las montañas volcánicas del ecuador: retratadas y descritas
TRANSCRIPT
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LAS MONTAAS VOLCANICAS DEL ECUADOR
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BANCO CENTRAL DEL ECUADOR
Directorio
Mauricio Ypez Najas
Presidente
Jos Cucaln de Ycaza
Sixto Cuesta Compn
Cornelio Malo Donoso
Miembros del Directorio
Leopoldo Bez Carrera
Gerente General
Mauricio Pareja Canelos
Subgerente General
J. Fernando Moncayo
Director Cultural, Quito
Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia
y la Cultura - UNESCO
Juan Len Mera 130 y Ave. Patria, 6to piso, Quito - Ecuador
Telfono: 593 2 - 2 529085
Fax: 593 2 - 2 504435
E. mail: [email protected]
Gustavo Lpez Ospina
Director
Oficina Regional de Comunicacin e Informacin para Amrica Latina y
el Caribe y Representante para Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia.
mailto:[email protected]
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LAS MONTAAS VOLCANICAS DEL ECUADORRETRATADAS Y DESCRITAS
GEOLOGICA-TOPOGRAFICAMENTEPOR
ALPHONS STBEL
Banco Central del Ecuador
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PRODUCCIN EDITORIAL
Carlos Landzuri Camacho
Adriana Grijalva de Dvila
Ximena Carceln
Editores
Traduccin: Federico Ypez, Revisin: Emilio Cerezo
Correccin de estilo: Mara Eugenia Paz y Mio
Diseo y diagramacin: Arias Design Group Daniela Arias
Impresin: Imprenta Mariscal
Cubierta: Rafael Troya - El Tungurahua: Vista de la Cordillera de Utuac
Fotografa: Archivo Histrico del Banco Central del Ecuador
Banco Central del Ecuador - UNESCO, Quito, mayo 2004
Telf. 222 0905
E-mail: [email protected]
Quito, Ecuador
ISBN: 9978-43-567-0
mailto:[email protected]
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PRESENTACIN DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR 9
PRESENTACIN DE LA UNESCO 11
ESTE LIBRO 13
ALPHONS STBEL EN EL ECUADOR, POR JOS EGRED 15
ALPHONS STBEL: PAISAJISMO E ILUSTRACIN CIENTFICA EN ECUADOR, POR ALEXANDRA KENNEDY 21
APORTES DE ALPHONS STBEL A LA VULCANOLOGA ECUATORIANA, POR HUGO YPEZ 39
PREFACIO 43
CAPTULO UNO 54
INTRODUCCIN A LA REGIN VOLCNICA DEL ECUADOR
ENUMERACIN DE LAS MONTAAS VOLCNICAS DEL ECUADOR SEGN SUS ALTURAS ABSOLUTAS
Y RELATIVAS Y SEGN SU DISPOSICIN OROGRFICA. CON UN MAPA GENERAL. 56
PAUTA DE ORIENTACIN EN LA SECUENCIA DE REPRESENTACIONES PICTRICAS DE LA REGIN
VOLCNICA DEL ECUADOR. 62
LISTA DE LAS PINTURAS DE LA REGIN VOLCNICA DEL ECUADOR, EXPUESTAS DE MANERA
PERMANENTE EN EL MUSEO DE ETNOGRAFA Y GEOGRAFA DE LEIPZIG. 66
NOTAS INTRODUCTORIAS A LA DESCRIPCIN GEOLGICA DE LAS MONTAAS VOLCNICAS DEL ECUADOR. 79
CAPTULO DOS 86
DESCRIPCIN TOPOGRFICO-GEOLGICA DE CADA UNA DE LAS MONTAAS VOLCNICAS DEL ECUADOR
SOBRE LA BASE DE LOS DIBUJOS. 88
ANEXO A LA DESCRIPCIN DE LAS PINTURAS. INFORME EPISTOLAR ENVIADO AL PRESIDENTE DE LA
REPBLICA DEL ECUADOR, SEOR GABRIEL GARCA MORENO, SOBRE ALGUNAS EXCURSIONES Y
ASCENSIONES A LAS MONTAAS DEL ECUADOR. 389
CAPTULO TRES 414
LA DIVERSIDAD DE LAS MONTAAS DESDE EL PUNTO DE VISTA GENTICO. 416
CONTENIDO
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VISIN COMPARATIVA DE OTRAS DOS REGIONES VOLCNICAS NO SUDAMERICANAS.
JORULLO, DIRET ET-TULUL Y HAURAN. 423
SOBRE LOS FENMENOS DE ENFRIAMIENTO EN LAS MASAS DE FUSIN INCANDESCENTES NATURALES
Y ARTIFICIALES. 431
LA FASE MS IMPORTANTE PARA LA CONFIGURACIN EXTERNA DE LA SUPERFICIE TERRESTRE
EN LA EVOLUCIN DEL CUERPO DE LA TIERRA. 440
UN INTENTO DE CLASIFICACIN DE LAS MONTAAS VOLCNICAS DEL ECUADOR 459
LAS MONTAAS VOLCNICAS SEGN SU RELACIN TOPOGRFICA-GENTICA 462
CONOS SUBDIVIDIDOS, MONTAAS CON CONTRAFUERTES. 466
OCHO PERFILES A LO LARGO DE LOS ANDES ECUATORIANOS PARA ILUSTRAR LAS RELACIONES
NATURALES ENTRE LAS RESPECTIVAS ELEVACIONES VERTICALES Y LAS EXTENSIONES HORIZONTALES. 471
CARACTERIZACIN PETROGRFICA DE LAS MONTAAS VOLCNICAS DEL ECUADOR,
POR EL SEOR TEODORO WOLF. 474
PINTURAS DE RAFAEL TROYA 496
ANEXO MAPA DE LA REGIN VOLCNICA.
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PRESENTACIN DEL BANCO CENTRAL DEL ECUADOR
9
Al publicar el libro Las montaas volcnicas del Ecuador de Alphons Stbel, que aparecien alemn en 1897 y uno de cuyos ejemplares se custodia en el Fondo de Ciencias Hu-manas de su Biblioteca, el Banco Central del Ecuador corona un proyecto que se haba pro-
puesto hace varios aos.
Para ello haba obtenido la traduccin del original alemn. Pero como el texto se refera
constantemente a los cuadros que el artista ecuatoriano Rafael Troya haba realizado para
Stbel, y que haban formado parte central del "Museo Etnogrfico" que el mismo cientfico
haba organizado en la ciudad de Leipzig, pareci necesario fotografiar dichos cuadros y re-
producirlos, a pesar de que tales reproducciones no formaban parte del libro original. All
se detuvo el proyecto, porque la inmensa mayora de esos cuadros haban desaparecido, se-
guramente como consecuencia de las Guerras Mundiales del siglo XX, en las que Alemania
fue derrotada e invadida.
Al cabo de varios aos, fue posible revivir este proyecto editorial debido al apoyo de la
UNESCO, altruistamente interesada en sensibilizar a la opinin pblica sobre la naturaleza
volcnica de los Andes ecuatorianos.
Tambin nos impulsaron a retomarlo las investigaciones de la doctora Alexandra Ken-
nedy Troya (vase su libro Rafael Troya, el pintor de los andes ecuatorianos, Quito, Ban-
co Central del Ecuador, 1999) que muestran que Troya sigui pintando paisajes de los An-
des con base en los cuadros que en su juventud haba pintado para Stbel, de tal mane-
ra que muchos de los cuadros de ese artista que se conservan en el Ecuador, entre ellos
algunos que forman parte de los Museos del Banco Central, son copias en ocasiones
casi exactas de los que se han perdido en Alemania. As, hemos podido reproducir nu-
merosos paisajes de Troya, que pueden dar una idea bastante aproximada de los cuadros
a los que se refiere el texto de Stbel.
Entregamos, pues, al pblico, una obra importante sobre la geografa ecuatoriana, que ha
sido hasta ahora poco conocida, salvo por un reducido grupo de especialistas. Estamos se-
guros de que este libro despertar el inters por la historia de la ciencia en el Ecuador, as
como por el surgimiento del paisaje como gnero pictrico en el siglo XIX. De la misma for-
ma, confiamos que su aparicin estimule los estudios sobre el vulcanismo, tanto para en-
tender mejor el territorio ecuatoriano, como para prepararnos para afrontar con inteligen-
cia los potenciales riesgos de la naturaleza.
Eco. Leopoldo Bez Carrera
Gerente General
Banco Central del Ecuador
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PRESENTACIN DE LA UNESCO
11
La UNESCO, en el marco de sus actividades encaminadas a la promocin de la cien-cia al servicio del conocimiento y del conocimiento al servicio de la sostenibili-dad, decidi asociarse con el Banco Central del Ecuador para ofrecer al pblico ecua-
toriano, una obra de invalorable utilidad para el desarrollo del pas, en su versin
espaola hasta ahora indita: "Las montaas volcnicas del Ecuador exhibidas y
descritas desde el punto de vista geolgico-topogrfico, Berln 1967, escrita por el emi-
nente sabio alemn Alphons Stbel (Leipzig 26.7.1835, Dresde 10.11.1904).
Gelogo y explorador, Stbel estudi fsica, qumica, geologa y mineraloga como
bases para su especializacin en vulcanologa. En 1866 se asoci con el colega
Wilhelm Reiss y juntos viajaron a la isla Santorin, donde aprendieron mucho en la
propia naturaleza. Pero donde se transformaron en verdaderos especialistas y sabios,
fue en el largo viaje por Amrica de 1868 a 1877, donde al recorrer los Andes, a base
de sus observaciones, tomas de muestras y estudios "in situ", explicaron la formacin
de las grandes cordilleras, el levantamiento de los Andes y la geomorfologa de la
actual orografa de los territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador y Per. Stbel y
su compaero Reiss son considerados dentro de las categoras de los grandes explo-
radores alemanes en Amrica Andina. (Datos tomados de la monografa del Dr. Misael
Acosta Sols "Cientficos Alemanes que han contribuido a la Geografa e Historia
Natural del Ecuador").
Por coincidencia feliz para el Ecuador, el tiempo de la fundacin y funcionamiento,
desgraciadamente efmero, de la primera Escuela Politcnica, iniciada por el
Presidente Gabriel Garca Moreno, perodo de inigualable esplendor cientfico y cul-
tural del pas, acudieron al Ecuador, adems de los insignes profesores de aquella
gran institucin, otros muchos que realizaron entonces innumerables y muy valiosos
trabajos cientficos. Entre ellos Alphons Stbel.
Los sabios investigadores Reiss y Stbel analizan, en estudio prolongado la regin vol-
cnica del pas. A 18 de abril de 1873 escribe Stbel al Presidente Garca Moreno:
"Dgnese V.E. recibir de nuevo mi agradecimiento por la alta proteccin y bondad con
que ha querido honrarme y favorecer el objeto de mi viaje felizmente posible por el
largo espacio de paz que la Presidencia de V.E. por la primera vez ha sabido dar a la
Repblica del Ecuador".
Convencido, pues, de la necesidad de emprender investigaciones cientficas para el
desarrollo integral del Ecuador, Stbel viaja incansablemente recolectando abundante
material para la redaccin de su obra fundamental, Las montaas volcnicas del
Ecuador.
Un pueblo, una nacin, adems de su propia identidad interna, es necesario que sepa
para su conocimiento pleno, en donde vive, por decirlo as, su "casa", la naturaleza
total de su territorio, los pormenores de su vivienda. Pensemos, por ejemplo, qu
valioso sera, para su desarrollo y sostenibilidad el contar con un catlogo o listado
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12
completo, disponible para todos, de los nevados, las montaas y volcanes de su pro-
pio pas, como base para mil aplicaciones de carcter cientfico y otras como la pre-
vencin de los desastres naturales, la promocin del turismo ecolgico, la conser-
vacin del medio ambiente, etc.
Esta es la gran importancia de la labor de Stbel y de su obra que, al igual que la clsi-
ca Geografa y Geologa del Ecuador de aquel otro gran sabio alemn, Teodoro Wolf, se
puede decir que ha sido y sigue siendo para los estudiosos de ayer y para muchos del
presente una especie de "evangelio cvico", expresin de Francisco Tern, en la intro-
duccin a la reedicin espaola de Wolf publicada por la Casa de la Cultura
Ecuatoriana.
Esta obra que hoy se publica con el apoyo del Programa Internacional de Correlacin
Geolgica - UNESCO, viene a sumarse a los mltiples esfuerzos de investigacin,
seguimiento y levantamiento de datos, de procura incesante de respuestas a los
insondables misterios de la vida y la naturaleza en todos los rincones del planeta. Sus
enseanzas y orientaciones son consideradas esenciales para el diseo de programas
de formacin y sensibilizacin, como para la concepcin de escenarios nuevos y ms
proactivos en una regin del mundo obligada a convivir sabiamente con la naturaleza
que presenta desafos complejos e inciertos pero que, al mismo tiempo, la envuelve
una belleza sin igual rodeada de mitos, ritos y leyendas.
Gustavo Lpez Ospina
Director
Oficina Regional de Comunicacin e Informacin
para Amrica Latina y el Caribe y
Representante para Colombia, Ecuador y Venezuela
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El libro "Las montaas volcnicas del Ecuador retratadas y descritas geolgica-topogrficamente porAlphons Stbel, con un mapa de la regin volcnica en dos lminas" (Die Vulkanberge von Ecuador:Geologisch-Topographisch Aufgenommen und Beschrieben von Alphons Stbel, mit Einer Karte des
Vulkangebietes in Zwei Blttern) fue originalmente publicado en Berln, por la editorial de A. Ascher &
Co., en 1897. El mapa fue realizado por Teodoro Wolf, otro reconocido gegrafo alemn, contempor-
neo de Stbel. En Quito se conservan al menos tres ejemplares de la edicin original: en el Fondo de
Ciencias Humanas de la Biblioteca del Banco Central del Ecuador, en el Instituto Geofsico de la Escuela
Politcnica Nacional y en la Biblioteca Ecuatoriana "Aurelio Espinosa Plit" de Cotocollao.
La obra presenta una visin global de los volcanes del Ecuador y, en la concepcin de Stbel, deba
leerse en relacin con las 80 pinturas de esos mismos volcanes que haba realizado Rafael Troya,
como complemento de las investigaciones del propio Stbel. Dichos cuadros no fueron repro-
ducidos en el libro, pero se exhiban en el "Museo Etnogrfico" que el mismo cientfico haba orga-
nizado en la ciudad de Leipzig. Con el tiempo, como se explica en el estudio de Alexandra Kennedy
Troya, esas obras pictricas desaparecieron, pero al final de esta edicin se reproducen a todo
color 14 paisajes del mismo artista ecuatoriano, muy similares a otros tantos de los perdidos, que
darn al lector al menos una idea parcial de la concepcin original de Stbel.
Con el mismo objeto, reproducimos en esta edicin, insertndolos en el lugar correspondiente, los
bocetos de los volcanes ecuatorianos que dibuj a plumilla el seor Max Georg Vetter, copindo-
los de los aludidos originales de Troya que existieron en Leipzig. Esos dibujos fueron reproduci-
dos en el libro del mismo Stbel Skizzen aus Ecuador (Dibujos del Ecuador), publicado en 1886 para
el VI Congreso Alemn de Gegrafos, con el subttulo Illustrirter Katalog Ausgestellter Bilder
(Catlogo de cuadros presentados con un comentario) como parte de la serie "Viajes en Sudamrica"
de Wilhelm Reiss y Alphons Stbel. As, esta segunda edicin (primera en lengua castellana) de Las
montaas volcnicas del Ecuador podra ser incluso superior a la primera, salvo para aquellos
pocos afortunados que pudieron haberla ledo en el propio "Museo Etnogrfico", contemplando
directamente los cuadros de Troya.
Adems de lo dicho, esta edicin se enriquece con tres introducciones: un interesante estudio
biogrfico de Stbel, de Jos Egred A., del Instituto Geofsico de la Escuela Politcnica Nacional
(Quito); otro sobre Stbel, el paisajismo y la ilustracin cientfica en el Ecuador, en que se destaca
el papel del clebre pintor ecuatoriano Rafael Troya, a cargo de Alexandra Kennedy Troya, de la
Universidad de Cuenca, y una visin de los aportes de esta obra a la vulcanologa ecuatoriana, a
cargo de Hugo Yepes A., Director del ya mencionado Instituto Geofsico.
Esta edicin presenta al pblico de habla hispana una traduccin fiel y esperamos que correcta del
original alemn. Sin embargo, hemos eliminado los siguientes captulos, por considerar que no tienen
mayor inters para el lector actual, salvo, quiz, para unos pocos especialistas, que podran consul-
tarlos en la edicin original:
1.- "Determinacin astronmica de las coordenadas de las localidades en el Ecuador", que
no es un texto de Stbel, sino del seor Bruno Peter. Son cuadros con fechas, horas, grados
y localidades.
ESTE LIBRO
Campamento cerca del
Chimborazo
c. 1871--1874
Oleo/lienzo
Vlkerkundlinche Sammlungen
im Reiss--Museum,
Mannheim
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2.- "Fragmentos climatolgicos". Son distinciones de las estaciones del ao de acuerdo a
fechas y horas especficas. Se presentan cuadros sobre las presiones atmosfricas, las tem-
peraturas, el nmero de observaciones en distintos lugares del Ecuador.
3.- "Secuencia de los viajes emprendidos por nosotros en Ecuador". Son los itinerarios de
los viajes de los investigadores alemanes.
4.- "Lista alfabtica de los nombres de las localidades y alturas". Es una lista de 119 pginas
de nombres de localidades y alturas y el nmero del cuadro de Troya al cual corresponden.
En conjunto, estimamos que gracias a la feliz coincidencia de intereses en el tema de los vol-
canes entre el Banco Central del Ecuador y la UNESCO, ha sido posible publicar este libro
de indudable valor para los amantes de la naturaleza, los estudiosos de la historia de la cien-
cia y del arte en el Ecuador, los gegrafos, gelogos y vulcanlogos, los andinistas, los que
viven en los Andes o los estudian y, en general, para las personas cultas.
Los editores
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No hay duda que la publicacin de las obras de los miembros de la Primera MisinGeodsica Francesa del siglo XVIII, dio paso a la difusin de las singulares caracte-rsticas de los territorios ecuatoriales, lo que despert la curiosidad de la comunidad
cientfica europea que se interes en visitar estas latitudes. Ms tarde contribuy nota-
blemente en el mismo sentido, el sabio universal Alexander von Humboldt, con lo que en
pocas posteriores el Ecuador fue escenario de un trajinar cientfico vido de explorar
un territorio que guardaba infinitas maravillas inexploradas, que esperaban ser descu-
biertas y estudiadas.
Por fortuna, entre los numerosos cientficos que decidieron realizar exploraciones en el
Ecuador, se encontraron los doctores Alphons Stbel y Wilhelm Reiss, afamados naturalis-
tas y gelogos alemanes que recorrieron el mundo atrados por las montaas que les brin-
daban el escenario para sus estudios.
No se puede hablar del doctor Stbel sin mencionar a su colega Reiss, ya que a ms de los
trabajos que realizaron en conjunto, coincidieron en otros aspectos de sus vidas, pues am-
bos pertenecan a familias adineradas que estaban en capacidad de solventar sus viajes, los
cuales inicialmente no tenan finalidad cientfica, pues los realizaban para remediar ciertos
problemas de salud. Sin embargo, la inquietud cientfica connatural en ellos, les indujo a
aprovechar esos periplos para iniciarse en la actividad a la que posteriormente dedicaran
toda su vida, porque fue entonces cuando se les despert la aficin por los viajes y la aven-
tura cientfica relacionada con las ciencias de la tierra.
Cada uno se inici por separado, pero el destino haba previsto vidas paralelas guiadas por
la misma aficin cientfica. Sin embargo, casi al final de la jornada se produjo su alejamien-
to, e irnicamente, la misma ciencia que les haba extendido el lazo de amistad, fue la cau-
sante de la separacin, cuando surgieron diferencias de opinin en teoras, conceptos y las
conclusiones que sacaron de las investigaciones, lo cual sobrepas el umbral de lo cientfi-
co y lleg incluso al plano de la amistad.
Mauricio Alphons Stbel naci en Leipzig, actual Alemania, el 26 de julio de 1835. Su padre
fue Moritz Stbel, concejal de Dresde. Hurfano desde los catorce aos, fue acogido por su
to Julius, quien gui los primeros aos de educacin del joven Alphons. De 1854 a 1855 rea-
liz estudios de qumica y mineraloga; esta ltima materia, con la gua del entonces presti-
gioso cientfico Naumman. Una enfermedad le oblig a interrumpir sus estudios y para res-
tablecerse realiz un viaje a Egipto. Ese tiempo no lo desaprovech, pues realiz observa-
ciones en los recorridos por Jartum y la regin del Nilo. Durante el viaje de retorno a su pa-
tria, en julio de 1858 pas por El Cairo y transit a travs del desierto de Nubia. Posterior-
mente hizo escala en Roma y Npoles y tuvo oportunidad de observar regiones volcnicas
importantes de Italia, lo cual caus gran impacto en su mente juvenil y consolid definiti-
vamente su aficin por las investigaciones vulcanolgicas.
Entre 1859 y 1860 continu en Heidelberg los estudios universitarios bajo la direccin de los
profesores Bunsen, Kirchhoff y Blum: obteniendo el doctorado en Mineraloga, Qumica y
ALPHONS STBEL EN EL ECUADOR
Alphons Stbel (1835 - 1904),
retrato de Luis Cadena.
Archivo Histrico del
Banco Central del Ecuador
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Fsica. Ms tarde curs nuevos estudios en Berln, al mismo tiempo que realizaba traba-
jos junto a renombrados profesionales de sus reas de conocimiento.
Entre 1862 y 1865, el doctor Stbel estuvo casi permanentemente fuera de su patria. Visit
Escocia, las islas Orkney y Shetland, Madeira, Cabo Verde y Portugal. Una especial atencin
cientfica le consagr a la isla Madeira donde, entre otras actividades, realiz numerosos bo-
cetos reproduciendo minuciosamente en cera los relieves de toda la isla, trabajo que caus
gran admiracin. Pas luego a reconocer las islas Canarias y retorn en el verano de 1865 a
Alemania, cruzando Marruecos y la Pennsula Ibrica. Tambin hizo exploraciones en la pe-
nnsula griega de Methana y en la isla de Egina, producto de lo cual present una diserta-
cin histrica sobre el vulcanismo de la regin. El perfeccionamiento de sus mtodos de ex-
posicin y la prctica en las representaciones topogrficas que adquiri en estos tiempos,
le seran sumamente tiles en la posterior expedicin a Sudamrica
Un episodio que puede considerarse determinante para el resto la vida del doctor Stbel tu-
vo lugar en 1865. Mientras realizaba trabajos en Cabo Verde, ocurri una erupcin del vol-
cn Santorin, lo cual trastoc sus planes, pues se le presentaba la irrenunciable oportuni-
dad de asistir al evento natural que motivaba sus estudios. De inmediato parti a la regin
del Santorin para estudiar el evento y en el camino se encontr con el doctor Wilhelm Reiss
que viajaba con igual propsito, siendo este el acontecimiento que propici el que se cono-
cieran, y sellaran la alianza cientfica que los uni por varias dcadas.
La venida de los doctores Stbel y Reiss a Sudamrica, se produjo de la siguiente manera.
Despus de haber agotado el estudio de los resultados del viaje a Grecia, el doctor Reiss
pens en otro ms largo a las islas de Hawaii. Como era de esperarse, su colega Stbel se
manifest entusiasmado por compartir la expedicin y naci de l la idea de aprovechar el
viaje para visitar durante tres o cuatro meses la regin volcnica de los Andes de Amrica
del Sur, pues siendo fervientes seguidores y admiradores del barn de Humboldt aunque
posteriormente se convirtieron en crticos de sus observaciones geolgicas decidieron
reeditar los pasos del cientfico por este continente, para lo cual planificaron la excursin,
financiada con sus propios recursos. Proyectaron ir a Santa Marta y por Bogot llegar a Gua-
yaquil.
El 8 de enero de 1868 los dos viajeros partieron de Europa y arribaron a Santa Marta plet-
ricos de optimismo y felicidad. Sin embargo, los acontecimientos habran de tomar un rum-
bo muy distinto, pues una vez llegados a Colombia iniciaron la exploracin de la regin de
Bogot, luego pasaron al Orinoco y Cancatal y la fascinacin de los Andes los hizo olvidar
muy pronto de Hawaii, su original destino.
Luego de recorrer Colombia, Ecuador, Per y Brasil, el doctor Reiss, fsica y anmicamente
agotado decidi regresar a Alemania desde Ro de Janeiro mientras el doctor Stbel prolon-
g slo el periplo por Amrica, el cual finalmente dur ms de ocho aos, ya que segn lo
expres, no quera "concluir los esfuerzos de largos aos de trabajo con el sentimiento de
un desertor" (carta del 4 de febrero de 1876). Visit entonces Uruguay, Argentina, Chile y
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Bolivia regresando luego a Per. De all no emprendi el regreso directamente a Alemania,
sino que hizo un breve recorrido por los Estados Unidos. En agosto de 1877 estuvo de re-
greso en su patria.
Partiendo de la premisa que el objetivo primordial de las exploraciones era el estudio geo-
lgico y vulcanolgico de los Andes, hay que sealar que esto no fue obstculo para que los
dos cientficos y en especial un naturalista como el doctor Stbel dedicara cierto tiempo a
investigaciones en otras reas cientficas, por lo que con razn se ha dicho que lleg a Am-
rica como gelogo y vulcanlogo, y retorn a Europa, adems, como etnlogo, paleontlo-
go y gegrafo. En forma similar, si los dos exploradores fueron antes coleccionistas de
muestras mineralgicas y geolgicas, en esta ocasin se convirtieron en fervientes coleccio-
nistas de muestras botnicas, zoolgicas y de artculos etnogrficos, instrumentos indge-
nas y todo cuanto artculo antiguo de valor encontraron, todo lo cual lo fueron enviando sis-
temticamente a su Alemania. No se puede omitir que en la correspondencia personal en-
viada durante su periplo americano, existen verdaderos documentos en aspectos sociolgi-
cos, en los que de paso hay que decir, muchas veces el doctor Stbel se muestra como un
severo crtico de ciertos aspectos polticos, costumbristas, raciales, etc.
En lo que al Ecuador corresponde, la proyectada breve visita que se inici en marzo de 1870,
finalmente se convirti en casi cuatro aos de ardua investigacin, para lo cual convergie-
ron varios factores. En primer lugar, se toparon con que el Ecuador era gobernado por el
doctor Gabriel Garca Moreno, a quien le apasionaban tanto como a ellos las investigacio-
nes geolgicas y vulcanolgicas y siempre estuvo dispuesto a auspiciarlas, como en efecto
lo hizo con los dos cientficos, ya que el pensamiento universal de Garca Moreno le condu-
jo a reconocer la trascendencia de las investigaciones geolgicas para beneficio del pas, da-
da la mltiple riqueza de la naturaleza ecuatoriana.
El segundo factor para la prolongacin de la estada en el Ecuador tuvo que ver con ciertos
inconvenientes locales que obstaculizaron las exploraciones, entre ellos, las largas tempo-
radas de condiciones meteorolgicas adversas y las dificultades de transporte, ya que a pe-
sar de la relativa cercana de las cordilleras a los centros poblados, se debe tomar en cuen-
ta que haba que transportarse en caballos hasta los lugares que los animales podan llegar
y luego iniciar las largas caminatas; todo esto, transportando voluminosas cargas de provi-
siones, pesadas carpas, rudimentario menaje y delicados instrumentos.
Pero el tercer factor fue el de mayor incidencia para que los cientficos prolonguen su
estancia en el pas, pues quedaron deslumbrados ante el paisaje andino ecuatoriano. Si
bien tenan buenas referencias sobre las posibilidades de investigacin geolgica, no
haban imaginado tener a su alcance tantos y tan diversos ambientes geolgicos, mu-
chos de ellos inexplorados. Era imposible que dos cientficos amantes de las montaas,
desaprovecharan la oportunidad de recorrer los Andes ecuatoriales, sea cual fuere el
precio de la aventura, porque para ellos era nada menos que un paraso geolgico y
vulcanolgico. La avidez cientfica y la firme determinacin de llegar a la verdad con
sus investigaciones, en mltiples ocasiones los condujo hasta el sacrificio, a resistir
Erupcin del Tungurahua en 1918
Foto: Nicols Augusto Martnez
Archivo Histrico del
Banco Central del Ecuador
Quito
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privaciones e incluso a arriesgar la vida, demostrando una tenacidad que lindaba con lo
obsesivo.
Al respecto de las condiciones de trabajo, sabemos que an ahora con todas las comodida-
des representa un riesgo el ascenso a las montaas y que las condiciones ambientales son
muy rigurosas. Entonces, resulta muy complicado ubicarnos en el escenario de las explora-
ciones de tiempos pasados, cuando no existan implementos apropiados para facilitar las
ascensiones, la indumentaria personal era la que se vesta usualmente en pocas fras en la
ciudad, los vveres eran los de la alimentacin diaria e incluso se llevaba animales para ser
sacrificados (cuando las comitivas eran numerosas) y para cocer los alimentos haba que
transportar lea o carbn. No existan implementos especiales para ascender en nieve y,
por ejemplo, iban provistos de herramientas de labranza para hacer gradas donde el hielo
resbaladizo no permita el paso. Las carpas eran de pesada lona y grandes palitroques, los
delicados instrumentos eran igualmente grandes y pesados, ya que por ejemplo para la de-
terminacin de alturas, en lugar de un pequeo altmetro, se usaban barmetros aneroides
o de mercurio.
El acercamiento a las montaas se lo haca desde la poblacin o hacienda ms cercana, en
caravanas con animales de carga hasta las alturas que estos podan llegar y de all en ade-
lante eran los indios porteadores los encargados de llevar la carga, quienes vestan su indu-
mentaria habitual con ponchos y alpargatas. Para que podamos tener una idea de las difi-
cultades de locomocin que obligaban a largas jornadas de marcha, basta mencionar que
para la exploracin del Pichincha por el lado de Mindo, la expedicin que parti de Quito
tard dos horas en llegar "al pueblo vecino de Cotocollao".
Como si todas las dificultades mencionadas fueran pocas, hay que aadir que gran parte de
las regiones que recorrieron los doctores Stbel y Reiss, eran inexploradas y por consi-
guiente se lanzaban a enfrentar aventuras desconocidas. As por ejemplo, la primera perso-
na que pos sus pies en el filo del crter del Tungurahua fue el doctor Alphons Stbel, el 8
de febrero de 1873 y como este, se encontrarn muchos ejemplos.
Mientras permanecieron en el Ecuador, parte de sus observaciones fueron dadas a conocer
en extensas cartas que le eran enviadas al presidente Garca Moreno, a manera de informes
resumidos de parte de las exploraciones.
De regreso en Alemania, la misin de los investigadores no estaba concluida, pues comen-
zaba una tarea diferente pero ms ardua, donde el esfuerzo fsico era reemplazado por el
intelectual, pues haba que clasificar la inmensa cantidad de colecciones que haban esta-
do enviando metdicamente y, sobre todo revisar los voluminosos apuntes que configu-
raran las obras y que en el caso del doctor Stbel concluira con la revelacin de su nue-
va teora sobre los volcanes, no sin antes realizar nuevos viajes por Europa y Oriente, con
la finalidad de comprobar las hiptesis que haban surgido como resultado de sus estu-
dios en Ecuador.
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Algunos aos los dedic a la catalogacin del material etnogrfico fundamentalmente de la
excavacin de Ancn, Per, el mismo que pas a formar parte del museo de etnografa de
Berln y sobre lo cual el doctor Stbel escribi una obra en tres volmenes.
Las muestras geolgicas y de minerales, mapas, leos y fotografas, provenientes de Suda-
mrica, merecieron un lugar especial en el "Museo Etnogrfico" de Leipzig, parte de lo cual
se perdi o destruy en la Segunda Guerra Mundial. Actualmente esa muestra se encuentra
en el Institut fr Lnderkunde, de Leipzig, donde despus de la muerte del doctor Stbel
acaecida en Dresde el 10 de noviembre de 1904, tambin reposaron sus restos cremados,
hasta antes de trasladarlos al mausoleo de su familia.
Dediquemos ahora unas pocas lneas para referir algo sobre la personalidad del doctor St-
bel, de quien lo primero que salta a la vista es su firmeza de carcter para lograr los objeti-
vos que se propona, pues a pesar de sus problemas de salud, desech las comodidades que
le brindaban la posicin social y econmica de su familia, para ir tras de la aventura cient-
fica, donde reiteradamente puso en riesgo la vida y no faltaron ocasiones en que estuvo a
punto de morir de hambre o de fro. Por eso, si la capacidad intelectual del doctor Stbel
asombr a los cientficos de su tiempo, la actividad como viajero incansable despert la ad-
miracin de personas ms fuertes que colaboraron con l.
Fue hombre de virtudes morales que le hicieron acreedor al respeto y afecto de quienes tu-
vieron la satisfaccin de conocerlo. Sus bigrafos cuentan que su apariencia personal refle-
jaba al hombre preeminente de expresin aristocrtica y a rengln seguido al cientfico sen-
cillo. Rehuy los honores que reconocan su labor y desech lujos y comodidades, para de-
dicarse a un apostolado de servicio a las ciencias por la simple satisfaccin ntima.
Prodig alabanzas a todas las personas que estudian y sobre todo a quienes colaboraban
con l a pesar de lo cual, si algo se le puede reprochar es el trato con peones y servidores
que no fue de ninguna manera amable, lo cual en gran medida se deba al afn de sacar el
mayor provecho de sus excursiones, lo que le obligaba a ser muy exigente consigo mismo
y con los dems. La insubordinacin era reprimida con castigos fsicos o con un confina-
miento e incluso consideraba que exhibir un revlver es lo mejor para mantener a la gente
sometida.
Era de rigor presentar esta ligera semblanza del doctor Stbel, antes de esbozar unas
palabras sobre su obra, a cuyo respecto, en el lejano ao 1895 el seor Augusto N.
Martnez comentaba: "Si la Repblica del Ecuador es ya algo conocida en los centros
cientficos del mundo, si ya tienen nociones ms exactas de su geografa, de su cons-
titucin geognstica, si su opulenta flora y riqusima fauna, no estn ya cubiertas con
el vuelo de lo desconocido, confesmoslo, es debido casi exclusivamente inteligen-
cias extranjeras, infatigables viajeros que de cuando en cuando nos honran con sus
visitas. Los trabajos de los dos sabios alemanes Reiss y Stbel se pierden entre noso-
tros; la nueva generacin ignora la existencia de esos dos ilustres aventureros, que
hollaron con pie firme casi todas nuestras, hasta ese entonces, vrgenes montaas ...
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escudriando vidamente sus entraas, estudiando prolijamente el proceso histrico
de su desarrollo, son dignos de un poema; y as lo comprendi nuestro poeta, mi inolvida-
ble primo Juan Len Mera, cuando le dedic su admirable canto El Genio de los Andes .
Las palabras de don Augusto Martnez son un elocuente y acertado resumen de lo que sig-
nificaron los peregrinajes cientficos que pasaron por nuestro pas, en una poca en que los
estudios vulcanolgicos y geolgicos se encontraban en sus albores. La venida de los doc-
tores Stbel y Reiss fue uno de aquellos felices acontecimientos, pues la labor que desple-
garon fue fecunda.
Por desgracia, la difusin de esos trabajos no se aprovech en toda su magnitud, por varias
causas. En primer lugar, porque la mayora de los resultados de las investigaciones se escri-
bieron en idiomas extranjeros y solo una pequea parte se tradujo al castellano, como su-
cedi con escritos de los doctores Stbel y Reiss, traducidos parcialmente por el seor Au-
gusto Martnez y publicado por partes en diferentes rganos de difusin, como los Anales
de la Universidad Central.
Otro factor que dificult la difusin de los trabajos realizados por extranjeros, fue el hecho
de que en nuestro pas solo salieron a luz publicaciones parciales o preliminares, ya que las
verdaderas obras, generalmente voluminosas, se escribieron en los pases de origen de los
cientficos, utilizando todo el cmulo de apuntes que llevaban, lo cual obviamente, en la ma-
yora de casos demandaba de varios aos de trabajo, como ocurri justamente con la obra
del doctor Stbel. Algunos ejemplares de aquellas obras, en realidad muy pocos, llegaron al
Ecuador, pero era muy difcil que alguien o alguna institucin emprendiera la tarea de tra-
ducirla y editarla. As, muchos trabajos de indudable valor cientfico, quedaban restringidos
para quienes conocan idiomas extranjeros.
Adems los fragmentos del doctor Stbel que se tradujeron en el pas, con el correr del tiem-
po han ido quedando en el olvido y se puede decir que casi pasaron al anonimato. All ra-
dica el valor de la presente reedicin de la obra de este cientfico.
Hay que resaltar tambin que los estudios que efectu en el Ecuador, le sirvieron de funda-
mento para sacar las conclusiones con las que concibi su teora sobre el mecanismo y la
naturaleza de los fenmenos volcnicos y la formacin de las montaas. En la actualidad no
viene al caso analizar el contexto de la teora stbeliana, lo importante es destacar la tras-
cendencia que tuvo, pues sirvi para que surja en Europa un debate cientfico, de lo cual las
ciencias siempre salen beneficiadas en la bsqueda de la verdad, que es justamente lo que
siempre pretendi el doctor Stbel. De paso, esta circunstancia elev a primer plano el nom-
bre del Ecuador, donde se realizaron las principales investigaciones.
Jos Egred A.
Instituto Geofsico
Escuela Politcnica Nacional
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es excitante arrancar a las nubes
lo que le pertenece a la tierra
(Stbel, Las montaas del Ecuador, [1897])
El siglo XIX supone para Amrica Latina un momento extraordinario de reconocimientode sus cualidades naturales y beneficios econmicos, as como de los habitantes y suscostumbres. Sin embargo, cabe sealar que si bien inaugura este periplo de la investigacin
cientfica americana, el naturalista Alexander von Humboldt (1769-1859), quien vendr jun-
to al mdico y naturalista francs Aim Bonpland (1773-1858) y se quedar desde 1799 has-
ta 1804 en Amrica, muchos ms exploradores y cientficos seguirn sus pasos, ampliando
los conocimientos, rectificando o introduciendo importantes innovaciones.
Cada regin o nacin atraer la atencin de los viajeros extranjeros en su mayora euro-
peos de diversa forma; a veces por las impresionantes ruinas arqueolgicas de culturas
como la azteca o la inca o por los importantes depsitos de minerales como el cobre en Chi-
le, en otras, por la fauna y flora de una regin tropical como el Brasil. Es indudable, y as
lo demuestran la mayora de publicaciones, apuntes o diarios de viaje, fotografas u leos
de la poca, que el Ecuador fue especialmente atractivo por el elevado nmero de volcanes
tanto activos como dormidos, situados en pleno trpico. Este pas se convirti en un ex-
traordinario laboratorio para la obtencin de los ms variados datos sobre la formacin de
la corteza terrestre y en general sobre la funcin de los volcanes, complementados por el
estudio de la flora tropical.
Algunos, como el qumico y agrnomo francs Jean Baptiste Boussingault (1802 1887) por
los aos 30 desarrollaron ciertas ideas sobre los volcanes, posteriormente rectificadas. Po-
cos aos ms tarde Charles Darwin (18091882), adems de sus conocidos estudios sobre
la biologa en las Islas Galpagos, hizo descripciones sobre sus volcanes. Quizs el prime-
ro en publicar en formato cientfico una serie de observaciones sobre los volcanes continen-
tales del Ecuador, fue el botnico alemn Hermann Karsten, (18171908), quien estuvo por
tierras sudamericanas, entre 1844 y 1856 y public entre otros: Ueber die Vulkane der An-
den (Sobre los volcanes de los Andes, 1858) y Ueber Lavastroeme des Tungurahua und Coto-
paxi (Sobre los flujos de lava del Tungurahua y el Cotopaxi, 1873). Tambin Moritz Wagner
(1813 1887) public algunos trabajos sobre la naturaleza y los volcanes ecuatorianos co-
mo resultado de su visita a este pas entre 1858 y 1859.
Es interesante subrayar que prcticamente todos los cientficos que de alguna
u otra manera trabajaron sobre la vulcanologa ecuatoriana fueron alemanes;
pero no fue sino hasta 1870 en que el primer gelogo y vulcanlogo especializado
Alphons Stbel (Dresden 1835-1904) estableci un proyecto de gran envergadura con
respecto al tema y public posteriormente junto con su compaero de viaje el ge-
logo alemn Wilhelm Reiss (1838-1908), sendas contribuciones en alemn. Tambin
realiz el montaje de museos y aulas de estudio en Alemania destinadas al pblico
europeo. Su meta principal fue la de describir las estructuras volcnicas debido a
ALPHONS STBEL: PAISAJISMO E ILUSTRACIN CIENTFICA EN ECUADOR
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que en estas, segn los cientficos, se haba materializado la actividad prehistrica
de las fuerzas volcnicas.
La publicacin ms importante de mano de Stbel, segn el vulcanlogo contemporneo
Minard Hall, fue precisamente el libro que ahora se presenta traducido parcialmente al
espaol despus de ms de 100 aos de su aparicin en Berln, Die Vulkanberge von Ecua-
dor (Los volcanes del Ecuador, 1897). En el prefacio de este libro se seala que el prop-
sito del mismo era ensear las formas de la configuracin del terreno del altiplano ecua-
toriano y las estructuras tectnicas de sus distintas partes de tal manera que se pudie-
sen extraer conclusiones sobre sus orgenes. En suma, se trataba de observar los volca-
nes en la diversidad de sus formas externas y en su estructura interna, segn la variedad
petrogrfica de sus rocas y en relacin a su edad y posicin respecto de las formaciones ro-
cosas que las subyacen y rodean, segn palabras del mismo Stbel en la presentacin de
estos textos.
Para poder cumplir con su cometido, Reiss y Stbel se vieron obligados a elaborar docu-
mentos cartogrficos, hasta entonces inexistentes, y dibujos topogrficos. La divisin de
su trabajo precisamente tom en cuenta estas dos grandes reas del trabajo: Reiss, enton-
ces, hara la medicin trigonomtrica de cada una de las regiones vulcanolgicas y Stbel,
en cambio, estara a cargo de realizar las representaciones pictricas de las montaas vol-
cnicas, en perspectiva. Este ltimo trazara los dibujos complementarios ajustndolos al
detalle mediante la inscripcin de los nombres,[dndoles] en cierto modo, la forma de mapas
de perspectiva. Para ello, no fue suficiente sus dibujos a plumilla, iluminados algunos, o sus
acuarelas; Stbel resolvi que la mejor manera de captar una real panormica con el esplen-
dor del color y las luces y los detalles de las rocas era posible nicamente a travs de cua-
dros al leo, la fotografa en este caso en particular era intil. La cmara no puede indivi-
dualizar, deca, ni dar color, perspectiva y vida.
Cabe recalcar que es la primera vez que se traduce al espaol un libro de Stbel de esta
magnitud ya que durante su estada en Ecuador solo se publicaron cartas-informes que am-
bos gelogos presentaron por pedido expreso del presidente Gabriel Garca Moreno (1821-
1875). Posteriormente, a principios del siglo XX, el profesor Augusto N. Martnez (1860-
1946) tradujo al espaol y public en Quito las siguientes obras cortas de Stbel: El reparti-
miento de los centros de erupcin ms importantes y los volcanes que lo determinaron en Sud
Amrica (1903), y, La diversidad de las montaas volcnicas del Ecuador (1903).
El mismo ao de arribo de Reiss y Stbel al Ecuador en 1870, lleg otro alemn gegrafo y
gelogo, Teodoro Wolf (1841 1925) quien permanecera en el pas hasta 1891 y quien, ade-
ms de sus destacadas aportaciones como profesor en la recientemente abierta Escuela Po-
litcnica de Quito, publicara su obra magna Die Geographie und Geologie von Ecuador (Geo-
grafa y geologa del Ecuador, 1892), traducida al espaol y publicada por vez primera en
Ecuador en los aos de 1970. Algunos de sus mapas fueron utilizados en las publicaciones
de Reiss y Stbel, como se comprueba en esta obra que introducimos.
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Otro viajero ingls que complement con sus observaciones este tipo de investigaciones
fue Edward Whymper (18401912) con Travels Amongst the Great Andes of Ecuador (1892;
traducido al espaol como Viajes a travs de los majestuosos Andes del Ecuador, 1993, 1994,
2001). El ms importante contribuyente nacional fue el citado Augusto N. Martnez quien
realiz sendas monografas e informes sobre los volcanes ecuatorianos. Con l y otro ge-
grafo alemn Hans Meyer (1858 1929), quien vino al Ecuador en 1903 en compaa del pin-
tor Rudolf Reschreiter, se cierra un siglo extraordinariamente rico en investigaciones vulca-
nolgicas.
Como podemos observar por la extensa presentacin que hace Stbel en este libro, fue cen-
tral a las investigaciones el material visual que iban recogiendo a costa de muchos sacrifi-
cios. Era esta constancia visual la que servira para probar con mayor rigurosidad sus hi-
ptesis cientficas y lo que permitira mostrar sus descubrimientos didcticamente, tanto a
un pblico culto como a sus propios colegas investigadores.
Stbel, como vimos, tuvo a cargo esta parte del trabajo ya que haba sido entrenado como
dibujante, tal como acostumbraba la rigurosa formacin de los gelogos. Cuando la pareja
de alemanes lleg a San Agustn, al sur de Colombia, zona selvtica peligrosa, fueron casi
devorados por los chupasangres. A pesar de ello, relata Stbel el 13 de febrero de 1869
logr hacerme de algunos dibujos, con las manos ampolladas.
La importancia otorgada a la recoleccin de imgenes puede adems observarse en sendas
comunicaciones enviadas a sus parientes. En septiembre de 1869, al culminar el Munchi-
que, montaa tambin al sur de Colombia, anotaba Stbel que....
En los dos das y dos noches que pas en la cima de Munchique, slo pude pescar al-
gunas imgenes furtivas, ora en una direccin, ora en otra, y pude hacer una ubica-
cin muy poco satisfactoria de la latitud geogrfica. Este cerro, cuyo ascenso debera
ser, en cierta medida, el coronamiento (de mi trabajo) por la contemplacin de la pa-
normica de los volcanes escalados y las cordilleras transitadas, representa un punto
central en las poderosas cordilleras, y al mismo tiempo forma una especie de tabique
que posibilita la existencia de dos climas completamente distintos.
Finalmente en marzo de 1870 llegaron a Ecuador. En l permanecieron hasta noviembre de
1874 ya que segn palabras del mismo Stbel en este pas nacan los volcanes como hongos
en el suelo (Riobamba 2.VIII.1872). Debido a ello, sus viajes se centraron en las provincias
de la sierra norte, desde Carchi hasta Chimborazo, con incursiones espordicas a la Ama-
zona por la poblacin de Baos en la provincia de Tungurahua, o a las provincias del sur
como la del Azuay. Fue en el nico pas donde Stbel por razones cientfico-pedaggi-
cas vio necesario contratar los servicios de un pintor local, como veremos ms adelante.
A fines de 1874, llegaron a Lima y se encontraron con una serie de revueltas polticas, cosa
que les oblig, por no perder tiempo y dinero, a realizar una excavacin arqueolgica de un
importante cementerio preinca en Ancn de una capacidad de 3.000 a 4.000 personas. Si los
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comentarios que hacen Stbel y Reiss a travs de sus cartas-diario muestran un espritu cr-
tico y una real aversin a las sociedades contemporneas latinoamericanas, en cambio los
testimonios sobre sus civilizaciones antiguas llevan un tono muy distinto. Por citar slo un
ejemplo, ante los sendos hallazgos de textiles preincas en Ancn, deca Stbel que pueden
compararse a nuestros ms finos gobelinos (Ancn, 26.II.1875). Acto seguido lamentaba la
prdida de objetos precolombinos destruidos por la execrable poblacin espaola.
En noviembre de 1875 se encontraran Reiss y Stbel en la ciudad brasilea de Belem.
El primero volvi a Europa y Stbel emprendi un nuevo viaje desde Ro de Janeiro has-
ta Uspallata en Bolivia para observar los gigantescos volcanes. Nuevamente explor
ruinas precolombinas preincas en el sobresaliente sitio de Tiahuanaco y parti por bar-
co desde el Callao (Per) hasta Nueva York de donde zarp de regreso a casa el 11 de
julio de 1877.
El material que retorn por separado en manos de Reiss y Stbel fue verdaderamente in-
menso comparado con el volumen de sus publicaciones. Por ello esta obra, que ahora se
presenta traducida al espaol, es particularmente interesante para la historia de la vulcano-
loga del Ecuador. Tambin es muy importante desde el punto de vista visual, es decir de la
constitucin de narrativas visuales y la generacin de una tradicin de pintura paisajstica
en el pas, al igual que otro libro que publicaron Reiss y Stbel con anterioridad: Skizzen aus
Ecuador (Bocetos del Ecuador, Berln, 1886). Este informe provisional como lo llam Stbel,
estuvo dedicado a los miembros del VI Congreso de Geografa Alemana que se celebr en
Dresden el mismo ao de su publicacin, y fue de alguna manera completado por la obra de
Stbel que ahora entregamos al pblico: Die Vulkanberge von Ecuador (Las montaas volc-
nicas del Ecuador, 1897).
Skizzen aus Ecuador (Bocetos del Ecuador) de Stbel fue profusamente ilustrado con graba-
dos realizados por el alemn Max Georg Vetter, sobre la base de los grandes leos del pin-
tor ecuatoriano Rafael Troya (1845-1920) contratado por Stbel entre 1871 y 1873.
Es importante recordar que a partir del viaje que hiciera a Amrica el cientfico prusiano
Alexander von Humboldt entre 1799 y 1804, y del sinnmero de sus publicaciones ilustradas
Atlas Pintoresco (1810) o Cosmos (1845) proliferaron las expediciones cientficas del ti-
po de las que haban nacido con la Ilustracin. Desde entonces, el arte y la ciencia inicia-
ron un estrecho recorrido, generando la idea de que una comprensin y difusin ms caba-
les de la ciencia y los fenmenos cientficos deba necesariamente servirse de imgenes que
la ilustraran. Ms all de los libros cientficos que pudieron haber llegado a un pblico ms
especializado y por ende reducido, estas publicaciones crearon la costumbre de que las cr-
nicas de viajeros tenan que ser complementadas con apuntes hechos por los mismos expe-
dicionarios o mediante obras pictricas realizadas por artistas extranjeros o locales contra-
tados para el efecto, o, como en muchos casos sucedi, provocaron la toma o compra de
imgenes pintadas o fotografiadas de otros colegas viajeros o fotgrafos, tanto extranjeros
como nacionales.
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Lo cierto es que la imagen se volvi un elemento fundamental, fuese a travs del medio que
fuere acuarelas, dibujos, leos, grabados o fotografas y con ello empez a proliferar un
imaginario visual de Amrica que inclua predominantemente: paisajes rurales y urbanos, ti-
pos tnicos, oficios y costumbres del lugar o grandes monumentos de civilizaciones como
la azteca o la inca.
Entre el rigor cientfico y la fantasa romntica, el europeo vido de recibir noticias de este
mundo lejano y extico, capaz de ser redescubierto y probablemente recolonizado, iba per-
filando su propio imaginario sobre estas tierras vastas e ignotas. Tanto el hombre de cien-
cia europeo, como el viajero curioso o artista, evidentemente configuraban un mundo ame-
ricano bajo su propia luz y destinado a un pblico muy particular. Esto tuvo como conse-
cuencia un trfico de imgenes sobresaliente, sobre todo a partir de mediados del siglo XIX.
Alcides DOrbigny (1802-1857), un viajero francs, por citar un ejemplo, jams estuvo en Co-
lombia, pero la ilustr comprando imgenes a otros viajeros. Una pequea acuarela del ar-
tista ecuatoriano Joaqun Pinto (1842-1906) muestra a un vendedor ambulante quien entre
otros cachivaches o chucheras vende lminas pintadas. Gracias a esta demanda, muchas
imgenes se volvieron conos estereotipados de los tipos de la tierra o de los paisajes y apa-
receran en publicaciones tanto europeas como americanas, repitindolas durante dcadas
hasta hacernos perder la nocin de para quin y en qu contexto original se public tal o
cual imagen.
Para el europeo o el estadounidense probablemente las imgenes del viajero alemn Johann
Moritz Rugendas (1802-1858) o el norteamericano Frederic Edwin Church (1826-1900) s bus-
caban representar la naturaleza fidedigna de ciertas regiones de Amrica Latina. Sin embar-
go, cabra preguntarse si no existi tambin un nutrido grupo de hombres de ciencia y ar-
tistas latinoamericanos que empezaron a mirarse a s mismos y a desarrollar lenguajes pro-
pios. A muchos de los artistas locales les interes detallar las rocas, las nubes, la fauna o
la flora, de un modo tal que revela su gran familiaridad con la geologa, la meteorologa o la
biologa. Igual que aquellos, tambin los pintores latinoamericanos componan escenas de
paisajes buclicos, sublimes o cientficos. Artistas como el portorriqueo Francisco Oller
(1833-1917) o el mexicano Jos Mara Velasco (1840-1912), no fueron simples copistas de la
sensibilidad, la tcnica y los temas de sus colegas, maestros o cientficos que los contrata-
ron como tampoco lo fue el ecuatoriano Troya de Stbel. Ms all de ello, propone Jorge
Caizares-Esguerra, a travs de los lenguajes pictricos creados por muchos artistas lati-
noamericanos se buscaba una construccin deliberada de un imaginario visual que tenda
puentes con la pintura del Atlntico Norte que haba tratado la narrativa visual del Nuevo
Mundo, creando a la vez narrativas alternativas para sus propias naciones.
Es precisamente la tensin y dicotoma de miradas e intereses que se crea entre las obser-
vaciones de un cientfico alemn como Stbel y un artista ecuatoriano como Rafael Troya
despus de su contacto con este extranjero lo que me interesa explorar a modo de caso
de estudio que podra contribuir para ampliar lo que hemos denominado como narrativas
visuales de la naturaleza, y que nos sirven para aportar en la comprensin ms general so-
bre la construccin de naciones en el siglo XIX.
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Si bien Stbel viene a Ecuador en compaa de Wilhelm Reiss, ambos trabajarn durante lar-
gos perodos por separado y se reunirn peridicamente para cotejar sus descubrimientos.
Reparamos en esto debido a que fue Stbel, no Reiss, quien contrat los servicios del joven
pintor Rafael Troya, que entonces tena 26 aos. Adems, fue Stbel quien le entren en un
gnero de paisaje novedoso en el medio, el paisaje cientfico.
El inters en este pas se centr en el estudio del altiplano andino y las regiones aledaas
de las cordilleras Oriental y Occidental, adems de la flora de altura. Muy tangencialmente
llamaron su atencin los aspectos etnolgicos y etnogrficos del Ecuador. Como dijimos an-
teriormente, Stbel vino guiado por los descubrimientos y narraciones de Humboldt. Al po-
co tiempo de llegar a tierras americanas critic duramente al sabio prusiano por sus apre-
ciaciones ligeras y la falta de profundidad cientfica.
A Stbel, al parecer, le interesaba sobre todo la belleza de la naturaleza y los xitos de su ta-
rea investigadora. Encontr corrupcin y deficiencia en el planteamiento y la conduccin
de los estados americanos. Humboldt [... ] menciona [ ] nombres de indgenas, slo pa-
ra rodearlos con un aire de cientificismo que impresiona al gran pblico, porque en realidad
la gente de Quito de entonces no es otra cosa que necia, segn concepto europeo, termi-
naba una carta de Stbel del 18 de mayo de 1870.
Un ao ms tarde en otra misiva familiar ratificaba lo anterior:
No puedo dejar de repetir para no incurrir en ms detalles que tendran que poner en
entredicho mi amor por la verdad, que no basta una gran fantasa, ni siquiera la de al-
guien familiarizado con las particularidades de otros pueblos, para imaginarse en qu
medida una repblica suramericana [Ecuador] es una institucin grotesca, es decir lo
que es un Estado, en el que todo el mundo miente en cuanto abre la boca, el blanco
como el indio, donde la cultura est en el nivel ms bajo que se pueda pensar, donde
no hay familia, donde no se conoce ni un pice de cualquier tipo de respeto tanto por
la persona como por las cosas, donde nadie tiene la intencin de desempear su ne-
gocio u oficio honradamente, es ms, ni siquiera considera necesario mantener la apa-
riencia de ello, en donde el clero tiene el poder ms ilimitado, y encima un clero que
no posee ni la ms mnima cultura, un pas donde la desconfianza, la envidia, la fal-
sedad, la holgazanera, la suciedad, la necedad innata e inculcada, la avaricia y el
mayor grado de cobarda individual vienen a ser los rasgos caractersticos nacionales:
imaginarse un pas as, digo, slo lo puede aquel que como nosotros ha tenido que tra-
tar durante casi cuatro aos con estos perros. Slo al indio, que en la escala oficial
est todava por debajo de los esclavos, y degenerado totalmente por la bebida, se le
puede llamar soporte del Estado. (17 de mayo de 1871).
Stbel pareca ajeno a la realidad latinoamericana, su principesca educacin en
Leipzig le impidi ver ms all, era un eurocentrista al cual le falt la capacidad o
disposicin para identificar el genuus propium, segn Schrader, y resaltar las dife-
rencias especficas de las condiciones humanas. l se consider un profesional de
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la ciencia, un experto, que no deba guardar consideracin alguna con lo que vea y
experimentaba.
Conocemos el pas [Ecuador] tan a fondo como no lo ha conocido ningn viajero an-
tes de nosotros, y tampoco tenemos que avergonzarnos despus de llamar a la gente-
cilla por su nombre. Porque amigos no tenemos aqu ningunos [sic], a pesar de que
el Ministro de Asuntos Exteriores nos asegur que nunca haban viajado forneos por
el pas tan estimados como nosotros. Este ministro parece por cierto ms o menos un
dependiente de comercio, y sus conocimientos de la poltica no deben rebasar segura-
mente mucho los del ltimo. Nada resulta ms ridculo que tomar a estas personas en
serio. Todo aqu es irona. (13 de enero de 1871).
A pesar de la xenofobia y racismo claramente detectables no slo por la correspondencia
privada de Stbel sino tambin por la de Reiss, segn Hans Meyer, la expedicin de stos
result el viaje investigativo ms fundado y productivo en la historia del descubrimiento
de toda Amrica. Efectivamente, fueron los autores de la clasificacin gentica de los vol-
canes y quienes divulgaron una serie de conocimientos sobre la regin noroccidental de los
Andes sudamericanos mediante sus publicaciones, conferencias y reuniones pblicas y pri-
vadas. Stbel form un importante museo de sus viajes y descubrimientos en Leipzig. Su
inclinacin por la pedagoga y la divulgacin general fue puesta en prctica ya en Ecuador,
donde dict varias conferencias en la Universidad Central, public en revistas locales algu-
nas de sus ascensiones a modo de comunicaciones informes al presidente y entren
prolija y disciplinadamente al pintor Troya.
Adems de sus diarios, el enorme material que se llevaron de vuelta consisti de dibujos de
paisajes, leos, mapas, fotografas compradas, material geolgico, colecciones botnicas y
zoolgicas, tumbas y objetos precolombinos, artesana y arte, cermica, tallas, adornos e ins-
trumentos indgenas recogidos en Colombia, Ecuador, Per y Bolivia predominantemente. La
mayor parte de este material actualmente se halla en el Institut fr Lnderkunde de Leipzig.
Como dijimos, el material visual era clave. En efecto, segn Reiss (1921), La belleza de los
escenarios naturales no es posible describirla con palabras. Por ello recurrieron a acumu-
lar un material visual extraordinario. Stbel era un notable dibujante. Hizo decenas de di-
bujos a lpiz de vistas panormicas de paisajes, de hasta cuatro metros de ancho, estupen-
dos detalles y reproduccin a escala. Pero su exigencia esttico-cientfica necesitaba de co-
lor, razn por la cual contrat a Troya en 1871, lo instruy puntillosamente en lo que l de-
seaba mostrar y en su obsesivo espritu por hacer un verdadero muestrario cientfico lleg
a talar toda una falda de montaa para garantizar al pintor [Troya] una vista ptima y des-
pejada de todo el paisaje. Nadie recalc orondo Stbel ha emprendido antes de m un
torneo gimnstico con cuadros de ms de un metro de ancho a travs de los Andes. (26 de
noviembre de 1872).
Stbel fue uno de los primeros cientficos extranjeros en Ecuador en contratar a un pintor
local como ilustrador. Lo hizo seguramente a travs del apoyo irrestricto que recibieron l
Gabriel Garca Moreno.
Luis Cadena, extremo inferior
izquierdo
Oleo/lienzo, 255 x 181 cm
Coleccin: Museo, de Arte Moderno,
Casa de la Cultura Ecuatoriana
Quito
-
y su compaero de labores, del entonces presidente Gabriel Garca Moreno, quien desde jo-
ven tuvo un gran apego por el estudio de las montaas ecuatorianas. Con su profesor de
matemticas Sebastin Wisse de la Universidad Central ascendi al volcn Sangay y luego
en 1844 se introdujo al crter del Pichincha por primera vez en la historia del pas. Su
inters por la geologa y las ciencias naturales y exactas fue creciendo y por ello no es dif-
cil comprender el apoyo brindado a la constitucin de la primera Escuela Politcnica del
pas en Quito, la contratacin de profesores extranjeros y el apoyo a misiones cientficas in-
dependientes como la de Stbel y Reiss.
Resulta ilustrativo conocer que durante la estada de los cientficos en Ecuador, Garca Mo-
reno tuvo la prolijidad de ocuparse, indirectamente, de que en cada tambo o parada sea
en valles o pramos se les proporcionase caballos, comida, agua u hospedaje. Es decir,
la intervencin y apoyo del presidente fue de carcter prctico la mayora de veces. Los
cientficos tuvieron que informarle peridicamente sobre su trabajo. Al publicar sus obras
recordaron con agradecimiento el apoyo del primer mandatario, aunque en su epistolario
personal los alemanes criticaran fuertemente el poder acumulado y el arbitrario manejo de
su gente. Slo la voluntad del presidente es ley; quien se atreva a contradecirlo encuentra
la muerte, escribira Reiss en junio de 1870.
Garca Moreno tuvo vnculos estrechos con Ibarra una pequea ciudad al norte de Qui-
to tras su directa intervencin en la restauracin de la ciudad despus del fatdico terre-
moto de 1868. Troya haba vivido en aquella ciudad antes de ir a Quito y haber trabajado
en el taller de Luis Cadena (1830-1906), sobresaliente pintor neoclsico que fue becado a Ro-
ma por el citado mandatario. El mismo historiador y arzobispo de Ibarra y Quito, Federico
Gonzlez Surez (1844-1917) podra haber servido de importante vnculo entre los cientfi-
cos y el joven pintor ya que haba laborado en ambas ciudades y conoca a su gente. Lo
cierto es que este hbil joven, quien haba concentrado su trabajo en los gneros ms de-
mandados por entonces, el religioso y el retratismo, se vio avocado a incorporar en su re-
pertorio el paisajismo cientfico. Stbel le ense a pintar paisajes a los que llam pin-
turas panormicas en base a sus propios dibujos y bocetos en perspectiva realizados in
situ. El conocimiento de Troya sobre la pintura de paisajes al inicio de esta gran aventura
haba sido escaso, si no nulo. Como vimos, el mismo cientfico y buen dibujante se encar-
gara de transmitirle las formas de hacer, de construir paisajes que ilustraran clara y sis-
temticamente la topografa del pas.
En noviembre de 1872 Stbel ascenda con su equipo al Altar, el ms bello de todos los vol-
canes que hasta ahora hemos conocido y cientficamente tambin es sumamente interesan-
te, aunque al mismo tiempo el ms inaccesible, pero aqu est en las inmediaciones de Rio-
bamba, escriba el alemn. Por aquellos das se haba sentido una de las ms fuertes ava-
lanchas de nieve, casi como un terremoto. A pesar de ello, Stbel no dud en llevar a Ra-
fael Troya a quien le fue posible continuaba pintar dos cuadros imponentes del Al-
tar y el Tungurahua, y aada, que el hombre tiene talento, pinta rpido y est dispuesto
a cumplir mis rdenes, de manera que los cuadros son a medias mi creacin.
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Quito mantena su fama como centro de buenos artistas. Aos despus de su viaje, Stbel
coment sobre el estado de las artes en Quito, coincidiendo con otras manifestaciones de
viajeros decimonnicos. Deca que la ciudad era el emporio de la pintura de toda Sudam-
rica, que en ella existan ms de una docena de pintores reconocidos dentro y fuera del pas.
Mas era como una gran industria manifestaba en donde el costo de la obra se meda por
su tamao y la mayora de artistas se limitaban a hacer copias de originales; slo algunos
haban intentado crear o hacer retratos. Por ello, no crea en la existencia de una escuela
pictrica en Quito, el arte an se heredaba, como nosotros aada en la Edad Media, de
padres a hijos, de maestros a aprendices...
Frente a estas limitaciones, Stbel se vio obligado a entrenar al pintor Troya en el nuevo g-
nero paisajstico.
Una tarea artstica tan grande deca Stbel no estaba a la altura de mi capaci-
dad. La simpleza del dibujo, si bien es suficiente para la composicin tectnica de un
paisaje, no lo es, con todo, para transmitir la totalidad de la impresin, para lo cual
el color y los efectos de iluminacin son ambos factores determinantes (...)
Le propuse [a Troya] dice el gelogo que intentase realizar pintura de paisajes.
Al principio lo dej comenzar copiando algunos de mis bosquejos a color y luego le
permit prepararlos cromticamente segn el dictado directo de la naturaleza. Des-
pus de pocos intentos bast para que despertara en l el entendimiento de la natura-
leza; un buen ojo y la capacidad para copiar la perspectiva y el color apoyaban su tc-
nica y entrenado pincel... Y desde entonces... el seor Rafael Troya... nos acompa
dos aos en el viaje por Ecuador y pint en las oscuras chozas de los indgenas, en
carpas peladas, aterido de fro y cansado de largas caminatas...
Joven, pcaro y adicto a la copa, don Rafael en muchas ocasiones no comprendi el esp-
ritu meticuloso y perfeccionista del alemn. Stbel despertaba temprano en busca del
nevado despejado. Sin total visibilidad, el estudio se haca imposible. Largos das de es-
pera se sucedan y nada... As noms vive el cerro todo el ao!, decanle sus acompa-
antes nativos acostumbrados a que el ms caprichoso de stos, el Chimborazo, coque-
teara con los curiosos observadores. La desesperacin de los cientficos haca que, por
regla general, todo el equipo tuviese que estar en pie muy temprano en la maana. La
disciplina escapaba al carcter bohemio y errtico de Troya. Es ms, en muchas ocasio-
nes se dio sus escapadas a los pueblos vecinos o pequeos tambos cercanos a las tien-
das de campaa. El exceso de copas y largas horas en vela impedan a veces que pudie-
se levantarse temprano, causando con esto la clera y desazn del puntilloso cientfico.
Y a m qu me importa que se vea o no al cerro, otra vez ser... musitaba entre dientes
el alegre y despreocupado ilustrador.
Cansadas y prolongadas caminatas... y en este recorrer de la Sierra y parte del Oriente o
selva ecuatorianos, Troya aprendi a componer un tipo de paisaje que jams olvidara.
Sus paisajes deban proveer una lectura geolgica de la naturaleza una visin panor-
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mica clara y este tipo de composicin estara presente en obras posteriores. La natu-
raleza confrontada directamente y trasladada en el acto al lienzo impidi en ocasiones
que el pintor tuviese tiempo para hacer estudios preliminares y en base a stos ejecuta-
se la composicin final.
Para la realizacin de los paisajes ms grandes escriba Stbel en la Introduccin
del libro Skizzen aus Ecuador se ha mantenido siempre el punto de vista geolgi-
co. El centro visual ha sido escogido sin considerar las incomodidades que pueden
causar el transporte del campamento, de carpas, o la perseverancia a un punto apro-
piado, hasta la entrada de un momento lumnico adecuado. Estos cuadros fueron pin-
tados en los tamaos aqu presentados en el mismo lugar, frente al paisaje que repre-
sentan, no de pequeos bocetos trasladados al lienzo. Y por supuesto, fue muy inc-
modo transportarlos mientras estaban frescos; por ello se tomaron especiales precau-
ciones en bosques tupidos y en alturas donde el viento soplaba fuertemente. Al regre-
so de una excursin, el pintor dio solamente los ltimos toques a la obra.
Y de esta manera se lleg a completar una magnfica coleccin de ms de 80 leos. En s-
ta se hallaban representados los volcanes principales de Ecuador; la selva tropical, el pra-
mo, distintas regiones de vegetacin de las zonas altas de clima templado, haciendas de tie-
rra fra y caliente que los hospedaron, los campamentos de la expedicin, las chozas solita-
rias de los indios.
Se dice que durante este tiempo el pintor haba formado una coleccin paralela de menores
dimensiones. Una vez que se puso fin a la larga y fructfera expedicin, este conjunto de
lienzos se hallaba en casa de su madre, doa Luisa Correa, a quien haba pedido que la cus-
todiase. Los gelogos se enteraron de su existencia y sin encontrar un da a Troya, hicieron
una oferta econmica a su madre. Ella conoca de las necesidades que aquejaban frecuen-
temente a su hijo y crey que al venderla le ayudara. As fue como tambin esta coleccin
personal se perdi irremediablemente, dejando a don Rafael en un estado de profunda me-
lancola, segn ancdotas familiares. Sin embargo, creo que esto no fue del todo cierto ya
que de las obras que hizo para Stbel, pocos meses despus continu haciendo versiones
de algunas de ellas. Debi haber tenido algn tipo de memorias visuales, fueren bocetos a
lpiz o al leo.
Segn lo antedicho, Garca Moreno recibi varios informes del trabajo que realizaron en
Ecuador los gelogos; en ellos se describa, paso a paso, las ascensiones, los hallazgos, tem-
peraturas, alturas, puntos de vista, observaciones especiales, nombres de la gente que in-
tervena, etc. El aporte ms destacado publicado en Ecuador pocos aos ms tarde y que
seguramente compendia las entregas anteriores, fue el folleto denominado: Alturas tomadas
en la Repblica del Ecuador en los aos de 1870, 1871, 1872 y 1873 (Quito, Imprenta del Go-
bierno, 1885), hoy una rareza bibliogrfica.
Una vez finalizado el proyecto, los dos alemanes organizaron en el Palacio Presidencial una
exposicin de las obras ejecutadas entre 1871 y 1873 por Troya. La calidad de la muestra
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dej al presidente maravillado y orden que esta coleccin de leos no saliese del pas. Sus
disposiciones no fueron acatadas, los cientficos sentan que tenan pleno derecho de llevar-
se las obras que ellos haban costeado y supervisado.
Una vez en Alemania, la obra de Troya fue utilizada para elaborar zincograbados con los que
se ilustr la obra de Stbel Skizzen aus Ecuador (1886). Los leos pasaron a conformar el
Museum fr Vlkerkunde (Museo Etnogrfico) o Museo Grassi (332 m2 de superficie de sa-
las), organizado por el mismo Stbel, en la ciudad de Leipzig. As fue como muchos otros
viajeros y cientficos tuvieron contacto ms directo con nuestro pas y prepararon sus via-
jes de exploracin aos ms tarde.
La peculiaridad de esta coleccin de pinturas estribaba esencialmente en que formaba un
todo completo en s mismo, que mostraba grficamente la regin volcnica del altiplano del
Ecuador en toda su extensin, segn dice Stbel en la presentacin de este libro. Treinta
de los leos de Troya de diversas dimensiones que oscilaban entre 160x70cm. y
31x21cm. haban sido expuestos permanentemente junto con algunos dibujos de Stbel y
otros suplementos cartogrficos, en el Museo Etnogrfico de Leipzig. Era un primer inten-
to por fundar un museo de geografa de modestas proporciones, con una muestra muy re-
presentativa: los volcanes del Ecuador. La intencin de Stbel fue siempre la de promover
nuevas investigaciones en el rea de las ciencias naturales en general, de regiones extraas,
as como investigaciones geolgico-topogrficas, en particular. La coleccin petrogrfica
estaba ntimamente relacionada con las pinturas. Ambas colecciones fueron acogidas por
el museo en mencin en una seccin que se denomin de Geografa Comparada. No sa-
bemos hasta cuando permanecieron all, lo cierto es que actualmente se desconoce el para-
dero de los leos.
Los escritores nacionales que mencionan a Troya jams se han olvidado de aadir que su
obra se encuentra en Alemania, en el mencionado Museo Etnogrfico en Leipzig. Sin em-
bargo, ninguno de ellos alude al hecho de haberla visto, ni tampoco reproduce en sus escri-
tos fotografa alguna. Lo nico que se sabe positivamente es que existen 5 cuadros de Tro-
ya en Mannheim, Alemania. Estos leos de similares dimensiones a algunos de los cua-
dros de la coleccin de Leipzig se encuentran en el Vlkerkundliche Sammlungen der
Stadt Mannheim im Reiss Museum (Colecciones Etnolgicas de la Ciudad de Mannheim en
el Museo Reiss) y han sido ya mencionados en publicaciones ecuatorianas. El origen de
estos cuadros quiz haya sido va Reiss. Hace algunos aos, el director del museo, Dr. Hen-
ning Bischof, insinu, sin haberlo investigado, que estos cuadros no fueron parte del fondo
de Leipzig sino que debieron haber llegado a Mannheim alrededor de 1900, como parte de
los adornos de la suntuosa mansin de los hermanos Wilhelm, Carl y Anna Reiss. Carl Reiss,
hombre de negocios, tuvo mucho inters por las ciencias naturales y apoy de alguna ma-
nera a su hermano, mero catedrtico y conocido hasta hoy por la sociedad de Mannheim co-
mo el hermano descastado.
Esto indicara de alguna manera lo dispersa que se hallaba la obra de Troya en Alemania.
Unos cuadros quizs quedaron en manos de la familia Reiss, otros en manos de la familia
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Stbel, los ms formaron parte del Museo Etnogrfico de Leipzig. Consideramos la posi-
bilidad de que parte de la coleccin de Leipzig hubiese sido vendida o trasladada a otras
instituciones y que en un futuro, parte de ella pueda ser descubierta, al igual que otras
obras sueltas que pertenecieron a las dos familias. Es de anotar que por aquellos aos es-
te tipo de pintura de ilustracin de regiones extraas no era valorada en Europa y que mu-
chos museos almacenaron aquello que consideraban poco meritorio, en otras ocasiones
simplemente se deshicieron de obras consideradas entonces como secundarias y que ocu-
paban un importante espacio dentro de los recintos del museo. De todas formas, detalles
sobre esta intrincada bsqueda pueden ser consultados en mi obra Rafael Troya. El pintor
de los Andes ecuatorianos (Quito, Banco Central del Ecuador, 1999).
En este perodo de aprendizaje de Troya, cabe remarcar que Stbel convierte al paisaje
ecuatoriano en lugar de estudio, en objeto de estudio, distinto a los paisajes heroicos que
el grabador Koch realizara de los apuntes de Humboldt. No es una arcadia griega la que
realizan Stbel y Troya durante estos aos; tampoco son paisajes cultivados y habitados,
es decir, con una expresa presencia humana, son ms bien paisajes ilesos, aspticos,
constancias visuales de un descubrimiento geolgico extraordinario en donde se combi-
nan los principios de la ilustracin cientfica ante todo y sobre todo, y una dosis impor-
tante de sensibilidad y cromtica romntica siguiendo los consejos del terico francs
Jean Baptiste Deperthes (1761-1833) en su Teora del Paisaje, obra que fuera traducida y
publicada en Quito en 1874, por solicitud del mismo Stbel con el fin de promover una
generacin de pintores paisajistas en Ecuador.
Una vez separado Troya de Stbel, el pintor sigui durante los primeros meses reali-
zando obras paisajistas en el mismo formato y con los mismos temas que haba prepa-
rado para el cientfico. Una obra fechada en 1874 y perteneciente al Museo del Banco
Central del Ecuador en Quito Vista de la Cordillera Oriental desde Tiopullo da fe de ello.
Sin embargo, a travs de esta obra podemos sealar que Troya debi haberse queda-
do con bocetos a lpiz o al leo de los 80 cuadros finales preparados para la expedi-
cin, ya que la obra mencionada es prcticamente idntica a aquella grabada para ilus-
trar el libro de 1886, Skizzen aus Ecuador. Eso sucede con su Cascada de Agoyn antes
de la erupcin del Tungurahua de 1875 (Museo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
Quito) y con El Pastaza de 1886 (Museo Municipal Alberto Mena Caamao, Quito).
En estas obras el pintor no tuvo el libro de Stbel ya que este debi haber llegado a sus
manos despus de 1887. Lo interesante es destacar que si bien la composicin es
similar, casi idntica, a la obra encomendada por Stbel, Troya incorporar personajes
ecuatorianos: una indgena hilando en la primera obra, unos visitantes locales en vez
de expedicionarios, en la segunda; y los personajes principales de la obra magna del
Romanticismo ecuatoriano, Carlos y Cumand, de Cumand (1879), novela escrita por
Juan Len Mera (1832-1894). Troya empieza a apropiarse de sus personajes queridos
y vividos cotidianamente; ms adelante, a su vuelta de un largo autoexilio en Pasto
(Colombia), a fines del siglo XIX, y segn la demanda expresa de sus coterrneos,
polticos, comerciantes y agricultores, ampliar el repertorio de temas y localidades,
sobre todo con vistas nuevas de su propio terruo de Imbabura y fondos para ambien-
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tar con mayor veracidad hitos histricos como La Fundacin de Ibarra de ca. 1906 (Sa-
ln Mximo del Municipio, Ibarra). Las chozas o casas de adobe otrora lejanas y casi
inexistentes en la obra para Stbel tambin se convierten en elementos testigo de la
presencia de su propio entorno. Los fenmenos de una naturaleza activa, amenazante
y fascinante a la vez, tambin son motivo de su curioso y amplio pincel. Existen tres
vistas del Tungurahua en erupcin, en distintos momentos del da.
Tomemos unos tres ejemplos concretos para ampliar el cmo Troya enfrent el paisajismo
despus de su contacto con Stbel y a su vez sirvi como fuente de ilustracin para otros
cientficos; as como las nuevas demandas que recibi en Ecuador.
En el Museo del Banco Central del Ecuador en Cuenca est expuesto desde hace algunos aos
un leo sobre cartn denominado El Antisana o La cacera del venado de 1908. Como de cos-
tumbre, el primer plano est en sombra. Esta rea de pajonales de fresco verdor, hmedo, es
de las representaciones ms vvidas de nuestros tristes y solitarios pramos. El bello salpicar
del pajonal del pramo del Antisana ayuda al movimiento de la escena de cacera, nica den-
tro del trabajo del pintor. Frente a este paisaje verde oscuro se destaca magnficamente la blan-
cura de la nieve. El pintor en la mayora de veces utiliza blancos puros y resalta as la figura
del volcn. Es interesante notar lo lineal que es en esta obra comparada con la primera ver-
sin, en que un hombre tiraba de un caballo y se diriga hacia su pequea propiedad. Dicha es-
cena corresponde a la obra de Troya pintada en 1872 con la ayuda de un apunte tomado por
Stbel del natural. (Vase un grabado de la obra en: Stbel, Skizzen aus Ecuador, 1886, lm. 2;
tambin fue reproducida en la obra de Hans Meyer. In den Hoch-Anden von Ecuador, 1907.) El
carcter de estos reemplazos es interesante ya que seguramente corresponde al gusto del co-
misionista. Sin embargo, la calidad de la factura de los animales en primer trmino es muy in-
ferior al paisaje en s. Este cuadro, junto con otros de gran calidad, perteneci al ibarreo doc-
tor Alejandro Almeida Tern. Fue uno de sus ms importantes compradores, un agricultor de
fortuna e influencia, que probablemente utiliz estas obras para decorar sus haciendas: La Rin-
conada, San Isidro, Ajav, La Merced, entre otras.
Otro cuadro de 1907 que originalmente perteneci a su familia y que actualmente reposa en
el mismo Museo de Cuenca, es quizs la obra ms conocida, demandada, publicada, copia-
da y falsificada de Troya, como una de las imgenes tipificadas de las selvas orientales ecua-
torianas: Confluencia del Pastaza con el Palora de 1907.
Troya haba realizado un cuadro similar para los gelogos (lm. 40, Skizzen aus Ecuador,
1886). La pintura gust enormemente al pblico nacional, quizs por su exotismo. Lo selv-
tico equivala a lo desconocido, lo salvaje, lo primitivo. Juan Len Mera haba ubicado a su
principal novela romntica Cumand o Un drama entre salvajes, en la selva. Un personaje
blanco se enamor perdidamente de una primitiva mujer. Los dilogos romnticos entre
Carlos y Cumand son sobradamente conocidos. Su autor se haba inspirado en el Atala de
Chateaubriand. Rafael Troya a su vez se inspir en la novela de su amigo Mera al permitir que
su sobrina Carmela Troya incorporara a este paisaje las figuras de los amantes.
Ruinas de la iglesia de La
Compaa de Jess despus del
terremoto de Ibarra, 1870
Fotgrafo no identificado
Archivo Histrico del
Banco Central del Ecuador
Quito.
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Otra versin, una de 1909, se encuentra actualmente en el Saln Mximo del Municipio de Iba-
rra. Seguramente se sirvi para ella tanto de los grabados de su propia obra para Stbel co-
mo de la citada de 1907. Esta versin fue preparada para la Exposicin Internacional de agos-
to de 1909 celebrada en Quito y obtuvo en ella el primer premio. Desde entonces est en el
Saln Mximo del Municipio y tiene como pareja a la obra del mismo ao Vista general de la
cordillera Oriental. El tema se volvi muy popular y como dijimos, se hicieron copias y falsi-
ficaciones, entre las primeras una de 1926 realizada por don Nicols Gmez T. a peticin del
poltico e historiador doctor Luis F. Madera, actualmente en manos de sus herederos. Otras
copias annimas estaban en propiedad del doctor Romn Cordero, Quito; y del seor Nicols
Dvalos, Ibarra, entre otros. Una falsificacin perteneca hasta hace pocos aos al doctor Jor-
ge Villagmez (Quito), obra de estilo muy distinto al del artista y cuya firma parece haber si-
do puesta despus y que no se relaciona con ninguna de las firmas de Troya.
El poltico, escritor y pintor Luis A. Martnez (18691909) haba propuesto este trecho co-
mo el mejor camino de unin entre Sierra y Selva a travs de una lnea de ferrocarril. Es uno
de los pocos cuadros tenebrosos de Troya en el que existe una profunda sensacin de sole-