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QUITO Imagen Urbana, Espacio Público, Memoria e Identidad Marco Córdova Montúfar

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  • QUITOImagen Urbana, Espacio Pblico, Memoria e Identidad

    Marco Crdova Montfar

  • R&;. {c;GJoSCUT.

    BlBLlOTECA . RACIO1--------1

    BIBLJ.JTECA . FLACflJ . Ee

    ~:;I~~-~~~ftt(C .

  • ndice

    Pginas

    6 Prlogo.,

    8 La Imagen Urbana de Quitodurante la segunda mitad del siglo XX

    16 1. La Imagen Urbana34 2. Hechos Urbanos de la ciudad de Quito88 3. Dialctica de la Imagen _U.~bana de Quito

    126 La Ciudad: refugio de Identidades131 1. Una distincin entre lo Urbano y lo Espadal136 2. La cornunidad.construids-c-; -.:=,,- _139 3. La ciudad imaginada143 4. La dimensin poltica de lo urbano149 5. El carcter discursivo de la ciudad157 6. La ciudad a manera de Objeto-Sujeto poltco

    168 Parque El Ejido: una metfora del Espacio Pblico172 1. Anlisis fsico - espacial180 2. Anlisis socio - espacial

    , '.

    198 Espacio, Memoria e Identidad: El Templo de la Patria202 1. Evocacin de memorias colectivas205 2. Representaciones oficiales207 3. Imgenes y Artefactos

    212 Representaciones espaciales de la identidad nacional:Monumento y museo etnogrfico de la Mitad del Mundo

    216 1. La identidad nacional221 2. La nacin y lo indgena225 3. Los monumentos: dispositivos de la conciencia nacional230 4. El museo como sistema de representacin

  • 19 La lingstica estructural deSaussure parte del concepto bsicodel "lenguaje humano", entendidoste como un conjunto de formas deexpresin, un sistema de signos esta-blecidos al interior de una determina-da cultura. En este sentido, el len-guaje, a manera de hecho social(Saussure.t 974:47), es la base tericade todo proceso de comunicacin ydado que la interaccin del serhumano con sussemejantes y con Suentorno, necesariamente hace refe-rencia a la idea de comunicacin, ellenguaje se constituye por lo tanto,en la condicin misma donde se de-sarrolla el ser.Esta teora, ms all de explicar lanaturaleza del lenguaje, se ha consti-tuido a travs de su metodologa enun importante modelo de anlisis delas disciplinas humansticas y de lasciencias sociales. "La lingsticatiene una importancia clave para lafilosofa y la ciencia social en su Con-junto; su insistencia en la naturalezarelacional de fas totalidades, ligada ala tesis del carcter arbitrario delsigno, y relacionada con su nfasis enla primaca de 105 significantes sobrelo significado; el descentramiento delsujeto; y su inters en el carcter dela temporalidad cama componenteconstitutivo de la naturaleza de obje-tos y sucesos" (Giddens, 1987:255).En este sentido, el lenguaje, interpre-tado en un contexto sociolgico,hace referencia al concepto de"estructura", definido como el ele-mento central del esquema social, elespacio (en sentido figurativo) dondese desarrollan todos los procesos deinterrelacin del ser humano,mediante un intercambio de signos.De esta manera, el esquema social seestablece sobre la lgica:sulero-estructura-stsrema de signifi-caciones, correspondindole a laestructura una condicin "incons-ciente", exterior al individuo, elcampo donde la sociedad define suinterrelacin simblica, dotada deuna autonoma conceptual, es decir,con existencia propia y con un podercoercitivo tanto sobre el individuocomo sobre la razn. Por otra parte,el sistema de significaciones es inhe-rente al concepto de "acontecimien-to", entendido como la realidadmisma, el componente visible delesquema social, una suerte de "snto-ma" del hecho social.Esta interpretacin sociolgica de la

    1.7 La Semiticay la Cultura de Masas

    La Semitica es una disciplina que ini-cia a principios del siglo XX, comoresultado de los estudios del filsofonorteamericano Charles Sander Peirce y el francsFerdinand de Saussure, dentro de una bsqueda paraestablecer las relaciones semnticas entre la forma yel contenido en el lenguaje (19). Sin embargo, en lamedida en que su campo hermenutico se fueampliando hacia otras formas de conocimiento comola esttica, la antropologa, la arquitectura, el cine y lamsica, e inclusive la misma medicina, el anlisissemitico se ha ido constituyendo en un instrumentometodolgico que permite el estudio de la dialcticadel "signo", al interior de todo proceso de comunica-cin que funcione a partir de la emisin de mensajesbasados en cdigos subyacentes (Eco,1999:11). Encierta manera, desde la consideracin de que todofenmeno cultural genera comunicacin y por lotanto, cualquier aspecto de la cultura se convierte enuna unidad semntica (Eco,I999:3I), el ejerciciodeconstructivo de la Semitica, ha permitido estable-cer las relaciones entre los componentes de un deter-minado sistema cultural y su incidencia en el funcio-namiento general del mismo.

    En este sentido, la Semitica plantea dos compo-nentes dialcticos de carcter complementario alinterior de la estructura del signo. Por un lado, el"significante", de carcter formal, determinado atravs de un proceso de percepcin que define lanaturaleza fsica de los objetos en una imagen sen-sorial. Y por otro lado, el "significado", establecidopor el contenido conceptual que el objeto adquie-re al interior del proceso dialctico del conoci-miento. Este proceso de significacin se articula apartir de una "cadena semitica" cuya secuenciaes: estmulo-denotacin-connotacin, establecien-

  • lingstica estructural de Saussure,supone una redefinicin de la con-cepcin positivista que separa loracional de lo irracional, en razn deque la consideracin estructural defi-ne el sistema social como un conjun-to fusionado de elementos objetivos ysubjetivos que conforman un lodo,apartndose de pensamientos comoel existencialismo y la fenomenolo-ga. As, "la lingstica estructural nospermite distinguir lo que lvi-Streussms tarde consideraria: realidadesfundamentales y obienves consisten-tes en sistemas de relaciones produc-to de procesos de pensamientoinconscientes" (Giddens,1987:258).La realidad en s, no es lo que apa-rentemente manifiesta, las verdaderassignificaciones necesariamente debe-rn ser analizadas dentro de la con-notacin sgnica de la estructura. Eneste sentido, la "semiologfa", enten-dida como el estudio de los "signos"en la vida social, permite a travs dela relacin entre "significante" (ima-gen acstica) y "significado" (con-cepto), establecer un proceso deinterpretacin de las relacionesintrnsecas entre el ser humano y lasociedad. En cierta forma, "st existeun sistema consciente, ste solamen-te puede ser el resultado de una espe-cie de entre unamultiplicidad de sistemas inconscien-tes, cada uno de los cuajes conciernea un aspecto o un nivel de la realidadsociel" (levi-Strauss,1987:34),20 Desde una entrada antropolgica,la cultura puede ser definida como unconjunto de "estructuras de significa-cin psicolgicas socialmente estable-cidas, mediante las cuales los indivi-duos o grupos de individuos guan suconducta" (Geertz,200l :25-261. Eneste sentido, la cultura hace referen-cia al conjunto de bienes y valorescreados por el ser humano, resultadode un proceso especfico, en trminosespacio-temporales, sobre el cual ella sociedad establece un sistema sim-blico, es decir, un campo de interac-cin de signos interpretables(Geertz,2001 :27), Desde este contex-to, puede entenderse la Ucultura demeses" como aquel fenmeno globa-lizador; nacido en el seno del esque-ma capitalista y conceptualizado atravs del consumo como ltima ins-tancia del proceso productivo. El tr-mino cultura de masas empieza a ser

    do a travs de un mecanismo de oposicin/asocia-cin un "campo notico", conformado por el con-junto de interpretaciones admitidas por un signo,las mismas que son incluidas o excluidas del signifi-cado durante el proceso.

    La relacin entre significante y significado es arbitra-ria hasta el momento en que se establece una con-certacin respecto a su interpretacin. De estamanera, dentro de un determinado contexto se ins-taura un conjunto de signos convencionales quepermiten establecer un sistema de comunicacin alos que se denomina "cdigos". La codificacin es elproceso mediante el cual se construye el "mensaje",estructurado como una secuencia de signos agrupa-dos dentro de una lgica espacial y temporal.Descomponiendo la estructura del signo se puededeterminar cuales son los elementos primarios oesenciales del mismo con el objeto de establecer un"smbolo" o cdigo icnico, es decir, "una representa-cin esquemtica que reproduce algunas de las carac-tersticas de otra representacin esquemtica sobre lasrelaciones semnticas entre un signo grfico comovehculo y un signifIcado perceptivo codifIcado"(Eco,1999:197).

    Ahora bien, la metodologa que plantea la Semiticapermite sobre todo visualizar la lgica de los proce-sos de comunicacin dentro de una determinadaesfera o espacio de accin, a travs de la concesinde un conjunto de reglas o cdigos previamenteestablecidos por los componentes de dicha esfera.En tal sentido, trasladar este cuerpo terico al hechourbano en su consideracin ms amplia, implicanecesariamente la construccin de un modelo decomunicacin de mayor escala, contextualizado enla denominada "cultura de masas "20, en razn preci-samente de la magnitud y complejidad de los com-ponentes socio-espaciales que conforman una ciu-dad. Plantearse que todo fenmeno espacial y casoconcreto la arquitectura, se inscriben dentro de lacategorizacin de comunicacin de masas, puede

  • Significado y Significan/e,(forograf/a de Rem Koo/haa. y

    George Ka/be)

    utilizado en la Sorbona de Parsen losaossesenta por un grupo de socilo-gos que determinan este fenmenodentro de las nuevasformas de expre-sin de la sociedad contempornea.Inherente a este nuevo paradigma, elde entender la cultura demro de unmbito global, se estructura la deno-minada "comunicacin de masas",una suerte de instrurnentalizaci ndirigida a grandes grupos humanospara sa tisfacer algunas de susexigen-cias y persuadidos de que vivan deuna manera determin ada(Eco,1999:315). En esta caregora seagrupan todos aquellos medios quecomo la telev isi n, el cine, la prensa,la radio, el internet, etc., establecencanales de difusin a nivel masivo yde carcterpersu asivo.21 ECO, Urnberto. "l a estructuraausente", lbd., p.31722 Ibd., p.317

    argumentarse en que por un lado, el razonamientoarquitectnico es persuasivo en razn de que seestablece a partir de premisas admitidas y aceptadasque Juego generan formas espaciales que sugierenpatrones de uso especficos. Ypor otro lado, en quela arquitectura al igual que el resto de productos dela cultura de masas, est sujeta a oscilaciones ydeterminaciones impuestas dentro de una sociedadde mercado (Eco,1999:31S-316).

    Sin embargo, es importante sealar que la arquitec-tura rebasa por as decirlo, el carcter persuasivo yconsolatorio propio del mensaje referido a la comu-nicacin de masas, en la medida en que le es inhe-rente una dimensin ideolgica a travs de la cualpropone y critica formas especficas de aprehensindel espacio . De cierta manera, "la arquitectura con-nota una ideologa del vivir y por lo tanto, a la vez quepersuade, permite una lectura interpretativa capaz deofrecer un acrecimiento de informacin"21.

    En este sentido, esta cualidad heurstica a travs de lacual la arquitectura es capaz de informar las conno-taciones de determinadas funciones, le permitenautosgn carse a partir de la conjuncin de las for-mas del mensaje con el resto de elementos del siste-ma espacial. De alguna manera, al autosignificarse laarquitectura, "a la vez informa no solamente sobre lasfUnciones que promueve y denota , sino tambin sobreel modo en que ha decidido promoverlas y denotar-105"22, es decir, el mensaje generado desde la espa-cialidad per se, que en primera instancia hace unareferencia estricta a su dimensin espacio-funcional,en una segunda instancia, estructura a partir de lalectura e interpretacin del hecho espacial en suconjunto , una serie de significaciones de carcteresttico-formales. Y claro, a partir de esta suerte de(auto)resignificacin del hecho espacial, se otorgasentido a la relacin contenido-forma en la medidaen que uno deja de preceder al otro, situndose msbien en un nivel horizontal donde ambos componen-tes del hecho espacial interactan entre s.

  • El significado de fa arquitectura,(Escuela en San Fermn-Madrid,

    Alberto Campo Baeza)

    23 Ibd., p.l8D24 Ibid., p.71

    1.7.1 La Semitica de laArquitectura

    La elaboracin de una teora arquitec-tnica basada en el anlisis semiticode su significado. necesariamentehace una aproximacin al anlisis anteriormenteexpuesto en la investigacin referido al proceso deconstruccin de la Imagen Urbana, a travs delcual, los esquemas del espacio existencial de unindividuo o de una sociedad en su conjunto se con-cretizan en un espacio artificial o construido. Lalgica de este proceso encierra cierta analoga res-pecto al planteamiento terico de la Semitica, enel sentido de que ambas conceptualizaciones for-mulan la existencia de dos componentes hacia elinterior de su estructura. Un primer componentereferido al "objeto" en cuestin, que en el lxicosemitico corresponde al significante y su anlogodentro de la teora de la imagen al espacio artificial.y un segundo componente referido a la "interpre-tacin" mental del objeto, definido por la Semiticadesde del concepto de significado y con una corres-pondencia dentro de la teora de la imagen a travsdel espacio existencial.

    De esta manera, la insercin del discurso semiticocomo instrumento dentro del anlisis espacial, tieneuna lgica terica siempre y cuando se establezcaun sistema de cdigos con una base conceptual refe-rida al carcter funcional del espacio, que le permi-ta al anlisis semitico deslindarse de la subjetividadpropia de la relacin arbitraria entre el significanteyel significado. En el proceso de transicin desdeespacio existencial hacia espacio artificial, la conside-racin topolgica permite contextualizar el procesoen una estructura socio-espacial que contiene tantoal aspecto fisico como tal, as como tambin a lasactividades que se desarrollan en dicho espacio. Eneste sentido, el carcter funcional del espacio (como

  • cdigo semitico) y la consideracin topolgica (dentro de los esquemas de laimagen), se encuentran ambos referidos a una dimensin existencial del serhumano y por lo tanto, dentro del parmetro objetivo en el que debe encontrar-se enmarcada toda reflexin emprica.

    Los procesos perceptivos que permiten la interrelacin del individuo con elentorno, generan un canal de comunicacin a travs del cual el ser humanoasimila una serie de mensajes de diverso carcter. Haciendo referencia alhecho arquitectnico, podemos sealar que los componentes formales y con-ceptuales de la arquitectura conforman un sistema de signos, definidos por unlado, por la objetividad inmanente a la formalidad fisico-espacial del objetoarquitectnico y por otro lado, por la naturaleza subjetiva propia del procesode diseo. Este sistema de signos se articula dentro de cada contexto socialcon caractersticas especficas, estableciendo cdigos arquitectnicos que pue-den funcionar, dependiendo de sus implicaciones, dentro de una escala deniveles, desde un mbito local hasta uno de tipo universal. Se establece as, elmensaje arquitectnico como parte de un proceso de comunicacin, donde elobjeto arquitectnico se constituye en el emisor del mensaje y el individuo enel receptor. En cierta forma, "el examen fenomenolgico de nuestras relacionescon el objeto arquitectnico ya nos indica que por lo general disfrutamos de laarquitectura como actode comunicacin, sinexcluir su funcionalidad"23, es decir,el proceso de comunicacin generado a partir de la relacin entre el ser huma-no y un determinado objeto arquitectnico, implica a su vez, un proceso deentrelazamiento fsico-conceptual entre un conjunto de formas que denotanuna funcin especfica y una dimensin sgnica que connota ciertaintencionalidad, respectivamente.

    Es importante sealar al respecto, la denotacin de uso inherente al objetoarquitectnico en referencia al carcter funcional del mismo a travs de signosdenotativos. En este sentido, la arquitectura comunica, a manera de estmulo, lafuncin del objeto hacia el individuo, incitando una reaccin que incide direc-tamente en el desarrollo sus actividades. El estmulo referido genera varias posi-bilidades de interpretacin de dicha funcin, pero cuando este estmulo es iden-tificado dentro de un consenso cultural ms amplio, se convierte en el smbolode una determinada funcin. En cierta forma, el razonamiento semitico se sus-tenta en el antecedente de que el proceso de comunicacin adquiere valideznicamente cuando se articula alrededor de un sistema de reglas establecidaspor la sociedad en su conjunto, de tal manera que, "cualquier intento de determi-nar lo que es el referente de un signo nos obliga a definir este referente en trminosde una entidad abstracta que no es otra cosa que una convencin cultural"24. Detal manera que, cada funcin posee su propia codificacin que define su natu-raleza dentro de un determinado contexto.

  • Elmensaje arquitectnico,(calle de las 7 cruces)

    25 ROSSI, Aldo. "La arquitecturade la ciudad", lbd., p.62-63

    Por otra parte, la arquitectura posee adems signosconnotativos de naturaleza intrnseca referidos a laideologa de las funciones, situacin que genera unproceso inverso donde la conceptualizacin de lafuncin se establece a travs del significante y elobjeto arquitectnico pasa a constituirse en el signi-ficado. Esta situacin es an ms evidente duranteel proceso de diseo, instancia donde se hace facti-ble instrumentalizar el sistema de cdigos y mensa-jes desde y hacia el objeto arquitectnico.

    2. Hechos Urbanosde la ciudad de

    Quito

    Es importante realizar una aclaracin respec-to al trmino "Hecho Urbano", el mismo queha sido tomado como referencia desde ellxico del planteamiento terico del arquitecto ita-liano Aldo Rossi, quien desarrolla una teora de laciudad basada en la consideracin de la arquitectu-ra como el resultado formal de un complejo sistemade variables que determinan la construccin de laciudad en el tiempo. As tenemos que, "la arquitec-tura es la escena fija de lasvicisitudes delhombre, contoda la carga de lossentimientos de las generaciones,de los acontecimientos pblicos, de las tragedias pri-vadas, de los hechos nuevos y antiguos. El nexo deestos problemas y sus implicaciones ponen a la cien-cia urbana en relacin con el complejo de las cienciashumanas" (.. .). "Ciertamente podemos estudiar laciudaddesdemuchos puntos de vista: perosta emer-ge de manera autnoma cuando la consideramoscomo dato ltimo, como arquitectura. En otraspala-bras cuando se analizan los hechos urbanos por loque son, como construccin ltima de una elabora-

  • 26 Durkheim argumenta que losfenmenos sociales se constituyenen el nico dato observable en larealidad y como tal, el punto de par-tida de una ciencia orientada hacialos aspectos morfolgicos o institu-cionales de la sociedad, es decir, alas formas ms objetivadas de lavida social. En este sentido, la pri-mera regla del mtodo sociolgicode Durkheim, es precisamente con-siderar los hechos sociales como"cosas", cuyo propsito es conferirleal mundo social, la condicin deobjeto de conocimiento cientfico."Tratar a hechos de un cierto ordencomo cosas no es, pues, clasificarlosen talo cual categora de lo reel, esobservar con respecto a ellos unacierta actitud mentar(Durkheim,1988:50). De esta mane-ra, -objet.vizar" los hechos sociales,dentro de la consideracin de "exte-rioridad" de lo social respecto de losindividuos, permite que la realidadpuede ser conceptuaJizada desde elaspecto subyacente de la materia, atravs de una serie de "representa-ciones colectivas" que se vaninteriorizando en el individuo"tnediente ese acto violento de lacultura sobre una naturalezainicialmente indeterminada"(Gonzlez,1988:10), referente a lasubjetividad individual (o naturalezapresocial humana). En este sentido,la dinmica de este proceso de inte-riorizacin de lo social (a manera derepresentacin) en el individuo, evi-dencia la condicin temporal de larealidad; temporalidad que se defi-ne en una "ccotreposicto entre ladiscontinuidad de la vida individualy la continuidad de la vida colectiva(...) Hay una continuidad, unaduracin de lo social que se opone ala caducidad individual y a instanta-neidad de la conciencia /f(Gonzlez, 1988: 1O). De algunamanera, an cuando los procesos deinteriorizacin del hecho social, soninherentes a una esfera pblica, sedefinen en ltima instancia en ladimensin psquica del individuo.

    cin compleja, teniendo en cuenta todos los datos deesta elaboracin".25

    En este sentido, esta instancia de la investigacinplantea el anlisis del desarrollo urbano dentro deun contexto que considere a la ciudad de Quito,ms all del aspecto formal, como un HechoUrbano, resultado de un complejo procesosocio-espacial, que durante las ltimas cincodcadas del siglo XX, determinaron la conforma-cin de la ciudad actual.

    Para este objetivo, se plantea una metodologa decarcter inductivo, a travs de la cual se realizauna fragmentacin del proceso urbano, abstra-yndolo en tres partes: Primero, el Guin o con-junto de procesos sociales que se sucedierondurante el perodo analizado. Segundo, elEscenario o espacio fsico donde se desarrolla elproceso como tal. Y tercero, los Actores o compo-nentes de este proceso. De alguna manera, den-tro de esta metodologa se encuentra implcita laepistemologa empirista de Emile Durkheim, enreferencia a la idea de objetivar el fenmenosocial, es decir, considerarlo como una "cosa"26,en la medida en que en una primera instancia, seensaya una abstraccin individual de cada uno delos componentes del hecho social, para en unasegunda instancia, interrelacionarlos entre s, amanera de subsistemas, con el objeto deestructurar una visin global del proceso urbano,donde se pueda determinar el nivel de influenciade cada uno de los componentes en elfuncionamiento del sistema en su conjunto. Decierta manera, el hecho social, en su condicin deobjeto de estudio, debe ser comprendido en sutotalidad, en razn de que el todo social no esindependiente de sus componentes y como tal, seproduce y reproduce en funcin de sus momentosparticulares (Adorno,1978:29).

  • 27 DURKHEIM Emile, "Las reglasdel mtodo sociolgico", AlianzaEditorial, Madrid, 1988, p.51

    2.1 Guin

    Part iendo de la consideracin de que"aunque los fenmenos sociales noson materiales no dejan de ser cosasreales susceptibles de estudio ( ..), que tienen unamanera de ser constante, una naturaleza que nodependede la arbitrariedad de los individuos y de laque derivan relaciones necesarias ".27, el plantea-miento conceptual que la investigacin otorga altrmino Guin hace referencia a una suerte deexploracin del proceso social en su conjunto, conel propsito de establecer un referente histricogeneral del perodo de estudio, que permita msadelante, durante el anlisis cualitativo de la inves-tigacin, determinar la incidencia de los diferentesacontecimientos sociales, econmicos, polticos yculturales, en el proceso de construccin de losesquemas espaciales de los habitantes y de la con-secuente concrecin de estos esquemas en laimagen de la ciudad.

    Seguramente de manera implcita, a lo largo delanlisis de los dems componentes del HechoUrbano, como son el escenario (modelo fsico) y losactores (arquitectura y habitantes), necesariamentese tendr que ir desplegando la coyuntura socialcorrespondiente a la periodizacin planteada porla investigacin. En este sentido, a continuacinnicamente se realizar un esbozo general dealgunos de los aspectos relevantes de estacoyuntura, alrededor de los cuales se fue concre-tando la dinmica social de la ciudad durante lasegunda mitad del siglo XX, con la intencin desimplemente contextualizar dentro del perodo elHecho Urbano como tal.

    Las primeras dcadas del siglo XX emerge como unperodo de grandes transformaciones en el pensa-miento de la humanidad, en la medida en que unaserie de corrientes poltico-ideolgicas (comunis-

  • Gui6n

    mo, nazismo, capitalismo), condujeron por un lado, a la devastacin fsica ymoral de Europa a causa de dos guerras mundiales y por otro lado , dieron ori-gen a la hegemona de Norteamrica dentro del marco de las relaciones inter-nacionales. La pluralidad y el carcter enrgico de las diferentes manifestacio-nes culturales durante el perodo de ent reguerras son el reflejo de una pocaconvulsiva y radical, una suerte de punto de inflexin entre la modernidad y loque se ha dado en llamar postmodernidad.

    La arquitectura no fue la excepcin y es as como a partir de las nuevas con -cepciones espaciales, surgen varias tendencias que van tomando forma alrede-dor de todo el mundo con caractersticas particulares en las diversas latitudes,tendencias que ms all de experimentar una simple evolucin lineal, se mani-fiestan como corrientes discontinuas de carcter pluralista, resultado de lacompleja dinmica social de cada regin . La nueva visin de un mundo frag-mentado, tal como la entendi Picasso en su clebre Les demoisellesd'Avignon, trajo consigo la concepcin racionalista de una arquitectura quebuscaba desesperadamente alejarse de la decadente retrica del eclecticismodecorativo del siglo XIX, generando consigo un acelerado proceso de sistema-tizacin que adoptaba la simplicidad y la optimizacin como los elementos fun-damentales de una nueva tica, dentro de un marcado carcter funcional ysocial. A su vez, se fueron delineando alrededor de la denominada arquitec-tura internacional, los principios de una nueva esttica, fra y estilizada, sobrela cual se ha ido estableciendo aquella imagen homogenizadora que caracte-riza las ciudades contempornea.

    El Ecuador que para el ao 1950 ya haba sobrepasado un siglo como rep-blica, an estaba tratando de definir una identidad que el paradigma del mes-

  • tizaje reclamaba para s. El modelo de desarrollo europeo que haba sido elreferente principal a seguir sufra un desencanto al final de la guerra, situa-cin que obligaba a dirigir la atencin hacia Norteamrica, cuya influencia enel pas ser determinante hasta la actualidad. En este sentido, uno de losaspectos de fondo que determin un cambio substancial en el pensamientoecuatoriano durante este perodo, es quizs la influencia de la cultura norte-americana, como parte de una ola expansionista a travs de la cualNorteamrica asume un liderazgo poltico, econmico y cultural a nivel mun-dial, en contrapartida a la crisis que enfrentaban los pases europeos despusde la segunda guerra mundial. Esta situacin gener un proceso de aprehen-sin de un nuevo esquema de desarrollo, basado en la idea de progreso line-al que propone el modelo capitalista, que entre otros aspectos hace nfasis enla incorporacin de una serie de derechos civiles, sociales y polticos, el con-cepto de la propiedad privada y la jerarqua de los procesos productivos en elfuncionamiento del sistema. Esquema que si bien incentiva el desarrollo eco-nmico de una sociedad, ha demostrado tambin un evidente dficit encuanto a la estructuracin social de sus componentes y a la viabilidad de sucontraparte poltica, la democracia.

    Otro acontecimiento de relevancia dentro del perodo de estudio, constituye labonanza econmica originada por los recursos de la explotacin petrolera, queinicia en la dcada del setenta y sobre la cual se sustentar la economa del pasdurante los ltimos treinta aos. Esta situacin gener un excedente econmi-co que fue invertido entre otros mbitos en el sector de la construccin, deter-minando un crecimiento acelerado de la ciudad de Quito especialmente en lasdcadas del setenta y ochenta.

    Por otra parte, tras la transicin democrtica de finales de la dcada del setenta, elEcuador de las ltimas dos dcadas presenta por un lado, una renovada dinmicasocial donde el reconocimiento de la pluriculturalidaddel pas y la emergencia denuevos actores polticos, entre los que destaca el movimiento indgena, han permi-tido abrir el debate y cuestionarse al menos, aquellos esquemas socialesjerrquicosy excluyentes con los que se haba venido estructurando la sociedad ecuatoriana.y por otro lado adems, la implantacin de un esquema de desarrollo econmicode tendencia neoliberal que ha determinado el fortalecimientodel llamado mode-lo de libre mercado, el mismo que lejos de incentivar una redistribucinequitativade la riqueza, ha ahondado la pobreza entre la mayora de la poblacin del pas.Esta situacin, sumada al incremento del fenmeno de la corrupcin inserta entodos los mbitos de la sociedad, ha generado una profunda crisis econmica, ines-tabilidad poltica y una fragmentacin social, que no es sino el resultado de unaconstruccin identitariacarente de valores ticosy cvicos, principalobstculo paradefinir a largo plazo una visinintegral de pas.

  • Panormica de la zona centro-nortede la ciudad, hacia 1960

    2.2 Escenario

    Para efectos de la presente investiga-cin, el escenario est definido comoel soporte fsico-espacial donde sedesarrolla el proceso urbano de la ciudad. Estdeterminado por dos aspectos: el modelo ffsico rela-cionado a la forma misma de la ciudad y la estructu-ra social-espacial que comprende la organizacinespacial de la ciudad con respecto al tipo de las acti-vidades contenidas.

    Sobre estos dos aspectos se estructura el anlisis dela evolucin morfolgica de la ciudad de Quito y surelacin con la Imagen Urbana de la misma duran-te la segunda mitad del siglo XX, evolucin queest directamente relacionada con los planes regu-ladores que se implantan en la ciudad a partir de ladcada del cuarenta.

  • Fotografa pginas siguientes:Plaza San Francisco

    28 ACHIG, Lucas. "El procesourbano de Quito", Centro deInvestigaciones Ciudad, Quito,, 983, p.38

    2.2.1 Desarrollo urbanoy planificacin

    La ciudad de Quito es fundada el 6 deDiciembre de 1534 bajo la modalidadde Cabildo, dentro del proceso decolonizacin del continente americano por parte deEspaa. Sobre la topografa irregular de un estrechovalle en las faldas del volcn Pichincha, "el diseourbano aplicado, se bas en el mdulo rectangular demanzana, ... que provena de la colonizacin militar,para luego adaptarse a las disposiciones emanadas deLeyes de Indias"28. Durante la poca colonial, unperodo que dura casi tres siglos, la forma de la ciu-dad no tiene mayores transformaciones, se mantieneun ncleo central que por su alto coeficiente ocupa-cional del suelo, permite una elevada densificacindel mismo, lo que determina un lento desarrollo de laforma inicial. Esta situacin se mantiene hasta finalesdel siglo XIX, cuando se inicia un proceso de transfor-macin en la ocupacin del territorio, generandoconsigo la incorporacin de nuevas zonas urbanas alantiguo ncleo de la ciudad de manera longitudinal,en razn del marcado eje norte-sur del callejn geo-grfico donde se asienta la urbe, carcter longitudinalque ser determinante en la configuracin alargadaque caracteriza a la ciudad actual.

    La primera mitad del siglo XX determina el iniciode un fuerte proceso de urbanizacin, consecuen-cia entre otros factores, de la llamada revolucinliberal, de las transformaciones econmicas ysociales de la poca y del emergente fenmenomigratorio hacia las ciudades grandes como Quitoy Guayaquil. La ciudad que para 1904 tiene unaextensin de 174 hectreas, crece aceleradamentehasta alcanzar 470 hectreas en 1914, situacinque se mantiene constante hasta la dcada deltreinta, donde la crisis econmica nacional influyeen la generacin de un proceso de especulacin dela tierra y segregacin espacial, abalizado por las

  • mismas polticas de la entidad municipal. Esta situacin determina que la ciu-dad sobrepase los lmites tradicionales, inicindose de esta manera, un desar-ticulado crecimiento de la urbe.

    En estas circunstancias, el Municipio de Quito se ve en la necesidad de llevaradelante el desarrollo de un plan que permita ordenar el territorio, teniendocomo respuesta hacia el ao de 1942, el primer Plan Regulador Urbanstico, dise-ado por el arquitecto uruguayo Jones Odriozola, instrumento tcnico que res-ponda a planteamientos propios de la teora urbanstica de la poca, haciendonfasis sobre todo en aspectos de carcter funcional y formal, sin tomar en con-sideracin otros relacionados a la realidad social de la ciudad. El Plan deOdriozola plantea dos aspectos importantes a desarrollarse, el primero relacio-nado con el crecimiento fsico de la ciudad; y el segundo, una zonificacin fun-cional en base a tres actividades: vivienda, trabajo y recreacin. Adicionalmenteel plan contemplaba otras propuestas referidas al desarrollo espacial de nuevoscentros de gestin y la planificacin de un sistema vial. Elplan se desarroll par-cialmente durante las dos siguientes dcadas, encontrando dificultades sobretodo en la falta de viabilidad de algunos de sus postulados, as como otro tipo deproblemas de ndole econmico.

    Panormica del Centro Histrico,hacia 1930

  • Sector el Ejido, dcada del 50'

    Durante la dcada del sesenta, se produce un auge de la construccin que serefleja sobre todo en la implantacin de planes de vivienda de contenidosocial. Surge as la necesidad de crear nuevos mecanismos de legislacinurbana yen el ao de 1967, el Municipio de Quito presenta el Plan Director deUrbanismo, el mismo que se estructura sobre cinco aspectos: el primero rela-cionado a la ocupacin del territorio (usos de suelo y edificacin); el segundoplantea un reglamento de zonificacin; el tercer aspecto hace referencia a lalocalizacin del equipamiento urbano; el cuarto desarrolla una propuestapara el centro histrico y el quinto comprende un estudio de un sistema vialque vincule toda la ciudad.

    El desarrollo urbano de la ciudad durante la dcada del setenta se ve favorecidopor la bonanza econmica que genera el boom petrolero. Por primera vez seplantea el tema de una planificacin urbana cuyo mbito de intervencin con-temple un nivel regional y nacional. En este contexto, se desarrolla el Plan delrea Metropolitana de Quito, en el ao de 1973, cuya concepcin se fundamentaen la consideracin metropolitana de la ciudad a travs de una propuesta de des-centralizacin del territorio. El plan no trasciende en el aspecto legal llegando tanslo a un nivel de propuesta.

  • 29 CARRION, Fernando y VALLEJO,Ren. "La planificacin de Quito:del plan director a la ciudad demo-crtica", en: DIRECCiN DfPLANIFICACIN DEL IMQ, Quito:Transformaciones urbanas yarquitec-tnicas (Serie Quito), Quito, 1994,p.23

    Fotografa pginas siguientes:vista sobre la zona oriental

    fuente: DlRECCION DE PLANIfI-CAClON DEL IMQ "Atlas delDistrito Metropolitano", 1992

    La crisis econmica de los ochenta, dentro de lo seha dado en llamar la dcada perdida, pone demanifiesto nuevamente los problemas urbanosrelacionados con la especulacin de los mercadosdel suelo y se hace evidente la falta de mecanismosde regulacin del uso del territorio. Se plantea deesta manera el denominado Plan Quito, en el aode 1981, el mismo que "fue concebido como un ins-trumento de ordenamiento urbanstico y jurdico,orientado a controlar, normar y racionalizar el de-sarrollo fsico espacial de la ciudad y su rea metro-politana; establece una nueva estructura funcionalpara la ciudad y su micro-regin a travs de la pro-puesta de organizacin distrital, pretendiendo consta, desconcentrar la administracin y el desarrollourbano"29. Como los anteriores, el Plan Quito tam-poco pudo ser desarrollado en su totalidad dejan-do inconsistentes una serie de diagnsticos y pro-puestas referentes a uso del suelo, equipamientourbano, red vial, entre otras.

    EVOLUCiN DE LA ORGANIZACiN TERRITORIAL DE LA CIUDAD DE QUITO

    ORGANIZACiN TERRITORIALRADIAL - CONCI:.NTRICA

    1760 - 1950

    ORGANIZACIN TERRITORIALLONGITUDINAL PLlNUCLEAR

    1950 -1970

    'O NUCLEODECRWM,!l(IO

  • 30 CARRION, Fernando y VALLE/O,Rene. "La planificacin de Quito:del plan director a la ciudad demo-crtica", lbd.. p.2431 En referencia al acelerado creci-miento urbano de Quito durante lasegunda mitad del siglo XX, es intere-sante observar como "la ciudad seampli de 2.500 hectreas en 7962 a6.000 en 197/, y hasta 12.000 en7982 y 19.000 en 1990. Esta dupli-cacin de Idsuperficie en el transcur-so de un decenio fue tan rpida y tandesordenada que, en 1996, el peri-metro urbano tena unas 4.000 hect-reas de espacios vacos, lo cual supo-ne densidades medias de 80 alOapersonas por hectrea. Sin embargo,persistie densidades muy altas, delorden de 480 habitantes por hect-rea, con una importante tasa de haci-namiento de dos d tres personas porhabitacin en /05 barrios anrigu().'> yen las lomas (San Juan, El Tejar y LaColmene), y en 105 sectores planosindustrializados como tos de laFerroviaria o Cnrivecu' (CollinDelavaud,2001 :1761

    Plano de Quito (detal/e)~ inicios delsiglo XIXI autor desconocido

    La tnica se mantiene en la dcada del noventa,con el desarrollo de propuestas aisladas que nopueden ser ejecutadas debido a la falta de recursosy por otros factores de carcter poltico. Se desta-ca sin embargo, el Plan del Distrito Metropolitano,cuyo enfoque pretende sobre todo crear un equili-brio entre el fenmeno urbano y la realidad socialde la ciudad. Por otra parte, "si antes de este pero-do, la estructura urbanaera longitudinal, en la actua-lidad tieneuna forma de organizacin metropolitana,que partiendo de la zona central, proyecta cincoradios hacia laperiferia, a travs de los valles circun-dantes"30. Esta tendencia de crecimiento desarti-culado, consecuencia del carcter especulativo deluso del suelo a lo largo de todo el desarrollo urba-no de la ciudad, determin que para finales de ladcada del noventa exista aproximadamente un40% de territorio vacante dentro del rea urbana,con una densidad que no superaba los 100habitantes por hectrea. (31)

    2.2.2 Modelo Fsico

    El centro o ncleo fsico desde el cualse inicia el desarrollo urbano de unaciudad, ha llegado a constituirse sinduda, en el referente bsico de la memoria colectivade sus habitantes. Ejemplos memorables como laAcrpolis de Atenas o el Foro Romano, hasta las irre-gulares calles del downtown de modernas ciudadescomo Bastan o New York, son el ejemplo de cmo elemplazamiento desde donde inicia la forma urbanade un poblado, se define como el punto de partidaen la construccin de la imagen de una ciudad.

    La ciudad de Quito no es la excepcin, el rea queconstituy la ciudad colonial o centro histrico,como se la denomina, ms all de ser el centro pol-tico no slo de la ciudad, sino del pas y una impor-tante zona social y cultural, es ante todo el lugar a

  • Hf\'

    Plaza Santo Domingo, 1956

    partir del cual los habitantes desarrollan los esquemas de ubicacin y orienta-cin con respecto al resto de la ciudad.

    Por las caractersticas fisicas que presenta, como el hecho de estar implantadoen un estrecho valle en medio de la cordillera y poseer una estructura compac-ta y cerrada, el centro histrico desarroll con fuerza el concepto de lugar, sobretodo en la poca colonial, donde una serie connotaciones religiosas de natura-leza espiritual tuvieron como resultado espacial el predominio de una arquitec-tura religiosa que le vali a Quito el calificativo de convento de Amrica. Dejandoentrever de esta manera, como este concepto de claustro no slo defina elcarcter cerrado de la forma de la ciudad, sino que trascenda a aspectos antro-polgicos relacionados con el desarrollo de pautas de comportamiento social delconglomerado humano.

    El cambio substancial de la forma urbana de Quito inicia a comienzos del siglo XX,pero se pone de manifiesto sobre todo a partir de la segunda mitad del mismo conla ejecucin del Plan de Jones Odriozola. La ciudad vena adoptando desde dca-das pasadas una tendencia de crecimiento longitudinal, en razn de su emplaza-miento geogrfico, situacin que es interpretada por el plan a travs de la propues-ta de grandes ejes de circulacin que atraviesa la ciudad en sentido norte-sur.Quito, que anteriormente posea un fuerte carcter de centro esttico, empieza a

  • Av. 10 de Agosto, dcada del 50'

    desarrollar un sentido longitudinal que marca la polaridad de losdos extremos. Deesta manera, empieza a definirse un esquema primario de regin en la ciudad,donde se distingue claramente la zona norte y la zona sur, vinculadas a travs delcentro histrico que se consolida como punto de articulacin.

    Este primer momento de transformacin de la forma urbana de la ciudad, quese desarrolla durante las dcadas del cincuenta y sesenta, va poniendo en evi-dencia el surgimiento de nuevos elementos dentro de la Imagen Urbana deQuito. As, lo que hoy constituye la Av. Diez de Agosto, se va consolidandocomo la senda de mayor jerarqua, tanto por las caractersticas fsicas tales comola gran dimensin de sus carriles y el tipo de edificacin en altura sobre lnea defbrica que va creando una suerte de pantalla a lo largo del recorrido; as comotambin por la concentracin de actividades de tipo comercial y de servicios,situacin que empieza a determinar que esta senda adquiera el carcter de ejefsico y social de la zona norte de la ciudad.

    Por otra parte, la cordillera del Pichincha va adquiriendo la connotacin deborde natural, en la medida en que el crecimiento urbano de la ciudad se adap-ta a la paralela de las laderas de la cordillera. De cierta manera, el perfil mon-taoso se ha ido mimetizando con el paisaje urbano y convirtindose en un ele-mento caracterstico de la imagen de Quito.

  • Como se mencion ante riormente , el centro hist-rico se consolid como un punto de articulacin,constituyndose as en el gran espacio de transi-cin entre la zona norte y la zona sur, a manera deun nodo de carcter extrovertido. De algunamanera , esta situacin no permiti que adquirierael carcter de regin, sino hasta cuando se definiel desarrollo de la imagen del norte y del sur.Luego de este proceso, el centro histrico seestructura en referencia a un nuevo esquema: elde regin central, definido como un espacio de

    El Panecillo gestin y comercio y con un prominente carcterhistrico y simblico.

    Un elemento natural que destaca en el centro hist-rico debido a su prominencia visual, es el denomina-do Panecillo, convertido en un importante mojn noslo del sector sino de la ciudad. En la dcada delsetenta, se implant en la cima de la elevacin unmonumento de grandes proporciones (la virgen delPanecillo), objeto que junto a la ubicacin estratgi-ca del sitio, dentro de la configuracin que la ciudadiba adquiriendo, contribuy a reforzar la imagen deeste hito, como elemento de orientac n al interiordel nuevo esquema espacial.

    51

    Av. 10 de Agosto, sector laRumiahui

    Como se haba analizado anteriormente, el esquemade camino haba empezado a desarrollarse con el cre-cimiento de la Av. Diez de Agosto, pero no es sino enla dcada de los setenta , una vez estructurado todo elsistema vial, especialmente en la zona norte con aveni-das como la Naciones Unidas, Amazonas, Mariana deJess, entre otras, cuando las connotaciones de direc-cin definen la nueva concepcin visual de la ciudad.Resultado de una forma urbana prominentementelineal, la imagen de Quito se va estructurando sobre loque puede denominarse una secuencia rtmicade des-plazamiento, la misma que marca un recorrido conti-nuo a 10 largo de la ciudad, estableciendo puntos departida y de llegada claramente definidos y que a suvez. se van consolidando como nodos importantes en elesquema general de la urbe.

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  • SECUENCIA RfTMICA DE DESPLAZAMIENTO

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