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D I R E C T O R : F R A N C I S C O T Í M O N E T
I q e d k t ó ó i ) y ^ d i T Ú i i t ^ t i ' a c i ó q 5 SE PUBLICA LOS lUEVES
II i i | Calle de Cantareros, número 5 | Antequera 1.° dejtinio 1916
1 Toda la correspondencia se di ^ rlgirá al Director.
No se devuelven originales I Núm. 2é
\i\m m t i opinon Será fuerza creer en brujas. Cuan
do el santo se pone de espaldas, todo sale mal; y eso está sucediendo á la mayoría conservadora del Ayuntamiento y principalmente á su leader, el señor León Motta.
La última sesión municipal, es la prueba más elocuente de que esos señores ediles están dejados de la mano de Dios, como suele decirse, y en sus ansias innobles por que fracase en su gestión nuestro digno alcaide señor Palomo, han llegado al extremo de colocarse abiertamente frente al criterio sustentado por los mayores contribuyentes en la asamblea convocada por el presidente de la Excma. Corporación municipal.
Ya que no han podido torcer el firme derrotero que se ha trazado el partido liberal, de impedir á todo trance el déficit en el presupuesto municipal, ni aun empleando para conseguirlo las mentidas promesas de colaboración, se han dedicado á crear una serie sucesiva de obs táculos, sin finalidad práctica, sin intento preconcebido, sin orden ni método y sin apenas cubrir con la hoja de parra el bajo fondo de esos innobles propósi tos , eterno guía de los procedimientos políticos del partido conservador antequerano.
Pesadumbre producía en todos los ánimos, el contemplar aquel pugilato sostenido por los concejales conservadores en el último cabildo, por no votar en pro ni en contra del proyecto de presupuesto sometido á su conocimiento y deliberación. Estrechados convenientemente por la presidencia, tuvieron al fin que decidirse, aunque embozadamente, por rechazar el reparto, que los mismos contribuyentes habían aceptado como única fórmula salvadora del indicado déficit. Esto es, que más papistas que el papa, se oponían resueltamente á que los obligados por la ley al sostenimiento de las cargas municipales escogieran la forma mejor y más eficaz de atender á su pago. Y preguntamos nosotros. ¿Qué razón fundamental se presentaba por esa mayoría, frente á la sana intención de los vecinos pudientes de Antequera y del señor alcalde? ¿Qué honrada mira y noble propósi to han opuesto los repetidos ediles conser-dores á la justa aspiración de l iqu i dar sin déficit el presupuesto municipal, formado en 1915 por ellos mismos? Nosotros, francamente lo decimos, no los vemos por ninguna
parte. No se nos alcanza, quizás por nuestro corto entendimiento, que existan otros fundamentos que los adecuados á la misérrima condición de nuestros adversarios políticos, que no pueden salir de esa escuela de malas intenciones, de odios mezquinos, de bastardos intentos para ocasionar el mal, por el solo placer de producirlo.
Confiamos en qtfe por esta ocasión no han de salir airosos con su empresa, poique han procedido con tal torpeza, que no les va á ser fácil tarea escapar de la ratonera en que ellos mismos se han encerrado.
Por un acuerdo municipal ejecutivo y firme, se consideró el Ayuntamiento de Antequera en la necesidad de formar un presupuesto extraordinario para nivelar el ordinario formado por el partido conservador en 1915. El alcalde señor Palomo, queriendo estar en contacto con la opinión públicay: convocó á una asamblea de mayores contribuyentes, para que, como los más interesados en ello, resolvieran sobre la adopción de los recursos para cubrir el déficit acusado en el mismo; y después de varias reuniones y largo estudio decidieron por unanimidad que no existía otro medio eficaz y positivo que el repartimiento vecinal, para atender á la solución del conflicto económico municipal.
Después de esto, ¿qué le queda que hacer al partido conservador y á su representación en el Ayuntamiento, para impedir que éste legalice la situación de su hacienda? A nuestro modesto entender solo le queda l i bre el camino de las responsabilidades de todo orden, y por ende el d i vorcio con la opinión pública.
Ya se irá dando cuenta Antequera de que aquel amor á la patria chica que intentaba monopolizar el'partido conservador de aquí, se ha trastrocado por diabólico conjuro, en odio á los antequeranos, evidenciado en sus propósi tos de arruinar la hacienda de su municipio, perjudicando á los pobres, y yendo contra el salvador criterio de los ricos. ¡Cómo va saliendo aquello de la traición á su patria chica!
E l señor León Motta se opone á que haya ingresos, y pregunta en cambio si el alcalde ha pagado el
contingente. Tú te fuiste sin pagar,
Y ahora quieres discutir, Porque siempre por lucir Tienes que hablar por hablar.
Pedagogía loeal L a segunda enseñanza
y el profesorado (CONTINUACIÓN)
Otra cosa es el sistema pedagógico á que nos hemos referido; en San Luis revela una dislocación crónica puesto que es fuerza confesar que nunca ha preocupado la Pedagogía y desde tiempo inmemorial no se hace sino dar las clases, sometiéndose á lo más necesario para salir del paso, en vista del reducido número de alumnos.
Ocurre que un señor sacerdote es suficientemente apto para enseñar Filosofía ó Latín y fuera de estas cosas ya uo ha de saber ninguna otra. ¿Razones? Las mismas que hay para considerar'al médico insustituible en la enseñanza de las ciencias físicas sin cerciorarse de su competencia en las Matemáticas y sin acordarse de que no puede andarse por el fértil y ameno campo de las ciencias físicas sin antes haber atravesado el abrupto páramo de las exactas.
Tan lejos estamos de señalar á cada materia un especialista, como de implantar la concentricidad de programas no obstante la clasificación de los conocimientos humanos en ciencias y letras. Es más, recomendamos pluralidad para un mismo ramo, pero deslindando bien las asignaturas que comprenda y que se han de enseñar.
Las nociones de Aritmética y Geometría no son difíciles por que constituyen e¡ a, b, c de las matemáticas; son importantísimas como base y para el profesor empresa ardua, á menos que conozca bien la Pedagogía é implante un hábil método. Vamos á hacer ligero hincapié en este asunto porque ¿no es verdad, padres de familia que es desconsolador en alto grado que vuestro hijo ande menos que mediano en los principios del cálculo? Hay que ser inexorable; sobre la sencilla base de Aritmética vulgar, y de Geometría de sastre, como diría el universa! Echegaray, va á descansar toda la balumba de las ciencias que ha de soportar vuestro hijo; y como en las ciencias exactas todo es rigurosamente giadual,si falta el preliminar no se comprenden verdades más elevadas del mfemo orden.
Entre que vuestro hijo sea un docto abogado, un estimado lingüista ó un inteligente ingeniero, la verdad, casi prefiero lo último; en Aníequera hay poquísima vocación á las carreras científicas en el riguroso sentido de la palabra. Esto es una desgracia.
Un licenciado en Filosofía y Letras asume todo el derecho para la enseñanza de la Gramática, arte nada fácil que llega á merecer el nombre de ciencia cuando se le estudia desde el punto de vista filosófico. Más adecuada sería para un buen literato la enseñanza de la Retórica, y la razón es obvia: la Preceptiva literaria no será nunca nada en tanto no sea esencialmente práctica; esto
no implica el menosprecio de las reglas sino en estudio armonizado con la redacción, siendo indudable que por este medio se pondrían de manifiesto las dotes del alumno y si bien se vería el distinto grado de aptitud, porque este arte es más natural que adquirido, es innegable que las cualidades naturales se perfeccionan y las artificiales excitan la invención. Siempre será una verdad que unos hombres producen (pocos), otros juzgan (menos), otros finalmente, gozan las obras producidas (los más).
La Historia demanda interés, novedad, mucha fantasía, porque es necesario hacerla simpática, ya que en síntesis es interesante y en análisis si no le acompaña mucho arte llega á ser inaguantable. «El purgatorio de los historiadores» se llama á la irrupción árabe de ocho siglos, donde aparte lo interesante de la reconquista, los kalifatos, y los «reinos de taifas» han quitado el sueño á más de un estudianre.
¡Oh! si el cine que nos «recrea» hoy, con sus largos y tremebundos dramas, diera en vulgarizar los conocimientos históricos ¡cuánto más ganaría el público y el horizonte cultural de cada individuo! Así se refrescarían los sucesos comunicándoles novedad; así se pondría en vigor la enseñanza que entra pollos ojos y que es la más útil de todas.
(Continuará) yo sé A viles- C asco
Mayo, 916
En el último cabildo preguntó el alcalde á la mayoría conservadora cómo opinaban con respecto al reparto vecinal, y contestaron á c o r o : "Nosotros opinamos exactamente lo mismo, lo mismo, que
el señor León Motta,,. ¡Pero qué bien deceplinaos estáis!
Cabildo mimieipal El del viernes 26 se celebró en medio
de una verdadera borrazca. Cuando el cronista esperaba en las amplias galerías del palacio municipal la hora en que el ujier diera la voz de «Sesión pública » notó que el horizonte de aquella casa se cubría de nubarrones y presintió que ia tormenta no tardaría en descargar, produciendo enorme chaparrón, y por ello procuró acomodarse lo mejor posible para presenciar el aguacero y estar á salvo de la descarga eléctrica.
Ai penetrar en el salón del concejo vimos ocupando los escaños á los ediles señores Ramos Herrero, Alarcón, Paché, Muñoz, Conejo, García Talavera, Rey, Cabrera España, Burgos García, Jiménez Robles, Rosales y León Motta. Con gran retraso, llegó el edil de la mayoría señor Gallardo Pozo, bien obedeciendo á consigna que recibiera después ó ya motivado por su propio temperamento.
Presidia el alcalde, señor Palomo. La presencia de tantos ediles de la
«aplastante» mayoría, entre los que se significaban algunos que tienen perdido el hábito de asistir á los concejos y que solo lo hacen cuando reciben misión
L A UlMION L l B E R A Ü
especia! de quien dirige el cotarro conservador, hizo pensar al tronista que habría obstrucción en algún asunto de importancia y de conveniencia á los intereses comunales, pues ya nos tienen acostumbrados nuestros ediles conservadores á dificultar el paso, siempre que de administración liberal se trata, seguramente encantados ó envanecidos de que el último exalcalde conservador fué un «modelo» de administradores del pueblo. Por eso decía al comenzar esta crónica, que el horizonte se cubría de nubarrones, y que la descarga estaba próxima á estallar, como estalló, pero proporcionando una gran mojadura á ios ediles de la mayoría, de la que tardarán mucho tiempo en enjugarse.
El redactor no quiere precipitarlos acontecimientos de esta sesión, prometiéndose informar detalladamente lo sucedido.
¿Que cómo descargó el horizonte? Relatémoslo con fidelidad sin bombos
ni platillos como acostumbra el redactor anónimo del «Heraldo», que á fuerza de tanta incógnita nos hace ver que es el propio fundador del «viejo» colega.
Acta Dió comienzo el cabildo con la lectu
ra de la del anterior, que así como varios asuntos de escaso interés, solicitudes de vecinos y cuentas de gastos, fueron aprobados sin discusión alguna, consignándose á instancias del señor Alarcón una aclaración, respecto al nombramiento de procurador de la Corporación.
Proyecto de presíipíiesto La presidencia expresa después de
ordenada la lectura del proyecto de presupuesto formado por acuerdo del Excelentísimo Ayuntamiento para cubrir el déficit que producirá lo consignado para el año actual en el arbitrio de alcoholes y la supresión del de rodaje y patentes, que dicho proyecto lo somete á sanción y aprobación del Ayuntamiento, añadiendo que aun cuando en conferencia tenida con la autoridad de la provincia, le había manifestado esta que no obstante la disposición' administrativa prohibiéndolo, podía cobrarse e! citado arbitrio, por razón de tener que ajustarse el Ayuntamiento al presupuesto ya aprobado con anterioridad á dicha disposición, él consideraba dañoso dicho tributo á los intereses del vecindario por cláusulas lesivas en el pliego de condiciones, siendo una inmoxaüdad que el Ayuntamiento solo percibiera por el citado impuesto unas 22.000 y pico de pesetas mientras el contratista percibía cerca de 70 ú 80 mil, lucrándose con ello en una suma verdaderamente fabulosa. Así mismo se extiende en atinadas consideraciones para demostrar que el cálculo hecho en el arbitrio de vinos fué verdaderamente ilusorio é improcedente á todas luces como lo comprueban la elocuencia de los números, proyecto que llevó la oposición de la minoría liberal después de un concienzudo y detenido estudio, y que prevaleció únicamente por la mayoría de los votos de la situación conservadora, siendo todo ello motivo hoy del desequilibrio que comienza á notarse en el actual presupuesto. Añade que al consultar en sesiones anteriores el asunto del déficit con la mayoría conservadora, esta le ofreció su cooperación, no solo para buscar la compensación del de rodaje sino también para cubrir la diferencia de lo que ingresare por alcoholes é indemnización á los contratistas de los aludidos arbitrios suprimidos: que requeridos por él los señores de la mayoría en una de las sesiones anteriores, le expresaron no tener fórmula alguna, proponiendo entonces él, el arbitrio sobre huecos, pero después de estudiado con detenimiento lo había desechado en razón á ser insuficiente y poco equitativo por ir contra la propiedad urbana, una de las mas gravadas; que en su vista deseando inspirar y acomodar su gestión administrativa en procedimientos verdaderamente democráticos, y ansioso de que á aquella casa lleguen los aires purificado!es de! ambiente popular creyó conveniente consultar á "los contribuyentes para exponerles la situa
ción de la hacienda municipal, pidiéndoles parecer sin perjuicio de dar conocimiento á la corporación para que esta como autónoma aceptara ó nó lo propuesto, toda vez que en varias reuniones que han celebrado los contribuyentes han estudiado el asunto detenidamente, dando como fórmula equitativa para enjugar el déficit el reparto vecinal, tomando corno base la contribución, por lo que deseaba oir la opinión de los señores concejales sobre el particular.
Pide la palabra el señor Rosales que durante las manifestaciones del alcalde, vimos le charlaba al oído su jefe de mayoría, seguramente impresionándole la placa que debía reproducir.
Empieza el aguacero El edil concervador, en el que se nota
una alta tensión de nervios y mucho azoramiento, empieza diciendo se extraña se haya prescindido en la reunión de contribuyentes de los concejales conservadores, ya que aquéllos son unos ignorantes en la materia á discutir, siendo ellos los llamados como representantes del pueblo, á resolver el particular. (Una voz) ¡Adiós, Urzáiz! (Otra voz) ¡Más financieros que su señoría!
El presidente apercibe al público de que guarde la debida compostura.
Continúa el edil conservador, al que se le cortó el hilo... (de la existencia no) de su discurso, impresionado momentáneamente, y agrega que siempre han estado al lado del alcalde prestándole colaboración, y que si en la reunión de contribuyentes se ha acordado el reparto, está bien, pero que ellos necesitaban un documento suscrito por los asistentes en que se autorizase la implantación de dicho arbitrio,pues no le merecerían garantías de otra manera ni á él ni á sus compañeros, que opinaban debía nombrarse una comisión de concejales que estudiara el mencionado presupuesto.
Contesta el señor Alarcón Goñi á las manifestaciones del edil conservador, diciendo que no hay desconsideración alguna en el hecho de no haber convocado á esa reunión á los concejales puesto que ella no era para resolver lo que es facultad privativa del Ayuntamiento, sino al solo y exclusivo objeto de consultar opiniones con quienes tienen que pagar las cargas municipales, no siendo política dicha asamblea, pues los asistentes á ella no eran liberales ni conservadores, sino únicamente contribuyentes, los que agradecieron la atención tenida con ellos y propusieron el reparto tras de un estudio detenido y concienzudo de la cuestión, añadiendo que como aquella era la casa del pueblo, bien pudo asistir el señor Rosales con su doble carácter de edil y contribuyente, sin necesidad de que procediera invitación.
La presidencia dice que no será el último caso en que llame á los contribuyentes por desear estén al corriente de los asuntos administrativos todos los vecinos, siendo su propósito convocarles nuevamente cuando vaya á confeccionarse el nuevo presupuesto; que en la ocasión presente estima no ha habido desconsideración alguna para los concejales, quienes en los cabildos pueden emitir su opinión y ejercitar los derechos que les concede la ley, votando en pro ó en contra de lo propuesto por los contribuyentes; que á él no le dieron los ediles conservadores fórmula alguna cuando les requirió, y que en cuanto al arbitrio de rodaje aunque estaba autorizado para su exacción, prefirió no cobrarlo por los perjuicios que irrogaría al vecindario en virtud de los defectos del pliego de condiciones y porque como antes manifestó, ingresaría en las arcas municipales una cantidad mucho menor de la que se cobrase, y termina manifestando que tiene el propósito de vivir en contacto con la opinión pública, pues quiere y desea que hasta el más humilde vecino le pida, y pueda él darle cuenta estrecha de su gestión.
El señor Motta pide la palabra y sin perder su hábito de sonrojarse y de ciarle vueltas á su anillo—seguramente para que veamos que aún lo conserva
puesto en el dedo índice (k la mano derecha—dice que ratifica lo manifestado por su «lugarteniente» señor Rosales; que quizá sin intención haya habido desconsideración para la mayoría conservadora al no convocársele; que en cuanto al acuerdo del reparto desearían que los contribuyentes asistentes á dicho acto suscribiesen un documento, como garantía de su acuerdo (este edil pone en tela de juicio la respetabilidad de los reunidos, que en calidad y cantidad fueron mucho más numerosos que cuando la del acueducto de la Magdalena) agregando que en último término opinan ellos (los ediles por cuya boca habla) que el reparto no debe alcanzar más que á los arbitrios suprimidos é indemnizaciones consiguientes, y ocupándose del de rodaje, trae á colación «sus fincas y sus carros». Enterados.
El señor Alarcón le contesta manifestándole que incurre en una contradicción lamentable, pues al faltar la intención mal se comprende hubiere descortesía en el acto de! señor alcalde, y se extraña pida el jefe de la mayoría el documento de referencia, cuando él en dos repartos no lo necesitó; que el reparto acordado es equitativo por saber de antemano el contribuyente la cuota que ha de satisfacer. En cuanto á no poderse incluir en el presupuesto extraordinario más que la cantidad á que alcanzan los arbitrios suprimidos, cita y lee este edil una disposición ministerial de Julio de 1912 perfectamente adaptable al particular que se debate.
L a borrasca El alcalde considera suficientemente
discutido el asunto, y dice va á proce-derse á la votación del proyecto extraordinario.
El señor Rosales, descompuesto, dice no votará, por entender que debe preceder informe de la comisión correspondiente.
El señor León Motta opina lo mismo, insistiendo en que no votará.
El alcalde hace ver que no puede demorarse un asunto urgente, y que la actitud de la mayoría entraña una verdadera hostilidad y una obstrucción sistemática á los proyectos de la alcaldía. Pero no vivo engañado—agrega,—soy un convencido; vosotros que sois unos ediles de mala fe (se refiere á León y á Rosales) procuráis dificultar mi gestión, sin tener en cuenta que mis amigos y yo facilitamos la vuestra cuando estábamos en los bancos de la oposición; y lo hacéis con el premeditado deseo de procurarnos un fracaso, para luego desde esos bancos exclamar como lo hicisteis antes: ¡Aquella desastrosa administración liberal! ¡Aquellos empleados que no cobraron! ¡Aquel recuerdo de los l i berales! Pero no conseguiréis vuestros propósitos porque me encuentro con medios para desbaratarlos.
La presidencia se ha expresado en tonos tan enérgicos y tan llenos de sinceridad que arrancan muestras de aprobación en el público, que exclama: ¡Bien, muy bien! (El presidente impone orden).
El señor Ramos Herrero dice, que los conservadores se traen el fantasma de que representan un estado de opinión contrario al reparto, opinión que en ningún momento está con ellos, como lo prueba el hecho de que la misma haya creído más equitativo que ningún otro el dicho arbitrio sustitutivo. Que los repetidos ediles quieren seguir engañados ante la realidad de los hechos, y de aquí su obstrucción, para hacerles creer, aunque no lo creen, que siguen identificados y en contacto con la opinión, después de lo desautorizados que han quedado tan públicamente.
El señor Paché se extraña grandemente de la oposición de los conservadores, cuando éstos acordaron en sesiones anteriores su colaboración al alcalde en cualquier arbitrio que se implantase.
El señor Alarcón expresa que la mayoría conservadora se niega á votar un asunto incluido en la orden del día, lo que supone desobediencia á las órdenes del presidente.
Este, dice pone el asunto á votación, previa declaración de urgencia, por exi
girlo así la falta de recursos, no pudien-do demorarse el asunto.
Los conservadores protestan, y de pie los señores León y Rosales, gritan ensoberbecidos, amenazando con abandonar el salón. . .
Se promueve un violento incidente; liberales y conservadores se increpan, y el presidente al fin logra imponer orden agitando la campanilla.
Se restablece la calma. El señor Palomo requiere por tres ve
ces á los ediles conservadores para que emitan su voto en favor ó en contra del proyecto, haciéndoles saber que caso de negarse á ello incurrirán en el delito de desobediencia.
El señor León insiste en sus manifestaciones y dice, explicando el voto, que no lo hará en favor ni en contra del proyecto po rno tenerlo estudiado; pero amonestado de nuevo por el señor Palomo, lo hace con los suyos en sentido negativo.
Ruegos y preguntas A propuesta del señor Ramos Herre
ro, es nombrado secretario interino de la Corporación, don Carlos Franquelo, acordándose publicar el oportuno concurso para la provisión definitiva de dicha plaza.
El señor Alarcón propone y se acuerda por unanimidad adherirse el Ayuntamiento al homenaje que varios municipios de España, rendirán á S. M. el rey por la nobilísima obra que viene haciendo para libertar prisioneros de la guerra europea, siendo extensivo el acuerdo á sumarse á la petición de dichos Ayuntamientos, para que se conceda á nuestro augusto monarca la Gran Cruz de beneficencia.
El señor León Mofta, pregunta á la presidencia sobre provisión del cargo definitivo de depositario, y pagos del cupo de contingente.
El señor Palomo responde á ambas preguntas convenientemente, y no habiendo otros asuntos, suena la campanilla dando el acto por terminado.
Eran las 23 v 10. K. CH. T.
En la pasada sesión, el concejal señor Rosales se levantó de su escaño y enfurecido pegó un fuerte puñetazo en la mesa presi
dencial. ¡Cuidado, joven, no apriete tanto
que puede usted descomponerse!
Sinceridad y veracidad
La agencia Motta en su último número viene amena, interesante y literaria, en el sentido lato de la palabra.
Primera plana: Un fondo lleno de veracidad, exactitud y buena fe, con su reseña de la última sesión hecha caprichosamente por su redactor anónimo, donde cita los nombres de los concejales asistentes empezando por la derecha de la presidencia, con la idea de que resulte primero Motta,ó sea el mismo que escribe. ¿No sería natural que siguiera el orden correlativo? Pues no; pasado él, verbo de la mayoría y su lugar teniente verboso señor Rosales, ya no hace caso del orden y salta del señor Rosales al señor Jiménez Robles, para tener el gusto de dejar á la cola al señor Alarcón, demostrando así la tirria que tiene al novel concejal, máxime cuando el público presenció quién increpó á quién.
Para el que se fíe de esa reseña resultará que nadie argumentó, protestó, increpó, se levantó y se sentó, más que Motta.
Dice que el alcalde estaba nerviosisi-mo y ello demuestra que le puso el termómetro para ver su temperatura y le pulsó para apreciar la tensión de sus
LiA UJS1I0N L l B E R ñ ü
nervios. Es decir, que no solamente hace política del colegio de S. Luis Gon-zaga, cofradía de «Abajo >, Cruz Roja, procesión del Santo Cristo de la Salud, asamblea de contribuyentes y demás, sino que saca partido hasta de la fisiología animal del presidente del Ayuntamiento. ¡Pero, hombre, todos no van á tener temperamento linfático como usted, que como siempre está colorado no se le pudo conocer el efecto que le produjo todo le que le soltó Alarcón! El alcalde se pondrá nervioso, pero no se muerde la lengua, mientras que usted, cuando se sulfura, tartamudea.
Luego dice que dijo el señor Rosales una cosa que no dijo, cual es <que entendía que el señor Palomo había olvidado que á la alcaldía no se aspira caprichosamente, sino cuando se está en condiciones de abordar los grandes problemas que se ofrecen en ese elevado puesto.»
Vamos á suponer que hubiese dicho !o que no dijo, en cuyo caso nosotros decimos que todos nu pueden tener condiciones para abordar tan alevados problemas, como dejar cobrar al aviador sin elevarse; elevar á S. Luis Gon-zaga de colegio incorpóreo á colegio incorporado; elevar quejas al Gobierno Dato por lo postergada que estaba Antequera á pesar de las elevadas dotes de su insigne diputado; elevar su voz en la fiesta del árbol, para decirnos que tanto el lecho nupcial como el lecho mortuorio eran de madera, ensalzando tanto la leña, que por poco hace de madera la tubería; magno problema fué la organización del reparto de los juguetes, y ese sí que fué un reparto odioso, en que el pagano fué el señor Perea y
aquello el Puerto de Arrebata-capas; otro importante es el de llevar los cerdos al matadero para que se acabe la matanza en las casas y cueste un ojo de la cara el litro de agua caliente. También es otro magno problema el de la dentición escolar, para que los chicos de la escuela vean al sacamuelas y no haya quien les haga ir, á pesar de la pareja urbana ya abolida por empacho del público, de ver dos funcionarios con sueldo por no hacer nada. Magnífico plan fué también, el realizado contra la voluntad de los maestros poniendo las horas de clase más inoportunas y pesadas; y no seguimos, porque seria magno problema abordar tantas cuestiones menudas hijas de tanta política chica.
En la segunda columna de la primera plana, critica al alcalde que no se haya invitado á él como concejal y á su indispensable beletín; pero como allí no palpitaba nadie, nadie tenía que echar nada en el buzón de las palpitaciones y porque si llegamos á invitarlo iba á resultar interviniendo también en la asamblea la Agencia Motta y ya sabemos que está á punto de convertirse en la antigua Agencia Papas.
Y por último en la tercera plana publica una carta y hace un comentario á los veinte y nueve bollos, quedándose tan satisfecho de que no queden rotas sus relaciones con el señor Rojas Garrido, aunque hayan quedado hechas trizas las tres botellas.
El redactor anónimo cíe/Heraldo ha compuesto en su periódico una sesión municipal para los habi
tantes de la China. Está tan bien desfigurada, que pro
ponemos se haga al veraz cronista, hijo adoptivo de aquella na
ción.
Ilustre Imésped Para asuntos de feria, se encuentra
entre nosotros el ilustre patricio malagueño, nuestro respetable amigo Excmo. señor don José Padilla Villa.
Aun retirado de la política, no podemos menos de sentir vivo entusiasmo por tener la honra de albergar entre nosotros al que fué nuestro querido jefe provincial.
Sea bienvenido y reciba la fervorosa expresión de nuestro cariño y de nuestro mayor respeto.
E l tenor Anglada Había gran espectación por oir cantar
a*este notable artista andaluz, dotado de esa rarísima facultad como es la voz de tenor, educada en la escuela italiana, maestra suprema del arte de cantar.
Su voz recuerda á todos los grandes tenores por su timbre y extensión, y el gusto y sentimiento del ya reputado cantante satisfacen y dejan en el ánimo un recuerdo no fácil de borrar.
La función á su beneficio en el Teatro Rodas, manifestó el gran deseo del público de disfrutar algo que aquí es raro
y excepcional, y que por su belleza propia se impone á todos los gustos y sentimientos.
Nuestra sociedad culta con el elemento sugestivo de la hermosura femenina, correspondió con su asistencia y premió con sus ovaciones la meriíísima labor del joven tenor, que cantó piezas escogidas probando sus grandes facultades y su delicada fibra artística.
El notable profesor malagueño don Luis López lo acompañó magistralmen-te al piano.
Anglada tiene por delante un brillante porvenir y lo recordaremos desde aquí en el apogeo de sus triunfos.
• « u a n á » - • -^Kaarsa/vwr^-
Pérdida En el trayecto de las calles General
Ríos, Encarnación y Calzada, desde el convento de la Victoria hasta la esquina de la calle del Obispo, se extravió en la tarde de! domingo un alfiler de oro, con zafiros y brillantes, rogándose á la persona que lo haya encontrado lopre senté en la imprenta de este periódico y se le gratificará, pues se trata de un recuerdo de familia.
Antes de decidirse á comprar máquina de escribir, debe usted estudiar diversas marcas, no olvidando la „ S U N " la cual puede verse y examinarse en casa del representante en Antequera: Rafael Vázquez, Diego Ronce, 12.
Imp. de F. Ruíz, Campaneros, 2
LA ILUSSRE FREGONA
todos los tiempos del año le eran dulce y templada primavera: tan bien dormía en parvas, como en colchones: con tanto gusto se soterraba en un pajar de un mesón, como si se acostara entre dos sábanas de Holanda: finalmente, él salió tan bien con el asunto de picaro, que pudiera leer y dar cátedra en la facultad al famoso de Alfarache.
En tres años que tardó en parecer volver á su casa, aprendió á jugar á la taba en Madrid, y al rentoy en las ventillas de Toledo, y á presa y pinta en pie en las barbacanas de Sevilla; pero con serle anejo á este género de vida la miseria y estrecheza, mostraba Carriazo ser un principe en sus obras: á tiro de escopeta, en mil señales descubría ser bien nacido, porque era generoso y bien partido con sus cama-radas; visitaba pocas veces las ermitas de Baco; y aunque bebía vino, era tan poco, que nunca pudo entrar en el número de los que llaman desgraciados, que con alguna cosa que beban demasiado luego se les pone el rostro como si se le hubiesen jabelgado con bermellón y almagre.
En fin, en Carriazo vió el mundo un picaro virtuoso, l i m pio, bien criado, y más que medianamente discreto: pasó por todos los grados de picaro, hasta que se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara, donde es el finibusterre de la picaresca.
¡Oh, picaros de cocina, sucios, gordos y lucios: pobres fingidos, tullidos falsos, cicateruelos de Zocodover y de la plaza de Madrid, vistosos oracioneros, esportilleros de Sevilla, mandilejos de la hampa, con toda la caterva innumerable que se encierra debajo deste nombre picaro! Bajad el toldo, amainad el brío, no os llaméis picaros si no habéis cursado dos cursos en la academia de la pesca de los atunes: allí, allí está en su centro el trabajo, junto con la poltronería: allí está la suciedad limpia, la gordura rolliza,
LA ILUSTRE FREGOiNA
En Burgos, ciudad ilustre y famosa, no ha muchos años que en ella vivían dos caballeros principales y ricos: el uno se llamaba don Diego de Carriazo y el otro don Juan de Avendaño .
El don Diego tuvo un hijo á quien llamó de su mismo nombre, y el don Juan otro á quien puso don T o m á s de Avendaño .
A estos dos caballeros mozos, como quien han de ser las principales personas deste cuento, por excusar y ahorrar letras, les llamaremos con solos los nombres de Carriazo y de Avendaño .
Trece años, ó poco más, tendría Carriazo, cuando, llevado de una inclinación picaresca, sin forzarle á ello algún mal tratamiento que sus padres le hiciesen, solo por su gusto y antojo se desgarró, como dicen los muchachos, de casa de sus padres, y se fué por ese mundo adelante, tan contento de la vida libre, que en la mitad de las incomodidades y miserias que trae consigo, no echaba menos la abundancia de la casa de su padre, ni el andar á pie le cansaba, ni el frío le ofendía, ni el calor le enfadaba; para él
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De venta en la imprenta de este periódico.
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D E S C O N F I A D D E L A S I M I T A C I O N E S
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Representante: JOSÉ TORO LASTRO
LA ILUSTRE FREGONA
En Burgos, ciudad ilustre y famosa, no ha muchos años que en ella vivían dos caballeros principales y ricos: el uno se llamaba don Diego de Carriazo y el otro don Juan de Avendaño.
El don Diego tuvo un hijo á quien llamó de su mismo nombre, y el don Juan otro á quien puso don Tomás de Avendaño.
A estos dos caballeros mozos, como quien han de ser las principales personas deste cuento, por excusar y ahorrar letras, les llamaremos con solos los nombres de Carriazo y de Avendaño.
Trece años, ó poco más, tendría Carriazo, cuando, llevado de una inclinación picaresca, sin forzarle á ello algún mal tratamiento que sus padres le hiciesen, solo por su gusto y antojo se desgarró, como dicen los muchachos, de casa de sus padres, y se fué por ese mundo adelante, tan contento de la vida libre, que en la mitad de las incomodidades y miserias que trae consigo, no echaba menos la abundancia de la casa de su padre, ni el andar á pie ie cansaba, ni el frío le otendía, ni el calor le enfadaba; para él