mackie, j.l. - la subjetividad de los valores (sencilla)

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1 La subjetividad de los valores l. El escepticismo moral No existen valores objetivos. Tal es, sin adornos, el conteni- do de la tesis expuesta en este capítulc. Antes de presentar mis argumentos convendría que intentase aclararla y acotar- la de forma que pueda salir al paso de algunas objeciones y evite mal entendidos. Es posible que la afirmación de esta tesis provoque una de estas tres reacciones distintas: Habrá quienes piensen que no sólo es falsa sino perjudicial, considerándola como una ame- naza contra la moral y contra todo lo que vale la pena, y esti- mando que el hecho de presentar semejante tesis en lo que pretende ser un libro de ética resulta paradójico y hasta ofen- sivo. A otros les parecerá una verdad trivial, casi demasiado obvia para que sea preciso mencionarla, y desde luego en ex- ceso llana para generar grandes debates. Otros, por último, dirán que carece de sr ntido o que está vacía, que la cuestión de si los valores son o no parte de la estructura del mundo no plantea ningún problema real. Sin embargo, y precisamente porque pueden darse estas tres reacciones diferentes, hay mu- cho que añadir. El alcance de la pretensión de que los valores no son objeti- vos, de que no forman parte de la estructura del mundo, no in- 17

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Page 1: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

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La subjetividad de los valores

l El escepticismo moral

No existen valores objetivos Tal es sin adornos el contenishydo de la tesis expuesta en este capiacutetulc Antes de presentar mis argumentos convendriacutea que intentase aclararla y acotarshyla de forma que pueda salir al paso de algunas objeciones y evite malentendidos

Es posible que la afirmacioacuten de esta tesis provoque una de estas tres reacciones distintas Habraacute quienes piensen que no soacutelo es falsa sino perjudicial consideraacutendola como una ameshynaza contra la moral y contra todo lo que vale la pena y estishymando que el hecho de presentar semejante tesis en lo que pretende ser un libro de eacutetica resulta paradoacutejico y hasta ofenshysivo A otros les pareceraacute una verdad trivial casi demasiado obvia para que sea preciso mencionarla y desde luego en exshyceso llana para generar grandes debates Otros por uacuteltimo diraacuten que carece de sr ntido o que estaacute vaciacutea que la cuestioacuten de si los valores son o no parte de la estructura del mundo no plantea ninguacuten problema real Sin embargo y precisamente porque pueden darse estas tres reacciones diferentes hay mushycho que antildeadir

El alcance de la pretensioacuten de que los valores no son objetishyvos de que no forman parte de la estructura del mundo no in-

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cluye uacutenicamente la bondad moral que podriacutea equipararse con toda naturalidad al valor moral sino tambieacuten otras cosas que soacutelo de forma maacutes imprecisa podriacutean recibir el nombre de valores o desvalores la justicia y la injusticia el deber la oblishygacioacuten que una accioacuten se corrompa y se envilezca etc Tamshybieacuten incluye valores no morales en especial los esteacuteticos como la belleza y diversas formas de meacuterito artiacutestico No entrareacute a examinar expliacutecitamente estos uacuteltimos pero es evidente que la gran mayoriacutea de consi deraciones que se aplican a los valoshyres morales rigen para los esteacuteticos Es maacutes una perspectiva que pretendiera concederles distinto entronque categorial pashyreceriacutea desde el principio un tanto inverosuacuteuumlil

Puesto que mi intereacutes principal se centra en los valores moshyrales el punto de vista que adopto aquiacute puede recibir el nomshybre de escepticismo moral Pero es probable que esta denomishynacioacuten sea interpretada erroacuteneamente laquoescepticismo mora] podriacutea utilizarse tambieacuten para nombrar a cualquiera de dos planteamientos de primer orden o aun para una inconsistenshyte mezcla de ambos Un esceacuteptico moral podriacutea ser el tipo de persona que dice ltlttoda esta charla sobre la moral es una boshybadagtgt o sea alguien que rechaza la moral y no le presta la menor atencioacuten Esa persona puede rechazar literalmente todo juicio moral aunque es maacutes probable que posea juicios morales propios para expresar una condena moral inequiacutevoca de todo lo que convencionalmente pasa por moral pero tamshybieacuten puede estar confundiendo middotestos dos puntos de vista loacutegishycamente incompatibles y decir que rechaza toda moral cuando de hecho soacutelo repudia una moral concreta la vigente en la soshyciedad en que ha crecido No me ocupo en este momento de los meacuteritos o imperfecciones de esa posicioacuten Todos estos puntos de vista son de primer orden moral positivogt o negativos la persona que se adhiera a cualquiera de ellos estaacute adoptando una cierta actitud praacutectica normativa Por el contrario lo que planteo es un punto de vista de segundo orden un punto de vista relacionado con el entronque categorial de los valores morales y con la naturaleza de la valoracioacuten moral asociado por tanto a coacutemo y doacutende encajan en el mundo Estos planteashymientos de primer y segundo orden no son simplemente disshytintos sino del todo independientes uno puede ser un esceacuteptico moral de segundo orden sin serlo de primer orden y vicevershysa Un hombre puede sostener firmes puntos de vista morales

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aunque su contenido sea de hecho totalmente convencional y creer al mismo tiempo que se trata de simples actitudes y disshyposiciones prudentes vinculadas a la conducta que eacutel mismo y otras personas observan A la inversa un hombre podriacutea reshychazar toda la moral establecida y seguir creyendo que la exisshytencia del mal o de la corrupcioacuten es una verdad objetiva

Si nos fijamos ahora en otro tipo de malentendido veremos que el escepticismo moral parece ahora maacutes absurdo que pershynicioso iquestCoacutemo podriacutea alguien negar que exista una diferencia entre una accioacuten amable y una cruel o que un hombre cobarshyde y otro valeroso se comporten de manera distinta frente al peligro Por supuesto que es innegable pero la cuestioacuten no es eacutesa En realidad los tipos de conducta a los que se adjudica un valor o desvalor moral forman parte eacutele los ataviacuteos del mundo como tambieacuten las diferencias naturales descriptivas entre unos y otros Pero quizaacute no sea eacutese el caso de las diferencias de valor Es un hecho indudable que las acciones crueles difieren de las amables y de ahiacute que sea posible aprender a distinshyguirlas bastante bien en la praacutectica -cosa que todos hacemos de hecho- y usar las palabras laquocruelgtgt y laquoamablegtgt con senshytidos que describen razonablemente bien lo que designan Pero iquestes igualmente irludable el hecho de que las acciones que son crueles en dicho sentido descriptivo deban condeshynarse Este problema se relaciona con la objetividad especiacuteshyfica del valor no con la objetividad de esas diferencias natushyrales constatables en las que nos basamos para atribuir los distintos valores

2 El subjetivismo

Otra de las denominaciones que como alternativa a la exshypresioacute 1 laquoescepticismo moralgtgt se utilizan frecuentemente para designar el punto de vista expuesto es la de ltltSubjetivismogtgt Y sin embargo tambieacuten eacutesta posee maacutes de un significado El subjetivismo moral tambieacuten puede ser un punto de vista de primer orden normativo a saber que todo hombre debe hacer en realidad lo que piensa que debe hacer Eacutesta es claramente una perspectiva (sistemaacutetica) de primer orden Cuando se la

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examina se vuelve pronto inaceptable pero esto no hace al caso porque se trata de una cuestioacuten independiente de la tesis de segundo orden que estamos considerando Por si no hubieshyra suficiente confusioacuten hay distintas perspectivas de segundo orden que compiten para adjudicarse la denominacioacuten laquosubjeshytivismoraquo Varias de ellas son doctrinas relativas al significado de los teacuterminos y las proposiciones morales_ Lo que a menudo recibe el nombre de subjetivismo moral es la doctrina que afirshyma por ejemplo que ltltesta accioacuten es justa significa ltltyo aprueshybo esta accioacutenraquo o en teacuterminos maacutes generales que los juicios morales equivalen al relato sobre los sentimIacuteentos o actitudes del que habla Pero la nocioacuten que estoy exponiendo debe disshytinguirse de cualquier doctrina de esta iacutendole en dos aspectos vitales En primer lugar lo que he llamado escepticismo moral es una doctrina negativa no positiva dice lo que no es no lo que es Dice que no existen las entidades o relaciones de ciershyta clase ni los valores o exigencias objetivas que muchas pershysonas han tomado por existentes Por supuesto el esceacuteptico moral no se conforma con esto Si su posicioacuten ha de merecer alshyguacuten creacutedito debe dar una explicacioacuten acerca de coacutemo otras personas han podido caer en lo que eacutel considera un error y esta explicacioacuten deberaacute incluir sugerencias concretas con respecto a coacutemo es imposible que los valores sean objetivos con respecto a queacute origina la confusioacuten o ha llevado a falsas creencias en este terreno Sin embargo esto constituiriacutea el desarrollo de l a teoriacutea no la evidencia de su nuacutecleo su nuacuteshycleo es la negacioacuten En segundo lugar lo que he l lamado esshycepticismo moral es una tesis ontoloacutegica no una tesis linshyguumliacutestica o discursiva A diferencia de otras doctrinas que a menudo reciben el nombre de subjetivismo moral la nuestra no es un punto de vista acerca de los significados de las proshyposiciones morales De nuevo es indudable que para resulshytar de alguacuten modo verosiacutemil tendraacute que proporcionar algushyna explicacioacuten sobre sus significados y direacute algo con respecto a eso en el apartado 7 de este capiacutetulo y tambieacuten en los capiacuteshytulos 2 3 y 4 Pero tambieacuten esto constituiraacute el desarrollo de la teoriacutea no su nuacutecleo

Es cierto que todos los que han aceptado que el subjetivisshymo moral es la doctrina que afirma que los juicios morales equivalen a la relacioacuten de los sentimientos o actitudes del que habla han presupuesto por regla general lo que yo llamo es-

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cepticismo moral Esto ocurre porque han asumido que no existen valores objetivos extraiacutedos de alguna parte para anashylizar lo que puedan significar las proposiciones morales y porshyque se han basado en relatos subjetivos De hecho si todas nuestras proposiciones morales fuesen informes subjetivos habriacutea que concluir al menos hasta donde podemos saber que no hay valores morales objetivos Si pudieacutesemos conocerlos podriacuteamos decir algo sobre ellos En este sentido este tipo de subjetivismo implica un escepticismo moral Pero la implicashycioacuten inversa no se sostiene Negar que existan valores objetishyvos no nos obliga a adoptar ninguacuten punto de vista particular respecto a cuaacutel pueda ser el significado de las proposiciones morales y desde luego no nos impone la idea de que equivalshygan a un relato subjetivo Con todo si los valores morales no son objetivos no hay duda de que seraacuten en el amplio sentido de la palabra subjetivos razoacuten por la cual aceptareacute ltltsubjetishyvismo moralgtgt como denominacioacuten alternativa a ltltescepticismo moralgtgt Es preciso sin embargo distinguir entre el subjetivisshymo en este sentido amplio y la doctrina especiacutefica del signifishycado a la que me he referido maacutes arriba Ninguno de los dos nombres es completamente satisfactorio simplemente hemos de preservarnos contra las (distintas) interpretaciones erroacuteshyneas que cada uno de ellos puede sugerir

3 La multiplicidad de las

cuestiones de segundo orden

Las distinciones resaltadas en los dos uacuteltimos apartados no descansan soacutelo en la conocida y generalmente admitida dishyferencia entre las cuestiones de primer y segundo orden tamshybieacuten se apoyan en el planteamiento eacuteste maacutes controvertido de que existen varios geacuteneros de cuestiones morales de seshygundo orden Las que maacutes frecuentemente se mencionan son cuestiones acerca del significado y el uso de los teacuterminos eacutetishycos o las relativas al anaacutelisis de los conceptos eacuteticos A ellas se unen las cuestiones relacionadas con la loacutegica de las proposishyciones morales podriacutea ocurrir que el razonamiento moral sishyguiese pautas especiales autorizadas quizaacute por ciertos aspec-

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tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 2: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

cluye uacutenicamente la bondad moral que podriacutea equipararse con toda naturalidad al valor moral sino tambieacuten otras cosas que soacutelo de forma maacutes imprecisa podriacutean recibir el nombre de valores o desvalores la justicia y la injusticia el deber la oblishygacioacuten que una accioacuten se corrompa y se envilezca etc Tamshybieacuten incluye valores no morales en especial los esteacuteticos como la belleza y diversas formas de meacuterito artiacutestico No entrareacute a examinar expliacutecitamente estos uacuteltimos pero es evidente que la gran mayoriacutea de consi deraciones que se aplican a los valoshyres morales rigen para los esteacuteticos Es maacutes una perspectiva que pretendiera concederles distinto entronque categorial pashyreceriacutea desde el principio un tanto inverosuacuteuumlil

Puesto que mi intereacutes principal se centra en los valores moshyrales el punto de vista que adopto aquiacute puede recibir el nomshybre de escepticismo moral Pero es probable que esta denomishynacioacuten sea interpretada erroacuteneamente laquoescepticismo mora] podriacutea utilizarse tambieacuten para nombrar a cualquiera de dos planteamientos de primer orden o aun para una inconsistenshyte mezcla de ambos Un esceacuteptico moral podriacutea ser el tipo de persona que dice ltlttoda esta charla sobre la moral es una boshybadagtgt o sea alguien que rechaza la moral y no le presta la menor atencioacuten Esa persona puede rechazar literalmente todo juicio moral aunque es maacutes probable que posea juicios morales propios para expresar una condena moral inequiacutevoca de todo lo que convencionalmente pasa por moral pero tamshybieacuten puede estar confundiendo middotestos dos puntos de vista loacutegishycamente incompatibles y decir que rechaza toda moral cuando de hecho soacutelo repudia una moral concreta la vigente en la soshyciedad en que ha crecido No me ocupo en este momento de los meacuteritos o imperfecciones de esa posicioacuten Todos estos puntos de vista son de primer orden moral positivogt o negativos la persona que se adhiera a cualquiera de ellos estaacute adoptando una cierta actitud praacutectica normativa Por el contrario lo que planteo es un punto de vista de segundo orden un punto de vista relacionado con el entronque categorial de los valores morales y con la naturaleza de la valoracioacuten moral asociado por tanto a coacutemo y doacutende encajan en el mundo Estos planteashymientos de primer y segundo orden no son simplemente disshytintos sino del todo independientes uno puede ser un esceacuteptico moral de segundo orden sin serlo de primer orden y vicevershysa Un hombre puede sostener firmes puntos de vista morales

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aunque su contenido sea de hecho totalmente convencional y creer al mismo tiempo que se trata de simples actitudes y disshyposiciones prudentes vinculadas a la conducta que eacutel mismo y otras personas observan A la inversa un hombre podriacutea reshychazar toda la moral establecida y seguir creyendo que la exisshytencia del mal o de la corrupcioacuten es una verdad objetiva

Si nos fijamos ahora en otro tipo de malentendido veremos que el escepticismo moral parece ahora maacutes absurdo que pershynicioso iquestCoacutemo podriacutea alguien negar que exista una diferencia entre una accioacuten amable y una cruel o que un hombre cobarshyde y otro valeroso se comporten de manera distinta frente al peligro Por supuesto que es innegable pero la cuestioacuten no es eacutesa En realidad los tipos de conducta a los que se adjudica un valor o desvalor moral forman parte eacutele los ataviacuteos del mundo como tambieacuten las diferencias naturales descriptivas entre unos y otros Pero quizaacute no sea eacutese el caso de las diferencias de valor Es un hecho indudable que las acciones crueles difieren de las amables y de ahiacute que sea posible aprender a distinshyguirlas bastante bien en la praacutectica -cosa que todos hacemos de hecho- y usar las palabras laquocruelgtgt y laquoamablegtgt con senshytidos que describen razonablemente bien lo que designan Pero iquestes igualmente irludable el hecho de que las acciones que son crueles en dicho sentido descriptivo deban condeshynarse Este problema se relaciona con la objetividad especiacuteshyfica del valor no con la objetividad de esas diferencias natushyrales constatables en las que nos basamos para atribuir los distintos valores

2 El subjetivismo

Otra de las denominaciones que como alternativa a la exshypresioacute 1 laquoescepticismo moralgtgt se utilizan frecuentemente para designar el punto de vista expuesto es la de ltltSubjetivismogtgt Y sin embargo tambieacuten eacutesta posee maacutes de un significado El subjetivismo moral tambieacuten puede ser un punto de vista de primer orden normativo a saber que todo hombre debe hacer en realidad lo que piensa que debe hacer Eacutesta es claramente una perspectiva (sistemaacutetica) de primer orden Cuando se la

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examina se vuelve pronto inaceptable pero esto no hace al caso porque se trata de una cuestioacuten independiente de la tesis de segundo orden que estamos considerando Por si no hubieshyra suficiente confusioacuten hay distintas perspectivas de segundo orden que compiten para adjudicarse la denominacioacuten laquosubjeshytivismoraquo Varias de ellas son doctrinas relativas al significado de los teacuterminos y las proposiciones morales_ Lo que a menudo recibe el nombre de subjetivismo moral es la doctrina que afirshyma por ejemplo que ltltesta accioacuten es justa significa ltltyo aprueshybo esta accioacutenraquo o en teacuterminos maacutes generales que los juicios morales equivalen al relato sobre los sentimIacuteentos o actitudes del que habla Pero la nocioacuten que estoy exponiendo debe disshytinguirse de cualquier doctrina de esta iacutendole en dos aspectos vitales En primer lugar lo que he llamado escepticismo moral es una doctrina negativa no positiva dice lo que no es no lo que es Dice que no existen las entidades o relaciones de ciershyta clase ni los valores o exigencias objetivas que muchas pershysonas han tomado por existentes Por supuesto el esceacuteptico moral no se conforma con esto Si su posicioacuten ha de merecer alshyguacuten creacutedito debe dar una explicacioacuten acerca de coacutemo otras personas han podido caer en lo que eacutel considera un error y esta explicacioacuten deberaacute incluir sugerencias concretas con respecto a coacutemo es imposible que los valores sean objetivos con respecto a queacute origina la confusioacuten o ha llevado a falsas creencias en este terreno Sin embargo esto constituiriacutea el desarrollo de l a teoriacutea no la evidencia de su nuacutecleo su nuacuteshycleo es la negacioacuten En segundo lugar lo que he l lamado esshycepticismo moral es una tesis ontoloacutegica no una tesis linshyguumliacutestica o discursiva A diferencia de otras doctrinas que a menudo reciben el nombre de subjetivismo moral la nuestra no es un punto de vista acerca de los significados de las proshyposiciones morales De nuevo es indudable que para resulshytar de alguacuten modo verosiacutemil tendraacute que proporcionar algushyna explicacioacuten sobre sus significados y direacute algo con respecto a eso en el apartado 7 de este capiacutetulo y tambieacuten en los capiacuteshytulos 2 3 y 4 Pero tambieacuten esto constituiraacute el desarrollo de la teoriacutea no su nuacutecleo

Es cierto que todos los que han aceptado que el subjetivisshymo moral es la doctrina que afirma que los juicios morales equivalen a la relacioacuten de los sentimientos o actitudes del que habla han presupuesto por regla general lo que yo llamo es-

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cepticismo moral Esto ocurre porque han asumido que no existen valores objetivos extraiacutedos de alguna parte para anashylizar lo que puedan significar las proposiciones morales y porshyque se han basado en relatos subjetivos De hecho si todas nuestras proposiciones morales fuesen informes subjetivos habriacutea que concluir al menos hasta donde podemos saber que no hay valores morales objetivos Si pudieacutesemos conocerlos podriacuteamos decir algo sobre ellos En este sentido este tipo de subjetivismo implica un escepticismo moral Pero la implicashycioacuten inversa no se sostiene Negar que existan valores objetishyvos no nos obliga a adoptar ninguacuten punto de vista particular respecto a cuaacutel pueda ser el significado de las proposiciones morales y desde luego no nos impone la idea de que equivalshygan a un relato subjetivo Con todo si los valores morales no son objetivos no hay duda de que seraacuten en el amplio sentido de la palabra subjetivos razoacuten por la cual aceptareacute ltltsubjetishyvismo moralgtgt como denominacioacuten alternativa a ltltescepticismo moralgtgt Es preciso sin embargo distinguir entre el subjetivisshymo en este sentido amplio y la doctrina especiacutefica del signifishycado a la que me he referido maacutes arriba Ninguno de los dos nombres es completamente satisfactorio simplemente hemos de preservarnos contra las (distintas) interpretaciones erroacuteshyneas que cada uno de ellos puede sugerir

3 La multiplicidad de las

cuestiones de segundo orden

Las distinciones resaltadas en los dos uacuteltimos apartados no descansan soacutelo en la conocida y generalmente admitida dishyferencia entre las cuestiones de primer y segundo orden tamshybieacuten se apoyan en el planteamiento eacuteste maacutes controvertido de que existen varios geacuteneros de cuestiones morales de seshygundo orden Las que maacutes frecuentemente se mencionan son cuestiones acerca del significado y el uso de los teacuterminos eacutetishycos o las relativas al anaacutelisis de los conceptos eacuteticos A ellas se unen las cuestiones relacionadas con la loacutegica de las proposishyciones morales podriacutea ocurrir que el razonamiento moral sishyguiese pautas especiales autorizadas quizaacute por ciertos aspec-

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tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 3: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

aunque su contenido sea de hecho totalmente convencional y creer al mismo tiempo que se trata de simples actitudes y disshyposiciones prudentes vinculadas a la conducta que eacutel mismo y otras personas observan A la inversa un hombre podriacutea reshychazar toda la moral establecida y seguir creyendo que la exisshytencia del mal o de la corrupcioacuten es una verdad objetiva

Si nos fijamos ahora en otro tipo de malentendido veremos que el escepticismo moral parece ahora maacutes absurdo que pershynicioso iquestCoacutemo podriacutea alguien negar que exista una diferencia entre una accioacuten amable y una cruel o que un hombre cobarshyde y otro valeroso se comporten de manera distinta frente al peligro Por supuesto que es innegable pero la cuestioacuten no es eacutesa En realidad los tipos de conducta a los que se adjudica un valor o desvalor moral forman parte eacutele los ataviacuteos del mundo como tambieacuten las diferencias naturales descriptivas entre unos y otros Pero quizaacute no sea eacutese el caso de las diferencias de valor Es un hecho indudable que las acciones crueles difieren de las amables y de ahiacute que sea posible aprender a distinshyguirlas bastante bien en la praacutectica -cosa que todos hacemos de hecho- y usar las palabras laquocruelgtgt y laquoamablegtgt con senshytidos que describen razonablemente bien lo que designan Pero iquestes igualmente irludable el hecho de que las acciones que son crueles en dicho sentido descriptivo deban condeshynarse Este problema se relaciona con la objetividad especiacuteshyfica del valor no con la objetividad de esas diferencias natushyrales constatables en las que nos basamos para atribuir los distintos valores

2 El subjetivismo

Otra de las denominaciones que como alternativa a la exshypresioacute 1 laquoescepticismo moralgtgt se utilizan frecuentemente para designar el punto de vista expuesto es la de ltltSubjetivismogtgt Y sin embargo tambieacuten eacutesta posee maacutes de un significado El subjetivismo moral tambieacuten puede ser un punto de vista de primer orden normativo a saber que todo hombre debe hacer en realidad lo que piensa que debe hacer Eacutesta es claramente una perspectiva (sistemaacutetica) de primer orden Cuando se la

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examina se vuelve pronto inaceptable pero esto no hace al caso porque se trata de una cuestioacuten independiente de la tesis de segundo orden que estamos considerando Por si no hubieshyra suficiente confusioacuten hay distintas perspectivas de segundo orden que compiten para adjudicarse la denominacioacuten laquosubjeshytivismoraquo Varias de ellas son doctrinas relativas al significado de los teacuterminos y las proposiciones morales_ Lo que a menudo recibe el nombre de subjetivismo moral es la doctrina que afirshyma por ejemplo que ltltesta accioacuten es justa significa ltltyo aprueshybo esta accioacutenraquo o en teacuterminos maacutes generales que los juicios morales equivalen al relato sobre los sentimIacuteentos o actitudes del que habla Pero la nocioacuten que estoy exponiendo debe disshytinguirse de cualquier doctrina de esta iacutendole en dos aspectos vitales En primer lugar lo que he llamado escepticismo moral es una doctrina negativa no positiva dice lo que no es no lo que es Dice que no existen las entidades o relaciones de ciershyta clase ni los valores o exigencias objetivas que muchas pershysonas han tomado por existentes Por supuesto el esceacuteptico moral no se conforma con esto Si su posicioacuten ha de merecer alshyguacuten creacutedito debe dar una explicacioacuten acerca de coacutemo otras personas han podido caer en lo que eacutel considera un error y esta explicacioacuten deberaacute incluir sugerencias concretas con respecto a coacutemo es imposible que los valores sean objetivos con respecto a queacute origina la confusioacuten o ha llevado a falsas creencias en este terreno Sin embargo esto constituiriacutea el desarrollo de l a teoriacutea no la evidencia de su nuacutecleo su nuacuteshycleo es la negacioacuten En segundo lugar lo que he l lamado esshycepticismo moral es una tesis ontoloacutegica no una tesis linshyguumliacutestica o discursiva A diferencia de otras doctrinas que a menudo reciben el nombre de subjetivismo moral la nuestra no es un punto de vista acerca de los significados de las proshyposiciones morales De nuevo es indudable que para resulshytar de alguacuten modo verosiacutemil tendraacute que proporcionar algushyna explicacioacuten sobre sus significados y direacute algo con respecto a eso en el apartado 7 de este capiacutetulo y tambieacuten en los capiacuteshytulos 2 3 y 4 Pero tambieacuten esto constituiraacute el desarrollo de la teoriacutea no su nuacutecleo

Es cierto que todos los que han aceptado que el subjetivisshymo moral es la doctrina que afirma que los juicios morales equivalen a la relacioacuten de los sentimientos o actitudes del que habla han presupuesto por regla general lo que yo llamo es-

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cepticismo moral Esto ocurre porque han asumido que no existen valores objetivos extraiacutedos de alguna parte para anashylizar lo que puedan significar las proposiciones morales y porshyque se han basado en relatos subjetivos De hecho si todas nuestras proposiciones morales fuesen informes subjetivos habriacutea que concluir al menos hasta donde podemos saber que no hay valores morales objetivos Si pudieacutesemos conocerlos podriacuteamos decir algo sobre ellos En este sentido este tipo de subjetivismo implica un escepticismo moral Pero la implicashycioacuten inversa no se sostiene Negar que existan valores objetishyvos no nos obliga a adoptar ninguacuten punto de vista particular respecto a cuaacutel pueda ser el significado de las proposiciones morales y desde luego no nos impone la idea de que equivalshygan a un relato subjetivo Con todo si los valores morales no son objetivos no hay duda de que seraacuten en el amplio sentido de la palabra subjetivos razoacuten por la cual aceptareacute ltltsubjetishyvismo moralgtgt como denominacioacuten alternativa a ltltescepticismo moralgtgt Es preciso sin embargo distinguir entre el subjetivisshymo en este sentido amplio y la doctrina especiacutefica del signifishycado a la que me he referido maacutes arriba Ninguno de los dos nombres es completamente satisfactorio simplemente hemos de preservarnos contra las (distintas) interpretaciones erroacuteshyneas que cada uno de ellos puede sugerir

3 La multiplicidad de las

cuestiones de segundo orden

Las distinciones resaltadas en los dos uacuteltimos apartados no descansan soacutelo en la conocida y generalmente admitida dishyferencia entre las cuestiones de primer y segundo orden tamshybieacuten se apoyan en el planteamiento eacuteste maacutes controvertido de que existen varios geacuteneros de cuestiones morales de seshygundo orden Las que maacutes frecuentemente se mencionan son cuestiones acerca del significado y el uso de los teacuterminos eacutetishycos o las relativas al anaacutelisis de los conceptos eacuteticos A ellas se unen las cuestiones relacionadas con la loacutegica de las proposishyciones morales podriacutea ocurrir que el razonamiento moral sishyguiese pautas especiales autorizadas quizaacute por ciertos aspec-

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tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 4: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

examina se vuelve pronto inaceptable pero esto no hace al caso porque se trata de una cuestioacuten independiente de la tesis de segundo orden que estamos considerando Por si no hubieshyra suficiente confusioacuten hay distintas perspectivas de segundo orden que compiten para adjudicarse la denominacioacuten laquosubjeshytivismoraquo Varias de ellas son doctrinas relativas al significado de los teacuterminos y las proposiciones morales_ Lo que a menudo recibe el nombre de subjetivismo moral es la doctrina que afirshyma por ejemplo que ltltesta accioacuten es justa significa ltltyo aprueshybo esta accioacutenraquo o en teacuterminos maacutes generales que los juicios morales equivalen al relato sobre los sentimIacuteentos o actitudes del que habla Pero la nocioacuten que estoy exponiendo debe disshytinguirse de cualquier doctrina de esta iacutendole en dos aspectos vitales En primer lugar lo que he llamado escepticismo moral es una doctrina negativa no positiva dice lo que no es no lo que es Dice que no existen las entidades o relaciones de ciershyta clase ni los valores o exigencias objetivas que muchas pershysonas han tomado por existentes Por supuesto el esceacuteptico moral no se conforma con esto Si su posicioacuten ha de merecer alshyguacuten creacutedito debe dar una explicacioacuten acerca de coacutemo otras personas han podido caer en lo que eacutel considera un error y esta explicacioacuten deberaacute incluir sugerencias concretas con respecto a coacutemo es imposible que los valores sean objetivos con respecto a queacute origina la confusioacuten o ha llevado a falsas creencias en este terreno Sin embargo esto constituiriacutea el desarrollo de l a teoriacutea no la evidencia de su nuacutecleo su nuacuteshycleo es la negacioacuten En segundo lugar lo que he l lamado esshycepticismo moral es una tesis ontoloacutegica no una tesis linshyguumliacutestica o discursiva A diferencia de otras doctrinas que a menudo reciben el nombre de subjetivismo moral la nuestra no es un punto de vista acerca de los significados de las proshyposiciones morales De nuevo es indudable que para resulshytar de alguacuten modo verosiacutemil tendraacute que proporcionar algushyna explicacioacuten sobre sus significados y direacute algo con respecto a eso en el apartado 7 de este capiacutetulo y tambieacuten en los capiacuteshytulos 2 3 y 4 Pero tambieacuten esto constituiraacute el desarrollo de la teoriacutea no su nuacutecleo

Es cierto que todos los que han aceptado que el subjetivisshymo moral es la doctrina que afirma que los juicios morales equivalen a la relacioacuten de los sentimientos o actitudes del que habla han presupuesto por regla general lo que yo llamo es-

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cepticismo moral Esto ocurre porque han asumido que no existen valores objetivos extraiacutedos de alguna parte para anashylizar lo que puedan significar las proposiciones morales y porshyque se han basado en relatos subjetivos De hecho si todas nuestras proposiciones morales fuesen informes subjetivos habriacutea que concluir al menos hasta donde podemos saber que no hay valores morales objetivos Si pudieacutesemos conocerlos podriacuteamos decir algo sobre ellos En este sentido este tipo de subjetivismo implica un escepticismo moral Pero la implicashycioacuten inversa no se sostiene Negar que existan valores objetishyvos no nos obliga a adoptar ninguacuten punto de vista particular respecto a cuaacutel pueda ser el significado de las proposiciones morales y desde luego no nos impone la idea de que equivalshygan a un relato subjetivo Con todo si los valores morales no son objetivos no hay duda de que seraacuten en el amplio sentido de la palabra subjetivos razoacuten por la cual aceptareacute ltltsubjetishyvismo moralgtgt como denominacioacuten alternativa a ltltescepticismo moralgtgt Es preciso sin embargo distinguir entre el subjetivisshymo en este sentido amplio y la doctrina especiacutefica del signifishycado a la que me he referido maacutes arriba Ninguno de los dos nombres es completamente satisfactorio simplemente hemos de preservarnos contra las (distintas) interpretaciones erroacuteshyneas que cada uno de ellos puede sugerir

3 La multiplicidad de las

cuestiones de segundo orden

Las distinciones resaltadas en los dos uacuteltimos apartados no descansan soacutelo en la conocida y generalmente admitida dishyferencia entre las cuestiones de primer y segundo orden tamshybieacuten se apoyan en el planteamiento eacuteste maacutes controvertido de que existen varios geacuteneros de cuestiones morales de seshygundo orden Las que maacutes frecuentemente se mencionan son cuestiones acerca del significado y el uso de los teacuterminos eacutetishycos o las relativas al anaacutelisis de los conceptos eacuteticos A ellas se unen las cuestiones relacionadas con la loacutegica de las proposishyciones morales podriacutea ocurrir que el razonamiento moral sishyguiese pautas especiales autorizadas quizaacute por ciertos aspec-

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tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 5: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

cepticismo moral Esto ocurre porque han asumido que no existen valores objetivos extraiacutedos de alguna parte para anashylizar lo que puedan significar las proposiciones morales y porshyque se han basado en relatos subjetivos De hecho si todas nuestras proposiciones morales fuesen informes subjetivos habriacutea que concluir al menos hasta donde podemos saber que no hay valores morales objetivos Si pudieacutesemos conocerlos podriacuteamos decir algo sobre ellos En este sentido este tipo de subjetivismo implica un escepticismo moral Pero la implicashycioacuten inversa no se sostiene Negar que existan valores objetishyvos no nos obliga a adoptar ninguacuten punto de vista particular respecto a cuaacutel pueda ser el significado de las proposiciones morales y desde luego no nos impone la idea de que equivalshygan a un relato subjetivo Con todo si los valores morales no son objetivos no hay duda de que seraacuten en el amplio sentido de la palabra subjetivos razoacuten por la cual aceptareacute ltltsubjetishyvismo moralgtgt como denominacioacuten alternativa a ltltescepticismo moralgtgt Es preciso sin embargo distinguir entre el subjetivisshymo en este sentido amplio y la doctrina especiacutefica del signifishycado a la que me he referido maacutes arriba Ninguno de los dos nombres es completamente satisfactorio simplemente hemos de preservarnos contra las (distintas) interpretaciones erroacuteshyneas que cada uno de ellos puede sugerir

3 La multiplicidad de las

cuestiones de segundo orden

Las distinciones resaltadas en los dos uacuteltimos apartados no descansan soacutelo en la conocida y generalmente admitida dishyferencia entre las cuestiones de primer y segundo orden tamshybieacuten se apoyan en el planteamiento eacuteste maacutes controvertido de que existen varios geacuteneros de cuestiones morales de seshygundo orden Las que maacutes frecuentemente se mencionan son cuestiones acerca del significado y el uso de los teacuterminos eacutetishycos o las relativas al anaacutelisis de los conceptos eacuteticos A ellas se unen las cuestiones relacionadas con la loacutegica de las proposishyciones morales podriacutea ocurrir que el razonamiento moral sishyguiese pautas especiales autorizadas quizaacute por ciertos aspec-

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tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 6: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

tos de los significados de los teacuterminos morales por ejemplo el hecho de que sean universalizables podriacutea formar parte del sigshynificado de las proposiciones morales Con todo existen tamshybieacuten cuestiones ontoloacutegicas en contraste con las linguumliacutesticas o discursivas relacionadas con la naturaleza y posicioacuten categoshyrial de la bondad la justicia o cualquier otro rasgo que caracshyterice a las proposiciones de primer orden Son cuestiones maacutes Telacionadas con los hechos que con el anaacutelisis conceptual la cuestioacuten de queacute sea la bondad no puede establecerse ni conshycluyente ni exhaustivamente mediante la mera averiguacioacuten de queacute significa la palabra ltltbuenoraquo o de queacute se dice o hace conshyvencionalmente con ella

La filosofiacutea reciente debido al sesgo que la ha orientado hacia varios tipos de investigacioacuten linguumliacutestica se ha visto inshyclinada a poner esto uacuteltimo en duda Sin embargo es posible defender la distincioacuten entre los anaacutelisis conceptual y empiacuterishyco en eacutetica recurriendo a casos anaacutelogos en otras aacutereas La cuestioacuten de queacute es la percepcioacuten de queacute es lo que ocurre cuanshydo alguien percibe algo no se responde adecuadamente meshydiante la mera buacutesqueda de lo que palabras como laquovengt u ltbullOIacuterraquo significan ni aun de queacute es lo que alguien hace al decir YO percibo middotmiddot Por muy precisa o completamente que se anashylice cualquier concepto establecido en el campo de la percepshycioacuten la respuesta seraacute inapropiada Auacuten es mejor la analogiacutea con los colores Robert Boyle y John Locke describieron los coshylores como cualidades secundarias queriendo decir que tal como se presentan en las cosas materiales resultan simple-mente de las pautas de disposicioacuten y movimiento de diminu-tas partiacuteculas presentes en la superficie de los objetos lo que hace que eacutestas como hoy diriacuteamos reflejen ciertGs frecuen-cias de luz mejor que otras permitiendo que dichos objetos produzcan sensaciones de color en nosotros pese a que los co-lores tal como aparecen a nuestros ojos no se encuentren lishyteralmente en la superficie de las cosas materiales Si Boyle y Locke acertaban en esto no es cosa que pueda determinarse investigando coacutemo utilizamos las palabras que designan los colores y queacute queremos decir cuando las empleamos Aplica-do a los colores el realismo ingenuo podriacutea haber dado con un anaacutelisis correcto no soacutelo de nuestros conceptos precientiacuteficos sino tambieacuten de los significados convencionales de las pala-bras que denotan colores Es maacutes podriacutea constituir un anaacuteli-

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sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 7: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

sis correcto de los sign1ficados que la pemiddotsolamptgt co1 middoteJltL

cioacuten cientiacutefica usan cuando estaacuten desprevenidas y seguir siendo pese a todo una explicacioacuten incorrecta del estatuto categorial de los colores

El error podriacutea pues provenir de la incapacidad para distinshyguir el anaacutelisis de hechos del anaacutelisis de conceptos en relacioacuten con los colores de tomar la explicacioacuten de los significados de las proposiciones como la explicacioacuten cabal de cuanto existe Hay un parecido riesgo de error y en la praacutectica mayor inclushyso en el terreno de la filosofiacutea moral Y hay ademaacutes otra razoacuten indicadora de que seriacutea un error reducir todo el debate sobre las cuestiones eacuteticas de segundo orden a problemas de signifishycado Cuanto maacutes han ahondado los filoacutesofos en el problema del significado tanto en eacutetica como en otros campos mayor ha sido el nuacutemero de complicaciones sacadas a la luz Hoy estaacute meridianamente claro que ninguna explicacioacuten sencilla de los significados de las proposiciones morales de primer orden seraacute correcta o siquiera capaz de abarcar adecuadamente los sigshynificados corrientes y convencionales de los maacutes importantes teacuterminos morales Creo sin embargo que hay una cuestioacuten planteada con relativa claridad en torno a la objetividad de los valores morales que corre el riesgo de perderse de vista en meshydio de todas las complicaciones del significado

4 iquestEs la objetividad un problema real

Hay que decir no obstante que se ha dudado de si eacuteste es o no un problema real Debo conceder que se trata de una cuesshytioacuten bastante pasada de moda No lo digo uacutenicamente por el hecho de que haya sido suscitada por Hume que deciacutea que ltltel vicio nos escapa enteramente en tanto no volvamos los ojos hacia el propio pechogtgt y por Hobbes antes que eacutel y mushycho maacutes atraacutes auacuten por algunos sofistas griegos Lo digo maacutes bien porque fue un asunto vigorosamente debatido entre 1930 y 1940 aunque desde entonces haya suscitado una atencioacuten mucho menor y no por cierto porque haya sido resuelta o porque se haya alcanzado alguacuten punto de consenso en vez de eso lo sucedido es que ha sido discretamente apartada

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iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 8: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

iquestPuede decirse que esta cuestioacuten haya constituido alguna vez un auteacutentico problema R M Hare ha dicho no entender queacute quiere decirse con ltltla objetividad de los valoresraquo y que no conoce a nadie que lo entienda Todos sabemos reconocer la acshytividad que se caracteriza por ltltdecir pensaacutendolo que determishynado arto es injustoraquo y el sentildeor Hare cree que a esa actividad aluden tanto el suhjetivista como el objetivista aunque uno la considere ltltuna actitud de desaprobacioacutenbullbull y el otro ltltuna intuishycioacuten morak en realidad se trata soacutelo de los distintos nombres de una misma cosa Es cierto que si una persona dice que un determinado acto es injusto y otra afirma que no lo es el objeshytiviLa diraacute que se contradicen pero esto no aporta ninguna distincioacuten relevante entre el objetivismo y el subjetivismo ya que tambieacuten el subjetivista admitiraacute que la segunda persona niega lo dicho por la primera y Hare no ve diferencia entre contradecir y negar De nuevo el objetivista diraacute que uno de los dos debe estar equivocado pero Hare afirma que decir que es falso el juicio por el que determinado acto se considera inshyjusto es simplemente negar ese juicio y como tambieacuten el subshyjetivista debe negar uno de los dos juicios seguimos sin conseshyguir que aflore ninguna diferencia neta entre el objetivismo y el subjetivismo El propio Hare resume asiacute la cuestioacuten ltltPenseshymos en un mundo cuyos valores inherentes pertenezcan objetishyvamente a su estructura y pensemos en otro mundo en el que esos valores hayan sido aniquilados Recordemos que en ambos mundos la gente que los habita se interesa por las mismas coshysas por lo que no existe diferencia en el intereacutes ltltsubjetivoraquo que la gente manifiesta hacia las cosas es decir que la hay soacutelo en cuanto a su valor ltltobjetivoraquo Ahora yo pregunto ltltiquestcuaacutel es la dishyferelcia en el estado de cosas de cada mundo iquestPuede existir alguaa otra respuesta que no sea ninguna en absolutoraquo

Veamos es muy cierto que es loacutegicamente posible que el inshytereacutes subjetivo la actividad de valorar o de pensar que algushynas cosas sean injustas siga adelante exactamente igual tanshyto si hay valores objetivos como si no Sin Llargo esto no es maacutes que reiterar que existe una distincioacuten loacutegica entre la eacutetishyca de primer y de segundo orden los juicios de primer orden no se ven necesariamente afectados por la verdad o falsedad de las nociones de segundo orden Pero de ahiacute no se sigue y no es cierto que no exista diferencia de ninguna clase entre los dos mundos En el primero hay algo que respalda y confiere

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 9: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

validez a una parte del intereacutes subjetivo que la gente muestra hacia las cosas mientras que en el segundo no lo hay El razoshynamiento de Hare es similar a la pretensioacuten positivista de que no hay diferencias entre un mundo fenomenista o del tipo de los ideados por Berkeley en el cual soacutelo existen las mentes y sus ideas y el rrmndo realista del sentido comuacuten en el que existen ademaacutes las cosas materiales ya que es loacutegicamente posible que la gente tuviera las mismas experiencias en amshybos mundos Si rechazamos el positivismo que reduciriacutea la controversia entre realistas y fenomenistas a una pseudocuesshytioacuten podemos rechazar tambieacuten la impugnacioacuten que hace Hare de la objetividad de los valores pues tiene un fundashymento similar

En cualquier caso Hare ha minimizado la diferencia entre sus dos mundos al considerar uacutenicamente una situacioacuten en que la gente ha adquirido ya aquel intereacutes subjetivo Veremos aparecer nuevas diferencias si consideramos coacutemo se adquiere o cambia el intereacutes subjetivo Si hubiera algo inherente a la estructura del mundo que validara ciertos tipos de intereacutes seriacutea posible procushyraacuterselos simplemente imaginando algo dejando que nuestro penshysamiento fuera controlado por la esencia de las cosas Pero en un

mundo donde los valores objetivos hubieran sido aniquilados la obtencioacuten de un intereacutes-subjetivo nuevo implica la puesta en marcha de alguacuten nuevo proceso en la esfera emocional de la pershysona que lo concibe algo que los autores del siglo XVIII hubieran colocaiquesto bajo el roacutetulo de las pasiones o los sentimientos

La cuestioacuten de la objetividad de los valores debe distinguirshyse sin embargo de otras con las que podriacutea confundirse Decir que existen valores objetivos no equivale a decir sencillamenshyte que existen ciertas cosas que todo el mundo valora ni conshyduce a esa conclusioacuten Puede haber acuerdo al valorar aunque valorar sea simplemente algo que la gente hace a pesar de que dicha actividad no reciba ulterior validacioacuten Del acUfrdo subshyjetivo surgiriacutean entonces los valores intersubjetivos pero la inshytersubjetividad no es la objetividad La objetividad tampoco se reduce a la simple posibilidad de universalizar algo habriacutea quien se sintiese muy dispuesto a universalizar sus juicios o sanciones prescriptivas -es decir a prescribir y sancionar exactamente del mismo modo en todos los casos relevantes sishymilares incluso en aquellos en los que su implicacioacuten fuera dishyferente o no existiese- reconociendo al mismo tiempo que tales

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prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 10: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

prescripciones y sanciones no son maacutes que actividades suyas Por supuesto si existieran valores objetivos habriacutea que suposhyner que residiriacutean en tipos de cosas o acciones o estados de coshysas de modo que los juicios que dieran cuenta de ellos fueran universalizables Lo contrario sin embargo es falso

Es necesario realizar una distincioacuten maacutes sutil entre el objeshytiIacutesmo y el descriptivismo Este uacuteltimo es una vez maacutes una doctrina sobre los significados de los teacuterminos y las proposishyciones eacuteticas y sostiene que esos significados son por compleshyto descriptivos en lugar de serlo soacutelo en parte o de poseer una naturaleza emocional o valorativa Este punto de vista tamshybieacuten sostiene que no constituye un rasgo esencial del signifishycado convencional de las proposiciones morales el hecho de que tengan alguacuten tipo especial de fuerza ilocucionaria maacutes propicia digamos a recomendar que a declarar Este parecer contrasta con la idea de que la recomendacioacuten puede en prinshycipio distinguirse de la descripcioacuten (por difiacutecil que a veces sea diferenciarlas en la praacutectica) y se opone asimismo a la opinioacuten de que las proposiciones morales contienen impliacutecitamente en su significado una recomendacioacuten y son por tanto seguacuten los usos intriacutensecamente orientadoras de la accioacuten Pero el signishyficado descriptivo no implica la objetividad ni es implicado por ella El idealismo subjetivo de Berkeley con respecto a los obshyjetos materiales podriacutea ser perfectamente compatible con la asuncioacuten de que las proposiciones acerca de los objetos mateshyriales tienen un significado puramente descriptivo Y al reveacutes la maacutes importante tradicioacuten europea de filosofiacutea moral de Plashytoacuten en adelante ha combinado la idea de que los valores morales son objetivos con el reconocimiento de que los juicios moshyrales son en parte prescriptivos o directivos o actuacutean como pautas de la conducta Los propios valores han sido consideshyrados como elementos simultaacuteneamente prescriptivos y objeshytivos En la teoriacutea platoacutenica las formas y especidmente la forma del bien son realirlades eternas exteriores a la propia mente Son un elemento estructural absolutamente central en la arquitectura del mundo Pero se afirma tambieacuten que el simshyple hecho de conocerlas o ltltverlasraquo no se limitaraacute a dictar a los hombres lo que deben hacer sino que seraacute garantiacutea de que lo hacen sobreponieacutendose a cualquier inclinacioacuten contraria Seshyguacuten Platoacuten los reyes filoacutesofos de la Repuacuteblica merecen una confianza no contrapesada por ninguacuten otro poder porque su

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educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 11: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

educacioacuten les ha proporcionado el conocimiento de las ideas Estando familiarizados con las ideas del bien la justicia la belleza y las demaacutes ideas se veraacuten impulsados por el mero hecho de su conocimiento y sin necesidad de motivacioacuten antildeashydida alguna a ir tras esos ideales y a promoverlos De maneshyra similar Kant cree que la razoacuten pura puede ser praacutectica por siacute misma aunque no pretende ser capaz de explicar coacutemo es eso posible Sidgwick por su parte argumenta que si ha de hashyber una ciencia de la eacutetica -y da por sentado que puede hashyberla puesmiddotde hecho la define como laquociencia de la conductaraquo- lo que debe ser ltlttiene que tener existencia objetiva en otro sentido tiene que ser un objeto de conocimiento y como tal el mismo para todas las mentesgtgt Pero antildeade que las afirmacioshynes de esa ciencia ltlttambieacuten son preacuteceptosgtgt y habla de la felishycidad como de ltltUn fin absolutamente prescrito por la razoacutengtgt Dado que en consecuencia muchos filoacutesofos han sostenido que los valores son objetivamente prescriptivos queda claro que la doctrina ontoloacutegica del objetivismo debe distinguirse del descriptivismo que es una teoriacutea sobre el significado

Pero quizaacute cuando Hare dice no entender queacute significa ltltla objetividad de los valoresgtgt se refiere a que no puede comprenshyder coacutemo podriacutean ser objetivos los valores y a que no puede hacerse una idea clara-y detallada de queacute implicariacutea para los valores el ser parte de la estructura del mundo Esta pretenshysioacuten seriacutea mucho maacutes verosiacutemil Como hemos visto incluso Kant alude a una dificultad similar En realidad el mismo Platoacuten nos advierte que soacutelo mediante un arduo estudio sosteshynido durante muchos antildeos puede uno abordar el conocimiento de las ideas La dificultad de ver coacutemo podriacutean ser objetivos los valores es una razoacuten lo suficientemente poderosa como para pensar que no lo son pero no es una buena razoacuten para negar que sea un problema real Retomareacute esta cuestioacuten en el apartado 9 (paacuteg 42)

Creo que no soacutelo es un problema real sino que es un probleshyma importante Desde luego interesa de manera clara a la fishylosofia general Nuestra metafisica hubiera sido radicalmente diferente si hubiera tenido que hacer un hueco a los valores objetivos -quizaacute algo similar a las ideas platoacutenicas- en alguacuten lugar de nuestra imagen del mundo Tambieacuten nuestra episteshymologiacutea habriacutea sido distinta de haber tenido que explicar coacutemo son o coacutemo pueden conocerse esos valores objetivos

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O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 12: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

O nuestra psicologiacutea filosoacutefica si hubiera tenido que albergar tal conocimiento O la razoacuten pura praacutectica de Kant para poder orientar las decisiones y los actos Aunque en forma menos obshyvia el modo en que quede fijada esta cuestioacuten afectaraacute a la poshysibilidad misma de ciertos tipos de razonamiento moral Por ejemplo Sidgwick estudia una discusioacuten entre un egoiacutesta y un utilitarista y sentildeala que si el egoiacutesta pretende que su felicidad o su placer es objetivamente deseable o bueno el utilitarista podriacutea replicar que la felicidad del egoiacutesta laquono puede ser objeshytivamente maacutes deseable ni un mayor bien que la similar felishycidad de cualquier otra persona el mero hecho [ ] de que eacutel sea eacutel no puede tener nada que ver con el caraacutecter objetivashymente deseable o bueno de su felicidadraquo En otras palabras si la eacutetica se asienta sobre el concepto de la bondad objetiva enshytonces el egoiacutesmo en tanto que sistema o meacutetodo eacutetico de prishymer orden puede refutarse mientras que si se asume que la bondad es uacutenicamente subjetiva la refutacioacuten seraacute imposible Sin embargo Sidgwick destaca acertadamente lo que un deshyterminado nuacutemero de filoacutesofos diferentes han pasado por alto que este argumento contra el egoiacutesmo exige especiacuteficamente la objetividad del bien ya que la objetividad del deber ser o de la racionalidad de los actos no seriacutea suficiente Si el egoiacutesta pretende que la buacutesqueda de su propia felicidad se presenta a sus ojos como objetivamente racional u obligatoria un razoshynamiento similar referido esta vez a la irrelevancia del hecho de que eacutel sea eacutel no podriacutea conducir sino a la conclusioacuten de que la buacutesqueda de su propia felicidad es asunto objetivamente rashycional u obligatorio para toda persona es decir conduciriacutea a una forma universalizada de egoiacutesmo y no a su refutacioacuten Y desde luego insistir en el caraacutecter universalizable de los juishycios morales como argumento opuesto al de la objetividad del bien no hariacutea sino aportar ideacutentico resultado

5 Criterios de valoracioacuten

Una forma de sostener la tesis de que no hay valores objetishyvos consiste en decir que las proposiciones valorativas no son ni verdaderas ni falsas Sin embargo tambieacuten este argumento

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se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 13: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

se presta a interpretaacuteciones erroacuteneasmiddot Y esto es asf r-orque Lay ciertos tipos de proposiciones valorativas que son obviamente verdaderas o falsas incluso a pesar de que como propongo no existan valores objetivos Es corriente observar valoraciones de todo tipo en relacioacuten con normas consentidas y aceptadas La separacioacuten de la lana por categoriacuteas la clasificacioacuten de las manzanas la concesioacuten de premios en los concursos de perros de pastor o en los juegos florales el patinaje o los campeonatos de buceo por no mencionar la calificacioacuten de exaacutemenes son todas actividades que se realizan seguacuten unas normas de calidad o meacuterito especiacuteficas de cada peculiar asunto o tipo de averiguashycioacuten Dichas normas pese a poder desestimarse deliberadashymente y no haber sido estipuladas de manera expliacutecita en parshyte alguna han sido muy bien comptendidas y aceptadas por todos aquellos reconocidos como jueces o expertos en cada aacuterea particular Alliacute donde haya unas normas suficientemente defishynidas la determinacioacuten de en queacute medida un particular espeacuteshycimen alcanza a dar la talla en relacioacuten con ellas se convertiraacute en una cuestioacuten objetiva en un asunto de verdad o falsedad que hay que dirimir En particular los juicios comparativos poshydraacuten zanjarse en teacuterminos de verdAd o falsedad decidir si un perro pastor ha cumplido su funcioacuten mejor que otro no podraacute constituir sino una cuestioacuten de hecho

El subjetivista con respecto a los valores no niega por tanto que pueda haber valoraciones objetivas en funcioacuten de unas normas y sabe que son tan posibles en el terreno esteacutetico y moshyral como en cualquiera de los mencionados Maacutes auacuten hay una distincioacuten objetiva aplicable en muchas de estas aacutereas que se considera no obstante de iacutendole netamente moral la distinshycioacuten entre la justicia y la injusticia Es un paradigmaacutetico caso de injusticia en el estricto sentido de la palabra que un trishybunal declare culpable a alguien que sabe inocente del delito imputado De T1odo maacutes general una sentencia es injusta si se encuentra en desacuerdo con lo que el derecho pertinente al caso y la instruccioacuten de los hechos dictaminan y lo seraacute de modo muy particular si el tribunal conoce esa discrepancia De modo auacuten maacutes general cualquier reconocimiento de una distincioacuten concesioacuten de premios o cosas similares es injusta si se halla en desacuerdo con las normas aceptadas para el conshycurso en cuestioacuten si los resultados de un buceador son de heshycho mejores que los de otro seguacuten las normas de buceo esta-

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blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 14: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

blecidas seriacutea injusto que se reconocieran mayores meacuteritos o se concediera el premio al segundo De este modo la justicia o injusticia de las decisiones relacionadas con normas puede ser un asunto completamente objetivo pese a que pueda subshysistir un elemento subjetivo en la interpretacioacuten o aplicacioacuten de las normas Pero la afirmacioacuten de que una determinada deshycisioacuten es justa o injusta no seraacute objetivamente prescriptiva senshycillamente porque puede ser cierto que deja abierta la cuestioacuten de si existe o no alguacuten requisito objetivo que exija hacer lo que es justo y no hacer lo que es injusto del mismo modo que deja abierta la decisioacuten praacutectica de actuar de una u otra manera

Asiacute pues reconocer la objetividad de la justicia y los juicios de valor con respecto a las normas uacutenicamente hace recer sobre ellas la cuestioacuten de la objetividad de los valores El subshyjetivista puede intentar respaldar su razonamiento insistienshydo en que no existe validez objetiva para la eleccioacuten de norshymas Y sin embargo se equivocariacutea si dijese que incluso la eleccioacuten de las maacutes elementales normas en cualquier campo resulta completamente arbitraria Las normas utilizadas en las competiciones de perros de pastor guarda sin duda algushyna relacioacuten con el trabajo que tienen que hacer los perros de pastor las normas para clasificar manzanas no estaacuten desvinshyculadas de lo que la gente suele esperar de las manzanas o de sus gustos en esta materia etc aunque por otra parte lo hashybitual no es que las normas sean estrictamente consideradas vaacutelidas en funcioacuten de los objetivos a los que sirven La idoneishydad de las normas no estaacute completamente determinada por los propoacutesitos o deseos que las precisan ni se encuentra deslishygada de ellos como si fueran cosas que pueden especificarse de manera independiente Pero por muy determinada que esteacute la obje_tiva idoneidad de las normas con respecto a los propoacutesitos o los deseos no supone una amenaza mayor para la negacioacuten de los valores oojetivos que la representada por la objetividad de la valoracioacuten en funcioacuten de unas normas dashydas De hecho no es loacutegicamente diferente de la objetividad del bien con respecto a los deseos Algo puede considerarse bueno simplemente en la medida en que satisface o es apto para satisfacer un cierto deseo pero la objetividad de esas reshylaciones de satisfaccioacuten no constituye un valor objetivo en el sentido aquiacute empleado

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6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 15: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

6 Los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico

Podemos aclarar el asunto refirieacutendonos a la distincioacuten d Kant entre los imperativos hipoteacutetico y categoacuterico aunque In que eacutel llamaba imperativos se expresen maacutes faacutecilmente en forshyma de daacuteusulas de obligacioacuten que usando el modo verbal imshyperativo laquoSi quieres X haz y (o ltltDebes hacer y) seraacute un imshyperativo hipoteacutetico si se basa en la suposicioacuten de que Y es

dadas las circunstancias el uacutenico (o el mejor) medio disponishyble para realizar X es decir si se basa en la suposicioacuten de que existe una relacioacuten causal ntre X e Y La razoacuten para hacer ) -estriba en esa conexioacuten causal con el fip deseado X la obligashytoriedad depende del deseo Sin embargo ltltDebes hacer Y seraacute un imperativo categoacuterico si uno debe hacer Y COI indPshypendencia de cualquier deseo encaminado a cualquier fin al que Y pudiese contribuir si la obligatoriedad no estaacute por tanshyto subordinada a ninguacuten deseo Pero esta distincioacuten necesita manejarse con cuidado Una claacuteusula de obligacioacuten no es hishypoteacutetica en el sentido kantiano por el mero hecho de incorposhyrar una claacuteusula condicional laquoSi has prometido hacer Y deshybes hacer y no es un imperativo hipoteacutetico uacutenicamente por la expliacutecita inclusioacuten de la claacuteusula condicional Lo que se indica puede ser tanto un imperativo hipoteacutetico como un imperativo categoacuterico seguacuten cuaacutel sea la razoacuten aducida para mantener la supuesta promesa Si descansa sobre un condicional impliacutecito del tipo laquoSi quieres que la gente te crea la proacutexima vezraquo se trashytaraacute de un imperativo hipoteacutetico en caso contrario seraacute cateshygoacuterico Incluso un deseo del agente puede figurar como anteshycedente de lo que pese a tener forma condicional seguacuten la gramaacutetica sigue siendo un imperativo categoacuterico en el sentishydo kantiano La proposicioacuten ltltSi sientes una fuerte atraccioacuten sexual hacia los nintildeos pequentildeos no debes dar clase en un coleshygioraquo no es en virtud de lo que expliacutecitamente dice un imperashytivo hipoteacutetico ya que la evitacioacuten de las clases no se ofrece como medio para satisfacer los deseos en cuestoacuten Por sushypuesto podriacutea seguir siendo un imperativo hipoteacutetico si el moshytivo implicado fuera la prudencia Pero tambieacuten podriacutea ser un imperativo categoacuterico una exigencia moral en donde el motishyvo que impulsa a recomendar la accioacuten (la evitacioacuten en sentishydo estricto) no descansa en el hecho de que esa accioacuten sea un

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medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 16: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

medio para la sa bull tccioacuten de cualquier deseo que pueda tener el agente No toei l(ltbulln o claacuteusula de obligacioacuten expresada en forma condicion ltJLtiacutetuye por tanto un imperativo hipoteacuteshytico Del mismo do no toda claacuteusula no condicional es un imperativo cateiexcl e Una claacuteusula propiamente condicional puede permanelt -m afirmar De hec ho una simple orden emitida en m odlt middot mpcrativo digamos una orden militar que

puede p a rec er li middotmiddotallllente lo maacutes merecedor del tiacutetulo de imshyperativo categoacute1 i) difiacutecilmente seraacute categoacuterica en el sentido que aquiacute precis o La razoacuten impliacutecita que nos hace obedeshycer ese tipo delt denrs es casi siempre alguacuten deseo de quien la recibe quizaacute imple deseo de evitarse problemas De ser asiacute una orden bull1nntemente tan categoacuterica seraacute en el senshytido que aquiacute us iexclos un imperativo hipoteacutetico De nuevo un

imperativo seg1 1 t - ien do hipoteacutetico aunque cambiemos el ltltSIacuteraquo por laquodado q -lt el hecho de que el deseo de lograr X esteacute efectivamente J e sen Le no al tera el hecho de que la razoacuten para hacer Y de cnda del deseo de obtener X valieacutendose de la circunstancia dl que Y es un medio p ara alcanzar X Seguacuten el enfoque del pro o Kant mientras que los imperativos de hashybilidad se relac i man con los deseos que un agente pueda o no tener los imperltivos de prudencia se relacionan con el deseo de felicidad que ccguacuten Kant todos tenemos Definidos asiacute los imperativos de prudencia no son menos hipoteacuteticoR que los imshyperativos de habilidad y no dependen menos de los deseos que el agente tenga ln el momento de ser movido por los imperatishyvos Pero si pellamos en un consejo de prudencia como en algo relacionado con el futuro bienestar del agente como en algo vinculado a la aLisfaccioacuten de deseos que eacuteste auacuten no tiene -ni siquiera con el deseo presente de que sus deseos queden satis-fechos- entone(lt un consejo de prudencia es de hecho un im-perativo categoacuterico diferente en realidad de los impe rativos morales pero similar a ellos

Un imperativo categoacuterico expresaraacute por tanto un motivo in-condicionado part actuar es decir un motivo que no depende de ninguacuten deseo actual del agente en cuya satisfaccioacuten pudiera inshytervenir como medio la accioacuten recomendada Dicho en forma maacutes directa laquoDebes bailargtgt es un imperativo hipoteacutetico si la ra-zoacuten impliacutecita es simplemente que quieres bailar o que te gusta h acerlo Ahora bien el propio Kant sosteniacutea que los juicios mo-rales son imperuli vos categoacutericos o que quizaacute todos sean aplica-

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ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 17: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

ciones de un imperativo categoacuterico Desde luego es posible defenshyder al menos la verosimilitud de que la mayoria de los juicios moshyrales contienen un elemento categoacutericamente imperativo En lo que a la eacutetica se refiere mi tesis de que no existen valores objetishyvos niega especiacuteficamente que cualquiera de esos elementos cateshygoacutericamente imperativos sea objetivamente vaacutelido Los valores objetivos que niego se comportarian como pautas absolutas de la conducta es decir no la guiarian de modo contingente (tal como he indicado) con respecto a los deseos e inclinaciones del agente

Otra forma de intentar esclarecer este asunto es hacer refeshyrencia al razonamiento moral o a los argumentos morales En la praacutectica por supuesto ese razonamiento rara vez es del todo expliacutecito pero supongamos que podemos hacer expliacutecito el rashyzonamiento que sostiene una determinada conclusioacuten valora tishyva dotada de cierta capacidad para orientar la conducta y que no depende de los deseos propoacutesitos o fines elegidos En ese caso lo que estoy diciendo es que en alguacuten lugar de la formushylacioacuten de este argumento -quizaacute en una o maacutes premisas quizaacute en alguacuten aspecto formal del argumento- habraacute algo que no pueda considerarse objetivamente vaacutelido Habraacute sencillamente alguna premisa que no logre verificarse o cierta forma del argushymento que no sea vaacutelida desde el punto de vista de la loacutegica geshyneral o cierta porcioacuten cuya autoridad o fuerza loacutegica no sea objeshytivrl sino dada por nuestro elegir o decidir pensar en cierta forma

7 La exigencia de objetividad

Si he wnseguido sentildealar con suficiente precisioacuten los valores morales que me propongo negar ahora mi tesis podriacutea parecer trivialmente verdadera Sin duda habraacute quien diga que valoshyrar preferir escoger recomendar rechazar condenar y otras cosas parecidas son actividades humanas y que no es necesashyrio andar tras unos valores que son anteriores a esas actividashydes y loacutegicamente independientes de ellas Puede que existaacute un amplio acuerdo al valorar y que los juicios valora ti vos no sean en general arbitrarios ni esteacuten aislados es caracteriacutestica su coherencia con otros juicios y que puedan recibir criacuteticas si carecen de ella es posible dar razoacuten de su fundamento y todas

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esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 18: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

esas cosas pero si todo lo que pretende el subjetivista es deshyfender que los deseos fines propoacutesitos y similares figuran en alguna parte del sistema de argumentos y que no existen fishynes ni propoacutesitos que puedan llamarse objetivos en un sentido opuesto al de ser meramente intersuhjetivos entonces todo esto debe concecerse sin demasiado alb oroto

Pero no creo que deba concederse tan faacutecilmente Como he dicho la principal tradicioacuten de la filosofiacutea mora] europea alshyberga la pretensioacuten contraria afirmando precisamente que existen valores objetivos como los que yo niego Me he referido ya a Platoacuten Kant y Sidgwick Kant en particular sostiene que el imperativo caiacuteeguacuterico no soacutelo es categoacuterico e imperativo

sino que lo es tambieacuten objetivamente aunque un eer racional se deacute a siacute mismo una ley moral la ley que elabora de este modo es definida y necesaria Aristoacuteteles comienza la Eacutetica a Nicoacutemaco diciendo que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden y que la eacutetica es parte de una ciencia que eacutel llama poliacutetica cuyo objetivo no es el conocimiento sino la praacutecshytica Es decir no duda que pueda exisLir un conocimiento de lo que es bueno para el hom)fe ni tampoco duda una vez lo ha identificado con el bienestar o la felicidad con la eudaishymoniacutea que pueda conocerse y determinarse por medio de la razoacuten aquello en que la felicidad consiste Es evidente que piensa que esta felicidad es intriacutensecamente deseable y no buena simplemente por el hecho de que se desea El racionashylista Samuel Clarke sostiene que

estas diferencias de las cosas eternas y necesarias hacen que sea conveniente y razonable que las criaturas actuacuteen de ese modo f l incluso al margen de que esas reglas sean la voluntad manifiesta o el mandato de Dim y tambieacuten anteriores a cualquier respeto o miramiento a toda expectacioacuten o temor a cualquier particular ventaja o desventaja personal y privada a todo castigo o recomshypensa ya sea presente o futuro

Hasta el sentimentalista Hutcheson dtfine la bondad moral como laquocierta cualidad que percibimos en las acciones y que proshycura la aprobacioacuten gtgt afirmando al mismo tiempo que el senshytido moral que nos capacita para percibir la virtud y el vicio nos ha sido dado (por el Autor de la naturaleza) para guiar nuestras acciones Hume se encontraba de hecho en el bando

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contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 19: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

contrario pero sigue siendo testigo de la hegemoniacutea de la trashy

dicioacuten objetivista dado que sostiene que siacute laquoVemos que la disshytincioacuten entre el vicio y la virtud no se funda en las simples rPshy

laciones de los objetos ni es tampoco percibida por la razoacuten hallaremos que se subvierten todos los sistemas vulgares de moral Richard Price por su pa1 Le insiste en que lo bueno y

lo malo constituyen ltltCaracteriacutesticas reales de las accionesbullmiddot y no ltltcualidades de nuestras mentesgtgt y antildeade que nuestro entendimiento percibe esas caracteriacutesticas Critica la nocioacuten de sentido moral afirmando que de ese modo la virtud quedashyriacutea reducida a una cuestioacuten de gusto y el bien y el mal moral vendriacutean a no ser ltltnada en los objetos mismosraquo Rechaza el pashyrecer de Hutcheson porque (quizaacute equivocadamente) le parece que se abisma en el planteamiento de Hume

Pero este objetivismo acerca de los valores no pertenece soacutelo a la tradicioacuten filosoacutefica Tambieacuten se asienta firmemente en el pensamiento comuacuten asiacute como en los significados de los teacutermishynos morales Fue sin duda una extravagancia d e Moore decir que ltltel bienraquo es el nombre de una cualidad no natural pero no seriacutea tan erroacuteneo decir que en los contextos morales se utiliza como si fuera el nombre de una supuesta cualidad no natural teniendo en cuenta que el teacutermino descriptivo ltltno naturalraquo deja espacio para los peculiares aspectos evaluativos prescripshytivos e intriacutensecamente orientadores de la accioacuten de esa sushypuesta cualidad Este extremo puede ilustrarse reflexionando sobre los conflictos y vuelcos de opinioacuten de los uacuteltimos antildeos enshytre las concepciones cognitivista y naturalista acerca de los sigshynificados centrales y baacutesicos de los teacuterminos eacuteticos Si rechazashymos la idea de que la funcioacuten de esos teacuterminos sea introducir los valores objetivoacutes en el discurso sobre la conducta y las opshyciones de actuacioacuten parece haber principalmente dos tipos de explicaciones alternativas La primera (que posee varias subshydivisiones importantes) sostiene que los teacuterminos eacuteticos expreshysan convencionalmente una de estas dos cosas bien las actitushydes que el hablante planea adoptar respecto de cualquier cosa que considere moral bien un conjunto de prescripciones o reshycomendaciones sujetas quizaacute a la loacutegica limitacioacuten de su aptishytud para devenir universales Las distintas versiones de este planteamiento comparten como tesis central la afirmacioacuten de que los teacuterminos eacuteticos tienen al menos de forma parcial y prishymaria alguacuten tipo de significado no cognitivo y no descriptivo

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La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 20: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

La segunda explicacioacuten mantiene que los teacuterminos eacuteticos son descriptivos en cuanto a su significado pero que soacutelo describen aquellas caracteriacutesticas naturales que se cuentan por un lado entre los elementos que todo el mundo incluso los no cognitishyvistas reconoceriacutea como de utilidad para distinguir las accioshynes amables de las crueles el valor de la cobardiacutea la cortesiacutea de la brusquedad etc y las que indican por otro (aunque amshybas se superpongan) las relaciones entre los actos y ciertos deshyseos satisfacciones y afectos similares Creo que los dos puntos de vista encierran algo de verdad Cada enfoque puede explicar el hecho de que los juicios morales sean guiacuteas para la conducta o consideraciones praacutecticas Y sin embargo cada una obtiene gran parte de su credibilidad de la percibida inadecuacioacuten de la otra Hay que considerar como una reaccioacuten muy natural el que cualquier anaacutelisis no cognitivo de los teacuterminos eacuteticos quieshyra destacar que la eacutetica es algo maacutes que esto algo externo con respecto a la persona que juzga moralmente algo que ejerce una autoridad mayor sobre esa persona y sobre aquellos a quienes habla Es probable ademaacutes que esta reaccioacuten se manshytenga incluso despueacutes de haber dado paso a todas las limitashyciones loacutegiccJarmales de una doctrina prescriptivista y univershysalista plenamente desarrolladas

Tendemos a pensar en mayor medida de lo que permite cualquier anaacutelisis no cognitivo que la eacutetica es maacutes una cuesshytioacuten de conocimiento que un asunto de decisioacuten Y por supuesshyto el naturalismo satisface esa demanda No seraacute un asunto de eleccioacuten o de decisioacuten el que un acto sea o no cruel injusto o imprudente o que tenga mayores probabilidades de produshycir angustia que placer Sin embargo al satisfacer esa demanshyda produce la carencia opuesta Desde el punto de vista de un anaacutelisis naturalista los juicios morales pueden ser praacutecticos pero ese caraacutecter praacutectico depende totalmente de los deseos o las posibles satisfacciones de la persona o personas cuya conshyducta vayan a guiar y da la impresioacuten de que los juicios morashyles afirman maacutes que esto Esta nocioacuten deja a un lado la iacutendole categoacuterica de las exigencias morales De hecho tanto el anaacutelisis naturalista como el no cognitivo descuidan la aparente autorishydad de la eacutetica La primera por excluir su vertiente de imperashytivo categoacuterico La segunda por hacer caso omiso de la exigencia de la objetiva validez de la verdad El usuario comuacuten del lenshyguaje moral tiene intereacutes en decir algo acerca de las cosas que

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le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 21: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

le parecen dotadas de caracteriacutesticas morales por LJ l l l l f Iacute bull acerca de una posible accioacuten tal como e s en siacute misma o L1l tl gt l n lt

seriacutea si se llevara a cabo pero no tiene intereacutes en sentildealar 1 1 1 _

expresar su actitud o la de cualquier otro con respecto a tc I iexcl middot

cioacuten Sin embargo ese algo que quiere decir n o es meramc i J t lt middot descriptivo (y nunca inerte ) sino algo que implica una l b m Jd a l a accioacuten o que trata de refrenarla un ll amamiento abso lu t lt l no dependiente de ninguacuten deseo preferencia poliacutetica u opnon ya sea la suya propia o la de cualquier otro Imaginemos que 1 guien sumido en un estado de perplejidad moral se pregu n l c J estariacutea mal que se involucrase digamos e n una investigacion vinculada con la guerra bacterioloacutegica Imaginemos que q u i t l lt obtener alguacuten juicio con respecto a este concreto caso c o n n bull pecto a coacutemo calificar la realizacioacuten de su trabajo en esas c i r cunstancias Las caracteriacutesticas relevantes del trabajo forrn I shyraacuten parte del asunto que deba tratar el juicio pero ningu n 1 relacioacuten entre eacutel y la accioacuten propuesta formaraacute parte del pred i cado La cuestioacuten no es por ejemplo si realmente quiere hacer o no ese trabajo si le satisfaraacute o le desagradaraacute si en el fu tu ro le mereceraacute o no una consideracioacuten favorable Ni siquiera S I

trata de saber si eacutesta es una accioacuten del tipo que puede recome n shydarse alegre y sinceramente en todos los casos relevantes fl i m i middot

lares de hecho no es eso lo que se estaacute preguntando Lo q 1 w quiere e s saber si este tipo de accioacuten es u n mal en siacute mism o Este tipo d e casos constituyen l a nocioacuten objetivista comuacuten y coshyrriente y para ella toda la charla sobre cualidades no natu nJ shyles no es maacutes que una reconstruccioacuten filosoacutefica

La preponderancia de esta tendencia a la objetivacioacuten d1 los valores -y no soacutelo de los morales- queda confirmada por un tipo de pensamiento que encontramos en los existencial iHshytas y en quienes han sido influidos por ellos La negacioacuten U( los val ores objetivos puede venir acompantildeada de una exageshyrada reaccioacuten emocional de la sensacioacuten de que nada tiene im portancia alguna de que la vida ha perdido su propoacutesito Por supuesto la implicacioacuten no es eacutesa la falta de valores obshyjetivos no es razoacuten suficiente para abandonar el intereacutes subshyjetivo ni para dejar de desear algo Pero lo que siacute puede proshyvocar el desprenderse de la creencia en los valores objetivos al menos temporalmente es un decaimiento de la incumbenshycia subjetiva y del sentido de finalidad Esto evidencia que la gente que sufre esa reaccioacuten ha estado tratando de objetivar

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sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 22: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

sus preocupaciones y propoacutesitos confirieacutendol es una autoridad externa de la que en realidad carecen La pretensioacuten de objeshytividad ha estado tan intensamente asociada con sus cuitas y objetivos que el derrumbamiento de lo primero p arece socavar tambieacuten lo segundo

Este p unto de vista que un anaacutelisis conceptual revelariacutea como exigencia de objetividad se ve en ocas iones aparatosashymente confirmado por filoacutesofos que oficialmente defienden e l paradigma opuesto Bertrand Russell por ejemplo dice que laquolas proposiciones eacuteticas deberiacutean expresarse en modo optatishyvo en vez de en indicativogtgt De hecho se defiende contra la acusacioacuten de inconherencia pues sostiene al mismo tiempo que las valoraciones eacuteticas son en uacuteltimo teacutermino subj etivas y que es posible manifestar opiniones categoacuteri cas sobre las cuestiones morales Con todo al final admite

Ciertamente parece haber algo maacutes Supongamos por ejemplo que alguien quisiera propugnar la intro duccioacuten de las corridas de toros en este paiacutes Al oponerme a la propuesta sentireacute no soacutelo que estoy expresando mis deseos sino que mis deseos son a este resshypecto buenos cualquiera que sea el significado de la palabra Rn cuanto a las razones creo que puedo mostrar no haber incurrido en ninguna incoherencia loacutegica al sostener la antedicha interpreshytacioacuten de la eacutetica y expresar al mismo tiempomiddot firmes preferencias morales Pero con el sentimiento no me siento satisfecho

Pese a todo concluye de forma bastante razonable sentildeashylando Soacutelo puedo decir que si bien mis propias opiniones acerca de la eacutetica no me satisfacen las de otros me satisfacen auacuten menosraquo

Por mi parL llego a la conclusioacuten de que los j uicios morashyles ordinarios incluyen una peticioacuten de objetividad la asunshycioacuten de que existen valores objetivos en el preciso sentido que me he comprometido a negar Y no creo que sea aventushyrarse demasiado decir que esa asuncioacuten ha sido incorporada a los 3ignificados baacutesicos o convencionales de los teacuterm inos morales Cualquier anaacutelisis de los significados de los teacutermishynos morales que omita reivindicar que poseen un caraacutecter prescriptivo objetivo o intriacutenseco es en este sentido incompleshyto Y esta afirmacioacuten vale para cualquier anaacutelisis ya sea natushyralista no cognitivo o bien resultante de cualquier combinashycioacuten de ambos

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Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 23: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

Si en ese ca so la eacutet ica de segundo ord e n quedara restri n shygida a los anaacutelisis l i nguumliacutestico y conceptu al se veriacutea obliga d a a concluir que al menos l os valores morales son objeti vos puesto que el h ech o de que l o sean forma parte de l o qtw n uestras habituales proposi ciones morales sign ifican J o s conceptos morales tradicionales del hombre corriente a s 1 como los defendidos p o r l os pri ncipales fi loacutesofos occidentale8 son conceptos de valor objetivo Preci samente por esta razoacuten el anaacutelisis linguumliacutestico y el conceptual no son suficientes La pretensioacuten de objetividad por muy arraigada que se encuenshytre en nuestro lenguaje y nuestro pensamiento no es capaz de autovalidarse al con trario puede y debe cuestionarse La neshygacioacuten de los valores objetivos debe proseacuteguirse no como reshysultado de un enfiJque anal iacutetico sino como un a laquoteoriacutea del error una teoriacutea que afirma que aunque al concebir juicios morales la mayoriacutea de l a gen te pretende impliacutecit amente estar sentildealando entre otras cosas algo objetivamente prescriptivo todas esas pretensiones son falsas Esto es lo que h ace que la denominacioacuten ltltescepticismo moral raquo sea apropiada

Sin embargo dado que eacutesta es una teoriacutea del error dado que contradice determinadas asunciones arraigadas en n uestro pensamiento e incluidas en algunas de las formas en que usashymos el lenguaje dado que entra en conflicto con lo que a veces llamrrmos sentido com uacuten es evidente que necesita afianzarse sobre una base muy soacutelida No se trata de algo que podamos aceptar a la ligera o por casualidad para despueacutes fingir descoshyn ocerlo tranquilamente Si hemos de adoptar este punto de visshyta debemos proporcionar argumentos expliacutecito s en su favor Tradicionalmente ha recibido el apoyo de dos principales tipos de argumentos a Jos que llamareacute argumento de la relatividad y argumento de la siLgul aridad Estos sin embargo como voy a mostrar pueden completarse de varias maneras

8 El argumento de la relatividad

Una de las premisas del argumento de la relatividad es la conocida variacioacuten de los coacutedigos morales entre una y otra soshyciedad entre una y otra eacutepoca a lo que hay que antildeadir las di-

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ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 24: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

ferencias en los credos morales de los distintos grupos y clashyses en el seno de una comunidad compleja En siacute misma esa variacioacuten es meramente una verdad de la moral descriptiva un hecho antropoloacutegico que no implica puntos de vista eacuteticosde primero ni de segundo orden Sin embargo puede proporshycionar un apoyo indirecto para el subjetivismo de segundo orshyden las diferencias radicales entre los juicios morales de prishymer orden dificul ta el que eacutestos puedan ser tratados comoaprehensiones de verdades objetivas Pero la mera existencia de desacuerdos no es lo uacutenico que habla en contra de l a objeshytividad de los valores Los desacuerdos scibre temas histoacutericos bioloacutegicos o cosmoloacutegicos no indi(3n una ausencia en esos campos de cuestiones objetivas sobre las que puedan disentir los investigadores Sin em bargo esas discrepancias ci entiacuteficas son el resultado de inferencias especulativas o de hipoacutetesis exshyplicativas cuya base carece de evidencias adecuadas y seriacutea difiacutecilmente verosiacutemil interpretar del mismo modo los desashycuerdos sobre temas morales Las discrepancias en torno a coacuteshydigos morales parecen reflejar la adhesioacuten de la gente a los distintos modos de vida y su forma de participar en ellos Laconexioacuten causal parece responder princi palmente a estas preshymisas es maacutes cierto que la gente aprueba la monogamia porshyque participa en un tipo de vida monoacutegamo que lo contrario que participe en un tipo de vida monoacutegamo porque apruebe la moshynogamia Desde luego las normas pueden ser una idealizashycioacuten del tipo de vida que reflejan la monogamia en que partishycipan las personas puede ser menos completa menos riacutegida que lo que les lleva a darle su aprobacioacuten Esto no quiere deshycir que los juicios morales sean puramente convencionales Es evidente que ha habido y hay heterodoxos y reformadores moshyrales gentes que se han vuelto cont ra las reglas y praacutecticas establecidas en sus propias comunidades por razones morales es maacutes a menudo por razones morales que nosotros mismos aprobariacuteamos Sin embargo esto puede entenderse habitualshymente como la prolongacioacuten -en formas que aunque nuevas y poco convencionales les parecieron que exigiacutea la coherenciashyde reglas a las que ya se habiacutean adherido por considerarlas exshypresioacuten de un tipo de vida preexistente En resumen si el arshygumento de la relatividad tiene alguna fuerza es simplemente porque las variaciones constatables en los coacutedigos morales se explican mejor mediante la hipoacutetesis de que reflejan modos de

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vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 25: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

vida que medi ante la hipoacutetesis de que expresan percepciones -muchas de ellas gravemente inadecuadas y distorsionadasshyde valores objetivos

Exi ste sin emb argo una conocida obje cioacuten a e ste argumenshyto de la relati vidad la que dice que si sobre algo puede recashyer en primer lugar la reclamacioacuten de validez oJj etiva no seraacute sobre las reglas o coacutedigos morales concretos sino sobre princishypios b aacutesicos muy general es que todas las so ciedades reconoshycen al menos de forma impliacutecita E s os son l os principios que consti tuyen el fundamento de lo que Sidgwick ha llamado los distintos oacuterdenes eacuteticos el principio del caraacutecter universalishyzable quizaacute o la regla de que se deben obedecer las reglas esshypeciacuteficas de cualquier tipo de vida eR el que se participe del que se obtengan beneficios y en el que se confiacutee o alguno de los pri ncipios uti l itaristas que dictan hacer lo que tienda a promover la felicidad general o parezca hacerlo Es faacutecil mosshytrar que esos principios generales unidos a las distintas cirshycunstancias concretas a las distintas pautas sociales existenshytes o a las di stintas preferencias suscitaraacuten diversas reglas morales especiacuteficas En este sentido hay cierta verosimilitud en la pretensioacuten de que las reglas especiacuteficas generadas de este modo variaraacuten de comunidad a comunidad o de grupo a grupo en estrecha concoraancia con las efectivas variaciones de los coacutedigos aceptados

Soacutelo de este modo es posible rechazar en parte el argumenshyto de la relatividad Para adoptar esw perspectiva el objetishyvista moral tiene que afirmar que soacutelo en esos principios se vincula si n mediaciones el caraacutecter moral objetivo con su funshydamento o asunto descriptivamente especificado Otros j uicios morales son objetivamente vaacutelidos o verdaderos pero seacutelo d manera derivada o contingente ya que si las cosas hubieran sido de otro modo se habriacutean considerado buenas un tipo de acciones muy distintas Y a pesar de que en la reciente eacutetica fishylosoacutefica asistimos al auge de los principios de universalizashyioacuten de los principios utilitaristas y otros similares todos ellos distan mucho de constituir la totalidad de lo que actualshymente se considera fundamental en el pensamiento moral coshymuacuten Buena parte de estos prob lemas tienen que ver maacutes bien con lo que Hare llama ltltidealesraquo o menos suavemente laquofanashytismogtgt Es decir la gente juzga que algunas cosas son buenas o justas y que otras son malas o inj ustas no porque -D en cual-

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quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 26: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

quier catSo no soacutelo porque- constituyan ejemplos de alguacuten prinshycipio general con respecto al cual pueda pretenderse una amshyplia aceptacioacuten impliacutecita sino porque hay algo en esas cosas que i nmediatamente suscita en las personas ciertas respuesshytas a pesar de saber que pueden motivar tambieacuten radical e irnmediablemente respuestas distintas en otras person as El laquosentido moralraquo o la ltltintuicioacutenraquo es una descripcioacuten inicialmenshyte maacutes plausible del apoyo de muchos de nuestros juicios moshyra les baacutesicos que la laquorazoacuten raquo En relacioacuten con todos estos punshyto s de partida del pensamiento moral el argumento de la relatividad conserva toda su fuerza

9 E l argumento de la singularidad

Sin embargo auacuten maacutes i mportante y desde luego de maacutes geshyneral apl icacioacuten es el argumento de la singularidad Consta de dos partes una metafisica y otra epistemoloacutegica Si hubiera valores objetivos deberiacutea haber entidades o cualidades o relashyciones de muy extrafla naturaleza enteramente distintas a cualquier otra realidad del universo Paralelamente si fueacuteseshymos conscientes de ellos deberiacutea existir alguna peculiar fashycultad de la percepcioacuten moral o de la intuicioacuten que fuera absoshylutamente dispar con respecto a nuestra manera comuacuten de conocer las otras cosas Moore reconocioacute estos extremos al hashyblar de cualidades no naturales y tambieacuten lo hicieron los i nshytuicionistas en su discurso en torno a una laquofacultad de in tuishy

cioacuten moralraquo Durante mucho tiempo el intuicionismo h a sido poco apreciado y de hecho es faacutecil sentildealar sus puntos deacutebiles Lo que no se destaca tan a menudo y es sin embargo maacutes imshyportante es que la tesis central del intuicionismo es algo a lo que en uacuteltimo teacutermino estaacute abocada cualquier nocioacuten objetishyvista de los valores el intuicionism0 soacutelo deja desagratiableshymente claro lo que otras formas de objetivismo ocultan No cabe duda que la sugerencia de que los juicios morales se reashylizan o los problemas morales quedan resueltos con soacutelo espeshyrar sentado a que venga a iluminarnos una intuicioacuten eacutetica es una caricatura del pensamiento moral real Pero por muy complejo que sea el proceso auteacutentico requeriraacute (si ha de ser

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capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 27: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

capaz de generar concl usiones prescriptivas con autoridad) de alguacuten factor desencadenante caracteriacutesticamente eacuteti co ya se preiexclente bajo el aspecto de premisas o de formas argumentashyles o de una comb inacioacuten de ambas cosas Cuando hacemos una pregunta embarazosa iquestcoacutemo podemos ser conscientes de su caraacutecter terminantemente prescriptivo de ]a verdad de sus premisas inequiacutevocamente eacuteticas o de la fuerza m oral de la pauta de razonami ento ta n marcad amente eacutetica que la origishyna si ninguno de n uestros testimonios ordinarios sobre la pershycepcioacuten sensorial la introspeccioacuten la elab oracioacuten y confirmashycioacuten de hipoacutetesis explicativas la inferencia la construccioacuten l oacutegica el anaacutel isis conceptual o cualquier combinacioacuten de todo lo anterior puede proporcionarnos una respuesta satisfactoshyria Contestar laquoUn particular tipo de intuicioacutenbullbull es dar una respuesta coja pero es a la que forzosamente debe recurrir el objetivi sta luacutecido

De hecho lo mejor que puede hacer el objetivista moral no es intentar eludir el problema sino buscar coacutemplices en la mashyteria Por ejempl o Richard Price argumenta que un empirisshymo como el de Locke y Hume no soacutelo es incapaz de dar cuenta del conocimiento moral sino que tampoco explica nuestro coshynocimiento ni nuestras ideas sobre la esencia el n uacutemero l a i dentidad la diversidad l a sol idez l a inercia la sustancia la necesaria existencia y la infinita extensioacuten del tiempo y del espacio la necesidad y la posibilidad en general el poder y la causacioacuten Si el etitendimiento que Price define como la fashycultad interna que discierne en nosotros la verdad es tlt1mbieacuten una fuente de nuevas ideas simples de muchos otros tipos iquestno podriacutea ser tambieacuten una facultad para percibir inmediatamenshyte el bien y el mal que son de hecho caracteriacutesticas reales de las acciones

Eacutesta es una importante o bjecioacuten al argumento de la singushyJarid=td La uacutenica respuesta adecuada seriacutea mostrar coacutemo es posible explicar partiendo de los fundamentos empiristas las i deas creencias y conocimientos que tenemos en torno a todas esas cuestiones Aquiacute n i siquiera puedo esbozar esa tarea aunque he exami nado en otro lugar algunos de sus aspectos Uacutenicamente puedo manifestar mi creencia de que es posible dar una explicacioacuten satisfactoria en teacuterminos empiacutericos a l a mayoriacutea de asuntos planteados Si ciertas supuestas necesishydades o esencias m etafiacutesicas se resisten al tratamiento debe-

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raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 28: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

raacuten incluirse entonces junto con los valores objetivos entrelas dianas a que apunta el argumento de la singularidad

Esta si ngularidad no radica soacutelo en el hecho de que las proshyposiciones eacuteticas sean ltltinverificablesgtgt Aunque el positivismoloacutegico con su teoriacutea de la verificabilidad del significado descripshytivo proporcionoacute un impulso a las explicaciones no cognitivas de la eacutetica no soacutelo los positivistas loacutegicos sino tambieacuten otros empishyristas de iacutendole mucho maacutes liberal encuentran que los valores objetivos son dificiles de acomodar De h echo no rechazareacute soacutelo el principio de verificabilidad sino que negareacute tambieacuten la conshyclusioacuten que habitualmente se extrae de eacutel que los juicios morashyles carecen de significado descriptivo La afirmacioacuten de que existen valores objetivos o entidades o caracteriacutesticas intriacutenseshycamente prescriptivas de alguna clase impliacutecitas en los juicios morales comunes no es soacutelo como mantengo una afirmacioacuten carente de sentido sino es una afirmacioacuten falsa

Las ideas de Platoacuten proporcionan una clarividente imagen de lo que tendriacutean que ser los valores objetivos La idea del bien es tal que su conocimiento brinda a quien lo posee tanto una guiacutea como una arrolladora motivacioacuten Quien conoce que algo es lcno obtiene la indicacioacuten de procurarlo y el aacutenimo de hacerlo Un bien objetivo seraacute perseguido por todo aquel que haya tenido conocimiento de eacutel no a causa de cualquier hecho circunstancial por el que esa persona o cualquier persona esteacute de tal modo constituida que desee ese fin sino simplemente porque el fin lleva de alguacuten modo incorporada la obligatoriedad de ser perseguido De forma simil ar si hubiera principios objeshytivos acerca del bien y del mal cualquier (posible) tipo de mala accioacuten llevariacutea incorporada de alguacuten modo el imperativo de no ser realizada O tambieacuten podriacuteamos tener algo purecido a las relaciones de adecuacioacuten necesaria de Clarke entre situaciones y acciones de modo que una situacioacuten determinada llevariacutea impliacutecita la exigencia de tal o cual accioacuten

Es posible poner de manifiesto la necesidad de un argushymento de estas caracteriacutesticas reflexionando sobre el argushymento de Hume de que la laquorazoacutenraquo que en este contexto i nclushyye todos los tipos de inteligencia y raciocinio carece del poder de constituirse en laquoestiacutemulo que influya sobre la voluntadraquo Podriacutea objetarse que Hume ha extrapolado injustamente su argumento a partir de la falta de influencia (independiente de los deseos) de los objetos comunes de conocimiento y del razo-

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n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 29: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

n amiento ordinario y podriacutea sostener que los valore dJ t1e ren de los objetos naturales precisamente en su capacida d de mshyfluir automaacuteticamente sobre la voluntad cuando se CtllhLen _- esto Hume podriacutea y necesitariacutea replicar que la objecit1n tmp lishyca en primer lugar el postulado de entidades o rasgo demiddot olLgtr pertenecientes a un orden muy distinto al de cualquitr t L cosa que hayamos podi do conocer y que en segundo l u-r imshyplica postular tambieacuten la existencia de la corresp ond i ente fashycultad que permitiera detectarlos Es decir hubie r1 debido antildeadir a su razonamiento expliacutecito lo que he llamado el argu shy

mento de la singularidad Otra forma de descubrir esta singularidad consiste en preshy

guntar con relacioacuten a cualquier cosa que supuestamen te tenshyga alguna cualidad moral objetiva cuaacutel es el viacutenculo que une

esa cualidad objetiva con las caracteriacutesticas natural e- del Lgtbshyjeto iquestCuaacutel es la conexioacuten entre el hecho natural de que una accioacuten sea un ejemplo de crueldad deliberada -por ejemplo_ causar dolor para divertirse- y el hecho moral de que e-teacute mal No puede existir implicacioacuten ni necesidad loacutegica o seshymaacutentica Y tampoco basta con la constatacioacuten de que los dos hechos se dan juntos De alguacuten modo la maldad debe ser tm a

laquoconsecuenciaraquo algo que ltltsobrevieneraquo el acto es malo porque es un ejemplo de crueldad deliberada Pero iquesta queacute realidad del mundo estaacute sentildealando este ltltporquegtgt iquestY coacutemo podremos conocer la relacioacuten que sentildeala si eacutesta es algo maacutes que el hecho de ser condenada por la sociedad condena a la que nos sumashymos quizaacute como resultado de habernos empapado de las actishytudes que emanan de nuestro entorno social Ni siquiera es suficiente con postular la existencia de una facultad que w

el m al debe postularse algo que pueda ver al mismo tiempo los elementos naturales que constituyen la crueldad y el mal que implica asiacute como el misterioso lazo de causa-efecto que los une De no ser asiacute la intuicioacuten requerida deberiacutea percibir que el mal es una propiedad de orden superior perteneciente a ciertas propiedades naturales Pero iquestqueacute significa que w1a proshypiedad pertenezca a otras propiedades y coacutemo podemos descushybrirla Cuaacutento maacutes simple y comprensible seriacutea la situacioacuten si pudieacuteramos s ustituir l a cualidad moral por alguacuten tipo de resshypuesta subjetiva que pudiera ponerse en relacioacuten causal con l a deteccioacuten de las caracteriacutesticas n aturales de las que deriYa la supuesta cualidad

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Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 30: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

Podriacutea pensarse que de este modo se asigna al argumento de la singularidad un punto de partida injusto dado que lo relashycionamos con algo que suele figurar entre los maacutes descabellashydos productos de la imaginacioacuten filosoacutefica las ideas platoacutenicas las cualidades no naturales las relaciones de adecuacioacuten autoshyevidentes las facultades de la intuicioacuten y otros similares iquestSeshyguiriacutea teniendo la misma fuerza si lo aplicaacuteramos a los teacutermishynos en que con mayor probabilidad hayan de expresarse los juicios morales ordinarios aunque de nuevo como se ha visto en el apartado 7 con pretensioacuten de objetividad ltltdebes hacer estogtgt ltltno puedes hacer tal cosagtgt laquoobligacioacutengtgt ltltinjusto ltltcoshyrruptogtgt ltltvergonzosogtgt ltltsoacuterdidogtgt o aun al discurso sobre las buenas razones a favor o en contra de los posibles actos Estaacute claro que no pero eso es porque el caraacutecter objetivamente presshycriptivo el elemento cuya autoridad se afirma incorporada al pensamiento y al lenguaje moral ordinario auacuten no ha sido aisshylado en esas formas del discurso sino presentado en compantildeiacutea de deseos y sentimientos vinculado a razonamientos en torno a los medios para conseguir los fines deseados en forma de peshyticiones interpersonales aparejado a la injusticia de infringir -en un contexto dado- las normas de meacuterito aceptadas unido a los componentes psicoloacutegicos de la mezquindad etc No hay nada singular en todas estas cosas y encubierta por ellas la pretensioacuten de autoridad moral puede pasar desapercibida Pero si tengo razoacuten al afirmar que es aquiacute donde suele enconshytrarse ese caraacutecter objetivamente prescriptivo y que es por tanto aquiacute tambieacuten donde con toda probabilidad queda seshymiautomaacuteticamente incorporado a las descripciones filosoacuteficas de la eacutetica que organizan nuestro pensamiento ordinario -inshycluso en el caso de teacuterminos aparentemente tan inocentes como los mencionados- entonces esa objetividad debe investigarse y para ello es preciso aislarla y exponerla tal como hacen los constructos filosoacuteficos menos precavidos

10 Mecanismos de objetivacioacuten

Este tipo de consideraciones sugieren que finalmente resulshyta menos paradoacutejico rechazar que mantener la sensata creen-

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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cia en la objetividad de los valores Con todo y antes de poder rechazarla es preciso explicar coacutemo ha llegado tal creen cia caso de ser falsa a estar tan arraigada y a oponer sem ejante resi stencia a las criacuteticas Esta explicacioacuten no es difiacutecil de proshyporci Onar

Desde una perspectiva subjetivista los valores supuestashymente objetivos se basaraacuten en realidad en actitudes que la persona tiene y que ella misma toma por actos de reconocishymiento y respuesta a esos valores Si admitimos lo que Hume llama ltltpropensioacuten [de la mente ) a dispersarse en los obj etos exterioresgtgt podremos considerar la supuesta objetividad de las cualidades c1orales como un resultado de lo que podemos 11 amar proyeccioacuten u objetivacioacuten de las actitudes morales Es algo anaacutelogo a lo que suele llamarse la falacia empaacuteti ca la tendencia a ver reflejados nuestros sentimientos en sus objeshytos Si los mohos pongo por caso nos inspiran repugnancia puede que desarrollemos cierta inclinacioacuten a asignar al proshypio moho una cualidad no natural que lo describa como inheshyrentemente inmundo Pero en los contextos morales operan maacutes cosas que esta simple propensioacuten Las mismas actitudes morales tienen al menos en parte un origen social estableshycidas por la sociedad y socialmente necesarias las pautas de conducta influyen sobre los individuos Cada uno de ellos tiende a interiorizar esa influencia y a sumarse a la exigencia de dichas pautas de conducta tanto en lo que se refiere a sus propias actitudes como a las de otros Las actitudes que quedan objetivadas en forma de valores morales provienen de hecho de una fuente externa aunque no es la que les asigna la creencia en su absoluta autoridad Maacutes auacuten existen razones que hablashyriacutean en favor de la objetivacioacuten Necesitamos la moral para reshygular las relacions interpersonales para controlar algunas de las formas que tienen las personas de comportarse unas con otros y a menudo para oponernos a inclinaciones contrarias Queremos por tanto que nuestros juicios morales tengan aushytoridad sobre otros agentes y sobre nosotros mismo middot staacute claro que la validez objetiva les proporcionaraacute la autoridad necesaria Los valores esteacuteticos se encuentran loacutegicamente en la misma posicioacuten que los valores morales Las considerashyciones metafiacutesicas y epistemoloacutegicas que se les aplican son praacutecticamente las mismas Sin embargo los valores esteacutetishycos sufren una objetivacioacuten menos intensa que los morales

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Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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Page 32: Mackie, J.L. - La Subjetividad de Los Valores (Sencilla)

Seraacute por tanto maacutes faacutecil de aceptar el caraacutecter subjetivo y la afirm acioacuten de una teor iacute a del error en rel acioacuten con la idea de una objetivi dad inherente a los juicios esteacuteticos simplemenshyte porque las razones para su objetivacioacuten son menos categoacuteshyricas

Seriacutea sin embargo erroacuteneo coTlsiderar que la objetivacioacuten de los valores morales resulta de una proyeccioacuten primaria de los sentimientos tal como ocurre en la falacia empaacutetica Los deshyseos y las exigencias son maacutes importantes Como dice Hobbes laquocualquiera que sea el objeto del apetito o el deseo de un homshybre eso seraacute lo que eacutel por su parte llame buenoraquo Y ciertamenshyte tanto el adjetivo laquobuenoraquo como el sustantivo laquobienes se utishylizan en contextos no morales porque su naturaleza es apta para satisfacer nuestros deseos Lo que hacemos al considerar que algo es objetivamente bueno o posee un valor intriacutenseco es invertir esa direccioacuten de la dependencia es decir hacemos que el deseo dependa de la bondampd en vez de que la bondad dependa del deseo Y a eso contribuye el hecho de que la cosa des eada ha de poseer sin duda rasgos que la hagan deseable que le permitan suscitar un deseo o cuya naturaleza sea adeshycuada para satisfacer al guacuten deseo que ya se encontraba preshysente Es bastante faacutecil confundir el hecho de que el caraacutecter deseable de una cosa sea algo realmente objetivo con la cuesshytioacuten de que la cosa misma tenga valor objetivo en el sentido que aquiacute analizamos El hecho de que usemos la palabra ltltbueshynoraquo como uno de nuestros principales teacuterminos morales es u n

vestigio de ese mecanismo de objetivacioacuten De manera simil ar los usos de otras palabras afines queshy

dan ocultos por la distincioacuten entre los imperativos hi poteacutetico y categoacuterico La afirmacioacuten t1e que alguien ltlttiene que o m aacutes enfaacuteticamente ltltdebe h acemiddot tal o cual cosa puede estar resshyp aldada expliacutecita o impliacutecitamente por la referencia a lo que desea o a lo que son sus propoacutesitos y objetivos Una vez maacutes puede haber referencia a los propoacutesitos de otra persona quishyzaacutes a los del hablante ltltDebes hacer estoraquo ltltiquestPor queacutegtgt ltltPorshyque yo quiero tal y cual cosaraquo Es posible considerar al impeshyrativo m oral categoacuterico que puede expresarse con estas palabras como el resultado de la doble operacioacuten de suprimir la claacuteusula condicional de un imperativo hipoteacutetico y no sustishytuirla por referencia alguna a los deseos del hablante Auacuten se exige de la accioacuten algo similar a lo que se le exigiriacutea si tuviese

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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una apropiada relacioacuten de adecuacioacuten con el deseo pero y 1 t l lt

se admite que exista ninguacuten deseo contingente sobre l l q l tlt

hacer recaer la exigencia De nuevo podraacute entenderse -lt lt

paso si recordamos que nuestros juicios morales cen t r t i l

baacutesicos son reflejo de las demandas sociales al menos si 1 bullm

pre que el origen de la demanda sea difuso e indeterm i n n d iquestCuaacuteles son las demandas o deseos que se ponen en cuPst i o n las d e l agente las del hablante o las de u n a indefinida n w l t i

tud En cierta forma s e cuestionan las d e todos ellos pero e

ventajoso no especificarlos con exactitud E l hablante esLiacute 1shy

presando l as demandas que hace como miembro de una ltomushy

nidad en la que ha crecido y en la que es partiacutecipe de un nwd1

de vida colectivo Por otro lado lo que se requiere de este parshy

ticular agente se le exigiriacutea a cualquier otro que se encontrnra en una situacioacuten relevante similar Pero tambieacuten se csiexclwr1 que el agente haya interiorizado las demandas significati vas que actuacutee como si los fines para los que se precisa realizar In

accioacuten fueran los suyos Al suprimir toda referencia expliacuteei t l a las demandas y hacer que todos los imperativos sean ca liexclbullshy

goacuteri cos facilitamos la movilidad conceptual entre una y otrn exigencia de relacioacuten Los usos morales de palabras como laquo deboraquo laquotengo quegtgt y laquodeberiacuteabullbull utilizadas todas ellas para Xshy

presar imperativos hipoteticos son restos de este mecani s n111 de objetivacioacuten

Puede objetarse que esta explicacioacuten vincula demasiado PHshy

trechamente la eacutetica normaciva con la moral descriptiva y con las costumbres o pautas de conducta reforzadas por la socieshy

dad que los antropoacutelogos estudian Pero difiacutecilmente podraacute neshy

garse que el pensamiento moral empiece con el refuerzo de los

coacutedigos sociales Desde luego no se limita soacutelo a eso pero inshy

clmo en los casos en que los jui cios morales son separados Ot

las costumbres de cualquier sociedad real siempre se estrucshyturan por referencia a una comunidad ideal de agentes m ornshyles tal es el caso del reino de fines de Kant que de no ser por la necesidad de dejar un hueco especial a Dios hubiera sido

mejor denominar una repuacuteblica de fines Otro modo de explicar la objetivacioacuten de los valores morashy

les consiste en decir que la eacutetica es un sistema legal cuyo leshy

gislador ha sido suprimido Esto puede derivarse bien del deshyrecho positivo de un Estado bien de un supuesto sistema de derecho divino No hay duda de que algunos de los rasgos en-

4fJ

racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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racteriacutesticos de los modernos conceptos morales europeos hunden sus raiacuteces en la eacutetica teoloacutegica cristiana El eacutenfasis en nociones cuasiimperativas en lo que debe hacerse y en lo que estaacute mal en un sentido emparentado con el de ltltprohibishydoraquo son seguramente vestigios de mandamientos divinos Tal como suele admitirse los conceptos eacuteticos centrales en Platoacuten y Aristoacuteteles son tambieacuten prescriptivos u orientadores de la accioacuten en sentido amplio pero al concentrarse maacutes en el laquobiengtgt que en el laquodebegtgt m ue stran que su pensamiento moral es una objetivacioacuten de lo deseado y lo satisfactorio ante s que de lo orshydenado Elizabeth Anscombe ha expuesto el argumento de que los modernos conceptos no aristoteacutelicos de obligacioacuten moshyral deber moral de lo moralmente justo e injusto asiacute como del sentido moral del laquodebegtgt son reminiscencias que sobrevishyven fuera del marco conceptual que los hizo realmente intelishygibles es decir que sobreviven fuera de la creencia en una ley divina De ahiacute infiere Anscombe que laquodeberaquo se ha laquoconvertido en una palabra de mero poder hipnoacuteticogtgt dotada soacutelo de laquoenshygantildeosa apariencia de regocijoraquo y que mejor nos iriacutea si descarshytaacuteramos ese tipo de teacuterminos y conceptos y recuperaacutesemos los aristoteacutelicos

Habriacutea mucho que decir sobre este punto de vista Y pese a que podemos explicar de este modo algunos de los rasgos distintivos de la moderna filosofiacutea moral seriacutea un error ver todo el problema de pretender la existencia de prescripciones obj etivas como algo meramente local e innecesario como la complicacioacuten postoperatoria de una sociedad a la que se ha extirpado reciente y maacutes bien apresuradamente un si stema dominante de creencias teiacutestas Tal como muestran por ejemshyplo Cudworth Clarke y Price incluso los que auacuten admiten la existencia de mandamientos divinos o del derecho positivo de Dios pueden creer que los valores morales tienen una autorishydad objetiva independiente capaz sin embargo de seguir sirshyvie df) de guiacutea para la conducta En respuesta al dilema planshyteado en el Eutifroacuten platoacutenico consideran que Dios ordena lo que ordena porque es en siacute mismo bueno o justo no que sea bueno o justo simplemente porque eacutel lo ordena y en la medida misma en que asiacute lo hace De otro modo el mismo Dios no poshydriacutea ser considerado bueno Price pregunta laquoiquestPodriacutea haber algo maacutes absurdo que hacer de la deidad nada excepto volunshytad y destacar esto sobre las ruinas del resto de sus atribu-

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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tosgtgt La aparente objetividad del valor moral es un extenciacute i d o fenoacutemeno que tiene maacutes de un origen la persistencia d l a creencia en algo como el derecho divino cuando l a creencia eacute n

el divino legislador ha ido desapareciendo soacutelo es un factor E n shy

tre otros Hay varios mecanismos de obj etivacioacuten distintu pero todos han dejado huellas caracteriacutesticas en nuestros c o n shy

ceptos morales actuales y en nuestro lenguaje mo ral

11 Los objetivos generales de la vida humana

La argumentacioacuten expuesta en los apartados anteriores preshytende aplicarse de modo muy general al pensamiento moral pero los teacuterminos que se han usado para sostenerla pertenecen en su mayoriacutea a la tradicioacuten de la filosofiacutea moral inglesa kanshytiana y poskantiana Para los que esteacuten maacutes familiarizados con otra tradicioacuten la que va de Aristoacuteteles a santo Tomaacutes pueden parecer argumentos muy desen caminados Para ellos la idea fundamental es la del bien del hombre o la del fin geshyneral u objetivo de la vida humana o aun la de un conjunto de bienes esenciales o de propoacutesitos humanos primordiales El razonamiento moral consiste por un lado en lograr una maacutes adecuada comprensioacuten de este objetivo baacutesico (o de este conshyjunto de objetivos) y por otro en hallar la mejor manera de consagrarse a ellos y realizarlos Sin embargo este enfoque se abre a dos interpretaciones radicalmente diferentes De acuerdo con la primera decir que algo es bueno para el homshybre o que constituye el objetivo general de la vida humana es decir simplemente que eso es lo que en realidad persiguen los hombres o que es lo que en uacuteltimo teacutermino les pareceraacute satisshyfactorio o au1 que se trata quizaacute de algo que de postularse como objetivo impliacutecito nos permite dar sentido a las disputas humanas y detectar un plan coherente en lo que de otra forma pareceriacutea caoacutetica mezcolanza de encontrados propoacutesitos Seshyguacuten la segunda interpretacioacuten decir que algo es bueno para el hombre o que constituye el objetivo general de la vida humashyna es decir que en eso consiste justamente el fin propio del hombre que eso es lo que tiene obligacioacuten de esforzarse en conseguir tanto si ya lo estaacute haciendo como si no La primera

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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interpretacioacuten proporciona un aserto descriptivo La segunda brinda uno normativo valorativo o prescriptivo Sin embargo la tradicioacuten aristoteacutelico-tomista tiende a combinar las dos inshyterpretaciones o a deslizarse de una en otra apoyaacutendose en la verosimil itud de las afirmaciones del primer tipo para sosteshyner lo que en realidad son reivindicaciones pertenecientes a la segunda interpretacioacuten

N o tengo nada que objetar a este punto de vista seguacuten su primera interpretacioacuten Uacutenicamente antildeadiriacutea la advertencia de que incluso en lo que se refiere a objetivos fundamentales bien pudiera existir mayor diversidad mayores variaciones en torno a lo que los distintos seres humanos puedan consideshyrar en uacuteltimo teacutermino satisfactorio de lo que la expresioacuten laquoel bien del hombreraquo pueda sugerir En realidad tampoco tengo objeciones que contraponer a la interpretacioacuten prescriptiva del segundo tipo con tal de que se admita que su caraacutecter es subjetivam ente prescriptivo y que el hablante estaacute aquiacute preshysentando sus propias demandas o propuestas o las de alguacuten movimiento por eacutel representado aunque vinculaacutendolas sin lushygar a dudas con lo que eacutel mismo considera ahora en el primer sentido descriptivo objetivos humanos fundamentales De heshycho yo mismo hareacute uso de la nocioacuten del bien del hombre seshyguacuten ambas interpretaciones cuando en el capiacutetulo 8 intente esbozar un sistema moral positivo Pero si lo que se pretende es afirmar que hay alg0 objetivamente constitutivo del fin bueno o propio de la vida humana entonces la afirmacioacuten equivale a sostener la existencia de algo que es en sentido obshyjetivo un imperativo categoacuterico y queda por tanto expuesta a las criacuteticas ya expresadas por nuestros anteriores argumenshytos En realidad el hecho de que ambas interpretaciones vashyyan juntas constituye otro mecanismo de objetivacioacuten pretenshyder la existencia de algo dotado de un caraacutecter objetivamente prescriptivo es un constructo que se obtiene combinando el elemento normativo de la segunda interpretacioacuten con la objeshytividad que permite la primera y con la afirmacioacuten dentro de ella de que tal o cual cosa constituye el objetivo fundamentalshymente perseguido por los hombres o lo que en uacuteltima instanshycia les da satisfaccioacuten El argumento de la relatividad sigue siendo aplicable la radical diversidad de los objetivos que los hombres persiguen y encuentran de hecho satisfactorios hace que sea inverosiacutemil comprender tales buacutesquedas como el re-

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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sultado de la imperfecta contemplacioacuten de un auteacutentico bien uacutenico Tambieacuten el argumento de la singularidad es pertinente auacuten podemos preguntarnos en queacute puede consistir la j u sticia prescriptiva de un supuesto objetivo verdadero y cuaacutel es el viacutenculo que la une por un lado con los rasgos descriptivos de ese fin y por otro con el hecho de ser hasta cierto punto un obshyjetivo realmente presente en las pugnas humanas

Para salir al paso de estas dificultades el obj etivista puede recurrir al plan d e Dios el verdadero propoacutesito de la vida hushymana queda fijado por lo que Dios ha intentado (o intenta) que los hombres hagan y sean Las contiendas y satisfacciones hushymanas tienen alguacuten tipo de relacioacuten con este fin verdadero porque Dios hizo a los hombres para este fin y los hizo de modo que fueran aptos para perseguirlo -pero se trata soacutelo de alguacuten tipo de relacioacuten dada la inevitable imperfeccioacuten de los seres creados

Admito que si el requisito de una doctrina teoloacutegica pudieshyra satisfacerse entonces se podriacutea adoptar alguna forma de eacutetica provista de caraacutecter prescriptivo Sin embargo dado que no creo que el teiacutesmo pueda defenderse no considero que de aquiacute se derive ninguna amenaza para mi razonamiento En cualquier caso retomareacute la cuestioacuten de las relaciones entre moral y religioacuten en el capiacutetulo 10 Quienes deseen mantener viva la opcioacuten del teiacutesmo pueden leer los argumentos expuesshytos de ahora en adel ante en clave de hipoacutetesis como un debashyte acerca de queacute es lo que podemos hacer con la moral sin reshycurrir a Dios y por tanto de queacute es lo que puede decirse sobre la moral si al fin al decidieacuteramos prescindir de la creencia reshyligiosa

12 Conclusioacuten

He afirmado que la posicioacuten categorial de los valores inclushyyendo a los morales plantea un problema real El es cepticisshymo moral la negacioacuten de los valores morales objetivos no debe confundirse con ninguna de las diversas perspectivas normativas de primer orden ni con ninguno de los anaacutelisis linshyguumliacutesticos o conceptuales De hecho los juicios morales comu-

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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1 es llC dll iriipliacutecita una petensioacuten de vbjetivi dad de la que no consigue dar razoacuten el anaacutelisis no cognitivo ni el naturalista Por eso el escepticismo m oral debe adoptar la forma de una teoriacutea del error admitiendo que el pensamiento y el lenguaje moral comuacuten llevan incorporados una creencia en valores obshyjetivos pero afirmando al mismo tiempo que tan arraigada creencia es falsa Justamente por ese arraigo la Leoriacutea que l o contradice necesita presentar argumentos que la sostengan contra el ltltsentido comuacuten raquo Y de hecho se pue den encontrar soacuteshylidos argume ntos Las consideraciones que favorecen al escepshyticismo moral son las siguientes En primer lugar la relativishydad o vari abilidad de algunos importantes puntos de p artida del pensamiento moral y su aparente d2pendencia con respecshyto a los modos de vida efectivos En segundo lugar la peculiashyridad metafiacutesica de los valores supuestamente objetivos en el sentido de que deben poseer la cualidad intriacutenseca de orientar la con ducta y generar motivacioacuten En tercer l ugar la cuestioacuten de coacutemo pueden ser esos valores consecuencia de ciertas cashyracteriacutesticas naturales o surgir de ellas En cuarto lugar el coshyrrespondiente problema epistemoloacutegico de coacutemo dar razoacuten de nuestro conocimiento de entidades o caracteriacutesticas provistas de valor unido uacute la cuestioacuten de coacutemo explicar sus lazos con las caracteriacutesticas naturales que supuestamente l as originan En quinto lugar la posibilidad de explicar mediante la existencia de varios mecanismos de objetivacioacuten distintos cuyos residuos perduran en el lenguaje y los conceptos morales coacutemo es posishyble que pese a no existir valores objetivos la gente no soacutelo haya llegado a suponer que existen sino que se mantiene firshyme en tal creencia Estos cinco puntos resumen la cuestioacuten del escepticismo moral Con todo casi la misma importancia tieshyne la previa eliminacioacuten de los malentendidos que a menudo impiden que la tesis objetivista sea considerada justa y expliacuteshycitamente asiacute como la separacioacuten de aquellas cuestiones moshyrales que alimentan el escepticismo del esceacuteptico de otras mushychas cualidades y relaciones asociadas cuyo caraacutecter objetivo no se discute

iquestY queacute ocurririacutea si pudieacutesemos dejar sentada esa conclusioacuten negativa que no existen valores objetivos iquestDe queacute forma nos ayudariacutea a poder decir positivamente algo con respecto a la eacutetica iquestNo queda asiacute derogada de golpe toda la eacutetica normatishyva al establecer que todos los juicios afirmativos de primer or-

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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den son fabos dado que i r cluyen e n vi rtud rie iexcl - )lmiddoto bull) J ( S - l fshynificados de sus teacuter minos prete nsiones de obj etivi dad no resshyp alda das Me ocupareacute de estas cuestiones en el capiacutetulo 5 pero antes debo ampl i ar y reforzar la conclusioacuten de eacuteste meshydiante algunos anaacutelisis de l os s ignificados y conexiones loacutegicas de los teacuterminos moral es

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