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ngel Luis Garca Gmez

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Primera palabra de las Relaciones de Felipe II

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NDICE:PRESENTACIN. 1.- EL TRMINO MUNICIPAL. 2.- EL TERRITORIO DE ALCORCN. 3.- DE LOS ORIGINES DEL MUNICIPIO AL SIGLO XVI. 3.1.- Aparicin y evolucin de la alfarera. 3.2.- Las Relaciones de Felipe II . 4.- LOS SIGLOS XVII AL XIX. 4.1.- De la alfarera femenina a la masculina. 4.2.- Alcorcn en la Literatura. 5.- EL SIGLO XX. 5.1.- La desaparicin de la alfarera tradicional. 5.2.- De una poblacin rural a una ciudad dormitorio. 5.2.1. -Los Castillos de Valderas. 5.2.2. -Vida cotidiana. 5.2.3. -El crecimiento urbanstico hasta 1980. 5.3.- Las corporaciones democrticas. 6.- PRESENTE Y FUTURO DE ALCORCN: EL SIGLO XXI. 6.1.- Una ciudad ms sostenible. 6.1.1.-Plan de rehabilitacin de viviendas. 6.1.2.-Plazas y parques pblicos. Escultura urbana. 6.1.3.-Plan de aparcamientos. 6.1.4.-Movilidad urbana. 6.1.5.-Parque de las Presillas. 6.2.- La articulacin del territorio municipal. 6.2.1.- Ensanche Sur. Cuatro Caminos. 6.2.2.- Fuentecisneros 6.2.3.- Campodn. Retamar de la Huerta. 6.2.4.- Distrino Norte. DNA 6.3.- Alcorcn innova. 6.4.- Cultura para todos. Los Centros Cvicos. 6.5.- El CREAA. 6.6.- Servicios a la ciudad. 6.7.- Defensor de ciudadano. Defensor del discapacitado. 6.8.- Promocin Econmica. 6.9.- Alcorcn municipio abierto. 7.- RESULTADOS DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES DESDE 1979. 8.- FUENTES CONSULTADAS. 9.- AGRADECIMIENTOS. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. 50 70 104 106 114 Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. Pg. 6 8 12 20 32 38

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Necesitamos mirar hacia el futuro y trabajar en beneficio mutuoDalai Lama

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1.- EL TRMINO MUNICIPAL

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El trmino municipal de la villa de Alcorcn se ubica e n el suroeste de la Comunidad Autnoma de Madrid. Posee una superficie de 3.327 hectreas , aproximadamente 34 Kilmetros cuadrados, (18 veces ms pequea que la capital). Limita al norte con Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcn; al sur con Fuenlabrada; al este con Legans y Madrid , y al oeste con Mstoles y Villaviciosa de Odn. Es la primera poblacin que se encuentra en la autova de Madrid a Extremadura.

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Servicio Geogrfico del Ejrcito. Serie 5V, Escala 1:25.000. Hojas de Alcorcn (37-44), Getafe (37-45) y Villaviciosa de Odn (36-44).

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2.- EL TERRITORIO DE ALCORCN

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La que hoy es Comunidad Autnoma de Madrid posee dos comarcas geogrficas que son diferentes entre s: el Madrid de La Sierra , que est al norte y el Madrid de La Mancha o la Sagra , al sur. Las rocas que forman estas dos zonas son diferentes, pero tambin lo son su vegeta cin, su clima, y el uso que han tenido por parte del hombre. Alcorcn est en una zona de transicin entre las comarcas comentadas, y su territorio tiene las caractersticas de ambas. As, la parte norte del trmino que limita con Villaviciosa de Odn, Pozuelo y Boadilla del Monte, tiene las caractersti cas forestales y geolgicas propias de estos pueblos, y el sur, en contacto con Mstoles, Legans y Fuenlabrada tiene unos terrenos pobres en vegetacin, con cultivos de secano, cuando los hay. El primitivo casco urbano del municipio est situado a unos 13 Km. de la capital en direccin suroeste. Hay otros ncleos urbanos e industriales: Las urbanizaciones de Fuentecisneros, Monteprncipe y Campodn, co mpartidas con otros municipios; el Ventorro del Cano (que actualmente tiene un destino industrial ) y las Granjas de Villacisneros y Venta de la Rubia. La inmensa mayora de los habita ntes de Alcorcn, se ubica en la margen izquierda de la N-V desde sta hasta el lmite con Legans. Las zonas industriales que aparecieron en los aos 70 del siglo XX, estn situadas cerca del casco urbano y casi siempre en las mrgenes de las carreteras que unen Alcorcn con sus pueblos limtrofes. Las principales son los polgonos de Urtinsa y San Jos de Valderas. El resto de la industria se localiza en la carretera de San Martn de Valdeigle sias,y en el Ventorro del Cano. La Comunidad Autnoma de Madrid no tiene la misma composicin geolgi ca en todo su territorio; hay zonas dentro de ella que poseen rocas y relieves diferentes. Esto se debe a que en el transcurso de millones de aos han ocurrido diferentes transformaciones que han modelado el terr itorio hasta dejarlo como en la ac tualidad lo conocemos. Geologa Alcorcn est situado en una zona de arenas y arcillas. Las arenas que pisamos en nuestro pueblo, llamadas arcosas, tiene n venas de arcilla a diferentes profundida des, que posibilitaron la tradicin alfarera. Sin embargo, tambin po see Alcorcn lugares margo-yesos, debido a la proximidad de una zona de depsito de margas y yesos. Estas zonas se hallan en el centro del trmino, a amba s mrgenes prximas a la carretera de San Martn de Va ldeiglesias.

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Montes, ros de Alcorcn y aguas subterrneas

Alcorcn no pasa de tener suaves colinas. Tal vez, su particularidad geogrfica ms notable es que los terrenos de mayor altura pasan a travs del trmino de Norte a Sur, dividindola en dos vertientes, una hacia el este, cuyos arroyos van a parar al ro Manzanares, y otra hacia el oeste, cuyos arroyos fluyen hacia el ro Guadarrama. Esa loma divisoria posee una altitud media de 718 metros sobre el nivel del mar, y en ella se asientan los ncleos urbanos de Alcorcn y el polgono industrial del Ventorro del Cano. Este ltimo , con 739 m. de altitud es la parte ms alta del municipio.

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Existen seis arroyos de cierta importancia en Alcorcn, de los cuales slo uno vierte sus aguas al ro Manzanares, el de la F uente del Sapo, que pasado el t rmino de Alcorcn viene a llamarse de Butarque. El resto vierte al ro Guadarrama. Vamos a describir brevemente cada uno de los arroyos.

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El arroyo de La Fuente del Sa po o de Butarque, es el afluente de la mar gen derecha del Manzanares ms largo y el de mayor recorrido real dentro del t rmino de Alcorcn. Nace sobre Venta de la Rubia. El arroyo del Soto est ya en buena parte canalizado , y a l vierten las aguas los habitantes de Alcorcn desde la calle de Polvoranca hacia Mstoles. Este arroyo se une con el de la Canaleja, tras la A utova V. El arroyo de la Madre, pasa por la urbanizacin de Campodn. El de los Ma juelos apenas lleva agua; y el del Prado, cerca de Fuentecisneros, posee una chopera abundante.

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Alcorcn est situado en una franja de terreno compuesta so bre todo por arenas. stas filtran muy bien el agua y, por ello, en toda esa franja se sitan los acuferos de aguas subterrneas ms importantes de toda la Comunidad de Madrid. Los pozos ms destacados son los de la Canaleja, situados cerca del arroyo de la Fuente del Sap o, que abastecieron hasta 1970 a buena parte de la poblacin de Alcorcn.

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El clima El clima de la zona es continental. Alcorcn, como los municipios de sus alrededores no posee unas buenas condiciones climticas para el asentamiento humano; por lo dems, los vientos dominantes son del suroeste con lo cual, el aire de la montaa llega en contadas ocasiones. Segn el clima y el suelo de Alcorcn, antiguamente el trmino municipal debera ser un alcornocal con romeros, jaras, esparragueras, lavanda, etc. Alcornocal que poseera una fauna rica y variada de lechuzas, lirones, guilas, conej os, zorros, comadrejas, etc. Sin embargo, son pocos los espacio s que mantienen esta estructura; la flora y la fauna, en la actualidad, son escasas. El 90% del terreno que no est urbanizado es de uso agrario , y ese 10%, que conserva una flora todava hoy recuperable para el disfrute de lo s ciudadanos de Alcorcn, est desatendido y sufre por momentos la actuacin irrespon sable del hombre. La conversin de Alcorcn en una ciudad dormitorio a partir de los aos 60 del siglo XX, ha provocado el abandono de las labores del campo en este municipio.

Parque periurbano: Las Presillas. Alcorcn. Alcornoques (Quercus suber)

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Las caadas Las caadas son antiguos lugares de paso de ganado , y en Alcorcn hay ocho caadas, que suman ms de 20 Km. de recorrido, a veces con hasta 40 metros de ancho.

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3.-DE LOS ORGENES DEL MUNICIPIO AL SIGLO XVI

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En la antigedad los seres humanos buscaban lugares prximos al agua para establecerse ya que sta es imprescindible para la supervivencia. Tambin lo es para los animales y, por lo tanto, el agua es la referencia y el lugar donde poder acecharlos y cazarlos. Se han encontrado pocos restos prehistricos en Alcorcn. En torno al arroyo Butarque se encontr un pequeo yacimiento paleoltico y en la fuente de la Canaleja, arroyo en la prehistoria, se encontraron lascas de slex. Durante el periodo romano en Hispania el territorio de Alcorcn estaba enclavado en la zona geogrfica en la que viv an los Carpetanos que, como el conjunto de pueblos celtberos, se resistieron durante ms de 100 aos a la dominacin romana. El emperador romano Cayo Julio Csar Augusto (63 a. C. - 14 d. C.) organizar administrativamente la Pennsula Ibrica, creando tres grandes provincias: LUSITANIA, BTICA Y TARRACONENSE. Esta ltima fue la ms extensa, y a la que perteneca el centro peninsular. A su vez, estas provincias estaban divididas en organismos administrativos llamados conventos jurdicos; la delimitacin de muchos de estos conventos ha llegado a nuestros das de una forma muy impr ecisa. Creemos que el territorio de Alcorcn corresponda al Convento Jurdico de Zaragoza, mientras que Toledo perteneca al de Cartagena. Tambin a Augusto se le debe el primer plan de calzadas de la Pennsula Ibrica y las mansiones que las guarnecan; estas mansiones cumplan multitud de funciones: mesones, albergues, casillas de peones camineros, etc. La principal calzada que atravesaba la actual Comunidad de Madrid es la que una las ciudades de Mrida, Toledo y Zaragoza. Desde Toledo la calzada segua un camino muy cercano al ro Tajo hasta llegar a Aranjuez y, desde esta poblacin, se diriga haca la actual Titulcia por los valles del Jarama y del Henares; pasaba por Alcal de Henares, la principal ciudad romana de la Comunidad de Madr id, y desde all buscaba el valle del ro Jaln para terminar en Zaragoza. La otra calzada documentada es la que vena desde Segovia, cruzando el Sistema Central por el puerto de La Fuenfra, Cercedilla, Villalba, Torrelodones, Carabanchel, Getafe, Pinto , Valdemoro, Ciempozuelos y Titulcia, donde se una a la que vena desde Mrida y llegaba hasta Zaragoza.

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Aunque Prez de Barradas, gran conocedor de la prehistoria madrilea, nos cuenta que una de las calzadas secundarias del mundo romano pasaba por el territorio de Alcorcn (como alcornocal), posiblemente es la que en la Edad Media el Concejo de Segovia utilizara para la trashumancia de su ganado .

Mapa de los restos prehistricos de la Comunidad Autnoma de Madrid. Museo de los Orgenes. Casa de San Isidro. Madrid.

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Las fuentes consultadas para estudiar la poca visigoda y musulmana, al igual que las romanas, no citan a Alcorcn, por lo que deducimos que el municipio no exista. El historiador Julio Gonzlez nos cuenta que la Meseta, durante la Edad Media, era una zona despoblada. La actual provincia de Madrid perteneca a la marca de Toledo, citando a Al -Razi: El pas situado al sur de los montes y de la sierra central se llama Espaa y la parte norte de la sierra toma el nombre de Castilla . Ya durante los ltimos aos de presencia de los visigodos en la pennsula esta zona e staba muy despoblada, y esta situacin se agrav en el ao de la entrada de los musulmanes . Una vez ocupado el territorio por los musulmanes, ste fue repartido como botn de guerra entre las tribus bere beres que acompaaban a los oficiales rabes. Las revueltas bereberes del 740 d. C., junto a aos de malas cosechas hicieron que aunque hubiese habido poblacin entre el 711 d. C. y el 740 d. C., esta zona terminara despoblndose. Al despoblamiento del sur del Sistema Central, en el que prcticamente no haba ningn ncleo rural hasta la cuenca el Tajo, se uni el abandono de los habitantes de los pueblos del norte del Sistema Central , impuesto por los reyes cristianos, con el fin de aumentar la poblacin, tardando cerca de dos siglos (Zamora se repobl en el 893 d. C.) en establecer una frontera en el ro Duero. Por lo tanto, podemos decir que el Sistema Central con sus ms de 400 kilmetros de longitud y con altitudes que llegan a los 2.000 metros fue una barrera efectiva entre los reinos cristianos y los reinos musulmanes durante ms de 300 aos, y sus pasos naturales y antiguas calzadas, utilizados tanto por unos como por otros en sus respectivos ataques. Las rutas por las que circularon estas expediciones, segn Julio Gonzlez, nunca pasaron por Alcorcn, aunque el topnimo aluda a un trmino rabe. El nombre del municipio no proviene de atalaya, sino que hace referencia a un alcornocal, opinin compartida adems por:GARCIA MOUTN, Pilar: habla de que el trmino Alcorcn es un mozarabismo derivado del articulo rabe l y el termino latino quercus, encina. Aunque en el momento de su fundacin stas formaban un paisaje caracterstico, en el siglo XVI ya no existan en el trmino. ZOZOYA STABEL-HANSEN, J.: (...) Alcorcn, al sur oeste de Madrid es otro topnimo que nos habla de la islamizacin, refirindose en este caso, como ha demostrado Oliver Quercus, en la Espaa musulmana del AlAndalus, a la presencia de un alcornocal en la zona (...)

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Estas rutas estaran marcadas de norte a sur o viceversa, y nunca de este a oeste; por lo tanto habra rutas desde Toledo hacia vila a travs de Maqueda y desde Toledo a Segovia pasando muy cerca de Mstoles -Calatalifa-. Las lneas defensivas entre Maqueda, Calatalifa, Madrid, Alcal y Guadalajara no hacen referencia a ninguna atalaya defensiva ubicada en Alcorcn.

Alfonso VI (1072 d. C. -1109 d. C.), entr triunfante en la ciudad musulmana de Toledo en el 1085 d. C. y toda la Marca Media musulmana pas a poder del rey cristiano. Entre las ciudades conquistadas por el monarca estaba Madrid.

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En las capitulaciones que se realizan entre los musulmanes y Alfonso VI, y en la relacin de las ciudades que se entregan al rey no figura ALCORCON, pero quedan integradas en el reino de Toledo, propiedad del Monarca, las tierras entre los Montes de Toledo y el Sistema Central.

Cuando se conquist el territorio, no se le dio ningn privilegio real y, por lo tanto, no hubo documento que fijara con exactitud los lmites del Concejo de Madrid. Ser en el siglo XII, debido a la presin de l Cabildo y del Concejo segoviano, cuando se firman los primeros decretos de reparto de tierras y las delimitaciones de las mismas. El tema de la delimitacin del territorio ser el problema ms importante en la Edad Media para Madrid: limita con el potente Concejo Segoviano y el territorio seorial del Arzobispado de Toledo Alfonso VI entregar al Concejo de Madrid las bases jurdicas para su funcionamiento dotndola de territorio, alfoz, que llegaba por el oeste hasta Mstoles, -Calatalifa-. Territorio que despus irn delimitando los sucesiv os monarcas. Las referencias documentales indican que la mayor parte de las aldeas madrileas nacieron durante el dominio cristiano.

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Mapa de Francisco J. Paniagua Mena, reproducido del libro: CUBERO GARROTE, Jos (Coordinador): MADRID PUEBLO A PUEBLO. Barcelona. 2004 GARCA GMEZ, ngel Luis: Introduccin de Historia y Arte.

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La primera repoblacin del territorio conquistado por Alfonso VI slo se hizo donde ya haba ncleo urbano, dejando por lo tanto gra ndes extensiones yermas. Es de suponer que, una vez ocupado el terreno y repoblado con cristianos del norte , los musulmanes se desplazaran a los arrabales y buscaran territorios sin ocupar donde poder vivir sin mayores problemas. Durante la poca de Juan II (1406 -1454), se promulgan decretos ordenando a los judos y musulmanes que vivieran separados de los cristianos. La explicacin que nos parece ms acertada para el origen de Alcorcn es la de un grupo de hispano-musulmanes que expulsados de sus hogares por los invasores cristianos, buscaran un lugar tranquilo para poder vivir y trabajar. Este lugar pudo ser nuestro municipio. Suficientemente lejos de la recin conquistada almudaina de Madrid -ms de tres leguas- y en una zona con buen barro, aguas subterrneas y alcornocales para realizar sus trabajos de alfarera. Durante toda la Edad Media , Madrid y Segovia (cuna de la repoblacin del alfoz madrileo), se disputaron el Real de Manzanares. Esta disp uta persistir durante muchos aos, y la abundante documentacin por ver quin tena la po sesin de tal lugar es la que nos va a servir para encontrar la primera referencia al municipio. Transcribimos literalmente uno de estos documentos : Diploma de Alfonso VIII, (1158 - 1214), dado el 28 de julio, era de 1246 (ao de 1208)Por el presente escrito sea notorio as a los presentes como a los venideros que yo Alfonso por la gracia de Dios Rey de Castilla y de Toledo, juntamente con mi mujer Leonor, Reyna y con mis hijos Fernando y Enrique, de mi buen grado y espontnea voluntad hago donacin a vos los varones de Segovia y os concedo todos aquellos trminos que el amado Minaya, mi alcalde determin entre vosotros y el Conejo de Madrid por mi mando, y en los cuales fij mojones, cuyos nombres abajo se distinguen para que tengis por derecho hereditario e irrevocable aquellos poblados o yermos como ms os agrade y estos mojones son, primero: como pasa la carrera en el que agua que se llama Sagriella al Sacedn, y desde all por el alto al lomo y queda Boadilla a la parte de Madrid, y de all a la loma de la misma Caada de Alcorcn, y de all a las aguas de Butareg; all a las aguas de Meac como va sobre Pozolo y Pozolos queda a la parte de Madrid, y de all por la ladea de Zarzola y Zarzola queda a la parte de Madrid, y de all donde cae Cofra en Guadarrama y de all a lo alto de aquellas labores de Foncarral y por lo alto de las mismas labores de Alcobendas, y de all como va a las Violas: los cuales sobredichos mojones y todo el termino que est dentro de ellos os hago donacin y os lo roboro y asi mismo confirmo. Y si alguien presumiere quebrantar o disminuir esta Carta, incurra plenariamente en la ira de Dios todo poderoso, y pague mil escudos de oro a la Real parte y restituya el dao doblado hecho sobre esto. Y yo el Rey Alfonso que reino en Castilla y en Toledo roboro y confirmo esta Carta mand se hiciese. Alvaro Nuez, Alfrez del Rey; Pedro, Obispo de Avila; Juan, Obispo de Segovia; Rodrigo, Obispo de Sigenza; Juan, Obispo de Calahorra; Garcia, Obispo de Burgos; Gonzalo Rodriguez; Mayordomo de la Real Curia; Brito, Obispo de Plasencia; Tello, Obispo de Cuenca; Diego Lpez de Haro; Rodrigo Daz; Rodrigo Domnguez, Notario del Rey, Abad en Valladolid. Siendo Canciller Diego Gonzlez la hice escribir

.

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En este documento medieval, se hace referencia a la Caad a de Alcorcn como camino de trnsito para el ganado lanar y refe rido al lugar donde est ubicada tal caada. Como el pleito no est solucionado con esta carta real, se harn otras nuevas que confirmen los lmites del Concejo de Madrid y en ellas siempre aparece el trmino Caada de Alcorcn. Seis meses despus, el 12 de diciembre de 1208, se confirma en otra carta la propiedad de la Caada de Alcorcn, de un millar de ancho hasta el valle del Moro (Valdemoro), al Concejo de Segovia para que sus rebaos puedan desplazarse a la propiedad del Concejo en zona de Valdemoro . Mientras durase la propiedad del Concejo de Segovia del sexmo de Valdemoro, tendra un paso o caada secundaria de la denominada Caada Leonesa para ir a los pastos; de ah que en 1208 aparezca el trmino caada de Alcorcn y no municipio de Alcorcn. Caada leonesa: La caada principal, bajara desde San Lorenzo de El Escorial, a Valdemorillo, Villanueva de la Caada, Brunete y, desde ah, hacia Navalcarnero. Lo que dio lugar a la aparicin del municipio all por los siglos XII XIII, es que en una zona de descanso de la caada , venta o choza, se asentaron los musulmanes expulsados de Madrid , donde continuaron con su tradicin alfafera. En el fuero que concedi Alfonso VIII a Madrid no se recogan los lmites precisos del alfoz madrileo. Ser en la poca de Fernando III (1217 -1252) cuando los lmites del mismo estn ms claros, con tres sexmos o compartimentos rurales: Aravaca, Vallecas y Villaverde. Alcorcn estaba incluido en el sexmo de Aravaca .

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Sabemos que Alfonso X (1252-1284) en 1.264 haba instaurado a los Alcaldes de los Concejos de las Aldeas, y por lo tanto, si ya exista el pueblo, contara con su propio alcalde. En 1383 tenemos noticias de que la poblacin fue entregada a D. Pedro de Mendoza para, posteriormente, volver a poses in real. Este fugaz traspaso de la propiedad real a manos de un noble , se debi al continuo enfrentamiento que hubo entre la nobleza y los sucesivos reyes de la casa de Trastamara por ver quin ceda privilegios y posesiones. Dependiendo de la debilidad poltica del monarca, en este caso de Juan I (1379-1390), los nobles recuperaban y/o acrecentaban sus privilegios y posesiones. Esta situacin de enfrentamiento entre la monarqua y los nobles acab cuando los Reyes Catlicos llegaron al poder a travs de una guerra civil , e impusieron las bases de la monarqua absoluta en sus reinos castellanos. Una vez acabada la guerra civil se dedicaron a la reorganizacin del reino y la racionalizacin de las administraciones municipales. Desde la aparicin de los concejos aldeanos, las disputa s entre stos y los de la villa por mantener y acrecentar privilegios fueron continuas. As, en una disputa documentada entre el concejo aldeano de Alcorcn y el de la Villa en 1.482, el corregidor de la Villa obliga a realizar al Concejo de Alcorcn una derrama especial de pan y vino.29

Ser en 1485 durante el reinado de los Reyes Catlicos, cuando se produzca la divisin de los trminos municipales de Alcorcn y Mstoles.E despus desto, siete das del dicho mes de Hebrero del dicho ao, parecieron ante el dicho Pesquisidor, Juan Ortiz Jurado de la dicha ciudad en nombre de ella, e Martn Donato en nombre de la villa de Mstoles, e presentaron por testigos a Juan de Berdejo e a Pedro Fernndez e a Benito Snchez e a Juan Serrano, vecinos de Mstoles, e el dicho Gonzalo de la Fuente present por testigos por su parte a Garca Martnez e a Benito Carcedo, vecinos de Alcorcn, e a Juan Prez de Fregacedos, de los cuales e de cada uno de ellos el dicho Pesquisidor recib juramento en forma de derecho e lo que los sobredichos dijeron e depusieron por donde iban los dichos mojones es lo siguiente: Primeramente, que iba el primer mojn de entre la dicha ciudad de Toledo e villa de Madrid, dijeron todos los dichos testigos de la una parte e de la otra que iban por la raia que va de la dicha ciudad de Toledo a Mstoles e a la dicha villa de Madrid, que era la raia antiguamente de los dichos trminos e qued as asentado a consentimiento de las dichas partes que quedase la dicha raia por el camino que va a Fregacedos a Arroyo de Molinos, e despus vuelve la senda que viene de Fregacedos al camino de Arroyo de Molinos e de ah se hizo un mojn e desde all hzose una vuelta por la misma senda hasta el prado del Alcaide e al Cao de Arriba, donde se ficierori dos mojones por la linde del prado de Alcayalde e desde ah por el prado adelante se ficieron otros dos mojones en el camino que va de M6stoles a Fregacedos e desde ah fasta dar en el arroyo de Fregacedos, donde se renovaron los mojones, casi amojon fasta en par de Santo Domingo de Ribota a la Somada de Mstoles. Testigos los criados del Pesquisidor e otros de Mstoles e Alcorcn. E despus otro da siguiente, salieron al campo los sobredichos Pesquisidor e las dichas partes de Toledo e Mstoles e Madrid e todos los sobredichos testigos, e ficieron un mojn en el camino que va de Alcorcn a Mstoles adelante de la dicha Santo Domingo a la Somada de Mstoles e dende por la raia de los dichos lugares Mstoles e Alcorcn se ficieron sus mojones por la dicha raia de los dichos lugares hasta dar en la Huerta de Asnos, que es cerca de Mstoles donde se fizo otro mojn en la dicha Huerta, e donde se fizo otro mojn en el Valladar de la dicha Huerta, e dende otro mojn a la raia de la Canaleja, e dende otro mojn al prado del Concejo de Mstoles e dende por la linde de Valde Pelaio, adonde se hizo otro mojn a las Carreruelas en una esquina de dos que vienen a dar a un majuelo de Pedro de Villalobos de Mstoles, e dende vuelve por la linde a dar al camino que va de Odn a Alcorcn e dende hay otro mojn en el medio del camino que viene de Segovia a Mstoles, e as se acabaron los dichos mojones e las dichas partes dijeron que consentan en ellos en concordia e el dicho Gonzalo de la Fuente, Procurador susodicho, pidi a mi el dicho Escribano que se lo diese as por testimonio que fue acabado el dicho amojonamiento e a ocho dias de Hebrero del dicho ao. Testigos que fueron presentes los criados del dicho Pesquisidor e otros de los dichos lugares .

Tambin en 1496 se establecieron las lindes entre las jurisdicciones de Madrid y Toledo (Alcorcn haba pertenecido y seguir perteneciendo a Madrid, y Mstoles a Toledo).

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Cuand Madr d es tomada por las tropas cr stianas surge una alfarer a que copia modelos rabes ya preexistentes y arraigados en la zona, sin llegar en ning n momento a su grado tecnolgico. Esto se hace evidente en la ausencia del vidriado, tcnica que implica una qumica totalmente desconocida por los nuevos pobladores cristianos y que se transmite de padres a hijos en el gremio de la alfarera. Otro aspecto a destacar es la utilizacin de la misma tierra para un uso diferente. La desaparicin de alfareros rabes no se da en localidades relativamente prximas de la provincia de Toledo, ni en el mismo Toledo. Los modelos cermicos que vamos a encontrar en Alcorcn se deban producir en otros muchos alfares dentro del mbito madrileo, y guardan tcnicamente las caractersticas de la alfarera femenina, que utiliza ruedas bajas. En este punto radica la gran diferencia con Alcorcn, cuya alfarera es mayoritariamente manual, es decir, no se utiliza torneta alguna. La teora ms lgica que podemos apuntar sobre el origen de la alfarera de este municipio, es el de un enclave en una zona de paso, en el alto de una loma por donde pasaba una importante caada, y donde las mujeres fabricaban cacharros para abastecer una pequea demanda, la de los pastor que usaban esa va; estas es primeras alfareras no deban poseer medios tcnicos, y fabricaran manualmente los cacharros que ya conocan. La calidad del barro y el posterior aumento de la poblacin de Madrid convirtieron a Alcorcn en uno de los mayores productores de toda la Pennsula.

Puchero, Alcorcn. Siglo XV . Emilita Rodrguez Montesinos.

par

de a a arera.

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y

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Cntaro, Alcorcn. Siglos XVI-XVIII. Hermandad de Santo Domingo y Santo Domingun

El tipo de alfarera que se va a desarrollar en Alcorcn, tiene las caractersticas de la artesana de autoabastecimiento, como son la escasa variedad tipolgica o la ausencia de instalaciones propias de un alfar. Las Relaciones de Felipe II aportarn una valiosa informacin sobre la alfarera de Alcorcn. Anterior a este documento, tenemos algun os apuntes sobre su comercio en Madrid, en la Plaza de San Salvador (actual Plaza de la Villa) :(...) Los fruteros e sardineros e otros, que tienen tendejones, los ponen en medio de la plaza e cabo la picota, de manera que ocupan la plaza e paso e no pueden pasar carretas; que ninguno de los susodichos no tenga los dich tendejones os donde agora los tiene, salvo que se pasen con los dichos tendejones a la parte donde se vende el barro de Alcorcn, so pena de cien maravedies por cada vez(...) . 1512

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Otros documentos del siglo XVI (1561-1562) nos hablan de municipio.Varios aaden que la mayor parte de los vecinos de alcorcon son tragineros de traer barro e provision a Madrid e guadalaxara e alcala e desto se sustentan e esto es publico y notorio .

Otras noticias, posteriores ya a las Relaciones de Felipe II, nos dejan entrever el conflicto que desde muy antiguo y hasta el siglo XVIII, mantuvieron las producciones alfareras de Alcorcn y Madrid. En 1588 la Sala de Alcaldes confiri a Alcorcn el monopolio de la fabricacin de los cntaros utilizados por los aguadores de Madrid. Esta misma S ala ordena en 1610 y 1613 que slo se fabricasen en Alcorcn cntaros de 5 azumbres (10 litros), y marcados por un sello dado por dicha Sala. Estas medidas pretendan repartir el mercado entre la alfarera de Alcorcn y la de Madrid, muy semejante en este momento . La medida de 5 azumbres supona un peso final de unos 14 kilos, lo que limitara en gran medida la clientela. De esta y otras informaciones, deducimos adems de la pugna entre Madrid y Alcorc n, la imposibilidad de Madrid de cubrir la demanda de la Villa y Corte. Las Relaciones es el documento ms importante que encontr amos sobre la alfarera y la descripcin del municipio en el siglo XVI. De tal manera que en el capitulo siguiente se reproducir ntegramente.

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42. (...) la granjera que tienen y lo que se labra en el dicho lugar mejor que en otras partes, que es cntaros, ollas, jarros y pucheros, y esto se labra tambin y es barro tan a propsito para el ministerio que son, que se llevan a muchas partes lejos y se tiene en mucho en todo el reino. Hacen esto las mujeres, es granjera de mucho trabajo y poco provecho, porque la lea y hornija, que se traen par los hornos, les a cuesta muy caro, porque van siete leguas a por ello y despus de lo dicho se vende a muy moderados precios y lo que ms dao les hace es que se les quiebra mucha parte de la dicha obra que hacen (...) .

La respuesta 42 del interrogatorio es el que ms informacin nos aporta:eran alfareros la mayor parte de los vecinos del pueblo.

Aunque puede sorprender que se trate de alfarera femenina, en este momento la mayora de los centros alfareros tendran como artfices a las mujeres, especialmente en la zona centro y noroeste de la pennsula . Es importante para comprender la evolucin de sus producciones, al tener la alfarera femenina unas caractersticas diferentes a la masculina y estar ligada a una tecnologa muy determinada. Volviendo al interrogatorio, existen otros complementan la informacin de la respuesta 42: puntos importantes que

18. Es muy falto de lea, porque todo su trmino y diezmera no tiene encinas, ni robles, ni montes que tengan otra lea. Provese de lea del Real de Manzanares, a seis leguas; los rboles que tiene son guindos y almendros, como esta dicho; tiene tambin aprovechamiento de las vias y de lo que podan de sus rboles (...) . 32. (...) Los materiales de ellas son maderas de la sierra de Valdemaqueda y tejas que traen de la villa de Parla y Fuenlabrada porque en dicho lugar no lo hay .

La escasez de lea siempre ha sido un obstculo para el desarrollo de la alfarera. Importantes centros cermicos se han visto amenazados por esta caresta. No obstante el problema de lea en Alcorcn es de distancias, de mucho trabajo y poco provecho . Que los vecinos de Alcorcn tuvieran que recorrer 7 leguas para traer la lea y ornija, puede ser achacable a que en el siglo XV I, el monte bajo m s cercano al pueblo estara ya esquilmado por siglos de produccin alfarera. El combustible de monte bajo, retama, tomillo, etc., es el que precisan estos hornos cermicos, por su rpida combustin. En la respuesta 32 vemos que los materiales cermicos de Alcorcn no eran aprovechados para la fabricacin de tejas. El abastecimiento de agua es tambin un elemento fundamental en el desarrollo de la actividad alfarera.23. Es falto de aguas porque en l hay pocos pozos y una fuente de que beben agua tiene poco agua, aunque buena; ayndanse de los dichos pozos que hay en el dicho lugar .

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Otro factor importante para la comercializacin y difusin, es su situacin geogrfica como lugar de paso y a tan slo 14 Km de Madrid, su principal cliente .55. El dicho lugar es pasajero de la Mancha para Segovia y Castilla la Vieja, y desde Castilla la Vieja para Toledo y la Mancha y de Extremadura para Madrid .

Las piezas que conocemos de este momento (Siglo XVI), no ofrecen cambios significativos respecto a las producciones anteriores, aunque con el paso del tiempo la ollera o barro para fuego ir sacndole terreno a la cantarera, esto se har an ms evidente en el siglo XVII . Toda la produccin de Alcorcn est realizada con el mismo barro; sto indica un estado del oficio muy primitivo con unos procedimientos elementales que son propios de la alfarera femenina, qu e evoluciona muy lentamente y, en el que permanece enquistado el aspecto te cnolgico. Este tipo de alfarera se desarrolla de puertas para dentro , goza de poca estima social y en muchos casos se trata de una economa complementaria y de subsistencia. El barro refractario de Alcorcn no se puede extraer masivamente, hay que ir discriminando el barro bueno del malo. Una vez en el alfar, se triturara y se echara la tierra en una pila; la alfarera o alfarero (aunque las artfices fueran las mujeres, los hombres ayudaran realizando otras operaciones), pisara el barro con los pies dentro de la pila y extraera las impurezas, piedrecita s o ramas que notara al pisar; esta es una operacin de purificacin del barro muy primitiva, anterior al cernido. Una vez decantado el barro formando ya una pasta homognea, se secara hasta conseguir el grado de humedad idneo para el amasado con las man os, tras el cual se confeccionara la pieza. En el amasado manual se acabaran de extraer las ltimas impurezas que habran pasado desapercibidas en el pisado. Esta operacin de elaboracin del barro en los alfares medianamente desarrollados, proveera de cantidad suficiente para tr abajar unos cuantos das; probablemente en Alcorcn se hiciera a diario, al situarse el obrador en la propia casa y no disponer de las instalaciones propias de un alfar, que permitiera cierto almacenaje. La homogeneidad de las piezas encontradas en el subsuelo de Alcorcn en lo que a pasta se refiere, as como el uso de sta para cantarera u ollera , nos induce a pensar que no haran mezcla alguna de tierras. Tras la extraccin de tierra, los huecos resultantes eran rellenados con cascotes rajados o piezas defectuosas. Otra caracterstica que nos ha llamado la atencin al estudiar estos conjuntos de piezas deterioradas, es la homogeneidad de las cocciones, que indica una profesionalizacin en esta operacin, y que seguramente r ealizaran los hombres. El obrador en Alcorcn se sita en la propia casa del alfarero, no existiendo un barrio propio de alfares.36

Es comn la utilizacin en estos centros cermicos de hornos comunales, mantenidos y restaurados por la comunidad, donde c oceran varios alfareros a la vez, o se turnaran en la utilizacin del horno. El tipo de horno usado en este momento en Alcorcn es el abierto. En el libro: Alcorcn. Historia, literatura y leyenda , de Faustino Villalba, comenta la aparicin de cinco hornos con forma de botella , es decir, un horno muy desarrollado. Lo ms probable es que estos hornos (algunos de ellos llenos de cacharros), se abandonaran en 1812. El hecho de que aparecieran enterrados no nos debe extraar, a pesar de la probable fecha tarda, ya que era comn que los hornos se fabricaran semienterrados para evitar la prdida de calor. Hay que sealar en el apartado tecnolgico el total desconocimiento de la tcnica del vidriado. Aunque algunos relacionen la palabra Alcorcn con el a lcohol de alfarero utilizado para vidriar, evidentemente, esto no tiene ningn fundamento en vista de los hallazgos y de las Relaciones de Felipe II, donde en ningn momento se habla de esta tcnica. Tampoco se puede achacar la ausencia de vidriado a un d esabastecimiento; a tan slo 30 Km. de Alcorcn se encuentra en Colmenar del Arroyo una importante mina de la cual tenemos noticias en el siglo XVI mina de alcohol, plomo y otros metales en el paraje de Navalmoral 1564. Las vasijas de produccin masiva que ms se repiten son el cntaro, las ollas y pucheros, y formas acuencadas muy toscas realizadas en varios tamaos. El permetro mximo de los cntaros y pucheros de Alcorcn se sita en la parte alta del galgo, formando un hombro muy marcado, que implica una dificultad tcnica para la alfarera. Dificultad que se hace an ms evidente cuando comparamos esta anchura mxima con la estrecha base que solan tener las piezas, que haran necesario un vaciado cuando la pieza adquiriera cierta consistencia. El mantenimiento de estas proporciones durante todo el siglo XVI y parte del XVII, evidencia un pujante comercio, y una competencia entre las propias alfareras, y entre otros centros cermicos. Las piezas producidas en Alcorcn se diferencian con facili dad de otros alfares, que aunque tienen idntica produccin utilizan rueda baja o torneta, aprecindose este trabajo en puntos determinados de la pieza, especialmente en la boca de los cntaros. Por otro lado, el trabajo manual de Alcorcn tiende a simplif icar molduras y cuellos altos, muy difciles de rematar de forma manual.

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3.2. Las Relaciones de Felipe II

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El rey Felipe II (1556-1598), mand hacer el inventario, ms completo hasta entonces, de todos los pueblos de sus reinos: Relaciones Topogrficas de Felipe II . La puesta en marcha del proyecto fue compleja y hubo que preparar varios cuestionarios entre los aos 1.575 y 1.578, pues las respuestas no llegaban o se hacan de forma incompleta. Estas Relaciones estn basadas en seis gran des apartados:

Localizacin del pueblo en el espacio y en el tiempo. Administracin y jurisdiccin. Recursos naturales y econmicos en general. Formas de explotacin. La patria chica. Religin, culto, mentalidad. Repercusiones declaradas de la cercana de Madrid.

Lo primero que se constata en la citada publicacin es que en el 90% de las Relaciones se desconoce el motivo de la fundacin de los lugares recogidos en ellas as como el ao y la poca en que se pudo llevar a cabo . Tan slo se limitan a decir que es antiguo o muy antiguo y tambin que estas noticias se las han odo a sus antepasados, lo que hace referencia a una memoria colectiva de transmisin oral. Por lo dems, no se aportan datos contrastables ni documentos de fundacin. Esta es la tr anscripcin de los datos referentes a Alcorcn:El licenciado Martn de Espinosa, corregidor en esta villa de Madrid y su tierra y jurisdiccin por su Majestad, y su juez de comisin por su particular cdula a m dirigida para lo de yuso contenido, hago saber a vos los alcaldes y concejos de los lugares de la jurisdiccin de esta villa de Madrid cmo su Majestad juntamente con la dicha cdula envi una instruccin escrita en molde para cierta descripcin que manda se haga en todas las ciudades, villas y lugares de estos sus reinos de las cosas contenidas en los captulos de la dicha instruccin, que vos ser entregada a cada uno de vos los dichos concejos juntamente con este mi mandamiento, y para que entera y cumplidamente como es justo se haga y cumpla lo que su Majestad manda, por el presente os mando que luego que por Francisco Vlez, alguacil para lo infrascrito por m nombrado, os sea entregado este mi mandamiento y la dicha instruccin, con toda diligencia con la brevedad posible os juntaris en vuestro ayuntamiento en la forma acostumbrada cada uno en vuestros lugares, y as juntos haris leer este mi mandamiento y la dicha instruccin, y leda y entendida por ante escribano de concejo, si ah estuviere, o ante otro real, haris asentar la presentacin de este mandamiento y de la dicha instruccin, y al pie nombraris dos personas de cada uno de esos dichos lugares, de los ms hbiles y suficientes de ellos, ms instruidos, y que tengan ms noticia de la vecindad, antigedad, fundacin y de las dems particularidades, dezmeras y cosas notables e inmemorables de cada uno de esos dichos lugares, captulo por captulo irn proveyendo, ordenando y respondiendo a lo que la dicha instruccin manda y ordena, haciendo de cada uno de los dichos lugares particular y entera relacin y descripcin, como Su Majestad lo manda, la ms verdadera y copiosa que sea posible, lo cual habis de enviar con la presteza y brevedad que pudiredes, originalmente como la hiciredes, poniendo por ca beza y principio de lo que ordenredes este mi mandamiento, y para ello tomaris su traslado y las notificaciones y la dicha instruccin as original como se os entregara y los nombramientos y autos, que para su cumplimiento hiciredes, con lo que ms acturedes y ordenredes, con la mayor claridad que ser pudiere, y en ello pondris luego la mano sin apartarla hasta que est todo acabado y hecho, y me lo enviaris para que se cumpla lo por su Majestad mandado, con apercibimiento que se os hace que no lo haciendo as,

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sin que ms sea menester apercibiros, enviar persona con salario a vuestra costa que os lo haga cumplir, y para hacer las dichas notificaciones y diligencias necesarias doy poder y comisin al-dicho alguacil para que con vara de justicia vaya por los lugares de esta dicha jurisdiccin-al efecto sobredicho, al cual le mandar pagar el salario que hubiere de haber. Hecho en Madrid a veinte y dos de diciembre de mil qui ientos setenta y cinco n aos. El licenciado Espinosa. Por su mandato Francisco Martnez. En el lugar de Alcorcn jurisdiccin de la villa de Madrid a veinte y cinco das del mes de diciembre de mil quinientos setenta y cinco aos, a media hora despus de puesto el sol, Francisco Vlez, alguacil de comisin nombrado por el ilustre seor licenciado Martn de Espinosa, corregidor en la dicha villa de Madrid y su tierra por su Majestad, por ante m el escribano pblico y testigos de yuso escritos, requiri a Martn Escolar y Antn Moreno, alcaldes ordinarios en el dicho lugar, y Alonso Montero, regidor, que h agan juntar y junten su concejo, como lo han de uso y costumbre de se juntar, porque junto y ayuntado el dicho concejo, tiene necesidad de presentar ciertos traslados tocantes al servicio de su Majestad. Y luego in continente los dichos alcaldes y regidor hicieron juntar su concejo a campana repicada, como lo han de uso y costumbre de se juntar para las cosas tocantes a su concejo, es a saber los dichos alcaldes y regidor y otros muchos vecinos del dicho lugar, y estando juntos y ayuntados el dicho Francis Vlez, alguacil, co present un mandamiento firmado del seor corregidor y de Francisco Martnez, escribano de ayuntamiento de la dicha villa, y una instruccin escrita de molde, con la cual requiri a los susodichos lo guarden y cumplan segn como en el dicho mandamiento e instruccin se contiene, todo lo cual yo el presente escribano les le y notifiqu de verba ad verba en el dicho concejo a los susodichos, los cuales habiendo odo y entendido respondieron que estaban prestos de lo hacer y cumplir seg y como n por el dicho seor corregidor se les manda con toda la brevedad y cuidado que pudieren, y de pedimiento del dicho Francisco Vlez, alguacil susodicho, la firm de mi nombre, siendo testigos Diego de Vergara y Francisco Muoz y Miguel Gmez, vecinos del dicho lugar, de lo cual y de que queda en mi poder la dicha instruccin y traslado del mandamiento y autos yo el presente escribano doy fe. Ante m Martn de Vergara, escribano pblico (rubricado). Y despus de lo susodicho en el dicho lugar de Alcorcn a catorce das del mes de enero de mil quinientos setenta y seis aos en cumplimiento de lo provedo y mandado por su Majestad, su real cdula y por el dicho seor licenciado Espinosa, corregidor de la dicha villa de Madrid, en su nombre mandaron llamar a concejo los seores Antn Moreno y Martn Escolar, alcaldes, para conferir y tratar quien sern las personas que ms convenga nombrar para responder a los captulos de la dicha instruccin, y habindose juntado en el dicho concejo, como lo tienen de uso y de costumbre de lo hacer para semejantes negocios, habiendo conferido y tratado sobre ello entre s, acordaron de nombrar y nombraron al dicho Antn Moreno, alcal e, y a Pedro Godino, vecinos del d dicho lugat, para que como personas que tienen ms noticia y experiencia de las cosas de dicho lugar, as porque el dicho Antn Moreno es hombre antiguo de ms de setenta aos, y el dicho Pedro Godino por ser hombre ledo en historia y cosas anti guas y hombre curioso, a los cuales mandaron lo acepten lue so pena de cada veinte mil go maraveds para la cmara de su Majestad, y que con brevedad y cuidado hagan y cumplan lo que por su Majestad les es mandado, informndose de personas antiguas del dicho lugar y de otras partes de lo que ellos no supieren ni a lcanzaren, y que la dicha relacin hagan cierta y verdadera y con toda claridad y tan copiosa como convenga, y mandaron a m el presente escribano se lo notifique todo ello, para que as lo cumplan so la dicha pena. Testigos que fueron presentes a lo que dicho es Asenjo Agudo y Francisco de Pero Gonzlez, vecinos del dicho lugar. Ante m Martn de Vergara, escribano pblico (rubricado). Y despus de lo susodicho este dicho da, mes y ao susodicho, yo el dicho escribano por mandado de dicho concejo le y notifiqu el acuerdo del de suso referido a los dichos Antn Moreno y Pedro Godino, todo l enteramente, y les apercib lo guarden y cumplan segn y como les es mandado por el dicho concejo, justicia y regidores de l, y so la

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pena de los dichos veinte mil maraveds a cada uno de ellos, los cuales habiendo visto y entendido lo que as se les manda por los dichos seores del dicho concejo dijeron que estaban prestos de guardar y hacer y cumplir lo que su Majestad manda y el dicho seor corregidor en su nombre con toda diligencia y cuidado, y que ellos recorrern su memoria para lo que ellos supieren y entendieren declararlo en la dicha relacin, y lo que no supieren se informarn de personas antiguas que mejor relacin puedan dar, de suerte que tal cumplidamente se haga lo que su Majestad manda, y lo firmaron de sus nombres siendo testigos Martn Escolar y Diego Ortiz, vecinos del dicho lugar. Antn Moreno (rubricado). Pedro Godino (rubricado). Ante m Martn de Vergara, es cribano pblico (rubricado). Y despus de lo susodicho en el dicho lugar de Alcorcn a diez y siete das del dicho mes de enero de mil quinientos setenta y seis aos, parecieron en el dicho concejo del dicho lugar los dichos Antn Moreno y Pedro Godino, dijeron que en cumplimiento de lo que su Majestad manda y por su particular cdula instruccin y el dicho seor corregidor en su nombre, ellos han recorrido sus memorias, y platicado entre s lo que puede responder a los dichos captulos e instruccin, y platicado con otras muchas personas p ara mejor averiguar la verdad, y que se le d ms verdadera relacin a su Majestad, y que lo que ellos han podido acabar a saber as por sus personas como por las dems de quien se han informado es lo siguiente. Ante m Martn de Vergara, escribano pblico (rubricado). 1. Primeramente respondiendo al primer captulo de la dicha instruccin dijeron que el dicho lugar siempre desde que se saben acordar se ha llamado y llama Alcorcn, sin haber tenido otro nombre diferente, y a sus padres y ms ancianos le oyeron nombrar que se nombraba Alcorcn, sin saber la razn ni causa por que sea ste su nombre, ni lo han podido saber ni entender, y por el nombre que le han llamado sus pasados le llaman ellos ahora, y esto saben de este captulo. 2. Al segundo captulo dijeron que ninguna claridad se ha podido hallar de la antigedad del dicho lugar, ni quin fue su fundador , ni cundo se gan de los moros, ni ms de la publicidad que hay de ser lugar muy antiguo. 3. Al tercero captulo dijeron que el dicho lugar de Alcorcn que es aldea de la villa de Madrid y de su jurisdiccin, y por tal su cabeza la ha reconocido y reconoce siempre. 4. Al cuarto captulo dijeron que este dicho lugar est en el reino de Toledo. 5. A los cinco captulos dijeron que el dicho lugar no est en frontera de reino extrao, estar de la raya de Aragn, que es la ms cercana de otro reino, como cuarenta leguas, no es entrada, paso ni puerto ni aduana, ni se cobra en l derechos ningunos. 6. A los seis captulos dijeron que no se sabe que el dicho lugar tenga escudo de armas, ni que le haya tenido. 7. A los siete captulos dijeron que es el dicho lugar realengo, y de la jurisdiccin real, y sujeto a la dicha villa de Madrid, como est dicho. 8. A los ocho captulos dijeron que el dicho lugar no tiene voto en Cortes, y habla por l Madrid, y enva los repartimientos de alcabalas y servicios que le caben pagar al dicho pueblo. 9. Al noveno captulo dijeron que el dicho lugar est en el distrito de la Chancillera de Valladolid, y en apelacin van a la dicha Chancillera con los pleitos y causas de importancia de los dichos vecinos, hay treinta y dos leguas desde el dicho lugar a la dicha Chancillera, a lo que ordinariamente se cuentan

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10. Al dcimo captulo dijeron lo que tienen dicho en el captulo tercero, que es de la jurisdiccin de Madrid, y hay dos leguas grandes desde el dicho lugar a la dicha villa de Madrid. 11. Al onceno captulo dijeron que el dicho lugar cae en el arzobispado de Toledo, y en la dicha ciudad est la iglesia catedral del dicho arzobispado, y es cabeza de su partido, cuntanse diez leguas desde el dicho lugar a la dicha ciudad de Toledo. 13 A los trece captulos dijeron que desde el dicho lugar, yendo cara al nacimiento del sol para su cabeza que es la villa de Madrid por camino real y derecho, no hay lugar ninguno ms de una venta casi en medio del camino, que se ha hecho de dos aos a esta parte, y las leguas que hay desde el dicho lugar a la villa de Madrid y tamao de ellas est dicho en los captulos atrs, y vuelto el rostro al nacimiento del sol estando en el dicho lugar parece claramente estar de medio a medio al oriente cuando los das y las noches son iguales. 14. A los catorce captulos dijeron que yendo desde el dicho lugar hacia la parte del medioda hay un lugar que se llama Humanes, est dos leguas apartado del dicho lugar de Alcorcn, las dichas dos leguas son comunes y el camino real derecho. 15. A los quince captulos dijeron que caminando desde el dicho lugar de Alcorcn para el poniente el primer lugar que hay yendo camino derecho se llama Odn, est este lugar Odn una legua grande del dicho lugar de Alcorcn. 16. A los diez y seis captulos dijeron que yendo desde el dicho lugar a la parte del norte es el primer lugar uno que se llama Pozuelo, est dos leguas comunes por camino derecho del dicho lugar de Alcorcn. 17. A los diez y siete captulos respondieron que el dicho lugar es algo aireoso por estar en lugar alto, es fresco en todos tiempos, puesto en l hacia la parte del medioda es tierra llana y sana, y ha habido siempre en l hombres muy viejos de ms de cien aos, y que han vivido muy sanos, y por la parte del oriente y poniente vierte aguas a una parte y a otra, es tierra rasa, no hay montes ningunos, ni ms de vias en todo su distrito, y algunos rboles frutales, que son guindos y almendros. 18. A los diez y ocho captulos dijeron que el dicho lugar es muy falto de lea, porque todo su trmino y dezmera no tiene encinas ni robles ni montes que tengan otra lea, provese de lea del Real de Manzanares, que hay seis leguas hasta el dicho Real, los rboles que tiene son rboles de guindos y almendros como est dicho, tiene tambin aprovechamientos de las vias y de lo que podan de sus rboles, caza no tiene ninguna ms de algunas liebres, y son pocas, porque la tierra es rasa como est dicho. 20 A los veinte captulos, porque a los diez y nueve no tienen qu decir, dijeron que ningn ro pasa por junto al dicho lugar, y que el ms cercano ro yendo para el oriente es el ro de la dicha villa de Madrid, que es ro de poca agua de ordinario, y la que tiene es de las lluvias del invierno, porque al verano trae poca agua de su propio natural, que es como un arroyo, que no muelen molinos en el verano, y volviendo para el poniente hay otro ro que se llama Guadarrama a l gua y media e del dicho lugar de Alcorcn, es de las mismas calidades que el dicho ro de Madrid.

21. A los veinte y un captulos dijeron que el dicho lugar no tiene riberas ni huertas ni ms frutas de las que estn dichas, que son algunas guindas y almend en muy ras poca cantidad, no hay ms ros de los dichos en el captulo antes de ste, y estos ros no son de pesqueras de que se pueda hacer mencin, porque no hay pesquera para arrendar ni se arrienda jams. 23. A los veinte y tres captulos, porque a los veinte y dos no hay qu decir por no haber

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en el dicho lugar ninguna cosa de lo que dice en el dicho captulo, dijeron que el dicho lugar es falto de aguas, porque en l hay pocos pozos, y una fuente de que beben agua, tiene poca agua aunque buena, aydense de los dichos pozos que hay en el dicho lugar. 24. A los veinte y cuatro captulos dijeron que en el dicho lugar ni en su trmino no hay bosque, ni dehesa ninguna, ni pesca como ya est dicho, hay solamente tres prados pequeos con una dehesa de tom illos y retamas pequeas, las cuales dehesas sirven de pastos a los ganados del dicho lugar, sin tener otro aprovechamiento ni arrendarse, porque como son pequeos no hay ms de para los ganados del dicho pueblo, y esto con trabajo de los ganados. 25. A los veinte y cinco captulos dijeron que las haciendas que hay sealadas en el dicho lugar y su dezmera son que don Alonso de Mendoza, seor de Cubas y Grin, tiene unas casas grandes, aunque no de mucho edificio, y veinte y ocho yuntas de tierras poco ms o menos, que es una yunta cincuenta fanegas, y ciertas vias que tiene dadas a censo, y otros censos as perpetuos como al quitar, y hasta doce mil maraveds de rditos, y tiene Alonso Martnez de Cos, regidor de la villa de Madrid, y un yerno suyo como cuatro yuntas de tierras poco ms o menos, y tienen herederos de Alonso Prez de Pealosa, vecino de Madrid, como otras cuatro yuntas de tierras poco ms o menos, y otros herederos de Madrid tienen como otras cinco yun de tas tierras, tienen vecinos de Legans y Poloranca [sic] y el seor de la villa de Poloranca [sic] como catorce yuntas de tierras, y la iglesia del dicho lugar, y una capellana que hay en ella, y las nimas de purgatorio, tienen como otras cuatro yuntas de tierras, y el resto es de vecinos, no se sabe la cantidad de ellas, mas que habr treinta yuntas. 26. A los veinte y seis captulos dijeron que la tierra del dicho lugar es tierra labranta, y se coge en ella trigo y cebada y poco centeno y poca avena, criase ganado ovejuno en muy poca cantidad, porque en todo el lugar no hay arriba de mil cabezas de ganado, esto por los pocos pastos que hay y poca comodidad para ello por ser el trmino estrecho, vale el diezmo comnmente un ao con otro ciento treinta cahces de pan por mitad, esto porque los que tienen tierras de Madrid, Legans, Polvoranca, Mstoles y otros lugares en la dezmera de este dicho lugar acuden con la mitad del diezmo del pan que cogen a la campana del dicho lugar de Alcorcn, y por esta causa vale tanto el dicho diezmo, porque si fuese de los particulares del dicho lugar no valdra noventa cahces el dicho diezmo, vale el diezmo de la uva del dicho lugar un ao con otro cuarenta mil maraveds, y el diezmo de corderos y queso y lana veinte y cuatro mil maraveds, y las minucias como mil maraveds, la falta que hay en el dicho pueblo es de lea, provese de las partes y lugares que est declarado en el captulo diez y ocho. 27. A los veinte y siete captulos dijeron que en el dicho lugar y su dezmera no tiene mina ninguna de oro, plata, hierro, cobre, plomo, azogue, ni de otro metal, ni minerales de tinturas, ni colores, ni otra cosa ninguna. 28. A los veinte y ocho captulos dijeron que tampoco hay salinas en la dicha su dezmera, ni canteras de jaspes, ni de mrmol, ni de otras piedras estimadas ni de ningn valor. 29. A los veinte y nueve captulos dijeron que por no ser lugar el dicho Alcorcn martimo no tienen que responder al dicho captulo. 30. A los treinta captulos respondieron lo mismo que en el captulo de arriba, y lo mismo responden a los captulos treinta y uno.

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32. A los treinta y dos captulos dijeron que cerca del sitio del pueblo lo mismo que tienen respondido en el captulo diez y siete, y qu no es lugar que tiene cercas ni murallas. 33. A los treinta y tres captulos respondieron que en el dicho lugar ni en su dezmera no hay castillo, torre ni fortaleza ninguna ms que la torre que tiene la iglesia, y por no haber torre ni fortaleza ni castillo no tienen que responder al captulo treinta y cuatro. 35. A los treinta y cinco captulos dijeron que las suertes de las casas del dicho lugar es que todas ellas son de tapiera de solamente tierra, y son casas bajas sin altos, y en efecto son casas ordinarias de labradores, y de muy poca costa, los mat riales de e ellas son madera de la sierra de Valdemaqueda, y tejas que traen de la villa de Parla y Fuenlabrada, porque en el dicho lugar no lo hay. 36. A los treinta y seis captulos dijeron que en el dicho lugar no hay edificio notable ninguno, ni ms de las dichas casas de don Alonso de Mendoza como esta dicho, ni hay rastro en el contorno del dicho lugar de edificio antiguo, ni epitafios, ni letreros, ni antiguallas ninguna que se pueda decir. 37. A los treinta y siete captulos dijeron que la cosa sealada que se ha podido tener en memoria haber acontecido en el dicho lugar es que habr ochenta aos poco ms o menos que hubo gran mortandad en el dicho lugar a manera de pestilencia, no han podido averiguar qu manera de enfermedad era la que andaba en el dicho pueblo, mas de que empezando a dar la dicha enfermedad a una persona de una casa la comunicaba con todos los dems, de que venan a morir todos los de la casa, y les fue forzado ausentarse muchos vecinos del dicho lugar fuera del pueblo, y un poc o apartado hacan cabaas donde habitar hasta que pas la furia de la dicha enfermedad, no se sabe cierto qu tanto dur, mas de que qued el dicho lugar muy despoblado, con mucha necesidad, y an tambin quieren decir algunos vecinos del dicho pueblo que la necesidad de l y hambre que hubo fue antes de la dicha enfermedad, porque hubo tanta necesidad que coman pan de grama, ponindola a secar en hornos, y secada la picaban menudo, y la llevaban a moler, y de la harina que sacaban hacan pan, y coman, y otros pan de habas, y otros de garbanzos, cada uno de lo que tena, y que por esta hambre sobrevino la dicha enfer medad por andar tan maltratadas las gentes y sin sustentamiento, esto es lo que se ha podido averiguar de odas de otros viejos, y no tuvieron que responder ms al dicho captulo porque supieron. 38. A los treinta y ocho captulos respondieron que no hay cosa notable que poder decir que haya acontecido en el dicho pueblo, ni de personas que hayan nacido en l, slo por cuento gracioso se puede notar haber en el dicho lugar al presente un hombre que casi ha setenta aos que est casado con una sola mujer, y han vivido y viven tan en paz, que nunca se ha sabido que entre ellos en todo el dicho tiempo haya habido cuestin, rencilla, ni enojo, ni mala palabra, y que al presente se tratan amigablemente como si fueran recin casados, que es cosa para estos tiempos bien de notar, llmase l Juan de la Rubia y ella Mara Corchuela. 39. A los treinta y nueve captulos dijeron que el dicho lugar es de ciento cuarenta casas, y vecinos habr al presente como ciento setenta vecinos, contando dos viudas por un vecino, ha sido un pueblo pequeo siempre, vase ahora aumentando poco a poco. 40. A los cuarenta captulos dijeron que en el dicho lugar hay cuatro casas de hidalgos, los tres casados, y uno soltero, todos los dems son labradores, las libertades y exenciones que gozan los hijosdalgo son las que gozan los dems hijosdalgo de estos reinos.

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41. A los cuarenta y un captulos dijeron que en el dicho lugar no hay mayorazgo, ni casas, ni solares de linajes, ni escudos de armas, solamente hay la casa y hacienda de don Alonso de Mendoza, el cual reside de ordinario en Madrid. 42. A los cuarenta y dos captulos dijeron que la mayor parte de los vecinos del dicho lugar, de tres partes las dos son hombres pobres, y la otra tercia parte tienen medianas haciendas, que el ms rico es de cuatro mil ducados de hacienda, y los dems de all abajo la granjera que tienen, y lo que se hace y se labra en el dicho lugar mejor que en otra parte es cntaros, ollas, jarros y puchericos, y esto se labra tan bien y es el barro tan a propsito para el ministerio que son, que se llevan a muchas partes lejos, y se tienen en mucho en todo el reino, hacen esto las mujeres, es granjera de mucho trabajo y poco provecho, porque la lea y hornija que se trae para los hornos les cuesta muy caro, porque van siete leguas por ello, y despus de lo dicho se vende a muy moderados precios, y lo que ms dao les hace es que se les quiebra mucha parte de la dicha obra que hacen, de manera que por no holgar ni tener otra cosa en que enten der lo labran, y no por la ganancia que se les sigue de labrarlo. 43. A los cuarenta y tres captulos dijeron que la justicia eclesistica que hace justicia en el dicho lugar en los negocios que se ofrecen, es el vicario arzobispal de Madrid y el vicario general de Toledo, la justicia seglar son dos alcaldes ordinarios, y dos alcaldes de Hermandad, y dos alguaciles, y dos regidores, stos en cada un ao se nom bran por el concejo del dicho lugar, y los aprueba el corregidor de la villa de Madrid, diferencia ninguna no hay entre las dichas justicias, platcase en los negocios lo mismo que en los juicios del reino de Toledo. 44. A los cuarenta y cuatro captulos dijeron que de lo tocante a la justicia eclesistica no hay ninguna en el dicho lugar, y de la seglar hay dos alguaciles como est dicho, y dos regidores, y un escribano del nmero y concejo del dicho lugar, a ningn oficial de stos no se le da salario, los aprovechamientos son conforme a los aranceles del reino. 45. A los cuarenta y cinco captulos dijeron que el dicho lugar no tiene trmino suyo pro pio ninguno, sino es el trmino de su cabeza que es Madrid, tiene dezmera conocida por s propio, ninguno no tiene ms de los tres prados pequeos y la dehesa, de que se aprovechan sin pagar cosa ninguna de renta al dicho concejo, salvo que cuando se ofrece alguna necesidad al dicho concejo, se reparte a los seores de ganado un tanto de cada cabeza, sin que paguen ninguna cosa los pobres, tambin se da licencia al carnicero que meta su ganado en los dichos prados, pagando al dicho concejo un tanto como se concierta, tambin hay unos pedazos de eras pequeos, los cuales cuando hay necesidad de servicios para la guerra o para pleitos, se arriendan a los vecinos, para que los pobres no sean molestados, esto es poca cantidad, que cuando mucho se saca seis mil maraveds por un ao de renta de ellas. 46. A los cuarenta y seis captulos no tiene cosa que decir acerca de lo que toca al dicho captulo, ni tampoco a los cuarenta y siete captulos, porque est respondido a los captulos de arriba. 48. A los cuarenta y ocho captulos dijeron que en el dicho lugar hay una iglesia parro quial, cuya advocacin es Santa Mara la Blanca, no tiene capillas, ni dotaciones ningunas particulares, enterramientos no hay en ella, ni cosa notable que decir. 49. A los cuarenta y nueve captulos no hay que decir porque no hay iglesia catedral ni prebenda ninguna. 50. A los cincuenta captulos dijeron que en la dicha iglesia del dicho lugar hay un cura propio, y scase al dicho beneficio un medio prstamo para el colegio de Santiago el

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1 Cebedeo de la ciudad de Salamanca, vale el dicho curado y gruesa de l cuatrocientos ducados con servicio, y todo esto es lquidamente del dicho cura sin lo que lleva el dicho medio prstamo, hay en la dicha iglesia una capellana que llaman de los Escolares, que tiene como cien fanegas de tierras, que arrienda a diferentes precios, vale el medio prstamo cada un ao ciento cincuenta ducados un ao con otro, no pone servicio ninguno en la iglesia el dicho colegio de Santiago por razn del dicho medio prstamo que est dicho.

51. A los cincuenta y un captulos dijeron que en la dicha iglesia no hay reliquias ningunas, hay cerca del dicho lugar dos ermitas, una de San Sebastin, otra que llaman Santo Domingo de la Ribota, a esta ermita tienen devocin muchos lugares del contorno, y vienen los sbados y das de Santo Domingo con devocin y traen aceit e para la lmpara y dan otras limosnas a la dicha ermita de Santo Domingo de poca cantidad. 52. A los cincuenta y dos captulos dijeron que las fiestas de guardar y das de ayuno y de no comer carne son por la misma orden del arzobispado de Toledo, except que o muchos vecinos del dicho lugar tienen devocin de no comer carne ni grosura los mircoles, que sea su principio y causa no se sabe cierto, mas de por haberlo visto hacer a sus padres y pasados, guardan el da de Santo Domingo y Nuestra Seora de las Nieves y Santa Catalina y Nuestra Seora de la Paz por va de voto, por causa de las enfermedades de que se hace mencin en los captulos de arriba, no comen carne las vsperas de estas fiestas, aunque no se ayunan. 53. A los cincuenta y tres captulos dijeron que en el dicho lugar no hay monasterio, frailes ni monjas ni beatas, ni tienen que responder a lo dems contenido en el dicho captulo. 54. A los cincuenta y cuatro captulos dijeron que en el dicho lugar hay dos hospitales muy pobres, sin renta ninguna, el uno fund en el dicho lugar los Escolares, el otro es del dicho concejo. 55. A los cincuenta y cinco captulos dijeron que el dicho lugar es pasajero de la Mancha para Segovia y Castilla la Vieja, y desde Castilla la Vieja para Toledo y la Mancha, y de Extremadura para Madrid, no tiene venta ninguna. 56. A los cincuenta y seis captulos dijeron que el lugar despoblado que parece haber habido en la dezmera del dicho lugar es en el contorno de la dicha ermita de Santo Domingo de la Ribota, entindese que se llamaba de ese mismo nombre de Santo Domingo Ribota, no se ha podido saber por qu causa se despobl, y generalmente lo que se puede saber de cosas notables fuera de la que est dicha es que en este lugar hubo un hombre que se llam Juan Gonzlez, el cual habr que muri cinco aos, fue hombre pobre, que no saba leer ni escribir, muy rstico en su trato, fue Dios servido de darle una enfermedad de que estuvo tullido y sin hablar en la cama un ao, y un da de Jueves Santo as malo como est aba porfi le llevasen a la iglesia, y por complacerle le llevaron dos hombres asido de los brazos, y llegado que fue a la iglesia se puso en medio de ella, y en altas voces empez a hablar, e hizo un sermn tan concertadamente y con tan buen estilo y pala bras de la Escritura Sagrada y de tan buena doctrina como si fuera hombre de letras y experimentado en predicar, fue de manera su pltica que hizo, que dej admirado al pueblo con slo este sermn, acab porque nunca dijo ms cosa notable como sta, empez desde all adelante a hablar un poco e hizo vida de mucha virtud y recogimiento, fuese a servir al hospital de Antn Martn de Madrid, y all muri como buen cristiano.

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No tiene el dicho lugar anejo ninguno, feria, ni mercado, ni hay otra cosa ninguna que de contar sea, ni notable, y esta relacin hicieron habiendo conferido, tratado y comunicado entre s y con otros hombres antiguos del dicho lugar lo que saban cerca de lo contenido en los dichos captulos, y lo que ms pudieron averiguar para dar ver dadera relacin de lo que su Majestad manda y el dicho seor corregidor en su nombre, y es lo que tienen dicho y declarado y lo firmaron de sus nombres. Va testado, memoria, y entre renglones, cantidad, valga, va entre renglones do deca e hizo valga. Antn Moreno (rubricado). Pedro Godino (rubricado). Ante m Martn de Vergara, escribano pblico (rubricado).

Como se ha podido comprobar hay captulos que no estn contestados: Al nmero 12 no se contesta porque Alcorcn no pertenece a ninguna orden religiosa militar. Al nmero 22 no se contesta porque no hay ros. Al nmero 31 no se contesta porque no hay fortalezas. Al nmero 34 no se contesta porque no hay alcaides de las f ortalezas. Al nmero 47 no se contesta porque no es un pueblo de seoro.

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4. LOS SIGLOS XVII AL XIX

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Antes de continuar con la historia de Alcorcn, vamos a detenernos en la aparicin y posterior desaparicin de una vecina aldea prxima, que sus habitantes abandonaron, trasladndose a Alcorcn. Para ello volvemos a las Relaciones de Felipe II. En ella se nos habla de una aldea; Santo Domingo de la Ribota, que haba desaparecido haca ms de 80 aos del inventario mandado hacer por el rey. En 1427 la aldea exista, pues el visitador Martn Snchez, hace un inventario de los objetos litrgicos de su iglesia, que tiene mucha devocin segn las relaciones. Durante la Edad Media, las repoblaciones eran la manera de ocupar los territorios yermos. El aumento demogrfico del norte peninsular y las facilidades dadas por los reyes castellanos, llevaron al asentamiento de una pequea poblacin, probablemente de origen agrcola, en la zona del arroyo de la Canaleja, que actualmente corresponde al Prado de Santo Domingo .

Pensamos que este grupo de cristianos viene de la zona de la Rioja y con ellos traen un santo para que les proteja, Santo Domingo de la Calzada, o como se le conoce en Alcorcn, Santo Domingun, por su reducido tamao. Y junto a sus casas de adobe levantan una pequea ermita: Santo Domingo de la Ribota (o de la rivera).

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Como iglesia parroquial del municipio, tenemos a Santa Mara la Blanca dedicada a Santa Mara de la Asuncin. N o est suficientemente datado su origen. En el Archivo Histrico Eclesistico de Getafe hemos encontrado las fechas de los siglos XV XVI, para la obra de construccin de la iglesia que fue llevada a cabo por alarifes espaoles.

Existe una bula del Papa Sixto V, del ao de 1584, dndole a la iglesia el privilegio de Santa Mara Super Minervam in U rbe. Siguiendo la citada documentacin , en 1895, se habla de una iglesia exenta a otras edificaciones, de planta de cruz latina , destacando lo ms precioso (c on una descripcin detalladsima) el altar mayor de estilo churrigueresco y que fue dorado en 1748, durante el papado de Benedicto XIV y el rey Ferna ndo VI. Tiene un rgano bastante deteriorado y la pila bautismal estaba en una pequea capillita (baptisterio) comunicada con la iglesia. Se venera al Cristo de las Lluvias y al de la Buena Muerte con una misa y procesin solemne. El documento es bastante explicito con relacin a las alhajas, ropajes, misales y libros de bautismo, defunciones y casamientos y enseres de la iglesia. Este documento es tan detallado pues es el momento del traspaso de competencias de la Dicesis de Toledo a la de Madrid- Alcal.

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Segn el informe de la restauracin de 1992 realizada por la Comunidad Autnoma de Madrid, sabemos que es el edificio ms representativo del lugar, situado sobre un altozano, donde se supone que se encontraba una mezquita, de la que no tenemos ms informacin.

Las primeras referencias estn en las Relaciones de Felipe II . Segn stas no se han encontrado restos de una iglesia anterior a ella . La fecha ms antigua que aparece es la de una lpida sepulcral en la que se lee:ESTA SEPUL/TURA ES DE/YLLAN PE/RES QURA/QUE FUE/DESTA YGLESIA/ FALEZZIO A 3 DE JU/YO DEL AO/1595

Tambin hay restos de otra lpida con el texto que reseamos a continuacin:

EN 27 DE AG/DE 1703 SE ENTERRO EN ESTA7SPLA EL RD D/J A SARMIENTO. CURA DESTA IGLES

Actualmente ambas lpidas estn bajo el pavimento.

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El edifico debi proyectarse de tres naves, dando a las laterales la misma anchura que a los brazos del crucero; pero este ambicioso proyecto qued reducido a lo que tenemos hoy: una iglesia de una nave con planta de cruz latina. Al exterior se aplica una fbrica mixta de aparejo de ladrillo y cajones de mampostera, modelo de influencia toledana. La nave y los brazos del crucero estn cubiertos con bvedas de can con lunetos, realizadas en ladrillo y g uarnecidas de yeso y ornamentadas con sencillas molduras rectangulares. La bveda del crucero es ms antigua, estrellada, tpica del gtico tardo. En su origen la iglesia tena dos puertas, una en la fachada norte y otra en la sur, siglos despus la norte se tapi para instalar la capilla de Jess Nazareno, recuperndose recientemente. A los pies de la iglesia entre las fachadas sur y oeste, se alza la torre, probablemente mucho ms antigua que la iglesia, pero imposible de documentar por la reformas realizadas entre 1969 y 1970.

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El retablo constituye una obra digna de mencin , de estilo barroco y realizada en madera dorada y policromada por un discpulo de Jos B. de Churriguera en la primera mitad del siglo XVIII. Recordemos que a toda la comarca madrilea lleg el influjo de Pedro de Ribera, quin dej su impronta sobre unas obras caracterizadas por su unidad y el mantenimiento de la columna salomnica y la estructura camarn como elementos identificativos de ese estilo barroco del primer tercio del siglo XVIII. Y recordemos tambin que muy cerca, en Legans, Churriguera fue el artista escogido para la realizacin del magnfico retablo de la iglesia parro quial de San Salvador.

Nuestro retablo, principal cubre el frente del bside con sus Desde luego el retablo cumple didctica y emocional respecto a postulados de la Contrarreforma.

ornato del templo, se conserva en buen estado y catorce metros de altura y ocho y medio de ancho. una funcin esttica, pero tambin una funcin los fieles, y en sus orgenes haca la lnea de los

Se organiza mediante un nico orden de columnas salomnicas muy decoradas, con angelitos y otros adornos. El retablo est coronado por la Trinidad: el Padre Eterno, con el mundo debajo; la cruz sobre el mundo representando al Hijo; y la Paloma, que simboli za al Espritu Santo.

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Acompaando a la Trinidad, dos a cada lado en sus respectivas capilletas y sobre nubes de oro, los cuatro evangelistas: segn miramos el retablo, a la derecha, Lucas con la cabeza de toro, y Mateo con el nio, y a la izquierda, Juan con el guila y Marcos con la cabeza de len.

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La imagen de san Mateo sostiene un libro en el que est escrito un texto que nos da alguna informacin del dorador del reta blo y de sus patrocinadores religiosos: "... Y arzobispo de Toledo el Rmo. SS. Sr. DN. Luis de Borbn, Infante de Espaa y cardenal. Y cura el Sr. DN Juan Domingo de Lapea. Y lo dor DN Prspero Motorola. Dorador de Cmara de S.M.". En el libro del evangelista anterior deba figurar al menos la fecha de realizacin del reta blo, pero estos caracteres no se han conservado.

En el eje central se sita el sagrario, alojado en un nicho. Encima y dentro de otra hornacina, una imagen de la Virgen, de madera policroma da, rplica de la del siglo XVIII (destruida en 1936). Completan el retablo varias esculturas del XVIII en madera tallada y policromada. Entre ellas, presidiendo el cuerpo en el que se encuentran los cuatro evangelistas, reciba especial veneracin la que representa al Cristo de las Lluvias o de los Alfareros (pues en esta herman dad estaban inscritos los alfareros del pueblo), tambin conocido como de los Ballesteros, pues le tenan veneracin quienes practicaban la caza de pjaros con ballestas; la fiesta de este Cristo, y tambin la de Santa Mara la Blanca, se celebraba el tercer domingo de agosto (hoy en da el ltimo domingo del mes). Un poco ms abajo la hornacina de Santa Mara la Blanca, titular de la parroquia. Recordemos que l a religiosidad popular, en la que se entremezclaban fenmenos profano s y religiosos, vea en las vrgenes y cristos un elemento de amparo frente a las adversidades de la vida, que eran muchas (pensemos slo en el grado de dependencia de la climatologa o la ausencia de hospitales). En relacin a las festividades religiosas Thomas Lpez, en "Descripcin de la provincia de Madrid" (1763), apunta que "el da de la Natividad de Nuestra Seora hay mucha funcin en este lugar". En las hornacinas laterales del cuerpo central figuraban las imgenes de los apstoles Pedro y Pablo (hoy perdidas) y en hornacinas exteriores san Antonio y santa Ana

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La iglesia tena en las Relaciones una capellana llamada de los Escolares, con unas cien fanegas de tierra de su propiedad. Para poder comparar estos datos, con veinticuatro fanegas de tierra aproximadamente, poda vivir una familia. Adems como impuesto eclesistico estaba el diezmo, segn los estudios econmicos del siglo XVIII, el dinero ingresado por la iglesia en ese momento era superior a los ingresos municipales. Desde el asentamiento de la corte durante la poca del rey Felipe II, se produce una especializacin econmica de los pueblos prximos a ella, destacando como ya hemos comentado y volveremos a comentar la especializacin de la alfarer a en Alcorcn, pequea aldea hasta 1.960, que marcar su principal sea de identidad : los pucheros . Desde el siglo XVI se sabe que los cntaros se venden en la Puerta del Sol, en la de Antn Martn y en la Plaza de la Cebada, destacando apellidos como el de los Pontes que seguirn fabricando alfarera hasta el siglo XX. Es una industria en la que trabajan todos los miembros de la familia, siendo Alcorcn la poblacin donde exista el mayor nmero de artesanos de la Comunidad de Madrid, uno de cada cuatro se dedicaba a la alfarera y uno de cada tres viva de ella, (Respuestas Generales del Catastro de Ensenada), en el siglo XVIII haba 290 hornos y 221 habitantes (entindase familias) (Floridablanca nos habla de 595 habitantes), desglosados de la siguie nte manera:

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Vecinos tiles: Nobles 3. Pecheros Jornaleros: Pecheros Pobres de solemnidad: Pecheros Habitantes: Nobles 2. Pecheros Viudas cuyo estado no consta: Con bienes 21. Pobres: Total: Eclesisticos:

73. 88. 9. 6. 19.

221. 6 .

Portada del Catastro del Marqus de la Ensenada.

El panorama que realmente nos ofrece el Catastro, es el de un pueblo que directa o indirectamente depende de la alfarera, cuyos vecinos principales (nobles) estn tambin embarcados en esta industria . Las repuestas al Catastro de Ensenada, son de carcter fiscalizador. En la 33 se nombran a todos los al fareros del pueblo y sus rentas, destacamos algunos apellidos: Alvarado, Blanco, Delgado, de Burgos, de la Calle. de Vergara, Rodino, Gmez, Gonzlez,Pachn, Pontes, Talavera, Vergara

En la respuesta 40 aparecen los trajinantes de vidriado, donde se repiten muchos de los nombres de la lista anterior, y que no vamos a reproducir para no extendernos.

Abundando en la documentacin, Eugenio Larruga cita a la poblacin por el excelente barro, por la escasa dimensin de las parcelas lo que les llevaba a la ocupacin parcial en la alfarera y por la cercana de la corte .

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Tambin en el inventario mandad o hacer por el Cardenal Lorenzana se cita: Por lo general se vende todo el ao en Madrid y sus contornos y en Alcal, Guadalajara, Toledo, Mancha, Segovia y sus sierras. De ellas se surten en la real cocina, la Real botica y reales hospitales y fbricas y casas de moneda .

Mapa de la provincia de Madrid en el siglo XVIII

Tenemos una fuente de informacin, de carcter costumbrista muy interesante en los protocolos depositados por los escribanos . Abarcan los periodos de 1.571 a 1.768. Son muchos y de temtica muy variada, encontrndose entre los ms usuales los testamentos y los contratos matrimoniales en los que la mujer aporta una dote, minuciosamente detallada (ropa, muebles, cuadros, espejos, utensilios de cocina, etc.) y cuantificada.

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Dentro de la multitud de curiosidades que hemos encontrado en el Protocolo 32058, de 1776-7; se habla de un psito de granos, fundado por Diego Ramn. Este protocolo trata del pago que han de hacer los vecinos a los propietarios del psito para que le guarden el trigo, y se regulan las normas de cmo se debe sacar el grano con los intereses correspondientes: medio celemn con creces en cada fanega .

Poder notarial para pleitos que otorga Juan Delgado, dado el 28 de mayo de 1768

Poder notarial dado por el Concejo, a 1 de enero de 1768 Testamento de Juana Gmez, a 8 de octubre de 1764

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Censo municipal de 1778

En el siglo XIX, las caractersticas del pueblo siguen sin variar sustancialmente. Pascual Madoz cita una poblacin de:300 vecinos a principios del siglo, nmero que descendi durante la guerra de la Independencia entre franceses y espaoles (1808 a 1814) y la hambruna que asol Madrid en 1812, la cual motiv que la guarnicin militar arrasara toda la comarca, hec o del que todava el pueblo no se ha podido recuperar .

El hambre de Madrid (1818) de Jos Aparicio e Inglada

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Para comprobar que el pu eblo presenta una situacin muy similar a lo que describamos durante el reinado de l rey Felipe II, adjuntamos las descripcin de Cayetano Rosell"... Prosiguiendo en la misma direccin aunque ms situada al E. se llega a la villa de Alcorcn, (con 531 habitantes) que se cree sea de origen rabe: su nombre por lo menos lo indica as; el lugar en que est situada es muy a propsito para que haya habido en l poblacin, no slo en la poca arbiga sino en las anteriores. Prxima a la carretera general de M adrid a Extremadura y edificada sobre una eminencia que, aunque pequea, domina una gran parte de terreno ofrece condiciones ventajosas para servir de punto avanzado, sobre todo a la que es hoy capital de la Monarqua. Nada hay digno de llamar la atencin en su recinto; sus casas, generalmente hablando, son de mala construccin; su Iglesia Parroquial, llamada de Santa Mara la Blanca, tampoco ofrece nada de notable. Una fuente tiene a media legua de distancias su nombre La Canaleja, que da un agua excelente y cristalina(...)La celebridad de Alcorcn, que la tiene seguramente es debida a la tierra de su trmino, y a las vasijas de alfarera que fabrica de ella, pues aunque toscas y ordinarias, son de mucha ms duracin que las de otros puntos y formando sin duda. un ramo muy importante de industria y de comercio. Pero a las emanaciones del alcohol que se emplea para el vidriado de dichas vasijas se atribuyen las afecciones de pecho y los clicos saturninos que son muy comunes entre sus habitantes. A mil pasos de la poblacin se halla una ermita con el titulo de Nuestra Seora de los Remedios. Fue pueblo que experiment muchos quebrantos en la postrera guerra de la Independencia, y desde entonces decay en trminos que no ha logrado reponerse en su antiguo estado(...)."

En 1834 se produce la bendicin del nuevo cementerio, reparado en 1856 y 1903. Fue incautado por el Ayuntamiento en 1933 por un impuesto munic ipal de 4.500 pesetas que se pagarn en nueve anualidades., siendo el Al calde presidente del Ayuntamiento D. Jos Lurizados Martnez. En 1838 se realiza la reorganizacin territorial de las provincias. Son los lmites que tenemos en la actualidad.

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Mapa realizado del original por Francisco J. Paniagua Mena.

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Finaliza el siglo XIX con dos importante novedades para el municipio. En primer lugar en 1888 se inaugura el nuevo Ayuntamiento, siendo Alcalde Francisco Pontes y regidores Francisco Cmara, Manuel Montero, Carlos Plato, Alejandro Gmez y Anselmo Chicote. Era un edificio de dos plantas construido en ladrillo, con cubierta de madera y tejas. La parte superior se utiliz para oficinas municipales, siendo la planta baja utilizada para escuela. En 1892 se aadi el reloj, coronado por una campa y una veleta. Fue derruido en 1974 para construir el ayuntamiento actual.

En segundo lugar, en 1890 llega el tren de va estrecha a Alcorcn, que una Madrid con Navalcarnero, construyndose una pequea estacin en las inmediaciones del municipio.

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Estacin de Tren 1960 Estas fotografas corresponden a la estacin de ferrocarril que se construy en 1954, cuando se elimin el paso a nivel que tena la carretera nacional. En 1970 fueron derribadas para la construccin de la nueva estacin y el cambio de va estrecha, al ancho convencional del suburbano.

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La Revista Blanco y Negro publica un artculo describiendo el trabajo de la alfarera del pueblo con fotografas de la poca.

Fuente: Biblioteca Regional de Madrid Joaqun Leguina. Blanco y Negro 12 de noviembre 1898

Poblacin de Alcorcn: Fuente Instituto Nacional de Estadstica. 1.842: 1.857: 1.860: 1.877: 1.887: 1.897: 1.900: 626 531 542 591 591 600 657 habitantes. habitantes. habitantes. habitantes. habitantes. habitantes. habitantes.

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4.1. De la alfarera femenina a la masculina (siglos XVII al XIX)

La loza fina talaverana est en su mximo apogeo, y muchos vendedores de la localidad toledana pasa n por Alcorcn camino de Madrid encontrando en la ollera del municipio un buen producto, muy demandado en Madrid. Las restricciones para la venta de barro de Alcorcn en la capital impuestas por la Sala de Alcaldes, que proh be en 1607 la venta a travs de intermediarios (lo mismo sucede en 1650 donde se vuelve a restringir su venta a los maridos de las alfareras ), pudo ser el origen de matrimonios entre comerciantes de la provincia de Toledo y alfareras de Alcorcn; en 1620, Domingo de Talavera vende en la Puerta del Sol el barro fabricado por su mujer Ana de Barroso.Aora Talavera de la Reina, donde se labra el mejor vidriado blanco de Espaa, como bcaros colorados en Estremoz, y ollas para puestas al fuego en Alcorcn, y alcarrazas para agua en Ocaa .

En el siglo XVI la produccin se va a centrar en obra para fuego, predominando como es habitual en Alcorcn las formas cerradas, ollas y pucheros. El mayor aval de la alfarera de Alcorcn seguir siendo su barro para fuego que no tiene competencia. La produccin del siglo XVII vara poco con respecto a siglos posteriores, pero s podemos advertir el progresivo abandono de la cantarera. No hemos hallado ni un solo texto literario que se refi era a los cntaros de Alcorcn. Tampoco nada referente al vidriado de las piezas. Hay que tener en cuenta que Madrid es su principal cliente y recibe un flujo continuo de mercaderas de diversas provincias; ante esta competencia, en la capital slo son competitivos sus ollas y pucheros . Una de las pocas variaciones que sufre la obr a de Alcorcn en el siglo XVII, es la incorporacin en sus piezas (por lo menos las encontradas en Madrid) de discretas decoraciones incisas, que a veces slo son 2 3 rayas, o puntos realizados con un punzn. Siguen teniendo las ollas y pucheros una sola asa, y el alisado exterior est muy cuidado. A pesar de que Madrid se surtiera abundantemente de la ollera sin vidriar de Alcorcn, en el siglo XVII ya se fabricaban en la capital pucheros y ollas para fuego en el barrio de Lavapies . Entre los siglos XVII y XVIII se producir la desaparicin de la alfarera para agua por la aparicin de una nueva esttica , ya que la alfarera es una de las artesanas que mejor define a una sociedad rural, y sta asume rpidamente cualquier cambio significativo dentro del sector agrario. El aumento del cultivo de la vid y de la industria vincola en el siglo XVII, va a forzar el desarrollo de la tinajera ya existente, no slo en la cantidad, tambin en el aumento de tamao de estos recipientes.

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La cantarera alcorconera haba perdido su vigencia. Su doble funcin de extraccin y transporte de agua se haca innecesaria, y la fabricacin de estos cntaros era dificultosa. De no haber aparecido esta nueva tipologa, la cantarera tipo Alcorcn habra desaparecido igualmente, pero hubiera dejado restos en la alfarera del siglo XX perfectamente identificables. La alfarera de Alcorcn no puede competir con esta alfarera para agua porque ni sus materiales cermicos ni su tecnologa son los ms apropiados. En Las Relaciones de Felipe II, se constata la falta de agua y de fuentes, vindose los habitantes de Alcorcn obligados a utilizar los pozos existentes; en las crnicas del Siglo XVIII, este problema parece haber desaparecido, existiendo ade ms una fuente, La Canaleja, que no se agota. Dentro del amplio abanico tipolgico de la alfarera para agua, se han hallado en el subsuelo de Alcorcn, cangilones o arcaduces para la extraccin de agua mediante noria. Esta vasija de origen rabe, se produjo masivamente en centros alfareros manchegos como Villafranca de los Caballeros (Toledo), Daimiel (Ciudad Real) o Mota del Cuervo (Cuenca), siendo los producidos en Alcorcn semejantes a los de este ltimo centro conquense. Todos estos arcaduces hall dos en Alcorcn tienen una sola a escotadura (los hispanorabes suelen tener dos y son ms pequeos).!

Cangiln o arcaduz de noria. Alcorcn. Hermandad Santo Domingo y Santo Domingun.

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Cntaro, Alcorcn. Las molduras del cuello Cntaro, Alcorcn. Cuello alto y desprovisto de decoracin. recuerdan modelos toledanos. Siglo XVII Siglo XVII-XVIII Hermandad de Santo Domingo XVIII. y Santo Domingun Hermandad de Santo Domingo y Santo Domingun.

El XVIII va a ser un siglo de transicin y de cambios. En trminos generales, el siglo de las luces afecta a toda la cermica La loza fina de Talavera, que es un . referente cermico en los siglos XVI y XVII, va a empezar a decaer. La vajilla barroca de influencia francesa va a servir a la corte y a las principales casas En 1724 se funda . la fbrica de Alcora, y Talavera copia con ms o menos fortuna sus principal s series. e La alfarera de Alcorcn no va a ser una excepcin, su produccin se va a ver alterada por la influencia de los barros toledanos, y su estructura social cambia por la irrupcin del vidriado. En el siglo XVIII siguen establecindose en Madrid a lfareras que van a competir con Alcorcn, sobre todo en el aspecto esttico, dejando en evidencia la tosquedad de las piezas alcorconeras . En el Madrid de Felipe V, se hace imprescindible el vidriado para seguir vendiendo en la capital; empezamos a tener noticias documentales de otros centros madrileos donde tambin se vidria, como Alcal de Henares, Campo Real o Colmenar de Oreja. Alcorcn va a seguir produciendo masivamente alfarera sin vidriar hasta por lo menos mediados del siglo XIX, pero esta va a ir e