las teoras de la historia y el desarrollo en honduras - rolando sierra fonseca

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Un libro sobre historia de Honduras, con un enfoque a los filósofos

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    Las teoras de la historia y eldesarrollo en Honduras

    Rolando Sierra Fonseca

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    Coleccin Visin de Pas 8

    Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)Colonia Palmira, Ave. Repblica de Panam, Tegucigalpa, Honduras. Enero, 2003

    Diseo y diagramacin: Giovani FiallosIlustracin de portada: A la espera del tren de Armando Lara

    Las ideas expuestas en los Cuadernos de Visin de Pas son de exclusiva responsabilidad desus autores y no reflejan necesariamente la visin del Programa de las Naciones Unidas para elDesarrollo.

    972.83 Sierra Fonseca, RolandoS17 Las teoras de la historia y el desarrollo

    en Honduras / Rolando Sierra Fonseca.--1a. ed. -- Tegucigalpa: PNUD, 2003.

    20 p.

    ISBN 99926-662-6-9

    1. HISTORIA DE HONDURAS

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    Prlogo

    El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Honduras, como un aportedestinado a facilitar los procesos de democratizacin y difusin del conocimiento y la informacinpertinente para el desarrollo del pas, inicia la publicacin de tres colecciones: Visin de Pas,Cuadernos de Desarrollo Humano Sostenible y Prospectiva.

    Estas series son fruto del trabajo de la Unidad de Prospectiva y Estrategia (UPE) de la oficina delPNUD en Honduras y estn destinadas a difundir el pensamiento de acadmicos, intelectuales,tcnicos e investigadores hondureos y extranjeros que desde diferentes perspectivas se enfoquenen la construccin del paradigma del desarrollo humano sostenible.

    La difusin y creciente adopcin a escala internacional y nacional de un nuevo paradigma del desa-rrollo humano sostenible, cuya premisa y finalidad es ampliar las capacidades y oportunidades delos individuos, conlleva el desafo de insertarlas y aplicarlas como un eje transversal en la construc-cin de un proyecto de pas. ste es el propsito de las reflexiones y anlisis presentes en cada unode los trabajos publicados en estas colecciones.

    Nuestro propsito es contribuir al anlisis y diseo de estrategias y polticas pblicas, globales ysectoriales, que reflejen y respondan a la realidad hondurea. Estamos seguros de que la comuni-dad nacional e internacional encontrarn aqu un espacio para la reflexin y el dilogo en torno a losproblemas del desarrollo y el fortalecimiento de la democracia en Honduras.

    Jeffrey AvinaRepresentante Residentedel PNUD en Honduras

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    Coleccin Visin de Pas

    La Unidad de Prospectiva y Estrategias (UPE) del Programa de las Naciones Unidas para el Desa-rrollo (PNUD) es una instancia de anlisis, reflexin y apoyo a la gestin de gobierno, sociedad civily comunidad internacional. Bajo estos lineamientos, es el soporte tcnico y administrativo del Forode Fortalecimiento de la Democracia (FFD), y su objetivo principal es apoyar los procesos de dilo-go en materia de desarrollo y democracia, especialmente facilitando y apoyando los procesos deconcertacin nacional.

    Bajo la premisa de la democratizacin y participacin ciudadana como condiciones indispensablespara el desarrollo, la UPE ha decidido editar una serie de publicaciones bajo el ttulo de ColeccinVisin de Pas, con el fin de contribuir a generar el pensamiento, la reflexin y las acciones necesa-rias en la construccin de procesos de visin de pas, tanto globales como sectoriales, regionales ynacionales.

    La Coleccin Visin de Pas recibir el aporte de diversos intelectuales y acadmicos nacionalesy extranjeros que desde diferentes disciplinas y marcos metodolgicos aportarn con su pensa-miento a forjar una visin de pas para el siglo XXI.

    Esperamos que estas publicaciones constituyan una herramienta para facilitar el dilogo y laprofundizacin sobre el pas que necesitamos construir, en la perspectiva de un desarrollo equitati-vo y sostenible centrado en los seres humanos.

    Sergio A. Membreo CedilloCoordinador Unidad de Prospectiva y Estrategias

    (UPE)/PNUD/Foro para el Fortalecimiento de la Democracia (FFD)

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    Indice

    Introduccin ........................................................................................................................................................ 7I. La perspectiva ilustrada: Jos Cecilio del Valle ............................................................................................... 7II. El sustrato positivista: Ramn Rosa ............................................................................................................... 12III. La aproximacin marxista: Filnder Daz Chvez ........................................................................................ 15Bibliografa ........................................................................................................................................................... 19

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    INTRODUCCIN

    En este documento se trabajan las principales co-rrientes y perspectivas que se han desarrollado enHonduras con relacin a la interpretacin de la histo-ria, ya sea por pensadores individuales, o por gruposcon proyectos intelectuales y polticos.

    De hecho una de las caractersticas del saber hist-rico en Honduras es que se ha utilizado en funcin deotras actividades como las periodsticas, econmicas,polticas y literarias. En este sentido, el conocimientodel pasado se concibe nicamente en su relacin conel presente y no por el pasado mismo.

    Es importante aclarar que en este trabajo se estu-dia la teora de la historia y no la historiografa o lafilosofa de la historia, es decir, lo que Joseph Fontana,ha llamado el pensamiento de que se sirven efectiva-mente los historiadores para orientar su trabajo, a lavez que las ideas sociales subyacentes, las que contie-nen el proyecto social en que los historiadores inscri-ben su tarea (Fontana, J., 1982:9).

    En el desarrollo de la teora de la historia en Hon-duras se pueden distinguir cuatro grandes influencias,que no necesariamente pueden presentarse como eta-pas en la evolucin de un pensamiento: la primera, dela ilustracin desde finales del siglo XIX, su principalpensador es Jos Cecilio del Valle; la segunda corres-ponde a la del positivismo a finales del siglo XIX y susprincipales exponentes son Ramn Rosa y AdolfoZiga; la tercera tiene que ver con un cierto esbozohistoricista, sobre todo en la primera mitad del sigloXX y se aprecia en escritores como Miguel Morazn yRmulo Elpidio Meja; la cuarta influencia es la mar-xista, especialmente en la segunda mitad del siglo XXy puede verse en escritores como Filnder Daz Chvezy dentro de la Carrera de Historia de la UniversidadNacional.

    I. La perspectiva ilustrada: JosCecilio del Valle

    Para el pensador centroamericano Jos del Valle(1777-1834), una de sus preocupaciones intelectualesser la del origen y desarrollo de las sociedades; en elentendido, que este conocimiento resulta instrumen-tal a su quehacer poltico y burocrtico. Valle ver enla historia la maestra que alecciona en el ejercicio delgobierno.

    El saber histrico lo relaciona con todas sus otrasactividades de funcionario, de periodista, de econo-mista, de poltico, de naturalista e inclusive de litera-to, dando un carcter utilitario al mismo. En este sen-tido, el conocimiento del pasado lo concibe nicamen-te en su relacin con el presente y no por el pasadomismo.

    En el desarrollo de su obra se observa los intentosde articular un conocimiento integral. En este senti-do, Valle planific una obra estructurada en tres siste-mas: fsico, poltico y literario. El primero referente ala situacin que ocupa el planeta en el espacio, la si-tuacin de cada lugar referente al globo; las tierras,piedras, sales, combustibles y metales; las aguas, la at-msfera; las plantas; los animales; el grado de calor,fro, humedad y sequedad y las revoluciones fsicas. Elpoltico comprendera la agricultura, industria, comer-cio, poblacin, gobierno y las revoluciones polticas.En el literario se encontraran las ciencias fsicas y abs-tractas y las revoluciones literarias.

    De los sistemas fsico y literario, se derivan las cien-cias fsicas y abstractas, sus revoluciones, su decaden-cia, destruccin y restablecimiento. Este ambiciosoproyecto no pudo ser desarrollado, debido a que Valleno se limit a ser un intelectual, sino que era tambinadministrador de sus haciendas y dedic varios aosde su vida al desempeo de cargos pblicos en lospoderes ejecutivo y legislativo de la Federacin Cen-troamericana.1

    Es dentro de este intento de comprensin holsticade la sociedad que se pretende ubicar y percibir sunocin de la historia o en el mejor de los casos la filo-sofa de la historia de Jos Cecilio del Valle.

    Para profundizar en la teora de la historia de Josdel Valle es importante tomar en cuenta los siguientespresupuestos de anlisis de su pensamiento:

    1) El sujeto histrico fundamental para Valle, es lanaturaleza humana, por lo cual entra en contradiccincon las posiciones religiosas o providencialistas; 2) elfin poltico que buscaba Valle en su visin de la histo-ria, es el de consolidar el gobierno; 3) el sujeto histri-co es susceptible de una periodizacin: de una etapairracional (obscura como el perodo colonial) y unaetapa racional (con la independencia).

    A. La naturaleza humana como sujetohistrico

    Durante el siglo XVIII, la filosofa de la ciencia engeneral y de la historia en particular reconocen la ex-periencia como el eje clave de todo el quehacer cien-tfico. La bsqueda de la verdad, en el terreno de laexperiencia no tiene otro recurso que el mtodoinductivo; esta induccin es analtica; de ah una do-ble obsesin: descomponer en elementos y remon-tarse hasta el origen.2

    Este siglo se convierte, de alguna manera, en el si-glo de la ciencia de la historia: por el movimiento mis-mo del mtodo analtico es el siglo que se pregunta

    1 Oquel, R. Algunos inditos de Jos Cecilio del Valle, p.1. 2 Belabal, Y. Racionalismo, empirismo, ilustracin, 1984, p.197.

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    por los orgenes.Surgen diferentes historias: la historia de la tierra,

    la historia natural y por supuesto la historia de las so-ciedades. Adems de los archivos monacales y de lasgenealogas principescas, surgen historias de los acon-tecimientos pasados, la historia de las costumbres, esdecir, de las civilizaciones.3

    En ste perodo se dimensiona el estudio de la his-toria de la filosofa y aparece como tal la filosofa de lahistoria, trmino creado por Voltaire. Esta filosofa dela historia se apoya en dos bases: la historia sin docu-mentos, deducida, imaginaria, en gran parte, que des-de J.B. Vico hasta J.J. Rousseau, y desde Rousseau has-ta Hegel mismo, reinventar las etapas de la humani-dad primitiva; y junto a sta la historia con documen-tos cada vez ms precisa.

    Esa filosofa ser para todos los que tienen a la vistael ejemplo de las ciencias, una filosofa de los progre-sos del espritu humano, incluso si se rehsan, conRousseau, a reconocer al mismo tiempo y al mismoritmo, un progreso moral.4

    Esta idea del progreso fcilmente se introduce en-tre los pensadores de la ilustracin; creen que la hu-manidad avanza gradualmente hacia un estado de ilus-tracin y racionalidad. El hombre es un ser perfectibleen pos de progresar indefinidamente.

    El ser humano, de esta manera, se concibe comoun producto del medio social y de las instituciones.Esta concepcin acerca del progreso permite compren-der cual es el sentido de la historia para la ilustracin.

    La historia se comprende como el lento camino delhombre hacia la perfeccin. Camino en el que han te-nido que superarse una serie de obstculos: la supers-ticin, la intolerancia, la ignorancia, la guerra, el abso-lutismo; considerndose stos factores los que conti-nuamente entorpecen el advenimiento del progreso.5

    As se llega a una concepcin discontinua del deve-nir histrico, por la existencia de pocas oscuras eirracionales, como hiatos que interrumpen la marchadel progreso.

    Por otra parte, no hay que olvidar que al desarrolloy triunfo de las ideas de la ilustracin, se debe la de-rrota del poder medieval. En virtud de este pasadosurge dicha visin discontinua de la historia, y se juz-ga el pasado inmediatamente en forma anacrnica.

    La Edad Media significaba una poca de tinieblas

    que llevaba consigo una cantidad de errores. Voltaire,ve en ella un baluarte de irracionalidad y supersticinque es preciso borrar y no slo en esa poca sino queen la historia misma.6

    Voltaire, con su habitual irona denuncia no slolas fbulas aceptadas todava por los hombres de sutiempo, sino tambin el gusto por las ancdotas hist-ricas, por las bagatelas ilustres que constituyen losrelatos de la corte, tan poco interesantes como lasmurmuraciones de las pequeas ciudades, a las queson aficionadas las mujeres de provincias. Finalmen-te, segn dice, condena tambin despus de haberledo cuatro mil descripciones de batallas y algunoscentenares de tratados, la historia diplomtica y mili-tar pura: En el fondo me quedaba igual que antes...Slo me enteraba de acontecimientos (...) en resu-men: se trata de cambiar la materia habitual y laproblemtica de la historia.7

    Desde otra perspectiva intenta cambiar las curiosi-dades del historiador en su temtica y forma deobjetivizar el pasado.

    Para los ilustrados la visin de la historia tiene unaspecto positivo; es una marcha progresiva; y muestrade hecho un aspecto negativo: el rechazo del pasadoinmediato.8 Es precisamente sta, la forma de enten-der la historia de algunos pensadores hispanoameri-canos del siglo XIX.

    La vuelta al origen, a la gnesis del hombre y de lanaturaleza para ver a la humanidad en su progreso,ser como hemos visto uno de los puntos que articulala visin de la historia en ese momento conocido comola ilustracin.

    La ilustracin ser para Jos del Valle la base desdedonde construye los presupuestos de su filosofa de lahistoria.

    Valle expresa que la historia es: una de las seccio-nes del sistema de conocimientos humanos que hatenido mayor nmero de panegiristas9 en el sentidoque muchos se han referido a ella a lo largo de lossiglos, sin pasar desapercibida por los pensadores detodos los tiempos: Es la preceptora de los hombres,deca el orador de Roma, su gua y su luz. Ella nosda (reunida en un libro) dice Din la experienciade los siglos.10

    Segn Valle, la historia se constituye a s misma enla medida que presenta hechos, estos hechos puedeninterpretarse a la manera durkhiana de los hechos so-ciales como cosas por su apego con la realidad, enten-dida esta realidad, como verdad: Las teoras, escri-ben los enemigos de ellas, son la peste destructora delos pueblos. No se encuentra la verdad en las abs-tracciones, sistemas o delirios del filsofo. Los hechosson los que se manifiestan, y la historia es la que nospresenta hechos.11

    Por lo tanto el quehacer cientfico y filosfico sedefine por las capacidades a las que invita el pensa-dor: observad los fenmenos, mirad los hechos, co-

    3 Ibid., p.201. 4 Ibid., p.202. 5 Escobar Valenzuela, G. La ilustracin en la filosofa Latinoamericana,

    p.15. 6 Ibid. p. 16. 7 Villar, P. Iniciacin al Vocabulario del Anlisis Histrico, 1982, p.37. 8 Escobar Valenzuela, G. Op.Cit., p.16. 9 Valle, J.C. Historia, 18 Conejo, Boletn literario de la editorial universita-

    ria, Tegucigalpa, No.19, 19 de agosto de 1989, p.4. 10 Ibid.11 Ibid.

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    noced sus relaciones.12 Con lo cual el saber histricose define por su sistematicidad de observacin y com-prensin del sentido de los fenmenos, en tanto que:el hombre que estudia las ciencias de las sociedadesaprende en una escuela prctica, lo que podra en-searle la teora ms til.13

    La historia es entonces, para Valle, un lenguaje na-rrativo que trasciende toda posibilidad de alteracin odiscontinuidad en la bsqueda de la objetividad decompresin de los hechos histricos:

    La historia no es una teora concebida de le-jos de la naturaleza, no es un gabinete de abs-tracciones. Es la observacin juiciosa de lo quesucede en la realidad, la narracin imparcialde lo que ha sucedido efectivamente. No expre-sa lo que imagina un solitario retirado delmundo de los fenmenos. Manifiesta lo que hasido, descubre el desarrollo de los seres, es laexpresin de la verdad.14

    En efecto, la teora de la historia que propone Va-lle, no es la exposicin de tesis abstractas sobre losconceptos de historia e historiografa, sino siguiendoal mismo Voltaire, el relato ms o menos pormenori-zado a partir de un hilo conductor filosfico de la su-cesin de civilizaciones que ha conocido la humani-dad con relacin a su medio ambiente.

    Dentro de su lgica sistmica de pensamiento, larealidad histrica es inseparable de la naturaleza, con-sidera que sta la vivifica; sin ella, la tierra sera unbosque de malezas en unos puntos y un desierto sinvida en otros,15 por lo tanto, en toda investigacin sevuelve necesario que:

    Estudiemos la materia bruta que es lo ms sen-cillo de la naturaleza; subamos despus a lamateria vegetal que presenta fenmenos msdifciles; trepemos sucesivamente a la materiaanimal que aparece ms complicada en fun-ciones, ascendamos al hombre, que es el ser msgrande de la tierra.... En lo poltico como en lofsico no se hace de repente. Todo se va forman-do lentamente. Las peras que hermosean unamesa no son frutos sazonados en un da. Sudel labrador, limpiando, arando, preparando ysembrando la tierra, comenzaron a desenvol-verse los grmenes tiernos de las plantas, fue-ron creciendo poco a poco... El mundo polticoest sin duda sometido a leyes constantes comoel fsico. Mucho tiempo ha que leo y releo lahistoria, slo para ir descubriendo esas leyes.16

    Al establecer esta relacin de las leyes de la natura-leza con las realidades polticas, Valle comprende quepara estudiar al ser humano como sujeto de la historiano puede separarse de su contexto vital. La relacin

    cultura / naturaleza es central en su planteamiento: lageografa, geologa, ecologa, etc. Hace falta estable-cer una integracin e interrelacin del hombre y lacultura con la naturaleza, recordando que el ser hu-mano es el ser ms grande de la tierra o el centro de lavida por su capacidad y conciencia de conocerse a smismo. Siempre y cuando descubra su posicin en elmundo. La historia juega un papel determinante paraque el hombre descubra tambin las leyes que lo ri-gen en medio de una naturaleza y una sociedad en lacual tiene que vivir y a la cual debe transformar. Deeste modo el ser humano se constituye en el sujeto dela historia.

    Este entorno fsico y su relacin con la cultura- na-turaleza es condicin para que el ser humano adviertasu horizonte de sentido en la historia, ya que esteambiente natural en que se desenvuelven las perso-nas cambia continuamente. La historia guarda enton-ces una relacin directa con el momento de construirsociedad, por lo tanto hay que entender la sociedad,las formas de vida, el tipo de relaciones que se esta-blecen en los diferentes perodos, para medir el avan-ce de esa sociedad, de un pueblo o nacin; es esencialque se conozca sus condiciones econmicas y polti-cas en sus diferentes perodos, para tener una visintotal en este sentido, la historia:

    Es un curso de ciencias morales, polticas y eco-nmicas, presenta el cuadro del pas donde sehan unido los hombres para vivir en una so-ciedad; indica su clima, aguas, vientos, produc-ciones, etc., descubre el origen primitivo del es-tado, manifiesta las formas de gobierno quehan adoptado sucesivamente, las leyes que sehan dictado o recibido, y las influencias de esossistemas fsicos y polticos en la moralidad, ilus-tracin y riqueza de los pueblos; desarrolla lacadena de sucesos derivados unos de otros yligados entre s todos, los progresos o retroce-sos, las causas que dan impulso a los primeroso producen los segundos, los tiempos de luz, ylos das de tinieblas, las pocas de vida y losperodos de muerte. La historia presenta simul-tneamente la teora y la prctica. Es la polti-ca en accin, la crisologa obrada, la cienciamoral demostrando sus principios con he-chos.17

    La historia es entonces, para Valle, el escenario enel cual interfieren procesualmente todos los elemen-

    12 Ibid. 13 Valle, J.C. Obra Escogida, introduccin, seleccin y prlogo de J.M. Garca

    Laguardia, 1982, p.345. 14 Valle, J.C. Historia, Op.Cit.15 Citado por Oquel, R. La historia no se cansa, 1981, p.6.16 Citado por Oquel, R. en Jos del Valle: dos semblanzas, p.14. 17 Ibid., p.15.

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    tos de la sociedad. La tarea del historiador consiste endescubrir la verdad o esencia de esos procesos, conprincipios y hechos donde se elimina toda interpre-tacin providencialista de la historia, al concebirlacomo un proceso o como la cadena de sucesos deri-vados unos de otros, pero ligados entre s todos...

    Las causas que dan impulso a la idea de un Diosque conduce la historia en Valle, desaparecen y no sepuede olvidar que esto tambin sucede con los pen-sadores ilustrados europeos y quiz Voltaire sea el mspresentativo. El hecho que la historia se haya situadobajo la accin de una fuerza divina y providencial quecumple sus elevados fines a pesar de la resistencia delos hombres. Voltaire no habla jams de semejante di-reccin providencial, quiz reproduce de alguna ma-nera, la actitud y la orientacin realista de unTucidides.18

    En Voltaire la naturaleza humana (que puede serpulida) vive entregada a s misma al medio ambiente:sus energas y pasiones se ven unas veces estimula-das y otras veces entorpecidas por las fuerzas natu-rales cuyo juego determina el curso de la historia,que es el encargado de decir lo que tiene que suce-der.19

    As es posible entender en Valle esta estrecha rela-cin entre la naturaleza y lo humano, demostrandouna inmanencia de lo humano. Su destino est dadopor estas fuerzas, entonces, por esto es necesario co-nocer las leyes naturales que determinan los cambiosdel hombre respecto de la naturaleza.

    Al igual que Voltaire, Valle sigue en alguna medidaa Tucdides. Como buen lector de la historia antigua yde la de los ilustrados europeos, le ser fcil continuarcon esta lnea de reflexin histrica.

    Tucdides, autor de la Historia de la guerra delPeloponeso antes de escribirla haba participado en ella.Cuando estall el conflicto entre Atenas y Esparta, co-nocida como la guerra Peloponesa, Tucidides cum-pli con los deberes que le impona la ciudadana ydebi hacerlo satisfactoriamente, ya que en el ao de424 mereci que se le confiara el mando de una flotaque deba prestar su ayuda a la colonia ateniense deAntpolis, sitiada por el espartano Brasidas. Tucididesfall en su intento, lo cual determin que Antpoliscayera en manos de los espartanos, y el jefe de la ex-pedicin naval, para purgar su culpa, fue desterradode Atenas durante 20 aos, los mismos que pas enTrucia. El destierro le dio la oportunidad de analizarcon rigor y objetividad el curso de la conflagracin.

    De ah que Tucidides haya escrito: estando (enTrucia) en relacin con ambos bandos, con los

    peloponesios an ms que con los atenienses, a cau-sa de mi exilio, me hall de ese modo en condicionesde observar serenamente el curso de los aconteci-mientos.20

    El propsito que persigue en esta obra, que no lo-gr terminar, es el de ser cabalmente sereno, impar-cial, objetivo. Por eso deca: en cuanto a las cosasque se hicieron durante la guerra, no he querido es-cribir, lo que o decir a todos, aunque me parecieseverdaderas; solamente lo que vi por mis propios ojos.Y supe.Y entend por medio de personas dignas de fe,que tenan verdadera noticia y conocimiento deellas.21

    Su preocupacin es entonces alcanzar siempre unnivel de verificacin que pueda asegurarle a su obra laperduracin sin necesidad de enmendarla esencial-mente por nuevas comprobaciones.

    Para el ateniense Tucidides la historia real y verda-dera es la que ha sido escrita por personas que hansido testigos o actores y siempre y cuando el historia-dor sea objetivo, -que se inhiba al hombre a favor delcientfico.

    En Valle se advierte esta influencia, en cuanto la his-toria se interpreta objetivamente y en la medida quees escrita por alguien que ha sido testigo de ella:

    Franquee usted a un sujeto todas las gacetas,todas las correspondencias oficiales, todos losarchivos de un pas; no ser buen historiadorsino ha sido espectador de los sucesos. Es infi-nita la distancia entre lo que sucede y lo queescribe. Yo no dar mis confianzas sino a loshistoriadores imparciales, antiguos o moder-nos, que hayan sido testigos de los hechos y po-sedo talentos penetrantes.22

    Pero esta concepcin tiene una preocupacin defondo, la historia es sensible a los errores y esto esperjudicial siempre para los hombres del presentecomo del futuro. Por eso plantea:

    No publiquemos errores ni hagamos clculosfalsos. El error es siempre daoso y comunica-do a una generacin continua, haciendo mala las siguentes. Todava sufrimos las consecuen-cias de los publicados en los siglos precedentes,todava lloramos algunas teoras que dio a laluz el XVIII. Difundamos conocimientos tiles,conocimientos que jams causen perjuicio yhagan siempre bien, conocimientos que influ-yan en la riqueza de las familias y contribu-yan a la prosperidad de las naciones.23

    B. La historia como progreso

    Al profundizar en la teora del saber histrico enValle, se observa que la idea del progreso ligada a la

    18 Cfr. Gonzlez Rojo, E, Teora Cientfica de la historia, 1978, p.194.19 Strauss, David. Citado por Gonzlez Rojo, Op.Cit., p.194.20 Citado por Ibd., p. 194.21 Ibd.22 Valle, J.C. Antologa, p.319.23 Ibd., p.320.

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    historia, tambin encuentra acogida. Esto significa asu-mir la idea que la humanidad avanza gradualmentehacia un estado de perfeccin y racionalidad. El serhumano es un ser perfectible, capaz de progresar in-definidamente. Comparte desde luego la idea de losilustrados, que la historia es el lento camino del hom-bre hacia la perfeccin, en el que se supera toda unaserie de obstculos, pero sobre todo se establecen re-laciones del pasado con el presente:

    En la historia recibe el siglo presente las expe-riencias de los siglos pasados, se enlazan losunos con el otro, es uno el tiempo, no hay inte-rrupcin en la serie dilatada de los aos, losque preceden dan luces a los que siguen, el hom-bre ve penetrado de gozo, esta atmsfera de luz,adquiere conocimientos que no podra darleuna vida tan breve como la suya, dilatada laesfera de sus conocimientos, aprende a abra-zar grandes relaciones y recorre espacios in-mensos; el estadista observa como han ido na-ciendo los pueblos, como han crecido y de quemanera han muerto, conoce los resortes quehan dado impulso a sus progresos, y los obst-culos que los han impedido o retrasado, descu-bre las causas de su vida y de su muerte.24

    Y en este progreso tambin el pensamiento avanzasobre la base de su pasado, siempre y cuando los hom-bres vayan rescatando e interpretando los conocimien-tos anteriores:

    La marcha de los siglos ha sido lo que era na-tural que fuese. Los primeros del renacimientode las letras, buscaron entre las ruinas que de-jaron los conquistadores del norte, los pensa-mientos de los sabios de Grecia y Roma; los si-guientes interpretaron, comentaron y hermo-searon, aumentaron y aplicaron a las necesi-dades del hombre y prosperidad de los pueblos;el presente los multiplica y propaga por el mun-do, los circula por las naciones y los difundepor todas partes.25

    Sin embargo, esta visin del progreso no es un en-tendimiento evolutivo perse. A pesar de ver y estable-cer relaciones entre un siglo y otro, un acontecimien-to y otro, Valle tiene una concepcin discontnua de lahistoria, por la existencia de pocas oscuras eirracionales como hiatos que interrumpen la marchadel progreso. Y en este sentido observa su pasado in-mediato en forma anacrnica. Para l la poca colo-nial latinoamericana significaba un perodo de oscuri-dad, de tinieblas, la cual haba que recuperar:

    La pobreza, la miseria, la ignorancia, el em-brutecimiento, deban ser efectos precisos de un

    sistema tan funesto. No haba esperanza de quea una noche tan oscura siguiese al menos uncrepsculo de media luz26 por lo tanto es pre-ciso recordar y trabajar: en el cuadro de lossiglos o aos de ignominia y desgracias; perovuelva llena de gozo y alegra, a las pocas dehonor y gloria.27

    En este sentido llega a periodizar la historia de lahumanidad en tres estados: el de la ignorancia, el delerror, y el de la ilustracin: Recorriendo la historia delos pueblos antiguos y volviendo la vista a los moder-nos, se observa que todos tienen uno de tres estados:el de la ignorancia, el del error, y el de la ilustracin,28

    se observa entonces una lectura a partir de Voltaire dela historia, quien enjuicia el pasado histrico a travsde los principios cardinales de la revolucin Francesa.Por Igualdad, la formal de todos los ciudadanos antela ley. Por Fraternidad, la cualidad que se desprendedel hecho de que todos los hombres estn hermana-dos por el carcter racional de la naturaleza humana; ypor La libertad entenda la supresin de los privile-gios feudales y de rgimen de servidumbre. Todosaquellos perodos histricos en los que no hay liber-tad, igualdad y fraternidad son irracionales. La edadmedia es el reinado oscurantista de lo irracional.29

    Este es el marco que desarrolla Valle para percibir yobservar la historia, pocas de oscuridad y luz. Es ascomo en una difana lectura de Voltaire, escribe Valle:

    Los amigos de la ilustracin contemplan lamarcha de las artes y ciencias desde las prime-ras sensaciones de los salvajes hasta los inven-tos ms sublimes del Genio; descubren lo queda impulso feliz a los movimientos, lo que leshace progresar o retroceder, lo que hizo Cicerny Newton, lo que hizo tenebrosa las edades delos Vndalos, godos, etc..30

    Unido a lo anterior Valle observa que en la historiade toda nacin, los primeros tiempos se caracterizanpor su desconocimiento y representan una etapa os-cura, por carecer de elementos que representen lu-ces: El primer perodo de la historia de una nacines siempre obscura o muy poco luminoso. Los pue-blos son como los hombres, no conservan de su in-fancia ms que una memoria confusa, que si recuer-da algunos hechos, no tiene presentes otros, ni ve conclaridad los dems.31 Sin embargo, es en este marco

    24 Valle, J.C. Historia, Op.Cit.25 Ibd.26 Obra escogida, Op.Cit. , p.351.27 Antologa, p.314.28 Ibd.29 Cfr. Gonzlez Rojo, E. Op.Cit., p.314.30 Valle, J.C. Antologa, p.314.31 Ibid.

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    donde la historia adquiere toda su importancia, a pe-sar de estas etapas difciles poco conocidas, pero quehan marcado el futuro de las naciones, la historia cum-ple su funcin de esclarecer el pasado para vivir unmejor presente, enseando el arte de vivir:

    ...publicando la verdad en toda su pureza, lahistoria no engendra odios ni venganzas. Noes autora de discordias ni de guerras intesti-nas. Es maestra experimentada de prudencia,y sus lecciones, derivadas de los siglos, no sonde mal sino de bien. Se place en los odios polti-cos que tienen por objeto el espritu de la con-quista, el de intervencin en los negocios de otranacin, el de dominacin absoluta, pero car-ga de horror los odios personales unos contraotros individuos que deben penetrarse de unmismo espritu. Ensea a ser previsores, cau-tos y prudentes, pero quiere que todos se unanen derredor de la patria, que todos sean ciuda-danos, amigos colaboradores en beneficio dela madre comn, penetrados de aquella riva-lidad noble de talento y mrito, que ha sidosiempre la creadora de los grandes hombres.32

    De aqu se desprende, de acuerdo con Valle, lo tras-cendental del conocimiento histrico. Esto es, quepermite ver con ms claridad la necesidad de una nuevaforma de gobernar, de llevar las luces de la educacina las mayoras. Esto se lograr siempre y cuando todogobernante conozca con profundidad la historia de sunacin: Se considera su estado presente, y no se hahecho estudio de los anteriores por donde ha pasado,se ve su superficie y no se penetra ms all, se mira sufisonoma exterior, y no se tiene idea de su alma, [...as una nacin] podr ser bien gobernada?.33

    El principio de causalidad histrica de los fenme-nos es siempre su meta superior, la aparente de lascosas para tener una verdadera comprensin de la rea-lidad social e histrica, a fin de saber gobernar y unifi-car al pueblo. Por esto Valle reiteradamente observauna nacin en su dimensin histrica y esto es lo quesella su pensamiento. El presente no se comprendesin su pasado, ambos son inseparables. En ese sentidopara este autor la historia cumple una funcin totali-zadora, que permite conocer en su esencia el estadode una nacin, un pueblo. Por esto nos dice: El queno observa a un pueblo ms que en su actual posi-cin, es como el que no ve a un hombre ms que enun acto slo de su vida; para conocer a un hombre espreciso verle en todos los perodos; y para conocer a

    un pueblo es necesario observarle en todas las pocasde su historia.34

    II. El sustrato positivista: Ramn Rosa

    En el pensamiento histrico de Ramn Rosa (1848-1893) no se advierte claramente una influenciahegemnica de tal o cual corriente de conocimiento,sino ms bien de una suerte de sustrato terico, quede alguna manera, refleja una moda de pensamiento yuna manera de actuar guiadas por el positivismo y poruna suerte de pensamiento ilustrado. Este es el tras-fondo o el sustrato del que emerge su manera de pen-sar lo social, lo poltico y lo econmico. Sin duda algu-na, el pensamiento de Ramn Rosa, refleja la sntesisde un liberalismo clsico, de manera similar a lo efec-tuado por los franceses del siglo XVIII, que situaronen un lugar privilegiado el estado de la Razn con laabolicin del rgimen feudal y de la vieja aristocracia.35

    Del mismo modo se reconocen en las ideas, en elflujo positivista de esta generacin, las ideas de Comtey Litrre, transmitidas por el chileno Jos VictorianoLastarra (1810- 1884) y por los argentinos DomingoFaustino Sarmiento (1811-1888) y Juan Bautista Alberdi(1810-1884).

    A. El positivismo: historia y progreso

    Ramn Rosa, como varios de los intelectuales desu momento vieron en el positivismo un camino parasuperar la realidad de su tiempo, saturada de vicioscoloniales y de supersticin religiosa que daban carc-ter dbil y estril a las ideas y las formas de organiza-cin social y poltica existentes. Sin embargo, comoha explicado Roberto Castillo, es saludable recordarque el positivismo de los pases latinoamericanos, aun-que con la influencia europea, tiene rasgos propios,unindose la concepcin terica del positivismo a laidea poltica liberal, que buscaba realizar las transfor-maciones materiales, polticas e ideolgicas que per-mitira a las nuevas naciones fortalecerse, tanto inter-na como externamente.36

    Augusto Comte, fundador del positivismo no dudaen sealar que esta filosofa no es ms que una alter-nativa que responde a las necesidades de su tiempo,siendo un rasgo caracterstico del espritu positivo elestar con el espritu de su tiempo, de su siglo, y lo quele da vitalidad histrica a ese siglo es el afn compues-to por el orden y progreso. El orden como principio,el progreso como el fin.37 Para un autor comoHabermas:

    El positivismo significa el final de la teora delconocimiento. En lugar de esta ltima, apare-ce una teora de la ciencia. Si la problemticalgica-trascendental acerca de las condicionesdel conocimiento posible aspiraba tambin a

    32 Ibid.33 Ibid.34 Ibd.35 Zelaya, G. El legado de la reforma liberal en Honduras, p.29.36 Castillo, R. Filosofa y pensamiento hondureo, p.2037 Perdomo, C. Pensamiento positivista liberal de Ramn Rosa, p.4.

  • 13

    la explicacin del sentido del conocimiento engeneral, el positivismo, en cambio, elimina estacuestin, que para l ha perdido sentido gra-cias a la existencia de las ciencias modernas.El conocimiento se encuentra implcitamentedefinido por la propia realidad de las ciencias.Por esto, la cuestin trascendental acerca delas condiciones de un conocimiento posible,nicamente se puede entender bajo la formade una investigacin metodolgica sobre lasreglas de constitucin y de comprobacin delas teoras cientficas.38

    No es un resultado contingente, que losreformadores del siglo XIX se hayan identificado conel positivismo, constituyendo este, el movimiento in-telectual dominante en la segunda mitad del siglo XIX.Esta filosofa se expandi vertiginosamente en Ingla-terra, Alemania, y despus en Amrica, adquiriendocaracteres muy propios y diferentes respecto a los queles imprimi su fundador.39

    La teora de la historia positivista busca descubrirlas leyes del desarrollo social, pretendiendo elevarsepor encima del materialismo y el idealismo y no ser niuno ni otro. Al buscar la existencia de leyes en la socie-dad, y por lo tanto al intentar establecer un mtodoque estudie a la sociedad, se inclina por la imitacinmecnica de las ciencias naturales. As el mtodo his-trico positivista es el inductivo, para ir hacia la elabo-racin terica, resultando as un claro empirismo.40

    Los enfoques de carcter histrico de Ramn Rosa,Antonio R. Vallejo o Rmulo Durn y otros historiado-res de la poca centrarn su reflexin en la teora delos tres estadios de Comte (edad religiosa, metafsicay positiva)41 y a partir de ah construirn el conceptolmite del pensamiento histrico de esta poca que esel del progreso.

    El desarrollo histrico de las sociedades se entien-de como progreso, lo que necesariamente implicabadesterrar los vestigios coloniales y potenciar el papelde la educacin pblica, laica y universal con carcterobligatorio, que sera el factor decisivo en el anhelode modernizacin, entendido este trmino de acuer-do con Argueta, como un marchar al lado del mun-do industrial europeo y norteamericano, anhelo ya cla-ramente percibido en los escritos de Jos Cecilio delValle. Adems el desarrollo histrico implicaba la aper-tura infraestructural del pas como requisito indispen-sable para establecer un mercado nacional, la consoli-dacin de sectores vinculados al aparato estatal y a lasactividades agropecuarias y mineras orientadas a for-talecer una economa exportadora.42

    No se puede olvidar que la idea de progreso es pro-pia del mundo moderno, alimentada por los avancesde la ciencia, la tcnica y las ansias emancipatorias dela humanidad. Consiste en afirmar que la humanidadparti de una situacin inicial de barbarie y ha venido

    mejorando sin cesar desde entonces como en uncontinuum hacia el futuro. As pues, no entraa slouna revisin del pasado, sino tambin una profecasobre e futuro. Como deca Lincoln Steffens, he vistoel futuro, y os aseguro que funciona.43

    Esta nocin de progreso, tiene un origen no ante-rior al siglo XVII. Hasta ese momento era frecuenteinterpretar la historia ms bien en clave de decaden-cia, a partir de una situacin inicial de plenitud. Deesta manera, con la nocin de progreso no slo se afir-ma que la humanidad ha avanzado gradualmente du-rante el pasado, sino que sostiene tambin que segui-r avanzando indefinidamente en el futuro, y ademsde forma necesaria. Kant lleg a decir que se necesita-ra un nuevo Kepler, un nuevo Newton, que hallase laley del movimiento de la civilizacin.44

    Para Ramn Rosa y varios de los pensadores hon-dureos de este perodo, como muy bien lo ha estu-diado Gustavo Zelaya,45 el progreso encontrara susentido en la historia, siempre que mejorara la vidahumana por medio de la razn y sus productos msacabados. Ello provocara una disminucin de la igno-rancia y un incremento sustancial de la felicidad. Ra-mn Rosa lo manifest de la siguiente forma:

    Vivimos abrumados por una naturaleza tanrica y grandiosa como spera y salvaje. Pararealizar el progreso, que es nuestro bien, tene-mos que luchar las materiales dificultades quenos opone; para esa ruda lucha necesitamosfuerza y ardimiento, y esos elementos de poderslo pueden drnoslo las ciencias fsicas y ma-temticas.46

    Se busca establecer una teora de la historia cuyoelemento determinante es la naturaleza, y el hombrevisto como un ser objetivo, sensible, que se constitu-ye y desarrolla a travs de su propia practica, pero so-bre la base de un repertorio de relaciones activas ypasivas con la naturaleza y la sociedad. Esa determina-cin es la que define al hombre, lo obliga, se le impo-ne necesariamente como condicin de su existencia;pero frente a esta determinacin encontraron msimportante la razn y las nociones que produjera,como elementos primordiales del progreso.

    38 Habermas, J. Conocimiento e inters, trad. de M. Jimnez, J. F. Ivars y L.M. Santos, Madrid, ed. Taurus,1982, p. 75

    39 Ibidem.40 Cfr. Gallo, M. Qu es la historia, pp. 29-30.41 Cfr. Rosa, R. discurso de apertura de la Universidad en Obra Escogida,

    pp. 249-280 y Zniga, A. El progreso democrtico.42 Argueta, M. Tendencias e investigaciones recientes de la sociologa

    Hondurea: un ensayo bibliogrfico, p.1243 Cfr. Nisbet, R. Historia de la idea de progreso, p.42044 Cfr. Gonzlez-Carvajal, J. Ideas y creencias del hombre actual, P.11645 Para este apartado remito directamente al trabajo de Gustavo Zelaya, Op.Cit.,

    pp.46 Rosa, R. Op.Cit, P280.

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    Se desentendieron, por tanto, de lo fundamentalen cuanto a la formulacin de interpretaciones hist-ricas. Es decir, cualquier manera de proponer la histo-ria siempre tendr como respuesta humana esa deter-minacin material del mundo que es la naturaleza. Porello, el hombre dispone y ha dispuesto de la posibili-dad de responder tecnolgicamente a los retos de esatendencia predominante; tiene, entonces, la oportu-nidad de controlar y dominar el mundo exterior pormedio de los instrumentos que le proporciona la cien-cia, la tcnica, y por ende, la educacin. Esa era la fina-lidad del progreso: el conocimiento y la felicidad delhombre, concebida la meta como el producto de unproceso natural ilimitado, que no admite saltos ni po-sibilidad alguna de experimentar regresiones.

    Otra caracterstica de esta concepcin de la histo-ria es el significado evolutivo y gradual del paso deuna etapa a otra, como parte de un plan ordenador ynatural, en donde el papel central lo desempea larazn humana.

    La nocin del progreso recogi las inspiraciones desuperar las viejas limitaciones de la vida material y es-piritual y reflej, igualmente, la intencin de implan-tar otras formas que sirvieran para salir del atraso ge-neral en que se encontraba el pas. Exista, pues, lanecesidad de poner a disposicin de toda la sociedadlos ms elementales instrumentos de desarrollo queestimularan en los hondureos las posibilidades paradesarrollarse como tales, es decir, para realizarse hu-manamente.

    Esa visin optimista del progreso consideraba quela Reforma poltica, econmica y social era una espe-cie de luz que se hara ms intensa gracias a la con-ciencia que los hondureos forjaran al ser favorecidoscon el nuevo sistema educativo, con la nueva legisla-cin y con la industria. Al respecto, Rosa defini elmomento de la siguiente manera:

    La reforma no es una promesa; es la realiza-cin progresiva de los bienes sociales. El estu-dio de la historia que nos ensea a juzgar loshombres y los acontecimientos, cada da nosevidencia ms y ms el curso natural e inde-fectible de las revoluciones poltico- sociales

    Para Rosa claramente el positivismo fue, ms queuna doctrina filosfica, un modo de instalacin de lasnuevas sociedades, una forma de ingreso posible a lacivilizacin a travs de la alternativa de ruptura con elpasado colonial, a travs de un nuevo mito unificadorde todos los sectores polticos. Es un modo de pensary de proceder, es decir, una forma de pararse frente ala vida y de interpretar el todo.

    B. La utilidad del conocimiento histrico

    La teora de la historia y el proyecto social de Rosase corresponden muy bien con el contexto social enque surgen. Una sociedad que viene de la anarqua,de la guerra, la inestabilidad, el regionalismo y la frag-mentacin requiere de una adecuada comprensin desu historia. Honduras se constituir en un Estado ines-table de acuerdo con Oquel, y fragmentado, sin ma-yor conciencia de vida republicana y de sentimientonacional. De ah la necesidad de volver a los inicios dela vida republicana y los repetidos alegatos por la eman-cipacin. En Ramn Rosa la independencia es el he-cho histrico ms importante en la historia de Hon-duras y de Centroamrica.47

    Es as como, dentro del proyecto liberal de cons-truccin del Estado-Nacin de Soto y Rosa, se buscauna teora capaz de ofrecer luces sobre la historia ca-racterizada por las cruentas luchas que prosiguieronal proyecto federal en Centroamrica desde 1842 a1876. En este sentido la teora de la historia posivistapermita la bsqueda de legitimacin de la Repblicaindependiente y la aproximacin a una nueva era.

    Este influjo ideolgico, como la bsqueda de legiti-macin de la independencia y la formacin de un Es-tado-Nacin, ponen de manifiesto que para losreformadores liberales la utilidad de la historia es ali-mentar una historia de bronce, utilizando la expre-sin del historiador mexicano Luis Gonzles. Historiaque define como una historia pragmtica por excelen-cia, que se ocupa de hombres de estatura extraordina-ria (gobernantes, santos, sabios y caudillos): presentalos medios desligados de sus causas, como simplesmomentos dignos de imitacin.48 Siendo esta la histo-ria preferida por los gobiernos, es una forma de em-plear la historia que contina hasta el presente.

    As se comienza a construir la idea de hroes de laindependencia hondurea y emergen con todo su sig-nificado los nombres y las figuras de Francisco Morazn,Dionisio de Herrera, Jos Trinidad Reyes, como baluar-tes del proceso de construccin del Estado y la Na-cin hondurea. De aqu que Morazn se haya con-vertido en el smbolo de la nacin hondurea y en elhroe nacional por antonomasia y se exalte su figuraguerrera y militar.

    Este discurso historiogrfico se encuentra domina-do por un fuerte sentido anticolonial, ms que espa-ol, que se expresa no slo en la hostilidad manifiestacontra todo lo que representaba el perodo colonial,sino que es una revisin de todo el discurso patriti-co. No sin razn cuando a Antonio Ramn Vallejo se leasigna escribir una historia nacional, sta arranca des-de1821 y no hace referencia al perodo colonial. Esteltimo ser definido e interpretado como un perodode oscurantismo, como elemento histrico justificati-vo del Estado Nacional y una etapa que haba que su-perar:

    47 Cfr. Rosa, R. consideraciones generales sobre la independencia de CentroAmrica y La independencia desvirtuada en Caras, M. Obra escogida.

    48 Citado por Oquel, R. Los hondureos y las ideas, P.22.

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    Hoy he despertado de esos sueos aterradoresque me suman en la pavorosa noche del pasa-do colonial; y es porque nuestras nuevas insti-tuciones ya no organizan nuestras familiasbajo un sistema romano-feudal; ya no recono-cen delitos imaginarios, inventados por la ig-norancia de la Edad Media; ya no previenenla aplicacin de penas brbaras o arbitrarias;ya no restringen la explotacin de nuestrasminas repeliendo al inmigrante, al extranjero;ya no coartan la libertad de comercio, con res-tricciones atentatorias a las garantas del ca-pital y del crdito. Seores: cuando los monr-quicos ven morir a su rey, exclaman: El reyha muerto, viva el rey!, y yo, como republica-no, hoy que el trueno del can salud lapromulgacin de nuestros Cdigos, inspiradosen la justicia y en la ciencia moderna, no pue-do menos de exclamar: La colonia ha muer-to... Viva la Repblica.49

    Otro elemento caracterstico de la vinculacin en-tre la teora de la historia y el proyecto social es surelacionamiento con el poder- pblico, lo que lo con-vierte de una u otra manera en un discurso oficial,hasta cierto punto ideolgico y por lo tanto aparececomo gran protagonista de la historia el gobierno y elEstado. Es el Estado el que crea la infraestructurahistoriogrfica y el que financia la preparacin y publi-cacin de los textos histricos.

    C. La memoria histrica

    Ramn Rosa defini el conocimiento histricocomo la memoria de una nacin, es decir como lo quel muy bien llama conciencia del pasado:

    Suprimid los archivos, y los pueblos carecerande la conciencia del pasado. A la manera quelos individuos que, por una desgracia o pertur-bacin pierden la vida de los recuerdos; los pue-blos sin archivos pierden el recuerdo de sus tra-bajos, de sus esfuerzos por el bien, de sus ideas,de sus actos de sus triunfos; de sus dolores, desus desalientos e infortunios; de sus propsitos,de sus aspiraciones, de sus ideales; y en sumade las grandes enseanzas que lega siempre elpasado, recogido en el archivo y resplandecien-te en las pginas de la historia.50

    El archivo, es para Rosa un elemento de la moder-nidad y el progreso, es el reflejo de la historicidad deuna nacin, es la definicin de su identidad. Por elloun pueblo sin archivo, sin historia, sin tradiciones,no puede tener un carcter que lo distinga, que lohaga representar un papel honroso en las magnfi-cas evoluciones del progreso.51

    La creacin del Archivo segn Rosa, es el paso parafundar, no slo una nueva historiografa hondurea,sino los estudios histricos como tal desde una pers-pectiva cientfica y documentados:

    Por fortuna, el imperio del mal no puede sereterno; y hoy, despus de trabajos y esfuerzossin nmero, se han reunido los documentosque, desde los tiempos del coloniaje hasta nues-tros das, contienen, los preciosos materiales denuestra historia; y he aqu que, para honra ybien de la patria, se inaugura el Archivo Na-cional.52

    III. La aproximacin marxista:Filnder Daz Chvez

    La influencia del marxismo en la teora de la histo-ria en Honduras, puede decirse que es relativamentereciente en su desarrollo. Si bien existe unahistoriografa marxista como tal, sta carece de unareflexin terica con profundidad, tal como puedeverse en las perspectivas ilustrada y positivista, quetanto en Valle como en Rosa ocuparon parte de supensamiento, interesados en la teora de la historia enfuncin de sus proyectos sociales y polticos.

    Ha sido Filnder Daz Chvez en su valioso ensayo:Sociologa de la desintegracin regional (1972), quienen mi opinin, ha hecho hasta ahora, el mayor esfuer-zo por comprender y explicar la constitucin o inte-gracin social de Honduras; el primero as, en aproxi-marse a una teora de la historia en clave marxista.

    Esta es una de las pocas obras escritas en Hondu-ras desde una perspectiva abiertamente marxista, tan-to en el uso del lenguaje como en las categoras deanlisis. El mismo Daz Chvez define este libro comoun anlisis sociolgico, pero sobre todo es, en nomenor grado, una doctrina sobre el subdesarrollodel pas hondurense del istmo centroamericano.53

    Es importante recordar que el materialismo hist-rico de Marx y Engels nace en un momento caracteri-zado por una encrucijada histrica, de impulso paracontinuar la lnea ms progresista de la Revolucin fran-cesa, traicionada en 1830; en un momento deradicalizacin del pensamiento ilustrado, preservadoen la filosofa de Hegel, frente a la reaccin historicista;y en un momento de crtica a las formas de explota-cin introducidas por el capitalismo y potenciadas porla industrializacin.54

    49 Rosa, R. Obra Escogida, p.33450 Rosa, R. Obra Escogida, p.33151 Ibidem.52 Ibid, p. 332.53 Daz Chvez, F. Sociologa de la desintegracin regional, P. 12.54 Fontana, J. Op.Cit., P 138.

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    Como muy bien ha explicado el mismo Fontana, elmaterialismo histrico contiene una concepcin de lahistoria que muestra la evolucin humana a travs deunas etapas de progresos que no son definidas funda-mentalmente por el grado de desarrollo de la produc-cin, sino por la naturaleza de las relaciones que seestablecen entre los hombres que participan en el pro-ceso productivo: Cuando se habla (...) de produc-cin dir Marx- se habla siempre de la produccinen un estadio determinado del desarrollo social dela produccin de individuos en sociedad.55

    El punto de partida para Daz Chvez para cons-truir una teora de la historia es el hecho que a su jui-cio la historiografa y la teora de la historia hondure-as han estado acosadas por los vicios que el pensa-miento emprico entraa. Y si es cierto que siempreha existido una cronologa histrica, donde sta setoma por historia, en la cual se hallan desterradoslos deseos subjetivos del historiador... [el resultadoha sido un empirismo]. Por lo tanto, el proyecto deeste autor consiste precisamente en abandonar laconcepcin emprica de la historia y lanzarse a cons-truir sobre nuevas bases su concepto.

    As, para Daz Chvez, la historia aparece, especial-mente, como efecto de la estructura social, es decircomo un todo complejo, en el cual, siempre, de modoineludible, existe un elemento que desempea el pa-pel dominante y otros que le estn subordinados.

    Para generar conocimiento histrico hay que re-currir al pensamiento cientfico y superar el conoci-miento emprico. Es decir el pensamiento, que rindetributo a los datos, estadsticas, crnicas y todo fen-meno que le es dado inmediatamente como experien-cias de la vida cotidiana, cree poder encontrar laley de un proceso mediante una lectura inmediatade esos datos y experiencias, que deben entregarletambin inmediatamente el secreto de su esenciali-dad; que el dato habla por s mismo y sin ms nece-sidad que un odo atento para captar la verdad quenos es dicha; que el documento entrega el misteriode su ciencia solamente con la fuerza de una mira-da atenta y culta.

    De lo que se trata es de generar un conocimientoque obligue a los datos a que nos confiesen el secre-to que su inmediatez oculta, contraproponindoloscomo enemigos, girndolos sobre s mismos, paradescubrir la verdad en el fondo escondido de su tor-bellino visible; negar la apariencia difundida, redu-cir el fenmeno a la esencia, el dato a su concepto,encontrar el lazo interior que unifica las esencias

    reducidas de los datos brutos y empricos, encontrarel estado necesario y contradictorio de las cosas quelos datos sealan, en suma, formular lasistematicidad de las conexiones internas que abar-can la totalidad del objeto estudiado, producir elconcepto de su objeto en su estructura interna; heaqu lo que constituye el pensamiento cientfico.

    De esta manera, sostiene Daz Chvez, de acuerdocon Godelier, que la ciencia necesita formular expli-caciones sin deducir la realidad del concepto y sinreducir la realidad al concepto. De este modo, noreducir es tomar lo real tal como es, en todas susdeterminaciones concretas y en su orden especifi-co.56

    Es a partir de esta visin de la ciencia que este au-tor comprende el conocimiento histrico como unconocimiento cientfico que permite superar la visinanterior. La tendencia a entender la historia como noses dada en la bella secuencia de fenmenos que seproducen en la existencia histrica, ya sea de unasociedad o de un hombre importante, slo es, slopuede ser, la sucesin de hechos empricos inmedia-tos (datos y acontecimientos), que las evidenciasde documentos nos prodigan. Postergarse ante talesevidencias es caer en el empirismo de la historia.

    El concepto de historia que este autor trabaja esque la historia se construye no a partir de la hermosarepeticin de los hechos visibles que se suceden comolos acontecimientos registrados en los datos de unacrnica, sino por el contrario, el concepto de histo-ria se construye a partir de la estructura articuladade una sociedad determinada, produciendo el co-nocimiento verdadero, objetivo por lo tanto, de susdiferentes instancias y conexiones orgnicas.

    Los efectos de las articulaciones estructurales ensu interrelacin mutua, de los desplazamientos de esasarticulaciones, del intercambio de sus papeles, son loque producen lo histrico. Son hechos histricos, en-tonces, entre todos los acontecimientos que se pro-ducen en la vida cotidiana de una realidad histrica,los que producen un cambio en las coyunturas estruc-turales existentes.57

    Por esto los pases subdesarrollados poseen su his-toria propia, contrariamente a la afirmacin de los es-tudios desarrollistas de los idelogos de las metr-polis interesadas en mantener el subdesarrollo y ladependencia, los cuales sealan que los pases subde-sarrollados no poseen historia sino que siempre hansido lo que son hoy. Historia propia, regional, capita-lista, ya que ha estado y est estrechamente vinculadadesde varios siglos a la historia de los pases hoy desa-rrollados quienes incorporaron completamente a lospases actualmente subdesarrollados al mismo pro-ceso unitario de la historia mundial, que ha origi-nado simultneamente el presente de algunos pa-ses y el actual subdesarrollo de otros.58

    55 Ibid., P. 149.56 Godelier, M. Racionalidad e Irracionalidad en la Economa, p. 116,

    Editorial Siglo XXI, Mxico, 1967.57 De aqu el conocimiento real de la historia se vincula necesariamente al

    conocimiento objetivo de la sociedad como todo estructural articulado.58 Andr Gunder Frank, Desarrollo del Subdesarrollo, p. 54; Suplemento

    de la Revista Tlatoani. Mxico, 1970.

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    El hecho de que cada una de estas historias sea re-lativamente autnoma no puede significar que exis-tan dominios independientes del todo complejo es-tructurado. El modo y el grado de independencia deuna historia slo pueden concebirse sobre la base delas diferentes relaciones existentes entre las estructu-ras del todo estructurado, lo cual significa que esa in-dependencia se halla determinada, necesariamente,por el modo y el grado de dependencia de las estruc-turas del todo global; en el caso de los pases depen-dientes, por la estructura capitalista internacional.

    La tesis del autor sobre ciertos aspectos sociales dela realidad hondurea es la siguiente:

    Los hombres para producir contraen determi-nados compromisos o relaciones con el objetode transformar la naturaleza a travs de ins-trumentos. Esas relaciones de produccin se lle-van a cabo mediante el lenguaje, que, como sesabe, presupone relaciones sociales. Se puedeconcluir que la conciencia social, siendo unreflejo del mundo exterior adquirido a travsde la produccin social, involucra en su estruc-tura las relaciones de produccin, y de igualmanera stas se hallan implcitas en el lengua-je. Entonces, si las relaciones de produccincambian, igualmente cambia la concienciasocial y el modo de expresarla, el lenguaje..59

    Los hondureos no han logrado desarrollar un altogrado de conciencia social, es decir, de nacionalidad:Una notable desintegracin nacional, es porqueexisten fuerzas internas y externas que provocan sudesfiguracin econmica.60

    La desintegracin es la ausencia de una conciencianacional, cuyo fondo, de acuerdo con el autor, se en-cuentra en las seculares races de esas viejas estruc-turas, y que opera como activa agente de desintegra-cin, el hambre igualmente secular de nuestro pue-blo.61

    Las condiciones de pobreza que han caracterizadoa Honduras a lo largo de su historia han sido el caldode cultivo de los problemas sociales, y sobre todo dela conducta disociadora, as como, en muchos casos,la escasa accin colectiva del pueblo hondureo, queno es otra cosa que la expresin de la inestabilidadpoltica. Para Daz Chvez, la conducta socialdisociadora es la tensin que se produce de la rebel-da a la explotacin. En esa pugna contra la explo-tacin encontramos una de las bases para explicarlas innumerables revueltas, errneamente llamadasrevoluciones, que en el pasado han paralizado alpas, como tambin la fundamentacin del compor-tamiento anrquico del hondureo en sus relacio-nes de trabajo.62

    Esta continua relacin hambre-rebelda tiene comocausa un tronco comn de idnticos males: una eco-

    noma agraria deformada, proveniente dellatifundismo feudal heredado de la colonia.63 Tan-to el colonialismo como el neocolonialismo son paraDaz Chvez negacin de la nacionalidad. Elneocolonialismo es la variable externa que impide laconstitucin de un sentimiento comn. Pero esta des-integracin y ausencia de nacionalidad tambin tienecomo causa una serie de variables internas, que es pre-ciso considerar: un alto grado de anarqua, pero anms de la frustracin, como expresiones ms o me-nos elaboradas del hambre y la rebelda a la explo-tacin. Empero, en la frustracin se hallan los fun-damentos del alcoholismo generalizado, actuandoulteriormente como artificio para fugarse del medioambiente opresor. Adems, en una etapa paralela,la anarqua condiciona la corrupcin administra-tiva.64

    La anarqua y la frustracin, con sus respectivas se-cuelas de corrupcin administrativa y alcoholismo,condicionan, para Daz Chvez, el hecho sociolgicoms notable: la sociologa de la revolucin arma-da.65

    En la misma lnea de Ramn Rosa, Marcos CarasReyes y Rafael Heliodoro Valle, Daz Chvez autor cen-tra el problema de la integracin y el vnculo socialhondureo en el tema de la guerra, y sobre todo en larevuelta. Sin embargo, a diferencia de Rosa y CarasReyes, Daz Chvez ubica el problema de la desinte-gracin social hondurea en la tensin que se da en-tre la rebelda y la explotacin, especialmente por labase material de una economa agraria deformada porel escaso acceso de los hondureos a la propiedad dela tierra.

    Sobre esta base, Daz Chvez construye una com-pleja matriz de interpretacin de la sociedad hondu-rea, que denomina el proceso de sociologa brba-ra. En efecto, considera que la colonizacin repre-senta la entronizacin en Honduras de la esclavitud ydel feudalismo, que liquidaron lo que l llama la con-ciencia social alegre de los antepasados mayas. Laprdida de la propiedad colectiva por parte de los in-dgenas ha implicado que la estructura socioeconmicade Honduras haya tenido escaso desarrollo, sobre labase de una poblacin explotada y con una gran con-centracin del poder econmico en una oligarquanacional.

    El problema de la propiedad de la tierra ha origina-do en Honduras un espacio tensor, es decir, ascensode la explotacin feudal de la tierra, las crecidas ta-sas de alquiler de casas, la expropiacin hipoteca-

    59 Daz Chvez, F. Op.Cit., P. 391.60 Ibidem.61 Ibidem.62 Ibidem.63 Ibid. P. 392.64 Ibidem.65 Ibidem.

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    ria de grandes sectores de la poblacin, las marchasforzosas de la movilidad geogrfica, la intensidadde la ley famlica, la mutilacin urbana, la red ca-minera deficiente, etctera, todo lo cual no es sinoaumento de la proletarizacin de los habitantes hon-dureos, desintegracin social y econmica.66

    El hambre es el hecho sociolgico ms significativode la realidad hondurea. Dada la estructura latifun-dista del pas, Daz Chvez concluye que en l se apli-ca una ley famlica propia de las regiones subdesa-rrolladas: Ella expresa que el hambre, como hechosociolgico, tiene su matriz fecunda en el orden so-cial interno, y cuyas bases son el latifundismo y elimperialismo. Este vstago exuberante del estril sue-lo feudal, abonado y cultivado por la sujecin a lametrpoli yanqui, la imposicin de una poltica eco-nmica de exclusivo beneficio capitalista de la oli-garqua abrazada a los monopolios extranjeros, noslo disminuye la talla y el peso del cuerpo famlico(...) sino que modela, talla y trabaja las vsceras es-pirituales, la estructura mental, la conducta social,la tristeza secular, el alcoholismo ligado a ste, laindiferencia y la apata, son unos pocos ejemplos dela conducta conformada por el hambre crnica.67

    Si bien para el autor se establece una suerte de dia-lctica entre el hambre y la rebelda, esta ltima no esms que una rebelda famlica, incapaz de generartransformaciones importantes. Puede decirse que esuna rebelda sin causa, cuyas manifestaciones no sonms que la reproduccin de las condiciones socialesde atraso y desintegracin:

    Ambas races de la miseria condicionan ma-yores reacciones parsitas, traducidas en anar-qua, corrupcin administrativa, alcoholismo,conformismo, para finalmente llegar a las re-vueltas intestinas que ha padecido el pas, vol-viendo stas, a su vez, ms tenso el original atra-so econmico y social y, por consiguiente, au-mentando el subdesarrollo.68

    La ley famlica, como fenmeno social, y la existen-cia objetiva del rgimen latifundista-mercantil y de supenetracin por el imperialismo, se expresa en su for-ma econmica en la falta de produccin en general, yen particular de alimentos.

    Sin embargo, para Daz Chvez el problema princi-pal derivado de la rebelda contra la explotacin es elalcoholismo y la frustracin colectiva. El alcoholismotiene grandes implicaciones para la estabilidad polti-ca y social de Honduras:

    El alcohol crea el clima desinhibidor que dis-minuye la represin exterior y la tensin an-gustiosa interna, expandindose a un mundoirreal y no ajeno al hombre; el que quisieraposeer como identidad de s mismo, sin nadaque le sea opuesto; el pequeo mundo artifi-cial inmerso en el mundo alienado, pero,por lo mismo, slo seguro momentneamen-te.69

    As, la tesis fundamental de Daz Chvez es que elrgimen econmico subdesarrollado de Honduras(como producto de la deformacin en la tenencia dela tierra y, posteriormente, la desfiguracin capitalistainterna y la penetracin extranjera) es el causante dela injusticia social; de ah que el hambre y la rebeldacontra la explotacin sean las dos consecuencias msinmediatas de esa injusticia, y a su vez sean dos situa-ciones que catapultan y explican el hecho social mssignificativo de la historia de Honduras: las guerrasinternas, producto de la anarqua del hondureo: Enun estadio ms exacerbado, la anarqua, junto conla frustracin, desprendimiento directo de la razsociolgica del hambre, determinan las luchas ar-madas intestinas.70

    La inestabilidad poltica propia de la historia del pases producto de la anarqua, la cual tiene su origen enla estructura social que provoca el subdesarrollo eco-nmico. Pero la consecuencia mayor de la inestabili-dad poltica ha sido la corrupcin administrativa: Amayor inestabilidad poltica, mayor inmoralidadpoltica, y a mayor inmoralidad poltica, mayor ines-tabilidad poltica.71

    Para Daz Chvez, la constante inestabilidad polti-ca tiene su causa en la ausencia de una actividad eco-nmica desarrollada. Ello a su vez ha causado una de-formacin de la superestructura en el expansionismode la actividad poltica, que termina definindose msbien por el asalto al poder de grupos oligrquicos.

    De hecho, para este autor la sociedad hondureafunciona en una especie de crculos viciosos: estruc-tura econmica dbil hambre alcoholismo rebel-da anarqua - inestabilidad poltica - corrupcin ad-ministrativa - debilidad econmica. Por ello, concluyeque es en los mismos eslabones de hambre y priva-cin espiritual, de explotacin y anarqua pertene-cientes a la miserable cadena de la economa agra-ria feudal, donde encontramos la exgesis de las re-vueltas armadas, que por ms de una centuria ledieron fama a Honduras en el exterior, como la na-cin dscola y anrquica.72

    La revuelta armada no slo es el hecho sociolgicoms notable de la sociologa brbara, sino que es suesencia profunda y compleja; donde quedan expli-cados y comprendidos, en resumen apretado, todassus otras manifestaciones de la vida; donde procesos

    66 Ibid. P. 397.67 Ibid. P. 397.68 Ibid. P. 411.69 Ibid. P. 243.70 Ibid. P. 435.71 Ibid. P. 439.72 Ibid. P. 447.

  • 19

    de ascenso y descenso, retrocesos, zig -zags y avancede infinito nmero de aspectos se dan en rica y vivainteraccin recproca; donde el color de cada hechosocial, revelado en una contradiccin particular, seentrelaza con cada otro de diferentes modos; dondela enredada madeja se trenza en muchas formas yvariados hilos: desde el rojo vivo teido con sangrepopular, el dorado del robo y el saqueo imperialistay oligrquico, el verde de la esperanza frustrada,hasta el negro hilo de la srdida muerte del pueblo yla criminalidad imperialista-oligrquica....73

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    73 Ibid. P. 452-453.

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