica común de la tonalidad

por

algunos compositores de princi

PIOS del siglo xx

produjo tantas

opciones compositivas que fueron

necesarias nuevas restricciones para hacer factible la elección. Así

l

.t

invención del método de doce tonos fue la respuesta a una e c e s

dad universal. La necesidad de restricciones que l

im

itaran las

opc

io

nes

fue

una condición necesaria para el advenim

ie

nto del se

ri

a

li

smo

u.

Las cond iciones suficientes pa ra las restri cciones efectivamente idea

dns fueron en gran parte resul tado de la cu ltura

-específ

ica mente

de

la

creencia del siglo XIX en que la similitud engend ra unidad (ve;

las citas de Webern y Krenek en M eyer,

1967:

263) ' -. Dicho de m

a

nera suc inta,

aunque

d

emas

iado simple: un universa l (la necesidad d e

t '<;tricc iones) prod

uj

o el «problema», y la cultura proveyó la «solución».

revisiones

P<

ra qu

e l

as

restricciones faciliten efectivamente la elecci

ón

el

mun

do tiene que ser concebido

como

a l

go estab

le y duradero. Y para ele

J . : ~ r

l i g e n t e m e n t e

hay que

comprende

r las

diferentes opciones

dt-;pontbles en un contexto

particular

y hay que prever las consecuen

u,ts probables de cada una

31

Esta necesid

ad

universal es evidente

por doq uier en la co

nd u

cta hum

ana

: desde los adivinos a los cienrí

licos, desde hacer encuestas a predecir la suerte, desde las previsiones

t•conóm icas a la búsqueda de procesos histó ricos esenciales y proba

hlcmente predecibles.

De

manera semejante, la c reencia e n la ex isten

linde un orden divino, invariable (o,

subsec

uentemente, en un orden

que cambiara de manera regular) era a trac tiva porque

imp

lica ba la

posibilidad de una predicción exitosa. Inversa mente, da

do qu

e no sabe-

mos act u

ar

en el caso de conducta irrac iona l (esto es, espa ntosa mente

tlllprcvisiblc), internamos a los locos .

Nuest

ro

s

gobiernos y

socie

dad

es, leyes y

cost

um

bres, así

co

mo

1 tmbién esti los musica les, s irven para estabilizar

el

medio ambiente

1 ulcura l/comporramenra l. Y lo mismo es cierto no só lo con respecto

l 1. • Necesartu» en csre contcxro no f()rzosamcme Slgn¡fjc,¡ ob

ligJwri

o

o

inva

rllhl(•.

14

L· l

uso de relaciones de

si

militud era r:

unb

tén atr:tctivo p

orq

ue

el

rcch.tzo de

J ¡ olnvcnció n llevó a un aumento del número de elecciones e ~ . }  l,t variación

' 1111 patron ex istente (motivo,

prog

resión :um6nica, ere.) l i t la .:ompos

1

ción

11 ll 1ngicndo 1: clcc..:ión.

l i. l.a

n c c c ~ i d a d de predecir no esd

co

n fin:tda a  omo sapii IIS (vc1 

ll,¡ ynn y

Momaguc

, 1997: 1593 -1599).

249

Page 25: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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LEONARD 8

M[YER

a las teorías (incluyendo también

aquell

as sobre el

caos

y los univer

sales),

sino

también

con

respecto a los estilos

de

c.onducta,

tanto

en

las arres

como

en la cultura en general ''·. La necestdad de prever pa

ra elegir nos

ayuda

a

explicar por qué

a

medida

qu:

la

l t ~ r a ~ c -

cidental

se

vo

lvió más

comp

l

eja -concept

ual,

soc

tal e

msmucto

na lm

en te

la

demora

de la gratificac ión resu l

tó una

res

tr icció

n

importante. Más compl

ejidad signifi

un

mayo

r

número

de opcio

nes y más tiempo para consi

derar

sus consecuencias. Creo que

no

fue

por

accidente

por

lo q ue la éti

ca pr

otesta

nt

e,

co

n su é

nfas

is sobre el

valor de la g ratificación p

os

tergad

a,

surgió a l mismo ti

empo

que las

complejidades del capitalismo industrial moderno

(v

er Towney, 1926)

17

Poder

Para

elegir

ef

icazmente, es esencial la

c a p a c i d ~ d de

.

o ~ t r . o

el

re

sul

tado de

las propias elecciones.

La

importancta pstcologtca del po

der

y del

control

apenas puede ser exagerada. Es un universal mani

fiesto en rodas partes: en la territorialidad animal,

en

la

búsqueda

humana

de

la posesión

y

en

la elevada se

ri

edad

del juego,

que

cas i

si

empre

involucran la puesta

en

acto

y

la puesta a

prueba

del poder.

Tal puesta en

acto

es obvia en juegos como el aj

edrez

y el fútbol,

y

aun en deportes no

compe

titivos

como

el alpini

smo.

En la compOSI

ción y la e jecución de música, la puesta en actO y la put:sta a u e b a

genera lmente

com

pr

en

den la valoración de la

hab

ilid

ad

o el

v t r t u ~ -

sis

mo

(como base de poder)

y

de la asunci

ón

de riesgos (como mant

festación de ambos: habilidad y poder).

En anima

les inferiores el

po

der tiende a se r «bruto» -- en gran

parte una cuestión de poder físico- . A medida que la i n t c l i g ~ n ~ ani

mal aumenta, la previsión se vuelve una base

cada

vez mas

tmpo

r

tante de

co

n

tro

l

y

poder. Y es te

cambio

del

po

der físico al o d e r ~

ceptual es una

co

nsecuencia crucial de

la

evolución

~ ~ .

36.

Se

'>lgue de ello que no se prodtKé

t h f c n : m : ~ e l mm¡mrtamelllal

la

s reon.1,,

p o t e ~ y esquemas son --<:omo algunu5 1 1 W t ~ l 1 ~ . 1 d o r e ~

a ~ r m a n -

« m e r ~ m e m e » COih

1rucc..íones s11cialcs provisionaJe,, Como el .1ire, la., r c n n . 1 ~ pueden ser msubstanCI.I

les; pt'rt>,

como el aire, no podemos

viv1r ni

,lCtuar

\111

ellas.

n

Esto parece esra r cambiando, al

1 e n o s

en la

~ o : u

p o p ~ l

n r ,

~ ? n d c la.s.rall

fnacion mmcdiaca resulta ser

la

norma, CJem pllf1cada en la pubJCIOn f11ca enfa11c...1

Y

en

el

estilo vocal

lamentoso

de mudl;l mus1c:1 popular.

EMe

cambio podría

es

tar

donado

co11

la dcS<l

paricíón de la idea de

p r o g r c ~ o

inhcrcme: ¿por qué apbza.r nuliR

p.

1ra un

ma1ia

na que no será mejor qu.: hoy: (ver Me

ycr,

1

%7:

146-49 y

passzm .

~ H . 1\ lo largo del último s iglo los cambios culw ralcs han transformado la l't•h•

ciom·s de poder en nuestra

es

pecie. El cr

cc icr11

e éxito del

fem

inismo

es

el r

es ul

tado

d•

250

UN UNIVERSO DE

UNIVERSAlES

Pero hasta en una

cultura

altamente desarrollada como la nues

lt a

la

s consecuenci

as

del

poder

físico son patentes. La adscripción

dt•

rasgos femeninos y masculinos,

por

ej

emp

lo, no es

sólo

cuestión

de función sexual y de construcción socio-cultural. En la mayoría de

l.ts

especi

es

de mamiferos los machos son más grandes, físicamente

111,1s

fuertes

y

m

ás

agresivos q ue las h

emb

ras,

que

tien

den

a ser más

' aves

y

acogedoras

39

Así,

no

parece

ser

cuest

ión de

cap

richo c

uJ

-

1ural

que

temas car

acter

izados

po

r el esfuerzo físico o

por

intervalos

disjuntos, ft1erte dinám ica y texturas en

uní

so

no

sean calificados co

mo masculinos; m

ie

ntras

qu

e Jos caracterizados por movimientoscon

¡

un tos, dinámicas

en

pia

no y

t

ex tur

as homofónicas se desc

rib

en co-

1110

femen inos

40

mpatía

Fl

vínculo

hum

ano comienza en la biología, un

resultado de

la de

¡wndcncia física

y

de la h

abi

lid

ad

del

niño

para

obtener cuidados

de

111 ros Con la

madurez

y la experiencia, la vinculación se transfor-

111.1 en empatía,

esto

es, identificación

con

otro individuo a través de

1111 1

mul111ud

de factores: por ejemplo, el valor i

lumirnM¡¡

de

la

1gua

ldad; la

m1gra

, 11111 tl :•dc

el

c.unpo hacia las ciudades, que diMnmuyc

la

c c e ~ i d a d de

m ú ~ c u l o

mas

•11l111o; y

el

desarrollo Je mejores medios de co

mrol

de l o ~ a < . : i m i e

/\11nque

ha ya

señalado pocas veces,

los

m:ís rL-cicmes r r i u n del feminismo (co

lllu cam

hi

én la

extrema explotación

del

macho masculino) podrían ser ambuidos en

l'•

  '

c

.11

desarro llo de

In

tecnología, que ha di sminuido el

dífcrc11cial

de poder físico

l'lllll' homhrc y 111ujcr.

E.n

el pasado

oc

upaciones tales como cnvnr fosas, nra r, cons

IIII Ír, n:wcgar o combatir exigían un desarrollo del poder ~ c u l a m:íquinas

1 , p u ~ i l i v o s

r e c n o l ó ~ : ~ i c o s

de toda suerte

ha

cen

c a ~ i

obsoleta roda fuerza biofísica.

l\1

Es importame enfatizar que

la

masculi

ni

dad en r

ér

mmos de fuer

za

y agrCSI-

HI.Id es independiente de la orientación sexual. ll omhrcs fuertes y a¡;rcsivos

-atle-

11,, hoxe,,d,,res, etc han sido homosexuales. Le> qu.: cree wncluo.:ra afeminada (o,

•  t•l .:a'o de las lesbianas, comportamiento masculino) c . prohahlcmenrc el resulta

''

tic una

l>cñali1..ac

ión cultural (una forma de scmiórica

~ o c i n

m:ís que algo innaro.

1

 

UllhecucnciJ, parece dudoso que la

oricm.1C10n

;cxual pueda ser mfenda del csri

J., tlt• un

cnmpo

s1tor.

10.

t.a

.

texturas en unísono se emplean a menudo parJ \ignifknr el poder de

la

"111piii\1Ón (ver

t cvy 482-53 1 . La

intensidad d m ~ u m c a t¡uc generalmente cJrac-

1 l \ 1 1 ~ de p a ~ a j e s en unísono, ramb1én significa poder.

·11. l ~ 1

evolución de

la

mreltgencia animal fue 1111 correl.no del desarrollo prolon-

1

11lo

y b lema maduración, infancia

brga

y apr

endm

1je

rard10.

Stcphcn )ay Gould,

1• llllll de 11evolución, escribe que

• l

recién nacido es una cn .l

wra de

las más

o

J11'11dicntcs que podamos encontrar entre las r í a ~ de

m a 1 1 1

c r o ~ pl.lcl'ntMios.

Es-

1 1 q ~ e n d c n c e

prolonga mucho tiempo, y

el

niño requiere un cu1dado

1111cns

i

vo

de

¡,, p.1drcs

durante nños [ .. [ /\sí, el p

re

mio ada pwri

vn

l]Ul' se dcposila

en el

aprcndi-

llr

(l'll cu:meo opuesto a la respuesta innarn) no tiene pamngón Cl tre los r g ~ n i ~ m o s »

¡ 11 77: 400·40 1 .

251

...

Page 26: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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LEONARD B. ~ Y l R

la

consciencia y

comprensión de

objetivos y razones, motivos

y

sen

timientos

u _

La evocación

de

empatía en la experiencia

de

obras de

arte

depende decisivamente de la creencias sobre el valor de la ex

penencia estética en general, la significación de cierras obras

y

el pres

tigio

de

intérpretes particulares (ver Meyer,

1956:

11 y

74

ss.) .

La

empatía

nos permite imaginar cómo r

esponderán

otros indi

viduos a nuestra conducta; de esta

manera,

está estrechamente vin

cul

ada

a la necesidad humana de prever. Y

porque no

soo·os presu

m irnos

que

la

natur

ale

za human

a es básicamente

constante

(a pesar

de

qu

e la condu

cta

hum

ana

esté cultural mente restringida), creemos

que podemos entender la conducta de los que difieren de nosotros se

xual,

étn

ica y culturalmente .

Debido

a este universal, somos gene

ra lmente capaces de comprender e interpretar la

conducta

humana

que

emerge en diferentes dominios culturales

d e

emp

at

i

zar

con la

ira de Aquiles y la s

umisión de Ruth,

con la

empresa

de Ju a

na

de

Arco y con la indecisión de Hamlet.

La conciencia de cómo otros comprenderán nuestra conducta y

responderán a ella

es una

constante cultural crucial,

que

guía por igual

las elecciones

de

compositores, intérpretes y oyentes. En

palabras

del

sociólogo George

Herbert

Mead, aprendemos a «

tomar

la actitud del

otro>>

(1934: 42-75). Notemos que la palabra «actitud» tiene dos sen

tidos. El sentido

que le

asigna

Mead

es en principio socio-conceptual,

una

cuest

ión

de interpretar la co

nducta de otros y

de

imaginar

cómo

re

sponderá

n a nuestra

conducta.

Pero la palabra «actitud

 

se refiere t

am

bi én a la

pos

ición del cuer

po; y

propiamente

es así,

dado

que

la

e

mpatí

a a menud o implica

l

identificacíón con

otro de una

manera

so

m

át

icomotriz (como lo pue

de atest

i

guar

todo

aquel que

ha presenciado la lu

cha

por un

prem

io

o un concierto de rock). La influencia de restricciones somáticomo

trices innatas se manifiesta

no

sólo en el

comportamiento

físico

de

in

térpretes y oyentes,

sino

también en los tipos de esquemas

enco

ntra

dos en la música

de muchas

culturas. Los principios gestá lricos de ha

«buena forma» y de la «tOtalidad»

son,

en mi

opinión,

resultado dr

tendencias somáticomorrices a la vez que cognitivas. Por ejemplo,

42.

E;,

incierto otras especies cxpcrimcnran cmparía; depende de qué

o n d i ~ '

ncs se consideren suficienres y ncccsaro:1s para tlcnommar HC111p.ínca• a una cond

u•

ta . ¿Acaso la conducta ammal que parece .máloJ,:.l a la conducta cmp.ítica humana (pur

cjc111plo

la leona protegiendo sus cachorros) debe ser consodcrac.hl cmpárica? Por •u

puesto, problema se planrea para tothl ripo de conduct

.l

animal. Pero si

nos<HICII

:11rihuimos

n

cólera y la agresión a otras

p c d c ~

(:11

 \<>

que cfcctivamcntc haccmu•)

1

¿por qué les 11cgaríamos el afccrn y la cmpmía? (cf. revista Sr ieuce, 1997: 1088).

252

UN

UNIVERSO DE UNIV ERSA

LES

l'l1

una melodía como la que comienza el

als

en

o

sostenido me

nor

de Chopin,

el

sal

to

inicial, o vacío, del Sol sostenido al

Mi com

porta una tensión física

que

el relleno

que

le sigue va relajando

gra

Jualmente. Hasta las metáforas utilizadas para describir relaciones

musicales

-movimientos «hacia

a

rrib

a y hacia

abajo

»,

tonos

e in

tensidades «altas y bajas»- probablememe emergen

de grados

de es

lucrzo

somáticomotor

.

Estos universa les bio-psíquicos también afectan a la relació n en-

1 e tamaño del intervalo, duración y afecto. Saltos grandes (especial

mente los descendentes) tienden a asociarse con

duracione

s relativa

mente largas porque implican un

ajuste

motor

que

lleva

tiempo

. A

11 inversa, intervalos

s pequeños están generalmente asociados con

duraciones más cortas. Un resultado de estas asociaciones es que el

11maño del intervalo y el tempo

también

tienden a estar

mutuamen

Je

relacionados. Es

to

es, intervalos grandes se asocian gen

era

lm

ente

wn

tempi lentos, e intervalos más pequeños con tempi rápidos

41

• Y

porque el esfuerzo físico, a su vez, vincula tempo con intensidad, nues-

11 os cuerpos nos inclinan a asociar lo

más

rápido con lo más fuerte.

Sin embargo, de estas asociaciones universales no se sigue

que

in

ll'rvalos pequeños

no ocurran

en tempi lentos,

como,

por ejemplo, en

t•l Cruci ixus de la Misa

en

Si menor de J. S. Bach. En efecto, el pa

IL tismo

especial de ese

coro

se debe a

sus

relaciones

de

intervalo-tem

lW

-moviéndose

muy lentament

e

sobre

intervalos conjunto

 

co

l

lO

asimismo al movimiento genera lm

ente

descendente de l

as

líneas

melódicas principales y a

la

regular idad de la marcha. Inversamente,

1

,

expresión de ira en el aria de la Reina de la Noche

Der Halle Ra-

' 111 )

del segundo acto

de La

flauta mágica es en pa

rt

e

el re

sul

tado de

1,

tensión invo luc

rada

en la ejecución de grandes sa ltos y registros

c•

x

J emos en un

tempo rápido

. En

ambos

casos la expresión y el afee

Jo son el resultado de la desviación respecto a una norma. Como siem

pi

t',

la

desviación

es

cuestión

de grado.

Nuestra respuesta afectiva a la música es e n gran

medida

el re-

uh ,

ldo

de nuestra identificació n física con la acción somáticomo

 t de la música. En efecto, parte de la dificultad que los oyentes

l l r l l n

con la música

de vanguardia es

el

resultaJo de su

uso

de

in

l i t v:alos motrizmentc difíciles tales

como

grandes sa

lt

os descenden-

11

\

y patrones

de duración

que carecen de regularidad

métrico-rít

-

11 . l.a proporciÓn de la sucesión de csrímulos (lr•mpo) ;ldcm.h , un,cfunción del

1 ~ : n ¡;cneml los conos graves se mueven m : í ~ lcnt:llltcmc que lo11 a¡;udos. Esto,

1' '

J l i i

  es en parrc un rcsu lr

ado

de los universales a.:chlicm del

111und

o físico

ol

ht c.:ho

dt que las frec uencias bajas lom n mñ s ckonpo pnr:1 pom·rst· c11 vibraci6n.

253

Page 27: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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L E O N ~ D S. MEY

mica. Nuestras relaciones con los demás seres

humanos

también in

volucran

empatía somáticomotr

iz. Cuando alguien está triste y

as

u

me

una

postura caída, la

empatía

nos inclina a

adoptar

una postura

semeja

nt

e y a

experimentar

emociones semejantes. Y

también

senti

mos empatías

comparab

les

co

n lo inanimado y

si

lenci

oso

-hacia la

Pieta Rondanini de Miguel Ángel y hacia los sauces llorones-.

una pa l

abra, no

sólo

el

arte

imita Ja

natura

leza,

como

af

i

rmaban

l

os

griegos

an t

iguos, sino

que

o

qu

e es igualmente

importante-

los

miembros del público imitan enfáticamente las acciones implícit

as

en

las

obras

de arte.

Las consecuencias de la evolución humana son, pues, co mple

mentarias:

por

un a

parte, un

gr

an aumento

de inte

li

gencia requiere

la presencia de restricciones culturales que estabi

li za

n el medio

co

ncep

tua l en

aras de

una elección exitosa;

por otra

parte, el largo

perío

do

de la infancia, que es concomitante de ese increme

nt

o de in teligencia,

hace que el

aprendizaje cultural sea imperativo

y

la reciprocidad em

pática, posible.

xplicar la historia de

l

música

Dada su preocupación por conceptos relacionados con el organicis

mo, es

extraño que

los musi

logos (y los

hum

anistas en genera l

)ha·

ya n ignorado la disciplina de la biología, desatendiendo especialmente

los análisis neo-darwini

anos

del ca mbio y la diseminació n, que su·

gieren caminos provechosos

para co

mpr ender la hi

stor

ia de la músi

ca

.

Q

ui

:lás el modelo

darwinian

o no ha s ido ca

pa

z

de atraer

po r·

q ue no

propone

procesos lineales, necesarios e inhere

nt

es, y por lo

tanto

no

proporciona bases para la previsión. Por el contrario, la evo·

lución resu lta a menudo de in teracciones for tuitas

de

los

orga

nis

mos existentes con las contingencias de un medio am biente va riablt·.

De modo comparab

le, la

hi

sto

ria de la música se puede construir

co

mo el resultado de la interacción de restricciones

c o m p o s i c i o n a l c ~

existentes

con

l

as

conringencias del medio

ambiente

c

ultur

al

4

s.

Por

ejemplo, durante los siglos XV III y XIX ciertos cambios

en

el medio a m

44.

L 1 Lcnría

ncodarwiniana no debe ser contundida el darwinismo

sou.1l

Sosrénido pnr muchos pensadores del s1¡;lo XIX y por

:1

lg

uno\

del siglo

XX,

el darw1

111smo

s o c ~ <

construyó equivocadamente la cvoluciún como

lmc.1

l

y

progresiva,

•·•

dual

y

ncccsn ria.

45. Es evidente que los cambios esnhsr

kos

no son genéticos, como lo son l,1 1111

yor panc dé los ..:amb ios biológicos. Pero wmpocn lo .n   rodos los camhil>S biolllMI

co' (ver Morcll, 1997: 6 2-683).

254

UN UN IVERSO DE UNIVERSA LES

llll'lltl' social e ideológico condujeron a los compositores a renunciar

,,

1.onvenciones

eruditas

a favor

de

relaciones musicales basa das so

htl' restricciones cognirivas presuntamente «naturales», restricciones

s

m:ce ibles a los oyentes

de

la clase media en expansión (para ejem

plm específicos y discusión, ver Meyer, 1989: cap. 7).

Dado que

el fu n

cionamiento

de los universales se halla casi in

\',lrl<lblemcnte

ca

li

ficado

por

el

contexto

histórico-c

ultural,

es im

pmtnnte

decir a lgo

sobre

el

cambio

histórico y

sobre

los

modos en

q11t' la interacción entre restricciones cu lturales y restricciones uni

vt·rsa les ha influido en las elecciones hechas por los compositores

t•lccciones

que

constituyen la historia

de

la mús ica '

11

 - . Esto

pare

•t•

también

opo rtun

o

porq

ue el proceso de cnmbio esbozado en lo

que

~ r g 1 1 c no só lo es releva n

te para

la música

si

no que en

mismo

cons

lll uye, según creo, un universaL

En lo que

W.

H. Auden llamó <dos dominios de acción» (1974:

po r ejemplo

el

polírico,

el

económico, el de la

conducta

coti

drlna

los objetivos que influencian las elecciones de los

protago

llrstas parecen generalmente claros. Como resultado, las narraciones

l'lll

c.lcn

entenderse

como

explicaciones. Consideremos

la

narración

.rgutcnte: «El hoyo de protección que el cabo L. B. Meyer cavó des

pllt'S de aterrizar en

Norm:mdía el

8 de juni o de 1944 fue mucho, mu

' lro más hondo que

cualquiera de

los que

cavó cuando hacía ma

llrohras en Luisiana,

Estados

Unidos» . Dado

que

el universal de la

1111oconservación pone de relieve la relación

ent

re intención y acción

dt• manera meridianamente clara, «no se necesita un espíritu [ ..] sa

l

tt

lo de la

tumb

para

hacer teorías

exp

lícitas o explicaciones her

tllt'

néuticas

so br

e ello.

Como

escribió el psicólogo

.Je

r

ome Bruner

:

l'.trn

comprender

al ser hu mano es necesario

comprender cómo

sus

1

pcriencias y sus actos son configurados por sus estados intencio

"'k-s"

(cit. en Gardner, 1995: 37).

lh. •l'ncralmcnre se

adm1re

que las elecciones lll'

cha\

por m1embros de una co

u•umdad p.trr.cular csran s1gnificarivamcnre afcccad.t\ p<lr \ comcxm culrural. Y

1

l l f l l r ~ : o

a p c ~ . de

la

obediencia cas1 ritual a

la h1scori.t

soc•al, la\ m a n e r a ~ en que

).,, 1 1 1 u n d o ~ fuera de la mús1ca han afccrado al camh1o

esc

ilisrico han s1do rar.t vez

J \ · . 1 d o ~

v exp l1cados mericulosamcme.

lln.l

~ r a n

sccdón

do :

mi Style nd Music (

1989)

rrata de explicar cómo mAuyo

la

1ft

u l o ~ : •

del romant ic1smo en las elecciones de composuorcs del ~ l o XIX. Y m u

t 1• de las cucqiones cons

id

eradas en aquel libm ~ o n < l l ~ c u n d a ~ en

lo

que s i ~ u e . Pe-

' ' ' ••• l u g . ~ r

de concentrarnos en

la

influencia de

crécn..:ms u l r u r a k y .lcULuJés

sobre

lu

rfr

looncs

paniculares hechas por una comunidad de

c o m p o ~ • w r c ~ , el

énfasis del

1'" II'IHC

ensayo es sobre la na turaleza y ripos de v c r ~ a t¡lll'

• · e ~ r r m g c n la

compo-

 

l1111

y

co

mp1't

•mi6 n de

la

música.

255

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7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

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LEONARD B MEVER

A menudo, sin embargo, los «estados intencionales» de los com

positores son co mplejos y enigmáticos, y conectarlos con elecciones

composicionales requiere una teorización explíc ita. La conexión ha

sido

generalmente

suministrada por

modelos

cu

lturalme

nte

sa ncio

nados y

asumidos

tácitamente como universales.

Estos modelos

in

volucran por lo general algún tipo de cambio linea l

generado

inter

namente;

por

ejemp

lo

, el desarrollo orgánico (nacimiento,

juventud,

madurez y muerte), estados sucesivos (arcaico, clásico, manierista),

o procesos dialécticos (tesis, antí tesis, síntesis

).

Los modelos que implican

cambio interno

linea l siguen todavía

co n nosotros (a pesar de la actua lidad del post-modernismo) porqut•

parecen proporcionar una base segura para la necesidad hum ana uni

versal de prever y elegir. Pero los modelos lineales, en mi

op

i

nión, so

n

perniciosos.

Y

esto

por

dos

r

azones.

Prime ro, porque

las

r a z o m · ~

para el cambio son

postulada

s por el modelo; una

narración

de qm•

sucedió viene a parecer una ex p licación de por qué sucedió. Segun

do, porque como es corriente en la mayoría de los pa radigmas an,t

líticos (incluyendo la narrarividad), la linea

li

dad lleva a desa

tendt

•r

«l

os

camin

os

no

emprendidos

».

Co

mo

sucede

en

la experiencia cotl

diana,

una

consc i

enc

ia de «lo qu e pudo haber sido» es indispensa

ble para comp render y apreciar las o

br

as de arte (ver Co hen y Berlín,

cit. en Meyer, 1989:74 y 9l )F.

Mien tra s el atractivo del modelo linea

l,

internalista , es compren

si ble, su apl i

cac

ión indisc

riminada

a todo ca

mbio

natural y c ultur.tl

es

errada.

Esto no só lo porque, en

palabras

de

T

S. Eli

ot,

«nuestroll

co

mi

enzos nunca co

no

cen nuestros fina les», sino , lo que no es menn11

importante,

porque

las

jerarquía

s

so

n en su mayoría di

scont

inua11.

Aun

que

el desa rrollo biológico de cada hombre y mujer en partku

lar suele cambiar de manera lineal, el

ca

mbi o en diversos niveles dr

la evolución biológica, de lo soc ia l,

y

de la historia del est ilo no es, r

su

mayor

parte, orgánico

ni linea l

H  

Los musicólogos a menudo se han preocupado

por

identificar

nt

co

mienzos -

por

ejemplo la

ll

egada de la tonalidad, los primeros

us ll

4 7.

l.:t conscienci:t de evcnnmlid:tdcs .l ltcrn.H•va; s ~ o : 1 t a cuestiones i n r e r c ~ . 1 1 1 1

~ o h re 1 . 1 ~ interpretaciones de la en térnnnos de un modelo narrativo: ¿que

•h

r

nntivas confi¡:uran la implicación?, ¿las

del

prrx;cso narr

.u

ivo mus1c

nl

no-repn: 11111

c1onal o de la r epresentación verb:tl? Si el ~ . : a ~ o de ambas, ¿cómo se re t1tWIIII

l a ~ u n p l i rc:tli

za

das y no rcali

1.adas

de In narrativJ

mu

sical, y cómo CM. III Ll

nrdmadaq con

l a ~

imp

li

caciones i ~ a d a s

y

no de la narrativa vcrh.1 l1

48. No estoy

argumentando conrra el

o r ~ a n i c i ~ r n o

per se, sino contra

la''' '

rruc

ia

illJIISLificada de procesos o b s e r v a d o ~

o :

n el nivel del desarrollo individual11u1r

ni vele> del lll i> mo fenó

111

cno .

256

UN UN IVERSO

DE

UNIVERSAlES

.¡, n  úca

to el o rigen de la a finación temperada

y,

so bre todo, los

l ~ o o ,

de nove

dad compositiva-.

La preocupación por los comien

' \''problemática por varias razones. Dado que no p

odemos

estar

•1\1110 > de qu e conocemos todo lo que sucedió en el pasado, rampo-

11 podremos estar nunca seguros de que un caso determinado fue el

IIIILI d

••

Pero de

manera má

s importante, y en co n

so

nancia con el

111ndd

o

darwiniano,

lo

que

p

ro

pongo

es un cam

bi

o en nues

tro

cua

dtn

t:o nccptual, en nuestras cuestiones y nuest ra s metodologías m. Lo

] l i t ' . ~ · ~ crucial pa t:a

c o n s ~ r u i r

una historia de la música no es el ocigcn

.¡,

ltpo

s de relaetones smo las razones - universales

y

cultura les-

1 •1111 su répl ica, su

camb

io, su rechazo

y

su

el

esa parición .

o.

s ind ispensable reconocer la existencia

el

e universa les y teori-

  o,obre su na turaleza porque so lamente

podremo

s

construir

una es

lillt.l co herente y una his

toria

de la música viable atendiendo tan

1 ••

111pul

osa menre a la naturaleza como a la cul tu r

a,

y

tratando

de

•11111prender y explicar

sus

intrincadas relaciones .

Mi

s especulaciones

'

no pretenden ser definitivos; tendrían que co nsidera r

• 1 1 1 . 1 ~ bien co mo hipótesis.

Tod

o debe ser contrastado co n

lo

s he-

']¡,,.,

de la

co

ndu

cta

humana.

El

trabajo

real

está todavía

por

hacer.

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1'1

. , 1 l ~ c r ~ o h r e

l o ~ co

mi

enzos es

rel

evante hiMóncamentc, no dch1do o

<.:ierto

o

H t n ~

mhcrenre (como

el

de los

ca

a l l o ~

de carrt•ras) porque l

os

casos

IIIJII

1 1 1 ~ de e r r ~ ~ relaciones son neces

anos

p.ua del mear

y

por tamo explicar el

' olt• r c p r o ~ . : c i ó n .

10

1\ p c s ~ r dc su ríru_o, El origen de las espectcs de D.1rw•n no rrata

prin<.:Jpal-

·11• .¡, t">o:plicar lo, com1cnzos de las e;,pccics.

M . í ~ h•cn

se ocupa de ,u supervivcn-

1 '

llllhll) )' CX InCIÓil.

•l \il\to

de

e r a

construir una h i ~ r o r i a de

la

rnt'•s•ca comprende: pnmc-

1• . ¡ , , • n n n : t c • o n

Cllld

::t

dosa

)'la

clasificac•ón de los rasgo' car.lcrcrÍ\liCO\

de

cier-

1· 1 llnno; en lugar, un muestreo imp:tr

c•:

:l de ;, u prc\cncia en el rcperw -

'

111111 11

ulll. un .1nal•s•s o s o de su rclativn frecuencia; y. en tercer lu gar, la

11

1

••k h 1 p u l e \ d ~ s

para dar cuenra de ocurren c;¡mhio\ en

l t > ~

g o s

ca-

l

11

I I ~ I I U I \ y en I

J

fr

cc

ucnci:t de los

c:

11nbios.

1 • •nko.:d11n y el análisis csradístico de grandes

corpus

de d.Hm podría i

mp

licar

' · 1111hw l ll 111oda lidades de

in

vestigación que h ~ n i d o r : 1 d k

m

las hu-

 

r ~ :

de la i11 vcsrigación indiv

id

ual a b invescigaci6n coopcrauv,1, al csf

11

crw de

Jlll

llll ,

257

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E D

T O R

La

s cu

ltm

s musicales.

Lecturas de ernomusicología

Edición de Francisco Cruces

y

o

uo

s

Si E   Sociedad de Etnomusico logía

BIBLIOTEC UNIVERSIT RI

R N

D A

N o

Documento

Z

7 y

N.°

opra

¡ l 5

f o

A

J

T R O T T A

Page 31: las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

7/17/2019 las culturas musicales: unos articulos sobre etnomusicologia

http://slidepdf.com/reader/full/las-culturas-musicales-unos-articulos-sobre-etnomusicologia 31/31

COLECCIÓN

ESTRUCTURAS Y PROCESOS

Serie Antropo logía

Dirigido

por Honorio Velosco

{

hluonal

Tm1w, S.A., 200 1

1crrJJ,

.S5.

28008 Madnd

Tclcfono: 9 1 543

03

6 1

1-ax:

9 1 543 14

88

1 ma1 l: [email protected]

hrrp:l/www.rwrra.es

ID

llcl

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1'.

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fnch

1\1 von Hornhoo,rd,

Mande l l t > < ~ < . l

llrunn Ncu l, Arom,

1 r l ~

Kcil, Alan Lom.tx. Srcvcn

cld, Caml l' . Rohcrr:.nn,

Ruth

h nncgan, 200 1

Abn 1.

Mcrnam: · Dcfimcio ncs de

l o ¡ ~ 1 . 1

compnr.1da

y

crnomusicolo·

gí.1 , wm:1do dc

Eth11omustrology, O Si><:I<

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l'im

cHhy Ri

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in

la ··cmod

cla..: ii>n

de 11

ct

nom\ls o:olo

gía , mm

a

do de

Etlmomusicnlog)', <D

Socicty for Frhnomu

,ico

lo¡;y, 1

91l

7:

lvl

arg.ll'cth Kartomi,

• PnJCC><lS y resultados de l

c<>nl .lCI<l

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Flhmmut

si w logy,

© Boa rd

ol

Trusrccs

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c Un

iVC

I\Ity

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Illiuoi:., 198 1 (incluidos

mcdi.1ntc auro

rim ci6

n de Univcrs

ir

y of llhnois l'rc:.s);

Jnhn

1

1acki

ng:

«

F I

análisis

de

¡,,

musica •, romado de Venda / n l d r c u ~

5WI {S:

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lud

y ll

mo

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logical aual) SS,

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Mustmlog) ,

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mediante

o r i ~ . a c i ó n ; Abn P. Mcrn.un:

U y fu

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>•, romado

de

AulriJOflnlogy o{ .lusic

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3-

172 de

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rcCI /111011,

© t.amhrtdl\c

Univcr<>i

ty P r e ~ s . 1987

sr

be

D1scño

Joaquín Ga llego

ISBN: 84·8164·474-9

Depósito

Legal

: M-41131·2001

I

mpresión

Área

Prinring

CONTEN IDO

Prólogo:

Francisco Cruces .. ........................................ .........

l.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

l.

DEFINICIÓN

  O I\ jETO, II I HORIA

1

MÉTODO Dé LA

FTNOVIUS ICO LOGfA

Etnomu

sicología:

He/en

P

Myers

......... .............. ........

Los problemas de la musicología

co

mparada: Eri

ch

M.

von .Hornbostel ..... ............................................. .... ... .

Definiciones de «musicolog

ía

comparada» y «ctnomu si

cología»:

un

a perspectiva histórico- teórica :

Alan P

Me-

rriarn ............... ...

..

........................................ ....... ..... .

Transcripc ión

y

notación:

Mantle Hood

.................... .

Últimas tendencias en erno

mu

sico logía : Bruno Nettl .. .

IIac

ia la remodelación de la em omusicología : Tirno thy

Rice

.........................................

..................... .. .. ........

I l. REFLEXIONFS rN 1 OR O

AL

L

EI GUA

JE

MUSICA

l Y SU ANÁL.I SIS

El análisis cultural de la música : john Bla

c

km

g

...

..

....

.

Modelización

y

modelos en las músicas de tradición oral:

Sintha A

rom

......................................... .......... .......... .

Un uni

verso de

univ

ersa

les:

Leonard

B.

Meyer

.........

.

7

9

19

41

59

79

115

155

181

203

233