management y teoria conductista desde la perspectiva de las ciencias humanadas / leonardo solarte p

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  • 8/19/2019 Management y teoria conductista desde la perspectiva de las ciencias humanadas / Leonardo Solarte P

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    219Cuad. Adm. Bogotá (Colombia), 19 (31): 219-242, enero-junio de 2006 

     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

     M  ANAGEMENT  Y TEORÍA CONDUCTISTADESDE LA PERSPECTIVA DE LAS

    CIENCIAS HUMANAS: UNA MIRADADESDE LA INTERDISCIPLINARIEDAD*

     Leonardo Solarte-Pazos**

    * Este artículo surge en el marco del proyecto de investigación doctoral del autor, denominado  El management y las lógicas de la gestión en las organizaciones de desarrollo social   ( Le Management et les logiques de la gestion dans les Organisations de Développement Social ), a partir de los trabajos y reflexiones motivadas por la cátedra de Ciencias Humanas de HEC Montreal y de las discusiones y debates promovidos por el CentroHumanismes, Gestions et Mondialisation de HEC Montreal. El autor reconoce y agradece las enseñanzas yorientaciones del profesor Alain Chanlat de HEC de la Universidad de Montreal, director del Centro Humanismes,Gestions et Mondialisation, cuyas ideas y planteamientos son la base de este trabajo. El artículo se recibió el03-21-2006 y se aprobó el 22-06-2006.

    ** Actualmente cursa el Ph. D. en Management, HEC Montréal. Magíster en Estudios Políticos, PontificiaUniversidad Javeriana, Colombia, 2002. Ingeniero Industrial, Universidad del Valle, Colombia, 1987. Profe-sor de la Facultad de Ciencias de la Administración, Universidad del Valle. Director del  grupo de investigación

    en Gestión y Evaluación de Programas y Proyectos, Universidad del Valle, reconocido y escalafonado por Colciencias, 2004. Miembro del Centro de Investigación Humanismes, Gestions et Mondialisation de HEC,Universidad de Montreal, Canadá. Correo electrónico: [email protected].

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    LEONARDO SOLARTE-PAZOS

    R ESUMEN

    El texto presenta una reflexión sobre el al-cance del behaviorismo (conductismo) den-tro del management , desde una perspectivainterdisciplinaria de las ciencias humanas queintegra aspectos de la dimensión biológica y psicoafectiva del ser humano. Esta perspec-tiva de las ciencias humanas aporta un lenteadecuado para analizar el management motivacional, no desde el discurso intelec-

    tual ni ideológico, sino desde la misma teo-ría científica que el conductismo pregonacomo su mayor soporte. El documento tam- bién se aleja de la arena moral, a partir de lacual se ataca con insistencia al management .La intención del texto es resaltar cómo, bajouna visión integral del ser humano, saltan ala luz evidencias concretas que alertan so- bre el behaviorismo y su aplicación indis-criminada en el management , a través de

    múltiples modelos de gerencia, y plantea laconveniencia de continuar explorando la re-lación entre el hombre y las organizacionesdesde otros ángulos aportados por las cien-cias humanas. Estos aspectos son coheren-tes con la necesidad de mejorar la prácticade esta disciplina, independientemente de la posición ideológica que se detente.

    Palabras clave: management , conductismo,behaviorismo, motivación.

    ABSTRACT

    Conductist Theory and Management f rom the perspective of Human Science. A View 

    fr om I nterdiscipli nary 

    Management and behaviorist theory readfrom the theory of human science. A look from interdisciplinary of human science thatmingles topics of biological and psycho-af-fective dimensions of human being. This

     perspective of human science contributeswith a suitable lens to analyze the motivat-ing management, not from the intellectualand ideology speech but from the scientifictheory that the conductism spreads as itsmost important support. The document goesfar from the moral field, and based on thatit insatiably attacks the management. Theintention of this text is to light how, under an integral vision of human beings, concrete

    evidences come out to be aware about behaviorism and its in discriminated appli-cation in management through multiple man-agement patterns and set the convenienceof going on searching and exploring the re-lation between man and organizations fromother contributing views given through hu-man science. These topics are coherent tak-ing into account the wish to improve this

    discipline completely independent from thedetected ideological position.

    Key words: Management, conductism, behaviorism, motivation

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    Introducción

    La influencia del behaviorismo o conduc-tismo en el management   es innegable. Ladiseminación de la escuela gerencial esta-dounidense del comportamiento ha induci-do la reproducción de sus enfoques y postulados en las escuelas de administracióny la adopción de sus prácticas en las orga-nizaciones de América Latina y del mundoentero. Sobre la base de los postulados teó-

    ricos del conductismo y sus posteriores va-riantes se han construido los marcos quesustentan la validez y el carácter científicode las teorías del management  para la direc-ción y, especialmente, para la motivación,que constituyen el corpus básico de la, co-múnmente denominada, dirección o geren-cia, así como de múltiples ramas de ladisciplina administrativa, lo cual ha generadomodelos, métodos y prácticas ampliamentedifundidas.

    A pesar de las críticas que ha sufrido desdediversas disciplinas, los principios subyacen-tes a la escuela conductista siguen orientan-do los modelos y la enseñanza de la gestión;de esta forma, se ha convertido en una es- pecie de variable independiente, que se dacomo descontada en el management , y des-

    de cuyos postulados son desarrolladas nue-vas técnicas y modelos gerenciales que seaplican sin necesidad de revisar los víncu-los teóricos con las disciplinas de base quelos sustentan. Esto se facilita en gran medi-da por el pragmatismo del management  que,al carecer de un cuerpo teórico propio, in-tegra eclécticamente conocimientos de múl-tiples fuentes teóricas. A su vez, cada ciencia

    y disciplina ha originado y sustenta las di-versas ramas de enseñanza que se imparten

    hasta hoy en las escuelas y programas deAdministración, muchas de ellas desconec-

    tadas unas de otras, pero que conforman sucuerpo básico (administración de operacio-nes, marketing , estrategia, finanzas, conta- bilidad, el mismomanagement  como ciencia),cada una con su propia ideología y jalonandosus propios problemas y conceptos1

    (Mintzberg, 2004; Déry, 1994).

    La primera reacción con respecto al manage-

    ment  y su concepción del ser humano es asig-narle un valor ideológico y justificar o criticar sus prácticas motivacionales y de direcciónen virtud de su contribución al sostenimientode determinado orden económico y social.Esta perspectiva, ampliamente difundida enEuropa, ha originado posiciones críticas rele-vantes, jalonadas particularmente desde la so-ciología, la economía y la ciencia política, enlas cuales se concibe como normatividad del

    capitalismo (Boltanski y Chiapello, 1999).

    Sin embargo, la interdisciplinariedad y la perspectiva de las ciencias humanas nos permiten ofrecer una crítica más contun-dente y válida, no desde el discurso intelec-tual ni ideológico, sino desde la misma teoríacientífica que el conductismo pregona comosu mayor respaldo. La posibilidad de utilizar 

    la ciencia de manera rigurosa para señalar las visiones equivocadas sobre el ser huma-no es uno de los aspectos más importantesy de mayor alcance de la interdisciplinarie-dad, la cual nos aleja de la arena moral des-de la cual es atacado preferentemente el

    1 Véase al respecto la reflexión de H. Mintzberg

    sobre el  management ciencia  y las escuelas deadministración, en Mintzberg (2004).

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    management , en especial por ciertos huma-nistas en América Latina.

    Este texto presenta una reflexión sobre el al-cance del conductismo dentro del manage-ment , desde la perspectiva de las dimensiones biológica y psicoafectiva del ser humano yde su especificidad. La riqueza conceptual yteórica que subyace en la interdisciplinarie-dad hace complejo cualquier intento por inte-grar en un simple análisis las dimensiones del

    ser humano, sin correr el riesgo de caer en lasuperficialidad, dada la magnitud de concep-tos involucrados. Por lo tanto, aquí se hanescogido solamente algunos aspectos de lasdimensiones biológica y psicoafectiva, que provienen específicamente de la neurobiologíay de los estudios sobre el desarrollo del co-nocimiento y de la personalidad en el ser hu-mano. La intención es resaltar cómo desdeuna perspectiva integral del ser humano sal-

    tan a la luz indicios concretos que desvirtúanal behaviorismo (conductismo) y su aplica-ción indiscriminada en el management , asícomo la conveniencia de continuar explorandola relación entre el hombre y las organizacio-nes desde otros ángulos aportados por lasciencias humanas. Estos aspectos son cohe-rentes con la necesidad de mejorar la prácticagerencial, independientemente de la posición

    ideológica que se detente.

    Los conceptos aquí expresados recogen lasideas y planteamientos desarrollados por M.Dufour y A. Chanlat, quienes nos ofrecenuna perspectiva teórica y metodológica ori-ginal para emprender el estudio del mana-

     gement   desde la complementariedad y lainterdisciplinariedad (Chanlat, 2004). Basa-

    da en evidencias científicas, resalta la espe-cificidad del ser humano y lo pone en el

    centro de atención del management  y de lasorganizaciones. Esta perspectiva y sus tra-

     bajos han sido desarrollados y difundidosdesde su seminario de Ciencias Humanas,tanto en Canadá como en otros países.2

    Sobre el tema que nos ocupa, un aspecto desu originalidad radica en develar las impli-caciones del conductismo en las organiza-ciones, llevando al terreno del management las críticas que esta corriente ha sufridodesde diversas disciplinas.

    1. Contexto e implicaciones

    generales

    El estudio del comportamiento de las espe-cies animales es un asunto de la etología.Los etólogos, por su parte, han señalado lanecesidad de estudiar el comportamiento delos animales en su medio natural, el cual es

    diferente del inducido en cautiverio. Aun-que el comportamiento es parte del procesoevolutivo de una especie, conjuntamente conla evolución morfológica, como lo señalaTavolga (1973), la dificultad de inferir hipó-tesis sobre la evolución comportamental ra-dica en que, a diferencia de la evolución biológica, ésta no deja trazas que permitansu reconstrucción histórica. ¿Por qué unaespecie se comporta de tal o cual manera?,

    ¿este comportamiento ha sido constante oha sufrido una evolución durante su histo-ria?, ¿cuál es la relación entre la evolución

    2 La perspectiva de la cátedra de Ciencias Humanasde Dufour y de Chanlat ha tenido eco en diversasuniversidades europeas y latinoamericanas. EnAmérica Latina, por ejemplo, algunas universida-des de México y de Colombia la han incorporadoen sus programas académicos de management   en pregrado o posgrado.

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    del comportamiento y la evolución genéticade la especie?, son algunas de las preguntas

    que se hacen los investigadores, y que seaplican de igual manera al ser humano, en lamedida en que de alguna forma se aceptaque éste ha sufrido una evolución que hamoldeado su naturaleza y que da cuenta desu comportamiento actual.

    Si se trata del estudio del comportamientohumano, es imprescindible echar mano de

    las disciplinas apropiadas que se encuentranrelacionadas con la materia. Esto plantea laurgente necesidad de abandonar visionesantropocéntricas y estudiar al hombre en surelación con el medio y con las demás espe-cies, por cuanto esta perspectiva permiteaprender a partir de los rasgos biológicos yevolutivos que comparte como ser vivo(Chanlat, 2003). La filogénesis, que se intere-sa por la evolución de los grupos de especies

    genéticamente relacionadas, y la ontogénesis,que se concentra en el desarrollo de un ser vivo desde su nacimiento hasta su muerte,aportan elementos clave para el entendimien-to de la naturaleza del ser humano, a partir de su comparación con otros organismosvivos. Anteriormente se pensaba que los in-dividuos de una especie reproducían estric-tamente, a partir del nacimiento y durante

    su período de desarrollo, toda su anterior historia evolutiva como especie. Si bien estaidea fue desechada posteriormente, continúareconociéndose la presencia de una fuerterelación entre la filogénesis y la ontogénesisen las especies.

    Estos dos dominios de estudio, que corres- ponden a una visión macro y micro del de-

    sarrollo de la especie, requieren una visióninterdisciplinaria que incorpore las fortale-

    zas de varias disciplinas que han tradicio-nalmente han trabajado de manera aislada.

    Un ejemplo de este esfuerzo interdisciplina-rio es la psicobiología, que involucra la et-nología, la etología, las neurociencias, la biología y la psicología, para entender el com- portamiento del hombre.

    Existe una estrecha relación entre el com- portamiento y la biología de las especies.Cada nivel de la organización biológica tiene

     propiedades particulares que pueden ser di-ferentes con respecto a las mismas estruc-turas que se presentan en otro nivel deorganización. Por lo tanto, a medida que seamás compleja la organización de las estruc-turas biológicas, será más compleja la com- prensión de su comportamiento, e imposiblede inducir a partir de las observaciones so- bre las propiedades de las mismas estructu-ras en niveles más elementales (Tavolga,

    1973). Si hablamos del comportamiento delhombre, este hecho ya de por sí es relevan-te para poner en duda la validez de la aplica-ción de teorías que estén respaldadas enexperimentos realizados en niveles de orga-nización más elementales.

    En cuanto a los niveles de organización exis-ten dos dimensiones importantes, cada una

    de las cuales aporta en complejidad. Por una parte, la relativa a su organización biológi-ca, que se ha descrito de manera creciente:ADN (base de la organización viviente), las proteínas celulares (biología molecular), lacélula (citología), los tejidos (histología), losórganos (anatomía), los organismos (taxo-nomía) y las sociedades (comportamientos)(Tavolga, 1973). Por la otra, la especifici-

    dad cualitativa, que aporta la complejidadevolutiva entre las especies y que está ínti-

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    mamente relacionada con la complejidad desu morfología. Esto es lo que hace diferen-

    te el comportamiento de un protozoario delde un mamífero.

    Las reacciones de un animal frente a losestímulos, estudiados en laboratorio, perte-necen a una parte del nivel de organizacióndiferente a la de un hombre en sociedad.Las bases teóricas del behaviorismo, cons-truidas a partir de los estudios sobre neuro-

    sis experimental, constituyen un intento detraspasar propiedades provenientes de nive-les de organización diferentes y de generali-zarlas hacia el comportamiento del hombre.Además, su despliegue se vuelve reduccio-nista, por cuanto no rinde cuenta de los fac-tores culturales y comportamentales que sonintroducidos en el orden social, así comode factores psicológicos, biológicos y here-ditarios propios de la morfología y la evolu-

    ción de la especie humana. Estos dosaspectos han sido remarcados por Schneirla(Tavolga, 1973), cuando plantea que la di-ferencia de comportamiento entre especies proviene también de la interacción entre lossistemas de maduración y de experiencia queguían el desarrollo individual. En esta líneade pensamiento, y utilizando los plantea-mientos de Tavolga, sería tan aventurado

    aplicar principios de neurosis experimentala un hombre, como sería hacerle psicoaná-lisis a un perro.

    2. Un panorama general del

    behaviorismo  o conductismo

    Evidentemente, la escuela behaviorista haevolucionado y no es suficiente analizarla

    teniendo como frente de ataque sus oríge-nes pavlovianos. Su evolución ha ido desde

    los rudimentos del estímulo-respuesta dePavlov (1963), pasando por la teoría del

    comportamiento reforzado por los resulta-dos de Hull y Skinner, hasta la teoría delaprendizaje social iniciada por Bandura.

    En Hull (1943) pueden encontrarse funda-mentos teóricos de la escuela. Los impul-sos externos generan respuestas desde elindividuo y si estas respuestas son reforza-das (con una recompensa, por ejemplo), se

     puede inducir un hábito en el individuo. Enesta perspectiva desempeñan un rol másimportante los incentivos condicionantes delindividuo. De igual forma, hay una jerarquíade necesidades que influyen en las respues-tas de los individuos, las cuales pueden ser de diversos tipos. El primer reforzamiento(premio) es la clave del aprendizaje y lossubsiguientes posibilitan la conformación deun hábito. Por lo tanto, el aprendizaje no

     puede ocurrir sin reforzamientos y la rela-ción entre estímulo y respuesta es funcióndel número de reforzamientos que se esta- blezcan (Miller y Dollard, 1941).

    Aunque la teoría de Hull perdió relevanciaen el mundo académico, con Skinner los planteamientos fueron diferentes y la orto-doxia lo sigue considerando el psicólogo más

    importante de Estados Unidos, en el sigloXX. Sus trabajos originaron el denominadobehaviorismo radical , que no pretende ob-tener explicaciones, sino describir los fe-nómenos observados, por lo que Skinner hizo hincapié en los resultados y no en lageneración de respuestas explicativas. Susexperimentos, al igual que los de Pavlov, sehicieron sobre pruebas controladas de la-

     boratorio bajo la premisa de que un indivi-duo proveería datos suficientes para la

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    generalización. A diferencia de Pavlov, losexperimentos de Skinner incluyeron prue-

     bas con humanos para medir sus respues-tas a los estímulos, y uno de sus elementosdiferenciadores, con relación a los estudiosrealizados, es el concepto de que el indivi-duo puede emitir respuestas por sí mismoy no sólo en función de los condicionantesambientales.

    Skinner siempre defendió la conveniencia de

    abordar la investigación desde un punto devista científico, por lo cual sus trabajos ha-cen gala de lo que denominó un conductismometodológico, anclado en el positivismo ló-gico, basado en las evidencias observables,esto es, el estímulo y el comportamiento,ya que son los dos únicos factores que pue-den medirse y controlarse. Esta orientaciónde la investigación tenía que ver con la im- posibilidad de valorar o cuantificar lo que

     pasa en la mente de las personas, ángulo dela situación que, según Skinner, no aporta-ría nada a las conclusiones. Su desprecio por el psicoanálisis o por lo que él denomi-naba mentalismo o aspectos filosóficos esevidente en sus textos:

    Pero, ¿dónde están esos sentimientos y esta-

    dos de la mente? ¿De qué material están he-

    chos? La respuesta tradicional es que estánlocalizados en un mundo de dimensiones no

    físicas llamado la mente y que son mentales.

    Pero entonces surge otra pregunta: ¿cómo

     puede un evento mental causar o ser causado

     por un evento físico? Si queremos predecir lo

    que una persona hará, ¿cómo podemos des-

    cubrir las causas mentales de este comporta-

    miento, y cómo podemos producir los senti-

    mientos y el estado de la mente que leinducirán a comportarse de una forma dada?

    Suponga, por ejemplo, que queremos lograr 

    que un niño se coma un alimento nutritivo

     pero no muy apetecible. Simplemente nosaseguramos de que ninguna otra comida esté

    disponible, y eventualmente él come. Parece

    que privándolo de comida (un evento físico),

    hemos hecho que sienta hambre (un evento

    mental), y que por haber sentido hambre, se

    ha comido el alimento nutritivo (un evento

    físico). Pero, ¿cómo el acto físico de priva-

    ción condujo a la sensación de hambre, y cómo

    el sentimiento movió los músculos involu-

    crados en la ingestión? Hay muchas otras

     preguntas inquietantes de este tipo. ¿Qué se

    debe hacer con ellas? (Skinner, 1976, p. 11).

    (Traducción libre del autor)

    Es claro que en el centro del asunto está eldebate entre la separación de cuerpo y men-te, frente a la cual el behaviorismo, aunquedice reconocer los dos conceptos, opta me-

    todológicamente por el primero, desechandola importancia de la mente. El enfoque, abier-tamente pragmático, pretende no sólo antici- par lo que una persona hace, sino inducirlade manera premeditada a actuar en determi-nada dirección, sin ninguna pretensión decarácter moral, sino científica:

    … aquellos que no se sienten muy conforta-

     bles acerca de tal estrategia se refugian algu-nas veces en la fisiología. Se dice que even-

    tualmente se encontrará que la mente tiene

    una base física. Como lo planteó reciente-

    mente un neurólogo, “cada quien acepta aho-

    ra el hecho de que el cerebro provee las ba-

    ses físicas del pensamiento humano”. Freud

    creía que podría eventualmente encontrarse

    una base fisiológica para su muy complica-

    do aparato mental, y los primeros psicólo-gos introspectivos llamaron su disciplina

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    LEONARDO SOLARTE-PAZOS

     psicología fisiológica. La teoría del conoci-

    miento llamada  fisicalismo sostiene que

    cuando hacemos introspección o tenemossentimientos, estamos observando estados

    o actividades de nuestros cerebros. Pero las

    mayores dificultades son prácticas: noso-

    tros no podemos anticipar lo que una per-

    sona hará mirando directamente sus senti-

    mientos o su sistema nervioso, no podemos

    cambiar su comportamiento cambiando su

    mente o su cerebro. Pero en cualquier caso

    no parecemos estar peor que antes ignoran-

    do problemas filosóficos. (Skinner, 1976,

     p. 12). (Traducción libre del autor)

    En Skinner (1984), la relevancia del medioambiente como generador de conductas estámuy ligada a los modelos evolucionistas yecologistas, en los cuales los individuos noactúan por motivación o voluntad propia,sino por la necesidad de sobrevivir y adap-

    tarse a los cambios ambientales. Esto per-mite construir el ambiente requerido para queel individuo se “motive” a hacer lo que sedesea, manipulando las variables externasconvenientemente y descartando cualquier intento por entender sus sentimientos o susestados mentales:

    El problema mentalista puede evitarse yen-

    do directamente a las primeras causas físi-cas, evitando pasar por los sentimientos o

    estados de la mente intermedios. La forma

    más rápida de hacer esto es confinarse a lo

    que un behaviorista temprano, Max Meyer,

    llamó la “psicología del otro”: considerar sólo

    aquellos hechos que pueden ser observados

    objetivamente en el comportamiento de una

     persona, en su relación con su anterior his-

    toria ambiental. Si todas las relaciones sonlegítimas, nada se pierde descuidando una

    supuesta relación no física. Así, si sabemos

    que un niño no ha comido por un largo tiem-

     po, y si sabemos que por lo tanto sientehambre y que, por cuanto siente hambre,

    entonces come, por lo tanto sabemos que, si

    no ha comido por un largo tiempo, él come-

    rá. Y si, haciendo otro alimento inaccesible,

    le hacemos sentir hambre, y si debido a que

    siente hambre come un alimento especial,

    entonces se debe seguir que haciendo otro

    alimento inaccesible, le inducimos a comer 

    el alimento especial. (Skinner, 1976, pp. 14– 

    15). (Traducción libre del autor)

    La noción de condicionamiento operantetiene que ver con los efectos de ciertasconductas que generan reforzamiento dela misma conducta, por cuanto producengratificaciones en el individuo. Esto, se-gún Skinner, permite que el individuo“gerencie” el ambiente y es posible prede-

    cir una mayor ocurrencia de las conduc-tas que generen dicho reforzamiento. Losreforzamientos pueden ocurrir aumentan-do una situación satisfactoria o disminu-yendo una situación insatisfactoria.

    Según el behavior , el marco de acción delindividuo está compuesto solamente por doselementos que pulsan su conducta: la evo-

    lución del medio ambiente como tal y losestímulos reforzadores. Al vaivén de éstosse generan las conductas de las personas:

    La práctica de mirar al interior del organis-

    mo para una explicación de comportamien-

    to ha tendido a oscurecer las variables que

    están disponibles inmediatamente para un

    análisis científico. Estas variables yacen fue-

    ra del organismo, en su entorno inmediato yen su historia ambiental. Ellas tienen un

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     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

    estatus físico para el cual las técnicas usua-

    les de la ciencia están adaptadas, y hacen

     posible explicar el comportamiento comootras materias son explicadas en la ciencia.

    Estas variables independientes son de mu-

    chos tipos y sus relaciones con el compor-

    tamiento son a menudo sutiles y complejas,

     pero nosotros no podemos esperar dar una

    cuenta adecuada del comportamiento sin

    analizarlas. (Skinner, 1953, p. 31). (Traduc-

    ción libre del autor)

    El panorama es bastante pesimista en cuantoa la voluntad del ser humano. Skinner men-ciona constantemente su batalla contra lo quedenomina  superstición, relacionada con laintroducción de experiencias personales enel proceso investigativo. Lo que existe aden-tro del cerebro de un individuo, como partede su naturaleza, es un dispositivo cerradoque sólo puede ser tenido en cuenta cuando

    éste opina, al producir hechos observables.El modelo, orientado bajo un ortodoxo posi-tivismo investigativo, echa mano de la esta-dística y la cuantificación para mapear alindividuo, el cual, desde esta perspectiva, esun “hecho terminado”, sin complejidad inte-rior, ni posibilidad de trascendencia:

    Hay una presentación de la psicología

    “pura” que, sin embargo, ha dejado una hue-lla profunda. La psicología es única entre las

    ciencias en el sentido que ninguna otra cien-

    cia se ha tenido que mover contra tal canti-

    dad de folclore, superstición y error. Bajo

    estas circunstancias, los psicólogos han

     puesto naturalmente un énfasis adicional

    sobre lo factual y lo objetivo. Han luchado

    asiduamente para escapar de las limitacio-

    nes de la experiencia personal. ¿Qué hacerealmente que un hombre oiga o vea? Con-

    trole el ambiente estimulante y lo encontra-

    rá. ¿Qué hace realmente que él haga o diga?

    Registre su comportamiento tan precisamen-te como sea posible, y tendrá la respuesta.

    ¿Qué está inclinado a hacer o a decir?

    Muestree sus opiniones y creencias, y lo

    encontrará. ¿Cómo es realmente? Cuantifi-

    que su comportamiento con inventarios,

    cuestionarios y tests, y lo sabrá. Garantice

    la significancia de sus respuestas, por su-

     puesto, cubriendo muchos casos y bosque-

     jando sus conclusiones solamente con la

    ayuda de métodos estadísticos lógicos y

    aceptados. (Skinner, 2004, p. 208)3

    La presencia del behavior  en el management está tan arraigada que tal vez por esta mis-ma razón no es común encontrar cuestio-namientos sobre su práctica que esténfundamentados en las implicaciones de suforma de concebir al ser humano. Este últi-

    mo, a pesar de su pretendido enfoque cien-tífico, ajeno a las deliberaciones filosóficas,tiene una estrecha relación ideológica o, almenos, sirve en gran medida con una con-cepción utilitarista de la sociedad y de lasrelaciones entre los seres humanos. El me- jor ejemplo de este alcance se refleja en lasiguiente presentación de Skinner, hacia1968, bastante contemporánea, la cual no

    deja de impactar, por cuanto pone en evi-dencia, con toda su crudeza, lo que es unempleado dentro del modelo científicoconductista. Es importante notar, además,la ausencia en la argumentación de referen-tes a las relaciones sociales entre los indivi-

    3

    Texto original de 1968, publicado en el 2004 por el  Journal of the Experimental Analys is of  Behavior . Traducción libre del autor.

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    LEONARDO SOLARTE-PAZOS

    duos o a la construcción colectiva, y la con-cepción individualista del ser humano que

    reacciona de manera primaria ante los estí-mulos, así como el mantenimiento de la con-ducta merced al reforzamiento monetario:

    La economía es otro campo en el cual todo

    esto es relevante pero en el que, hasta el mo-

    mento, no se está haciendo mucho. La mano

    de obra productiva es, por supuesto, un pro-

     blema muy importante en cualquier cultura.

     Nosotros tenemos nuestras condiciones de

    incentivos, los rusos tienen las suyas, y ten-

    demos a comparar ampliamente las culturas

    en términos de sistemas económicos, como

    cuando hablamos de una cultura capitalista.

    Yo hablo ahora mucho más consciente de mi

    situación de principiante, pero hay princi-

     pios de reforzamiento en los sistemas de

    empleo, y los problemas van muy paralelo

    con los problemas en el laboratorio. El dinero

    es un reforzamiento condicionado; y sóloopera cuando éste ha sido hecho así. En una

    cultura primitiva, Ud. puede ser incapaz de

    usarlo. Ud. no puede usar pagos diferidos sin

    un gran acuerdo de condicionamiento para

    hacerlo efectivo. Un ingeniero quien usó mano

    de obra local en una esquina sin par del mun-

    do, tuvo que poner un pagador al final de una

    rampa para pagar a cada trabajador cada vez

    que descargaba una carreta llena de tierra. Nofue posible sencillamente pagar al fin del día.

    Se dice que a los guías de Serpa que subieron

    al monte Everest en el primer ascenso había

    que pagarles cada noche. Tres guías comen-

    zaron llevando todas las monedas locales que

    caían eventualmente en porciones separadas

     por todos.

    El pago semanal es un ejemplo muy inade-cuado de reforzamiento positivo. Ningún or-

    ganismo sensible trabaja un lunes en la maña-

    na por un pago el viernes en la tarde. El siste-

    ma trabaja sólo cuando hay un supervisor o jefe que puede amenazar con despedir. El em-

     pleado trabaja durante la semana no sólo por 

    el sobre de pago, sino para evitar perder el

    estándar de vida que garantiza el sobre de

     pago. Siguen varios problemas morales. Los

    sistemas de pago más efectivos son frecuen-

    temente mal utilizados, simplemente porque

    ellos son efectivos, y quienes están interesa-

    dos en el trabajo productivo se oponen a ellos.

    Se me dice que los managers industriales ya

    ni siquiera discuten más incentivos de pago,

     pero el trabajo a destajo o pago por pieza

    engendra no sólo un nivel muy alto de traba-

     jo sino un tipo de actividad que el trabajador 

    reporta como divertido. El programa usado

    en las máquinas de juego, el llamado progra-

    ma de tasa variable, es particularmente bue-

    no desde este punto de vista. Si alguna vezha visto un cuarto lleno de gente jugando

     bingo, ha visto lo que puede lograr. Aquí

    hay gente sentada tranquilamente, mirando

    dos o tres cartas en frente de ellos, escu-

    chando con mucho interés cómo son canta-

    dos los números y las letras, ordenando pe-

    queñas fichas de manera muy precisa, y

    hablando instantáneamente cuando un pa-

    trón se completa. ¿Qué no daría una indus-tria por tener empleados que trabajaran con

    ese tipo de concentración? ¿Y que no darían

    los trabajadores para tener tanta diversión?

    (Skinner, 2004, p. 211). (Traducción libre

    del autor)

    Las anteriores descripciones ilustran la ma-nera en la cual se transplantan dos condi-

    ciones de laboratorio en la organización. En primer lugar, el ambiente como el impositor 

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     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

    de condiciones inmutables, concepto que estransplantado y suplantado por el de la or-

    ganización, la cual se convierte en “ambien-te” y la legitima como la encargada deimponer las condiciones de manera “natu-ral” e irrefutable. Independientemente delcuestionamiento axiológico de tal concep-ción, es reduccionista comparar la exten-sión de las posibilidades que tiene unindividuo en un ambiente exterior paragerenciar su medio ambiente (como cuan-

    do decide qué comer para calmar el ham- bre), con las que tiene en una organizacióncomo subalterno. En esta perspectiva, y enaras de la crudeza científica, un empleadono tiene mayores opciones de escoger, enun ambiente organizacional, que las que te-nía el niño al cual le obligaron a comer elalimento que no deseaba con el fin de cal-mar su apetito.

    En segundo lugar, la conducta de un indivi-duo en un contexto de laboratorio no escomparable con la complejidad de lasinterrelaciones y motivaciones suscitadas enla organización. El asunto del desempeño noincluye exclusivamente la cantidad de tra- bajo o la tasa de producción de unidadesque puede ser remunerada de manera pro- porcional, sino los aspectos de la calidad del

    trabajo o de la iniciativa que no pueden ser logrados simplemente con un reforzamien-to motivacional determinado.

    Siguiendo el ejemplo de Skinner, se puedeconducir a alguien a que haga algo, perola manera en que lo realice dependerá demuchos otros factores. En el contexto or-ganizacional, y en virtud de las mismas in-

    teracciones, surgen otros condicionantesy estímulos que pueden tener (o no) inci-

    dencia en cada individuo. Es más, en elmundo real coexisten permanentemente

    motivadores positivos y negativos frente alos cuales los seres humanos no tienen la posibilidad de hacer la respectiva “sumavectorial” que les permita escoger el com- portamiento resultante. No es tan sencillo,ni siquiera en los animales, porque como lo plantea Hinde (1975) no existe distinciónabsoluta entre los factores que desencade-nan una respuesta de aquellos que no. Los

    factores externos del medio ambiente pue-den (para bien o para mal en el caso del ser humano) no reflejar cambios en el compor-tamiento inmediato, aunque afecten los sis-temas internos del organismo.

    Aun si se aceptan los supuestos teóricos, pretender un modelo de motivación organi-zacional a partir de un reforzamiento prima-rio es pretencioso, porque presupone que la

    conducta resultante se debe a la arquitectu-ra motivacional que el patrono dispone en laorganización, lo cual implica que puede con-trolar todas las variables del medio ambien-te organizacional, ajenas a los motivadores primarios.

    El behavior  originó los modelos de instruc-ción programada (PI), que incluyen las si-

    guientes características: desglose en pequeñasunidades, secuencia jerárquica en los gra-dos de dificultad, involucramiento activo,confirmación inmediata de resultados y, por supuesto, reforzamiento (Locke, 1977). Enun artículo de 1958, denominado “TeachingMachines”, Skinner promovía la aplicacióndel método mediante máquinas que permi-tieran masificar la enseñanza; estas máqui-

    nas presentaban a los estudiantes conceptoscuidadosamente divididos en afirmaciones

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    de grado creciente de complejidad y el estu-diante debía responder adecuadamente para

    avanzar al siguiente nivel. El reforzamientolo realizaba la máquina inmediatamente deacuerdo con las respuestas. Este concepto,que hoy nos puede parecer arcaico, ya queen ese tiempo no existían los computadoresmodernos y el sistema era primitivo, es la base de los programas computarizados deentrenamiento que se ofrecen actualmente(tipo TOEFL), y que son de uso bastante

    frecuente.Aunque el cognitivismo ha opacado elbehaviorismo puro desde hace varias déca-das, en ambas perspectivas la preferencia por el influjo externo en el comportamientode los seres humanos sigue siendo relevan-te. Uno de los exponentes del behavior , quealgunos autores ubican como un enlace conel cognitivismo, es Bandura (1976), quien

    introduce el concepto de que el comporta-miento es reforzado por el sistema de creen-cias del individuo.

    Esta rama de la orientación behaviorista haoriginado en el management  la escuela delaprendizaje. El hombre aprende sobre la basela observación, que modifica su comporta-miento. Aprende observando a los otros y a

     partir de este proceso desarrolla su propiocomportamiento.

    El proceso, según Bandura (1976), incluyela atención, la retención, la reproducción yla motivación. Mediante la atención se ob-serva el medio ambiente, la retención codi-fica el evento y lo organiza incluyendo sucodificación simbólica, la reproducción

    abarca la puesta en marcha del modelo decomportamiento y su ajuste, mientras la

    motivación desarrolla placer indirecto y re-forzamiento del comportamiento.

    En esta concepción reposan las bases teóri-cas de muchos procesos de aprendizaje apli-cados en las organizaciones, así como de losmodelos de intervención que buscan cam- biar el comportamiento de los individuos.Dentro de estos últimos se encuentran losdiseños de cambio de patrones de consumo,los cuales construyen asociaciones entre

    eventos (productos, por ejemplo) y estadosimaginarios de bienestar. Esta asociacióncumple el ciclo expuesto de atención (un avisoo campaña publicitaria insistente puede ser elvehículo de estimulación), un proceso de re-tención en el que se crea en el individuo uncondicionamiento simbólico y un cambio ensu comportamiento (compra o adquisicióndel producto). Por último, es fundamental elreforzamiento permanente del patrón de con-

    ducta, el cual se obtiene mediante la exposi-ción continua del sujeto a los estímulos querefuercen su convencimiento sobre el valor de la conducta.

    El proceso de aprendizaje es ordenado ex-ternamente y lineal; separa lo concreto de loabstracto y pasa de una etapa a la siguiente.La teoría constructivista muestra cómo, por 

    el contrario, el aprendizaje no es lineal en elser humano y la acción concreta no exclu-ye la abstracción, sino que pueden presen-tarse simultáneamente.

    Como se evidencia, en el fondo persiste lavisión de caja negra y la prelación de losestímulos externos. Si revisamos los mode-los de solución de problemas promovidos

    en las técnicas del management , los progra-mas de mejoramiento de procesos, los

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     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

     programas de entrenamiento y de motivación,entre otros, observamos que siempre se en-

    cuentra presente la misma lógica, transplan-tada con diferentes nombres. La observacióndel medio ambiente puede denominarsediagnóstico o recolección de datos; mien-tras que la retención o codificación equivaleal análisis de los datos, su ordenamiento yorganización para construir nuevas formasde representación o significado.

    La reproducción no es más que la selecciónde una alternativa, un nuevo método o mo-delo y su puesta en marcha, escenificando el“cambio en el comportamiento”. La motiva-ción y el reforzamiento se pueden reflejar enla solución del problema o en el mejoramien-to del trabajo, incluso mediante incentivos decarácter directo (primas, premios, etc.). Elsupuesto de fondo es que los problemas obe-decen a formas inadecuadas de actuar, lo que

    requiere una reconformación de los patronesde conducta.

    Esta concepción del aprendizaje plantea unescenario propicio para la repetición, mas no para la creación, por cuanto el individuono es considerado una entidad participanteen el proceso de construcción, de tal mane-ra que se involucren sus experiencias pre-

    vias, su conocimiento o su especificidad.Piaget (1977) ha demostrado cómo el pro-ceso de construcción de la lógica del pensa-miento es mucho más que la simpleinteracción con el medio.

    El desarrollo del conocimiento en el ser hu-mano no comienza por el desarrollo del yo,ni por el objeto, sino por medio de las rela-

    ciones yo-objeto en sus primeros meses devida. La apropiación de esquemas no es un

     proceso de imitación (del tipo estímulo, re-acción, aprendizaje), sino de asimilación, en

    la cual el bebé establece una verdadera rela-ción con el esquema, se interesa en él, loensaya hasta que lo interioriza (Spitz, 1968).Cada etapa del conocimiento en la niñez harequerido la maduración de las condicionescerebrales y neuronales, a partir de las cua-les se desarrolla el proceso del aprendizaje,no como algo mecánico, sino como unaauténtica construcción individual. Las eta-

     pas corresponden a grupos de estructurasque conllevan la posibilidad de diversas ope-raciones relacionadas, y cada etapa incluyelas anteriores (Inhelder, 1960).

    En todo este proceso, desde el nacimientohasta bien entrado el desarrollo adulto, en-tran en juego tanto facultades innatas con lasque viene provisto el bebé al mundo (biológi-cas, cerebrales) como de las interacciones

    con el medio y, sobre todo, de asimilación-acomodación-construcción, con las que cadaindividuo va ensayando y desarrollando su propia (y única) percepción de la realidad(Gouin Décarie, 1968).

    Desde la aparición de la inteligencia repre-sentativa y las operaciones formales hacia laadolescencia, donde se forma la lógica de

    hipótesis, de deducción y de redes, la perso-na va construyendo su propio conocimiento,en un proceso que se repite durante toda lavida. La interacción es circular, porque este proceso, creciente, va actuando a la vez so- bre el sistema neurocerebral, presionandosu desarrollo continuo, lo que le facilitaránuevas construcciones (Piaget, 1977). Unaconclusión tajante de este proceso es que

    el desarrollo del conocimiento no es aisladodel desarrollo afectivo (Inhelder, 1960).

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    LEONARDO SOLARTE-PAZOS

    El aprendizaje por estímulo y reforzamientodeducido del behavior  concibe al individuo

    como objeto pasivo y receptor, que estable-ce un marco de igualdad de condiciones entodos los individuos, que desconoce la es- pecificidad surgida por el contexto particu-lar de cada quien y por sus experiencias previas. De igual manera, no reconoce elcarácter constructivista del conocimiento,que pone en juego frente a nuevos estímu-los una nueva red de vínculos y construc-

    ciones que no son una función exclusiva delos estímulos exteriores, sino del contextoindividual. Incluso el reforzamiento que bus-ca fijar el comportamiento desencadena pro-cesos de construcción de conocimiento máscomplejos que la simple fijación de conduc-ta. Como se mencionó, los factores afectivosy las representaciones, excluidos del mode-lo behavior , desempeñan un rol importanteen esta construcción.

    En el caso de las soluciones a problemas, es posible que estos modelos sirvan para pro- poner formas de actuación en contextosdonde es válida la reorganización de con-ceptos, de estructuras existentes (por ejem- plo, reorganizar un proceso de produccióno una rutina) o en situaciones donde seasuficiente contar con los elementos del me-

    dio ya existentes (datos a partir de la obser-vación). Sin embargo, no es la vía parainducir un proceso realmente creativo. Enun artículo de 1977, Locke examinaba lasdistintas aplicaciones a la fecha del behavior en el management , expresadas en la instruc-ción programada, en los programas derecompensa monetaria, el modelaje y el es-tablecimiento de estándares de desempeño

    con retroalimentación. Sus conclusionesdejaban ver, primero, que muchas de las lla-

    madas técnicas del behavior   no eran nue-vas en la industria y venían utilizándose desde

    antes de ser apropiadas por dicha teoría, y,segundo, que los resultados de la aplicaciónde tales modelos no demostraba mejoramien-to real en el en el largo plazo. Lo más con-tundente del análisis de Locke era que noexistía evidencia de que los resultados fue-ran logrados por la aplicación behaviorista,sino por una conjunción de procesos y con-tenidos mentales de los individuos –preci-

    samente aquellos desechados por estateoría– (Locke, 1977).

     No es difícil encontrar en el modelo beha-viorista las potenciales relaciones biológicasdesencadenantes de angustia para el ser hu-mano. La angustia aparece por la puesta enmarcha del sistema inhibidor de la acción fren-te a una necesidad percibida como funda-mental. Esta inhibición está representada

    físicamente por la liberación de noradrenali-na, ACTH (hormona pituitaria adrenocorti-cotrópica) y glucocorticoides, las cualestienen incidencias físicas reales en el orga-nismo. La necesidad se puede expresar entérminos de pulsión innata o adquirida cultu-ralmente (Laborit, 1985). Este fenómeno, quesucede en el interior de la “caja negra” beha-viorista y que hace parte de lo que Skinner 

    denomina problema mentalista, es real y nosólo una imagen introspectiva en el ser hu-mano.

    Cuando se obtiene un comportamiento envirtud de un estímulo y su correspondientereforzamiento, es probable que se produzcaa costa de una alta dosis de inhibición en elindividuo, la cual es diferente y específica

     para cada uno. Tomemos el ejemplo de pulsiones naturales que se expresan en ne-

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     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

    cesidades de afecto o de expresión, las cua-les son constantemente sacrificadas en los

    medios de trabajo por la necesidad de res- ponder a los requerimientos laborales, o laangustia generada por una permanente ame-naza de despido si el desempeño no es eladecuado, situación que inhibe muchas ex- presiones individuales en los empleados.Estos escenarios son propicios para la apa-rición de patologías de la comunicación que,como lo señala Chanlat, desencadenan da-

    ños físicos y psíquicos en los individuos,en virtud del proceso de generación de an-gustia y frustración (Chanlat, 1990).

    Otro de los mecanismos de aparición de laangustia es denominado por Laborit comodéficit informacional . Sucede cuando apa-rece un evento sobre el cual no tenemos su-ficiente información de su incidencia (dañoo beneficio), por cuanto es desconocido o

    no existen aprendizajes previos. Las situacio-nes de incertidumbre, los climas conflictivos,las luchas de poderes son escenarios propi-cios para este tipo de fenómeno en los em- pleados y que son creados en muchasoportunidades por sobreestímulos para ge-nerar determinados comportamientos (léaseresultados) o por estilos de liderazgo que ge-neran incertidumbre en la organización. Tam-

     bién la sobrecarga de información y elconstante clima de competencia generan sa-turación en los estímulos, con los cuales de- ben lidiar los empleados, y esto los inhibe de percibir escenarios seguros de actuación.

    En algunas ocasiones es difícil identificar las raíces conductistas en algunos autoresmodernos, por cuanto incorporan nuevos

    elementos de interacción entre el sujeto y elmedio ambiente, que los diferencian del con-

    ductismo radical. Es el caso de Kolb (1984),uno de los autores más influyentes actual-

    mente en el campo del aprendizaje, cuyomodelo está basado en el concepto de queexisten cuatro tipos de conocimiento quegeneran un ciclo de aprendizaje que oscila, por una parte, entre la experiencia concre-ta y la conceptualización (forma como seaprehende) y, por la otra, entre la experi-mentación y la observación (forma comose transforma). Así, el proceso de aprendiza-

     je responde a un ciclo que puede iniciar conuna experiencia concreta, a partir de la cualse genera la observación, después la abstrac-ción, para generar experiencias concretas.

    Estas formas de conocimiento generan cua-tro perfiles o estilos de aprendizaje: el di-vergente, el acomodador, el asimilador y elconvergente. El tener un perfil determina-do es una característica del individuo que

    le hace aprender de una manera particular,en la medida en que privilegia determina-dos intereses y habilidades en el aprendiza- je. Se configura así una interacción entrela naturaleza del individuo y el medio, y laexperiencia modela las características delindividuo.

    A pesar de la pretendida aceptación de una

    interacción entre el individuo y el medio, eneste modelo subsiste la idea de que esta in-teracción se realiza entre un individuo aisla-do y un medio físico. Para nada se consideradentro del proceso de construcción deconocimiento la interacción entre los indivi-duos, pues se ha enfocado en ver el apren-dizaje como una abstracción individual y personal de los hechos concretos que con-

    duce al individuo a generar patrones de ac-ción que serán probados por él mismo y

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    LEONARDO SOLARTE-PAZOS

    articulados a su comportamiento (autoapren-dizaje orientado). Aquí no hay una construc-

    ción de nuevo conocimiento, sino unareproducción del ya existente. Por tal moti-vo, adecuando las condiciones del ambientede aprendizaje (físicas y metodológicas), yteniendo en cuenta los estilos individualesde aprendizaje, el modelo es útil para guiar al empleado a que aprenda por sí mismo, loque se necesita que aprenda.

    3. Lo que hay en la caja negra

    Abordamos ahora una reflexión más revela-dora sobre la limitación del behaviorismo, yes su suposición de fondo de que todos losseres humanos son iguales, en cuanto a susreacciones y comportamientos básicos,motivo por el cual un individuo “observa-do” en laboratorio es suficiente para hacer generalizaciones. Este supuesto le permiteconcentrarse exclusivamente en los estímu-los del medio ambiente, sin tener en cuentalo que sucede en el cerebro de los indivi-duos. Para analizar tal suposición es nece-sario conocer los factores que constituyenla esencia de un individuo, lo que significaadentrarse en ciertos aspectos de la deno-minada “caja negra” conductista.

    Según MacLean (1990), en el cerebro decualquier ser humano coexisten tres cerebros:el reptil, el límbico y el córtex, con su espe-cializado neocórtex. Cada uno diferente, desdeel punto de vista químico y de estructura,representa un tipo especial de inteligencia,memoria especializada y funciones motrices.El reptil detenta los comportamientos de su- pervivencia, los cuales son automáticos e in-

    variables en el sentido que no sufre adaptacióna cambios medioambientales. El cerebro

    límbico permite las representaciones del mun-do exterior, y en éste se ubican el manejo

    sensorial que describe el medio ambiental, lasfunciones vegetativas, nerviosas y humora-les. En el cerebro límbico se pueden ubicar las sensaciones relativas a la ubicación en eltiempo, en el cuerpo, sentimientos, reaccio-nes viscerales. El neocórtex, el más nuevodesde el punto de vista biológico, permite laabstracción. En éste existen áreas especiali-zadas en la recepción de mensajes del exte-

    rior y en el manejo de movimientos; áreasneuronales especializadas en determinadas partes del cuerpo. Este cerebro participa enla decisión, en el análisis y en la integraciónde datos, así como en la asignación de valo-res afectivos a las señales visuales percibi-das. Aunque sumamente especializados ydiferentes, la biología muestra que existe unainteracción real entre los tres cerebros, queaún no ha sido detallada por la ciencia (Lévy,

    1997; Vincent, 2002).

    La biología nos muestra que no existe una“naturaleza humana” en el cerebro, distinta alos mamíferos y vertebrados superiores. Ladiferencia es solamente la complejidad deestructuras, que se forman en gran medidaen el ser humano durante el período posnatal.En el ser humano, el recién nacido sale del

    vientre materno con una configuración cere- bral en la cual ya se han establecido las co-nexiones neuronales posibles, pero solamentecon la función (interacción con el medioambiente) las áreas neuronales comienzan aespecializar las distintas regiones del cerebro,lo que significa la individualización de cadacerebro en función de su experiencia.

    Por otra parte, desde antes del nacimiento seinicia un proceso de eliminación neuronal que

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     MANAGEMENT   Y  TEORÍA  CONDUCTISTA  DESDE LA  PERSPECTIVA  DE LAS CIENCIAS HUMANAS:UNA  MIRADA  DESDE LA  INTERDISCIPLINARIEDAD

    simplifica las conexiones neuronales a las fi- bras musculares y células del cerebelo. Este

     proceso de eliminación neuronal es realizadotanto en virtud del programa genético como,y he aquí lo más importante, en virtud delazar que resulta de la experiencia individual.Estos dos procesos, la especialización y laindividualización del cerebro, duran toda lavida, lo que permite que en lo neuronal nin-gún individuo sea igual a otro y que la diferen-cia se forme mediante la interacción con el

    ambiente de cada quien, que va configurandode manera única su biología (Lévy, 1997).

    Este hecho refleja en toda su magnitud quela especificidad del ser humano se constru-ye gracias a la influencia de las experienciasde vida, del comportamiento y del influjosocial sobre el córtex y las neuronas paraconformar un ser humano único. Parece ser que la naturaleza le ha dejado al azar la tarea

    de terminar e individualizar sus “prototiposhumanos”. He aquí una de las especificida-des del ser humano desde lo biológico.

    Damasio (1995) plantea cómo en el hombrey en algunas especies más avanzadas existeuna capacidad para relacionar, esto es, esta- blecer un vínculo entre la sensación biológi-ca sentida y la causa (persona u objeto) que

    la genera. Este es el germen, desde el puntode vista biológico, de lo que se denominaemoción. La emoción es la manifestación fí-sica en el cuerpo (por el desencadenamientohormonal, por ejemplo), mientras que el sen-timiento es la abstracción de dicha emoción,su imagen mental, la conciencia del estadodel cuerpo. Cualquier emoción deviene ensentimiento cuando se establece esa relación

    entre las transformaciones corporales y lacausa que la produce (L’Express, 2004).

    La biología también nos explica la impor-tancia de las emociones en la toma de de-

    cisiones humanas. Aunque la ciencia ha pretendido, a partir del racionalismo, eli-minar las emociones y separarlas comoalgo perjudicial para su bienestar, la biolo-gía muestra lo contrario. Precisamente, lasemociones ponen en marcha el aparato bio-lógico para poder decidir. De esto se coligeque es imprescindible entender la naturale-za de dichas emociones (su naturaleza bio-

    lógica y su naturaleza social) para explicar casi cualquier fenómeno, ya que las deci-siones hacen parte de la cotidianidad delser humano.

    En el hombre existe una relación estrechaentre biología y sentimientos. Ésta no es unarelación en la cual la primera actúa de ma-nera unilateral sobre los segundos, mercedal sistema hormonal, sino que, como se

    mencionó, las impresiones del medio y lossentimientos moldean la configuración de lasrelaciones neuronales y del córtex en virtudde las experiencias individuales y de la so-cialización, y permanentemente están ope-rando en el sistema biológico del individuo.

    Estas evidencias echan por tierra, medianteargumentos biológicos, la tradicional separa-

    ción entre cuerpo y espíritu que la cienciamantuvo durante mucho tiempo, inspiradadesde la antigüedad por tradiciones e intere-ses religiosos y que utilizó en la modernidadargumentos de orden racionalista cartesiano.Esta separación contribuyó al establecimien-to de dos caminos paralelos para el estudiodel ser humano, los cuales aparecieron du-rante mucho tiempo como ontológicamente

    irreconciliables, cada uno de ellos asumido por diversas disciplinas. Uno de ellos adoptó

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    el camino “científico” del racionalismo y seconcentró en el estudio de los fenómenos fí-

    sicamente observables; mientras el otro, enel estudio de los aspectos intelectuales y sub- jetivos del ser humano. La estrecha relaciónentre cuerpo y espíritu, como lo señalaDamasio (2003), había sido advertida sinéxito por Spinoza desde el siglo XVII.

    Si los sentimientos hacen parte indiscutibledel desarrollo y de la naturaleza del hombre,

    cualquier intento de comprender su compor-tamiento debe incluir su dimensión psíquica,con sus emociones, sus sentimientos y suhistoria, las cuales reflejan un aspecto clavede su especificidad, que va más allá de sim- ples imágenes mentales o representaciones.

    Desde el punto de vista del psicoanálisis(Freud, 1975 y 1984; Stafford-Clark, 1973),la personalidad del ser humano comprende

    un equilibrio entre tres elementos: el yo, elsuperyó y el ello, y tres estados: el cons-ciente, el preconsciente y el inconsciente.Corresponden a estructuras dinámicas en permanente construcción e intercambio. El preconsciente está latente y puede ser traí-do a la memoria, mientras que el incons-ciente es todo aquello que está reprimido yno aflora voluntariamente. Si bien el yo pue-

    de considerarse consciente, en gran medida,existen intercambios y dinámicas inconscien-tes en su desarrollo y manifestaciones. El yoconstituye un modulador entre el medio am- biente y las percepciones y el ello. El prime-ro organiza, filtra y decide (aparentemente,de manera consciente), mientras que el ellodemanda e impulsa buscando la satisfacciónde pulsiones básicas (en su funcionamiento

     pueden encontrarse trazos del gobierno delcerebro reptil).

    En cierta forma, el ello es como un “genioencerrado en una botella”, capaz de produ-

    cir desde una genialidad hasta un acto deagresividad sin control. Por ello requiere lamodulación del yo y la autoridad del su- peryó, que obra como una estructura deautoridad que aporta los valores y criterios para seleccionar e imponer lo que se consi-dera aceptable socialmente. Aquellas cosasque surgen del ello y que son rechazadasdeben ser “procesadas” para permitir el equi-

    librio del sistema. Este “procesamiento”, particularmente en las pulsiones sexuales,lo realiza el ser humano mediante cuatro po-sibles acciones: la sublimación del deseo, larepresión, la transformación en lo contrarioo la conversión hacia la propia persona.

    Si un individuo (hombre o mujer) pasa gran parte de su vida en una organización, esnatural que allí se escenifiquen gran parte

    de los eventos de su dimensión psíquica.Esta puesta en escena en la organización nose concibe solamente como el escenariodonde el hombre descarga su vida psíquicaconstruida en el exterior, sino que es el sitioen el cual realiza parte de su construcción.

    En primer lugar, el empleado lleva a la orga-nización su historia, sus emociones, y ne-

    cesariamente hay transferencia, dirigidahacia las figuras de autoridad, símbolos or-ganizacionales, colegas etc., la cual cues-tiona o reafirma el yo construido desde lainfancia, como expresión de seguridad yafirmación de sí mismo.

    Para reflexionar sobre la manera en que serelaciona el yo de un individuo con el com-

     portamiento organizacional, tomemos el casode la ansiedad y el de la conformación de un

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    falso yo. En la teoría sicoanalítica, la ansie-dad es una respuesta adaptativa ante una

    amenaza al ego. Esto tiene que ver con eltemor a la pérdida, que afecta su procesode conformación del ego en la temprana in-fancia (Freud, 1977). Por otra parte, la re-lación de infancia con la madre, el conceptode madre buena, madre mala, puede con-ducir al establecimiento de un falso yo per-durable en la vida del individuo, y queesconde y protege su yo verdadero del mun-

    do exterior (Khan, 1976).La respuesta del individuo en la organizaciónestá marcada por el proceso de afirmaciónde su yo frente al contexto organizacional: eltipo de trabajo, los valores a los que se en-frenta, las relaciones de poder, el sentimientode seguridad o de valía etc., situación que leexige un esfuerzo de adaptación que pasa por encontrar una explicación de su rol que sa-

    tisfaga su yo interno y el concepto de sí mis-mo construido. Nótese que este procesoocurre en virtud de la naturaleza del ser hu-mano y su alcance e impacto es específico yúnico para cada individuo, independiente dela organización, aunque indudablemente am- bientes inestables o no constructivos puedenagudizar las presiones y desencadenar pro-cesos patológicos en virtud de sus caracte-

    rísticas. He aquí por qué no se puede medir de igual manera la reacción de los empleadossobre determinadas políticas ni pretender quelos procesos de adaptación sean uniformes,y por qué hay empleados que aparentementese mueven con mayor facilidad en ambientesturbulentos o conflictivos.

    En este escenario salen a flote los mecanis-

    mos de defensa natural de los individuos,como la ansiedad, que es canalizada median-

    te las diversas opciones que la teoría freudianaha señalado (sublimación, proyección, nega-

    ción, introyección, etc.). Sin embargo, cuan-do se rompe el equilibrio existente o laexposición a tal situación es muy prolongaday la somatización desborda los límites del in-dividuo, aparecen estadios de angustia y pa-tologías que se expresan en crisis de histeriao actitudes de agresividad retenida con re- percusiones hacia la salud física y mental delindividuo y, por lo tanto, hacia el mismo cli-

    ma de la organización y del trabajo.De igual manera, dificultades en este pro-ceso de adaptación se pueden plasmar enel surgimiento de rasgos relacionados conla latencia de un falso yo, como sustituto protector frente a las inseguridades queofrece el ambiente de trabajo o como me-canismo que le permita asumir nuevos es-tilos de vida que la organización le impone.

    Un ejemplo de este último aspecto se pue-de encontrar en los programas de entrena-miento, que pretenden convencer a losempleados de que son tal cosa o la otra(los mejores, los que ostentan la verdadsobre un producto, etc.) o en las exigen-cias de agresividad simbólica (en muchoscasos no tan simbólica) que las empresas promueven para mejorar su desempeño

    o para cumplir determinadas tareas (audi-toría, proyectos, etc.). Es válido pensar,en este orden de ideas, que muchos em- pleados subsisten en sus puestos de traba- jo merced a que han podido desplegar unfalso yo que les permite asumir sus tareas,escondiendo su verdadera personalidad osus verdaderas emociones y motivaciones.

    La relación entre el empleado y la organiza-ción donde trabaja no es endeble, y los ge-

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    rentes e ideólogos del management  lo han percibido desde hace mucho tiempo. La

    empresa, y específicamente el trabajo dia-rio, es el escenario donde muchas personascanalizan sus procesos inconscientes de lamisma manera en que un artista lo hace através de sus obras. Para algunos trabajar es un simple medio de ganarse la vida, paraotros es la manera de responder a las exi-gencias de su superyó, que lo abliga a so-meterse a un estricto patrón de vida y de

    esfuerzo (Gabriel y Carr, 2002).Si bien las bases del yo se fundamentan enlos primeros años de vida (Segal, 1982; Khan,1971; Winnicott, 1971), este es un procesoque se mantiene en permanente cambio du-rante toda la vida. Incluso ciertos teóricoskleinianos sostienen que a través de la pro-yección y la introyección permanente las per-sonas se deshacen de los elementos que no

    desean y adquieren nuevos rasgos del me-dio, logrando mayor dominio de sus emocio-nes. El mecanismo de interacción siguesiendo la manipulación de objetos propuesta por Klein. Desde este punto de vista psicoa-nalítico, la escisión entre lo bueno y lo malohace parte del desarrollo del yo. La transfe-rencia cumple ese rol de proyección eintroyección mediante la utilización de figu-

    ras parentales (Gabriel, 1998).

    Este hecho permite evaluar en toda su mag-nitud la importancia de los procesos psicoa-nalíticos que se viven en una organización.La subordinación no es una simple relación burocrática racional. Evidentemente, entreun jefe y un empleado se crea un vínculoemocional que no obedece a los modelos

    racionales de decisión ni a los patronesbehavioristas  de comportamiento. Elliots

    Jaques resalta este punto cuando decía quelos subordinados pasan “más tiempo des-

     piertos con su manager que con sus pro- pias esposas” (1977, p. 27).

    El fenómeno de la transferencia se da conti-nuamente en la figura de la autoridad, del jefe,del líder. Las motivaciones para obedecer o para abordar una tarea pueden estar media-das por relaciones de transferencias del tipo padre-autoridad, en la que entran en juego

    las estructuras de personalidad, la historia personal, los temores de infancia y muchosaspectos psicológicos que desencadenan re-laciones emocionales más allá de las estable-cidas por la jerarquía organizacional. Elempleado se ve enfrentado a encarar su per-sonalidad frente a una organización que con-tinuamente le inyecta nuevos códigos devalores, normas, reglas que simbolizan unaimagen de autoridad y de comportamiento,

    que refuerzan o chocan con su superyó ycuestionan su propio yo, de manera incons-ciente. Así mismo, dentro de este principiode autoridad emitido por la organización exis-te un juicio de valor innato, que selecciona lo bueno en contradicción con lo que es malo.Este último representa lo que no se debe ha-cer, lo que no va con los valores de la organi-zación y lo que impide que el empleado sea

    aceptado como parte de la figura parental deautoridad que emite la organización.

    La transferencia no es un fenómeno de unasola vía, y los empleados también proyec-tan hacia los grupos y la organización sus propios objetos (Jaques, 1955, citado enGabriel 1998). Sus emociones son parte in-separable de las decisiones con las cuales

    configuran la organización. La relación en-tre individuo y organización no es un simple

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    intercambio de organización cibernética,sino que la transferencia puede modificar la

    naturaleza misma de cada individuo en susdimensiones psíquica y física.

    Una visión del ser humano desde esta pers- pectiva supera no sólo la visiónbehaviorista,sino muchas otras visiones del trabajador enlas organizaciones. Oglensky (1995), por ejemplo, menciona cómo son inadecuados losmodelos sociológicos que consideran al em-

     pleado como una víctima o un recipiente quehace cuanto la organización le dicta, y la vi-sión según la cual el hombre en la organiza-ción es una máquina racional y cognitiva queestá en función de su autointerés, que estáviendo cómo aprovecharse de la organiza-ción. El ser humano supera en complejidadestas visiones unidimensionales.

    La motivación, como dice Gabriel (Gabriel

    y Carr, 2002), no es un botón que tienen losseres humanos, y que uno logra al apretar-lo, sino que debe ser explicada en virtud dela relaciones que se generen entre la organi-zación y los procesos conscientes e incons-cientes del individuo. La motivación no puede hallarse exclusivamente en el exterior,sino en las características de la personali-dad del individuo, en su especificidad.

    4. Reflexión final

    El enfoque interdisciplinario en las cienciashumanas, que no es más que un diálogo desaberes, ofrece argumentos sólidos para ana-lizar las prácticas y los modelos de interven-ción social, así como las teorías que losustentan. Su contribución al debate sobre el

    hombre reposa en hechos concretos que tie-nen aplicación en cualquier disciplina social.

    Uno de los aspectos más llamativos para abor-dar esta perspectiva es la necesidad de

    desmitificar el concepto de ser humano, enel sentido tradicional en el que la gran cienciay el intelecto lo ha concebido, racional, inte-lectual y desprovisto de su herencia biológi-ca y evolutiva. Este ser humano de laboratorioy de biblioteca es irreal y ha conllevado a unadesfiguración que produce teorías y mode-los de intervención que atentan contra el mis-mo hombre y su naturaleza.

    La visión multidimensional del hombre, queresulta de un enfoque interdisciplinario, es máscompleja que cualquiera de las teorías querespaldan de manera individual y aislada cier-tos aspectos de su comportamiento. Si bienaún existe la necesidad de encontrar muchasrespuestas, la perspectiva adoptada permitehacer nuevas y mejores preguntas, que esotro punto de vista usado para investigar y

    comprender al hombre. Es un camino exten-so, pero que se alinea con las estrategias deinvestigación de vanguardia de la ciencia enel estudio del hombre y de la naturaleza, apar-tándose de la ortodoxia conceptual vigente.Este camino ha sido validado por nuevos en-foques de estudio multidisciplinarios y la apa-rición de nuevas disciplinas integradoras ycomplementarias.

    En el caso de las teorías motivacionales y dedirección del management , se hace evidenteque generalizar y explicar el comportamientode los individuos en las organizacionales bajolas premisas teóricas del behaviorismo ofre-ce incongruencias, que son develadas utili-zando la especificidad de cada campo delconocimiento. En verdad el behavior , a la luz

    de la interdisciplinariedad, no resiste la prue- ba de su validez como teoría explicativa de la

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    conducta humana y, por el contrario, mues-tra sus peligros como una concepción redu-

    cida del ser humano.

    Este debate, que se ha dado con profusiónen otras disciplinas sociales, no se ha asumi-do con el rigor necesario en el management ,que continúa construyendo sus prácticasmotivacionales y de dirección a partir de losmismos supuestos teóricos que lo origina-ron. Esta postura teórica y metodológica hay

    que analizarla y debatirla con argumentos. Sise continúa aceptando el management  comoun hecho incuestionable, sin analizar sus fun-damentos e implicaciones, nos alejaremos dela posibilidad de mejorarlo. Si continuamosreproduciéndolo, aun después de conocer lasevidencias que nos advierten sobre sus limi-taciones, entramos en el terreno ético, a me-nos que se esté dispuesto a aceptar que, en el

    fondo, toda la elaborada teoría motivacionaldel management  esconde un hecho simple:las personas no tienen otra opción que traba- jar para sobrevivir, y las organizaciones, re-conociendo esta situación, la aprovechan parasu beneficio. Este develamiento podría no ser  justo, pero sería al menos más honesto.

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