los medios y la dictadura

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DOSSIER EDUCACION Y MEMORIA 8 Coordinación: Prof. Sandra Raggio Textos: Prof. Carlos Gassmann Ilustraciones: Flor Balestra LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA MEMORIA DEL HORROR 1976-1983 1ra parte

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  • DOSSIER

    EDUCACION Y MEMORIA

    8

    Coordinacin: Prof. Sandra RaggioTextos: Prof. Carlos GassmannIlustraciones: Flor Balestra

    LOS MEDIOS DE COMUNICACIN

    Y LA MEMORIA DEL HORROR

    1976-1983

    1ra parte

  • Entre las muchas preguntas que an quedan pendientes respecto del pasado

    argentino reciente, sobre todo en referencia a la trgica etapa de la ltima

    dictadura militar, est la cuestin del papel que desempearon los medios de

    comunicacin. En ese sentido, el interrogante ms acuciante quizs tenga que ver

    con el grado de responsabilidad que es posible atribuirles a los mass-media en la

    generacin de una atmsfera social y de un clima cultural que hizo factible el

    horror a travs de la implantacin del terrorismo de Estado.

    Puede hablarse en ese sentido de un sistema de medios que actu de un modo ms

    o menos homogneo o es necesario establecer distinciones? Lo decisivo fue el

    frreo control que el gobierno militar estableci sobre los medios de mayor

    alcance, especialmente la televisin y la radio? Y qu pas con los medios que

    siguieron en manos de propietarios privados, lo cual incluye a casi todos los diarios

    y revistas? Es suficiente apelar al miedo y a la censura como explicacin de todo lo

    que se dijo y de todo lo que se omiti decir?

    El tema se enmarca dentro un tpico ms amplio y todava pendiente de

    profundizacin, que es el de la responsabilidad que en lo ocurrido le cabe a

    distintos sectores de la sociedad civil.

    El examen del comportamiento de los medios de comunicacin durante la

    dictadura es seguramente uno de los aspectos que no deberan faltar en ese

    anlisis. Aqu se aportan algunos datos y documentos y se sugieren algunos

    ejercicios para avanzar en esa direccin.

    Entre la resistencia y la complicidad

  • Cualquier evaluacin del rol desempeado por los diarios, las revistas, la radio o la televisin

    durante la dictadura supone poner en juego alguna concepcin, explcita o implcita, de lo que

    los medios son y de cmo debe pensrselos. Entre esas concepciones hay una muy frecuente que

    gira en torno de la idea de manipulacin. Se plantea que un rgimen que monopoliza por la

    fuerza la palabra pblica, encuentra en los medios formidables herramientas de persuasin colec-

    tiva. Que es difcil, si no imposible, escapar a la seduccin de la palabra o la imagen convenien-

    temente planificadas. Y que el ya normalmente maysculo poder de transformar opiniones y

    conductas, por parte de los medios, se vuelve avasallador cuando actan bajo control y al un-

    sono. En unas condiciones tales, dicen los adherentes a esta perspectiva, es factible el "lavado de

    cerebro" o el "adoctrinamiento masivo". Pero a una posicin semejante se le pueden efectuar

    mltiples reparos. Entre ellos, que slo es posible hablar de manipulacin en tanto se conciba al

    pblico como pasivo y acrtico. En efecto, la hiptesis de la manipulacin reposa sobre una

    serie de supuestos, entre los cuales se encuentran un emisor todopoderoso, un mensaje que habi-

    lita una nica lectura y una audiencia que, por variada que sea, ha de interpretarlo de una sola

    manera. Supuestos que difcilmente se cumplan en sociedades que, aun bajo condiciones de

    opresin, son complejas y contradictorias. Tambin cabe cuestionarle a la teora de la manipu-

    lacin que analice a los medios y a los procesos de comunicacin en los que intervienen abstra-

    yndolos del conjunto de la vida social, tendiendo a considerar que por s solos pueden ser los

    "causantes" de ciertos fenmenos sociales. Porque los medios no son ms ni menos que unas

    organizaciones, entre otras mltiples instituciones, que producen y hacen circular discursos. Para

    ello no tienen ms remedio que apropiarse y reformular discursos que ya circulan en la red social

    de significaciones. Y no es que con estas advertencias se busque minimizar su importancia,

    sino que se pretende llamar la atencin sobre la necesidad de examinarlos de un modo ms com-

    plejo. Aun cuando se los conciba como nudos destacados de una red social de produccin, cir-

    culacin y consumo de signos, deben ser analizados como parte de esa red y no por fuera de ella.

    3educacin y memoria

    Cmo pensar los medios

  • 4 educacin y memoria

    El examen del papel cumplido por los medios de comunicacin durante la ltima dicta-dura militar requiere tener en cuenta que se trat de un perodo de caractersticas excep-cionales, dadas las condiciones sumamente restrictivas de produccin, circulacin y con-sumo de la informacin que imperaron entonces (limitaciones que fueron dursimas enlos primeros aos del Proceso, en el apogeo del terrorismo de Estado, y que fueron ate-nundose paulatinamente con la relativa apertura ensayada desde la asuncin de Violacomo presidente y se aflojaron considerablemente tras la derrota de Malvinas).En cuanto a las condiciones de produccin, se aplic una censura rigurosa desde el damismo del Golpe de Estado. Mientras mayor fuera el alcance de los medios considera-dos, mayor era el control. As, se coloc al frente de los canales de televisin a inter-ventores militares, mientras que la mayora de las radios y la casi totalidad de los dia-rios y revistas permanecieron en manos civiles. Aunque, eso s, con un grado de vigi-lancia maysculo, que se incrementaba en la misma proporcin que el alcance entrminos de pblico del medio respectivo. Entre los comunicados de la Junta de Comandantes Generales dados a conocer el 24 demarzo de 1976 se incluy el Nro. 19, que expresaba que sera reprimido con la pena dereclusin por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare opropagare comunicados o imgenes provenientes o atribuidos a asociaciones ilcitas o apersonas o grupos notoriamente dedicadas a actividades subversivas o de terrorismo ycon reclusin de hasta diez aos el que por cualquier medio difundiere, divulgare o pro-pagare comunicados e imgenes con el propsito de perturbar, perjudicar o despresti-giar la actividad de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales. Por otra parte, elrgimen mostr desde el principio su inclinacin a actuar al margen de toda normativa,incluso la dictada por ellos mismos. Adems de las intervenciones a canales de televi-sin y radios y la expropiacin, clausura temporaria o definitiva de algunas revistas yperidicos, se sucedieron los encarcelamientos, los secuestros intimidatorios, las desa-pariciones y los asesinatos de periodistas y editores (incluso de algunos favorables a ladictadura, pero que terminaron siendo vctimas de las internas entre los jefes de las dife-rentes armas). Las condiciones de circulacin tambin estuvieron severamente limitadas.Cuando los mecanismos de control previo o la autocensura fallaban, se apelaba al recursode secuestrar la tirada antes de que llegara al pblico. Por ltimo, las condiciones de con-sumo tambin fueron especialsimas en tanto se suspendieron las actividades gremialesde trabajadores, empresarios y profesionales y toda actividad poltica, se impuso el estadode sitio y se prohibi realizar reuniones en la va pblica.En ese sentido, hay que tener en cuenta que un rgimen autoritario suprime la escenapoltica y la palabra pblica pasa a canalizarse principalmente a travs de los medios,que estn sujetos a un estricto control. De tal modo, el lugar relativo de los medioscambia con respecto de su situacin anterior, en la cual competan con otras instan-cias de la comunicacin social, como los partidos, los sindicatos o las diversas insti-tuciones culturales. La chance de resemantizar la informacin a travs de las redesinterpersonales, se ve as severamente afectada, dada la imposibilidad de seguir man-teniendo cierto tipo de lazos sociales.Pero, sin subestimar de ningn modo las consecuencias de estas seversimas restric-ciones, hay que tener en cuenta la supervivencia e incluso la agudizacin- de deter-minadas estrategias de decodificacin por parte del pblico. Tal como expres OscarLandi, en los perodos autoritarios se despliega la tcnica de la lectura entre lneasde los diarios, del detectamiento de los silencios sintomticos, la percepcin de los luga-res donde contactarse, donde significarse con la mirada o con la cancin compartida.

    Condiciones excepcionales

  • educacin y memoria 5

    Sumido el conjunto de los medios en un clima de terror y censura, hay que sealar, sin embargo,que no todos se comportaron del mismo modo. Es lo que se comprueba si se analizan las dis-tintas actitudes que adoptaron los diferentes medios grficos:a) La oposicin frontal slo puede rastrearse en medios que circulaban en forma clandes-tina, como la Cadena Informativa y la agencia ANCLA (Agencia Noticiosa Clandestina), enca-bezados por Rodolfo Walsh, en una experiencia que se cierra con su desaparicin, el 25 demarzo de 1977. Dice al respecto Daniel Link que escritos desde la clandestinidad y elnomadismo para un pblico que no se piensa como mero consumidor de informacin sinocomo parte integrante del sistema de distribucin de la noticia, Walsh imagina que esos tex-tos mimeografiados y distribuidos por correo, annimamente, o de mano en mano, puedenponer lmites al salvaje impulso devastador del nuevo Estado, manteniendo un cierto estadode conciencia que sirva para enfrentar al puro terror. b) Encontramos tambin distintas formas parciales de resistencia en la prensa de circulacinlegal. Se trata de gestos que pueden parecer poco significativos vistos fuera del contexto de lapoca, pero que cobran otro relieve si se tiene en cuenta que a sus responsables les costaron elencarcelamiento, la deportacin y hasta la tortura y la muerte. A veces, el apoyo al rgimen enciertos aspectos, como la poltica econmica, se contrapesaba con crticas a sus violaciones a losderechos humanos. Era el caso de La Prensa, que por otra parte mantiene su conservadurismopoltico, pero al que le cabe el mrito de haber sido el primer diario que public una solicitadade los familiares que reclamaban por el destino de los desaparecidos. Tambin La Opinin, porlo menos con anterioridad a la detencin de su creador y director, Jacobo Timerman, incluy ensus pginas crticas al accionar represivo. Y, sobre todo, The Buenos Aires Herald, el diario de lacomunidad britnica en nuestro pas que se edita en ingls. Clarn, por su parte, slo haca repa-ros desde una postura desarrollista a la poltica econmica monetarista implantada por Mar-tnez de Hoz, pero guardaba silencio respecto de la represin ilegal, por lo menos hasta lavisita en 1979 de la Comisin de Derechos Humanos de la OEA. Una mencin aparte merece larevista Humor, surgida en 1978, por el modo mordaz e inteligente con que ejerci la crtica. Enparadjico contraste con su nombre, se convirti en uno de los medios ms serios. Muchas veceslo que dicho en el tono habitual hubiese resultado intolerable para los censores se expresaba enclave humorstica. Por esa razn, las tiras de historietas y las vietas de humor de las contrata-pas de los diarios, o las caricaturas ilustrativas de las pginas interiores, como las de Sbat enClarn, decan ms que los anodinos comentarios de las secciones de Poltica o Economa.c) Hubo medios que cumplieron, con mayor o menor entusiasmo segn las reas temticas, conlo que el poder militar esperaba de ellos y no se caracterizaron por ser expresin de la resisten-cia La Nacin, Clarn, exceptuando su crtica a la poltica econmica, Crnica, salvo por la publi-cacin de algunas noticias, referidas a conflictos gremiales o a declaraciones de dirigentes jus-ticialistas, que las propias caractersticas de sus lectores le imponan-. En el caso de La Naciny Clarn, quedaron comprometidos con el Gobierno desde que se convirtieron en sus socios enla propiedad de Papel Prensa, la empresa monoplica en la fabricacin nacional de papel.d) Finalmente, existi una prensa abiertamente cmplice, que colabor estrechamente con ladictadura. En esa categora ingresa la revista Extra, dirigida por Bernardo Neustadt, y Carta Pol-tica, editada por Mariano Grondona (quien adems respald con entusiasmo al gobierno en cadamedio en que colabor, incluido El Cronista Comercial, donde firmaba sus columnas con el seu-dnimo de Guicciardini). El diario La Razn fue copado por los servicios de inteligencia y se con-virti en un instrumento de sus campaas de accin psicolgica. Otro tanto ocurri, por unacombinacin de adhesin ideolgica y oportunismo poltico, como Editorial Atlntida, incluidaslas revistas Gente y Somos, El Grfico y Para Ti. Tampoco faltaron los que, como el diario de BahaBlanca La Nueva Provincia, apoyaron a la dictadura guiados por su propio fanatismo ideolgico.

    De la oposicin a la complicidad

  • 6 educacin y memoria

    documento de trabajo I

    La oposicin

    Informe N 1, Diciembre de 1976. Parte de CadenaInformativa, escrito por Rodolfo Walsh

    Crnica del terrorMil fusilados, veinte mil presos o desaparecidos ytrescientos mil exiliados son las cifras que semanejan en el extranjero sobre la situacinargentina desde el 24 de marzo. El 18 de noviembreel ministro del Interior, general Harguindeguy,calific de demencial la segunda de esas cifras yaleg el secreto militar para no dar la verdadera.Confirm as las sospechas de que el gobierno no dacifras ni nombres de detenidos para mantenerloscomo rehenes que son fusilados en imaginariosenfrentamientos. Fuentes judiciales han reveladode qu modo se llega al total de veinte mil presos osecuestrados. Solamente en los juzgados del GranBuenos Aires se registra un promedio mensual decuatrocientos recursos de hbeas corpus(desaparecidos), y otro tanto en el interior del pas,lo que eleva el promedio a ochocientos. En ms dela mitad de los casos, sin embargo, los familiares delos desaparecidos no se presentan a la justicia portemor. Mil seiscientas desapariciones, en nuevemeses, ascienden casi a quince mil, que sumados alos cinco mil presos existentes desde el 24 de marzodan la cifra que rechaza Harguindeguy.Los datos de exiliados que llegan del extranjero sonalarmantes. Slo en Madrid y Barcelona haydecenas de millares de argentinos expulsados porel terror. Las colonias argentinas se hanmultiplicado en los Estados Unidos, Per,Venezuela, Mxico y pases europeos, inclusiveSuecia.

    Fusilan rehenesEn noviembre, la dictadura militar anunci habermatado a ciento cuarenta guerrilleros, ensupuestos combates. Ms de la mitad de esoscombates han consistido en fusilamientos deactivistas sindicales o estudiantiles detenidos.Fuentes policiales revelaron a Cadena Informativael mtodo para saber, a travs de la lectura de loscomunicados militares, si se trata de un combate ode un fusilamiento. En este ltimo caso, loscombates se producen en descampados y enhoras de la madrugada, y no se dan los nombres delos muertos, ya que ellos figuran en las listas dedetenidos que circulan internacionalmente.

    La zona de La Plata fue escenario de la ms violentarepresalia despus que una bomba colocada en laJefatura de Polica el 9 de noviembre mat a cincopolicas e hiri a quince, entre ellos cinco jerarcas.El jefe de Polica, coronel Camps, fij en cincuenta ycinco el nmero de rehenes a fusilar y lasejecuciones comenzaron la madrugada siguiente:ocho en La Plata y ocho en Tolosa y City Bell. El 11 denoviembre se ejecut a siete ms en La Plata. El 12fueron fusilados cuatro en La Plata y cuatro enTolosa. En la madrugada del 13 se fusil a seis en elbarrio Las Quintas. El 14 fueron ejecutados en PuntaLara tres activistas obreros. El 15 otros cinco en LosHornos. El comunicado sobre este hecho dijo que loscinco guerrilleros se desplazaban apelados en unFiat 128, en la madrugada, y al sostener un tiroteo,una bala impact el tanque de nafta incendiando elcoche y carbonizando a sus ocupantes. No menosinverosmil result el 16 la tentativa decopamiento de la subcomisara de Arana en que secomplet con diez fusilamientos la cuota fijada porCamps. De ninguno de estos cincuenta y cincomuertos se han dado los nombres.Por los mismos das en que el coronel Campscompletaba su represalia, el coronel de las SS nazis,Herbert Kapler, agonizaba en una crcel de Italia yel pueblo italiano protestaba contra el proyecto dedejarlo en libertad. Igual que Camps, Kapler fijuna cuota de diez por uno despus que una bomba

    Diario La Opinin. 14 de diciembre de 1976.

  • 7documento de trabajo I

    educacin y memoria

    en la jefatura de polica nazi en Roma mat atreinta y tres de sus hombres en marzo de 1944; las335 vctimas fueron masacradas en las CuevasArdeatinas.No es la nica semejanza que los observadoresempiezan a encontrar entre el nazismo y ladictadura argentina. El 27 de septiembre la revistaespaola Cambio 16 public una nota tituladaOchenta zapatos vacos en que se comparaba elcentro de torturas de Campo de Mayo con loscampos nazis de concentracin, hasta en el detallede las ropas de los ejecutados que se vanacumulando.El 22 de noviembre el ministro Harguindeguyintrodujo un toque de racismo al proponer que losmillones de colonos blancos reaccionarios queescapan del frica vengan al pas, mientras fuerzasde Aeronutica entraban en la Villa de Retiro,matando a tres villeros, y se rastrillaban las villasdel Gran Buenos Aires pobladas por paraguayos ybolivianos. Solucin final para el problema delos inmigrados latinoamericanos?

    Prohibido informarEl diario La Opinin revel a mediados denoviembre una lista de temas sobre los que estprohibido informar. Incluyen hechos subversivos ybajas en las Fuerzas Armadas y policiales. Entre losprimeros figuran un tiroteo con guerrilleros que

    cost la vida a dos miembros de Seguridad Federalen Flores el 17 de noviembre, el desarme de laguardia de camineros en la papelera Massuh deQuilmes, el 19, dos muertos y cuatro heridos gravesde la Polica Federal al desactivar bombascazabobos en locales abandonados por la guerrilla,y centenares de actos de sabotaje. Una explosin enun polvorn de Ejrcito, que cost la vida a unoficial, y otra en el Arsenal Naval de Azul dondemurieron tres marinos y ocho resultaron heridos,fueron presentados como accidentes.La censura impidi entre otras cosas que el pas seenterase del proyecto del senador norteamericanoEdward Kennedy de acusar al gobierno argentinoante la Comisin de Derechos Humanos de la OEA,de la decisin de la Comisin de Derechos Humanosde las Naciones Unidas de condenar a la Argentinay Rhodesia, del secuestro de un nuevo diplomticocubano y del brote de aftosa surgido en laprovincia de Buenos Aires.Ms de tres millones diarios gasta la dictadura paracombatir a la guerrilla. Cada guerrillero muertocuesta un milln de dlares.No slo los sectores obreros, que soportan lossueldos ms bajos de la historia, sino losempresarios nacionales agobiados por losimpuestos y la cada de las ventas, se preguntan siel precio no es demasiado caro, sobre todo cuandoaparecen signos de que la corrupcin atribuida aIsabel Martnez se ha multiplicado despus de sucada. La estafa a los ahorristas en el juego de laBolsa asciende ya a centenares de millones dedlares, mientras un cable de Roma atribuye a losmarinos de la Comisin Nacional de EnergaAtmica el cobro de una coima de 2.400.000dlares en la compra de reactores canadienses.Cadena Informativa es uno de los instrumentos queest creando el pueblo argentino para romper elbloqueo de la informacin. Cadena Informativapuede ser usted mismo, un instrumento para queusted se libere del Terror y libere a otros del Terror.Reproduzca esta informacin, hgala circular porlos medios a su alcance: a mano, a mquina, amimegrafo. Mande copias a sus amigos: nueve decada diez las estarn esperando. Millones quierenser informados. El Terror se basa en laincomunicacin. Rompa el aislamiento. Vuelva asentir la satisfaccin moral de un acto de libertad.

    DERROTE AL TERROR HAGA CIRCULAR ESTA INFORMACIN.

    Rodolfo Walsh. El escritor y periodista fue secuestrado en 1977.

  • La resistencia

    FFrraaggmmeennttoo ddeell eeddiittoorriiaall ppuubblliiccaaddoo ppoorr TThhee BBuueennoossAAiirreess HHeerraalldd,, eell 2211 ddee aaggoossttoo ddee 11997766,, ttrraass ccoonnoocceerrsseellaa nnoottiicciiaa ddeell hhaallllaazzggoo ddee 3300 ccaaddvveerreess eenn llaallooccaalliiddaadd ddee FFttiimmaa..

    El terrorismo no puede combatirse concontraterrorismo. El terrorismo puede combatirsetan slo con la fuerza de la ley. Los mtodos que seconvierten en una vergenza nacional queprovocaron consternacin internacional y fueroncondenados en el gobierno depuesto deben sererradicados por esta administracin (...) La gentedecente est tratando de consolarse con lacreencia de que los crmenes que no pueden seratribuidos a la izquierda subversiva son muertospor venganza.El que muchas personas traten de justificar elasesinato a sangre fra como una especie de rudajusticia, da la pauta de cmo se ha propagado elembrutecimiento de nuestra sociedad. La crueldaddespiadada de las organizaciones subversivas es laresponsable de ello. Pero no podemos permitir quenuestras normas degeneren en la bestialidad quecaracteriza a los enemigos de nuestra sociedad.Existe un solo cdigo de justicia y moralidad al queuno debe ceirse aun en la guerra ms sucia.EEddiittoorriiaall ddee TThhee BBuueennooss AAiirreess HHeerraalldd,, aabbrriill ddee 11997777

    8 educacin y memoria

    documento de trabajo II

    Los secuestros y la leyDurante la vigencia del desafortunado gobiernoanterior, Buenos Aires tuvo la lamentabledistincin de que se la considerara la capitalmundial de los secuestros. Despus del 24 parecalgico suponer que todo esto se convertira ennada ms que una memoria luctuosa cuando lasFuerzas Armadas, trabajando mancomunadamentecon otros organismos de seguridad bajo elcomando unificado del gobierno de la juntamilitar, establecieron un control total en el pas. Sidejamos a un lado la guerra contra la subversin,en la que evidentemente debe darse prioridad alsecreto, es difcil entender por qu no se haprocurado la restauracin de la ley y el orden enreas en las cuales no se ve afectada la seguridadnacional. Y, sin embargo, nuevamente una psicosisde secuestros aprisiona al pas. En las ltimassemanas, una sucesin de periodistas han sidosecuestrados, intimidados y en la mayora de loscasos- dejados en libertad con la condicin deabandonar el pas y suspender la publicacin desus peridicos. Si no fueran tan trgicas lasconsecuencias porque es imposible olvidar elsufrimiento de los seres queridos y el tratoinhumano a los secuestrados y si no fueranadems tan dainas a la reputacin del pas, losacontecimientos de las ltimas semanas podransuministrar material para una de esas comedias enlas que siempre asuma Alex Guiness el rolprotagnico. Dos periodistas fueron secuestrados yamenazados porque publicaban una revista lujosade mujeres y un semanario satrico. Otro periodistafue obligado a abandonar el pas bajo pena demuerte, porque editaba un respetable peridico defamilia que trataba el tema de la educacin sexual.En ambos casos, los periodistas fueronsecuestrados por grupos armados, cuyaimpunidad era precisamente la que motiv tantasquejas periodsticas durante el rgimen de laseora de Pern. Tal vez otro periodista, RodolfoWalsh, haya sido secuestrado por motivospolticos. Tal vez parezca ridculo enfatizar estetema cuando la gente se ha acostumbrado ajusticia arbitraria y aun, ejecucin sumaria- yya no cuestionan estos procedimientos. Pero hayque insistir: sobre ninguno de los periodistassecuestrados pes, o pesa, acusacin alguna dehaber violado la ley. (...) Y adems parecer que elsecuestro (en casos que nada tienen que ver con lasubversin) ha sido legalizado de oficio.

  • 9documento de trabajo III

    educacin y memoria

    La complicidad

    En una doble pgina de Extra, revista dirigida porBernardo Neustadt, ms precisamente el Nro. 139aparecido en enero de 1977, aparecen lasfotografas de Emilio E. Massera, Jorge R. Videla,Orlando R. Agosti, Roberto E. Viola, Ramn G. DazBessone, Ibrico Saint Jean, Antonio D. Bussi, JosA. Martnez de Hoz, Juan Alemann, Juan Ocampo,Monseor Zazpe, Nino T. Garca Moritain, Po Laghi,Roberto Bullrich, Rafael Sarmiento, Carlos C.Helblung, Tito Lectoure, Santiago de Estrada,Edmundo Paul, Jos R. Trozzo, Rafael Vzquez, JuanS. Valmaggia, Jorge R. Aguado, ChristianZimmermann, Giorgio Borella, Amalia L. deFortabat, Mara Granata y Mara Guzmn,acompaadas por el ttulo y el siguiente texto:

    Los hroes de 1976 No decimos slo los mejores. Decimos que existieronen un primer plano. Y que a lo mejor nos olvidamos deotros fundamentales. Pero la memoria tiene una gran

    capacidad de olvido. Adems, 1976 se dividi en dostiempos: antes y despus del 24 de marzo. No se puedeevitar mencionar en el antes a Mara Cristina Guzmn.En el despus, a Martnez de Hoz. Se coincida o no conl. Empresarios que lo dieron todo, Edmundo Paul,Jos R. Trozzo, Amalita Fortabat, que pudo dedicarse agozar de la dolce vita y se arremang para seguir eltrayecto de don Alfredo Fortabat. Jueces que tuvieronque dar la cara; sacerdotes que fueron diques decontencin. Militares que se distinguieron en funcinde gobierno. Militares-militares. Faltar alguno. Acasosobre uno que otro. Seleccionamos as y perdn!.

    Artculo de la seccin Panorama Polticoaparecido en El Cronista Comercial del 12 dediciembre de 1979 y firmado por Guicciardini,seudnimo del periodista Mariano Grondona. Elverdadero Guicciardini fue contemporneo deMaquiavelo y uno de los precursores de la doctrinade la Razn de Estado.

    Anatoma del errorLos argentinos tenamos sobrados motivos parasospechar que algn error profundo, quizs esencial,acompaa a la poltica de derechos humanos. Sabamos esto por intuicin. Lo sentamos, ms queformularlo lgicamente. Pero he aqu que el Comit deRelaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidosha dado a publicidad un estudio sobre la poltica dederechos humanos que ofrece la oportunidad deidentificar en blanco y negro las zonas de error deesta plltica (...) En su parte medular, el estudio sealasiete puntos fundamentales que debieran guiar laaplicacin de la poltica de derechos humanos porparte del gobierno norteamericano (...) El primero deellos dice que las graves violaciones a la integridad delas personas, las matanzas indiscriminadas, amenazaso aplicacin de torturas, deben tener una altaprioridad en la poltica norteamericana. Aqu reluce elprimer anillo del error: dirigir la poltica exteriornorteamericana hacia problemas individuales y noestatales. La prdida de vista del Estado como nicoprotagonista de las relaciones internacionales es unade las fallas ms graves de la actual conduccinnorteamericana. Los ejemplos sobran: el gobierno y elpueblo norteamericano se preocupan sobremanerapor la suerte de 50 rehenes en Tehern, pero no prestanigual atencin al hecho, muchsimo ms grave, de quepara apresarlos el Estado iran viol la soberanaterritorial del Estado norteamericano y lesion suhonor al desconocer la inmunidad del personal

    Extra. La publicacin mensual que diriga Bernardo Neustadt.

  • educacin y memoria

    documento de trabajo III

    diplomtico; los norteamericanos prestan enormeatencin a los casos individuales de represin oliberacin Huber Matos, el bailarn Godunov, elderecho del sha a la piedad humana-, pero ignoran lasuerte colectiva de naciones Irn, Nicaragua, Cuba,Angola, Vietnam-, cayendo as en la paradoja de unEstado imperial que se moviliza para salvar vidasconcretas y queda indiferente ante la prdida denaciones enteras. El segundo punto afirma que sedeben esperar distintos niveles de conducta de lospases en materia de derechos humanos segn hayasido su tradicin poltica y segn hayan recibidomayor o menor ayuda norteamericana en el pasado.Por aqu se introduce la distincin conceptual que,debidamente desarrollada, desembocar en lacontradiccin viviente segn la cual la poltica de losderechos humanos castiga a los amigos y perdona alos enemigos. Naturalmente, los pases con unatradicin ms noble en materia de derechos humanosson occidentales. La conclusin prctica del puntodos, entonces, es que un abuso en la Argentina es msimportante que mil abusos en Indonesia o en Vietnam(...) La poltica de derechos humanos se aplicaespecialmente a los pases de tradicin occidental y alos que, no siendo occidentales, se hayan aproximadoa Occidente. A los amigos, en suma (...) El cuartopunto incluye como un factor significativo en ladeterminacin del mayor o menor nfasis que losEstados Unidos pondrn en su poltica de los derechoshumanos al grado de influencia que tengan en lassituaciones que denuncien. Con otras palabras: a qudenunciar las violaciones en la Unin Sovitica, si all

    10

    la influencia norteamericana es nula? Hay que hacerloen aquellos pases que tienen en cuenta, por una razno por la otra, la opinin de los norteamericanos. Otravez, por supuesto, los pases amigos (...) Ante laexistencia de estos puntos o premisas, resulta casiinevitable que el Cono Sur resulte un rea privilegiadadel mundo para la recepcin de las presiones. Lospases totalitarios no son influenciables... a qupresionarlos? En su mayora no pertenecen adems a lacultura occidental, por lo tanto no es de esperar deellos una conducta elevada en la materia (...) Ququeda? Cules son las naciones a la vez occidentales,amigas, influenciables y exentas de institucioneselectorales? Chile, Argentina, Uruguay... La poltica dederechos humanos es un principio plagado deexcepciones que salva sus apariencias en el Cono Sur(...) No slo nos toc en suerte con un puado depases pagar los platos rotos de una poltica que no seaplica en ninguna otra parte, sino tambin que esapoltica expresa la desubicacin filosfica y estratgicade sus formuladores. Desubicacin filosfica porque lalucha por la libertad y la dignidad del hombre, que esla causa histrica de Occidente como un todo, seidentifica aqu con la mentalidad y la perspectivaespecfica de una nacin filial de Occidente joven,perifrica, recin venida- que pierde de vista elcarcter universal de su misin de defender a unacivilizacin que la excede. Desubicacin estratgicaporque incurre en el error poltico fundamental deignorar el verdadero enemigo y hostilizar al verdaderoamigo. Ningn imperio sobrevivi a esta fatalvariedad del daltonismo...

    La complicidad. Los medios de comunicacin aportaron su cuota de apoyo al rgimen militar.

  • 11educacin y memoria

    Texto de presentacin de las postales paracontrarrestar la campaa antiargentina en elexterior denominada Argentina, toda laverdad. Revista Para Ti, N 2927, 14 de agostode 1978. Al pie se consignaban las direccionesde quienes se han hecho eco de la campaaantiargentina, entre ellos AmnestyInternational, Ted Kennedy, Patricia Derian, laBBC de Londres y Le Monde.

    Defienda su ArgentinaDijo Paris Match: La orga de violencia y eldesenfreno de la multitud, tradicional en laArgentina, convierte a cada espectculo en unmotn y aun en una guerra.Dijo Ornella Vanoni: La Argentina es un infierno.Dijo Le Monde: En la Argentina los chicos nopueden caminar por la calle. En la Argentina semata a la gente por la calle.Son slo algunos ejemplos de los muchos quepodran mencionarse. Son los que sumaron susvoces para condenarnos, para agredirnos a travsde una campaa antiargentina. Por esto y enrespuesta a esto, hemos reemplazado nuestrasfichas de cocina por estas tarjetas postalesdurante cuatro ediciones de Para ti. Son para queusted participe. Para que usted contestepersonalmente a todos aquellos que nos juzgarondesde lejos y sin conocernos. Y no vamos a ir paraatrs en el tiempo. Vamos a mostrarles a laArgentina de hoy, a un pas que est empeado endefender la paz que tanto le cost ganar. Por eso,estamos seguras de que usted y su familia van aparticipar de esta propuesta con entusiasmo, confervor, con el mismo apasionamiento con que el 25de junio salimos a gritar Argentina. Y elprocedimiento es simple: elija una de las cuatrotarjetas, luego una de las direcciones que damosal pie de esta pgina. Ponga su nombre ydireccin, el nombre y la direccin deldestinatario, una estampilla y chela al buzn.Defendamos a nuestro pas, salgamos tambinnosotros a hacer nuestra campaa argentina. Quelos escritores de los que nos castigaron se llenande estas imgenes para que sepan que el puebloargentino sabe responder con la verdad, con todala verdad.

    IInnttrroodduucccciinn aa llaa eennttrreevviissttaa qquuee RReennee SSaallllaass yyOOssvvaallddoo LLeebboossoo llee rreeaalliizzaarroonn aa AAddoollffoo PPrreezzEEssqquuiivveell ccuuaannddoo ssee llee ccoonncceeddii eell PPrreemmiioo NNoobbeell ddee

    documento de trabajo III

    llaa PPaazz.. RReevviissttaa GGeennttee,, 22 ddee nnoovviieemmbbrree ddee 11998800..

    Entre las preguntas que le formularon se cuentansi como argentino no le ha llamado la atencinque la campaa antiargentina en Europa ha hechohincapi exclusivamente en esa banderademaggica (el derecho de las madres a buscara sus hijos), si no cree que lo que los argentinosvivimos hoy es consecuencia de los malosgobiernos elegidos por el pueblo, si sumovimiento defiende slo las vctimas de laizquierda y si combatira acaso a la violenciaterrorista ofreciendo la otra mejilla).

    Por qu ahora, por qu Argentina, por qu a l?Es como el fin de una ilusin, una ilusin infantil?S, lo admito. Ser por eso que uno llora tanto sumuerte. Pero antes, cuando a uno le encargabanuna nota a un Premio Nobel, lo senta como unprivilegio (...) Uno senta miedo y admiracinfrente al entrevistado. Porque el galardnpremiaba siempre una brillante, conocida,respetada, insospechada trayectoria. Latrayectoria de un hombre que serva de modelo,

    Postales. Para ti y su campaa a favor de la Argentina.

  • 12 educacin y memoria

    que incitaba a la imitacin (...) Con el tiempo, elprestigio de los Nobel fue decayendo. Losnombres que aparecan nos movan a sorpresa ydesconcierto. Al parecer, empezaron los tiemposen que los Nobel premiaban ms una causa, unaideologa o un movimiento, que la trayectoria deun candidato. Se convirtieron tambin en uninstrumento? (...)Y ahora, precisamente el lunes 13 de octubre, lailusin sufri un golpe de muerte: un argentino,Adolfo Prez Esquivel, 49 aos, profesor de BellasArtes, creador y director del Servicio de Paz yJusticia en Amrica Latina, recibe el Premio Nobelde la Paz 1980. Cmo es posible que un argentinotan brillante se nos haya escapado a muchos hastaahora? Rpidamente se recurri a los archivos enbusca de antecedentes, datos del premiado. Peroel desesperado intento, finalmente, result intil.Porque como muy bien lo dijo el propio PrezEsquivel a los periodistas que invadieron su filialde Mxico 479 en la Capital: El premio nopertenece a una persona, sino a un movimiento.Un movimiento que, segn el comit noruego delPremio Nobel tiene como objetivo trabajar parala promocin de los derechos fundamentales,basndose exclusivamente en mtodos noviolentos.Y el mismo Prez Esquivel, en una entrevistatelefnica que le hicieron desde Suecia a las pocashoras de conocida la designacin, se encarg dehacer precisiones.La cosa est tranquila aqu respondi-, perocon muchos problemas an por solucionar. Porejemplo, el problema de los detenidos sin causa niproceso, el problema de los desaparecidos. Ycomo otro periodista insistiera en el mismo tema,Prez Esquivel agreg: Las madres de la Plazarealizan un trabajo muy importante en busca desus hijos. Y hay que ver cmo crecieronespiritualmente a travs de un trabajo polmico.Todas banderas que los argentinos conocemosmuy bien, porque en ellas se bas, ciegamente,parcialmente, selectivamente, la campaaantiargentinadesatada en elmundo.Qu se quisopremiar con este Nobel de la Paz?Mejor dicho, qu se quiso censurar,reprochar? (...) Sus respuestas tampocoayudan a aclarar el interrogante: esquivo,

    documento de trabajo III

    hbil, firme en su conviccin de no apartarse desus esquemas, de sus frases, de sus muletillas,Prez Esquivel se refugia en los Evangelios y en sucondicin de cristiano amante de la no-violencia, para responder toda preguntamolesta.De cualquier manera, la ilusin ha muerto. Elpremio instituido por el inventor de la dinamitapara aquellos que han hecho lo ms y lo mejorpor la obra de la fraternidad de los pueblos haperdido su prestigio. Su aura casi sagrada. Sualtsimo nivel. Ya no nos sirve como incentivo,como estmulo para imitar a los mejores. A losgrandes. El premio ya tiene sombras. Ya no esinsospechado.

    Clarn. El Premio Nobel de la Paz en tapa.

  • 13educacin y memoria

    Para trabajar en el aula

    Ejes de anlisis propuestos:

    Distinguir los comportamientos que adoptaron diferentes medios de prensa y perio-distas durante el perodo de la dictadura militar, en el marco de una reflexin sobre lasresponsabilidades de la sociedad civil.

    Identificar cmo, bajo condiciones semejantes, hubo comportamientos dismiles porparte de medios y periodistas.

    Obtener elementos de juicio acerca de la cuestin de la informacin que estaba ono disponible para el conjunto de la poblacin en materia de violaciones a los dere-chos humanos.

    Sugerencia de actividades:

    Analizar segn las pautas que siguen los documentos presentados en las tres seccio-nes anteriores

    I- Leer con detenimiento y analizar la primera parte de la llamada Cadena Informa-tiva para establecer cuestiones tales como: cules son las fuentes de las que se valeWalsh; cundo las identifica con nombre y apellido y cundo no; por qu; qu tipo dereinterpretacin efecta de la informacin oficial y cmo justifica las conclusiones queobtiene de ella; por qu afirma que el Terror se basa en la incomunicacin.

    En base a consultas bibliogrficas, realizar un trabajo monogrfico acerca de RodolfoWalsh y su trayectoria como escritor y periodista; describir especialmente las carac-tersticas de sus dos ltimos emprendimientos, la Agencia Clandestina de Noticias(ANCLA) y Cadena Informativa; proponer el anlisis de su ltimo texto, la Carta abiertaa la Junta Militar del 24 de marzo de 1977.

    II- James Neilson, uno de los directores de The Buenos Aires Herald, explic en un repor-taje que para ampliar el margen de lo publicable utilizaba el recurso de camuflarse.Para criticar a los militares expres- fue necesario asumir la postura de alguien quesimpatizaba con el Proceso y comparta sus objetivos, como una necesidad tctica decomplacerlos en ciertos aspectos para poder seguir protestando por las violaciones delos derechos humanos. Leer detenidamente las dos notas editoriales de este diario ysealar qu oraciones parecen obedecer a esa estrategia concesiva y cules frases expre-san lo que el Herald tiene realmente inters en resaltar.

    III- Identificar los recursos discursivos que utilizan los periodistas para informar acercadel Premio Nobel de la Paz a Adolfo Prez Esquivel, sobre qu datos y fuentes se basan,cmo incluyen sus propias opiniones, cmo convocan al lector, etc.

    Averiguar cules de los medios y los periodistas mencionados en esta seccin conti-nan apareciendo o trabajando en la actualidad. En caso afirmativo, hay alguna rela-cin entre las opiniones que sostienen hoy en materias tales como la seguridad o lasprotestas sociales con las posiciones que sostuvieron durante la dictadura?

    - Investigar y evaluar las condiciones de produccin, circulacin y consumo que tuvie-ron las diferentes notas periodsticas.- Cules de ellas les parece que durante la dictadura resultaban ms crebles? Porqu?- Cules de ellas resultan hoy ms crebles? Por qu?

  • 14 educacin y memoria

    Cronologa

    1976

    El 24 de marzo se produce el Golpe de Estado. ElComunicado Nro 19 de la Junta Militar establece reclu-sin por tiempo indeterminado para quien difundainformacin vinculada a grupos subversivos y hastadiez aos de prisin por la propagacin de mensajesque desprestigien a las Fuerzas Armadas o la polica.

    El 22 de abril se imparte a los medios una instruc-cin verbal que prohibe informar sobre hallazgosde cadveres, secuestros, desapariciones y muertes,a menos que consten en los partes oficiales.

    Son clausuradas las revistas Mayora, Cuestionarioy Crisis. El editor de esta ltima, F. Vogelius, es secues-trado y torturado. Haroldo Conti y Raymundo Gleyzerse encuentran en la nmina de periodistas desapare-cidos durante ese primer ao de la dictadura. Hayinterventores militares y listas negras en radio y tele-visin. Mientras tanto, un grupo de periodistas eco-nmicas lanzan mbito Financiero y Bernardo Neus-tadt regresa con su ciclo televisivo Tiempo Nuevo.

    El Gobierno adjudica las acciones de Papel Prensaa un consorcio de diarios entre los que se destacan LaNacin, Clarn y La Razn.

    1977

    El 5 de octubre, en el diario La Prensa, se imprimepor primera vez una solicitada reclamando por losdesaparecidos.

    Es abatido Rodolfo J. Walsh. Su ltimo texto, Cartaabierta de un escritor a la Junta Militar, se difundeen todo el mundo.

    En todas las escuelas del pas se distribuye el folletoSubversin en el mbito educativo. Conozca a nues-tro enemigo.

    Pasan a integrar la lista de desaparecidos, entreotros, los periodistas Enrique Raab y Luis Guagnini yel dibujante Carlos Oesterheld, creador de El Eternauta.Tambin Edgardo Sajn y el propietario y directorde El Cronista Comercial, Rafael Perrota.

    Es detenido el director de The Buenos Aires Herald,Robert Cox.

    Intervienen el diario La Opinin y detienen a su direc-tor, Jacobo Timerman, quien recin recuperar la liber-tad treinta meses ms tarde, despus de sufrir tortu-ras, confiscacin de bienes, quita de la nacionalidady expulsin del pas.

    1978

    La Prensa publica una solicitada de las Madres dePlaza de Mayo con una lista de desaparecidos.

    Entre otros, desaparece Julin Delgado, director deMercado. Es asesinado Horacio Agulla, responsable deConfirmado.

    Aparece la revista Humor, bajo la direccin de AndrsCascioli.

    Comienza a editarse Conviccin, diario ligado alAlmirante Massera. La revista Para Ti incluye tarjetaspostales con leyendas favorables al rgimen militar yles pide a sus lectoras que se las enven a los respon-sables de la campaa antiargentina en el exterior.Por una nota humorstica reprobada por la Iglesia seprohibe la circulacin de la revista Mad.

    Para el Mundial de Ftbol se construyen, en tiemporcord, los estudios de Argentina Televisora Color(ATC), aunque en principio slo hay transmisionespara el exterior.

    La dictadura intenta hacer del triunfo futbolsticoen el Mundial una convalidacin de su poltica. Lamayora de los medios se suman con entusiasmo a esatarea.

    La Sociedad Interamericana de Prensa se rene enMiami y elabora un informe, que en nuestro pas esocultado o distorsionado, en el que seala que el miedoha provocado una extendida autocensura y que, msall del temor, muchos medios sobreactan su apoyoal gobierno.

    1979

    Abandona el pas por amenazas el director de TheBuenos Aires Herald, Robert Cox.

    Mara Elena Walsh publica en el diario Clarn su artculoDesventuras en el pas jardn de infantes, donde

  • 15educacin y memoria

    condena la censura.

    Coinciden en Plaza de Mayo los familiares de las vc-timas que reclaman ante la Comisin de Derechos Huma-nos de la OEA y los hinchas de ftbol que celebran laobtencin del Mundial Juvenil de Japn. Estos ltimosson alentados a concurrir por el relator deportivo JosMara Muoz, quien les dice: Demostrmosle a esosseores que la Argentina no tiene nada que ocultar.

    1980

    La cobertura periodstica de la obtencin porparte de Adolfo Prez Esquivel del Premio Nobel de laPaz evidencia nuevamente el amordazamiento de laprensa. Unos lo informan del modo ms escueto y des-pojado posible. Otros asumen la defensa del gobierno,como Rene Sallas, que entrevista al premiado en larevista Gente bajo la consigna de que sus banderasson las mismas en las que se basa la campaa antiar-gentina desatada en el mundo, y el diario La Nacin,que propone en una editorial al comit noruego queen prximas ocasiones distinga a las vctimas delos crmenes terroristas.

    Los escritores Jorge Luis Borges y Ernesto Sbato enca-bezan una solicitada reclamando al gobierno la listade los desaparecidos.

    Se exilia Ariel Delgado, la voz de las noticias deRadio Colonia.

    ATC inicia sus transmisiones en color para todo elpas.

    1981

    Escritores y cineastas reclaman pblicamente con-tra la censura.

    El gobierno retira la publicidad oficial del diario LaPrensa . Es golpeado su columnista poltico ManfredSchonfeld.

    La revista Humor alcanza un notable crecimiento desu tiraje. Miguel Briante y jorge Di Paola editan larevista El porteo.

    Incendian el teatro del Picadero, donde se llevabaa cabo Teatro Abierto.

    1982

    Durante la Guerra de Malvinas hay un asfixiante con-trol informativo. Para incentivar la solidaridad popularcon la causa, Pinky y Cacho Fontana conducen una trans-misin televisiva de 24 horas continuadas. Las radiosdejan de difundir msica en ingls. Los medios, casi sinexcepciones, promueven el triunfalismo. A la cabeza deese comportamiento se ubica el conductor del noticierode ATC, Jos Gmez Fuentes. Tras la rendicin, se con-voca a Plaza de Mayo para apoyar a Galtieri. Muozdifunde la invitacin desde Espaa, donde est rela-tando el Mundial. Slo asisten unas cinco mil personas,pero estn furiosas y son brutalmente reprimidas. Entrelos blancos principales de la bronca de los manifestan-tes estn los mviles de la televisin.

    Aparece el diario La Voz, que expresa los puntosde vista de la izquierda peronista bajo la direccin deVicente Saadi.

    Van aumentando las voces cuestionadoras en la radioy tambin las amenazas, como las que recibe Magda-lena Ruiz Guiaz.

    El 16 de diciembre, una mar-cha contra el Proceso renea mas de cien mil personas.La represin le cuesta lavida al obrero Dalmiro Flo-res. Por primera vez en aos,la televisin registra loshechos.

    1983

    Por una nota crtica refe-rida a Alfredo Astiz clausu-ran la revista La Semana. Eltitular de la editorial Perfil,Jorge Fontevecchia, huye dela redaccin disfrazado demujer y se refugia en laembajada de Venezuela.

    Tras un acelerado pro-ceso de privatizacin,Alejandro Romayrecupera la propie-dad de Canal 9.

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