LA MÁQUINA MARAVILLOSA

1. Fiesta de cumpleaños.

Era el cumpleaños de Sara, llegaron tres aerocoches, en cada uno de ellos iba uno de sus amigos, eran tres; David, Elena y Pablo, se aburrían y empezaron a leer un libro que a Sara le había dado su abuelo, hablaba del exterior, y ellos no conocían tal cosa, ya que vivían dentro de una burbuja, les pareció divertido el exterior, pero: ¿Cómo salir sin que los padres se dieran cuenta?

2. Una máquina para entretener a los padres.

Los niños buscaban una máquina para entretener a los padres, y sabían el lugar en el que la podían encontrar, el Palacio de los Inventos Totales, allí todo estaba lleno de robots, pero luego había un hombre que era el inventor de todos, o de la mayoría de los inventos (Bonifacio Fernández), les dijo que inventaría una máquina para entretener a los padres.

3. ¡Eureka, ya lo tengo!

Al poco tiempo, Bonifacio Fernández los llamó porque ya lo había inventado. Era una máquina maravillosa, al mirar hacia el techo cada uno veía el programa que quería, iba enchufada a la mente. Al ir, el anciano les ofreció chocolate con churros, a los niños les encantó. (Ellos no lo conocían).

4. Preparando la fuga.

A los pocos días salió a la venta y casi todos lo compraban, el ayuntamiento dijo que apagaría las máquinas maravillosas desde las 0:00 h. hasta las 13:00 h. para que la gente fuera a trabajar, porque si no, no iban. No sabían dónde estaba la salida y dijeron que quedarían para el día siguiente, y ya la encontrarían.

5. Hacia lo desconocido.

Llegó el día que todos habían estado esperando. Por las salidas de la burbuja había robots para que nadie saliera de la burbuja, los cuatro se metieron en una caja que era de su tamaño, en el ordenador no veían dónde se encontraba la salida, pero por todas las terminales se podía salir, así que salieron por la primera que vieron, salieron y veían el cielo azul, cosa que les parecía muy rara porque desde la burbuja se veía blanco, también vieron las flores, el mar, el sol… Un río en el que pararon, dos de ellos se cayeron (Elena y David), entonces pidieron a Sara y a Pablo que les ayudaran a subir, pero les estiraron y los tiraron, entonces comenzaron una pela de barro y sus trajes, estaban preparados para no mancharse dentro de la burbuja, pero como estaban fuera de ella… les encantó. Regresaron antes de que las máquinas maravillosas se apagaran, porque si no, sus padres los descubrían, antes, habían prometido a Bonifacio que le contarían su salida, al día siguiente irían a verlo.

6. La visita.

Al día siguiente, cuando las máquinas maravillosas empezaron a funcionar, fueron al Palacio de los Inventos Totales, todos le contaron lo bien que se lo habían pasado, el anciano dijo que le gustaría acompañarles, los llevó a una habitación azul en la que había muchos juguetes y los niños no los conocían, después les regaló un cuaderno y una caja de colores a cada uno, les dio chocolate y churros y les estaba más bueno todavía que el primero. Dijeron que iban a decírselo a más niños, y lo hicieron, el anciano dijo que los padres no se deberían enterar.

7. El anciano más simpático.

El anciano les dijo a los niños que si podía ir con ellos y se subió a un manzano, empezó a comer manzanas y luego no podía bajar, los niños hicieron una cuerda con sus ropas para poder bajarlo. Se empezó a hacer de noche y todos querían llegar a sus casas porque si no sus padres se darían cuenta, pero Bonifacio iba muy lento, al final llegaron, justo antes de que la máquina maravillosa se apagara.

8. ¿Dónde están los niños?

Era domingo y los niños salieron fuera de la burbuja, como muchos días, pero su sorpresa fue que dentro de la burbuja se fue la luz, por tanto, las máquinas maravillosas se apagaron, todos los padres se preguntaban dónde estarían sus hijos, todos los padres pensaron que estarían en el jardín, pero no, los padres de Sara querían saber el domicilio de David, Elena y Pablo, pero todos esos datos estaban en el ordenador, y como no había electricidad, no funcionaban. Los padres de Sara salieron a la calle, y para sus sorpresa muchos de los padres estaban buscando a sus hijos, nadie se hablaba, ni siquiera entre vecinos, pero ese día no era un día normal, la madre de Sara le preguntó a una mujer que si buscaba a su hijo/a y le dijo que sí, entonces el padre de Sara dijo que tantos niños sólo podían estar o fuera de la burbuja o en el Parque Central, fueron todos al Parque Central y no había ningún niño, así que todos estaban preparados para salir de la burbuja, así lo iban a hacer, mientras tanto, Bonifacio Fernández, tenía luz y podía hacer que en la ciudad hubiera luz, pero no quería, porque quería una civilización distinta.

9. Reencuentro.

Consuelo (madre de Sara) llamaba a Sara, y Sara la oía, su madre la encontró y cuando bajó del árbol se dieron un gran abrazo. Sara le contó todo, tuvieron que pasar la noche fuera de la burbuja, la madre dijo que cuando llegaran rompería la máquina maravillosa, los padres de Elena, David, Pablo y Sara se comunicarían en persona, al final, David y Sara estaban juntos recordando la historia.