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Página 25 BLOQUE III.- TERRITORIO Y ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN ESPAÑA (GEOGRAFÍA ECONÓMICA) TEMA: Los espacios industriales 1 I.- Importancia del sector secundario. Crisis económica y reconversión industrial. II.- El sector industrial en la actualidad. Sectores de producción (maduros, dinámicos y sectores punta) III.- Materias primas. Fuentes de energía: renovables y no renovables. Política energética. PRÓLOGO. LA INDUSTRIA ESPAÑOLA DESDE EL SIGLO XIX HASTA 1975. Mientras que en Gran Bretaña la Revolución Industrial había iniciado su andadura a mediados del siglo XVIII, en España todavía a principios del siglo XIX la actividad artesana seguía la principal actividad manufacturera, salvo por los núcleos de Cataluña, el País Vasco y Málaga. Como consecuencia, alrededor de estos núcleos se dinamizaron tanto el sector financiero y el ferrocarril. En cualquier caso estas actividades no generalizaron por todo el país debido a las siguientes causas: 1.- No se produjo una modernización del sector agrario a pesar de las diferentes políticas efectuadas por los gobiernos liberales (Desamortizaciones) 2.- La escasa clase burguesa no capitalizó cantidades para invertir, y parecía más obsesionada en acercarse ideológicamente y socialmente con la nobleza. 1 Para este tema, además de utilizar el propio material que he elaborado yo mismo a lo largo de los años, también he utilizado el material de Félix González Chicote, profesor del IES San Juan del Castillo en Belmonte (Cuenca)

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BLOQUE III.- TERRITORIO Y ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN ESPAÑA (GEOGRAFÍA ECONÓMICA)

TEMA: Los espacios industriales1

I.- Importancia del sector secundario. Crisis económica y reconversión industrial.

II.- El sector industrial en la actualidad. Sectores de producción (maduros, dinámicos y sectores punta)

III.- Materias primas. Fuentes de energía: renovables y no renovables. Política energética.

PRÓLOGO. LA INDUSTRIA ESPAÑOLA DESDE EL SIGLO XIX HASTA 1975.

Mientras que en Gran Bretaña la Revolución Industrial había iniciado su andadura a mediados del siglo XVIII, en España todavía a principios del siglo XIX la actividad artesana seguía la principal actividad manufacturera, salvo por los núcleos de Cataluña, el País Vasco y Málaga. Como consecuencia, alrededor de estos núcleos se dinamizaron tanto el sector financiero y el ferrocarril. En cualquier caso estas actividades no generalizaron por todo el país debido a las siguientes causas:

1.- No se produjo una modernización del sector agrario a pesar de las diferentes políticas efectuadas por los gobiernos liberales (Desamortizaciones) 2.- La escasa clase burguesa no capitalizó cantidades para invertir, y parecía más obsesionada en acercarse ideológicamente y socialmente con la nobleza. 3.- Escasa demanda interior provocada por una población incapaz de generar un mercado interior estable debido a su escaso poder adquisitivo. 4.- La inestabilidad política española del siglo XIX (Guerra de Independencia, Guerras Carlistas, el Cantonalismo, los golpes militares) impidieron la creación temprana de un importante tejido industrial. 5.- Dependencia de los productos manufacturados fuera de España, debido a la falta de la competitividad de los productos españoles. 6.- Pérdida de los mercados más estables que tenía España: las colonias.

1 Para este tema, además de utilizar el propio material que he elaborado yo mismo a lo largo de los años, también he utilizado el material de Félix González Chicote, profesor del IES San Juan del Castillo en Belmonte (Cuenca)

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Ilustración 1.- La industria española (s.XIX)

Esta situación variará principios del siglo XX, debido a la transformación social (aumento de la población urbana), política (estabilidad política gracias a la Restauración) y económica (aparición de medidas proteccionistas para favorecer los productos españoles) producida en el país.

La primera etapa expansiva de la producción industrial en España arranca con la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ya que los productos españoles encontraron un mercado en Europa debido a la transformación de muchas industrias europeas para la guerra. Al finalizar la guerra, los países europeos dejaron del comprar los productos españoles, lo que produjo una recesión económica. Esta situación de crisis se mantendrá en los años 20 a pesar de la entrada de multinacionales como Nestlé, Standard Eléctrica o la ITT; y tocó fondo con la crisis económica mundial del 1929.

El panorama exigía una serie de medidas política que reactivaran la producción industrial. Durante el gobierno de la II República (1931-1936), diversas disposiciones conjuntas para el campo y la industria parecieron reactivar ambos sectores económicos, pero la Guerra Civil (1936-1939) cortó de raíz las posibles mejoras.

Tras la Guerra Civil, España inició un lento proceso industrializador, tanto por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y la política autárquica (caracterizada por el bloqueo internacional, la falta de poder adquisitivo y la escasez de materias primas y energéticas) iniciada desde el gobierno franquista.

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En 1941 se crea el INI (Instituto Nacional de Industria) para fomentar desde el Estado la creación de industrias e infraestructuras, sobretodo en áreas que exigían mucha inversión y se obtenía escasa rentabilidad inmediata: la siderurgia, la construcción naval, la petroquímica, etc.... Esto permitió la consolidación de los tradicionales núcleos industriales de País Vasco y Cataluña, al tiempo que se industrializaba Madrid y sus alrededores (Alcorcón, Getafe, Mósteles, San Sebastián de los Reyes, etc...). A finales de los años 50, la situación había cambiado notablemente: se había creado una industria de base y de producción de bienes de equipo, se había incrementado el consumo y la sociedad había pasado de un mundo rural-agrario a uno urbano-industrial. A pesar de estos avances, la exportación de la producción seguía siendo la asignatura pendiente (sólo se exporta el 3% de la producción).

A partir de esta situación, la economía española se incorporó al mundo capitalista desarrollado. Para una mejor adaptación se aplicó el Plan de Estabilización (1959), que permitía la importación de bienes de equipo, tecnología y recursos necesarios para modernizar la industria e incrementar la producción. A partir de ese momento, la industrialización se generalizó, se aumentó la productividad y se aumentó la exportación de productos industriales; al tiempo que se aumentaron las inversiones privadas (tanto nacionales como extranjeras), el mercado se diversificó, el poder adquisitivo aumentó y el consumo se consolidó

Para mantener y fomentar este crecimiento, se programó una política trienal concretada en los Planes de Desarrollo (1964-1967, 1968-1971 y 1972-1975) con el objetivo de regular el espacio industrial español promoviendo las regiones menos favorecidos creando doce polos de promoción y desarrollo industrial. Este programa aumentó por cuatro los resultados, llegando a alcanzar una de las mayores tasas de crecimiento de la Europa Occidental.

Ilustración 2.- Áreas industriales en España

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Este desarrollo se vio detuvo a partir de 1973 debido a la crisis de petróleo, que afectó profundamente a España a partir de 1975.

LOS ESPACIOS INDUSTRIALES. IMPORTANCIA DEL SECTOR SECUNDARIO. LA CRISIS ECONÓMICA Y RECONVERSIÓN INDUSTRIAL.

A.1.- CAUSAS DE LA CRISIS ECONÓMICA (1970-1975) La crisis industrial, que afectó a todos los países industrializados a partir de

1975, incidió duramente sobre la industria española debido a sus notorias debilidades estructurales.

La crisis obedeció a causas externas e internas.

I.- Causas externas: Relacionadas con los cambios que se produjeron en estas fechas en la economía mundial:

El encarecimiento de la energía por la gran subida de los precios del petróleo en 19732, incrementó los costes de producción y redujo la demanda.

Ilustración 3.- Evolución del precio del petróleo

2 La guerra árabe-israelí de 1973 fue el factor desencadenante de esta crisis, ya que los países árabes manifestaron su descontento al apoyo prestado por EEUU a Israel con un alza del precio del petróleo.La crisis energética de 1973 fue originada por varios factores. En primer lugar, el precio subió a raíz del cierre de la vía que comunicaba los pozos del golfo Pérsico con el Mediterráneo: el Canal de Suez. La OPEP decidió, además, elevar el precio del crudo (en 1973 llegó a subir 10 dólares por barril). Como consecuencias de estas medidas, se produjo un enfrentamiento de intereses entre los países exportadores e importadores de petróleo.El precio del crudo se mantuvo en ascenso hasta la mitad de la década de 1980, en que empezó a descender, debido a que los países importadores de petróleo tomaron medidas centradas en el ahorro energético y en la búsqueda de fuentes de energía alternativas.

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El agotamiento del ciclo tecnológico anterior ante el inicio de otro nuevo. La tercera revolución industrial dejó anticuados las tecnologías, los sectores y los sistemas de producción industrial:

a. Las nuevas tecnologías que dejan desfasadas a las precedentes son la microelectrónica, la informática y las telecomunicaciones.

b. Los nuevos sectores industriales derivados de ellas (robótica, aeronáutica, nuevos materiales) se imponen sobre los anteriores (electrometalúrgico y químico).

c. Los nuevos sistemas de producción flexible (descentralizada en pequeños establecimientos) se imponen sobre el sistema fordista3 (concentración en grandes fábricas).

Las nuevas características de la demanda (exigente en calidad y diseño) requieren una innovación permanente y una diversificación de los productos que no todas las empresas pueden abordar.

La mundialización (globalización) de la economía favoreció una división internacional del trabajo en la que cada territorio se especializó en unos u otros sectores industriales según sus ventajas. Este hecho ha alterado la localización tradicional de la industria, pues han surgido Nuevos Países Industrializados (NPI)4, que se han especializado en industrias tradicionales (siderurgia, construcción naval, textil, confección, calzado) y sectores de montaje, en los que son muy competitivos por el bajo coste de su mano de obra, de este modo sus precios de venta son menores que los de los países industrializados, que no pueden competir con ellos.

II.- Causas internas:

Las deficiencias estructurales de la industria española: desfavorable especialización en sectores maduros, muy consumidores de energía y trabajo, que fueron los más afectados por la crisis; insuficiente modernización tecnológica; elevada dependencia exterior (energética, tecnológica y financiera), y acusado endeudamiento por la baja autofinanciación.

3 Aparecido a partir de las experiencias industriales aplicadas por Henry Ford en su fábrica automovilística a principios del siglo XX (y que dieron lugar al conocido modelo FORD T) se podría resumir en los siguientes aspectos:

Aumento de la división del trabajo. Profundización del control de los tiempos productivos del obrero (vinculación

tiempo/ejecución). Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía (expansión interclasista de

mercado) e interés en el aumento del poder adquisitivo de los asalariados (clases subalternas a la élite).

Políticas de acuerdo entre obreros organizados (sindicato) y el capitalista. Producción en serie

4 Estos países se localizan en Asía aunque también podemos incorporar países del cono sur americano como Brasil.

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La coyuntura histórica con el fin de la dictadura y el inicio de la transición democrática generó incertidumbre, redujo la inversión y retrasó las políticas para hacer frente a la crisis.

Ilustración 4.- Transformación industrial (del Fordismo al Postfordismo)

A.2.- LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS INDUSTRIALComo consecuencias más inmediata de la crisis cerraron muchas empresas, la

producción descendió, cayeron los beneficios y aumentó el endeudamiento y el paro. También descendió la aportación industrial al PIB y se consolidó la posición periférica española (alejada de los centros de poder económico) a escala mundial.

Económicas. En España el alza del precio aumentó los pagos a realizar por el petróleo

importado, mientras el ritmo de expansión de las exportaciones se reducía debido a la pérdida de competitividad derivada de una inflación desconocida hasta entonces y que llegó a superar el 20% anual. Entre 1973 y 1974, el déficit, en dólares, entre lo exportado y lo importado se duplicó, mientras la balanza corriente (mercancías más servicios y transferencias) paso de un superávit de 500 millones de dólares a un déficit superior a los 3000 millones.

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Ilustración 5.- Evolución de la Inflación (1960-2010)

La crisis fue, sobre todo, una crisis industrial. La profundidad de la recesión es inseparable de dos causas. En primer lugar, el elevado consumo de energía5 por unidad producida elevó mucho los costes y los precios de venta, al hacerlo los de la energía. En segundo lugar, el elevado peso en el total de la industria de las actividades de poco contenido tecnológico, como bienes de consumo, siderurgia, construcción naval y material de transporte, donde la crisis alcanzó proporciones más graves.

El paro aumentó a un ritmo anual muy elevado y alcanzó el 10% en 1979. El descenso de la renta fue más intenso en las zonas con una industria en recesión. Entre 1975-1985, la renta anual por habitante en el conjunto de España aumentó algo menos del 1%. En Asturias, Cantabria, Cataluña y en el País Vasco, sin embargo, el incremento fue mucho menor y en el País Vasco, bastión de la industria pesada desde fines del siglo XIX, la tasa media durante este decenio fue negativa.

Ilustración 6.- Evolución de la Tasa de Paro (1976-2012)

5 Ver Ilustración 1 sobre la evolución del precio del petróleo desde los años 70.

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Los errores en la lucha contra la crisis fueron considerables, los ministros de Industria de los gobiernos de UCD agravaron las repercusiones de la crisis al incorporar al sector público algunas industrias privadas en quiebra o en graves dificultades, cuyos números negativos pasaron a engrosar el déficit del Estado. La consecuencia no podía ser sino el aumento de las pérdidas del grupo INI y, por tanto, el incremento del gasto público con efectos negativos sobre la tasa de inflación.

Hasta casi cuatro años después del inicio de la recesión, no se produjo un cambio significativo en la política económica. Los Pactos de la Moncloa, firmados en 1977, por los partidos parlamentarios y centrales sindicales y ratificados por el Congreso dos días después, constituyeron el primer gran conjunto de medidas para afrontar la crisis en España de las que se pueden extraer las siguientes:

Devaluar la peseta Moderar el gasto público Racionalizar el consumo energético (creación del Plan Energético Nacional) Llevar un mayor control sobre la Seguridad Social Reforma de la tributación (introducción IRPF y del impuesto sobre el

Patrimonio) Establecer un marco laboral para facilitar las negociaciones laborales y las

subidas salariales, que quedaron ligadas al IPC (Índice de Precios al Consumo, que establece la evolución de los precios)

SocialesNunca hasta entonces las movilizaciones laborales, sin previa convocatoria de

huelga general, habían alcanzado un volumen semejante en la historia de España. En 1976, el número de huelguistas fue de 3,6 millones y el de jornadas no trabajadas alcanzó los 110, el año anterior se habían puesto en huelga un millón de obreros y las jornadas perdidas ascendieron a diez millones. Ante la oleada de conflictividad, el gobierno de Arias Navarro recurría como había hecho en el pasado, empleo de policía y del ejército si fuera necesario, con la aquiescencia del ministro de Gobernación, cuyo titular, Manuel Fraga, ya gozaba de la merecida fama de autoritario y alérgico a la negociación.

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Ilustración 7.- Evolución de la conflictividad socio-laboral entre 1971 y 1975

A.3.- SOLUCIONES PARA LA CRISIS ECONÓMICA: REESTRUCTURACIÓN INDUSTRIALPara atajar la crisis los países de la OCDE (Organización de Cooperación y

Desarrollo Económico) adoptaron desde 1975 políticas de reestructuración industrial, que en España se retrasaron hasta la siguiente década por las circunstancias políticas.

Esta situación obligó a promulgar en 1984 se aprobó la Ley de Reconversión Industrial y Reindustrialización. Su efecto más dramático fue la pérdida de un 25% de los empleados industriales y el agravamiento del problema del paro. Este proceso intentó adaptar las industrias en crisis al nuevo ciclo tecnológico y al mercado con una serie de pasos: • Ajustando la oferta y la demanda. • Eliminando el exceso de producción. • Reduciendo plantillas. • Mejorando la organización y gestión de las empresas.

La reestructuración industrial tuvo dos vertientes complementarias: la reconversión industrial y la reindustrialización, que se abordaron con ayudas estatales de tipo financiero (subvenciones y créditos), fiscal (deducciones y bonificaciones o descuentos en la cuota tributaria) y laboral (facilidades para la regulación de empleo y jubilaciones anticipadas).

Reconversión industrialLa reconversión industrial tenía como objetivo ser un tratamiento de choque,

que actuase de forma intensiva en un corto período de tiempo, para asegurar la

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viabilidad a medio plazo de las industrias en crisis, mediante las reformas necesarias para adaptarlas al nuevo ciclo tecnológico y al mercado en condiciones de competitividad y viabilidad.

Las actuaciones se basaron en el ajuste de la oferta productiva a la demanda, eliminando el exceso de capacidad. Para ello, se llevaron a cabo cierres de empresas o reducciones de la capacidad productiva, regulaciones de plantilla mediante despidos o prejubilaciones, saneamiento financiero de las empresas, especialización en productos con mayor demanda, procesos de modernización tecnológica y aplicación de los nuevos sistemas de organización y gestión.

La reconversión afectó a los sectores maduros que tenían una importante participación en la producción y eran considerados componentes esenciales del sistema industrial por su importancia económica y el empleo que generaban: siderometalúrgico, construcción naval, línea blanca de electrodomésticos, equipo eléctrico y componentes electrónicos, textil y calzado y cinco empresas multinacionales (General Eléctrica Española, Standard Eléctrica, Westinghouse, Talbot y Asturiana de Zinc).

Los resultados de la reconversión solo pueden valorarse provisionalmente, pues la integración de España en la Unión Europea obligó a plantear una segunda reconversión en 1991. Se puede afirmar que fueron una fuerte reducción del empleo que superó las previsiones, por la posterior profundización del ajuste y que ha afectado principalmente a las ramas del metal y mecánicas y a grandes empresas. El calzado y la confección, propuestos inicialmente, y muchas pequeñas y medianas empresas (PYMES) afectadas por agudas crisis, quedaron excluidos.

ReindustrializaciónLa reindustrialización o recomposición del tejido industrial de las zonas

afectadas por la reconversión, creando en ellas nuevas actividades económicas e industriales de futuro, se llevó a cabo buscando dos objetivos prioritarios:

La modernización tecnológica de los sectores que, sometidos a reconversión, presentasen una clara viabilidad futura.

La creación de nuevas actividades de futuro que diversificasen la industria de zonas hasta entonces muy especializadas y generasen empleo capaz de absorber los excedentes laborales de la reconversión.

La actuación más destacada fue la creación en 1983 de las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR), con un período de vigencia de 18 meses, prorrogables otros 18 (3 años). Podían solicitar su inclusión en una ZUR las empresas que realizasen la instalación, ampliación o traslado de fábricas a estas áreas, siempre que generasen nuevos puestos de trabajo y fuesen viables. A cambio recibirían incentivos fiscales y

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financieros, así como subvenciones por incorporar trabajadores de los Fondos de Promoción de Empleo (parados procedentes de la reconversión).

Se delimitaron seis áreas en las que se crearon ZUR: Galicia (Ferrol-Vigo), Asturias, ría del Nervión, Barcelona, Madrid y Cádiz.

Ilustración 8.- Zonas de aplicación de las ZUR

Como resultados positivos de la reindustrialización fueron un crecimiento de la inversión y de la diversificación industrial de zonas antes muy especializadas. Pero también mostró insuficiencias: generó menos empleo del previsto, las ayudas beneficiaron principalmente a las grandes empresas y se acentuaron los desequilibrios regionales (Madrid y Barcelona se llevaron la mayoría de los proyectos, el empleo y las inversiones ante el escaso atractivo de las restantes zonas).

Los resultado de ZUR no son satisfactorios y tras segunda reconversión tras la entrada de España en la CEE (actualmente UE) se intenta reorganizar este modelo de proyecto de reindustrialización, creando las Zonas Industriales en Declive (ZID), que buscaban incentivar la inversión industrial en zonas no afectada por la ZUR, subvencionando a empresas industriales y de servicios cuya inversión fuese superior a 15 millones de pesetas.

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EL SECTOR INDUSTRIAL EN LA ACTUALIDAD. SECTORES DE PRODUCCIÓN (MADUROS, DINÁMICO Y SECTORES PUNTA)

B.1.- EL SECTOR INDUSTRIAL EN LA ACTUALIDADAunque la reconversión industrial aún no ha terminado y la crisis sigue

afectando a muchos sectores maduros, tras ella se abre una nueva fase marcada por los cambios que ha supuesto la tercera revolución industrial. Estos cambios han permitido una recuperación de la industria en los países desarrollados y en España, aunque esta sigue presentando problemas estructurales, territoriales y medioambientales, que tratan de corregirse a través de nuevas actuaciones políticas.

La recuperación de la industria 1985-2007.A partir de 1985, la industria española inició la recuperación de la crisis,

interrumpida brevemente por la crisis internacional de 1990-1994 debida a las alteraciones monetarias derivadas de las medidas adoptadas por la UE para preparar la unión económica y monetaria; el estancamiento de la demanda interna y externa; el aumento de los costes laborales, que redujo los beneficios y las inversiones de las empresas. El resultado fue una pérdida de competitividad de las empresas españolas y un aumento del paro.

En esta recuperación influyeron la incorporación española a la Comunidad Europea en 1986 y la progresiva adopción de los cambios de la tercera Revolución industrial. La incorporación de España a la CEE en supuso:

Nuevos retos como la integración en un mercado muy competitivo y la adopción de la normativa industrial comunitaria: regulaciones técnicas y sanitarias de los productos; supresión de monopolios empresariales; eliminación de las ayudas estatales a las empresas, dado que alteran la libre competencia, y homogeneización de la reconversión.

Las ventajas de la integración fueron un aumento del mercado para los productos españoles, la desaparición de los aranceles comerciales, una mayor accesibilidad a las innovaciones y la entrada de capital extranjero.

Cambios derivados del nuevo modelo industrial.La industria española incorporó también los cambios de la tercera Revolución

Industrial, consolidada desde la década de 1970.

La tercera revolución industrial se basa en la innovación o aplicación de los nuevos conocimientos y tecnologías a la mejora de los procesos productivos (métodos de producción y de distribución), a la obtención de nuevos productos, a la mejora de la organización y gestión y al marketing (métodos de comercialización).

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La revolución científica aporta los conocimientos básicos y aplicados esenciales; y la revolución tecnológica, protagonizada por las nuevas tecnologías de la información (informática, telecomunicaciones), que se apoyan en una revolución tecnológica protagonizada por la microelectrónica (fabricación masiva de microprocesadores o chips), ha permitido destacados cambios en la producción, la estructura y la localización industrial.

Se trata, por tanto, de una revolución basada en el conocimiento, en la información, que ha dado lugar a destacados cambios en la producción, en la estructura, en la localización y en la política industrial.

Cambios en la producción industrialLa revolución tecnológica impulsa el crecimiento de los sectores intensivos en

el uso de las tecnologías de la información. Estos sectores, identificados con la “alta tecnología”, son los siguientes:

La telemática o TIC (informática y telecomunicaciones). La informática permite almacenar, procesar y presentar grandes cantidades de información con enorme rapidez y precisión; las telecomunicaciones difunden todo tipo de información a grandes distancias y en tiempo real.

La automatización (robótica, ofimática, diseño asistido); aplica la información, transformándola en diversas formas de trabajo.

Los instrumentos de precisión, que utilizan gran cantidad de información en forma de equipos y sistemas avanzados.

Los modernos medios de transporte (aeroespacial, ferrocarriles de alta velocidad).

Estos sectores tienen como complementarios otros, como los de nuevos materiales (polímeros, aleaciones); la biotecnología (ingeniería genética), el láser y las energías renovables. No obstante, la aplicación de estas nuevas tecnologías también afecta positivamente a industrias tradicionales que las incorporan a su proceso productivo y se "rejuvenecen".

Cambios en la estructura industrialLa nueva revolución industrial ha favorecido destacados cambios en la

estructura de la industria.

Cambios en el sistema de producción. Las nuevas tecnologías favorecen la descentralización y la flexibilización de la producción.

La descentralización consiste en dividir el proceso de producción en fases realizadas en establecimientos separados, que se localizan en los emplazamientos más favorables, con la consiguiente desintegración de la gran fábrica. Esto es posible gracias a las redes telemáticas (que permiten la

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transmisión instantánea de las decisiones y la coordinación entre establecimientos separados) y gracias a las nuevas tecnologías (que permiten la automatización y separación de tareas antes integradas). La descentralización puede realizarse de diversas maneras:

o Constituyendo empresas multiplanta. Estas dividen su actividad en establecimientos múltiples, cada uno de los cuales se especializa en una tarea y se localiza en el entorno más favorable.

o Recurriendo a la subcontratación (unas empresas encargan a otras empresas la realización de fases, piezas, componentes o productos acabados).

o Formando redes de empresas constituidas por pymes. Estas pueden dividirse el trabajo (unas fabricas de componentes específicos, lo que les permite una mayor escala de producción, y otras los ensamblan posteriormente en un producto acabado); o pueden especializarse en la misma rama o producto, combinando la inevitable competencia con la cooperación (en el acceso a la información, a determinados ser- vicios y a la tecnología).

La flexibilización productiva, favorecida también por las nuevas tecnologías, consiste en fabricar pequeñas series de productos diversos a precios rentables, gracias al uso de maquinaria automatizada y fácilmente reprogramable. Así las economías de escala son sustituidas por economías de gama (producción de cortas series de artículos diferentes a precios rentables). Ello permite a la industria dar una respuesta rápida a los cambios exigidos por una demanda diversificada y cambiante.

Cambios en el tamaño de las empresas. Los cambios en el sistema de producción favorecen la proliferación de pymes y la reducción del tamaño medio de las industrias.

Cambios en el empleo industrial. Los cambios en el empleo industrial se resumen en cualificación, terciarización y desregulación:

Aumentan la proporción de profesionales y técnicos cualificados y se reduce la importancia de las tareas propiamente productivas realizadas por trabajadores manuales o de “mono azul”, pues las tareas simples y repetitivas son sustituidas por la progresiva automatización de las fábricas.

La terciarización de la industria . La informatización y la automatización reducen las tareas productivas, al sustituir parte de la mano de obra por ordenadores y robots. En cambio alargan los procesos de producción, pues tan importante como fabricar y vender un producto son toda unas serie de actividades anteriores (I+D, diseño, gestión) y posteriores (marketing, control de calidad, servicio postventa) que permiten incrementar su valor y captar clientes. Ello favorece la creciente demanda de profesionales de "cuello blanco", dedicados a

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los servicios a la producción. El resultado es una progresiva terciarización de la industria. Por eso, más que hablar de una superación de la fase industrial por la terciaria, hay que tener en cuenta que la industria sigue siendo indispensable para impulsar el desarrollo tecnológico y generar el crecimiento de los servicios.

El mercado laboral se desregulariza . La exigencia de flexibilidad reduce el número de trabajadores del mercado primario, regulado mediante la negociación colectiva y caracterizado por cierta estabilidad, y aumenta el de trabajadores del mercado secundario, sin regulación y con una creciente precariedad propiciada precisamente por la exigencia de flexibilidad (contratación temporal, autoempleo, trabajo a domicilio, a destajo, etc.).

Ilustración 9.- Evolución de la organización industrial y servicios a las empresas

Cambios en la localización industrial. Las nuevas tecnologías producen cambios en la localización industrial. Por una parte permiten la difusión o deslocalización de las empresas que buscan reducir sus costes a los lugares que ofrecen mayores ventajas. Por otra parte, estimulan la concentración de las industrias de alta tecnología, las oficinas y los servicios a la producción más cualificados en las llamadas áreas centrales, que reúnen las mejores dotaciones en equipamientos y servicios.

Las manifestaciones de la recuperación industrialLa integración en la Europa comunitaria y la incorporación de los avances de la

tercera Revolución Industrial han favorecido el desarrollo industrial de España, manifestado en el crecimiento del índice de producción y de la ocupación industrial. Y aunque en términos relativos disminuye su aportación al PIB (15,0% en 2007) y a la

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ocupación (16% en 2007) a favor del sector terciario, sigue desempeñando un papel esencial para impulsar el desarrollo tecnológico, los servicios a la producción y las exportaciones.

La crisis económica que se inició en 2008 tuvo inicialmente un impacto contractivo muy intenso sobre la actividad industrial en los principales países de la zona Euro. Entre comienzos de 2007 y los primeros meses de 2009, la producción de esas ramas experimentó retrocesos de entre el 15 % y el 25 % en Francia, Alemania, Italia y España. Desde entonces, en los tres primeros países se ha asistido a una cierta recuperación (particularmente notable en el caso de Alemania), mientras que en España la producción industrial ha seguido disminuyendo y en la actualidad se sitúa casi un 30 % por debajo de su nivel en 2007.

En términos de producción, el índice de producción industrial (IPI) de España, corregido y desestacionalizado, alcanzó en abril de 2012 su valor mínimo; momento en dónde se alcanzó su punto más bajo, a partir de lo cual el gobierno de España ofrece datos de una débil recuperación.

Ilustración 10.- Evolución del Índice General del PIB en la Industria

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B.2.- SECTORES DE PRODUCCIÓN (MADUROS, DINÁMICOS Y PUNTEROS)En España siguen teniendo un peso destacado los sectores industriales

maduros con baja intensidad tecnológica; los sectores más dinámicos cuentan con una fuerte presencia de capital extranjero, y los sectores punta relacionados con la alta tecnología se han implantado con retraso y tienen menor implantación que en otros países europeos.

Sectores industriales maduros en proceso de reconversiónSon aquellos que se ven afectados por la reducción de la demanda (a causa de

la aparición de nuevos materiales o productos); por el descenso de la competitividad (debido al atraso de su tecnología o al menor coste de la mano de obra de otros países), por la necesidad de llevar a cabo procesos de reconversión y por las exigencias de la política comunitaria de reducir la producción y de suprimir las subvenciones, salvo que sean para mejoras estructurales. Estos sectores son los siguientes:

La metalurgia básica y de transformación metálica. Se compone de dos subsectores: la siderurgia y la industria de transformados metálicos.

o La industria siderúrgica integral obtiene acero a partir del hierro en el alto horno. Tras el duro proceso de reconversión, que supuso el cierre de las instalaciones de Altos Hornos del Mediterráneo y Altos Hornos de Vizcaya, se localiza en Asturias, donde se ha privatizado y fusionado con dos empresas siderúrgicas europeas. El resultado ha sido una disminución de costes, una diversificación de la producción y un aumento de la calidad. La siderurgia no integral obtiene acero a partir de la chatarra en horno eléctrico y se localiza en empresas de menor tamaño del País Vasco, Cantabria y Cataluña.

o La industria de transformados metálicos fabrica maquinaria de todo tipo. Se concentra en el interior del triángulo Barcelona-País Vasco-Madrid.

La fabricación de electrodomésticos de línea blanca se encuentra en un proceso de reorganización de la producción (aumento de la especialización), de la empresa (tendencia a la concentración) y del mercado (incremento y diversificación). Ello ha supuesto el cierre o deslocalización de algunas empresas y regulaciones de empleo. Las principales se localizan en Navarra, Aragón, Cantabria y País Vasco.

La construcción naval presenta gran concentración espacial en Galicia, Cantabria, País Vasco y Andalucía. Está sufriendo un duro ajuste para reducir gradualmente su capacidad y especializarse en otras actividades (reparaciones) ante la fuerte competencia de países más baratos.

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La industria textil, confección y del calzado se centra en Cataluña y la Comunidad Valenciana. En ella se distinguen dos ramas: la de fibras químicas, con fuerte componente tecnológico, concentrada en grandes empresas con importante participación de capital extranjero; y la de confección, caracterizada por el minifundismo empresarial, la dispersión y el abundante empleo de mano de obra, sufre los procesos de deslocalización y la competencia de países más baratos, que trata de atajarse con la inversión en intangibles (diseño, marcas).

Sectores industriales dinámicosSon aquellas ramas industriales que presentan mayores expectativas de futuro

por su alta productividad y especialización, por poseer estructuras empresariales flexibles y saneadas y por tener la demanda asegurada (alto mercado interior y gran potencialidad exportadora). En estos sectores es muy importante la presencia de capital extranjero. Los más destacados son el del automóvil, el químico y el agroalimentario.

El sector del automóvil sufrió un proceso de reconversión, puesto que estaba sobredimensionado y tecnológicamente desfasado. La reconversión fue realizada por las multinacionales propietarias con ayudas oficiales, ya que el automóvil es una de las principales exportaciones españolas, siendo España el tercer país exportador de Europa, tras Alemania y Francia. A pesar de la recuperación necesita ajustes graduales y renovación tecnológica (robotización y motores que ahorren combustible). El principal problema es la amenaza por el peligro de deslocalización de plantas de vehículos y de las industrias de componentes. Entre las fábricas principales destacan las de Palencia, Valencia, Zaragoza y Madrid.

El sector químico es una de las bases de la industria española, a pesar de lo cual presenta deficiencias graves: fuerte volumen de capital extranjero, falta de competitividad respecto a los países comunitarios por el predominio de pequeñas unidades de producción (sobre todo en la química de transformación) y escasa capacidad investigadora. Comprende dos subsectores:

o La petroquímica o química de base se organiza en grandes complejos, integrados generalmente con la actividad refinera (Puertollano, Cartagena, Algeciras y Huelva).

o La química de transformación se estructura en empresas pequeñas localizadas en el País Vasco, Cataluña litoral y Madrid. Fabrica colorantes, pinturas, barnices, perfumes, material fotográfico, fertilizantes, productos farmacéuticos y papel. Sus exportaciones tienden al alza.

El sector agroalimentario cuenta con industrias pequeñas y dispersas, aunque también tienen gran peso las multinacionales. Sus objetivos de futuro son aumentar las ventas en el mercado interior y fomentar las exportaciones con

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mayor nivel de elaboración y de transformación del producto. En este sector destacan Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana.

Los sectores industriales punta o de alta tecnología.Son las ramas industriales que cuentan con una elevada intensidad tecnológica,

fuerte diferenciación de los productos y alta demanda. Los sectores más destacados son material eléctrico y electrónico, ordenadores, instrumentos ópticos y de precisión, etc..

En España los sectores se han implantado con retraso y tienen menor desarrollo que en otros países europeos, debido a una serie de dificultades:

a. Dependencia del exterior en investigación y tecnología. El retraso español en estos terrenos se debe a la baja inversión y a la insuficiente integración entre la universidad y las empresas (la universidad se ocupa más de la investigación básica que de su aplicación práctica para las empresas). Como consecuencia hay que recurrir a la compra de patentes, que suponen altos costes, o a la atracción de multinacionales, muy avanzadas en alta tecnología.

b. Predominio de empresas medianas o pequeñas, por lo que la competitividad es escasa y el mercado de las empresas nacionales es casi exclusivamente interior.

c. Escasa adaptación de la mano de obra y del sistema educativo a las demandas empresariales.

La localización de los sectores de la alta tecnología tiende a concentrarse en determinados espacios, conocidos como medios innovadores. Entre ellos sobresalen los parques tecnológicos o científicos, caracterizados por los siguientes rasgos:

En el aspecto funcional, reúnen centros de investigación y empresas pertenecientes a los sectores más innovadores.

En el aspecto morfológico-urbanístico, están ubicados en parcelas normalmente reducidas, dado el tamaño mediano o pequeño de la mayoría de sus industrias. Presentan baja densidad edificatoria y elevada calidad ambiental, con espacios verdes y entorno paisajístico grato. Poseen servicios complementarios (administrativos, telecomunicaciones, salas de reuniones, cafeterías) y buenas infraestructuras (comunicación con la ciudad, con el aeropuerto y con las redes informáticas). En ellos suelen existir edificios destinados a servir como incubadoras de empresas (es decir, a albergar a empresas innovadoras durante los primeros años de su desarrollo, mientras se decide si son o no viables).

En el aspecto de su localización, se sitúan en el entorno de metrópolis y ciudades medias, especialmente en aquellos sectores que combinan elevada calidad residencial y ambiental y buena accesibilidad.

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En cuanto a su relación con el entorno, se pretende que las industrias innovadoras actúen como locomotoras para el desarrollo local, mediante la atracción de otras empresas y la difusión de las innovaciones al entorno (a través de las relaciones con otras empresas, con los proveedores y los clientes). Con todo ello se espera que generen demanda de servicios y de mano de obra cualificada.

Ilustración 11.- Relación de I+D con el entorno

El objetivo de los parques es que sus industrias innovadoras actúen como locomotoras para el desarrollo local, mediante la atracción de otras empresas y la difusión de las innovaciones al entorno a través de sus relaciones con otras empresas, con los proveedores y con los clientes.

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Ilustración 12.- Distribución del Gasto I+D

Respecto a sus resultados, pueden indicarse los siguientes:

a. La concentración de la mayoría de los parques y de las empresas innovadoras en el entorno de las grandes ciudades y en los ejes industriales más dinámicos, (Madrid, Cataluña, País Vasco, Valencia y Andalucía). Este hecho se debe a que las industrias de alta tecnología son muy selectivas en su localización, al depender de servicios muy especializados, por lo que se han reforzado los desequilibrios espaciales existentes.

b. Su éxito ha dependido casi siempre de su capacidad para atraer a empresas multinacionales ya que la capacidad para difundir las innovaciones en el entorno es discutible (las multinacionales suelen realizar sus investigaciones en el país de origen y mantienen escasa relación con el entorno empresarial).

c. Han aumentado los desequilibrios espaciales existentes: las nuevas tecnologías son muy selectivas en su localización, porque dependen de servicios especializados, y se sitúan alrededor de las grandes ciudades y en los ejes industriales más dinámicos (Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Andalucía).

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MATERIAS PRIMAS. FUENTES DE ENERGÍA: RENOVABLES Y NO RENOVABLES. POLÍTICA ENERGÉTICA

Se pueden definir como los recursos a partir de los cuales se obtienen productos elaborados o semielaborados. Pueden clasificarse en dos tipos: de origen orgánico e inorgánico.

Origen orgánico. Aquí podríamos incluir los recursos hídricos (por el tipo de clima y suelo, el agua es un recurso escaso) y los alimenticios procedentes de la actividad agropecuaria destacando en el norte una agricultura continental y una ganadería vacuna –carne y leche–; mientras que en el resto de la Península domina el carácter mediterráneo de la agricultura (trilogía olivo, vid y cereal) y de la ganadería (porcina y ovina). También hemos de señalar la actividad agraria industrial (algodón), forestal (madera) o ganadera (leche).

Origen inorgánico. Se extraen de los yacimientos que son concentraciones con alto contenido de mineral. Antiguamente, España fue una zona productora de minerales, pero desde finales del siglo XIX la minería española se enfrenta a importantes problemas como:

o Los mejores filones están agotados. o Los recursos y reservas minerales españoles demuestran que España no

tiene una gran riqueza mineral . o Entre las materias primas podemos destacar:

Minerales metálicos . Hierro, piritas, plomo, cobre, etc. Se encuentran en ciertas zonas del zócalo herciniano o en sus bordes. Su destino principal es la industria básica y la industria de transformación.

Minerales no metálicos . Cuarzo, feldespatos, magnesita, sales, etc. Se encuentran en formaciones paleozoicas y cuencas terciarias. Se utilizan en la construcción e industria química.

Rocas industriales . Arcillas, arenisca, caliza, granito, mármol, pizarra, etc. Se reparten de forma heterogénea y se emplean principalmente en la construcción.

La producción nacional de minerales es insuficiente para el autoabastecimiento, lo que obliga a recurrir al comercio exterior, aunque que la de rocas industriales si satisface la demanda interna, e incluso generan excedentes para exportar en algunos materiales. En resumen el valor total de las exportaciones es inferior al de las importaciones.

La gestión de dichos recursos tiene como marco el de la UE, cuyos objetivos son incrementar la competitividad de la minería nacional, mejorar el medio ambiente y el hábitat minero, y fomentar la investigación y el desarrollo tecnológico. Esta política ha determinado el cierre de un gran número de minas de minerales metálicos debido a la

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existencia de yacimientos mucho más rentables fuera de la UE, además de los problemas medioambientales que generan.

Respecto a las fuentes de energía, son los recursos que permiten obtener energía útil para diversas aplicaciones como la industria. Se clasifican según varios criterios:

Según su proceso de formación

Renovables. Inagotables puesto que no desaparecen al generar energía y pueden utilizarse indefinidamente debido a que su ciclo de formación es suficientemente rápido para ser nuevamente utilizadas. Ejemplo; agua, sol, etc.

No renovables. Se agotan al usarse para producir energía y su proceso de formación exige millones de años; carbón, petróleo, etc.

Según su grado de aprovechamiento pueden ser:

Energía primaria. Constituida por las fuentes de energía tal y como se encuentran en la naturaleza.

Energía secundaria. Obtenida por la transformación de las fuentes de energía primarias en luz, calor, etc.

España es un ejemplo de desequilibrio y dependencia energética, puesto que el consumo supera la producción. Incrementó su consumo desde que España inició su industrialización. Alcanzó su mayor auge en 1960 como consecuencia de la aceleración del desarrollo urbano e industrial. Al principio se basó en el carbón, después en el petróleo, que es la fuente de energía de consumo mayoritario, seguida por la energía nuclear. En la actualidad (datos de 2007) el consumo está encabezado por el petróleo (48,1 %), seguido por el gas natural (21,5%), el carbón (13,7%) y la energía nuclear (9,8%). También reseñable el consumo de energía renovable (6,6%)

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Ilustración 13.- Consumo energético en España en 2010

Frente a estos datos tenemos los de la producción energética. Ésta se concentra fundamentalmente en la elaboración de la energía nuclear (46,9%), producción de energías renovables (25,8%) y del carbón (19,2%) dada la pobreza de petróleo y gas natural que padece España (datos de 2007). Particularmente es llamativo el dato de la producción de energía hidroeléctrica (7,6 %), iniciada en los años 60, a pesar de las sequías cíclicas que sufre el país.

La relación entre el consumo y la producción, nos da el grado de autoabastecimiento energético, que en España es bajo (26% en 1999) lo que obliga a recurrir a costosas importaciones que crean dependencia externa. Las principales fuentes de energía que requieren abastecimiento externo son petróleo, gas natural y carbón. Además son altamente contaminantes.

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Ilustración 14.- Producción energética en España en 2010

La dependencia energética española ha obligado a explorar otras fuentes de energía, las energías renovables (25,8 % de producción), con unas ventajas evidentes ya que son energías que se generan continuamente, inagotables, limpias y que se encuentran en muchos lugares; aunque son costosas tanto en su almacenamiento como su investigación y desarrollo. Las más exploradas en España son:

Solar. En su forma térmica se usa para calentar y en su forma fotovoltaica para producir electricidad. Este tipo de energía se ha desarrollado mucho en lugares como Almería, San Agustín de Guadalix o Puertollano.

Biomasa. Obtención de combustible a partir de residuos orgánicos, o cultivos energéticos que producen hidrocarburos.

Maremotriz. Eólica. Minicentrales hidraúlicas. Energía geotérmica

La dependencia energética de España se hizo palpable en el momento de la crisis del petróleo de 1973. Por ello se creó en 1975 un plan para resolver los problemas de nuestra dependencia energética, reducir el alto consumo de petróleo y desarrollar la energía nuclear, el gas natural y el carbón. Este plan, que recibe el nombre de P.E.N. (Plan Energético Nacional) revisado cada 10 años (revisado por última vez en 2002) para que esté adaptado a las necesidades energéticas. El P.E.N. fomenta diversas tipos política energéticas entre las cuales se encuentran: diversificar el consumo de energía, impulsar el ahorro del petróleo, vigilar el impacto

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medioambiental del consumo, potenciar las actividades de I+D del sector energético y promover el ahorro energético de los consumidores finales.

En los últimos años se está potenciando la utilización de energías renovables y alternativas que no dañen el medio ambiente. En 1986 se creó el P.E.R. Plan de Energías Renovables, cuyo objetivo era que estas energías cubran el 12% del consumo para el año 2020, que ha sido revisado sucesivamente para poder lograr el objetivo inicial (en el año 2007 representaba el casi el 7% de la energía consumida).