los doce - justin cronin

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    Justin Cronin

    Los Doce

    (raducci!n de Eduardo ). MurilloArgentina * +hile * +olombia * EspaaEstados Unidos * M#ico * -er$ * Uruguay * ene%uela(/tulo original0 (he (1elveEditor original0 2allantine 2oo3s, an imprint of (he 4andom 5ouse -ublishing )roup, a division

    of 4andom 5ouse, 6nc., 7e1 8or3(raducci!n0 Eduardo ). Murillo9: edici!n0 &eptiembre ;oce es una obra de ficci!n. 7ombres, personajes, lugares y acontecimientos son producto de

    la imaginaci!n del autor o tienen carcter ficticio. +ualquier semejan%a con acontecimientos realeso con personas vivas o muertas es mera coincidencia.Agradecemos a Alfred A. 'nopf el permiso para citar un fragmento de ?6n the Afterlife@ de Almost6nvisible de Mar3 &trand, copyright ;, ?6n the Afterlife@-ersonajesAgradecimientos-ara ms informaci!n

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    I

    El fantasma

    VERANO, 97 d. V.

    CINCO AOS DESPUS DE LA CADA

    DE LA PRIMERA COLONIA

    4ecurdame cuando me haya ido,muy lejos, al pa/s del silencio.

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    +546&(67A 4&&E((6,?4ecuerda@

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    ORANA!O DE LA ORDEN DE LAS "ERMANAS,

    #ERRVILLE, !E$AS

    Ms tarde, despus de la cena y la oraci!n nocturna, el bao si tocaba noche de bao, y luego las

    negociaciones para dar por concluido el d/a NPor favor, hermana, no podemos quedarnos un pocoms? Por favor, un cuento msO, cuando los nios se hab/an dormido por fin y reinaba el silencio,Amy los contemplaba. 7o e#ist/a ninguna norma contra esto. (odas las hermanas se hab/anacostumbrado a sus vagabundeos nocturnos. +omo una aparici!n, deambulaba de una salasilenciosa a otra, recorriendo arriba y abajo las filas de camas donde estaban acostados los nios,sus rostros y cuerpos dormidos en confiado reposo. Los mayores contaban trece aos, a punto dealcan%ar la edad adulta, y los ms pequeos eran bebs. +ada uno cargaba con una historia, siempretriste. Muchos eran hijos terceros, abandonados en el orfanato por padres que no pod/an pagar el

    impuesto, y otros, v/ctimas de circunstancias todav/a ms crueles0 madres muertas al dar a lu% obien solteras e incapaces de soportar la vergPen%a. Los padres hab/an desaparecido en las oscurascorrientes subterrneas de la ciudad o hab/an sido e#pulsados al otro lado de la muralla. Losor/genes de los nios eran diversos, pero su destino ser/a el mismo. Las nias ingresar/an en larden y dedicar/an sus d/as a la oraci!n, la contemplaci!n y el cuidado de los nios que ellasmismas hab/an sido, mientras que los nios se convertir/an en soldados, miembros de losE#pedicionarios, y se comprometer/an bajo un juramento de naturale%a diferente, pero no menosvinculante. 7o obstante, en sus sueos eran nios, todav/a, pensaba Amy. &u propia infancia era elms lejano de los recuerdos, una abstracci!n de historia, pero mientras contemplaba a los niosdormidos y los sueos correteaban juguetones sobre sus ojos dormidos, se sent/a ms cercana a esapoca0 un tiempo en que no era ms que un pequeo ser en el mundo, ignorante de lo que leaguardaba, el viaje e#cesivamente largo de su vida. El tiempo era una inmensidad en su interior,demasiados aos para poder distinguir unos de otros. (al ve% por ello paseaba entre ellos0 lo hac/a

    para recordar. Era la cama de +aleb la que reservaba para el final, porque la estar/a esperando. El

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    pequeo +aleb, aunque ya no era pequeo, sino un chico de cinco aos, de carnes prietas y plet!ricode energ/a como todos los nios, lleno de sorpresas, humor y verdades como puos. >e su madrehab/a heredado los p!mulos altos y esculpidos, y la te% olivcea de su clan. >e su padre, la miradainfle#ible, las sombr/as cavilaciones, la mata de pelo spero y negro, muy corto, que en la jergafamiliar de la +olonia se conoc/a como el ?pelo de Ba#on@. Una amalgama f/sica, como unrompecabe%as hecho a base de pie%as de su tribu. Amy los ve/a en sus ojos. Era MausamiQ era (heoQ

    era l mismo. D5blame de ellos. &iempre, cada noche, el mismo ritual. Era como si el nio fueraincapa% de dormir sin revisitar un pasado del que no ten/a memoria. Amy adoptaba la posturahabitual en el borde del catre. >ebajo de las mantas, la forma de su cuerpo delgado de nio pequeoera apenas una presencia. A su alrededor, veinte nios dorm/an, un coro de silencio. D2ien Dempe%! ellaD, vamos a ver. (u madre era muy guapa. DUna guerrera. D&/ Dcontest! Amy conuna sonrisaD, una guerrera guapa. >e largo pelo negro recogido en una tren%a de guerrero. D-ara

    poder utili%ar el arco. DE#acto. -ero sobre todo era testaruda. J&abes lo que significa ser testarudoK8a te lo he dicho antes. DJ(o%udoK D&/. -ero en el buen sentido. &i te digo que te laves las manosantes de comer y te niegas a hacerlo, eso es negativo. Es el tipo de testarude% equivocado. Lo quequiero decir es que tu madre siempre hac/a lo que consideraba correcto. D-or eso me tuvo. DElnio se concentr! en las palabrasD. -orque era... correcto traer una lu% al mundo. D2ien. (e

    acuerdas. 4ecuerda siempre que eres una lu% brillante, +aleb. Una afable satisfacci!n asom! alrostro del nio. D5blame de (heo. Mi padre. DJ(u padreK - Por favooor. Ella ri!. D>e acuerdo,

    pues. (u padre. En primer lugar, era muy valiente. Un hombre valiente. Amaba much/simo a tumadre. D-ero triste. D+ierto, era triste. -ero eso era lo que le convert/a en un hombre tan valiente,JsabesK -orque hi%o lo ms valiente de todo. J&abes lo que esK D(ener esperan%a. D&/. (eneresperan%a cuando parece que no e#iste. (ambin has de recordar siempre eso. D&e inclin! y bes! alnio en la frente, h$meda de calor infantilD. 2ien, se ha hecho tarde. Es hora de dormir. Maanaser otro d/a. DJMe...K JMe quer/anK Amy se qued! sorprendida. 7o por la pregunta en s/ Nla hab/aformulado en numerosas ocasiones, como para confirmarloO, sino por el tono vacilante. D-orsupuesto, +aleb. 8a te lo he dicho muchas veces. (e quer/an much/simo. (odav/a te quieren. D-orque estn en el cielo. DE#acto. >onde todos nosotros estaremos juntos para siempre. El lugar alque van a parar las almas. El nio desvi! la mirada. D>icen que eres muy vieja. DJuin dice eso,+alebK D7o s. DEnvuelto en su capullo de mantas, se encogi! de hombrosD. (odo el mundo.Las dems hermanas. Las he o/do hablar. 7o era un tema que hubiera salido a colaci!n antes. -or loque Amy sab/a, s!lo la hermana -eg conoc/a la historia. D2ien Ddijo, al tiempo que recuperaba lacalmaD. &oy mayor que t$, lo s. Lo bastante mayor para decirte que es hora de dormir. DA veceslos veo. El comentario la dej! helada. DJ+!mo los ves, +alebK -ero el nio no la estaba mirando.&e hallaba concentrado en s/ mismo. D-or la noche. +uando duermo. D+uando sueas, querrsdecir. El nio no encontr! respuesta para su frase. Ella le toc! el bra%o a travs de las mantas. D7o

    pasa nada, +aleb. 8a me lo dirs cuando ests preparado. D7o es lo mismo. 7o es como un sueo.Dolvi! a mirarlaD. (ambin te veo a ti, Amy. DJA m/K D-ero t$ eres diferente. 7o como eres

    ahora. Amy esper! a que aadiera algo ms, pero no lo hi%o. >iferente Jen quK DLos echo demenos Ddijo el nio. Ella asinti!, aliviada de momento por soslayar el tema. DLo s. 8 volvers averlos. -ero de momento me tienes a m/. (ienes a tu t/o -eter. -ronto volver a casa. DJ+on los...E#peIdisionariosK DUna mirada de determinaci!n brill! en el rostro del nioD. +uando sea mayor,quiero ser soldado como t/o -eter. Amy volvi! a besar su frente y se levant! para marcharse. D&iquieres serlo, lo sers. Ahora, a dormir. DJAmyK DJ&/, +alebK DJAlguien te quiso as/K -arada

    junto a la cama del nio, not! que los recuerdos la asaltaban. >e una noche de primavera, y untiovivo giratorio, y un sabor a a%$car glasQ de un lago y una cabaa en el bosque y el tacto de unamano grande que sosten/a la de ella. El llanto ascendi! a su garganta. D+reo que s/. Espero que s/.

    DJ8 t/o -eterK Ella frunci! el ceo, sorprendida. DJ-or qu preguntas eso, +alebK D7o s. Dtro encogimiento de hombros, con cierta vergPen%aD. -or la forma en que te mira. &iempre est

    sonriendo. D2ien. D&e esfor%! por no revelar nada. J7adaKD. +reo que sonr/e porque se alegrade verte. Ahora, a dormir. J-rometidoK La pena del chico se revel! en sus ojos. D-rometido.En el e#terior brillaban las luces. 7o se trataba del resplandor de la +olonia N'errville era

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    demasiado grande para esoO, sino de una especie de ocaso prolongado, iluminado en los e#tremoscon una corona de estrellas por encima. Amy sali! con sigilo del patio, amparada en las sombras. Enla base de la muralla locali%! la escalera. 7o hi%o el menor esfuer%o por ocultar que estabasubiendo. &e encontr! con un centinela arriba, un hombre maduro de pecho ancho armado con unrifle. DJu crees que ests haciendoK -ero eso fue todo cuanto dijo. +uando el sueo se apoder!de l, Amy acompa! su cuerpo hasta depositarlo sobre la pasarela, apoyado contra la muralla con

    el rifle sobre el rega%o. +uando despertara, s!lo conservar/a un recuerdo de ella fragmentado yalucinatorio. JUna chicaK JUna de las hermanas, vestida con la tosca t$nica gris de la rdenK (alve% no despertar/a por s/ solo, sino que uno de sus compaeros lo encontrar/a y se lo llevar/a arastras por dormirse en su puesto. Unos cuantos d/as en la crcel, pero nada grave y, en cualquiercaso, nadie le creer/a. 4ecorri! la pasarela en direcci!n a la plataforma de observaci!n vac/a. Las

    patrullas pasaban cada die% minutos. &!lo contaba con eso. Las luces arrojaban sus haces al suelocomo un l/quido brillante. Amy cerr! los ojos, despej! la mente y dirigi! sus pensamientos ms alldel campo. Den a m/. @en a m/ ven a m/ ven a m/. Llegaron, desli%ndose desde la oscuridad.-rimero uno, y despus otro y otro, formando una falange luminosa, acuclillados en el l/mite de lassombras. 8 en su mente oy! las voces, siempre las voces, las voces y la pregunta0 Quin soy yo?Esper!. Quin soy yo quin soy yo quin soy yo? +!mo le echaba de menos Amy. Rolgast, el que

    la hab/a amado. J>!nde estsK, pens!, con el cora%!n contrito a causa de la soledad, porque nochetras noche, cuando esta cosa nueva hab/a empe%ado a suceder en su interior, hab/a sentido en lo mshondo su ausencia. J-or qu me has dejado solaK -ero Rolgast no estaba en ning$n sitio, ni en elviento ni en el cielo ni en el sonido del lento girar de la (ierra. El hombre que era se hab/a ido.Quin soy yo quin soy yo quin soy yo quin soy yo quin soy yo quin soy yo? Esper! tantotiempo como se atrevi!. Los minutos transcurr/an. >espus, pasos en la pasarela, acercndose0 elcentinela. D&ois yo Dles dijoD. &ois yo. Ahora, marchad. &e dispersaron en la oscuridad.

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    CIEN!O CA!ORCE #IL&ME!ROS AL SUR

    DE ROS'ELL, NUEVO M$ICO

    Una calurosa noche de septiembre, a muchos 3il!metros y semanas de casa, la teniente Alicia

    >onadio NAlicia +uchillos, la 7ueva +osa, hija adoptiva del gran 7iles +offee, tiradora ye#ploradora de las &egundas Suer%as E#pedicionarias del Ejrcito de la 4ep$blica de (e#as,

    bauti%ada y juramentadaO se despert! y percibi! el sabor de la sangre en el viento. (en/a veintisieteaos, med/a un metro sesenta y ocho de estatura, robusta de hombros y caderas, con el pelo rojomuy corto. &us ojos, que en otro tiempo s!lo hab/an sido a%ules, lan%aban ahora destellosanaranjados, como carbones gemelos. &u equipaje era ligero, no sobraba nada. Los pies cal%adoscon sandalias de lona cortada, con suelas de goma vulcani%adaQ pantalones vaqueros gastados en lasrodillas y el traseroQ un jersey de algod!n con las mangas cortadas para ir ms ligera. Un par de

    bandoleras de cuero se cru%aban sobre su pecho, con seis cuchillos de acero envainados, su marcacaracter/stica. En la espalda, colgada de una cuerda de camo robusta, su ballesta. Una 2ro1ningdel CT semiautomtica con un cargador de nueve proyectiles, el arma a la que recurr/a en $ltimoe#tremo, enfundada junto a la cadera. cho y uno, re%aba el dicho. cho para los virales, uno parati. cho y uno y se acab!. La ciudad se llamaba +arlsbad. Los aos hab/an reali%ado su labor,

    barrindola como una escoba gigantesca. -ero todav/a segu/an en pie algunos edificios0 cscarasvac/as de casas, coberti%os o#idados, la prueba serena y ruinosa del transcurso del tiempo. 5ab/a

    pasado el d/a descansando a la sombra de una gasolinera cuya marquesina metlica todav/aaguantaba, y despert! al anochecer para ir a ca%ar. Alcan%! al felino con su ballesta, le atraves! lagarganta con una flecha, y desprendi! la carne fibrosa de las ancas mientras el fuego crepitaba en lahoguera. 7o ten/a prisa. Era una mujer de normas, de rituales. 7o mataba a los virales mientrasdorm/an. 7o utili%aba una pistola si pod/a evitarlo. Las pistolas eran ruidosas, chapuceras e indignasde la tarea. Acababa con ellos mediante el cuchillo, o la ballesta, con limpie%a y sin remordimientos,y siempre con una bendici!n misericordiosa en el cora%!n. >ec/a0 ?s env/o a casa, hermanos y

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    hermanas, os libero de la crcel de vuestra e#istencia@. 8 cuando terminaba la matan%a y hab/aretirado el arma de su hogar letal, apoyaba el mango de la hoja primero en la frente y despus sobreel pecho, la cabe%a y el cora%!n, y consagraba la liberaci!n de los seres con la esperan%a de que,cuando llegara su d/a, la valent/a no le fallar/a y ella tambin alcan%ar/a la liberaci!n. Esper! a quecayera la noche, apag! las llamas de la hoguera y parti!. >urante d/as hab/a seguido una anchallanura de tierras bajas sembradas de matorrales. 5acia el sur y el oeste se al%aba la forma cubierta

    de sombras de las montaas, y las laderas se elevaban del fondo del valle. &i Alicia hubiera vistoalguna ve% el mar, habr/a pensado0 eso es este lugar, el mar. El lecho de un gran ocano interior, ylas montaas, sembradas de cuevas, detenidas en el tiempo, los restos de un gigantesco arrecife,

    procedente de una poca en que monstruos inimaginables hab/an vagado por la tierra y las olas.Dnde estis esta noche?, pens!.Dnde os escondis, hermanos y hermanas mos de san!re?Era una mujer con tres vidas, dos anteriores y una posterior. En la primera anterior, hab/a sido unania. El mundo se compon/a tan s!lo de figuras tambaleantes y luces destellantes, se mov/a a travsde ella como la brisa en su pelo, pero no le dec/a nada. (en/a ocho aos la noche en que el +oronella hab/a sacado de los muros de la +olonia, abandonndola sin nada, ni siquiera un cuchillo. &ehab/a sentado bajo un rbol y llorado toda la noche, y cuando el sol de la maana la encontr!, eradiferente, hab/a cambiado. 8a no era la chica de antes. JLo vesK, le pregunt! el +oronel, arrodillado

    delante de ella, sentada en el polvo. 7o la abra%! para consolarla, sino que se plant! delante de ellasin ms, como un soldado. JLo entiendes ahoraK 8 ella lo comprendi!, s/. &u vida, el insignificanteaccidente de su e#istencia, no significaba nada. 5ab/a renunciado a ella. Aquel d/a hab/a prestado

    juramento. -ero de eso hac/a mucho tiempo. 5ab/a sido una niaQ despus, una mujer, y luegoJquK La tercera Alicia, la 7ueva +osa, ni viral ni humana, sino ambas al mismo tiempo. Unaamalgama, un compuesto, un ser aparte. &e despla%aba entre los virales como un esp/ritu invisible,formaba parte de ellos pero al mismo tiempo no, un fantasma para sus fantasmas. -or sus venascorr/a el virus, pero equilibrado por un segundo recibido de Amy, la +hica de 7inguna -arteQ de unode los doce frascos del laboratorio de +olorado, los dems destruidos por la propia Amy, arrojados alas llamas. La sangre de Amy le hab/a salvado la vida, aunque en cierto modo no. La hab/atransformado en la teniente Alicia >onadio, e#ploradora y tiradora de los E#pedicionarios, el $nicoser de su clase que e#ist/a en todo el mundo. En muchas ocasiones, much/simas, siempre, nisiquiera Alicia era capa% de definir qu era. Lleg! a un coberti%o. Una cosa agujereada, mediosepultada en la arena, con un techo metlico inclinado.Presinti... algo. Lo cual era e#trao, porqueno le hab/a sucedido nunca. El virus no le hab/a concedido ese poder, pues era prerrogativa de Amy.Alicia era el yang del yin de Amy, dotada de la fuer%a f/sica y la velocidad de los virales, perodesconectada de la red invisible que los un/a a todos, pensamiento con pensamiento. -ero, aun as/,Jno sent/a algoK J7olossent/aK Un cosquilleo en la base del crneo, y en su mente un silenciososusurro, apenas audible en forma de palabras0 Quin soy yo? Quin soy yo quin soy yo quin soy

    yo quin soy yo"""?5ab/a tres. (odos hab/an sido mujeres. 8 a$n ms0 Alicia intu/a NJc!mo era esoposibleKO que en cada una resid/a un solo fragmento de recuerdo. Una mano que cerraba una

    ventana y el sonido de la lluvia. Un pjaro de alegres colores que trinaba en una jaula. Una vistadesde la entrada de una habitaci!n en sombras y dos nios pequeos, un chico y una chica,dormidos en sus camas. Alicia recib/a cada una de estas visiones como si le pertenecieran, lasimgenes y los sonidos, los olores y las emociones, una me%cla de e#istencia pura, como tresdiminutas hogueras que ardieran en su interior. -or un momento qued! cautiva de ellas, en mudaadmiraci!n de aquellos recuerdos de un mundo perdido. El mundo del (iempo de Antes. -ero algoms. Un sudario de oscuridad, inmenso y despiadado, envolv/a cada uno de aquellos recuerdos.+onsigui! que Alicia se estremeciera hasta lo ms hondo. La mujer se pregunt! qu ser/an, peroenseguida lo supo0 el sueo del llamado Mart/ne%. Bulio Mart/ne%, de El -aso, (e#as, el >cimo delos >oce, condenado a muerte por el asesinato de un agente de las fuer%as del orden. Aquel al queAlicia hab/a ido a encontrar. En el sueo de Mart/ne%, ste siempre estaba violando a una mujer

    llamada Louise Nel nombre estaba escrito con letra cursiva en el bolsillo de la blusa de la mujerO, altiempo que la estrangulaba con un cable elctrico. La puerta del coberti%o colgaba en diagonal desus go%nes o#idados. Un lugar muy angosto0 Alicia habr/a preferido contar con ms espacio, sobre

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    todo con tres. Avan%! poco a poco, siguiendo la punta de su ballesta, y entr! en el coberti%o. >os delos virales estaban suspendidos cabe%a abajo de las vigas del techo, el tercero aga%apado en unrinc!n, mordisqueando un peda%o de carne con un sonido de succi!n. Acababan de devorar unant/lope. Los restos descarnados se hallaban esparcidos sobre el suelo, grumos de pelo, hueso y piel.En el sopor posprandial, los virales no repararon en su entrada. D2uenas noches, seoras. Abati! al

    primero de las vigas con la ballesta. Un golpe sordo y despus un chillido, interrumpido

    bruscamente, y su cuerpo cay! al suelo. Los otros dos ya se estaban despertando. El segundo sesolt! de la viga, encogi! las rodillas contra el pecho y rod! durante su descenso para aterri%ar sobrelos pies provistos de garras, el rostro vuelto a un lado. Alicia dej! caer la ballesta, desenvain! uncuchillo y con un solo movimiento fluido lo lan%! contra el tercero, que se hab/a levantado para

    plantarle cara. >os abatidos, uno en pie. (endr/a que haber sido fcil. >e repente, no lo fue.Mientras Alicia desenvainaba un segundo cuchillo, el viral se dio la vuelta y le propin! unmanota%o con tal fuer%a que el arma sali! disparada hacia la oscuridad. Antes de que el ser pudieraasestarle otro golpe, Alicia se tir! al suelo y se alej! rodando. +uando se levant!, con un nuevocuchillo en la mano, el viral hab/a desaparecido. Mierda. 4ecogi! la ballesta del suelo, carg! unaflecha y sali! corriendo afuera. J>!nde demonios estabaK >os rpidos pasos y Alicia salt! al tejadodel coberti%o, sobre el cual aterri%! con un sonido metlico. Agu%! la vista. 7ada, ni rastro. >e

    pronto, el viral se materiali%! a su espalda. Una trampa, comprendi! Alicia. &e habr/a escondido,tumbado al otro lado del tejado. currieron dos cosas de manera simultnea0 Alicia gir! sobre sustalones y apunt! la ballesta de forma instintivaQ y con un ruido de madera astillada y metaldestro%ado, el tejado cedi! bajo sus pies. Aterri%! sobre el suelo del coberti%o y el viral cay! sobreella. 5ab/a perdido la ballesta. Alicia habr/a desenvainado un cuchillo, pero ten/a ambas manosocupadas en el desigual proyecto de mantener alejado al viral a la distancia de su bra%o. El sermovi! el rostro de i%quierda a derecha, y a la i%quierda de nuevo, entrechocando las mand/bulas, endirecci!n a la curva de la garganta de Alicia. Una fuer%a irresistible enfrentada a un objetoinamovible0 Jcunto tiempo ms podr/a prolongarse la situaci!nK Los nios en sus camas, pens!Alicia. &e trataba de ste. Era la mujer que miraba desde la entrada de la habitaci!n a sus hijosdormidos. -iensa en los nios, pens! Alicia, y entonces lo dijo0 D-iensa en los nios. El viral sequed! petrificado. Una e#presi!n melanc!lica apareci! en su rostro. >urante el instante ms /nfimoNapenas medio segundoO, sus ojos se encontraron y sostuvieron la mirada en la oscuridad. Mary,

    pens! Alicia. (e llamas Mary. &u mano estaba llegando al cuchillo.#e envo a casa, hermana $ary,pens! Alicia.#e li%ero de la crcel de tu e&istencia"8 le hundi! el cuchillo hasta la empuadura enel punto dbil. Alicia apart! el cuerpo a un lado. Los dems segu/an donde hab/an ca/do. 4ecogi! elcuchillo y la flecha de los dos primeros, los limpi! y despus se arrodill! junto al cuerpo del $ltimo.Al terminar, Alicia se sent/a casi siempre vagamente vac/a. Le sorprendi! descubrir que letemblaban las manos. J+!mo lo hab/a sabidoK -orque as/ hab/a sido. +on absoluta claridad, hab/asabido que la mujer se llamaba Mary. E#trajo el cuchillo y lo apoy! sobre la cabe%a y el cora%!n.'racias, $ary, por no matarme antes de finali(ar mi misin" )spero que te hayas reunido con tus

    peque*os" Mary ten/a los ojos abiertos, sin ver nada. Alicia los cerr! con las yemas de los dedos.7o servir/a de nada dejarla donde estaba. Levant! el cuerpo en bra%os y lo sac! afuera. 5ab/a salidoun gajo de luna, que baaba el paisaje con su resplandor, una oscuridad visible. -ero no era la lu% dela luna lo que Mary necesitaba. +ien aos de cielo nocturno eran suficientes, pens! Alicia, ydeposit! a la mujer sobre un peda%o de tierra donde, al amanecer, el sol la encontrar/a y esparcir/asus ceni%as al viento. Alicia hab/a empe%ado la ascensi!n. 5ab/an transcurrido un d/a y una noche.&e hallaba en las montaas, sub/a por un lecho de r/o seco por un estrecho desfiladero. &u

    percepci!n de los virales era ms fuerte aqu/0 se dirig/a hacia algo concreto. Mary, pens!, Jquintentabas decirmeK +asi hab/a amanecido cuando lleg! a lo alto del risco, el hori%onte muy lejano.2ajo ella, en la negrura araada por el viento, el fondo del valle se desplegaba sin otra compa/aque las estrellas. Alicia sab/a que era posible discernir figuras diferenciadas a partir de su

    disposici!n en apariencia arbitraria, las formas de personas y animales, pero nunca hab/a aprendidoa hacerlo. Aparec/an ante ella s!lo como una dispersi!n aleatoria, como si cada noche arrojaran lasestrellas de nuevo hacia el cielo. Entonces lo vio0 un hueco boste%ante de negrura, en una depresi!n

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    similar a una cuenca. La entrada medir/a treinta metros de altura o ms. 2ancos curvos, como en unanfiteatro, tallados en la fa% rocosa de la montaa, se hallaban situados en la boca de la cueva. En elcielo aleteaban murcilagos. Era la puerta del infierno.)sts ah a%a+o, verdad?, pens! Alicia, ysonri!.#e he encontrado, hi+o de perra"

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    II

    El fam(l(a)

    PRIMAVERA

    AO CERO

    sta es en verdad la hora bruja de la noche, cuando los cementerios boste%an y el mism/simo

    infierno e#pande el contagio a este mundo.&5A'E&-EA4E,

    amlet

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    *

    Departamento de Polica de DenverE#pediente 9G=HC >istrito F (ranscripci!n delinterrogatorio a Lila 2eatrice 'yle -40 >et. 4ita +herno1 = de mayo, - de >enver, >istrito &eis. &on las cuatro y diecisiete minutos de la madrugada. >octora'yle, Jser/a tan amable de decirnos su nombre completoK L'0 Lila 2eatrice 'yle. 4+0 Es ustedcirujana ortopdica del 5ospital )eneral de >enver, Jno es ciertoK L'0 &/. 4+0 J&abe por qu est

    aqu/K L'0 -as! algo en el hospital. Usted quer/a hacerme algunas preguntas. J>!nde estamosK 4+0Estamos en la comisar/a de polic/a, doctora 'yle. L'0 JMe he metido en alg$n l/oK 4+0 8a hemoshablado de eso, JrecuerdaK Estbamos intentando averiguar qu hab/a sucedido en Urgencias estanoche. & que est alterada. (engo que hacerle algunas preguntas. L'0 Estoy cubierta de sangre.J-or qu estoy cubierta de sangreK 4+0 J4ecuerda lo que sucedi! en Urgencias, doctora 'yleK L'0Estoy muy cansada. J-or qu estoy tan cansadaK 4+0 Juiere que le traigamos algoK J+af, tal ve%KL'0 7o puedo beber caf. Estoy embara%ada. 4+0 JAgua, puesK JLe apetece un poco de aguaK L'0ale. .nterrupcin"/ 4+0 Empecemos por el principio. Esta noche estaba trabajando en Urgencias,Jno es ciertoK L'0 7o, estaba arriba. 4+0 -ero baj! a Urgencias, JverdadK L'0 &/. 4+0 JA quhoraK L'0 7o estoy segura. Alrededor de la una de la madrugada. Me enviaron un mensaje al busca.4+0 J-or qu le enviaron un mensaje al buscaK L'0 Era la ortopeda de guardia. 5ab/a un paciente

    con una mueca rota. 4+0 JEse paciente era el seor LetourneauK L'0 Eso creo, s/. 4+0 Ju msle dijeron sobre lK L'0 JAntes de que bajara, quiere decirK 4+0 &/. L'0 -resentaba una mordeduraque parec/a de animal. 4+0 J+omo una mordedura de perroK L'0 &upongo. 7o lo dijeron. 4+0JAlgo msK L'0 (en/a fiebre elevada. 5ab/a vomitado. 4+0 J&!lo le dijeron esoK L'0 &/. 4+0 Juvio cuando lleg! a UrgenciasK L'0 Estaba en la tercera cama. &!lo hab/a otros dos pacientes. Eldomingo suele ser tranquilo. 4+0 Ju hora ser/aK L'0 Entre la una y cuarto y la una y media. 4+0J8 e#amin! usted al seor LetourneauK L'0 7o. 4+0 Sormular la pregunta de otra manera. Jio al

    pacienteK Pausa"/ 4+0 J>octora 'yleK L'0 Lo siento, Jcul era la preguntaK 4+0 JEsta noche havisto al seor Letourneau en UrgenciasK L'0 &/. Mar3 tambin estaba presente. 4+0 J&e refiere aldoctor Mar3 &hinK L'0 Era el supervisor. J5a hablado con lK 4+0 El doctor &hin ha muerto,doctora 'yle. Sue una de las v/ctimas. L'0inaudi%le/. 4+0 J-odr/a hablar en vo% alta, por favorK

    L'0 Es que... 7o s. Lo siento, Jqu quer/a saberK 4+0 Ju puede decirme sobre el seorLetourneauK J+ul era su aspectoK L'0 JAspectoK 4+0 &/. JEstaba despiertoK L'0 Estaba despierto.4+0 Ju ms observ!K L'0 Estaba desorientado. Agitado. &u te% ten/a un color raro. 4+0 Juquiere decirK Pausa"/ L'0 5e de ir al bao. 4+0 Antes le har unas cuantas preguntas ms. & queest cansada. Le prometo que la sacar de aqu/ lo antes posible. L'0 J(iene hijos, detective+herno1K 4+0 J-erd!nK L'0 J(iene usted hijosK Es simple curiosidad. 4+0 &/, tengo dos chicos.L'0 J>e qu edadK &i no le importa que se lo pregunte. 4+0 +inco y siete. (engo que hacerlealgunas preguntas ms. J+ree que est preparada para esoK L'0 -ero apuesto a que quiere una nia,JverdadK +rame, no hay nada como tener una nia. 4+0 +oncentrmonos en el seor Letourneaude momento, Jde acuerdoK 5a dicho que estaba agitado. J-uede e#plicarse mejorK L'0 JE#plicarmemejorK 4+0 &/. Ju hac/aK L'0 Emit/a un ruido peculiar. 4+0 J-uede describirloK L'0 +omo unchasquido gutural. Estaba gimiendo. >aba la sensaci!n de que padec/a un dolor e#tremo. 4+0 JLehab/an dado algo para el dolorK L'0 Le hab/an administrado (ramadol. +reo que era (ramadol. 4+0Juin ms hab/a, aparte del doctor &hinK Pausa"/ 4+0 J>octora 'yleK Juin ms estaba con

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    usted cuando e#amin! al seor LetourneauK L'0 Una de las enfermeras. Estaba intentandotranquili%arle. &e encontraba muy alterado. 4+0 JAlguien msK L'0 7o me acuerdo. JUn camilleroK

    7o, dos. 4+0 Ju pas! despusK L'0 Empe%! a sufrir un ataque. 4+0 Juiere decir que el pacientesufri! un ataqueK L'0 &/. 4+0 Ju hi%o ustedK L'0 J>!nde est mi maridoK 4+0 Suera. ino conusted. J7o se acuerdaK L'0 J2rad est aqu/K 4+0 Lo siento. Juin es 2radK L'0 Mi marido. 2radRolgast. Es del S26. ui% le cono%ca. 4+0 Estoy confusa, doctora 'yle. El hombre que vino con

    usted se llama >avid +entre. J7o es su maridoK Pausa"/ 4+0 J>octora 'yleK JEntiende lo que leestoy preguntandoK L'0 -or supuesto que >avid es mi marido. u cosas tan raras me estdiciendo. J>e d!nde ha salido toda esta sangreKJEstuve implicada en alg$n accidenteK 4+0 7o,doctora 'yle. Estaba en el hospital. >e eso estamos hablando. 5ace tres horas, nueve personasfueron asesinadas en Urgencias. Estamos intentando averiguar qu ocurri!. Pausa"/ L'0 Eso memir!. J-or qu me mir!K 4+0 Ju la mir!, doctora 'yleK L'0 Sue horrible. 4+0 Ju eraK L'0-rimero mat! a la enfermera. 5ab/a mucha sangre. +omo un mar. 4+0 JEst hablando del seorLetourneauK JMat! a la enfermeraK 7ecesito que sea precisa. L'0 (engo sed. J-uedo beber un pocode aguaK 4+0 >entro de un momento. J+!mo mat! a la enfermera el seor LetourneauK L'0&ucedi! muy deprisa. J+!mo es posible que alguien se mueva con tal rapide%K 4+0 7ecesito que seconcentre, doctora 'yle. Ju utili%! el seor Letourneau para matar a la enfermeraK J(en/a un

    armaK L'0 JUn armaK 7o me acuerdo de ninguna arma. 4+0 J+!mo lo hi%o, puesK Pausa"/ 4+0J>octora 'yleK L'0 8o no pod/a moverme. &!lo... me mir!. 4+0 JAlgo la mir!K J5ab/a alguienms en la habitaci!nK L'0 Utili%! su boca. Sue as/ como lo hi%o. 4+0 JMe est diciendo que elseor Letourneau mordi! a la enfermeraK Pausa"/ L'0 Estoy embara%ada, JsabeK oy a tener unhijo. 4+0 8a me he dado cuenta, doctora 'yle. & que esto es muy estresante. L'0 7ecesitodescansar. uiero ir a casa. 4+0 6ntentaremos sacarla de aqu/ lo antes posible. &!lo para aclarar lascosas, Jafirma que el seor Letourneau mordi! a la enfermeraK L'0 JElla se encuentra bienK 4+0Sue decapitada, doctora 'yle. Usted estaba sosteniendo el cuerpo cuando la encontramos. J7o seacuerdaK L'0inaudi%le/. 4+0 J-uede hablar en vo% alta, por favorK L'0 7o entiendo qu quiereusted. J-or qu me hace estas preguntasK 4+0 -orque usted estuvo all/. Es nuestra $nico testigo.Esta noche ha visto morir a nueve personas. Las destriparon, doctora 'yle. L'0inaudi%le/. 4+0J>octora 'yleK L'0 Aquellos ojos. Era como mirar el infierno. +omo caer eternamente en laoscuridad. J+ree en el infierno, detectiveK 4+0 J>e quin eran los ojosK L'0 7o erahumano. Esimposible que fuera humano. 4+0 J+ontin$a hablando del seor LetourneauK L'0 7o puedo pensaren eso. 5e de pensar en la nia. 4+0 Ju vioK >/game lo que vio. L'0 uiero ir a casa. 7o quieroseguir hablando de esto. 7o me obligue. 4+0 Juin mat! a esas personas, doctora 'yleK Pausa"/4+0 >octora 'yle, Jse encuentra bienK Pausa"/ 4+0 J>octora 'yleK Pausa"/ 4+0 J>octora'yleK

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    +

    2ernard 'ittridge, conocido en todo el mundo como el ?Vltimo 4esistente de >enver@,comprendi! que hab/a llegado el momento de largarse la maana en que se fue la lu%. &e pregunt!

    por qu hab/a tardado tanto. Es imposible mantener en funcionamiento una red de suministroelctrico municipal sin gente que se encargue de ello, y por lo que 'ittridge ve/a desde el pisodecimonoveno, en la ciudad de >enver no quedaba ni una sola alma humana con vida. Lo cual noquer/a decir que estuviera solo. 5ab/a dedicado las primeras horas de la maana Nuna maana claray luminosa de la primera semana de junio, temperaturas de veintipico grados con la posibilidad de

    que monstruos chupadores de sangre se despla%aran en direcci!n al crep$sculoO a tomar el sol en laterra%a del tico que hab/a ocupado desde la segunda semana de la crisis. Era un lugar gigantesco,como un palacio areo. &!lo la cocina era del tamao del apartamento de 'ittridge. Los gustos del

    propietario se inclinaban por lo austero0 pulcros grupos de asientos de piel ms adecuados paramirarlos que para sentarse, relucientes suelos de travertino centelleante, pequeas alfombras

    peludas, mesas de cristal que daban la impresi!n de flotar en el espacio. Entrar por la fuer%a hab/asido sorprendentemente fcil. +uando 'ittridge hubo tomado la decisi!n, la mitad de la ciudadestaba muerta, huida o desaparecida. 5ac/a mucho tiempo que la polic/a se hab/a marchado. 5ab/a

    pensado en atrincherarse en una de las mansiones de +herry +ree3, pero basndose en las cosas quehab/a visto, quer/a un lugar ms elevado. El propietario del tico era un hombre al que apenasconoc/a, un cliente habitual de la tienda. &e llamaba Rarren Silo. -or un golpe de suerte, Rarren

    hab/a entrado en la tienda el d/a antes de que todo empe%ara para proveerse del equipo necesariocon vistas a un viaje de ca%a a Alas3a. Era un tipo joven, demasiado joven para la cantidad dedinero que ten/a, dinero de Rall &treet, probablemente, o de una de esas - de alta tecnolog/a.Aquel d/a, todo era normal como de costumbre, y 'ittridge hab/a ayudado a Rarren a transportarsus compras hasta el coche. Un Serrari, por supuesto. -arado al lado, 'ittridge pens!0 J-or qu nodar un paso ms y mercarse una matr/cula personali%ada que ponga )6L6-LLA& E7)4EW>KUna pregunta que debi! de leerse escrita en su rostro, porque apenas hab/a desfilado por la mente de'ittridge cuando Rarren enrojeci! avergon%ado. 7o vest/a su traje habitual, tan s!lo tejanos y unacamiseta con el lema &LA7 &+5L S MA7A)EME7( impreso delante. 5ab/a querido que'ittridge viera su coche, de eso no cab/a duda, e#hibir un veh/culo como aqul a un jefe de plantade utdoor Rorld que deb/a de ganar menos de cincuenta de los grandes al ao Nde hecho, la cifra

    era cuarenta y seisO. 'ittridge se permiti! una carcajada silenciosa Nlas cosas que aquel chavalignoraba ocupar/an un libroO y dej! que el momento se prolongara, s!lo para dejar las cosas claras.

    Lo s, lo s,confes! Rarren.)s un poco e&cesivo" $e di+e que nunca sera uno de esos capullosque conducen un 0errari, pero +uro por Dios que de%eras e&perimentar lo que se siente alconducirlo" 'ittridge hab/a averiguado la direcci!n de Rarren gracias a la factura. +uando setraslad! NRarren ya habr/a llegado sano y salvo a Alas3aO, result! de lo ms sencillo locali%ar lallave correcta en la oficina del encargado, introducirla en la ranura del panel del ascensor y subirdieciocho pisos hasta el tico. >escarg! su equipaje. Una maleta con ruedas llena de ropa, tres cajascon armas, una radio a manivela, prismticos de visi!n nocturna, bengalas, un 3it de primerosau#ilios, botellas de lej/a, una soldadora por arco elctrico para sellar las puertas del ascensor, sufiel ordenador porttil con su antena de satlite porttil, una caja de libros, y suficiente agua ycomida para un mes. La vista desde la terra%a, que abarcaba la longitud del lado oeste del edificio,era una panormica de ciento ochenta grados, encarada hacia la 6nterestatal ;T y la pista de Mile5igh. 5ab/a dispuesto cmaras equipadas con detectores de movimiento en cada e#tremo de la

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    terra%a, una que cubr/a la calle, una segunda dirigida hacia el edificio del otro lado de la avenida.5ab/a supuesto que conseguir/a un buen mont!n de imgenes de esa forma,pero los planosmemorables ser/an aquellos de objetivos abatidos. El arma que hab/a seleccionado para dicha tareaera un 4emington Henver, convertido en el $ltimo resistenteK 8 as/ naci! su apodo, el Vltimo4esistente de >enver. >esde el principio hab/a supuesto que s!lo era cuesti!n de tiempo quealguien se lo cargara, la +6A, la A&7 o la Agencia de &eguridad 7acional. Estaba causando un gran

    revuelo. (rabajaba en su favor el hecho de que el interfecto tendr/a que despla%arse hasta >enverpara darle el pasaporte. La direcci!n 6- de 'ittridge era imposible de locali%ar, apoyada por unacadena de servidores an!nimos, cuyo orden cambiaba cada noche. La mayor/a se hallaba en ele#tranjero0 4usia, +hina, 6ndonesia, 6srael, &udn. Lugares inalcan%ables para cualquier agenciafederal que quisiera cargrselo. &u blog Ndos millones de visitas el primer d/aO contaba con ms detrescientos sitios espejo, a los cuales se iban aadiendo cada ve% ms. 7o tard! ni una semana enconvertirse en un fen!meno a escala mundial. (1itter, Saceboo3, 5eadshot, &phere0 las imgenesascend/an al ter sin que tuviera que mover un solo dedo. Uno de sus sitios de admiradores contabaya con ms de dos millones de suscriptores. En e2ay, camisetas con el logo &8 EL VL(6M4E&6&(E7(E >E >E7E4 se vend/an como rosquillas. &u padre siempre hab/a dicho0i+o, loms importante en la vida es contri%uir en al!o"Juin habr/a pensado que la contribuci!n de'ittridge consistir/a en bloguear por v/deo desde primera l/nea del apocalipsisK -ero el mundosegu/a adelante. El sol todav/a brillaba. 5acia el oeste, las montaas recib/an la partida del hombrecon un encogimiento de su indiferente mole rocosa. >urante un tiempo hubo mucho humoNman%anas enteras hab/an ardido hasta los cimientosO, pero ahora se hab/a disipado y revelaba ladesolaci!n con espantosa claridad. >e noche, aparec/an manchas de negrura repartidas por laciudad, pero en otros puntos todav/a brillaban luces en las tinieblas0 farolas destellantes, gasolinerasy supermercados, con su caracter/stico brillo fluorescente, y luces de porches que hab/an quedadoencendidas a la espera del regreso de sus moradores. Mientras 'ittridge continuaba su vigilancia enla terra%a, un semforo, dieciocho pisos ms abajo, a$n segu/a virando de verde a amarillo a rojo, yvuelta a empe%ar. 7o estaba solo. La soledad le hab/a abandonado, mucho tiempo atrs. (en/a

    treinta y cuatro aos. Algo ms entrado en carnes de lo que habr/a deseado Ncon la pierna, era dif/cilmantener el peso a rayaO, pero todav/a era fuerte. &e hab/a casado en una ocasi!n, aos antes.4ecordaba aquel per/odo de su vida como veinte meses de supervit se#ual y felicidad conyugal,seguido de un n$mero idntico de meses de chillidos y gritos, acusaciones y contracusaciones, hastaque todo se hundi! como una roca, y se sent/a contento, en conjunto, de que aquella uni!n nohubiera producido hijos. &u relaci!n con >enver no era ni sentimental ni personal. >espus deabandonar la Administraci!n de eteranos hab/a aterri%ado all/, as/ de sencillo. (odo el mundo dec/aque un veterano condecorado no deber/a tener problemas a la hora de encontrar trabajo. ui%s eracierto. -ero 'ittridge no ten/a prisa. 5ab/a dedicado la mayor parte de un ao a leer, lo habitual al

    principio, novela negra y de intriga, pero al final se hab/a decantado por libros ms sustanciosos0$ientras a!oni(o,Por quin do%lan las campanas,uc1le%erry 0inn,)l !ran 'ats%y. &e hab/a

    entregado un mes entero a Melville, surcando los mares de$o%y Dic1. En su gran mayor/a setrataba de libros que, en su opini!n, deb/a leer, los que se hab/a saltado en el colegio, pero la verdadera que los disfrut! casi todos. &entado en el silencio de su apartamento, su mente perdida en relatos

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    de otras vidas y pocas, era como tomar un trago largo despus de aos de abstinencia. 5asta sehab/a apuntado a algunas clases en un centro de educaci!n para adultos, trabajaba en utdoorRorld de d/a, le/a y redactaba los trabajos por la noche y durante la hora de comer. 5ab/a algo enlas pginas de aquellos libros que pose/a la capacidad de hacerle sentir mejor sobre las cosas, unsalvavidas al que aferrarse antes de que las oscuras fuer%as de la memoria lo arrastraran de nuevocorriente abajo, y en d/as ms optimistas pod/a verse siguiendo aquella rutina durante alg$n tiempo.

    Una vida modesta pero soportable. 8 entonces, por supuesto, hab/a llegado el fin del mundo.La maana que se hab/a ido la lu%, 'ittridge hab/a terminado de cargar la grabaci!n de la nocheanterior y estaba sentado en el patio, leyendoistoria de dos ciudades, de >ic3ens Nel abogadoingls &ydney +arton acababa de declararle su amor eterno a Lucie Manette, la prometida deldesventuradamente idealista +harles >arnayO, cuando se le ocurri! la idea de que s!lo un helado

    pod/a mejorar la maana. La enorme cocina de Rarren, desde la cual se pod/a dirigir un restaurantede cinco estrellas, se encontraba, cosa poco sorprendente, casi vac/a de comida, y hac/a tiempo que'ittridge hab/a tirado los contenedores mohosos que hab/an constituido el escaso contenido delfrigor/fico. -ero era evidente que el tipo ten/a debilidad por el 2en and BerryXs +hocolate Sudge2ro1nie, porque el congelador estaba abarrotado de ellos. 7i +hun3y Mon3ey, ni +herry )arcia, ni-hish Sood, ni siquiera la vulgar vainilla. &!lo +hocolate Sudge 2ro1nie. A 'ittridge le habr/a

    gustado disponer de ms variedad, teniendo en cuenta que el helado iba a escasear durante untiempo, pero con poca cosa para comer, aparte de sopa de lata y galletitas saladas, tampoco iba aquejarse. >ej! el libro sobre el bra%o del sill!n, se levant! y atraves! la puerta de cristal desli%anteque daba acceso al tico. +uando lleg! a la cocina, ya hab/a empe%ado a presentir que algo noandaba bien, si bien esta sensaci!n ten/a que fusionarse todav/a alrededor de algo espec/fico. 7o fuehasta que abri! la caja de cart!n y hundi! la cuchara en la papilla blanda de +hocolate Sudge2ro1nie fundido cuando lo entendi! todo. -rob! un interruptor de la lu%. 7ada. Atraves! elapartamento mientras accionaba lmparas e interruptores. >e nuevo, nada. En medio de la sala deestar, 'ittridge se detuvo y respir! hondo. ale, pens!, vale. Era lo que cab/a esperar. En todo caso,hab/a durado ms de lo previsible. +onsult! su reloj0 las nueve y treinta y dos minutos de lamaana. El sol se pon/a algo despus de las ocho. Le quedaban unas die% horas y media para ponersu culo a salvo. Llen! una mochila con provisiones0 barritas de prote/nas, botellas de agua,calcetines y ropa interior limpia, su 3it de primeros au#ilios, una chaqueta de abrigo, un frasco deYyrtec Nsus alergias le hab/an dado la lata durante toda la primaveraO, un cepillo de dientes y unahoja de afeitar. -or un momento pens! en llevarseistoria de dos ciudades, pero se le antoj! poco

    prctico, y con una pun%ada de remordimiento lo dej! a un lado. &e visti! en el dormitorio con unacamiseta transpirable y pantalones multibolsillos, junto con un chaleco de supervivencia y un par de

    botas de e#cursi!n. >urante unos momentos medit! sobre las armas que iba a llevarse, hastadecantarse por un cuchillo 2o1ie, un par de )loc3s 9G y el A' de recarga polacocon culata

    plegable0 in$til para alcan%ar blancos distantes, pero fiable de cerca, como esperaba que sucediera.Las )loc3s encajaban a la perfecci!n en sus fundas. Llen! los bolsillos del chaleco con cargadores.

    +i! el A' a su portafusil, se carg! la mochila a los hombros y regres! al patio. Sue entoncescuando se fij! en el semforo de la avenida. erde, amarillo, rojo. erde, amarillo, rojo. -odr/atratarse de una chiripa, pero lo dudaba. Le hab/an locali%ado. La cuerda estaba atada a una tuber/ade desagPe del tejado. &e puso el arns de rpel, lo sujet!, pas! primero la pierna mala y despus la

    buena por encima de la barandilla. Las alturas no supon/an ning$n problema para l, pero no mir!abajo. Estaba subido sobre el borde de la terra%a, de cara a las ventanas del tico. A lo lejos oy! elsonido de un helic!ptero que se acercaba. Vltimo 4esistente de >enver, a punto de ser eliminado.&alt! al vac/o y descendi!. Un piso, dos pisos, tres, y la cuerda se desli%aba con suavidad entre susmanos. Aterri%! en la terra%a del apartamento que hab/a cuatro pisos ms abajo. Una familiar

    pun%ada de dolor ascendi! desde su rodilla i%quierda. Apret! los dientes para soportarla. Elhelic!ptero se estaba acercando, el batir de sus paletas resonaba en los edificios. &e desprendi! del

    arns, desenfund! una )loc3 y dispar! una sola bala que destro%! el cristal de la puerta de laterra%a. El aire del apartamento estaba viciado, como el interior de una cabaa cerrada a cal y cantopara salvaguardarse del invierno. Muebles pesados, espejos dorados, una vieja acuarela de un

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    caballo sobre la chimenea. >esde alg$n lugar percibi! un hedor a podrido. Atraves! el espacio encalma sin dedicarle apenas una mirada. &e detuvo ante la puerta para sujetar una linterna al ca!ndel A' y sali! al vest/bulo para luego encaminarse a la escalera. Llevaba en el bolsillo las llaves delSerrari, aparcado en el garaje subterrneo del edificio, diecisis pisos ms abajo. 'ittridge abri! conel hombro la puerta de la escalera y barri! a toda prisa el espacio con el ha% de lu% de la linterna delA', arriba y abajo. >espejado. &ac! una bengala del chaleco y desenrosc! con los dientes el tap!n

    de plstico hasta que qued! al descubierto el bot!n de encendido. +on un chasquido, la bengalainici! su lluvia de chispas. 'ittridge la sostuvo a un lado, apunt! y la solt!. &i hab/a algo all/ abajo,pronto lo sabr/a. &us ojos siguieron la bengala mientras descend/a, soltando una estela de humo. Enalg$n momento ro%! la barandilla y rebot! hasta perderse de vista. 'ittridge cont! hasta die%. 7ada,ni el menor movimiento. (res bengalas despus lleg! hasta el fondo. Una pesada puerta de acerocon una barra para empujar y un pequeo cuadrado de cristal refor%ado conduc/an al garaje. Elsuelo estaba sembrado de basura0 latas de gaseosa, envoltorios de caramelos, botes de comida. Unsaco de dormir arrugado y una pila de ropa mohosa demostraban que alguien hab/a dormido all/0escondido, como l. 'ittridge hab/a e#plorado el garaje el d/a de su llegada. El Serrari estabaaparcado cerca de la esquina sudoeste, a una distancia de unos sesenta metros. (endr/a que haberloacercado ms a la puerta, pero hab/a tardado tres d/as en locali%ar las llaves de Rarren NJquin

    guardaba las llaves del coche en un caj!n del cuarto de baoKO, cuando ya se hab/a atrincherado enel interior del tico. El mando a distancia ten/a cuatro botones0 dos para las puertas, uno para laalarma, y confiaba en que el cuarto fuera para poner en marcha el veh/culo. Sue ste el que apret!

    primero. >esde las entraas del garaje se oy! un agudo pitido de una sola nota seguido del rugidogutural del motor del Serrari. tra equivocaci!n0 el Serrari estaba aparcado cerca de la pared.(endr/a que haber pensado en eso. 7o s!lo retrasar/a su huidaQ si el coche hubiera estado encaradoen direcci!n contraria, los faros le habr/an brindado una mejor vista del interior del garaje. Lo $nicoque pod/a distinguir a travs de la diminuta ventana de la escalera era una %ona lejana y luminosadonde aguardaba el coche, un gato que ronroneaba en la oscuridad. El resto del garaje se hallabaenvuelto en negrura. A los infectados les gustaba colgarse de cosas0 vigas de techo, caer/as,cualquier cosa de superficie tctil. La ms /nfima grieta bastar/a. +uando llegaran, lo har/an desdearriba. 5ab/a llegado el momento de tomar una decisi!n. J(irar ms bengalas a ver qu pasabaKJAtravesar la oscuridad con sigilo en busca de refugioK JAbrir la puerta y correr como un posesoKEntonces, en lo alto, 'ittridge oy! el crujido de una puerta de la escalera al abrirse. +ontuvo elaliento y escuch!. Eran dos. 4etrocedi! de la puerta y torci! el cuello para mirar hacia arriba. >ie%

    pisos ms arriba, un par de puntos rojos bailaban sobre las paredes. Abri! la puerta de un empuj!n ycorri! como un poseso. 5ab/a llegado a medio camino del Serrari cuando el primer viral cay! detrsde l. 7o hab/a tiempo para volverse y disparar. 'ittridge continu! corriendo. 7otaba el dolor de larodilla como la mecha de una llama, un pun%!n hundido hasta el hueso. >esde la periferia de sussentidos tom! conciencia de que los seres despertaban, de que el garaje cobraba vida. Abri! la

    puerta del Serrari, tir! el A' y la mochila en el asiento del pasajero, subi! y cerr! la puerta de

    golpe. El veh/culo era tan bajo que tuvo la sensaci!n de estar sentado en el suelo. El salpicadero,lleno de misteriosos indicadores e interruptores, brillaba como el de una nave espacial. Saltaba algo.J>!nde estaba el cambio de marchasK Un ruido metlico, y el ser ocup! toda la visi!n de 'ittridge.El viral hab/a saltado sobre el cap!, aovillado como un reptil. >urante un momento le mir! confrialdad, un depredador que contemplaba a su presa. Estaba desnudo, salvo por un reloj de mueca,un reluciente 4ole# grueso como un cubito de hielo.2arren?, pens! 'ittridge, pues llevaba unoigual el d/a en que 'ittridge le hab/a acompaado hasta el coche.2arren, vie+o ami!o, eres t3?

    Porque en tal caso, no me ira nada mal que me aconse+aras so%re cmo poner en marcha estetrasto" Entonces descubri! con las yemas de los dedos un par de levas situadas debajo del volante.&erv/an para regular el cambio de marchas del coche. (ambin tendr/a que haber pensado en eso.Acelerar a la derecha, reducir la velocidad a la i%quierda, como en una moto. Marcha atrs ser/a

    alg$n bot!n del salpicadero.)l de la 4, !enio" 5se" Apret! el bot!n y aceler!. >emasiado rpido0con un chirrido de goma humeante, el Serrari sali! disparado hacia atrs y choc! contra un pilar decemento. 'ittridge se hundi! en el asiento y rebot! hacia delante. &u cabe%a choc! contra el cristal

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    de la ventanilla lateral con un golpe sordo audible. &u cerebro repic! como un diapas!n. -art/culasde lu% plateada bailaban en sus ojos. Eran interesantes, interesantes y hermosas, pero otra vo% en suinterior le dec/a que contemplar aquella visi!n, siquiera un momento, significar/a morir. El viral,que hab/a ca/do del cap!, se estaba levantando del suelo. &in duda intentar/a romper el parabrisas.>os puntos rojos aparecieron en el pecho del viral. +on la rapide% de un ave, el ser desvi! la vistade 'ittridge y se abalan%! sobre los soldados que entraban por la puerta del garaje. 'ittridge gir! el

    volante, accion! la leva de la derecha al tiempo que pisaba el acelerador. Una sacudida y despus unaumento brusco de velocidad0 qued! aplastado contra el asiento al tiempo que o/a una rfaga dearmas automticas. Busto cuando pensaba que hab/a perdido el control del coche una ve% ms,locali%! la salida, mientras las paredes del garaje desfilaban a toda velocidad. La aparici!n de lossoldados s!lo le hab/a deparado un momento de ventaja. Un velo% vista%o por el retrovisor y'ittridge distingui!, a la lu% de los faros traseros, lo que parec/a ser el estallido de un cuerpohumano, miembros que saltaban en todas las direcciones. El segundo soldado no se ve/a porninguna parte, aunque si 'ittridge hubiera tenido que apostar, dir/a que el hombre ya estaba muerto,reducido a despojos sanguinolentos. 7o volvi! a mirar atrs. La rampa que daba a la calle se hallabados pisos ms arriba, al otro lado del garaje. Mientras 'ittridge doblaba la primera esquina, entre elrugido del motor y el chirriar de los neumticos, dos virales ms cayeron del techo y se

    interpusieron en su camino. Uno cay! bajo las ruedas con un crujido h$medo, pero el segundoaterri%! sobre el techo del Serrari a horcajadas, como un corredor de vallas. 'ittridge e#periment!una pun%ada de asombro, incluso de admiraci!n. En el colegio, hab/a aprendido que no se puedecapturar una mosca con la mano porque el tiempo era diferente para una mosca0 en el cerebro deuna mosca, un segundo equival/a a una hora, y una hora a un ao. As/ eran los infectados. +omoseres al margen del tiempo. Estaban por todas partes, sal/an de todos sus escondites. &e abalan%abansobre el coche como suicidas, impelidos por la locura de su ansia. &e abri! paso entre ellos,mientras los cuerpos volaban, y sus rostros monstruosos y deformes impactaban contra el parabrisasantes de rebotar en todas direcciones. >os curvas ms y ser/a libre, pero uno se hab/a aferrado altecho del Serrari. 'ittridge dobl! la esquina, patin! en el cemento resbaladi%o, y dio la impresi!n deque la fuer%a de la desaceleraci!n enviaba rodando al viral sobre el cap!. Una mujer0 parec/a irataviada nada ms y nada menos que con un vestido de novia. 5undi! los dedos en el hueco de la

    base del parabrisas y se puso a cuatro patas. &u boca, una trampa para osos con dientes manchadosde sangre, estaba abierta de par en par. Un diminuto crucifijo de oro colgaba en la base de sugarganta.Lamento lo de tu %oda, pens! 'ittridge mientras desenfundaba una pistola, la apoyabasobre el volante y disparaba a travs del parabrisas. >obl! la $ltima esquina a toda velocidad.>elante, un ha% de lu% diurna dorada le mostr! el camino. 'ittridge entr! en la rampa a ciento cinco3il!metros por hora sin dejar de acelerar. La salida estaba bloqueada por una reja metlica, pero estehecho no se le antoj! un obstculo, en absoluto. 'ittridge enfil! la puerta, hundi! el pedal hasta elsuelo y se agach!. Un impacto furioso. >urante dos segundos completos, una eternidad enminiatura, el Serrari vol! por los aires. &ali! disparado como un cohete hacia la lu% del sol y se

    estrell! contra el pavimento con un golpe estremecedor, mientras saltaban chispas del chasis. Libreal fin, pero ahora ten/a otro problema0 no hab/a nada que pudiera pararlo. 6ba a estrellarse contra elvest/bulo del banco que hab/a al otro lado de la calle. Mientras 'ittridge rebotaba contra lamediana, pis! el freno y gir! a la i%quierda, preparado para el choque. -ero no fue necesario0 con unchirrido de goma humeante, los neumticos se agarraron y resistieron, y a continuaci!n 'ittridgecay! en la cuenta de que estaba volando por la avenida hacia la maana primaveral. (uvo queadmitirlo. J+ules hab/an sido las palabras e#actas de RarrenKDe%eras e&perimentar lo que se

    siente al conducirlo" Era cierto. 'ittridge jams hab/a conducido algo semejante en su vida.

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    >urante un tiempo, mucho tiempo, que no era tiempo en absoluto, el hombre conocido comoLa1rence )rey Ne#recluso del +entro +orreccional Masculino de 2eeville y pederasta fichado porel >epartamento de &alud -$blica de (e#asQ empleado civil del -royecto 7 y de la >ivisi!n deArmas EspecialesQ )rey la Suente, el >esencadenador de la 7oche, Samiliar del Llamado +eroO noestuvo en ning$n sitio. 7o era nada y ning$n lugar, un ser aniquilado, que no pose/a ni memoria nihistoria, su conciencia dispersa en un mar carente de orillas y dimensiones. Un ancho y oscuro marde voces que murmuraban su nombre.'rey, 'rey. Estaban all/ y no estaban, le llamaban mientras

    flotaba solo, uno con la oscuridad, a la deriva en un mar eternoQ y arriba de todo, las estrellas. -erono s!lo las estrellas. -orque ahora hab/a llegado una lu%, una suave lu% dorada que ondulaba sobresu rostro. 2ri%nas de sombras se mov/an a travs de ella, giraban como un molinete, y con esta lu%un sonido0 a!rtico, card/aco, un tamborileo que lat/a al ritmo de sus giros. )rey contemplabaaquella maravillosa lu% giratoriaQ y en su conciencia se fue insinuando la idea de que estaba viendoa >ios. La lu% era >ios que estaba en los cielos, que se mov/a sobre las aguas, que ro%aba el rostrodel mundo como el dobladillo de una cortina, que acariciaba y bendec/a a su creaci!n. La certe%afloreci! en el interior de )rey con un estallido de dul%ura. Z+unto goce[ Z+unta comprensi!n y

    perd!n[ La lu% era >ios y >ios era amor. )rey s!lo ten/a que entrar en ella, entrar en la lu%, ysentir/a aquel amor eternamente. 8 una vo% dijo0a lle!ado la hora, 'rey" 6en a m" &inti! que seal%aba, que ascend/a. &e levant!, y mientras se levantaba, el cielo e#tendi! sus alas, le recibi!, le

    transport! hacia la lu%, que era casi insoportable0 un brillo cegador y destructor, como el sonido deun chillido que era el suyo. )rey, hacia lo alto. )rey, renacido.7%re los o+os, 'rey" bedeci!.Abri! los ojos. &u visi!n se fue enfocando lentamente. Una forma oscura estaba girando de unamanera desagradable encima de su cara. Era un ventilador de techo. -arpade! para eliminar lamugre. Un sabor amargo, como a ceni%as mojadas, pintaba las paredes de su boca. La habitaci!ndonde se encontraba ten/a la pinta inconfundible de una cadena de moteles0 el cubrecama spero yla almohada de espuma barata, el colch!n sembrado de crteres abajo y el techo de gotel arriba, elolor a aire reciclado y utili%ado e#cesivamente en sus fosas nasales. 5asta mover la cabe%a parec/ae#igir un esfuer%o sobrehumano, ms all de su alcance. La habitaci!n estaba iluminada por una lu%diurna amarillenta pegajosa que se filtraba a travs de las cortinas. &obre su rostro, el ventiladorgiraba y giraba, oscilaba en su soporte, y sus gastados cojinetes cruj/an r/tmicamente. La visi!n era

    tan abrasiva para sus sentidos como sales aromticas, pero no pod/a apartar la vista. NJ8 no hab/atambin algo as/ como un sonido ensordecedor, algo procedente de un sueoK JUna lu% brillante,que le elevabaK -ero ya no se acordaba.O D2ien, te has despertado. &entado en el borde de lasegunda cama, con la mirada baja, hab/a un hombre. Un hombre menudo y fofo, que parec/a estarembutido en su mono como una salchicha en su envoltorio. Uno de los empleados civiles del-royecto 7, conocidos como barrenderos0 hombres como )rey, cuyo trabajo consist/a en limpiarlos orines y la mierda, dar apoyo a los funcionarios y vigilar a los fosforescentes durante horas yhoras, hasta que poco a poco iban perdiendo la chavetaQ delincuentes se#uales sin e#cepci!n,despreciados y olvidadosQ hombres sin historia que alguien quisiera recordar, su cuerpo debilitado

    por las hormonas, su mente y esp/ritu tan neutros como un perro castrado. D-ensaba que unventilador lo lograr/a. &i quieres que te diga la verdad, ni siquiera puedo mirar esa cosa. )reyintent! responder, pero no pudo. 7otaba la lengua reseca, como si hubiera fumado mil millones decigarrillos. &u vista se hab/a nublado de nuevo. (en/a la impresi!n de que se le iba a partir lamaldita cabe%a. 5ab/an pasado aos desde que hab/a bebido ms de un par de cerve%as seguidas

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    Ncon la medicaci!n, ibas demasiado dormido y perd/as el inters por todoO, pero )rey recordaba loque era una resaca. As/ se sent/a. +on la peor resaca del mundo. DJu pasa, )reyK J(e ha comidola lengua el gatoK DEl hombre solt! una risita, debido a alg$n chiste privadoD. Es divertido,JsabesK (eniendo en cuenta las circunstancias, no le har/a ascos ahora a un poco de tartar de gato.

    D&e volvi! hacia )rey y arque! las cejasD. 7o pongas esa cara de besugo. 8a sabrs a qu merefiero. (ardas unos d/as, pero despus te enganchas. )rey record! el nombre de aquel individuo0

    6gnacio. Aunque el 6gnacio que )rey recordaba era mayor, ms hecho polvo, con una frentepronunciada y arrugada, unos poros en los que pod/as aparcar un coche y unos mofletes quecolgaban como los de un basset. Este 6gnacio se encontraba en plena forma, todo rosadito, lasmejillas encarnadas, piel suave de beb, ojos que centelleaban como circonitas. 5asta su pelo

    parec/a ms joven. -ero no cab/a duda de quin era, teniendo en cuenta el tatuaje0 tinta carcelaria,borrosa y a%ulada, una serpiente encapuchada que trepaba por su garganta desde el cuello abiertodel mono. DJ>!nde estoyK DEres la monda, JsabesK Estamos en el 4ed 4oof. DJEl quK Elhombre resopl!. DEn el puto 4ed 4oof, )rey. J+re/as que ellos nos iban a enviar al 4it%K )llos?,

    pens! )rey. Juines eranellosK J8 a qu se refer/a 6gnacio con ?enviar@K JEnviar con quprop!sitoK Sue en ese momento cuando )rey repar! en que 6gnacio estaba aferrando algo en lamano. JUna pistolaK D6ggy, Jqu ests haciendo con esoK 6gnacio levant! la pistola con un

    movimiento pere%oso, una CT de ca!n largo, y la mir! con el ceo fruncido. D7o gran cosa, por lovisto. DLade! la cabe%a en direcci!n a la puertaD. Aquellos otros tipos estuvieron un tiempo aqu/tambin. -ero todos se han ido. DJu tiposK Denga, )rey. 8a sabes a quin me refiero. Elflacucho, )eorge. Eddie noIsIqu. Bude, el de la coleta. DMir! hacia las cortinasD. &i quieres quete diga la verdad, nunca me cay! bien. Me enter de lo que hi%o, aunque soy de poco hablar. -eroese hombre era de lo ms desagradable. 6gnacio estaba hablando de los dems barrenderos. Juestaban haciendo ah/K Ju estaba haciendo l ah/K La pistola no era una buena seal, pero )reyera incapa% de convocar un s!lo recuerdo de c!mo hab/a ido a parar all/. Lo $ltimo que recordabaera que estaba cenando en la cafeter/a del recinto0 guisado de buey con una salsa espesa,acompaado de patatas cortadas muy finas y jud/as verdes, adems de una +herry +o3e paratrasegarlo todo. Era su plato favorito. &iempre se relam/a de gusto al pensar en el guisado de buey.&i bien, al pensar en su sabor grasiento, el est!mago se le revolvi! y sinti! nuseas. Un chorro de

    bilis ascendi! a su garganta. (uvo que relajarse un momento para poder respirar. 6gnacio seal! lapuerta con un gesto lnguido de la pistola. DMira t$ mismo, si quieres. -ero estoy convencido deque se han ido. )rey trag! saliva. DJAd!ndeK DEso depende. A donde deb/an ir. )rey se sent/aconfundido por completo. 7i siquiera era capa% de imaginar qu preguntas deb/a hacer. >e todosmodos, estaba convencido de que las respuestas no le gustar/an. (al ve% lo mejor ser/a mentir condiscreci!n. +onfiaba en no haber hecho algo terrible, como en los viejos tiempos. Los d/as delAntiguo )rey. D2ien Ddijo 6gnacio, y carraspe!D, aprovechando que ests despierto, supongoque lo mejor ser que me ponga en marcha. Me espera una larga caminata. D&e levant! y e#tendi!el armaD. (oma. )rey vacil!. DJ-ara qu quiero yo una pistolaK D-or si te entran ganas de, ya

    sabes, matarte. )rey se qued! demasiado estupefacto para contestar. Lo $ltimo que deseaba era unarma. &i alguien le descubr/a con un arma encima, le enviar/an a la crcel sin ms dilaci!n. +omono hi%o ademn de aceptar el arma, 6gnacio la dej! sobre la mesita de noche. D-insalo, de todasformas. 7o tardes tanto como hice yo. +uanto ms esperas, ms dif/cil se te hace. Mira en qu l/ome he metido. 6gnacio avan%! hacia la puerta, desde donde se volvi! para pasear la mirada por lahabitaci!n por $ltima ve%. DLo hicimos de verdad. -or si te lo estabas preguntando. D4espir!hondo, e#puls! el aire con las mejillas hinchadas y levant! la cabe%a hacia el techoD. Lo curioso esque no s qu hice para merecer esto. 7o era tan malo, la verdad. 7o ten/a la intenci!n de hacer lamitad de aquellas cosas. Estaba hecho de otra pasta. DMir! de nuevo a )rey. &us ojos estabanentelados de lgrimasD. Eso dec/a siempre el loquero. 6gnacio, ests hecho de otra pasta. )rey noten/a ni idea de qu decir. A veces no se le ocurr/a nada, y supuso que era una de dichas ocasiones.

    La e#presi!n del rostro de 6gnacio le record! a algunos de los presos que hab/a conocido en2eeville, hombres que, al llevar encerrados tanto tiempo, eran como %ombis de alguna pel/culaantigua. 5ombres sin otra cosa que el pasado para mortificarse, y delante, un tramo interminable de

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    nada. D2ien, a la mierda. D6gnacio sorbi! por la nari% y se la frot! con el dorso de la muecaD.8a no sirve de nada quejarse. &i haces la cama, has de acostarte en ella. -iensa en lo que te hedicho, Jde acuerdoK 5asta la vista, )rey. 8 con un chorro de lu% de la puerta abierta, desapareci!.Ju deducir de esoK )rey permaneci! inm!vil durante mucho rato, mientras su cabe%a dabavueltas como un neumtico gastado sobre hielo. En parte, no estaba seguro de si se hallabadespierto o continuaba durmiendo. 4epas! los datos para proporcionar a su mente algo a lo que

    aferrarse. Estaba en una cama. La cama estaba en un motel, un 4ed 4oof. El motel se encontraba enalg$n lugar de +olorado, probablemente, suponiendo que no hubiera ido muy lejos. La lu% de lasventanas informaba de que era de maana. 7o daba la impresi!n de estar herido. En alg$n momentode las $ltimas veinticuatro horas, tal ve% ms y tal ve% menos, pero no ms de un d/a, hab/a perdidoel conocimiento. (endr/a que partir de ah/. &e incorpor! sobre los codos. La habitaci!n hed/a asudor y humo. (en/a el mono manchado y roto en las rodillas. Estaba descal%o. Movi! los dedos delos pies, y las articulaciones crujieron y chasquearon. >aba la impresi!n de que todo funcionaba. 8ahora que lo pensaba, Jno era cierto que se encontraba mejorK 8 no s!lo mejor0 mucho mejor. Eldolor de cabe%a y el mareo hab/an desaparecido. &e le hab/a aclarado la vista. 7otaba lase#tremidades firmes y fuertes, henchidas de energ/a nueva y contenida. (odav/a notaba un malsabor en la boca Nencontrar un cepillo de dientes o un paquete de chicle era lo primero que deb/a

    hacerO, pero por lo dems, )rey se sent/a perfectamente. 2aj! los pies al suelo. La habitaci!n erapequea, el espacio justo para las camas, con sus cobertores marr!n y naranja, y una mesa pequeacon un televisor. -ero cuando levant! el mando a distancia para encenderlo, s!lo consigui! una

    pantalla a%ul con el sonido de un tono de marcar. Yape! de canal en canal. Las emisoras afiliadas,+77, el +anal de la )uerra, )(, todas apagadas. 2ien, era de esperar. (endr/a que dec/rselo aldirector. Aunque no recordaba haber pagado la habitaci!n, y le hab/an confiscado el billetero mesesantes, cuando hab/a llegado al recinto.)l recinto, pens! )rey, y la palabra cay! sobre su est!magocomo una roca. Suera cual fuera la verdad, estaba metido en un buen l/o. 7o te levantabas y temarchabas sin ms. 4ecord! a Bac3 y a &am, los dos barrenderos que se hab/an ausentado sin

    permiso, y lo mucho que se hab/a cabreado 4ichards. Alguien a quien era mejor no cabrear, pordecirlo de una manera suave. 2astaba una mirada del hombre para que las tripas de )rey serevolvieran. (al ve% por eso hab/an huido los barrenderos. (al ve% ten/an miedo de 4ichards. &u sedse despert! entonces, una sed enloquecedora, como si hiciera d/as que no bebiera. -uso la cabe%a

    bajo el grifo del cuarto de bao, bebi! con ansiedad, dej! que el agua cayera a chorros sobre sucara. (!malo con calma, )rey, pens!, vas a ponerte enfermo si bebes as/. >emasiado tarde0 el agualleg! a su est!mago como una ola violenta, y al instante siguiente se encontr! de rodillas, aferrado alos bordes del retrete, mientras toda el agua volv/a a su boca. 2ien, qu estupide%. l era el $nicoculpable. &e qued! de rodillas un momento, esperando a que se le pasaran los retortijones,aspirando el hedor de su propio v!mito, sobre todo agua, pero con la $ltima arcada una bolitaempalagosa, como una yema de huevo, sin duda los restos sin digerir del guiso de buey. >eb/a dehaber hecho un esfuer%o inusitado, porque le %umbaban los o/dos0 un gemido tenue, casi inaudible,

    como el sonido de un diminuto motor que %umbara dentro de su crneo. &e puso en pie con unesfuer%o y tir! de la cadena. io en el tocador una pequea botella de colutorio en una bandeja conjabones y lociones, todos sin tocar, y dio un trago para eliminar el sabor de su boca, hi%o grgarasun rato y escupi! en el lavabo. >espus, mir! su cara en el espejo. El primer pensamiento de )reyfue que alguien le estaba gastando una broma0 una broma complicada, carente de gracia eimprobable, en que el espejo hab/a sido sustituido por una ventana, y al otro lado se al%aba unhombre, un hombre mucho ms joven y apuesto. El impulso de e#tender la mano y tocar la imagenera tan fuerte que lo hi%o, y el hombre del espejo reprodujo a la perfecci!n sus movimientos. JucooK, pens! )rey, y entonces lo dijo0 ?Ju cooK@. El rostro reflejado era delgado, de piel clara,atractivo. El pelo peinado sobre las orejas en una melena lustrosa, de un intenso tono castao. (en/alos ojos claros y brillantes. >e hecho, centelleaban. Bams en su vida hab/a tenido )rey un aspecto

    tan estupendo. Algo ms le llam! la atenci!n. Una especie de marca en el cuello. &e inclin! haciadelante y al%! la cabe%a. >os l/neas de depresiones simtricas, como cuentas, dispuestas de unamanera ms o menos circular, con la parte superior del c/rculo que llegaba hasta la l/nea de la

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    mand/bula, y la inferior ro%aba la curva de la clav/cula. La herida ten/a un color rosado, como siacabara de curarse. J+undo demonios hab/a sucedido aquelloK Un perro le hab/a mordido cuandoera pequeo. Esto se le parec/a. Un chucho viejo y desabrido de la perrera, pero a l le gustaba pesea todo, era algo que le pertenec/a, hasta el d/a que hab/a mordido a )rey en la mano, sin ning$nmotivo. )rey s!lo hab/a querido darle una galleta, y su padre lo hab/a llevado a rastras hasta el

    patio. >os disparos, )rey lo recordaba con claridad, el primero seguido de un gaido agudo,

    mientras que el segundo silenci! para siempre al perro. El perro se llamaba8uster. 5ac/a aos que)rey no pensaba en l. -ero esa cosa en el cuello, Jde d!nde hab/a salidoK Le recordaba algo, unasensaci!n ded+9 vu, como si el recuerdo hubiera estado guardado en un caj!n equivocado de sumente. 'rey, no lo sa%es? )rey dio media vuelta. DJ6ggyK &ilencio. olvi! al dormitorio. Abri!el armario, se arrodill! para mirar debajo de las camas. 7adie. 'rey" 'rey" DJ>!nde ests, 6ggyK>eja de tocarme los huevos. :o te acuerdas, 'rey? Algo le estaba pasando, algo grave. 7o era lavo% de 6ggy la que estaba escuchando0 la vo% estaba en su cabe%a. +ada superficie sobre la que se

    posaban sus ojos parec/a estar viva. &e frot! los ojos, pero s!lo consigui! empeorar la situaci!n. 7os!lo ten/a la impresi!n de ver cosas, sino tambin de tocarlas, olerlas y saborearlas, como si se lehubieran cru%ado los cables. :o te acuerdas""" de ha%er muerto? 8 al instante siguiente se acord!0el recuerdo le atraves! el pecho como una flecha. El a%ul acutico de la cmara de contenci!n, y la

    puerta que se abr/a poco a poco. &ujeto +ero sobre l, asumiendo al cien por cien todas sus terriblesdimensionesQ el tacto de las mand/bulas de +ero sobre la curva de su cuello y el abra%o de losdientes, alineados fila tras filaQ la partida de +ero, que le dejaba solo, el bramido de la alarma y elsonido de disparos y los gritos de los hombres que mor/anQ cuando sali! tambaleante al pasillo, unavisi!n infernal, sangre por todas partes, que pintaba las paredes y el suelo, y los restosespelu%nantes, un matadero de bra%os, piernas y torsos con sus entraas desenrolladasQ el chorroarterial pegajoso que se filtraba entre sus dedos, apretados contra la gargantaQ el aire que seescapaba con un silbido de su cuerpo, su larga ca/da al suelo, la negrura que le rodeaba, la vista queoscilabaQ y despus, la sumisi!n. h, >ios. 6en a m, 'rey" 6en a m" &ali! corriendo de lahabitaci!n y la lu% del d/a ceg! sus ojos. Era una locuraQ estaba loco. Atraves! corriendo elaparcamiento como un gran animal torpe, ciego y sin sentido de la orientaci!n, las manos aplastadascontra los o/dos. 5ab/a algunos coches en el aparcamiento, abandonados en ngulos errticos,muchos con las puertas abiertas. -ero en su estado enfebrecido, la mente de )rey no consigui!registrar este dato, ni tampoco otros detalles preocupantes0 las ventanas rotas de la fachada delmotelQ la autopista en la que no se ve/a el movimiento de ning$n cocheQ la gasolinera abandonadadel otro lado de la carretera de acceso, con las ventanas manchadas de rojo, y el cuerpo de unhombre derrumbado contra el surtidor como si se estuviera echando una siesta improvisadaQ elMc>onaldXs destro%ado, las sillas, mesas, paquetes de 3etchup, juguetes de 5appy Meal y clientesde diversas edades y ra%as arrojados a travs de las ventanas con inusitada violenciaQ la columna dehumo qu/mico de los restos todav/a en llamas de un triler, a tres 3il!metros de distanciaQ las aves.)randes nubes giratorias de aves enormes y negras, cuervos, buitres y guilas ratoneras, los

    carroeros, que daban vueltas pere%osas en el cielo. (odo ello suspendido como el desenlace de unaterrible batalla, baado por el sol implacable del verano. Lo ves, 'rey? DZ2asta[ Z+ierra el pico[(rope%! con algo blando. Algo orgnico, h$medo y blando, bajo sus pies. +ay! a cuatro patas yresbal! sobre el asfalto.$ira el mundo que hemos creado" +err! los ojos con fuer%a. 7o consegu/arespirar. &ab/a sin necesidad de mirarla que la cosa blanda era un cadver.Por favor, pens!, sinsaber muy bien a quin o a qu se dirig/a. A l mismo. A la vo% de su cabe%a. A >ios, en el cual

    jams hab/a cre/do, pero en el que deseaba creer ahora.;iento lo que hice, fuera lo que fuera" Losiento, lo siento, lo siento" +uando mir! por fin, toda esperan%a le hab/a abandonado. El cadverera de una mujer. La carne de la cara se hab/a pegado tanto a los huesos que costaba discernir suedad. 6ba vestida con pantalones de chndal y una camiseta de cuello redondo, con un volante deencaje rosa en la l/nea del cuello. )rey supuso que habr/a estado acostada y sali! a ver qu pasaba.

    Estaba espatarrada sobre el pavimento, la espalda y los hombros torcidos. Yumbaban moscas sobreella, entraban y sal/an de su boca y ojos. (en/a un bra%o estirado sobre el pavimento, y las yemas desus dedos tocaban la herida de su garganta. 7o se trataba ni de un corte ni de un tajoQ nada tan

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    pulcro como eso. Le hab/an mordido la garganta hasta el hueso. 7o era la $nica. La visi!n de )reyse ensanch!, como una cmara que flotara sobre la escena. A su i%quierda, a seis metros dedistancia, una camioneta +hevy estaba aparcada con la puerta del conductor abierta. Un hombrecorpulento con pantalones provistos de tirantes hab/a sido arrancado de su asiento, y ahora colgabamedio dentro y medio fuera de la camioneta, oscilando cabe%a abajo sobre el estribo, aunque lacabe%a ya no estaba0 se hallar/a en otro sitio. 5ab/a ms cadveres esparcidos cerca de la entrada del

    hotel. 7o eran cuerpos, hablando en trminos estrictos, sino ms bien una %ona de partes humanas.5ab/an destripado a una mujer polic/a al salir del coche. >escansaba con la cabe%a apoyada contrael guardabarros, la pistola todav/a sujeta en la mano, el pecho abierto como las solapas de unatrinchera. Un hombre con un chndal p$rpura brillante, con suficiente oro alrededor del cuello parallenar el cofre de un pirata, hab/a sido arrojado hacia arriba, y su cuerpo se hallaba alojado comouna cometa entre las ramas de un arce. La mitad inferior hab/a ido a posarse sobre el cap! de unMercedes negro. Las piernas del hombre estaban cru%adas en los tobillos, como si la mitad inferiorde su cuerpo no se hubiera enterado de que faltaba el resto. A esas alturas, hasta )rey sab/a quesufr/a una especie de trance. 7o pod/as ver algo como aquello y permitirte sentir algo. El que alfinal lo consigui! fue el que no estaba. >os veh/culos, un 5onda Accord y un +hrysler +ountryside,hab/an padecido una colisi!n frontal cerca de la salida, con sus e#tremos delanteros arrugados

    mutuamente como los fuelles de un acorde!n. 5ab/an disparado al conductor del sedn a travs delparabrisas. -or lo dems, ese veh/culo se hallaba intacto, pero el monovolumen parec/a saqueado.5ab/an arrancado la puerta desli%ante para arrojarla al otro lado del aparcamiento como si fuera undisco volador. En el pavimento, junto a la puerta abierta, en un reguero de restos Nmaletas, juguetes,un paquete de paalesO, yac/a el cadver postrado de una mujer. >etrs, fuera del alcance de sumano e#tendida, volcado de costado, hab/a un cochecito de beb vac/o.Qu ha%r sido del %e%?,

    pens! )rey. 8 despus0enver. Estaba a punto de marcharse cuando se le ocurri! una $ltima idea.-uso el coche en punto muerto y regres! a la habitaci!n. &ujetando la pistola a escasa distancia desu cuerpo, volvi! a la camioneta y la deposit! en la guantera. >espus, con la $nica compa/a de la

    pistola, puso en marcha la camioneta y se alej!.

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    Mami estaba en el dormitorio. Mami estaba en el dormitorio, no se mov/a. Mami estaba en eldormitorio, que estaba prohibido. Mami estaba muerta, para ser precisos.Despus de que me hayaido, acurdate de comer, porque a veces te olvidas" 8*ate cada dos das" Leche en la nevera,

    Luc1y =harms en la alacena, y !uisos de ham%ur!uesa para recalentar en el con!elador" Ponlos a>@ !rados durante una hora, y recuerda cerrar el horno cuando hayas terminado" Prtate comomi muchachote, Danny" ;iempre te querr" )s que ya no puedo se!uir sintiendo miedo" =on amor,

    $ami" 5ab/a dejado la nota debajo del salero y el pimentero que hab/a en la mesa de la cocina. A

    >anny le gustaba la sal, pero la pimienta no, porque le hac/a estornudar. 5ab/an transcurrido die%d/as N>anny lo sab/a gracias a las marcas que hac/a en el calendario cada maanaO, y la notacontinuaba en su sitio. 7o sab/a qu hacer con ella. (oda la casa ol/a fatal, como un mapache o una%arigPeya cuando los hab/an atropellado una y otra ve% durante d/as. La leche tampoco estaba

    buena. Al irse la lu% se hab/a estropeado, y sab/a tibia, amarga y desagradable en la boca. -rob! losLuc3y +harms con agua del grifo, pero no era lo mismo, ya nada era lo mismo, todo era diferente

    porque Mami estaba en el dormitorio. -or la noche se sentaba en la oscuridad de su cuarto con lapuerta cerrada. &ab/a d!nde guardaba Mami las velas, estaban en el armario que hab/a encima dellavabo, donde guardaba la botella de -opov para cuando se pon/a de los nervios, pero las cerillas noeran para l. Estaban en la lista. En realidad, no era una lista, s!lo las cosas que no pod/a hacer otocar. La tostadora, porque manten/a apretado el bot!n y el pan se quemaba. La pistola de la mesita

    de noche de Mami, porque no era un juguete, pod/a dispararse. Las chicas de su autob$s, porque noles gustar/a, y ya no podr/a conducir el n$mero 9;, lo cual ser/a horrible. &er/a lo peor en el mundode >anny +hayes. La falta de electricidad significaba que no pod/a ver la televisi!n, de modo quetampoco pod/a ver a (homas.\]^ (homas era para nios pequeos, le hab/a dicho Mami un mill!nde veces, pero el terapeuta, el doctor Srancis, le dec/a que pod/a verlo mientras >anny vieratambin otras cosas. &u favorito era Bames. A >anny le gustaba su color rojo y el tnder a juego, yel sonido de su vo% como lo hac/a el narrador, tan relajante que le entraban cosquillas en lagarganta. >anny era negado para las caras, pero las e#presiones de los trenes de (homas siempreeran precisas y fciles de seguir, y le divert/an las cosas que se hac/an mutuamente, las bromas quese gastaban. +ambiar las v/as para que -ercy se estrellara contra un cargamento de carb!n.>erramar chocolate sobre )ordon, quien tiraba del e#preso, porque era una mquina muy altiva. A

    veces, los chicos de su autob$s se mofaban de >anny, y le llamaban (opham 5att, y cantaban lacanci!n con palabrotas en lugar de la letra real, pero >anny desconectaba casi siempre. Aunquehab/a un chico. &e llamaba 2illy 7ice. 6ba a se#to, pero >anny pensaba que habr/a repetido variasveces, porque ten/a un cuerpo de adulto. Llegaba cada maana sin ni siquiera un libro en las manos,miraba con desprecio a >anny cuando sub/a los peldaos, e intercambiaba saludos con los demschicos mientras recorr/a el pasillo entre los asientos, seguido del olor a cigarrillos.)h, #opham

    att, cmo va todo hoy en la isla de ;odor? )s verdad que a la se*ora att le !usta que se lametan por el culo? ZBa, ja, ja[ re/a 2illy. ZBa, ja, ja[ >anny nunca replicaba, porque s!lo servir/a

    para empeorar las cosas. 7unca hab/a dicho nada al seor -urvis, porque sab/a lo que dir/a elhombre.$aldita sea, Danny, vas a permitir que ese !ilipollas te trate as? 8ien sa%e Dios queeres ms raro que un perro verde, pero has de defenderte" )res el capitn de ese %arco" ;i permitesun motn, todo saltar por la %orda" A >anny le ca/a bien el seor -urvis, el transportista. El seor-urvis siempre hab/a sido amigo de >anny, y tambin de Mami. Mami era una de las seoras de lacafeter/a, y as/ se hab/an conocido, y el seor -urvis siempre iba a casa, arreglaba cosas, como el

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    sistema de eliminaci!n de basuras o una tabla suelta del porche, aunque ten/a una esposa, la seora-urvis. Era un hombret!n calvo a quien le gustaba silbar entre dientes, y siempre se estaba subiendolos pantalones. A veces iba de noche, despus de que >anny se hubiera acostado. >anny o/a latelevisi!n en marcha en la sala de estar, y los dos re/an y hablaban. A >anny le gustaban esasnoches. Le daban buen rollo, como cuando jugaba a 5appy +lic3, su videojuego preferido. +uandoalguien preguntaba, Mami siempre dec/a que el padre de >anny ?no estaba en la foto@, lo cual era

    muy cierto. 5ab/a fotos de Mami en la casa, y fotos de >anny, y fotos de los dos juntos. -ero nuncahab/a visto una de su padre. >anny ni siquiera sab/a c!mo se llamaba el hombre. El autob$s hab/asido idea del seor -urvis. 5ab/a enseado a >anny a conducir en el aparcamiento de la cochera, yle acompa! cuando se sac! el carnet de +lase 2, y tambin le ayud! a rellenar la solicitud. Mamino se hab/a sentido muy segura al principio, porque necesitaba que >anny la ayudara en las tareasdomsticas, que fuera un motor $til, y por la &eguridad &ocial, que significaba dinero del )obierno.-ero >anny sab/a el autntico motivo, lo diferente y especial que era l. El intr/ngulis del trabajo,hab/a e#plicado Mami, utili%ando su vo% cautelosa, era que una persona deb/a ser [email protected] cosas, cosas diferentes. -iensa en la cafeter/a. Algunos d/as serv/an perritos calientesQ yalgunos d/as, lasaaQ y otros d/as, pollo empanado. (al ve% el men$ dijera una cosa, pero resultabaser otra. 7unca sab/as. J7o le molestar/a esoK -ero un autob$s no era una cafeter/a. Un autob$s era

    un autob$s, y se ce/a a un horario, con e#actitud. +uando >anny se sentaba detrs del volante,sent/a el placer ms grande y profundo que jams hab/a e#perimentado en su vida. Z+onducir unautob$s[ Uno grande y amarillo, todos los asientos en hileras ordenadas, el cambio de marcha consus seis velocidades y marcha atrs, todo hermoso y pulcro delante de l. 7o era un tren, pero casi,y cada maana, cuando sal/a de la cochera, imaginaba que era )ordon, 5enry, -ercy, o incluso el

    propio (homas. &iempre era puntual. +uarenta y dos minutos desde la cochera hasta el final, doce3il!metros y tres metros, diecinueve paradas, veintinueve pasajeros, para ser precisos.4o%ert-;helly-8rittany-$ay%eth-Aoey-DarlaBDenise las !emelas/-Pedro-Damien-Aordan-=harlie-urante untiempo hubo mucho ruido0 gente que chillaba, sirenas que aullaban, camiones del ejrcito querug/an en la calle. 5ab/a o/do el sonido de disparos.FPopG, hac/an las armas.FPop-pop-pop-popG>anny quer/a saber contra qu disparaban, pero Mami no se lo dec/a. Le dec/a que se quedara encasa, que utili%ara su vo% fuerte y no viera la tele, y que se mantuviera alejado de las ventanas. J8 elautob$sK, preguntaba >anny, y Mami s!lo dec/a0 Maldita sea, >anny, no te preocupes ahora delautob$s. 5oy no hay clases. J8 maanaK, preguntaba >anny. 8 Mami dec/a0 Maana tampoco. &in

    el autob$s, no sab/a qu hacer. 7otaba el cerebro tan saltar/n como palomitas de ma/% en una sartn.jal el seor -urvis viniera a ver la tele con Mami, siempre consegu/a que se sintiera mejor, peroel hombre no ven/a. El mundo enmudeci!, tal como estaba ahora. 5ab/a monstruos fuera. >anny yalo hab/a deducido. -or ejemplo, la mujer del otro lado de la calle, la seora 'im. La seora 'imdaba clases de viol/n, los nios iban a su casa a aprender, y en los d/as de verano, cuando lasventanas estaban abiertas, >anny los o/a tocar, t1in3leIt1in3le y Mar/a ten/a un corderito y otrascosas cuyos t/tulos desconoc/a. Ahora ya no se o/a el viol/n y la seora 'im colgaba sobre la

    barandilla del porche. 8 entonces, una noche, >anny oy! a Mami llorar en el dormitorio. >e ve% encuando lloraba as/, sola por completo, era normal y natural, y >anny no ten/a por qu preocuparse,

    pero esta ve% era diferente. >urante mucho tiempo estuvo tendido en la cama escuchando, mientrasse preguntaba c!mo deb/a de ser sentirse tan triste que acababas llorando, pero la idea era como

    algo en una estanter/a lejos de su alcance. Un rato despus despert! en la oscuridad, sinti! quealguien le tocaba el pelo, abri! los ojos y la vio sentada en la cama. A >anny no le gustaba que letocaran, le pon/a los pelos de punta, pero estaba bien cuando lo hac/a Mami, sobre todo porque ya

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    estaba acostumbrado. Ju pasa, MamiK, dijo >anny. Ju ocurreK -ero ella se limit! a decir0 2ajala vo%, baja la vo%, >anny. Algo descansaba sobre su rega%o, envuelto en una toalla. (e quiero,>anny. J&abes cunto te quieroK 8o tambin te quiero, Mami, porque sa era la respuesta correctacuando alguien dec/a teIquiero, y cay! dormido mientras sent/a el tacto de su mano al acariciarlo, y

    por la maana la puerta del dormitorio de Mami estaba cerrada y nunca se abr/a y >anny lo supo.7i siquiera tuvo que mirar.

    >e todos modos, decidi! que conducir/a el autob$s. -orque tal ve% no era la $nica persona viva.-orque conducir el autob$s le causaba placer. -orque no sab/a qu otra cosa hacer, con Mami en eldormitorio y la leche estropeada y todos los d/as transcurridos. 5ab/a preparado su ropa la nocheanterior, como siempre hac/a Mami, unos pantalones caqui y una camisa blanca y %apatos de la%omarrones, y guardado el almuer%o en la fiambrera. 7o quedaba gran cosa para comer, salvomantequilla de cacahuete y pan crujiente y una bolsa de malvaviscos rancios, pero hab/a reservadouna botella de Mountain >e1, y lo guard! todo en su mochila con la navaja y su centavo de lasuerte, despus fue al armario para coger su gorra, la gorra de maquinista a rayas a%ules que Mamile hab/a comprado en (rainto1n. (rainto1n era un parque donde los chavales pod/an conducirtrenes, como (homas. >anny hab/a ido all/ desde que era pequeo, era su lugar del mundo favorito,

    pero los coches eran demasiado estrechos para que >anny cupiera con sus grandes piernas y largos

    bra%os, as/ que le gustaba ver los trenes dar vueltas y vueltas con los pequeos penachos de humoque brotaban del ca!n de la chimenea. &alvo por los viajes a (rainto1n, Mami no le dejaba llevarla gorra fuera de casa, porque dec/a que la gente se burlar/a de l, pero >anny supuso que ahora

    podr/a llevarla sin ning$n problema. -arti! al amanecer. Las llaves del autob$s estaban en subolsillo, apoyadas contra su muslo. La cochera se hallaba a cuatro 3il!metros y ochocientos metrosde distancia, para ser precisos. 7o hab/a recorrido ni una man%ana cuando vio los primeroscadveres. Algunos estaban en sus cochesQ otros, tendidos en sus jardines, tirados sobre cubos de

    basura o incluso colgados de los rboles. &u piel se hab/a teido del mismo color a%ul grisceo de laseora 'im, la ropa ceida a las e#tremidades, que se hab/an hinchado debido al calor del verano.Mirarlos era malo, pero tambin e#trao e interesante. >e haber tenido ms tiempo, >anny sehabr/a parado para mirar con ms detenimiento. 5ab/a mucha basura, fragmentos de papel y vasosde plstico y bolsas de comestible aleteantes, cosa que a >anny no le gust!. La gente no deber/atirar basura en lugares p$blicos. +uando lleg! a la cochera, el sol calentaba sus hombros. Estabancasi todos los autobuses, pero todos no. &e hallaban aparcados en filas con espacios vac/os, comouna boca a la que le faltaran dientes. -ero el autob$s de >anny, el n$mero 9;, estaba esperando ensu lugar habitual. 5ab/a muchos tipos de autobuses diferentes en el mundo, autobuses lan%adera yautobuses de alquiler y autobuses de ciudad y autocares, y >anny los conoc/a todos. Eso era algoque le gustaba hacer, aprender todo lo posible sobre lo que fuera. &u autob$s era un 4edbird CTanny subi! e introdujo la llave en el encendido. +uando el gran motor disel +aterpillarcobr! vida con un rugido, una clida oleada inund! su vientre. +onsult! su reloj0 las anny habitaba con Mami, pero ms bonito, pintado del color de una

    calaba%a y con un amplio porche delantero con un columpio. En primavera siempre hab/a macetascon flores colgadas de las barandillas. Las macetas segu/an en su sitio, pero todas las flores sehab/an marchitado. (ambin era preciso cortar el csped. >anny estir! el cuello para mirar hacia

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    arriba a travs del parabrisas. >aba la impresi!