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8/12/2019 Las memorias del plan en el Conurbano Bonaerense. Reflexiones acerca de la implementacin de la Asignacin

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LAS MEMORIAS DEL PLAN EN EL CONURBANO BONAERENSE.REFLEXIONES ACERCA DE LA IMPLEMENTACIN DE LA ASIGNACIN UNIVERSAL POR HIJO

por M. Claudia Cabrera 1

I. Introduccin

En este trabajo se presentan resultados de un trabajo de campo msamplio, realizado durante el ao 2011 en 10 barrios populares del Conurbanobonaerense en el marco de un convenio firmado entre el Ministerio de De-sarrollo de la Provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional de

Avellaneda (UNDAV), indagando este artculo, en particular, acerca de la

forma en la que se implementa en el territorio el acceso a la AsignacinUniversal por Hijo (AUH).Se parte de una premisa que no se pondr en discusin en el artculo.

Es la que se desprende de la afirmacin de que la AUH no tiene un carcteruniversal, y que se encuentra ampliamente justificada por los argumentospropuestos por Calvi, Cimillo y Chitarroni (2011), Arcidicono, Carmona Barrenechea y Straschnoy (2011) y Grassi (2012). Aqu se discute, enton-ces, la capacidad de este programa de alcanzar los estndares de universali-

dad definidos en las normas de su creacin y en los procedimientos de suimplementacin en el territorio.Del anlisis emprico se desprenden dos cuestiones fundamentales

que obstruyen la posibilidad de universalizacin de la asignacin en los tr-minos en los que esta poltica define universalidad: la primera se vincula conla cobertura y la segunda, que encastra con la anterior, se relaciona con los

1 Doctora en Ciencias Sociales (Flacso); Grupo de Estudio sobre Polticas Sociales y

Condiciones de Trabajo del Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA);UNDAV. E-mail: [email protected].

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modos en los que en el territorio funciona la memoria del plan, restrin-giendo la aplicacin universal de la AUH, no slo por las condicionalidadesdefinidas en la normativa, sino por la imposibilidad de salir de esa lgica quetensiona la construccin de la Asignacin como un derecho.

El trabajo contiene cinco apartados. En el primero se describe breve-mente la metodologa utilizada en el campo y se presenta un cuadro de losbarrios relevados y los criterios de seleccin de los mismos. En el segundo seplantea la discusin acerca del sentido de este programa que, en algunoscasos, es definido como una poltica de lucha contra la pobreza, y en otrosdesde una perspectiva no contradictoria con la primera, como una po-ltica que apunta a ampliar derechos (existiendo un consenso entre quienes

adhieren a esta posicin, acerca de que los derechos que se reconocen son losde los trabajadores informales). Los dos apartados siguientes analizan datosempricos a la luz de estas dos posturas y en el ltimo se plantean algunasreflexiones finales.

II. Metodologa

En este artculo se presentan:a) Resultados de un trabajo de campo realizado en 10 barrios delConurbano bonaerense durante el ao 2011 (Cuadro 1), cuyo objetivo fueobtener datos empricos sobre las condiciones de vida de los hogares debarrios populares de dicho conglomerado, a partir de cuatro dimensionesdefinidas como ejes del estudio: hbitat, trabajo, produccin y consumo.Para la recoleccin de datos se utilizaron tcnicas cuantitativas y cualitativas.Concretamente el trabajo de campo consisti en un relevamiento mediante

encuestas o censos, entrevistas en profundidad a vecinos del barrio y funcio-narios municipales, y un relevamiento de las condiciones urbano-ambienta-les por parte del equipo en el territorio. El trabajo de campo cuantitativoconsisti en la realizacin de una encuesta por muestreo en cada barrio, quecont con un diseo probabilstico estratificado en etapas, y en la cual seaplic una seleccin sistemtica en cada estrato. En el caso del barrio Alsina se realiz un censo por haber una cantidad de viviendas inferior a 200. Eltamao de la muestra se determin de forma tal de obtener estimaciones de

variables categricas referidas a viviendas y a hogares con un margen de errorno mayor a 5 puntos porcentuales y con un nivel de confianza del 95%. Las

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estimaciones de variables categricas referidas a individuos poseen un mar-gen de error menor, con el mismo nivel de confianza. La muestra fue ponde-rada para el anlisis de los datos.

b) Los resultados de un censo realizado en octubre de 2009 en elbarrio Villa Inflamable de Avellaneda, realizado por dicha municipalidad,los cuales permitieron evaluar el impacto que tiene all la AUH.

III. Los sentidos de la AUH

Este artculo analiza, desde la intencionalidad de la propia normativa

que instaura la AUH, qu vinculacin existe entre los principios de universa-lidad que este programa define y su implementacin en el territorio. En esteapartado se abordan dos posibles objetivos centrales (no excluyentes ni con-tradictorios, pero que hacen hincapi en una u otra dimensin respecto delsentido con el que fue instituida la AUH). Este programa puede ser entendi-do, entonces:

a) Como una poltica de lucha contra la pobreza. Siguiendo esta pos-tura, Roca 2 (2011: XX) seala que:

El objetivo fundamental de la implementacin de la AUH para la proteccin social a nios, nias y adolescentes, fue elaborar einstrumentar una poltica pblica masiva de reduccin de la pobreza,especialmente de la pobreza extrema , y favorecer a los sectores demenores recursos. En este sentido, ante la configuracin de un mer-cado de trabajo precarizado y frgil, producto de largos aos de des-truccin y reduccin de los derechos laborales (desde 1976 con la

Dictadura y posteriormente en los noventa con la implementacinde polticas de carcter netamente neoliberales vigentes hasta la crisisdel 2001-2002), se haba excluido a un vasto sector de trabajadoresde los beneficios de la seguridad social. La implementacin de esta poltica, con la idea de constituirla en un derecho, de carcter norma-tivo, podra reparar los efectos de la mencionada desestructuracin.Sin embargo, la propuesta no implica abandonar el objetivo de lograr

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Subsecretaria de Polticas de Seguridad Social. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguri-dad Social.

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un mercado de trabajo y empleo en condiciones de cobertura de la seguridad social e ingresos y condiciones laborales adecuadas.

En el mismo sentido, Agis, Caete y Panigo (2010: XX), en su an-lisis sobre los efectos de la asignacin respecto de la pobreza, la indigencia, la desigualdad y la vulnerabilidad relativa, afirman que:

La AUH no se implement con el solo objetivo de obtener la justicia social intentando retrotraer los indicadores de bienestar sociala los niveles de 1974. De manera complementaria, la AUH buscaba solucionar uno de los problemas ms importantes del nuevo modelo

macroeconmico: que an cuando casi todos los grupos poblacionaleshan mejorado su calidad de vida, la fragilidad relativa de ciertos gru-pos histricamente vulnerables se fue incrementando en los ltimosaos. En efecto, aunque la incidencia de la indigencia se redujotendencialmente para el conjunto de la poblacin, este efecto ha sidoms intenso en los grupos sociales que usualmente son vistos comomenos vulnerables (a excepcin de los ancianos, grupo poblacionalque redujo fuertemente su vulnerabilidad frente a la indigencia con elnuevo modelo macroeconmico y las polticas previsionalesimplementadas), incrementndose as la vulnerabilidad relativa degrupos como nios, madres solteras y familias numerosas.

As, la eleccin de los indicadores empricos para el anlisis del impac-to mencionado, como la definicin de los objetivos de este programa, apun-tan a mostrar la relacin entre la AUH y la pobreza o vulnerabilidad de susdestinatarios.

En cuanto al decreto 1602/09 de creacin de la AUH, los

considerandos mantienen esta tensin. Por un lado, se inscribe la norma en una poltica socio-laboral, al manifestar que la asignacin equipara losderechos de los trabajadores informales y desocupados a los de los trabajado-res registrados. En este sentido, el decreto manifiesta:

Que, a travs de la Ley N 24.714 se instituy con alcance nacio-nal y obligatorio un Rgimen de Asignaciones Familiares.

Que dicha norma abarca a los trabajadores que presten servicios

remunerados en relacin de dependencia en la actividad privada, cual-quiera sea la modalidad de contratacin laboral y a los beneficiarios

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tanto del Sistema Integrado Previsional Argentino como de regme-nes de pensiones no contributivas por invalidez.

Que, en el rgimen establecido por la ley citada se encuentran

previstas, entre otras, la asignacin por hijo consistente en el pago deuna suma mensual por cada hijo menor de 18 aos que estuviere a cargo del beneficiario, as como la asignacin por hijo con discapacidad.

Que en el mencionado Rgimen de Asignaciones Familiares no seincluye a los grupos familiares que se encuentren desocupados o quese desempeen en la economa informal.

Por otro lado, se seala:

Que, forzoso es decirlo, esta medida por s no puede garantizar la salida de la pobreza de sus beneficiarios y no puede ubicarse all toda la expectativa social, aunque resultar, confiamos, un paliativo im-portante. Queremos evitar entonces el riesgo de depositar la ilusinde que con una sola medida se puede terminar con la pobreza.

Que, como se ha destacado, una medida de tal naturaleza tienesin embargo una indudable relevancia en cuanto significa ms dineroen los bolsillos de los sectores ms postergados. No implica necesaria-mente el fin de la pobreza, pero inocultablemente ofrece una res-puesta reparadora a una poblacin que ha sido castigada por polticaseconmicas de corte neoliberal.

Que la clave para una solucin estructural del tema de la pobreza sigue afincada en el crecimiento econmico y la creacin constante depuestos de trabajo. El trabajo decente sigue siendo el elementocohesionante de la familia y de la sociedad, que permite el desarrollode la persona.

b) Como una poltica socio-laboral, trmino que empricamente abarca:

un conjunto de intervenciones y regulaciones polticas que desbor-dan aquellas que estrictamente corresponden a la poltica laboral3,

3 La poltica laboral es el eje organizador del conjunto de intervenciones sociales delEstado, pues regula directamente la relacin fundamental de las sociedades capitalistas

(la forma mercanca de la fuerza de trabajo), y al hacerlo, interviene en la distribucinprimaria del ingreso (Danani 2009: 33).



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pero que tienen por objeto el trabajo (y por eso se definen). En esaspolticas (de empleo, salariales, de asistencia al desempleo, de seguri-dad y proteccin social) se pone de manifiesto la consideracin queadquiere el trabajo humano en la produccin y la que merece el suje-to del trabajo. Expresan (y constituyen al mismo tiempo) primor-dialmente el rgimen de reproduccin y, en consecuencia, demarcan(constrien y habilitan) las condiciones de vida y coadyuvan a la calidad de la participacin en la vida social. Aunque no agotan la totalidad de intervenciones sociales del Estado, se halla ah un ncleofundamental de lo que puede sintetizarse como lareabsorcin poltica de las divisiones socialesen el capitalismo (Grassi 2012: 3)4.

Desde los mbitos acadmicos prima, en general, un consenso cerca-no a esta postura, que pone en segundo plano la cuestin de la lucha contra la pobreza (no la pobreza misma, ya que, en definitiva, se trata de ampliarderechos a trabajadores y desocupados pobres) y se centra en el anlisis delpapel de la AUH que ampla/extiende derechos, incorporando a los trabaja-dores informales al rgimen de la seguridad social que consagr el Rgimende Asignaciones Familiares creado en 1957 y limitado tradicionalmente a

los empleados formales (Grassi 2012; Hintze y Costa 2011). Arcidicono,Carmona Barrenechea y Straschnoy (2011) sealan, por su parte, el carcterdifuso de la AUH, que se mueve entre las prestaciones clsicas de la Seguri-dad Social y los Programas de Transferencia Condicionada de Ingresos, pro-poniendo cuestiones que resultaron detonantes de algunos interrogantes queguan este artculo.

Como se puede observar, la diferencia entre estas dos posturas, si biensutil, es significativa. La primera se focaliza en los nios, nias y adolescen-

tes pobres y coloca el acento en el adulto que posee menores a su cargo. La segunda postura pone el acento en el sujeto del trabajo, y centra sus anli-sis en la equiparacin de la protecciones va trabajo que propone la AUH, alextender las propias del trabajo registrado a aquellos que constituyen el mer-cado laboral no registrado o informal, o incluso a aquellos trabajadores regis-trados que han sido excluidos de protecciones (como es el caso de losmonotributistas sociales o el servicio domstico). En definitiva, unifica a

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Grassi (2012: 4) ya seala la incongruencia en la concepcin del trabajo, en el tipo deintegracin que se propugna y en la consideracin del sujeto del trabajo.

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ambas dimensiones la situacin de pobreza, ya que sta es determinantepara acceder a la AUH (aunque debe aclararse que se trata de una condicinnecesaria pero no suficiente, dado que no todos los pobres son destinatariosde la asignacin)5.

IV. La AUH como poltica pblica de reduccin de la pobreza

Para analizar la relacin entre AUH y pobreza por ingresos se utilizar el caso del barrio Villa Inflamable. La eleccin no responde a un criterioterico o territorial, sino a la posibilidad de contar con datos estadsticos,

algo poco frecuente cuando se trabaja con barrios populares, en los cuales la dificultad para conseguir datos se observa an en los operativos de los CensosNacionales. Con tal fin se utilizar el relevamiento realizado en 2011, men-cionado en el apartado Metodologa y, como lnea de base, el censo realizadoen 2009 por la Municipalidad de Avellaneda en ese mismo barrio.

Hasta ahora, la mayora de los estudios sobre el impacto de la AUH sehan hecho a partir de simulaciones realizadas con datos de la Encuesta Per-manente de Hogares (EPH), cuyo universo son conglomerados urbanos. A

partir de esa informacin, Agis (2010), miembro delthink tank Cenda (Centrode Estudios para el Desarrollo Argentino), estima que los indicadores depobreza podran caer hasta un 50% a nivel nacional, con marcadas diferen-cias regionales. Por su parte, Roca, (2011) en una simulacin utilizando la EPH y con base en datos del Ministerio de Trabajo y la AdministracinNacional de la Seguridad Social (ANSES) sealaba que cuando la AUHllegara a la cobertura terica cercana a 4 millones de menores, impactara enla pobreza por ingresos de manera significativa, reducindose del 8,7% al

6,8%, (-21,9%); y que la indigencia pasara del 2,5% al 1,4% (-42,3%).Sin embargo, los datos que se presentan para el caso de Villa Inflamablemuestran que ese impacto no se reflej en ese territorio considerando el ao2009 (previo a la implementacin de la AUH) y 2011. Tal como se observa en el Cuadro 2, un tercio (35,4%) de los hogares de Villa Inflamable en los

5 Cabe sealar que de acuerdo con el texto del decreto de creacin de la AUH se debeacreditar desocupacin sin seguro de desempleo o ingreso inferior al salario mnimo,

vital y mvil. No se trata, pues, de una acreditacin de la situacin de pobreza pero, entrminos reales, estas condiciones apuntan a la poblacin pobre por ingresos.



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cuales hay nios y adolescentes menores de 18 aos, perciban la AUH en junio de 2011. Ms del 65% de los que reciban la AUH en ese momento lohacan por dos hijos o menos (Cuadro 3), por lo que el ingreso alcanzaba la suma de $3526. Si se considera que de los hogares que cobran la asignacin,slo el 46% tiene hasta dos hijos (Cuadro 4), puede inferirse que muchoshogares que la cobran, no lo hacen por todos los nios y/o adolescentes delmismo, sino slo por algunos.

Pobreza por ingresos

El clculo de la pobreza por ingresos se hizo considerando dos medi-ciones de la Canasta Bsica Alimentaria (CBA). Una es la que realiza el Ins-tituto Nacional de Estadstica y Censos (INDEC), y que muestra seriosproblemas de actualizacin, ya que no ha reflejado el ritmo de los aumentosde precios de los ltimos aos. La otra es la que elaboraba la consultora Equis(de cierta afinidad a la gestin del gobierno actual7), la cual se ha tomado eneste estudio para evitar presunciones de sobreestimacin del valor de dicha canasta 8.

Cabe aclarar que para el clculo de pobreza e indigencia de la encues-ta realizada en junio de 2011, se cont con el dato de la CBA elaborado porla consultora Equis, pero no fue posible acceder a ese mismo dato para el mesde octubre de 2009, el cual era necesario para realizar el clculo de la pobre-za por ingresos. Los datos ms cercanos que se obtuvieron fueron el de febre-ro de 2010 y el acumulado desde enero de ese ao. Se determin el porcen-taje de aumento de la CBA de octubre 2009 a enero 2010 segn los clculosdel INDEC, y se rest ese mismo porcentaje al valor suministrado por la

consultora Equis, para estimar un dato aproximado para el mes de octubre.Se perciben marcadas diferencias entre el porcentaje de hogares po-bres y no pobres segn la CBA que se utilice (la elaborada por el INDEC o

6 Que equivale al monto de $176 por cada hijo por mes. El monto de la AUH subi al$216 mensual en el mes de septiembre de 2011.

7 Presidencia Kirchner (2003-2008) y primera y segunda presidencia de Fernndez(2008-2011 y 2011-2015)

8 Si se hubiera tomado la Canasta actualizada con el IPC 7 provincias construido por

CENDA, cuyo ltimo dato publicado corresponde a marzo de 2011, los valores depobreza e indigencia sera superiores.

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la confeccionada por la consultora Equis). Pero en ninguno de los dos casosse observa una disminucin significativa de la pobreza o de la indigencia enlos hogares de Villa Inflamable a partir de la implementacin de la AUH. Enel caso de la pobreza medida por el INDEC (Grfico 1), se nota una dismi-nucin de dos dcimas, que no puede considerarse relevante. De este modo,si se tiene en cuenta la CBA del INDEC, los porcentajes se mantienen simi-lares en 2009 y 2011. Pero si se realiza el clculo tomando la canasta medida por la consultora Equis (Grfico 2), se observa un crecimiento, tanto de la pobreza como de la indigencia. Analizando los hogares con menores de 18aos, que son aquellos que estn en condiciones de ser receptores de la AUH,se observa una leve disminucin de la pobreza y una aun menor disminu-

cin de la indigencia, si se considera la CBA elaborada por el INDEC (Gr-fico 3). Esta leve disminucin se invierte si se realiza el clculo de pobreza a partir de la canasta elaborada por la consultora Equis, ya que la pobreza subeun 2,9% y la indigencia un 2% (Grfico 4).

V. La AUH como ampliacin del derechoal Rgimen de Asignaciones Familiares

Pensar la AUH como una ampliacin del Rgimen de AsignacionesFamiliares que abarca a los trabajadores formales y, por lo tanto, como unreconocimiento a la condicin de trabajadores informales y precarios, debera implicar una cobertura generalizada de esa poblacin, y ello requiere modosde acceso a esta poltica que deberan romper con la lgica del acceso al plan.

Los datos obtenidos en el campo reflejan, en algunos casos, una co-bertura muy escasa que seguramente est asociada a las modalidades de acce-

so que se terminan generalizando en el territorio. Segn la hiptesis que aqu se presenta, este alcance limitado se sostiene en la memoria de las modalida-des tradicionales que implicaban convertirse en beneficiarios de los dife-rentes planes y programas que han tomado a las poblaciones pobres comodestinatarias.

a) La cobertura Como se observa en el Grfico 5, dentro de la categora de hogares

con menores de 18 aos, el barrio Alsina es el que presenta el mayor porcen-taje de hogares que perciben la AUH (56,1%), seguido por La Esperanza,



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con un 53%, y el Federal de Varela, con un 51%. Pero barrios como 9 deEnero, Villa Inflamable y el Federal de Echeverra, no alcanzan a un 40%,mientras que San Cayetano-San Blas es el barrio que presenta el ms bajoporcentaje de percepcin, con un 29,6%. Segn los primeros resultados deuna encuesta realizada por el Ministerio de Trabajo en 2011 Encuesta deProteccin y Seguridad Social (ENAPROSS) la cobertura de la AUH en elConurbano bonaerense es del 27% de los hogares que estn en condicionesde acceder a ella. Respecto del promedio de menores cubiertos en cada ho-gar, la cobertura para la Provincia de Buenos Aires es de 1,83.

El Grfico 6 muestra el porcentaje de ocupados registrados. Cabeaclarar que el Grfico 5 tiene por unidad de anlisis a los hogares, mientras

que el 6, a personas del hogar que poseen un trabajo registrado, no necesaria-mente los jefes de hogar, o los padres o responsables de menores de 18 aos.Por otro lado, no se presentan en este ltimo grfico los hogares sin personasocupadas. Por estas razones no puede realizarse una resta simple entre traba-

jadores no registrados y receptores de la AUH. An considerando estas pre-venciones, el alto porcentaje de trabajo no registrado es un dato insoslayableal momento de analizar la AUH desde la perspectiva de la ampliacin dederechos para los trabajadores informales.

Si bien la premisa de este artculo es discutir la universalidad de la AUH desde los trminos de inclusin y exclusin definidos por su propia normativa, a la hora de analizar la cobertura del programa no pueden dejarde considerarse los condicionamientos existentes. Cuantificar el peso queestos condicionamientos tienen en la no percepcin de la AUH es un asuntode gran dificultad, pero algunos indicadores muestran que, si bien estosfactores no tienen una relevancia cuantitativa fuerte, funcionan como varia-bles de exclusin.

Asimismo, hay que considerar elementos que transitan andarivelesdistanciados de la discusin acerca del sentido o la universalidad de la AUH.Se trata de cuestiones que tienen que ver con precarizaciones de larga data delas condiciones de vida de poblaciones como las que se estudian en esteartculo, y en las cuales el derecho bsico a la identidad que en nuestropas se materializa esencialmente en la documentacin que certifica la exis-tencia civil (partida de nacimiento y documento de identidad), no logra consolidarse como tal, impidiendo el acceso a otros derechos (muchas veces,

el derecho a la educacin, al auxilio del Estado o, como en el caso que aqu sepresenta, al acceso a la AUH).

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En los barrios analizados, la insercin escolar de los nios de entre 6 y 12 aos oscila en torno al 96%. Pero en el segmento de poblacin de 13 a 17aos de todos los barrios, la asistencia escolar decrece un poco hasta ubicarseentre el 75% y el 85%. Esto podra explicar el motivo por el cual los hogaresperciben la AUH slo por algunos de sus hijos, ya que entre los adolescentesel requisito de mantenimiento de escolaridad presenta ms dificultades (Gr-fico 7).

Asimismo, si bien hasta el presente la ANSES no ha comenzado a darde baja a aquellos receptores que no presenten la documentacin que certifi-que la escolaridad y vacunacin de los menores por los que se percibe la

AUH, la existencia de estos requerimientos funciona como un elemento deautoexclusin para la solicitud, tal como se desprende del relato de vecinosde estos barrios.

Ningn plan me sali. Yo me anot desde el primer plan en el ao97. Creo que fui la primera que se anot en Jefes y Jefas de Hogar y nunca me sali () [no cobro] Nada. La asignacin por hijo no la hice porque la seora que est en la asignacin por hijo vive en la otra cuadra, viva ac a media cuadra y yo fui a hablar con ella pero medijo que los chicos tienen que ir a la escuela, y yo cmo puedo man-dar a mis hijos a la escuela descalzos? En ese momento cuando empe-zaron las clases. Cmo puedo yo ir a la escuela y decirles frmamesi los chicos no van a la escuela?, no me lo pueden hacer.

(Entrevistada. Barrio Federal de Esteban Echeverra)

El otro elemento que aparece en las palabras de los entrevistados comoel de mayor peso (y el cual se encuentra ntimamente ligado con el punto ii)del apartado b), que se tratar ms adelante), es la enorme dificultad para regularizar la situacin de acceso al DNI.

Yo no tena el documento y no poda tramitar. () S, ahora s, ya tengo DNI, pero a mi nena le falta el documento. Tiene que tenertodo para tramitar y ah s puede ser. Ahora estoy cobrando la asigna-cin por hijo, pero cobro por cuatro porque me faltan documentos detres, pero igual no me alcanza.

(Entrevistada. Barrio 22 de enero)



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La asignacin familiar no puedo cobrar, porque yo tengo cdula noms y tengo que tener DNI. El s tiene DNI, pero si el padre,noms, tiene DNI, no pods cobrar la asignacin. Tienen que tenerlos dos () Todava no estoy haciendo el trmite () Porque esolleva mucha plata tambin...

(Entrevistada. Barrio San Cayetano-San Blas)

Todava nada, por el problema del documento. No puedo cobrar.Todava no me lleg el DNI. Me lleg nada ms lo de Beln y des-pus tengo que reclamar, y para reclamar necesito la radicacin, quetengo turno para el 27 de Migraciones. El 18 de enero cumpl un

ao que me hice el DNI y no me lleg. Me dijeron que tengo quereclamar. Y sin el DNI no puedo cobrar. Si no, ya tendra que estarcobrando, por lo menos, la asignacin por hijo. Y no puedo, todava no. De plan, el nico que tengo es la tarjeta Nacin, que me dieronen San Miguel. Son 75 pesos. La ayuda que tengo es esa.

(Entrevistada. Barrio San Cayetano-San Blas)

En total yo cobro por dos noms, porque los otros tres son trmi-

tes de documento. () No, no, porque los del Registro Civil Yolos tuve a los tres ac en el Santamarina, en el hospital ac de MonteGrande. No s qu problema haba que el Registro Civil no te losanotaba No s por qu fue. La cuestin que no los anot en elRegistro Civil, y despus, bueno, fui y vine, porque me separ ms deuna vez. Me fui y vine, me fui y vine. Fue pasando y no los hice, y ahora como ya pas dos aos, te exigen mucho para volverlos a anotar.Tens que ir a regularizar la fecha, el sello El ao que yo los tuve no

te sirve. Tens que llevar testigos por embarazo Y la ltima quetuve, la tuve en mi casa, que es peor el trmite que tengo que hacerporque va todo por juzgado.


b) La AUH como sucednea del planEn cierto sentido, algunas de las condicionalidades de la AUH termi-

nan funcionando como sucedneos de la focalizacin de los planes tradicio-

nales, lo que se suma a las dificultades que se observan para cambiar el regis-tro del modo de gestin, reforzndose, as, esta idea de continuidad del

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plan. A continuacin se sealan dos factores que sostienen esta afirmacin:i. La perspectiva de los habitantes de estos barrios es que la AUH no

es entendida como un derecho, sino como el continuador del ltimo de losplanes por el cual se transit:

Planes no he salido ninguno. Me he recorrido todos los lugares,me he ido a marchas, para salir a las cooperativas. Lo nico que tengoes el Salario Universal, que no s de cmo me sali, porque la verdadque no s () Por las dos nenas y a m no me alcanza porque las nenascomen, las tienen que tener zapatillas, ropa, todo porque el padre a m no me ayuda. Al no tener ayuda de nadie, al no estar trabajando es

como que no me alcanza la plata.(Entrevistada. Barrio 2 de abril)

Estaba cobrando el Plan se Familia, que ahora se cambi. Y s cobro, cobro por mes eso, son $500. Todava no llev ningn papel

(Entrevistada. Barrio Federal de Florencio Varela)

S, yo empec con el plan Jefes y Jefas, despus me pasaron al

bonaerense, no al bonaerense. Despus me pasaron a ste. Hace va-rios aos, s () S, yo me fui a anotar. Anotaban en los colegios.Tenas que hacer cola me acuerdo, y yo fui a solicitarlo. Gracias a Dios, un montn de meses pasaron, pero sal. En ese entonces, secobraban 150 pesos noms.


ii. Las dificultades de dar seguimiento a la gestin, por la burocracia o

la incomprensin de los pasos del trmite, implican una traba a veces insal-vable para el acceso a la AUH:

Es el nico que tengo, que no s si me lo asignaron con la Asigna-cin Familiar. No s, porque yo no hice ningn trmite para asigna-cin familiar porque yo no lo saba. Cuando me mud para ac yo nosaba que estaba ese plan y ac me enter por la televisin. Y ahora para hacerlo el nico que me quedara para entrar sera el ms

chiquitito, porque tres noms en el Plan se de Jefes y Jefas. Y averi-g en la ANSES y me dijeron que tena que llevar los papeles. Pero



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como yo no tena el cambio de domicilio que hice el trmite ac Y cuando ya me lo iban a hacer, yo pagu el estampillado que te pidende $8, y me dijeron que no me lo podan hacer porque no tena unreferente de que yo estaba viviendo ac, que yo tena esta direccin.Bueno, pasaron, hace dos aos y pico tengo pagado el comprobantepara el cambio de domicilio. Empezamos a pagar el agua y con esecomprobante que pagu fui al Registro Civil y me dijeron que no.Entonces, bueno, fui al Colegio, ped un Porque fueron de primergrado mis hijos mis sobrinos tambin fueron a primer grado, conese papel de la directora que me deca que los chicos ya iban al colegioac cuando vine para que me hicieran el documento, se, el compro-

bante del servicio. Ms la asistente social del colegio de discapacitadosde la nena sta tambin saba que yo estaba ac, y as todo no me lohicieron. Me dijeron que tena que ir la otra semana para ver si la directora del Registro Civil me lo aceptaba. Y ya despus ya no me fuims, ya ah me qued sin hacerlo, porque me fui muchas veces. Y loque yo ganaba era para eso noms, era para hacer trmites y se me iba todo ah. A veces no tena ni para comer y me tena que hacer esetrmite que no lo poda dejar de hacer. Y despus yo dije no, no

tena mucho trabajo y lo poquito que ganaba me haca falta para eso.(Entrevistada. Barrio 9 de enero)

No, la Asignacin cobro, pero ahora en este momento no cobro,porque me sacaron. Ahora ya hice el reclamo () No saben por qu. Nos. No me dieron ninguna explicacin. Me dijeron que vuelva a entregartodos los papeles, pero no me dijeron por qu me lo sacaron. Me lossacaron a los dos. Y no s. [Fui a averiguar] En el ANSES fui ahora. Ahora

ya estoy haciendo todos los trmites, ya hice los trmites, ahora para setiembre. Igual me van a pagar. Me dijo que me van a pagar los mesesque no cobr. En setiembre tengo que ir a buscar una liquidacin

(Entrevistada Barrio Federal de Florencio Varela)

VI. Reflexiones finales

La AUH ha sido presentada desde la gestin de Fernndez como una poltica de lucha contra la pobreza. El discurso oficial y los centros de pensa-

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miento ms cercanos al oficialismo prontamente presentaron proyeccionesdel impacto que debera tener la asignacin como un fuerte factor reductorde la pobreza y, fundamentalmente, de la indigencia (como as tambin dela desigualdad). Sin embargo, y ms all de demostrarse que estas proyeccio-nes no se han cumplido en el caso emprico aqu abordado, detenerse en elimpacto de la AUH sobre la pobreza empobrece el anlisis que pueda hacerse sobre los significados ms complejos de esta poltica, cuyo objetivocontempla, adems, la ampliacin de derechos. De acuerdo a los datos ya presentados, se intent resumir aquellos elementos que obstaculizan el cum-plimiento por parte de la AUH de este objetivo, y una de cuyas consecuen-cias puede ser el escaso o nulo impacto de este programa en la reduccin de

la pobreza:

i. La lnea de pobreza se calcula considerando a todos los integrantes delhogar. Se ha mostrado que el 67% de los hogares que recibe la asigna-cin en Villa Inflamable lo hacen por hasta dos hijos, mientras queslo el 46% de los hogares tienen hasta esa cantidad de menores. Estosignifica que al menos el 20% de los hogares cobran por menos hijosde los que tienen. En estos casos el porcentaje de la CBA que cubre la

AUH no alcanza a superar la lnea de pobreza o, en muchos casos, la de indigencia.ii. El monto de la asignacin se deteriora frente a la CBA debido a la

inflacin, lo que, a su vez, se agrava a causa de lo mencionado en elpunto i.

iii. El porcentaje de poblacin cubierta por la AUH respecto de la queestara en condiciones de recibirla siempre considerando las condi-ciones de universalidad que define la normativa es bajo. Ello se

debe a que9

:a. Persisten serios problemas con respecto al acceso al DNI, tantopara los mayores de edad como para los menores, que incluyen la no inscripcin al Registro de las Personas.

b. La condicionalidad respecto de la escolarizacin implica, en algu-nos casos, la autoexclusin de la solicitud.

9 Seguramente el listado no es exhaustivo, y algunas afirmaciones no dejan de ser conje-

turas debido a la imposibilidad metodolgica de su comprobacin. Sin embargo, stasmuestran un significativo grado de probabilidad.



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c. Si bien los niveles de escolarizacin son muy altos entre los niosde entre 6 y 12 aos, stos descienden de manera considerableentre aquellos que asisten al secundario. No es posible saberlo a partir de los datos recabados, pero cabe suponer que esto explica,en parte, el desacople entre la cantidad de nios del hogar y losreceptores de la asignacin.

d. Para muchas personas de barrios populares, el espacio de vida secircunscribe a los lmites del barrio. Se han trascripto algunas refe-rencias de los entrevistados al modo de gestin de los trmitesvinculados, en este caso, a la AUH. Por razones de espacio no seagregaron otras, que exceden el objeto del artculo, pero cabe men-

cionar que abundan los relatos sobre el papel central que tienen enestos barrios las manzaneras, los punteros polticos, los portavocesde organizaciones sociales, etc., los cuales asumen de facto el rol degestores o nexos entre el territorio y el Estado. Esta prctica, con-solidada a partir de muchos planes sociales focalizados, permitidefinir criterios de merecimiento, en general a partir de la discrecionalidad arbitraria de estos gestores. La definicin de Sabrina Frederic (2004) respecto de su papel de Buenos vecinos, malos

polticos, sintetiza de manera magistral esta situacin, al encerrartodos los matices y oscuridades de estas figuras necesarias Si bienes preferible omitir juicios rpidos sobre estas figuras los cualessuelen tener un tinte moralista, ajeno a las enormes y complejascontradicciones que encierran estos territorios ello no impidesealar que la AUH, con una naturaleza diferente a la de los planesfocalizados tradicionales, excede la posibilidad de gestin de estosactores territoriales quienes, al amoldar la asignacin a los viejos

modos y criterios de gestin, terminan transformndose en obst-culos para su universalizacin. Lo que se seala, entonces, es quede ningn modo la AUH puede gestionarse del mismo modo queel plan, sin evitar convertirse en su sucedneo.

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CUADRO 1Matriz de barrios relevados

Fuente: Elaboracin propia con datos del relevamiento realizado por el Equipo de Estudios deCondiciones de Vida en el Conurbano Bonaerense (UNDAV) entre mayo y agosto de 2011.



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CUADRO 2Hogares con menores de 18 aos segn percepcin de la AUH

Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la encuesta realizada en el barrio Villa Inflamable (Avellaneda). Junio de 2011.

CUADRO 3Hogares que perciben la AUH segn cantidad total

de hijos e hijas que la reciben


CUADRO 4Hogares que perciben la AUH

segn cantidad total de hijos e hijas en el hogar


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CUADRO 5Procedimiento para el clculo de la Canasta Bsica Total (CBA)

del mes de octubre de 2009

* Relacin entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados.** Canasta Bsica Total.

GRFICO 1Pobreza por ingresos. Villa Inflamable (CBA INDEC)

Fuente: Elaboracin propia con datos del censo realizado en el barrio Villa Inflamable en2009 (Municipalidad de Avellaneda) y la encuesta realizada en 2011 (UNDAV).



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GRFICO 2Pobreza por ingresos. Villa Inflamable (CBA Consultora Equis)


GRFICO 3Pobreza por ingresos en hogares con menores de 18 aos. Villa Inflamable (CBA INDEC)


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GRFICO 4Pobreza por ingresos en hogares con menores de 18 aos.

Villa Inflamable (CBA Consultora Equis)


GRFICO 5Hogares con menores de 18 aos segn percepcin de AUH

Fuente: Elaboracin propia con datos de la encuesta realizada en 2011 (UNDAV).



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GRFICO 6Poblacin activa segn trabajo registrado


GRFICO 7Poblacin en edad escolar segn asistencia a establecimiento educativo


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Bibliografa

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2009: aproximacin al proceso poltico de la transformacin de la proteccin, enHintze, Susana y Claudia Dadani (coords.)Protecciones y desprotecciones: la seguri-dad social en la Argentina 1990-2010 , Buenos Aires, UNGS.

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ResumenEste artculo propone un anlisis de las condi-ciones de universalizacin de la AsignacinUniversal por Hijo (AUH), un programa depoltica pblica implementado por el gobiernoargentino a partir de 2009. Se discuten los tr-minos en que este programa define universali-dad a partir de dos cuestiones vinculadas con suimplementacin en el territorio, concretamenteen barrios populares del Conurbano bonae-rense: la primera se vincula con la cobertura realdel programa y la segunda se relaciona con losmodos en los que el proceso de acceso en el

territorio recurre a la memoria del plan (es

decir, el recuerdo de programas sociales cono-cidos como planes que se implementaronen la dcada de 1990 para aliviar la pobreza),restringiendo la aplicacin universal de la

AUH, no slo por las condicionalidades exis-tentes, sino por la imposibilidad de salir deesa lgica, que en general remite a los criteriosque impone la focalizacin. Con este objeti-vo se presentan resultados de un trabajo em-prico realizado en 10 barrios populares delrea mencionada durante el ao 2011.

Palabras clave Asignacin Universal por Hijo polticas sociales polticas socio-laborales universa-

lidad planes sociales

AbstractThis article analyzes the universalizationconditions of the Asignacin Universal por Hijo,a public policy program implemented by the

Argentinean government since 2009. Itdiscusses the terms in which this programdefines its universal spirit, addressing two

questions related with its territorialimplementation, specifically in working-classneighborhoods located in Buenos Aires suburbs.The first question refers to the real coverage of the program, and the second one, which fits in

with the other one, examines the way in that

such process of territorial implementationreminds of previous social programs known asplans (created during the nineties to alleviatepoverty), imposing limits to the universalcharacter of the allocation, not only because of the existing restrictions but because of the

impossibility of getting out of that logic, whichtends to follow a focused pattern. In order toaddress this objective this work presents theresults of a field work carried out in ten working-class neighborhoods located in the above-mentioned area during 2011.

Key words

Asignacin Universal por Hijo social policy social and labor policies universality social programs

M. Claudia Cabrera

las memorias del “plan” en el conurbano bonaerense. reflexiones acerca de la implementación de...

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