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LOSABETALENAVARROS
navarra agraria
MAPA N° 1. DISTRIBUCION MUNDIAL DEL ABETO (ABIES ALBA MILLER)
Según JALAS Y SUOMINEN, 1973.
El abeto o pinabete, Abies albaMiller, es el gigante de los árboles pirenaicos, ya que sus fustes majestuosos pueden pasar de los 40 metrosde altura, sobrepasar 1,5 m. de diámetro y alcanzar un volumen de30-50 m".
Se trata de un árbol puramente europeo, que se extiende por las montañas del centro y sur del continente, desde los Cárpatos y Macedoniahasta el Pirineo, pasando por el arcoalpino, Apeninos, Vosgos, Cevennesy Córcega. Teniendo en cuenta queel abeto rojo (Picea abies (L.) Karsten) no rebasa los Alpes hacia el Oeste y que el pinsapo (Abies pinsapoBoiss.) se reduce al Rif y montes deMálaga y Cádiz, resulta que el pinabete es el único abeto de nuestra cordillera fronteriza.
Ya en el dominio pirenaico, el abeto forma selvas desde el Pirineooriental francés (Canigó, Capcir, Corbieres) hasta el famoso bosque deIrati, mitad navarro, mitad francés;por el sur llega al Montseny (Barcelona), parte de la provincia de Gerona, Lérida (desde el Valle de Aránhasta el Montsec), Pirineo aragonés(desde Ansó, Hecho y Benasque hasta Guara; N. de la provincia de Zaragoza) y NE de Navarra (Aézcoa, Salazar y Roncal).
Desde el punto de vista ecológico,Abies alba caracteriza el llamado
"piso montano de vegetación", esdecir, los terrenos situados entre los700-1.000 m. y los 1.700-2.000 m. dealtitud. Requiere climas relativamente frescos y húmedos, con- precipitaciones superiores a los 800-1.000mm. anuales, de los cuales, cerca de1/4 deben caer en verano. Resistefríos intensos, pero las heladas tardías pueden dañarle.
Gusta de suelos profundos y fértiles, que guardan bien la humedaddurante todo el año, como los que sehallan en laderas medias o bajas,
umbrías u hondonadas. Aunque puede formar espesos bosques por sísolo, como ocurre en el "Forét deBoucheville" (Aríeqe, Francia) o en la"Mata de Valencia" (Lerida), lo másnormal en el Pirineo es verle asociado con el haya, frondosa que predomina y llega a sustituirle en las vertientes muy expuestas a las nieblaso en los climas oceánicos, al oestedel río Irati. Aparte de esta mezclade perennifolio y caducifolio, otrosárboles salpican los abetales; el abedul (Betula pendula), el temblón
MAPA N° 2. DISTRIBUCION DEL ABETO (ABIES ALBA MILLER) EN EL PIRINEO
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Según DUPlAS, 1985
Navarra agraria, 40: 77-81. (febr./89)~
Abetales navarros
En el aspecto floríst ico cabe mencionar un parásito específico de losabetos, Viscum album ssp. abietis,que al menos hemos visto en Belagua. También ligada al pinabete,pero en este caso al mantillo , creceuna delicada orquídea de flor blanca,Goodyera repens , la cual viniendode los grandes bosques de coníferaseuropeos, llega al Pirineo y marca sulocalidad más extrema conocida enel Bajo Roncal (Van der Sluys y González , 1982). En los barrancos sombreados del abetal de Aztaparreta oen Urbeltza-Irati encontraremos también los últimos efectivos de una bella rosácea, Aruncus dioicus (= Spiraea aruncus), por lo general subordinada al abeto en el ámbito pirenaica , pero que en este caso alcanza elBidasoa en Velate y Santesteban.
En el Erreka-Idorra , dentro de iaSelva de Irati, se descubrió en 1828una gramínea nueva , la Poa feratiana Boíss. et Reuter, hoy consideradasubespecie por los especialistas [P.trivialis L. ssp. feratiana (Boiss. etReuter) A.M. Hernández]; propia delos bosques húmedos que venimoscomentando, salpica el Pirineo y laEspaña húmeda, siendo muy rara enel N. de Portugal. Aparte de dicha localidad clásica, del Pirineo españolsólo laconocemos del Alto Roncal.
Hay una crucífera que caracterizala parte pedregosa-caliza, sombría,de nuestros mejores abetales pirenaicos ; nos referimos a la Cardaminepentaphyllos (= Dentaria pentaphyllos), de flor blanca temprana ypreciosas hojas palmeadas, la cual,junto con su congénere C. heptaphillos (Dentaria pinnata) detiene suárea absoluta en Lizardoya (Irati).
Para terminar con las plantas quegustan de la sombra del abeto, mencionemos una de las más tiernas yfrágiles , la onagrácea Circaea alpina, cuya área de distribución vienedesde el N. de Europa hasta las cordilleras meridionales como el Apenino y los Pirineos. En el HerbarioJACA, del Instituto Pirenaico de Ecología sólo conservamos dos muestras , una de un abetal del Valle deOssau y otra de Urkulu, en la zonafronteriza de Orbaiceta, en la repetida cabecera del Irati. Existe, además, una cita antigua de Roncesvalles .
Ya en su límite superior alto-roncalés , el abeto decora su sotobosque,en la Campa de la Contienda deLarra , con los últimos reductos pirenaicos y europeos del matorral "subalpino" típ ico , a base de Rhodo-
Esta frontera biogeográfica pirenaica que nos señala el abeto merecería estudios ecológicos detallados,ya que puede tambiéri ilustrarse mediante muchas plantas y animales,que igualmente presentan sus últimas poblaciones occidentales enRoncal-Salazar.
do a su buen estado de conservación.Acabamos de ver que el abeto es
un árbol endémico europeo y que alcanza su límite occidental absolutoen el Pirineo navarro , concretamente en la cabecera del río Irati. Mezclados con el haya, los abetales navarros se extienden por dicha selvade Irati, en el término de Ochagavía,más todos los términos del Roncal, alnorte del Barranco de Basari, en Burgui y el de Biniés , en Vidángoz.
Este límite coincide también conel extremo occidental de la región pirenaica propiamente dicha, ya que aloeste predominan las influenciasoceánicas, mientras que Roncal y Salazar se sitúan en un territorio detransición entre aquéllas y las mediterráneo-continentales propias delPirineo central y Valle del Ebro .
Quizá estas circunstancias climáticas ayuden a explicar el límite denuestro árbol monumental , al no gustar de las nieblas persistentes. Sinembargo, resulta difícil de comprender su ausencia de la umbría de Leyre, de algún rincón de la Sierra de Labia (Valle de Arce) e incluso delQuinto Real.
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Interés biogeográficode los abetalesnavarros
(Populus tremula) pueden indicarmayor humedad edáfica, el olmo demontaña (Ulmus glabra) y el tilo(Tilia platyphyllos) la sombra de unbarranco y el tejo (Taxus baccata) oel illón (Acer opalus) la proximidadde un acantilado y la caída de pie dras .
En las solanas inmediatas, dondeya los suelos no reservan tan bien elagua y donde la atmósfera es muchomás luminosa, el pinabete cede sulugar al pino royo (Pinus sylvestris) ,árbol invasor que a veces penetra enlos claros del abetal. Pero cuando sobrepasamos esas cotas de1.700-2 .000 m ., la innivación es másprolongada, los suelos más superficiales o pedregosos, la atmósferanada brumosa y el período vegetativo más corto; estas son las condiciones propias del "piso subalpino " , dominado por el pino negro (Pinusuncinata).
Como en anteriores ocasiones (VILLAR & FERNANDEZ, 1980 ; VILLAR, 1980 ; 1982) ya hemos hablado de la estructura, composición florística y dinámica de estos bosquesen Navarra, insistiremos ahora en susignificación biogeográfica - al sercomunidades situadas límite deárea- y en su valor ecológico, liga-
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:16::-----------dendron ferrugineum o azalea demontaña , que abre sus grandes flores rosadas en pleno verano .
Además, en ese relieve caótico deLarra, cubierto por haya, abeto ypino negro, hay plantas de las másraras del Pirineo , endémicas de suporción occidental o centro-occidental, como la Boraginácea Buglossoides gastonii (Lithospermum gastonis) o la singular Ranunculácea Thalictrum macrocarpum; ambas presentan aquí sus escasas localidadespirenaico-españolas.
Los ejemplos expuestos para elmundo vegetal podrían alargarsemucho y desde luego, multiplicarsepara el mundo animal , dado el carácter de refugio que estas selvas tienende cara a la gran fauna ; baste mencionar entre los mamíferos el oso y elcorzo o entre las aves el urogallo.
Todos ellos, unidos a la riqueza delos musgos y líquenes corticícolas yepifitos, configuran el interés corológico de los abetales navarros . Yprecisamente , debemos recordaraquí cómo esa abundancia de especies en límite de área es uno de loscriterios que las Naciones Unidas recomiendan tener en cuenta para elestablecimiento de reservas integrales o de Parques Naturales .
IInterés ecológico
Pero los abetales con haya del Pirineo navarro todavía presentanotros aspectos de interés que testimonian su gran valor ecológico. Suestudio puede ayudarnos a desvelarmuchos interrogantes científicos y sucomparación con otros abetales delPirineo central y oriental puede enriquecer nuestros conocimientos globales.
En primer lugar, en el campo biogeográfico-histórico, sabemos quelas glaciaciones afectaron a la distribución del abeto, desplazándolo delas áreas más altas o frías hacia zonas periféricas más protegidas. Ycomo los últimos sedimentos glaciares -los más occidentales del Pirineo- se hallan en el Alto Roncal , cabría pensar que los abetales del Irati, e incluso los de Vidángoz-Burguipodrían ser testigos de épocas interglaciares o incluso más antiguas .
Esta hipótesis viene abonada porel reciente descubrimiento del carpeCarpinus betulus L. , en la tierra deAranaz, cuenca del Bidasoa (LIZAURet al. , 1983) : este árbol también
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Zaparreta (Roncal) . Foto: L. Villar.
muestra allí su límite occidental absoluto y se habría conservado al menos desde el último interglaciar. Lacercanía del Océano habría suavizado los rigores del inhóspito clima glaciar y habría favorecido la conservación de estas poblaciones en el extremo occidental del Pirineo.
Si en las cuevas de la DepresiónVasca se pudieran identificar restosde madera carbonizada o en las turberas hubiera restos fósiles como polen y otros , podrían ayudar a explicar si el actual límite del abeto es puramente climático, o bien si ademásse debe a factores de competenciacon otros árboles como el haya, el roble albar (Quercus petraea), etc .
Ya dentro de nuestro período histórico, convendría estudiar la influencia de nuestra civilización pastoral ,agrícola e industrial sobre nuestrosbosques de abeto. Hay evidencias deque ya en el siglo XVI se extrajeronmástiles para la Marina , de que luego funcionaron forjas o ferrerías conmadera de abeto, de que la construcción del Canal Imperial de Aragónimpulsó la extracción de madera ,todo ello antes de que en los alboresde nuestro siglo se evacuara maderaa los aserraderos de Mendive : valiéndose de un largo cable de 14 km. delongitud, o hacia el Ebro mediante almadías ; al parecer, el fuego pastoralprovocó escasos calveros en algunassolanas del Irati , pero no llegó a deforestar grandes superficies comoocurrió en el caso -de otros bosques(VIERS, 1955).-
En el conjunto del Pirineo,prácticamente todos los hayedoscon abeto se han explotado y enel caso español, los últimos rinco-
nes han sido "tocados por el hacha' I gracias a la apertura decarreteras o pistas en los años 50ó 60 y siguientes. Al parecer estaexplotación ha menguado la proporción de abeto en muchos hayedos, llegando en algún caso a eliminarlo por completo y hoy sóloquedan topónimos alusivos.
La capacidad del haya para rebrotar de cepa le daría ventaja para suregeneración tras la explotación humana más o menos intensa, dadoque el abeto sólo se reproduce por semilla . Aquí llegamos a uno de losproblemas geobotánicos largamenteplanteados , pero todavía no resuelto ;nos referimos al aceptar el bosquemixto de haya y abeto como algobien integrado ecológicamente obien considerar estas mezclas comoalgo heterogéneo en el espacio, conpredominancia alternativa de una uotra especie al paso del tiempo.
Y precisamente, uno de los pocoscaminos posibles para avanzar eneste asunto, consiste en el estudiodetallado de alguna parcela forestalvirgen, esto es, donde el suelo estébien conservado, donde no se hayatalado un árbol y donde el ganadoapenas haya entrado.
I Importancia cientifica 1
Y en este contexto, podemos afirmar que a Navarra le cabe el orgullode poseer las dos únicas parcelas pirenaicas que se acercan a dicho estado de conservación primigenio: laselva de Aztaparreta , en la umbríade Txamantxoia y una porción delMonte de La Cuestión, en una lade-
Abetales navarros
--~IEn el Pirineo occidental , los haye
dos con abeto alcanzan su límite suboccidental europeo, precisamenteen los valles navarros de Roncal y Salazar. Este límite coincide con unafrontera biogeográfica importante,donde los climas pirenaico-continentales reinantes en el Pirineo aragonés, ceden su lugar alas climas deinfluencia oceánica. Esta circunstancia explica que no sólo el abeto, sinotambién muchas otras especies vegetales y animales se hallen en límite de área.
Pero además de la riqueza florística y faunística de estos bosques y suinterés biogeográfico, las cabecerasde los ríos Irati y Esca albergan lasúnicas superficies casí vírgenes deestas magníficas selvas . Como hastaahora no conocemos otras parcelasinalteradas en el conjunto del Pirineo , esos rincones de Navarra debenmerecer todo nuestro respeto y aellos debemos dirigir la atención denuestros jóvenes investigadores, conel fin de que se puedan conocer y divulgar sus equilibrios ecológicos .
a) Lizardoya. 62 Ha . "Magníficarepresentación del hayedo-abetal " .
b) Ukerdi. 322,5 Ha . "Hayas yabeto en los fondos, pino negro enlos altos " (situada en el re lieve kárstico de Larra, en el Alto Roncal) .
c) Aztaparreta . 120 Ha. "Hayedoabetal maduro y estable" .
Así se establece que en las reservas integrales sólo se permitirá larealización de actividades cíentíficasy divulgativas y su conservación puede considerarse asegurada.
IConclusión
En es tas fotos , as pectos de laSelva de Irati con el pantanode Irabia . Esta selva es una delas mayores superficies deha yedo -ab et al de Europ a . Ensu interior se encuent ra unode los dos "bosques viejos "del Pirine o: Lizardoya . (Fotos:J .L. Larr ión-E. Pimoulier).
cables secundarios y principal lo hubieran aclarado y vaciado haciaMendive , entre 1927 y 1955 . Hoy forma parte de la mayor mancha forestal "continua" de Navarra, que alcanza más de 6.500 Ha. y es valorada en su justa medida, para envidiade habitantes del otro lado de la frontera, como ya decía el repetido autorfrancés .
Quizá también el hecho de queambas selvas pertenezcan al dominio comunal, tan arraigado enNavarra, y dependan de sendasJuntas (Junta General del Valle.d e Salazar y Junta del Valle delRoncal), les haya sustraído delafán de lucro privado e inclusomunicipal que destruyó bosquessimilares en todo el ámbito pirenaico, o al menos permitió su alteración.
Sea como fuere, los que venimosluchando desde hace quince añospor la conservación de estos bosquessingulares podemos estar de enhorabuena. En efecto , el celo de los servicios forestales de Navarra, unido ala sensibilidad social hacia el entorno natural , ha permitido que el Gobierno Autónomo apruebe la Ley Foral de Normas Urbanísticas Regionales para la Protección y el Uso delTerritorio de la Comunidad Foral. Entre otros aspectos innovadores, estanorma legal define una red de espacios naturales a proteger y tres reservas integrales:
ra occidental de Lizardoya: la primera en el término municipal de Isabay la segunda en el de Ochagavía.Ambas representan , como ya dijimos(VILLAR, 1980) el máximo biológicode las comunidades forestales de lazona templada , al explotar el suelo yel vuelo a distintos niveles y al combinar una frondosa en dosel continuopero caducifolio con una conífera perennifolia que sobresale en forma depirámides.
El hecho milagroso de que estas parcelas, aunque exiguas, hayan llegado a nuestros días inalteradas se debe en parte a su relativo aislamiento, por estar rodeadas de amplias zonas forestadas y más fácilmente accesibleshasta época reciente. Sobre losavatares del bosque de Txamantxoiaya nos extendimos (l.c.), pero sobreLizardoya añadiremos que probablemente su expresivo nombre de " LaCuestión" aluda a desavenenciasfronterizas antiguas con Francia; enefecto , la frontera no sigue la divisoria de aguas cantábrico-mediterráneas , sino que se adentra unos 6 km.en la cuenca del Ebro y además,VIERS (l.c.) indica la porción española comprendida entre los ríos Urrio ,Urbeltza e Irati , donde se halla Lizardoya-Contrasario, como "cedida aEspaña en 1856 ".
Esta circunstancia histórica afortunada le salvó de las talas mencionadas circundantes que mediante
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