lle la histobia

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. . DEL ESIU DlO llE LA HISTOBIA. --

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. .

~l ILID.l 1I DEL ESIUDlO

llE LA

HISTOBIA.--

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. ... .

ORACIONINAUGUR AL ,QU

El LA SOLEm lPERIllU RE ¡¡¡[DIOS

DEL AÑO 1848 4 184 9

DIJO

EN LA UNIVERSIDADDE R,uICELONA

a.iJti1lG, ~ la Rn! A.adtml1 la! la 8Ltw. premiarlo C OI¡ hiI.ui1dtrFrInti'lUde. de3ar.lloilil J !l:¡¡n¡.

~m de JaR!i1 J distiapidJ ~JI..'It I!! (;rl¡¡ lll, utedriJco lE HiElGria, etc. f~.

B.lR CELOH.

LlIP RFJWTA DE. TOn.í.S GORt::IIl!i ,(l ile del Cánm , jUlo á lar. imsidad.

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, .

• •

H¡,e: qu~ red!rJden en promnGdi lo. hiJO! lo!d61rL'SS p.crcidD.l fOt lD.l pldms Yel !J,¡;¡plo de hl~randfl tal'Mle;, f! ~ ~bjt!o de 1l hls:oria.

( ...... . t ·... ... .

[$([lE\lISIUO $[\on.

SI al hablar por primera vez ante tan esclarecidaAcademia tuviera 8010 en cuenta la magnitud del em­peño y la insuficiencia mie , [qué mucho que la des­confianza embarga ra mis palabras ! pero fortalece midnimo otra consideracion de mas momento , 1 es lade quc al saber acompaña siempre la iudulgcucia.En la vuestra esper é, sencres , desde el punto CH

fine nuestro ilustre y venerando gefc se sirvió hon-

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- G-rarme encargándome la inaugural del añoescolar quecomienza en este día.

:\0 es la solemnidad presente como juzgarán qui­zás algunos un acto sin importancia y sin resultados.Cada \'CZ que se celebra abre una era nueva á losprincipales ramos de las ciencias y las letras; es unfasto memorable en los anales universitar ios; reuneá todos los que nos dedicamos á la enseñanza: losalumnos antiguos cuentan por el número de estosactos los <I iJOS de su carrera, )' los (Iue por primeravez pisan estos umbrales conocen eu UII solo instanteá todos los profesores, á quienes deberán m ilustra­cion l mucha parte de las distinciones r de la gloriaque con el tiempo adquirirán entre sus conciudada­nos. Ingresan estos j óvenes en la sociedad de queloan á ser miembros; l al vernos á todos juntos J ro­deados por ellos se consideran Ja como individuos deesta dilatada fami lia , cUJos rfnculos son el comunamor á la sabiduría, J el efan de ser con el -consuelo,el consejo )- el remedio út iles á la humanidad en­tera . li é aqui, senores , en último resultado el ob­jeto de las ciencias : unas como principales J á guisade ausihares otras, se proponen hacernos ó mas bue­nos ó mas felices: el conocimiento de todas llevado¡i su Illa)'or altura haria á los hombres óptimos J di­cbosos : su falta absoluta traer ia la perversidad J ladesgracia.

La teología que tiene por objeto á Dios , es comoun destello de su esencia divina , una especie de co-

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-, -muuicacion del Criador con la criatura , es el cono­cimiento mismo de Dios ; conoc imiento que trae con­sigo el amor á Dios , e l respeto hácia Dios , el deseode Dios, 1 la, eficaz voluntad de ser de Dios , comoprincipio 1 fin de todas las cosas, y como punto ádonde van á concentrarse todos los amores que ror­mau el vínculo de la creaci ón ente ra .

Después de la teología ocupa un lugar IIIUYlevan­tado la jurisprudencia, emanacion divina tambien ,porque la ju sticia de Dios es , y Dios es la j usticia detodas las naciones r de todos Jos siglos; j usticia que

después de juzgar uno á uno atodos los individuosde l ge nero humano , ha señala do el grande dia en queDios ayunter é á todas las gentes para juzgar lÍ la hu­manidad entera. Imagen de esta eterna justicia es enla tierra el hombre perito en e l derecho, tí quien lasociedad confia el sagrado depósito de las fortunas )de las "idas, el castigo del crímen, J el descubri­miento ) la represión de las malas artes con que sedisfrazan los intentos del usurpador aleve. Ese hom­bre es el único ( 1)0) 0 de la inocencia oprimida J el

perseguidor del crímen ; su YOZ ampara al débil )" alignorante, J t ruena contra el inicuo que atenta á losderechos de Dios poniendo asechanzas á la vida desu hermano. La justicia huma na representada yejer­cida por el jurisperito es el símb olo de la divina ~ )el áncora d e ,esperanza en medio de las horrendashorrase as de las naciones.

He rmana de las anter iores es la medicina ~ re pa­:2

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- 8-radera del descaecimiento físico del hombre, encar­gada de sostener nuestra flaqueza. de rechazar losataques que la de súbito l frente á frente, la conatentados pasos y maligno disimulo nos dirige lamuerte ; r de arrancarnos de sus brazos hasta la horaque Dios señala por término de nuestra existencia.Ejerc ida Ilor Jos sacerdotes en remotos siglos, saliódel templo revestida de un car écte r augusto que lahizo tan venerable , cual merece serlo qu ien disputala conservación de la humanidad al terrible fall o l¡Uela condena tÍ ser destr uida en el indi viduo mientrasen la universalidad se perpetúa.

Unidas estas ciencias rOrm1J D el augusto secerdo­cio de la humanidad , encargado de darle remedioen las enfermedades, consejo en las desgracias , lconsuelo en las angustias de la vida J en el espanta­ble trance de la muerte . Entre las tres guian al hom­bre en la tierra l' le eeompaüen basta las puertas dela ete rnidad, en la cual no ha menester ni remedio.ni consejo , ni consuelo,

A las tres sine de indispensable fundamento la fi­losofía, q ll~ describiendo los mundos , esplicando losfenómenos de la creacion , descifrando las propieda­des de los cuerpos, esponiendo las verdades capitalesde la religion , sentando los prin cipios de la moral ,fij ando los preceptos del biendecir, evocando del ol­vi do los fastos de las generaciones pesadas , descn­briendo los arcanos de nuestro entendimiento y en­serrando el habla de los contempor áneos y de los

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- 9-predeeesores , ejerc ita la memoria , desenvuelve lacomprensiou J dispone la inte ligencia para que abar­llue ~. conciba las profundas J vastas especulacionesde las ciencias. De su falta ó de su reducción tí es­t rechos límites se han resentido no IIOCOS hombresque al dedicarse á las letras la en contraro n mal com­prendi do, peor esplicada , y hasta proscr ita casi óenvue lta en intrincadas cuestiones de escolast icismo .úti les para ngu1.ar el ingenio de los ergotistas y su­tilizar algunas verdades, pero ineficaces par a sen il'de hase á una ilustración bien entendida y completa.Xc lo dcsconocia e l Gohierno al acometer e l arduatarea de regenerar el sistema de enscnanza, y por estodió latitud tí los estudios filosóficos ; únicos capac.es ocpreparar á los j óvenes que desean consagrarse al re­medio ~ al consejo y al consuelo de la gran familia

humana .Al ensanchar el círculo de la filosofía , muy dis­

tinguida fue la Historia , á cuyo cargo corre presen­tar á nuestros ojos e l mundo pasado , 1 esclarece r lastinieblas del venidero , Hejo su jurisdicci ón caen to­das las carrcrras , es necesaria á cuantos se ded icaná ellas, J no solo á escs , mas tarnbien á los que sinprofesar las compre nden que el saber "ale algunacosa ~ }. que 111. vida ofr ece pocos encant os al que 110

adulzora con el estudio sus continuas amarguras.Porque la Historiu , seüores , no es solo el relato delas catást rofes del mu ndo y de los trastornos de lasnaciones , sino e 1 cuadro de todas las miser ias de la

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humanid ad )' de sus glorias todas, l la completa es­posición de los esfuerzos de la inteligencia human a.Entre los aconte cimientos de los pueblos y la suert ede las ciencias, letras y artes hay en lace tan íntimo,'lue por aquellos se esplican estas , J por estas 3flue­110 5 ; de manera que sabida la historia de UII imperiopuede el hom bre pensador y filósofo escribir al ladod..e esa historia la de sus ciencias y sus ar tes. Todoeso se engrandece á un tiempo , y todo decae j untor se aniquila.

Cuando la Historia describe el poder de Israel soel cet ro de Salomon, no puede callarnos la gloria delas artes en esa época misma en f¡Ue se levantaba eltem plo de J erusalen: J' al pinta r la cau tividad delpueb lo de Dios en Babilonia , nada dice de ciencias Jartes porque unas )' otras en la esclavitud bailaronsu tumba. Al referir la importancia que alcanzó laFen icia, nos descubre la vesta estension de su indus­tria }" de su comercio, J vernos como sus buquessurcan todos los mares aportando siempre á coloniasdependientes de esa metrópoli.

Las ICJes de Salan figuran al lado de un graucamb io politice en Atenas ; J al examinar la Histor ialas causas quc dieron tan to poder á Espar ta las en­cue nt ra en su legislación J en las costu mbres hijasde ella. El siglo de P éricles , que es el período de lagrandeza de Ate nas, lo es del apogeo de 1M artes.y aquel en que queda ron sen tados los eter nos pr in­cipios de la medicina por el gra nde Hipdcrates , ora-

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culo de la ciencia l esclarecido asesor de cuantos sededican al alivio de la humanidad doliente. Cuandola Grecia degenerada l falta del patriotismo que ledió existencia l fuerza no se avergüenza de ser pro­vincia romana , deja arre batarse las obras de susartes, porque las artes perecieron con la dignidad lla independencia griegas.

Vino un tiempo en que el imper io romano regidopor el grande Octavio, despues de someter ó sus le­Jes á ciento veint e millones de hombres , sacio detriunfos l agobiado por la gloria giró Jos ojos en tor­no, y no viendo mas pueblos á donde llevar sus águi­las victoriosas proclamóse señor del universo y reposósobre los laureles que babia amontonado. La Historiano satisfecha con esponer esas glorias militares abreotra página, l vernos que las bellas artes levantabanentonces los monumentos que convirt ieron en Homade mármol la que era Roma de ladrillo; que el pri­mer poeta del Lacio cantaba el divino origen de losCesares ; que lI oracio describía las costumbres de sutiempo, J ensalzaba la filosofía de Epicuro ; (Iue TitoLirio rerestia la Historia con el carácter grave que lecor responde; que Celso despues de haber recorridola Grecia J hecho grandes esperimentos publicaba ..1resultado de sus observa ciones médicas; ljUe Vitrubioanalizaba la arquitectura de los antiguos; que la ju­risprudencia, cuya perfeccion acata el universo ente­ro, era p accesible á todas las clases ; J qne Octavioencumbraba la dignidad del jurisconsulto haciéndole

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interprete de las leyes, l dando sanci ón legal á. sus

inte rpretaciones .Se estremeció el imperio á la muert e de Augusto

por verse á merced del déspota y crudclísimo Tibe­rio; y mas y mas le borrorir é el contemplar sen tados

en el solio a l loco Calígula, al impío Xeron , )' traseste á los desleales que se ciner on una diade ma sal­picada con la sangre de sus degollados predecesores.Prolijo fuera ir citando uno por un o los impera ntescuyas abominaciones prostituyeron el tro no, y fi jarel número de los que lo asaltaron con el pune! en lamano, hasta los dias e n que ese tr ono convertido e noprobio file comprado en pública subasta . En eselargo y ,-ergonzoso período se presenta de tiempo eutiempo un mouarce digno de regir e l ce tro de l mu n­do ; como si la Providencia lo encumbrara de propé­sito para hacer resaltar la avilantez r la abyección delos otros . ¿Y cuál es entonces la sue rt e de las cien­cias, de las letras y de las ar tes? Decaidas desde lamuerte de Octav¡o, solo de tarde en tard e en los rei- 'nades de Vcspa siano , l tadria no , ) la rco Anrelio ,Alejandro Severo, Fili po el pedre, Teodosio y Jll st i­niano ar rojan alguna chispa que se apaga al escalarel solio los indig nos sucesores de esos monarcas. l'orfortuna babia levantado ya la cabeza el cristianismo,'lve lucha ndo con la . filosofía pngona Iaustuosa­mente establecida en Alejandría , ensenaba aSil la­do los misterios de la fe r las ciencia s humunas, yacabó por echar abajo la escuela ecléctica que S05-

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t U \'O con encarnizamiento los prin cipios neoplató ni­cos. In útil fue que Juliano tratase de rehacer la mo­ribunda enseñanza de Alejandría ; su brillo se ibaestinguiendo cual el de la escuela de Atenas, y lasdos murieron juntas en el reinado de Teodesio. Lascie ncias , las letras y las artes romanas acabaron por­que terminó el imperio; y aparecieron las ciencias ,las let ras y las artes cristianas porqu e el cristia nismose alzaba prepotente abarcando el universo que fue deHoma. La Historia nos revela la nueva direccion dela inteligencia humana , cual nos descubre la suertede la ciudad eterna, y la sue rte de la religi ón llre­

diceda flor J esucristo.El devastador torre nte del Nort e que se precipit a

sobre Homa para venga r los ultrages que Roma hizoal mundo, siembra la desolación I la muerte: lasruines del imperio amasadas con sangre cubre n suvasta superficie, ybajo el fatal rasero que por sobrede ese impe rio (.asan los bárbaros, quedan sumidosen profundo caos los pueblos todos. En ese caos lentre esas r uinas se hallan también las ciencias y lasartes , que saldrá n de allí vueltas á su infancia } des­conocidas cuando de esas ruinas broten naciones quenunca hasta ahora hall existido. liara su constitucionaprovecharán estas algunos res tos del imperio hun­dido, y dándoles nue va forma los har án servi r parasus planes. Oc la misma manera.aparece rén las cien­cias y las artes conservando resa bios de Sil carécter

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-14 -antiguo J marcadas con el sello de barb arie pro­pia del siglo en que renazcan .

Pero h é aqu í ' Iue transcurridos los pri meros tiempo sde des érden J de horrores, viene al mun do un vare nde poderosa inteligen cia que dominando á los hom­bres}' á las cosas esclarece ese caos, yaspira a res­tablecc"r el muert o imperio romano. E n esos mismosdias las ciencias y las artes asoman por entre escom­bros , ven alguna luz en el universo , y alentadas porCarlornagno ensayan sus débiles fuerzas luchand ocontra la ignora ncia impunemente entronizuda. Todocorre á la par; y si los sucesores de Carlomagno he­redaran el genio de este, el saber humano habr iallegado á mas altura.

De entre los repartos de territorio, de entre lasdiscordias en la real estirpe , de entr e las ambiciones'Iue se desplegar on por debi lidad de los rel es, se al­za el agreste l ceñudo feudalismo que pone en armasá todo el imperio. derrama sangre, amontona rui­nas l convierte en cien principados lo que 110 podiaser grande y duradero sino regido por un solo cetro .H éequi otra época infeliz para las ciencias l las ar­tes ; no mueren , es cierto; pero faltas del alientoque les dió Carlomagno , corridas l t ristes huyen delfragor de la guerra ~ buscan caritativo asilo en losmonasterios y aguardan para salir al mundo la horaen que reinen de 1I11e\"O la paz ~ el érden y el go­

bier no, refugiados como ellas bajo la prcteccion de laiglesia. En esos dias funestos si alguna luz brilla en

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-15 -el mundo la derraman los varones que viven en elclaustro ; ellos cultivan las ciencias ; ellos estudianlas letras antiguas ¡lue salvaron del universal nau­fragio ; ellos profesan las artes ; ellos adoctrinan a lainfancia ; ellos consuelan al oprimido vasallo ; ellospacifican á los tur bul entos magnates; ellos estable­cen la tregua de Dios ; ellos dirimen las discordias;su influjo moral va dominando la fuerza; y de esecaos de la edad media y de su fatal espíritu de indi­vidualismo nace por los asiduos esfuerzos del sacer­dote un centro de unidad que se convierte en árbi­tro universal , en soberano director de la sociedad, ren cabeza de la organizacion de las Ilaciones. La ciu­dad que fue metró poli del imper io romano es capitaldel vasto cuerpo de la cristiandad; t los papas, Ro­mre parenles arbitriquc genlium . son el único poderregula r , constante , supremo, y organizador por es­celcncia. El clero cual delegado de ese centro deunidad secunda sus desveles , y la voz de sus miem­bros es la única que proclama la utilidad del saber,porque solo ellos la comprenden.

Llega el dia en que un sentimiento religioso hijode causas cura csposicion seria prolija , _domina ti[os restantes; y los pontífices comprendiendo la Ín­dole de ese senti miento y util izando el brio de [oshombres que lo csperimontan , levantan su voz pode­rosa r lanzan la E uropa contra el Asia para que en­arbole la cr uz en los lugares santos. Al dar ese im­pulso sufocan (te golpe las luchas entre los señores

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-16 -feudales, apagan las guerras de los reyes, arrancande la esclavitud a los pueblos, enfrenan la tiraníade los magnates, ponen en contacto á todos los cris­tianos, convierten casi la Europa en una soja naeiondominada por un mismo pensamien to ; 1 sin predicarlos progre sos de la inteligencia CUl O valor no er acomprendido , alientan esa intel igencia y hacen quese desen vuelva ¡i medida que la unidad crist iana serobustece, y (Iue lras la eonfusion pusodc vu llegando

un período mas claro, mas fijo , mas orde nado. Alcundir esas ideos que tienden á ligar con el vinculode la religiou iÍ los pueblos, á establecer derechosconstantes, á constituir de un modo estable las ila­ciones . á darles paz , órden 1 gobierno, se presen­tan las ciencias y las let ras porque su die era venido.Lanfranc arzobispo de Cantorbery J su sucesor sanAnselmo acometen la tarea de armonizar la fe conla razon : las luchas de Abe lardo con san Bernardointe resan á la cristiandad entera l dispiertan amorpor la sabiduría; reúnense los hombres flue mas laest iman, form an una consti tucion comun , rivalizanen el estud io, se dedican á la enseüa nza : l apare­cen las universidades de Paris , Oxford , Salamanca,Xapoles, Viena, Lisboa, Orleans y jdontpellier : Al­fonso el Sabio publica el inmortal código de las SietePartidas ; escrtbense obras de derecho y de proce di­mient os ; Alberto el Grande esplica la teología , lasciencias natu ral es y la política; seutc Tomás deAquino pasma al universo al profundizar las cuestio-

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- 17-nos teológicas; analiza Scott la fi losofía; Rai mundoLulio abre un nuevo camino á la lógica; Bacon se­para de los estudios te ológicos la filosofía; formaseen la Francia meridional la lengu a de Oc que en loslab ios de los trovadores se consagra á contar el amory las proezas i y en el Nor te nace cual rival suya lalengu a de Oil , primer idioma de los roma nces ca­ballerescos.

Las armas cristianas entre tan to conquistan la Pa-,

lestina ~ fund an un reino en Jerusnten , la geografía

ensancha sus confines, dildtasc para la navegación elámbito de los mares, ábre nse al comercio puertos ymercados nuevos, se hacen públicos los secretos cien­t ñícos que el Asia reservaba , impor ta la industriacien descubrimientos; In fraternidad de los cristianosda origcn a la lengua franca que es la intérprete ge­nera l de Europa ~ Asia J África ; la H istoria renaceen las plumas de Villehardoin, Albcrto de Aix lJoinville , J va adquiriendo robustez , gravedad), fi­losofía hasta llegar al alto puesto en que la colocaFroissard , y mas qlle este su sucesor Commines.

La medicina hubiera marchado con mas velocespasos ano retraerse de su estud io los cristianos, por­~ue en muchos puntos de E uropa, J masen Espartacomenzaron á eje rcerla los miembros de aque lla t ris­te familia agobiada con el peso de un eterno anate­ma. Ellos sin embargo la comprendieron yadelanta­ron, )' entre los mas famosos en la ciencia son dignosde universal res peto Moseh ben l\1ayemon , llamado

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- 18 -com únmente ~la i i mon ides ; Rabbi Joneh ben Gaoaj,Abraham ben "Ieir , Aben Hezra , Rabbi JehudahMosca , médico de D. AlrODSO el Sabio, J otros)'otros , á quienes los reJes de España sobreponiéndo­se al asombradizo vulgo encomendaban la conser ve­cion de su vide. Desvanecidas mas adelante esas preo­cupaciones, la medicina deja de ser patrimonio de unaclase, hdcese genera l su estudio , y l\Iondini de Luz­ri restaurando los estudios anat ómicos abre tÍ la cien­cia nuevo campo y resuelve muchas y Illuy gra l'esdudas .

La arq uitectura ostenta Sil magnificencia, su gus­to , su inventiva l' su espiritualismo en esas inmensascatedrales cuyas aguja s taladran las nubes. El inge­nio escribió sus ideas COD piedras, J las edades moder­nas se corren al comparar los edificios que ellas le­vantan con los monumentos que alzó en esos siglosla fervorosa é inteligente fe de nuestros antepasados.

El grande suceso de las Cruz adas que detuvo pormuchos alíes la invasión turca, próxi ma á sumir laEuropa en un nuevo per íodo de confusi ón y de bar­barie , produjo otros resultados de incalculable tras­cendencia. La supre macía de los papas que armó 'ú lacr istiandad entera fue decayendo á medida (Iue se en­friaba el piadoso espíri tu de la primera cruzada ; elpoder imperial uo supo malgrado sus esfuerzos ocu­par aquel puesto ; dejó de haber en Occidente uncentro político ; las naciones pen saron en afi rmar suconstitucion : y la Europa merced á un cambio pau-

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- 19-latino pero inmenso, ofrece un aspecto totalmentedistinto. A la opresión de la muchedumbre sucede su

liberted : a la insignifícancia de las ciudades su rc­presentación J sus franqui cias ; á la tiranía del feu­dalismo la humillación de los grandes seuores : y alcrecido núm ero de reyezuelos el poder monárqui coque descuella J los domina á todos. Cada nación tie­ne su centro de unidad jle da poder y fuerza, dejan­do para el pueble el poder y la fuerza que bastan áestablece r un racional equilibrio enlre los súbditos Jel monarca; y si la fortuna no coronó de prontoaquel empello de las naciones, la te ndencia héciaese objeto DOfue menos general , ni menos persele­rentes los trabajos para alcanzarlo.

Este gran cambio tI"e en el estado de las nacionesnos descubre la Histor ia hubo de traerlo por fuerzaen las ciencias , en las letras J en las artes ; Jcual si Dios hubier a reservado para esa época dedesenvolvimiento genera l de la inteligencia el ill­vente quc mas podia favorecerl o , nace entonces laimprenta IHlra verter á mares y con una celeridadmaravillosa los adelantos del saber humano. Los hom­

bres dc elevada gerarquía , que perdido el influjo dela fuerza aspiran al de la intelige ncia, unidos ahoracon los de humilde cuna trabajan de acuerdo pa'rael progreso de las ciencias y las letras; y olvidandoel antiguo csclusivismo forman una clase en la cualtlcupa el primer lugar el que mas sabe , Esa clase esaccesible á todo el,mundo , ella abre á sus miembros

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el camino de las conside raciones y los honores, y elpueblo ve con orgullo como sus hijos afil iados en lamisma , defienden en las cortes . en las cámaras 1 enJos parlamentos los derechos de las ciudades y de lospnrticulares , mientra s otros dirigen a una con losre)'es la nave del Estado.

Desde esa época robustas las naciones. termina­das las espantosas avenidas de pueblos, r sumisos lossúbditos á la aut or idad suprem a, cesan la eonlusionl el desorden ; J las ciencias y las letras despliegansu magestuoso vuelo viniendo sus cultivadores á for­mar un cuerpo que alumbrado por e llas rige las na­ciones , lucha frente á frente con la fuerza , y tardeó temprano la vence y la suje ta.

Esta marcha de las ciencias r de las letras de qlU'

solo he presentado un informe esbozo ; esas diferen­cias que ha sufr ido Sil suerte, y lilas que todo lascausas á que esa marcha y esas diferencias se deben ;¿cómo es posible que las comprenda y avalore quienno conoce la Historia ? ¿ Por qué las ciencias r las le­tras retrogradadas á su infancia vivian en los monas­terios cual en ,un caritativo asilo , mientras la arqui­tectura orgullosa, entend ida, filosófi ca y poética á nntiempo levantaba esas iglesias eternas á que la jac­tancia de los modernos siglos no ha silla capaz de darrivales ? ¿ Por qué la ciencia del derecho á quien cu­po el mas pingiie legado de n oma , queda de todopunto sufocada en la invasión de los pueblos bárba ­ros y tarda tanto en dispertar de su letargo ? ¿ V por

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qué en medio de ese letargo aparecen en España elBret'iar iulIl de Alar ico l el Forum judiculll ; ven la luzen Francia las Capitulares de Carlomagno , l fIO!'CC

la Italia las leyes de Teodor ico; códigos lodos imper­fectos , incompletos y saturados de un mismo espíri­tu, siendo tan distintos los pueblos para los cualesse hiciero n? (,Por ( IU~ los legisladores de España sonlos concilios cuando en otras naciones el noble ellrgode hacer lus leyes no se confia al clero :1(; Por (IUe lamedicino que blneonabn de tan augusto oelgcn seveia hum illada y detenido en SIlS I,rogresos , sin em­bargo de ser la ciencia de aplicaci ón mas general )"frecue nte , la única que no reconoce opiniones polí­t icas , divergencias religiosas , mudanzas de gobier­no, ni hace acepciou de personas , estados ~ sexosni edades ?

La Histor ia , señores , y solo la Historia es la queda razón de todas esas anomalías, la única que reve­la esos arcanos , la clave que todo lo esplica. Lasmismas ciencias que esponen los cambios de su res­pect iva suerte, no puede n manifestar sus causas; alllegar á este punto han de pedir ausilio á la Histo­ria , que en su blanca tela nos diseña las vicisitudesde todas las cosas, y las causas y los efectos de esasvicisitudes. Heaqui , scüores , COlDO el estudio de laHistor ia es una necesidad indeclinable para cuantosse dedican á las ciencias , a las letras yá las artes.El gobierno lo ha reconocido ~ y la Historia es hoyuno de los principales estudios de [a fl losoffa.

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-22 -~Ias esta ciencia dentro de cUJa jurisdiccion cae

todo el mundo, no se limita á dirigir su voz á loshombres de letras l' á los ar tistas , sino que hablatambién á los qlle profesan otras carreras. ¿ Hayhombre alguno ti quien no interese saber cual fue lasuerte del g énero humilno , y cuál es la que le aguar­da? Esta suerte abarca á todos los individuos , paratodos puede ser feliz ó adversa , á todos es út il cono­cerla. ¿ Qué ha sido el mundo? ¿ Qué será el mUII­

do ?Quien en cualquiera situec ion de la vida abra

las páginas de la Historia, es imposible <loe no leacon interés su re lato, que no se pasme al ver las ca­tást rofes de las naciones , que no compadezca á loshómhres afanados siempre tras los honores y la glo­ria , para engalanar una vida que es un átomo en la

duración de los t iempos, J que no se convenza de quelas grandezas humanasson una sombra que aparece~pasa, vuela J se estingue . En efecto, señores ~ ¿quése han hecho esos imperios de Asia cuyos ejércitoscubrían el haz de la tierra ~ y curas escuadras t rans­portaron naciones enteras ? (. En dónde estén esosaltos monumentos cUJa cumbre veia 111sol por sobrela regi ón de las nub cs P Ese lujo ~ esas riqueza!',esos festines de todo un pueblo , ¿ han exis tido? Sí,han existido ; y la mano de Dios al confundir todoeso en el caos de los siglos amontonó algun as ruin asr las ha dejado existir para que su presencia atesti­guase á los hombres futu ros el rel ato de los hom-

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-23 -bres pasados. La histor ia de esos siglos J de esospueblos no seria creida si los montes de escombros 1los desechos de las artes revueltos con ellos , noju stifi car an los anales que han atrav esado el tiempopara contarnos que todo eso ha sido. EI110ho de Ní­uive esta diciendo bOl dia á la Francia tIue lo aventa ,que la grandeza )' el lujo de su met rópoli son no masmezquindad )' laceria. .

Tamhien la histori e de Afriea necesitaba esos do­cumentos para (lue lo s hombres no la llegasen ; 1Dios queriendo enseñarnos que en el mund o so­lo la muerte es permanente y et erna , destruyó enEgipto las obras alzadas á los vivos y ha dejado in­tactos los monumentos er igidos á los m uertos. Calóe l Egipto l viven sus sepulcros ; f de entre las secasarenas de su suelo salen bo~' los cadévercs contem­poráneos de esos giga ntes mortuorios, para dartestimonio de que el const ructor yace al pie de laobra que levant é para tumba de sus semeja ntes. Elsepulcro es en Egipto el documento que ju stifica suhistoria. j Triste documento que nos ensena de UIl

modo desconsolador toda la histor ia del género hu­mano !

La de Euro pa admira menos porque es masmoderna. La vejez consurnin ya la civilizecion delAcrica y del Asia cuando la Europa despoblada ycenagosa , acaso no alimentaba lilas fl ue fier as yal-

.- gunos hombr es poco menos salvagcs que ellas . La ci­vilizacion huyendo de las ruinas de Africn )' de Asia

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en donde Sesostris habia fundado un imperi o casi in­menso , yen donde el genio de Semíramis osó reme­dar al Criador levantando una montana , busca asiloen Europa. en la cual se alzan nuevos imperios queavasallan . el Asia l el Africa )a emb rutec idas, y la!'reducen ¡j la mas denigrante servidumbre. Pero elAsia arroj a otras generaciones que de lluevo devas­tan la Europa )' amenazan avasallarla , y otra vez laEuropa triunfa de tanto esfuerzo, y aun otra y otrase atacan recíprocamente , y fatigadas de- tanta lu­cha y convencidas de que la una 110 es poderosaasaz para sojuzgar ¡í la otra, hacen una tre gua (I uese romperá atgun dia á fin de reno var la l'span­table batall a. La civilizaci ón re ina en Europa , y elÁfrica y el Asia parecen condenadas á UIl largo en­vilecimiento.

La América que solo se columbra al través de unacerrazón que los hombres no han podido disipar lo-­

davla , se nos presenla tan confusa como su historia.Pueblos salvages y de costumbres feroces; otros pne­bias en estado de naturaleza pero de carácte r dulce:un imperio poderoso, que en medio de los cruentossacr ificios de !'angre humana tiene rasgos de cultura;salvage por un lado, dulce J bueno por otro , osten­tando no sé si restos de una civilizauion )'a perdida.si rasgos de IIn ,1 civilización naciente, ó si los SOIll­

bras de aquella evocadas por esta; y en med io detodo monum entos estrartos y ruin as portentosas.¿.Quién puede decim os lo que ha sido la América ?

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-25-En las otras partes del mun do los monumentos 6, la!'ruinas ju stifican su histori a : aqui , historia, monu­mentos , ru inas, tradiciones , todo forma UII caos.Vestigios de la relig ión primitiva, huellas mitológi­cas, idolatría , sacrificios de todas clases, sabcismol hasta bastardeados dogmas del cristianismo , todoapare ció revuelto . Los hombres que no podieu com­prender claramente la histori a del mund o anti guo,al descub rir ' el lluevo acaso concibieron eSlleranz(lsde encont rar UlHI luz que los guiara par a esclarecermil arcano s ; y Dios Ilue en todas las cosas ha puestolímites á la comprensión humana, present é en AIll \~­

rica un cuadro tenebroso que dió orígen a confusio­nes lluevas. Pensaron los hombre!'> conven ir muchasdudas en certidumbre; J hé equi que Dios ha con­vertido su ce rtidumbre en duda s.

¿A quién no pasman )' estre mecen estas gra ndescetés trofes de las naciones, la manera como unospueblos suceden á ot ros y los dejan envueltos en laimpen etrab le noche del olvido? ¡Qué espectéculotan gra ndioso )' aflictivo á un tiempo es ver como elEgipto se arroja sobre el Asia; el Asia sobre el Egip­to; la ~Iedia sobre la Pcrsia : la Persia sobre la Ba­hilonia y despu és sobre la Grecia; y la Gre cia sobrela l'ersia : y Homa sobre la Europa, el África 1 elAsia ; y luego el Asia y el Norte de E uropa sobreRoma ; y después la Europa sobre el Asia , )' el Asiasobre la Enropa, y Eu ropa sobre América ; y oircomo crujen y se desploman con horroroso estr épito

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-26 -todos esos imperios , J desaparecen ent re ruinas rmillones de cadáveres flotantes sobre la sangre de lahumanidad agitada por el loco frenesí de aniquilarseá sí misma ! Este espectáculo asombroso para el sa­bio y el ignorante nos lo ofrece la Historia , )' esplicalo que ha sido el mundo.

¿ y qué será el mundo ? La Historia no contentacon relatam os 'lo pasado , disipa con esa luz las ti­uieblns del mundo venid ero. Nunca cesan las COIl­

vulsiones de los pueblos; tal vez con mA yor fuerza,tal vez mas d ébilmente : ya en este, ya eu otro punto,el género humano se estremece y agita ;' ora arro­jándose muchas naciones sobre una , ora acometiendouna sola á muchas, ora atacándose unos á otros loshijos de un pueblo mismo. ~Ias todas esas agresiones,todos esos arra nques tienen sus síntomas, y estos sonsiempre semejan tes y anuncian cuál es la tempestadque amaga á los pueblos. Esos síntomas que tan re­petidas reces describe la Historia no engallan al oh­servador ni al político profundo, que COII la Historiaen la mano adivinan el desenlace del sangrien to dra­ma que en esos per íodos se representa.

Sin estudio de lo pasado no hay ciencia de gobier­no , ni guia seguro )lara los rectores de las naciones.La caide de los antiguos imperios nos presagia eldesplonmmientn de los modern os ; la actual barbariede África y de gran part e de Asia de donde recibióEur opa su civilizecion )' sus luces , nos dicen (lue sonposibles la futura barbar ie de Europa y el encum-.

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hramiento de la civilizecion en otro pun to de) globo.Si la Eu ropa fue invadida mil H !CeS 1 se convirtiódespués en invasora , y ha descubierto y conquistadoun mundo; ¿ no ha de venir la hora en que invadi­da por el pueblo á quien invadió sufra ,-enganzaspor . los agravi os que hizo á ese pueblo? Tal es el cua­dro que presenta nom a. Henchida de orgullo ultra­jó y conculcó al universo : 1 al dia siguiente el uni­verso lanzándose sobre ella la conculcó y la ultraj óhasta matarla.

Si estos cambios aparecen de tarde en tarde por­ti"e han menester siglos para prepararse l' conducir:'se á término, nó asi los que se verifican en el recintode las naciones. Los pueblos se afanan siempre enbusca de dicha, 1 para encontrarla toman todos' losca minos sin reflexionar antes si estos caminos losllevar án al térmi no que desea n. ¿ Qué pueden inten ­tar los pueblos que no lo hayan Ja probado ? ¿ Quetrastorn o, qué mudanza, qu é proyecto cabe imagi­narse cuya ejecución no se haya cumplido ó ensayadoal menos ? Las ideas r las insti tuciones que el vulgocree mas modern as cuen tan r a siglos; ningún prin­cipio religioso Ó poli tice ha dejado de tener apóstoles). prosélitos ; y hoy dia en que la Europa ag itada pro­clama á un tie mpo ladas las formas de gobierno y to­da clase de teor-ía s sociales, nada nuevo proclama :todo eso y mucho mas se ha pred icado en el mundo rdent ro de la misma Europa , 0), ha sido contrariado rsostenido , r desapareció para re sucitar alg uu dia,

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- 28-como algun die resucitarán los principios sociales flas formas de gobierno que en la-lucha actual quede nproscritos. Il é aqui como el estudio de la Historiaesplicéndonos lo (lue ha sido el mundo nos deja edi­

vinar lo (Iue será; esponiendo el resultado llne tu­vieron las revoluciones nos dice el que tendrán lasrevoluciones análogas ; nos ensena á conocer las ten­dencias de las naciones y de los hombres y á prevercuál será el término á donde , supuesto un pueblo ysupuestos su canic tcr r sus idens , deben llevar esastendencias. El mundo pasado es un modelo (11lC co­

pia el mundo presento , r que el mundo venidero 1Ie­

guir écopiando. A todos importa detenerse en el es­tud io de ese modelo ; r el hombre que Jo descuidase condena amarchar envuelto en tinieblas sin saber­lo que ha sido el mundo , sin atinar lo que es, sin¡,rever lo que será, sin tene r noticia de la eternaley de la sociedad , á saber , que quien no sabe go­bern ar obedeceré , y que el "imperio del mundo estáreservado á los mejores.

En medio de la profunda convicción en que estanlos hombres acerca de la importancia de la Historia,andan en desacuerdo con respecto á la ley genera l ála que se sujetan los grandes hechos que forman lavida de la especie humana. Largo ser ia y ageno deeste acto esponer los sistemas a que ha dado lugareste desacuerd o y los rozones en que se fundan:bastaré tocar los muy someramente . portIllo son degrande entidad en el estudio de tIue tratamos. Una

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- 29 -idea eterna e inmutable al golpe de los fen ómenosdel mundo, que esplique los hechos J su analogía,J que nos guie para escoger entre ellos los (IUC olre­ce n datos á la observación J materia de enseh ánea :tal debe ser la hase de la Historia . La ant igüedad nnla comprend ió asi , J por esto la antig üedad no seaficion é con la Historia ~ ni nos ha dejado de estaciencia un verdadero monumento. Nuestra legisla­cion, los principios fundamentales de la medicina, ]115

bellas ar tes , todas las for mas de gobier no, de la tl ll­

tigúedad proceden; }' aun todavía ninguna mallo mo­derna ha osado arrancar la corona poét ica de lassienes de Homero, de Jeremías, de Salomen y deVirgil io. Mas el legado que á la Histeria le cupo nobasta siquiera para obligarl a á diri gir una ojeada degrati tud bécia esos siglos opulentos en produccionesintelectuales de toda clase. En los tiempos modernosla Histor ia nos dice los adelantos J la decadencia de

las artes, al paso que en los antig uos los restos de lasartes nos dicen su H istori a. 1\0 se remontaron en e llaá las causas lejanas , verd ade ras prod uctriccs de lossucescs ; y esi deploran los vicios y las liviandades delimperio romano, atribuyéndolos á la ccrrupcion decostumbres, sin advertir que la corrupción era ante­rior al imperio, que sin ella nunca se hubiera fun­dado, que á la fundacion prece dió un per íodo anár­quico , y que antes hubo de exis ti r la corrupoionporque sin esta no hay anarquía. No comprendierenque las conjuracio nes de Catiliua J las bnudertns de

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-30-Syla y ~Ia rio eran la esplosion de una sociedad yacorrompida. Esto nos demuestra que su ley históricano era sino la ocasion inmediata de los acontecimien­tos, ocesion que cuando lilas puede acelerar los su­cesos , y asegurar ó desbaratar por algun tiempo sunatural resultado .

Otras son las fuentes en que han de beher el his-.toriador rnoderuo , )' el {Iue piense dedicarse al estu­dio de la ciencia. Abandonen esas tr istes épocas depolitcismo y de corrupoion , y emprendan la marchadesde los dias en lj ll C IHreligión y la fe sustituyeroná la incredulidad y al escepticismo; eu que la socie­dad bárbara en la apar iencia l civilizadora en el fondoreconocía por principio una nueva autoridad religio­sa , y en que la conquista y la predieacion del Evan­gelio iban á constituir un nuevo estado , en el cualla Historia tomó IIn carácter digno de ella. Purgadoscon sana crítica los hechos, } juzgando segun losprincipios de la teología católica , aparece por finaquella escuela preparada por los Benedictinos y ci­mentada por Bossuct. Esta escuela proclama por le ~­

suprema la l'rovidencia l reconoce dos dogmas ge­neradores , el del decaimiento de la especie humanar el de su rcstnnrncion. El hombre sucumbe en laprueba de la ohedicucia , COII su caida adquiere elconocimiento del bien J del mal , y por último espiasu falta con la sangre de una víctima inocente y vo­luntaria. Hé equi la prll~¿a, la illiciacion y la l'spia....

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- 31-CIOI1 ; símbolo cns nano que se ve en las tradicionesde todos los pueblos.

Vico en su Citncia nun:a fija tambien como le}histérica la Providencia , pero una Providencia quesiempre conserva en su aceion la ley de progreso Jde retroceso social, y obliga al hombre adar vueltasen un círculo de civilizacion y de barbarie.

Hegel no reconociendo mas causa de los sucesosque el carác ter general del tiempo en que acontecie­ron, dice (I"e el espíritu humano se manifiesta en laHistoria de cuatro modos : 1.0 Estacionario , inmóvil,y dando ti todos los hechos un cáracter mismo: tales el Oriente. 2.° Variable, activo, dando á Jos su­cesos diferentes ceractéres, l haciendo de los pueblosuna eoleccicn de individuos desemejantes : tal es laGrecia. 3. 0 El espiritu humano luchando entre elprincipio de unidad l el de variedad vacila entre esasdos civi lizeciones, como nos lo prueba Homa. 4.. 0 Elespíritu humano combina la unidad de Oriente conel indiv idualismode Grecia , J produce una civi liee­cion cUl oS hechos tienen un carácter comun, conser­vando no obstante el espíritu de individ ualismo encuanto es necesario al progreso de la sociedad huma­na: tales son las naciones de origen germánico. Dcestas bases deduce Hegel la filosofía, la religion , elgobierno , las instituciones y 105 sucesos que debenpresentarse en cada uno de esos pueblos. "

Guizot que pertenece á la escuela filosófica francesaha hecho por análisis lo que la alemana hizo por sínte­

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SIS. Esta de su filosofía saca las leyes de la Historia ¡aquella estud ia la Historia y de ella dedu ce su le)".Los cuatro modos con que segu n Hegel se, manifiestael esp íritu humano, son para la escuela fran cesaotros ta ntos caract éres de ese esplritu , en las cuatrograndes épocas en que se diri de la H istoria , yesoscaract éres son los que dan su particular fisonomía álos hechos que acontece n en cada uno de los cuatro

períodos.Hijo de los sistemas anteriores aunque presentado

bajo distinta for ma es el de Chateeubriand. El edifi­cio social, segulI este varen insig ne , tiene por haset res verdudes . la re ligiosa, la filosófica , la política.Consiste la primera en el conocimiento de Dios úni­ca , la seguuda en el de las cosas inte lectuales , mo­rales y naturales; la tercera en la armonía de lalibertad con el érden. O bien estas verdades se mez­clan I confunde n , ó bien chocan y combate n , ó biense separ an gua rdando cada un a su puesto. El poli­teismo I la esclavi tud de la sociedad ant igu a falsea­ron estas tres verdades ; I por esto al comenzar lasegunda época de la Historia en la venida de Jesu­cristo , cae el politeismo , propagase la revelación,los deberes de familia )' los derechos del hombre sonmejor conocidos , y desapa rece el corrompido mun-.do roma no, á fin de que ocupen su puesto los bár­baros, porque la nu era rel igion necesita un pueblonuevo. Seg un Eha tea uhr iund la lucha de estas tresverdades y la esclusicn de algun a son causa de los

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- 33 -trastornos y de las revoluciones que sufren las ideas.las costumbres ylas formas de gobie rno ; la armoníade las t res , posible solo en el cristianismo, es latendencia irresistible de la civiliaaoicn moderna.

En medio de esas escuelas que son modificacionesde los principios sentados por la primera, parece pre­feri ble la filosófica francesa ; escuela que reconoce elgrande principio de la Providencia sin atacar el librealbedr ío del hombre , y que para avalora r los sucesoshumanos de una época tiene en cuenta las ideas do­minantes en ella }' el inílujo que en las mismas ejer­cen los acontecimientos de la época precedente . Es­ta escuela religiosa }' filosófica á un tiempo r eune lospr incipales fundamentos de las otras , y parte delprincipio católico de Bossuet y de las ideas filosófi­cas de Vico. No est ablece una tcor fa para amoldar iÍ

ella los sucesos humanos , sino que estudia la Histo­ria, y en ese estudio halla la mano de la Providen­cia J los esfuerzos de la especie hum ana para llegará la perfeccion de qu e es susceptible.

Esta par te filosófica de la H istoria es su comple­mento J la que con mayor evidencia demu estra lanecesidad de su estudio , sin el cual el científico y elartista no pueden comprender la causa de las vicisi­tud es por su ciencia ó su ar te sufridas , y el hombrededicado aotras carreras no conoce el mundo en quevive , ni cuál ha sido la suerte de la gran familia ií'l'" per tenece. E n nuestro siglo el estudio de loH istoria y de su filosofía es una necesidad verdadera :

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- 3,-llamados los hombres de todas las clases á formarparte del gobierno ó de la administraciou de los pue­blos, j en cuántos errores no caerán por la ignoranciade lo que ha sucedido en el mundo , ). de las causasporque ha sucedido ! Pera el que no sabe Histo riatienen el aliciente de la novedad teorías r siste masque se present an engalanados con trago moderno , )'que nuestros antepasados ya conocic ron , cns3)'aron

)' abandonaron por impracticables ó dañosos.Sin estudio de lo pasado no ha)' ciencia de gobier­

no ; y pues en nuestro siglo todos los hombres pue­den ser colocados al frent e dclos pueblos, tÍ lodo!'es indispensable este estudio si las naciones aspiraná tener á su cabeza quien sepa dirigirlas. La juven-.tud que ho)' puebla las un iversidades está llamada ásustituirnos; ella empunerd dentro de pocos años lasriendas del gobierno , J mal podrá regirlas si en e lestudio de lo pasado no se aliciona para conducirseen lo venidero. Tal es el grande objeto qu e se hapropuesto el Iicbierno al dar latitud á los estudioshistór icos , y tal debe ser el de los hombres que as­piran á ser los directores de la sociedad , conquis­tando este esclarec ido tít ulo con el estudio)' las ,"i r­tudes.

Vosotros, jóvenes , que acudis á la Universidad deBarcelona para desenvolver vuestra inteligencia, nodescuidéis, los que todavía llegais tí tiempo, el estu­dio de la Historia que tien e la ventaja (le ser ame­no , agradable yhasta seductor no llacas veces. Ella

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- 35 -os estimulará á las acciones ge nero sas ; ella que es lainmortal ciudadana de todas las naciones , os incul-.caré el espíritu de fraternidad para con toda la fa­milia humana (loe se propone la dicha de la especieentera ; ella os hará ver una inteligencia superior(Iue encamina los esfuerzos de todos lr écia la cense­cucion de la verdad )' de la vi rtud, objetos finales á(Iue debe aspirar el hombre en la tierra : ella os ha­rá ver flue la selvege libertad del desierto, que latumultuosa libertad de Atenas, que la abyecta escle­vitud de Orien te, y que el egoismo (Iue corroe lasociedad modern a son igualmente dete stables y con­d ucen á la degradación de la dignidad humana · . ellaos hará "ce que los mismos hechos son acá premia­dos con una corona y castigados allá con un cadalso;y el convencimiento de todo esto os convertirá enamigos de la virtud , os inspirará amor hácia los hom­br es , os hará tolerantes con todos y 05 demostr aráqu e vuest ros esfuerzos deben encaminarse á armoni­lar la razón con la imaginaci ón r con el entendi­miento ; l)Qrque en esa armonia es en donde puedehallarse la ventura de la especie humana.

Venid , pues , ó jóvenes, recorreremos ju ntos t~

dos los siglos, viajar émos por todas las naciones, ve­remos todas las catástrofes que las han trastorn ado ;)' si en edad mas sazonada ocupais altos destinos óregis la suerte de la patria , re cordadlos estudios devuestra juventud , volved los ojos ri la Historia. Subrillante faro iluminara vuestro ru mbo , )' os condu-

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- 36-cirá á seguro puerto entre los rugidos de las tem­pestades políticas y religiosas por las cuales la socie-,dad humana se halla casi siempre combatida.

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