1Historia del Trabajo Social

en Perú

La Historia del Trabajo Social en Perú, ha ido evolucionando de acuerdo a los cambios políticos, económicos y sociales que se viven en el país. Tal como lo señala Vicente de Paula Faleiros (1) todos los países latinoamericanos entre los siglos XVI al XIX, entre ellos Perú, constituían una economía periférica que era parte del capi-talismo mercantil europeo. La asistencia era religiosa y moral, como una dádiva cari-tativa y desinteresada. Se daba la ASISTENCIA SOCIAL, la que consistía en la pro-tección parcial a los viejos, niños, enfermos y pobres y era practicada por las clases dominantes. La religión fue la principal mistificación ideológica de la asistencia, quedando el pueblo con una visión fatalista de la miseria.

1. Primera etapa: Primer Tercio del Siglo XX hasta los años sesenta

El Trabajo Social en el Perú, surge cuando la sociedad peruana atravesaba una crisis económica, social y política. Durante los dos primeros decenios de historia republi-cana, luego de la guerra con Chile, nuestro país se encontraba debilitado, los con-flictos limítrofes no se hicieron esperar con los cinco países fronterizos Ecuador, Brasil, Bolivia, Chile y con Colombia, por la ocupación de territorio peruano en el trapecio amazónico; los conflictos internos eran significativos, en esa época, el pre-sidente de la república Don Guillermo Billinghurst Angulo, elegido con el apoyo del movimiento obrero, que luchaba por la jornada laboral de las 8 horas, el derecho a la sindicalización, planeaba disolver el congreso, ante la oposición de una oligar-quía muy bien posicionada que se oponía a la implementación de estas medidas. An-te esta situación el congreso busca apoyo en el Coronel EP Oscar Benavides Larrea, que tras un golpe de estado, asume el gobierno en forma provisional entre 1914 y 1915, logrando restaurar el orden y la estabilidad política, para luego convocar a

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elecciones democráticas, siendo elegido presidente el Dr. José Pardo y Barreda (1915-1919), sin embargo su gobierno se caracterizó por la violencia política y social como consecuencia de los enfrentamientos internos y de la crisis mundial.

Entre 1915 a 1919, se suceden una serie de hechos históricos importantes en el país, tras un breve periodo de aparente calma, Augusto B. Leguía y Salcedo tras per -petrar un golpe de estado al gobierno de Pardo, se instala en el poder durante 11 años, el famoso oncenio de Leguía (1919-1930), reeligiéndose en 1924 y en 1929, luego de realizar reformas constitucionales. Denominó a su gobierno la «Patria Nue-va», pues pretendía que con él se iniciaba la modernidad en el país. Como podemos advertir, el país se encontraba ante una inestabilidad política y social, fue una época en que se restringieron las libertades públicas, acabando con la libertad de prensa y la oposición en el parlamento, muchos parlamentarios fueron deportados. Surgieron en esta época los partidos políticos con hambre y sed de reformas y libertad, emer -gieron figuras como José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Comunista del Pe-rú, la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), autor de los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana y Víctor Raúl Haya de la Torre fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana APRA, (1924) partido nacionalista, antiimperialista.

En el aspecto económico la dependencia del país con respeto a Estados Unidos

era muy fuerte con una deuda que ascendía a los 150 millones de dólares, recorde -mos que tras la primera guerra mundial Estados Unidos desplazo como potencia eco-nómica a Inglaterra y asumió el liderazgo mundial. Después del auge del guano y el salitre, la economía peruana se sostenía en la exportación, debido al posicionamien-to de los grandes latifundistas en las haciendas azucareras y la explotación de las re -servas petrolíferas de Brea Pariñas.

En el aspecto social, encontramos a una clase trabajadora explotada, con salarios precarios, jornadas largas de trabajo que no hacían más que profundizar las desigual-dades y el descontento popular; la población vivía en una situación de pobreza y de exclusión que se expresaba, en la marginación, falta de dignidad humana y la au -sencia fundamental de sus derechos.

El tema de la asistencia estaba a cargo de la iglesia católica, a través de las dife-rentes órdenes religiosas que se habían instalado en el país; la labor desplegada se realizaba en el aspecto espiritual, educativo, de salud, vivienda, higiene y promoción de la mujer. Los misioneros dominicos fueron los pioneros en la evangelización y atención de los excluidos en la zona de selva nororiental del país. En las ciudades al-to andinas y costeñas, la presencia de la iglesia fue decisiva para atender las nece -sidades de la población campesina y pobre de las zonas urbanas. Asimismo la Socie-

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dad de Beneficencia Pública, también se encargaba de la asistencia social a los po-bres, en 1914 existían 53 sociedades de beneficencia distribuidas en todo el país, se encargaban de brindar atención a los siguientes grupos sociales: los niños, los enfer-mos, los viejos, los inválidos y pobres y locos, los fondos para la prestación de servi-cios en hospitales, asilos, hospicios, provenían de los legados, herencias de distintos benefactores (Paz Soldán, 1914:38)

Como señaláramos anteriormente, estas décadas se caracterizan por ser épocas con-vulsionadas por los enfrentamientos internos y golpes militares; externamente la gran depresión de 1929, que afecto al mayor número de los países del mundo, entre ellos nuestro país por ser dependiente del capital norteamericano. Luego de ser asesi-nado el presidente Luis Miguel Sánchez Cerro (1930-1931), fue nombrado por la Asamblea Constituyente el general Oscar Benavides Larrea, que impulsa una serie de reformas sociales y laborales, como el pago de horas extras a los trabajadores, el pago del día 1° de Mayo, creó el Seguro Social Obrero, los comedores populares y el Ministerio de Salud Pública, Trabajo y Previsión Social. Para Basadre, el régimen de Benavides asumió diversas funciones sociales y económicas y resalta la función populista de su gobierno.

En este contexto social, económico y político, mediante la Ley N° 8530, promul-gada el 30 de abril de 1937 se institucionaliza la profesión de Servicio Social en el Perú, durante el gobierno militar del General Oscar R. Benavides Larrea, dando ori-gen a la creación y funcionamiento de la primera Escuela de Servicio Social en el Perú (ESSP) en la ciudad de Lima; en esta creación debemos señalar la participación decisiva de Francisca Benavides Diez Canseco, esposa del Presidente Benavides. En esta Ley se expresa la finalidad de la creación de esta Escuela, “ejecutar un progra-ma en prevención de la miseria, coordinar en favor de los necesitados la protección de los distintos establecimientos y entidades organizadas para ayudarlo, estimular en los mismos las condiciones personales que les permitan luchar contra los factores que le son adversos”. Añade, que para la ejecución de estos propósitos se ha creado la técnica del “Servicio Social” y en los articulados correspondientes se indica, que se establece en Lima la creación de una Escuela de Servicio Social para la formación técnica de “visitadoras sociales”, asimismo que el poder ejecutivo se encargaría de elaborar el Plan de Estudios, y su administración estará a cargo de un Consejo de Patronato de Damas, prevé además que para su funcionamiento se debe asignar los recursos que provengan del “impuesto de dos centavos oro sobre cada papeleta de pignoración que extiendan las casas de préstamos”, las subvenciones que le otorgué el ejecutivo y las donaciones y legados que les hicieren.

Esta ley precisa, que la Escuela de Servicio Social, dependerá del Ministerio de Salud Pública y Previsión Social, a cuyo despacho se presentarían los informes, me-

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morias y balances y que en los centros industriales que ocupen más de 300 trabajado-res, será obligatoria la presencia de una visitadora social.

En esta misma época, la influencia europea y norteamericana en la configuración del Trabajo social en América latina y en el Perú es importante. La iglesia católica desde Europa con servicio social y la norteamericana desde un enfoque del trabajo social con Mary Richmond (pionera en el surgimiento de trabajo social como profe -sión). A partir de 1940 la influencia de la asistencia social de estilo europeo pierde vigencia y el trabajo social norteamericano imprime su sello en el servicio social en el país.

Debemos indicar, como antecedente a la fundación de la Escuela de Servicio So-cial, que, el Instituto Nacional del Niño creó la Escuela de Visitadoras Sociales de Higiene Infantil y Enfermeras de Puericultura (1931), con las que el estado amplia-ba su atención en el campo de la niñez y asumía funciones en el campo de la asisten-cia; esta escuela incorporó a estudiantes que provenían de familias acomodadas; en-tre las materias que se enseñaban están las siguientes: estadística, anatomía, dietética, puericultura, servicio social. Tuvo un corto período de funcionamiento, debido a la inestabilidad política que atravesaba el país, pese al poco tiempo las egresadas se mantuvieron activas, realizando actividades de asistencia social. (Maguiña, 1979:93) Según Maguiña, la creación de la Escuela de Servicio Social del Perú, respondería a la concreción de por lo menos tres proyectos que coincidían en sus propósitos, la iniciativa presentada por Christine de Hemptinne en su condición de Presidenta In-ternacional de la Juventud Femenina de la Acción Católica, del Dr. Wenceslao Moli-na, y el presentado por el Dr. Edgardo Rebagliati, quien fuera el organizador del Se-guro Social en el país. Cada uno de estos proyectos apuntaba por un lado a impulsar la acción social de la iglesia, la búsqueda de la salud a través de la educación, limar asperezas entre obreros y patrones. La Dirección de la Escuela fue encargada a la Sr-ta Louisse Jorissen, con experiencia previa, en la Escuela Chilena Elvira Matte de Cruchaga, la formación de la escuela peruana formó parte de la estrategia de “conti-nentalización de servicio social católico” y las estrechas relaciones con el estado. (Manrique, 1982:124)

En el Plan de estudios de 1938, la Escuela incluía las asignaturas de: Servicio del bienestar Social, ética profesional, psicología, pedagogía, introducción a la higiene, nociones de biología y patología humana, geografía, educación cívica, nociones del derecho, doctrinas sociales, legislación social, religión, moral, economía doméstica y dietética, atención de enfermos, trabajos manuales y gimnasia en el primer año. Las asignaturas del segundo año: Servicio social del bienestar social, ética profesional, psicología aplicada, educación popular, higiene en sus varios aspectos, economía po-

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lítica, previsión social, religión-moral, medicina de urgencia, puericultura, nociones de estadística, nociones de contabilidad, técnica de oficina, gimnasia, conferencias y discusiones.(Maguiña,1979:119).

En la reforma del Plan de Estudios de 1943 y las nueve modificaciones hasta 1969, se introducen nuevas asignaturas como psiquiatría, antropología cultural, y se amplía los años de estudios de dos a cuatro. Entre sus primeros profesores destacan la Dra. Luise Jorissen, en las materias referidas a servicio social; médicos, abogados y sacerdotes de recocida trayectoria como el Dr. Pareja y Paz Soldán, Dr. Gregorio Durand Flores, Dr. Pedro Benvenuto Murrieta; pese a la presencia de distinguidos profesionales, la concepción de la época le asignaba un carácter “auxiliar” a la profe-sión. Entre las directoras de Escuela debemos señalar a Luise Jorissen (1938- 1941), Rosario Araoz (1942-1954), Gloria Abate (1955-1966) y Francisco Alarco (1967-1970).

Las egresadas de la primera promoción de la Escuela de Servicio Social eran 28, catorce de ellas fueron incorporadas como profesoras de la misma. La escuela se en-cargaría de formar a varias generaciones de visitadoras sociales vinculadas a las ins-tituciones de salud y empresa con una fuerte influencia médica hasta 1964.

Cuadro resumen 1.1Cuadro resumen 1.1Escuela de Servicio Social

1937 Creación de la Escuela 1938 Primer Plan de Estudios1943 Primera Reforma1947 Segunda Reforma1951 Tercera Reforma1956 Cuarta Reforma1967 Crisis.

Fuente: Alejandrino Maguiña Larco.

Luego de 21 años de la fundación de la primera Escuela de Servicio Social, en 1956 se funda la Escuela Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el po-sicionamiento de las ciencias sociales en el país es la base para la creación de la mis -ma, delegando las funciones de administración a la Congregación “Hijas del Corazón de María”, su funcionamiento se desarrollo fuera del ámbito universitario.

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1.1 El Trabajo Social en la fase de transición años 60 al 80

El escenario político del país entre 1960 a 1980, “ ha pasado por distintos regimenes politicos, modelos económicos, proyectos de sociedad buscando resolver problemas de pobreza y exclusión de la población” (Panfichi y Coronel,2012:73)

Hasta los años 60, el poder político reflejaba una alianza entre las élites domésticas y el capital extranjero que sostenia politicamente a los gobiernos de turno del General Manuel Odria Amoretti y Manuel Prado Ugarteche . A partir de los años 60 esta alianza se ve debilitada por el surgimiento de la clase obrera, la migración del campo a la ciudad (Parodi,2001:74) , los procesos de industrialización, la presencia de profesionales liberales y el acceso sostenido a la educación por las clase populares influyen en la sociedad peruana que dió un giro radical hacia una creciente democratización, de tal forma que en 1962 se presentaron a elecciones presidenciales siete partidos políticos, sin alcanzar ninguno de ellos la mayoria en la votación, luego de un proceso impregnado de alianzas llega al poder el presidente Odría apoyado por la coalición formada por la Alianza Popular Revolucionaria Americana y Unión Nacional Odrista APRA- UNO, para el período 1963-1968. Ante la presuncion de fraude, se anularón las elecciones, en esta coyuntura las fuerzas armadas dieron un golpe de estado y es elegido presidente de la Junta Militar, el General Pérez Godoy; en marzo de 1963 es destituido por Nicolás Eduardo Lindley López, convocando a elecciones generales, asumiendo la presidencia de la Republica el Arquitecto Fernando Belaunde Terry (fundador del partido Acción Popular). Durante su gobierno, impulso un modelo de desarrollo en base a la industrialización en sustitución de las importaciones, con enfásis a la protección de la industria, inversión en infraestructura, la construcción de una red vial importante, construcción de centrales hidroeléctricas, represas y reservorios a fín de amplíar la frontera agrícola; implementó politicas fiscales y redistributivas. Se vivio una bonanza económica, pero en base al incremento de la deuda externa.

En lo social emergieron y se consolidarón movimientos sindicales como respuesta a la explotación de los nuevos capitalistas. Al mismo tiempo con la influencia de la Revolución Cubana, los movimientos sociales en Perú no se hicieron esperar, es así como surge la presencia de Hugo Blanco, organizando a los campesinos de la Convención-Cuzco y aparece el movimiento guerrillero de Luis de la Puente Uceda. Estos movimientos se dieron en las zonas andinas pobres y marginadas, pero fueron controlados por el ejercito

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En 1968 a pocos meses de terminar Belaunde, su período presidencial fue derrocado por el general Juan Velasco Alvarado. .“El miedo al comunismo produjo una ola de golpes militares en todo el continente” ( Klaiber, 2012:176).

En este contexto el 22 de julio de 1964, siendo Presidente el Arquitecto Fernando Belaúnde Tery, se promulga la Ley N° 15121, en donde se expresa que la Escuela de Servicio Social es incorporada al regimen universitario de la nación, dependiente de la Universidad Nacional de San Marcos, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas; hace referenica a que los egresados obtendrán el titulo de Asistente Social y para el ejercicio de carrera se necesita obligatoriamente el grado universitario y el titulo correspondiente. En el artículo cuarto, se precisa que “podrán seguir la carrera de asistente social, tanto los varones como las mujeres”. Observamos que el trabajo social se asumía como una profesión exclusiva para ser ejercida por mujeres.

Durante estos años el contexto universitario, ofreció las nuevas condiciones que propiciaron el desarrollo contradictorio de algunas tendencias minoritarias que no habían tenido eco en el movimiento estudiantil cuando la administración estaba a cargo del Comité de Damas, desembocando la Escuela en la crisis de 1967, por lo que se nombra una Comisión Provisional de gobierno, presidida por el Dr. Francisco Alarco para reorientar la formación de los estudiantes. Según refiere el Dr Alarco en su Memoria existía un “profundo malestar que reinaba en este centro de estudios” y el “clima de intranquilidad y desconfianza”, esta crisis hace que se prolongue su mandato hasta 1969. (Maguiña,1979:167)

Durante esta década, con la incorporación de la Escuela de Servicio Social del Perú a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; la Escuela Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), amplio su programa de estudios a cinco años y el examen de ingreso es asumido directamente por la Universidad dando un paso a la integración universitaria. (Con la Ley N° 1747, se reforma el sistema universitario y se suprime las Escuelas a partir de 1970).

En éstos años existe una tendencia a la creación de Escuelas de Servicio Social, luego de la creación de las dos Escuelas en Lima, siguieron otras a lo largo del país; en órden cronológico señalaremos:

La creación de la Escuela de Servicio Social de la Universidad de San Cristobal de Huamanga que se realizó en 1960 con un número muy reducido de estudiantes. La primera directora fue Rosa Escarcena Arpaia ex alumna de la Escuela de Servivio

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Social del Perú, la formación profesional tuvo una orientación asistencialista y religiosa.

La Escuela de Trabajo Social de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, fue creada el 27 de enero de 1964 con la Facultad de Letras, siendo su primera Directora y fundadora la Dra. Teresa Echegaray de Ballón.

La creación de la Escuela de Servicio Social de Puno responde a un contexto social político, donde se gesta el movimiento campesino, son años de turbulencia social , es en estas condiciones que el parlamento aprueba su creación e incorporada al Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social, siendo la primera directora la Srta Hilda Crespo del Valle, incorporándose a la Universidad Nacional Técnica del Altiplano en 1965 impulsada por un movimiento estudiantil, es necesario enfatizar que se incorporan un número significativo de estudiantes varones.

La Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional del Centro del Perú en Huancayo, fue fundada en el año 1966, su primer plan de estudios estuvo vigente hasta 1969, posteriormente se realizan reformas curriculares, teniendo en cuenta la influencia de la reconceptualización de la profesión en Latinoamérica.

En 1967 a petición de Monseñor Carlos María Jurgens Byrne, Arzobispo de la Diocesis de Trujillo, departamento de La Libertad, se crea la Escuela de Servicio Social de Trujillo, filial de la Pontificia Univesidad Católica del Perú, PUCP, dependiente académicamente de ella y administrada por el Arzobispado. Siendo su primera directora la española Dra Pilar Coll Torrente, misionera, perteneciente al Instituto de Misioneras Seculares; por la labor desplegada en el campo de la educación y en la defensa de los derechos humanos en Perú fue distinguida con múltiples reconocimientos como el Premio Extraordinario de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, el reconocimiento de Amnistía Internacional peruana, el Premio "María Elena Moyano" del Ministerio de la Mujer peruano, y, en el 2004, formando parte de un colectivo de mujeres, fue candidata al Premio Nobel de la Paz.

La Escuela de Servicio Social de la Universidad de San Martín se creó en 1968, bajo la Orden Dominica que la adminitró hasta 1972; en este mismo año se crea la Escuela de Servicio Social de la Universidad Federico Villareal, el 14 de setiembre de 1968, ambas situadas en la ciudad de Lima.

En 1978, se crea el Programa Académico de Trabajo Social en la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, de Huacho y en el mismo año también se

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crea la Escuela de Servicio Social de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega en Lima.

Durante estas 3 décadas se crearon 10 Escuelas o Programas donde se imparte enseñanza en Servicio Social, como una forma de descentralizar la educación en esta especialidad y responder a las demandas de la población.

Por el número creciente de egresados de las diferentes Universidades, principalmente de Lima se forman las primeras asociaciones de asistentas sociales, siendo la más antigua la Asociación de Asistentes Sociales del Perú , fundada el 20 de mayo de 1951, por iniciativa de las integrantes de la primera promoción de la Escuela. La Asociación de Asistentes Sociales en Empresa (ASEM), que se funda el 14 de Abril de 1967, con la finalidad de agrupar a los profesionales de trabajo social, que prestaban servicios en empresas públicas y privadas, según nuestras fuentes, nace por iniciativa de las licenciadas: Naty Diez, Teresa Rivera, Adela Cordero, Blanca Burga y Olga D’ Gregory, que desde el año 1956, ante la necesidad de intercambiar experiencias de trabajo y ganar un espacio profesional dentro de la empresas, empesaron a reunirse para fortalecer sus planes de trabajo, dar a conocer su quehacer profesional y abriendo campos de intervención laboral.

En 1963 Las empresas de la actividad privada comprendidas en los alcances del Decreto Ley N° 14371 (con más de cien trabajadores) deberán incorporar en el Servi-cio de Relaciones Industriales, un Asistente Social Diplomado, que se encargará de efectuar las labores propias de su especialidad, en favor de los trabajadores del res -pectivo centro de trabajo, con sujeción a las disposiciones de la materia e instruccio-nes de su principal. Para determinar el número de trabajadores de la empresa, se pro-cederá de acuerdo a las pautas establecidas para el Servicio de Relaciones Industria -les.

Este decreto señala, que las empresas, que por la naturaleza de sus actividades, co-mo las de construcción civil, realicen labores eventuales dentro de la misma activi -dad, en lugares próximos, podrán utilizar los servicios comunes de un Asistente So-cial, a condición de que estos servicios comunes ofrezcan atención permanente a los trabajadores de las empresas mencionadas.

Dos hechos importantes en éstas décadas, influyen en la configuración del trabajo social peruano; por un lado el movimiento de la reconceptualización de la profesión y por otro la presencia del Centro Latinoamericano del Trabajo Social, órgano académico de la Asociación Latinoamericana de Trabajo Social con sede en Lima.

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La formación de los estudiantes de trabajo social en el país, que se realizaba con un enfoque asistencialista y religioso, recibe la influencia del movimiento de la reconceptualización. Entre los años 60 y 70 se produjeron diversos eventos politicos, económicos y sociales como, la influencia de la revolución cubana; la nueva configuración geopolitica del mundo, luego de la segunda guerra mundial; el movimiento de grupos feministas; llevaron a los profesionales del trabajo social a cuestionar la teoría, metodología y la praxis del trabajo social, iniciándose un punto de quiebre significativo que propugna la constitución de un “ trabajo social latinoamericano”.

Este movimiento de reconceptualización impulso un cambio paradigmático ante el marco teórico de la época y también un cambio ideológico que llevó a los trabajadores sociales a sentirse comprometidos con las causas sociales e imprimir su sello de clase en la intervención profesional. Muchas de las trabajadores sociales pertenecían a movimientos políticos de izquierda, cuya ideología impregno la actuación profesional, que se ve reflejada en la definición de Trabajo social y el objetivo de la profesión que hacía referencia a “el cambio de estructuras sociales”, que dificilmente se podría alcanzar por si sola.

El proceso de reconceptualización puede resumirse como lo señala (Aylwin,1990:56) en tres características principales: el proceso, se dio a nivel académico y teórico, fue acompañado de una fuerte politización y trajo como consecuencia cambios significativos en la formación de los trabajadores sociales. Conceptos como agentes de cambio, trabajo social concientizador y revolucionario eran asumidos como parte de la identidad y la esencia del trabajo social latinoamericano (Parra, 2002:23) Este proceso que se extendio hasta fines de la década del 70, se fue diluyendo poco a poco.

La creación del Centro Latinoamericano de Trabajo Social, CELATS, responde a la influencia del proceso de reconceptualización que se gesta en Latinoamérica, co-mo señalamos anteriormente, este movimiento empieza a cuestionar la práctica del trabajo social, y a canalizar las insatisfacciones de los trabajadores sociales en torno a la teoría, la instrumentalización y lo político ideológico , la principal crítica del movimiento de reconceptualización al trabajo social, es el afianzamiento de las es-tructuras sociales a través de la labor asistencialista que se brindaba en la interven-ción, es así que el trabajo social reconceptualizado busca una respuesta a las necesi-dades y a la realidad latinoamericana.

En circunstancias en que el trabajo social atravesaba por un período de cuestiona-mientos, el Instituto de Solidaridad Internacional, inició su proyecto de fortaleci-miento de la profesión en América Latina con el conocido Proyecto ISI, dependiente

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de la fundación Konrad Adenauer, organización alemana que prestaba asistencia y colaboración técnica a fin de ayudar a resolver problemas y conflictos con el fin de levantar una estructura social justa dentro de una sociedad dinámica (Lima, 1990:14).

Bajo la influencia del movimiento de reconceptualización, el proyecto ISI, tal co-mo lo señala Leyla Lima, pasa por períodos de fortalecimiento de la profesión, que se inicia con el intercambio de profesionales de trabajo social en Alemania y el apo -yo a investigaciones y publicaciones a través de editorial ECRO (SERIE ISI ECRO) en Argentina. Así en 1974 se plantea el traspaso del proyecto ISI y se transforma en el Centro Latinoamericano de Trabajo Social. El CELATS, se funda en San José de Costa Rica en julio de 1974, como órgano académico de la Asociación de Escuelas de Servicio Social (1965) y como “una concretización” de las aspiraciones de los trabajadores sociales en búsqueda de una posición crítica y un trabajo social compro-metido con las grandes mayorías.

Entre sus objetivos, se señala “crear una instancia donde se desarrollen investiga-ciones, docencia, programas de acción, documentación, comunicación, que tiendan a dar una implementación científica en una línea teórica, metodológica y técnica a las tareas que el Trabajo Social deba desarrollar en la realidad latinoamericana, para que éste sea realmente un aporte a la dinámica de transformación.

Con el fortalecimiento de la Asociación Latinoamericana de Escuelas de Trabajo Social (1977) y CELATS, se impulsa la investigación y la publicación en trabajo social, siendo la primera publicación, la Revista Acción Crítica que se edita en for-ma bianual, aparece en diciembre de 1976, patrocinando artículos, ensayos, investi -gaciones con una temática diversa, y muchos de ellos con la historia del trabajo so-cial.

Ahora cuál fue la influencia de Celats en el país? : dinamizó la participación de los trabajadores sociales en torno a la capacitación a distancia, en trabajo social comuni-tario, niños trabajadores, investigación en trabajo social, sistematización, la práctica de los trabajadores sociales, pero en el plano metodológico no se realizaron muchos avances, la centralización de sus actividades en Lima, la responsabilidad continental, limitó talvez su acercamiento a las Escuelas de Trabajo Social de provincias en la di-mensión necesaria.

Cuando la profesión había alcanzado un nivel Universitario, la formación tenía una duración de 5 años y las Escuelas que formaban a trabajadores sociales se habían in -crementado en el país; en el sur, las Escuelas de Servicio Social de la Universidad del Altiplano en Puno, de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, en el

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centro del país las escuelas de la Universidad San Cristóbal de Huamanga y de la Universidad Nacional del Centro de Huancayo; en Lima funcionaban cinco escue-las, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Federi-co Villareal, Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad San Martín de Porres, y de la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega, además de la Es-cuela de Servicio Social de la Universidad José Faustino Sánchez Carrión de Huacho y en el norte la Escuela de Servicio Social de Trujillo, filial de la Pontificia Universi -dad Católica del Perú, con un elevado número de egresados que laboraban a lo largo y ancho del país en diversas empresas petroleras, agroexportadoras, penales; coope-rativas agrarias de producción y de servicios; el sector salud albergaba a una pobla-ción importante de trabajadoras sociales, se crea el colegio de Asistentes Sociales.

El 25 de julio de 1979, en el gobierno militar de Francisco Morales Bermudes Cerruti, mediante Decreto Ley N° 26610 se crea el Colegio de Asistentes Sociales del Perú CASP, como entidad autónoma de derecho público interno, con personería jurídica; con carácter representativo de la profesión de servicio social en todo el territorio de la república y que norma el ejercico de la profesión.

Los antecedentes de la creación del colegio, se pusieron cuando se creó la Asocia-ción de Asistentes Sociales del Perú, el 20 de mayo de 1951, por iniciativa de las in-tegrantes de la primera promoción de la Escuela. En 1968 se formó una comisión in-tegrada por las Asistentes Sociales: Gloria Abate, Magdalena Aguayo y Otilia Velas-co, las cuales elaboraron un proyecto que no llegó a cristalizarse, pero fue un paso.

“Llegó el año 75 y la Presidenta de la Asociación, A.S. Esperanza de la Rocha Brito, habló de su deseo de iniciar los trámites para conseguir el colegio profesional. Veíamos que con la proliferación de Escuelas en las Universidades había confusión de roles y funciones. Las Instituciones contrataban a personas no profesionales o de otras profesiones, haciendo necesaria un organismo que velara por nuestra profe -sión”……..el esfuerzo de todos hizo posible que lleguemos a la aprobación del D.L. 22610, nuestro certificado de nacimiento, el 25 de julio de 1979”. (Martha Arias Cú-neo, 2009)

A partir de la creación del Colegio de Asistentes Sociales, los profesionales egresa-dos de las diferentes Escuelas del país se incorporan como miembros de la orden en cada uno de los Consejos Regionales que se organizan en: Región I sede Piura, Re -gión II sede La Libertad, Región III sede Lima, Región IV sede Arequipa, Región V sede Cuzco, Región VI sede Huancayo, Región VII sede Puno y posteriormente la Región VIII con sede en Ayacucho , Región IX sede Tacna, Región X sede Iquitos, Región XII sede Chimbote, Región XII sede Chiclayo, región XIII sede Ica.

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Con la presencia de los trabajadores sociales agremiados, el Colegio impulsa algu-nos congresos, con la finalidad de debatir la base conceptual, teórico-metodológica de la profesión, en el año 1999, el CASP convoca al III Congreso Nacional de Traba-jo Social denominado “Nuevos Escenarios y Perspectivas del Trabajo Social en el Siglo XXI, después de 15 años de haberse realizado el anterior, con la finalidad de llenar los vacios, aclarar esfuerzos y deponer posturas individualistas….”en aras de acusar un trabajo colectivo orientado al desarrollo del nivel científico y técnico pro-fesional del trabajador social”… (Botton, 2000:7)

Durante este congreso en que participaron docentes de las diversas escuelas del país, así como trabajadoras sociales (600) de los distintos sectores laborales, se arri -baron a las siguientes conclusiones:Primera: Los postulados filosóficos que orientan el quehacer profesional en los dife-rentes sectores de intervención son: El humanista como recuperación de la esencia del ser humano en su dimensión ontológica, como actor medular del desarrollo so-cial. La práctica de la ética y de los principios axiológicos como principio y norte del actuar profesional.Segunda: Las políticas actuales han vulnerado los derechos de la persona debido a la globalización.Tercera: El objeto de intervención del trabajador social son las variantes y especifici -dades que la naturaleza y carácter de los diferentes campos de intervención determi -na y se centra en: el conjunto de problemas y necesidades sociales que impiden el mejoramiento de la calidad de vida.Cuarta: Las funciones de los trabajadores sociales son: investigación social, adminis-tración y gerencia social, promoción social, educación social, consejería social, asis-tencia social, asesoría, tratamiento social.Quinta: La metodología de intervención que emplea los trabajadores sociales tiene las siguientes etapas: investigación, planificación, ejecución, evaluación y sistemati-zación.Las conclusiones sexta a decimo segunda, hacen referencia al perfil profesional para encarar el nuevo siglo, las demandas de capacitación y la creación de maestrías y doctorados en Trabajo social y las demandas al estado.

Como es evidente, durante este congreso convocado por el Colegio de Asistentes Sociales, se reflexionó y se puso en debate los postulados filosóficos, metodológicos y el perfil de los profesionales trabajadores sociales, con la participación en talleres, mesas de discusión y una presencia significativa de miembros de la orden .Por pri-mera vez después de muchos años de ausencia del colegio, se unificaron criterios en cuanto la naturaleza del trabajo social. Pero también podemos advertir que el tono beligerante revolucionario que antecedía al trabajo social de los años 70 y 80 había sido cambiado por otro.

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2. Tercera etapa: desde los años 80 al 2000

Luego de 12 años de gobierno militar, el general Francisco Morales Cerruti (Minis-tro de Hacienda y Comercio en el primer gobierno de Belaúnde) , convocó a elec-ciones presidenciales de la república, saliendo elegido el arquitecto Fernando Be-laúnde Terry, después de haber sido derrocado 12 años antes por Juan Velasco Alva-rado.

La elección de Belaúnde se realiza como una forma de “reivindicación” del pueblo peruano tras el golpe de estado realizado en su primer periodo. La transición demo-crática (1978-80) ha tenido lugar en el contexto de una guerra interna excepcional -mente virulenta para los estándares latinoamericanos, esta guerra fue desatada a par-tir de 1980 por el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (SL). Dicho grupo inició sus acciones armadas en el departamento andino de Ayacucho, el 17 de mayo de 1980, un día antes de las primeras elecciones generales en 17 años y luego de 12 años de gobierno militar (1968-80). Y es alrededor de este problema crucial, que los gobiernos civiles incurrieron en lo que Americas Watch denominaba ya en 1984 "ab-dicación de la autoridad democrática" (Degregori, 1993:7)

El país, se encontraba en un contexto altamente violento, atravesando una crisis política, económica y social; la presencia de grupos subversivos (Partido Comunista-Sendero Luminoso PCP-SL y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-MRTA), el cultivo de hojas de coca, la presencia del narcotráfico, hacen a nuestro país, no elegible para las inversiones extranjeras, profundizándose la crisis económica que se inicia en 1976, vinculadas al patrón de crecimiento y a las políticas aplicadas (Gon-zales, 1986).

Nuestra economía se vio afectada por la caída del precio de los metales, la infla-ción, añadido a los eventos naturales, del fenómeno del niño que generaron grandes pérdidas económicas. En el plano internacional se produjo la invasión de la emba-jada peruana por cubanos, generando una crisis diplomática con el gobierno de la Habana; el conflicto con Ecuador por la instalación de un campamento base en terri -torio peruano, conocido como “falsa paquisha, llevaron al país a profundizar la cri-sis.

Pero la peor crisis, fue la presencia de sendero luminoso, que desangró el país con la muerte de más de 31,331 personas. A partir de 1983, sendero intensifica sus ac-ciones en todo el país, los juicios populares y las actividades subversivas eran parte de la vida cotidiana de los peruanos en todo el territorio, la muerte de dirigentes sin -dicales opositores a sendero; dinamitar torres de alta tensión, carreteras, puentes, se perpetraban con total impunidad. Coronel, señala que los efectos causados por el te-

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rrorismo, podría clasificarse en costos directos, costos indirectos y costos de oportu-nidad, los directos evidenciados a través del daño ocasionado a la infraestructura vial y eléctrica; los indirectos, es el costo por fortalecer seguridad; los de oportunidad la perdida de la producción por falta de electricidad, el daño material alcanzo los 25 mil millones (Shimisu, 2003:7)

Las acciones de este grupo que se iniciaron en la sierra ayacuchana, se extendió a las zonas urbanas con los pelotones de aniquilamiento selectivo, en 1992 actuaron con insania terrorista al colocar dos coches bomba en la calle Tarata, zona comercial de Miraflores en Lima, causando 25 muertos y 200 personas heridas, edificios des-truidos. Iniciándose una escalada de violencia cruenta en la capital.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación creada en junio del 2001 durante el Gobierno de Paniagua, con el fin de realizar un informe de los costos sociales y económicos generados en esta época negra de nuestra historia (1980-2000), reporta que el 54 % de las víctimas fatales ,cuyas víctimas ascienden a 31,331 personas, fue-ron perpetrados por sendero luminoso, constituyéndose en crímenes de lesa humani-dad; el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, es responsable del 1.8% de las muertes en este conflicto interno, realizó secuestros y asesinatos. (CVR, 2003)

La presencia de sendero en las zonas rurales de Perú y la crueldad de las ma -sacres que se hacían contra campesinos de las zonas andinas, origino una oleada de desplazamientos de la población campesina, (600 mil) a las zonas urbanas costeras, abandonando sus tierras, su ganado, lo que acrecentó la situación de pobreza y nece-sidad de servicios básicos y de atención a los desplazados.

En el aspecto educativo, hasta mediados del siglo XX existían 5 universidades en el país cuatro universidades públicas y una privada, con un número limitado de estu-diantes, es a partir del año 60 en que se crean otras universidades. Para 1965, el nú-mero de universidades había aumentado a 26; en 1980, llegan a 35 y, en 1990, se ele -va a 51 universidades (28 públicas y 23 privadas). Todas ellas albergaban a una po-blación universitaria aproximada de 360,000 alumnos en todo el país; que ven las posibilidades de ascenso social y económico a través de la educación. (CVR, 2003). En este escenario se hace presente la izquierda universitaria que hacia los años 60 controlaba los gremios universitarios a través de la Federación de Estudiantes del Pe -rú, para luego tomar el control el Frente Estudiantil Revolucionario FER dependien-te del Partido Comunista.

A inicios de los setenta en la currícula de las universidades, se incluyeron asigna -turas de Materialismo Histórico y Dialéctico, las cinco tesis filosóficas de Mao Tse Tung, (el famoso libro rojo de interpretación de la realidad), la lectura de obras de

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autores como Marx, Lenin, Engels, Hegel, devinieron en el posicionamiento de “ideas revolucionarias, como guerra popular, cambio de esquemas mentales. La in-fluencia de sendero luminoso, no se hizo esperar sobre todo en los sectores pobres de los estudiantes.

Este paradigma, influyó en la formación de las trabajadoras sociales y la lucha de clases y el cambio hacia una sociedad más justa era una prioridad en nuestro queha-cer, de ahí que debemos señalar la presencia de colegas trabajadoras sociales, incor -porándose a los movimientos obreros y sindicales en sus luchas reivindicativas.

La currícula de las escuelas de servicio social son reformadas e incluyen a asig-naturas de antropología rural y cultural, sociología urbana y rural, legislación laboral y asignaturas de métodos en trabajo social. Como consecuencia del proceso de re-conceptualización de la profesión, los métodos tradicionales de comunidad, grupos y caso, pasaron a formar parte de los niveles de intervención y se asume el método de intervención en trabajo social con las fases de: investigación, diagnóstico, planifica -ción, evaluación, como metodología de actuación, se precisa la naturaleza del trabajo social, en relación al objeto, sujeto y objetivos del trabajo social, así como las funcio-nes a desempeñar.

En esta situación de inestabilidad política y crisis económica asume al poder el Presidente Alan García Pérez para el período 1985-1990,gestión que sumió al país en la peor crisis económica, con una hiperinflación incontrolable, los precios de los pro-ductos de primera necesidad variaban cada día. Las políticas sociales que se imple-mentaron fueron populistas, y el terrorismo expandía su accionar en toda la sierra, lo que genero el poblamiento de las zonas costeras. Las trabajadoras sociales se ubica-ban en su mayoría en el sector salud y en empresas.

En 1990, asume el poder el Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori hasta el 2001. En 1990, ante la crisis económica y política que vivía el país Fujimori, aplica una políti-ca de shock, el denominado paquetazo, que estabilizó la economía del país, aplicó una política antiterrorista, que implico el exceso de las fuerzas armadas con la pobla -ción civil, aplicó una política masiva de despidos a fin de reducir el aparato público sobrecargado en la época de Alan García Pérez, cientos de trabajadoras sociales fue -ron invitadas a acogerse a indemnizaciones, los sindicatos desaparecieron y aplico una política férrea a fin de estabilizar el país; el 5 de abril de 1992 decide disolver el congreso y el senado e instaura su Gobierno de Restauración Nacional, para poste-riormente relegirse en 1995. Su segundo gobierno se caracterizo, en el tema político por la estabilidad económica del país, la reinserción en la comunidad internacional, y la derrota del terrorismo. En 2000, inicia su tercer período con un porcentaje alto

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de aprobación de la población, hasta la aparición de los “vladivideos” que trajo abajo el gobierno de Fujimori.

Si bien es cierto había estabilidad política en el país las organizaciones gremiales fueron inexistentes, se dieron leyes que favorecían a los inversionistas y de protec-ción a la industria en desmedro de los trabajadores.

En este proceso, luego de la creación del programa de Trabajo Social en la UNJ-FSC de Huacho, no se crearon nuevas escuelas de servicio social, hasta 1994, en que se crea la Escuela Académico Profesional de Trabajo Social de la Universidad Na-cional de Trujillo, perteneciente a la Facultad de Ciencias Sociales.

Esta escuela fue creada por iniciativa de docentes antropólogos, teniendo como base que la Escuela de Servicio Social de Trujillo, perteneciente a la Pontificia Uni-versidad Católica del Perú, fue cerrada en 1994. Su primer currículo fue formulado por estos profesionales de las ciencias sociales; posteriormente con la incorporación de docentes trabajadoras sociales, se lleva a cabo una reforma curricular en el año 2000, incluyendo cursos de trabajo social comunitario, de grupos, y de trabajo social individual y familiar, asignaturas de investigación cuantitativa y cualitativa, cursos de gerencia social y género, lo que devino en el posicionamiento de las egresadas en diferentes empresas y organizaciones de la región y del país, teniendo en cuenta la ubicación geográfica estratégica en el norte del país. Su primer director fue, el Dr. Fermín Cabrejos Díaz, antropólogo de profesión; hasta ahora han egresado 14 pro-mociones. En los años 90, los efectos de la crisis de paradigmas en la ciencia social y los cambios en la tecnología del conocimiento hacia la organización eficiente de la so -ciedad de servicios, han orientado a los trabajadores sociales a volcarse a la atención de los requerimientos de la modernización delimitando su objeto por la gerencia de los servicios. El reto de la gerencia social es transformar la mentalidad asistencial en una mentalidad empresarial y estratégica que permita dar respuesta a la nueva racionalidad de eficiencia, eficacia e impacto, y que convierta las acciones institu-cionales en resultados sinérgicos a nivel social. En tal sentido, la racionalidad no es únicamente un criterio productivo sino también un criterio ético y de compromiso social. Estos mismos cambios, sin embargo, producen también para el TS la posibili-dad de elaborar otros marcos conceptuales que permitan dar cuenta de las nuevas realidades. Se hace evidente la necesidad de romper con el dualismo objeto sujeto de intervención sin perder la naturaleza de los propósitos educativos del trabajo social para dar un nuevo significado a su acción. (Cáceres: 16)

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3. Cuarta etapa: Desde el año 2000 hasta la actualidad

Despues de la caída del gobierno de Fujimori, el congreso encargo el gobierno a Valentin Panigua Corazao, desde noviembre del 2000 hasta julio del 2001, para luego de elecciones demócraticas asumir la presidencia el Dr. Alejandro Toledo Manrique (2001-2006) con su gobierno se inicio el crecimiento macroeconomico; el PBI se situo en 20,6 %, sinembargo, pese al crecimiento economico, la pobreza alcanzo entre el 50 y 58 % de la población, y la extrema pobreza el 20%, no habiendo avances significativos en la reducción de la misma. Hacia el año 2007 la pobreza descendio a un 39 %, pero las disparidades entre la costa y la sierra se hacen evidentes, mientras que en la costa la pobreza alcanza un 22,6 % en la sierra alcanza el 60,1 % y en la selva 48,4%. Si bien es cierto la pobreza ha disminuido en estos últimos años, aún se mantiene, según el informe Panorama Social hecho por la CEPAL, el índice de pobreza en el país pasó de 27,8% en el 2011 a 25,6% al cierre del 2012. En el plano social, durante su gobierno se presentan diferentes conflictos por mejoras salariales de los maestros y obreros afiliados a la Central General de Trabajadores del Perú - CGTP, se realiza el levantamiento denominado el Andahuaylazo, realizado por Antauro Humala Tasso, hermano del actual presidente de la República Ollanta Humala.

En su periodo de gobierno, se promulga la Ley N°27918, que crea el Colegio de Trabajadores Sociales del Perú con fecha 11 de Enero del 2003; en su artículo cuarto y quinto precisa los fines y atribuciones del Colegio profesional, asi como sus órganos directivos. Sin embargo el colegio de trabajadoras sociales en la actualidad, se encuentra atravesando una crisis institucional judicializada. Desde el año 2006 no se renuevan los órganos directivos, lo que genera una división de los agremiados y el escaso fortalecimiento de la profesión.

En el ámbito académico las iniciativas un tanto aisladas de formar la Asociación de Escuelas de Trabajo Social en el país no se concretizan, pese a la necesidad de realizar un trabajo articulado y direccionar el empoderamiento del trabajo social en Perú. Cada una de las facultades y escuelas de trabajo social, viene realizando revisiones de sus curriculos con la finalidad de reformularlos y adecuarlos en función a los requerimientos que exige la acreditación de la carrera. Estos procesos teóricos se realizan desde una perpectiva humanista , con enfoque de derechos y desarrollo humano.

El devenir histórico del trabajo social en el país se caracteriza por los flujos y reflujos de nuestra carrera. Aún cuando existen limitaciones académicas, gremiales, etc., instituciones como Colegio de Trabajadores Sociales de las

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distintas regiones, el Comité Peruano de Bienestar Social, Sociedad Peruana de Trabajo Social, impulsan encuentros y capacitaciones en diversas temas.

Es importante señalar, que el Perú atraviesa una época de estabilidad económica, las inversiones se mantienen estables en los distintos sectores económicos, situación que garantiza la presencia de diversas empresas mineras, agroexportadoras, de servicios, transportes, que dinamizan la economía nacional; según el D.L Nº 14371, las empresas deben contar en el area de Recursos Humanos, con una trabajadora social, de tal forma que las egresadas de la escuelas de trabajo social estan empleadas en un 80%, con alto grado de movilidad laboral en busqueda de mejoras económicas.

En esta coyuntura favorable, la Universidad Señor de Sipán ubicada en el Departamento de Lambayeque ha creado en junio del 2013, la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano, cuya convocatoria a ingreso será en el año 2014-I . Existe interés de algunas Universidades privadas por crear Escuelas de Trabajo Social, a fin de atender la demanda de las empresas de la región y del país.

En esta perspectiva, hay una exigencia de parte del Estado por llevar a cabo los procesos de Acreditación y asegurameinto de la calidad de la enseñanza superior, en este marco se han formulado los estándares para realizar el proceso de acreditación de las Escuelas que forman a trabajadores sociales.

Asimismo es importante señalar que tras una larga espera, el 27 de noviembre del 2013, se promulgó la Ley Nº 30112, Ley del Ejercicio Profesional del Trabajador Social, ley que regula el ejercicio profesional del trabajador social en todos los ámbitos y dependencias del sector público y privado, cualquiera sea el régimen laboral al que pertenezca, se regula la labor, el campo de acción, requisitos para el ejercico profesional, reponsabilidades, obligaciones, niveles de carrera profesional y modalidades de trabajo. Esta Ley fue aprobada por unanimidad en el Pleno del Congreso de la República, dicha iniciativa legislativa fue presentada por la Congresista Esther Saavedra Vela, teniendo como precedente que en el Perú existen más de quince mil trabajadoras sociales que se encuentran laborando en diversos sectores. Desde 1984, posteriormente en 1988 y en el 2005, se han venido presentando Proyectos de Ley del ejercicio profesional de los trabajadores sociales, después de varios intentos,  la congresista Esther Saavedra  y la Sociedad Peruana de Trabajo Social (SOCIEPTS) presentan el pro-yecto de Ley Nº 1154 que fue aprobado por unanimidad   en diciembre del 2012,  en la comisión de Trabajo y Seguridad Social y luego la promulgación de la misma.

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4. Perspectivas de futuro para la profesión

La estabilidad econónica, la implementación de programas sociales por el gobierno de Ollanta Humala asegura a las egresadas de la carrera de Trabajo Social su inserción laboral en las diferentes empresas e instituciones del ámbito público y privado; la creación de Escuelas de Trabajo Social en las Universidades Partículares asegura el fortalecimiento y posicionamiento de la profesión. La acreditación de la carrera, asegura la calidad de la enseñanza y el desarrollo de la misma; las instituciones e inicativas privadas garantizan la capacitación en temas de trabajo social; la reorganización del Colegio de Trabajadores sociales en el corto plazo impulsará el debate y la reflexión de la profesión el el plano conceptual, metodologico y axiológico.

5. Resumen final

Es necesario realizar una reflexión profunda del trabajo social peruano, su teoría, métodos, principios éticos, teniendo en cuenta las posibilidades y limitaciones que se presenta como profesionales, como personas y como ciudadanos con una responsabilidad histórica.

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