libro vitoria definitivo
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Libro de visita y entrevistas a la ciudad de Vitoria coincidiendo con su Festival de JazzTRANSCRIPT

VITORIA-GASTEIZ DESDE DENTROUNA CIUDAD DE VANGUARDIA
LA EXCUSA PERFECTA PARA CONOCER UNA CIUDAD CON MUCHO ENCANTO

2
1ª edición: junio 2010
Edita: NAAXPOT S.L.U.
ISBN 84-xxxxx-xx-x
Depósito legal B-xxxxx-2010
© NAAXPOT S.L.U.
Dirección de arte:María Clé
Maquetación: Francisco Javier Fernández
Fotografía: Antoni Juan y Foto Quintas
Impreso en papel de XX g
Imprime: Xxxxxxxxxxxxxxxxx
Este libro está legalmente protegido por los derechos de la propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento expreso del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información.
La propiedad intelectual del contenido de cada capítulo corresponde a los autores del mismo, tanto del texto como de las imágenes. Las entrevistas son conversaciones entre el autor y sus invtados. Cualquier opinión vertida en las mismas han de ser respetadas y contextualizadas al momento en que tuvieron lugar.

3
INTRODUCCIÓN 7
Cómo leer este libro 11
VITORIA-GASTEIZ, CAPITAL DE ÁLAVA Y DEL PAÍS VASCO 13
FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA,
EL INICIO DE UN RECORRIDO POR LA CIUDAD 23
Avant Jazz, 11 de julio de 2009 23
Primer día del festival, 12 de julio de 2009 25
Segundo día del festival, 13 de julio de 2009 28
Tercer día del festival, 14 de julio de 2009 34
Cuarto día del festival, 15 de julio de 2009 38
Quinto día del festival, 16 de julio de 2009 42
Sexto día del festival, 17 de julio de 2009 46
Séptimo día del festival, 18 de julio de 2009 49
José María y Ana 56
ENTREVISTAS CON:
Iñaki Añua 64
Juan Ignacio Lasagabaster 70
Naiara Esparza y María Clé 82
Senén González 92
Iñaki Cacho 98
José Barreira y Anabel de la Fuente 104
Toti Martínez de Lecea 112
Paquita Vives 122
Aurelio Martínez y María Ramos 128
Ana Isabel Bravo y Jimmy Bidaurreta 134
Juanma Lavín 146
Gorka Ortiz de Urbina 156
David Quintas 166

4
EPÍLOGO 180
ANEXOS: GUÍA DE VITORIA-GASTEIZ 182
PLANO DE VITORIA 196
MAPA DE ÁLAVA 198
LISTADO DE FOTOS 200

5
Conocimos a Toni por casualidad y por separado. Sucedió en Julio del 2009, después
de la semana del Festival de Jazz en Vitoria-Gasteiz y a estas alturas no sé por qué pero
no nos sorprende. A nuestro amigo le apasiona el jazz y nos lo transmitió al instante. Nos
explicó que quería escribir un libro sobre nuestra ciudad, de hecho ya lo había comen-
zado días antes, y se le veía entusiasmado por ello. Al principio nos sorprendió la idea,
nos chocó que alguien de Barcelona estuviera tan interesado e ilusionado por escribir
acerca de Vitoria, pero lo comprendimos rápidamente. Nos dio a entender que, al igual
que nosotros, sentía fascinación por nuestra ciudad y por esa razón nos dejamos con-
vencer fácilmente para embarcamos con él en esta excitante aventura.
Me atrevo a decir que a menudo tendemos a pensar que la ciudad donde vivimos es
como nuestra propia casa, de modo que, en ocasiones, parece que tenemos todo tan
a mano y tan visto que no dedicamos ni un segundo a observar ni valorar los pequeños
rincones que nos ofrece. Toni nos ofreció otra mirada y nos abrió los ojos despertando
nuestra curiosidad. Hizo que aparcáramos nuestra rutina y, a través de los distintos perso-
najes que aparecen en este libro y que van dejando su particular sello, descubrimos que
nuestra ciudad esconde secretos que merecen ser revelados dentro y fuera de aquí.
Este libro se puede interpretar de muchas maneras, tantas como personas intervienen a
lo largo de estas páginas. Puede ser un regalo inmejorable, también una completa guía
gastronómica y cultural dedicada a los oriundos y a los que deseen visitarnos, o incluso
un diario con sabor a música de jazz que nos marca el ritmo de la lectura. También es
un trepidante viaje desde las entrañas históricas de Vitoria-Gasteiz hasta el progreso
de nuestros días. Son muchos los lugares que pueden descubrir a través de sus páginas
pero, entre muchos otros, nos gustaría destacar el Anillo Verde, símbolo de la mentali-
dad ecológica y sostenible que representa los valores de nuestro municipio.
En este libro encontrarán una historia abierta a todo tipo de público ya que los que he-
mos prestado nuestras voces compartimos suelo pero nos diferenciamos en lo referente
a estilos de vida, con diversas miradas que enseñan algo nuevo.
Toni fue descubriendo amigos. Son ellos quienes nos hablan, no sólo de la ciudad, sino
de muchas cosas interesantes abríendonos las puertas de los escenarios donde transcu-
rren sus vidas, con diferentes profesiones, gustos y criterios.
Como ejemplo de lo que pueden encontrar en este libro, podrán descubrir a Toti Martí-
nez de Lezea en familia, en un entorno cálido y cercano, convirtiéndonos en cómplices

6
de la entrañable conversación que mantiene con su madre y su marido. También visita-
remos la catedral de Santa María con Juan Ignacio Lasagabaster, quien nos mostrará
los entresijos de un proyecto tan complejo. Quién no querría disfrutar de un sabroso
besugo junto a Senén González en su propia casa, la sidrería Sagartoki. Podríamos ex-
tendernos mucho más pero son sólo unas pistas de cómo podemos vivir Vitoria-Gasteiz
desde dentro.
Dicho lo cual, ha llegado la hora de que nos presentemos. David Quintas y yo (María Clé
Leal) hemos acompañado a Toni en este paseo por los recovecos de nuestra ciudad
y nos ha dado la oportunidad de plasmar nuestra visión personal aportando nuestras
sensaciones con total libertad. Desde la fotografía y la ilustración hemos completado la
perspectiva acerca de nuestra urbe y alrededores.
Hemos disfrutado acompañando a un amigo, compartiendo su ilusión y rescatando
sensaciones que parecían olvidadas. Un libro escrito desde la admiración y con el máxi-
mo rigor de alguien que vive desde lejos esta ciudad como suya propia. Por ello reco-
mendamos esta amena lectura, para los que como Toni deseen captar la esencia de
una ciudad en constante evolución y para los que quieran embriagarse del encanto de
las paredes que los rodean. Así pues, les invitamos a sumergirse en este relato de viven-
cias que hemos querido mostrar.
Muchas gracias al autor.
David y María

7
Sería conveniente, antes de que conti-
núen, que les advierta de que soy ma-
llorquín y afincado en Cataluña hace
más de veinte años y por tanto no vivo
en Vitoria. También debería advertirles
de que los textos, las entrevistas y algu-
nas de las fotos que aparecen en este
libro los he hecho yo mismo, a pesar de
que no soy escritor, ni periodista ni fotó-
grafo. Si todo esto no les disuade de se-
guir leyendo, será mejor que les cuente
cómo empezó el proyecto de escribir
este libro .
Desde hace unos catorce años, to-
dos los veranos, visito Euskadi. La razón
fundamental es que en esta tierra en-
cuentro muchas de las cosas que más
me emocionan: buena música, buena
comida, bellos lugares para visitar y
buena gente. Lo de la música tiene que
ver con mi afición al jazz y al saxofón,
que toco desde hace unos años. Mi afi-
ción por la música y, en concreto, por
el jazz se ve satisfecha en los festivales
que se celebran en estas tierras. Esa fue
la razón de mi primer viaje a Euskadi y
también de la primera visita a Vitoria. Mi
primer gran recuerdo de Vitoria tiene la
imagen de Mendizorroza y el sonido de
la música de jazz. Con los años se ha ido
estableciendo una relación con Vitoria,
con Álava y con Euskadi en general
que, sin temor a exagerar, podría cali-
ficar como de enamoramiento. Supon-
go que coincidirán en que uno no se
enamora sólo de personas, menos mal,
sino de cosas, de ciudades, de países...
IntroduccionVITORIA, 20 de mayo de 2009

8

9

10
En este caso no fue un amor a primera
vista pero tampoco una simple aven-
tura de verano. Mi enamoramiento de
Vitoria ha sido progresivo, ha ido en au-
mento, y ahora está en uno de sus pun-
tos más álgidos, sobre todo después de
haber hecho este libro.
¿Qué cosas me han provocado ese
enamoramiento? Aparte del hecho de
satisfacer mis aficiones a la música, a
la buena mesa, etc., creo que hay dos
razones fundamentales. Por un lado las
que tienen que ver con la ciudad en sí
misma, y por otro lado las que tienen
que ver con los [email protected].
Vitoria-Gasteiz reúne todas las condi-
ciones para que me encuentre espe-
cialmente bien en ella. Es una ciudad
bonita, tranquila, que invita al paseo,
silenciosa, verde, con un clima que, a
pesar de su fama, me agrada especial-
mente. Está llena de rincones ineludi-
bles, ya tendrán oportunidad de com-
probarlo. El ritmo en las calles es sereno,
sin sobresaltos. El perfil de la ciudad es
llano, salvo el suave desnivel del casco
histórico, que se eleva por encima del
resto de la ciudad como una atalaya.
Vitoria es una ciudad verde: está salpi-
cada de parques y jardines y a su alre-
dedor, la joya de la corona, el Anillo Ver-
de, una proyecto de integración de la
ciudad con la naturaleza que la rodea.
Sobre el clima, hay quien soporta mal el
invierno de Vitoria, pero el resto del año
la temperatura es agradable con unas
noches de verano que te permiten sa-
lir con una chaqueta y dormir cubierto
por algo más que una sábana. Sobre
los [email protected] sólo puedo decir que los
que he conocido me han parecido
muy amables, cercanos, accesibles y
me han hecho sentir uno más. Cuando
uno está de viaje lo que menos desea
es sentirse un extraño, sentirse un simple
turista. Los vitorianos te acogen de tal
modo que es difícil sentirse un extraño
en esta ciudad.
No sé si estas son suficientes razones
para escribir un libro. En cierto modo me
siento en deuda con Vitoria y querría
devolverle parte de lo que me ha dado.
Espero que con lo que van a encontrar
en las siguientes páginas quede claro mi
objetivo: rendir un homenaje a Vitoria y
a sus gentes y provocar, si no conocen
todavía la ciudad, la necesidad impe-
riosa de conocerla.
Les pido que me acompañen en un
recorrido un tanto desordenado, a
ratos a ritmo de jazz en el apartado
dedicado al festival, por momentos al
ritmo propio de la ciudad y a veces al
ritmo que marcan algunos personajes
que con su propia voz hablan en este
libro. Sobre éstos querría detenerme un
momento. Todos ellos se han prestado
con una especial facilidad a participar
en este proyecto. Sin duda la figura de
dos mujeres que comparten nombre
aunque no se conocen entre sí ha sido
clave. Por un lado Ana Isabel Bravo que
ha sido mi cicerone en estos años y que
es la principal culpable de todo este lío.

11
Ana Isabel aparece entrevistada en el
libro y no me voy a extender demasiado
ahora. Sólo quiero decirles que es una
persona muy querida para mí y que ha
propiciado que mi relación con Vitoria
sea la que es. Curiosamente fue Ana Isa-
bel quien me dirigió a Ana Lasarte, aun
sin conocerla, tras solicitar la informa-
ción que le pedí: ¿cuál era la persona
idónea para que valorara mi proyecto
un tanto alocado de escribir un libro so-
bre Vitoria? Sin duda acertó.
Ana Lasarte, directora de la Oficina de
Turismo del Ayuntamiento de Vitoria-
Gasteiz, me ha dado su apoyo desde el
primer día. Cuando le comenté que me
gustaría que aparecieran en el libro vi-
torianos hablando de Vitoria, enseguida
me elaboró una lista de candidatos. Me
puso en contacto con toda una serie de
personas que me han enriquecido de
tal forma que lo que parecía imposible
se ha producido: que me enamorara
aún más de esta ciudad. El apoyo que
me prestó creo que tiene que ver más
con su compromiso con la ciudad que
con las responsabilidades de su cargo.
Todos los entrevistados con quien me ha
puesto en contacto me han dicho algo
así: “Si vienes de parte de Ana...”
Gracias a las dos “Anas”, sois las princi-
pales catalizadoras de este proyecto.
Espero que si continúan leyendo pue-
dan compartir conmigo este sentimien-
to por la ciudad y, en caso de que vivan
en Vitoria, cuando salgan hoy a la calle
espero que se sientan más orgullosos de
su ciudad y, si no tienen la suerte de vivir
en ella, dejen cuanto están haciendo y
vengan corriendo a Vitoria.
CÓMO “LEER” ESTE LIBRO
Este libro, sin ser una guía convencio-
nal, pretende ofrecerles un acompaña-
miento a través de la ciudad y de sus
alrededores. Sus acompañantes serán
vitorianos o personas que tienen una in-
tensa relación con Vitoria-Gasteiz y que
se han prestado a aconsejarles sobre
qué lugares ver, adónde ir, dónde pue-
den comer, tomar pinchos...
En el primer capítulo encontrarán res-
puestas a algunas preguntas que uno
suele y debe hacerse cuando quiere
conocer una ciudad. Este breve capítu-
lo les puede servir como primera toma
de contacto con la ciudad y con Álava.
Como no podría ser de otro modo,
continuaremos con un recorrido por el
Festival de Jazz. Si lo desean pueden
acompañarme en mi recorrido perso-
nal durante la semana de la edición
del festival de 2009. Les comentaré mis
vivencias de esa edición. En este mismo
apartado, Ana y José María, amigos e
inmejorables compañeros de viaje, que
nunca antes habían estado en Vitoria,
nos darán también su opinión sobre la
ciudad.
El grueso del libro es la transcripción de
las conversaciones que tuve el privilegio
de mantener con personas muy diversas
que se presentan a sí mismas y presen-
tan a su ciudad. Sus recomendaciones
les serán de mucha utilidad, tal como
si hicieran un recorrido por Vitoria con
cada uno de ellos. La primera entrevis-
ta, la mantuvimos con el director del

12
Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. Pero no sólo de jazz vive Vitoria. Ya lo descubrirán
en las transcripciones de las restantes conversaciones. No siempre tiene uno la oportu-
nidad de recorrer una ciudad con la historia que tiene Vitoria de la mano de Paquita
Vives o de Toti Martínez de Lecea, visitar la catedral de Santa María en compañía de
Juan Ignacio Lasagabaster, ir al restaurante Sagartoki con el mismo Senén González o
a la sidrería Mendiola con Iñaki Cacho. Podrán conocer los entresijos de la empresa
hostelera de Vitoria en boca de José Barreira y Ana Belén de la Fuente. Es un privilegio
visitar la Rioja Alavesa con Juanma Lavín. Les encantará perderse por los rincones de
la ciudad y de Álava acompañados de María Clé, Naiara Esparza, Aurelio Martínez,
María Ramos, Jimmy Bidaurreta o Ana Isabel Bravo. No podrán olvidar las imágenes de
Vitoria-Gasteiz gracias a la mirada de David Quintas. Todo eso lo podrán hacer miran-
do y leyendo este libro. Estos son a partir de ahora sus anfitriones en su visita a Vitoria y
Álava. Déjense llevar por ellos. Les aseguro que están en la mejor de las compañías, no
les defraudarán.
Por último, al final del libro, encontrarán una lista de bares, restaurantes, hoteles, mu-
seos, con sus respectivas direcciones y teléfonos. De este modo le facilitamos la bús-
queda de los lugares que le puedan interesar al lector.
Si me permiten un consejo, abran este libro por cualquier página y disfruten de la ciudad
y sus alrededores que son, junto a los vitorianos, los verdaderos protagonistas de este libro.

13
Estas son algunas de las preguntas que
uno suele hacerse cuando pretende co-
nocer una ciudad.
1. ¿Dónde está Vitoria-Gasteiz?
Vitoria está en el País Vasco, en Álava, a
118 km de San Sebastián, 66 de Bilbao,
114 de Burgos, 86 de Logroño, 530 de
Barcelona y 351 de Madrid.
Está a unos 450 m de altitud sobre el ni-
vel del mar.
2. ¿Cómo llegar?
Vitoria tiene aeropuerto pero son pocos
los vuelos regulares. El aeropuerto de
Sondika (Bilbao) está a unos 50 minu-
tos de Vitoria por carretera. La ciudad
es muy accesible por carretera y está
muy bien comunicada con las ciudades
próximas.
3. ¿Cuál es el papel político-administra-
tivo de Vitoria?
En 1979 se proclama la comunidad au-
tónoma vasca. En 1980 Vitoria es elegi-
da la capital política y administrativa del
País Vasco.
4. ¿Cuántos habitantes tiene?
233. 277 en el padrón de 2007. Es nece-
sario precisar que el término municipal
de Vitoria tiene 65 poblaciones en una
extensión de 277 km2.
5. ¿Cuándo se fundó la ciudad?
Aunque hay una cierta polémica recien-
te al respecto, la fundación de la villa se
suele datar en 1181 y se atribuye al rey
navarro Sancho VI que le dio entidad ju-
rídica bautizando como Nueva Victoria
al conjunto urbano situado sobre la al-
dea de Gasteiz. Esta antigua villa se co-
rrespondería con el trazado actual de
las calles de Santa María, Fray Zacarías
y las Escuelas. En la primera ampliación
en 1202 se abrieron lo que hoy son las
calles de Correría, Zapatería y Herrería.
Posteriormente en 1256, en la tercera
fundación, se crean lo que actualmente
son las calles de Cuchillería, Pintorería y
Nueva. Esta última sería posteriormente
la calle de la Judería y, después de la
expulsión de los judíos, recuperó el nom-
bre de Calle Nueva. En 1431 Vitoria fue
declarada ciudad.
6. ¿Qué es la almendra medieval?
Es el trazado de la antigua ciudad me-
dieval que tiene una particular forma en
huso o almendra, de ahí su nombre. El
casco histórico de Vitoria-Gasteiz, que
incluye la almendra medieval, Los Arqui-
llos y la plaza de España, es patrimonio
histórico.
7. ¿Cuales son los edificios o lugares em-
blemáticos del casco histórico?
-Siglos XIII-XIV: catedral de Santa María,
iglesia de San Pedro, palacio-casa del
Cordón.
-Siglos XIV-XV: iglesia de San Miguel, El
Portalón.
-Siglos XV-XVI: torre de los Anda, iglesia
de San Vicente.
-Siglo XVI: palacio de Bendaña, palacio
Escoriaza-Esquibel, palacio de Villasuso,
Capi tal de Álava y del País Vasco
VITORIA-GASTEIZ

14
palacio de Montehermoso, convento de Santa Cruz, Santo Cristo de San Ildefonso.
-Siglo XVIII: palacio del Marqués de la Alameda, plaza de España, plaza del Machete,
Los Arquillos (siglos XVIII-XIX)
-XIX-XX: Casa Museo de los Faroles.
8. ¿Qué es El Ensanche?
Es el resultado del proyecto urbanístico de ampliación de la ciudad a partir del casco
histórico. El Ensanche neoclásico se abre al sur de la ciudad. Justo Antonio Olaguíbel

15
fue el arquitecto bajo cuya dirección se construyeron Los Arquillos, cuya función era y es
salvar el desnivel de la ciudad respecto de las partes más llanas, y la plaza de España.
A partir de ahí y de la plaza de la Virgen Blanca, se abre un entramado de calles, gran
parte de ellas peatonales. Hoy en día es un lugar de paseo obligado, donde pueden ir
de compras, tomar pinchos, comer de mesa y mantel...
El ensanche contemporáneo cierra el resto del caso histórico y tiene como arteria prin-
cipal la avenida de Gasteiz y como lugares reconocibles, el Museo Artium, el Palacio de
Justicia y el Centro Cívico y Palacio de Congresos y Turismo Europa.

16
9. ¿Qué es el Anillo Verde?
Permítanme que me extienda un poco más en la información de este punto. La razón es
que el Anillo Verde es uno de los rasgos difereciales de esta ciudad. Es la joya “verde”
de una ciudad “verde”.
Se trata de un proyecto de alto valor ecológico, paisajístico e hidrográfico, en el que han
participado múltiples profesionales, bajo el impulso de las autoridades municipales, con
la intención de recuperar espacios naturales muy próximos a la ciudad.
Estos espacios naturales incluyen lagunas, bosques, praderas, ríos, tierras de labor, pe-
queñas aldeas, y garantizan una transición natural entre lo urbano y lo rural. La labor de
quienes han trabajado y trabajan en el Anillo Verde ha sido recuperar para la ciudad
espacios naturales, algunos de los cuales se habían degradado y otros estaban amena-
zados por la presión urbanística.
Las actividades que pueden realizarse en el Anillo Verde son múltiples: desde pasear en
bicicleta o andando a observar aves migratorias y animales en estado salvaje como el
visón europeo, ciervos, etc.
Estas zonas naturales, que ocupan unas 570 hectáreas, son:
-El bosque de Armentia, muy accesible desde la ciudad por el paseo de la Senda. Es
un bosque de quejigo. Tiene una basílica románica donde se venera a san Prudencio,
patrón de Álava desde 1644.
-Las balsas de Salburua, con dos lagunas principales, Betoño y Arcaute. Ha sido ne-
cesaria una intensa actividad de recuperación hidrológica después de que se dese-
caran. Tiene un interés hidrológico, paisajístico y faunístico de primer orden. Destaca
como punto de paso de aves migratorias y por la especie “estrella” de la zona: el visón
europeo.
-Parque de Zabalgana, a 4 km al oeste de Vitoria, con un bosque-isla, típico de la lla-
nada alavesa, rodeado de tierras de cultivo y con una fauna silvestre muy apreciable.
-Olarizu. A 2 km al sur de la ciudad, este monte es muy apreciado por los vitorianos por
muchos motivos, entre otros la celebración de una popular romería.
-El paseo del río Alegría, entre los humedales de Salburua y el río Zadorra, constituye un
importante corredor ecológico. Entre otras cosas cumple una función de regulación hi-
drológica, ya que se ha conseguido corregir las continuas inundaciones de los ríos Santo
Tomás y Errekaleor, con su derivación a través de su canal hasta el río Zadorra.
-El parque fluvial del Zadorra, que limita a la ciudad por el norte y que alberga múl-
tiples hábitats, es uno de los espacios naturales de ocio al aire libre para vitorianos y
visitantes.
-El río Errekaleor y el cerro de las Neveras completan las zonas sur y este del anillo.

17

18
10. ¿Otras zonas recomendables para
pasear en Vitoria....?
No se pueden perder el recorrido de la
Senda, desde la plaza de la Virgen Blan-
ca hasta las campas de Armentia, una
visita por el campus universitario y la Ciu-
dad jardín, los nuevos barrios...
Es necesario recordar que Vitoria es la
ciudad de Europa con mayor superficie
verde por habitante. No deje de pasear
por lo múltiples parques urbanos.
11. ¿Dónde podemos comer?
La mayor concentración de bares de
pinchos está en el propio casco históri-
co, y en El Ensanche. También en esta
zona encontrará un buen número de
restaurantes.
12. ¿Cuáles son los eventos culturales de
la ciudad?
Semana de Cine Vasco. Febrero-marzo
Festival Azkena Rock. Mayo
Festival internacional de juegos. Junio
Festival de Big-Bands. Junio
Festival de Marionetas. Desde julio a
septiembre
Festival de cortos. Cortada. Finales de
junio-principios de julio
Festival de jazz. Jazzaldia. En la tercera
semana de julio
Concurso Internacional de Ajedrez. Últi-
ma semana de julio
Festival de Magia. Septiembre
Festival de Teatro. Septiembre-noviembre
Festival de Música Antigua. Septiembre
Fiestas de la Virgen Blanca. Del 4 al 9 de
agosto
Feria Internacional del Vino, puente de la Inmaculada en el mes de di-ciembre
13. ¿Cómo moverse por la ciudad?
Andando, por supuesto. Pero también
se puede “alquilar” gratis una bicicle-
ta, sólo presentando el DNI y firmando
un comprobante, puedes tener presta-
da una bicicleta durante 4 días. Tam-
bién puedes moverte en tranvía o en
autobús.
14. ¿Qué es el Artium?
El Artium es el centro-museo vasco de
arte contemporáneo. Está situado en
el centro, cerca del casco histórico, en
la calle de Francia núm. 24. Como en
el resto de los museos de Vitoria no se
paga entrada como tal. Se hace una
aportación voluntaria a la entrega del
ticket.
Tiene una colección estable de artis-
tas como Salvador Dalí, Pablo Picasso,
Joan Miró, Pablo Gargallo, José Caba-
llero, Antoni Clavé, Antonio Saura, An-
toni Tàpies, Joan Brossa, Manuel Viola,
Rafael Canogar, Pablo Palazuelo, Jor-
ge Oteiza, Rafael Ruiz Balerdi, Eduardo
Chillida, Andrés Nagel, Txomin Badiola,
Darío Urzay, Miquel Barceló, Cristina
Iglesias, Elena del Rivero, Bill Viola, Fa-
bian Marcaccio.
15. ¿Otros museos importantes?
El Museo de Naipes Fournier, Museo de
Arqueología, de Ciencias Naturales, de
la Armería... Encontrarán las direcciones
en el anexo al final del libro.

19
16. Y sobre Álava, ¿qué debo saber?
Álava tiene una extensión de 3.037 km2 y unos 300.000 habitantes. Es la provincia vasca
situada más al sur, la más grande y la menos poblada. Está delimitada al norte y al
este por las cadenas montañosas que la separan de los valles vizcaínos, guipuzcoanos
y navarros y al sur por la sierra de Cantabria y el Ebro. En medio, la llanada alavesa.
17. ¿Cuáles son los enclaves naturales imprescindibles de Álava?
Los parques naturales de Gorbeia, Urkiola y Aizkorri
Los embalses de Ullibarri y Urrunaga
Las Salinas de Añana
La Rioja Alavesa
El valle de Aramaio
La llanada alavesa
El monte Izki
El parque natural valle de Valderejo
La sierra de Entzia
18. ¿Cuáles son las guías más recomendables?
En la Oficina de Turismo, junto a la sede del Parlamento Vasco, podrán adquirir algunas
guías que son imprescindibles:
-Guía de Vitoria-Gasteiz en todos los sentidos
-Patrimonio histórico artístico del término municipal de Vitoria
-Alava de tú a tú (guía delicatessen)



22

23
Avant Jazz. 11 de julio de 2009.
De nuevo estoy aquí en Vitoria, y de nuevo siento el cosquilleo en el estómago que me
trae buenos recuerdos: está a punto de empezar una nueva edición del Festival de Jazz.
No sabría cómo explicar a quien no sea aficionado al jazz y que nunca haya asistido a
un festival lo que significa para mí. ¿Recuerdan las sensaciones que les producía la lle-
gada de la fruta de temporada, cuando de verdad existía la fruta de temporada? ¿Los
primeros melocotones, las primeras sandías? ¿Esos sabores y olores que estaban en la
memoria y que desde el año anterior uno no había podido disfrutar? Algo así es para mí
el inicio del festival. Es algo que sucede una vez al año, que espero de alguna manera,
que me retrotrae al año anterior por las mismas fechas, con ese recuerdo de sensacio-
nes, de vivencias, de música... iguales y distintas año tras año. Ha pasado un año desde
el último festival. Me han pasado muchas cosas, pero lo importante es que estoy aquí
de nuevo, para disfrutar del festival y de la ciudad.
Llegué ayer por la tarde, a tiempo para disfrutar del Avant Jazz con el que la organi-
zación regala a la ciudad y a los que estamos impacientes por disfrutar del festival. Al
espectáculo callejero no llegué a tiempo. Se trataba de un pasacalles del particular
grupo Rezikletas, que a modo de unos Les Luthiers vitorianos, con sus “bicikletas-instru-
mento musical”, nos hacen una propuesta interesante. Salieron de la plaza del Arca y
recorrieron las calles de la ciudad hasta el palacio de Villa Suso. Según leo en el periódi-
co fue un espectáculo divertido. Ya le preguntaré a Perico, baterista, que conocí en una
anterior edición del festival y que forma parte del grupo, qué tal fue.
Sí llegué a tiempo a la plaza del Machete, donde había dos actuaciones programadas:
Primital, que lidera Santi Ibarretxe, un excelente saxofonista-humanista, que combina
con una habilidad especial una excelente descarga de buena música improvisada,
con contundentes solos de saxo, aderezada con constantes observaciones y reflexiones
sobre la música, sobre la vida misma. Este hombre es todo un espectáculo y no deja a
nadie indiferente. No es frecuente encontrar un músico de calidad que tenga sentido
del espectáculo y que busque divertir, sin complejos, acercando a todos una música a
veces difícil para el gran público.
Festival de jazz de Vitoria-Gasteiz:el inicio de un recorrido por la ciudad

24
En el intermedio entre las actuaciones,
(luego tocaban Jazzanova), un paseo
obligado para probar las primeras deli-
cias de la cocina en miniatura. Entré en
el bar Toloño, en la cuesta de San Fran-
cisco núm. 3. Es un bar con una decora-
ción moderna, con predominio del blan-
co, y con un público variado. Cuando
llego me encuentro fuera del bar a gen-
te cool de la ciudad, arreglados para el
sábado por la noche, tomando zuritos,
vinos y pinchos. La carta es una enorme
pizarra. Me decido por los chipirones en
su tinta. A los dos minutos tengo ante mí
un platito blanco, de negro contenido
con tres chipironcitos que parecen de
anzuelo. Están excelentes. Un zurito (una
cantidad de cerveza que da para dos
tragos) y al próximo local. De ahí me voy
a la calle de Dato. En el JG tomo la sar-
dina marinada y la chalota de rabo de
buey sobre patata panadera. Sin pala-
bras. Pruébenlo, ya me dirán.
Vuelvo a la plaza del Machete y escu-
cho Jazzanova, un grupo eléctrico que
hoy tiene invitado especial. El público
baila y disfruta. Son las doce y media
de la noche y se puede decir que esto
ya ha empezado. Para ser la primera
pre-noche ya está bien. También es
mi primer día de vacaciones. Vuelvo
a mi refugio del Gran Lakua, mi casa
en Vitoria. Por cierto, este hotel me
gusta cada vez más. Es el cuarto año
consecutivo que vengo. Está situado
en el barrio de Lakua, uno de los ba-
rrios nuevos de la ciudad. Es un hotel
funcional, aunque hace justicia a sus
cinco estrellas en muchos detalles. Sor-
prende el trato profesional y familiar a
la vez. Vichor me saluda como si me
conociera de toda la vida y me pre-
gunta si este año voy a hacer algún
recorrido en bicicleta. Es un recepcio-
nista con un porte que tiene algo de
aristocrático y una sonrisa permanente
y sincera. Voy al bar del hotel. Conoz-
co a Fátima, que trabaja aquí desde
hace seis años aunque no es la cama-
rera habitual del bar, hoy le ha tocado.
Me sirve un excelente gin-tonic. Parece
que Fátima es una fiel representante
de la cordialidad propia del lugar y me
atiende sonriendo tímidamente a ratos
y me acaba tratando como a un viejo
conocido.
Después de una agradable conversa-
ción llega el momento de retirarse a
descansar. Esto sólo acaba de empe-
zar.
Santi Ibarretxe

25
Primer día de festival,
12 de julio de 2009
Son exactamente las 22.05 de la noche
cuando escribo estas lineas. Estoy en la
terraza del Usokari. Me acabo de comer
un pimiento verde relleno de carrilleras.
Indescriptible. Como indescriptible el
día que he tenido.
Me he despertado a eso de las diez y
media (recuerdo al lector que estoy de
vacaciones). Me he dado una ducha
y he bajado a la cafetería del hotel.
Estaba Fátima detrás de la barra y me
ha saludado con esa sonrisa. Ya estoy
en casa. He leído la prensa, las críticas
sobre la noche de ayer. He desayuna-
do un pincho de tortilla y un pincho de
jamón. Luego me he ido al centro. He
dejado el coche cerca de la estación
y he subido por la calle de Dato. Me he
detenido en el Saburdi y me he toma-
do un pincho de morcilla de arroz con
pimientos sobre patata panadera. Ex-
celente. Luego he ido a los jardines de
Falerina, que son los jardines del palacio
de Montehermoso, actualmente uno
de los centros culturales del casco his-
tórico. Me he encontrado con Ana Isa-
bel Bravo, de quien les he hablado en
la introducción. Ana es saxofonista y hoy
tocaba con la banda municipal de Vi-
toria, con Ramón Cardo como director
invitado. El día era espléndido, con un
cielo azul y una temperatura desacos-
tumbrada en esta ciudad. “Para cuatro
días buenos que tenemos...” Exagera-
ciones, son muchos los días buenos que
tiene esta ciudad, una ciudad excelen-
te para visitar en verano, con una tem-
peratura alta durante el día y con unas
noches frescas que obligan a usar cha-
queta. El concierto ha sido muy bello,
con un repertorio muy adecuado para
el público que se ha congregado en
los jardines. Varias generaciones, desde
jubilados con sus nietos hasta jóvenes
cachorros de la sociedad vitoriana, ni-
ños bailando, parejas retozando en un
césped verde. Me he encontrado con
Aurelio, su hija y su nieta, que se llama
Amets (“sueño”, en euskera). También
he visto a Perico, que me ha dicho que
no estuvo ayer por la tarde con Rezikle-
tas, porque le coincidió con otro “bolo”.
Ha sido muy agradable reencontrarme
con todos. También he visto a Marina
González, que toca el bajo, aunque se
gana la vida como cocinera. Hemos
quedado para tocar un día de estos.
Después del concierto nos hemos ido a
comer todos juntos. Me han llevado a un
restaurante marroquí, Las mil y una no-
ches. Es una de las diferencias de Vito-
ria respecto al resto de las ciudades de
Euskadi: la proliferación de restaurantes
exóticos y la aceptación por parte de
los vitorianos. Mis amigos ya habían de-
cidido ir allí a comer y, por supuesto, nos
ofrecen a todos que los acompañemos.
Ten un amigo en Vitoria y automática-
mente tendrás muchos amigos.
El restaurante es muy agradable, hemos
comido bien, en un ambiente muy tran-

26
quilo, paredes con azulejos blancos y
azules y una pequeña fuente con un gri-
fo permanentemente abierto para simu-
lar el murmullo del agua de una de esas
bonitas fuentes de los patios árabes.
Durante la comida, risas, chascarrillos,
el ambiente de siempre. Si un vitoriano
te invita a acompañarle a comer no se
te ocurra rechazar su invitación, te vas
a perder un encuentro muy agradable.
Después de comer, Aurelio, María, su
mujer, y yo hemos ido a Mendizorroza,
empezaba el festival. Emoción. ¿Qué
sucederá este año? ¿Me gustará tanto
como siempre? Por lo que he oído so-
bre el programa de esta tarde, creo que
sí. El primer día del festival suele haber
una actuación doble por la tarde, el
picnic-jazz, que está dirigida a todos los
públicos pero sobre todo a las familias
que, con sus niños, pueden divertirse y
distraerse escuchando buena música
en directo. Para este día suelen progra-
mar música “bailable”. Y el jazz bailable
es el dixieland o, en general, la música
de Nueva Orleans de los años treinta.
Esta música la hemos oído mil veces y,
para el no iniciado, puede que ni siquie-
ra lo relacione con el jazz, este género
de música que a su vez reúne muchos
géneros. Este año el picnic-jazz no se
celebra en Armentia, una lástima, pero
es un buen test para Mendizorroza. El so-
nido, como siempre, impecable. La en-
trada es gratuita y el público es el mismo
que en Armentia y parecido al que esta
mañana estaba en el Jardín de Falerina.
Una acalorada Lillian Bouté en Mendizorroza durante el pic-nic jazz

27
Lillian Bouté

28
Tal vez el promedio de edad era menor
que el de esta mañana, pero varias ge-
neraciones coinciden en Mendizorroza.
Las actuaciones han sido excelentes.
Ha abierto el concierto Lillian Bouté,
imagino que por su apellido descen-
diente de franceses, negra criolla, con
una voz deslumbrante y una simpatía
que el público ha recibido con mucho
cariño. Después The Dirty Dozen Brass
Band, que no eran dirtys, ni eran una
dozen ni siquiera eran una brass band
salvo por la presencia de la tuba carac-
terística. Pero la descarga de música y
de ritmos ha sido brutal. Han acabado
el concierto haciendo salir al escenario
a varias chicas que han bailado, una
tras otra, con los músicos de la banda.
Qué raro, no han hecho subir a ningún
chico, y todas las chicas que han subido
eran especialmente guapas. Cosas de
músicos.
Mañana más.
Segundo día de festival,
13 de julio de 2009
Son las 13.20 del día 14 cuando me pon-
go a escribir. La verdad es que me he
levantado tarde y creo que lo van a en-
tender, porque el día de ayer fue largo
aunque se me hizo corto.
Me levanté temprano y me fui al centro
a buscar mi acreditación para el festival.
Me atendió Susana, jefa de prensa del
Festival de Jazz. La acompañé a la ofici-
na para firmar un contrato de cesión del
material fotográfico. Estuvo muy amable
Susana. Es su primer año como jefa de
prensa del festival. No debe de ser fácil
atender a tantas demandas. En la oficina
estaba Iñaki Añua. Me saludó brevemen-
te y siguió a lo suyo. Seguro que estos días
en que se concreta todo el trabajo de un
año deben de ser muy especiales para
todos los que participan en la organiza-
ción. Cualquier imprevisto puede provo-
car un desastre. Mientras estoy esperan-
do presencio cómo Iñaki le dicta una
nota de prensa a Susana explicando el
porqué de la ausencia de Lee Konitz: una
neumonía que, con 81 años, es motivo
más que suficiente para que no viaje. El
cuarteto anunciado se queda en trío de
lujo: Brad Mehldau, Jordi Rossy y Charlie
Haden. Un contratiempo que presencio
cómo se salva con absoluta normalidad.
No debe de ser la primera vez ni será la
última que Iñaki se enfrenta a un cambio
de última hora.
Ya con mi acreditación me fui a la calle
de Dato a comer algo. Los lugares de
siempre que irán apareciendo en estos
capítulos.
Después, ya repuesto y con energía su-
ficiente para superar el desnivel entre
la plaza de la Virgen Blanca y el pala-
cio de Montehermoso, me dirijo a los
jardines de Falerina. Todos los días a las
13.30 hay una actuación de diversos
tipos de música “negra” no necesaria-
mente jazz. En concreto hoy escucho a
una banda de blues de Donostia que
se hace llamar Stay Blues: Álvaro Fer-

29
nández (armónica), Paul San Martín (teclados y voz), Fernando Neira (bajo) y Karlos
Arnzegui (batería). Buen sonido y buen groove el de esta banda. Tengo mucho calor,
hace una temperatura desacostumbrada en la ciudad, aunque entre los árboles del
jardín corre aire. La gente está descalza sobre el césped. Jóvenes de estética intencio-
nadamente descuidada, otros con ropa de marca, jubilados que han salido a dar su
paseo matutino y se han visto gratamente sorprendidos por esta reunión musical, ma-
dres con sus niños, incluso unos malabaristas que juguetean con sus pelotas rojas y que
nos entretienen antes del concierto en un espectáculo espontáneo. Estos
días ha habido una reunión europea de malabaristas callejeros. Finali-
zaba hoy y supongo que estos deben de ser algunos de los rezagados que
se han quedado encantados con la ciudad.
Malabarista en el Jardín de Falerina

30 Ingrid Jensen en el Principal Antxokia
Vuelvo al hotel porque hoy vienen José
María y Ana. Son unos amigos que vie-
nen por primera vez a Vitoria y cuya
opinión la reflejaremos en las próximas
páginas. Será interesante conocer la im-
presión de unos primerizos que hacen su
inmersión en la ciudad durante el Festi-
val de Jazz.
Llegan sobre las 15.30 y nos da tiempo
de tomar un pincho en la cafetería, dar-
nos una ducha e ir al centro. Hoy em-
pieza una de las secciones del festival
que me parecen más interesantes: el
Jazz del siglo XXI. Esta sección se llama
así desde antes del cambio de siglo y su
espíritu es el de mostrar de algún modo
hacia dónde camina el jazz. Y creo que
cumple bien esta función. Presenta des-
de jóvenes promesas, hasta ilustres ve-
teranos que siguen en el camino de la
exploración constante. Para la apertura
tenemos a Gonzalo Tejada, músico local
que es un habitual en el circuito de jazz
de Euskadi. Se presenta con los catala-
nes David Xirgu a la batería y Roger Mas
al piano. Un trío soberbio. Xirgu es uno
de los bateristas más finos y creativos del
panorama del jazz en España. Y Roger
Mas se está consolidando como un pia-
nista de toque seguro con una capaci-
dad melódica que hace que sea muy
grato oírle tocar. Desde hace unos años
en el primer día del festival se hace una
propuesta de “conexión” entre un músi-
co local y uno foráneo, del panorama
internacional. Esta primera actuación
en el Teatro Principal es el “Konexioa”
de este año. Y el músico foráneo elegi-
do es la trompetista canadiense Ingrid
Jensen. Ingrid tiene aspecto de profeso-
ra de universidad, y se revela como una

31
acabado en la primera parte del con-
cierto. Hay que ver cómo comen estos
vitorianos cuando se reúnen en Mendi-
zorroza. Tradicionalmente teniendo en
cuenta la hora en que se desarrolla el
concierto de la noche, la gente suele
cenar bocata en Mendi. Esto le da un
toque bastante familiar a lo que es una
reunión jazzística de primer orden mun-
dial. Siempre me ha gustado especial-
mente esta mezcla de lo familiar, de lo
cotidiano, con la excepcionalidad del
momento que estamos viviendo. Una
actuación de jazz es siempre irrepetible.
Tal vez el sabor de un bocata también,
pero seguro que es más cotidiano co-
merse un bocata que oír en directo a
John Scofield.
Después actuaban The Blynd Boys of
Alabama, la banda de gospel más co-
nocida y reconocida en todo el mundo.
La aparición en el escenario es especta-
cular: tres negros que pasan los setenta
años, en fila con el brazo apoyado en
el hombro del que les precede y por
delante de ellos, a modo de lazarillo
humano, un miembro del staff que los
acompaña hasta tres sillas que están en
primera línea del escenario. El ser cie-
gos no les ha impedido recorrer todo el
mundo cantando gospel de un modo
estremecedor. Jimmy Carter, miembro
del grupo desde su fundación, Bishop Bi-
lly Bowers y Ben Moore entonan su músi-
ca de forma sentida y con una alegría y
vitalidad impropia de sus años. Aunque
es gracioso contemplar su actitud algo
maestra de la trompeta y del fliscorno.
Por momentos el sonido del trío me re-
cuerda al del mítico sello ECM. Un pla-
cer escuchar esta bellísima música, en
un entorno como el del Teatro Principal.
Si tienen oportunidad visítenlo. Tiene
una programación estable todo el año
y es una de las paradas obligadas de
la mayoría de las compañías de teatro
que están de gira por el país.
Salimos llenos de música y nos vamos al
Saburdi a comer unos pinchos antes de
dirigirnos al concierto de la noche en el
polideportivo Mendizorroza que hoy em-
pieza media hora antes de lo que sería
habitual. Por tanto comemos con cierta
celeridad. Nos queda un paseo de vein-
te minutos apretando el paso hasta el
polideportivo. Comemos bien y rápido y
llegamos puntuales a la actuación.
Hoy tenemos noche de gospel. En pri-
mer lugar, John Scofield actúa junto a
The Piety Street Band, un nombre que su-
giere el tipo de música que hacen, una
revisita a los espirituales negros, aunque
el líder de la banda, Jon Cleary, es un
blanco con espíritu negro. Un excelente
concierto. John Scofield se mueve con
facilidad en un registro musical que no
sé si había explorado en el pasado, pero
que se adapta perfectamente al sonido
de su guitarra y a su fraseo melódico. Un
gusto.
Después de un breve descanso intento
sin éxito hacerme con uno de los boca-
tas de buen jamón ibérico que venden
en el bar del polideportivo. Se habían

32
distraída cuando no tienen que cantar.
Salimos de Mendi y está lloviendo. Ben-
dita lluvia. Para una tarde-noche de julio
cuando hemos pasado unos días con
temperaturas cercanas a los treinta gra-
dos, se agradece el fresco de una lluvia
que no impide andar por la calle. Nos va-
mos al centro. Decidimos probar en uno
de los bares del centro y nos encontra-
mos que en el World Music está tocando
un quinteto local. Fantástico para acom-
pañar la primera copa de la noche.
Durante más de una hora van tocando
estándares con buen gusto. Me encuen-
tro a Pedro Salazar, buen bajista y mejor
persona. Pedro es amigo de Ana Isabel
Bravo. Fue ella quien me lo presentó en
una anterior edición del festival.

33
No tengo sueño y consigo convencer a
José María y Ana de prolongar un poco
más la noche. Nos vamos al Dardara, un
bar muy conocido en el ambiente noc-
turno de Vitoria. En el Dardara se puede
disfrutar hasta altas horas de la noche
de muy buena música en un ambiente
tranquilo. Tras repasar los acontecimien-
tos del día y charlar un buen rato, al fin
decidimos volver al hotel.
Hemos de reponer fuerzas porque se-
guro que mañana habrá muchas cosas
más.
The Blynd Boys of Alabama,

34
Tercer día del festival, 14 de julio de 2009
No voy a confesar a la hora que me he levantado ni la hora a la que me acosté ano-
che. A pesar de ello, Ana, José María y yo hemos aprovechado la mañana visitando
Treviño. El condado de Treviño es una curiosidad histórica y geográfica. Es una extensión
de terreno que pertenece a Burgos, pero que en su totalidad está rodeada de territorio
alavés, a modo de isla dentro de Álava. Tiene unos paisajes preciosos y les recomiendo
el paseo en coche a unos 15 km de Vitoria en dirección sur por la carretera de Burgos.
Después de comer, sin pena ni gloria, nos vamos al hotel. Ana y José María se van a
dormir la siesta. Mi disciplina me lo impide y me voy al concierto. Durante los días del fes-
tival hay, como en la vida cotidiana, días de todo y, en ocasiones, tienes que vencer la
pereza para no perderte un buen concierto que muchas veces no sabes si te va a gustar
o no. Si luego te gusta, como casi siempre, agradeces mucho el haberte sobrepuesto al
cansancio. Y eso fue lo que me ocurrió ayer. Escuché a una cantante que no conocía,
con una voz envolvente, interpretando una música bella y compleja, en gran parte
Lyambiko en el Principal Antzokia

35
compuesta por ella misma. Su actitud
sobre el escenario era la de una elegan-
te actriz que interpreta las letras de sus
canciones con profundo sentimiento. A
mi juicio un concierto para todo tipo de
público. Esta mujer puede contentar a
un aficionado exigente al jazz pero pue-
de ser una música audible para todo
aquel a quien, simplemente, le guste la
música y explorar cosas distintas. Ella es
Lyambiko, nacida en Alemania de pa-
dre tanzano. Es una de esas cantantes-
músico. Ha cursado estudios de saxo y
clarinete y de algún modo se deja notar
en los temas que compone y en la for-
ma de afrontarlos con una voz que mo-
dula a la perfección. Es un placer verla
en el escenario, su gesticular pausado,
su rostro delicado que pasa de esbo-
zar una tímida sonrisa a expresar, con el
ceño fruncido, rabia y emoción.
Después de la actuación del Teatro me
voy al hotel un momento. Tengo que
cargar la batería de la cámara y des-
pués a Mendi. Hoy haré de vitoriano de
pro, a ver si consigo comerme un boca-
ta en el polideportivo.
Sobre la actuación de esta noche no
me voy a extender, porque no voy a
encontrar palabras que le hagan justi-
cia. La ausencia de Lee Konitz suponía
un cambio importante en el programa
de hoy. De entrada eso ha tenido un
efecto secundario y es que han cam-
biado el orden de los grupos. Va a salir
primero el trío de estrellas, porque no se
les puede considerar de otro modo, con
Charlie Haden al contrabajo, el más ve-
terano, superviviente del auténtico free
jazz, Brad Mehldau, para algunos el me-
jor pianista del panorama jazzístico en
formaciones a trío, con el permiso de
Keith Jarret, y por último Jordi Rossy a la
batería, recuperado para esta gira des-
pués de haber decidido que aparcaba
las baquetas para dedicarse a tocar
el piano. El día anterior había tenido la
oportunidad de saludar a Jordi Rossy y
felicitarle por lo bien que toca la trom-
peta su hijo de quince años. Le había
escuchado la semana anterior en el Vi
i Jazz del Penedès, certamen jazzístico
con tres años de vida que se celebra en
Vilafranca del Penedès y que une dos
de mis grandes pasiones: el vino y el jazz.
Pues bien, su hijo salió como invitado del
grupo de Chano Domínguez con Paqui-
to de Rivera, nada menos. Si cerrabas
los ojos y escuchabas esa trompeta po-
días darte cuenta de que en la música
no importa la edad sino el talento. Ahí
hay mucho talento. Jordi Rossy, orgullo
de padre, estuvo simpatiquísimo. Da
gusto poder charlar con alguien que lo
es todo en su profesión y que se muestra
tan cercano.
Sobre el trío sólo les voy a decir una
cosa: fue un concierto memorable.
Cuando digo memorable lo digo en el
sentido más literal de la palabra. Esos
son los conciertos que, años después,
recuerdas y le cuentas a algún aficio-
nado al jazz: yo estuve en el concierto
de Brad, Charlie y Jordi en el 2009 en

36
Vitoria. Normalmente el efecto que pro-
duce en tu interlocutor, cuando explicas
que estuviste en un concierto como
este, es una mezcla de incredulidad y
envidia. Nunca había oído a Mehldau
así. Charlie Haden estuvo muy sólido al
contrabajo y con unos solos melódicos
y entendibles. Gracias maestro por resu-
mir así tu música. Y Jordi estuvo atento a
todo, respondiendo a todos los cambios
que le proponían Brad y Charlie y reser-
vándose un espacio discreto porque
esa música así lo requería. Me encontré
a Jesús, un amigo, que fue capaz de re-
sumir mejor que yo lo que había ocurri-
do: “Se me ha escapado una lagrimilla
por el ojo izquierdo”. A mí cuando me
emociono también se me escapan las
lágrimas de forma asimétrica y por eso
le entendí perfectamente. Y la verdad
es que no era para menos. Hubo mu-
cha emoción compartida entre un par
de miles de personas que estábamos allí
reunidas.
Después de esta maravilla, la responsabi-
lidad era para Jimmy Cob, último super-
viviente del sexteto de Miles Davis que
grabó hace cincuenta años Kind of Blue,
uno de los mejores discos de jazz de la
Jimmy Cobb
Vicent Herring y Javon Jackson

37
historia. El concierto era un homenaje a
esa grabación y se había montado una
formación similar a la de la grabación
original: una base rítmica de piano, con-
trabajo, batería, y saxo alto, tenor y trom-
peta como vientos. Los elegidos com-
ponían un cartel de lujo. Tal vez el más
reputado y con un estilo más próximo al
maestro Miles Davis es Wallace Roney.
Pero Javon Jackson al saxo tenor, Vicent
Herring al saxo alto, Larry Willis al piano y
Buster Williams al contrabajo estuvieron
fantásticos. El concierto no defraudó a
nadie. Fueron muy respetuosos con el
espíritu del disco original y desgranaron
una música excepcional. No era fácil
contentarnos después de lo que había-
mos oído. Por cierto, Jimmy Cobb, con
ochenta años, toca con la energía de un
joven de treinta y a unos tiempos impo-
sibles para otros bateristas más jóvenes.
La música da vida, sin duda o al menos
la prolonga.
A la salida de la actuación tengo un feliz
encuentro con Emili Iráculis, cardiólogo
que colgó el fonendo para dedicarse al
mundo de la empresa hostelera. Empa-
rentado con el fundador de la cadena
hotelera Silken, tomó la difícil decisión de
cambiar radicalmente de rumbo profe-
sional. Le veo contento y en plena forma.
Me alegro mucho por él.
Esta noche empiezan las actuaciones
del Jazz de Medianoche en el hotel NH
Canciller Ayala. Suele haber dos grupos
en dos salas separadas que interpretan
estilos distintos para contentar a una
gran variedad de público. El acceso es
gratuito y se suelen producir unas jam
sessions (reuniones espontáneas de mú-
sicos) que son dignas de recordar. No
en vano en este hotel se hospedan los
músicos que están tocando en el festival
y suelen mezclarse con el público y, en
ocasiones suben a tocar con el trío que
ocupa el salón principal. En este caso es
el trío de Gerald Clayton. Esta noche no
habrá suerte y no subirá nadie a tocar.
En la otra sala está tocando el grupo de
Pepe Rivero, con una descarga de latin-
jazz frenética. Entre sus músicos está Ma-
nuel Machado, profesor de trompeta de
José María, a quien tengo la oportunidad
de saludar. Me parece un hombre cálido
y sincero, como su música. Después del
hotel, no os confieso la hora, nos vamos
al Mario’s, refugio de algunos de los noc-
támbulos de Vitoria, con música de los
años ochenta, española e internacional.
Creo que va siendo hora de que nos va-
yamos a la cama. Mañana será otro día.
Wallace Roney

38
Cuarto día del festival, 15 de julio de 2009
Buenos días. Digo buenos días porque son las 11.22 de la mañana del 16 de julio cuando
me siento a escribir. Ayer también fue un día largo.
Cada uno de los días en que estoy aquí tengo la sensación de que me ha ocurrido algo
grande y eso es fundamental para que el balance de las vacaciones sea de máximo
disfrute. Y lo más grande que nos sucedió ayer a Ana, José María y a mí, no nos entró por
el sentido del oído sino por el de la vista y el gusto. El lugar no fue una sala de conciertos
sino un salón comedor: el del asador Sagartoki. El asador Sagartoki está en la calle Prado
18, muy cerca de la plaza de la Virgen Blanca. Tiene una barra de cocina en miniatura
que no se la pueden perder. Es cita obligada, día sí y día también mientras estén en esta
ciudad. Su joven propietario-cocinero Senén González, que aparece en un capítulo
de estas páginas, ha hecho magia de platos tradicionales de la cocina vasca y desde
hace tiempo realiza una selección de materia prima que explica parte del éxito de lo
que después vas a encontrarte en el plato.
¿Qué comimos? Pues en primer lugar una ensalada de tomates de huerto ecológico.
Sí, eran sólo tomates, pero qué tomates. ¿Recuerdan ustedes cuando los tomates te-
Raynald Colom

39
nían sabor de tomate? Pues eso, no
hace falta decir más. Pero sí hace falta
decir más. No era sólo su sabor, eran sus
colores, sus texturas. Porque en el plato
te sirven unas seis o siete variedades dis-
tintas de tomates, de diversos tamaños,
con colores que van desde el amarillo
pasando por el verde, el rojo intenso
hasta un rojo granate con reflejos verdo-
sos que componía un plato bellísimo por
su sencillez. Para su información estos
tomates proceden de un huerto eco-
lógico de Vizcaya, cerca de Bermeo,
que se llama Lurdeia. Después, unos pi-
mientos de Guernika. Quien no los haya
probado que lo haga y, por favor, no
se confundan con otras especies de pi-
mientos verdes que se asan o se fríen. Se
pueden parecer, pero, sin desmerecer a
otros tipos de pimiento, no son iguales a
los de Guernika. Estos son finos y suaves
de sabor, y no repiten, cosa importante.
Después de los pimientos unas almejas a
la brasa. Almejas medianas de concha,
no excesivamente grandes, pero com-
pletamente llenas. ¿El sabor?: de mar,
por supuesto.
Con los primeros coincidimos que he-
mos acertado. Supongo que el tinto de
crianza Viñas de Gain de Artadi que he-
mos elegido también ayuda.
Vamos a por el segundo que es mono-
color: besugo asado. Sobre este tema
habría que detenerse un momento.
No esperen ustedes comer besugo del
Cantábrico en el País Vasco. El mejor
besugo que puedan ustedes comer lle-
ga de Tarifa pescado con anzuelo. Días
después, en mi encuentro con Senén
González voy a ser testigo de ello y com-
probaré como los besugos que le aca-
ban de llegar todavía tienen el hilo de
seda cortado en la boca. Este besugo
que vamos a comer es de Tarifa. Como
toda la materia prima que Senén tiene
expuesta en un mostrador de pescado
y verdura a la entrada del salón come-
dor, es de primera calidad.
Sobre el besugo voy a decir solo tres co-
sas: estaba en su justo punto de cocción
y era carnoso y muy sabroso. No puedo
seguir porque me viene a la memoria
esta comida y tengo reflejos físicos: sali-
vación, cierta inquietud, movimiento de
tripas... Dejémoslo aquí, vayan al Sagar-
toki y ya me contarán.
Con los sentidos muy agradecidos por
esta comida vamos al hotel para re-
coger unas cosas y volvemos al cen-
tro. Hoy tocan en el Teatro Principal
Raynald Colom y su quinteto, con José
Reinoso, excelente pianista uruguayo,
Marc Ayza a la batería, Tom Warburton
al contrabajo y Roger Blavia a la per-
cusión. Presentan temas de su último
disco. Raynald, nacido en Francia pero
desde niño criado en Cataluña, es un
trompetista de 31 años que domina su
instrumento, que luce una estética cool,
y que tiene una cabeza inquieta en la
permanente búsqueda de nuevas ideas
musicales. Lo que nos ofrece esta tarde
es música muy trabajada, muy equili-
brada. Me parece un concierto de un

40
músico sólido, que tiene cosas que decir
y que las dice. La banda están impresio-
nantes. Salimos todos encantados.
Nos encontramos con Marina y Usue y
nos comentan que Perico y Coco están
tocando en la terraza del café Dublín,
en plena plaza de la Virgen Blanca.
Buena estación de paso antes de llegar
a Mendi. El grupo es un quinteto con
batería, bajo, guitarra-voz, percusión y
vibráfono. Coco está guapísima y Peri-
co está en plena forma. Hablo de ellos
porque los conozco de otros años y los
aprecio mucho. Al resto de los com-
ponentes de la banda no los conozco
personalmente. Son Iosu Eizagirre, ba-
jista de Betagarri, Sergio López de Lan-
datxe, componente de Rezikletas e Iñi-
go Zárate, fundador de los Allnighters.
Suenan muy bien y el entorno favorece
el resultado final de una música que es
muy amable al oído. Escuchamos unos
temas y nos vamos a Mendi. Hoy toca
Pat Metheny. Seguro que han oído ha-
blar de él aunque no les guste el jazz.
En concreto hoy rememora un disco
del año 1997 que se tituló Missoury sky,
y que grabó a dúo con Charlie Haden
al contrabajo. La formación va a ser la
misma de entonces. ¿Que esperar de
un concierto de dos monstruos que se
encuentran por primera vez en años y
Pat Metheny

41
que homenajean una obra propia escri-
ta doce años atrás?
A mi modo de ver, lo mejor de estos con-
ciertos es tener la mente muy abierta y
no tener unas expectativas exageradas
porque puede ocurrir que se limiten a
estar impecables y a regalarte con una
música que has oído muchas veces, sin
que ocurra nada distinto. Eso último fue
lo que ocurrió. Ahora bien, la atmósfera
que provocaron evocaba la que en su
momento provocó el disco, que es muy
especial. Y esa magia la crearon en un
escenario de un polideportivo, en una
ciudad del norte de España muy aleja-
da de Missoury, en directo ante un par
de miles de personas allí reunidas. No es
poco.
Pat Metheny y Charlie Haden
En un receso me tomo un bocata de tor-
tilla. El pan está bueno y la tortilla tam-
bién. Hecho de menos el tomate y el
aceite en el pan. Entiéndanlo, para los
que desde niños hemos comido bocadi-
llos con el pan inevitablemente untado
con tomate, hay que hacer un cierto es-
fuerzo de adaptación.
La segunda parte promete ser una fies-
ta que no les podré relatar. Tuvimos un
pequeño contratiempo y tuvimos que
abandonar el polideportivo después del
segundo tema. Solo decirles que, por lo
poco que pude oír, Diego Amador toca
el piano como si lo rasgara. Demuestra
que el flamenco no sólo está en el ca-
jón, en la guitarra, en los instrumentos
más comunes de este estilo, sino que el

42
flamenco debe estar en el corazón del
músico.
Unas horas después, todo en orden, me
dirijo al hotel Canciller Ayala, al Jazz de
Medianoche, para ver si esta noche
Gerald Clayton es capaz de atraer a
músicos al escenario. Y vaya si lo hizo.
Un cuarteto de vientos de lujo: Llibert
Fortuny, Raynald Colom, Jorge Vistel y un
saxo tenor que creo que es el hermano
de Jorge. Músicos profesionales de mu-
cho talento que ponen a prueba hasta
qué punto están inspirados, en una jam
que tiene un cierto aire de competición
entre ellos. Es un regalo para todos noso-
tros. Están Ana, Jesús y Jimmy, muy disci-
plinados en segunda fila, creo que no se
han levantado ni para ir al lavabo, aten-
tos a todo. Después de lo que he escu-
chado puedo ir a dormir tranquilo, por-
que mañana habrá más, mucho más.
Quinto día del festival,
16 de julio de 2009
Bueno, ya hemos pasado el ecuador
del festival. Ayer se iniciaba la segunda
mitad y creo que la frenética actividad
diaria está haciendo mella. Hoy me he
levantado algo más cansado que en
días anteriores. Como cualquier viaje
en que tienes cierta ansiedad por ver y
conocer todo, algún día tienes un bajón
de energía. No pasa nada, uno se recu-
pera descansando un poco. Hoy toca
siesta. Llevamos cinco días consecutivos
de sesiones de ocho horas, más o me-
nos, de música al día. No se lo aconsejo
si ustedes no son unos grandes amantes
de esta música. Pero que sepan que
un festival de música ofrece esta posi-
bilidad. Y eso que no he podido asistir
a todo lo que está programado en la
calle y en locales que están simultánea-
mente programando a diario.
Si vienen a esta ciudad durante el fes-
tival no es necesario realizar todo este
recorrido que les propongo para poder
escuchar música a media tarde o por la
noche en locales de la ciudad.
Bueno, vamos a ceñirnos al guión y a
recordar el día de ayer. Nos levanta-
mos tarde, como todos los días, y deci-
dimos ir a La Rioja. La Rioja es una de
mis debilidades. Antes de continuar les
recordaré que una parte de la comar-
ca vinícola de La Rioja pertenece a Ála-
va, y se denomina de este modo: Rioja
alavesa. No hay una correspondencia
entre la región de la que procede la de-
nominación de origen Rioja y la comu-
nidad autónoma. Además de la Rioja
Alavesa, la región vinícola se divide en
Rioja Alta y Rioja Baja y estas dos per-
tenecen a la comunidad autónoma de
La Rioja. Quiero aclararles esto porque
cuando desde Vitoria se dirijan a La Rio-
ja, saliendo por la carretera de Burgos
a unos 40 km, se darán cuenta de que
entran y salen constantemente de Eus-
kadi y pasan a La Rioja y viceversa. Y es
que la frontera es caprichosa de modo
que la parte alavesa simula dos dientes
que se introducen en la comunidad de

43
La Rioja. Pueblos muy interesantes de la
Rioja Alavesa son Labastida, Samanie-
go, Leza y, sobre todo, Laguardia. Este
pueblo debería ser visita obligada para
cualquiera que se quede unos días en
Vitoria. Está a unos 55 km de la ciudad.
Desde unos kilómetros antes de llegar
por la carretera de Logroño se distingue
sobre una colina un núcleo de casas y
el campanario de una iglesia. Cuando
nos vamos acercando y rodeamos por
la carretera la antigua muralla, enten-
demos que estamos a punto de entrar
en un pueblo que mantiene el trazado
de una ciudad medieval fortificada,
conservando un aspecto que nos per-
mite imaginar cómo debía de ser la vida
de entonces: callejuelas estrechas que
apenas dejan pasar la luz del sol, casas
de piedra con un máximo de tres alturas
y todas ellas uniformes, su iglesia en un
extremo del huso que conforma la plan-
ta de la ciudad. Si llegan hasta la puerta
de Páganos, se les abrirá una impresio-
nante vista panorámica de La Rioja. No
olviden tomar unas fotos de las extensio-
nes de viña cuyas cepas muestran ya
en julio lo que va a ser su fruto, con unos
racimos que están todavía muy verdes.
Les hablaré más de la Rioja Alavesa en
otra parte del libro. Recorran esta fron-
tera serpenteante de la Rioja Alavesa
y disfruten de la visión de unos viñedos
que dan un vino exquisito. Si pueden
deténganse en una bodega. Hay visitas
guiadas, algunas programadas, que te
permiten hacerte una idea del proce-
so complejo y delicado que culmina
años después en nuestras casas o en
un restaurante cuando descorchamos
una botella de vino. Hay detrás de ese
primer sorbo mucho trabajo, mucha
dedicación y mucho cariño, y también
mucha paciencia para dejarlo enveje-
cer hasta que adquiere el punto que
pretende el hacedor de ese vino.
Por la tarde tuvimos una sesión musical
en el Principal Antzokia a cargo de Lli-
bert Fortuny al saxo, David Gómez, ba-
tería, y Gary Willis, bajo eléctrico. Trypha-
sic se llama el grupo. Conociendo al
líder del grupo y su sentido del humor
supongo que es un juego divertido con
la palabra que en catalán se utiliza para
denominar a un cortado con coñac o
un carajillo con leche. Bueno la cuestión
es que estos tres musicazos hacen algo
que no sabría describir, pero que vale
la pena escuchar. El espectáculo no es
convencional, hay mucha tecnología
en el escenario con algún sonido pre-
grabado pero, sobre todo, con las pe-
daleras para el saxo que Llibert domina
tanto como el propio saxo, del que es
un virtuoso. Espectáculo también visual
con imágenes proyectadas al fondo del
escenario desde el ordenador de Gary
Willis. Se añade a esto el sentido del es-
cenario y del espectáculo y el buen hu-
mor de Llibert. Muy bien por los tres, fue
un excelente concierto.
Por la noche nos esperaban unos mons-
truos del bajo eléctrico. A saber: Stanley
Clarke, Marcus Miller y Victor Wooten

44
que se hacen llamar SMV, junto a Fede-
rico González Pena a los teclados y Deri-
co Watson a la batería.
La unión de tres bajistas formando un
grupo de estas características es algo
sorprendente y muy interesante. Nor-
malmente el bajista tiene un papel capi-
tal en un grupo de música pero a la vez
tienen poco protagonismo para el gran
público. Estos, que son sin duda tres de
los mejores bajistas del panorama jazzís-
tico internacional, han decidido darle la
vuelta a este asunto y se desquitan con
creces. El espectáculo es de primera
calidad y creo que apto para todos los
público, con una exhibición de virtuosis-
mo individual y colectivo.
Marcus Miller toca además el saxo alto
y el clarinete bajo con un sonido y un
fraseo muy personal.
Después del descanso y el bocata per-
tinente, nos espera Stefano Di Battista
Quartet, con el líder al saxo alto y sopra-
no, Fabrizio Bosso a la trompeta, Baptis-
te Trotignon al órgano Hammond y Eric
Harland a la batería. La verdad es que
no era fácil hacerse de nuevo con el pú-
blico después de lo que acabamos de
oír y lo consiguieron al poco de empe-
zar a tocar. Este grupo hace una música
que suena original y fresca, dentro de los
caminos del jazz más ortodoxo. Y cada
uno de ellos tiene un discurso con su ins-
trumento que hace muy comprensible
su música, por no hablar de la simpatía
de todos ellos y sobre todo de su líder,
que nos hizo cantar a todo el pabellón,
Stanley Clarke
Llibert Fortuny
Stanley Clarke, Marcus Miller y Victor Wooten

45
repitiendo pequeñas frases musicales
que improvisaba sobre un estándar.
Y llegamos a la hora en que, como
siempre, nos dirigimos al hotel NH Can-
ciller Ayala, al Jazz de Medianoche, a
ver qué sucede hoy. Están las dos salas
prácticamente con empate técnico en
cantidad de público. El grupo de Pepe
Rivero está gustando a todo el mundo y
no me sorprende. Los ritmos latinos bien
interpretados por músicos como los del
grupo de Pepe hacen moverse al más
pintado. Contrasta esta música y se
complementa muy bien con la del trío
de Gerald Clayton. Este joven pianista
está dando clases magistrales de cómo
se puede crear magia con un piano.
Interpreta temas conocidos (estánda-
res) que desgrana con una originalidad
hipnotizante. Como hipnótico es el pul-
so constante del baterista Justin Brown,
que le acompaña, y del contrabajista
Joe Sanders. A pesar de que no han
tenido lugar las jams de otros años, oír
a Gerald Clayton a trío es un placer, no
hace falta más.
Intuyo que hoy vamos a portarnos bien,
aunque José María, que descansó ano-
che y hoy se echó una siesta, dice que
está maligno. No sé qué querrá decir,
pero a una hora prudente para lo que
viene siendo estos días, decidimos retirar-
nos y, antes de lo esperado, estábamos
dormiditos como unos chicos buenos. De
vez en cuando conviene descansar, y so-
ñar en las sorpresas que nos deparará el
día siguiente. Mañana continuará.
Stefano Di Battista
Marcus Miller
Fabrizio Bosso y Baptiste Trotignon

46
Sexto día del festival, 17 de julio de 2009
Esta mañana me he levantado con el
sonido del teléfono, demasiado tempra-
no para la hora a la que cerramos ayer
la noche. Quedo para desayunar como
todos los días con José María y Ana en
la cafetería del hotel. Estamos decididos
a tocar unos temas en el salón del hotel:
Ana al piano, José María a la trompe-
ta y yo al saxo. Supongo que el deseo
de tocar, imbuidos por el espíritu de jazz
del festival, puede a la vergüenza que
nos produce que nos oiga algún clien-
te y compruebe que no somos más que
unos aficionados voluntariosos. Tocamos
dos temas: Blue Bossa y There will never
be another you. Salimos airosos de la
prueba que José María, como siempre,
graba. José María viaja siempre con su
trompeta, ordenador, altavoces, graba-
dora... Después de esto parece que el
día se presenta bien, salvo por el hecho
de que tenemos “cuerpo de festival”.
Los excesos se pagan. Pero aun así de-
cidimos ir a comer. No queremos ir muy
lejos del hotel para poder echar una
siesta. Nos acercamos al Asador Hon-
darribia, en la calle de Hondarrribia, en
Lakua. El restaurante no tiene nada que
ver con la bellísima localidad medieval
guipuzcoana, sino que simplemente
toma el nombre de la calle en la que
está situado en la confluencia con la
calle de Barcelona, nos confirma Aran-
txa, la atenta propietaria. “Bueno, en
realidad, el restaurante es del banco”,
nos dice. Pero se nota que no es el ban-
co quien cocina. Sobre todo las pochas
con bonito, excelentes. La especialidad
de la casa es el cordero, pero cordero
comimos el día anterior, por lo que se
impone el pescado: txangurro, lubina
y tronco de bacalao. Salimos, como
dice José María, con la barriga llena y
el corazón contento. Y así llegamos al
hotel. A última hora decido saltarme el
concierto de esta tarde del Teatro. Que
me perdone Hadrien Féraud, joven ba-
jista francés que he visto y escuchado
en las jams del hotel y al que me habría
encantado ver liderando su grupo. Será
en otra ocasión.
Después de una siesta reparadora ya
estamos para ir a Mendi. Hoy toca ho-
menaje a Billie Holiday. Hoy, 17 de ju-
lio, hace 50 años que murió de cirrosis
hepática a los 44 años la irrepetible
cantante. Madeleine Peyroux abre el
concierto con su cantar desangelado
y su aspecto desaliñado. Creo que ha-
bría que recordar a algunas cantantes
que, si quieren cantar jazz, además de
tener técnica vocal, afinación, buena
dicción, swing, tesitura... habría que re-
cordarles, decía, que hay normas no es-
critas sobre la etiqueta en un escenario.
Eso sí lo sabe Dee Dee Bridgewater que
desde que aparece en el escenario y
sin necesidad de abrir esa espléndida
boca de relucientes dientes blancos
concentra todas las miradas de hom-
bres y mujeres que estamos allí. Esta
mujer derrocha estilo. Viste un pañuelo

47
Dee Dee Bridgewater

48
que oculta una cabeza completamen-
te calva. La viste, más que la oculta, en
la primera parte del concierto, porque
luego no tiene el menor inconveniente
en quitarse el pañuelo. Sigue estando
preciosa a sus espléndidos 59 años. Los
colores de su vestido me recuerdan a
África, a la sabana, a las mujeres africa-
nas vestidas con sus mejores galas. Pero
al margen de ese estilazo, Dee Dee nos
regala una actuación soberbia, apoya-
da por un trío al que se añade el saxo a
veces apabullante, por momentos fino
y delicado, de James Carter. Dee Dee
nos emociona a todos. Con su voz, su
forma de decir las letras, su habilidad
con el scat (solos de voz), con su ele-
gancia, con su simpatía. Para mí es otro
concierto memorable del festival. Me
llevo en la memoria a Dee Dee. Los mú-
sicos de jazz suelen ser muy longevos, in-
cluso aquellos que han llevado un estilo
de vida que podríamos calificar de mal-
sano. A mi modo de ver eso tiene una
doble explicación: la música en sí mis-
ma mantiene y prolonga la vida y, por
otro lado, cuando uno es muy querido
probablemente tiene más posibilidades
de vivir más. Desde la noche del viernes
somos muchos los que entregamos un
trocito de nuestros respectivos corazo-
nes a Dee Dee Bridgewater en justa re-
compensa a lo que ella nos hizo sentir.
Gracias Dee Dee.
Cuando uno acaba un concierto como
el de esa noche, cualquier cosa que
pueda ocurrir está de más. Pero tam-
bién es cierto que el deseo de oír buena
música es inagotable. Vamos al hotel.
Estamos un rato escuchando a Manuel
Machado a la trompeta. Este hombre
tiene alma. Pone algo de dentro de
cada nota. No hay fuegos artificiales a
pesar de que domina todo el registro
de la trompeta como para permitirse
algún efectismo. Luego cuando hablas
con él lo entiendes. Manuel Machado
desprende humanidad. Mientras, en el
salón donde está Gerald Clayton, está
todo el mundo embobado con lo que
hace este pianista de una madurez muy
por encima de su edad. Salimos a dar un
paseo y así vemos el resto de los locales
del centro en que a esa hora están pro-
gramando música. En el Molly Malone
está Afro Cuba Sextet. Una descarga de
ritmo con Lázaro Torralba a los bongos
y la voz. El local está atestado. Aunque
el nombre del local y el aspecto interior
es de taberna irlandesa, su ambiente no
es el propio de este tipo de locales. Es
uno de los bares más conocidos de la
noche de Vitoria y se puede tomar una
copa y disfrutar de un buen ambiente.
Nos acercamos al World Music y allí está
Kike Gutman con su grupo y desgranan-
do estándares con un chorro de soni-
do y volumen descomunal. A la vuelta
paramos en el Río Club, local in de la
ciudad en que programan desde hace
años música más funk, acorde al estilo
habitual del local. Tomamos algo en la
esquinita de la barra, que es el único sitio
que está libre.

49
A la vuelta al hotel se oye desde la puer-
ta un soprano algo nasal con un volu-
men y unos agudos que solo pueden
corresponder al saxo de James Carter.
En efecto, el simpático e imponente Ja-
mes Carter que se ha estado dando un
baño de multitudes en la cafetería del
hotel y luego ha subido al escenario a
tocar. La cafetería del hotel, los pasillos,
el salón, todo está abarrotado de públi-
co. Es viernes y eso se nota. Al público
habitual del festival se une el que sólo
puede permitirse prolongar la noche en
vísperas de sábado y domingo. Un gus-
tazo ver a músicos de jazz permanen-
temente homenajeados por su público
mezclándose con todos y charlando
animadamente. Eso es muy característi-
co de este festival. El hecho de que los
músicos se hospeden en el mismo hotel
donde se organiza el Jazz de Mediano-
che provoca ese contacto del público
vitoriano con sus ídolos. Algunos de ellos
han generado vínculos indestructibles
con la ciudad a propósito de ello. Es el
caso de Pat Metheny o de Wynton Mar-
salis, que al día siguiente presenta su
Vitoria Suite. Tal vez va siendo hora de
recogerse, no sin antes contemplar una
imagen que también quedará grabada
en nuestra memoria: a la entrada del
hotel nos cruzamos con Dee Dee Brid-
gewater que vuelve de dar un paseo
con su perrito que, según la prensa local,
ha viajado con ella en una pequeña
maletita blanca. Creo que es un schnau-
zer (no soy un experto en perros). No
puedo evitar recordar a Billie Holliday,
cuyo perro (creo que era un mastín) fue
el único ser viviente que la acompañó
hasta su lecho de muerte. Mañana más,
y punto y, no quiero decir final, diremos
punto y aparte por este año.
Séptimo día del festival,
18 de julio de 2009
Me despierto con una mezcla de pena
y alegría propia del último día de festi-
val. Alegría por todo lo que hemos dis-
frutado. Pena porque esto se acaba.
¿Por qué todo lo bueno en esta vida
se acaba?. ¿Tal vez porque si no fuera
así no sabríamos apreciarlo?. Me resisto
a creer esto. Para mí el cielo debe de
ser algo así como un festival de jazz que
dura toda la eternidad. Un festival de
jazz como el de Vitoria, con sus comple-
mentos: excelente comida, paseos rela-
jantes, temperatura agradable durante
el día, sol y cielo azul, y el fresco de la
noche que tanto se agradece en esta
época del año. Si no son ustedes aficio-
nados al jazz, denle ustedes la vuelta al
recorrido que les he propuesto. Convier-
tan al festival, en su viaje a Vitoria, en un
complemento ideal a todas esas cosas
que les acabo de mencionar y de las
que pueden a buen seguro disfrutar.
Hoy teníamos que levantarnos tem-
prano para tocar con Marina, bajista,
mujer encantadora, firme y tierna a la
vez. Una mujer de la tierra. Encontrarse
a Marina por la ciudad es una fiesta. Te

50
escucha con atención y te abraza con
esa mirada vivaracha que me encanta.
Pues lo siento, Marina, nos caímos de la
cama cerca del mediodía. Ya que no
podemos ir a tocar, decidimos ir a re-
correr las sesiones matutinas del festival:
jardines del Museo de Bellas Artes de
Álava, que se estrena este año como
recinto del festival y los jardines de Fale-
rina. En los cuidados jardines del museo,
no olviden visitarlo, está tocando a dúo
August Tarrats, piano, y Txell Sust, voz. La
guapa Txell Sust, robada a la causa del
jazz por Alejandro Sanz, que de vez en
cuando vuelve a cantar jazz. En el jardín
hay desde ancianos en silla de ruedas,
madres despreocupadas y niños más
despreocupados aún que bailan diverti-
dos al son de la bella voz de Txell. Y que
luego digan que el jazz no se puede
bailar y que no hay cantera de aficio-
nados. Pregúnteles a los niños que acu-
den a esas sesiones matinales y tomen
ejemplo de ellos.
Seguimos por el paseo la Senda, atrave-
samos el parque de la Florida, llegamos
a la plaza de la Virgen Blanca y subimos
por la empinada escalera hasta la pla-
za del Machete, dejamos a un lado el
palacio de Villa Suso, más escaleras (ahí
me pregunta José María si hay todavía
que subir más) y ya llegamos al palacio
de Montehermoso y a los jardines de Fa-
lerina. Están tocando los Phat Fred con
Dave Wilkinson a la guitarra y voz, Cas-
par Saint Charles a la batería y Arecio
Smith a los teclados. Música con mu-
cho groove, pero, y que me perdone el
trío, echamos en falta a nuestro amigo
Tito Bonacera, uno de los bajistas más
emergentes del panorama musical ac-
tual, que, por incompatibilidad con otro
concierto, no ha podido estar ahí. Un re-
cuerdo para ti Tito desde Vitoria.
Y vamos a comer. Eso no se perdona.
Según José María, una buena comida
es esencial para mantener el tono en
estos días duros. Les propongo el bar
restaurante La Viña, en la calle de la Rio-
ja, 24. Una excelente barra de pinchos
da entrada a un local diáfano. Vicen-
te y Manolo regentan el local y saben
perfectamente a qué se dedican: a dar
de comer bueno, sencillo, casero con
excelentes materias primas. Tendrán difi-
cultades para decidir entre su variedad
de raciones. En nuestro caso probamos
el jamón, los cogollos con anchoas y
vinagreta de naranja (excelente la vi-
nagreta), almejas a la marinera (no se
las pierdan), panaché de verduras y
unas carrilleras que rezuman cariño en
su cocción. Nos atiende Inés, que des-
tila simpatía, y, poniéndonos en plan de
turistas, le pedimos si nos podemos tomar
una foto con ella. Se presta divertida.
Después de comer, acompaño a Ana
y a José María al hotel. Estos dos no se
saltan una siesta. Ya les he dicho que
me deben tres siestas y una noche de
descanso que es lo que me llevan de
ventaja por mi sentido de la disciplina
que me impide perderme ningún con-
cierto (bueno, uno, me he perdido uno

51
de los del programa). Justo antes de
salir tengo alguna duda, porque estoy
algo cansado. Pero como casi siempre,
sobreponerse tiene un premio, y es el
descubrimiento con que de nuevo me
obsequia el festival en su atrevida pro-
gramación de la tarde: Lionel Loueke,
guitarrista africano, de Benín, pero con
un amplio recorrido de aprendizaje ja-
zzístico en París y Berklee (Boston) lo que
ha dado como resultado un verdadero
mestizaje que me resulta grato escu-
char. Para rematar la mezcla, el bajista
es italiano, Maximo Biocalti, y el bateris-
ta es húngaro, Ferenc Nemeth.
La complicidad entre ellos es total y lo
reflejan en el escenario con diálogos
musicales constantes. Si alguien piensa
que la lengua universal es el inglés, es
porque no conoce el lenguaje musical.
La música no conoce nacionalidades
ni fronteras. Cuando dos músicos dia-
logan, aunque procedan de culturas
distintas, pueden provocar situaciones
como las que vivimos esta tarde.
Salgo muy contento del teatro y me en-
cuentro a Marina. Me disculpo por no
haber podido haber ido a tocar con ella
esta mañana. Está encantadora, como
siempre.
Y ya es la última noche de festival en
Mendi. Entro por la puerta de prensa y,
como siempre, me encuentro a Susa-
na. Es mi primera experiencia con una
jefe de prensa y debo de decirles que
ha sido muy grata. Susana es muy ama-
ble. Te ofrece ese tipo de amabilidad
sincera que tanto aprecio. Me ha dedi-
cado cada día unos minutos de amena
conversación. Gracias Susana, eres un
encanto, espero verte de nuevo el año
que viene.
Entro en el recinto e intento grabar imá-
genes en mi cabeza. Es el último día en
que veo todo esto. Miro a mi alrededor:
la gente divertida en las gradas, en los
pasillos... Hasta el año que viene no po-
dré volver a disfrutar de ese ambiente,
del cosquilleo en el estómago: ¿estará
bien el concierto? ¿qué sucederá hoy?
Esta noche abre la sesión Alain Touissant,
veterano pianista de Nueva Orleans
que además canta. No es fácil llenar un
Lionel Loueke

52
escenario como el de Mendizorroza con
un piano y la voz. Alain demuestra que a
sus 71 años se las sabe todas, porque lo
consigue. Con un inicio algo titubeante,
acaba haciéndose con el público con
un aplomo de músico con mucha ca-
rretera.
Y llega el momento culminante del festi-
val y tal vez de los últimos años. En estas
mismas páginas Iñaki Añua nos ha ex-
plicado cómo se gestó la Vitoria Suite.
Hoy, por fin, se presenta en sociedad.
El gran Wynton Marsalis se expone a los
oídos de los vitorianos. ¿Será su música
digna de esta bella ciudad? Cuando
aparecen en el escenario los quince
miembros de la Jazz at Lincoln Center
Orchestra se percibe una gran expecta-
ción en el público. Con sus trajes gris cla-
ro, impecables, ocupan sus respectivos
lugares. Hay una mezcla compensada
de veteranía y juventud. Wynton dirige
la banda desde su puesto de primer
trompeta. Nunca se situa en un lugar
protagonista. El protagonismo lo tiene su
música. Me encanta ese detalle de mú-
sico grande: no hace ningún gesto cara
a la galería. Cuando marca el tiempo,
con claridad y con energía, se coloca
la trompeta en la boca y toda la banda
suena desde el primer segundo como
una máquina de swing, melodía, buen
gusto... Pero no una máquina cualquie-
ra: es una máquina con corazón. Con
el corazón inmenso lleno de música de
Wynton y de todos sus músicos. Desde
Alain Touissant

53
ese momento lo que sucederá será algo
difícil de resumir. Antes les he dicho que
el cielo podría ser algo así como un festi-
val de Vitoria que durase toda la eterni-
dad. Desde ayer sé a qué suena el cielo:
a la Vitoria Suite interpretada por la Jazz
at Lincoln Center Orchestra dirigida por
Wynton Marsalis y con la colaboración
especial de Chano Domínguez en los
movimientos aflamencados con el Pira-
ña al cajón, Blas Córdoba al cante, To-
masito al baile flamenco y Jared Grimes
bailando claqué. Todo el polideportivo
estaba perplejo.
Me hace gracia el comentario de May-
te, de Benicassim, que ha venido “hu-
yendo del F.I.B.”, que me dice: “mueves
el abanico al ritmo de la música”. “No lo
puedo evitar”, le contesto. Estoy seguro
de que ahora todo el polideportivo se
mueve al ritmo de esta música, que la
ciudad se mueve al ritmo de esta mú-
sica.
Esa música preciosa en homenaje a Vi-
toria era el mejor regalo que Wynton le
podría hacer a la ciudad. Bien por Wyn-
ton, bien por todos. Pero, por favor, no
paréis de tocar. Wynton, ¿por qué sólo
has compuesto doce movimientos?,
¿por qué esta maravillosa Vitoria Suite
sólo dura una hora y cuarenta minutos?
Pero lo inevitable sucede, y la música se
acaba. El público, en pie, aplaude en
una salva interminable. Salen a saludar Alain Touissant
Jazz at Lincoln Center Orchestra

54
Wynton y Chano en representación de todos. Pero no volverán a tocar. La Suite empieza
y se acaba. Y se acabó. Estos días la grabarán en el Conservatorio Jesús Guridi. Afortu-
nadamente en unos meses todo el mundo podrá disfrutar de lo que nosotros ya hemos
sido testigos privilegiados.
Me resisto a abandonar el polideportivo. Me quedo un rato en la zona de prensa. Está
Andreu Buenafuente concediendo una entrevista. Después Iñaki Añua, exultante, hace
unas largas declaraciones a un periodista de un programa de radio. Imagino que ten-
drá muchas cosas que decir. Esa felicidad que siente Iñaki es lógica, después del largo
recorrido desde que le solicitó a Wynton que compusiera un blues como homenaje al
25 aniversario del festival. Ha tenido que esperar hasta la 33ª edición para disfrutar del
resultado. Enhorabuena a Iñaki, enhorabuena a todos los vitorianos.
Vamos al hotel a intentar atrapar los últimos momentos del festival. Estoy de suerte, apar-
te de escuchar a los músicos de la Lincoln en una excelente jam a la que se apunta
Chano Domínguez, tengo la oportunidad de conocer a Josep Vilaró y a su mujer. Hace
años que vienen al festival y que son, como el que escribe, unos enamorados del festival
y de Vitoria. Quedamos para charlar cuando volvamos a Cataluña. También conozco
a Naiara, que forma parte de la organización del festival y que seguro que también me
explicará cosas muy interesantes. Y además consigo hablar con Chano.
Antoni: Chano, ¿me puedes dedicar un minuto? Estoy escribiendo un libro sobre esta
ciudad y querría conocer tu opinión.
Wynton Marsalis

55
Chano Domínguez: Encantado, a mí
esta ciudad me encanta. Mira como
está esto (me señala los pasillos del ho-
tel, la cafetería, abarrotados). Esto es un
Festival con mayúsculas. Es lo máximo
como festival.
A: Y aparte del festival, ¿qué recomen-
darías a la gente que quiera venir a Vi-
toria?
CD: Que se vengan, que se vengan al
festival, pero además aquí se come muy
bien y la gente, cómo es la gente, son
muy amables, mira esto (me señala de
nuevo a todo el público congregado),
yo me he subido a la jam después de
estar tocando en Mendizorroza y es que
me apetece mucho por la gente.
A: A propósito de esto, ¿cómo ves lo de
estar tan cerca del público aquí en el
hotel, cosa que no ocurre en otros fes-
tivales?
CD: Esto es maravilloso, esto es una
maravilla de festival para el que da (se
señala) y para el que recibe (vuelve a
mostrarme la sala).
Le dejo. Está pletórico y creo que tiene
mejores ocupaciones que dedicarme a
mí su tiempo en esta noche triunfal para
todos.
No quiero que se acabe la noche. Pero la
música se acaba. No me quiero ir a dormir.
Acompaño a José María y a Ana al hotel
porque quieren despertarse a una hora
prudente para iniciar el viaje de vuelta.
Yo no podría dormir. Me recomiendan el
Jimmy Jazz bar y, no se hable más, allí me
dirijo. Descubro en seguida que la música
que voy a escuchar no es jazz, pero me da
lo mismo, solo quiero alargar un poco más
la noche para poder seguir recordando
todo lo vivido. Además me encuentro a
Laura Ortega, pianista y cantante, charla-
mos un rato y ya, con el sol despuntando,
me rindo a la evidencia. Salgo a la calle
y paseo por esas calles vacías intentando
fijar en mi memoria momentos, sensacio-
nes, todo lo que he vivido estos días. Hasta
el año que viene, Festival de Jazz de Vi-
toria. Mañana no hay más festival, habrá
otra cosa, ya les contaré.
Chano Domínguez jaleando a Dan Nimmer en el Jazz de Medianoche.

56
Paseo de la Senda, Vitoria
La conversación que aquí se reproduce
de forma textual la mantuvimos, mien-
tras caminábamos por el paseo de la
Senda, Ana, José María y yo. Ana y José
María son dos buenos amigos y ésta es
su primera visita a Vitoria. Con ambos
me une la pasión por la música. Son dos
excelentes compañeros de viaje, siem-
pre sonrientes y dispuestos a divertirse y
a disfrutar. También son dos excelentes
anfitriones. Me han invitado en varias
ocasiones a su casa y me han hecho
sentir como en la mía. José María es ti-
nerfeño, buena gente, enamorado de
la trompeta y del jazz. A Ana, que es
de Albacete y toca el piano, también
le gusta el jazz, como no podría ser de
otro modo. Han sido unos grandes com-
pañeros en esta edición del festival. Este
año voy a tener dos motivos de tristeza:
despedirme del festival y despedirme
de ellos. Ahí queda esta conversación
para el recuerdo.
Antoni: ¿Vosotros no habíais estado nun-
ca antes aquí? ¿Qué sabíais de la ciu-
dad?
José María y Ana: No, nunca habíamos
estado.
Ana: Yo había visto un reportaje recien-
te en el que se comentaba que era la
ciudad española con mayor calidad de
vida, y vi una zona de parques, con las
bicis...
José María: Esto es una delicia. La me-
jor ciudad para estar en esta época del
año con un ambientazo con el Festival
de Jazz. La verdad es que me he encon-
trado muy a gusto.
A: Tú, José María, que eres canario y has
vivido en Santa Cruz, en Las Palmas, en
Alemania, en Italia, en Barcelona y aho-
ra vives en Madrid, ¿qué ventajas le ves
a Vitoria, respecto de las ciudades que
conoces?
jose maria y ana VITORIA, 18 de julio de 2009

57
JM: La ciudad es muy bonita, aunque
en esta semana no la hemos visto como
quisiéramos, porque nos hemos centra-
do más en el festival, en la música...
A: ¿Y las siestas?
JM i Ana: (Risas) Sí, las siestas también.
A: Y los paseos, ¿qué os han parecido
los paseos?
Ana: Encantadores.
A: De los sitios que habéis visto, ¿qué es
lo que os ha gustado más? A alguien
que no haya venido nunca a Vitoria,
¿qué le recomendaríais?
JM: Bueno, por un lado, de esta ciudad
destacaría la comida, que está riquísi-
ma, un elemento que es clave y básico.
El primer restaurante, ¿como se llama-
ba?
Ana: Sagartoki.
JM: Estaba todo buenísimo, no se puede
dejar de ir.
A: O sea, que según tu opinión, lo pri-
mero que hay que hacer es llegar a la
ciudad, aparcar el coche y entrar en el
Sagartoki.
Nos reímos los tres. José María no es de
los que perdonan una buena comida.
JM: Teniendo en cuenta el programa
que tienes durante esta semana del
jazz, tienes que hacer una buena comi-
da al mediodía. Hay que aprovechar el
mediodía para buscar un poco de paz y
comer bien, que luego por la noche ya
vendrá la batalla.
A: Y tú Ana, de lo que has visto, ¿con
qué te quedas?
Ana: A mí me han encantado los pa-
seos, las zonas verdes, la tranquilidad...
Es como un retiro espiritual, luego, por la
noche, todo lo que ha sido la música, el
festival, me ha encantado.
A: Sobre el clima, ¿qué me decís?
Ana: Estoy encantada de ponerme
una chaqueta para salir por las noches.
Hace una temperatura ideal para estas
fechas de verano, templada durante el
día y fresquita por la noche.
Seguimos caminando tranquilamente
por el paseo de San Francisco de Vito-
ria, junto al Palacio de Ajuria Enea.
A: ¿Os imaginabais que el Palacio de
Ajuria Enea estaría en el núcleo urbano
y tan accesible?
Ana: Qué va, pensaba que estaría en
las afueras rodeado de medidas de se-
guridad.
JM: A mí me parece una ciudad muy
tranquila, con un muy buen nivel de
vida, y sin conflictos.
Ana: Gente en bici...
JM:...Se ve a todo el mundo muy relaja-
do.
Ana: A mí me han encantado los chale-
titos que hay cerca de Mendizorroza. Si
nos quieren ceder uno no diríamos que
no (risas). Me pasaría unos meses al año
aquí tan feliz.
JM: Yo creo que, dado que tienes este
festival, vale la pena dedicarle una se-
mana al año a Vitoria.
A: Y al margen del festival, ¿creéis que
es un buen sitio para pasar unos días?
JM y Ana (al unísono): Sííííí!.
Ana: Además los alrededores son muy

58
bonitos, para salir de la ciudad y cono-
cer Álava. Me encantó la Rioja Alavesa.
Igual valdría la pena hacer una escapa-
dita y quedarse alguna noche en la mis-
ma zona para disfrutar más de las bode-
gas, el vino... Laguardia es precioso.
A: Álava tiene sitios precioso por cono-
cer, la llanada alavesa, las mugas con
Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra... Eso es
lo que tenéis que hacer cuando volváis
fuera del festival: conocer Álava.
Ana: Es que con el ritmo que llevamos
teníamos el tiempo justo para poder ha-
cer alguna salida al mediodía.
JM: El festival deja el espacio justo, sobre
todo si trasnochas.
A: Y sobre el festival, ¿qué os ha pare-
cido?
JM y Ana: Nos ha encantado, la música,
todo.
JM: Me ha sorprendido mucho la cali-
dad del sonido.
A: Y de las actuaciones, ¿qué es lo que
os ha gustado más?
JM: (resopla) Es complicado. Quizá el
homenaje a Kind of Blue, por lo especial
que era, fue lo que más me gustó.
Ana: Y Brad Mehldau, una maravilla.
A: ¿Y el Jazz a Medianoche?
JM: Es el sitio de fiesta ideal. Tienes dos
salas con música de mucha calidad
de estilos distintos, que, si te agobias un
poco de escuchar uno de los grupos, te
vas a la otra sala, el espacio está muy
bien, no estás agobiado de gente, y el
horario te permite alargar la noche lo su-
ficiente. Es un sitio genial, la verdad.
Yo recuerdo cuando me lo explicabas y lo
he entendido ahora que lo he visto, con
los músicos mezclados con el público.
Ana: Están muy próximos... Además ves
gente de todo tipo comentando los
conciertos.
JM: No hace falta ser un gran entendido
para disfrutar de toda esta música y de
este ambiente. Además es importante
llevar público a estos eventos.
A: A mí me da la impresión de que este
festival satisface a los entendidos pero
a la vez es una fiesta de la ciudad y los
vitorianos participan de ella todo lo que
pueden, al margen de cuánto les guste
el jazz, es la semana del jazz.
JM: Eso es fantástico: una semana de
fiesta del jazz. Normalmente se asocia
el jazz a una música más aburrida, se-
lecta,... En cambio aquí lo que se vive es
una fiesta.
A: ¿Qué os han parecido los vitorianos?
Ana: Muy auténticos.
JM: Son gente de verdad.
Ana: Sí, son muy amables. Aquí se está
tan tranquilo, igual es por eso que la
gente es así. No ves aglomeraciones ni
la crispación de otros sitios, no sé si es
por las fechas que estamos o es que
siempre es así... Y ahora después de esto
vuelve a Madrid, allí somos muchos por
metro cuadrado...
JM: Yo sólo puedo decir cosas buenas
de Vitoria. He decidido que volveré to-
dos los años, me guardaré una semana
de vacaciones para poder venir a este
festival.

59

60
Ana: Sí, nos ha encantado, si nos lo po-
demos organizar y combinar los dos ve-
nimos toda una semana, si no, los días
que se pueda.
JM: Si te gusta esta música sería una lás-
tima desaprovechar el que es, en mi opi-
nión, el mejor festival de jazz de España.
El que no viene debe ser por que no lo
conoce.
A: Y ¿creéis que a una persona a la que
no le guste especialmente el jazz podría
disfrutar de la ciudad en esta semana?
Ana: Seguro que sí, pero la clave esta-
ría en seleccionar bien los conciertos a
los que asistir, para que al que no sea un
gran aficionado no le canse el ritmo de
conciertos que hay aquí estos días.
JM: Pueden disfrutar igualmente de la
tranquilidad de la ciudad, de la buena
comida. Para el que no sea aficionado
esto tiene que ser igualmente una expe-
riencia. Yo creo que hay que probarlo.
A: ¿Os imaginabais tanta zona verde?
Ana: Para nada, esta ciudad es exten-
sa y con muchísimas zonas verdes, par-
ques, arboles, paseos, es encantadora...
De repente pasamos junto al parque de
El Prado y Ana se fija en algo que José
María y yo no hemos percibido:
Ana: Para estar tan cerca del centro es-
tamos paseando y no se oye un alma...
Es una delicia pasear por aquí.
Y ahí lo dejamos. Gracias amigos, sois
los mejores compañeros de viaje. Os
tomo la palabra y os espero el año que
viene aquí, en Vitoria, por estas mismas
fechas.

61



64
Despacho de Iñaki Añua, Vitoria.
Permítanme que empiece esta serie de
entrevistas por la que he tenido el privi-
legio de realizar al director del festival,
Iñaki Añua.
Las razones son dos. Una es obvia: es la
que se complementa con este recorrido
por el Festival de Jazz de Vitoria, aunque
ya han visto que no sólo hay jazz duran-
te un festival de jazz. La otra es crono-
lógica: para mí es la primera, no sólo la
primera para este libro, sino la primera
que hago en mi vida.
A ese respecto tengo que decirles que
he disfrutado mucho durante esta en-
trevista. Aunque cuando llegué a su
oficina del paseo de la Florida me sen-
tía como un impostor, con mi cámara
y mi grabadora, tengo que decir que
me podía más la curiosidad que la ver-
güenza. La inquietud que sentía era la
del primerizo. Qué buenos recuerdos me
ha dejado.
Eso no quita que, para mí, entrevistar a
Iñaki Añua es de una especial respon-
sabilidad. Supongo que la razón es la
mitomanía que siento por los músicos
de jazz y que se hace extensible a to-
das aquellas personas que han tenido
algún contacto con ellos. También a
todos aquellos que, sin ser músicos, han
conseguido hacer del jazz una forma de
vida honesta, sincera. Iñaki sería uno de
los más fieles exponentes de esto último.
Alguien que te confiesa que descubre
el jazz en los años cincuenta de la mano
de su hermano mayor, pionero en los
programas de jazz, y te recuerda la ver-
sión de Basin Street Blues que le convirtió
al jazz, merece toda la admiración de
aficionados más noveles como es mi
caso.
Me recibe Iñaki en su despacho del pa-
seo de la Florida, frente al edificio del
Parlamento, en pleno centro, cerca de
la plaza de la Virgen Blanca. Le expli-
co muy brevemente lo que pretendo y
no tarda ni un minuto en preguntarme
si tomo notas o grabo. Ahí está uno de
los rasgos que más me gustan de los vi-
torianos. Son amables pero directos. Te
miran a los ojos y te preguntan sin más.
No he tenido que hacer más preámbu-
los, ni quedar otro día ni concertar otra
INaki ANuaVITORIA, 23 de mayo de 2009

65
cita con un hombre que intuyo que está
permanentemente ocupado. Cuando
apreté el botón del Rec no podía imagi-
nar que en la próxima hora y media Iñaki
iba a desgranar anécdotas, momentos
históricos en la gestación del festival de
jazz que tanto admiro, momentos inol-
vidables para él y para cualquiera que
hubiera tenido el privilegio de vivirlos.
Al cabo de unos minutos descubro que
no hablaremos mucho de Vitoria. O,
mejor dicho, sí que hablaremos mucho
de Vitoria, pero de la Vitoria de Iñaki,
y de aquello a lo que él ha dedicado
gran parte de su vida y que ofrece a
su ciudad. Este hombre que tengo en-
frente es un enamorado de Vitoria. Tan-
to como lo es del jazz. Y tanto como lo
es del festival de jazz. Y un enamorado
de Vitoria y del jazz, que es el director
(en realidad presidente) del Festival de
Jazz de Vitoria, de qué me va a hablar
sino es del festival. Yo encantado, por
supuesto. Espero que ustedes también.
No todos los días se tiene la oportunidad
de hablar con un hombre entusiasta,
pionero, enamorado... qué más da de
qué y en qué ámbito haya desarrollado
su actividad.
El material y la información que me ha
facilitado Iñaki superan tristemente la
extensión de éste capítulo. Les reprodu-
ciré algunas de sus frases, de las anéc-
dotas más relevantes, que seguro que
ha contado en múltiples ocasiones pero
que las vuelve a contar como si fuera la
primera vez. Se le ilumina la cara cuan-
do habla de todos esos músicos que
tanto admira desde una admiración
sincera del buen aficionado al jazz. “No
tengo ni una sola foto con ninguno de
los músicos que he conocido”, me dice.
Empieza Iñaki contándome el origen de
su afición:
“...Mi afición al jazz es una afición here-
dada. Mi hermano Javier, mi hermano
mayor, tiene ocho años más que yo. Le
gustaba el jazz. Los veranos estudiaba
en Francia, tres meses en el Liceo de Pau
y traía discos cuando en España no se
publicaba más que un par de discos al
año y era muy difícil encontrar música
para poder escuchar. Él fue el que inició
que se hablara de jazz en esta ciudad.
Tenía una emisión de radio en los telúri-
cos años cincuenta, que se llamaba mú-
sica de jazz comentada (risas) y yo, que
siendo muy niño me gustaba mucho la
música clásica y me sigue gustando la
música clásica, de repente me ocurrió
lo que le ocurrió a san Pablo cuando se
cayó del caballo, de repente vi la luz. A
los doce años oigo una versión increíble
de..., que no es especialmente buena,
pero que para mí es muy especial, de
Basin Street Blues, grabada en el año 55
por Louis Armstrong and His All Stars y en-
tonces descubro el jazz.”
Todo esto me lo lanza Iñaki de corrido,
como si lo hubiera preparado. Conten-
go la respiración. Pronto voy a descubrir
que en su largo monólogo va a mante-
ner constante mi atención.

66
“Yo no inicié el Festival de Jazz. El Festival
de Jazz lo incia un colectivo que se lla-
ma Jazzteiz, que no me digas que no es
bonito, pero yo no lo he utilizado nunca
porque no es mía la idea, fue de ellos,
por eso no he querido nunca utilizar el
Jazzteiz. Montan los dos primeros festiva-
les, y el primero lo genera una sección
de la Diputación que se llamaba el Con-
sejo de Cultura y son los que inician el
festival...”
Cuando le preguntas a Iñaki cómo se
metió en todo esto...
“... Mi gusto por la música y el poder
promocionar la música que yo amaba
en mi ciudad me parecía que era un
desafío y que era algo lógico y normal.
Conocía a gente que tenía esa misma
inquietud. Inquietud cultural de gente...,
de veinteañeros, que yo no cogí el fes-
tival con veinte años, llevo 31 años diri-
giendo el festival, tengo 65, voy a cum-
plir el mes que viene 66, el Día Europeo
de la Música, el día 21 de junio. Eso lo
hicieron después y no por mi (risas) sino
por el año del tricentenario de Bach,
Scarlatti y Haendel. Pero coincide que
es el día de mi cumpleaños. También
es el aniversario de la Batalla de Vitoria.
Antes, cuando era pequeño, tiraban co-
hetes, ahora no porque se les molesta a
las cigüeñas...”
La proyección internacional de “su
amado” festival...
“... El gran cambio se da en el quinto
aniversario, que vienen grandes estre-
llas. Vienen Muddy Waters en el último
concierto que dio en Europa antes de
morirse y viene la primera grandísima
estrella que es Oscar Petterson, que da
un concierto absolutamente memora-
ble que los que estuvieron allí lo tienen
absolutamente metido aquí (se señala
la sien) y yo también”
Eran otros tiempos para la ciudad...
“...Entonces Vitoria tenía un aeropuerto
que era internacional, tenía vuelos con
Frankfurt y con París, y yo no me acuer-
do de donde venía, pero la sala VIP era
un cuartito así, con dos butacas, y le me-
timos allí a Oscar y vino la policía a ver-
le el pasaporte y todas esas cosas y me
preguntó qué tal la venta y le dije que
bien, bueno, que bien, pero que eso no
era importante. Pero ¿cómo que no es
importante? Nosotros no arriesgamos el
dinero, la responsabilidad económica
la asume el safe bank, o sea la caja de
ahorros y nosotros somos voluntarios. En-
tonces me dijo: pues no es muy normal
encontrar en el mundo aficionados al
jazz que dan su trabajo por amor a la
música, por amor al jazz y que, sin em-
bargo, no ganen dinero. Yo creo que
eso influyó mucho en el comportamien-
to de Oscar aquella noche...”
Como concibe Iñaki el festival...
“...Me he puesto un poco en la situación
de cómo me gustaría a mí estar como
asistente en un festival de jazz. Es por eso
que la actividad del festival es densísima
durante todo el día, que si Farelina a la

67
mañana, la Brass Band por la calle, que
si luego comer porque vas a trasnochar,
que luego el teatro a media tarde, Men-
dizorroza, el Jazz de Medianoche, que a
veces puede durar hasta las siete de la
mañana.”
“...Para el que es realmente un aficiona-
do al jazz, las jam session son la esencia
del jazz. El asistir, prescindiendo de la
calidad de los solos, el asistir a ese mo-
mento de creación pura como es una
jam session, yo creo que es esencial y
primordial, En ningún sitio de España se
hacen jam sessions como las que hace-
mos aquí hace ya un buen montón de
años. Tampoco me he conformado con
que el festival fuera unos maravillosos
fuegos artificiales que se gastan en una
semana. Cuando nadie hacía concier-
tos para niños empezamos a hacerlos y
además siempre con grandes estrellas.
Los ha dado Wynton varias veces, Bo-
bby McFerrin, Herbie Hancock... Lo que
pasa es que en los conciertos para ni-
ños hay que traducirlos y se pierde mu-
cho tiempo en la traducción. Eso Wyn-
ton y yo lo hemos hablado varias veces.
Bueno, Wynton y yo somos amigos, creo
que eso trasciende, hay una relación
muy especial y por eso compone la Vi-
toria Suite y luego si quieres hablamos
de eso”
Y tanto que hablamos de eso, bueno
hablamos, el monólogo de Iñaki no ne-
cesita de ninguna ayuda, de ninguna
conducción por mi parte. Dejo que sus
palabras fluyan. Me subyuga cómo des-
grana pensamientos, reflexiones, anéc-
dotas... Y vamos a por la Suite.
“...Todo surgió de una conversación
con Wynton que tuvimos tres o cuatro
años antes del veinticinco aniversario, le
dije: “Me gustaría que me compusieras
un blues dedicado al festival”... Y Wyn-
ton se sonrió, y yo dándole argumentos
que si tal que si cual, y seguía riéndose
y bueno, al final, ya le dije: “No te rías
más, dime que no y ya está”. “No, no por
favor Iñaki, no, es que me río porque yo
no sé hacer cosas cortas. Te voy a hacer
una suite”. Estrenó cuatro movimientos
en el veinticinco aniversario...”
Consigo arrancarle algún dato sobre los
encantos de la ciudad, a parte de su
maravilloso festival...
“...Este paseo es una joya. Mucha gente
lo llama en broma el paseo de los car-
díacos. Esto es un privilegio que desde el
mismo centro de la ciudad en un cuarto
de hora estás en el campo. Creo que el
paseo entero, ida y vuelta, es una hora
hasta Armentia. Figúrate una cosa: el
primer festival que hice yo, que fue el
tercero, organizaba autobuses para ir
desde aquí desde la Virgen Blanca has-
ta Mendizorroza porque creíamos que
estaba lejos...”
Se refiere, cómo no, al paseo que va des-
de el paseo de la Florida hasta las cam-
pas de Armentia. Cuando le solicito que
me recomiende un restaurante no tiene
duda:

68
“El Portalón. Yo siempre he dicho que
muchos músicos no sabían como me
llamaba yo pero si sabían como se lla-
maba el restorán. Y de hecho, volviendo
a Wynton, la primera vez que vino y una
voluntaria lo fue a buscar al aeropuerto
de Biarritz al bajar del avión, saca una
nota que llevaba en el bolsillo de la ca-
misa y le dijo: “Portalón ahora”. “Es que
me he encontrado en París con fulanito
(no me acuerdo de quién era) y me ha
preguntado: ¿Adónde vas? y, entonces
me ha dicho: Ah, pues que te lleven a
aquel lugar maravilloso.”
“...Siempre les he llevado al Portalón.
Date cuenta que el Portalón es una casa
del siglo XV que es tres siglos más anti-
gua que su país. Y eso impresiona...”
Iñaki se declara un enamorado de la
Rioja Alavesa
“...Yo creo que La Rioja es muy bonita,
tenemos la sierra de Cantabria y al otro
lado un paisaje que tiene un color dife-
rente, la tierra tiene un color diferente,
el sol es diferente, la temperatura es di-
ferente, protegidos del viento del norte
por la sierra. Por eso es por lo que se
producen los vinos que se producen. Ahí
hay sitios maravillosos como Laguardia,
que es un sitio fantástico, un pueblo me-
dieval que si horadas la tierra te caes en
una bodega. Y tiene ese pórtico policro-
mado que es una locura,.”
“...Normalmente los llevo a Marqués de
Riscal... Con Wynton le llevé una vez a
otra bodega y para picar nos sacaron
croquetas, pimientos rojos y morcilla, y
entonces algunos miraban extrañados y
Wynton me pregunta: “¿Esto qué tiene?“
y le digo: “Arroz”. Me dice: “Ya, ya, lo del
arroz ya lo veo, pero lo otro qué es san-
gre ¿no?”. Digo: “Sí, pero no lo digas”...
Por si no lo saben, ahí tienen el menú típi-
co de una de las bodegas de la Rioja...
“... Hay unas cosas de picoteo, luego
las patatas con chorizo, las chuletillas y
luego el postre o tocinillo de cielo o ma-
millas, o esas cosas típicas de la cocina
riojana. Yo no sé qué suelen tomar de
postre, porque yo normalmente al pos-
tre no llego. Les encanta el ir probando
vino y todo eso.”
Más sitios cerca de Vitoria, para disfrutar
de la belleza de Álava.

69
“...O también, qué te voy a decir yo, un
sitio para pasear es la sierra de Entzia,
que es la sierra de Urbasa, Entzia se lla-
ma cuando es Álava y Urbasa cuando
es Navarra, que subes por el puerto de
Opakua y allí aparcas y empiezas a an-
dar y es plano, luego es cortado, con
siete km de planicie con unos hayedos,
con un césped, unas campas que ya
me gustaría a mí tener en casa esa al-
fombra...”
“Hay un sitio también muy bonito que
es el túnel de San Adrián, siguiendo una
calzada romana, hay que ir a Araia, y en
Araia vas hasta el final del pueblo y con
el coche se puede subir hasta una ex-
cavación petrolífera y desde ahí coges
la calzada romana que luego continúa
hasta la Galia. Es un sitio diferente entre
dos montes calcáreos que son muy em-
blemáticos. El monte de Aitzgorri es el
más alto del País Vasco y el Aratz.”
Bueno, después de casi dos horas de
una inolvidable conversación y cuando
le confieso que sufro por tener que resu-
mir todo lo que me ha explicado, apare-
ce una joven muy bella, su hija Jasone,
que presta su nombre, junto con el del
hermano pequeño de Wynton, Jason,
para titular uno de los movimientos de la
Vitoria Suite en un alegre juego de pa-
labras “Jason&Jasone”. La Vitoria Suite,
un nuevo motivo de orgullo para la ciu-
dad que da nombre a uno de los me-
jores festivales de jazz del planeta, pero
también un homenaje del gran Wynton
a su amigo Iñaki, vitoriano enamorado
de Vitoria y del jazz...
“...Si lo que te gusta es el paisaje, a mí
hay un sitio que me gusta mucho, que es
Álava, pero que está en la frontera con
Burgos, y es el nacimiento del río Ner-
vión. Ahí hay una cascada, que creo
que es la cascada más alta de Europa,
que en la época del festival tendrá solo
un hilillo de agua. Hay que ir hacia Or-
duña y luego tomar una desviación. Se
puede ir por carretera hasta quedarte
a unos cincuenta metros de la casca-
da y hay una rejilla metálica donde te
pones para asomarte, el que tenga vér-
tigo que no vaya. Es un sitio de monte
espectacular. Yo he sido montañero,
bueno no montañero sino espeleólogo,
cuando era joven y he andado mucho
por el monte...”

70
Catedral de Santa María, Vitoria.
Hoy es lunes y estoy de lunes. Por mu-
chos motivos. En primer lugar porque
es el primer día de la semana posterior
al Festival de Jazz y todavía tengo al-
gún resto de la melancolía de ayer. En
segundo lugar porque después de le-
vantarme cada día a la hora en que la
vigilia vencía de forma natural al sueño,
esta mañana me despierta el timbre del
teléfono y la grabación del despertador
automático del hotel. ¿Por qué no se les
puede pedir a estas voces que te dejen
dormir un ratito más? Me levanto a las
ocho de la mañana porque a las nueve
me ha citado Juan Ignacio Lasagabas-
ter en las oficinas de atención al visitan-
te de la Fundación Catedral de Santa
María. Que te reciba el director del pro-
yecto de restauración de la catedral no
es cualquier cosa.
Llego puntual pero me encuentro con
el primer contratiempo: la puerta de
acceso de la plaza de las Brullerías está
cerrada. Doy la vuelta al edificio. Unos
obreros me indican un posible acceso,
cerrado por una valla. No quiero llegar
tarde, así que aparto la valla y entro
por una puerta trasera al actual edificio
de oficinas (el anterior está en obras).
Cuando voy a subir la escalera me doy
de bruces con un hombre que ensegui-
da me identifica sin conocerme. Es Juan
Ignacio. Me advierte que se acaba de
dar cuenta de que me iba a encontrar
con la puerta cerrada y que había sa-
lido a buscarme. Otro ejemplo de la
amabilidad vitoriana.
Nos intercambiamos las habituales pala-
bras de presentación y enseguida apre-
cio que me encuentro con un hombre
afable, sin ningún tipo de afectación,
que me va a dedicar su tiempo, de for-
ma muy generosa, en dos fases. La pri-
mera va a ser una amena conversación
de una hora y cuarto, y en la segunda,
jUAN IGNACIO LASAGABASTER VITORIA, 20 de julio de 2009

71
una hora después, me va a mostrar per-
sonalmente aquello que, entre otras
muchas cosas, me ha contado durante
la charla: la obra de restauración de la
catedral de Santa María.
Debo de confesarles que mi conoci-
miento sobre la historia y la construcción
de las catedrales en general y de la de
Santa María en particular es práctica-
mente nulo. De las obras de restaura-
ción lo único que sé es que son largas,
molestas y que llenan de andamios y
redes las paredes de edificios durante
años impidiéndote contemplar su be-
lleza. Pero después de hablar con Juan
Ignacio, enseguida me solicita que le
tutee, mi interés por esta extraordinaria
obra es completo. El reto es que les pue-
da trasmitir a ustedes el grado de co-
nocimiento, de capacidad didáctica y
de pasión por su trabajo mezclado con
una gran dosis de humildad que trans-
mite este hombre. Si es así, no duden
que una de las cosas que no dejarán de
hacer cuando vengan a Vitoria es visitar
las obras de restauración de la catedral
de Santa María y por otro lado pensarán
por qué en sus respectivas ciudades no
se inicia un proceso de excavación del
subsuelo de la catedral, que seguro que
oculta cosas muy interesantes.
Le pido a Juan Ignacio que se presente.
Juan Ignacio: Yo soy arquitecto y he es-
tado dedicado a la conservación del
patrimonio desde que comencé a tra-
bajar en la Diputación de Álava. Hasta
abril de 2008, fui jefe del Servicio de Pa-
trimonio Histórico-Arquitectónico y éste
es uno de los proyectos que impulsé des-
de allí y que ha tenido más éxito. Ahora
ocupa todo mi tiempo y es el colofón, a
mis casi sesenta años, de toda una vida
profesional.
Yo te puedo contar mi actitud personal
ante esta tarea y el cómo y el porqué
surgió esta historia: Por regla general,
al menos en mi caso, en la escuela nos
educaron como arquitectos de obra
nueva, de modo que la intervención
arquitectónica, de manera inconscien-
te, se tiende a asociar a un proyecto, lo
cual limita muchísimo el entendimiento
de aquellos edificios complejos que han
sufrido muchas etapas a lo largo de su
historia.
Por otro lado, hay una cuestión que es
la del ego asociado a la arquitectura
considerada como arte. Después de re-
flexionar mucho sobre este tema pienso
que el arte es, o mejor, debería ser, un
fenómeno mucho más democrático,
pues, en el fondo todos somos artistas y
si algo caracteriza al ser humano es la
percepción artística de las cosas.
Cuando te vas dando cuenta que tú
tan sólo eres una etapa más dentro de
un proceso histórico, acabas viendo
las cosas de otra manera. Por ejemplo,
de pronto comprendes que no sabes
nada sobre cómo se ha construido el
monumento que te ha sido encomen-
dado restaurar y que, por lo tanto, por
coherencia, es absolutamente impres-
cindible conocer lo que le ha sucedido
antes a ese edificio antes de proponer

72

73

74
nada definitivo. De ahí te surge la idea
de que transformar un edificio histórico
sin tener en cuenta esta condición es
como manipular un documento. Como
dice Agustín Azkarate Garai-Olaun, ar-
queólogo y buen amigo, de quien he
aprendido mucho, sería lo mismo que
si para restaurar un ejemplar incunable
de El Quijote optases por cambiar frases
con el fin de “actualizarlo”.
Por ejemplo a mí me gusta recordar el
caso de San Román de Tobillas, un pro-
yecto en una ermita alavesa situada en
el valle de Valdegovía, de la que todo
el mundo decía que era románica. Allí
montamos un equipo de investigación e
hicimos cartografía en tres dimensiones
en colaboración con la Universidad, por
cierto que el equipo era casi el mismo
que el que luego formamos para la re-
dacción del Plan Director de la Catedral.
Yo iba con muchas ganas de aprender:
el trato con los arqueólogos y sus nuevas
técnicas de lectura de los edificios, la
cartografía tridimensional, etc. Y el estu-
dio arqueológico nos reveló ¡que lo más
importante del edificio y aquello que
hasta entonces todos considerábamos
sin gran valor, era precisamente el resto
de arquitectura mozárabe situado más
al norte de la Península Ibérica! Pensé:
“¡Horror! ¡No tocaré nunca más una pie-
dra de un edificio histórico sin antes ha-
berlo estudiado a fondo!”.
Después de esta experiencia surgieron
los problemas estructurales en la ca-
tedral y pensamos en aplicar la misma
metodología aunque de forma más or-
denada y detallada, con un enfoque de
conservación integral, aplicando el mé-
todo científico a su análisis pero también
considerando un punto de vista social.
Esta iglesia había llegado a un lamenta-
ble grado de deterioro, ocasionado por
la paulatina marginación del casco vie-
jo y, como consecuencia, de la propia
catedral. A pesar de que se hace una
restauración muy costosa en los años
sesenta, la iglesia se deja de usar y no
hay mantenimiento. Posteriormente fue-
ron aflorando problemas estructurales
larvados, ya existentes cuando se hizo la
restauración, que no se habían solucio-
nado del todo, o cuando no, se reacti-
varon por este motivo. El reto era plan-
tear una restauración, pero sobre todo,
que quedase garantizado su posterior
uso y conservación.
Pensamos que era posible utilizar ade-
más todo este proceso para poder
mostrar todo lo que estábamos apren-
diendo y conociendo de la catedral:
cómo se construyó, cómo se hizo la mu-
ralla que estaba oculta por la catedral,
cómo se plantearon sus fosos defensi-
vos, cómo se fundó la ciudad… Como
detalle, ahora sabemos que esa muralla
primigenia, resulta que data de unos
ciento cincuenta años antes de la fecha
que se consideraba hasta ahora como
de la fundación de la ciudad, 1181, con
el consiguiente revuelo entre los historia-
dores.
Además, evidenciar las nuevas po-
tencialidades del propio monumento,
como la posibilidad de ofrecer el ac-

75
ceso al triforio o al paso de ronda de la
muralla para, tras ascender a la torre
convertida en espectacular atalaya
sobre el entorno, entender cómo es el
urbanismo de la ciudad. Esto hizo que
durante el desarrollo del plan director
ensayásemos, con diferentes grupos de
personas, visitas-prueba guiadas. Con
motivo de la presentación del Plan las
visitas se organizaron finalmente y fue-
ron un éxito: Pasaron 100.000 personas
en cuatro meses. Eso facilitó sobrema-
nera la financiación del proyecto e hizo
que siguiésemos excavando en abierto.
Y a todo esto aparece el lema feliz de
“Abierto por obras”. Desde entonces
este lema es un condicionante para
la restauración, haciendo que sea un
proyecto muy didáctico y vinculado al
ciudadano. Además se ha convertido
en un auténtico reclamo turístico con el
que Vitoria-Gasteiz se proyecta hacia
afuera como una ciudad que cuida su
patrimonio.
En este punto ya estoy completamente
subyugado por lo que me explica Juan
Ignacio, por la complejidad del proyec-
to y por el acierto de haberlo llevado a
cabo. Prosigue Juan Ignacio.
J.I.: Con esta misma filosofía divulgativa,
ahora hemos diseñado un espectáculo
didáctico haciendo una proyección so-
bre el pórtico que recrea tres momentos
de la evolución de sus policromías a lo
largo de los siglos.
Ninguno de nosotros pensaba, en el ini-
cio de todo esto, que se llegaría tan lejos
y de manera tan coherente. Espero que
sea un indicador de que la sociedad
alavesa está madura para afrontar otros
retos como éste en la recuperación de
su patrimonio.
Me explica la particular relación con la
diócesis.
J.I.: Aquí hay una diócesis bastante con-
temporánea que se funda en 1862, en
el momento en que la ciudad pasa de
ser rural a ser industrial. En 1850 tendría
unos 15.000 habitantes, en el 1900 unos
20.000, en 1950 cuando yo nací unos
50.000, en 1975, 75.000 y en 2009 ya es-
tamos en 235.000.
En relación con la diócesis, ésta tuvo
una gran importancia a final del siglo
pasado, hasta el punto de que se de-
cide construir otra catedral nueva que,
además, es la segunda catedral, en
planta, más grande de España. Y esta
catedral impide que la otra se conserve
adecuadamente. En los años cincuenta
la diócesis de Vitoria se empobrece por-
que se disgrega en tres, una por cada
provincia, y se encuentra con dos ca-
tedrales: una sin terminar y la otra con
problemas serios que requieren de una
acuciante restauración. Durante el ter-
cer cuarto del siglo XX se consigue que
el Estado financie la finalización de la
catedral nueva y que se restaure la ca-
tedral vieja prácticamente a la vez.
Mientras tanto, el casco viejo es utiliza-
do como válvula de escape de la ciu-
dad: esta ciudad tiene un crecimiento
urbanístico muy rápido pero bastante
racional, si bien ocurre que muchas de
las cosas que no se quieren ver acaban

76
ubicándose en el centro histórico y los
vitorianos prácticamente le dan la es-
palda, salvo para ir a tomar unos vinos,
o para alguna comunión o una boda en
el caso de la catedral vieja.
Sobre lo que te explicaba de la dióce-
sis, cuando se decide iniciar el proyecto
de restauración nos ponemos rápida-
mente de acuerdo desde la Diputación,
con la que la diócesis tenía muy buena
relación, para conseguir una gestión
unificada y se origina la “Fundación Ca-
tedral Santa María” cuyos patronos son
la Diputación Foral de Álava, el Ayunta-
miento de Vitoria-Gasteiz y el Obispado
de Vitoria.
Donde estamos ahora trabajando es en
la cesión de uso. Hay dos cuestiones: por
un lado la cesión de las zonas del mo-
numento que no tienen relación con el
culto y por otro el uso consensuado, con
todas las precauciones que se quiera,
de los espacios de culto para otros usos
de carácter cultural y museográfico.
Le pregunto si en algún otro lugar se
está haciendo algo parecido.
J.I.: En alguna otra catedral como la
de Segorbe están haciendo alguna
cosa pero no hasta este nivel de deta-
lle. Lo que está claro es que este plan-
teamiento puede ayudar a mantener y
conservar el patrimonio. En ningún caso
se trata de discutir la propiedad, pero sí
llegar a acuerdos sobre el uso máxime
cuando se producen cuantiosas inver-
siones públicas.
Me entra la curiosidad sobre si todo este
patrimonio está escriturado. Me con-
firma que no, que la mayoría de estas
antiguas construcciones, por razones
obvias, carecen de documentos de
propiedad.
Me habla de las iglesias pinceladas del
XVI, poco conocidas. Se trata de iglesias
que se amplían y reforman en el siglo
XVI. Por lo general en esta zona de la
Península no hay suficiente riqueza para
hacer iglesias nuevas, salvo en La Rioja,
por lo que las iglesias en la franja que va
desde el norte de Burgos, sur de Vizca-
ya, sur de Guipúzcoa, parte de Navarra
y toda Álava se modifican y se pincelan
bóvedas y paramentos que luego en
algunos casos se cubrirán con retablos.
Ant: ¿Cuantos años lleváis en este pro-
yecto?
J.I.: La primera alarma aparece en 1994.
Se habían caído unos cascotes y apa-
recido grietas y fisuras alarmantes. En
la restauración de los años sesenta se
había producido una restauración “en
estilo” y “neogotizado” la iglesia al eli-
minarse los grandes arcos transversales
renacentistas que compartimentaban
la nave principal y se cambiaron algu-
nas cosas que no terminaron de resolver
antiguos problemas estructurales.
Me introduce un concepto curioso para
mí.
J.I.: Las iglesias y los edificios construidos
con piedra y cal funcionan de acuerdo
a la ley de la gravedad, a compresión,
y, si no se caen y aguantan, se “acomo-
dan” deformándose.

77
Sigue con el trabajo iniciado en el 94.
J.I.: Hicimos un estudio de los problemas
activos que tenía la catedral colocando
diversos sensores para seguir los movi-
mientos de la misma. Los trabajos de
monitorización obligaron a iniciar tam-
bién ya algunas obras de adecuación
en el edificio. A partir de ahí se fue ge-
nerando un clima favorable en la socie-
dad alavesa sobre todo con la apertura
de la obra al público. Pero no sé exac-
tamente cuándo se dio el punto de in-
flexión que nos ha llevado hasta donde
estamos ahora. También es cierto que,
al principio, como he dicho antes, no
éramos conscientes de la envergadura
del proyecto que íbamos a terminar lle-
vando a cabo.
Me explica que este proyecto es inter-
disciplinar y la importancia de la nove-
dad que representa trabajar con una
cartografía de tres dimensiones, cosa
completamente novedosa en proyec-
tos de esta complejidad. Eso les está
suponiendo la necesidad de desarrollar
sistemas informáticos que les permita
dar el soporte adecuado a su trabajo.
Sigue explicándome que en 1998 se cie-
rra el plan director, en 1999 se firman los
estatutos de la Fundación, en el 2000 ya
están haciendo obra de excavación en
abierto, a la vista del público, en el 2002
se inicia la restauración del pórtico y ahí
ya le ponen un andamio para la visita
del público y aparece el afortunado
lema “Abierto por obras”. Desde enton-
ces han pasado a visitar la catedral de
Santa María 100.000 persona por año. El
año que viene se llegará a la cifra de
1.000.000. Y no han podido pasar más vi-
sitantes por la limitación de visitas que se
autoimponen por motivos de seguridad
y por disponibilidad de guías (todas las
visitas son, por supuesto, guiadas aun-
que, recientemente, se permite ya ac-
ceder libremente al interior de la nave).
Me confirma que no ha habido ni un
solo problema de seguridad en todas
las visitas realizadas. Algún visitante pue-
de que haya sufrido algo de vértigo en
alguna parte del recorrido, pero les pue-
do asegurar que en ningún punto de la
visita las alturas son excesivas y además
los andamios y pasarelas dan mucha
sensación de seguridad.
Otra cuestión importante es que los vi-
torianos empiezan a tener percepción
de que se comienza a recuperar la ca-
tedral para la ciudad. Entre otras cosas
lo han hecho, además de a través de
las visitas guiadas, con un programa
denominado “Encuentros con la ca-
tedral”, organizando actos culturales,
presentaciones de libros, conferencias,
actividades musicales con conciertos
en el pórtico con música de diversos es-
tilos. Incluso se organizó una jornada de
comida conventual que acabó provo-
cando que el periodista Antxon Urrusolo
escribiera un libro sobre comida en los
conventos, que parece ser que es don-
de se originó la gastronomía y la escritu-
ra de recetas... Me sigue impresionando
lo que me explica Juan Ignacio y voy

78
entendiendo todo lo que este proyecto
representa para la ciudad.
En este punto de una conversación inte-
resantísima me veo obligado a que me
explique qué sitios aconsejaría visitar.
Teniendo en cuenta que es un experto
en patrimonio y en concreto sobre pa-
trimonio religioso, le pregunto sobre este
apartado. Apunten las iglesias que de-
ben visitar en Vitoria, aparte de la cate-
dral de Santa María:
J.I.: La catedral nueva. Sobre todo en los
detalles de las vidrieras y la escultura de
la ciruela de la cripta.
San Miguel. Iglesia gótica con el reta-
blo mayor del siglo XVII realizado por
Gregorio Fernández, extraordinario. A
mí me gusta en especial la capillita que
gestiona la Cofradía de la Virgen Blan-
ca, de estilo gótico pero manipulada en
el neoclásico y que es de las pocas que
se conservan policromadas completa-
mente en el XIX.
San Vicente. Iglesia gótica de salón (con
tres naves de igual altura) del siglo XV,
en la que es visitable la torre en un re-
corrido que la enlaza, mediante una pa-
sarela, por el exterior de la iglesia hasta
llegar hasta la entrecubierta, donde se
puede apreciar el sistema constructivo
del siglo XVI.
San Pedro. Con una portada gótica del
siglo XIV policromada excepcional que
todavía conserva restos de la policromía
del XVI. En su interior, a resaltar, los arcos
de acodalamiento renacentistas deno-
minados “del miedo” porque se hicieron
por miedo a las deformaciones que se
produjeron con ocasión de la sustitución
de las bóvedas originales de madera

79
por las actuales de piedra. En la cate-
dral de Santa María estos mismos arcos
se quitaron y no pasó nada.
Y sigamos con recorridos próximos a Vi-
toria.
J.I.: Empezamos recorriendo la Llanada
Alavesa por el camino de Santiago des-
de el túnel de San Adrián hasta Estavillo
y Salinillas de Buradón.
Salvatierra-Agurain, villa amurallada, es
visita obligada, con dos iglesias muy in-
teresantes.
Cerca de allí, la iglesia de Heredia con
unas bóvedas magníficamente decora-
das con policromías del XVI. De hecho
nosotros para preparar las proyecciones
de las policromías virtuales en el pórtico
de la catedral nos hemos basado en al-
gunos datos obtenidos de las iglesias de
Heredia y de Arbulo. Ésta, con unos me-
dallones impresionantes muy singulares
como muestra del arte policromado re-
lacionado con Flandes.
En Alegría puedes subir a la torre de la
iglesia, notable por su porte y altura, y
tener una vista realmente magnífica
sobre la llanada y el casco histórico de
esta villa medieval.
La iglesia de Estavillo, es poco conoci-
da, y tiene una portada del siglo XV muy
interesante.
Me gustan también las pequeñas igle-
sias del entorno de Vitoria-Gasteiz,
como las de Hueto Abajo, Legarda, Ar-
taza o Cicujano.
Y otra iglesia que está tan cerca que no
se suele visitar es la de Lasarte, que tiene
un ambón y un altar diseñado por Nes-
tor Basterretxea.
Lugares ineludibles en Vitoria, al margen
de la visita religiosa. Coincide con Iñaki
Añua en el paseo más bello de la ciu-
dad:
J.I.: Desde la Virgen Blanca, pasando
por el Parlamento y el paseo de la Sen-
da hasta Armentia, llegas a la basílica
románica de San Prudencio donde es-
taba el obispado más antiguo de Álava
antes de que se incorporase a Calaho-
rra. Además, en este paseo puedes
apreciar ejemplos de la arquitectura de
la burguesía vitoriana de finales del XIX,
con el palacio de Ajuria Enea, el de Au-
gustín hoy museo de Bellas Artes,...
Una parte de la ciudad que no se sue-
le visitar pero que es muy agradable es
la zona de la universidad. En sus proxi-
midades está la llamada “Ciudad Jar-
dín”, un barrio residencial muy cómodo
para pasear, porque nunca hay nadie,
y atractivo para quien le guste la arqui-
tectura “neovasca” pues allí se constru-
yeron en los años veinte unos chaletitos
muy representativos de esa tendencia
arquitectónica regionalista.
El Anillo Verde también hay que visitarlo.
El centro de observación de la natura-
leza “Ataria”, situado en el parque de
Salburua y todo el entorno natural de la
ciudad, incluidos los cercanos montes
de Vitoria.
Y ahora prepárense para ir de pinchos
J.I.: Muchos miércoles por la tarde voy
de pinchos con mis amigos por el cas-
co viejo. Me gustan mucho el Barrón o
el Querida María, cerca de la Catedral.

80
En los Arquillos, están el Toloño y el Za-
bala y subiendo por la calle Correría, la
Malquerida y el Tabanco. En la plaza de
la Virgen Blanca, el Dublín y en la plaza
de España, el Bastertxo y, sobre todo, el
Izartza.
El Sagartoki, que es ya un clásico y que
como asador es, además, excelente y el
que está enfrente: el Txapela.
Los consejos de Juan Ignacio para sen-
tarse a una buena mesa en Vitoria:
J.I.: En la plaza de Amárica está el Xixilu,
que tiene unas alubias maravillosas. No
muy lejos el Felipe de toda la vida. Otros
lugares a señalar para mi gusto son: El
Portalón, con su singular ubicación en
una casa de postas del siglo XV, el Zal-
diaran, posiblemente el más exquisito y
selecto de la ciudad, el Clarete, con una
imaginativa cocina, y muchos otros que
se me escapan ahora mismo…
Y ahora vamos a comer fuera de Vitoria.
J.I.: En Sarria, junto al pueblo de Mur-
guía, hay un asador que se llama Arlobi
y que me gusta especialmente. Otros
especialmente a señalar son el Refor de
Amurrio (no olvidar el Txakolí de la zona)
o el Erpidea situado a orillas del embal-
se de Ullibarri-Gamboa, entre otros mu-
chos que me dejo sin querer…
En la Rioja Alavesa, por ejemplo, los mu-
chos que se pueden (y deben) visitar en
Laguardia, Samaniego, Labastida, etc.
mientras se recorre esta maravillosa y
simpática tierra alavesa, investigando
sobre sus vinos.
Y luego, otros con buena relación cali-
dad precio, como el Puerta de Europa
y del mismo propietario el Lapatza en
dirección a Bilbao por la carretera que
va hacia Legutiano.
Y paisajes de Álava:
J.I.: El paisaje de las Salinas de Añana,
donde se está aplicando, también a
través de una fundación, un modo de
recuperación siguiendo un modelo
semejante al de la catedral. Toda esa
zona de Álava me encanta, el valle de
Valdegovía, el parque natural de Valde-
rejo, la torre de los Barona... Es uno de los
principales pulmones de Euskadi.

81
De la montaña me gusta mucho la villa medieval de Antoñana, muy cerca de los
montes de Izkiz, con unos hayedos preciosos. Llegando al pueblo de Markinez pue-
des empalmar de un valle a otro, entrando desde Antoñana, por el monte, para
acabar en Oquina y volver por Ullibarri de los Olleros hasta Vitoria”
Y como colofón de esta mañana, Juan Ignacio me guía por la impresionante e indes-
criptible obra de excavación y restauración de la catedral de Santa María. Empiezo
a hacerme a la idea de la envergadura de la obra emprendida. Por muy bien que lo
explique Juan Ignacio es necesario visitar la catedral y ver lo que se ha hecho y lo que
se está haciendo para entenderlo. Es un recorrido apto para todo el mundo, grandes
y pequeños. No sé lo pueden perder.
Visiten la Catedral de Santa María y ya me contarán.

82
Restaurante Xixilu, Vitoria.
Son las 2.42 del día 21 de julio. Ya sé que
no son horas, pero hace apenas una
hora que ha finalizado la cena que he
compartido con Naiara y María y no me
puedo acostar sin trasmitirles la impre-
sión que tengo ahora muy viva todavía.
El pasado sábado, el día de cierre del
festival, conocí en el Jazz de Mediano-
che a Naiara. La había visto días atrás
en Mendi. Llevaba una chapa de la
organización. Le pregunté qué hacía y
me dijo que desde hacía seis años tra-
bajaba como voluntaria acompañan-
do a los músicos, en una labor algo así
como de asistente personal. Le expliqué
el proyecto de este libro y le pregunté
si ella querría participar. Le pareció inte-
resante pero me dijo que no creía que
ella fuera la persona más indicada. En
algún momento de la conversación me
comenta que su amiga María Clé sí sería
una persona muy apropiada para apa-
recer en este libro. María es una ena-
morada de Vitoria, había vivido en Ma-
drid y había vuelto recientemente a la
ciudad. María es una joven diseñadora
premiada a nivel nacional. Me pareció
también muy interesante pero insistí en
que ella apareciera también. Nos inter-
cambiamos teléfonos y direcciones de
correo electrónico en mi esperanza de
VITORIA, 20 de julio de 2009

83
que Naiara cambiara de opinión.
Ayer domingo la llamé y quedamos
para este lunes. Me dijo que intentaría
que María la acompañara. Esta maña-
na, después de que me lo recomenda-
ra Juan Ignacio Lasagabaster, reservé
mesa para tres en el restaurante Xixilu,
en la plaza de Amárica número 2. Naia-
ra me volvió a llamar a las ocho en pun-
to y la emplacé a las nueve y media en
el Xixilu. Me confirmó que la acompaña-
ría María.
Cuando llego al Xixilu, las encuentro en
la barra. Acaban de llegar y han pedi-
do dos vinos blancos. Yo estoy nervioso y
algo acalorado, pero ellas se muestran
encantadoras.
Naiara es una joven esbelta, rubia de
media melena con un corte de pelo
divertido que le sienta muy bien. Trans-
mite simpatía y energía y tiene una
mirada entre divertida y tierna. Es una
excelente conversadora y es muy fácil
charlar con ella. Es inquieta, pero de esa
inquietud que me agrada, la inquietud
de quien hace muchas cosas, abarca
muchos aspectos distintos de la vida.
Compagina su trabajo como psicóloga,
con toda una serie de actividades de-
portivas, musicales...
María es morena, de pelo rizado, con
unos ojos muy expresivos que se abren
al compás de la fuerza que transmi-
te cuando habla. No levanta la voz
en ningún momento, no le hace falta.
Aunque en una descripción superficial
podríamos decir que María es más bien
chiquita, no lo es en absoluto. María es
enorme, en convicción, en ilusión, en
capacidad de apasionarse por lo que
hace y de transmitírtelo. Es diseñadora
de éxito precoz, bien merecido, pero no
es ella quien me lo explica, sino Naiara,
orgullosa de su amiga, que se encarga
constantemente de recordarme lo im-
portante que es María y la poca impor-
tancia que se da. Naiara es extremada-
mente generosa en protagonismo, que
quiere ceder a María. A mí me interesa
escuchar la conversación de las dos,
que al final se prolongará durante más
de dos horas que me pasan volando.
Lástima que sólo puedan ustedes leer
un extracto.
María: Lo que pasa es que Vitoria creo
que no está muy valorada, ¿no?
Naiara: Mucha gente de Bilbao no ha
venido en su vida a Vitoria.
M: Donostia y Bilbao la tapan.
Llega Javier López, el que va a ser nues-
tro camarero, para tomar nota. Le can-
tamos los primeros. Javier parece tener
prisa. El Xixilu está lleno. Nos hemos sen-
tado en la terraza después de que Ma-
ría José Sáez de Cortázar, la propietaria
del local, nos ha permitido cambiarnos
desde el salón interior. El bullicio del co-
medor nos iba a impedir grabar la con-
versación.
N: Chipirones a la plancha...
M: Ensalada cesar... y almejas a la ma-
rinera, eso serán los primeros que com-
partiremos”.
Javier: Vamos a los segundos.

84
N: Bacalao con patata panadera.
M: Para mí el rape a la plancha.
Antoni: Yo tomaré el lenguado.
Al cabo de un rato llega Javier y me
dice que se ha acabado el lenguado.
Pido rape con almejas.
Aunque yo prefiero tinto incluso con
platos de pescado, María no toma vino
tinto, por lo que nos inclinamos por un
blanco de Rueda. Será una buena elec-
ción.
A: ¿Naciste en Vitoria, Naiara?
N: Sí.
M: Yo nací en Madrid pero me vine al
año, o sea que me considero de aquí.
N: Yo nací en la clínica de la Esperanza,
como mi hermano
A: Pero has vivido fuera?
N: Sí, cinco años en San Sebastián estu-
diando la carrera y luego hice un más-
ter en Bilbao y me quedé tres años. Volví
aquí por trabajo.
Hablamos de cómo se relaciona la gen-
te joven en Vitoria, y surge el tema de la
cuadrilla, algo muy común en muchos
sitios de España, pero en Euskadi tiene
un plus.
N: Hasta los 25-26 años uno tiene que
estar con su cuadrilla y se debe a su
cuadrilla y como yo tenga un plan con
ella que no es de mi cuadrilla, y hayan
quedado para cenar y se enteren de
que no he ido con ellos, es un poco has-
ta “pique”...
...Eso lo refleja muy bien el programa
“Vaya semanita”, tendrías que verlo.
A: ¿Dónde se forman las cuadrillas? ¿En
el cole?
N: En mi caso sí, y luego al cambiar de
colegio a los 14 años, en la piscina del
estadio...
M: Esto es un pueblo, pero un pueblo-
pueblo, tú no te puedes imaginar como
nos conocemos todos.
N: Pero también va por barrios, yo en mi
trabajo, de los usuarios, no conozco a
nadie.
A: Y la cuadrilla ¿tiene algo que decir en
el tema de las parejas?
N: Las novias tienen que ser aceptadas
por la cuadrilla y es una criba muy dura.
Me parece muy curioso la importancia
de la cuadrilla. Cambiamos de tema.
A: Habladme de sitios a los que vais.
M: En el “Bode” no has estado, ¿no?.
N: Es un sitio alternativo, pasado el Du-
blín sigues recto y está al lado de la Oca.
Es un bar donde hacen bocadillos.
M: Es muy variopinto.
N: Hay de todo, desde el artistoide, el
pintas-pintas, de todo...
M: Estamos todos allí, es el único sitio que
conozco que es tan mixto.
N: También está el Gora, que es pare-
cido, no tanto, igual. Nosotras salimos
siempre por el casco viejo. Ahí se mezcla
un poco de todo.
Javier nos interrumpe con una cuestión
sobre lo que hemos pedido. Es simpá-
tico Javier. Lleva trabajando desde las
once de la mañana y no se le nota.
Luego nos dirá que al día siguiente libra
y piensa descansar y quedarse todo el
día en la cama.

85
Naiara y María coinciden en que se sien-
ten muy bien en esa terraza. Se les ha
pasado el “síndrome de lunes” y María,
según me confiesa Naiara, ha resuelto
la incertidumbre de a ver a qué venía.
María viene de su taller. Ha estado tra-
bajando hasta última hora en un dibujo
que tenía que entregar mañana. Me
parece muy responsable.
Llegan los chipirones a la plancha. Están
exquisitos.
M: Al “Bode” deberías. Al “Bode”, al Bo-
degón. Tienen una terraza que dan de-
sayunos.
N: Oye, ¿a ti te gusta el rock?.
A: No especialmente.
María: ¿Dónde le ibas a mandar?.
N: Al Iguana, que me gusta mucho.
Ponen mucho rock, soul, pinchan vini-
los. Entre semana está muy bien para
tomarte una cañita tranquilamente. Y
El Abuelo, que los martes hacen sesión
y músicos aficionados llevan sus instru-
mentos y tocan. El sitio es enano, es un
poco antrillo. Ayer estuvimos cenando
en La Riojana, que nos encanta para
cenar un bocata, es otro plan, más infor-
mal. El bocata de solomillo con setas e
Idiazábal está buenísimo.
María asiente y parece relamerse recor-
dando el sabor de ese bocadillo.
M: El Alaberi: los crepes, salados y dul-
ces, están buenísimos.
N: Luego otro sitio curioso para tomar
unos pinchos es Bodegas Rubio, pasado
el Portalón en la calle Coronación..
M: A mi me gusta más El Tulipán.
N: Ah sí, el del cerdito.
M: Ponen un cerdito de barro hueco que
llenan con alcohol, lo encienden y ahí te
haces a tu gusto chorizo o morcilla.
N: También está al lado del Portalón.
M: Te estamos diciendo sitios muy autén-
ticos.
No me puedo sustraer a la tentación de
preguntarle a Naiara a qué músicos de
jazz ha acompañado y adónde les lle-
vaba a cenar.
N: He ido con ellos al Portalón y al Sa-
gartoki.
A: ¿Y a quién has llevado?
N: Yo he ido al Portalón con los músicos
de Sonny Rollins. Él no pudo ir, estaba
muy cansado, acababa de enviudar.
Pero Sonny Rollins es un cielo. Se quedó
en el camerino ensayando solo. Dio un
concierto de 4 horas y luego estuvo fir-
mando autógrafos hasta las tantas.
Sonny Rollins es uno de mis ídolos de
siempre y estuve en los dos conciertos
que dio en Vitoria en el 2006 y en el
2008. Prosigue Naiara...
N: Luego me ha tocado también llevar a
Steps Ahead. Estuve con Richard Bona,
Mike Mainieri, Bill Evans,... Bill Evans es
majísimo. Me tocó llevarle a la lavan-
dería porque no le gustaba como le la-
vaban la ropa en el hotel. Y me los llevé
también a las piscinas, a tirarse por los
toboganes, se lo pasaron pipa.
No doy crédito. No me imagino a estos
monstruos del jazz tirándose como niños
por los toboganes de un parque acuá-
tico.

86
N: A estos los llevé a cenar al Portalón.
No bebía ninguno, no fumaba ningu-
no y uno de ellos del que no recuerdo
el nombre, Mike Stern, ¿puede ser?, era
también un cielo.
M: Yo no controlo nada de jazz.
N: La verdad es que en general son muy
majos todos. Algunos son más accesi-
bles y tienen más interés en conocer la
ciudad. También depende de la dispo-
nibilidad que tú tengas. Antes casi siem-
pre iba a Bilbao a buscarles al aeropuer-
to. Les llevaba al hotel, me quedaba a
cenar con ellos. También depende de
como vayan ellos de tiempo. Llegan,
tocan y hay que devolverles al aero-
puerto. En cambio Pat Metheny se ha
quedado una semana en Vitoria y está
encantado con la ciudad”.
Llegan las almejas a la marinera.
Hablamos de la energía que genera la
música. Naiara explica que ha visto a
músicos prácticamente resucitar cuan-
do suben al escenario. Hablamos de la
importancia de que hagan música en
directo en los bares. Estamos todos de
acuerdo.
M: A mí me sirve como terapia el escu-
char un concierto en directo.
N: Los del Jimmy Jazz, que fuiste tú el
otro día, que antes se llamaba Azkena,
quieren programar conciertos, pero el
último que programaron, de un músico
de Brighton, Dave Graham, estábamos
contados veinte personas. Y me decía
Iker, mira lo que nos cuesta traer a éste y
aquí sólo somos veinte.

87
Nos trae Javier los segundos, que tie-
nen un aspecto excelente. Mi rape con
almejas está muy sabroso. El plato de
rape de María es mayor que el resto y
bromeamos al respecto. Era Naiara la
que, según María, comía más y le debe-
ría haber tocado un plato más grande.
Pero Naiara parece encantada con su
plato de bacalao.
Hablamos de nuestros respectivos tra-
bajos. Naiara ha trabajado en hostelería
mientras estudiaba y nos explica su ex-
periencia. María se fue a estudiar diseño
a Madrid con veintidós años a IED. Pero
volvía a Vitoria todos los fines de sema-
na, se llevaba la máquina de coser en
el autobús para poder trabajar el fin de
semana.
M: Imagínate lo que pesaba eso, era
como la de Cuéntame. Mi padre tenía
que venir a buscarme. Yo tenía cla-
ro que iba a aprovechar al máximo el
tiempo en Madrid, pero estaba segura
de que iba a acabar en Vitoria. En Ma-
drid estuve muy bien, conocí la ciudad,
pero, aunque por mi trabajo Madrid
podría ser una ciudad idónea, no tenía
duda de que iba a volver. Aquí tengo
otras oportunidades.
Naiara insiste en que María Clé es una
diseñadora que cuenta con gran reco-
nocimiento en su profesión aunque pa-
rece que María no quiera hablar de ello.
M: En Vitoria soy feliz. Mi día a día es
diferente. El trato con la gente de aquí
es muy cercano. Me compensa a nivel
personal.

88
N: Yo me estoy reconciliando con Vitoria.
Es curioso lo diferentes que son Naiara y Maria. A María le encanta Vitoria, a Naiara le
está costando reconocer las ventajas de su ciudad. A María le encanta el invierno, a
Naiara el verano. Naiara aprovecha cualquier excusa para irse a pasar algún fin de se-
mana fuera, María, en cambio, sale de Vitoria lo justo y regresa cuanto antes.
María nos cuenta su actual proyecto en colaboración con una pintora. Nunca ha pin-
tado pero me enseña en su móvil lo que está haciendo y me parece interesantísimo.
Me hace gracia que insista en el formato de los cuadros, “formato grande”, me dice.
Le pregunto sobre el premio nacional de diseño que ganó. María preparó un proyecto
para licenciarse en IED y fue ese, el proyecto de una estudiante brillante, el que aca-
bó ganando, primero el certamen de Euskadi y luego el del Estado. María nos explica
cómo hizo absolutamente todo de forma artesanal, desde tejer personalmente las telas
que utilizó en sus vestidos hasta coser y planchar. “Tenía que presentar el proyecto al
mediodía y me llamaron a casa porque no llegaba y estaba planchando. Llegué tarde,

89
monté los vestidos en los maniquíes, y cuando estuvo todo listo, me senté y me puse a
llorar, no podía más...”. Hablamos de la pasión en el trabajo como forma de escapar de
la mediocridad. Naiara insiste en el estilo de María Clé. “Ves un dibujo y sabes que es
María Clé”. María reconoce que en la escuela le enseñaron a buscar ese estilo propio.
Le pregunto a Naiara sobre su trabajo. Transmite la misma inquietud y pasión que María.
Ella lo aplica a un trabajo menos artístico pero que tiene un elemento común con María:
ofrece algo de sí misma a los demás.
Llega Javier y nos pregunta cómo ha estado todo. Le confesamos que estaba todo
excelente. Y vamos a los postres. Parece que a Naiara le gusta especialmente el choco-
late. El dulce de chocolate lo ha montado especialmente María José Sáez de Cortázar,
“la jefa”, como dice Javier, aunque en realidad lo ha hecho la cocinera, Merche, como
reconoce después. “Está increíble”, dice María. Naiara se relame. Yo también pero por
la velada fantástica que me están haciendo pasar.

90
Entramos en el local para hacer unas
fotos y luego siguen más recomenda-
ciones:
N: Para los rockeros, el Hell Dorado
M: Que empiece por El abuelo
N: Y el Ibu Hot’s, todo eso es rockero.
N: Un paseo por las senda hasta las
campas de Armentia.
M: Y si puede ser en bici
N: Recorrer la ciudad en bici es impres-
cindible, olvidar el coche por una sema-
na. Hospedarse en el hotel Los Arcos en
la plaza del Machete.
M: Ir a dar una vuelta por Corre (la calle
de la Correría) de tiendas.
N: Ir a la librería Zuloa...
M: Ir a La Globería para hacer un regalo
y que te lo empaqueten allí.
N: A mi me gusta mucho ir a las cuatro
de la tarde a tomar un café a la plaza
del Machete, es mi plaza.
N: Los jueves en la calle Gorbea está el
pincho-pote: pincho y un pote por un
euro.
M: Y el viernes en Zaramaga.
N: Por la noche puedes ir por el casco
viejo, al Kistch, por ejemplo, y le pides a
Javi la música que quieras y te tomas un
pepinarde (Seagram’s con tónica, pepi-
no y flores). El Parral es un vegetariano
que está muy bien y, enfrente, el Gora,
que es de los mismos que el Jimmy Jazz.
M: Un bocata en La Riojana
N: En mayo el Azkena Rock Festival, im-
prescindible. Y si vienes a las fiestas de
Vitoria tienes que ir a las txoznas.
Y fuera de Vitoria:
N: Para mí el pantano, a pasar el día
tranquilamente, llevarte la comida, pa-
sear, ir en bici, con un librito, a pasar la
tarde,... Legutiano, Alegría hay muchos
pueblecitos que están muy bien.
M: El parador de Argómaniz.
Para ir a la playa...
M: En una hora estás en la playa. Suelo
ir a Sopelana.
N: Pero Laga y Laira son fenomenales.
La salvaje, cerca de Sopelana, para
perderte más.
N: Y de pinchos no puede faltar la tor-
tilla de patata manchada del bar del
deportivo alavés en la plaza de España.
M: Y los pinchos del Dólar...
Unos días después, María y Naiara me
llevan de paseo por el casco histórico.
Tienen la sensación de que no me han
hecho suficientes sugerencias para el
libro. Ese día María me presenta a su no-
vio Guillermo, un chico alto de cabello
rizado y hablar suave y pausado. En un
momento de descuido, María se dedica
a apuntar en un servilleta de papel del
asador 10 Erretegia lo siguiente (algunas
se repiten en la conversación previa,
pero les transcribo lo que me escribió en
la servilleta):
Aldapa: capuccino jamaicano
Aran hamburguesería: muy pequeñita
Restaurante el 7: bocatas. La Riojana:
bocatas de solomillo con setas e Idia-
zábal. El rincón de Luis Mari: serranito.
Tienda Basterra: productos típicos muy
selectos (“bizcocho ecológico”). Victo-

91
fer: tienda de conservas enfrente del bar 7. Kistch: café en la plaza del Machete. El “pe-
pinarde” y selección de cervezas.
En Judizmendi: Candela (café y copas) e Ibu Hot’s (conciertos y pub “rollo rockerote”).
En septiembre volví a Vitoria y María me dio una excelente noticia: junto con su socia
Patricia, han conseguido un local en la calle de la Correría, para montar su propio taller-
tienda. María está entusiasmada por este proyecto. Por fin podrá trabajar y vender su
ropa en su propio local. ¿Y cómo ha conseguido este local? La Agencia de Renovación
Urbana está potenciando el casco histórico para, entre otras cosas, hacerlo atractivo a
jóvenes profesionales que tengan proyectos que encajen con el casco. María presentó
su proyecto y en un tiempo récord le facilitaron el local en unas condiciones ventajosas.
Una excelente inciativa del inquieto y lúcido Gonzalo Arroita, el primer gerente de la
Fundación de la Catedral de Santa María. Meses después, en abril, tuve la oportunidad
de asistir a la inauguración de la tienda de María y Patricia. Se llama Tissue. Está en la
calle de la Correría número 36. Me hizo mucha ilusión ver la cara de felicidad de María y
de Paty. Son jóvenes, son muy profesionales, son un encanto. No olviden visitar la tienda
de María y Paty. Un nuevo motivo para visitar esta maravillosa ciudad. No se lo pierdan.

92
Restaurante sidrería Sagartoki, Vitoria.
Hoy he quedado con Senén González,
en el Sagartoki, restaurante que el jo-
ven restaurador ha convertido en una
referencia de la cocina de Vitoria y de
Euskadi.
Llego a las once y cuando reviso mi bol-
sa de mano tengo un ataque de páni-
co: no encuentro mi grabadora. Llamo
a Senén y no tiene inconveniente en
retrasar la entrevista, “tengo varios re-
cados que hacer”, me dice. Seguimos
con las muestras de la amabilidad de
la gente de esta tierra. Vuelvo al hotel
y no encuentro la grabadora. Sigue el
pánico, aunque tengo guardadas en
el ordenador todas las entrevistas, salvo
la de ayer por la noche. Vuelvo al co-
che y rebusco por todos lados. Al final
la encuentro en el maletero del coche:
había dejado allí la bolsa y se había caí-
do. Bueno, la recuperación compensa
el momento de inquietud.
Vuelvo al Sagartoki y espero a Senén
en la barra mientras tomo un zurito y un
minibocadillo de bonito con guindilla
en pan de centeno. Llega Senén, con
paso vivo y seguro. Me ofrece su mano y
aprieta la mía con energía. Esta energía
es una de sus principales características
del personaje que es Senén y parece
que la vierte en todo lo que hace. Me in-
vita a seguirle. Lleva una caja que deja
sobre una mesa. La miro curioso pen-
sando que es un utensilio ultramoderno
de cocina. Pero no: es una máquina de
bricolaje que no sé identificar. Están ha-
ciendo obras en la cocina y, sorpresa,
es Senén quien las dirige. “¿Es el mismo
Senén quien hace las pequeñas refor-
mas de su restaurante?”, me pregunto.
Pues así es, pero no sólo las pequeñas.
Me enseña un vivero de marisco que
ha habilitado al fondo del comedor in-
terior del restaurante y que ha hecho
con sus propias manos. Para acabar
SENEN GONZALEZ VITORIA, 21 de julio de 2009

93
de dejarme estupefacto me indica al
fondo del restaurante un espacio en el
que piensa habilitar una nueva cocina
que también va a hacer él. ¿Lo pueden
creer? El trabajo de restaurador es du-
rísimo, en horarios y dedicación, y este
hombre hiperactivo saca tiempo para
dirigir la ampliación y las mejoras de su
local, que entiendo que quiere como a
un hijo.
Pronto descubro que esto es para él
algo más que un restaurante. Es su casa.
Pasa aquí prácticamente todas las ho-
ras del día. “Voy a casa sólo para cam-
biarme”, y añade, “hace siete años que
no veo la televisión”. Antes de poner en
marcha la grabadora ya me está expli-
cando proyectos, sueños, que desgra-
na con toda naturalidad y un torrente
de convicción. No tengo duda de que
tengo ante mí a un hombre que puede
hacer todo aquello que se proponga.
Senén es riguroso, exigente, perfeccio-
nista, curioso... Es un hombre de éxito y
lo merece, pero bullen tantas cosas en
su cabeza que no creo que se deten-
ga a pensar en el éxito. Ante ustedes
algunas de las interesantes cosas que
en unos cincuenta minutos de entrevista
me cuenta Senén.
Senén: Hay varias fases, la fase de crea-
tividad, en la época en que comencé
aquí, hace seis años, en que intento apli-
car las técnicas modernas sobre todo a
los pinchos. Cuando lo intento aplicar a
la cocina, me doy cuenta que no tengo
un equipo lo suficientemente grande y
que la gente tampoco quiere compli-
carse la vida. Entonces empiezo a obse-
sionarme con la materia prima. Me doy
cuenta de que teniendo un mero de
ocho kilos pescado en el día y que llega
aquí graso, es que no necesita nada. El
besugo que te comiste el otro día no ne-
cesita nada. Yo como pescado todos los
días y lo prefiero a la brasa sin nada sin ni
siquiera esa emulsión de fumet que pre-
paramos (y que hizo las delicias sobre
todo de José María), sólo aderezado
con un poco de aceite de oliva. O como
las ensaladas de tomates que hacemos.
Para mí coger uno de esos tomates y
desestructurarlo para hacer cualquier
otra cosa me parece una aberración. La
calidad de ese tomate que me cultivan
unos agricultores ecológicos en Urdai-
bai, en Guernica, es... Llevo años detrás
de ellos para que me vendan y no sólo
he conseguido que me vendan sino que
me dejen un trozo de tierra en el que
puedan cultivar cosas nuevas y que mis
clientes lo puedan disfrutar aquí...
Nos interrumpe uno de los operarios que
tiene un problema con la cuchilla de
una máquina de cortar. Senén encuen-
tra una rápida solución. Este hombre
controla todos los detalles.
S: Al final lo que busco cada día es emo-
cionar a los clientes. Normalmente salgo
a las mesas para ver qué tal, y te das
cuenta que el 90% se van emocionados
y no has hecho nada, simplemente traer
un producto muy bueno y darle un pun-
to de cocción perfecto.

94
Antoni: Pero en los pinchos sigues inno-
vando...
S: En los pinchos sí, porque en los pinchos
la creatividad, a mi modo de entender,
está justificada. De hecho mi cocina
se define en eso, en emocionar con un
bocado en el pincho con una mezcla
de textura y de sabores. Por ejemplo,
el pincho de huevo con patatas. Aho-
ra voy a empezar un proyecto nuevo y
quiero preparar unas doscientas recetas
para hacer una franquicia de un bar de
tapas... Hago ensayos con un bioquími-
co con la ultracongelación. Es un pro-
yecto que tengo para poder financiar
otro proyecto de marcharme a un lugar
cerca del mar, de momento pienso en
Ibiza, e iniciar un proyecto de I+D+I, y se
trata de cocinar desde la tierra. Algo así
como lo que hacen estos amigos míos
en Urdaibai pero con más tiempo. Con
un ingeniero agrónomo, con tiempo y
con imaginación, ir desarrollando pro-
ductos cada vez de mayor calidad.
A: ¿Por qué Ibiza?.
S: Porque tengo muy buenos recuerdos
de ahí. (Luego me explicara que estuvo
trabajando en su juventud). Tengo bue-
nos amigos ahí, es un punto de referen-
cia mundial y es una ventana al mundo.
Pero bueno, he aprendido a esperar y
tener algo de paciencia y en lugar de
hipotecarme hasta las cejas, quiero ir
con todo pagado.
A: ¿Qué edad tienes ahora?
S: Treinta y tres. Este es mi sueño. Tam-
bién me gustaría crear una fundación
y colaborar a partir del mismo proyecto

95
de I+D+I con alguno de los países en de-
sarrollo que necesite ayuda y trasladar-
me allí, en los meses que tenga menos
trabajo en Ibiza, con parte de mi equi-
po. Ya que va a ser un sitio para ricos,
devolver parte de esa riqueza a gente
que más lo necesite.
A: ¿Y en qué sitio de Ibiza has pensado?
S: No sé. De momento necesito un sitio
con mucha agua. Después intentaré ha-
cerlo sin agua. Este es mi sueño. Toda la
energía que gasto en este negocio, des-
de las siete de la mañana hasta la una
que me voy a dormir sin parar, es para
eso, hasta el punto de que antepongo
mi vida personal por este proyecto, está
dirigida a esto.
Al final me autoanalizo y me doy cuenta
que lo que me gusta es compartir. Si con
lo que hago puedo transmitir emocio-
nes y provocar recuerdos a la gente, con
eso me doy por satisfecho. Partiendo de
que las emociones van caducando por-
que las vas conociendo. En la búsqueda
de emociones nuevas, para no aburrir-
me, está la clave. Porque también soy
así, creo que el trabajo me llevará a un
lugar donde cada día sea distinto. Creo
que enganchado a la tierra puedo
contemplar como cada día es distinto
y todo cambia. En el momento en que
empiezas a trabajar con la tierra nunca
se acaba, es infinito. Si pretendes conse-
guir el mejor tomate, eso no se acaba.
A: En la cocina os sometéis a un examen
constante, con cada cliente.
S: Yo el fallo no lo tolero. Todo tiene que
salir perfecto. Mi gente ya sabe cómo
quiero las cosas y cómo quiero que sal-
ga el trabajo. No puedo consentir que
un cliente de mi local no se vaya emo-
cionado.
A: Pero eso es durísimo, ¿no?
S: Soy un inconformista, un perfeccionis-
ta. Si se produce algún fallo, me cuesta
recuperarme. Me voy a la cama y le es-
toy dando vueltas.
Me detengo a decirle el motivo y la ra-
zón de ser de este libro. Es tal el torrente
Senén que no he tenido la oportunidad
de contárselo.
A: Adónde llevarías a un amigo si viniera
a visitarte?
S: Sin duda lo llevaría a visitar las bode-
gas de la Rioja Alavesa, a Riscal, Pierola,
Remírez de Ganuza. Y a ser posible, me
quedaría a comer en la bodega, lo que
me pongan, que me sorprendan.
A: ¿ Y algún sitio que recomiendes por
el paisaje?
S: Es espectacular subir al monte Gor-
bea. Suelo ir mucho a la casa del par-
que cuando siento la necesidad de
parar y meditar. El camino que subes al
lado del río que está en Murguía es muy
bonito con esas hayas centenarias, tan-
to en otoño, cuando se están cayendo
las hojas, como en primavera, con ese
río que suena constantemente, con esa
música. Necesito ir allí porque, aunque
la hiperactividad va conmigo, de vez en
cuando hay que parar y pensar.
A: ¿Sueles hacer vacaciones?

96
S: Cuando puedo. No libro ningún día.
Salgo los sábados, suelo salir a Río al
centro, al Círculo que ponen buena mú-
sica, o al Atura, que hay buen ambiente.
A: Y a comer, ¿sales a comer?
S: La verdad es que no suelo ir. Si voy a
comer, voy a Zaldiaran que hacen una
cocina que me interesa. Lo que ocurre
es que no suelo comer fuera de aquí
porque el producto que me llega, mejor,
no lo voy a encontrar. En Tarifa, donde
pescan el besugo con anzuelo, están
pescando hoy y yo tengo el producto
aquí mañana. Tengo el mejor chicha-
rro. La carne que me llega de Galicia
es espectacular. La persona que me la
trae me sirve a mí y a pocos restaurantes
más, cuando me llega, llamo a algún
amigo y le digo que se venga a comer
conmigo. Cuando te ocurre eso es jodi-
do ir a comer por ahí.
A: Y de pinchos, ¿vas?
S: Pocas veces, te recomendaría el To-
loño que hacen cosas muy interesantes
y que son amigos además. También voy
a comer pulpo en la parte vieja, a una
señora que hace un pulpo espectacu-
lar, en el bar Santiago. Lo del pulpo ha
sido una de mis fijaciones. Pero ahora ya
lo tengo dominado. Después de darle
vueltas, no me vale que salga medio-
cre, tengo un recuerdo en mi cabeza y
no me interesa nada que no sea mejo-
rarlo. Al final compro los pulpos vivos a
unos proveedores que tengo en Vigo, en
Coruña. Al día siguiente los tengo aquí
que todavía está cambiando la piel de
color. Los congelo en una máquina, que
se usa en medicina, a -80º. La compré
en mi afán de conseguir tener el mejor
atún rojo. Lo congelo y luego lo cuezo al
vapor a 105º con exactitud.
Ahora estoy cociendo marisco. He com-
probado que el bogavante está mejor
cocido de un día para otro y a baja tem-
peratura, a 75º. Estoy haciendo pruebas
porque es prácticamente nuevo para
mí. Por eso he fabricado una plancha
parrilla con agujeros para que le toque
el humo. Al final pretendo ser una refe-
rencia en cocina de marisco. En Vitoria
no hay tradición de comer marisco sal-
vo en Navidades.
Le pregunto a Senén por el invierno de
Vitoria, si realmente es tan duro como
para que la gente no salga de casa. Me
confirma que en invierno trabajan me-
nos. Aunque el Sagartoki no cierra. Son
muchas las familias que dependen de
su negocio.
Senén tiene muy claro lo que quiere:
que el Sagartoki sea una referencia.
Que la gente que venga a Vitoria lo
haga entre otras cosas por la calidad
de la gastronomía y, en concreto, por la
calidad del Sagartoki.
A: Por cierto, ¿tu naciste en Vitoria?
S: No, nací en Beasain, en Guipúzcoa.
Vine aquí a hacer la mili. Luego trabajé
unos veranos en Ibiza. Me encantaba,
pero me di cuenta que si seguía yendo
allí no iba a avanzar. También estuve en
Madrid, pero Madrid no es para mí. Yo

97
soy de campo, me gusta la tranquilidad,
me gusta la paz. Aquí en Vitoria había
conocido a gente, tenía amigos y me
decidí por venir aquí.
A: ¿Y lo de meterte en la cocina?
S: Eso empezó aquí con este proyecto,
aunque mi padre tenía restaurantes y
yo había trabajado de pequeño, lue-
go aquí aprendí de forma autodidacta.
Con el tiempo me he dado cuenta que
estoy enganchado a sentir, a sentir con
el paladar. A comerme unas lonchas de
jamón Joselito, que es espectacular, del
que tengo aquí. Si estoy fuera y no en-
cuentro, tengo mono. Voy a Ibiza y ten-
go unos sitios de referencia que repito,
pero aun así tengo mono de aquí.
A: Y fuera de tu restaurante ¿tienes refe-
rencias de sabores?
S: En pescado Elkano en Guetaria. Lue-
go me gusta la cocina de los grandes
maestros, Víctor Arguinzoniz, que tiene
un asador en Etxabarri, Juan Antonio
Zaldua, que tiene cuatro o cinco res-
taurantes en la zona de Vizcaya y que
además es una persona muy inteligente
con una filosofía que me gusta. También
Berasategui, Arzak, Subijana, Adriá...
A: Creo que estás convirtiendo a Sagar-
toki en el restaurante de referencia del
festival de jazz.
S: Yo a Iñaki le tengo mucho respeto
porque ha hecho mucho por la ciudad,
como Gonzalo Arroita, Juan Ignacio La-
sagabaster, son gente que hace que al
final la ciudad sea un proyecto común.
Esta gente me merece mucho respeto,
mucha admiración. Creo que en un res-
taurante el trato a la gente es lo primero,
que te hagan sentir como en casa. Bue-
no, si la cocina es mala está claro que
no es suficiente. Luego la calidad del
producto y, por último, el precio. Ahora
Iñaki me trae a estos y yo les trato como
se merecen. El otro día estuvo Madelei-
ne Peyroux y salió emocionada, me dijo
que en seis semanas de gira en ningún
sitio había comido como aquí.
A: En definitiva, que a cualquiera que
venga a Vitoria, que vaya al Sagartoki.
S: Seguro que saldrá emocionado.
Yo me fui emocionado el otro día, cuan-
do comí aquí con Ana y con José Ma-
ría. Hoy me voy impresionado de haber
conocido al artífice de estas emociones.
No olviden, en su visita, hacer un alto en
Sagartoki.

98
Domicilio familiar de Maite e Iñaki, Vitoria.
Hoy he quedado con Ana para que me
lleve de nuevo a la sidrería Mendiola.
Digo de nuevo porque hace unos me-
ses comí allí y me quedé impresionado.
En primer lugar debo decir que este res-
taurante no es una sidrería propiamente
dicha, aunque Iñaki presume de tener la
mejor sidra del mundo, sidra de Tolosa,
pero no tienen kupelas ni menú de sidre-
ría ni siguen la temporada de sidrería.
Les puedo aconsejar de primera mano
el chuletón a la piedra, del que luego
hablaremos y las alubias con sacramen-
to, pero que, en ambos casos, les reco-
miendo un ayuno previo a no ser que
sean unos verdaderos tragaldabas.
Mendiola está a unos tres kilómetros de
Vitoria saliendo por la carretera anti-
gua de Estella. Como sucede cuando
sales de esta ciudad, de repente te
encuentras en pleno campo. Mendiola
es un pueblo pequeño y la sidrería, en
una antigua y encantadora casona de
campo, se orienta hacia unos campos
de trigo y a las faldas del monte Olarizu.
Por cierto, no les he presentado a mis
anfitriones. De Ana Isabel, que ya ha
aparecido antes y aparecerá más ade-
lante, ya les hablaré con más detalle en
otro capítulo.
La prima de Ana, Maite, está casada
con Iñaki Cacho. El matrimonio tiene
dos hijos, Naiara, de veintisiete años, tra-
bajadora social en Barcelona, e Iñaki,
de dieciocho, a punto de empezar los
estudios de ingeniería informática en
Mondragón.
Iñaki regenta la sidrería Mendiola junto
a su socio José María. Su mujer, Maite,
junto con Idoia, esposa de Jose Maria,
se encargan de la sala. Iñaki tiene todo
el aspecto de un chicarrón del norte. Te
mira serio y habla con mucha vehemen-
cia con sentencias frecuentes. Luce un
aro en su oreja izquierda. Cuando sonríe
se le relaja la expresión y te das cuenta
de que dentro de ese corpachón se es-
conde un gran corazón. Maite tiene ese
aspecto tranquilo y bonachón de las
mujeres-madre. Es muy dulce en el trato
y aparenta ser una mujer bondadosa.
Cenamos en casa de la familia Cacho,
Ana, los dos Iñakis y yo. Al café se une
VITORIA, 22 de julio de 2009INAKI CACHO

99
Maite, que llega desde la sidrería. Hoy
era el día libre de Iñaki y había dejado a
su socio José María a los fogones.
Los Cacho viven en un dúplex en una
de las zonas nuevas de Vitoria. Tienen
una terraza enorme con un toldo que
nos protege del viento que sopla a ra-
chas esta noche y que yo agradezco
porque mitiga el calor. Se está muy a
gusto en la terraza.
La cena es informal. El plato estrella es
una sencilla ensalada de pepino y to-
mates que Maite, “La hierbas”, cultiva
en grandes maceteros en su terraza y
que recoge Iñaki minutos antes de su
preparación, a la luz de una linterna. De
la huerta al plato.
Empezamos la cena bien, sirviéndonos
una copa de vino, incluido Iñaki hijo,
para brindar por nuestra respectiva sa-
lud. El joven Iñaki acaba de volver del
camino de Santiago y parece que ha
sido una experiencia gratificante, salvo
la dificultad de la vuelta desde Santiago
de Compostela.
Le alabo a Iñaki el sabor del pepino y
su textura. Es curioso cómo puede ob-
tenerse un producto como éste en una
terraza urbana.
Hablamos de la dificultad que tiene tra-
bajar de cara al público, del examen
continuo que supone la hostelería. A lo
largo de su vida profesional, Iñaki acu-
mula muchas anécdotas al respecto y
nos divierte contándolas.
Iñaki: Recuerdo la época en que era
jefe de cocina del restaurante Olárizu.
En aquella época había dado cursos de
cocina, participaba en programas de
radio... Yo “he casado” a media Vitoria.
Me parece curiosa la expresión. No me
imagino a Iñaki con alzacuellos.
Habla con respeto de Zaldiaran y de
Gonzalo Antón, su propietario. Del Olá-
rizu se fue a la Peña Vitoriana.
Antoni: Oye, Iñaki, ¿a la cocina te has
dedicado toda la vida?
I: Sí, bueno, salvo un período de cuatro
años en que me aburrí de hacer croque-
tas, cuando estuve en Zaldiaran precisa-
mente. Mi primer trabajo en Vitoria fue
en el restaurante Garmendia, tristemen-
te desaparecido, en la calle Manuel Ira-
dier, y luego me fui al Dato 6. De ahí me
ofrecieron trabajar en Zaldiaran en el
82. Ahora se habla de crisis pero nadie
se acuerda de la de entonces. En esa
época me fui a Barcelona y estuve seis
meses. A la vuelta estaba de correturnos
y trabajé en todos los restaurantes de
Gonzalo Antón, Olárizu, Neguri, Asador
Aralar, Zaldiaran... En esa época conocí
a José Mari, mi actual socio, y a su futura
mujer, Idoia.
A: ¿A qué te dedicaste en los cuatro
años de paréntesis de la hostelería?
I: Me puse a vender cables, conectores,
altavoces... sonido en definitiva. Vendí
unas cajas por 75.000 pelas de la épo-
ca. Fui el único que consiguió vender
esos altavoces. Después me puse a ven-
der material de papelería.
Ana se ríe porque recuerda que toda-
vía tiene unos sacapuntas con forma

100
de zanahoria y de alcachofa de los que
distribuía Iñaki.
I: Hacía sustituciones de cocinero los fi-
nes de semana. Me iba hasta Lardero
(Logroño). La cuestión es que ganaba
cuatro veces más en las sustituciones
de fin de semana que con los lapiceros.
Entonces me llamaron del Andere y ahí
volví definitivamente a la cocina, de se-
gundo. Estuve muy bien. Luego quedó
vacante el puesto de jefe de cocina del
Olárizu y me lo ofrecieron a mí. Yo no lo
esperaba. Ahí estuve cinco años y pico.
Trabajamos mucho y bien.
A: Y lo de Mendiola ¿cómo lo montáis?
I: Eso es curioso también. Un día Arantxa,
mi hermana, se encontró con Enrique,
que había sido mi jefe en el primer tra-
bajo que tuve en Vitoria porque yo vine
con 18 años.
Ana: Tú naciste en Bilbao, ¿no?
I: Sí. Vivíamos en Basauri. Empecé en
Amorebieta a trabajar de cocinero. Mi
padre estaba en una sociedad gastro-
nómica y a mí lo de la cocina me gus-
taba. Suspendí tercero de bachillerato y
eso me marcó. Dos tías de José Ramón,
el del IKEA, hacían extras en Amore-
bieta, y fue él quien, a través de su tía
Raquel, me metió en el restaurante del
Cojo en Amorebieta. Me veo con cator-
ce años metido de cocinero con coci-
na de carbón. Nada sabe igual desde
que no hay cocinas de carbón. Ya sé
que parece la prehistoria. De ahí vine a
Vitoria con dieciocho años. En un princi-
pio iba a entrar al Portalón. Era también
José Ramón el que me facilitó el contac-
to. Pero en el Portalón me dijeron que es-
taba todo cubierto. Me tuve que volver
a Amorebieta. A los seis meses me llama
otra vez José Ramón para entrar en el
restaurante Garmendia y ahí sí que me
cogieron. Iba a sustituir a Enrique, que al
final no se fue, pero me cogieron igual.
Estaba Manolo Bayón de jefe de coci-
na. Ahí estuve de maravilla.
En la época de Olárizu, mi hermana
Arantxa había comido en la sidrería y se
encontró con Enrique que era quien lo
regentaba. Yo no sabía ni dónde estaba
Mendiola. Joseba, mi hermano, y Edur-
ne, su mujer, recién casados, Mayte y yo
fuimos un día. Era invierno y hacía un frío
que pelaba.
Me acuerdo de la imagen de abrir la
puerta del comedor y cuando vi aque-
llo... era el cielo. Se lo dije: “Cómo me
gustaría a mí tener algo así”. Me enamo-
ré de aquella casa, de aquellas vigas.
Después, cuando estaba en la Peña
Vitoriana, me enteré de que se vendía
una sidrería en Mendiola. Llamé a Enri-
que y confirmé que era la suya. Fuimos a
verlo. En mayo hará diez años.
Mis tíos tenían un caserío en Durango y
hacía que no veía una casa así... con
esa piedra, esas vigas, esas ventanas...
me enamoré.
Me explica que mantuvo el nombre de
sidrería porque ya era conocida así.
Llega Maite de la sidrería. Está cansada
pero igual de amable que siempre. Se
interesa Iñaki por la cena de Maite. Ha
cenado a las ocho. En ese momento
son la una de la madrugada.

101
Le explicamos que hemos comido un
pepino y dos tomates de su huerto de
macetas. Creo que Maite está orgullo-
sa.
Me estoy enterando de cosas que no
sabía, comenta Ana a su prima.
Seguimos con la sidrería Mendiola.
Maite: Cuando llegamos a Mendiola
había unos cestos de mimbre preciosos
con flores, colgados del techo, pero se
estropeaban con el humo de la cocina.
Iñaki me explica la razón del chuletón a
la piedra. Me dice que él no soporta la
cocina que se enfría en el plato. De ahí
lo de la piedra, que tiene la ventaja de
que cada comensal se acaba la carne
a su gusto, y siempre está caliente.
I: Un día fui a comer a Artxanda, al res-
taurante Artetxe, del amigo Basilio, y nos
sacó el chuletón a la piedra. Le pedí a
Basilio si tenía inconveniente en que utili-
zara el mismo sistema en Vitoria. Nos dio
permiso y de hecho le compramos las
piedras a él. Esas piedras son de granito
y las bases nos las diseñó un ingeniero
que había trabajado en proyectos ae-
roespaciales.
Nos reímos todos.
Reconoce que eso cambió la trayec-
toria de la sidrería y tuvo éxito desde el
primer momento.
Nos confiesa que no hay suficiente car-
ne gallega para abastecer a todos los
asadores que hacen chuletón en Euska-
di. Pero Iñaki considera que lo importan-
te es que el cocinero conozca al car-
nicero y la procedencia de la carne y
que el carnicero sepa tratarla. La cinta
(la pieza de carne) pasa un proceso de
curación previa a llegar al plato. La co-
rrecta manipulación de la cinta es clave
para conseguir el adecuado sabor del
chuletón.
Ana recuerda que también ha comido
excelente pescado en Mendiola.
Le pido que me aconseje algún lugar de
Vitoria donde comer.
I: El Tomo 1, de mi amigo Julián, en la
calle Pintor Tomás Alfaro, 11. Tiene una
muy buena barra de pinchos y platos
de cocina de mercado excelentes. Y los
huevos fritos con jamón de La Vinoteca
en la calle Castilla.
Maite e Iñaki recomiendan el Mesa y
la Bodeguilla Lanciego. “Allí el besugui-
to...”, recuerdan ambos.
Y la Cocina de Plágaro, en la calle Flo-
rida, 37.
Ana comenta que reservar es proble-
mático. Hacen cocina de autor. Iñaki
hace mención al atún rojo, la brocheta
de gambas con salsa de chipirones, el
arroz con almejas, entre otros excelen-
tes platos en la Cocina de Plágaro.
En Laguardia, recomiendan todos el
Amelibia. Iñaki tiene en la memoria un
cochinillo al horno deshuesado. Fueron
toda la familia Cacho. Iñaki hijo tam-
bién lo recuerda. Tiene, además, unas
vistas espectaculares sobre las viñas de
La Rioja. Ana, en cambio, recuerda un
postre de chocolate con aceite de oliva
y sal.

102
A ver qué nos cuenta Iñaki hijo sobre las
salidas de la juventud.
A: ¿Dónde sale la juventud?.
Iñaki joven: Salimos por el casco históri-
co. Las calles de la Pintorería y de la Cu-
chillería. Es zona de poteo y lo típico es ir
a comer unos bocatas que son enormes
y con eso ya cenas de sobras.
Ana: ¿Cuánto cuesta un “cachi”? (Un
“cachi” es un combinado tamaño fa-
miliar)
I.J.: Entre cuatro y cinco euros. En la calle
Zapatería jugamos al quinito. Se trata de
pedir un cubata y el precio de la copa
es el de la carta que te saca el camare-
ro. Las primeras veces que jugaba siem-
pre me salía a cinco o seis euros. La ver-
dad es que no me fiaba del todo...
A: ¿Y fuera de Vitoria?
I: En Landa, el Asador Erpidea (Ullibarri
Gamboa s/n), con vistas al pantano.
Maite recomienda la sidrería de Araia.
Le gusta esa forma tradicional de co-
mer en mesa corrida a pesar de las in-
comodidades que eso supone.
A: Y por el paisaje ¿qué destacaríais?
M: La Lece, entre Araia y Eguino, es una
garganta, una cueva.
Y El balcón de La Rioja, en el alto de He-
rrera, que tiene unas vistas panorámicas
de toda La Rioja.
Cerca de Murguia hay un monasterio
(Santa María de Oro), con unas peñas y
un restaurante.
Iñaki recomienda el asador de Sarria.

103
Ana: Aramaiona es un pueblo precioso.
I: Y el balconcito en Villarreal. Desde Le-
gutiano, si sigues un poco para arriba,
hay unos valles preciosos.
Hablamos de la juventud, de marcharse
de casa. Iñaki hijo cuenta cuánto le ha
echado de menos su madre los días que
ha estado en el camino de Santiago.
De ahí saltamos a la música, Iñaki hijo
toca la guitarra y el padre el teclado.
Creo que en todas las casas de Euskadi
hay al menos un músico.
Iñaki hijo cierra la entrevista refiriéndo-
se a un tópico de Vitoria y es que aquí
es muy difícil “pillar”, que sales fuera y
es otro mundo. No entraremos en ese
tema porque eso es delicado en todos
los sitios.
Antes de marcharnos, Iñaki padre
nos enseña su colección de coches
de scalextric que tiene guardados en
una vitrina. Nos marchamos felices de
casa de los Cacho después de ese to-
que de humanidad algo infantil.
Son cerca de las tres de la madruga-
da y antes de llevarme al hotel le pido
a Ana que me lleve a algún sitio que
esté abierto a esas horas entre sema-
na. Me lleva a Distrito 0, en Madre Ve-
druna,18, un local de la ciudad que
puedes encontrar abierto a horas in-
verosímiles y donde Roberto nos sirve
un excelente gin-tonic. Y de ahí a dor-
mir porque mañana nos espera un día
largo e intenso.

104
Gran Hotel Lakua, Vitoria.
Esta mañana he quedado con José
Barreira y con Anabel de la Fuente, ge-
rente y directora respectivamente del
Gran Hotel Lakua, en el que me hospe-
do desde hace cuatro años. Vamos a
desayunar juntos. Tal vez les sorprenda
pero es la primera vez que entro en el
restaurante del hotel. Hace cuatro años
que me hospedo aquí y nunca había
bajado al salón a desayunar. Suelo ha-
cerlo en la cafetería, mientras ojeo la
prensa. Anabel toma algo ligero, José y
yo sólo café. José nació en Atrave, pro-
vincia de Orense, pero vive en Vitoria
desde hace más de veinte años. Es un
hombre inquieto y emprendedor. Tiene
una clara visión empresarial y transmite
pasión por el mundo de la empresa en
general y de la hostelería en particular.
Es extrovertido y seguro, mira a los ojos
cuando habla. Es como un torrente. En
cambio cuando escucha, es paciente
y te dedica una especial atención. No
JOSE BARREIRA Y
VITORIA, 23 de julio de 2009
ANABEL DE LA FUENTE

105
es habitual que alguien que hable de
ese modo tenga esa facilidad para al-
ternarlo con la escucha atenta. Tiene
una gran capacidad de convicción y
no es gratuito el éxito que ha obtenido
en un mundo en que parece que se in-
trodujo de forma casual. Deduzco, por
la conversación que mantenemos, que
se siente empresario vitoriano. Su interés,
además de proyectar negocios, es la
promoción de la ciudad. Es un conven-
cido de las ventajas de Vitoria frente a
otras ciudades del País Vasco. También
es realista acerca de las debilidades de
la ciudad.
Anabel, en cambio, tiene una apa-
riencia tímida, pero tengo la impresión
de que detrás de esa fachada oculta
una constante ebullición de ideas en
su interior. Es el complemento ideal al
torbellino Barreira, no en vano lleva tra-
bajando con él desde hace años. De
vez en cuando asiente cuando José le
solicita que confirme alguna de las co-
sas que me explica y que se remontan
a años antes de la apertura del Gran
Hotel Lakua. Una de las cuestiones que
me hacen pensar en la fortaleza interior
de Anabel es que, entre otras cosas, or-
ganiza, desde el año 2007, el concurso
internacional de ajedrez “Liga de cam-
peones” de Vitoria. Anabel es ajedrecis-
ta y tras la muerte de su padre Jesús y,
en homenaje a éste, fue capaz de con-
vencer a seis campeones del mundo
de ajedrez para que participaran en la
primera edición del concurso, entre ellos
figuraba Karpov. Pero eso no queda ahí,
sino que utilizó el dinero que recaudó
para fundar un hospital en el Congo,
proyecto que ideó tras la impresión que
le produjo las carencias de este país
africano al que había ido de viaje. Todo
esto me lo cuenta en los cinco minutos
que estuvimos solos mientras esperába-
mos a José Barreira. Pero parece no dar
importancia a su labor en este sentido.
Anabel: Yo juego al ajedrez desde cría.
Mi padre murió un año antes de iniciar el
torneo. Inicialmente la idea surgió como
un homenaje, un memorial a mi padre
que había hecho mucho por el ajedrez
en Vitoria. Mientras estaba pensando en
cómo lo hacía coincidió que me fui al
Congo. Allí estuve en un centro de salud
con un ginecólogo. Me impresionó tan-
to lo que vi que decidí que debía hacer
algo para ayudarles. Fue por eso que
empecé a pensar en hacer un torneo
internacional con seis ajedrecistas que
habían sido campeones del mundo y,
con la recaudación del torneo, poder
fundar un hospital en el Congo.
Antoni: ¿Y como conseguiste que vinie-
ran?
Ab: Yo conocía ya a Karpov de la época
en que jugaba al ajedrez. Y enseguida
me dijo que sí. Eso ayudó a convencer
al resto.
En este momento llega José Barreira
y saluda con mucho brío para la hora
temprana que es.
En primer lugar José se cuestiona si es o
no una persona idónea para aparecer
en este libro. Sin duda lo es, ya lo verán.

106
José: Nací en Atrave, en la provincia
de Orense, y la primera vez que vine al
País Vasco fue para vivir en Durango. A
Vitoria vine por casualidad. En aquellos
tiempos era camionero. Fue una corta
experiencia la del camión. Había pa-
sado muchas veces por Vitoria pero
nunca había entrado. En una ocasión,
yendo a Barcelona precisamente, paré
en un restaurante en la entrada de Vito-
ria, el Lapatza. Vi a un amigo que esta-
ba aparcado allí y paré. El restaurante
estaba semicerrado y la dueña, que se
había quedado viuda, estaba hablan-
do con mi amigo, que a su vez lo había
sido de su marido. Él le estaba recomen-
dando que se fuera de allí, que qué iba
a hacer allí sola. Y ella le decía que si por
ella fuera se iría, pero que nadie quería
el restaurante. Como yo siempre he sido
un poco “metepatas”, que dicen en mi
tierra, me sumé a la conversación y le
dije que igual me lo quedaba yo. Y así
fue como empecé.
A: ¿Tenías alguna experiencia en restau-
ración?
J: No, bueno, algo en un pequeño bar
que tenía mi familia. Imagínate cuando
la señora me llama al cabo de unos días
y me dice que sí a la oferta que le hice.
Pensé, “y ahora que hago yo”. Estaba mi
mujer embarazada y tuve que llamar a
mi hermano para que se hiciera cargo
del camión. Yo no conocía a nadie en
Vitoria. Además los primeros seis años mi
familia continuó viviendo en Durango.
Esto fue el año 1984. La verdad es que
me integré muy bien en la ciudad. En
Vizcaya la gente es más espontánea en
el primer contacto. En cambio aquí esta
primera entrada cuesta un poco más
pero luego te consolidas mejor.
La gente se cree que soy de Vitoria.
También es cierto que conocí a gente
influyente en Vitoria: los Arregui, Donato,
Juanito Solaya... Yo era el alevín. Apren-
dí mucho de ellos. Me relacioné con VTV
(vitorianos de toda la vida).
Piensa que en Vitoria somos más los re-
cién llegados que los VTV. Aunque en mi
caso hay quien cree que soy VTV, hasta
que digo mi apellido, claro.
A: ¿Y como fue el paso de ese primer
encuentro casual con el Lapatza a tu
situación de ahora?
J: Pues el primer año nos costó mucho
levantar el Lapatza, pero después fue
una explosión y eso nos situó en el mapa
de la hostelería. En aquel entonces te-
níamos muchos clientes que transitaban
por la N-I. Y pensé que teníamos que
establecernos en la N-I que era la co-
lumna vertebral de Álava. Piensa que
para venir a comer al Lapatza desde la
N-I, los clientes tenían que hacer siete
kilómetros. Convencí a una serie de em-
presarios y conseguí apoyo económico
para llevar a cabo mi sueño que era el
de hacer el mejor establecimiento al
borde de la N-I y ahí surge el hotel Ruta
de Europa. Cuando lo estábamos cons-
truyendo la gente de Vitoria pensaba
que yo estaba loco. Donde lo construi-
mos no había agua ni había luz. Era una
gran apuesta tanto económica como
personal. Llegó un momento que de

107
tanto decirme que estaba loco casi me
lo creo hasta yo. Pero en realidad yo te-
nía mucha fe en el proyecto y eso sí que
fue un éxito que nos acabó de situar en
la hostelería de Álava y nos permitió ha-
cer otros proyectos. ¿Razones? Quería-
mos consolidarnos en todos los segmen-
tos de la hostelería. Ahora ofrecemos
desde menú del día, tenemos un asador
adquirido recientemente, el Auroretxea,
un hotel de cinco estrellas como es este,
un restaurante de calidad como el Dos
Hermanas. No te voy a decir que nuestro
objetivo sea estar en la élite, pero sí que
por volumen somos el grupo hostelero
más importante. Pero yo sigo teniendo
un cariño especial al Ruta de Europa.
Ese fue el gran salto. Pasamos de un es-
tablecimiento de 300 m2 a uno de 3.000,
con un comedor para 700 personas, una
plantilla de 60 personas.
A: ¿Cuándo te diste cuenta de que ha-
bías acertado con el Puerta de Europa?
J: La verdad es que tardamos poco en
tener éxito, pero en los primeros meses
estaba tan obsesionado que casi pierdo
el norte. De hecho la principal dificultad
fue digerir la cantidad de clientes que
tuvimos enseguida. No estábamos pre-
parados para ello. Con el resto de ne-
gocios no ha sido igual. Sigue siendo la
niña de mis ojos. La Junquera y el paso
del Ruta de Europa son equiparables en
volumen de circulación, imagínate.
A: Me han dicho que dais de comer
muy bien allí
J: Damos mucha importancia a la ca-
lidad, estamos en el segmento medio
pero de calidad. Ten en cuenta que
pasan por allí cada día 4.000 personas
de las cuales más de 1.000 comen, te-
nemos la cafetería abierta las 24 horas.
A: ¿Hay algún establecimiento pareci-
do en Euskadi?
J: Hace unos años una revista inglesa
nos hizo un reportaje y nos calificaba
como la mejor área de servicio entre
Lisboa y Londres. En el 94 no dudes que
era la mejor área de servicio de España.
Luego nos han copiado en otros sitios.
En el núcleo urbano de Vitoria sus esta-
blecimientos...
J: Son Dos Hermanas, cocina de gama
alta y el Asador Auroretxea, con horno
de asar, en el estilo de asador castellano.
Hablamos del Gran Hotel Lakua, que
considero mi casa en Vitoria.
J: Cuando lo de este hotel, me acuerdo
que las preguntas de los periodistas eran
si Vitoria necesitaba un hotel de cinco
estrellas. Yo les decía que no sabía si lo
necesitaba pero que se lo merecía.
Le explico mi visión de su hotel y sus vir-
tudes a mi juicio: la situación, el trato
profesional y familiar a la vez y el silen-
cio. Cuando le explico todo esto me
confirma que todo se pensó así desde
un principio.
J: Cuando voy a una ciudad quiero en-
contrar fácil el hotel, y este cumple este
requisito. Ten en cuenta que en Vitoria es
difícil encontrar un terreno como este.
Les pregunto cuál es el cliente tipo del
hotel. Tienen un poco de todo, desde
gente de empresa a familias, parejas de

108
todas las edades, etc. Anabel me co-
menta que a aquellos clientes que van
a estar un número suficiente de días les
suelen aconsejar un estudio o un apar-
tamento.
J: Tenemos gente que lleva dos años vi-
viendo en el hotel. En este caso son gen-
te de empresa o hemos tenido también
del Tau, pero el récord lo tenemos en el
Ruta de Europa, con un cliente que vi-
vió doce años. Era un señor que estaba
jubilado y el primer día que abrimos el
hotel apareció por allí y se quedó hasta
que se murió. Era como de la familia. Lo
curioso es que pagaba todos los días la
habitación y la comida. Pagaba como
un cliente de paso. Era de un pueblo de
por aquí. Lo sacaron hasta en El Correo.
Al final era uno más. Me dejó la heren-
cia. Tenía una escopeta y un teléfono
viejos y me lo dejó a mí.
Aquí en el Lakua hay quien se ha mon-
tado una pequeña oficina. También te-
nemos camas especiales pensando en
los jugadores de baloncesto. Y una suite
presidencial que puede ser vigilada por
personal de seguridad y quedar aislada
sin afectar al resto del hotel. Este hotel es
grande y había que pensar en un nicho
muy amplio de público.
José tiene cincuenta y cinco años. El
Gran Hotel Lakua se inauguró hace
ocho, cuando ya estaba muy bien po-
sicionado como empresario de la hos-
telería. Le comento que, a mi juicio, no
tenía ninguna necesidad de meterse en
ese fregado.
J: Cuando en la vida tienes lo necesario
para vivir, a partir de ahí, los negocios
son un juego y a los que nos gusta los ne-
gocios este es nuestro juego. Todo juego
tiene su riesgo pero el riesgo es lo que le
da la razón de ser.
Su actual ilusión es el proyecto de la
Ciudad del Motor. Me facilita un folleto
explicativo. Me cuenta que Epsilon-Eus-
kadi se han quedado en Vitoria, entre
otras cosas, por la confianza en este
proyecto.
Reconoce que los contactos y las rela-
ciones que le aporta el negocio de la
hostelería le produce un especial engan-
che y que la satisfacción y los disgustos
de la hostelería no se lo da otro negocio.
J: En este negocio hay vida. Un hotel es
como un pueblo pequeño. En este ne-
gocio cuando tienes un cliente estás
más preocupado de que esté a gusto
que no del margen de beneficio que te
pueda aportar.
A: Y en tu día a día, ¿qué haces?
J: Pues ir de un lado a otro. Me voy a to-
mar un café al Ruta, luego vengo un rato
aquí, voy a comer a otro lado...
Me dirijo a Anabel, que apenas ha in-
tervenido, y le introduzco de nuevo el
tema del ajedrez, una de sus pasiones.
A: ¿Tienes datos objetivos sobre la reper-
cusión que tuvo el primer certamen de
ajedrez?
Ab: Sí, tuvimos una página web que visi-
taron gente de todo el mundo en direc-
to, ahora no te puedo dar las cifras, pero
de todo el mundo.

109
J: Lo difícil de esto fue coordinar a los seis
campeones y traerlos, pero Anabel tie-
ne cara de buena y los convence.
Anabel hace como que no va con ella.
Continúa José.
J: Cuando el certamen internacional
de ajedrez me llamaba más gente de
fuera que de aquí. Además estaba lo
de la urna.
Eso se le ocurrió a Anabel. Era la primera
vez que jugadores de ajedrez disputa-
ban sus partidas dentro de una urna de
cristal.
A: ¿Cómo se te ocurrió eso?
Ab: Por necesidades del sitio. Quería-
mos que se pudiera ver en directo y a
la vez que no hubiera ruido. Al principio
se sorprendieron un poco pero luego ha
gustado y se hace en otros certámenes.
A: ¿Cómo es que conocías a Karpov?
Ab: Cuando jugaba habíamos tenido
en un momento un entrenador común.
Él era el bueno, claro.
José insiste en que fue el único que
no ha aceptado tablas a Karpov. En
una simultánea, José había quedado
ya mano a mano con el gran maestro
y éste, en un acto de generosidad, le
ofrece tablas, que José rechazó. Conti-
núa hablando de Vitoria.
J: Vitoria es una gran desconocida, pero
tiene unas grandes ventajas. Está en una
situación estratégica para hacer turismo
en Euskadi. Es el sitio ideal para el cuartel
general. Tienes La Rioja al lado, Bilbao a
cuarenta minutos, San Sebastián a una

110
val de Jazz, el Magialdia,...
Ab: Sí, y lo del otro día de los malaba-
ristas”.
Dos semanas antes había habido una
reunión internacional de malabaristas
y artistas callejeros. También me hablan
del certamen de gastronomía que se
hace a finales de febrero y principios de
marzo en Vitoria.
Y fuera de Vitoria a Anabel le encanta
el paseo por el pantano. José comenta
que es un recorrido desconocido para
muchos vitorianos
J: La zona de Amurrio y Llodio es pre-
ciosa. Y la peña de Orduña, te la reco-
miendo para ir en bicicleta de montaña.
Puedes ir hasta el pico, donde está el re-
petidor, por un camino de tierra, al pie
del cual puedes llegar en coche.
José es aficionado a la bicicleta.
J: Aquí hay varios puntos de salida en
bici de la ciudad. Puedes ir el domingo
por la mañana con tu bicicleta y te unes
al grupo sin problemas, no hace falta
que conozcas a nadie. El parque Arria-
ga, Mendizorroza...
Pues ahí nos quedamos un tanto em-
bobados los tres, reflexionando sobre
las ventajas que ofrece Vitoria frente a
otros destinos. Sin duda esta es una ciu-
dad maravillosa y que merece ser visi-
tada. Y son gente emprendedora como
José y cálida como Anabel quienes
ayudan cada día a que los visitantes de
la ciudad podamos percibirlo.
hora. Tienes cinco capitales de provin-
cia a una hora de coche.
Para conocer la ciudad, José aconseja
entrar en guías, Internet, etc.
J: Mira, por ejemplo, se habla mucho
de La Rioja pero lo que se conoce es el
vino, pero no se conoce bien el paisaje,
que debe visitarse en todas las épocas
del año. Se deben visitar bodegas. En los
hoteles facilitamos información y el con-
tacto. No quiero recomendar ninguna
en especial aunque siento cierta debili-
dad por las antiguas, como por ejemplo
la de Eusebio en Laguardia, que conser-
va la cueva antigua.
Otra cosa que hay que decirle al visitan-
te es que pregunte a la gente. Esta es
una tierra históricamente de transeúntes
y el vitoriano está acostumbrado a tra-
tar a los visitantes y cualquiera te puede
aconsejar y recomendar.
Además la relación calidad-precio de
los hoteles de Vitoria es muy competiti-
va. Tienes ofertas de fin de semana de
habitación en hotel de cuatro y cinco
estrellas entre cincuenta y cien euros.
Eso no lo pueden decir otras ciudades
de España. Y el aeropuerto de Vitoria
está abierto las veinticuatro horas del
día y aquí no hay problemas de slots.
Sigue con las ventajas de Vitoria.
J: Aquí hay que venir con la idea de ir a
pie. Esta es una ciudad que es llana y las
distancias son cortas. Que la gente que
venga se pasee. Y las autoridades de
aquí están al pie del cañón. Se hacen
muchas cosas. El Azkena Rock, el Festi-

111

112
Domicilio familiar de Toti, Vizcaya.
Hoy es un día especial. Voy a comer en
casa de Toti Martínez de Lecea. Toti vive
en Vizcaya y cuando supo de mi inten-
ción de entrevistarla para este libro me
invitó a comer el día que yo considera-
ra oportuno. Me gustaría explicarles mi
impresión de los contactos a través del
correo electrónico con Toti. Mi deduc-
ción por dos detalles que ahora les ex-
plicaré es que Toti es una mujer original
y muy trabajadora. Original por la tipo-
grafía y el color de la letra que utiliza en
sus correos, y muy trabajadora porque
contesta a los correos prácticamente
de forma inmediata a su recepción. Eso
sólo lo puede hacer alguien que pasa
mucho tiempo ante el ordenador y con
el correo permanentemente abierto.
Por otro lado, en el contenido de los tex-
tos hay un aire de proximidad que me
hace sentir muy cómodo mientras voy
hacia su casa. No sé si es habitual que
una escritora de renombre como es Toti
te invite a comer a su casa. Bueno, al
menos a mí nunca me había invitado
antes a comer una celebridad.
Eso me viene a la cabeza en algún mo-
mento mientras conduzco por la au-
topista. Hemos quedado a la una del
mediodía y 5 minutos antes de la una,
llamo por teléfono para advertir de mi
retraso. Se pone la madre, Juli, que tiene
una voz muy juvenil. Me pasa al marido
de Toti, Alberto, que le resta importancia
a mi retraso y me da unas instrucciones
muy precisas para llegar hasta su casa
con un hablar cadencioso. Oír a ambos
me hacen sentir aún más cómodo.
Llego al pueblo y enseguida encuentro
la casa que es preciosa, de arquitectu-
ra vasca tradicional, con una buganvi-
lia que flanquea la pequeña puerta de
madera. Llamo y me abre la puerta una
mujer que me recibe con una amplia
VITORIA, 23 de julio de 2009
TOTI MARTINEZ DE LECEA

113
sonrisa y me da la bienvenida en cata-
lán. Es Toti. Enseguida me ofrece pasar
y me presenta a su madre, Juli, que me
causa una profunda impresión. Es una
mujer guapa a sus ochenta y seis años
e irradia salud y alegría. Toti ha hereda-
do ambas cosas, supongo que de ella.
Alberto está en la “selva”. Aparece con
una botas altas de goma por la puerta
del fondo de la casa. Toti le indica que
me enseñe su selva mientras ella aca-
ba de preparar la ensalada. Pienso que
bromea hasta que, tras atravesar el sa-
lón, me enseña un enorme espacio en
la parte posterior de la casa limitado por
un muro que apenas se ve tras los bam-
búes y el resto de árboles que comple-
tan una vegetación frondosa, además
de tomateras que siembra en tiestos,
rosales procedentes de Sudáfrica, que
producen rosas que me asegura que
desprenden un olor inigualable, y otras
plantas que no sé identificar. Cuando
volvemos a entrar, Alberto sigue con-
tándome detalles de la casa, que es
preciosa, con una apariencia interior de
museo habitable y en el que puedes se-
guir algún rastro de la vida de los com-
ponentes de esta familia tan singular. No
voy a entrar en más detalles porque eso
pertenece a la intimidad del hogar de
Toti y Alberto (durante la conversación
descubriré que Juli vive independiente
en un apartamento en frente de esta
casa) pero no puedo evitar mencionar-
les que Juli es, entre otras cosas, ceramis-
ta. Sobre una estantería hay unas figu-
ras de cerámica de mujeres sin cara a
las que ha vestido con trajes de época
con unos tocados cuyo significado me
descifra Toti. Los adorna con una base
en la que aparece una pequeña pla-
quita metálica donde se lee “Juli”. Me
declaro un admirador de su trabajo y
le pregunto si expone. Se ríe quitándose
importancia. Pronto averiguaré que esa
risa estará presente durante toda la co-
mida, la misma risa que distingue a Toti y
que es, sin duda, terapéutica para ellas
pero también para mí. Oírles reír es un
placer. Alberto tiene un aspecto tacitur-
no, lo que le concede un interés espe-
cial por el contraste con las dos mujeres.
Nur, nieta de Toti, corretea por la casa y
aparece y desaparece siempre con una
sonrisa en los labios y con esos gestos de
timidez propios de su edad. Se profesan
amor mutuo la nieta y la abuela que, por
cierto, han estado nadando en la pisci-
na junto con Juli antes de que yo llega-
ra. Juli, con sus ochenta y seis años, sigue
nadando. No es tan extraño si tenemos
en cuenta que esta mujer fue campeo-
na de España de natación en 1945.
Nos sentamos a la mesa. Una botella de
Azpilikueta nos acompaña. De primero,
una ensalada de verano.
Alberto es de Bilbao pero parece que se
encuentra a gusto cuando va a Vitoria.
Toti: Vitoria es la ciudad pobre del País
Vasco, no en el sentido económico, sino
en el sentido de ser una gran descono-
cida. No tenemos playa como Donostia,
ni una industria como la de Bilbao, ni un

114
Gugenheim, ni los San Fermines de Pam-
plona.
Vitoria es más antigua que Donostia y
que Bilbao. Mantiene la almendra, el
casco histórico, y el Ensanche, lo que
se construyó a partir de que se tiraron
las murallas en el siglo XIX después de
la francesada, la calle Olaguibel, en la
que nací yo, justo en frente del antiguo
convento de San Francisco. Todavía ha-
bía ruinas del convento cuando nací yo,
aunque luego desapareció. Data del
siglo XIII, XIV, pero con la desamortiza-
ción, no sé si la de Mendizábal u otra,
porque hubo varias, se quedó vacío y
en ruinas.
Juli: Estuvo Hacienda.
T: Y ahora está el Gobierno Civil.
J: Hay un niño fantasma.
T: Dicen que de vez en cuando se oía
como si un niño jugara a la pelota.
J: Que le llaman Andresito. Juli se ríe so-
noramente
T: El que estuviera en una colina contri-
buye a que el casco histórico se man-
tenga tal como era en su trazado. Al es-
tar en un sitio incómodo, la gente se va a
vivir, cuando se construye el Ensanche,
a las partes más bajas. Subir la rampa
cuesta, por eso la polémica que hay. A
mí tampoco me gustan las rampas des-
de el punto de vista estético, pero el otro
día fui a Vitoria y subí por las rampas y,
como yo, subía mucha gente.
Se conservan un montón de palacios,
abandonados, y otros en uso como mu-
seos, salas de exposiciones. En la época
medieval, la judería, la calle Nueva den-
tro, se convirtió en zona depauperada
cuando se fueron los judíos. Luego llega-
ron los inmigrantes de la época. Cuando
yo era cría era la zona de la gente de
mala vida.
J: Vivían las prostitutas.
T: Son pisos incómodos, sin ascensor. No
es fácil recuperar toda esa zona, pero
con la gente que está al frente seguro
que se conseguirá.
Le pregunto a Juli.
A: ¿Naciste en Vitoria?
J: Sí, y toda mi familia.
Nació en la calle de San Prudencio,
donde ahora están los cines Guridi y el
Teatro. Es curioso que Toti estaba con-
vencida de que su madre había nacido
en Cercas Bajas.
Me explica Toti el juramento que los
procuradores de la ciudad hacían en
los aledaños de la actual plaza del Ma-
chete.
T: No se tiene noticia de que nunca se
tuviera que utilizar el machete. ¿Se pue-
de deducir de eso que todos los pro-
curadores cumplieron con su deber?.
Mentira.
Juli se ríe de nuevo, asintiendo.
T: Los cargos siempre estaban en las mis-
mas familias, los Álava, los Maturana, los
Calleja... Se los repartían. Solo podía vo-
tar el hombre propietario.
Nos situamos en el presente.
T: Vitoria ha crecido sobre todo en los
últimos treinta años. Juli y yo no conoce-
mos los barrios nuevos.

115
J: Cuando me lleva el autobús dando la
vuelta, lo he visto pero no lo conozco.
T: Cuando yo era cría ir al Seminario era
ir de excursión, ir al Batán, donde la Uni-
versidad y la ciudad jardín, ibas con el
bocata y te pasabas la tarde.
J: Cuando yo era chavala, todo eso
eran campos.
Le pregunto a Juli si hay alguna razón
para que se coma tan bien en el País
Vasco, y si siempre ha sido así.
J: Sí, siempre se ha comido bien. Y cierra
la frase de nuevo con una carcajada
J: Aquí los hombres cocinan bien, en las
sociedades...
T: Sí, pero en casa no mueven ni un dedo.
Alberto: Pero si a ti quien te enseñó a co-
cinar fui yo. Interviene Alberto por prime-
ra vez. Hasta el momento apenas había
pronunciado una palabra.
T: Yo no sabía cocinar, es cierto, pero me
enseñaste a freír un huevo, y luego ¿qué?
Le pregunto sobre las sociedades...
T: Eso es del siglo XIX, antes no existían. Es
una disculpa, para huir del matriarcado
vasco.
Me sirve un bonito con tomate que tie-
ne un aspecto excelente y su sabor lo
confirma.
T: El matriarcado vasco tal como se en-
tiende es un tópico en que se nos ve a
las vascas esperando tras la puerta con
un rodillo... En realidad el matriarcado
tiene su origen en la creencia en una
diosa madre.
A: ¿Cómo se ha mantenido hasta la ac-
tualidad ese papel de la mujer?

116
T: Este ha sido un pueblo de pescado-
res. En la costa los hombres dejaban las
casas en manos de sus mujeres durante
meses. También ha sido un pueblo per-
manentemente afectado por guerras,
y en las guerras pasaba lo mismo, las
mujeres se hacían cargo de la casa, de
los niños, de los enfermos, del campo...
Es verdad que la mujer vasca es muy res-
petada en casa y que tiene poder, en el
sentido de poder decidir. Y es que ade-
más los fueros vascos daban las mismas
oportunidades a una hija que a un hijo
en el sentido de poder heredar, cosa
que en otros pueblos no es así. Las mu-
jeres podían tener asiento en las Juntas
si eran propietarias. No tiene en cambio
poder económico, social... El poder está
en su casa.
De todos modos a los romanos, que eran
patriarcales, les llamó mucho la aten-
ción que eran las mujeres quienes here-
daban. Además tenían que pagar ellas
las dotes de sus hermanos.
Otra cosa curiosa, más reciente, es que
muchos hombres y mujeres no se ca-
saban hasta que tenían uno, dos o tres
hijos, de este modo aseguraban la des-
cendencia y que se quedara la propie-
dad en la familia.
Me sorprende esta afirmación. Qué mo-
dernos, comentamos. Y hablando de
adelantadas a su tiempo...
T: Juli empezó a nadar en la piscina de
Judizmendi, que fue un cementerio y
dehesa judía donde criaban ganado
para su consumo.
J: Sí, pero la piscina estaba más abajo.
Cuando se fueron los judíos, llegaron a un
acuerdo con las autoridades de Vitoria,
para que no se construyera en esas tierras.
T: En los años cincuenta, la comunidad
de los judíos de Bayona, viendo que du-
rante quinientos años habían respetado
ese acuerdo, dio permiso a que se cons-
truyese con la condición de que antes
se excavaran los posibles restos y se
construyese un monolito y se dejara un
pequeño jardín que es lo que hay aho-
ra. Va, cuéntanos, cómo ibas a nadar a
la piscina.
A: ¿Las piscinas eran mixtas?
J: Cuando Franco, no podíamos coinci-
dir en horario. Dejaban algún hombre
en el horario de mujeres, que eran los
peores horarios, por si alguna se ahoga-
ba.
A: ¿Cómo aprendiste a nadar?
J: Mi padre era muy deportista, era ci-
clista, y cuando hicieron la piscina era
el delineante de los que la construyeron
y entonces nos apuntó, en cuanto se
abrió, a mi hermana y a mí. Por lo visto el
que sería mi marido enseñaba a nadar.
Con la guerra estuvo preso, y cuando
salió me encontró nadando y me co-
rregía. Era amigo de mi padre pero nos
conocimos en la piscina. Hizo un club
para que los chavales fueran un poco
más animados. Luego me fui a Madrid
y me entrené en Canoe. En Madrid me
apuntó el que iba a ser mi marido.
T: Pero cuando fue campeona de Espa-
ña, no lo fue por el club natación Judiz-

117
mendi, sino por el Fortuna de San Sebas-
tián, porque se había enfadado con su
novio y se había cambiado de club. Le
recuerda Toti, dirigiéndose a mi.
Juli, se ríe de nuevo Quedó campeona
en 1945 en Zaragoza, según me dice en-
tre carcajada y carcajada.
J: En Montjuic fui subcampeona, ahí co-
nocí a Picornell, que necesitaba tres si-
llas para sentarse, de lo grueso que era.
T: Luego se casó y el último campeona-
to fue en A Coruña, cuatro días después
de haberse casado y de haber ido en
barco desde Pasajes hasta A Coruña...”
.J: Y quedé segunda.
T: Dejó de competir hacia 1947, cuando
se casó, aunque creo que nadó algún
campeonato después de nacer mi her-
mano.
A: ¿Nadaste en el extranjero?
J: No, pero fui preseleccionada para las
Olimpiadas de Londres.
A: ¿Cuántas chicas nadabais en esa
época?
J: En Vitoria dos y en San Sebastián otras
dos, que tenían que nadar en la dárse-
na porque no había piscina.
T: Eran nadadoras de verano.
J: Después seguí entrenando a chavales
en las piscinas.
En los campeonatos íbamos cada una
con nuestros albornoces, ajados, desco-
loridos, y viajábamos en tren en tercera
clase, en asiento de madera. Una vez
me tocó ir de Madrid a Barcelona.
T: ¿Y lo bien que os lo pasabais?
J: Eso sí.
Y de repente las dos se ríen en un uní-
sono perfecto y me doy cuenta de que
ambas ríen igual, con una risa estentó-
rea, que llena la casa y que me conta-
gia de una alegría que se respira en su
compañía.
A: ¿Y no te miraban mal por nadar?
J: Sí, pero a mi padre y a mi novio no les
importaba. Y mi madre era muy moder-
na. Pero la gente te criticaba. Cuando
llegó el turismo y se quisieron poner bi-
quini las que te habían criticado, ya no
tenían mucho que lucir, a buena hora...
Nos reímos todos.
Juli es todo un descubrimiento para mi
y ha sido un placer que me explicara
todo esto de primera mano.
Me cuenta Toti cómo llegó a hacerse
escritora. No era una buena estudiante,
primero en Veracruz y luego en el Co-
legio Francés. La consideraban “vaga y
tonta”. Su padre, un avanzado para la
época, la envió a aprender idiomas, a
Francia, Inglaterra, Alemania. En Alema-
nia conoció a Alberto, al que rechazó
en su primera petición de matrimonio.
Luego trabajó en DKW en Vitoria, pero
se aburría. Se fue a Londres y a la vuelta
en París se encontró de nuevo con Al-
berto y entonces si aceptó su petición
de matrimonio. También nos reímos de
las razones que aduce Toti para haber
aceptado en esta segunda ocasión.
T: “Si no me casaba con éste igual ya no
me casaba”.
Era muy joven, en realidad, pero eso es
lo que dice. Después Alberto regresó a

118
Basauri por trabajo y se instalaron en su actual casa. Desde hace un año Juli vive en
frente.
A: O sea, que eres independiente.
J: Sí, es mejor para ellos y para mí también. Estoy ahí mismo, así si me da un “pampurrio”
se darían cuenta y vendrían.
A: No tienes pinta de que te de un pampurrio.
Toti me mira con un gesto de complicidad. Prosigue con su historia.
T: Cuando volvimos me dediqué a la traducción de textos técnicos.
Alberto: Era muy valiente porque no sabía lo que estaba traduciendo.
T: Llegué a ir a alguna fábrica para ver lo que estaba traduciendo. Vivíamos en el pueblo
y teníamos críos pequeños. Aquí no había nada para los niños y se nos ocurrió montar un
guiñol para los críos. De ahí surgió el Kukubiltxo, que es un grupo de teatro que todavía
existe. Nos dedicamos a hacer teatro para niños en los pueblos los fines de semana,
durante cinco años. Eso acabó pero luego nos dedicamos a construir marionetas de

119
A: ¿Y de eso cuánto hace?
T: Pues diez años, llevo escritos veintiséis
libros. Empecé escribiendo novela histó-
rica, que es lo que me gusta y sigo con
ello. La Calle de la Judería lleva ya trein-
ta y cinco ediciones. El primer editor me
la rechazó porque tenía muchas pági-
nas, el segundo porque no era su línea
editorial y el tercero porque la novela
histórica no tenía futuro.
Ahora hemos editado una serie de Nur.
El primero se llama Nur y el gnomo irlan-
dés, y este año Nur y la selva misteriosa,
y ahora estamos escribiendo Nur y las
puertas del dragón.
Todo esto lo dice mientras abraza a su
nieta que se deja, zalamera.
Volvemos al tema que me ha traído
aquí y hablamos de la amabilidad de
los vitorianos. Me dice que los alaveses
son cautos y no son combativos. Según
Toti, tienen un cierto complejo de inferio-
ridad respecto de Bilbao y de Donostia.
T: Vitoria tiene historia, una calidad de
vida extraordinaria, es bonita está bien
construida, incluso la parte nueva.
Ahí van algunas recomendaciones.
T: Yo creo que como el centro es peque-
ño, hay que verlo todo, el casco históri-
co, la zona del Ensanche... Lo de la ca-
tedral se ha hecho por la tozudez de los
que llevan el proyecto.
Para ir a comer.
J: Ahora hacen esas comidas tan así.
Donde esté un buen chuletón...
todo tipo, incluso con radiocontrol, por-
que la televisión quería un muñeco que
hablara antes de los dibujos animados.
Me llevé el muñeco y unos guiones y
así estuve cinco años de guionista para
televisión. Y algo que debía durar diez
minutos llegó a ser un programa de una
hora y media. La cuestión es que tam-
bién se acabó eso y volví a las traduc-
ciones. Hablando con un amigo le dije
que un día escribiría un libro y él me dijo
que no, que cuentos o guiones sí, pero
una novela, de eso no iba a ser capaz. Y
gané la apuesta.

120

121
T: El Portalón. Comer en un edificio que
ha sido fonda, hospedería, casa de pos-
tas durante cinco siglos.
El Sagartoki también está muy bien.
Me hicieron un programa que estaba
comiendo pinchos, en el Sagartoki, en
el Toloño, en el Querida María y en La
Malquerida.
Fuera de Vitoria.
T: Nosotros venimos de La Lece, que es
una cueva que está en la frontera con
Navarra, que se la llamaba la frontera
de malhechores. Tenemos algunos Le-
ceas en el siglo XIII ahorcados en Aralar
y por ahí. Egino, Ilarduia, Araia, estos
pueblos entre Salvatierra y La Lece, esos
pueblos de la llanada alavesa.
Luego está Mendoza, de donde provie-
nen todos los Mendoza y la mayor parte
de las familias nobles españolas.
En el valle de Valdegobía, hay un sitio
encantador, que es Villañañe, donde
está la Torre de los Varona, donde siem-
pre ha habido un dueño que se ha lla-
mado Rodrigo de Varona. El último es
mayor y soltero. La torre está restaurada
y es una torre medieval perfecta.
Treviño es una zona preciosa y es alave-
sa, digan lo que digan.
Otro sitio que me gusta es Antoñana,
que es un pueblo fortaleza.
Laguardia, que fue navarra durante mu-
cho tiempo. Tiene el mejor retablo que
he visto en mi vida. Fue construido en el
XIV y repintado en el XVI.
La Puebla de la Barca. Ahí había una
barca que servía a los peregrinos de
Santiago para cruzar el río.
Labastida en su momento debió de ser
más importante incluso que Laguardia,
vistas las casas blasonadas.
Orduña, ni te cuento. Vizcaya y Álava se
disputan su propiedad. Es la primera ciu-
dad con nombre de ciudad, no es villa,
sino ciudad.
J: Y en Laguardia se come muy bien
T: Ayala, el valle de Ayala, es absoluta-
mente maravilloso, con la torre del can-
ciller.
Juli nos comenta que en sus tiempos ha-
bía subido de excursión a Olárizu.
Alberto me ofrece un pacharán que ha
hecho con endrinas de la selva.
Llegado el momento tengo que mar-
charme aunque no quiero. Toti me en-
seña fotos, le encanta guardar fotos de
la familia. Me muestra su despacho de
trabajo, que me recuerda a la habita-
ción de una adolescente, muy ordena-
da eso sí. El espíritu joven de Toti se refle-
ja en todo.
Sin duda, Toti y su familia me han cau-
tivado. Espero volver. Tomo unos libros
prestados, cosa que no suelo hacer
nunca, para tener la excusa perfecta
para volver a verles. Cuando abandono
la casa, camino de mi coche, me vuel-
vo para mirar la buganvilia de la puerta.
Quiero retener esta última imagen de
una tarde inolvidable. Espero que no
sea la última que pueda pasar en com-
pañía de ellos.

122
Café Victoria, Vitoria.
Hoy me he despertado tarde porque
ayer estuve en Donostia en la tercera
jornada del Festival de Jazz y me acosté
tarde. Fue interesante ver a Hank Jones
con 91 años tocando el piano de forma
delicadísima y con extraordinaria preci-
sión dada la edad del músico. Después
tuve la ocasión de escuchar el trío de
Roy Haines con John Patitucci y Dave
Kikoski. Un lujo oírles a los tres y compro-
bar que Roy Haines, que llegó a tocar
la batería con Charlie Parker y Lester
Young, sigue igual de vacilón que siem-
pre pasados los ochenta.
Esta mañana he decidido ir a dar un
paseo en bici. Mi intención era ir hasta
Salburua pero por alguna extraña ra-
zón el bidegorri me ha conducido has-
ta el centro y allí me he encontrado
con las calles tomadas por los blusas y
las neskas. Hoy es fiesta de Santiago y
la ciudad lo celebra desde ayer por la
noche de este modo. Antes de volver
al hotel me he parado a comer en La
cocina de la Amama, en la calle de Los
Herran, 36. Me ha atendido Josetxu, el
marido de Fátima, la propietaria (así es
como se presenta a sí mismo). Josetxu
me ha aconsejado, después de decirle
que me apetecía comer “verde”, la en-
salada de ventresca. Estaba exquisita.
Les recomiendo este lugar. Es cocina de
mercado popular, como en casa, a pre-
cios económicos. El trato, el de siempre
aquí en Vitoria. Te hacen sentir uno más.
Josetxu me ha permitido meter la bici
en el local al advertirle de que no tenía
candado.
Después he vuelto al hotel y me he
apresurado a ducharme y cambiarme
porque se me hacía tarde. Había que-
dado con Francisca Vives a las cinco. A
las cinco y cinco he conseguido apar-
car y he llamado a Paquita, que ya me
VITORIA, 25 de julio de 2009
PAQUITA VIVES

123
estaba esperando en la terraza del bar
Victoria, en la plaza de España. Cuando
le he preguntado cómo la iba a reco-
nocer, me ha dicho que era entre rubia
y pelirroja y que llevaba un vestido cla-
ro. Supongo que por modestia no me
ha dicho que tenía unos profundos ojos
azules y un rostro armonioso que le dan
un aspecto de una distinguida belleza.
La reconozco enseguida, tal vez por la
descripción o porque es la única per-
sona que está sola en toda la terraza
en medio del bullicio del día de fiesta.
Le comento lo que estoy haciendo y le
advierto que me gustaría grabar la con-
versación que vamos a mantener y que
con el ruido que hay en la plaza no po-
dré oír nada después. Decidimos entrar.
En el interior del bar tienen puesta músi-
ca latina que creo que tampoco me va
a ayudar demasiado a oír con nitidez la
grabación de nuestra conversación.
Paquita es una mujer que destila co-
nocimiento. Es precisa y concisa en las
respuestas y no elude ninguna cuestión.
Creo que es una persona modesta y
que me cuenta poco de lo que ha he-
cho, pero no hay duda de que estoy
ante una de las personas que mejor co-
noce el patrimonio histórico-artístico de
la ciudad y de sus alrededores. En su fa-
ceta de historiadora, profesora de Uni-
versidad y empresaria ha hecho y está
haciendo mucho para que este patri-
monio se conozca y se respete.
Todo cuanto me dijo fue muy interesan-
te y he procurado reproducir el máximo
del contenido de una conversación de
unos cincuenta minutos.
La primera sorpresa es que Paquita es
andaluza y tiene que echar cuentas
para decirme en qué año vino a Álava,
y acaba dudando entre el 82-83.
Paquita: Vine por trabajo, como profe-
sora. Ahora trabajo en la Universidad,
pero entonces en un colegio.
Antoni: Como neovitoriana ¿también
opinas que los vitorianos son especial-
mente amables?
P: Sin duda, son amables y abiertos. Yo
me siento vitoriana de adopción. Doy
clases en Bilbao pero sigo viviendo en
Vitoria.
A: ¿Siempre has enseñado historia del
arte?
P: En las enseñanzas medias, historia de
lo que fuera. En la Universidad, historia
del arte.
A: ¿Y cómo empezaste a dedicarte a
temas de patrimonio?
P: Hace unos 13 años montamos, con
Susana Arechaga, una sociedad para
dedicarnos al estudio, promoción y difu-
sión del patrimonio histórico de Vitoria y
de Álava. Hacíamos desde trabajos de
investigación, a recorridos culturales,
rutas...
Me confirma que el patrimonio de Ála-
va es un gran desconocido.
P: Mi opinión es que, dentro del País Vas-
co, Vitoria es un punto fuerte en lo que
se refiere a patrimonio. La declaración
del casco histórico de Vitoria como
conjunto monumental, la declaración

124
de elementos individuales, le da una
entidad que no tienen Bilbao o San Se-
bastián. Además tiene mucha variedad,
desde el arte medieval hasta el contem-
poráneo.
A: ¿Cómo mostrarías la ciudad desde
un criterio histórico?
P: Iniciaría una visita desde la plaza de la
Virgen Blanca por todo el casco históri-
co, luego mostraría el ensanche neoclá-
sico, y después la zona nueva.
Desaconseja una visita cronológica por
el casco histórico (lo subraya, no le gus-
ta que lo llamen “casco viejo”) porque
representaría ir de un lado a otro cons-
tantemente. Sí, en cambio, quiere pun-
tualizar que el casco histórico de Vitoria
no es el casco medieval, sino que es
medieval el trazado urbano y los restos
de los templos principales, pero la ma-
yor riqueza monumental del casco per-
tenecen al Renacimiento y al Barroco.
A: ¿Qué edificios civiles crees que son
más representativos?
P: Los cuatro palacios del Renacimien-
to: Villasuso, Montehermoso, Escoriaza-
Esquibel y Bendaña, y luego, en el ba-
rroco, el palacio de los marqueses de la
Alameda, por ejemplo. Además está el
Portalón, la Casa del Cordón...
Le pregunto por el origen del Portalón y
me confirma que era una posada que
estaba extramuros.
Destaca que históricamente el papel de
la ciudad ha sido el de encrucijada, un
lugar de paso de personas, de mercan-
cías...
Sobre las murallas de la ciudad...
P: Vitoria tuvo dos murallas. La primera
en la parte alta, con las tres calles que
serían, más o menos, Fray Zacarias Mar-
tínez, Santa María y Las Escuelas, con la
catedral vieja y San Vicente, estando
San Miguel fuera de la muralla. Luego
vino el ensanche de 1200 hasta donde
está la Diputación. Y posteriormente el
otro ensanche hasta la calle Nueva. Y
hasta el siglo XIX permanecieron las dos
murallas. Fuera de las murallas estaban
los campos de labor. A finales del siglo
XVIII se construye la plaza de España,
que es uno de los mejores ejemplos de
plazas neoclásicas en España y a partir
de ahí el ensanche del XIX, con Los Ar-
quillos, la plaza de la Virgen Blanca, la
calle Dato...
En esa época era alcalde el marqués de

125
la Alameda que, junto con los ilustrados,
empujan ese crecimiento.
A: ¿En qué posición relativa estaba Vito-
ria con relación al resto de capitales del
País Vasco en esa época?
P: Hasta la década de los sesenta del si-
glo XIX, Vitoria estaba muy por delante.
De hecho era conocida como la Atenas
del norte, por las personalidades del
mundo de la cultura, de la política que
había aquí como, por ejemplo, los Ortiz
de Zárate, Herrán, Mateo de Moraza, Be-
cerro de Bengoa... Luego llegó la indus-
trialización a Vizcaya, y Vitoria perdió el
tren, y eso que el tren ya había llegado
aquí.
A: ¿Y cuál era la riqueza económica de
Álava entonces?
P: Desde la Edad Media Vitoria ha vivido
del sector servicios, artesanado, manu-
factura. También tuvo su importancia la
ganadería y la agricultura, pero sobre
todo los servicios.
A: ¿Qué lugares de Vitoria son claves,
fuera del casco histórico, para entender
a la Vitoria actual?
P: Los Arquillos y la plaza España están
dentro de la declaración de conjunto
monumental. Fuera de esto, el parque
de la Florida, uno de los pocos jardines
históricos que quedan en España, del si-
glo XIX, y todo lo que es el recorrido has-
ta Armentia y también por el paseo de
las Universidades y de la Senda.
Le pregunto por las magníficas villas que
hay en el paseo que cita.
P: La mayoría se construyen en la primera
década del siglo XX. La burguesía adine-
rada, con el ensanche, busca mejores es-
pacios para construir sus residencias.
Siento curiosidad por Ajuria Enea, por
saber si hay alguna razón que explique
su actual uso.
P: Era de un particular, luego fue colegio
y el último propietario fue la Diputación,
pero no hay una determinada razón his-
tórica para ser elegida residencia del
lehendakari.
También me confirma algunas curiosi-
dades sobre los actuales propietarios de
edificios históricos.
P: El Portalón es de la Caja de Ahorros y
la Casa del Cordón es de la Caja.
Otra cosa curiosa es que el término mu-
nicipal de Vitoria es muy extenso, con
sesenta y cuatro pueblos, además de
Vitoria.

126
A: ¿Tienes un cariño especial por alguno
de los edificios históricos de la ciudad?
P: Sí, por el palacio de Montehermoso.
Uno de mis trabajos de fin de carrera de
un máster de arquitectura fue sobre el
palacio y he publicado la historia del
edificio y de sus moradores.
A: ¿Y lo del jardín de Falerina?
P: El jardín de Falerina es una obra de
teatro que se representó cuando una
princesa estuvo alojada allí, supongo
que el nombre lo toman de ahí.
Le digo que me parece un bonito nom-
bre, aunque la razón sea esa.
Le pido que me cuente la historia del
machete vitoriano que da nombre a la
plaza que va desde el palacio de Villa
Suso a Los Arquillos. Ya se lo pedí a Toti,
pero no me canso de escucharla.
P: El síndico, desde el siglo XVI, tenía el
encargo de velar por los ciudadanos y
el juramento de su cargo era público, los
otros no, pero el suyo sí lo era. Se com-
prometía a trabajar por los derechos de
la ciudad y juraba delante de ese ma-
chete de hierro que si no cumplía con
sus obligaciones le caería sobre la ca-
beza. Esa es la idea, vamos. Lo juraba en
esa zona. San Miguel era la iglesia jura-
dera, donde se juraron los fueros y don-
de los cargos municipales eran elegidos.
Hablamos también del papel de la Vir-
gen Blanca, patrona de la ciudad.
P: Si me lo preguntas oficialmente creo
que es la patrona desde el siglo XIX, pero
la Virgen Blanca está ahí desde el siglo
XIV, no exactamente donde está ahora,
y era considerada patrona de la ciudad
desde mucho antes del siglo XIX.
Hablamos del reciente descubrimiento
de restos de lo que podría ser una mu-
ralla que situaría el origen de la ciudad
ciento cincuenta años antes de lo que
se creía. Me razona el porqué de la
polémica creada. Parece que no hay
acuerdo sobre el valor del descubri-
miento.
A: A parte del palacio de Montehermo-
so, ¿qué otros edificos te parecen singu-
lares?
P: El palacio Escoriaza-Esquibel es una
joya del Renacimiento, de corte cas-
tellano. También el convento de Santa
Cruz, que es el único convento intra-
muros de monjas dominicas, en el cen-
tro del casco, habitado por las monjas
hasta la actualidad, con una excelente
fachada renacentista.
Le pregunto por otros lugares ineludibles
de Vitoria y de su término municipal.
P: Dos joyas del románico alavés: Ar-
mentia y Estíbaliz. La cabecera y los
relieves de la iglesia de San Prudencio
en Armentia son originales. Parte de
la estructura fue reafirmada en el XVIII
por Olaguibel, que fue el arquitecto de
la plaza España, con una intervención
bastante respetuosa.
El patrimonio alavés de las casas fortifi-
cadas es muy interesante. En Valdego-
bía hay algo que no conocen a veces
ni los alaveses, hay una casa-torre, que
ellos llaman castillo, que hasta hace
poco ha sido ocupada por los descen-

127
dientes de los que levantaron la casa en
el siglo XII. Está amueblada con muebles
del XVIII y del XIX. Tiene papel en la pa-
red pintado a mano. Sólo se conservan
tres en el mundo como estos.
La calzada romana desde Estíbaliz has-
ta Zabalgana. Hay en proyecto un par-
que arqueológico en Mariturri y Arkaia,
donde hay restos de unas termas roma-
nas. Hay tramos de camino de Santiago
que pasan por encima. Hemos hecho
una propuesta de marcar los trazados
de ambas: la calzada y el camino, para
que se pueda transitar andando o en
bicicleta.
Entramos en zonas particulares por el pai-
saje. Le llama especialmente la atención
el Anillo Verde. Cita también el parque
natural del Gorbeia y el de Valderejo,
cerca de Valdegovía. La zona de la sie-
rra de Cantabria donde está Arceniega.
También hace referencia al patrimonio
artístico de la Rioja Alavesa “no sólo es el
vino”, me dice.
Me confirma que Laguardia es conjunto
monumental, con Salvatierra y Arceniega.
Pasamos a temas gastronómicos.
P: En Vitoria, en el Saburdi y el de enfren-
te que no se cómo se llama, se comen
buenos pinchos. Pocos sitios hay que no
estén bien aquí en el centro. También
me gusta el Asador Machete.
Hablamos de eventos culturales espe-
cialmente destacables en la ciudad.
Me habla del Festival de Jazz, del cer-
tamen de magia, del festival de teatro,
del Festival de Música Antigua.
P: Cualquier momento para venir a Vito-
ria es bueno. El movimiento cultural que
hay en esta ciudad todo el año, otras
lo envidian. No podemos participar en
todos porque no hay horas al día para
ir a todo.
Y si quieren conocer a fondo el casco
histórico...
P: Las visitas teatralizadas nocturnas
las coordinamos entre Susana y yo y
creo que son muy interesantes para el
visitante de la ciudad. Este es el cuar-
to verano que se hacen. Es una forma
distinta de recorrer el casco histórico
de noche, te conduce una guía que te
explica la historia y aparecen unos per-
sonajes ambientados en la época que
contribuyen a entender mejor. Los tres
años pasados explicamos la Vitoria de
Carlos V, de la primera mitad del siglo
XVI y este año, el último tercio del siglo
XVI. El éxito es total.
A: ¿Qué público tenéis?
P: Ayer, de treinta y cinco que se pue-
den apuntar, había diez sevillanos, dos
navarros y el resto son todos de aquí.
Me parece que es un final adecuado
para esta conversación, dándoles la
clave para conocer el casco histórico
de una forma diferente. Le propongo
a Paquita que vayamos a tomar unas
fotos y, cómo no, nos dirigimos en un
breve paseo a su querido parque de
la Florida donde posará para mí, no sin
cierto pudor, una erudita enamorada
de Vitoria.

128
Domicilio familiar de María y Aurelio,
Alegría-Dulantzi.
Hoy es el último día que estoy en Vitoria
en este período de vacaciones-trabajo
que ha durado quince días. Me inva-
de una nostalgia anticipada. Sé que
en los próximos días echaré de menos
esta actividad frenética y sé que estaré
melancólico. Al avanzar este sentimien-
to parece que luego se me hace más
llevadero.
Como colofón a los días que he estado
aquí voy a tener un encuentro de ami-
gos. He quedado con Ana Isabel Bravo
y Jimmy Bidaurreta en casa de María y
de Aurelio en Alegría-Dulantzi. A Jimmy,
Aurelio y María los conocí a través de
Ana Isabel. Ana, a su vez, conoció a Au-
relio porque le dio clases de saxofón en
la escuela de Alegría. María es la mujer
de Aurelio, y ambos son grandes amigos
de Ana Isabel. Esa es una constante en
AURELIO MARTINEZ Y
VITORIA, 26 de julio de 2009
MARIA RAMOS

129
la vida de Ana Isabel: labrarse grandes
amistades. Es muy difícil conocerla y no
quererla. Jimmy y Ana Isabel tienen vín-
culos profesionales, ambos son músicos
y tienen proyectos en común.
A pesar de que esta fue una conversa-
ción a cuatro prefiero separarla en tres
apartados, reproduciendo la conversa-
ción tal como se produjo. En un primer
tiempo con Aurelio y María. Luego María
tuvo que irse a trabajar. Después conti-
nuamos con Ana y Jimmy. Posteriormen-
te cenamos y después de la cena fue
cuando empezamos con las recomen-
daciones a trío: Ana, Jimmy y Aurelio.
Aurelio y Maria
Como les decía, hemos quedado a
las 18.30 en la casa de Aurelio. Ana
me recoge en el hotel. Hace mucho
calor. Agradezco que Ana ponga el
aire acondicionado del coche a toda
máquina. Ana conduce rápido y ense-
guida llegamos, siguiendo la carretera
de Donostia, al desvío que te lleva a
Alegría. Alegría es un pueblo peque-
ño, del que luego nos hablará Aurelio.
Nos citamos con Jimmy en un bar del
pueblo para ir juntos a casa de María
y de Aurelio. Para mí es un encuentro
especial. Reconozco que no conozco
a ninguno con mucha profundidad,
tal vez más a Ana, pero los considero
amigos y ellos me hacen sentir como
si lo fuera. Llegamos al bar y ya está
Jimmy esperando. Apuramos un café
y nos vamos.
La casa de María y Aurelio es una vivien-
da en dos plantas, espaciosa, limpia y
decorada con buen gusto, muy confor-
table y fresca. Se agradece la excelen-
te temperatura del interior. Fuera sigue
haciendo un calor agobiante. La casa
tiene un salón amplio con sofá y buta-
cas en color claro separadas por unos
escalones del salón comedor.
María es de origen extremeño. Vivió
en Francia entre los seis y los diecisiete
años y desde ahí fue a Vitoria. María es
una mujer muy atractiva, de ojos claros
y mirada penetrante. Es una mujer in-
teligente que apoya cuanto dice con
argumentos sólidos. Es elegante tanto
en el porte como en sus ademanes y su
forma de hablar.
Aurelio tiene el pelo cano de un color
plateado que, junto a sus ojos azules,
limpios y claros, y su estatura le dan un
aire de artista de Hollywood, a lo James
Stewart. Le digo que parece un artista
de cine cuando veo sus fotos y se ríe.
Aurelio se ríe mucho, con una risa since-
ra. Es una de las personas menos afec-
tadas que conozco. Da la impresión de
que se lo pasa bien y te lo hace pasar
bien. Me da que Aurelio es un hombre
sabio, es de los que saben separar lo ba-
nal de lo importante. Creo que en eso
radica su buen humor.
Antoni: ¿Naciste en Alegría, Aurelio?
Aurelio: Si, nací en Alegría, en la época
en que se nacía en casa. Mis padres te-
nían un bar en el pueblo...

130
María: Los Martínez de toda la vida, son
muy importantes.
Reímos todos.
Aur: Me crié aquí, bueno, salvo el perío-
do en que me enviaron a estudiar inter-
nado a Estella...
M: Que te escapaste.
Aur: Sí, que me escapé.
M: Pero que se escapó literalmente,
¿eh?
Ant: ¿Cómo que te escapaste?
Aur: Pues nada, que me enviaron a estu-
diar internado en 1965 y no me gustaba
nada y en una ocasión que tenía que
hacer un examen, pues que estaba en
el internado y decidí que me volvía a
casa.
Ant: ¿Y qué edad tenías?
Aur: Pues once años
Estamos todos asombrados
Jimmy: ¿Y como viniste?
Aur: En autobús
Ant: ¿Y tenías dinero?
Aur: Pues imagino que sí. Mi madre esta-
ba en el bar haciendo croquetas o vete
a saber qué y me vio aparecer.
Me parece increíble que a un crío de
once años se le pueda ocurrir tal cosa.
Parece que a sus padres no les sentó
mal. Le enviaron a la escuela del pue-
blo, donde don Lucio hizo lo que pudo,
pero cuando se examinó de las mate-
rias de ese año...
Aur: Suspendí más asignaturas de las
que había. El pobre don Lucio... estába-
mos los niños del pueblo y yo que era el
más alto de todos... La cuestión es que
al año siguiente me matricularon en el
Colegio Bermar de Vitoria.
Aurelio trabaja en el Banco Basconia de
Agurain-Salvatierra. Le pregunto cómo
fue lo de dedicarse a la banca.
Aur: Pues cuando acabé me aconseja-
ron que estudiara algo de banca, que
iba a haber unas oposiciones. Me pre-
senté, aprobé y hasta hoy.
Ant: ¿Siempre en Salvatierra?
Aur: No, antes en Vitoria. En Salvatierra
estoy desde hace diecinueve años.
María tiene que echar cuentas para
decirme los años que lleva en Vitoria. Es

131
curioso que los padres de María fueron
a Vitoria desde un pueblo cercano a
París a consecuencia del mayo del 68.
Tuvieron la percepción de que se podría
reproducir un conflicto parecido al de
la Guerra Civil y no querían correr ese
riesgo. En cambio María tiene visión feliz
de aquella época. Ella tiene claro que
querían cambiar el mundo.
M: Nos parecía imposible que ese siste-
ma opresivo aguantara. Ahora parece
imposible que exista otro sistema. Éra-
mos jóvenes y nos sentíamos capaces
de todo, además íbamos todos juntos,
subíamos a los autobuses, no pagába-
mos...
María estuvo vinculada al activismo po-
lítico en la transición. Creo que es una
persona de profundas convicciones.
Le pregunto sobre su primera impresión
de Vitoria.
M: Me pareció que las chicas gritaban
mucho, se reían por todo. Sería la ado-
lescencia...
Ant: ¿Y la ciudad?
M: La ciudad muy bien, yo venía de un
pueblo francés, y ya sabes cómo son
los pueblos franceses. Bueno, lo único
que no me gustaba nada era que me
llamaran “franchute”. La única vez que
he golpeado a alguien en mi vida fue
a uno que iba en bicicleta, me llamo
“franchute” y le di tal golpe que lo tiré
de la bicicleta. Además me llamaban
Marie, pero eso no me importaba.
Estuve dando clases de francés, en aca-
demias. De hecho a Aurelio le conocí en
una academia en la que yo daba clases
de francés y el estudiaba inglés.
Aur: Te colabas en las clases de inglés.
M: Bueno, para aprovechar el tiempo.
Aur: Y me perseguiste.
M: Sí, te perseguí, asiente María no sin
cierta ironía, o al menos eso me parece
y nos deja la duda de si realmente fue
así.
Parece que se hicieron novios al coinci-
dir en las fiestas de Oreitia. Ella tenía die-
ciocho años y Aurelio diecinueve. Toda
una vida juntos. Tienen dos hijas y una
nieta que les perpetúa su ya habitual
sonrisa.
Ant: ¿Y lo de enfermería?
M: Empecé tarde a estudiar enfermería.
Con la salida de Francia, mis padres no
arreglaron los papeles para convalidar
los estudios que había cursado. Al llegar
aquí me puse a dar clases de francés
pero no podía hacerlo en escuelas ofi-
ciales así que lo hacía en academias.
Poco a poco el francés fue teniendo
menos demanda y los horarios eran
muy malos. Ya estaba casada cuando
me planteé retomar los estudios y me
presenté al acceso para mayores de
veinticinco años y lo aprobé. Estudié en-
fermería como podría haber hecho una
licenciatura en filología francesa, pero
al final hice enfermería que me encan-
ta. Yo de hecho lo que quería ser era re-
portera de guerra y pensé que, ya que
eso no lo iba a hacer, me dedicaría a ser
enfermera en lugares en conflicto. Pero
acabé los estudios, salió una oposición

132
en el hospital y la aprobé. Y no habían pasado dos años y me ofrecieron una supervi-
sión y luego la dirección de enfermería. Parecía que todo venía rodado y en un sentido
completamente distinto al que yo había planeado. Estaba muy contenta pero no era lo
que yo había previsto.
Ant: ¿Cuánto tiempo estuviste de directora de enfermería?
M: Cinco años. Yo lo hubiera dejado antes, pero nunca era un buen momento. Tenía muy
claro que iba a volver a la asistencia como enfermera, pero no había forma. Y además
la gente me decía que era un camino sin retorno o con difícil retorno. En parte me ayudó
el que recuperara la idea de irme fuera. Me fui a un proyecto de ayuda en Mauritania.
Aunque por mi edad y por la inexperiencia no era fácil que me aceptaran, me cogieron
por el francés. Nadie sabía francés. Pedí una excedencia y me fui.
Me parece muy valiente por haber tomado esa decisión, pero no me sorprende. Ya les
he comentado que María transmite una serena seguridad en sus convicciones.
Ant: ¿Y eso cuándo fue?
M: En el 2003.
Ant: ¿Cuánto tiempo estuviste?

133
M: Seis meses. Volvimos un mes antes de tiempo. Hacíamos un trabajo de formación sa-
nitaria, pero no fue exactamente como pensábamos. Volvimos un mes antes. A la vuelta
recuperé mi plaza y ahora estoy encantada.
Ant: Oye, Aurelio, y ¿lo de tocar el saxo?
Aur: Mi padre tocaba el acordeón y mi hermano también. Siempre me había quedado
la idea de estudiar música y por eso cuando volví a Agurain y tuve la oportunidad me
matriculé en la escuela y hasta ahora.
Ant: ¿Qué edad tenías?
Aur: Cuarenta años.
Interviene Ana para explicar que cuando ella llegó de profesora a la escuela, con vein-
tiún añitos, se encontró a Aurelio que estudiaba junto a su hija, alumna de la escuela,
y a la que le faltaba sólo un año para alcanzar el mismo nivel de estudios que en ese
momento tenía Ana. Se lo hicieron pasar mal. No entendía el humor de ambos, sobre
todo de Aurelio. Supongo que era exceso de responsabilidad por parte de Ana. Ahora
son muy amigos y se ríen al recordarlo. Aurelio la mira complacido y Ana explica con de-
talle, como en ella es habitual, lo que sentía entonces. Seguimos con ella y con Jimmy.

134
Domicilio familiar de María y Aurelio,
Alegría-Dulantzi.
Déjenme que me detenga especial-
mente en hablarles de Ana Isabel Bra-
vo. Ana Isabel es la principal culpable
de que ahora estén ustedes leyendo
esto. Si ella no me hubiera integrado
como lo hizo en esta ciudad no se me
habría ocurrido escribir este libro. La co-
nocí hace cuatro años en el salón del
hotel Lakua. Ella estaba al frente de un
cuarteto tocando estándares de jazz
alternando el saxo tenor y el alto, con
un sonido bello y profundo que me lla-
mó la atención. El que a esa hora yo
estuviera en el hotel era casual. Había
ido a cambiar la batería de mi cámara
después del concierto de Mendi y pen-
saba recoger la batería de repuesto e
irme corriendo al Jazz de Medianoche.
¿Qué razón me hizo cambiar de planes
y quedarme escuchando a Ana y a su
ANA ISABEL BRAVO Y
VITORIA, 26 de julio de 2009
JIMMY BIDAURRETA

135
cuarteto, con Perico a la batería, Pedro
al contrabajo e Iker Ruiz de Alegría al
piano? No lo sé, sinceramente. Podrían
pensar que fue por el reclamo de la
belleza de Ana, porque sería un motivo
suficiente, o la curiosidad de escuchar
a una mujer tocando jazz, o el oír es-
tándares que conozco bien, o tal vez
el sonido del cuarteto en su conjunto...
Seguramente hubo algo de todo eso,
pero años después pienso que fue un
golpe de suerte o bien, como podrían
interpretar otros, el destino que te une a
personas que influyen de forma podero-
sa en tu vida. Creo que Ana, que es aún
mucho más bella por dentro que por
fuera, es de esas personas que vale la
pena conocer en cualquier lugar y cir-
cunstancia. Ella fue quien me presentó
a prácticamente todas las personas que
luego he conocido en Vitoria. Y fueron
Ana y esos vitorianos los que involunta-
riamente me transmitieron una imagen
de la ciudad que, entre otras cosas, me
ha llevado a escribir esto.
¿Qué les puedo decir de Ana? Es mo-
rena de rasgos bien definidos que con-
forman una belleza muy propia del nor-
te. Tiene un pelo tupido y bonito y una
voz profunda que te embelesa. Habla
con mucha propiedad y con continuas
divagaciones que hacen que en muy
poco tiempo te cuente, al hilo de un
tema aparentemente banal, muchas
cosas interesantes. Es una excelente
saxofonista, extremadamente respon-
sabilizada de su trabajo y con una gran
capacidad didáctica. Pero por encima
de todo Ana se hace querer y no me
pregunten por qué. Creo que un poco
por todo.
Jimmy es de Donostia. Jimmy es alto, de
ojos claros que te miran fijamente. Tiene
una expresión singular, a veces como
ausente, pero sé a ciencia cierta que
está pendiente de todo y que escucha
y percibe lo que ocurre a su alrededor
aunque parezca que está en otra cosa.
Jimmy es brillante. Es muy interesante
charlar con él. Tiene ideas propias sobre
lo que le rodea y en especial sobre la
música. Parece estar siempre maqui-
nando algo. Lo conocí hace cuatro
años en el Gran Hotel Lakua cuando
vino a ver a Ana y a su cuarteto. Me lo
presentó Ana, por supuesto, y desde en-
tonces he tenido la oportunidad de ver-
le siempre que he ido a Vitoria.
Ant: ¿Estudiaste en Donostia?
J: Sí, estudié música en el conservatorio.
Estudiaba piano, pero luego empecé
con el fagot.
¿El fagot? Me sorprende este Jimmy
Ant: ¿Por qué el fagot?
J: Pues quería estudiar un instrumento
que no fuera el piano para tocar con
gente. En la escuela había un fagot
que no tocaba nadie y decidí empezar
con él. La verdad es que iba estudian-
do fagot pero no fue hasta los tres años
de tocarlo que al escuchar una graba-
ción de gente buena, me di cuenta de
lo bien que podría sonar el fagot. Hasta
entonces la verdad es que no era muy

136
consciente. De hecho vine a Vitoria por
trabajo, como profesor de fagot de la
escuela Luis Aranburu.
Ahí es donde conoció a Ana.
Ant: ¿Y cómo es que compaginas tu
música con el fagot?.
J: De hecho es raro que siga con la clá-
sica. Siempre me ha interesado otras
músicas. Me fui a Rotterdam a estudiar
música moderna.
Ant: ¿Qué estudiaste en Rotterdam?
J: El motivo por el que fui y lo que más
me interesaba entonces eran los ritmos
latinos. Pero en general mi interés esta-
ba fuera de la música clásica.
Ant: ¿Cómo empieza uno a componer?
J: Siempre he hecho música. Recuerdo
que de crío en casa había un piano. Em-
pecé tarde, a los trece años. Me acuer-
do que intentaba tocar con dos dedos,
con uno seguía de forma consecutiva
las teclas blancas y con otro las negras.
Como hay más teclas blancas que ne-
gras se iban creando intervalos distintos
y recuerdo como, sin saber lo que toca-
ba, de repente había intervalos que me
sonaban especialmente bien y paraba
ahí y jugaba con ellos, componía de al-
gún modo.
Ant: ¿Y lo de dirigir la Gasteiz Big Band?
Porque hubo antes una Gasteiz Big
Band ¿no?
J: Eso te lo explicará mejor Ana. Pero lo
de esa Gasteiz Big Band primera, en rea-
lidad dieron un único concierto, pero no
creo que eso se pueda considerar que
se formara una big band como tal.
Ana interviene.
Ana: Hace unos trece años, como forma
de aprovechar las posibilidades de los
músicos de la escuela, montamos una
asociación y empezamos a tocar reper-
torio de estándares de big band. Al prin-
cipio era un poco desastre, nos faltaban
instrumentistas.
Ant: O sea, que era mas bien un combo
grande.
Ana: Sí, algo así, pero luego sí que ya
éramos una big band con toda la for-
mación de metales.
Ant: ¿Qué repertorio hacíais?
Ana: Pues arreglos para big band de
temas clásicos. Tuvimos varias etapas. El
primer director fue Raúl Romo, que des-
pués se fue a Berklee. Luego asumió la
dirección Iker Sánchez y cuando éste lo
quiso dejar se lo ofreció a Jimmy.
Ant: ¿Tenías experiencia en dirección?
J: Ninguna, había estudiado alguna
cosa en Rotterdam de dirección co-
ral, pero nunca había dirigido una big
band.
Ant: ¿Y ...?
J: Pues nada, por un lado pensé que si
me lo ofrecía sería por algo y por otro
que tal vez era una buena oportunidad
para poner en práctica algunas ideas.
Según creo entender, Jimmy provocó
una pequeña revolución en la big band
al cambiar el concepto de la banda,
basada en la copia y la reproducción
de arreglos de otros, cada vez de mayor
dificultad, pero al fin y al cabo música
de otros, a buscar y encontrar un sonido
propio y un concepto musical arriesga-
do que combina sonidos pregrabados

137
con música en directo que se aparta
del repertorio clásico. No debió de ser
fácil.
Ant: ¿Cuándo se produjo el punto de
inflexión?
Ana: Con la presentación en el Festival
de Big Bands. Los primeros cuatro meses
no lo teníamos nada claro. Pero cuando
salimos y tuvimos el éxito que tuvimos y
sonó como sonó, nos quedo claro lo que
habíamos estado haciendo.
Llegaron a tocar en el Auditorio Nacio-
nal en Madrid. Han grabado un vinilo
que es precioso también desde el punto
de vista meramente estético.
J: Yo no sabía que tenían tantas dudas
durante esos meses. Tal vez si lo hubiera
sabido no sé si me hubiera atrevido.
Jimmy puede ser críptico a veces. Segu-
ramente no sentía la necesidad de ex-
plicar a los músicos de la banda qué era
lo que estaban haciendo en realidad
hasta que a él le pareció necesario. Se-
gún Ana, que lo vivía desde el otro lado,
este período fue duro, pero el resultado
les compensó con creces.
Ant: ¿En qué proyectos estás ahora?
J: Como instrumentista en Ortophonk y
con Makala. Por lo demás estoy produ-
ciendo cosas de Makala, también de
otra gente. Tengo un proyecto con el
sello Gaztelupeko Hotsak de recuperar
parte de su catálogo.
Una personalidad inquieta la de Jimmy
con un montón de ideas y de proyectos.
Ana no para de dar clases y de tocar.
Creo que es un fiel reflejo de como un
músico puede vivir de la música en el
País Vasco. En esta tierra es muy habi-
tual que varios miembros de la familia
toquen o hayan tocado un instrumento.
Eso supone la existencia de escuelas,
bandas, etc. Otra cosa es dedicarse a
la música profesionalmente.
Cuando le digo a Ana que la tengo que
entrevistar le entra la risa, pero rápida-
mente me cuenta:
Ana: Nací en Vitoria, en Txagorritxu. ¿Sa-
bes que txanagorritxu es “caperucita
roja” en euskera?
Ant : ¿Ahora tienes veinticuántos años?
Ana: Veintitreinta, ya tengo treinta. Tú
me conociste con veintiséis. ¿Vas a con-
tar como nos conocimos?
No sabe que ya lo he contado
Ana: Yo me acuerdo de cómo ibas tú
vestido.
Ant : ¿Ah, sí?, pues yo no me acuerdo.
Ana: Ibas de blanco, todo de blanco.
Pensaba que habías salido de Ibiza o
algo así.
Ant : Háblame de todos esos sitios en los
que has trabajado de músico. ¿Qué fue
lo primero que hiciste?
Ana: Pues empecé con nueve años a
cantar en un coro del colegio. El mo-
vimiento coral en el País Vasco es muy
importante. Todas las ikastolas tienen su
coral, con cantera propia, y suele haber
un coro juvenil. Yo iba al colegio Luis Do-
rao (ao, no es una errata), y ahí había
una chica, Inma Royo, a la que tengo
mucho que agradecer. Con nueve años
nos pilló a tres chicas de la misma edad,

138
y nos puso de jefas de coro. Vicki, Virgi-
nia y yo. Ellas también siguen dedicán-
dose profesionalmente a la música. Con
doce años nos empiezan a llevar a cur-
sos de dirección coral, y uno de nuestros
profesores es Juanjo Mena, que ha sido
director titular de la Sinfónica de Bilbao.
Íbamos las tres niñas y empezamos a ha-
cer nuestros pinitos con la dirección.
Después de eso fue ella quien nos diri-
gió al conservatorio a estudiar música
porque esa era nuestra carrera. Y ahí
fue un rollo casi de amigas. Yo quería
tocar el violín, bueno, no tenía muy cla-
ro si el violín o el violonchelo. Había un
anuncio de Timotei que salía una rubia
tocando el violonchelo, muy sensual.
Por otro lado mi padre toda la vida ha
querido tocar el saxo. Como tercera op-
ción tenía el saxo. Al final me decanté
por el saxo porque mi padre quería que
yo fuera un chico, pero le salí niña y dije
va, al menos le doy una alegría y toco
el saxo. Yo empecé a estudiar saxo pero
seguía muy centrada con lo de los co-
ros. Lo que ocurre es que me salieron
unos nódulos y tuve que dejar de cantar.
Fue entonces cuando me dije, pues me
pongo a dirigir.
Para tratarme los nódulos fui a un mé-
dico foniatra al que casualmente le
habían encargado hacer una terapia
a los cantantes del Centro Andaluz de
Vitoria. Ya me ves con catorce años de
asesora musical del médico foniatra
que trataba a la gente que hacía cante
jondo. Acabé el tratamiento foniátrico
pero los del Centro Andaluz me ofrecie-
ron dirigir un coro de música andaluza,
con grupo instrumental de dos guitarras
un teclado. Aquello era una fiesta.
Luego me ofrecieron dirigir un coro de
adultos, el Aritz Ostoa, que estaba vin-
culado a Eusko Alkartasuna. Sabes que
hay muchos coros vinculados a partidos
políticos, a sedes de montaña y tal, y
este era de Eusko Alkartasuna. Puse la
condición de que, aunque enseñára-
mos en la sede, estuviera abierto a todo
el mundo. Estuve un par de años diri-
giendo ese coro.
Ant: ¿Te pagaban?
Ana: Ahí me pagaban.
Ant: ¿Con catorce años?
Ana: Sí, con catorce años.
Ant: Así has amasado tu fortuna...
Ana: Pues con catorce años, entre una
cosa y otra, igual ganaba entre 15 y
20.000 pesetas al mes. Era una pasada.
El Aritz Ostoa me pagaba sobre todo for-
mación. Luego me llamaron del Ayunta-
miento para dirigir los coros de la tercera
edad. Fíjate, con esos abuelillos, yo que
no había conocido a mis abuelos... Yo
siempre he dicho que no he tenido ni
abuelos ni pueblo, pueblos al final estoy
trabajando en ellos y abuelos, me caye-
ron ¡noventa!. Que te hacen torrijas, que
te hacen muñecas, que te hacen pa-
ñitos, que te hacen manualidades... Al-
guien me regaló noventa abuelos de re-
pente. Estuve dirigiéndoles cuatro años.
Algún día, si puedo, volveré a los coros,
porque es muy grande. Una big band
instrumental supone un trabajo huma-
no a nivel colectivo que está muy bien,

139
pero la voz es otra cosa. La sensación de
levantar los brazos y que te dé un acor-
de un coro de voces es algo muy íntimo.
Lo echo de menos y no descarto volver.
Cuando empecé a tocar el saxo yo no
lo tenía muy claro y esa es otra manera
de hacer música, el instrumento es otro
tipo de vehículo... Yo hacía música a tra-
vés de las voces de los coros que dirigía.
En cuanto a lo del Conservatorio, em-
pecé a estudiar en el de Vitoria. A mi
profesor del Conservatorio tengo que
agradecerle sobre todo que me hizo
leer mucha música. Un buen día apa-
reció el catedrático del Conservatorio
del Bruc de Barcelona, un tal Bofill, que
nos vino a dar alguna master class, y nos
conoció a un chico que se llama Álvaro,
que está tocando en la big band de Bob
Sands, que se ha ido a Madrid, y a mí,
y nos aconsejó que contactáramos con
Josecho Silguero, que estaba en una es-
cuela de música de Errenteria, que ac-
tualmente es profesor del Conservatorio
de aquí, y empezamos a estudiar con él.
En esa época ya estaba metida en or-
questas de verbenas, primero con Aza-
bache, y después con Little Band. He
tocado siempre en charangas. Lo de las
charangas es muy importante en el País
Vasco. Mi charanga era Akelarre. Ahí es-
tuve tocando desde los once hasta los
veinte o así.
Ant: Y en lo que se refiere a la enseñan-
za, ¿en qué centros has dado clase?
Ana: A los veintiuno empecé en Alegría
con una plaza a tiempo parcial de pro-
fesora de saxo en la escuela municipal.
Simultáneamente daba clases en es-
cuelas privadas: colegio San Prudencio
en Vitoria, escuela de música Vedruna
del Sagrado Corazón. De ahí al Conser-
vatorio de Mondragón. Después me hi-
cieron directora de centro en Vedruna
y después saqué otra plaza en Amurrio.
Ant: ¿En qué año fue eso?
Ana: En 2005. Pero fíjate que el año pa-
sado estuve dando clase en Arámburu,
de donde había sido alumna.
Ant: ¿O sea que tienes dos plazas gana-
das a pulso?
Ana: Sí, la de Amurrio de media jornada
y la de Alegría a menos de media jor-
nada. Dar clases en tantos sitios me ha
permitido conocer a mucha gente.
Doy fe de ello. Es imposible pasear con
Ana por Vitoria sin que la salude un sinfín
de gente, niños y no tan niños. En Ale-
gría es una más, la conoce todo el pue-
blo. No he tenido la oportunidad de ir
con ella a Amurrio, pero seguro que será
igual.
Ant: También tocas habitualmente con
la banda municipal.
Ana: Con la banda municipal colaboro
desde 2001.
En las páginas dedicadas al jazz se hace
referencia a uno de los conciertos de la
banda municipal en el jardín de Falerina
en el que participa Ana. Me viene a la
memoria que unos meses atrás me lle-
vó a Alegría para que viera el ensayo
de unas bandas de niños. Fue todo un
espectáculo ver a unos cien niños en el
bonito auditorio municipal de Amurrio

140
con sus instrumentos. ¿Edades?, desde
siete u ocho los menores a dieciséis o
diecisiete años los mayores.
Ant: Cuéntame lo de los niños.
Ana: Hace dos años me ofrecieron diri-
gir la Banda Txiki en Amurrio. Son treinta
niños y ahí me lo paso en grande. Pero
lo que tú viste en Alegría era otra cosa.
Surgió hace cinco años, en que junta-
mos niños de Amurrio, Vedruna y Ale-
gría. Ya viste lo que montamos. Además
procuramos mezclar un repertorio más
clásico, con arreglos de temas que les
puedan sugerir algo a los niños. Otro
proyecto que tengo este año es hacer
intercambio entre bandas, irnos unos
días a un albergue con los profesores y
organizar un repertorio común. El año
que viene participaremos en el Festival
de Big-Bands de Vitoria con la Banda
Txiki.
Ant: Y tú, como instrumentista, ¿con
quién estás tocando?
Ana: De forma estable con Makala, que
es un DJ que trabaja en Euskadi Gaztea.
En los directos montamos una historia
parecida a una jam con DJ. Además
toco con la Gasteiz Big Band y ocasio-
nalmente con algún otro grupo como
el que me viste cuando nos conocimos.
Ana es feliz con su trabajo y así te lo
hace sentir. Le encanta estar metida en
un montón de cosas a la vez, ya ven.
Interrumpimos la conversación de la
historia de Ana a la hora de cenar. Des-
pués de la cena, en la sobremesa, vol-
vemos al tema de Vitoria y les pido que

141
recomienden sitios adonde ir. María no
está, se ha tenido que ir a trabajar.
Aur: Un restaurante que me gusta es el
Lemar, en la calle Extremadura. Es coci-
na de autor, con menú degustación.
Ana: Es difícil pedir por la carta que tie-
nen. ¿Te ha dicho alguien el Tulipán ne-
gro?
Aur: ¿Ese cuál es?
Ana: El de las morcillitas.
Aur: Ah sí, claro.
J: Pues yo te diría el Chimbo.
Ant: ¿Y eso qué es?
J: Un restorán.
Ana: En la “Cuchi”.
J: Es comida como la de antes, carne,
garbanzos... La última vez que estuve
coincidí con Jon Sistiaga. Otro que me
gusta es El Marmita-Co, en la avenida
Judizmendi, con un menú del día que
está muy bien.
Ana: Y es original. El restaurante está de-
corado con las paredes en negro.
¿Te puedo hablar de Labastida?, por-
que en Labastida, para irte a comer
las patatas con chorizo, las chuletas al
sarmiento, yo iría al Jatorrena. Ese es un
plan de domingo estupendo... O el Pe-
tralanda. El otro día estuve cenando allí
y muy bien.
Luego la marisquería Urrunaga. Está a
unos diez kilómetros de Vitoria yendo
hacia Legutiano.
J: Hacia Urrunaga.
Ana: El Dólar, de pinchos...
Aur: Hay mucha variedad.

142
J: La Blanca, en la Virgen Blanca, ¿te
han hablado de ese?
Ant: No, de ese no, de la zona, pero no
de ese bar en concreto.
Ana: En esa zona está el Otxo Ballarin,
en la “Herre”. El Querida María también
me gusta.
J: Y la Malquerida.
Ana: Hay un gallego, El Camilo, que está
en Julian de Apraiz que es una zona fue-
ra del centro, bien de precio, el menú
y la carta. En Lakua, está la fragua de
Vulcano, de bocatas y racioncitas, en la
plaza Euskalerria. Luego está la Casa de
mi abuela. De ahí destacaría el trato.
J: Y el Dolomiti.
Aur: Ahí hacen una pizzas...
Ana: Y unos canelones con bacalao y
piperrada. Mezclan la cocina italiana y
la del país.
Aur: Cocinan también tradicional. Es de
un antiguo ciclista, de Paco Galdós. De
bocatas está muy bien el Taberna de los
mundos, en la plaza de los Fueros.
Ana: En cocina tradicional está el Felipe.
Aur: Hay un restaurante en Langarika
por la carretera, que tiene media doce-
na de mesas, con un menú que cambia
según temporada, que no me acuerdo
cómo se llama.
Y para oír música, tomar una copa:
Ana: El Iguana.
J: El Ibú, en Judizmendi.
Ana: Lo ha cogido el dueño del Iguana.
En El Nuevo, en el Portal del Rey, ponen
música de los ochenta y noventa. En el
bar de Falerina suelen traer DJ., funcio-
na por la noche hasta la una. Está tam-
bién El Dublín. ¿Del Hell Dorado te han
hablado?
J: Eso es un templo de la música, con
una programación estable y una larga
trayectoria, con mucho criterio. Hay mu-
chos grupos que giran en salas de me-
dio aforo y paran allí seguro.
Ana: Está en el polígono industrial de
Uritiasolo.
J: Hay actuaciones de todo tipo pero
son un referente en el mundo del rock. Es
un sitio muy especial, no sólo como local
sino como iniciativa.
Ant: ¿Y el sitio donde estuvimos ayer?
Ana: Se llama El pase
Jimmy: ¿Y el Cuatro Azules? Oye, ¿y El
Plaza?
Ana: Ahí se come bien también. Por
la noche ponen house. El Cuatro Azu-
les también es de house y debe haber
cumplido los veinticinco años, es un sitio
mítico. Para el que piense que Vitoria es
una ciudad con poco ambiente de no-
che, que empiece en los Cuatro Azules.
Santi es el DJ. residente que vive por y
para la música. Tiene un programa en
radio Vitoria.
Aurelio nos ha ofrecido un café y una
copa. Yo le digo que copa no quiero
pero sí café. Tomaremos Aurelio y yo.
Jimmy sí quiere copa y Aurelio aparece
con una botella de ouzo, el licor anisado
griego. Al final lo probamos todos.
Ana: Oye, ¿alguien te ha hablado del
Aldapa, de los cafés del Aldapa, que

143
significa “cuesta” en euskera?. Son los
mejores cafés de Vitoria. El Estitxu es un
bar que dan conciertos los jueves de
pequeño formato. Y si quieres alargar la
noche tienes que ir al Mario’s.
Aur: A mí me llevaron el otro día porque
me dijeron que tenían un muy buen gin-
tonic.
J: El refugio ¿te parece un sitio interesan-
te?.
Ana: Ahí antes se pinchaba rock, pero
ahora creo que ha cambiado el estilo
para gente muy jovencita.
Como veis quien lleva la voz cantante
en este tema es Ana. Conoce muy bien
Vitoria. Aurelio y Jimmy asienten sobre
los locales a los que se refiere Ana.
Ana: Hay tres locales de Vitoria de los
mismos propietarios que se diferencian
un poco por la sofisticación y la calidad,
y el precio también, que son el Archie,
Smokie y Vitoria Bar. Ahí sí que están
pendientes de todo, la música, la copa,
todo está muy cuidado. Luego está el
Monroe que no sé de quien es pero tam-
bién está muy bien.
Ant: ¿Y rutas fuera de Vitoria?
Ana: Otxandiano es muy bonito.
Aur: Pero Otxandiano ya es Vizcaya.
Olaeta es Álava, que está pegado, y ahí
hay un sitio que te ponen unas alubias,
que no se como se llama, que están
buenísimas. Es comida tradicional. Es tí-
pico ir a comer alubias con sacramentos
y un postre y ya está.
Aur: Rutas para bicicletas hay muchas.
La vía verde del antiguo vasco-navarro
hasta el pantano es preciosa. O ir al Ur-
basa y hacerte toda la planicie andan-
do o en bicicleta. El bosque de Izkiz tam-
bién es muy bonito y es una ruta fácil.
J: Las Salinas de Añana...
Ana: Okina Saseta, en la ruta del vino
y el pescado, la que iba de Logroño a
Pasaia, hay varios tramos en Álava. Este
es un tramo de unos seis kilómetros para
pasear que puedes ir con niños, hay pe-
ñas, barrancos, cascadas...”
Aur: La zona de Aramaiona es también
muy bonita, hay una sidrería muy reco-
mendable. Cerca de ahí está el panta-
no de Albina, muy recogidito, con pinos,
también para pasear en familia.
J: En Treviño puedes hacer psicofonías.
En Ochate, pasando el puerto de Vito-
ria. Aunque es provincia de Burgos.
Aur: Treviño es un regalo que le hicieron
a un conde.
Ana: Un souvenir.
Ana: ¿Y el puerto de Opakua?
J: ¿Y la cueva de la Lece?
Me avasallan entre los tres con tanta
información. Van diciendo sitios y se in-
terrogan los unos a los otros para reco-
ger su opinión sin esperar respuesta. No
es necesario, parecen estar todos de
acuerdo en sus recomendaciones.
Ana: Es imperdonable, pero no he ha-
blado de Amurrio, que es donde tra-
bajo. El Bideko para comer, El Refor... La
dueña del Bideko es guitarrista.
J: ¿Y el Erauskin?
Aur: Claro, aquí en Alegría, el mesón
Erauskin. Además el viernes tienen un

144
menú especial, muy bien elaborado y bien de precio, y luego tienes derecho a cantar.
J: El repertorio es estilo karaoke.
Aur: Pero te puedes llevar tus cosas preparadas para cantar si quieres.
J: Pablo Abraira y ese estilo.
Ant: Hombre, Gavilán o paloma, un temazo.
Ana: ¿Lo podrías cantar?
Ant: No sé, no sé. De Iván, ¿os acordáis?, ¿y de Pedro Marín?
Ya se ve que vamos teniendo una edad...
Nuestra conversación deriva hacia un amigo común, José Larrakoetxea. Este es un per-
sonaje difícil de etiquetar. Larrako es de Bilbao, pero vivió en Filipinas y tiene algo de
inglés en el porte y en el habla. Ha asistido a todos los festivales de jazz del País Vasco
prácticamente en todas sus ediciones en los últimos cuarenta años. Debe de llevar en
su mente y en su corazón más de cien ediciones de festivales de jazz en Euskadi y en el
resto del mundo. En concreto, del festival de Donostia ha estado en 41 de sus 44 edicio-
nes. Se perdió tres: una, la primera, porque no se enteró de que se hacía un festival de
jazz, otra porque en esas fechas estaba fuera del país y la tercera porque se fue a la mili.
Toca la trompeta aunque no se dedica profesionalmente a ello. Lo conocí hace unos
años en Donostia. Dos días antes me encontré con Aurelio en Donostia y le presenté
a Larrako. Por eso aparece en la conversación. A Ana se lo presenté en una anterior

145
edición del Festival de Jazz. Larrako es un amigo entrañable, con quien tengo contacto
pocas veces al año. Aprovechamos cualquier ocasión en que él se desplaza a Barce-
lona o yo a Euskadi para vernos. Un saludo a Larrako, aunque no sea de Vitoria, por su
particular forma de vivir y querer el jazz.
Aurelio: Pues ahora que lo dices, de las 33 ediciones del festival de Vitoria yo me he
perdido muy poquitas. He visto a Oscar Petterson, a Sara Vaughan, a Miles Davis, a Stan
Getz con Dizzie Gillespie... Por cierto, que Stan Getz llegó tarde por una cosa con una
chica cuando venía de camino para Vitoria desde Francia.
Stan Getz tenía fama de mujeriego y parece que hizo un alto en el camino por una
mujer mientras los vitorianos le esperaban en Mendizorroza.
Aurelio nos está poniendo los dientes largos. Es impresionante el elenco de figuras que
han pasado por el Festival de Jazz de Vitoria y tenemos ante nosotros a un privilegiado
que ha podido ver en directo a muchos de los grandes mitos del jazz.
La noche se va acabando. Supongo que insistir en que ha sido una excelente velada
es innecesario. Con Ana, Jimmy y Aurelio es muy difícil no pasar una excelente vela-
da. Nos ha faltado María en la cena, pero el trabajo es el trabajo. Mañana es lunes,
tendré que volver a mi casa, aunque a estas alturas ya tengo dudas de dónde está
mi casa.

146
Hotel Villa de Laguardia, Laguardia.
Es el día de regreso a Barcelona. Pare-
ce que hace mucho tiempo que estoy
en Vitoria, parece que hace mucho
que salí de Barcelona. Fue el 11 de ju-
lio exactamente, pero parece que esto
ha pasado muy rápido a la vez. Siento
esa sensación paradójica del paso del
tiempo siempre que estoy especialmen-
te bien. Y en este viaje así ha sido. Por
otro lado, tengo una mezcla de sensa-
ciones y sentimientos. Estoy feliz por todo
lo que me ha sucedido, estoy triste por
marcharme, estoy feliz por la gente que
he conocido, estoy triste por no poder
pasar más tiempo con ellos.
Esté como esté ha llegado la hora de
partir y además no la puedo demorar
porque he quedado con Juanma La-
vín, presidente de la Ruta del Vino de
la Rioja Alavesa, región tantas veces
recomendada por nuestros amigos y
que merecía una entrevista a alguien
representativo, y Juanma, sin duda, lo
es. Hemos quedado a la una pero ya
me advirtió que se podría retrasar. Yo
ando también con retraso. Me faltan
unos treinta kilómetros para llegar a La-
guardia y son la una. Le envío un SMS
y me confirma que también llega con
retraso. Mejor, así no me siento culpable
y, mientras, me deleito contemplando
este paisaje que nunca cansa a la vista.
Voy atravesando los pueblos a ambos
lados de la frontera entre la Rioja Alave-
sa y La Rioja Alta. De repente sobre un
cerro aparece Laguardia. Es una visión
que me sigue sorprendiendo a pesar de
que no es nueva para mí.
Llego al hotel Villa de Laguardia, situado
fuera de la muralla, a pie de carretera.
Es una construcción que recuerda a las
casas solariegas, a las antiguas casas de
retiro de gente adinerada. El vestíbulo y
la cafetería son muy acogedores e invi-
VITORIA, 27 de julio de 2009
JUANMA LAVIN

147
tan al viajero a entrar y sentirse como en
casa. Me siento en una de las mesas de
la terraza interior. A través de los crista-
les veo un jardín muy bien cuidado y, a
juzgar por el atuendo de los turistas que
veo pasar, debe de haber una piscina
en el recinto. Luego lo confirmaré. Voy
a la barra y pido un crianza, ¿qué si no?
Mientras espero, preparo la cámara y
la grabadora, reviso y contesto algu-
nos correos electrónicos. Se respira paz
en este lugar. Al cabo de un rato llega
Juanma Lavín. Se presenta y me estre-
cha la mano. A pesar del retraso de
ambos no nos disculpamos especial-
mente. Él ya me había advertido y yo le
he esperado encantado. A primera vis-
ta Juanma me transmite cierta cautela.
Imagino que, como otras personas con
las que he contactado, no tiene claro
exactamente lo que estoy haciendo.
Después de unas frases corteses le expli-
co de qué se trata y enseguida tengo
otra impresión. Presiento que me va a
explicar muchas cosas y prometen ser
interesantes.
Le pido que se presente y lo hace de
una manera muy formal pero sin ningún
tipo de afectación, sino todo lo contra-
rio, como cumpliendo con un trámite
que exige el guión.
J: Me llamo Juan Manuel Lavín San-
tamaría, nací en Vitoria en el año 63,
desciendo de Laguardia por parte ma-
terna. Vivo en Vitoria pero trabajo en La-
guardia, entre Vitoria y Laguardia. Estu-
dié ciencias económicas y empresaria-
les y ahora soy director-gerente del hotel
Villa de Laguardia, del Centro Temático
del Vino y de una empresa de catering
que opera por todo el norte. Soy presi-
dente del proyecto Ruta del Vino de la
Rioja Alavesa en el cual estamos más de
cien socios. Están todos los ayuntamien-
tos, quince, las cuatro juntas administra-
tivas, y veintitrés núcleos de población
pequeñitos. Es un proyecto de dinamiza-
ción turística en el que están integrados
los concejos, restaurantes, bares y las
bodegas que estén abiertas al público.
Piensa que en la Rioja Alavesa hay más
de cuatrocientas bodegas pero no to-
das están preparadas para mostrar sus
entrañas y compartir sus experiencias.
También hay empresas de todo tipo de
servicios, porque en este proyecto no
sólo se habla de vino sino también de
patrimonio, de naturaleza, de sostenibi-
lidad, de arte, de gastronomía...
La Rioja Alavesa es una subzona de la
denominación de origen calificada Rio-
ja, de unos 314 km2 aproximadamente,
13.000 hectáreas de viñedo y 12.000 ha-
bitantes nada más. De estos, 2.000, son
propietarios de viñedos y 6.000 están di-
rectamente relacionados con el vino. Es
un valle que está entre la sierra de Can-
tabria y el río Ebro, con un microclima
especial, diferente al de otras zonas de
la DO (denominación de origen) Rioja.
Está totalmente salpicado de viñedos.
Es un mar de viñedos, con pueblecitos
medievales de 150 a 2.000 habitantes
el que más. Todo gira en torno al vino.
Aquí, en Laguardia, si ves el pórtico po-

148
licromado de la iglesia de Santa María
de los Reyes, verás que es uno de los
pocos en el que se compendia el arte
religioso con el mundo del vino.
Esta es la zona norte de la DO Rioja, en
la zona sur de Alava. La DO Rioja es una
comarca natural, dividida en tres subzo-
nas: Rioja Baja, Rioja Alta y Rioja Alave-
sa. La subzona Rioja Alavesa es la que
coincide con los territorios de la DO Rio-
ja que están dentro de Álava. La Rioja
Alta coincide con un trozo de la comu-
nidad de La Rioja y un trozo de Castilla
y León. No toda uva que se planta en
la comunidad autónoma de La Rioja es
DO Rioja. Hay una parte de la comuni-
dad autónoma que no está amparada
por la DO Rioja.
La Rioja Alavesa, aparte de que ha cui-
dado su patrimonio, ha cuidado mucho
su identidad. Además estamos entre
400-700 metros por encima del nivel del
mar, con inviernos fríos pero no en ex-
ceso y con veranos calurosos pero no
extremos, con unas características del
suelo especiales, son arcillo calcáreos
preferentemente, y unas temperaturas
medias a lo largo del año que permiten
realizar grandes vinos.
La Unesco enumeró cinco condiciones
para considerar que una zona fuera
considerada una región apta para la
producción de vinos de alta calidad
y La Rioja Alavesa es de las pocas que
cumplen esas condiciones.
La Sociedad Vascongada de Amigos
del País promueve en 1785 un concurso
sobre propuestas de mejora de los vinos,
donde Manuel Esteban Quintano, clé-
rigo de Labastida, elaborando al estilo
francés, consigue pasar el océano Atlán-
tico sin alterar la calidad del producto. Desde principios del XIX la Diputación
alavesa impulsa la mejora de produc-
ción de los vinos de Rioja Alavesa. Es
consciente del estado decadente y rui-
noso de los pueblos que componen la
Hermandad de Laguardia por la impo-
sibilidad de dar salida a sus vinos, par-
te principal de sus cosechas. En 1862 se
transmite el mensaje al Marqués de Ris-
cal, buen conocedor del mundo social
y mercantil bordelés, quien junto con su
hijo Camilo ven en Jean Pinaud a la per-
sona idónea para este cometido.
En 1862 se firma un contrato entre Pina-
ud y la Diputación Foral de Álava
El vino elaborado con las enseñanzas de
Pineau es bueno y satisface los palada-
res; pero el mercado no tiene esa refe-
rencia para introducirlo en sus intereses.
Se piensa en una campaña institucional
de promoción bajo la denominación de
“Medoc Alavés”. Con esta etiqueta par-
ticipan en la Exposición Internacional de
Bayona de 1864, donde obtienen una
medalla de oro. Al año siguiente en la
Internacional de Burdeos, consiguen no-
minaciones de plata y bronce. Mientras,
se van haciendo campañas en la Villa
y Corte madrileña del “Medoc Alavés”,
obteniendo muy buena aceptación.
Ese fue el primer vino despalillado que
se hizo aquí. En 1968 el marqués de Ris-
cal firmó un acuerdo con Jean Pinaud.

149
En las botellas ponía Rioja Alavesa. Aquí
siempre se ha tenido esa idea de identi-
dad de Álava. Se han cuidado los pue-
blos, el patrimonio...
Me habla de la importancia de la ven-
dimia en septiembre, como momento
álgido en que se produce el resultado
de todo el año. En esa época el bode-
guero ve culminar su trabajo de toda
una temporada.
Me comenta los distintos tipos de bodegas.
J: Hay cuatro tipos: las construidas por
grandes arquitectos (Calatrava, Ghery,
Maziers, Aspiazu...). Eso es relativamente
reciente. De hecho la primera bode-
ga de la Rioja Alavesa que hizo un ar-
quitecto fue Campillo en los noventa,
antes las hacían ingenieros. La segun-
da tipología son las grandes bodegas
centenarias: Palacio, Marqués de Ris-
cal... con muchos años de trayectoria.
El tercer tipo es la bodega familiar. Esa
no se puede comprar con dinero y que
pasa de padres a hijos. No hay ninguna
zona vitivinícola que tenga tantas bo-
degas familiares como la Rioja Alavesa.
Es una maravilla escucharles hablar de
sus padres, abuelos, bisabuelos... cómo
hacían el vino. Y la cuarta tipología son
las que están bajo tierra. Laguardia está
plagada de ellas, es como un queso
gruyere, completamente horadada por
cuevas. Allí se hacía el vino de macera-
ción carbónica, que es el vino típico de
esta zona.
Puedes visitar también edificios civiles como la Casa de las Primicias, que se
ha recuperado completamente. Ahí se
hacían los diezmos y primicias. Se en-
tregaba al clero la décima parte de las
cosechas.
La uva clásica es el tempranillo, pero me
advierte de que siempre en las cabece-
ras se ha cultivado la uva blanca.
En ese momento suena el teléfono y
Juanma pide la comida: un carpaccio
de wagyu (de buey de Kobe), unas ver-
duras y unas chuletillas. Voy a comer
con Juanma en el restaurante El Medoc
Alavés, en el mismo hotel Villa de La-
guardia. Un privilegio.
Seguimos hablando de los blancos.
J: Las siete varietales principales de la
zona son: tempranillo, garnacha tinta,
graciano, viura, malvasía, garnacha
blanca y mazuelo.
Llama la atención que en esta comarca
las bodegas siguen estando en manos
de propietarios de la zona, son pocas las
bodegas que han sido adquiridas con
capital foráneo.
Le pregunto si hay algún momento que se
pueda considerar como el despegue de
la zona. Me comenta que a partir de los
ochenta y sobre todo de los noventa ya
se empieza a cuidar mucho más la cali-
dad que la cantidad, de modo que en los
noventa se empiezan a tirar uvas al suelo.
El vino se empieza a hacer en la cepa.
Pero esto viene ya desde el siglo XIX.
Antoni: ¿Sigue habiendo sorpresas con
los vinos de aquí?
J: Mira, te voy a contar. Hay un pueble-
cillo que es Junta Administrativa, Salini-

150
llas de Buradón, donde todavía se produce sal, que tiene viñedos. Venden la uva a
la cooperativa de Labastida pero se reservan algo de uva para hacer vinos para su
propio consumo. Estuvimos el otro día en una jornada de puertas abiertas, en junio o así,
y probamos algunos vinos que eran verdaderas sorpresas. Tenían garnacha pura, por
ejemplo, y además mantienen viñas muy antiguas. Eso no es solo exclusivo de Salinillas,
en otros sitios puedes encontrar vino que el propietario hace para su consumo, a veces
también lo vende en pequeñas cantidades, y son vinos muy especiales.A: ¿Cuales son las joyas de le Corona?
J: Si quieres conocer bien la Rioja Alavesa, tendrías que visitar todo, porque cada bo-
dega es en sí misma una experiencia. Pero si hablamos de arquitectura, está Ysios, Viña
Real de CVNE, Campillo, Risca, Baigorri y Domecq. Familiares antiguas: Bodegas Loli Ca-
sado, Primicia, Muro, Casado Morales, M. A. Rubio, Sasazu, Cañas, San Pedro, por poner
algunos ejemplos. Pero hay cientos. Ahora entre seis establecimientos estamos hacien-
do lo que llamamos la Rioja Alavesa en familia. Tú puedes venir con niños y, todos juntos,
participar de la experiencia del vino, desde el viñedo. Ves una bodega familiar, comes
en una ermita en plan parrillada con sarmientos, luego vas a una bodega más grande,
Marqués de Carrión, por ejemplo. Luego al spa para hacer vinoterapia todos juntos. Al
día siguiente vas al centro temático del vino y allí se va haciendo un puzzle de todo lo
que has visto esos días hasta la comercialización. También hacemos experiencias sen-
soriales con olores.

151
Me explica lo que estamos comiendo. No había tenido la oportunidad de probar buey
de Kobe y en carpaccio está exquisito. Me comenta que también hacen hamburgue-
sas de wagyu que tienen mucho éxito.
J: La bodega de El Fabulista, que perteneció al fabulista Samaniego, en Laguardia, es
otra que merece la pena y se puede visitar.Con el proyecto de la Ruta del Vino de la Rioja Alavesa llevan cinco años. La valoración
que hace es muy positiva. Está considerado, dentro de las rutas del vino de España,
como uno de los proyectos mejor gestionados. De 40 socios iniciales se ha pasado a
110. Es una iniciativa que aúna esfuerzos entre instituciones y entidades privadas. Se ha
invertido en formación para poder adaptarse a recibir turistas.
Le pregunto sobre el formato de bodega-hotel.
J: Bodegas Palacio en los años noventa fue pionera en el alojamiento en la propia bo-
dega. Ahora Heredad Ugarte está haciendo un hotel. Domecq tiene una casa de hués-
pedes. Barón de Oña, también. Otro formato son los hoteles que tienen bodeguita.Ant: ¿Qué me puedes decir de las lagunas que rodean Laguardia?
J: Es uno de los iconos del turismo ornitológico. Se está poniendo esa zona en valora
turístico. Al Prao de la Paul, que es el mayor acuífero que hay, puedes ir andando, a
caballo, en bici,...
Si quieres hacer escalada están las paredes de la Sierra de Cantabria.

152
A: ¿Y sobre los colores de esta tierra?
J: Este es un territorio que se debe visitar
en diferentes épocas del año. Aunque
es un valle, en diez minutos te puedes
subir al balcón de La Rioja, la parte más
alta. Por eso no es lo mismo en enero,
que puede haber un poco de nieve y
que las cepas están durmiendo, en pri-
mavera con esos primeros brotes verde
claro. En verano el verdor es más intenso
y con una temperatura agradable, y en
otoño, el color es completamente distin-
to después de la vendimia. En octubre,
sacas fotos con días de diferencia y son
distintas. Es un mosaico de color.
Nos interrumpe amablemente María
con las verduras.
La iniciativa empresarial de la familia
Lavín empieza en Vitoria en la cafetería
Altair.
J: Luego de ahí empezamos con el ca-
tering, y de ahí montamos el centro Villa
Lucía en Laguardia primero para mon-
tar caterings, con unas carpas, viendo
el viñedo. Ahí mismo hicimos un centro
temático del vino, como punto de en-
cuentro sobre temas del vino, que abri-
mos en el 2.000, con múltiples espacios
para acoger congresistas. Es una finca
de unos 10.000 metros que fue de la
familia de El Fabulista de Samaniego.
Como no había plazas hoteleras para
acoger a la gente que venía, con otros
socios montamos el hotel, que abrimos
en 2002. La siguiente fase ha sido abrir el
Wine-Oil-Spa.
A propósito del menú típico de las bo-
degas de La Rioja, le comento que nun-
ca he conseguido hacer correctamen-
te unas patatas a la riojana en casa.
Ni corto ni perezoso se levanta y va a
buscar un libro que me regala. El libro se
titula La cocina casera de Luchi. Luchi
es Lucía Santamaría, la madre de Juan-
ma, que con 76 años sigue al frente de
los fogones de Villa Lucía. Este libro tiene
un enorme valor sentimental porque fue
el regalo que sus hijos le hicieron por su
cumpleaños. Recogieron recetas suyas
y de sus padres y fotografiaron, medio a
escondidas, los platos que su madre co-
cinaba, para poder ilustrar el libro que
ella desconocía que estaban haciendo.
El proyecto lo llevaron con tal secreto
que la sorpresa de la madre fue mayús-
cula.
A: ¿Qué aconsejas visitar en Vitoria?.
J: Indudablemente la catedral, el cintu-
rón verde, el casco medieval, Salburua
y todo eso. Que a quince minutos del
centro de Vitoria puedas encontrar cier-
vos,... y que no sea un zoo.
Ant: ¿Por qué crees que Vitoria es la
gran desconocida del País Vasco?
J: No tiene iconos como tienen otras
ciudades. Nosotros desde aquí, desde
el hotel, enviamos a la gente a Vitoria
y vuelven encantados. Además, desde
el Zabala, Zaldiaran, Ikea, etc. hasta el
Clarete, La cocina de Plágaro, las si-
drerías, puedes encontrar un sinfín de
restaurantes de diferentes precios y ca-
rácterísticas con una excelente gastro-
nomía. En la cafetería Altair, en la misma

153
ce días y te preparo un calendario que
no repites. Y una semana te tengo en la
Rioja Alavesa y no paras, y no sólo verías
bodegas.
No voy a desaprovechar esa invitación
seguro.
Le pido que me recomiende sitios de La-
guardia. Me recomienda sinceramente
la cocina tradicional de Luchi, su ma-
dre, en Villa Lucía.
J: Te recomiendo también las chuletas
con panchineta (la grasita que tiene el
cordero a su alrededor) del hotel Pala-
cio de Samaniego. El Bodegón, con una
excelente cocina tradicional. El Ameli-
bia, con cocina creativa basada en el
producto y con unas excelentes vistas a
los viñedos de La Rioja. La posada Ma-
yor de Migueloa, que es una casa del
XVI donde puedes comer, hospedarte y
ver su bodega, El Marixa también está
muy bien, el Castillo del Collado, La Mu-
ralla… Piensa que Laguardia tiene 1.400
habitantes y 20 establecimientos. Aquí
en la zona, Xisco, ex jugador de fútbol,
tiene un asador en Elciego donde tam-
bién dan muy bien de comer.
Le comento mi impresión sobre la ama-
bilidad de los vitorianos. Coincide Juan-
ma en que el vitoriano es amable, que
tal vez en un primer encuentro el vito-
riano, el alavés en general, te estudia,
pero luego...
J: Si hay nobleza en la mirada, ensegui-
da se abre y ya tienes un amigo. Eso
ocurre en Vitoria, en Álava, pero en par-
ticular en la Rioja Alavesa. Si te llevo a
avenida, puedes ir tomando pinchos
hasta el centro de la ciudad, tienes lo
de Senén (el Sagartoki), JG... Tienes mu-
chos sitios donde comer muy bien. Por la
tarde puedes coger una bici, que ahora
te la prestan gratis, y te das un paseo por
los alrededores...
Comparamos Vitoria y Gerona como
ciudades con paralelismos en lo refe-
rente a las líneas de promoción de la
ciudad. Son ciudades amables para el
visitante y para el residente.
Según Juanma, el vitoriano no es cons-
ciente de la importancia de Vitoria, se
hace de menos a veces.
J: Cuando sales fuera es cuando te das
cuenta de lo que tienes en casa. Tene-
mos unos museos que son una maravi-
lla y que no visitamos. Personalmente
procuro ejercer de vitoriano. Uno de los
trabajos con el tema de la ruta del vino
es hacer promoción fuera de la Rioja
Alavesa pero también de Álava y de
Vitoria. Cuando la gente viene y com-
prueba que lo que les has contado es tal
cual, te lo dicen y te lo agradecen.
Ant: Y fuera de Vitoria, ¿que recomien-
das visitar?.
J: El parque de Izki, la montaña alavesa
que está a treinta y cinco minutos de Vi-
toria y tiene muy fácil acceso. Otro sitio
son las cataratas de Gujuli. La zona nor-
te de Álava, la zona de Llodio y Amurrio.
Otra zona, hacia Otxandiano, que es
Vizcaya, pero yendo hacia allá, eso es
precioso. La zona del Valle Salado tam-
bién es una maravilla. Tú me das quin-

154
cualquiera de las bodegas familiares,
enseguida te ofrecerán bajar a la bode-
ga, tomar del jarro, ir al choco, lo que
sea... Aquí funciona mucho el boca-ore-
ja, el que viene vuelve, lo comenta a sus
amistades, y esos vienen también.
Distraído por la conversación no veo
que se acerca por detrás la camarera
que nos atiende muy discretamente
con una espléndida y muy generosa
ración de chuletas de cordero lechal
al sarmiento. Habrá cerca de una do-
cena de chuletillas que se amontonan
emanando un aroma ante el que no me
puedo resistir.

155
Hablamos de muchas cosas más, pero
están todas en mi memoria, pemítanme
que queden para mí algunas de ellas.
Les tengo que confesar que este viaje
no podía acabar mejor. Ha sido una
suerte conocer a Juanma, me siento un
privilegiado por haber podido compar-
tir mesa y conversación con él. Cuando,
ya en mi coche, pienso en lo que dejo
atrás, me siento tan afortunado que no
cambiaría ni un segundo del tiempo
que ha transcurrido desde que hace
quince días salí de Barcelona. Vuelvo
entre viñas, seguirán ahí cuando vuelva,
pero tendrán, seguro, otro color.
A: Yo, con tu permiso, las voy a comer
con las manos, si no, no las disfruto igual.
Parece estar de acuerdo aunque había
iniciado el gesto de usar cuchillo y tene-
dor, creo que por cortesía, pero ense-
guida me imita, intuyo que encantado.
No se pueden, no se deben comer las
chuletas con artilugios. Qué mejor ho-
menaje a ese cordero que pringarnos
nuestra propia piel con su carne, que
está riquísima.
Hablamos de la relación con el resto de
las zonas de La Rioja. Juanma considera
que la riqueza que se genere en los te-
rritorios que limitan con la Rioja Alavesa,
les supone también una riqueza a ellos.
Comentamos también la particularidad
de la posición geográfica y el hecho
de cruzar constantemente la frontera.
Juanma es consciente de la sorpresa
que eso genera en el visitante.
Nos interrumpe un amigo de Juanma,
César Sáenz de Samaniego, bodegue-
ro, que produce el único pacharán de
la Rioja Alavesa. Aupa, se llama.
J: Esta no es tierra de pacharán, por lo
que es una curiosidad que ha tenido tal
éxito que organizan el encuentro con el
pacharán. César enseña a los visitantes
de esta bodega a hacer su propio pa-
charán, con las endrinas que ellos reco-
gen, con la misma fórmula que se utiliza
para elaborar el Aupa. Luego se lacra
la botella y se la pueden llevar a casa y
consumirla después.

156
Hotel Silken Ciudad de Vitoria, Vitoria.
Ahora son las 20.30. He llegado a Vito-
ria sobre las cinco y media de la tarde
y a las seis he quedado con Gorka en
el vestíbulo del hotel. En esta ocasión,
para variar, me hospedo en el hotel ciu-
dad de Vitoria de la compañía Silken,
una de las cadenas hoteleras más im-
portantes del país con sede en Vitoria y
hoteles en diferentes partes del mundo.
Esta cadena es propiedad de la familia
Iráculis. Como les dije antes, Emili Irácu-
lis es amigo pero no le he avisado de
que me hospedaba en el hotel. Reservé
hace unos días por teléfono. El Ciudad
de Vitoria es un hotel de cuatro estrellas
y el fin de semana me cuesta 140 euros
en una oferta que llaman VIP: por el mis-
mo precio tienes habitación en la cuar-
ta planta, acceso al spa, check-out am-
pliado hasta las 16 horas del domingo y
acceso a la zona VIP del hotel. La ver-
dad es que el hotel está muy céntrico y
es muy bonito por fuera y acogedor por
dentro. La habitación es muy elegante,
con una estupenda cama king-size. Una
maravilla. Me han recibido muy bien en
la recepción sin ir recomendado. Ade-
más les voy a contar una anécdota.
Después de hacer la reserva a través de
la web me di cuenta de la oferta que
les comento. Decidí cambiarla pero al
anular la anterior reserva no acabé el
proceso de modo que simultáneamen-
te tenía dos reservas activas. A los 10 mi-
nutos me llamaron a casa desde el hotel
y me advirtieron de la posible confusión.
Me pareció todo un detalle de eficacia.
La cuestión es que ya estoy aquí de
nuevo, feliz y contento como siempre
que vengo a Vitoria. Después de dejar
las maletas me he ido a la cafetería La
Senda y me he tomado una caña. Un
pincho de tortilla y otro de ensaladilla
con salsa americana. Hasta que no me
VITORIA, 18 de septiembre de 2009
GORKA ORTIZ DE URBINA

157
carnar al Celedón de Vitoria en tercera
generación, por decirlo de alguna ma-
nera. El primero fue José Luis Isasi. Él y su
cuadrilla fueron los inventores de lo que
hoy tenemos como tal. El siguiente fue
Iñaki Landa y él me pasó el testigo.
Antoni: ¿La tradición de Celedón de
cuándo arranca?
G: Tiene ya 53 años. Antes de eso en Vi-
toria se hacía lo de todas las fiestas del
norte, un chupinazo, el pregón y se da-
ban por iniciadas las fiestas. Un año una
cuadrilla decidió hacer una broma: col-
gar un cable desde el tejado de la igle-
sia de San Miguel hasta el Ayuntamiento
que antes estaba en la plaza Nueva y
sacar un muñeco, que en principio de
llamaba Pepito, y luego salir uno de ellos
encarnando la figura del muñeco. Lo
que empezó siendo una broma es ahora
una tradición y no se entienden las fies-
tas de Vitoria sin el Celedón.
A: El nombre ¿de dónde procede?
G: Se supone que Celedón era un per-
sonaje de Zalduendo, un aldeano que
venía a las fiestas de Vitoria y que era
conocido y apreciado por su simpatía.
Esa es al menos la noción que yo tengo
sobre el origen del nombre. Aunque ya
te he dicho que al principio le llamaron
Pepito y luego le cambiaron el nombre.
La cuestión es que el 4 de agosto a las
seis de la tarde se tira el chupinazo, el
muñeco baja por el cable hasta la bal-
conada del edificio de Caja Vital y lue-
go aparezco yo vestido igual y atravieso
la plaza en sentido inverso hasta la bal-
conada. Llegar ahí e iniciar las fiestas.
tomo un pincho no tengo la sensación
completa de estar en Vitoria.
Una vez hecho esto me he ido al hotel a
esperar a Gorka. Estaba en el vestíbulo
y lo de siempre: ¿cómo le voy a recono-
cer? Al cabo de unos minutos aparece
un hombre de unos 40 años y pasa de
largo. Parecía que andaba buscando a
alguien. Al poco vuelve a pasar por de-
lante de mí. ¿Gorka? No, me dice, son-
riendo. Bueno, al menos no se lo toma
mal. Debe de ser de Vitoria. Me vuelvo
a sentar y entonces aparece Gorka con
un carrito en el que lleva a su bebé que
nació precisamente el día 24 de julio,
víspera de Santiago. Viene con su mu-
jer, Yolanda. Gorka es un ejemplar de
vasco-vasco, alto y corpulento con fac-
ciones propias del país y con unos ojos
azules que suavizan el conjunto. Me da
la mano sin abusar de su fuerza. Yolanda
me saluda y me da unos besos y curio-
seo en el carrito el aspecto del peque-
ño que impidió que nos entrevistáramos
Gorka y yo en julio tal como habíamos
quedado. Lo primero era lo primero. El
resultado mereció la pena, el peque-
ño de los Ortiz de Urbina tiene pinta de
que va a ser un vasco fortote como su
padre. A ver si tiene suerte y es guapo
como su madre.
La cuestión es que nos sentamos en un
sofá, excesivamente cómodo para mi
gusto, y empezamos la charla.
Gorka: Pues me llamo Gorka Ortiz de
Urbina y tengo la suerte de, el día 4 de
agosto, desde hace nueve años, en-

158
A: Me parece curioso que algo que se
inventó hace 53 años se haya converti-
do en una tradición tan querida.
G: Ten en cuenta que hace 53 años en
Vitoria habría 40 o 50.000 habitantes,
era un pueblo grande. Ahora si quisieras
hacer algo así no se podría. Pero en la
actualidad no se concibe la fiesta sin
Celedón.
A: Y tus antecesores, ¿viven?
G: José Luis Isasi falleció precisamente
el año en que se celebraba el 50 ani-
versario de Celedón. Teníamos previsto
aparecer los tres celedones y justamen-
te él no pudo porque había enfermado
y murió poco después. Fue una lástima.
El 50 aniversario fue muy emotivo para
los vitorianos, para Iñaki y para mí. Estu-
vimos viéndole a José Luis en Leza. Su-
pongo que para él también lo fue.
A: O sea, que la bajada de Celedón es
el inicio de las fiestas.
G: Sí, la verdad es que mi trabajo como
Celedón a las siete y media se ha aca-
bado. Luego a lo largo del año tienes
otros compromisos. Con el tiempo tomas
consciencia de que Celedón es uno de
los personajes más representativos de la
ciudad y hay un buen número de actos
a los que te solicitan que acudas. Yo voy
encantado.
A: Debe de ser un honor que te elijan
como Celedón?
G: Evidentemente. A mí nunca se me
había pasado por la cabeza. Creo que
a cualquier vitoriano que sea blusa le
preguntan si le gustaría ser Celedón y
seguro que te responde que sí encan-
tado. Iñaki llevaba veintiún años y lo
quería dejar. El año antes el presidente
de la asociación de blusas iba buscan-
do el candidato. Yo sé que estaba el
primero de la lista y la única condición
que puse es que pudiera hablar con
Iñaki para que me explicara de qué se
trataba exactamente y que me dieran
una semana para darles una respues-
ta. Es una responsabilidad y cuando
lo coges no sabes realmente en qué
consiste, y eso afecta a uno mismo y a
la familia. Mi mujer lo comprende muy
bien y me apoya. Ella sabe que desde
el día 4 de agosto durante unos días no
tiene marido.
A: El resto del año como Celedón ¿qué
haces?
G: Aunque el “trabajo“ de Celedón
como te decía, se acaba a las siete y me-
dia de la tarde del día 4, en realidad el
resto del año te invitan a prácticamente
todos los saraos de la ciudad, sobre todo
relacionados con la cultura. Te vas dan-
do cuenta de la magnitud del personaje
y de que es representativo de la ciudad.
Ahora mismo hay un cartel con una foto
de Celedón invitando a los vitorianos a
usar el tranvía. Eso te quita tiempo tanto
de la familia como del trabajo. En lo la-
boral, yo trabajo en Michelin y cuando
tengo que hacer algo relacionado con
Celedón, todo son facilidades. No se re-
cibe ninguna compensación económi-
ca y yo pienso que así debe ser porque
es un honor encarnar al personaje.
A: Y en la ciudad te debe de conocer
todo el mundo.

159
G: Eso es algo que no había previsto. So-
bre todo lo empecé a notar a partir del
cuarto año. Aquí cada uno tiene a su
Celedón en función de la generación a
la que pertenezca. Imagino que yo seré
el Celedón de la generación que ahora
son niños o adolescentes. Los más mayo-
res asocian a Celedón con mis antece-
sores. Pero sí que me pasa cuando voy
a ver el baloncesto que la gente me re-
conoce o cuando voy a una boda que
me cantan la canción de Celedón y en
ese momento lo que más te gustaría es
pasar desapercibido, pero lo aguantas
bien porque sabes que tiene que ver
con la importancia que para la ciudad
tiene el personaje.
A pesar de que Gorka es un hombrón
desprende un cierto aire de timidez y
seguro que todo esto que me cuenta
le habrá supuesto el tener que adaptar-
se. Pero no lo explica a modo de que-
ja, más bien al contrario, sino como un
síntomas de la repercusión de Celedón
entre los vitorianos.
A: ¿Y la tradición de los blusas y de las
neskas?
G: La verdad es que no sé exactamente
cuál es su origen, yo lo he conocido de
toda la vida. Eso es curioso porque el gu-
sanillo de blusa lo tienes sin serlo. Mi pa-
dre no ha sido blusa. Pero creo que cual-
quier niño que vea la ida y venida de los
toros tiene que pensar: jo, qué bien se lo
están pasando estos tíos. Yo no me metí
en una cuadrilla de blusas hasta los die-
ciséis años, conocí a alguien que estaba
en una cuadrilla y me metí. Me gustó la
historia y continué. Sabes que una de las
condiciones para ser Celedón es que
seas blusa. De hecho, Celedón depen-
de de la Comisión de Blusas y es elegi-
do por ella, no depende para nada del
ayuntamiento. Una vez que estás meti-
do en ello, a no ser que lo quieras dejar,
sueles continuar, pero eres elegido por
la asociación de blusas. Mis antecesores
estuvieron veintidós y veintiún años en
ello, a ver si yo estoy otros veinte o vein-
tiuno y lo dejo.
A: Siguiendo con lo de los blusas, ¿qué
hacéis exactamente?
G: La víspera de Santiago hay fiesta
grande, también depende del día de la
semana en que cae, si es viernes, como
este año, más fiesta todavía. Es un anti-
cipo de las fiestas de la Virgen Blanca.
Luego, al día siguiente, hay una serie de
eventos, como la carrera de burros que
es una tradición. Piensa que antes baja-
ban de los pueblos de alrededor las dife-
rentes cuadrillas y se hacían este tipo de
competiciones y eso se mantiene. Fíjate,
mi padre es de Aberasturi, que está a
unos siete kilometros de aquí, y me cuen-
ta que venía a Vitoria en carro con los
bueyes, imagínate. Vitoria era un pueblo.A: ¿Y lo de comprar ajos?
G: Eso es una tradición también, lo de
comprar esas ristras de ajos en la cues-
ta de San Francisco. Supongo que eso
tenía sentido antes, cuando comprabas
ajos para todo el año. Ahora la gente lo
sigue haciendo por tradición, habiendo
supermercados...

160

161

162
Una de las cosas que nos diferencian
de otras fiestas del País Vasco es lo de
las cuadrillas de blusas, que hacen toda
una serie de actividades que en el fon-
do contribuyen a hacer la fiesta más del
pueblo. Fíjate, por ejemplo, las fanfarrias
que contratamos para las fiestas lo que
animan y llaman la atención.
A: ¿Y la vestimenta que utilizáis los blusas
y las neskas?
G: Eso era la antigua ropa de labor. Hay
una discusión eterna sobre si el pañuelo
rojo o a cuadros. Parece que el pañuelo
rojo era el de los días de fiesta y el de
cuadros el de ir a trabajar. Pero bueno,
hoy no tiene eso demasiado sentido y
creo que se elige más por diferenciar-
se que por otra cosa. Mi cuadrilla, por
ejemplo, lleva la blusa negra y en cam-
bio la de Celedón es de cuadros.
A: Ya me has dicho que tu padre es de
Aberasturi, pero tú, ¿naciste aquí en Vi-
toria?
G: Sí, yo nací en la clínica Arana, como
todos los vitorianos de mi generación,
hasta que se cerró, y ahora los partos se
hacen en Txagorritxu. Allí han nacido mis
dos hijos.
A: Volviendo a lo de la fiesta. Explícame
lo que haces tú desde que te preparas
como Celedón.
G: Mi labor empieza sobre las tres de la
tarde, que ya empiezas a estar nervioso
porque sabes que te quedan tres hori-
tas. Al piso de la Caja Vital suelo ir con
unos amigos. Iñaki Landa es uno de
ellos. A las cinco y media te empieza a
dar el pampurrio de lo que se te viene
encima. Empiezo a vestirme y a esperar
la bajada del Celedón. El muñeco tar-
da unos tres o cuatro minutos en bajar
pero a mí se me hacen eternos. Luego
ya sales, saludas, abres el paraguas, con
el puro en la mano y ya saltas al ruedo y
tiras para arriba.
A: ¿Cuánta gente hay ahí?
G: Unas 40 o 50.000 personas. Con unas
edades entre 16 y 35 años, más o menos,
con un ambiente de fiesta tremenda. La
gente te quiere tocar a toda costa, en-
tre otras cosas porque corre el bulo de
que el toca a Celedón liga en fiestas. A
mí me ayudan para cruzar la plaza unas
33-34 personas. Hasta hace tres años
era la policía municipal. Con José Luis
Isasi iba la policia con traje de gala. Le
dejaban pasar, podía estar hablando
con la gente, eran otros tiempos. Con
Iñaki Landa, los primeros doce o trece
años fue más o menos igual, pero luego
la cosa fue cambiando. Con el cincuen-
ta aniversario, siendo alcalde Patxi Laz-
koz, le hicimos una propuesta que per-
mitía, por un lado, quitarle esa respon-
sabilidad a la policía municipal y, por
otro, despolitizar sobre todo el tema del
txupinazo. La propuesta fue que los que
me acompañarían serían blusas y que a
cambio el txupinazo no lo tirara un políti-
co. Fue toda una apuesta y la verdad es
que ha salido todo muy bien. Por parte
del Ayuntamiento todo han sido facilida-
des y la gente ha respondido muy bien.
Entre los que nos ayudan se mete la fan-

163
farria, que hay que tener ganas para
meterse ahí con el saxo, los trombones...
Al final conseguimos que los que tiran el
txupinazo sea gente muy representativa
de la ciudad. Este año, por ejemplo, lo
han hecho los de la Asociación de Do-
nantes de Sangre, imagínate.
Yo con la policía municipal estaba en-
cantado. Piensa que eran diez minutos
más o menos (este año han sido ocho
minutos y medio) de sufrimiento, que eso
une mucho. Pero creo que hemos salido
ganando todos con el cambio.A: Y cuando llegas a la iglesia de San
Miguel, ¿qué haces?
G: Pues imagínate, los vivas típicos, de
gora Gasteiz, etc. Se canta la canción
de Celedón que dice “Celedón se ha
hecho una casa nueva con ventanica y
balcón”, y eso se repite. Piensa que en
ese momento eres como un rey mago
y todo el mundo está pendiente de ti.
También se dan unos mensajes muy bre-
ves porque si no nadie se entera a pesar
del micrófono y la megafonía. Normal-
mente dices cosas parecidas pero sue-
les tener un guiño como por ejemplo
este año con el Deportivo Alavés, otro
año con José Luis Isasi, otro con Juanito
Oiarzabal.A: Y después de todo esto ¿qué haces?
G: Luego es como una boda. Una vez
que se han marchado las autoridades,
se quitan las vallas y la gente sube y se
quiere hacer fotos contigo. Después so-
lía ir a casa de Patxi, un amigo, que vive
en la calle de la Correría, para darme
una ducha y empezar la fiesta. Ahora,
desde hace unos años me reservan una
habitación en Los Arquillos, que es un
bed and breakfast precioso y para mi
es perfecto. Además me dejan la habi-
tación que da a la balconada. Yo vivo
en la Puebla de Arganzón y tener un sitio
para descansar un rato, aunque sea tar-
de, me viene perfecto.A. ¿Cuánto dura la fiesta?
G: Desde el 4 al 9 de agosto.A: ¿Y qué pasa durante las fiestas?
G: Creo que no es lo mismo si eres blusa
que si no lo eres. Si eres blusa, como muy
tarde a las doce del mediodía tienes
que estar porque tienes actividades que
organiza tu propia cuadrilla o que te has
apuntado con otras cuadrillas.
A: ¿Como por ejemplo?
G: Pues el concurso gastronómico. Lue-
go a las cinco de la tarde vas a los toros
con la fanfarria. A las ocho, la vuelta de
los toros también con la fanfarria. Luego
sales por la noche de blusa con tu cuadri-
lla hasta la hora que sea. Por eso te digo
que si no eres blusa todo eso no tienes por
qué hacerlo y te puedes montar un fin de
semana o unos días de fiesta sin más.
Con algunos de la cuadrilla sólo nos ve-
mos en fiestas, imagínate.
A: ¿Y el resto del año la cuadrilla de blu-
sas tenéis actividades?
G: Puede ser que hagas alguna cena, o
una reunión para presentar las cuentas.
Que, por cierto, está bien que se sepa
que la fanfarria nos cuesta el doble que
la subvención que nos da el Ayunta-
miento. En nuestro caso, salir de blusa no
es barato.

164
A: O sea, que las fanfarrias las contratáis.
G: Te puedo hablar de mi cuadrilla, en nuestro caso es así. Este año la trajimos de fuera
y les tienes que pagar también las dietas, imagínate.A: Y la fanfarria os acompaña adonde vayáis.
G: Sí, a donde vayamos. A mí los dos días que más me gustan son los días 25 y el día 5,
que empiezas de blusa desde las nueve de la mañana.A: ¿Y viene gente de fuera?
G: Venimos notando que sí. Por las fechas esta es una fiesta que en presencia puede
ir de más a menos, vas perdiendo efectivos de la cuadrilla porque hay gente que des-
pués de los primeros días coincide que se toma vacaciones. Este año, al ser el día ocho
sábado, se notó un aumento otra vez y era de gente que venía de fuera, de Bilbo, de los
pueblos de alrededor.A: Respecto del resto de las fiestas conocidas de las capitales vascas, ¿ésta tiene algún
rasgo diferencial?
G: Una cosa que está muy bien es que en un paseo de unos treinta minutos, entre el
caso histórico, la plaza de la Virgen Blanca, la calle Dato... tienes un montón de cosas:
la banda municipal, fanfarrias que van y vienen, las cuadrillas... Eso no lo encuentras
en otras fiestas que a lo mejor son más espectaculares pero que está todo más disperso

165
A: ¿Y entre las cuadrillas tenéis rivalida-
des?
G: Sí, pero son piques sanos. A veces te
cruzas con otra cuadrilla, y la fanfarria
de una se pone a tocar mientras salta-
mos todos y luego para para dejar tocar
a la otra y seguimos bailando las dos
cuadrillas, cosas de este tipo.
A ver las recomendaciones del Celedón
de Vitoria.
G: Para tomar pinchos me gustan espe-
cialmente el Toloño y la Malquerida. El
Asador Machete y El Cube para comer.
La Huerta, El Saburdi, los de la calle Dato.
En general en Vitoria se come muy bien.
Y para pasear.
G: Esta ciudad tiene muchas zonas ver-
des y parques, pero yo querría llamar
la atención sobre el Anillo Verde. Antes
cuando tenía perro iba al lado de la
Mercedes o del pabellon Araba y eso
me encantaba. Esa zona es preciosa y
estás a dos minutos andando. O poder
hacer una escapada fuera, a la Rioja
Alavesa, a Labastida y Laguardia. Ha-
cia el otro lado, Aramaiona es precioso.
Además tengo familia allí y suelo ir y es-
toy enamorado, es el típico valle vasco.
También Agurain me gusta. Vitoria, Ála-
va tiene de todo.
Nos quedamos una rato más charlan-
do pero la conversación toma otros
derroteros. Comentamos el papel de la
ciudad en el País Vasco, las relaciones
con Bilbao y con Donostia, las diferen-
cias y similitudes entre guipuzcoanos,
vizcaínos y alaveses. Hablamos de mu-
chas cosas que no es preciso reprodu-
cir aquí. En cualquier caso lo que me
transmite Gorka/Celedón es que es
muy respetuoso con todo y con todos
pero que tiene sus propias ideas. A mi
modo de ver la elección de Gorka ha
sido muy acertada si lo que se preten-
día es que alguien representara los va-
lores de las gentes de esta tierra sin ol-
vidar el espíritu festivo que debe tener
el personaje de Celedón. Aupa Gorka
y gora Celedón.

166
un especial interés. Tiene 36 años, me lo
dirá después. Cuando le digo que en
el libro va a haber fotos enseguida me
pregunta por ellas. Me pregunta quién
las ha hecho. Cuando le digo que las
fotos las hago yo y que en mi vida he
tomado sólo dos clases de fotografías,
percibo una expresión en su cara que
podría calificar de verdadera alarma. Es
muy expresivo David y me parece muy
sincero. Me confiesa que le preocupa
que su ciudad no aparezca adecua-
damente reflejada en imágenes. Se
puede afirmar sin temor a equivocarse
que nadie tiene más y mejores fotos
de la ciudad y de sus alrededores que
los Quintas. Quintas fotógrafos son una
saga y tienen una empresa cuya filoso-
fía empresarial va más allá de los obje-
tivos meramente economicistas. Entien-
den que su razón de ser es aportar su
profesionalidad en el “registro de imá-
genes” a todos los acontecimientos que
se desarrollan en la ciudad. Además de
eso, David, en concreto, es experto en
fotografías de naturaleza. He visto unas
fotos suyas en un libro sobre el Anillo
Verde que son verdaderamente espec-
taculares. Los Quintas tienen un archivo
fotográfico que para mí lo quisiera. Y
Hotel Silken Ciudad de Vitoria, Vitoria.
Son las doce de la mañana y he queda-
do con David Quintas. Este va a ser uno
de los encuentros más fructíferos para el
buen resultado de este libro. Y la razón
fundamental tiene que ver con el com-
promiso con la ciudad de Vitoria que
David me va a demostrar. Dejen que
me explique. Llega David con puntuali-
dad británica. David es moreno de pelo
rizado. Es un hombre inquieto pero no
te produce ninguna tensión, más bien
al contrario, es relajante hablar con él y
desde el primer momento en que le em-
piezo a explicar el proyecto me muestra
VITORIA, 19 de septiembre de 2009
DAVID QUINTAS

167
eso, unido al interés por su ciudad, pue-
de ser una oportunidad para este libro
y así se lo digo. Creo que sería bueno
que en este libro aparecieran buenas
fotos y David las tiene. En su mano está
el insertar sus fotos en este libro y así se
lo expreso. Creo que nos entenderemos
en ese aspecto.
Al cabo de unos minutos me confiesa
que ha calculado mal el tiempo del que
iba a disponer y posponemos la cita a la
una. A la vuelta me contará que el re-
cado era tomar una foto concreta de la
romería del monte Olárizu. A la una está
de nuevo en el hotel y nos sentamos en
uno de los sofás del vestíbulo del Silken
Ciudad de Vitoria. Le digo que se pre-
sente a sí mismo y resopla. Me hace reír
este David, creo que me voy a divertir.
David: Soy fotógrafo y poco más.
Antoni: Naciste en Vitoria.
D: No, nací en Zamora, pero vine con
dos años. Formo parte de un grupo de
fotógrafos, una empresa que se llama
Foto Quintas.
A: ¿La fundaste tú?
D: En su forma actual de funcionar, sí,
aunque mi padre era fotógrafo tam-
bién. Es una cosa medio familiar, pero es
un poco lío.
Te decía que vine con dos años. El tema
de la emigración siempre me ha intere-
sado mucho. Uno es emigrante e inmi-
grante a la vez, emigrante del sitio que
deja e inmigrante del sitio al que llega.
Lo de la identidad lo trato mucho en
mi trabajo. Me siento muy de fuera de
todos lados. Me gusta sacar lo bueno
de cada sitio. Hace poco he hecho un
libro de la cultura vasca en América. La
próxima vez que nos veamos te traigo un
ejemplar. Ahora estoy trabajando en lo
mismo pero aquí. Cómo el concepto de
emigrante e inmigrante chocan entre sí.
Si eres emigrante eres muy valiente y si
eres inmigrante eres una mierda, y eres
la misma persona. Le suelo dar poca
importancia a la procedencia de las
personas. Sólo me sirve para conocer su
perspectiva, desde dónde mira las co-
sas. Es por lo único por lo que a veces le
pregunto a alguien de dónde es o cuán-
to tiempo lleva aquí.A: ¿Cómo te dedicas a la fotografía?
D: Mi padre era fotógrafo y es como una
tradición familiar. Podría ser más román-
tico pero yo me dedico a la fotografía
casi sin querer. Hago fotos desde los
catorce años. Lo que he hecho ha sido
estudiar cosas fuera de la fotografía. Es-
tudié forestal porque me gusta mucho la
naturaleza.
Nunca he estado preocupado por lo
que iba a ser. Me preocupan más los
proyectos. La fotografía es un medio.
No me siento un fotógrafo. Me siento al-
guien que piensa en cosas, que cuenta
cosas, que le apetece participar en co-
sas y que con la herramienta que más
puedo aportar es con las fotos.
Hasta lo de la empresa yo vivía bastan-
te al día, tiraba fotos para financiarme
otras cosas, viajes, proyectos de coope-
ración... Y con la empresa esto no ha

168

169

170
cambiado demasiado. Además la es-
tructura empresarial nuestra no es muy
corriente. Estamos Víctor y yo, mi herma-
no Juan y cinco personas más. A: No sólo hacéis reportajes.
D: Hacemos prácticamente de todo.
Cada uno está especializado en una
cosa. Procuramos tener lo bueno de la
especialización y lo bueno de trabajar
en equipo con distintas visiones. Eso es lo
que vendemos de Foto Quintas. Cuan-
do hacemos proyectos globales hay un
toque de todos.
A: Pero al margen de estos proyectos
de Foto Quintas, ¿tienes proyectos per-
sonales?
D: También los tengo, son cosas peque-
ñitas, otro tipo de fotografía. Hay una
galería que lleva cosas mías en Madrid
pero son cosas más especiales. Comple-
menta a lo otro. Es otro canal. El canal
del arte contemporáneo es complica-
do. Lo exploro fuera de Vitoria para que
no se confunda con lo de aquí. Hace
dos años aquí, en Vitoria, sí que hice
una exposición con fotografía al micros-
copio del depósito de aguas. Fue un
homenaje en su 50 aniversario que fue
como volver a meter agua en el depósi-
to de forma conceptual.
No hay ninguna foto descriptiva. Son fo-
tos al microscopio ampliadas a cuatro
metros. El discurso de la escala siempre
me ha interesado mucho. Cómo puede
ser que la escala cambie tanto las co-
sas. Cómo un martín pescador, que es
una foto mítica que ha salido en mil si-
tios, metes la pluma al microscopio y tie-
ne una belleza increíble. La naturaleza
ya está creada y todo está ahí.
Esto que te explico sería más David
Quintas, pero no me interesa nada el
tema de los egos y las soberbias. En
nuestro equipo todos somos así: quere-
mos trabajar mucho, ganarnos la vida
sin complicaciones, que Vitoria salga
muy bien, eso es todo.
A: ¿Quiénes son vuestros clientes?
D: Uf, tenemos cerca de trescientos
clientes de todos los sectores. Institucio-
nes, reportajes, un poco de todo. Todos
tenemos nuestra especialidad y cubri-
mos todas. Yo estoy muy orgulloso, no sé
si se me nota...
A: Sí, se te nota.
D: Aunque creo que es más una casuali-
dad que mérito nuestro.
A: Y de la ciudad, ¿habéis fotografiado
todo?
D: En los últimos quince años todo. Te-
nemos un archivo importante. Hemos
sido por concurso los fotógrafos de Di-
putación y Ayuntamiento durante siete
u ocho años seguidos. Seguimos traba-
jando mucho para Juntas Generales,
Gobierno vasco, Mercedes, Michelin,...
Hace dos o tres años que estamos tra-
bajando fuera. En Madrid con el CESIC,
nos estamos especializando en archivos
históricos del XIX y XX. Fue algo en lo que
me formé. Y hemos trabajado en el ar-
chivo histórico de Vizcaya, de Bilbao, de
Bermeo, de Álava y ahora lo del CESIC.
Para la editorial Anaya también traba-
jamos en Aragón, Navarra... Por romper
un poco con las fronteras de Vitoria. Tra-

171
bajar fuera te enseña. Además yo per-
sonalmente necesito aire y cada año
procuro tener un proyecto fuera.
Hace dos años fue una exposición so-
bre café, comercio justo, en Indone-
sia, Ghana, Perú... Di prácticamente la
vuelta al mundo. Hace años estuve en
temas de colaboración en Perú con los
mapuches, era más joven y salí de lo de
la cooperación un poco así. Y me ape-
tecía volver a hacer algo. Cuando me lo
propusieron, porque fue un encargo, me
pareció interesante.
Y luego, el año pasado, fue lo de la cul-
tura vasca en América. Todo el mundo
habla de política pero no oigo hablar
de cultura, de qué es lo vasco, y eso me
apasiona, y lo digo con perspectiva, no
como vasco. Yo soy un amante de qué
es lo vasco, del espíritu emprendedor,
trabajando fuera mirando hacia afuera
y ese fue el proyecto de buscar en Amé-
rica la huella de la cultura vasca.
A: ¿Qué buscabas, lugares, personas?
D: Me pilló en una transición entre las
personas y el lugar. Yo soy más de luga-
res que de personas. Ya me llegará lo de
las personas. O eso me dicen. Todavía
ese rollo ecologista de joven me puede.
Desde un punto de vista de la ecología,
el ser humano es una cosa pequeña,
pero cada vez menos. Cuando te vas a
un discurso más intelectual te das cuen-
ta de que la persona es muy importante.
A: ¿Qué buscabas en América exacta-
mente?
D: La huella, arquitectura, marcas...
Cómo el paisaje se transforma con las
personas, de ahí lo de la transición que
te digo. Hay un proyecto que quiero ha-
cer aquí, en Vitoria, que es del paisaje al
paisanaje, que es un poco mi momento.
Quiero mostrar como las personas for-
man parte del paisaje y lo modifican. El
tema de la arquitectura, de los paisajis-
tas, todo eso me interesa.
Llegado a este punto tengo la sensa-
ción de que tengo ante mí no a un fo-
tógrafo sino a una persona que a través
de la fotografía hace una permanente
reflexión sobre lo que le rodea. Me pare-
ce interesantísima su visión y me admira
su humildad. “Me siento un privilegiado
por poder trabajar para proyectos tan
distintos, con personas que al hacerme
un encargo me transmiten su visión que
yo debo de respetar al hacer mi trabajo.
A mí me es muy difícil creerme bueno en
algo porque trabajo con gente que es
muy buena en su trabajo”.
A pesar de sentirse “pequeño”, según
dice, mi impresión es que a través de ese
conocimiento acumulado tan eclécti-
co, de ese continuo mirar a través de la
mirada de otros, David se ha convertido
en un artista total. Como fotógrafo sería
a la fotografía lo que un filósofo con una
cosmogonía propia es a la filosofía.
A: Supongo que debes de ser muy ver-
sátil para integrar esas distintas visiones.
D: Por eso te digo que hay excelentes
fotógrafos que igual es una gozada que
su mirada quede por encima de la de
quien hace el encargo, pero no es eso
lo que yo hago. En los proyectos descrip-
tivos, trato de contar lo mejor posible lo

172
que me están contando. En los proyectos de autor, no, claro, esa sí que es mi visión.
Muchas veces se cree el artista que su mirada es incompatible con lo que se le solicita.
Todo eso no quiere decir que David no le dé la importancia a la fotografía que realmen-
te tiene: “Creo que la fotografía es una herramienta útil para que el mundo sea mejor”.
Volviendo a nuestra querida Vitoria:
D: Yo creo que es un sitio especial Vitoria. Es una especie de embajada de Suecia, de
país nórdico. Con sus desventajas, que yo soy muy crítico. Se podría decir que hasta
hay demasiada oferta cultural, oferta pública. Esto suena fatal, pero pienso que el que
venga todo tan rodado, tan fácil, puede generar cierta parálisis en gente que ve que no
hace falta moverse para que pasen cosas en esta ciudad y no se dan cuenta que esos
proyectos son el fruto del esfuerzo de personas que han luchado por ello.
Creo que esta última idea refleja la inquietud de David. Este hombre tiene un motor
interior que le lleva a encadenar un proyecto tras otro, pero siempre con criterio, y es el

173
del interés, de la curiosidad que le genera, creo, todo cuanto le rodea.
Si hablamos de Vitoria, se reconoce un enamorado del casco viejo.
A: La intención de poner en valor el casco viejo pinta bien, ¿no?
D: Yo estoy muy ilusionado. Creo que se están haciendo las cosas muy bien y ahí hemos
de estar todos y tirar todos para adelante. Y las críticas que sean constructivas. El “no por
el no” no me vale, que se hagan propuestas.
Hace una reflexión curiosa acerca del urbanismo y de la vida en los diferentes barrios de
Vitoria. David cree que es bueno que los barrios tengan sus rasgos diferenciales, que si
uno opta por vivir en el casco es porque le gusta el “lío”, y los que se van a barrios más
tranquilos buscan otra cosa. Cree que eso hay que respetarlo, y hay que respetar la idio-
sincrasia de cada barrio. “Quiero vivir en una buhardilla en el casco viejo, que es don-
de vivo, con sus incomodidades, no quiero que me solucionen esas incomodidades. Si
quiero aparcar debajo de casa me voy a vivir a otro barrio”. Es de una lógica aplastante.

174
Se confiesa un hombre más de naturale-
za que de eventos, de aglomeraciones,
pero los valora en su justa medida y se
siente orgulloso de todos ellos. A propó-
sito de esto, entiendo que debo de pre-
guntarle por el Anillo Verde y entonces
se le ilumina la mirada. Le he tocado la
fibra.
D: Ahí Vitoria está muy por delante de
muchas ciudades del mundo. Ya te he
dicho que me interesa mucho lo de la
escala. Las cosas no son solo lo que son
sino dónde están, para qué sirven. En
esto soy un poco disperso, pero ahora
estoy con el tema de las migraciones.
Cómo los bichos van de un lado a otro
del mundo y paran en una balsa como
Salburua, que para uno de Vitoria es
una charca con unos patitos. Esta sema-
na he estado haciendo unas fotos de
unas espátulas que van desde el norte
de Francia y que probablemente lle-
guen al norte de Senegal.
Un inciso. Como comprenderán no sé de
qué me está hablando. Al día siguiente
tuve el privilegio de ver publicada una
de esas fotos en el Correo. Se ve a dos
aves de largo pico, de plumaje blanco,
y están agrupadas en vuelo, una sobre
otra, en una composición y con un en-
cuadre que parece que las espátulas se
han puesto de acuerdo para posar para
David. Bravo, David, por estar allí, por tu
mirada, por tu rápido disparo. Él no me
hace la menor mención a la belleza de
la foto. Está alucinado con el hecho de
por qué esas aves paran ahí, de que
sean apátridas, de que traspasen fron-
teras. Me habla de una trascendencia
global de un hecho aparentemente tan
simple y tan complejo a la vez.
D: Hay que explicar eso, cómo el Anillo
Verde representa una transición tan bien
ordenada entre la ciudad y la naturale-
za. Antes yo llamaba al Anillo la piel de
la ciudad. Ahora he añadido a eso el
concepto de que también representa
las venas por las que la naturaleza entra
en la ciudad. Otras ciudades no tienen
piel, la ciudad se rompe y ya está.
David hacía fotos del actual Anillo Verde
antes de que existiera el proyecto como
tal. Sabe bien de lo que está hablando.
D: Cuando no teníamos coche, descu-
brimos que podíamos ir andando a un
sitio que era pura naturaleza. A un ma-
drileño háblale de esto, qué digo a un
madrileño, a cualquiera que viva en
una ciudad.
David cree que en los círculos de los afi-
cionados a la naturaleza, el Anillo Verde
es conocido. Pero coincide en que se
debe seguir haciendo difusión. Aunque
cree que lo más importante es que los
vitorianos se sientan orgullosos de ello y
que el boca-oreja hará el resto.
Descubrimos una pasión común y es la
del viaje en bicicleta. Coincidimos en
que difícilmente se puede encontrar
otra ciudad mejor que Vitoria para po-
der salir del núcleo urbano directamen-
te al campo, en esa transición tan na-
tural pero que, por infrecuente, es una
rareza.

175
D: Eso hay que ponerlo en valor.
Ya lo sabéis, amantes de la bicicleta y
de los paseos por la naturaleza, aquí
tenéis vuestra ciudad. Por cierto, que
en Vitoria hay un servicio municipal de
préstamo de bicicletas, habéis oído
bien, son gratuitas.
D: Ese es el tema que te decía antes,
hasta las bicicletas son gratuitas.
A: A mí también me parece un poco
exagerado esto. A veces lo gratuito no
se valora lo suficiente.
Volvemos al tema de la escala.
D: Ahora estoy con un proyecto del Co-
rredor Paneuropeo. Vitoria está situada
de tal modo que si miras sólo el casco
histórico, eso es precioso, si te alejas un
poco más en altura luego están todos
los municipios de alrededor, luego las
montañas que rodean Vitoria. Te abres y
ves que estás en medio del Corredor Pa-
neuropeo que va desde los Urales hasta
la zona de Somiedo, en Asturias, y que
hay una conectividad ecológica brutal
y que por aquí tienen que pasar un mo-
gollón de especies.
A: Eso que dices sitúa al hombre en su
aspecto más “animal”, puesto que Vito-
ria fue en el pasado cruce de caminos
para el hombre y ahora entiendo que
eso va más allá, que es un corredor tam-
bién de otras especies.
D: Eso es. Hace tres años hicimos un tra-
bajo sobre Vitoria cruce de caminos. Es-
tás en medio de todo, de la Vía Augus-
ta, de la vía de Atapuerca, el camino de
Santiago, la reciente inmigración de los
años setenta...
Llegados a este punto mantenemos
una conversación interesantísima sobre
la cultura vasca. Pero permítanme que
quede entre nosotros dos la singular vi-
sión de David sobre este tema.
Para acabar le pido a David lo de siem-
pre, que me haga unas recomendacio-
nes para ustedes.
D: ¿De hostelería me hablas?
A: O de lo que sea. Me ha quedado cla-
ro que el casco histórico y el Anillo Verde
son lugares ineludibles.
D: El casco histórico y el observatorio de
Salburua. Y sobre todo esta ciudad es
superespecial en cada una de las épo-
cas del año. Vitoria tiene un valor muy
importante en lo estacional. Tiene cua-
tro estaciones muy marcadas y muy bo-
nitas. Son cuatro sitios distintos según la
estación en que la visites. En verano, es
una ciudad muy tranquila, coincidiendo
con uno de los festivales, o no. El invier-
no es muy bonito. No nieva tanto como
antes. Es una ciudad que se engalana.
Es un invierno del estilo de las ciudades
del norte de Europa. Cada zona de la
ciudad tendría su estación.
A: ¿Por ejemplo?
D: El Ensanche es para el invierno. Lo es-
toy pensando ahora, eh.
A: Sí, sí, sigue.
D: El Anillo Verde es para la primavera. El
otoño igual sería para el casco viejo. Y el
verano para los festivales, el Festival de
Jazz, el Azkena-Rock.
Insiste con el observatorio de Salburua.

176
D: Es un sitio muy especial. Sientes cerca la ciudad, pero estás en plena naturaleza salva-
je. Saludas a las espátulas que luego irán a Doñana, pero puedes ver la cúpula del pa-
bellón Buesa Arena. Es como si estuvieras en muchos sitios a la vez. Es un lugar no lugar.
A: ¿Y en la provincia?
D: Me interesa mucho la conectividad y en ese sentido la vía verde del antiguo ferroca-
rril vasco-navarro. Es una forma de cómo llegar, cómo salir de la ciudad, como te lleva
al monte, hasta Navarra... Tenemos otra joya que es el pantano de Ullibarri-Gamboa
que tampoco está suficientemente potenciado. Puedes recorrer todo el perímetro, ir en
piragua...
Algunos bares...
D: El Iguana, el Rosy, El Erkiaga, en la zona de San Pedro, son esquinas que llevan ahí
treinta años, El Bodegón, hay que reivindicar esa zona del casco histórico menos cono-
cida pero no menos importante.
A: ¿Y restaurantes?
D: Yo soy de comida tradicional, el Asador El Machete y el Sagartoki son los sitios donde

177

178
me siento mejor, como muy bien y me siento muy relajado. Tal vez haya restaurantes me-
jores pero ahí me siento a gusto y con Senén siempre nos echamos unas risas.
También El Clarete, menos conocido, es un sitio muy especial con otro estilo de cocina.
Cuando quiero sorprender a alguien lo llevo a El Clarete.
Y aquí lo dejamos. He quedado con María Clé en el Dublín. Vamos a comer juntos y de
paso hablaremos de la portada de este libro y de su dirección artística. David se ofrece

179
a acercarme. Vamos en coche y charlamos por el camino. Seguimos hablando de las
fotos y de su posible colaboración en el libro. Aparcamos y seguimos andando por la
calle de Prado, atravesamos la plaza de la Virgen Blanca y entramos en el Dublín. María
está esperando. Nos recibe con una espléndida sonrisa. David y ella se saludan. Por
un momento me quedo mirándolos. ¿Qué hago yo aquí acompañado por estos dos
espléndidos artistas? La respuesta es simple: es Vitoria quien nos une. Es nuestra Vitoria.
Espero que también la de ustedes.

180
EPILOGOSon las seis de la tarde. Acabo de dejar a María Clé frente a la Malquerida. Llevamos
todo el fin de semana trabajando en el libro y creo que prácticamente lo hemos cerra-
do. Falta insertar unas fotos de David Quintas y corregir los defectos de maquetación,
pero la mayor parte del trabajo está hecho. Siento una mezcla de pena, de orgullo,
de satisfacción.... Esos sentimientos encontrados que te producen aquellas cosas que
tienen un principio y un final.
Dejen que les cuente. El pasado viernes llegué a Vitoria. Esta vez me hospedé en la
posada Los Arquillos en la calle de los Arquillos número 1. Quería hospedarme aquí por-
que era una de las recomendaciones que aparecen en el libro. Se trata de un esta-
blecimiento que regenta Resu Díaz de Garayo. Hasta hace dos años y medio era una
antigua sastrería y está situado en un edificio histórico. Resu es un encanto y tiene un
gusto especial y ha decorado su establecimiento de modo que, aunque lo promocio-
na como bed and breakfast, tiene la apariencia interior de un confortable hotel de
al menos cuatro estrellas. Resu debe intuir que necesito descansar porque ha elegido
para mí una habitación cuya ventana da a la plaza del Machete. Me advierte que es
la habitación más silenciosa. Le confirmo que ha acertado. Las paredes son blancas, el
baño es moderno y está limpísimo y la cama es muy cómoda. La escalera que lleva a la
parte superior tiene unos motivos en las paredes que rememoran el antiguo uso del es-
tablecimiento. Si les gustan los hospedajes con encanto, este es su lugar ideal en Vitoria.
Por la tarde quedé con María en el bar The Man in the Moon, en la calle de Iradier. Nos
atienden muy bien y nos dejan trabajar en una de las mesas del local. Trabajamos hasta
las dos de la madrugada. María es una verdadera artista, además de una trabajadora
infatigable. Este libro, tras pasar por sus manos, ha pasado de ser un objeto con poca
gracia a ser algo delicado, moderno, artístico, con estilo. Al día siguiente volvemos a
quedar en idéntico lugar y con el mismo horario. El domingo por la mañana quedé con
David Quintas. Le enseñé el trabajo que había hecho con María y le gustó. Enseguida
me confirmó que insertaría fotos suyas en este libro. Una excelente noticia para ustedes.
Por cierto, David me ha regalado un ejemplar de su libro sobre las huelllas de los vascos
en América. No sé si tengo derecho a juzgarlo, simplemente quiero decirles que me ha
parecido extraordinario por las fotos y por lo que se puede llegar a decir a través de
imágenes.
Como les decía, tengo sentimientos encontrados. Por un lado me gustaría poder ver
esto en papel (ustedes ya lo están viendo así) y no sólo en el ordenador. Por otro lado,
me gustaría que se prolongara este proceso de finalización del libro porque ha sido
Vitoria, 25 de octubre de 2009

181
una experiencia muy enriquecedora. De algún modo me siento orgulloso y satisfecho
por el trabajo realizado. Por otro lado, siento cierta inquietud por saber cuál va a ser su
acogida y no puedo evitar tener cierto temor a ser juzgado por cada uno de ustedes.
En cualquier caso quiero decirles que hay mucho cariño y mucho amor en este libro. Lo
hay en los textos, en las entrevistas. Lo hay en la forma en que María ha hecho la direc-
ció de arte. Ha sido un placer trabajar con ella y percibir su pasión por lo que estaba
haciendo. Sé que David se ha mirado este libro con ojos muy benévolos, rebajando su
nivel de exigencia técnica, porque creo que ha percibido que tenía alma. Él la tiene y
seguro que percibe a sus pares aunque en este caso se trate de un objeto, de un libro.
En fin, me encuentro como cuando despides a la chica que te gusta en el portal de su
casa y quieres besarla pero temes que te rechace. Como la situación es muy placente-
ra, aunque inquietante, la prolongas innecesariamente hasta el punto de poder llegar a
hacer el rídiculo. Y eso es lo que me pasa ahora: no quiero acabar este epílogo porque
eso significa cerrar, ahora sí, definitivamente, el libro. La situación es para mí muy pla-
centera, se lo aseguro, pero siento que debo cerrar este último momento con ustedes
para no parecer ridículo.
Aquí lo dejamos si les parece. Ahora voy a salir a pasear por Vitoria. ¿Me acompañan?


183

184
BARES
Bares de pintxosAitzondo Getaria, 2Aldama Postas, 20Alkartetxe San Prudencio, 3Baztertxo Plaza España, 14Buenos Aires Portal de Castilla, 38Carey Manuel Iradier, 20Cube Francia, 24Dato 5 Dato, 5David Avda. Gasteiz, 89Dólar Florida, 26El 7 Cuchillería, 3El bodegón de Maese Escribá Reyes Católicos, 24El Pregón Plaza de la Provincia, 1El rincón de Luis Mari Rioja, 14El tulipán de oro Correría, 157El vagón Duque de Wellington, 14Erkiaga Herrería, 38Goliath Avenida Gasteiz, 89Gran Hotel Lakua Tarragona, 8Hamaika Independencia, 11Hondarribia Hondarribia, 24Iruñea 5 Pamplona, 5Izartza Plaza España. 5La Alacena Cuchillería, 33La Bodega Florida, 36La Bonita Florida, 49La Malquerida Correría, 10La Parada La Paz, 1La Taberna de Verne Donosita, 11La Unión Plaza España, 4La Viña Rioja, 24Let’s Go Landaberde, 25London Juan II, 6Manai Lascaray, 8MarmitaCo Avenida Judizmendi, 4Principal Avda. Gasteiz, 89Saburdi Dato, 32Sagartoki Prado, 18Sokoa Independencia, 26Tobarik Samaniego, 8Toloño Cuesta de San Francisco, 3
Tomo 1 Pintor Tomás Alfaro, 1Txapela Prado, 3Txiki Sancho El Sabio, 14Tximiso Manuel Iradier, 8Usokari Dato, 25Victoria Plaza España, 13Zeppelin Nieves Cano, 29
Cafeterías y pintxos101 Baiona, 101Alquimia Juan Carlos I, 4Archy Bar Ortiz de Zárate, 6Fragosca Reyes Católicos, 19Bluesman Venezuela, 12Café Caruso Enrique Eguren, 9Café Ensanche AldabeCafé Flo Olaguibel, 56Cafetería Alt Cercas Bajas, 6Cafetería Río Dato, 20Dakar San Prudencio, 17Deportivo Alavés Plaza Virgen Blanca, 1Distrito 0 Madre Vedruna, 18Down Street San Prudencio, 15Elizondo Cuchillería, 42Erdi Antonio Machado, 17Gakoa Santo Domingo, 13Gardoki Angulema, 4Guridi San Prudencio, 6JG Dato, 27Joker Aranzabal, 9Cocodrilo Correría, 47La Fragua Andalucía, 8La Fragua de Vulcano Zarautz, 15La Plazoleta Sierra de Aralar, 35Lascaray Lascaray, 4Laurel Avda. Juan Carlos I, 24Le Coup Beato Tomás de Zumárraga, 19Los Guaranís Portal de Castilla, 42 945 13 37 62Mainton Paseo de Ezquibel, 11Nut Avda. Ilustración, 52 945 35 84 52Oriente Pío XII, 20Ozono Zapatería, 62
GUIA DE VITORIA-GASTEIZ

185
Parral Cantón San Francisco JavierSéneca Juan de Arrese, 11Taberna San Prudencio, 214 Azules Parque de la FloridaThe Man in the Moon Manuel Iradier, 7Toki Alai Vicente Aleixandre, 18Turandot Avda. Bruselas, 8Vinum Portal de Castilla, 53Vittoria Bar+Club Tanis Aguirrebengoa, 2
MusicalesDublín Plaza Virgen Blanca, 8Cairo Stereoclub Aldabe, 9Carajo Mateo Moraza, 11Compay Guitar Café Reyes de Navarra, 3El Tabanco de la Correría Correría, 46Elorza Pintorería, 6Estitxu Pintorería, 2Gora Cantón San Francisco Javier, 2Heineken Portal de Gamarra, 1Hell Dorado Venta de la Estrella, 6Ibú Jacinto Benavente, 6-8Jimmy Jazz Coronación,5Juke-Box San Prudencio, 11Kitsch Cantón San Francisco Javier, 2La Comarca Mateo Moraza, 15Menfis Nueva Fuera, 9Mur Mur Club Pintorería, 78Noventa y Siete Plaza Virgen BlancaStendhal Adriano VI, 22Warhol Vitoria Francia, 23Waslala Diego Mtz. de Álava, 5
CafeteríasAjuria Avda. Gasteiz, 36Araman Aramangelu, 1Salburua Fueros, 19Círculo Vitoriano Dato, 6El Jardín de Falerina Fray Zacarías, 2La Huerta Dato, 41Los Nardos Plaza de la EstaciónMarañón Plaza España, 10Prado Café Felicias OlabeSyldavia Siervas de Jesús, 5Zugaz Cuchillería, 85
CerveceríaCasa Juan Plaza de la Provincia, 16
HeladeríaHeladería Breda Dato, 27 Plaza Gral. Loma, 6
CockteleríasBatela Cruz Blanca, 8Kockae Adriano VI, 11Smoky Beato Tomás de Zumárraga, 33X-fera Gral. Álava (Pasaje Postas), 11
Con espectáculoCiudad de… Portal de Castilla, 8Cool Paseo de la Senda, 2
Pubs4 Azules Postas, 28Barrón Pintorería, 2Chupitería Zanzíbar Portal del Rey, 8Kokoa Adriano VI, 11La Ferretería Plaza España, 10Makalu Nueva Fuera, 7Moma Pintor Díaz de Olano, 2Om Oion, 14Paradise Avda. de la Ilustración, 56Plaza Postas, 5Quinta Avenida Duque de Wellington
Pubs irlandesesGuinnes Paseo de la Unesco, 6Molly Malone San Prudencio, 17O’Connors Prado, 11
TabernasBericus Areitio, 1Izaskun Eulogio Serdán, 20Lima Lima, 5

186
DISCOTECAS
Buddha Bar Plaza Catalunya, 11Círculo Cultura Club General Álava, 5Datura La Paz, 5Jimmy Jazz Coronación, 5Santa Fe Dato, 40
RESTAURANTES EN VITORIA
AsadoresAsador 10 Erretegia Portal de Betoño, 44 945 28 87 07Asador Aurora Etxea Las Trianas, 15 945 15 76 57Asador Cordero de Burgos Antonio Machado, 35 945 17 01 91Asador Domaika Avda. de los Huetos, 62 945 22 57 97Asador Ekume Crta. Abetxuko, s/n. 945 27 75 80Asador Iradier Manuel Iradier, 23 945 23 24 76Asador Matxete Plaza del Machete, 4-5 945 13 18 21 y 945 14 93 85Asador Zabala Mateo de Moraza, 9 945 23 00 09Restaurante Asador Hondarribia Hondarribia, 24 945 17 94 24Restaurante Asador Orio Felicias Olave, 3 945 14 83 00Restaurante Sidrería Sagartoki Prado, 18 945 28 86 76Restaurante Benta Zaharra Elorriaga 945 26 32 27Restaurante Borda Berri Hueto Arriba, 5–Hueto Arriba 945 22 64 11Restaurante Busturia Avda. Zabalgana, 1 945 35 80 00
Cocina tradicional5ª Avenida Duque de Wellington 945 19 18 62Alaiki Bi Senda Valentín de Foronda, 25 945 17 27 74Albéniz Portal del Rey, 9 945 25 05 30 y 945 25 66 85Alkartetxe Errotegi San Prudencio, 3 945 14 13 43
Americano Pintor Teodoro Dublang, 47 945 14 63 28Andere Gorbea, 8 945 21 49 30Antiguo Felipe Fueros, 2 945 26 18 08Araba Avda. de los Huetos, 17 945 22 26 69Arkupe Mateo de Moraza, 13 945 23 00 80Artagan Avenida Gasteiz, 45 945 22 81 00Atenea Postas, 47 945 26 59 80Atxalde Pío XII, 14 945 25 77 02Barrachi Barratxi, 6 945 27 34 11Baskonia Avenida Gasteiz, 77 945 24 33 53 y 945 21 49 85Bilibio Errekatxiki, 3 945 28 85 95Carey Pintor Díaz de Olano, 13 945 00 19 41Casa Areso Domingo de Sautu, 25 - Murgia 945 43 02 20Casa Felipe Fueros, 28 945 13 45 54Casablanca Dato, 38 945 23 25 80Círculo Vitoriano Dato, 6Conde de Álava Cruz Blanca, 8 945 22 50 40Dakar San Prudencio, 17 945 13 53 29David Alfredo Donnay, 2 945 26 56 93Dólar Florida, 26 945 23 00 71Dos Hermanas Madre Vedruna, 10 945 13 29 34El Caserón Camino del Monte, 49 945 23 00 48El Coto Principal, 7 - Lermanda 945 29 12 52El Mesón Ortiz de Zárate, 5 945 14 61 91El Museo del Órgano Manuel Iradier, 80 945 26 40 48El Portalón Correría, 151 945 14 27 55Erkiaga Herrería, 38 945 27 65 08Ikea Portal de Castilla, 27 945 14 47 47

187
Itxasberri Galicia, 7 945 28 53 67Izaga Beato Tomás de Zumárraga, 2 945 13 82 00La Bilbaína Francia, 22 945 25 44 00 “ Prudencio María Verástegui, 2La Bodega Florida, 36 945 23 00 14La Enoteca Ramón y Cajal, 15 945 13 94 27La Fábrica Barratxi, 41 945 12 04 60La Fragua Andalucía, 8 945 27 87 50La Huerta Dato, 41 945 14 94 51 y 945 14 94 53La Riojana Cuchillería, 33 945 25 02 39La Zuyana Crta. Betoño, 48 945 28 84 66Liparis La Paz, 11 945 23 51 94Maite Enea Olaguibel, 66 945 12 04 40Manai Lascaray, 8 945 14 52 63Manaos Pamplona, 45 945 17 38 15Mesa Chile, 1 945 22 84 94Mesón Ali Avenida de los Huetos, 23 94522 96 27Ñam! Zaramaga, 3 (C.C. Boulevard) 945 35 62 07Olarizu Beato Tomás de Zumarraga, 54 945 21 75 00Oleaga Adriano VI, 15 945 24 68 53 y 945 22 33 10Orense Plaza Fuente los Patos, 2 945 14 40 93Plazoleta Sierra de Aralar, 35 945 17 76 77Parlamento Prado, 28 945 27 14 65Séneca Julián de Arrese, 3 945 26 03 28Skala Ricardo Buesa, 4 945 22 10 16Slow Fueros, 29 945 28 76 81Taberna Esquíbel Adriano VI, 37 945 22 84 78Taberna Yaiza Crta. Bergara, 11 - Mendibil 945 29 95 01
Teide Avda. Gasteiz, 61 945 21 10 23Txako Crta. Bilbao, 12 - Espejo 945 35 10 63Txapela Prado, 3 945 13 52 91Urizar Gabriel Aresti, 7 945 19 11 90Urria Boulevard de Salburua, 42 945 06 84 04Benta Zaharra Elorriaga, s/n. 945 26 32 27Vinum Portal de Castilla, 53 945 23 26 87Virgen Blanca Plaza Virgen Blanca, 3 945 28 61 99World Music San Prudencio, 26 945 27 68 22Xixilu Plaza Amárica, 2 945 23 00 68Zabala Mateo de Moraza, 9 945 23 00 09Zabaltegi Avda, Judizmendi, 2 945 25 18 40Zapirón Avda. de los Huetos, 48 945 19 90 00Zeppelin Nieves Cano, 29 945 23 33 79
Cocina creativaAhoa Doce de Octubre, 1 945 26 08 75Ciudad de Vitoria Portal de Castilla, 8 945 14 11 00CRK Florida, 3 945 14 28 79Deslorian Urbina, 5 945 20 14 02Heineken Urban Concept Portal de Gamarra, 1 945 20 34 88Izarra Taberna-Jatetxea Mimintxa, 1. Bitoriano (Zuia) 945 43 00 73Izartza Plaza España, 5 945 23 55 33El Clarete Cercas Bajas, 18 945 26 38 74El Tabanco Correría, 46 945 20 28 42Esquibel Adriano VI, 37 945 22 84 78Lemar Extremadura, 5 945 27 56 20Querida María Plaza Santa María, 2 945 20 56 59

188
MarmitaCo Avda. Judizmendi, 4 945 12 05 93Palacio de Elorriaga Elorriaga, 15 945 26 36 16Zaldiaran Avda. Gasteiz, 21 945 13 48 22
Cocina asiáticaFu Li Tu Paraguay, 8 945 22 03 22Mandarín Reyes Católicos, 11 945 27 37 00Wok Sushi Florida, 29 945 13 66 88
Cocina italianaLa Tagliatella Sancho el Sabio, 1 945 13 03 40L’Oliva Beato Tomás de Zumarraga, 70 945 22 10 03Pasta Caffe General Álava, 6 945 23 18 23 o 945 14 84 82Pizzería Dolomiti Ramón y Cajal. 1 945 23 34 26
Cocina internacionalLa vieja taberna de Praga Fueros, 26
MarisqueríasLa Habana Cuba, 5 945 27 21 48Margoa Tarragona, 8 945 18 10 00
Sidrerías en Vitoria y alrededores
Restaurante Kupeltegi Portal de Lasarte, 1 945 13 06 27Sidrería Armentegi Armentia, 6 945 13 21 01Sidrería-Asador Mendiola Larrumbe, 10 - Mendiola 945 13 98 90Sidrería-Asador Sagartoki El Prado, 18 945 28 86 76Sidrería San Prudencio Alto de Armentia, 8 945 13 15 65
Restaurantes vegetarianos
El Parral Cantón San Francisco Javier, 4 945 27 68 33El Museo del Órgano Manuel Iradier, 80 945 26 40 48
Taberna
Bericus Areitio, 1 945 10 20 04
Varios
Akerra Castillo de Astúlez, 6 945 23 49 44El Tabanco Correría, 46 945 20 28 42La Taberna de los Mundos Independencia, 14 945 13 93 42Pimpollo Portal de Arriaga, 10 945 14 27 85

189
RESTAURANTES EN ÁLAVAAlegría - DulantziMesón Erausquyn Arrabal, 22 945 42 00 39
AmurrioArenalde Maitea Cerrajería, 1 945 89 24 26El Refor Maskuribai, 21 945 39 33 14
AramaioDukiena Barrio Azkoaga, s/n. 945 44 50 86
ArtziniegaTorre de Artziniega Cuesta de Luciano, 3 945 39 65 00
BerantevillaAsador Lola Mayor, 26 945 33 70 62
ElciegoMarqués de Riscal Torrea, 1 945 18 08 88Txisko Extramuros, 5 945 60 60 08
EscotaTaberna La Era Escota 945 36 21 58
GopeguiArtzegi Avda. Gorbeia, 2 945 46 40 26
IzarraAsador Izarra Estación, 5 945 43 71 65
LabastidaAsador Petralanda Avda. Diputación, 19 945 33 11 11El Bodegón Frontín, 31 945 33 10 27Hostal Jatorrena Florida, 10 945 33 10 50Ariño El Frontín, 28 945 33 10 24
LaguardiaAmelibia Barbacana, 14 945 62 12 07Antigua Bodega Cosme Palacio Crta. Elciego 945 62 11 95Biasteri Mayor (junto iglesia San Juan) 945 60 00 26El Medoc Alavés Paseo de San Raimundo, 15 945 60 05 60
Marixa Sancho Abarca, 8 945 60 01 65Posada Mayor de Migueloa Mayor, 20 945 62 11 75Centro Temático Villa Lucía Crta. Logroño, s/n. 945 60 00 32
LegutianoMarisquería Urrunaga Kurrua, 1 - Urrunaga 945 46 57 55Asador Urtegi-Alde Cruciaga, 13 945 46 57 01Haritz Ondo Crta. Elosu 945 45 52 70
LezaLaredo La Fuente, 12 945 60 50 18
LlodioTúnel Crta. Vitoria, 5 946 72 05 58
LuyandoOlaeta Restrego, 6 945 39 35 64
MaeztuLos Roturos Herrería, 10 945 41 02 50Izki Crta. Vitoria-Estella 945 41 03 88
MaroñoGuzurtegi La Plazuela, 6 945 39 94 38
MurgiaCarlos San Martín, 34 945 46 24 34
Nanclares de la OcaAsador-Merendero Rosa San Sebastián, 5 945 37 12 66Iruña Avda. Langraitz, 21 945 37 12 61
OionAvenida 38 Avda. de Navarra, 38 945 62 28 99La Cueva Concepción, 15 945 60 10 22Las Losas Avda. de Navarra, s/n. 945 60 11 52
OlaetaTaberna Goikoetxea Olaeta, 31 945 45 01 71
PáganosHéctor Oribe Gasteiz, 8 945 60 07 15

190
HOSPEDARSE EN VITORIA5 EstrellasGran Hotel Lakua Tarragona, 8 945 18 10 00
4 EstrellasBarceló Hotel Gasteiz Avda. Gasteiz, 45 945 22 81 00Boulevard Zaramaga, 3 945 18 04 00El Caserón Camino del Monte, 49 945 23 00 48NH Canciller Ayala Ramón y Cajal, 5 945 13 00 00Silken Ciudad de Vitoria Portal de Castilla, 8 945 14 11 00AC General Álava Avda. Gasteiz, 79 945 21 50 00
3 ESTRELLASAlmoneda Florida, 7 945 15 40 84Gobeo Park Avda. de los Huetos, 48 945 19 90 00Holiday Inn Express Vitoria Paduleta, 59 – Pol. Ind. Júndiz 945 19 44 00Palacio de Elorriaga Elorriaga, 15 B
945 26 36 16
2 ESTRELLASDato Dato, 28 945 14 72 30Duque de Wellington Duque de Wellington, 14 945 17 57 07Desiderio Colegio San Prudencio, 2 945 25 17 00Páramo Gral. Álava, 11 – Pasaje Postas 945 14 02 40Gorbea Teodoro Glez. de Zárate, 50 945 14 49 26Barrachi Barrachi, 6 945 27 32 00Iradier Florida, 49 945 27 90 66Achuri Rioja, 11 945 25 58 00Amárica Florida, 11 945 13 05 06La Bilbaína Prudencio Mª Verástegui, 2 945 25 44 00
PensionesFlorida Manuel Iradier, 33 945 26 06 75Araba 2 Florida, 25 945 23 25 88La Paz La Paz, 3 945 13 96 66La Zuyana Ctra. Betoño, 48 945 28 83 00Portal de Bergara Portal de Bergara, 20 945 26 04 70Residencia Dato 2 San Antonio, 17 945 13 04 00Eguileta Nueva Fuera, 32 945 25 17 00Nuvilla Fueros, 29 945 25 91 51
Apartamentos turísticosMilenio Pamplona, 23 945 17 58 66San Fermín Pamplona, 45 945 17 58 66Ibaiondo 1 Duque de Wellington, 52 619 37 14 54Ibaiondo 2 Duque de Wellington, 52 619 37 14 54Irenaz Hondarribia, 1 945 10 41 04
Establecimientos con encanto
La Casa de los Arquillos Paseo de los Arquillos, 1 945 15 12 59

191
HOSPEDARSE EN ÁLAVAAlegría - DulantziPensión Casa Antolín Fortaleza, 9 945 42 03 28
AmurrioPensión Ayala Ayala, 2 945 89 04 52
ArgómanizParador de Argómaniz *** Autovía N-1 - Madrid-Irun, km. 363 945 29 32 00
ArtziniegaHotel Torre de Artziniega Cuesta de Luciano, 3 945 39 65 00
ElburgoPensión Olaona Crta. Madrid-Irun, 364 945 30 70 33
ElciegoHotel Marqués de Riscal Torrea, 1 945 18 08 00Hotel Villa Elciego Norte, 1 945 60 65 97
ElosuHotel Haritz-Ondo Casa, 20-22 945 45 52 70
IzarraCasa Doña Lola Las Escuelas, 2 945 43 72 24
LaguardiaHotel Villa de Laguardia **** Paseo de San Raimundo, 15 945 60 05 60HR Castillo El Collado ** Paseo El Collado, 1 945 62 12 00
Hotel Antigua Bodega de Don Cosme Palacio ** Ctra. Elciego, s/n. 945 62 11 95
Hotel Posada Mayor de Migueloa ** Mayor, 20 945 62 11 75HR Marixa * Sancho Abarca, s/n. 945 60 01 65Hotel Pachico Martínez * Sancho Abarca, 20 945 60 00 09
LanciegoHotel Larrain * Mayor, 13 945 62 82 26
LlodioHotel Valle de Ayala * José Matía, 36 946 72 36 11Pensión Isasi Isasi, 3 946 72 81 81
MaeztuLos Roturos Herrería, 10 945 41 02 50
MurgiaHotel Nagusi *** Domingo de Sautu, 32 945 46 25 28Hotel La Casa del Patrón ** San Martín, 2 945 46 25 28
OionHotel Felipe IV ** Avda. Navarra, 28 945 60 10 56
QuejanaHotel Los Arcos de Quejana * Crta. Quejana a Beotegui, s/n. 945 39 93 20
RivabellosaHotel Julia * Rivabellosa 945 35 50 42
SamaniegoHotel Palacio de Samaniego ** Constitución, 12 945 60 91 51
San Román de San MillánHotel Andamur ** Pol. Ind. Okiturri, Parcela 1 945 30 40 44
SobrónHotel Durtzi * La Presa, 12 945 35 90 78
Subijana de ÁlavaHotel Ruta de Europa ** Ctra. N-1, km. 341 945 36 14 16
UrturiHotel Urturi Golf ** Arriba, s/n. 945 37 82 32
Villabuena de ÁlavaHotel Viura La Colina, 6 945 60 90 00HR Izadi 945 60 90 86
Vírgala MayorPensión Vírgala Ctra. Vitoria-Estella, km. 23 945 41 01 53

192
APARTAMENTOS / RESIDENCIASAmaritaAT Casas de Amarita Amarita, 30 945 29 99 56
BarojaAP El Rincón de Baroja Real, 21 945 36 70 75
LabastidaAP Solar de Quintano Barrajuela, 7 646 49 23 53
LermandaHotel El Coto ** Principal, 1 945 29 12 52
PaúlAP La Cabaña Rural de Paúl La Calera, 19 678 42 82 58
San Román de San MillánHotel Andamur ** Pol. Ind. Okiturri, Parcela 1 945 30 40 44
ESTABLECIMIENTOS RURALESCR: Casa Rural. A: Agroturismo AR: Apartamento Rural. CC: Casa de Campo.
AcostaCR Izpiliku Mendia, 6 - Zigoitia 607 44 83 93
AdanaCR El Rincón de Adana Perralta, 7 – San Millán 647 80 99 08
AldaA Biltegi Etxea Carretera, 3 945 40 60 42
AmaritaAR Casas de Amarita Amarita, 30 945 29 99 56
Amezaga de ZuiaCR Casa de los Abuelos Rekalde, 5 - Zuia 945 46 26 59
AmurrioA El Txakoli Aldai, 40 945 89 07 03
ApellanizA Villa de Elezpara Elespara, 12 945 41 02 35
AprikanoA Maribel Aprikano, 13 - Kuartango 945 41 02 35 y 629 41 22 77
AraiaA Mendiaxpe Salsamendi, 22 - Asparrena 945 30 42 12 y 646 10 45 84
AriñezA Abaienea Ariñez, 30 945 29 06 40 y 656 75 86 73
Baranbio - AmurrioCR Olako Ctra. Vitoria-Bilbao por Altuna, km. 33,35 945 89 17 04 y 667 51 19 05
BarojaAR El Rincón de Baroja Real, 21 945 36 70 75
BarrónCR Torre Samaniego Barrón, s/n. – Ribera Alta 945 36 23 50

193
BernedoCR Gaztelubidea Cementerio Viejo, 2 660 47 87 37
BovedaA Herranetxe La Iglesia, 36 - Valdegovía 945 35 31 82
CárcamoA Casa Ansotegui Cárcamo, 9 - Valdegovía 945 35 10 05
ElosuA Atxarmin Ctra. Elosu, 1 – Legutiano 945 45 50 87 y 670 42 25 24CR Bentazar Barrio Ollerías, s/n. 945 45 58 88 y 676 09 81 62
ElciegoCR La Cueva Extramuros Norte, 36 945 60 64 40
EspejoA Patxo Etxea Ctra. Bilbao, 5 945 35 10 16CR El Molino – Errota Enea Ctra. Bilbao, 5 670 05 33 24
Etxabarri-IbiñaA Behitegi Eliza bidea, 13 945 46 02 18
FaidoCR Basarte Etxea San Miguel. 2 945 40 32 38
GantzagaA Muru Gantzaga, 18 - Aramaio 945 44 53 65
GopegiCR Quopiki Areatza, 3 - Zigoitia 685 71 91 91
GujuliCR Ugarzabal Barrio Abajo, 2 - Urkabustaiz 690 84 47 73
GurendesCR Arbaieta Etxea Barrio Abajo, 26 945 35 32 00
HijonaA Arantza Etxea Etxabilo, 2 - Burgelu 945 29 30 94
Hueto ArribaCR Los Huetos 649 47 04 73
IzarraCR Santorkari Mayor, 14 616 86 37 96
LabastidaAR Solar de Quintano Barrajuela, 7 646 49 23 53
LaguardiaA Larretxori Portal de Páganos 945 60 07 63
LalastraA Valderejo Etxea Real, 2 945 35 30 85
Lapuebla de LabarcaA Barquero Etxea Mayor, 25 945 62 72 18
LasernaA Señorío de las Viñas Mayor, s/n. 945 62 11 10
LegutianoCR Urkiola Enea La Unión, 3 945 14 53 36
LekamañaCR Lekandero Lekamaña, 16 - Amurrio 630 62 98 23
LezaCR El Encuentro Herriko Plaza, 3 660 58 37 36
LezamaCR Iruaritz Bº San Prudencio, 29 945 89 26 76 y 609 43 91 89CR Usko Cruce Baranbio- Lezama, 23 945 89 19 67 y 619 46 63 43
LlodioCR Ane Miren Etxea Larrazabal, 18 B 946 72 66 83 y 656 70 66 46
LuyandoCR Urdinetxe San Lorenzo, s/n. 945 89 08 04 y 670 47 77 27
MaeztuCR Izki Ctra. Vitoria-Estella, s/n. 945 41 03 88
MaroñoA Guzurtegi Bº Oruro, 7 - Ayala 945 39 94 38

194
MarquinaCR Albertegui Berretin, 4 - Zuia 945 43 04 07A Perrenku Perrenku, 1 - Zuia 945 40 30 93
MarquinezA Basibide Etxea Basibidia, 19 - Bernedo 945 37 90 48
MaturanaCR Sagasti Zahar Sagasti Zahar, 10 - Barrundia 945 31 71 58
MuruaCR Gorbeia Dominizubi, 9 – Zigoitia 945 46 42 01 y 649 28 81 41A Guikuri Goikuri, 1 - Zigotia 945 46 40 84 y 615 78 23 23
NarvajaCR Apezetxea Uriarte, 4 945 31 24 81
NavaridasA Carpe Diem Enrique Privado, 7 945 60 51 72CR Vinae et Oliva El Tesoro, 39 618 57 46 59
OkondoA Olabarrieta Beheko Irabien, 14 945 89 81 46
OlaetaA Etxebarri Caserío Etxebarri - Aramaio 945 45 01 23
OrbisoA Marivi Herrería, 9 945 45 50 30
OsmaA Casa Urrutia Santa Marina, 9 627 08 27 99
OzaetaA Adela Etxea Elizako bidea, 8 945 31 70 33
PaúlCR La Cabaña Rural de Paúl La Calera, 19 678 42 82 58
Peñacerrada - UrizaharraCR Errota Avda. Urizaharra, 1 945 36 70 62
Salinas de AñanaCR Gesaltza Etxea Perruchico, 1 945 13 15 15
Salinillas de BuradónA Areta Etxea Mayor, 17 945 33 72 75
Salvatierra - AgurainCR Zadorra Etxea Zadorra, 21 656 71 61 26
SamaniegoCR La Molinera Etxea Bº Zurriarte, 22 945 62 33 75
SarriaA Gorbea Bide Pagazuri, 8 945 43 00 46
SojoA Ibaizar Sojo, 4 - Ayala 945 39 66 86
TuyoA Araiko Etxea Real, s/n. 945 37 30 68A Toki Eder Crta. La Iglesia, s/n. 945 37 31 65
TuyoA Araiko Etxea Real, s/n. 945 37 30 68A Toki Eder Crta. La Iglesia, s/n. 645 91 94 25
UncellaA Uxarte Uncella, 12 - Aramaio 945 44 51 46
UrturiA Aitonaren Etxea Abajo, 4 - Bernedo 945 37 81 47A La Casa de los Artilleros La Plaza - Bernedo 945 37 81 74
ZaitegiCR Lizardi Nagusia, 2 A 945 46 09 76
ZalduondoCR Aitzkomendi Errotalde, 5 679 90 85 31CC Eikolara Arbinatea, 30 945 30 43 32CR Sorginetxe Errotalde, 5 B 679 90 85 31

195
MUSEOS EN VITORIA
Artium – Centro-Museo Vasco de Arte ContemporáneoFrancia, 24945 29 90 00
Centro Cultural MontehermosoFray Zazarías Martínez, 2945 16 18 30
Museo de Bellas ArtesFray Francisco de Vitoria, 8945 18 19 18
Catedral de Santa MaríaPlaza de la Burullería945 25 51 35
Bibat – Arkeologia-Fournier de Naipes MuseoaCuchillería, 54945 20 37 07
Museo de Ciencias NaturalesSiervas de Jesús, 24945 18 19 24
Museo Diocesano de Arte SacroCatedral de María Inmaculada. Cadena y Eleta, s/n.945 15 06 31
Museo de ArmeríaFray Francisco de Vitoria, 3945 18 19 25Museo de los FarolesC/ Calle Zapatería, 35 Telf: 945 277 077
MUSEOS EN ÁLAVA
Museo de alfarería vascaOllerías, 9. Elosutlf: 945 455 145
Museo etnográfico de ArtziniegaArtziniegatlf: 945 396 001
Museo arqueológico La HoyaYacimiento de la Hoya, S/N. LaguardiaTeléfono 945 621 122
Museo Vasco de gastronomíaMaestro Elorza 11. Llodio946 724 330
Museo etnográfico de Felix MurgaAldai, 5. Amurrio945 891 450
Museo heráldico de MendozaMendoza945 181 617
Museo de cerámica de OlleríasOllerías945 455 145
Museo de QuejanaQuejana945 399 264

196
�������
�������
�������������
���������
�������������������
����������� ����
�����������������
����������������������
������������
����������
�������������
������
�����
���������������������
�������������������
���������
������
��
����
������
����
����
�����
�
������ ����������������� ���������
�����
���
�������
���
��������
������
����
���
������������������
���������
����
��������
�����������
����
���
����
��
������
�
�������������������������������
���������
�������������
����������
�������
�
������������������������
������������
�������������������������
������������
�����������������������������
���
����
�������
���
������
�����
���������������������������
��������
�����
����
����
����
����� ������������������
����
����
���
����
����� ��������������������
������������������������
���
���
���
�������
�����
�����
������
���
���
�����
����
����
��������
�������
����
�����
�����������
����������
�����������
���������
���������
���
��������
�� ���
������
��������
��������
��������������������
�������
��� �����
�������
���������������������������������
������
�������
���
������
�������
�����
�����
������
�����
�������
���������
���������
�����������
��������
���������
���������
������
�����������
�����������
�������������������
���������
�������
��
������������� ������
�����������
����������
���������
��������
�
���������
��������
�������������
�����������
���������
�������
�������������
��������
����
���������
��������
�����������������
����������������������� ����
���������
�����
����������������������
�����
������
��
���������
��������
������
����
�
����
�����
�����
��
����������������������
��������
��
�������� �
�������������
�������
������
�����
�����������������������
���� ������
�������� ���
��������������������
��� ���������������������
�������������������������������������������
����������������
���������������������
�������
����
����������
�����������������
�����������������
��������������
��������� ����
������������
�����
������
����
��
������������������
����
����
���
���������
��������
����
��
��������������
������� ����
������
����
��������� ���������������
����������
���������������
���������
���
���
���������������
����
������
����
������
���������������������������
������
�����
����
�����
���������
���������
�
���������� ������������������
�����
��������������������������
����������������������
������������������
��������������
����
����
�������
����
��������
����
�����������
������
��
�������������
���������� �����
�������
���
�������
�������
���������
������
�����
�������
���
����
��
�������
����
����
����
�����������
��������
������
�������������������
�����������
��������
�����
����������������
�������������������
��������������
�����������������
������������
���������
��
���������������
�����������������
����������������
����������������
��������������������
�����������������
���
����
����������������������
�� ����
��������
���������������
������ ����
��
����
�������������
�����
��������������������
����
�������������������
���������������
�������
������
����
����������� �������
��������������
����������������������������������
����������������
��
����� �
����� �
�����
��������� ���������
����
���
�����
�������
����
������
������������������
�������������
������������� ����������������
����������
�������
�������
����
������
����������������������
������������������
����
���
����
��
��������
�������
�����������������
����� ������
������
����������
�� �
������
����
������������������
�����������
�����
����
����������������������
������ �
������
���������
� �����������������������
�����
��������
����
�����������
������
��������������
�������
����������
����
��������������
�����
��������������
�����������
���
����
���
�������
������������
������
������
���� ��������
����������������
�������������
���������
������������
�������������
������
�����������
������������
�����
�����
����
������
��
�������������
�������������������
��������������������������
�����������������������
����
����
������
��
����������
������������
��������������
�� ��������������
���������������� ������
��������
��������� ������������
��������� ���
��������������
�����������������������
�������������������
������������ ��������������
�������������
����������
����������
�������������������
����������
����������
�����������
������������
����������������������������������
���������������
����������
�������
������
�����
������
�������
����������
��� ��������������
������������
�������������
������������
���������������
���
�������������
����������������
����������������������������������� ����
��������������������������������
�������
������������������������������
�������������� ���
���
����� �������������������
��������
����������
����������
�����
���
���
����� ����
�������������������
�������������������� ����������
���������
���������������
�����������
��������
���������
����������������������������������������
�����������
�������
����� ������
����������
�����������������
������
�����
����
������
����
����
��
���������������
��������������
���������������
���������������
���������������
������������������
�������������
����������
��������
���������������
�������
����������
������������
�����������
����������
����
������
����
����
��
��������������
��������
�������
�������������
�������������
����������
���������������
�������������������������
�������
����
������
�������
����������������������������������
��������������
�������� ������
�������������
����
����������
������
�����
���������������
�����
�����������
�����������������
������������ ���������
���������
������
���������������
�����������
��������
�����������
������
����
�������
��
����������
��������
���������������
�������������������
���������
���������������
������
���������������� ����
�����
���������
���������� ����
�������
����������
�����
�������
�����
����������������������
����
�����
�������
������
�����
�����������
������
������
��������
�����������������
�������
������
������
���������������������
��
�����������������������
�����
�����
����������
��������������
�������
�����
����
�������������
�������������
�������������
� ������
���������
���������
���������
�������
��������
�������������
���������������
���������
�����������
���� ����������� ��
��������
��
������ ��
����
����
������
����
����
�������� �
�������������������������
����������
�������������
����������������������������
��������������������������
������
�������
���
�������
������
�������
�����
�������������������������
���
���������
���
�
����������������������
��������������������
������
������
���������������������������
��������
��������������
���������������������������� ���������
����������
�����
����
�����
������� ������������
��������������� ������
�����
�����
�����
��
����
����������������������� ������������������������������������������
������������������
������������������������������������������
��������������������
������������������������������������������������������������
�����������
���������
�����������
����
����
����������
�����
��������
� ����
����������
����
����
���
����
����
�������
����
���
����
�������
���
����
����������
����
���
������
����
������������
�������������������
���������
�����������
������ �����
�������
��������
�����������
���������������
������
������
��������������
�� ����������������������
����������
��������
�������
������������������������������
��������������������
���������������������
����� �� ���������
�����������������
��������
������������
��������
���� �������
���
�����
�����
�����
���
����� ��������
������������
����������� ����
���������������
����������������
����
���
����
�
������
����
���
�������������
��������
�����������
�����������
���������
�����
����
� �����
����
��������� �� ��������������
����
�������
����
�����
���� �� �������������
�����
��������
�����
��� �� �� ������
��� ��
�� ���������
����� �� ��� �������
��
������� �
�
����������������
����
��������
������������������������
�
�
�
�
�
�
�
��
��
��
�� �
�
�
�
��
� �
�
� �
���������� �����
��� ����������������
��� �����������
���������� ����������������������������������������������
��������������� ���������������������������� �����
������
������� ��������������
�����������������������

197
�������
�������
�������������
���������
�������������������
����������� ����
����
�������������
����������������������
������������
����������
�������������
������
�����
���������������������
�������������������
���������
������
��
����
������
����
����
�����
�
������ ����������������� ���������
�����
���
�������
���
��������
������
����
���
������������������
���������
����
��������
�����������
����
���
����
��
������
�
�������������������������������
���������
�������������
����������
�������
�
������������������������
������������
�������������������������
������������
�����������������������������
���
����
�������
���
������
�����
���������������������������
��������
�����
����
����
����
����� ������������������
����
����
���
����
����� ��������������������
������������������������
���
���
���
�������
�����
�����
������
���
���
�����
����
����
��������
�������
����
�����
�����������
����������
�����������
���������
���������
���
��������
�� ���
������
��������
��������
��������������������
�������
��� �����
�������
���������������������������������
������
�������
���
������
�������
�����
�����
������
�����
�������
���������
���������
�����������
��������
���������
���������
������
�����������
�����������
�������������������
���������
�������
��
������������� ������
�����������
����������
���������
��������
�
���������
��������
�������������
�����������
���������
�������
�������������
��������
����
���������
��������
�����������������
����������������������� ����
���������
�����
����������������������
�����
������
��
���������
��������
������
����
�
����
�����
�����
��
����������������������
��������
��
�������� �
�������������
�������
������
�����
�����������������������
���� ������
�������� ���
��������������������
��� ���������������������
�������������������������������������������
����������������
���������������������
�������
����
����������
�����������������
�����������������
��������������
��������� ����
������������
�����
������
����
�����������
���������
����
����
���
���������
��������
����
��
��������������
������� ����
������
����
��������� ���������������
����������
���������������
���������
���
���
���������������
����
������
����
������
���������������������������
�����������
����
�����
���������
���������
�
���������� ������������������
�����
��������������������������
����������������������
������������������
��������������
����
����
�������
����
��������
����
�����������
������
��
�������������
���������� �����
�������
���
�������
�������
���������
������
�����
�������
���
����
��
�������
����
����
����
�����������
��������
������
�������������������
�����������
��������
�����
����������������
�������������������
��������������
�����������������
������������
���������
��
���������������
�����������������
����������������
����������������
��������������������
�����������������
���
����
����������������������
�� ����
��������
���������������
������ ����
��
����
�������������
�����
��������������������
����
�������������������
���������������
�������
������
����
����������� �������
��������������
����������������������������������
����������������
��
����� �
����� �
�����
��������� ���������
����
���
�����
�������
����
������
������������������
�������������
������������� ����������������
����������
�������
�������
����
������
����������������������
������������������
����
���
����
��
��������
�������
�����������������
����� ������
������
����������
�� �
������
����
������������������
�����������
�����
����
����������������������
������ �
������
���������
� �����������������������
�����
��������
����
�����������
������
��������������
�������
����������
����
��������������
�����
��������������
�����������
���
����
���
�������
������������
������
������
���� ��������
����������������
�������������
���������
������������
�������������
������
�����������
������������
�����
�����
����
������
��
�������������
�������������������
��������������������������
�����������������������
����
����
������
��
����������
������������
��������������
�� ��������������
���������������� ������
��������
��������� ������������
��������� ���
��������������
�����������������������
�������������������
������������ ��������������
�������������
����������
����������
�������������������
����������
����������
�����������
������������
����������������������������������
���������������
����������
�������
������
�����
������
�������
����������
��� ��������������
������������
�������������
������������
���������������
���
�������������
����������������
����������������������������������� ����
��������������������������������
�������
������������������������������
�������������� ���
���
����� �������������������
��������
����������
����������
�����
���
���
����� ����
�������������������
�������������������� ����������
���������
���������������
�����������
��������
���������
����������������������������������������
�����������
�������
����� ������
����������
�����������������
������
�����
����
������
����
����
��
���������������
��������������
���������������
���������������
���������������
������������������
�������������
����������
��������
���������������
�������
����������
������������
�����������
����������
����
������
����
����
��
��������������
��������
�������
�������������
�������������
����������
���������������
�������������������������
�������
����
������
�������
����������������������������������
��������������
�������� ������
�������������
����
����������
������
�����
���������������
�����
�����������
�����������������
������������ ���������
���������
������
���������������
�����������
��������
�����������
������
����
�������
��
����������
��������
���������������
�������������������
���������
���������������
������
���������������� ����
�����
���������
���������� ����
�������
����������
�����
�������
�����
����������������������
����
�����
�������
������
�����
�����������
������
������
��������
�����������������
�������
������
������
���������������������
��
�����������������������
�����
�����
����������
��������������
�������
�����
����
�������������
�������������
�������������
� ������
���������
���������
���������
�������
��������
�������������
���������������
���������
�����������
���� ����������� ��
��������
��
������ ��
����
����
������
����
����
�������� �
�������������������������
����������
�������������
����������������������������
��������������������������
������
�������
���
�������
������
�������
�����
�
������������������������
���
���������
���
�
����������������������
��������������������
������
������
���������������������������
��������
��������������
���������������������������� ���������
����������
�����
����
�����
������� ������������
��������������� ������
�����
�����
�����
��
����
����������������������� ������������������������������������������
������������������
������������������������������������������
��������������������
������������������������������������������������������������
�����������
���������
�����������
����
����
����������
�����
��������
� ����
����������
����
����
���
����
����
�������
����
���
����
�������
���
����
����������
����
���
������
����
������������
�������������������
���������
�����������
������ �����
�������
��������
�����������
���������������
������
������
��������������
�� ����������������������
����������
��������
�������
������������������������������
��������������������
���������������������
����� �� ���������
�����������������
��������
������������
��������
���� �������
���
�����
�����
�����
���
����� ��������
������������
����������� ����
���������������
����������������
����
���
����
�
������
����
���
�������������
��������
�����������
�����������
���������
�����
����
� �����
����
��������� �� ��������������
����
�������
����
�����
���� �� ����
�����������
���������
�������
��� �� �� ������
��� ��
�� ���������
����� �� ��� �������
��
������� ��
����������������
����
��������
������������������������
�
�
�
�
�
�
�
��
��
��
�� �
�
�
�
��
� �
�
� �
���������� �����
��� ����������������
��� �����������
���������� ����������������������������������������������
��������������� ���������������������������� �����
������
������� ��������������
�����������������������

198
Peñalba692
Zaballa632
Idubaltza691
Beraskola666Alto del Pando
547
Puerto de Garate278
Pagonabarra599
Pagolar720
Gallarraga902
Ganekogorta998
Kamaraka795
Areta
Puerto de Trabakua440
Puerto de Elgeta461
Puerto de Kanpazar457 Puerto Deskarga
587Puerto de Mandubia
574
Puerto deEtxegarate
658
Puerto deOtzaurte
652
Arlaba1258
Puerto de Udana574
Aldaia790
Berein782
Puerto de Herrera1100
Belabia970
Cerro Blanco657
Puerto de Vitoria788
Olarizu710
Arbulo581
Arzubiaga543
Araca642
Lendiz850
Urbina698
Puerto de Urkiola700
Puerto de Bikotx604
Puerto de Barazar604
Puerto de Zaldiaran780
Arrieta999
Zaldiaran978
Busto976
Cerro901
Sesturri790
Txulato946
Atxabal1172
San León1228
Las mugas589
Quintanilla673
Atalaya568
Somo902
Atalaya907
Cantoblanco1009
Cotorrillo1084
Montemayor1103
Arantxaga923
Kruzeta1171
Repico1188
Peña Alta1108
Olvedo930
Peña Risca1006
Costoria1032
Alto del Corral842
Puerto dela Barrerilla
497
San Pedro709
Astobiza577
Elorritxugana721
Escoritas639
Peregaña625
Eskutxi1185
Unguino1105
Urieta1133 Tologorri
1068
Babio582
Puerto de Orduña880
Peña Lisa973
Alto del Rodi1031
Raso1046
Batxikabo1199
Karria1130
Arrayuelas1124
Cueto1367
Mota1315
Vallegrull1126
Lerón1236
Puerto de Angulo700
Arando943
LermandaCastillo
663
VITORIA-GASTEIZ
AskartzaArgandoña
ZerioElorriaga
ArcauteIlarratza
Estibaliz
Matauco
Villafranca
Aberásturi
Andollu
Trokoniz
Hijona / Ixona
Añua
Gáceta
Egileta Erentxun
Gauna Adana
ACILU
Txintxetru
Ullibarri-JauregiUribarri-Jauregi Gereñu
Jauregi
Oreitia
Argomaniz Etxabarri-Urtupiña
Arrieta
Audikana
Dallo
Heredia
Gazeo
Ezkerekotxa
Langarika
AlaitzaEgileor
Arrizala
Alangua
Opakua
Okariz
Munain
Mezkia
AmetzagaAsparrena
Eguilaz-Egilatz
Vicuña / Bikuña
San Románde San Millán / Durruma
Urabain
ORDOÑANA/ERDOÑANA
Albéniz / AlbeizIlarduia Egino
AndoinIbarguren
Puerto de Opakua1020
Iturrieta
Kontrasta
EturaGebara
HermuaLarrea
Zuhatzola
Barria
NarbaizaAspuru/Axpuru
Zuazo de San Millán/Zuhatzu Donemiliaga
Gordoa
Luzuriaga
Galarreta
Arriola
ZALDUONDO
ASPARRENA
ASPARRENA
SAN MILLÁN/DONEMILIAGA
ARAIA
SALVATIERRA/AGURAIN
IRURAIZ-GAUNA
ALEGRÍA-DULANTZI
ALEGRÍA-DULANTZI
Maturana
Mendíjur
Urizar
Garayo
OZAETA
BARRUNDIAElgea
Marieta
LarrintzarNanclaresde Ganboa/
Langara-Ganboa
UllíbarriGamboa
Arroiabe
Mendibil
Amárita
LandaGoiainUrrunaga
Nafarrate
Betolaza Urbina
Luko
Ziriano
Miñano Mayor/Miñao
Retana
DURANA
ARRAZUA-UBARRUNDIA
Ullíbarri-Arrazua
ArzubiagaGamarraMenor
Zurbano/Zurbao
Aránguiz / ArangizAbetxuko
Antezanade Foronda
Mendiguren
Etxabarri-Ibiña
Mendarozketa Miñano Menor/Miñao Gutxia
Apodaka
Artaza de Foronda
Letona
GOPEGI
Murua Acosta / Okoizta
ZestafeLarrinoa
Eribe
BuruagaBerrikano
Ondategi
Manurga
Olano
Zárate
ZaitegiJugo
Markina
Sarria
MURGIABitoriano
DomaikiaAperregi
Lukiano
Gilierna
Ametzaga (Zuia)
Altube
Larrazketa
BeluntzaIZARRA
Abezia
Ondona
Goiuri
Oiardo
Apreguíndana /Apregindana
URKABUSTAIZ
Uzkiano
Unzá / Untzaga
Artómaña
Delika
Aloria
Inoso
Paul
Tertanga
ORDUÑA
Lendoño AbajoLendoño Arriba
LekamañaSaratxo
Lezama
MendeicaBelandiaAgiñaga
EtxegoienMadaria
SalmantónMaroño
MenoioOzeka
Lujo Luxo
IzoriaOlabezar
RESPALDIZA/ARRESPALDITZA
Murga
Zuaza /Zuhatza
Menagarai
BeotegiRetes deLlanteno /
Erbi
Sojo
Costera/Opellora
Sojoguti / SoxogutiLlanteno
Campijo
Santa Koloma
Orrantia
MendietaRetes
de Tudela /ErretesTudela
Gordeliz
ARTZINIEGA
El Berrón
BALMASEDA
Peñueco
Otxaran ZALLAAranguren
GUEÑES
Sodupe
GORDEXOLA
AvellanedaBezi
ArroyosCarral
GARAPE/SOPUERTA
GALDAMESARTZENTALES
Palacio
El Suceso
Biañez
Ambasaguas
CONCHA
VILLAVERDE TURTZIOZ
Nava de Ordunte
Hormes
VILLASANA DE MENA
VALLE DE MENA
Cadagua
Viergol
Santa Olalla
Relloso
Villabasil
Oteo
Momediano
Villaventin
QUINCOCES DE YUSO
Río de Losa
Cozuela
Quejana/Kexaa
Angulo
Luiaondo
Murueta
LLODIO / LAUDIO
Onsoño
Larrinbe Baranbio
OROZKO
ARAKALDO
Bengoetxea
ZUBIAUR
ZEBERIO
Areiltza-Olatzar
ArkulandaZeberiogana
Ereñotza
Etxazo
Ibarra
Berganza
ARRANKUDIAGA
UGAO-MIRABALLES
Zollo-Elexalde
ARRIGORRIAGA
ZARATAMO
GALDAKAO
ArkotxaUsansolo
BEDIA
Zaramillo Arbuio
BILBAO
ALONSOTEGI
BASAURI
LEMOA
AMOREBIETA-ETXANO
BoroaErletxe
Etxano
San Migel
Euba
Bernagoitia
IGORRE
ARANTZAZU
Gorozika
Aiuria
Gerrikaitz
Bolibar
GARAI
IURRETA
Oromiño
DURANGO
IZURTZAABADIÑO
MAÑARIA
BERRIZ
MALLABIA
Berano
ERMUA
ZALDIBAR
ELORRIOApatamonasterio
Axpe
Arraño
DIMA
ARTEA(Gaztelu-Elexabeitia)
AREATZA
ZEANURI
Indusi
OTXANDIO
Gantzaga
Etxaguen
Arexola
Uribarri
IBARRABarajuen
Etxaguen(Zigoitia)
San Pedro
Ollerías / Ollerieta
Elosu
Arriola
ARAMAIO
ZIGOITIA
ZUIA
LEGUTIANO
UntzillaAlzaga
Azkoaga
SuñaOlaeta
ESKORIATZA
ARETXABALETA
ARRASATE/MONDRAGÓN
San Prudentzio
Zubillaga
BERGARA
ELGETA
EIBAR
ETXEBARRIA MENDARO AIZARNAZABAL
ERREZIL
BEIZAMA
URRETXU
Ezkio-Itsaso
ANTZUOLA
LEGAZPI
OÑATI
Olabarrieta
TelleriarteGaragaltza
ArantzazuLEINTZ-GATZAGA
ZEGAMA
ZERAIN
MUTILOA
SEGURA
IDIAZABAL
Goialdea
ORMAIZTEGI
GABIRIA
Iurre
BEASAIN
ORDIZIA
LAZKAO
OLABERRIA
ATAUN
Lazkaomendi
ALTSASU
OLAZTI
Ziordia
LARRAONA
ARANARACHEEULATE
SAN MARTIN
Onraita/Erroeta
Róitegui/Erroitegi
Musitu
IbisateArenaza/Areatza
Aletxa
Cicujano/Zekuiano
SabandoLeorza/Elortza
MAESTU/MAEZTU
Azáceta
Berroci
Vírgala Mayor/Birgara Goien
VírgalaMenor/BirgaraBarren
Apellániz/Apinaiz
Atauri
San Vicente de Arana/Done Bikendi Harana
Oteo
Korres Orbiso
Ullíbarri-Arana/Uribarri Harana
ZUÑIGA
Galbarra
Acedo
Antoñana
SANTA CRUZDE CAMPEZO/
SANTIKURUTZEKANPEZU
Bujanda
GENEVILLA
San Románde Campezo /Durruma KanpezuQuintana
CAMPEZO/KANPEZU
ALDA
Arriaga Betoño
Gamarra Mayor/Gamarra Nagusia
Junguitu/Jungitu
Arkaia
Otazu
Gamiz
Bolívar
Arechavaleta
MendiolaGardelegiLasarte
Berrosteguieta
Castillo/Gaztelu Monasterioguren
Armentia
Zuazo de Vitoria/Zuhatzu
Crispijana/Krispiñana
Ali / Ehari
Lopidana
Aeropuertode Foronda
Estarrona
Asteguieta
Gobeo
Gometxa
Eskibel
Zumelzu / Zumeltzu
Margarita
Lubiano
Ullibarri de los Olleros/Uribarri Nagusia
Okina
Ajarte
Aguillo
Arluzea
San Vicentejo
Ascarza
Uzquiano
Doroño
Arrieta
Markinez
Sáseta
UrartePáriza
Laño
BajauriObécuri Urturi
AngostinaNavarrete
Meano
MARAÑÓN
LAPOBLACIÓN
CABREDO
AGUILAR DE CODESAZUELO TORRALBA DEL RÍO
ESPRONCEDA
NAZAR
MENDAZA
SORLADA ETAYO
MUES
ANTZIN
MURIETA
OCO
LOS ARCOS
EL BUSTO
BARGOTA ARMAÑANTZASSANSOL
TORRES DEL RÍO
ARAS
LAZAGURRIA
MENDAVIAARRUBAL
AGONCILLO
VIANA
MOREDADE ÁLAVA
OYÓN-OION
LabrazaBarriobustoYÉCORA/IEKORA
KRIPAN
Viñaspre/Biasteri
ELVILLAR / BILAR
LANCIEGO/LANTZIEGO
LEZA
NAVARIDAS
LAGUARDIA
LAPUEBLADE LABARCA
ELCIEGO
VILLABUENADE ÁLAVA /ESKUERNAGA
BAÑOS DE EBRO/MAÑUETA
SAMANIEGO
El Campillar Assa
Páganos
CENICERO
FUENMAYOR
Laserna
BAÑOS DE EBRO/MAÑUETA
ABALOS
SAN VICENTEDE LA SONSIERRA
TORREMONTALVOSAN ASENSIO
Ribas de Tereso
GIMILEO
BRIONES
RODEZNOZARRATÓN
HARO
Briñas
HORMILLEJA
HERVIAS
BAÑARES
CASTAÑARESDE RIOJA
CASALARREINA
CUZCURRITA DERÍO TIRÓN
TIRGO
ANGUCIANA
SAJAZARRA
VILLALBA DE RIOJA
GALBARRULI
Baroja
Albaina
Mesanza
Faido
Samiano
Torre
San Martín de Galvarín
Pedruzo
Argote
Saraso Ogueta
Marauri
Dordoniz
FrancoArmentia
Arana
Moscadorde Treviño
San Martín ZarTaravero
Moraza
Zumento
Villanueva Tobera
Araico
GrandivalOzana
Muergas
AñastroCucho Treviño
GolernioOcilla y Ladrera
Zurbitu Meana
Villanuevade la Oca
Lapuebla de Arganzón
Busto de Treviño
San Estebande Treviño
Burgueta
Pangua
Tobera
Santurde
Mijancas
Lacervilla
Escanzana
Portilla
Ocio
Berganzo Payueta/Pagoeta
PEÑACERRADA/URIZAHARRA
Montoria
Loza
Pipaón
Salinillas de Buradón/Gatzaga Buradón
Santa Cruz del Fierro
PIEDRAMILLERA
VillaverdeLAGRÁN
BERNEDO
Villafría
Ternero
MIRANDA DE EBRO
Ircio
Lacorzanilla
Lacorzana
Rivaguda
PEAJE
Estavillo
Quintanilla dela Ribera
RIVABELLOSA
Igay ManzanosVillabezana Melledes
Antezana dela Ribera
Leciñana dela OcaSan MiguelTuriso
Caicedo-Sopeña
Salcedo
Hereña
Mimbredo Villaluenga
Leciñanadel Camino/Leziñana
MolinillaCaicedo-Yuso
Villambrosa Arreo
Viloria Castillo-Sopeña
Alcedo
Puentelarrá/Larrazubi
Fontecha
Bergüenda/Bergonda
Bachicabo
Zubillaga
Bellojín
Villamaderne
Tuesta
Espejo
Villanañe
Angosto
Barrio
Barrón
Atiega / Atiaga
SALINAS DE AÑANA/GESALTZA-AÑANA
Basquiñuelas
Arbígano
Paúl
POBESAnúcita
NuvillaLasierra
Montevite OllávarreSubijana-Morillas
Morillas NANCLARESDE LA OCA/
LANGRAIZ OKA
IRUÑA DE OCA/IRUÑA OKA
Subijana de Álava/Subillana Gasteiz
Víllodas
Trespuentes
Eskota / Axkoeta
Ormijana
Aprikano
Uribarri-Kuartango
Artaza / Artatza
Villamanca
Urbina de Basabe
MarindaSendadiano
ZUHATZU-KUARTANGO
Urbina Eza
Etxabarri-Kuartango Hueto Abajo-Oto Barren
Mártioda
Mendoza
Ullibarri-Viña/Uribarri-Dibiña
Mandojana
Legarda
Guereña
ForondaHueto Arriba
Tortura
Katadiano
Anda
Abornikano
Andagoia
Luna
ArchúaSanta Eulalia
IñurritaGuillarte
GuineaKarkamu
Osma
Astúlez
Caranca
Mioma
VILLANUEVADE VALDEGOVÍA
Fresndea
Basabe
Valluerca
Quintanilla
Acebedo
Pinedo
CorroTobillas
Bóveda
Valpuesta
San Millán deSan Zadornil
Gurendes
Arroyo deSan Zadornil
SAN ZADORNIL
Villafría
Lalastra
Ribera
Quejo
Nograro
JURISDICCIÓN DESAN ZADORNIL
Pedrosa de Tobalina
Ranedo
Herrán
Promediano
QUINTANA - MARTÍN GALINDEZ
VALLE DE TOBALINA
Santocildes
Montejo de Cebas
FRÍAS
Tobera
Santa M.ªde Garoña
Barciña del Barco
S. Pantaleón de Losa
VALLE DE LOSA
Lahoz
Villamardones
Ranera
Sobrón
LANTARÓN
AÑANA RIBERA ALTA/ERRIBERAGOITIA
VALDEGOVÍA/GAUBEA
BERBERANA
SANTA GADEA DEL CID
LANTARÓN
COMUNIÓN
RIBERA BAJA/ERRIBERA BEITIA
ARMIÑÓN
Jokano
KUARTANGO
Llorengoz
Villaño
Villalba de Losa
Ziorraga
Lejarzo
Añes
LARRABETZU
IRURAIZ-GAUNA
ARRAIA-MAEZTU
VALLE DE ARANA / HARANA
BERANTEVILLA
ZAMBRANA
LABASTIDA /BASTIDA
AYALA/ AIARA
OKONDO
AMURRIO
Fuidio
San Cristóbal888 Toloño
1254
PEÑACERRADA-URIZAHARRA
Jaunden1035
Eskamelo1292
Cerrvera1384
Recilla1381
Palomares1446 Cruz del Castillo
1432
Semendia1042
Peña del León1391
San Tirso1384
Peña Alta1243
Puerto de Bernedo990
Joar1416
Costalera1251
Cruz de Alda1120
San Cristóbal964
Bitigarra1169
Hornillos994
San Cristóbal1145
Murube1135
Arrigorrista1143
Achuri1104
Santa Elena1110
Puerto de Azáceta890
Itxogana1062
Indiagana1101
Arraialde1044Capilduy
1175
Izarza
Almurrain879
Puerto de Okina850
Pagogan1029
San Justi1028
San Cristóbal1057
Mantxibio937
Soila990
Muela1056
Arburu1046
Ballo1197
Legumbe1113
Olano1082
Arbarain1118Albeiz
1012
Umandia1012
Allarte1244
Aratz1445
Pinpil1276
Malkorra1242
Artia1175
Aumategi1190Mugarriluce
1109
Elgeamendi943
Usakoatxa912
Puerto de Arlabán616
Albertia868
Jarindo896
Puerto deCruceta
700
San Adrián813
Murugain778
Tellamendi835
Orisol1130
Motxotegi716
Motxetegi816
Oketa1031
Eribe695
Berretín1226
Burbona935
Gorbeia1482
La Liana866
Chinchularra845
Puerto de Altube630
Atxabal896
Armikelo888
Amaritu787
Cruz de Ganalto898
Puerto deAiurdin
680
Lorricho1023
Oteros1036
San Vítores892
Tuyo805
Tuyo
Montemayor734
San Formerio752
DESOJO
LABASTIDA
ELGOIBAR
AZKOITIA AZPEITIA
SORALUZEPLACENCIA
Arriano
B I Z K A I A
B I Z K A I A
G I P U Z K O A
ALEGIA
ZUMARRAGA
A-4623
A-2602A-4625
A-3636
A-4624
A-2604
A-3634
A-624
A-4621
A-3641
A-3641A-624
A-3624
A-3626
A-4620A-4618
A-4619
A-3630
A-4622
A-3622
A-3620
A-4609
A-4610A-4612
A-3618A-4614
A-4615
A-4613
A-3931
A-625
A-3638
A-3632
A-4616
BI-2522
A-4603
A-3616
A-4602
A4601
A-624
A-625
A-4604
A-4423 AP-68
A-4421
A-2521
A-4422
A-4608
A-4907
A-4605 A-4906
A-2625
A-2522
A-4418
A-624
A-3612
A-4419
A-4420 A-4415
A-4417
A-4416
A-4414
A-4413
A-4356
A-3314
N-622 A-3600
A-3600
A-3610
A-4412
A-4411
A-4410
A-4407
A-4408
A-4409
A-3608
A-3608
A-4404 N-240
A-4403
A-4016
A-3006
A-4402
A-4401
A-627
A-3014
A-4011
A-4028A-4010
A-4009
A-4027
N-240
A-3604
A-4405
A-3601
A-4406
A-4307
N-622
A-4312
A-4311
A-4313
A-4309A-4310
A-3302
A-3606 A-4308
A-3302
A-3302
A-4359
A-4358
A-4314
A-4302
A-3302
A-4345
A-4303A-4360
N-102A-4163
A-4164A-4101
A-4102 A-3
102
A-4132
A-4128
A-2124
A-4127
A-4126
A-132
A-4119
A-4118
A-4117
A-4120
N-104
A-2130
A-4107
A-4159
A-4121
A-3110
A-3112
A-3010
A-4002
A-3108
A-4134
A-4003 A-4004
A-4108
A-4013
A-4014
A-3012
A-4012
A-3022A-4015
A-4005
A-1A-4109
A-4110 A-3100
A-3016
A-3016
A-3012
A-4019
A-3018
A-4007
A-4017
A-4018
A-3012
A-4115A-4116
A-3020
A-4020
A-3138A-4158
A-4114
A-1
A-4113
A-2128
A-4130A-4112
A-4112
A-4141
A-4140
A-4111
A-3110
A-4137
A-4138
A-4139
A-4136
A-4135
A-3114
A-4160
A-3116
A-2128
A-3118
A-4131
A-4161
A-2128
A-132
A-126
A-4125A-4124
A-3136
A-4154
A-3136
urre/Ihurre
Aríñez
Arbulo/Arbulu
ELBURGO/BURGELU
28
25
26
27
23
29
33
34
30
31
32
35
40
50
55
57
60
61
62
47
63
36
48
22
24
37
38
39
41
42
43
44
45
46
49
51
52
53
54
5658
59
64
13
16
17
18
19
14
15
5
6
8
7
20
21
1210
9
11
1
2
3
4
S IER
R A D E C A N T A B R I A - TO L O
Ñ O
Km
Río Ugalde

199
Peñalba692
Zaballa632
Idubaltza691
Beraskola666Alto del Pando
547
Puerto de Garate278
Pagonabarra599
Pagolar720
Gallarraga902
Ganekogorta998
Kamaraka795
Areta
Puerto de Trabakua440
Puerto de Elgeta461
Puerto de Kanpazar457 Puerto Deskarga
587Puerto de Mandubia
574
Puerto deEtxegarate
658
Puerto deOtzaurte
652
Arlaba1258
Puerto de Udana574
Aldaia790
Berein782
Puerto de Herrera1100
Belabia970
Cerro Blanco657
Puerto de Vitoria788
Olarizu710
Arbulo581
Arzubiaga543
Araca642
Lendiz850
Urbina698
Puerto de Urkiola700
Puerto de Bikotx604
Puerto de Barazar604
Puerto de Zaldiaran780
Arrieta999
Zaldiaran978
Busto976
Cerro901
Sesturri790
Txulato946
Atxabal1172
San León1228
Las mugas589
Quintanilla673
Atalaya568
Somo902
Atalaya907
Cantoblanco1009
Cotorrillo1084
Montemayor1103
Arantxaga923
Kruzeta1171
Repico1188
Peña Alta1108
Olvedo930
Peña Risca1006
Costoria1032
Alto del Corral842
Puerto dela Barrerilla
497
San Pedro709
Astobiza577
Elorritxugana721
Escoritas639
Peregaña625
Eskutxi1185
Unguino1105
Urieta1133 Tologorri
1068
Babio582
Puerto de Orduña880
Peña Lisa973
Alto del Rodi1031
Raso1046
Batxikabo1199
Karria1130
Arrayuelas1124
Cueto1367
Mota1315
Vallegrull1126
Lerón1236
Puerto de Angulo700
Arando943
LermandaCastillo
663
VITORIA-GASTEIZ
AskartzaArgandoña
ZerioElorriaga
ArcauteIlarratza
Estibaliz
Matauco
Villafranca
Aberásturi
Andollu
Trokoniz
Hijona / Ixona
Añua
Gáceta
Egileta Erentxun
Gauna Adana
ACILU
Txintxetru
Ullibarri-JauregiUribarri-Jauregi Gereñu
Jauregi
Oreitia
Argomaniz Etxabarri-Urtupiña
Arrieta
Audikana
Dallo
Heredia
Gazeo
Ezkerekotxa
Langarika
AlaitzaEgileor
Arrizala
Alangua
Opakua
Okariz
Munain
Mezkia
AmetzagaAsparrena
Eguilaz-Egilatz
Vicuña / Bikuña
San Románde San Millán / Durruma
Urabain
ORDOÑANA/ERDOÑANA
Albéniz / AlbeizIlarduia Egino
AndoinIbarguren
Puerto de Opakua1020
Iturrieta
Kontrasta
EturaGebara
HermuaLarrea
Zuhatzola
Barria
NarbaizaAspuru/Axpuru
Zuazo de San Millán/Zuhatzu Donemiliaga
Gordoa
Luzuriaga
Galarreta
Arriola
ZALDUONDO
ASPARRENA
ASPARRENA
SAN MILLÁN/DONEMILIAGA
ARAIA
SALVATIERRA/AGURAIN
IRURAIZ-GAUNA
ALEGRÍA-DULANTZI
ALEGRÍA-DULANTZI
Maturana
Mendíjur
Urizar
Garayo
OZAETA
BARRUNDIAElgea
Marieta
LarrintzarNanclaresde Ganboa/
Langara-Ganboa
UllíbarriGamboa
Arroiabe
Mendibil
Amárita
LandaGoiainUrrunaga
Nafarrate
Betolaza Urbina
Luko
Ziriano
Miñano Mayor/Miñao
Retana
DURANA
ARRAZUA-UBARRUNDIA
Ullíbarri-Arrazua
ArzubiagaGamarraMenor
Zurbano/Zurbao
Aránguiz / ArangizAbetxuko
Antezanade Foronda
Mendiguren
Etxabarri-Ibiña
Mendarozketa Miñano Menor/Miñao Gutxia
Apodaka
Artaza de Foronda
Letona
GOPEGI
Murua Acosta / Okoizta
ZestafeLarrinoa
Eribe
BuruagaBerrikano
Ondategi
Manurga
Olano
Zárate
ZaitegiJugo
Markina
Sarria
MURGIABitoriano
DomaikiaAperregi
Lukiano
Gilierna
Ametzaga (Zuia)
Altube
Larrazketa
BeluntzaIZARRA
Abezia
Ondona
Goiuri
Oiardo
Apreguíndana /Apregindana
URKABUSTAIZ
Uzkiano
Unzá / Untzaga
Artómaña
Delika
Aloria
Inoso
Paul
Tertanga
ORDUÑA
Lendoño AbajoLendoño Arriba
LekamañaSaratxo
Lezama
MendeicaBelandiaAgiñaga
EtxegoienMadaria
SalmantónMaroño
MenoioOzeka
Lujo Luxo
IzoriaOlabezar
RESPALDIZA/ARRESPALDITZA
Murga
Zuaza /Zuhatza
Menagarai
BeotegiRetes deLlanteno /
Erbi
Sojo
Costera/Opellora
Sojoguti / SoxogutiLlanteno
Campijo
Santa Koloma
Orrantia
MendietaRetes
de Tudela /ErretesTudela
Gordeliz
ARTZINIEGA
El Berrón
BALMASEDA
Peñueco
Otxaran ZALLAAranguren
GUEÑES
Sodupe
GORDEXOLA
AvellanedaBezi
ArroyosCarral
GARAPE/SOPUERTA
GALDAMESARTZENTALES
Palacio
El Suceso
Biañez
Ambasaguas
CONCHA
VILLAVERDE TURTZIOZ
Nava de Ordunte
Hormes
VILLASANA DE MENA
VALLE DE MENA
Cadagua
Viergol
Santa Olalla
Relloso
Villabasil
Oteo
Momediano
Villaventin
QUINCOCES DE YUSO
Río de Losa
Cozuela
Quejana/Kexaa
Angulo
Luiaondo
Murueta
LLODIO / LAUDIO
Onsoño
Larrinbe Baranbio
OROZKO
ARAKALDO
Bengoetxea
ZUBIAUR
ZEBERIO
Areiltza-Olatzar
ArkulandaZeberiogana
Ereñotza
Etxazo
Ibarra
Berganza
ARRANKUDIAGA
UGAO-MIRABALLES
Zollo-Elexalde
ARRIGORRIAGA
ZARATAMO
GALDAKAO
ArkotxaUsansolo
BEDIA
Zaramillo Arbuio
BILBAO
ALONSOTEGI
BASAURI
LEMOA
AMOREBIETA-ETXANO
BoroaErletxe
Etxano
San Migel
Euba
Bernagoitia
IGORRE
ARANTZAZU
Gorozika
Aiuria
Gerrikaitz
Bolibar
GARAI
IURRETA
Oromiño
DURANGO
IZURTZAABADIÑO
MAÑARIA
BERRIZ
MALLABIA
Berano
ERMUA
ZALDIBAR
ELORRIOApatamonasterio
Axpe
Arraño
DIMA
ARTEA(Gaztelu-Elexabeitia)
AREATZA
ZEANURI
Indusi
OTXANDIO
Gantzaga
Etxaguen
Arexola
Uribarri
IBARRABarajuen
Etxaguen(Zigoitia)
San Pedro
Ollerías / Ollerieta
Elosu
Arriola
ARAMAIO
ZIGOITIA
ZUIA
LEGUTIANO
UntzillaAlzaga
Azkoaga
SuñaOlaeta
ESKORIATZA
ARETXABALETA
ARRASATE/MONDRAGÓN
San Prudentzio
Zubillaga
BERGARA
ELGETA
EIBAR
ETXEBARRIA MENDARO AIZARNAZABAL
ERREZIL
BEIZAMA
URRETXU
Ezkio-Itsaso
ANTZUOLA
LEGAZPI
OÑATI
Olabarrieta
TelleriarteGaragaltza
ArantzazuLEINTZ-GATZAGA
ZEGAMA
ZERAIN
MUTILOA
SEGURA
IDIAZABAL
Goialdea
ORMAIZTEGI
GABIRIA
Iurre
BEASAIN
ORDIZIA
LAZKAO
OLABERRIA
ATAUN
Lazkaomendi
ALTSASU
OLAZTI
Ziordia
LARRAONA
ARANARACHEEULATE
SAN MARTIN
Onraita/Erroeta
Róitegui/Erroitegi
Musitu
IbisateArenaza/Areatza
Aletxa
Cicujano/Zekuiano
SabandoLeorza/Elortza
MAESTU/MAEZTU
Azáceta
Berroci
Vírgala Mayor/Birgara Goien
VírgalaMenor/BirgaraBarren
Apellániz/Apinaiz
Atauri
San Vicente de Arana/Done Bikendi Harana
Oteo
Korres Orbiso
Ullíbarri-Arana/Uribarri Harana
ZUÑIGA
Galbarra
Acedo
Antoñana
SANTA CRUZDE CAMPEZO/
SANTIKURUTZEKANPEZU
Bujanda
GENEVILLA
San Románde Campezo /Durruma KanpezuQuintana
CAMPEZO/KANPEZU
ALDA
Arriaga Betoño
Gamarra Mayor/Gamarra Nagusia
Junguitu/Jungitu
Arkaia
Otazu
Gamiz
Bolívar
Arechavaleta
MendiolaGardelegiLasarte
Berrosteguieta
Castillo/Gaztelu Monasterioguren
Armentia
Zuazo de Vitoria/Zuhatzu
Crispijana/Krispiñana
Ali / Ehari
Lopidana
Aeropuertode Foronda
Estarrona
Asteguieta
Gobeo
Gometxa
Eskibel
Zumelzu / Zumeltzu
Margarita
Lubiano
Ullibarri de los Olleros/Uribarri Nagusia
Okina
Ajarte
Aguillo
Arluzea
San Vicentejo
Ascarza
Uzquiano
Doroño
Arrieta
Markinez
Sáseta
UrartePáriza
Laño
BajauriObécuri Urturi
AngostinaNavarrete
Meano
MARAÑÓN
LAPOBLACIÓN
CABREDO
AGUILAR DE CODESAZUELO TORRALBA DEL RÍO
ESPRONCEDA
NAZAR
MENDAZA
SORLADA ETAYO
MUES
ANTZIN
MURIETA
OCO
LOS ARCOS
EL BUSTO
BARGOTA ARMAÑANTZASSANSOL
TORRES DEL RÍO
ARAS
LAZAGURRIA
MENDAVIAARRUBAL
AGONCILLO
VIANA
MOREDADE ÁLAVA
OYÓN-OION
LabrazaBarriobustoYÉCORA/IEKORA
KRIPAN
Viñaspre/Biasteri
ELVILLAR / BILAR
LANCIEGO/LANTZIEGO
LEZA
NAVARIDAS
LAGUARDIA
LAPUEBLADE LABARCA
ELCIEGO
VILLABUENADE ÁLAVA /ESKUERNAGA
BAÑOS DE EBRO/MAÑUETA
SAMANIEGO
El Campillar Assa
Páganos
CENICERO
FUENMAYOR
Laserna
BAÑOS DE EBRO/MAÑUETA
ABALOS
SAN VICENTEDE LA SONSIERRA
TORREMONTALVOSAN ASENSIO
Ribas de Tereso
GIMILEO
BRIONES
RODEZNOZARRATÓN
HARO
Briñas
HORMILLEJA
HERVIAS
BAÑARES
CASTAÑARESDE RIOJA
CASALARREINA
CUZCURRITA DERÍO TIRÓN
TIRGO
ANGUCIANA
SAJAZARRA
VILLALBA DE RIOJA
GALBARRULI
Baroja
Albaina
Mesanza
Faido
Samiano
Torre
San Martín de Galvarín
Pedruzo
Argote
Saraso Ogueta
Marauri
Dordoniz
FrancoArmentia
Arana
Moscadorde Treviño
San Martín ZarTaravero
Moraza
Zumento
Villanueva Tobera
Araico
GrandivalOzana
Muergas
AñastroCucho Treviño
GolernioOcilla y Ladrera
Zurbitu Meana
Villanuevade la Oca
Lapuebla de Arganzón
Busto de Treviño
San Estebande Treviño
Burgueta
Pangua
Tobera
Santurde
Mijancas
Lacervilla
Escanzana
Portilla
Ocio
Berganzo Payueta/Pagoeta
PEÑACERRADA/URIZAHARRA
Montoria
Loza
Pipaón
Salinillas de Buradón/Gatzaga Buradón
Santa Cruz del Fierro
PIEDRAMILLERA
VillaverdeLAGRÁN
BERNEDO
Villafría
Ternero
MIRANDA DE EBRO
Ircio
Lacorzanilla
Lacorzana
Rivaguda
PEAJE
Estavillo
Quintanilla dela Ribera
RIVABELLOSA
Igay ManzanosVillabezana Melledes
Antezana dela Ribera
Leciñana dela OcaSan MiguelTuriso
Caicedo-Sopeña
Salcedo
Hereña
Mimbredo Villaluenga
Leciñanadel Camino/Leziñana
MolinillaCaicedo-Yuso
Villambrosa Arreo
Viloria Castillo-Sopeña
Alcedo
Puentelarrá/Larrazubi
Fontecha
Bergüenda/Bergonda
Bachicabo
Zubillaga
Bellojín
Villamaderne
Tuesta
Espejo
Villanañe
Angosto
Barrio
Barrón
Atiega / Atiaga
SALINAS DE AÑANA/GESALTZA-AÑANA
Basquiñuelas
Arbígano
Paúl
POBESAnúcita
NuvillaLasierra
Montevite OllávarreSubijana-Morillas
Morillas NANCLARESDE LA OCA/
LANGRAIZ OKA
IRUÑA DE OCA/IRUÑA OKA
Subijana de Álava/Subillana Gasteiz
Víllodas
Trespuentes
Eskota / Axkoeta
Ormijana
Aprikano
Uribarri-Kuartango
Artaza / Artatza
Villamanca
Urbina de Basabe
MarindaSendadiano
ZUHATZU-KUARTANGO
Urbina Eza
Etxabarri-Kuartango Hueto Abajo-Oto Barren
Mártioda
Mendoza
Ullibarri-Viña/Uribarri-Dibiña
Mandojana
Legarda
Guereña
ForondaHueto Arriba
Tortura
Katadiano
Anda
Abornikano
Andagoia
Luna
ArchúaSanta Eulalia
IñurritaGuillarte
GuineaKarkamu
Osma
Astúlez
Caranca
Mioma
VILLANUEVADE VALDEGOVÍA
Fresndea
Basabe
Valluerca
Quintanilla
Acebedo
Pinedo
CorroTobillas
Bóveda
Valpuesta
San Millán deSan Zadornil
Gurendes
Arroyo deSan Zadornil
SAN ZADORNIL
Villafría
Lalastra
Ribera
Quejo
Nograro
JURISDICCIÓN DESAN ZADORNIL
Pedrosa de Tobalina
Ranedo
Herrán
Promediano
QUINTANA - MARTÍN GALINDEZ
VALLE DE TOBALINA
Santocildes
Montejo de Cebas
FRÍAS
Tobera
Santa M.ªde Garoña
Barciña del Barco
S. Pantaleón de Losa
VALLE DE LOSA
Lahoz
Villamardones
Ranera
Sobrón
LANTARÓN
AÑANA RIBERA ALTA/ERRIBERAGOITIA
VALDEGOVÍA/GAUBEA
BERBERANA
SANTA GADEA DEL CID
LANTARÓN
COMUNIÓN
RIBERA BAJA/ERRIBERA BEITIA
ARMIÑÓN
Jokano
KUARTANGO
Llorengoz
Villaño
Villalba de Losa
Ziorraga
Lejarzo
Añes
LARRABETZU
IRURAIZ-GAUNA
ARRAIA-MAEZTU
VALLE DE ARANA / HARANA
BERANTEVILLA
ZAMBRANA
LABASTIDA /BASTIDA
AYALA/ AIARA
OKONDO
AMURRIO
Fuidio
San Cristóbal888 Toloño
1254
PEÑACERRADA-URIZAHARRA
Jaunden1035
Eskamelo1292
Cerrvera1384
Recilla1381
Palomares1446 Cruz del Castillo
1432
Semendia1042
Peña del León1391
San Tirso1384
Peña Alta1243
Puerto de Bernedo990
Joar1416
Costalera1251
Cruz de Alda1120
San Cristóbal964
Bitigarra1169
Hornillos994
San Cristóbal1145
Murube1135
Arrigorrista1143
Achuri1104
Santa Elena1110
Puerto de Azáceta890
Itxogana1062
Indiagana1101
Arraialde1044Capilduy
1175
Izarza
Almurrain879
Puerto de Okina850
Pagogan1029
San Justi1028
San Cristóbal1057
Mantxibio937
Soila990
Muela1056
Arburu1046
Ballo1197
Legumbe1113
Olano1082
Arbarain1118Albeiz
1012
Umandia1012
Allarte1244
Aratz1445
Pinpil1276
Malkorra1242
Artia1175
Aumategi1190Mugarriluce
1109
Elgeamendi943
Usakoatxa912
Puerto de Arlabán616
Albertia868
Jarindo896
Puerto deCruceta
700
San Adrián813
Murugain778
Tellamendi835
Orisol1130
Motxotegi716
Motxetegi816
Oketa1031
Eribe695
Berretín1226
Burbona935
Gorbeia1482
La Liana866
Chinchularra845
Puerto de Altube630
Atxabal896
Armikelo888
Amaritu787
Cruz de Ganalto898
Puerto deAiurdin
680
Lorricho1023
Oteros1036
San Vítores892
Tuyo805
Tuyo
Montemayor734
San Formerio752
DESOJO
LABASTIDA
ELGOIBAR
AZKOITIA AZPEITIA
SORALUZEPLACENCIA
Arriano
B I Z K A I A
B I Z K A I A
G I P U Z K O A
ALEGIA
ZUMARRAGA
A-4623
A-2602A-4625
A-3636
A-4624
A-2604
A-3634
A-624
A-4621
A-3641
A-3641A-624
A-3624
A-3626
A-4620A-4618
A-4619
A-3630
A-4622
A-3622
A-3620
A-4609
A-4610A-4612
A-3618A-4614
A-4615
A-4613
A-3931
A-625
A-3638
A-3632
A-4616
BI-2522
A-4603
A-3616
A-4602
A4601
A-624
A-625
A-4604
A-4423 AP-68
A-4421
A-2521
A-4422
A-4608
A-4907
A-4605 A-4906
A-2625
A-2522
A-4418
A-624
A-3612
A-4419
A-4420 A-4415
A-4417
A-4416
A-4414
A-4413
A-4356
A-3314
N-622 A-3600
A-3600
A-3610
A-4412
A-4411
A-4410
A-4407
A-4408
A-4409
A-3608
A-3608
A-4404 N-240
A-4403
A-4016
A-3006
A-4402
A-4401
A-627
A-3014
A-4011
A-4028A-4010
A-4009
A-4027
N-240
A-3604
A-4405
A-3601
A-4406
A-4307
N-622
A-4312
A-4311
A-4313
A-4309A-4310
A-3302
A-3606 A-4308
A-3302
A-3302
A-4359
A-4358
A-4314
A-4302
A-3302
A-4345
A-4303A-4360
N-102A-4163
A-4164A-4101
A-4102 A-3
102
A-4132
A-4128
A-2124
A-4127
A-4126
A-132
A-4119
A-4118
A-4117
A-4120
N-104
A-2130
A-4107
A-4159
A-4121
A-3110
A-3112
A-3010
A-4002
A-3108
A-4134
A-4003 A-4004
A-4108
A-4013
A-4014
A-3012
A-4012
A-3022A-4015
A-4005
A-1A-4109
A-4110 A-3100
A-3016
A-3016
A-3012
A-4019
A-3018
A-4007
A-4017
A-4018
A-3012
A-4115A-4116
A-3020
A-4020
A-3138A-4158
A-4114
A-1
A-4113
A-2128
A-4130A-4112
A-4112
A-4141
A-4140
A-4111
A-3110
A-4137
A-4138
A-4139
A-4136
A-4135
A-3114
A-4160
A-3116
A-2128
A-3118
A-4131
A-4161
A-2128
A-132
A-126
A-4125A-4124
A-3136
A-4154
A-3136
urre/Ihurre
Aríñez
Arbulo/Arbulu
ELBURGO/BURGELU
28
25
26
27
23
29
33
34
30
31
32
35
40
50
55
57
60
61
62
47
63
36
48
22
24
37
38
39
41
42
43
44
45
46
49
51
52
53
54
5658
59
64
13
16
17
18
19
14
15
5
6
8
7
20
21
1210
9
11
1
2
3
4
S IER
R A D E C A N T A B R I A - TO L O
Ñ O
Km
Río Ugalde

200
Pág 7. De arriba a abajo: Dee Dee Bridgewater en Mendizorroza. Una pareja en un banco de la plaza
del Machete. El parque del Prado. Antoni Juan.
Pág 8 y 9. Plaza de la Virgen Blanca. Foto Quintas.
Pág. 12. Palacio Zulueta. Foto Quintas.
Pág. 14 y 15. Vista aérea del casco históricode Vitoria. Foto Quintas.
Pág. 17. Ciervo en Salburua Foto Quintas.
Pág. 19. Sierra Salvada. Foto Quintas.
Pág. 22. Estatua de Wynton Marsalis en el parque de la Florida. Antoni Juan.
Pág. 24. Santi Ibarretxe en la plaza del Machete. Antoni Juan.
Pág. 26-27. Lillian Bouté en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 29. Malabaristas en el jardín de Falerina.Antoni Juan.
Pág. 30. La trompetista Ingrid Jensen en el teatro Principal. Antoni Juan.
Pág. 32-33. Los Blynd Boys of Alabama enMendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 34. Lyambiko en el teatro Principal. Antoni Juan.
Pág. 36-37. Jimmy Cobb, Vicent Herring, Javon Jack-son y Wallace Rooney en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 38. Raynald Colom en el teatro Principal.Antoni Juan.
Pág. 40-41. Pat Metheny y Charlie Haden enMedizorroza. Antoni Juan.
Pág. 44. Llibert Fortuny en el teatro Principal. Satnley Clarke, Marcus Miller y Victor Wooten
en Mendizorroza. Antoni Juan.

201
Pág. 45. Stefano di Batista. Marcus Miller. Fabrizio Bos-so y Baptiste Trotignon en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 47. Dee Dee Bridgewater en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 51. Lionel Loueke en el teatro Principal.Antoni Juan.
Pág. 52. Alain Touissant en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 53. Jazz at Lincoln Center Orchestra enMendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 54. Wynton Marsalis en Mendizorroza.Antoni Juan.
Pág. 55. Chano Domínguez jaleando a Dan Nimmer en el Jazz a Medianoche en el
hotel NH Canciller Ayala. Antoni Juan.
Pág. 56. José María y Ana junto a Mendizorroza.Antoni Juan.
Pág. 59. Larry Willis en Mendizorroza. Antoni Juan.
Pág. 60-61. Paseo de la Senda. Foto Quintas.
Pág. 64. Iñaki Añua. Cedida por Iñaki Añua.
Pág. 68-69. El Portalón. Foto Quintas.
Pág. 70. Juan Ignacio Lasagabaster en su despacho. Antoni Juan.
Pág. 72-73. “Abierto por obras”. Catedral de Santa María. Foto Quintas.
Pág. 78. Vista de las obras de la catedral através del triforio. Foto Quintas.
Pág. 80-81. Anillo Verde. Foto Quintas.
Pág. 82. María Clé y Naiara Esparza en el Xixilu.Antoni Juan.
Pág. 86-87. La Malquerida, calle de la Correría.Foto Quintas.

202
Pág. 88-89. Pantano de Ullibarri-Gamboa.Foto Quintas.
Pág. 91. Tissue, calle de la Correría número 36.La tienda de María y Paty. Foto Quintas.
Pág. 92. Senén González en el Sagartoki. Antoni Juan.
Pág. 94. Sagartoki detalles: pincho, comedor yexpositor de verduras. Antoni Juan.
Pág. 97. Cuesta de San Francisco. Foto Quintas.
Pág. 98. Iñaki Cacho en Mendiola. Antoni Juan.
Pág. 102. Chuletón a la piedra. Fotografiado ycomido por Antoni Juan.
Pág. 103. Sidrería Mendiola al atardecer. Antoni Juan.
Pág. 104. José Barreira y Anabel de la Fuente.Antoni Juan.
Pág. 109. Salto del Nervión. Foto Quintas.
Pág. 111. Paseo en bici por Sierra Salvada.Foto Quintas.
Pág. 112. Toti Martínez de Lecea en su casa.Antoni Juan.
Pág. 115. Toti y Juli, su madre. Alberto. Toti ysu nieta Nur. Antoni Juan.
Pág. 118-119. Palacio Escoriaza-Esquibel Foto Quintas.
Pág 120. El Portalón. Foto Quintas.
Pág. 122. Paquita Vives en el parque de la Florida. Antoni Juan.
Pág. 124-125. La plaza del Machete desde la iglesia de San Miguel. Foto Quintas.
Pág. 128. Aurelio Martínez y María Ramos en la terraza de la sidrería Mendiola. Antoni Juan.

203
Pág. 130. Iglesia de Alegría-Dulantzi desde lossoportales de la plaza. Antoni Juan.
Pág. 132-133. La torre de los Varona, Villanañe.Foto Quintas.
Pág. 134. Ana Isabel Bravo en la terraza de la sidrería Mendiola. Jimmy Bidaurreta en Alegría-Dulantzi.
Antoni Juan.
Pág. 140. Erausquin y Dolomiti, Antoni Juan. En el centro, restaurente Xixilu. Foto Quintas.
Pág. 141. La Viña, el Tulipán de Oro y El Dólar.Antoni Juan.
Pág. 144-145. Chopera en Salburua. Foto Quintas.
Pág. 146. Juanma Lavín en Laguardia. Antoni Juan.
Pág. 150-151. Viñedos de Alava. Foto Quintas.
Pág. 154-155. Garza Real. Salburua. Foto Quintas.
Pág. 156. Gorka Ortiz de Urbina frente a la puerta del hotel Silken Ciudad de Vitoria. Antoni Juan.
Pág. 160-161. Bajada de Celedón, plaza de la Virgen Blanca. Foto Quintas.
Pág. 164-165. Plaza del Machete, asador Machete. Foto Quintas.
Pág. 166. David Quintas. Antoni Juan.
Pág. 168-169. Mendixur. Foto Quintas.
Pág. 172-173. Observatorio en Salburua. Foto Quintas.
Pág. 176-177. Salburua nevado. Foto Quintas.
Pág. 178-179. Edificio Ataria, Salburua. Foto Quintas.
Pág. 181. Posada de los Arquillos.Cedida por Resu Díaz de Garayo.

204