mapas de chile

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Cartografía histórica de Chile

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mapas de zonas y ciudades de Chile desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX

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  • El contenido de este volumen corresponde a una seleccin de material depositado en diversas coleccio-nes pertenecientes a la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos, y muestra el proceso de construccin de Chile republicano por medio de la imagen, a travs de mapas y planos que dan cuenta de la evolucin del territorio nacional, concebido ste no slo como el escenario natural en el que se desenvuelve la sociedad, sino tambin como un sistema dinmico que se trans-forma como resultado de la actividad humana y sus obras. El planteamiento en el que se funda este trabajo es que el territorio de un pas es una geografa en cons-tante construccin, en la que confluyen el esfuerzo, el compromiso, la tenacidad y la inteligencia de sus habi-tantes.

    El repertorio de cartografa y planimetra histrica chilena comprende el perodo 1778-1929, que corres-ponde a la formacin del territorio chileno actual, es decir, desde el traspaso de los dominios trasandinos de la antigua Capitana General de Chile al Virreinato del Ro de la Plata, hasta el tratado de lmites con Per en 1929.

    La Biblioteca fundamentos de la construccin de Chile es una iniciativa de la Cmara Chilena de la Construccin, en conjunto con la Pon-tificia Universidad Catlica de Chile y la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos que, en formato impreso y multimedia, rene las obras de los cientficos, profesio-nales y tcnicos que con sus trabajos dieron a conocer Chile sus recursos humanos y naturales, as como sus caractersticas sociales y evolucin histrica contribuyendo con sus investigaciones, informes y trabajos a la formacin de la nacin, la organizacin de la repblica, la administracin del Estado y el desarrollo general del pas, entre otros procesos histricos.

    Jaime Rosenblitt B. Doctor (c) en Historia por la Pontificia

    Universidad Catlica de Chile. Investigador del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos. Acadmico universitario.

    Mara CarolinaSanhueza Benavente

    Licenciada en Historia por la Universidad Finis Terrae. Investigadora en temas de ordenamiento territorial. Magster (c) en Historia por la Univer-sidad de Chile.

    Car

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    41

    Cartografa histricade Chile

  • BiBlioteca Fundamentos de la construccin de chile

    cmara chilena de la construccinPontiFicia universidad catlica de chile

    BiBlioteca nacional

  • BiBlioteca Fundamentos de la construccin de chile

    iniciativa de la cmara chilena de la construccin, junto con la PontiFicia universidad catlica de chile

    y la direccin de BiBliotecas, archivos y museos

    comisin directivaGustavo vicua salas (Presidente)

    auGusto Bruna varGasXimena cruzat amunteGuijos iGnacio Gonzlez leiva

    manuel ravest moraraFael saGredo Baeza (secretario)

    comit editorialXimena cruzat amunteGui

    nicols cruz BarrosFernando jaBalquinto lPez

    raFael saGredo Baezaana tironi

    editor GeneralraFael saGredo Baeza

    editormarcelo rojas vsquez

    correccin de oriGinales y de PrueBasana mara cruz valdivieso

    Paj

    BiBlioteca diGitaliGnacio muoz delaunoy

    i.m.d. consultores y asesores limitada

    Gestin administrativamnica titze

    diseo de PortadatXomin arrieta

    Produccin editorial a carGodel centro de investiGaciones dieGo Barros aranade la direccin de BiBliotecas, archivos y museos

    imPreso en chile / Printed in chile

  • cartoGraFa histrica de chile. 1778-1929

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    PRESENTACIN

    La Biblioteca Fundamentos de la Construccin de Chile rene las obras de cientficos, tcnicos, profesionales e intelectuales que con sus trabajos imaginaron, crearon y mostraron Chile, llamaron la atencin sobre el valor de alguna regin o recurso natural, analizaron un problema socioeconmico, poltico o cultural, o plantearon soluciones para los desafos que ha debido enfrentar el pas a lo largo de su historia. Se trata de una iniciativa destinada a promover la cultura cientfica y tecnolgica, la educacin multidisciplinaria y la formacin de la ciudadana, todos requisitos bsicos para el desarrollo econmico y social.

    Por medio de los textos reunidos en esta biblioteca, y gracias al conocimiento de sus autores y de las circunstancias en que escribieron sus obras, las generaciones actuales y futuras podrn apreciar el papel de la ciencia en la evolucin nacional, la trascendencia de la tcnica en la construccin material del pas y la importancia del espritu innovador, la iniciativa privada, el servicio pblico, el esfuerzo y el trabajo en la tarea de mejorar las condiciones de vida de la sociedad.

    El conocimiento de la trayectoria de las personalidades que rene esta coleccin, ampliar el rango de los modelos sociales tradicionales al valorar tambin el que-hacer de los cientficos, los tcnicos, los profesionales y los intelectuales, indispen-sable en un pas que busca alcanzar la categora de desarrollado.

    Sustentada en el afn realizador de la Cmara Chilena de la Construccin, en la rigurosidad acadmica de la Pontificia Universidad Catlica de Chile, y en la trayectoria de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos en la preservacin del patrimonio cultural de la nacin, la Biblioteca Fundamentos de la Construccin de Chile aspira a convertirse en un estmulo para el desarrollo nacional al fomentar el espritu emprendedor, la responsabilidad social y la importancia del trabajo siste-mtico. Todos, valores reflejados en las vidas de los hombres y mujeres que con sus escritos forman parte de ella.

    Adems de la versin impresa de las obras, la Biblioteca Fundamentos de la Cons-truccin de Chile cuenta con una edicin digital y diversos instrumentos, como soft-wares educativos, videos y una pgina web, que estimular la consulta y lectura de los ttulos, la har accesible desde cualquier lugar del mundo y mostrar todo su potencial como material educativo.

    comisin directiva - comit editorialBiBlioteca Fundamentos de la construccin de chile

  • ciP-BiBlioteca nacional de chile912.83 cartoGraFa histrica de chile, 1778-1929 / [recoPilacin y seleccin jaimec328h rosenBlitt B. y carolina sanhueza B.]; editor General raFael saGredo Baeza.2010 -- [1a. ed]. -- santiaGo de chile; cmara chilena de la construccin: PontiFicia

    universidad catlica de chile: direccin de BiBlioteca archivos y museos, c2010.

    lXv, 310 P., [2 h. de lms. PleGs.] : il. col., Facms., maPas col. ; 28 cms. (BiBlioteca Fundamentos de la reconstruccin de chile)

    incluye BiBlioGraFas. isBn: 9789568306083 (oBra comPleta) isBn: 9789568306335 (t. 41) 1.- chile- GeoGraFa histrica-maPas. i.- rosenBlitt B., jaime, comP. ii.-

    sanhueza B., carolina, comP. iii.- saGredo Baeza, raFael, ed.

    cmara chilena de la construccin, 2010marchant Pereira 10

    santiaGo de chile

    PontiFicia universidad catlica de chile, 2010av. liBertador Bernardo ohiGGins 390

    santiaGo de chile

    direccin de BiBliotecas, archivos y museos, 2010 av. liBertador Bernardo ohiGGins 651

    santiaGo de chile

    reGistro ProPiedad intelectualinscriPcin n 189.791

    santiaGo de chile

    isBn 978-956-8306-08-3 (oBra comPleta)isBn 978-956-8306-33-5 (tomo Xli)

    imaGen de la PortadaesFera armilar

    derechos reservados Para la Presente edicin

    cualquier Parte de este liBro Puede ser reProducida con Fines culturales o educativos, siemPre que se cite

    de manera Precisa esta edicin.

    Texto compuesto en tipografa Berthold Baskerville 10/12,5

    se termin de imPrimir esta edicin, de 1.000 ejemPlares,del tomo Xli de la BiBlioteca Fundamentos de la construccin de chile,

    en versin Producciones GrFicas ltda., en marzo de 2010

    imPreso en chile / Printed in chile

  • santiaGo de chile2010

    CARTOGRAFA HISTRICA DE CHILE1778-1929

  • Extracto del Mapa de Chile de Ambrosio OHiggins, 1768.

  • cartoGraFa histrica de chile. 1778-1929

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    CARTOGRAFA HISTRICA DE CHILE1778-1929

    Jaime Rosenblitt B. y Carolina Sanhueza B.

    PrloGo

    Considerando que la Biblioteca Fundamentos de la Construccin de Chile rene las obras de cientficos, profesionales y tcnicos que, con su trabajo e inves ti ga-cio nes han favorecido la construccin del Chile actual. En este volumen se muestra la imagen material de este proceso a travs de mapas y planos que dan cuenta de la evolucin del territorio, concebido ste no slo como el escenario natural en el que se desenvuelve la vida de la sociedad sino como un sistema dinmico que se transforma permanentemente como resultado de la actividad humana y sus obras. El planteamiento en el que se funda esta recopilacin es que el territorio de un pas es una geografa en constante construccin, en la que confluyen el esfuerzo, el compromiso, la tenacidad y la inteligencia de sus habitantes.

    La seleccin de cartografa y planimetra histrica chilena que presentamos a continuacin comprende el perodo 1778-1929, que corresponde a la formacin del territorio chileno actual, es decir, desde el traspaso de los dominios trasandinos de la antigua capitana general de Chile al virreinato del Ro de la Plata, hasta el tratado de lmites con Per en 1929, que zanj la disputa por la soberana de la re-gin Tacna-Arica y traz definitivamente la frontera entre ambos pases. Las piezas estn expuestas a partir de cinco ejes temticos y corresponden a:

    cartoGraFa nacional: considera mapas y atlas que representan al territorio nacional en su totalidad.

    cartoGraFa y Planimetra de santiaGo. el asentamiento oriGinal: incluye planos de la ciudad, de sectores aledaos a ella, y planos y croquis de obras pblicas y edificios, que reflejan su evolucin urbana, demogrfica y social.

    cartoGraFa de la zona central. la urBanizacin del chile tradicional: In-cluye mapas y planos que dan cuenta del poblamiento de la zona cen tral, de la evolucin de la organizacin de los espacios rurales y de las obras pblicas ejecutadas con el fin de impulsar su desarrollo econmico e integracin.

  • cartograFa histrica de chile. 1778-1929

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    cartoGraFa de la eXPansin al sur: rene piezas que muestran el avance de las fronteras nacionales desde el ro Biobo hasta el estrecho de Ma ga lla-nes, identificando diversas etapas y los aspectos militares, polticos y eco-nmicos que las definen.

    cartoGraFa de la eXPansin al norte: incluye material que refleja el avance de la frontera de la minera chilena y cmo sus efectos se reflejan en el reco nocimiento del territorio, la organizacin de los espacios regionales y la evolucin de los ncleos urbanos.

    El material seleccionado est depositado en diversas colecciones de la Direc-cin de Bibliotecas, Archivos y Museos, como el Archivo Nacional Histrico, la Sala Medina, la Mapoteca, el Archivo Fotogrfico y Digital y la Seccin Chilena de la Biblioteca Nacional de Chile, a cuyos encargados agradecemos la colabora-cin prestada para su investigacin y reproduccin digital, tareas posibles gracias al apoyo del Fondo de Apoyo a la Investigacin Patrimonial de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos, durante los aos 2008 y 2009.

    introduccin:cartoGraFa y construccin del esPacio nacional

    Habitualmente se ha tenido una percepcin de la prctica cartogrfica como un saber racional, objetivo y cientfico, un fiel reflejo de la realidad. En los estudios historiogrficos, los mapas como fuente histrica han sido relegados a un segundo plano, de inferior valor que el documento escrito, sirviendo generalmente como una herramienta auxiliar del historiador, quien se limita a utilizarlos para situar ubicaciones, fenmenos o acontecimientos histricos. Sin embargo, el significado de los mapas no se limita a su carcter prctico e instrumental, pues se manifiestan como una construccin social describiendo el mundo en trminos de relaciones y prcticas de poder, preferencias y prioridades culturales1. En este marco, el ma pa es mejor entendido como texto que como imagen, en la medida que porta una informacin llena de smbolos, significados y valores, de manera que, ms que una representacin grfica de lo real, el mapa refleja una visin del mundo2. En palabras de John B. Harley, los mapas son una construccin de la realidad, imgenes cargadas de intenciones y consecuencias que se pueden estudiar en las sociedades de su tiempo3.

    Con tales consideraciones, se hace necesario situar al cartgrafo en el contexto de su poca, de modo que los mapas se ven influenciados por diversos factores que van desde el mercado al cual van dirigidos hasta las intenciones de quien los

    1 John Brian Harley, La nueva naturaleza de los mapas. Ensayos sobre la historia de la cartografa, pp. 59-61.

    2 Vladimir Montoya Arango, El mapa de lo invisible. Silencios y gramtica del poder en la car-tografa, pp. 166-167.

    3 Harley, La nueva..., op. cit., p. 62.

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    manda a ejecutar, y reflejan intencionalidades que pueden ser econmicas, socia-les, estratgicas o polticas. Los mapas son una forma de conocimiento y, por lo tanto, una forma de poder, en la medida que constituyen medios de control sobre un espacio geogrfico determinado. Todo en ellos proporciona algn mensaje, tan-to la informacin explcita que entregan como las ausencias deliberadas de sta. As, el mapa como instrumento de poder cuenta con numerosos ejemplos, pues a lo largo de la historia la cartografa se ha utilizado como una herramienta de pa-cificacin, civilizacin y explotacin4 por parte de los imperios y Estados nacin modernos, legitimando dominios territoriales. De esta manera, y en cuanto a la cartografa chilena, los mapas permiten comprender cmo se fue configurando y desarrollando el pas a lo largo del tiempo, tanto en su estructura interna como en sus fronteras nacionales.

    4 Harley, La nueva..., op. cit., p. 85.

    Domingo Javier de Urrutia. Estancia de San Lorenzo de Nancagua. Colchagua, 1797. Coleccin Archivo Nacional Histrico.

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    cartoGraFa y ciencia en la rePBlica chilena

    La evolucin del conocimiento geogrfico en Chile se lo debemos al siglo XiX. La cartografa, como prctica y como disciplina, fue desarrollndose paulatinamente a lo largo del siglo, sentada sobre la base de la Ilustracin y del sistema hispano colonial. Luego de la independencia y una vez que comenzaron los planes para la organizacin de la repblica, los dirigentes nacionales se enfrentaron al problema de la discontinuidad del espacio nacional y del precario conocimiento que se tena del territorio. La escasa nocin que se tena sobre ste lo otorgaba la prctica, los viajes y la vida cotidiana que se desenvolva sobre dicho espacio, pues no existan mapas ni estadstica alguna sobre las diferentes regiones del pas. La infl uencia que ejercan ambos problemas en la organizacin del nuevo Estado y en la administracin interior era evidente, lo que hizo despertar un inters temprano en las autoridades al respecto. Sin embargo, pasaron aos antes de que el pas tuviera una situacin econmica y poltica estable que permitiera llevar a cabo una empresa de tal envergadura, como lo era elaborar cartas topogrficas locales, regionales y nacionales, a partir de una base cientfica y de un reconocimiento in situ del territorio.

    El cultivo de las ciencias constitua una prioridad para lograr tales objetivos, por lo que dentro de las pretensiones educativas de la nueva repblica se estima-ron de gran importancia materias como las matemticas, la geografa, la nutica y la ingeniera, ya fuera en los establecimientos de enseanza como en las institu-ciones militares que tempranamente se pensaron instaurar. La prctica cartogr-fica se desprenda directamente de los estudios geogrficos y matemticos, de la Geografa, concebida como ciencia mixta, incorporaba las matemticas, la fsica, la astronoma y la historia, entre otras ramas del saber, ocupndose de aspectos tan variados como la formacin y movimiento de la Tierra, las formas y elementos de su superficie, las caractersticas de los pueblos y constitucin de las sociedades, la distribucin de tierras y mares, as como de la descripcin de continentes, pa-ses y lugares5. El racionalismo ilustrado del siglo Xviii dio un renovado impulso a los estudios cientficos geogrficos, por lo que tempranamente se hicieron los primeros intentos por implantar este tipo de enseanza en Chile bajo el alero de la Academia de San Luis que, fundada en 1797, apuntaba a la formacin de tcnicos con el objeto de impulsar las actividades econmicas del entonces reino de Chile. Del mismo modo, el Instituto Nacional contempl en 1813 abrir la educacin hacia las ciencias fsicas y matemticas, pero la instauracin definitiva de estas discipli-nas se vio dificultada en ambos establecimientos por la carencia de libros y textos que contribuyesen a una completa formacin escolar, as como por la falta de un personal docente calificado para la instruccin6. Entonces, las ctedras fueron

    5 Horacio Capel. Historia de la ciencia e historia de las disciplinas cientficas. 6 Desde comienzos del siglo XiX se encuentran registros de algunos textos geogrficos, aunque

    ellos no caben bajo la denominacin de lo que hoy podemos llamar propiamente ciencia o disciplina geogrfica, pues se basaban meramente en la enumeracin y descripcin de las cosas que existen sobre la superficie terrestre, con rasgos de nomencltor, es decir, catlogo de nombres, ya sean pueblos, ciu-

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    ocupadas principalmente por ingenieros y agrimensores que se desempeaban paralelamente en labores propias de sus profesiones a lo largo del pas, por lo que no pudieron ejercer la docencia de forma estable y permanente.

    A lo largo del siglo Xviii se destinaron a la gobernacin de Chile numerosos ingenieros de formacin profesional provenientes del Real Cuerpo de Ingenieros Militares, quienes se destacaron no slo en el campo defensivo sino, tambin, en obras de carcter civil, lo que redund en un acucioso levantamiento de planos y mapas acotados a un objeto de estudio especfico. Es por ello que durante el siglo Xviii los trabajos cartogrficos se caracterizaron por la representacin fragmen-tada de localidades diversas, influenciada por su carcter prctico, tal como lo demuestra la elaboracin de mapas destinados a resolver problemas y necesidades circunstanciales, como causas judiciales, denuncios mineros y fundacin de villas.

    El carcter informativo y utilitario de la geografa qued en evidencia con la evolucin de las monarquas absolutas y el avance de las ciencias en el mbito mundial, que dieron lugar a una serie de expediciones cientficas llevadas a cabo por las principales potencias europeas. Adems de una motivacin propiamente cientfica, aquellas expediciones tuvieron fines utilitarios de carcter estatal, en cuanto a que la ciencia constitua un instrumento de expansin imperial7 y, por lo tanto, una herramienta de poder. Se buscaba conocer las posibles riquezas de las colonias, puntos estratgicos militares, nuevas rutas comerciales y derroteros ms seguros para la navegacin, demostrando as la preponderancia de intereses polticos, econmicos, estratgicos y territoriales. Debido a ello existi una especial preocupacin por levantar, con la mayor exactitud posible, cartas hidrogrficas de los territorios por donde se internaban. La expedicin realizada por Alejandro Malaspina entre 1789 y 1794, por cierto la ms importante llevada a cabo por el imperio espaol, leg una importante documentacin cartogrfica sobre nuestro pas. En su paso por la costa, la comisin realiz numerosos levantamientos hi-drogrficos que comprenden desde Arica hasta las islas Diego Ramrez, en el sur, reparando en sectores como Coquimbo, islas San Flix y Juan Fernndez, Valpa-raso, Talcahuano, Valdivia y San Carlos de Chilo. La comisin estuvo dotada con preparados marinos y oficiales, entre ellos Felipe Bauz, responsable de los levantamientos cartogrficos, as como con modernos instrumentos que permi-tieron realizar las observaciones astronmicas y los clculos matemticos que se requeran para los trabajos8.

    Preparados con una base cientfica fundada en el mtodo de triangulacin geo-dsica, los planos contaban con un gran nivel de precisin en cuanto a la determi-

    dades, pases o sujetos. Todo ello siguiendo las lneas del enciclopedismo del siglo Xviii. Vase Mnica Gangas y Hernn Santis. La formacin y el desarrollo de la Geografa Chilena, pp. 76-80.

    7 Rafael Sagredo y Jos Ignacio Gonzlez. La expedicin Malaspina en la frontera austral del imperio espaol, p. 44.

    8 Sobre los trabajos efectuados por la expedicin de Alejandro Malaspina en Chile, vase Sagredo y Gonzlez, op. cit.; Jos Ignacio Gonzlez, La expedicin Malaspina y la Cartografa sobre Chile, pp. 7-29; Andrs Estefane Jaramillo. La proyeccin nacional de una empresa imperial: la Expedicin Malaspina (1789-1794) en Chile republicano, pp. 287-326.

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    nacin de las coordenadas geogrficas de los lugares estudiados, tanto as que se observan escasas diferencias con los datos actuales. Sin embargo, la importancia del legado cartogrfico dejado por la expedicin Malaspina trasciende a la canti-dad y calidad de sus trabajos. Gracias a su carcter cientfico, sus investigaciones se proyectaron hacia el perodo republicano ante la carencia de informacin actuali-zada sobre el territorio, de modo que en diversas ocasiones las autoridades repu-blicanas debieron recurrir al material cartogrfico heredado del perodo colonial para enfrentar la carencia de mapas y planos del territorio nacional con los que resolver problemas limtrofes al momento en que fue necesaria una argumentacin histrica por parte de los pases en conflicto9. A lo largo del siglo XiX, diferentes hombres de ciencia tambin se valieron de dicha informacin cuando debieron realizar nuevas expediciones y estudios geogrficos sobre las caractersticas del territorio nacional. Entre ellos, Claudio Gay y Jos Amado Pissis acudieron cons-tantemente al trabajo de la comisin poltico-cientfica del siglo Xviii para elaborar sus propias cartas y corregir imprecisiones de medicin.

    Si bien las grandes expediciones realizaron enormes aportes en el campo car-togrfico, en la generalidad se abocaron a trabajos hidrogrficos dirigidos a la lnea costera, dejando en suspenso una representacin topogrfica del espacio interior del pas. Las pocas cartas que se conservaban hacia 1810 constituan simples esbo-zos, croquis o resquicios cartogrficos sin rigurosidad cientfica, exceptuando aquellas ejecutadas por la expedicin Malaspina en ciertos sectores del interior10. La car-tografa referente al territorio chileno era, por ende, casi inexistente, remitindose slo a algunas ciudades y puertos, situacin que se mantuvo prcticamente sin variaciones hasta la dcada de 1830, cuando comenzaron las empresas oficiales de iniciativa estatal.

    El conocimiento geogrfico durante el siglo XiX, con su consecuente represen-tacin cartogrfica, se convirti en un aspecto esencial con el que deba contar la nueva nacin para conocer la dimensin de su territorio con fines militares, de or-denamiento y administracin interior, integracin social, desarrollo econmico y de demarcacin de sus fronteras nacionales. Es precisamente gracias a su cualidad utilitaria que tanto el Estado como los ingenieros militares, ingenieros gegrafos, agrimensores y naturalistas desempearon un papel fundamental en la produccin cartogrfica decimonnica11.

    9 Estefane, op. cit. 10 Los oficiales a cargo de los levantamientos, Felipe Bauz y Jos Espinoza y Tello, confecciona-

    ron a una escala aproximada de 1:1.800.000, la Carta esfrica de la parte interior de Amrica del Sur para manifestar el camino que conduce desde Valparaso a Buenos Aires, construido por las observaciones que se hicieron en estos parajes en 1794. El mapa inclua adems, el Plano del Paso de Los Andes, elaborado con una escala aproximada de 1:1.500.000. Gonzlez, La expedicin, op. cit., pp. 25-26.

    11 En Francia, la denominacin Ingenieros gegrafos se dirigi especialmente a los militares que se preocupan del levantamiento y preparacin de cartas topogrficas, con la finalidad de que stos re-presenten cartogrficamente los rasgos naturales caractersticos de un segmento de la superficie, apli-cando conocimientos de astronoma, geodesia, topografa y cartografa. Con el desarrollo de la Escuela de Minas y de la Escuela Politcnica de Pars, se incluyeron a estas materias los estudios de geologa y

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    las Primeras iniciativas nacionales

    La guerra de independencia evidenci la necesidad de disponer de una represen-tacin grfica de los sectores y situaciones estratgicas sensibles para la obtencin de sus objetivos, motivo por el cual las primeras prcticas cartogrficas locales estuvieron orientadas hacia el mbito militar12. Como es lgico, en una coyuntura histrica tan delicada, la disposicin de una apropiada representacin grfica del territorio era indispensable para el triunfo de la causa americana. A pesar de que los patriotas aun no contaban con condiciones favorables para ello, junto a la organizacin de las fuerzas armadas se concibi la idea de crear instituciones especializadas en la produccin y conservacin de una cartografa nacional. En relacin a la cartografa topogrfica, hacia 1819 Bernardo OHiggins propuso la creacin de una academia militar con un marcado tono cientfico. En ella se formaran militares e ingenieros y contara con un depsito topogrfico dotado de planos y croquis militares y geogrficos que por comisiones se levanten en el estado13, encargando la organizacin de la Seccin de Ingenieros y Depsito Topogrfico del Ejrcito al coronel Santiago Ballarna. Asimismo, en 1823 el pilo-to Claudio Vila propuso al ministro del Interior, Mariano Egaa, la creacin de una Academia Nutica que, entre otros objetivos, se encargara de realizar levantamientos hidrogrficos de las costas de Chile. Ello no slo facilitara pos-teriormente el levantamiento de la carta geogrfica del interior del territorio sino que, tambin, permitira a la nueva nacin no depender de forma exclusiva de aquellas potencias ms versadas en materia de produccin cartogrfica que ya ha-ban realizado diversos levantamientos sobre la Amrica meridional14. Con todo, la naciente repblica tendr que esperar hasta bien avanzado el siglo para contar con instituciones abocadas al estudio y elaboracin sistemtica de cartas geogrficas.

    Las primeras iniciativas gubernamentales que apuntaron a la creacin de un mapa general que comprendiera todo el territorio de la repblica se remontan a 1823, cuando se encarg a diversos profesionales extranjeros la realizacin de un viaje cientfico y descriptivo por el territorio. El arribo de hombres ilustrados cons-titua un recurso legtimo para el desarrollo cientfico y, por ende, un medio pro-vechoso para la industria nacional. Comenz entonces a dejarse sentir fuertemente la influencia francesa, gracias a la presencia en Chile de oficiales galos alejados de su pas tras la cada de Napolen. Se destacaron figuras como Juan Jos Dauxion Lavaysse, Jos Alberto Bacler DAlbe y Carlos Ambrosio Lozier, a quienes se les

    mineraloga, reas que se vern reflejadas ms tarde en los trabajos realizados por Ignacio Domeyko y Jos Amado Pissis. Vase Gangas y Santis, op. cit., pp. 80-81.

    12 Los planos y mapas militares bien podan representar campos de batalla o vas de comunicacin para la movilizacin de tropas. Ejemplo de ello se aprecia con la expedicin libertadora, cuando al sargento mayor de ingenieros, Jos Antonio lvarez Condarco, se le encomend la tarea de representar los pasos cordilleranos de Uspallata, los Patos y el Planchn, en 1817. Gangas y Santis, op. cit., p. 81.

    13 Diego Barros Arana. Historia general de Chile, tomo Xii, p. 298.14 Jos Ignacio Gonzlez. Primeros levantamientos cartogrficos generales de Chile con base cien-

    tfica: Los mapas de Claudio Gay y Amado Pissis, p. 22.

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    comision labores que apuntaban a obtener un mayor conocimiento del espacio geogrfico heredado del perodo colonial. Si bien al primero de ellos se le enco-mend realizar un viaje cientfico por todo el territorio,

    cuyo objeto sea examinar la geologa del pas, sus minerales y dems pertenecientes a la historia natural: todos los datos que puedan contribuir a formar una exacta es-tadstica de Chile,

    Juan J. Dauxion Lavaysse slo recorri algunas localidades en la provincia de Coquimbo. Los resultados de su investigacin carecieron completamente de rigu-rosidad cientfica y estuvieron lejos de cumplir con los objetivos requeridos por el gobierno. Por su parte, a los ingenieros Jos A. Bacler DAlbe y Carlos A. Lozier se les encarg la elaboracin del mapa corogrfico de Chile, atendiendo a

    los embarazos que se presentan para dirigir la administracion civil i militar i dar un impulso activo a la industria, i al buen orden i economa interior de los pueblos sin que exista un buen mapa de su territorio; i deseando sobre todo cumplir con la decisin soberana del Congreso Constituyente, que ordena la divisin del territorio del Estado en departamentos. La falta de una documentacin cartogrfica oficial se manifest claramente en la invitacin que se hizo a todos los habitantes de la repblica a remitir todos los mapas, planos de mar y tierra, memorias descriptivas, histricas, estadsticas de artes, industria, agricultura, comercio, minera15.

    A pesar del empeo puesto por las autoridades y la clase poltica del momento para disponer de esta herramienta tan esencial para los intereses del Estado, los proyectos finalmente no se concretaron16.

    15 Juan J. Dauxion Lavaysse fue contratado por decreto del 26 de junio de 1823, mientras que a Carlos A. Lozier y Jos A. Bacler DAlbe se les comision el 20 de diciembre del mismo ao. Con motivo de confeccionar el mapa general de Chile y debido a los requerimientos militares del momento, se deleg a este ltimo todos los asuntos relativos al dibujo y estadstica militar, con especial atencin al examen de las localidades que sirvieran a la defensa del pas. Ambrosio Lozier, en cambio, se le en-carg la investigacin geodsica, topogrfica y aquello concerniente a la industria. Los textos de ambos decretos y para mayor conocimiento de las labores emprendidas por dichos personajes, vase Diego Barros Arana. Obras completas, tomo Xi: Estudios histrico-bibliogrficos, pp. 245-269.

    16 La necesidad de contar con una carta nacional fue manifestada con anterioridad a 1823 por Carlos A. Lozier, al proponer la formacin de un liceo industrial que, junto a una labor educativa, podra ocuparse de proyectar nuevos mapas del territorio. Asimismo, el ingeniero Pedro Coustillas plante en 1822 la importancia de este tipo de documentacin a fin de que sus Ministros tengan a cada instante a la vista una representacin fiel y circunstanciada de cada lugar, y puedan, desde el gabinete, dirigir con este medio las operaciones importantes de administracin y de mejoramientos con conocimiento exacto de las localidades. Vase Valentn Letelier. Sesiones de los cuerpos legislativos de la Repblica de Chile, 1811-1845, tomo vi: Convencin preparatoria y Corte de Representantes 1822-1823, pp. 363-366.

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    eXPloraciones de reconocimiento y rePresentacin territorial:los traBajos de claudio Gay y amado Pissis

    A partir de la dcada de 1830 se produjo un despegue en la cartografa nacional, propiciado por la consolidacin del Estado chileno y sus variados requerimientos administrativos, econmicos y polticos. Con anterioridad, haba quedado en evidencia la falta de un conocimiento integral del espacio geogrfico y sus recursos naturales, junto a la necesidad de contar con una cobertura cartogrfica que abar-cara las diferentes regiones del pas. Pero la falta de recursos y de profesionales idneos para llevar a cabo esta tarea, impidieron su realizacin una vez consumada la independencia. Considerando el precario estado en que se encontraban las cien-cias en nuestro pas, la contratacin de extranjeros por parte del gobierno fue una constante a lo largo de todo el siglo XiX, quienes se enfocaron no slo a la en seanza y a llenar los vacos de conocimiento sobre nuestro espacio geogrfico sino, tambin, a mitigar estas carencias cartogrficas. En este contexto se destaca la obra de Claudio Gay y Jos Amado Pissis, cuya relevancia trasciende el campo de la ciencia, al vincularse con una iniciativa nacional que tuvo como fruto a los primeros mapas que representaron a la rep-blica como un espacio geogrfico unitario y longitudinal, mostrando la verdadera dimensin del espacio chileno. Contratados por el gobierno en 1830, el primero, y en 1848, el segundo, ambos cientficos recorrieron el pas con la finalidad, entre otras, de confeccionar un mapa general, lo que origin no slo la primera cartogra-fa de iniciativa y produccin nacional, sino tambin los primeros levantamientos realizados a partir de un sustrato cientfico. Si bien los mapas elaborados tanto por Gay como por Pissis contaron con diversas inexactitudes, su importancia radica en su evidente aporte al conocimiento geogrfico del pas y a los antecedentes hist-ricos que proporcionaron.

    El naturalista Claudio Gay firm un contrato con el gobierno el 14 de septiem-bre de 1830, en el que se le

    obliga a hacer un viaje cientfico por todo el territorio de la repblica, en el tr-mino de tres aos y medio, con el objeto de estudiar la historia natural de Chile, su geografa, geologa, estadstica y cuanto contribuya a dar a conocer las producciones naturales del pas, su industria, comercio y administracin,

    y a presentar al gobierno, en el trmino de cuatro aos, un bosquejo de sus obras. Asimismo, deba ocuparse de la ejecucin de cartas geogrficas de cada una de las provincias y de vistas y planos de las principales ciudades, puertos y ros17. La obra era monumental, pues efectivamente en el Chile de la poca estaba todo por

    17 Para ver el texto del contrato realizado entre Claudio Gay y el gobierno chileno, vase, Carlos Stuardo Ortiz. Vida de Claudio Gay. Escritos y documentos, tomo ii, pp. 91-93. Para una mayor informacin acerca de la obra y los viajes del naturalista a travs del territorio chileno, vase el libro citado y Barros Arana, Obras..., op. cit., pp. 239-457.

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    hacerse. No se haban estudiado las especies ni los recursos naturales del territorio y tampoco exista catastro alguno de ellos. Las representaciones grficas del terri-torio chileno eran casi inexistentes y se conoca poco acerca de la localizacin exacta de las ciudades y puntos geogrficos de importancia18.

    Entre 1830 y 1842, recorri el espacio comprendido entre el despoblado de Atacama y la isla grande de Chilo19. Sin embargo, durante este perodo se ausen-t del pas en dos ocasiones: desde 1831 a 1834 viaj a Francia para adquirir el material y los instrumentos necesarios para realizar su trabajo y desde 1839 a 1841 se dirigi a Per para recopilar informacin acerca de la historia y cartografa de Chile en los archivos peruanos. A su vuelta, el naturalista dio a conocer el prospec-to de su obra en el peridico El Araucano, donde incluy temticas como la flora y fauna chilena, mineraloga, geologa, estadstica, historia y geografa de Chile, costumbres y usos de los araucanos, todo ello acompaado con numerosos planos, mapas y lminas20.

    Fruto de sus estudios, investigaciones y trabajo de campo, radicado en Francia en 1844 inici la publicacin de su Historia fsica y poltica de Chile, la cual slo con-cluy hacia 1871. sta se compone de treinta volmenes divididos temticamente en ocho tomos de botnica, ocho de zoologa, dos sobre agricultura, ocho tomos de historia, dos de documentos histricos, ms dos atlas de imgenes, incluyendo el primer conjunto de mapas de la repblica de Chile21. De esta manera, bajo el pri-mer tomo del Atlas de la historia fsica y poltica de Chile, Claudio Gay reuni un total de 12 mapas provinciales, planos de puertos, ciudades y regiones, ms un mapa general, a escala aproximada de 1:2.000.000, titulado Mapa para la inteligencia de la Historia fsica y poltica de Chile que abarca entre los 25 y 44 latitud Sur.

    Su obra respondi a las necesidades de un Estado en pleno perodo de organi-zacin y consolidacin, constituyendo una herramienta invaluable para el control y la administracin de su territorio. Adems de representar a la nacin en su con-junto, los mapas particulares incluidos en su Atlas muestran, por primera vez, las unidades poltico administrativas en que se divida el pas, es decir las provincias de Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Santiago y Valparaso, Talca y Colchagua, Cau quenes, Concepcin, Valdivia y Chilo22. Considerando que las pocas cartas

    18 Rafael Sagredo. Geografa y Nacin. Claudio Gay y la primera representacin cartogrfica de Chile, p. 234.

    19 Si bien Claudio Gay incluy mapas de los archipilagos del extremo sur y de la regin de Maga-llanes, l nunca visit dicho territorio, debiendo recurrir a los trabajos hidrogrficos espaoles e ingleses para su ejecucin. De esta manera, el naturalista incorporaba dicha regin al territorio e imaginario nacional, tal como lo demostraban los textos constitucionales de la poca, a pesar de no haber existido una ocupacin efectiva de dicho espacio geogrfico sino hasta 1843, cuando se fund el Fuerte Bulnes.

    20 Gonzlez, Primeros levantamientos..., op. cit., p. 30. 21 Sagredo, Geografa..., op. cit., p. 236. 22 Dicha divisin poltico administrativa no corresponda exactamente a la existente entonces en la

    repblica, puesto que hacia 1853, el pas se divida en 13 provincias. Los mapas elaborados por Claudio Gay y publicados en su Atlas en 1854 no incluan las provincias de Maule, uble y Magallanes, y aqulla denominada Cauquenes, no existi en la realidad. Es probable que ello se debiera a que el naturalista permaneci en nuestro pas hasta 1842, cuando aun no se creaban las provincias de Ataca-

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    que se referan al territorio chileno representaban sobre todo el borde costero, el naturalista tuvo especial preocupacin por reconocer y cartografiar el interior del pas, entonces casi desconocido, expresando que

    Chile no posee ms cartas geogrficas que las de la costa, y que las que se han tra-bajado para el interior son muy imperfectas, y las ms veces formadas sobre datos absolutamente falsos23.

    Sin embargo, como podra esperarse de los primeros levantamientos que se realizaban, la produccin cartogrfica de Claudio Gay adoleca de diversos errores e inexactitudes que incluso el mismo naturalista reconoci. Junto con identificar los accidentes geogrficos de la superficie del territorio, se ocup de fijar con la mayor exactitud posible las coordenadas geogrficas de diversos puntos. Para ello, en vez de utilizar el mtodo de triangulacin que otorgaba mayor precisin en las mediciones, opt por apoyarse en instrumentos como la brjula y aquellos de base astronmica, tales como el sextante, cronmetro y telescopio, lo que influy en las deficiencias que present su cartografa en cuanto a la ubicacin de centros pobla-dos, trazado del litoral, determinacin del curso de ros y delineacin de contornos lacustres24. Claudio Gay estaba consciente de los errores en que poda incurrir con dichos mtodos, pero en vista que las cartas geogrficas constituan slo una de las temticas que deba abordar, manifest que al percatarse

    de que me demandaba un tiempo extremadamente largo, con gran perjuicio de mis otras investigaciones, deb contentarme con recoger aquellos datos por me dio de brjula, observando de distancia en distancia algunas latitudes para mis coor-de nadas,

    conven cido de que el gobierno no dudara en mandar a realizar nuevos levanta-mientos cuando las necesidades administrativas as lo requirieran25.

    Con todo, los mapas del naturalista trascienden su importancia como simples imgenes ilustrativas, en cuanto a que se perfilan como elementos claves para la

    ma, uble y Magallanes. A pesar de estas inexactitudes, no se resta importancia a su obra cartogrfica, pues, como se ha reiterado, el pas no contaba anteriormente con una herramienta similar. Sagredo, Geografa..., op. cit., p. 246.

    23 Stuardo, op. cit., p. 103. 24 Los levantamientos cartogrficos de Claudio Gay fueron objeto de elogios y crticas por parte de

    sus contemporneos. Su obra no mereci menos atencin o importancia por sus inexactitudes y omi-siones, sobre todo si se considera que tuvo que partir casi de cero, que era un naturalista y no gegrafo o agrimensor y que no cont con ayudantes de campo especializados, de tal modo que el sabio francs Joseph-Dieudonn-Jean-Baptiste Boussingault se refiri a ello al manifestar que no puede exigirse que un viajero, por ms hbil que se supone, levante solo un Mapa de una comarca extensa con la misma precisin que empleara en esta operacin un cuerpo de ingenieros. Sobre los juicios realizados a la obra de Claudio Gay, vase Gonzlez, Primeros levantamientos..., op. cit., pp. 32, 36-38, 41 y 43, y el informe del seor Boussingault sobre la obra de geografa fsica y geolgica de Claudio Gay, presenta-do a la Academia de Ciencias de Pars, en Stuardo, op. cit., p. 386.

    25 Citado por Jos Toribio Medina. Ensayo acerca de una mapoteca chilena, p. cXviii.

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    conformacin de la nacionalidad chilena. Su obra contribuy no slo a delinear la fisonoma del territorio sino, tambin, a formar la visin de ste como una unidad poltica ajustada a una realidad natural. El hecho de haber elaborado sus mapas a partir de un conocimiento emprico del territorio, permiti al naturalista reconocer el medio fsico en que el Estado ejerca sus atribuciones soberanas como un espa-cio circunscrito entre grandes fronteras naturales26. Asimismo, puso en evidencia su desarrollo longitudinal a lo largo del valle central, que es el que da el verdadero carcter al pas27, lugar en donde la sociedad chilena se haba ido desenvolviendo a lo largo de su historia28.

    El arribo del gegrafo y gelogo francs Jos Amado Pissis en 1848 signific un nuevo aporte al desarrollo de la cartografa nacional. Aun no concluidos los trabajos de Claudio Gay, el gobierno lo contrat el 10 de octubre de 1848 con el objeto de realizar una descripcin geolgica y mineralgica del territorio chileno, con su respectivo levantamiento cartogrfico, en un contexto en que la nacin buscaba conocer las potencialidades econmicas de su territorio29. A diferencia de la metodologa utilizada por su predecesor, Jos A. Pissis opt por basar sus levantamientos topogrficos en una triangulacin geodsica para darle a su carta general la mayor exactitud posible. La dificultad de utilizar dicho mtodo a lo lar-go y ancho de todo el espacio nacional, junto al desafo de ejecutar el plano a una escala de 1: 250.000, que por su amplitud requera de un gran nmero de detalles y nivel de precisin, finalmente le jug en contra en la conclusin de su trabajo al presentar diversas inexactitudes, provocndole mltiples crticas por parte de sus contemporneos.

    Tal como lo hiciera anteriormente Claudio Gay, Pissis recorri el pas des-de el desierto de Atacama hasta las inmediaciones de la Araucana entre 1848 y 1865, lo que concluy con la publicacin en 1873, en Pars, del Plano topogrfico y geolgico de la Repblica de Chile a escala de 1: 250.000. ste comprenda el rea si-tuada entre los paralelos 27 y 42 y estuvo compuesto por trece hojas, once de las cuales fueron ejecutadas en base a operaciones geodsicas de primer orden30. Sin embargo, las ltimas dos hojas del plano, correspondientes a las provincias de Val-divia y Llanquihue, se basaron en mediciones astronmicas y en triangulaciones de segundo orden, las que otorgaban una menor precisin31. De esta manera, en

    26 Stuardo, op. cit., pp. 318-319. 27 Op. cit., p. 231.28 Para una mayor reflexin acerca de la importancia de la obra cartogrfica de Claudio Gay para

    la consolidacin de la nacin chilena, vase Sagredo, Geografa..., op. cit., pp. 231-267. 29 Su obra constara de mapas y texto, ste ltimo compuesto en dos partes: una dedicada a la

    geo grafa y otra a la geologa y mineraloga del pas. Para conocer el texto del contrato suscrito entre Amado Pissis y el gobierno, a travs del ministro del Interior, Manuel Camilo Vial, vase Ernesto Gre-ve. Don Amado Pissis y sus trabajos geogrficos y geolgicos en Chile, pp. 108-110.

    30 Para aplicar la triangulacin, estableci cinco lneas de base en Santiago y en las provincias de Atacama, Coquimbo, Talca y Arauco, dando como resultado una triangulacin compuesta por sesenta y siete tringulos que abarcaban la regin comprendida entre Atacama y las proximidades de la Arau-cana. Gonzlez, Primeros levantamientos..., op. cit., p. 32.

    31 Ibid.

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    1875 dio a conocer su Geografa fsica de la Repblica de Chile, para la cual consult los trabajos realizados por naturalistas como Claudio Gay e Ignacio Domeyko y que acompa con el Atlas de la geografa fsica de la Repblica de Chile. Ms adelante, presumiblemente en 1888, public a escala 1:1.000.000 el Mapa de la Repblica de Chile desde el ro Loa hasta el cabo de Hornos32, siendo jefe de la Seccin de Geografa de la Oficina Central de Estadsticas y que sirvi de complemento a su plano topogrfico.

    Amado Pissis tuvo una formacin profesional y tcnica especializada, adqui-rida en prestigiosas instituciones como la Escuela de Minas de Pars y la Escuela Politcnica, lo que contribuy a que las autoridades chilenas confiaran en la rigu-rosidad y precisin que tendran sus trabajos. Sin embargo, en la elaboracin de su plano topogrfico se encontr con diversas dificultades que le impidieron ejecutar una carta precisa. Si bien, a diferencia de Claudio Gay, el gegrafo dispuso de ayudantes altamente capacitados, como agrimensores, astrnomos e ingenieros, no pudo contar con ellos de manera estable y permanente, pues cambiaban cons-tantemente al encontrar trabajos mejor remunerados33. Asimismo, diversos obst-culos le impidieron aplicar el mtodo de triangulacin anhelado en un comienzo, incurriendo en abundantes errores de medicin. Al trabajar en la provincia de Col chagua, as lo manifest:

    las dificultades del terreno que presenta la cordillera de los Andes, no han permitido fijar por medio de triangulacin, los detalles topogrficos; as es que toda esta parte del trabajo est basada exclusivamente sobre observaciones astronmicas. Las latitudes y longitudes de todos los puntos notables de los ros, como los puntos de inflexin y las juntas de los afluentes, han sido fijados por este mtodo; en fin, la direccin de algunas gargantas en las cuales no ha sido posible penetrar, se ha deducido de las direcciones de los cordones que forman las vertientes34.

    Para las provincias de Valdivia, Chilo y Magallanes, afirmaba que los espesos bosques que cubren la mayor parte del sur de Chile no han permitido extender la triangulacin ms all del grado 38, para lo cual debi realizar el levantamiento hasta el grado 42 a travs de observaciones astronmicas y triangulaciones de segundo orden, argumentando que dicho territorio se hallaba muy poco poblado y por ello no se justificaba una costosa topografa detallada35. Del mismo modo, la falta de detalles de la regin la Araucana se atribuy a su ocupacin por los

    32 Este mapa general comprende 15 hojas y para la representacin del extremo austral se bas en los trabajos de Fitzroy, los del capitn Mayne y los de los oficiales de la marina de Chile. Greve, Don Amado..., op. cit., pp. 118-119 y 134.

    33 Algunos de ellos fueron Carlos Guillermo Moesta (astrnomo), Luis de Bresse (ingeniero), Ga-briel Izquierdo (agrimensor), Guillermo Dll (agrimensor), Pedro Lucio Cuadra (ingeniero), Arminio Volckmann (astrnomo), Tefilo Mostardi-Fioretti, Martn Drouilly, entre otros. Mayor informacin acerca de sus ayudantes y colaboradores en, Greve, Don Amado..., op. cit., pp. 88-96 y 135-145.

    34 En Greve, Don Amado..., op. cit., p. 85. 35 En, Medina, op. cit., p. cXXv y Greve, Don Amado..., op. cit., p. 112.

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    in dios rebeldes y en la cual no ha sido posible penetrar36. Todo esto influy en las deficiencias que present su cartografa, especialmente su precario nivel de pre ci-sin.

    A pesar de todo, Alberto Edwards plante que la obra cartogrfica de Jos A. Pissis tuvo una influencia considerable en la poca, pues

    durante casi un cuarto de siglo, cuanto se public a este respecto sobre Chile, se basaba en las cartas del ingeniero francs, si bien la exactitud de la pretendida triangulacin geodsica era deplorable.

    Continuaba su crtica afirmando que

    un mapa hecho a brjula y podmetro por cualquier individuo medianamente sensato y discreto, aprovechando las cartas hidrogrficas y las posiciones astron-micas conocidas, no habra sido muy inferior, al levantamiento geodsico de Pissis, con la ventaja de no haber engaado a los gegrafos, al Gobierno y al pblico,

    insistiendo que, a nivel de detalles, su mapa era muy inferior al de Claudio Gay37. No obstante, en reconocimiento de la labor emprendida por Jos A. Pissis, Jos Toribio Medina expuso que

    es fcil comprender que un trabajo de esta naturaleza ni queda desde luego com-pleto ni puede tampoco dejar de adolecer de errores de alguna consideracin; pero tal como es puede asegurarse que es el mejor de los de su clase levantado hasta ahora en la Amrica del Sur38.

    Sin duda, las altas expectativas que se tenan sobre su trabajo condicionaron sus crticas, pero a pesar de sus errores signific un aporte, puesto que la repblica co menzaba a disponer de una mayor cobertura cartogrfica que representara su territorio.

    esPecializacin del conocimiento: el auGe cartoGrFico

    La segunda mitad del siglo XiX experiment una especializacin en el conocimiento geogrfico que se reflej en una progresiva profesionalizacin del cuerpo social, lo que se reflej en la intensificacin de la produccin cartogrfica nacional. As como antes se buscaba principalmente reconocer el espacio mediante la realizacin de catastros de sus recursos naturales, a partir de la segunda mitad de la centuria la produccin cartogrfica chilena se vincul con el desarrollo de la infraestructura

    36 Gonzlez, Primeros levantamientos..., op. cit., p. 37. 37 Alberto Edwards. Un nuevo mapa de Chile, pp. 52-53. 38 Medina, op. cit., p. cXXvi.

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    nacional, lo que a su vez se deriv del auge econmico experimentado a partir de la dcada del cincuenta, la iniciativa estatal y el surgimiento de una comunidad cientfica capacitada para realizar los diversos levantamientos topogrficos e hidro-grficos necesarios para el desarrollo de la nacin.

    El nacimiento de las ingenieras en la Universidad de Chile, hacia 185339, fue fundamental para hacer posible este desarrollo, pues, aunque permaneci la ne-cesidad de contar con un preciso mapa general de la repblica, se produjo un renovado impulso en la produccin cartogrfica de menor escala, de tipo local y regional, relacionada con el desarrollo de las obras pblicas y enfocada principal-mente a la construccin de una red de transporte y comunicaciones. Mediante la ejecucin de estudios preliminares, reconocimientos visuales y evaluaciones eco-nmicas de proyectos, como construccin y reparacin de caminos, levantamiento de puentes, realizacin de obras portuarias o construccin de lneas ferroviarias, los ingenieros contribuyeron de forma significativa al levantamiento sistemtico de planos y cartas topogrficas de diversos sectores del territorio.

    Del mismo modo, el reconocimiento y ocupacin de aquellas zonas que se in cor poraron tardamente a la soberana nacional, tales como el desierto de Ataca-ma, la Araucana y el extremo austral, se reflejaron en la ejecucin de mapas re-gionales. El siglo XiX fue continuador de las expediciones cientficas del siglo Xviii que, sin embargo, pasaron de ser enormes empresas de iniciativa estatal en manos de naturalistas, a expediciones regionales a cargo de ingenieros, gegrafos y oficia-les de marina, especializados en levantamientos topogrficos e hidrogrficos. En este caso destaca la labor hidrogrfica realizada anteriormente por el almirantazgo britnico y la marina chilena en la Patagonia occidental y canales australes, esta l-tima de la mano de hombres como Francisco Hudson, en la dcada del cincuenta, Francisco Vidal Gormaz, Enrique Simpson y Hans Steffen, en el ltimo tercio del siglo XiX. Sin duda, el extremo austral aun a comienzos del siglo XX constitua una zona difcil de estudiar y cartografiar. As lo manifest Alberto Edwards en 1911:

    la exploracin progresiva de aquellas soledades reserva cada ao al gegrafo nue-vas sorpresas: las islas se despedazan en archipilagos, las bahas se transforman en fiordos y los fiordos en canales; los detalles indecisos se acentan y dibujan con mayor precisin; regiones enteras aparecen trastornadas, en la forma ms ines perada40.

    La produccin cartogrfica poco a poco se fue formalizando, ya que en las l-timas dcadas del siglo surgieron diversos organismos que se dedicaron a la elabo-

    39 Las ingenieras comprendan los ttulos de ingeniero gegrafo (en reemplazo al de agrimensor), ingeniero de minas, ingeniero de puentes y caminos, ensayador general y arquitecto. El programa de ingeniera comprenda tres aos comunes donde se estudiaba lgebra superior, trigonometra esfri-ca, geometra de las tres dimensiones, fsica superior, qumica general, clculo diferencial e integral, topografa, geodesia, principios de mecnica y nociones de astronoma. Por su parte, los ingenieros gegrafos deban realizar adems un trabajo prctico en topografa y geodesia. Sol Serrano. Universidad y nacin. Chile en el siglo xix, pp. 208-209.

    40 Edwards, op. cit., pp. 55-56.

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    racin y conservacin de cartas y planos, entre otras funciones. En este contexto se cre en 1874 la Oficina Hidrogrfica bajo el alero del Ministerio de Marina, la cual contaba entre sus objetivos la misin de publicar cartas hidrogrficas, as como el Anuario Hidrogrfico de la Marina de Chile, destacndose la labor realizada por su director, Francisco Vidal Gormaz41. Asimismo, por iniciativa de la propia comuni-dad cientfica se cre en 1888 la primera asociacin profesional de los ingenieros chilenos, el Instituto de Ingenieros, responsable de la destacada publicacin Ana-les, en la cual se presentaban los diversos proyectos en estudio y ejecucin42.

    Un ao despus de la creacin del Ministerio de Industria y Obras Pblicas (1887), se fund la Direccin General de Obras Pblicas con la funcin de

    evaluar, ejecutar y vigilar los trabajos pblicos en las reas de ferrocarriles y tel-gra fos, puentes, caminos y construcciones hidrulicas, arquitectura, minas, geo gra-fa y geodesia,

    reuniendo a gran parte de la comunidad de ingenieros43. As, con la finalidad de acopiar toda la informacin cartogrfica dispersa, dicho organismo estableci que

    todos los planos topogrficos de particulares levantados por ingenieros y agrimen-sores, sern presentados a la Oficina de la Direccin General para que all se tomen copia de ellos, sean sellados y devueltos44. Por su parte, el Estado Mayor del Ejrcito tambin realiz diversas mediciones

    y levantamientos a fines del siglo XiX, especialmente referentes a la zona central del pas. Efectuaron mediciones en base a una triangulacin de segundo orden, abarcando zonas como la comprendida entre los ros Aconcagua y Maipo, el valle cen tral hasta San Fernando y en los alrededores de la baha de Concepcin45.

    la cartoGraFa chilenay la deFinicin de las Fronteras nacionales

    Si bien durante la primera mitad del siglo XiX, los estudios geogrficos respondieron a la necesidad de reconocer y cartografiar las divisiones poltico administrativas internas del territorio, la segunda mitad del siglo estuvo marcada por la definicin de las fronteras nacionales46. Las primeras iniciativas de demarcacin limtrofe surgieron con el tratado de lmites suscrito entre Chile y Bolivia en 1866, producto del conflicto de intereses que representaba para ambas naciones el dominio de los depsitos de guano existentes en Mejillones, en la costa del desierto de Atacama.

    41 Medina, op. cit., pp. cXXvi-cXXvii. Vase vol. Xlv de esta coleccin.42 Serrano, op. cit., pp. 217-218. 43 Op. cit., p. 217. 44 Jos Ignacio Gonzlez. Historia de la cartografa de Chile, p. 176.45 Edwards, op. cit., pp. 59-61. 46 Mnica Gangas. Los temas de investigacin prctica en la geografa chilena (1830-1980), p. 56.

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    El tratado estableci como lnea demarcatoria el paralelo 24 de latitud sur, de-biendo ambos Estados establecer su fijacin exacta por medio de una comisin de personas idneas y peritas, quienes marcaran el terreno con seales visibles y permanentes47. En representacin de Bolivia se design al ingeniero Juan Ma-ria no Muja y, por la poca, no sorprende que la tarea se haya encomendado en 1870 a Amado Pissis en representacin de nuestro pas. Una vez realizada su labor, el comisionado chileno ejecut un levantamiento topogrfico de la zona de modo que el cliente dispusiese de una adecuada representacin de esa seccin del territorio48.

    Los trabajos cartogrficos realizados en funcin de la demarcacin del lmite con Argentina, tuvieron una mayor valoracin y alcance en cuanto a la magnitud de la tarea, su valor cientfico, la cantidad de levantamientos y la proyeccin que stos tuvieron para la ejecucin de un nuevo mapa nacional. Establecido el princi-pio de demarcacin limtrofe en la lnea divisoria de aguas en la cordillera de los Andes segn el tratado de 1881 se procedi a ejecutar los trabajos topogrficos de reconocimiento y medicin del terreno, entre 1888 y 1903, por la Comisin Chilena de Lmites (luego, Oficina de Lmites)49. A cargo de la direccin consecu-tiva de Diego Barros Arana, Arstides Martnez, Alejandro Bertrand y Luis Risopa-trn, un equipo de ingenieros gegrafos participaron tanto en la exploracin como en el levantamiento del territorio en cuestin, cubriendo toda la cordillera de los Andes entre los grados 17 y 52 de latitud sur y a partir del cual se gener un mapa de la regin andina. Sus labores se basaron en el sistema de lneas poligonales y no en una triangulacin geodsica, porque

    la naturaleza del terreno imposibilitaba casi una operacin de esa ndole, pues los puntos que hubieran podido elegirse con mayor ventaja para los vrtices, ha bran estado situados en cerros elevadsimos, inaccesibles o cubiertos de nieves eternas50.

    No obstante, sus resultados fueron bastante exactos y cumplieron con las exi-gencias del momento, dando el golpe mortal a la obra de Pissis51, en palabras de Alberto Edwards. Los trabajos de la Comisin Chilena de Lmites se publicaron entre 1903 y 1911 en diversos volmenes ms un Atlas, abordando rasgos orogr-ficos, hidrogrficos, meteorolgicos y vas de comunicacin52.

    47 Greve, Don Amado..., op. cit., p. 164. 48 Gangas, Los temas..., op. cit., p. 56. 49 La discusin sobre los lmites con Argentina se iniciaron hacia 1847 al establecerse una colonia

    chilena en el estrecho de Magallanes (Fuerte Bulnes). Como para la parte norte y centro del pas se reconoca el lmite de la cordillera de los Andes, el debate se circunscribi principalmente a la demar-cacin de los territorios australes. Diego Barros Arana. La cuestin de lmites entre Chile y la Repblica Argentina, p. 1.

    50 Edwards, op. cit., pp. 57-58. 51 Op. cit., p. 57. 52 Las obras publicadas fueron: La cordillera de los Andes entre las latitudes 30 40 y 35 sur (1903), La

    cordillera de los Andes entre las latitudes 46 y 50 sur (1905), La lnea de frontera en la Puna de Atacama (1906), Demarcacin de la lnea fronteriza en la parte sur del territorio (1906), La lnea fronteriza con la R. Argentina entre

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    Hacia 1907, y bajo el alero del Ministerio de Obras Pblicas, se cre la Oficina de Mensura de Tierras, conformada a partir de dos instituciones que desempe a-ban labores cartogrficas: la Oficina de Lmites y la Seccin Topogrfica, depen-diente de la Inspeccin de Colonizacin. La institucin oper entre 1907 y 1914 bajo la direccin de Luis Risopatrn, encargndose de la ejecucin de todo tipo de mensuras y demarcaciones de tierras fiscales, as como del levantamiento, for-macin, conservacin y publicacin de planos53. Ante la necesidad de disponer de una representacin cartogrfica cada vez ms exacta del territorio nacional, dicha reparticin realiz importantes trabajos geodsicos como la triangulacin en la zona septentrional, entre la Quebrada de Camarones y el Trpico de Capricornio, y otra en la parte meridional del pas, entre los ros Laja y Toltn, las que se in-cluyeron en un nuevo mapa general en 1910. ste abarca desde los 17 a los 57 grados de latitud sur y se titul Mapa de Chile ejecutado por orden de S.E. el Presidente de la Repblica Excmo. seor don Pedro Montt, el cual fue el resultado de una obra compilatoria de todos los trabajos cartogrficos realizados a la fecha, incluyendo los de la Oficina Hidrogrfica, del Estado Mayor del Ejrcito, la cartografa andina de la Oficina de Lmites, los levantamientos de la Oficina de Mensura de Tierras, adems de las exploraciones y levantamientos realizados con anterioridad54.

    El nuevo mapa de Chile se compuso de veintids hojas, anotndose en su re-verso una completa informacin del territorio chileno que incorporaba localidades, distancias, grficos de poblacin, informacin censal de 1907, superficie de las uni-dades poltico administrativas, ferrocarriles, estaciones ferroviarias, importacin y exportacin de productos, entre otras55. De esta manera, el mapa de 1910 tuvo la re-levancia de mostrar grficamente los progresos geogrficos y cartogrficos logrados en Chile desde los comienzos de la repblica, as como el constante afn del Estado por impulsar dichos estudios a travs de exploraciones territoriales, contratacin de expertos extranjeros y creacin de instituciones abocadas a tareas cartogrficas.

    cartoGraFa nacional

    La cartografa desempea una funcin poltica primordial para los Estados, tanto en lo que se refiere a la administracin del territorio, sus recursos y su poblacin, como en la formacin de una identidad que vincula a los ciudadanos con un espacio geogrfico a travs de un sentimiento de pertenencia. Es por esto que la representacin grfica del territorio nacional tiene un contenido simblico en el que, mediante imgenes, el Estado pretende transmitir conceptos y valores a la

    las latitudes 27 y 31 sur (1907), La lnea de frontera con la R. Argentina entre las latitudes 35 y 46 sur (1907) y La lnea de frontera con la Repblica de Bolivia (1911). Gangas, Los temas..., op. cit., p. 57.

    53 Lily lvarez Correa, Cartografa y geodesia: las innovaciones de la Oficina de Mensura de Tierras de Chile a principios del siglo XX (1907-1914).

    54 El mapa de Chile de 1910 fue ejecutado a escala 1: 500.000 por Luis Risopatrn y cont con la colaboracin de Nicanor Boloa y Luis Ossandn, vase. Gonzlez, Historia de la, op. cit., p. 180.

    55 Gangas, Los temas..., op. cit., p. 51.

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    sociedad, junto con la nocin de su funcin rectora del quehacer de la comunidad y protectora de sus miembros56. Esta dimensin de la cartografa cobra mayor valor a partir del nacimiento de la Repblica, en que el poder pblico debe disponer de instrumentos que faciliten la administracin del espacio y que a la vez haga de este espacio el lugar comn donde reside la nacin y que es percibido por todos como propio.

    Al examinar los mapas coloniales de este espacio nacional, es posible cons-tatar la ausencia de la intencin de definir una identidad nacional asociada al terri-torio, puesto que prevalecen los elementos prcticos. Ello se aprecia en el Mapa del reino de Chile dibujado por Ambrosio OHiggins en 176857, aunque como se indica en una nota, el autor cuid en consignar las Misiones y posesiones que han tenido en Chile los regulares de la Compaa, la atencin del cartgrafo est empea-da en localizar los centros poblados de la gobernacin, ya sean ciudades, villas, aldeas, misiones, fuertes y estancias, y cuando no, a travs de anotaciones que describen el tipo de poblamiento; los elementos geogrficos, como los ros, que re-presentan potenciales dificultades para las comunicaciones terrestres; la cuidadosa delineacin del borde costero en los sectores habilitados con instalaciones por-tuarias; la ubicacin de yacimientos mineros considerados de inters estratgico para el imperio, como azogue y cobre; y la ubicacin de comunidades indgenas que pudieran representar una amenaza para la seguridad del reino, una fuente de ingresos tributarios o potenciales recursos laborales.

    Entre los elementos ausentes del inters del autor de esta pieza, destaca que no se ocup en representar los espacios geogrficos vecinos, ya que el reino de Chile figura delimitado por la cuadrcula de paralelos y meridianos, y slo se anota la existencia de la provincia de Cuyo al otro lado de la cordillera, pero sin ningu-na referencia que entregue alguna informacin sobre su geografa. Tampoco hay inters por representar con alguna fidelidad la cordillera de los Andes, la que se presenta como un todo inaccesible del que se puntualizan nicamente los lugares a travs de los cuales es posible atravesarla, o la existencia de volcanes que consti-tuyen un riesgo para los asentamientos humanos. Finalmente, llama la atencin de esta pieza, su orientacin horizontal, con el norte hacia la izquierda, radicalmente diversa de la verticalidad propia del Chile republicano.

    Pero la utilidad poltica y administrativa de la cartografa nacional no colmaba el espritu ilustrado de fines del siglo Xviii, inquieto por conocer cada rincn del planeta y vaciar esta informacin en mapas cada vez ms fieles y exactos. Esto perme a la cartografa nacional, obligndola a profundizar en la investigacin de su propia geografa y adoptar sus medios de representacin a los estndares de validez cientfica. El reino de Chile dej de ser la terra ignota que haba sido hasta entonces, para pasar a formar parte del horizonte cultural del mundo civilizado al que poda acceder mediante su incorporacin a representaciones cartogrficas de

    56 Sagredo, Geografa..., op. cit., p. 233.57 Ambrosio OHiggins, Mapa de Chile desde Copiap a Chilo, Madrid, 1768, en Mapoteca, Archivo

    Nacional Histrico.

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    Librera Tornero. Mapa de Chile, 1908. Coleccin Sala Medina, Biblioteca Nacional de Chile.

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    alcance planetario, no slo con un afn de conocimiento sino que de integracin econmica a travs del comercio. Ejemplo de ello es la Carte du Chili Mridienal, du Rio de la Plata, des Patagons, et du Dtroit de Magellan..., del cartgrafo de la corte borbnica francesa Jean Baptiste Baurguignon dAnville, publicada en Venecia, en 177958. Aqu la intencin mercantil del autor y su monarca queda en evidencia al constatarse el cuidado puesto en la representacin de la costa y las zonas ms sensibles para la navegacin, como el estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos, por donde transitaba el comercio galo hacia el Pacfico Sur y el continente asi-tico59. Evidencia de ello es que para mostrar detalladamente la configuracin del extremo sur de Amrica meridional, Jean B. Anville exagera sus dimensiones ver-daderas, no obstante que desde la expedicin de Charles Marie de La Condamine al Ecuador (1735-1744), la cosmografa ya tena un conocimiento bastante certero de la dimensin y forma de la Tierra60. La atencin del autor se mantiene tambin para mostrar todos los puntos en la costa que prestan servicios portuarios o pueden servir como fondeadero, en cambio su inters declina frente a otros hitos relevan-tes del territorio, como la cordillera de los Andes y los sistemas fluviales, ya que a diferencia de sus colegas espaoles, no estaba preocupado por las condiciones de seguridad de los asentamientos ni sus requerimientos de comunicaciones.

    A la aproximacin externa del espacio nacional se suma, primero, la que dan sus propios habitantes motivados por explorar y e inventariar su geografa, como Luis de la Cruz, alcalde de Concepcin, que en 1806 emprendi un periplo desde su villa natal hasta Buenos Aires, dejando un minucioso registro de su travesa a travs del boquete de Antuco y la pampa argentina61. Luego, y una vez alcanzada la independencia poltica y la consolidacin de las instituciones republicanas, el joven Estado impuls la investigacin sistemtica de su territorio, para lo cual contrat a cientficos extranjeros, de cuya labor se esperaba obtener un acabado conocimiento de la geografa nacional que sirviera de apoyo a la formulacin de polticas pblicas, facilitara las tareas administrativas y proporcionara informa-cin indispensable para todo tipo de emprendimiento privado. Adems, deban ca tastrar y clasificar la flora, la fauna y los recursos naturales del pas, en orden a promover su aprovechamiento para el desarrollo. Finalmente, los resultados de sus estudios deban reflejarse en una cartografa que no slo diera cuenta de los pro-

    58 Jean Baptiste Baurguignon de Anville. Carte du Chili Mridienal, du Rio de la Plata, des Patagons, et du Dtroit de Magellan..., Venise, Par P. Sannini, 1779, en Mapoteca Sala Medina, Biblioteca Nacional.

    59 John Brian Harley y David Woodward. The History of Cartography. Volume 1: Cartography in Pre-historic, Ancient, Medieval Europe and the Mediterranean, pp. 10-14. Las principales expediciones de Jean B. Anville fueron a Medio Oriente y China, y probablemente nunca estuvo en Amrica, por lo que la parte de su obra relativa a este continente se basa en trabajos de sus colegas de la corte y discpulos.

    60 Antonio Lafuente y Antonio Mazuecos. Los caballeros del punto fijo. Ciencia, poltica y aventura en la expedicin geodsica hispanofrancesa al Virreinato del Per en el siglo xviii.

    61 Carlos Wood. Mapa de Chile y Argentina que demuestra el viaje que hizo don Luis de la Cruz de Concep-cin a Buenos Aires, en 1806, en Mapoteca Archivo Nacional Histrico. Para el viaje de Luis de la Cruz vase Pedro de Angelis. Coleccin de Obras y Documentos relativos a la Historia Antigua y Moderna de las provincias del Ro de la Plata, tomo vi, pieza 2.

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    gresos alcanzados sino que lograra que los chilenos identificaran en ella el hogar comn. En esta etapa las principales contribuciones fueron hechas por Clau dio Gay, que durante la dcada de 1830 recorri el pas y en 1851 public su monu-mental Historia fsica y poltica de Chile62, e Ignacio Domeyko, que efectu estudios de diversa ndole, como etnogrficos en la Araucana, reconocimientos geogrficos en la regin de Osorno y prospecciones mineralgicas en la provincia de Co-quimbo63. De estos trabajos se deriva el Mapa para la inteligencia de la Historia fsica y poltica de Chile publicado por Claudio Gay, que corresponde una imagen del pas muy distinta a la que exista en la colonia, con el territorio nacional orientado verticalmente de norte a sur, la cordillera de los Andes como un hecho geogrfico relevante y la presencia de los pases vecinos.

    A medida que avanzaba el siglo XiX, el tema de la delimitacin fronteriza no dej de estar presente, aunque los fines de la cartografa no fuesen especficamente dar cuenta rigurosamente de los contornos nacionales. Esto se aprecia en la Karte von Chile de Heinrich Kiepert, publicada en 1870 y basada en los trabajos de Clau-dio Gay y Amado Pissis64. La carta estaba destinada al pblico alemn, ya que indi-ca las regiones colonizadas por sus compatriotas, pero no elude mencionar la exis-tencia de una controversia limtrofe con la Repblica de Bolivia en el norte, puesto que no establece una delimitacin tajante entre ambos pases, y slo se incluye la leyenda Bolivia al norte del paralelo 35. Para el lmite con la Repblica Argen-tina se dibuja una lnea que pretende mostrar la divisin de aguas en la cordillera de los Andes, aunque la continuidad de su trazado deja en evidencia que la falta de antecedentes topogrficos es el principal motivo de las disputas territoriales. Esto se demuestra al sur del paralelo 40, en que la cordillera deja de ser representada.

    Esta pieza destaca el potencial econmico del pas basado en sus reservas mi-neras. En ella, el autor cuid de representar fielmente el borde costero y consignar todos los lugares que pudieran servir como embarcadero en la zona norte del pas, dando a entender que estaban perfectamente noticiados de la intensa actividad mi-nera en el desierto de Atacama, puesto que ah la regin cordillerana aparece car-tografiada con mayor rigor que hacia el sur, especialmente en las proximidades del asiento argentfero de Caracoles. Otro aspecto del que se desprende la mayor pre-ocupacin empeada para la representacin de la regin minera, es que a diferencia del resto del pas, all no slo se muestran los caminos sino que las rutas para recuas y caravanas, indicndose tambin las zonas de vegas y humedales, lo que permita al lector avisado formarse una idea de las facilidades disponibles para una travesa.

    El trasfondo poltico y econmico presente en el mapa de Kiepert es aun ms evidente al compararlo con el Plano topogrfico y geolgico de la Repblica de Chile de Amado Pissis, publicado en 187365, que deja de lado cualquier especulacin

    62 Vase vols. i al XXX de esta coleccin.63 Vase vol. XXXiv de esta coleccin.64 Heririch Kiepert. Karte von Chile, Berlin, D. Reimer, [1870].65 Jos Amado Pissis, Plano topogrfico y geolgico de la Repblica de Chile levantado por orden del Go-

    bierno, Pars, Ch. Chardon, [1873].

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    geopoltica que se pueda derivar de la fisonoma del territorio, ya que casi sobre la parte superior de la carta se dibuja el ro Copiap, ubicado cerca de los 27 de latitud sur, dejando afuera una zona que comprende poco ms de 3 grados de territorio chileno, incluyendo el rea en disputa limtrofe con Bolivia. Esta pieza es fruto de un sistemtico levantamiento cientfico iniciado en 185066, y contiene una minuciosa representacin de las cadenas montaosas, incluye nicamente los asentamientos urbanos consolidados y vas de comunicacin trazadas, y otorga un tratamiento homogneo a todas las regiones del pas. La mencionada omisin cartogrfica podra atribuirse a que el levantamiento geolgico del desierto de Ata-cama concluy en 187767, por lo que esa regin no fue incluida en la carta de 1873, aunque s en el Mapa de la Repblica de Chile, publicado en 187568, que al extender la representacin del territorio nacional hasta el ro Loa, por el norte, permiti al observador disfrutar los resultados de los veinte aos de labor cientfica de Jos A. Pissis en Chile.

    Sin embargo, su obra, tanto por su contenido como por su formato, estaba des tinada a un pblico limitado, por lo que la cartografa orientada al pblico ge ne ral deba ser confeccionada en material ms sencillo y proporcionar nica-mente informacin bsica para que el comn de los ciudadanos tenga una nocin del territorio nacional y sus caractersticas. Ejemplo de ello es el Nuevo mapa de la Repblica de Chile, publicado por Henri C. Gillet en 1876, en un soporte material econmico que permita su amplia difusin. Adems de los lmites nacionales, vas de comunicacin terrestre e instalaciones portuarias, esta pieza entrega los datos demogrficos del censo levantado el ao anterior, para las provincias y sus capita-les administrativas69.

    La Guerra del Pacfico puso las cuestiones territoriales en el centro de atencin de la opinin pblica y el ejercicio de la soberana pas a ocupar un lugar priori-tario en los criterios de conduccin del Estado. Por lo tanto, revestida de signifi-cacin geopoltica, la cartografa debi efectuar el doble esfuerzo de representar fielmente el territorio, sus lmites, poblacin, recursos y vas de comunicacin, y a la vez llegar a todos los ciudadanos, especialmente a los jvenes, quienes estaban llamados a custodiar y a acrecentar este patrimonio. El mejor vehculo para al-canzar estos propsitos fueron los atlas y geografas descriptivas. El profesor Juan Trke public su Atlas de Chile, en 1895, en el que a travs de 20 lminas daba cuenta minuciosa de estos antecedentes para todo el territorio nacional, incluyen-do las regiones de Aisn y Magallanes, hasta entonces postergadas del imaginario cartogrfico chileno70. Sin embargo, la obra ms importante de la ltima dcada del siglo XiX es la Geografa Descriptiva de la Repblica de Chile, del tambin profesor

    66 Jos Amado Pissis, Descripcin geolgica de la Repblica de Chile, pp. 439-477.67 Jos Amado Pissis, El desierto de Atacama; su geologa, sus productos y minerales, pp. 573-597.68 Jos Amado Pissis. Mapa de la Repblica de Chile desde el Ro Loa hasta el Cabo de Hornos, sin datos

    de edicin, [1875].69 Henri C. Gillet. Nuevo mapa de la Repblica de Chile, sin datos de edicin, 1876, en Mapoteca Sala

    Medina, Biblioteca Nacional.70 Juan Trke, Atlas de Chile: corregido segn los ltimos datos.

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    Enrique Espinoza. Publicada por primera vez en 1890 y con datos del censo de 1885, el texto est organizado en funcin de las provincias, cada una de las cuales es descrita prolijamente a partir de su geografa, historia, poblacin, asentamien-tos, recursos econmicos y vas de comunicacin. Adems, incluye una copiosa cartografa, elaborada por Manuel A. Fuentes, que considera mapas continentales, nacionales y provinciales, planos urbanos y trazados de ferrocarriles y caminos71.

    Al comenzar el siglo XX las controversias limtrofes con los pases vecinos con-centraron la preocupacin del Estado y para dar a conocer la posicin chilena se public, en 1904, el Nuevo Mapa de Chile, editado por Carlos Tornero y dibujado por Nicanor Boloa72. El subttulo de esta pieza no deja dudas respecto del espritu que la anima: formado con arreglo a los datos oficiales ms recientes y los ltimos levantamientos efectuados por las Comisiones de Lmites. Es decir, ratifica la pre-ocupacin por los temas referentes a la soberana nacional y explicita que el Esta-do dispone de un equipo de expertos dedicados exclusivamente a este propsito, razn por la cual se opt por incluir dentro de los lmites nacionales todas aquellas zonas en entredicho con los pases vecinos, como la Puna de Atacama, en disputa con Bolivia, la cuestin de Tacna y Arica, cuyo destino aun no estaba resuelto, y los avances de la comisin mixta en la demarcacin del lmite chileno-argentino con arreglo al tratado de 1881. Cuatro aos ms tarde, se adapt una versin ms pequea para uso en escuelas y liceos73.

    La culminacin de los esfuerzos de los gegrafos chilenos y de los profesiona-les dedicados al estudio de los asuntos limtrofes tuvo lugar con ocasin de la cele-bracin del centenario de la independencia nacional, cuando la Oficina de Mensu-ra de Tierras public el Atlas de Chile, a partir del mapa ejecutado por orden del presidente Pedro Montt..., que adems contiene una minuciosa representacin del trazado del transporte nacional y cuyo ncleo era una red de ms de tres mil kilmetros de vas frreas que se extenda entre Iquique y Puerto Montt74.

    Sin embargo, esta obra qued obsoleta en 1927 cuando se decret una nueva divisin poltica y administrativa, difundida a travs de un nuevo mapa de Chile, esta vez a cargo de la Oficina de Tierras y Colonizacin del Ministerio de Fomen-to75. Junto a los cambios en el gobierno del territorio nacional, la carta refleja los avances en la demarcacin fronteriza con Argentina y la resolucin de la disputa por la puna de Atacama. Finalmente, el tratado de lmites con Per de 1929 zanj

    71 Enrique Espinoza. Geografa descriptiva de la Repblica de Chile: arreglada segn las ltimas divisiones administrativas, con los territorios anexados y en conformidad al censo general de la Repblica levantado el 26 de noviembre de 1885.

    72 Nicanor Boloa, Nuevo mapa de Chile: formado con arreglo a los datos oficiales ms recientes y los ltimos levantamientos efectuados por las Comisiones de Lmites, Santiago, Carlos Tornero, 1904.

    73 Para el tema de las controversias limtrofes vase Guillermo Lagos Carmona. Historia de las fronteras de Chile,.

    74 Oficina de Mensura de Tierras, Atlas de Chile. Ejecutado por orden de S. E. el Presidente de la Rep-blica Sr. D. Pedro Montt, Santiago, Imprenta y Litografa Universo, 1911.

    75 Ministerio de Fomento Departamento de Tierras, Colonizacin. Mapa de Chile, [Santiago], Taller Fotolitografa del Servicio de Mensura y Clasificacin de Tierras, 1928.

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    la disputa por Tacna y Arica y deline el perfil que el territorio chileno tiene en la actualidad.

    cartoGraFa y Planimetra de santiaGo. el asentamiento oriGinal

    Al comenzar la dcada de 1780, la ciudad Santiago comenzaba a empinarse sobre el rango de humilde villa que haba mantenido desde tiempos de la Conquista. Con alrededor de treinta mil habitantes, la ciudad ya ocupaba un lugar entre los principales ncleos urbanos del mundo hispano colonial, al mismo nivel que Quito, Bogot, La Paz, Panam y Buenos Aires, aunque aun de inferior importancia que Lima, Potos, Mxico, Cuzco y Arequipa. Segn el plano publicado por el abate Juan Ignacio Molina en 1776, la ciudad contaba entonces con una plaza principal, una plaza de toros, un mercado, tres edificios pblicos, un hospital, un orfanato, un paseo pblico, cinco locales dedicados a la enseanza bsica, media y superior, trece iglesias y parroquias, y ocho conventos76. Ciertamente, estas edificaciones eran sencillas y la capital del reino de Chile aun careca de una catedral equivalente a su importancia poltica y a la influencia de su comercio, que al amparo de las reformas administrativas introducidas por los monarcas borbones en Amrica, desde la dcada de 1760, comenzaba a gravitar en las rutas del Pacfico sur y en el intercambio con las provincias trasandinas que formaban el virreinato del Ro de la Plata77.

    A partir de los recursos generados por este activo grupo mercantil, junto al apoyo brindado por las autoridades coloniales, Santiago obtendra no solo su an-helada iglesia matriz, sino que tambin ms y mejores edificios pblicos, as como obras de infraestructura que le permitieran incrementar su nmero de habitantes y mejorar la calidad de vida de sus vecinos. En la edificacin de locales para el gobierno civil del reino comenzaron a utilizarse criterios cientficos, gracias a la venida de expertos extranjeros, como el arquitecto italiano Joaqun Toesca, que dise la catedral de Santiago, el edificio del Cabildo, la Casa de Moneda y el hospital San Juan de Dios78. Junto a l, llegaron al pas varios ingenieros militares, formados en la Academia de Barcelona, quienes tambin proyectaron obras que se sumaron al equipamiento pblico de la ciudad, como Leandro Badarn, Pedro Rico y Agustn Cavallero79. Adems, estos profesionales intervinieron en obras de canalizacin y distribucin de aguas cordilleranas para el consumo de la poblacin y, especialmente, en el diseo y construccin del puente de Cal y Canto y los ta-

    76 Juan Ignacio Molina, Compendio della storia geografica, naturale, e civili del regno del Chile.77 Armado de Ramn. Santiago de Chile,, pp. 89-93.78 Gabriel Guarda. El arquitecto de la Moneda, Joaqun Toesca, 1752-1799: una imagen del imperio espaol

    en Amrica, pp. 168-183.79 Benjamn Vicua Mackenna. Historia crtica y social de la ciudad de Santiago, desde su fundacin hasta

    nuestros das (1541-1868), tomo ii, pp. 252-253.

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    jamares para la contencin de las avenidas del ro Mapocho, que tantos estragos causaban en la ciudad durante los inviernos demasiado lluviosos.

    Pero los acontecimientos polticos y militares que culminaron con la indepen-dencia de Chile, as como las luchas por la organizacin del Estado Nacional, resintieron a toda la sociedad y provocaron daos materiales y econmicos que se extendieron por casi veinte aos. Ello se refleja en el dbil desarrollo urbano de Santiago, que al comenzar la dcada de 1820 poco haba variado en forma, ta-mao y poblacin respecto de la ciudad que haba retratado el abate Molina. En el Plan of City of Santiago de Peter Schimdtmeyer, salvo una pequea extensin de su tramado por el costado sur, la ciudad presenta una fisonoma muy parecida a la de 1776 y entre sus principales edificaciones y obras pblicas solo figuran aqullas que comenzaron a construirse en el transcurso de las dos ltimas dcadas del siglo Xviii80. Sin embargo, el desenvolvimiento de Santiago no estaba detenido, puesto que, aunque no se expresaba ni en majestuosas edificaciones ni en un notable cre-cimiento de su poblacin y su tramado, estaban ejecutndose algunas obras de infraestructura que permitieron su expansin en las dcadas siguientes, como la construccin de dependencias para servicios de salud y educacin, y la habilita-cin de una red subterrnea para el apropiado manejo de las aguas destinadas al consumo humano, separando las limpias de las negras, y evitando todo contacto de estos caudales con la atmsfera. Esta ltima obra, diseada en 1847 por el inge-niero espaol Antonio Gorbea, era indispensable para el crecimiento de la ciudad, pues garantizaba a sus habitantes el acceso a un lquido limpio y disminua el ries-go de propagacin de enfermedades infecciosas, al bajar el volumen de las aguas servidas que escurran por la superficie81.

    Estas realizaciones permitieron que en el censo de poblacin efectuado en 1854, Santiago contara con algo ms de ciento treinta mil habitantes y que su planta, tal como lo muestran el plano levantado por Estevan Castagnola, avanzara notoriamente hacia el oeste, ocupara nuevos terrenos hacia el sur, y comenzaran a integrarse nuevos espacios al norte del ro Mapocho. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad no fue nicamente consecuencia de la disposicin de infraestructura, pues tambin operaban otros factores de tanta o mayor relevancia, como la con-solidacin y crecimiento del aparato administrativo del Estado, que requiere de instalaciones para funcionar y sus empleados se constituyen en una demanda por bienes y servicios, permitiendo que otras personas encuentren ocupacin. Por otra parte, el desarrollo de la minera y la agricultura en las dcadas pasadas haba refi-nado los gustos de la elite nacional, que junto con el arraigo de empresarios y pro-fesionales extranjeros, comenz a demandar de la ciudad lugares donde satisfacer sus intereses artsticos y culturales82. De esta forma, el Plano topografico de la ciudad

    80 Peter Schmidtmeyer. Travels into Chile over the Andes in the years 1820 and 1821: with some sketches of the productions and agriculture...

    81 Ernesto Greve. Historia de la ingeniera en Chile, tomo ii, pp. 392-396.82 Recaredo S. Tornero. Chile Ilustrado: gua descriptiva del territorio de Chile, de las capitales de provin-

    cia, de los puertos principales, pp. 6-8.

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    de Santiago de Chile, dibujado por Pedro Dejean en 1856, muestra que a diferencia del perodo colonial, sus construcciones ms importantes haban dejado de ser casi exclusivamente iglesias y conventos, sumndose numerosas edificaciones destina-das a albergar a los servicios fiscales, bibliotecas, museos y teatros, y muchos ms espacios destinados al esparcimiento, reflejando que junto al crecimiento de la ciu-dad, los gustos de sus habitantes se hacan ms complejos y sofisticados.

    Sin embargo, el camino hacia constituirse en una ciudad cosmopolita y mo-derna representa solo una dimensin de la evolucin de Santiago en la segunda mitad del siglo XiX, ya que simultneamente comenzaba a ejercer una poderosa atraccin sobre la poblacin del resto del pas. Por una parte, las clases acomoda-das provincianas emigraban a la capital, en busca de una mejor educacin para sus hijos, obtener mayor influencia poltica y figuracin social, o simplemente, seguir un estilo de vida acorde a los cnones contemporneos de modernidad. Por otra, las clases ms humildes tambin llegaban a la capital, donde haba ms oportunidades de trabajo y la promesa de un nuevo comienzo. El censo de 1865 registr en la capital ms de ciento setenta mil habitantes, lo que ms all del 30% de incremento respecto de la medicin anterior, se expresaba en que la pobla-cin creca a un ritmo ms rpido que la infraestructura, por lo que toda mejora introducida se tornaba insuficiente, a que las mrgenes de la ciudad se estaban

    Manuel Dvila. Proyecto de la Escuela Normal Municipal en calle Recoleta y Artesanos.Coleccin Archivo Nacional Histrico