mar de ébano [antología poética]
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GUY MERLIN NANA TADOUN
Mar de ébano [antología poética]
Edición digital Guy Merlin Nana Tadoun, Mar de ébano (2014) Guillermo Pié Jahn (ed.) Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Abril de 2014
Este trabajo se ha desarrollado en el marco del proyecto I+D+i, del
programa estatal de investigación, desarrollo e innovación orientada a los retos de la sociedad, «El español, lengua mediadora de nuevas identidades» (FFI2013-44413-R) dirigido por la Dra. Josefina Bueno Alonso
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 1
Mar de ébano* Guy Merlin Nana Tadoun
HOY SOY BOY
A la memoria de mi querido padre Nana Jean [1924-2013].
Cuando la soledad salmantina
tiende su sibilina celada
en la sinuosa telaraña
del instante ajeno,
el verso reinventa
estaciones sepultadas,
dulces huracanes y eneros de oro.
Hoy soy boy de los soles descubiertos.
Hoy soy boy de los soles descubiertos,
de nuevo esclavo de la palabra preciosa,
eslabón de silencio, añil recuerdo
de aquel omnívoro que devoraba a la sazón
copiosas ensaladas de papel allá lejos,
al suroeste de la lejana metrópoli,
donde el ombligo aún señala,
de madrugada, sinuosos senderos
de luz tibia y limpia, de cruz pura y serena.
* Antología realizada por Guillermo Pié Jahn a partir de un amplio corpus de poemas inéditos, escritos por Guy
Merlin Nana Tadoun entre los años 2004 y 2014, tanto en España como en Camerún. Mar de ébano ofrece una muestra de la poesía en lengua española de este autor camerunés, que se caracteriza por combinar, de forma exquisita y singular, el sentimiento lírico, el compromiso social y el misticismo.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
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NO HAY IDA SIN REGRESO
A una lectora, por su poema.
Aún recuerdo, querida Mónica,
que el regreso es parte de la ida.
No hay ida sin regreso.
El regreso es dulce y amargo
por todo lo que dejaste atrás,
por ese mar oscuro y ese cielo de plomo,
por esas colinas de verde intenso
y por las islas y magnánimas vidas
que se agitan en su interior.
Yaundé, Yaundé... Suena a conjuro mágico,
a invocación misteriosa. Yaundé...
Quién sabe, quién sabe si de repetir
su nombre se cumplirá el deseo
de una nueva ida.
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NOCHE AFRICANA
Noche africana, ocaso de horas vaporosas
donde tan pavorosas se quedan las estrellas
enmohecidas. Se van callando las campanas
reales y, harta de pacífica monotonía,
brinda y se jacta la tan inconsciente colmena
que en la sombra masculla la palabra democracia.
Hoy uno de noviembre haz; haz que subiendo a lo alto
mi pena encuentre el brillo de un astro santo.
Haz, Dios Poeta, que en el vértigo del verso
tropiece con el alma muerta de mi abuela Rebeca
y que de su memoria tenga amenas noticias.
Que desde la lejanía yo sólo quisiera
con versículos nuevos y crisantemos frescos
adornar el recuerdo de las vidas calladas.
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ÉXODO RURAL
A ti, madre de mi luz primera, Nya Lydie; luz del corazón que recuerda y eterniza las huellas del padre epónimo.
Os he dejado
en el polvo del pueblo
para buscar hongos
en la tierra de la esperanza.
Os he dejado
en el colmo del vacío
como un desterrado guineano
que acecha vida en la noche oscura;
la noche urbana donde un sueño nuevo
paulatinamente se desata
como sol de estación seca.
Pero escribir ya anula mi soledad urbana
y sólo cuenta el oficio nocturno
que ahora os saluda, oh padres,
padres rotos por las horas canas.
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DESDE EL TORMES AMADO
Para Antonio Colinas y Luis Miguel Jambrina, por todo.
Y me inclino y te busco,
desde este mismo promontorio
donde sepultas tus ojos en mis ojos vagos,
en el hondo pozo recamado de puentes.
Salamanca se reparte su enorme paz cotidiana
y sólo existe fuera de sí misma,
fuera de este parpadeo de humo aquietado
que nombra, enjaulada, la memoria detenida.
Quizá sea éste, padre, mi único fantasma,
y mi paso fugitivo, el callado lugar del arcano.
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LÍNEAS LLANAS QUE TÚ LLAMAS POESÍA
En la loma del firmamento,
otra vez bajo quimérico claro de luna
germinas, ¡oh domada flor de las labores nocturnas!,
¡oh adorada flor de alcoba que siempre procedes de la tupida noche!
Y mientras se desgarra el mundo
en el divino huerto, una pluma inexperta
deja sobre hojas muertas un pedazo de poema.
Compañero del insomne ensueño,
¡cómo juega con nosotros la noche estrellada!
Cuando un sueño nuevo cruce la calle
de la memoria negra de laúd ebria,
llegará un poema que prolongue nuestras vidas
hacia nuevos albores. Y no entiendo nada de lo que escribo.
Pues, a veces, escribo líneas llanas que tú llamas poesía.
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ÁRBOLES DONDE APOYAR EL ALMA
Lejano mar de ébano.
Hasta cuándo. Hasta cuándo como poeta poseso
seguiré regresando de ti para poblar con ensayos pálidas primaveras.
Hasta cuándo seguiré rodando por la ignota loma repleta de claroscuros.
Dímelo tú, tú que ahora me visitas, tú mía, tú brisa, tú árbol bantú,
tú agridulce y extraña presencia del ser adicto al terruño, adicto al redil.
Hasta cuándo cual corazón romero seguiré bailando sin flautas ni tambores
por tus inmensos corredores sin aire. Hasta cuándo me echaré la siesta
como un niño dormido bajo la estera verde de entrañables acacias.
Padre: aquí faltan árboles
donde esperar la tarde.
Aquí faltan árboles,
árboles de verdad.
Aquí faltan árboles
donde apoyar el alma.
Árboles, árboles de verdad.
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POR LA MEMORIA ROMERA
Y
tú
Camerún,
espiga azul:
cuándo volveré
a corromper
con nuevos empeños
la soga de la enajenación.
Llevo en la frente la estampa
de lo africano y nunca termino
de acostumbrarme a la escarcha
(a la que tampoco se acostumbra
ningún cuerpo latino).
Nunca termino.
Ahora que he dejado de escribir,
entre el Tormes y mi ombligo
se me abren pasarelas absurdas.
Por mi memoria romera pasan
remotos aires y hermosas brisas
de otras madrugadas peregrina,
africana e incansablemente contigo.
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HERMOSA MISPA
Quizá algún día, hermosa Mispa.
Quizá algún día me des una rosa
más hermosa que la luna llena.
Quizá me des una rama
más fuerte que el mal
que cada tarde
atraviesa en vano
el techo tan acogedor
de tu morada mía.
Quizá me des algún día
alguna vida más poeta que yo.
Me habrás salvado del olvido.
Me habrás sacado
del pozo de las congojas.
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COMO A MUÑONES, CORTADO DE TI
Voy hacia ti, flor de jara africana.
Te esconden mares donde jalonan
polvorientas lomas de graderío azul.
Roma en ti nunca despertará
porque al Egipto de los faraones
estás más unida que a mí.
Roma en ti nunca despertará,
ni la Lisboa de al lado, ni la Castilla no inhóspita,
donde alejado de ti despierto cada día,
como a muñones, cortado de ti.
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ANSIA DE BREVE RETORNO
Con las maletas medio abiertas,
devuelto otra vez a mis montañas,
un día subiré a los arcanos de la esencia.
Remontaré hasta la punta negra del punto de partida.
Renegaré de este vivir programado,
de esta transición de atardeceres agrios y alegres.
Remontaré hasta el río que ya no baña la invisible colina
para subir a tu monte de carne desdoblada jalonado de jarales.
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DONDE ANIDE LA TARDE
Yo seré la ola y tú la isla desnuda.
Entre tus ramas de frutas pegajosas
se abrirá paso mi dicha pasajera.
No sentiré, devuelto a tus alas,
la caricia falaz de las grandes evidencias;
porque en tus brazos de armiño
no en vano buscaremos,
unidos en febrero, alguna guarida urbana
donde anide temporalmente la cola de la tarde.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
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SER Y ESTAR SIN FRONTERAS
Entre tupidos amaneceres sin cunas,
sin ti voy abriendo y juntando dispersos pergaminos,
lejanías, playas, estancias, silvas desmesuradas.
Soy aceite y acaso molécula sin nombre
que presume de sincretismo; porque soy europeo
y chino y africano y americano, aunque no me dé cuenta,
aunque mienta, como el poema, como el mundo.
Qué importa si el sueño, pacífica bengala,
sólo desea abrazar sin prejuicios
islas, tierras, fronteras, cepas y paradojas.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
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ESPEJO DE NUESTRO TIEMPO
Cabemos todos en el hueco de la mano
porque el mundo es un pañuelo.
Por eso, hay daños colaterales
y pateras que se reparten todas las aguas del orbe.
Mientras ahondamos en los escombros del nuevo milenio,
la rabia de un terremoto o las contusiones
de una mujer ultrajada nos interpelan
en su lento movimiento,
a cada noticia televisiva,
a cada diaria irrupción
en las verdades del siglo.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
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SÓLO IMPORTA LA CERTIDUMBRE
DE LO QUE EMERGE Y DOMINA
Descansa en tu mano clandestina
el cauce de mil delirios nativos.
En la mía gotea la azulina negritud
de la palabra poética y clemente.
Va y viene, se desliza, acostumbrada,
sobre el discreto abecedario del hallazgo.
En el opalino teclado chocan y se confunden las letras.
Vuelve a rayar el alba, blanca, tolerante, hospitalaria.
Pero, a veces, el encuentro desaltera un poco la alteridad
y nos adelantan a diario caminos que creemos sin sentido,
opciones infinitas, combinaciones adánicas, matrimonios
homogéneos. Aquí, en la frágil ladera de lo nunca definitivo
sólo importa la certidumbre de lo que emerge,
sólo emerge la evidencia de lo que aflora y domina.
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EL MAR SIEMPRE ENSAYA NUEVOS ESPANTOS
Otros pasarán sin quedarse, ahuecando terruños.
En la lejanía, pasos sin huellas. Pateras sin cadenas.
Sed, frío, toque de queda. Sueños, cal, mar, vacío.
Sólo se escucha un susurro de ondas ultrajadas.
El mar ensaya en ayunas otro espanto.
Vuelve de la deriva cada ola, amueblando la utopía.
Nos ensimismamos en el espacio monótono
de la palabra creyendo huir de la cansina evidencia
del vacío que apenas dibujamos a fuerza de cegueras.
Y el vacío es deforme, dúctil e ilimitable.
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LUNA MÁS ACÁ DE MELILLA
Desnuda e incansablemente, la desmesurada ilusión
depura de día las brumas compactas. Melilla:
la tarde sin hambre siempre nos tiende
una plástica alambrada. Sólo tienen sed, dicen.
Sed de esos espacios colindantes
que esputan miedos y quimeras.
Cuando brotan conchas en las olas apenas potables,
algo rueda y rebota contra la verja recién alzada.
Pero la luna muda promete inexorablemente nuevos intentos,
nuevos hachazos, nuevos silencios, nuevas esquelas.
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SANGRE EN LA LUZ
Ay, más sangre hay en la luz.
En este resquicio de soledades
y esperanzas marinas
que maquina a diario la muerte,
no hay rostro que valga la pena llorar;
ni llanto, ni concha, ni álamo caído
que merezca una lápida nombrada;
porque algo fluye y rueda y rebota,
desaparece y permanece
y nos interpela a todos.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 19
DEJA LA MAR Y OLVIDA LA HERIDA
Quién como tú deambula sin brújula.
Quién como tú en plena noche
anduvo en busca de alguna ruta.
Querer crecer, ser, serse siendo lo mismo,
lo otro del mismo o lo mismo del otro. Cómo duele.
En Francia pocos entienden del dolor del espacio;
verse penetrado por su aguja siendo residente.
Y qué hacer cuando las lágrimas de la Historia
vuelven a la vida fomentando frías quimeras.
Ven, deja la mar y olvida la herida.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 20
TRAGICOMEDIA
Hacia nuevos edenes emigra el ser.
En los andenes del riesgo donde se anulan los deseos
es el desierto un verano tórrido e interminable;
es el mar la más inhospitalaria temporada.
En el nocturno ballet de este siglo,
todos hablamos el mismo lenguaje.
Todos interpretamos la misma canción desesperada
porque es pantera el leopardo
y simplemente serpiente el ciempiés.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 21
SOÑANDO CON APACIBLES JARDINES DEL SUR
Mañana, subidos también
al andamio-deseo de crecer,
no sé si habrá que tomar partido,
echar una y otra vez el ancla,
o levarla a nuestra manera;
y desde el Norte casi natal,
soñar con apacibles jardines
del Sur, con la elefante-ilusión
como punto de anclaje.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 22
HABRÁ COMO AHORA HORAS DE ESPERANZA
Ya se nos fue el invierno y, como si nunca te acostumbraras,
intuyes en mi llamada el morado aspecto del paisaje.
En un abrir y cerrar de horas adivinamos cantando silencios escuetos.
A veces, tu voz infiltra en mi voz la oronda sensualidad
de los bosques africanos. Mañana, para regar tu pena
no encontrarás en mi decir la hoja exacta del diluvio.
Habrá como ahora horas de esperanza –lo sé–,
remotos trances de amargura compartida
que como olas de amor irrumpen en la memoria
horadándonos los sentidos.
Desde el soto bermejo del recuerdo
se amansa la memoria en obras.
El mundo sigue discurriendo sobre las atrocidades
del calentamiento.
Tú, a fin de cuentas, retornarás a África
como si fueras a tu tierra.
Más allá de la urbe
donde hormiguea la gente,
hay en los cielos de césped
impávidas perdices
que vaticinan el alba.
Ah, la primavera apunta a cierres redondos;
pero los poetas nunca encontramos
la frase que cifre el instante.
¡Llévame a tu memoria, oh tú, compañero del largo viaje,
hijo infinito, alfa y omega del vasto mundo!
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AUNQUE SE EVAPOREN LAS HORAS
Para Fernando Rielo y misioneros Identes, ese toque espiritual que atraviesa parte de mi obra y vida.
Aunque se evaporen las horas;
aunque las pruebas siempre
inviten a una autovaloración
diaria de la fortaleza interior;
aunque arrecien entre vientos
los arrecifes de la existencia;
aunque navegue en altamar;
aunque me hunda otra vez
en los oasis gratos del amor,
las mismas olas traen al ojo
distintas espumas, distintas
maneras de ser sin rencor
ese ser más siempre en ruta,
ese arroyo que pisa la brisa.
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Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 24
EN LA SEMPITERNA PRIMAVERA DE TUS MANOS
Camino y camino y camino, hasta perderme
en la sempiterna primavera de tus manos,
hasta repetir, soñoliento, salmos irrepetibles.
Camino y camino y camino, hasta quedarme
hueco en la huerta, hasta hospedar el huracán
y ser en la prueba manso silencio hecho sílaba,
enredadera muerta en tus muros adamantinos,
por donde hemos de estar y trepar diariamente,
por donde he de permanecer, humilde hijo del alba.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
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DIOS POETA
Cuánto tardaste en volver a mi ribera,
Poeta, Padre del Verbo y de la Pluma
Soberana, que amorosamente paseas
tu mirada de fuego sobre mis tersuras,
la tiesa palma de mis manos húmedas
por las tortuosas entrañas de la selva.
A caballo entre sombra y madrugada,
al borde de la humildad y del silencio,
me he dejado roer, moldear y limpiar
por todo lo que guía y permanece, yo,
pobre cautivo, perdido en las tinieblas
de un anochecer de vidriera sin cama,
de pluma sin luna, relamido, rescatado,
arrumando piedras por el albor tétrico
de esta amanecida repleta de cadenas.
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EUCARISTÍA
Cuando en la lejanía se pinta
el firmamento de inolvidables
viñedos recorridos hace años;
cuando apura el sol su último
relámpago ecuatorial y llueve
suavemente en los pulmones
de la aldea, pienso en el aroma
que al día envuelve el paladar,
pan corporal y vino espiritual,
olor a llama y vida encendida.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 27
MIRAMOS EL MAR SIN CONOCERNOS
Hay océanos en el cielo bermejo,
tierra y cielos en la mar.
Solemos disfrutar del sol
sin saber de química ni astronomía.
Miramos el mar, receptáculo del sol,
y pretendemos medir su circunferencia
antes de preguntarnos siquiera
cuántos milímetros nos separan
de nosotros mismos.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 28
SOLEDADES: PALOMAS MUERTAS
Hay madrugadas sin gallos,
ay, tardes sin golondrinas,
corales sin color,
limos sin sol.
Hay alaridos en el aire oxidado,
gatos sin vida, rostros sin sol.
Hay dolores en los arrecifes,
sangre en el corral.
Para colmo, la noche sin luciérnagas
recopila soledades, palomas muertas.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 29
SON MÍOS, SEÑOR, MÍOS ESTOS BARRIOS
Estos países de piedra y perlas.
Estos países de sol sin verano.
Estos países de lluvia sin nieve,
de tardes que sangran, de sal y santos.
Estas generosas mujeres de melanina
que lloran y cantan, y amamantan a niñitas
que tardarán en aceptar padres
adictos al varón, al masculino paisaje.
Estas laderas de hierba y lodo puro,
de niños sin mochilas ni regalos…
Estos países sublimes del sur…
Son míos, Señor, míos estos barrios
urbanos repletos de casuchas,
mía la barriobajera realidad.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 30
DONDE SIEMBRA EL LLANTO SU PRODUCTIVA PACIENCIA
Me cansa a veces este orbe lleno de sirenas,
sentado en su ansia de hegemonía monótona.
Me cansan a veces estas ciudades de piedra
expuestas a la ruina, a la escuela sin módulos,
a los museos sin nombre, a los ocasos sin sol.
Me cansa este silencio de sierras sin perlas
que asisten, indefensas, a su obvia ejecución
porque las condenaron a muerte otras ideas.
Me cansa a veces esta larga impotencia
de entrañas muertas de miedo y hambrientas
porque las condenaron a muerte otros montes,
otros ríos, otros latifundios, otras laderas.
Su soledad es silenciosa morada de adobe
donde siembra el llanto su productiva paciencia.
Guy Merlin Nana Tadoun | Mar de ébano
Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes | Abril de 2014 31
ETERNA OFRENDA
Mientras las calles y yo resistimos
a todo cuanto amenaza nuestro siglo,
me pregunto cómo llegas a multiplicarte,
a ser diario don, de la mañana a la tarde.
Me pregunto cómo llegas a multiplicarte,
cómo llegas, entre tantas manos, a anularme
de la noche a la mañana, cuando frente al río
de la vida alzamos ingratos baluartes impíos.
Me arrodillo a deshoras, despierto
y arrepentido en este amanecer no boreal
que todavía huele a incienso.
Anida en estas colinas lo que permanece:
el pájaro amarillo que reitera su canto
verde entre cosmopolitas catedrales.